novela de tribu 4 - roehuesos y contempl - justin achilli

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    Madre agit la cabeza, estaba claro que estaba perdiendo lapaciencia con ellos.

    --Cachorros. No sabis qu es esto. Uktena? S de Uktena,espritu poderoso del ro. Pero l est lejos y el Tisza est cerca. Notiene hijos aqu, cmo puede ayudar al Tisza? Con profeca?Ninguna profeca sabe que es esto. Es cosa antigua, incluso losancestros olvidan esta cosa. Yo s slo porque yo hablo con criaturasque huyen del lugar que despierta. Ratas, pjaros, bichos. Ellos sabenms, huyen de eso.

    --No lo entiendes --dijo Julia--. No tenemos eleccin. Es laobligacin que nos ha impuesto la Nacin Garou.

    Madre empez a hablar en hngaro, un largo torrente de palabrasque escupa sin descanso y termin dndole la espalda a la manadapara mirar fijamente la luz parpadeante de la lmpara de aceite, comosi estuviera recordando algo muy antiguo.Halaszl habl muy nervioso, como no queriendo perturbar ms laescena.

    --Bueno, dice que la Nacin Garou est llena de tontos y siemprelo ha estado. Mencion nombres concretos pero no creo que hagafalta traducirlos; adems, son sobre todo Garou de por aqu. Sinembargo dice que os va a ayudar, aunque ha visto a demasiadoslobeznos a los que han mandado a morir para disfrutar hacindolo.

    --Gracias Madre --dijo Carlita--. No eres la primera ancianaRoehuesos que ayuda de mala gana a un puado de cachorros a quelos maten. Mi propia anciana no quera enviarme aqu, pero tampocoes que tuviera mucha eleccin. Adems, eso no es lo importante, aquno se puede escoger, ni t, ni nosotros: No siendo Garou.

    Madre asinti con la cabeza y pareci decidida sobre el tema.--Convocar a otros. Todos los de zona, un consejo. All podis

    preguntar sobre bestia y donde encontrarla.--Bueno --dijo Julia con timidez--. Puedo preguntarle sobre el

    tmulo por el que llegamos? El que parece abandonado. Los Garouque nos enviaron aqu parecen creer que estaba asociado con Atila elHuno y un antiguo tesoro de los Seores de la Sombra.Halaszl puso los ojos en blanco.

    --Tesoro! Si hubiera algo as, ya hace tiempo que lo habranencontrado. Sabes cuntos Seores de la Sombra han peinado estazona buscndolo desde de que se fueron los Colmillos Plateados?

    --Lo llevaron--dijo Madre--. Antes de que llegaran los ColmillosPlateados. Trasladaron a Serbia y escondieron all con otros secretos.

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    Cuidado con cosas secretas, si no se vigilan se infectan y se hacenvenenosas.

    --Genial --dijo Carlita--. Quiz est enterrado donde quiera queest enterrado Jo... bueno, ya sabis, esa cosa Wyrm.

    --No es asunto nuestro --dijo Hijo del Viento del Norte--. Estamosaqu slo por una cosa: destruir el mal que ha despertado.

    Nadie tena nada ms que aadir y todos se callaron pensando enlo que tenan que hacer despus. Grita Caos poda estarse muriendo,no lo saban y no tenan modo de ayudarle. Si la medicina de Madreno funcionaba, qu iban a hacer?

    --Dormir --dijo Madre--. Necesitis dormir. Tengo cama extraarriba. Y mantas para suelo.

    Ojo de Tormenta ya haba vuelto a la forma de loba y se habaacurrucado en el suelo ante el sof como si quisiera proteger a GritaCaos. Antes de bajar la cabeza mir a sus compaeros de manada.--Ro abajo --dijo--. Pronto.

    Todos saban que quera decir. Tenan que viajar a pie hastaSerbia, hasta el corazn del mismsimo Wyrm, y tendran que hacerlosin Grita Caos.

    * * *

    Alguien llam a la puerta cuando Madre estaba subiendo lasescaleras despus de asegurarse de que la manada tena todas lasmantas que necesitaban. Carlita se dio cuenta de que no le hacamucha gracia que hubiera alguien en la puerta. La anciana Roehuesosdud, como pensando si contestar o no, pero luego baj de nuevo lasescaleras y se asom por la ventanita. Pareca confundida pero quitlos cerrojos y abri la puerta.

    Habl en hngaro, algo que son a pregunta, luego abri an msla puerta y medio sali al exterior mirando a su alrededor confusa. Seencogi de hombros y cerr la puerta pasando los cerrojos de nuevo.

    Halaszl la miraba desde el suelo de la cocina y le pregunt algoa lo que la anciana le respondi encogindose de hombros paradirigirse despus a las escaleras. Se par antes de llegar, mirando alsuelo y haciendo una mueca.

    --Qu pasa? --dijo Carlita--. Quin llamaba?--Nadie --dijo Halaszl--. El que llamara se fue corriendo.Madre se miraba el zapato echndole miradas furiosas al suelo.

    Carlita se levant y sali al recibidor, haba un gran charco de agua

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    cubriendo la parte delantera del recibidor y Madre estaba en medio,obviamente disgustada.

    --De dnde viene esa agua? --dijo Carlita.--Agua? --dijo Halaszl levantndose del suelo de la cocina y

    entrando en el recibidor. Vio el charco y se lo qued mirando unmomento como si nunca hubiese visto agua antes. Luego abri mucholos ojos y le grit algo a Madre, sorprendida, la vieja Roehuesos salta la escalera alejndose del agua.

    Al moverse la mujer el charco tambin se movi. Chapote bajoCarlita y Halaszl dirigindose hacia la salita. Carlita se dio la vuelta yvio que el agua se elevaba hacia el techo y tomaba la forma y eltamao de una versin barata de Terminator.

    Pero no era una forma humana, pareca un cruce entre un pezcon pinchos y aletas y la forma Crinos de un Garou. Los ojos bulbososmiraban fijamente a la manada y la boca luchaba por respirar pero por alguna razn no pareca estarse asfixiando. Entonces, en un instante,rpido como el rayo, salt hacia el sof para echarse encima de GritaCaos.

    Ojo de Tormenta se lanz contra l inmediatamente con lasmandbulas apresndole el cuello. Aquella cosa obviamente no era lobastante fuerte para resistir el ataque a la garganta al que le estabasometiendo la loba, pero en vez de caer o siquiera sangrar, se volvi aconvertir en un gran charco chapoteando por toda la habitacin.

    Hijo del Viento del Norte, ahora en la forma Crinos (casi llegaba altecho) intent acuchillar el agua con las garras pero stas slo laatravesaron sin afectar aparentemente al lquido.

    Julia salt a una silla y grit.--Todos fuera del agua! Tengo una idea!Carlita se retir al recibidor tirando de Halaszl hasta que

    estuvieron al lado de las escaleras sin que los pies tocaran lahumedad. Hijo del Viento del Norte cambi a la forma lobo y se uni aOjo de Tormenta sobre el sof.

    Tan pronto como Hijo del Viento del Norte sali del agua, Juliabusc en el bolsillo y sac un artculo de plstico negro y rectangular con dos salientes en un extremo, una pistola paralizadora elctrica. Lometi en el agua y apret un gatillo, unos arcos elctricos repentinoscruzaron la habitacin de inmediato, conducidos por todo el charco enun instante.

    El agua se sec convirtindose en vapor y la bruma se disip por la habitacin. Todos oyeron un grito que se desvaneca en algn lugar

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    lejano cuando algo muri en el mundo de los espritus y chill en elmomento final de la agona, tan alto que lo oyeron en el mundomaterial.

    Madre, de pie en las escaleras, le ense el puo a los restos delagua con el pulgar levantado entre los dedos ndice y medio.

    --Vino del Tisza --dijo Halaszl apoyndose en la pared ybuscando un cigarrillo en el abrigo con las manos temblando--. Hevisto uno de esos antes, yo los llamo Perdiciones de las Inundaciones.Para que llegara aqu, tan lejos del ro, las cosas estn mucho peor delo que hasta yo pens.

    Trag e intent darse fuego con el encendedor, al que parecahabrsele terminado la gasolina. Sin embargo pronto se levant unallama y Halaszl aspir una larga calada.

    --Nos echaron de Budapest --dijo, ahora ms controlado despusde la dosis de nicotina --. No nos van a echar de Szeged. Hasta aquhemos llegado. Os ayudar a cazar al origen de esa cosa y a matarlopara que el ro pueda fluir en paz otra vez.

    _____ 9 _____

    Los Garou de Szeged se reunieron en un aula del campus de laUniversidad Cientfica Attila Jszef. Al parecer, un Garou (un Fianna,ver para creer) era profesor all, enseaba poesa. Mihaly Oreja Largaera uno de los pocos miembros de la tribu celta cuyos ancestrostodava vivan en Hungra y de vez en cuando producan retoosGarou. Era un experto en tradiciones hngaras y un viejo amigo deMadre Srkz y enseguida consegua un aula vaca para las pocasocasiones en que la mujer convocaba un consejo.

    Mihaly salud a la manada cuando llegaron mostrando graninters en cada uno de ellos, al parecer fascinado por tener invitadosamericanos. Julia se esforz por dejar muy claro que ella era britnica.

    --Aqu tengo un fetiche que os resultar muy til--dijo en muybuen ingls mientras sacaba un palo pintado de una especie de ocredesteido y atado con unas cuantas plumas de ave en la partesuperior y en la inferior --. Esto os permitir entender a los otros cuandohablen hngaro. Todo lo que tenis que hacer es sujetarlo y todo loque digan lo entenderis y todo lo que digis, ellos tambin locomprendern.

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    --Qu gran idea! --dijo Julia--. Yo ni siquiera haba pensando enla barrera del idioma para el consejo. Pero por qu no utilizar sencillamente el Garou?

    --Se estn dando otras clases por aqu y no queremos molestarloscon gruidos.

    --Entonces por qu celebramos el consejo aqu? Por qu no enalgn sitio con menos gente?

    --En Szeged? Bueno, est el campo, s, pero todos preferimosquedarnos en la ciudad. Adems --dijo mirando a su alrededor paraasegurarse de que no haba llegado ningn otro invitado antes deseguir hablando--. En un sitio con tanta gente, pocos se arriesgarn ainiciar retos peligrosos. As Madre puede controlar las discusiones msfcilmente.

    --No haba pensado en eso. Un plan muy sutil para una dama tananciana.--No llegas a viejo sin haber adquirido cierta sabidura. Ah, aquest el corts Nagy Pnz, justo a tiempo!

    Mihaly se separ de ellos para saludar a un hombre alto ynotablemente bien arreglado. Halaszl, al lado de la manada, lessusurr, refirindose al recin llegado, que era Nagy Pnz (MuchaPasta), un Morador del Cristal de Budapest que prefera el encantoeclctico de Szeged antes que lo que llamaba la superpobladametrpolis de Hungra. Era un financiero del arte que ayudaba aadquirir piezas nicas para el museo de la ciudad. Tambin era uno delos Garou mejor vestidos que haba visto ninguno de la manada. Lucala ltima moda del estilo europeo: un traje caro hecho a la medida yzapatos de cuero brillante. En vez de saludar a la manada, Pnzprefiri tomar asiento, justo cuando llegaba el resto del grupo.

    Mareen Huele el Mal perteneca a la Camada de Fenris delParque Nacional Kiskunsag, al oeste del pas. Era una medioambientalista radical del Partido Verde que haba llegado a Hungraprocedente de Alemania para intentar despertar la concienciamedioambiental del lugar. Vesta con el estilo funcional que utilizabanlos granjeros y los que pasan mucho tiempo al aire libre.Tambin haba dos Seores de la Sombra, Istvn y Jans, amboshaban venido desde el Parque Nacional Hortobagy, a muchoskilmetros al norte. Eran gulysok, vaqueros. Estaban totalmentededicados a proteger la fauna de la inmensa sierra de la empinada

    puszta. A parte de eso tenan el mismo aspecto que los tpicosSeores de la Sombra, hoscos e introvertidos, contemplando a las

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    otras personas de la habitacin como si los estuvieran catalogando por si fueran rivales en potencia.

    Halaszl susurr que los dos Seores de la Sombra eran unaespecie de renegados de su propia tribu que se negaban a tener tratoscon el Clan del Cielo Nocturno ya que no estaban de acuerdo con supoltica supuestamente negligente sobre la proteccin delmedioambiente hngaro. En su lugar se mostraban de acuerdo conMadre Srkz a cambio de que les ayudara cuando se lo pidiesen,cosa que no haban hecho todava.

    Halaszl haba acompaado a la manada y a Madre desde lapequea casa, pero slo despus de la llegada de Szab y Ferenc,sus dos amigos Roehuesos que tambin vivan en la ciudad. Habanvenido con l de Budapest y les gustaba mucho ms su nuevo hogar.Szab era un msico callejero que cantaba canciones tradicionaleshngaras en las aceras a cambio de dinero mientras que Ferenc erataxista. Los dos juraron proteger a Grita Caos con su vida mientras losotros iban al consejo. Por si haba ms Perdiciones de lasInundaciones que intentaran entrar en la casa, Julia les haba dado lapistola paralizadora. Adems estaban totalmente dispuestos a huir conGrita Caos en el taxi de Ferenc si fuera necesario.

    --Por favor, Madre --dijo Nagy Pnz echndole un vistazo al relojde bolsillo que llevaba--, podemos empezar la reunin? Tengo otrosasuntos que atender.

    --No hay nada ms importante --dijo Madre--. Nuestro destino seva a decidir aqu.

    Los otros se incorporaron en la silla al or esto, cruzaron lasmiradas y luego se quedaron contemplando a la extraa nuevamanada. Si Grita Caos estuviera aqu - -pens Carlita--, ahora estararetorcindose. Se dio cuenta de que Madre ahora hablaba muchomejor, con ms vocabulario. Carlita se pregunt dnde estaba el trucohasta que record que ella (junto con el resto de la manada) estabaagarrando el palo fetiche que les permita entender hngaro.

    --Esta es la Manada que Corre en el Ro de Plata --dijo Madredirigindose a toda la habitacin--; vienen de Amrica pero los haenviado la asamblea de la Forja del Klaive. Vienen con elconocimiento y la bendicin del margrave Konietzko.

    Los dos Seores de la Sombra asintieron con seriedad, estabaclaro que ahora que se haba mencionado el nombre de Konietzko setomaban el asunto mucho ms en serio. Mareen, la Camada deFenris, tambin se mostr ms preocupada al mencionarse el clan de

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    Forja del Klaive, hasta Nagy Pnz pareca impresionado.--Todos sabemos la mancha que ha infectado el Tisza en los

    ltimos aos. El veneno de cianuro de Rumania es slo la seal msclara en el mundo fsico. El mundo espiritual est peor, all, el propioro devora a sus espritus y fluye como una inundacin torrencial haciael sur, hacia Serbia, hacia una bestia que despierta y lo llama.

    No es el espritu del ro lo que responde sino las Perdiciones quelo infectan y se apoderan de su flujo para sus propias y corruptasmanipulaciones. Llevamos demasiado tiempo cerrando los ojos antetodo esto, demasiado seguros de nuestra propia pequeez paraactuar. Qu podemos hacer? Cmo podemos pararlo? Sonpreguntas que no tienen una respuesta fcil as que hemos dejado deplantearlas.

    Eso se ha acabado. Anoche lleg esta manada desde Espaapor medio de un puente lunar.Un murmullo atraves la habitacin.

    --Qu puente? --exigi saber Nagy Pnz--. Cmo abrieron unpuente hasta Szeged, si no tiene tmulo?

    --S que tiene tmulo --dijo Madre--. Uno que cremos perdido yabandonado hace mucho tiempo. Llegaron sobre el ro Tisza, por unpuente al tmulo de Kors.

    --Imposible!--chill Istvn levantndose del asiento--. Si todavafuncionara los Seores de la Sombra lo sabran!

    --No es cierto! --grit Madre obligndole a sentarse con lamirada--. Tus propios ancestros unieron varios espritus al lugar paraevitar que los Magiares y los Cavaros lo encontraran y luego susancestros utilizaron a esos mismos espritus para frustrar a losColmillos Plateados Angevinos. El tmulo sabe cmo guardar sussecretos, hasta de los suyos.

    Istvn farfull algo pero no supo responder. Jans le tir de lospantalones obligndole a sentarse. Se qued mirando a la manadacon expresin inescrutable.

    --Si eso es cierto --dijo Nagy Pnz--, ahora debemos trabajar parareclamarlo.La habitacin entera qued en silencio, todos parecan pensar enesa afirmacin.

    --Qu dijo que fuera tan significativo? --le susurr Julia aHalaszl.

    --Todo el mundo sabe lo que quiere decir: Debemos tomar eltmulo antes de que Konietzko se entere.

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    Los miembros de la manada se miraron con la culpa pintada en lacara. Traan algo ms que noticias de Jo'cllath'mattric a Szeged, lesacompaaban tambin problemas polticos.

    --No podemos --dijo Madre con sencillez despus de darles atodos tiempo para comprender el asunto ellos solos --. El ro estviciado, y la piedra del sendero reposa dentro, es imposible llegar hasta ella sin arriesgar la vida. El tmulo se merece eso?

    --S --dijo Mareen--. Desde luego. Nosotros somos algo pasajero,un tmulo es algo eterno, como nos ha enseado esta manada.

    --Esto... Madre? --dijo Carlita cansada de ser una meraobservadora pasiva.

    Madre la mir, obviamente esperando que continuara.--Comprendo que tienen que tomar decisiones y dems, pero esto

    es una misin y no podemos esperar mucho ms.Madre asinti.--Soy consciente de ello. Cmo podra olvidarlo? S, es hora de

    decrselo a los dems.Todos los ojos se volvieron a clavar en la manada. Las miradas

    de Nagy Pnz y de los dos Seores de la Sombra eran suspicacesmientras que las de Mareen y Mihaly parecan expectantes.

    --La manada ha venido en busca de la fuente de la corrupcin--dijo Madre--. Van a la caza de una bestia que temo nombrar peroque debo decir para que todos lo sepis: Jo'cllath'mattric.

    La respuesta fue de confusin ms que de miedo, excepto por lasbita aspiracin de Mihaly. Obviamente el nombre no resultabaconocido para nadie excepto para el profesor de folclore y Madre.

    --Es algo muy antiguo que despierta ahora --dijo Madre--. Pocoms puedo deciros, pues se ha olvidado mucho. Si llega a liberarse...ser terrible para todos nosotros. Quiz sea el mismsimo Apocalipsis.

    --He odo hablar de l a Konietzko --dijo Jans--. Ha sabido desdehace algn tiempo de su despertar y ha intentado destruir a losservidores de Wyrm antes de que ellos tambin se enteren. Qu seha revelado para que una manada de cachorros venga ahora a luchar contra l?--Fuimos elegidos --dijo Ojo de Tormenta en su forma humanaempuando el palo como los otros --. Una profeca relatada por

    Antonine Gota de Lgrima en la asamblea de la Forja del Klaivepredijo que se necesitaba a nuestra manada y el Uktena nos ha unido.No estamos aqu porque seamos tontos, sino porque es nuestraobligacin.

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    Jans asinti y pareci que senta algo ms de respeto por lamanada. Se volvi a apoyar en el asiento y no dijo ms.

    --Maana la Manada del Ro de Plata debe viajar Tisza abajo enbusca de la fuente de esa corrupcin --dijo Madre--, a la Cloaca queenva poder a la bestia de Serbia. Debemos ayudarlos en lo quepodamos.

    --Yo ya he prometido ir con ellos --dijo Halaszl--. No me echarnde este lugar.

    --Muy valiente--dijo Istvn-- para ser un Roehuesos. No es miintencin faltarte al respeto pero tienes poco que perder. Szeged no esnuestro hogar, hemos pasado mucho tiempo defendiendo la puszta dela plaga del Tisza. No podemos arriesgarnos a dejarlo ahora para ir detrs de algo con lo que ni siquiera Konietzko es capaz de venir aluchar l mismo. Quin va a defender entonces la puszta?

    --Tu querida estepa caer como el resto del mundo --dijo Mareenlevantndose enfadada -- si no se detiene la amenaza antes de que selevante. --Luego mir a la manada--. Os respeto por vuestro valor perohay algo que debo decir: si estis destinados a hacer esto por unaprofeca, entonces podis triunfar o no; no s cmo van a ayudar msguerreros en una misin que ya no dispone del personal adecuado.Tenemos que morir todos tirndonos a las fauces de esa cosa? Por qu no unirnos al ejrcito de Konietzko y enfrentarnos a eso con unaautntica probabilidad de ganar?

    No respondi nadie, ni siquiera la manada pudo responder.Saban que su misin no tena apenas posibilidades. Qu derechotenan a pedirles a otros que se arriesgaran por una profeca que serefera slo a la manada?

    Madre habl:--Debis tomar una decisin. No puedo influir en vuestra eleccin

    (y no lo har). Slo digo que Gaia nos contempla a todos en estosmomentos y ve lo que escogen sus hijos. Os dir mi papel en todoesto, me quedar en Szeged pues soy demasiado vieja para viajar lejos y har lo que pueda para evitar que el Tisza nos ahogue a todos.

    Los otros se ensimismaron en sus pensamientos, cada unodecidiendo como reaccionar ante una decisin tan trascendental.--Yo me quedo en Szeged --dijo Nagy Pnz--. No tengo nada que

    contribuir en Serbia. Debo defender esta ciudad, especialmente sitodava hay un tmulo aqu.

    --Dudo que yo os fuera de ninguna ayuda --le dijo Mihaly a lamanada con aire de culpabilidad--. Temo que ya he dejado atrs los

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    das de los largos viajes a pie. Har lo que pueda para ayudar aprepararos para el viaje.

    --Una vez ms, rindo homenaje a vuestro valor --dijo Mareenadelantndose hacia la manada para mirar a cada uno a los ojos --.Pero no os voy a ayudar. Si el destino os ha escogido para este papel,qu papel hay para m? No he jurado fidelidad a Uktena, sino aFenris. Me unir a las fuerzas de Konietzko para preparar el combateque puede seguir a vuestra misin, rezndole a Gaia para que tengaxito.

    Istvn y Jans se quedaron sentados pensando un rato ms y alfinal sacudieron la cabeza.

    --No iremos. Nuestra obligacin est en el norte, lo que hagis enSerbia va a sulfurar al espritu del Tisza, que va a crear problemas roarriba hasta llegar a nosotros. Nos mantendremos fuertes all ylucharemos contra l. Si, por casualidad vencis, sabed que vuestrosnombres resonarn llenos de gloria en nuestros aullidos.

    Se levantaron y se dirigieron a la puerta, Jans se par y mir aOjo de Tormenta.

    --No importa lo que ocurra, has de saber que te tengo en granestima. --Luego se fueron los dos.

    Mareen tambin sali con aire culpable pero tambin triste, comosi compadeciera a la manada y deseara ocupar su lugar.

    Nagy Pnz se puso en pie y se estir el traje.--Gracias, Madre, por convocarnos. No nos reunimos con la

    frecuencia suficiente. Si hay algo que necesites de m, no dudes enllamarme. Preparar la defensa que pueda para los espritus de estaciudad, tanto tiempo sitiada por el ro, a un tiempo bendito y enfadado--salud a la manada con la cabeza y dej la habitacin.

    Madre suspir y se encogi de hombros.--No esperaba otra cosa. Somos demasiados pocos. Si hubiera

    ms jvenes, se mataran por unirse a la cruzada. Cielos, somos todostan viejos. --Se sent en una silla y cerr los ojos.

    Halaszl le dio un golpecito a Carlita en el hombro y le hizo ungesto al resto de la manada.--Vamos, salgamos al aire libre. Os ensear la ciudad el resto delda que nos queda.

    La manada dej el palo en una mesa, dieron las gracias alprofesor y siguieron a Halaszl fuera de la sala.

    * * *

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    Cuando hubo desaparecido el sonido de sus pisadas, Mihaly sedirigi a Madre.

    --Qu vas a hacer ahora?--Lo que esperaba no tener que hacer, pero me temo que ahora

    no me queda ms remedio que hacer. Me pondr en contacto conKonietzko y le dir lo del tmulo de Kors.

    --Eso slo har que enve a Seores de la Sombra para que loreclamen.

    Madre suspir.--Ya lo s. Pero qu otra cosa lo podra rescatar ahora del

    Tisza? El pobre Nagy Pnz codicia el tmulo, pero los espritus de suciudad no tienen el poder suficiente para resistirse al Tisza y entregar la piedra del sendero. No, el nico lo bastante poderoso para hacerloes el clan de Konietzko.--Recuerdas lo que le hicieron a Halaszl? Le obligarn atrasladarse otra vez.

    --Veremos. Ya veremos.

    _____ 10 _____

    Mientras Halaszl enseaba Szeged a la manada, la luz del dales permita ver bien a los habitantes de la ciudad. Cerca de launiversidad haba sobre todo gente joven, vestidos como la mayorade los adolescentes y adultos jvenes de la mayor parte de lasciudades europeas de estos tiempos, es decir, muy parecidos a losamericanos. Al irse alejando de la universidad vieron cada vez msrepresentantes de la clase trabajadora local, hombres y mujeres denegocios bien vestidos y conductores de reparto y trabajadoresvestidos de una forma ms funcional. Y, claro est, turistas de todo elmundo e incluso Amrica.

    No lejos de la universidad se encontraba el Dm tr, una plazaenorme flanqueada por iglesias gticas, columnas, bustos y estatuas.Era medioda y oyeron un maravilloso repique de campanas no lejosde all. Halaszl se ech a rer.

    --Justo a tiempo para el reloj musical. Veis? --seal al otro ladode la plaza a una fuente de agua con figuras que se movan, de ahvena la msica. Los turistas se agolparon a su alrededor mientras

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    repicaba el anuncio del medioda. Halaszl pareci desilusionarsecuando el espectculo slo evoc unas dbiles sonrisas en las carasde la manada --. Vamos por aqu, al museo. --Le siguieron sin hacer ningn comentario, cada uno aparentemente ensimismado en suspropios y agitados pensamientos.

    Mientras dejaban la plaza, Carlita contempl a un grupo deturistas americanos con nios que se rean de las figuras del reloj yenvidi su ignorancia de la guerra que les rodeaba en el mundoespiritual, pero tambin les odi por ello. Si supieran algo del Wyrm noharan cosas para seguir mantenindole.

    Halaszl les gui a una inmensa va pblica plagada de edificiosbarrocos y clsicos, tiendas y bancos sobre todo. El museo mismoreposaba en una zona verde a la orilla del ro, casi directamenteenfrente de la costa a la que se haban arrastrado la noche anterior.

    Julia par y mir al parque que les rodeaba.--Oye, Halaszl, podemos pasear por all un rato? Hoy no meapetece meterme en un museo lleno de polvo.

    --Vale, claro --dijo Halaszl encogindose de hombros --. Sloquera ensearos esto. Pens que os gustara ver el museo, lamayora de los americanos vienen aqu.

    --Bueno, no somos los turistas de siempre --dijo Carlita--, perogracias de todas formas.

    --Vamos arriba, al Szchenyi tr --dijo Halaszl--. Es mi sitiofavorito. Pasamos por all la otra noche, pero se ve mejor durante elda.

    Todos asintieron y le siguieron las pocas calles que les separabandel parque interior de la ciudad, ms grande que el otro y que seextenda por unas manzanas a partir de aquella esquina. Halaszl lesllev hasta un banco que haba bajo un castao y desde donde podancontemplar el hermoso ayuntamiento de color amarillo brillante. Luegoseal hacia dos fuentes.

    --El ro Tisza, "Bendito y enfadado". Nos da y nos quita; muchasde estas estatuas conmemoran a esos kubikosok que trabajaron paraque siguiera siendo bendito.--Tengo la sensacin que se desborda mucho, verdad?

    --Pues s --dijo Halaszl--. Antes, pero hace muchos aos que no.Pero no puedo decir que pasar si no se cura pronto. Temo mirarlodesde la Umbra.

    --Esa cosa, la Perdicin de las Inundaciones, que nos atac --dijoCarlita--. Dijiste que ya habas visto una antes. Qu son?

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    --No lo s. No s seguro. Creo que representan el intento del rode desbordarse, de viajar ms all de sus orillas, cosa que no puedehacer. La tecnologa humana (la obra de esos ingenieros kubikosok)--seal con la mano las estatuas -- mantiene al ro fsico en su lugar.Pero en el mundo espiritual se retuerce para acudir a la llamada deSerbia. Se resiste, pero hasta su resistencia est viciada.

    --Quiz intentaba advertirnos --dijo Julia--. Quiz no quera hacer dao a Grita Caos sino ayudarle, o incluso avisarnos sobre la situacindel ro.

    Halaszl neg con la cabeza.--Lo dudo. Quiz antes, cuando sus espritus no estaban

    corrompidos pero no ahora. El Tisza ahora est enfadado y quiereahogar al que lo toque.

    --Entonces debemos esforzarnos para no tocarlo maana --dijoJohn Viento del Norte--. Tenemos por delante un largo viaje por susorillas y no lo podemos hacer slo en el mundo fsico. El peligro sermuy grande.

    --Qu quieres decir? --dijo Carlita frunciendo el ceo--. Por quno podemos ir a donde tengamos que ir slo por el mundo material?

    --Y cmo sabremos que llegamos a nuestro destino? --dijo Hijodel Viento del Norte--. Tenemos que encontrarlo nosotros solos conlas pistas que nos d. Y esas pistas no van a estar en este mundo sinoen la Umbra.

    --Mierda --murmur Carlita--. Pero Julia dijo que haba unaCloaca al otro lado!

    --S --dijo Julia--, pero John tiene razn, quiz ro abajo no esttan mal.

    --Va a estar peor --dijo Hijo del Viento del Norte--. La nicamanera de saber la causa de la corrupcin es encontrndola, y no va aser un cuadro muy bonito.

    Ojo de Tormenta que haba seguido todo el intercambio en unsilencio hosco y en forma humana, habl entonces:

    --Por qu no hacis ms que hablar, hablar, hablar? Ya loveremos demasiado pronto y la charla no va a derrotarlo antes.Eso les hizo callar. Se quedaron sentados en el banco, incmodosy contemplando la suave brisa que meca los castaos.

    --Bueno --dijo Halaszl rompiendo el silencio por fin--. Quintiene hambre?

    * * *

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    El resto de la tarde y la velada fueron tranquilas. Volvieron a casade Madre para asegurarse de que Grita Caos estaba bien y no vieroncambios en la condicin de su amigo. Halaszl les present una granvariedad de cocina hngara (prklt, estofado hngaro muycondimentado y gulysleves, sopa de ternera) y les ayud a preparar las bolsas y a reunir provisiones para la larga caminata. Madre les dioa cada uno una bolsita de cuero con hierbas y afirm que el aroma dela hierba evitara que se les cansaran las piernas.

    Luego se acurrucaron en las mantas extendidas en el suelo de lacasita de Madre e intentaron dormir.

    Ojo de Tormenta no tuvo ningn problema para dormirse deinmediato. Haber nacido loba tena sus ventajas, una de las cuales erauna decidida falta de ansiedad por el futuro; saba que iba a necesitar descanso para el trabajo que se les avecinaba, as que se lo procur.John Hijo del Viento del Norte tampoco tuvo muchos problemaspara dormir. Saba que necesitaba recuperar fuerzas as que le rez asus ancestros espirituales y a Gaia para que le concedieran undescanso reparador. Y con ese consuelo enseguida estaba durmiendotranquilamente, sin ni siquiera roncar.

    A Julia y Carlita les cost ms, cada una de ellas intentabaencontrar el mejor plan de caza para el da siguiente pero la falta deconocimientos haca que fuera casi imposible prevenir nada. Es ms,la preocupacin por Grita Caos y si saldra alguna vez del coma (o sivivira para contarlo) las mantena despiertas y dando vueltas sinparar. Slo despus de que Julia se diera cuenta de que la cura paraGrita Caos exiga que se enfrentaran a su causa (que les esperaba roabajo) pudo la chica olvidarse de sus preocupaciones y dormir.

    Carlita fue la ltima en quedarse dormida e incluso entonces susueo estuvo lleno de medio pesadillas que la hacan despertarse degolpe varias veces. Pero antes de poder examinar sus sueos enbusca de alguna pista espiritual, se desvanecan de su recuerdodejndola luchando para volver a dormir.

    * * *

    Se fueron a la maana siguiente. Madre les hizo palacsinta(tortitas) y les inst para que no se preocuparan por Grita Caos. Levigilara ella con la ayuda de Szab y Ferenc y jur que tendran quematarla a ella antes de que un atacante le tocara un pelo a Grita Caos.

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    --Yo ensear que esta vieja todava tiene mucha lucha dentro, sise atreven a venir.

    Cogi a Halaszl por los hombros y le dio un beso en la mejilla altiempo que le deca algo en hngaro que hizo sonrer al hombre.

    Luego los empuj fuera de la casa y cerr la puerta detrs deellos, su forma de decir que se pusieran en camino.

    Halaszl les llev por el Semmelweis utca por calles apartadas yluego les acerc ms al ro para seguir su curso hacia el sur por elcampo.

    Slo haba unos kilmetros hasta la frontera con Serbia y Halaszladmiti que no haba estado nunca all y no saba si habra alguienvigilando la frontera en el campo, lejos de las carreteras.

    --No estoy segura de que debamos arriesgamos --dijo Julia--. Lasfuerzas de la ONU, podran estar vigilando quin entra y sale. Y esentonces cuando deberamos pasar al otro lado.--Qu?! --dijo Carlita--. Ests loca? Te acuerdas de lo quepas la ltima vez? Vamos a estar luchando a cada paso.

    --Ningn momento mejor que el presente para averiguarlo --dijoJulia--. Podramos pasar ahora mismo. Adems va a ser cada vezpeor cuanto ms ro abajo vayamos. As por lo menos averiguamoscontra qu nos enfrentamos. Vamos, yo guo.

    La manada se reuni dudosa a su alrededor mientras ellaactivaba la PDA y converta la pantalla en un espejo. Se lo quedmirando como si soara despierta, mirando hacia el lejano horizonte.El mundo empalideci a su alrededor, se desvaneci y la materia diopaso a las caractersticas del mundo espiritual. Se pusieron enposicin defensiva, listos para rechazar a cualquier Perdicin que leshubiera estado siguiendo o que les hubiera visto desde el ro.

    Nada. Aunque el Tisza ruga con un aullido tan sonoro como una

    catarata que cayera justo a su lado no haba ninguna criatura a lavista. El ro se lanzaba hacia adelante dentro de sus orillas, mssalvaje y con ms espuma que en el mundo fsico pero sin duda mstranquilo que la noche de su llegada. Se asomaron al agua intentandodistinguir las cosas que flotaban en la superficie y luego apartaron lamirada asqueados cuando reconocieron lo que eran: cadveres deespritus, huesos de animales etreos cuyas personalidades habandesaparecido pero a los que se les haba impedido desvanecerse parareaparecer en algn otro lugar de la Umbra. Cada uno de ellos era unaespecie de cripta, incapaz de moverse o actuar pero sin embargo

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    consciente de su propio estado torturado y paralizado.--Es monstruoso --llor Julia cerrando los ojos con fuerza y

    gritando para que la oyeran por encima del rugido del ro--. Algo que lehara eso a un espritu est... ms all de la redencin.

    Ojo de Tormenta gruy profundamente, desesperada por aullar suira y su pena pero con miedo de lo que podra atraer un gesto as.

    Aqu tenan que caminar con cuidado, no se fueran a convertir enhuesos ellos tambin.

    Hijo del Viento del Norte se qued quieto pero temblaba de ira,luch por contener su rabia y slo la pudo controlar prometindose a smismo que, tan pronto como encontrara al que haba hecho esto,dejara escapar toda su ira y causara autnticos estragos.

    Carlita estaba ms triste que enfadada, quera ayudar a losespritus pero el ro se los llevaba demasiado deprisa y habademasiados. No le resultaba extraa la sensacin de impotencia alcontemplar unos crmenes tan terribles, toda su tribu conoca esafrustracin de forma ntima.

    --Venid --dijo Halaszl--. Deberamos movernos, antes de que sedespierte algo.

    --Crees que las Perdiciones estn durmiendo? --dijo Carlitasiguiendo a Halaszl por la orilla. Los otros desviaron la atencin delTisza para concentrarse en caminar.

    --S. La luna las perturba. Se ponen ms furiosas por la noche.No sola ser muy recomendable caminar por el mundo de los

    espritus de da, cuando la luna estaba escondida, lo que permita quetodo tipo de Perdiciones rondaran con toda libertad, pero lo que decaHalaszl tena sentido. El nico respiro que les daba la luna a lasPerdiciones era durante el da, as que utilizaban ese momento parareponer las energas perdidas.

    --Ahora est claro --dijo Julia--. Algo est tirando del ro,hacindole fluir ms rpido de lo que quiere.

    Siguieron caminando, todos ellos inquietos por el atronador sonido del catico ro pero agradecidos que no les saltara nadaencima.En cierto momento, Ojo de Tormenta se par y agudiz el odoapartndolo del ro, como si escuchara algo.

    --Os eso?Todos se pararon y se esforzaron por or algn sonido adems del

    veloz torrente, pero no consiguieron distinguir nada.--Qu es? --dijo Julia.

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    Ojo de Tormenta sacudi la cabeza.--Ya no lo oigo...--Esperad! --dijo Hijo del Viento del Norte--. Algo... all, lejos...

    llamndome.--S --dijo Ojo de Tormenta--. Pens que haba odo mi nombre...--Mierda --dijo Carlita--. Eso es lo que pas la ltima vez, cuando

    esos murcilagos atacaron a Grita Caos! --Examin el cielo oscuro enbusca de alguna seal de movimiento.

    --Se ha ido --dijo Hijo del Viento del Norte--. Ya no lo oigo.--El ruido del ro no se acaba de hacer ms fuerte? --dijo Carlita.Ninguno estaba seguro, todos se quedaron all un rato intentando

    or sus nombres de nuevo pero el sonido del ro ahog todo lo dems.--Mirar --dijo Carlita--. Esto es bastante siniestro. Sea lo que sea

    lo que nos est llamando, yo no pienso contestar.--Probablemente tienes razn --dijo Julia--. Vamos a seguir.El resto asinti y reanudaron la marcha pero ahora incluso con

    ms cautela que antes. Ahora se turnaban para mirar a todas partespor si lo que les llamaba vena de otra direccin que no fuera el ro.

    Despus de caminar una hora, Carlita les pidi que pararan denuevo hacindoles gestos con urgencia para que se acercaran ms yella pudiera hablar sin tener que gritar.

    --Debemos estar ya en Serbia. No se curva el ro un poco msarriba?

    --S --dijo Julia--. Ya lo he notado.--Se est dirigiendo ms hacia el oeste --dijo el Hijo del Viento del

    Norte.--No creo que haga eso en el mundo material --dijo Halaszl--. S

    que se curva hacia el oeste en algn momento, pero desde luego notan cerca de la frontera.

    --Es mucho ms que una simple curva --dijo Ojo de Tormenta conla mirada fija en el ro--. Hay algo desvindolo a propsito.

    Todos miraron pero no podan ver tan lejos en la oscuridad. Hijodel Viento del Norte cambi a la forma Lupus y contempl el punto quepareca mirar Ojo de Tormenta.--S --dijo--. Hay algo all, algo blanco.

    --Que le jodan --dijo Carlita--. Yo no me voy a quedar atrs.Ella tambin cambi a la forma Lupus y con la aguda visin de

    esa forma vio algo plido a lo lejos, algo contra lo que claramente seestaba estrellando el ro.

    Julia y Halaszl tambin cambiaron a la forma de lobo y la

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    manada se acerc ms con cautela, ahora todos a cuatro patas. Al acercarse ms la palidez result ser una especie de presa. El

    Tisza se estrellaba contra ella pero no poda saltarla as que giraba ala izquierda (hacia el oeste) y flua por un curso nuevo, diferente del desu equivalente fsico. Pero la divisin del espritu y la materia no selograba sin provocar daos. All donde flua el ro el agua se hacacada vez ms negra y aceitosa, ms parecida a una mancha de aceitemvil que a un ro.

    Al aproximarse a la presa se dieron cuenta de que la palidezprovena de la masa de huesos blanquecinos que se apilaban a todolo alto y largo, y que atravesaban el curso original del ro. Miles dehuesos, espritus de animales muertos (peces, pjaros, hasta perros ygatos) que estaban colocados en una estrecha formacin quebloqueaba todos los intentos del Tisza para destruirla.

    Peces espritus todava vivos se vean arrojados del curso del roy se hundan cayendo en medio del dolor y la agona de asfixiarselejos de la humedad del ro.

    La manada se qued paralizada cuando vieron una formalevantarse de un agujero al otro lado de la presa. Una masa deformemezcla de pez y lobo (una Perdicin de las Inundaciones) se escabullsobre la presa para agarrar el pez varado. Aqu, en el mundoespiritual, tena ms sustancia, no era una simple forma de aguaesculpida sino una cosa hecha de carne, aletas y escamas. Mientrasla manada lo contemplaba, la forma se trag entero al pez espritugorgoteando mientras lo haca desaparecer garganta abajo. Luegomir por all buscando ms y cuando el ro no le lanz ningn otroespritu fresco volvi a desaparecer arrastrndose por el agujero.

    Cuando se fue, Carlita dej escapar el aire que haba estadoconteniendo y al hacerlo aspir un soplo de su olor, lo bastante fuertepara atravesar un ro torrencial. Era tan ftido y podrido que leapeteci meter la nariz en el ro para lavarla, pero saba perfectamenteque no poda.

    John Hijo del Viento del Norte fue el primero en hablar.--Tenemos que romper esa presa.--Est matando el ro --dijo Julia--. Lo est ayudando a dirigirse

    hacia Jo'cllath'mattric. Si podemos hundirla quiz el ro vuelva a fluir bien y no le de tanto poder a la bestia Wyrm.

    --Cmo lo hacemos sin tener que luchar contra esas cosas?--dijo Carlita.

    --No podemos --dijo Ojo de Tormenta--. Preparaos para luchar. Y

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    morir si hace falta.--Pero viste lo que pas la ltima vez que nos enfrentamos a una

    de ellas, no todos tenemos paralizadores!--Esto es la Umbra --dijo Julia--. Aqu nos deberan bastar las

    garras. Te diste cuenta de que este tena ms sustancia? Hastapoda olerlo!

    --Tiene que haber una manera mejor --gimote Halaszl--. Nopodemos rodear la presa sin que nos vean y mirar si tiene algn puntodbil? Quiz podamos destrozarla o mejor an, quitarle una parte paraque el resto se venga abajo...

    --Merece la pena intentarlo por lo menos --dijo Carlita--. Antes deir a ganarnos unas cuantas cicatrices de batalla deberamos por lomenos echarle un vistazo a eso. No tenemos ni idea de cuntas deesas cosas hay en esa presa.

    --Estoy de acuerdo --dijo Julia--; vamos a acercarnos y ver lo quehay al otro lado antes de empezar a atacar nada.Ojo de Tormenta e Hijo del Viento del Norte asintieron y la

    manada se movi junta en un gran arco rodeando la presa paraacercarse a ella desde atrs. Al acercarse no consiguieron ver ningunadiferencia de importancia en la parte de atrs. Era una construccininmensa de huesos apilados que no tena ninguna otra caractersticaespecial a parte de un manchn negro sobre la parte de arriba queestaba claro que era el agujero por el que haba salido la Perdicin.Era una abertura bastante amplia, desde luego lo bastante grandepara que cupiera un Garou en la forma Crinos.

    --Yo digo que nos metamos en el agujero --dijo Hijo del Viento delNorte--. Tiene que tener algn sitio dentro, desde este lado esdemasiado grueso para reventarlo sin ms.

    --Espera un segundo --dijo Carlita--. Vamos a pensarlo. Julia, esposible, quiz, romper algunos de esos huesos y hacer que se disipenlos espritus? Podramos provocar una reaccin en cadena.

    Julia lo pens un momento.--Podramos intentarlo, pero podra atraer la atencin de algo y

    puesto que ni siquiera s lo que est haciendo que permanezcan ensu forma muerta, no puedo ni empezar a formar una teora sobre cmoromperlos, excepto con las garras, quiz.

    --Si eso falla --dijo Ojo de Tormenta-- vendran las Perdiciones yno entraramos jams. Yo digo que vayamos ahora, antes de que nosconozcan.

    Carlita no vio otra opcin, haba esperado que apareciera otra

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    cosa pero pareca que no tenan eleccin.Halaszl temblaba y esconda la cara en las manos moviendo la

    cabeza hacia delante y hacia atrs murmurando algo en hngaro.--Oye, tranquilzate --dijo Carlita ponindole la mano en el

    hombro--. Si superamos esto y reventamos esa presa tu futuro estarlleno de sopa de pescado.

    --Ja --dijo Halaszl asomndose entre las manos --. Si es unapalabra muy grande ahora mismo, y despus de ver esto estoypensando en que a lo mejor me cambio el nombre.

    --Vamos --dijo Ojo de Tormenta--. Ahora!La loba salt dirigindose directamente al agujero oscuro. Hijo del

    Viento del Norte estaba justo detrs de ella.Carlita dud slo un momento, lo justo para agarrar a Halaszl por

    el cuello y arrastrarle detrs del resto de la manada mientras cambiabaa la forma Crinos y coga la daga de colmillo con la otra mano.--Venga, chavalote! Vamos a pillar unos cuantos huesos paraestos perros!

    _____ 11 _____

    Ojo de Tormenta hizo una pequea pausa fuera del agujero paraolisquearlo y luego se hundi en l. Hijo del Viento del Norte no lodud un momento y salt con los pies por delante con la voluminosaforma Crinos. A Carlita no le gustaba ser la ltima pero el resto yahaba saltado antes. Julia se desliz por la abertura en la forma Lupusen el instante en que Carlita llegaba all con Halaszl justo detrs deella. l, al igual que Carlita, estaba en la forma Crinos.

    Mientras se deslizaba por el agujero y aterrizaba en el tnel dedebajo, los otros ya haban formado un muro defensivo alrededor de lahendidura. Ojo de Tormenta se asom en ambas direcciones (derechae izquierda) olisqueando en busca de pistas que les indicasen qucamino tomar.

    El suelo estaba lleno de charcos pero parecan llenos de aguanormal, no la carne espiritual sin forma de una Perdicin de lasInundaciones. Halaszl meti una garra en uno de los charcos y loagit, slo para asegurarse, pero no hubo ninguna reaccin ms alldel remolino de agua alterada que era de esperar.

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    Ojo de Tormenta se puso a la derecha seguido de Hijo del Vientodel Norte. Carlita fue la siguiente, ya que Julia se haba abierto paravigilar el flanco izquierdo al entrar en el tnel. Ahora se volvi y empuja Halaszl delante de ella, pero camin con cautela, constantementependiente del tnel que haba detrs de ellos.

    El rugido del ro quedaba ahora ms distante, como si lobloqueara la masa de huesos. Julia se arriesg a susurrarles unmensaje por encima del tecleo y del goteo de fondo que se filtraba por las paredes.

    --Creo que estamos en un sub-reino. Este sitio podra ser msgrande por dentro que por fuera.

    El pasadizo se inclin hacia abajo y termin en un cruce connuevos pasadizos a izquierda y derecha. Una vez ms Ojo deTormenta olisque el aire buscando el rastro de las Perdiciones de lasInundaciones. Luego volvi rpidamente al pasadizo original y cambia la forma feroz Hispo, con el pelo de la nuca ponindosele de punta.Los otros saban lo que eso significaba y se prepararon para atacar alo que apareciese por la esquina.

    Momentos ms tarde entr en el tnel una Perdicin de lasInundaciones con las aletas de los pies chapoteando en los charcosruidosamente. Se par cuando los vio, los ojos enormes y muyabiertos, la mano agitndose de sorpresa y miedo.

    Ojo de Tormenta se lanz encima inmediatamente clavndole lasinmensas mandbulas de la forma feroz en el cuello. El peso inmensode la loba abati a la Perdicin sin prcticamente lucha, reson unchasquido por todo el tnel y las manos dejaron de hacer de gestos.Ojo de Tormenta le liber el cuello, que ahora colgaba hacia atrs enun ngulo imposible, claramente roto. La carne espiritual empez aevaporarse, colgando en el aire estancado un momento antes dedesvanecerse en la nada.

    Hijo del Viento del Norte pas por delante de Ojo de Tormenta yse puso en cabeza. Gir a la izquierda (la direccin por la que habavenido la cosa aquella) y les hizo gestos para que le siguieran.Siguieron sigilosamente por el siguiente tnel, estrecho y hmedohasta que tambin se dividi, con dos pasadizos nuevos que llevabanhacia abajo en direcciones opuestas.

    Sin ninguna pista aparente sobre cual era la mejor ruta, Hijo delViento del Norte gir a la izquierda otra vez, suponiendo que sera msfcil recordar el camino si escogan una direccin consistente. Ahoraestaban totalmente a oscuras y todos confiaban en sus sentidos para

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    que les guiaran y les informaran sobre la localizacin de los otros.--Yo ya no puedo seguir --dijo Julia--. No estoy tan bien entrenada

    para moverme en la oscuridad como vosotros, cabras montesas.--Sac la PDA y lo encendi. El resplandor tenue de la pantalla iluminel pasillo proporcionndoles la suficiente luz para que se vieran.

    --Ponlo en el medio --dijo Ojo de Tormenta con la voz Hispobronca y gutural--. La bloqueamos con el cuerpo.

    Siguieron adelante, los bultos de Hijo del Viento del Norte y Ojode Tormenta evitaban que buena parte de la luz se transmitierademasiado lejos para no alertar a ninguna Perdicin de la intrusin deluz extraa.

    --No veo ninguna debilidad en estos muros --susurr Carlita--.Slo se estn haciendo cada vez ms fuertes. Si esto es un sub-reinoquiz no podamos romperlo.

    --Pero quiz averigemos qu es lo que est manteniendo a losespritus unidos a sus huesos --dijo Julia.Hijo del Viento del Norte se detuvo de golpe y les hizo un gesto

    con el brazo para que pararan. Se qued quieto, olisqueando el aire, aligual que Ojo de Tormenta. Luego se meti sigilosamente en lo queahora Carlita vea que era una sala ms grande, una cueva circular sinpasadizos que partieran de ella, un punto muerto.

    Pero en vez de slo huesos haba unos globos extraos, de unblanco lechoso, esparcidos por el suelo y apilados en grupos.

    --Agh --dijo Halaszl cuando entr--. Huevos de pescado.Carlita se acerc lentamente a uno intentando verlo mejor. Debajo

    de la piel opaca del huevo haba algo que se retorca. Algo con aletasy escamas.

    --Perdiciones de las Inundaciones, aqu es donde salen de loshuevos.

    Ojo de Tormenta no pudo evitar soltar un gruido mientras mirabaa los otros y luego otra vez a los huevos. Todos la entendieron.Siguiendo su ejemplo, cuando Ojo de Tormenta se lanz todossaltaron hacia un grupo diferente y rasgaron los huevos con las garras.

    Las Perdiciones se agitaron y lucharon pero murieron enseguida,demasiado dbiles para soportar la matanza. Una momentneapunzada de culpabilidad ba a Carlita mientras rebanaba otro pez-cosa, pero se record que no eran bebs, eran monstruos. No eranfruto de Gaia sino de los venenos que fluan por el ro; probablementehaban sido verdaderos huevos de espritus pez en algn momentopero desde entonces se haban contagiado del lodo txico y se haban

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    deformado para convertirse en Perdiciones.Slo les llev unos minutos matarlos a todos y luego Ojo de

    Tormenta sali decidido de la sala sin prestarles ms atencin a loshuevos machacados. Los otros le siguieron en el mismo orden quehaban tomado al principio.

    Cuando llegaron de nuevo al cruce, siguieron adelante, lo quehabra sido un giro a la derecha a partir de su direccin original.

    Aqu el suelo estaba ms inclinado, pareca que se estabandesplazando por debajo de la superficie, quiz hacia el mismo lechodel ro.

    Muy pronto vieron una luz oscilante en las paredes del tnel quetenan por delante, como si se reflejara a travs del agua y provenade una sala que haba ms adelante hacia su izquierda. Redujeron elpaso y avanzaron con mucha cautela. A la entrada de la habitacin,Ojo de Tormenta se asom y retir la cabeza inmediatamente. Leshizo un gesto para que volvieran atrs por el pasillo y luego lessusurr.

    --Diez Perdiciones de las Inundaciones. Comiendo espritus.Ventana al ro. Miran como llegan nuevos espritus, arrastran contra suvoluntad.

    --De qu est hecha la ventana? --pregunt Carlita.Ojo de Tormenta lade la cabeza confundida y se encogi de

    hombros.Lgico - -pens Carlita--, Qu iba a saber un Lupus de

    materiales de construccin?--Si es cristal --les dijo a los otros-- quiz podamos romperlo y

    dejar que entre el ro. Una fuerza as tiene que inundar la presa yreventarla.

    --Es el nico plan que he odo hasta ahora --dijo Julia, los otrosasintieron.

    --T rompe ventana --le dijo Ojo de Tormenta a Carlita--. Nosotrosmatamos Perdiciones.

    Les gui de nuevo a la entrada y despus de mirar por encima delhombro para asegurarse de que estaban todos listos irrumpi en lasala.

    Las Perdiciones estaban desperdigadas, rasgando con dientesafilados cadveres hinchados de animales, espritus vctimas de lasinundaciones. Parecieron totalmente sorprendidos por el repentinoasalto.

    Ojo de Tormenta tir al suelo uno grande y le mordi la garganta

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    con sus poderosas mandbulas. Hijo del Viento del Norte se lanzcontra otro metindole el puo de garras totalmente en el estmago ysacndoselo por la espalda, partindole el espinazo de un golpe. Juliautiliz la sorpresa provocada por este ataque repentino para deslizarsedetrs de un tercero que se haba dado la vuelta para presenciar a sucompaero caer ante el guerrero Wendigo. La loba le barri con lasgarras desde la cabeza a la cola, arrancndole trozos de carne comocuando un pescador limpia lo que ha cogido.

    Halaszl dud en la puerta, sin saber a cual atacar. Estabaobviamente muerto de miedo y no estaba acostumbrado a un ataquetan crudo. Pareci adquirir valor con el sorprendente golpe de Hijo delViento del Norte, as que se meti de un salto en la sala y clav losdientes en el brazo de una Perdicin intentando descoyuntrselo.

    La Perdicin no pareci sentir dolor y sin prestar atencin a losesfuerzos de Halaszl, sac una garra y le lacer el hocico. El lobogimi pero no le solt, tirando con ms fuerza incluso. Se oy un ruidoseco cuando el brazo de aquella cosa se disloc del hombro, pero losmsculos todava lo unan al torso. La Perdicin abri las fauces ymordi a Halaszl, que solt el brazo e intent esquivarla en el ltimominuto. Los dientes le cogieron la oreja y se la arrancaron cuando ellobo salt a un lado.

    La Perdicin trag la oreja y emiti un gorgojeante y extraosonido de satisfaccin mientras se precipitaba a pegarle otro mordiscoal Garou huido.

    Carlita pas corriendo al lado de todo esto hacia la ventanasituada en un ngulo torcido de la pared. Pareca un parabrisas (quizrescatado de algn coche accidentado que haba cado al ro) ahoracolocado con firmeza entre los huesos.

    Estir la pierna hacia atrs y le dio una patada con toda la fuerzade su forma Crinos, y le rebot el pie. Nada. Se dio cuenta de que lafuerza del ro trabajaba al otro lado en su contra. Era imposible quepudiera sacar la ventana de una patada con toda aquella aguaviniendo en su direccin, era demasiado fuerte. Tena que encontrar alguna forma de arrastrar la ventana hacia ella.Meti la daga de colmillo en el borde de la ventana, araando loshuesos e intentando soltar el cristal. Si bien el cuchillo fetiche rebajabaalgunos huesos, era incapaz de apoyarlo lo suficiente para alcanzar elborde del cristal, ms enterrado en los huesos de lo que habapensado.

    Se volvi para mirar a los otros y sofoc un grito.

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    Las Perdiciones que quedaban (siete por lo menos) se estabanfundiendo formando una nica ola gigante de agua. Justo en elinstante que Carlita se dio cuenta de lo que estaba pasando, la ola seelev y se estrell contra sus compaeros de manadasumergindoles. El agua se lanz ahora contra ella extendindosemientras vena y tragndose toda la habitacin. Carlita aspir una granbocanada de aire y se prepar para el golpe.

    La ola se rompi contra ella y la lanz contra la pared msalejada. Una vez sumergida en la estela abri los ojos y pudo distinguir a lo lejos a sus compaeros, luchaban por golpear el agua pero noparecan hacerle ningn dao. Halaszl intentaba salir nadando de lasala, pero pareca atrapado en una especie de remolino que le hacagirar frenticamente.

    Ojo de Tormenta se desmay con el hocico abierto y Carlita vio unpequeo torbellino de espuma que se le formaba en la boca y se lemeta por la garganta a la fuerza. Hijo del Viento del Norte se habasujetado el hocico con la mano como si intentara mantenerlo cerradocontra una fuerza invisible que estuviera intentando abrrselo. No veaa Julia por ninguna parte.

    Mierda! - -pens Carlita--, Mierda! Mierda! Mierda!Y de repente no se pudo mover. El agua se congel a su

    alrededor y se vio atrapada en hielo; tens los msculos y acuchill elbloque con la daga rompindolo en mil pedazos. Entr una bocanadade aire que la chica aspir agradecida llenndose los pulmones, slopara echarse a temblar cuando el aire congelado casi se los hiela.

    Oy un aullido de rabia y busc la fuente. Hijo del Viento del Norteestaba de pie entre trozos de hielo, acuchillndolo, hacindolo astillas,aullando en el aire glacial, consumido por la rabia. As que fue eso! --pens Carlita--. Llam al viento del norte que congel esta mierda.Muy bien! Puede que termine con neumona, pero al menos tenemosla oportunidad de salir de sta peleando.

    Sali de su propio bloque de hielo arrastrndose y empez aastillarlo con furia con la daga de colmillo. Los trozos que desprendase disipaban en bocanadas de escarcha y luego la nada.Pero el suelo helado empez a derretirse y tiraba de ella como siintentara derribarla. Lo golpe con las garras del pie y salt a unbloque ms grande de hielo.

    --Esta mierda se est derritiendo! --grit a los otros.--Ya lo s! Ya lo s! --chill Julia. Ahora la vea, estaba

    intentando aplastar tanto hielo como poda antes de que se convirtiera

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    en agua pero no estaba llegando tan lejos como Carlita o Hijo delViento del Norte. Ojo de Tormenta estaba tirada en el suelo,vomitando agua y con aspecto dbil y abatido, prcticamente incapazde mantener los ojos abiertos. Halaszl intent levantarse pero nohaca ms que resbalar en el hielo, as que se rindi y se puso amachacarlo con las garras pero con menos resultados incluso queJulia.

    Carlita se dio cuenta de repente que con la habitacin convertidaen hielo, quiz se haba debilitado la ventana y se resquebrajara conms facilidad. Cambi a la forma Hispo con la daga de colmillo en laboca y salt por la resbaladiza capa de hielo hacia la ventana,adquiriendo ms velocidad a cuatro patas que a dos. Ahora slo sevea media ventana por encima del nivel del hielo.

    Volvi a cambiar a la forma Crinos y golpe la ventana con todasu fuerza. La punta de la hoja impact contra el grueso cristal y loastill haciendo que las grieta se extendiera con un dibujo de telaraasalvaje, pero la ventana se mantuvo firme.

    Retir la mano preparndose para asestarle otro golpe peroentonces cay al agua helada cuando el hielo se hundi, sustituidouna vez ms por un lago de lquido de Perdicin.

    No tuvo tiempo de coger aire y saba que no podra aguantar mucho. Pate la ventana y vio que las grietas se hacan msprofundas pero todava se mantena firme con la fuerza que haca elro al otro lado. No puede terminar as! Haba una profeca, coo!.Sinti cmo se le acababa el aire. Dios, Maldito sea. Hoja. Frgil.

    Casi tan pronto como maldijo al Ragabash Uktena, algo la llam.Lo oy con claridad, como si llegase a travs de un mar calmado

    en un da de sol brillante. Escuch de nuevo.Carlita... hija ma elegida... brete a m. Presta atencin a mi

    llamada. Presta atencin a aquel con el que hiciste un pacto...Se dio cuenta de quin era, el que les haba llamado con

    anterioridad pero cuya voz se haba visto ahogada por el rocorrompido. Le prest atencin, se relaj y se entreg por completocon total y perfecta confianza.De repente poda respirar. El aire no corra por sus pulmones peroera como si no lo necesitara. Con la boca todava cerrada no tenaninguna necesidad de respirar, pues a su alrededor todo era espritu,alimento bastante slo con tocarlo. Aqu no le haca falta seguir lasleyes del mundo material.

    Fuera de la ventana algo se movi ro arriba. Una forma oscura

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    que aumentaba de tamao segn se iba aproximando, movindosecomo un torpedo por unas aguas ya veloces de por s. A los pocossegundos se aclararon sus facciones: la cabeza y los brazos de unpuma golpeaban el agua, propulsndose ms rpido gracias a la colaondulante de una serpiente. Tena un semblante que daba miedomirar, los ojos derramaban furia y rabia. Era aquel a cuya llamadaCarlita haba prestado atencin.

    Carlita se gir y nad todo lo rpido que pudo hacia la puerta,lejos de la ventana. En cuanto se quit de en medio, la ventana sehizo aicos dentro de la sala con la fuerza del enorme bulto que laatac. Agua pura y fra entr a chorro junto con trozos de ventana,dominando al agua de las Perdiciones, mezclndose con ella,limpindola con una marea de pureza cristalina.

    Un sonido sordo reson por todo el lago torrencial, seguido por uncrujido inmenso como si miles de rboles se cayesen a la vez. Loshuesos no podan hacer nada contra la fuerza de aquel ro puro, asque se agrietaron y se astillaron, explotando y abriendo un canal paraque pasara el agua.

    El torbellino resultante lanz a Carlita por la nueva abertura y lalanz ro abajo entre los huesos rejuvenecidos que se estabanconvirtiendo una vez ms en espritus de carne y hueso, libres ya desus ataduras impas.

    Carlita sinti una vez ms una necesidad desesperada de aire yluch por enderezarse y alcanzar la superficie. Sac la cabeza yaspir una gran bocanada de aire fresco y fro. El ro la sigui llevandoy alcanz a ver los cuerpos de sus compaeros flotando en lasuperficie a su alrededor.

    Nad hacia el que tena ms cerca, Hijo del Viento del Norte, y tirde l hasta alcanzar la orilla. En ese momento vio otra figura que semova tirando de Julia hacia el borde del ro, era Halaszl, jadeante ycansado pero entero. Tan pronto como tuvo al Wendigo en tierra firmese meti en el agua de nuevo y se dirigi a Ojo de Tormenta quepareca atrapada en un remolino, en cuanto agarr a la Garra Roja elremolino desapareci, como si slo hubiera aparecido para mantener a su compaera en su sitio.

    Subi arrastrndose a la orilla del ro para ayudar a Halaszl abombear agua de los pulmones de su compaeros. A los pocossegundos estaban todos conscientes y tosiendo, escupiendo restosdel agua de las Perdiciones, todos mirndose con los ojos muyabiertos y preguntndose por qu estaban vivos todava.

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    Como para responderles un enorme bulto se levant en el agua,impasible ante el poderoso torrente que corra a su alrededor.

    El Uktena mir a sus hijos pero luego la oscuridad le cubri losojos y mir furioso a lo lejos, hacia el horizonte por el que habacorrido el ro antes de que la presa se hubiera derrumbado yrestaurado el curso natural del agua.

    Un grito ensordecedor se escap de su garganta, un aullidoestentreo de puma que les hel la sangre incluso ante lo que suttem haba hecho por ellos.

    Y entonces, como si respondiera, se oy un rugido atronador en ladistancia. Un sonido que hizo algo ms que helarles la sangre, losparaliz, los atrap con un terror tan primario que no tuvieron memoriaconsciente de su fuente. Por fin tuvieron una vaga idea de lo quesignificaba para un ser humano verlos en la forma Crinos, sucumbir albendito olvido del Delirio. Pero no pudieron olvidar aquel terrible rugidoy supieron que les perseguira por las noches durante aos.

    El ro chapote y corri ms rpido, ahora sin prestar atencin alUktena, apresurndose una vez ms a cumplir las rdenes de sulejano seor. Se haba restaurado su curso, pero su flujo todava lollevaba a Jo'cllath'mattric.

    El Uktena baj la cabeza derrotado, mir a sus hijos, mojados yagotados en el ro, y habl.

    --No poda entrar en el Tisza sin despertar a Jo'cllath'mattric. Perosi vosotros podais meter un poco de m aqu, a este reino, a travs devuestra unin conmigo, yo poda entrar en estas aguas sin alertar a labestia. Y as se hizo, pero demasiado tarde. El poder deJo'cllath'mattric es ya demasiado grande, incluso sin el ro romper susataduras y se levantar. El Tisza fluy hacia l, reforzndolo, durantedemasiado tiempo. La profeca de la tercera manada era verdad, perose cumpli demasiado tarde.

    --No!--chill Carlita intentando levantarse pero demasiado dbilde momento--. Vamos a seguir! Vamos a llegar hasta l y vamos adetenerlo!

    El Uktena la mir desde su gran altura, con una mirada casi tiernaen sus terribles ojos.--sta ya no es una tarea para cachorros. Volved con vuestros

    mayores y decidles que habis triunfado y fracasado a la vez. --Luegose hundi en el agua y desapareci, ausentando ya su presencia delreino.

    Carlita prcticamente se ech a llorar.

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    --Triunfar? Dnde cojones triunfamos? Fracasamos, joder!--golpe el suelo con el puo por la ira y la frustracin.

    --No... --dijo Ojo de Tormenta, escupiendo agua todava yponindose dbilmente a cuatro patas --. Rompimos presa, trajimosUktena aqu. T... lo llamaste a ventana...

    Carlita mir a su empapada y agotada compaera. Fue incapazde sonrer, su pena era demasiado grande para eso, pero asintidndole la razn a la loba.

    --Y t nos guiaste. Como debas hacer. Como el Uktena te pidi.La manada se qued sentada en la orilla contemplando el ro que

    ya no era grasiento y negro, pero que todava llevaba ms espuma delo normal. Llevaba an demasiados venenos que lo atraan haciaJo'cllath'mattric.

    Carlita se levant, todava chorreando agua, intent pensar enalgo que decir, sacar alguna victoria de aquella derrota, pero todo loque le sali fue:

    --Mierda.

    _____ 12 _____

    La manada volvi agotada a Szeged por la carretera,relativamente a salvo en el mundo material. Estaban demasiadocansados para hablar pero las preguntas eran demasiado pertinaces.

    Al final fue Carlita la que rompi el silencio.--No lo entiendo --dijo Carlita--. Si slo estbamos aqu para

    proporcionarle al Uktena una entrada en el reino, por qu no eligi auna manada ms experta?

    --No poda --dijo Julia--. La mayor parte de las manadas que nopertenecen al rango de principiantes ya han hecho sus votos a losttems.

    --Entonces por qu no utilizar a alguna de las manadas que tienededicadas?

    Julia no pareca tener respuesta para eso.--No dudes de l --dijo Hijo del Viento del Norte--. Es Uktena, nohay ttem que tenga ms secretos que l. Una vez desconfi deHermano Mayor pero no dudo que tuviera razones para hacer lo quehizo. Necesitaba cautela para cumplir su misin y unos Garou de msalto rango habran atrado mucha ms atencin que unos cachorros.

    Halaszl habl.

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    --He visto algo muy poderoso esta noche; el Uktena arriesgmucho para viajar hasta aqu, lejos de su hogar, para restaurar elcurso del Tisza. No consigui destruir a Jo'cllath'mattric pero ahora elro corre ms limpio y con ms suavidad. Por eso siempre le venerar.Y vosotros deberais rendirle homenaje tambin! Os hizo un granhonor al escogeros para que fuerais sus miembros.

    Ojo de Tormenta solt un pequeo ladrido, una especie deaprobacin e indicacin a la vez para que dejaran el debate.

    La luna ya estaba alta cuando alcanzaron las afueras de Szeged ytodos se sintieron ms seguros bajo su brillo bonachn. Halaszl lesgui por las calles de la ciudad de vuelta a casa de Madre y llam a lapuerta. Esta vez, la llamada secreta fue ms lenta, no tena fuerzaspara golpearla ms rpido.

    La ventanita se abri y Szab mir hacia fuera, se le abrieron losojos cuando vio quien era, gir los cerrojos a toda velocidad y abri lapuerta echndole los brazos a Halaszl y abrazndolo muy fuerte.

    --Oh, amigo mo! Has vuelto!Halaszl sonri y se deshizo del abrazo.--S, estamos de vuelta. Hay comida?Szab mir nervioso a la casa.--Eh, s, claro. Entrad. --Se hizo a un lado para que pudieran

    entrar y cerr la puerta detrs de ellos pasando luego el cerrojo.La manada entr a trompicones en la salita. All haba dos

    extraos (un hombre moreno y una mujer), uno a cada lado del sofdonde dorma Grita Caos. Se quedaron mirando a la manada concuriosidad pero sin ninguna seal de cordialidad.

    Ojo de Tormenta cambi a su forma natural de loba y empez agruirle a los dos extraos que permanecan tan cerca de sucompaero inconsciente.

    --Tranquila --dijo Madre saliendo de la cocina--. No hay necesidadde problemas aqu. Me alegro de veros sanos y salvos. --Abraz aHalaszl fuerte pero el Roehuesos no intent zafarse de este abrazo.

    --Saludos, Manada del Ro de Plata --dijo el hombre extrao.Vesta pantalones de cuero negros, botas y chaqueta, como salido deuna novela de espas --. Nos trais nuevas de una victoria?

    --T quin eres? --dijo Carlita sentndose--. Y qu te importa?--Ah --dijo el hombre mirando a su compaera, vestida de forma

    similar --. Me disculpo. No podais saber de nuestra llegada.La mujer se adelant.--Yo soy I lanya Pie de Plata y ste es Bela Brama en las

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    Cumbres. Pertenecemos al clan del Cielo Nocturno.Halaszl pareci consternado y se refugi en la cocina. Madre se

    movi para situarse entre l y los huspedes sonrindole protectora.--La gente de Konietzko? --dijo Julia--. Qu estis haciendo

    aqu?--Hemos venido a reclamar el tmulo, cosa que nuestros

    compaeros de clan ya han logrado durante vuestra ausencia.--Qu? --dijo Carlita--. Rededicsteis el tmulo mientras no

    estbamos? Cmo carajo lo hicisteis? La piedra del sendero estabaescondida.

    Bela Brama en las Cumbres se encogi de hombros.--La encontramos. Con ayuda de Madre, claro.La manada se volvi hacia Madre en busca de confirmacin y ella

    se encogi de hombros tambin.--Es cierto. Los invit despus del consejo. No tena eleccin, eltmulo no poda corromperse. Eso habra condenado a todos.Halaszl gimote.--Pero Madre, si vienen a Szeged... qu ser de m?--Shhh --dijo Madre--. No te preocupes. El margrave me hizo un

    juramento y su gente no arriesgara a romperlo por miedo a enfadarlo.--Es verdad --dijo Ilanya Pie de Plata--. No nos importan tus

    transgresiones, Halaszl. Pertenecen al pasado. El margrave YuriKonietzko es un hombre justo, te ha absuelto de tu crimen a cambiodel favor que le ha concedido Madre.

    --Un momento --dijo Carlita--. Decs que ya habis encontrado lapiedra del sendero y rededicado el tmulo? Eso no parece posible.

    --La piedra del sendero est en nuestras manos --dijo Bela--. Latrasladaremos a un sitio seguro y realizaremos el rito para despertarlamaana por la noche. Estis, por supuesto, invitados; pero, por favor,contarnos vuestras aflicciones y victoria.

    La manada intercambi algunas miradas, todos preguntndosecual iba a hablar y pareci elegida Carlita, que lo resumi lo mejor quepudo intentando no hacer hincapi en lo fcilmente que les habapateado el culo. Si no hubiera sido por el Uktena, jams habran salidovivos de all.

    Los dos Seores de la Sombra asentan mientras escuchaban ylos dos parecieron impresionados ante la intervencin del Uktena yafligidos ante su fracaso a la hora de destruir a Jo'cllath'mattric.

    --Eso explica una cosa --le coment Bela a Ilanya--. Precisamentecuando nos preparbamos para luchar contra un ejrcito de

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    Perdiciones para ganar la piedra del sendero, se vieron arrastradas roabajo, como si gran fuerza tirara de ellas. Eso debi ser cuandovosotros (es decir, el Uktena) rompi la presa. --Se levant--. Muybien, ya sabemos lo que pas. No deseo llevarle al margrave unasnuevas tan terribles sobre Jo'cllath'mattric pero se le debe informar.Madre os llevar al rito maana por la noche. Os invito a participar denuestra alegra por recuperar un tmulo para Gaia.

    Lo dijo con una falta de alegra tan superficial que Carlita casi seburl pero se contuvo y no dijo lo que pensaba mientras los dosSeores de la Sombra se dirigan a la puerta. Szab les dej salir yluego cerr la puerta con cerrojo detrs de ellos. Madre suspir y sesent, obviamente tan cansada como la manada.

    --Slo rezo para que las cosas salgan bien.Halaszl le puso las manos en los hombros.--Hiciste lo que creste que era bueno para la ciudad, Madre.Nuestras vidas son algo secundario ante eso.Ella pos su mano sobre la de l y se la acarici.--Una ciudad en que t siempre sers parte, Halaszl. Siempre,

    incluso despus que yo me vaya. As ha jurado el margrave.Carlita se mora por saber lo que haba hecho exactamente

    Halaszl para cabrear tanto a los Seores de la Sombra, pero puestoque no se lo decan por propia voluntad tena la impresin de quesera de mala educacin preguntarlo, sobre todo ahora.

    Madre se levant y le chill a Szab y Ferenc que bajaron de laplanta superior y se precipitaron a reunir mantas y extenderlas para lamanada mientras Halaszl sacaba tazones de sopa. La manada comiagradecida y cay en las mantas sin intercambiar ni una palabra ms.Maana habra palabras suficientes, y no todas buenas.

    * * *

    La manada, llevando a Grita Caos con ellos en el taxi de Ferenc,siguieron a Madre y Halaszl a una casa increble construida en unintrincado estilo Art Nouveau no lejos de las orillas del Tisza, al nortede Szeged. Le perteneca, al parecer, a un Parentela distante de losSeores de la Sombra, un banquero. La tribu acababa de trasladarseayudando al Parentela a encontrar otro lugar mientras l pona el lugar a nombre de Ilanya y Bela.

    La piedra del sendero estaba colocada ahora en el stano vigiladode la casa y el tmulo recin rededicado tendra all su centro. El

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    antiguo tmulo era lo bastante fuerte para extender su boun por todoSzeged y esperaban que el nuevo hiciera lo mismo.

    Llegaron los Garou locales del consejo anterior y ninguno parecademasiado contento de estar compartiendo un tmulo con Seores dela Sombra del norte, pero Nagy Pnz ocultaba bien su desilusin yhaca todo lo que poda para congraciarse con sus nuevos vecinos.

    Cuando Ilanya y Bela vieron a la manada se acercaron a ellos yBela dijo:

    --He sabido del margrave. Debemos abrir un puente lunar inmediatamente a la Forja del Klaive y enviaros all para que informisa la jarlsdottir. Siento que no podis quedaros para el rito.

    --No lo entiendo --dijo Carlita--. Cmo puedes abrir un puenteantes de rededicar el tmulo?

    --Porque el tmulo antiguo todava existe --dijo Ilanya--. Todavapuede abrir puentes lunares as como recibirlos, como descubristeis alvenir aqu. Con la ayuda del Guardin de la Puerta de la Forja delKlaive podemos abrir un puente a ese tmulo. l va a esperar nuestraseal y luego trabajar desde su lado para fraguar un camino.

    --Y ya est? --dijo Julia--. Correr a contarles vuestra historia?Y qu pasa con Grita Caos? Todava no hemos encontrado a lasPerdiciones que le hicieron esto! No podemos irnos hasta que locuremos!

    --Lo siento --dijo Bela--. Son rdenes directas del margrave. Sialguien puede ayudar a vuestro amigo, con toda seguridad estreunido ahora mismo en la Forja del Klaive.

    --Esto no me gusta ni un pelo --dijo Carlita--. Y no confo en quemantengis vuestra palabra sobre Halaszl cuando nos vayamos!

    Bela pareci ofenderse.--Si supieras lo que hizo respetaras an ms que cumplamos el

    juramento del margrave a Madre.Carlita mir a Halaszl, que se qued mirando al suelo

    avergonzado.--He visto a Halaszl en accin. Eligi desinteresadamente venir

    con nosotros y estuvo a punto de morir. Nada de lo que hiciera pudoser tan terrible.--Entonces pregntale --dijo Bela alejndose--. Preparar la

    puerta.Carlita y el resto de la manada miraron a Halaszl. Madre estaba

    cerca pero no miraba a nadie dejando que fueran ellos y Halaszl losque resolvieran el asunto.

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    --No quiero saberlo --dijo Carlita--. As de sencillo. La gentecomete errores, sobre todo los Roehuesos. Y los Seores de laSombra suelen guardar rencor ms tiempo que los dems. As que noimporta, no nos lo digas.

    --Creo que debo hacerlo --dijo Halaszl.--No quiero orlo--dijo Carlita--. As que cllate!--Por favor, no quiero que os vayis dudando de m el resto de

    vuestra vida. Debo controslo.Carlita estaba furiosa pero no dijo nada.--Yo... bueno... Me acost con otra Garou. Est prohibido, no

    hubo hijos pero... no fue una eleccin muy afortunada.--Eso es todo? --dijo Carlita--. No est bien, pero coo, hay

    cosas mucho peores para un Garou.--S, pero es que era la hija del Protector del Tmulo. No se puso

    muy contento.Carlita sonri.--Te lo montaste con una nena de los Seores de la Sombra?

    Caray, no est mal para un Roehuesos.Halaszl hizo una mueca.--No saba que yo era Roehuesos. Era joven, bohemio, un artista.

    No tena la barba que veis ahora, era un hombre muy guapo.--No saba que eras Garou?--No... no me molest en decrselo.--Eso no fue justo. No me extraa que no les caigas bien a los

    Seores de la Sombra. Joder, ni siquiera yo puedo pasar de eso.--Pero fue por amor! La quera de verdad. Por lo menos cre que

    la quera.Carlita contempl al pobre Garou que se morda la barba muerto

    de vergenza.--Te perdono. Quin coo soy yo para juzgar a nadie? Slo

    estamos intentando sobrevivir, no?Halaszl sonri y asinti, no dijo nada ms y la manada decidi

    dejar el tema. Entraron Szab y Ferenc llevando a Grita Caos en unacamilla de hospital que depositaron en el suelo, Ojo de Tormenta seacerc y lami la cara de Grita Caos, pero no obtuvo ningunarespuesta.

    I lanya sali de la otra habitacin y les hizo un gesto, cuando sedisponan a seguirla Madre les interrumpi el paso.

    --No me vais a dar un abrazo?Se amontonaron y la envolvieron en un gran abrazo mientras

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    Halaszl se les una. Luego Carlita e Hijo del Viento del Nortelevantaron la camilla de Grita Caos y la manada sigui a la Seora dela Sombra a la otra habitacin.

    Ya haban abierto un trmulo puente lunar y Bela se hizo a unlado para permitirles la entrada.

    --El sendero est abierto. Mis espritus han contactado con los deellos, nada dificultar vuestro camino. Id con Gaia.

    Asintieron y subieron a la brillante entrada suspendida en el aire.Carlita se volvi a mirar por la puerta por la que haban pasado y vio aHalaszl all de pie que la saludaba.

    La chica levant los dedos haciendo la seal de la paz y sigui ala manada a travs de la puerta para entrar en los cielos del mundoespiritual.

    {Final de este Relato}

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    World of Darkness - Mundo de Tinieblas:CONTEMPLAESTRELLAS

    Bill Bridges

    (Grupo: Hombre Lobo / Saga: Tribus Garou / Volumen-4,Relato-B)

    "Tribe Novel: Stargazers" Traduccin: Marta Garca Martnez

    PRLOGO

    Monasterio del Propsito Ms Puro, China Occidental, 1962

    El maestro Chien miraba hacia el este bajo la luz de la luna, enperfecto equilibrio sobre la pierna derecha, con la izquierda metidacomo si estuviera sentado en la posicin del loto sobre el aire. Apenas

    se le movan los amplios hombros al respirar profundamente, flotandoen el mismo sitio, esperando que se le asentara el chi. Entonces dioun giro a la derecha (todava sobre una sola pierna), prcticamentedibujando un crculo completo hasta que se puso de cara al norte.Plant el pie izquierdo en el suelo y despleg los brazos comopergaminos o colgaduras de seda. Junt los pies y se rode la cabezacon los brazos juntando las palmas y luego bajndolas lentamentepara que pasasen por los centros de energa frontales y haciendo unapausa en cada uno: tercer ojo, garganta, corazn, tercera calidez y por fin el bajo vientre. Coloc la palma de la mano izquierda debajo delvientre y la derecha encima de la izquierda, sellando as la energa, losojos todava cerrados.

    Luego se volvi y se acerc caminando al joven occidental queestaba sentado incmodamente con las piernas dobladas debajo delcuerpo. El joven (poco ms de diecisiete aos) intent esconder connobleza su incomodidad y concentrarse en la leccin.

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    --As es como caminas por la Senda de la Estrella Polar en laforma humana --dijo el maestro Chien--. Una vez que domines eso, teensear cmo lo hace un lobo.

    Antonine Gota de Lgrima se inclin profundamente ante elvenerado maestro Contemplaestrellas. Haba contemplado cada unade las ciento ocho formas Theurge, totalmente concentrado eintentando memorizarlas todas. Saba que haba fracasado y que slopodra ser capaz de ejecutar una tercera parte de memoria, peroesperaba que si realizaba esa parte bien, el maestro Chien fueraindulgente y repitiera la leccin.

    Chien gru y se alej, atravesando la verja del patio y bajando lalarga y serpenteante escalera de piedra que abrazaba aquel lado de lainclinada montaa. La bruma se aferraba a las paredes y aleros delpatio, parte de una nube perpetua que serva para esconder elmonasterio de la cima de la montaa del mundo exterior. El complejodel templo inferior era un monasterio taosta olvidado, todava pobladopor unas decenas de sacerdotes humanos, Parentela de la tribu de losContemplaestrellas que llegaron ilegalmente provenientes de otrosmonasterios de toda China huyendo de las persecuciones de Mao. Losniveles superiores estaban reservados para los Contemplaestrellas ysus prcticas nicas, parecidas por fuera a las de los humanos peroinmensamente diferentes en contenido y eficacia. Los taostas y losbudistas crean que los humanos tenan que pasarse toda una vidacultivando la virtud suficiente para descubrir las artes msticas; losContemplaestrellas nacan con ella, aunque, al igual que los humanos,tenan que esforzarse para llegar a la ilustracin definitiva.

    Antonine se levant y calent agitando y soltando el cuerpo paradeshacerse de los nudos y la tensin muscular. Todava no se habaacostumbrado del todo a las extraas posturas que la tribu le exigaque asumiera durante las meditaciones y lecciones. Criado en

    Amrica, estaba acostumbrado a sentarse en sillas con los pies en elsuelo, y ahora lo ms frecuente es que se sentara con las piernasdebajo del trasero (garanta de un corte de circulacin seguro y de quese le durmieran las piernas) o hecho un ovillo en la postura del lotocon las plantas de los pies hacia arriba. Estaba mejorando, sin duda,pero todava se senta incmodo.

    Una vez que la sangre empez a recorrerle de nuevo y se lerelajaron los msculos, empez su secuencia de formas: iba despacioy con tranquilidad, sin permitir que la mente se distrajera y olvidara laimagen de su maestro cuando daba los pasos. Antes de que se

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    desvane