la medicina y las series de television

Upload: josep-grau

Post on 06-Jul-2018

216 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 8/16/2019 La Medicina y Las Series de Television

    1/140

    FUNDACIÓNDR. ANTONIO

    ESTEVE

    La medicina en las seriesde televisión

    Coordinador: Toni de la Torre

    CUADERNOSde la Fundación Dr. Antonio Esteve

     

  • 8/16/2019 La Medicina y Las Series de Television

    2/140

    La medicina en las series

    de televisiónCoordinador: Toni de la Torre

    CUADERNOS DE LA FUNDACIÓN DR. ANTONIO ESTEVE Nº 35

  • 8/16/2019 La Medicina y Las Series de Television

    3/140

    Ilustración de la portada realizada por Suxinsu (www.suxinsu.com).

    La presente edición recoge las opiniones de sus autores,por lo que la Fundación Dr. Antonio Esteve no se hacenecesariamente partícipe de su contenido.

    © 2016, Fundación Dr. Antonio EsteveLlobet i Vall-Llosera 2. E-08032 Barcelona Teléfono: 93 433 53 20Dirección electrónica: [email protected]://www.esteve.org

    ISSN edición impresa: 2385-5053ISSN edición electrónica: 2385-5061

    ISBN: 978-84-942571-9-3Depósito Legal: B-3099-2016Impreso en España

  • 8/16/2019 La Medicina y Las Series de Television

    4/140

    -III-

    La Fundación Dr. Antonio Esteve, establecida en 1983, contempla como objetivo prioritario el estímulo delprogreso de la farmacoterapéutica por medio de la comunicación y la discusión científica.

    La Fundación quiere promover la cooperación internacional en la investigación farmacoterapéutica y, a

    tal fin, organiza reuniones internacionales multidisciplinarias donde grupos reducidos de investigadoresdiscuten los resultados de sus trabajos. Estas discusiones se recogen diferentes formatos de publicacióncomo los Esteve Foundation Symposia y los Esteve Foundation Discussion Groups. 

    Otras actividades de la Fundación Dr. Antonio Esteve incluyen la organización de reuniones dedicadas ala discusión de problemas de alcance más local y publicadas en formato de monografías  o cuadernos.La Fundación participa también en conferencias, seminarios, cursos y otras formas de apoyo a las cienciasmédicas, farmacéuticas y biológicas, entre las que cabe citar el Premio de Investigación que se concede,con carácter bienal, al mejor artículo publicado por un autor español dentro del área de la farmacoterapia.

    Entre la variedad de publicaciones que promueve la Fundación Dr. Antonio Esteve, cabe destacar la serie

    Pharmacotherapy Revisited en la cual a través de diferentes volúmenes se recopilan, en edición facsímil,los principales artículos que sentaron las bases de una determinada disciplina.

  • 8/16/2019 La Medicina y Las Series de Television

    5/140

  • 8/16/2019 La Medicina y Las Series de Television

    6/140

    -V-

    CUADERNOS DE LA FUNDACIÓN DR. ANTONIO ESTEVE Nº 35

    Índice

    IntroducciónToni de la Torre ............................................................................................................................ 1

    House y el diagnóstico médico

    Lisa Sanders ................................................................................................................................ 13

    The Knick y las técnicas quirúrgicas

    Leire Losa .................................................................................................................................... 21

    Los Soprano y el psicoanálisis

    Oriol Estrada Rangil  ..................................................................................................................... 31

    The Big Bang Theory y el síndrome de Asperger 

    Ramon Cererols ........................................................................................................................... 39

    Breaking Bad y la adicción a la metanfetamina

    Patricia Robledo .......................................................................................................................... 53

    Mad Men y el tabaquismo

     Joan R. Villalbí ............................................................................................................................. 59

    The Walking Dead y el imaginario de la epidemia

     Josep M. Comelles y Enrique Perdiguero Gil................................................................................ 65

     Angels in America, The Normal Heart y Positius: VIH y sida en las series de televisión

     Aina Clotet y Marc Clotet, con el asesoramiento de Bonaventura Clotet  ...................................... 73

    Nip/Tuck, Anatomía de Grey y la cirugía plástica

    María del Mar Vaquero Pérez  ....................................................................................................... 79

    Masters of Sex y la sexología

    Helena Boadas ............................................................................................................................ 89

    CSI y la medicina forense

     Adriana Farré, Marta Torrens, Josep-Eladi Baños y Magí Farré .................................................... 99

  • 8/16/2019 La Medicina y Las Series de Television

    7/140

    -VI-

    Índice

    Homeland y el mundo de las emociones

    Liana Vehil y Luis Lalucat  ............................................................................................................. 105

    Olive Kitteridge y la depresión

    Oriol Estrada Rangil ..................................................................................................................... 111

    True Detective y la atracción del mal

    Luis Lalucat y Liana Vehil ............................................................................................................. 119

    Polseres vermelles y el cáncer 

    Pere Gascón i Vilaplana ............................................................................................................... 125

  • 8/16/2019 La Medicina y Las Series de Television

    8/140

    -VII-

    CUADERNOS DE LA FUNDACIÓN DR. ANTONIO ESTEVE Nº 35

     Autores

    Josep M. ComellesEspecialista en PsiquiatríaFundador del Máster de Antropología Médicay Salud Internacional, y del Doctoradoen Antropología Médica

    de la Universitat Rovira i VirgiliProfesor emérito en el Medical AnthropologyResearch Center de la Universitat Rovira i Virgili Tarragona

    Toni de la Torre Crítico de series de televisión Autor de los libros Series de culto y J.J. Abrams: la teoría de la caja Colaborador en El Món a RAC1, Arucitys y La Vanguardia Profesor de Guión de seriesen la Universidad de BarcelonaJurado de los Premios OndasBarcelona

    Oriol EstradaLicenciado en Psicología yMáster en Estudios de Asia OrientalFundador de Espai DarumaEscritor y divulgador culturalmente disperso

    Mataró (Barcelona)

     Adriana FarréInvestigadora del Instituto de Neuropsiquiatríay Adicciones (INAD) y del Programade Neurociencias del Institut Hospital del Mard’Investigacions Mèdiques (IMIM)Barcelona

    Josep-Eladi BañosDoctor en Medicina por la Universitat Autònomade Barcelona y especialista en FarmacologíaClínica por el Hospital Clínic de BarcelonaProfesor de Farmacología del Departamento de

    Ciencias Experimentales y de la Salud (CEXS)de la Universitat Pompeu FabraBarcelona

    Helena BoadasSexóloga y terapeuta de parejaEscritora y columnista en Diari de GironaGirona

    Ramon Cererols Autor del libro Descubrir el Asperger

    Conferenciante sobre Trastornos del Espectro Autista en ICE de la Universitat de Barcelona,Universitat Internacional Menéndez Pelayo deBarcelona, Unitat de Salut Mental del ConsorciSanitari de Terrassa, Confederación AutismoEspaña y asociaciones diversasL’Ametlla del Vallès (Barcelona)

     Aina Clotet ActrizLicenciada en Comunicación Audiovisualpor la Universitat Pompeu FabraBarcelona

    Bonaventura ClotetDirector de IrsiCaixaJefe de Servicio de Enfermedades Infecciosasdel Hospital Germans Trias i PujolBadalona (Barcelona)

    Marc Clotet ActorLicenciado en Administración y Dirección

    de Empresas & MBA por ESADEBarcelona

  • 8/16/2019 La Medicina y Las Series de Television

    9/140

    -VIII-

     Autores

    Magí FarréInvestigador del Instituto de Neuropsiquiatría

    y Adicciones (INAD) y del Programade Neurociencias del Institut Hospital del Mard’Investigacions Mèdiques (IMIM)Profesor de Farmacologíaen la Facultad de Medicina de laUniversitat Autònoma de BarcelonaJefe del Servicio de Farmacología Clínica delHospital Universitari Germans Trias i PujolBadalona (Barcelona)

    Pere Gascón

    Director del Laboratorio de Oncología Moleculary Transnacional del Institut d’InvestigacionsBiomèdiques Agustí Pi i SunyerJefe de Servicio de Oncología Médicaen el Hospital Clínic de BarcelonaBarcelona

    Luis LalucatMédico psiquiatraDirector del Centro de Higiene Mental “Les Corts”Barcelona 

    Leire Losa Licenciada en Medicina y Cirugíapor la Euskal Herriko Univbertsitatea/Universidad del País VascoEspecialista en Cirugía General y Digestiva enel Hospital de Sant Joan Despí Moisès BroggiBarcelona

    Enrique Perdiguero Gil Profesor Titular de Historia de la Cienciade la Universidad Miguel Hernández de ElcheDirector del Máster Universitario en Historiade la Ciencia y Comunicación Científicade la Universidad Miguel Hernández de ElcheElche (Alicante)

    Patricia RobledoCientífica seniordel Programa de Neurociencias del IMIM-Hospital del Mar de Investigaciones MédicasBarcelona

    Lisa SandersProfesora asociada

    en la Yale University School of MedicineColumnista de The New York Times Magazine y Well BlogInspiración y consejera técnicapara la serie House MDNew Haven (CT), Estados Unidos

    Marta TorrensInvestigadora del Instituto de Neuropsiquiatríay Adicciones (INAD) y del Programa deNeurociencias del Institut Hospital del Mar

    d’Investigacions Mèdiques (IMIM)Barcelona 

    María del Mar VaqueroDoctora en Medicina y CirugíaEspecialista en Cirugía Plástica, Estética yReparadoraDirectora de la revista Cirugía PlásticaIbero-LatinoamericanaSociedad Española de Cirugía Plástica,Reparadora y Estética (SECPRE)

    Federación Ibero-Latinoamericana de CirugíaPlástica (FILACP)Madrid

    Liana VehilPsicóloga clínicaCoordinadora del Serviciode Rehabilitación Comunitaria de Rubí,del Consorcio Sanitario de Terrassa Terrassa (Barcelona)

    Joan R. VillalbíJefe de Calidad y Procesosde la Agència de Salut Pública de BarcelonaPresidente del Consejo Asesor de Tabaquismodel Departament de Salut de la Generalitatde CatalunyaProfesor asociado del Departamento deCiencias Experimentales y de la Saludde la Universitat Pompeu FabraBarcelona

  • 8/16/2019 La Medicina y Las Series de Television

    10/140

    -1-

    CUADERNOS DE LA FUNDACIÓN DR. ANTONIO ESTEVE Nº 35

    El segundo lo hallamos en la preferencia del dra-

    ma médico por el formato seriado. Mientras elgénero policial ha tenido una prolífica presenciaen el cine (incluso más que en la pantalla domés-tica), el oficio médico ha tenido en la televisiónsu principal medio de representación, convirtién-dose la figura del doctor y su bata blanca en elhéroe más identificado con las series.

    Esta percepción popular también se ve solidi-ficada por el hecho de que la presencia del dramamédico en el medio seriado ha sido permanentedesde hace décadas. El género debutó en 1951

    con City Hospital1, de la CBS, la primera serie delgénero. Desde entonces hasta hoy, en los Esta-dos Unidos siempre ha habido una serie médicaen emisión, con la única excepción de un perio-do de 4 años, de 1956 a 1961 (desde el últimoepisodio de Medic en la NBC hasta el estreno deDr. Kildare en el mismo canal). Desde 1961 hastahoy, los telespectadores estadounidenses siem-pre han tenido un hospital ficticio de referencia,convirtiendo a la profesión médica en una figuraconstante en el imaginario colectivo creado porla televisión2. El género, lejos de desgastarse, hasabido reinventarse a lo largo del tiempo, comoveremos más adelante, y su popularidad siguesiendo notable también en la nueva era de lasseries de televisión, en la que estas han obtenidoun prestigio inédito. La llegada de nuevas ideas yde series creativas y arriesgadas no ha desplaza-do al drama médico. En plena revolución creativa

    Introducción

     Toni de la Torre

    Medicina y series de televisión es un binomio que

    se ha retroalimentado desde hace más de mediosiglo. De todos los géneros dramáticos de la fic-ción seriada, el médico es el que tiene un mayorenraizamiento en los orígenes de la ficción televi-siva. Es uno de los géneros fundacionales de lasseries, y a diferencia del western  (heredado delcine) y la sitcom (que provenía de la radio), el dra-ma médico constituyó, junto a la serie policíaca yel drama legal, un tipo de ficción propia de las se-ries, nacida con el medio. Se trata de los llama-dos workplace programs (ficciones ambientadas

    en un lugar de trabajo), cuya estructura surgiócon los primeros pasos de las series de televi-sión, quedando su construcción íntimamente li-gada a la creación del lenguaje narrativo de unnuevo medio, hasta hace poco considerado me-nor, pero de gran popularidad. Médicos, policíasy abogados fueron los principales protagonistasde este formato de ficción televisiva, siendo losmédicos los que suelen identificarse con mayorfrecuencia con el mundo de las series.

    Esta asociación se explica por dos motivos.El primero es una cuestión de nitidez. Abogadosy policías a menudo han compartido espacio enla misma serie, siendo dos géneros que con fre-cuencia se solapan (un caso paradigmático esel de Perry Mason, que ejercía de abogado y almismo tiempo de detective), mientras que el dra-ma médico raramente se ha mezclado con otrosgéneros, siendo singularizado con más claridad.

    1 A lo largo de este volumen no se utilizará la cursiva en los títulos de las series, ya que son demasiado abundantes y hacerlo entor-

    pecería la lectura.2 Véase en la siguiente página la cronología de las principales series médicas emitidas en los Estados Unidos desde 1953 hasta laactualidad.

  • 8/16/2019 La Medicina y Las Series de Television

    11/140

    -2-

    Introducción

        C   R

        O   N

        O   L

        O    G    Í   A   D   E   L   A

        S   P   R   I   N

        C   I   P   A   L   E

        S    S   E   R   I   E

        S   M

        É   D   I    C   A

        S   E   N   E

        S   T   A   D

        O    S   U   N   I   D

        O    S

        G   e   n   e   r   a   l   H   o   s   p    i   t   a   l

            (        1        9        6        3    -      a      c        t      u      a        l        i        d      a        d        )

       T   h   e   D   o   c   t   o   r   s

            (        1        9        6        3    -        1        9        8        2        )

       M .   A .    S .   H .

            (        1        9        7        2    -        1        9        8        3        )

       M   a   r   c   u   s   W   e   l   b   y   M

     .   D .

            (        1        9        6        9    -        1        9        7        6

        Q   u

        i   n   c   y   M

     .   E .

            (        1        9        7        6    -        1        9        8        3        )

        C   h

        i   n   a   B   e   a   c   h

            (        1        9        8        8    -        1        9        9        1        )

        S   t .   E   l   s   e   w   h   e   r   e

            (        1        9        8        2

        -        1        9        8        8        )

       D   o   c   t   o   r   e   n   A   l   a   s   k   a

            (        1        9        9        0    -        1        9        9        5        )

       H   o   u   s   e   M

     .   D .

            (        2        0        0        4    -        2        0        1        2        )

       B   e   c   k   e   r

            (        1        9        9        8    -        2        0        0        4        )

        C   h

        i   c   a   g   o   H   o   p

       e

            (        1        9        9        4    -        2        0        0        0        )

       D   r .

        Q   u

        i   n   n

            (        1        9        9        3    -        1        9        9        8        )

       T   h   e   K   n

        i   c   k

            (        2        0        1        4    -      a      c        t      u      a        l        i        d      a        d        )

       N    i   p    /   T   u   c   k

            (        2        0        0        3    -        2        0        1        0        )

       N   u   r   s   e   J   a   c   k

        i   e

            (        2        0        0        9    -        2        0        1        5        )

       U   r   g   e   n   c

        i   a   s

            (        1        9        9        4    -        2        0        0        9

            )

       A   n   a   t   o   m

        í   a   d   e

        G   r   e   y

            (        2        0        0        5    -      a      c        t      u      a        l        i        d      a        d        )

       M   e   d

        i   c   a   l

        C   e   n   t   e   r

            (        1        9        6        9    -        1        9        7        6        )

       M   e   d

        i   c

            (        1        9        5        4    -        1        9        5        6        )

        C    i   t   y   H

       o   s   p

        i   t   a   l

            (        1        9        5        1

        -        1        9        5        3        )

       D   r .   K

        i   l   d   a   r   e

            (        1        9        6        1    -        1        9        6        6        )

            1        9        5

            0

            1        9        5        5

            1        9        6        0

            1        9        6        5

            1        9        7        0

            1        9        7        5

            1        9        8        0

            1        9        8        5

            1        9        9        0

            1        9        9        5

            2        0        0        0

            2        0        0        5

            2        0        1        0

            2        0

            1        5

  • 8/16/2019 La Medicina y Las Series de Television

    12/140

    -3-

    LA MEDICINA EN LAS SERIES DE TELEVISIÓN

    CUADERNOS DE LA FUNDACIÓN DR. ANTONIO ESTEVE Nº 35

    de las series ha llegado a haber hasta tres seriesmédicas en emisión. De 2005 a 2009 coincidie-

    ron la veterana Urgencias, la recién estrenadaHouse y Anatomía de Grey, todavía en marcha,emitidas, respectivamente, en NBC, FOX y ABC.Las tres contaban con una audiencia numerosay fiel, buenas críticas en la prensa y el reconoci-miento de la industria televisiva, sumando entrelas tres 32 premios Emmy.

    De las tres ficciones, Urgencias suele serconsiderada el drama médico de referencia, nosólo por el número de galardones conseguidoa lo largo de su emisión (de esos 32 Emmy, 23

    son suyos) sino porque, además, es la ficción desu género que más tiempo ha durado en antenaen los Estados Unidos, con 15 temporadas y331 episodios. Sus cifras quedan por detrás delas que exhibe la británica Casualty, que es eldrama médico más longevo; estrenada en 1986en la BBC, todavía sigue en emisión. En su mo-mento fue la respuesta inglesa a la norteameri-cana St. Elsewhere3, un drama médico funda-mental que estandarizó las formas del géneroen los años 80. De todos modos, la capacidad

    de influencia de Casualty es menor en compara-ción con los dramas médicos norteamericanos,que son exportados a numerosos países y aca-ban teniendo un peso mayor en la creación delimaginario colectivo alrededor del mundo de lamedicina que genera la televisión (en esto, nohay diferencia con otros géneros, pues el pre-dominio de la industria televisiva norteamericanaes absoluto cuando hablamos de exportaciónde ficción).

    Sólo General Hospital supera a ambas, Ur-gencias y Casualty, en longevidad, pero no sue-len compararse de igual a igual debido a queGeneral Hospital es un culebrón ambientadoen un hospital y no un drama médico, una dife-rencia crucial por muchas cuestiones (la facturatécnica, la calidad interpretativa y la creatividaddel género del culebrón están muy por debajode la calidad de un drama, y de hecho, la for-

    ma de rodarse y de emitirse son completamentediferentes, así como la percepción que el públi-

    co tiene de ellos). Sin embargo, eso no significaque la resiliencia de este culebrón médico en laprogramación estadounidense, donde empezó aemitirse en 1963 en la cadena ABC, y hasta hoy(más de 13.000 episodios emitidos), no sea unbuen ejemplo de la presencia continuada de laficción hospitalaria en la televisión ni de la popu-laridad inquebrantable que las historias médicastienen entre la audiencia4.

    General Hospital es también la serie médicamás referenciada, y hasta aparece en otras se-

    ries hospitalarias como House M.D. (el doctorHouse no se pierde ni un episodio de una serieficticia llamada Prescription: Passion, que es unaparodia de General Hospital) y otras que nadatienen que ver con el género, como Friends (elpersonaje de Joey, que es actor, consigue unpapel como un doctor llamado Drake Ramoray,que es al mismo tiempo una parodia de uno delos doctores de General Hospital, el Dr. NoahDrake, y una parodia de otro culebrón, Days ofOur Lives, emitido en la NBC, la misma cadena

    de Friends). Al fin y al cabo, General Hospital esla serie que más ayudó a consolidar el hospitalcomo escenario de ficción, y en consecuencia aapuntalar el género del drama médico en la tradi-ción televisiva norteamericana.

    El hospital como escenario del drama

    El drama médico tiene su base en los fundamen-tos mismos de la ficción serial, caracterizada porofrecer al espectador una narración episódicaque se desarrolla a lo largo del tiempo (con unaextensión mucho mayor que en otros medios, ydesde luego mucho mayor que en el cine) y quesigue las vidas de unos personajes concretosen un universo estable. La serialidad se define encierto modo por la repetición: en cada entregade la ficción, el espectador se encuentra con unaserie de elementos que se repiten, empezando

    3 Emitido en España con el título Hospital y en Cataluña con el título A cor obert. En Latinoamérica se llamó Hospital San Eligio.4 A diferencia de otros géneros fundacionales de las series, como el western, que a pesar de la gran popularidad que tuvo en las déca-das de 1950, 1960 y 1970 acabó siendo un proscrito dentro del medio y hoy ha quedado en una posición residual, con Deadwood,Hell On Wheels y Justified como principales ejemplos contemporáneos del género.

  • 8/16/2019 La Medicina y Las Series de Television

    13/140

    -4-

    Introducción

    por la misma sintonía (cuya repetición tiene unafunción ritual), los mismos personajes, el mismo

    lugar y a menudo también la misma forma deresolver conflictos argumentales. La repeticióntiene efectos reconfortantes en el espectador,a quien complace asistir al desarrollo de aque-llo que ya conoce y que tiene elementos que encierto modo puede anticipar, y constituye la clavede la creación de un universo de ficción estableen el tiempo.

    Los universos que crean las series de televi-sión tienen características que tienden a buscarel bienestar del espectador, siendo espacios enlos que la audiencia quiere sumergirse. Una delas normas fundamentales de las series clásicases el uso de recursos que tienen como fin queel espectador regrese cada semana a ver el si-guiente episodio, y ello significa crear universosde los que uno quiera formar parte, como mínimodurante el tiempo que dura la emisión, y perso-najes que desee tener cerca (por supuesto, nosreferimos sobre todo a las series de las décadasde los 50 y 60, que fue cuando se creó el drama

    médico; en series posteriores, las técnicas paracaptar la atención de la audiencia se han adap-tado a otras formas de entender la ficción serial,siendo el cliffhanger  o el giro de guión algunasde las más populares en las series contempo-ráneas, donde la repetición de elementos y losuniversos estables han dejado paso a la ficciónde la innovación).

    Estos universos estables tienen su origen enla naturaleza doméstica del televisor, que ha lle-vado al medio a crear ficciones que buscan el

    confort del espectador. La audiencia tiene en es-tos universos un segundo hogar del cual formaparte cada vez que se sienta ante la pantalla. Losuniversos de las series tradicionales son arcadiasdonde hay un orden establecido que difícilmen-te será alterado de forma definitiva. El especta-dor sabe que es posible que haya un conflictoque ponga en crisis la naturaleza del universo encuestión (por ejemplo, una discusión entre dospersonajes), pero también sabe que en la mayo-ría de los casos el conflicto se resolverá hacien-do que el universo permanezca inalterable. En laestructura seriada clásica, estos universos tienen

    una gran capacidad para resistir los cambios(hasta el punto de que el tiempo parece quedar

    suspendido, sin que los personajes progresen ensus vidas como lo harían si fueran reales), mien-tras que en las series contemporáneas se tomanmás riesgos y se introducen cambios a lo largode las temporadas que alteran el universo de laserie. Siempre que un hecho de este estilo suce-de, como la muerte de uno de los protagonistas,es traumático para el espectador porque la fic-ción en la que vive a través del televisor cambiapara siempre.

    El drama médico (y otras variantes de losworkplace programs) utiliza un tipo de historiasque en el argot del guión televisivo se conocencomo episódicas para introducir hechos dra-máticos que no afecten en gran medida a losprotagonistas y que de este modo no alteren eluniverso de la ficción. Normalmente suelen es-tar relacionadas con personajes no habituales,utilizados sólo en un episodio en concreto, yque surgen del trabajo que desarrollan los pro-tagonistas. En los dramas médicos, este tipo

    de tramas las protagoniza un paciente, cuyahistoria se presenta, desarrolla y termina en unepisodio. En paralelo se desarrollan las tramasdel equipo médico del hospital, que son los ver-daderos protagonistas, pero sus tramas tienen amenudo más que ver con su vida personal quecon su vida profesional. En ocasiones, la tramadel paciente puede tener una influencia másmarcada en la de los protagonistas, siendo eldetonante de un conflicto, sirviendo como unparalelismo de algo que ocurre en la vida per-

    sonal del médico o mostrando una faceta nue-va de su personalidad, en especial cuando setrata de casos médicos con un conflicto ético.En casos concretos, la trama episódica puedellegar a transformar al protagonista, pero no essu función principal.

    Esta división entre vida profesional y privadaha sido una marca de los dramas médicos des-de sus inicios, pues parte del interés que generaexplorar el día a día en un lugar de trabajo esconocer a fondo a sus trabajadores (no sólo ensu aspecto laboral). Sin embargo, la utilizaciónde los espacios ha variado con el tiempo. En las

  • 8/16/2019 La Medicina y Las Series de Television

    14/140

    -5-

    LA MEDICINA EN LAS SERIES DE TELEVISIÓN

    CUADERNOS DE LA FUNDACIÓN DR. ANTONIO ESTEVE Nº 35

    series de las décadas de 1950 y 1960, el uni-verso del drama médico estaba dividido en dos:

    una parte del relato se desarrollaba en el hospi-tal y otra parte en el hogar de los profesionalesde la medicina, herencia de la serie familiar, muypopular en la época. Esta es la estructura quemantuvo uno de los dramas médicos españo-les de más éxito, Médico de Familia, cuyas tra-mas en el hospital del doctor Nacho Martín secombinaban con la vida diaria del personaje encasa, como padre y cabeza de familia. El hospitalcomo espacio para la ficción ganó protagonismoen los dramas médicos a partir de los años 80,

    con la serie norteamericana St. Elsewhere, queconvirtió este edificio en un lugar con vida propia,un personaje más de la serie por el que transitanlas vidas de centenares de personas y, por tanto,con una vida autónoma al margen de los prota-gonistas. Esta nueva estructura, más focalizadaen el lugar donde se desarrolla la profesión médi-ca, es la que adaptó en España la serie HospitalCentral, que es el último drama médico de éxitoen nuestro país5.

    La importancia creciente del espacio del hos-

    pital en los dramas médicos se refleja en el tra-tamiento que recibe en la ficción. Pasa de ser unlugar neutro que podría ser cualquier hospital (dela estandarización) a un lugar con personalidadpropia (la personificación). Es fácil citar los nom-bres de algunas de estas instituciones ficticiasy que los espectadores sepan perfectamente dequé serie hablamos. Nombres como St. Eligius,County General Hospital, Princeton-Plainsboro Teaching Hospital o Seattle Grace han quedadoasociados a los dramas médicos que utilizaronel hospital como el epicentro de su universo fic-ticio. La serie norteamericana St. Elsewhere fueel primer drama médico en poner en primer pla-no la institución hospitalaria, en un cambio queformaba parte de una tendencia en la ficcióntelevisiva y que había encabezado, un año an-tes, Canción Triste de Hill Street (ambas serieseran de la misma productora, MTM Enterprises).La focalización en el hospital permitió al drama

    médico arraigarse en un vecindario concreto conuna situación socioeconómica concreta, am-

    pliando el tipo de comentario que podía permi-tirse como género (desarrollaremos este puntomás adelante).

    Dentro de las series ambientadas en un lu-gar de trabajo, no hay duda de que el hospitales un lugar único para la creación de escenarioscon posibilidades narrativas. No sólo porque esun espacio por el que pueden pasar un númeroinfinito de ciudadanos anónimos (lo que significaun número infinito de tramas a introducir), sinoporque además las historias que acontecen en

    él suelen tener un alto potencial dramático. Estambién un lugar que apela a espectadores detodas las condiciones, porque los conflictos rela-cionados con la salud conectan con un públicomuy amplio, siendo una preocupación común depúblicos a priori muy diferentes. Los doctores yel equipo médico se encuentran en el epicentrodel drama humano y son los héroes que hacenposible que estas historias anónimas esquiven eldesenlace fatal y tengan un final feliz que provo-que una catarsis de emociones en la audiencia.

    La figura del doctor en las series

    Desde el principio de la ficción seriada, el pro-fesional de la medicina se ha situado en la mis-ma categoría que el sheriff  en los westerns o losdetectives en las series policiacas, lo que dicemucho de la forma en que el medio televisivoha representado tradicionalmente a la figura deldoctor: como un héroe que salva vidas, pero queen vez de utilizar un revolver o enseñar la placaque representa a la ley usa el bisturí y la batablanca como símbolo de autoridad. El médicoencaja a la perfección en la definición del héroeclásico televisivo, en el sentido de que su causaes noble y su naturaleza altruista, tendiendo aponer a los otros por encima de sí mismo, sa-crificándose con largas jornadas de trabajo y ha-ciendo siempre todo lo posible por salvar a suspacientes. El arquetipo del sanador subyace de

    5 Nótese que las tendencias en materia de series suelen llegar tarde a la televisión española, pues Médico de Familia se estrenó en1995 y Hospital Central en 2000, ambas mucho más tarde que las series internacionales que les sirvieron de inspiración.

  • 8/16/2019 La Medicina y Las Series de Television

    15/140

    -6-

    Introducción

    manera notable en el retrato del doctor televisivo,cuya capacidad para curar a los que lo necesi-

    tan lo convierte en una figura a la que admirar yen la cual el espectador puede depositar ciega-mente su confianza. El sheriff  nos protege de losindios, el agente de policía de los criminales, yel doctor de las enfermedades. Todos ellos ve-lan, en el fondo, por nuestra seguridad, una ideaque enlaza con la de la ficción del confort, que yahemos mencionado, y que convierte al profesio-nal médico en un personaje de rasgos amablesy comprensivos.

    Los protagonistas de los primeros dramas

    médicos, como el Dr. James Kildare (de Dr.Kildare), eran el prototipo de doctor a quien lebastaban una sonrisa tranquilizadora y una pal-mada en la espalda del paciente para ganarsesu confianza. «Todo irá bien» era lo que trans-mitía un personaje interpretado por el entonces joven Richard Chamberlain y cuyas atribucionessobrepasaban las de un profesional médico. Apesar de que su mentor, el Dr. Leonard Gillespie,le advertía de que debía ceñirse al ámbito de lamedicina, el protagonista de este drama médico

    clásico a menudo llevaba la práctica médica másallá y se convertía en el consejero de sus pacien-tes, tal era la seguridad que les transmitía. Setrata, pues, de una figura de autoridad a la quese atribuyen unos conocimientos y una sabiduríaen el ámbito de la vida en general que excedenlas competencias de una titulación médica, quegenera respeto a su alrededor y que al mismotiempo es lo bastante cercana como para quelos enfermos se aproximen a él con problemasfuera del ámbito de la salud.

    La figura del médico bondadoso se perpetúay es la visión preponderante hasta finales de losaños 70. El Dr. Marcus Welby, el protagonista deMarcus Welby M.D., personifica mejor que nin-guno a este doctor que se desvive por sus pa-cientes y al que menudo vemos velando por ellos junto a su cama. Uno de los ejes centrales deesta serie será el conflicto entre el protagonista yel Dr. Steven Kiley, pues ambos a menudo estánen descuerdo respecto a qué métodos utilizar.Esta fricción será un tipo de conflicto habitualen los dramas médicos, pero en este caso, y apesar de que uno tiende a seguir los manuales

    al pie de la letra y el otro sigue caminos menosortodoxos, los dos tienen como principal preocu-

    pación el bienestar del paciente. Simplemente,son héroes con aproximaciones diferentes en loque se refiere a la práctica médica.

    La figura del médico empieza a mutar en St.Elsewhere, una serie de corte mucho más realis-ta, donde encontramos al Dr. Mark Craig, un per-sonaje que pone sus propios intereses por en-cima de la medicina. Abandona St. Eligius porun trabajo mejor pagado y sólo regresa al centrocuando se le promete un aumento de sueldo ymejor equipamiento. Es mostrado como una es-

    trella de la medicina, un genio que sin embargoes irascible y fácilmente irritable, y que tiene lacostumbre de ridiculizar a sus compañeros concomentarios irónicos. Sus arriesgadas operacio-nes, como un trasplante de corazón, hacen deél un valor muy importante para el hospital y nosindican que vale la pena cargar con su perso-nalidad a cambio de su talento como doctor. Elperfil es muy parecido al del Dr. Gregory House,el experto en diagnóstico de la serie House M.D.La diferencia entre ambos es que Mark Craig es

    un personaje más en una ficción coral con otrosdoctores que personifican la visión del doctorbondadoso de décadas anteriores, mientras queGregory House es el protagonista de su serie yestrella absoluto de la función, personificando unnuevo tipo de doctor que se sitúa en las coorde-nadas del antihéroe.

    La irrupción y la popularidad del antihéroeno es exclusiva del drama médico. El éxito deHouse debe interpretarse dentro del contextode la transformación vivida por las series de tele-visión con el movimiento rupturista de los canalespor cable estadounidenses, que introdujeron fic-ciones que, entre otras muchas características,estuvieron protagonizadas por personajes moral-mente complejos. Tony Soprano, de Los Sopra-no, es el gran antihéroe televisivo moderno, unasubversión de los valores del héroe clásico quesin embargo logra conectar con el espectador através de sus angustias y sus debilidades, y unainfluencia básica en los antihéroes modernos queencontramos en series como Breaking Bad oDexter. En el drama médico, la adopción de estemodelo de protagonista ha llevado al surgimiento

  • 8/16/2019 La Medicina y Las Series de Television

    16/140

    -7-

    LA MEDICINA EN LAS SERIES DE TELEVISIÓN

    CUADERNOS DE LA FUNDACIÓN DR. ANTONIO ESTEVE Nº 35

    y la popularización de un modelo de doctor ca-racterizado por un carácter desagradable y una

    aproximación deshumanizada a la medicina.Si el doctor ficticio tradicional era esencial-

    mente noble y altruista, siempre al servicio delpaciente, cuyo bienestar consideraba una prio-ridad (mirada reconfortante incluida), el nuevodoctor de la ficción será un ególatra que no ten-drá en cuenta al paciente, a quien considera unobstáculo en su profesión y tratará de maneradesagradable. La falta de ortodoxia también seráotro de los elementos clave, y los antihéroes deldrama médico serán reticentes a seguir las nor-mas del hospital, tomarán decisiones que ponenen riesgo la vida de los demás, pacientes inclui-dos, y menospreciarán en general cualquier otraopinión. Sus prioridades tendrán más que vercon la satisfacción personal de poder resolver unrompecabezas (el paciente) que con el hecho decurar a una persona que necesita su ayuda. En-cabezando la tendencia del antihéroe médico seencuentra el mencionado Dr. House, que fue ysigue siendo el más popular de este nuevo tipo

    de profesionales de la medicina, aunque el per-sonaje, que debutó en la televisión norteameri-cana el año 2004, tiene varios precedentes. Valele pena mencionar al doctor John Becker, de laserie Becker, que interpretó Ted Danson y que en1998 ya era un médico malhumorado y política-mente incorrecto, o el doctor Vilches, de la serieespañola Hospital Central, que en el año 2000empezó a interpretar el actor Jordi Rebellón (aun-que en este caso era un personaje secundario,como el Dr. Mark Craig). Las incursiones de los

    canales de cable norteamericanos en el dramamédico también nos han dado otros antihéroesde hospital, como la pareja de cirujanos de Nip/  Tuck (2003), la enfermera Jackie Peyton, de Nur-se Jackie (2009), o el doctor John W. Thackeray,del drama médico histórico The Knick (estrenadoen 2014).

    Héroes o antihéroes, todos los doctores de losdramas médicos se caracterizan por sus enor-mes talento y habilidad. Todos están extraordina-riamente preparados y son capaces de resolversituaciones de alto riesgo y operaciones en extre-mo complejas. Para encontrar médicos ineficien-

    tes o irresponsables, uno tiene que abandonar elterritorio del drama médico y entrar en el de la co-

    media, donde series como Scrubs, Green Wing oChildrens Hospital utilizan precisamente la imagenresponsable e idealizada que los doctores suelentener en pantalla para transgredirla de forma hu-morística. Estas comedias suponen una rupturaante el exceso de seriedad y dramatismo de lasseries médicas, y como tales suponen un sanoejercicio de desmitificación de la figura del doctor.

    Relación con la comunidad médica

    Uno de los atractivos de las ficciones ambienta-das en un lugar de trabajo es el hecho de poderser testimonios de la realidad de unas profesio-nes que resultan atractivas para los espectado-res, pero de las que desconocen los entresijos.Profesiones como la del policía o el médico sonun misterio para los espectadores, que tienencuriosidad por ver cómo es la vida cotidiana deestos profesionales y cómo funcionan las diná-micas de su trabajo. Este factor también es clave

    en otras series que no se sumergen en profesio-nes televisivas tradicionales, como por ejemploEl ala oeste de la Casa Blanca, que permite alespectador ver cómo trabaja una versión ficticiadel gabinete del presidente de los Estados Uni-dos; o Mad Men, que muestra el trabajo creativoque hay detrás de los anuncios y eslóganes pu-blicitarios, llevándonos de las primeras reunionescon el cliente al resultado final del anuncio queserá aprobado. En todas estas ficciones, el es-pectador da por hecho que lo que está viendo es

    fidedigno y está basado en la realidad, y por elloconstruye a través de estas series una imagen dela realidad de estas profesiones.

    El drama médico no es una excepción aesta norma y tiene una influencia inevitable enla creación de un imaginario colectivo sobre lacomunidad médica y el día a día en un hospital.Si bien estas series realizan una aproximaciónrealista de la profesión, los mecanismos de laficción hacen inevitables determinadas licencias.Estas licencias llevan a una de las críticas tradi-cionales que se ha hecho a estas series desdela comunidad médica: pueden crear expectativas

  • 8/16/2019 La Medicina y Las Series de Television

    17/140

    -8-

    Introducción

    demasiado altas a los espectadores en lo quese refiere al instrumental médico que van a en-

    contrar en un hospital y en lo relacionado conla tasa de mortalidad en situaciones concretas,que suele ser más alta en la realidad que en laficción6. Ambas características son recursos deldrama médico para otorgar una mayor heroici-dad a sus protagonistas. Nadie quiere ver docto-res de ficción cuyos pacientes no logra sanar ofallecen en la mesa de operaciones demasiado amenudo. Aunque estas situaciones sí ocurren enlos dramas médicos, no son lo más abundanteporque en el fondo son ficciones que transmiten,

    como ya hemos mencionado, una sensación deconfort y seguridad que es agradable para el es-pectador. Lo mismo ocurre con el instrumentalmédico, que dota de una mayor espectaculari-dad a estas series con el riesgo de recrear hos-pitales ultratecnológicos que no son la realidadde los pacientes. Sin embargo, también es cier-to que hay dramas médicos que han hecho dela recreación realista del instrumental sanitariouna de sus marcas. Así, series como Urgenciaso House M.D. retratan hospitales que están a la

    última, mientras que St. Elsewhere o Nurse Jac-kie muestran la realidad de la falta de recursosy las listas de espera, llevando el drama médicoal terreno del drama social. En este sentido, lacrítica de la comunidad médica que apunta queel drama médico crea falsas expectativas en laaudiencia es válida, pero parcialmente, ya que nopuede aplicarse a todas las series.

    Para que los dramas médicos sean lo másrealistas posible, a menudo los estudios contra-tan profesionales de la medicina como asesores,que trabajan estrechamente con los guionistas.El primer capítulo del Cuaderno que tiene entrelas manos lo firma la doctora Lisa Sanders, quefue asesora de la serie House M.D. Sin embargo,como ella misma relata, hay un pacto entre rea-lidad y ficción: la asesoría de los profesionales,que es la vía de injerencia de la comunidad mé-dica en las ficciones que la representan, se tomaal pie de la letra sólo hasta que choca contra los

    intereses de la ficción. Es estos casos, depende-rá de la decisión del guionista del episodio o del

    showrunner  de la serie optar por la vía realista opor la vía que dramáticamente funciona. Como eldrama médico no es un documental, y no se lepuede exigir el mismo rigor que a este, es lógicoque tenga preponderancia aquello que mejor vaen el guión, y no lo que representa más la reali-dad.

    La conexión entre dramas médicos y comu-nidad médica ha existido desde los orígenes delgénero. La serie Medic, estrenada en 1954, fue laprimera en prestar especial atención a los proce-

    dimientos médicos, y desde entonces los guio-nistas se han preocupado por mostrar con deta-lle y exactitud el trabajo de los profesionales de lamedicina, a menudo contando con la asesoría demédicos para asegurar una correcta representa-ción de la realidad. Inicialmente, los guiones seenviaban a instituciones médicas para su revi-sión. Así, Dr. Kildare, la serie médica más popularde los años 60 en los Estados Unidos, contabacon los consejos de la American Medical Asso-ciation, que aparecía citada en los créditos al final

    de cada episodio, y en los 70 la serie MarcusWelby M.D. tenía miembros de la American Aca-demy of Family Physicians corrigiendo errores enlos guiones. Recientemente se ha impuesto lafigura del asesor independiente, contratado porel estudio o productora y que trabaja de formacontinua con los guionistas, con un feedback  constante e incluso con la posibilidad de suge-rir ideas para nuevas tramas. Además de la Dra.Lisa Sanders en House M.D., también pertene-cen a esta categoría la Dra. Karen Lisa Pike yla enfermera Linda Klein, que trabajan para laserie Anatomía de Grey. Una tercera posibilidades que los guionistas tengan conocimientos demedicina. Es notable el caso de Urgencias, queMichael Crichton escribió basándose en su pro-pia experiencia como residente en el Boston CityHospital, y que contó con guionistas con un ba-gaje en la profesión, como Joe Sachs, médico decabecera, o Neal Baer, pediatra.

    6 Un informe de la Organización Médica Colegial de España del año 2008 ponía como ejemplo la reanimación cardiopulmonar, cuyosresultados en la ficción suelen ser positivos en una proporción mucho mayor que en la vida real.

  • 8/16/2019 La Medicina y Las Series de Television

    18/140

    -9-

    LA MEDICINA EN LAS SERIES DE TELEVISIÓN

    CUADERNOS DE LA FUNDACIÓN DR. ANTONIO ESTEVE Nº 35

    La asesoría de la comunidad médica ha sidocrucial en la introducción de enfermedades des-

    conocidas en la ficción, que es una de las ca-racterísticas más interesantes del drama médicocomo género. A lo largo de la historia, los guionis-tas de muchas de estas series se han preocupa-do por introducir en sus tramas condiciones mé-dicas que no habían tenido demasiada presenciaen televisión, contribuyendo así a visibilizarlas.Una serie clásica, Dr. Kildare, fue la primera enintroducir la epilepsia y los problemas derivadosde la drogadicción, y habría sido la primera entratar otras cuestiones, como las enfermedades

    venéreas o la píldora anticonceptiva, si no fueraporque el consejo de administración de la NBCdecidió rechazar los guiones de sendos episo-dios escritos por Jack Neuman, a pesar de quecontaba con el apoyo del entonces presidente dela cadena. Y es que los dramas médicos a menu-do se cruzan con dilemas morales controvertidosque tienen una aceptación diversa en función dela sociedad de la época, y es la presión de losanunciantes lo que a menudo funciona como ór-gano censor. A pesar de ello, a lo largo de la his-

    toria del drama médico los guionistas han logradointroducir cuestiones médicas de recepción difí-cil, convirtiéndose así en un vehículo más efectivo(gracias a sus elevadas audiencias y la implica-ción del público en la ficción) que los programasinformativos para influir en la opinión pública.

    La llegada de los años 70 supuso un cambionotable en este sentido, con el realismo socialabriendo brecha en los géneros tradicionales delas series. En el drama médico, esta nueva entra-da de aire fresco se traduce en una ficción comoM.A.S.H., cuyo comentario político sobre la Gue-rra de Vietnam, entonces en curso (la serie esta-ba ambientada en la Guerra de Corea para ocul-tar sus intenciones), introdujo un tipo de lecturainédito en el género. La serie, creada por LarryGelbart a partir de la película y la novela previas,se emitió de 1972 a 1983, y tuvo como sucesoraa China Beach, que se estrenó en 1988 y estabaambientada en un hospital de evacuación en laciudad de Da Nang durante la (ahora sí) Guerrade Vietnam. Eran los años 80 y el drama médicode referencia ya era St. Elsewhere, que destacópor su aproximación realista y su contexto so-

    cioeconómico humilde: el St. Eligius era el hos-pital al que acudían pacientes rechazados por

    otros hospitales de más prestigio y mejores equi-pamientos. La serie, creada por el dúo formadopor Joshua Brand y John Falsey (que años mástarde realizaron otra serie médica emblemática,Doctor en Alaska), trató temas inéditos como elcáncer de mama. St. Elsewhere fue la primeraserie en abordar el sida, en un episodio de 1983titulado AIDS & Comfort  en el que un padre defamilia es diagnosticado seropositivo, lo que pro-voca cierto estado de nerviosismo en el hospitaly lleva a su familia a desvelar la relación homo-

    sexual secreta que mantiene con otro hombre.El ejemplo de St. Elsewhere fue seguido en 1987por la serie inglesa Intimate Contact, que fue laprimera serie cuyo tema giraba exclusivamenteen torno a este síndrome al tener un protagonistaque contrae el virus del sida en un viaje de ne-gocios durante el cual tiene relaciones con unaprostituta.

    El primer médico en practicar una eutana-sia en una serie de ficción fue la Dra. Roxanne Turner, también de St. Elsewhere, aunque no lo

    hizo en la serie original sino en Homicide: Life onthe Street. La actriz Alfre Woodard recuperó elpersonaje, que había abandonado St. Elsewhereen la quinta temporada, al que reencontramostrabajando en un hospicio de Baltimore. En elepisodio, titulado Mercy , de 1998, es acusadade haber realizado la eutanasia a varios enfermosterminales. A pesar de que Urgencias también fueuna serie valiente en este sentido, tardó muchomás en abordar la cuestión del suicidio asistidoy no lo hizo hasta un episodio de 2004, tituladoTwas The Night , en el cual la Dra. Jing-Mei Chenpractica la eutanasia a su propio padre, tal comoél había pedido en uno de sus pocos momen-tos de lucidez. El Dr. Pratt encubre la acción, querealiza con éxito y tras la cual desaparece, puesregresa a China para enterrar a su padre y aban-dona su trabajo en el County General Hospitalpara no volver. En los años 90, Urgencias tam-bién abordó temas como el trasplante de órga-nos o las poco reconocidas enfermedades men-tales, al mismo tiempo que trataba cuestiones decarácter social como el tráfico de personas o losderechos de la comunidad homosexual.

  • 8/16/2019 La Medicina y Las Series de Television

    19/140

    -10-

    Introducción

    Finalmente, cabe destacar el valor de los dra-mas médicos como herramientas educativas. A

    pesar de que a menudo adaptan la realidad alas convenciones de la ficción, la representacióndel trabajo que se realiza en un hospital es lobastante exacta como para ser utilizada a modoilustrativo para los estudiantes de medicina. JoeSachs, guionista y productor de Urgencias, lo ex-pone de la siguiente manera: «Una medicaciónque en la vida real tardaría 10 minutos en tenerefecto, en la serie podría tardar 30 segundos.Normalmente comprimimos el tiempo, pero he-mos aprendido que ser rigurosos es importante

    por muchas razones más allá de hacer un dramarealista y responsable». Para los espectadores,los dramas médicos también pueden ser unafuente de conocimientos útil. En el año 2011,una mujer tuvo un ataque de asma que la dejóinconsciente, y su hija de 10 años le practicó unareanimación cardiopulmonar tal como había vistohacer en Anatomía de Grey, serie que solía vercada semana junto a su madre. La anécdota nopuede generalizarse ni debe deducirse que uncurso de primeros auxilios pueda ser sustituido

    por una serie de televisión, pero sí nos dice quevisionar un drama médico da al espectador másherramientas de las que la propia serie pretende,pues las series no quieren educar al espectador,sino sólo entretenerlo.

    Transformaciones del drama médico

    Las series de televisión están viviendo actual-mente uno de los momentos creativos más in-teresantes de su historia. El medio ha logradoalcanzar un prestigio impensable hace años, quees el resultado de unos cambios en la industriatelevisiva que han llevado al reconocimiento delguionista como autor y a la creación de seriescon ambiciones artísticas que van más allá delo que antes se consideraba mero entretenimien-to. Esta transformación también ha alcanzado laestructura del drama médico, que en la últimadécada ha combinado la ejecución de la fórmulatradicional de los workplace programs con la ex-ploración de nuevas ideas que tienen como ob- jetivo innovar el género. Entre los cambios másrelevantes encontramos el interés por disciplinas

    poco exploradas en el medio, como la cirugíaplástica (en la serie Nip/Tuck, de 2003), la gine-

    cología (en la ficción inglesa Bodies, de 2004) ola sexología (en la serie Masters of Sex, de 2013),que abren el punto de vista del drama médicotradicional, a menudo centrado en la medicinageneral.

     También se han llevado a cabo fusiones conotros géneros, con resultados diversos. Convertiral doctor en un héroe de acción imprimiendo unritmo elevado al drama médico es algo que se haintentado en diversas ocasiones, con resultadospoco alentadores. Es el caso de la norteamerica-

    na Trauma, de 2009, centrada en un equipo deparamédicos, o de la británica Critical, de 2015,que prometió operaciones en tiempo real. Nin-guna de las dos fue bien recibida, ni por la críticani por el público. En cambio, la fusión de dramamédico y drama histórico de The Knick, la seriede Steven Soderbergh estrenada en 2014, fuedestacada como una de las mejores ficciones te-levisivas de aquel año. Ambientada en un hospi-tal de principios del siglo  XX , la serie revisita algu-nas de las características clave del género, como

    la figura del antihéroe, la rivalidad entre doctores,los conflictos éticos o los casos episódicos, conun telón de fondo que permite construir un re-trato histórico en el que encontramos conflictossociales como el racismo y las diferencias entreclases, prácticas como la venta de cadáveres otécnicas quirúrgicas que para el espectador ac-tual son muy rudimentarias. Todo con el debidogusto por la sangre y las imágenes impactantesque rigen parte de la ficción televisiva actual.

    Sin embargo, el elemento más interesantede la transformación actual del drama médicoes que sus temas están apareciendo en seriesque no se enmarcan en el arquetipo del género.Las cuestiones médicas, hace años contenidasdentro de las series de hospital, se encuentranactualmente en series de todo tipo. En el presen-te volumen encontrará ensayos sobre series mé-dicas tradicionales como las que hemos tratadoen esta introducción, pero también sobre seriesque a priori no se calificarían como médicas perosin embargo contienen elementos suficientes delgénero como para ser analizadas aquí. La ex-pansión de estos contenidos fuera de los límites

  • 8/16/2019 La Medicina y Las Series de Television

    20/140

    -11-

    LA MEDICINA EN LAS SERIES DE TELEVISIÓN

    CUADERNOS DE LA FUNDACIÓN DR. ANTONIO ESTEVE Nº 35

    de la ficción de hospital beneficia en última ins-tancia a la medicina, cuya presencia en el imagi-

    nario colectivo creado por las series de televisióncada vez es mayor. De todos modos, creemosnecesario un análisis pormenorizado de algunoscasos que consideramos clave. Un análisis quedejamos en manos de los verdaderos profesio-nales de la medicina: los expertos en cada unade las disciplinas médicas que han participadoen este libro con sus reflexiones acerca de cómolas series reflejan su profesión.

    En el primer capítulo encontrarán un análisissobre la serie House y su visión del diagnósti-

    co médico. En el segundo, averiguaremos si TheKnick es tan rigurosa como parece con un apa-sionante viaje por la historia de la cirugía. En eltercero, el lector podrá profundizar en cómo unaserie tan prestigiosa como Los Soprano ha he-cho del psicoanálisis la clave de la creación de suprotagonista. En el cuarto capítulo se analiza dequé manera la serie de televisión The Big Bang Theory ha ayudado a visibilizar y popularizar elsíndrome de Asperger, hasta hace poco des-conocido por el gran público. En el quinto ca-

    pítulo hallarán un ensayo sobre la drogadiccióntal como se muestra en la serie Breaking Bad,y en el sexto sobre cómo se trata el tabaquis-mo en una serie de época como Mad Men. En el

    séptimo capítulo nos atreveremos a abordar TheWalking Dead como si fuera una serie médica,

    tratando el problema de los zombis como unaepidemia tradicional. En el octavo pueden vercómo el problema social del sida ha sido trata-do en tres ficciones muy diferentes. El noveno yel décimo capítulos están dedicados a las dosdisciplinas médicas de representación televisi-va más reciente: primero observamos la cirugíaplástica en Nip/Tuck y en Anatomía de Grey, yluego nos centramos en la sexología y los pro-tagonistas de Masters of Sex. En el undécimocapítulo tratamos la medicina forense, una de

    las especialidades más recurrentes en televisión,analizando CSI, la serie que la popularizó. En lossiguientes tres capítulos nos adentramos en lasemociones de tres personajes: la bipolaridad deCarrie en Homeland, la depresión de Olive en laminiserie Olive Kitteridge, y el camino hacia el malde Rust en True Detective. Y en el último capítulonos ocupamos del cáncer tal como lo muestra laserie Polseres Vermelles, cerrando un Cuadernode la Fundación Dr. Antonio Esteve cuyo objetivoes dar a los profesionales de la medicina una pa-

    norámica de cómo su profesión se refleja en lasseries, y a los aficionados a las series un puntode vista interesante, inesperado y enriquecedorde sus ficciones favoritas.

  • 8/16/2019 La Medicina y Las Series de Television

    21/140

  • 8/16/2019 La Medicina y Las Series de Television

    22/140

    -13-

    CUADERNOS DE LA FUNDACIÓN DR. ANTONIO ESTEVE Nº 35

    House y el diagnóstico médico*

    Lisa Sanders

    patente el vínculo entre House y su inspiración, eldetective privado más célebre de todos los tiem-pos: Sherlock Holmes.

     A partir del primer encuentro con el persona- je, House se erige como un hombre observador,inteligente y arrogante. Aunque es quisquilloso

    y a veces incluso maleducado, domina comonadie el método deductivo y posee un instintoimplacable para la revelación dramática. Losque conocen el canon  holmesiano  detectaránlos ecos que guarda esta escena con el primerencuentro del lector con el detective en Estudioen escarlata. A los pocos minutos de conocer asu futuro amanuense, el doctor John Watson,Holmes le anuncia: «Por lo que veo, ha estadousted en tierras afganas». No revela lo que le hallevado a esa deducción hasta varias semanas

    y casi 12 páginas después. Cuando Watson lepide una explicación, Holmes desvela la con-catenación de observaciones y razonamientosque, en retrospectiva, como todas las deduc-ciones, parece muy sencilla: «Hay delante de míun individuo con aspecto de médico —le dice aWatson— y militar a un tiempo. Luego se tratade un médico militar. Acaba de llegar del trópico,porque la tez de su cara es oscura y ese no es elcolor suyo natural, como se ve por la piel de sus

    El médico fija sus penetrantes ojos azules enel hombre de mediana edad que tiene sentadoante él y que presenta una tonalidad de piel muyextraña. Por encima de su nariz aguileña, lo es-cudriña con la mirada con que un depredadorexamina a su presa. Fríamente señala:

    – Desgraciadamente el problema de usted esmuy grave: su mujer le pone los cuernos.

    – ¿Qué? —exclama el hombre, sorprendido porese diagnóstico tan inusual y poco solicitado.

    El médico juguetea con su bastón mientrascontempla al paciente, cuya piel tiene el colorde una zanahoria, pero que solamente se que- ja de dolor en la espalda tras una intensa partidade golf.

    – Está usted naranja, imbécil —espeta, irrita-do—. Y que usted no se dé cuenta, pase;pero si su mujer tampoco ve que su maridoha cambiado de color es mala señal.

    Se trata del primer intercambio entre el doc-tor Gregory House y el paciente que acude a suconsulta en el primer episodio de la serie de te-levisión de la cadena estadounidense Fox llama-da House MD  (que en España se emitió con elnombre de House). Ya desde el principio queda

    Gregory House marcó un antes y un después dentro del género de las series médicas. No sólo trasladócon notable éxito el concepto de protagonista antihéroe de las cadenas por cable a la televisión en abier-to, sino que además logró ganarse el interés y el respeto de buena parte de los profesionales sanitarios.Después de ocho temporadas en el canal FOX (2004-2012), 177 episodios y numerosos galardones, en-

    tre ellos dos Globos de Oro para Hugh Laurie como mejor actor protagonista, House sigue siendo objetode estudio en el ámbito universitario y en revistas médicas de prestigio como The Lancet.

    * Artículo original en inglés disponible en: www.esteve.org

  • 8/16/2019 La Medicina y Las Series de Television

    23/140

    -14-

    House y el diagnóstico médico*

    muñecas. Según lo pregona su macilento rostro,ha experimentado sufrimientos y enfermedades.

    Le han herido en el brazo izquierdo. Lo mantienerígido y de manera forzada... ¿En qué lugar deltrópico es posible que haya sufrido un médicomilitar semejantes contrariedades, recibiendo,además, una herida en el brazo? Evidentemen-te, en Afganistán».

    Se trata de un hombre arrogante, observador,inteligente…, un poco cascarrabias tal vez, perosumamente brillante en sus deducciones y reve-laciones lapidarias, que expresa de un modo casidespiadado. El paralelismo entre ambos no es

    casual. El cocreador y productor ejecutivo de laserie, David Shore, ha reconocido que el home-naje fue intencionado desde el principio: «Cadavez que alguien conjuga “enigma” y “deducciónbrillante” en la misma frase, es inevitable pensaren ese gran personaje de ficción, el detectiveSherlock Holmes, y en su inseparable ayudan-te, el doctor Watson. Sin duda alguna, Holmes(y el médico real que lo inspiró, el doctor JosephBell) fueron una fuente de inspiración clara paraHouse».

    Los ecos al canon holmesiano son frecuentesen la serie. El apellido del protagonista, House(que en inglés significa «casa»), recuerda a Hol-mes (cuyo homófono, homes, significa «casas»).House tiene un único amigo, James Wilson, unparalelismo con el doctor John Watson. Housetoca el piano, la guitarra y la armónica; Holmesse distrae tocando el violín. House toma Vicodi-na; Holmes, cocaína. Ambos se inyectan de vezen cuando morfina o un derivado de la morfina.Holmes muere (por lo menos temporalmente)tras una pelea con su archienemigo, el profesorJames Moriarty, en la que ambos caen por unprecipicio; a House le dispara un tiro casi mortalJack Moriarty. Irene Adler era, para Holmes, LAmujer. La primera paciente que salva House tie-ne el mismo apellido, Rebecca Adler. House fingeun cáncer para conseguir uno de sus objetivos, locual constituye una referencia clara a la historia Eldetective moribundo, en la que Holmes simula te-ner una infección mortal para atrapar al asesino.

    Holmes y Watson llaman a todo el mundopor el apellido. Lo mismo hacen House y Wilson. Además, Holmes y House tienen en común una

    personalidad poco convencional y cierta brus-quedad en la conducta, especialmente cuando

    investigan un caso interesante. Las similitudesson evidentes incluso en el ocio. El actor HughLaurie comparó una vez la obsesión de Housecon la televisión, los videojuegos y la música po-pular con el hábito de Holmes de escuchar mú-sica clásica o leer monografías insípidas durantehoras para descansar la mente mientras resolvíaun caso.

    Un médico que inspira a un detective que

    inspira a un médico que inspira una serieHouse se emitió en la cadena Fox de 2004 a2012. Fue una de las series más populares dela década. De hecho, en el año 2009 fue la seriemás vista del planeta, con 51 millones de es-pectadores. Por el camino obtuvo tres premiosEmmy (mejor guión, mejor dirección y mejormaquillaje), cuatro Golden Globes (mejor actory mejor serie dramática, dos veces cada uno) yun premio Peabody. Además, recibió galardonesdel Gremio de Actores de Cine y el Gremio de

    Escritores, por no hablar de infinidad de People’sChoice Awards (premios de elección del públi-co).

    Hay quien dice que la serie tiene muchos pa-dres, y en este punto quiero reclamar mi peque-ña parte del pastel de la paternidad, junto conSherlock Holmes. Desde 2002 escribo una co-lumna mensual en el New York Times Magazine sobre misterios médicos. En mi columna, que sellama Diagnosis, relato la historia de un pacientecon síntomas misteriosos que acude al médicopara dilucidar la causa. Llevo a los lectores de lamano por el proceso diagnóstico mediante laspistas y deducciones que permiten que el médi-co/detective descubra los procesos patológicosque provocan la enfermedad del paciente, e in-dico un posible tratamiento o incluso una cura.

    Cuesta recordarlo, pero a principios de estesiglo (antes de que House fuera un nombre co-nocido por todos) el diagnóstico no era un temade debate popular. Si consideramos que lo queaparece en los medios y el mundo del entreteni-miento constituye un indicador de la popularidado el reconocimiento de un tema, el diagnóstico

  • 8/16/2019 La Medicina y Las Series de Television

    24/140

    -15-

    LA MEDICINA EN LAS SERIES DE TELEVISIÓN

    CUADERNOS DE LA FUNDACIÓN DR. ANTONIO ESTEVE Nº 35

    por aquel entonces no era un proceso holme-siano, sino una respuesta sencilla a la pregun-

    ta compleja que presentaba el paciente. En lasseries médicas tradicionales, el diagnóstico eraun mero punto de partida para el resto de lahistoria. En programas como Dr. Kildare (1961-1966), Marcus Welby (1969-1976) o Urgencias(1994-2009), un paciente acudía al médico o alhospital con una sintomatología concreta, peroel argumento se centraba en lo que ocurría anteso después de que se desvelaran las causas. Eldiagnóstico quedaba relegado a un nexo entreuna escena y otra.

    Por ejemplo, en Urgencias, una de las seriesmédicas que se mantuvo más tiempo en antena,uno de los médicos dice a su paciente: «ya te-nemos los resultados del análisis de sangre: pa-dece usted leucemia». Sin más cavilaciones. Seextrae sangre, se realizan unos análisis, se llegaa una respuesta (la leucemia) y la historia retomael tema original. En estas series, el diagnósticoes como las matemáticas. La fatiga, sumada alos resultados anómalos de los análisis, equivalea leucemia. En realidad, el diagnóstico de este

    tipo de cáncer suele ser mucho más comple- jo. ¿Hubo alguna pista en la exploración física,como la palidez del rostro y de los ojos? ¿Pre-sentaba el paciente esplenomegalia? ¿Pérdidade peso? Nada de eso es importante ni entrañaun misterio especial cuando el diagnóstico no esmás que un pequeño componente de un dramahumano de otro tipo.

    En realidad, creo que a los médicos les gus-taba retratar así su profesión. La precisión meri-diana de la ciencia y la certeza del diagnóstico secontraponían al arte de lidiar con las complejida-des de la conducta y las emociones humanas.La simplicidad de esta representación ficticia delproceso camufla la incertidumbre que rodea a lamayoría de los diagnósticos, si no a todos. Reco-nocer la falta de precisión intrínseca es algo queparece incomodar a los médicos.

    Cuando empecé mis estudios de medicina,nada durante los primeros 2 años contradijo laidea que tanto mis compañeros de clase comoyo teníamos: que la medicina era eminentementecientífica, con una precisión y una exactitud quela situaban al mismo nivel que lo que habíamos

    aprendido en las aulas antes de llegar a la univer-sidad y durante los primeros dos cursos: quími-

    ca, biología, anatomía y fisiología. Una disciplinabien definida, bien comprendida; una ciencia, endefinitiva.

    Esa impresión se desmorona en el tercer añode carrera, cuando los estudiantes salen de lasaulas y llegan a un hospital o un centro dondese practica la medicina real y descubren el mis-terio del diagnóstico (y, de hecho, lo celebran ensilencio).

    En mi primer día de prácticas médicas asistí ala reunión diaria que celebran todos los médicos

    de una especialidad, que en los Estados Unidosse denomina Resident Report.  Una gran mesadominaba la reunión. A su alrededor se senta-ban los médicos en prácticas. Los estudiantesse colocaban al fondo, junto con los profesoresde medicina más experimentados. Un residen-te (que es como denominamos a los médicosen prácticas) describió el caso de un pacienteque había acudido al hospital con un proble-ma que requería diagnóstico y atención médica.Expuso el caso a los asistentes tal como él se

    lo había encontrado: quién era el paciente, quéhabía contado a los médicos y cuáles fueron losresultados de la exploración y de las pruebaspreliminares. Luego los residentes tuvieron queafrontar el reto de dilucidar el diagnóstico. Exami-naron los datos presentados, formularon pregun-tas adicionales e intentaron establecer una seriede razonamientos que les llevaran de los efectos(síntomas) a la causa (enfermedad).

    En esa primera reunión me percaté con es-tupor de que el diagnóstico no era un problemamatemático, sino una historia de detectives. Unenigma de Sherlock Holmes inscrito en su con-texto original, no en la residencia del número221B de Baker Street, sino en la sala de explo-ración que lo había inspirado. En esta versiónmoderna que tenía ante mis ojos, los residentesdesempeñaban el papel del joven Conan Doyle(médicos que se esfuerzan por aprender las no-ciones básicas de la deducción y el diagnóstico),orientados y corregidos por el maestro (JosephBell, cuyo papel cumplían los médicos más ex-perimentados que corregían y retomaban el hilocuando los alumnos se extraviaban).

  • 8/16/2019 La Medicina y Las Series de Television

    25/140

    -16-

    House y el diagnóstico médico*

    De hecho, podría decirse que House es eldoctor Holmes que habría existido si Conan Doy-

    le hubiera vivido en el siglo  XXI. Era imposible queHolmes fuera médico a finales del siglo  XIX , cuan-do surgió por primera vez de la pluma de ConanDoyle. Joseph Bell, el médico en quien el escritorbasó su personaje, era un hombre admirado porsus fabulosas dotes de observación, su dominiode los elementos efímeros de la época (la geologíalocal, los acentos regionales, etc.), su potente ra-zonamiento deductivo y su don por lo dramático.Pese a controlar a la perfección los aspectos fun-damentales del diagnóstico, por aquel entonces

    apenas le servían para nada. ¿Qué aportaban di-chas habilidades a finales del siglo  XIX ? La cienciade la medicina era entonces rudimentaria. Aun-que se habían descrito muchas enfermedades,pocas se comprendían bien. No había pruebaspara confirmar las sospechas de un diagnóstico.Es más, incluso si eso hubiera sido posible, tam-poco había tratamientos eficaces para casi nada.

    En cambio, a finales del siglo  XIX   la cienciaforense estaba en auge. Las herramientas másbásicas para los detectives se estaban generali-

    zando. La primera prueba balística se realizó en1835. Las huellas digitales se usaron por primeravez para la investigación de delitos en 1892. EnParís, en la década de 1870, se empezaron a to-mar fotografías de los detenidos como una formade identificación policial. El uso generalizado deltelégrafo permitió que los detectives del siglo  XIX  se comunicaran rápidamente con la policía deotros distritos, tanto cercanos como lejanos. Elcaso de Jack «el destripador», aunque no pudoresolverse, supuso sin embargo la aplicaciónmás célebre de la ciencia forense que empezabaa florecer en la época. En dicha investigación, losequipos de policías realizaron indagaciones casapor casa por todo Whitechapel, la zona dondese habían producido los asesinatos. Se recabó yexaminó el material forense, se identificaron sos-pechosos, se tomaron huellas digitales y fotogra-fías, y se realizaron interrogatorios que aparecie-ron en prácticamente todas las portadas.

    La frustración de Conan Doyle con su oficioes casi tangible. Pese a las increíbles virtudesque había adquirido tras años de observar a Bell,apenas podía hacer nada para ayudar a nadie

    médicamente. De modo que trasladó su fascina-ción por el proceso de observación y deducción,

    y la acumulación de conocimientos arcanos (queconstituyen las herramientas fundamentales deldiagnóstico), a una ciencia nueva: la ciencia delos crímenes y los detectives. Sherlock Holmescambió el estetoscopio, que se acababa de in-ventar, por una gorra de doble visera y una lupa.Era el inicio de las historia de detectives.

    De vuelta a las raíces

    Si Holmes fue un detective inspirado por un médi-

    co, yo me considero una doctora inspirada por undetective. En realidad, desde esa primera reunióna la que asistí como estudiante, desentrañar elmisterio del diagnóstico ha sido mi obsesión, tan-to en mi consulta como en la columna que escri-bo para la revista del New York Times. De modoque, cuando recibí la llamada de un productor deHollywood llamado Paul Attanasio, que me contóque iba a producir una serie basada en mi colum-na, me quedé intrigada. ¿Acaso iba a cerrarse elcírculo de todo ese legado? Era una posibilidad

    apasionante. Attanasio describía la nueva seriecomo una especie de Ley y orden «procedimen-tal», donde el «criminal» de cada episodio seríauna enfermedad poco común, que habría queperseguir y llevar a la justicia, pero no a manos dela policía sino de un equipo especial de médicos.

    El título inicial de la serie era Chasing Zebras(«persiguiendo cebras»), en alusión a que losmédicos suelen aplicar la lógica del refrán inglés«Cuando oigas galopar, piensa en caballos, noen cebras», según la cual los caballos son las en-fermedades habituales. Sin embargo, en la serie,lo que provoca el galope son las cebras, es decir,las enfermedades poco frecuentes. La idea con-venció de inmediato a la Fox, obtuvo financiacióny el episodio piloto recibió luz verde. No obstan-te, Attanasio y su equipo (con socios como KatieJacobs y David Shore) pronto se dieron cuentade que, al centrarse exclusivamente en las en-fermedades, estaban perdiendo un componentefundamental del drama: la complejidad humana.En palabras de Shore: «Cuando te enfrentas a undrama policial, hay toda una serie de motivacio-nes ocultas. Personas que esconden cosas. Los

  • 8/16/2019 La Medicina y Las Series de Television

    26/140

    -17-

    LA MEDICINA EN LAS SERIES DE TELEVISIÓN

    CUADERNOS DE LA FUNDACIÓN DR. ANTONIO ESTEVE Nº 35

    gérmenes evidentemente no hacen eso. Un ger-men no le miente a otro porque se ha acostado

    con su mujer». Aunque lo que Fox quería y había pagado era

    una serie procedimental que presentara un casopor semana, como CSI o como Ley y orden, quetanta popularidad y tan buenos resultados habíancosechado para otros canales, los cocreadores Attanasio y Shore se percataron en seguida deque no iban a engendrar algo así. La serie, másbien, se iba fraguando como un serial, un pro-grama cuyos giros argumentales comprendenmúltiples episodios y dependen de un modo fun-

    damental del desarrollo de los personajes prin-cipales. Se trata de un modelo menos rentablepara las productoras, porque hay menos flexibili-dad en las reemisiones. No obstante, Shore teníamuy claro que la estructura de un médico comodetective necesitaba más cosas para compensarla ausencia de un villano. Y que el propio médicodebía condensar la complejidad que normalmentese distribuye entre todo un reparto. «Cuanto mástrabajaba en el tema —explica Shore—, menoscapaz me sentía de convertirlo en algo procedi-

    mental y más empezaba a cobrar vida el persona- je para mí». Ese personaje se convirtió en el hom-bre que ahora conocemos como Gregory House.

    Cuando se rodó el episodio piloto, el miedoera que los ejecutivos de la Fox se enojaran, por-que la serie no se inscribía en el modelo de casopor semana que habían comprado y pagado.«En cierto modo les dimos gato por liebre», reco-noce Shore. El equipo había estado discutiendocómo abordar el problema cuando llegó la horade mostrar el piloto a los ejecutivos de la Fox,que decidirían si la serie seguiría su andadura oterminaría ahí. Attanasio sugirió no decírselo a lacadena y dejar que la serie hablara por sí misma. Así lo hizo. Se programó la serie para la tempo-rada siguiente.

    Fue entonces cuando recibí la llamada de Attanasio. ¿Me interesaba colaborar en la seriey proponer las historias médicas que constitui-rían el meollo de cada episodio? «¡Madre mía!»,pensé. Mi columna… en Hollywood. Me quedésin palabras.

    «Cuénteme más», respondí, procurando so-nar natural, como si las llamadas de ejecutivos

    de Hollywood llegaran tan a menudo como lasllamadas de las enfermeras. Attanasio hizo una

    breve pausa y luego prosiguió con cautela, con-tándome que la serie iría sobre un médico quese especializaba en realizar diagnósticos difíciles.Un médico que sería (y ahí Attanasio hizo otrapausa) «irritable, arrogante y adicto a las drogas.Un médico que odia a los pacientes, pero al quele encanta el diagnóstico».

    La descripción desató una breve batalla enmi interior. No era así como quería que quedarareflejada mi magnífica obsesión: como el produc-to de un imbécil, un monstruo maleducado. Por

    otro lado, mostrar el diagnóstico como un mis-terio que debe resolverse, como una historia dedetectives (y hacerlo para un público mucho másamplio del que iba a acceder jamás a mi colum-na), me atraía sobremanera.

    Por supuesto, en función de esta descripción,me imaginé que la serie sería un fracaso. Normal-mente comulgo con William Goldman en lo queconcierne a Hollywood, y creo que nadie tiene niidea de lo que hace. Pero no ese día. Cuando mehablaron de una serie centrada en un personaje

    que parecía imposible que gustara a nadie (caberecordar que eso fue antes de Breaking Bad), meimaginé que duraría una temporada, como mu-cho.

    Sumida en la cacofonía de mis pensamientos,contesté con toda la naturalidad de que fui capazque sí, que me encantaría colaborar con la serie.Pero en cuanto vi el episodio piloto supe que mehabía equivocado por completo. La serie era ex-celente. El actor elegido para dar vida a House,un británico llamado Hugh Laurie (conocido has-ta entonces como el más serio del dueto que ha-bía protagonizado con el actor cómico StephenFry), resultaba cautivador como el héroe impro-bable de esta mezcla entre comedia y drama detema médico. En apariencia, House era el horrorque había descrito Attanasio (arrogante, irritable,grosero… vamos, totalmente insoportable). Sinembargo, de algún modo, cuando el espectadormiraba a los ojos del actor Hugh Laurie, perci-bía inmediatamente que existía otro House, unHouse más bueno, un ser sensible que habíasufrido y que afloraba sobre esa capa externamalhumorada. Y ambos resultaban fascinantes.

  • 8/16/2019 La Medicina y Las Series de Television

    27/140

    -18-

    House y el diagnóstico médico*

     Aventuras en Hollywood

     Tras firmar el contrato, Paul me propuso viajara Los Ángeles y conocer a los guionistas y losactores. Mientras conducía un coche de alquilerpor West Pico Boulevard, intentaba imaginarmea quién iba a conocer y cómo iba a ir todo. Teníael pulso aceleradísimo cuando llegué a la zona deseguridad de la entrada del estudio y un apuestohombre de mediana edad (¿un actor fracasado?)anunció mi llegada. Me ofrecieron un mapa y lasindicaciones para llegar al edificio donde iba aconocer a los guionistas, los productores y los

    actores.Un joven alto y atlético me dio la bienveni-

    da cuando entré en el edificio bajo que tenía laapariencia de un almacén antiguo. Las alfom-bras eran industriales y gastadas. Las paredes,llenas de marcas y un poco deslustradas. PeroDustin (así se presentó el joven) me condujo con jovialidad y alegría por una docena aproximadade pequeñas oficinas. «Aquí es donde trabajanlos guionistas», me dijo. Luego me llevó a unagran sala en la que, aunque destacaba una mesa

    enorme, imperaba el estilo desenfadado y prác-tico de la sala de recreo de una residencia deestudiantes. Paul me saludó y me presentó alos guionistas (Tommy Moran, Peter Blake, LarryKaplow y Sara Cooper), al productor ejecutivo(David Shore) y al consultor médico (un internolicenciado en Harvard llamado David Foster).

     Todos nos sentamos en esa mesa de dimen-siones descomunales y empezamos a charlar. Varios episodios de la primera temporada surgie-ron de esa conversación. En concreto, recuerdo

    el debate sobre si deben respetarse los deseosde los pacientes, aunque estén equivocados. Ysobre el hecho de que, si tratas a alguien que noquiere recibir tratamiento, puede denunciarte poragresión. Ese tema cobró vida en el episodio 9,titulado No RCP , en el que un músico de jazz,que cree que sufre una enfermedad degenerativaterminal, pide que no se le realice ninguna inter-vención de reanimación en caso de parada car-diaca. House cree que el diagnóstico es erróneo,de modo que, cuando al hombre se le para elcorazón, lo reanima. Por supuesto, House acabateniendo razón (como se descubre más adelan-

    te) y el músico vive, pero no sin antes interponeruna denuncia.

    Conocí a Hugh durante esa visita. Charlamosbrevemente y le dije que dedicarme a la medicinaera fruto de mi crisis de la mediana edad, puesantes había hecho mis pinitos en las noticiasde televisión. Hugh me dijo que su padre tam-bién era médico como segunda profesión: habíasido militar y fue al retirarse cuando se planteóestudiar medicina. Le pregunté si estaba canali-zando la figura de su padre al encarnar el papel,ya que estaba demasiado deslumbrada comopara oír siquiera lo que eso implicaba sobre supadre. Laurie sonrió amablemente y me dijo quesu padre era un médico completamente distinto.«Un médico de familia», repuso, «que ejerce unamedicina mucho menos sofisticada que House». Añadió que le resultaba raro pensar que en unatemporada de la serie iba a ganar más dinero delque ganaba su padre en un año. «Es extraño,¿verdad?», concluyó, pensativo.

    Producción de costa a costa

    Durante los 8 años en que se emitió House inten-té ir a Hollywood a visitar el plató por lo menosuna vez al año, principalmente porque era diver-tido. La mayor parte de mi trabajo como asesoratécnica lo hice por correo electrónico y mediantellamadas telefónicas. Los guionistas me llama-ban con el personaje y el argumento principal,y yo (con la ayuda de otros dos médicos ase-sores que se incorporaron más tarde) procura-ba encontrar una enfermedad y una historia que

    encajara.La otra parte de mi trabajo consistía en iden-

    tificar las imprecisiones del guión. Eso no era tanentretenido como idear las propias historias, peroreconozco que la consideración de la medicinadel público depende, al menos parcialmente, decómo se muestre en televisión. Muy al principiode la primera temporada, uno de los guionistaspropuso que el equipo de House le pusiera algoen la boca a un joven con epilepsia mayor paraevitar que se le bloquearan las vías respiratoriascon la lengua. Esto nunca ocurre en medicina.Desde el primer día en la facultad se nos dice

  • 8/16/2019 La Medicina y Las Series de Television

    28/140

    -19-

    LA MEDICINA EN LAS SERIES DE TELEVISIÓN

    CUADERNOS DE LA FUNDACIÓN DR. ANTONIO ESTEVE Nº 35

    que ponerle algo en la boca a alguien que sufreun ataque epiléptico es más perjudicial que be-

    neficioso. Aunque la intención sea evitar que elpaciente «se trague la lengua», como me decíanen el instituto, una cuchara en la boca puedebloquear las vías respiratorias del paciente y pro-vocarle hipoxia. Cuando lo señalé, el guionistacambió la escena de inmediato. Como resultado,House fue uno de los pocos programas que pre-sentó correctamente la respuesta médica anteeste tipo de ataque tan habitual.

    Por supuesto, no todos mis consejos llega-ron a buen puerto. En la segunda temporada,

    recibí un guión que contenía un error que debíacorregirse. El guionista y productor Tommy Mo-ran quería indicar el contacto oral-genital (insér-tese aquí una tosecita azorada) entre dos per-sonajes, así que quería que el chico contrajerauna infección que sólo pudiera transmitirse deese modo. House le diagnosticaría al muchachovaginosis bacteriana. Como herramienta dramá-tica, el diagnóstico funcionaba. Sin embargo,es un diagnóstico improbable en un hombre.Como tantos otros nombres de enfermedades,

    en medicina la ubicación de la infección formaparte del nombre (cuando se habla de vagino-sis bacteriana, «vagina»