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INSTITUTO UNIVERSITARIO POLITÉCNICO “SANTIAGO MARIÑO” EXTENSION BARINAS
DEPARTAMENTO DE ARQUITECTURA
ARQUITECTURA ROMANA
Autor: T.S.U. Carlos E. Riera B Tutora: Arq. Deyanira Mujica
Cátedra: Historia de la Arquitectura y las Artes Aplicadas I
BARQUISIMETO MAYO DE 2013
La arquitectura romana se genera a lo largo de la etapa republicana y
sintetiza las influencias de las dos civilizaciones más importantes, etrusca y griega,
con las que tuvo contacto durante sus primeros siglos de existencia. Aún así en la
arquitectura romana se respira un espíritu propio, que se manifiesta en su sentido práctico, que les lleva a ser grandes ingenieros y concebir edificios para el servicio
público.
En la siguiente presentación podrás ver las etapas de formación del imperio
romano y cómo se configuró la arquitectura romana. A continuación destacamos
los rasgos más originales que ha aportado esta civilización a la arquitectura.
Los edificios romanos son por encima de lo estético construcciones para ser
útiles al ciudadano, de ahí que una proporción muy importante de sus edificios sea
para hacer más agradable la vida en la ciudad: acueductos: alcantarillado, termas,
basílicas, macellum, anfiteatros, teatros, circos, entre otros. Los principios de
racionalidad y orden también presiden las construcciones romanas.
El material utilizado por el arquitecto romano es muy variado,
dependiendo de lo que abunde en cada zona y la finalidad a la que se destine el
edificio.
Lo normal es que se utilice el sillar de piedra para edificios como templos y
edificios que se quiera dotar de monumentalidad. La roca utilizada será muy
variada: toba (una roca volcánica porosa) en construcciones como la muralla de
Roma; mármol en los edificios públicos a partir de Augusto; granito en el
acueducto de Segovia; o de travertino calcáreo en la construcción del
anfiteatro Flavio (el Coliseo).
Muralla de Servio Tulio Mausoleo de Cecilia Metelo
El sillar se suele utilizar cara vista mientras se deja para el corazón de los
muros la mampostería (opus incertum) y el mortero u hormigón (opus
caementicium) un invento romano consistente en una mezcla de piedras, arena,
agua y cal. El ladrillo también fue un material muy utilizado que solía combinarse
con el hormigón. Estos materiales por ser de aspecto pobre no solían colocarse
para ser vistos, sino que quedaban ocultos bajo una capa de estuco que les
protegía contra la intemperie y que podían recibir encima otros elementos
decorativos como pintura, mármol de distintos colores, mosaicos o trozos
cerámicos.
El muro es uno de los elementos de sostén más importantes de la
arquitectura de Roma. Ya hemos hablado del material con el que estaban
construidos, pero no de cómo se disponía éste. En el caso de los sillares se unían
en seco o como mucho con grapas de bronce interiores no visibles. El aparejo
más frecuente con este material era a soga y tizón (opus quadratum). En los
edificios que debían dar una sensación de fortaleza, como los puentes, podían ser
rebajadas sus junturas dando a los sillares un aspecto almohadillado.
El ladrillo si aparecía cara vista (opus latericium) se colocaba de diversas
maneras unido por una argamasa, destaca la forma reticular, que consistía en
incrustar piezas ortogonales creando mallas romboidales o hexagonales.
Atrio de la Casa de Venus, Pompeya. Obsérvese la mampostería y el ladrillo que existía debajo de paredes estucadas y pintadas.
La columna se utiliza más como elemento decorativo que estructural del
edificio. Los arquitectos romanos siguen los órdenes establecidos por los griegos,
pero con algunas variantes:
1. El dórico apenas se utiliza, en su lugar se prefiere el conocido como orden
toscano o dórico romano, consistente en que la columna tiene basa ática, el fuste
puede ser liso o estriado y el capitel aunque su equino se parece al dórico griego,
posee un collarino y una moldura circular.
2. El jónico se utilizó preferentemente en etapa republicana.
3. Se prefiere el orden corintio, sobre todo a partir de etapa imperial. El
capitel se puede enriquecer con numerosas variantes vegetales en vez de las
hojas de acanto e incluso puede recibir algunas figurillas entre los caulículos
(cabezas de ninfas, sátiros, animales, etc.). El fuste puede ser totalmente liso o
estriado.
4. Se inventó el capitel
compuesto, mezcla del jónico y del
corintio, que luce las volutas del
primero y las dos filas de hojas de
acanto del segundo.
5. En algunos casos se
emplean carátides o atlantes.
Los arquitectos romanos jugaban con los órdenes de un manera libre como
podemos comprobar en el Coliseo donde la columna pasa a ser un elemento decorativo que se adosa al pilar y sirve para diferenciar las distintas alturas del edificio.
Superposición de órdenes y combinación pilar-columna en el Coliseo.
En cuanto al elemento sostenido la arquitectura romana combina los dos
sistemas de cubierta: el adintelamiento y el abovedamiento.
El sistema adintelado o arquitrabado lo toman de los griegos y se reserva
para ciertos edificios tradicionales como los templos o como forma de cerrar
espacios pequeños. Interiormente las vigas de madera, de piedra o de bronce se
apoyan sobre columnas o muros y reciben otras transversales, creando una
retícula cuadrada de casetones.
Dinteles del pórtico del Panteón de Agripa-Adriano.
El sistema abovedado es el sello inconfundible de la arquitectura romana.
Los etruscos pudieron ser quienes les enseñaran este sistema, aunque no se
populariza hasta el siglo II a. C. Con él crearon grandes espacios diáfanos y vanos
suficientes para abarcar anchas calzadas o turbulentos ríos.
Bóveda de cañón hecha en hormigón. Termas de Caracalla.
El arco utilizado es el más simple, el de medio punto con el que se pueden
realizar bóvedas de cañón, de aristas y anulares .Fueron espectaculares las
bóvedas de edificios que tenían como misión albergar gran cantidad de gente. La
basílica de Majencio-Constantino del foro romano es un excelente ejemplo de la
maestría a la que se había llegado con el abovedamiento en el siglo IV d. C. Las
naves laterales se cubrieron con bóvedas de cañón (son las que todavía hoy
podemos ver en pie) que hacían de elemento de contención de los pilares que
sostenían las bóvedas de arista de la nave central que se elevaban hasta 35
metros de altura. Los ábsides del edificio se cubrieron con bóvedas de cuarto de esfera.
La Basílica de Majencio-Constantino. Reconstrucción.
La cúpula generada por la rotación sobre su clave de un arco de medio
punto es la semiesférica, se utiliza en los espacios que se quieren dotar de
monumentalidad. La más impresionante con diferencia es la del Panteón de
Roma, que se levanta sobre un espacio de más de 43 metros de diámetro hasta
una altura de otros tantos metros creando una sensación esférica. Se apoya sobre
un muro circular con exedras y machones, lo que le proporciona flexibilidad y
resistencia. La cúpula se construyó mediante arcos radiales que enlazan el círculo
inferior con el del óculo central, cubriéndose el espacio entre estos radios
mediante casetones que decrecen en tamaño al ascender.
El Panteón es uno de los pocos edificios que ha mantenido casi intacta su decoración interior.