mattick, paul_las masas y la vanguardia_1938

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  • 8/14/2019 Mattick, Paul_las Masas y La Vanguardia_1938

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    Paul Mattick

    Las masas y la vanguardia

    1938

    Ttulo Original:The Masses & The Vanguard"Publicado:enLiving Marxismvol. 4, n 4, agosto de 1938. Sereimprimi en Red & Black Notes #6 y #7.Traduccin:Grupo deComunistas de Conselhosda Galiza(Estado espanhol)HTML:Jonas Holmgren

    Los cambios econmicos y polticos se siguieron con desconcertanterapidez desde el fin de la guerra mundial. Las viejas concepciones delmovimiento obrero se han vuelto incorrectas e inadecuadas, y lasorganizaciones de la clase obrera presentan un escenario de indecisin yconfusin.

    En vista de la cambiante situacin econmica y poltica parece que la

    completa reevaluacin de la tarea de la clase obrera se hace necesariapara encontrar las formas de lucha y de organizacin ms necesarias yeficaces.

    La relacin del "partido", la "organizacin" o la "vanguardia" con lasmasas toca una gran parte de la discusin contemporanea de la claseobrera. Que la importancia e indispensabilidad de la vanguardia o delpartido sea sobreenfatizada en los crculos de la clase obrera no essorprendente, una vez que la historia y la tradicin enteras delmovimiento tienden en esa direccin.

    El movimiento obrero hoy es el fruto de desarrollos econmicos ypolticos que encontraron su primera expresin en el movimiento cartistaen Inglaterra (1838-1848), con el desarrollo subsecuente de sindicatosdesde los aos cincuenta en adelante, y en el movimiento lasalleano enAlemania en los aos sesenta. Correspondiendo al grado de desarrollo

    http://www.reocities.com/comunistasdeconselhoshttp://www.reocities.com/comunistasdeconselhoshttp://www.reocities.com/comunistasdeconselhoshttp://www.marxists.org/admin/volunteers/steering.htmhttp://www.marxists.org/admin/volunteers/steering.htmhttp://www.marxists.org/admin/volunteers/steering.htmhttp://www.marxists.org/admin/volunteers/steering.htmhttp://www.reocities.com/comunistasdeconselhos
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    capitalista, los sindicatos y los partidos polticos se desarrollaron en losotros pases de Europa y Amrica.

    El derrocamiento del feudalismo y las necesidades de la industriacapitalista necesitaban en s mismas el ordenamiento del proletariado y laconcesin de ciertos privilegios democrticos por los capitalistas. Estos

    ltimos haban estado reorganizando la sociedad en la linea de susnecesidades. La estructura poltica del feudalismo fue reemplazada por elparlamentarismo capitalista. El estado capitalista, el instrumento para laadministracin de los asuntos colectivos de la clase capitalista, seestableci y ajust a las necesidades de la nueva clase.

    El molesto proletariado, cuya ayuda contra las fuerzas feudales habasido necesaria, ahora tena que ser considerado. Una vez llamado a laaccin, no podra ser completamente eliminado como factor poltico.

    Pero podra ser coordinado. Y esto se hizo -en parte conscientemente conla destreza, y en parte por la misma dinmica de la economa capitalista-,puesto que la clase obrera se ajust y someti al nuevo orden. Organizuniones cuyos limitados objetivos (mejores salarios y condiciones)podran realizarse en una economa capitalista en expansin. Jug aljuego de la poltica capitalista dentro del estado capitalista (las prcticasy formas de la cual estaban determinadas primordialmente por lasnecesidades capitalistas) y, dentro de estas limitaciones, logr xitos

    aparentes.Pero, por eso mismo, el proletariado adopt formas capitalistas deorganizacin e ideologas capitalistas. Los partidos obreros, como los delos capitalistas, se convirtieron en corporaciones limitadas, lasnecesidades elementales de la clase se subordinaron a convenienciapoltica. Los objetivos revolucionarios fueron desplazados por elchalaneo y las manipulaciones para obtener posiciones polticas. Elpartido se volvi de total importancia, sus objetivos inmediatos

    sustituyeron a los de la clase. Donde las situaciones revolucionariasponan en movimiento a la clase, cuya tendencia es luchar por larealizacin del objetivo revolucionario, los partidos obreros"representaban" a la clase obrera y ellos mismos eran "representados" porparlamentarios cuya misma posicin en el parlamento constitua laresignacin a su status de negociadores dentro de un orden capitalistacuya supremaca ya no era desafiada.

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    La coordinacin general de las organizaciones obreras con el capitalismoobserv la adopcin de la misma especializacin en las actividadessindicales y partidarias que desafiaban la jerarqua de las industrias.Gerentes, superintendentes y capataces vieron sus contrapartidas enpresidentes, organizadores y secretarios de las organizaciones obreras.Las juntas directivas, las comisiones ejecutivas, etc. La masa de los

    obreros organizados como masa de esclavos asalariados en la industriadej el trabajo de direccin y control a sus superiores.

    Esta castracin de las iniciativas obreras procedi rpidamente, mientrasel capitalismo extendia su influencia. Hasta que la guerra mundial pusofin a la ulterior expansin capitalista pacfica y "ordenada".

    Los alzamientos en Rusia, Hungra y Alemania dieron lugar a unresurgimiento de la accin y la iniciativa de las masas. Las necesidades

    sociales compelieron a la accin de las masas. Pero las tradiciones delviejo movimiento obrero en Europa occidental y el atraso econmico deEuropa oriental frustraron el cumplimiento de la misin histrica obrera.Europa occidental vio las masas derrotadas y el alzamiento del fascismocon Mussolini y Hitler, mientras la atrasada economa de Rusiadesarrollaba un "comunismo" en el cual la diferenciacin entre clase yvanguardia, la especializacin de funciones y la regimentacin del trabajoalcanz su cota ms elevada.

    El principio de direccin, la idea de la vanguardia que debe asumir laresponsabilidad por la revolucin proletaria, est basada en la concepcinde preguerra del movimiento obrero, es erronea y sin vigor. Las tareas dela reorganizacin revolucionaria y comunista de la sociedad no puedenser realizadas sin la ms amplia y plena accin de las masas mismas.Suya es la tarea y su resolucin.

    El declive de la economa capitalista, la parlisis progresiva, la

    inestabilidad, el desempleo masivo, los recortes salariales y elempobrecimiento intensivo de los obreros -todo esto compele a la accin,a pesar del fascismo a la Hitler o del fascismo disfrazado de la F.A. of L.[American Federation of Labour][1*].

    Las viejas organizaciones son destruidas o reducidas voluntariamente a laimpotencia. La accin real slo es posible ahora fuera de las viejasorganizaciones. En Italia, Alemania y Rusia los fascismos blancos yrojos han destruido ya todas las viejas organizaciones y han situado a los

    http://www.marxists.org/espanol/mattick/1938/08/vanguardia.htm#r1http://www.marxists.org/espanol/mattick/1938/08/vanguardia.htm#r1http://www.marxists.org/espanol/mattick/1938/08/vanguardia.htm#r1http://www.marxists.org/espanol/mattick/1938/08/vanguardia.htm#r1
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    apropiarse de los medios de produccin y abolir la propiedad privada. Esnecesario abolir la condicin bsica de la explotacin moderna, laesclavitud asalariada, y ese acto acarrea las medidas subsiguientes dereorganizacin que nunca seran invocadas sin el primer paso. Los gruposque no se plantean estas cuestiones, no importa cmo de justa sea sucrtica por otra parte, carecen de los elementos ms importantes en la

    formacin de una poltica revolucionaria segura. La abolicin del sistemade los salarios debe ser cuidadosamente investigada en su relacin con lapoltica y la economa. Nosotros tomaremos aqu algunas de lasimplicaciones polticas.

    Primero est la cuestin de la toma del poder por los obreros. Debeponerse el acento en el principio de la detentacin del poder por lasmasas (no por el partido o la vanguardia). El comunismo no puede serintroducido ni realizado por un partido. Slo el proletariado como un

    todo puede hacelo. El comunismo significa que los obreros han tomadosu destino en sus propias manos; que han abolido los salarios; que hancombinado, con la supresin del aparato burocrtico, el poder legislativoy el ejecutivo. La unidad de los obreros no descansa en sacrosanta fusinde los partidos o los sindicatos, sino en la similitud de sus necesidades yen la expresin de las necesidades en la accin de masas. Todos losproblemas de los obreros deben, por consiguiente, verse en relacin a laautoactividad en desarrollo de las masas.

    Decir que el espritu no combativo de los partidos polticos es debido a lamalicia o al reformismo de los dirigentes es equivocado. Los partidospolticos son impotentes. No harn nada, porque no pueden hacer nada.Debido a su debilidad econmica, el capitalismo se ha organizado para lasupresin y el terror, y en el presente es polticamente muy fuerte, puesest forzado a ejercer todos sus esfuerzos para mantenerse. Laacumulacin de capital, enorme a lo largo del mundo, ha mermado elrendimiento de los benefcios -un hecho que, en las polticas exteriores,

    se manifiesta a travs de las contradicciones entre las naciones; y en laspolticas interiores, a travs de la "devaluacin" y de la concurrenteexpropiacin parcial de la clase media y el descenso del nivel desubsistencia de los obreros; y en general por la centralizacin del poderde las grandes unidades de capital en manos del Estado. Contra este

    poder centralizado los pequeos movimientos no pueden nada.

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    nicamente las masas pueden combatirlo, pues slo ellas pueden destruirel poder del Estado y llegar a ser una fuerza poltica. Por esa razn lalucha basada en las organizaciones de oficio se vuelve objetivamenteobsoleta, y los enormes movimientos de masas, sin la restriccin de laslimitaciones de tales organizaciones, deben necesariamentereemplazarlas.

    As es la nueva situacin a la que se enfrentan los obreros. Pero de ellasobresale una debilidad. Desde que el viejo mtodo de lucha por mediode las elecciones y de la limitada actividad del sindicato se ha vueltobastante ftil, se ha desarrollado instintivamente un nuevo mtodo, escierto, pero ese mtodo no ha sido todava aplicado conscientemente, y,por consiguiente, tampoco de modo eficaz. Donde sus partidos ysindicatos son impotentes, las masas empiezan ya a expresar sumilitancia a travs de las huelgas salvajes. En Amrica, Inglaterra,

    Francia, Blgica, Holanda, Espaa, Polonia, las huelgas salvajes sedesarrollan, y a travs de ellas las masas demuestran ampliamente quesus viejas organizaciones ya son adecuadas para la lucha. Las huelgassalvajes no son, sin embargo, desorganizadas, como el nombre implica.Son denunciadas como tales por los burcratas sindicales, porque sonhuelgas formadas fuera de las organizaciones oficiales. Los huelguistasmismos organizan la huelga, pues es una vieja verdad que como unamasa organizada pueden los obreros luchar y triunfar. Forman lineas de

    piquete, preparadas para la repulsin de los rompehuelgas, organizan elfondo de ayuda para la huelga, crean relaciones con otras fbricas... Enuna palabra, ellos mismos asumen la direccin de su propia huelga, y loorganizan sobre una base de fbrica.

    Es en estos mismos movimientos donde los huelguistas encuentran suunidad de lucha. Es entonces cuando toman su destino en sus propiasmanos y unen "el poder legislativo y el ejecutivo" eliminando sindicatosy partidos, como lo ilustran varias huelgas en Blgica y Holanda.

    Pero la accin independiente de la clase es todava dbil. Que loshuelguistas, en lugar de continuar su accin independiente hacia laampliacin de su movimiento, llamen a los sindicatos a unirseles, es unaindicacin de que bajo las condiciones existentes su movimiento nopuede hacerse mayor, y por esa razn no puede todava convertirse enuna fuerza poltica capaz de combatir al capital concentrado. Pero es unprincipio.

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    Ocasionalmente, no obstante, la lucha independiente da un gran saltoadelante, como en las huelgas de los mineros asturianos en 1934, losmineros de Blgica en 1935, las huelgas en Francia, Blgica y Amricaen 1936, y la revolucin catalana en 1936. Estas explosiones son laevidencia de que una nueva fuerza social est surgiendo entre los obreros,est descubriendo la direccin de los obreros, est sujetando las

    instituciones sociales a las masas, y ya est en marcha.

    Las huelgas ya no son meras interrupciones en la obtencin de benefcioso simples perturbaciones econmicas. La huelga independiente deriva susignificacin de la accin de los obreros como una clase organizada. Conun sistema de comits de fbrica y consejos obreros que se extiende sobreamplias areas, el proletariado crea los rganos que regulan la produccin,la distribucin, y todas las dems funciones de la vida social. En otraspalabras, el aparato administrativo civil es privado de todo poder, y se

    establece la dictadura proletaria. As, la organizacin de clase en lamisma lucha por el poder es, al mismo tiempo, la organizacin, el controly la gestin de las fuerzas productivas de la sociedad entera. Es la base dela asociacin de productores-consumidores libres e iguales. ste,entonces, es el peligro que el movimiento independiente de clase presentaa la sociedad capitalista. Las huelgas salvajes, aunque aparentemente depoca importancia tanto a pequea como a gran escala, son comunismoembrionario. Una pequea huelga salvaje, dirigida como es por los

    obreros y segn el inters de los obreros, ilustra a pequea escala elcarcter del futuro poder proletario.

    Un reagrupamiento de militantes debe ponerse en accin por elconocimiento de que las condiciones de lucha lo hacen necesario paraunir los "poderes legislativo y ejecutivo" en manos de los obreros defbrica. Ellos no deben comprometerse en esta posicin: todo el poderpara los comits de accin y los consejos obreros. ste es el frente declase. ste es el camino al comunismo. Hacer a los obreros conscientes

    de la unidad de las formas organizativas de la lucha, de la dictadura de laclase, y de la estructura econmica del comunismo, con su abolicin delos salarios; sta es la tarea de los militantes.

    Los militantes que se llaman a s mismos "vanguardia" tienen hoy lamisma debilidad que caracteriza a las masas en el presente. Creen todavaque los sindicatos o que este o aquel partido debe dirigir la lucha de laclase, aunque con mtodos revolucionarios. Pero, si es cierto que las

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    luchas decisivas estn acercndose, no es suficiente manifestar que losjefes obreros son traidores. Es necesario, sobre todo en laactualidad,formular un plan para la formacin del frente de clase y delas formas de sus organizaciones. Con este fin, el mando de los partidosy los sindicatos debe ser combatido incondicionalmente. ste es el puntocrucial en la lucha por el poder.

    NOTA DE TRADUCCIN:

    [1*]Por deduccin del contexto y de la poca en que escribe el autor,conocida su implicacin en las luchas obreras estadouni-denses y sabidoel carcter corporativista-reformista de la Federacin Americana del

    http://www.marxists.org/espanol/mattick/1938/08/vanguardia.htm#rn1http://www.marxists.org/espanol/mattick/1938/08/vanguardia.htm#rn1http://www.marxists.org/espanol/mattick/1938/08/vanguardia.htm#rn1