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Javier Antonio Torres Vindas ¿Qué es la política? Una lectura desde la techné política en Maquiavelo y Schmitt "Hay que agradecer a Maquiavelo y a los escritores de este género el que digan abiertamente y sin disimulo lo que los hombres acostumbran hacer, no lo que deben hacer" Francis Bacon Abstraen By reading the political realists Machiavelli and Schmitt, it seeks to answer "What is politics? It lays out the article into three sections. The first is a reflection of poli- tical realism in this paper. The second policy we explore what they mea n by Machiavelli and Schmitt, mediated by Gramsci and Weber's the- sis that facilitate their interpretation. Finally, we will establish the elements for an answer to our central question. Keywords: Techno policy. Political realismo Machiavelli. Carl Schmitt. Resumen: Mediante la lectura de los rea- listas políticos Maquiavelo y Schmitt, se busca contestar ¿Qué es la política? Se expone el artículo en tres apartados. El primero es una reflexión del realismo político en este escri- to. En el segundo exploramos qué entienden por política Maquiavelo y Schmitt, mediados por tesis de Gramsci y Weber que facilitan su interpretación. Finalmente, estableceremos los elementos para dar una respuesta a nuestra pregunta central. Palabras clave: Techné política. Realismo político. Maquiavelo. Carl Schmitt. Introducción! El siguiente texto intenta responder la pre- gunta ¿Qué es la política? Para ello recurriremos a dos realistas políticos que supieron en su época determinar y caracterizar, la esfera de la política. Lo cual, nos permitirá responder a nuestra inter- rogante central. Específicamente, nos interesa comprender la techné de la práctica política en dichos autores. Es decir, en su momento con- stituyente, en la voluntad de los actores antes de ser institucionalizada o a pesar de ella. Aquí política remite al juego de fuerzas e intereses de los actores y a los límites que se imponen en cada correlación coyuntural, desde las mismas fuerzas, acorde a los contextos y escenarios de acción y al marco de posibilidades institucionalizadas en las que dichas acciones se dan. Nos concentraremos en dos textos medulares de cada autor. De Nicolás Maquiavelo (1469-1532) El Prín- cipe, escrito hacia 1513 y publicado hacia 1532, en el cual expone "mi conocimiento de los may- ores y mejores gobernantes que han existido" (Maquiavelo, 1994, 25) Conocimiento adquirido a través de sus experiencias como funcionario, diplomático y reclutador de fuerzas mercenarias Rev. Filosofía Univ. Costa Rica,tLvIl (122), 59-73 Setiembre-Diciembre 2009 / ISSN: 0034-8252

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Javier Antonio Torres Vindas

¿Qué es la política? Una lectura desde la technépolítica en Maquiavelo y Schmitt

"Hay que agradecer a Maquiavelo y a los escritores de este géneroel que digan abiertamente y sin disimulo

lo que los hombres acostumbran hacer, no lo que deben hacer"Francis Bacon

Abstraen By reading the political realistsMachiavelli and Schmitt, it seeks to answer"What is politics? It lays out the article intothree sections. The first is a reflection of poli-tical realism in this paper. The second policywe explore what they mea n by Machiavelli andSchmitt, mediated by Gramsci and Weber's the-sis that facilitate their interpretation. Finally, wewill establish the elements for an answer to ourcentral question.

Keywords: Techno policy. Political realismoMachiavelli. Carl Schmitt.

Resumen: Mediante la lectura de los rea-listas políticos Maquiavelo y Schmitt, se buscacontestar ¿Qué es la política? Se expone elartículo en tres apartados. El primero es unareflexión del realismo político en este escri-to. En el segundo exploramos qué entiendenpor política Maquiavelo y Schmitt, mediadospor tesis de Gramsci y Weber que facilitan suinterpretación. Finalmente, estableceremos loselementos para dar una respuesta a nuestrapregunta central.

Palabras clave: Techné política. Realismopolítico. Maquiavelo. Carl Schmitt.

Introducción!

El siguiente texto intenta responder la pre-gunta ¿Qué es la política? Para ello recurriremosa dos realistas políticos que supieron en su épocadeterminar y caracterizar, la esfera de la política.Lo cual, nos permitirá responder a nuestra inter-rogante central. Específicamente, nos interesacomprender la techné de la práctica política endichos autores. Es decir, en su momento con-stituyente, en la voluntad de los actores antesde ser institucionalizada o a pesar de ella. Aquípolítica remite al juego de fuerzas e intereses delos actores y a los límites que se imponen en cadacorrelación coyuntural, desde las mismas fuerzas,acorde a los contextos y escenarios de acción y almarco de posibilidades institucionalizadas en lasque dichas acciones se dan. Nos concentraremosen dos textos medulares de cada autor.

De Nicolás Maquiavelo (1469-1532) El Prín-cipe, escrito hacia 1513 y publicado hacia 1532,en el cual expone "mi conocimiento de los may-ores y mejores gobernantes que han existido"(Maquiavelo, 1994, 25) Conocimiento adquiridoa través de sus experiencias como funcionario,diplomático y reclutador de fuerzas mercenarias

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para el Estado florentino y de sus dilatadas lectu-ras de la antigüedad greco-Iatina.

Nuestro segundo autor es Carl Schmitt (1888-1985) quien publicó El concepto de lo político(en 1932)2, el cual, según el mismo, trata de "esta-blecer un marco para determinadas cuestiones dela ciencia jurídica con el fin de poner orden enuna temática confusa y hallar así una tópica desus conceptos (... ) de lo que trata fundamental-mente es de la relación y correlación de los con-ceptos de lo estatal y de lo político por una parte,y de los de guerra y enem igo por la otra, parade este modo obtener la información que unosy otros pueden aportar al dominio conceptual"(Schmitt, 1998:39). Schmitt fue jurista de Estadoalemán, adscrito a la escuela del llamado Real-ismo político. Escribió centrado en el conflictocomo objeto de estudio de la ciencia política, ymás concretamente la guerra. Su obra atraviesalos avatares políticos de su país y de Europa a lolargo del siglo XX.

Como se aprecia, ambos autores son hijos desu tiempo que intentaron (cada quien con su estiloy recursos hermenéuticos) sistematizar para suscontemporáneos: ¿qué se debía entender por con-ceptos y acciones claves al campo de la política?

Seguidamente, expondremos nuestra inves-tigación en tres apartados. El primero una reflex-ión de qué se entenderá como realismo político(en este artículo). El segundo apartado, se dedi-cará a definir qué entienden por política Maquia-velo y Schmitt. Finalmente, estableceremos loselementos que nos permitan dar una respuesta anuestra pregunta.

l. Realismo Político en Maquiavelo ySchmitt

En la historia de la filosofía y de la cienciapolítica el carácter mismo de la política se haexplicado desde posiciones idealistas y realis-tas. En el caso del idealismo político, sus tesiscentrales serían -sucintamente-: (a) la naturalezahumana es esencialmente altruista y, por lo tanto,las personas son capaces de ayudarse y colabo-rar mutuamente; (b) el mal comportamientohumano es resultado de instituciones y arreglos

estructurales, no proviene de la naturaleza mismade los humanos; (e) por consecuencia, la guerra esevitable ya que es producto de ciertas institucio-nes que la promueven, las cuales podrían ser neu-tralizadas; (d) la sociedad debería reorganizarsepara reconocer a la guerra como un problemainternacional y eliminar aquellas institucionesque la promuevan, en favor de aquellas que adel-anten la paz.

Por su parte, el realismo como teoría políticase construyó al entender la historia como el resul-tado de la tendencia "natural" del ser humano acodiciar el poder y desear la dominación de otros.Siguiendo este supuesto, se determina que la posi-bilidad de erradicar el instinto por el poder es unaaspiración utópica. Esto lleva a percibir la políti-ca como una lucha interminable entre aquellosactores que intentan dominar a otros y aquellosque intentan resistir este dominio externo. Caberecalcar que según el realismo político del sigloXX, desarrollado luego de la Segunda GuerraMundial -I1GM-, cada Estado es un actor racionalque busca maximizar su posición política dentrodel sistema mediante la acumulación de recursosde poder militar y económico. Estos intentos demaximizar el poder llevan últimamente a un bal-ance de poder entre los actores y a la estabilidaden el sistema internacional.

El realismo se encontraría cercano al empir-ismo al prestarle atención a los hechos concretosque. se están generando en el plano político-histórico. No obstante el esfuerzo de un real-ismo político debe ir en el sentido de tratar deindagar y de explorar teóricamente, a partir denuestro conocimiento fáctico las implicacionesque podría tener la adopción de ciertos valoresy la puesta en marcha de las acciones correspon-dientes para concretarlos, en la modificación omejoramiento de las acciones políticas. En estesentido acusaba Max Weber: "(...)al encarar elconcepto de la política observamos en primerlugar su excepcional extensión, en tanto se refierea toda clase de actividad humana directiva autó-noma" (Weber, 2003, 403)

Por tanto, el político ocupará no sólo su expe-riencia y conocimiento, sino además la asesoríatécnica de los expertos en política (filósofos, cien-tíficos sociales, etc.) para no sólo conocer mejorla realidad, sino igualmente para que le ayuden

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a tener más claro cómo luego actuar sobre elladesde sus valores como político y cuáles seríanlas consecuencias de su eventual accionar'. Así,la acción transformadora de la realidad será rea-lizada por el político o por los ciudadanos.

La anterior aseveración se sustenta en laautonomización de la esfera política en la moder-nidad. Es decir, que la política sea percibidacomo tarea de especialistas o profesionales queviven de o para la política. Lo cual es un sesgoideológico, que reduce la política a la escenapolítica, institución o instituciones políticas pri-vilegiadas (Asamblea Legislativa, Poder Ejecu-tivo, municipalidades, etc.), bien a individuosexcepcionales, a la acción de las clases sociales,al análisis y comprensión de lo internacional,nacional, lo local.

Este sesgo, deja por fuera al grueso de lapoblación, en la cual, no obstante recae la legi-timación del sistema social en el cual se apoyala esfera política; aspecto que retornaremos pos-teriormente. En este sentido, nuestra lecturaprivilegia":

1. Diferenciar la política como el espacio deconcentración del poder en las instancias delEstado (monopolio y saturación del poderfísico y simbólico, siguiendo así la tradiciónWeber -Bou rdieu).

2. Asumir lo político como el espacio de lasociabilidad cotidiana en la cual los diversosactores individuales y/o colectivos se apres-tan a interaccionar y a ejercer el poder (elpoder es entendido como ejercicio, no comoposeción, el poder sería la capacidad detransaformar las acciones de los otros segúnmis propios intereses y viceversa, es decir,seguimos el lianeamiento de Foucault sobreel poder).

3. Esta diferencia, nos permite coprender cómolo/as diversos actores agencian (agency)sus necesidades/deseos mediante accionespolíticas sean estas desde arriba (instiucio-nal-constituido), bien desde abajo (poderconstituyente). Respecto de este últimoaspecto, en América Latina, contamos conmúltiples ejemplos recientes de estas dosdinámicas sociohistóricas del poder político,por ejemplo, la mano dura en Guatemala y El

Salvador frente a los mara s, el Referéndumen Costa Rica en 2007, la fuerza constituyen-te en Perú y Bolivia desde 2006, etc.

Antes de continuar aclaremos que luego dela I1GM se desarrollaron varias corrientes delrealismo político: el realismo clásico comenzóa ser atacado por críticos que apuntaban haciacomportamientos en el Sistema Internacional queno podían ser explicados adecuadamente por losargumentos realistas. Por ejemplo, las nuevas ins-tituciones que cogían vigor en Europa occidental,en donde dominaba la búsqueda cooperativa delograr ventajas mutuas en vez de intentos indi-viduales de maximizar poder, se encontrabancontrarias a los supuestos del realismo clásico.A pesar de estas críticas, el realismo continúateniendo relevancia mediante nuevas teorías rea-listas ajustadas a la actualidad contemporánea.Por ejemplo, el neo-realismo o realismo estruc-tural propone que la estructura del Sistema Inter-nacional, en vez del deseo por acumular poder,dicta exclusivamente las decisiones de políticaexterior de los líderes políticos. La obra de HansMorgenthau, especialmente Política entre lasnaciones, es considerada una síntesis represen-tativa del realismo político. Recientes líneas sonel neorealismo estructural y el neoliberalismo''.

En consecuencia, el realismo político cons-tituye un ámbito teórico legítimo del estudio delas relaciones entre los hechos y valores políticosque expresan y condensan nuestros autores enestudio. Pero nos suscribimos al denominado"realismo cognoscitivo" acuñado por GiovanniSartori (1988, 61-82).

Para este autor, la investigación sobre lapolítica ha de conllevar tanto el componente delestudio fáctico de la poI ítica, como el estudio delas "fantasías políticas", es decir, de los valores,de los ideales e ideologías con los que se trata demodificar las instituciones políticas existentes. Yha de conllevar, asimismo y consecuentementela exploración imaginativa y analítica de nuevasinstituciones o aspectos de ellas y sus consecuen-cias sobre la realidad desde un punto de vistateórico (sea especulativo, o bien, fundamentadoempíricamente). Para ello, no se desdeña el saberacumulado de carácter fáctico y las posibilida-des interpretativas de los marcos hermenéuticos

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desde los cuales se comprende lo acontecido. Eneste sentido, se deberán integrar elementos deuna teoría descriptiva (fáctica) y de una teoríanormativa de las fantasías políticas que guían lasacciones.

Como se colige de la lectura de ambos textosen estudio, cada cual en su propia lógica expo-sitiva, intenta lograr ese realismo político antesacotado. En este sentido:

"Desde esta perspectiva, una teoría de lopolítico como la de CARL SCHMITTadquiere una profunda significación, ya quepermite analizar tal distinción sin apasiona-mientos, considerando no las consecuenciasen el nivel del deber ser, sino los análisisacerca de lo que constituye, en el plano delos hechos, al fenómeno político. El puntode partida de este autor es, sin duda, lo quecomúnmente se denomina realista; es decir,parte de las relaciones de poder tal comoél considera que están instaladas. De estemodo, aun cuando se quisieran refutar lasconsecuencias autoritarias de su postura,resulta inevitable considerar con seriedadsus argumentos acerca de cómo son las rela-ciones de poder; en definitiva, de lo que élconsidera que define a lo político." (Marcos,2004,47)

Como veremos, en Schmitt, el conflicto sepolitiza cuando se convierte en un antagonismoirreductible: cuando la aniquilación del enemigoes condición de sobrevivencia. Por ello, lo polí-tico engloba cualquier esfera de la vida humana,cuando escinde el mundo en enemistades asesi-nas. El contraste religioso o económico devienepolítico al caldearse, al mostrar la amenaza de lamuerte física. Pero, como bien advierte Sartori,el argumento de Schmitt carece de prueba. Es unargumento circular: "que todo lo que se reagrupaen amigo-enemigo es político, que todo lo que noreagrupa de este modo no lo es y que lo que espolítico borra lo no político." (Sartori, 1992,220).Schmitt busca asir la esencia de lo político. Perono va muy lejos. Empuja las cosas a tal punto quela mitad de la cosa es expulsada de la palabra quequiere nombrarla. Sigue Sartori: "Schrnitt hablasolamente de la "política caliente," pero ignora la"política tranquila." (Sartori, 1992, 220).6

Por su parte, Maquiavelo, garantiza, su lec-tura realista en su misma apuesta expositiva, esdecir "un método fundamentado en la más limpiay desprejuiciada observación, repetición y com-probación, un método científico que aplicado alos insectos, a las enfermedades o a los astros,no sólo nos indigna, sino que nos hace sentirorgullos del libre espíritu del hombre moderno"(Lamberti, 1997:55) Dicha garantía de realismoobjetivo que se denotan en sus característicasestilísticas:

a) la obra es corta y fácil de leer por su precisasubdivisión en capítulos (XXVI, en total) enlógica progresión expositiva.

b) La impostación del lenguaje es directa, pormomentos en primera persona, como si fueseun diálogo con el lector/a

e) Se omite toda teorización, toda reflexiónabstracta.

En otras palabras Maquiavelo "(,..)no argu-mentaba nunca sobre doctrinas o máximas polí-ticas. Para él, los únicos argumentos válidos sonlos hechos de la vida política. Basta con indicarla naturaleza de las cosas para destruir el sistemajerárquico y teocrático" (Cassirer, 1968, 163)

En esta obra, Maquiavelo observa al serhumano (hombre principalmente) en términosnaturalistas, como cualquier otro objeto que hacepartedel cosmos. Los hechos históricos referidosson tramitados como constantes, como leyes.Es importante hacer notar, que a Maquiavelo leinteresa con este método expositivo entresacarlas leyes del quehacer político. Así, cada idealargumental se expone en tres tiempos:

a) Enunciación de un principio generalb) Observación de los hechos concretos sobre

dos vertientes: las de la naturaleza humana?y las históricas

e) Comprobación del enunciado inicial.

Como afirma Cassirer "(...) es una obra maes-tra de política escrita para los contemporáneos deMaquiavelo. Éste nunca tuvo la intención de ofre-cer una teoría general de la política. Simplementeretrató las costumbres, los modos de pensar desus propios tiempos" (Cassirer: 1968: 145)

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En este sentido, a Gramsci le interesa ElPríncipe como "libro viviente" en el que ideolo-gía y ciencia se fusionan bajo la forma del mito.Para Gramsci (como para Sorel, en quien se ins-piraba para estas consideraciones) la posibilidadde transformar un pensamiento sobre la políticaen acción política devenía en la capacidad deconstituir una ideología-mito, "(...) una ideologíapolítica -escribe- que no se presenta como fríautopía, ni como una argumentación doctrinaria,sino como la creación de una fantasía concretaque actúa sobre un pueblo disperso y pulverizadopara suscitar y organizar su voluntad colectiva ..."(Gramsci, 1984, 10, subrayado nuestro).

Por eso, El Príncipe es un "manifiesto políti-co", lo que se revelaría claramente en su retóricoepílogo, exhortando a apoderarse de Italia ya liberarla de los bárbaros. El Príncipe no erauna realidad histórica sino una abstracción doc-trinaria, "el símbolo del Jefe, del condottieroideal" que quiere conducir a su pueblo para lafundación de un nuevo Estado. Pero, en las con-diciones modernas, ¿cuál debería ser el carácterdel príncipe? Responder a esa pregunta, significapara Gramsci, rehabilitar para su presente laspreocupaciones de Maquiavelo y adaptarlas aotra realidad. El Príncipe moderno ya no puedeser una persona concreta sino un elemento de unasociedad compleja en el cual comience a concre-tarse una voluntad colectiva. Ese organismo esel partido político, "... la primera célula -dice-en la que se resumen los gérmenes de voluntadcolectiva que tienden a devenir en universales ytotales ..." (Gramsci, 1984, 34).

La función del partido político, del Príncipemoderno, será entonces la de germen de unanueva voluntad colectiva nacional-popular, ade-más de organizador de una reforma intelectual ymoral capaz de generar una nueva concepción delmundo. En ese sentido, el antecedente de Maquia-velo es para Gramsci decisivo: tanto El Príncipecomo personaje, cuanto los jacobinos de siglosdespués (su "encarnación categórica") intentaronexpresar ambas dimensiones aunque fracasaronen su tiempo. "... Es imposible -escribe- cualquierformación de voluntad colectiva nacional-popularsi las grandes masas de campesinos cultivadoresno irrumpen simultáneamente en la vida política.Esto es lo que intentaba lograr Maquiavelo a

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través de la reforma de la milicia; esto es lo quehicieron los jacobinos en la Revolución France-sa ..." (Gramsci, 1984, 15) (8).

En resumen el realismo político de tipocognitivo (hechos fácticos más fantasías políti-cas) implica que: la política, como la sociedaden general, está gobernada por leyes objetivasarraigadas en la naturaleza humana, que esinvariable; por lo tanto es posible desarrollaruna teoría racional que refleje estas leyes objeti-vas, donde, el interés entendidos como beneficiosde los actores es lo que determina una inteligibi-lidad de las acciones.

Recuérdese que en su acepción latina, "inte-rés" acusa: ser parte de, estar entre, participar de.Por tanto,

"El interés roza e incluye pasiones universal-mente difundidas y expectativas cultivadaspor cada uno de nosotros con tenaz deter-minación (... ) tiene que ver e implica en sítodo aquello sobre lo que cada individuoposee o considere poseer mayor conocimien-to directo y, por tanto una mayor confianza(... ) Intereses que, en tal caso, tienen que vercon la aspiración de participar en el podero de influir en el reparto del poder, ya seaentre los Estados o en ámbito de un Estado,entre grupos humanos comprendidos dentrosus límites" (Ornaghi y Costellessa, 2003,8 y 77)

Es decir, los intereses dan razones paraactuar (9), sean estas razones objetivas, raciona-les, pasional es e irrasibles. Por tanto, el interés esun rasgo central de la política, dado que, el inte-rés nos abre la posibilidad de la comprensión delas relaciones de poder en momentos y espaciosdinámicos, por ello, cambiantes. Dichas razones(intereses y acciones) para actuar, sobrepasan laesfera moral. Es decir, en el realismo político, lasrazones para actuar no son ni morales, inmoraleso amoral es, son razones políticas. Al ser razonesubicacionales y protadas, expresadas, defendidaspor actores concretos toda acción política efi-caz se mide por su misma eficacia. Pero, todohombre/mujer de acción política se encuentra entramas sociales y por tanto, sus intereses estaránen disputa con otros intereses. He aquí, el origeny meta de la lucha política, dado que, todos los

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actortes luchan para que sus propias aspiracionessean considerados objetivos universales. El artepolítico pasa por conseguir, mantener y universa-lizar los propios intereses 10.

11. La política Maquiavelo y Schmitt 11

Seguidamente, aplicando nuestra disertaciónsobre realismo político cognitivo (hechos + fan-tasías) indagaremos cómo determinan y caracte-rizan nuestros autores la política.

En primer lugar, a lo largo de sus 26 capí-tulos, Maquiavelo propone las condiciones quehabían de caracterizar a un príncipe, entendidaesta.figura como la cabeza o jefe del Estado. Pesea que en el fondo es un escrito acerca del Esta-do mismo, las tesis que desarrolla hacen que sepuedan identificar los conceptos Estado y Prín-cipe, en tanto que, de existir entre ambos algunarelación de subordinación, ésta favorecería al altodignatario antes que a la entidad política. Ésa esla principal idea postulada en la obra: debe ser elpríncipe quien, con su actuación, modele la esen-cia de su principado.

Ahora bien, si en la Modernidad el Estadose ha constituido en el espacio privilegiado parael ejercicio de la política, nuestro argumento seinclina por establecer un momento mimético (12)entre este espacio y la institución socio-históricadel Príncipe, aspecto que llega a su máximaexpresión en los estados monarquistas europeos.Recuérdese la afamada frase "El Estado soy yo".En esta línea, de identificación mimética, esteha sido el comportamiento y sensibilidad de losregímenes presidencialistas latinoamericanos, enespecial los dictatoriales, asentados en el caudi-llismo, el clientelismo político y el populismo.Aspectos que han quedado refractados en laliteratura latinoamericana, por ejemplo, Yo elSupremo, Tirano Banderas, El Señor Presidente,El Otoño del Patriarca, etc.

No se debe olvidar que la aspiración euro-pea de los siglos XIV-XVII es construir Estadosmonarquistas (13). Aspecto al cual Schmitt nosuscribe, dado que en su época el Estado hadecantado como constitucional, parlamentario ypartidista. De hecho Schmitt hace una profunda

reflexión sobre el ascenso y consolidación delEstado Constitucional europeo en su texto "Teo-ría de la Constitución" publicado en Bonn hacia1927, donde afirma:

"Una Constitución, en el sentido de un Statusidéntico a la situación total del Estado, nacenaturalmente del Estado mismo. Ni es emiti-da ni convenida, sino que es igual al Estadoconcreto en su unidad política y ordenaciónsocial. Constitución en sentido positivo sig-nifica un acto constituyente de configura-ción de esta unidad política, mediante elcual la unidad recibe su forma especial deexistencia" (Schmitt, 1982,66)

Volviendo a Maquiavelo, éste eximía a losgobernantes de la sujeción a principios o normasemanadas de la moral o la ética. La justificaciónde los medios empleados para la consecución delos fines deseados otorgaba a la 'razón de Estado'el carácter de principio de rango superior.

El aspecto central de dicha obra es definirque entiende Maquiavelo como política, no encuanto a concepto, sino, en tanto las accionesnecesarias para alcanzar y mantener el monopo-lio del poder estatal y con ello su autonomía (Cf.Cassirer, 1968, 166-185). En este sentido afirma:

"Pues los hombres, en general, juzgan máscon los ojos que con las manos porque todospueden ver, pero pocos tocar. Todos ven loque parece ser, mas pocos saben lo que eres;estos pocos no se atreven a oponerse a laopinión de la mayoría, que se escuda detrásde la majestad del Estado. Y en las accionesde los hombres, y particularmente de lospríncipes, donde no hay apelación posible,se atiende a los resultados. Trate, pues, unpríncipe de vencer y conservar el Estado,que los medios siempre serán honorables yloados por todos; porque el vulgo se dejaengañar por las apariencias y por el éxito;y en el mundo sólo hay vulgo, ya que lasminorías no cuentan sino cuando las mayo-rías no tienen donde apoyarse" (Maquiavelo;1994,112, Cap. XVII)

El Príncipe debe actuar deslindando entreel león (fuerza) y la zorra (astucia) aun cuan-do la diosa fortuna no le sea favorable. Lo

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determinante, es que, en la política, se debentener claras las propias pasiones (que se tramitancomo fines), los medios con los que se cuenta, ylas fuerzas con las que se dispone (sus armas, susejércitos, sus aliados), así, como los obstáculosque le imponen en su camino, ante todo, otroshombres (príncipes) que aspiran como él. Enotras palabras:

"(...) la política es ante todo, nos guste o no,dominación; que las estrategias de obtencióntanto como las de conservación del poderde dominar suponen necesariamente unaeconomía de la violencia con la que muypoco tienen que ver las declaraciones deamor a Dios y a la Humanidad abstracta,o las lágrimas de cocodrilo vertidas por elsufrimiento de las víctimas, o la hipocresíade los victimarios que, mientras pretendenhacer el Bien sin mirar a quien, aplastan asangre y fuego a quienes tienen opinionesdivergentes sobre qué cosa es el Bien; que,por lo tanto -y al contrario de lo que quisieraque creyésemos la clase dominante- hacerpolítica no tiene un cuerno que ver con labúsqueda del Interés General, y mucho conla decisión de a quién (a qué clases, a quégrupos sociales, a qué perspectivas idealesy materiales de construcción de la polis ) seva a beneficiar, y a quién se va a perjudicar."(Grüner, 200 1,2).

Ahora, debe recordarse que en Weber, ladominación implica la probabilidad de encontrarobediencia a un mandato determinado, contenidoentre personas dadas, en otras palabras podemosdecir que hay dominación cuando hay quienesestán dispuestos a acatar órdenes, mandatos en uncontexto relacional. Lo cual nos pone en sintoníade la relación política frente al otro(s) u otra(s).Sobre todo, los percibidos como "arnenazantes"o enemigos, y como tales, son de quienes debeguardar mayor prudencia y la astucia necesa-ria para cooptarlos a sus intereses al encontrarenemigos comunes a quienes combatir. En otraspalabras, para Maquiavelo, la guerra y la políticason un mismo movimiento pendular. En ambos,es necesario la astucia, la fuerza, las alianzas y lafortuna. En resumen

"¿Nicolás Maquiavelo y el realismo político?Podemos afirmar que casi se acepta comoverdad dada el hecho de que Maquiavelo esuno de los precursores del realismo político.Pero al respecto no encontramos mayoreselucubraciones analíticas, sino que sólo seafirma que en los textos del f1orentino esevidente el apego a la realidad, a los hechos,a la evidencia fáctica, alejada de elucubra-ciones fantasiosas, y ello en última instanciaatribuiría a Maquiavelo la calidad de realistapolítico. Otros autores, como lean Touchad,observan en la defensa irrestricta que haceMaquiavelo a favor de la Razón de Estadoaspectos claros de realismo político. O biense establece, como lo hace Chevalliere, quetodos los políticos que adhieren al realis-mo se declaran emparentados abiertamentecon Maquiavelo y "El Príncipe". Pero larelación concreta entre realismo político yMaquiavelo no se establece desde un puntode vista sistemático, sólo se acepta comoalgo dado". (Henríquez, 2007, 2-3)

Por su parte, Schmitt se propone encontrarcategorías capaces de ofrecer una definición con-ceptual de lo político. Ellas deberían constituir la"diferencia última" capaz de identificar la esferapolítica en su especificidad. Así como la ética sejuega en la diferencia entre bueno y malo, y laestética lo hace en la distinción entre bello y feo,la política debe poseer su propia diferencia defondo que delimite su campo de fenómenos. Estadiferencia es la de amigo y enemigo:

"La específica distinción política a la cuales posible referir las acciones y los moti-vos políticos es la distinción entre amigo(Freund) y enemigo (Feind). Ella ofrece unadefinición conceptual, es decir, un criterio,no una definición exhaustiva o una explica-ción del contenido" (Schmitt, 1998, 26)

Esta distinción no es reducible a las diferen-ciaciones que corresponden a otros ámbitos de lavida humana, tales como la moral, la estética ola religión. Es independiente de ellas. No indicapropiamente una esencia sino un grado de inten-sidad extremo, producto de una asociación o deuna diferenciación que pueden ser provocadas por

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diversas razones o estar fundadas en múltipleshechos de la vida social.

En definitiva, para Schmitt lo político aludea los conceptos de inclusión-exclusión, a partirde los cuales es posible diferenciar un noso-tros que se manifiesta en la constitución de unEstado, frente y en contraposición a los otrosque pertenecen a otra unidad política, es decir,a otros Estados. Mientras las categorías éticas,estéticas o afectivas corresponden al ámbito dela vida privada de los hombres, las categoríasde amigo y enemigo corresponden y definenel ámbito estrictamente de lo público. De estemodo, las determinaciones que intervienen en ladefinición del enemigo no resultan psicológicaso subjetivas, sino que son categorías que afectansólo a lo público, son óntico-existenciales. Afir-ma Schmitt:

"Enemigo no es el competidor o el adver-sario en general. Enemigo no es siquiera eladversario privado que nos odia debido asentimientos de antipatía. Enemigo es sóloun conjunto de hombres que combate, almenos virtualmente, o sobre una posibilidadreal, y que se contrapone a otro agrupamien-to humano del mismo género. Enemigo essólo el enemigo público, puesto que todo loque se refiere a semejante agrupamiento, yen particular a un pueblo íntegro, devienepor ello mismo público".(Schmitt, 1998,57)

Además, Schmitt considera que lo políticoestá estrechamente vinculado al ámbito del Esta-do el cual expresa y condensa el poder supremo,no obstante lo político en Schmitt recorre todoel cuerpo social en tanto hay relaciones entrelos actores que definen sus espacios vitales y losintereses que persiguen.

Schmitt considera que cada Estado es unaunidad política. Para determinar esa unidad esnecesario contar con un criterio de inclusióny de exclusión. Esto significa que es necesariofijar una frontera entre los que pertenecen auna determinada unidad política, es decir a unpueblo, y los que no pertenecen a él; el criteriode pertenencia permite así identificar un Estadocomo distinto y contrapuesto a otro Estado, porende a los amigos-enemigos internos y externos adicho Estado=territorio. Probablemente, Schmitt

seguía en estos razonamientos la incomparabledefinición de Estado, de quien se le llamó "elMaquiavelo de Heisenberg" es decir, Max Weber.Quien afirma en su afamada conferencia de 1919"La vocación política":

"(, ..) definiremos el Estado como una comu-nidad humana que en el ámbito de deter-minado territorio (aquí "territorio" es elelemento diferencial) requiere exitosamentecomo propio el monopolio de la violenciafísica legítima. Lo peculiar de la épocaactual es que a las demás agrupaciones o alos, individuos aislados sólo se les da el dere-cho a la violencia física en tanto el Estado loconsciente. El Estado se presenta como laúnica fuente de "derecho" a la violencia. Deeste modo estableceremos como significadode la política la aspiración a participar en elpoder o la aspiración a influir en el repartodel poder entre los diversos Estados, o, en elinterior de un mismo Estado entre los diver-sos grupos de individuos que lo constituyen"(Weber, 2003, 404)

Si el pueblo-Estado como unidad política esel sujeto de la soberanía, es necesario establecerun criterio de demarcación para que tal unidadpolítica sea posible. La exclusión es la condiciónde posibilidad de la unidad política; el fenómenopolítico sólo tiene sentido dentro de una lógicade la conflictividad capaz de establecer quién esel enemigo frente al cual un pueblo se constituyecomo unidad. Desde esta perspectiva lo políticose comprende como la posibilidad de articularamigos y enemigos, en un frágil equilibrio, talque, se pueda evitar el suicidio colectivo porreferencia a un ideal democrático no historizado.Es decir, que no olvida las condiciones sociohis-tóricas (económicas, políticas, libidinales, simbó-licas) que hicieron factible aquello que aparecíacomo imposible, y con ello, abre toda posibilidadpara su transformación antropo-socio-histórica.Lo cual, efectivamente, no deja de ser una teolo-gía política ó utópica. (Cf. Torres, 2007)

En estas contraposiciones (amigo-enemigo,dentro-fuera) se juega el campo de lo políti-co propiamente dicho, según Schmitt. Esto noimplica concebir este ámbito a partir de unaposible, supuesta o deseable armonía sino que,

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por el contrario, intenta captarlo desde la con-f1ictividad, la cual, en su grado extremo, seexpresa bélicamente. La guerra no es tomada enesta teoría como la acción real y manifiesta delenfrentamiento, sino como su posibilidad, comola amenaza presente y siempre actualizable de lalucha, ya que ella representa la posibilidad de laeliminación física de los enemigos.

Ahora bien, aun cuando la guerra no sea elelemento normal sino la excepción, es ella la quedefine las relaciones políticas, justamente porrepresentar la amenaza última donde se juega laintegridad de los hombres y, sobre todo, de lospueblos. Recuérdese el axioma de Von Clausevitz"la guerra es la continuación de la política porotros medios", así como su inversión en MichelFoucault: "la política es la continuación de laguerra por otros medios", es decir, ambas posi-bilidades en nuestra lectura de Schmitt constitu-yen un plexo de la acción humana que se guíapor intereses y que en busca de los beneficiosestablece tácticas, estrategias y alianzas parasu consecución. En este sentido acusa nuestroautor (14):

"La guerra no es pues un fin o una meta, otan sólo el contenido de la política, sino essu presupuesto, siempre presente como posi-bilidad real, y que determina de modo parti-cular el pensamiento y la acción del hombre,provocando así un comportamiento políticoespecífico". (Schmitt, 1998,70)

De hecho, la guerra sólo tiene sentido enten-dida desde lo político. Ninguna causa noble nihumanitaria justifica matar o morir. Los motivosreligiosos, económicos o morales por sí solos nodeterminan distinciones entre amigo y enemigo.Si la diferencia en esos campos se intensifica a talpunto de permitir agrupamientos según este cri-terio, entonces se habrá convertido en un asuntopolítico. En resumen, lo político es para Schmittla posibilidad de construir, cada quien:

"Una conducta determinada por la posibili-dad real, en la clara comprensión de la propiasituación y de su manera de estar determi-nada por ello, así como en el cometido dedistinguir correctamente entre amigos yenemigos" (Schmitt, 1998, 67)

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Hemos de insistir que en Schmitt el ámbitoprivi legiado de las relaciones políticas es el Esta-do de carácter constitucional. Pero, según susimplicaciones amigo-enemigo, lo político excededicho ámbito estatal y recorre todas las tramasrelacionales de cualquier unidad política: comu-nidad, región, continente, etc. En este sentido,el Estado deviene la expresión y condensaciónde las complejas tramas antropo-socio-históticasde los actores. Tramas que están en los Estadosmodernos normalizadas por leyes, normas einstituciones que condicionan las posibilidadesy límites de las tácticas y estrategias de los acto-res que persiguen sus fines enfrentados a otrosactores que persiguen sus fines. En este sentido,cabe aclarar que en Schmitt las relaciones amigo-enemigo que definen la "esencia" de lo políticotienen tres consecuencias analíticas ónticas:

a) La relación amigo-enemigo en el ámbitopolítico es el momento extremo de la políti-ca, es su expresión bélica. Pues todo enemi-go es por su "naturaleza" destruible por sucarácter hostil y amenazante que atenta conla sobre-vivencia del "nosotros".

b) La relación que debería prosperar en la polí-tica es amigo-adversario. Un adversario per-sigue sus fines y mueve sus aliados. En todomomento su amenaza es estratégico-táctica yen ningún caso compromete la sobre-viven-cia de los enfrentados, por ende, un adversa-rio no adquiere un carácter destructivo. Desurgir esta posibilidad el adversario deja deser -adversario- y se percibe como enemigoy por ende destruible.

e) Finalmente, una lectura detenida del texto"El concepto de lo político" implica que ladupleta que define la relación básica u origi-naria de lo político a saber amigo-enemigo,en realidad es una consecuencia funcional delas tramas sociohistóricas. Para Schmitt, loconstitutivo de la política es que ella se fundaen la articulación de enemigos u adversarios.Los amigos devienen en todo momento fun-cionales a las posibilidades tácticas o estraté-gicas que atañen a los contextos de interesesen juego. Es decir, un amigo es en política,funcional si tenemos enemigos en común,o bien, si en una coyuntura nos juntamos

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amigos que perseguimos fines similares.Pasada la coyuntura o vencido el adversario,este amigo funcional deviene siempre y entodo momento enemigo u adversario. Esdecir, en Schmitt, lo político es un juego deenemigos ónticos que debido a coyunturasespecíficas se convierten en "amigos". Lopolítico es en realidad en Schmitt un monis-mo óntico de enemigos u adversarios quepotencia funcional mente según los contextosun dualismo funcional amigo-adversario /amigo-enemigo. En este sentido, Schmitt,pliega su analítica política a la "guerra detodos contra todos" de Hobbes.

111. ¿Qué es la política?

Como hemos ya señalado, un primer aspectoa resaltar es que ambos autores intentan establecerlos límites claros de la esfera política cuya auto-nomía nos permita distinguirla de las esferas esté-ticas, éticas, religiosas, sociales, culturales, etc.

Un segundo aspecto, es que el modelo antro-pológico de ambos autores es pesimista. Determi-nan a los seres humanos portadores de ambición,por ende, su actuar es de conquista y dominio.Los seres humanos para ambos autores, no sonni buenos ni malos (Cf. Velásquez; 1999-2000,253-266), son producto de la interacción entre suscircunstancias históricas concretas y de su propiaambición, autodeterminación o deseo. Conatusen última instancia.

En otras palabras, los seres humanos hace-mos acciones buenas o malas acorde a los valores(fines) y a los medios de los que disponen para ello.El político debe tener pasión y razón. En pocaspalabras, para el modelo antropológico propuestopor Maquiavelo y Schmitt, respecto de la esferapolítica, vale la advertencia hecha por Weber:

"El que quiere hacer política, y sobre todoel que quiere hacer política como profesión,debe comprender esta paradoja ética. Debesaber que es responsable de lo que él mismopuede llegar a ser, bajo el dominio de esaparadoja. Repito que quien hace política seentrega a las fuerzas diabólicas que rondanen torno a toda violencia" (Weber 2003, 448)

Un tercer aspecto, es la divergencia entreambos autores es la identificación de Maquiaveloentre la política con El príncipe y la necesidad deEstado Monárquico. Esta lectura mimética entrelos términos, se ajusta al proyecto moderno de laautonomía cohesionante de la institución estatalfrente a la dispersión de la sociedad, funcionala los Estados italianos renacentistas. (Cf. Mar-tínez 2006:1-11) Por su parte, Schmitt acusa "laecuación estatal=político se vuelve incorrecta einduce al error en la precisa medida en que elEstado y la sociedad se interpenetran recíproca-mente, en la medida en que todas las instanciasantes estatales se vuelven sociales y viceversa"(Schmitt, 1998:53) Es decir, lo político cruza todoel entramado social, aun cuando se privilegia laesfera estatal, en cuanto esta expresa y condensalas tensiones últimas de las relaciones polñiticas.

Un cuarto elemento, que nos interesa desta-car es el tema de la guerra (violencia) que debeser aplicada para conseguir, conservar y defenderel espacio político. Para ambos autores, un poderpolítico logra su cometido si (parafraseando aWeber) logra monopolizar la violencia física legí-tima a lo interno y logra defender los límites delo conquistado. Tesis que reforzamos siguiendo aAgamben, quien afirma:

"La doctrina de la soberanía que Schmittdesarrolla en su Teología política puede serleída como una puntual respuesta al ensayode benjaminiano. Mientas que la estrategiade Para una crítica de la violencia estabaorientada a asegurar la existencia de unaviolencia pura y anómica, para Schmitt setrata en cambio de reconducir tal violenciaal contexto jurídico. El Estado de excepciónes el espacio en el que busca capturar la ideabenjaminiana de una violencia pura y deinscribir la anómia en el cuerpo mismo delnomos." (Agamben, 2004, 106)

Finalmente, el elemento concomitante de lapolítica en ambos autores es la determinación deladversario ó del enemigo. Es el otro, quien deter-mina las acciones y las resistencias. El otro/a esfrente a quien se hace la política o la guerra. Elotro (15) siempre inconmensurable, es quien meobliga a mí a establecer relaciones amistosas uhostiles. En la relación con el otro u otra es donde

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se sustenta lo político. Ello, sin olvidar que para elotro/a "yo" soy el otro.

En consecuencia, nuestras unidades políticas(sean el Estado-Nación, regionales o locales,etc.), son nuestros espacios de lucha que estánconstituidos ónticamente por sujetos otros, queencuentran elementos de aglutinamiento que lespermiten imaginarse como unidades políticasespecíficas que potencias acciones y valoresparticulares en tensión permanente con otrasunidades políticas, dicha trama sociohistóricase decanta como resultante política, a partir, deun espectro de fantasías y fuerzas políticas endisputa. Es decir, espacios de luchas que se tra-mita necesariamente como epistémicos dadas susimplicaciones para la praxis sociohistórica.

Luego, si definimos el término táctico comoaquel proceso en que se conjugan todas las posi-bilidades físicas, técnicas, teóricas, psicológicasy demás, para dar una solución inmediata a lasdisímiles situaciones imprevistas y cambiantesque se crean en condiciones de oposición. Estoimplicaría que toda acción política que se diceestratégica implica que se deben considerar enuna correlación de fuerzas:

a) el equilibrio de fuerzas con los enemigospotenciales,

b) la necesidad de elegir entre amigos yenemi-gos, tendiendo en cuenta primordialmentesu poder y no su ideología o el carácter delrégimen interno,

c) al evaluar las amenazas exteriores los hom-bres de Estado deben mirar más de cerca lacapacidad militar/política (fuerza) que lasintenciones, y,

d) la necesidad de excluir la moral de la políti-ca, esto es, la política no es buena o mala, eseficaz o no es eficaz.

Con todo lo expuesto podemos aventurar unarespuesta a nuestra pregunta ¿Qué es la política?La política es el intento de establecer y consolidarun orden que garantice temporalmente la paz yla seguridad en un territorio, dado a través delmonopolio legítimo de la violencia física y sim-bólica tanto en lo externo como a lo interno de loslímites establecidos. Este orden temporal y espa-cial permite negociar los intereses de los diversos

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actores políticos que quedan a su abrigo. Esdecir, establece contextos de toma de decisiones(marco de referencia legal y legítimamente reco-nocido) frente al otro que es reconocido comoamigo, aliado, adversario, bien, como enemigo enmomentos de acumulación de tensiones limares.Dado que no hay política sin resistencias. El otrose debe presentar como esas posibilidades. (Cf.De La Peña, 1994, 141-159).

Además, en este contexto se negocian oimponen legal, ilegal, legítimamente ó ilegíti-mamente los intereses particulares (beneficios)como si fuesen universales. Es decir, este ordenpuede instaurar distintos tipos de regímenes polí-ticos, que cubren el espectro totalitario al demo-crático. Dado que "la política, como arte de loposible, entra en la conciencia actual, a partir, delmomento en el cual el hombre empieza a moldearla sociedad según proyectos de una sociedad porhacer" (Hinkelammert, 1990, 21).

Aquí un asunto central en las sociedadesmodernas para el juego político es si las accionesde los actores son entran o no en el marco públicode la legalidad. Recordemos que la legalidad (16)es una de las tres formas típicas de legitimidad enel sentido de Max Weber (carismática, tradicionaly racional). Ésta presupone una normalizaciónracional, que determina un universo cerrado entreleyes, reglamentos, ordenanza, decretos y dispo-siciones escritas e impersonales.

Esta normatividad explícita, pone de mani-fiesto la progresiva evolución de la lógica trfa-dica de la legalidad: presunción de legalidad,cumplimiento-obediencia e interpretación de lasclausulas generales (jurisprudencia). Cuando ungrupo humano expande e intensifica (as deci-siones políticas en pos de su propia seguridadontológica (necesidades básicas + necesidadesradicales) se debe separar la racionalidad axioló-gica de la teleológica y atenerse a la primera parasalvar la legalidad como una manifestación de lalegitimidad.

Por su parte, "la legitimación aparece al ladode la socialización y del control social. La legiti-mación hace aceptar la sociedad existente comole legítima. Se refiere a la legitimidad en su esp-cificidad en su nomos" (Hinkelammert, 1990:39).

Así en el sentido, de la relación legali-dad-legitimidad: la política se funda en las

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desigualdades materiales y simbólicas (Cf. Bour-dieu, 1999, 240-247), entre los adversarios, quie-nes, desde sus acciones y valores apuestan porestrategias y tácticas que lleven a mejor puertosus fantasías políticas, en colaboración con otro/as ó en su enfrentamiento, sea como adversarios,bien, como enemigos. Estos puertos constituyencontratos socio-históricos hechos por y para sereshumanos concretos que actúan en constelacionesdonde se conjugan distintos poderes, pasiones eintereses.

Notas

1. Algunas tesis aquí enarboladas, han sido, pre-viamente expuestas por el autor en: Torres, 2007y Torres, 2008. Asimismo, parte de las tesis dela tercera parte del artículo son producto de lasdiscusiones realizadas en el curso de la Maestríaen Sociología: Teoría Sociológica del EstadoContemporáneo en primer semestre del 2008, conel profesor Roberto Salom Echeverría.

2. Una primera versión del texto "El concepto delo político" fue una conferencia dictada por CarlSchmitt hacia 1927 en Berlín.

3. Esto es lo que se conoce en Weber como éticade la responsabilidad y que Mannheim elaboracomo racionalidad sustantiva, es decir, cuando enun curso de acciones se adecúan los medios a losfines, pero asumiendo los costos sociohistóricosde tales acciones y tales valores apostados.

4. Sobre estereotipos y sesgos de la política Gallar-do, 1989: 11-46, sobre la diferenciación de lapolítica y lo político, Gallardo, 1998:47-116, eneste, capítulo, el autor desarrolla tesis y corolariossobre la posibilidad y necesidad de comprenderlo político como factores del poder y gestación-despliegue de la comunidad (articulación y efec-tividad en la vida cotidiana). Finalmente, sobrelas posibilidades y limitaciones del poder desdeabajo véase Rauber, 2000-2001: 101-129 y Garre-tón, 2002: 7-23.

5. Sobre otras posible clasificación del realismoGarcía Bacca, 2001.

6. Véase el sugerente artículo "Carl Schmitt: Juris-prudencia para la ilegalidad" Silva-Márquez,2003: 9-24. En dicho artículo, los autores abordanla vida y el pensamiento del jurista alemán CarlSchmitt, en especial su concepción de lo políti-co y sus consecuencias para el establecimientodel régimen constitucional. Según los autores el

proyecto de Schmitt puede entenderse así comouna jurisprudencia para la ilegalidad, una filoso-fía del derecho y la política que desarme la ley altiempo que desata el poder de sus restricciones.

7. Según nuestro proceso de lectura -que es dis-cutible- en Maquiavelo, el hombre no es malopor naturaleza, sino que es visto el mal comoun concepto desde la experiencia histórica. Así,el hombre, tiene una inclinación que le vienede la animalidad, el deseo, la pasión, los instin-tos, el amor y el temor. Lo central es que es unser moral, dado que posee conciencia de dichainclinación, devenida de su naturaleza débil.Recuérdese la referencia de Maquiavelo al Cen-tauro Quirón como educador de los grandeshéroes de la antigüedad en el capítulo XVIlI. Enesta figura del centauro "Las leyes representanla razón la lealtad y la fidelidad, mientas que elelemento bestial representan la fuerza y la astucia(...) En Maquiavelo se plantea la concepción delo humano como ser esencialmente político, queoscila entre lo racional y lo instintivo, con predo-minancia de lo segundo sobre lo primero" (Cañas,2004-2005:118) Cf. Hurtado, 1995. Sobre el temadel mal en Maquiavelo ver Chuaqui 2000, 403-435. Sobre conceptos centrales de MaquiaveloEchandi, 2003: 43-56.

8. Para una profundización de esta lectura gram-sciana de Maquiavelo y sus acercamientos a laobra de Schmitt -que no son objeto de nuestroestudio-Véase: Bosoer, 2000: 115-126 y Pontan-tiero: 2000: 149-154.

9. En esta delimitación del interés como razonespara actuar seguimos a Hindess, 1986:66-85.Para una discusión genealógica sobre el conceptointerés ver: Ornaghi y Costellessa 2003. Para unalectura estructural y estructurante de los interesesde los actores en tramas sociales "¿Es posible unacto desinteresado?" Bourdieu, 1997: 139-158.Así como, el texto "Las pasiones y los intereses"(Hirschman, 1983)

10. Para profundizar en este tema de los interés yel realismo político, véase: Morghentau, 1990 yHenríquez, 2007.

11. Propuestas de lectura similares a nuestro artículo:Henrríquez, 2007: 1-32. El cual tiene por objetivoesclarecer la posibilidad de catalogar a NicolásMaquiavelo entre los autores que adhieren alrealismo político. Para lograr tal propósito, enprimer lugar, se exponen algunas definiciones quehan tenido por pretensión catalogar o delinear losfundamentos o principios del realismo político.Luego se bosqueja una definición tentativa del

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realismo político en la que se precisarán cuatroindicadores básicos a partir del cuales se aden-tra en el análisis del libro 1 de los "Discursossobre la primera década de Tito Livio". Cañas,2004-2005: 113-121, que es una lectura apegadaal Príncipe tratando de mostrar el realismo dedicho autor, y, Echandi, 2003:43-56. En el cual,la autora, desarrolla cuatro temas centrales de laobra de Maquiavelo: humanismo y realismo, suconcepto de hombre, el problema de la libertad enMaquiavelo, la autonomía de política y la razónde Estado. Braun, 2000:79-99

12. Sobre mímesis del poder: Assman, 1991 y Hinke-lammert, 1998. Sobre discurso de lo posible:Landi 1985,13-26.

13. Como se sabe esta obra -El Príncipe- está profun-damente determinada por el contexto histórico enque fue concebida. En particular la atomizaciónpolítica, fruto de la ruptura del equilibrio depoderes, en especial, la inflación del poder delpapa; que caracterizaba a la Italia del siglo XVI.Ello, devino en la necesidad de requerir la actua-ción de estadistas poderosos, que consolidaranun Estado fuerte y unificado. Por este motivo,Maquiavelo reivindicaba al gobernante una polí-tica exterior agresiva; la guerra debía constituirseen instrumento básico de su política exterior parala constitución de su principado. En este últimosentido, también reseñaba la importancia que, enla organización de un Estado, debía tener su ejér-cito, el cual, para ser efectivo, tendría que estarintegrado por los propios ciudadanos, y nunca portropas mercenarias. Cf. Granada, 2000 y Gautier-Vignal, 1971.

14. Por su parte, en el Cap. XIII del Leviatán deHobbes insiste, en que, la guerra no es un estadode excepción; lo excepcional es la paz, simpleintervalo entre las guerras.

15. Podríamos decir que el otro, en términos de lógi-ca matemática, es la variable independiente decualquier ecuación posible. Ahora, este otro, mepone en interacción, la cual no es binaria, es siem-pre una relación tríadica, según, observo socioló-gica y pertinentemente Simmel, respecto de lasfunciones de un tercer miembro de interacción:a) mediador, b) tertius gardens, e) opresor. Dadoque la tríada posee alcances catalíticos. Cada unade las relaciones binarias (amigo-enemigo) quese dan en la tríada pueden tener lugar tanto enausencia como en presencia del tercer miembro(aliados). Son efectos sociológicos de primerorden: la presencia de un antagonista hace crecernuestro afecto por un amigo y la presencia de un

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amigo fomenta nuestra hostilidad hacia el adver-sario. En este sentido, Cf. Caplow, 1974.

16. Para una profundización en estos aspectos con-frontar el intenso ensayo "Legalidad y legitimi-dad", publicado por Schmitt en Munich y Leipzigen 1932. Ver bibliografía: Schmitt, 1971.

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