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"'1I.c::fk:OOIlS sur le 'developpe- - 1976: 914. E. Roy Ramírez B. Escuela de Filosofía Lniversidad de Costa Rica Costa Rica Luis Camacho TENDENCIAS ACTUALES EN FILOSOFIA DE LA TECNOLOGIA S:ummary: Most of the practitioners of the disci- pline would agree in including in the philosophy of tecnology not only the novels by Butler (Erew- hon) and Pirsig (Zen and the Art of Motorcycle Maintenancei but also the books and artieles by Kapp, Dessauer, Mitcham, Bunge, and many ot- hers. Nevertlheless, there are great differences bet- ween the first and the second group, as well as among authors in each group. We are interested here in distinguishing two global trends, which dif- fer above all in their methods, One of the school; begins with tlheusual meaning of the terrns, whereas the other begin by constructing a series de forma- lizaed definitions, Pirsig is a good example of the fiirst approach; Bunge and his disciple Quintanilla gives us an example of the second trend. Resumen: La mayoría de los entendidos esta- dan de acuerdo en que tanto las novelas de Butler y Pirsig (Enewhon y Zen and the Arl of Moror- cycle Meinteneace) como los libros y artículos de autores como Kapp, Dessauer, Mitcham, Bunge y otros encajan dentro de lo que llamamos "filosofia d'e la tecnología". Sin embargo, hay enormes dife- rencias entre los primeros y los segundos, y entre diversos autores en cada grupo. Aquí nos interesa separar dos tendencias globales que se distinguen ante todo en el método (sin pretender que éstas sean las únicas tendencias): la que parte del signi- ficado que los términos tienen habitualmente entre sus usuarios, y la que toma como punto de partida un conjunto de definiciones estipulativas o aclara- torias y tiende a crear una teoría formalizada. Pirsig es un buen ejemplo del primer enfoque; Bunge y su discípulo Quintanilla lo son del segun- d'o. 1. La filosofía de la tecnología es una disciplina n~ciente. Suele establecerse su comienzo con el ingeniero alemán Emst Kapp (1808 -1896), quien parece haber sido el primero en usar una expresión que luego se generalizará en su Grundlinien einer Philosophie der Technik (1877) (1). En esa obra desarrolla la idea de la técnica como extensión de los órganos ,::orporales del ser humano. Pero también puede remontarse esta disciplina a una curiosa novela de 1872, cinco años antes del Grundlinien titulada Erewhon ("Nowhelre" al revés, tomando wh como una sola letra, habidla cuenta de que la palabra griega "utopía" corresponde al inglés "nowhere"), escrita por el británico Samuel Butler durante unos años que vivió en Nueva Zelanda, Es muy importante señalar que Butler anticipa la idea de que no es fácil establecer una clara separación entre seres vivos y máquinas, las cuales -como aquéllos- evolucionan según leyes darwinianas. El hecho de que Erewhon sea una novela no resta méritos a su profundidad filosófica: al contrario, es esta forma literaria la que permite el plantea- miento de algunos problemas que el enfoque acadé- mico, mucho más seco, a veces menos imaginativo, y muchas veces pedante, deja de lado. Pero hay más. Antes de 1872 ya Butler había escrito dos breves artículos de periódico con ideas que ciertamente aparecen luego en Erewhon (3). Se trata de "Darwin among the machiines" y "Lucu- bratio ebria", ambos aparecidos en el periódico Press de Nueva Zelanda, el primero en 1863 y el segundo en 1865. Los dos artículos examinan la relación entre mecanismos y seres vivientes. En el primero, cuyas ideas aparecen luego en la sección titulada "Book of the Machines" de Erewhon, la argumentación es como sigue: las máquinas son Rev.Filosofía.Univ.Costa Rica, XXVllI (67/68),21-25,1990

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"'1I.c::fk:OOIlS sur le 'developpe-- 1976: 914.

E. Roy Ramírez B.Escuela de Filosofía

Lniversidad de Costa RicaCosta Rica

Luis Camacho

TENDENCIAS ACTUALES EN FILOSOFIA DE LA TECNOLOGIA

S:ummary: Most of the practitioners of the disci-pline would agree in including in the philosophyof tecnology not only the novels by Butler (Erew-hon) and Pirsig (Zen and the Art of MotorcycleMaintenancei but also the books and artieles byKapp, Dessauer, Mitcham, Bunge, and many ot-hers. Nevertlheless, there are great differences bet-ween the first and the second group, as well asamong authors in each group. We are interestedhere in distinguishing two global trends, which dif-fer above all in their methods, One of the school;begins with tlheusual meaning of the terrns, whereasthe other begin by constructing a series de forma-lizaed definitions, Pirsig is a good example of thefiirst approach; Bunge and his disciple Quintanillagives us an example of the second trend.

Resumen: La mayoría de los entendidos esta-dan de acuerdo en que tanto las novelas de Butlery Pirsig (Enewhon y Zen and the Arl of Moror-cycle Meinteneace) como los libros y artículos deautores como Kapp, Dessauer, Mitcham, Bunge yotros encajan dentro de lo que llamamos "filosofiad'e la tecnología". Sin embargo, hay enormes dife-rencias entre los primeros y los segundos, y entrediversos autores en cada grupo. Aquí nos interesaseparar dos tendencias globales que se distinguenante todo en el método (sin pretender que éstassean las únicas tendencias): la que parte del signi-ficado que los términos tienen habitualmente entresus usuarios, y la que toma como punto de partidaun conjunto de definiciones estipulativas o aclara-torias y tiende a crear una teoría formalizada.Pirsig es un buen ejemplo del primer enfoque;Bunge y su discípulo Quintanilla lo son del segun-d'o.

1. La filosofía de la tecnología es una disciplinan~ciente. Suele establecerse su comienzo con elingeniero alemán Emst Kapp (1808 -1896), quienparece haber sido el primero en usar una expresiónque luego se generalizará en su Grundlinien einerPhilosophie der Technik (1877) (1). En esa obradesarrolla la idea de la técnica como extensión delos órganos ,::orporales del ser humano.

Pero también puede remontarse esta disciplinaa una curiosa novela de 1872, cinco años antes delGrundlinien titulada Erewhon ("Nowhelre" al revés,tomando wh como una sola letra, habidla cuenta deque la palabra griega "utopía" corresponde al inglés"nowhere"), escrita por el británico Samuel Butlerdurante unos años que vivió en Nueva Zelanda, Esmuy importante señalar que Butler anticipa la ideade que no es fácil establecer una clara separaciónentre seres vivos y máquinas, las cuales -comoaquéllos- evolucionan según leyes darwinianas.El hecho de que Erewhon sea una novela no restaméritos a su profundidad filosófica: al contrario,es esta forma literaria la que permite el plantea-miento de algunos problemas que el enfoque acadé-mico, mucho más seco, a veces menos imaginativo,y muchas veces pedante, deja de lado.

Pero hay más. Antes de 1872 ya Butler habíaescrito dos breves artículos de periódico con ideasque ciertamente aparecen luego en Erewhon (3).Se trata de "Darwin among the machiines" y "Lucu-bratio ebria", ambos aparecidos en el periódicoPress de Nueva Zelanda, el primero en 1863 y elsegundo en 1865. Los dos artículos examinan larelación entre mecanismos y seres vivientes. En elprimero, cuyas ideas aparecen luego en la seccióntitulada "Book of the Machines" de Erewhon, laargumentación es como sigue: las máquinas son

Rev.Filosofía.Univ.Costa Rica, XXVllI (67/68),21-25,1990

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supuesto filósofos o al menos profesores de filoso-fía. La combinación de ideas acerca de la tecnologíahecha por Ortega (1939) y sus seguidores ha tenidogran influencia en América Latina. Influencia nosiempre benéfica: En Meditación de la Técnica (4)dice Ortega que todas las obras que ha leído sobrela técnica son "indignas de su enorme tema" (conexcepción de Wirtschaft und Technik de Gotl-Li-lienfel, de la que confiesa haber tomado "uno odos puntos"). Si se tiene en cuenta que cuandoOrtega escribía las notas- para su curso en Santan-der en 1933, y más aún cuando publica su obra en1939, ya se había escrito mucho en inglés y alemán,y que sus ideas al respecto no son tan extraordina-rias como las considera el autor, solo podemosobtener una de las siguientes conclusiones: o bienOrtega leyó muy poco sobre el asunto (lo cualcontradice la afirmación frecuente entre sus segui-dores de que el maestro tenía una erudición fabulo-sa) o bien leyó autores que hoy consideramos im-portantes y despreció sus ideas so pretexto de quesu enfoque era suficientemente original como parano deber nada a sus antecesores.

Hay otras líneas de pensamiento paralelas o con-vergentes: Jacques Ellul (1953) y sus seguidores,Mario Bunge (1967, 1976, etc.) y sus discípulos,por citar algunos. Dada la gran importancia deltema en nuestros días, no es extraño que casi todaslas escuelas filosóficas representadas en este siglohan dicho algo sobre la tecnología; escolásticos ymarxistas, fenomenólogos y personalistas (la listapodría extenderse). En un trabajo reciente presen-tado ante el I Congreso Interamericano de Filosofíade la Tecnología, celebrado en Mayagüez, PuertoRico, en octubre de 1988, el profesor de la Califor-nia State University en Los Angeles Ricardo J.Gómez (5) distingue cuatro enfoques filosóficossobre la tecnología que han tenido influencia enAmérica Latina: el aristotélico-tomista, el tecno-crático, el pesimista y el marxista. El tecnocráticoes en cierto modo el más importante, pues todoslos demás coinciden en atacarlo como al enemigomás irreconciliable. Según el autor, el tecnocra-tismo afirma que el conocimiento tecnológico esdiferente del científico y tiene sus propios patronesde desarrollo; la entidad de los artefactos es dife-rente de la de los demás seres; la tecnología esautónoma, libre de valores y asume la excelenciatecnológica como su máximo valor; no admite con-trol moral externo ni se puede adjudicar responsa-bilidad a los tecnócratas; la tecnología solo se puedecorregir con más tecnología y la racionalidad sedefine por referencia a parámetros tecnológicos.

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como seres vivos incipientes, sujetas como ellos alas leyes de la evolución y que algún día alcanzarány desplazarán a los seres humanos. La evoluciónla podemos ver claramente en acción en la formacomo una máquina más desarrollada reemplaza aotra, y hasta en la presencia de vestigios de máqui-nas anteriores en máquinas posteriores. Las máqui-nas son, pues, una amenaza para los seres humanosy éstos actuarían sensatamente si las eliminaran.En el segundo de los artículos mencionados Butlersigue otra línea de razonamiento muy diferente,que luego aparecerá parcialmente en Kapp: las má-quinas son extensiones de nuestros órganos, quepermiten ampliar la evolución mediante la adiciónde nuevos instrumentos de acción. Cuanto mayorsea nuestra conexión con las máquinas, es decir,cuanto más grande y variado sea e:l conjunto demáquinas a las que tenemos acceso, más evolucio-nados seremos. Es muy interesante que en estosdos artículos de periódico, escritos por un mismo'autor y publicados en un lejano rincón del planetaque aún hoy nos parece remoto, aparezcan ya dosactitudes contrarias ante la tecnologí.a que luego serepetirán en innumerables obras: la tecnologíacomo una amenaza y como condición de progreso.

Asistimos, pues, a un doble nacimiento: conpocos años de diferencia aparecen dos artículos yuna breve novela en inglés y un voluminoso tratadoen alemán. ¿Se trata de dos tipos de reflexión radi-calmente diferentes sobre un mismo fenómeno, ode dos reflexiones diferentes sobre dos fenómenosdiferentes, o de dos maneras de decir cosas seme-jantes? Si bien quienes escriben sobre filosofía dela tecnología se olvidan con gran frecuencia deButler (2), es posible admitir que los temas de ladisciplina son planteados tanto por un novelistacomo por un ingeniero. El olvido que cubre a vecesa Butler también afecta, por supuesto, a otros au-tores que plantean problemas semejantes en estilosno filosóficos, y aquí el ejemplo egregio es porsupuesto Robert Pirsig, con su extraordinaria no-vela Zen and the Art o/ Motorcycle Maintenance,escrita en 1874, ciento once años después del pri-mer artículo de Butler.

Hay toda una línea de autores alemanes quecontinúan el tema y el estilo de Kapp, aunque nonecesariamente sus ideas, entre los que destacanFriedrich Dessauer (1927), Martin Heidegger(1927), Oswald Spengler (1931), Ernst Jünger(1932), Amold Gehlen (1940, 1957) Y FriedrichGeorg Jünger (1949). Dessauer, al igual que Kapp,es un ingeniero. Heidegger y su discípulo Ortega,y los numerosos discípulos del discípulo, son por

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Son obviamente las últimas afirmaciones las másvehementemente rechazadas por los partidarios delos otros enfoques.

Puesto que en cierto modo "tecnología" es unode esos términos que caracterizan todo un períodocon todas sus manifestaciones, las conexiones deltema parecen inagotables: con el desarrollo, subde-sarrollo y pseudodesarrollo; con patentes, franqui-cias y regalías; con políticas industriales, científicasy económicas; y así sucesivamente. Uno podríapensar que los enfoques son tantos y tan variadosque la filosofía de la tecnología se convertiría fácil-mente en un caos, y así a veces parece. Tambiénpodría pensarse que cualquier intento de sistemati-zar puntos de vista dentro de una clasificación quesirva para algo sería en vano.

2. Lo importante es que hay dos maneras básicasde enfocar el tema desde el punto de vista delmétodo seguido: la formalista y la que llamaremos,por falta de un término mejor, analítica. La primeraintenta construir un sistema deductivo y empiezapor un conjunto de definiciones. La segunda asumelos significados de los términos tal como éstos sedan socialmente, y trata de encontrar descripcionesy explicaciones. Ambos enfoques podrían darsedentro de una determinada tradición, aunque quizáno sea éste el caso hasta ahora: así por ejemplopodría haber un enfoque formalista y un enfoqueanalítico dentro de la teoría marxista de la tecnolo-gía. En el peor de los casos el primero se quedaúnicamente en definiciones, y el segundo no pasade una simple sistematización de narraciones. Enel mejor de los casos - aun no logrado- la primeramanera fundamenta valoraciones y proyectos, y lasegunda examina problemas reales a los que pro-pone soluciones. En el peor de los casos ambas seexcluyen porque parecen hablar de fenómenos dis-tintos; en el mejor, se complementan porque reco-nocen la identidad de referencia en medio de ladiversidad de sentidos. Ninguna es autosuficiente,y por la misma razón: la enorme complejidad de10 estudiado. Puesto que por "técnica" y "tecnolo-gía" se puede entender, y de hecho se entiende,toda una amplia gama de asuntos, nos perdemosen una maraña de complicaciones si no se estable-cen por 10 menos unas pocas definiciones. Perotambién, cualquiera que sea nuestra definición re-sultará insuficiente para dar cuenta de 10 tratado,y de allí la necesidad de reconocer la limitación decualquier enfoque deductivo. Desgraciadamente noes éste el caso, y es frecuente que no haya coheren-

cia entre la definición y 10 que se afirma de lodefinido. Supongamos que, con Murnford (1934),definimos tan ampliamente la noción de técnicaque hasta el lenguaje cae dentro de ella. ¿Qué sen-tido tiene entonces preguntarse si la técnica esbuena o mala? ¿Nos preguntamos acaso si ellen-guaje es bueno o malo?

Para ilustrar nuestro punto volvamos al padrede la filosofía de la tecnología, que según lo quehemos dicho es Samuel Butler. No encontramosen sus obras ningún intento por definir la tecnolo-gía, y menos aun por empezar con un conjunto dedefiniciones. Más aún, ni siquiera usa el términotecnología. Sin embargo, sus meditaciones sobrelas máquinas no están muy distantes de las de mu-chos autores contemporáneos. Butler supone quecuando habla sobre las máquinas el lector entiendede qué está hablando, y que, por tanto, no se nece-sitan definiciones. Algo parecido encontramos enautores como Dessauer o Jünger: ya no hablan demáquinas únicamente, sino en términos más gene-rales de técnica o tecnología. Ambos suponen quesabemos de qué están hablando, y que sus afirma-ciones pueden ser sometidas a crítica sin entrar endetalladas definiciones.

Muy diferente es, en cambio, el enfoque deBunge y su discípulo Miguel Angel Quintanilla.En ambos se construyen sistemas de definiciones,sobre todo mediante recurso a teoría de conjuntos.Sólo después de establecer estas definiciones sehacen afirmaciones acerca de la tecnología que bus-can tener correlatos empíricos, y el resultado esque a veces uno tiende a preguntarse de qué modose aplican esas afirmaciones a realidades concretascomo el registro de tecnología de los industriales,o a las leyes de patentes, franquicias y regalías.De los trabajos de autores como Bunge uno sacala impresión de que cuando hay una discrepanciaentre su teoría y los hechos históricos concernientesa la tecnología la posición bungeana consiste endecir que no hay problema porque él no está ha-blando del hecho histórico en cuestión. En otraspalabras, su sistema definicional empieza por deli-mitar el campo y 10 que no quepa dentro de esecampo simplemente no se podría considerar tecno-logía. Como todo sistema formal, se trata entoncesde un conjunto de teoremas coherentes pero cuyaaplicación mediante interpretación se reduce única-mente a aquellos aspectos de la realidad en los quese cumplan las relaciones establecidas en los sím-bolos del cálculo. Lakatos (1962) examina un pro-blema semejante en la metodología de las ciencias,al distinguir entre el programa que llama euclídeo

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lógica, objeto tecnológico, tecnología blanda y ob-tención de la función deseada. A primera vista suenfoque parece ser formalista. George Wise, encambio, menciona diversos modelos de relación yacaba sosteniendo que hay dos líneas paralelas conpoca comunicación y mucho conflicto entre sí, unade la ciencia y sus instituciones y otra de la tecno-logía con las suyas. (Idea ya aparecida en la obrade Graham Jones de 1971, Ciencia y tecnologíaen los países en desarrollo, publicada en españolen traducción que deja mucho que desear por elFondo de Cultura Económica de México, 1973).Tanto Padilla como Wise parten de la necesidadde establecer una relación entre ciencia y tecnolo-gía, y proceden a construir modelos para explicaresta relación. La historia de la tecnología es enton-ces el árbitro para decidir si un modelo se aplicao no, y resulta obvio que los estudios históricostienen gran importancia a la hora de determinar larelación entre ciencia y tecnología. Más aun: comodice Otto Mayr en la introducción a la obra Philo-sophers and Machines:

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y el que llama empirista. Caracteriza a ambos de. la siguiente manera:

"El Programa Euclídeo se propone construir teorías Euclídeas,con fundamentos en el significado y valor-de-verdad ubicadosen la cúspide, e iluminados por la luz natural de la Razón, enespecial por la intuición artimética, geométrica, metafísica, mo-ral, etc. El Programa empirista se propone construir teorías'empiristas con fundamentos en el significado y valor-de-verdadubicados en la base e iluminados por la luz natural de la expe-riencia. Sin embargo, ambos programas se apoyan en la razón(en especial en la intuición lógica) para la transmisión seguradel significado y del valor-de-verdad" (6).

Hay que tener en cuenta, además, que se da unaevolución en los enfoques. Cuando Bunge escribeen 1967 su "Toward a Philosophy of Technology" ,o su trabajo "The Philosophical Richness of Tech-nology" en 1976, el esfuerzo es por aclarar el pa-norama, lleno de numerosos aspectos que debe sis-tematizar la disciplina antes de proceder a deciralgo importante acerca de ella. A este propósitovan encaminadas las distinciones que hace Bunge,por ejemplo entre teorías científicas y teorías tecno-lógicas, y dentro' de éstas entre teorías sustantivasy teorías operativas. Cuando el discípulo de MarioBunge, Miguel Angel Quintanilla, presenta la po-nencia titulada "Problemas conceptuales y políticasde desarrollo tecnológico" en el ID Seminario Sá-bato, celebrado en México del 17 al 21 de octubrede 1988, el afán formalista parece ir más allá delo alcanzado en el trabajo de Bunge de 1967: sedefine ahora sistema técnico, realización técnica,modificación de una técnica, ejecución de una téc-nica, técnica disponible, uso de una técnica, opcióntecnológica y numerosos términos que pareceríantener un significado claro en el lenguaje ordinario-quizá solo aparentemente.

Para que veamos el estilo de Quintanilla trans-cribo un breve texto típico, pidiendo al mismotiempo disculpas por sacarlo fuera del contexto:

"Dada una tecnología T, el conjunto de los usos posibles de Tpara un grupo social G es el conjunto de las realizaciones con-cretas de T o de variantes o de modificaciones de T de las quepueden depender los [mes F de G" (7).

¿Cómo encajarían dentro de nuestra clasifica-ción los artículos de Hugo Padilla (1976) y GeorgeWise (1985) (8), los cuales tratan de aclarar larelación histórica entre ciencia y tecnología? Elprimero utiliza la teoría de sistemas y construye unconjunto de elementos relacionados: ciencia básica,ciencia aplicada, teoría tecnológica, acción tecno-

"El asunto de la relación entre ciencia y tecnología ha sido elobjeto de una larga y cansadora discusión, discusión hecha másdifícil por confusiones del lenguaje y por diferencias en tras-fondo y motivos entre los participantes. Al' final uno siente eldeseo de más información fáctica en vez de más debate, y detestimonio de fuentes históricas en vez de postulados especiales". (9).

La acumulación de datos históricos elaboradospuede dar la razón a uno o al otro; se trata, pues,de un enfoque que va más allá -o por lo menospuede ir más allá- del simple formalismo. Al igualque la filosofía de la ciencia, que supuestamentemarcha al lado de la historia de la ciencia pero confrecuencia se olvida totalmente de ésta, la filosofíade la tecnología no debería alejarse de la historiade su tema so pena de convertirse en otra colecciónde abstracciones.

NOTAS

(1) Con motivo del XVI Congreso Mundial de Filosofíacelebrado en Düsseldorf en 1978 tuvo lugar un homenajea estefilósofo, nacido en esa ciudad. La presentación de una ediciónde su obra fundamental, con una introducción por Hans-MartinSass, fue parte del homenaje.

(2) Incluso Carl Mitcham, siempre tan perspicaz, deja delado a Butler en su excelente antología Philosophy and Techno-logy, obra que se inicia con una excelente introducción al tema.Si bien la selección de Murnford incluida en esta antologíamenciona a Butler en términos de alabanza, Mitcham no loincluye entre los autores comentados en la introducción.

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(3) "Darwin among the rnachines" en The Notebooks ofSamuel Butler, editado por H.P'. Jones (London: Fifield, 1912),pp. 39-47. He tomado esta referencia del artículo de Murnford"Technics and the Nature of Man" incluido en la obra de Mit-cham-Mackey Philosophy and Technology (New York: TheFree Press, 1972).

(4) Pág. 35 en la edición de Revista de Occidente (Madrid).(5) Ricardo J. Gómez "Philosophies of Technology and Te-

chnological Policies in Latin Arnerica", ponencia presentada enel I Congreso Interamericano de Filosofía de la Tecnología,celebrado en la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez enoctubre de 1988. Tengo entendido que Carl Mitcham está pre-parando una edición de las ponencias presentadas en este con-greso.

(6) Imre Lakatos "Regresión infinita y fundamentos de lamatemática" , artículo aparecido originalmente en la AristotelianSociety Supplementary Volume, 36, 1962. Está recogido en elvolumen Matemáticas, ciencia y epistemología (Madrid:Alianza Universidad, 1981). La cita es de las páginas 18y 19.

(7) Miguel Angel Quintanilla "Problemas conceptuales ypolíticas de desarrollo tecnológico", ponencia presentada en elIII Seminario Sábato, organizado por el Consejo Nacional deCiencia y Tecnología de México y celebrado en la Ciudad deMéxico del 17 al 21 de octubre de 1988, p.8.

(8) Hugo Padilla "Los objetos tecnológicos: su base gnoseo-lógica" en Varios Autores La filosofía y la ciencia en nuestrosdías (México: Editorial Grijalbo, 1976), pp. 157-170. GeorgeWise, "Science and Technology" en Osiris, segunda serie, 1985,pp. 229-246.

(9) atto Mayr, ed. Philosophers and Machines (New York:Science History Publications, 1976), p.l. (Traducción añadida).Este hermoso tomo contiene 19 artículos publicados previamenteen la revista de historia de la ciencia ISIS, que versan sobremultitud de "máquinas" en sentido muy amplio: el alambique,los relojes de agua egipcios, el túnel de Eupalino, el arsenaldel Pireo, las ruedas hidráulicas, los anteojos, los diques flotan-tes, los cañones en tiempo de Isabel 1, la máquina de Watt, lasde Sadi Carnot, la cibernética y las ondas electromagnéticas.Se incluyen dos estudios sobre literatura de autores que escribie-ron influidos por la tecnología: uno sobre Leopardi y otro sobreTennyson.

BmLIOGRAFIA

La obra de Spengler de 1931 se titula Der Mensch and Technik;la traducción al español (El hombre y la tecnica) es de 1932.Hay una edición al español de la obra de F. Dessauer Phi-losophie der Technik. Bien conocida es la traducción deStreit um die Technik (1958), Discusión sobre la técnica,hecha por Alvaro Soriano y Lucio García Ortega (Madrid:Rialp S.A., 1964). La obra de Jacques ElIul, La technique,(1954) está traducida al inglés con el título The Technologi-cal Society.

La obra de Heidegger mencionada es Sein und Zeit. La de ErnstJünger, Der Arbeiter. La de Gehlen Der Mensch. seineNatur und Stellung in der Welt (Leipzig, 1940) y Der Seeleim technischen Zeitalter (Hamburgo, 1957). De Georg Jün-ger es Die Perfektion der Technologie (Wiesbaden: Bechtoldy Comp. 1949); la traducción al inglés se titula The FailureofTechnology (Chicago: A Gateway Edition, Henry RegneryCo., 1949) Y hay una edición en español titulada Perfeccióny fracaso de la tecnología (Buenos Aires: Editorial Sur,1968).

La referencia a Mario Bunge es ante todo a "Toward a Philo-sophy of Technology", adaptado del cap. 11 , "Action" enScientific Research: The Search For Truth, vol.3, Parte 2de Studies in the Foundations, Methodology and Philosophyof Science (Berlin: Heidelberg, Nueva York: Springer-Ver-lag, 1967) y publicado en Carl Mitcham-Robert MackeyPhilosophy and Tecnology: Readings in the PhilosophicalProblems ofTechnology (New York: The Free Press, 1972),pp. 62-76. También "The Philosophical Richness of Tech-nology" en Frederick Suppe - Peter Asquith, eds. Philo-sophy of Science Association 1976, vol.II (Michigan: EastLansing, PSA, 1977), pp.153-172.

Dr. Luis CamachoEscuela de Filosofía

Universidad de Costa RicaCosta Rica.