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  • 7/25/2019 Polifacetica Luis a Calvo

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    LA

    POLIFACTICAPERSONALIDADMUSICAL DELUIS ANTONIO

    CALVOMario Gmez - VignesProfesor titular de la Universidad del Valle y visitante en las Universidades del Cauca

    y EAFIT. Doctor honoris causa del Instituto Departamental de Artes del Valle, institu-

    cin universitaria. Compositor, musiclogo de la Historia de la Msica y de la Teora

    musical. Autor de una profunda investigacin biogrica y compositiva y de un tratado

    en dos tomos que ha sido profusamente difundido y respetado en Colombia, sobre el

    compositor colombiano Antonio Mara Valencia.

    DOI: 10.17230/ricercare.2014.1.4

  • 7/25/2019 Polifacetica Luis a Calvo

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    RICERCARE Revista del Departamento de Msica

    60 No. 01. Diciembre de 2013

    RESUMEN. El presente trabajo fue originalmente una con-

    ferencia que el autor ley en una de las salas del Auditorio

    Luis A. Calvo de la Universidad Industrial de Santander,durante la celebracin de uno de los primeros Festivales

    de Piano que se celebran desde 1984, en la ciudad de Bu-

    caramanga. En aquella ocasin el autor fue secundado en

    los ejemplos musicales con la ayuda de un pianista. Lo

    que sigue a continuacin es una versin remozada, revi-

    sada y expurgada del contenido original. Con la ayuda de

    ejemplos de compositores romnticos, postromnticos y

    nacionalistas de Europa y Amrica, especialmente de las

    llamadas piezas de saln, el autor logra demostrar las

    verdaderas inluencias y capacidades compositivas ope-

    rantes en las piezas piansticas de Luis A. Calvo y cmo esbastante errado llamarlo el Chopin colombiano.

    PALABRAS CLAVES. Luis A. Calvo, Romanticismo, piezas

    de saln, cambio de siglo (del XIX al XX), piano, danzas ca-

    ractersticas.

    THE MULTIIFACETED MUSICAL PERSONALITY OF LUIS

    ANTONIO CALVO

    ABSTRACT. This article is a reelaboration of a lecture

    by the author in one of the halls surrounding the Luis

    A. Calvo Auditorium of the Industrial University of

    Santander in the city of Bucaramanga, Colombia, in the

    occasion of one of the irst Piano Festivals celebrated

    there since 1984. The piano examples were then

    played by an assistent pianist. Those fragmentary

    examples of romantic, postromantic and nationalist

    characteristic pieces from Europe and both Americas

    were used by the author to demonstrate the true

    inluences on the piano works of Calvo, his compositivecapacities and the mistaken reppresentation of him

    as the Colombian Chopin.

    KEY WORDS: Luis A. Calvo, Romanticism, piano

    Characteristic pieces (Albumblter, pieces de salon),

    turn of the century (from XIX to XX).

  • 7/25/2019 Polifacetica Luis a Calvo

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    La polifactica personalidad musical de Luis Antonio

    Mario GmezVignes

    Advierto al lector que este texto estar irremediablemente

    matizado de muchas expansiones subjetivas, de frecuen-

    tes digresiones, de parntesis aclaratorios, dado que la

    msica de Luis Antonio Calvo (1882 - 1945) ha removido

    recuerdos y ambientes sonoros que estn asociados a vi-

    vencias de mi extrema infancia, sin que esto signiique en

    absoluto, primero, que voy a distraerme del tema central,

    y segundo, que en mi niez conociera yo la msica de este

    compositor. Se trata ms bien de relaciones de atmsfera,

    de clima emocional que su msica ha suscitado en m, vin-

    culados muy de cerca con los repertorios que tocaban, por

    ejemplo, mi abuela paterna, mi madre y mis tas.

    Permtaseme, entonces, explicar que el desarrollo de mi

    tema ir estrechamente de la mano de reminiscencias que

    harn las veces de agentes esclarecedores y corroborati-vos de que el contexto socio-cultural en el que se han des-

    envuelto nuestras naciones latinoamericanas en su evolu-

    cin musical se ha producido de manera unvoca.

    Cuando Luis A. Calvo muri, yo era un pequeo estudiante

    de primaria en cuyo hogar an se haca msica en vivo.

    La radio constitua otra alternativa de esparcimiento,

    la televisin no haba irrumpido an en nuestros pases

    y el disco era todava artculo de lujo. Yo me cri en un

    medio musical, pero tradicionalista en extremo, en el

    que las vanguardias, constituidas en ese momento porStravinsky, Schnberg, Bartok, Hindemith, eran miradas

    como cosa de autores proscritos y modernistas. Slo a

    mi ingreso en el Conservatorio, y bajo la inluencia de mis

    maestros y condiscpulos vine a conocerlos y a valorarlos.

    As, pues, mis primeras experiencias fueron dentro de la

    msica tonal, que en mi hogar se la escuchaba sin mucha

    discriminacin: los clsicos, entre los cuales podan caber

    con deliberada frecuencia autores como Mozart y Cho-

    pin, Beethoven y Brahms; y junto a estos, en desordena-

    da mezcolanza Agustn Lara, Carlos Gardel, Pedro Vargas,

    Jos Mojica, Ortz Tirado o Jorge Negrete. Todo esto era lo

    que se escuchaba por la radio. La msica en vivo, por otra

    parte, la que hacan mis mayores en las veladas familia-

    res estaba representada por una legin inmensa de piezas

    que, seguramente, hoy pasaran por dulzarronas y rim-

    bombantes, de autores oscuros que ya estn olvidados,

    pero que consideradas en retrospectiva, y al margen de su

    mucho o escaso valor musical, tienen hoy la virtud de evo-

    car con sentida nostalgia esos tiempos idos, irrepetibles,

    asociados a situaciones irrecuperables que, precisamente

    la msica de Calvo ha provocado tambin en m.

    Yo soy oriundo de Santiago, ciudad capital de un pas como

    Chile, con una arraigada inluencia anglo-franco-germana

    La juventud de esos familiares que animaban las tertulias

    de mi casa, haba transcurrido sin radio, sin disco, sin te-

    levisin, obviamente, e incluso para varios de ellos, por su

    edad, sin cine. Y en vez del equipo de sonido en sus casas

    hubo al menos un piano. Un piano que no era, desde luego

    un mueble de adorno, sino un instrumento de uso comn

    y corriente. A m, que soy de la segunda o tercera genera-

    cin posterior a la de esas personas, me toc todava en

    suerte vivir esa poca en que el piano era parte del menaje

    de una casa, el cual al menos un miembro de familia lo

    tocaba con cierta destreza y no poca donosura. Supongoque mi infancia coincidi con el ocaso de esa situacin que

    antes de m era perfectamente habitual. El repertorio que

    esas personas tocaban eran las msicas que estuvieron de

    moda en los salones iniseculares: valses, polkas, cuadri-

    llas, romanzas, fantasas y variaciones sobre arias de pe-

    ras, con muchos arpegios y trinos. Posiblemente repito

    msica de dudoso valor artstico en su mayora, pero

    de factura cuidada y pulcra. Probablemente msica muy

    cursilona, pero que observada en su contexto y desde mi

    perspectiva de vivencia infantil la aprecio con toda la emo-

    cin subjetiva que puede revestir un recuerdo remoto.

    El Romanticismo, que entr tarde a travs de las costas de

    nuestra Amrica, vena un poco trasnochado y se asent

    vigorosamente en los medios musicales criollos y al acli-

    matarse, produjo una avasallante andanada de creadores

    locales que reprodujeron a su manera lo que vena de ul-

    tramar en forma de partituras impresas, rollos de piano-

    la y en los repertorios de uno que otro artista itinerante,

    como Louis Moreau Gottschalk, Rosina Storchio, Luis Dun-

    ker Lavalle, Teresa Carreo o Mara Barrientos.

    Ese producto que nos lleg de Europa en las ltimas tres

    dcadas del siglo XIX era la consecuencia ltima de una

    evolucin signiicativa que haba sufrido la msica desde

    los das de Chopin, Henselt, Liszt, Thalberg o ese excntri-

    co pianista que conocemos bajo el seudnimo de Alkan.2

    2 Charles-Valentin Morhange (1813-1888), pianista y composi-

    tor francs.

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    RICERCARE Revista del Departamento de Msica

    62 No. 01. Diciembre de 2013

    Varias son las lneas derivadas y subderivadas que arran-

    can de estos compositores, como quiero explicarlo a

    continuacin con el objeto de que, inalmente, podamos

    comprender de manera ms ntida el contexto en el que se

    ubica el personaje central de esta disertacin.

    En primer lugar, el pianismo brillante, inaugurado en la

    primera mitad del siglo XIX, con John Field, Mendelssohn,

    Weber, Hummel e Ignaz Moscheles, entre otros, goz de

    una alta estima entre los pblicos metropolitanos; al abri-

    go de los compositores de la primera generacin que

    constituira la vanguardia: Chopin y Liszt fue creciendo

    una legin enorme de creadores que a lo largo del siglo

    cada cual segn su propio estro sigui cultivando el

    gnero del llamado morceau caractristique3oAlbumblatt4

    , la tpica pieza de saln, con ms o menos inluencias deaquellos a quienes he llamado primera generacin. Esta

    segunda generacin, en la cual podemos inscribir a com-

    positores como Saint-Sans, Csar Franck, Chaikovsky,

    Grieg o Dvorak, pese a nutrirse de las audaces conquistas

    de sus predecesores, llevaron el gnero a un cierto estan-

    camiento y a un estado de fatiga, que al ser transladado a

    sus colegas de segunda y tercera ila, adopt lo puramente

    formal y ms epidrmico, en especial el pianismo deslum-

    brante, entre muchsimas otras lamentablesgaffes.

    El derivar hacia esta situacin no poca responsabilidad ledeberemos atribuir a Liszt. Feren Liszt, cuyo progresismo

    ha sido confundido con dilettantismo5, cre a travs de su

    produccin temprana una moda de largo alcance, sobre

    todo en su repertorio de bravura, representado a travs

    de sus rapsodias hngaras y sus fantasas sobre temas de

    peras, ornamentadas con muchos oropeles virtuossticos.

    Este aspecto enfocado y entendido por sus sucesores e

    imitadores en su dimensin ms frvola ser el que va a

    generar ms abundante herencia en las corrientes menores

    de in de siglo. Pero Liszt, como creador genial y singular,

    pudo superar en sus ltimos aos ese lenguaje relumbrante

    para acceder a un estilo en apariencia muy sencillo, simple

    si se quiere, pero en el que se detectan con asombro las vi-

    sionarias premoniciones del atonalismo y an del impre-

    sionismo a veinte o treinta aos de distancia.

    3 Pieza caracterstica.

    4 Hoja de lbum.

    5 Consltese al respecto Wolfgang Dbling Liszt y su tiempo.

    Alianza Editorial.

    Ahora bien, y en segundo trmino, de manera contempo-

    rnea y aun posterior a aquella segunda generacin inise-

    cular, se ubica una legin numerossima de otros creadores

    de menor cuanta los colegas de segunda y tercera ila

    que convirti el gnero de saln en estereotipos deca-

    dentistas, con productos musicales, si se quiere, rutinarios,

    para uso de la igualmente numerosa legin de aicionados y

    dilettantes, gracias a los cuales el mercado editorial musical

    se convirti en algo realmente lucrativo y rentable.

    En efecto, nombres como Franz Bendel, Johann Leybach,

    Franz Braungart, Benjamn Godard, Anton Rubinstein,

    Tito Mattei, Louis-Moreau Gottschalk, entre muchsimos

    ms, pertenecen a los autores de centenares de piezas de

    efecto, algo ampulosas y de corte sentimental, pero eso s,

    con dos virtudes incontestables: 1) su factura es perfec-tamente cuidada y pulcra, desde el punto de vista de la

    forma, la armona y los diversos detalles de articulacin,

    matices y dinmica, y 2) es msica que est pensada hbil

    y milimtricamente para las limitadas posibilidades tc-

    nicas de su amplia clientela de aicionados. Aicionados

    entre los cuales estaban, desde luego, mi abuela paterna,

    mi madre y mis tas.

    Por in, y en tercer lugar, la msica bailable, el vaudevi-

    lley la opereta francesa y vienesa del ochocientos lo

    que hoy llamaramos msica de la farndula, pero bienhecha la que produjeron artistas tan sealados como

    Johann Strauss (hijo), Jacques Offenbach o Franz von Su-

    pp, que permaneci inclume, al margen de los hallazgos

    armnicos de la vanguardia wagneriana y sus hbitos de

    orquestacin, tambin aport su desenvuelto donaire al

    repertorio del saln burgus de entre siglos.

    Este repertorio, cuyo cultivo aderez las veladas de ahora

    ha cien aos e hizo las delicias de nuestros antepasados,

    inspir versos ardientes y lnguidos, amores platnicos y

    no pocas uniones matrimoniales, se acogi a la denomina-

    cin genrica de msica de saln, institucin que hunde

    sus races en el viejo mundo.

    En efecto, la cmara palaciega de las cortes regias y prin-

    cipescas de los siglos XVII y XVIII va a transformarse, al

    sobrevenir la Revolucin Francesa y el triunfo de la bur-

    guesa, en los salones de la monarqua liberal de los aos

    30 y 40 del siglo XIX: la velada ntima o tertulia, como la

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    La polifactica personalidad musical de Luis Antonio

    Mario GmezVignes

    llamaron los espaoles. Institucin de profundo arraigo

    en las casas de la burguesa acomodada donde intelectua-

    les, poetas y msicos mostraban sus ltimas creaciones o

    se libraban a un arte hoy prcticamente desaparecido: el

    arte de improvisar al piano a partir de un motivo musical

    sugerido por alguno de los contertulios. Beethoven, Schu-

    bert, Chopin, Liszt fueron algunos de los grandes asiduos

    de esas veladas de saln. En el terreno de la msica vocal,

    tambin hubo un permanente ejercicio de ese tipo de ma-

    nifestacin artstica fuera de la sala de conciertos.

    Al irrumpir en las capitales de Amrica esas corrientes

    venidas de ultramar, sobrevendr un ajuste y una acli-

    matacin de sus periles, dando nacimiento a las veladas

    musicales y poticas criollas, con pomposas melopeas,

    lnguidos valses, mazurkas y cotillones, sazonados conexquisitas mistelas y primores de repostera, preparados

    por la duea de casa, sus hijas y ofrecidos a los circunstan-

    tes por obsequiosas fmulas que hacan resonar el fru-fr

    de sus impecables enaguas almidonadas, a su paso raudo

    y silencioso. Hasta aqu el panorama, el paisaje socio-cul-

    tural que contextualizar la msica de Luis Antonio Calvo.

    Mi primer contacto con la msica de Luis A. Calvo fue en

    un pueblo del Valle del Cauca, Cartago, cuando yo era di-

    rector del Conservatorio que funcionaba gloriosamente

    en la llamada Casa del Virrey, un ediicio colonial cons -truido en el siglo XVIII. Estoy hablando del ao 1961.

    All trabajaba yo junto a una pianista, paisana ma, Anita

    Macchiavelli, excelente msica, pianista de muchos quila-

    tes. Entre los estudiantes de piano haba uno que era una

    personalidad muy especial, su nombre aun lo recuerdo, se

    llamaba Flovet Rivas; era mensajero, aseador, portero, fac-

    totum y proveedor de tintos y gaseosas; alumno de Anita,

    jovenzuelo de una candorosa ingenuidad, disciplinado y

    con aires de gran seor, que en sus ratos libres se apos-

    taba ante el piano a repasar su breve repertorio. A l le

    oa tocar irremediablemente el Intermezzo N 1, de Calvo,

    siempre de manera trepidante y a empellones.

    Ms tarde, muchos aos despus, vine a conocer otras

    composiciones de Calvo, como su segundo Intermezzo

    Lejano Azul, y la danza Malvaloca.

    Preparando este escrito he tenido la oportunidad de co-

    nocer ms de su vida, de su caracter, de su modo de ver

    y pensar el mundo; he podido tener acceso a una gran

    cantidad de msica suya diferente a la media docena de

    obras que pasan por ser las ms conocidas; y, ante todo,

    he estado ms de cerca de su vasta produccin tocndola

    analizndola, buscando los orgenes de su lenguaje y de

    su estilo, cotejando los paralelismos y concordancias con

    msicas antecedentes y contemporneas suyas del mismo

    gnero.

    La cronologa de su obra es harto dicil de establecer. Lo

    que he visto es en su mayora msica ya editada, lamen-

    tablemente sin fecha, hecho bastante irregular, toda vez

    que lo normal es que el impresor consigne algn dato

    como el copyright, por lo menos. Calvo, segn cuentas,

    libr sus obras a representantes, supongo, autorizados

    por l, como un tal Helio Cavanzo Pinzn y un Humber -to Correal, que se hicieron cargo de hacerla imprimir en

    Bogot, a travs de Humberto Conti, la Tipograa Vels-

    quez, Ediciones Aguilln y Vega y la Escuela Tipogrica

    Salesiana. Corri con suerte nuestro personaje. No todos

    los creadores musicales colombianos pueden ostentar a

    su haber un nmero tan crecido de msica impresa. Pero

    es muy probable que tanto sus representantes como las

    casas editoriales lo han de haber esquilmado, puesto

    que Calvo muri tan pobre como naci. Y adelanto esta

    conjetura basndome en el hecho signiicativo de que

    en su tiempo la msica de Calvo fue muy bien acogida ysu paso por las diferentes ciudades colombianas en las

    cuales hizo presencia, tenan el carcter de verdaderos

    acontecimientos artsticos. Esto lo sabemos a travs de

    informes de prensa, en los relatos de quienes le conocie-

    ron y entre lneas en su autobiograa. En otras palabras,

    no se compagina su popularidad con la deprimida situa-

    cin inanciera que lo acompa toda su vida.

    Para establecer una cronologa de la obra calviana habra

    que hacer un detenido y minucioso estudio estilstico

    grafolgico, un seguimiento puntualizado de las tcnicas

    empleadas (armona, contrapunto, formas, estructuras de

    construccin rtmica, meldica y fraseolgica) y, obviamen-

    te, a travs de las partituras autgrafas originales, ya que

    an el tipo de papel utilizado es indicio para el investigador

    De todos modos, al acercarme a la msica de Luis A. Calvo

    me he dado cuenta de que hasta ahora la valoracin cuali

    tativa de su estilo ha sido supericial y evaluada bajo una

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    RICERCARE Revista del Departamento de Msica

    64 No. 01. Diciembre de 2013

    ptica generalizadora y algo desenfocada, al compararlo

    con Chopin, considerndolo como una especie de Chopin

    criollo. No atino a descubrir en qu se basan quienes air-

    man tan peregrina opinin: en su estilo, en su manera de

    abordar la tcnica compositiva, en el concepto, en el modo

    de encarar el piano?

    Calvo est muy lejos de Chopin, tanto en el tiempo como en

    el concepto y la entidad esttica de su lenguaje. El creerlos

    vinculados proviene de un error de interpretacin de

    lectura, se dira hoy que quiere ver en Chopin a un com-

    positor de languideces enfermizas, un poco hermafrodita,

    seorero y dulzarrn. Chopin no es nada de eso. Lo que

    aparenta languidez es producto de la inluencia del bel

    cantoopertico de Rossini, y ms concretamente de Vin-

    cenzo Bellini, que fue su contemporneo y amigo. Es unavirtud generada por una poderosa introspeccin que lo

    hace volcar en el piano las atmsferas de sus vivencias,

    de sus paisajes interiores. Todo absolutamente premedi-

    tado, con un manejo exquisito del color, de los recursos

    acsticos del piano y de un asombroso conocimiento de la

    armona cuyas conquistas darn alimento a todo un siglo,

    an hasta las ms avanzadas audacias de Wagner que en

    su momento pudieron ser consideradas hallazgos, pero

    que a la postre eran tan slo reminiscencias. Reminiscen-

    cias de Chopin, por supuesto.

    No. Calvo es ms modesto, ms crepuscular. Si estamos

    hablando de sus intermezzos, de sus caprichos y fanta-

    sas, Calvo carece del vuelo de Chopin que va ms all de lo

    simplemente lrico y de lo frondoso. No tiene ni su audacia

    ni su elocuencia ni sus recursos. La formacin tcnica de

    Calvo, segn l mismo lo reconoca, fue incompleta, limi-

    tada. Cuando le sobrevino la terrible enfermedad6, estaba

    comenzando a estudiar contrapunto. Pero como msico

    de talento, Calvo es curioso, inquieto e intuitivo. Lo que

    no sabe lo supone, lo inventa. En este sentido, y si quisi-

    ramos compararlo con algn maestro del pasado, Calvo se

    asemeja ms a Schubert guardando las proporciones,

    obviamente , cuya obra suele estar impregnada de hon-

    da aliccin, de una suerte de nostalgia inefable, como es

    el caso de Calvo y que tuvo tambin, como ste, una prepa-

    racin musical accidentada e incompleta.

    6 Es sabido que contrajo la llamada enfermedad de Hansen.

    Con todo, esto no quiere decir que Luis A. Calvo ignora-

    ra la gran produccin precedente. En su esbozo autobio-

    grico dice haber conocido las tres mejores escuelas: la

    Alemana, Rusa y Francesa, amn de que se senta llamado

    a realizar empresas musicales de mayor envergadura. En

    un reportaje lo expresa as: Yo quisiera escribir msica,

    verdadera msica, pero el pblico no deja (), porque

    slo gusta de los valses sonsonetudos, de los bambucos

    trinados, de las marchitas triunfales. Lo que no sea bai-

    lable no se vende y lo que no se vende no vale nada. Esto

    nos demuestra que Calvo era vctima del gusto simplista y

    rampln de la masa y su estro creador estaba supeditado

    a cuestiones de orden comercial.

    Para mayor gloria suya, es de verdad una hazaa que haya

    podido lograr una obra de tanto contenido expresivo, tangenerosa y sincera; una msica que retrata, mejor que

    ninguna otra, el alma y el sentir musical de su pueblo; no

    el que, como un rebao, est hipotecado a las modas e-

    meras ni el que vive alienado por los dictmenes de los

    mercaderes ordenadores del gusto colectivo. Su msica

    trasuda, ms bien, ese sentir inconsciente que yace in-

    merso al interior de todo conglomerado humano, que est

    presentido pero no expresado. Lo que, hablando en trmi-

    nos ms sencillos, llamarase identidad.

    Queda claro, entonces, que Calvo no tiene nada que vercon Chopin. Ni su esttica ni su estilo arrancan de tan

    atrs. Calvo es testigo de su poca, correspondiente a los

    primeros treinta y cinco aos del siglo XX. Es un msico

    que est muy al da con respecto a la produccin de sus

    contemporneos, tanto de Amrica como de Europa. Sus

    hbitos armnicos provienen de las decantaciones que se

    dieron al inal del siglo XIX en autores como Grieg, Dvorak,

    Chaikovsky, Franck, por una parte y toda esa legin nume-

    rosa de autores de menor cuanta a la cual me he referido

    antes, que se dirigan en especial a la multitud de aiciona-

    dos y dilettanti.

    Luis A. Calvo conoce todo ese repertorio y lo conoce bien,

    adems. Esto es comprobable mediante un cotejo paralelo de

    sus obras con las de esos autores, como se ver ms adelante.

    Calvo provee de msica a una sociedad que est en tran-

    ce de cambio; una sociedad heterognea que se sacuda

    la vida apacible decimonnica y se incorporaba al trepi-

  • 7/25/2019 Polifacetica Luis a Calvo

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    La polifactica personalidad musical de Luis Antonio

    Mario GmezVignes

    dante modernismo llegado desde Pars y Nueva York. Es coincidente con la decadencia del

    romanticismo lacrimoso que se extingua en las dcadas iniciales del siglo XX. Es una socie-

    dad ascendente que quiere estar al da como los igurines que llegan de Pars y las danzas

    gimnsticas y gesticulantes que vienen de Norteamrica; pero al mismo tiempo no se aviene

    a abandonar la contemplacin extasiada de su pasado buclico y contina avanzando de es-

    paldas, rindiendo culto a smbolos marchitos.

    La polifactica personalidad musical de Calvo queda demostrada y puesta en evidencia a tra-

    vs del variado abanico de gneros que cultiv a lo largo de su existencia. Sin embargo, todos

    esos gneros por l abordados tienen su antecedente, su contraparte, su referente, por as

    decir, en el caudal de msica que irrumpa desde la metrpoli. Al someter a cotejo sus obras

    con sus equivalentes venidos de fuera, no quiero insinuar que l carezca de originalidad. Por

    el contrario, y ya lo expres, su talento innegable tiene la virtud y la capacidad de aclimatar

    los aires forneos y entregarlos a travs de creaciones originales que tocan y hacen vibrar las

    ibras ms profundas del conglomerado al cual se dirige, en este caso, el alma, el sentir de su

    pueblo, en especial el del interior, la sierra, los Andes colombianos. Lo que deseo demostrar,en buenas cuentas, es que Chopin no se encuentra presente para nada en su obra. Y quien vea

    ecos del compositor polaco en el msico colombiano, es porque conoce a medias o conoce

    mal tanto a Calvo como a Chopin.

    Observemos como primer ejemplo este fragmento musical:

    Ejemplo 1.-

    y este otro: el sujeto de una Fuga:

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    RICERCARE Revista del Departamento de Msica

    66 No. 01. Diciembre de 2013

    Ejemplo 2.-

    Una podra tomarse por una danza colombiana y la segunda por un pasillo. Adems, como es

    notorio, Calvo est ms conectado con este ambiente sonoro y expresivo que no es en modo

    alguno el de Chopin.

    Esas piezas, que sin duda podran haber sido irmadas por Calvo nos dan la dimensin hacia

    la cual se orienta su estro creador. Trozos de pequea factura, miniaturas musicales de voz

    ntima, confesiones de corto alcance en el tiempo, pero llenas de contenidos y signiicados,

    que iban muy directamente a tocar la sensibilidad de una gran masa de pblico.

    En este sentido son muy ilustrativas tambin las breves composiciones de Edvard Grieg,

    recopiladas bajo el ttulo de Piezas Lricas. Transcribo un fragmento de una de ellas. Grieg,

    fue un autor que, al igual que Dvorak y Franck, estaba activo publicando sus obras, cuando

    Calvo, recin llegado a Tunja, era todava un jovencito aspirante a msico, como platillero en

    la Banda Departamental de Boyac.

    Ejemplo 3.-

  • 7/25/2019 Polifacetica Luis a Calvo

    9/27

    La polifactica personalidad musical de Luis Antonio

    Mario GmezVignes

    Del mismo clima sonoro son algunas de los trozos que halla-

    mos en Las estaciones, de Chaikovsky. He aqu uno de los

    ms representativos.

    Ejemplo 4-

    Y un decir semejante sucede en esa compositora francesa ele-

    gante y discreta que se llam Cecile Chaminade, tambin con-

    tempornea de Calvo, como se aprecia en el ejemplo 5.

    A manera de ejercicio comparativo, cotejemos ahora algunos pa-

    sajes de obras de Calvo con sus respectivos modelos. Ejerciciomuy ilustrativo ste, que a mi modo de ver, cumplir dos ina-

    lidades: conocer al Luis A. Calvo desconocido y, a la vez, cono-

    cer, aunque sea fragmentariamente, el repertorio que le sirve

    de referencia, hoy prcticamente olvidado. Calvo no copia esos

    modelos l tena inventiva suiciente para no incurrir en tal

    cosa sino que es el lenguaje meldico-armnico de una poca

    que no se avena a despedirse del romanticismo nonacentista.

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    10/27

    RICERCARE Revista del Departamento de Msica

    68 No. 01. Diciembre de 2013

    Ejemplo 5.-

    En la obra de Calvo est presente el saln pequeo-bur-

    gus de los valses y las danzas, las canciones y las roman-

    zas vocales y aun las gavottas y mazurkas, de las que slo

    conocemos la N 4, que, aunque atractiva en su factura

    armnica y audaz en muchos sentidos, no se acerca ni en

    estilo ni en lenguaje a Chopin quien, como es sabido, cul-

    tiv la mazurka y sus derivados aines de manera profusa.

    Esta obra merece una mirada ms detenida. Demuestra en

    primer lugar, un manejo expedito de la armona y sus re-

    cursos: la secuencia semi-cromtica del bajo movindoseen ascenso a travs de un intervalo de sexta y la desenvuel-

    ta manera de transitar por los grados aines al tono axial,

    evitando adems las cadencias conclusivas mediante giros

    elusivos y ampliicaciones del discurso que van delineando

    una estructura asaz asimtrica pero del todo coherente.

  • 7/25/2019 Polifacetica Luis a Calvo

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    La polifactica personalidad musical de Luis Antonio

    Mario GmezVignes

    Ejemplo 6.-

    El siguiente fragmento (Ejemplo 7), en La Mayor, tomado de la

    segunda parte de la misma mazurka, tambin ofrece interesan-

    tes detalles de construccin; obsrvense, por ejemplo, las frases

    recortadas a tres compases y los segmentos de dos compases

    a manera de enlaces, formando un total de los reglamentarios

    16 compases (se trata de una danza), pero que en cuyo interior

    hubo un accidentado trnsito de estructuras diversas: 3 + 3 + 2 +

    3 + 3 ms una ampliicacin por reiteracin cadencial.

    Este tipo de construccin denota que su autor pese a no te-ner una formacin completa en la composicin manejaba

    los recursos compositivos con pleno conocimiento, aprendido

    con seguridad mediante un estudio detenido de los modelos

    habidos en el gran repertorio.

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    RICERCARE Revista del Departamento de Msica

    70 No. 01. Diciembre de 2013

    Ejemplo 7.-

    Ejemplo 8.-

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    13/27

    La polifactica personalidad musical de Luis Antonio

    Mario GmezVignes

    Lo antes dicho no est muy lejano del fragmento de Grieg

    que se muestra en el ejemplo 8, que podra haber sido su

    punto de partida.

    Tenemos en seguida dos fragmentos de sus gavottas.

    Ejemplo 9.

    -

    Esta gavotta parece ser uno de sus primeros trabajos; lo

    denuncian algunos rasgos tales como cierta tiesura en el

    decir y escaso conocimiento del gnero. La gavotta de he-

    cho es una danza anacrsica, usualmente en comps alla

    breve. Aqu no hallamos tal cosa sino hasta el momento

    en que se vuelve a repetir el encabezamiento a la mitad

    del comps 9. No obstante, si desplazamos medio comps

    hacia atrs la barra del comps 1, para comenzar en ana-crusa, la frase iniciada en el comps 9 nos queda ttica y

    no rsica. En uno y otro caso el error persiste.

    Muy probablemente Calvo conoci la Petite Suite de

    Samuel Coleridge-Taylor, autor britnico muy famoso en

    los salones pequeo-burgueses de Europa y Amrica a

    principios del siglo XX, cuyo primer movimiento tiene mu-

    cha semejanza con la anterior gavotta pese a la diferencia

  • 7/25/2019 Polifacetica Luis a Calvo

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    RICERCARE Revista del Departamento de Msica

    72 No. 01. Diciembre de 2013

    de mtrica. La identidad se maniiesta ms bien en el tono

    festivo y discursivo, acentuado por el uso de acordes ple-

    nos, en octavas de ambas manos muy distanciadas.

    Ejemplo 10.-

    Ejemplo 11.-

    Sus valses no derivan de la atmsfera chopiniana. Sus mo-

    delos son el inmenso repertorio de valses de saln (una

    de cuyas variantes fue el llamado Vals-Boston), de autores

    hoy olvidados que se llamaron Tito Mattei, Sydney Baynes,

    Theodor Lack, Xavier Scharwenka, que ya ellos mismos

    eran estereotipos muy lejanos de los valses de Chopin, de

    Liszt, de Anton Rubinstein y otros, en cuya estructura ms

    bien ija hallamos al comienzo un vals cadencioso y de

    cierto abandono, que desemboca ms tarde en otro ms

    rtmico y turbulento. Un ejemplo y un modelo para mu-

    chos autores de valses de saln, es el muy clebre Des-

    tiny, de Sydney Baynes, que se muestra en el ejemplo 11.

    Comenzando con un aire de nonchalance, desemboca en

    un tempo que invita a la danza entusistica.

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    La polifactica personalidad musical de Luis Antonio

    Mario GmezVignes

    Ejemplo 12.-

    Esta secuencia lento-rpido ser adoptada, macha-

    cada, rutinizada y convertida en tpico por una legin

    numerossima de compositores de variada pelambre, en

    un extenso lapso de casi cien aos a horcajadas entre los

    siglos XIX y XX.

    Ejemplo 13.-

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    RICERCARE Revista del Departamento de Msica

    74 No. 01. Diciembre de 2013

    Ejemplo 14.-

    Ejemplo 15.-

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    La polifactica personalidad musical de Luis Antonio

    Mario GmezVignes

    El vals Anhelos, de Calvo, que se muestra en el ejemplo

    13, no es la excepcin, con el agravante del desliz chopi-

    nesco que furtivamente se entrometi en los compases

    iniciales. Por otra parte, en el ejemplo 14 se presenta un

    interesante fragmento de su vals Encanto, que muestra

    a las claras su origen en el otrora archiclebre Vals en Mi

    Bemol, de Auguste Durand.

    Frente a estos valses de Luis A. Calvo, tenemos otros que les

    son contemporneos y le guardan un cercano parentesco:

    Ejemplo 16.-

    Ejemplo 17-

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    RICERCARE Revista del Departamento de Msica

    76 No. 01. Diciembre de 2013

    Ejemplo 18.-

    En todos ellos advertimos un rasgo comn que era en su

    momento lo acostumbrado, de buen tono y lo exigido por

    los consumidores: bajo y meloda estn rodeando, arro-

    pando, envolviendo el pulso del vals.

    Captulo aparte, pero no menos importante en cuanto a

    la evolucin que se opera en el vals de saln latinoameri-

    cano, lo constituyen los valses venezolanos del siglo XIX,

    en los que es fcil detectar no tanto la fusin entre vals y

    pasillo, sino el punto en que el vals, importacin europea,

    al criollizarse, se transforma en pasillo.

    He aqu dos muestras de dos muy notables compositores

    venezolanos:

    Ejemplo 19.

    Ejemplo 20.-

  • 7/25/2019 Polifacetica Luis a Calvo

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    La polifactica personalidad musical de Luis Antonio

    Mario GmezVignes

    Por otro lado est la msica que se haca en la tertulia re-

    pulida y ms intelectual. La tertulia que se releja en los

    Intermezzi (cuatro en total), especies de barcarolas cuyos

    modelos estn en autores alemanes de segunda ila como

    Franz Bendel y Gustav Pressel.

    Ejemplo 21.-

    Ejemplo 22.-

    He all los antecedentes de varios de los Intermezzos de

    Calvo, comenzando por el muy popular N 1.

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    RICERCARE Revista del Departamento de Msica

    78 No. 01. Diciembre de 2013

    Ejemplo 23.-

    Y el menos trajinado N 3.

    Ejemplo 24.-

    Por el contrario, hay un fragmento del Intermezzo N 4,

    que muestra un cercano parecido con un pasaje de Leo-

    nilde, un pasillo de Pedro Morales Pino. La evocacin del

    toque de bandola es notoria en ambos casos.

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    La polifactica personalidad musical de Luis Antonio

    Mario GmezVignes

    Ejemplo 25.-

    Ejemplo 26.-

    Junto a esta msica, podemos citar otras fantasas de Calvo; obras no danzables, tanto o ms

    logradas que los intermezzos y hoy injustamente poco frecuentadas por los intrpretes,

    como Cartagena o Spes Ave.

    Ejemplo 27.-

  • 7/25/2019 Polifacetica Luis a Calvo

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    RICERCARE Revista del Departamento de Msica

    80 No. 01. Diciembre de 2013

    Ejemplo 28.-

    En ambas obras hay ecos indiscutibles de las Piezas Lricas de Grieg. En Cartagena, obra

    injustamente olvidada slo la introduccin ya nos est evocando las miniaturas musicalesde Grieg. Por otro lado el uso fugaz del acorde de subdominante con sptima mayor que se

    encuentra en Spes Ave7, que podra interpretarse tambin como una supertnica con sp-

    tima y apoyatura, est denunciando frecuentes lecturas de Grieg y aun de esa obra de Gustav

    Pressel, titulada An der Weser, ya reproducida en el Ejemplo 23.

    Dentro de esta misma hechura y formato debemos ubicar su Arabesco.

    Ejemplo 29.-

    7 Comenzando el comps 13, sealado con un asterisco.

  • 7/25/2019 Polifacetica Luis a Calvo

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    La polifactica personalidad musical de Luis Antonio

    Mario GmezVignes

    Ejemplo 30.-

    Aqu es del todo evidente y sin lugar a dudas que el modelo seguido por Calvo es el Arabesque

    N 1, de Debussy:

    Ejemplo 31.-

    Este es el Debussy an no impresionista, el de las ensoaciones juveniles, que iguraba en las

    antologas de piezas de saln publicadas hacia 1900, que Calvo tuvo que conocer.

    Una lnea ms popular est en los tangos. Recordemos que el tango en sus inicios fue musica

    proibita, un gnero que se cultivaba como danza instrumental y danza cantada en los bajos

    fondos del arrabal proletario bonaerense, en lo que Borges llama las casas malas, el burdel,

    y como mucha msica de hoy, tenan letras impropias para las seoritas decentes de aquel

    entonces (Maldito tango, de Osman Perez Freire, por ejemplo, en el que se menciona la co-

    cana como refugio para los males de amor). De Calvo no conocemos sino dos tangos.

  • 7/25/2019 Polifacetica Luis a Calvo

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    RICERCARE Revista del Departamento de Msica

    82 No. 01. Diciembre de 2013

    Lo mismo sucede con los fox-trots (nombre bastante grico y si se quiere peyorativo: trote

    de zorro, por los brinquitos que daban los bailarines). El fox-trot fue un ritmo bailable que se

    puso de moda a inales de la Primera Guerra Mundial, derivado del rag-time, del one-step y

    del shimmy, cuyos autores ms conocidos fueron Scott Joplin, King Oliver e Irving Berlin. De

    Calvo conocemos su fox-trot Princesita del Avila, tres rag-times y un one-step.

    La tertulia ms democrtica del caf santafereo del barrio La Candelaria, se ve retratado en

    los pasillos y bambucos, en los cuales podemos adivinar ms fcilmente la evolucin no tanto

    de su estilo sino de su oicio, su tcnica. Los ejemplos ms tempranos son La chata y Marte

    hasta desembocar en piezas de pulcra escritura de las que El trbol agorero es la ms lograda.

    Un rasgo atractivo de sus pasillos es la rtmica tan suya, tan particular, tan apropiada para la

    danza. Calvo imprime al pasillo un pulso nervioso, alerta, algo que no encontramos en otros

    famosos autores de pasillos. Hay cierta picarda perversa en su ritmo. El pasillo en Morales

    Pino, por ejemplo, es ms lrico, aunque igual de recursivo e ingenioso en el aspecto armni-

    co. Pero Calvo le agrega pimienta y picante a sus pasillos.

    Ejemplo 32.-

    Ejemplo 33.-

    Calvo se sale del patrn rutinario de acompaamiento del pasillo y propone algo nuevo un

    poco emparentado con el acompaamiento del joropo. Tal cosa ocurre en el pasillo Marte.

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    La polifactica personalidad musical de Luis Antonio

    Mario GmezVignes

    Ejemplo 34.-

    Luis A Calvo es, en efecto, polifactico. Pero este rasgo es, si se quiere, circunstancial, coyun-

    tural. Las modas de su tiempo lo obligaron a moverse en diferentes gneros, pero sin lugar a

    dudas su personalidad otoal y contemplativa orientaba su brjula esttica ms hacia las fanta-

    sas como son los intermezzos y hacia un ritmo en el que no tiene rivales, por la calidad re-

    inada de su ideas, y este ritmo es la danza, de la que Carmia, Madeja de luna Malvaloca

    y Aoranza constituyen cuatro preciosas gemas delpetit repertoirede la msica colombiana.

    El siguiente fragmento de Aoranza demuestra un estro potico muy poco comn.

    Ejemplo 35.-

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    RICERCARE Revista del Departamento de Msica

    84 No. 01. Diciembre de 2013

    Y Carmia, con su garboso decir constituye otro acierto

    notable en la numerosa produccin de Luis Antonio Calvo.

    El as llamado Cancionero Binario, propuesto por Carlos

    Vega, se hace presente aqu tambin, emparentando estas

    danzas con el son cubano y las vidalas argentinas.8

    Ejemplo 36.-

    Al inal de su vida, en los aos posteriores a su reclusin

    en Agua de Dios, Calvo deriva hacia la msica religiosa, g-

    nero cuyas producciones an estn esperando una mano

    que las rescate del olvido.

    Para dar in a este discurso, quiero dejar constancia que el

    legado musical de Luis Antonio Calvo, al menos en el cam-

    po de la msica profana, es de un positivo valor musical y

    sociolgico. Calvo se encuentra apostado en el vrtice cru-

    cial conigurado por el modernismo pujante y el roman-

    ticismo criollo; all estuvo cuando vivi, en la colisin de

    dos actitudes estticas, en las que caban entes y iguras

    tan opuestos como Julio Flrez, La Gruta Simblica, Bar-

    ba Jacob, el caricaturista Rendn y los Panidas de Len de

    8 Para mayor informacin sobre Carlos Vega y el Cancionero

    Binario Oriental, consltese Amrica Latina en su Msica, relatora Isa-

    bel Aretz. Pgina 45. Siglo Veintiuno Editores.

    Greiff. La melena y el chambergo del arrogante bohemio,

    conviviendo frente al artista de pelo corto y cuello limpio.

    En otro medio y con ms instruccin musical, Calvo hubiera

    alcanzado una notoriedad continental, porque as, con todas

    sus limitaciones, l representa mejor que muchos de sus co-

    legas contemporneos el sentir de una poca, en la que hacer

    msica todava se consideraba una especie de apostolado

    inspirado por las Musas del Empreo. La obra de Calvo es

    uno de los ms ricos patrimonios con que cuenta esta nacin

    colombiana; no permitamos que se extinga en el olvido.

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    La polifactica personalidad musical de Luis Antonio

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