luce irigaray y el feminismo de la diferencia

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  • 7/27/2019 Luce Irigaray y El Feminismo de La Diferencia

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    Feminismo y postmodernidad:

    Luce irigaray y el feminismo de la diferencia

    Elaborado por: Msc. Nancy Piedra GuillnAbril, 2003

    APENAS RENACIDA DE ELLA

    Tierra,t que me cobijas, pero con quien comparto,t la fecunda de tantos y tantos hijos que no se parecen,

    t que creces sin cesar, a veces en secreto, a veces a la luz,t que llevas la semilla, la flor y el fruto,t que nunca dejas de restaurar la vida,consagrndote en cada poca del ao al devenir de lo vivodejando subir o descender la savia,evitando que se derrame fuera de ti, si no es para el fruto maduro,Tierra,T que sigues prodigando sol cuando todo afuera est helado,Tierra,Protgeme fiel,Y, cuando viene la primavera, res.

    Murmuras a travs de las hojas y las flores.Te estremeces a travs de los pjaros. No es crecimiento rpido del comienzo del verano, sino la dicha. No hagas estallar an el esplendor de mitad de ao, an estamos al comienzo.Es el tiempo de lo inconcluso, de la sorpresa.La vida avanza en puntas de pie.El silencio persiste a pesar del canto de los pjaros.Acaso lo que crece dispone as de su futuro?Existen, en primavera, distancias infranqueables. Ningn espacio est todava plenamente ocupado, pero los espacios no estn vacos: estn habitados por un crecimiento invisible.

    All donde parece no haber nada, existe una presencia, o mil.Es lo uno, y lo mltiple; lo uno es mltiple.Pero la separacin todava no es tajante.Las races terrestres y las races celestes se unen sin usurparse mutuamente los lmites.Cada uno, cada una permanece en su lugar de nacimiento, pero el todo se abre.

    Luce Irigaray

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    Primavera 19971Introduccin

    En el siguiente artculo se analiza una importante exponente del feminismo postmodern

    Luce Irrigara, autora que ha influenciado distintas corrientes del feminismo a partir de elaboracin terica realizada, como es el feminismo de la diferencia. Dicha autora plantea necesidad de crear rupturas centrales y determinantes con el pensamiento occidentamasculino, moderno, falocntrico y dominante, que ha estado presente en el desarrollo de humanidad, en especial en la sociedad occidental (nos remitimos a este espacio geogrficdado que la mayora de sus postulantes provienen de las sociedades occidentales del munddesarrollado).

    No cabe duda, que ha pesar de su radicalismo en algunos planteamientos, su propuesta estado en la mesa de la discusin de las tericas feministas, son planteamientos polmicos qucontribuyen a desarrollar una postura crtica con respecto a la construccin de conocimienen tanto invitan a pensar desde donde se observa la realidad y desde que parmetroepistemolgicos y tericos se explican, y si estos contribuyen o no a las transformaciones las relaciones de poder genricas o, ms bien contribuyen a reafirmar el poder masculino.

    El presente artculo est compuesto por varios apartados, se consider adecuado, antes dentrar en materia especfica con la teora de la diferencia, sealar algunos aspectos generaldel feminismo postmoderno, con el objetivo que contextualizar la propuesta de la autora dinters. Razn por la cual el primer apartado del texto remite a una pequea introduccin sobel feminismo postmoderno. Posteriormente en el segundo apartado abordamos en especifico propuesta de la autora, y cerramos dicho artculo con algunas observaciones crticas corespecto a la propuesta de la autora. Se desea con el presente texto contribuir al desarrol

    reflexivo del quehacer terico. El feminismo es una corriente de pensamiento bastante jove pero su produccin en los ltimos 30 aos ha sido abundante y las corrientes contrastantedependiendo en parte, desde donde se mira desde la filosofa, la psicologa, antropologsociologa, poltica- o bien considerado su propuesta pluridisciplinaria.

    1 Tomado del libro traducido al espaol en 1998 como: Luce Irigaray (1998) Ser Dos. Argentina, Paids.

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    I. El feminismo postmoderno

    En general el pensamiento postmoderno afirma que la tradicin modernista est en declive tanto sus bases han sido profundamente influenciadas por el contexto histrico, por lo que este contexto, en nuestra contemporaneidad son insuficientes. Cuestiona centralmente lmtodos usados para establecer lo que era o no es verdadero, y lo que se define como verdasupersticin, realidad o mito. El proyecto modernista se ha fundamentado desde la supremacde Occidente. La tradicin modernista se sustenta en la existencia de la razn, capaz dsepararse de lo corporal, lo subjetivo, del lugar y el tiempo histrico.

    Los posmodernistas, por su lado esquivan la nocin de ladiferencia , tratando de ir ms all

    del racionalismo, celebrando la multiplicidad de diferencias y una narrativa de identidadeCuestionan la diferencia, como concepto analtico por hacer alusin al proceso de dominaciLos posmodernistas tratan de hacer una crtica social, sin basarse en la filosofa, con eobjetivo de que la crtica surja libremente y sin ninguna perspectiva terica universaresultando ser una crtica ms pragmtica, ello altera indudablemente el papel del intelectual

    Contar con un concepto claro de postmodernismo es difcil, en la medida en que se basa euna propuesta de anlisis en donde la apertura, abre las posibilidades de explicacin, pero avez, permite la entrada a la contradiccin. Lyotard, llev el tema de lo postmoderno a laciencias sociales. Para Lyotard, "todo modernismo contiene la utopa de su fin. Si se quieverdaderamente oponer lo moderno a lo posmoderno, se puede decir que ste insiste en reescritura, mientras que lo moderno insiste en la revolucin". As pudo decir, desentendido de su pasado izquierdista que: "La revolucin es una idea minscula. Acabemos con ella(Lyotard: 1998).

    Con declaraciones como esa, la postmodernidad pas a ser, una propuesta que apuesta al "fde los grandes relatos", es decir de las utopas o mitos que guiaron la construccin del mundmoderno, a saber la razn y la confianza en el progreso. Por consecuencia lgica, el fin de lideologas y, en la formulacin ms tarda del profesor universitario Fukuyama, el fin de historia.

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    Para las feministas postmodernas , el pragmatismo debera llegar a sustituir la epistemologa, para conocer las distintas formas en que nos entendemos unos a otros y las diversas formas que lo hacemos. A su vez afirman que los nuevos discursos no pueden ofrecer un punto dvista, un sujeto universal, un camino para la liberacin, la felicidad o una verdad que nollevara a la libertad (Flax; 1990: 42). Ello implica tanto al postmodernismo como amodernismo.

    El postmodernismo cuestiona as los conceptos universales, las nociones de progreso, a ciencia en s, a la existencia de una naturaleza y realidad humana, a una historia lineal definitivamente a los poderes de la razn. Para las feministas postmodernas, el feminismreplic los mismos errores de la ciencia masculina en tanto impulsaron el desarrollo d principios universales y esencialista que representaban las voces nicamente de las mujer blancas occidentales, burguesas, heterosexuales y cristianas. Fallaron al no reconocer

    diversidad de las experiencias de las mujeres, y se busc explicaciones causales de laopresin de las mujeres universales. Por ello, algunas feministas postmodernas abogan pabandonar la categora mujer, ya que en el intento de definir la categora se terminrecreando conceptos misginos y universalistas, en donde las diferencias de clase, raza, etncultura, condicin econmica, no son consideradas. Sealan que una mujer no puede ser, algo que no pertenece a la categora ser (Kristeva: 1981). La categora mujer es una ficcinlos esfuerzos feministas deben estar dirigidos a su deconstruccin. Ms este camino pueimplicar incluso el fin mismo del feminismo como epistemologa y movimiento poltic(aspecto que se ver ms adelante).

    Al respecto Herrieta Moore (reconocida feminista postmoderna) cuestiona la construccin dos categoras discretas para el sexo y dos para el gnero y considera que difcilmente s podra defender un universal mujer, ello es as, en la medida en que la cultura occidental la que suele contraponer la nocin de naturaleza a la de cultura; pero no todas las culturamiran dicha contraposicin como parte de su anlisis. Por tanto, no se debe apelar aspiraciones universalistas sobre la situacin social de las mujeres, adems de que afirmacin del universal mujer puede ser el vehculo de dominacin de una parte de lmujeres, que ocupan situaciones de privilegio relativo, sobre el resto, o un modo de consegu

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    alianzas en la defensa de intereses particulares apelando a unos supuestos intereseuniversales (Izquierdo; 1998: 37).

    Otras feministas postmodernas retienen el concepto de gnero, como sujeto central d

    anlisis, por ejemplo para Flax lo determinante son las relaciones de gnero y para DLauretis lo son las representaciones de una relacin. Por otra parte, hay quienes abogan pestudiar la pluralidad de las diferencias, donde el gnero pierda su importancia en el anlisis.

    Se observa como la corriente feminista postmoderna se acerca ms a los postmodernistas queotras corrientes tericas feministas, en el tanto ambos critican la ciencia masculina, racional, poder que est implcito en sus prcticas y construccin de conocimiento, los valores que lacompaa y las conclusiones que promueven. Por ello, a veces se distancia de otras posturtericas feministas como la liberal-, por no prestar atencin a la diversidad histrica cultural de las mujeres, y generalizar para todas lo que es aplicable para algunas. A esta crtise han unido, gran cantidad de mujeres tercermundistas.

    El postmodernismo ataca los discursos totalizadores y desde ese punto apoya la diversidad ddiscurso tal cual lo plantean muchas feministas-, es en ese campo en el que ambas posturas acercan. Ms hay otros aspectos que las feministas critican del mismo postmodernismo. Arespecto Owens (1986) seala;

    Aunque los crticos masculinos comprensivos respetan el feminismo (un tema viejel respeto a las mujeres) y le desean buena suerte, en general han rechazado el dilogal que sus colegas femeninas tratan de incorporarles. A veces se acusa a las mujerefeministas por ir demasiado lejos, y otras de ir lo bastante lejos. Normalmente la vofeminista se considera como una entre muchas, y su insistencia en la diferencia comdel testimonio del pluralismo de los tiempo. As el feminismo se asimila rpidamente

    toda serie de movimientos de liberacin o autodeterminacin (Owens; 1986: 100).

    Esta critica tiene que ver con la necesidad de muchos sectores de evitar pensar en lamujeres y sus particularidades, en tanto sujeta que interacta cotidianamente con los otromasculinos, que excluyen a las misma. Evitar la discusin, a pesar de la aceptacin, es uinvitacin a medias, en el tanto no es posible establecer un dilogo que enriquezc

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    tericamente a ambas partes. Evidentemente, los postmodernistas no necesariamente escapandichas actitudes que sutilmente marginan a sus colegas.

    Sin embargo, son varios los postulados que feministas han tomado del pensamient

    postmoderno, como es el tema de la diversidad. Con respecto ala diversidad el feminismopostmoderno aboga por las identidades fracturadas en tanto mujer-blanca, mujer-occidental, mujer lesbiana, mujer centroamericana, mujer india, mujer de base, mujetercermundista, etctera (Harding: 1986). Existe una multiplicidad de identidades, buscandosolidaridad en nuestra oposicin a la ficcin de una meta humana.

    Nancy Fraser (1991), reconocida terica feminista postmoderna considera que el feminismcomo teora crtica de nuestra sociedad, debe definirse desde nuestras propias exigencias, detomar lo que le sirve, y reformular desde sus propias demandas lo que le es negativo y va contracorriente. De esta forma debe tomar de la filosofa, la sociologa el psicoanlisietctera, aquellos aspectos que le son de utilidad para explicar y hacer visible la subordinacide las mujeres. Dicho planteamiento suele ser visto como pramgtico-poltico, pues dich postura remite al tomo mi bien de donde quiera que lo encuentre tal cual lo formula misma autora. Sin embargo, dicho planteamiento pragmtico indudablemente remite a lnecesidad de contar con criterios muy elaborados acerca de qu es el propio bien. Desde es

    enfoque, por ejemplo, para Fraser 2 Foucault, no sera un buen marido, pero s puede ser un buen amante ocasional. En tanto, hay aspectos de su teora que son pertinentes para entendlas relaciones de poder, ms la ausencia de la mujer como sujeto social en su perspectivterica, conlleva una serie de limitaciones analticas3.2 Por lo general Fraser, Benhabib, Butler y Cornell discuten y dialogan entre ellas, en tanto a pesar de que s postura es postmodernista, cada cual tiene propuestas analticas que se diferencia en el mbito terico. Efeminismo de Benhabib tiene una orientacin habermasiana; el de Butler foucaultiana; el de Fraser pragmatistael de Cornell lacaniano-derrideana (Amors: 1997). 3 La crtica feminista seala que la teora de Foucault no sirve para explicar las relaciones de poder desde larelaciones de gnero, es un trabajo que no se compromete con el feminismo e ignora en muchos casos a lamujeres. A pesar de que habla del cuerpo como un centro en el que el poder ejerce control y dominio, no toma ecuenta que no todos los cuerpos son iguales y que por tanto los efectos del poder no son iguales para todos / alos y las sujetas/os no tienen capacidad de actuar y decidir, el biopoder controla todo, desde esta perspectiva nhay capacidad de resistir, as como la incapacidad que tiene de percibir las injusticias (estas son algunos aspectque feministas como Nancy Fraser, Monique Deveaux y Sandra Bartry han formulado). Si se desea profundizsobre el tema referirse ha: Ramazanoglu, Caroline (1993), Explotations of some tensions between Foucault anFemenism. London Routledge; Mac, Ney, Lois.(1992), Foucault and feminism. Northeastern University PUESBoston, USA y Deveaux, Monique (1994) Feminism and empowerment: a critical reading of Foucault, eFeminist Studies 20, no 2 (summer, 1994).

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    Para las feministas postmodernas es importante plantearse el tema del sujeto mujer- a parde la muerte del sujeto de la modernidad o la re-construccin del este. Benhabid distinguentre una postura dbil y una fuerte al respecto. Laversin dbil plantea la necesidad dedepurar el perfil genrico masculino, en tanto, desmitificacin del sujeto masculino de razn. Propuesta que retoma el feminismo en general. Si la conciencia feminista existe y esconciencia supone lo que la modernidad ha entendido por sujeto, entonces no se puede habde muerte del sujeto moderno. En la medida en que se postula por el desarrollo de una actitureflexiva del ser mujer, que resignifique, re interprete, transgreda a partir de un sujeto/, qinterrumpa la cadena del significado constituida, y para ello se necesita del desarrollo ddiscursos que han sido plasmados por otros/as sujetos/as.

    Las resignificaciones del mundo masculino, son vistas en este caso como positivas, en el tan pueden ser liberadoras, a pesar de estar formuladas a partir de sus discursos y construccionsimblicas. Butler considera que las re-significaciones que funcionan, no son las crticas, silas transgresoras (Amors; 1997).

    Por ello, se opta en la mayora de los casos, por recuperar y revalorizar las obras quanteriormente fueron marginadas y subestimadas de las mujeres, de su cultura y de sexperiencia particular. Considerar, desde su punto de vistala existencia de las mujeres desde

    la diferencia, es vital , pero debemos evitar pensar esta diferencia desde el pensamiento binario. Romper con el pensamiento binario, para evitar la forma dominante de representar ldiferencias y justificar la subordinacin de las mujeres en la sociedad. Debemos pensar en diferencia sin oposicin (Owens: 1986).

    Sin embargo, llegado a este punto preguntamos, si el feminismo postmoderno puede rescaal feminismo como epistemologa. Si se rechaza lo universal, si no se puede hacer teora qunos abarque como sujetos mujeres, si debemos renunciar a los conceptos como gnero

    entonces qu nos queda? Este es un problema que se ha venido planteando dentro dfeminismo, y que an no est resuelto. Pues la fragmentacin, lleva a veces a escisioneirreconciliables acerca de las mujeres, en tanto todas estn marcadas por otros aspectos qnos determinan como la clase, la raza, la cultura. Si bien la fragmentacin que puede generla diversidad es cierta, es palpable la importancia que tiene reconocer las minoras, y con ell

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    sexual la causa del Desamparo y la desorientacin del hombre moderno. Elolvido delser como desarraigo con la consiguiente bsqueda heideggerina de un nuevo modo dhabitar la tierra-, puede ser asumido como el olvido de la Hestia la divinidad griegfemenina guardiana del fuego del hogar, a favor de los dioses masculinos que instituy platonismo.

    As, Irigaray se propone restaurar con su teora los significados del ser y el habitar (1997Dada su visin, considera, que es un error del feminismo plantearse sus vindicaciones estudios desde la modernidad e incluso la crtica a esta. Con el planteamiento igualitarista, lfeministas corren el peligro de estar trabajando por la destruccin de las mujeres, mgeneralmente de todos los valores. Por ello considera que se necesita platear la cuestin

    partir de una fundamentacin distinta a aquella sobre la que se erige el mundo de lohombres. Para ello es necesario recuperar a las mujeres como sujetos sexuados diferentesde los varones, en lugar de tomar posiciones en un mundo presuntamente neutro . Esto esnecesario, en el tanto es el orden simblico masculino el que desde siempre ha definido a lmujeres como sujetos sexuados. En opinin de Irigaray el orden masculino no ha dejadespacio para que se exprese su verdadera diferencia. Sino que las ha homologado al mbito lo uno y lo mismo representado por el falo. Desde su perspectiva, no es posible que lamujeres construyan su identidad desde un discurso masculino, que ubica a las mujeres comootro. Por ello, es determinante, romper con el discurso del logos,flico , dedicndose aexplorar el cuerpo y la experiencia del placer sexual de las mujeres como bases idneas paraconstruccin de una nueva subjetividad femenina. Se debe desarrollar una centralidad en mujer, en el sujeto mujer, pensar su cuerpo, su ser, desde s misma. Como sus propiolabios, que hace alusin al sexo de las mujeres y que est constituido en s mismo como uunidad, no en oposicin dicotmica de sus partes. En ellos reside pues, el misterio de identidad femenina, de su recogimiento sobre s misma o de su extraa palabra del silencio.

    La propuesta de Irigaray rompe con la tradicin flica de la representacin del cuerpfemenino. Tradicin que vemos ilustrada desde Aristteles, el cual consideraba a la mujcomo un varn fallido, a Lacan, quien afirmaba que la mujer no existe, as como, qucaracterizaba a la mujer, por la ausencia del pene y la envidia de la mujer por el mismo.

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    Irigaray propone, no una emancipacin desde la tradicin ilustrada, porque equivale a aceptel orden falocntrinco masculino. Propone promover un cambio de poca, en el sentidheideggeriano, marcado por el advenimiento de la diferencia sexual, lo que significa ucambio en las formas de habitar los lugares y las envolturas de la identidad. La mujedeber habitar su lugar y no ser un lugar para otro, reencontrndose consigo misma, commujer y como madre, lo que lleva consigo una modificacin en la concepcin del espacitiempo que caracterizar la nueva era(Amors; 1997: 393). Va ms all de la idea defeminismo de la igualdad que considera el reparto equitativo del espacio y el tiempo entre lgneros, como lo sealaba Virginia Wolf la mujer una habitacin propia.

    Por su parte, Irigaray considera que el cumplimiento de la diferencia sexual har posible encuentro entre los sexos, a travs de un lenguaje re-generado, como celebracin y comfiesta, como resurreccin y transfiguracin de la carne y de la sangre. Se sugiere de esmodo que el pensamiento de la diferencia sexual tiene las verdaderas claves para sellar utratado de paz perpetua entre los sexos que lleve a la re-generacin de la pareja humana (sque el problema de las relaciones de poder se encuentra en buena medida desplazado al de simblica) (dem: 394).

    2.1 La identidad sexuada

    Particularmente en su libro Yo, tu, nosotras Irigaray habla de la necesidad de construir unidentidad a partir de la sexualidad de cada gnero, en el caso del gnero femenino, pasa pornecesidad de considerar el valor de las mujeres en cuanto a su ser genrico y no nicamencomo madres-, lo cual permitir a su vez disfrutar de los derechos sexuados. Son siglos d

    valores socioculturales los que hay que revisar y transformar, empezando por las mujeremismas (Irigaray; 1992: 9). Considera que reclamar la igualdad es una expresin equivocad porque implica un trmino de comparacin, al respecto se pregunta: A quin o a qu deseigualarse ms mujeres? A los hombres?, A su salario?, A un modelo?, A un puest pblico?.

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    La condicin de las mujeres, su posicin y condicin secundaria que ocupan en el mundmasculino est basada en la diferencia sexual y es justamente, desde las diferencias, edonde las mujeres podrn resolver su situacin. Su propuesta no es neutral, no promueveneutralizacin que desde su visin algunas feministas promueven; por el contrario enfatila diferencia, porque considera que la especie humana est dividida en dos gneros que son lque aseguran la produccin y reproduccin de la especie, sino fueran por las diferencias, nexistiramos;

    Querer suprimir la diferencia sexual implica el genocidio ms radical de cuantaformas de destruccin ha conocido la historia (Irigaray; 1992: 10).

    Por tal motivo, lo importante desde su perspectiva es definir los valores de la pertenencia a ugnero que resulten aceptables para ambos sexos, para lo cual es necesario, devolver ciertvalores culturales a la sexualidad. Tres aspectos, son los centrales en la poca actual:

    1- La diferencia sexual, la cual es imprescindible para el mantenimiento de la especieno tanto por la procreacin, sino por residir en ella la regeneracin de la vida. Es uaspecto al que la sociedad occidental no ha prestado suficiente atencin, razn por lcual el carcter de la sexualidad es ms bien pobre, mecnico, regresivo y a veces ems perverso que la sexualidad animal.

    2- La sexualidad est vinculada a la cultura y a sus lenguajes; a pesar de que s pretender ver el mismo como un asunto separado de la civilizacin. La sexualidad nescapa a las normas sociales pero se la pretende ver como fuera de la sociedad, poello, considera que el futuro de la civilizacin necesita una cultura sexuada; al menos

    oculta.

    3- La idea de volver a retomar una cultura sexuada debe ir acompaada de valorediferentes, es necesario modificar los valores universales masculinos por responder dominio masculino sobre las mujeres, lo que devela la necesidad de cambiar la

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    relaciones patrilineales masculinas, por ocultar, inhibir y subordinar las relacionegenealgicas de las madres-hijas, as como las relaciones cruzadas madres-hijo padres-hijas, al privilegiar la relacin patriarcal padre-hijo.

    2.2 Lenguaje y cultura

    El devenir patriarcal de la cultura se manifiesta en la evolucin de las relaciones entre losexos, y se inscribe tambin en la economa profunda de la lengua. Irigaray considera quelengua contiene la diferencia sexual al informar a esta la lengua- de los patrones culturalhistricos. De ah que determina los pronominales, los adjetivos posesivos, el gnero de l palabras y la divisin de las clases gramaticales. La lengua y las relaciones de gner

    devienen de la cultura, de los contextos socio-histricos en las que se producenImpresionantemente, las civilizaciones patriarcales han disminuido tanto el valor de lofemenino que la realidad y la descripcin del mundo son inexactos;

    En lugar de construir un gnero diferente, el fenmeno en nuestras lenguas se hconvertido en un no-masculino, es decir, en una realidad abstracta sin existencia Eorden lingstico patriarcal las excluye y las niega. Hablar con sentido y coherencia ser mujer no es compatible (Irigaray; 1992: 18).

    Al vivir en un mundo masculino, con lenguaje masculino, las mujeres en general vivimos p principio como asexuadas, o neutras en un plano de la cultura. Si decidimos entrar al muncultural intermasculino como el espacio pblico- se obliga a la mayor parte de las mujereincluidas las feministas, a renunciar a su subjetividad femenina y a las relaciones con suiguales, el efecto general, es un empobrecimiento de la cultura, que se ve reducida a un so polo de la identidad sexual.

    Las contradicciones de la cultura llaman al cambio cultural del cual hoy apenas sobemos nadAs, Irigaray defiende el derecho a la dignidad humana para todos y a que ese derecho sefectivo, debe ser un derecho que reconozca y valore las diferencias. Ello porque los sujetno son iguales, ni idnticos, y adems; no conviene que lo sean; particularmente en el caso

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    los sexos, de ah propone su feminismo de la diferencia , lo cual es, desde su punto de vista;adecuadamente conveniente para el desarrollo y subsistencia de la especie humana.

    Irigaray realiz varias investigaciones con el objetivo de observar las marcas sexuadas ddiscurso4. Considera al respecto que al ser el discurso sexuado la lengua tambin lo es, lo e por algunas de sus reglas fundamentales, lo es por el gnero de las palabras repartidas de umanera no ajena a las connotaciones o a las propiedades sexuales, lo es tambin por su corplxico. las diferencias entre el discurso masculino y femenino son, pues, producto de lengua y de la sociedad, de la sociedad y de la lengua. La una no puede cambiar sin la otr(dem: 30).

    Por eso, desde su perspectiva, pensar en llevar a cabo una liberacin sexual son cambios en lleyes lingsticas, relativas a los gneros no es posible. Su propuesta al respecto refiere a posibilidad de mantener la sexualidad en el lenguaje. Pero hay que encontrar un nuevequilibrio para las relaciones entre los sexos en la lengua, la sociedad y la cultura. Sirenunciar a poner en palabras la diferencia sexual, es conveniente que las mujeres sean mcapaces de situarse a s mismas como un yo, yo-ella(s), de representarse como sujetos y dhablar con otras mujeres. Esto requiere una evolucin subjetiva y un cambio en las reglas de lengua, el cual contribuir a hacer visible y patente a las mujeres. Para los hombres, eltuoriginalmente materno femenino, se pierde en beneficio dell ; al parecer, hace notar Irigaray,en las mujeres hace falta la transicin tu-ella-tu; y se anula con ello eltu materno y el yofemenino. Un orden que no es arbitrario, sino que est motivado por leyes que han escapaa los lingsticos (dem; 32).

    En el discurso de los hombres el mundo suele designarse como un conjunto de inanimadabstractos integrados en el universo del sujeto. Las mujeres designan a los hombres com

    4 Irigaray realiz varias investigaciones en donde grab a hombres y mujeres en situaciones cotidianas, as comen su prctica teraputica. Con ayuda de algunas(os) colaboradoras(es) realiz pruebas sencillas de carctelingstico en grupos de hombres y mujeres tipo: Construya una frase con una de las siguientes palabrainductoras como celibato, matrimonio, sexualidad, nio, etctera, Construya una frase sencilla con varias de lsiguientes palabras como Aburrimiento-l-decir; vestido-se-ver; casa-madre; casa-mesa, o tambin Diga l palabra contraria, el sinnimo o la definicin de las siguientes palabras pertenecientes a categoras gramaticaldistintas, que presentan diversos grados de ambigedad, dicho material le permiti posteriormente analizar locontenidos y construcciones diferenciadas que mujeres y varones producen a travs de la expresin verba(Irigariay; 1992: 27).

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    sujetos (solo en la transferencia psicoanaltica no) y al mundo como un conjunto dinanimados concretos que pertenecen al universo del otro. Hay un distanciamiento questablece con el entorno, al no subjetivarlo como suyo. Lo que se debe al tipo de lenguaje, discurso propio de otro momento histrico. El mundo evoluciona, cambia, pero en el lenguase puede apreciar una resistencia a la transformacin que tanto mujeres como varones porten su conducta individual, social y formas de relacionarse (Irigaray; 1982).

    En general, en cuanto a la cultura Irigaray seala cmo en un mundo con sello masculinonaturaleza de las mujeres y sus aportaciones no es reconocida. Considera que la civilizacioccidental (ms no est del todo excluida la oriental) presentan dos anomalas, dos injusticiados represiones:

    1- Las mujeres que han dado vida y crecimiento al otro enellas son excluidas del ordendelmismo-que-ellos , que los hombres han elaborado.

    2- La nia, aunque concebida de hombres y mujeres, no es admitida en la sociedacomohija del padre con el mismo trato que el hijo.

    Las dificultades que existen en la sociedad para reconocer los derechos sociales y polticos las mujeres gira en torno a la relacin biologa-cultura; por eso, no se debe desviar que se de poner con respecto a lo biolgico- pues se excluira a las explicaciones sociales que se dsobre lo biolgico;

    Rechazar hoy da toda explicacin de tipo biolgico porque la biologa paradjicamente, haya servido para explotar a las mujeres- es negar la clavinterpretativa de la explotacin misma. Ello significa tambin mantenerse en l

    ingenuidad cultural que se remonta al establecimiento del reino de los dioseshombres As pues, para obtener un estatuto subjetivo equivalente al de los hombrelas mujeres deben hacer que se reconozca su DIFERENCIA5 (dem: 44).

    5 La mayscula es nuestra.

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    Finalmente, al respecto, seala la autora que retomar y rescatar la relacin madre-hij permitira a la hija construirse como sujeto y a la madre reconstruir su condicin de mujesujeto.

    III Lectura crtica

    A continuacin se presenta algunas crticas que se le pueden formular a la postura de LuIrigaray, sin dejar de lado por supuesto sus contribuciones; las cuales, hoy da estn presenty muchas formulaciones tericas, as como reflexiones empricas;

    En general se considera que la adopcin del post modernismo, puede implicar la destrucci

    del feminismo, puesto que se abandonan procesos de construccin identitarios colectivos q permitan el reconocimiento de las mujeres en las otras mujeres. La diversidad puede llevala fragmentacin identitaria.

    Con el escepticismo de las feministas postmodernas se pone en duda la posibilidad de hacteora desde las mujeres, cuando es tan reciente la posibilidad que nos hemos dado de pensalas mujeres. Apenas se comienza a plantear la posibilidad de formular teoras acerca dmundo, y ya se comienza a platear la duda de s vale la pena hacer teora.

    El postmodernismo feminista aboga por eliminar al gnero como categora de anlisis, etanto se plantea la necesidad de orientarnos por el desarrollo analtico de las interminabldiferencias entre las mujeres, lo que nos llevara a la aceptacin de un individualismabstracto y esotrico. Se termina convirtiendo a la categora mujer en una ficcin. Est planteamiento niega al gnero como temtica de anlisis.

    Por su parte Catherine Mackinnon ha criticado fuertemente el feminismo de la diferencia replante lo que para ella era esencial en el gnero: El gnero es desigualdad de poder, uestatus social basado en quien le permite hacerle algo a quien ... La desigualdad viene primerla diferencia despus (Mckinnon; 1987: 8). Para dicha autora el gnero, adems de se

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    diferente implica una relacin jerrquica en la que ambos sexos son igualmente diferentes peno igualmente poderosos.

    El feminismo, trae consigo una teora de poder y la necesidad de diferenciar los aspectoespecficos de la experiencia de las mujeres. De Lauretis mira la diferencia al interior dgnero femenino, para ella hay diferencias sustanciales entre estudiar a mujeres que smaquillan y mujeres que usan velo, por tanto hay diferencias dentro del gnero con respectolas representaciones de sus relaciones sociales, es decir con respecto a los contexto particulares. Por consiguiente,el feminismo tiene una identidad plural y no unitaria: lasmujeres .

    Otra crtica que se suele formular a la exaltacin de lo femenino es que se parte de que todlos hombres son iguales, y por tanto todos tienen la misma posibilidad de oprimir a lamujeres, se consideraba que en general, los oprimidos no han sido daados psicolgica, fsiy espiritualmente por la Explotacin de la que tambin son victimas.

    Tambin al exaltarse lo femenino se lleva la idea de una esencia femenina, una especificidque hace que nos diferenciemos de los hombres a partir de aspectos que implican a su vezdiscriminacin y subordinacin.

    Otra crtica remite al concepto de gnero en s y su planteamiento como una categora. Mall del gnero como una propiedad, este debe ser considerado como una relacin social. no destacamos las relaciones podemos ver el gnero como una oposicin fundamental seres inherentes opuestos y no seremos capaces de identificar las variedades y las diversformas de poder de las mujeres y de los hombres (Flax: 1986: 71). Esta postura es importan porque permite mirar a las mujeres como personas no necesariamente desempoderadas, si

    que abre la posibilidad a mirar el poder de las mujeres en relacin con otros poderes.

    Flax coincide con De Lauretis al concebir al gnero como una representacin de una relaciy plantea el dilema de su universalidad como temtica del feminismo. El gnero en tantrepresentacin de una relacin, tiene como base la relacin misma. La construccin de

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    sociales, por tanto es cambiante, y no existe una nica identidad de gnero, aunque podemconcebir o tener una imagen ideal de la identidad de gnero femenina.

    Esta pequea caracterizacin y problematizacin con respecto al tema del gnero, nos permvisualizar las diferencias en las interpretaciones y aspectos tericos con respecto a este. Sembargo, las diferencias no niegan la necesidad de estudiar el gnero, en tanto implicarnegar las relaciones sociales que validan la relacin de desigualdad de las mujeres. Varios solos esfuerzos analticos que dan respuesta epistemolgica a la ciencia positivista postpositivista, visin de ciencia que ha sido dominante, entre ellos podemos destacar feminismo emprico, el feminismo del punto de partida6 y el feminismo post-modernista ycorrientes puente. En este trabajo, analizaremos la tercera opcin, en tanto tema de inters

    el presente trabajo.

    Feministas de reconocida trayectoria como Amors y Benhabid mantienen distancia con teora posmoderna en general. Amors seala que la postmodernidad no siempre es un buealiado y que se debera estar en guardia contra las maniobras de seduccin. Benhabid por parte, considera la alianza entre la postmodernidad y el feminismo como una difcil alianzasi bien ambas posturas parten de crticas semejantes como es la crtica a la ilustracin y racionalismo occidental, ests no siguen el mismo camino. Butler, estima que la rbrica de postmoderno que se usa para agrupar posiciones, tan distintas entre s como puede ser postfuncionalismo y la deconstruccin, tiene en s un gesto de domino conceptuasintomtico del autoritarismo. La discusin Benhabid-Butler acerca de la relacin dfeminismo con las postmodernidad se modifica al convertirse en un debate sobre la capacidanaltica de la teora crtica y el postmodernismo, que desde la perspectiva de Butler ambas pueden integrar en un paradigma feminista pragmtico y fabilista, tomndose as lo qusirve.

    6 Este feminismo parte del conocimiento desde la perspectiva de las mujeres. Su respuesta epistemolgica es basada en la metodologa marxista; se apoya en la filosofa de Hegel y est comprometida con el proyecto dcrear una ciencia sucesora. En su esencia, es una teora de la generalizacin de las tareas, del trabajo y de lexperiencia social. Es una posicin antirracionalista e intenta revalorizar lo femenino. Aboga por el concepto dla diferencia y celebra lo irracional. Propone una ciencia sucesora basada en las experiencias de las mujereque debido a las actividades humanas, poseen una experiencia diferente, y por tanto, ms compleja y ms humaque la que poseen los hombres en el patriarcado. La divisin sexual del trabajo conforma la base de una visin perspectiva. Relaciona alas mujeres como contribuyentes en la sobrevivencia y como madres. Su intencin no sustituir un gnero por otro, sino lograr una perspectiva libre de generizacin (Sharratt: 1993).

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    Owens, seala que al postmodernismo hay que mirarlo con cuidado, y que a pesar de que haspectos en los que se coinciden no se puede dejar de lado que muchas de las produccionartsticas y tericas de dicha corriente han dejado de la el tema de las mujeres y las relacionde desigualdad con los varones. Ante esta falta de criticidad, vemos en su producci planteamientos tradicionales en cuanto a las relaciones genricas, se nota incluso en el mbide la elaboracin de imgenes a las mujeres desarrollando actividades tradicionales propias la sociedad falocntrica y patriarcal. Tal es el caso de la representacin de Laurie AndersoAmericans on the Move7 en donde se perciben imgenes claramente masculinas dominantes.

    7 En dicha presentacin se hacan comentarios verbales sobre imgenes visuales proyectadas en una pantaldetrs de los actores (Owens: 1986).

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    Conclusiones

    A pesar de las crticas no hay duda que Luce Irrigara se ubica dentro de las autoras que ha

    tratado de distanciarse de propuestas clsicas como las freudianas y lacanianas de constitucin de las mujeres como sujetos sociales e individuales.

    Deleuze y Guattari, criticando a Lacan y apoyndose en Wilhem Reich, plantean en su texEl Antiedipo que no existe ms que el deseo y la produccin social de la realidad y que deseo no es carencia y el inconsciente no es representativo, sino productivo. Ambos criticanfamiliaricentrismo del psicoanlisis y proponen el esquizoanlisis como una alternativa paestudiar al inconsciente como mquina deseante. Para ellos la posicin de mujer s

    reinvierte y redefine. Ahora cobra un papel clave en la deconstruccin de la subjetividad lofalocntrica y dar nombre a una identidad fluida no edipiana que reclaman Deleuze y Guattacomo subversiva del orden capitalista y del poder. Esta identidad estar a disposicin dhombres y mujeres que no quieran complicidades con el sistema (Amors; 1997: 327).

    Sin embargo, ambos autores hacen abstraccin de hombres y mujeres empricos pardesplazarlo todo a posiciones en la economa del deseo posible de ser superadas a travs dmanejo que el propio mercado permite. Consideran que las diferencias de gnero estn dad por problemas de poder y que esta relacin de poder se borra por el procedimiento del sistem

    No ha sido fcil construir una teora del sujeto mujer alternativa, Luce Irigaray, lo intenta, distancia y critica a Lacan, pero su propuesta est prendida de supuestos lacanianos. Ldiferencia femenina, que es por autonomansia, no se puede definir por estar fuera dellogos , y por tanto no se figura como un sujeto alternativo al sujeto masculino falocntrico; sino comuna alternativa de alteridad respecto al sujeto, que es masculino.

    Por eso, considero que es indudable que tenemos la tarea de desarrollar teoras que

    mantengan la temtica del gnero y que a su vez considere las diferencias y las distintas

    realidades de las mujeres. Lo que se necesita, no es eliminar toda teora por andro y

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    falocntrica, sino desechar los planteamientos que tienden a ser esencialistas, etnocntricos y

    cultural e histricamente parcializados; tal y como lo han hecho las feministas postmodernas.

    Por otra parte, los planteamientos de las feministas postmodernas, como se pudo observ en

    el trabajo, cuentan con problemas tericos, al parecer, no es sencillo construir una teora que

    sea coherente con las necesidades polticas de las mujeres, que de cuenta de la problemtica,

    desigualdades, inequidades y subordinacin de las mujeres, sin caer, a veces, en

    planteamientos esencialistas o bien en particularismos, que no conducen a explicaciones

    tericas.

    Un aspecto central y an problemtico se relaciona con el tema de la construccin de la

    identidad o subjetividad femenina. El problema central estriba en el uso que se hace de las

    corrientes psicoanalistas, pues son las que principalmente dan respuesta a la constitucin delas identidades, sin embargo, es en esa rea en la que han existido explicaciones

    profundamente sexista. Por un lado se tiene al psicoanlisis (freudiana), el cual

    indudablemente ha tenido gran influencia en las ciencias sociales, no cabe duda que sus

    explicaciones ms clsicas han tendido ha cosificar a las mujeres. La otra corriente del

    psicoanlisis no escapa a dicha tendencia, nos referimos a Lacan, que tienden a ganar

    terreno analtico en los ltimos aos. Feministas postmodernas formadas en el psicoanlisis

    han hecho reelaboraciones, pero sus planteamientos por lo general quedan presos en dichas

    explicaciones. Habra que crear una teora alternativa en su conjunto, para quizs desde all

    dar explicaciones coherentes a sus propias posturas.

    Por otro lado, con respecto al tema de la subjetidad estn los planteamientos elaborados

    desde la sociologa, sin embargo, dichos tericos (como Giddens, Turner, Goffman, Berger y

    Luhman) no tienen como norte el tema de la construccin identitaria del sujeto con respecto a

    su gnero, o bien la constitucin de la identidad sexual de las personas, y las implicaciones

    que de ello se derivan. A su vez, sus propuestas al tener un fuerte nfasis en lo sociolgico

    dejan sin explicar algunos aspectos que Eric Erikson llamaran la mismisidad del yo, que

    es la parte ms ntima, individual y particular que el individuo construye ms all del

    contexto social y las influencias que este ejerce sobre la persona.

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    Con respecto a las crticas que algunas de las feministas postmodernas formulan al

    postmodernismo, pensamos que son vlidas y fundadas, pues los postmodernos ms

    influyentes y consolidados (Lyotard, Vattimo, y otros) han ignorado el tema del feminismo por

    completo, esto a pesar de que sus explicaciones se nutren de dicha corriente, al ilustrar al

    movimiento feminista, como una propuesta que al romper con cnones establecidos y hacer

    valer otras verdades no asumidas por la sociedad occidental, se convierten en promotoras

    de los postulados postmodernos. Sin embargo, no consideran a sus homlogas como

    interlocutoras en el debate modernidad-postmodernidad.

    Ms all de las debilidades de las feministas postmodernas y de los postmodernistas, se

    considera que es una corriente profundamente rupturista y que su alto nivel de criticidad con

    respecto a la sociedad, permite valorar espacios y temas novedosos a abordar, as como lanecesidad de repensar y cuestionar todo lo que se daba por verdad hasta hace pocas

    dcadas.

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