podrán detenernos, pero no podrán pararnos

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texto en solidaridad con mónica caballero y francisco solar

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  • Monogrfico en torno a la represin al anarquismo en el estado espaol

    Podrn Detenernos pero noPararnos

    Solidaridad con Mnica y Francisco, libertad anarquistas presxs

    Monogrfico en torno a la represin al anarquismo en el estado espaol

    Podran detenernos pero no pararnosSolidaridad con Mnica y Francisco, libertad anarquistas presxs

    Desarrollo de un intento por justificar lo injustificable.................................................................p. 3El origen de las prisiones: Genealoga de un castigo civilizado.....................................................p. 7La cutre mano ilustrada de la Justicia, el Orden y la Ley:arquitectura, mitologa, folclore y operaciones antiterroristas.....................................................p. 11Operacin Columna. Unas palabras sobre el caso de Mnica y Francisco.................................p. 16Recuento de actos solidarios............................................................................................................p. 19La rueda gira y se acab la juventud: la audiencia nacional y los mossos d'esquadraamplan la Operacin Pandora, la nacional se sube al carro de Manolo Escobar.......................p. 21Comunicado sobre la Operacin Pandora II..................................................................................p. 22Apuntes y reflexiones sobre cmo enfrentamos (y cmo enfrentar) la represin......................p. 25

  • Esta publicacin surge ante la proximidad deljuicio a los anarquistas Mnica y Francisco en elque arriesgan muchos aos de prisin. Durantela realizacin de la misma se han producidovarias operaciones antiterroristas, por eso hemosconsiderado importante incluirlas.

    Hemos intentado en la medida de lo posibleemplear un lenguaje no sexista en estapublicacin. Por eso en algunos artculos seemplea el femenino (refirindonos a personas) yen otros el masculino (refirindonos aindividuos) alternativamente.

  • 3Desarrollo de un intento porjustificar lo injustificable

    "Puesto que el nmero estdel lado de los gobernados,

    la nica opcin de los gobernantespara seguir sindolo es la opinin"

    James Madison

    El Estado, intrnsecamente, se constituye para ejercer el poder, y paraejercer el poder (pues el poder se ejercey, como la historia no para de demostrar,tiene su propia lgica) es tarea obligadamantener el orden, con lo que el Estadose convierte en el garante de un orden; elorden, impuesto por el poder, el orden,necesario para que el poder exista.

    Hay diversas formas de mantenerel orden pero las ms eficientes suelenser aquellas basadas en el palo y la zanahoria. Segn esta filosofa para que lapersona gobernada se porte bien, es decirse pliegue a los designios del poder ymantenga el orden, se le promete algo(generalmente material) que por supuesto nunca o muy pocas veces alcanzar, y cuando se porta mal se le castiga. Pero en las formasms sofisticadas de ejercicio del poder (y caberecordar de nuevo que el poder se ejerce principalmente y de manera ms elaborada y eficazmediante la constitucin de un estado), es decir, en los autodenominados estados de derecho: las democracias, pero tambin en muchasdictaduras, no slo se mantiene el orden mediante un palo (con su zanahoria) sino quetambin se justifica el garrotazo al desobediente. Esto ocurre porque en estas formas algo mssofisticadas, el Estado se presenta a s mismocomo un simple arbitro y garante de la convivencia, pues como deca Madison, padre fundador de los Estados Unidos de Norteamrica, losgobernantes frente a los gobernados slo tienen en ltima instancia de su parte la opinin.Por este motivo el estado siempre tratar dejustificar de alguna manera o de otra sus castigos, cual padre benvolo que azota a sus hijos,por su bien, para conducirles por el camino dela rectitud y que cuando les castiga sufre msdolor que los castigados por tener que recurrira tan extrema medida.

    Se puede decir sin ambages que, a da

    de hoy (y esto es algo que se puede rastreardesde el pasado ms reciente hasta nuestrosdas) el garrote ms grueso que tiene el Estado,su ltigo ms acerado y mortfero es la ley antiterrorista. Pero de dnde sale esta ley?

    Tradicionalmente, desde los albores dela constitucin de los primeros estados hacems de siete mil aos, el poder, instituido en

    aparato estatal para regir la sociedad, ha tenidoy tiene dos tipos de enemigos: el enemigo externo, al que siempre trat como "brbaros" o"invasores" y el enemigo interno, al que siempre etiquet de "bandoleros".

    En el siglo XIX el Estado se ha convertido ya en un estado liberalburgus, democrtico y representativo en lo poltico y plenamentecapitalista en lo econmico y a resultas de laindustrializacin, la misma que permiti impulsar y moldear el capitalismo liberal, el poderde la poca hubo de enfrentarse a diversas revueltas y revoluciones obreras y al nacimientode las grandes ideas revolucionarias y libertadoras del momento (y que ms o menos anperduran): el marxismo y el anarquismo. Paraenfrentarse de manera ms eficaz y sin que elmantenimiento del status quo supusiera unafractura muy grande de los principios humanistas y liberales que el establishment deca sostener e impulsar, se cre una legislacin especialpara tratar el tipo de delitos que podran quebrar el orden y traer la pretendida emancipacin y liberacin de la humanidad de laexplotacin y opresin y de sus explotadores yopresores. Esa legislacin daba un tratamiento

  • 4especial a quienes la vulneraban, tanto jurdicamente como ante la opinin de las oprimidas, con un especial ahnco (ms que en otraspocas) de denostacin moral hacia el refractario. Pese a este tratamiento especial el estadosegua golpeando con su vara a quien violase laley sin importarle el motivo de tal violacin(generalmente la desigualdad material y la supervivencia) pero con una preocupacin a parte y un seguimiento mayor hacia quienescombatan al Estado de manera clara y por motivos polticos. Al fin y al cabo un ladrn slopretenda sobrevivir mientras que un revolucionario o revolucionaria quera derrocar al rgimen y a sus regentes.

    Surgen pues hace dos siglos las leyes especiales sistemticas (siempre hubo alguna leyespecial para afrontar problemas temporalesconcretos, en eso se basa la legislacin) acompaadas del linchamiento meditico que van asuponer la referencia y gua de las posteriores ymuy modernas leyes antiterroristas. Las primeras que podemos rastrear en el tiempo son lasleyes contra los ludditas, un movimiento organizado muy heterogneo que basaba su actividad en la destruccin de la maquinaraindustrial de los capitalistas y en un rechazo deste sistema econmico, aunque por diversasmotivaciones (ni todos eran revolucionarios nitodos estaban politizados). A partir de aqu yaun sin una etiqueta concreta para los refractarios, ms all de un manido "bandoleros" nosiempre aplicable, entramos en el siglo XX donde la evolucin es cualitativa y cuantitavamente mucho mayor.

    En el siglo pasado lo que el poder pretende para combatir a sus opositores, en especial a los enemigos interiores, es desgajarlosdel cuerpo social para tratar de aislarlos con elfin de que nadie se identifique con los refractarios y pueda simpatizar con ellos o emularlos.Para este fin les demoniza. El problema entonces pasan de ser "los obreros" o "el pueblo" a ungrupsculo sedicioso, misterioso y cruel quedesde las ltimas dcadas decimonnicas empieza a ser catalogado como "los terroristas".Este paso se da en especial a raz de la derrotadel movimiento obrero en la Comuna de Parsen 1871, cuando dicho movimiento revolucionario se da cuenta de que militarmente es derrotado una y otra vez, abrindose paso poco apoco a una nueva etapa que, aunque con gran

    des convulsiones sociales, ya no es la de lasgrandes revoluciones (con excepciones histricas como la rusa en 1917, la alemana en 19181919 o la rara y tarda espaola de 1936) sinola de las acciones aisladas de la masa social conel fn de volver a conseguir despertarla para elintento definitivo. A partir de entonces y ya durante todo el siglo XX el Estado aplica la categora de terrorista y toda una legislacin deexcepcin a sus enemigos internos. Claro quelas y los revolucionarios o el movimiento obrero no son para el Estado sus nicos enemigos.Segn en qu pocas opositores de todo tipo,incluso los afectos al poder pero no al gobiernode turno han sido y son perseguidos catalogados de la nueva etiqueta.

    En el mismo siglo XX, el trmino terrorista tiene que convivir con el de subversivo oel de "banda armada" segn el tipo de aparatoestatal que tenga que enfrentarse a la subversin en ciernes. Generalmente las dictaduras,menos fashion, eran ms partidarias de trminos como "sediciosos" o "subversivos" y en suslegislaciones los delitos eran estos mismos obien la pertencia a "banda armada". Las democracias, siempre con un toque ms glam (no laespaola, por cierto, casposa y cazurra comopocas), se decantan ms por "terrorista" y en sulegislacin vienen bien claras las palabras "terrorismo" u "organizacin terrorista".

    En pleno siglo XXI esta tendencia ya estconsolidada, en especial a partir de los atentados de 2001 en Estados Unidos, pues segn lasdemocracias amparndose en autnticos actosde brutalidad indiscriminados contra la poblacin cometidos por aprendices de Maquiavelodel autoritarismo religioso o revolucionario, opor orquestacin estatal (cmo saberlo) , losnuevos enemigos internos del presente buscanslo aterrorizar a la poblacin pues en su delirio se oponen a la democracia (cmo osan?) lams perfecta de las formas de convivencia civilizada y no una simple y cutre forma de articular el Estado. La democracia convierte alEstado, an ms, en un ente totalitario envuelto en un ropaje de presunta libertad, pues nopermite que nadie la cuestione, y para ello noslo produce una animadversin total en la poblacin hacia las refractarias y rebeldes con todo el enorme aparato meditico del quedispone, sino que elabora la correspondientelegislacin especial. A da de hoy, todo enemigo

  • 5del Estado es un terrorista y esa es la legislacin que se le aplica. Veamos cmo evoluciona.

    Por acotar un poco el asunto, vamos aceirnos al estado denominado Espaa.

    Nos encontramos con que aqu existendiversas leyes antiterroristas desde finales delsiglo XIX cuya diferencia ms sustanciosa respecto de la legislacin ordinaria resida en laespecial dureza de las penas (que en la legislacin general no eran ligeras, por cierto) y enque al "terrorista" le juzga un tribunal militar.En la segunda repblica es derogada esta disposicin y abolida la pena de muerte pero secrea un tribunal de orden pblico para juzgarlos delitos polticos y la huelgas y revueltas. Este tribunal es derogado por el frente popular en1936 pero poco despus estalla la guerra.

    Las leyes de guerra rigen entre 1936 y1953 (y rigen con toda la dureza que implica eltrmino) y es en este ao cuando se elabora laprimera ley antiterrorista moderna en Espaa.Franco siempre tan innovador. En esta ley noexista delito de terrorismo per se sino queexista el de "pertenencia a banda armada". Para poder ser aplicado los requisitos eran, seruna banda (es decir, ms de dos personas) y tener armas; como vemos los militares y las dictaduras van al grano. Pero el ligero toqueoficioso para su aplicacin (una banda de atracadores puede tener armas pero un atraco nonecesariamente es una subversin del ordenpoliticosocial) era el contenido poltico que dicha banda tuviera. Si en esta poca un grupode 4 " jvenes rojos" reparta propaganda contra el rgimen o lanzaba un cocktail molotovcontra una comisara de polica, por poner unejemplo, y eran detenidas, adems de la somanta de hostias que iban a recibir en el calabozo y de ser juzgadas por el renacido tribunalde orden pblico franquista, raramente iban asufrir totalmente la ley antiterrorista y a sercondenados por el delito de "banda armada".Esta ley es la que se mantendr vigente, conmodificaciones en los aos setenta y en la democracia, hasta el ao 1995, en que se crearel llamado cdigo penal de la democracia (quehasta ahora se basaba en una reforma del cdigo penal del ao 1973). ste entra en vigor en1996 y en l se sustituye el delito de "pertenencia a banda armada" por el de "organizacin terrorista", es decir que ya no hace falta que hayaarmas para que sea aplicada la ley antiterroris

    ta, que por cierto, en plena democracia, esesencialmente ms dura en general, salvo en elcaso especfico de que ya no hay pena demuerte, que la de la dictadura. Adems estecdigo admite por primera vez el delito de terrorismo individual, aunque al carecer de banda las penas son menores.

    En 2001 esta ley es endurecida tras losatentados de las torres gemelas. Son los aosen los que se aplica la doctrina, aun hoy vigente y perfectamente extrapolable y extrapolada,del "todo es ETA" y lo mismo se es terrorista porsecuestrar a un industrial que por quemar unbanco, romper los cristales de una ETT o editarun periodico que justifique o incluso no condene los actos anteriores. Lgicamente toda estabatera responda algo tardamente a las necesidades del Estado, algunas de las cuales eranfrenar los ltimos rescoldos de luchas obreras,cada vez ms violentas (sobre todo en el periodo 19871994) en los ltimos coletazos de lareconversin industrial (19811997) y desactivar el conflicto vasco.

    En 2010 asistiramos a un nuevo cdigopenal, aplicado en 2011, en el que la ley antiterrorista se aplica a quienes "alteraren de forma grave y reiterada la paz pblica y buscarensubvertir el orden constitucional", suponiendouna nueva vuelta de tuerca en cuanto a la aplicacin y endurecimiento de las penas. En uncontexto de cierta convulsin social como elperiodo 20102014, periodo que ha visto nacerel fenmeno 15 M y derivados con todas susparticularidades y consecuencias, para lo bueno(ms bien poco) y para lo malo (ms bien bastante, en todos los sentidos), enmarcado enuna crisis y que se ha caracterizado por episodios de cierta violencia en la calle pero tambinde protestas pacficas masivas, algunas tremendamente molestas, y de un enorme descrditodemocrtico y econmico pero tambin por eldecaimiento y cese de la actividad de ETA (loque ha abierto nuevos escenarios) surge unnuevo cdigo penal que intenta enfrentarse aesos nuevos desafos. El cdigo penal de 2015es el de la ley mordaza pero tambin el de lanueva ley antiterrorista y el del pacto antiyihadista (aplicable, claro est, a muchas otrasrealidades). Es una legislacin en la que el polica es a la vez juez para delitos no muy gravespero de claros tintes reivindicativos y polticosy en el que la ley antiterrorista contempla por

  • 6primera vez que no sea necesaria laviolencia para subvertir el ordenconstitucional y/o alterar reiterada ygravemente la paz pblica y en el quea una sola persona se le puede condenar como si en s misma fuera todauna organizacin terrorista.

    Vemos claramente como, partiendo de un mismo concepto, la defensa del orden, el Estado a lo largode la historia ha ido defendiendosede sus enemigos, en especial de losinternos, en especial de los rebeldes yrevolucionarios, para seguir adelantesin oposicin con su proyecto de dominacin. Para ello adecua a lostiempos que corren todo su aparatopunitivo y meditico porque ante todo ha de mantener el statu quo. Elpoder ha de perpetuarse (regenerndose si es preciso o mordiendo hastamatar si fuera menester) y para ellosi es necesario justifica lo injustificable.

    As est el patio, amigos yamigas, pero eso s, todo por nuestrobien y por la seguridad y armona denuestra pacfica y armoniosa convivencia, todo ello bien atadito, justificando, como hemos dicho ms arriba,lo injustificable. Pero lo injustificableno son sus mentiras, ni su rigor en elcastigo, ni siquiera la opresin, cuyocastigo a su rechazo tratan de excusar. Lo injustificable es que da trasda pocas levanten la voz y el puocontra tan infame entramado de explotacin y engao. Lo injustificablees que todo siga igual. Porque pese aque el garrote sea grueso y la zanahoria magra, pese a que existan ungarrote y una zanahoria y una manoque las sostenga y nos marque el camino que hemos de seguir, obligadoso engaados, la lucha sigue siendo elnico camino. Y como decan los clsicos anarquistas "lo que la fuerza y laastucia han levantado, la fuerza y laastucia lo pueden destruir".

    LOS ORGENES DE LA POLICALa polica se nos presenta como una institucin dedicada

    a la lucha contra los delitos individuales, pero al fijarnos un poco

    en sus races nos damos cuenta de que es una fuerza creada para

    frenar la accin colectiva de las masas (aparte de la individual,

    pero sta ya era combatida antes de una forma efectiva). El delito

    siempre, antes y despus de la polica, se ha combatido

    principalmente a travs de la denuncia. En cambio, la estrategia

    policial se basa en castigar y atacar a unxs pocxs para intimidar y

    amaestrar a lxs oprimidxs y explotadxs al completo. La historia

    de la polica est muy unida a la historia de las ciudades. stas

    eran el lugar donde naci la burguesa, que estaba formada al

    principio de siervxs fugadxs o que haban comprado su libertad.

    La sociedad en las ciudades no estaba casi polarizada, y por lo

    tanto las masas no necesitaban ser reprimidas por un cuerpo

    especializado en ello. Pero poco a poco la desigualdad se fue

    acrecentando, as como la poblacin trabajadora, debido al

    crecimiento demogrfico y al traslado de una parte del

    campesinado a la ciudad. Las revueltas eran suprimidas o bien

    colgando a lderes y a cabezas de turco, o bien mandando al

    ejrcito contra los sectores descontentos de la poblacin. Con la

    llegada de la Revolucin Industrial en Inglaterra lleg tambin la

    polarizacin social llevada al extremo, y un grado accin

    colectiva que desbordaba a las clases dirigentes. Las masas

    rebeldes haban crecido y el mtodo de la ejecucin ya no

    intimidaba, sino que animaba ms a la lucha; y cuando el ejrcito

    era mandado a reprimir las manifestaciones y huelgas dejaba

    atrs muertxs que se convertan en mrtires. As que se requiri

    la creacin de un cuerpo armado que disipara al pueblo

    insurrecto intimidando a travs de la violencia, pero siempre

    cuidndose de no crear mrtires. La polica tambin responda a

    una funcin de vigilancia en las calles, ya que stas eran el lugar

    de reunin de las clases obreras. All se divertan, trabajaban o

    tenan lugar acciones polticas; y este puesto de vigilante

    serva para controlar todo lo que all ocurra. As podan

    detectar radicales, y a su vez se poda acostumbrar a los

    policas al uso de una violencia y amenaza rutinarias, y

    convencerles de que lo que hacan era por un 'bien

    mayor'. Adems, podan saber qu sujetos eran ms

    sanguinarios, que luego seran colocados en primera

    lnea a la hora de reprimir acciones colectivas; y cules

    eran ms adecuados para las relaciones pblicas y para

    esconder la cara brutal de la polica. El nacimiento de los

    cuerpos policiales fue una herramienta esencial para el

    nuevo de tipo de control que se quera establecer sobre la

    poblacin en general y las clases pobres en particular.

    Estuvo acompaado de otras medidas para aumentar el

    poder estatal como la escolarizacin que eran necesarias

    en el comienzo del dominio capitalista. La polica es el

    brazo armado de los Estados, especializado en usar la

    violencia estratgicamente para intimidar pero no

    enfadar a lxs oprimidxs.

  • 7El origen de las prisionesGenealoga de un castigo

    civilizado

    Primeras crceles

    El origen de las crceles se puede rastrear conmayor o menor dificultad desde los orgenes dela civilizacin, pues surgieron con el nacimiento de las sociedades estructuradas, poca en laque el ser humano, o mejor dicho, los jerarcas,tuvieron necesidad de poner a buen recaudo asus enemigos. Las primeras crceles fueroncuevas, tumbas, cavernas, etc., lugares inhspitos a donde se enviaban desterrados a losenemigos del naciente Estado.

    Ya en los legendarios imperio chino oegipcio (hacia el 3000 a.c) encontramos quehay lugares, semejantes a prisiones, destinadosa la custodia y el tormento de quienes infringieron alguna ley o la simple voluntad de unnoble o rey (lo que sola ser lo mismo). Antesde que existieran los cdigos legales o las leyesescritas ya existan los castigos y algo muy similar a la prisin.

    En la Biblia encontramos mencionadosesos lugares, fiel reflejo, pese a lo fantstico delrelato religioso, de la sociedad del segundo milenio antes de cristo. En esta poca, ya se haextendido y generalizado el monotesmo y consolidado los reinos e imperios surgidos entornoal tercer milenio antes de cristo. No eran exactamente estas crceles antiguas prisiones en elsentido moderno del trmino, tal como las co

    nocemos en la actualidad. Eran lugares adaptados para cumplir con la nica y clara finalidad,en un primer momento, de separar a todosaquellos que eran considerados peligrosos parala sociedad y el Estado.

    Con el andar del tiempo sern tambinrecintos en lo que tener encerrados a los delincuentes hasta el momento de serles aplicado sucastigo, generalmente corporal (ms adelante,en la antigedad tarda y entrando ya en lapoca medieval).

    La crcel sigue evolucionando al transcurrir de la historia, sobre todo en cuanto espacio fsico, pero manteniendo por el momento lamisma funcin y lgica, aunque poco a poco irmutando, adaptndose a las nuevas exigenciasdel poder y la sociedad. As en la antigua Grecia y en Roma, por ejemplo, comienzan a surgirlas primeras "verdaderas" crceles, con susguardianes, calabozos, etc, ms parecidas a loque son actualmente pero aun con sustancialesdiferencias. De hecho el origen de la palabracrcel lo encontramos en el vocablo latinocoercendo que significa restringir, coartar; aunque tambin podra tener su origen en la palabra carca, trmino hebreo que significa guardaralgo o meter una cosa, siendo adoptada despus por los romanos como prstamo lingstico. Ser en el ao 640 a. C. cuandoencontremos la crcel construida como tal, enGrecia y Roma, destinada a encerrar a los enemigos de la patria. En Roma se recuerda la crcel conocida con el nombre de CarcereMamertino, construida por Anco Marcio y que,segn la leyenda, fue el lugar donde estuvo

    prisionero San Pedro. Enel imperio Romano noexista el Ergastulum (delque deriva el actual trmino italiano ergastoloque, a da de hoy, es aplicado para denominar lacadena perpetua) destinado a todos los esclavosque tenan la obligacinde trabajar, trmino romano de origen griegoque significa labores forzadas. En Grecia existauna crcel destinada a losjvenes que delinquan yasimismo haba el Prita

  • 8nio, para los que atentaban contra el Estado.Avanzando el tiempo se llega a la curio

    sa circunstancia de que, al iniciarse a la edadmedia, en plena descomposicin del imperioromano y constitucin de la monarquas brbaras, no existen las crceles, ya que en esta poca se conceba la pena como una suerte devenganza privada, en la mayora de los casos, ocomo una especie de justicia de la reparacinen algunos otros. Es en la baja edad media,poca de la composicin feudal (s. XIII y XIV),cuando resurge la necesidad de construir prisiones. Esto sucede por que tras la cada de Roma el derecho romano se haba mezclado conel derecho consuetudinario germnico, extendindose un cdigo mixto con mucha influencia gtica pero base latina, que estableca unaserie de compensaciones como castigo aldelito, dando lugar por un lado auna justicia de la venganza(privada o estatal) perotambin por otro al de unajusticia reparativa. Paralos germnicos el victimario deba reparar a lavictima, compensndola por el crimen, sinembargo el derecho romano contemplaba lavenganza supervisada porel estado o aplicada por lmismo. De la mezcla de amboscdigos surgen las sanciones pecuniarias para penar los delitos menos graves, sistema que encontramos ya en el cdigo deHammurabi, primer cdigo penal de la historia,all por el 1750 a.c. Es cuando los delincuentesno podan pagar la multa o el dinero a manerade compensacin por el delito cometido que senecesitan castigos alternativos, recurriendo denuevo a la crcel, nuevamente por la influenciadel derecho romano. Hacia 1300, por ejemplo,encontramos en Francia La casa de los Conserjes, que fue transformada en crcel y la famosaBastilla, lugar donde se encerraba a los delincuentes polticos.

    Las crceles modernasComo vemos, la tradicin de castigar a

    quien infringe una norma tiene su origen entiempos inmemorables de la historia humana,hasta convertirse en componente de la cultura

    sociolegal, llegando ese carcter a la pocamoderna.

    Con el renacimiento (s. XVXVI) se vanabandonando los castigos fsicos y la reaccinsocial al delito va lentamente racionalizando sumotivo de ser, transformndose en algo mscientfico. Los antiguos griegos vean el delitocomo una enfermedad, sobre todo a partir delnacimiento de la democracia, pues crean quenadie en su sano juicio podra tener a posta uncomportamiento antisocial que le llevara a delinquir. Conceban la delincuencia, pues, comoun atentado a la sociedad no solamente comoun simple quebrantamiento de una ley cualquiera. As, la crcel griega encerraba a los refractarios con motivos terapeticos adems depara proteger a la sociedad. Con el renacimien

    to, de innegable influencia de lasculturas clsicas griega y ro

    mana, se busca superarla etapa medieval,considerada comooscurantista y seva caminandohacia una progresiva racionalizacin tanto delEstado como delcastigo (es la poca

    de Miguel ngel oDavinci, pero tambin la

    de Maquiavelo o Bodino) Lacrcel y el castigo cambian de

    simple respuesta primordial o instintiva, a exigencia colectiva de la defensa social, junto a lanecesidad de salvaguardar el orden social y encerrar a todos aquellos que lo violan o lo ponenen peligro con su comportamiento delictivo. Esaqu, en la llamada Edad de la Razn, dondenace una verdadera historia penitenciaria, la delos institutos o crceles para custodia permanente de reos.

    En Inglaterra, durante la primera mitaddel siglo XVI se instaura la primera casa de correccin para mendigos, vagabundos y prostitutas, con el objeto de frustrarlos y en esaforma corregir sus vicios. Herencia renacentistade origen griego: corregir, curar, pero tambinproteger a la sociedad de la enfermedad y elvicio.

    A principios del siglo XVII y tomandocomo punto de partida las experiencias ingle

  • 9sas, surgen en Holanda institutos para hombresy mujeres, donde se inicia una incipiente readaptacin social tomando como base el trabajo.Su caracterstica fundamental era la frrea disciplina, la frecuencia de los castigos corporalesy la persistencia de las condiciones de promiscuidad. Hay que destacar que el final del sigloanterior, el XVI, el del nacimiento de las casasde correccin, final tambin del renacimiento,es el inicio del capitalismo como modo de produccin en masa (y ms concretamente de suetapa mercantilista o, como deca Adam Smith,fase de acumulacin primitiva) y el de las crceles modernas, centros correccionales que, siglos despus, la revolucin industrial (s. XVIII),autntico pistoletazo de salida del capitalismocomo sistema econmico pleno y completo, severn trasnformadas un poco ms y se convertirn en las actuales prisiones que amargan elpaisaje y las vidas de millones de personas entodo el mundo.

    Una institucin ya sensible a un tratamiento menos duro y mas cercano a los conceptos modernos de reeducacin social laencontramos en Roma, donde el Papa ClementeXI cre en 1703 el Hospicio de San Miguel, quetodava en la actualidad se encuentra el PortaPortese, de la capital Italiana, con objeto deacoger a los jvenes delincuentes. El tratamiento reservado a ellos era esencialmente educativo (sin olvidar que pese a lo educativo de sulgica, era una educacin propia de los clrigosdel XVIII: rigidez y alguna que otra hostia y node las de comulgar precisamente), con tendencia a la instruccin religiosa y a la enseanzade cualquier oficio que les permitiera " vivir honestamente" cuando regresaran al seno de lasociedad, si es que regresaban.

    Este instituto fue el primero en haceruna distincin entre jvenes y adultos, y en hacer una posterior clasificacin entre jvenes yacondenados y jvenes de conducta irregular. SiCesare Bonnessana, Marques de Beccaria, yJohn Howard fueron los iniciadores de un movimiento tendente a humanizar los sistemas ylas penas, el Papa Clemete XI consolid el nuevo paradigma carcelario.

    La primera ideologa moderna penitenciaria surgi, como ya se ha sealado, en el siglo XVIII en Francia, de la mano de los filsofosde la ilustracin, quienes, dndose cuenta delas condiciones infrahumanas de las crceles y

    los castigos (pese a todo ms suavizadas respecto a siglos pretritos) crearon un sistemapenitenciario tendente a humanizar la naturaleza y fines de pena.

    En 1721, tras la dura crtica de Voltaire,Montesquieu en su obra Cartas Persas, hizo unacruel crtica de la naturaleza y eficacia de laspenas. En la ilustrada Francia es donde nace elsistema penitenciario racional porque, ademsde ser junto con Inglaterra la potencia mundialde la poca, es donde tiene uno de los sistemasde castigos y crceles ms brbaro y cruel detoda la europa occidental, habiendose quedadoanclado en la edad media mientras que pasescomo Italia, Inglaterra y Holanda, principalmente, ya haban avanzado hacia casas correccionales de trato terapetico, cruel y rgido,pero no tan atroz y que persegua una modificacin de la conducta en lugar de un mero castigo.

    As, con el ejemplo de "humanizacin"carcelaria dada por el Iluminismo francs surgeun movimiento renovador en toda Europa queacabar por sentar las bases, cuya concrecincorrer a cargo de los utilitaristas ingleses delsiglo XIX, de las crceles tal y como hoy las conocemos: de lugar de ejecucin de un castigoconcreto o de encierro preventivo (hasta que elcastigo se ejecutaba) a lugar donde se paga unapena. De hecho, de los orgenes del utilitarismosaldrn las pautas que marquen los caminos aseguir siguiendo la estela de la ilustracin francesa; en 1777 surge la obra State of Prisons inEngland and Wales, con objeto de acercar lapoltica criminal a consideraciones utilitarias ysensibles del bien social:De simples e improductivas tentativas de prevenir elcontagio criminal y el deterioro de los delincuentes, seha pasado actualmente a la institucionalizacin delas penas, con la bsqueda positiva de funcionalesmtodos de disciplina y tratamiento reeducativo en elmbito de los institutos y fuera de ellos.

    En su origen histrico, los sistemas penitenciarios estaban divididos en crceles pblicas y privadas. Las pblicas fueron destinadas alos reos del pueblo, plebeyos o siervos y estaban ubicadas alrededor de grandes centros urbanos, con caractersticas especiales para lospolticos, a quienes instalaban en las fortalezascon construcciones fuertes y extremadamentevigilados.

  • 10

    Las crceles privadas estaban destinadaspara los seores feudales y su detencin era detipo domiciliario en sus castillos. En esta poca,el sistema carcelario se caracterizaba por ser decarcter preventivo y solo tena lugar para losreos a quienes se les haca un proceso jurdico.Para los presos condenados, el castigo se hacaefectivo con trabajo forzado para ganarse sualimentacin o con la pena de muerte.

    Con el desarrollo cultural y cientfico, lasociedad se opone a esta clase de penas, se humaniza el sistema de la sancin penal, desapareciendo poco a poco, como ya se ha visto eltrabajo forzado y los castigos corporales y morales. Surge entonces, el Sistema Celular, quese entiende como el que asigna celdas individuales a cada reo y es el que ha prevalecido atravs de la historia, por lo que se ha convertido en la base de los sistemas penitenciarios. Asmismo las estructuras carcelarias se modificanpara incorporar este sistema y aplicar una mayor vigilancia sobre el reo, con el fin de observar su conducta y "personalizar" el"tratamiento" necesario para "corregirlo". Surgeel sistema pantico impulsado por el utilitaristaingls Jeremy Bentham en el primer tercio delsiglo XIX.

    Este sistema penitenciario, que es sobreel que se construye el actual (y que a su vezest basado en los correccionales ingleses delXVI y en los conceptos de crimen y castigo dela ilustracin), es el sistema carcelario del capitalismo, a donde se llevarn a todas las turbasde trabajadores, con o sin empleo, que transgredan unas legislaciones que estn hechas conel nico fin de mantener el orden democrticoy proteger la propiedad privada y la produccincontra un ejrcito de proletarios totalmentepauperizados y sometidos a unas leyes cada vezms totalitarias que se inmiscuyen cada vezms en todos los aspectos de su vida y les conducen a la pobreza o a la sobreexplotacin.

    Dejando atrs el viejo sistema correccional terapetico, que mutar en esta poca hasta convertirse en las casas de cura y de ah enlos actuales hospitales, este sistema se empiezaa imponer por doquier y llenar, como antaollenaban los correccionales y reformatorios, lascrceles de pobres e inadaptados, principal sujeto contra quien legisla el estado. Pero los enemigos del Estado tambin tendrn su parte enel castigo, independientemente de su posicin

    social. No obstante con el nacimiento del movimiento obrero y de las tesis revolucionarias,socialistas y anarquistas, estos enemigos del estado cada vez lo sern ms del Estado en general y no de un estado en particular (aunquegran parte de los socialistas s que acabarnsiendo socialistas de estado y por tanto enemigos slo de un tipo de estado, el capitalista) y,surgidos fundamentalmente de las clases desposedas (con bastantes excepciones salidas delas filas de la burguesa e incluso la nobleza),acabarn reforzando la cruda realidad de quela crcel est hecha principalmente contra losque no se someten y stos suelen ser generalmente los pobres, al menos en la sociedad capitalista del XIX y principios del XX.

    En los albores de la era actual, surge unsistema capitalista industrial y financiero, tecnolgico y racional, que producir un sistemapentenciario industrial y, ya en el siglo XX,tambin financiero (puesto que las crceles sonadems un gran negocio para la administraciny para el sector privado), tambin tecnolgico ytambin racional. Es aqu donde se pudren enla actualidad millones de inadaptados y es aqudonde es cada vez ms fcil terminar dado quelas leyes estn hechas principalmente a favordel patrn y en contra de los pobres y mantener miles de personas en prisin es, ms queuna carga para las despensas estatales, unautntico negocio. Ser por eso que el estadoespaol es el estado de europa que tiene mspresos siendo el que menos delitos tiene? ser`por eso que podemos encontrar en EEUU jueces que son propietarios o accionistas de crceles privadas en las que es obligado el trabajodel reo para empresas propiedad tambin deesos jueces, que envan a sus prisiones a milesde personas cada da, cada vez por menos motivos? ser por eso que, pese a que cada vez sehabla ms de reinsercin y de justicia reparativa, las crceles gozan de una perfecta salud,siendo cada vez ms, ms grandes y modernas?

    Es un hecho, el Estado necesita del castigo para imponer su dominio a travs de la ley,y ese castigo es fundamentalmente la prisin. Ada de hoy en ciertos pases se experimenta connuevas formas punitivas alternativas a la crcel,pero esas formas "suaves" y "modernas" siguensiendo la sancin de un estado contra sus inadaptados o rebeldes y la crcel sigue significando un papel central en la represin. Represin

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    que es inherente al Estado. Slo con la destruccin del estado puede destruirse la crcel, yaque vemos, tanto en el pasado como en el presente, que el estado puede (aunque con dificultad) vivir sin crcel aunque no sin castigo. Paraque cese el castigo y la necesidad de una sociedad de poner a buen recaudo a sus enemigos escondicin sine quano acabar con el estado ycon la sociedad que lo sustenta y avala. Es lapropiedad la que hace nacer el robo y la autoridad la que hace nacer la rebelda. Por la destruccin de toda crcel y de todo lo que nosconvierte en esclavos.

    La cutre mano ilustrada de laJusticia, el Orden y la ley: arquitectura, mitologa, folclorey operaciones antiterroristas

    En julio de 2007 el gobierno haba dado pordesarticulados los marxistaleninistas GRAPO(quizs apresuradamente puesto que luego seles atribuy algn atentado menor).

    Un 20 de octubre de 2011, la organizacin abertzale y socialista ETA declaraba el cesede su actividad armada. Mientras muchas personas de diferentes ideologas se alegrabanotras muchas se entristecan. Entre ellas granparte de los miembros de los diversos engranajes del Estado, brigadas de informacin y apa

    ratos de la lucha antiterrorista incluidas. Qusucedera a partir de ahora? A quin utilizarpara demonizar cualquier conato de rebelda siel demonio renunciaba? aumentaran las listasdel paro incorporando a cientos de guardaespaldas y policas? o se compensaran reconvirtiendo en honrados picapedreros a ms de unmadero de mano larga, bolsito y pinganillo?Por cierto que su tristeza no era porque la lucha de la subversin fuese contraproducente onociva para las ansias de libertad (a lo sumo loera la forma y el contenido con el que luchabanlas organizaciones mentadas) sino porque conun estado ms fuerte que nunca y unas estruc

    turas revolucionarias (ETA yGRAPO) caducas y autoritarias,el estado sacaba mucha rentabilidad de cmo estaba ese conflicto particular en ese momentoconcreto.

    Estas dos formaciones decaracter comunista haban dadomuy a su pesar mucho juego enzarzadas desde los sesenta en unsangriento, y a veces sin sentido,conflicto contra el estado espaol y el sistema capitalista,durante el cual se haban aprobado y practicado por parte delos diferentes gobiernos de turno, tanto dictatoriales como democrticos, las ms draconianasmedidas policiales, mediticas y

    judiciales (y a veces extra policiales y extrajudiciales). Medidas que, por supuesto, no slo sehaban aplicado a los subversivos antagonistasen juego, sino tambin, ya que estbamos, amuchos tipos de luchadores y militantes anticapitalistas, libertarios, anarquistas y autnomos, pero tambin miembros de los llamadosmovimientos sociales.

    As, en particular desde los aos ochenta, no era en absoluto raro que cualquier luchaque incomodara al stablishment fuese asociadaa una de estas dos organizaciones calificadascomo terroristas, fundamentalmente a ETA.A partir de los noventa se inicia la doctrina del"todo es ETA", que se extrapolar a finales deesa dcada y principios del siglo XXI a otrosgrupos y organizaciones, incluso de otras ideas,adaptndolo a un casposo y pseudototalitario"todo lo que me moleste es terrorismo y terro

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    rismo es lo que yo diga" por parte del estado.De este modo desde hace ms de tres dcadashemos asistidos atnitos a cmo "ETA" podanser desde los trabajadores en lucha de los astilleros de Cdiz o Gijn en 1987 y 1988, porejemplo (adiestrados pormiembros de Jarrai, supuestobrazo juvenil de ETA, en tcnicas de guerrilla urbanasegn el gobierno), a lamismsima PAH en la segundadcada de este siglo XXI (cuyos miembros tendranvinculos con la banda terrorista segn la presidencia dela nacin), pasando por lospresos FIES en lucha en 1999(fichados por ETA y GRAPOpara subvertir el orden de lasdulces, humanitarias y casique pedaggicas prisiones espaolas segn la polica y losmedios de comunicacin). Desde principios delos dos mil, un cajero automtico destrozadoera obra de filoetarras. Incluso, en el culmen dela hilaridad, las millonarias estrellas futbolsticas que amagaron con una huelga del "deporterey" la primavera de 2015, estaban empleandoprocedimientos propios de Batasuna (brazopoltico de ETA).

    Pero el diablo se jubil y su ayudante yano estaba en disposicin de hacer absolutamente nada desde un tiempo atrs, y, sin estrellasprincipales a las que acudir en esta tragicomedia meditica que a tanto plumfero, segurata,madero y ministro ha dado y da de comer, elshow deba continuar y haba que buscar nuevos valores en alza. Un fundamentalismo islmico en proceso de crecimiento exponencial enbrutalidad y militancia (tanto recibir bombasdemocrticas en un polvorn llamado OrienteMedio y en el norte de frica no podan daralegres teletubies sino ms bien cabreados guerrilleros) y un anarquismo reactivado en los albores de este nuevo siglo y aumentado en uncontexto de crisis y cierta conflictividad social,se unan a un pelen independentismo anticapitalista gallego para ser a partir de 2012 losnuevos tres mosqueteros del terrorismo espaol.

    Ciertamente no es que el estado se saque las cosas de los orificios nasales, obviamen

    te hay o haba un anarquismo combativo quetena un leve pero potencial peligro de contagiarse (o al menos contagiar algunas ideas yprcticas molestas para el sistema) entre unapoblacin descontenta y descreda de la demo

    cracia (al menos parlamentaria) y del estadodel bienestar. Ciertamente hay o haba un independentismo revolucionario gallego que se encontraba como pez en el agua en los conflictossociales y laborales de la antigua gallaecia. Yciertamente hay un fundamentalismo islmicocada vez ms terrible y peligroso para cualquieratisbo de libertad pero tambin para los intereses de las potencias occidentales (nada, porotra parte, que no se pueda arreglar a largoplazo con algunos maletines, territorios y pozosde ptroleo en amigable charla). Pero que hubiera varios frentes abiertos que asustaban alestado ante un bajo pero real riesgo de desbordamiento (sobre todo social, sobre todo porparte de los dos primeros movimientos, sobretodo por un "efecto contagio", social y econmico de la "crisis griega") le ha servido a stepara hacer limpieza en casa justificando un aumento represivo y una escalada punitiva sinprecendentes desde hace muchas dcadas en elreino de espaa.

    Sabiendo bien el gobierno y la judicatura (1) (colocada a dedo por ste y por la policay otros poderes fcticos y grupos de presin, yno se hace tal afirmacin porque la separacinreal de poderes sea algo a reivindicar, puestoque los poderes slo se pueden separar cuandohay poder y cuando hay poder nunca hay libertad y s sumisin y autoridad, sino porque des

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    criben una situacin concreta) que no podrafrenar un hipottico pero no tan alejado (comose podra pensar) estallido social y que reprimiendo indiscriminadamente a "ciudadanosnormales" y "honrados trabajadores" que, enpalabras de la guardia civil "slo quieren dar decomer a sus hijos y eso les hace ms peligrososque cualquier revolucionario porque estn dispuestos a llegar donde haga falta", no iba a solucionar el problema, decidi sabiamenteatajarlo con la milenaria tctica (teorizada porMao Tse Tung siglos despus de exitosa aplicacin ) de "castigar a uno para aleccionar acien".

    Es en este contexto donde se sucedenseis operaciones antianarquistas consecutivaspara tratar de desactivar unas ideas y prcticascentenarias que siempre suponen un potencialpeligro para el Estado. La operacin de facebook en mayo 2013 y la operacin columnaseis meses despus, abrieron esta nueva espiralrepresiva.

    La primera fue dirigida contra 5 personas prximas a los entornos libertarios catalanes que fueron detenidas y encarceladas porapologa del terrorismo y captacin a travs delas redes sociales, pero a las que se les tratabade encalomar desesperadamente varios sabotajes y ataques contra la polica en el marco delas huelgas generales de 2012 (especialmenteviolentas y multitudinarias en Barcelona y conun marcado carcter anticapitalista).

    La segunda se sald con la detencin de5 compaeras anarquistas tambin en Barcelona y el encarcelamiento de dos de ellas, Mnicay Francisco, acusadas de atentar contra la Baslica del Pilar en octubre de 2013.

    Esta operacin fue especialmente durapara el anarquismo porque, adems de mantener durante dos aos (hasta el momento) a doscompaeros en prisin, abri paso a otras cuatro operaciones, Pandora, Piata, Pandora II eIce entre finales de 2014 y a lo largo del 2015,que iban dirigidas contra una coordinacinanarquista, los denominados por la prensa GAC(Grupos Anarquistas Coordinados)y contra otrogrupo al que se asociaba a dicha coordinacin.Estas ltimas operaciones buscaban una estructura que diera cabida a todos los difusos ataques anarquistas de cierta envergadura (25 en4 aos segn la fiscala del estado) pero siempre sin daos personales de gravedad (2) (los

    ataques nicamente produjeron daos materiales a entidades financieras o eclesisticas y tanslo leves heridas, casi insignificantes, a dosviandantes sin relacin alguna con los ataques),y a todos los disturbios de relevancia en el estado espaol (desde Gamonal a Can Ves o lasmarchas de la dignidad pasando por toda laoleada de disturbios que puntualmente se hanvenido sucediendo en Barcelona, muchos deellos graves, y en bastante menor medida enMadrid). Las defensoras del orden, judicatura ypolica, decan haber encontrado la estructuraque buscaban para, en su autoritaria mentalidad ciega de obediencia y poder, endosarle todo lo sucedido: para el estado haba nacido laETA anarquista, que, con una frrea jefaturasegn el juzgado n 6 de la Audiencia Nacional(aunque el n 3 diga lo contrario sin desviarsemucho de la lgica y de la bsqueda), en lacspide de la cual se encontraran unos lderescarismticos, emulaba sin embargo la metodologa de clulas yihadista y copiaba a ETA en su"organigrama" ensamblando esas "clulas" entres pero al mismo tiempo era anarquista.

    Tan slo la estupidez humana fortalecidapor siglos de sumisin y jerarquas puede pretender (suponiendo que se crean sus propiasnecedades) hacer tragar que un movimientodescentralizado, acfalo y profundamente antiautoritario como el anarquista, con unas prcticas violentas o no (3) (cun ridculo suenahablar de violencia mientras el capitalismo mata y daa a millones de seres humanos condenndoles a la pobreza y la precariedad consus desigualdades y miserias, mientras esas yotras prcticas son implementadas por el estado y mientras los gobiernos asesinan y provocan guerras impunemente)pueda estarregimentado y seguir los dictados de lderes ycaudillos. Pero cree el ladrn que todos son desu condicin o, en caso de ni siquiera creerse supropia imbecilidad, no le tiembla la mano derecurrir a lo que sea para que el orden prevalezca, para apaciguar las aguas removidas porla propia injusticia del sistema, y busca demonizar y distorsionar un peligro bien real, aunque quizs pequeo, para hacerlo inasumible aojos de los miles de descontentos y de aislar ycastigar a unos pocos para que muchos noestn tentados de simpatizar con sus ideas omtodos (tanto los que son pacficos como losque puedan ser violentos). Por eso estas cinco

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    operaciones fueron tan espectaculares y mediticas.

    Con este proceder, la represin se cobr11 detenidos en la Operacin Pandora (7 deellas fueron encarceladas durante mes y medioy liberadas despus bajo una fianza de 3000euros por cabeza) y 15 en la operacin piata(con 5 encarcelados durante dos meses), operacin en la que aun se detuvo a 24 personasms acusadas de resistirse a que sus hogares ylocales fueran allanados. Nueve ms se cobr laOperacin Pandora II, enviando a prisin a uncompaero. Y seis detenidos ms la OperacinIce, de los cuales dos fueron a prisin preventiva; elevando la sumade los encarceladosactualmente en estasoperaciones a 5, por elmomento, Mnica,Francisco, Quique,Borja y Nahuel; de loscuales Borja y Quique,afortunadamente yahan salido a la calle.

    Las 6 operaciones mencionadas (facebook, Columna,Pandora I y II, Piatae Ice) incluyeron suscorrespondientes registros (3 viviendas yun ateneo libertarioen facebook; dos viviendas en columna;dos ateneos anarquistas, un centro socialokupado y once viviendas en Pandora I; cincocentros sociales y diez viviendas en piata;ocho domicilios, un ateneo libertario y un centro social anarquista en Pandora II y seis domicilios en Ice). Las localidades golpeadas enestas operaciones fueron Barcelona (4 veces),Sabadell, Manresa (2 veces), Madrid (3 veces),Granada, Palencia. El mensaje era claro, si elanarquismo podra, en un contexto social mso menos convulso, llegar a poner en algn tipode aprieto al estado, el estado para salir de dicho aprieto y para rebajar y disolver la convulsin empleaba una buena parte de la fuerzaque era capaz de emplear. As se extirpaba uninconveniente y se pacificaba cualquier atisbode rebelda. Cualquier cosa (o casi) dentro de

    la democracia y su mentalidad sumisa, pacifistay obediente. Nada fuera del margen democrtico. Slo el estado puede saltarse su propia ley...para reforzarla. Y reforzar la ley supone reforzar las cadenas de la opresin.

    Claro est que el sistema no tiene unasola forma de pacificar. Cierta mejora econmica (un par de migajas ms, dosificadas al extremo) y la irrupcin de los nuevos partidosregeneracionistas que oxigenan el ambiente yrecuperan la ilusin democrtica perdida (aunque les pique a los casposos, caciques, cazurrosy paletos gobernantes ibricos quienes, no obstante, tragan porque a las lites les viene muy

    bien esta oxigenacin, eso s, muy controladita)hacen, junto con un poco de maquillaje paradisimular las arrugas (algn cambio de rey poraqu, alguna operacin anticorrupcin por all,incluso en el mbito internacional algn nuevopapa por acull y un contrapeso populista atanta draconiana medida dictada por la banca)que poco a poco se vaya recuperando la normalidad entre promesas vacas, leves aumentosde los ndices de empleo (es decir, de la explotacin) y gestos de cara a la galera.

    Ya nadie recuerda una primavera rabems marcada por la pobreza y la opresin quepor un gobierno de determinado signo u otro.Nadie unas explosiones cclicas de tensiones latentes en el seno de europa como en las ban

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    lieus francesas o en Tottenham o Roma. Nadiela revuelta libertaria griega, expresin de la rabia contenida durante dcadas contra la miseria y el autoritarismo. Nadie recuerda que en lamuy pacfica y fiestera espaa ha habido 3huelgas generales en dos aos (el triple que enlos diez aos anteriores juntos), y, aunque esono es necesariamente significativo pero si sintomtico, de las ms violentas en dcadas; unmovimiento en 2011 que, pese a catalizar elconflicto creciente y reconducirlo a posicionesciudadanistas, propici la amplificacin de unclima de descontento y de tendencia asociativapor fuera de los legalismos establecidos quetrajo mucho malo pero tambin algo bueno;nadie recuerda las dos revueltas en burgos y larevuelta en barcelona en 2014 (era mucho msque un proyecto urbanstico o que un desalojolo que se desat ah) con su correspondientesolidaridad en forma de disturbios en variasciudades del pas; nadie recuerda unas marchasde la dignidad que pese a su afn pacificador ydemocratizante se radicalizaron dando lugar auna de las luchas ms fieras en los ltimosaos; nadie recuerda los saqueos de supermercados, que aunque orquestados por popes de lapoltica y el sindicalismo alternativo hicieronque mucha gente los tomara como ejemplo ylos llevara un poquito ms all; nadie recuerdalas luchas mineras, que pese a su condicin deacto sobreviviencial que en contenido no importunaba mucho al sistema produjeron unadura ruptura de la paz social, pusieron al descubierto nuevamente las mezquindades de estado y patronal y desataron una emocionanteola de solidaridad en muchos puntos de la geofrafa ibrica. Nadie recuerda la ocupacin deambulatorios en catalua, que pese a seguirmanteniendo una sanidad caduca, biocida y capitalista, pusieron encima de la mesa la capacidad de lucha y autogestin de muchas personasde a pie que peleaban por tener algo medianamente digno en cuestiones de salud, aunqueese algo (la medicina occidental capitalista)fuese una porquera. Nadie recuerda las luchasobreras sectoriales o el aumento de okupaciones (muchas de ellas para afrontar desahuciosde expropietarios felices que pasaban a ser indigentes cabreados por tragarse las ilusionesdel consumo y el capital), todo esto por supuesto con sus grandes peros (medidas de presin para negociar en lugar de conflictividad

    abierta, edulcoramiento del estado que se presentaba bajo manto demaggico y populista,reconocindosele como interlocutor vlido portador de soluciones en lugar de como enemigoexplotador,...), etc. Nadie recuerda todos esosconflictos aunque por debajo atufaran a quererrecuperar el bienestar perdido en lugar deapuntar a descubrir nuevos horizontes de,quizs, libertad y equidad.

    Ahora solo se recuerdan a los podemos yganemos, la institucionalizacin de todos esosconflictos, muy bien aprovechada por el poder,los nacionalismos e independentismos que camuflan la ignominia y la explotacin con el ptrido velo de los trapos de colores yenfervorizan el hooliganismo patrio como sloel estpido futbol (o al menos su instrumentalizacin) puede hacerlo.

    Donde en el reciente periodo de 2010 2014 (desde la primera huelga general en ochoaos hasta la "explosin podemita" y su colofnen las municipales de 2015) haba relativa convulsin social (ni esto era Grecia, ni era un desierto de la protesta y el pasotismo), algo porotra parte normal ante la coyuntura histrica,ahora slo hay delegacionismo, dejadez, cansancio, credulidad ante los nuevos prestidigitadores del sistema y maquillaje, muchomaquillaje. Donde un elemento potencialmentedesetabilizador como el anarquismo podra haber llevado la cerilla que prendiera la mechadel descreimiento sistmico ahora slo quedanganas de superar el conflicto y de volver a latranquilidad del voto, del trabajo, de esa supuesta luz al final de un tunel que no es msque una leve lucirnaga en medio de la oscuridad perpetua de la dominacin. Pero tambinqueda el reguero de represaliados (en operaciones antiterroristas o no), de juicios, de crcel, de multas, de palos, sufridos por muchagente que ahora vuelve a ver cmo el pretendido cuerpo social, la poblacin, mira para otrolado y sigue su vida, no porque antes lucharapero s porque antes a una parte nada despreciable de ella le haban brillado los ojos de rabia.

    Y la solidaridad? la poca gente que sigaen la brecha, en sus proyectos comunitarios autogestionarios, en sus asociaciones, en sus publicaciones, sus cooperativas, en sus episdicasmanifestaciones de descontento en las quealgn contenedor vuelque en el asfalto, en las

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    que alguna luna de banco se rompa (cada vezcon menos frecuencia, por cierto) o simplemente en las que las escaleras de alguna entidaddel poder se llene de gente gritando basta!;esa gente saldr a la calle a solidarizarse conlos luchadores por un mundo libre, arrastrandoa otros consigo a ser posible? o se quedara satisfecha porque algn exsubversivo reconvertido a lindo gatito socialdemcrata intentarsolucionarle la papeleta con alguna gestin administrativa en un nuevo ayuntamiento alternativo? o peor aun se quedar en su casaviendo como su vida pasa por sus narices atravs de la tele o internet?

    Quienes aun quieran un mundo sin dirigentes ni dirigidos no pueden, no podemos, mirar hacia otro lado. Hemos de continuaradelante con la antorcha del compromiso, delconflicto, de la subversin. Y la solidaridad connuestros compaeros es parte importante de loque implica portar esa antorcha anrquica y libertadora.

    Hasta que todos noseamos libres, todos seguiremos estando presos.

    Muerte al estado yviva la anarqua.

    Operacin Columna.Unas palabras sobre el Caso de

    Mnica y Francisco.

    El 13 de Noviembre de 2013 la polica nacional allana dos domicilios en Barcelona ydetiene a cinco anarquistas acusndoles de terrorismo. La operacin, llamada Columna, fuedirigida por el juez de la Audiencia NacionalEloy Velasco, del Juzgado n 6.

    Estas cinco anarquistas son acusadas depertenecer al Comando Insurreccional MateoMorral, el cual haba reivindicado la colocacinde un artefacto explosivo en la Baslica del Pilarel 2 de octubre de 2013. Desde el primer momento, este grupo es relacionado con los GAC ycon la FAIFRI. Es la primera vez que se relaciona a GAC, Grupos Anarquistas Coordinados,con el terrorismo, pero no la ltima, ya que enla Operacin Pandora (diciembre de 2014), enla Operacin Piata, (abril de 2015) y en lasrecientes Operacin Pandora II y Operacin Ice(octubre 2015) todos los detenidos son acusados por terrorismo, de pertenencia a dicho espacio de coordinacin y en todos ellos, seintenta vincular esta coordinacin a la FAI FRI,Federacin Anarquista InsurrecccionalistaFrente Revolucionario Internacional, que yaest catalogada como organizacin terroristapor parte de la Unin Europea.

    A parte de la colocacin del artefacto yla pertenencia a organizacin terrorista les imputan un delito de conspiracin para atentarcontra la Iglesia de Monserrat. Los cinco detenidos pasaron a disposicin judicial ante la Audiencia Nacional quedando tres de ellos enlibertad provisional con cargos y medidas cautelares y dos de ellos, Mnica y Francisco, ingresaron en prisin preventiva.

    Fueron enviados al Centro PenitenciarioMadrid V. Soto del Real, separndoles ms tarde, y, tras un paso por distintas prisiones comoNavalcarnero o Crdoba (Francisco) o Estremera (Mnica) fueron enviados Mnica al C. P.Brieva (vila) y Francisco a Villabona (Asturias). A ambos se les aplica el FIES 3 consu correspondiente intervencin de la comunicaciones y restriccin de la correspondencia reducida a dos cartas semanales.Posteriormente Mnica es trasladada de manera transitoria tambin a Asturias para poder te

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    ner comunicaciones entre ellos tras haberlo peleado mucho. Actualmente, dos aos despusde su encierro se encuentran provisionalmenteen Madrid, donde han tenido la vista para laprrroga de su prisin preventiva. Prrroga queha sido concedida por el juez. Estarn en prisin hasta un mximo de dos aos ms a la espera de juicio y en un momento dado, quizsen noviembre o diciembre, o quizs despusdel juicio sern vueltos a conducir a Villabonao a un nuevo destino.

    Cada recurso de libertad ha sido sistemticamente denegado, incluido el ltimo enel que se peleaba que los dejaran libres por expirar el tiempo mximo de prisin preventiva,tiempo que, como se ha indicado, ha sido prorrogado.

    En Junio del pasado ao 2014, la salaque instruye el caso present el auto de procesamiento por el cual se confirman los cargosque se les imputan y por los cuales sern juzgados. Estos son pertenecia a organizacin terrorista, Comando Insurreccional MateoMorralGACFAIFRI, estragos con finalidadterrorista y conspiracin. sto les obliga comparecer de nuevo en la Audiencia Nacional. En este mismo auto de procesamiento qued archivada la causa contra lasotras tres compas imputadas que estaban en libertad con cargos. Sin embargo la investigacin continu contra Mnica y Franciscoabrindose nuevas diligencias y presentndose a parte de la Fscala del Estado, dos acusaciones particulares ms, una del Cabildo deZaragoza y otra de una testigo de la explosinque tuvo un traumatismo leve en el odo.

    Un ao despus, en Junio de 2015, eljuez Eloy Velasco presenta el auto de conclusin de sumario, por lo que se da por finalizadala instruccin y el caso pasa a una Sala de loPenal de la misma Audiencia Nacional. Esta sala es la que enva la causa a Fiscala, para querealicen el escrito de acusacin y la peticin fiscal, despus la Sala entrega copia de la causa alabogado, para poder realizar el escrito de defensa, y finalmente se seala fecha para el juicio.

    A da de hoy, con la prisin prorrogada yel sumario definitivamente cerrado, el procesosigue su curso y en no mucho tiempo tendrque salir la fecha de un juicio que se prev parael ao que viene, a `principios de ao o,

    quizs, en primavera.Este caso, junto con el de la Operacin

    Pandora (I y II), la Operacin Piata y la Operacin Ice nos ha dejado a ms de una cuarentena de compaeros acusados de terrorismo aespera de juicio, la mayora en libertad provisional, con medidas cautelares, (entrega de pasaporte, prohibicin de salir del pas,comparecencias en el juzgado, etc.) salvo algunos, entre ellos Mnica y Francisco, que continan en prisin. En todos los casos laacusacin es pertenencia a organizacin terrorista, haciendo ms hincapi en Pandora I yPiata (Ice se encuentra an en secreto de sumario) en la organizacin que en los actos delictivos, promoviendo las detenciones por serparte de algo y no por actos en concreto. Entendemos estas operaciones como un ataque alanarquismo, un ataque a las coordinaciones, ala formas de organizarse horizontal y sin autoridad, un ataque a las ideas y prcticas anarquistas que buscan cambiar de raz estarealidad. Es curisoso ver como muchos de losencausados de la Operacin Pandora, mantenan algn tipo de relacin con Mnica yFrancisco como son las visitas a prisin. De lamisma manera, parte de los encausados de laoperacin Piata, tambin visitaban a personasen prisin preventiva por la operacin Pandora.Es un dato que no debemos obviar ya queestn, adems, golpeando directamente la solidaridad, constatndolo tambin en la literaturapolicial que habla de comits y aparatos deapoyo a presos, as como de estructuras de financiacin. Hacen una clara copia de las estructuras y organizacin de bandas armadascomo ETA, encajando, como pueden, nuestrasmaneras de organizarnos, de apoyo muto y solidaridad.

    De esta manera, leemos en el auto de laOperacin Piata cosas dantescas como unaclasificacin de niveles de poder, estructurasjerrquicas con lderes, distribuyendo a las encausadas en esos distintos niveles segn funciones como financiacin, captacin, direccin,etc. que choca frontalmente con las ideas anarquistas, ideas antiautoritarias y horizontales. Lapretensin de montar esta estructura se traduceen la posibilidad de poder meter a gente en ellaacusndoles de terrorismo, respaldndose en lapertenencia a una organizacin. Estos tres casos, evidentemente en relacin, conforman uno

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    de los golpes ms fuertes al anarquismo dentrodel Estado espaol en los ltimos treinta aos,por ello hay que sacar fuerzas, encajar los golpes y seguir adelante.

    Recordamos que Mnica y Francisco yaestuvieron presos en 2010 por el Caso Bombas.En esta operacin se detuvo a decenas de anarquistas en Chile acusndoles de colocar artefactos explosivos. Fue un caso muy meditico, enel cual los centros sociales okupados eran llamados centros de poder y las relaciones antiautoritarias fueron convertidas en estructurasjerrquicas responsables de unas 30 accionescontra smbolos del Estado. El caso no se sostena, y todos los encausados salieron absueltospor falta de pruebas, eso s, habiendo pasadocasi un ao en prisin preventiva.

    El Estado chileno (donde el temible aparato judicial tiene mayor independencia poltica que en el espaol y una disputa abierta conel gobierno por querer alejarse de los aos recientes de la dictadura y maquillarse un pocoms) no qued muy bien en el plano poltico ydespus de este caso, con las detenciones de loscompaeras en Espaa, vio la oportunidad devengarse, de paliar la mala imagen que el casoBombas le dio al ahondar en las diferencias entre magistratura y ejecutivo, y colaborar con suencarcelamiento, forjando as una estrecha relacin con el Estado espaol en materia antiterrorista. Poco antes de las detenciones deMnica y Francisco en Espaa, el entonces director de la Agencia Nacional de Inteligenciade Chile, Gonzalo Yussef, visit la Pennsula. En septiembre de 2014, el ministrode Interior chileno Rodrigo Penailillo y elnuevo director de la Agencia Nacional de Inteligencia, viajan a Madrid para reunirse con sushomlogos espaoles. Firman en aquella ocasin una Declaracin de intenciones en materia de seguridad y cooperacin en la luchacontra la delincuencia y el terrorismo.El 16 de diciembre de 2014, mientrasen Catalua y Madrid se detena a 11 anarquistas en el marco de la Operacin Pandora, el ministro de Interior espaol se encontraba devisita en Chile, recibido por parte de su homlogo chileno la Condecoracin de la Gran Cruzde la Orden al Mrito y supervisando sus acuerdos antiterroristas.

    Desde su ingreso en prisin, el estado hausado con ellos lo que ya vena utilizando durante muchos aos con tantos otros; el FIES, el

    aislamiento y la dispersin. El FIES (FicheroInterno de Especial Seguimiento), se trata deun fichero, un instrumento de la administracin, que tiene como objetivo hacer un seguimiento y control especial a determinadospresos, a los que se considera ms peligrosos ydifciles. Existen cinco tipos, y es el FIES 3 elque se aplica con acusaciones de terrorismo incluyendo en este fichero a todos aquellos internos que hayan ingresado en prisin(condenados o no) por vinculacin a bandasarmadas o elementos terroristas, y aquellosque, a travs de los informes de las Fuerzas deSeguridad, colaboren o apoyen a estos grupos.El FIES implica entre otras cosas, la intervencin de las comunicaciones, tanto orales comoescritas.

    A ambos se les aplica la dispersin, convarios traslados a distintas prisiones. No podemos entender la dispersin ms que como uncastigo a los familiares y al entorno de las compaeras presas, ya que si bien, el preso o presasufre igualmente consecuencias derivadas deldesarraigo y los trasladados, es la gente que lesapoya de fuera la que se ve castigada y afectada por esta medida.Durante su estancia en prisin, InstitucionesPenitenciarias estuvo dificultando las visitasentre ellos durante ms de un ao y medio, yhan desautorizado visitas y llamadas a algunascompaeras. Durante la semana de solidaridadcon lxs anarquistxs presxs en 2015, II.PP. difundi una circular interna alertando a los carceleros del carcter de la convocatoria einvitndolos a extremar precauciones anteposibles acciones anarquistas. En ella, haca especial mencin a Mnica y Francisco.Desde la llegada de Mnica a Villabona est teniendo que lidiar con los retorcidos mdulos derespeto, donde hacen al preso cmplice y guardin de su propio encierro, el cual puede acceder a determinados beneficios siempre ycuando cumpla las reglas del juego.

    Tanto Mnica como Francisco desde el primermomento hasta ahora, han intentado participaren los debates y hacer aportaciones lidiandocon las restricciones de sus comunicaciones,mandando reflexiones, experiencias o mensajesde solidaridad y nimo tanto a los compaerosde fuera como aquellos que han sido represaliados tambin.

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    Poco nos importa su inocencia o culpabilidad,el Estado, contra el cual los anarquistas estamos en abierto conflicto, busca golpear a unmovimiento cuyas ideas y prcticas no puedeasimilar a la normalidad democrtica. En estecaso un estado democrtico, aliado de la iglesia, como la mayora, al que no le temblar lamano para usar todas sus estrategias para defenderse. Ante esto, no podemos dejar que nosparalice su represin, no dejaremos de solidarizarnos con los compaeros represaliados, noles vamos a dejar solos, ni vamos a parar nuestra lucha contra toda autoridad.

    "Se nos persigue? Y bien: es lgico que se nos persiga, porque nosotros somos una amenaza constante

    contra el sistema que ellos representan. Paraque no senos persiga debemos ajustarnos a nuestras leyes,

    amoldarnos a ellas, integrarnos a su sistema, burocratizarnos hasta los tutanos y ser unos perfectos

    traidores...Pero, es que queremos ser as? No. entonces, nuestra prctica cotidiana debe nutrirse de

    nuestra imaginacin creadora, nuestra fuerza resideen nuestra capacidad de resistencia. Nos podrn quebrar, pero no podemos jams doblarnos ante nadie".

    Buenaventura Durruti

    Muerte al Estado y Viva la Anarqua!

    Palabras de Francisco Solar en su estanciaen prisin

    Hace un ao que la polica irrumpi en nuestropiso al grito de: Tienen algo caliente?!. Mesorprendi a la vez que me provoc un poco derisa. Luego nos percatamos que se referan a sitenamos algn artefacto explosivo utilizado como trampa, lo que aument nuestra risa.Un ao en que me separaron de mi compaerapor cientos de kilmetros, pudiendo solo haceunos meses escuchar su voz por 5 minutos cada15 das.Un ao encerrado en aislamiento en 3 crcelesdiferentes del reino espaol. Crceles que basansu poltica penitenciaria en la psiquiatra, medicalizando a los presos con el propsito de anularlos.Estableciendo un control absoluto sobre las comunicaciones y el contacto con el exterior. En estas crceles del primer mundo se prioriza larelacin impersonal con el exterior, todo lo quesea contacto fsico es sumamente restringido, di

    ferente a mi experiencia en las crceles chilenas.La posibilidad de estar con tu gente es impensable en sitios como ste.Un ao en que la solidaridad se ha dejado sentiren cada minuto, especialmente por parte delas/los anarquistas de Barcelona, quienes con suvoluntad e iniciativa han destrozado la dispersin y el aislamiento. Han demostrado que la solidaridad no es una palabra vaca, que escontenido inseparable de toda nuestra prctica ylucha por la liberacin total. Con esto, el poderuna vez ms queda en evidencia; no entiende nien lo ms mnimo en que se sustentan nuestrasrelaciones. Las dificultades que ponen nos hacenms fuertes, ante las adversidades nos conocemosms y cuanto ms aprendemos a conocernos, msnos remos de lo que habamos credo insuperable. Si decidimos enfrentarnos al estado es porquehace mucho tiempo decidimos dejar de vivirarrodillados.

    Francisco SolarCentro Penitenciario Villabona, 13 de Noviembre de

    2014

    Recuento de actos solidarios

    El pasado mircoles 28 de octubre se producan nuevas detenciones (9 en total) yasaltos a domicilios y ateneos libertarios enBarcelona y Manresa, en el marco de una operacin contra el anarquismo de los MossosdEsquadra en coordinacin con la AudienciaNacional, bajo acusaciones de terrorismo contra los y las compaeras. Tras ser trasladados aMadrid y pasar a disposicin judicial, el JuezJuan Pablo Gonzlez, magistrado suplente delJuzgado Central de Instruccin 3 de Madrid,acord cinco libertades bajo fianza de 5.000euros, una libertad bajo fianza de 4.000 euros,dos libertades con comparecencia semanal yretirada de pasaporte, y la entrada en prisinpreventiva de un compaero.A esto hay que aadirle la vista del pasadomartes 27 donde se decida si les prorrogabanla prisin preventiva a Mnica y Francisco o lesponan en libertad a espera de juicio. Ha salidola resolucin, y se les ha prorrogado.A pesar de que la legislacin espaola contempla los dos aos como el tiempo mximo queuna persona puede permanecer en prisin pre

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    ventiva, el Estado tiene la posibilidad de alargarla (argumentando algn tipo de excepcionalidad en el caso) durante dos aos ms, y lo hahecho.

    Algunas respuestas por parte del anarquismoen Madrid fueron las siguientes:

    Martes 27 de octubre (maana). Por lamaana, en plena hora punta, se realiz uncorte de carretera durante unos minutos conuna pancarta, bengalas y petardos, en la Avenida Complutense, en plena Ciudad Universitaria. La pancarta llamaba a la libertad de loscompaeros Mnica y Francisco. Despus, loscompaeros y compaeras entraron en las facultades de Periodismo, de Geografa e Historiay Filosofa, desplegando la pancarta, repartiendo cientos de panfletos y leyendo con megfono los mismos entre grandes petardazos.Mencionar que algunxs acomodadxs izquierdistas, se sintieron molestos con que la normalidad de la universidad se viera interrumpida(sin pedir permiso) por una accin solidariacon unxs presxs anarquistas.

    Martes 27 de octubre (maana). Paralelamente, desde la 9 de la maana, tuvo lugar unaconcentracin en las puertas de la AudienciaNacional, donde tena lugar la vista de Mnicay Francisco. Varias pancartas y unxs 50 compaerxs corearon consignas. Se produjeron algunas identificaciones por parte de la PolicaNacional (varias dotaciones antidisturbios sedeplazaron al lugar).

    Martes 27 de octubre (tarde). A la espera delas noticias sobre el aumento o no de la prisinpreventiva a Mnica y Francisco, una manifestacin convocada con apenas 24 horas de antelacin a las 20H no comunicada, nilegalizada junt a casi 400 personas en la Plaza de Tirso de Molina. La concentracin ech aandar por el bario del Lavapis, repartiendocientos de panfletos, para despus subir haciaLa Latina a travesar la Plaza Mayor y finalizaren la Plaza de Santa Isabel (metro pera). Losfurgones policiales siguieron desde la distanciala marcha, pero no hubo ningn incidente reseable.

    Mircoles 28 de octubre. Con las noticias del

    aumento de la prisin preventiva para Mnica yFrancisco y los nuevos registros y detencionesen Barcelona, una nueva manifestacin convocada a las 20H con apenas tiempo nuevamente no comunicada, ni legalizada junt a casi400 personas en la Plaza de Tirso de Molina. Laconcentracin intent hacer un recorrido parecido al del da anterior, echando a andar por elbario del Lavapis, para despus subir hacia LaLatina y a travesar la Plaza Mayor, tras lo quefue interceptado por la polica antidisturbios,desviando el recorrido hacia la Puerta del Sol yacabar en Tirso de Molina. Finalmente, solohubo algunas identificaciones al tiempo de finalizar la manifestacin en Tirso de Molina yningn incidente.

    Viernes 30 de octubre. Los 9 compaeros ycompaeras detenidas en Barcelona el pasadomircoles eran trasladados a Madrid, para pasar a disposicin judicial. Una nueva concentracin a las puertas de la Audiencia Nacionalconvocada desde las 9 de la maana arrop alos compaeros y compaeras catalanes.

    Sbado 31 de octubre. Una nueva concentracin tuvo lugar convocada en la plaza de Lavapis a las 20H sin comunicar ni legalizar enrespuesta a la represin al anarquismo, que sali en manifestacin por las calles de Lavapis.Esta vez la manifestacin fue abortada por lapolica que atac lateralmente la cabecera de lamanifestacin. Se produjeron algunas contusiones y varias personas retenidas a las que seles tom los datos. Los represores insistieron alas compaeras retenidas que el objetivo de estas identificaciones era sancionar con multas devarios miles de euros.

    La represin golpea a unas ideas y unasprcticas que no pueden ser asimiladas por elEstado. Nuestra respuesta a sus golpes fue ponerlas en prctica. Estado, Capital y sus defensores deben saber que encajaremos sus golpes ycontinuamos y continuaremos en la lucha, sinolvidar a nuestros compaeros y compaeraspresas. No habr tregua hasta la destruccindel Estado y el Capital.

    Libertad anarquistas presxs!Muerte al Estado y viva la anarqua!

    Solidaridad y lucha!

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    La rueda gira y se acab lajuventud:

    La audiencia nacional y los mossos d'esquadra amplan la Operacin Pandora, la nacional se sube

    al carro de Manolo Escobar

    Al cierre de esta publicacin aun en secretode sumario, Juan Pablo Gonzlez Gonzleznuevo juez del juzgado n 3 de la AudienciaNacional, en sustitucin de Javier GmezBermdez, ampla la Operacin Pandora (efectuada en diciembre de 2014 y que se sald cononce detenciones y siete encarcelamientos queduraron mes y medio) y autoriza a la policaaun autonmica de la naciente repblica catalana? la detencin de nueve anarquistas ms enlas ciudades de Barcelona y Manresa y el registro de ocho domicilios, un ateneo libertario yun centro social anarquista. Los mossos piden,el magistrado concede.Aun habiendo llevado a cabo todo un seorproceso represivo, que continu otro juzgado yotra polica en la operacin Piata, y aun habiendo dado los mossos por desarticulada enCatalua a esa organizacin que denominan terrorista llamada Grupos Anarquistas Coordinados, las "pesquisas" han seguido adelante yjusto al final de la legislatura, con las elecciones generales a la vuelta de la esquina, la tensin estatal aumentando en forma de lapantomima poltica de intento de independencia de Catalua y con el anarquismo aun recu

    perndose de los ltimos golpesrecibidos, aqu llega el tribunalespecial de orden pblico de Madrid, la Audiencia Nacional, paraintentar asestar el golpe de graciaa unas ideas y unas prcticas queno pueden asimilar. Con un anarquismo debilitado pero nuncamuerto, quien con ms o menosacierto o desacierto sigue adelante en su labor de zapa de socavamiento del poder establecido, elaparato judicial, ttere en manosde unos cuerpos policiales queson la correa de transmisin delas consignas del ministerio delinterior ("la lucha contra el anar

    quismo insurreccionalista es una prioridad" nose cansa de repetir desde hace ms de dos aosel ministro Fernndez Daz y su marioneta Cosid, jefe de la polica), vuelva a golpear a losentornos cratas catalanas.

    El 28 de octubre de 2015 nueve compaeros/as anarquistas son detenidos y posteriormente conducidos a Madrid, tras haber sidoregistradas sus viviendas (varias de ellas porsegunda vez) y los espacios libertarios AteneuLlibertari de Sants y el Centro Social La Revoltosa en el barrio del Clot. Se da adems la curiosa ancdota de que uno de los detenidos enesta nueva operacin Pandora II, el nico queha sido enviado a prisin esta vez, es abogadode anteriores detenidos en Pandora I y Piata,siguiendo la hilarante hiptesis de que losanarquistas funcionan como ETA que mantienela polica y aprovechando para golpear la solidaridad y el proceso de defensa de los compaeros (no hay que olvidar que el juez de laoperacin piata orden el embargo de lacuenta de banco para ayudar a las familias delos detenidos de Pandora I). Afortunadamenteel compaero ha sido puesto en libertad traspasar tres semanas encerrado. No contento conesto el Estado y como si de una broma macabrase tratara, el mismo da prorrogan la prisinpreventiva de Mnica y Francisco.

    Pese a seguir los detenidos y encarcelados sigue la solidaridad. Ese mismo da tienelugar una manifestacin en Barcelona de msde dos mil personas a lo largo de cuyo recorrido (bruscamente interrumpido por un impresionante muro policial) se destrozaron varias

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    sedes bancarias y se hicieron decenas de pintadas; afortunadamente no hubo detenidos. Tambin en Madrid, con ms de trescientaspersonas que con pancartas y bengalas cortaron en el centro de la capital, realizandoadems diversas pintadas, en Manresa y en Zaragoza hubo manifestaciones anarquistas relativamente nutridas.

    Las muestras de solidaridad no se van adetener. Estas manifestaciones, rechazo de lanueva operacin y de la prrroga de la prisinpreventiva de Mnica y Francisco, son ademsla continuacin natural de una actividad solidaria que ya se vena reactivando desde despus del verano, y quizs por eso el momentoelegido, a dos aos de los primeros encarcelamientos de los compaeros chilenos, para volver a golpear no haya sido casual, buscando(adems de alimentar un caso con pocas fundamentaciones incluso desde la retorcida pticajurdica del estado, salvo las justificacionespolticas) cortar tambin de raz un posibledespegue de la solidaridad y de la actividadanarquista.

    Por si no ramos pocos resulta que laabuela se pone de parto y el 4 de noviembredel presente ao, seis compaeros ms son detenidos en Madrid en la operacin Ice, acusados de varios incendios y vinculadosnuevamente al nuevo fetiche GAC (GruposAnarquistas Coordinados), que como ya es biensabido ha pasado de ser una coordinacinanarquista para la propaganda y difusin de lasideas cratas a convertirse por obra y gracia dela represin en el nuevo coco de este lustro. Delos seis, cuatro salieron con fianzas de entre3000 y 10000 y dos, Borja y Nahuel, han sido encarcelados. Borja ha salido con fianza trasdos semanas de encierro. Nuevas muestras desolidaridad han seguido, principalmente perono slo, en forma de una concentracin en laspuertas de la Audiencia Nacional al nuevo ataque represivo.

    Lejos de caer en el desnimo hemos delevantar las cabezas y luchar, de continuar adelante con la difusin y la prctica de unas bellas ideas que la lacra autoritaria, a travs desus aparatos, quiere dulcificar o aplastar.

    Hasta el triunfo total de los oprimidos, hasta el triunfo de la guerra social. Vivala Anarqua.

    Comunicado sobre laOperacin Pandora IIEl pasado mircoles dia 28 somos dete

    nidas nueve personas en el marco de una nuevaoperacin antiterrorista orquestada por el aparato de informacin del Cuerpo de Mossosd'Esquadra, en connivencia con el juzgado numero de 3 de la Audiencia Nacional espaola.Tras el registrosaqueo de nuestros domicilios,as como del Ateneo Libertario de Sants, somosllevadas a diferentes comisaras de la periferiade Barcelona, siendo al da siguiente entregadas a la Guardia Civil para nuestro traslado aMadrid. El viernes a medioda somos llevadosante el juez Juan Pablo Gonzalez Gonzalez, quedecreta la puesta en libertad con cargos parados de nosotras, la entrada en prisin eludiblecon fianza para seis, y la prisin incondicionalpara el compaero que actualmente se encuentra encarcelado en Soto del Real.

    El conjunto de detenidas que actualmente nos encontramos en la calle queremoshacer pblicas una serie de reflexiones y posicionamientos polticos:

    La acusacin genrica para las nueve esde Pertenencia a organizacin criminal con fines terroristas. En concreto nos imputan formar parte del entramado GACFAIFRI, quecomo es sabido se trata de un concepto artificialmente construido por los cuerpos policiales,un conjunto de siglas en el que intencionadamente y de forma bien calculada mezclan espa

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    cios de coordinacinentre colectivos(GAC) con la 'firma'que a nivel internacional algunos grupos utilizan parareivindicar accionesde sabotaje. (FAIFRI).La construccin deesta organizacinmarco aporta a lapolica todos los recursos represivosque proporciona eldispositivo antiterrorista: tribunalesde excepcin, mayorinseguridad jurdica,

    penas mucho ms duras para las compaeras alas que se condene por haber realizado determinadas acciones, detenciones incomunicadas,regmenes penitenciarios especiales, relacionespersonales de amistad/compaerismo conceptuadas como delictivas, amplificacin meditica, estigmatizacin social, etc. Basta decir quedurante todo el proceso de detencin desde elmomento en que vimos nuestras casas invadidas y saqueadas hasta que fuimos llevadas anteel juez no hemos sabido siquiera de que se nosacusaba.

    Con la invencin de las siglas GACFAIFRI las fuerzas policiales han diseado una redcon la que potencialmente pueden pescar todolo que se mueva dentro del mbito anarquista yantiautoritario. En el contexto de esta nuevaorganizacinmarco, asistir a jornadas de debate, participar en asambleas, visitar a compaeras presas o simplemente tener contactopersonal con una persona considerada miembro de la organizacin son indicios suficientescomo para ser incluida en su lista negra. Es este carcter difuso y extensivo el que da verdadera fuerza a la estrategia antiterrorista: trascada oleada represiva, aquellas que se solidaricen con las detenidas sern tambin susceptibles de ser consideradas parte de laorganizacin y por lo tanto detenidas, y as sucesivamente. El concepto de la organizacin terrorista est pensado para ser ampliadoindefinidamente, tal vez con la perspectiva deque llegue un momento en el que el entorno

    considerado como peligroso quede finalmenteaislado y asfixiado por la dinmica represiva, oque la incapacidad de este entorno para seguiractuando polticamente est tan mermada queno valga la pena seguir golpendolo. El hechode que esta nueva operacin contradiga laspropias declaraciones de los Mossos (que afirmaban que la seccin barcelonesa de GACFAIFRI ya estaba desarticulada) no nos sorprende,ya que la organizacin terrorista es construida,modificada y ampliada por la propia accin policial, y no al revs. La lucha contra el terrorismo crea al terrorismo, de la misma maneraque la ley crea el delito.

    El intento de fijar la existencia de unaorganizacin anarquista terrorista supone porlo tanto un salto cualitativo en la estrategia represiva contra las luchas, un salto que no debera pasar desapercibido por nadie y que exigeuna profunda reflexin en el seno de los movimientos.

    Sealamos a la Conselleria dInterior dela Generalitat y especficamente a la ComissariaGeneral d'Informaci del CME como responsables directos de esta ltima agresin represiva.Los intentos de tirar balones fuera alegandoque los Mossos se limitan a seguir rdenes deMadrid son solo una tentativa cobarde y mezquina de eludir su responsabilidad y encubrirsu implicacin en los hechos, habiendo impulsado y diseado hasta el ltimo detalle la operacin aprobada por la Audiencia Nacional.

    En este sentido, ver como la Generalitatde Catalunya entrega a jvenes catalanas a lostribunales, crceles y cuerpos represivos continuadores del franquismo espaol, nos ofreceuna imagen muy clara de cules son las basesreales del llamado proceso soberanista, evidenciando lo perverso de la retrica libertadoraque lo rodea. Lo cierto es que hace tiempo queel Govern ha identificado al mbito anarquistay antiautoritario cataln como un enemigo abatir, y el proceso Pandora no tiene otro objetivo que acercarse a esta meta. Se golpea alanarquismo no por sus ideas en lo abstracto, sino por lo que ha sido, es y puede ser en laprctica: una minora de revolucionarias queno duda en desafiar al sistema y sus fundamentos opresivos y corruptos, que anima a quienesles rodean a rebelarse, y que se resiste a dejarseseducir por los canales de integracin polticaque ofrece la democracia liberal capitalista.

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    Durante el ltimo de ciclo de luchas, alimentado por la crisis de financiarizacin globaly las polticas de austeridad que han cargadotodo el peso del ajuste sobre las espaldas de lasexplotadas, se ha abierto en Catalunya un terreno de contestacin en el que el papel de losrevolucionarias ha resultado especialmente molesto para el proyecto neoliberal de la Generalitat. Con todos nuestros lmites, errores ycontradicciones, durante estos ltimos aos hemos peleado para frenar los ataques dirigidoscontra las condiciones de vida (en materia detrabajo, vivienda, sanidad, etc.) de todas; hemos difundido un anlisis estructural de la crisis, que demuestra que el problema no es uno uotro aspecto del sistema, sino el sistema en s;hemos creado espacios y redes para la resolucin de nuestros problemas y necesidades mediante la solidaridad y el apoyo mutuo,estructuras autnomas respecto de las instituciones y sus dinmicas paternalistas y caritativas; hemos, junto a otros miles de personas,fortalecido las huelgas que han encendido laciudad en defensa de nuestros intereses comotrabajadoras; hemos levantado barricadas frente a la destruccin de los centros sociales barriales; hemos salido a la calle para repudiar elfeminicidio, para visibilizar la explotacin delas mujeres en el mbito de la reproduccin yel trabajo de curas, para desobedecer las leyesantiaborto que pretenden controlar nuestroscuerpos y nuestras vidas; hemos denunciado yroto el silencio en torno a la violencia y los asesinatos policiales, en torno a la persecucin racista, la maquinaria de deportacin, los CIE, lascrceles y, por supuesto, no hemos dejado desealar y atacar a los responsables ltimos denuestra miseria, los Estados, la patronal y laslites financieras locales e internacionales.

    Todo esto es lo que somos, todo esto eslo que pretenden destruir. El objetivo polticode estas oleadas represivas no es otro que el dedifundir el miedo y el desnimo para obtenerunos movimientos sociales domesticados, reacios a desobedecer y romper con las reglas deljuego que el Poder impone para autoperpetuarse. De ah la represin contra anarquistas,comunistas, independentistas, huelguistas del29m, encausadas de Can Vies, encausadas porla accin de Aturem el Parlament... El sistemano pretende sentenciar nuestra culpabilidad, sino demostrar su inocencia: quiere absolverse

    por la va de deslegitimar, aislar y neutralizar atodo aqul que le acuse y le plante cara.

    La respuesta solidaria a nuestras detenciones nos muestra que nuestros enemigos todava estn lejos de lograr sus objetivos.Queremos agradecer y saludar todas y cadauna de las muestras de solidaridad expresadasestos das. Las manifestaciones, las concentraciones, las acciones, los gestos de complicidad ycario, las aportaciones econmicas, elenorme apoyo recibido tiene un valor incalculable para nosotras, un valor que compensacon creces el mal trago, que lo empequeecehasta ridiculizarlo. No creemos en sus leyes, nien las garantas que est nos ofrece: nuestranica defensa, nuestra nica garanta, es larespuesta solidaria en la calle. La masiva demostracin de apoyo que nos habis brindado,y que anteriormente brindamos a nuestras hermanas detenidas en las anteriores operaciones,evidencia el fracaso de la estrategia antiterrorista en aislarnos mediante la extensin delmiedo.

    Ahora estamos en la calle, pero slo amedias. Una parte de nosotras, Quique, sigueencarcelado en la prisin de Soto del Real. Espor eso que la solidaridad no solo no debe detenerse, sino que debe multiplicarse. Hacemosun llamamiento a intensificar la lucha en la calle para su excarcelacin, a que todas y cadauna de las compaeras le escribamos al menosuna carta, y a secundar con fuerza todas lasconvocatorias que se lancen en su apoyo, ascomo estar muy atentas a cualquier peticin oinformacin que salga de los colectivos de losque forma parte: Acci Llibertria de Sants y elSindicato de Oficios Varios de la CNTAIT deBarcelona. En ningn caso vamos a dejarle slo, ni a el, ni a Mnica, ni a Francisco, ni al resto de compaeras encarceladas. Ni detenciones,ni procesos, ni crceles podrn romper nuestroslazos de solidaridad o nuestro compromisopoltico. Para nosotras, las sucias celdas dondehemos estado estos das siempre sern lugaresms dignos que los lujosos despachos desde losque gestionan la miseria de todas.

    NI