revista electrónica estudios del desarrollo social: cuba y...
TRANSCRIPT
Estudios del Desarrollo Social: Cuba y América Latina. 2018. 02. (Número 1). 22-46
22
ARTÍCULO ORIGINAL
La teoría del desarrollo y su influencia en América Latina
The Development Theory and its Influence in Latin America
Diana Mendiluza Díaz I, Yasmani Jimenez Barrera II
I Facultad de Educación Media, Universidad de Pinar del Rio, Cuba
II Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, Universidad de Pinar del Rio, Cuba
RESUMEN
El artículo realiza un análisis del surgimiento y evolución de la teoría del desarrollo así como los
diferentes modelos que se aplicaron en América Latina a partir de la segunda mitad del siglo
pasado. Dentro del análisis se puede apreciar cómo se instituyó el estructuralismo como una
alternativa propia y la vigencia de la teoría de la dependencia en la región. Concluye que aunque
con algunas con rupturas y continuidades, el neoestructuralismo conserva la originalidad de la
teoría latinoamericana del desarrollo.
PALABRAS CLAVE: desarrollo económico, teoría del desarrollo, América Latina.
ABSTRACT
The article makes an analysis of the emergence and evolution of the theory of development as
well as the different models that were applied in Latin America from the second half of the last
century. Within the analysis can be seen how structuralism was instituted as an alternative and
the validity of the theory of dependence in the region. He concludes that although with some with
Estudios del Desarrollo Social: Cuba y América Latina. 2018. 02. (Número 1). 22-46
23
ruptures and continuities, neostructuralism preserves the originality of the Latin American theory
of development.
KEYWORDS: economic development, development theory, Latin America.
INTRODUCCIÓN
A menudo se tiende a exacerbar la importancia de la teoría del desarrollo, surgida a mediados
del pasado siglo. Pero más allá de esto, resulta pertinente rescatar la acogida que ella tuvo en
América Latina. Más aun, resulta imprescindible en la actualidad repasar los momentos de gloria
que la economía del desarrollo ha tenido en nuestra región. Iniciando con las contribuciones
seminales del estructuralismo, las críticas radicales que los teóricos de la dependencia le
hicieron a las sustitución de importaciones y más recientemente el neoestructuralismo,
constituyen ejemplos de un pensamiento económico autóctono, que se ha diluido tras cuatro
décadas de políticas neoliberales. Por tal motivo, el propósito de este trabajo es exponer la
variante latinoamericana de la teoría del desarrollo.
Surgimiento y evolución de la Teoría del Desarrollo
El estudio del proceso de desarrollo se remonta al surgimiento del régimen capitalista de
producción. Para ello fue imprescindible el surgimiento de una disciplina de investigación teórica,
que encontró en la Economía Política esa rama emergente. En Smith (2007) aparecen los
elementos teóricos para el giro radical que experimentó la ciencia económica en el siglo XVIII.
A partir de entonces, la novedad en las propuestas teóricas (hasta mediados del pasado
siglo), radicaba en la explicación del proceso de desarrollo capitalista. Sin embargo, lo que hizo
particularmente importante el surgimiento de la teoría del desarrollo1, fue el desplazamiento del
centro de atención hacia los países subdesarrollados. En consecuencia, se comenzaron a
investigar las características y las posibilidades de desarrollo de estos países, más que las
Estudios del Desarrollo Social: Cuba y América Latina. 2018. 02. (Número 1). 22-46
24
causas que provocaban el subdesarrollo. La teoría del desarrollo inicia con algunos trabajos
seminales de experiencias eurocentristas.
Desde la década de los años 30 comenzaron a irrumpir algunos estudios, que culminaron
con la elaboración de las teorías del crecimiento económico. El origen de la separación teórica
entre crecimiento económico y proceso de desarrollo se ubica en Schumpeter (1997). Este autor
enunció que el crecimiento económico es un proceso gradual de expansión de la producción. El
desarrollo es un proceso dramático, basado en nuevas combinaciones de medios y métodos de
producción, que conducen a transformaciones en la organización de las industrias.
Según Díaz (2013) la economía del desarrollo se basa en la argumentación keynesiana,
debido a que los países no deben dejar al mercado la solución de todos sus problemas, porque
siendo un mecanismo de asignación de recursos, el Estado tiene que regularlo. La propuesta
keynesiana proporcionó las pistas fundamentales para comenzar a revelar la senda de
superación del subdesarrollo (Díaz, 2013). Sorhegui (2002) plantea la posibilidad de surgimiento
de la teoría del desarrollo, precisamente porque fue Keynes (1968) el primer economista
burgués que cuestiona la teoría neoclásica.
La teoría del crecimiento exógeno, en base al modelo Harrod (1939) registró el primer
intento de dinamizar un modelo de la propuesta keynesiana. También Domar (1946) contribuyó a
fortalecer estas ideas. Ambos se unificaron en el modelo Harrod-Domar2. La conclusión
fundamental del modelo, estriba en que los países subdesarrollados necesitan una fuente de
ahorro interno para la inversión, que pueda expandir el crecimiento del producto.
Bajo la influencia de este modelo surgen los pioneros de la teoría del desarrollo,
enfocados en el crecimiento económico a largo plazo. Sus iniciadores fueron entre otros
Rosentein-Rodan (1943)3, Nurkse (1952) y Lewis (1960). El argumento sostenido descansa en la
idea del crecimiento equilibrado, propuesto análogamente a la teoría ricardiana del comercio
internacional. Con un Estado interventor el proceso inversionista sería la clave del desarrollo.
Estudios del Desarrollo Social: Cuba y América Latina. 2018. 02. (Número 1). 22-46
25
Desde la perspectiva teórica de Rosentein-Rodan, se formularon las primeras
concepciones que indicaban la necesidad de capital para la transformación estructural de las
regiones subdesarrolladas4. La inversión se convirtió en el gran empujón que servía de motor al
crecimiento económico, que devino en equilibrado y desequilibrado.
Hay un nivel mínimo de recursos que debe ser dedicado a un programa de desarrollo, si este ha
de tener alguna probabilidad de éxito. Lanzar a un país a un crecimiento autosostenido es, en
cierto modo, como hacer despegar un avión. Hay una velocidad crítica sobre la pista antes de
que el aparato se eleve. Procediendo “paso a paso”, no se lograría un efecto igual a la suma
total de los pasos. Un quantum mínimo de inversión en condiciones necesaria -aunque no
suficiente- para el éxito. Esto es, expresado en pocas palabras, el contenido de la teoría del gran
impulso. (Rosentein-Rodan, 1957; citado en Sorhegui, 2002, pp. 58-59)
La teoría del crecimiento equilibrado (Rosentein-Rodan, 1943; Nurkse, 1955) plantea la
imposibilidad de crecer en los países subdesarrollados. Su énfasis reside en los obstáculos al
crecimiento, entre los que destacan; el tamaño reducido de los mercados, los bajos niveles
tecnológicos y el exceso de población. Para romper el círculo vicioso urgen los incrementos de
ahorro interno y la inversión extranjera, todos con el objetivo de captar capital y lanzar un
programa de inversiones lo más armónico posible.
El argumento del crecimiento equilibrado para países subdesarrollados se convirtió en
punto de ataque por Myrdal (1957) y Hirschman (1964). Estos economistas propusieron no solo
la intervención estatal, sino además, la protección a las industrias nacientes y los
encadenamientos productivos, apoyado en la planificación sectorial de inversiones. El
desequilibrio de un sector se convierte en factor de arrastre de los demás.
La idea de la causación acumulativa de Myrdal (1957) exterioriza un efecto dominó en la
economía. Se accede al desarrollo por medio de la interacción de esferas de beneficios. Un
sector inicial recibe un impulso, que al ascender impulsa a otro, y así sucesivamente. Los
Estudios del Desarrollo Social: Cuba y América Latina. 2018. 02. (Número 1). 22-46
26
sucesivos efectos de causación sobre todos los sectores influyen positivamente sobre el original
(Singer, 1998).
La visión de Hirschman (1964) consideró la industrialización como senda en la estrategia
de desarrollo, diferenciándose de sus colegas, por la admisión de la acumulación de capital y la
modernización como elementos insuficientes. En este sentido el carácter endógeno del proceso
de desarrollo sería la resultante de un proceso de toma de decisiones, involucrando creencias y
expectativas en las personas.
[…] la economía del desarrollo surgió como el inicio de un esfuerzo que habría de lograr una
emancipación global del atraso. Para que tal esfuerzo cumpla su promesa, deberá afrontarse el
desafío planteado por la mala política, en lugar de evadirlo. Ya se ha puesto en claro que esto no
puede lograrse solo por la acción de la ciencia económica. Por esta razón no puede frenarse por
completo la declinación de la economía del desarrollo: nuestra subdisciplina había alcanzado un
brillo y un entusiasmo considerables gracias a la idea implícita de que podría acabar por sí sola
con el dragón del atraso, o que por lo menos sería fundamental su contribución a esta tarea.
Ahora sabemos que no ocurre así; un pensamiento consolador es que quizá hayamos ganado
en madurez lo que hemos perdido en entusiasmo. (Hirschman, 1985, p. 446; énfasis original)
Su auge estuvo marcado por la confluencia de dos ingredientes básicos: 1) el rechazo a la
pretensión monoeconómica y, 2) la pretensión del beneficio recíproco. El primero indica la
incompatibilidad de las teorías tradicionales para explicar el subdesarrollo. El segundo,
especifica cierta configuración de las relaciones entre países desarrollados y subdesarrollados,
donde ambos salgan ganando (Hirschman, 1985). Su visión del proceso de desarrollo descansa
en la endogeneidad y habilidad mental de los decisores en la formulación y conducción de
políticas públicas.
A pesar de que Hirschman (1985) declaró muerta la economía del desarrollo, su
resurgimiento no hizo esperar. Lucas (1988) se encargó de revitalizarla. La teoría del desarrollo
Estudios del Desarrollo Social: Cuba y América Latina. 2018. 02. (Número 1). 22-46
27
avanzó desde una concepción economicista, hasta que a mediados de los años 60 declinó su
importancia en el ámbito académico internacional (García, 2006).
De esta manera, la historia de la economía del desarrollo puede describirse como una que
comprende dos ciclos similares: el primero durante los años 40 y 50 el que se enfatiza el
crecimiento del PNB, a la cual le siguen los años 60 y 70 en los que el énfasis es la distribución;
y el segundo caracterizado por el renovado crecimiento del PNB en la contrarrevolución
neoclásica durante los años 80, a la que sigue un renovado énfasis por el desarrollo humano y el
alivio de la pobreza en los años 90. (Singer, 1998, p. 567)
Entre las causas que se pueden citar en favor del declive de los estudios sobre el desarrollo,
sobresale a nuestro entender, la avanzada neoliberal que secundó la crisis del modelo
keynesiano en los años 705. Las ideas de Keynes (1968)6 se vieron superadas por la realidad.
De acuerdo con Adelman & Taft Morris (1997) y Adelman (1999), el proceso de desarrollo
ha sido multifacético y no lineal. A pesar de su aparente carácter general, este ha demostrado a
lo largo de la historia, que los patrones de desarrollo han estado asociados a especificidades
históricas, sociales, culturales, demográficas y políticas. En Europa, Asia y América Latina, se
pueden observar claramente experiencias contrastantes.
Emmerij (1998) y Adelman (1999) destacan la importancia de las condiciones económicas
iniciales y el rol de las instituciones. El proceso de desarrollo es altamente complejo y
contradictorio y la historia ha demostrado que sí cuenta. Su análisis no admite argumentos
monofactoriales, que explican algunas experiencias particulares, pero excluyen la generalidad.
Los problemas que condicionaron el auge de esta subdisciplina no han desaparecido, más bien
se han acentuado. Su investigación requiere un enfoque de Economía Política; que supere el
determinismo economicista, el simplismo del beneficio recíproco, la irrelevancia de aplicar
teorías preconcebidas a condiciones históricas-concretas diversas, y el escepticismo a las
políticas públicas.
Estudios del Desarrollo Social: Cuba y América Latina. 2018. 02. (Número 1). 22-46
28
Variante latinoamericana de la teoría del desarrollo.
El estructuralismo
El argumento que dio origen a las propuestas fundamentales del estructuralismo se ubica en la
división del sistema capitalista entre centro y periferia, que tuvo en Prebisch (1986) a su
iniciador. En un polo se ubica el desarrollo y en el otro el subdesarrollo, como procesos
simultáneos en el tiempo, y en gran medida, como oposición a la concepción estática-etapista de
Rostow (1961).
[…] la explicación del proceso de cambio de las economías y sociedades de América Latina,
consiste en concebir el subdesarrollo como parte del proceso histórico global de desarrollo; tanto
el subdesarrollo como el desarrollo son dos aspectos de un mismo fenómeno, ambos procesos
son históricamente simultáneos, están vinculados funcionalmente y, por lo tanto, interactúan y se
condicionan mutuamente, dando como resultado, por una parte, la división del mundo entre
países industriales, avanzados o centros, y países subdesarrollados, atrasados, o periféricos; y,
por otra parte, la repetición de este proceso dentro de los países subdesarrollados en áreas
avanzadas y modernas, y áreas, grupos y actividades atrasadas, primitivas y dependientes. El
desarrollo y el subdesarrollo pueden comprenderse, entonces, como estructuras parciales pero
interdependientes, que componen un sistema único. (Sunkel & Paz, 1973, p. 6)
La distinción especial subyace en la idea de concebir el subdesarrollo y el desarrollo no como
dos momentos de un mismo camino, sino como expresiones simultáneas de una misma realidad
(Estay, 2003). Por tanto: “[…] el subdesarrollo no es sino una cierta conformación de la
estructura económica, derivada de la forma en que se propagó el progreso técnico en el plano
internacional” (Furtado, 2003, p. 79).
La originalidad de esta propuesta parte de considerar una división del sistema capitalista
en dos polos, uno homogéneo y desarrollado llamado centro, y otro heterogéneo y
subdesarrollado llamado periferia, ambos polos presentan desiguales niveles de especialización
Estudios del Desarrollo Social: Cuba y América Latina. 2018. 02. (Número 1). 22-46
29
en la división internacional del trabajo. La singularidad consistió en analizar las interrelaciones
dialécticas entre las partes y el todo, es decir, las estructuras que componen el sistema
capitalista.
La propuesta partió de una importante diferencia metodológica. Ello se verificó en la
creación del método histórico-estructuralista7. Con este enfoque, se muestra por primera vez un
análisis heterodoxo en la teoría del desarrollo. Marcó un punto de bifurcación respecto a la teoría
neoclásica, porque no se produce un crecimiento equilibrado, más bien se comienza a ver la
situación latinoamericana como herencia del saqueo colonial y neocolonial de los países
desarrollados. De acuerdo con Sorhegui (2002), lo específico del enfoque estructuralista fue el
análisis de los patrones estructurales, que vinculan asimétricamente y continuamente las
economías centrales a las periféricas.
Según Hidalgo-Capitán (2012) la llamada Industrialización vía Sustitución de
Importaciones (ISI) fue el intento tardío de industrialización en América Latina, como medida
para saldar las brechas comerciales que originaba la especialización productiva del centro
productor de manufacturas y la exportación de materias primas procedente de la periferia. El
mensaje era claro: tratar de producir lo que se importaba para eliminar el intercambio desigual
entre ambos subsistemas.
Esta propuesta tuvo una importante limitación metodológica, que radicó en aceptar
acríticamente el orden capitalista. Al estructuralismo le interesan las estructuras, pero no como
se conforman en un sistema dado. El cuestionamiento de este aspecto posibilitó el auge de la
teoría de la dependencia, verificando una continuidad en el análisis del subdesarrollo, y una
ruptura en el enfoque metodológico.
La Teoría de la Dependencia.
Los años 50 marcaron la súbita aparición del debate mundial entre subdesarrollo y desarrollo.
Década y media después, el centro de las polémicas se trasladó hacia la Teoría de la
Estudios del Desarrollo Social: Cuba y América Latina. 2018. 02. (Número 1). 22-46
30
Dependencia. Sus orígenes teóricos más importantes se pueden ubicar en las concepciones
estructuralistas, y la influencia de la teoría económica marxista. Asimismo, la presencia de
distorsiones en el modelo ISI, contribuyó a debatir la superación del subdesarrollo por la vía de
la industrialización. El surgimiento del pensamiento dependentista, estuvo condicionado por una
doble influencia: tanto del keynesianismo sobre el estructuralismo, como del marxismo sobre los
neomarxistas que estaban ligados a la CEPAL.
Si la teoría del desarrollo y del subdesarrollo era el resultado de la superación del dominio
colonial y del surgimiento de burguesías locales deseosas de encontrar su camino de
participación en la expansión del capitalismo mundial, la teoría de la dependencia, surgida
durante la segunda mitad de la década de 1960, representó un esfuerzo crítico para comprender
las limitaciones de un desarrollo iniciado en un periodo histórico en que la economía mundial
estaba ya constituida bajo la hegemonía de enormes grupos económicos y poderosas fuerzas
imperialistas, aun cuando una parte de ellas estaba en crisis y abría oportunidad para el proceso
de descolonización. (Dos Santos, 2002, p. 5)
La Teoría de la Dependencia constituye la continuidad de la economía política marxista, ajustada
a las condiciones del capitalismo subdesarrollado. Marx (1973a, 1973b, 1973c) dedicó su obra a
la investigación del capitalismo desarrollado, y presentó -salvo en el capítulo último del primer
tomo de El Capital- muy pocos espacios a la teorización de la periferia. No obstante, este
esfuerzo teórico incorpora a la economía política marxista la investigación del comercio mundial
y su incidencia en el proceso de acumulación capitalista.
La dependencia está condicionada por el acelerado proceso de cambio tecnológico, que
tiene su epicentro en los piases desarrollados. Su expresión histórica en las condiciones del
capitalismo periférico, ha quedado reducidas a una relación desigual en el comercio
internacional, donde el deterioro de los términos de intercambio ha sido la regla más que la
excepción. Al mismo tiempo la diferencia de ingresos por exportación entre ambos polos es
progresiva, y la brecha tecnológica muestra un distanciamiento importante. Las disparidades al
Estudios del Desarrollo Social: Cuba y América Latina. 2018. 02. (Número 1). 22-46
31
interior de la región expresan una heterogeneidad estructural, que fractura los frutos del cambio
tecnológico, y los filtra hacia el capitalismo desarrollado.
Marini (1973) sostuvo que las relaciones con el centro capitalista luego de la revolución
industrial, implicaron un importante cambio en América Latina. Por ello el proceso de desarrollo
en la región fue, la consecuencia de la inserción internacional en una dinámica ya definida por la
división internacional del trabajo. En consecuencia, se establece la dependencia.
Entre sus más importantes autores destaca André Gunder Frank. Él expuso el carácter
capitalista de América Latina desde sus orígenes, a partir de insertarse en el mercado mundial
en el siglo XVI. De acuerdo con Solorza y Cetré (2011) además de este autor, se ubican
Theotonio Dos Santos, Ruy Mauro, Vania Bambirra, Aníbal Quijano, Orlando Caputo entre otros,
que adoptaron un enfoque neomarxista en sus investigaciones. La utilización de la dialéctica fue
una constante en todos ellos.
De modo general la problemática fundamental de estos pensadores fue demostrar que la
dependencia no es un fenómeno externo, sino que al interior de la periferia se articulan
estructuras internas, insuperables desde la perspectiva de la teoría del desarrollo. En este
sentido la formulación de estrategias de desarrollo como la ISI, eran vistas como intentos
desesperados por acceder a un desarrollo truncado.
La idea del desarrollo del subdesarrollo de André Gunder Frank, constituyó una diferencia
importante con otros pensadores de esta corriente -tal vez por ser idea fundacional-, ya que el
concepto alude a una satelización de los países subdesarrollados (Gunder, 1967). De acuerdo
con este autor, el subdesarrollo se corresponde con un estadio atrasado y anterior al
capitalismo.
Sin embargo, Dos Santos (1971) entendió el subdesarrollo como una consecuencia del
desarrollo capitalista, que deriva en un capitalismo dependiente, en la que los países de América
Latina no pueden superar su condición sin un cambio cualitativo en sus estructuras internas y en
Estudios del Desarrollo Social: Cuba y América Latina. 2018. 02. (Número 1). 22-46
32
sus relaciones externas. Esta condición se origina por la conformación de estructuras internas a
imagen y semejanza de las relaciones externas, las que someten a su lógica de dependencia al
capitalismo periférico. Las medidas propuestas por la CEPAL y otras instituciones no parecen
permitir la destrucción de las terribles cadenas impuestas por el desarrollo dependiente (Dos
Santos, 1971). Se trata de:
[…] trascender la teoría del desarrollo que busca explicar la situación de los países
subdesarrollados como consecuencia de su lentitud o de su fracaso en la adopción de patrones
de eficiencia característicos de los países desarrollados […] y que, si bien admite la existencia
de una dependencia “externa”, es incapaz de advertir el subdesarrollo de la manera en que lo
entiende nuestra teoría, como consecuencia y parte del proceso de expansión mundial del
capitalismo, parte necesaria e integralmente ligada a este proceso. (Dos Santos, 1971, p. 44)
Como una variante más de la Teoría de la Dependencia se ubican a Fernando Henrique
Cardoso y Enzo Faletto. Aunque son considerados neomarxistas no ortodoxos, conciben la
dependencia en términos de relaciones de clase, lo que les permitió observar la posibilidad de
conservar una coexistencia entre desarrollo capitalista y situaciones concretas de dependencia
(Solorza & Cetré, 2011).
La dependencia actúa en un solo sentido, solo encuentra solución fuera de los marcos del
sistema de relaciones capitalistas de producción. La unilateralidad del proceso de desarrollo
capitalista expande sus relaciones de poder hacia los países subdesarrollados, donde el
escenario es propicio para acceder a una fuente de recursos naturales relativamente grande,
según la premura del proceso de cambio tecnológico.
El Neoestructuralismo
Si bien los años 50 y 60 estuvieron signados por la estrategia de sustitución de importaciones y
la radicalización del pensamiento económico hacia una vertiente neomarxista, los años 70 fueron
marcados por la convergencia de varios procesos importantes. Desde el punto de vista externo
Estudios del Desarrollo Social: Cuba y América Latina. 2018. 02. (Número 1). 22-46
33
se produce a nivel sistémico una profunda crisis en el patrón de acumulación capitalista. La
caída en la tasa de ganancia inicia el camino de regresión hacia la ortodoxia neoliberal.
A fines de los años 70 se inicia el proceso de reestructuración neoliberal, al tiempo que el
proceso de la globalización intensifica su difusión internacional como expresión del desarrollo de
las fuerzas productivas8. La economía internacional experimentó profundas transformaciones en
este periodo. El nivel de afectación de estos cambios en la región se evidenció con la crisis de la
deuda externa en los años 80. La convergencia de estas circunstancias condicionó la pérdida de
la autoridad de la CEPAL en materia de desarrollo económico (Medina, 2009). Al mismo tiempo
culminaba la etapa de mayor crecimiento económico del capitalismo.
De acuerdo con Rosenthal (1998) su origen radicó en la crisis de la deuda externa de
1982. El estallido de la crisis fue la conjunción de factores acumulados durante varias décadas.
El cambio radical en el pensamiento económico latinoamericano estuvo, en gran parte,
condicionado por un debate fuera de fronteras. A escala global se produjo el abandono de las
políticas de desarrollo y la promulgación del neoliberalismo.
En medio de los programas de ajuste estructural del decenio de los 80, persistía un viejo
problema: la desigual distribución del ingreso. La misma se acentuaba con las políticas
neoliberales, mientras al interior de CEPAL se producía un intenso debate centrado en el corto
plazo. La conjunción de estos factores hizo mella en la situación social, agravada por los golpes
de estado en algunos países de la región. El clima político se tornaba de esta manera favorable
a la instauración del neoliberalismo.
De acuerdo con Medina (2009) la CEPAL no solo perdió la autoridad en términos de
desarrollo, sino que se centró en políticas cortoplacistas y abandonó la perspectiva histórica de
su método de investigación. Hacia fines de los 80 se recuperó la visión de largo plazo. En
consecuencia, el desarrollo dejó de ser el objeto de investigación. La institución sufrió la crisis de
la teoría del desarrollo.
Estudios del Desarrollo Social: Cuba y América Latina. 2018. 02. (Número 1). 22-46
34
Un estudio del proceso de industrialización en los países de Asia Oriental, y su
comparación con el de América Latina, hicieron a Fajnzylber (1983) concluir que existía una
diferencia en el patrón de crecimiento latinoamericano. Indicó la existencia de un “casillero vacío”
en la región, marcado por el escaso dinamismo económico y alta desigualdad distributiva en los
ingresos. Ambos son secuelas del proceso de sustitución de importaciones. La importación de
tecnología desde los países desarrollados obstaculiza el proceso de aprendizaje tecnológico que
lo debe acompañar. La supresión de esta situación estriba en un círculo virtuoso entre
crecimiento, competitividad, progreso técnico y equidad.
Ante esta situación CEPAL (1990) inició la reconquista de la autoridad perdida en materia
de desarrollo. Ello se produjo bajo la influencia del neoliberalismo. No obstante, la institución ha
marcado distancia con la ortodoxia, al basar sus investigaciones en las lecciones históricas de la
industrialización asiática. Sin embargo, su propuesta dista de la concepción histórico-
estructuralista que le dio origen.
De acuerdo con Medina (2009) los avances en materia de industrialización logrados con
la ISI, no contribuyeron a cerrar la brecha tecnológica que separa a las economías
latinoamericanas de los países desarrollados. La sustitución de importaciones no superó la
concentración del cambio tecnológico en el centro, y lejos de atenuarla se incrementó. La nueva
propuesta plantea la necesidad de lograr una adecuada inserción internacional mediante el logro
de la competitividad.
La industrialización debe ser un proceso integral (CEPAL, 1990). Plantea superar no solo
la vieja estrategia ISI que se encapsuló en el sector primario, sino que los demás sectores deben
transformarse también. La distinción esencial radicó en el rol del cambio tecnológico, porque las
innovaciones tecnológicas en todos los sectores incrementan el valor agregado de las
exportaciones.
Uno de los principales objetivos de lo que denominamos la transformación productiva es
evolucionar hacia actividades económicas que generen mayor valor agregado y ofrezcan
Estudios del Desarrollo Social: Cuba y América Latina. 2018. 02. (Número 1). 22-46
35
mayores posibilidades de crecimiento: es decir, lograr ventajas comparativas dinámicas. Por lo
tanto, es probable que las medidas de intervención selectivas a las que hice alusión
anteriormente se orienten al desarrollo de grupos de actividades que giren en torno a los
productos industriales por los que América Latina se destaca, estableciendo vínculos hacia
adelante y hacia atrás a fin de obtener productos de mayor complejidad y valor agregado.
(Rosenthal, 1998, p. 224)
Lejos de desarrollar una crítica al sistema capitalista, la institución se ubica del lado del
reformismo. Su concepción se limita a resolver las asimetrías entre centro y periferia en los
marcos del capitalismo. Inicialmente la inserción se debía resolver mediante la ISI, el cambio
reside en la competitividad internacional por medio de la sustitución de exportaciones. La
primera se corresponde al auge de la teoría del desarrollo y la creencia de la industrialización
como su trayectoria. La segunda se encumbra en la crisis en la teoría del desarrollo, y el auge
del neoliberalismo.
El pensamiento neoestructuralista y el estructuralismo conservan ciertas semejanzas9. El
origen del estructuralismo se debió al deterioro de los términos de intercambio comercial entre
centro y periferia (Prebisch, 1986). De acuerdo con Bajraj (2000) CEPAL ha mantenido el
enfoque integrado sobre el desarrollo, desde una perspectiva analítica global; con dimensiones
políticas, económicas, sociales e institucionales. Además la transformacion estructural de las
economías latinoamericanas ha sido otra constante del pensamiento cepalino.
La CEPAL ha señalado durante más de medio siglo que el desarrollo no es un proceso
espontáneo, más bien es lo opuesto. Por su parte Bielschowsky (2009) alega que el enfoque
macroeconómico asumido por CEPAL es heterodoxo, y el análisis sobre la inestabilidad de
precios y el nivel de actividad han tenido un fundamento en los desequilibrios externos de la
especialización productiva.
Según Ocampo (2000) el neoestructuralismo se asienta en tres ejes temáticos que
resultan claves, porque han marcado históricamente el devenir de la institución. Estos resortes
Estudios del Desarrollo Social: Cuba y América Latina. 2018. 02. (Número 1). 22-46
36
de CEPAL en sus casi siete décadas han sido; rescate de la inserción internacional, definición
de los mecanismos de transmisión del cambio tecnológico, y la relación entre equidad y proceso
de desarrollo.
Al mismo tiempo prevalecen elementos de ruptura entre ambos. Se destaca la concepción
centro-periferia que le dio origen. La nueva terminología utiliza sistemas categoriales cercanos al
neoliberalismo, y en su lugar utiliza términos como países avanzados y atrasados10, que
dificultan su comprensión en términos estructuralistas.
El neoestructuralismo no desecha la herencia lograda durante varias décadas, más bien
intenta conciliar las diferencias y enfocarse hacia un proceso de desarrollo multidimensional. La
nueva propuesta busca aprovechar las capacidades en infraestructura creadas. Considera
oportuno pasar a la segunda fase del proceso industrializador: avanzar hacia la sustitución de
exportaciones de alto valor agregado.
Un aspecto medular en el análisis teórico deriva del método de investigación utilizado.
Existe cierto debate sobre la metodología adoptada por los neoestructuralistas. Bajraj (2000) y
Bielschowsky (2009) consideran cierta permanencia del método histórico-estructural11. Sin
embargo, Medina (2009; 2012), Medina & Días (2012) consideran que se ha producido un
abandono, que se aproxima peligrosamente a las propuestas neoliberales.
A pesar de las desviaciones metodológicas de CEPAL en las últimas dos décadas,
prevalecen en sus análisis más elementos continuidad teórica que de ruptura. Sus desviaciones
obedecen a elementos coyunturales, que la condujeron al dilema de permanecer anclada en sus
viejas concepciones de largo plazo, y mostrarse inútil a los requerimientos de los gobiernos, o
adecuarse al contexto cortoplacista, consecuentemente, recuperar su autoridad moral en materia
de desarrollo. Finalmente optó por la segunda variante.
Estudios del Desarrollo Social: Cuba y América Latina. 2018. 02. (Número 1). 22-46
37
CONCLUSIONES
A pesar de que el gran logro de la teoría del desarrollo fue trasladar la mira hacia los países
subdesarrollados, sus propuestas no superan la adopción acrítica de experiencias acumuladas
en los propios países desarrollados. El grupo de economistas del desarrollo se dedicó a
encontrar la teoría más adecuada para aplicar al Tercer Mundo, y descuidó la exposición de las
causas que originaron el subdesarrollo. Mientras esto ocurría en los círculos académicos más
importantes, en América Latina se daban las condiciones propicias para el surgimiento de un
pensamiento alternativo. Tal pensamiento, no obstante sus limitaciones burguesas, nunca
aceptó que el subdesarrollo fuera una etapa transitoria hacia el desarrollo.
La concepción centro-periferia de Prebisch inició el ataque al establishment. El
estructuralismo sistematiza un pensamiento autóctono, que ya había sido iniciado antes, pero no
se articulaba en un núcleo teórico integrado. Desde esta perspectiva se impulsó una estrategia
de industrialización mediante la sustitución de importaciones. La misma se erigió como
alternativa de inserción internacional, ante la desigual distribución de los frutos del progreso
técnico en la periferia.
A mediados del decenio de los años 60 surgió la Teoría de la Dependencia. La misma
adolece de un núcleo teórico integrado, incapaz de unificar sus diferentes enfoques
metodológicos. Todavía compone un programa de investigación inconcluso. No obstante,
constituyó un esfuerzo formidable por incorporar la concepción dialéctico-materialista del
marxismo a las condiciones del subdesarrollo. Sus investigaciones demostraron que el carácter
dependiente del capitalismo periférico, está ciertamente correlacionado con el problema del
subdesarrollo.
El desarrollo capitalista central imposibilita el desarrollo capitalista en la periferia,
subordinándola en una dinámica que asume formas de dependencia comercial, tecnológica y
financiera. Una de las más importantes contribuciones del pensamiento dependentista fue
exponer los peligros de la importación de tecnologías del centro. La relación virtuosa entre
Estudios del Desarrollo Social: Cuba y América Latina. 2018. 02. (Número 1). 22-46
38
cambio tecnológico y proceso de acumulación capitalista, permitieron la dependencia de la
periferia a los requerimientos del proceso de desarrollo en el centro.
El cambio estructural de la CEPAL plantea superar esta deficiencia. Ninguna teoría del
desarrollo es irrelevante, como ninguna es el camino a seguir. El proceso de desarrollo depende
de interacciones que median entre estos polos. La historia ha demostrado que el Estado es un
factor clave. Las políticas públicas, surgidas a la luz de las concepciones keynesianas,
demuestran vehementemente que el desarrollo es un proceso deliberado. La historia ha puesto
de relieve que el mercado incentiva la actividad económica, gracias a la competencia que le es
característica, pero al mismo tiempo, provoca disparidades que menoscaban el desarrollo como
un proceso integral.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
ADELMAN, I. (1999). Fallacies in development theory and their implications for policy. Working
Paper, (887), Department of Agricultural and Resource Economics and Policy, University
of California at Berkeley.
ADELMAN, I. & TAFT MORRIS, C. (1997). Development History and Its Implications for Development
Theory: An Editorial. World Development, 25 (6).
BAJRAJ, R. (2000). Objetivos y estructura del seminario. (La CEPAL en sus 50 años notas de un
seminario conmemorativo). Santiago de Chile: Publicación de Las Naciones Unidas
LC/G.2103-P., 13-15.
BIELSCHOWSKY, R. (2009). Sesenta años de la CEPAL: estructuralismo y neoestructuralismo.
Revista de la CEPAL, (97), 174-194.
CEPAL. (1990). Transformación Productiva con Equidad: la tarea prioritaria del desarrollo de
América Latina y el Caribe en los años noventa. Santiago de Chile. (LC/G.1601-P):
Publicación de las Naciones Unidas.
Estudios del Desarrollo Social: Cuba y América Latina. 2018. 02. (Número 1). 22-46
39
DÍAZ, L. (2013). Análisis crítico de la concepción estructuralista del desarrollo económico en el
pensamiento de Felipe Pazos (1935-1962).Tesis de Doctorado. Universidad de La
Habana, Cuba.
DOIMEADIÓS, Y. (2007). El crecimiento económico en Cuba: Un análisis desde la productividad
total de los factores. Tesis de Doctorado. Universidad de la Habana, Cuba.
DOMAR, E. (1946). Capital Expansion, Rate of Growth and Employment. Econométrica, 14 (2),
137-147.
DOS SANTOS, T. (1971). La estructura de la dependencia. En Sweezy, P. (Coord.), Economía
política del imperialismo, (pp. 43-64). Argentina: Ediciones Periferia.
DOS SANTOS, T. (2002). La teoría de la dependencia balance y perspectivas. México: Plaza &
Janés Editores.
EMMERIJ, L. (1988). Teoría y práctica del desarrollo: ensayo introductorio y conclusiones de
política. En Emmerij, L. & Núñez del Arco, J. (Comps.), El desarrollo económico y social
en los umbrales del siglo XXI (3-40). Washington: Banco Interamericano de Desarrollo.
ESTAY, J. (2003). El tema del desarrollo en la agenda internacional: ¿Reaparición… en los
discursos? Problemas del desarrollo, 34 (135), 66-86.
FAJNZYLBER, F. (1983). La industrialización trunca en América Latina. México: Editorial Nueva
Imagen.
FURTADO, C. (2003). El capitalismo global. México: Fondo de Cultura Económica.
GARCÍA, M. (2006). El desarrollo en la encrucijada. Economía y Desarrollo, 139 (1), 34-59.
GUNDER, A. (1967). El desarrollo del subdesarrollo. Pensamiento Crítico, (7).
Estudios del Desarrollo Social: Cuba y América Latina. 2018. 02. (Número 1). 22-46
40
HARROD, R. (1939). An Essay in Dinamic Theory. Economic Journal, 49 (193), 14-33.
HIDALGO-CAPITÁN, A. L. (2012). Economía política del desarrollo y el subdesarrollo. Revisitando la
teoría de la dependencia. Revista Iberoamericana de Estudios de Desarrollo, 1 (1).
HIRSCHMAN, A. ( 985). Auge y decadencia de la economía del desarrollo. En Gersovitz, M.; Días-
Alejandro, C. F.; Ranis; G. & M. R. Rosenzweig, M. R. (Comps.), Teoría y experiencia del
desarrollo económico, (pp. 448-469). México: Fondo de Cultura Económica.
HIRSCHMAN, A. (1964). La estrategia del desarrollo económico. México: Fondo de Cultura
Económica.
KEYNES, J. M. (1968). Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero. Cuba: Edición
Revolucionaria, Instituto Cubano del Libro.
KRUGMAN, P. (1997). The Fall and Rise of Development Economics. En Development, Geography
and Economic Theory. Boston, MIT Press.
LEWIS, W. A. (1960). Desarrollo económico con oferta ilimitada de mano de obra. El Trimestre
Económico, 27 (108), 629-675.
LUCAS, R. (1988). On the Mechanics of Economic Development. Journal of Monetary Economics,
22 (1), 3-42.
MARINI, R. M. (1973). Dialéctica de la dependencia. En Martins, C. E., América Latina,
dependencia y globalización. Fundamentos conceptuales Ruy Mauro Marini (107-149).
Bogotá: CLACSO Siglo del Hombre Editores.
MARX, C. (1973). El Capital. Tomo I. Cuba: Editorial de Ciencias Sociales.
Estudios del Desarrollo Social: Cuba y América Latina. 2018. 02. (Número 1). 22-46
41
MEDINA, Z. (2009). La estrategia transformacion productiva con equidad. Análisis crítico. Tesis de
Doctorado. Universidad de La Habana, Cuba.
MEDINA, Z. (2012). La propuesta de la CEPAL sobre la transformación productiva con equidad y
el escenario latinoamericano actual. La radicalización del pensamiento latinoamericano.
Economía y Desarrollo, 147 (1), 213-232.
MEDINA, Z. & DÍAZ, L. (2012). El método histórico-estructural: ¿eje del pensamiento cepalino en su
versión neoestructuralista? Temas de Economía Mundial, Nueva Época II, (22), 40-53.
MYRDAL, G. (1957). Economic Theory and Underdevelopment. London: Duckworth.
NURKSE, R. (1955). Problemas de formación de capital en los países insuficientemente
desarrollados. México: Fondo de Cultura Económica.
NURKSE, R. (1952). Some international aspects of the problem of economic development.
American Economic Review Papers and Proceedings of the Sixty-fourth Annual Meeting of
the American Economic Association, 42 (2), 571-583.
OCAMPO, J. A. (2000). Nuestra agenda. (La CEPAL en sus 50 años notas de un seminario
conmemorativo). Santiago de Chile: Publicación de Las Naciones Unidas LC/G.2103-P.,
121-130.
PÉREZ, O. (2009). Internacionalización del capital: respuesta socialista. Cuba: Editorial Félix
Varela.
PÉREZ, O. (2002). Globalización y gestión del capital: El caso de Chile. La necesidad de una
alternativa. Tesis de Doctorado. Universidad de Barcelona, España.
PREBISCH, R. (1986). El desarrollo económico de la América Latina y algunos de sus principales
problemas. Desarrollo Económico, 26 (103), 479-502.
Estudios del Desarrollo Social: Cuba y América Latina. 2018. 02. (Número 1). 22-46
42
RIVERA, M. A. (2014). Desarrollo económico y trayectorias históricas. Una aproximación al caso
de Brasil y México. Problemas del Desarrollo, 179 (45), 9-33.
ROSENTEIN-RODAN, P. (1957). Notes on the theory of “big push”. (Economic Development
Program). Italy Project, C/57-25. Center for International Studies, Massachusetts Institute
of Technology, Cambridge, Massachusetts.
ROSENTEIN-RODAN, P. (1943). Problems of industrialization of Eastern and South Eastern Europe.
Economic Journal, 53 (210/211), 202-211.
ROSENTHAL, G. (1988). Pensamiento y políticas sobre el desarrollo en América Latina y el Caribe:
pasado y futuro. En Emmerij, L. & Núñez del Arco, J. (Comps.), El desarrollo económico y
social en los umbrales del siglo XXI, (pp. 209-229). Washington: Banco Interamericano de
Desarrollo.
ROSTOW, W. W. (1961). Las etapas del crecimiento económico. Un manifiesto no comunista.
México: Fondo de Cultura Económica.
SCHUMPETER, J. A. (1997). Teoría del desenvolvimiento económico. México: Fondo de Cultura
Económica.
SEN, A. (1988). Teorías del desarrollo a principios del siglo XXI. En Emmerij, L. & Núñez del Arco,
J. (Comps.), El desarrollo económico y social en los umbrales del siglo XXI (589-610).
Washington: Banco Interamericano de Desarrollo.
SINGER, H. W. (1988). ¿Es aun relevante la economía del desarrollo? En Emmerij, L. & Núñez del
Arco, J. (Comps.), El desarrollo económico y social en los umbrales del siglo XXI, (pp. 563-
568). Washington: Banco Interamericano de Desarrollo.
Estudios del Desarrollo Social: Cuba y América Latina. 2018. 02. (Número 1). 22-46
43
SMITH, A. (2007). An Inquiry into the nature and causes of the wealth of nations. Edited by S. M.
Soares: MetaLibri Digital Library. [Versión de Springer]. Disponible en: http:
//metalibri.incubadora. fapes.br
SOLORZA, M. & CETRÉ, M. (2011). La teoría de la dependencia. Revista Republicana, (10), 127-
139.
SORHEGUI, R. (2002). El problema del desarrollo económico en el pensamiento económico
cubano entre 1945-1960. Tesis de Doctorado. Universidad de La Habana, Cuba.
STERN, N. (1989). The Economics of development. The Economic Journal, 99 (397).
SUNKEL, O. (2000). La labor de la CEPAL en sus primeros dos decenios. (La CEPAL en sus 50
años notas de un seminario conmemorativo). Santiago de Chile: Publicación de Las
Naciones Unidas LC/G.2103-P., 33-40.
SUNKEL, O & PAZ, P. (1973). El subdesarrollo latinoamericano y la teoría del desarrollo. Cuba:
Editorial Pueblo y Educación.
TIGNOR, R. (2006). W. Arthur Lewis and the Birth of Development Economics. Princeton
University Press.
TOYE, J. (2004). 60 years of development economics. University of Manchester.
Enviado: 03/09/2017
Aprobado: 13/11/2017
Estudios del Desarrollo Social: Cuba y América Latina. 2018. 02. (Número 1). 22-46
44
Lic Diana Mendiluza Díaz, Profesora Asistente, Facultad de Educación Media, Universidad de
Pinar del Rio, Cuba, ORCID 0000-0002-6464-0424, Correo electrónico:
Lic. Yasmani Jimenez Barrera, Profesor Asistente, Facultad de Ciencias Económicas y
Empresariales, Universidad de Pinar del Rio, Cuba, ORCID 0000-0001-6429-9855, Correo
electrónico: [email protected]
NOTAS ACLARATORIAS
1 Algunos autores lo han definido como Teoría del Desarrollo (Hirschman, 1964 y 1985;
Sunkel & Paz, 1973; Sen, 1998; Adelman, 1999; Sorhegui, 2002; García, 2006; Rivera,
2014). En cambio, otros lo han definido como Economía del Desarrollo (Krugman 1997;
Rosenthal, 1998; Singer, 1998; Toye, 2004; Tignor, 2006; Díaz, 2013; Rivera, 2014). En
Adelman (1999) y Rivera (2014) se utilizan indistintamente.
2 Aunque han sido analizados de forma única, estos modelos presentan algunas diferencias.
En el caso de Harrod otorga mayor importancia a la función de inversión concreta,
mientras que Domar plantea la naturaleza dual de la tasa de inversión. En consecuencia,
el modelo Harrod-Domar plantea que mientras la renta nacional y el stock de capital
crezcan a la misma tasa constante, existe un equilibrio sostenido (Doimeadiós, 2007, p.
11).
3 Los autores consideran que Rosentein-Rodan fue el creador de la teoría del desarrollo. Este
criterio es además compartido por Stern (1989) y Krugman (1997). Aunque el propio Stern
considera que Lewis (1960) escribió el trabajo más influyente en la historia de este campo
de estudio.
Estudios del Desarrollo Social: Cuba y América Latina. 2018. 02. (Número 1). 22-46
45
4 Según Toye (2004), la teoría del desarrollo se inicia bajo la creencia de que el proceso de
desarrollo debía ser diseñado y conducido por el Estado, apoyado en la industrialización.
5 Véase: García (2006, pp. 36-37).
6 “[…] Keynes en realidad no elaboró un modelo de crecimiento, puesto que su enfoque fue
fundamentalmente estático y a corto plazo; pero, al mismo tiempo, el instrumental
analítico por él aportado fue ampliamente utilizado por numerosos economistas para la
elaboración de una vasta gama de modelos de crecimiento económico” (Sunkel & Paz,
1973, pp. 221).
7 Ello “[…] implica observar la historia, la sucesión de hechos a través del tiempo, sin una
hipótesis previa sobre los mismos, para inferir de ellos alguna hipótesis y elaborarla de
acuerdo con el método deductivo. […] Lo que constituye la esencia del método histórico-
estructural es que esa hipótesis previa sea totalizante. Porque si la historia debe ser
entendida, si puede ser aprehendida como proceso a través de una teoría, esta tendrá
que captarla como totalidad, en el sentido que los hechos que la componen se explican
los unos a los otros en sus interrelaciones y en su sucesión” (Sunkel & Paz, 1973, pp. 94).
8 Véase al respecto: Pérez (2002; 2009).
9 Han sido objeto de continuidad durante las casi siete décadas de la CEPAL la inserción
internacional; el cambio tecnológico, lograr la equidad, la disminución de la
heterogeneidad estructural, la preservación del mismo enfoque analítico, la integración
regional, la importancia del Estado y la interdisciplinariedad académica. Para una revisión
más profunda ver Medina (2009) y Bielschowsky (2009).
10 En Fajnzylber (1983) se utilizan por vez primera estos conceptos, que si bien se refieren a
desarrollo y subdesarrollo, ello abandona definitivamente la concepción estructuralista.
Estudios del Desarrollo Social: Cuba y América Latina. 2018. 02. (Número 1). 22-46
46
11 Sunkel (2000) plantea la persistencia de la visión estructural e histórica en los análisis
cepalinos. Reconoce ciertamente un vaivén en cuanto a la preservación de la visión de
mediano y largo plazo durante las dos primeras décadas, que en los años 70 y 80 se
centra en el corto plazo. En la década de los 90 se recupera la concepción clásica. Sunkel
(2000) declara que ello se debió a que CEPAL responde a las necesidades
intergubernamentales de la región, y a ello obedece su comportamiento errático. Asegura
que aunque existen enfoques alternativos a la teoría económica neoclásica, ella
constituye el núcleo teórico principal de la institución.