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Yffifuffiffifu&ffiY§& ffire ffi

En su¡ easerta expedi#ión tr Esipts el *rup* de trab*§o Ei¡e dir§-ge el hipn*logo ffi§*ard §ru y qile a*L¡dié para *§r!finuar la§ir'*ve*t§ga*§sffies §*bre §as re*puestas süneras que emiten !*sree¡rltss pirarm§dal€§ *m§e estímul*s s?¡usicalesu ha logradof*tografiar l* que pareÉ€ una a¡.¡téntiea t*§eplastia, apareeidan*ei*r¡te¡"cente en ur¡a de las paredes de la pirárnide de Ke*ops. §N din**t*r de§ equ§p* §e cnL¡estra e*s:vencldo de que és-ta ha aparee§d* cor&§ respueet* * §*s *xperimentos efeetua-dos en su anterisn viaje 3, cree que en breves sen'lanas apare*carán *tra*, que ye s* intuyer: lever::ente, scbre Ia piedra.

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N nuestra anterior expedición alas pirámides egipcias había-mos intentado comprobar la in-

fluencia de éstas en las capacidadesparanormales de los seres humanos,pero, como recordarán los lectores(ver MAS ALLA DE l-A CIENCIA n'69)descubrimos con sorpresa que, trasemitir un sonido previamente extraídode una antigua inscripción de la GranPirámide, podíamos oír en el recintouna especie de respuesta en formade murmullos. Lo cierto es que detec-tamos el mismo tipo de sonido en to-das las tumbas que visitamos, así quenuestra cuarta expedición tenía comoobjetivo profundizar en esos mensa-jes con intercambio de sonido; sinembargo, y de nuevo, nuestro equipose encontró con algo inesperado enlas paredes de estos impresionantesmonumentos: ¡unas teleplastias!

Puedo asegurar que las caras noestaban allíen el viaje anterior, por loque era inevitable deducir que habíansurgido en los últimos meses; pero¿cuál era la razón de su repentinaaparición? Al intentar contestar a estapregunta vimos, con asombro, queeran las mismas paredes que ennuestra anterior expedición habíandemostrado ser más sensibles al so-nido y emitir una respuesta más fuefte-situadas en las cámaras interiores delas pirámides- donde ahora se mos-traban las espectaculares teleplastias.

T'ñLEPLÁST¡§.§ IfiIV§C&§A§ DEF*RI*A PAEAP§í&EJI§E

Antes de proseguir deberíamos de-cir que, desde el punto de vista dé laParapsicología, se entiende por tele-plastia la aparición de imágenes, deforma inexplicable, en cera, paredes ocualquier material sólido, atribuyéndo-se su origen princlpalmente a la inter-vención de espíritus de difuntos o a lacapacidad de algunos psiquicos paraplasmar mentalmente una imagen sinintervención de instrumento alguno.

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En España todos asociamos la pala-bra teleplastia con las famosas carasde Bélmez, pero lo cierto es quemientras en ese caso la aparición delas caras no parecía tener una razónaparente, nuestra experiencia en laspirámides puede considerarse un ca-so especialmente distinto ya que die-ra Ia impresión de que las teleplastiashubieran sido literalmente invitadas asalir a partir de las experiencias pa-rapsíquicas que realizamos con soni-dos en nuestra anterior expedición.Recordemos que cuando proyectába-mos la música obtuvimos sólo comorespuesta un sonido incomprensible;y, sin embargo, al cabo de cuatro me-ses encontramos este nuevo y miste-rioso mensaje en forma de imágenes.

Debo decir que la mayoría de lasteleplastias están aún definiéndose yque, como puede comprobarse enlas fotografías, se trata de un conjun-to mural de personajes y animales detorso incompleto -en algunos casos-que cabe esperar estén totalmentedefinidos el próximo verano. Ennuestro próximo viaje podremos dar-les cuenta de ello.

MÁT*T§A§ Y LUE§§ §ru LAPIRÁMI*E §§ §A&*ARA

Tras esta primera parada en laGran Pirámide de Keops el grupo vi-sitó otros lugares, como Saqqara,donde se halla la famosa pirámideescalonada de Zoser, la pequeña pi-rámide de Unas o la gran pirámidede Snefru, en Meidum.

El viaje a Saqqara, a pocos kilóme-tros de El Cairo, permite divisar unbrazo del Nilo donde el tiempo pare-ce realmente haberse detenido. Lascasas de adobe (mezcla de barro ypaja), los animales en libertad, lasmujeres lavando en el río y los niñoscorreteando por todas partes hacenque la imaginación se remonte fácil-mente a los tiempos faraónicos.

Una vez en la planicie de Saqqara

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I Gm&ru p§m&ffi§§Enos dirigimos, pasando por su templo,a la pirámide de Unas, normalmentecerrada al público. Con los permisospertinentes entramos en su interior. Suacceso es bastante asequible en com-paración con las grandes pirámides yel recinto, enormemente bello, presen-ta un gran contraste. Elconjunto de re-lieves esculpidos y pintados en la cá-mara mortuoria del faraón y elsarcófago de basalto azul se encuen-tran en buen estado; en cuanto a lasinscripciones que relatan el viaje del Ka(alma) que efectúa elfaraón conservanIas tonalidades originales rojas, verdesy amarillas.

Una vez dentro conectamos nues-tros equipos especiales -€uya tecno-logía habíamos mejorado despues delúltimo viaje- y realizamos experienciasde concentración, sonido y mantrasreverberantes. Esta pirámide da real-mente la sensación de ser una tumba-aún, cuando como saben nuestroslectores, jamás se ha hallado momiaalguna en ninguna de ella, poniendoasí en entredicho la versión tradicionalde que eran monumentos funerarios-y teníamos muchas expectativas; peroa pesar de nuestros esfuerzos no en-contramos nada paranormal en lasrespuestas delsonido, a excepción deciertos haces de luz que surgían alemitir los mantras desde el sarcófago.Sin embargo -al parecer siempre he-mos de sorprendernos en Egipto-,unas fotos tomadas mientras experi-mentábamos mostraban una imagende paisaje rocoso en el sarcófagoaunque éste presentaba en realidaduna superficie completamente lisa; co-mo es lógico, estas fotos pasaron deinmediato a formar parte de nuestroarchivo de "fenómenos misteriosos".

V¡GAS DE MADERAMÚMIFICA§A§

El intento en la pirámide escalonadade Zoser, como en otras zonas deSaqqara, también fue interesante peropoco. productivo en cuanto a la obten-ción de resultados. Afortunadaménteaún quedaban, según nuestro progra-ma, dos pirámides para experimentar:la gran mastaba de Snefru, en Mei-dum, y después, en la misma zona deFayoun, la pirámide de adobe de Ame-

Aniba, a la izda., Ricard Bru muestra la

telesplastia aparccida en la Cámara de!lnframunda de la pirarnide de Keops. Al lada,la cara silueteada can ardenador. üebajo, ala izda., ¡srimer p{ana de las teleplastias en laparod; a su dcha", supuesta cara de un pen"a.

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A la izda., el extraño "efecta cristal" praducida durante una meditaciÓn en el sarcÓfago dela pirámíde de Keaps, recogido par la cámara. §obre estas líneas, el extraño paisaierocaso que apareció en el sarcófaga de la pirámide de Unas. A la dcha', Ricard Bru

muestra las inscripcianes que sobre el viaje al más allá puede tlerse en la misma pirámide.

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nothep lll, justo enlazona que Hero-doto llamó el laberinto. Así que deja-mos Saqqaray regresamos a El Cairo.

La mañana siguiente, muy tempra-no, iniciamos el itinerario hacia la zo-na de Meidum. El viaie dura unas treshoras y la carretera es bastante acci-dentada. Desde el camino se divisaperfectamente la gran pirámide deSnefru, cuyo tamaño y esplendor escomparable al de las grandes pirámi-des. Snefru fue un faraón anterior aKeops al que se atribuyen dos pirá-mides en la zona de Daschur. Unavez en Meidum pudimos apreciarperfectamente la construcción pira-midal y decidimos probar allí las téc-nicas de sonido en busca de nuevasexperiencias.

El acceso a esta pirámide es muycomplicado. El pasadizo acaba enuna cámara real pequeña y con faltade aire, donde se nota perfectamenteel síndrome piramidal (interferenciade los sentidos y subjetividad deltiempo). Una vez mínimamente insta-lados realizamos las experiencias sinluz y sin sarcófago, pues ya no se en-cuentra en su interior; después mira-mos con detenimiento todas las pare-des, en las que, como ocurre en lasgrandes pirámides, tampoco hay ins-cripciones. Sin embargo, antes dedescender a la cámara hay una vigade madera descubierta en los traba-

jos de restauración efectuados en laantigüedad durante la dinastía XXVI.La madera se conservaba en perfectoestado después de miles de años,pero cuando un pequeño trozo de es-ta viga fue expuesto al aire del exte-rior se secó y empezó a descompo-nerse, algo que confirma sin duda elefecto momificador de las pirámides.

Sólo decir que después de una ho-ralarga en el interior de esta pirámidelos miembros del grupo empezaron asufrir un fuerte y persistente dolor decabeza, por lo que abandonamos lavisita y nos dirigimos hacia Fayoun.

INUNDAOIONESYCONTAMTNACÉN EN LAP¡HÁMIDE DE AMENOTHEP ItI

En Fayoun encontraríamos la pirá-mide de adobe de Amenothep lll, in-teresante por su técnica de construc-ción y por estar cerca del famosolugar donde Herodoto describe laubicación de un laberinto utilizado enpruebas iniciáticas que jamás ha sidolocalizado: "en el ángulo que terminaen laberinto -dice Herodoto- se en-cuentra una pirámide de 40 brazasdecorada con grandes figuras escul-pidas y un camino subterráneo queconduce a su interior". Lo cierto esque nada queda del laberinto; sólodunas y algunas piedras de arenisca

con enigmáticas inscripciones en for-ma de Y, cuyo significado aún no hasido descifrado.

Nos dirigimos, pues, al interior dela pirámide, ya que contábamos conel permiso pertinente para visitarla,pero nos llevamos una desagradablesorpresa ya que ésta se hallaba total-mente anegada por el agua de unafluente cercano del Nilo y apenaspudimos recorrer en su interior unasdocenas de metros. Desgraciada-mente el peligro de derrumbe en esteedificio es una realidad palpable quepuede impedir la opción de futurasinvestigaciones.

Otros lugares de Egipto son tam-bién víctimas del agua, como las ca-tacumbas de Alejandría, donde yacasi no puede avanzarse más que enel primer piso. Otros templos, comolos de Dendera o Hatseput, se en-cuentran totalmente deteriorados porla falta de conservación; y el mismoValle de los Reyes tiene la mayoría desus tumbas cerradas a causa de la

aún definiéndose. Como puede vetse en las fotografías se

trata de un conjunto mural de perconaies y animales deI

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to¡so incompleto, en algunos:asos, que prcbablemente

estén totalmente definidos el proximo verano."

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contaminación. El inagotable Egiptohistórico puede extinguirse muy pron-to en algunos lugares sin una ayudadecidida del mundo occidental.

EN LA CÁMARA MÉ *-á fi§'§{.&

El día 4 de Enero de 1995, a las01.00 horas, entramos en la cámara

subterránea de Keops. En esta oca-sión me acompañaban Gloria Rosell,Marga Orenga, Montserrat Bach,Lola Xaxo, M. Garmen MasiP, Mar-garita Bosch, José Salud, JoséPascual, Jordi Ambrós, AlbertoMontserrat y Gonzalo Gó¡nez. Hede decir que contábamos tambiéncon la ayuda técnica de los inspecto-

res egipcios lbrahim y Naser Y de lasensitiva británica María Golding. Y,juntos, nos dirigimos a la cámara delinframundo. En la primera experienciaempezamos con el sonido Y la medi-tación, pasando acto seguido a expe-riencias de concentración. En la cá-mara empezó a sentirse con claridadla respuesta y pronto nos dimoscuenta de que había algo que no es-taba en la anterior expedición: las te-Ieplastias.

A partir de ese momento, obvia-mente, el objetivo de la experienciacambió y escudriñamos las Paredesde toda la cámara observándolas condetenimiento. Así pudimos compro-bar que en una de ellas se formabanmás caras que en los otros muros. Entotal había once y, por sus incipientesrasgos, llegamos a la conclusión deque estaban simPlemente "nacien-do". De hecho, sólo cuatro mesesatrás ningún miembro de la exPedi-ción había advertido su presencia apesar de haber fotografiado y miradotodas las paredes. Bastante emocio-nados por todo ello, subimos Por elcorredor ascendente hasta la segun-da gran cámara, conocida por la "Cá-.

maia de la Reina". Allí pudimos ver el

estado de las obras que realiza el De-partamento de Antigüedades egipciointentando hallar una nueva cámara,tanto en la zona superiol como en eltúnel inacabado. Se aprecia en con-junto que las obras han deterioradobastante la cámara Y Puede verseparte de la nueva cámara desde unode los corredores, aunque lo únicoque pude divisar desde mi Posiciónfue un espacio vacío. Una vez insta-lados en ella -en la que también bus-camos caras, Pero no las encontra-mos- se pudieron escuchar vocesfemeninas de gran,reverberación' Un

§§#, a vez más -na*a Ricard Bru- el síndrome

piramidal gistgrsiofQ nyeslrl. ¡e?sació! S!91 _tiempg vperdimos una hora sin que na/ie hasta la fecha puedq

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§§ffif"merosos tugares de Egipto son víctimas de ta

mala conseruación: el agua inunda las catacumbas de

4lslpr:lrie, !-"-rnlgt ggry9 PgIIpr o Ui!*evt.p!errvx!-qjprisrglp: v pt rypryg Yelp le tet Íeir¿.: !¡9ry l,mayoría de sus monumentos cerrados."

componente del grupo, M. CarmenMasip, entró en trance y quedó muyafectada por la experiencia, tanto co-mo para no acompañarnos al día si-guiente, como luego explicaremos.

¿v§AJñ A§TmÁL ffiF* Le eÁnngmam§ K§*ps?

Hacia las cuatro menos cuarto dela madrugada llegamos a la Cámaradel Rey, donde realizamos una nuevaexperiencia de intento de viaje astral,basándonos en los antiguos textosegipcios que se referían al viaje delKa (alma).

Así, y con las luces de la pirámidecompletamente apagadas, iniciamosla experiencia formando un círculoalrededor del sarcófago. Eran lascuatro de Ia madrugada y, nada másempezar, el grupo tuvo una fuertesacudida y diferentes sensaciones

de movimiento. Una hora y veinteminutos más tarde (a las cinco yveinte), cuando acabó de sonar lacinta especial que habíamos llevado,todo el mundo se sobresaltó al mirarel reloj ya que no habíamos tenidoen absoluto consciencia del tiempotranscurrido. La cinta duraba exacta-mente veintinueve minutos y tenía,por tanto, que parar a las cuatro yveintinueve; ello nos daba como re-sultado una hora de tiempo perdido.Al parecer, una vez más el síndromepiramidal había distorsionado nues-tra sensación temporal; de hecho,nadie hasta este momento puede re-cordar qué sucedió durante esa horaque habíamos "perdido", aunque to-dos recordamos habernos sentidomuy raros, inquietos, en aquellosmomentos.

El segundo día queríamos realizaruna experiencia conjunta repartiéndo-

nos por las tres pirámides. Y nos dis-poníamos a emprender la nueva ex-pedición cuando M. Carmen Masip,que como antes explicáramos se ha-bía desvanecido en la Cámara de laReina, nos dijo que empezaba a re-cordar algo de la hora perdida la no-che anterior. Unas fuertes convulsio-nes y una sensación de terror seapoderaron entonces de ella, provo-cando su, desvanecimiento y la inter-vención del equipo médico. Despertóun rato después y le pedimos que nointerviniera en las siguientes experien-cias y que permaneciera en el hotel.En cualquier caso, al despeftar de sudesmayo volvió a tener, como el restodel grupo, una amnesia total respectoa aquella hora perdida.

EXPERIENCIA CONJUNTA EN LASTRES GRANDES PIRÁMIDE§

Para realizar la segunda experien-cia el grupo se distribuyó de la si-guiente forma: tres en la pirámide deKeops (Lola, Gonzalo y José); cuatroen la de Kefrén (Gloria, Marga, JordiAmbrós y la sensitiva británica); y, fi-nalmente, otros tres en la de Miceri-nos (Margarita, J. Salud y Albert).Pretendíamos durante esta experien-cia intensificar la búsqueda de carasy comprobar la potenciación de co-municación psíquica que se daba es-

A k izda., mues-tm de cóma lasaguas inundana§unos de /osmonumentas deAfejandría y quepueden dexpa-recer er] pacatiempa. Junta aestas líneas, unade las integnn-tes del grupadurunte la medi-tación en el sr-cofryadelapira-mide de Kefién;afuja, Ritmrd Bnten el Tempb &bndsah.

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§oóre estas lrneag a/gunos ds /os miembros del grupo de lnvestigación durante larnedrfacrdn realizada en la pirámide de Kefrén;baio estas líneas, el grupa en la cámara

tigado pues, expoliado por los britá-nicos y enviado a lnglaterra, el barcoque lo transportaba naufragó a cau-sa de una tormenta a pocos kilóme-tros de Valencia, por lo que se en-cuentra en el fondo del mar en aguasterritoriales españolas. Los haces decolor fueron, pues, la máxima nove-dad en este experimento nocturno;he de decir además que, en algunosmomentos, aquellos haces parecie-ron jugar con nosotros, envolviéndo-nos caprichosamente.

También debo decir que es la pri-meravez desde que estudio las pirá-mides en que tuve plena concienciadel nivel espiritual que las rodea. Encualquier caso, recordé al árabeMaqrizi (1360), gran investigador delas pirámides, quien describe una an-tigua leyenda sobre ellas en la que secuenta que "cuando todo estuvoconcluido, las pirámides fueron rode-adas por espíritus inmateriales. El dela pirámide sur es una mujer con lar-gos dlenfes, encanta a los hombresgue se atreven a entrar en ella de no-che; la pirámide del norte es un dia-blo rojizo con largos dientes y estádesnudo; la pirámide pequeña es unviejo que sostiene un incensario paraquemar perfumes".

Sea o no una leyenda, los miem-bros de mi expedición pudieron gra-bar voces y sentir la presencia de untipo de energía que sólo pareciera te-ner explicación si ésta tuviera un ca-rácter espiritual.

A modo de resumen, no puedo de-jar de decir que el equipo situado enla pirámide de Keops presenció unaserie de fenómenos eléctricos incom-prensibles; por su parte, Gonzalo, altomar una fotografía, sintió una fuertedescarga; y estando en el sarcófago,Lola Xaxo apreció una estructura decristal que evidentemente no estabaallí antes.

También en Micerinos MargaritaBosch tuvo, antes de que llegara elgrupo, la completa sensación de es-tar siendo observada por algo o al-guien invisible; y, en Kefrén, Gloria yJordi Ambrós sintieron caricias sobresus rostros mientras, por su parte, lasensitiva María Golding estableció undiálogo de cantos con respuesta co-mo si ello fuera la cosa más normaldel mundo. En fin, todos parecíamosvivir en otra dimensión o en otro esta-do donde tan extraña fe-nomenologíase aceptaba como algo normal. De-cir, por último, que en la pirámide deMicerinos el grupo entero pudo ob-servar bolas de color azulado en lacámarareal.

En fin, esó es todo. Pero creo, sin-ceramente, que este viaje es el princi-po de un camino al final del cual ha-llaremos respuestas claras al enigmade las pirámides.

Ricard Bru

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de/ tsey de la pirámide de Mícerinas.

tando en el interior de las tres pirámi-des. Y acordamos que, una vez fina-lizadas las pruebas, nos reuniríamostodos en la pirámide de Micerinospara acabar la experiencia. Debo de-cir que en esta segunda jornada lomás destacable, según los respon-sables de cada pirámide, fueron loshaces de luz que pudieron verse cla-ramente en las pirámides; tambiéndescubrimos por filmación que, al in-sistir en el sonido, se forma una au-

reola de color rojo en las pirámidesde Keops y Kefrén, mientras que enla de Micerinos el color es azul inten-so. Nuestra conclusión sobre estoshaces de colores es que pueden es-tar relacionados con el color de lospropios sarcófagos que, tanto en Ke-ops como en Kefrén es rojo (granitorojo), mientras que el antiguo sarcó-fago de Micerinos era de basaltoazul. En cualquier caso este últimono puede ser por el momento inves-

§§§{"rrque en ta'cámara de ta Reina' no encontramos

caras, pudieron escucha¡s,e voces femeninas de gran

neverberación. Un componente delgrupo, M. CarmenMasip, entro en trancey quedó muy afectada."

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