obras completas fray josé antonio de san alberto

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CARTA PASTORAL Que dirigió A LOS PÁRROCOS, SACERDOTES Y DEMÁS FIELES DE SU DIÓCESIS El Ilustrísimo y Reverendísimo Señor D. Fr. JOSÉ ANTONIO DE SAN ALBERTO Del consejo de S. M. Y Obispo de Córdoba del Tucumán,

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CARTA PASTORAL

Que dirigió

A LOS PÁRROCOS, SACERDOTES Y

DEMÁS

FIELES DE SU DIÓCESIS

El Ilustrísimo y Reverendísimo Señor

D. Fr. JOSÉ ANTONIO DE SAN ALBERTO

Del consejo de S. M.

Y Obispo de Córdoba del Tucumán,

EN EL AÑO DE 1778

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Gratia vobis pax ... textis est mihi Deus... quod sine

intermisione memorian vestri facio semper in oraticnibus

meis: obsecrans, si quomodo tandén aliquando

prosperum iter habeam in voluntate Dei veniendi ad vos.

Desídero enim vidére vos, at aliquid impertiar vobis

gratiae spiritualis at confirmandos vos. D. Paul

Epist. Ad. Roman. Cap. 1 vers. 7.9.10 & 11.

Sean con vosotros la gracia y la paz. Dios es

testigo de que continuamente me acuerdo de vosotros

en mis sacrificios y oraciones: rogándole me

proporcione un viaje feliz para llegar a veros; pues que

lo deseo para vuestro bien espiritual y para confirmaros

en la fe. San Pablo en su Carta a los Romanos, cap. 1

vers. 7.9.10 & 11.

»»»»»»»»»»»»»»»»»»»»»»»»»

sí escribía San Pablo a sus amados fieles de

Roma, en ocasión, que ausente de ellos, pero bien

informado de su fe, vida y costumbres, estaba

preparando su viaje, con vivos deseos de llegar a su

presencia, a fin de consolarlos, instruirlos y confirmarlos

en las Santas Máximas del Evangelio, que acaban de

abrazar y que seguían con ejemplo y admiración de todo

A

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el mundo.1 Y esto mismo en semejante lance, con las

mismas palabras, ya que no sea con igual espíritu, os

escribo yo, amados fieles míos, en esta breve Pastoral,

precursora de mi pronta llegada a ése Obispado y la

primera señal del amor que yo os tengo y del deseo del

bien espiritual de vuestras almas

2-Sí amados fieles míos: ante todas las cosas os

deseo la gracia que el Apóstol deseaba para sus

queridos fieles de Roma: Gratia vobis: aquella gracia,

que uniéndonos con Dios, nos hace hijos adoptivos

suyos y herederos de su Reino: aquella gracia superior

a todos los bienes y riquezas de la tierra, en cuya

comparación, todo el oro de las Indias es una menuda

arena, y la plata más acendrada no es más que un

despreciable barro. Porque, a la verdad, sin esta gracia,

¿De qué os servirían las demás gracias? Sin esta

herencia, que os valdrían todas las demás herencias?

Sin este bien, ¿qué os aprovecharían todos los bienes,

honras, riquezas y felicidades del mundo? Y, para

decirlo de una vez, todo el mundo apetecido, poseído y

gozado a medida y colmo de vuestros deseos, ¿Qué

aprovecharía, si vuestras almas privadas

voluntariamente de esta gracia, llegando sin esta estola

1 Ad. Rom. Cap. 1. vers. 8. Div. Chys. Super hunc locum.

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blanca, y vestido nupcial al juicio de Dios, se viesen

justamente destinadas por una eternidad a las penas del

infierno?.

3- Esta es, pues, la gracia que yo os deseo,

amados fieles míos, e igualmente la paz que San Pablo

deseaba a sus Romanos: Gratia Vobis pax: aquella paz,

que siendo obra de la Justicia, sólo se halla en el

corazón de los verdaderos amadores de Dios, y

perfectos observadores de su Santa Ley: aquella paz,

que uniéndonos con lazos fuertes de caridad a nuestros

prójimos, nos hace amarlos como a nosotros mismos,

compadecernos de sus males, alegrarnos de sus

bienes, y mirarlos en todo como a hermanos, e hijos de

un mismo Padre y como partes y miembros de un

mismo cuerpo: finalmente aquella paz y unión, que

siendo la señal y divisa de los primeros Cristianos, fue la

admiración hasta de los gentiles que los perseguían y

martirizaban, cuando viéndolos a todos como si fueran

un alma y un corazón, se decían unos a otros: videte

quomodo se diligant.

4- Pues estos dos bienes, la gracia y la paz de

Jesucristo, son los que yo os deseo, amados fieles

míos: Gratia vobis pax. ¡Ah!, ¡Que consuelo sería para

mí si llegando a ésa, mi Diócesis, y empezando a visitar

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sus Iglesias y Pueblos, a conocer, instruir y apacentar

mis ovejas, las hallase yo a todas marcadas con esta

señal y divisa de los hijos de Dios, y unidas entre sí

entrañablemente con lazos de caridad y paz cristiana!

En tal caso cada Iglesia, cada comunidad, cada Pueblo

y cada Ciudad sería, con gran consuelo mío, a los ojos

de Dios, una Iglesia de primitivos fieles, una

congregación de ángeles en carne humana, un Pueblo

de adquisición para el salvador de las almas, y una

Ciudad Santa de Jerusalén bajada del cielo a la Tierra.2

¡Como pudiera yo a la entrada en mi Obispado decir al

Eterno Padre lo que el Divino Pastor de las almas le dijo

a la salida de este mundo: Vuestros eran, Dios mío,

estos fieles, cuando me los entregasteis y pusisteis a mi

cargo: Vuestros eran por gracia y caridad; pues para

gloria y honra vuestra yo puedo asegurar que en el día

son tan vuestros como lo fueron al principio. Santos y

Justos me los disteis, santos y justos os los vuelvo: en

vuestra gracia estaban entonces, en gracia están ahora.

Dios mío guardádmelos por vuestro nombre en gracia y

caridad, y haced que sean tan unos entre sí, como vos

lo sois con vuestro Santísimo Hijo y Salvador nuestro:

2 Ad Hebr. Cap 12. V.23. Epist. D. Petr. Cap. 2. V. 9.Apoc. cap. 21. V. 2.

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Tui erant, mihi eos dedisti...serva eos in nomine meo, ut

sint unun sicut nos 3.

5- ¡Qué consuelo, vuelvo a decir, amados fieles

míos, seria este para mí y que dicha para vosotros!.

Esta es la que ardientemente os deseo; y Dios es testigo

que a éste fin hago continuamente memoria de vosotros

en mis oraciones y sacrificios. Hacedla también vosotros

por mí, para que un próspero viaje me proporcione el

consuelo de llegar cuanto antes a vuestra presencia y la

ocasión de sacrificarme por el bien de vuestras almas.

6- Yo os confieso sinceramente con el Apóstol,

que deseo ya veros: Desídero enim vidére vos: y

vosotros lo creeréis sin dudar en ello, si alguna vez

habéis experimentado las delicadas impresiones y vivos

movimientos de un amor espiritual; amor ciertamente

más puro y por lo mismo más eficaz, más activo y más

inquieto, que todo otro amor natural y sensible. Dios, por

unos medios y caminos tan rodeados, que solo es capaz

de penetrarlo su sabia, justa y adorable providencia, me

ha destinado para Esposo de esa Santa Iglesia, para

Padre, Pastor y Prelado vuestro. Pues, ¿qué Prelado no

desea ver y tratar a sus súbditos, y más si ellos son

3 Joan. Cap. 17. Vers. 6 & 11.

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dóciles, rendidos y prontos a ejecutar cuanto se les

manda?, ¿Qué Pastor no desea ver, conocer y

apacentar sus ovejas, y más si ellas llenas de bondad y

mansedumbre, están dispuestas a seguir sus pasos y

oír su Doctrina?, ¿Qué Padre no desea ver y abrazar a

sus hijos y más si espera de ellos toda aquella atención,

respeto, amor y obediencia que inspira una buena

educación; que dicta la misma naturaleza y que Dios

tiene mandada por sus santas leyes?, ¿Qué esposo no

desea ver y unirse con su esposa fiel, santa, pura,

hermosa, noble y adornada de cuantas bellas calidades

pueden hacer feliz e indisoluble un desposorio

espiritual?

7- Yo me tuviera, señores, por el Obispo más

infeliz, si desde el punto que acepte esta dignidad tan

superior a mi mérito y fuerzas, no hubiera sentido estos

tiernos movimientos de amor hacia mi Iglesia, hacia mis

hijos, hacia mis ovejas y hacia mis súbditos. Yo contara

por una de las señales mas ciertas de mi reprobación, si

hoy no sintiera en mi corazón estos vivos deseos de

llegar a vuestra presencia con el fin de consolaros en

vuestros trabajos, de socorreros en vuestras

necesidades, de instruiros en vuestras obligaciones y de

confirmaros en la fe, en la piedad y en la pureza de las

Page 9: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

costumbres. En una palabra, yo no me tendría por

verdadero Pastor, si no por un vil y miserable

mercenario, si no me sintiese determinado a exponer mi

vida y mi salud por defender y salvar las almas que el

Señor ha puesto a mi cargo: Bonus Pastor animan suan

dat pro ovibus suis. 4

8- Ya con esto, amados fieles míos, no

extrañareis, ni acusareis de intempestiva esta Carta

Pastoral de prevención, e instrucción: antes yo espero

que la mirareis como una corta señal del grande amor

que os tengo, y como una prueba anticipada del cuidado

con que solicitaré o instaré siempre, como decía el

Apóstol, por el bien espiritual de vuestras almas: Insta

opportune importune5. Recibid pues, las siguientes

instrucciones y aprovechaos de ellas, mientras llego a

esa, mi Diócesis: Negotiamini dum venio6.

INSTRUCCIÓN A LOS PÁRROCOS

4 Joan cap. 10. V. II5 2. Ad. Timoth. Cap.4. v. 26 Luc. Cap. 19. V. 13

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9- Son los Párrocos los principales coadjutores

de los Obispos en el Ministerio Pastoral. Esta fue su

primera institución representada como en sombra por la

Ley Antigua, en los setenta Ancianos, que eligió Moisés

para que le ayudasen a gobernar su Pueblo; y al vivo

por la Ley de Gracia representada en los setenta y dos

Discípulos, que eligió el Salvador, para que ayudasen a

los Apóstoles en las grandes obras de la conversión del

mundo. Así lo afirma Santo Tomas.7 De modo, que así

como los Papas son legítimos sucesores de San Pedro,

y los Obispos lo son de los Apóstoles, así también los

Párrocos lo son de los setenta y dos Discípulos del

Salvador, como dice el V. Beda: Status curatorum

succedit statui septuaginta duorum Discipulorum Christi 8Tan excelente y antigua es, señores, la institución de

vuestro empleo.

10- Jesucristo, Pontífice Máximo y Pastor de las

almas se sirvió para la conversión del mundo y

propagación del Evangelio, de los Apóstoles y

Discípulos, siendo éstos Coadjutores de aquellos,

semejantes en el cargo y ministerio Apostólico, aunque

7 Div. Thom. 3.p quaest. 77 art. 2.8 Beda sup. Cap. 10 Joan.

Page 11: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

inferiores en el orden y en la dignidad: Inferiores hi erant

Apostolis.9

11- Después que Jesucristo, nuestro bien se

subió a los Cielos, los Apóstoles para continuar la

grande obra de extender el Evangelio en todo el mundo,

gobernar en las Iglesias y confirmar en la fe a los

nuevos fieles, se sirvieron de los Obispos y de los

Párrocos, que entonces se conocían con el nombre de

Presbíteros, siendo éstos como unos Vicarios y

Auxiliares de aquellos, semejantes en el cargo y cuidado

de las almas, si bien muy inferiores en el carácter y

potestad de orden, como lo dice el Santo Concilio de

Trento: Si quis dixerit Episcopos non ese Presbyteris

superiores... anathema sit.10

12- Murieron los Apóstoles; y sus Discípulos y

Obispos sucesores continuaron en la propagación de la

religión cristiana, y gobierno de las Iglesias en la misma

forma que habían observado. En las ciudades populosas

ponían Obispo, si hallaban sujeto capaz de serlo; más

como él por si solo no podía concurrir a todas partes, se

valía de los Presbíteros o Párrocos para la

administración de los Sacramentos, y enseñanza de los

9 Adnot. J.H. Du-Hamel sup. Cap. Joan.10 Sess. 23 can. 6 & 7.

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fieles.11 Si no hallaban sujeto proporcionado para

Obispo, dejaban encargada la ciudad a uno o más

Presbíteros, para que la gobernaran en todo lo espiritual

hasta nombrar Prelado, que fijase su silla o jurisdicción

en ella.

13- La historia Eclesiástica nos presenta muchos

ejemplares de éstos. A mitad de siglo III, se hallaba la

Iglesia de Astorga gobernada por el Párroco Félix, y la

de Mérida, por el Diácono Lelio, que hacían en ella, las

veces de Obispo, como consta en la Carta 68 de S.

Cipriano.12

14- En el mismo siglo gobernaron la Iglesia de

Alejandría, los Párrocos Máximo, Dióscoro, Demetrio y

Lucio, mientras que S. Dionisio, dignísimo Prelado de

ella, vivía desterrado en los desiertos de Libia.13 S.

Hilario Obispo Pictaviense, que floreció en el siglo IV, se

gloriaba en el libro que dedicó al Emperador

Constantino, de que sin embargo de hallarse desterrado

de su Iglesia administraba a sus fieles la comunión por

medio de sus Presbíteros o Párrocos14. Esta misma

práctica vemos en siglos muy posteriores; y sin salir de

11 Sozom. Lib., 7 cap. 9.12 D. Cyprian epist. 68.13 Div. Dionys. M. Espist. Ad. Domitian & Didim.14 Div. Hilar. Lib. Ad Constantin. Imper.

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nuestra España se dice que la Santa Iglesia de Toledo

estuvo gobernada por el Cura de Santa Justa ciento

cincuenta años, los mismos que estuvo vacante y sin

Prelado desde la muerte del Arzobispo Juan15, cuando

ya la división de territorios y parroquias, empezada en

tiempo de San Dionisio Papa, como escribe Barbosa16,

llego a formalizarse del todo, entonces a cada Diócesis

se le señaló su Obispo, y a cada Parroquia su Cura,

para que, teniendo el Obispo tantos Coadjutores como

Párrocos, donde no pudiese residir y obrar por si,

residiese y obrase por medio de ellos, como por unas

causas particulares y como por unos Ministros próximos

de los Sacramentos, que así lo llama el Papa Benedicto

XIV,17 citando a Santo Tomas.

15- De aquí ha nacido, señores, la grande y justa

estimación que la Iglesia ha hecho siempre de los

Párrocos, y el respeto y veneración con que en todos los

siglos los han mirado los fieles. En la primitiva Iglesia

fueron condecorados con el nombre de Obispos, así

como éstos usaban indiferentemente el nombre de

Presbíteros hasta que después, para atajar

equivocaciones y contiendas, que empezando en el

15 Dissert. Histor. Theolog. Sobre la antigüedad de los párrocos.16 Barbosa, lib. De Offic.y Potest. Parot. P.1 fol. 417 Bened. XIV de Synod Dicec. Lib. 13 cap. 19. n 6.

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nombre, paraban en la substancia y en la jurisdicción, se

hizo privativo de los Sacerdotes del primer orden el

nombre de Obispo; así como el de Papa, que

antiguamente de dada también a los Obispos, desde el

siglo IV, se hizo privativo de los Sumo Pontífices18.

16- El senado antiguo de la Iglesia, así en Roma,

como en otras partes, especialmente en Africa, se

componía de los Obispos, Párrocos y Diáconos19. Los

Cor-Epíscopos, o como dice Ferrando, Díacono, los

Vicarios de los Obispos, que en los primeros siglos

gozaron de tantas preeminencias, y cuyo nombre y

jurisdicción se suprimió casi a mitad del siglo X, no eran

más que unos Párrocos autorizados20. Ellos asistían a

los Concilios, no sólo como personas particulares, sino

también muchas veces, como Legados de los Papas.

Así leemos en el Concilio General Niceno, celebrado en

el siglo IV, asistieron como Legados del Papa S.

Silvestre los dos celebres Párrocos Vito y Vicencio21. Al

Concilio General Efecino celebrado en el siglo V, asistió

18 D. Isid. Lib. 2 de Offic. Cap 7.19 Dissert. Sup. Citat.20 Bened. XIV de Syn. Dicce. Lib 3 cap. 3 n. 6.21 Graves. Hist. Ecce. Secu. 4 tom. 1 fol. 92. 22 Idem ibid. Saecul 5 tom. 2 fol. 30.23 Idem ibid. Saecul 7 tom. 3 fol. 42.24 Cconcil. Ttrident. Sess. 24 cap. 2 de reformat

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el Párroco Felipe como Legado del Papa Celestino,

juntamente con Arcadio Obispo22. Teodoro y Jorge

asistieron como Legados del Papa Agaton al Concilio

General Constantinopolitano III, que se celebró en el

siglo VII23. Al concilio Iliberitano asistieron veinticuatro

Párrocos, como también muchos de ellos a los Concilios

Antiquenos y Toletanos y hoy asisten y deben asistir a

los Concilios Sinodales, como lo previene el Concilio de

Trento24.

17- He dicho señores, todo esto solo a fin de

ponernos presente y haceros ver lo alto y sublime de

vuestro empleo, junto con las gravísimas obligaciones

en que os halláis constituidos desde el punto que

entrasteis en él. Vosotros, señores, sois mis

Compañeros, Vicarios y Coadjutores en el Ministerio

Pastoral y cargo de las almas. A mí y a vosotros están

encargadas por el Señor todas las de esta Diócesis y las

que componen vuestra Parroquia. ¡Ay de mí!, ¡y ay de

vosotros, si por mi culpa, o la vuestra, se pierde alguna

de tantas!. En nuestras almas vengará el Señor

eternamente la perdición de un alma perdida por nuestro

descuido.

2

2

2

Page 16: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

18- Vosotros, señores, sois los Curas de

vuestros Parroquianos: a vosotros pues, toca el

cuidarlos con esmero y aún ser el cuidado mismo, aquel

tierno y amoroso cuidado con que un padre se afana y

se desvive por ver a sus hijos crecidos, medrados,

establecidos y dichosos. A vosotros toca ser padres, no

señores: mirarlos como hijos, no como esclavos:

tratarlos con amor, no con aspereza: ser amados de

ellos antes que aborrecidos; porque, como decía el V.

Sr. D. Juan de Palafox: ”Cura aborrecido para nada es

bueno en la administración, aparta, divide, inquieta,

desasosiega, alborota, arroja de sí al ganado, hace

aborrecible al Ministerio, cierra con desagrado y rigor las

puertas de la Parroquia, ahuyenta las almas del uso de

los Santos Sacramentos, quita el principio de todo lo

bueno y Santo, que es la devoción y afecto pío a lo

bueno.”25

19- Vosotros, señores, sois los rectores de

vuestro Pueblo: a vosotros, pues, toca regirlo con

prudencia, dirigirlo con suavidad y gobernarlo con

paciencia: sufriendo como Moisés del suyo, las quejas,

los resentimientos, las murmuraciones, y las

ingratitudes, disimulando, perdonando y orando, para

25 V. Palaf. Tom 3. Cart. Past. 9 punto 2 n. 6 fol. 7

Page 17: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

que sin desmayar en la jornada, lleguen a gozar de las

dulzuras de la tierra de promisión.

20- Vosotros, señores, sois, los Atalayas o

centinelas de la ciudad: a vosotros, pues, toca velar de

día, de noche y a todas horas, sin perdonar trabajo, ni

incomodidad alguna: siempre con la voz del Evangelio

en la boca para el aviso y con las armas de la oración y

de la cruz en la mano para la defensa contra el común

enemigo de las almas; porque si por descuido vuestro,

se apoderase de alguna de ellas, Dios os imputará la

muerte, y os castigará con rigor: Sanguimem ejus

requiram de manu speculatoris26.

21- Vosotros, señores, sois pastores de vuestras

ovejas: a vosotros, pues, toca (dice Santo Tomas)

defenderlas, alimentarlas si se enflaquecen y

defenderlas si las combaten. A vosotros toca

defenderlas en el peligro, alimentarlas en la necesidad y

buscarlas y recogerlas en la perdición. Detengámonos

por un momento sobre las palabras de este Santo

Doctor: Tria sunt officia boni Pastoris: I est oves

deféndere: 2 in bonis pascuis páscere: 3 est errantes

requirere27 .

26Ezeq. Cap33,627D. Tom. Serm. Dom. 1 post Pash y sup 1 d. Timot. y Tit.2

Page 18: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

22- Sí señores, a vosotros toca defenderlas con

destreza y valor de las sugestiones de la carne, de los

halagos del mundo y de las tentaciones del demonio,

que a todas horas como un león rugiente las esta

rodeando, buscando medios y caminos para hacer presa

en ellas: Tanquan leo rugiens circuit, quarens quen

devoret28. Y, ¿cómo las defenderá el Pastor, que con

frívolos pretextos las abandona, las deja y que la mitad

del año o mucha parte de él, no reside en su Parroquia?

Ausente el Pastor, ¿cómo andarán las ovejas, sino

descarriadas, perdidas y expuestas al precipicio, o a dar

en los dientes del Lobo? Y en este caso, ¿Podría

justificarse el Pastor con que no vio, o no supo del

estrago de su ganado? No, ciertamente, según aquella

tan celebre, como temible sentencia de S. Gregorio el

Grande: Non est justa excusatio, si lupus comedit ovem,

Pastor nesciat.29 Ausente de su casa el Padre de familia,

¿Qué puede esperar sino que venga de repente el

ladrón que la asalte, la pierda y le robe lo más

precioso?.30 Ausente de su campo el labrador, ¿qué ha

de suceder, sino venir el hombre enemigo, sembrar la

cizaña de la mala doctrina, y sofocar con ella el grano

28D. Pedro Epistola 1 cap. 5-8. 29 Ex Regul jur. Can X apud Vallens pag. 17 desumpta es D.30 Matth. 24, 43.

Page 19: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

escogido, que estaba prometiendo una abundante mies?

Venit inimicus ejus, superseminavit cizania.31

23- Ved señores, porque los santos Concilios,

especialmente el de Trento, y los Sumos Pontífices, han

mandado tantas veces y con tanto rigor la residencia de

los Párrocos, declarando a los omisos y defectuosos

reos de pecado mortal, obligándolos a la restitución de

los frutos, y declarando que ni la vejez, ni la intemperie

del país, ni el corto número de feligreses, ni el dejar

sustituto o teniente idóneo, son causas suficientes para

eximirse de esta gravísima obligación, que lo es de

derecho divino32. Hacer esto, señores, será defender

vuestras ovejas: Primum est oves deféndere.

24- A vosotros, señores, toca sustentar vuestras

ovejas, no solo sus cuerpos, con el pan y alimento

material, cuando lo necesitan; si no mas principalmente

sus almas con el alimento espiritual, que es la palabra

de Dios. Pero, ¿Cómo las alimentará el Párroco que ni

estudia, ni instruye, ni enseña, ni exhorta, ni predica, ni

sus feligreses lo ven en el púlpito, sino muy rara vez, o

por ceremonias? Si los párvulos, si los niños de su

Parroquia piden el pan de la Doctrina Cristiana, y el

31 Matth. 13, 25.32 Trid sess. 23 de Reform., Cap. 1 alexand. III Inoc. III cap. Quia non multi, de Clericis non residentibus; & cap. Licet, can de Elect.

Page 20: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

Cura ocioso, o divertido, o descuidado no se las reparte,

no los doctrina, no les enseña las oraciones o

rudimentos de nuestra Santa fe, no les impone en las

obligaciones esenciales que contrajeron en el Bautismo,

ellos vivirán y morirán en esta lastimosa ignorancia y el

Párroco será el autor de su ignorancia y de su muerte 33.

25- Si las murallas de Jericó, si los pecadores

rebeldes y obstinados en el vicio, no oyen los ecos de la

trompeta: si los Párrocos no les ponen delante la fealdad

del pecado, las fuerzas de la mala costumbre, las

amenazas y castigos de Dios contra los prevaricadores

de su Ley, ellos perseveraran firmes en sus vicios, sus

maldades llegaran al colmo, llenarán la medida,

atesorarán la ira del Señor, morirán en su pecado, y el

Párroco será la causa de su impenitencia y

condenación.34

26- Si las almas justas, dóciles, y dispuestas a

todo lo bueno, jamás oyen de boca de su Párroco los

frutos y efectos admirables de los Sacramentos, las

dulzuras y premios eternos de la virtud, los medios de

practicarla y las disposiciones necesarias para su

adelantamiento; ellas serán unas almas estériles e

33 Thren. 4, 4.34 Josue cap. 6.

Page 21: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

infructuosas, que, o volverán atrás, o no adelantaran en

el camino de la perfección Cristiana, y el Párroco será

responsable de todos sus desmedros.

27- Ved, señores, por que el Concilio de Trento

manda a los Párrocos que enseñen a los niños la

Doctrina Cristiana los Domingos y demás Fiestas: que

en los mismos días y al tiempo que se celebra el Santo

Sacrificio de la Misa prediquen al Pueblo la Palabra de

Dios, y les hagan frecuentes pláticas sobre la virtud y

eficacia de los Sacramentos, fuentes perennes del

Salvador, de donde salen todas las gracias a las que los

reciben dignamente.35 Hacer esto será apacentar las

ovejas: In bonis pascuis tenére páscere.

28- A vosotros toca buscar por todos los caminos

y medios, sin perdonar trabajo alguno, las ovejas de

vuestra grey, si tal vez erraron como flacas, si se

perdieron como ciegas, o si se desviaron de los caminos

rectos de la Ley, a ejemplo del Buen Pastor Jesucristo,

que después de buscar la oveja que se le había perdido,

cuando ya la halló, no rehusó cargarla con una piedad

inefable sobre sus hombros, y volverla al rebaño

escogido de su Eterno Padre: Imponit in humeros

35 Trident sess. 23 de Refor. Cap. 1 & sess 24 cap. 7.

Page 22: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

suos.36 Pero, ¿Cómo la buscará, recogerá y cargará

sobre sus hombros el Párroco, que entregado al juego,

al regalo y a la propia comodidad, se aparta y huye del

confesionario, como de un lugar de fatiga y de sujeción,

siendo éste, sino el único, el más propio para buscar

almas, recogerlas, instruirlas, sanarlas y llevarlas a

Dios?

29- Si el Paralítico no halla en la Piscina de

Jerusalén al ángel destinado por Dios a mover las aguas

de la salud, quiero decir, si los feligreses por más que en

los días festivos, acudan al Confesionario, jamas tienen

el consuelo de hallar en él a su propio Sacerdote, o

Párroco; o si le hallan, tal vez es mostrando en el

semblante el disgusto y la repugnancia con que asiste a

este sagrado ministerio, ellos quedaran paralíticos por

muchos años, o tal vez perdidos para siempre y el

Párroco será el autor de su eterna desgracia.

30- A él pues se dirigen, y en él a todos los

Pastores omisos en defender, sustentar y recoger sus

ovejas espirituales, aquellas terribles amenazas de Dios,

por el Profeta Ezequiel, que los Obispos y Párrocos

debíamos llevar siempre en la memoria y en el corazón:

¡Ay de vosotros, pastores de Israel, que en lugar de

36 Lucas 15, 5.

Page 23: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

apacentar mis ovejas, os apacentáis y regaláis con ellas!

Ve Pastoribus Israel, qui pascebant semetipsos!.

Vosotros coméis su leche, vestís con su lana, os

engruesaís con su sustancia: Lac comedebatis, lanis

operiebamini quod, crassum erat occidebatis. Esto ya lo

hacéis y lo hacéis con imperio y aspereza: Cum

austeritate imperabatis eis, cum potentia. Lo que nunca

habéis hecho es curar a la oveja enferma, ligar a la

quebrada, levantar a la caída y recoger a la perdida y

descarriada. Quod egrotum non sanastis, quod

confractum nom consolidastí, quod abjectum non

reduxistis, quod perierat non quasistis. Pues, yo sacare

mi rebaño de vuestras manos y su eterna perdición la

vengaré en la vuestra: Ecce ego ipse super Pastores

requiram gregen meum de manu eorum.37

31- Yo sé bien, señores, que todas estas

obligaciones son principalmente mías, defender mis

ovejas, sustentarlas, buscarlas y recogerlas. Yo se que

a éste fin debo residir en mi Iglesia, visitar mi Diócesis,

administrar los Sacramentos a mis fieles, predicar la

Palabra de Dios a los Pueblos, enseñar la Doctrina

Cristiana a los niños, derramar toda mi renta en el seno

de los pobres, oír a todos, consolar a todos, promover la

37 Ezech. 34, . v 1.3.4.5.y 10..

Page 24: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

virtud, reprender los vicios, arrancar los escándalos

donde los hubiere, y castigar, si fuere necesario, a los

delincuentes y escandalosos.

32- Pero, ¿Podré yo, señores, hacer todo esto

por mí solo, y sin vuestra asistencia?, ¿Podré yo

bilocarme, multiplicarme, y tener pies para a un mismo

tiempo residir y visitar todas mis Iglesias?, ¿Manos para

administrar todos los Sacramentos a todos los fieles?,

¿Lengua para predicar en todos mis Pueblos?, ¿Ojos

para ver todas las necesidades de mis diocesanos y

socorrerlas?, ¿Oídos para saber todos los escándalos,

corregirlos y remediarlos? No es posible esto a las

limitadas fuerzas de un hombre tan flaco y miserable

como yo. Lejos de ser un celo prudente, sería una

temeridad pensar y querer emprenderlo todo por mí, de

una vez, a un mismo tiempo y en partes tan distantes.

Justamente en este caso se me pudiera decir lo que

Jetro dijo a Moisés: Stulte consúmeris: supra vires tuas

est negotium: solus illud non póteris. Neciamente te

fatigas en querer hacer lo que no es posible en lo

humano. Este es un negocio superior a tus fuerzas y un

peso que no pueden sostener tus hombros. Es muy

numeroso este pueblo para que, por ti solo lo puedas

gobernar bien. Toma mi consejo: Próvide de omni plebe

Page 25: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

viros potentes timentes Deum, in quibus sit veritas, qui

óderint avaritiam, qui judicent populum in omni tempore.

Escoge y nombra setenta varones de la plebe, hombres

doctos, de poder, verdad, desinterés, y santo temor a

Dios. Haz que ellos juzguen y gobiernen al Pueblo en

las cosas menores y que en las de mayor entidad

suspendan las providencias hasta darte cuenta; que de

este modo la carga y el cuidado serán menos, cumplirás

con el mandato de Dios, y podrás sostener todos sus

preceptos: Si hoc feceris, implebis imperium Dei,

precepta eius poteris sustentare38.

33- Así, señores, vosotros sois los ancianos de

mi Diócesis, mis compañeros, Coadjutores y Vicarios,

hombres dotados de ciencia, de verdad, de prudencia,

de caridad, y de temor de Dios. A lo menos yo cuidaré

mucho de no elegir para Párroco al que no tuviere todas

estas calidades. Vosotros sois y habéis de ser mis pies,

mis manos, mi lengua, mis ojos, mis oídos, y mi

corazón. Donde yo no pueda poner mis pies, para

visitar, visitad vosotros, instruyendo, consolando y

previniendo. Donde yo no tenga manos para administrar

los Sacramentos, administradlos vosotros al sano, al

enfermo, al moribundo, al pobre, al rico, a todos sin

38 Exodo cap.18.

Page 26: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

excepción. Donde mi lengua no pueda predicar el

Evangelio, predicadlo vosotros con frecuencia, con celo

y con desinterés. Las miserias y necesidades de los

pobres que no alcancen ver mis ojos, véanlas los

vuestros, consoladlos, socorredlos, si podéis; si no

pudiereis, avisadmelo a mí, que soy y debo ser su

Padre, su consolador y su socorro. Los excesos y

escándalos que yo no oiga, que yo no sepa para el

remedio, contenedlos vosotros, remediadlos con

prudencia y caridad hasta donde alcancen vuestras

fuerzas: en asuntos arduos, dificultosos y de mucha

entidad, no fiéis enteramente de vuestro juicio, dadme

cuenta de todo, para tomar las providencias que

parecieren más conformes a la justicia, a la razón, y a la

paz: que de este modo vosotros y yo, habremos

cumplido con las obligaciones de nuestro misterio

Pastoral.

INSTRUCCIÓN A LOS SACERDOTES

34- La Jerarquía Eclesiástica, que instituida por

Dios y subordinada en todo, al Supremo Pastor y Vicario

de Jesucristo, forma la porción más escogida del Pueblo

Cristiano, y el escuadrón más brillante, valeroso y

Page 27: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

dispuesto a hacer frente a los enemigos de la Iglesia, se

compone (dice el santo Concilio de Trento), de los

Obispos, Presbíteros y Ministros: entendiendo por estos

últimos los Diáconos, Subdiáconos, Acólitos, Exorcistas,

Lectores y Ostiarios39.

35- En esta Jerarquía nada hay desordenado,

nada confuso, nada ocioso; porque todos los que la

forman tienen su orden, su clase, su potestad, y su

empleo. El de los Ministros se dirige a servir en el Altar a

los Sacerdotes, y el de éstos, a servir a los Obispos en

su Ministerio Pastoral. Los Obispos son los principales

en esta Jerarquía, como Sacerdotes que son del primer

orden, sucesores de los Apóstoles, y destinados por el

Espíritu Santo, según el Apóstol, para gobernar su

Iglesia: Posuit Episcopos regere Ecclesiam Dei40.

Después de los Obispos, ocupan el segundo lugar los

Párrocos, como que son Pastores, Ministros Ordinarios,

Sacerdotes propios, Prelados menores en aquella grey,

Pueblo o Parroquia a que les ha destinado su Obispo.

36- Después de los Párrocos tienen el tercer

lugar los Sacerdotes simples, que aunque el Derecho

los llama así, por no ser Prelados, ni mayores, ni

39 Trid. Sess. 23 de Reform. Can. 6.40 act. cap. 20 v. 28.

Page 28: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

menores y carecer de toda jurisdicción ordinaria, sin

embargo son superiores a todos los demás Ministros por

las dos excelentes potestades de que gozan, una sobre

el cuerpo natural de Cristo para poderlo consagrar y otra

sobre su cuerpo místico, que son los fieles, para

poderlos absolver de sus culpas. En la Instrucción

antecedente, hablé con los Párrocos; en esta hablaré

con los Sacerdotes.

37- A vosotros pues, señores, dirijo esta breve

instrucción, con el mismo fin y con las mismas palabras

con que el gran Padre de la Iglesia San Ambrosio dirigió

una suya a los Sacerdotes de su Diócesis, para hacerles

ver a un mismo tiempo lo alto y excelente de su dignidad

y las gravísimas obligaciones que habían contraído al

recibir el Sacerdocio. Escuchadme (les decía), vosotros

sois los verdaderos herederos de la Tribu de Leví,

descendientes de la rama Sacerdotal, santificados por

vuestro carácter y constituidos guías, cabezas y

conductores del Pueblo Cristiano: Audite me stirps

Levitica, germen Sacerdotales, propago santificata,

Duces, ac Rectores gregis Christi. Escuchad la súplica e

instrucción que os hago, acompañada del respeto y

veneración que debo a vuestras personas: Audite me

rogantem paviter venerantem, para que habiendoos

Page 29: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

mostrado el eminente grado a que habéis sido elevados,

pueda exigir de vosotros todas las virtudes y santidad

necesarias para mantenerle con honor y con fruto: Ut

cum honoris vobis prerogativa mostramus, congrua

etiam merita requiramus. Las palabras pues, de este

Santo Obispo y Doctor de la Iglesia, darán abundante

materia a vuestra instrucción.

38- Audite stirps Levitica, germen Sacerdotale. Si

señores, vosotros sois los herederos legítimos y

verdaderos descendientes de la rama sacerdotal y por

consiguiente sois los santificadores de la Ley Nueva, así

como de la Antigua lo fue Aaron, sus hijos y sucesores;

pero con una diferencia inexplicable en el tiempo, en el

modo, en la sustancia, y en el valor de los sacrificios.

Porque, ¿qué comparación puede haber entre lo animal

y lo espiritual?, ¿Entre la figura y lo figurado?, ¿Entre la

sombra y la realidad?.

39- San Pablo en su Carta a los Hebreos

demuestra con argumentos invencibles las infinitas

ventajas que hacen el sacerdocio y sacrificios de la Ley

Nueva al sacerdocio y sacrificios de la Antigua, como

que éstos no fueron capaces, ni jamás lo hubieran sido

de aplacar la ira de Dios sobre los pecadores, y el

sacrificio único y admirable nuestro fue y muy copioso

Page 30: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

para reconciliarlos con Dios, y abrir las puertas del Cielo.

A este fin pone las palabras del Salvador al entrar en

este mundo. Hostiam oblationem noluisti: corpus autem

aplasti mib41. La obligación y la hostia y víctima con que

Dios se dió por satisfecho enteramente, no fueron las

ovejas, las tórtolas, los bueyes, ni los demás animales,

que se sacrificaban por los Sacerdotes de la Ley

Antigua; sino el cuerpo adorable del Unigénito Hijo de

Dios sacrificado en el altar de la Cruz, y que cada día se

sacrifica incruentamente en el altar por los Sacerdotes

de la Ley de Gracia.

40- En efecto, señores, vosotros renováis todos

los días en el altar la obligación única, el gran sacrificio,

el remedio del género humano prometido a nuestros

padres desde el principio de los siglos y a este fin os

presentáis en el altar en lugar de Jesucristo. Vosotros

consagráis todos los días su Santo Cuerpo y en virtud

de cinco palabras, proferidas con intención y sobre

legítima materia, abrís los cielos de par en par, y lo

ponéis en vuestras manos tan alto y tan poderoso como

está en los Cielos a la diestra de su Padre. ¿Puede

llegar a más vuestra dignidad y vuestro poder?.

41 hebr. 10,5-7.

Page 31: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

41- ¡Cuánto no se admiraría el poder de un

hombre, que, como Moisés, hiciera brotar aguas de un

pedernal a golpes de su vara!, ¡Que, como Josué,

hiciera parar al sol al imperio de su voz!, ¡Que, como

Elías, hiciera bajar fuego del Cielo sobre el altar a fuerza

de su oración! ¡Y finalmente, que, como Jesucristo,

convirtiese el agua en vino a ruegos de su Madre!

Admirad, pues, señores, semejante poder en vosotros

mismos, e iguales y aún mayores milagros, ejecutados

en virtud de vuestra palabra al proferir las de la

consagración. Vosotros entonces convertís el pan y el

vino en Cuerpo y Sangre de Jesucristo, quien con todo

el fuego de su infinita caridad, y con toda la corriente de

sus gracias y piedades, desciende sobre el altar y como

sol verdadero de justicia se para y pone en vuestras

manos, para que lo adoréis, y lo deis a adorar, para que

lo comáis y lo deis a comer y finalmente para que lo

ofrezcáis a su Eterno Padre en sacrificio de propiciación

por todo el mundo.

42- No hay palabras ni expresiones que sean

bastantes para explicar esta dignidad y poder de los

Sacerdotes; y sólo podrá sentirse y explicarse a fondo y

como es en sí, cuando estemos en el cielo. A esto sin

duda aludieron aquellas palabras del Salvador, cuando

Page 32: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

en la noche de la Cena dijo a sus Apóstoles: Scitis quid

fecerim vobis?42. ¿Sabéis, Discípulos míos, lo que yo he

hecho esta noche con vosotros y para vosotros?,

¿Habéis formado digna y cabal idea de la excelente

dignidad a que os he elevado, dándoos potestad para

sacrificar y consagrar mi Cuerpo? Nada respondieron

los Apóstoles a esta pregunta; porque no hay en esta

vida respuesta, ni palabra, ni ideas, ni expresiones

bastantes, para explicar lo mucho que hace Dios con un

hombre cuando lo eleva al Sacerdocio de la Ley de

Gracia.

43- Pues, a tan grande dignidad, señores, ¡ que

vida no corresponde!, ¡Qué pureza!, ¡Qué virtud!, ¡Qué

Santidad!. Bastantemente lo significa el Concilio de

Trento en la sesión 14, donde hablando con los Obispos

dice: “Amonestarán a todos los Clérigos, de su

jurisdicción a que sean el modelo de los fieles, y vayan

delante de ellos en el ejemplo, en la ciencia, en la

conversación, y en la virtud, acordándose de lo que esta

escrito: “Sed Santos, porque yo soy Santo”43 que fue

como decir, que el Sacerdote ha de ser santo en los

pensamientos, santo en las palabras, santo en las

42 jn.13,12.43 Lev 11,44. 44Eccle. 50,1-7.

Page 33: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

obras, santo para sí, santo para los demás, santo a

medida y proporción del grado, orden y dignidad a que

ha sido elevado: santo como Simón. Hijo de Onías, a

quien llama la Escritura Sacerdote grande: Sacerdos

magnus, que en el Templo del Señor empezó a lucir

como estrella de la mañana, prosiguió en lucir como

luna en lleno, y acabó de lucir como un sol

resplandeciente44.

44- Así es pues, señores, como han de lucir y

obrar los que tienen la dignidad de Sacerdotes en la

Iglesia de Dios, empezando bien la carrera de su

vocación, prosiguiéndola siempre con adelantamiento en

la virtud, y completándola con un heroico grado de

santidad. Cuando Ordenados en menor, han de lucir

como estrellas, retirados, modestos, devotos, asistentes

al Templo, aplicados a los libros. Cuando ya reciben

Orden mayor, han de lucir como una luna en lleno, más

aplicados a los libros, más asistencia al Templo, más

devoción, más modestia, más retiro, más virtud. Cuando

ya, finalmente llegan a la dignidad de Sacerdotes, aquí

ya han de lucir como un sol: ya sus virtudes no han de

ser comunes, su Santidad, ha de ser heroica, eminente,

pública, manifiesta a todo el Pueblo Cristiano: su vida ha

4

Page 34: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

de ser más pura que los rayos del sol, dice San Juan

Crisóstomo, de modo que pueden decir con la misma

verdad que San Pablo: Vivo ego, jam non ego vivit veró

in me Christus.

45- A lo menos, señores, es necesario que así

como Dios no ha puesto limites a vuestro poder, así

tampoco los pongáis vosotros a vuestra santificación:

que a la indignidad que os es común con todos los

hombres, no añadáis la propia personal; y que si aquella

es necesaria por la condición de vuestra naturaleza, no

sea voluntaria por la relajación de vuestras costumbres:

que de este modo habréis desempeñado el alto empleo

que gozáis de sacrificadores del Nuevo Testamento:

Stirps Levitica, germen Sacerdotal.

46- Audite me, propago sancta. Vosotros,

Señores, sois los santificados por vuestro carácter, y al

mismo tiempo los destinados a santificar las almas,

aplicándoles la sangre de Jesucristo por medio de los

Sacramentos: Dispensatores mysteriorum Dei45.

Vosotros sois los Ministros de Cristo para anunciar las

verdades eternas, publicar su Ley Santa e insinuar sus

consejos a los hombres, dirigiéndolos por el camino de

la Salvación, y apartándolos de las sendas de la

45 1cor. 4,1.

Page 35: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

perdición y de la muerte46. Vosotros sois los Delegados

y Plenipotenciarios para concluir este gran tratado de

paz y de propiciación, que se solicita establecer entre el

Cielo y la tierra, entre Dios ofendido y el hombre

pecador: Ut repropitiaret delicta populi47.

47- A vosotros ha confiado el Criador del mundo,

su causa y sus intereses, dándoos facultad para que

juzguéis entre él y su viña, entre su Ley Santa

despreciada por los pecadores, y los pecadores que la

despreciaron: Judicate inter me, vineam meam48. A

vosotros ha dado, para decirlos de una vez, la potestad

de atar y desatar las conciencias, de juzgar y absolver

las almas, de perdonar los pecados y volver a su

amistad y gracia a los pecadores: Accipite Spiritum

Samctum, quorum remiseritis peccata, remittuntur eis49.

48- Éste es, señores, el misterio de

reconciliación, que Dios ha puesto a vuestro cargo:

poder tan mayor al de lanzar los demonios de los

cuerpos, al de hablar en idiomas distintos y

desconocidos, al de pisar las serpientes y beber su

veneno sin recibir daño, al de curar los enfermos y

46 Mc. 16,15.47 Hb. 2,27.48 Isaias cap. 5, 3.49 Joan. Cap. 20, 22 & 23.

Page 36: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

resucitar muertos, cuanto lo es la grande obra de la

justificación, dice Santo Tomás, respecto de todas estas

obras, sin embargo de ser tan grandes y maravillosas.

49- Ved aquí la maravilla, que tanto pondera San

Juan Crisóstomo en sus libros de Sacerdocio: ¡Ah!,

¡Quién había de creer que el siervo fuese establecido

Juez en la tierra y que el Señor en el Cielo ratificase

todas las sentencias que da! Servus sedet in terra,

Dominus sequitur sententiam. ¡Quién había de creer que

el Cielo recibiese de la tierra la regla y forma de justicia

que debe seguir!. A terra judicandi forman Calum accipit.

Pues así es, y el juicio de los Sacerdotes es como un

juicio anticipado de Jesucristo, añade San Cipriano:

Anticipatum Christi judicium.

50- Ved aquí el poder, a cuya vista pudieran

decir los incrédulos lo que los judíos dijeron al oír que

Cristo había curado al paralítico, y perdonándole sus

pecados: Blasphemat quis poterit dimittere peccata, nisi

solus Deus14. ¡Qué blasfemia! Porque, ¿quien puede

perdonar los pecados sino sólo Dios? Sí, señores, Dios

sólo es el que puede perdonar los pecados, y el que los

perdona; pero también es el que por un efecto de su

14 Mc10,7.

Page 37: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

bondad infinita se vale de los Sacerdotes, como de

instrumentos de su poder para perdonarlos.

51- Glorificad, pues, señores con aquellas fieles

tropas del Evangelio, glorificad a Dios que ha querido

honraros y distinguiros con semejante potestad, sin

embargo de que sois hombres flacos y miserables: Et

glorificaverunt Deum, qui dedit potestatem talem

hominibus.51 Pero al mismo tiempo yo os ruego con el

Apóstol y con todas las fuerzas de mi corazón, que no

recibáis en vano esta gracia, ni tengáis ocioso, y sin

ejercicio este poder que el Señor os ha dado, y a cuyo

fin os ha hecho Sacerdotes de su Iglesia: Adjuvantes

exhortamur, ne in vacuum gratiam Dei recipiati52.

52- Es verdad que el propio Sacerdote obligado a

predicar la Palabra Divina, y oír las confesiones de sus

feligreses, es el Párroco; pero qué, ¿en esta Jerarquía

no sois vosotros sus Ministros y Coadjutores, como ellos

lo son de los Obispos?. ¿Os llamó Dios al Santuario no

más que para presentaros en él a los fieles revestidos

brillantemente de la dignidad y pompa Sacerdotal?. ¿Os

confirió las órdenes vuestro Obispo, os delegó su

jurisdicción, y os encargó la predicación del Evangelio,

51 Mt 9,8.52 2cor 6,1.

Page 38: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

solo para que tuvierais una vida regalada y ociosa?. ¿No

fueron la necesidad o la utilidad de la Iglesia las causas

únicas, que en conformidad con lo que dispone el Santo

Concilio de Trento, le movieron a ordenaros con

patrimonio? Pro necessitate, vel commoditate

Ecclesiarum53. ¿Y podrá decirse con verdad, y según la

mente del Tridentino, que sois necesarios, o útiles a la

Iglesia, si contentos con decir una Misa, os separáis

eternamente del confesionario, y de aquellos ejercicios

de piedad, e instrucción tan propios de los Sacerdotes,

como encargados y mandados por los Padres y

Concilios?, ¿El de Trento no decreta en la sesión 24,

que ninguno en adelante sea ordenado de Presbítero,

sino el que después de un riguroso examen se halle

idóneo y capaz de enseñar al Pueblo, y administrarle los

Santos Sacramentos? Ad administranda Sacramenta

idonei comprobentur.

53- Pero prescindamos por ahora, señores, de

esta obligación (de la que tal vez hablaré en otra

ocasión más oportunamente). ¿No os moverá para

aplicaros a éste ejercicio santo la caridad y el celo de la

conversión de las almas redimidas con la sangre de

Jesucristo, de quien sois Ministros y Sacerdotes?,

53 Sess. 21 de refor. Cap 2

Page 39: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

¿Llegará vuestra indolencia a tanto que, por falta de

aplicación al púlpito y confesionario, dejéis de recoger y

reducir al rebaño del Señor, tantas ovejas de Israel

como se ven y se lloran dispersas, descarriadas y

perdidas?, ¿Tan desnudo estará vuestro corazón de los

sentimientos de amor y de humanidad, que viendo a

vuestros hermanos cautivos, presos y arrastrando las

cadenas del vicio en medio de Babilonia, no os llegareis

a ellos para rompérselas, redimirlos del poder de

Satanás y ponerlos en la dichosa libertad de hijos de

Dios?.

54- Santo Tomas de Villanueva forma a éste

propósito una excelente instrucción para los Sacerdotes,

al advertir que Jesucristo no llamó a sus Apóstoles, ni

Discípulos, ni amigos, ni compañeros, sino hermanos,

cuando después de su resurrección apareció a la

Magdalena: Vade ad frates meos. La Ley del

Deuteronomio disponía, que si un hombre moría sin

hijos, se casase un hermano con la viuda, que suscitase

la sucesión de la casa y ved aquí señores, la instrucción

de este Santo Arzobispo de Valencia.

55- Murió Jesucristo en la Cruz, pero sin todos

aquellos hijos que deseaba su infinita caridad, y que

prometían la fuerza y actividad de sus ejemplos,

Page 40: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

sermones y milagros: por eso pues advierte a sus

Apóstoles por medio de la Magdalena, que son sus

hermanos: Vade ad frates meos, para que con esta

memoria entren en la obligación y el empeño de

propagar su Iglesia, multiplicar sus hijos, y ganarle

almas, confesando y predicando por todo el mundo:

Meminerint ut fratri suo semen suscitent in Ecclesia.

56- ¡Ah, señores Sacerdotes! Hermanos somos

de Jesucristo: Vade ad fratres meos. Murió éste, nuestro

hermano en la Cruz, pero, ¡qué pocos hijos dejó en el

mundo, y se ven en el mundo, que abracen la

mortificación, sigan su Doctrina, y observen su Ley!,

¡Qué pocos los escogidos, siendo tanto los llamados.

¡Qué pocos los justos y virtuosos en comparación de los

injustos y los pecadores!. ¡Nuestro Hermano sin hijos!

Pues, ¿qué hacemos y debemos hacer los Sacerdotes,

que somos sus hermanos, sino confesar, predicar,

instruir, y enseñar en los confesionarios, corregir y

clamar en los púlpitos, en las poblaciones y en las

calles, para ganarle almas y multiplicarle hijos a medida

de su deseo y su infinita caridad?

57- Vuelvo, señores, a rogaros por las entrañas

de misericordia de nuestro Dios, que acordándoos de la

alta dignidad a que os ha llamado, no tengáis enterrado

Page 41: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

vuestro talento, ni ociosa, ni estéril esta gracia y

potestad, que os ha dado de anunciar su ley a los

pueblos y de perdonar pecados a los hombres: que os

apliquéis con celo, doctrina, y desinterés a estos dos

Santos ejercicios y que seáis santificadores de las almas

por medio de la administración de los Santos

Sacramentos: Propago Sancta.

58-Audite Duces, ac Rectores gregis Christiani.

Si, señores, sois también los Maestros, Guías y

Rectores del Rebaño de Jesucristo, títulos honoríficos

con que tantas veces os nombran los Padres y

Concilios; pero títulos que al mismo tiempo demuestran,

que toda la Cristiana conducta de los fieles, pende de

vuestra enseñanza, de vuestra dirección y de vuestro

ejemplo54.

59- Por esta razón dice el Concilio de Trento:

“Conviene que los Clérigos llamados a la suerte del

Señor, de tal manera compongan su vida y costumbres,

que nada se vea en sus acciones o palabras, sino

moderación, gravedad y Religión; porque no hay cosa

que así mueva a los fieles a la piedad y culto de Dios,

como la vida y ejemplo de los que se han consagrado al

54 Can Sacerdotes 6 quest. 1.

Page 42: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

Ministerio del Altar”55. Por la misma y larga experiencia

que tenía el Apóstol en el gobierno y solicitud de sus

Iglesias, le escribía a su Discípulo Timoteo: Exemplum

esto fidelium56. Nada te encargo sino que seas el

ejemplo de los fieles en las palabras, en la caridad, en la

fe, en la castidad: In verbo, in conversatione, in

charitate, in fide, in castitate57. Que vean ellos, que

estudias, que exhortas, que predicas, que tu vida es

irreprensible; que si lo haces así, ellos harán lo mismo:

tu te salvarás y ellos se salvarán también: Hoc enim

faciens, te ipsum salvum facies eos qui te audiunt58.

Tanto puede un Sacerdote solo con el ejemplo de su

vida, y cada día vemos pueblos enteros que confiesan

que le deben la paz, la religión y la piedad, que reina en

ellos, a la enseñanza, dirección y ejemplo de un solo

Sacerdote.

60- Sí, señores, supongamos que un Sacerdote

por justas causas, que le impiden confesar, predicar, y

enseñar, reduzca todo el bien que puede hacer a la

Iglesia, a una vida ejemplar y edificativa: supongamos

que no haga otra cosa que mostrar a los fieles en su

55 Trid. Sess. 24 de Reform. Cap 1.56 1 Ad. Timoth. Cap. 4, 12.57 Ibidem.58 Ibidem. 4,16

Page 43: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

conducta la piedad, el desinterés, la mortificación, la

afabilidad, el pudor, la inocencia, y gravedad sacerdotal:

ya pues, con solo esto se hace un espectáculo

admirable al mundo, a los ángeles y a los hombres, y

verifica en sí que es un Rector útil, un fiel Conductor, y

un excelente Maestro de todos los fieles; porque su vida

inculpable es un sermón mudo, pero penetrante y eficaz,

que ilumina y convierte a cuantos lo ven. Su

irreprensible conducta es una elocuente y continua

persuasión, que reduce a los malos al camino de la Ley,

que cuando menos les inspira respeto a la virtud, y los

obliga a confesar que todavía hay Justos en la tierra,

verdaderos profetas en Israel, y Sacerdotes

irreprensibles en el Santuario. En una palabra sólo su

ejemplo, es bastante para que, salvándose él, se salven

todas o muchas de las almas de aquel pueblo: Hos enim

faciens, te ipsum salvum facies, cos qui te audiunt.

61- Y si la razón o argumento de los contrarios

tiene y debe tener la misma fuerza, ¿qué diremos del

Sacerdote, cuya vida fuese culpable, su vida

reprensible, y malo su ejemplo? Pero hablemos por

ahora de unos y otros y, digamos con el Espíritu Santo:

Qualis est Rector civitatis, tales habitantes in ea59. Que

59 Eccli, cap. 10, 2.

Page 44: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

siendo los sacerdotes, Maestros, Guías, y Rectores del

Pueblo, al tenor que ellos viven vive el pueblo también;

si bien, bien; si mal, mal; porque con su ejemplo, dice

San Ambrosio, los seculares se confirman tanto en lo

bueno, como en lo malo que hacen: Exemplo

Sacerdotum mundani confirmantur sirve in bonum, sirve

in malum.

62- Pero no sólo se confirman en lo malo sino

que lo pretextan, lo excusan y aún quieren justificar con

el ejemplo y práctica de los Sacerdotes, a la manera que

el pueblo de Israel quería justificar sus culpas en

comparación de las privaciones de Judá, pueblo

escogido y favorecido de Dios, como refiere el Profeta

Jeremías: Justificavit animan suam eversatrix Israel,

comparatione prevaricatricis Jude60. Como diciendo: Si

Judá, que es el Pueblo iluminado y escogido, prevarica y

vive sin religión, sin ley, sin justicia, y sin razón, ¿qué

mucho, que yo habiendo recibido menos luz y favores

de Dios, viva sin razón, sin justicia, sin ley y sin

religión?.

63- ¿Cuántas veces oímos, señores, a los

seculares formar semejantes discursos, y darnos en

cara con estas justificaciones, aunque tan perversas?.

60 Jer.3,11.

Page 45: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

¿Cuántas veces les oímos justificar sus diversiones, sus

tratos, sus juegos, sus negociaciones, con decir que

también los Sacerdotes negocian, que también juegan,

que también tratan, que también se divierten, y que

cuando ellos, siendo los Maestros, Guías, y Rectores del

pueblo lo hacen, también ellos lo podrán hacer? No

dudo señores, que muchas veces se engaña a sí misma

la iniquidad, y que no pocas veces, buscan los seculares

semejantes pretextos para poner a cubierto sus vicios:

aún cuando no mientan, yo sé bien que no los

justificarán estas razones en el Tribunal de Dios. Pero,

¡Ah!, Yo sé igualmente por la Escritura y Santos Padres,

que el Sacerdote será responsable a Dios de las culpas

que el secular cometió por su mal ejemplo. Por tanto, y

para no alargar más esta instrucción, concluyo con las

palabras de Crisóstomo, o del Autor de los Comentarios

sobre San Mateo: Ideo unusquieque Christianorum pro

suo peccato reddet rationem; Sacerdotes autem non

solum pro suis, sed pro omnium peccatis reddituri sunt.

Videte, Sacerdotes, quomodo vos componatis in verbo

in opere.

INSTRUCCIÓN A LOS DEMÁS

FIELES DE MI DIÓCESIS

Page 46: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

64- No quiera Dios, amados fieles míos: no

quiera Dios que la primera vez que tomo la pluma para

instruirlos, me arrebate de tal manera el celo y ardiente

deseo del bien espiritual de vuestras almas, que, o las

espante con el terror y dureza de mis palabras, o las

acobarde con el peso, dificultad y multitud de

obligaciones que quiero persuadiros. No sea así, yo

quisiera hablaros con el espíritu de amor y de dulzura, y

nada mas os pediré en esta Pastoral, aquello mismo a

que vosotros confesareis de buena fe estar obligados y

prontos a ponerlos en ejecución.

64- Vosotros sois cristianos por la gracia de

aquel Señor que misericordiosamente os segregó de los

hijos de la perdición y os trajo al gremio de la Iglesia,

para que fueseis hijos especiales suyos. Vosotros,

vuelvo a decir, sois cristianos y si lo sois y hacéis gloria

y profesión de serlo, yo os pregunto: ¿Podréis salvaros

sin cumplir exactamente las obligaciones y sin tener la

santidad que impone y pide el cristianismo? Ved aquí,

pues, todo el objeto a que se dirige ésta, mi primera

instrucción.

66- La Religión, amados fieles míos, esta

Religión que profesáis, santa en su principio, santa en

Page 47: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

su Maestro, santa en su fe, santa en su moralidad, santa

en sus máximas, santa en sus preceptos; esta misma es

la que quiere y manda que todos sus profesores sean

santos, a lo menos con aquella santidad que hace a un

hombre prefecto cristiano, y que se reduce a cumplir

exactamente aquellas obligaciones que contrajo y

profesó solemnemente en el Bautismo.

67- El Cristiano, pues, es una profesión de

pureza y de santidad; verdad que no podrá negarse, sin

negarle al mismo tiempo a nuestra religión aquel

carácter de santidad que resplandece maravillosamente

en toda ella, que esencialmente la distingue de las

demás y que hasta sus mismos enemigos no han podido

dejar de confesarla. Verdad por la que han estado y

estarán siempre la razón, la autoridad, la tradición y las

Escrituras Santas, así del Antiguo, como del Nuevo

Testamento, diciendo Dios en aquel: Sed santos como

Yo lo soy; y en este el Salvador: Sed perfectos como lo

es vuestro Padre Celestial61. Verdad finalmente en que

todos los cristianos se convienen de buena fe, la creen

con uniformidad y la confiesan con mucha gloria; pero

que muchas veces, cuando ya a más de la creencia se

ven precisados a su práctica, la confunden con falsas

61 Mateo 5,48.

Page 48: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

ideas, o la debilitan con errados dictámenes, o la

dificultan, o imposibilitan con especiosos pretextos;

porque, ¿Cuántos cristianos, ignorando la verdadera

idea de esta santidad, la colocan en lo que realmente no

consiste, ni puede consistir?, ¿Cuántos, que ya llegaron

a conocerla, se persuaden e igualmente quieren

persuadir a los demás que no es de precepto, sino

arbitrable y de pura supererogación?, ¿Y cuántos, no

pudiendo negar que es absolutamente necesaria,

oponen mil pretextos y dificultades para su práctica y

ejecución?. Yo quiero instruiros a fondo en estos tres

puntos esenciales y después de daros una idea clara de

la Santidad del Cristianismo, haceros ver que es

necesaria para vuestra salvación, y que es posible a

vuestras fuerzas.

68- No penséis, pues, amados fieles míos, que la

Santidad Cristiana consiste en la superficie de ciertos

ejercicios exteriores y devociones diarias, que se

aprendieron en la niñez, que se rezan como de

costumbre; pero que parando solamente en los labios,

jamás salen del fondo del corazón; porque si consistiera

en esto, como muchos quieren, sería preciso decir que

ella era una santidad puramente exterior y superficial,

reprobada por Dios, y semejante a la de aquellos de

Page 49: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

quienes dijo Su Majestad: Este Pueblo me honra con los

labios, pero su corazón esta muy distante de mí. Ni

penséis que consiste en una exactitud nimia y

escrupulosa de las observaciones más ligeras, al mismo

tiempo que se abandonan sin reparo los puntos más

esenciales de la ley; porque si consistiera en esto, como

algunos piensan, podría decirse que ella era una

santidad partida y a medias, parecida y conforme a la

justicia de los Fariseos, quienes afectando una

escrupulosa observancia en las ceremonias y

tradiciones de los antiguos, ningún escrúpulo hacían en

quebrantar los preceptos más graves y santos de Dios.62

69- Tampoco penséis que consiste en ciertas

obras de penitencias y austeridad, que por ruidosas

asombran al mundo, que por extremadas horrorizan a la

naturaleza, pero que Dios no las manda, y que tal vez

las impera o la vanidad, o la indiscreción; porque si

consistiera en esto, como otros se figuran, podría

decirse que ella era una Santidad indiscreta e

inaccesible, que el Autor de nuestra Religión, queriendo

más la muerte del pecador, que su conversión y vida, o

no contando con la humanidad y flaqueza de sus

62 Math. Cap. 15, 2-3.

Page 50: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

profesores, había impuesto sobre sus hombros una

carga y yugo insoportable.

70- Finalmente no penséis que consiste esta

Santidad o que está ceñida a sólo ciertos estados de

miseria, bajeza y oscuridad, sin que sea compatible, ni

pueda hallarse en estados de abundancia, grandeza y

elevación; porque a ser así podría decirse que ella era

una santidad limitada, baja y oscura, que Dios con una

excepción contraria a su infinita bondad, solo santificaba

a las almas bajas, y que el cristianismo era religión no

mas que de gentes viles.

71- No, amados fieles míos: la santidad del

cristianismo, mirada en su propio original y en sus

mejores y más perfectas copias, se presenta en colores

muy diversos. Ella es una santidad sólida, e interior, que

sin parar en la superficie, se establece sobre los

principios más firmes, abate y corta el vicio hasta la raíz,

y su principal gloria la pone en lo íntimo del corazón:

Omnis gloria eyus filie Regis ab intus63.

72- Ella es una Santidad llena, que pide cumplir

toda justicia y observar toda la Ley, sabiendo que la

transgresión de un solo precepto, basta para hacer al

hombre reo culpable delante de Dios, como si los

63 Psalm. 44, 14.

Page 51: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

hubiera quebrantado todos: Quicunque totam legem

servaverit, offendat autem in uno factus est omnium

reus64. Ella es una santidad discreta, que cuanto exige

es equitativo, racional y practicable: que abraza las

austeridades, mas no las manda: que las mira como

medios, no como fin y a nadie carga mas de lo que

pueden llevar sus fuerzas; Non patietur vos tentari supra

id quod potestis65. Ella finalmente es una santidad

universal, que abraza todos los estados y condiciones

elevadas y humildes, brillantes y oscuras, ricas y

miserables; porque a todas las santifica la Religión, si en

ella se cumplen con exactitud sus respectivas

obligaciones. Satagite ut per bana opera certam vestram

vocationem faciatis66.

72- Tal es la verdadera idea de la santidad del

cristianismo, y en éstos términos nos la dejó delineada

el Salvador de las almas, cuando aquel joven del

Evangelio, movido interiormente de la gracia y queriendo

emprender la grande obra de su santificación, le

consultó sobre los medios que tomaría para lograrla:

Quid bonifaciam, ut habeam vitan aeternam?. Porque no

le dijo, que a este fin renunciase su grande patrimonio,

64 Jacob. Cap. 2, 10.65 2 D. Petr. Cap. 1, 10.66 1 ad. Cor. Cap. 10, 13.

Page 52: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

que tomase un estado oscuro y humilde, que hiciese

penitencias asombrosas, que se dedicase a una larga

tarea de rezos y devociones diarias. Nada de esto le dijo

el Salvador. La respuesta, amados míos, fue solamente

decirle que guardase las Mandamientos, como que en la

perfecta observancia de ellos, se fundaba enteramente

la solidez, el lleno, la discreción, y universalidad de la

santidad del cristianismo: Si vis ad vitam ingredi, serva

mandata.

73- Y porque esta idea, aunque verdadera y

bastante a convencer a un joven bien dispuesto, podía

parecer demasiado general al común de los fieles, el

mismo Salvador, la redujo a ocho particulares artículos

en aquel admirable sermón que predicó a las turbas, y

refiere San Mateo67. Según él, pues, esta santidad

cristiana consiste en una pobreza de espíritu, que

desprenda del corazón el amor a las riquezas de tal

modo, que no se soliciten con ardor cuando no se

tienen: que poseídas no se amen con idolatría, usadas

no se empleen con desorden, y perdidas no se sientan

con exceso: Beati pauperes spiritu. Consiste en una

mansedumbre de corazón para sobrellevar las miserias

de nuestros prójimos, condescender a sus ruegos, sufrir

67 Math. Cap 5, 3.

Page 53: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

sus ingratitudes, perdonar sus agravios, y vencer el mal

que nos hagan, con cuanto bien les podamos hacer:

Beati mites. Consiste en una compunción y dolor de

nuestras culpas que nos haga vivir siempre

arrepentidos, humillados, prevenidos, y temerosos en

una vida tan expuesta a ofender a Dios, y perderle para

siempre: Beati qui lugent. Consiste en una hambre y sed

continua de la justicia; esto es, de justificarnos más y

más, de adquirir méritos en este valle de lágrimas, y de

caminar siempre de virtud en virtud, hasta llegar a ver y

gozar de Dios en compañía de los bienaventurados:

Beati qui esuriunt sitiunt justitiam. Consiste en una

caridad compasiva, que derrame dulces consuelos

sobre el afligido, sabias instrucciones sobre el ignorante,

discretas correcciones sobre el triste pecador, y

copiosas misericordias sobre el pobre infeliz: Beati

misericordes. Consiste en la limpieza de corazón, de

alma y cuerpo, con que a pesar del demonio, del mundo

y carne, nos conservamos puros y castos en los

pensamientos, en las palabras y en las obras: Beati

mundo corde. Consiste en una paz perfecta que

debemos primero tener con Dios, conservarla después

con nosotros mismos y por ultimo promoverla con

nuestros prójimos por cuantos medios nos inspire la

Page 54: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

caridad: Beati pacifici. Consiste finalmente en una

constante resignación en medio de las persecuciones y

adversidades de esta vida, adorando la mano soberana

de donde vienen y mirándolas como unos suaves

medios de satisfacer, glorificar, y bendecir a un Dios tan

digno de nuestra alabanza en los bienes que nos da,

como en los que nos quita, aunque ellos hayan sido

para nosotros los más amables: Beati qui persecutionem

patiuntur.

74- Tal es, amados fieles míos, y en estos ocho

artículos consiste y está comprendida toda la santidad

del cristianismo; porque pensar o decir que este plan de

vida lo dirigió el Salvador solamente a sus Apóstoles,

como a los hombres de profesión más alta y que

enteramente se habían desprendido del mundo, ésta

(dice Crisóstomo), es una precisión inventada por el

amor propio y más propiamente un efugio o un error

contra el Evangelio. San Mateo dice que este sermón le

predicó el Señor a las turbas, gentes que eran de todas

clases, estados y condiciones, y que seguían a

Jesucristo para instruirse en las obligaciones esenciales

de la Religión que querían abrazar o ya habían

abrazado. A éstas pues, y en ellas a todos los cristianos,

fue decirles que la santidad esencial de su profesión era

Page 55: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

y debía ser siempre: la pobreza de espíritu, la

mansedumbre del corazón, el dolor de las culpas, el

amor a la justicia, la misericordia con los pobres, la

limpieza de corazón, la paz con Dios y nuestros

prójimos, y la paciencia en las persecuciones y trabajos.

Así lo entendieron los cristianos primitivos, cuya

conducta fue en todo arreglada a este plan, e idea de

santidad, que les había dado el Salvador, como leemos

es los Hechos Apostólicos escritos por San Lucas, y en

la excelente obra, que sobre esta materia compuso San

Agustín. Si el tiempo, por nuestra desgracia, ha relajado

aquellas primeras costumbres, no ha podido, ni jamás

podrá mudar nuestra Religión. El Cristianismo es hoy el

mismo que fue entonces, y consiguientemente su

santidad esencial debe ser la misma y obligar del mismo

modo. Expliquemos esta obligación.

75- Sí, amados fieles míos: esta santidad del

cristianismo, no penséis que es arbitrable, ni de mero

consejo o pura supererogación. Ella es de precepto y

esencialmente necesaria para lograr el Cielo. Así lo

entendió el Apóstol de las Gentes y éste era el principio

de moralidad sobre las cuales fundaba de continuo las

instrucciones más sabias y eficaces, que hacía a los

cristianos. El no los llamaba con otro nombre que el de

Page 56: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

Santos, y cuando escribía a las Iglesias de su cargo, sus

Pastorales no llevaban otra inscripción, o sobrescrito,

sino: a los Santos de la Iglesia de Corinto, a los Santos

de la Iglesia de Efeso, a los Santos de la Iglesia de

Roma: Ecclesiae Dei, quae est Corinthi, vocatis Sanctis:

suponiendo justamente en éste modo de hablar, que no

podían ser dignamente lo uno, sin ser lo otro, y que

estando un cristiano por su profesión consagrado a

Dios, por sólo esto era y debía ser Santo de necesidad.

76- De aquí nacía valerse las más veces de este

argumento para obligar a los cristianos a aquella

santidad de vida, y pureza de alma y cuerpo que los

distinguía de los infieles. No sabéis (les decía), ¿Que

por el Bautismo habéis venido a ser Templos de Dios?,

Nescitis quia Templum Dei estis vos?68. Pues, ¿No será

un sacrilegio, que olvidados de lo que sois, os profanéis

a vosotros mismos con costumbres indignas y que os

convirtáis en cuevas de ladrones y de vicios? Vosotros

sabéis que por el Bautismo os habéis hecho miembros

del Salvador: Quoniam corpora vestra membra sunt

Christi69. Pues, ¿No será una excretable abominación,

que arrancando los miembros de este adorable cuerpo,

68 1 Cor. Cap. 3, 16.69 Ibid. cap. 6, 15.

Page 57: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

y haciéndolos miembros de una mujer prostituida, los

entreguéis al deleite y a la inmundicia? Tollens ergo

membra Christi, faciam membra meretricis? Vosotros

sabéis que por el sagrado Bautismo, desnudandoos del

viejo Adán, y todos sus actos, os habéis vestido del

mismo Jesucristo: Quicumque in Christo baptizati estis

Christum induistis70. Pues, ¿No será una enorme

ingratitud que rasgando y deponiendo este precioso

vestido de salud, de justicia y honestidad, queráis vestir

otro y vivir como paganos, que ni tienen fe, ni piensan

en la eternidad?. Vosotros sabéis que por la gracia del

Bautismo habéis sido escogidos y separados de la

corrupción del mundo, de este mundo, donde todo es

concupiscencia de la carne, concupiscencia de los ojos,

y soberbia de la vida: Qui me segregavit ex utero matris

mee per gratiam suam.71 Pues, ¿Qué resta después de

la gracia de esta separación, sino que correspondiendo

vosotros fielmente a esta misma gracia os separáis

enteramente del mundo y de cuantas cosas hay en él,

que sean contrarias a vuestra profesión y que pueden

ser perjudiciales a vuestras almas?.

70 Ad. Galat. Cap. 3, 27.71 Ibid. Cap. 1, 15.

Page 58: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

77- De esta manera persuadía el Apóstol a sus

amados fieles la santidad de vida necesaria y de

precepto en su profesión y conforme a esto mismo,

cuando los Padres en otros tiempos, querían apartar a

los cristianos de ciertas diversiones, que han sido

siempre la pasión del mundo, no les hacían otro

argumento, ni les proponían otra razón, sino que eran

cristianos y que solamente por serlo debían vivir

enteramente separados de ellas: A theatro separamur,

quos est consistorium impudicitie. Así Tertuliano cuando

encargaba a las mujeres cristianas la modestia,

sencillez, y moderación en el adorno exterior de sus

personas. Esta era también la única, o más poderosa

razón que les ponía delante: Vosotras Señoras (les

decía), sois cristianas; y si lo sois, y justamente hacéis

gloria de serlo, necesariamente debéis vivir separadas

de todos aquellos trajes, en que peligra el pudor, o tiene

mucha parte la vanidad. Vosotras renunciasteis pública

y solemnemente en el Bautismo a todas las pompas y

vanidades del mundo, ¿Cómo pues, sin faltar a la buena

fe y palabra que disteis a Dios, podéis volver a ellas?.

78- Con estas palabras les acordaba Tertuliano y

yo igualmente os quiero acordar, amados fieles míos,

aquella pública y solemne promesa, que a presencia de

Page 59: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

Dios, de los ángeles y de su Iglesia hicisteis en el día

que os bautizaron, cual fue la de renunciar a Satanás,

sus pompas, sus obras, y sus vanidades. Vosotros la

hicisteis por medio de vuestros padrinos y Dios la

aceptó, escribió y selló en el libro de la vida. Pues,

amados míos, una renuncia tan absoluta como la que

hicisteis en ese día, ¿Admite las limitaciones, los

ensanches, y la ninguna o poca exactitud con que la

observáis?. Una promesa hecha a Dios en materia de

tanta gravedad, ¿Podrá decirse que es arbitrable, y que

no estáis obligados a cumplirla debajo de precepto?

Porque si esta promesa no lo es, ¿Qué promesa habrá

que pueda serlo? Y si es necesaria y de precepto,

consiguientemente se ha de decir que la santidad del

cristianismo es posible en la práctica y ejecución.

79- Dios, dice San Agustín, no manda al hombre

cosas imposibles; y dejaría de serlo, si las mandase. De

aquí se infiere que mandando, como manda, a todo

cristiano, esta santidad esencial, que dejamos explicada,

es posible, se puede practicar y conseguir, como en

efecto, en todos los tiempos, y a pesar de todos los

obstáculos la han conseguido un número infinito de

personas de todas clases, sexos, estados y condiciones.

Page 60: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

80- La Iglesia venera como a Santos una

multitud de hijos suyos y nos los propone como unos

modelos de esta santidad cristiana. Todos ellos fueron

hombres flacos, pasibles, mortales, como nosotros; y

aún añado más, que tal vez fueron hombres con

pasiones mas vivas, con tentaciones más vehementes,

con genios más fogosos, con temperamentos más

delicados, y con estados más brillantes y embarazosos

que los nuestros. ¿Qué excusa pues, podréis alegar

para no ser tan santos como ellos lo fueron?. Es preciso

confesar, que ni las pasiones, ni los genios, ni las

delicadezas, ni los estados, serán excusas en el tribunal

de Dios, para no haber aspirado, ni conseguido esta

santidad a que estáis obligados por ser cristianos.

81- Porque, empezando por las pasiones, si ellas

fueran excusa legítima, no habría persona que no se

hallase escusada y libre de esta santidad del

cristianismo. Todos los hombres nacen con pasiones,

viven con ellas, los siguen y cercan en toda edad: y feliz

aquel que no llega con ellas al sepulcro. La culpa no

está en tenerlas, sino en lisonjearlas; ni la desgracia

consiste en tener que batallar con ellas, sino en no

vencerlas, o antes quedar vencidos; siendo cierto, que

se pueden vencer con el favor de aquella misma gracia,

Page 61: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

que confortó a San Pablo para resistir y vencer los

estímulos de la concupiscencia. Ello es que os quejáis

con el Apóstol de la tiranía de vuestras pasiones, que

lloráis vuestra desgracia, y quisierais veros libres de un

cuerpo que está sujeto a la muerte por la culpa de

nuestro primer Padre: ¿Pero, hacéis lo mismo que el

Apóstol hizo?, ¿Clamáis a Dios sin intermisión?, ¿Os

ponéis en su presencia con humildad?, ¿Imploráis con

fervor los auxilios de su gracia?, ¿Refrenáis vuestros

sentidos y castigáis vuestro cuerpo hasta el punto de

sujetarlo?, ¡Ay De vosotros, si lejos de hacer todo esto,

tal vez mantenéis con vuestras pasiones una gustosa,

aunque secreta inteligencia; y los únicos esfuerzos que

hacéis para salir de su cautiverio, son cuatro lágrimas, o

suspiros forzados, que los arranca de cuando en

cuando, no el verdadero deseo de libertad, sino tal vez

el amargo fruto, que dejan en vuestro corazón las

experiencias!.

82- Ved, amados fieles míos, si las pasiones,

por muy vivas que ellas sean, podrán ser jamas justas

excusas para que no seáis santos.

83- Pues tampoco los genios pueden serlo. Los

genios en los hombres son como los rostros, todos

diferentes, pero si se usa bien de ellos, todos útiles para

Page 62: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

el mérito y logro de la santidad cristiana, por razón que

la gracia del Señor (según frase de la Escritura), se

acomoda y atempera con los genios, y que Dios

comoSantificador, no varia menos en sus obras, que

Dios como Criador: Multiformis gratie Dei. De esta

manera, de un genio vivo, impetuoso, ardiente y al

parecer inflexible, sabe la gracia de Dios bien

correspondida formar un Santo celoso, íntegro,

arrestado y valeroso, a quien no es capaz de separar de

la caridad de Jesucristo y del bien y conversión de las

almas, ni la tribulación, ni la angustia, ni el hambre, ni la

desnudez, ni el peligro, ni la persecución, ni la muerte, ni

criatura alguna del mundo. Así formó a los Pablos, a los

Gregorios, los Atanasios, a los Ambrosios, a los

Neprusenos, y a otros muchos.

84- De esta manera, de un genio agudo,

penetrante, curioso, y amigo de saber, sabe la gracia de

Dios bien correspondida formar un santo sutil, discreto,

versado en todas las ciencias y sabio a todas las luces,

bastante a comunicarlas a todo el mundo, a iluminar y

convertir con su doctrina a los pecadores, y a defender

la Iglesia de los errores de los herejes. Así formó a los

Agustinos, a los Hilarios, a los Jerónimos, a los

Crisótomos, y a otros muchos.

Page 63: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

85-De esta manera, de un genio quieto, amable y

dócil, sabe la gracia bien correspondida formar un santo

manso y humilde de corazón, afable, pacífico y

destinado a pacificar reinos enteros, a reconciliar y

convertir los corazones de los padres a sus hijos, y los

de los hijos a sus padres. Así formó a los Capistranos, a

los Facundos, a las Brígidas, a las Isabelas, y otros

muchos. De esta manera, de un genio alegre, festivo,

cortés y franco, sabe la gracia de Dios bien

correspondida formar un santo amable y encantador,

que la dulzura de sus palabras y de sus escritos

encante, cautive y traiga los corazones al desprecio de

la gloria del mundo, y a la práctica de la más sólida

virtud. Así formó a los Bernardos, a los Sales, a las

Catalinas, a las Teresas, y a otros muchos. Ved pues,

amados fieles míos, como lejos de ser los genios,

excusa para no aspirar a la santidad Cristiana, son

medios, los más propios para lograrla.

86- ¿Queréis ver como tampoco son excusa las

delicadezas? Pues sabed que el temperamento más

noble y delicado fue el de nuestro Salvador y Maestro

Jesucristo: Sin embargo, caminó, oró, veló, ayunó, tuvo

hambre, sed y frío, padeció y murió en el monte santo,

para ser el ejemplar de nuestras costumbres, el modelo

Page 64: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

de nuestra santidad, y la solución de cuantas

dificultades puede alegar un cristiano para su práctica y

ejecución, según la bella expresión de Tertuliano:

Solutio totius difficultais. Sabed también que todo el

peso del lavatorio de la Antigua Ley, figura de la Nueva,

de gracia y santidad, que profesan los cristianos,

estribaba enteramente sobre la basa de unos espejos de

mujeres: Cum basi sua de speculis mulierum. No estriba

(advierte San Gregorio), ni sobre alabastros, ni sobre

jaspes, ni sobre bronces, sino sobre espejos, y no sobre

espejos de robustos hombres, sino sobre espejos de

flaquísimas mujeres, para que viendo los cristianos que

pudo sostener todo este peso, la misma delicadeza y

fragilidad, nadie se excusase con su delicadeza de la

perfecta observancia de la Ley. Yo os confieso, amados

fieles míos, que la Ley santa del cristianismo es sobrado

pesada al natural: que pesa mucho la guarda de la

castidad contra tantos objetos lisonjeros que la

combaten, que pesa el amor a un enemigo que hirió en

lo más delicado del honor, que pesa el renunciarse a sí

mismo, y circuncidar el corazón pesar de todos los

esfuerzos del amor propio, que pesan el ayuno, las

vigilias, y las penitencias. ¿Pero a vista de que todo este

peso lo sostuvieron con firmeza y con alegría espejos

Page 65: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

flacos, frágiles, vidrios, mujeres; quiero decir, flacas,

frágiles y delicadas, como las Ineses, las Lucías, las

Paulas, las Franciscas, las Magdalenas, las Pelagias, y

otras innumerables, que se veneren por santas en la

Iglesia; a vista de todo esto, ¿Cómo os excusaréis para

no aspirar a la observancia de la Ley y a la santidad del

cristianismo?.

87- Concluyamos con la excusa de los estados y

no injuriemos a Dios, cuya adorable y sabia providencia

ha establecido esta hermosa variedad de condiciones,

donde prepara a cada uno de los que llama todas

aquellas gracias propias y suficientes para su

santificación. Infelices de vosotros, amados fieles míos,

si la virtud, la santidad y la felicidad eternas estuvieren

aligadas, y prometidas solamente a ciertos estados de

retiro, de soledad, de abstracción y total separación del

mundo, que vosotros no profesáis, ni Dios os ha llamado

a ello.

88- Pero consolaos que no sea así, y el Cielo

esta abierto para todos: doce son sus puertas (dice el

Sagrado Evangelista)72, al Oriente tres, al Alquilón tres,

al Austro tres, al Occidente tres. Tres hacia cada parte

del mundo, porque de todo el y de todas las gentes,

72 Apoc. Cap. 21, 12 & 13.

Page 66: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

naciones, y estados han entrado y entraran siempre

innumerables almas a poblar la Ciudad Santa de

Jerusalén, y llenar las ruinas que dejaron los ángeles

rebeldes. Consolaos, porque en esta Ciudad y Casa de

Dios son varias las jerarquías y muchas las mansiones,

donde para los de cada estado, empleo y oficio tiene

prevenida la suya; esto es, la que corresponda a la

gracia, mérito y santidad con que en el mundo ha

desempeñado sus obligaciones73. No hay en Dios

aceptación de personas: igualmente preparo su gloria

para los de la casa de Simón el Curtidor que para los de

la familia del Cesar.

89- Consolaos finalmente, y creer que no hay

estado en el mundo que no pueda y debe ser estado de

santidad, y donde no haya habido almas insignes, que la

profesaron con primor y aun con heroicidad; y con estas

justificara Dios su causa, cuando quieran otras

disculparse con los riesgos del estado. Reyes santos,

Magistrados santos, Militares santos, y todos santos en

estados y condiciones diferentes, sin mas que haber

cumplido exactamente las obligaciones de su estado.

90- Reyes santos, porque ocuparon sus tronos

con modestia, defendieron sus derechos con desinterés,

73 Mt. Cap. 16, 27.

Page 67: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

gozaron de su felicidad con templanza y sin apego,

gobernaron sus pueblos con paz, mandaron a sus

vasallos con discreción, obedecieron a Dios y a la

Religión con piedad, sacrificaron su quietud por el reino,

y sacrificaron sus genios por Dios. Magistrados santos,

porque oyeron a todos con igualdad, juzgaron sin

interés, sentenciaros sin respetos, castigaron los delitos

según ley, se compadecieron de los mismos a quienes

mandaron castigar, sirvieron al público y a Dios, hicieron

cumplir las leyes humanas, y ellos cumplieron

exactamente las del Evangelio.

91- Militares santos, porque con el uniforme del

Rey vistieron el de la religión, se contentaron con su

estipendio, no hicieron violencia e injusticia, usaron de

las armas, mas no abusaron de ellas, no fueron

traidores en la paz ni cobardes en la guerra, pelearon

como valerosos, mas no como temerarios, expusieron

sus vidas por la patria, mas nunca sus almas por el

deleite. Labradores santos, porque con la sinceridad de

palomas unieron la prudencia de serpientes, con el

cultivo de la tierra juntaron el de sus corazones, porque

fueron buenos padres de sus hijos, esposos fieles de

sus mujeres, amos cuidadosos de su familia, perfectos

ciudadanos, vasallos fieles que dieron al Cesar lo que es

Page 68: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

del Cesar y a Dios lo que es de Dios; esto es, que

pagaron los tributos al Rey, los diezmos a Dios, y las

primicias a su Iglesia, que es lo mismo. Comerciantes

Santos, que regularon sus tratos por la verdad, sus

ganancias por la razón, sus palabras por la buena fe,

que ofrecieron siempre para cumplir, que prestaron sin

interés, que adquirieron sin defraudar, que de lo

adquirido partieron con los pobres, dispuestos siempre a

abandonarlo todo por Dios.

92- Abogados santos, ¿mas para que es

cansaros? Santos todos, porque cumplieron

exactamente las obligaciones de su estado, y porque en

el cumplimiento de estas obligaciones hallaron la

práctica y el mérito de las virtudes mas heroicas; esto

es, hallaron el mérito del trabajo y de la sujeción en los

cuidados y funciones de su estado: el mérito de la

penitencia y mortificación en los sinsabores y

contradicciones de su estado: el mérito de la paciencia y

conformidad en los reveses y adversidades de su

estado: el mérito de la beneficencia y caridad en la

riqueza y opulencia de su estado: como que no hay

virtud cristiana que cada uno no pueda y deba practicar

muchas veces para cumplir con las obligaciones de su

estado.

Page 69: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

93- Ved aquí ya, amados fieles míos, resumida y

acabada mi primera instrucción: la misma y en los

mismos términos que el apóstol dirigía a los suyos y

enseñaba siempre en sus Iglesias:Unumquemque sicut

vocavit Deus, ita ambulet, sicut in omnibus Eclesiis

doceo74. ¿Pensáis hijos míos, les decía, que para ser

santos y verdaderos discípulos de Jesucristo os he de

pedir yo que todos seáis apóstoles, todos profetas,

todos doctores, todos virtudes? ¿Qué todos interpretéis

las Escrituras, todos habléis en varias lenguas, todos

obréis prodigios, o que todos viváis en los desiertos?.

No por cierto; porque para serlo y llegar a la santidad

que es necesaria y profesasteis en el cristianismo, basta

que cada uno de vosotros ande, viva y cumpla

exactamente las obligaciones de aquel estado a que lo

llamo Dios. Pues esto mismo y nada mas, amados fieles

míos, es lo que yo solicito de vosotros, y lo que solicitaré

siempre en mis Pastorales, en mis exhortaciones ya

públicas, ya privadas, ya en el púlpito, ya en el

confesionario: que os acordéis que sois cristianos y

discípulos del Salvador: que solo por serlo estáis

obligado a la santidad esencial del cristianismo: que sin

lograr esta es imposible salvaros; y que para lograrla

74 1 Cor 7,17.

Page 70: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

nada tenéis que hacer mas que cumplir exactamente las

obligaciones de la religión y del estado a que os ha

llamado Dios, sea el que fuere; pues en el os concederá

el Señor todas aquellas gracias necesarias y suficientes

para conseguir la santidad en esta vida, y en la otra el

premio de la santidad que es la gloria: Unumquemque

sicut vocavit Deus, ita ambulet.

94- Esto es lo que os pide, y cuanto os desea

vuestro prelado, y lo que ruega y continuamente rogará

al Señor que os conceda, como la única felicidad para

que habéis sido criados y llamados misericordiosamente

al cristianismo. La gracia, pues, de Jesucristo sea con

todos vosotros, amados fieles míos, para comcluir mi

carta con las mismas palabras que el Apóstol la suya a

sus amados fieles de Roma: Gratia Domini nostri Jesu-

Christi cum omnibus vobis Amen.75 Sean la honra y

gloria por los siglos de los siglos a aquel solo que puede

confirmaros en la fe recibida, y por la cual vivis unidos al

Evangelio y predicación de Jesucristo:Ei autem qui

potens est confirmare juxta Evangelium meum,

praedicationem Jesu-Christi: honor, gloria in saecula

saeculorum. Amen.76

75 Rom. Cap 16,24.76 Rom. 16, 25-26.

Page 71: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

Fray José Antonio de San Alberto

Page 72: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

CARTA PASTORAL

Que

El Ilustrísimo y Reverendísimo Señor

D. Fr. JOSEPH ANTONIO DE S.

ALBERTO,

OBISPO DEL TUCUMAN,

Dirigió

TODOS SUS DIOCESANOS,

Acompañando las Constituciones para las Casas

de Niños Huérfanos y Huérfanas, fundadas en

Córdoba, Capital de aquella Provincia.

Page 73: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

EN El AÑO DE 1782

Page 74: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

»»»»»»»»»»»»»»»»»»»»»»»»»

Religio munda, et inmaculata apud Deum et Patrem, hac

est Visitare pupillos in tribulatione corum.

»»»»»»»»»»»»»»»»»»»»»»»»»

La Religión pura y sin mancha a los ojos de nuestro

Padre Dios, es visitar a los Huérfanos en su tribulación.

(Santiago, en su Epístola cap.1, 27).

1- Ya gracias a Dios, amados míos tenemos en

Córdoba una casa de Religión, para recoger, criar,

instruir y educar, en ella a los Pobres Huérfanos, y

precaverlos de la necesidad y de la ignorancia. Este es

el gran suceso que yo he resuelto anunciaros por medio

de la presente Carta Pastoral, para que unidos todos

rindamos las más reverentes gracias a Dios, quién ha

querido inspirarnos y facilitarnos un Establecimiento tan

conforme a los sentimientos de la humanidad, a los

principios de la Religión, a los intereses del Estado y tan

propio para dispensar a esas tristes víctimas de la

indigencia, los socorros que necesitan para el alma y

para el cuerpo.

Page 75: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

2- Desde luego que puse el pié (y pudiera decir

que aún antes de ponerle), en esta mi amada Diócesis,

me propuse en mi corazón, y así lo anuncio en mi

segunda Carta Pastoral, solicitar por cuantos medios me

fuesen posibles, el establecimiento de una Casa donde

pudieran refugiarse estas miserables criaturas, que,

Huérfanas de padre y madre, y por lo mismo,

abandonadas a la necesidad, a la independencia y a la

libertad, viven expuestas a todo género de desgracias.

3- Me contristaba sumamente ver a esas

ovejuelas, que Dios por sus altos fines y contra todos

los medios de una providencia ordinaria, quiso poner a

mi cargo: verlas digo, errantes, dispersas y

desamparadas, sin padre, sin madre, sin maestro, sin

director, sin tener a quien volver los ojos para su

alimento y para su enseñanza. Cada Huérfano que se

me presentaba, o en las calles, o en los campos, parece

que encarándose hacia mí, me dirigía entre lágrimas y

trinos aquellas palabras de Jeremías: 15Pupilli facti

sumus pbsque patre... Pellis nostra excusta est a facie

tempestatum famis: huérfanos y sin padres hemos

quedado y nuestras pieles áridas y quemadas son

15 Thren. Cap.5, 3 et vers.1 “El desvalido confía en ti, tú eres el refugio del Huérfano”

Page 76: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

testigos de la desnudez, del hambre, y de la necesidad

que padecemos.

4- A cada momento de consideración sobre estos

infelices, parecía que resonaban mis oídos, como si

para mi solo es hubieran escrito aquellas palabras de

David: Tibi derelictus est pauper; 1Orpbano tu crisis

adjutor: a ti, es a quien por Prelado y Pastor de esta

Diócesis, toca el recoger y amparar a estos pobres

Huérfanos, que no tienen, ni reconocen otro padre que a

su Obispo; si se pierden tu serás la causa de su

perdición, y si se salvan tu serás el instrumento de la

salvación de estas pobres criaturas. Mira, mira bien lo

que haces, edifícales casa, búscalos y recógelos,

instrúyelos, pues son tus hijos y son hijos de Dios, que

los ha dejado a tu cuidado y protección, Orpbano tu cris

adjutor.

5- Cuando, pensando en los precisos y grandes

gastos de una obra tan de mi obligación, me

acobardaban los muchos empeños, los pocos medios y

las cortas rentas de este obispado, luego me salía al

encuentro el Profeta Oseas con aquella admirable

sentencia, que ha sido y será siempre el apoyo y la

seguridad de los justos y de los limosneros:

1

Page 77: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

Misericordiam et justitiam custodi, et spera in Deotuo:

ten misericordia de estos infelices huérfanos, cumple

con ésta que en ti no sólo es obligación de caridad, si no

de justicia, y espera que te ayudara tu Señor y Dios, en

cuya mano están todos los tesoros del Cielo y de la

Tierra, y a cuya disposición están todas las rentas y los

renteros del mundo.

6- Cuando, penetrado ya de todos estos

sentimientos, y resuelto a emprender tan grande obra,

consideraba que para concluirla y perfeccionarla serían

menester más años que los que yo podía prometerme

de vida en un ministerio que no ofrece si no cuidados y

fatigas, y en una edad que ya no puede extenderse a

muchos, exponiéndome a estas circunstancias a que se

dijera de mi: Este hombre empezó a edificar; pero no

pudo concluir, luego me prevenía mi memoria con

aquella sentencia del Espíritu Santo: ui scquitur

misericordiam inveniet vitam: emprendo y sigo esta obra

de misericordia, que poderoso es el Señor, para

alargarte la vida a ruegos y oraciones de los mismos

Huérfanos, y a cuenta de que estos no pierden un asilo

donde les tienen preparada una eterna felicidad.

7- Así luchaban en mi corazón la compasión

y la imposibilidad, el deseo y la desconfianza, quedando

Page 78: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

Dios, ese gran Dios2, para quien no hay palabra que sea

imposible; ese gran Dios que nos promete en las Santas

Escrituras16 estar pronto a oír los gemidos de los pobres

y cuyos piadosos ojos siempre, están mirando hacia

ellos, me inspiro, me proporciono y me facilito todos mis

deseos con la gracia que suplique al Excmo. Señor

Virrey D. Juan Joseph de Vértiz, y a la Junta Provincial

de Temporalidades. Esta fue que el Colegio de

Montserrat de trasladase al Máximo de los Ex-Jesuitas,

único medio que yo encontraba para que no se

arruinasen unos edificios que eran todo o el principal

adorno de la ciudad; y que aquel se me diese para Casa

de Huérfanos y Huérfanas, único arbitrio que hallaban

mi pobreza y mi compasión para hacer este grande

servicio a Dios, a la Religión y al Estado.

8- Así se pidió, así se concedió, así se hizo, así

está ya hecho, y así es que gracias a Dios, a nuestro

Soberano y a sus Ministros, tenemos en esta Provincia,

Casa de Huérfanos y Huérfanas; felicidad que si bien se

considera, es una de las mayores con que el Padre de

las misericordias y Dios de toda consolación ha querido

visitar a esta Diócesis. Si, amados míos, ya puedo

2 Lc. 1,3716 Sal. 10, 9.17.

Page 79: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

deciros con el Patriarca J. Jacob, que tenemos en

Córdoba una Casa de Dios y puerta para el Cielo17, por

lo mismo que en esta Casa de Huérfanos lo es de

caridad, de misericordia, y de oración: Domus Dei et

porta coeli.

9- Casa que justamente deberá también llamarse

del Rey, debiéndola a la piedad del Soberano que nos

rige y que nos mirara siempre como una obra de sus

manos y de sus liberalidades: Domus Regis18. Casa que

también podrá decirse del Descalzo, atendiendo al flaco

y débil instrumento de que Dios se ha querido valer para

su establecimiento, y para confusión de la sabiduría,

poder y providencia de los Grandes del mundo. Domus

Discalccati19. Casa que ahora y en los siglos venideros

deberá intitularse de San Joseph, teniendo como tiene la

de Huérfanos por su titular y protector a este gran

Patriarca, a cuya cuenta correrán siempre sus

aumentos, tanto en lo espiritual como en lo temporal, y

cuyo patrocinio tan seguro como general para todas las

necesidades, se empleara muy particularmente sobre

las de estos Niños, que lo amaran, que le vencerán, que

le invocaran, y que le obsequiaran todos los días con la

17 Gen. 28,7.18 II Cron. 2,11.19 Deut. 25,10.

Page 80: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

triste y gloriosa memoria de sus siete dolores y siete

gozos: Domus Joseph.

10- Casa que deberá igualmente intitularse de

nuestra Santa Madre, teniendo como tiene, la de

Huérfanos por titular y protectora a mi gran Madre Santa

Teresa de Jesús: a aquella gran Santa, que quedando

Huérfana de madre a los doce años, y presintiendo la

falta que habría que hacerle su ejemplo y su compañía,

tomo por madre a la Sagrada Virgen, logrando la

dignación y la ventaja de que esta Señora la adoptase

por su muy amada hija, a aquella Santa que por piedras

fundamentales del primer Convento de su nueva

reforma, que fundó en Avila preeligió entre muchas y dio

el hábito a cuatro doncellas pobres y huérfanas, como

ella misma nos lo dice en el cap. XXXVI de su vida:

Domus Matris vestre: Casa finalmente, que con mucha

propiedad deberá llamarse de Religión, de una Religión

pura y sin mancha a los ojos de nuestro Padre Dios,

consistiendo ésta, según las palabras de Santiago, en

visitar y consolar a los huérfanos en su tribulación:

Religio munda et inmaculata hac est visitare pupillos in

tribulatione corum.

11- Yo no sé, amados míos, si en toda la

Escritura Santa, podrían hallarse palabras tan propias y

Page 81: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

convenientes que éstas; para satisfacer el empeño me

propuesto excitar vuestra compasión para con los

pobres Huérfanos, y hacerlos ver los grandes bienes

que se siguen del establecimiento de estas Casas, tanto

en lo espiritual, como en lo temporal. No me es posible,

ni el tiempo que precisamente debo aplicar también a

otros negocios, propios de mi ministerio, me permite que

yo pueda referirlos todos. Hablare, pues, en esta Carta

solo de algunos, reduciéndolos a tres a los más

principales, que formaran la división y el asunto de ella.

Vedlos aquí: el nuevo establecimiento de esta Casa es

muy conforme a las verdades sublimes de nuestra

Religión: esta será la primera parte. El nuevo

establecimiento de esta Casa es muy útil a los grandes

intereses del Estado: será la segunda parte. El nuevo

establecimiento de esta Casa es muy favorable a las

necesidades de los huérfanos: esta será la tercera parte.

PRIMERA PARTE

Page 82: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

Que el establecimiento de estas Casas de Huérfanos y

Huérfanas es muy conforme a nuestra Religión.

12- Sí, amados hijos míos, estas Casas que

acaban de establecerse en la Provincia, y cuyo objetivo

y destino es recoger a los Huérfanos, criarlos, instruirlos

y educarlos, es una obra conforme en todo a las

verdades sublimes de nuestra Religión, ya sea que ésta

se considere en su Autor, ya en su objeto, ya en sus

leyes, ya en sus fines. Es decir que el establecimiento

de esta Casa es muy conforme al Autor de nuestra

Religión y a las leyes de nuestra Religión y a los fines

de nuestra Religión. Detengámonos algún tanto en estos

cuatro artículos.

I

Que el establecimiento de estas Casas es muy

conforme al Autor de nuestra Religión.

13- 20El Autor de nuestra Religión no es otro que

Dios, y un Dios que, gozando por su ser y por sus

atributos de los títulos más augustos y admirables,

cuales son el de Dios de Abraham, de Isaac, de Jacob,

20 Sal. 67, 5.6.

Page 83: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

de los Ejércitos, de las Venganzas, ha querido también

llamarse e intitularse Padre de los Huérfanos, según que

nos lo dice el Real Profeta: Turbabuntur á facie ejus,

Patris Orphanorum.

14- No es decir que Dios no sea Padre

generalmente de todos: de los grandes, de los

pequeños, de los ricos y de los pobres; lo es en efecto y

con mas razón y propiedad que lo que son, los padres

naturales que nos engendraron y nos criaron, y en estos

términos nos enseña Jesucristo en la oración dominical

a orar y llamarle Padre nuestro, y en otra parte nos dijo:

No es mas que uno vuestro Padre, que está en los

Cielos; si no porque entre todos los pobres, son los

Huérfanos los más pobres, los mas destituidos, los más

desamparados, y por lo mismo los mas acreedores a los

paternales cuidados de un Dios, que es todo

misericordia y caridad, según la brillante expresión del

Evangelista,21 y cuya adorable providencia mantiene,

viste y cuida a los mas pequeños pajarillos que vuelan

por el aire.

15- Porque ¿qué cosa son los Huérfanos,

amados míos? Ah! Si yo pudiera trasladar a la pluma los

sentimientos de mi corazón, y pintar al vivo en el papel

21 Jn. 4, 1.

Page 84: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

las tribulaciones de estas infelices criaturas! Un

Huérfanos es un niño a quien en la edad más tierna, y

cuando más necesitaba de sus padres se los arrebató la

muerte, la desgracia, o la Providencia. Privado así del

consuelo, la instrucción y amparo de su padre amoroso,

se ve este miserable gemir bajo el pesado y peligroso

yugo de la ignorancia y de la necesidad. Privado de las

caricias y cuidados de una madre tierna y cariñosa,

apenas tiene a quien volver los ojos en este mundo, ni

donde reclinar la cabeza para solevar por un instante el

insoportable peso del dolor y de la amargura. Privado de

la dulce compañía, sabia protección y poderosa defensa

de los que le dieron el ser, llora solo, olvidado,

indefenso, perseguido en su persona y bienes, tal vez

de aquellos mismos que quedaron por tutores y

curadores de sus bienes y de su persona. En tal estado

podemos decir que un niño Huérfano es semejante a

aquel pobre que pinta David tan pobre y desamparado

que no tiene persona alguna que le ayude: 22Pauprem,

cui non erát adjutor: esto es, ni padre que lo asuste, ni

madre que le acaricie, ni maestro que le enseñe, ni

director que le dirija, ni tutor que le defienda, ni juez que

mire por su causa: Pauperem, cui nom erat adjutor.

22 Sal. 71, 12.

Page 85: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

16- En este estado podemos decir que un

Huérfano es una copia nada equivoca de aquel hombre

de quien dice Jesucristo, que caminando de Jerusalén a

Jericó, cayo en manos de ladrones, que le robaron, le

hirieron y le maltrataron hasta dejarle medio muerto;

esto es, sin que haya para él, ni Sacerdote, ni Levita, y

tal vez ni Samaritano que se mueva a curarle, a

socorrerle y ampararle; siguiéndose mas de una vez no

solamente la muerte temporal de estos infelices, sino

acaso también su eterna condenación. ¿He dicho yo

mas, amados míos, que lo mismo que vosotros habréis

visto en vuestros pueblos y en los campos? ¿Puede

presentarse en esta vida objeto más lastimoso y más

digno de nuestra compasión que un niño huérfano?

Cuando David imprecaba las mayores calamidades

sobre un padre sacrílego y traidor a su Dios, ¿no le

pareció que las reunía todas con decir y desear que sus

hijos quedasen huérfanos? 23Fiant filii ejus orphani.

17- Pues de unos niños tan pobres, tan infelices,

tan miserables, tan olvidados, tan indefensos, tan

desamparados y tan sin nadie para la compasión, para

el consuelo y para el socorro, ¿podía Dios dejar de

llamarse y de ser Padre? Sí, amados míos, Dios lo es

23 Sal. 108, 9.

Page 86: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

muy particular de los Huérfanos, para que veáis que el

establecimiento de estas Casas es muy conforme al

Autor de nuestra Religión, y para que veáis también que

la verdadera Religión debe inclinar a todas las almas

Cristianas a amar singularmente a los Huérfanos, y a

darles sólidas pruebas de ella. La razón, tomada de S.

Agustín, es porque la verdadera Religión consiste en

conformarse con los designios e inclinación de Dios.

Pues si la inclinación de Dios, si los designios de Dios, si

la gloria y honor de Dios es llamarse y ser amoroso

Padre de los Huérfanos, ¿qué será visitarlos nosotros y

socorrerlos en su necesidad, sino obrar conforme a los

designios del Autor de nuestra Religión? ¿Qué será sino

ser los Ministros de su misericordia, cooperando y

ayudando a ella? Qué será sino desempeñar de algún

modo su providencia respecto de estos hijos, para que

nunca tengan motivo de quejarse de que los ha

desamparado, y puedan decir siempre con David: 24Quoniam pater meus, et mater mea derelinquerunt me,

Dominus autem asumpsit me: porque mi padre y mi

madre me dejaron y se me perdieron, Dios me ha

tomado a su cargo y puesto bajo su protección? ¿Qué

será sino venir a ser nosotros unas madres en

24 Sal. 26, 10.

Page 87: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

Jesucristo de los pobres Huérfanos, de quien Dios es el

único y verdadero padre? ¿Qué será? Pero yo me

alargaría demasiadamente si quisiera deciros con la

Escritura y con los Padres todo lo que es, y todo lo que

vale delante de Dios visitar a los Huérfanos en su

tribulación.

II

Que el establecimiento de estas Casas es muy

conforme al objeto de nuestra Religión.

18- Toda nuestra Religión, amados míos, se

reduce a la caridad, se dirige a ella, y la tiene por

Principio, fin y objeto. Era consiguiente que sola la

caridad fuese objeto de una Religión, cuyo Autor no es

otro que la misma caridad. Religión sin caridad sería una

Religión sin objeto, y por lo mismo quimérica,

imaginaria, vana y aparente, incapaz de honrar a Dios,

ni de edificar a los hombres.

19- De este principio concluyó el Apóstol a sus

amados fieles de Roma que la dilección, esto es, la

caridad con el prójimo, era la plenitud o complemento de

toda la Ley: Plenitudo ergo Legis Est dilectio; y del

mismo infiero yo y debéis inferir vosotros, que quien

Page 88: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

tiene caridad con los Huérfanos, quien los visite en su

tributación, quien socorre en sus necesidades, quien los

recoge, quien los instruye, quien los educa, quien se

apresura a proporcionarles todos los alivios, desde el

mismo instante puede darse a sí mismo este testimonio

de su Religión, y decirse con verdad y con humildad: Yo

tengo en mi alma todo el objeto de la Religión; yo tengo

todo el fondo de la Religión; yo tengo todo el mérito de

la Religión; yo tengo todo el compendio de la Religión, y

todo cuanto en un alma puede ser agradable a Dios, por

lo mismo que tengo caridad con los pobres Huérfanos.

20- Penetrado de estos sentimientos, y

persuadido de estas verdades el Santo Job en medio de

sus calamidades y desgracias, para consuelo de su

afligido corazón, y para dar a Dios un testimonio de su

Religión, de su fe y de su exacta observancia de todos

los preceptos, le representaba la caridad que siempre

había tenido con los Huérfanos. Sí, Dios mío, le decía,

vos sabéis bien, y sois buen testigo de que jamas me

senté a la mesa, que no pusiera al Huérfano a mi lado, y

que jamás probé un bocado de pan que no le partiera

con él: Si comedi buccellam meam solus, et non comedit

pupillus ex ea. Y si esto es así, Señor, y lo es también

que quien tiene claridad ha cumplido con todas las

Page 89: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

leyes, ¿Por qué llueven sobre mi tantas calamidades?

¿Cómo me golpeáis tan a mano llena, y me tratáis como

si fuera un contrario y enemigo vuestro?.

21- ¡Ay amados míos! No quisiera contristaros en

una Carta, cuyo fin, como os dije al principio de ella, se

reduce a participaros una noticia alegre y feliz; pero

tampoco puedo, sin faltar a la obligación de mi

ministerio y a los deseos que tengo de vuestro bien,

dejar de haceros presente una reflexión que ofrecen

naturalmente estas palabras de Job. Aquel gran

Patriarca vivió, obró y habló muchos siglos antes de la

venida del Salvador, y por consiguiente en un tiempo

que todavía se miraba muy distante la ley del Evangelio.

Sin embargo, creyó que hubiera sido dar una prueba de

falta de Religión y un justo motivo para que Dios le

castigara con tantas calamidades como estaba

padeciendo, no compadecerse de los Huérfanos, no

recogerlos en su casa, no ponerlos a su mesa y no

compartir con ellos, ya no solamente de lo superfluo de

sus grandes riquezas sino también del mismo pan que

destinaba para su alimento: Si comedi buccellam meam

solus, et nom comedit pupillus ex ea.

22- Pues, ¿Qué podréis y deberéis decir,

vosotros criados a los pechos, a los ejemplos y a la

Page 90: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

doctrina de Jesucristo? ¿Os lisonjeareis de que vuestra

vida es conforme a la verdadera Religión, y que quedará

impune y sin castigo de Dios vuestra indolencia, o, por

decirlo mejor, vuestra dureza con los pobres Huérfanos?

Las desgracias que cada día experimentáis en vuestras

casas, en vuestras familias, en vuestras haciendas, en

vuestros ganados, en vuestros tratos y negocios; las

calamidades públicas que estamos padeciendo en todo

el Reino ¿No serán tal vez justo castigo del Señor por

no partir el pan y los bienes que os da con estos

infelices? ¡Ay hijos míos! Reflexión es ésta, capaz de

humillaros y confundiros, si queréis no cerrar los oídos a

los gritos y remordimientos de vuestra conciencia.

23- Porque, ¿Quién de vosotros ha pesado hasta

aquí como debe la obligación estrechísima de amar y

socorrer a los Huérfanos? ¿Quién de vosotros puede

asegurarse de que los ama y socorre como Jesucristo lo

tiene mandado? Y digo los socorre, porque tal vez

muchos estaréis persuadidos de haber satisfecho este

precepto solo porque no los aborrecéis, o porque en

ciertos momentos os sentís penetrados de la ternura y

de la compasión hacia ellos. ¡Que engaño! A la

compasión, a la ternura y al amor deben acompañar las

obras. Donde no, será una caridad estéril e infructuosa,

Page 91: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

que nada prueba y que nada vale. Ver a vuestros

hermanos los Huérfanos en la más dura necesidad, y

cerrar las entrañas y las manos para su socorro; oír sus

clamores y responder cuando más con una compasión

nada efectiva, o con unas buenas palabras que se las

lleva el viento. Esto, amados míos, no es obrar conforme

al objeto de vuestra Religión; es no tener caridad, ni

estar en vosotros la caridad de Dios, según la expresión

del Evangelista: 25Qui viderit fratrem suum necessitatem

habere, et clauserit viscera misericordia sua abco:

quomodo charitas Dei manet in eo?.

24- Por lo mismo hemos dicho que estas Casas

fundadas únicamente para recoger, criar, instruir, educar

y socorrer a los Huérfanos es una obra muy conforme al

objeto de nuestra Religión; y ahora diremos que no es

menos conforme a sus Santas Leyes.

III

Que el establecimiento de estas Casas es muy

conforme a las Leyes de nuestra Religión.

25- Todos los Libros Sagrados del Testamento

antiguo, especialmente los del Exodo y Deuteronomio

25 I Jn. 3, 17.

Page 92: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

están llenos de sabias y piadosas leyes a favor de los

Huérfanos, queriendo que estos los mirasen como a

unas personas sagradas, privilegiadas y protegidas

singularmente de Dios, y respetadas y atendidas como

tales. Sería alargar demasiadamente esta Carta si yo

quisiera referirlas a todas, y aun mucho mas si quisiese

añadir los bellos comentos y singulares exposiciones de

los Padres de la Iglesia. Me contentare con deciros

algunas, las más principales y que hacen mas al caso.

26- Una ley era, que los Huérfanos fuesen

considerados y atendidos de los Israelitas como

hermanos suyos; título que naturalmente y por si mismo

está provocando a los sentimientos más tiernos de

compasión y de caridad; porque ¿Quien no la tendrá con

un hermano suyo? Y si con este no la tiene, no le

contéis con los hombres, sino con las fieras y con los

mármoles26.

27- Otra ley era cada familia adoptase un

Huérfano; y este, ya adoptado, comiese a su mesa,

tuviese parte en todos los bienes y fuese tratado como

los demás hijos de la casa; medio, que tomó el Señor

para los Huérfanos recogidos, educados, instruidos y

acomodados fuesen tantos, como cuantas eran las

26 Dt. 24, 14.

Page 93: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

familias de aquel pueblo verdaderamente numeroso; y

arbitrio que puede llamarse un equivalente del que hoy

usamos de recogerlos a todos en una Casa para su

enseñanza y manutención, sin mas diferencia, sino que

halla se recogía un huérfano en cada casa, y aquí en

una sola Casa recogemos muchos, lográndose el mismo

fin, aunque por medios diferentes.

28- Otra ley era, que en cada familia hubiera una

parte de diezmos propia de los Huérfanos y únicamente

destinada para el socorro de sus necesidades. En esto

se ve que Dios los trato como a unas personas

sagradas, igualándolos con los Levitas, y aun con los

mismos sacrificios, en el mismo hecho de disponer que

de las tres décimas, una fuese para estos, otra para los

Levitas y otra para Huérfanos27.

29- Otra ley era, que lo que por olvido o por

descuido se quedase en el campo, en la viña, o en el

olivar al tiempo de recoger las olivas, las uvas o los

granos, nadie volviese por ello, sino que quedase allí a

la libre industria y disposición de los Huérfanos, sin duda

atendiendo a la ley a que no siendo posible, que todos

viviesen adoptados en casa de los Israelitas, los que no

lo estaban tuviesen, cuando menos, este corto recurso

27 Dt. 14, 29.

Page 94: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

para socorro de sus necesidades. Tal fue el celo y

cuidado que mostró Dios a favor de los Huérfanos en las

leyes del Deuteronomio. ¿Y podría mostrarlo menos en

la Ley nueva, Ley toda de gracia y de caridad?

30- En cien partes exhorta, manda e intima la

misericordia con los pobres como un medio, el más fácil

y el más poderoso para redimir los pecados a poco

precio, para merecerse las más copiosas bendiciones de

su mano. En una parte manda,28 que se dé limosna de lo

que sobrare, suponiendo en esto mismo que hay bienes

superfluos, y queriendo que éstos se apliquen no al

fausto, al lujo y a la vanidad, sino al alivio de los pobres

miserables, pues sabemos por San Lucas29 que de las

limosnas recibidas de mano de los fieles, una gran parte

distribuían a las Viudas y a los Huérfanos; embarazo

que por salir de él y estar más expeditos para la oración

y predicación, les obligó a celebrar un Concilio, que

puede llamarse el segundo de la Iglesia, en que

determinaron nombrar a siete Diáconos, a cuyo cargo

estuviese el fiel reparto de estas limosnas. Este mismo

espíritu, siguieron después de los Apóstoles, los

Obispos sus sucesores, quienes han mirado siempre la

28 Lc.11, 41.29 Hch. 4, 35.

Page 95: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

protección, defensa y socorro de los Huérfanos, como

uno de los principales cargos de su ministerio pastoral,

tantas veces recomendado y mandado por las Leyes y

Cánones de la Iglesia; citados por el Tomasino en la

segunda parte de la antigua y nueva Disciplina de la

Iglesia, (libro 3. Cap. 38). La verdad que en los tres

primeros siglos de la Iglesia, no permitiéndoles la

crueldad de los Emperadores gentiles recoger a los

Huérfanos en casas separadas, se contentaban los

Obispos con socorrerlos privadamente por las ciudades,

campos y cavernas donde se hallaban; pero cuando

desde el tiempo del grande Constantino cesó la

persecución y empezó la paz de la Iglesia, empezaron

también los Obispos, con igual fervor que piedad, ya por

si, y ya por medio de seglares piadosos, a edificar

suntuosos Hospicios donde, recogiendo todo género de

personas miserables, las alimentaban, las curaban y las

instruían. Estos eran los que se llamaban Nosocomios,

Xenodoquios, Orfantorios, de los que habla Tomasino

en la segunda parte de su citada Disciplina, lib. Cap. 89.

Refiriendo siglo por siglo lo mucho que erigieron los

Obispos en el Oriente y en el Occidente, como los

Basilios en Cesaréa, los Augustinos en Hiponá, los

Crisóstomos en Constantinopla, los Pelagios e

Page 96: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

Inocencios en Roma, con otros muchos que no

referimos, bastando lo dicho para prueba de que el

establecimiento en estas Casas es muy propio de la

obligación pastoral de los Obispos y muy conforme a las

Santas Leyes de nuestra Religión. Pues también lo es, a

los santos fines de la misma; último artículo con que

vamos a desembarazarnos del asunto de esta primera

parte.

IV

Que el establecimiento de estas Casas es muy

conforme a los fines de nuestra Religión.

31- Nadie ignora que el fin de la Religión, ya en

sus leyes, ya en sus máximas, no es otro que el de

convertir las almas, santificarlas, instruirlas, iluminarlas y

dirigirlas al último fin para que fueron criadas por Dios; y

nadie, que lea seriamente las Constituciones con que

han de ser gobernadas estas Casas, dejará de confesar

de buena fe que son las más propias y las más

conformes a estos santos fines de la Religión.

32- Santificar las almas: ocupados aquí los niños

en sus estudios; y las niñas en sus labores, vivirán todos

separados de la ociosidad, madre fecunda de los vicios.

Así crecerán con una feliz ignorancia de todo lo que es

Page 97: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

pecado, y sin conocer otros objetos que aquellos que

aquellos que puedan poderosamente inclinarlos a la

virtud. Las alabanzas divinas, la asistencia a la oración y

rosario, la devoción a los Santos Patronos, y con

particularidad a la Reina de los Angeles, el manejo de

buenos libros, el uso frecuente de Sacramentos con

otras obras de piedad y Religión, formaran una gran

parte de sus ocupaciones diarias. ¿Y quién no conoce

que será un medio poderoso para su propia

santificación?

33- El celo del Prelado, el de los maestros y el de

las maestras estará siempre en vela y en cuidado sobre

su conducta, sin permitirles conversaciones que los

corrompan, diversiones que los disipen, juegos y

vagueaciones que los distraigan. De esta manera la

inocencia y la simplicidad serán la porción y la heredad

de estos nuevos consagrados en el Santuario; y es de

creer que hablando Dios al corazón de estos inocentes,

como en otro tiempo al de Samuel30, llame a unos para

el sacerdocio, a otros para el matrimonio, a aquellas

para el celibato, a éstas para la clausura, y a todos para

que, criándose en su santo temor, y llevando el yugo de

su Ley, desde sus primeros años, sea la corona de

30 Reg. Cap. 3, 4.6 et 8.

Page 98: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

estos una vida cristiana y virtuosa, y el premio de su

virtud una eterna felicidad.

34- Iluminar e instruir las almas: uno de los

principales cuidados de los maestros en estas Casas,

será instruir a los niños y niñas en los principios de

nuestra Religión, enseñándoles y explicándoles la

doctrina cristiana de un modo útil que no sólo la sepan y

entiendan para sí, sino que puedan en adelante

enseñarla y explicarla a otros. Por lo tanto no se limitará

esta enseñanza a un Catecismo solo, siendo tal vez

cierto, que apenas se halla uno, que comprenda todas

las materias en que debe estar instruido un buen

Cristiano. Los de Astete y Ripalda son muy buenos; pero

demasiados concisos, y que escasamente dan una

noticia muy común de los puntos más esenciales. Al del

doctísimo Fleuri le hacemos la justicia de reconocerle

por uno de los mejores; pero todavía le falta mucho para

satisfacer la necesidad y practica de estos países donde

nos hallamos. Los Obispos debemos contar y atender a

todo, porque ninguno mejor que el propio Pastor, sabe el

pasto que más conviene a sus ovejas; y los puntos en

que necesitan de más instrucción.

35- Pondremos por ahora ejemplos en solo tres.

Todos los Catecismos enseñan qué cosa es Bautismo.

Page 99: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

Es dicen, un espiritual nacimiento en que nos dan, el ser

de la gracia y la insignia de Cristianos: pero son muy

pocos los que tratan, ni aun de paso, cual sea su

materia, cual su forma, quien su Ministro ordinario, quien

en caso de necesidad, y qué pecado entrometerse a

bautizar privadamente, y sin que haya un motivo un

motivo urgente y justificado.

36- En España, donde las gentes están

reducidas a pueblos, y los pueblos gobernados por un

Párroco, y aún asistidos de algunos otros Sacerdotes,

sería tolerable la ignorancia de todo esto entre la gente

común: pero en la América, en el Perú, en esta

Provincia del Tucumán, donde apenas hay pueblo

formado, y donde las gentes viven desparramadas por

los campos en casas separadas y distantes de las del

Cura y de la de los convecinos, cuatro, seis, diez y

veinte leguas ¿qué consecuencias tan lastimosas no

pueden seguirse de la ignorancia en un punto tan capital

y necesario para la salvación como el Bautismo, si en

casos de necesidad, que son harto frecuentes, no hay

en la casa, o en la estancia, o cerca de ella, una

persona suficientemente instruida en la materia, forma, o

palabras de este sacramento?.

Page 100: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

37- Ver aquí que muere sin él aquella miserable

criatura, y pierde para siempre la vista de Dios. Por esto

en estas Casas se dará cabal instrucción a todos los

niños y niñas sobre punto tan esencial, como frecuente.

38- Todos los Catecismos explican el Sexto

mandamiento de la Ley de Dios, y preguntando ¿quien

le cumple enteramente?, responden. El que es casto, en

palabras, en obras y en pensamientos; pero pocos, o tal

vez ninguno; se detiene en explicar la ley de la modestia

intimada por San Pablo, para que los hombres y las

mujeres vistan con decencia y sobriedad, y cubran

decentemente sus cuerpos para no ser motivo del

escándalo y de la ruina propia y ajena.

39- En España y en los pueblos cultos de estas

Provincias, poca explicación necesita una ley que la está

inspirando el ejemplo, la vergüenza y el mismo pudor

natural: pero ¿quien no ve con horror lo que pasa en los

campos? La miseria, la escasez, la soledad y la

rusticidad con que se vive en ellos hace mirar como

indiferente, como lícita, y aun como necesaria esta

media desnudez que se advierte en las personas

grandes, y la entera y de todo el cuerpo en los niños de

ambos sexos, siguiéndose de aquí que, acostumbrados

de esta edad, a verse desnudos y en carnes, pierden

Page 101: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

con la vergüenza el horror al vicio, y se entregan

después a los excesos más ignominiosos: Sicut equus

et mulus, quibus non est intellectus, por eso nada se

cuidara más en estas Casas, que la instrucción de los

niños y niñas en todas las leyes del recato, de la

modestia y de la honestidad, para que aprendiéndola y

practicándola y practicándolas en la niñez las conserven

inviolablemente toda la vida.

40- Finalmente todos los catecismos explican el

Cuarto Mandamiento del Decálogo; y preguntando:

quiénes otros son entendidos por padres además de los

naturales?. Responden que los mayores de edad, saber

y gobierno: pero raro o ninguno es el que haga alto en

explicar el amor, el respeto y la fidelidad que deben los

Vasallos a su Rey, la obligación y rogar a Dios, por su

vida, de obedecer sus leyes, de pagarle sus tributos, de

temer su espada y la de sus Ministros, que hacen sus

veces y representan su persona, así como el Príncipe,

hace las veces y representa a Dios.

41- Esta doctrina en España y Ciudades de

América, cuando no se aprenda en los Catecismos, se

aprende en los libros, la enseñan los obispos, la gritan

los predicadores, y la persuaden los ejemplos con la

ocasión de oír cada día que se publican Cédulas

Page 102: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

Reales, Pragmáticas – Sanciones y Ordenes de sus

Consejos y de ver que se reciben con respeto, que se

ponen sobre la cabeza, y que se observan y se hacen

observar puntualmente; pero en los campos, chácaras y

estancias de estos países, quién no ve la ignorancia que

hay de éstos deberes tan esenciales? Y quién no llora,

especialmente en nuestros tiempos los lastimosos

efectos que ha producido y produce esta ignorancia?

42- Se hallan hombres de cuarenta y cincuenta

años que apenas saben el nombre del Soberano que los

rige, o que, si le saben, es porque le ven gravado en las

monedas, que es su pasión dominante. Los sagrados

nombres de fidelidad, de sujeción, de obediencia a las

Potestades sublimes son para ellos unos vocablos

incógnitos, que jamas tuvieron lugar en el diccionario de

su idioma, o unos dijes, que cuando tal cual los llegan a

conocer, los prenden en el vestido de su religión, no

mas que con alfileres, para desprenderse de ellos con

facilidad siempre que no acomoden sus intereses, a sus

pasiones o a su libertinaje.

43- No sucederá así a los niños o niñas que

hayan tenido la fortuna de vivir y educarse en estas

Casas. Nada oirán más frecuente que el nombre

augusto de su Soberano, y la obligación que tienen de

Page 103: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

rogar a Dios por su vida, la fidelidad que han de guardar

a su persona, el respeto por todos títulos les infunde su

autoridad, la sumisión y obediencia que deben a sus

leyes. Criados con esta doctrina, es natural que obren

conforme a ella habiendo salido de estas Casas; la

enseñaran, la promoverán y lograra, la Religión tener en

ellos unos buenos cristianos, y el Estado y la Patria,

unos Vasallos felices, verificado con ejemplo lo mismo

que intentamos persuadirnos con la pluma por medio de

esta Carta Pastoral; es a saber que el establecimiento

de estas Casas no sólo es conforme a las verdades de

la Religión, si no también a los intereses del Estado y

estamos en la segunda parte.

SEGUNDA PARTE

Que el establecimiento de estas Casas es muy útil a los

Intereses del Estado.

44- No es menester haber leído mucho las obras

políticas de Aristóteles, de Cardano, de Bacon, de Justo

Lipsio, de Amelot de La Houssaye, de Harrington y de

otros muchos filósofos, para conocer en que consisten,

o de donde provienen los verdaderos intereses del

Estado. Las historias y las experiencias nos acreditan

que la falta de una verdadera religión, de una educación

Page 104: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

Cristiana y de una ocupación honesta, han sido siempre

plagas exterminadoras de los Reinos más florecientes y

poderosos.

45- Porque, qué seguridad ni permanencia,

puede haber en una Ciudad, en una Provincia, en un

Reino, donde falta la fidelidad y obediencia de los

vasallos? Pues, éstas faltan siempre donde no hay, ni se

profesa una verdadera religión. Qué paz, ni quietud

puede haber en una Ciudad, en una Provincia, en un

Reino, donde faltan la piedad y las buenas costumbres

de sus habitadores? Pues, éstas faltan comúnmente

donde falta una buena educación a los primeros años.

Qué felicidad, ni opulencia, puede haber en una Ciudad,

en una Provincia, en un Reino, donde falta el cultivo, el

comercio y el trato de las gentes? Pues, todo esto falta

donde los hombres desde luego, no se aplican a la útil y

honesta ocupación de algún oficio. Síguese, pues, por

una consecuencia necesaria, que los tres males que

pueden sobrevenir a un Estado, son la falta de una

buena Religión, la de una Educación Cristiana, y la de

una Ocupación Honesta.

46- Tomad, pues, ahora amados míos, la

medalla por el reverso, o usad del argumento que el

Lógico llama de los contrarios, y veréis como una

Page 105: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

verdadera Religión, una educación cristiana y una

ocupación honesta, son los tres mayores intereses del

Estado, puesto que de ellos dependen su seguridad y

permanencia, su paz y quietud, su opulencia y felicidad.

Pues, estos tres se lograrán con el establecimiento de

estas Casas de Huérfanos; y voy a demostrarlo

empezando por el interés de la Religión.

I

Primer interés del Estado, la Religión que se enseñará

en estas Casas.

47- ¡Qué la seguridad y permanencia no puede

prometerse una Ciudad, una Provincia, un Reino, en

cuyos vasallos, habitadores y vecinos prevalecen la

fidelidad y la obediencia al Rey y sus Ministros que le

representan! Pues esta obediencia y fidelidad son las

que inspira siempre la Religión por medio de unas

máximas, o preceptos que no pueden o negarse o

quebrantarse sin olvidar o echar por tierra sus principios

más capitales. Dadme, decía el grande Agustino, dadme

un pueblo de buenos Cristianos, que ningún trabajo me

costará gobernarles. Como si dijera: Dadme un pueblo

bien instruido en los principios y máximas de verdadera

Page 106: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

Religión, que yo os le daré fiel, sumiso y obediente a su

Soberano, y por consiguiente estable y seguro de todas

aquellas mudanzas y revoluciones que han sido la ruina

de tantos Imperios.

48- Con sola ésta sentencia queda confutado el

error de aquellos primeros Emperadores del Gentilismo,

quienes, temiendo que la promulgación del Evangelio

vendría a ser la destrucción y ruina del Imperio, se

armaron cruelmente contra su autor, contra su doctrina y

contra sus profesores. ¡Que engaño!. Como si

Jesucristo, lejos de venir al mundo a quebrantar las

leyes, no hubiera venido a cumplirlas puntualmente, a

darles nuevo vigor y esfuerzo con su Evangelio, y a

redoblar con su ejemplo y con su enseñanza los

sagrados vínculos de fidelidad, obediencia y amor, con

que los Vasallos deben servir, obedecer y 31tributar al

César todo lo que es del César, después de dar a Dios

todo lo que es de Dios.

49- La verdad, al fin, que siempre prevalece, hizo

ver que no hubo Reyes, ni más tiernamente amados, ni

más fielmente obedecidos que aquellos que abrazaron

al Catolicismo y tuvieron la fortuna de mandar a unos

Vasallos Católicos. ¡Que alabanzas no tributaron al

31 Lc. 20, 25.

Page 107: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

grande Constantino aquellos trescientos Padres que

firmaron la Fe en el Concilio de Nicéa! ¡Que expresiones

tan respetuosas no manifestaron a Clodovéo, Pipino y

Carlo Magno los Padres que asistieron a varios

Concilios celebrados en sus reinados!.

50- ¡Que demostraciones de amor, de ternura y

de fidelidad no hicieron a las personas de Recaredo,

Sisenando, Suintila, y otros muchos, los Padres que

asistieron a los Concilios Toledanos IV, V, VI y XVI!

¡Con qué ternura de corazón nos lloró San Ambrosio a

sus Gracianos, Valentinianos, Teodosios y Tiberios, aún,

habiendo tenido con éstos, motivos bien graves de

disensión! ¡Con qué dulzura no habló siempre San

Bernardo de sus amados Luises! Puede asegurarse con

toda la venerable antigüedad, que jamás respetaron ni

celebraron los Gentiles a sus Emperadores tanto y tan

deveras como los Cristianos a los suyos.

51- Confesemos de buena fe dos cosas: que

ningunos alcanzan ni pueden ser tan fieles Vasallos de

los Reyes, como los Cristianos; que entre estos se

distinguen más aquellos a quienes la naturaleza, la

elección o el caso les proporcionó una instrucción más

sólida y extensa de los dogmas y máximas de nuestra

Religión. No quiero decir con esto, que el respetable

Page 108: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

nombre de la Majestad, junto con el ejemplo de los

presentes y de los pasados, no sea bastante para

inspirar aquella fidelidad constante y aquel natural,

pronto, y obsequioso rendimiento que por tantos títulos

se deberá un Príncipe. Sólo sí digo, amados míos, que

la verdadera Religión trasciende a estos principios de

naturaleza y de política, y que un Cristiano, conociendo

fundamentalmente el origen de donde se deriva toda

potestad y creyendo los repetidos oráculos, en que

manda Dios amar, temer y obedecer a los Reyes, añade

al valor de las leyes civiles y políticas, el sagrado peso

de las divinas y de este modo justifica, ennoblece y

consagra su obediencia y su fidelidad hasta unirse con

el Soberano que le manda, mediante los nudos más

sagrados e indisolubles.

52- Todo esto, o lo más, falta a quien le falta la

Religión, porque unas veces, si teme, no ama; otras, si

ama, no teme; si no teme ni ama, no obedece, o si

obedece, no es más que por adulación o por interés,

nudos frágiles, que se rompen con la misma facilidad,

que se forman. Mi gran Madre Santa Teresa de Jesús,

comprendió toda esta doctrina en una sola expresión

propia de su espíritu seráfico, y de su angelical pluma,

cuando dijo que los Reyes le causaban mucha devoción:

Page 109: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

frase con que explico la Santa, la religiosa prontitud de

animo con que miraba, y con que debe mirar todo

Cristiano, a los que el Altísimo escogió para Ministros y

Ungidos suyos en la tierra.

53- La verdadera Religión es la que inspira en los

Vasallos esta devoción, prontitud, obediencia y fidelidad

a sus Soberanos; y la misma Religión santa y pura, es la

que enseñará y explicará a los niños y niñas que se

críen en estas Casas. Y ved el primero y grande interés

que va a lograr el Estado con su establecimiento, cuyo

objeto no se limitará solamente a recogerlos, a vestirlos

y alimentarlos; si no también, y muy particularmente, a

educarlos e instruirlos en todos los principios, preceptos

y máximas de la Religión, perteneciente a esta materia,

a cuyo fin estamos trabajando un Instrucción particular o

especie de Catecismo, en el que por preguntas y

respuestas comprenderemos aquellas obligaciones más

principales que tiene un Vasallo para con su Soberano,

no dudando que, criados con esta leche y sana doctrina,

tendrá después el Estado en ellos unos Vasallos tan

fieles, tan rendidos y tan amantes de su Rey, como

reconocidos y obligados al paternal amor con que se a

dignado a proporcionarles en estas Casas un abrigo a

su necesidad y a su educación.

Page 110: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

54- Ni aún quisiera amados míos, acordarme ni

acordaros el horrendo pecado en que incurren todos

aquellos que, olvidados del precepto del 32Apóstol, al

cual llama San Ambrosio precepto grande; precepto que

enseña a los Cristianos a vivir sujetos a las Potestades

sublimes, se atreven a conmover o quebrantar la

constitución de un Estado y de sus Soberanos, con tanto

dolor de los Vasallos fieles, como escándalo de toda la

Monarquía y afrenta del nombre de Cristianos que

recibieron en el bautismo. Vuelvo a decir que no quisiera

acordarme de aquel grave crimen sino para dar gracias

a Dios de la paz, quietud, obediencia y fidelidad que

reinan en nuestra amada Diócesis, sin que por esto

juzguemos dispensados absolutamente de haceros

presente aquel serio encargo que en persona de Tito,

hizo el Apóstol a todos los Obispos: 33Avisa a los fieles

que vivan sujetos a los Príncipes y Potestades y

obedezcan sus preceptos: y en otra parte: 34Orad a Dios

por los Reyes para que a la sombra de su protección

podáis lograr una vida tranquila, y vivir como Cristianos.

55- No olvidéis jamás, amados míos, estos dos

preceptos, sino queréis llenar de amargura el corazón

32 Rom. 13, 1.33 Tt. 3, 1.34 I Tm. 2, 2.

Page 111: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

de un Obispo, que desde que puso los pies en esta

Diócesis, os busca como un pastor a sus ovejas, os

enseña como maestro a sus discípulos, y os ama como

un padre a sus hijos; de un Obispo que, penetrado de

estos afectos, y deseoso de vuestro bien, ha solicitado

por todos los medios el establecimiento de estas dos

Casas donde, instruidos los niños y las niñas en los

principios y máximas de nuestra Religión, aprendan a

ser unos buenos Vasallos: Primer interés del Estado, de

que os hemos hablado hasta aquí, y donde, logrando

una cristiana educación, respiren piedad y buenas

costumbres: segundo interés para el Estado de que os

vamos a hablar ahora.

II

Segundo interés de Estado, la Educación que se dará

en estas Casas.

56- ¡Que paz y quietud no puede prometerse una

Ciudad, una Provincia, un Reino donde florecen la

piedad y buenas costumbres! Pues estos son siempre

fruto hermoso de la educación en los primeros años; de

aquella educación, cuyo objeto es cultivar el espíritu de

la juventud ya inspirándolas las bellas ciencias, ya

Page 112: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

formándolas en las buenas costumbres; de aquella

educación a que los Filósofos llaman origen de la

civilidad, y que más justamente podemos llamar

nosotros origen de la paz y tranquilidad del Estado.

57- Así lo confesaron hasta los mismos Gentiles,

creyendo que sin esta educación serían vanas todas las

leyes, insuficientes todos los estatus e inútiles todas las

ordenanzas; y que, por el contrario ella sola sería

bastante para mantener la paz y la quietud de los

pueblos. Platón estableció por base y fundamento de

todo el bien de su República la buena educación de los

hombres. El cuidado más principal de los que gobiernan;

solía decir, debe ser educar bien los niños, imprimiendo

en ellos amor a las virtudes; por que estos en breve se

hacen hombres, vienen a componer el pueblo, y la

República se halla reformada en poco tiempo,

preservando en ellos y en sus hijos la buena educación

que han tenido y transfiriéndola como por herencia a sus

nietos y descendientes. En efecto advirtió bien

Aristóteles que si faltase este edificio de la educación,

se llenaría de vicios la República, y con sus progresos

vendría brevemente a experimentarse una lastimosa

ruina.

Page 113: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

58- Así pensaron, y así hablaron unos hombres

sin fe, sin mas luz que la natural, sin otros principios que

los de la razón, y que solo alcanzaron a conocer y

apreciar las virtudes morales. Y, ¡Qué podremos y

deberemos decir los que hacemos gloria del nombre de

Cristianos y que somos deudores de una Religión santa,

pura e inmaculada! Podemos asegurar con el testimonio

de las santas Escrituras, que todo el bien y todo el mal

del Estado, penden de la buena o mala educación de la

juventud, así como toda la hermosura o fealdad de un

árbol cuando grande pende de la buena o mala

dirección que tuvo en los principios.

59- Reduzcamos a la prueba esta verdad.

Dadme por una parte un joven que halla tenido la

fortuna de una educación cristiana en sus primeros

años, y luego observar puntualmente su conducta. Le

hallareis exacto en las obligaciones a su Dios, puntual

en la obligación de su Estado, moderado en sus

pasiones, inocente en sus costumbres, humilde en la

elevación, resignado en las desgracias, contenido en las

injurias, verdadero en sus palabras, limpio en sus

negocios, justo en sus tratos, amigo fiel, ciudadano útil,

vasallo dócil; bueno para Dios, bueno para sí, bueno

para la patria, y bueno para todos. Si como él es, si

Page 114: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

como él vive, si como él, se portaran, vivieran y fuesen

todos los individuos de la República, ¿No sería ella un

remedo puntual de la celestial Jerusalén, donde todo es

orden, quietud y paz? Pues ved ahí los vellos frutos de

una buena educación, por que escrito está pues, que el

joven seguirá siempre por aquella senda en que se le

hizo entrar a los principios, sin desviarse de ella aún

cuando sea anciano: 35Adolescens jüxta viam suam,

etiam cum senuerit non recedet ab ea.

60- Dadme, por otra parte, una persona que halla

tenido la desgracia de una mala educación en su

juventud, y observad puntualmente su conducta. Le

hallaréis tal que apenas os parezca hombre; ingrato a

Dios, infiel a su estado, abandonado a sus pasiones,

escandaloso en sus costumbres, altivo en sus fortunas,

desesperado en sus desgracias, colérico y vengativo en

la injuria, falso y doble en sus palabras, injusto en sus

negocios, inicuo en sus tratos; Amigo infiel, ciudadano

inútil, vasallo indócil; malo para Dios, malo para sí, malo

para la patria, malo para todos. Si como él es, si como él

vive, si como él se porta se portarán, vivieran y fueran

todos los individuos de la República, ¿Sería ella más

que una copia viva del infierno, donde no hay orden

35 Pr. 22, 6.

Page 115: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

alguno, y todo es desorden y confusión? Pues ved ahí

los tristes efectos, pero regulares, de una mala

educación; porque escrito está que donde no la hay, no

puede haber bien alguno: 36ubi non. est scientia anime

non est bonum.

61- Por este paralelo formado a la luz de las

experiencias, podréis conocer cuanta verdad, sea que

todo el bien y el mal del Estado, depende de la buena o

mala educación; pero contraigamos la materia a los

niños huérfanos, a quienes por serlo, les falta este

beneficio absolutamente. ¿Que harán, y como vivirán

estos infelices sin padres que los atiendan, que los

instruyan, que los corrijan, solos, independientes,

menesterosos y falto de todos aquellos socorros y

preservativos que tanto necesita una edad tierna, fogosa

y fácil a todas las impresiones, para no dejarse seducir

del amor propio, ni deslumbrar del falso brillante de los

placeres del mundo, ni arrebatar del torrente impetuoso

de sus pasiones?

62- Es verdad que con la orfandad no pierden la

fe, ni la esperanza, ni la caridad; tres preciosas joyas

que recibieron en el bautismo para oponerlas como tres

barreras impenetrables contra el torrente de los vicios;

36 Pr. 19, 2.

Page 116: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

pero, ah! También lo es que, aún después de haber sido

el hombre reengendrado espiritualmente en el bautismo,

queda en sus miembros una ley contraria a la de la

razón, que le agita, que le estimula y que le cautiva en la

ley del pecado, como se explica el Apóstol37. Igualmente

los es que el entendimiento, ofuscado por la culpa

original, queda sujeto al error y al engaño y que la

voluntad, aunque libre, se ve incesantemente asaltada

de tres enemigos capitales y poderosos, auxiliados de

una tropa de pasiones, que naciendo con el hombre, no

son niñas sino muy poco tiempo. Si en tal conflicto falta

la luz de la buena educación que le haga conocer la

deformidad del pecado, y le ilumine para buscar y pedir

los socorros de una gracia eficaz y victoriosa, podrá

resistir; más no resistirá al ímpetu de unos enemigos tan

fuertes, como coligados. Sus primeros pasos serán sin

duda un precipicio, y aquel primer instante del uso de la

razón que debían consagrar a Dios, fijando en él su

amor, su culto y su fidelidad, vendrá a ser el principio de

su perdición y de sus miserias, dando de un abismo en

otro hasta caer en el mayor y en el más profundo, que

es el de la obstinación e impenitencia.

37Rom. 7, 23.

Page 117: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

63- Ved ahí el lastimoso y deplorable estado a

que se hallan expuestos los niños huérfanos, si a falta

de sus padres no hallan un celoso Magistrado, o un

Obispo piadoso que los recoja, que los instruya y que

los eduque. Situación es ésta que puede llamarse no

sólo de miseria y tribulación respecto a ellos, sino

también respecto a toda la República, y aun a todo el

Estado. Id conmigo y lo veréis.

64- Un Huérfano constituido en la desgracia que

acabo de referiros, ¿No es consiguientemente preciso

que viva girando sin cesar por un circulo de vicios y

pecados? ¿Qué ley será entonces respetada de un

hombre que no tiene ni siente, ni reconoce otra ley que

la de sus antojos? ¿Qué derecho habrá sagrado para

quien se juzga con derecho, y aún en la posesión de

pensar, de hablar y de obrar lo que quiere, cuando

quiere, y como quiere? ¿Hasta donde llegará su

atrevimiento? ¿Que progresos no hará su malicia? Si ve

ladrones se irá con ellos y será como uno de ellos; si ve

disolutos, entrará a la parte de sus torpezas; si

encuentra con impíos, seguirá sus pasos, usará de su

idioma, y de su lengua no proferirá sino impiedades. El

mal ejemplo de su vida pervertirá a muchos: Estos

inficionarán a otros, y en breve, transformada en un

Page 118: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

manantial de los más enormes delitos, y digna por ellos

de que Dios, cansado de sufrir tantas iniquidades, envíe

el fuego y vengador de su ira, que la abrace y reduzca a

cenizas como a Sodoma y Gomorra.

65- Ah! No leáis, ni miréis estos tristes anuncios

como infundados, voluntarios y dichos al aire. La

lastimosa catástrofe que experimentaron muchos

pueblos y ciudades de estos vastos dominios es buen

testigo, de cuánto acabo de deciros; y más, cuando no

podemos atribuir su despoblación y ruina a otros

principios que a los que dejo referidos. No traigamos

ejemplares de afuera, ni salgamos de los limites de ésta

Provincia, donde tenemos lo bastante para comprobar la

verdad que intento persuadiros porque, decidme, ¿Qué

se ha hecho, y dónde esta ya vuestra famosa Ciudad de

Esteco, y cuál fue la causa de su ruina? Respondedme.

¿Qué se ha hecho y donde está la Nueva Madrid, centro

de esta Provincia y lugar tan celebrado por su

hermosura y por su abundancia en las terceras partes

de las primeras Sinodales de este Obispado? ¿Que fue

de estas dos Ciudades? ¿Que se hizo de ellas? .... Se

arruinaron como la antigua Troya, y aún podemos decir

más, pues de esta Ciudad guerrera si no quedaron ni los

vestigios, al menos vemos demarcado su sitio en

Page 119: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

algunos mapas; pero de Esteco y de la Nueva Madrid

¿Qué es lo que ha quedado? De aquella es muy poco lo

que se sabe en esta Provincia. Solo la firme tradición de

que por sus muchos vicios se la sorbió la tierra con

todos sus edificios y habitadores: de está otra aún es

menos lo que se sabe, y hasta el sitio de aquel famoso

lugar se perdió ya de la memoria y noticia de los

Tucumanenses. Así castiga Dios los pecados públicos

de un pueblo, asolándole eternamente con el furor de su

ira, aunque sea a costa de sepultar entre sus ruinas a

unos pocos inocentes.

66- ¿Y podremos temer amados míos, podremos

temer con algún fundamento que nos suceda otro tanto

en el ínterin que subsisten estas dos Casas de

Huérfanos y Huérfanas en la Provincia? Yo espero

firmemente en Dios que no, y que estos dos Seminarios

han de ser las delicias del Señor, y que la justicia, la

virtud, los clamores y ruegos de tantos niños inocentes

como se criarán y educarán en ellos, serán bastantes

para contener su espada vengadora, aún cuando ya

justamente y en castigo de nuestra maldades la vaya a

descargar sobre nosotros.

Page 120: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

67- ¿No le prometió Dios, al Patriarca Abraham

que 38perdonaría los muchos y graves pecados que se

cometían en Sodoma, si en su recinto hallase cincuenta

justos? ¿No le ofreció que, como hallase 39cuarenta,

olvidaría los graves motivos que tenía para el enojo y

castigo que iba a ejecutar en ella? ¿No le repitió que40 si

se le presentasen treinta justos, por atención a estos

detendría el rayo que iba a caer y exterminarlos a

todos? ¿No le añadió que 41veinte que fuesen bastarían

para detener el fuego abrazador que iba a convertirla en

cenizas? Y finalmente para mostrar a un mismo tiempo

hasta dónde llegaban los excesos de su misericordia, y

cuanto valían en su aprecio las oraciones de los buenos,

¿No le dijo que 42por sólo diez si se hallasen en aquella

populosa Ciudad, dejaría de abrazarla y de arruinarla?

Ah! ¡Que feliz hubiera sido Sodoma, si en aquel caso

hubiera podido mostrar al Patriarca Abraham, y éste

presentar a Dios un Seminario de cincuenta, cuarenta,

treinta, veinte, o diez niños Huérfanos, Inocentes, Justos

y Amadores de Dios! Sin duda que hoy la reconocería

38 Gn. 18, 26.39 Gn. 18, 29.40 Gn. 18, 30.41 Gn. 18, 31.42 Gn. 18, 32.

Page 121: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

Pentápolis por su Metrópolis, que el Jordán se

hermoseará con la magnificencia de sus edificios, y que

ella confesará con verdad y con agradecimiento, que su

existencia, su quietud y su paz la debía al Dios de las

misericordias, por las oraciones de unos niños

Huérfanos que habían contenido sus justas venganzas.

68- Pues ved, amados míos, la felicidad que os

podéis prometer vosotros con el establecimiento de

estas dos Casas y el recurso favorable que le queda en

ellas a vuestro Obispo para acudir y aplacar a Dios en

todas vuestras desgracias y calamidades. Si la guerra

cruel, si la peste asoladora, si la repentina inundación de

las aguas, si la violenta agitación de la tierra, si la

deshecha tempestad de las nubes, vinieran a caer sobre

ésta Ciudad o Provincia, yo podré, aunque polvo y

ceniza el menor y más indigno de los Obispos, yo podré

hablar y decir a Dios con igual respeto que confianza lo

que el Patriarca Abraham: 43Numquid perdes justum

qum impio? Si fuerint quinquaginta justi in civitate peribut

simul. Et nom parces loco illi propter quinquaginta justos

si jurint in eo? ¿Por ventura, Dios y Señor mío, perderéis

al bueno con el malo y por el malo? Si en esta Ciudad

hubiera cincuenta justos ¿Acaso lo perderéis juntamente

43 Gn. 18, 23-24.

Page 122: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

a todos, y no perdonareis los pecados de aquella, por

las virtudes y ruegos de estos? Pues aquí tenéis en

estos dos Seminarios no diez, no veinte, no treinta, no

cuarenta, no cincuenta, sino setenta u ochenta justos en

otros tantos niños huérfanos, que entraron en ellos sin

mancha, 44que están obrando la justicia; 45que hablan

verdad en su corazón, que no cometen dolo en sus

lenguas; que no hacen mal a su prójimo. Aquí tenéis

ochenta niños46 inocentes en las obras, limpios en el

corazón, 47castos, vírgenes, que jamas se mancharon

con mujeres, y que siguen al cordero inmaculado por

todas partes. Esta es la generación de los que os

buscan, de los que os aman, de los que os sirven, y

cuyo ejemplo en adelante producirá otras muchas

generaciones que os servirán, os amarán y os buscarán.

69- A vista, pues, de esto, ¿Permitiréis que

perezcan aquellos inocentes no más que por que

perezcamos los pecadores? ¿Matareis al justo con el

impío? ¿Castigareis al hijo fiel como al esclavo rebelde?

¿Y tratareis con el mismo rigor al inocente que al

culpado? No, Dios mío, semejante conducta no es

44 Sal. 14, 2 ss.45 Ap. 14, 4.46 Ap. 14, 4.47 Sal. 23, 6.

Page 123: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

propia de vuestro piadosísimo corazón y está muy lejos

y distante de las entrañas de vuestra misericordia: 48Absit a te, ut rem hane facias ut occidas justum cum

impío... non est hoc tuum; y antes bien vivo asegurado

de que, por respeto a estos inocentes Niños Huérfanos,

disimularéis y perdonaréis los pecados de esta Provincia

aún cuando las mismas culpas están clamando por el

castigo.

70- Perdonad, amados míos, si entre estos

raptos de temor, de esperanza y de alegría me he

desviado algún tanto del asunto principal que intento

persuadiros; esto es, la piedad y buenas costumbres

que florecerán en toda esta Provincia, la quietud y la paz

que podéis prometeros en toda ella con la buena

educación que tendrán los niños huérfanos en estas dos

Casas. En efecto, veréis que todos ellos se gobiernan lo

restante de sus vidas, por las santas máximas que se le

enseñarán aquí; máximas que les inspirarán horror al

pecado por su fealdad, y amor a la virtud por su belleza;

máximas que les enseñarán a huir de los vicios; no solo

por las penas con que son castigados en esta vida y en

la otra, sino también y más principalmente por ser

ofensas contra un Dios digno de ser amado por tantos

48 Gn. 18, 25.

Page 124: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

títulos; máximas que, grabadas en lo más íntimo de sus

tiernos corazones, les harán conocer la obligación que

tienen en conciencia a vivir sujetos a la autoridad de su

Príncipe, a la obediencia a sus leyes, a la veneración a

sus preceptos, a la satisfacción de sus tributos, y al

respeto de sus Gobernadores y Magistrados, máximas,

en fin, que, haciéndolos amados de Dios y de los

hombres, los estimularán a conservar donde vivan la

tranquilidad pública, a fomentar el bien de la patria, y a

evitar los escándalos y los desórdenes. Sería perder

inútilmente el tiempo si quisiese yo proseguir en

persuadiros, que la principal ocupación de los Huérfanos

ha de ser aprender éstas y otras máximas que, siendo

tan conformes y precisas a una educación cristiana, son

igualmente las más propias de una ocupación honesta;

tercer interés que el Estado va a lograr con el

establecimiento de estas Casas.

III

Tercer interés del Estado, la Honesta Ocupación que se

dará a los Niños en estas Casas.

71- ¡Qué opulencia y felicidad no puede

esperarse en una Ciudad, en una Provincia, en un Reino

Page 125: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

donde están florecientes las artes, la agricultura, el

comercio y el tráfico de las gentes que los habitan! Pues

todo esto se halla donde los jóvenes desde sus primeros

años se aplican a la honesta ocupación de un oficio, que

después de prestarles una decente sustentación, los

hace útiles al Estado, el cual no tiene ni otras manos ni

otros nervios con qué sostenerse y hacerse respetables

en paz y en guerra.

72- La mano débil y ociosa, dice el Espíritu

Santo, causa pobreza y necesidad, así como la mano

fuerte y laboriosa produce abundancia y felicidad: 49Egestatem operata est manus remissa: manus autem

fortium divitias parat: dos sentencias bastantes bellas

solo para hacernos conocer sin tener que recurrir para

ello a los Filósofos y estadistas, los admirables frutos

que produce en una República la ocupación y los fatales

que produce la ociosidad.

73- Si, amados míos, la mano débil produce y

prepara las mayores miserias al Estado. Esta mano

débil es la de un hombre vago y sin ocupación, que no

aspirando con ardor a cosa alguna, ni a su bien propio ni

al ajeno, se entrega, se abisma y se familiariza con una

continua ociosidad, cuyas maliciosas lecciones le tienen

49 Pr. 10, 4.

Page 126: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

siempre dispuesto a los pensamientos más ruines y a

las ideas execrables, aún cuando se cuente y se

proponga entre ellas la sedición y el tumulto. Así leemos

en las historias que las conmociones populares y las

sublevaciones más ruidosas de los Reinos han tenido

por lo común su principio y su fomento en hombres de

este calibre, vagos y ociosos, que no teniendo que

perder entran fácilmente en cualquier conspiración, la

fomentan la prosiguen, y si pueden la consuman,

persuadidos de que éste es el medio de adelantar sin

trabajo, y gobernados por aquella máxima tan perversa

como vulgar de que a río revuelto... Hombres de quienes

dice David, que no queriendo entrar en los trabajos y

destinos de los demás hombres se dejan comprender y

dominar de la soberbia, de la venganza de la perfidia y

de la infidelidad: In labore hominum non sunt... ideo

tenuit eos superbia. Por esta razón las leyes Reales

previenen y mandan que no se permitan en las

Repúblicas hombres vagos, sino que se recojan y

prendan, y se les destine últimamente al servicio del

Soberano.

74- Esta mano débil es la de un mendigo

pordiosero, que no aplicándose a trabajo alguno honesto

y por cuyo medio pueda adquirir el sustento para sí y

Page 127: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

para su familia, se entrega voluntariamente a la

mendiguez y holgazanería, hace oficio y tal vez

comercio de ella, y toma por elección una condición tan

abatida como expuesta al robo, a la rapiña y a la

usurpación. Así vemos con frecuencia y con dolor que

las vejaciones, las raterías, los robos, los asesinatos que

tanto dan que hacer a los Magistrados, que temer a los

caminantes y que padecer a los pueblos, regularmente

se cometen por esta especie de hombres, que viviendo

sin oficio, sin casa, sin domicilio y sin sujeción, vienen a

parar en ladrones famosos, o salteadores de caminos:

hombres a quienes puede aplicarse lo que dice David de

los cachorros de los leones que siempre van dando

rugidos para hurtar, y siempre buscando que comer;

pobres de vida y ladrones de por vida, siempre hurtando

y siempre prescindiendo: 50Catuli leonum rugientes ut

rapiant et quarant a Deo escam sibi. En esta atención

las Constituciones que llaman 51Apostólicas y los Padres

más respetables de la Iglesia, jamás consideraron a

semejantes hombres dignos de recibir limosnas de los

fieles; y las leyes Reales han prevenido y previenen

50 Sal. 103, 21.51 Const. Apost. Lib. 2 cap. 4 et lib. 4 Const. 1 et 2

Page 128: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

sabios y piadosos medios para atajar los abusos de la

pordiosería y mendiguez.

75- Esta mano débil es la de una mujer necia,

vana y ociosa, semejante a la que nos pinta Salomón,

que no habiéndose dedicado jamás a las tareas y

labores propias de su sexo, gasta la juventud y aún la

vida en conversaciones, en adornos, en galanteos y en

vicios hasta parar en una mujer prostituida y

escandalosa, que siendo mala para sí, es la ruina del

caudal de la salud, y aún de la vida de aquellos infelices

que, incautamente se dejaron prender de sus lazos, o

que llegaron a beber del cáliz dorado de sus placeres.

Así vemos en pueblos grandes y ciudades populosas,

afeminada y perdida la mayor parte de la juventud.

Vemos no uno, sino muchos hijos pródigos que

disiparon eternamente su patrimonio y su salud con el

trato y vicio de estas mujeres, que justamente pueden

llamarse sanguijuelas de la República, que lo chupan y

lo arruinan todo; motivo por que las leyes exhortan tanto

a los Magistrados a velar en recoger y desterrar de los

pueblos y de los vecindarios a semejantes mujeres.

76- Finalmente esta mano débil es la de un

hombre enteramente inútil que nada aprendió ni

aprende, que nada supo ni sabe, que a nada aspiró ni

Page 129: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

aspira, y que, viviendo en una inacción continua, mira

las artes útiles con indiferencia, y con horror todo lo que

suena a industria y trabajo, sin el cual nada puede él, ni

de nada puede servir la fertilidad de los campos, ni la

abundancia de los frutos, ni la riquezas de las minas, ni

los tesoros del mar.

77- Así vemos Provincias dilatadas, fértiles y

deliciosas por naturaleza, incultas, despobladas,

exhaustas, miserables en la paz, y sin nervio, ni fuerzas

en la guerra; no pudiendo atribuirse esta decadencia y

miseria sino a la inutilidad o inacción de sus

habitadores; hombres de perspectiva, ciudadanos en

estatua, que parece nacieron solamente en el que ellos

llaman su paraíso, para habitarle, no para guardarle,

cultivarle, fomentarle ni hacerle feliz con su industria y

con su trabajo: hombres a quienes propiamente y a toda

hora se les puede reconvenir con aquella sentencia del

Salvador: 52Quid bic statis tota die otiosi?.

78- Estas son las manos débiles, que según la

sentencia del Espíritu Santo, preparan la miseria y la

infelicidad del Estado. Ved ahora las manos fuertes que

le preparan y le han preparado siempre la felicidad y las

riquezas: Manus autem fortium divitias parat. Esta mano

52 Mt. 20, 6.

Page 130: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

fuerte es la de un labrador infatigable, que aplicado día y

noche al cultivo de sus campos, saca del seno de la

tierra y a costa de su sudor todos los frutos y esquilmos

que es capaz de producir; y proporciona todas las

materias que pueden ocupar y utilizar a los Artesanos,

verificándose en él, que no sólo come el pan con el

trabajo de sus manos, sino que le da de comer a todos

generalmente.

79- Esta mano fuerte es la de un hábil Artesano,

que dedicado a maniobrar en las primeras materias,

logra no sólo enriquecerse él mismo, con la venta de la

útiles y preciosas manufacturas, sino socorrer al propio

tiempo la necesidad de sus conciudadanos para que no

tengan la precisión de recurrir a países extranjeros por

unos géneros, que no siendo mejore, les costarían a un

precio tal vez doblado del que les cuesta en su nativo

suelo.

80- Esta mano fuerte es la de una mujer activa,

económica, hiladora y costurera, semejante a aquella

que nos pinta Salomón en sus proverbios53, que

aplicada a la rueca, al uso y maniobrado con la lana y el

lino, viene a ser mediante la labor y consejos de sus

53 Pr. 31, 11.13.19.

Page 131: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

manos no solamente la confianza de su marido, sino el

consuelo y el apoyo de toda su familia.

81- Finalmente esta mano fuerte es la de un

ingenioso Comerciante, que comprando para vender y

vendiendo para comprar y sacando e introduciendo

géneros por mar y tierra, es como un caudaloso río que

corre y fecunda las campiñas, y lleva a todas partes una

dichosa abundancia.

82- Contraigamos ya toda esta doctrina a los

Huérfanos. ¿Que llegaría a ser estos infelices, criados

en un campo o en un pueblo sin padre, sin madre, sin

ocupación, sin oficio, sin destino particular y sin estímulo

alguno de honor y de interés? Sin duda quedaban

expuestos a todos los males y excesos que dejamos

insinuados arriba; esto es, las niñas expuestas a parar

en una mujeres holgazanas, ociosas, divertidas,

escandalosas y prostituidas con ruina propia y ajena,

tanto en las almas como en los cuerpos; los niños

expuestos a para en unos hombres vagos, sediciosos y

tumultuantes; en unos mendigos voluntarios, ociosos y

ladrones, y cuando menos a parar en unos vecinos

inútiles, ciudadanos de perspectiva y vasallos en

estatua, que para nada sirven a la patria ni al Estado,

sino para multiplicar su número, pero sin engrandecer su

Page 132: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

felicidad y su riqueza; hombres que teniendo un poncho

para cubrirse, un caballo para correr, un lazo para

enlazar y un pedazo de carne para comer, todo lo cual

en estos países es muy barato y fácil de conseguir, ya

les parece que lo tienen todo y que han llegado a cuanto

puede aspirar su valor y su fortuna.

83- Pero, por el contrario: poned a estas criaturas

en un Seminario o Colegio donde se las instruya se las

enseñe, se las ocupe y se las familiarice con el trabajo y

a cada una se le dé aquel oficio que corresponde a su

naturaleza y a su talento, y veréis como después de salir

de él, tendrá el Estado en las niñas, otras tantas mujeres

ya no solo piadosas, honestas y honradas, sino también

hábiles, laboriosas y económicas, capaces de sostener

sus casa y familias con el trabajo de sus manos54; y en

los niños otros tantos Labradores industriosos,

Artesanos diestros, Comerciantes ingeniosos, y en una

palabra, otras tantas manos fuertes que aplicadas al

cultivo, a las manufacturas y al comercio, preparen al

Estado y a la Patria en lo sucesivo en la abundancia y la

felicidad: Manus autem fortiun divitias parat.

84- atención a estos grandes intereses, han

cuidado tanto nuestras leyes de promover y aún mandar

54 Pr. 10, 4: “Mano diligente enriquece”

Page 133: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

el establecimiento de estas Casas en todas las

Ciudades del Reino. Las recopilaciones de Castilla Tom.

1 Lib. 5. Tít. 2. Ley 5. Dicen “Ordenamos y mandamos

que entre las demandas forzosas de los Testamentos,

entre de aquí en adelante, la de casar mujeres

Huérfanas y pobres, y que haya obligación de dejar

alguna cantidad para esto. Y encargamos a los Prelados

el recoger y poner a buen cobro y recaudo, y emplear

las dichas demandas, y así mismo la ejecución (si

nuestro muy Santo Padre fuere servido de concederlo,

como se lo tenemos suplicado), y por si mismos, en lo

que pudieren, examinando las obras pías que hubiese

en sus Obispados, apliquen las que hallaren menos

útiles a casamientos de Huérfanas, pues es obra tan

meritoria, y lo mismo las obras pías que no tuvieren

aplicación particular; de suerte que se entienda estarlo a

ésta, y que de las limosnas menudas que hicieren

apliquen la parte que fuere posible a estas obras, pues

en lo regular ninguna hay que sea tan del servicio y bien

de este Reino, y socorro y remedio de los pobres”.

85- Con el mismo fin y para el mayor bien y

utilidad de las Américas, mandaron nuestros Señores

Reyes que se estableciese en Cádiz una Casa para

recoger en ella a los pobres Huérfanos, señalando

Page 134: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

rentas para alimentarlos y vestirlos, poniéndoles

Maestros que les enseñen el arte de gobernar vaxeles y

otro oficios, para evitar los graves inconvenientes que de

su mala educación resultaban al Estado, como podréis

verlo con mayor extensión en los Autos acordados,

Tomo III. Lib. 1. Tít. I 2. Auto 5. Y en otras partes; con lo

que cerramos la segunda de nuestra Carta Pastoral, y

pasamos a la tercera parte.

TERCERA PARTE

Que el establecimiento de estas Casas es muy

conforme a las necesidades urgentes de los Huérfanos.

86- Dos pruebas no más a cual mejor pensamos

dar para convenceros de lo favorable que es el

establecimiento de éstas Casas a las necesidades

urgentes de los Huérfanos. La primera es que no hay

necesidad, ya espiritual, ya corporal, que no se socorra

en estas Casas a los niños y niñas Huérfanos,

pudiéndose decir que en ellas es dónde puntualmente

se cumplen las catorce obras de misericordia porque

aquí es donde al Huérfanos sino sabe se le enseña; si

necesita del buen consejo se le da, si yerra se le corrige,

si esta triste ese le consuela, si agravia con sus

Page 135: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

impertinencias se le perdona; si molesta con sus

flaquezas se le sufre, y si vivo o muerto tiene alguna

necesidad se ruega a Dios por él. ¿Qué bienes más

importantes para una pobres criaturas, que fuera de

estas Casas, se vieran necesitadas sin apoyo, flacas sin

disimulo, delincuentes sin perdón, tristes sin consuelo,

errantes sin corrección, dudosas sin consejos, e

ignorantes sin enseñanza?.

87- Aquí es donde al Huérfano se le recoge, se le

viste, se le da de comer, se le da de beber, se le redime

de todo mal, se le cura si esta enfermo y si muere se le

da tierra y se le hacen sus sufragios de comunidad.

¡Que mayores utilidades para unos infelices que sin éste

asilo, se vieran muertos sin sufragio alguno por sus

almas, cautivos sin redención, desnudos sin vestidos,

hambrientos sin pan, sedientos sin agua, peregrinos sin

posada, y enfermos sin asistencia y sin consuelo!

88- Pero la segunda y mejor prueba de éstos y

otros muchos bienes que del establecimiento de tales

Casas se siguen a los Huérfanos, la tenéis amados

míos, aún mejor y más ampliamente que en cuantos

discursos pudieran a porfía emplear la razón y la

elocuencia, en las Constituciones que hemos formado

para su gobierno espiritual y temporal, y penden de la

Page 136: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

soberana aprobación del más benigno de todos los

Príncipes, a cuyo cargo ha puesto la divina Providencia

el régimen y felicidad de las Provincias más dilatadas de

este Nuevo Mundo.

89- Cerremos pues, ya esta Carta Pastoral con

las palabras del Apóstol, en las que escribió a sus

amados fieles de Roma: Obsecro ergo vos fratres per

Dominum nostrum fesum Christum, per charistatem

Sancti Spiritus, ut adjuvetis me in orationibus vestris:55

yo os ruego hermanos míos, por nuestro Señor

Jesucristo, y por el amor del Espíritu Santo que me

ayudéis con vuestras oraciones a dar gracias a Dios por

este gran bien, que a querido dispensarnos en la

Provincia, rogándole continuamente, que lo mantenga,

que lo prospere, y que lo lleve adelante: Y el Dios de la

Paz sea con todos nosotros. Amén. Córdoba y Abril 30

de 1782.

Fr. Joseph Antonio de San Alberto.

55 Rom. 15, 30.

Page 137: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

EL REY

1- Con Carta de veinte de Febrero de mil

setecientos ochenta y tres, acompañó mi Virrey de

Buenos Aires D. Juan Joseph de Vértiz una

Representación del Reverendo Obispo de Tucumán Don

Fray Joseph Antonio de S. Alberto, ene que solicita la

aprobación de las fundaciones y establecimientos que

había promovido su pastoral, celo en el Colegio Máximo

de los Ex-Jesuitas que destinó el mismo Virrey y Junta de

Temporalidades; y expuso que este Prelado digno del

mayor elogio por su virtud, actividad y literatura,

empleaba todas sus rentas en unos establecimientos tan

útiles al Estado, que se había adquirido la común

estimación de sus Feligreses, pues reconocían en su

persona un Padre y un Maestro. Que habiendo formado

las Constituciones, que acompañadas de una Carta

Pastoral, incluía para mi Real aprobación, solicitaba se

pensione la Mitra con seiscientos pesos, y se aplique

igual cantidad de las vacantes Eclesiásticas de aquel

Reino para la subsistencia de dichas fundaciones, y

acompañando también testimonio de la Representación

que le hizo el Gobernador del Tucumán a favor del

establecimiento de la Casa de Huérfanos, pidió el

mencionado mi Virrey la Confirmación de todo,

Page 138: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

expresando que dichas fundaciones son una Casa o

Seminario fundado por el mismo Reverendo Obispo en el

que fue Colegio de los Regulares de la Extinguida

Compañía para Niñas Huérfanas, en el cual se hallan ya

treinta, bajo la dirección de seis hábiles virtuosas

Maestras, consiguiendo por este medio que vivan con

recogimiento, y se vean alimentadas, vestidas, educadas,

e instruidas en cuanto puede y debe saber una mujer

para ser útil a la Religión y al Estado, habiendo

establecido además en la misma Casa, una clase pública

para las Niñas de aquella Capital, en donde sin pagar

estipendio alguno a dos Maestras puestas por el

Reverendo Obispo, logran la propia enseñanza e

instrucción que las otras que están dentro. Que se estaba

labrando un Seminario en el mismo sitio para Niños

Huérfanos, donde igualmente se recogiesen y educasen

al cuidado de un Rector, de un Maestro general y de tres

Pasantes, habiendo costeado aquel Prelado, todos los

gastos relativos a tan importantes objetos de las rentas

de su Mitra, no obstante la cortedad de ellas, que no

ascienden a nueve mil pesos.

2- Las Constituciones del Colegio de Niñas, que

variadas en algunas, aunque pocas, expresiones por mi

Consejo de las Indias, me he dignado aprobar son del

tenor siguiente.

Page 139: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

CONSTITUCIONES

PARA EL COLEGIO DE NIÑAS

Huérfanas, fundado en esta Ciudad de Córdoba

con la advocación de

Santa Teresa de Jesús

En el año 1782

Page 140: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto
Page 141: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

CAPITULO I

Del Fundador de este Colegio

1- Este Colegio de Niñas Huérfanas, reconocerá

siempre por su Fundador, Patrono y Protector al Rey

nuestro Señor Carlos Tercero, quien por un efecto de su

Real piedad se dignó aprobar y conceder, que el Colegio

de Montserrat se trasladase al Máximo que fue de los

Ex-Jeusitas, y aquel se destinase para Casa de Niñas

Huérfanas. En reconocimiento a éste beneficio, dos

veces al día harán oración de comunidad por su

Majestad, y sus augustos sucesores, una en la oración

de la mañana, y otra en la de la tarde. La rectora y

Maestras tendrán mucho cuidado de acordar a las Niñas

éste beneficio, y de inspirar en ellas con la palabra y con

el ejemplo el amor, el respeto, la fidelidad y la

obediencia que deben tener siempre al Soberano que

las gobierna, y que hace las veces de Dios en la tierra.

CAPÍTULO II

Del Director principal de este Colegio.

2- Por Padre y principal Director reconocerá

siempre ésta Casa al Ilustrísimo Prelado, que

Page 142: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

actualmente lo es y en adelante lo fuere de esta

Provincia, de quienes se espera, la miren, la amparen y

auxilien con aquel amor que se merecen unas Niñas

pobres, honradas, huérfanas y sin otro Padre que Dios,

el Rey y su Obispo, y con aquel celo que pide una causa

tan común, como interesante a la Religión y al Estado.

¿En donde mejor y más útilmente puede un Prelado

emplear sus limosnas y sus paternales desvelos que en

el recogimiento, crianza e instrucción de unas criaturas

que sin este abrigo quedarían expuestas a todas las

fatales consecuencias que producen regularmente en

una mujer la miseria, la ignorancia y la libertad?.

3- Los Directores particulares de esta Casa, para

cuidar y promover su conservación y adelantamiento

serán el Deán de esta Santa Iglesia, el primer Cura

Rector de ella, el Padre Prior de Santo Domingo, el

Padre Guardián de S. Francisco, el Alcalde de Primer

voto, y el procurador general de esta Ciudad. Cada uno

de estos Señores turnando por semanas visitará la Casa

en la que le tocare, dos veces cuando menos, una en el

Jueves, y otra en el Domingo, viendo y averiguando si

falta alguna cosa perteneciente a su limpieza y aseo, o a

la educación y asistencia de las Niñas, dando cuenta de

todo al Señor Obispo, quien la dará al Señor

Page 143: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

Gobernador cuando lo estimare conveniente. Una vez

al mes tendrán junta para recibir y despachar

Memoriales de dependientes, y para tratar y resolver los

negocios que ocurrieren concernientes a lo temporal de

la Casa, pasando todas las providencias al Señor

Obispo para su aprobación; dándose la noticia

correspondiente al Señor Gobernador.

CAPITULO III

Del Capellán y Administrador.

4- El Capellán a de ser nombrado por el Señor

Obispo con noticia del Señor Gobernador, y tenga las

calidades de edad, ciencia, prudencia y virtud que son

tan necesarias para tratar y dirigir en lo espiritual un

Colegio de Niñas. Su obligación será decir las Misas

todos lodos los días, a la hora señalada en estas

Constituciones, confesarlas, sin exclusión de otros

confesores, darles la Sagrada Comunión a excepción de

la Pascual, que deberán darla los Curas Rectores de la

catedral, como también el Viático y la Extrema-Unción a

las enfermas, y la sepultura a las que murieren, a no ser

que estos den su facultad al Capellán para que ejerza

todas estas funciones. No se entrometerá en lo temporal

Page 144: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

y económico de la Casa, y solo si notare alguna falta,

podrá prevenirla al Señor Obispo, o a la Rectora, para

que la remedien.

5- Cuidará mucho de exhortar a las Niñas al

trabajo, a la observancia de su regla, a la paz y unión

entre sí, a la sujeción y obediencia a la Rectora y

Maestras, y muy particularmente a la limpieza y pureza

del alma y cuerpo.

6- El Síndico o Administrador a de ser nombrado

por el Señor Obispo con noticia del Señor Gobernador,

hombre de inteligencia, de caridad y de fidelidad, a cuyo

cuidado estarán bajo fianza correspondiente todos los

caudales de la Casa, rentas que cobre, y limosnas que

percibe. A este fin tendrá un libro de entradas en plata,

donde por año, mes y día pondrá las partidas de lo que

entrare en esta especie. Tendrá otro de entradas en

géneros, donde del mismo modo pondrá las partidas de

lo que entrare en ellas; y finalmente tendrá otro de

salidas, donde igualmente pondrá por año, mes y día

cuánto gastase. Todos los meses entregará a la Rectora

y Clavarias lo que tenga en su poder, tomando de ellas

recibo formal y firmado de todas para resguardo de sus

cuentas, que ha de dar todos los años a la Junta de

Directores, quienes después de vistas y examinadas la

Page 145: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

pasarán al Señor Obispo con su informe, para que las

apruebe o repruebe según el mérito de ellas, con

acuerdo del Señor Gobernador. Su salario será el que

de acuerdo con el Señor Gobernador pareciere al Señor

Obispo con atención a lo que tenga la Casa, y al trabajo

que lleve en su administración. La Clavarias serán la

Rectora, la Vice Rectora, y una de las Maestras, quienes

igualmente tendrán sus libros de gastos y recibos, y

pasando cuentas todos los meses, las dará al fin del año

a los Señores Directores.

CAPITULO IV

De la Rectora, Maestra general, y Maestras particulares.

7- Todo el bien espiritual y temporal de esta

Casa, pende en la mayor parte de la Rectora; y por lo

tanto cuidara mucho el Señor Obispo, de nombrar para

este oficio una mujer cabal, viuda o doncella, de edad,

de prudencia, de valor, de gobierno y de mucha virtud y

honestidad, que pueda criar, enseñar y educar a las

Niñas, no solo con palabras, sino también con ejemplo.

Aunque todas la han de obedecer y estar sujetas, pero

con las Maestras debe mantener siempre una grande

unión, porque la discordia con ellas sería la perdición del

Page 146: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

Colegio y de las Niñas; a éstas, las tratará con el amor

de una verdadera madre y con aquella igualdad en todo

que pide la verdadera caridad. Si tuviere que corregir,

reprender o castigar a alguna, sea siempre mezclando la

misericordia con la justicia, y después de haber

experimentado inútiles todos los medios del agrado y del

apercibimiento. Cuando hubiere alguna terca

escandalosa o incorregible avisará al Señor Obispo para

tomar el remedio conveniente. Procure no faltar jamas a

los actos de comunidad, especialmente a los de oración

y primera mesa, y en su falta cuando no pudiere, que

asista la Maestra general, quien al mismo tiempo ha de

ser Vice-Rectora. Todos los días visitará dos veces a las

niñas enfermas, y una cuando menos, dará vueltas por

las piezas cuando las Niñas estén en sus labores,

exhortándolas al trabajo, al cuidado y a la obediencia de

sus Maestras, haciéndolas saber que en este particular

nada se les disimulará ni dejará sin castigo.

8- A la Maestra general toca suplir las veces,

ausencias y enfermedades de la Rectora, y á mas de

esto el asistir todos los días mañana y tarde a la clase o

pieza destinada para la enseñanza y educación de las

Niñas de la Ciudad. No recibirá de ellas o de sus padres,

estipendio alguno ni regalo por este trabajo, y por él

Page 147: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

quisieren hacer alguna limosna a la Casa se entregará

como todas a la Rectora o al Administrador.

9- Así mismo pertenece a la Maestra general

señalar a cada Maestra el número y calidad de Niñas

Huérfanas que han de estar a su cuidado; distribuir las

labores, registrarlas todos los días, y dos veces al año

examinar a la Niñas junto con la Rectora y Maestras

para que según su mérito pasen las mínimas a la clase

de menores, y las medianas a la clase de mayores que

es la última, y de donde han de salir para Maestras.

10- Las que hallan de ser nombradas para este

oficio, a mas de ser de una virtud probada y honestidad

conocida, han de saber leer, escribir, coser, hilar,

bordar, hacer calcetas, botones, cordones, cofias,

borlas, ponchos, alfombras, para que de éste modo

puedan enseñar a las Niñas estas labores y juntamente

todo lo perteneciente a piedad y cristiandad, lo que mal

pondrán enseñarle si ellas no lo saben y no lo practican.

CAPITULO V

De la Tornera, Sacristana y Enfermera.

11- La Rectora con la aprobación del Prelado

nombrará para el torno o Portería una de las Maestras o

Page 148: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

Niñas de las de mas edad, juicio, agrado, modestia y

virtud, quien oirá y recibirá todos los recados, dándolos

siempre, y primero a la Rectora que a las particulares,

aun cuando vengan dirigidos a ellas. No consentirá que

Niña alguna se acerque al torno, hable por él, y menos

que entregue o reciba papel o carta alguna. Jamas

abrirá la puerta, ni dará entrada a persona alguna sin

licencia y asistencia de la Rectora, y en su defecto sin la

de la Vice-Rectora.

12- Su regular mansión en el día, será junto a la

Portería para estar puntual a los toques, y allí mismo

tendrán su labor y libro para no estar ociosas. No

gastará mas tiempo en torno que el preciso, no

pudiendo serlo jamas la demasiada conversación las

gentes que acudan a él; y en éste punto pondrá mucho

cuidado la Rectora, separando prontamente del torno a

la que notare defectuosa en él. Señalará para

compañera de la tornera otra Niña con las mismas

calidades que la principal para que pueda suplir sus

ausencias, y ayudarla en días de mucho trabajo a juicio

de la misma Rectora.

13- Las mismas calidades que la Tornera a de

tener la Sacristana, a cuyo cuidado estarán todas las

alhajas, ornamentos y ropas pertenecientes a la Iglesia,

Page 149: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

administrando por el torno todo lo necesario para las

Misas y funciones de ella, y esmerándose mucho en que

haya limpieza y aseo en todo lo que a de servir en el

Altar para el culto del Señor. A la Sacristana pertenece

tocar la campana a la hora de la Misa, al toque de Ave

María y de Ánimas, como también el ir llamando a las

Niñas el día que hay Confesión para que acudan a ella

con puntualidad, de modo que mientras la una se

confiesa esté esperando la otra, y no hagan perder

tiempo inútilmente a los Confesores.

14- Jamás por el torno de la Sacristía admitirá y

dará otros recados que los pertenecientes a su oficio,

pues para todo los demás esta destinado el de la

Portería, ni saldrá a la Iglesia con pretexto alguno, ni

aun con el de componer y adornar la Iglesia, sino es

cuando estuvieren cerradas las puertas de afuera y esto

con licencia de la Rectora y acompañada de su

ayudanta que la tendrá igualmente que la Tornera, y así

esta como ella llevaran todas las noches las llaves de

sus oficina al aposento de la Rectora.

15- Habrá en este Colegio una pieza destinada para

enfermería, donde se curen las Niñas enfermas con cuanto aseo y

esmero sea posible; y a este fin se nombrará por Enfermera una de

las Maestras o Niña de fuerza, de inteligencia y de mucha caridad

Page 150: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

para que asista a las enfermas con cuanto disponga el Médico, así en

lo espiritual como en lo temporal, sin que le falte cosa alguna ni

tengan que echar menos el amor, la ternura, el regalo y cuidado de

sus propias madres, pues la Enfermera lo ha de ser en obras y

palabras con las Niñas enfermas, y lo mismo la Rectora y Maestras,

quienes la visitaran dos veces cuando menos al día, acariciándolas,

consolándolas, y exhortándolas a llevar con paciencia y resignación

sus males y enfermedades; cuidando sobre todo de que ninguna

muera sin recibir los Santos Sacramentos. La demás Niñas no

visitarán a las enfermas sino en horas de descanso y siempre en

compañía de alguna de las Maestras, a no ser que la Rectora envíe

algunas para asistirlas o hacerles compañía. Cuando hubiere muchas

enfermas se le dará a la Enfermera una ayudanta.

CAPITULO VI

De la recepción de las Niñas Huérfanas

16- Por lo regular no han de ser más de cuarenta

las Niñas Huérfanas, no sea que la multitud cause

confusión, estorbe para su mejor crianza, o imposibilite

para su mejor manutención, especialmente ahora en sus

principios, que la Casa no tiene otro apoyo que la

providencia de Dios, la piedad de los fieles, las limosnas

del Señor Obispo, y el trabajo de las manos de las

mismas Niñas. De éstas cuarenta plazas, quince han de

Page 151: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

ser para Niñas de las seis Ciudades de la Provincia, y

las demás para Córdoba y su jurisdicción, para que

siendo el beneficio común en todas ellas, se pueda

demandar para el sustento de esta Casa hasta que

tenga alguna renta, en cuyo caso no se molestará a los

fieles, y podrá recibirse mayor número de Niñas. Las

calidades que han de tener para ser admitidas son las

siguientes:

17- Primera: que sean Huérfanas, observando

éste orden de preferencia, primeramente las que lo sean

de padre y madre: en segundo lugar las que lo sean sólo

de madre, después las que lo son solo de padre; y

últimamente las que teniendo padre y madre es como si

no lo tuvieran para el sustento, para el cuidado y para la

educación.

18- Segunda: que sean pobres, y si no lo son,

quisieren los parientes o tutores poner algunas, en ésta

Casa para su mejor crianza pagarán los alimentos.

19- Tercera: que sean hijas de padres conocidos

y honrados, y sólo se permite admitir seis u ocho Niñas

Huérfanas mulatas para el servicio de las demás, a las

cuales se sustentará, criará y educará del mismo modo

que a todas.

Page 152: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

20- Cuarta: que ni pasen de quince años de

edad, ni tengan menos de cinco, y que no tengan

defecto natural, enorme, o accidente habitual o

contagioso. La que pretenda presentará su Memorial,

con una Certificación del Cura de que tiene todas esas

calidades, y de que está bautizada y confirmada, a los

Señores Directores; quienes con su informe lo pasarán

al Señor Obispo para que admita o repruebe a la

pretendienta, con noticia del Señor Gobernador.

21- La Rectora tendrá a su cuidado un libro de

entradas de Niñas Huérfanas, donde irá poniendo por su

orden conforme fuesen entrando de esta manera. En

tantos de N. Del año de N. entró en esta Casa por Niña

Huérfana, fulana de tal, natural de N. hija de tal, tenia de

edad tantos años. Cuando esta Niña saliese del Colegio

para tomar estado, o por otro motivo, o muriese, podrá a

la margen del libro correspondiente a dicha partida. Esta

Niña salió para tomar estado en tantos de N. o esta Niña

murió.

CAPITULO VII

Del vestido de las Niñas Huérfanas

Page 153: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

22- Todas las Niñas han de vestir uniformemente

tanto dentro como fuera del Colegio: esto es, dentro de

la casa llevarán todas, zapato negro llano, media blanca

del país, camisita de lienzo, enaguas de lo mismo, y

pollera de picote, o bayeta de la tierra, ajustador de lo

mismo en invierno, y de algodón en verano, pañuelo

blanco al cuello con cinta negra, y su trenza al pelo: si

fueren de doce años llevarán a mas de esto su capotillo

de color blanco a la manera que se usa en España; traje

más honesto y más desembarazado para el trabajo de

manos que no el rebozo, de que nunca usarán las

Niñas.

23- Para fuera de la casa si saliesen alguna vez

para Procesión, Rogativa o Entierro, usarán del vestido

formal que ha de ser el Hábito de Carmelitas, toca

blanca, escapulario y capa con su escudito en ella, y del

mismo modo vestirán dentro, en los días de fiesta para

oír la Misa, para Comulgar, para acompañar al Señor

por Viático si se diese a alguna enferma, y para el

Entierro si muriese alguna.

CAPITULO VIII

Del Dormitorio, Refitorio y Cocina

Page 154: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

24- Todas las Niñas, si puede ser, tendrán

Dormitorio en una pieza, con sus camitas separadas y

cubiertas de modo que no puedan verse unas a otras al

tiempo de acostarse o levantarse. Si no hubiese pieza

capaz para todas, dormirán en la forma dicha seis u

ocho en cada aposento con una de las Maestras. En

este particular, y cuanto mire a recato y honestidad

deben la Rectora y Maestras poner un continuo cuidado,

y castigar severamente a la que tuviesen el atrevimiento

de acercarse o entrarse en la cama de otra, ni hablar

palabra o hacer acción que sea menos casta y decente.

Cada Niña tendrá su cofre o petaca donde guarde con

curiosidad las ropas de su uso.

25- Comerán siempre las Niñas en el refitorio, no

estando enfermas, y con ellas comerán también la

Rectora, Vice-Rectora y Maestras a la cabecera de las

otras mesas para que aún allí puedan estar a la mira y

cuidado de las Niñas. El Refitorio ha de estar muy limpio

y aseado, para lo cual señalará la Rectora por semana

una Refitolera, a cuyo cargo, sirviéndose y ayudándose

de una huérfana mulata, ha de estar, barrerle todos los

días, abrir y cerrar las puertas a sus horas, prevenir y

poner el pan, con todo lo necesario para su limpieza.

Page 155: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

26- En todo tiempo se comerá a las doce, y se

cenará a las ocho, y para que mientras se alimenta el

cuerpo tenga también su parte espiritual el alma, una de

las Niñas, que se nombrará por semanas, leerá en un

libro espiritual durante la comida o cena, sin que en esto

haya jamas dispensa, a excepción de algún día muy

clásico en que la Rectora permita que las Niñas puedan

hablar unas con otras. Una vez al mes se leerá en el

Refitorio éstas Constituciones.

27- Antes de sentarse a comer puestas las Niñas

en dos coros, la Rectora bendecirá la mesa diciendo:

Bendecid Señor a todas éstas, vuestras siervas, que nos

confesamos hijas de vuestra piedad; y bendecid los

manjares que vamos a recibir de vuestra largueza y a

comer para sustento de estos miserables cuerpos, y

todas responden: Amen. Luego se sentarán por su

orden sin descubrir la servilleta hasta que la Rectora

haga señal para que se empiece a leer, que entonces la

descubrirán, y comerán lo que el Señor les diese con

modestia, silencio, y atención a la lectura espiritual.

28- Acabada la comida o cena, y hecha señal por

la Rectora, se levantarán, y puestas otra vez en dos

coros dará gracias la Rectora diciendo: Os damos Señor

infinitas gracias por todos vuestros beneficios, que vives

Page 156: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

y reinas por todos los siglos de los siglos; y responden

todas: amen. Después de esto rezaran a coro un Padre

nuestro y una Ave María por los bienhechores, y otro por

las santas Animas del Purgatorio, y ayudarán a la

Refitolera a componer y limpiar el Refitorio.

29- A esta pieza estará contigua la de la Cocina;

y por que las niñas han de criarse con instrucción en

todo lo que una mujer necesita saber para el gobierno

de su casa, será bien que cada semana se destine una

o dos Niñas para ayudar a la Cocinera principal para

que de esta manera vayan aprendiendo todo lo

perteneciente a éste oficio, y lo mismo ha de hacerse

para el amasijo y plancha, a lo que deben concurrir

todas.

CAPITULO IX

De clase general

30- Esta pieza ha de estar únicamente destinada

para pública enseñanza de las Niñas de esta Ciudad,

cuyos padres quieran enviarlas, donde, con desinterés y

con el mayor cuidado, se les dará toda la educación. En

esta pieza habrá mesas, asientos correspondientes,

tinteros, plumas y cuanto se necesite para enseñanza y

Page 157: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

labores de las Niñas. Se tañerá la campana para esta

clase, a las siete en verano, y a las ocho en invierno,

haciendo tres tañidos para que acudan las Niñas a oír

Misa que a esta hora ha de decirse en la Iglesia de las

Huérfanas.

31- Después de oída la Misa, entrarán en la

clase donde, con la Maestra y su compañera dirán de

rodillas la Letanía de Nuestra Señora, y empezarán su

tarea que ha de durar en verano hasta las diez, y en

invierno hasta las once; repartiendo todo este tiempo en

leer, escribir y labores de manos, dedicando siempre por

mañana y tarde la ultima media hora en cantar a coro el

Catecismo, y algunos ratos, durante la labor, en lección

espiritual por medio de las Niñas, o Niña que señalare la

Maestra, tomando de aquí motivo para hacerles alguna

exhortación, y enseñarles el amor y la fidelidad que

deben a su Rey, el respeto y la obediencia con que

deben tratar a sus padres, la caridad con que deben

mirar a sus prójimos, la devoción con que han de estar

en el Templo, oír la Misa y rezar el Rosario, la

preparación con que han de recibir los Santos

Sacramentos, el horror que han de tener al pecado.

32- Por la tarde se tañerá del mismo modo a esta

clase, en verano a las tres, hasta las cinco y media, y en

Page 158: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

invierno a las dos, hasta las cuatro y media, y se gastará

el tiempo en los mismos ejercicios que por la mañana,

añadiendo el Rezar el Santo Rosario después de haber

cantado el Catecismo. Cuando la Maestra vea que las

Niñas saben y entienden el Catecismo común, las hará

aprender el de Fleuri, y para esto convendrá que sea

éste, uno de los libros que más se lea a las Niñas

mientras están haciendo labor, como queda dicho arriba.

Habiendo rezado el Rosario y besado la mano a la

Maestra, cerrará la clase exhortándolas a que vayan

enderechura, y con mucha modestia y silencio por las

calles, y que llegadas a su casa, besen la mano a sus

padres, y que sean puntuales en asistir los Domingos

por la tarde al Ejercicio de la buena muerte que se

tendrá en la Iglesia de las Huérfanas. Jamás se

permitirá que en esta Casa entre persona alguna

estando las Niñas, y habiendo entrado éstas, se cerrará

la puerta, cuya llave debe estar día y noche en poder de

la Maestra general.

Page 159: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

CAPITULO X

De la distribución de las horas que han de observar las

Niñas.

33- Primeramente se levantarán las Niñas a las

cinco en tiempo de verano, y a las seis en el de invierno,

despertándolas a ésta hora y poniendo luz en la pieza

para que se vistan. Luego que las hayan despertado,

sentada cada una en su camita, dirá sola por sí, o en

alta voz con todas: Alabada y bendecida sea la

Santísima Trinidad, Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu

Santo, tres personas distintas, y un solo Dios verdadero

en quien creo como verdad infalible, en quien espero por

su infinita misericordia, a quien amo por sobre todas las

cosas, por su inefable bondad y a quien dirijo y ofrezco

todas las obras buenas que hiciere en este día. Alabada

sea María Santísima Madre de Dios, y Madre de los

Pecadores a quien llamo con todo mi corazón para que

me asista en todo este día y me defienda de todos los

peligros de alma y cuerpo.

34- Hecha esta dirección se empezarán a vestir

con mucho recato y puntualidad, dándoles para ello un

cuarto de hora de tiempo. Inmediatamente se tañerá la

campana, y acudirán todas a la Capilla, donde puestas

Page 160: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

de rodillas y en dos coros rezarán la Corona Dolorosa

de Nuestra Señora con la Letanía, después de la cual,

se leerá un punto de la Vida, Pasión, o Muerte de Cristo,

y en esto y en meditación sobre Él, se gastará un cuarto

de hora, cerrando el ejercicio con un Padre nuestro, y un

Ave María, que rezarán por la salud y vida del Rey

nuestro Señor, y otro por el Prelado.

35- Desde la Capilla volverán todas al Dormitorio

a componer y levantar las camas, a lavarse y peinarse,

para lo que ayudarán las niñas más grandes a las muy

Niñas, y en esto, y tomar el desayuno del país

emplearán hasta el toque de Misa, a que acudirán todas

y oirán en el Coro de rodillas con mucha devoción.

36- Concluida la Misa irán todas a las piezas de

labor, o a sus respectivos oficios, las que lo tuvieren,

donde estarán en todo tiempo hasta las once

repartiendo las horas en aprender, a leer, a escribir y

hacer labores propias de su clase. Mientras están en

ellas, guardarán mucho silencio y a éste fin, la Maestra

hará que las Niñas por turno y señalamiento suyo, lean

todo los días por el Año Cristiano lo que corresponde a

aquél día o por otro libro espiritual y devoto, y sobre ello

podrá decirles alguna cosa conducente a su instrucción

y educación Cristiana. Todos los días se ha de reservar

Page 161: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

media hora para cantar y decir el Catecismo común, y

cuando ya la Niñas lo sepan y entiendan perfectamente,

se les hará leer y aprender el Catecismo de Fleuri, y

nunca pasaran a la clase de mayores, sin saber éste, ni

a la de medianos sin saber el común.

37- Desde las once hasta las doce tendrán

descanso, sino es que la Rectora las ocupase en las

cosas del Colegio. A esta hora se tañerá a Refitorio, a

cuya entrada acudirán todas con puntualidad, llevando

cada una su servilleta, cuchara y tenedor, hasta que

llegue la Rectora, y entrando en dos coros comerán con

aseo, limpieza, silencio y atención a la lectura espiritual,

conforme a lo que se dijo, en el Capítulo VIII. Dos Niñas

señaladas por semanas servirán a las demás en las

mesas, y ellas comerán a la segunda con la Lectora.

38- Concluidas las gracias ayudarán a la

Refitolera a la composición del Refitorio y a las

Cocineras al fregado y limpieza de los muebles

pertinentes, a la oficina después de lo cual tendrán

recreación y descanso hasta las dos en invierno, y hasta

las tres en verano, en cuyo tiempo (si la Rectora no

dispone otra cosa), podrán visitar las enfermas, cocer,

componer y remendar sus propias ropas. Procurarán las

Maestras, nunca perderlas de vista en éstas horas de

Page 162: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

recreación, no permitiéndoles, juegos, palabras, ni

acciones que sean menos decentes y modestas.

39- Al toque de campana que se hará a las dos

en invierno y a las tres en verano acudirán a las piezas a

su labor, donde estarán hasta las seis en éste, y hasta

las cinco en aquel, gastando el tiempo en lo mismo y del

mismo modo que por la mañana. Descansarán después

hasta el toque de Ave Marías, en que acudirán todas a

la Capilla a rezar el Rosario de Nuestra Señora con su

Letanía y concluido, se leerá un punto de los Novísimos

y se medirá sobre él, del mismo modo que por la

mañana cerrando el ejercicio con rogar a Dios por el

Rey Nuestro Señor, y por el Prelado.

40- En todo tiempo se cenará a las ocho

haciendo en la cena lo mismo que en la comida, y

acabada se irán todas a la Capilla, donde después de

visitar los Altares y de hacer un breve examen de

conciencia, hecha la señal por la Rectora le besarán la

mano, y se irán a sus dormitorios a recogerse y a dormir

de modo que a las nueve o nueve y cuarto estén todas

ya en sus camas, a cuya hora irá la Rectora echando

agua bendita por todos los dormitorios. Desde ésta hora

se guardará la mayor quietud y silencio y la Rectora con

una de las Maestras dará vueltas por todas las puertas

Page 163: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

de la Casa a ver si están bien cerradas, y recogidas

todas las llaves se irán también a acostar o recoger.

CAPITULO XI

De los días que las Niñas han de Confesar y Comulgar

41- Todas las Niñas capaces para ello,

Confesarán y Comulgarán en los siguientes días: en el

mes de Enero el día de la Circuncisión. En Febrero el

día de la Purificación. En Marzo el día del Glorioso

Patriarca San Joseph. En Abril el día de San

Hermegindo, o el día Jueves Santo, si cayere en ése

mes. En Mayo el día de San Isidro, o Pascua de

Pentecostés, si cayere en dicho mes. En Junio el día de

San Juan Bautista, o el día de Corpus. En Julio el día de

Nuestra Señora del Carmen. En Agosto el día de la

Asunción de Nuestra Señora. En Septiembre el día de

su Natividad. En Octubre el día de Santa Teresa su

Patrona. En Noviembre el día de la Presentación. En

Diciembre el día de la Concepción.

42- Las Niñas que llegaren a catorce años, a

más de esta Confesión y Comunión al mes, Confesarán

y Comulgarán otra vez en el día señalado por la

Rectora, y nunca puedan Confesar ni Comulgar más

Page 164: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

veces sin licencia de ésta y consejo de su Confesor. La

Rectora y Maestra podrán Confesar y Comulgar de ocho

a ocho días. El día del Jueves Santo Comulgarán todas,

de mano del Cura de la Catedral para cumplir con la

Iglesia, o de manos del Capellán por comisión de aquél.

43- Ayudarán las Niñas en todos los días de

preceptos, aun cuando no les obligue por falta de edad,

para cuando la tengan se hallen ejercitadas en ésta

observancia a excepción de aquellas a quienes la

Rectora dispensare por muy niñas o por débiles, o por

estar demasiadas ocupadas. Ayunarán también todos

los Sábados en obsequio de Nuestra Señora, y la

víspera de Santa Teresa por ser su Patrona. Si alguna

quisiese ayunar mas veces, o hacer otra penitencia,

será con licencia de su Confesor, y con noticia de la

Rectora.

CAPITULO XII

De otros Ejercicios particulares de las Niñas

44- En todos los Sábados del año y fiestas de

Nuestra Señora, se cantará la Salve en la Capilla por la

tarde, a la que asistirán todas las Niñas vestidas de

hábito, y con velas encendidas en las manos, e

Page 165: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

igualmente asistirán de hábito a la misa en los días

festivos, que no son de trabajo, porque, en los que lo

fueren, después de oír Misa, asistirán a sus labores,

como en los demás días, sin que en esto, pueda haber

dispensa. Todos lo Domingos por la tarde se hará en la

Capilla a puertas abiertas el ejercicio de la buena

muerte, asistiendo todas las Niñas Huérfanas en el

Coro, para que puedan estar en la Iglesia las niñas de la

Ciudad y sus madres que quisieren concurrir. A éste fin,

se tañerá la campana a las tres y media en invierno, y a

las cuatro y media en verano, avisando con tres

repiques: se pondrá en el Altar mayor un Santo Cristo

con dos velas encendidas, y a los pies del Altar una

mesa cubierta de negro: se dará principio al ejercicio

rezando el Rosario y Letanía de Nuestra Señora: luego

se leerá medio cuarto de hora sobre alguno de los

Novísimos, otro medio cuarto de hora se meditará sobre

él, cerrando el ejercicio con una breve plática o

exhortación que no pase de media hora. Este día no

tendrán las Niñas oración ni Rosario por la noche. En la

Semana Santa podrán su monumento en la Iglesia pero

no harán los Oficios.

45- En los días festivos que no hay labores se ha

de dedicar una hora por la mañana, que podrá ser de

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diez a once, para examen y explicación del Catecismo, a

que asistirá la Rectora con todas las Maestras,

explicando aquellos puntos que le parecieren más

precisos. Será bien que el Prelado asista una u otra vez

a estos exámenes para que, estimuladas las Niñas con

su presencia, se enfervoricen en aprender y entender

ambos Catecismos el común y el de Fleuri. Una vez al

año saldrán las Niñas a campo o vacaciones por quince

o veinte días; pero no todas de una vez, sino la mitad en

una, acompañadas de la rectora y tres o cuatro

Maestras, y la otra mitad en otra, acompañadas de la

Vice-Rectora y Maestras que no fueron en la

antecedente. A más de esto señalará el Prelado una

persona Eclesiástica de edad y virtud que las acompañe

y diga Misa en este tiempo, y aunque en él no trabajaran

cosa alguna, pero si tendrán, mañana y tarde los dos

ejercicios de Rosario, lección y meditación que se hacen

en el Colegio.

46- Cuidarán mucho la Rectora y Maestras de no

perderlas de vista en sus paseos y diversiones sin

admitir en ellas, personas que no sean muy de

satisfacción, sobre lo que les encargamos mucho la

conciencia.

Page 167: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

CAPITULO XIII

Del Entierro y Sufragio de las Niñas que murieren en

ésta Casa.

47- Luego que muera alguna Niña se harán tres

repiques a difuntos, se les amortajará en su hábito del

Carmen, y se le llevará a la Capilla u otra pieza, donde

estará hasta la hora del Entierro, para el que se avisará

al Cura de la Catedral, quien lo hará, o el Capellán de su

orden, sin derecho alguno, y por pura caridad. Se le

cantará su Misa de cuerpo presente, y por ésta dará la

Casa, cuatro pesos, y a todo, asistirán la Rectora,

Maestras Niñas. En los nueve días siguientes aplicarán

todas por la Niña difunta nueve partes de Rosario y

nueve Misas, las que oyen y rezan todos los días;

aplicándole otros sufragios y oraciones para que el

Señor la saque de las penas del Purgatorio, si por su

misericordia estuviese en ellas. Estos mismos sufragios

y oraciones aplicarán las Niñas por los Directores que

murieren, pero por el Rey nuestro Señor y Señores

Prelado y Gobernador de la Provincia, a más de los

mismos sufragios, cantarán una Misa de Requien en día

que las Rúbricas lo permitan luego que haya noticia de

su fallecimiento.

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CONSTITUCIONES

PARA EL COLEGIO DE NIÑOS

Huérfanos, fundado en esta Ciudad de Córdoba

con la advocación d

el patriarca san Joseph

En el año de 1782

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PROEMIO

1- No ha sido pequeño el embarazo en que para

formar estas Constituciones nos han puesto los estilos

del país, donde todo oficio mecánico se tiene por poco

honroso y propio solamente de gente natural y de

servicio. No podemos, pues, en ésta Casa dedicarnos a

que los Niños se instruyan (como se practica en otras

Casas de Huérfanos), en unos oficios que nunca han de

ejercitar, ni sus parientes permitirán que lo ejerciten

habiendo salido de ella.

2- Por lo tanto hemos resuelto que después de

recogerlos, vestirlos y alimentarlos se les instruya en

leer, escribir y contar, y en todo lo perteneciente a la

Religión, Cristiandad y piedad en la forma siguiente.

Que cuando ya estén perfectamente instruidos en esto,

a juicio y examen del Rector y Maestro de la Casa, se le

envíe a la clase para que estudien la Gramática: que a

los que más sobresaliesen en ella, dado muestras

brillantes de talento, de aplicación y de vocación a la

Iglesia, se les destine y sean preferidos a las Plazas

dotadas y supernumerarias del Seminario, donde

puedan hacer toda su carrera. Que los que fueren de

tanto talento, o no tuvieren lugar en el Seminario

perseveren en la Casa hasta que aprendan

Page 172: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

perfectamente Gramática. Que entonces saldrán para

estudiar Filosofía, y el Rector de acuerdo con el Señor

Obispo y noticia del Señor Gobernador, verán el medio y

el modo de buscarles algún alivio para que puedan

seguir sus estudios; y finalmente que a los que no

fuesen propios para las letras se les destine para el

comercio, solicitándoles (cuando ya estén perfectos en

leer, escribir y contar), el servicio en la casa de un

Mercader o Comerciante, así en la Ciudad como en la

Provincia, quienes sin duda los buscarán y apreciarán

sabiendo que hallarán en ellos inocencia, fidelidad y

Cristiandad, como frutos precisos de la buena educación

que han tenido en el Colegio. Con la mira, pues, a estos

objetos se han dispuesto las Constituciones siguientes:

CAPITULO I

Del Fundador y Protector de éste Colegio

1- Esta casa se gobernará por las mismas

Constituciones que la de las Niñas Huérfanas, a

excepción de lo que aquí vaya advertido, y por lo tanto

reconocerá por su fundador al Rey nuestro Señor, y por

Padre y principal director al Ilustrísimo Prelado de esta

Page 173: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

Provincia, por quienes harán oración dos veces al día,

como se dijo en el Capitulo I de las Constituciones de

las Niñas, cuidando mucho el Rector y Maestros de criar

a los Niños inspirándoles frecuentemente los

sentimientos de amor, de obediencia y de fidelidad al

Soberano, que felizmente los gobierna.

CAPITULO II

De los Directores particulares de esta Casa

3- Los Directores particulares para todo lo

temporal del Colegio, serán el Señor Arcediano de la

Catedral, y en su falta el Señor Chantre, el segundo

Cura Rector de ella, el Padre Comendador de la

Merced, el Padre Presidente de los Betlemitas y el

Alcalde de segundo voto, quienes turnados por

semanas, lo visitarán, y se juntarán del mismo modo y

para los mismos fines que los Directores de la Casa de

las Niñas. El Administrador por ahora será el mismo en

ambas casas, entendiéndose en todo, con el Rector con

la misma formalidad que se advirtió para con la Rectora.

Page 174: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

CAPITULO III

Del Rector, Maestro y Pasantes.

4- El Rector y Capellán en esta Casa será un

Eclesiástico de talento, edad, prudencia y virtud,

nombrado por el Señor Obispo, con noticia del Señor

Gobernador, y dependiendo del gobierno y asistencia

del Rector todo el bien espiritual y temporal del Colegio,

se hace preciso que día y noche viva dentro de él para

velar y cuidar continuamente de la crianza y educación

de unos Niños que por Huérfanos, le han de merecer

todo el desvelo, amor y ternura de un verdadero padre.

5- Así como el Maestro general y Pasantes

dependerán en todo del Rector, quien les dirá Misa

todos los días, y asistirán con ellos cuanto le permitan

sus ocupaciones en todos los actos de comunidad,

especialmente a los de oración y primera mesa. Si

alguna vez no pudiere, disponga que no falte el Maestro

ni Pasantes.

6- El Maestro general ha de ser nombrado por el

Señor Obispo con noticia del Señor Gobernador,

hombre soltero o viudo, de edad, de virtud, de

inteligencia y don para enseñar a niños a leer, escribir,

contar, ayudar a Misa y el Catecismo, para lo cual se le

Page 175: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

señalará dos o tres Pasantes, con quienes repartirá el

trabajo de todos estos ejercicios, dirigidos todos a criar a

los Niños de modo que puedan ser útiles a la Religión y

al Estado.

7- Ya con esto, se dicen las calidades que han

de tener los Pasantes, pues no siendo ellos hábiles,

honestos y virtuosos mal podrán enseñar a los

Huérfanos virtud, honestidad y Religión. Así el Maestro

como los Pasantes han de vivir dentro del Colegio, y

nunca saldrán de él, sino con licencia del Rector que

solo la dará para lo muy preciso, y siempre de modo,

que para el toque de Ave María, este ya cerrada la

puerta o Portería.

8- A cargo del Maestro estará señalar

diariamente y por turno dos Niños que vayan a la

Catedral a ayudar en la Misa desde las seis en verano y

desde las siete en invierno hasta la Misa Capitular, pues

sabemos que por falta de ayudantes no van muchos

Eclesiásticos a decir Misa en ella. Igualmente estará a

su cargo nombrar diariamente y por turno un Pasante

que acompañe a los Niños gramáticos hasta la clase, y

vuelva por ellos a su hora. Se castigará severamente a

los que yendo a clase, se divirtiesen o entrasen en otra

parte.

Page 176: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

9- El Rector nombrará un Portero de fidelidad

que cuide de recibir los recados por ventanilla o reja,

que para éste fin habrá en la puerta, y dándolos todos al

Rector, y en su defecto al Maestro, y jamas abrirá la

puerta a persona alguna sin orden del primero, o en su

ausencia del segundo. Al toque de Aves Marías se

llevarán las llaves al cuarto del Señor Rector, quien

cuidará mucho de no dejar entrar personas que no sean

de toda satisfacción y especialmente mujeres. Nombrará

otro para que cuide la Iglesia y sacristía, y otro para

Enfermero de los Niños, a cuyo fin se destinará una

pieza para Enfermería, observando en éste particular,

como en el del Refitorio y Dormitorio, lo mismo que

queda establecido en las Constituciones de las Niñas.

CAPITULO IV

De la recepción de los Niños y su vestido.

10- Por ahora tampoco serán mas que cuarenta

plazas de los Niños Huérfanos, de las cuales quince

serán también para las seis Ciudades de la Provincia, y

las demás para Córdoba y su jurisdicción.

Page 177: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

Las calidades y preferencias para ser admitidos

han de ser las mismas que las que se dijeron en el

Capitulo VI de las Constituciones de las Niñas. Seis u

ocho podrán ser admitidos mulatos libres para el servicio

de los demás, a quienes se sustentará, se criará y

educará con la misma caridad que a los demás.

11- El vestido de los Niños será igual en todos,

esto es, dentro de Casa, camisita de lienzo, zapato

negro llano, media blanca, chupa y calzón de la ropa del

país, y su gorrito blanco en la cabeza. Si alguna vez

saliesen fuera a Rogativa, Procesión o Entierro llevarán

sobre esto, un gabancito con valona, y sombrero negro.

Cuidarán mucho el Rector, Maestro general y Pasantes

que los Niños vayan siempre muy limpios y aseados, y

que se muden de ropa interior todas las semanas, cuya

limpieza y costurería debe correr por cuenta de las

Niñas Huérfanas, quienes harán esta obra de caridad a

los Niños Huérfanos. Cada uno tendrá su petaca donde

guardarán con aseo las ropas de su uso.

CAPITULO V

De la distribución de las horas que han de observar los

Niños.

Page 178: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

12- En todo tiempo se levantarán a las cinco y

después de dirigir sus obras a Dios y vestirse, como se

dijo en el Capitulo X de las Constituciones de las Niñas,

irán a la Capilla donde rezarán la Letanía de Nuestra

Señora, y los siete Dolores y Gozos de su Patrón y

Glorioso Patriarca San Joseph. Luego se leerá un medio

cuarto de hora de la Pasión del Señor, y otro medio

cuarto se meditará sobre el punto: oirán Misa, y

cerrando esta hora con rogar a Dios por el Rey nuestro

Señor y por el Prelado, se volverán a sus dormitorios a

componer sus camitas, lavarse, peinarse y tomar su

desayuno. Los gramáticos estudiarán sus lecciones

hasta la hora de salir a la clase.

13- A las siete en verano y a las siete y media

en invierno se tañerá la campana, y todos los Niños

acudirán a las piezas de sus respectivos estudios que

estarán divididos en tres clases: primera la de cartilleros;

segunda la de romanceros y escribientes; tercera de

latinos y contadores. Empezarán su tarea, rezando

antes de rodillas un Padre nuestro y Ave María al

Glorioso San Joseph, y la continuarán en todo tiempo

hasta las once, repartiendo las horas en leer, escribir,

contar, cantar el Catecismo, cuya explicación les hará el

Maestro, tomando de aquí motivo para hacerles alguna

Page 179: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

exhortación, y enseñarles el amor y la fidelidad que

deben a su Rey, el respeto y obediencia con que han de

tratar a sus padres, la caridad con que deben mirar al

prójimo, la devoción con que han de estar en el Templo,

la preparación con que han de recibir los Sacramentos,

el horror que han de tener al pecado, y otros puntos

concernientes a su instrucción y educación Cristiana.

14- Desde las once hasta las doce descansarán,

sino es que el Rector o Maestro los ocupe en alguna

cosa.

15- A esta hora se tañera a Refitorio, donde

entrarán y harán lo mismo que se dijo en el Capitulo X

de las Constituciones de las Niñas. Después de comer

tendrán su recreación o descanso hasta las dos en

invierno, y hasta las tres en verano, en que se tañerá la

campana y volverán a sus tareas de estudio hasta las

seis en ésta, y hasta las cinco en aquel.

16- Al toque de Ave Marías Volverán a la Capilla,

donde a coros rezarán el Rosario de Nuestra Señora

con su Letanía, y concluida se leerá un punto de los

Novísimos, y se meditará sobre él, lo mismo que por la

mañana, cerrando el ejercicio con rogar a Dios Nuestro

Señor por el Rey y por el Prelado.

Page 180: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

17- Los Niños gramáticos irán con un Pasante a

estudiar sus lecciones para el día siguiente hasta las

ocho y media, en que se tañerá a cenar en todo tiempo.

18- Acabada la cena irán todos a la Capilla,

donde después de visitar los Altares y rezar un Padre

nuestro al Glorioso San Joseph, tendrán un breve

examen de conciencia, besarán la mano Rector, y se

irán a dormir. Cuando ya los Niños estén recogidos, irá

el Rector a echar agua bendita, como dijo en el Capitulo

X de las Constituciones de las Niñas.

CAPITULO VI

De los días en que los Niños han de Confesar y

Comulgar

19- Todos los Niños capaces de ello Confesarán

y Comulgarán una vez al mes en los mismos días

señalados para las Niñas. Los Niños que llegasen a

catorce años, a más de esta Confesión y Comunión al

mes, Confesarán y Comulgarán otra, en un día festivo

en obsequio de su Santo Patrono San Joseph. En orden

a ayunos se observará lo mismo que se dijo para las

Page 181: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

Niñas en el Capitulo XI, añadiendo que han de ayunar

en la vigilia del Patrocinio de San Joseph.

CAPITULO VII

De otros ejercicios particulares de los Niños.

20- Cantarán el Salve en todos los Sábados del

año y fiestas de Nuestra Señora. Los Domingos por la

tarde asistirán, acompañados del Rector o Maestro, al

ejercicio de la buena muerte que se tendrá en la Capilla

de las Niñas, y en éste día no tendrán Rosario ni oración

por la noche. Todos los años harán en su Capilla el

Novenario del Patriarca San Joseph, empezando nueve

días antes para concluirlo el mismo día del Santo. Los

Jueves y algún otro día festivo cuidará el Rector

sacarlos al campo para que se diviertan, sin permitir

jamás que vayan solos, pues no pudiendo ir el Rector

deberá ir el Maestro con alguno de los Pasantes. En

todo los días festivos que no haya clase se ha de

dedicar una hora por la mañana para examen y

explicación de Catecismo, como se dijo en el Capitulo

XII de las Constituciones de las Niñas.

Page 182: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

21- De cuatro a cuatro meses habrá exámenes, a

los que asistirá el Rector para que los que ya deletrean

perfectamente pasen a la clase de romanceros y

escribientes, y los que saben escribir y leer romance con

perfección pasen a la clase de latinos y contadores, y

los que están consumados en leer latín y contar pasen a

la Gramática. Estos exámenes, es menester que vayan

con todo rigor, y convendrá mucho que el Señor Obispo

asista una u otra vez a ellos, o cuando no envíe una

persona de su satisfacción que presencie los ejercicios.

Sobre todas las cosas procurará el Prelado que nunca

los Niños salgan de casa para empezar Filosofía sin que

sean perfectos gramáticos, y en esto podrán el obispo y

Rector un sumo cuidado.

22- No quita todo lo hasta aquí dicho, que el

Rector y Maestros se dediquen en las horas de

descanso y días festivos a instruir a los Niños en otros

ejercicios honestos, útiles y propios de un hombre bien

nacido; pero que todo se hará con aprobación del Señor

Obispo, y noticia del Señor Gobernador.

23- El entierro y sufragio de los Niños que

murieren serán de los mismos modos que los de las

Niñas; como se dice en el Capitulo XIII de sus

Constituciones.

Page 183: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

24- No dudamos que el castigo se hace preciso

muchas veces para la crianza y educación de los Niños

pero al mismo tiempo queremos y exhortamos al Rector

y Maestros que cuando usen de él, sea atemperándolo

con mucha misericordia, y después de haber

experimentado inútiles todos los medios de la suavidad

y del apercibimiento, procuren que los Niños obren mas

por su amor que por temor.

25- Del castigo de los azotes se usará en lo muy

preciso, y solo con los Niños pequeños con mucha

moderación y recato, dándoselos en alguna camarilla o

separado, y nunca a ojos y vista de los demás. Con los

que ya llegaron a doce años se usará de castigo rara

vez por delito muy grave, y de ningún modo con los que

lleguen a la edad de catorce años, pues hay otros

castigos que siendo más decentes, no son menos

sensibles a gentes de honor, como es la reclusión, el

cepo, para privación de pitanza, la separación de trato

de los demás y otros.

26- Si alguno fuese tan terco e insensible que

nada de esto bastase para su corrección y enmienda, se

dará cuenta al Señor Obispo, quien con noticia del

Señor Gobernador tomará la providencia que

corresponda pues no es razón permitir en éste pequeño

Page 184: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

rebaño del Señor ovejas roñosas, capaces de inficionar

y perder a las demás.

CIERRE DE LA CARTA PASTORAL

Hasta aquí las Constituciones dirigidas al arreglo

espiritual y temporal de estas dos Casas, y a

proporcionar a los Niños Huérfanos y Huérfanas, el

alivio en todas sus necesidades. Cerremos pues, ya

esta Carta Pastoral con las palabras del Apóstol, en la

que escribió a sus amados fieles de Roma: Obsecro

ergo vos fratres per Dominum Fesum Christum, per

charitatem Sancti Spiritus, ut adjuvetis me in orationibus

vestris: Yo os ruego hermanos míos por Nuestro Señor

Jesucristo, y por el amor del Espíritu Santo que me

ayudéis con vuestras oraciones a dar gracias a Dios por

este gran bien, que ha querido dispensarnos en la

Provincia, rogándole continuamente que lo mantenga,

que lo prospere, y que lo lleve adelante. Y el Dios de la

Paz sea con todos vosotros Amen. Córdoba y Abril

treinta de mil setecientos ochenta y dos.

Fr. Joseph Antonio de San Alberto,

APROBACION DE LOS COLEGIOS DE ESTAS

CONSTITUCIONES

Page 185: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

Y habiendo visto todo en el mencionado, mi

Consejo pleno de Indias, con lo que informó su

Contaduría general dijo mi Fiscal y consultándome sobre

ello, he venido en aprobar la fundación de estos dos

Colegios, y sus Constituciones según van insertas, y ha

sido de mi real gratitud el celo y aplicación de dicho

Reverendo Obispo Don Fr. Joseph Antonio de San

Alberto en tan útiles establecimientos del servicio de

Dios, del mío, y bien del Estado, y he resuelto adherir a

la dotación que propone dicho Prelado para su

subsistencia de mil doscientos pesos anuales, los

seiscientos sobre la Mitra del mismo Obispado del

Tucumán, y los otros seiscientos sobre el ramo de

vacantes Eclesiásticas; y que ese caso de hallarse en el

Colegio de Niñas admitidas algunas o algunas Beatas,

sean luego extraídas, y de ningún modo se permita su

residencia en él. Por tanto mando a mi Virrey de Buenos

Aires, a la Audiencia de aquel distrito, al Gobernador de

la enunciada Ciudad de Córdoba del Tucumán, y demás

Tribunales o Jueces Seculares; y ruego y encargo al

Reverendo Obispo que hubiere en la misma Diócesis del

Tucumán, al Venerable Deán y Cabildo de aquella

Iglesia, y a cualquier Tribunal o Juez Eclesiástico a

quien corresponda, guarden, cumplan y ejecuten

Page 186: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

puntualidad. Fecha en el Pardo a quince de Marzo de

mil setecientos ochenta y cinco. YO EL REY. Por

mandato del Rey nuestro Señor Manuel de Nestares.

EL REY

1- Muy Reverendo en Cristo Padre Arzobispo de

la Iglesia Metropolitana de la Ciudad de la Plata, de mi

Consejo. Por mi Real Cédula de quince de Marzo de mil

setecientos ochenta y cinco, me digné aprobar le

erección de un Colegio de Niños y otro de Niñas que

hicisteis en la Ciudad de Córdoba del Tucumán, siendo

Obispo de aquella Diócesis, y en Carta de cuatro de

Mayo siguiente exponéis los perjuicios que se seguirán

de excluir del Colegio de Niñas las maestras Beatas,

pues verificada esta limitación se arruinaría en pocos

días una Casa tan útil a la Religión como al Estado, y

que os había costado más gastos y desvelos que el

gobierno de toda Diócesis: que pusisteis el principio por

Maestras mujeres seculares, buscando las mejores que

pudisteis, pero que prontamente empezasteis a

experimentar no podía con ellas permanecer la Casa,

que desde luego se suscitó la emulación, queriendo ser

Page 187: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

todas Rectoras, y no sujetarse a la que lo era; y menos

al retiro, abstracción y arreglo de las horas y ejercicios

que señalan las Constituciones, y son tan necesarias

para la buena educación, pues apetecían conservar la

libertad que tenían en sus casas, de salir, entrar y tratar

con gentes de ambos sexos, con perjuicio suyo y de las

niñas, y si se las quería contener u obligar dejaban el

Colegio y se volvían a sus casas, queriendo cada una

que a mas de darla de comer y vestir se les

suministrasen al mes ocho o Díez pesos, y tuvisteis que

pasar por todo más de año y medio, empleando en

salario lo que bastaría a mantener doce o quince niñas:

que estas y otras experiencias os hicieron conocer que

aquella Casa jamás lo sería de una perfecta educación,

hasta que de las mismas niñas mas selectas, criadas en

ella, acostumbradas a la obediencia, al retiro y al

trabajo, y mirándola por lo mismo con amor, quisiesen

algunas por vocación perpetuarse en ella, y hacer sus

votos simples en manos del Prelado, dependientes

absolutamente de él, como prescriben las

Constituciones, al modo de las que gobiernan la Casa

de Huérfanas de Xerez de la Frontera en estos Reinos,

que tuvisteis presentes para esta: que en efecto habían

tomado el hábito siete u ocho de las más hábiles y

Page 188: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

virtuosas, conociéndose en dos años que iban a

concluir, ser la Casa (según podía informar el

Gobernador pasado, el actual, y la voz común de toda la

provincia) casa de paz, de educación y de Dios;

habiendo hecho ver la experiencia que estas casas de

enseñanza son más útiles y durables las que están al

cuidado de Religiosas Ursolinas y otras, a mas de que

no habiendo en la Provincia del Tucumán más que dos

solos Conventos de Religiosas, en donde no pueden

muchas doncellas nobles de vocación y de virtud entrar

o por sobra de número o por falta de dote, pueden lograr

en parte sus deseos, y asegurar su salvación entrando

en dicho Colegio, y al mismo tiempo ser útiles a la patria

y al Estado, como lo son las que al presente hay en él; y

habiéndose visto en mi Consejo de las Indias, con lo dijo

mi Fiscal, y consultándome sobre ello, teniendo presente

la orden que se expidió a aquel Gobernador Intendente

para que suspendiese la expulsión de las beatas, ha

declarado no deben excluirse del Colegio las Beatas de

que tratáis, educadas en la misma Casa, pues antes se

contempla muy útil subsistan en ella, y únicamente debe

entenderse la citada Cédula para la admisión y

exclusión de otras no criadas allí, ni preciosas que se

perpetuasen con gravamen del Colegio, y como si fuese

Page 189: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

Beaterio. Lo que os participo para que tengáis

entendido, y hagáis, como os ruego y encargo, entender

a los que convenga para que se cumplan puntualmente,

ésta mi Real determinación. Fecha en el Pardo a seis de

Febrero de mil setecientos ochenta y seis.

Yo el Rey. Por mandato del Rey nuestro Señor Manuel

de Nestares.

Córdoba, 7 de Febrero de 1970.

Page 190: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto
Page 191: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

CARTA PASTORAL

Que El Ilustrísimo y Reverendísimo Señor

D. Fr. JOSEPH ANTONIO DE S. ALBERTO,

Del consejo de S. M..

Y obispo de córdoba del Tucumán,

DIRIGE

A SUS DIOCESANOS,

CON OCASIÓN DE PUBLICAR UNA INSTRUCCIÓN

Para los Seminarios de Niños y Niñas,

donde por lecciones, preguntas y respuestas

se enseñan las obligaciones

que un vasallo debe a su

Rey y Señor.

EN EL AÑO DE 1784

Page 192: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

Nunc ergo vocem eorom audi, verumtamen

contestare eos, praedic eos jus regis, qui regnaturus est

super eos. 1.Reg. cap. 8.

Page 193: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

Ahora, pues, Samuel, oye y concede a los

Israelitas lo que piden, pero antes persuádelos e

instrúyelos y en los en los derechos que El Rey tendrá

sobre ellos, y en las obligaciones que ellos tendrán para

con El Rey. Lib.I de los Reyes, Cap. 8.

sta instrucción, amados hijos, tal vez la primera de

su género, que ha visto la luz pública en estos

Reinos, no es más que un cumplimiento de la palabra

que os dimos en la última Carta Pastoral, que con

ocasión de haber fundado en esta Capital el Colegio de

Niñas Nobles Huérfanas, publicamos en el año de

ochenta y tres56.

E

2- En ella os ofrecimos trabajar una especie de

Catecismo, en el cual por lecciones, preguntas y

respuestas comprenderíamos aquellas obligaciones más

principales que tiene un vasallo para con el Soberano;

no dudando que criados los niños con esta leche y sana

doctrina, tendría después el Estado en ellos unos

vasallos tan fieles, tan rendidos y tan amantes a su Rey,

como reconocidos y obligados al paternal amor, conque

5656- Casi todo el año 1783 San Alberto la paso civilizando en "La Visita" ( nota agregada por un estudioso del

tema).

Page 194: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

se ha dignado proporcionarles en estas Casas un abrigo

a su necesidad y una escuela pública a su educación.

3- Esto es lo que entonces os ofrecimos, y lo que

no hemos podido cumplir hasta ahora; porque nuestras

ocupaciones, si no han sido mayores que nuestros

deseos, han podido más y nos han arrebatado todo el

tiempo. Dieciséis meses empleados en la Visita general

de nuestra Diócesis, nos han embarazado emprender el

trabajo de esta Instrucción; bien que los mismos,

haciéndonos ver la urgente necesidad que había de ella,

nos han estimulado poderosamente a no perder

momento en su formación. Acabamos de visitar y ver

nuestra numerosa feligresía, esparcida por seiscientas u

ochocientas leguas y dividida en cincuenta y ocho

Curatos, de los cuales tienen muchos, la extensión de

cincuenta y sesenta. Toda esta extensión la ocupan de

trecho a trecho los feligreses, quienes viviendo en casas

pobres, reducidas y separadas unas de otras, forman

una variedad, que aunque poco vistosa y agradable,

hace acordar de aquellas casillas que los antiguos

Monjes tenían labradas a las riberas del Jordán, o de las

tiendas y pabellones de los Israelitas en el Desierto.

4- Puede decirse que cada vecino forma un

pueblo aparte, donde El solo es Padre, es Señor, es

Page 195: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

Juez, es Abogado, es Médico, es Maestro; y la verdad

es que tendría que serlo todo, si la miseria, la soledad y

la falta de trato de instrucción, no lo tuvieran reducido a

ser nada o poco lo que puede, lo que hace y lo que

sabe. Por razón de la distancia en que viven unos de

otros, se ven y se tratan pocas veces; motivo tal vez

porque ni se conocen a fondo, ni se aman de veras, ni

se fomentan recíprocamente con todos aquellos auxilios

que son propios de la sociedad, y que forman a las

gentes atentas, civiles, laboriosas e instruidas.

5- El Cura, único Doctor y Maestro de ésta

multitud dispersa, vive como en el centro del partido,

desde allí, unas veces impelido de su propio celo, y

otras, llamado de la ajena necesidad, sale a hacer sus

espirituales correrías, quiero decir, a ejercer las

sagradas funciones de su ministerio, a confesar,

predicar, instruir y doctrinar a sus feligreses; pero como

estas lecciones casi siempre son cortas, pasajeras e

interrumpidas por tener que asistir a varias partes y en

distintos días, es poco el fruto que producen y muy

escasa la luz que dejan para poder desterrar la

ignorancia de unos entendimientos limitados, incultos y

determinados regularmente a un objeto, ya sea el

interés, o ya el deleite. Sin embargo se hallan tan

Page 196: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

contentos y satisfechos con esta vida campestre, rústica

y solitaria, que hablarles de unión o de población, es lo

mismo que amenazarles con el destierro o con la

muerte; tanto pueden en ellos la fuerza de la costumbre

y el amor a la libertad que ya no echan de menos ni los

dulces bienes de la sociedad, ni sienten los gravísimos

males de la ignorancia.

6- La que se advierte en estos campos parece

increíble, es lastimosa y casi general en toda clase de

sujetos. Si entre ellos se halla alguno que sabe

medianamente leer, escribir, rezar y responder por su

orden a algunas preguntas del Catecismo, aquellas más

esenciales, y sin cuya creencia sería imposible su

salvación, éste es ya mirado en la Parroquia, como un

fenómeno, y venerado en ella como un Doctor o Maestro

sabio de la Ley. De lo poco que estos necesitan saber

para ser mirados y admirados, como oráculos de su

pueblo, pueden bien inferirse lo muchísimo que

ignorarán sus admiradores y convecinos, quienes al

respecto de aquellos pasan plaza de ignorantes y se

confiesan tales en su comparación. Hay hombres que si

les preguntasen del principio, objeto y fin de la Religión

que profesan, tendrían tal vez que responder lo que los

Efesinos al Apóstol San Pablo cuando les pregunto si

Page 197: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

habían recibido al Espíritu Santo. Sed nenque si Spiritus

est, audivinus57 ni en la vida hemos oído que haya, o

que cosa sea Religión. Otros hay, que si ya saben que

hay Religión, y lo que es; porque lo oyeron, miran sus

preceptos, sus consejos

y máximas con la misma frialdad e indiferencia que si

fuesen las historias de Plinio, o las fábulas de Isopo.

7- ¿Qué podrá prometerse la Religión de unos

hijos, que casi la ignoran enteramente? Es consiguiente

que a la ignorancia se siga el desamor; al desamor, el

desprecio; y al desprecio, la corrupción o depravación

de costumbres. ¿ Y el Estado, qué puede esperar de

unos vasallos, que desconocen absolutamente su

Religión? Es regular que a proporción de unos pocos y

bajos conocimientos que tienen de ésta, sea también la

idea que forman de la superioridad, de la grandeza, y de

la potestad del Rey. Se hallan hombres como dijimos en

la citada Pastoral y repetimos aquí: "Se hallan hombres

de cuarenta o cincuenta años, que apenas saben el

nombre del Soberano que los rige, o que si lo saben,

solo es porque lo vieron grabado en las monedas, que

es su pasión dominante. Los sagrados nombres de

fidelidad, de sujeción o de obediencia a las potestades

572 Actor. 19, 2.

Page 198: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

sublimes, son para ellos unos vocablos desconocidos,

que jamás tuvieron lugar en el diccionario de su idioma,

o unos dijes vistosos, que cuando tal cual los llegan a

conocer, los prenden en el vestido de su Religión, no

más que con alfileres, para desprenderse de ellos con

facilidad, siempre que no se acomoden a sus intereses o

a sus pasiones".

8- A tal extremo llega en el campo la ignorancia,

aún en puntos tan capitales. Verdad, que si la

manifestamos aquí, es sencillamente en obsequio de

ella misma, y para solicitar el remedio; no cierto para

confundir, ni contristar con ella a nuestros amados

feligreses. Bien lejos de esto los compadecemos con

todo nuestro corazón, y Dios es testigo de las muchas

veces que los hemos excusado en su presencia.

¡Pobrecitos!, ¿Qué pecado es en ellos, ni en sus padres

una ceguedad que puede llamarse de nacimiento,

permitida tal vez para que en su curación se manifieste

el poder de Dios y del Rey? Es decir: ¡Qué culpa es en

ellos haber nacido en el campo, no cursar otras

escuelas que las de sus humildes chozas, ni tener otros

maestros que árboles y peñascos, no oír otras

lecciones, que las de unos maestros igualmente

rústicos, y cuando más, las pasajeras de un Cura, a

Page 199: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

quien ven y oyen poquísimas veces? Esto no es culpa,

si no desgracia; y sea lo que fuere, parte desgracia en

que influye su destino, y parte culpa a que contribuye su

desidia; lo que no tiene duda es, que el mal es cierto y

grave; que su gravedad se aumenta con los días; que

sus resultas son lastimosas a la Religión y al Estado; y

que pueden serlo más, si no se piensa seria y

prontamente en solicitar los remedios y aplicarlos.

9- Desde luego, son muchos los que se

presentan, y no pocas veces hemos empleado el tiempo

en discurrir y reflexionar sobre su posibilidad, su

conveniencia y su ejecución. La población de los

vecinos; el celo de los curas; la división de los curatos;

la erección de escuelas en todos ellos; la fundación de

colegios o enseñanzas públicas en las ciudades; la

buena elección y uso de Catecismos, todos estos

medios son cuando menos, buenos y útiles, y alguno de

ellos específico y radical para desterrar la ignorancia de

los campos. Pero, ¿Qué importa?, ¿si cuando se trata y

venimos a la aplicación de ellos, hallamos que unos por

demasiadamente amargos los repugna el doliente, y que

otros por sumamente costosos, no puede aplicarlos el

médico? ¿Que para éstos falta el poder y las facultades

en quien los ha de aplicar, y que para aquellos sobra la

Page 200: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

repugnancia y los pretextos en quien los ha de recibir?.

Entre semejantes embarazos nos vemos los Obispos,

cuando ricos de deseos y pobres de medios, llenos de

buena voluntad y faltos de caudales; deseamos mucho y

podemos poco. Queremos y no podemos tanto como

quisiéramos y era menester para remedio de los males

que lloramos en nuestras Diócesis; mas no por eso es

bien rendirnos a las dificultades, si no obrar, clamar y

esperar que Dios y el Rey las superarán todas.

Hablemos, pues, un poco de cada uno de estos

remedios.

LA POBLACIÓN

10- Este es uno de los remedios que contamos

por específico y radical, persuadidos ciertamente, que él

sólo, si se aplicase y pusiese en planta, sería bastante

para acabar con la ignorancia en nuestras Diócesis y en

las Provincias convecinas, donde reina el mismo mal y

por las mismas causas. No hay Curato en todas ellas,

según hemos visto y estamos informados, que no pueda

reducirse a dos pueblos, y muchos de ellos a cuatro y a

seis, compuesto de un número muy competente de

Page 201: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

vecinos. La unión pues, de todos ellos bajo una

campana, de una Iglesia y de un Párroco, ¿Qué medios

tan ventajosos no iba a proporcionar para su enseñanza

e instrucción? Sería menester más tiempo para decirlos

que talento para pensarlos.

11- La residencia fija y enseñanza continua de

un Cura celoso y vigilante sobre unos fieles que tendría

siempre a su vista y a su disposición la facilidad de

hallar entonces en el mismo vecindario un Preceptor,

que por amor, por celo o por interés se aplicaría a la

instrucción y enseñanza de los niños; la instrucción de

éstos, que precisa y naturalmente se comunicaría o se

transfundiría, por decirlo así de padres a hijos; la

emulación santa, que reinaría en todos de saber, y de

saber más cada día; el honor, Que los estimularía a no

ignorar los unos, lo que sabían los otros, para no ser la

ignominia o la parábola de sus convecinos; todos estos

auxilios y fomentos, de que carecen los fieles en la

soledad del campo, bien prontamente harían ver, que

había ya amanecido la luz sobre los que habitan en la

Región y sombras de la muerte58, que ya en el campo y

en las ciudades eran todos de un labio59, porque en

5858 Isaías 9, 2.

5959 Génesis 2, 1.

Page 202: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

éstas, y en aquel todos sabían y hablaban un mismo

idioma de Religión y de Evangelio; finalmente harían ver

que ya abundaba el bien allí mismo, donde había

abundado la iniquidad,60 que ya se abrazaban la justicia

y la caridad,61 donde antes apenas se conocía, ni la

caridad, ni la justicia, y que había llegado el tiempo de

decir con Isaías: “Ya en el campo no hay daños, ni

hurtos, ni homicidios, ni alborotos, porque toda la tierra

se ha llenado de la ciencia de Dios y de la Doctrina de

Jesucristo”62. De todas estas felicidades y de otras

muchas que no caben en la brevedad de una Carta,

podíamos salir garantes con sólo el remedio de la

población.

12- Pero puntualmente éste, que es el más

radical y específico, es el más repugnante y el más difícil

en la ejecución. Es el más repugnante a los interesados,

porque acostumbrados a la libertad del campo, donde

han nacido, donde se crían, y donde viven solos,

independientes, sin Superior, sin Juez, sin Fiscal, ni

testigo alguno de sus operaciones buenas o malas, se

resisten poderosamente a entrar en una vida civil,

sociable y de población, donde conocen que,

6060 Ad. Roma. 5, 20.

6161 Psalm. 84, 2.

6262 Isaías cap. 2, 9

Page 203: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

precisamente han de estar a la vista y dirección de un

Cura, que nada sabrá, ni podrá disimularles; a la frente y

obediencia de un Juez, que los contendrá en sus

excesos, al examen y censura de tantos fiscales y

testigos, como sean los vecinos de que se componga el

pueblo. Tanta verdad es que aborrece a la Luz, quien

obra el mal 63 o está en disposición de obrarlo, y que el

yugo de la subordinación se presenta intolerable al que

no está acostumbrado a llevarlo desde sus primeros

años64. Es también el más difícil en la ejecución, porque

como la mayor parte de estas gentes, son unas

personas pobres y miserables, cuyo sustento y vida

únicamente penden de las pocas tierras y ganados que

tienen en el campo, si por venirse a población, las

abandonasen, perderían absolutamente todo su caudal;

y si por no abandonarlas quisiesen sostener dos casas,

una en la nueva población, y otra en su antiguo solar, no

tendrían fuerzas, ni facultades para conservar ésta y

edificar aquella.

13- Estas dos grandes dificultades nunca

cederán a la palabra y exhortación de un Prelado, si no

es que Dios conceda a su voz aquella virtud que

6363 Joann. 3, 20.6464 Thren. Jerem. Cap. 3, 27.

Page 204: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

concedió a las trompetas de Josué, para rendir las

murallas de Jericó,65 y solo podrá superarlas el brazo

piadoso y poderoso del Monarca. La primera, con la

autoridad y fuerzas de sus leyes, mandando que todos,

sin excepción de personas, ni de clases, ni de

condiciones, se unan en pueblos, formados a trechos

correspondientes, y en parajes los más saludables, los

más útiles y los más proporcionados para el cuidado de

sus antiguas haciendas. La segunda, con la piadosa

liberalidad de sus manos, disponiendo que a éstos

infelices pobladores, que ciertamente lo son por la

mayor parte, se les contribuya con algún socorro, a fin

de que puedan edificar sus nuevas casas, desde donde

salgan a tiempos al cuidado y asistencia de sus tierras y

ganados. Las ventajas temporales, que con éstas

nuevas poblaciones resultarían necesariamente a la

Provincia, al Reino y a la Corona, podrán mejor decirlas

los Gobernadores y Magistrados Seculares, a quienes

varias veces hemos consultado y oído sobre el punto.

Las nuevas poblaciones de Santa Lucia, a la parte

Oriental del río de este nombre. La de San Joseph, a la

parte Occidental del río del mismo nombre del Santo.

La de Caneloncón, privilegio de Villa, y la de San

6565 Josué cap. 6, 5.

Page 205: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

Francisco, en las Minas de Montevideo66 . Estas cuatro

poblaciones, promovidas y efectuadas por el celo y

cristiandad del Excelentísimo Señor Don Juan Joseph

de Vertiz en el tiempo de su Virreinato en estas

provincias, son un patente testimonio de la seguridad de

éstas ventajas temporales que prometemos. Las

espirituales, que principalmente se hallan a nuestro

cargo, debemos confesar que penden, si no en todo, en

la mayor parte de la aplicación de este remedio. Pero

mientras llega este momento tan feliz como deseado por

todo hombre de bien, de celo y de amor a su patria,

pasemos a hablar del segundo que es:

EL CELO DE LOS CURAS

14- Desde que Dios y el Rey nos destinaron al

gobierno de esta Diócesis, nada hemos persuadido, ni

más frecuentemente, ni con mayor eficacia a nuestros

Curas, que este celo vivo, eficaz y vigilante en exhortar,

instruir, enseñar e iluminar las almas que Dios ha puesto

a su cargo, y de quien ellos son los Doctores y Maestros

6666 Debe decir Maldonado.

Page 206: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

inmediatos, como uno de los medios más principales

para desterrar la ignorancia, y con ella la corrupción de

las costumbres.

15- El Apóstol dice, que la fe tiene su principio o

entrada por el oído, y que Dios, por medio de su

palabra, dispone el oído para la inteligencia de aquello

mismo que enseña la fe67. Para que crean pues, los

feligreses, es menester que oigan; y para que oigan y

entiendan lo que creen, es necesario que los Curas,

como enviados a éste fin por Dios y por el Obispo,

prediquen, exhorten y enseñen continuamente. ¡Qué

pies tan hermosos, y que pasos tan bien empleados los

de un Cura que jamás para, y que en un continuo

movimiento y sana agitación anda de collado en collado,

de valle en valle, de capilla en capilla y de estancia en

estancia evangelizando la paz y el bien a sus feligreses,

esto es, exhortándolos, instruyéndolos y enseñándolos a

la Doctrina Cristiana, principios de nuestra Religión!.

16- Confesamos en obsequio de la verdad, y

damos la gloria solo a Dios, que son muchos los Curas

de nuestra Diócesis que lo practican así, y que

sosteniendo el peso del calor y del día, ningún trabajo

omiten en desempeño de ésta obligación de su

6767 Ad. Rom. Cap. 10, 17 Ibid. V 15.

Page 207: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

Ministerio; pero en obsequio de la misma no podemos

dejar de decir lo que hemos experimentado en la visita,

y lo que de buena fe, aunque con gran dolor suyo, nos

han confesado los mismos Curas, y es que, nunca

iguala el fruto a su celo, y que la mies que recogen al

tiempo de la siega, no corresponde al cultivo y trabajo

que pusieron en la sementera; y aún añaden, y

añadimos también con ellos, que jamás corresponderá,

y que todos sus trabajos serán poco felices, cuando no

inútiles del todo, siempre que los Curatos se mantengan

en la enorme extensión que ahora tienen.

17- En efecto, ¿ cómo podrá un Cura, por más

que su ciencia sea tan grande como su celo, y su celo

tan constante como su salud, cómo podrá iluminar, ni

enseñar a ochocientos o mil parroquianos, esparcidos

en cuarenta o sesenta leguas de extensión?, ¿Cómo

podrá, sin multiplicarse, dividirse en trozos o bilocarse,

asistir personalmente todos los días festivos en ocho o

diez Capillas que se hallan divididas, y no a corta

distancia, en todo su partido, y allí predicar y exhortar a

sus feligreses? No hará poco, si en un día festivo,

predica en una y al siguiente predica en otra,

corriéndolas así sucesivamente todas para repartir el

pan a unos pequeñuelos, que mueren de hambre y

Page 208: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

comunicar la ciencia de salud a una plebe ignorante,

que nunca la puede ver junta.

18- De aquí es, que sus exhortaciones, siendo

tan interrumpidas y pasajeras, ni comunican toda

aquella Luz, ni hacen toda aquella impresión que era

menester para ir poco a poco iluminando la oscuridad de

sus entendimientos, y penetrando la dureza de sus

corazones. Ellas vienen a ser como aquellas ligeras

ráfagas de Luz, que dándolas por un brevísimo instante

al que camina por las tinieblas de la noche, luego lo

dejan en la misma, o tal vez mayor oscuridad en que

antes estaba; o son como aquellos aguaceros prontos,

recios y tormentosos, cuyo ímpetu de agua solo sirve

para limpiar la superficie de la tierra, pero que nunca

llega a penetrar, humedecer y fecundar sus senos. La

experiencia enseña, que una gota de agua, si cae

continuamente sobre un peñasco, al fin lo cala y lo

penetra, lo que no hacen muchas lluvias, si aunque sean

muy copiosas, son interrumpidas o caen de tarde en

tarde.

19- Esta misma es la razón porqué las celosas

tareas de un Cura, no rinden en el campo todo aquel

fruto, ni comunican toda aquella luz que necesariamente

rendirían y comunicarían, si ellas fuesen continuas; y

Page 209: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

ésta es la causa, y lo será siempre, de que los ciegos se

queden ciegos, de que las peñas perseveren peñas, y

que los comprendidos en el peligroso contagio de la

ignorancia, nunca puedan ser curados ni verse libres de

ella. ¿Qué importa que haya Médico en Galaad, Maestro

en Israel, y antorcha sobre el candelero,68 si los ciegos,

si los ignorantes y los enfermos son muchos? ¿Si, sobre

ser muchos, viven distantes unos de otros? ¿Y si sobre

distantes, todos se hallan retirados sumamente de la

única antorcha, que podía comunicarles Luz, del único

Maestro, que podía darles doctrina, y del único Médico,

que podía curarlos del contagio de la ignorancia?

Concluimos con asegurar, que ésta será siempre grande

en los campos, mientras lo sea tanto como lo es en el

día la extensión de los Curatos. Se hace, pues, preciso

el dividirlos, y éste es el tercer remedio

DIVISIÓN DE LOS CURATOS

20- No hay duda que la división de los Curatos,

formándose de uno, dos o tres, a proporción de lo que

permiten sus partidos o rentas, sería mucho remedio

para curar el mal de ignorancia, que tanto cunde en los

6868 Matth. 5, 15.

Page 210: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

campos. Desde luego los feligreses, que no tenían antes

si no un Cura, un Médico y un Pastor, se hallarían con

dos o tres, que cada, uno en Curato separado podría

con más proporción, menos dificultad, y no tanto trabajo,

dirigirlos, curarlos, instruirlos y gobernarlos. Esta hubo

de ser la conveniencia, o tal vez la necesidad que

concibió Jetró para aconsejarle a Moisés, que pues era

tan numeroso su pueblo, y él solo no era bastante para

su gobierno y dirección, tomase la providencia de partir

el trabajo, y dividir el mando entre algunos varones de

verdad y de temor de Dios, que pudieran ayudarle en un

negocio superior a todas sus fuerzas69.

21- Así lo hizo Moisés, y con la división logró

tener que trabajar menos, y el pueblo más Jueces y

Maestros para su dirección y su enseñanza. Tal será el

fruto de la división de los Curatos, siempre que la

feligresía sea numerosa y la extensión enorme y

dilatada. Con este objeto y fin se halla sin duda

mandada por repetidas Cédulas Reales, como

obedecida y practicada en nuestra Diócesis hace

muchos años. En poco mas de quince han dividido

nuestros antecesores doce Curatos, y nosotros a su

ejemplo, en el último Concurso, acabamos de dividir

6969 Exodo 18, 18.

Page 211: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

cinco; de manera, que hoy en esta Provincia se cuentan

cincuenta y ocho Curatos, cuando en el año sesenta y

siete sólo se contaban cuarenta y tres. Sin embargo, la

experiencia nos hace ver que este remedio, aunque útil,

no ha sido, ni será jamas bastante para el fin que se

pretende, por dos razones.

22- Primera, porque aún dividido un Curato en

dos, cada uno de ellos queda con una extensión, que tal

vez no la tienen muchos Obispados de España, de

veinte o treinta leguas, donde habitan dispersos y

divididos quinientos o seiscientos feligreses. ¿Cómo es

posible que el Cura pueda frecuentemente enseñar a

todos? Es verdad, que ya no son tantos, ni la distancia

tan grande como lo era antes de la división; pero esto al

mismo tiempo que prueba que el mal es menos, supone

que siempre hay mal, y mal de la misma especie,

porque el más y el menos no mudan la especie de las

cosas.

23- Segunda, porque esta división no puede ni

podrá hacerse jamas, si los Curatos, aunque sean

grandes en la extensión, no lo son igualmente en la

renta. Pocos hay en esta nuestra Diócesis, que puedan

contar con la de mil pesos. Se hace preciso, pues, que

si un Curato de éstos se divide en dos, baje la renta de

Page 212: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

cada uno de los Curas a quinientos. Si de éstos se le

quitan ciento veinticinco para pagar cuartas al Prelado, y

ciento cincuenta para pagar un Ayudante, ya toda su

renta queda reducida a doscientos veinticinco pesos,

con lo que apenas tiene bastante para una decente

sustentación; y si para esto no tiene, ¿cómo tendrá para

hacer limosna, socorrer y fomentar a sus feligreses?.

Ved aquí pues, en los dos Curatos divididos, dos curas

incongruos, dos operarios sin sustento, dos Ministros

con pueblo para servir, pero sin altar para comer, y por

lo mismo expuestos al trafico, a la negociación, al juego

y a la ociosidad, y en esto, para todo lo que hemos

adelantado con la división. Será, pues, preciso recurrir

al remedio de las Escuelas.

ESCUELAS

24- Aunque las escuelas de niños son muy

antiguas, pero no tanto como su educación: "No leemos

que las tuvieran los Israelitas, ni que los muchachos

salieran para ser instruidos de la casa de sus padres; y

sin embargo sabemos la grande educación que les

daban estos. Enseñábanles cuanto pertenecía a la

agricultura, juntando a las lecciones el ejercicio, a que

Page 213: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

los aplicaban desde su infancia. Los pocos intervalo de

descanso empleaban en instruirlos en las cosas

mayores, que Dios había hecho por ellos, y en

explicarles, como mandaba la ley, los motivos de las

fiestas y demás ceremonias de la Religión"70 En una

palabra ellos eran Padres y Preceptores a un mismo

tiempo, y desempeñaban con primor ambos oficios.

25- Esta misma practica vemos observada entre

los Cristianos de los primeros siglos. No había entre

ellos más escuelas que las Iglesias, ni otros Preceptores

que los Obispos. Estos eran los que, acomodando sus

instrucciones a cada genero de personas, les explicaban

el Evangelio y demás Libros Sagrados con la

puntualidad que pudiera hacerlo el más exacto Profesor,

pero con mucha más autoridad porque se la daba su

Ministerio. Bien instruidos los padres en estas juntas,

volvían a sus casas, llenos de celo y de Luz, y leían y

explicaban a sus hijos lo mismo que habían oído leer y

explicar a sus Pastores. Esto mismo hacían las madres

con las hijas, pudiéndose decir, que la Iglesia en aquel

tiempo era la Universidad, donde se perfeccionaban los

padres y la casa de estos era la escuela para la

enseñanza y educación de los hijos. Esta práctica y

7070 Fleuri cost. De los Israel. Lib. I

Page 214: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

disciplina hubiera sido toda la felicidad de los pueblos, si

no hubiera acabado con las persecuciones de la Iglesia.

Con la paz de ésta se introdujo entre los Cristianos la

ignorancia y relajación; y ya se hizo preciso recurrir a la

erección de estas escuelas, como a un remedio de la

ignorancia y un suplemento de la desidia de los padres

en instruir o educar a sus hijos.

26- La experiencia ha hecho ver las utilidades y

ventajas que resultan de ellas, y que juntamente deben

reputarse como unas primeras clases de los Colegios o

Universidades; porque un niño que sabe leer bien,

escribir, contar, y los primeros rudimentos de la Religión,

ya se halla en una disposición próxima de entrar en

éstas o en aquellos, de adquirir prontamente otras

ciencias mayores, y de llegar a ser un hombre útil a la

Religión y al Estado; y por el contrario, un niño que nada

de esto sabe, o que todo lo sabe mal e imperfectamente,

sólo está en disposición de ser un ignorante de por vida,

un haragán u ocioso de profesión, y un hombre

absolutamente inútil, por no decir perjudicial al Estado, y

a la Religión. Por todas estas razones tiene su Majestad

mandado en repetidas Cédulas, se pongan estas

escuelas o doctrinas en todos sus dominios. En efecto,

las vemos erigidas en las ciudades, y aún en aquellos

Page 215: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

pueblos de Indios, que tienen alguna formación; pero no

las vemos en los campos. Y podemos asegurar, que ni

esperanza hemos concebido de verlas, por tres grandes

dificultades con que hemos tropezado en la Visita

General que acabamos de hacer.

27- Una es la de hallar Preceptor, con aquella

ciencia, conducta y calidades, que son tan precisas para

enseñar a niños. De las gentes del mismo campo son

ningunas, o muy pocas, las que saben, ni lo preciso para

este Ministerio; y aún cuando lo supieran, jamás

querrían abandonar el cuidado de sus casas y

haciendas por una ocupación incompatible con aquel,

diaria, laboriosa y de muy poca utilidad. Los Extranjeros,

que vagan por el campo, o viven avecindados en él, no

tienen este embarazo, y suelen ser más hábiles; pero

también es cierto, que suelen ser menos inocentes y por

lo común, de unas costumbres licenciosas y estragadas.

Poner, pues, a su vista y dirección una tropa de

inocentes niños, seria lo mismo que poner un rebaño de

tiernos corderos a la frente y cuidado de un lobo,

cubierto con piel de oveja. Ni esto es hablar, como

dicen, al aire, o para infundir temor, donde no hay que

temer. Los informes, las noticias, y la experiencia

Page 216: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

misma nos hace hablar así, y prevenir los peligros antes

que entre y perezca en ellos la inocencia.

28- La Segunda dificultad no es menor que la

primera, porque cuando ya por casualidad, o por fortuna,

se halla un Preceptor propio y cabal, faltan arbitrios para

señalarle salario correspondiente a su trabajo. En el

campo no hay propios, ni fondos comunes de donde

pueda tomarse lo preciso para este fin. El Cura apenas

tiene lo bastante para su congrua sustentación, y si algo

le sobra, nunca le faltan padres, hermanos o parientes

pobres, cuyas necesidades no puede mirar con

indiferencia. Si quiere tomarse el justo medio de echar

una derrama a los mismos interesados, sobre ser la

mayor parte de ellos unos miserables, bastaría esto solo

en la poquedad de sus corazones, para levantar el grito

hasta el Cielo, y para preferir este corto interés a toda la

educación de sus hijos, y no enviarlos a las escuelas.

29- Pero supongamos, sin concederlo, vencidas

estas dos grandes dificultades, resta todavía superar

otra mayor, y es la del lugar o paraje donde haya de

establecerse esta escuela con alguna proporción y

comodidad, para que puedan concurrir diariamente los

niños. Apenas es posible lograr esto en Curato, cuya

menor extensión n ancho y largo será de veinte o treinta

Page 217: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

leguas. Porque si la escuela se pone al Sur, los niños

que viven al Norte, distan de ella doce o quince leguas;

si se pone al Norte, los niños que habitan el Sur, distan

otras tantas. si se pone en el medio o centro del Curato,

no hay duda que la distancia será menor; pero nunca

bajara de cuatro a seis leguas. Desde luego, pues, se

deja entender que no hay fuerzas en la tierna contextura

de un niño para sufrir y hacer esta caminata todos los

días, sólo, con fríos, con soles, por montes, por ríos, por

quebradas y sierras. Los padres no tienen arbitrios para

conducirlos diariamente con alguna compañía y

comodidad, y menos para mantenerlos a su costa en la

casa misma del Preceptor, o en otra que se halle a sus

inmediaciones. El único arbitrio para superar este

grande embarazo, sería poner en cada Curato cuatro o

seis escuelas; pero si para una sola apenas se halla

Preceptor, ni salario, ¿cómo se hallaría para cuatro o

seis? Es preciso, pues, recurrir a los Colegios o Casas

de enseñanza pública en las Ciudades.

ENSEÑANZAS PÚBLICAS

Page 218: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

30- Aunque las escuelas de niños son tan útiles,

como dejamos dicho, al fin vemos que toda su

instrucción se reduce a enseñarles las letras menores, y

los primeros rudimentos de la Religión, y no es corta

ventaja lograr esto en unos discípulos, que solo están a

la vista del Preceptor algunas pocas horas del día, y no

en todos los tiempos del año. En los Colegios o Casas

de enseñanza pública, hay mas proporciones para que

la instrucción sea mayor y mejor; por lo mismo que los

niños o niñas viven en ellas de continuo, y siempre a la

frente de Maestros o Maestras hábiles, que no dejan

pasar ni la partícula de un día sin consagrarla a su

enseñanza y educación. Añádese a esto el celo del

Prelado, que siempre esta a la vista y vigilancia de los

Directores, quienes dos o tres veces a la semana,

visitan las clases, ven, oyen, preguntan, se informan, y

dan al Prelado una cuenta puntual de cuanto les parece

digno de estímulo o de remedio. De esta manera, a más

de instruir a todos en cuanto pertenece a Religión y

piedad, si es casa de niñas se les enseña a tejer, coser,

bordar, y a todo género de labores de manos; y si es de

niños, se les impone en leer, escribir, contar, y en todos

aquellos ejercicios liberales y mecánicos, propios de su

sexo, todo con el objeto de que éstos y aquellas se

Page 219: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

formen y salgan del taller, hombres y mujeres, tales que

puedan ser útiles a la Religión y al Estado.

Page 220: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

31- En Francia y Alemania son muchas estas

casas de enseñanza pública, tanto para hombres como

para mujeres. No son pocas las que tenemos ya en

España; y sin duda serán más con el tiempo, y con la

piadosa solicitud de un Soberano, que no piensa si no

en promover cuanto juzga útil para el bien de sus

vasallos. Cuando en el año de Ochenta, llegamos a esta

Provincia del Tucumán, ninguna encontramos, y en el

día no tenemos otra completa y formada, que la que

fundamos en esta Ciudad el de Ochenta y dos, y que

destinada principalmente para Niñas Nobles Huérfanas,

se extiende también a las que no lo siendo, quieren vivir

y educarse en ella, sin otra paga que la de unos cortos

alimentos.

32- Por las utilidades que ya se experimentan en

toda la jurisdicción de Córdoba con la fundación de ésta

primera, se puede inferir las que resultarán a toda la

provincia, si llegan a ponerse en planta, como lo

esperamos, las de Catamarca, Santiago, Salta, Jujuy, y

Rioja, que las cuales, unas ya se están fundando, y

otras se están solicitando y promoviendo. No cuenta

esta casa de Córdoba, si no dos años de fundación, que

más propiamente pueden llamarse de noviciado, y ya

son cuarenta las niñas entre dotadas y porcionistas, que

Page 221: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

viven y se educan, bajo la dirección de una Rectora y

seis Maestras. Los progresos que han hecho en estos

dos años, tanto en Religión y piedad, como en letras y

labores de manos, se nos harían increíbles, si no los

estuviéramos viendo con los ojos. Por lo que toca a

labores, a más de las que son comunes en el país,

apenas hay alguna otra de las finas, delicadas y

primorosas, que ya no les sea familiar. En este año, han

regalado a nuestra Santa Iglesia Catedral, unos

Corporales, bordados en blanco con flores y letras que

pudieran presentarse a la de Toledo, y este Ilustre

Cabildo, persuadido a que no había precio para pagarles

la fineza, se ciñó a instancias nuestras y muy contra su

acostumbrada generosidad, a contribuirles por el trabajo

con mil reales de vellon. En el pasado presentaron al

Excelentísimo Señor Virrey don Juan Joseph de Vertiz

una alfombra, que vista en la corte de Madrid, se

merecería los elogios, y que parecería bien puesta a los

pies del Soberano. Su Excelencia tuvo la dignación de

admitir las primicias de estos angelitos, y la caridad de

librarles una limosna de diez mil reales de vellon. Por lo

tocante a Religión y piedad, no hay una entre tantas,

que no sepa perfectamente los Catecismos de Astete y

de Fleuri; y hoy tenemos el gusto y el consuelo de que

Page 222: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

cuatro o seis por turno nos acompañan todos los

Domingos a las Doctrinas públicas, que hacemos por las

Iglesias de la Ciudad, donde antes de empezar la

plática, son ellas las precursoras de nuestra palabra,

que dicen de memoria, y explican ambos Catecismos;

pero con tal despejo, claridad e inteligencia, que al

mismo tiempo que enseñan a los circunstantes, los

admiran, los enternecen y los obligan a confesar que

llegó el día de cumplirse el super senes intellexi 71 de

David, viendo que las hijas suben ya más que sus

padres, y que unas niñas de seis, ocho o diez años

entienden sobre todos los ancianos del pueblo.

33- De aquí es fácil de inferir lo mucho que

sabrán estas niñas, y el gran bien que podrán hacer,

cuando después de haber vivido seis u ocho años en

estas casas, salgan a tomar aquel estado a que las

llame Dios, o les proporcione su fortuna, y se derramen

por las ciudades y por los campos, de donde vinieron

como unas tablas rasas, y sin más color ni tintura que la

natural. Podemos sin duda prometernos, que cada una

de ella será capaz de instruir, enseñar y aún reformar

todo un partido, y cuando menos, que serán unas

Maestras hábiles y virtuosas de sus propios hijos, si los

7171 Psalm.118, 10.

Page 223: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

tuviesen, a quienes enseñarán lo mismo que ellas

saben, o los enviarán al Colegio a aprender los mismo

que ellas aprendieron, y he aquí en pocos años

remediada la ignorancia, que tanto cunde en los

campos. Sin embargo es preciso prevenir, que, para

asegurar todas estas ventajas y utilidades, se necesita

de una grande elección, y de un discernimiento

particular en los Catecismos que hayan de usarse y

enseñarse en estas casas, y estamos en el último

remedio.

CATECISMO

34.Si todos los hombres fueran capaces, como

en los primeros siglos del mundo y de la iglesia, de

comprender bien la fuerza de la tradición, le leer la

Sagrada Escritura y de entenderla, no tendrían

necesidad de otro Catecismo para su instrucción,

porque Dios mismo sería el que los instruyese,

hablándoles por sus profetas. En efecto vemos, que

desde la creación del mundo hasta el tiempo de Moisés

se conservó en ellos la verdadera Religión, sin otro

medio que el de la tradición, esto es, el religioso cuidado

que tenían los padres de referir a sus hijos las

Page 224: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

maravillas de Dios que ellos habían visto, o que habían

oído y aprendido de sus mayores. Desde el tiempo de

Moisés, hasta la venida del Salvador, se conservó

igualmente sin otro catecismo que la Escritura, junto con

la tradición, esto es, los libros Santos, leídos y

meditados profundamente por los verdaderos fieles.

Desde la venida del Salvador, hasta el cuarto siglo de la

Iglesia no tenemos noticia de que hubiese algún

Catecismo particular para enseñar a los Catecúmenos,

si no que la Escritura y la tradición proferidas, y

explicadas altamente por los Obispos y Sacerdotes,

eran el modo de catequizar e instruir a los nuevos

Cristianos. Desde este siglo hasta el noveno ya

encontramos en las obras de los Padres un gran número

de excelentes instrucciones y Catecismos trabajados, o

para convertir a los Gentiles y Filósofos, como el de San

Gregorio Niseno, o para instruir a personas de razón

que habían vivido mucho tiempo fuera del gremio de la

Iglesia y pedían ser instruidos para abrazar la Religión

Cristiana como el de San Agustín; pero ni en éstos ni en

otros Padres, leemos Catecismos formados para instruir

a niños, y menos con el método de preguntas y

respuestas. Estos empezaron sin duda al fin del siglo

nono, cuando, o ya sea por la ignorancia del Clero, o ya

Page 225: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

por la desidia de los Padres, o ya por uno y otro, fue

preciso mandar en diversos Concilios que los niños

fuesen enviados a las escuelas para que allí los

instruyesen en el Símbolo y Pater Noster, entendiendo

por esto todo el Catecismo.72

35- Desde entonces se han escrito y publicado

tantos con el método de preguntas y respuestas, que su

misma multitud nos sirve de confusión, y de embarazo

para la elección y discernimiento del que pueda ser mas

útil para la enseñanza, de los niños. Cada país, y aun

pudiéramos decir, que cada escuela, y cada preceptor

tienen el suyo, reputando casi siempre por el mejor al

más seco, más abstracto, y más conciso, por lo mismo

que éste da menos que trabajar a los niños. No es

nuestra intención hacer aquí una rigurosa crítica de

todos los que hemos leído, y menos meternos a

comparar y preferir unos a otros; nos contentaremos con

decir la práctica que observamos, y que queremos se

observe siempre en estas nuestras casas de

enseñanza, gobernándonos para ella con una excelente

regla de San Agustín, que pondremos abajo, y que

deberá tenerse siempre muy presente para el punto.

7272 Conc. Magunt. ann. 813 can. 45.

Page 226: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

36- Lo que en ellas se practica es, que a las

niñas, luego que entran, se les hace aprender el

Catecismo de Astete, que por ser mas usado en este

país, lo hemos preferido al de Ripalda, sin embargo de

que lo tenemos por mejor, aunque con corta diferencia.

Cuando después de algún tiempo, y de mucha

explicación se ve, que ya lo saben, que lo entienden,

que pesan sus palabras y las reflexionan, según lo que

permite su capacidad, se les pasa al Catecismo de

Fleuri, para que por medio de los hechos e historias que

se refieren en él, sostengan y apoyen la explicación del

símbolo y demás partes de la Doctrina Cristiana, que

aprendieron en el otro. En una palabra, primeramente

les damos el de Astete, para que aprendan en él lo que

han de creer, lo que han de esperar, lo que han de amar

y lo que han de temer; y luego les damos el de Fleuri,

para que en él aprendan todas aquellas cosas que

puedan moverlas a creer en Dios, a esperar en Dios, a

amar a Dios y a temer a Dios. Aquello sin esto, aunque

bueno, serviría de muy poco. Las dos cosas juntas son

las que forman un verdadero Cristiano, y ambas son las

que debe enseñar un Catecismo para ser cabal en su

línea, según aquella regla de San Agustín que dice:

Referid de tal manera que el oyente crea cuando

Page 227: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

escucha; que espere cuando cree, y que ame cuando

espera73 . Todo lo cual esperamos se logre en estas

casas con los dichos dos Catecismos, continuándose

en las semanas los exámenes, y las explicaciones que

hemos seguido hasta aquí infaliblemente desde el

primer día de su fundación.

37- Sin embargo repetimos aquí lo que ya dijimos

en la citada Carta Pastoral, que todavía al Catecismo

de Astete y al de Fleuri, les falta mucho para satisfacer a

la necesidad y práctica de estos países donde nos

hallamos; y debiendo los Obispos contar y atender a

todo, como que nadie mejor que el propio Pastor sabe el

pasto espiritual que más necesitan sus ovejas, nos ha

parecido conveniente y aun preciso formar esta

instrucción para que sea completa la que logren los

niños y las niñas en estas casas; esto es, para que sean

hombres y mujeres útiles, no solo a la Religión si no

también al Estado.

INSTRUCCIÓN

7373 D. Aug. De Cathech. Parvul.

Page 228: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

38- Esta, pues, se dirige a que las niñas o niños

criados en estas casas, después de saber las

obligaciones, que por Cristianos deben a Dios, aprendan

también las que por vasallos deben a su Rey. Todos los

Catecismo explican el cuarto mandamiento del Decálogo

y preguntando: ¿Quiénes otros son entendidos por los

Padres además de los naturales? Responden, que los

mayores en edad, saber y gobierno; pero raro o

ninguno, es el que haga alto en explicar el Amor, el

respeto y la fidelidad que deben los vasallos a su Rey, la

obligación que tienen que rogar a Dios por su vida, de

obedecer sus leyes, de pagarle sus tributos, de temer su

espada y la de sus Ministros, quienes hacen sus veces,

y representan sus personas, así como el Príncipe hace

las veces y representa a Dios.

39- Confesamos desde luego que esta Doctrina

en España, y en las Ciudades de la América, cuando no

sea del todo inútil, al menos no es necesaria en los

Catecismos, porque cuando toda no se aprenda en

ellos, se aprende en los libros, la enseñan los Obispos y

la persuaden los ejemplos con la ocasión de oír cada

día, que se publican Cédulas Reales,

Pragmáticas-Sanciones, y Ordenes de sus Supremos

Consejos y de ver que se reciben con respeto, que se

Page 229: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

ponen sobre la cabeza, se observan y se hacen

observar puntualmente. Así lo dijimos en la primera

parte de nuestra Carta Pastoral, y lo volvemos a decir

aquí en obsequio de la verdad; pero en los campos, en

los ranchos, en las chacras, y en las estancias, es suma

la ignorancia que hay de estos deberes tan esenciales, y

como la mayor parte de los niños y niñas, que se

educan en estas casas, vienen de allí, se hace preciso

el educarlos, y criarlos con esta Doctrina, para que

después ellos mismos, vueltos al campo, puedan

enseñarla a sus convecinos con la palabra y con el

ejemplo. Este es el único o principal objeto que hemos

tenido para trabajar esta instrucción, y cuanto en ella

tratamos nos parece ser muy conveniente a dicho fin.

40- Toda su materia, sin embargo de ser tan

vasta, la hemos reducido a veinte lecciones, de las

cuales las ocho primeras tratan del origen de los Reyes,

de su naturaleza, de sus nombres, de sus empleos, de

su superioridad, de su potestad, tanto legislativa como

coercitiva, de su protección y de su patronazgo, a fin de

que concibiendo los niños una alta idea de la grandeza y

majestad de sus sagradas personas, entren ya bien

dispuestos en las doce lecciones que se siguen a

conocer y abrazar, no solo sin violencia, pero con gusto

Page 230: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

la estrechísima obligación que tienen de honrarlos, de

amarlos, de rogar a Dios por ellos, de temerlos, de

obedecerlos, de asistirlos con sus haciendas, con sus

personas, y aún con sus vidas, si fuere menester, y de

guardarles una constante fidelidad.

41- Tal fue el método que observo Dios con los

Israelitas, cuando, para intimarles su ley por medio de

Moisés, mandó a éste, que antes les refiriese los

portentos y maravillas que había obrado con ellos y por

ellos a la salida de Egipto74 , para que formando desde

luego una alta idea de su grandeza, de su poder y de su

piedad, abrazasen después sin violencia la ley, y

observasen sus preceptos con gusto. En efecto sucedió

así, y apenas oyeron de boca de Moisés las maravillas y

misericordias de Dios, cuando a una voz dijeron todos:

Haremos gustosamente cuanto el Señor nos manda en

su Ley 75 . Tanta fuerza tiene en los hombres la primera

idea, alta o baja, formada de los objetos, que

insensiblemente los conduce al respeto o al desprecio

de ellos. Por esta razón nos pareció conveniente en esta

instrucción dar a los niños, ante todas las cosas, una

justa idea de lo que es y se merece un Soberano, para

7474 Exodo. 19, 3.7575 Ibid. vers.

Page 231: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

pasar después a imponerlos en el amor, respeto,

obediencia y fidelidad que le deben por vasallos.

42- En unas y otras lecciones nos hemos ceñido

a tratar solamente aquellos puntos más esenciales, más

ciertos, y que no admiten duda alguna, omitiendo con

estudio particular, o tocando no mas que de paso todos

aquellos que son opinables y disputables en las

escuelas, y por lo mismo ajenos de una obra, cuyo

objeto único es la instrucción de los niños. Es cosa muy

distinta el instruir del disertar; porque en una disertación

caben muy bien las opiniones; pero en una instrucción

no deben tener lugar sino las verdades. La instrucción

no puede ser sólida, firme y estable, no siendo estables,

firmes y sólidos los principios sobre los que se funda, y

estos no lo son, ni lo pueden ser, siendo opinables; pues

la opinión por su naturaleza, tan expuesta se halla a la

verdad, como a la falsedad: sin embargo de este

conocimiento no siempre hemos podido

desembarazarnos de toda opinión, bien que hemos

procurado valernos de las más seguras y más

conformes a la Doctrina de los Padres.

43- Por esta misma hemos procurado no decir

cosa alguna en toda la instrucción, que no la hayamos o

encontrado o deducido o apoyado con la Sagrada

Page 232: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

Escritura, la cual, por ser Palabra de Dios, y ser Dios la

misma Luz y Verdad por esencia, nada habla, ni

contiene en si, que no sea cierto, seguro y luminoso. En

esto hemos querido imitar, cuanto nos ha sido posible, al

Ilustrísimo Señor Bosuet en aquella su Política, que

dirigida a la instrucción del Señor Delfín de Francia, se

ha merecido tan justamente el titulo de Sagrada, por lo

mismo que está deducida de las propias palabras de la

Escritura. En ella supo encontrar aquel doctísimo

Prelado todas las obligaciones propias de un perfecto

príncipe para trasladarlas a su Política; y en la misma

hemos procurado también nosotros hallar todas las que

son propias de un verdadero vasallo para estamparlas

en nuestra Instrucción. No por esto pretendemos que se

deba dar a ésta el titulo de Sagrada, como se dio a

aquella, porque no es lo mismo haberla querido imitar,

que haberlo sabido o podido hacer. Para quererlo

bastaban los deseos, mas para lograrlo, eran menester

todos aquellos brillantes talentos con que Dios

enriqueció al grande Obispo de Meos, y que no ha

querido dispensarlos al pequeño Obispo del Tucumán.

Quédese, pues, esta obra, no mas que con el nombre

de Instrucción.

Page 233: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

44- Tampoco hemos querido darle el nombre de

Catecismo, por no tropezar al primer paso, con una

cuestión de voz, y por seguir la sentencia del Filósofo:

de hablar con los mas, sin embargo de que pensemos

con los menos. Regularmente se dice, que Catecismo

en rigor sólo es aquel, donde nada se trata, que no sea

o pertenezca precisa y necesariamente a la fe. No es de

este sentir el Abad Fleuri en el Prólogo que formo al

suyo, y antes bien asegura, que entre la multitud de

catecismos que tenemos a mano, apenas se hallarán

algunos que no digan o no se extiendan a decir alguna

cosa fuera del dogma, sacada ordinariamente de las

opiniones de las escuelas o de las meditaciones de los

espirituales. Sentimos ciertamente como sintió este

sabio Autor; pero por hablar con los mas, no llamamos a

esta obra Catecismo, sino Instrucción; y como lo sea a

medida de nuestro deseo, poco importa que se llame de

éste o del otro modo; porque si bien toda Instrucción no

deba o pueda llamarse Catecismo. Lo que no admite

duda es, que todo Catecismo es, y puede llamarse

Instrucción.

45- Como ella principalmente se dirige a la

enseñanza de los niños, hemos tenido que

acomodarnos a su edad, y a su condición en muchas

Page 234: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

cosas, tanto en el estilo como en el método, procurando

en éste y en aquel toda la dulzura, claridad, conexión y

sencillez, que sin desdecir de la dignidad y gravedad de

los asuntos que se tratan, les facilite y les suavice la

natural repugnancia que todos tienen al estudio. A este

fin hemos dispuesto, que las lecciones sean dulces,

claras, consecuentes, breves y casi iguales todas en la

extensión, no fuera que al ver una mayor, o más larga

que las otras, ya le tomasen miedo, o le cobraran horror,

como quien ve a un Gigante disforme entre cien

hombres de una estatura regular. No obstante, de ser

tan breves, a cada una, la dividimos en tres partes que

sirvan como de tres descansos o rellanos de escalera,

donde paren sus tiernas memorias a descargarse del

peso por un instante, a rehacerse y tomar nuevo aliento

para proseguir y dar fin a la carrera. El ejercicio casi

continuo de tratar y lidiar con ellos, para enseñarles y

explicarles el Catecismo, desde que entramos en esta

nuestra Diócesis, nos ha hecho adquirir muchas

experiencias y hacer no pocas observaciones.

46- Una es, que aunque ellos son poco capaces

de saber comparar, ni discernir entre el estilos y método

dulce o áspero, claro u oscuro, sencillo o enfático, si

embargo naturalmente perciben y gustan de la dulzura,

Page 235: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

de la claridad, de la sencillez y de la conexión, como al

contrario sienten y se disgustan con la inconsecuencia,

con la gravedad, con la oscuridad, y con la aspereza o

amargura en todo aquello que se les enseña, se les

explica o se les hace aprender de memoria.

47- Por todo esto hemos dicho varias veces, que

a ser posible, cada lección del Catecismo había de ser

para ellos un terrón de azúcar o un panal de miel, para

que, engolosinados con la primera, luego quisieran

tragarse y aprender la segunda, y así de las demás

hasta dar fin a todas. No sin misterio, dijo David,

hablando con Dios: ¡Cuán dulces son para mí vuestras

palabras! Dulces son para mi boca, aun más que la

miel76 . Hemos dicho que a ser posible, cada sentencia

del Catecismo, había de ser para ellos un pedacito de

cristal transparente y luminoso, para que, poniéndola

delante de sus ojos, la miraran y remiraran en todas sus

facciones hasta entenderla y penetrarla a fondo. Con

igual misterio, dice David en otra parte: Dios envía o

reparte su Doctrina, como unos bocaditos o pedacitos

de cristal 77 . Hemos dicho que a ser posible, cada

palabra del Catecismo había de ser para ellos como una

7676 Psalm. 118, 103.7777 Psalm. 147, 17.

Page 236: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

gota de leche, para que advirtiendo en ella blancura,

suavidad, sencillez, y fortaleza, jamas quisieran apartar

el Catecismo de la boca, del mismo modo que el niño

nunca quisiera desprender del pecho de la madre la

suya: Os trato, decía San Pablo, como a niños, y por

eso os doy a beber mi doctrina, como si fuera leche78 .

Finalmente hemos dicho, que a ser posible, las

preguntas y respuestas del Catecismo, habían de ser

para ellos como sortijas de cortina, que con solo tirar y

aprender la una, todas las demás seguidamente, y sin

mas trabajo se les viniesen a la memoria.

48- En suma, para que acabemos con esta

Carta, los niños sin saber los que es consecuencia o

conexión en las Doctrinas; ni lo que es ni lo que es

familiaridad o sencillez en el estilo, ni lo que es concisión

y claridad en el método; ni lo que es suavidad y dulzura

en las palabras, gustan de hallar todo esto en lo que

estudian o aprenden. Sin duda porque la dulzura les

suaviza el trabajo, la concisión se les abrevia, la

sencillez se les entretiene y la conexión se les facilita.

Con solo esto se deja ver mucho que se necesita para

enseñar a los niños con utilidad, y cuanto yerran los que

piensan que no hay cosa tan fácil, como la formación de

7878 I. ad. Corinth. 3, 2.

Page 237: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

un Catecismo. Nunca hemos sido de este dictamen, y

menos lo somos ahora después de experimentar el

sumo trabajo que nos ha costado formar esta

instrucción, y la poca confianza que nos queda de que

hayamos acertado en formarla perfectamente, y según

todo lo que ella pide; pero al fin amados hijos, nos

queda el consuelo de que en tres años que hemos

tenido el honor de gobernar esta Provincia, nada hemos

omitido de cuanto nos ha parecido conducente al

servicio de Dios y del Rey, y al bien espiritual de

vuestras almas. Por tal hemos juzgado esta instrucción,

que os la dirigimos y ofrecemos como por despedida, y

últimas palabras de un Padre, que hoy tiene el dolor, y la

precisión de separarse de vosotros, por hallarse

promovido a la Santa Iglesia de Charcas. Dios a quien

se lo pedimos con todo nuestro corazón, os conceda un

Prelado cuya virtud supla y enmiende todos nuestros

defectos, y cuyo talento perfeccione y adelante la

instrucción, que hemos procurado daros en el camino de

vuestras obligaciones. Córdoba y Abril, día de los

Dolores de Nuestra Señora de 1784.

Fr. JOSEPH ANTONIO DE S. ALBERTO

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Carta

Que el ilustrísimo señor

D. FR. JOSEPH ANTONIO DE SAN

ALBERTO

Arzobispo de La Plata

Escribió

A LOS INDIOS INFIELES CHIRIGUANOS,

con motivo de pasar los Comisionados de esta

villa

de Tarija a tratar de treguas o pases,

solicitadas por ellos mismos

y obtenidas antes la licencia de Excelentísimo

Señor Marqués de Loreto,

Virrey de Buenos Aires.

EN EL AÑO DE 1787

Page 240: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto
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uy nobles y amados Chiriguanos pasan a tratar

sobre las treguas o paces que tanto habéis

solicitado, los diputados de esta villa, enviados por el

Grande de estas provincias el excelentísimo Señor

Virrey de Buenos Aires, quien hace en ellas las veces y

voces del Grande sobre todos los grandes, el rey

Católico de las Españas Don Carlos III, que Dios

guarde, y sin cuya licencia no deben, ni pueden sus

vasallos hacer guerra ni paces con nadie; porque esta

es acción privativa del poder y de la autoridad, que Dios

y las leyes han depositado en su real mano.

M

2- Podéis estar muy seguros que los

comisionados, que pasan con la debida licencia al fin de

ajustar las treguas, son caballeros de esta villa hombres

de honor, de palabras y de buena fe, que os la

guardarán en él todo de los ajustes y que os guardarán

con toda la atención y caridad que enseña e inspira

nuestra religión. Pues, aunque vosotros no profeséis la

verdadera y segura que nosotros profesamos; pero al fin

sois nuestros semejantes, sois hermanos nuestros y os

reconocemos por tales, por lo mismo que todos somos

obras y criaturas de Dios, y que todos descendemos de

un mismo hombre, aquel primero que Dios en el

Page 242: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

principio del mundo crío de la nada y le puso por nombre

Adán.

3- Yo que soy el Padre espiritual y Arzobispo de

esta diócesis de las Charcas, enviado por Dios, por el

Papa y por el Grande de los Grandes el rey Católico de

las Españas, solo a hacer bien en estas tierras a todos

sus vasallos, a predicar y promover la verdadera religión

y a convertir el corazón de los hijos a Padre Supremo de

todos, que es Dios; os prometo de mi parte que en nada

se os faltará de cuanto se convenga en el Tratado de

Paces, como vosotros no faltéis a ello por la vuestra; y

que olvidaremos y borraremos de nuestra memoria

todos los sentimientos y sucesos pasados del mismo

modo que el viento y la lluvia borran las rayas y señales

que vosotros acostumbráis formar sobre el polvo o sobre

la arena. Nuestra religión, que toda es de paz y de

mansedumbre, nos manda a perdonar los agravios y

hacer bien a nuestros enemigos; es verdad que también

nos permite defender nuestras vidas, nuestras

haciendas y las de nuestros hermanos.

4- Pero por el amor que yo os profeso y por el

vivo deseo que tengo de que no perdáis eternamente

vuestras almas, de que no seáis infelices en esta vida y

en la otra; y a fin, también, de que estas paces sean

Page 243: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

firmes y perpetuas, no puedo dejar de exhortaros y

persuadiros con lagrimas de mi corazón, a que libre y

voluntariamente y a ejemplo de vuestros paisanos y

vecinos, os reduzcáis y os convirtáis a la misma religión

que nosotros profesamos; y que pues os precisáis de

ser los más nobles entre todos los indios, abracéis

también una religión, la más noble y antigua de todas,

como es la religión cristiana; la cual, formada en el seno

de las misericordias de Dios eterno, no reconoce otro

origen ni otro autor que a Dios mismo infinitamente

amador de los hombres.

5- Advertid, pues, amados míos, que esta noble

y antigua religión de Jesucristo, es la única y verdadera,

sin la cual nadie puede salvarse y todos los que mueren

fuera de ella tienen la infalible desgracia de perecer y

ser condenados al infierno; así como perecieron en el

diluvio general de la tierra todos los que no tuvieron la

dicha de entrar y salvarse en el Arca de Noé, fabricada

por orden del mismo Dios.

6- En esta religión solo se adora un Dios

infinitamente bueno, infinitamente sabio, infinitamente

poderoso, criador del cielo y de la tierra, y de todas las

cosas visibles e invisibles. Y ved porque ni el sol, ni la

luna, ni otra criatura pueden ser Dios; pues lo que es

Page 244: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

criatura no puede ser criador; lo que es criado no puede

ser infinito y lo que no es infinito no puede ser Dios,

quien es infinito en todo.

7- Este Dios adorado en nuestra religión no tiene

nombre adecuado y es superior a todo nombre. Él es

todas las cosas, y es infinitamente más que todas ellas.

Solo Él es bueno sin cualidad, grande sin cuantidad,

inmenso sin extensión, y está presente a todos los

lugares sin ser visto, ni tener lugar alguno determinado.

Él existe en si y es causa de que todos existan. De

nadie depende y todos dependen de Él. Lo comprende

todo y de nadie puede ser comprendido. Y ved porque

ni el sol, ni la luna, ni otra criatura puede ser Dios; pues

todas ellas, por grandes y excelentes que sean, tienen

nombre, las llamamos por el, las vemos con los ojos

corporales, las conocemos y comprendemos.

8- Este Dios adorado en nuestra religión, aunque

es uno en la esencia, pero es trino en las personas, que

son, y se llaman Padre, Hijo y Espíritu Santo, sin que

esta Trinidad de Personas distintas de opongan a la

unidad de su naturaleza; así como no e opone a la

unidad del sol el que tenga tres propiedades distintas,

cuales son luz, resplandor y calor; así como no de

opone a la unidad de una manzana el que tenga tres

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calidades diversas, cuales son olor, color y sabor; y así

como no se opone a la unidad de vuestra alma el que

ella tenga tres potencias distintas entre si, cuales son

memoria, entendimiento y voluntad.

9- Este Hijo, segunda Persona de la santísima

Trinidad, principio y fin de todas las cosas, Dios de Dios,

luz de luz, Dios verdadero, engendrado antes de todos

los tiempos en el esplendor de los Santos; este es el

que bajando del cielo, tomó carne, sin obra alguna de

varón, en las entrañas de una Virgen Purísima y

santísima llamada María, de quien nació a los nueve

meses; y viviendo después treinta y tres años, predicó,

obró estupendos milagros, padeció y murió en una cruz,

sólo por redimir a todos los hombres del pecado de

Adán y librarlos del infierno.

10- Este es el que se llama Jesucristo, Dios y

hombre verdadero, quien resucitando al tercer día,

después de su muerte y subiendo a los cielos por su

propia virtud, está allí sentado a la diestra de Dios

Padre, es decir, con igual gloria y majestad que Él,

desde donde vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos.

11- Este es el que nos dejó instituido en su

Iglesia el Sacramento del Bautismo, por el cual se

perdona a todos los niños o adultos que lo reciben, el

Page 246: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

pecado original en que todos nacemos, y para el cual no

hay otro remedio que este Bautismo, renacimiento o

lavado de regeneración. Y porque después del perdón

del pecado original podía el hombre caer en otros

pecados personales, dejó también instituido el

sacramento de la Confesión, por la cual se perdonan

todos, se comunica la gracia y muriendo en ella van las

almas a la Gloria, donde gozarán eternamente de Dios;

como al contrario, muriendo sin ella van al infierno,

donde eternamente padecerán en compañía de los

demonios.

12- Porque no penséis, amados míos, que

cuando muere o perece el cuerpo, muere también y

perece el alma. Si esto fuera así, ¿en qué se distinguiría

el hombre, criado a la imagen y semejanza de Dios, del

bruto, que pace las yerbas del campo, o de la serpiente,

que arrastra el pecho por tierra?. No estéis en tal error.

Nuestra alma es toda espiritual. No tiene partes; y no

teniéndolas no puede deshacerse ni destruirse; pues es

inmortal, y por lo mismo ha de durar lo que Dios dure, o

gozando o padeciendo eternamente, según hayan sido

sus obras. Dios no sería infinitamente justo, si cuando

mueren los hombres, evaporizándose sus almas como

el humo, tuvieran igual fin el bueno y el malo; el que

Page 247: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

robó y el que no robó; el que mató y el que no mató. Es

preciso, pues, que el alma goce o padezca eternamente,

según haya obrado el bien o el mal en esta vida.

13- Aún el cuerpo, que perece, y que después de

la muerte se reduce al polvo de que fue formado, vendrá

día en que a la voz de Dios Omnipotente resucitará, y

volviéndose a unir con su propia alma gozará o

padecerá eternamente con ella. ¡Cuanto no dierais en

ese último día por haber sido del numero de los

llamados y escogidos en la religión de Jesucristo, y de

haber creído estas mismas verdades que yo ahora os

anuncio, sin otro objeto o interés que el de la salvación

de vuestras almas!.

14- Esta religión de Jesucristo es muy dulce y

llevadera pues que no contiene ni manda a sus

profesores mas que diez cosas, y todas diez son las

mismas que manda y dicta la ley natural, y que ellas se

reducen a solas dos, es a saber, amar a Dios sobre

todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos.

Ved aquí todo el lleno de la ley y de la religión.

15- No creáis, pues, a los que os digan que esta

ley de Jesucristo es pesada, fuerte e insufrible; pues,

aunque ciertamente la subordinación y la sujeción a las

leyes sea peso o cosa pesada al natural flaco del

Page 248: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

hombre, que apetece siempre la independencia y

libertad, pero Dios le da fuerza y le suaviza este peso

con su gracia. Las alas son peso para el pajarito, y sin

embargo ellas mismas lo aligeran para que vuele y ande

por el aire. Las velas son peso para un navío, y sin

embargo ellas lo aligeran y lo mueven para que cruce

los mares como una saeta. Los hijos son peso y

cuidado para los padres, y sin embargo el amor que les

tienen les hace dulce todo este cuidado, y suave todo

este peso. Pues lo que hace el amor en los padres, lo

que hace el arte en los navíos, y lo que hace la

naturaleza en las aves, ¿no lo podrá hacer la gracia de

un Dios infinitamente poderoso y misericordioso con los

verdaderos profesores de su ley?. Así es; Dios les hace

suave todo el peso de sus Mandamientos por medio de

su gracia y de unas recompensas que inclinan el

corazón a guardarlos eternamente.

16- Esta religión es Santa en su Autor Jesucristo,

quien es Santo, la misma Santidad por esencia, y la

fuente de toda Santidad comunicada. Ella es Santa en

sus Sacramentos, porque todos causan la gracia y la

santidad en las almas. Ella es Santa en sus

Mandamientos, porque todos se dirigen a rectificar y

santificar los corazones. Ella es Santa en sus hijos,

Page 249: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

porque son santos todos aquellos que la profesan y la

cumplen exactamente, de los cuales veneramos a

muchos en los Altares, como a San Pedro, San Pablo,

San Andrés, San Juan, con otros innumerables, y, entre

ellos a San Francisco Solano, quien predicó el Evangelio

en estas vuestras tierras, y convirtió millares de Indios a

la verdadera fe; y a Santa Rosa de Lima, que nació

como vosotros en estos reinos, y profesó la religión de

Jesucristo, la misma que profesamos los españoles.

17- Ni penséis que esta religión no es Santa al

ver que entre sus profesores hay algunos que no lo son;

porque esto no es culpa de ella, que aborrece los males

y castiga a los malos, sino culpa de los mismos hijos,

que no quieren seguir ni aprovecharse de los consejos y

ejemplos se su Santa Madre. Vosotros veis cada día

que un buen padre entre muchos hijos buenos suele

tener alguno malo. Vosotros veis que en un terreno fértil

y delicioso se hallan algunas plantas secas o estériles.

Vosotros veis que en un gran rebaño de ovejas sanas y

gruesas hay alguna también enferma y sarnosa, sin que

por eso deje de ser apreciable este rebaño, ni fértil aquel

terreno, ni bueno aquel padre. Así, pues, también la

religión cristiana no deja de ser santa porque algunos de

Page 250: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

sus hijos no lo sean entre tantos innumerables como ha

tenido y tiene, que lo son.

18- Esta religión de Jesucristo es Católica o

Universal, porque se profesa en todas partes del mundo,

y por personas de toda clase y condiciones, ricas y

pobres, pequeñas y grandes, altas y bajas, vasallos y

reyes. Esta es la que profesa nuestro Grande Rey y

Señor de las Españas y de las Indias Carlos III, y la que

profesamos todos los que tenemos la dicha de

reconocerle por nuestro legítimo soberano, quien, sin

esta profesión cristiana, a nadie quiere recibir ni tener

por vasallo suyo; porque sabe bien que nadie puede

serlo fiel y verdadero, no profesando una religión, que,

después de mandar el respeto, la obediencia y la

fidelidad a la primera majestad, que es la de Dios,

manda también que respetemos, obedezcamos y

seamos fieles a la segunda majestad, que es la de los

reyes. Ella es la que grita por las calles y plazas: “Oid

pueblos; obedeced a vuestros superiores; toda potestad

viene de Dios; dad al Cesar lo que es del Cesar”

19- Por lo tanto, nobles y amados Chiriguanos, si

queréis ser, como nosotros, vasallos fieles del Rey

Católico; si queréis experimentar, como nosotros, los

efectos de su real poder y piedad; si queréis vivir con

Page 251: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

nosotros en continua paz y hermandad; y lo que es mas

que lo dicho, si queréis ser dichosos en alma y cuerpo y

felices en esta vida y en la otra, convertiros y abrazad

esta sagrada religión de Jesucristo que os proponemos.

20- A este fin y para que lo hagáis con libertad,

luz y conocimiento, yo os ruego, que establecidas las

treguas, permitáis que entren en vuestro pueblo

Sacerdotes y Padres que os prediquen, que os enseñen,

que os iluminen, y que os preparen los caminos del

Señor con la doctrina del Evangelio. Yo os enviaré

Ministros escogidos, de celo, de ciencia, de desinterés y

de caridad, que os anuncien la verdad y os enseñen los

ministerios de nuestra fe. Yo mismo, si vosotros

queréis, pasaré en persona a cumplir y llenar esta

función tan propia del Ministerio y Apostolado, que he

recibido de mano de Dios, y en que sacrificaré

gustosamente la salud y la vida por la salvación de

vuestras almas a imitación de Jesucristo, quien por la de

todo el mundo sacrificó la suya, muriendo en una cruz, y

extendiendo sus brazos para llamar y recibir a un pueblo

incrédulo y contradictor de sus verdades y milagros.

Nada vais a perder en esto. Si nuestras razones

convenciesen vuestra incredulidad, entonces tendremos

la dichosa precisión de deponer el error conocido; y si

Page 252: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

no os convencieren, nadie os hará fuerza, porque

nuestra religión a nadie la hace. Sus armas no son mas

que la verdad, la persuasión y la dulzura. Ella no

conoce el espíritu del partido, ni el de la venganza, ni el

de la dominación; y si predica a los infieles solo es para

hacerlos felices.

21- Cuando esto, por desgracia, no queráis,

permitir siquiera a los vuestros, que iluminados de Dios,

quieran convertirse, bautizarse y abrazar la religión

cristiana, el que puedan venirse a las reducciones ya

establecidas, u a otras que de nuevo se establecieran,

donde nuestro grande y piadoso Rey Carlos III los

recibirá y mantendrá con la piedad y magnificencia que

lo está haciendo en las reducciones vecinas a nuestra

nación, como son Las Salinas, las de Acero, la de Pilipi,

la de Aymiri, la de Tacurú y la de Masahave. Yo por mi

parte contribuiré también por todos los medios posibles

para que nada les falte en lo espiritual y temporal.

22- Cuando ni esto queráis hacer, yo os ruego

con todo mi corazón, que por prueba y testimonio de la

buena fe con que procedéis en estas treguas, entreguéis

a mis dos Comisionados el Padre Doctor Don Joseph de

Ossa, Cura de Tacobamba y, el Padre Fray Juan Cobos,

del Orden de San Francisco, todos los feligreses míos

Page 253: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

de ambos sexos que se hallan cautivos en vuestro

poder, a cuyo fin, y, por señal de mi cariño y

agradecimiento, llevan los dichos comisionados varios

regalos y géneros de esta tierra, como son tembladeras

de plata, tipoyes colorados, hualcas blancas, coloradas

y verdes, bandas rojas, sombreros, corales, tijeras,

agujas, achacuñas, frenos, espuelas, mulas, yeguas y

vacas, parta que de mi parte agasajen a vuestros

capitanes y a los dueños de mis feligreses cautivos.

23- Pero entended que esto no es, ni ha de ser,

ni ha de llamarse rescate formal, y menos trato de

compra y venta, tan ajeno de personas racionales;

porque esto lo sentiría y castigaría gravisimamente

nuestro Gran Rey y Señor Carlos III, quien ama a todos

sus vasallos aún con mas ternura que un padre a sus

hijos, y no quiere que se les trate de este modo,

comprándolos y vendiéndoles como si fueran unas

borricas. Yo espero, nobles Chiriguanos, que no me

negaréis esta gracia en prueba de que sois ya, o queréis

ser nuestros hermanos y amigos. Dada en la Villa de

Tarija a 23 de Octubre, día de San Pedro Pascasio de

1787.

Page 254: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

Fray Joseph Antonio de San Alberto

Arzobispo de la Plata.

Page 255: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

CARTA PASTORAL

que

el ilustrísimo Señor

Don Fr. JOSEPH ANTONIO DE SAN

ALBERTO,

Arzobispo de La Plata

dirige

A TODOS LOS CLÉRIGOS

de su Diócesis,

CON OCASIÓN DEL CONCURSO Y

oposición que va a celebrarse a los Curatos

vacantes.

EN EL AÑO DE 1790

Page 256: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

Expedit maxime animarum faluti a dignis atque

idoneis Parochis gubernari.

Page 257: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

Es en sumo grado conducente a la salvación de

las almas que las gobiernen Párrocos dignos y capaces.

Concilio de Trento en la Ses. 24 Cap. 18 de reforma.

on estas palabras dan principio los Padres del

Santo Concilio de Trento al nuevo plan o forma

que proponen para proveer los Curatos por medio de un

Concurso, al que sean llamados todos los que quisieren

oponerse y pasar por las pruebas de un examen serio.

Y con las mismas hemos querido darlo también a ella

Carta Pastoral, precursora o compañera del Edicto

publicado por nos., de acuerdo con los señores Vice-

Patronos, para el concurso, que vamos a celebrar, y

provisión, que intentamos hacer de los Curatos vacantes

en todo el Arzobispado.

C

2- Sí, amados hijos, el prefacio de aquel solemne

decreto, que tantos bienes ha producido en la Iglesia de

dios, lo será también de ella nuestra Carta Pastoral; y

las palabras de aquella decisión Conciliar, expuestas y

explicadas por los autores más celebres y sanos que

han escrito sobre ella, darán abundante materia a todas

las instrucciones y prevenciones que os pensamos

hacer en un asunto en que hemos advertido practicar

Page 258: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

abusos y aún errores contrarios no solo al espíritu, sino

también a la letra misma del santo Concilio en el citado

capitulo 18 de la sesión 24. Empecemos, pues.

CAPITULO PRIMERO

Cuanto importa la acertada elección de Párrocos.

3- Es en sumo grado conducente, dicen los

Padres del Concilio, a la salvación de las almas, que las

gobiernen Párrocos dignos y capaces. Palabras

verdaderamente conformes al espíritu, que se advierte

en los antiguos cánones, cuando tratan de una materia

tan interesante y delicada. En efecto, amados hijos,

nada es, ni puede ser tan conducente a la salvación de

las almas como la elección de unos Párrocos tales,

cuales los requiere el Concilio, para que las dirijan,

enseñen y gobiernen.

4- Ellos en las Escrituras Santas son llamados

Pastores: Pascite qui in vobis est gregem Dei79. ¿Pues

que cosa tan conducente para el bien y para la sanidad

de las ovejas como que su Pastor sea bueno, celoso y

vigilante, que vele día y noche sobre ellas, que las

79 1 Pedro cap. 5,2

Page 259: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

conozca, que las ame, que las apaciente con la sana

doctrina80, que las de agua en las purísimas fuentes del

Salvador y que si es menester ponga por ellas su salud

y su vida para defenderlas en los asaltos del lobo

infernal?.

5- Ellos son llamados Médicos: Quia eum curam

Popili suscipit, quasi ad aegrum Medicus accedit81.

¿Pues que cola tan conducente para la curación radical

y salud de los enfermos, como que su médico sea sabio,

práctico, activo y piadoso; que sabiendo discernir entre

lepra y lepra, los visite, los cuide, los cure, los sane y los

preserve?.

6- Ellos son llamados Capitanes: Tu pasees

populum meun Israel, et tu eris dux super Israel82 .

¿ Pues que cosa tan conducente, para que los soldados

peleen con valor y logre una completa victoria de sus

enemigos, como que su capitán sea aguerrido y

valeroso, y que puesto a la frente de ellos con espada

en mano, los esfuerce y los aliente con la palabra y con

el ejemplo?.

7- Ellos son llamados Pilotos: Rectori Novis, et

navigio deferendis, eadem est vel securitatis ratio, vel

80 Tito cap. 1

81 S. Gregorio, part. 2. Pastoral cap.2

82 2 Reyes cap. 5, 2

Page 260: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

comm nis timoris83. ¿ Pues que cosa tan importante para

la conducción y seguridad de los navegantes y, para que

cargados de riquezas lleguen felizmente a puerto

deseado, como que su piloto sea sabio y experto, y que

acostumbrado a cruzar los mares prevenga los peligros

y evite los escollos?.

8- Ellos son llamados Rectores: Rectorem te

posuerunt, curam illorum babet84. ¿Pues que cosa tan

conducente a las felicidades espirituales y temporales

de un pueblo, como que su Rector, Cura y Vicario, sea

un hombre activo, eficaz, prudente y de talento, de

conducta, penetrado de una caridad benigna, paciente,

y dominado de un celo infatigable por el bien de aquellos

que el Celo ha puesto bajo su dirección y gobierno?. No

sin gran misterio dijo el Espíritu Santo: Qualis Rector est

Civitatis, tales et habitantes in ea85. Que el pueblo es

tal, cual es el Rector que lo gobierna. Esta es la

experiencia de todos los días, y la felicidad de aquellos

pueblos, que por un destino piadoso de la Providencia

han tenido y tienen la dicha de ser dirigidos y

gobernados por un Párroco de edad, ciencia y providad,

por un Párroco residente, caritativo, desinteresado,

83 Pontis Rom. Fol. 46

84 Eclesiastés cap. 32,1

85 Eclesiastés cap. 10,2.

Page 261: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

afable y estudioso; por un Párroco que,

desentendiéndose de todos los negocios que lo puedan

distraer o apartar de la santidad de su ministerio, se

entrega todo al ejercicio de las Sagradas Funciones a

que solemnemente se consagró. Y veis, ay, amados

hijos, el propio carácter de aquellos Párrocos que

conducidos de una vocación verdadera, son del número

que prometió el Señor a su pueblo, cuando dijo por

Jeremías: Os daré Pastores según mi corazón, que os

apacienten en la ciencia y en la doctrina86.

9- No es poco lo que sobre este particular hemos

escrito, e inculcado en nuestras Pastorales,

especialmente en las que van dirigidas a los Curas y

Tenientes; y aunque sobre lo dicho en ellas, pudiéramos

añadir mucho mas, y nada sería ocioso es un punto tan

esencial, nos contentaremos por ahora, contraídos a la

necesidad del país, y al tiempo en que recibimos esta

carta, añadir y exponer (...) Dictamen, que nos ha

hecho formar la experiencia de nueve años de gobierno

en estas provincias, lo que vamos a hacer en el capítulo

siguiente. y es que en ellas nada puede reputarle por

más importante y aún necesario a la religión y al estado,

como que la elección de Párrocos sea tal cual prescribe

86 Jerem. cap. 3,15

Page 262: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

y manda el Concilio de Trento, y que por lo mismo los

Prelados y Vice- Patronos deben mirar y tener la

celebración de un Concurso, como el negocio más

importante que se les puede ofrecer, y el más

interesante al servicio de Dios, del rey y del reino.

CAPITULO SEGUNDO

Razones y fundamentos para este dictamen.

Page 263: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

10- Compendiemos los fundamentos de este

dictamen, de que tanto han escrito los mejores políticos.

Ellos convienen uniformemente, en que un estado no

puede ser brillante, florido, ni estable por mucho tiempo,

siempre que no se halle fundado y apoyado sobre una

religión sólida y verdadera, que después de enseñar lo

que se debe a Dios, enseñe también lo que se debe al

Cesar, esto es, que después de instruir a los vasallos en

las estrechas obligaciones de amar, obedecer y respetar

la primera Majestad, que es Dios, los instruya también

en el amor, obediencia y respeto que deben a la

segunda majestad, que es la de los reyes.

11- A la verdad, ¿que estabilidad ni firmeza

puede prometer un Estado, fundado sobre ninguna

religión, o sobre la débil arena de una religión falsa y

superficial? ¿Que sujeción ni fidelidad puede prometerle

el Estado de unos hombres sin religión, que no

sujetándose a principio alguno de aquellos, que

moderan y contienen el desenfreno y libertad, plagas

destructoras del buen gobierno y orden de las

Repúblicas, miran la independencia como constitutivo

esencial de una felicidad completa? ¿Que amor ni

obediencia pueden prometerle el Estado de unos

corazones sin religión, que no obedeciendo, ni amando,

Page 264: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

ni obrando, sino por interés, por adulación o por temor,

se desprenden a lo mejor de estos débiles lazos y

sacuden el yugo de la subordinación y obediencia, que

deben profesar al Rey, a sus leyes, y a sus ministros?.

La historia del mundo, en la que hace de los primeros

imperios, nos presenta a cada paso, lastimosos

ejemplares. La de la Iglesia en sus primeros siglos nos

hace ver de un modo sensible que los Cesares y los

Emperadores de Roma de nadie se veían mas bien

obedecidos y respetados que de los verdaderos

discípulos de Jesucristo. Y la de nuestra misma España

nos enseña que ningún reinado ha sido mas brillante

que el de aquellos príncipes cuyo celo era igualmente

eficaz en los intereses de la religión y del Estado. Por

esta razón decía San Agustín: Dadme un pueblo fiel y

religioso a Dios, que yo os lo daré bien gobernado.

12- Quedemos pues, que la felicidad y

estabilidad de un Estado penden de la verdadera y

sólida religión. Y preguntemos ahora: ¿ esa sólida y

verdadera religión de un Estado, de quien depende ¡Ah!

Nadie podrá negar que depende muy especialmente de

los Párrocos, quienes por razón de su ministerio son los

maestros inmediatos, los predicadores y enviados de

Dios a los pueblos, a introducirla por el oído y por medio

Page 265: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

de la Palabra del Señor hasta el corazón de sus

feligreses: Ergo fides ex auditu, auditus autem per

verbum Christi87. ¿ Y como la predicarán estos Párrocos

si faltandoles aquella ciencia que exigen en ellos los

Sagrados Cánones, no son idóneos y capaces? ¿ Y

dado caso que la enseñen y prediquen como la

establecerán y radicarán con el ejemplo en sus

feligreses, si ellos no tienen aquella providad de

costumbres que igualmente pide el famoso Concilio de

Trento?

13- ¡Ay, amados hijos! ¡No podemos dejar de

llorar y clamar aquí lo que tantas veces habéis llorado y

clamado con nosotros! Acabamos de visitar una gran

parte de nuestra diócesis y, componiéndose casi toda

ella de pueblos de indios, hemos advertido con mucho

dolor que la religión de estos aún después de tantos

años de conquista, es una religión exterior, superficial y

no mas que de boca. Ellos rezan, pero sin atención, sin

recogimiento, sin inteligencia y por una especie de

cumplimiento a que los ha reducido la costumbre. Ellos

asisten a las Funciones de la Iglesia; pero sin que toque

la mas pequeña parte de su corazón alguna de las tres

virtudes de la fe, esperanza y caridad, que son las

87 Rom. Cap. 16, 19.

Page 266: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

disposiciones santas que deben preceder a la asistencia

de los Sagrados Misterios. Ellos van a oír la Palabra

Divina; pero forzados y conducidos de un temor servil,

que los violenta, siendo la misma violencia con la que

oyen, el mayor impedimento para que puedan

aprovecharse de lo que se les enseña,

experimentándose en ellos la misma insensibilidad e

indiferencia antes y después de haber oído las verdades

más terribles. Ellos se confiesan; pero sin examen, sin

dolor, sin arrepentimiento, sin propósito y haciendo tal

vez particular estudio de ocultar lo mas criminal de sus

delitos por unas ideas corrompidas, a que los conduce

su misma rudeza o el ridículo concepto que han formado

del Sacramento. Ellos manifiestan algunas señales

exteriores de devoción dirigidas a Dios y a sus Santos;

pero tan imperfecta, tan superficial y tan contraída y

mezclada con ciertas ceremonias visibles y heredadas

de padres a hijos, que se confunden con la idolatría y

con la misma superstición. ¿ Y será esta una parte del

rebaño de Jesucristo, o una porción de su Iglesia? ¡Ah!

El carácter con el que ha querido el Señor se

distinguiese en todos tiempos su pueblo, es el de traer

su ley santa gravada en el corazón: Populus meus, lex

Page 267: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

mea in corde eorum88. ¿Hemos dicho en esto otra cosa,

que lo que la común y universal experiencia acredita?

Experimento didici89.

14- ¿Pues de una religión tan sin fondo, solides

ni verdad, que progresos, que conveniencia, ni que

estabilidad puede prometerle el Estado? ¿Y quien puede

poner remedio a un mal, origen de tantos males y de tan

funestas consecuencia? Solo los Señores Obispos y

Vice Patronos, tomando a empeño como es de su

obligación, el que los concursos se celebren, como Dios,

la Iglesia y el Rey mandan, y que en ellos se elijan

Curas idóneos y capaces.

15- Añadamos más, para que nada dejemos de

decir ni Dios nos pida cuentas de lo que hemos callado

por respeto o temor a los que se refieren o le amargan

con la verdad. No todos los pueblos de nuestra diócesis

son los Indios, ni son indios todos nuestros feligreses.

Hay muchos españoles criollos y europeos, ¿Y que?

¿La religión de ellos es muy diferente a la de los indios?

No hay duda que es menos supersticiosa, mas brillante,

mas fundada, y aún mas sólida, como que han tenido y

tienen otra instrucción y otros principios. ¡Pero ah! Que

88 Isaías cap. 5,7.

89 Gen. Cap. 10,23

Page 268: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

en la mayor parte no es religión limpia e inmaculada

delante de Dios90, como debía ser, porque se halla

manchada con ciertos vicios generales y

trascendentales, que la deshonran y envilecen hasta en

el concepto de los mismos indios, quienes atienden mas

a los ejemplos que a las palabras, y quienes al ver que

aquellos no corresponden a ellas, juntamente pueden

decir: que los mismos que debían ser el ejemplo de su

virtud son la causa de su perdición. Y ved aquí otro mal

peor que el primero, y tal vez causa de el. ¿Y quien lo

puede remediar? Sólo los Señores Obispos y Vice

Patronos, obrando de acuerdo en los Concursos y

uniendo sus intenciones, a fin de que los Curatos se

provean según las reglas de justicia, desinterés e

integridad, como lo tiene prevenido y mandado el Rey

en las leyes que tratan del Real Patronato.

16- Por todo lo dicho volvemos a decir y nunca

será en vano repetirlo muchas veces, que en un

Concurso de Curatos debe mirarse por los Prelados de

estas provincias como el negocio mas interesante al

servicio de Dios y del rey, que es lo mismo que a la

religión y al estado. Así es y así deberá ser y, así

quieren Dios y el Rey que sea para bien de estas

90 Epist. Jacob cap. 1,27.

Page 269: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

provincias, ¿Pero que no hace el Demonio cuando llega

el tiempo de celebrarse estos Concursos? ¿Cuánto no

perturba y enreda a fin de que no sea así y de que

prevalezca en ellos la sinrazón, el desinterés y la

injusticia? Digamos algunas cosas sobre todos estos

males para la prevención y para el remedio.

Capítulo Tercero

Artes y medios de que vale el demonio para que los

Concursos no se celebren según Dios.

17- Como el demonio enemigo declarado de la

justicia, de la verdad, y de la religión presiente lo mucho

que va a perder, en que un Concurso se tenga con

arreglo a la disposición Conciliar, y en que los Curatos

se confieran sin otras miras, que a la razón, a la justicia,

y al mérito; nada deja por hacer, a fin de que pospuesto

el mérito al empeño; equivocada a la justicia con la

gracia; arrollada a la razón por la sinrazón; y confundida

la decisión Conciliar con prácticas, doctrinas, y abusos

intolerables se frustren en todo, o en la mayor y mejor

parte de los tantos fines de la Iglesia y de la buena

intención de los Prelados, reduciéndoles por último a

Page 270: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

que prevalezcan las inclinaciones de la carne y sangre,

el interés, la solicitud, y el empeño.

18- A este fin no deja medio por tomar, y parece, que

la publicación de un Concurso es una conmoción

universal de las provincias, y que tocar o llamar a él, por

medio de un edicto, es tocar y llamar un campo de

batalla y un ponerse en almas el infierno y el mundo

para intimidar, o contrarrestar, si pudiesen la justicia por

medio de poderosos empeños que se solicitan; de

méritos fingidos o abultados, que se alegan; de partidos

perjudiciales, que se forman; de informes siniestros, que

se hacen; de injustas amenazas, que se vierten; y de

promesas, palabras, y medios ilegales, de que se valen.

19- Aquí es donde propiamente se verifica que los

cuatro vientos pelean entre sí en el mar grande: Et ecce

quatuor venti Caeli pugnabant in mari magno91. Mejor

diré, parece que los cuatro enemigos de la justicia:

Interés, soborno, empeño y calumnia hacen una cruda

guerra y pelean contra el Prelado, cuyo corazón, que

aún sea tan grande como el mar, y su pecho tan fuerte

como el diamante, necesita de toda la gracia y fortaleza

de Dios para resistir a tan continuos y violentos

ataques : ataques donde si conoce, el ceder a ellos

91 Daniel 7,2

Page 271: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

sería faltar a su obligación; desagradar a Dios por

complacer a los hombres y perjudicar enormemente los

intereses del rebaño que Dios y el Rey le han

encomendado; conoce también y experimenta que el

resistirlo es constituirse blanco de las quejas, de las

murmuraciones y aún de las calumnias, que no reparan

suscitar y publicar los mal contentos, siendo estos tantos

cuantos son los que se dan por mal servidos.

20- ¿Pues que nueva guerra o confusión cuando ya

éstos reconociendo desengañándose de que sus armas,

o por débiles, o por faltas, o por prohibidas no hacen a

toda la impresión que desean en la integridad del

Prelado, procuran y aún logran indisponerlo con el

Señor Vice-Patrono, o a este con aquél? ¡Ah! que

resultas tan funestas siguen por lo regular a esta

indisposición o desavenencia!.

21- Apuntemos algunas por prevención y para el

remedio. Desunidas las cabezas cada una forman su

dictamen, importando esto poco si después no hiciese

cada uno empeño de que prevalezca el suyo y se lleve a

efecto. Empeñadas las dos Potestades, cada uno forma

su partido. Cada partido convoca y alista sus sectarios, y

cada sectario fomenta el cisma y la desunión.

Separadas y aún reñidas la Espada del Imperio, y las

Page 272: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

Llaves del Sacerdocio, ni el sacerdote encuentra en

aquella la protección necesaria para cerrar las puertas

del Santuario a la abominación o al indigno; ni el Cesar

halla en estas toda aquellas observancia y sumisión que

tan débiles son a las Leyes y regalías del Real

Patronato. ¡ Qué confusión! ¡ Qué guerra! Entre tanto los

que la movieron insensibles al escrúpulo al

remordimiento y al temor de Dios, la miran con

complacencia, continúan sus detestables máquinas,

siguen sus depravadas ideas, y tomando el partido que

se presenta más favorable a su criminal ambición, no

reparan al cubierto y sombra de la división escalar el

Templo Santo de Dios y entrar por la ventana, ya que no

pudieron ni jamás les sería posible entrar por la

verdadera puerta, sujetándose por lo mismo a la eterna

ignominia, con que lo distingue y caracteriza el

Evangelio: qui non intrat per ostium in ovile ovium, sed

ascendit aliunde, ille fur est et latro92 .

22- Y no penséis amados hijos, que cuando

hablamos de este modo, respiramos por la herida; y que

el dolor y la experiencia de lo que nos ha sucedido en

los Concursos, nos obliga a explicar en estos términos:

bien lejos de ello, en los dos que hemos celebrado, uno

92 Juan 10,2

Page 273: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

en la Diócesis del Tucumán, y otro en esta de Charcas,

tuvimos el consuelo de no tener una sola diferencia con

los señores Vice-Patrono, y el honor de que éstos

aprobasen sin mudanza alguna, todas la dominaciones

que le hicimos de sujetos idóneos para los Curatos

vacantes. Hoy viven, velan y gobiernan dichos señores,

con que no estamos en la necesidad de citar muertos ni

dormidos por testigos de esta verdad.

23- Confesaremos en obsequio de ella y de la

justicia, que le debemos hacer el arreglo, paz,

uniformidad, y rectitud, con que se celebraron los

Concursos, lo debimos, después de Dios, al talento,

celo, desinterés, e integridad con que en todo y muy

particularmente en este asunto, miraron siempre por el

bien espiritual y temporal de las provincias de su

gobierno. ¿Pero en obsequio de la misma verdad, le

rogamos que digan abiertamente si el Prelado antes del

Concurso, en el mismo Concurso, o después de la

celebración del Concurso, les faltó jamás en algunos de

aquellos fueros, o en una sola de aquellas atenciones

que tan justamente deben a sus personas y a sus

empleos?.

24- Este es el modo de evitar desavenencias y

mantener con los señores y Vice-Patronos la unión y

Page 274: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

buena armonía que tan importante y necesaria es para

todo y especialmente para que los Concursos se tengan

en paz y se hagan con arreglo a las leyes de la Iglesia y

del Reino; para que los Curatos conferidos con justicia,

sean el premio de la ciencia y de la virtud y para que los

pueblos gobernados por unos pastores, según el

corazón de Dios, sean útiles a la religión y al Estado.

25- Este es el medio y ved, hay, amados hijos, el

motivo que hemos tenido para inculcarnos en este

punto, nada ajeno de esta Carta Pastoral. Este es el

medio de evitar diferencias y mantener buena armonía

con los señores Vice-Patronos; venerarlos siempre el

Prelado, para que lo veneren; respetarlos en todo, para

que lo respeten; ayudarlos para que los ayuden, y

cuando se ofrece un Concurso, prevenirlos en lo que se

le ofrezca, para que ellos lo prevengan en cuanto se los

ofreciese; consultarlos en sus dudas para que ellos

igualmente lo hagan en las propias; informarlos en las

calidades de los sujetos, que conozcan, para que ellos

lo informen de los mismos o de otros que el Prelado

puede no conocer; atenderlos y complacerlos en cuanto

no se oponga a razón ni conciencia, para que ellos lo

atiendan y complazcan en lo que tampoco sea lo

opuesto a conciencia y razón; ceder en cuanto sea

Page 275: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

posible, sin prejuicio de su dignidad y de su jurisdicción,

para que ellos cedan en cuanto no sea en perjuicio de

su autoridad y de su empleo; o a lo menos, cuando ya

no hubiere otro arbitrio, ceder en parte y en lo menos,

para que no se pierda todo, o lo más, o lo mejor. En una

palabra no faltarles el Prelado en cuanto sea de razón,

de Ley, de justicia, de gracia, de atención, y de

urbanidad, para que no le falten a el en estos mismos

respetos, que ciertamente no le faltarán, siendo(.....)93

27- ... de tenerlo, por haber elegido a Saúl para

Rey de su pueblo: Cum Deum paeniteat, quod Saul in

Regem unxerit, y mucho antes había dicho también que

estaba arrepentido de haber formado al hombre:

Paenitet me fecisse hominem94 , en una palabra, puede

suceder que el sujeto, que el Patrono le presenta, sin

embargo de llevar un Tercer lugar, sea más idóneo,

capaz, y propio para el tal Curato, que el que el Prelado,

juzgándolo por más idóneo, propuso en primero; y en tal

caso bien se ve que el señor Vice-Patrono hace lo que

debe y presenta lo mejor.

28- Segunda: permitamos por ahora, que no sea

así que el señor Vice-Patrono no haga lo que debe, y

93 faltan páginas 24 y 25

94 Gen.6,7

Page 276: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

que este sea el engañado sobre la mayor idoneidad del

sujeto que presenta. Sea ello así; pero siendo digno,

como lo es, a juicio del mismo Prelado, quien por serlo y

tenerlo por tal, le dio lugar en la lista de los nominados.

Ya el señor Vice-Patrono hace lo que puede hacer, y

que tiene facultad para hacerlo, según la Ley del Reino

que lo manda así: “ Escojan los Arzobispos y Obispos

tres los más dignos y suficiente para cada uno de los

dichos beneficios, y estos lo propongan al Virrey,

Presidente de la Audiencia o Gobernador de su Distrito

por su orden, para que de ellos el Virrey, Presidente o

Gobernador escojan cada uno, el que le pareciere más a

propósito, y le presente en nuestro nombre, y con esta

presentación le de la colación el Arzobispo u Obispo a

quien tocare”95. Hasta aquí la Ley. Y sería mucha

temeridad querer el Prelado oponerse a ella, y un

proceso tan infinito, como ocioso entrar en disputas con

el señor Vice-Patrono, sobre si esto mismo hacer lo que

se puede en el fuero externo, que hacer con lo que se

debe en el interno y de la conciencia. Cada cual tiene la

suya; cada cual deberá llevar su carga, como dice el

apóstol: Unusquisque enim onus suum portavit96. Y cada

95 Ley 2496 Gál.6,5

Page 277: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

cual dará cuenta a Dios de lo que haya obrado: Itaque

unusquisque nostrum pro se rationem reddet Deo97.

29- Ultimamente lo que más debe aquietar y

consolar a un Prelado en lance de esta naturaleza, que

aunque raros por monstruosos no dejan de suceder

alguna vez, es el testimonio de su buena conciencia, la

pureza de sus intenciones y la seguridad de haber

hecho de su parte cuanto pudo; y que nada dejó de

hacer para que Dios, el Rey, la religión, y el Estado

quedasen bien servidos en nominación y elección de

Párrocos, que tanto encarga el santo Concilio, como la

cosa más conducente, y aun necesaria para la salvación

de las almas:

97 Rom. 14,12

Page 278: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

Carta Pastoral

que el ilustrísimo

SEÑOR DON FR. JOSÉ ANTONIO DE SAN

ALBERTO

del consejo de S. M. Y dignísimo

Page 279: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

Arzobispo de La Plata

DIRIGE

A TODOS SUS VICARIOS,

CURAS, TENIENTES Y CLERO,

exhortándolos,

a que contribuyan con algún

donativo o empréstito sin interés para las

actuales urgencias de la Corona,

con ocasión de haber recibido

la Real Orden

de 27 de Mayo de ´98

expedida a este fin.

En El Año de 1799

Page 280: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

A nuestros Vicarios, Curas, Tenientes y Clérigos

de esta nuestra Diócesis,

salud, y gracia en el Señor.

on fecha de 4 de este mes nos pasó el muy ilustre

Sr. Presidente un oficio acompañado con C

Page 281: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

testimonio del Real Decreto de 27 de Mayo del año

pasado de ´98 en el que expresando S. M. las urgentes

y graves necesidades en que se halla todo su Reino a

causa de las anteriores y presentes guerras, ruega,

exhorta y confía en la fidelidad y amor de todos sus

vasallos, que voluntariamente, y sin la necesidad de

imponer como pudiera nuevos tributos, contribuirán y

subscribirán en cuanto les sea posible por medio de

algún empréstito sin interés, o de algún donativo

gracioso, como lo han practicado otras veces.

2- Desde luego que pasamos la vista y leímos el

dicho Real Decreto, se presentaron a nuestro

entendimiento tres verdades que pusieron en una tortura

increíble nuestro corazón. Primera: las graves y

urgentes necesidades en que se hallan la Religión y el

Estado, en cuya conservación y decoro tenemos todos

tanto interés, y más que todo nuestro piadoso Soberano,

sobre cuyos reales hombros carga todo el peso de estos

dos grandes y nobles objetos. Segunda: la pobreza

suma y casi general que se advierte en esta ciudad, y en

toda esta vasta Diócesis, así en sus respectivos

cuerpos, como en sus vecinos y residentes, quienes, sin

embargo de su constante fidelidad y amor al Rey

nuestro señor, tal vez será, o nada, o muy poco en lo

Page 282: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

que puedan contribuir a las dos suscripciones de

donativo y empréstito. Tercera: que las rentas de un

prelado por grandes y cuantiosas que sean, o lo

parezcan, no son suyas, no es dueño absoluto de ellas,

sino un fiel administrador, que después de una suficiente

y moderada deducción para sus alimentos y decencia,

debe todo el resto de ellas emplearlas a favor y socorro

de sus pobres diocesanos.

3- Ved aquí las tres verdades que al pronto

pusieron, como hemos dicho, en tortura increíble

nuestro corazón, entre el deseo de ocurrir a

necesidades tan urgentes como notorias de reino, y el

temor de no faltar a las particulares y ciertas de tantos

vecinos pobres y honrados que nos cercan; pero otra

verdad que se nos presento inmediatamente después de

las tres referidas, calmó nuestros temores, decidió

nuestras dudas allanó nuestras dificultades y promovió

nuestros deseos hasta el efecto, y medio de saber y

poder hacer lo que uno sin omitir lo otro, es decir, de

saber y poder cumplir con la obligación que por vasallo

tenemos al rey, y con la que por Prelado tenemos a

nuestros pobres feligreses.

4- Esta verdad es, que aunque las rentas de un

Prelado todas son, y deben ser de los pobres, sin cuyo

Page 283: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

consentimiento no puede extraerlas, ni emplearlas en

otros objetos, y gastos; pero que el dicho consentimiento

expreso o tácito debe suponerse siempre que ocurre

como ahora una urgente y grave necesidad en el cuerpo

o en el todo de la monarquía, de quien los pobres son

tan partes y miembros como los ricos, y tan interesados

como estos en su decoro y conservación, sin la cual ni

ellos serían, ni subsistirían, ni habría quien los

socorriese y los conservase.

5- En estas circunstancias, pues, ¿Quien puede

dudar que el bien común prevalece y es antes que el

particular? ¿Y que la necesidad general, y de todo el

cuerpo debe ser privilegiada, primera, y preferida a la de

las partes?. Creemos, amados hijos, que nuestros

mismos pobres lo confesarán así, que así lo querrán, y

que así lo consentirán, y más cuanto están ciertos, y

pueden estarlo, que no por esto su Prelado rebajará y

menos suspenderá las limosnas diarias, semanales ni

mensuales, que hasta aquí, cumpliendo con su

obligación, ha acostumbrado hacerles para el socorro y

apoyo de sus personas y familias.

6- En atención, pues, y con respecto a estas

cuatro verdades justa, y prudentemente convinadas,

reunidas y ordenadas al buen servicio de Dios, del Rey,

Page 284: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

del reino, de la religión, del estado y de nuestros pobres,

hemos resuelto a nombre de estos, con ellos, y por ellos

mismos ofrecer, como ofrecemos a su majestad por una

vez el donativo, o cantidad de diez mil pesos o

doscientos mil reales de vellos en forma siguiente.

7- Por los Clérigos, viudas, huérfanos y vecinos

pobres de esta nuestra capital de Chuquisaca,

ofrecemos la cantidad de cien mil reales de vellón, que

pagaremos efectivamente en este mismo mes. Por los

Clérigos, viudas, huérfanos y vecinos pobres de la

ciudad de Cochabamba y Villas de Potosí, Oruro, y

Tarija, ofrecemos la cantidad de otros cien mil reales de

vellón, cuya paga la haremos efectiva en e año

siguiente, por causa de que ya en este tenemos en todo,

o en la mayor parte cobradas y gastadas las hijuelas

decimales en que principalmente consisten nuestras

rentas.

8- Después de haberos hecho presente, amados

hijos, esta nuestra oferta, en que nada más hemos

hecho que cumplir con nuestra obligación, pasamos ya a

cumplir la que igualmente tenemos de exhortaros viva y

eficazmente a que de vuestra parte, todos subscr ibais

al referido donativo en cuanto sea posible, y hasta

donde lleguen vuestros deseos, y haberes, y lo haremos

Page 285: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

con cuatro reflexiones bien dignas de toda vuestra

atención, y que por ahora no podremos más que

tocarlas brevemente.

9- Primera: que este donativo en dictamen

nuestro, y al respecto de unas circunstancias tan críticas

como las presentes, en que se hallan la religión y el

estado, no debe llamarse meramente gracioso, sino

debido, justo, y tan de justicia y de derecho natural,

como lo es, que las partes, y partes tan principales y

agraciadas por el Soberano cuales somos los

eclesiásticos, concurramos en cuanto alcancen las

fuerzas de cada uno a socorrer, sostener y ayudar al

todo y un todo, cual es el reino a quien forman la religión

y el estado. Aquella sentencia tan política como legal

del filósofo, Si corpus totum est ad partes, pariter et

partes cunctae debent esse ad corpus, la consagró el

apóstol San Pablo cuando escribiendo a los de Efeso, y

hablando del Cuerpo de la Iglesia cuyos miembros eran

los fieles, les dijo: Totum corpus compactum, et

conexum per omnem juncturam subministrationis in

mensuram uniuscujusque membri. Sí, amados hijos,

somos miembros de este gran cuerpo formado de la

religión y del estado, y si él es todo, y siempre para

nosotros, por lo mismo, y en justicia debemos nosotros

Page 286: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

ser todos para él a medida y proporción de nuestros

haberes y fuerzas, in mensuram uniuseujusque membri.

10- Segunda: que este donativo puede y debe

llamarse también de honor porque el que debemos por

todos los títulos a nuestro Rey, señor natural, y

verdadero padre, nos obliga a manifestarselo, y no

solamente con palabras, sino también, y mucho más con

las obras, especialmente cuando lo vemos agobiado,

afligido, y cercado de empeño y gastos imponderables, y

esto por la defensa nuestra, del reino, y de la religión.

Vosotros sabéis, lo habréis leído en los Padres, y

muchas veces lo habréis enseñado a vuestros feligreses

explicandoles el catecismo, de aquel precepto de Dios:

honrarás a tus padres, incluye la grave obligación no

solo de amarlos, obedecerlos, respetarlos, y honrarlos,

sino también la de asistirlos y socorrerlos en sus

urgencias y necesidades.

11- ¿Y acaso el Rey no es padre, y verdadero

padre de sus vasallos? Ciertamente lo es; y por esta

razón los pueblos antiguos de Palestina no daban a su

rey otro nombre o título que el de “Abimelech”, esto es “

mi padre el Rey” porque si bien no los engendraron, ni

les dieron el ser, o la vida, pero si las conservan, o se

las defienden, que es lo mismo que estarselas

Page 287: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

produciendo o dandoselas continuamente. así lo

tenemos escrito y enseñado en la lección 12 de nuestro

Catecismo Real.

12- Pues si el Rey, amados hijos, es nuestro

padre, también nuestra obligación es no solamente

obedecerlo, respetarlo y honrarlo, sino a mas de esto

socorrerlo y asistirlo cuando se halla en necesidad de

nuestros bienes, de nuestras personas, y aún de

nuestras vidas; porque sin hacer esto sería todo nuestro

honor al Soberano solo de perspectiva, exterior, de

boca, y de labios, semejante al de aquel pueblo de quien

se dijo: populus hic labiis me honorat; cor autem eorum

longe est a me.

13- Este donativo debe también llamarse de

gratitud, y de buena correspondencia a un soberano a

quien ciertamente todos los vasallos, y con más razón

los exemptos cuales somos los eclesiásticos, le

debemos cuanto tenemos y gozamos, y por lo mismo en

lances tan precisos como son los actuales, debemos

manifestarle nuestra gratitud y cristiana

correspondencia, dándole, o volviendole a dar para usar

de la misma expresión de que uso el Salvador en su

Evangelio, lo que nos dío y lo que siempre es, y deberá

siempre ser suyo y estar a su disposición: Reddite ergo

Page 288: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

quoe sunt Coesaris Coesaris, donde advertiréis que no

dice date sino redite porque a los reyes nunca le damos,

sino que le volvemos a dar como buenos y fieles

vasallos, lo mismo que nos dieron como buenos y

piadosos reyes.

14- Últimamente este donativo debe también

llamarse de “temor”, porque no contribuyendo

generosamente a las graves urgencias y necesidades

en que se hallan nuestro reino de España, y la

verdadera religión que desde los principios de la Iglesia

se ha profesado, y se profesa tan pura, y

constantemente en el, es muy de temer que aquel, y

estas parezcan las quiebras, las ruinas y desastres que

han padecido, y están padeciendo con espanto de toda

Europa, y dolor de los verdaderos fieles tantos reinos

vecinos o no muy distantes del nuestro.

15- No quisiéramos, amados hijos, haceros a la

memoria lo que ha padecido y está padeciendo la

ciudad de Roma. Esta ciudad que antes era y se

llamaba la grande, la opulenta, la magnífica, la

populosa, la capital del mundo católico, la señora de

todas las naciones y la princesa de todas las provincias;

ya hoy semejante a la desgraciada Jerusalén en tiempo

de Jeremías, se ve casi asolada, sola, desierta y

Page 289: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

desamparada de la mejor y mayor parte de sus vecinos

y habitadores; Civitas plena populo, sola; ya hoy se ve

cual una triste viuda, llorando día y noche, si no la

muerte, al menos la ausencia de su más querido

Esposo, de su más tierno Padre y de su más amable

Pastor: Domina gentium facta est quasi vida; ya hoy se

ve como cautiva, esclava y sujeta a cuantos tributos

quieren impoerle sus vencedores: Princeps

Provinciarum facta est sub tributo; ya hoy se ve objeto

público de la compasión o de la sátira de cuantos

comparando su situación presente con la que antes

tuvo, tanto en lo político como en lo sagrado, se

preguntan unos a otros, o compadecidos o gozosos:

haccine est urbs perfecti decoris, gaudium universe

terrae?.

16- Aún menos quisiéramos, amados hijos,

haceros recuerdo de lo que ha padecido y esta

padeciendo el Soberano de Roma, el Obispo de Roma,

el Vicario de Jesucristo, el Pastor Universal de la Iglesia,

la Cabeza Visible de ella, nuestro Santímo Padre Pio VI.

Este Sacerdote sumo, digno sucesor de San Pedro, y

fiel imitador de su celo, de sus persecuciones y trabajos,

se ve hoy, si ya no ha muerto a violencias del dolor o de

la tiranía, se ve despojado de sus estados, arrojado de

Page 290: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

su Silla, desterrado a tierras extrañas, peregrino, errante

de ciudad en ciudad, en soledades, Cartujas y

Monasterios, angustiado, afligido, sin hallar donde poner

con seguridad el pie, esto es su persona y Santa Sede,

y sin otra esperanza tal vez, que la de ponerla en

nuestro reino de España, a la sombra y protección de su

Rey Católico Carlos IV, y de sus fieles y religiosos

vasallos.

17- En atención, pues, y al respecto de esta

cuatro justas reflexiones, que brevemente y de palabra

propusimos a todo este nuestro Clero de La Plata, junto

y congregado el día 11 del presente mes en nuestra

Casa arzobispal, tuvimos el consuelo de ver que todos

enternecidos y penetrados de la verdad y solidez de

ellas, se esforzaron, ofrecieron, subscribieron y firmaron

un donativo de dos mil pesos, que hacen la cantidad de

cuarenta mil reales de vellón, sin embargo de ña gran

pobreza que es pública y notoria en todos, o los más de

ellos.

18- Los Curas que asistieron a este congreso, y

que para ejemplo y modelo vuestro queremos

proponerlos y nombrarlos, fueron los siguientes: Doctor

Arregui, Doctor Mina, Dr. Rivera, Dr. Antezana, Dr.

Zoto, Dr. Echalar, Dr. Aráoz, Dr. Zelaya, Dr. Origuela,

Page 291: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

Dr. Joana, Dr. Morillo, de los cuales cada uno ofreció

cien pesos fuertes, a excepción del primero que ofreció

doscientos. Ya muchos días antes nuestro muy ilustre

Cabildo había también ofrecido la cantidad de 59 pesos.

19- Esperamos, pues, amados hijos, de vuestra

piedad, fidelidad, generosidad, y amor a Dios, al Rey, al

reino, y a vuestro Prelado: esperamos vuelvo a decir,

que no seréis, ni menos prontos, ni menos generosos, ni

menos efectivos, que los referidos amados compañeros

vuestros, en ofrecer, subscribir y pagar un donativo, tal

que podamos hacerlo presente al Soberano, y Nos

tenerlo también para lo que pueda ocurrir en adelante.

20- Igualmente esperamos, que, como

Presbíteros que sois, Padres y Pastores de vuestros

pueblos y feligreses los exhortéis, tanto en vuestras

pláticas, como en vuestras conversaciones o

instrucciones familiares a esta misma justa y debida

subscripción de donativo y empréstito, a cuyo fin y,

queriendo ya ponerlo a esta nuestra breve Pastoral, os

dirigimos por último aquellas mismas palabras con que

la santa y valerosa Judith exhorto a los Presbíteros o

Ancianos de Betulia, cuando esta afligida y angustiada

ciudad se hallaba cercada de poderosos y crueles

enemigos, y sus vecinos y habitadores resueltos ya a

Page 292: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

fuerza de la hambre, de la sed, y de la necesidad a

rendirse y entregarse a discreción y crueldad de estos:

Et nunt frates ( les dijo) quoniam vos estis Presbyteri in

populo Dei, et ex vobis pendet anima illorum, ad

eloquium vestrum corda eorum erigite, ut memores sint,

quia tenteti sunt Patres nostri, ut probarentur, si vere

colerent Deum suum.

21- ¡Que palabras estas, y las que siguen

formando la exhortación de la piadosa Judith! Que

palabras, amados hijos, tan propias para que con ellas y

con las vuestras exhortéis a vuestros feligreses, alentéis

sus corazones y, esforcéis sus ánimos, a que en

circunstancias tan obligantes, como delicadas en que se

(...)98

(...)99 fenderla contra todas las empresas del

error; reunir a su seno a cuantos la están despedazando

con sus cismas; y a ella misma reunirla en un mismo

espíritu de verdad, y de caridad.

Rogad a Dios por una paz general y constante

entre las Potencias beligerantes; por la salud y vida de

nuestros reyes Católicos; por el buen suceso de sus

armas; por la felicidad y quietud de toda su monarquía.

981 Faltan dos páginas.

992 faltan páginas anteriores.

Page 293: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

Rogad también por la buena muerte de quien os escribe

esta Carta, que tal vez pudiera ser la última.

Dada en esta ciudad de La Plata a 18 de Mayo

de 1799.

Fray Joseph Antonio de San Alberto.

Arzobispo de La Plata.

Page 294: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

RELOJ ESPIRITUAL

PARA LLEVAR A DIOS PRESENTEEN TODA HORA.

Compuestopor el Ilustrísimo señor

Page 295: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

D. Fr. JOSEPH ANTONIO DE SAN ALBERTO,

Obispo Que Fue Del Tucumán,Y Al Presente

Arzobispo De Charcas,Quien Lo Dedica A Nuestra Señora

De Los Dolores.

Page 296: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

Providam Dominum in conspectu meo semper. Sal. 15, 8.

A LA DOLOROSA REINA

1. Señora y Madre mía: os ofrece este relogito

quien en el de su voluntad no tiene otro espíritu que el

de vuestra devoción. Vuestros dolores son la rueda que

lo arrastra; el peso que lo inclina; la saetilla que lo

traspasa, y el mostrador que lo asegura.

2. Si se atiende a la proporción, ¡Quien con un

reloj la tiene mas, que vuestro afligido corazón? Donde

desde el punto de concebida, se fueron repitiendo por

Page 297: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

horas las penas, por minutos los traspasos, y por

instantes los dolores, hasta que viendo parado al Divino

Sol en una Cruz, en siete líneas dolorosas, corriste un

mar dilatado de angustias.

3. Si se atiende al fin, que es tener presente a

Dios, vos le tuvisteis por gracia, cuando concebida; por

plenitud, cuando anunciada; nueve meses en vuestras

entrañas, vivo, y entre vuestros pechos acazito de mirra

muerto. Si a la nobleza, la vuestra, en boca de Dios, es

la más antigua; y de allí salisteis primogénita ante toda

criatura, para ser amante Hija del Eterno Padre, querida

Madre del Divino Verbo, dulcisima esposa del Espíritu

Santo, adorada Reina de los serafines, y piadosa madre

de los pecadores; titulo noble, que con espada en mano

y pecho, adquiristeis a esfuerzos del dolor, al estar junto

al estandarte glorioso de la Cruz.

4. Si a la protección, en todos los títulos sois

admirable; mas al pie de la Cruz, os venera mi devoción

como Omnipotente; aquí os inclinó la cabeza el hijo, que

fue como cederos la Omnipotencia, en frase de San

Pablo.

5. Si a la esperanza, después de que la tengo en

Dios, ni tengo, ni quiero otra; y sé que no ha de salirme

Page 298: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

vana, pues con sola su sombra arrebató el Paraíso,

aquel que poco antes era ladrón desesperado.

6. Si a los beneficios, bien puedo decir, ojalá que

bien: De ventre Matris meae tu es protectix mea. Nací

en casa vuestra, profesé en vuestro día; y siendo la

profesión religiosa muerte civil, solo resta, y así lo

espero, sea en día de vuestros dolores la natural, que si

lo es, será para mí la muerte vida, y podré decirle:

¿Dónde está muerte tu victoria?

7. Si al trabajo, no lo cuento, fue de pocas horas;

y aunque fuera de siete años, nada sería, al amor de

este enamorado Jacob, en servir a vos, hermosísima

Raquel, que sin consuelo llorasteis al pie de la Cruz a un

Hijo, y sin cesar favorecisteis a este otro; ¿y cuan otro?

Que siendo Joseph, se precia de Benjamin, hijo de

vuestro dolor, porque lo aumentó con sus culpas; hijo de

vuestra diestra, porque experimenta sus misericordias,

hijo de vuestra clemencia, porque os adora los pies,

Hijo, Esclavo, Devoto, por esto y por mucho mas.

ADVERTENCIA

Page 299: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

9. Quien se dedica a servir a Dios, ha de ser

varón de todas horas. En todas las horas es Dios de la

alma, y en las mismas la alma ha de ser de Dios: en

toda hora está dios presente a la alma, y en todas debe

la criatura estar presente a su Dios. No hay hora en que

Dios no de alguna cosa a la alma ¿ pues porque ha de

haver hora en que la alma no de alguna cosa a su Dios?

A esto, pues, se ordena el presente relojito, a que en

todas las horas del día, desde que te levantas hasta que

te acuestas, seas de Dios, tengas presente a Dios, y

ofrezcas alguna cosa a Dios, y aunque principalmente lo

escribo para seculares, padres y madres ocupados en

negocios de familia y casa, que con solo tener a mano o

a memoria este reloj, pueden no perder de vista el

negocio de su salvación; puede tambien servir para toda

clase de personas Eclesiasticas o Religiosas, con solo

variar la hora, la entrega, o el ofrecimiento, conforme al

gusto y devoción de cada uno.

TODO A DIOS

11

12 1210

93

Page 300: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

DIRECCIÓN

10- Despertó, Señor, mi cuerpo para que os

sirva mi alma, y en esta primera hora para todas las de

mi vida, me entrego todo a Vos, mi Dios, mi Señor, mi

Rey, mi Padre, mi Maestro, mi Redentor, mi Juez, mi

Pastor, mi Amparo, mi consuelo, mi esperanza y mi vida.

Reconozco mi bajeza, y me humillo ante vuestra

Majestad; os venero como a mi primer principio, os

adoro como a mi último fin, y os amo como a mi

continuo bienhechor. Creo en vos, verdad infalible,

fortaleced mi fe. Espero en vos, misericordia suma,

firmad mi esperanza. Amo a vos, bondad infinita, avivad

mi amor. Protesto no querer consentir en culpa alguna,

antes las detesto con todo mi corazón. Acepto cuantos

trabajos me vengan en este día, y desde ahora adoro la

mano de donde vienen. Os doy cuantas gracias puedo

por cuantos beneficios me habéis hecho, criarme,

conservarme, redimirme, darme fe, Sacramentos, ángel

de guarda, bienes de gracia, de naturaleza y de fortuna.

En humilde reconocimiento a tanta misericordia, os

entrego alma y cuerpo, potencias, sentidos, vida,

corazón, pensamientos, palabras, obras, deseos,

8 4

7 6 5

Page 301: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

alientos y suspiros de este día y de todos los de mi vida,

todo ordenado a gloria vuestra y bien de mi alma; y para

que sea mas agradable a vuestros divinos ojos, os lo

presento por mano de mi ángel Custodio, unido todo

con la sangre de mi dulcisimo Redentor, y con los

dolores y angustias de María Santisima mi Señora y

Madre, a quien elijo protectora amorosisima de mi alma;

cuyo patrocinio imploro, y cuya piedad espero hoy y

siempre, en la vida, en la muerte y despúes de la

muerte, hasta llegar a veros y gozaros por una

eternidad. Amen.

ENTENDIMIENTO A DIOS

HUMILDAD

11. En esta hora, Dios mío, os entrego mi

entendimiento para conocer a Vos y a mí. Vos bueno

sobre toda bondad, dulce, amable, clemente, piadoso,

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Page 302: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

sabio, infinito, eterno y yo ¿qué fui? En el principio nada,

ahora soy ceniza, en el fin seré tierra, podré, gusanos y

corrupción; soy cuanto al cuerpo miserias, cuanto a la

alma culpas: ¡cuantas en la niñez, en la mocedad, en la

juventud, en la vejez! Esto entonces que no os conocía,

ahora que os conozco mas, poco menos; todo soy

apetitos y pasiones, ingrato, rebelde, inconstante,

airado, soberbio: todo es en mi malo, poco o nada

bueno; aun lo que en si es bueno, lo hago malo con mi

tibieza, vanidad y torcida intención. Pues, Dios mío, si

esto soy en mis ojos, ¿en los vuestros que seré? ¿si

esto en mi juicio, qué en el vuestro? Si el justo apenas

se salvará, ¿qué será de mi? ¿ que haré? Conocerme,

abatirme y humillarme con mis superiores, con mis

iguales y con mis inferiores, así lo haré en esta hora,

ejercitare la humildad con el deseo, con el corazón, con

las palabras y con las obras. Será mi protector San

Agustín, con el repetiré: Noverim te, et noverim me:

Conozca yo a vos y a mi, para despreciarme a mi y

amaros a Vos: así me confundiré como indigno de que

me sustente la tierra; pondré sobre ella mi rostro, para

que me levantéis a mi sobre mi, esto es, a la

participación de vuestra gracia, para hacerme digno de

veros eternamente en la Gloria.

Page 303: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

MEMORIA A DIOS

DOLOR

12. En esta hora, Dios mío, os entrego la

memoria para acordarme de lo que habéis hecho por mi

y yo contra vos, de vuestros favores y de mis

ingratitudes, de vuestras misericordias y de mis culpas.

¡Oh! ¿y cuantas? Sin número. ¿y cuales? Gravisimas.

¿y por que? Por un deleite breve, por un antojo

miserable. ¿y en que tiempo? Cuando mas me

ayudabais a ser bueno. ¿y como? Con fe de que me

veíais, con conocimiento de que os injuriaba, con el

temor de que me iba a perder, con la luz de que podía

perdéros por toda una eternidad. Todo lo atropelle, bien

mío, mi temor, mi recuerdo, mi sobresalto, mi fe, vuestra

luz, vuestra sangre, vuestra misericordia, vuestra

justicia. ¿Pues, que haré? Humillarme, confundirme,

clamar, gemir, llorar en esta hora, en toda las horas, día

y noche sin cesar con lagrimas salidas de mi corazón.

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Page 304: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

Será mi protectora Santa María Magdalena; con esta

penitente pecadora os conoceré, os buscaré y si

merezco hallaros, me arrojaré a vuestros pies, los

besaré con mis labios, los regaré con agua de mis ojos,

los limpiaré con mis cabellos, y no me levantaré hasta

que como a ella me digáis: amaste mucho, te

perdonaron mucho, vive en paz, que ya te ha perdonado

Dios: así sea, Padre de mi corazón, Redentor de mi

alma, Consuelo de mi vida: así sea.

VOLUNTAD A DIOS

CONFORMIDAD

13. En esta hora, Señor, os ofrezco mi voluntad,

para que en todo se conforme con la vuestra, se acabe

mi querer, y solo quiera lo que vos queráis. En lo

prospero y adverso, en la fortuna y en la desgracia viviré

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Page 305: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

contento, esperaré resignado, seré fiel, estaré igual, me

sujetaré a vuestras providencias, adoraré vuestros

secretos, veneraré vuestros juicios, y me resignaré en

los trabajos; diré con San Pablo, Señor, ¿Qué queréis

hacer de mí? Con el profeta, enseñadme a hacer

vuestra voluntad; y con el Santo Job, si de vuestra mano

recibí los bienes, ¿por qué no recibiré los males? Este

será mi ejercicio en esta hora, y mi protectora será la

gloriosa Santa Gertrudis, con ella os diré trescientas y

sesenta y cinco veces al día: Señor, hágase vuestra

voluntad. Si me falta la salud, la honra, la conveniencia,

hágase vuestra voluntad; si me dejan loa amigos, me

faltan los hermanos, se me mueren padres o hijos,

hágase vuestra voluntad; solo n una cosa haced vos la

mía, en que yo os ame, con este amor viva, con el

muera y con el os goce: así sea, gozo eterno de los

bienaventurados: así sea, consuelo eterno de los Justos.

CORAZÓN A DIOS

AMOR

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Page 306: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

14. En esta hora, Dios mío, os entrego mi

corazón todo entero, porque no le queréis partido: ya no

es mío, vuestro es, a vuestra custodia ha de estar,

Padre mío, pesadlo hasta que en la balanza de vuestro

agrado le halléis fiel; probadlo con trabajos, rectificadlo

con vuestros preceptos, renovadlo con virtudes,

iluminadlo con inspiraciones, aradlo con la reja de

vuestra Cruz, sembrad en el vuestra verdad, regadlo con

vuestra sangre, cultivadlo con vuestra gracia, guardalo

con vuestra misericordia, dilatadlo con vuestra alegría,

selladlo con el dulcisimo nombre de Jesús, heridlo con la

lanza de mi Redentor, inflamadlo en un ardiente amor

con que os ame sobre todas las cosas, mas que os

aman los ángeles, mas que los serafines. Este será mi

empleo en esta hora, despegar mi corazón de las

criaturas, y ponerlo en Vos, mi amabilísimo Criador.

Será mi protectora Santa Teresa de Jesús; con ella

repetiré cuantos actos pueda de amor vivir, de amor

desinteresado, de amor filial, hasta que con ella muera

haciendo actos de amor. Así sea, amor de mi alma,

amor de mi vida, dulcisimo Jesús, y sea por una

eternidad.

Page 307: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

PENSAMIENTOS A DIOS

PUREZA

15. En esta hora, Señor, os entrego mis

pensamientos. ¡Oh, y cuantos me tiene llevados el

mundo, el interés, la vanidad, la estimación, la honra, la

casa, la culpa, sus medios, sus fines y sus

consecuencias! ¡Oh, pensamientos sucios y perdidos!

¡Oh, tiempo perdido en tales pensamientos! Bien puedo

decir con el profeta, mis pensamientos los disipo el

viento de la vanidad, y ahora atormentan mi corazón!

¡Oh, si lo que pense en mi daño, lo hubiera pensado en

mi remedio, que rico me hallara en vida, y que

consolado en la muerte! ¡Oh, si aquellos pensamientos,

que se llaman y fueron de inutilidad, lo hubieran sido de

mi salvación! Pues, Dios mío, a llorar lo pasado y a

pensar en lo venidero; a lavar mi corazón de la malicia

de aquellos pensamientos, en el agua pura destilada a

fuegos de mi amor de los ojos: mi ejercicio en esta hora

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Page 308: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

ha de ser no admitir pensamiento que no sea casto y

puro, solo pensar en Vos y en lo que me lleve a Vos,

Cordero a quien siguen las vírgenes, pureza de quien

copian los ángeles. Será mi protector San Joseph; con

el ofreceré pureza en alma, cuerpo, pensamientos,

palabras y obras. Don especialisimo de vuestra mano,

no me lo neguéis, para que puro y casto os vea

eternamente entre los ángeles, y os alabe sin fin con los

serafines.

TRABAJOS A DIOS

PACIENCIA

16. En esta hora, Señor, os ofrezco mis trabajos,

y vengan mas que todo lo merezco yo; los recibiré

gustoso como dádivas de vuestra mano, señales de mi

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predestinación. Ángeles custodios de mi eterna salud,

prevención de vuestras misericordias y satisfacción

anticipada de mis culpas: los adoraré como toques

paternales de vuestra clemencia, avisos dulces de

vuestra justicia, y azotes suavisimos de vuestra

providencia, para mi ejercicio, mérito, gracia y eterno

peso de la Gloria; para que yo desapegue mi corazón de

las cosas del mundo y lo ponga en las del cielo; para

que me conozca, me humille y clame en la tribulación a

Vos, alivio de los atribulados, consuelo de los afligidos y

premio eterno de los trabajos. Vengan, pues, Señor,

vengan cruces, aflicciones, enfermedades, deshonras,

cuanto queráis, que todo lo sufriré por vos; aquí quema,

aquí braza, no me perdonéis aquí, a cuenta de que me

perdonéis allá. Cierto estoy, diré con San Pablo, que ni

la tribulación, ni la desnudez, ni la persecución, ni el

hambre, ni la angustia, ni la deshonra, ni la muerte me

apartarán de la caridad y paciencia de Jesús. La

paciencia será mi ejercicio en esta hora; mi protector

San Juan de La Cruz, que no quiso mas premio por sus

trabajos que los trabajos mismos: tampoco, Dios mío,

quiero yo otro, como me deis paciencia en ellos, gracia

para merecer y gloria para veros por una eternidad.

Page 310: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

FAMILIA A DIOS

PIEDAD

17. En esta hora, Señor, os entrego mi familia,

marido, hijos, criados; Vos me los disteis y os doy las

gracias; vuestros son y los pongo a vuestros pies; de

todos hago entero sacrificio para que dispongáis como

de mueble propio. Echadle vuestra bendición, que lo sea

de salud, de paz, de unión, de misericordia y de gracia.

Mandad a vuestros ángeles que los visiten y asistan en

los peligros de cuerpo, alma, honra y vida: no permitáis

que entre ellos habite en enemigo, ni reine el pecado,

antes los vea yo muertos en gracia que vivos en culpa.

Libradlos, Señor, de la saeta que vuela en el día, del

negocio que cruza por la noche, y del demonio que

tienta al mediodía: a este fin os hago entero sacrificio de

mi corazón, como hacia Job, para que sus hijos no

cayeran en alguna maldad; a este fin enderezo mis

oraciones, ejercicios, suplicas y lágrimas, a que os

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sirvamos todos en pureza de vida, y logremos una dicha

eterna: a ello mismo cooperaré en esta hora, con mi

persuasión, cuidado y buen ejemplo; será mi ejercicio la

piedad, hablarlos con afabilidad, enderezarlos con amor,

corregirlos con blandura, sufrirlos con paciencia y

sollevarlos con conformidad. Mi protectora en esta hora

será toda la Sagrada Familia, Jesús, María, Joseph,

Joaquín y Ana, bajo cuyo amoroso patrocinio pongo yo

la mía y me pongo también, para que cuiden de

nuestras almas, y juntos aquí viviendo, nos veamos

juntos gozando. Amén.

DESEOS A DIOS

DESASIMIENTO

18. En esta hora, Dios mío, os ofrezco mis

deseos; y desde luego detesto cuantos se me ha llevado

el mundo, sus honras, sus ídolos y sus deleites. Nada

deseo ya, ¿ni para que? ¿ si todo es figura, sombra,

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Page 312: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

viento, humo, aflicción, vanidad de vanidades y todo

vanidad? ¿para que desear lo que deseado aflige,

poseido cansa, gozado no llena y perdido lastima?

¿para que desear lo que es peso en la vida, cuidado en

la muerte, cargo en el juicio y tormento en el infierno?

Ya mi único deseo seréis vos, bien eterno de mi alma,

que nunca cansais, nunca afligis, nunca os acabais; Vos

que solo podéis saciar los deseos de mi corazón; Vos

donde están todos los bienes juntos con superioridad. Si

busco amigos, Vos lo sois fiel; si honra, no hay como la

de serviros a Vos; si riqueza, sois el tesoro sin precio; si

consuelo, Vos sois el seguro; si hermosura, lo sois por

esencia; si bondad, sois la suma; si misericordia, sois

infinita; si verdad, sois la infalible; si gozo, sois inefable;

si deleite, lo sois de los ángeles; si gusto, no tienen otro

los serafines: pues, Dios mío, desde hoy os entrego mi

voluntad, y la aparto de todo lo que no sea Vos. Este

será mi ejercicio en la presente hora; mi protector San

Francisco de Asís, con él repetiré, Dios mío y todas las

cosas, de todas las del mundo me despegaré por

teneros, veros, amaros y gozaros por toda una

eternidad.

CUERPO A DIOS

Page 313: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

PENITENCIA

19. En esta hora, Señor, os entrego mi

cuerpo: delante de Vos acuso a este enemigo capital de

mi espíritu, tirano rey de la razón, esclavo rebelde a

vuestra ley, cárcel de por vida de mi pobre alma, vaso

de iniquidad, de corrupción, de miserias y de culpas.

¡Oh, Señor! ¿y quien me librará del cuerpo de esta

muerte, o de la muerte de este cuerpo? Yo me tengo la

culpa de haberle cedido el mando, condescendido a sus

gustos y dado rienda a sus antojos; pero Dios mío,

desde esta hora le publico continua guerra, no darle

gusto en cosa, mortificarlo en todo cuanto me permita el

director, el estado y la salud; quiera que no, ha de servir

al espíritu, obedecer a la razón, sujetarse a la ley, y

ayudar a mi alma a la conquista del cielo, con las armas

de la cruz y de la penitencia; su pan será la ceniza, su

bebida las lagrimas, su comida el ayuno, su sueño la

vigilia, su cama el suelo, su gala el silicio, su espejo la

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Page 314: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

muerte, su tocador la eternidad, su paseo la oración, su

conversación el silencio, su refrigerio la disciplina, su

ejercicio la penitencia. Así conquistaré el reino de los

cielos que padece fuerza; así lo conquistaron los

mayores santos: ¡ay de mi, que nada de este he hecho

hasta aquí! Mi protector en esta hora será San Francisco

de Paula, a su imitación aborreceré mi cuerpo, sus

regalos, delicias y pasatiempos; haré penitencia aquí,

para descansar en el cielo por una eternidad.

OJOS A DIOS

RECATO

20. En esta hora, Dios mío, os entrego

mis ojos, ciegos con vista, curadlos vos que dais vista a

los ciegos; oscuros con luz, dádsela vos que sois la

lumbre de mis ojos. Ellos me robaron algún día el

corazón, desde hoy os he de robar el corazón con ellos:

por ellos me entró la muerte, por ellos ha de entrarme la

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vida; me perdí con ellos viendo, con ellos me ganaré

llorando; pagaré con lágrimas las vistas, cesarán las

vistas y empezarán las lágrimas; lloraré, Padre mío,

cuanto vi por afición, por curiosidad, por gusto, sin

recato y sin miramiento; los apartaré en esta hora para

que no vean la vanidad; fijos en vos, Dios mío, como los

ojos de la esclava en las manos de su señora; fijos en

tierra, principio de mi ser, recuerdo de mi mortalidad.

Haré un pacto con ellos, para que solo vean lo que no

puede dañar, y no vean lo que me puede ofender; para

que vean lo que visto trae pensamientos santos, y no

vean lo que visto trae pensamientos feos. Este será mi

ejercicio: mi protector será San Luis Gonzaga, que entre

las delicias de palacio, refrenó los ojos para no ver ni

aún lo permitido, a su imitación los cerraré yo, para que

vos me los abráis al conocimiento vuestro, aquí viviendo

por fe y por clara visión en el cielo por una eternidad.

PALABRAS A DIOS

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Page 316: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

SILENCIO

21. En esta hora, Dios mío, os entrego

mis palabras. ¡Oh, y cuantas han salido de mi boca

vanas, ociosas, perdidas, murmuratorias, provocativas,

escandalosas, llenas de envidia, odio, simulación y

vanidad! ¿Qué ha sido de mi boca, sino un sepulcro

abierto por donde salían los malos olores de mi alma?

¿Qué mi lengua, sino una serpiente venenosa, picando

en todo y a todos, a mis superiores, a mis iguales, a mis

inferiores, al rico, al pobre, al virtuoso y al que no lo era?

Y si de una palabra ociosa se ha de dar estrecha

cuenta, ¿qué será, miserable de mí, de tantas como

hablé? Si en el hablar mucho nunca faltó pecado,

¿cuánto habrá pecado, quien siempre habló mal, y

mucho? ¡Oh, Señor, misericordia de mi! ¡Perdonad mis

palabras, vos que sois Palabra de eterna verdad! Desde

hoy propongo poner un candado en mi boca, una guarda

a mi lengua, una puerta de circunstancias a mis labios, y

un peso fiel a todas mis palabras. El candado será el

silencio, la guarda vuestro santo temor, la puerta de

circunstancias la prudencia, el peso la caridad: desde

hoy será el silencio guarda de mi corazón callaré

hablando solo lo preciso, a gloria vuestra, bien del

Page 317: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

prójimo y de mi alma: mi protector en esta hora, será

San Bernardo, ejercitadisimo en esta virtud a fuerza del

trato interior: callaré, Señor, para que vos habléis en

silencio a mi corazón palabras de vida eterna, donde os

espero ver: así sea, por una eternidad.

LIBERTAD A DIOS

OBEDIENCIA

22. En esta hora, Dios mío, os entrego mi

libertad; me la disteis, Señor, como a criatura racional.

¡Qué beneficio! ¡Qué favor! ¡Qué merced! poner en mi

mano el fuego y el agua, la muerte y la vida, el pan y el

cuchillo, el remedio y el daño, gloria eterna, o muerte

eterna. ¡Pero, oh, mi Dios, y que mal usé yo de esta

merced! Lo que me disteis para merecer, lo emplee para

pecar, lo que me disteis para elegir corona, lo dediqué

para elegir ignominia eterna. Libre, me hice siervo de mi

apetito; libre, me hice esclavo del demonio; libre para

serviros, me hice mas libre para ofenderos. ¡Oh, libre

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albedrío, diré con Santa Teresa de Jesús, tan esclavo

de tu propia libertad, si no vives enclavado con el temor

y amor de quien te crío: oh, cuando será aquel día, que

te has de ver ahogado en aquel mar infinito de la suma

verdad, donde ya no serás libre para pecar, ni lo querrás

ser! ¡Oh libertad! Pero ya se acabó para mi. Dios mío,

quiero vivir sujeto en todo y por todo a vos, a vuestra

luz, a vuestra ley, y a la razón; que vivir con espíritu,

esto es libertad. Obediente estaré a mi Prelado, a mi

Director, no haciendo cosa sin su voluntad: mi ejercicio

en esta hora será ponerme todo en manos de la

obediencia, renovarla, cumplirla y vivir obediente hasta

morir, por amor del que obedeció hasta la muerte de

cruz. Será mi protectora Santa Catalina de Sena, tan

dada a esta virtud, que nada hacia sin licencia de su

confesor. Obedeceré yo también, para que cantando en

la muerte victoria, logre palma eterna en la gloria.

TENTACIONES A DIOS

TEMOR

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23. En esta hora, Señor, os entrego mis

tentaciones. No os pido que me libréis de ellas, si han

de ser para mi ejercicio, mérito, gracia y coronas; solo si,

que no me dejéis caer en la tentación. Por todas partes

me persiguen, mundo, demonio y carne; esta con sus

apetitos, el demonio con sus engaños, y el mundo con

sus embelesos dentro y fuera, velando y durmiendo tiran

a perderme. ¿Qué hará mi flaqueza si le falta vuestra

gracia, vuestro auxilio, vuestra luz y vuestra piedad? Oh,

Dios mío, no la desmerezca yo con mi mala

correspondencia a vuestras luces, con mi terquedad a

vuestras inspiraciones, y con mi poco reparo en cometer

culpas veniales. no ponga yo el hilo de que se me

prepare el lazo, la enfermedad, de que se me siga la

muerte; no ponga yo aquella disposición última, que sea

para mi ruina la última disposición. Tenedme, Señor,

antes de llegar aquí por vuestro amor, por vuestra

Sangre, por vuestra Madre María Santísima, a quien

desde ahora invoco para no desmerecer esta gracia.

¡Este es mi temor, si la desmerecí ya, o si la

desmereceré parta el tiempo de morir! Oh, Señor, ¿qué

temo, si esto no temo?¿ que lloro, si esto no lloro?

Lloraré a lagrima viva haberla desmerecido, temeré no

Page 320: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

volverla a desmerecer. Este será mi ejercicio en la

presente hora, temor a Dios, a sus juicios; temor de no

oírle, de no corresponderle, de no aplicarme a su

servicio conforme a mi llamamiento. Será mi protector

San Vicente Ferrer, cuya voz continua era, Criaturas

temed a Dios. Os temeré, Dios mío, como a Padre, para

llegar a veros y amaros como hijo por una eternidad.

BENEFICIOS A DIOS

AGRADECIMIENTO

23. En esta hora, Dios mío, os entrego

todos los beneficios que me habéis hecho, generales,

particulares, claros, ocultos, los que sé y los que no sé,

de todos me reconozco deudor por recibidos, mal

usados y poco agradecidos. Agradézcanlos por mí

cuantos corazones justos tenéis en el cielo y en la tierra;

mientras yo reconocido vuelvo los ojos al beneficio de

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Page 321: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

llamarme a penitencia después de haber caído en la

culpa. ¡Oh beneficio! Bien puedo decir me libraste del

infierno inferior y del lazo de los que cazan para una

eternidad. ¡Qué fuera de mí si no me librara vuestra

misericordia! Me hicisteis, me deshice, y me volvisteis a

hacer; me ganasteis, me perdí, y me volvisteis a ganar;

me resucitasteis, me maté, me volvisteis a resucitar;

¿pero cuando? Cuando mas muerto, mas deshecho y

mas perdido os ofendía yo sin ley y sin temor. ¡Oh

bondad sobre toda bondad, que hicisteis motivo de mi

culpa para llamarme a vuestra gracia! ¡Cuantos, Jesús

de mi alma, en este mismo tiempo, y con menos culpas

que yo se perdieron por una eternidad! ¿pues, por qué

ellos perdidos y yo ganado, yo escogido, yo señalado de

vuestra misericordia? ¿por qué de entre tanta multitud

de enfermos se fueron a este solo paralítico vuestros

divinos ojos? No hay respuesta a este porqué, sino

adorar y agradecer: este será mi ejercicio en la presente

hora; mis protectores cuantos santos penitentes

después de pecadores se veneran en la Iglesia; con

ellos os daré infinitas gracias, con ellos lloraré, y como

ellos me enmendaré: prometo, Señor, nunca ofenderos,

primero morir que pecar, así lo haré asistido de vuestra

gracia para agradeceros eternamente en la gloria.

Page 322: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

ALMA A DIOS

ADORACIÓN

24. En esta hora, Dios mío, os entrego mi

alma, vuestra es por todos los títulos de criada,

redimida, justificada y de otros mas: no despreciéis,

Señor, esta obra de vuestro poder, de vuestras manos y

de vuestros auxilios. A vos acudo como reo convicto

delante de su juez; perdonad a quien es vuestro; obró

mal, lo conoce, lo confiesa y lo llora: a vos acudo como

enfermo a su médico: sanadme, Señor, y sanará quien

está ciego, lunático y paralítico, y entre tanta

enfermedad suspira por la salud. A vos acudo como el

ciervo sediento a la fuente de aguas vivas: dadme,

Señor, el agua de la contrición, de las lágrimas y de la

penitencia, que me apague la sed de lo transitorio y me

aumente la de lo eterno. A vos acudo como esclavo a su

Señor, vasallo a su Rey, hijo a su Padre, y criatura a si

Criador; como a tal os adoro, y será en esta hora mi

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ejercicio repetir actos de adoración en espíritu de

humildad y animo de verdadera contrición: os adorará mi

alma como a su principio, centro, bien y último fin, y

protestando vuestra suprema excelencia, os adoraré

también en el cuerpo, como que cuerpo y alma los debo

a vuestra misericordia. Será mi protector en esta hora

San Patricio, que cien veces al día y otras tantas a la

noche os adoraba con alma y cuerpo: asó os adoraré

yo, Dios mío, con todos mis sentidos, hasta que os

adoré con los ángeles en el cielo.

OBRAS A DIOS

PERSEVERANCIA

25. En esta hora os entrego, Dios mío, y

con todo mi corazón, cuantas obras buenas tengo

hechas en este día. Vuelven las aguas al mar de donde

salieron; si algo bueno hay en ella de vos vino; de quien

desciende todo bien, y lo vuelvo a vos sin buscar mas

premio que vuestro divino agrado; y para que lo sean

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Page 324: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

valoradlas con vuestra piedad, rectificadlas con vuestro

amor, ilustradlas con vuestra gracia, suplidlas con

vuestra misericordia, juntadlas con la sangre de mi

Redentor, con los dolores de la Virgen, mi Señora, con

el amor de los serafines, con los suspiros de los

patriarcas, con los deseos de los profetas, con la

fortaleza de los mártires, con la mortificación de los

confesores, con la pureza de las vírgenes, y con la

perseverancia de todos los santos. Esta virtud será mi

ejercicio en la presente hora, la perseverancia en el bien

hasta el fin, para por corona la eterna salvación. Será mi

protector san Miguel Arcángel, a quien suplico me

defienda de los enemigos de mi alma, me asista en los

peligros de conciencia, aliente mi poco fervor, me quite

los estorbos de la virtud, para que perseverando en ella

logre el premio por una eternidad.

VIDA A DIOS

MUERTE

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Page 325: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

26. En esta última hora en que mi cuerpo

se va a entregar al sueño, os entrego, Señor, mi vida,

porque puede acabarse mi vida en el sueño. ¡Cuantos

se acostaron sanos y amanecieron difuntos en el juicio

de Dios y en la eternidad! ¿Luego es posible me suceda

lo mismo esta noche? Pues si lo es, ¿cómo no tiemblo?

¿cómo no lloro? ¿cómo no me prevengo? ¿cómo está

mi conciencia? ¿cómo las cosas de mi familia y casa?

¿cómo me hecho a dormir, sin tener la misma

prevención que para morir? Señor, pequé, habed

misericordia de mí! Dulcisimo Jesús, sed para mi Jesús;

desde ahora para el trance de mi muerte, si sucediere

esta noche, llamo para que amparen mi alma todos los

santos que han sido mis protectores en este día. Madre

mía amantísima de los Dolores, rogad por mí. Ángel

Custodio mío, rogad por mí. San Agustín, rogad por mí.

Santa María Magdalena de mi alma, rogad por mí. Santa

Gertrudis, rogad por mí. Santa Teresa de mi corazón,

rogad por mí. San Joseph de mi vida, rogad por mí. San

Juan de la Cruz, rogad por mí. Jesús, María, Joseph,

Joaquín y Ana, rogad por mí. San Francisco de Asís,

rogad por mí. San Francisco de Paula, rogad por mí.

San Luis Gonzaga, rogad por mí. San Bernardo, rogad

por mí. Santa Catalina de Sena, rogad por mí. San

Page 326: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

Patricio, rogad por mí. Arcángel San Miguel, rogad por

mí; y Vos, Dios mío, por intercesión de tantos, recibid mi

alma, juzgadla con clemencia, sea la sentencia

favorable, para que os vea, os adore y os alabe por toda

una eternidad. Amén.

Sea esta obrita a honra y gloria de la Beatísima

Trinidad, de María Santísima de los Dolores, de su castisimo

esposo San Joseph, de Santa Teresa de Jesús, mi Madre, y a

la utilidad de las almas que desean servir a Dios.

MEDITACIONES

ABREVIADAS PARA TODOS LOS DIAS

DE COMUNIÓN.

PRIMERA

1- Considera a Cristo como Padre, considérate

como hijo, y puesto a sus pies todo el día, repite actos

de amor, obediencia, respeto, confianza y sujeción, que

son los oficios de un hijo para su padre. Haz cuenta que

eres el hijo pródigo, que pobre, desnudo, miserable, ya

vuelve en sí, acude a su casa; pídele que te reciba con

amor, que te eche los brazos de su piedad, que se

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compadezca de tu desnudez, que vista la estola de su

gracia. Prométele no salir ya un punto de su obediencia,

de sujetarte a su ley, de respetar sus divinos juicios, de

amar entrañablemente a un Padre tan tierno y amoroso.

En estas consideraciones debes emplearte todo el día.

SEGUNDA

2- Considera a Cristo como juez; y como reo

convicto póstrate a sus plantas, confiésale de llano

todas tus culpas, confúndete de tu atrevimiento al

cometerlas, avergüenzate de haberle ofendido en su

presencia misma, y con muchisima humildad, pídele

perdón y date a ti mismo la sentencia. Condena tu

corazón a un perpetuo destierro de todo lo criado; tus

ojos a llorar, tu lengua al silencio, tu cuerpo al silicio y

penitencia; y si aún así no se da por satisfecho, que

sentencie su Majestad como gustare, que corte, queme,

abrace aquí, como perdone allá. En estas

consideraciones propias de un reo con su juez debes

emplearte todo el día.

TERCERA

Page 328: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

3- Considera a Cristo Sacramentado como

Pastor, pues lo dice el mismo: Yo soy Pastor bueno.

Hágase el alma ovejita de este divino Pastor, y mansa y

humilde, conózcalo por el traje humano que quiso vestir

para conciliarse nuestro amor, como el pastor que va

vestido con pieles de ovejas para que estas le sigan

mejor, dele infinitas gracias por este beneficio, siga sus

pasos en fe e imitación de su santa vida; oiga los

amorosos silbos, que continuamente va dando en su

corazón, llamándolo a mas perfección de vida; pídale

que la lleve por los pastos y aguas saludables de la

verdadera doctrina, que le defienda del lobo infernal, etc.

y en estas consideraciones vaya empleando todo el día

de la Comunión.

CUARTA

4- Considere a Cristo como a médico, a su alma

enferma, y puesto en su presencia descúbrale todas sus

llagas, miserias y pasiones; especialmente las que mas

le dominan. Dígale lo que el leproso: Señor, si queréis

me podéis limpiar; pues quered por vuestra misericordia.

Dígale lo que el paralítico: Señor, no tengo hombre que

me cure si no me curáis Vos Hombre Dios, que viniste a

Page 329: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

curar a todo el mundo. Recetad, médico de mi alma,

cuanto queráis, que a todo estoy y lo recibiré con gusto.

Con estas consideraciones debe emplearse todo el día

de la Comunión.

QUINTA

5- Considera a Cristo como a Maestro y

considérate como discípulo. Oye sus lecciones,

imprímelas en tu memoria, ponlas en ejecución. Pídele

que te enseñe el A B C de la perfección cristiana, que es

el amor de Dios y del prójimo. Dile con aquel otro

discípulo: Maestro mío, ¿qué haré para conseguir la vida

eterna? ¿para vencerme a mi, a mis pasiones, mis

resabios? ¿qué haré para salvarme en mi estado? Oye

lo que te habla al corazón todo el día. Está pendiente de

su boca, pregúntale en tus dudas, consúltale para todas

tus resoluciones, y ve todo el día empleado en estas

consideraciones.

SEXTA

6- Considere a Cristo como Rey, y luego como

fiel vasallo recíbalo en su casa, dele por trono su mismo

Page 330: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

corazón, puro, limpio y desapegado. Póngase ante su

presencia con grandisima sumisión, ofrézcale

obediencia, ríndale vasallaje, y llame a todas sus

potencias y sentidos para que se le rindan también.

Preséntele memoriales, y pídale gracias, que lo haga

caballero de la cruz en que murió, guardia del Cuerpo

sacratísimo que le ha dado en manjar, exento de toda

culpa grave y leve, etc. y últimamente, que le de oficio,

aunque sea del criado mas bajo e inferior dentro de su

palacio. Jardinero de la Reina de los Cielos, para

poderle presentar flores, la azucena de la castidad, el

clavel de la mortificación, la violeta de la humildad, etc. y

todo el día empléese en estas consideraciones.

SEPTIMA

7- Considera a Cristo como Redentor, y

considera a la alma como palomita, haciendo nido y

morada en sus heridas. Éntrese en las espinas, y

allí pídale la pureza en sus pensamientos; a las de

las manos, y pídale la rectitud en todas sus obras,

luego a las de los pies, y pídale que enderece sus

pasos hacia su Santa Ley. Últimamente en la herida

Page 331: Obras completas Fray José Antonio de San Alberto

de su costado, y vaya allí meditando todo el día,

bebiendo de aquella sangre y agua; pidiéndole

inflame su corazón en amor suyo, que lo purifique

de cuanto sea desagradable a sus ojos, que lo

rectifique, lo conforte, lo serene. En estas

consideraciones debe emplearse todo el día.

EPISTOLARIO