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Pesimismo de la razón* Casi resulta una paradoja, dentro de la cultura y de la filosofía occí- dental, hablar de pesimismo de la razón. Parece que entramos en contra- dicción con los orígenes de esa cultura y de esa filosofía, donde Aristóte- les, enciclopedia del saber griego, definió al hombre, a todo hombre, por la posesión del lógos, de la razón, con toda la ambigiiedad que se quiera atribuir a este término en la cultura y en la filosofía griega. Los griegos hicieron de la razón el canon o norma del saber, de la conducta y de la recline, El cristianismo, aunque sea en subordinación a la fe, asumió, en sus lineas fundamentales, esta concepción e incluso la reforzó, al hacer de la razón creada una participación de la razón divina, que, por ello mismo, se convertía en un respaldo de la razón humana creada. Cuando el siglo XVII lleve a plenitud la modernidad que alumbra el Renacimiento, se buscará una conquista y consolidación de la razón en su autonomía, tanto frente a la experiencia sensoperceptual como frente al Dios de la revelación. Parecía que entrábamos en una auténtica edad de la razón, que, con el problemático paréntesis del empirismo, va a intentar consumar la Ilustración. El siglo de las luces se atendió a sí mis- mo como la edad de la madurez y plenitud de la razón. Los filósofos pretendieron incluir todo, o casi todo, bajo la rúbrica de la razón. Se concebía a la razón como una e inmutable a lo largo de la historia. Pero esta ambiciosa razón degeneró casi inevitablemente en una razón ambi- gua: tanto abarcaba, que sus fronteras conceptuales se difuminan. Acaso por ello Kant, como cénit del pensamiento ilustrado, se sintió en la nece- sidad de llevar a cabo una tarea de fijación de contornos de la razón en * (Sonferencia inaugural del curso «Pesimismo y Nihilismo: De Schopenhauer a Heidegger». <1-12 de agosto. [988). perteneciente a los (Sursos de \‘eraoo organizados por la Universidad (Sompluicase en El Escorial. <¡5w/ls del .Scoin¡a,,c, dc MCLÚ/LVUYJ,A.’ 23/ 989/2/1-2/8. 1987,88,89. Ed. Universidad (Somplulcose. Madrid

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Pesimismode la razón*

Casi resulta unaparadoja,dentro de la cultura y de la filosofía occí-dental,hablarde pesimismode la razón.Parecequeentramosen contra-dicción con los orígenesde esacultura y de esafilosofía, dondeAristóte-les, enciclopediadel sabergriego,definió al hombre,a todo hombre,porla posesióndel lógos, de la razón, contodala ambigiiedadque se quieraatribuir a este término en la cultura y en la filosofía griega. Los griegoshicieron de la razón el canono norma del saber,de la conductay de larecline,

El cristianismo,aunquesea en subordinacióna la fe, asumió,en suslineas fundamentales,estaconcepcióne incluso la reforzó, al hacerde larazón creadaunaparticipaciónde la razóndivina, que, por ello mismo,se convertíaen un respaldode la razónhumanacreada.

Cuandoel siglo XVII lleve a plenitud la modernidadquealumbraelRenacimiento,se buscaráunaconquistay consolidaciónde la razónensu autonomía,tanto frente a la experienciasensoperceptualcomo frenteal Dios de la revelación.Parecíaqueentrábamosen una auténticaedadde la razón, que, con el problemático paréntesisdel empirismo, va aintentarconsumarla Ilustración.El siglo de las lucesse atendióa sí mis-mo como la edadde la madurezy plenitud de la razón. Los filósofospretendieronincluir todo, o casi todo, bajo la rúbrica de la razón. Seconcebíaa la razóncomo unae inmutablea lo largo de la historia.Peroestaambiciosarazóndegenerócasi inevitablementeen una razónambi-gua: tanto abarcaba,que sus fronterasconceptualesse difuminan.Acasopor ello Kant, comocénit del pensamientoilustrado,se sintió en la nece-sidad de llevar a cabo una tareade fijación de contornosde la razónen

* (Sonferenciainauguraldel curso«Pesimismoy Nihilismo: De SchopenhaueraHeidegger».<1-12 de agosto. [988). pertenecientea los (Sursosde \‘eraoo organizadospor la Universidad(Sompluicaseen El Escorial.

<¡5w/ls del .Scoin¡a,,c,dcMCLÚ/LVUYJ,A.’ 23/ 989/2/1-2/8. 1987,88,89. Ed. Universidad (Somplulcose.Madrid

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comparacióny distinciónde otras facultadesdel hombre.Y es, al menos,curiosoque sea precisamenteen Kant dondela, aparentemente,tela in-consútil de la razónsufra la primera desgarradura.Es Kant, el piadosoKant, el queen el Prólogo a la segundaedición de la KrV escribiríaestasorprendenteafirmación:«Debíhacerremitir el saberparahacerlugar ala fe». Ya la razóndeja de regirlo todo, dadoquehayun cierto espacioquedebe dejar libre a la fe o compartirlo con ella. Se ha abierto unaprimeragrieta en el aparentetotalitarismode la razón. Cuandoparecíaque la razónno podía ir a más,empezóa ir a menos.

¿Sepuedecomenzara hablar de derrota de la razón?Aceptar unarespuestaafirmativaseríaprematuro.El mejorcertificadoes Hegel. El es,quizá, con la discutible excepciónde Husserl,el último profeta del opti-mismo de la razón.No estaráde mástraera colaciónalgunostextos:

«El entendimiento determinay aprehendefirmementelas determinaciones:larazón es negativa y dialéctica, porque disuelve en nada las determinacionesdelentendimiento.Pero la razónestambiénpositiva, ya queengendralo universalycomprendelo particularahí dentro»2.

«El entendimientose considerala facultaddel conceptodeterminado,conceptoque, mediantelaabstraccióny la formadeuniversalidad,semantieneaisladamente.En la razón,por e] contrario,los conceplosdeterminadosson capladosensu totali-dad y unidad»3.

«Sereprochaala filosofíael acercarsea la historia con pensamientosy el consi-derarladeacuerdocon ellos. El único pensamientoquela filosofia lleva consigoesel simple pensamientode la razón: a saber,quela razóngobiernael mundo y que.por lo tanto, lo queocurreen la historia ocurreracionalmente,0.

«Enel prólogoa mi filosofíadel Derechoseencuentranlassiguientesproposicio-nes:

Lo que es racional,esoesefectivamentereal,y lo queesefectivamentereal, esoeslo racional»5.

Parecedifícil admitir o aspirara un optimismo mayor de la razón.Estamosfrente a una razón inmanentea la realidad,ya que,sólo siendoinmanentea ella, puedehacerlainteligible. Comoconsecuencia,la razónparticipa y hastase identificacon la movilidad dialécticade lo real, y esella mismadialéctica. Por eso, frente al finitismo del entendimiento,larazón es totalizadora,abiertaa lo infinito e incondicionado.Subráyeseque no se trata de una razónpuramentesubjetiva,puestoquela razónes~<lasimple identidadde la subjetividaddel conceptoy de su objetividady

Krll. B-XXX.2 Hegel. G.W.F,. Wisscnschafi dcr Logik (WLJ. \‘orrede. Erste Ausgabe.Ed. Lassen. Leip-

ng. 1951, 1. p. 6.3 HL.. II, p. 308.

Hegel. G,W.F.. Dxc ¡‘crnun/i ¡xi des’ Gc.schich¡e. Ed. Hoffmeister, Aushurg. 955, p. 28.~ Hegel, (3,W,F,. En:vklopddic, §

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generalidad»b.Cabedecirlo aúncon una frasemásclara: «La razónes lacertezade la concienciade ser todala realidad»’.

Si el ambienteromántico,favorablea exaltaciones,propicióestaexal-taciónoptimistade la razón,esemismoambienteva a serel clima en elquesurjanlos primerosrechazos.Ahí comenzarála crisis de la razónquellevaráal pesimismode la razón. Parecequehay quepartir de Schopen-hauer,parair desdeél a Nietzsche,sin olvidar a Kierkegaard,autorcuyainfluenciallega prácticamentehastanosotros.

Schopenhaueres elgraninversorde preferenciasentrela razóno inte-ligencia y la voluntad.Con cierta graciase considerabaen los antípodasde Anaxágoras,puesmientrasel filósofo griego poníaal noáscomo nú-cleo fundanteoriginal, él va a ponera la Voluntad. EsaVoluntad,que esbásicamenteVoluntadde vivir, «esla única expresiónverdaderadel serúltimo del mundo»5.Perohayquedejarclaroqueesta«Voluntadde vivirno es unaconsecuenciade la vida. no es,en cierto modo,unaconclusioex prae¡n¡ssís ni nadasecundario;antesal contrario, es lo primero, lapremisade todaslas premisas,y precisamentepor esoes aquellode loquela filosofía debepartir, puesla Voluntadde vivir no existecomounaconsecuenciadel mundo, sino el mundo como una consecuenciade laVoluntadde vjvjr>t.

Schopenhauerquieredejar fuerade dudasque la Voluntadde queélhablaestámuy lejos del modo de entenderla voluntad ajustadaal viejopresupuestodel nihil volitum quinpraecognitum.La Voluntadqueél pre-conízani poseeconocimientoni es dirigida por el conocimiento,sino quees una Voluntad ciega: «es la Voluntad ciega la que lo determinabajola forma de Voluntadde vivir, de alegríade vivir; es un impulsoidénticoal que hacecrecerla planta»’. Por no acumulartextos, resumamosconuno muy breve: «la Voluntadde vivir es el principio inexplicablecapazde explicarlo todo, y que lejos de ser tan sólo un nombresonorocomo“lo absoluto,lo infinito, la idea” u otros semejantes,es lo másreal queconocemos,la médulade todala realidad».El tema,referidoal hombre,se traduceen esta otra afirmación: «La Voluntad, como la cosa en si,constituyela esenciainterior, verdaderae indestructible,del hombre:ensí misma es. sin embargo,inconsciente»’2.

Estefrente de postergacióny descréditode la inteligenciao razón(lasfronterasentreambasno siempreestánclarasen todoslos autores)va allamar a filas a otros autoresde primera línea. Kierkegaardmereceun

6 lú’;:íklopddic. § 438.Hegel. G.W.F,. P/,dno;ncnó/ógic dcs Gcis/c.s. Ed. FeIi~ Meiner. Hamburg. 1972. p. 176.

8 Schopenhauer.A.. Dic He!, ah ¡fi/e wd ¡½rs¡x’Ii,,ng(MFt¡1). Suhrkan,p. Frankfurt/M,.1986. Bd. II. cap. 28.». 453.

9 Lo., ji. 466.~ L.c.. ji. 465.

Lx., p, 454,‘~ [1H11. Bd. II. ka». [9, ji. 259.

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puestode preferenciaen la lista, y no sólo por la escapadao refugio en lafe. que ya es un certificado de poca confianzaen la razón, sino por laadmisión difundida a lo largo de sus obrasde un desfondamientode larazóny de las construccionesracionales.Es el desfondamientopor virtuddel cual, perdidala confianzaen cl ser-realidaden quehabíanafincadobuenapartede las filosofías hastaentonces,la reflexión filosófica se veabocadaa la nada.

«Se hundeel dedoen la tierraparasaberen quéclasede paísse está.Yo hundoci dedoen la existencia:no hueleabsolutamentea nada.¿Dóndeestoy?¿Quéquieredecir “mundo”? ¿Quésignifica estapalabra?¿Quiénme ha entrampadoen el todoy me haceestarahoraen él? ¿Quiénsoyyo? ¿(Sómovine al mundo,porqué no fuipreguntado...,sino quefui introducido en el engranajecomosi hubierasido com-pradoporun traficantedealmas?¿Cómolleguéa serclienteen la granempresaquese llama realidad?¿Porquédeberíaser cliente?»’3.

Ahora bien, nadie como Nietzschese tiró directamentea la yugularde la razón o inteligencia quelas tradicionesfilosóficas le habíanhechollegar. Y Nietzschesabemuy bien queel descréditoal queva a someterla razónva a suponerun desfondamientode todoel mundode la culturay de la filosofía, porque,al dejar de lado la razón, deja de lado todoaquelloconlo que la razónhabíaido construyendoelmundode significa-cioneso el modo propio de ver la realidadpor la mentalidadoccidental:Dios, valores,alma, etc, etc. Por eso, permitasemequecite ese manidotexto del parágrafo125 de la Gava Ciencia:

«¿Nohabéisoído habtarde aquelhombreloco que, con unalinternaencendida,en la claridaddel mediodía,iba corriendopor la plazay gritaba:“buscoa Dios”?Y¿que precisamentearrancóunagran carcajadade los queallí eslabanreunidosycreianen Dios?¿Esque seha perdido?,decíauno... El hombreloco saltó en mediode ellos y los taladró con sus miradas.“¿Adónde se ha ido?”. excíanió,“voy adeciroslo”, Lo hemosmamado naso/ros,Vosotrosy yo. Todos somossusasesinos.pero¿cómohemoshechoesto?¿Cómohemospodido vaciare1mar?¿Quiénnoshadadounaesponjacapazdeborrarel horizonte?¿Quéhemoshechoparadesprenderesta tierra del sol? ¿Hacíadóndese ¡llueve ahora?¿Haciadóndenos movemosnosotros,apartándonosde todoslos soles?¿Nonos precipitamoscontinuamente?.¿haciaatrás,adelante,a un lado y a todaspartes?¿Existetodaviajiara nosotrosunarribay un abajo?,¿no vamoserrantescomoa travésdeunanadainfinita?, ¿nonosabsorbeel espaciovacío?>,’4.

Si se me permiteprescindir—y sé quees muchoprescindir—del temaliteral, quees la muerte de Dios, me atrevoa decirquecl temade fondo.lo verdaderamenteimportante,es lo que tal tematiene de simbólico de

‘~‘ Kierkegaard.5.. Tageb¡3cher.Apud. K. Lówith, heidegger Dcnker lxi dtírftigcr 7dm. StUtt-gart, 1884.p. 6

‘~ Niel¡sehe. E, El (lo y yePes Trad, 1.1 i ménezMoreno. Narcea.Madrid. [973. pp 94[.4 __

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la corrientefilosófica en queNietzscheestáy de la que tal vez es su máseximio representante:la pérdidadel mundode la razón,porquela razónde quehabíanvenidohablandolos filósofosse ha quedadosin sus atadu-rasy fundamentos,delos queDios no es másque un ejemplo,por ilustreque sea:el mundoy el hombreen el mundose hanquedadoa la deriva;no hay puntosfijos de referencia,nos hemosquedadosin horizonte,nosabemoshaciadóndeerramos.

La filosofía ha olvidado su viejo saberhacercartasde navegaren elconocimientode la realidad,y el hombre,objeto nuclearde la filosofía,ya no sabecuál es su sitio... La razón-guíaha dejadode ser guíaporqueno sabea dóndeguiar.

¿Qué está pasando,y seguirá pasando,para que la filosofía haga estarproclamas.sí es quecontinuamosadmitiendoque toda filosofía es unreflejo de la realidad?Sucedequeen la segundamitad del s. XIX y prime-ra mitad del XX se ha producidoun profundoprocesode desracionaliza-ción de la realidady del hombrecomo centro, al menostal como él seconsidera.de esa realidad.Tras el absolutismode la razónhegeliana,yario cabehablarde la razón,sino de unapluralidad de concepcionesde larazón:histórica,vital, crítica, formal... El siglo XIX admitió, en el postrro-manticismo,la crisis de las concepcionesclásicasde la razónen la filoso-fía paraofrecer tributo en el altarde la razóncientífica, a la queelevó ala categoríade modelo. Peroesaracionalidadcientífico-positivaentróencrisis ella misma a finales de siglo, con lo que, como veremosluego, seabrieronlas compuertasdel irracionalismo.La filosofía, mirándoseen elombligo del hombre, pusopor delantede la razóna la voluntad, la ac-ción, la actividad,sustituyendoen esosámbitosla reetoriade la razónpor la dc los instintos,los sentimientos,las pulsiones...Comotodoesoesvida. huboquehacerde la razón una razónvital; y comotodo esose vallevando a caboen la historia-biográficadel hombre,también hubo deconvertir la razónen razón histórica. Una y otra estánmuy alejadasdelos idealesquehabían inspiradola elaboraciónde la razónanalítica,larazónpura y la razónabsolutistade la dialécticahegeliana.Estasrazonesclásicassiemprehabían,al menospretendidamente.buscadolos funda-mentosde su racionalidad:intuiciones fundantes,el sujeto, Dios, unosprimerosprincipios dc carácteraxiomático,en elsentidodel axiomagrie-go.

Todo esose lo ha llevado la riadade desracionalización,que es tam-bién de desfundamentacióno, si queremosdecirlo conpalabrahistórica-mentemáscercana,de deconstrucción.Se entraen los dominiosde unarazóno razonesrefractariasa la necesidad,quepredicanatenerseal puroIhcium contingente:no hay leyesnecesarias,sólo haylo queacontece.Sila razón habíasido fuentede y ateneciaa la norma,ahora no hay másnorma que la situación, la arbitrariedad,la opinión...

Hay un ejemplocurioso de estarazónen naufragio,a la deriva, sinlastreni anda:la renunciaa hablarde la verdad.Hoy no hay lugarpara

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la preguntasobrela verdad:hay verdadesfácticas,episódicas,situaciona-les,que,en realidad,tienenpocoquever conla concepciónexcesivamen-te sacramentalque, desdelos griegos,se habíatenido de la verdad.

El desprecio,queen muchoscasoses simple ignorancia,de los grandestemas,métodosy procesosracionalesde las filosofías clásicasse ha con-vertido hoy en carnetde identidaddel aspirantea filósofo. Sin embargo,resulta casi inevitable la sospechade falsedadde tal carnet:¿sepuedesimplementeseguirpensando,razonando,filosofando,con olvido de ca-tegoríastan centralesde la razónclásicacomoidentidad,causalidad,per-manencia-cambio,por poner sólo algunosejemplos?Con toda la humil-dadque se quiera, uno se permitiría haceruna llamadaa la seriedad.

Con ser de relevanciatodoesto,en cuantoconducea unadesconfian-za de la razónen sí misma, todavíacreemosque tiene un mayorpesolarenunciaa unaactitudde miradaracionalsobrela realidad, el mundo,elhombre: vivimos la cultura y la filosofía del cómo,no del qué. La largatradición del fenomenismomodernoconducíaa esto,peroen las formasclásicasde fenomenismo,apartede admitir un másallá del fenómeno,lapregunta fundamentalera un qué, el qué son las cosaspara mí. y setratabadejustificar, biendesdela experiencia,biendesdeelsujetocognos-cente,por quéera esoy no otra cosa:la razón moderna,quees,básica-mente,una razónfenomenista,era unarazónquebuscabalos fundamen-tos de por qué las cosassólo se nos revelan como fenómenos.En lafilosofía contemporáneahemosperdidotanto la actitud de acercamientoracional a las cosascomo las técnicasy estrategiasde racionalizacióndeeseacercamiento.

Alguien podrádecirquehay, al menos,un caso,el de los formalismos,en el queactitud racional y estrategiasde racionalizaciónse alquitaran.Peroesto no pasade ser una verdada medias:los formalismosapuranactitudes,técnica y estrategiasdentro de un puro juego axiomático.Nihacentemadel pensar,ni muchomenosdel ser o realidadde las cosas,porquese partede que la razónformal o formalizadacarecede compe-tenciasen tales ámbitos,lo quesuponeun pesimismoabsolutamentees-trechantedel poderde la razón. Podríaparecerque los formalismoshanrenovadola ¡naihesis, perono es aquellamaihesisuniversalisde un Des-carteso un Leibniz. Es unamaihesisempobrecedora,escolástica,deserti-zante,que,por no enfrentarsecon los eternosproblemasde la filosofía,acudeal fácil recursode declararlospseudoproblemas.A este respecto,hacemosnuestraslas afirmacionesde Kolakowski:

«Los jóvenesquese encuentranpor primera vezcon el empirismológico resul-tan tan fuertementeimpresionadospor él comosi Dios se íeshubierareveladoenla zarzaardiente:conayudade unaspocasy sencillasfórmulasdominan ya de unmodo absolutoel pensamiento,disponende un método definitivo, quees,de unavezparatodoel porvenir,un instrumentofidedignoe infalible,el único quedestrui-ni las fantasíasde los metafísicos,aplastaráa la hidra de la filosofía tradicional y

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abriráde golpela puertaa ta evidenciaimperecederadel espíritu.No son capacesni siquieraporun instante,de situarseenotro puntode vista, ni dedetectarcienossupuestosquehande aceptartácitamenteen la propiadoctrina»’5.

La filosofía actuales,al menosenbuenamedida,unaacumulacióndefilosofías diversas,a vecestan distintasy tan distantesque,de entrada,quedaimposibilitadotodo diálogoentreellas.Si no hayun cierto sentidounitario de la filosofía, ello conlíevala rupturade un mínimo conceptounitario de la razón, adquiriendoesta palabra una polisemiatal, queinevitablementedegeneraen ambigiledad,en unaanarquíade la razón,o, lo que es lo mismo,de los teorizantesy administradoresde la razón.Frentea la exageraciónde unarazónposeedorade verdadeseternas,denormasindefectibles,contal de adoptarcautelasmetodológicaspertinen-tes, estamosen la desconfianzade la razón, en una rebelión anárquicacontracualquierimposiciónde normas.Hemosinsistidotantoenel adje-tivo humana parala razón,qffe éstase disuelveen el torrentede la vida,reducida,como mucho,a explicar los dinamismosque se considerande-terminantesde la actividadhumana:tendencias,instintos,impulsos,sen-timientos...

El mejor testimoniodel pesimismosobresí mismaen queha entradola razóny suguardiana,que es la filosofía, es la irrupción de los [rrac[o-nalismosen la filosofíacontemporanea.

Nada máslógico que,cuandola razónentraen desconfianzapesimis-ta de sí misma,abrir brechasal irracionalismoe inclusodejarleel campolibre. Frente a los irracionalismos,nadamássorprendenteparael estu-diosode la filosofía contemporáneaquecompararlo queha sucedidoenlos largossiglosde filosofía occidentalconlo queestáaconteciendoen elúltimo siglo: ¿por qué hemospasadode considerarel irracionalismocomo huéspedde lazaretoa concederlecartade ciudadaníaen la mayorparte de las filosofíascontemporáneas?La progresivaaceptaciónde losírracionalismosha corrido pareja,de hecho, con una centraciónde lafilosofía en el hombrey en sus manifestacionesy actividadescomoobjetocasi exclusivo.Y se ha tendido a consideraral hombredesdeuna dimen-sión máscomplejay comprensivaquedesdela racionalidad.Sin sentidopeyorativo,se ha ido a recuperardimensionesde la animalidad.Si en elhombre«lógico», encontrabandifícil encuadrelo vital, lo instintivo, lopulsional, etc., llevamosbastantesafios conlas tornasvueltas,y sonesasdimensionesno «lógicas» las que se constituyenen premisasde toda lainterpretaciónde lo humano.Estasdimensionesse ven comola manifes-tación de la complejidadvital, y la vida se presentacomo unasucesiónde urgencias,cuyasumisióna la razónresultaríaretardante,si es queno,en muchoscasos,paralizante.Si las sendasde la razón son difíciles de

Kolakowski, L., Trakxax UberdieSxerbhichkeftder Vernunjt Piper, Mdnehen.1967,».245.

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fijar y de recorrer,cabelanzarsea campotravés,por trochasy senderosinstintivos, impulsivos..., que no cuentancon la seguridadde la razón.pero guardanlas sorpresasde lo imprevisibley desconocido.Ya Ortegadecíaen Historia comosistema,refiriéndoseal fracasode la razónclásicaen la explicaciónde lo humano:

«Peroel casoesquesí llevamostrescientosaños,y quetodoslos estudiosnatura-listas sobreel cuerpoy el alma del hombreno hanservidoparaaclararnosnadadelo quesentimoscomo másestrictamentehumano,esoquellamamoscada cualsuvida y cuyo entrecruzamientororma las sociedadesque, perviviendo, integraneldestinohumano.El prodigio quela ciencianatural representacomoconocimientonatural ante lo propiamentehumano. Lo humanose escapaa la razón físico-matemáticacomoel aguapor unacanastilla..»’6.

En la filosofía clásicano se negabanesasdimensionesno-racionalesdel hombre,perohabíaqueentenderlasdesdela razónparasometerlasala razón.Si el hombreera razón,debíadefinirsey guiarsepor la razón.Hoy al hombrelo miramoscomo pasión,instinto, actividad, impulsos...,en una palabra,vida, y la razónno es másqueunapartede la vida, sinque resultenadaclaro quedebaconsiderarsecomo la partemásimpor-tante.Es decir, el hombre,másquerazón,es un amasijode irracionalida-des. Son esasirracionalidadesa las que, desde perspectivasdispersas.vamosa asistirduranteestecurso:voluntadad¡’erxusrazón,vida impulsi-va, existenciafinita e injustificadapor vernosgratuitamentearrojadoseneste mundo,abocamientoa una nadafundanteen la que resultadifícilfundar algo, agnosticismo,cuandono negaciónde la trascendencia,paraquedarnoscerradosen la facticidad de la inmanenciasubjetivay munda-na, etc, etc.

La filosofía contemporánea,en su afánde colonizarnuevasparcelasde realidad parael lógos. ha ido inventandonuevasrazones—histórica,vital, crítica...—,pero, con logrosdiscutiblesen cadaunade las parcelasque pretendiócolonizar,ha hechoañicostodasy cada unade las viejasconcepcionesde la razón. A los quenos dedicamosa la filosofía se nosllena la bocade apelacionesa la razón.Pero¿quéqueremosdecircuandoapelamosala razón?Quedala preguntaen el airecomounade las instan-ciasa las quedebenresponderla filosofía, si estapalabraha deconservaralgo del semantemaquele granjeólos respetosde las másdiversascultu-ras durantemásde veinticinco siglos.

Sergio RÁBADE ROMEO

Ortega y Gasset.J.. fisiono comoshicma. En «Obrascompletas».Re~. de Occidente.vol. VI. p. 24.