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cultura contemporánea • contemporary culture • www.revistamu.com AÑO VIII. nº87 LA REVISTA MENSUAL DEL SIGLO XXI THE 21st CENTURY MONTHLY MAGAZINE ESPAÑA .............. €3.00 U.E.................... €4.00 EE.UU............. $6.00 ASIA ............... $6.00 AMÉRICA ........... $6.00 ÁFRICA .............. $6.00 Chavela Vargas Por César Saldívar

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Revista Mensual del siglo XXI

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Page 1: MU 87

1MUcultura contemporánea • contemporar y culture • www.revistamu.com

AÑO VIII. nº87

la revista mensual del siglo XXiTHE 21st CENTURY MONTHLY MAGAZINE

ESPAÑA..............€3.00U.E....................€4.00

EE.UU.............$6.00ASIA...............$6.00

AMÉRICA...........$6.00ÁFRICA..............$6.00

Chavela Vargas Por César Saldívar

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fundacioncajamadrid.es

80 Becas

Entrega de solicitudes:

hasta el 29 de enero de 2010.

Áreas Social

y Jurídica

Área Biosanitaria

Área Politécnica

Área de Ciencias

Naturales y Exactas

Área de Música

Cada año, la Fundación Caja Madrid otorga becas dirigidas a

complementar la formación de postgrado de titulados universitarios

españoles en el extranjero (Europa, Estados Unidos y Canadá).

MU 200x265.indd 1 6/11/09 11:04:22

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| sUMario |

6 | Montero GlezEscupiendo historias

24 | Juan Francisco CasasCuando la tintase hace arte

año Viii. nº87

14 | El misterioso pasado del Hombre sin NombreClint Eastwood analizado

28| JaeJoven arquitecto: Manuel de Lara y la belleza

18 | Carlos Puente Ortega Madrid y sus bares

40 | Mujeres y MujeresCinco mujeres y su visión de la mujer

30 | César SaldivarReciclando la memoria

46 | PicturaEn busca de la belleza

63 | IndiaPor Nueva Delhi en un rickshaw

44 | Ernesto FloresEl grabador poético

54 | Cine y DanzaWim Vandekeybus y El solista

Includes English Version / Edita: Islamorada ediciones • Presidente y editor: José Ignacio Santos y Gugel ([email protected]) • Directora: Laila Escartín Hamarinen (redacció[email protected]) • Maquetación: Diego Alonso/Mondo Gráfico ([email protected]) • Product Manager: Luís Moral (Tlf:+34 629946329)• Distribu-ción: Coedis • Secciones: Literatura / Pensamiento: Inés Ruiz / Manuel Ruiz Zamora • mca2 / PISTAS: Jesús Gonzalo • La Columna: Maximina Bescós • Cine: santiago & Andrés Rubín de Celis •Portada: Chavela, por César Saldívar• Colaboradores: Pablo Blázquez, Miguel arroba, Blanca Berlín, Luisa Fernández, Celso Jiménez, Pablo Marín Mazcaray, Javier Martín, Juan Carlos Monroy, Lucas Olvido, Lucía Pérez, Javier Redondo Jordán, Lenny Waker • Portal MU: Mondo Gráfico (www.mondografico.es) • Publicidad: 607 738 033 • Redacción: 667 667 816 • Impresión y Fotomecánica: Rotabook• Depósito Legal: SE-951-2002 • ISSN: 1699-1176 • MU no se hace responsable de las opiniones de nuestros colaboradores. MU es una marca registrada. Todos los derechos de las obras reproducidas son de sus creadores. MU es miembro de la asociación Española de Editoriales de Publicaciones Periódicas aEEPP, perteneciente a la Confederación Española de organizaciones Empresariales CEoE, a la Federación internacional de Prensa Periódica FiPP y la Federación Europea de Editores de Publicaciones Periódicas FaEP. El principio fundacional de la revista mu es proporcionar soporte mediático a las nuevos creadores y buscar el acercamiento de la cultura, el arte y la creación contemporánea a los ciudadanos. Esta revista ha recibido una subvención de la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas para su difusión en bibliotecas, centros culturales y universidades de España, para la totalidad de los números editados en el año.

Carlos Puente Ortega p. 18

Página 6 18 6514 24 5446 6328 44

Pictura, p. 46

«“La pereza anda tan despacio que la pobreza la alcanza enseguida”»

-Marco Aurelio-

Mejor Publicación

2009

Best Publication

2009

30 40

arTE

PorTaDa

TranslaTion

ViaJEs

PisTas

graBaDo

arTE

PinTUra

arQUiTECTUraPinTUra

CinELiTEraTUTa

Juan Francisco Casas p. 24

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5MU

En estos tiempos de crisis eco-nómica en que el número de desempleados se incrementa

a una velocidad aterradora, traba-jo se ha vuelto una palabra valiosa, deseada, temida y poderosa. Hay muchos dichos sobre el trabajo con connotaciones antiguas y recias –e.g. El trabajo dignifica al hombre –, mientras que otros tienen terri-bles asociaciones –Arbeit macht frei –. Pero el trabajo lo único que nos trae es bueno.El trabajo hizo del mono un homo sapiens sapiens . El trabajo y el talento. No hay perfección ni exqui-sitez sin trabajo. La belleza creada por el humano nunca será extraor-dinaria si no ha sido precedida por horas y horas de trabajo. Esto lo sabían bien los maestros albañiles que construían las catedrales góti-cas, y los pintores que pintaban los murales en las iglesias; esto lo sabía bien Giotto, que antes de estudiar con Cimabue, pintó y pintó en las rocas y en la arena mientras pasto-reaba las ovejas de su padre; y esto se lo sabía al dedillo cualquiera de los grandes músicos clásicos que

nos han dejado esas maravillosas obras que por unos momentos nos consuelan de las penurias de esta vida. Pero hoy día, la gran mayoría de los artistas con éxito lo ignoran; y quizás no sea del todo por su culpa, sino por la de los comisarios, críti-cos, productores y editores que ele-van y promueven el trabajo de unos artistas que lo único que saben pro-ducir es mediocridad, por falta, no sólo de sustancia y esencia en su intelecto y su alma, sino sobre todo por falta de años y años de prác-tica y trabajo; dense un paseo por las galerías de arte, las bienales , las librerías, las radios y los cines para constatar que los que mane-jan el cotarro premian la pereza. La escasez de trabajo, o sea de esfuer-zo, siempre asegurará un resultado banal; el talento solo no basta; la práctica hace al maestro; y la prác-tica es sinónimo de trabajo. Vivimos tiempos en los que el ocio se ha vuelto la obsesión del ciudada-no común, y el ideal es no trabajar y vivir del cuento. La decadencia se hace con nuestra sociedad, la edu-

cación en los hogares y las escuelas se afloja, y el homo sapiens sapiens se olvida del placer que da ver que el esfuerzo incansable, duro y feroz produce un resultado excelente e inigualable. Se idolatra la juventud –‘Fulano publica su primera novela a los die-ciocho años’; ‘Mengana debuta en los escenarios con quince años’ – y se ignora activamente que la juven-tud es tonta y necia, y que la falta de entrenamiento, práctica y tra-bajo no puede dar si no resultados vulgares y aburridos. Día tras día nos hundimos más pro-fundamente en el lodo de un mundo mediocre, feo y deprimente en el que predomina la ley de la pereza y la necedad; y los productos de la mente y del esfuerzo humanos se asemejan más y más a los desorde-nados objetos que podemos encon-trar en los vertederos de la ciudad. El talento es débil y vacuo sin tra-bajo; y si no estamos dispuestos a dejarnos el pellejo en el proceso –con paciencia y pasión –, nunca crearemos nada digno de respeto y admiración.

EDiToriaL

Trabajopor LAILA ESCArTÍN HAMArINEN (DIrECTorA)

Tirando a dar

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Más conocido como Montero Glez en los círculos cultu-rales cuenta con seguidores

de la talla de Arturo Pérez-Reverte, Raúl del Pozo, Juan Manuel de Prada, Luis Alberto de Cuenca, Fernando Sánchez Dragó, Federico Jiménez

Losantos, y un largo etcétera. Su padrino literario, Pérez-Reverte, así lo dio a conocer a las masas con el principio de su novela Sed de cham-pán: “El Charolito sólo se fiaba de su polla, era la única en el mundo que jamás le daría por el culo”. Desde

entonces ya han pasado once años, mil aventuras, cinco novelas, y más aún. Montero suma los bríos del Che Guevara al arrojo de Camarón, con-tando los versos de mil y una lecturas telúricas. ¿Quién sabe el volcán que corre por sus venas? Montero llega

LiTEraTUra

Montero glez

Clase magistral‘Soy un lector de lectores, soy un escritor de escritores’, algo así comentaba Roberto Montero González en una entrevista en relación a Pólvora negra –su última novela, galardonada con el premio Azorín – por MIGUEL ArroBA

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Montero glez

Foto: Laila Escartín Hamarinen

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Montero glez

puntual a la cita, de mirada noble y estirpe desgarrada. La misma revista a la que tantas instituciones reniegan movidas por catetos deformes, ofre-ce las puertas de su casa para hundir tecla al cobijo de la mu. Sueñe, lec-tor, el niño maduro que señala al rey desnudo, toque jondo; ya sea refle-jándose en pantalla líquida que haga al vidente ojos con aguas de chiri-bitas, ya sea en papel que prenda la pistola de su prosa. Prepara novela de Camarón con Pistola y cuchillo.

Y ahora, con todos ustedes, tuteos:

Miguel Arroba -Reservado, celoso de tu intimidad, ¿el secreto de abu-rrir estriba en contarlo todo?

Montero Glez -Me dedico al oficio del pajillero, del solitario, del que masturba su cerebro creando his-torias para después escupirlas al mundo. Por eso mismo sólo pierdo el tiempo con mujeres. Date cuenta que escribir novela es un asunto de concentración, no de ponerse sólo en los veranos y fiestas de guardar para ocupar tu tiempo. La novela requiere nervio e ideas y luego lo más importante, que es que en la novela hay que contar mostrando, y no mostrando todo; más bien insi-nuando. Conseguir esto es asunto dif ícil. Y luego está el arte de hacer fácil lo dif ícil. Yo veo a Paco de Lucía tocando la guitarra y me digo, qué fácil parece. Luego cojo la gui-tarra y me pongo y digo, joder, pues no, pues tiene guasa. Y entonces le echo las culpas a la guitarra, que no es de la misma marca que la de Paco de Lucía.

M.A. -Te declaras una persona en continua contradicción. ¿Cómo es eso?

M.G. -Más bien un hombre sumido en la duda. La contradicción es otra cosa, pero yo nunca me declaré con-tradictorio. Siempre he negado a los que niegan, ya que negativo sumado a negativo equivale a positivo, según la fórmula.

M.A. -Cuéntame algo de tus prime-ros años de vida, ¿cuándo surge tu interés por la lectura?

M.G. -La lectura fue mi evasión, también un refugio donde me ais-laba de un mundo que me negaba. Una forma de dar la espalda a ese mundo que me daba la espalda a medida que yo iba creciendo. Bien mirado, en el fondo, por mi parte era una forma de negar la negativa cuyos resultados han sido positi-vos. Yo empecé con el TBO y con El Jabato y El Capitán Trueno y Tintin. Luego con las historietas de Joyas Universales de la literatura y las novelas de Silver Kane y de Mar-cial Lafuente Estefanía. Novelas del Oeste con El Coyote al frente, que también andaban por casa. Ah, y Tarzán de los Monos. Eso era lo que me molaba. Mucho más que “Plate-ro y yo” que era lo que nos hacían leer de pequeños en el colegio. Pero también recuerdo, más adelante, una lectura que me marcaría, en el bachiller, una novelita de J. Sender que era obligatoria y que para mí fue un placer. “Réquiem por un campe-sino español”. Fue muy importante, ya digo, pues encendería mi con-ciencia para siempre. J. Sender es uno de los grandes periodistas y novelistas españoles, hoy relegado al olvido. Después, de seguido a esto me enganché con los policiacos con los que sigo poniéndome hoy. Ham-mett, Chandler y Ross Macdonald, que son la Santísima Trinidad del género. Siempre me acompañan.

M.A. -Has trabajado bajo diferentes seudónimos como periodista. ¿Qué tal fueron tus inicios como tal?

M.G. -Aquí siempre se está empe-zando por eso, cada vez que hago una pieza o una entrevista, la hago con el entusiasmo de un princi-piante. Así fueron mis inicios, con mucho entusiasmo.

M.A. -Por qué tu predilección por el mundo canalla. ¿De dónde pro-viene tu afición por el golfaray?

M.G. -Encuentro más literatura entre los escombros de una barriada que en un campo de golf. Es que la burguesía no me interesa como tam-poco me interesan las novelas con personajes burgueses , aburridos , que salen de su adosado los domin-gos por la mañana a pasear al perro, comprar el pan y los periódicos y que tienen que madrugar para no pillar atasco. Que el protagonista de su puta vida sea el aburrimiento me parece aburrido y poco literario. La literatura es placer, evasión y juego. Me parece más literaria la vida del inmigrante, por ejemplo, hermano de lengua, que llega a esta Europa desdentada que sufre desmemoria de puro vieja, ese inmigrante que se tiene que buscar la vida tiene más entusiasmo, más literatura que los burgueses a los que va a servir.

M.A. -¿Cuándo decides abordar la figura de Camarón para novelarla?

M.G. -Después de recoger el Azorín, cuando pillo el taxi que me lleva a mi casa y al pasar por la Venta Var-gas el taxista me cuenta que a la estatua que hay a la entrada le roban los trozos. Ahí decido. Pero es que el día anterior, el día del premio, iba todo apurado yo por la estación de Chamartín a coger el último tren a Alicante y me encuentro a Josemi Carmona, guitarrista de ese gran grupo que fue Ketama y me pre-gunta que dónde voy tan apurado y tan elegante. Que si iba a recoger un premio, me pregunta. ¿Clarivi-dencia gitana? Josemi Carmona me pronosticó el Azorín. Yo soy muy reservado para mis movimientos y nadie sabía que me había presentado al premio, pero no por superstición, qué va, es que si no lo gano mi nove-la se desvaloriza. Total que gano el Azorín y a la vuelta en Madrid cojo el AVE y digo voy a pedir un Rioja y el periódico. Y cuando abro el periódico y encuentro la noticia de que Miguel Candela había muer-to, recibo un golpe en la memoria que me lleva a cerrar el periódico y pedir otro Rioja. Miguel Cande-

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Montero glez

la era un tipo con mucha categoría en la sangre y que montó El Can-dela, hace la tira de años, calle del Olmo esquina a Olivar, Lavapiés, un bar flamenco donde los flamencos no se sentían turistas. No sé si me explico, algo muy puro. El bar tiene una cueva, y ahí, en la cueva yo he vivido noches gloriosas de cante y toque. Los Habichuela, Sordera, Tomatito, Riqueni, en fin, todos los grandes poniéndose a gusto. Miguel Candela me abrió las puertas de las últimas habitaciones de la sangre, ahí donde decía Lorca que anidaba lo jondo. Para mí, que aunque pasé por la Universidad soy autodidacta, ésa fue mi formación. Era jovencillo y aún no sabía que en aquella cueva estaba velando mis armas literarias. Pero lo que te iba diciendo, que me metí una botella entera de Rioja en el tren, fueron dos horas y media en las que entraron seis años de mi vida con todas sus noches. Luego cogí el taxi y el taxista me cuenta lo de la estatua. Entonces como yo soy un tío que sabe interpretar las señales literarias que el destino maneja, le dije al taxista que parase a la entra-da de la Venta Vargas. Entré en la Venta, seguí con el Rioja y me puse a escribir.

M.A. -Camarón es un mito recono-cido en todo el mundo, ¿qué recibi-miento esperas de payos y gitanos por revivirlo?

M.G. -Mi novela está escrita desde el respeto. Y judíos, moros, gitanos, cristianos y budistas estarán encan-tados con su lectura. Uno escribe para ser leído y no distingue ni raza ni sexo ni manchas en las corba-tas de sus lectores. Agradecido por tener tantos.

M.A. -¿Cómo fue el proceso de documentación de Camarón?

M.G. -Soy Camaronero, le seguí por muchos festivales y tengo un montón de revistas y de recortes de perió-dicos de él y de Tomatito así como todos sus discos y cintas. Luego he

leído todas las biograf ías escritas. Destaco la de Carlos Lencero, escri-ta desde la amistad. Luego hay dos buenos trabajos periodísticos, uno es el libro de Francisco Peregil, y otro el libro de Enrique Montiel. Luego he seguido la discográfica reseñada por José Miguel Gamboa. Eso en lo tocante a Camarón y luego de arte flamenco he leído los traba-jos de Quiñones, Caballero Bonald y Félix Grande. También hay un documento, Tiempo de Leyenda, que me ha servido de mucho. Pero sobre todo lo demás el contacto con la gente aquí en Cádiz donde vivo desde hace trece años. La familia Picardo que lleva la Venta Vargas tiene anécdotas y mucho cariño a Camarón. La Venta Vargas fue su segunda casa.

M.A. -El español mejor hablado es el colombiano. A parte de Fernando Vallejo, ¿qué otros escritores hispa-noamericanos te han influenciado?

M.G. -Todos . Onetti , Cortázar, Rulfo, García Márquez, Felisberto Hernández, Julio Ramón Rybeiro, Osvaldo Soriano. Los latinoaméri-canos lo hacen mejor que nosotros, tienen más gracia, más “swing”. En España el castellano se emplea de una manera oficial y académica. Por lo tanto fúnebre.

M.A. -La base de tus libros es la novela negra. ¿Con qué otros refe-rentes cuentas?

M.G. -Con los que antes te cité, los hispanoamericanos. Esas son las dos patas de una mesa que tiene tres. La tercera es el tebeo, la historieta, y los periódicos con las columnas de opinión, reportajes y crónicas.

M.A. -Durante la escritura de Pis-tola y cuchillo te acompañaron las fotograf ías de Alberto García Alix. ¿Por qué él?

M.G. -Inspirador. Consiguió inmor-talizar al camarón para los restos en una serie de retratos que le reviven

al cantaor. Alberto es un “currela” de la luz y de la distancia corta; uno de los grandes artistas que tenemos en este país y que con sus fotos con-sigue el equilibrio entre lo bello y lo obsceno. Alberto es un místico que retrata a ángeles caídos. Pero volviendo a las fotos que le sacó a Camarón, resalto la hondura de mar bravo que captó en los ojos del cantaor. Ya te digo, Alberto ha sido una inspiración. Sin su trabajo me hubiera sido más dif ícil arrancar el mío. Su obra ha sido una referencia. Cuando me perdía, volvía a mirar su trabajo, y eso me contaminaba, me intoxicaba de literatura y vida. Le estoy muy agradecido.

M.A. -Detesto tanto a los mache-tes machistas como a las feminazis capapollas. ¿Cuándo nos daremos cuenta que mujeres y hombres no somos iguales?

M.G. -Pues cuando la mujer com-prenda que es superior por natura-leza y no necesite demostrarlo de otra forma. El clítoris, único órga-no nacido sólo y únicamente para el placer, es de ellas.

M.A. -Ya cumple cinco años tu blog La Trinchera Cósmica, desde la cual sacudes hostias hiperbólicas a dies-tro y siniestro. ¿No temes represa-lias por tanto arrojo?

M.G. -Los que tienen que temer son mis enemigos. Se encomiendan al mismísimo Diablo para que no los saque en letra bastardilla.

M.A. -Cómo entiendes la escritura, ¿sacrificio o placer?

M.G. -Placer. Soy como Nacho Vidal, disfruto trabajando.

M.A. -Sólo los mitos sobreviven a la distancia. ¿Crees en la posteridad?

M.G. -No.

http://webmonteroglez.wordpress.com/

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La muerte de un grande

Wiherheimo Oopperan

Maestro SalingerUno de los escritores del S. XX más respetados y admirados en los EE.UU., J.D. Salinger, murió el 27 de enero de 2010, dejando a sus admiradores a la espera de los manuscritos que se encontrarán en su casa y que posiblemente vean pronto la luz por LAILA ESCArTÍN HAMArINEN

Cuatro libritos blancos editados por Little, Brown Books –por-tada: fondo blanco, letras en

negro, y una banda con los colores del arco iris en el lateral superior izquier-do; contaportada: blanca, abajo el código de barras, el ISBN, el precio –es lo único que durante su vida Jerome David Salinger (1.1.1919) quiso dejar-nos a los lectores ávidos de su carne de papel y su sangre de tinta. ‘The Cat-cher in the Rye’ (1945); ‘Nine Stories’ (1953); ‘Franny and Zooey’ (1955); y’ ‘Raise High the Roof Bean, Carpenters and Seymour: An Introduction’ (1963). Breve y brillante como un haiku.Decía el escritor Harold Brodkey que el trabajo literario de J.D. Salinger es el más influyente en la prosa inglesa desde que Hemingway pasara a mejor vida. La lista de escritores que dicen haber sido fuertemente influencia-dos por Salinger es larga: desde John Updike y el japonés Haruki Muraka-mi hasta Philip Roth, pasando por nombres menos conocidos en nues-tra tierra como Richard Yates, Aimee Bender, Susan Minot entre otros.Salinger tiene muchos detractores en España. Consideran algunos su ‘El Guardián entre el Centeno’ como un libro menospreciable para adolescen-tes en el que no pasa nada, y que en

esencia es un largo y aburrido lamen-to nihilista. Creo que estos críticos no han llegado a leer los demás libros del autor, pues en España son muy poco conocidos, o si han leído alguno de ellos, he oído comentar lo mismo: libros en los que no pasa nada, y todo es detalle nimio y aburrido.Yo nunca he leído a Salinger en espa-ñol, y dudo que lo haga, ni siquiera empujada por la curiosidad de saber la calidad de las traducciones, por lo cual no sé si las traducciones son tan pési-mas que han destruido toda la magia y el genio literario del neoyorquino, cosa muy posible, no olvidemos lo de traduttore, traditore; pero no quepo en mi asombro al ver que en España, Salinger es tan despreciado, cuando en EE.UU. es tan altamente apreciado, por lo cual deduzco que quizás este desprecio, si no se debe a la ínfima calidad de las traducciones, se deba en gran parte a un problema cultural; es posible que la literatura de Salinger sea tan anglosajona (en su vertien-te norteamericana) que no guste en España –tierra prometida del barro-co excesivo, incomprensible, pajoso y pedante –; el estilo que se cultiva en EE.UU. es limpio, sencillo, pragmático y va directo al grano, no gustan ahí de florituras ni de retruécanos, como por

estas tierras.Los profesionales norteamericanos de la literatura consideran que los enér-gicos diálogos realistas y secos de las historias de Salinger fueron revolucio-narios, y muchos de los críticos y aca-démicos piensan que su capacidad de escribir diálogos fue su mayor talento. En lo que están de acuerdo todos, es que Salinger tomó un camino pro-pio e inició una tendencia, que luego muchos siguieron para adaptarla a sus peculiaridades individuales.

Sea como fuere, nunca he entendi-do que un ser humano aplaste con una crítica devastadora un libro por el mero hecho de que no le guste lo que cuenta. El argumento: ‘El escri-tor es malo porque no cuenta nada’ o ‘El escritor es malo porque dice ton-terías’, no es válido desde el punto de vista de la crítica literaria; obviamente cada cual tiene derecho a decir lo que le plazca, pero no podemos tomar en serio a alguien que no separa los gus-tos personales de la apreciación de la calidad literaria (estilo, forma de narrar, cuerpo lingüístico). Un libro excelentemente escrito puede no gus-tarme nada, pero no por ello aclamo a los cuatro vientos que menuda mierda de literatura.

LiTEraTUra

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La muerte de un grande

El lenguaje de Salinger, su inglés, es absolutamente brillante; lo domina como un monje Shaolin el kung fu: con la misma elegancia y fluidez, con la misma sensación de facilidad (sien-do algo tan dif ícil de dominar) y ener-gía casi supra-humana, y con la misma escalofriante precisión letal. Su capaci-dad de crear ambientes densos y vivos, con frases rápidas y agudas como lati-

gazos, quita el aliento. Su precisión descriptiva, no sólo de lo f ísico (la ropa, el rostro, la habitación, la tem-peratura, la luz) sino también de lo anímico, es sublime; por eso, leer una y otra vez estos libros en los que “no pasa nada” es imprescindible y ade-más, un placer de los que hay pocos. Salinger no es quizás un escritor que entretenga –gracias sean dadas –, es más bien un escritor que transporta al lector muy lejos más allá de la banali-dad de la vida, y que enseña mucho, no sólo literatura, estilo, cómo escribir, sino también cómo vivir, porque sus libros provocan que uno mire hacia dentro. Y la ironía, ¿he dicho algo de su ironía? Salinger escribe con inteli-gencia e ironía; sus páginas son una

deliciosa mezcla de ironía, indiferen-cia y cariño por sus personajes, y una dureza que acerca sus libros a la vida. Salinger escribe sobre cosas banales como un almuerzo entre un chico y una chica que se quieren; o la depre-sión que le entra a la chica y la conver-sación que mantiene con su hermano, y gracias a su pluma son todo menos banales. La sublimación de lo banal.

Salinger no es un pedante, a pesar de que su inglés sea dif ícil por la rique-za de su vocabulario, este creador está conectado directamente con el pulso excitante y peligroso de la vida, es auténtico, verdadero, un escritor de raza. ‘A Perfect Day for Bananafish,’ uno de sus relatos más famosos, perteneciente a la colección de relatos ‘Nine Stories’, tiene un final impresionante y espeluz-nante, es uno de los textos más con-movedores que jamás he leído: ocurre un suicidio, pero el ambiente en el que ocurre, es tan soleado, fresco y lige-ro que no es posible que tal ambien-te rodee un suicidio; la contradicción que Salinger crea con su pluma en este párrafo es sublime, perfecta, como la

vida misma en su mejor momento.Podría seguir alabando la literatura de J.D. Salinger ad infinitum, pero termi-naría siendo cansino, así que le cedo la palabra al maestro, y que me perdonen los lectores que no saben inglés, por-que no puedo evitar citarlo en versión original. “He glanced at the girl lying asleep on one of the twin beds. Then he went over

to one of the pieces of luggage, opened it, and from under a pile of shorts and undershirts he took out an Ortgies caliber 7.65 automatic. He released the magazine, looked at it, then reinserted it. He cocked the piece. Then he went over and sat down on the unoccupied twin bed, looked at the girl, aimed the pistol, and fired a bullet through his right temple.”*¿Decía alguien que nunca pasa nada? ¡Salinger ha muerto, larga vida a Salin-ger!

* (fragmento de ‘A Pefect Day for Banana-fish’, de J.D. Salinger)

English Version

P65

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El cine independiente

Esta década vimos cómo explotaba definitivamente el cine independien-te estadounidense aunque Hollywood todavía no se ha atrevido a juzgarlo y premiarlo como su calidad merece.

Si repasamos los Oscar de la década vemos la película independiente del año nominada en las categorías impor-tantes aunque únicamente premiada en lo que a guión se refiere. De cual-quier manera el avance que ha sufrido el cine independiente estadounidense en cuanto a repercusión y calidad ha sido notable. Entre copas, Pequeña Miss Sunshine, Juno, Buenas noches, buena suerte, Una historia de violen-cia, Olvídate de mí, Rebobine por favor, Gracias por fumar o Frozen river son grandes ejemplos de películas de poco presupuestos que han sido un éxito a base de calidad y honestidad en sus propuestas. Sus directores (Jason Reit-man, Alexander Payne, Wes Anderson, Michel Gondry) están tomando el rele-vo de los que en su día fueran los gran-des directores independientes de los 80

y 90 y que hoy son primera línea de la industria (Tim Burton, Steven Soder-berg, los hermanos Coen)

Hollywood

La industria por excelencia del cine atraviesa por una crisis creativa sin precedentes que se está salvando gra-cias a las filiales independientes que poseen. En esta década hemos sufrido más que en ninguna otra la irrupción de secuelas de todo tipo y sin fin, que han creado sagas donde no las había (Piratas del Caribe, Shrek, La guerra

de las galaxias) Olvidándose de las producciones medias y pequeñas, los estudios repi-ten esquemas y se dedican a grandes superproducciones basadas en cómics o videojuegos. En su vertiente más seria, las películas sobre acontecimien-tos históricos o biopics proliferan sin remedio y los guiones originales se van reduciendo.

España

El cine español ha alcanzado en esta década relevancia internacional, con películas de calidad y variedad de direc-tores. Se está consiguiendo eliminar el estigma de que el cine español es un cine malo y rancio (a pesar de Torren-tes, Isi Disis y amigos) Dos Oscar y tres representantes en el último festival de Cannes muestran el crecimiento de la calidad y el reconocimiento de un cine que está madurando a pasos agigan-tados. Daniel Sánchez Arévalo, Isabel Coixet, Fernando León de Aranoa, Icíar Bollaín, Nacho Vigalondo, Jaime Rosales o Daniel Monzón son nombres que se han unido a los de Almodóvar y Amenabar en la terna de directores con proyección internacional.

2000-2009 La década extraña

análisis global

por pABLo MArÍN MAzCArAy

CinE

Hermanos Coen

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análisis global

Cinematografías en su conjunto

La globalización ha permitido que se conozcan cada vez más obras de dis-tintas partes del mundo y por tanto a analizar qué cinematograf ías aportan una mayor variedad o cuáles resultan repetitivas. Sudamérica y Asia nos siguen ofreciendo grandes joyas cada poco tiempo, aparecen más autores que muestran historias diferentes e intere-santes y formas de contarlas verdade-ramente novedosas. Por países destaca la constancia y cantidad de grandes filmes que nos ha dado Alemania (El hundimiento, Los falsificadores, La

ola y sobre todo La vida de los otros) y el bajo nivel que ha ofrecido el cine francés donde sobresalen Amélie y La clase, que dejan un vacío de calidad con la mayoría del resto de sus produc-ciones. A nivel industrial India sigue siendo el mayor productor de películas y crece en cuanto el número de pelícu-las y artistas exportados.

Los autores

Esta década nos ha dejado grandes obras y tendencias que continúan en aquellos directores que se caracteri-zan por un estilo diferente pero fieles a su línea de contenido. Asiduos a los grandes festivales, autores como Ken Loach, Lars Von Trier, Juan José Cam-panella, Guillermo del Toro, Wong Kar Wai, Alejandro González Iñárritu, Michael Haneke o Park Chan Wook han continuado la tendencia que ini-

ciaron en la década anterior y se han consolidado como realizadores. Cada uno en su estilo, muestran que la dife-

rencia no está reñida con la calidad, y con filmograf ías cargadas de obras sobresalientes, estos directores son los grandes exponentes de un cine arries-gado y diferente.

Los festivales

Los cuatro grandes festivales están yendo por sendas diferentes aunque se siguen manteniendo por encima del resto de festivales. Toronto y Roma aún no tienen el prestigio ni la categoría de los cuatro grandes, a pesar de que cada vez inviertan más dinero en traer a estrellas para ganar en notoriedad.

Entre los grandes, Cannes sigue sien-do el referente, el mayor mercado de películas del mundo continúa reunien-do los directores más destacados y las mayores estrellas tanto europeas como estadounidenses. Su palmarés gana en controversia con el paso de los años (La segunda palma de oro para los hermanos Dardenne, o la victoria de Elephant sobre Dogville son unos ejemplos) pero el nivel, la importancia y la repercusión siguen intactos.Venecia continúa a rebufo de Cannes y

no hay signos de mejoría, con películas de menor nivel en comparación con el festival francés, no termina de despe-gar, a pesar de que goza de una tradi-ción innegable y de un atractivo para las estrellas y los medios que continúa cautivando.

Esta década ha supuesto una progre-siva degradación del festival de Ber-lín, que con su cambio de fecha, unido al adelanto en la gala de los Oscar ha hecho que el mundo del cine deje de prestar la atención que se merece a este festival histórico, que empieza a perder calidad y prestigio.

San Sebastián gana en calidad y noto-riedad, después de un impás un tanto incierto hemos vivido unas últimas ediciones que apuestan por autores diferentes aunque comparten patro-nes con Cannes, lo que le ha hecho ganar en prestigio. Ello, unido a pre-mios Donostia entregados a actores muy reconocidos ha hecho que el festival sea cada vez más tenido en cuenta.

Por último señalar que Sundance, meca del cine independiente, crece imparablemente aunque se empie-zan a notar visos de un pequeño giro comercial, si bien no muy notable, sí algo perceptible, veremos cómo evo-luciona los próximos años.

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Clint Eastwood, de Patrick McGilligan

El misterioso pasado de El Hombre Sin NombreCoincidiendo con el esperado estreno en nuestras pantallas de su última película, Invictus, la editorial Lumen publica la biografía definitiva de Clint Eastwood. Un libro imprescindible para quienes deseen conocer más a fondo la vida y obra de uno de los cineastas norteamericanos más influyentes de las últimas décadas por ANDréS & SANTIAGo rUBÍN DE CELIS

CinE

Hubo un tiempo, del que qui-zás no sea fácil acordarse, en el que Clint Eastwood era

considerado, por la industria y la crítica, como poco más que un actor inexpresivo y descerebrado que interpretaba películas sobresatura-das de testosterona y de evidentes tendencias políticas conservado-ras. Un excelente material para la antropología y los estudios cultu-rales. Al público, en cambio, pare-

cían gustarle esos filmes. De hecho, para demostrar su carácter icónico basta con invocar el culto popular profesado a dos de sus papeles más célebres: “Rubio” (que precisamen-te sirve de imagen a la portada del libro), el pistolero silencioso de El Bueno, el feo y el malo (Il buono, il bruto, il cattivo, 1966), y el violento y procaz Harry Callahan, policía a imagen y semejanza de la era Nixon. Al imaginario cultural colectivo

pertenecen ya el poncho y el puro del primero, y una de las réplicas más famosas de los años 70: «Alé-grame el día».

Su obra como director, una treinte-na de películas bastante desigual, ha sido saludada -a partir, sobre todo, de Sin perdón (Unforgiven, 1992)-como la de un maestro, puente entre el clasicismo y la modernidad cine-matográfica. Pues bien, Eastwood

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Clint Eastwood, de Patrick McGilligan

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es, evidentemente, todo eso y mucho más : “un hombre -como señala Patrick McGilligan- diferente y más complicado que la imagen que de él proyecta su publicidad”. La suya es una figura que, como se sugiere en el libro, “nunca se ha desprendi-do de una cierta aura de misterio, sobre todo en lo que a su pasado se refiere”. Algo que las biograf ías de Stuart Kaminsky, Richard Schickel o Christopher Frayling, autorizadas e incluso oficiales, habían dejado, voluntariamente o no, en una dis-creta penumbra.

Ahora, por fin tenemos un retrato del personaje a su imagen y seme-janza, es decir, repleto de claroscu-ros. Y es que nada parece escapar al concienzudo trabajo de documen-tación de McGilligan, historiador cinematográfico (responsable, entre otros, de libros como Tender Comra-des y la serie Backstory) y biógrafo de personalidades de Hollywood tan suculentas como James Cagney, Jack Nicholson, George Cukor, Fritz Lang o Robert Altman. Manuscritos inéditos y archivos, entrevistas con amigos, familiares y colaboradores (que en muchos casos prestan por vez primera sus testimonios sobre el cineasta), reseñas y críticas son sólo algunos de los mimbres mediante los cuales el autor reconstruye una vida intensa y ambiciosa, llena de lagu-nas y salpicada por una vida amo-rosa repleta de conquistas. Normal que al propio Eastwood, quien puso todo tipo de trabas a la publicación del manuscrito, no le haya gustado. Así pues, del árbol genealógico del actor (omitido por completo no sólo por él mismo, sino también por la mayoría de sus anteriores biógrafos) al éxito y la admiración generada por sus últimas películas, todo está en el libro: su paso por la Escuela de Talentos de la Universal; sus prime-ros coqueteos con la fama gracias a la serie de televisión Rawhide; sus escarceos en el mundo de la can-ción; los spaghetti western en Ita-lia y España; la huella indeleble de sus maestros, Sergio Leone y Don

Siegel; su evolución de estrella de películas de acción (una de las más taquilleras de los años

70) a, parafraseando el epígrafe de uno de los últimos capítulos, Clint el «auteur»; sus tormentosas rela-ciones sentimentales , su paterni-dad ilegítima...

El reto de todo biógrafo es siempre alcanzar a la persona más allá de su imagen pública, de los simples datos y hechos históricos a partir de cuales se recompone su vida. Pene-trar en su personalidad y mostrarla en toda su complejidad, sin miedo a dejar entrever las contradicciones individuales que todos poseemos. Pues bien, todo eso lo ha conse-guido brillantemente McGilligan. Clint Eastwood es un retrato lúci-do y distanciado, lleno de matices y repleto de pequeños detalles muy reveladores (marca de fábrica de su autor) que permiten apreciar cómo la vida y la carrera del cineasta “se reflejan en una obra que es un espe-jo de su personalidad y su carácter, sus ideas y valores”. Un libro, rigu-roso en sumo grado, que, como ha saludado acertadamente la crítica, se sitúa por el momento como la mejor y más fiable aportación a la clintología.

E N TR EVI STA C ON PATR I C K McGILLIGAN:

-¿Por qué Clint? ¿Qué era lo que más te interesaba de Eastwood: su vida, sus películas, la gente con la que ha colaborado?

He seguido con interés la carrera de Clint desde el principio. Proyecté los spaghetti westerns, las películas que hizo con Don Siegel, Escalo-frío en la noche (Play Misty for Me, 1971), etc., en mi cine-club en la universidad. También escribí en una de las primeras revistas de cine que recibió Harry el sucio (Dirty Harry, 1971) críticamente a causa de su ideología (algo que sigue siendo aún correcto, creo). Le había conocido y entrevistado. Pensaba -y luego lo dije cuando propuse el libro- que “más allá de su imagen publici-taría, él debía de ser un tipo más parecido a Harry, el sucio, de lo que trata de aparentar”. Mi ideología es de izquierdas, así que su punto de vista fundamentalmente republica-no, que está reflejado en su vida y su obra, me atraía como un reto: el ser capaz de comprenderlo y expli-carlo. Por otro lado, soy defensor de “la política de los autores”, y creo, sinceramente, que Clint es uno de ellos, tanto como actor como direc-tor, aunque de manera distinta. Mi libro sigue mucho la idea del cine de autor, explicando muchas cosas sobre él y sus películas, me parece, en su defensa. Esos eran mis retos principales. -¿Que hay de la presunta objetivi-dad necesaria del biógrafo? Bueno, eso de la neutralidad es un mito. También lo de la objetividad dentro del género biográfico o en el periodismo. Tomando partido por un punto de vista determinado, uno se acerca mucho más a la ver-dad que pretendiendo ser neutral. Existe una obligación de ser justo y preciso, desde luego, y yo me enor-gullezco de mi ecuanimidad y mi exactitud. En el caso de Clint, tres motivos me decidieron a escribir

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Clint Eastwood

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un libro que perfectamente podría haberse titulado Anti-Clint. Uno, Richard Schickel estaba escribien-do un libro servilmente admirativo sobre él a la misma vez que yo, por el que le pagaban mejor. Así que pensé que Clint no necesitaba ser adulado por otro biógrafo por el momento. Dos, casi todo el mundo con el que me puse en contacto, personas en el entorno personal y profesional de Clint, hablaban de él en idénticos términos. No quie-ro resumirlo en una sola palabra, pero iba en la misma línea que mi comentario sobre que él estaba más cercano a Harry, el sucio, de lo que la publicidad quería admitir. En fin, ese algo fue tomando la forma de un retrato generalmente poco hala-gador y, desde mi punto de vista, nada artístico. Pero siempre coin-cidiendo en que Clint, con mucha decisión, había creado, inteligente-mente y con mucho éxito, una ima-gen y una carrera propias muy bien vistas. Esa cualidad suya de hombre de negocios representa una buena parte del libro. El tercer motivo era que, si lees los artículos y el resto de los libros sobre Clint, el 99% de ellos eran, simple y llanamente, pura publicidad. Sentía que muchos de ellos (¡y los he leído todos!) eran, además, falsos . Así que, al final, pensé que el mundo podría soportar una visión que fuese la antítesis de la del patriota-estrella-de-Hollywo-od, etc. -¿Cómo explicarías su personalidad (y su cine) brevemente?A él le gusta quitarse la camiseta delante de la cámara. Le gusta que mujeres jóvenes vayan detrás de él en sus películas . Le encantan las secuencias en la que demuestra que le gusta la gente de color (aunque, a veces , también apuntarles a la cara con su pistola). Adora la idea de la venganza y las escenas exce-sivamente violentas . Rara vez le vemos, en una película, en su vida doméstica con una mujer. Bebe cer-veza y empieza peleas en los bares de forma recurrente. Le gustan los coches veloces y muchos planos

de la insignia de General Motors. El jazz, desde luego, pero también la música country. Prefiere hacer pocas tomas, de modo que, así, casi todo el material se utiliza en la pelí-cula. No pule mucho los guiones ni le gusta demasiado el trabajo con los actores. Bueno, en fin, todo esto y mucho más está en el libro per-fectamente detallado y documenta-do. Y todo, desde luego, incidiendo mucho en su posición de autor (en términos de repetición e insistencia de temas, elementos visuales, per-sonajes...). Algunas de esas cosas, en mi opinión, no hacen de él nece-sariamente un artista. -Hablando de documentación, tus libros son un ejemplo de rigor a la hora de documentarte, repasar bibliograf ía, archivos, testimonio, etc. Pero, como en el ejemplo del árbol que no permite ver el bosque, ¿cuándo toda esa documentación puede volverse más un estorbo que una ayuda?

La documentación es especialmente molesta cuando uno considera que ha terminado ya el trabajo. Tam-bién, cuando la información es con-flictiva, contradictoria. Buena parte de la labor de documentación es un trabajo de investigación. Es decir, algo subjetivo y no objetivo. Al fin y al cabo, al final, es uno mismo el que ha de decidir qué información es la verdadera y cuál es la realmen-te importante. Escribiendo sobre Clint, mi abogado alabó mi decisión de prescindir de determinadas cosas que hubiera sido fácil incluir en el libro, pero que le habrían mostra-do de una forma aún más negativa. ¡Sondra Locke cree que le he dejado pasar demasiadas cosas a Clint! Sin embargo, se crea o no, mi intención fue la de lograr un cierto equilibrio. -Todo el mundo sabe que Eastwood estuvo en contra de tu libro desde el principio, que te amenazó con denunciarte (demandándote por diez millones de dólares) por difa-mación, pero que finalmente lle-gasteis a un acuerdo. ¿Qué puedes contarnos de todo esto? ¿Es la per-

sona más “complicada” sobre la que has escrito? Clint demanda a un montón de gente. Es parte de la historia de su vida. En el libro doy cuenta de varios juicios y demandas, incluso algunos que se supone son inacce-sibles para la opinión pública, por-que uno de los trucos judiciales de Clint es llegar a un acuerdo, pero mantener los detalles del mismo en secreto. De hecho, para el libro, hablé con determinadas personas que sólo podían contarme ciertos hechos hasta un punto concreto. Uno de ellos era el guionista de sus “películas con mono”, ya sabéis Duro de pelar (Every Which Way But Loose, 1978) y todo eso, al que Clint denunció. Nada sobre el acuerdo al que llegaron. Así que, aún queda mucho por contar. Mi caso fue lo mismo: llegamos a un acuerdo, pero cualquier discusión pública sobre él mismo queda prohibida como parte del mismo acuerdo. No pagué un céntimo en costas legales o indem-nizaciones; admitimos que no había habido mala intención por mi parte, e introducir algunos cambios en pequeños fragmentos del libro si es que se reedita o actualiza en el futuro (como ha sido el caso de la edición española; a pesar de lo cual, creo que la fuerza de mi retrato de Clint aún está intacta en ella). En fin, en los Estados Unidos se puede comprar el libro tal y como lo escri-bí tras el acuerdo, y se puede seguir comprándolo así hoy en día. Así que, seguro que podéis imaginaros qué es lo que sucedió, ¿eh? A Clint le encantan los litigios, ¡justo contra lo que se supone que está Harry, el sucio (y la mayoría de los republi-canos)! En fin, esas contradicciones suyas, sus secretos, son las cosas que hacen de él alguien interesan-te para escribir su biograf ía. Y me siento muy orgulloso del libro. La demanda es sólo una especie de medalla al valor. Me alegro de haber sobrevivido.

Declaraciones con el autor recogidas por e-mail en febrero de 2010.

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Carlos Puente ortega

MadridUna mirada limpia, serena, velada quizá por el recuerdo de su padre, gran pintor madrileño. O por el de su tío Pepe, el pintor de Santa Ana, “el de los toros”. Por eso tal vez el Madrid de Carlos tenga algo de melancólico y añejo; el hoy y el ayer se encuentran en sus acuarelaspor LENNy WAkEr

PinTUra

arquitecto de formación y pintor por vocación, cimentado en la coherencia de su perspectiva,

en la frescura de su pincelada directa intuimos el arte de sus maestros. Es más, la podemos sentir en esa lumino-sa mañana de la Plaza de la Cebada, más allá de la fantástica fachada de La Chata o en la terraza de la Chocolate-ría San Ginés.Es un Madrid que se huele, se toca, se escucha, y para quien lo sabe ver, se mira.

Madrid a través de sus bares

Si hay algo que caracteriza a Madrid, que lo significa respecto a cualquier otra ciudad del mundo, se podría decir sin temor a equivocarse que es su abundancia, nunca en exceso, en tabernas, bares, restaurantes, meso-nes. Desde el ”bar de la esquina”, que de buena mañana nos ofrece ese café con porras típico madrileño y de no tan buena el aperitivo, casi inexcusa-

ble por estos lares, hasta el más pres-tigioso de los restaurantes que puedas querer encontrar, pasando por los mesones y tabernas que riegan, nunca mejor dicho, la ciudad. Un paseo por la Plaza Mayor, por la Cava Baja, la plaza de Santa Ana y Huertas, Ópera y los alrededores del Palacio Real, el barrio de Chueca, Lati-na, y tantos lugares emblemáticos que resultaría embarazoso, por la más que probable omisión de alguno de ellos, seguir enumerando, dan buena fe de ello.Pero no sólo en el centro, al modo de otras ciudades del mundo que tienen concentrado sus servicios por zonas, encontramos bares, restaurantes, mesones, ¡ni mucho menos!. También hacen su acto de presencia en los “con-fines” madrileños, entiéndase por con-fines la Plaza de Castilla o Vallecas, por nombrar dos barrios opuestos geográ-ficamente. No es nada fácil encontrar una calle que carezca de su bar.

Confesiones

‘Inicié mi andadura profesional en este mundo del arte pintando Madrid, acompañado de los compañeros de la facultad de arquitectura y no he deja-do de hacerlo, con más o menos asi-duidad, con mayor o menor acierto, desde entonces. Hace un tiempo me venía rondando una idea relacionada precisamente con este tema de Madrid, la pintura (mi pintura, vaya), los bares. Estaba ahí, aunque no era nada fácil asirla por su magnitud; siempre existía un sí, estaría bien, pero…y ahí aparecía el freno, la excusa, o sencillamente el no tener del todo claro el qué y el cómo.Se me ocurrió que por qué no, pintar Madrid, sí, Madrid, todo Madrid, a través de los bares, tabernas y restau-rantes que hay en él,…¿o fue al revés?. Llevo ya unos meses inmerso en ello y no tengo claro cómo empezó, es la historia del huevo y la gallina. Madrid y los bares, los bares y Madrid. Más

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Carlos Puente ortega

Cien Montaditos

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Carlos Puente ortega

bien fue esto último. Me di cuenta de que si llegaba a rea-lizar una obra, obra de arte, ¡claro!, líbrenme de enredar a los dueños de todos los bares de Madrid en una obra de las de yeso y pintura, esa ya la hacen ellos para mantener su local en las mejores condiciones posibles y así facilitar el esparcimiento de las gentes que los visitan, decía que si llegaba a realizar una obra de todos y cada uno de los bares que hay en la ciudad que-daría prácticamente reflejada la tota-lidad de ella. Sus gentes, sus rincones, balconadas y farolas, las zonas peatonales y no tanto, esas terrazas, tan de aquí, lle-nas de vida, y tantos matices que pro-bablemente se me escapan pero que con toda seguridad no lo harán a mi pincel. Más allá de la gran importancia que como documentación gráfica de la ciudad puede llegar a alcanzar una

vez finalizado, me planteo este pro-yecto con dos objetivos. En Madrid hay establecimientos que se embellecen con alguna de mis acuarelas, (El Bistrot Maximiliam de la calle Santiago, El Viva Madrid, La Suiza, Cervecería Santa Ana, El Calle-jón de Madrid, Don Paco…), ¿por qué no volcar un detalle de mi arte en todos? ¿Es una quimera pensar en que haya un cuadro mío en cada bar, en cada restaurante, cada taberna, que se represente a sí misma? ¿Es una locu-ra tomar Madrid por una casi infini-ta, inabarcable sala de exposiciones en las que cada bar sea una escarpia en la pared, y cada fachada un tema que representar? Sí, evidentemente lo es. Lo es si se piensa en todos y cada uno, pero no si se piensa en una gran o una no tan gran parte de ellos. Y como intención última, (o primera, volvemos al huevo y la galli-na…) queremos plasmar el trabajo en

un gran libro o colección de ellos, que sirva además como gran guía gastro-nómica de Madrid. Hace unos meses me puse manos a la obra, y lo que empezó siendo un proyecto prácticamente inimagina-ble va tomando cuerpo. En gran parte gracias al apoyo que estoy recibien-do por parte de los propietarios de los casi ochocientos establecimien-tos que llevo pintados hasta la fecha; gentes como Lucio, Botín, o José Luis, entre otros cientos, nos han abierto sus puertas sin ningún tipo de traba. Y por supuesto por la colaboración de Clara, gran artista y compañera inse-parable, que trabaja conmigo sin des-mayo. La calle, una tabla, un papel, unos pinceles y acuarela eran mis “armas”. Armas que he ido afilando con el paso del tiempo y que espero me ayuden a desarrollar esta locura en la que me veo inmerso.’

Maximiliam

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Carlos Puente ortega

La Pizarra

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Carne y espíritu

Marcelo UrtiagaLa pasión , la carne y la licencia, la autorización que la sociedad da a la misma para poder manifestarse. Es por eso que aparece este contenido a veces de manera absolutamente manifiesta vinculada al cuerpo (sobre todo al cuerpo femenino) y a veces de manera más indirecta vinculada al poder de lo espiritual sobre la carnepor J.M.

PinTUra

No dejen al brujo suelto

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Carne y espíritu

El pintor a Reus

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Verena Jover, de Agencia Group, por Reto Halme

¡Viva la tauromaquia!Cuando la tinta se hace arte

Juan Francisco Casaspor JUAN CArLoS MoNroy

PinTUra

Desde su invención hace más de 100 años, la fotograf ía ha cum-plido funciones más allá de la

mera conservación de un momento preciso. También ha servido como fuente de inspiración para otras artes y son muchos los artistas los que han recurrido a ella para obtener la infor-mación necesaria para el desarrollo de su trabajo. Probablemente Gerard Richter haya sido uno de los más des-tacados exponentes en el empleo de la fotograf ía para extraer de ella su face-ta menos relevante a priori. El artis-ta español Juan Francisco Casas (La Carolina, Jaén, 1976) pertenece a la generación de las tecnologías domés-ticas en soportes de última genera-ción, de las webcam y las primeras cámaras digitales. Se vale de las imá-genes obtenidas con su cámara foto-gráfica digital para captar momentos de su vida personal que usará después para trasladar a sus lienzos. Quizá por eso llame tanto la atención el empleo del bolígrafo marca BIC como única

técnica en la mayoría de las últimas obras producidas. Instantes íntimos en los que la relación personal juega un factor de relevante importancia. La cotidianeidad en la vida en un joven de 34 años, primero vivida, des-pués retratada y finalmente ilustrada. Si bien Juan Francisco Casas comenzó investigando con el óleo sobre lienzo, es el bolígrafo BIC en papel lo que más ha marcado su trayectoria expo-sitiva de los últimos años. Es evidente su dominio del retrato humano y lo es aún más viendo la evolución de su trazo desde sus primeros coqueteos con el bolígrafo a sus últimos traba-jos en los que la luz, los contrastes y el juego de sombras se acentúan con suave delicadeza, especialmente en la temática de desnudos femeninos. El número de becas concedidas y galardones obtenidos en sus más de diez años de trayectoria pictórica ava-lan una carrera en pleno despegue con presencia más allá de nuestras fronte-ras. Colecciones privadas y públicas

cuentan desde hace años con obras del artista andaluz que avanza a pasos agigantados por el mundo del arte gracias a su estilo y a su técnica ava-lada por el éxito de ventas conseguido en ciudades que van desde Francia a los Países Bajos pasando, por supues-to, por España y varios países de habla hispana. Las ferias internacionales de Chicago, México o Miami suelen con-tar con su presencia, en gran medida gracias a la excelente labor realiza-da por su representante galerista en Madrid, quien supo ver desde sus ini-cios el potencial talento de este artis-ta que nos muestra su mundo como si fuera el nuestro propio. Puede que esa identificación del espectador con la temática de sus obras, unida por la accesible técnica del bolígrafo BIC, sea la clave de un éxito que llevará a Juan Francisco Casas a un territorio único donde sólo pocos tienen un merecido hueco. Estamos conven-cidos de que el tiempo nos dará la razón.

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¡Viva la tauromaquia!Cuando la tinta se hace arte

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Cuando la tinta se hace arte

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Cuando la tinta se hace arte

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JAELas promesas de la arquitectura española

El Ministerio de Vivienda muestra en Bruselas la mejor arquitectura joven españolapor JAvIEr MArTÍN

arQUiTECTUra

Pabellón de Bodegas Vega Sicilia, arquitecto: Manuel de Lara

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Jóvenes Arquitectos de España persigue mostrar que la excelen-cia arquitectónica no sólo se halla

en la obra de los maestros españoles de renombre internacional sino en el trabajo desconocido que se realiza en estudios de una nueva generación de profesionales que asegura un pro-metedor futuro para la arquitectura de España. Se verá el trabajo de 98 españoles dentro y fuera de nuestras

fronteras y de seis extranjeros que han encontrado en España el lugar donde dar forma a sus proyectos. Las edificaciones se hallan repartidas por 28 provincias del territorio nacional, si bien 13 se ubican en Madrid. Ade-más, cinco proyectos se levantan en Shanghai (China), Oaxaca (México), Groningen (Países Bajos), Budapest (Hungría) y Berlín (Alemania), dando muestra del enfoque internacional de

la trayectoria profesional de los jóve-nes arquitectos españoles, también muy interesados generalmente por la docencia y por la I+D+I.La exposición Jóvenes Arquitectos de España (JAE) se puede visitar desde hoy hasta el 22 de junio en la Casa de Asturias de Bruselas en el marco de las actividades culturales programa-das durante la Presidencia española de la Unión Europea.

Las promesas de la arquitectura española

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Cesar saldívar

Reciclar la memoria y más allá

FoTograFÍa

Las fotograf ías de César son como la primera y más dulce caricia de un amante anhelado

durante largo tiempo; o como una ola tranquila del Atlántico en un día estival abalanzándose sobre el cuerpo acalorado; o como una brisa marina a la hora de la siesta en la hamaca a la sombra de la higuera; o como una bellísima mujer cuyos esbeltos pasos resuenan en los pasillos de una casa señorial; o como una roca cuya edad no se puede ni calcular.El rostro de Chavela mirando hacia abajo conmueve hasta las lágrimas. La calavera de cristal sobre la superficie reflectante provoca una ola de esca-lofríos. Los rostros de los ancianos que guardan poderosos momentos humanos en cada una de las arrugas nos hacen temblar y nos lanzan a un océano de emociones complejas. El cuerpo de la flor nos transporta a un universo de sueños e intuiciones. La riqueza con la que nos encontramos

en la fotograf ía de César es pareja a la que nos da la bienvenida en la inmen-sa y espectacular tierra que es Méxi-co.Nos cuenta el artista: ‘El retrato es una de las formas que existe para rozar el alma de los demás. En estos retratos hay además un viaje interior. Un viaje por México. Un viaje por su historia y su raíz. Un viaje sensible y sensibilizador. Y que se convierte en mágico –paradójicamente – a través de la fuerza de su propio realismo. Desde España he sentido vivamente lo que es México como tierra y cul-tura. Lo he interiorizado en un sen-timiento abstracto, vital y dinámico. Es precisamente este sentimiento el que he querido plasmar en estos retratos y en estas series fotográficas. Elegí centrarme en la realidad que sucede entre lo rural y lo urbano. Con personajes que “nunca se fueron” y que llevan en si mismos, la dignidad, la pureza y fuerza de lo autentico.

En sus rostros está la historia de sus vidas y por lo tanto una parte de la historia nuestra. Es una realidad fas-cinante. Atractiva hasta por su misma inercia. Siempre he elegido mis temas fotográficos con toda libertad y con-vicción personal. Y este no iba a ser la excepción ya que además de mi reto estético, al hacerlo surgió en mi un interés sociológico a la vez que antropológico totalmente nuevo en mi oficio. Considero tam-bién que la fotograf ía mexicana con-temporánea se ha interesado por temas como “lo urbano”, “lo folklóri-co o indígena”, los movimientos de “ lucha social”, incluso “lo chicano” y hasta “la lucha libre”. Dejando así sin documentar estos personajes semi-rurales y su costumbrismo.Para mí, después de haber estado tan vinculado a la cinematograf ía, dirigir mi mirada hacia una parte profunda de mi país de origen; es un reto, es una ilusión, es un regalo.’

El fotógrafo mexicano César Saldívar, afincado en Madrid, nos vuelve a deleitar con sus bellas y potentes imágenes en blanco y negro captadas en Méxicopor LAILA ESCArTÍN HAMArINEN

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reciclar la memoria

Éste es el título con el que César Saldí-var presenta en el Instituto de México una instalación de 10 retratos anóni-mos de personajes semi-rurales mexi-canos. La exposición presenta una de las series fotográficas que forman parte de un gran proyecto fotográfico elaborado por el artista sobre México en los últimos tres años. Conocido por su estricto lenguaje analógico y mane-jo de luz natural, es la primera vez que el artista experimenta con otros len-guajes. Estampando sus retratos con técnica digital sobre papel reciclado. ‘Era necesario para mí, que este traba-jo –estos retratos – olieran a tierra y tuvieran en todos los sentidos la ener-

gía de México. Hice distintas pruebas y búsquedas experimentales hasta que este papel salió a mi encuentro en uno de mis tantos viajes’.Celebrando además el bicentenario de la Independencia, 10 años de carrera profesional como fotógrafo en España, el artista añade: ‘Hace una década jus-tamente en este mismo espacio colgaba mi primer trabajo de retrato en blan-co y negro; en ese entonces eran las estrellas de Almodóvar; hoy diez años después, son los ancianos de mi tierra a quienes rindo homenaje, ellos son la raíz y el soporte de la cultura mexica-na, que provocan en mi una verdadera fascinación fotográfica.’La exposición presenta también pai-sajes y momentos cotidianos corres-

pondientes a la serie: Igual nomás que diferente. Dicha serie fue la primera que vio la luz y ha sido expuesta en la semana cultural 2009 de la Universidad Rey Juan Carlos. Estas piezas produci-das en fibra baritado y montadas en dibond están hechas en el taller habi-tual que realiza los trabajos del artista en París. ‘México es un tema fotográfi-co dif ícil; cuido mucho de no caer en el discurso de otros fotógrafos. En todo caso mi interés por este tema es más sociológico y de recuperación ideoló-gica que banalmente preciosista. De hecho, la mayoría de las imágenes que he captado son bellas por su contenido y no por su forma. La poesía que tiene México es mucha.’ www.cesarsaldivar.com

César saldívar

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César saldívar

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La arquitectura de L.a

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shulman nos revela la rivalidad entre los desarrollos urbanos de Bunker Hill y Century City, dos

barrios emblemáticos de la ciudad de Los Angeles. La progresiva edifica-ción de Wilshire Boulevard, las exó-ticas expresiones arquitectónicas de Los Ángeles, los motores industriales que impulsaron el rápido crecimien-to de la ciudad, el heterogéneo tejido residencial de Los Ángeles y el papel relevante de Shulman en la reproduc-ción y promoción de las innovadoras Case Study Houses de acero y cris-tal, así como de los complejos resi-denciales de producción masiva. Las fotograf ías de Shulman de las inno-

vadoras y elegantes residencias de Los Ángeles contribuyeron a crear la visión que adoptó el resto del mundo del sofisticado estilo de vida del Sur de California.

Julius Shulman, que vivió en Los Ángeles desde los diez años y murió en esa ciudad en 2009, fue uno de los pocos artistas legendarios que presen-ció y documentó casi toda la historia de la ciudad durante el pasado siglo. Su trabajo representa una documen-tación de cómo se desarrolló la urbe desde que era un pequeño lugar hasta convertirse en la metrópolis que hoy conocemos.

A lo largo de las más de 70.000 impresiones que constituyen su archivo completo muestra, no sólo las construcciones más caracterís-ticas y los sitios que ya son símbo-los de la ciudad, sino que recoge además todos los tipos de vivienda y sus transformaciones a lo largo de los años. Más que simples obras de arte o imágenes comerciales , las cautivadoras fotograf ías de Shulman son valiosos documentos visuales de la radical evolución de esta metrópolis , con las cuales el artista educó al público sobre el poder de la fotograf ía arquitectó-nica.

Julius ShulmanUno de los mejores fotógrafos internacionales de arquitectura nos revela la belleza de Los Angelespor LUCÍA pérEz

FoTograFÍa

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La arquitectura de L.a

Pixeland

2009 - Óleo sobre lienzo

Spencer House (Malibu, Calif.)1965.

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La arquitectura de L.a

Teatro Academy. Inglewood, California. 1940. J. Paul Getty Trust

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La arquitectura de L.a

Hotel Century Plaza. L.A. California, 1966. J. Paul Getty TrustTeatro Academy. Inglewood, California. 1940. J. Paul Getty Trust

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Hemos reunido a estas cinco fotógrafas bajo el argumen-to de la indiscutible calidad

e innovación de su trabajo y por su reconocimiento internacional.La propuesta temática elegida, las Mujeres, se presenta desde perspecti-vas y enfoques bien distintos:Isabel Muñoz, coherente con su per-sonalísimo universo creativo, indaga en las mórbidas y fascinantes formas del cuerpo femenino, a medio camino entre la figuración y la abstracción, en

tanto que las fotos de Gabriela Grech nos conducen a un mundo onírico, donde la superposición de imágenes actúa como una metáfora de la confu-sión anímica y emocional. Utilizando el cuerpo como inagotable fuente de creación, los autorretratos de Sole-dad Córdoba brotan del inconsciente más profundo y sugieren una reali-dad paradójicamente irreal, mágica, premonitoria. Irreal es también el inquietante rostro elegido por Bea-triz Moreno, andrógino, perplejo,

del que ha eliminado todo atisbo de sombras y volúmenes. Ouka Leele, a través de sus llamativos colores y una innegable imaginería personal, no duda en disfrazarse de Dolorosa para recrear una ficción metafórica, al mismo tiempo que nos hace cómpli-ces de realidades cotidianas cargadas de simbolismo.En todo caso, hemos querido tam-bién evidenciar el esfuerzo que Espa-ña realiza a favor de la igualdad de género.

Mujeres & Mujeres¿Por qué Mujeres & Mujeres? Porque, evitando la tentación de recurrir a la controvertida discriminación positiva, la mejor fotografía española contemporánea es, en gran medida, fruto del trabajo de mujerespor BLANCA BErLÍN

FoTograFÍa

riqueza de visiones

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riqueza de visiones

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Isabel Nuñez, Serie Danza Cubana

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riqueza de visionesNadie supo lo que se venía

Ouka Leele, Herida como la niebla por el sol.

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riqueza de visionesNadie supo lo que se venía

Gabriela Grech, Imágenes de una confusión.

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El Grabador Auténtico

graBaDo

por ErNESTo FLorES

Arriba y abajo

Manifiesto poeta

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Me he alimentado de nopales y maíz,he mamado de la cultura

europea y de la prehispánica,bebo mezcal y absenta.

Soy de allá, pero algo tengo que ver con este ladoy estoy aquí para descubrirlo,para descubrirme, supongo.

Hago lo que me correspondeaunque no corresponda al tiempo o al lugar,y procuro hacer lo mío, que no es mío.

Qué más da… dejarme suceder.

Persistencia

Manifiesto poeta

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nuevas tecnologíasMiscelánea

Dedicar una exposición a la defensa de la belleza es supo-ner que ésta está siendo ata-

cada, ya que las artes actuales, como dice Umberto Eco, no pretenden ofrecernos la contemplación de for-mas armónicas y por tanto que debe reivindicarse la actualidad y la vigen-cia de la belleza.Esta exposición que adopta como nombre, un viejo tratado de Leone Battista Alberti sobre la pintura, quiere afirmar de manera rotunda la pervivencia de sus reglas, el buen uso de la composición, la permanencia de las leyes de la perspectiva y la idea de los géneros como universos temáticos coherentes.Aunque resumirla en pocas palabras siempre resulte dif ícil y empobrece-dor, la belleza según Alberti, es fruto

de la proporción y medida y por tanto armonía, es autónoma y por tanto sujeta a la razón, es serena y sensual y por tanto natural. Las proporciones entre las cosas representadas, no son designio del capricho o del azar, sino consecuencia de la adecuación a un orden natural y por tanto asumen un sentido teleológico. El canon estéti-co que Alberti propuso, fue atacado desde la pintura de manera rotunda con el avenimiento de las vanguar-dias. La pintura sufrirá, desde enton-ces, numerosas “ crisis de identidad”, que la apartarán de la representación de la naturaleza, de las leyes de la perspectiva, de una idea estable de belleza.Será la fotograf ía la depositaria de esa tradición centenaria, la fotograf ía encontrará en la tradición pictórica y

muy especialmente gracias a uno de sus movimientos más universales, el pictorialismo, un catálogo de imáge-nes, formas de utilizar el color y la luz, un repertorio de temas, maneras de construir encuadres o ejercicios de composición. Desde ese preciso ins-tante, la sintaxis fotográfica se pon-drá al servicio de los géneros de la pintura: retrato, desnudo, naturaleza muerta y paisaje.

Si esta idea fue válida en la fecha de invención de la cámara, es en la actualidad, desde la postmoderni-dad donde con más fuerza revive, ya que se ha instalado en nuestros días un modelo de fotograf ía esce-nificada, que utiliza el remake como recurso creativo y la mirada atenta a la pintura, sus géneros y mitolo-

De pictura, en defensa de la belleza

arTE

Es una opinión extendida, aunque por ello, no exenta de arbitrariedad de que lo bello es un elemento esencial de la obra de arte. No obstante la práctica artística durante la gran parte del siglo XX ha sido ajena a la idea de lo bello en un sentido más tradicional, sacrificada en pro de la idea de la expresión o más allá de ésta, hasta el estremecimiento moralpor M.M

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nuevas tecnologíasMiscelánea

Pierre Gonord

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nuevas tecnologíasnoticias desde san Petersburgo

gías como marco de reflexión.Jeff Wall, fotógrafo totémico de la postmodernidad dirá: ‘La naturale-za es el medio por el que la belle-za y la complejidad se unen. Y la naturaleza es la primera referencia del arte’, casi seis siglos más tarde que Alberti. La demostración de esta tesis , como no puede ser de otra manera en una exposición, viene avalada por la confrontación de pasado y presente, con la pre-sentación de un grupo de fotógra-fos internacionales de contrastado renombre agrupados bajo el disímil paraguas de un nuevo pictorialis-mo, quienes revisitan las grandes mitologías de la pintura de Manteg-na, Caravaggio o Velázquez en unos

casos o en otros adoptan modos, temas o sintaxis pictóricas.

¿Cómo son los nuevos géneros?

El balance de lo que es el retrato como sede simbólica de la identi-dad, que se obtiene de confrontar, en esta exposición, las pinturas con las fotograf ías Pierre Gon-nord y Erwin Olaf, supone que en este caso, subsiste la genealogía del retrato y sus reglas inveteradas, y se niega la noción de progreso por su disposición de los códigos del pasa-do en la interpretación y definición del presente.El análisis del desnudo, combate

entre el deseo erótico y la razón, vendrá de revivir la pasión con-trarreformista de un neobarroco como Javier Velasco que someterán a la carne a suerte de tormento en pos de una liberación. En otro caso como en el de la fotógrafa gallega Victoria Diehl, la carne será mitad mármol, alabastro, granito y mitad mortal para dar idea del dolor de lo humano y del goce de lo divi-no. Finalmente Anthony Crossfi-led hablara de lo corporal como mutación como intercambio como intersubjetividad, a través de sus fotograf ías.En el paisaje, en un caso se coteja la naturaleza amable con la natura-leza herida de Peter Thomsen, y en

Ellen Kooi - Hindeloope.

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nuevas tecnologíasnoticias desde san Petersburgo

otros, la representación de lo natu-ral se traslada desde la óptica del goce de los sentidos en el caso de Ellen Kooi o de Carlos Cid hasta la denuncia explícita de la destrucción del entorno.La naturaleza muerta, quizá el más simbólico de los géneros de la pin-tura, expresión de la fugacidad de la vida y de la vanidad de las cosas mundanas, recala en el neomanie-rismo poético de Manuel Vilariño o en otros casos como en Peyrotau & Sediles cuenta nuestro vacío, nues-tro dolor, nuestra náusea, nuestro miedo, la crisis por el simple hecho de existir.Respecto a la pintura de Historia, el centro de gravedad de la repre-

sentación pictórica pasa del “Cielo a la tierra”, cuando parecía que no había nada digno de contar, en un intento por “modernizar el conte-nido”, aparece en escena lo asimbó-lico, lo banal, lo grotesco e incluso lo inmoral. En ese entorno estéti-co se explica la obra de Goya, sus Caprichos, sus Desastres, sus pin-turas negras recreados por Yasu-masa Morimura como una suerte de delirio autobiográfico del mundo actual. Donde Goya pone garrotes o fusiles, Morimura introduce mar-tillos o cazas de guerra, donde hay monstruos pone personajes de car-naval chino, donde hay un aquelarre de brujas se multiplica él mismo.El supuesto del que parten Anthony

Gayton y Erwin Olaf es otro, quizá su mirada sea imitativa, cómplice, devota de la gran pintura de Cara-vaggio y como en él, sus imágenes poseen la fuerza del naturalismo que cautiva y deslumbra. Gayton com-parte con el maestro, la esfera de lo dramático, de lo teatral, la obse-sión por la perfección en el detalle, por el preciosismo de la textura y del color, y la afección por un tene-brismo tan violento como hermo-so. Como afirma Calvo Serraller “ Los géneros han sobrevivido al más puro informalismo”, y a pesar por tanto de la gran denostación que la modernidad impuso, la experiencia estética puede y debe seguir siendo un acto agradable y sereno.

Petur Thomsen.

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nuevas tecnologíasMartina Hemm

nacida en los lejanos montes de Vermont, pero criada en Alemania, Martina Hemm ha

viajado por el mundo, y ya constan-te en su vida siempre se ha mante-nido: la comida, el lenguaje común de todos los estómagos; el lenguaje con el que creció

Esta joven fotógrafo y escritora vive actualmente en Madrid, desde donde escribe para BUCultureS -hock.com y realiza reseñas de res-taurantes para Cellar Tours . Sus recetas y fotograf ías se pueden encontrar en su Web

www.theforeignkitchen.com

“Algunos piensan que la comida es un mal necesario. Meten paquetes de comida prefabricada en el micro-ondas y mantienen limpio el fogón. Pobres diablos, no tienen ni idea. La comida es sensual, y merece nuestro respeto, nuestra adoración, hambre, deseo y lujuria. El subtítu-lo de mis fotograf ías es una senci-lla pregunta: ¿Ya con hambre? Mira la crujiente miga del pastel. Mira cómo contrasta con la sedosa suavi-dad de la crema de la ganacha, tan oscura y voluptuosa que te entran ganas de bucear en ella, revolcán-dote en su belleza pecadora como en la cama con un amante larga-mente anhelado. Y mira el fresco y

luminoso rizo que hace el brote de soja al descender por su lecho de torrija remojado en Bloody Mary. La suave curva del jamón, tan ino-cente que hasta te sientes mal por desear comértelo; pero te lo comes, ¿verdad? Estás muriéndote de ganas de hincarle el diente a esa loncha de jamón, y de chuparte la ganacha de los dedos; te quieres comer hasta la última miga; bien; eso es lo que quiero que hagas; deséalo; cocína-lo; quiero que te lo comas; quiero que saques hasta la última cacero-la de los armarios prohibidos y que te enamores profunda y locamente de tu cocina. Quiero empezar líos amorosos culinarios foto a foto.’

Fotografías suculentas

FoTograFÍa gasTronÓMiCa

A veces te coge un viento fuerte y frío que sale de tu inconsciente como una fiera maravillosa y te arranca la razón.Quedas solopor FErNANDo HErváS

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Santiago Infiernonuevas tecnologíasMartina Hemm

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nuevas tecnologíasLa Tristura

Los cuatro componentes de La tristura se conocen en Madrid en 2004 y comienzan a traba-

jar un año más tarde. Formados en el ámbito teatral, han centrado sus trabajos en la investigación de nue-vos lenguajes escénicos, a través de la creación de mundos propios y de un uso cuidado de la palabra. Trabajan sobre el amor, la resistencia, el aban-dono y el dolor de los cuerpos. Tras su paso por Escena Contemporánea, presentan en La Cuarta Pared de Madrid “Actos de Juventud” que pone cierre a su trilogía del Fin del Mundo. (“La velocidad del padre, la velocidad de la madre”, “Años 90. Nacimos para ser estrellas” y “Actos de Juventud”).¿Qué deseo nos lleva a pensar, en la juventud, que podemos vivir con los demás, que podemos entendernos, que podemos juzgarnos? ¿De dónde viene esa esperanza? La juventud es el tiempo de la comunicación, del camino hacia el otro. En la juventud el movimiento no tiene discusión, es f ísico, natural. ¿Es posible pensar juntos? ¿Puedo sufrir contigo?Con motivo de nuestra invitación Celso Giménez, uno de los compo-nentes de la compañía, hace unas preguntas al resto, uno a uno. Itsaso Arana, Pablo Fidalgo y Violeta Gil.

Celso –¿Cuál es tu primer recuerdo

de La tristura?Pablo –El primer momento en que soy consciente de en qué nos hemos metido es en Sevilla después de estre-nar “La velocidad…”, tirados en el suelo de un barrio de las afueras. El Barça había perdido la Liga, el Celta había bajado a Segunda y nosotros intentábamos cargar una cruz de madera inmensa en el techo de una furgoneta. Violeta –En la antigua casa de Celso y Pablo en Moratalaz. En el suelo de la cocina. Habíamos arrastrado a Itsaso hasta allí. Estaba con tres per-sonas haciendo planes para cambiar el mundo, no sabía si se iba a tratar de algo serio y posible o si estábamos proponiendo derrumbar edificios enteros. Cuando Itsaso preguntó si lo que queríamos era hacer explosivos, pensé que estábamos hablando de algo real. Que aquello era un princi-pio.

Itsaso –A veces, nos dibujo en fila, unos detrás de otros, con la mira-da en el suelo. Quizá porque una de los primeros recuerdos que tengo de nosotros es cruzando un puente sobre la autopista, por una acera muy estre-cha, de vuelta a casa, con la luz en los ojos, antes de que terminara el día.Celso –¿Qué cineasta crees que ha influido más especialmente en “Actos

de Juventud”?Pablo –Pienso en Cassavetes, Philippe Garrel y Wong Kar-wai. Porque aun-que digamos otra cosa, sólo hemos hecho una obra de amor. Es lo único que sabemos hacer. Urgencia, caricia y gesto. Estos son los cineastas que mejor han filmado la (im)posibilidad del amor, el agotamiento y la soledad irremediable de los amantes.Violeta –En “Años 90” con Béla Tarr estaba mucho más claro. Ahora no se ve tan fácil. Creo que Gus van Sant ha sido importante en la distan-cia, porque su tiempo se ha metido en el nuestro, y su manera de grabar jóvenes se parece de algún modo a nuestra juventud, se parece a nuestro deseo de juventud y de belleza.Itsaso –Víctor Erice, Jean-Luc Godard y John Cassavetes.Celso –¿Te gusta el teatro? ¿Crees que lo haces se puede llamar así?Pablo –La palabra teatro me hunde. Me llena de orgullo. Me hace ridícu-lo. Me hace antiguo. Me hace el más moderno de todos. Pienso que lo que hago es materializar los conceptos. Los conceptos son materia, la mate-ria es moderna. Los artistas no. Hago teatro, pero preferiría cantar.Violeta –Estoy en frente de un mon-tón de gente enseñándoles mi vida. Una tradición de siglos. Me he apren-dido algo, pero hoy lo hago como si

Actos de juventud

TEaTro

Actos de juventud: amar, gritar, correr, robar, perder, bailar, hundirse, men-tir, arder.por CELSo GIMéNEz

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nuevas tecnologíasLa Tristura

fuera la primera vez. Me gusta y lo odio. Después de actuar pienso que no debo volver a hacerlo jamás. Actúo amando a los que están en frente. Acabo sin fuerza para mirar a nadie.Itsaso –Sí, me gusta mucho, veo obras de teatro cada día. Sería imbécil si no me gustara, aunque a veces lo pienso. El teatro deja de gustarme en la medi-da en que no me gusta la vida, o el mundo o yo misma. Pero hay días en que todo funciona/ Y suena la músi-ca/ Y nada más. Si el teatro es poner-se frente a los demás, lo que hacemos lo es. Supongo que es la única posi-bilidad.Celso –¿Qué te hace detenerte en la calle?Pablo –Me detiene en la calle la enfermedad y la violencia. Me detie-ne en la calle Alicia y los carteles de las películas. Los anuncios de viajes baratos, los puestos de libros roba-dos. Me detiene Alejandra, el cielo

de Madrid, las zanjas, los niños que juegan al fútbol en la Plaza del Reina Sof ía. Me hacen detenerme los aman-tes muy guapos o muy feos.Violeta –La luz por la tarde en Madrid. Un rostro extraño, alguien muy guapo, alguien deforme. Me hace pararme normalmente alguien que habla fuera de tiempo, alguien que está teniendo una escena íntima.Itsaso –Un rodaje. El sol, el cielo. El desprecio. Una manifestación. Celso –¿Por qué crees que las perso-nas que ven “Actos de Juventud” sien-ten que es el final de La tristura?Pablo –Recuerda, Celso, que nadie hizo caso al hombre que se paseaba por L´Aquila con un altavoz anun-ciando que iba a haber un terremoto. Nadie comprende que la belleza no tiene final.Violeta –Porque es dif ícil exponer un recorrido en la escena, con principio y final, sin que parezca que nos esta-

mos despidiendo.Itsaso –Porque lo es. La producción de espectáculos no tiene sentido si no forma parte de un desarrollo vital natural. Después de estos años de tra-bajo juntos hemos cambiado mucho, hemos crecido y hemos experimen-tado la violencia del hecho teatral. No queremos pararnos ahí, debemos seguir haciéndonos las mismas pre-guntas cada día, quién quiero ser, qué quiero hacer, en qué mundo quiero vivir. Las respuestas nos llevarán a otra parte, aunque en este país seguir un camino propio suele conducir al desastre. Pienso en las palabras de Antonio Fernández Lera: Presiento que lo que se acerca es el final. De algo. El final de algo.

Actos de JuventudLa Cuarta Pared, Madrid.Del 11 al 27 de marzo. De jueves a sábado. 21:00 horas.

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Basada en una historia real reciente, esta película narra la relación de amistad entre un músico abocado al abandono social y mental y un solita-rio periodista en crisis existencial. Ambientada en Los Ángeles, la música transciende la indiferencia en el espacio urbanopor JESúS GoNzALo

Cine

Música sin techo El Solista. Dir: Joe Wright, 2009

U no frente a otro, debajo de un puente que cruza una tran-sitada calle, una cualquiera

cercana a la redacción de Los Ánge-les Times, Nathaniel Ayers ( Jaime Foxx) y Steve Lopez (Robert Downey Jr.) suspenden el tiempo fundidos en unas notas salidas de un violonchelo. A su lado queda el trasiego, el ruido y el tráfico diario. Basta con ese foto-grama para entender lo que sucede entre ambos personajes: la soledad y las miserias de cada uno desaparecen para dejar paso a la belleza. Belleza y podredumbre son descritas con inusi-tada maestría y verosimilitud por el director Joe Wright. No hay impos-tac ión , n i a m a n e r a -miento, ni sens ib ler ía en su dis-c u r s o , s í humanidad. El cine ame-ricano, tan d e n o s t a d o por muchos, v u e l v e a d e m o s -trarnos su poder para contar historias sencillas sin retórica alguna, llegando a la médula de los sentimientos sin falso dramatismo, ni atajos ni trampas de estilo.

Wright no ejerce de nuevo Capra, ni siquiera como el Lawrence Kasdan de Grand Canyon, aunque su intención contenga la bondad y la solidaridad que caracterizan a autor y a obra. Los

tiempos son otros. Pese a tomar una historia real (periodista y músico se conocieron en 2005) llevada a la pági-nas impresas del periódico de López (como se cuenta en la película), el cineasta logra eludir la frialdad ef íme-ra del tratamiento periodístico y la fic-ción novelada apoyado en el excelente guión de Susannah Grant. La histo-ria es contada con la agilidad que ha caracterizado siempre a la mejor lite-ratura americana, aquélla que descri-be a sus personajes desde los hechos, desde la acción narrativa, no desde la reflexión inducida. Reconocido por sus trabajos de época ambientados en Inglaterra (Expiación, Orgullo y

Prejuicio), W r i g h t a t e r r i z a en la vida real de una gran ciu-dad, en sus m i s e r i a s y frustra-ciones, en vidas trun-cadas para la felicidad por distin-tos moti-

vos: la soledad de un periodista con fracaso matrimonial e hijo a cuestas que no acaba de entender su posición en todo esto y la enfermedad mental que le sobreviene a un genio musical abandonado a su destino errante.

López tropieza y cae de la bicicleta (San Pablo del caballo antes de ver la Luz). Parece una señal. Busca his-

torias interesantes que contar en su columna, pero no halla inspiración hasta que da con Nathaniel Ayers, un tipo que arrastra un carrito como única propiedad en el mundo. Toca un violín con sólo dos cuerdas bajo una estatua de Beethoven y, según acier-ta a decir entredientes, un pasado prometedor en la prestigiosa Julliard School of Music de Nueva York. A partir de ahí, renglón a renglón, momento a momento compartido, sus vidas quedan unidas por el sonido redentor de un violonchelo que tanto da luz al presente como (estupendos los flashbacks) a un pasado de esqui-zofrenia que separa a Nathaniel de la lucidez, de su carrera y del único vín-culo familiar: su hermana.

Frente a frente, el primer mundo (Frank Gehry con sus edificios) y la miseria (hacinamiento en lugares de acogida). López descubre no una historia sino miles de ellas en los sin techo que habitan Los Ángeles, en su propia “espalda del mundo”. Tiene que tomar partido, nunca lo hizo, ni con su hijo ni con su ex mujer. Pero debe hacerlo con mucho cuidado, no se puede ayudar a alguien si éste no quiere ser ayudado, por las razones o, mejor, sinrazones que sean. La fragi-lidad de Nathaniel pondrá a prueba su capacidad de amistad y a sí mismo, al tiempo que el compromiso le res-catará de la soledad y del desánimo.

La música detiene el tiempo debajo de un puente, entre el ruido de fondo que inunda las grandes ciudades y que hace invisible a quienes las habitan.

PisTas

Robert Downey Jr (Steve Lopez) y Jamie Foxx (Nathaniel Ayers).

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Cuerpos que surgen de las penumbras y se alzan sobre la tierra de la que salen; instintos y pasiones de seres des-unidos en sociedad; hombre y

mujer, puntos de partida y de salida de una especie…Wim Vandekeybus propone un viaje de misterio y luz sobre el alma

por JESúS GoNzALo

Cine

El movimiento nace en el suelo niewZwart (nuevoNegro) Ultima vez/Wim Vandekeybus

E l coreógrafo y director de escena Wim Vandekeybus vol-vía durante dos días (19-20

de febrero) a uno de los escenarios españoles más devotos , el Teatro Central de Sevilla. Lo hacía con Última vez, compañía renovada con miembros procedentes de países distintos e integrada para este espectáculo por siete bailarines, un actor/narra-dor y, elemento igualmen-te definitorio en la pieza, un ef icacísimo trío de guitarras y percusión lide-rado por el también belga Mauro Pawlowski (Deus). Los poemas declamados de Peter Verheist sirven de linterna –subjetiva – en este jardín ignoto.

“Nuevo Negro es un tra-bajo que explora la parte del inconsciente, de la intuición y el impulso del ser humano”, nos dice el autor. Bucear en este universo inma-terial no es fácil, así pues el acerca-miento visual debía ser abstracto y al mismo tiempo inteligible. El plan-teamiento narrativo se torna en ciclo vital, con inicio-nacimiento y fin-muerte marcados por la oscuridad (penumbra misteriosa al principio, mayor hacia el final) y los cuerpos desnudos de los actantes. Este círcu-lo describe el proceso asociativo de la civilización humana, debilitando

el hecho motriz diferencial que nos distingue a los humanos de otros primates: andar erguidos. Así pues, el suelo (el dolor) será el factor fun-damental desde el que partir (parir)

un movimiento que tenderá hacia la verticalidad, hacia la escultura, hacia el espíritu. “He escalado la nueva montaña, me he arrastrado hasta el otro lado como si esperase ver en la cima un nuevo sol; con los ojos cerrados, en los huesos he mirado”.

Vandekeybus ha seleccionado a cada bailarín por su f ísico para adop-tar un rol determinado en la obra: virilidad-agresividad, inteligencia,

el mono que llevamos dentro, la sensibilidad femenina, la fertili-dad… y todo un bestiario de gestos de plasticidad contrahecha y sincro-nización eficaz, aunque no eviden-

te en la primera parte, que nos acercan a los (grupos) de animales y a comportamientos instintivos de super-vivencia y luchas de poder (choques en el aire). Definido por un decurso oxigenado en tensión-distensión en el que deja espacio para la improvisación de los bailarines, la ener-gía y la velocidad se incrementan y estallan en distintos ángulos espaciales acompaña-dos por el sonido evo-

cador y catártico del trío de Pawlowski (colgado en una

plataforma tras pasar por el suelo y tomar muestras de sonido per-cutiendo directamente los cuerpos lacerados en el suelo), que tanto si es rock rítmico como si ruidista (potencialmente descriptivo en su abstracción) jamás le falta imagina-ción y recursos técnicos para soste-ner el intenso diálogo música-danza que desciende hasta el silencio en un negro profundo levemente ilumina-do por una luz blanca.

Metáfora del alma.

PisTas

Ultima Vez nieuwZwart \ foto©Pieter-Jan De Pue.

Danza-Música

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nuevas tecnologíasManifesto

Vi v i m o s e n u n a co n s t a nt e manipulación: por parte de nuestra familia , de nuestros

profesores , de nuestros jefes , de nuestros compañeros de trabajo, de los políticos , de las empresas , de las ONGs , de los medios de comunicación e incluso por parte de desconocidos . Ese es el estado natural de las cosas

Po demos ser consc ientes o no de esa manipulación. Pero s i lo somos , tenemos la posibilidad de reaccionar y manipular a la vez a nuestros manipuladores . Hoy en día todos tenemos al alcance herramientas que nos permiten esta remanipulación.Precisamente el placer supremo se obtiene al manipular al mani-pulador sin que éste se dé cuenta. Pero sin ánimo de humillar, sim-plemente por el placer de situar-te por encima de él , mirar hacia abajo y p ensar “p obre c i to”. E s como perdonar a alguien cuando

el destino te ha brindado la posi-bilidad de machacarlo.Si Hansel y Gretel, o en este caso Gretel y Gretel cayesen hoy en día en manos de una malvada bruja o se viesen abocadas a convivir con u n a m a d r a s t r a a m e d r e nt a d o r a tendrían en la manipulación una valiosa herramienta: dejar pensar a la bruja/madrastra que sí , que les da mucho miedo, que se deja-sen atar y amordazar para tener contenta a la pobre malvada para, p o s t e r i o r m e nt e s e g u i r co n s u juego de Lolitas cuando la sesión atemorizadora ha f inalizado. ¿No es acaso eso lo que muchos niños hemos hecho a lo largo de la His-tor ia? Cuidado, la s muñequitas de porcelana s in miedo pueden ser muy manipuladoras . Además ¿Quién dice que Lolita sólo mani-pulaba a presuntos amantes? Moraleja: sólo te pueden manipu-lar si te dejas manipular, así que manipula a tus manipuladores y, sobre todo ¡disfrútalo!

Two Gretels

MoDa

por DEFF

Marionetas.

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nuevas tecnologíasManifesto

Marionetas.

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nuevas tecnologíasPop familiar

arreglos a doce manos de violi-nes, banjos, guitarras, xilófo-nos, panderetas, acordeones,

ukeleles, pianos, baterías y pande-ros…. Canciones que nos trasladan de lugares oscuros a claros éxtasis sonoros. Tomando prestado el títu-lo de un poema de Walt Whitman como nombre de la banda, Hola a Todo el Mundo nace en la prima-vera del año 2006. Ensayando en casa , rodeados de instrumentos , dan forma a sus primeras compo-siciones . Canciones largas , llenas de diferentes pasajes , que como un viaje progresan de forma cam-

biante para nunca volver atrás. “Un luz que nos guía para encontrar la única verdad del espíritu”, como ellos mismos explican en sus letras, un tanto proféticas, mezcla de fabu-las o cuentos agoreros.

En el año 2007 graban su prime-ra maqueta en los estudios Hea-troom de Madrid. Y un año más tarde debutan en la Sala Sol como teloneros del grupo sueco Club 8. Comienza así su andadura en direc-to, tocando, con tal solo un puña-do de canciones en myspace, en el Festival de Otoño de la Comunidad

de Madrid, en el Wintercase 2008, o en el Primavera Sound 2009, entre otros. En abril del 2009 fue-ron elegidos por la revista Mondo Sonoro como “una de las tres mejo-res bandas madrileñas debutantes”. Este mismo año fueron galardona-dos por los premios Pop-Eye 2009 como “mejor grupo Folk del año”. Y actualmente el EP3 del País los con-sidera “La Apuesta 2010”.

En Marzo de 2010, Hola a Todo el Mundo lanzará su primer disco, producido por Luca Petricca en Reno Studios (Madrid).

Hola a Todo el Mundo

MÚsiCa

Son un sexteto de Madrid que con su primer disco ofrece una propuesta musical fresca, vital y sobretodo única en este país. Mezclan, consiguiendo un estilo propio, referencias tan dispares como el pop de Devendra Banhart con la electrónica de Animal Collective. Van de la grandiosidad rock de Arcade Fire al intimismo folk de Vetiver. Y todo puede ocurrir en la misma canciónpor JAvIEr MArTÍN

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nuevas tecnologíasPop familiar

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Maika Makovsky

L leva una semana lloviendo en Barcelona , esa ciudad que a Maika Makovsky le suena

a guitarra eléctrica y a destrozar zapatos . Llego puntual a mi cita con esta artista de padre macedonio y madre andaluza que con sólo 15 años ganó el Festival de Pop Rock de Palma de Mallorca.Estoy bebiendo una copa de vino blanco y hojeando La Vanguardia, algo despistado, cuando una mujer joven y radiante se sienta enfrente de mí:

-¿Eres Pablo, de la revista Mu?- me pregunta esbozando una sonrisa de dimensiones kilométricas.No la había reconocido. Se ha corta-do la melena que lucía en el Prima-vera Sound y ahora que la puedo ver de cerca descubro en su mirada una inocencia imperceptible en el soni-do de sus discos. Su sonrisa –como

decíamos, kilométrica – neutraliza por momentos el aguacero que cae fuera. Como he superado recien-temente el temor a caer en tópicos empiezo la conversación hablando del tiempo.-Lleva más de una semana sin dejar de llover. ¿Cómo llevas este duro invierno?-Me entran muchísimas ganas de quedarme en casa y muy pocas de hacer nada. Yo soy de las de la man-tita y alfombra de pelo. Y si tuviera chimenea ya sería la bomba… Pero en Barcelona, excepto en el Paseo de Gracia, es muy raro que las casas tengan chimenea.-Además de en Barcelona, has vivi-do en Palma, Madrid, Nueva York… ¿Cómo inf luye esta condición de nómada en tu obra?-Creo que de forma muy positiva. Vengo de una familia multicultural. Mi madre es andaluza y se crió en

Palma y mi padre es macedonio. Hasta los 15 años viví en Mallorca, luego en los Alpes, Madrid, Barce-lona, Nueva York y de nuevo Bar-celona. Cada vez que llegas a un sitio nuevo te cargas de energía y te empapas de nuevas influencias, del arte que están haciendo otras per-sonas y también del aura de esa ciu-dad. Yo creo mucho en el aura no sólo de la gente, sino también de los sitios y de los objetos. No sé cómo ocurre pero cuando llego a un sitio siempre se producen cambios en el sonido de la música que compongo.- ¿Y qué te han transmitido estas ciudades?-Mallorca tiene un aura de guitarra acústica; Barcelona, aunque para mucha gente sea otra cosa , para mí es guitarra eléctrica y destro-zar zapatos bailando o pataleando; Madrid es una caja de ritmos recu-rrente; los Alpes son como un disco

Eclecticismo nómada

MÚsiCa

La condición de nómada de Maika Makovsky se refleja en el eclecticismo de su tercer disco, un trabajo soberbio que nace de la superación de una crisis existencial y que ha producido John Parish, el célebre colaborador de PJ Harveypor pABLo BLázqUEz

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Maika Makovsky

Foto Albert Manau.

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nuevas tecnologíasMaika Makovsky

de ambientación, como sonidos de la naturaleza; y Nueva York es un sampler pasado de vueltas y hip hop acanallado.El último disco de Maika Makovsky es un trabajo soberbio, sorprenden-te. Grabado en Reino Unido bajo la producción de John Parish, músico célebre por sus colaboraciones con PJ Harvey, es una obra que emer-ge de una situa-ción existencial de crisis. En este trabajo la artis-ta se enfrenta a hombres sin san-gre en las venas (No Blood) y a tipos por los que desangrarse (The Bastard And The Tramp , O h M Ah); reivindica el amor volcánico (Lava Love , The Deadly Potion Of Passion) y renie-ga de ese otro que tan solo es droga mal cor-tada (Game Of Doses). También se arrodilla ante el diablo (Devil Tr i ck s ) , su sp i -ra por la vida en el campo desde los rascacielos de Manhattan (City Life) e incluso le da tiempo para realizar la portada, dado que la pintura es otra de sus adicciones.-Creo que voy a tener que salirme de casa porque ya no caben más cuadros – bromea.Yo vuelvo inmediatamente a la carga. Quiero que me hable de ese disco que acaba de publicar con Origami Records, un sello indepen-diente que cuenta en sus filas con bandas tan prometedoras como Havalina o Beat Boam . -¿Cómo definirías este último trabajo?-pre-gunto mientras sirvo más vino.-Si mi primer disco [Kradiaw, 2005] es el más canalla y extrovertido, y el

segundo [Kraj So Kóferot, 2007] es más acústico e intimista, creo que este último trabajo es el más com-pleto. Quizá el adjetivo completo suene algo frío para un trabajo tan visceral pero creo que se podría calificar así porque las canciones abarcan un abanico mucho más extenso de estados de ánimo. Por eso pensé que se debía llamar como

yo, Maika Makovski. -¿Y cómo surgen estas nuevas can-ciones?-Se trata de la entrada y salida de una crisis . Los temas más oscuros están escritos al principio y duran-te. Después hay canciones que te sacan de esa espiral y arrojan luz porque ya se está saliendo del lugar tenebroso. Está escrito en el perio-do de un año y es un disco muy variado aunque creo que tiene una cohesión muy fuerte. La variedad viene del caos y por los extremos que entonces estaba viviendo.-¿Cómo articulas tu proceso creati-vo?-Lo primero es tener algo que decir.

Si no tengo nada que decir no me siento a componer, no me pare-ce honesto. Pero cuando se cum-ple este requisito imprescindible puedo empezar por la letra , por unos acordes , por una melodía o por una repetición de guitarra o de batería. La repetición es algo que me interesa mucho y que ya se ve en este disco. A veces empiezas por un

camino y l legas a otro completa-mente dist into. Estos t ráns i tos son muy positi-vos.-¿Y cómo ha sido la experiencia de trabajar con John Parish?-Ha sido genial. Tiene las cosas muy claras y sabe p e r f e c t a m e n t e lo que quiere en cada momento y eso se refleja en su trabajo y, por supuesto, en este disco. Además es una persona muy agradable y muy fácil. Fuera sigue llo-viendo ( la cosa t i ene v i s o s de diluv io univer -

sal) pero el vita-lismo que desprende Maika es una buena forma de guarecerse. Segui-mos bebiendo vino, hablamos de sus influencias y nos reímos con los vicios de la prensa musical, siem-pre tan obsesionada por establecer comparaciones, en su caso con PJ Harvey. Le sugiero que el eclecti-cismo de su música seguramente tenga también mucho que ver con lo variado de sus influencias y me lo concede. Antes de terminar su copa de vino me confiesa que Prince es una de “las paredes maestras de su caja de música”. Pero al final siem-pre deja un espacio generoso para los Stooges, Neil Young, Ike & Tina Turner o Serge Gainsbourg.

Portada del disco. Pintura original por Maika Makovsky.

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nuevas tecnologías

C omí en una dhaba (puesto callejero) dos grandes pla-tos de arroz especiado con

verduras y fideos Changwin , que más que indios parecían chinos . Y no me equivocaba, en la cocina india abundan las recetas de comi-da china, más suave al paladar -es

de agradecer- y pródiga en pasta, que poco a poco van parasitando el menú indio tradicional a costa de enriquecerlo en variedad, tanto de ingredientes como de sabores.Comer en la India todavía sale bara-to, por menos de cincuenta rupias puede cenar una persona hasta har-

tarse. Y si tenemos en cuenta que el euro suele valer entre cincuenta y sesenta rupias, la cena no llega ni al euro.Cuando se hizo de noche tomé mi primer ciclo-rickshaw en la India. La primera vez que se monta en uno resulta una experiencia diverti-

El conductor de rickshaws

LiTEraTUra DE ViaJEs

Nueva Delhi. La India. La jornada de mi guía terminaba al caer el sol, así que me despedí de él hasta el día siguiente, cuando dirigiríamos la proa hacia el sureste. Me dejó en un mercado cercano al hotel, en el barrio de Karol Bagh, y empleé los últimos minutos de la tarde en curiosear por los alrededores

por JAvIEr rEDoNDo JorDáN (WWW.AvUELApLUMA.CoM)

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da, por novedosa y exótica, aunque uno recele un poco ante la aparen-te inestabilidad del vehículo. Plan-tado allí delante, el ciclo-rickshaw apenas se componía de una bicicle-ta con un par de ruedas traseras , sobre las que se asentaba un peque-ño cubículo encapotado con escaso espacio para dos personas.Lo primero es acordar el precio con el rickshawalla (conductor), incluso antes de subir al vehículo. El viajero debería saber que, por mucho que regatee, el coste de la carrera siem-pre será más del triple de lo que el rickshawalla cobraría por el mismo trayecto a un indio al que acompa-ñaran cuatro o cinco o más fami-liares encaramados al rickshaw. Es el precio que hay que pagar por ser extranjero en un país de tipos lis-tos.La mirada joven de aquel hombre parecía benévola, un poco ingenua, falta por completo de la picardía y la astucia que las calles indias dan de mamar a sus niños. Sus facciones relajadas le delataban. Ni siquiera sabía nada de inglés. Apenas hubo regateo, pero lo poco que hubo fue en hindi y por señas, porque ni los números en inglés conocía el infe-liz. Me pidió treinta rupias. Veinte, le revoqué, como quien se tira el farol en una partida de póquer. La vida encuentra en los lugares más insospechados situaciones increí-blemente análogas a cualquier juego de azar. Mirándome con gesto serio, el conductor aceptó sin más miramientos.El momento de mayor apuro, cuan-do a uno más se le encoge el cora-zón por el individuo flaco de piel cuarteada que empuña el mani-llar, es verlo arrancar el rickshaw. Las fibras de los gemelos de esas piernas espigadas, como dos palos desnudos clavados en el tronco, se crispan, tanto que parecen estar a punto de rasgar la piel oscura. La espalda se arquea por el esfuerzo, poniendo de relieve los costillares y el contorno de la columna vertebral bajo la camisola, y el hombre, de pie sobre los pedales, descarga todo

el peso de su cuerpo, que no es mucho, sobre uno de ellos , mien-tras el sudor le corre por la cara y los brazos , intentando hacer girar la rueda que tirará del vehículo.Resu l taba p enoso ver lo , daban ganas de bajarse del r ickshaw y empujarlo para ayudarle a arran-car. Pero no fue necesario. Se le escuchó resoplar y, con un gemi-do vigoroso, el pedal cedió traba-josamente. Nos movíamos . Acto seguido, el rickshawalla se inclinó hacia el lado contrario y de esta forma consiguió la cadencia ade-cuada para emprender la carrera.Las cal les en la India no suelen estar asfaltadas , y si lo están se encuentran en un estado deplo-rable, por lo que el rickshaw iba dando bandazos , circulaba entre t raquete os y b otaba a l p i sar y remontar los baches del pavimen-to, cosa que no facil itaba el tra-bajo a mi pobre conductor, que sudaba copiosamente. En c ierto modo, temía que se me desmaya-ra encima del s i l l ín. Menos mal que estábamos en la capital de la India , no me quería ni imaginar otras calzadas cuando me interna-ra en las profundidades del país .Las calles estaban tranquilas a esa hora de la noche, al contrario de lo que acostumbran bajo la luz del día. Le había entregado la tarjeta con la dirección del hotel al rickshawalla, pero entonces no sabía uno que las calles no tienen nombre en el sub-continente, o al menos éstos resul-tan poco menos que una entelequia. La India es un país sin señaliza-ciones , sin semáforos , sin carte-les informativos, sin placas con el nombre de las calles, sin nada que le ayude a uno a orientarse en cualquier ciudad. No sé cómo se apañarán los indios, pero la única herramienta en la que confié para desenvolverme en los laberintos de callejuelas de los pueblos de la India fue la de mi propia orientación, con mi instinto y el sol con sus sombras como principales aliados.Y por lo que pude obser var, un ciudadano local, y no sólo local,

s ino a lguien que se dedicaba a transportar gente de un s i t io a otro y cobraba por ello, no sabía mucho más de aquellas calles que lo que podía saber yo sin haberlas pisado jamás . Empecé a percatar-me cuando el r ickshawalla pasó dos veces por la misma calle, una en un sentido y la otra deshacien-do sus pedaladas , cuando en cada bocacalle escrutaba el horizonte en penumbra en un sentido y en otro, cosa rara en un conductor indio, que primero mete el morro de su vehículo en la vorágine del tráf ico y luego mira para que no lo arrollen. Estaba el pobre perdi-do, y eso que no le había dado una dirección de la otra punta de la ciudad, sino de la misma manzana. Se apeó del rickshaw y fue a pre-guntar a un tendero que echaba el cierre a su caseta en ese momen-to, de donde volvió con una son-risa luminosa de triunfo, aunque yo ya temía el momento en el que tuviera que poner en marcha de nuevo el vehículo.E sta vez , s in embargo , f ue un poco más listo: empujó el rickshaw antes de montarse y aprovechó así la inercia para arrancar en carre-ra. Gajes y trucos del oficio.Tuvo que bajarse una vez más para preguntar, hasta descubrir que en realidad estábamos justo al lado. Tipo listo.A la hora de pagar le di las trein-ta rupias que me había pedido primeramente, por las molestias , t ambién p or su inept i tud , una tara con la que se nace. Mien-tras lo veía partir, l igero, l ibera-do del lastre de mi peso, con el rickshaw desvencijado dando tum-bos por los socavones de la cal-zada , pensé que en real idad tal vez le hubiera pagado sus treinta rupias por compasión, que es uno de los sentimientos más crueles nacidos del corazón de los hom-bres , y me preguntaba cómo un indio con tan escasas luces podía haber sobrevivido hasta entonces . No apostaría ni una rupia por él en aquella jungla .

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Master salinger

Four small white books edited by Little, Brown Books –cover: black letters on white, and a multicolour band on the upper left hand side; and back cover fully white with the ISBN, the price – is all that during his life time Jerome David Salinger (1.1.1919 – 1.21.2010) left us, his readers avid of his flesh of paper and blood of ink. ‘The Catcher in the Rye’ (1945); ‘Nine Stories’ (1953); ‘Franny and Zooey’ (1955); and’ ‘Raise High the Roof Beam, Carpenters and Seymour: An Introduction’ (1963). Brief and brilliant like a haiku.Writer Harold Brodkey said that J.D. Salinger’s work was the most influential in English prose since Hemingway. The list of writers who acknowledge being strongly influenced by Salinger is long: from John Updike and Japanese Haruki Murakami, to Philip Roth, through writers not known in Spain like Richard Yates,

Aimee Bender, Susan Minot amongst others.Despite this, Salinger has many detractors in Spain; they consider his ‘Catcher in the Rye’ a despicable book for adolescents in which nothing happens, and that is essentially a long boring nihilistic lament. I wouldn´t be surprised if these critics had never read any of Salinger’s other books, as they are hardly known in Spain, and the ones that have read them often say that they are just as boring because nothing ever happens, and it’s all about boring meaningless detail.I have never read Salinger in Spanish, and I doubt I ever shall, not even prompted by the curiosity to find out about the quality of the translations; therefore I ignore whether the translations are so poor that they have destroyed all the literary magic and genius of Salinger or not, which could be very possible, just think about the saying ‘traduttore traditore’. What

never ceases surprising me is how Salinger is so despised in Spain while he is so admired in the USA; if this is not due to the unfortunate translations, it might be a cultural problem, maybe Salinger’s literature is too Anglo Saxon (in its American version) to be understood by Latin Spaniards –let us not forget that Spain is the promised land of excessive, incomprehensible, redundant and pedantic baroque literary style; the style cultivated in the States is clean, simple, pragmatic and essential, they don´t seem to be in love with unnecessary literary ornamentation.Critics and academics in the USA consider Salinger’s energetic and fast realistic dialogue like revolutionary and many agree it is his strongest gift. All agree that Salinger took his own way, and started some sort of path, that others absorbed into their own personal styles.Be what it may, I never

understood why a human being wants to smash down with his critique a book for the mere fact of him not liking what the writer tells. The affirmation ‘The writer is bad because he doesn´t tell us anything’ or ‘The writer is bad because he writes foolish things’ is not valid from point of view of literary critique; obviously everybody has a right to say what they please, but we cannot take seriously someone who does not separate his personal tastes from the appreciation of literary quality (style, narration, language). I might not like an excellently written book, but this won´t make me scream about what a crappy book it is.Salinger’s language, his English is absolutely brilliant; he controls it like a Shaolin monk controls Kung Fu: with the same elegance and flow, with the same feeling of ease (being something so hard to do) and quasi supra-humane energy, and with the same chilling lethal precision. His

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TransLaTion

DE PICTURA: EMAT. ESPAI METROPOLITà D¹ART DE TORRENT, VALENCIA. CESAR SALDIVAR: CASA DE MÉJICO, MADRID. ERNESTO FLORES: CASA DE AMERICA, MADRID. JULIUS SHULMAN, LOS ANGELES: SALA CANAL DE ISABEL II DE LA COMUNIDAD DE MADRID. MARTINA HEMM: www.THEFOREIGNKITCHEN.COM

wOMEN & wOMEN: GALERíA BLANCA BERLíN, MADRID.PARA CARTAS AL DiRECTOR y COLABORACiONES escribir a: [email protected] poner en asunto “Cartas al director”.

capacity to create dense and live atmosphere with whip-like fast and sharp phrases leaves you breathless. His precise description, not only of the physical (the clothes, the faces, the rooms, the temperature, the light) but also for the emotional, is sublime; that is why, reading over and over again these books in which “nothing happens” is vital and a rare pleasure. Salinger might not be an entertaining writer –thank god –, he is more a writer that transports the reader far away beyond the banality of life, and he teaches a lot, not only literature, style, etc. but also how to live, because his books provoke the gaze to turn inwards. And the irony, have I said anything about the irony? Salinger’s text is intelligently ironic; his pages are filled with a delightful melange of irony, indifference and tenderness towards his characters, and a toughness that is very close to real life. Salinger wrote about banal things like a lunch of a boy and a girl that love each other; or the depression of the girl and the conversation she has with her brother, but thanks to his talent it is all but banal; the sublimation of the banal. Salinger is not pedantic, in spite of his English being difficult due to the richness of his vocabulary ; this creator is directly connected to the exciting and dangerous pulse of life, he is authentic, truthful, a rare gem of a

writer. ‘ A P e r f e c t D ay f o r Bananafish’, one of his most famous stories, part of the collection ‘Nine Stories’, has an impressive and hair-raising ending; it is one of the most moving texts I’ve ever read: a suicide happens, but the mood that surrounds the suicide is sunny, fresh and so light it is just not possible that such a mood is linked to an upcoming suicide; the contradiction Salinger creates with his pen in this paragraph is perfect, like life. I could go on praising J.D. Salinger ’s literature ad infinitum, but it would end up tiring everyone, thus I let him speak for himself:“He glanced at the girl lying asleep on one of the twin beds. Then he went over to one of the pieces of luggage, opened it, and from under a pile of shorts and undershirts he took out an Ortgies caliber 7.65 automatic. He released the magazine, looked at it, then reinserted it. He cocked the piece. Then he went over and sat down on the unoccupied twin bed, looked at the girl, aimed the pistol, and fired a bullet through his right temple.”*Did someone say that nothing ever happened?Salinger is dead, long live Salinger!

* (fragment of ‘A Pefect Day for Bananafish’, by J.D. Salinger)

Martina Hemm

Born into the back hills of Vermont, growing up in Germany, and making her way throughout the world, only one thing has remained constant in Martina Hemm’s life: food; the common language of any stomach. A language she grew up with. A young w r i te r and photographer Martina now lives in Madrid. She writes for BUCultureShock.com and does restaurant reviews and writing for Cellar Tours. You can find her recipes and photography on her website www.theforeignkitchen.com

“Some think of food as a necessary evil. Shuffling p a c k a g e s t h r o u g h microwaves and keeping the stove shiny clean. Poor souls ain’t seen nothing yet. Food is sensual. Worthy of our respect, adoration, hunger, lust, desire. The subtitle to my pictures is a simple

question: Hungry yet? Look at the flaky crumb of the tart. See how it contrasts with the silky smooth cream of the ganache, so dark and luscious you feel like diving in. Wallowing in its sinful beauty like in the bed of a long lost lover. Or watch the bright crisp twist of the soy sprout as it descends on its bed of Blody Mary soaked Torija. The soft curve of jamón, so innocent you almost feel bad you want to eat it. But you do, don’t you? You want to tear into that slice of jamón, want to lick the ganache from your fingers. You want to eat every last crumb. Good. I want you to. I want you to see it. Crave it. Cook it. I want you to eat it. I want you to pull every last pot from their restrictive cupboards and fall deeply and insanely in love with your kitchen. I want to start culinary love affairs one picture at a time.”

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