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Revista
trimestralpublicada
por la Unesco
V o l . X X X V I (1984), n. 4
Redactorjefe p . L :
Ali Kazancigil
Maquetista: JacquesCarrasco
Documentacinfotogrfica:FlorenceBonjean
Corresponsales
Bangkok: Y o g e s h Atal
Beijing:Li
X u e k u n
Belgrado:Balsa Spadijer
Buenos
Aires:
Norberto Rodrguez
Bustamante
Canberra: Geoffrey Caldwell
Colonia:
Alphons
Silbermann
Delhi: A n d r
Bteille
Estados Unidos de
Amrica: G e n e
M . L y o n s
Florencia:Francesco Margiotta Broglio
Harare: C h e n
C h i m u t e n g w e n d e
Hong Kong: Peter C h e n
Londres: CyrilS.Smith
Mxico:
Pablo Gonzlez
C a s a n o v a
Mosc: Marien Gapotchka
Nigeria:
Akinsola
A k i w o w o
Ottawa: Paul L a m y
Singapur:S. H . Alatas
Tokio: Hiroshi
O h t a
Tnez: A .
B o u h d i b a
T e m a sde losprximos n m e r o s
Comparaciones
internacionales
Sistemasalimentarios
Educacin
ycienciassociales
L o s jvenes
Cubierta:
Globo
ocular
en el que se
refleja
un
teatro
(dibujode Nicols
L e d o u x
[1736-1806],
arquitecto
francs).
Edimcdia
A la
derecha:Elmisteriode.la mente h u m a n a
(dibujode Robert Fludd,Utriusque
Cosmi
Historia,
1619). Explorer
-
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REVISTA INTERNACIONAL
, s
0 7 6 2
D E
CIENCIAS SOCIALES
EPISTEMOLOGA DE LAS
CIENCIAS
Ernest Gellner
Stefan
N o w a k
Emrita S .Quito
Claude A k e
Philippe
Braillard
E d m u n dBurke.
Ill
MiltonSantos
T .
V .Sathyamurthy
G .
B .
B e n k o
Jacques
L o m b a r d
SOCIALES
102
Editorial
Anlisis general
E l rangocientficode las ciencias sociales
Escuelas
filosficas
ym t o d o sde trabajo
cientficos
enciencias sociales
E lvalor c o m ofactor de la
accin
social
L a transformacin delas ciencias sociales enmercanca
Disciplinas
L as ciencias sociales y el estudio de las relaciones
internacionales
L ainstitucionalizacin de las ciencias sociales:
su
trascendencia
social ypoltica
L a
geografa afinesdel siglo x x :
n u e va s
funciones
de una disciplina a m e n a z a d a
El
m b i t o
de las ciencias sociales
L a
investigacinsobreel desarrollo y las ciencias
sociales en la India
L acienciaregional:treintaaosdeevolucin
L a enseanzade laantropologa:estudio
comparativo
Servicios
profesionales y d o c u m e n t a l e s
Libros
recibidos
Publicaciones
recientes de la U n e s c o
599
601
623
639
651
663
6 7 9.
693
711
739
755
766
769
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Editorial
E n cierto m o d o ,
la actividadcientfica podra
compararse
c o n
la prctica de
u n
deporte.
U n
deportista d e b e
observar los gestos querea
liza y analizarlos en detalle con el fin de
perfeccionarlos
y deobtener mejoresresulta
d o s . D e igualm a n e r a , elinvestigador n o debe
menospreciar el autoanlisis profesional, la
reflexin
sobre
la orientacin y el alcancede
s u
trabajo,
as c o m o sobrelos
med io s
tericos
y metodo lg icos que le permitiranmejorar
s u s resultados,a
fin
ded o m i n a r m s completa
m e n t e
su
t ema.
E n realidad, dicha reflexin no pu ed e
separarse
de la actividad de investigacin en s
m i s m a . Reviste especial importancia en las
ciencias del h o m b r e y de la
sociedad,
en las
q u e la relacin entre el investigador y su
objetode estudio tienen caractersticas parti
culares, distintas de las que existen en las
ciencias relativas a la
vida
y la
naturaleza.
N o
obstante,los funda mento s epistemolgicosde
las investigaciones
vinculadas
a las ciencias
socialesno s iempre se explicitan, ni son ob
jetode un
anlisis
sistemtico c o n la frecuen
cia q u e sera conveniente. L a teora delconoci
mi e nt o ofrece la posibilidad de echaruna
provechosa
mirada
a las ciencias sociales, con
la
condicin
de evitar el
Caribdis
de la o bse
sin
epistemolgica,
por unlado,y el Escila
d e u n
e m p i r i s m o
estrecho, p o r otro.
L a
m a y o r
parte
de los artculos
publica
d o s en el presente
n m e r o
se dedican a un
autoanlisis de las ciencias
sociales
y
ex po nen
puntos devista sobre
ciertos
aspectos episte
molg icos e institucionales detales discipli
n a s . Ernest Ge l lnerse preguntasi las ciencias
sociales
p u e d e n
ser
admitidas
en el club
exclusivo de las ciencias. P u e d e el
universo
social
ser
estudiado
cientficamente, o
bien
d e b edejarsedichoestudio a losfilsofosy los
poetas? Gel lner no p r o p o n e una respuesta
definitiva, p e r o demuestra con elocuencia la
inconsistencia de los
argumentos
tendientes a
excluir las cienciassocialesdel paraso cient
fico.
Stefan
N o w a k exam in a
las relaciones
entre los m t o d o s cientficos utilizados en la
sociologa y diversas corrientes
filosficas,
y
demuestra que las elecciones metodolgicas
reflejan orientaciones
filosficas
y
epistemol
gicas. E n su contribucin, E m r i t a
Qui to
analiza
las relaciones existentes entre los va
lores, c o m o objetos de estudio y c o m o fac
tores
q u e
influyen en las investigaciones en las
ciencias sociales. C lau d e A k ep r o p o n e un
enf o que que
p u e d e calificarse
de
eco no m a
polticade las ciencias sociales; se
desprende
d e l
m i s m o
q u e
estas
l t imas,
p o r
estar sujetas
a las leyes del
m e r c a d o
y operar en un
contexto en el que
pr ed om in a
el valor de
intercambio
y no el valor de uso, se transfor
m a n en mercanca .
L o s tres l timos
artculos
d e la seccintemtica s o n anlisisepistemol
gicos dealgunas disciplinas, t o m a d a sen dife
rentescontextos. E d m u n d B u r k e III estudia
las fuerzase c o n m i c a sy
sociales
q u e orienta
r o n la institucionalizacin de la sociologa en
Francia,
a
fines
del
siglo
pa sa do .
Philippe
Braillardserefiereal estudio de las relaciones
internacionales,
y Mi l ton Santos se ocu pade
la geografa.
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600
Editorial
L o s
artculosde la seccin Elmbitode
las ciencias sociales presentan puntos en
c o m n con los de la seccin temtica. T. V .
Sathyamurthydescribe el notableaugede las
cienciassocialesen la India,desdequedicho
pas accedi a laindependencia; G .
B .
B e n k o
relatael
nacimiento
de la ciencia regional, un
c a m p o de estudio
interdisciplinario
que se ha
desarrollado en el transcurso de las ltimas
dcadas; Jacques L o m b a r d presenta una
resea histricacomparada de la enseanza
dela antropologa enBlgica,enla
Repblica
FederaldeAlemania,en Francia, en elReino
U n i d oy en los PasesBajos.
E n
el
pasado,
la
RICS
ha
dedicado
varios
n m e r o s
a
temas
vinculados al del presente
n m e r o . C a b e mencionarlosvolmenesxvi,
n. 4 , 1 9 6 4 ;xx, n. 2, 1 9 6 8 ; xxn, n. 1,
1 9 7 0 ;xxiv,
n. 4 , 1 9 7 2y
xxix,
n. 4 ,
1 9 7 7 .
L alistade los n m e r o s publicados figura al
finaldel v o l u m e n .
A p r o v e c h a m o s
esta
oportunidad para infor
m a ra nuestroslectoresacerca de un
reciente
cam b i o en el
equipo
de redaccin. Peter
Lengyel, redactor jefe de la Revistadesde
1 9 6 3 , hadejado la
U n e s c o
en la que haba
ingresadoen 1 9 5 3 . E nsucarreraal
servicio
de
laOrganizacin,
dedicada
a los diversos
aspec
tos de la
cooperacin
internacional en el
mbito de las ciencias sociales, se destaca
particularmente la labor que ha realizado en
la direccin de la RICS.
A .
K .
Traducido
del francs
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El rangocientfico
d e las
ciencias sociales
Ernest Gellner
L a ideade lo cientfico'
E l
problema
de si las ciencias socialesson
autnticamente cientficas
plantea
de i n m e
diato dos preguntas:
qu
son las ciencias
sociales?
qu
es locientfico?
L a primera de estas dos preguntas no
plantea
grandes
dificultades
ypuedeser con
testada n o m b r a n d ooenumerandolasciencias
sociales,que son simple
mente
el objeto de la
prctica profesional de
sus especialistas.La de
finicin
contiene as
u n a referencia encubierta
(pero no
demasiado)
a
los juiciosconsensales,
omayoritarios, o indiscu-
tidos,que
imperan
en las
sociedades
contempor
neas
e
identifican,
por su
clasificacin
tcita o ex
presa, qu universidades,
asociaciones profesiona
les e individuos son, por
Ernest Gellner
ense
en la
L o n d o n
School of Economics andPolitical
Science,yesh oy catedrtico deantro
pologa en el King's College, C a m
bridge, Reino U n i d o . Sus publica
ciones ms importantes son Words
and
things(1959), Thought
and
chan
ge
(1965),Saints
of the
Atlas (1969),
Muslimsociety
(1981)
yNations
and
nationalism(1983).
decirlo
as, establecedores denormaso para
digmticos,con lo que efectivamente definen,
mediantesu propia asignacin deetiquetas,la
naturalezay el alcance de lasciencias sociales.
Esta
referenciaencubierta a la opinin o
al
consenso
pblico no
vicia
la
definicin
ni la
hacetautolgica.Mayoras,
consenso,
solidari
d ad culturalgeneral, todasestasnociones no
s o n , por supuesto, niinfalibles,niestables,ni
desprovistas de ambigedad. N o hay contra
diccin alguna en la sugerencia de que la
opinin
pblica, en una fecha dada, sehalla
e n error.Si
tales
fuentespuedenestarequivo
cadas, podran acaso
engaarnos,
identifi
cando falsamente el objeto o conjunto de
objetos de los que v a m o s a ocuparnos, es
decir las ciencias sociales? N o . El objeto
centraldenuestra indagacin es, justamente,
las ciencias
sociales
tal c o m o realmente son
practicadas y reconocidas en las sociedades
contemporneas. L a opi
nin publica, por m u y
ampliaque sea sudefini
cin, no puede inducir
n os aerrorenesto,por
q u e el objeto de nuestro
interses, precisamente,,
u n objeto definido por
referencia a las normas
culturales
corrientes. N a
turalmente,
tambin
po
d e m o s
estar interesados
p or una
ciencia
social
ideal, trans-social,cultu
ralmente neutral, si es
q u e existe; pero
nuestra
preocupacinfundamentalradicaen lasprcti
cas concretas actualmente reconocidas
c o m o
ciencias sociales .
Pero
la situacines m u y distinta cuando
pasamos al
segundo
trmino que ha de ser
definido: el de
cientfico .
A q u ,
ni la
d e n o m i
nacin ni la enumeracin sirven absoluta
mentede
nada.
N onos
interesa
especialmente
saber qu es lo que la sociedad ha dado en
llamar
cientfico ,
y por otra
parte,
el uso
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602 ErnestGellner
reald eesta
etiqueta
p or nuestros c ont e mpor
n e o s
n oesconcluyente. Adecir v e r d a d ,las
opiniones parecen estar m u y divididas con
respectoaeste punto ,y seobservan debates
m u y
significativos
acerca precisamente delos
lmites desuc a m p o deaplicacin. P e r o no
t e n e m o s n ingninters en convocar unrefe
r n d u m sobreel caso ,nien ver cul d elos
m u c h o s
grup os contendientes consigue
i m p o
ner
su pun to de
vista
e n u n
m o m e n t o u
otro.
E s t a m o s
pro fundame nt e interesados,
en
c a m
bio,
en
hallar una nocin
delo
"cientfico"
realmente normativa , autnt icamente
autori
zada. D e s e a m o s descubrirsilascienciassocia
les son
realmente
cientficas.
ste es ensm i s m o u n pu n t o
interesante
y
significativo.
Al formular nuestra pregunta:
s o n cientficaslasciencias
sociales?
e m p l e a
m o s al parecer c o m o sujetou n t rmino qu ees
definido
convenc iona lmente
o
por denotacin
t o d o
lo
q u e
es
l l amado de hecho por
ese
n o m b r e se
incluye
ipso facto
e n
el m i s m o ,
m ientras q ue nuestro predicado esplatnico
o
normat ivo
y
concebido
c o m o algo
q u e
no
d e b e
estar
a
merced
d elasconvenciones
o el
capricho
h u m a n o s .
Se supo ne q u elasreglas
de aplicacinestn
basadas en una autoridad
superioreindep endiente.
Nuestra frase pareceas lgicamente un
hbrido:elsujetoesnom inalistaoconvencio
nal , el predicadoes
platnico,
esencialistay
prescriptivo. Es permisible esta a m b i g e
d a d ? N o c re o q u e la situacin sea en
realidad
tan
a n m a l a
o desacostumbrada. P e r oes
significativa.
Si a m b o s trminossedefinieran co nven
cionalmente , por referencia alusoreal,o
mayoritario, o convenido ,decada u n o de
ellos,la pregunta
sera
fcil decontestary
carecera de toda profundidadoimportancia.
Bastara con hacer una encuesta, averiguarsi
y enq u
medida
la gente usa u n ade las
etiquetas
("ciencias
sociales")
de
m o d o
tal
q ue caiga
dentro
del
radio d e
aplicacin de
otra
etiqueta
d e
m s
ampl io
espectro
("cientfi
co") .
P e r o
ninguna
encuesta de
este tipose
estimara enrealidad pertinenteni, en
todo
caso , vlidaydefinitiva, con
respecto
a la
pregunta q u e efectivamente hacemos.
Este "platonismo del predicado",
que
nos
obligaatratareltrmino e ncuestin
c o m o
si
se
refiriera
a
algo
constituido d e formatotal
m e n t e independiente denuestro
albedro
y
costumbreydo tad o de autoridad sobre noso
tros, es interesantey
significativo.
Represe enq u estaesuna antiguay
constante
caracterstica
d elosanlisisy deba
tesreferentesa las
delimitaciones
d e
"ciencia"
o
"significado". Aquellas famosas disputas
por
las
demarcacionestenan
toda la pasin
e
intensidad de
circunscribir
lo
salvado
y lo
c onde nado ,
d edefinir
lo lcito y lo ilcito,
d e
descubrir u n a verdad im portante y dada, y n o
s implemente
de asignar
etiquetas.
El
convencional ismo con
respectoa la
delimitacin
de
conceptos
slose
invocaba,
con
algn
apuroy
visible falta de conviccin,
cuando el terico se
vea
acorralado,
por
ejemplo ,
p o rla
insistente
pregunta acerca de
la legitimidad del
principio
deverificacin
m i s m o .
Era
ste un informe experimentalo
un a
convenc in quedefinaloslmitesde un
trmino?
Se
mantena
la
ficcin
d e q ue la
demarca
cin
d everificabilidad del significadood ela
ciencia era m e r a m e n t e una convencin
nues
tra. Pero el verdadero espritu enq u ese
inspiraba estadelimitacin era evidentemente
m u y distinto. S epropugnaba como una norma
objetiva, autorizada,
platnica.
Circunscriba
el m bito delasalvacin cognoscitiva.
N o c a b ela
m e n o r
duda d e q u e las discu
siones acerca deloq ue esyn oes"cientfico"
se
sostienen
dentro de
esteespritu
manifiesta
m e n t e
platnico,
normativoy n o convenciona-
lista. S e trata de sabersialgoes verdadera
m en te , rea lmentecientfico.L o s debates pare
cen basarse enel supuesto de queloq u ese
ventila
es una importantefrontera conceptual,
en lanaturaleza m i s m a d elascosasytotal
m e n t e
fuera delalcance d elo que nosotros
opt e mos
por l lamar lo que sea.
H a y otra explicacin posible: n o
so mo s
conceptualmente
rgidos
porq ue s o m o s
plat
nicos, sino que l legamos a serplatnicos
porque
s o m o s
conceptualmentergidos. C u a n
do los conceptos nos apremian nos vo lvem os
platnicos malgr-nous.
N o s ie m pr e n o s
es
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E l rango
cientfico
de las
ciencias
sociales
603
d a d oelegirnuestros conceptos, y en
c a m b i o
stos
s
tienen
a
m e n u d o
autoridad sobre
nosotros. El h o m b r e puede hacer lo que
quiere, pero no
puede
desear lo que quiere, y
n o siemprepuedeelegirlibremente sus
c o n
ceptos. A veces
stos tienen
sobre nosotros
u n a
autoridad irresistible. Y por qu
s o m o s
.
e n
algunos casos tan rgidos
conceptualmen
te? Por qu consentimos en ser esclavos de
los
valores
e imperativos que
encierranciertas
ideas?
Genricamente, puede decirsequeesto
sucedeporque
cierto
conglomeradoo sndro
m e de rasgos, encerrados unos conotrosen
esteo aquel concepto de una lengua oestilo
d e
pensamiento d a d o ,
tienen
buenasrazones,
por
decirloas, para mantenerse encerrados
e n
m u t u a
c o m p a ajustamente de esa m a n e
ra, con esaparticular
combinacin
de ingre
dientes,
y para
tener
alguna especie de
d o m i
nio compulsivo sobre nuestro pensamiento.
A d e m s ,
la carga
moral,
positivao negativa,
c on
quetales conceptos
estn
lastradosno
puede
ser arrancada de
ellos.
L a s
razones que
conducen
a la
cristaliza
cin detalesconceptos, en los que seaglutina
u n
conjunto de rasgos,
p u e d e n
ser generales o
especficas;
p u e d e n
ser inherentesa la condi
cin
h u m a n a c o m o
tal o guardar
relacin
con
alguna situacin socialo histrica concreta.
Pero
la frmula general correspondiente a
estecasotieneque ser algo as: surgen (y a
veces
persisten)
situaciones
que
impelen
a una
c o m u n i d a d lingsticay conceptual a pensar
e n
trminos de un concepto T,
definido
en
trminos deatributos,a, b, c,etc.; y, a d e m s ,
es de
s u m a
importancia para esa
c o m u n i d a d
establecer si unobjeto d a d o o una
prctica
determinada
seinscribeo no en el
m a r c o
del
concepto
T,si esparte integrantede la vida
m i s m a , del uso y, conello,de la
definicin
operacional de tal concepto. Eso es lo que
ocurre con su cargamoral. Algunasfronteras
conceptuales
tienen
para determinadas socie
dades
una importancia que
d i m a n a
de la
ndole m i s m a
de su
situacin
y no
p u e d e n
ser
abrogadas
por decreto.
E s
obvioq u e ,en
nuestra
sociedad
m o d e r
n a ,
el concepto de lo
cientfico
es
precisa
m e n t e de esa
clase.
Lo necesitamos, y
slo
puede
ser una nocin importante yautori
zada; C o m o tantasveces ocurre,seremoso no
capaces
de
especificar
exactamente qu es lo
q u e entendemos por l; lo que podramos
llamar paradoja de Scrates, a saber,
utilizar
u n anocin sin ser capaces dedefinirla,tiene
aplicacinaqu,
c o m o
entantos
otros
casos.
Pero cualesquiera sean los componentes del
conjunto de rasgos que la idea define,
sta
es
indiscutiblemente importante, y no es, por
decirloas,
discrecional.
N o s a b e m o slo que es
exactamente,
pero s que es importante y que
n o
p o d e m o s
tomarla a laligera.
L a
idea de
cientfico
es una nocin de
estaclase.
Pero no siempre ha
sido
as. Sin
d u d a
posee alguna leve
afinidad
con elviejo
deseo
de
definir
el verdadero saber por oposi
cin a la m e r aopinin, y con la preocupacin
a n
ms
vehemente
de
identificar
la verda
dera fe. E neste ltimo caso, s a b e m o s
m u y
bien por qu la nocin era tan importante: la
salvacin y la condenacin personal
d e p e n
dan de
ella.
Pero las fronterasde lo
cientfi
c o ,
a u n q u e p u e d a n
tal vez superponerse, no
coinciden en extensin (y
m e n o s
an en
intensidad)
ni con el verdadero saber ni
c on
la
verdadera fe.
La sociologizacin
de lacienciaen
segundo
grado:
Popper y Kuhn
Si
c o n v e n i m o s
en lo afirmado
m s
arriba,
en
q u consiste,
pues, lo
cientfico?
L o
cientfi
c o no ha
sido
una nocindecisivaydefinitiva
e n
todos los tiempos y todas las sociedades.
E n
las sociedades en que se
hallaba
bien
establecida
la
institucin
del sabio era natu
ral queadquiriesegrandifusin la preocupa
cin por
distinguir entre
saber verdadero y
espurio,entreacceso genuino y
fraudulento
a
recetasy frmulas de excelencia yestilosde
vida
virtuosa.
Constitua
una especie de pro
teccin
del
consumidor
para aquellos que
entraban en el
m e r c a d o
en busca de
sabidura
y
serviciosde asesoramiento para acceder a la
vida
virtuosa;
y al parecer estodio el primer
-
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604
ErnestCellner
estmulo poderoso
para
l desarrollo de la
teora
del conocimiento .
E n
aquellos
t iempos
d e
presuntos
mesasencompetencia ,los
crite
rios
para
identificaral
verdadero
parecan ser
m s
de carcter demostrativo y espectacular
q u e
de naturaleza purame nt e epistemolgica.
C u a n d o la revelacin llega
estar
m o n o p o l i
zada
y codificada en escrituras, la
preocupa
cin central
pas
a ser,
naturalmente,
la
identificacin
del nico o
casi
nico
punto
de
revelacin y de la autenticidad del supuesta
m e n t e
nico m ensaj e , o
mensajero ,
o de la
institucin perm anente
o
serie
de vnculos
personales
entre el
punto
de
comunicacin
autntico y el presente.
Sobre
el
teln
de
f o n d o
de
estos
diversos supuestos
institucio
nales y doctrinales, cada unade las cuestiones
planteadas ,
y sin
d u d a
otras variantes de las
m i s m a s ,
tenan sentido. A u n q u e , en efecto,:
presentan
alguna
coincidencia limitada ycierta
afinidad con la cuestin queaqu nos oc upa ,
ev identementeno sonidnticasa
ella.
El
puntoprincipal de coincidencia es
que ,
e n todas
estas
cuestiones, los
h o m b r e s
esta
b a n
interesados por la validacin o legitima
cin de postulados m s especficos en virtud
d e u n
criterio
m s general. C u a n d o
determina
m o s que algo es "cientfico" o no lo es,
e s t a m o s
ipsofactodecidiendo si
tiene
o no
cierto
derecho
legtimo a
merecer
nuestra
atencin y quiz incluso a que le d e m o s
crdito.
L a
condicin de ser
"cientfico"
no es
necesariamente la
f o r m a
exclusiva o
d o m i
nante
de conferir tal autoridad a postulados
especficos;
pero
es, sin
d u d a ,
al
m e n o s
una
de
las f o rm as de validacin universalmentereco
nocidas
y
respetadas. H u b o un t iempo
en que
ni siquiera era
u na
entre
muc ha s ;
en
q u e
era,
de hecho , desconocida.
Esto ,
a
m i entender ,
constituye
una
clave
decisiva. A n t e todo es indispensable iden
tificaraquellas condiciones
sociales
de origen
o de fondo que han engendrado
esta
forma
particular de validacin, que crea as
esta
n u e v a y potente nocin de "cientfico" y la
dotande autoridad.
Esto
impr ime automticamente
a nuestra
indagacin
una orientacin
sociolgica,obli
gndola
a
tomar
conciencia de las diferencias
generales entre clases de sociedad y ainte
resarse por
ellas.
C u a n d o
m e n o s , tendremos
q ue ocuparnos de las diferencias
existentes
entre las sociedades queengendran
esta
no
cin y las que no lo
hacen.
H a y por lo
m e n o s
dos
maneras
de
abor
dar
el p r o b l e m a de la
definicin
de
"ciencia":
la
filosfica
y la
sociolgica. P o d e m o s
caracte
rizar a la primera del siguiente m o d o : el
investigador queoptaporeste enfoqueacta
con arreglo a un
tipo
u otro de m o d e l o de
investigacin o de adquisicin del saber,
m o d e l o
c u y o s
e l ementossernt omadosde las
actividades individuales, c o m o el tener ideas,
experiencias,
mo nta r
experimentos ,
relacio
nar
las
lecciones
de la experiencia o los
resultados de los
experimentos
congeneraliza
ciones
basadas
en las ideas
iniciales,
y as
sucesivamente. U n a
teora ex tremadamente
individualista
de la
ciencia sera
aquella que
ofreciese u n a teora
y
un a demarcacin
de la
ciencia
sin traspasar
nunc a
los confines de un
m o d e l oconstruido de
estama ne ra . Semejante
teora estara
dispuesta acaso a
conceder,
o
incluso a
hacer
resaltar,
el
hecho
de
que ,
en
realidad, los
cientficos
son
m u y
nume ros osy
habitualmente cooperan
y se comunicanentre
s,
pero esto slo sera
un
e lemento
contin
gente
e
inesencial. C o n f o r m e
a tal
teora,
un
Robinson Crusoe podrapracticar laciencia.
C o n
los recursos, la
longevidad,
el ingeni y la
aptitud pertinentes, ningn logro de la cien
cia, tal c o m o nosotros lo c o n o c e m o s , estara
" en principio" m s allde sus facultades. Los
q ue
sustentan
teoras
de
esta clase
no tienen
inconveniente
en admitir que, en efecto, la
crtica,la
verificacin,
la corroboracin,son,
en trminosgenerales, actividades sociales,y
q ue
d e p e n d e n ,
para
sueficacia,de
una
infraes
tructura matemt ica ,
tecnolgica einstitucio
nal que se halla, con
m u c h o ,
msall del
poder
y de los m ed io sde cualquier individuo;
pero
se sienten, supo ngo yo, obligados a
sostener
q u e
la circunstancia de
q ue un me di o
social ofrezca o no
estas
condiciones previas
es,
pordecirlo
as,
unacondicin
externa de la
ciencia, pero
no, de
ningn m o d o , una
parte
esencial
de
ella.
1
H a y
varios m o d o s y gradosde introducir
-
7/25/2019 UNESCO. Ciencias sociales.pdf
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E l rango
cientfico
de lascienciassociales
605
L E P R O V O C A T E U R D E PLUIE
L a cienciade Prometeo: el provocadordelluvias, D . R .
-
7/25/2019 UNESCO. Ciencias sociales.pdf
11/178
606
Ernest
Gellner
un
e l e m e n t osociolgico enesta visin indivi
dualista.
S iempre
se
p u e d e
alegar que la
sociedadconstituyeu n a condicin previa esen
cial, pero slo la sociedad c o m o tal, y no
necesariamente
esta
o aquella
clase
d e
socie
d ad . E .
D u r k h e im
sera u n e j e m pl o d eesta
posicin. Sostena q u e el pensamiento era
imposible sin una com puls in conceptual , la
q u e a su vez dependa de la existencia de la
sociedad y , sobre todo, de l ritualcolectivo.
E s t o , de ser
cierto,
convierte a la sociedad en
u n a condicin previaesencial de laciencia y ,
en realidad, de todo pensamiento; u nindivi
d u o
autnticamentepresocial, p o rcapaz q u e
fuera, por
m u c h o
t i empo
q u e
viviera
y por
bien equipado q u e estuviese, jams podra
elevarse a la formulacin de una idea gene
ral.
2
U n segundo grado en la sociologizacin
d e
la teora de la ciencia supone
insistir
n o
m e r a m e n t e en la existenciad e u na sociedad,
sino
d e
u na determinadaclase
d e sociedad. L a
teora de la ciencia d e P o p p e r parece ser de
esta ndole: la sociedad no es suficiente, la
generacin
de la
ciencia
requiere el
"espritu
crtico".
Las sociedades cerradas no
pue de n
engendrarciencia, p er o un a sociedad abierta
s p u e d e hacerlo. So cied ad abierta es aquella
en la q ue los h o m b r e s
s o m e t e n
sus opiniones a
la crtica m u t u a , y q u e , o b ien pose e
a p o y o
institucional para dicha prctica o, al m e n o s ,
carece de m ed io s
institucionales
para
inhi
birla. L as ideas de P o p p e r sobreeste asunto
presentan algunos aspectos que acaso no se
hallen
enteramente
en
armona .
C u a n d o se destaca la continuidad del
proceso
d e ensayo y error
c o m o
base de todo
avancecognoscitivoen lahistoriad e cualquier
ser vivo, dirase que e l h o m b r e
c ompart e
el
quid
secretode l m t o d o
cientfico
co n toda la
vida orgnica y que jams precis apren
derlo. (Slo h e m o s aprendido encierto m o d o
a
acelerar
un
p o c o el pro ceso y a tener piedad
d e
los portadores de ideas q ue n o
prosperan. )
N o
pa recen requerirse
instituciones
especiales
d e n ingunaclase. Sin e m b a r g o , en el contexto
d e
su refutacin d e los relativistasq ue invo
can la incapacidad
h u m a n a
para superar el
prejuicioy el
inters,
P o p p e rparece dispuesto
a conceder que m u c h o s (quiz la m a y o r
parte?) de los h o m b r e s se muestran reaciosa
corregir sus opiniones propias a la luz de
consideraciones en contrario y tal vezincluso
necesiten
el
prejuicio
para
hacer descubrimien
tos; pero
insiste
en q ue la
ciencia
es precisa
m e n t e el tipo d e institucin q u e n o est a
merced de las virtudes o
vicios
d e las person as
que
la sirven.
L a verificacin pblica, por parte de una
co munida d
d ecientficosdiversificadae incon-'
trolable,garantiza la eliminacin ltima de las
ideas errneas, por dogm ticos e irracionales
que
sean sus partidarios. S e g n este anlisis,
la
ciencia
y su adelanto
de pe nde n
claramente
del
a p o y o
institucional aportado por esta
verificacin plural y pblica. Por otra parte,
n u e v a m e n t e en el contexto de la discusin
sobre el origen delespritu
cientfico,
Popper
se
inclina
a invocar las
figuras
d e los heroicos
fundadores-liberadores prometeicos jnicos,
q ue de a lgunam a n e r a vencieron suproclivi
da d
h u m a n a
al d o g m a t i s m o e
incitaron
a sus
discpulos a ejercitar la crtica, inventando
co n
ello
la
ciencia.
E l
filsofo
jnico
precur
sor de P o p p e r d e s e m p e a e n este sistema
un papelsimilar al delfilsofoen La Rep
blica: l, y
slo
l, con su aparicin un tanto
misteriosa, p u e d e r om per el crculo vicioso
del que, de no ser as, el h o m b r e no podra
escapar.
L a
filosofageneral de P o pper llama la
atencin sobre el hecho de que la ciencia
tuviera que ser inventada en la
historia
h u m a n a ,
d o n d e
la
v e m o s
c o m o
el
gran
acto
liberador que nos redime de la sociedad
cerrada, a u n q u e originariamente no hubiera
necesitado invencin, en lahistoriageneral d e
las
especies,
pues la
a m e b a
la posea
c o m o
privilegioinnato.
E n
la naturaleza, los organis
m o s
el iminaban las
hiptesis
errneas
elimi
nndose entre s. Losh o m b r e s
salvajes,
pre-
cientficos,
tam bin
se eliminaban alegre
m e n t e
unos a otros, pero no eliminaban las
hiptesis;
p or a lguna
razn, dejaban
sobrevi
vir las ideas, o m e j o r dicho, las preservaban
sin discriminacin, en vez de eliminarlas.
Implacables entre
ellos,
manifestaban un a
tiernasolicitud por las ideas. Loscientficos
-
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E l rango
cientfico
de las ciencias
sociales
607
m o d e r n o s eliminan las hiptesis,
pero
no se
eliminan
entres, porlo m e n o s cuando obser
van su
comportamiento pt imo.
La curiosa
consecuenciade estafilosofade la historia es
q ue
existeuna
especie
de
edad
de
las tinieblas
o
cada,
q ue tuvo
lugar
entrelaaparicin
de
la
humanidad sobre
la tierra y los alboresde la
ciencia y de la
sociedad
abierta. El privilegio
innato de la
a m e b a
se
perdi
durante
el
periodo
primitivodela historia h u m a n a , tribal
y
supercolectivista, y se recobr,
heroica
y
milagrosamente, en Jonia. E s interesante la
coincidencia
deq ue esta teora de la edadde
las tinieblas sea
compartida, au n q u e
de
forma
distinta, por el cristianismo,
por
el
marxismo
y
por P o pper .
El
s egundo
filsofo
de la ciencia ms
influyente
en
nuestros
das,T h o m a s
K u h n ,
al
parecer tam bin sociologiza la
materia
en
segundo grado. E n su
opinin,
la
sociedad
resulta esencial para la existencia y el pro
greso
de la ciencia,
pero
no
precisamente
cualquier sociedad,sino aqulla dotada
de
un
paradigma.
A p a r e n t e m e n t e ,
haysociedades
q ue
no
poseen
esta
cualidad:
por
e j emplo ,
la
co munida d
de los especialistas en ciencias
sociales.
3
H asta
d o n d e p o d e m o s
discernir, la dife
rencia decisiva entre
sociedades capaces
y
sociedades
incapaces dehacer ciencia,
segn
este m o d o de ver,ser,lisay
l lanamente,
la
ausencia
o
presencia
de
u n paradigma. K u h n
n o parece
tener opinin con respecto a la
diferencia entre
paradigmas
cientficosy no
cientficos,
y a mi
entender ,
es sta una
debilidaddecisiva
en
suposicin.
L o sparadig
m a s parecen no slo ser
inconmensurables,
sinotam binconstituir
una
clasecuriosamente
indiferenciada.
Elprofeta
de su
inconmensura
bilidad
parece
tener escaso sentido de su
profunda diferencia de
naturaleza,
de que
algunos deellos son
m s
inconmensurables
q ue
otros. Peroen tanto
q u e
la
importancia
de los paradigmas , y el hecho de quesean
socialmente transmitidos,
perpetuados
e im
puestos,
le
lleva
abierta y confesadamente a
dirigirse a la sociologa, se ve expuesto al
sarcasmo de
P o pper:
q u sociologa va a
utilizar elfilsofode la ciencia? En qu
paradigma sociolgico
podr
confiar cuando
se
valga
de la sociologa para abordar el
proble ma general de la
naturaleza
de la cien
cia, con objeto de esclarecer la posicin de
todas
las ciencias, incluida la sociologa
mis
m a ?
Al referir
toda
actividad
cientfica
a los
paradigmas , y
supeditar
la
filosofa
de la
ciencia a la sociologa (quepresumib lemente
n o
est m s exenta de la
dependencia
de los
paradigmas
q u ecualquier
otraciencia o inves
tigacin), dirase que en su actitud hay un
e lementode crculo vicioso.
4
L o que nos interesa aqu es que tanto
P o p p e r c o m o K u h n sociologizan lafilosofade
la ciencia en
segundo grado ,
es decir,
hacen
dependerla ciencia
n o
slodelam e r aexisten
cia de la sociedad, sino de la
presencia
de un
tipo particular desociedad.
L a
f o rma
en
q u e
lo hacen ,sine m b a r g o , es
m u y distinta y, en realidad,
d iam etralmente
opuesta. ParaP o p p e r ,la nica
sociedad
capaz
de
hacer
ciencia ser aquella c u y o control
i
social es tan laxo
q u e
permitela
crtica
incluso
desussabiosm s respetados(om e j o r
todava,
quizs,
aqulla
dotada
de
garantas
institucio
nalesq u e
posibilitan o inclusoestim ulan
s e m e
jante crtica); para
K u h n ,
la ciencia slo es
posible si
existe
un control social conceptual
suficientementeestrictopara i mpone r un para
d igm a
a sus
m i e m b r o s
en casi
todos
(aunque
n o
absolutamente todos) los m o m e n t o s , no
obstante
el h e c h o de que los
paradigmas
no
son
lgicamente
o, por decirlo as, objetiva
m e n t e
coactivos. E s la
presin
social la que
los
i m p o n e ,
haciendo
posible de este
m o d o
la
ciencia. Am e n o s
q u e
lascuestionesprofundas
se
prejuzguen
arbitrariamente, la ciencia no
p u e d e
progresar: aparece.
Pero al igual que
T h o m a s
H o b b e s
insista
en que
cualquier
soberano es preferible a la anarqua, as
tambin T h o m a s K u h n
destaca q u e cualquier
paradigma es preferible a la terrible libertad
d e
los especialistas enciencias sociales c o n t e m
porneos , quesiempre debaten y p o n e n en
tela
de
juicio
principios
fundamentales
y, por
esa m i s m a razn,
merced
a su gran "aper
tura",
inhiben el nacimiento de ciencia
genuinaen supropio seno.
N o es precisooptar aquentreel filoanar-
-
7/25/2019 UNESCO. Ciencias sociales.pdf
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608
ErnestGellner
q u i s m o
de
P o p p e r
y el autoritarismo de K u h n ,
q ue
recomienda lealtad,
a los
paradigmas
en
casi todoslos
m o m e n t o s , au n q u e
evidente
m e n t e
reservndose
el
derecho de rebelin
ocasional (durante
unas
igualmente
m al
defini
das, y
creo que
enprincipio indefinibles
condiciones de"revolucin cientfica"). L o
q ue ses pertinente
para
nuestro propsito es
sealar un error c o m n a a m b o s .
Paradefinir
la
ciencia,
es preciso sociologizarlafilosofa
de la
ciencia
entercer
grado,
y no
m e r a m e n t e
en
s egundo
grado. N o basta con reconocer la
funcin
de la
sociedad
y distinguir
entre
sociedades capaces y sociedades incapaces de
hacer
ciencia;
es
necesario
tambin
efectuar
esta distincin
con arreglo a
caractersticas
de la sociedad que nocorrespondan solamente
a sus actividades cognoscitivas, yconsiderar
esas sociedades
cua ndo
participan en otras
actividades.
T e n d r e m o s
que
examinarlas
repercusiones de las
primeras
sobre las segun
das. Esto, en mi terminologa, es
sociologizar
la materia entercergrado ,y es algo quede be
hacerse. D e
qu
ma ne ra ?
Caractersticas
e
lassociedades
capaces
e hacerciencia
P a ra
c o m p r e n d e r por qula nocin delo
cientficoes taninfluyente, por qu
esta
seal
de aprobacinestan significativa,
h ab r em os
de
e xami nar
qu es lo que la
"ciencia"
hace
a
la sociedad,
y
olvidar por un m o m e n t o
la
usual y fascinante cuestin de c m o logra
hacerlo. Las
teoras filosficas
de
laciencia,
c o m o las incorporadas en las diversas
tentati
vasfilosficas
de
dema rca r
el
hechocientfico,
se esfuerzan bsicamente por respondera la
pregunta relativa a c m o acta la ciencia,de
q u m a n e r a se logra el
gran
milagro del
progreso
y elconsenso cientfico. Pero
para
determinar
qu es lo que
confiere
a la
ciencia
tal p o d e r taumatrgico , tal hechizo, no de be
m o s
mirar tanto c m o o pera ,
sino
qu es ese
efecto m g ico . P o r
qulaciencia entraa
tanta
diferencia
para
la
sociedad, que asigna
u n
prestigioespecial
a toda actividad suscepti
ble de serincluidadentro de sucrculom gico
y sustrada
de
todo aquello no calificable
c o m o "cientfico"?
Este contraste, c o m o acabo de formu
larlo,
simplifica
un
p o c o
una realidad ms
compleja:
los
filsofos
de la
ciencia,
natural
m e n t e , tam bin
se interesan por las
caracters
ticas de la produccin dela
ciencia,
porla
clase
de
teora
que
sta
produce .
D e todos
m o d o s , tienden a considerar dichaproduccin
c o m o un dato. Su p r o b l e m a es determinar
c m o seconsigue. Esel
socilogo
quiense
interesa
primordia lmentepor los
efectos
y las
consecuencias de las diversas
clases
de conoci
miento
que
proporciona
la
ciencia.
Para
s im
plificar
la exposicin,
fingir
que
esta
divisin
del trabajo esms neta de lo quees en
realidad.
As planteadalacuestin, lamejo r m a
nera
de responder a
ella
es ofrecer un breve
bosquejo
de la historia de la
humanidad,
esquemtico pero
pertinente, que divida dicha
historia en
tres grandes fases.
Ls
filosofas
trinitariasde la
historia
son bastante corrien
tes. Est, por
e j emplo ,
la
teora
de
Auguste
C o m t e con sus
tres
etapas
histricas:
la
reli
giosa, la metafsica y la
positiva,
o la doctrina
de la do m inac in sucesiva dela m agia ,la
religiny
la
ciencia,
postulada por Sir
James
Frazer,o la versin, m e n o s intelectualista,de
Karl
Polanyi, que
establece
la sucesin de
tres
formas de sociedad: comunitaria,redistribu
tivay
de
m e r c a d o .
El
n u e v o
patrn de
la
historia universal que
est
ya
cristalizando
en
nuestros dasyque constituye, creo yo,la
concepcin
dela
historia
de nuestra era no
oficial,
no formuladay aveces inconfesada,
pero
tcitamente reconocida, es un tanto
diferente.
C o m p a r t e
con los
e squema s
de
C o m t e
y
Frazer algo de su
intelectualismoy
de su
alta
valoracin de la
ciencia, aunque
se
muestra m s preocupada q u e Frazer,
por lo
m e n o s
por los
efectos
de la
ciencia
sobreel
o rdenam iento
de la sociedad.
Las etapas cruciales delahistoria dela
huma ni da d
son las
siguientes:
primera, la de
la cazay
recoleccin
de frutos
silvestres;
a
continuacin,la
de la produccin
de . alimen
tos (agriculturay pastoreo), por ltimo,la
-
7/25/2019 UNESCO. Ciencias sociales.pdf
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E l
rango
cientficode lasciencias
sociales
609
L a
desesperacin cognoscitiva. Roger-vioiiet.
-
7/25/2019 UNESCO. Ciencias sociales.pdf
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610
Ernest
Cellner
basada
en la
produccin
directamente vincu
lada
al
auge
del saber
cientfico.
L a s teoras q u e presentanlasfaseshistri
cas en trminos de organizacin social no
sirven: es la base productiva cognoscitiva la
q u e
parece
depararnos
la
granlnea divisoria;
y
a un lado y a otro de
esta gran lnea
hal lamos una diversidad de
formas
sociales.
E n el presente contexto, el m u n d o de los
cazadores y
recolectores
no nos
interesa
m a y o r m e n t e . Pero
la
diferencia
entre el
m u n d o
agrario y el
cientfico-industrial
nos
importa considerablemente .
L a
nocin de
u n a
sociedad agraria plena
m e n t e
desarrollada incluye no solamente el
hechode contar con la
produccin
de
a l imen
tos, sino
tam bin
otras dos caractersticas
importantes: la-alfabetizacin
y lacentraliza
cin
poltica. L a s
sociedades agrarias desarro
lladas
se distinguen por una
divisin
del tra
bajo bastante compleja pero relativamente
estable. P eroes un error
tratar
ladivisindel
trabajo
c o m o
un
producto h o m o g n e o :
sus
consecuencias para
la sociedad varan
s egn ,
precisamente ,
qu es lo que se convierte en
u n a especialidad. L a alfabetizaciny la centra
lizacin
poltica,
la aparicin de unaclase
ilustrada
y de un
r g im en
de gobierno tienen
consecuencias m u ydistintivas, q u e
no
pueden
asimilarse sin
m s
a las
especializaciones
eco
n m i c a s
m e n o r e s que intervienen en el pro
ceso de
produccin t o m a d o
aisladamente.
L o s
regmenes
de las sociedades agrarias
ilustradasno son todos
iguales.
E n realidad,
difieren m u c h s i m o entre s. Es de sobra
conocidala diversidad de los
regmenespolti
cos agrarios. Las clases de funcionarios y
burcratasde los
reg menes
agrarios tambin
varan
e n o r m e m e n t een su
organizacin,
reclu
tamientoy
m o d o s
de ser. E n un
sitio
pueden
formar
parte de
u n a
organizacin nica,
cen
tralizada
y celosamente
monopolista;
en otro,
p u e d e n constituirungrem io
holgado
yliberal
abierto a todos los
h o m b r e s
instruidos y
devotos . E n un lugar diferente, p u e d e n for
m a r
una casta
estricta, m a s
no centralizada,
o constituir
una burocracia seleccionada
m e
diante oposiciones, c o n u n m o n o p o l i o
adm inis
trativopero
noreligioso.
A h o r a
bien, no obstante estavariedad,
pueden
observarse algunos rasgos
c o m u n e s
o
genricos importantes. E n
tales
sociedades, el
saberregistrado y
archivado
se
utiliza
para los
d o c u m e n t o s
administrativos, especialmente
los que
ataen
a la imposicin
fiscal;para
la
comunicacin
entre toda una jerarqua
pol
tica
yreligiosa;c o m o parte delritualyparala
codificacin de la doctrina religiosa, la cual
proyecta
una especie de
s o m b r a
en formad
magia de la
palabra,pleitesa
rendida por la
magia
manipuladora
a la
religin fundada
en
las Escrituras. La conservacin de la
verdad
escrita,y posiblemente sucum plimientoen la
prctica, son
preocupaciones
centrales, antes
q u e
su expansin en f o rma de adquisicin de
m s verdad. (Todava
no es un
idealplausible
la ampliacin del saber.) Pese a su compleji
d a d interna, a veces m u y considerable, tanto
el sistema de jerarquizacin
social c o m o
los
sistemas cognoscitivos dentro de sociedades
c o m o stas
tienden a ser bastante
estables,
y lo
m i s m o
sueleocurrir con su sistema pro
ductivo.
El peso
normativo
yconservador
con
fiado
a
la palabra
escrita,
a cargo de las
clases
ilustradas,
tiende a producir un
dualismo
o
pluralismo cultural
en semejante sociedad,
u n a diferenciacin entre la tradicin
grande
(culta)y la tradicin o tradiciones
pequeas .
A l g u n o s
e l ementosde la
gran
tradicinescrita
pueden
contener ideas generales de
u n a pene
tracin y potencialidad considerables,
observa
ciones
agudas
y exactas de la realidad o
sistemas deductivos de
gran
rigor; no obs
tante,
genricamente
hab lando , p u e d e
decirse
q u e
un
cuerpo
deesta
clase
no posee
ninguna
comprensinslida,n ingn
conocimiento
pro
fundo y acumulativo de la naturaleza. Su
principal funcin ysignificacin
estriba
en la
legitimacin social,la
edificacin
de las perso
n a s ,
la conservacin de
do cumento s
y su
comunicacin ,
antes que en una
verdadera
exploracin cognoscitiva de la naturaleza.
C o n respecto a la
manipulacin
y al conoci
miento
de las cosas, el contenido cognoscitivo
del
cuerpo
en cuestin
suele
ser
inferior
a los
saberes
prcticos del artesano, el trabajador
ma nua l o el profesional en ejercicio. La
ansiedad de saber expresada con tanto vigor
-
7/25/2019 UNESCO. Ciencias sociales.pdf
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E l
rango
cientficode lasciencias sociales
611
e n
el discursoinicialdelFaustodeG o e t h ees,
evidentemente , una manifestacin suscitada
p o r
esta
situacin.
C o n m e n o s angustia y acasom s indigna
cin, y con autntico cela misioneroen
n o m
b r e
de
u n a
presunta
alternativa, hallamosun
sentimiento anlogo,
por e j emplo , en lo que
podramos
llamar
po pu l i sm o
p a n h u m a n o o
carte
blanche
de
M ichel
O a k e s h o t t .
s
L a
obra
d e O ak eshot t estuvo m u y en
boga
en la
Inglaterra de posguerra, y probablemente
contine
siendo el principalfilsofopoltico
conservador del R e ino U n i d o . Suobraviene
m u y a propsito para el fin que nos ocupa
po rque , c o m o
base,
ostenta u n a premisaque
es
mitad
epistemolgica,
mitad
sociolgica,
y
q u e
p u e d e resumirseas: el saber autntico es
"prctico", lo cual quiere decir que se con
servay transmite
merced
a la prctica de un
arte, yslop u e d e perpetuarsea travs de
u n a
tradicin viva; su contenido no puede ser
nunca
captado a decua da mente en d o cu m en
tos escritos y, desde luego, no puede ser
transmitido de un h o m b r e a otro solamente
p o r la escritura. A la ilusinde que
esto
es
posible, que confiere una autoridad
indepen
diente a los asertos abstractos y escritos, l
la l lama "racionalismo", en un sentido
m u y
peyorativo, y
sostiene abiertamente
que
ste
es el azote y la ruina de la vida m o d er n a .La
doctrina de O ak eshot t
oscila
un tanto entre,
p o r u n a
parte,
u n panpopul i s mo
global
q u e
da
p o r buenas todas las tradiciones y condena
todos
sus escolasticismos, los cuales surgeny
prosperan cua ndo aqullas adoptan laescri
tura
y la
imprenta tomndolas
demasiado
en
serio,
y, por otra parte, el a p o y o resuelto a
u n a
tradicin concreta y bienaventurada
q u e ,
gracias
presumiblemente
a una constitucin
n o
escrita,
a u n
derecho
consuetudinarioy a la
pragmticasabidura de los
polticos
conserva
dores, ha resistido al "racionalismo" algo
me jor
que otras, au n q u e , hacia
1 9 4 5 ,
no lo
hizo
todo
lo bien que debiera y despert las
irasdel doctrinario. Si essteel logro de u n a
tradicin peculiar,
podr
ser
tambin
una
receta vlida paratodas las d e m s ,sin contra
decir
implcitamente
su
propio
principio esen
cial,asaber,la ausencia de cualquierclasede
principios abstractos y universales vlidos?
L a posicin de O ak eshot t es pertinente
paranuestro a rg umento po rque , ofrezca o no
u n
b u e n
diagnstico de la difcil situacin
polticadel
h o m b r e
m o d e r n o , nosbrinda, sin
proponrselo ,
una exposicin
esquemtica
m u y
exacta de la funcin del saber abstracto
e n
el
rgimen
polticode las sociedadesagra
rias
ilustradas. Es una descripcin bastante
aceptable
de la relacin existente entre el
saber codificado y las competencias prcticas
d e
estas sociedades,
pero
slo deellas.Las
escrituras, los cdigos legislativos, las e p o
pey as , los m a n u a l e s , etc., confiados a la
custodia de sus escribas, ce losamentepreser
vados
y
m u y
estables
a lo largo del
t i e m p o ,
no
s o n superiores a la sabidura prctica inarticu
lada
del m i e m b r o vitalicio del clan o del
gre mi o .
Aquellos formalizan, falsean,
paro
dian, se hacen eco de
esta
sabidura; y
aun
q u e , contra lo prescrito por la diatriba anti
"racionalista", el respeto reverencial por la
versin codificada del saber p u e d e en oca
siones ser beneficioso y a q u e , pore j emplo ,
esterespeto por la n o r m a codificada la hace
m e n o s
dctil
a la
manipulacin
oportunista,
esciertoque la autoridad absoluta
reclamada
para lo escrito
bajo
custodia del escriba no
est justificada. L a teoraescritaes parasitaria
d e
la praxis vivida. Sea,pues , as; o, por lo
m e n o s ,
as fue, en otro
t i em po ,
en las socie
dadesagrarias ilustradas. N o en nuestros das.
E s visiblemente
falso
respecto a laciencia
m o d e r n a y la sociedad enella
basada. C o m o
f e n m e n o social,
la ciencianatural
mode rna
posee
u n a
serie
de rasgos
caractersticos:
S in
ser enteramente consensual, lo es en un
grado a so mbro so .
E s
intercultural. A u n q u e prospera ms en
ciertospases que en otros,
parece capaz
d e subsistir en una
amplia
variedad de
climas
culturales y
polticos
y de ser, en
gran
m e d i d a ,
independiente
deellos.
E s
acumulativa. Su
ritmo
de crecimiento es
p a s m o s o .
ste es
tambin
u n
rasgo nico
entre los sistemas cognoscitivos en gene
ral.
A u n q u e ev identemente p u e d e ensearse a
h o m b r e s
procedentes de cualquier sus-
-
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612 ErnestCellner
trato
cultural, requiere unaardua y pro
longada capacitacin para adquirir
m o
do s
y tcnicas d e pe n s a m ie n t o q u e n o
ofrecen continuidad alguna con los de la
vida
cotidiana
y que con frecuencia van
totalmente en contra de laintuicin.
L a
tecnologa en constante crecimiento que
esta ciencia
engendra
es inmensurable
m e n t e superior a las
tcnicas
y los sabe
res prcticos de los artesanos de la
socie
dad agraria, y cualitativamente distinta
de
ellos.
So n
estos rasgos, u otros estrechamenterela
cionados con
ellos,
los q u e ha nengendrado la
persistente
y obsesionante pregunta acerca de
q u es la ciencia.N o se trata y a , e nrigor, d e
q u
es la
verdad,
la sabidura o el conoci
m i e n t o verdadero . L o sh o m b r e s obsesionados
por
la pregunta
respecto
a la naturaleza de la
ciencia
n o niegan necesariam ente q ue el saber
y la verdad existen tam bin fuera de la
ciencia; no todos dicen,
c o m o
lo enunciaba
irnicamente el autor de unlibroen contra de
la ciencia e n cierta ocasin:
Extra
scientiam
nulla
saliis.
6
M a s
por lo general
estn
imbui
do s po r el sentido del carcter
distintivo
d e
esta
especie
de saber y desean localizar su
fuente. N o es qu e quieran matar la
gallina
d e
los huevos de oro , lo nico que anhelan es
descubrirla, con objeto d e utilizarla al m x i
m o y tal vez guiarla hacia nuevos c a mp os .
( A l g u n o s s desean equiparar saber con saber
cientfico,
n o
p o r q u e
desprecien los
m o d o s
cognoscitivos
precientficosy abjuren de
ellos,
sino
p o r q u e
los consideran bsicamente anlo
gos a laciencia,sloq u em sprimitivosy m s
endebles , y ent ienden que me re c e n la
m i s m a
etiqueta.
Per sonalm ente considero errnea
estasuerte d e
"tesis
de la continuidad".)
Esta definicin, digmoslo as , externa,
sociolgica, de la ciencia, elaborada desde el
p u n t o
d e
vista
de sus efectos sobre la topo
grafa y los procesos productivos cognoscitivos
de
la sociedad (dejando aparte la
cuestin
d e
su m ec n ica interna, el secreto de su xito),
p u e d e , naturalmente, ser im pu gn ad a . P uede
negarse que la ciencia
constituya
la victoria
del saber trans-social,explcito, formalizado y
abstracto sobre las intuiciones, o c ompe t e n
cias, o sensibilidades, comunicadas porotras
vas
que e l discurso en privado.
P u e d e
afir
marse
que lagallina de los huev os de oro no
es, al fin de cuentas, radicalmentedistintad e
las
viejas
tcnicas
y saberes
prcticos.
Puede
alegarse que la percepcin y comprensin d e
un p r o b l e m acientfico,la capacidad depropo
ner y verificar u n asolucin requieren cierto
instinto
especial, sagacidad o
"sapiencia
per
sonal" que est m sall del alcance de las
palabras o la escrituray q u e n o pue de
forma
lizarse. E l Fingerspitzengefhl(tino, habili
dad) goza de perfecta
vigencia,
y , lo que es
m s
importante , sigue siendo indispensable.
Michael
Polanyi no fue
sino
un adepto
m s ,
aunque posiblemente el m s clebre, d e
esta
ma ne ra de entender las cosas.
7
Es difcil
decir
c m o
podra evaluarse
esta interpretacin. A veces se
funda
en
argumentos c o m o el de laregresin
infinita
d e
la formalizacin, que
nunca
logra estar a la
par
de s
m i s m a ;
8
se afirme lo que se afirme,
serslou n caso d e " saber
q u" ,
y presupon
dr
u n
n u e v o
yprctico "saber
c m o " apli
carlo,
y si eso a su vez se
articula
y se hace
explcito, entrar en juego el argumentoini
cial, y as indefinidamente. O bien suele
sustentarse m edian te la plausible y difundida
opinin de que
aunque
existau n algica de la
verificacin,
n o h a y ningunalgica del descu
brimiento: slo la inspiracin, fluctuante e
incontrolable,
q u eacude o n oacude seg n su
antojo , pero que parece
me jor
dispuesta a
manifestarse en presencia de
tradiciones
d e
investigacin
bien asentadas,
aunque
elusivas
eindefinibles.
Pero
a u ncuando se admita todoesto, lo
que
importa desde e l
punto
d e
vista
social es
que
la proporcin, el equilibrio q u e
existe
entre el saber prctico o el instinto
inefable,
por un a parte, y el conocim iento formal
explcito, por la otra, se transforme, hasta ser
irreconocible, en una sociedad industrialq u e
se
sirve
de la
ciencia.
A u n
cuando
u n
ele
m e n t o d e
intuicin
o tradicin, situadom s
all de las palabras, sea decisivo para el gran
descubrimiento excepcional y
sobresaliente,
o
necesario
en pequeas dosis regulares
para
mantener
u n a
tradicin
d einvestigacin vigo-
-
7/25/2019 UNESCO. Ciencias sociales.pdf
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El rango cientficode las ciencias sociales
613
rosa,
la
e n o r m e m a s a de
investigacin
co
rrientey de
actividad
tecnolgica funciona de
m o d o m u ydiferente:se parece m sbien a los
viejosescolasticismos
explcitos
delas socie
dades agrarias ilustradas, salvo enunsolo
aspecto
crucial:
toda
esta
actividad
funciona.
E l escolasticismo,pese
a
toda su
ineficacia,
parece habersidouna magnfica preparacin
para un vigor autnticamente productivo. Las
sociedades talmdicas se dan con
alacridada
laciencia.
L as consecuencias generales para lasocie
da d quese
sirve
de
la
ciencia son tambin
bastanteobvias. T o d asociedad dotada de una
tecnologapujante y en constante crecimiento
vive delainnovacin, y suestructuralaboral
profesional sehalla en evolucin perpetua.
Esto
determina una movilidad profesional
bastante notable, y,con
ello,
un grado de
igualitarismo que, a u n q u e insuficiente para
satisfacer del todo
a
los igualitarios,ese m
pero
bastante
m a y o r
que
el
de
lamayora
de
las sociedadesagrarias.Esigualitarioporque
es mvil ,nomvilporquesea
igualitario.
La
movilidad,lafrecuente transmisin abstracta
de
ideas
y la
necesidad
dealfabetizacin
universal,
es
decir,
una
comunicacin
razona
blementedesvinculada de los contextos,
t a m
bin c o n d u c e n
a
una funcin enteramente
n u e v a de
la
culturaen
la
sociedad:
la
cultura
apareceligadaa la escuela m s que al hogar y
tiene
que ser razonablementeh o m o g n e aen
todoelmbitocubiertopor un sistema e d u
cativo.
Alfin,
as
grandes tradiciones
real
m e n t e
d o m i n a n
y en gran m e d i d a reemplazan
a las
pequeas
tradiciones.
As,
el
Estado,
q u e
otrora
sepresentara c o m oel defensor de
la fe, hoy deviene en
efectoelprotector
de
u n a cultura. E n
otras
palabras,
el
Estado
nacional m o d e r n o (basado en elprincipio:un
Estado,unacultura)seconvierteen la n o r m a ,
y
surgen nacionalismos
irredentistas all
d o n d e
esta n o r m a
no se
satisface.
Elpotencial
de crecimiento sin precedentes c o n d u c ea una
poltica de ,la abundancia:elintentode apla
car con la prosperidad
material
el descontento
y de atenuar los
conflictos
socialescon rega
lasyventajas
econmicas entodo
y
para
todo,
seconvierte, c o m o essabido, en una
trampa
terrible,
c u a n d o ,
trashaberse
transfor
m a d o esas
ventajas
en unaexpectativaincul
cada,
c o m o de algo debido por derecho,
el
cuerno de
la
abundancia temporalmente
se
seca osimplementereduce su caudal, c o m oes
natural
de
c u a n d o
en
c u a n d o .
stos parecen ser los rasgos genricos de
la sociedad que se
sirve
delaciencia. D i c h o s
rasgos
la
diferencian profundamente de
la
m a y o r
parte
o
de todas las sociedades agra
rias,que son malthusianas en vez deorienta
das
al
crecimiento,
y
se
caracterizan
por
la
estabilidadcognoscitiva y productiva m sque
p or su expansin (las innovaciones,
c u a n d o
se
producen, s u p o n e n
c a m b i o sde grado m sque
de
clase,
y
en
cualquier
caso
llegan
c o m o
aparicionesfurtivas, aisladas).Lasteorasde
las
fases
o pocas
histricas
de la organizacin
social
(capitalismo/socialismoesla m s p o p u
lar) parecen haber fallado, porcuanto
la
sociedad que hace uso de laciencia(esdecir,
la
industrial) resulta
ser compatible con
diver
sas
formas
deorganizacin, dentro de
los
lmites
de sus rasgos genricos compartidos;
pero esos rasgos,
a
su vez,
la
distinguende
todas sus predecesoras. La
cuestin
sobre
la
naturaleza
de lacienciaes, enrealidad,la del
m o d o
peculiarde cognicin, que
a
su vez
define
una etapa completa de
lahistoria
del
gnero
h u m a n o .
Algunas
teoras
filosficas
delaciencia
L as teorasfilosficas
de
laciencia,tal c o m o
aqu se las entiende, no definen lacienciaa la
m a n e r a sociolgicapresentada en las pginas
anteriores,en trminos de suefectosobrela
sociedad, a
la
que tienden a
ignorar, sino
que
tratan
de
descubrirelsecreto
que
lafaculta
para hacerlo.
E s imposible enumerar aqu todas
las
teoras
que
rivalizan
en
este c a m p o , y
aun
c u a n d o
hiciramos una
lista
de
todas,
no
tendramos
m e d i o
alguno para
elegir
entre
ellas.
N o
existe
consenso en
estembito.
La
ciencia p u e d e ser consensual;
lateora
dela
cienciano lo es.
-
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614
Ernest
Gellner
P e r o
vale la
pe na , para
el fin
q ue
persegui
m o s , researalgunosd elos principales conten
dientes:
1. El
ultraempirismo,
apegado
a los he
chosobservables, a cumul a las observaciones;
n i c a m e n t e va m s all de
ellas
cuando los
datos
ac umulados apuntan
firmemente
en al
g unadireccin; y, m s quenada no irrumpe
en lo trascendente Esta cauta versin del
em pir i sm o ,
asociada con
B a c on
o
H u m e
y
que
sobrevive
h o y"da en el
conductismo m o d e r n o ,
se havisto
m u y
desacreditada l t imamente.
Sus detractores no
siempre saben
apreciar el
valor que ha tenido esteveto de la transgre
sin cognoscitiva. Los sistemas de creencias
delas sociedades agrarias
solanestar
construi
dos
de tal suerte que se perpetuaban a s
m i s m o s mediante una circularidad, y el veto
de la transgresin era la m ej o r forma de
eliminarlos.
2 .
Eldiagnsticokantiano,
que
combina
el veto de la transgresin con
cierta
osada
r e c o m e n d a d a dentro de lmites
apropiados
y en un
m ar co
conceptual
presuntamente
impuesto
por la estructura de la
m e n t e
hu
m a n a .
3 . La autopropulsin
colectiva
m ediante
la
resolucin de las contradicciones internas,
respetando
una
praxis privilegiada (de la que
la praxis de la
clase
privilegiada es un e j em
plo) y la direccin de un desarrollo
social
prescrito. Estaes la m e j o r
aproximacin
que
p u e d o encontrar
para formular
una de las
teoras
del
conocimiento c o m n m e n t e
asocia
das
con el
m ar x i sm o.
4 . M x i m a audacia de las
hiptesis
den
tro de loslmitesde la
verificabilidad:lateora
de
Popper.
5. La obediencia a una concepcin de
fondo (el iminandoas el caos
caracterstico
de
los t e m a s no cientficos y garantizando el
q uehacer comparativo y de
este
m o d o la
acumulacin de conocimientos), excepto en
raras
ocasiones "revolucionarias",
que no pue
d en
ser
genricamente
caracterizadas ni
presu
m i b l e m e n t e
vaticinadas, yq ue
despus
co ndu
cen
a la
progresiva
substitucin de
una
concep
cin de
f o n d o
por otra.
D e n t r o
de loslmites
de
esta
teora, q u edeclaraq ueestassucesivas
concepciones
de
fondo
son
inconm ensurables,
es imposible,
e m p e r o ,
demostrar racional
m e n t e
que la concepcin pos-revolucionaria
es superior a la substituida.
A u n q u e
la idea de
progreso
cientfico
es un supuesto, y enreali
dadfija
os
trminos
del prob le ma , no puede
afirmarse coherentemente , pues estoexigira
compararsucesivos "paradigmas",que se nos
dice son inconmensurables , por referencia a
algn metaparadigma,
que,
ex hypothesi,
no
p o s e e m o s
ni
p o d e m o s
poseer.
Esta
es la
discutidsima
teora
propugnada por T h o m a s
K u h n .
9
6 . La mejora sucesiva de conjuntos de
proposiciones con
miras
a refinar tanto las
predicciones y lamanipulacinexternas c o m o
la coherencia y la elegancia internas por
me di o
de
m t o d o s
que,
segn
se
afirma,
ofrecen perfecta continuidad con los q ue
han
regido la evolucin biolgica. Esto eselprag
matismo, eficientemente representado en
nuestro
t i empo por W .
van
O . Q u i n e ,
1 0
quien
enuncialatesisde lacontinuidad m s coheren
temente
quePoppe r (en
cuya obra choca
con
la discontinuidad entre
pensamiento
abierto y
pensamiento cerrado). Si hubiera de produ
cirseunaruptura
fundamental
en lahistoria
del
conocimiento , segn esta
versin
lgico-
pragmatista, surgira en el punto en que
e mpe z arona
utilizarse
entidades abstractas y,
encierta
m a n e r a , adquieran
realidad,
permi
tiendo as el espectacular desarrollo de las
matemticas.
N o
es ste lugar adecuado
para
debatir
los mritos de las citadas
teoras.
H a y otras,
sin duda. Pero
ha bremo s
de referirnos a los
temas que en
ellas
se
debaten:
observacin
exacta,
verificacin,
matematizacin,
valores
conceptuales c o m u n e s , rechazode la trascen
denciao circularidad.
M i tesis
consiste
en que por
"ciencia"
se
entiende untipo
de cognicin
que ha
transfor
m a d o radicalmente, cualitativamente, larela
cin del
h o m b r e
con las cosas: la naturaleza
ha
dejado
de ser
una
referencia
para
pasar
a
ser objeto de autntico
conocimiento
y
ma ni
pulacin. Lacienciaes un sistema cognosci
tivopeculiar conciertomisterioso
meca n ismo
interno que
asegura
su crecimiento sostenido
-
7/25/2019 UNESCO. Ciencias sociales.pdf
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El rangocientfico de lasciencias
sociales
615
E l
efecto Pirandello consiste en reducir
la
distincin entre
los
actores
y los
espectadores de una
obra.
U n aescena d elaobra d ePirandelloSeispersonajes en busca deautor, interpretada p or lac o m p a aPitoeff
e n 1 9 3 6 ,
en Pars. Rogcr-vioiiet.
y perpetuo, el cual h asido profundamente
beneficioparalossistemas productivos
h u m a
n o s y
corrosivo
para
nuestros sistemas
de
legitimacin social. E n realidad n o s a b e m o s
c m o se
alcanza
este
crecimiento sostenido
y
consensual,pero
s
s a b e m o s
que
se
alcanza,
y
ciencia es.
el n o m b r e
que
designa el m o d o
e n que se logra, seacual sea. Po r eso la
cuestin
concerniente
a si es o noapropiado
incluirlosestudios sociales enelmbito dela
ciencia n o es, en
m o d o alguno,
m e r a m e n t e
terminolgica: se trata dedeterminar si n o
est
sucediendo
lo m i s m o con nuestra
c o m
prensin
ymanipulacindelasociedad.
Pero
esta f o r m a deexponer el p r o b l e m a
encierra
u n a
simplificacin
importante.
D a
a
entenderquelacargavalorativa contenidaen
la d e n o m i n a c i n ciencia , debido a supro
m e s a
implcita deconocimiento ycontrol,es
entera, total e inequvocamente positiva.
-
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616
Ernest
Gellner
P e r o no es as, ni
much s imo
m e n o s .
A u n q u e
existe un a importante
industria
acadmica d e
produccin d e
libros
que explican a los espe
cialistasencienciassociales lo que realmente
es la
ciencia
y
c m o
d e b e n
convertirse
en
autnticoscientficos, existe
tambin
otra, con
un a produccin no m e n o sfloreciente, q u e
pretende que e l estudio de la sociedad y del
h o m b r e n o
p u e d e
ser
cientfico,
o bien, si ha
d e conservarse el trmino "cientfico" con
carga
positiva, que s se trata d ecienciapero
en u nsentido radicalmente
distinto
del que
rige en la ciencia natural. L a idea d e q u e los
m t o d o s de las ciencias naturales y
sociales
so n
bs icamente
idnticos
e s , ho y p o r ho y ,
casi u n a definicin de "positivismo", y el
positivismo es u n trm ino q u e en los ltimos
a o s se hausado
peyorativamente
c o n
d e m a
siada frecuencia. Esto essignificativo:original
m e n t e ,
el
t e m a
central
del positivismo era la
interdiccind e la trascendencia.
L o s
antiposi
tivistas m o d e r n o s tratan de escapar de las
debilidades inherentes al h o m b r e y de los
h e c h o s (principalmente la contingencia y la
corregibilidad), rio ya
para
descubrir una
regin trascendente de verdadespurase i m p e
recederas, c o m o era uso establecido en los
t i empos agrarios,sino
para
acceder a la regin
d e lo social y lo h u m a n o ; y, a tal fin, de be n
insistir
en
q u e
lo h u m a n o oculturalesradical
m e n t edistinto de la naturaleza. U n o tambin
tiene a veces la im presin de q ue"positivista"
es cualquier persona dispuesta a someter una
teora
predilectaa la indignidad de laverifica
cin por los
m e r o s
hechos .
L o s argumentos que pretenden
d e m o s
trar que e l estudio de l
h o m b r e
y de la
sociedad no
p u e d e
sercientfico (y su variante
d e q u eslo puede ser
cientfico
en un
sentido
radicalmente
distinto del aplicable al
estudio
d e la naturaleza)
p u e d e n
tambin catalogarse.
L o s
autores que
sostienen
esta
tesis
suelen
c o m b i n a r ,
por supuesto , en distinta propor
cin
estosdistintos
e l em ent o s . D e t odo s m o
d o s ,
es conveniente
enumerar los
por
separado.
1. El argumento basado en laideografa:
los f e n m e n o s h u m a n o s , socialesohistricos,
o bien son intrnsecamente individuales, o
bien nuestro
inters
recae en sus aspectos
individuales
e idiosincrsicos; o, natural
m e n t e , a m b a s cosas.
2. Elargumento basado en el holismo. L a
sociedad es una
unidad;
el.
"principio
de las
relaciones
internas" ,
q ue
hace
hincapi en
que
todo es lo que es en virtud de susrelaciones
con todo lo d e m s dentro del
m i s m o
sistema,
se aplica a ella. Si el l ema
principal
de la
antiguametafsica era la realidad de los obje
tos abstractos, entoncesesta idea, en diversas
terminologas, es el l ema
central
de la socio-
metafsica m o d e r n a . L ainvestigacin
e mp
rica,
sin e m b a r g o ,
slo p u e d e
ocuparse, ex
hypothesi, de hecho s
aislados
y n o puede
captar
ninguna
totalidad.
D e ah
q ue
deforme
y
tergiverse, esencialmente, la realidad
social.
Esta doctrina p u e d e combinarse con la idea
de que es funcin efectiva, consciente o
latente
de lainvestigacin emprica de hechos
objectivos ocultar la realidad social y falsear
nuestra percepcin de la
m i s m a ,
al servicio
del
orden establecido,
cuyos representantes
tienen
mot ivosfundados
para temer
lapercep
cin clarividente de la realidad
social
por
parte de los
m i e m b r o s
de la sociedad
m e n o s
favorecidos. Naturalmente , esta tesis puede
tambin combinarse conuna dispensaespecial
para su
p r o m o t o r
m i s m o y los q ue piensan
c o m o
l , q u e poseen
me di os
d e accesoprivile
giados al conocimiento de la naturaleza real
de la sociedad, visiones d e
fondo
que les
permiten ir m s allde los m e r o s to mo sq u e
so n los hechos empricos, bien custodiados
por los perros guardianes ideolgicos del
orden
establecido.
11
3 . El argumento basado en la comp leji
dad de los fenmenos sociales
p u e d e
utilizarse
para reforzar los dos
argumentos
precedentes.
4 . El argumento basado en elsignificado.
Las
acciones e instituciones h u m a n a s no se
definen por
ciertos
rasgos materiales
c o m u
nes ,sinoen trminos de lo q u esignifican
para
losparticipantes. Este
he c ho
(si es tal)
puede
esgrimirse, total o parcialmente,paradeducir
de
l que los
f e n m e n o s
h u m a n o s
o
sociales
estn exentos ya de la causalidad, ya de la
investigacinemprica externa y com parativa,
o y a ,naturalmente , d e a m b a s cosas.
Este
argumento puede
exponerse as: el
-
7/25/2019 UNESCO. Ciencias sociales.pdf
22/178
El rango
cientfico
delas ciencias
sociales
617
n e x o
q u e
existe entre los f e n m e n o s o clases
de
a