la praxis un to de as implicativas - villas ante

Upload: rlenta

Post on 05-Apr-2018

215 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 8/2/2019 La praxis Un to de as Implicativas - Villas Ante

    1/20

    LA SOCIO-PRAXIS: UN ACOPLAMIENTO DE METODOLOGAS IMPLICATIVAS. TOMS R. VILLASANTE

    LA SOCIO-PRAXIS: un acoplamiento de metodologas implicativas.Toms R. Villasante

    A) TRADICIONES METODOLOGICAS PARTICIPATIVAS DE LAS QUE PARTIMOS.

    Hace 10 aos planteaba la rebelin del laboratorio como introduccin a un captulo,semejante a ste por su intencionalidad didctica de resumen, que se titul De losmovimientos sociales a las metodologas participativas (Delgado y Gutirrez, 1994).Durante esta dcada, en las redes de movimientos sociales, de organizaciones y deinvestigacin, en que nos movemos, hemos aprendido y construido algunas propuestasmetodolgicas que creemos ms avanzadas. Pero el punto de arranque sigue siendoque las tcnicas e investigaciones sociales avanzan con los propios movimientos.Como decamos entonces: No se trata de tcnicas o metodologas para el estudio de losmovimientos sociales. Ms bien al revs, se trata de cmo los movimientos popularesestn aportando tcnicas, metodologas, y hasta posicionamientos epistmicos para el

    uso de las ciencias sociales. Es decir, la rebelin del laboratorio, cuando los animalescon los que se experimenta, los tubos de ensayo, los productos qumicos, la energaelctrica etc. deciden no obedecer al investigador, plantarle cara. Incluso preguntarle porqu hace tales cosas y no tales otras, o sugerirle tales experimentos fortuitos. En lasciencias sociales frecuentemente nos encontramos con objetos de estudio rebeldes, consujetos que por si mismos se constituyen en movimientos sociales, o con movilizacionesque se constituyen en sujetos.

    La argumentacin de entonces sobre este posicionamiento, que no vamos a repetiraqu, ya entonces apuntaba a algo que se ha ido generalizando en estos aos: Losmovimientos populares, adems, han pasado recientemente a una etapa internacionalque se promete muy interesante... Y tambin ha significado el Foro Global de Ro que lasnuevas ideas y tcnicas alternativas estn en los movimientos, y que desde estos estsurgiendo un internacionalismo muy crtico con las empresas transnacionales, pordelante de las discusiones partidistas y de otros sectarismos acadmicos paralizantes delos aos ochenta... Es una nueva generacin la que se apresta a contestar las nuevascondiciones mundiales.... En el ao 1992 realizamos en Madrid un encuentrointernacional, como punto de encuentro de la sociedad civil, de movimientos socialescrticos, desde las Madres de la Plaza de Mayo hasta Superbarrios y el movimiento devivienda de Mxico, y tambin varios intelectuales planteamos algunas lneas delinternacionalismo de movimientos que luego surgira con ms fuerza. Por otros caminosya se estaban preparando Chiapas y su repercusin mundial, las contra-cumbres

    sucesivas de los aos 90 hasta Seattle y Gnova, y los Foros Sociales Mundiales dePorto Alegre y Mumbay. El contexto de todos estos movimientos, a escala local einternacional, es lo que puede dar sentido a estas propuestas de socio-praxis queestamos haciendo. En estos diez aos hemos ido construyendo colectivamente unasredes de investigaciones participativas con algunos movimientos y con institucioneslocales de las que estamos aprendiendo, en Mxico, Centroamrica, Colombia, Ecuador,Per, Chile, Argentina, Brasil, y Espaa (Canarias, Andaluca, Catalunya y Madrid).

    A principios de los 90, en aquel capitulo, trat con cierta extensin los precedentesque tombamos de la investigacin-accin-participativa, de la praxeologa, y delsocioanlisis, como referencias con las que discutamos nuestras propiasconstrucciones metodolgicas. Aunque aqu hagamos algunas referencias a aquellos

    debates, nos vamos a centrar en un panorama ms amplio de tipo metodolgico eincluso epistmico. Seguimos considerando la praxeologa, el socio-anlisis y la

    EXPERTO EN NUEVAS METODOLOGAS DE LAS CIENCIAS SOCIALESUNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

    1

  • 8/2/2019 La praxis Un to de as Implicativas - Villas Ante

    2/20

    LA SOCIO-PRAXIS: UN ACOPLAMIENTO DE METODOLOGAS IMPLICATIVAS. TOMS R. VILLASANTE

    investigacin-accin-participativa como las tradiciones de partida de todo esteplanteamiento. Pero hay tambin otras aportaciones cientficas, sociales y naturales,como la teora de redes, como el ecofeminismo o el ecologismo popular, laciberntica de 2 orden, o la autopoiesis, fractales, simbiognesis y paradigmas dela complejidad que estn detrs de estos razonamientos. Y de acuerdo con estos

    planteamientos tericos y epistmicos de fondo, en los aos 90 tambin hemos idoincorporando otras metodologas, del tipo de las aportadas por la planificacinestratgica situacional (PES), el diagnstico rural (o rpido) participativo (DRP), losltimos movimientos de la educacin popular latinoamericana o algunos planteamientosalter-mundialistas de los movimientos sociales de la ltima dcada.

    Desde las praxeologas y las militancias.

    La praxis no se puede confundir con la prctica militante sin ms, ni con la del mili-tonto que solo atiende a las directrices de su organizacin, ni con aquella que solo

    atiende a las necesidades sentidas de la base popular. La expresin de praxeologade J. OConnor y otros autores, o la de filosofa de praxis que podramos relacionar conGramsci, con Maritegui, o con los marxismos orientales con distintas variantes, lasencontramos ms actualizadas y cercanas en Adolfo Snchez Vzquez o ManuelSacristn entre nosotros. La praxis como actividad transformadora del mundo (natural osocial) que es a la vez objetiva y subjetiva, material y consciente... a Marx no le interesael ser en s, sino el mediado por la actividad humana, el ser constituido en y por lapraxis... filosofa de la praxis y no materialismo dialctico (A. Snchez Vzquez, 1987) Oel propio Marx en la Tesis 2 sobre Feuerbach: La cuestin de si al pensamiento humanole corresponde la verdad objetiva no es una cuestin prctica... La polmica acerca de larealidad o no realidad de un pensamiento que se asla de la praxis es una polmicapuramente escolstica.

    Tambin sobre la praxis en el mismo texto de Snchez Vzquez: no es latransformacin objetiva (separada de la subjetividad) ni la actividad subjetiva (separadade la objetividad), sino la unidad de ambos momentos... supone cierta relacin mutua envirtud de la cual la praxis funda a la teora, la nutre e impulsa a la vez que la teora seintegra como un momento necesario en ella... como crtica...como compromiso...comolaboratorio...como conciencia... y como autocrtica... Es el posicionamiento de accin-reflexin-accin en una espiral que se va abriendo con las propias realizacionesprcticas. Lo primero es sentir o convivir el problema, es asombrarse y poner cuerpo yenerga y pasin a lo que se nos plantea. Todo lo ms alejado de un distanciamiento fro,

    que adems de imposible, slo nos mete en otros prejuicios peores (por ser noconscientes y por tanto no controlados). La praxis comienza con ciertas dosis devivencias, implicaciones, y sigue luego con las reflexiones auto-crticas y crticas queentran en juego entre s. Ahora se producen varias perplejidades y distanciamientoscruzados. Aparecen varias facetas no esperadas pues la vida es un procesoambivalente, interiormente contradictorio (Bajtin, 1974), y entonces se trata de encontrarlas potencialidades desde lo que subyace oculto o simplemente aplastado por lasestructuras oficiales polticas y culturales, que obstaculizan vislumbrar lo ms profundodel hombre (H. Zemelman, 1992). Lo que hemos llamado lo carnavalesco, el estiloartstico (arte grotesco que analiz Bajtin) del saber hacer crtico popular.Desarrollaremos ms adelante estas reflexividades (de segundo grado) con la

    propuesta de los tetralemas (Greimas, Jameson, Ibez, Abril).

    EXPERTO EN NUEVAS METODOLOGAS DE LAS CIENCIAS SOCIALESUNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

    2

  • 8/2/2019 La praxis Un to de as Implicativas - Villas Ante

    3/20

    LA SOCIO-PRAXIS: UN ACOPLAMIENTO DE METODOLOGAS IMPLICATIVAS. TOMS R. VILLASANTE

    Pero la praxis no acaba en un diagnstico sino en propuestas para la accin y en laaccin misma y en las constantes reformulaciones que exige. Las cosas y la ideascambian cuando se cambian las condiciones de vida. La pretensin de desplazar unaideologa mediante una simple lucha de ideas cumple, en definitiva, la funcin ideolgica,de dejar el mundo, del que forma parte la ideologa, y en mayor o menor grado, como

    est (Snchez Vzquez, 1987). Quizs no podamos cambiar todas las circunstancias deuna vez, pero al menos podemos incorporarnos a unas prcticas y a unas redes sociales,a unas estrategias de transformacin. Ni lo local ni lo mundial van a cambiar por unasimple disputa de ideas, por buenas que stas sean. Es necesaria la implicacin a lasredes que ya estn en marcha, que ya se estn moviendo, o que pueden moverse, porsu potencialidad para transformar y mejorar nuestras calidades de vida. Para esto nohace falta ser un terico de los movimientos sociales, sino alguien que se sienteimplicado en sus procesos concretos. Siempre estamos implicados aunque no losepamos, pero lo que aqu se nos recuerda es la importancia de ser conscientes depara qu? y para quin? hacemos lo que estemos haciendo. Y para esto lo mejorno es quedarse discutiendo dentro del grupo al que cada cual pertenece estas

    cuestiones, sino salir a realizar actividades con las bases sociales. No porque la gentetenga la razn sin ms, sino como efecto espejo donde poder comprobar lo que unoest intentando hacer.

    Desde las crticas socio-analticas.

    Tambin partimos de las experiencias que se fraguaron en torno al 68 en variaspartes del mundo, y especialmente algunas que se estaban reflexionando en Francia,como el socio-anlisis. Lourau, Lapassade, Guattari, etc. nos han aportado mucho, sobretodo para no quedar apresados en la lgica de la necesidad sentida, del sntoma. Lagente, las asociaciones, las manifestaciones populares no tienen necesariamente larazn en lo que plantean, por lo memos al principio. Pues lo que primero se oye de lagente es un cierto caos de algunas cuestiones contradictorias y muy paradjicas en simismas. Suelen estar mezcladas cuestiones odas en la TV con otras de las tradicionesfamiliares (algunas muy patriarcales...), y tambin podemos descubrir algunas cosas desabidura popular muy profundas. El poder discernir y construir conocimientos tiles yms emancipadores es una tarea que se platean los socio-analistas, a partir de losprimeros sntomas.

    Las patologas de la sociedad marcan a las personales, a travs de las institucionesfamiliares y sociales, y no se presentan ante los grupos o redes como evidencias a

    criticar, sino como elementos habituales de la vida cotidiana, con los que uno convivedesde que nace. Estamos metidos en esas redes rizomticas y por eso es necesarioalgunas provocaciones que nos hagan cuestionarnos lo que estamos viviendo....Nobasta con dar la palabra a los sujetos implicados a veces es una cuestin formalincluso jesutica-. Adems es necesario crear las condiciones de un ejercicio total, inclusoparoxstico de este enunciado... El romper de hecho las barreras del saber establecido,del poder dominante, no surge por s mismo... Es todo un nuevo espritu cientfico quehay que rehacer (F. Guattari, citado por R. Lourau, 1977). Para esta posicin no es elanalista el que hace el anlisis sino el analizador, es decir, el hecho concreto que sevive colectivamente y que nos marca por su importancia en nuestras vidas. Puede ser unacontecimiento histrico no previsto que rompe nuestras rutinas de vida cotidiana, y que

    nos obliga a posicionarnos ante su realidad muy contundente, o puede ser un analizadorconstruido por nosotros mismos o por un movimiento social que coloca a los dems ante

    EXPERTO EN NUEVAS METODOLOGAS DE LAS CIENCIAS SOCIALESUNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

    3

  • 8/2/2019 La praxis Un to de as Implicativas - Villas Ante

    4/20

    LA SOCIO-PRAXIS: UN ACOPLAMIENTO DE METODOLOGAS IMPLICATIVAS. TOMS R. VILLASANTE

    la necesidad de tomar conciencia de lo que sucede y adoptar alguna posicin coherenteante los hechos.

    No es fcil dar con estas propuestas socio-analticas construidas para cada caso, y talvez por eso han abundado ms los analizadores histricos que los construidos, y entodo caso estos ltimos lo han sido por movimientos sociales ms que por propuestas

    muy elaboradas. La mayora de los expertos se han refugiado en algunos casosexperimentales, mirando ms hacia dentro de un aula o de un grupo, que haciacomunidades o mbitos territoriales de una cierta importancia. An as el propio J. Ibez(1990) segua insistiendo en su importancia, pues aunque l no lo desarroll, loconsideraba ms interesante que el grupo de discusin: en el socioanlisis ( juego delenguaje tipo asamblea) juega todo el contexto situacional y todo el contexto lingstico.En el grupo de discusin, el contexto lingstico degenera: pierde el contexto semitico.Desde Latinoamrica E. Pichn-Rivire con su Ecro (esquemas conceptualesrelacionales y operativos) que hay en cada persona, grupo y red, nos sita tambin en lanecesidad de provocar por la prctica cambios en las conductas antes que en lascabezas individuales. Como en el esquizoanlisis de Guattari, es la sociedad la que

    est enferma, y las personas slo en la medida en que se dejan atrapar o bloquear porsus mecanismos ms patolgicos.

    Desde la Investigacin (accin) participativa.

    Las aportaciones de Fals Borda, Anisur Raman, etc. sobre la IAP nos colocan ante larelacin de sujeto a sujeto, es decir, lo primero que hacen es criticar la relacin de sujetoinvestigador a objeto investigado que es la ms frecuente en las ciencias sociales. Loque rescatan es que los objetos que pretendemos investigar (colectivos, sectores,comunidades, personas, etc.) en realidad tienen sus propias estrategias como sujetosque son. De forma intuitiva o de forma ms consciente los grupos y las redes de lassociedades no se comportan como objetos sin ms. No solo son complejos como lanaturaleza y los seres vivos, tal como hoy reconocen las ciencias naturales, sino queadems son hipercomplejos. Como nos recordaba Ibez (1990): La sociedad es unsistema hiperrreflexivo, un sistema reflexivo con elementos reflexivos (losindividuos)...El sujeto es un sujeto partido porque es un sujeto parido, al ser paridoperdi su complemento anatmico y es una herida abierta ... El intento de recobrar laplenitud est condenado al fracaso: no hay sujeto pleno, no hay goce. El incesto es unsalto en lo pleno, estrellarse en la muerte... El saber burgus, la ciencia positiva, esincestuoso, se sostiene en la voluntad de suturar todas las fallas, en su dimensin

    sistmica aspira a contener en su teora todo el pasado, en su dimensin operatoriaaspira a contener todo el futuro en sus programas.Por lo mismo no estamos en la lgica de un sistema de conocimiento social pleno,

    entre otras razones por ser ste imposible, sino en las posibilidades de construccionesviables entre sujetos. Unos sujetos estn especializados y tienen experiencia en algunastcnicas, otros son sujetos con recursos para hacer investigaciones o intervenciones, yotros simplemente viven la vida y si se ven afectados por algn proceso social actansegn su sentido comn o los estereotipos adquiridos. Es decir todos estamos siempreimplicados en algn grado e interactuamos con diversas lgicas. La implicacin,decamos hace una dcada, es colocarse ms all del cerebro, cuando observador yobservado sienten que estn aprendiendo juntos, cuando vibran en una tarea conjunta y

    creativa para ambos, aunque lo vivan de forma distinta. O con las palabras de FalsBorda (1986): La vivencia comprometida aclara para quin son el conocimiento y la

    EXPERTO EN NUEVAS METODOLOGAS DE LAS CIENCIAS SOCIALESUNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

    4

  • 8/2/2019 La praxis Un to de as Implicativas - Villas Ante

    5/20

  • 8/2/2019 La praxis Un to de as Implicativas - Villas Ante

    6/20

    LA SOCIO-PRAXIS: UN ACOPLAMIENTO DE METODOLOGAS IMPLICATIVAS. TOMS R. VILLASANTE

    eso hemos modificado un cuadro elaborado por el Colectivo Io (1993), siguiendo ideasde J. Ibez, para presentar mejor lo que entendamos ya hace diez aos por socio-praxis. Actualizamos aquellos conceptos querindonos distinguir tanto de la perspectivacuantitativa (distributiva), como de la cualitativa (estructural). Y distinguir tambin nuestraposicin de algunas perspectivas participativas (dialcticas), cuando se basan en puras

    simetras entre sujetos (que nos parecen ms deseos que realidades), ciertosespontanesmos sin metodologas, y ms buena voluntad que saber hacer. Al presentareste cuadro no queremos que parezca que renunciamos a las otras tecnologas(asambleas, grupos de discusin, o encuestas), sino que las pretendemos orientar y darsentido cuando las usamos desde la lgica de abajo a arriba y desde el posicionamiento(episteme) socio-prxico.

    La posicin socio-praxica usa las otras tecnologas pero no desde las metodologas yepistemes con las que suelen ser usadas, sino desde las posiciones implicativas yparticipativas que en este escrito pretendemos distinguir. En realidad la sociopraxis

    podria estar entre la posicin estructural o cualitativa (J. Ibaez pretendia avanzar desdeah), y las posiciones dialcticas o militantes de las que se reclaman algunosmovimientos radicales. La distincin con algunas posiciones de IAP y de otras militanciasparticipativas aparecen cuando no hay movimientos que muestren las cosas tan claras,donde los basismos, espontaneismos, voluntarismos, nos dejan huerfanos. Por dondeempezar? O cuando algunos movimientos tienen las cosas tan claras que pueden excluirlos derechos de otros movimientos tambin populares, con riesgos de sectarismos,corporativismos, y otras desviaciones poco solidarias de algunos procesos sociales. Aspues intentamos establecer algunas distinciones que hagan la implicacin participativaun poco ms critica y auto-critica, y por ello mismo ms rigurosa y operativa para latransformacin o el desborde de los dictados con los que nos suele tocar enfrentarnos.

    B) DISTINCIONES QUE HEMOS INCORPORADO EN LA ULTIMA DECADA:

    Distinguir las redes creativas.

    En los ultimos 20 aos las redes han pasado de ser algo que pocos reductos deinvestigadores nos aventurabamos en ellas, a ser un concepto o una metfora usadapara todo. As pues lo primero ser partir de las fuentes que hemos venido tomando eincorporando en estos aos, y luego pasar a establecer en dnde hemos ido

    coincidiendo y qu practicas nos han resultado ms operativas, con qu herramientas, yusadas desde qu criterios y posiciones de fondo. Las primeras intuiciones nos llegarondesde la antropologa de Manchester, con sus conceptos bsicos y prcticas cualitativas.Y despus desde la psicologa social nos fueron llegando la Teoria del Vnculo (Pichon-Rivire) y las escuelas posteriores sistmicas. En sociologa hay unos intentos enCanad y Estados Unidos de relanzar el Network anlisis, del que dimos cuenta en unadiscusin con sus principales autores en un numero monografico de la revista de nuestraFacultad coordinado por Narciso Pizarro ( ). Ms recientemente, en la trilogia de M.Castells para la descripcin del cambio de siglo, es la sociedad red la protagonista delos cambios.

    El fondo de esta aportacin creo que est planteado acertadamente por Pierre

    Bourdieu cuando escribe: Todo lo real es relacional, parafraseando y desbordando loplanteado por Hegel. De lo que se trata en ciencias en general, y en las ciencias sociales

    EXPERTO EN NUEVAS METODOLOGAS DE LAS CIENCIAS SOCIALESUNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

    6

    http://aspectos.pdf/http://aspectos.pdf/
  • 8/2/2019 La praxis Un to de as Implicativas - Villas Ante

    7/20

    LA SOCIO-PRAXIS: UN ACOPLAMIENTO DE METODOLOGAS IMPLICATIVAS. TOMS R. VILLASANTE

    en particular, es encontrar y saber cambiar las matrices o esquemas reticulares quegobiernan nuestras vidas. Y eso tanto desde los esquemas conceptuales, relacionales yoperativos (ECRO) que podamos haber construido colectivamente en cada cabeza ycuerpo personal, segn Pichn-Rivire, como en las matrices y los conjuntos de accinde una comunidad local (como creemos haber ido demostrando en estos aos), o de un

    pas como otros autores plantean. Son los vnculos relacionales y sus dinmicas las quevan construyendo a los sujetos y los procesos, desde su capacidad de acoplamientos ode juegos, ante los condicionantes externos e internos. No es tan importante la sociedaden su red en conjunto o tales o cuales actores , sino los conjuntos de accinintermedios los que bloquean o hacen emerger las nuevas situaciones. Como losvnculos o las relaciones no son fciles de ver, y adems estan en continuo cambio, ladificultad es encontrar herramientas operativas para poder hacer algo util a partir de unarealidad tan dinmica.

    Han sido algunas autoras y los movimientos de mujeres quienes nos han aportadoms en este sentido. Son esos cambios desde lo cotidiano, en las redes muy pocoformalizadas, pero muy profundas de las vinculaciones entre mujeres, las que han

    aportado la evidencia de unos cambios en el siglo XX, con un profundo contenidopoltico. La interpretacin de la revolucin de lo cotidiano, y cmo saber moverse para irconquistando nuevas cuotas de poder tanto en la familia como en la sociedad pblica.Diversas corrientes feministas han logrado ir visibilizando sus aportaciones a las ciencias,pero en lo que a nosotros afecta tambin ha sido muy importante el ejemplo de losmovimientos de mujeres singularmente de America Latina y de Asia, que con unasprcticas muy originales han conseguido ir saliendo de la triple condicin de asustadas,dominadas y explotadas. Queda mucho por recorrer, pero son estas redes las que en elpasado siglo han conseguido cambios ms irreversibles en la evolucin de la humanidad.Entre el eco-feminismo de Vandana Shiva y el juego de las astucias de DoloresJuliano, estos feminismos y movimientos poco acadmicos, basados ms en algunasdistinciones de la vida cotidiana, que en definiciones de diccionarios, nos han idoenseando que el cambiar las relaciones de poder es posible.

    Son las redes de vnculos no formales una gran potencia de la que an no sabemosbien todo lo que pueden dar de s. Cuando la democracia aprende a ser como unbosque (V. Shiva) donde tanto lo pequeo como lo grande tiene su importancia para ladinmica reticular del ecosistema, entonces son los poderes en juego los que tienen quecomportarse en red. Porque las cuestiones centrales de las redes siguen siendo sucarcter de juego de poderes, desde lo cotidiano local hasta las redes mundializadas; ylas dinmicas de saltos y bloqueos en que se ven atrapadas, y saber cmo operarlcidamente ante las situaciones tan imprevistas y complejas que comportan. Como las

    preguntas por la utilidad de estos anlisis siguen existiendo, hemos experimentadoalgunos instrumentos que nos han dado algunos resultados. De los mapas de actores,los Diagramas de Venn, del Socio-grama, hemos ido aprendiendo y corrigiendo, y ahoraaportamos algunas matrices y diagramas que pueden ser utilizados por comunidadespequeas y grandes. La cuestin sigue siendo cmo hacer grficas las relaciones yvnculos de una comunidad dada, tanto con efectos auto-crticos, como de alianzas ycambios entre los conjuntos de accin en presencia. Usamos la matriz auto-construidade actores y vnculos para nuestras tareas como un mdico la radiografia o el escaner,interpretando sus sombras y claros, sus vnculos y conjuntos de accin.

    Distinguir segundas reflexividades operativas

    EXPERTO EN NUEVAS METODOLOGAS DE LAS CIENCIAS SOCIALESUNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

    7

  • 8/2/2019 La praxis Un to de as Implicativas - Villas Ante

    8/20

    LA SOCIO-PRAXIS: UN ACOPLAMIENTO DE METODOLOGAS IMPLICATIVAS. TOMS R. VILLASANTE

    La ciberntica de segundo orden, a partir de Von Foerster, Maturana, Varela, etc., noslo ha abierto en las ciencias naturales nuevos enfoques para tratar la situaciones nolineales o de mayor complejidad, sino tambin en las ciencias sociales. Pero aqutambin hay que distinguir diversas interpretaciones que incluso resultan contrapuestasentre s. Desde Luhmann hasta Morin se han puesto a construir sus paradojas y

    complejidades autopoieticas o auto-eco-organizativas usando estos conceptosimportados de la ciberntica de segundo orden. Y ciertamente consiguen darinterpretaciones ms ajustadas a la hipercomplejidad de lo social de lo que se veniahaciendo, tanto desde el estructural-funcionalismo como desde la teora crtica. Perosiguen sin aplicarse a las realidades concretas para sus desbordes y cambios necesariosante las urgencias en que estamos viviendo. Las posiciones de Evelyn Fox Keller y deBarnet Pearce (1994) en un debate de hace algunos aos marcaban las distincionesentre las teorias de la complejidad que sirven para todo, y las que se pueden vincular conpraxis criticas y creativas de los movimientos sociales.

    Lo importante de esta perspectiva que hemos ido incorporando, principalmente con elmagnfico resumen que prepar Jesus Ibaez (y Pablo Navarro) a principios de los 90, es

    que facilita un marco cientfico abierto, una crtica en profundidad a las visionesdeterministas lineales, y permite incorporar las situaciones de incertidumbre a su estudioy cambio. La crtica tanto a los principios aristotlicos de identidad, no contradiccin,tercero excluido, etc., como a las dialcticas hegelianas de la historia, nos abren nuevasposibilidades de enfoques. La dialgica toma entonces un sentido ms abierto para podertrabajar con posibles bifurcaciones en que se nos abre cada situacin social. Es unmarco para poder trabajar ante cualquier imprevisto, hacer emerger potencialessoluciones de un fondo experimental que siempre est en la propia sociedad. El conceptode enaccin, que nos aport Varela ( 1998) a las ciencias cognitivas, lo entendemoscomo una concrecin operativa de lo que hemos venido entendiendo por praxis. Es decir,cmo rescatar del fondo experimental de la persona y de las redes sociales, nuevas yemergentes salidas complejas, concretas y no previstas.

    Lo situacional y las emergencias de lo cotidiano y espacial concreto vuelven aaparecer, pero esta vez no de la mano de los situacionistas, sino de la PlanificacinEstratgica Situacional, que Carlos Matus ( 1995) pudo ir construyendo tras sobrevivir ala experiencia chilena. El PES es un conjunto de instrumentos muy ordenados yrigurosos de planificacin al servicio de los intereses pblicos y democrticos. Nosinteres porque parte de incorporar la indeterminacin de lo econmico y lo social comopunto de partida, y porque introduce un mecanismo (el flujograma) de priorizacin connudos crticos de causa-efecto. Le hemos hecho tambin algunas variaciones a loaprendido, sobre todo despus de aplicarlo en situaciones culturales muy distintas (pues

    aunque en Latinoamerica todos hablamos alguna variedad del castellano, no siempreconstruimos iguales sentidos con las mismas palabras). Hemos procurado dejar msabiertas las relaciones de causa y efecto entre las posiciones de la matriz del flujo-grama,para permitir ms an la retroaccin de causalidades, de forma que los nudos crticosresultantes, ms que en un rbol de problemas, estn en un rizoma nada lineal.Tambin hemos articulado la columna de los actores que deben aportar las potencialessoluciones con los conjuntos de accin que sacamos del socio-grama realizado conanterioridad. De esta manera podemos cruzar la radiografa de los nudos crticostemticos con la radiografa de los actores y sus conjuntos y alianzas.

    +

    +DATOS/ ESTRUCTURAS + VNCULOS Y REDES/ ACTORES

    EXPERTO EN NUEVAS METODOLOGAS DE LAS CIENCIAS SOCIALESUNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

    8

  • 8/2/2019 La praxis Un to de as Implicativas - Villas Ante

    9/20

    LA SOCIO-PRAXIS: UN ACOPLAMIENTO DE METODOLOGAS IMPLICATIVAS. TOMS R. VILLASANTE

    DE BLOQUES SOCIALES + CONJUNTOS DE ACCIN (SOCIOGRAMAS)(PIRMIDE DE CONFLICTOS) +

    + + + + + + + ++

    + NUDOS CRTICOS TEMTICOS

    + PROBLEMAS Y OBJETIVOS (FLUJOGRAMAS)+

    Se cruzan tres radiografas para atrapar provisionalmente las relaciones entre las tresmatrices y poder as hacer estrategias ms operativas para el conjunto de las personas ysectores implicadas. Y adems del sociograma de actores y el flujograma de contenidos,est el contexto de la piramide de conflictos donde se dan estas coyunturas, pues si nopodramos estar cayendo en una visin muy localista y circunstancial de los procesos, sindarnos cuenta de que cualquier proceso concreto est siempre condicionado por losmacroprocesos con los que hay que contar. Ahora bien, estas matrices se tienen en

    cuenta de manera participada, es decir, construyndolas con los datos, opiniones y laspropuestas de quienes se implican en el proceso. Los tcnicos aportan susobjetividades, y los polticos los marcos intitucionales existentes o transformables, y laciudadania las necesidades ms sentidas y sus movimientos. Pero todos conjuntamentepueden intervenir en construir cada una de las matrices, con tareas diferentes, pero parair haciendo una interpretacin y unas apuestas en su conjunto, donde una mayora sevea implicada. La planificacin estratgica situacional gana asi ms papel para losconjuntos de accin que son tenidos en cuenta desde un primer momento, y puedenmeter visiones ms contrastadas (no slo la del gobierno y sus cercanos).

    Distinguir transducciones participativas.

    La naturaleza es creativa por si misma y nos puede ensear, tanto cmo tratar consituaciones patolgicas como el innovar ante situaciones nuevas. Nuestras sociedadesson hipercomplejas y por eso son tan distintas de las mquinas. Acaso las situaciones decomplejidad que ms se le aproximan son las que percibimos en los ecosistemasnaturales. Los estudios de Lynn Margulis (2002) sobre la aparicion de la vida en elplaneta, la sibiognesis, y la forma tan creativa de comportarse las baterias y los otrosreinos de la naturaleza (algas, hongos, plantas y animales) nos pueden dar pistasmetodolgicas. Para F. Capra (2002) la propia naturaleza ya dispone de tres

    dimensiones: 1) El propio proceso a saltos de la evolucin (S.J.Gould) con susacoplamientos estructurales ante situaciones de gran complejidad. 2) La estructuramaterial con las caractersticas fisico-qumicas de evolucin no lineal, alejadas delequilibrio, donde se dan las estructuras disipativas (Prigogine). 3) Llas matricesformales de comportamientos o patrones de conducta autopoieticos (Maturana yVarela) que saben como hacer no conscientemente. Lo social humano aadira unacuarta dimensin a cruzar con las tres anteriores y sera: 4) el sentido significado, esdecir, los intentos de consciencia reflexiva sobre los procesos y sus saltos, sobre lasrelaciones de la matriz de conductas, y sobre la propia estructura material y suselementos.

    4) SENTIDO SIGNIFICADO / Nudos temticos (flujogramas)+

    EXPERTO EN NUEVAS METODOLOGAS DE LAS CIENCIAS SOCIALESUNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

    9

  • 8/2/2019 La praxis Un to de as Implicativas - Villas Ante

    10/20

    LA SOCIO-PRAXIS: UN ACOPLAMIENTO DE METODOLOGAS IMPLICATIVAS. TOMS R. VILLASANTE

    + + ++ + +

    1) PROCESO A SALTOS + + + 3) MATRIZ FORMALTiempo no lineal + + + Matrices de redes (sociogramas)

    + - - - - - - - - - + - - - - - - - - - +

    + + ++ + ++ + +

    +2) ESTRUCTURA MATERIAL / Estructuras de bloques

    (pirmides de conflictos)

    En cada momento podemos hacer un cruce tambin de tres planos entre estructuramaterial, matriz formal, y sentido significado, muy semejante al ya sealado con lasestructuras de bloques/conflictos, matrices de redes/sociogramas, y nudostemticos/flujogramas. Asi el acoplamiento de estos tres enfoques o planos de anlisis

    se hace siempre en el tiempo, en procesos no lineales, en dialgicas que van ganandomayor complejidad y sabidura entre sus elementos y relaciones. En la naturaleza se vanproduciendo saltos entre formas de energa, en presencia de catalizadores o enpresencia de enzimas, que facilitan los procesos de la vida, y que se denominantransducciones. En las sociedades humanas los discpulos de Paulo Freire y laeducacin popular plantean sistematizar (O.Jara) o adaptar el proceso boomerang (C.Nuez) para aprender a dar saltos que reviertan las situaciones heredadas. BoaventuraS. Santos plantea que entre unas y otras culturas slo cabe traducir para no invadir lasotras identidades y sabidurias. Con Simondon y con Ibaez, nosotros retomamos laimplicacin de querer ser transductores, sujetos que traducen y que tambin dinamizan,que se implican en las reversiones, sin querer cerrar una sistematizacin nica, sino abrirnuevos caminos ms complejos.

    Hemos aprendido tambin del Diagnstico Rural (o Rpido) Participativo (DRP) deChambers, Ardn y otros. En la misma lnea estos procesos transductores se hacencon las sinergias de los cuerpos en presencia (caminando y construyendodialgicamente), visiones compartidas (debates para construir un diagrama colectivo),reinterpretar la historia de los movimientos sociales (desde ellos mismos), o hacerprogramas locales tiles (por ejemplo para una alimentacin saludable). Sonconstrucciones senti-pensantes (Galeano), que no admiten una racionalidad desligadade la estructura material inmediata, de la matriz de confianzas/miedos, y de laconstruccin de sentidos significativos para los implicados, y as se van produciendo

    procesos de acoplamientos a saltos. El acostumbrarse a cruzar estos cuatro enfoques, aaceptar el camino de estas complejidades y superar los reduccionismos lo consideramosmuy importante, tanto para no caer en tecnocracias con un enfoque simplista, como paratampoco caer en voluntarismos basistas puramente intuitivos. El estilo que pretendemoses una conjuncin o acoplamiento tanto de las intuiciones que parten de las experienciasdirectas, como de conocer las tcnicas y sobre todo los enfoques metodolgicos que sepueden cruzar en cada caso y proceso.

    De la Educacion Popular y del DRP hemos conocido muchas tcnicas concretas dedinmicas de grupos humanos, de diagnsticos participtivos, etc. pero ms all de lastcnicas, lo importante es el estilo transductor: el porqu? , el para qu?, el paraquin?. Las tcnicas y dinamizacin participativa se pueden usar como juegos divertidos

    con fines muy diversos, por eso queremos plantearlas, colectiva y creatvamente, desdeestos cuatro enfoques que venimos repitiendo: que respondan a las estructuras

    EXPERTO EN NUEVAS METODOLOGAS DE LAS CIENCIAS SOCIALESUNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

    10

  • 8/2/2019 La praxis Un to de as Implicativas - Villas Ante

    11/20

    LA SOCIO-PRAXIS: UN ACOPLAMIENTO DE METODOLOGAS IMPLICATIVAS. TOMS R. VILLASANTE

    materiales de los conflictos bsicos, que cuenten con las matrices de vnculos deconfianza y miedos, que construyan sentidos con significado para las mayorassociales, y que se den en procesos dialgicos abiertos, capaces de autoorganizarse pors mismos.Insistimos en esta vigilancia cientfica-metodolgica con indicadores que puedan dar

    cuenta de ella: 1) en lo que estn aprendiendo los propios promotores de las iniciativas yen los resultados que se den entre las personas implicadas, 2) en la implicacin en susrelaciones internas, 3) y en las relaciones con los procesos ms amplios, y 4) en losresultados materiales y palpables (a corto y a medio plazo). Cmo van evolucionando lossocio-gramas, flujo-gramas, los programas ya puestos en marcha, y sobre todo la auto-capacitacin de los grupos que se implican. De esta manera podremos ir haciendo lastransducciones ms sinergticas y creativas que necesitamos.

    Una prctica que permite ir entendiendo si estamos en alguno de los buenoscaminos, es ir comprobando si los grupos motores nos sentimos aprendiendo. Hayformas de observacin a travs de un vdeo, o a travs de un socio-drama, o de unapecera, etc. en que nos pueden ver o vernos de forma critica. Dentro de lo que hemos

    aprendido de la biologa y del cuerpo humano est que en los gestos se manifiestan msverdades que con las palabras. La cultura escrita y oral tiene una serie de recursos queaprendemos a controlar en diferentes juegos para no ser tan transparentes ni ante losotros ni ante nosotros mismos. La educacin convencional de las familias, las escuelas, ylas dems instituciones nos ensean numerosas hipocresas. Vernos actuar ensimulaciones o en actos reales puede ser una forma autocrtica muy importante, tantopara mejorar nosotros mismos en las predisposiciones y los prejuicios que tengamos,como para evaluar o que nos evalen hasta donde estamos avanzando con el proceso.En las reacciones fisico-qumicas los catalizadores (que las facilitan) se dice que no setransforman, pero en estos procesos sociales todos cambiamos, tanto los conjuntos deaccin, como los grupos motores, y por eso comprobarlo es un buen indicador.

    Distinguir reversiones desbordantes.

    En los ltimos aos los movimientos altermundialistas han retomado posicionescrticas que tambin estn influyendo en el sentido de estas metodologas. No solamentedesde el empuje de un nuevo ciclo de movilizaciones (que generacionalmente podemossituarlas a partir de la mitad de los aos 90), sino tambin desde el rescate de algnconcepto de los aos 60/70 que se haba quedado parcialmente olvidado, y tambin denuevos conceptos que resultan muy creativos y emergentes en la nueva situacin de la

    llamada globalizacin actual. Hay una lnea que salta de Foucault, Deleuze y Guattari, aNegri y los autnomos y los desobedientes. Hay otra lnea que va de Chiapas hasta laArgentina de los movimientos radicales, y pasa por los movimientos indgenas tanto enEcuador o en Bolivia, o el Movimiento de los Sin Tierra (MST) en Brasil. Desde los textosde Holloway a los de Boaventura S. Santos, el debate de un marxismo abierto o de unpostmodernismo de oposicin se vuelve a radicalizar. La co-ricerca o co-investigacinse vuelve a plantear, la construccin de una esfera pblica no estatal, el replantear losmicro-poderes y el hacer rizomas surgen por todas partes, actuando localmente,pensando globalmente.

    Especialmente hemos aprendido a juntar el concepto de reversin que nos planteJ. Ibez (1990 y 1994) con el de desborde popular de algunos movimientos populares

    latinoamericanos. Ms all de la discusin entre progresistas y conservadores, o derevolucionarios y reformistas, colocarse en la posicin rebelde reversiva, es pasarse a

    EXPERTO EN NUEVAS METODOLOGAS DE LAS CIENCIAS SOCIALESUNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

    11

  • 8/2/2019 La praxis Un to de as Implicativas - Villas Ante

    12/20

    LA SOCIO-PRAXIS: UN ACOPLAMIENTO DE METODOLOGAS IMPLICATIVAS. TOMS R. VILLASANTE

    otro plano emergente y practico, que no esta interesado en una discusin paralizante.Cmo integrar ambas partes, de la paradoja, es algo que hemos ido aprendiendo ahacerlo con determinadas alianzas participativas (los afines con los diferentes, frentea los antagnicos, por ejemplo). Estos juegos de estrategias no se basan solo en unmapa de actores y conjuntos de accin, sino que aprenden de nuevas posiciones,

    innovadoras a menudo por estar ocultas. Ejes emergentes que pueden desbloquearalgunas posiciones clsicas donde se encastillan las dicotomas dominantes. Desde lasemitica hemos trabajado las interpretaciones de Frederic Jameson (1989) con GonzaloAbril (1988 y 1994) de los cuadrados de Greimas, pero en nuestros casos no sobretextos de novelas, sino con los conjuntos de accin vivos y en presencia,participativamente. Se trata de aprender a construir los procesos reversivos.

    El instrumento del tetralema entonces se puede aprender por dos caminos. Por unlado desde los propios movimientos sociales cuando se niegan a autodefinirse, y lo queplantean es construir en la practica sus posiciones para desbordar al poder queenfrentan vez por vez, y segn lo que puedan ver de contradicciones en susantagnicos, deconstruyndolo, haciendo acciones y luchas que lo revierta en sus

    contradicciones. La cuestin pasa a ser cmo sorprender en los puntos ms dbiles yparadjicos a los poderes dominantes, aprender a jugar con sus contradicciones internasy reservarse desde lo popular las coherencias prxicas, ms all de las declaraciones.La cosa es para no enfrentarse frontalmente (los afines contra los antagnicos), sinopara acumular alianzas (con los diferentes, e incluso con sectores ajenos) para aislara los antagnicos, desbordando el eje dominante, y construyendo un eje emergentedesde donde sorprender a los poderes que estn bloqueando el proceso. Revertir asdonde ms les duele.

    Otro camino para construir el eje emergente de un tetralema es entrar a analizar eldilema con dos posiciones que se presentan dominando la situacin, posicionesenfrentadas y de las que parece que no se puede salir (o gana una o gana otra). Usandoun cuadrado o tetralema podemos construir otro eje donde aparezca en un vrtice laposicin ni lo uno ni lo otro, y en el otro las dos posiciones al mismo tiempo lo uno y lootro. No es tan difcil cuando se practica un poco, y sobre todo si nos fijamos enprcticas de muchos movimientos sociales, o en expresiones coloquiales del hablacorriente. Lo que pasa es que estamos acostumbrados al aristotelismo y nos cuestafijarnos en las muchas paradojas con las que construimos nuestras propias vidascotidianas. Pero si releemos con este enfoque lo que dicen otros, y lo que decimosnosotros, aparecen muchas formas aparentemente paradjicas, que van ms all de losdilemas en que nos dejamos encerrar. Y si estamos atentos y encontramos estos ejesalternativos podemos devolver participativamente a los conjuntos de accin tanto las

    posiciones dominantes como las innovadoras.LO UNO LO OTRO

    LO UNO NI LO UNOY LO OTRO NI LO OTRO

    Por qu todo esto? Para introducir creatividad en los procesos, y una creatividadque ya est en las expresiones de la propia gente, quizs de manera minoritaria y

    EXPERTO EN NUEVAS METODOLOGAS DE LAS CIENCIAS SOCIALESUNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

    12

  • 8/2/2019 La praxis Un to de as Implicativas - Villas Ante

    13/20

    LA SOCIO-PRAXIS: UN ACOPLAMIENTO DE METODOLOGAS IMPLICATIVAS. TOMS R. VILLASANTE

    escondida, pero con esta forma de presentar los tetralemas posibilitamos que losencuentros de devolucin participativa no vuelvan a repetir lo mismo de siempre. Almenos se abre la posibilidad de construir, entre los presentes, innovaciones a partir dealgunas ideas minoritarias que, conocidas y sometidas a un nuevo debate en unassesiones de devolucin, resultan ser las ms creativas y tiles para salir de los bloqueos

    habituales. Es importante, sobre todo en el segundo camino del tetralema sobre loscontenidos, que se pueda construir colectivamente sin tener en cuenta quin dijo cadafrase, sobre todo para no discutir sobre su representatividad sino sobre su viabilidad.Aunque en un primer diagnstico pudiera ser interesante saber quin dijo cada cosa y enel primer tetralema de actores saber con quin se puede hacer alianzas y en torno aqu temas, en un segundo momento ya se trata de construir sujetos colectivos. Es decir,conjuntos de accin ms grandes y potentes, y por eso se han de construirprioritariamente las ideas-fuerza y a ellas adherirse todos los sujetos, grupos y alianzas,ms all de a quin se le ocurri la expresin feliz de identificacin colectiva.

    Hay que insistir una vez ms que lo que hemos aprendido de todos estosmovimientos sociales y autores crticos no es tanto una coleccin de tcnicas, sino la

    capacidad de readaptarlas a cada caso concreto. Recrearlas desde nuestros estilossocio-prxicos para dar resultados tiles a cada construccin colectiva, siguiendo loscriterios de cruce de matrices y enfoques que hemos venido anunciando, y los saltos enlos procesos que nos sirven de indicadores de calidad del mismo. No hemos respetadoninguno de los enfoques tericos por s mismos, sino que los hemos comparado ycriticado entre s, y desde nuestras experiencias, integrndolos en esos juegos de planosy matrices que estamos presentando. No hemos respetado tampoco las tcnicas y susprocesos metodolgicos sino que hemos ido construyendo nuestra propia lgicaintentando transducir lo aprendido. Es decir, dar los saltos que colectivamente se hanmostrado ms necesarios, y justificar desde la lgica de la transformacin social elporqu lo estabamos haciendo de esta manera. Por eso en la seccin siguienteplanteamos en positivo los 4 saltos que creemos es necesario ir dando, con aplicacionescreativas, en los casos concretos que tengamos que resolver.

    C) CUATRO SALTOS EN LOS CAMINOS QUE ESTAMOS ABRIENDO.

    Saltando de la solidaridad a los Estilos de creatividad social.

    Debera ser el primer salto a dar, o si se prefiere debera ser permanente en todos losprocesos y a lo largo de todo el tiempo que dure cada uno de ellos. La consideracin

    sobre las ticas de los investigadores, expertos o tcnicos, y su aparente neutralidad esun tema muy debatido, en donde las metodologas participativas siempre han defendidoque no existe tal neutralidad, por la imposibilidad de intentar tan siquiera separar losdistintos aspectos de cualquier persona, que siempre tiene su forma particular de enfocarlos procesos. Lo nico que parece razonable defender es que para limitar los posiblesefectos negativos de los prejuicios, ideologas, y prevenciones que cada cual tenga, lomejor es plantearlos explcitamente en la medida de lo posible, y a ser posibleparticipadamente, para que los dems puedan aminorar las repercusiones que sepudieran derivar de los planteamientos previos. Lo peligroso de la neutralidad en losvalores es creerse que existe, pues entonces es cuando no se deja controlar.

    En este sentido se suele acudir a la tica entendida como principios de solidaridad,

    de justicia, etc. con lo que partimos de un discurso inicial muy abstracto, y que luegocada cual puede interpretar casi como quiere. Se suele hablar hoy de una tica de

    EXPERTO EN NUEVAS METODOLOGAS DE LAS CIENCIAS SOCIALESUNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

    13

  • 8/2/2019 La praxis Un to de as Implicativas - Villas Ante

    14/20

    LA SOCIO-PRAXIS: UN ACOPLAMIENTO DE METODOLOGAS IMPLICATIVAS. TOMS R. VILLASANTE

    mnimos, de tal forma que habra unos principios universales a respetar, una vezdefinidos entre los ms imprescindibles de la humanidad. Al menos esto tratara de dejarfuera algunos de los horrores ms escandalosos que ha vivido el gnero humano, peroan as no estn claros cuales puedan ser esos mnimos. En nombre de principiosuniversales, muy claros al parecer, se siguen haciendo bombardeos, guerras, que para

    otra parte de la humanidad no parecen tan claros. No estamos por eso de acuerdo en lapropuesta de poner ejemplos (ni personales ni grupales) que pretendan servir para todaslas situaciones. Ms bien nos inclinamos porque la tica est en la propia metodologa ymedios para la construccin de lo social, ms que en los fines declarados.

    Las incoherencias entre el decir y el hacer son patentes en todos los procesos, y demanera muy especial resaltan tambin en las metodologas participativas. Por eso nocreemos que baste con una recomendacin general para que se acte de acuerdo con loque se dice. Ms bien pensamos que es en lo que se hace en donde hay queargumentar por qu, y para qu, y para quin se hace. Es decir, ir rectificando el hacer apartir de las lgicas de las que se reclama. En cada prctica o tcnica, en cada situacinconcreta, ya estn implcitas todas estas preguntas. Irlas contestando es un sano

    ejercicio grupal de autocrtica, aprendizaje y rectificacin posible. No basta la buenavoluntad solidaria con las personas o las redes sociales, en estos procesos (como en laecologa, la salud, etc.) hay que conocer lo mejor posible los beneficios y las trampas decada elemento que se pone en juego. El conocimiento de las metodologas, y de lastcnicas, con el mayor rigor posible es muy importante para no provocar ms efectos noqueridos de los que ya se suelen producir de todas maneras.

    Por esto nosotros aportamos los estilos de creatividad social, es decir, combinarla tica con la metodologa. Hacer de tal forma que se abran nuevas posibilidades deactuacin para los sujetos en presencia, no tanto mostrar una identidad o un camino quehan de seguir, sino construir con ellos las diversas estrategias que podran adoptar encada caso. La metodologa incorpora as un principio de tica abierta y dialgica, quelimita prejuicios en los diversos sujetos implicados, al tiempo que respeta sus puntos departida. Pero, por el tipo de dispositivo practicado, trata de que cada cual tenga muy encuenta las aportaciones de los otros implicados, para hacer ms creativo el proceso yaprender todos de las dinmicas puestas en marcha. Creatividad social significa de estamanera que ha sido creada colectivamente, y con objetivos para el cambio ms all delpropio sujeto o grupo que se esta moviendo.

    En este sentido es muy bueno que se desborde fuera de lo planteado inicialmente.Que en la prctica aparezcan efectos multiplicadores en el campo de los objetivos msgenerales, en las concreciones de los ms especficos, o incluso nuevos objetivos queabran nuevas puertas o caminos. Es lo que llamamos reversividad y transductividad

    para que las estrategias complejas de unos y otros sujetos puedan aprender en el propioproceso, como primer indicador; agrupen a otros conjuntos de accin en redes msamplias, como segundo indicador; y adems vayan consiguiendo ser eficientes en lasrealizaciones concretas que se hayan propuesto, que tambin es un indicador a tener encuenta, sobre todo para que no decaiga el nimo de las estrategias que se inicien. Latica no slo no est reida con las estrategias transversales (diversificadas) y con lasreversivas (desbordantes), sino que precisamente ha de ser quin de cuenta del porquy del para qu, para quin, de nuestros enfoques y actuaciones. Porque las estrategiasexisten siempre (ms o menos conscientes), y lo que podemos hacer es aclararlas loms posible en sus lgicas, para que colectivamente las podamos orientar hacia losobjetivos que pretendan las redes sociales con las que nos implicamos.

    EXPERTO EN NUEVAS METODOLOGAS DE LAS CIENCIAS SOCIALESUNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

    14

  • 8/2/2019 La praxis Un to de as Implicativas - Villas Ante

    15/20

    LA SOCIO-PRAXIS: UN ACOPLAMIENTO DE METODOLOGAS IMPLICATIVAS. TOMS R. VILLASANTE

    Saltando de sujetos-sujetos" a Conjuntos de accin.

    Tambin deberamos aclarar que no estamos por una pedagoga de tipo habitual, nipor investigaciones tradicionales, en las que una de las partes se siente maestro, o losuficientemente experto, como para no tener que aprender en cada uno de estos

    procesos. Es precisamente la capacidad de aprender del investigador o del experto elprimer indicador de que estamos ante metodologas participativas. No estamos en unasrelaciones de sujetos con objetos, sino de sujetos con sujetos, donde todos han deaprender de todos, y construir juntos, desde diferentes posiciones, lo que ha de ser undiagnstico y una accin comunes. No todos aportamos lo mismo al proceso, nicuantitativa ni cualitativamente, pero es tan imprescindible la visin del especialistacientfico, como la del metodlogo, como la del dirigente social, como la de cualquierciudadano/a que quiera aportar sus saberes, pues es su dialgica lo que enriquece atodos los participantes.

    Pero no slo esto. Por nuestra parte entramos tambin a criticar algunos conceptosms ambiguos que se usan en lo participativo como empoderamiento, capital social, o

    incluso hbitus. Pues no se trata, segn creemos, de hacer una serie de sesiones deautoestima para sentirse mas dignos y con poder, sino de una construccin colectivadesde las potencias conjuntadas en que unos y otros nos retro-alimentamos. No tanto esconseguir poder-dominacin desde donde poder mandar a otros, como poder-potencia desde donde sentirse creativos socialmente. Tampoco creemos que se trate defomentar lo que Putman llama capital social (y su uso despolitizado por el BancoMundial como puras relaciones tcnicas). No se trata de manejar relaciones comomonedas para un trueque o un mercado. La metfora del capital para hablar derelaciones en red parece querer reducir stas a una acumulacin, para tener ventajasfrente a otros, un utilitarismo competitivo que no nos convence. Queremos reivindicarconceptos como potencia y redes sociales, que hacen referencia a dinmicas mscomplejas y creativas.

    Incluso hablar de capital simblico y de hbitus (Bourdieu) nos parece un pocorgido tambin, pues acaba reforzando el concepto de poder-dominacin, con sudenuncia radical. Nos plantea dar un salto desconectado con la necesidad de hacersocio-anlisis, o la investigacin dialctica. Tanto P. Bourdieu como Jess Ibez, yalgunos otros de nuestros maestros, critican el sistema simblico dominante de formacontundente, pero solo anuncian (sin entrar a realizarlas) las metodologas ms flexibles,reversivas y transductivas. Precisamente aportamos que podemos aprender, desde losmovimientos sociales, la potencialidad y la creatividad en lo popular, sin abandonar laciencia crtica. Nos plantean un salto entre la denuncia y las propuestas de estrategias

    metodolgicas, pues no entran en la prctica a construirlas, y no se paran a transducir apartir de los movimientos prcticos, como nosotros s tratamos de hacer.Criticamos tambin la IAP (investigacin-accin-participativa) cuando se reduce a

    una escucha de los problemas de los dirigentes de las asociaciones locales, y a unaserie de dinmicas socioculturales, bien intencionadas, pero poco autocrticas yeficientes a la hora de abrirse a la mayora de la poblacin. No queremos proponerjuegos de auto-estima narcisistas, donde algunos colectivos se sienten muy bienhaciendo muchas reuniones y coordinaciones, pero donde la gente del comn no seentera de casi nada. Tambin son muchos los socio-anlisis que se encierran en smismos, sin ver y sentir ms all del grupo. Nosotros estamos por hacer y aportardispositivos grupales, socio-dramticos, etc. que desbloqueen las concepciones

    ideolgicas cerradas, para abrir las metodologas, de forma dialgica, hacia losdiferentes sectores en juego, con los que conjuntar potencialidades y acciones comunes.

    EXPERTO EN NUEVAS METODOLOGAS DE LAS CIENCIAS SOCIALESUNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

    15

  • 8/2/2019 La praxis Un to de as Implicativas - Villas Ante

    16/20

    LA SOCIO-PRAXIS: UN ACOPLAMIENTO DE METODOLOGAS IMPLICATIVAS. TOMS R. VILLASANTE

    Las aportaciones de los movimientos de mujeres sobre que lo poltico, los poderes,est en lo cotidiano, est en la base de nuestras propuestas sobre redes y conjuntos deaccin. Estamos recuperando las teoras del vnculo (Pichon-Rivire), las antropologasde redes (Escuela de Manchester), y los socio-gramas y los mapeos estratgicos ypedaggicos (Freire). La prctica nos est llevando a pasar de lo micro y comunitario a

    las escalas de ciudad y de regiones, pues nosotros vemos estas redes como conflictivas,y que se repiten tambin en mbitos ms amplios, con los que guardan siempre unasrelaciones de retroalimentacin. La comunidad considerada no es una unidad deidentidad a rescatar, sino continuos conflictos internos y externos, donde se construyenidentificaciones en procesos de redes, informales y formales, donde lo emotivo grupal estan importante como la estructura socioeconmica o las ideologas en juego.

    Lo que aportamos es una "muestra estructural" de 3 enfoques o planos, parasuperar las dicotomas estructura-agencia, clase en s-clase para s, objetivo-subjetivo.Por un lado estn las relaciones de clase y sus necesidades, y por otro tenemosobjetivos ideolgicos sobre tal o cual asunto. Pero tambin hemos de tener como terceravariable las redes de cotidianidad, sus vnculos emotivos, la clase as como la

    encontramos, en sus confianzas y en sus miedos locales. No es la psicologa de losindividuos lo que nos preocupa en s misma, sino los vnculos construidos (y con los quepodemos hacer grficos estratgicos participadamente). El 4 enfoque es el proceso, sonlos saltos que hay que dar de una situacin a otra, y cmo dinamizarlos, ms ac de lasestructuras de la economa poltica y de las ideologas organizadas y en pugna. Estosdispositivos nos permiten ser ms auto-crticos y reflexivos con nosotros mismos, y msrealistas con los conjuntos de accin, para no idealizar ni a nosotros ni a las redessociales con las que trabajamos.

    Saltando de sujetos-praxis a Reflexividades de 2 grado.

    Los datos y las cuantificaciones en muchos casos nos parecen colecciones denmeros muy abstractos, que solo reflejan que hay alguien que sabe sumarlos odividirlos, pero que poco nos dicen de los criterios y sentidos con lo que todas estasoperaciones numricas se han hecho. No tenemos inters en grandes documentosllenos de cifras con su cierto aire mgico, muchas pginas de diagnstico, pero conescasas y/o limitadas estrategias participadas que puedan resultar eficientes socialmentey operativas para los objetivos propuestos. Antes de entrar a compilar tantos datosdeberamos preguntarnos para qu, y para quin? Las metodologas participativas nosolo ponen en relacin a los sujetos con otros sujetos en cierta igualdad de

    oportunidades, sino que lo hacemos como un intento prctico para resolver problemasconcretos. Para nada nos sirven esos estudios que luego se guardan en un cajn. Parahacer estos documentos, con carcter socio-prxico, desde los primeros momentos y lasprimeras preguntas deben participar algunas personas implicadas desde lo local, queasumen estas metodologas porque ellas mismas las estn construyendo.

    No se trata tampoco de un estudio lingstico o semiolgico, para desentraar lasidentidades ocultas de tales o cuales grupos o sectores sociales. No nos creemos quepodamos ser los evaluadores de los comportamientos aparentemente contradictorios deunos u otros colectivos. Ms bien solemos pensar que somos nosotros mismos los queno sabemos hacer bien las preguntas, cuando nos contentamos con las primeras que senos ocurren, o cuando no pasamos a devolver y retro-alimentar el proceso ms all de la

    primera interpretacin. Los propios Planes Estratgicos que tratan de consensuarobjetivos comunes, a veces casi prendidos con alfileres (con mucho DAFO y mucho

    EXPERTO EN NUEVAS METODOLOGAS DE LAS CIENCIAS SOCIALESUNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

    16

  • 8/2/2019 La praxis Un to de as Implicativas - Villas Ante

    17/20

    LA SOCIO-PRAXIS: UN ACOPLAMIENTO DE METODOLOGAS IMPLICATIVAS. TOMS R. VILLASANTE

    marketing), tambin se empean en construir identidades, pero en el camino se quedandiferencias muy creativas, por haberlo hecho con dinmicas ms superficiales queprofundas y participativas. Nos interesan tanto los consensos como los disensos.

    No vamos a participar con los sectores ms de base porque estos vayan a aportarmejores razones lgicas o cientficas, sino precisamente por lo contrario, porque lo que

    suelen aportar es un complejo caos de sntomas del momento con saberes tradicionales,y al tiempo mezclado con lo que dijo la TV y con algunas intuiciones muy creativas, ytambin disparates ms o menos justificados. No es porque tenga razn lo popular porlo que partimos desde ah, sino porque tiene muchas razones contradictorias entre s, yeso nos parece que es un campo relacional muy fecundo si se sabe aprovechar. Es enlos disensos que cada sujeto tiene consigo mismo y con los otros, desde donde lespodemos sacar cuadros de conductas o tetralemas (Greimas, Ibez, etc.) dondeaparecen contrapuestas unas y complementarias otras, de tal forma que sta es lamateria prima que nos permita hacer construcciones colectivas ms creativas. Porejemplo, respondiendo desde sus propias frases textuales, con los dilemas y tetra-lemas que nos proponen, podemos devolver as, en sus propios trminos, la creatividad

    a sus protagonistas para que la amplen.Precisamente lo que queremos rescatar y aportar a estos procesos son las

    paradojas y contradicciones que nos ofrecen la propia gente, los propios grupos. Cuantoms abajo llegamos en los sectores populares nos encontramos con ideas y propuestasque pueden parecer descabelladas, y que adems no salen a la primera. Pero que sonlas que pueden desbloquear algunas posturas muy encastilladas, y aportar nuevosenfoques para abrir los procesos. Planteamos lo participativo no para que sea un grannmero de gente los que se renen de una vez, sino porque distribuidos en pequeosgrupos surgen muchas ideas creativas que bullen y se pueden tener en cuenta a lo largodel proceso. No son las primeras conversaciones, ni entrevistas, ni una reflexin de"primer grado", en donde nos quedamos, sino unos procesos que deben desbordar estasprimeras impresiones y anlisis, construyendo participadamente algunos saltos en losenfoques previos.

    Los llamamos dispositivos para la reflexividad de "segundo grado", es decir, unosencuentros o talleres con preguntas escogidas para facilitar la creatividad social. Sonalgunas cuestiones que salen de las propias frases de la gente, segn nos las hanvenido diciendo. En el fondo es como unos juegos de espejos (ms o menosdeformados) donde todos nos podemos mirar y quizs ver otras perspectivas que no senos ocurriran a nosotros solos. Representantes sociales, informantes de base,investigadores, etc. nos podemos juntar para construir por ejemplo socio-gramas yflujo-gramas colectivos, es decir, documentos grficos donde todos podemos poner

    nuestro granito de arena y discutirlo con las otras personas. El resultado suele serpriorizar donde detectamos los cuellos de botella de los procesos que nos bloquean, yqu ideas-fuerza los pueden desbloquear. Las propuestas innovadoras as las puedehacer cualquiera, pero han de ser suscritas por una buena mayora, al margen de quinla haya planteado.

    Saltando de la sostenibilidad a las programaciones integrales.

    Las formas tradicionales de planificacin, ms deterministas o probabilistas, sin uncontrol permanente, y sin monitoreo para su rectificacin a tiempo, tampoco nos parecen

    muy interesantes. Muchas de estas planificaciones se hacen dando participacin a losinvitados de una manera restrictiva. La seleccin de la muestra se hace sobre una

    EXPERTO EN NUEVAS METODOLOGAS DE LAS CIENCIAS SOCIALESUNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

    17

  • 8/2/2019 La praxis Un to de as Implicativas - Villas Ante

    18/20

    LA SOCIO-PRAXIS: UN ACOPLAMIENTO DE METODOLOGAS IMPLICATIVAS. TOMS R. VILLASANTE

    representatividad que deja fuera a sectores y colectivos que se consideran minoritariosy por tanto con poca capacidad de aportacin. Pero precisamente las innovaciones msinteresantes suelen venir desde pequeos grupos que tienen mucho que aportar y quenecesitan su oportunidad de entrar en el debate, sobre todo si pensamos en representarlos intereses de las generaciones futuras. Y an cuando se tienen en cuenta, en algunas

    metodologas pseudo-participativas, a la mayora de la poblacin, se hace slo para querespondan y no para que puedan formular las preguntas. Nos parece que la clave de queun proceso sea democrtico-participativo es que desde un primer momento cualquiercolectivo pueda aportar sus preguntas, sus iniciativas, para que se tengan en cuenta.

    Por ejemplo el desarrollo sostenible nos parece un concepto ambiguo y pocooperativo, si no se le concreta en las necesidades locales propuestas por los colectivosde las redes sociales ms implicadas en su defensa. No se trata de construir un modeloacabado y perfecto de territorio, economa y sociedad, que se contraponga con otros quetambin se idealicen como tales. Pero s de construir los criterios que esta generacinpiensa para s misma y la de sus descendientes sobre lo que es calidad de vida (msall de los indicadores de nivel de vida habituales) y que se puedan ir midiendo,

    evaluando y difundiendo entre la poblacin sus valores de sustentabilidad. Es decir, lanecesidad de criterios construidos participadamente e inter-generacionalmente con laimplicacin de quienes defienden unos valores de futuro ecolgico para la humanidad.

    Por lo mismo no nos bastan las protestas sin propuestas, es la urgente necesidadde transducir los saberes y metodologas desde las prcticas locales y regionales mssustentables y democrtico participativas. Est bien que haya protestas tanto localescomo globales frente a los males que sufre la humanidad y la naturaleza, y tambin nosparece interesante la experimentacin que se viene haciendo a contracorriente en unas yotras localidades. Pero la transducin a partir de las experiencias y de los movimientoses la tarea que nos parece imprescindible aportar en estos momentos para no quedarseencerrados en casos muy particulares o en desalientos, fruto de no poder visualizarcaminos metodolgicos y nuevas estrategias emergentes. Creemos ms que en laplanificacin del Estado y que en las iniciativas del Mercado, en otras iniciativas socio-polticas de los movimientos (por ejemplo las esferas pblicas no estatales) capaces deoponerse a los males que nos vienen de esta globalizacin, los clientelsmos y de lasexplotaciones, y de ser ms eficientes en lo social y en la creatividad para un futuro mssustentable.

    Las aportaciones desde las redes sociales, locales y regionales, estn en caminode ser transducidas en algunas redes de investigacin internacional. Las metodologasde la socio-praxis quisieran hacer confluir en esta tarea que hemos iniciado, de manerapractica, las voluntades y capacidades de algunas entidades universitarias, movimientos

    sociales, organismos pblicos, etc. El Foro Social Mundial ha significado en los ltimosaos una cierta esperanza de que hay un nuevo camino abierto, desde una pluralidad demovimientos para la sustentabilidad socio-poltica, ms all de las tensiones en que hanacido. Pero necesita de aportaciones transductoras desde las experiencias plurales yde los movimientos, para no perderse en disputas internas de las ideologas mscerradas y sus pretensiones de hegemona. Nuestras metodologas no las consideramosneutrales pero tampoco al servicio de una determinada tradicin ideolgica, ms bienrecogiendo las aportaciones de diversas tradiciones emancipadoras, y aprendiendo en laprctica de las que nos pueden ir nutriendo.

    Las aportaciones de una estructura-red democrtico-operativa, con encuentros decreatividad social, y el monitoreo de un cronograma de programaciones sustentables e

    implicativas, esto es el planteamiento que aportamos. Es decir, el que se pueda seguirevaluando y controlando democrticamente, a travs de Comisiones de Seguimiento.

    EXPERTO EN NUEVAS METODOLOGAS DE LAS CIENCIAS SOCIALESUNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

    18

  • 8/2/2019 La praxis Un to de as Implicativas - Villas Ante

    19/20

    LA SOCIO-PRAXIS: UN ACOPLAMIENTO DE METODOLOGAS IMPLICATIVAS. TOMS R. VILLASANTE

    Foros, o Coordinaciones, los procesos que se inician y programan. Pero no solo ni tantopensando en un organigrama de democracia participativa, sino ms en un socio-gramaque d operatividad y eficiencia social a lo programado. Es decir una red de colectivos,encuentros y talleres de creatividad social, que funcionen ad hoc segn como sevayan dando las circunstancias locales de cada caso. Lo importante es la capacidad de

    monitoreo y auto-organizacin de cada proceso por s mismo.Hemos llamado PAIS (programaciones alternativas con implicacin sustentable)a algunos de estos proyectos, y tambin socio-praxis, para distinguirnos de la IAP y delsocio-anlisis ms habituales, segn algunas de las aportaciones que aqu hemos venidorefiriendo. Pero lo importante no son los nombres que se le den a cada proceso, sino querespondan a las necesidades construidas local y socialmente en cada una de lasprogramaciones integrales. En cada caso cabe aportar desde distintas metodologas loque pueda convenir al momento que se atraviesa segn el criterio de la red democrticaparticipativa y de la estrategia metodolgica operativa de que se hayan dotado.

    BIBLIOGRAFIA:

    - Abril, G. (1988) La comunicacin y el discurso: la dimensin humorstica de lainteraccin. Universidad Complutense de Madrid.

    - Abril, G. (1994) Analisis de contenido, en Delgado y Gutierrez. Mtodos ytcnicas...

    - Bourdieu, P. (1997) Razones Practicas. Sobre la teora de la accin. Anagrama.Barcelona.

    - Capra, F. (2003) Las conexiones ocultas. Anagrama. Barcelona.- Colectivo Io (1993) Investigacin.accin-participativa. En Documentacin Social,

    n 92. Madrid.- Deleuze, G. y Guattari, F. (1988) Mil mesetas. Pre-textos. Valencia.- Delgado, Gutirrez (comp.) (1994) Mtodos y tcnicas cualitativas en ciencias

    sociales. Sntesis. Madrid.- Fals Borda, y Rodrguez Brandao (1986) Investigacin participativa. Instituto del

    Hombre. Montevideo.- Freire, P. (1970) Pedagoga del oprimido. Siglo XXI. Madrid- Greimas, A.J. (1973) Semntica estructural. Gredos. Madrid.- Harris, J. (2001) Depoliticing developement. The World Bank and the Social

    Capital. Left Word. New Delhi.- Ibaez, J. (1990) Nuevos avances en la investigacin social. Suplementos, n 22.

    Anthropos y reedicin en Ediciones A. Barcelona

    - Ibez. J. (1994) Por una sociologa de la vida cotidiana. Siglo XXI. Madrid.- Jameson, F. (1989) Documentos de cultura, documentos de barbarie. Visor.Madrid.

    - Juliano, D. (1992) El juego de las astucias. Horas y horas. Madrid.- Keller, E. F. y Pearce, B. en Varios (1994) Nuevos paradigmas, cultura y

    sibjetividad. Paidos. Buenos Aires.- Lapassade, G. (1980) Socioanlisis y potencial humano. Gedisa. Barcelona.- Lourau, R. (1980) El estado y el inconsciente. Kairos. Barcelona.- Lourau, Lapassade, Guattari, etc. (1997) El anlisis institucional. Campo Abierto.

    Madrid.- Luhman, N. (1997) Organizacin y decisin. Anthropos. Barcelona.

    - Maturana, H. (1995) La realidad, objetiva o construida? Anthropos. Barcelona.- Matus, C. (1995) El chimpanc, Maquiavelo y Gandhi. Fundacin Altair. Caracas.

    EXPERTO EN NUEVAS METODOLOGAS DE LAS CIENCIAS SOCIALESUNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

    19

  • 8/2/2019 La praxis Un to de as Implicativas - Villas Ante

    20/20

    LA SOCIO-PRAXIS: UN ACOPLAMIENTO DE METODOLOGAS IMPLICATIVAS. TOMS R. VILLASANTE

    - Matus, C. (1995) Plan Estratgico Situacional 95. Guia anlisis terico. F. Altair.Caracas.

    - Margulis, L. (2002) Planeta simbitico. Debate. Madrid.- Marx, K. (1970) Tesis sobre Feuerbach. Grijalbo. Mexico.- Morin, E. (1994) Introduccin al pensamiento complejo. Gedisa. Barcelona

    - Naredo y otros (1996) Ciudades par un futuro sostenible. Habitat II. Ministerio deObras Pblicas. Madrid.- Navarro, P. (1993) El holograma social. Siglo XXI. Madrid.- Negri, A. (1994) El poder constituyente. Libertarias. Madrid.- Nuez, C. (1989) Educar para transformar, transformar para educar. Alforja.

    S.Jos de Costa Rica.- Pichn-Rivire, E. (1991) Teora del vnculo. Nueva visin. Buenos Aires.- Pizarro y otros (2000) Monogrfico sobre Analisis de Redes. Poltica y Sociedad,

    n 33. Facultad de Ciencias Polticas y Sociologa. Madrid.- Prigogine, I y Stengers, I. (1989) La nueva alianza. Alianza Ed. Madrid.- Putman,R. (1993) Making democracy work:Civic traditions in modern Italy.

    Princeton University Press. Princeton.- Sacrist, M. (1987) Pacifismo, ecologa y poltica alternativa. Icara. Barcelona.- Snchez Vzquez, A. (1987) Escritos de filosofa y poltica. Ayuso. Madrid.- Shiva, V. (1995) Abrazar la vida. Mujer, ecologa y desarrollo. Horas y horas.

    Madrid.- Varela, F. (1998) Conocer. Las ciencias cognitivas: tendencias y perspectivas.

    Gedisa. Barcelona.- Villasante, T.R. (1998) Cuatro redes para mejor-vivir. Lumen Humnitas. Buenos

    Aires.- Villasante, T.R. (2002) Sujetos en movimiento. CIMAS-NORDAN. Montevideo.- Villasante, Garrido (2002) Metodologas y Presupuestos Participativos.CIMAS-

    IEPALA Madrid.- Villasante, Montas, Mart (2000) La investigacin social participativa. El Viejo

    Topo. Barcelona.- Villasante, Montas, Martn (2001) Procesos locales de creatividad social. El

    Viejo Topo. Barcelona.- Von Foerster, H. (1992) Las semillas de la ciberntica. Gedisa. Barcelona.- Zemelman, H. (1992) Los horizontes de la razn. Anthropos. Barcelona.

    20