relatos breves
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colección de relatos brevesTRANSCRIPT
Pablo O.
Paula
Ignacio
Celia
Manuel
Estaba encerrada, casi sin respirar, en ese
sótano. Me tocó alguien, me raspó con esas uñas
tan ásperas y me cogió del brazo sin hablar. Se
oían ruidos muy raros, yo tenía miedo, de repente
me… Andrea
Érase una vez un señor malvado, alto y
delgado. Quería ir a París, a la Torre Eiffel. El
avión salió a las 4 de la tarde, despegó y el señor
perdió el avión. Se fue a su casa y se disgustó
mucho. Llegó el día siguiente y se fue con sus
amigos a inventar un plan para vengarse de los del
aeropuerto. Cuando estaban haciendo el plan, se
escuchó un extraño ruido. Miraron y vieron a
alguien con un hacha cortando leña, entonces se
empezaron a reír, se pusieron a hablar hasta que al
final se hicieron amigos. DIEGO G
Estaba un día en la parada del autobús para coger el autobús
N º 4 de las 16:00h. Éramos 10 personas las que estábamos
esperando al autobús. Eran las 16:10 y el autobús no aparecía. Un
chico llamó a la estación de autobuses; y les dijo que no llegaba el
autobús. Desde allí llamaron al conductor y dijo que había mucho
tráfico. Cuando llegó el autobús todos nos habíamos ido.
Bruno
Todo estaba preparado para un crucero por el
Mediterráneo. Yo estaba muy contento, pero mi madre
tenía mucho miedo al mar. A mitad de camino empezó un
pequeño maremoto. Temblamos todos, el miedo crecía
por momentos. Nos refugiamos en los camarotes.
Llegamos a Sicilia sanos y salvos. De regreso a casa
cogimos un avión y fue un viaje maravilloso. La
experiencia de subir en barco y en avión nunca la
olvidaré, nunca jamás. Manuel
LA FAROLA
Érase una vez una niña llamada Celia. Estaba en Burgos
de paso con su familia. Su madre estaba mirando un
escaparate de una tienda de ropa. Celia, que no es muy lista, se
chocó con una farola negra y gris. Se clavó un adorno de la
farola y se lo metió hasta dentro por la frente. No la dolía
mucho, en unos días se le pasó el dolor.
Celia
Érase una vez un niño que todos los días iba a un
solar viejo a jugar con sus amigos. Un buen día,
cuando se dirigía hacia allí, vio que no estaba el
solar, le pareció muy raro. Al día siguiente se lo contó
a sus amigos, estos no se lo creyeron. Él fue a verlo y
el solar estaba en su sitio. Pero en realidad el niño se
había equivocado de calle.
Ignacio
La rana crag
Érase una vez una rana que se llamaba
Salita. Vivía en una charca, y siempre estaba
croando.
A los demás les molestaba, pero ella no
paraba de croar. Un día los vecinos se
reunieron y decidieron echarla de la charca.
Ella no se iba pero la echaron a patadas.
Pasado el tiempo regresó y desde entonces
no volvió a croar para que no la echaran de la
charca nunca más.
Rubén G.
Érase una vez un país entero de chocolate. Las casas eran de chocolate
y cuando venía un terremoto, las casas se derrumbaban y el chocolate que
había por el suelo, se reciclaba y se hacían tabletas de chocolate. Un día vino
el monstruo goloso y se comió todas las casas. Los ciudadanos cansados de
estar montando las casas una y otra vez hicieron un gran muro de chocolate
extra duro, y así no podía pasar nadie y así los ciudadanos vivieron felices y
comieron regalices de chocolate.
Ciro
Érase una vez un niño llamado Asterix.
Vivía en la cuadra con su padre. Tenía un
caballo llamado Setúbal que era su mejor
caballo. Pero un día su madre le regaló un nuevo
caballo. Asterix decidió llamarlo Veloz. Ahora su
padre tenía que sacrificarle pero Asterix no quería. A
Setúbal le tumbaron en la paja y ¡zas! Setúbal murió.
El padre de Asterix se quedó muy triste al haber
matado el caballo favorito.
Diego Macho
Las brujas
La bruja Piruja sacó el cazo y la
cazuela, abrió el libro de pociones y leyó:
se necesitan tres ojos de sapo, veinticinco
alas de murciélago…
Echó todo y ocurrió: convirtió a todos los
humanos en sapos… José Ramón
Un día, cuando paseaba por el parque, vi
los árboles secos y en el más robusto y grande
había un gato negro de ojos rojos en lo alto.
Llamé a los bomberos y cuando iban a cogerle
se convirtió en vampiro, les mordió en el cuello
y cayeron. El vampiro–gato se fue y nadie supo
nada de él, ni cómo se transformó.
Laura
EL CASTILLO Había una vez en Santander, en el
castillo de la Magdalena, hablaban de que
era un castillo tenebroso.
Un día el alcalde se enteró de lo que
cotorreaba la gente.
Pasado el tiempo el alcalde le dijo al pueblo
que él y sus concejales iban a ir al castillo.
Al final solo era un pequeño ogro que tenía
comida y se zampaba a la gente que
pasaba. ¿Qué habrá pasado con el alcalde y
sus concejales?
Aníbal
EL NIÑO MAGO Érase una vez un niño que era mago, todos los
trucos le salían bien, hasta que un día le salía todo mal. El se preguntaba por qué y no lo sabía. Vio que su varita mágica estaba rota y no le funcionaba, desde entonces se aseguraba que todos los días estuviese el material de magia perfecto. Al niño mago le salían todos los trucos perfectos. Rubén Bedia Llata
EL TREN MODERNIZADO
Era un tren muy viejo que estaba
abandonado. Una persona mayor quiso
arreglarle y ponerle más moderno.
El tren, al cabo de un tiempo fue
modernizado. En su primer trayecto,
entre Santander y Madrid, el tren
se enfadó porque quería ser viejo
como antes, no quería hacer tanta
fuerza para tirar de vagones. El
tren se reveló y por mucho que el
maquinista intentara moverle no
pudo y volvió a ser abandonado.
Diego R.
La niña feliz
Érase una niña que se llamaba Juana. Estaba muy feliz porque llegó la Navidad. Juana no tenía familia, estaba sola. Un día fue al lago de los muertos, se fue a bañar sin saber que ahí echaban a los muertos. Cuando se metió al agua, notó que alguien le tocaba la pierna. ¡Era un muerto! Juana se puso a gritar. Gracias a Dios pudo salir del agua, fue a su casa, después…
Sara
EL DESPISTE
Érase una vez una chica llamada Soraya. Un
día a Soraya, por la mañana la sonó el
despertador y preparó su carpeta para ir al
autobús. Cuando estaba en el autobús empezó a
sonar un ruido: era su reloj digital que se le
coló en la carpeta ¡jajajaja! Todos se rieron.
María
Érase una vez un niño que vivía en una aldea y como
era rápido le dijeron:
-Vete al prado a cuidar las ovejas y si viene el lobo,
avísanos
Y el niño fue.
Una vez le dio por gastar una broma: decir que venía el
lobo, pero no venía y dijo a “voces”:
-¡Que viene el lobo!
Todos cogieron a las ovejas y las metieron en la aldea.
La broma la gastó varias veces más. Y cuando fue de
verdad, se comió al niño y a las ovejas.
Raúl
LA NUBE
Un niño se preguntaba a qué sabrán las
nubes, primero pensó que a algodón de azúcar.
Luego a nata y otras cosas con pinta esponjosa
y comestible. Subió en un globo y con un plato.
Arriba vio niebla. Bajó triste, pero sabiendo
algo más. Y es que la niebla no se come.
Yoselin
Enfrente de nosotros había un
precipicio y no podíamos continuar la
expedición por la selva y decidimos
volver a casa. Pero en el camino de
vuelta nos caímos por una cascada
altísima. Uno se ahogó y los demás
fuimos nadando a la orilla pero
vinieron unos cocodrilos y …
Pablo O.
Érase una vez un niño que tenía un muñeco que
hablaba. Todos los niños de su colegio querían tener uno,
pero claro, no tenían dinero suficiente para comprárselo.
Un día el niño se aburrió de jugar con él. Decidió
donársele al colegio para que todos los niños pudieran
jugar con él.
Miriam Vicente
En una noche fría, se me cayó un libro por la ventana. Fui a por él, bajé las escaleras y se oían unos ruidos raros en el sótano. Fui a ver qué había… Salió un ratón corriendo, de repente se encendió la luz y... Jara
Hace mucho tiempo un submarinista se
estaba recorriendo los siete mares en barco.
Cuando se le ocurrió quedarse para siempre en
Hawai, y formar una familia con la chica de sus
sueños.
Irene
Un día en el planeta Tierra cayó un meteorito y salió un robot y destruyó la ciudad y nadie lo paró. Un día se le agotó la batería y paró de destruir la ciudad. Se le llevaron a una prisión con escudos. De allí nadie podía escapar… José Luís
Había una vez tres cabras. Una era vaga, otra superficial y otra muy trabajadora. La primera construyó la casa de paja, la segunda de madera y la tercera de ladrillo .Vino un lobo y se metieron cada una en su casa. El lobo fue a la casa de paja, se tiró un pedo y voló la casa. La cabra se fue a casa del hermano, cogió una escopeta y mató al lobo.
El lobo corría detrás de un cerdo, entonces
el cerdito se metió en su casa de paja. El lobo
sopló y la casa derribó y el cerdo fue corriendo
a casa de su hermano. El lobo se tomó un té
con pastas y siguió persiguiéndoles.
Los cerdos se metieron en la casa de ladrillo
de su hermano, el lobo sopló y la casa no
derribó y …
Rubén M.
Una vez en mi barrio hubo un gato muy guapo y
valiente. El gato se llamaba Jeremías y era huérfano y le
gustaba la gente, pero nadie le quería. Pero yo sí. Así que
decidí llevármelo a casa. Lo cuidé, alimenté, crié,…
Cuando ya se hizo mayor se fue a vagabundear por las
calles de Santander. Y así termina su historia. Y no volví a
saber más de él…
Cristina
Érase una vez un niño que era tonto, y que nadie quería
ser su amigo porque solo quería jugar a las máquinas y al ordenador. El tenía el problema del vicio y él se había, ”viciao” a eso de jugar a las máquinas y al ordenador; hasta que un fin de semana fue a casa de su abuelo, el cual siempre le daba muchos caramelos. Con él era feliz.
Alfonso
Había una vez un bosque que era muy limpio. Había muchos animales: zorros, ardillas, ciervos, lobos. Un día dos campesinos fueron a hacer un campamento. Por una cuesta una gran bola de fuego incendió el bosque. Los campesinos se fueron y llamaron bomberos. Jonathan
La iglesia Érase una vez una iglesia en la que había
unos monjes. Allí escondían una rosa cuyo poder
era el olvido. Con oler un segundo se te olvidaba
todo…
Max
Por las noches oía ruidos raros en el desván.
Una noche me fui a la cama. A mitad de la noche me
levanté y fui a ver qué pasaba. Cuándo entré no
había nada. Estuve buscando todo el rato y no vi… Daniel
LA POLI
Un día estábamos jugando unos amigos, y uno
se perdió. Llamamos a las casas pero no aparecía.
Llamamos a la “poli”, le buscó; pero no aparecía.
Resulta que estaba en casa de una amiga con el
timbre apagado.
Adán
La abuela feliz
Érase una vez una anciana que tenía dos
nietos muy listos, se llaman Rocío y Alberto.
Vivían con su abuela en una casa muy pequeña
y vieja. El día de su “cumple”, le hicieron una
gran fiesta. Al llevar la tarta, apagaron la
luz y ella se puso encima de la mesa a bailar.
Al encenderla, todos los invitados la vieron
bailando y gritó: “Soy la abuela más feliz”
Paula
EL ENCUENTRO
Erase un día soleado. Estaba jugando al fútbol
con mis amigos y se escapó el balón hacia unos
setos. Fui a buscarlo y me encontré con un animal
muy raro, le seguí y me llevó hacia su madriguera.
Ahí había animales como él.
Víctor
Espero que os hayan gustado
Hasta la próxima, con más historias para todos