la polftica y la sociedad chicanas a finales del siglo xx · behavioralsciences (stanford,...

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Profesor de sociologfa. UnivNsidad de Berkeley Traducción del inglés por Alfredo Gurza González Nota: Terminé este trabajo cuando era residente del (enter for Advanced Study in the BehavioralSciences (Stanford, California) y con el apoyo de la Fundac.rón Andrew W. Mellon. Deseo agradecer a Neil Foley, Verónica Garcja-Contreras, Diana Montejano, Ken Bollen y Norma Chávez por sus comentarios y contribuciones. El gobierno mexicano se puso en contacto directo con las organi- zaciones y los politicos mexkoamericanos para garanti· zar el apoyo para el TLCAN. Las rl':!.puestas estuvieron divididas entre trabajadores y empresarios, (on organizaciones de apoyo que Intentaron crear un "consenso Iiltinoamericano" para lograr una rt'visi6n del TlCAN, que inclula un o(.ucrdo adicional relacionado con la fuerza laboral y el medio ambiente y un Banco de Desarro- llo Norteamericano. Véase Government lobbying latInos", Borderlines, febrero de 1992; El Centro Tomás Rivera. Debate Series, núm. 2, verano de 1993; HThe Latino Consensus on NAFTA .. , Southwest Voter Research Inst., octubre de 1993. Raquel O. Rivera y Joan Moore (eds.), The Effeets of Economic Restructuring on Latino Communities in the Unites States, S8ge Press, Nueva York, 1993. La mayor/a de las fotos de este artIculo son parte de/libro Lo ex.pe'iencio migronle, de Jorge Durand y Patricia Arias publicado por Altexto. LA pOLfTICA y LA SOCIEDAD CHICANAS A FINALES DEL SIGLO XX David Montejano * EL FUTURO DE LAS RELACIONES ENTRE MEXICANOS Y ANGLOSAJONES EN ESTADOS UNIDOS E n este ensayo deseo especular sobre la naturaleza de las relaciones entre mexica- nos y anglosajones en el siglo XXI, con especial énfasis en el suroeste de EU. Es- tas especulaciones se basan en algunas consideraciones sobre la economla y la política estadunidenses. Aunque no tomo en cuenta acontecimientos o condiciones dentro de México que podrian repercutir en estas relaciones, es claro que las interrogantes vin- culadas con el desarrollo económico y la estabilidad política de México, especial- mente aquellas que afectan la emigración a EU, figuran necesariamente en cualquier futuro escenario. La descripción de la situación actual de los méxicoamericanos es un tanto contradictoria. Por una parte, desde una perspectiva histórica, se debe reconocer una forma de inclusión política en tanto que la mayoría de los obstáculos estructurales, como el impuesto de capitación en grandes elecciones y los distritos divididos injus- tamente, han desaparecido. Se debe reconocer que a los méxicoamericanos se les ha concedido una ciudadanía real y que esto marca el punto de partida de la experiencia histórica. A nível legislativo, los funcionarios méxicoamericanos electos representan hoya subregiones ímportantes del suroeste, algo inimaginable en los años cincuenta y sesenta, cuando el electorado méxicoamericano era consíderado como "un gigante dormido". En los últimos 25 años, los méxicoamericanos han desempeñado papeles importantes en la politica de California y Texas y, en consecuencia, en la polltica nacional. Su posición estratégica es particularmente notoria en cualquier discusión sobre las políticas estadunidenses relacionadas con Méxíco, como se demostró en el reciente debate sobre el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TlCAN).' Por otra parte, es claro que esta inclusión polftica no ha sido una panacea para todos los problemas económicos de la mayorfa de los méxícoamericanos. De hecho, un tema bastante controversial que aborda la literatura sobre la polltica públíca actual está relacionado con el hecho de si existe o no una "subclase" importante entre los méxicoamericanos.' Frente al telón de fondo de la inclusión política, se halla la evidencia contrastante de una pobreza persistente y aislada. De hecho, la segregación residen- cial y escolar de los méxicoamericanos ha aumentado en las últimas dos décadas. De manera similar, mientras que el número de méxicoamericanos mayores de 25 años que han logrado concluir una educación uníversitaria es el mismo desde 1975 (cinco a seis por ciento), el número de aquellos que no logran terminar la preparatoria se ha incrementado en varios puntos, hasta 56.4 por ciento. UNIVERSIDAD DE M!XICO • Ftbtero 2003 69

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Page 1: LA pOLfTICA y LA SOCIEDAD CHICANAS A FINALES DEL SIGLO XX · BehavioralSciences (Stanford, California) ycon el apoyo de la Fundac.rón Andrew W. Mellon. Deseo agradecer a Neil Foley,

Profesor de sociologfa.UnivNsidad de Berkeley

Traducción del inglés porAlfredo Gurza González

Nota: Terminé este trabajocuando era residente del (enterfor Advanced Study in theBehavioralSciences (Stanford,California) y con el apoyo de laFundac.rón Andrew W. Mellon.Deseo agradecer a Neil Foley,Verónica Garcja-Contreras, DianaMontejano, Ken Bollen y NormaChávez por sus comentarios ycontribuciones.

El gobierno mexicano se puso encontacto directo con las organi­zaciones y los politicosmexkoamericanos para garanti·zar el apoyo para el TLCAN. Lasrl':!.puestas estuvieron divididasentre trabajadores y empresarios,(on organizaciones de apoyo queIntentaron crear un "consensoIiltinoamericano" para lograr unart'visi6n del TlCAN, que inclula uno(.ucrdo adicional relacionadocon la fuerza laboral y el medioambiente y un Banco de Desarro­llo Norteamericano. Véase"M~xican Government lobbyinglatInos", Borderlines, febrero de1992; El Centro Tomás Rivera.Debate Series, núm. 2, verano de1993; HThe Latino Consensus onNAFTA .. , Southwest Voter ResearchInst., octubre de 1993.Raquel O. Rivera y Joan Moore(eds.), The Effeets of EconomicRestructuring on LatinoCommunities in the Unites States,S8ge Press, Nueva York, 1993.

La mayor/a de las fotos de esteartIculo son parte de/libroLo ex.pe'iencio migronle, deJorge Durandy Patricia Ariaspublicado por Altexto.

LA pOLfTICA y LA SOCIEDAD CHICANAS AFINALES DEL SIGLO XX

David Montejano *

EL FUTURO DE LAS RELACIONES ENTRE MEXICANOS Y ANGLOSAJONES EN ESTADOS UNIDOS

En este ensayo deseo especular sobre la naturaleza de las relaciones entre mexica­

nos y anglosajones en el siglo XXI, con especial énfasis en el suroeste de EU. Es­

tas especulaciones se basan en algunas consideraciones sobre la economla y la política

estadunidenses. Aunque no tomo en cuenta acontecimientos o condiciones dentro de

México que podrian repercutir en estas relaciones, es claro que las interrogantes vin­

culadas con el desarrollo económico y la estabilidad política de México, especial­

mente aquellas que afectan la emigración a EU, figuran necesariamente en cualquier

futuro escenario.

La descripción de la situación actual de los méxicoamericanos es un tanto

contradictoria. Por una parte, desde una perspectiva histórica, se debe reconocer una

forma de inclusión política en tanto que la mayoría de los obstáculos estructurales,

como el impuesto de capitación en grandes elecciones y los distritos divididos injus­

tamente, han desaparecido. Se debe reconocer que a los méxicoamericanos se les ha

concedido una ciudadanía real y que esto marca el punto de partida de la experiencia

histórica. A nível legislativo, los funcionarios méxicoamericanos electos representan

hoya subregiones ímportantes del suroeste, algo inimaginable en los años cincuenta

y sesenta, cuando el electorado méxicoamericano era consíderado como "un gigante

dormido". En los últimos 25 años, los méxicoamericanos han desempeñado papeles

importantes en la politica de California y Texas y, en consecuencia, en la polltica nacional.

Su posición estratégica es particularmente notoria en cualquier discusión sobre las

políticas estadunidenses relacionadas con Méxíco, como se demostró en el reciente

debate sobre el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TlCAN).'

Por otra parte, es claro que esta inclusión polftica no ha sido una panacea para

todos los problemas económicos de la mayorfa de los méxícoamericanos. De hecho,

un tema bastante controversial que aborda la literatura sobre la polltica públíca actual

está relacionado con el hecho de si existe o no una "subclase" importante entre los

méxicoamericanos.' Frente al telón de fondo de la inclusión política, se halla la evidencia

contrastante de una pobreza persistente y aislada. De hecho, la segregación residen­

cial y escolar de los méxicoamericanos ha aumentado en las últimas dos décadas. De

manera similar, mientras que el número de méxicoamericanos mayores de 25 años

que han logrado concluir una educación uníversitaria es el mismo desde 1975 (cinco a

seis por ciento), el número de aquellos que no logran terminar la preparatoria se

ha incrementado en varios puntos, hasta 56.4 por ciento.

UNIVERSIDAD DE M!XICO • Ftbtero 2003 69

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Joan Maare, .. An AssessmentHispanic Poverty: 15 there anHispanic Underclass?", trabajopresentado en el Centro TornMRivera. Trinity University, sanAntonio. 8 de abril de 1988;Jorge Chapa, "The Question ofMexican American AssimilatiLBJ School of Public Affairs(omment, primavera de 19StNational Council of La Raza,5tate of Hispanic America 199An Overv;ew, febrero de 1992.Este trabajo ayuda a ampliarque expongo en el capitulo t~"A time of IncJusion", de DavMontejano, Anglos and Mexin the Making of Texas, 1836­1986, University of Texas Pre5S.Austin, 1987.Paul Kennedy, Preparing fa'21st. Century, Random HQU5f.Nueva York, 1993, pág. l24.Como Max Weber, el conceptO"un tipo ideal" se refe,¡a aunIcondición pura y no a unaempírica. Véase S. M. Miller,Weber, Thomas Y. cowell CaNueva York, 1963.

AD Df M X'CO

I.il evidenda sugiere que la comu­

nidad méxicoamericana ha sido dividi­

da en una clase media incorporada

soclalmeme y en una clase baja segre­

gada socialmente. El sector excluido no

se limita a los Inmigrantes de primera

ysegunda generad6n. Algunas fuentes

es1lman que 40 por ciento de los mé­

xlcoamericanos de tercera generaci6n

conformen acaso una especie desubclase chicana.' En otras palabras, la inclusión politica no ha representado una

"aslmilaci6n económica" o de cualquier otro tipo para la comunidad méxicoamericana.

Lo que si es evidente es que se trata de una inclusión bastante parcial.

I.il noci6n de "inclusi6n" tampoco implica una condición estática. De hecho,

ésta se caracteriza por una lucha constante entre la exclusión y la inclusión. Al igual

que en otros periodos de cambio y ansiedad, en los años noventa aparece una litera­

tura que aborda el "problema mexicano", una literatura que responsabiliza a los "inmi­

grantes" mexicanos de cualquier posible problema, desde la no consolidación de EU

hasta crlmenes y embotellamientos viales. Dicho en forma contundente, el grado de

inclusi6n actual puede ser menos permanente de lo que parece. Como he apuntado

en otras ocasiones, el actual clima de integración no es "una condición permanente

porque las fuerzas sociales pueden mover a una sociedad en diferentes direcciones".'

Me gustarla ahondar en estas observaciones y explorar los posibles futuros que

podrlamos enfrentar y propiciar.

En lo sucesivo, creo que un futuro posible es que la actual inclusión, con todas

sus contradicciones y desigualdades, continúe. Como bien ha dicho el historiador Paul

Kennedy, podrlamos salir bien librados del siglo xx,,, Puesto que me interesa,

principalmente, demostrar la posibilidad de escenarios alternativos -la inclusión

podrla colapsarse a causa de nuevas y apremiantes circunstancias-, mi trabajo se

centrará en los factores que podrlan Iievar a prácticas y políticas excluyentes.

Este tIpo de e~peculaci6n pesimista ayudará a resaltar que aun el actual estado de

II1dusI6n parCial se basa en una lucha continua para proteger los logros y aumentarlas oportunidades.

En resu~en, mi Ob!etivo es esbozar el "tipo ideal" de una trayectoria excluyente.

La nocIón de trayectoria" pone énfasis en la presencia de fuerzas o presiones que

c~P<tenYque definen o mueven a la sociedad en cierta dirección. La metodología

PI a especular asf sobr~ el futuro es proporcionada por los métodos de pronóstico

~~ydemográfICO y está mediada por una visión retrospectiva de la historia

fut:os ~~~es~~e conserve, a la vez, una memoria viva delineará el perfil de lo~

El siguiente trabajo se centra en tres .podraa" poner en peligro los limitados av cO~Juntos .d~ factores contingentes que

ances e los mexlcoamericanos en los últimos

"

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30 años. El primero se relaciona con la economía mundial, que está en constante

cambio, es decir, con la percepción generalizada de que EU se encuentra ahora en

un periodo de recesión económica. ¿Qué influencia puede tener esta recesión en las

relaciones étnicas-raciales en EU y, especificamente, en el suroeste? En este sentido, el

tema de las relaciones económicas entre México y EU figura necesariamente.

El segundo conjunto de elementos contingentes que deben analizarse son las

proyecciones demográficas que prevén una "latinización" de EU; especificamente que

en el transcurso de una generación, la población de origen mexicano constituirá una

pluralidad, si no una mayoría, de la población del suroeste de EU. Esta nueva conciencia

respecto de la creciente presencia "latinoamericana" ha generado mucha preocupación,

e incluso miedo, en algunos sectores de la sociedad estadunidense. especialmente

cuando se trata del tema de la migración.

El tercer conjunto de elementos contingentes es el proceso polftico interpuesto

que, básicamente, interpreta y articula respuestas a las condiciones de cambio. Aunque

un gran número de respuestas o "proyectos raciales" se pueden discutir en el terreno

político, las polfticas previstas por los partidos políticos tradicionales son las más de­

cisivas. Éstos son responsables de generar el respaldo público necesario para desarrollar

políticas interraciales que podrlan ser incluyentes o excluyentes. El contexto electo­

ral determina el curso de las mismas.

Un posible resultado de la influencia reciproca de estos tres conjuntos de factores

es una trayectoria excluyente de las relaciones sociales (fig. 1). El surgimiento del

nativismo y de los "chivos expiatorios" es quizás una respuesta polftica ante la

convergencia de la recesión económica y un patrón demográfico que tiende a la "Iati·

nización". Debido al apoyo popular, los políticos, en un terreno bastante competido,

propondrán medidas que restrinjan o inviertan las supuestas "ventajas" de una

población distinta, las cuales son percibidas como injustas. En el caso de los mexicanos

FACTORES INTERNOS

Y EXTERNOS

Recesión de EU en elsistema mundial

t +.Una débil economía

nacional

Patrones demográficos ~(tasa de natalidad e

inmigración)

t +.

PROCESO INTERPUESTO

Política electoral(retórica de campaña, etc.)

t +.Surgimiento del nativismo

y de chivos expiatorios

CONSECUENCIAS

POLlTlCAS

Políticas excluyentes(anulación de derechos,cierre de fronteras, etc.)

"latinización" de fUFigura 1. Una trayectoria excluyente hipotética

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uestas van desde el cierre de la fronteray 105 méxi<oamericanos, como se verá, tales prbo

pd I Ley de Derecho al Voto.'

I t cción que nn a aM XICQ-lU hasta negarles a pro e . . I futuro de las relaciones étnicas!

Antes de describir un escenario negativo ~ara e. t historia de inclusión. Estoraciales en el suroeste, esbozaré brevemente a recren e.. "

.yudará a aclarar lo que yo denomino "políticas de Incluslon .

Hablando en términos soci<05, las poHticas públicasexcluyentes transforma~ u~

situación étnica en una faEn este sentido. losméxicoamericano5 pueden serconsiderados tanto como ungrupo étnico como un gr~po

racial. Véase Michael.omlJm.Howard Winant, RaCial Fain the United 5tates. Routledl'Nueva York. 1986.El tema del "despertar· eratema popular en la literaturafinales de la década de lossesenta. Véase leo Grebler,Moore y Ralph Guzmán, TheMexican American Peoplt, fftIPress, Nueva York, 1970, pá9fo3·11. En este sentido, se debetomar en cuenta la interesantepostura de Joan Moore quedisiente de la de los otroS aen su articulo "colonialism:

. n"Case of Mexican Amenca ,Social Problems 17, núm. 4,

primavera de 1970. Pol'V. O. Key, Jr., Southem ~Sta te and Nation, AlfredKnopf Nueva York,1949.Véase'Montejano, AnglosMexicans, págs. 259-307.

DAD DE MExlCO

UNA lAS( ""TI...... Q( INClUSlÓH "d rtar" oLas actuales 'pollticas de inclusión" no sólo fueron el resultado de.un espe _

una protesta social, aunque los movimientos por los derechos civiles de los a~os

cincuenta ysesenta sr fueron muy necesarios'lgual de importantes f~eron los cambio:

estructurales de clase que debilítaron los cimientos de la segregaclon propuesta po

Jim Crow. Aunque se hable de afroamericanos o méxicoamerlCanos, la estructura de

las desigualdades que confrontaron eran esencialmente las mismas, especialmente en

el sur y el suroeste del pais. Al menos, durante la Segunda Guerra Mundial, una élite

de agricultores mantuvo una fuerza laboral mal remunerada a través de medidas de

control polltico y laboral.' La contundente segregación social de las "razas" fue la

manifestación cultural del control que ejercia esa élite. En ese contexto, cualquier

movimiento que viniera "de abajo" generalmente era acallado.

El contexto para que las políticas de protesta fueran exitosas se estableció a

partir de los cambios estructurales de clase que acompañaron a la Segunda Guerra

Mundial. El movimiento hacia la integración se vio favorecido por las grandes protes­

tas por los derechos civiles de los años cincuenta y sesenta, pero su "éxito" se debió I

principalmente al cambio de las políticas de clase durante el auge económico de la

posguerra. El contexto de las relaciones entre mexicanos y anglosajones cambió, en­

lonces, de un contexto de orden segregado que unió a los agricultores anglosajones

ya los jornaleros mexicanos a mediados del siglo xx hasta la actual inclusión basada

en un entendimiento entre la élite empresarial anglosajona y los méxicoamericanos

de clase media. Este entendimiento se basa en una especie de intercambio: la élite

empresarial anglosajona busca el respaldo político para sus planes de desarrollo,

mientras que la clase media méxicoamericana desea mayor participación política y •oportunidades económicas.

En resumen,la actual integración refleja esencialmente una alineación interétnica

de org.nlzaciones importantes de estos grupos sociales" En algunos lugares, esta

.lInelKJón es el resultado de una discusión y un acuerdo explicitas; en otros lugares,

Simplemente representa intereses en común no coordinados. A pesar de esto, una

configuración pro desarrOllo que impacta lealtades étnicas y partisanas.

QUizá el mejor ejemplo de la actual alineación entre los empresarios

ngl-Jones y los m~xicoamericanos de clase media sea la alcaldia que consiguió

~ry úsneros, el primer alcalde de San Antonio de origen mexicano desde Juan~"Uln (1840).

En resumen ése es mi bde ~ I , ón' argumento so re la condición actual y el posible futuro

nc USI . que está basada en un entendimiento pro desarrOllo entre una élíte "

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~..empresarial anglosajona y una clase media méxicoamericana. Estas políticas han sido

evidentes por mucho tiempo en las ciudades fronterizas (por ejemplo, Laredo, El Paso

y Nogales) y en el estado de Nuevo México, donde un acuerdo entre las élites

anglosajonas e hispanas ha contribuido históricamente a una situación étnica-racial

más relajada. Hoy en dia estas influencias son evidentes en la mayoria de las ciudades

localizadas en el suroeste, pero también pueden apreciarse en el ámbito regional y

nacional si se analíza el apoyo que recibió el TlCAN, el cual abordaré más tarde.

Asi pues, en el suroeste la inclusión depende más bien de la fuerza de esta

alíneación política entre los grupos importantes de méxicoamericanos y anglosajones.

11 The R"Powe~~ ;nd Fall. o( the GreatMilita . con~mlC Change and2000 ry Confllet from 1500 to

,Random HYork,1987 . Ouse, Nueva

• pago SlS.

UN ENFOQUE GLOBAL: eSTAOOS UNIDOS EN RECESiÓN

En suma, el debilitamiento de la segregación racial ocurrió en el contexto del

surgimiento de la nación como potencia mundial. Lo opuesto, es decir, que las tensiones

y los conflictos raciales aumenten en periodos de recesión, también parece ser una

tesis axiomática. Ésta es la perspectiva que deseo analizar.

Este asunto sobre la relativa recesión de EU se ha abordado tan a fondo que ha

sido denominado como "la escuela de la recesión". Me centraré en un trabajo

importante, uno de los libro más vendidos, The Rise and Fal/ of the Great Powers,

escrito por el historiador Paul Kennedy. En pocas palabras, Kennedy argumenta que

actualmente Estados Unidos enfrenta el dilema de todas las grandes potencias:

conservar un equilibrio razonable entre las exigencias de defensa ante la globalización

y la base de poder tecnológico y económico de la nación. Según Kennedy, Estados

Unidos corre el riesgo de "extralímitar su imperio", una situación en la que una fuerte

postura militar en todo el mundo propicia el surgimiento de nuevos centros económicos

que determinan, a su vez, la posición económica de sus protectores militares"

En la actual paz estadunidense, existe un consenso en cuanto a que estos nuevos

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. a occidental y particularmente, en las naciones quecompetidores están en AsIa y Euro

p. . 'Alemania. De hecho, según Kennedy:

d G ra Mundial Japon y .. d 1rdleron en la Segun a uer '1 d para la actual situaClon e as

. quivalente en e mun o l'"Simplemente no eXIste un e d d na bancarrota y de un incump 1_

é . halla al bor e e ur laciones México·EU. M XICO se . . no'mica interna obliga, cada año, a

.. d deuda Su CrISIS ecomIento en el servICIO e su. S gocio más rentable con Estadoscientos de miles a emigrar ilegal~ente al nort~. oUd:~ráfico es aún muy permeable"."Unidos es el tráfico de drogasyel limite de este p f e todo lo que Kennedy tie-

damante este párrafo ominoso con len

ne qu:::;:~;~o de las' relaciones México-EU, las cuales son decisivas para enten-

der el futuro del suroeste. • 1f deLos criticos de la tesis de la recesión han señalado que la calda de la u,ss, e. In .

la Guerra Fria y la rápida victoria en la Guerra del Golfo son una poderos~, eVidenCia

de lo contrario. Los que apoyan la tesis de la recesión han contendido que el orden del

nuevo mundo" puede representar un intento para restablec~r el "siglo de E~~~~OS

Unidos· en términos militares, una vez que el dominio economlco se ha perdido .

UN ENFOOUE DESDE LA PERSPECTIVA DEl SUROESTE: ¿UN CONSENSO QUE SE DISUELVE?

Entonces, ¿qué significa esa recesión a largo plazo para el suroeste y, en general, para

Estados Unidos? En el suroeste del pais existe un gran número de espeCialistas en el

tema que han descrito escenarios muy definidos, especialmente cuando el debate se

centra en la inmigración y los indices de natalidad. Los comentarios generales sobre la

Inmigración mexicana, muchos de los cuales agrupan a los méxicoamericanos con los

recién inmigrados, ilustran el ambiguo estatus de los méxicoamericanos como una

ciudadania "legitima" dentro de la sociedad estadunidense. Las prácticas que lleva a

cabo la Patrulla Fronteriza al señalar a las personas por su apariencia física pone de

relieve esta ambigüedad: en San Diego, un tercio de las 400 victimas de las golpizas

que propInó la Patrulla Fronteriza entre 1988 y 1992 eran ciudadanos estadunidenses,

yen El Paso un juez federal dictaminó (1992) que la Patrulla Fronteriza estaba haciendo

uso de una "fuerza excesiva" y mostrando una "conducta abusiva e ilegal" contra

Ciudadanos estadunidensesde ascendencia mexicana "sólo por su apariencia latina" ."

En conclUSión, en el contexto de un "problema mexicano", la apariencia fisica o la

"raza", mas que la ciudadania, se convierte fácilmente en el criterio para la percepciónYI Spollllcas publicas.

En los años noventa, tales consideraciones políticas sobre la incapacidad de EU

la llmllar a los Inmigrantes latinoamericanos eran lugares comunes. El "bote

salvavidas r pleto· se convirtió en una metáfora de uso para aquellos que promueven

n InmIgraCIón. En el ultraconservador National Review, una revisión sobre la politica

•nm.grac,On de lu argumenta que la dinámica del pasado en cuanto a lograr esa

....l(la de r zas ya no es viable: ·Sólo porque ya se nos advirtió de un peligro en el

pa\&do no SIgnIfIca que no pueda suceder en el futuro. Muchos pasajeros se subieron

bo salvaVidas, con uno más podría zozobrar". En realidad, esta afirmación advier-

q "la mezcla tnica en lu no se consolidó. En los años sesenta, la población de EU

MX

" Ibid., pág. 517. • G1] Véase Jim Mann, "Bush s a

. .. Austmto DeCide us Future • ene"American Statesmen, 17 dede 1991; Peter Applebome,,,,,,"After the War: National M•War Heals Wounds at Home deNew York Times, 4 de marzO

1991. b stiall14 Patrick MeDonnell y Se a 01

RoteUa "When Agent5 (rossthe Bo;derline", Los AngelesTimes, 22 de abril de 1993.

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" Peter Brim 1 ".Immjgrati~~~' T1r:'e to Rethink22 d . . n. ,NiJtlOnaJ Review

l' The ;~~~~ d~;992, págs. 31,36.Lafinos' o uPPOrt: YoungSo' In dn Aging

C1ety Stanford U' .Stanford c' '. nrversrty Press,

, allfornla, 1988.

era 88.6 por ciento blanca; en 1990 sólo era 75.6 por ciento blanca -una disminución de

13 por ciento en 30 años"." Esta afirmación alarmista concluye, con referencia particular

a los mexicanos, que es tiempo para anunciar que EU ya no es un país de inmigrantes.

La literatura de las ciencias sociales describe un escenarío no menos sombrío.

Los demógrafos advierten que la combinación de una "Iatinízación" con un

"envejecimiento" podría representar una combinación conflictíva" para estados como

California en los próximos 40 años, cuando se prevé que la mitad de los niños sean

hispanos y que los blancos conformen 60 por ciento de la población de edad avanzada.

La consecuencia será que cualquíer crisís fiscal, ocasionada por un desgaste de ía

seguridad social y de los fondos destinados a la atención a la salud, tendrá tintes

racia les-étnicos.

Según David Hayes-Bautista, Werner Schink y Jorge Chapa, éste, que es el peor

de los escenarios, puede llegar a pasar "incluso si asumiéramos que no habrá más

ínmigración". Al advertir las consecuencias que supondría no invertír en la educación,

predicen que para el año 2030, en California y, en general, en todo el suroeste, la

población latínoamericana nacida en EU igualará a la población anglosajona." Esto,

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. . y de creación de fuentes de. 'ón en la educaCloncombinado con una falta de InverSI I d na nueva división social junto con

d d á como resu ta o u bltrabajO bien remunera as. ar. 'tuación en la que una po a-

. l' specíflCamente. una SI . , dlineas tnlcas generaClona es. e . ' stener a una generaClan e

. d caClón tendra que soción latinoamericana joven YSin e u

I 'ones educados y jubilados.ang ~~ acuerdo con Hayes-Bautista Yotros. en este futuro

. . n a vislumbrar unalos jóvenes latinoamericanos comienza .sltua<ión de explotación. Mucho de su salario se destina a

proveer fondos para la seguridad Social y para programas

de atención a la salud para la población de edad avanzada.

Sin embargo. a pesar de los altos impuestos que se pagan

por nómina. los jóvenes trabajadores no ven mucho de ellos

en los beneficios que reciben. El sistema escolar esta frac~­

sando. y el gasto destinado a caminos. sistemas.deabasteCl:

miento de agua y programas públicos ha disminUido a casI

nada. Algunas veces la literatura subversiva llama a las ge­

neraciones más jóvenes a rebelarse. a no pagar impuestos.

las huelgas estallan en las plantas maquiladoras; a los muros

de seguridad se les prende fuego y se les echa abajo. y la

venta de armas sube desmesuradamente en las zonas viejas,

Hayes-Bautista y otros concluyen: "La revuelta civil su­

cedió apenas hace unos meses". Así concluye su visión som-

brla de "fin de siglo"; en esencia. el retrato de una sociedad represora al borde dela anarqula.

El aspecto más inquietante de este pronóstico pesimista es que muchas de sus

caraeterlsticas -disminución de los servicios sociales. mayor violencia, una carrera nacio­

nal por la posesión de armas, conflictos raciales y étnicos desgastados- ya están pre­

sentes. En muchos sentidos. el disturbio de Los Ángeles en , 992. cuando más de la

mItad de aquellos que fueron arrestados eran latinoamericanos, parece haber sido

un antICIpo del peor escenario plasmado por Hayes-Bautista y otros. Una consecuencia

inmedIata del dIsturbio de Los Ángeles ha sido el surgimiento de una percepción nati­

vISta, segun la tuallos latinoamericanos. junto con los afroamericanos. representan unlemento Indeseable,"

En resumen. el movimiento "sólo inglés", la campaña antiinmigrantes el

w:ntlmlento antlderechos civiles y la reacción ante el multiculturalismo, entre otros,

manIfIestan una postura conservadora, al estilo de la del "bote salvavidas". frente a

los cambios demográficos de Estados Unidos Y. en particular. del suroeste. Sin embargo,estas Ideas exageradas o estridentes no deben desecharse porque sugieren una

taspuesu poIitica que gana nuevos adeptos en un clima de crisis e incertidumbre

lCOn6mocas, Estos grupos carecen sólo de un momento de legitimidad, un momento "

cuando uno de los dos partidos politicos principales abracen su causa como parte desu plataforma electoral.

d'sIII'­Una consecuencia de los. l .........

d recIlTllt:l"·bias fue un marca o ( "6 dede la adquisición y posesl ndearmas entre los ciudadanOSLos Ángeles.

2OO:l. D~D DE "'!xleo

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" gP,.Cit. También véase Chandler~J~tl~Son, Race and Class in Texas

I les Princeton u· .Pr ' . nlversltyess, Pnnceton 1990 '

3-10_ '. pags_" Kevin P Ph"1l'

Re : 1 lpS, The Emergingpublican Majority A r

House N . r lngtonpá ' ew RocheJle N y 19699'-204- . . -. •Race dnd ;,06, 46?·474; Davidson,256. ass. pags. 223-239.

POllTlCAS DE PARTIDO Y RAZA

De acuerdo con el trabajo clásico de V. 0_ Key Jr. sobre la política sureña, se esperaba

que disminuyera la importancia del nativismo y de la demagogia racial en el contexto

de un sistema bipartidista_'8 El argumento de Key sostenia que la élite demócrata del

sur podía mantener el control político y redírígir la tensión económica entre los blancos

de diferentes clases medíante el uso del tema racial. Esta élite generalmente gobernaba

a través de una estructura demócrata "unipartidista", que sentaba las bases para la

"política de la desorganización". Así, el "unipartidísmo" benefíció a la clase gobernante

sureña. Por otra parte, Key predijo que, con la industrialización y la urbanización yel

posterior surgimiento de un sistema bipartídista, un conflicto de clase democratizado

y modificado se llegaría a ínstitucionalizar. Un sistema bípartidista competiría por los

programas públicos alternativos, movilizaría a los electores y negociaría ios aspec­

tos legislativos_ Al hacer esto, 105 problemas económicos destacarían y los temas racialesya no servirían de distracción.

Ésa era la teoría. En la práctica, los resultados han sido variados. Por una parte,

surgió un sistema bipartidista en el sur en los años sesenta y setenta, y la segregación

de Jim Crow está legalmente muerta. Por otra, las ínstancias sobre el tema racial siguen

síendo un fundamento de la vida polítíca estadunidense. ¿Por qué ha sucedido esto?

El sociólogo político Chandler Davidson afirma que esto se debe a que "ia

raza, más que la clase, resultó ser la fuerza propulsora detrás de la realineación

partidísta". Comenzando con la campaña de Goldwaterde 1964, el Partido Republí­

cano, "decidido a capitalizar el retroceso blanco," dotó al tema racial de una nueva

vída_ El cambío que dío Nixon a la estrategía de Goldwater funcionó exitosamente

en 1968, y esto sentó las bases para el trabajo del teórico republicano Kevin Phillips

sobre el tema."Phillips identificó que la clave para una "mayoria republicana" en EU era un

contragolpe de los blancos frente a los derechos de las minorías. De hecho, Phillips

argumentó, en forma un tanto cinica, que el derecho al voto de los negros, tan asociado

con las políticas del Partido Demócrata, debía mantenerse con el fin de presionar a

los conservadores blancos para que se cambiaran al Partido Republicano. Una estrategia

republícana exitosa para mantener unidas a sus subcoaliciones explotaría los temas

raciales y de la familia, sugiriendo que el crimen en las calles, la pobreza, el desempleo

y los programas de asistencia social son, en esencia, problemas de las minorías.

Durante la década de los ochenta, mucho del uso del tema racial para fines

políticos estuvo dirigido a los afroamericanos, y en este uso los latinoamericanos

ocupaban un lugar ambiguo y contradictorio en la estrategia republicana. El ala

del Partido Republicano integrada por George 8ush y Jim 8aker parecia basarse en el

reclutamiento de hispanos, a quienes se consideraba sensibles ante una plataforma

que promoviera los "valores familiares", mientras que otras facciones del Partido

Republicano -el ala fundamenta lista, en contra de la acción afirmativa y a favor de la

campaña "sólo inglés"-Ios identificaban como no anglosajones. Más aún, el ala Bush­

Baker estuvo caracterizada por una fuerte tendencia de apertura o de "libre mercado"

UNIVERSIDAD OE MÉXICO· Febrero 2003 '77

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que apoyaba la "apertura de las fronteras", la cual permitiría la entrada de fuerza de

trabajo yde capital, míentras que los conservadores culturales eran fundamentalmen­te partidarios del aislamiento politico.

Claro está, no es necesario que los chivos expiatorios estén limitados a una mino­

roa en particular o aun partido, especialmente si esto lleva al éxito electoral. California,

que alguna vez fue considerado el más liberal de los estados en todo el país, ilustra

un caso pertinente y muy contemporáneo. En California ha sido notorio, por algún

tiempo, el creciente sentimiento antimexicano. En el condado de San Diego, el ejem­

plo más sorprendente de cómo se logra asestar un golpe a los mexícanos fue la campaña

"ilumina la Frontera" (Light Up the Border), que data de noviembre de 1989, la cual

atrajo amiles que se estacionaban en la puesta de sol y que, con sus faros, iluminabanla frontera

Asi, la predicción (o la expectativa) de V. O. Key, tan común en el pensamiento

d las (1 ncias sociales, de que los asuntos de clase o económicos prevalecerían por

MCllna de los raciales, fue extremadamente simple. Éstos se excluyen mutuamente

1610 n laboratorios o en construcciones del "tipo ideal". En el mundo real de la

competencia polít.ca estos temas compiten por la atención o el silencio ygeneralmente~ n rr lacionan.

Por ejemplo, la fuerza laboral organizada y los partidarios de la derecha están

iados para echar abajo el TlCAH y siguen demandando el cierre de la frontera. Los

os están preocupados por la competencia con México, mientras que "los gruposcon agendas rac.stas ligeramente veladas culpan a los mexicanos de todo, desde la

zdc! agua hasta la pérdida de valores anglosajones y el crecimiento suburbano"."

M X~C::....O _

'l'n20 William Langewiesche'thl

Border", Atlantic Monmayo de 1992.

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11 "BlacksStru versus BrOwns: TheO<t gb9le for the Botton Rung"

l2 . U re de 1992 •Ibld.• pág 68' . ..Jose M . , tamblen véase San

ercury News 30 dde 1993. . e octubre

No importa que la amenaza mexicana sea cultural o económica, uno se debe proteger

de México y de los trabajadores mexicanos.

Por otra parte, una vez más, a pesar de ciertas reservas, algunas organizaciones

chicanas -por ejemplo, el National Couneil of La Raza, el Mexiean American Legal

Defense Fund, el Southwest Voter Researeh Institute- y algunos empresarios

anglosajones conservadores están aliados para promover el TlCAN, y ambos siguen

apoyando una politica de apertura fronteriza. las organizaciones chicanas están

motivadas por una serie de asuntos -derechos humanos, desarrollo de la frontera,

mejores relaciones entre México y EU-, mientras que, para los empresarios, la aper­

tura fronteriza es la extensión lógica del libre mercado. Un comentarista señaló: "la

fuerza de trabajo de inmigrantes explotados ha servido a muchos intereses comer­

ciales"." De hecho, respecto al ya muy debatido asunto del TlCAN, fue el tema de

las empresas, más que el de la fuerza laboral, el que ayudó a marcar una posición

política e internacionalista, como se aprecia en las palabras de Clyde Prestowitz,

presidente del Instituto de Estrategia Económica: "No está en nuestros intereses tener

una nación empobrecida y amargada, con una población en nuestra frontera sur que

crece rápidamente".

En el futuro inmediato, la política estadunidense respecto de México y de la

inmigración mexicana se enfrentará a una encrucijada y deberá determinar si ofrece

ayuda para el desarrollo o si refuerza la seguridad policiaca en la frontera; si opta por

el Plan Marshall o por la ley marcial. En este sentido, el debate sobre el TlCAN era

fundamentalmente un debate sobre un plan de desarrollo económico patrocinado

por los empresarios. Si el TlCAN y otras iniciativas no atienden los problemas del

subdesarrollo en México -o aún peor, si ayudan a exacerbar estos problemas- "nos

veriamos forzados a optar por una forma severa de ley marcial a lo largo de la frontera

sur", afirma Jack Miles del Atlantie Monthly"

El CIERRE DE LA FRONTERA: ¿El PRIMER PASO?

las fuerzas policiacas apostadas en la frontera ya apuntan más en dirección de la ley

marcial. la lOCA (lmmigration Reform and Control Act) de 1986, que otorgaba amnistía

a resídentes ilegales que hubieran permanecido en el territorio por mucho tiempo, se

vino abajo, y es posible que el número de ilegales que cruzan la frontera sea mayor al

registrado antes de que entrara en vigor esa ley. El INS (/mmigration Naturalization

Service) estima que el número de resídentes indocumentados ha aumentado a cuatro

millones, aunque algunos estudiosos del tema no están de acuerdo y afirman que el

número casi alcanza los dos millones.Una vez más, lo impensable se vuelve concebible. En este sentido, la propuesta

de la senadora Boxer para que las fuerzas de la Guardia Nacional estén apostadas a lo

I ., d'd l'g'lca para comenzar a cerrarla.argo de la frontera representa la SigUiente me I a oWilliam langewiesche comentó lo siguiente en el At/antie Monthly respecto a estas

'1 un gran número de efectivospropuestas: "Esto si se puede llevar a cabo, pero so o con. . d l' d f erzas armadas y con la creaciónmilitares, por ejemplo, con un gran esp legue e u

UNIVERSIDAD DE MÉXICO' Febrero 2003179

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. muchos: los soviéticos cerraron susd zonas protegidas. No será necesano matar a nes Simplemente, si existiera una

. uchas munlClO . . dfront ras por décadas sm gastar m . . tes se lograria frenar a la mayorra epolltlca sistemática de dispararle a los Inmigran , .

los me 'canos' y forzada Con el fin de la Guerra Frra.La w'esche no parece mu .La analogia de nge I I bdesarrollado han recibido mayor

I arte desarrollado y e sur sulas tensiones entre en. ." ue udiera erigirse en la era de la posguerrat nci6n. Cualquier 'cortma de hierro q . p En los años noventa, el hecho de

frcf frontera MexICO·EU.se d plegarla en la con I Iva . la frontera con el fin de frenar

d I f t rla de Manna se apostaran enqu las fuerzas e n an e I d barrera militarizada. Los costos so-I d I principios genera es e esaI narcotráfico a u e a os .. I han participado algunos infantes

c.ales han sido evidentes en vanos tiroteos en os ~~:versia incluyendo el asesinato enI cuales han suscitado una gran con •

~~~:::a~ a~olescente estadunidense. Ezequiel Hernández, de Redford. Texas. El p;o,

blema radica evidentemente en la dificultad que representa par~ los soldados arma os

d.stm uir al enemigo "que lleva la droga" de un ciudadano paCIfICO. . .

gAdemás de las tensiones que genera el control de la frontera. esta la Imagen del

·t1pico vaquero" que tiene, en si. la Patrulla Fronteriza. Como se trata de I~ fuerza

policiaca más ocupada en toda la nación. la Patrulla Frontenza realiza mas de un

mill6n de arrestos al año. A pesar de toda esta actividad. la agenCia no tiene

-sorprendentemente- algún aparato interno que regule y atienda las quejas o los

Incidentes relacionados con el ejercicio indebido del poder por parte de sus ofICiales.

EXisten cientos de casos de abuso y de violencia excesiva no resueltos. En un reporte

especial, Los Angeles Times dio a conocer que entre los registros de la patrulla se in­

cluyen 'continuos reportes de conducta violenta por parte de los agentes. disparos

,nJustlflCados y delitos. como el contrabando de drogas, el abuso sexual y el robo".Oe hecho. en algunos lugares. la frontera parece zona de guerra.

Lo que más sorprende. desde una perspectiva politica. es lo fácil que se propaga

I sentimiento antiinmigrantes a otras áreas. Una reciente linea de estudio en la

lit ratura popular y académica opone a los "no blancos versus los negros"; asume que

los m .'coamencanos son inmigrantes o recién inmigrados. y concluye que no son

dignos de programas enfocados al cumplimiento de sus derechos. Por ejemplo. Peter

S erry. en su obra Mexican Americans, The Ambivalent Minority sostiene que a los

~xlUnos se les debe negar la protección que garantiza la Ley de Derecho al Voto

porqu • segun él. ellos son básicamente inmigrantes. Invariablemente, la percepción

a lVa de los estadunidenses respecto a México y los mexicanos se traduce en politicas

qut colo<an a los méxicoamericanos en una situación subordinada. A los ciudadanos

adun'denses se les identifica. por su apariencia y su etnia, como inmigrantes, de

modo qu ',mpacto del contragolpe. como menciona un periódico de California.

mbi n lo Sienten los descendientes de mexicanos. chinos y japoneses que llegaron a"Lfarnla muchas generaciones atrás."

HlStór,camente. este patrón es más evidente: en tiempos de presión económica,

el lVISIllQ y el racismo aumentan. Estos sentimientos. que están presentes siempre

DE M x~(0::.... _

2) Skerry afirma que los "der. . se (0,"1méxlcoamencanos '1 or

una minoría étnica so ~ ~eyelbeneficios que otorga ~ .,~

hos c1V!"''''cuanto a los derec ¡canVéase Peter Skerry, Iv!e~entAmericans: The Amb~a evaMinen"ty, Free Press, uYork: 1993.

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en unos pocos grupos, se retoman en tiempos de dificultades económicas y brindan

legitimidad a los pollticos que intentan capitalizar el descontento público. Las políti­

cas impensables se vuelven imaginables, y las personas de color, nativas o inmigrantes,

se vuelven chivos expiatorios para una serie de males sociales.

" Samuel P H .Ullited St"at U~trng~on, "TheRenevval?" es. Declt~e ornúrn 235 ,~delphl Papers,págs. 63:8ri~lmavera de 1989,

UNA NOTA PARA CONClUIR

A la luz de esta reflexión negativa, ¿qué futuro nos espera? Debemos tener en mente

que algunos elementos importantes de este escenario pesimista pueden no ocurrir.

Por ejemplo, existe un gran desacuerdo sobre la noción de una crisis estadunidense en

el sistema mundial. Con el fin exitoso de la Guerra Fría, algunos argumentan que EU

está en proceso de "renovación"." Sin embargo, las dificultades que surgen al tratar

de delinear un curso constructivo se aprecian en la paradoja de California. El fin de la

Guerra Fria ha dado la oportunidad de reorientar el gasto nacional hacia proyectos

económicos regenerativos, en vez de que esté destinado a proyectos militares, pero

esa reorientación, que significa una baja en la industria militar, ha ocasionado una

recesión económica que ha fomentado una violenta campaña antiinmigrantes. Dichas

campañas pueden determinar, a su vez, cómo podria EU enfrentar, en un futuro, una

mayor competencia comercial internacional, ya sea que se encierre en un proteccio­

nismo o que organice un mercado común hemisférico.

De manera similar, los trastornos económicos producidos por el nCAN pueden

desencadenar dificultades políticas en ambos lados de la frontera. La rebelión zapatista

en Chiapas podría llegar a parecer insignificante comparada con otros movimíentos si

la economía mexicana posterior al TlCAN sigue deteriorándose. Un estudio predice que,

con el TlCAN y principalmente con la reestructuración de la agricultura mexícana, cada

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á EU de 50 m',1 a 100 mil inmigrantes más. Esto, claro está, sólo agrava-a~o entrar n en

rá el clima de tensión actual en California y en otras partes del suroeste. Para empeo:

rar las cosas, la carga de la reestructuración económica en e/lado estadunldense recae.ra

posiblemente en sus jornaleros y en sus trabajadores textiles, que son, en su mayona,

mexicanos y de otras minorias. De hecho, a menos que se lleven a cabo pr09r~mas

de ajuste yde capacitación laboral, el TLCAN podria contribuir "a una mayor d,v,s,on declases en la población méxicoamericana"."

y ¿qué hay de la pesadilla que le espera a los blancos de la tercera edad frente

a una fuerza de trabajo latinoamericana resentida? Una forma de evitar esa pola­

rización fiscal seria invertir en programas educativos y en la creación de fuentes de

empleo, lo cual ayudaria a que las clases medias conformadas por las minorias am­

pllen su rango de acción. Esta estrategia prevé un fortalecimiento de la alineación

prodesarrollo entre las clases medias integradas por minorias y la élite empresarial

anglosajona, la alineación que ha definido la politica de inclusión de finales del siglo

lol. Dada la gran influencia de legisladores méxicoamericanos en Texas y Nuevo México

ysu creciente influencia en California, esta inclusión pro desarrollo cuenta con granapoyo en el suroeste de EU."

Otro posible escenario preveria el surgimiento de una amplia coalición de la

clase trabajadora y la clase media que podria servir de base para una forma Populista

de .nclus.ón. Esta alternativa parece un tanto utópica por la creciente tensión entre

los bl ncos, los negros y los mexicanos de clase trabajadora, una tensión que debilita

CUilqu1

r CImiento que pudiera existir para consolidar una coalición "multicolor". Por

fJflllplo, los latmoamericanos y los afroamericanos en Houston y Chicago general­

ment compiten por los mismos empleos, por las mismas unidades de alquiler, por el

control de los mismos distritos electorales y, según algunos conservadores, por las

m&stnas vet1t.lJas que ofrecen los programas de beneficencia (derechos civiles dere­

chos de \lOtos. acCIón afirmativa). Por otra parte, la politica de exclusión, que 'es evi­

den en las ultImas campañas contra la acción afirmativa en California yen todo el

PI podrta fraguar esa coalición. El nCAN y el "libre comercio" con México tamb"podr n Imponer una organización laboral binacional." len

AD DE M ~

Este escenario motivó a mucho!polfticos y organizacionesméxicoamericanas a contentl'apoyo del TlCAN hasta qu.e segarantizara el compromiso.respecto a esos programas.Impaet of the North AmerKaI\

Free Trade Agreem:nt on~Workers in California andTexas", Southwest Voter RertiIInstitute Lat;n American ProifdPaper 2. septiembre de 19:'Hayes-Bautista, et al., BurSupport, págs. 145, 147·148Así pues, como se expresa ennumero reciente de TheEconomist, "se debe r~evaluarcreencia de que los latInos Ynegros son minorías y, enconsecuencia, aliados natur

Véase, por ejemplo, M~~~~"Blacks versus Bro~~s ~ Vea­"Return of the Natlvlst"latino Turnout a BreakthEleetion: Groups's HeaV)' .Balloting (ould Si~~al a~;Pivot Point for polltlcal Rin l.A.", Los Angeles Times.abril de 1997.

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Si recordamos lo indeterminado y "abierto" que puede ser el futuro, el peor yel

mejor de los escenarios nos obligan a mantener nuestra perspectiva, aestar conscien­

tes de que, a pesar de los avances de los últimos 40 años, la lucha entre la inclusión y

la exclusión continúa. En retrospectiva histórica, sabemos que esos cambios repenti­

nos en las relaciones nacionales son posibles, que las comunidades méxicoamericanas

y afroamericanas, así como sus aliados no blancos, son vulnerables frente a la histeria y

a los retrocesos que ocurrieron en los años cincuenta. Esta época de reacción ante los

primeros movimientos por los derechos civiles, una época de promesas de lealtad, de

listas negras en el ámbito laboral, de prohibición de libros, de redadas en ghettos y

barrios, de rondas policiacas en busca de elementos "extranjeros" o "desleales", in­

cluso hasta de linchamientos y asesinatos; en suma, una época de fanatismo ante la

integración. El mismo tipo de reacción ocurrió en los años sesenta ysetenta durante el

segundo movimiento por los derechos civiles. Ese escenario tan negativo no es una

fantasía. Todo esto ya ha sucedido y forma parte de una "memoria viva".

La sociedad puede ser llevada hacia distintas trayectorias, y el ímpetu que im­

pulsa a tomar un camino o el otro no sólo se debe a las fuerzas ycircunstancias que he

esbozado aquf, sino también a nuestras acciones y reacciones respecto de estas fuer­

zas y circunstancias: de decisiones que se toman, de políticas formuladas, de organiza­

ciones que se forman o se disuelven. La polftica comprende el proceso para entender

las fuerzas que se oponen en la inclusión y la exclusión. Nuestra participación en este

proceso puede determinar si la inclusión polftica de finales del siglo xx fue sólo pasajera

y parcial o si en realidad representó un rompimiento con la historia de exclusión

del pasado.•

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