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Founder and Chief EditorRose Mary Salum

Art Direction and Graphic DesignSnark Editores S.A. de C.V.

Assistant Graphic DesignLorís Simón S.

Contributing EditorsDebra D. Andrist, Ph. D.Malva FloresGuadalupe Gómez del CampoDavid Medina PortilloBenito Pastoriza IyodoEstela Porter

Contributing WritersGioconda BelliSandra CisnerosElizabeth Coscio Ph.D.Brad Warren DavisMalva FloresDavid Medina PortilloBenito Pastoriza IyodoGonzalo RojasLiliana ValenzuelaRima de Vallbona Ph.D

Contributing TranslatorsBradley Warren DavisJosé Antonio Simón S.Liliana Valenzuela

Contributing PhotographersVassil AnastassovPatricio CrookerOmar MenesesEdgar MorenoThe Houston-Tampico Sistercity Association

Editorial OfficesLiteral Magazine770 South Post Oak Lane, Suite 530Houston, TX 77056

SubscriptionsPlease fax a request: 713/ 960 0880Phone: 713/ 626 14 33E-mail: [email protected]

Opinions expressed in signed articles are those of the authors and do not neces-sarily represent the opinions of Literal, its directors or editors. The magazine doesnot accept responsibility for the advertising content. The editors reserve the rightto make changes in material selected for publication to meet editorial standardsand requirements. No parts of this magazine may be reproduced in any manner,either in whole or in part, without the publisher’s permission. Request for permis-sion should be made in writing to the magazine. Literal does not assume respon-sibility for original artwork. Unsolicited manuscripts and artwork are accepted butwill not be returned unless accompanied by SASE.ISSN Number: ISSN 1551-6962Federal Tax Exemption No. 45-0479237

Literal: Latin American Voices opens today its pages with

a double intention: to become a forum where the Latin

American artistic expressions come together and, more

importantly, to open a space for new voices to express

themselves.

In Literal, as its name suggests, we will respect the pri-

mary sense of the expressions that are shaped here, con-

vinced that it is to the reader to whom corresponds the

interpretation of them, turning our collaborations into

artistic expressions.

Thus Literal will be a place for the critique and diffu-

sion of the Latin American art in its most generous sense,

also recognizing the possibility of becoming a voice of

forced reference for the understanding of the ample cul-

tural universe that meets no longer under only one lan-

guage, but sheltered under the shade of a similar spirit.

Literal: Voces latinoamericanas abre hoy sus páginas con

un doble propósito: convertirse en un foro donde conflu-

yan las expresiones artísticas latinoamericanas más

importantes y, a la vez, abrir un espacio que permita a las

nuevas voces encontrar un sitio donde expresarse.

En Literal, como su nombre lo indica, habremos de

respetar el sentido primario de las expresiones que aquí

se plasmen, convencidos de que es al lector a quien

corresponde otorgarles la interpretación que convertirá

nuestras colaboraciones en expresiones artísticas.

Así también, Literal dará cabida a la crítica y difusión

del arte latinoamericano en su sentido más generoso,

atisbando la posibilidad de convertirse, también, en una

voz de referencia obligada para la comprensión del

amplio universo cultural que se reúne ahora ya no bajo

una misma lengua, sino cobijados a la sombra de un

espíritu similar.

l i t e r a l

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c o n t e n t s

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Alles Nahe werde fern y otros poemasGONZALO ROJAS

Gonzalo Rojas, una poética del fragmentoDAVID MEDINA PORTILLO

Loose Woman/ Mujer callejeraSANDRA CISNEROS

Las Girlfrends on the Caramelo Book. Tour for SpainLILIANA VALENZUELA

Keiko: A Rose by Any Other NameELIZABETH COSCIO

Aguántame tantito más. Pathology of an Urban TaleBRADLEY WARREN DAVIS

Mudanza del árbolMALVA FLORES

Three Approaches to the Work of a Naked Voice: Gioconda BelliBENITO PASTORIZA IYODO

Mi íntima multitud (dos poemas)GICONDA BELLI

Oíd, Adán es salRIMA DE VALLBONA

It all Started with an SGERARDO PIÑA

Keiko

17

Gerado Moreno

38

Tampico Histórico

43

Painting Photography Exhibition

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Alles Nahe werde fern

y otros poemas

Gonzalo Rojas

ALLES NAHE WERDE FERN

Y además diviértase, no era para tanto, amarrena esa loca que usaba por lo menos diez hombres en un mismo forniciopara hablar como el Arciprestey no es que fuera ninfómana, teníacomo quien dice su gracia, toda armazón flexible tiene su graciade 34 y fiereza, casada o no, eso pasacon cualquier hechizo, a Sábato le pasóen París con la rusa portentosa que le salió puta: —Alles Nahewerde fern: lo cercano siempre se aleja,

¡últimamentetodo es tan relámpago!,

hay cosasque pertenecen y otras que sin másno pertenecen como dijo Heráclito, parecíaque parecía pero no parecía, y eso que eraaunque ni ella sabía lo que era.Tanto hablar de libertad para parar en esto, el barrialle llegaba a la cintura y yo soñando con su pureza, lo másque me gusta ver son las estrellasal mediodía pero es difícil, no hayarcángeles, ¿qué va a haber arcángeles?, se habríaoído decir, el juego es otro, el balbuceo,el silabeo, el centelleo, el parpadeo es otro: cosa de cutisy arrogancia, desplantey desparpajoy nada más, le pregunté cien vecespara venirse a vivir conmigo si era valiente,pero no era valiente.

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TERESA

En cuanto a mí me embrutecíde ti oliéndote al galope todo el cuerpo, esto estoda la fragancia de la armazón, el triánguloconvulso, me

—a lo largo de tu espinazo— embrutecí

de ti, por

demasiada arpa, por

viciosilla arcangélica, aleteante

la nariz, por pájara

afro y a la vez exenta, por

motora a diez mil, por

oxígena de mi oxígeno me

embrutecí de ti, por esas dos rodillas

que guardaron todo el portento

diáfano, por

flaca, por

alguna otra vertiente

que no sé, por adivina

entre las adivinas esto quiere decir por puta

entre las putas, por santa

que me dio a comer visiones en

la mácula de la locura

del castillo interior que ando buscando en

la reniñez, por

la gran Teresa caliente de Babilonia que eres,

[alta

y sagrada, por

cuanta hermosura enloquecedora hay en la

[Poesía para mí

me embrutecí de ti.

ENIGMA DE LA DESEOSA

Muchacha imperfecta busca hombre [imperfecto

de 32, exige lecturade Ovidio, ofrece: a) dos pechos de paloma,b) toda su piel livianapara los besos, c) miradaverde para desafiar el infortuniode las tormentas;

no va a las casasni tiene teléfono, aceptaimantación por pensamiento. No es Venus;tiene la voracidad de Venus.

CALIPIGIA EN MADRID

Calipigia con serpiente en el corazón es

[animala mala

dicen las estrellas, no resplandece,

parece que resplandece pero no resplandece ni

merece entrar

en la dinastía de Safo, comercia

con los pétalos de la rosa pero no es la rosa

sin

embargo pinta para cumbre. ¡Suerte

muchacha, nadie te condena! Toda

calipigia tiene su aroma.

• Poemas tomados de Diálogo con Ovidio, Aldus/ Eldoradoediciones, México, 2000. Ilustraciones de Roberto Matta

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El desarrollo que ha tenido la poesía deGonzalo Rojas (Lebu, Chile, 1919) desdela publicación de su primer libro en 1948

es particularmente significativa en la medida queresponde a una regla de evolución en extremopersonal. La miseria del hombre, su primer título,apareció hace más de 50 años; asimismo, Contrala muerte y Oscuro fueron editados en 1964 y1977, respectivamente. Dichas fechas hablan porsí mismas: entre uno y otro volúmenes hay doslargos periodos de silencio, de 16 y 13 años paraser exactos. No obstante, y como afirma JacoboSefamí, con Oscuro, Gonzalo Rojas se “alumbróante el rayo (…) y desde allí no ha pegado losojos”.

En efecto, después se han editado las que ami juicio son dos de sus más importantes reunio-nes: Del relámpago (1981, segunda ediciónaumentada: 1984); Antología de aire (1991) y,finalmente, la Biblioteca Ayacucho y el FCE deChile nos entregaron al inicio de 1998 un corpusmayor, que consiste en un conjunto de 350 pági-nas preparadas por Marcelo Coddou bajo el títu-lo de Poesía selecta. Importa señalar, asimismo,que durante los intervalos marcados entre estostres volúmenes existe una cauda animada por unbuen número de reuniones cuya característica prin-cipal es el registro de nuevos textos. Así se podríancitar, en una lista incompleta, los siguientes ejem-plos: Transtierro (1979), Cincuenta poemas (1982),El alumbrado (1986), Materia de testamento(1988), Desocupado lector (1990), Las hermosas(1996) y Río turbio (1997). Posteriormente hanaparecido nuevas reuniones como, entreotras, Diálogo con Ovidio (coeditado enMéxico por Aldus y Eldorado) y los tres hermo-

sos volúmenes que publicó el gobierno chilenoen el 2000, y que el FCE reeditó recientementecoincidiendo con la entrega —el pasado abril—del Premio Cervantes, el mayor galardón que ennuestra lengua se entrega a los escritores: ¿Quése ama cuando se ama?, Al silencio y Réquiem dela mariposa.

Qué sacamos en limpio a partir de esta enu-meración un tanto extensa pero necesaria parademarcar, decía yo, la muy particular evoluciónde una de las obras capitales en la historia de lapoesía hispanoamericana de nuestros días. Sihojeamos alguna de las tres antologías que anotécomo representativas pensaríamos acaso —aligual que muchos han dicho— que los libros deGonzalo Rojas son, en efecto, la elaboraciónpaciente de una eterna autoantología. Nos deja-ríamos engañar así por alguna de las impresionescircunstanciales que induce cualquier lecturaapresurada. No intento negar, desde luego, queGonzalo Rojas recoge poemas anteriores al ladode nuevos textos; sin embargo, la finalidad prin-cipal de este procedimiento es concluir, creo, unnuevo ciclo en la espiral ascendente que sostieneel despliegue de su arte poética.

Dicho de otro modo, resulta evidente quecada uno de esos volúmenes no han sido, en sumomento, nuevos títulos, sino sólo episodiosrecientes en un trayecto cuya flecha se dirigehacia la configuración del libro único. Un libroque Gonzalo Rojas transcribe mediante aproxi-maciones esencialmente provisionales, nuncamediante formas concluyentes que pretendanatrapar una disposición o un orden ideal, inamo-vible e intemporal. Y es que, en efecto, la espe-cie de un poema confiado a la idea de la página

Gonzalo Rojas: una poética

del fragmento

P R E M I O C E R V A N T E S

David Medina Portillo

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perfecta funciona apenas como un concepto,entre otros posibles, dispensador de “motivos”para la ejecución de una poética tan válida o fali-ble como cualquier otra. Así por ejemplo, elBorges de flema platónica que todos recordamosescribió en torno de esa idea, manifiesta en suespeculación e interpelación constante a la pági-na perfecta. Ahora bien y por su parte, unGonzalo Rojas de ánima presocrática necesitarácolocar al mismísimo caos en el sitio de aquelconcepto; un Caos, desde luego, sin acentosnegativo o positivo sino, antes bien, como princi-pio generador: “Al fondo de un buen poema sevislumbra el caos, eso lo saben hasta los niños.Por eso saltan al vacío desde el muelle de fierrocontra el oleaje y regresan intactos, ligeramenteensangrentados, si usted quiere, por el roqueríode fondo pero vuelven riendo intactos, el dia-mante en seso” (Entrevista con Faride Zerán, dia-rio La Época, Santiago, 28 de diciembre de1997).

Es de sobra sabido que Rojas recurre con fre-cuencia al Fragmento 64 de Heráclito, el que a laletra dice. “El relámpago gobierna la totalidaddel mundo”. Desde mi punto de vista, habría queconsiderar esta reiterada alusión más allá de suevidencia palmaria; esto es, adelantarla en su ca-rácter trascendente y colocarla, también, en ellugar de aquella ánima presocrática que propusecon la intención de señalar uno de los aspectosclaves en esta obra. Para decirlo de manera direc-ta: por qué no distinguir en esa recurrencia laapelación, a su vez, a una poética del fragmento,vigente a todo lo largo de la evolución literariadel poeta chileno. Nos autoriza a pensar en estaposibilidad el hecho de que el autor jamás hadado por definitivo ninguno de sus libros. Así, yen este orden, aquello que algunos críticos hanllamado la eterna autoantología de Rojas viene acaer en un terreno que pertenece más al ars poe-tica de ancestral raigambre que, por supuesto, alpecado de una escandalosa autocelebración. LaPoesía selecta preparada por Coddou es signifi-cativa en este sentido ya que viene acompañadapor un registro de las variantes que han experi-mentado gran parte de los poemas escritos porRojas. Por ejemplo, podemos advertir ahí como“Al silencio”, uno de sus textos cumbre, ha sufri-do hasta el momento cinco alteraciones. De igualmodo, si nos fuera posible seguir con puntuali-dad la secuencia cronológica con la que han idoapareciendo sus títulos, veríamos en toda sudimensión aquello que él mismo escribió en elprólogo a Transtierro: “Del libro mundo (las cur-sivas son mías) que alguien quiso escribir a los 15del alba en español de los cuatro vientos o másabajo —amor y guerra— en el después torren-

cial, propongo ahora rápidas estas páginas míse-ras. Míseras de lo mismo, hartazgo y desenfreno,danza y mudanza, pues no hay Transtierro en mísi no hay Oscuro en la simultaneidad del oleaje.Contra la muerte ahí. La miseria del hombre. Quetodo es todo en la gran búsqueda del desnacidoque salió de madre a ver el juego mortal y esUno: repetición de lo que es. Antología de aire,metamorfosis de lo mismo”.

En este punto quizá resulte más clara esa arspoetica del fragmento que, importa destacar, enel caso de Gonzalo Rojas se decide entre dosramas de su árbol genealógico. Al inicio de sutrayectoria está, por un lado, la estrecha cercaníaque mantuvo con la vanguardia chilena del año38, particularmente con el grupo surrealistaMandrágora, época que coincide más o menoscon el establecimiento de un vínculo personalcon De Rokha, Huidobro y Neruda. Junto coneste paisaje de iniciación en la vanguardia hispa-noamericana de las primeras décadas del siglohay que destacar, asimismo, un acercamientoaún más temprano con lo que él llama clasicidad.Gonzalo Rojas ha relatado los pormenores deeste primer trato, el que dio inicio en 1927 cuan-do ingresó de interno en un colegio deConcepción de Chile: “Teníamos un profesor lla-mado Hunnemann… Cuando nos enseñaba,anotaba en el pizarrón en griego, lo mismo queen latín, las cosas que se le ocurría ir pensando.

Fotografía de Omar Meneses, 1998

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Era un loco, pensaba delante de nosotros, y mellamaba la atención el dominio que tenía no sólodel alemán, que era su lengua, sino de varias len-guas viejas. Yo creo que él me trajo o me indujoa esto de leer a los viejos. (…) Paralelamenteempecé a leer ahí mismo, con una oreja simultá-nea, a los poetas contemporáneos. De modo queApollinaire, aunque te parezca raro, fue registra-do por mi oreja cuando yo tenía unos 14 años,junto con lo que me suministraba la otra oreja.Ahora, creo que eso me enriqueció porque meorientó en un doble juego y le perdía la distanciay el respeto a los dos extremos. Fue como unaespecie de cruce de pensamiento que produjo

una síntesis” (entrevista con Jacobo Sefamí, De laimaginación poética, Monte Ávila, 1993).

Con el paso del tiempo, creo, esta síntesis seha ido inclinando a favor de la “clasicidad”; si no,basta advertir cómo el ritmo característico de lapoesía de Rojas sobresale, ante todo, como untrabajo sobre la sílaba clásica. Los movimientosde dicho ritmo, ya sean concéntricos (los que lellevan a un vértigo estático que raya en la perple-jidad) o excéntricos (el despliegue del oleaje ver-sicular, sobrecargado de una energía verbal queestalla en imágenes y sonidos), son las variacio-nes de un silabario con acentos fuertes y silenciosprofundos cuyo aliento evoluciona, al parecer,

Fotografía de Omar Meneses, 1998

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sobre una escala arquetípica. ¿Qué quiero decir?Estoy hablando, claro, de aquel silabario deHeráclito con el que Gonzalo Rojas realiza suenseñanza del idioma a los mineros de “El Orito”en el desierto de Atacama, allá por el año 42.Rojas transcribía sobre enormes planas de papelalguno de los Fragmentos y, posteriormente, laspegaba en las paredes de un aula improvisada:“Que para algo sirvieran las vanguardias!”.

El hecho, a mi juicio, rebasa la simple anécdotaya que pone de manifiesto los ecos que en el re-gistro poético de Gonzalo Rojas despiertan el fra-seo de dos lenguas diferentes. Señalo la adapta-ción de un silabario de Heráclito por parte delpoeta sólo en tanto símbolo medular. A partir deél, se entiende, puede indagarse también el cruceprosódico que Rojas, sabedor del latín, emprendecon la materia de otros nombres vigentes en suárbol genealógico: Séneca, Marco Aurelio,Agustín de Hipona, Gracián, Ovidio, Catulo,Propersio, etcétera. Un cruce prosódico que, aeste respecto, produce una centella iluminadorasobre el ars poetica que mencioné más atrás. “Amí me gusta eso que dice La poésie est une hesi-tation entre le sens et le son. Es una vacilaciónentre el sonido y el sentido. Me gusta la idea devacilación, que yo enlazo con la idea de aproxi-mación que emplea, en alguno de los fragmen-tos, el gran Heráclito al aludir a la amplitud,ambigüedad literaria”. (Jacobo Sefamí, op. cit.).

Dicha práctica del fragmento aparece ahoraen su significación concreta. No se trata, como seve, de una reinstalación de la escritura fragmen-taria, moda poético-literaria que fuera un resulta-do tardío del crédito obtenido por las llamadasvanguardias históricas, un supuesto llevado hastala inanidad que, no obstante, vivió horas extrasgracias, entre otras cosas, a la crítica estructural yposestructural francesas de los años sesenta ysetenta. Los mecanismos de creación en Rojasconsisten, antes bien, en un ejercicio que incidesobre el fenómeno poético mediante tanteos,acercamientos cuya manifestación efectiva serealizan al momento de disponer un orden deter-minado para una serie de poemas. Los libros delautor son así lo que en términos plásticos y par-ticularmente musicales se llama una composi-ción. Ahora bien, para Rojas dicha composiciónparece estrechamente ligada con una interpreta-ción, esto es, una ejecución a la manera musical,lo que en este ejemplo quiere decir que el carác-ter temporal, provisional digamos, es necesaria-mente acentuado. No resultará extraño entoncesque en varias ocasiones él haya hecho una defen-sa lúcida de la poesía circunstancial, entendida ala luz de un pensamiento poético que será, por

decirlo así, una sintaxis de la presencia por apro-ximación.

“Un poema jamás se concluye, sólo se aban-dona”. La frase de Valery es ya un lugar común;no obstante, por sabida, dicha verdad aparecedespojada de toda validez práctica al momentode entendernos con la materia de un poema o,incluso, de un libro: “Hay otro proyecto distintoa la linealidad y es jugar a la búsqueda del UNO,jugar al sin tiempo, a lo circular, de manera queun poema hable con otro, exija a otro que vuel-va a aparecer… Otro proyecto, que parece caóti-co y no lo es, porque no es fruto de la arbitrarie-dad, sino de la necesidad (“Habla un poeta”,entrevista con Mercedes Soriano, El Urogallo,Madrid, 1989).

Para Gonzalo Rojas toda secuencia temporalcarece de interés poético en la medida en que sudisposición en periodos, por ejemplo, no cierrapor sí misma una etapa de creación. En esteorden, las premisas que emplea bajo una evoca-ción casi telegráfica al no tiempo y lo circular,apenas si tienen que ver con una extraviadaatemporalidad aplicable como un valor en latabla de elementos que animan sus páginas. Porel contrario, es indispensable insistir en que esanegación del tiempo es para Gonzalo Rojas sóloy sobre todo el requisito de una razón poéticaque trabaja en la permanente aspiración al libroúnico, con todas las consecuencias formales y, sise le apura, metafísicas que el problema implica.Es decir, por un lado el no tiempo adquiere aquíuna característica esencialmente práctica, la quemueve al autor a prescindir de las fechas en que sustextos fueron escritos y colocarlos, así, en unadisposición momentáneamente efectiva, hasta laaparición de nuevos poemas que le reclamenordenamientos distintos. Por otra parte, el notiempo se encadena con el concepto de circulari-dad que posee también una función evidente-mente formal pero, también, se encamina haciauna analogía mayor.

Hilda R. May en La poesía de Gonzalo Rojas(Madrid, Hiperión, 1991) ha propuesto diez cla-ves temáticas para leer a Rojas; asimismo, JacoboSefamí en El espejo trizado (México, UNAM,1993) y Marcelo Coddou en la ya citada Poesíaselecta, adelantan una escala de entre seis yocho. Cito las de este último a manera de ejem-plo; en ellas reconoceremos, desde luego, losvariados rostros de una poesía que, desde su cir-cularidad, nos habla de una gran metáfora de lomismo: 1. El oficio mayor (ars poetica); 2. Lonuminoso; 3. Lo erótico; 4. Lo tanático y lo elegí-aco; 5. Genealogía de la sangre y el espíritu, y 6.El testimonio político, pero sin consignas. ¿Por

qué anoté que este registro temático es, a finde cuentas, una gran metáfora de lo mismo?No niego que esta cuadrícula temática poseauna innegable utilidad expositiva, que a su veznos sirve de guía para adentrarnos en un paisa-je tan complejo como la poesía de Rojas. Noobstante, me sigue pareciendo más pertinente,por sintética, la ecuación que el poeta ha pro-puesto para sí mismo; a saber, que su poesía esuna vocalización simultánea en tres registrosesenciales: el numinoso o metafísico, el eróticoy el ético:

LARVARIO A LOS 60Así que no hay más proyecto que eso: elregistro de tres en el uno del pensamientopoético. Pensamiento poético de alguien queoyó el zumbido de la abeja tenaz a cada ins-tante sin ceder casi nunca a la tentación de lavitrina. Y es que, como tantos otros aprendi-ces, no creo gran cosa en la letra públicahasta que no se nos impone como palabraviva y necesaria, y parece exigirnos de veras laparticipación del oyente para poder seguirrespirando y respirándola.

“—Mis lectores, dijo Blake una vez, sehayan en la eternidad”. Pero la eternidad esesto mismo.

El dictamen es suficientemente explícito:nos encontramos ante una obra difícil de par-celar en territorios plenamente independien-tes ya que, temas y poemas, participan de unaconversación consigo mismos y con el mundosobre una estructura de vasos comunicantes.De igual modo, en las palabras de Rojas seencuentra el cómo y el por qué de sus libros,esa particularidad extrema que se niega alvolumen definitivo y por el cual Rojas apareceen la historia de la lengua como un poeta,digamos, concéntrico y excéntrico. Poeta deun solo libro cuya mano oscila entre la visióndel relámpago en tanto manifestación súbitade la unidad, esto es, entre aquella gran metá-fora circular y, asimismo, el demonio de la plu-ralidad terrestre que, en términos formales,emerge por vía de una poética del fragmentoque, muy a grandes rasgos, he querido suge-rir en estas páginas. u

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Loose Woman / Mujer callejera

Sandra Cisneros

Dicen que soy una fiera.Y que me alimento en ello. Es que desde un principioPensé que eso era ser mujer.

Dicen que soy una cabrona.O una brujona. Lo he dichoy sin estremecerme.

Dicen que soy una macha, un infierno a toda madre,viva-la-vulva, fuego y azufre,enemiga de los hombres, demoledora la llorona lesbiana.No necesariamente,pero agradezco el cumplido.

Llega la turba con palos y piedrasa mutilarme y lisiarme y liquidarme.Así y todo, cuando abro la boca,les flojea la carne.

Diamantes y perlascaen de mi lengua.O sapos y serpientes.Según mi humor.

They say I’m a beast.And feast on it. When all alongI thought that’s what a woman was.

They say I’m a bitch.Or witch. I’ve claimed the same

never winced.

They say I’m a macha, hell on wheels,viva-la-vulva, fire and brimstone,man-hating, devastating,boogey-woman lesbian.Not necessarily,but I like the compliment.

The mob arrives with stones and sticksto maim and lame and do me in.All the same, when I open my mouth,they wobble like gin.

Diamonds and pearlstumble from my tongue.Or toads and serpents.Depending on the mood I’m in.

I like the itch I provoke.The rustle of rumorlike crinoline.

I am the woman of myth and bullshit.(True. I authored some of it.)I built my little house of ill repute.Brick by brick. Labored,loved and masoned it.

I live like so.Heart as sail, ballast, rudder, bow.Rowdy. Indulgent to excess.My sin and success—I think of me to gluttony.

By all accounts I ama danger to society.I’m a Pancha Villa.I break laws,upset the natural order,anguish the Pope and make fathers cry.I am beyond the jaw of law.I’m la desperada, most wanted public

enemy.My happy picture grinning from the wall.I strike terror among the men.I can’t be bothered what they think.¡Que se vayan a la ching chang chong!For this, the cross, the Calvary.In other words, I’m anarchy.

I’m an aim-well,shoot-sharp,sharp-tongued,sharp-thinking,fast-speaking,foot-loose,loose-tongued,

Me gusta la comezón que provoco.La corriente del cotorreocomo crinolina.

Soy la mujer de mito y mitotes.(Cierto. Soy autora de varios).Construí mi casita de mala fama.Ladrillo por ladrillo. La laboré,amé y albañilé.

Vivo así.Corazón como vela, lastre, timón, proa.Escandalosa. Indulgente hasta el exceso.Mi pecado y mi éxito:Pienso en mí hasta la gula.

A decir de todos soyuna amenaza para la sociedad.Soy una Pancha Villa.Violo leyes,altero el orden natural,angustio al Papa y hago llorar a los padres.Estoy más allá de la alharaca de la ley.Soy la forajida, la enemiga pública

más buscada.Mi retrato alegre sonríe en la pared.Infundo terror entre los hombres.Poco me importa lo que piensen.¡Que se vayan a la ching chang chong!Por esto, la cruz, el Calvario.En otras palabras, soy anarquía.

Soy tiradora de primera,tiro-al-blanco,hocicona,mente-aguda,habla-rápida,libre-como-el-viento,lengua-suelta,

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let-loose,woman-on-the-looseloose woman.Beware, honey.

I’m Bitch. Beast. Macha.¡Wáchale!Ping! Ping! Ping!I break things.

suelta-vagabundamujer-callejeandocayendo-mujermujer-caída.Cuidado, honey.

Soy Cabrona. Fiera. Macha.¡Wáchale!¡Ping! ¡Ping! ¡Ping!Rompo cosas.

Sandra cisneros

Loose Woman

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• Copyright © 1994 by Sandra Cisneros. Published by Vintage Books,

a division of Random House, Inc., and originally in hardcover by Alfred A. Knopf, Inc.

Reprinted by permission of Susan Bergholz Literary Services, New York.

All rights reserved.

• Translated from English by Liliana Valenzuela. Translations copyright © 2004 by Liliana Valenzuela.Reprinted by permission of Stuart Bernstein Representation for Artists, New York. All rights reserved.

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La Sandra asked me to come on thistrip to Spain with her, as she was feel-ing a tad nervous about giving inter-

views and readings in the Spanish of Cervantes. Iwas to be her security blanket, her interpreter ofsorts, and I was more than willing to help, but Ialso knew that I was just Dumbo’s feather, andthat she would do just fine without me. Still, Iwas grateful to be sharing a room with her. It feltlike a big celebration. And with a glass ofMoscatel wine in hand, looking at Las Ramblasfrom the window of the Avenue Hotel in Bar-celona, I was elated to be there to share in her suc-cess, which, because of my translation of hernovel, Caramelo, was also mine.

We’ve had a great working relationship basedon respect and mutual admiration. And a won-derful friendship of eighteen years and counting.Still, when you travel together, you really get toknow someone. So, after the initial trepidationand excitement, I relax into it. She’s generous toa fault, solicitous about my comfort, making sureI have eaten, slept well, gotten what I needed.She’s a big shopper who ends up giving mostthings away as gifts, to friends and to anyone

who comes in contact with her, such as our gra-cious Spanish hosts. I also enjoy watching hercreativity at work, like when she pays close atten-tion to the graffiti on the walls—Pan con tomate,Papeles para todos, Léeme, cuando se te olvideque te quiero—and I’m almost able to see the lit-tle wheels turning, and her mind turning thosephrases and images into a poem, an embroi-dered pillow, a story.

Sunday morning, as we step off the taxi at theCathedral, a couple of gitanas press Rosemarysprigs on our palms, offering to predict our fertil-ity for a few coins. We quickly escape throughthe back streets.

Bar Restaurant Las Escobas, est. 1386, Seville,May 18, 2003. In a flamingo colored room, smalllion faces lurk embossed in dark wood ceilings,an ancient wooden bar holds even more ancientdark red wines, little angels above our table,todos menos nosotras, watch over us, like thedivine Providence. I look at Sandra in her goldhoops and crocheted black beret as she savors aplate of cold gazpacho soup garnished with eggcrumbs, croutons, cucumbers, and pimentos, aglass of zumo con tinto in her hand. Animated

Las girlfriends

on the Caramelo book

tour of Spain

Liliana Valenzuela

We’re in search of el duende García Lorca spoke about, the creative spirit-energy that summons you to the edge of the cliff and dares you to risk it all, and give the performance of

your life, each and every time. Zapateo, palmas, cajón, niña peeking from underneath the door.Buscando el duende…

chatter in Spanish, plates clinking, carcajadas,entire families out for the Sunday comida. ¿Mepasas un bolillo? Sandra and I communicate in amix of English and Spanish that comes naturallyto us living on the Texas border, and being bothMexican and American.

LILIANA VALENZUELA: Would you say la DivinaProvidencia has brought you all the way here toSpain and life in general?

SANDRA CISNEROS: When I was younger I didn’thave a sense of there being any patterns in mylife, or any design, except for occasionalmoments, as when I was hit by that car when Iwas 21. That was the first time I knew there wassomething bigger, taking me along, dragging mealong. Desde entonces, especialmente despuésde mis momentos de crisis, como cuando casi mesuicidé a los 33, o a los 21 cuando me llevó esecoche en la carretera, I knew there was a plan forme. So many accidents, I almost feel a wonderfulpleasure in being this little barquito that‘s beingtaken along, and brought back here to the barrioof my abuelos. It’s really nice. I don’t feel thekind of pressure I used to feel about gettingthings done, because la corriente siempre melleva where I’m supposed to go.

L. V.: Why did you want to come to Sevilleafter your book tour?

S. C.: Well, I always write to find answersabout myself, and this place is part of that. Unhilito that connects me to the old from the new,because I know that the person who came fromthe Old World to the New World was mi abuelosevillano. I don’t know about his wife, whethershe was, as they claim, española, or whether hemarried someone in Mexico. So much of what issaid is an exaggeration, it might have been saidto advance the Cisneros’s claim that she wasespañola too. But she doesn’t look like one whenI see her photo that I have in my bedroom, se veque tenía una nariz un poco squashed, could bean indígena or a gitana, but I don’t know how hecould’ve married someone like that, he was unhombre blanco. So I’ve always had this idea in myhead that he married someone in Mexico. My

father’s cousin gave me my great grandfather’sbaptism records from the Iglesia de San Estebanin Seville.

L. V.: Are you feeling more curiosity about theSpanish side of your heritage at the moment, oryou just happen to be here for a book tour?

S. C.: I have this suspicion about the motleyethnicity in my family, thus, I’m really convincedthat we are Arab Jews. That’s what I want to con-firm.

The sights and sounds of a lazy Sunday after-noon in the barrio of Triana. El sonido de las pal-mas behind a metal corrugated door, where afamily plays authentic flamenco, while outside,the sounds of buses, and motorcycles are theonly signs of life in the otherwise quiet modorradel domingo. We’re in search of el duende GarcíaLorca spoke about, the creative spirit-energy thatsummons you to the edge of the cliff and daresyou to risk it all, and give the performance ofyour life, each and every time. Zapateo, palmas,cajón, niña peeking from underneath the door.Buscando el duende…

L. V.: Do you also feel the flamenco influencein your soul, in your roots?

S. C.: Bueno, a mí me gusta, but I would hateto brag that I’m gitana too. I wish I could saythat, but I feel a little bit self-conscious, just likepeople who claim to be Native Americans…(laughs), there’s something about it that makesme hesitate to claim that.

L. V.: What’s strongest in you right now, yourSpanish heritage or your indigenous heritage, oris it just a mezcla, a mestizaje?

S. C.: I’m not thinking about the Spanish partright now, I really think of the árabe and maybethe judío, especially the Arabs, maybe because ofeverything that’s going on in the world right now.

L. V.: So what comes after Caramelo?S. C.: The fields have to lie fallow.L. V.:What kind of answer is that?S. C.: I haven’t had time to write since

Caramelo, because I’ve been promoting Cara-melo!

In the past, she used to give me the impres-sion that she wasn’t listening, too busy with her

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When a Chicano writer does a very bad job, es una desgracia para todos, because everyone willlook at all Chicano writing, and maybe not even pick another book by a Chicano writer, and

dismiss us all. When one person does something good, then it’s a great feat for everyone, and weall benefit, all of us.

�own preoccupations. But then she’d surprise meby remembering a story I had told her word forword, like when I described to her the birth ofone of my children. I’ve also seen her changefrom being a single-minded, ambitious youngwoman with her own agenda, to a more mellowand centered woman in the prime of her life.

L. V.: You seem to have been extremely moti-vated early on in your career. While others weredabbling with this or that, you were very focusedand single-minded about your writing.

S. C.: Yes, I was, but I didn’t know why I wasdoing it, I didn’t understand my purpose. That’sbecome clearer and clearer to me with every year,so that when I turned forty I really asked for spir-itual wisdom, and, boy, I sure got it! And now,ten years later, I feel like I’m supposed to bedoing something with everything that I’ve got-ten. I feel this intense hunger to learn in order todo the work I’m doing.

L. V.: You’ve been so good on this book tour,you eat well, don’t drink or smoke. Is that howyou keep your stamina, your energy level?

S. C.: When I began to tour I had a real pover-ty mentality. Just because someone was payingfor it, I would eat the most expensive things,even though it was late at night, because mypublisher was paying for it (laughs). I was used tobeing poor. I would order a steak or something,and now I don’t have do that, I can eat whatev-er I want. I try to keep myself well fed, withenough time to digest, not only food, but alsosolitude, so when I’m driving with somebody, Iclose my eyes, I tell them I need to meditate, justsome time to shut down and regain my energy. Itake my job very seriously, I do a really good job.I don’t go out partying and get all drunk, I don’tdo that.

L. V.: Have you had your moments of grace,when you feel like you’re doing the right thing?

S. C.: Yes, I feel it a lot when teaching, in myworkshops, and when I’m speaking, cuandocomparto algo con el público that’s coming frommy heart, or when I get their testimonios after-wards. They say, “Oh, you read something that Ireally needed to hear.” When I get those kinds of

confirmations, I feel the light, like I’m doing thework I’m supposed to do.

L. V.: So do you feel you’ve accomplished a“Reconquista de España” of sorts?

S. C.: Yes, it’s been very good personally. Idon’t know that I have done this for anybody’scausa or anyone else. When a Chicano writerdoes a very bad job, es una desgracia para todos,because everyone will look at all Chicano writing,and maybe not even pick another book by aChicano writer, and dismiss us all. When one per-son does something good, then it’s a great featfor everyone, and we all benefit, all of us. That’show I feel.

L. V.: We may be on the verge of a newacceptance of Latino writing here in Spain and inMexico, it feels like the door is cracked open…

S. C.: Yeah, I believe so. I think we have somereally good writers like John Phillip Santos, whocan carry their own in any language. LuisRodríguez’s poetry, Denise Chávez’s latest work,Ruben Martínez’s work, Francisco Alarcón’s poet-ry, we’re building up a stronger generation ofwriters. Más fuerte. I know that. I really like someof the Chicano writing that’s coming up evenbetter than what we saw twenty years ago. Idon’t consider myself an expert on Chicano writ-ing, I’ve read some of the old guys, and no megusta. And there are some of the women writersthat I don’t like either. I know who I like, y ya.

Sandra says just what’s on her mind, and sheoften cracks me up with her ocurrencias, her witand her sense of humor.

L. V.: I have noticed you have adopted theSpanish lilt while you’ve been here. It’s adorable.

S. C.: Yes, that’s because I’m like a little par-rot, my father’s nickname was “el perico,” or “elperiquín” sometimes. And I’m like him too.

L. V.: Would you say that you have a musicalear?

S. C.: Yes, I do, I can hear things really well. Ialso have a strong visual memory, I can look atsomething and think, now, why does this lookfunny? I don’t have a good memory of people’s

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...el rascuache is when you make do with found objects, you make things up;but high-low is when, for instance, you drink Veuve-Clicquot champagne

paired with a Maria Callender pot pie.

�names or whether I’ve met them before, espe-cially if they don’t make an impression. But thepeople who fascinate me because of theirclothes, or their eyes, things that catch my eye ormy ear, my sense of smell, those kinds of impres-sions stay with me. In my family we never hadthe opportunity to have singing or dance lessons,but the nun at school sounded like she was giv-ing birth when she sang.

That evening at the Alfonso XIII Hotel inSeville, done in elaborate Mudejar style, entertwo tired bag-ladies suddenly transformed intoseñoras decentes y elegantes by virtue of a make-up touch-up, a sprinkle of water, and a brush.They stroll into the regal bar of the Alfonso XIIIwhere a pianist sitting at a grand piano envelopsthem in the waves of Adios Mariquita Linda, ElDanubio Azul, Malagueña, Granada de AgustínLara, and classics by Falla and Granados. We sitdown, order tinto con zumo, and munch onroasted almonds and olives, and continue ournever-ending conversation. She claims that shewas shy and quiet as a child. Now she more thanmakes up for it, being articulate, outspoken, anda natural comedian. Sometimes my sides hurtfrom laughing so much.

L. V.: A ver, Sandra, I’m intrigued about yourconcept of “Rascuache” and “High-Low.” You’resuch a fashionista, have such a good eye forthings, yet you come up with such unique com-binations.

S. C.: Pues el rascuache is when you make dowith found objects, you make things up; buthigh-low is when, for instance, you drink Veuve-Clicquot champagne paired with a MariaCallender pot pie (laughs)…that’s what I had fordinner the other night, “muy rascuach.” Anotherrascuache thing, my boyfriend Ray says, is when

I go to these real fancy hotels and take the soapsand shampoos daily, so I get them replaced, andbring them home. He says I’m being “rascuach.”Then I put them in my guestroom, or take themto Cuba as gifts.

L. V.: What would be high-low in your dress.S. C.: High-low is shopping at Target for this

piece of clothing, and mixing it up with YvesSaint Laurent or Manolo Blahnik. That’s veryHigh-Low.

L. V.: And what in your background preparedyou for that…

S. C.: My mother… went to thrift stores, butwould buy fine British china. My father alsotrained me because he had this fine experienceof telas. He would bring fabrics home, scraps ofthese really exquisite materials for me to playwith and make pillows or doll dresses with. Nicelittle brocades, and tapestry, really expensive fab-rics meant for fine antiques, so I got used toquality things.

I felt closer to her toward the end of our trip,no longer star-struck traveling with a celebrity,just two friends having fun, discovering Sevilletogether. But perhaps most memorable were ourdaily extensive fashion consultations, althoughsometimes Sandra would try on her entirewardrobe for me, all possible permutations ofshoes, clothes, and accessories such as earrings,rebozos, sombreritos, etc., making choosing anoutfit, a truly dizzying experience. Yet, it all boilsdown to a savvy woman’s primordial question:¿Qué me pongo? What shall I wear?

Lo bueno es que aquí en España te puedesvestir así y no piensan mal de ti (referring to herAztec pirate look, or the Charro “Mano” look, areal rosary tied to her waist, and danglingbetween her legs), but if you dress like this in the

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L. V.: Have you had your moments of grace, when you feel like you’redoing the right thing?

S. C.: Yes, I feel it a lot when teaching, in my workshops, and when I’mspeaking, cuando comparto algo con el público that’s coming

from my heart, or when I get their testimonios afterwards. They say, ‘Oh, you read something that I really

needed to hear.’ When I get those kinds of confirmations, I feel the light,

like I’m doing the work I’m supposed to do.

United States, they think sexy women have nobrains.

L. V.: No saben que sexy es power.S. C.: Sí, it’s power for Latinas (laughter). We

like cleavage. ¿Y por qué no? We like piropos,especially when you’re older. Como el señor quese paró y me dijo: “Hola, mujer bonita.” Mequedé un poco lela, because I wasn’t expectingit. And I have all these power bras. Fui a LasVegas y todo el mundo llevaba cleavage, anastonishing cleavage, así se visten en Las Vegas,it was like in Dangerous Liasons. I was like, wow,I got my nails done, pero, I thought, man, I needto go buy a bra! Y me compré este, está lindo,this turquoise bra is my favorite, ¿me pongo esteo el negro? Además it makes you feel bonita, esoes lo importante, it’s all psychological, ¿no escierto?

Sandra la juguetona who is still fascinated by toysand buys toys wherever she travels, like the littleosito she bought in Holland and who kept us

company in each hotel. She made the osito speaklike Señor Wences, the Spanish ventriloquist,making up funny stories about living on the CalleJesús de las Tres Caídas, by the Plaza de la Alfalfa.Sandra la payasa who tells me stories and makesme laugh, Sandra my friend, comadre, and men-tor who has always helped me, in ways big andsmall. Sandra, the tireless peregrina who hasfound her duende. Sandra la Chicana de corazónde oro.

From there we went on to New York City toinaugurate the auditorium at the InstitutoCervantes. But that’s another story. u

• Interview/Profile with Sandra Cisneros, Spain, 2003.

Written in English by Liliana Valenzuela.Reprinted by permission of Stuart Bernstein

Representation for Artists, New York. All rights reserved.

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...but if you dress like this in the United States, they think sexy women have no brains.L. V.: No saben que sexy es power.

S. C.: Sí, it’s power for Latinas (laughter). We like cleavage. ¿Y por qué no? We like piropos, especially when you’reolder. Como el señor que se paró y me dijo: “Hola, mujer bonita.” Me quedé un poco lela, because I wasn’t expecting it.

And I have all these power bras...”

Q

A short interview with the American Bolivianartist Keiko González, while he was in Houston

recently, prompted this foray into cultural identityand post post modernism...

���Keiko: A Rose by Any Other Name…

PHOTOGRAPHY BY PATRICIO CROOKER AND VASSILI ANASTASSOV

Café Tacuba, 2003. Oil on canvas. 360 x 180 cm

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�Ashort interview with the Ame-rican Bolivian artist Keiko Gon-zález while he was in Houstonrecently prompted this foray intocultural identity and post post

modernism. While Keiko himself denied anysense of hyphenated identity, his creativeabstractions belie that statement. From hisbook/objects, encased in everything from canvasto metal to wax paper to his wall-size explosionsof layers of primary colors, there is a more com-plex story of syncretism than his simple explana-tion that he is just a normal person with a verydefined aesthetic sense. His artistic developmenttakes on a multilingual, multicultural post post-modern tone defined by the globalization of hisworks that have sold as well in the Americas as inEurope.

Oscar Vega Camacho delineated five series inthe book, Keiko, published in 2001 by theMarcelo Quiroga Santa Cruz Foundation in2001.The series remarked on by Vega Camachoincluded Memento Mori, Contranatura, Vessels,Listen and El arquero de la melancolía. The win-dow icons, often represented with crossbars only,open to the vivid colors of his 2003 Quotationsseries that included paintings with such varied

by Dr. Elizabeth Coscio

Span

ish

Blue

(M

arbe

lla),

2004

. Oil

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s. 2

00 x

200

cm

2 0 • l i t e r a l

titles as The woman and the hours, Estudio rojo,Buttoned-down mind, Yellow room, Tres en rayaand Blue for you.

The creative process is pure, intuitive, andsince it is non-verbal, it can’t be explained in alinear manner. Poetry is as close as one will get.Representational art is consumed simply becausepeople are more comfortable in images that arepart of their visual vocabulary. New abstractimages are completely foreign and thus incom-prehensible and most likely ignored by the lay-man. He then made reference to The Emperor’sNew Clothes. The comparison is valid because weare uncomfortable confronting our own sexualityin graphic images. We usually just joke about it,but it involves a selective memory of what aes-thetics you enjoy Keiko said.

I countered that the maturation process nec-essary to appreciate abstract art requires thesame type of reflective study and praxis in images

as the study of literature in words to get beyondthat first intuitive feeling. He disagreed, insistingthat the observer only needs to react instinctive-ly to his art. The viewer must be open to a newexperience and not classify the work according tohis limited visual education. Afterwards, I com-mented on this Kantian concept. He retorted thisis not art for arts sake, but rather a new lan-guage. This is art as function, just as music is.

We would hardly be correct in assuming liter-ature to be simply fluff, but the assumption isthat painting IS, simply because it is abstract. Ipassed over the questions I had compiled basedon a set of postmodern anti-esthetic essays, butcontinued to press. Intellectual curiosity drivesthe desire for educated artistic complicity. Criticsrecognize the need to name as giving reason forexistence, testimony to its presence as an identi-fiable work of art. He shot back a rose by anyother name…, but I continued about the need

Marea roja, 2004. Oil on canvas. 140 x 140 cm

yet image formed rests in

the poem.

for a map, a system, and a structure of past artis-tic periods. Keiko replied his use of titles is ran-dom. He just opens a book of poetry and pullsout lines to be placed on the paintings. Once youread and study, you cannot go back to that bliss-ful primitive response that Keiko finds so power-ful. Heidegger through Keiko had the final word,“yet image formed rests in the poem”. Far fromidiot savant, Keiko insisted, there is much writ-ten about the usefulness of unschooled knowl-edge, as Heidegger said mère.

While both African sculpture and Venus de Milorepresent abstractions, the African is intuitive,unschooled. The Western mind did not do this untilPicasso. There was no stylization of the body. Atthis point he mentioned his artistic heroes on myprompting: Picasso, Gorky, de Kooning, Gotlieb,Palladino, Clemente, among other Italian trans-vanguardistas. Keiko is no primitive artist; his arthistory credentials include an advanced degreefrom the Mason Gross School of the Arts atRutgers after attended undergraduate studies inTexas. He has represented Bolivia in many biennials:Cuenca, Venice, Havana, Sao Paolo, Porto Alegre,Cairo, as well as group shows in Caracas and San-tiago de Chile. He has won various awards and isthe recipient of the Ralph E, Bunche Fellowship.

Change is by its very nature frightening, atthe same time seductive. Now that the world ofadvertising has usurped the results of the Eu-ropean surrealist experiments of the 30’s, thenoise of our new world surrounds us twenty-fourhours a day with moving images: surfing theworld wide web, living in reality television, pass-ing billboards, and reacting to the daily barrageof snail-mail and email SPAM. The mass-pro-duced image is ubiquitous, but it is in the mate-rial at hand that Keiko finds his inspiration. Hisaccess to this noise is limited in the highest capi-tal of the world, La Paz, Bolivia. With no phone,no Internet in his house, he meets the materialhalf way. He does not move from sketches to hisvast paintings. Each work, no matter the size or

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Ochre 1, 2004. Oil on canvas.

90 x 90 cm

Ochre 2, 2004. Oil on canvas.90 x 90 cm

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art as function, justas music is...

Untitled, 2004. Oil on canvas. 140 x 140 cm

Yellow menace, 2003. Oil on canvas, 140 x 140.This canvas was acquired by the Musueum ofLatin American Art in Fresno.

Amarillo, Texas, 2004. Oil on canvas. 140 x 140 cm

Red Rum, 2004. Oil on canvas. 140 x 140 cm

medium, is of the same importance and realizedaccording to the limitations of its particular.

Still, his overlying sexuality seems to reflecttoday’s society. Some have tried to reject him asjust a gimmick, a mere video artist. The contem-plation of the subtleties in his fascinating compo-sitions dismisses that notion. The artist himselfaffirms that the graphic phallic and vaginal sym-bols that have morphed from the symbolic bowand arrow to enigmatic concavities into leavesand eyes lost their hyperbolic sexual charge forhim long ago. Now they remain in his works asrecognizable archetypes, the traces of Derrida.

Memento Mori (1993) and Contranatura areclassically defined. Memento Mori can be eitheranything serving as a reminder or warning or morespecifically one of two prayers in the Catholic massthat remembers those no longer in this world.Keiko painted in thick dark oils with large blackexpanses, some narrative explanation and a Christimage. Vessels refers to a boat the artist construct-ed for the exposition Artefacto in 1997, and servesas double meaning for the ultimate vessel, thehuman body as a vessel for the soul.

Each series is characterized by different col-ors. Listen is not as predominantly uniform incolor as the paintings in the Rothko Chapel, but

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Untitled, 2004. Oil on canvas. 140 x 140 cm

Meditation 1, 2003. Oil on canvas. 140 x 140 cm Meditation 2, 2003. Oil on canvas, 140 x 140.

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they are not devoid of spiritual significance.“Those paintings are as close to poetry as I haveever done. The show itself was pure contempla-tion. The title refers to the viewer having to shutup and listen to the painting, its emptiness, itslack of color, and the spaciousness within thecanvas. I even wrote about boredom being agood thing in the sense that the viewer must notalways be entertained by noise or easily digestedmedia, but he must contemplate, learn to see,distance himself from NOW and LOOK.”

Keiko said he does not take aim at any partic-ular audience, no longer imitates or appropriates.Working in that amorphous space betweenpainter and observer, leaving behind pastiche,Keiko cedes control to the viewer to hear a col-lage of different voices through the observer’sown sexuality, idealized, imagined, satisfying hisor her own sensual desires. u

Isla roja, 2003. Oil on canvas. 150 x 100 cm

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Self portrait

Unlike Juan Rulfo, who described the submissiveand fatalistic lives of country folks living inextreme deprivation in a depressed agricultural

setting, Rose Mary Salum, in little more than two pages,exhibits great skill in painting the social, political, psycholog-ical and economic characteristics of an urbanized ghetto incrisis.

It is no surprise that the acclaimed Mexican actress, DianaBracho chose to read this story to a vast audience inHouston. The story is very cinematographic and lends itself todramatization. At the same time, it is multidimensional anddoes not distance itself from the dramas of the esperpentoof Valle Inclán where the grotesque is combined with humorand the pathetic with hope of altruistic assistance.

In the face of a natural disaster, a flood whose watershave not yet receded, there is hope of recovery and a possi-ble windfall created by the mere fact of the disaster and theuse of the media to create the image of immediacy and togive society a sense of guilt that reminds the rich and pow-erful of their duty to help the poor.

The story is presented via the internal thoughts of theprotagonist, the mother of a small child. Her words arescarce, designed to quiet her son’s unending cries. Thestrong, colloquial lexicon used throughout the story was notchosen gratuitously. The crude language, charged with ashocking dynamism that reminds us of the short stories ofAna Lydia Vega, has the purpose of shaking up the reader.

As painted by the protagonist, only the people of herown class are directly approachable for aid in times of needwhile the world outside can only be reached via the dramaof the television, the public exhibition of suffering that cre-ates a scenario demanding support in order to assuage thefeeling of guilt and to quiet the victims. Salum also createsmultiple layers of demands: the demands of the poor in cri-sis and the crying of the baby. In each case it is more impor-

tant for the person or group in power to address immediategrievances rather than to look beyond the most obvioussymptoms and complaints to the root of the problem.

The water, the language, the relationships of the victimswith their potential benefactors all have parallel functionswithin the story: they are stagnant, they only mix whenunder pressure and they rarely find a sustained, healthfulrelationship. The water is stagnant and dirty with faint hopethat it will recede and leave the poor in peace for long with-out a renewed attack. The help from the government andthe rich is stagnant with only the hope of quelling thedemands for assistance coming from the suffering poor, pro-viding support only when absolutely necessary. The littlechild, like the water and the poor, is only attended to aftermuch crying, and then only treating the most outward ofsymptoms.

This story by Salum entertains, while capturing theessence of poverty in crisis, limited social-political conscience,taking advantage of being a victim and the short-lived andshortsighted treatment of personal and societal tragedies.Her writing is steeped in the tradition of Latin American fic-tion, with an updated and realistic view of the interaction ofthe layers of our lives. It makes you wonder if everything willreally “get all better” if we just hold out just a little longer.

Aguántame tantito más (Hold out just a little longer) is ashort story contained in the second book of short stories byRose Mary Salum entitled Entre los espacios (Between thespaces), published by Editorial Tierra Firme, second printing2003. u

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Aguántame tantito más:

Pathology of an Urban Tale

Bradley Warren Davis

ppp

NO SÓLO TRABAJAR.También vivir agota. Vercómo pasa el día,uno y más díasidénticos al otro

al que vendrá mañana.Y no saber—nunca se sabe—qué va a pasar

o acasosi importa lo que pase.

Sólo de ver—en ese esfuerzo inútilpor mirar lo que no tienehuella—

se desvanece el día.

Y uno espera la nochecomo si fuera un dijeque lo cambiara todo

transformara el cansanciofebril de nuestros huesos

ese dolorintenso que nunca tiene nombre

pero ahí permanece

hinchando nuestra manosacentuando

el perfil de unos rasgosque no se reconocen como propios.

Nudosbrotes,raízy ligamentos

torcidos por el paso del tiempo se acrecientan de nochey son bosque de venaspalpitando: el corazón del árbolque remueve sus hojasen busca de algún aire.

Aire es lo que no hayy vuelve la mañana.Vuelves a abrir los ojos.

UN SOLO MOVIMIENTO DEL AIRE

y el árbol se estremecese tumba en cada ventisquera.

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Mudanza del árbol

Malva Flores

No fuera ya verano para sentir el sol al mediodía

—su rápido veneno.

Cuánto de lo que hubiera prometido entoncesregresara a decirme “ya ves, no lo has cumplido”.

Cuánto de lo que cociné en migajas,a pico de paloma, regresara.

Nada regresa, nunca, igual a cuando fuimos.Sólo nos queda el aire

este temblor de hojas.

PORQUE LA MANO TEJE

el plazo de las horasvenimos retrasandoeste viaje.

No nos llevael olor del ciruelo.La serpiente del aguacruzando la neblinatampoco nos convoca.

No vamos haciasalimos de

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Benito Pastoriza Iyodo: ¿Por qué la poe-sía? ¿Por qué este género literariopara expresarse artísticamente?

GICONDA BELLI: ¿Por qué Van Gogh escogió elamarillo o Picasso el azul? La paleta está llena decolores pero el paisaje interior que uno quiereexpresar encuentra su manera apropiada dehacerlo. He escrito poesía pero también prosa: tresnovelas, un libro de memorias, un cuento paraniños. También escribo artículos para los diarios.

Cuando me posee un sentimiento o una ideahay un proceso intuitivo que me indica cuál es elmejor medio. Ciertas emociones sólo puedoexpresarlas en poesía, así como me sobrevienenhistorias o ideas que requiere de la prosa paradecirse. Quizás empecé siendo poeta porque enmi país se venera a Rubén Darío y existe un granamor por la poesía.

B. P.: Se ha dicho que los poemas de unpoeta es en sí una sola obra, un solo libro, ¿quémundo intenta usted crear o recrear en su obra?

G. B.: Me seducía y seduce la idea de unmundo inocente, igualitario, donde el hombre yla mujer no estén divididos por luchas de poder,donde el cuerpo y el alma tengan el mismo valor,donde la mujer no pague su rol biológico de

reproductora de la especie con sometimiento; unmundo armónico, verde, donde la vida y la muer-te, el dolor y la alegría existan con naturalidaduno al lado del otro.

B. P.: ¿Por qué la poesía parece haber perdidocampo frente al género de la novela en Latinoa-mérica?

G. B.: No tengo una respuesta categórica.Pienso que quizás la poesía hermética de la post-modernidad hizo que el lector se sintiese exclui-do. Hoy muchos poetas parecen escribir sólopara otros poetas, hacen un arte para conocedo-res, pero yo no creo que el público latinoamerica-no haya perdido su amor por la poesía.Benedetti, por ejemplo, es amado y leído por lasmultitudes, lo mismo que Neruda. No creo quees un problema de la poesía, sino más bien decierta poesía. Por otro lado, quizás el arte de leerpoesía, que obliga a la introspección, a la refle-xión, sea menos corriente ahora. Pienso quemucha gente ha perdido la costumbre de reco-rrer su paisaje interior. Quieren entretenerse,salirse de sí mismos, vivir otras realidades. Elpulso de la vida moderna es más afín a la nove-la, en tanto la poesía se parece más al sillón delsicoanalista.

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Three Approaches to the

Work of a Naked Voice:

Gioconda Belli

Benito Pastoriza Iyodo

1. Entrevista

...quizás el arte de leer poesía, que obliga a la introspección, a la reflexión, sea menos corrienteahora. Pienso que mucha gente ha perdido la costumbre de recorrer su paisaje interior. Quierenentretenerse, salirse de sí mismos, vivir otras realidades. El pulso de la vida moderna es más afína la novela, en tanto la poesía se parece más al sillón del sicoanalista.

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d

�B. P.: Ha surgido una gran vitalidad entre las

mujeres poetas, ¿qué traen las poetas a la poesíaque parece anunciarla en nuevos tonos?

G. B.: Creo que aportamos la noción deintegralidad entre el alma y el cuerpo; que pro-ponemos unir la identidad escindida por elracionalismo o, en el otro extremo, por el dog-matismo religioso. La lengua materna de la mujeres el lenguaje de las emociones, por esto quizástenemos acceso a niveles mágicos y secretos delos sentimientos humanos. Por otro lado, hayexperiencias propias de la mujer como la mater-nidad, la percepción de la relación entre el cuer-po y la psiquis, la sexualidad como continuidadde la conversación con el amante, que son ángu-los característicos del propio género y que danuna visión femenina de la realidad. La marginali-dad de la mujer en la literatura casi hasta el sigloXIX hace que esto se vea aún como novedoso.

B. P.: Qué diferencias o similitudes encuentrausted entre la poesía creada por usted y la poesíacreada por el supuesto canon poético femeninocomo Gabriel Mistral, Delmira Agostini, Juana deIbarborou y Alfonsina Storni, sólo para mencio-nar algunas?

G. B.: La poesía es una destilación de la inti-midad del poeta o la poeta. Si bien entre todaslas que menciona y yo existe la comunalidad dela experiencia humana, cada una de nosotras esmuy diferente de la otra. Somos producto dediferentes historias colectivas y personales. Por lomismo nos diferenciamos en la manera de apro-ximarnos a la realidad particular de cada una.Pero, como digo, hay vasos comunicantes,muchos vasos comunicantes a partir de serLatinoamericanas y de ser mujeres.

B. P.: Se ha hablado sobre la claridad y latransparencia en su poesía, ¿cómo se logra mani-festar esto sin caer en personalismos ni barro-quismos literarios?

G. B.: Yo no escribo para esconderme, sinopara desnudarme. Contar mi experiencia comoser humano, compartirla, es lo que me motiva. Ytrato de hacerlo tan bellamente como puedo, sinobsesionarme por las arquitecturas verbales, sinomás bien por las posibilidades de la comunica-ción. Me interesa la claridad, la transparenciaporque de alguna manera escribir es para mí unamanera de aclararme las cosas a mí misma.Escribiendo busco sentirme acompañada.

Ahora, en los personalismos caigo porque mipoesía es muy personal... y en los barroquismos,seguramente, porque soy también hija deQuevedo y nicaragüense para remate.

B. P.: Hay un sentir innovador, revolucionarioen su poesía, ¿de dónde nace?

G. B.: Pienso que nace de mi experienciasocial, revolucionaria. Yo viví un tiempo en mipaís en que los sueños más descabellados sehicieron realidad y desde entonces nadie mepuede convencer de que soñar es locura o de quelos sueños no son posibles. Yo me imagino que esaconvicción de creer en las ilusiones se trasluceen mi manera de escribir. Yo creo en las visiones.Creo que los artistas ponemos imágenes en lamente de las personas. Si las visiones que crea-mos son hermosas, quizás habrá quienes se atre-van a salir en pos de esas realidades utópicas,sean éstas ideas de sociedades o ideas sobre unamanera de relacionarse más libre y hermosa entrelos seres humanos.

B. P.: ¿Qué funciones, si acaso, tienen el idea-lismo y el romanticismo en su poesía?

G. B.: Soy una romántica materialista. Creoque no hay que creer en algo más allá del serhumano y de este mundo para imaginar el cielo.Yo creo que los seres humanos tenemos la capa-cidad de lograr la justicia y la felicidad y que lasgrandes aspiraciones, los grandes ideales sonesenciales para crecer y realizar todo el potencialhumano de que somos capaces. El romanticismopara mí es la antípoda del cinismo y en estostiempos en que es tan fácil atrincherarse en elcinismo, el romanticismo me parece un estado derebelión necesario. Claro que tengo mis momen-tos en que me parece absurdo ser romántica y enque la realidad me parece insuperable y espanto-sa. Afortunadamente siempre suceden cosas queme devuelven mi fe en la resistencia del espírituhumano. O sucede algo que afirma mi convicciónen la necesidad de la belleza, de la poesía.

De esas contradicciones nacen los poemas.B. P.: ¿Qué futuro le ve usted a la poesía en

América Latina?G. B.: Mientras hablemos y pensemos, habrá

poesía. No sólo en América Latina, sino en todoel mundo. u

HUELLAS

Pronto me marcharé a selvas de humo y concretoandaré calles de ciudades hostilesmi nombre sonará a otro nombremi rostro parecerá otro rostroPor eso aquí, esta tardeasí quiero quedarmeviendo desde lo alto mi rebaño de volcanes azulesdejando que el paisaje se me crezca por dentroque el lago se me instale en los pulmonesque las nubes se expandan en mi sangreque me nazcan volcanes en mis ojosque esta visión de mito y epopeyaalimente los ríos interiorescon los que me sostendrécuando abra la distancia su profunda tierra.

EL SIROCO

Ábrete SésamoÁbrete la blusa Salomé.

Este viento cálidoevoca tiendas de beduinos en el desierto

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Mi íntima multitud

(dos poemas)

Gioconda Belli

danzas de vientresenos altos y filososcomo cuchillosen la mirada de los hombres.

Desde el desierto del Mojavese deja venir el Sirocomigrando hacia el mar en la tarde.Ya no hay donde esconderseDel aire que lame los dientesy levanta un alarido de papeles—gaviotas efímeras que se desplomansobre la madera del piso—

No basta que el día haga mutis por el centrodel atardecer.Hasta la lámpara del escritorio refulge agresivaMientras entierra los dientes blancos en mi rodilla.

De nada sirve el largo bañoel cabello chorreadoel leve traje.

El desierto ha ocupado mis fosas nasalesy en el esternón me crecen dunas y cactos.

• Poemas tomados de su más reciente libro, Mi íntima multitud, Premio Internacional de Poesía Generación del 27Editorial Visor, España, 2003.

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2. Gioconda Belli, the Naked Voice at

the Cutting Edge of Poetry/

Gioconda Belli, La voz desnuda a la orilla de la poesía

Readers do not always have the opportu-nity to know a writer whose poetic workpossesses such intensity for life, where

the parameters of esthetic experience become fixedby the profoundness of personal occurrences. Whenwe expose ourselves to the verses of Gioconda Belli,we move closer to the cutting lyric edge intensifiedby real, profoundly human emotions without masksor verbal games that attempt to impress the unwaryreader with existential falsehoods. Once PabloNeruda said, “I confess that I have lived” and pre-cisely this act of human solidarity and her experi-ences, resolved in the speed of the action, are whatwe witness in the naked work of the Nicaraguanwriter who has left us books of poetry so extraordi-nary such as Sobre la grama (On the Grass), Línea defuego (Line of Fire), Truenos y arco iris (Thunder andRainbow), Amor insurrecto (Insurgent Love), De lacostilla de Eva (From Eve´s rib), Apogeo (Apogee)and now her new book Mi íntima multitud (MyIntimate Multitude).

Without a doubt, with the publication of El ojode la mujer (Eye of the Woman) by the prestigiousColección Visor de Poesía, Gioconda Belli has beenplaced as one of the most important voices in thepresent Hispanic poetry. But the honor has notarrived gratuitously, since Belli´s previous workswere destined for laurels such as the Poetry Prizefrom the National University of Nicaragua, the Casade las Américas Prize from Cuba and the well-known Ana Seghers prize awarded by Germany.Belli began her career as a writer in the seventies,thus creating a vast literary production covering thegenres of novel, short story and essay. Her memoirs,El país bajo mi piel (The Country Beneath my Skin),

No siempre tiene el lector la oportuni-dad de acercarse a un escritor cuyaobra poética posea una intensidad de

vida donde los parámetros de una experienciaestética quedan designados por la profundidaddel acto vivencial. Cuando nos asomamos antelos versos de Gioconda Belli, nos vamos acercan-do a una orilla lírica intensificada de emocionesreales, profundamente humanas, sin disfraces ojuegos verbales que pretendan impresionar confalsedades existenciales al lector incauto. Una vezhabrá dicho Pablo Neruda, “confieso que he vivi-do” y precisamente este acto de solidaridadhumana y experiencias solventadas en la pronti-tud de los hechos, es lo que presenciaremos enla obra desnuda de la escritora nicaragüenseque nos ha legado poemarios tan extraordina-rios como Sobre la grama, Línea de fuego,Truenos y arco iris, Amor insurrecto, De la costi-lla de Eva, Apogeo y ahora su nuevo libro Mi ínti-ma multitud.

Sin lugar a dudas, con la publicación de El ojode la mujer, por la prestigiosa Colección Visor,queda colocada Gioconda Belli entre una de lasvoces más importantes en la presente poesía his-pánica. Pero el honor no llega gratuito, ya queBelli viene marcando su obra con otros lauroscomo lo han sido el Premio de Poesía de laUniversidad Nacional de Nicaragua, el PremioCasa de las Américas de Cuba y el muy conocidopremio Ana Seghers otorgado por Alemania.Belli comenzó su carrera como escritora por losaños setenta, creando de esta manera una vastaproducción literaria, cubriendo los géneros denovela, cuento y ensayo. Su testimonio vivencial

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translated into various languages, gathers all thepersonal experiences of a woman writer and revo-lutionary in the context of a developing, turbulentLatin America. This magnificent work was preced-ed, of course, by an incredible body of poetry thatwe present in the current essay.

It is important to note, first of all, that GiocondaBelli comes from a great literary tradition. Amongher compatriots, are the distinguished writers:Rubén Darío, Alfonso Cortés, Pablo AntonioCuadra, and possibly the best known among them,Ernesto Cardenal. Nicaraguan poetry has alwaysbeen characterized as being very innovative, liberat-ing the genre in question from the traditional pre-cepts that had not permitted it the broad develop-ment that we later see throughout the twentiethcentury. In this way, this rich Nicaraguan traditioninitiates Hispanic poetry in a process of naturaliza-tion and liberation of the verse, which will see itsmost exquisite voices manifested in the lyric produc-tion of the Spanish language. Literary Nicaragua,the Nicaragua of great verse, will not only liberatepoetry, but also the language. Of this tradition isborn the new voice of Gioconda Belli, a voice thatcontinues, in great measure, a tradition of innova-tion and continuity within Hispanic letters.

When one reads the work of Gioconda Belli, thefirst thing that stands out is the permanent fresh-ness with which she presents herself. The freshnessis born, thanks to the fact that it is established with-in a constant universal renovation where there is noroom for literary mirages and only the naturalness isthe instigating ingredient and the living force of thepoetry. What surprises and pleases us about Belli isthat she does not enter into futility, and the sugges-tive experience sustains itself in an existential pro-foundness without abandoning clarity; it is naturaland, why not say it, beautiful. Because the tempta-tion may be present. So much contemporary versesustains itself with linguistic summersaults and ver-bosity that lead to labyrinths that do not liberate thespirit. It does not elevate the spirit at all, and itleaves it hanging, suffering from “unstomachablepoetry” that no one understands. Compositionsthat attack the reader with a series of verbal assaultsthat leave him lost in a fog of nonsensical terms thatare even worse when read aloud.

The great contribution of this writer consists inthat, in her literature, we see the birth of poetrytruly created by women. Not feminist speech creat-ed by poetesses, but a genuine political, social andcultural voice of women poets. It is not a work cre-ated and buried in the poetic tradition of men, whofor centuries have determined and predeterminedwhat will be poetic and what will be poetry. It is anexpressive form that invents and has reinvented

El país bajo mi piel, traducido a varios idiomas,recoge las vivencias de una mujer escritora yrevolucionaria en el contexto de una AméricaLatina turbulenta y en desarrollo. Esta magníficaobra fue precedida, claro, por un extenso corpuspoético que presentamos en este ensayo.

Cabe señalar, primero que nada, queGioconda Belli viene de una gran tradición litera-ria. Entre sus compatriotas, se distinguen: RubénDarío, Alfonso Cortés, Pablo Antonio Cuadra yposiblemente el más conocido de ellos, ErnestoCardenal. La poesía nicaragüense siempre se hacaracterizado por ser muy innovadora, liberandoal género en cuestión de preceptos tradicionalesque no le permitiera el amplio desarrollo queluego veremos en pleno siglo veinte. De talmanera, esta rica tradición nicaragüense inicia ala poesía hispánica en un proceso de naturaliza-ción y liberación del verso, que verá sus másexquisitas voces manifestadas en toda la produc-ción lírica del español. La Nicaragua literaria, laNicaragua del verso mayor, no sólo liberará la poe-sía, sino también la lengua. De esta tradiciónnace la nueva voz de Gioconda Belli, una voz quecontinúa, en gran medida, una herencia de inno-vación y continuidad en las letras hispánicas.

Cuando se lee la obra de Gioconda Belli, loprimero que se destaca es la frescura permanen-te con que se presenta. La frescura nace graciasa que se establece dentro de una constante reno-vación universal donde los espejismos literariosno tienen cabida y sólo la naturalidad es el ingre-diente promotor y la fuerza viva de su obra. Loque más sorprende y agrada en Belli es que no leda entrada a la futilidad y la experiencia sugesti-va se sustenta en una profundidad existencial, sindejar de ser clara, natural y, por qué no decirlo,hermosa. Porque la tentación puede estar pre-sente. Muchos son los versos contemporáneosque se sostienen de malabarismos lingüísticos yverborrea que conducen a laberintos que no libe-ran al espíritu. No lo elevan a ninguna parte y lodejan colgando, sufriendo con “esa poesía intra-gable” que nadie comprende. Composicionesque acometen contra el lector una serie de atro-pellos palabreros que lo dejan perdido en unaniebla de vocablos mal sentidos y peor al serescuchados.

El gran hallazgo de esta escritora consiste enque en su literatura vemos nacer la verdaderapoesía de la mujer. No un lenguaje feminista crea-do por poetisas, sino la genuina voz política,social y cultural de las mujeres poetas. No es unaobra creada y enterrada en la tradición de loshombres, que por siglos de los siglos han deter-minado y predeterminado que será poético y que

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será poesía. Es una forma expresiva que se inven-ta y se reinventa a partir de la nueva y auténticavoz de la mujer. Las cosas no se dirán como loshombres quieren escucharlas, sino como genui-namente salen.Con ella y las poetas de su gene-ración surge la ruptura con el pasado, con unatradición donde la mujer escritora fue relegada alrol menor de ser poetisa y no poeta. De ahí queGioconda Belli represente el inicio, el comienzo,la orilla de la poesía creada por las mujeres. Ycomo en toda orilla, la arena se revuelca, se lim-pia, se le regresa al gran depósito del mar que esdonde se encuentra la verdadera creación de lahumanidad.

Y no olvidemos que en todo caso el procesocreativo es la exploración, el descubrimiento yprecisamente eso hará Gioconda en sus versos,develarse, rebuscarse hasta encontrar la incógni-ta que define al ser. Es por eso que la poetaexplora el asombro, la intimidad, la sexualidad, eldesamor enamorado, el descubrirse como mujery como ser infinitamente humano sin miedos nitapujos. Gran valentía y coraje van a requerirestos versos. Y todo esto lo hace nuevamente, sinrecurrir al truco, al engaño gramatical, al verbodisfrazado, toda una voz desnuda que se presen-ta para crear una voz original, una obra poéticaoriginal. Porque su escritura es intrínsicamenteella, desesperadamente ella, sin convertirse en unescapismo egocéntrico, más bien una centraliza-ción del ser que le permite definirse claramenteen la imagen liberada, una energía constante ypujante que alimenta la definición exacta de lapalabra. Es en fin, el verdadero proceso explora-torio de la creación lírica.

En su arte hay mucho de cine porque todoqueda reflejado en un fluir de imágenes sosteni-das en vivencias. Su obra es una película poéticadonde nace la claridad de unos versos pictóricosque sólo requieren la respiración para ser com-prendidos. Gioconda no recurre a la versificacióntradicional para dejar plasmada la experienciapoética. Su trabajo se ha de leer con el alientonatural y espontáneo que propone la poeta. Ca-da verso va diseñado a la pausa y el sentir decada lector. La literatura que a primeras instan-cias parece ser versificación de Gioconda Belli,por acto de magia se vuelve poesía del que la lee.Un profundo trueque ocurre en la mente del lec-tor donde las hondas marinas de este género lite-rario se apoderan de este simple acto de leerunos versos. De repente queda atrapado, perosolamente para darse cuenta que realmente haentrado al verdadero acto de la liberación quees la creación misma. La creación liberadoraque le ha entregado Gioconda Belli. u

itself ever since the creation of the new and authen-tic woman’s voice. Things are not said as men wantto hear them, rather as they genuinely come out.Belli and the women poets of her generation breakwith the tradition of the past where the womanwriter was relegated to a minor role of being apoetess not a poet. Hence Gioconda Belli repre-sents the beginning, the start, the shoreline of poet-ry created by women. And as with every shoreline,the sand is stirred up, cleans itself, and returns tothe great repository of the sea, where the true cre-ation of humanity resides.

And we must not forget that, after all, the cre-ative process is the exploration, the discovery andprecisely Gioconda will do this in her verses, revealherself, searching for herself until she encountersthe unknown character that defines being. For thisreason, the poet explores the marvel, the intimacy,the sexuality, the enamored indifference, discover-ing herself as woman and as an infinitely humanbeing without fears or secrets. Great valor andcourage were needed to produce these verses.And all this she does anew, without recurring totricks, grammatical deception, masked verbs, andall a naked voice that presents itself to create anoriginal voice, an original poetry. Because herpoetry is intrinsically her, desperately her, withoutconverting itself into egocentric escapism, herwell-centered being permits her to define herselfclearly in the liberated image, a constant andstrong energy that nurtures the exact definition ofthe word. It is, in brief, the true exploratoryprocess of lyric creation.

There is much of cinematography in her artbecause everything is reflected in the flow ofimages sustained by personal experiences. Herwork is a poetic movie born of clear pictorial vers-es, which only requires one to breathe to under-stand it. Gioconda does not recur to traditional ver-sification to engrain the poetic experience. Herpoetry must be read with the natural and sponta-neous breath of air that the poet proposes. Eachverse has been designed for the instinctive pausesand the feeling of each reader. The literature thatat first glance seems to be the versification ofGioconda Belli, by an act of magic becomes thepoetry of the person who reads it. A profoundexchange occurs in the mind of the reader wherethe maritime waves of this literary genre take overthe simple act of reading a few verses. Suddenlythe reader is trapped, but only to realize that he hasreally entered into the true act of liberation, whichis creation itself. The liberating creation thatGioconda Belli has given to us. u

Translated by Bradley Warren Davis

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Hoy me llega en la intimidad de mi jar-dín un paquete conteniendo el nuevopoemario de Gioconda Belli. Lo abro

con ansiedad y gran expectativa porque llevoaños leyendo la obra de la compañera poetanicaragüense. Confieso que como lector me sien-to identificado con su voz porque ésta siemprepropone una vasta gama de candentes verdesque transportan al que la lee a un mundo tansuyo y tan de todos. Como lector puertorrique-ño, habitante de una patria chica, me voy iden-tificando con esa otra patria chica que proponey describe tan maravillosamente Gioconda Bellien su más reciente colección de versos, Mi ínti-ma multitud.

El libro se anuncia con grandes entradas: VPremio Internacional de Poesía Generación del27, y publicado nada menos que por la ColecciónVisor de Poesía, catedral altamente estimada porpoetas importantes que desean en ella ver susantuario. No me dejo deslumbrar (o en todocaso falsamente impresionar) por los lauros, por-que Gioconda lleva muchos premios en su bolsoy ninguno le ha restado la calidad literaria de suobra. Sobrepasado ya el primer gran efecto des-plegado en el marquise del libro, me acomodobajo la sombra de un antiguo roble a leer losnuevos versos de Gioconda Belli.

Ya a mi vieja edad no creo en las casualidadesni en las coincidencias y no es sorpresa para míque el primer poema del libro titulado Perma-nencia de los jardines me agarre leyéndolo preci-samente en la sombra verde de mi jardín. Bueno,mi querida Gioconda, ya me tienes donde másapropiado no puedo estar, ahora puedes soltarlos versos de tu aguerrida voz, la sensualidad detu siempre atrevida voz .

Y lo de atrevida no lo digo en balde, porqueprecisamente eso leeremos en este conjunto, ver-sos sensuales y atrevidos que dibujan una sonrisade complicidad en nuestros labios: “Me construícomo un jardín de senderos bien delineados./ conespecies imposibles de clasificar/ pues siemprequise poner a prueba tus intenciones de/ jardinero/domador de plantas y exterminador de plagas”. Yalas premisas y la propuesta del libro han quedadoestablecidas en este primer poema: el gran jardínhumano (a veces personal, a veces nacional y siem-pre universal) que en ocasiones se nos presentacomo “espeso matorral” y en otras como “sende-ros bien delineados”. ¿Acaso no es esa la real expe-riencia humana, caos-orden y en ocasiones conta-das con la mano izquierda, un balance de dichas yplaceres que nos permite seguir viviendo?

El resto del poemario no es sino un recorridoprofundo por la experiencia humana que se ha

3. Mi íntima multitud: la pluralidad

existencial que nos define

No me dejo deslumbrar (o en todo caso falsamente impresionar) por los lauros, porque Giocondalleva muchos premios en su bolso y ninguno le ha restado la calidad literaria de su obra...

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virtualizado y desvirtualizado en dos mundosaparentemente opuestos: el mundo de la tecno-logía y el mundo natural. El terrible y a vecesheroico ensayo humano se irá forjando entreesas dos realidades con los consabidos lexemasdel hombre que son: el amor, la furia, la muerte,el desengaño y la esperanza que rehusamos des-amparar porque es la que nos permite vivir aun-que sea de mentiras y falsedades entre esos dosmundos descomunales. El jardín azulado, metá-fora constante en esta poesía, se representa porla pantalla de la computadora que viene a darsecomo viva representación de la tecnología quelibera y atrapa, creando nuevas soledades y brin-dando extrañas compañías. Es el mundo gris yestéril que a la vez se vuelve por acto de magiarico y prometedor. La tecnología será un mundonuevo creado por el hombre en donde se cono-ce, pero a la vez se desconoce y se pierde. Un jar-dín bifurcado de números y electrones que demanera asombrosa va manejando las guerras y lapobreza social creadas por el hombre. A la par seda el otro mundo, el conocido por todos, elmundo verde natural de los pájaros, las plantas ylos volcanes de Nicaragua. Un orden que irónica-mente también posee la capacidad de destruir almundo tal cual lo conocemos con su hombreingenuo y desposeído. De hecho, la destrucciónnatural será manifestada con interminables agua-ceros, tormentas, inundaciones y fuegos voracesque se disparan de las bocas de los volcanes des-truyendo todo a su paso. Pero al igual que elmundo de la tecnología, dicho mundo naturalposee la capacidad de crear y brindar al hombreun lugar donde solazarse, sentirse protegido deldesenfreno interno y externo que surge del hom-bre, su ambiente natural y artificial.

La imagen o la metáfora del jardín persiste através de todo el libro manifestándose en poe-mas donde vemos un vergel nacional descuidado(Oda a un país Güegüense), el edén del mundodestruido (Mensaje al final del año 2001) y porfin el huerto personal abandonado (Lo que amoy desamo). De igual manera veremos jardinesmás esperanzadores, más a tono con el balancenatural del hombre, como en los poemas: Tarde

de pueblos, Y el sueño se hizo carne y habitóentre nosotros y Adriana. El libro presenta elenfrentamiento de esos dos edenes: el antiguoverde-telúrico y el nuevo azul-tecnológico de lapantalla de la computadora. ¿Cómo se reconci-lian, cómo se encuentran, cómo se aman, dóndese encuentran estos dos mundos?

La poeta parece proponer un abrazo a lamodernidad y a la tecnología donde el acto de laseducción espiritual (y por qué no decirlo corpo-ral) incorpore esa nueva verdad a la ya existenteen el hombre, es decir, su estado telúrico, suestado de ser planetario. Gioconda Belli pareceindicarnos que la tecnología no es sino otramanifestación de la sensualidad humana hechadescargas eléctricas y digitales. La escritora,haciéndole cara al milenio que entra, intentacomprender el nuevo mundo cibernético y lo queéste tiene que proponerle al mundo en las ramasde la creación, no descuidando la posibilidad deque éste se ha vuelto una extensión de la crea-ción misma, la invención cibernética del hombrese ha vuelto poesía, se ha vuelto arte. En todocaso siempre es posible que el amor real delhombre se pierda entre estos dos mundos, sóloquedando la persistente soledad que el hombresiempre ha tenido. O como bien dice la poetaque todo haya sido un sueño, la propuesta quesiempre puso Calderón de la Barca sobre lamesa. Tal vez por eso abunden tantas interro-gantes metafóricas en este libro nuevo deGioconda Belli.

Mi íntima multitud pasa a ser, pues, la íntimamultitud de todos. Es la pluralidad existencial quenos define con todas sus altas y bajas (“azotadade viento, erosionada por múltiples inundacio-nes”), es la multitud de sensaciones y vivenciasque al final nos vuelve íntimos con nosotros mis-mos, es lo que nos permite llegar a la verdaderaesencia de lo que es ser verdaderamente huma-nos. u

• Mi íntima multitud, Colección Visor dePoesía, Madrid, 2003

La poeta parece proponer un abrazo a la modernidad y a la tecnología donde el acto de la seducciónespiritual (y por qué no decirlo corporal) incorpore esa nueva verdad a la ya existente en el hombre,es decir, su estado telúrico, su estado de ser planetario.

E l o r i g e n d e l a s f o r m a s

Photography courtesy of De Santos Gallery

M e m o i r s o f W a t e r :

E d g a r M o r e n o

De Santos Gallery: 1724-A Richmond Ave., Houston, TX 77098.

Tel.: 713-520-1200, Fax: 713-520-1202. www.desantosgallery.com

Photo Page 38: The Origin of Forms/ El origen de las formas, 2002.Selective toned gelatin silver print/ Plata en gelatina con viraje selecti-vo. Diptych. Díptico. 100x 68cm.

Photo Page 39: The Origin of Forms/ El origen de las formas, 2002.Selective toned gelatin silver print/ Plata en gelatina con viraje selecti-vo. Diptych. Díptico. 100x 68cm.

Photo Page 40, Rigth: Journey to the Heart of Darkness/Viaje al cora-zón de las tinieblas, 2001. Collage. Selenium toned gelatin silverprint/Collage. Plata sobre gelatina virada en selenio.

Photo Page 40, Left: The Flight of the Murderous Polysaurs/La fuga delos polisaurios asesinos, 1989. Selective toned gelatin silver print/Plataen gelatina con viraje selectivo. 100x 68cm

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�Oíd, Adán es sal

Rima de Vallbona

La profunda religiosidad de mi madre viuda(comunión diaria, vía crucis, padrenuestro-queestásenloscielos, santosantosanto-

diosinmortal...) nos impedía abrirnos y mostraren el hondón de nuestro ser cómo Nietzschehabía triturado, pulverizado, aniquilado a Dios.Ingenua y bellamente, mi madre nos había rega-lado a Dios en los años niños que suben confia-dos a la última rama del árbol; y se tiran decabeza en la primera poza del río sin reparar entorbellinos ni vorágines; y se saltan una cerca-amenaza-de-púas en un salto vértigo de quién lohace mejor y sale con menos rasguños; y ven enel rostro almo del creador en la nube del atarde-cer; y saben que Dios, la palma de la mano ten-dida, los va a recoger.

Vivíamos entonces a Nietzsche con tal inten-sidad, que buscamos todas las formas posiblespara que la muerte de Dios no fuera sólo unafilosofía apergaminada en los libros, sino algopalpable en nuestra vida cotidiana. Primero cas-tigamos sin tosteles ni chocolates al que nom-brara siquiera a Dios. En nuestra ignorancia deentonces medio adivinamos que lo que nodenominan las palabras, no existe. Después des-cubrimos que el lenguaje es la más valiosa pos-esión del ser humano, porque es libertad: podráno haber libertad de expresión como en nuestrocaso, —¡no digas herejías, Belita, Dios te va acastigar! Ricardo, ¡qué horrores decís, es unablasfemia!—, pero siempre el lenguaje será liber-tad. ¿No me explico bien verdad? Bueno, noimporta, porque no es el lenguaje el motivo de loque estoy contando, sino Dog: pequeño, inquie-to, blanco, de una blancura luminosa, lo trajo un

día mi madre de la perrera pública, porquecuando cresca, nos cuidará la casa; con tantoladrón y asesino suelto, hay que andarse concuidado.

Lo vimos, y pensamos los dos instantánea-mente, como si hubiera vasos comunicantesentre nuestros cerebros, que ya para nosotros eralo mismo decir perro que Dios. Pero claro, esohabía que ocultarlo y que se expresara sólo enanagramas hábiles. ADÁN, el primero que des-cubrimos, suscitaba el enfado de mi madre: pare-cen tontos con su ADANADANADANADA... ¿Yquién es ese bendito Adán?, porque ustedes notienen ninguna afición a la Biblia, ni siquiera a lalectura...

Ella no sospechaba que era en el desván,entre cachivaches empolvados, donde las pági-nas de los libros repetían el eterno retorno, enuna visión deslumbrantemente infinita, y despuésnos traían revelación del superhombre, y des-pués, el entierro gigante de Dios, y dejando desman-telados nuestros quince años... vacíos, diluidosen una oscuridad espesa y angustiosa... la NADA...ADÁN... NADA... ADÁN...

Y ella —rosario y comunión—, pero ahoraqué es eso de OID, ADÁN ES SAL? ¡Qué estu-pideces llevan en el magín, hijos míos! Si rezaranun poco más, no perderían el tiempo en esasmajaderías. Se van a condenar y el infierno, yasaben, es eterno.

Le respondíamos con una risa en gorgoritosretozones y palabras entrecortadas: OID...DIOS...ES...LA...NADA...ES...LA...SAL...

Nuevamente me desvío de lo que quiero con-tarles, porque es muy interesante, ya lo verán.

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Descubrir el anagrama inglés de DOG nos dioun placer que duró varios días. Y al perro debíagustarle también su nombre ubicuo, pues cuan-do lo llamábamos agitaba el blanco parabrisasplumoso de su cola. Estar con Dog, jugar con él,era recuperar un pedazo de algo, de realidad, denosotros mismos... era mantenernos a flote unosinstantes y salvarnos del la asfixia de la nada enque pasábamos inmersos el día entero. ¿Ustedesnunca han vivido el horror de la nada? Nosabrazábamos a Dog como náufragos desespera-dos y él, como si comprendiera su papel de sal-vador, se nos entregaba en un abandono total.Patas arriba en el suelo, revolcándose, juguetea-ba con nosotros. Gozaba además de nuestrascaricias, pero un día, al pasarle la mano por ellomo, dio un aullido largo, desgarrador, y los ojosse le llenaron de lágrimas. Dog, mi Dog, ¿quétenés? ¿Te duelen las costillas?

Dog se levantó, se sacudió el pelaje congesto de quitarse algo pesado y molesto y se fuea roer su hueso bajo el roble-de-sabana. Desdeallí nos miraba arisco y rencoroso. Una flor cayódel roble y quedó prendida en su espinazo comouna silenciosa campana rosada. En ese momen-to nosotros dos nos sentimos identificados conDog, de un blanco purísimo, hermoso en su ren-cor perruno, y coronado con una silenciosa cam-pana rosada.

Por entonces ya todo había sido engullido porla nada, sólo nos quedaba Dog... había que repe-tir su nombre ubicuo para que se afirmara más ymás en nuestro ser...

Dog DOGDOGDOGGODGODGOD... ¡Pifia,pifia! lo has dicho, ¡lo dijiste! Tu pedazo de tartahoy es mío.

En varias ocasiones, al pasarle las manos porel lomo, Dog aulló, cada vez con un aullido másdesgarrador.

—Por tu condición divina, no debés gemir así,Dog.

Fueron tales sus alaridos, que decidimos undía no explotar las regiones turbias de la metafísi-ca y aniquilar un rato a la nada con la fútil tareade explorar en el espeso pelaje de Dog: una ga-rrapata, menuda como un frijol, negra como unfrijol, rellenita como un frijol, estaba tan incrusta-da en su piel, que tardamos una eternidad paraarrancarla. Tuvimos la impresión de que le ha-bíamos quitado un pedazo de él mismo, porqueal destriparla con el pie, saltó un chorro oscurode su propia sangre. Entonces comenzó aperseguirnos la culpa... ¿de qué? DOGDOGDOG-GODGOD... ¡pifia!

Otro día, tiempo después, nuevos alaridos,nuevo dolor al pasarle la mano, y entre el pelaje

blanco, otra negra garrapata tan grande como unabellota. Costó un mundo arrancarla de su hábitatperruno del que parecía inseparable. Después denuestro heroico acto, quedamos desmoralizados:aquella sangre negra que brotó en aluvión al pisar-la, era la sangre de Dog, era como si lo estu-viéramos matando. Nos estreme-cimos de miedo,de asco, de culpa. Dejarlo desangrar así, en garra-patas que lo iban aniquilando, era lo mismo quedejarnos desangrar nosotros mismos. DOGDOG-GODGODGODOG, ¡pifia, pifia!

Después, lo mismo, pero la garrapata estabatan grande que entre el pelaje era un higomaduro ornado de patitas. Fue cuando con losaullidos desgarradores de Dog el terror-pánico seapoderó de nosotros, y la culpa, y el deseo de novolver a decir más ADANADAGODOG, ni de pen-sarlo siquiera, porque el higo-garrapata, ahora losabíamos, era otro pedazo enorme de Dog queaniquilábamos con el zapato extrayéndole unchorro negro de su propia sangre... y Dog —paranuestro horror— disminuía, sí, disminuía, ni dudar-lo que disminuía, se iba reduciendo poco a pococon los pedazos-garrapatas que le arrancábamos.Comprendimos entonces agonizando de angus-tia, que lo que había comenzado en un juego depalabras era un acto criminal que en rito cotidia-no perpetrábamos en Dios —¡pifia, pifia!—,pero éramos nosotros, sólo nosotros los sacer-dotes de ese sacrificio y lo teníamos todo bajonuestro control... todo menos la nada...la garra-pata era lo inquietante, estaba ahí, la tocábamos,la arrancábamos, una y otra vez, y volvía másgrande, más negra, más hinchada de su sangre.DOG, DOG, DOG, sólo me quedás vos. Cuandote acabe de devorar la garrapata, sólo la nada...Adán...y en el fondo, la voz de mi madre con suretornelo de herejes, más que herejes y ateos, sevan a condenar y el infierno es eterno.

¡El infierno!, el que vivo desde aquellamañana... quisiera pensar que fue una pesadilla,porque esas cosas, bueno, sólo en sueños, o enla locura se conciben, pero lo juro, lo juro... ¿ypor quién o por qué voy a jurar si no me quedani Dios, ni Dog, ni nada?... Sólo me queda elespanto de aquella mañana, de aquella garrapa-ta —¿sería de veras una garrapata?— gigan-tesca, tan grande como Dog, que luminosa-mente negra ocupaba la perrera de Dog y memiraba arisca y rencorosa. u

Houston, 10 de octubre de 1975

• Oíd, Adán es sal pertenece al libro de cuentos Mujeres y Agonías,

Editorial Arte Público Press

These pictures belong to the Tampico Histórico: El Nacimiento de la Industria Petrolera en México exhibition. The Houston-Tampico Sistercity Association is currently showing them in different capitals of the United States. For more information

please, contact Marco Bracamonte at [email protected] thanks to the DEGOLYER Library

Ta m p i c o h i s t ó r i c o

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�his is why I didn’t bring her back.The air in the room was tepid like aglass of red wine. I started to soak inher breath. Before we moved on to the

sofa, we had some great moments with theaitches, especially the inexistent ones in betweensyllables, for Lidia inhaled exaggeratedly, so thatI wouldn’t stop lauhaghing, as she said. Therewere more kisses, a caress, a bed after that, anda whirlwind. We shook out the air, robbed it ofits space, like she robbed me of mine (I liked herdoing that, it made me feel filled out). Riotously,Lidia recaptured the r’s, like she had done soenergetically when we were younger, years ago.However, something in her eyes made me doubtif she really wanted to reintroduce them into ourlovemaking. After some more kissing, recededremembrances resurged. Her skin on mine beganto reinvent us. I realized that she tried to regainthat entire universe, but it couldn’t be done. Iwas sure that it couldn’t be done. That’s when itoccurred. Surreptitiously, an s succeeded in sneak-ing into one of Lidia’s sighs. I just looked at her asone looking for an explanation, but she wouldn’tbe flustered. At that particular time, it was ofaitches that our little game consisted, not of r’sand certainly not of s’s, but she was merry andgave me a rather disapproving look, accompa-nied by slight reproaches between every phrase,then every word and every phoneme.

But anyway, we made love and just when Ithought that this folly of Lidia’s was no morethan an illusion, she started to utter isolatedwords, as if remembering something wellrehearsed, as if wanting to stress the importance

of being heard, revving herself up in doing so. Nosooner had she pronounced the word rearm thanshe grabbed hold of my privates with one handand waved with the other, apparently in an effortto calm down our roars of laughter, all the whilerepeating rearm, re-harm. Our guffaws graduallysubsided until nothing but her smile remained.All of a sudden Lidia rent the air with the ‘s’ Ispoke of – insensibly it seemed.

‘Your soul is searching for my secrets,’ shesaid. Sitting in the easy chair, she crossed her legsand immediately, again as if she had rehearsed it,covered them with a cushion. The game is on, Ithought: there is no escaping. I decided to takemy time, leisurely looked round the room forsome minutes and then calmly lit up a cigarette.

‘Cigarette is with a c, silly sod,’ said Lidia, andso I had another look about me and stumbledupon my first weapon, or so it seemed, rightthere on top of the stove – for objects and verbswere permitted; I ran towards it, convinced thatit was a skillet, but alas, it was a frying pan.

‘Silhouettes seem suspended shadows,’ shesaid.

She was rapidly winning ground and therewas little I could do about it, but then I thoughtI might retreat to the sofa and with this simpleact deal her a severe and resounding blow: Iwould submit the sonorous ‘s’ of sofa, and sitdown at the same time. If I succeeded, I wouldwin three points at one stroke, but she saw whatI was up to and slowly leaning back she saidbefore I even reached my goal: ‘sinking into myseat.’ (Another point for her.) I was not preparedto lose once more.

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It all Started with an S

Gerardo Piña

Translated to English by Jelle Noorman

T

�‘Strange, I’m still sleepy,’ she said ironically.‘Somehow this space is stifling.’

She noticed my immobility and surelyassumed that I couldn’t think of any permittedmove nor find an appropriate object. But actual-ly, that was not the case; the reason why I stoodstill was that there was something strange abouther voice. I listened several minutes to her andfelt that she was somehow different, like anautomaton, a robotic version of the Lidia I knew.

‘Short of smelling your skin, I savor yoursweetness,’ she said, walking along the edges ofthe carpet (maybe she had risen from the chair inorder for her ideas to develop more quickly).‘Speak, sepulcher of sense.’

I started to put pressure on her, robbing herof her space, pursuing her around this square ofpatterns and colors, so as to win by wearing herout; I wanted her to succumb right before theboundary marked by my body: I wished shewould stumble and slip.

She started to run even faster around the car-pet and kept on saying things like ‘seed bears thesemblance of someone who will suffer,’ ‘you suf-fer since I speed on’ and ‘I speed on showinghow simple it is to sigh’.

A shiver went through me. Never before hadshe shattered me thus. Not even for a second didshe slow down, and I began to feel sick. Istopped dead in my tracks and went to the bath-room, where I picked up my razor and got readyto slash my arm, when I heard Lidia say: ‘Superb!superb! Simply seize some safety strap! A san-guineous simulacrum we shall shape,’ she wenton, ‘slighting succor or serenity save to share asidereal sideway; sensual sirens that sing in sur-prise sighting a surface of salt…’

She had uttered these last words as if in atrance and seemed caught up in a rhythm towhich only a fictional character can be submitted(I finally scored a point here), but Lidia didn’t con-centrate anymore, couldn’t read my mind, hadgiven up the game. Her words came streamingspontaneously (one more point, but what wasthe point now?), falling

ontopofeachotherwith astonishing precision; the phrases they

formed were solid – concrete, one might say. Atfirst Lidia spoke them in four-four time, and obvi-ously in the key of sol, thereby erecting four pil-lars, one on each corner of the carpet. Then, withthe same accuracy, her quartertones filled up the

rest of our quarters and before long made up alabyrinth.

‘… Surpassing the snare suggested by soli-tude,’ she went on, ‘sleepwalkers stray at thesound of senselessness. A second shall be the solesymptom of such surpriseless stories. Sure fromthe start, I sense solutions sliding. So stop soilingmy soul with your soles (sing me some othersweet song). Since I’m solely supposed to be asolid soliloquy of a simian scaling the swells ofsagacity. Self-consciously sample the savor of asour and slanted self: it’s stale. But those spheressurmounting my stomach are sufficiently sensualand symmetrical symbols. Semen, it seems, sepa-rates into strange and stunning strings; still, yoursmile shall stop being my stoolpigeon…’

She got trapped inside her words. I could nolonger doubt it: there was some other beingbehind all of this. Someone had set a trap for usinside Lidia’s mind. She disappeared out of view,I imagined her running up and down endlessbridges, suffocated by that verbal diarrhea, chok-ing on her own lexical vomit.

‘Lidia! Lidia!’ I cried, but there came noanswer. The phrases had drowned out her voice.I looked for some door or window… but nothing.

* * *

I stood transfixed in front of this wall and didn’tknow what to do. I waited several hours until Ithought I heard a quiet sound, soft as a wave,coming from behind the enclosure. I got a littlenearer and listened more intently.

‘Lidia!’ I cried again, louder this time, andeventually established the extent of the gamewith enraging envy: entrapped with my Eve therewas Evil, erupting in her eager embrace; endlessencounter, excitement, effervescence. Evil enter-ing Eve and Eve enveloping Evil: enmeshed,ensnared in an eternal eroticism and with exhila-rated exclamations of ecstasy they enforced myexecution. u

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C