resumen - linda hutcheon (1992)

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  • 8/3/2019 Resumen - Linda Hutcheon (1992)

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    Linda Hutcheon (1992)

    IRONA, STIRA, PARODIA. UNA APROXIMACIN PRAGMTICA A LA IRONA

    IEl renovado inters crtico con respecto a la irona como tropo retrico corre el riesgo de velar el hecho de que la insercin de ese tropo

    en contextos literarios, no ha llamado ms que escasamente la atencin hasta ahora. Los debates sobre este tema se han centradoinevitablemente sobre ejemplos basados en una sola palabra o sobre una frase aislada. El fracaso no hace ms que poner en evidenciauna limitacin del mtodo analtico utilizado y demuestra, tambin, el tipo de problema que resulta de la restriccin de la irona unfenmeno nicamente semntico. Las mismas dificultades se presentan con respecto a las relaciones que ligan la irona a los dosgneros literarios que conceden a este tropo una posicin privilegiada: la parodia y la stira. Lo que complica la cuestin es unaausencia de precisin de las definiciones mismas de la parodia y la stira. Habra que escudriar las relaciones del tropo con los gnerosdesde un punto de vista pragmtico a fin de establecer una diferenciacin genrica ms precisa. La pragmtica se distingue de otrasorientaciones semiticas por su concentracin sobre el efecto prctico de los signos. La pertinencia para el estudio de la irona verbal yde sus relaciones literarias, se demuestra por la necesidad de determinar las condiciones y las caractersticas de la utilizacin del sistemaparticular inaugurado por la irona en el marco de los dos gneros literarios. Lo que deja entender una perspectiva pragmtica a esterespecto es la posibilidad de combinar la claridad seductora de los modelos estructuralistas con la complejidad dinmica de los modelos

    hermenuticos. No se podra ignorar la importancia decisiva de la intencionalidad y de la recepcin del texto cuando se trata de un tropocomo la irona, el cual implica una distanciacin obligatoria entre el lector y el texto; de ah la comodidad del uso de la pragmtica encalidad de orientacin semitica para abordar los problemas del empleo contextual de la irona literaria. La uncin pragmtica de lairona consiste en un sealamiento evaluativo, casi siempre peyorativo. La burla irnica se presenta generalmente bajo la forma deexpresiones elogiosas que implican, al contrario, un juicio negativo. La irona es, a la vez, estructura antifrstica y estrategia evaluativa,lo cual implica una actitud del autor-codificador con respecto al texto en s mismo. La parodia no es un tropo como la irona: se definenormalmente no como fenmeno intertextual, sino como modalidad del canon de la intertextualidad. Como las otras formasintertextuales (la alusin, el pastiche, la cita, la imitacin y dems), la parodia efecta una superposicin de textos. La parodiarepresenta a la vez la desviacin de una norma literaria y la inclusin de esa norma como material interiorizado. La parodia no puedetener como blanco ms que un texto o convenciones literarias. Es una sntesis bitextual que funciona siempre de manera paradjica,es decir, con el fin de marcar una transgresin de la doxa literaria. La distincin entre la parodia y la stira reside en el blanco al quese apunta. La stira es una forma literaria que tiene como finalidad corregir, ridiculizndolos, algunos vicios e ineptitudes delcomportamiento humano. Las ineptitudes a las que de este modo se apunta estn consideradas generalmente como extratextuales en elsentido de que son morales o sociales y no literarias. El gnero puramente satrico en s est investido de una intencin de corregir quedebe centrarse sobre una evaluacin negativa para que se asegure la eficacia de su ataque.No hay que olvidar el doble funcionamiento irnico de contraste semntico y de la evaluacin pragmtica. En el plano semntico lairona se define como seal de diferencia de significado, a saber, como antfrasis. Como tal se realiza de forma paradjica, por unasuperposicin estructural de contextos semnticos (lo que se dice/lo que se quiere que se entienda). Hay pues, un significante y dossignificados. Tambin la parodia representa una seal de diferencia por medio de una superposicin de contextos. El tropo, as como elgnero, rene la diferencia con la sntesis, la alteridad con la incorporacin. Esta semejanza estructural explica el uso privilegiado de lairona como tropo retrico en el discurso pardico. Ah donde la irona excluye la univocidad semntica, la parodia excluye launitextualidad estructural.En las dos funciones complementarias, pero diversas, se sita el ncleo de la confusin terminolgica entre la parodia y la stira. La

    utilizacin de al irona por los dos gneros facilita la confusin de un gnero con el otro.

    II

    Puesto que la pragmtica se ocupa de los efectos de la codificacin y la descodificacin, se requiere una nocin de ethos, peroconcediendo mayor importancia al proceso de codificacin. El ethos ser, pues, una respuesta dominante que es deseada y por ltimorealizada por el texto literario. Es una reaccin buscada, una impresin subjetiva que es motivada, a pesar de todo, por un dato objetivo:el texto. Desde el punto de vista de la pragmtica, sera posible plantear como postulado, ethos no solamente para el tropo, sino paracada uno de los gneros. Haba que empezar por una descripcin de cada uno de los tres ethos en un estado llamado puro o aislado,antes de escudriar sus entrelazamientos ms complejos, pero ms usuales en los contextos literarios. En el estado hipotticamenteaislado, la irona posee un ethos burln marcado en el sentido (lingstico), donde es codificado peyorativamente. Como la irona, la

    stira posee un ethos marcado, pero que est codificado ms negativamente an. Es un ethos ms bien despreciativo, desdeoso, que semanifiesta en la presunta clera del autor, comunicada al lector a fuerza de invectivas. No obstante, la stira se distingue de la invectiva

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    pura por el hecho de que la intencin de la primera es corregir los vicios que se supone han suscitado este arrebato. En general seobserva que la parodia tambin est provista de un ethos marcadamente peyorativo. La distancia crtica entre el texto que parodia y eltexto incorporado como fondo, no funciona necesariamente de una manera perjudicial para el texto parodiado. La parodia siempreapunta a indicar una diferencia entre dos textos, an ah donde el blanco est desplazado. Es por eso que el ethos pardico se deberadistinguir como no marcado: no marcado (como en la lingstica) porque es valorable de diversas maneras. De conformidad con elsentido contra o frente a de para, se podra plantear en principio un ethos pardico contestatario, incluso provocador, que estaracompletamente de acuerdo con l concepto tradicional del gnero. Por otro lado, a partir del sentido al lado de de para, se podra

    adelantar la posibilidad de un ethos respetoso, sobre todo en lo concerniente no slo a la parodia en la metaficcin posmoderna, sinotambin a la parodia litrgica del Medioevo, a la imitacin como gnero en la poca del Renacimiento y aun, tal vez, el carnavalescobajtiniano.El estado puro en el cual se ha intentado describir cada uno de los tres ethos del esquema, raramente se presenta en los textosliterarios. Hay casi siempre interferencia de un crculo con los otros dos; debido a lo cual, se encuentran entrelazamientos constantes delos crculos. Sin embargo, habra enseguida que efectuar una primera modificacin del modelo para dejar ms sitio a la irona. Ahdonde la irona coincide con la stira, el extremo de la gama irnica (donde se produce la risa desdeosa) se enlaza con el ethosdespreciativo de la stira(que conserva siempre su finalidad correctiva). Al otro extremo de la gama irnica, se encuentra la pequeasonrisa de reconocimiento del lector que se da cuenta del juego pardico; es decir, crtico al mismo tiempo que ldico, de un autor comoStanislav Lem: A Perfect Vacuum , que contiene una serie de parodias de convenciones literarias modernas, bajo la forma de lasreseas borgianas (de Borges) de novelas que no existen. Ah donde se enlazan la parodia y la stira y donde habitualmente se hace

    valer tambin la irona, se desemboca en un reconocimiento de la intencin desinflante de autor, en relacin con los planos literario ysocial. Este caso particular del entrelazamiento puede seguir dos direcciones posibles, debido al hecho debido al hecho de que elblanco apuntado por la parodia es siempre otro texto una serie de convenciones literarias, mientras que el fin de la stira es social omoral y, por consiguiente, extratextual. Por un lado, hay (segn la terminologa de Genette) un tipo de gnero parodia que essatrico pero que apunta siempre a un blanco intertextual, por el otro, la stira pardica (un tipo de gnero stira) que apunta a unobjeto fuera del texto pero que utiliza la parodia como dispositivo estructural para llevar a cabo su finalidad correctiva.Queda por comentar el momento en que los tres crculos se entrelazan enteramente y llegan a superponerse perfectamente uno sobreotro. Es el momento en que los dos gneros literarios se alan y hacen uso plenamente del tropo irnico.

    III

    Catherine Kerbrat-Orecchioni ha demostrado que, si se admite el concepto de irona como tropo, esto presupone que se reconoce lapertinencia de las nociones de norma y de intencionalidad, nociones que la crtica literaria preferira omitir, y que ignora de hecho. Lasimplicaciones tericas son numerosas, sobre todo en lo concerniente a estos tres aspectos: 1) las complejidades inevitables del conceptogeneral de la intencionalidad; 2) la cuestin de las competencias del lector; 3) la polaridad manipuladora del autor. Habra que tomar encuenta las complicaciones introducidas por la posibilidad de una irona inconsciente, no deseada por el codificador pero descodificadacomo irnica por el lector. Asimismo es concebible que un lector pueda interpretar como pardico o satrico, un texto creado sinninguna intencin de este tipo, al menos por parte del codificador. Si, por el contrario, la irona escapa al lector, ste leer el textosimplemente como lee cualquier otro. Estas dos situaciones intencionales, nos sensibilizan a la necesidad de considerar lainterpretacin, por el lector, de la intencionalidad, as como la intencin significante de la codificacin en s. Las competencias dellector, as como su interpretacin de la intencin, entran en juego con respecto al tropo y a los dos gneros. A propsito de la irona,debe postularse una triple competencia de parte del lector, lingstica, genrica e ideolgica. La competencia lingsticajuega el papelprincipal en el caso de la irona, donde el lector tiene que descifrar lo que est implcito, adems de lo que est dicho. La competenciagenrica del lector presupone su conocimiento de las normas literarias y retricas que constituyen el canon, la herenciainstitucionalizada de la lengua y de la literatura. La tercera clase de competencia, la ms compleja, podra llamarse ideolgica (en elsentido ms amplio del trmino). Uno de los reproches mas frecuentemente dirigido al discurso irnico y pardico es el elitismo. Lairona, la parodia y la stira no existen ms que virtualmente en los textos as codificados por el autor, y no son actualizados por ellector ms que si satisface ciertas exigencias (de perspicacia, de formacin literaria adecuada). El lector que no logra captar la irona (laparodia o la stira) es aquel cuya expectativa es, de un modo u otro, insuficiente. La comprensin de la irona, como de la parodia y dela stira, presupone una cierta homologa de valores institucionalizados, ya sea estticos (genricos), ya sea sociales (ideolgicos),condicin que Kristeva denomina consolidacin de la ley. Hay implicaciones pragmticas a nivel ideolgico que rebasan la cuestin dela competencia del lector y que merecen ser al menos mencionadas, sobre todo por que en esos casos tambin opera una paradojasignificativa y ligada a los que ya hemos discutido. La polaridad manipuladora o los efectos manipuladores de cualquier autor comocodificador del texto, se reparten siempre entre la agresin y la seduccin. En el discurso irnico, pardico o satrico este reparto es un

    ms manifiesto. El ethos despreciativo de la stira representa la forma de agresin ms manifiesta, pero se la encuentra tambin en la

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    funcin pragmtica de evaluacin de la irona burlona. En lo concerniente a la parodia, la cuestin de la agresividad es problemtica, oal menos, ambigua, dadas las posibilidades de ethos neutro o deferente.

    IV

    Si existe un peligro inherente a la discusin precedente sobre las correlaciones pragmticas y sus implicaciones para la crtica, es elriesgo de ofuscar diferencias significativas entre la irona y los gneros, la stira y la parodia, que recurren muy frecuentemente a ese

    tropo. De hecho, existen diferencias: 1) en la posicin y el grado de dificultad de la localizacin textual, y por consiguiente: 2) en elgrado de visibilidad y 3) en la integridad del signo lingstico.Es cierto que la posicin de actualizacin textual cambia cuando se considera un tropo intratextual y no un gnero completo como laparodia y la stira, con sus componentes estructurales y pragmticos bien definidos. Los ethos pragmticos facilitan la localizacintextual de las caractersticas estructurales individuales que sirven para definir los dos gneros, en el sentido en que el blanco influye

    en la estructura.La segunda diferencia est estrechamente ligada a la primera en lo que concierne a la visibilidad textual que sirve de revelador, a lavez, el tropo y a los dos gneros. La irona est en su mximo de eficacia cuando menos presente est, cuando est casi casi in absenria.En el plano pragmtico, la irona, como la parodia intertextual, instaura lo que Riffaterre llama una dialctica memorial en la mente dellector, en razn de su estructura comn de superposicin que, no obstante, seala paradjicamente una diferencia semntica o textual.De nuevo es la similitud estructural de la parodia y de la irona, la que ilustra mejor este hecho: la parodia parece funcionar siempreintertextualmente como lo hace la teora intratextualmente. Ambas hacen eso, para marcar, no la similitud, sino la diferencia.No obstante, es siempre un mtodo crtico el que es necesario, aunque no suficiente. No es ms que a partir del reconocimiento, a la

    vez, de la especificidad semntica (contraste) y pragmtica (evaluacin) de la irona, que se puede remontar al origen de la confusintaxonmica que rodea la parodia, la stira y de hecho, todos los dems gneros que realzan este tropo retrico.

    [Linda Hutcheon, Irona, stira, parodia. Una aproximacin pragmtica a la irona, en De la irona a lo grotesco, Ed. HernnSilva, Mxico, Universidad Autnoma Metropolitana Iztapalapa, 1992, pp. 173-193.]