la martires y rebeldes - terra e tempo. a primeira insumision gallega...i la insumision gallega...

205

Upload: nguyenkiet

Post on 16-May-2018

220 views

Category:

Documents


5 download

TRANSCRIPT

  • LA INSUMISION GALLEGAMAR TIRES Y REBELDES

  • I

    LA INSUMISION GALLEGA

    MARTIRES Y REBELDES

    GALlerA y PORTUGAL en la Baja Edad Media(siglos XIV y XV)

    COLECCIN IDACIO

    EDITORIAL CITANIABUENOS AIRES

    1963

  • Queda hecho el dep6silo

    ';lIe pret'ielle la ley 11.723,

    Impreso en La Argcn.lina - Princc! in Arsentillc

    I!

    ilf

    f'1.

    l

    A

    RDLF PRADA,

    patricio gallego.

  • Esta obra es un estudio de la resistencia que ofreci el pueblo gallegoa desaparecer como una entidad poltica propia en el mapa de Espaa; ytambin del lento declinar de la cultura gallega, absorbida por la caste-llana, como consecuencia de la desaparicin del reino independiente deG(dicia. En Grandeza y decadencia del reino de Galicia tuve ocasinde presentar el 'proceso y desarrollo histrico de nuestro pueblo, desde lostiempos ms antiguos, sealando la f01'macin de su singularidad polticaen el reino de los mevos, el primero desgajado como nacin independientedel imperio romano; y ms tarde vimos aparecer el reino de Galicia, regidode una manera autnoma por don Raimundo de Borgoa; y, como inde-pendiente, unido a Len, por los reyes Fernando 1I y Alfonso IX. Tuvimosentonces ocasin de ver, cmo el ascenso poltico de Galicia produio y fueacompaado de su grandeza cultural que dio a la Europa medieval elmodelo de las Cortes representativas, los monumentos ms bellos de laarquitectura y escultura romnicas, y la poesa lrica, profana y religiosa,ms sentida de los primeros pasos de la literatura europea en lengua ver-ncula. Vimos tambin cmo la incorporacin del reino de Galicia al deCastilla paraliz el esfuerzo creador de Galicia e inici la decadencia pol-tica y cultural de nuestro pueblo.

    Ahora en La Insumisin Gallega: Mrtires y rebeldes presentamos lalucha librada por Galicia para conservar en lo posible esa personalidad,que cada vez iba siendo ms borrosa y dbil por la poltica castellanizantecentralista de los reyes de Castilla. Y veremos a nuestro pueblo, unas Ve-ce.' solo, representado por su levantisca nobleza, y otras auxiliado porgentes extranieras, Portugal e Inglaterra, principalmente, pugnar con losreyes de Castilla y con su poltica absorbente. El fracaso de las ltimastentativas polticas gallegas de afirmar su propia manera de ser llev almarasmo total de la cultura gallega de aliento propio.

  • 8 Emilio Gmlzlez Lpez

    Al igual que hicimos en Grandeza y decadencia del reino de Galiciaestudiaremos de nuevo paralelet;mente la evoludn histrica de nuestropueblo y la del portugus para examinar las influencias que han tenidouno en el otro: las intervenciones de los gallegos en la vida de Portugal,causa del sacrificio de Ins de Castro y de Juan Fernndez Andeiro porlos patriotas portugueses que los consideraron peligrosos para la indepen-dencia de su pas; y las de Portugal en la vida de Galicia. Veremos en-tonces c6mo el resultado de un proceso histrico, en el que Espaa secastellaniz cada vez ms y Portugal acentu6 paralelamente su carcternacional exclusivista, Galicia, y de una manera "articular su cultura, fuela primera vctima, al tener que separarse de la portuguesa, con la cualhabla vivido unida como hermana siamesa.

    Al ,historiar la vida poltica y cultural de Galicia en la Baja EdadMedia, en los siglos XIV y XV, no nos limitaremos a registrar los hechosacontecidos en nuestra tierra, sino que prestaremos gran atencin a todos;zquellos otros que, ocun"idos en otros pases, tuvieron una repercusindirecta en la historia de Galicia y de una manera singular en su luchapor conservar su personalidad poltica.

    Y, por ltimo, al estudiar la cultura gallega en este perodo de su deca-dencia, trataremos de presentar los fenmenos culturales a la luz de l,,-s(licisitudes polticas para mostrar hasta qu punto marchan, hermanadasen la historia, poltica y cultura, que son las dos formas ms nobles delq:tehacer de un pueblo.

    LA INSUMISION GALLEGA

    El remo de Galicia form a fines de la Alta Edad Media, entre lossiglos XI y XIII, una de las culturas ms avanzadas de la Europa occi-dental. Esa cultura gallega produjo en las artes plsticas - el maravillosoPrtico de la Gloria y las pinturas romnicas del panten real de SanIsidoro de Len; en la poesa lrica sagrada, el monumento excelso de lasCantigas a Santa Mara de Alfonso X el Sabio; en la lrica profana, lostiernos y encantadores cancioneros galaico-portugueses; y, en la msica,las sentidas y hondas melodas que acompaan a las Cantigas y a algunasde las canciones de los trovadores galaico-portugueses que han tenido lafortuna de llegar a nuestros das.

    La cultura gallega de esta poca fue la expresin de la madurez pol-tiea de Galcia y la manifestacin viva de su conciencia nacional. La evo-lucin de la cultura gallega -truncada por la incorporacin del reino deGalicia al de Castilla (1230) en el reinado de Fernando III el Santo-fue a la vez la historia de la conciencia poltica del pueblo gallego. Culturay poltica han corrido siempre parejas a lo largo de la marcha de lasnaciones, como si ambas fueran simples facetas de un mismo fenmeno;y la una recibiera de la otra la vida que la alienta; pues la cultura dacontenido y forma a un pueblo y a su vez la conciencia nacional es laluz y el calor ms fuertes que hacen madurar las formas culturales. Lasletras y las artes de Galicia slo comenzaron a manifestarse con autnticocarcter gallego cuando a fines del siglo XI el gran patriota gallego DiegoPe1ez, obispo de Compostela, se neg a reconocer como rey de Galiciaal' intruso Alfonso VI que lo era de Castilla y Len; y en defensa de losderechos hollados de su pueblo busc fuera de la Pennsula una alianzamilitar con Guillermo el Conquistador, duque de Normarida y luego rey

  • lO Emilio Gonzlez Lpez La insumisin gallega 11

    de; Inglaterra. Esa cultura gallega, expresin de la personalidad polticade Galicia, sigui desarrollndose cuando Santiago de Compostela se con-virti en uno de los principales centros polticos y artsticos de Europabajo el gobierno de don Raimundo de Borgoa, en la ltima dcada delsiglo XI y primera del XII. Y Galicia avanz an ms por el camino dela cultura con e! gobierno poltico y religioso de! gran Diego Ge!mrez,primer arzobispo compostelano, heredero espiritual de la poltica de DiegoPelez. La cultura gallega, entonces ya formada, alcanz su plena madu-rez en los reinados de Fernando II (II57-II88) Y Alfonso IX (II88-1230),reyes de Galicia y de Len, que fueron los campeones ms entusiastas dela cultura gallega a la que llevaron a su mximo esplendor, teniendo aCompostela como centro.

    Si la poltica y la cl,lltura ascendieron hermanadas en la historia de!reino de Galicia, juntas tambin descendieron al morir Alfonso IX (1230)y perder Galicia, con la muerte de este gran rey gallego, su personalidadpoltica; pues al ser anexionada con Len al reino de Castilla por Fer-nando III el Santo, hijo de Alfonso IX de Galicia y Len, se fue esfuman-do poco a poco la personalidad poltica de nuestro pueblo y con ella suvigor creador en la cultura. Con esta anexin a otro reino, Galicia dejde ser uno de los centros ms importantes y originales de la culturahispana en la Edad Media; mientras que Portugal, surgido de sus mismasraces, de su lengua y de sus tradiciones culturales, ascendi con fuerzaen la historia de los pueblos peninsulares al seguir un curso independienteen el que afirm su propia personalidad poltica y cultural.

    En la decadencia de! reino de Galicia colaboraron una serie de causasde distinta naturaleza, unas enraizadas en la condicin y carcter de nues-tro pueblo y otras ajenas a nuestra tierra. Entre las causas unidas a lahistoria directa del pueblo gallego debe indicarse en primer lugar e! hechode que la corona gallega fuese a parar a la muerte de Alfonso IX, ltimorey autntico de Galicia, a dos inocentes doncellas: sus hijas infantas doaSancha y doa Dulce, que fueron' incapaces de darle al reino de Galiciaen un momento decisivo de su historia la direccin enrgica y firme quelas circunstancias demandaban para que no pereciera como tal reino pro-pio. Mientras que el reino de Castilla tena a su frente un caudillo tanesclarecido como Fernando III el Santo, el cual, por ser hermano de lasinfantas gallegas, se crea con mejor derecho que ellas al trono de Galicia;y estaba dispuesto a defender con las armas sus pretensiones sobre nuestratierra. Por trgica irona, en el momento en que se jugaba la existencia

    del pueblo gallego como nacin independiente, el destino PUs? a su frentedos incautas doncellas ms deseosas de llevar una vida reurada que deempuar las riendas del gobierno. Le falt de nuevo a Galicia el caudillo

    ue aglutinara en su torno todas las fuerzas del pas, al modo que lo tuvo~ortu

  • Galicia y Len, la primera y no el segundo era la que se mova en favorde una cultura y una poltica separadas de las de Castilla. Era naturalque as fuera, pues Len haba representado siempre en la historia de Espa-a la tendencia unificadora imperial que ahora encarnaba Castilla; mien-tras que Galicia, desde los primeros momentos de la reconquista, habaluchado sin descanso porque le fuera reconocida su personalidad polticadentro de la comunidad de los pueblos hispanos. En una contienda entrefuerzas hispanas separatistas y otras centralizadoras, Len, depositario dela tradicin visigoda, tena que inclinarse por las segundas que estabande acuerdo con su carcter y su historia.

    Una de las causas exteriores ms importantes de las que favorecieronla extincin del reino independiente de Galicia fue la extraa poltica deneutralidad adoptada por Portugal en un conflicto en el que se decidael destino de la nacin gallega, tan unida a la portuguesa. La poltica tra-dicional de Portugal, desde su fundacin como reino independiente, habasido la de tener vivo inters por Galicia y sus problemas; por estar nuestropueblo ntimamente unido al portugus por la lengua, tradiciones y cos-tumbres. sta haba sido la poltica de Alfonso Enrquez y la que mantu-vi~ron sus sucesores en el trono portugus. Galicia haba ayudado a Portu-gal en los momentos crticos en que se form su nacionalidad; y era deesperar que Portugal la ayudara a ella en el ms grave de su historia enel que se jug su destino de nacin independiente a la muerte de AlfonsoIX de Galicia y Len. La Galicia que dejaba a su muerte este gran reygalaico-leons era uno de los reinos ms adelantados de la Pennsula; y sucultura, formada en lengua gallega y en un arte expresin de su sensibi-lidad, le haban dado un hondo contenido nacional. El rey Sancho U dePortugal, separndose de la tradicional poltica portuguesa de interesarsepor Galicia y sus problemas, prefiri mantenerse neutral en el conflicto enel que se decidi para siempre si la nacin gallega deba desarrollar pors misma su propia cultura en su lengua y con su sensibilidad, o, por e!contrario, deba ser absorbida por l de Castilla. No slo la historia, la len-gua y las tradiciones, que unan a Portugal con Galicia, sino tambin elderecho y la justicia, demandaban que e! rey portugus Sancho 11 inter-viriiera en este conflicto entre Fernando UI de Castilla y sus hermanas lasinfantas doa Sancha y doa Dulce favoreciendo la causa de estas ltimas,legitimas herederas de la corona gallega; pero la hbil diplomacia de lacastellana doa Berenguela, madre de Fernando nI y madrasta de las in-fantas gallegas, logr que Portugal, olvidndose de sus vnculos e intereses

    histricos, siguiera una poltica de neutralidad. Doa Berengue!a, segundamujer de Alfonso IX y separada de l como la primera, doa Teresa dePortugal -ta de Sancho II- por decreto pontificio a causa del parentescode los cnyuges, fue por breves momentos reina de Castilla, al morir supadre Alfonso VIII; pero a poco de coronarse cedi el trono castellano asu hijo Fernando III, que era para quien ambicionaba doa Berengue!ala corona de Castilla, con el pensamiento puesto en su unin con LenbaJO su hijo. El nuevo rey de Castilla, Fernando IJI el Santo, contando conla ayuda de personas tan prestigiosas como los historiadores Rodrigo deXimnez de Rada y Lucas de Tuy -uno dirigiendo los hilos de la polticaanexionista de Galicia desde la Corte castellana y el otro desde Tuy, enla frontera de Galicia con Portugal- logr que la infanta portuguesa doaTeresa, tambin viuda de Alfonso IX de Galicia y monja a la sazn, acon-sejara a sus hijas doa Sancha y doa Dulce la renuncia de sus derechosal trono de Galicia en favor de su hermano Fernando; y tambin con estasayudas consigui que el rey Sancho U de Portugal, primo de las infantas,no terciara en e! conflicto de la sucesin gallega.

    La neutralidad portuguesa diu un duro golpe a las aspiraciones de inde-pendencia de! reino de Galicia, .cuyo campen fue en esta ocasin elArzobispo de Santiago. Con la ayuda de las armas portuguesas hubiera sidolarga y difcil para Fernando III la guerra en Galicia; por eso no se resolvia invadirla hasta que estuvo seguro de la renuncia de sus hermanos, o,mejor dicho, de sus hermanas por parte de padre, pues, por la madre, ellaseran hijas de la infanta portuguesa doa Teresa, ta de Sancho 11 de Por-tugal; y don Fernando era hijo de la castellana doa Berengucla, a la.que debi el trono de Castilla. La poltica de neutralidad de Portugal enlos conflictos entre Galicia y CastiIIa fue rectificada aos ms tarde a finesdel siglo XIII, por e! Rey don Dens de Portugal, sobrino de Sancho IIy nieto de Alfonso X e! Sabio de Castilla. Don Dens, gran animador dela cultura portuguesa, expresin viva de su nacionalidad, tuvo una claravisin de lo que deba ser la poltica exterior portuguesa; y, por esta razn,comprendi que para Portugal era imprescindible hacer de Galicia un reinoindependiente, amigo de Portugal, que contrarrestara en la Pennsula lacreciente influencia de Castilla. A este propsito dirigi sus esfuerzos, tra-tando de ayudar, unas veces con la diplomacia y otras con las armas, lacausa de su to e! infante don Juan, hijo de Alfonso el Sabio. El infantedon Juan pretenda hacer de Galicia un reino independiente, fundandosus derechos en el testamento de Alfonso IX de Galicia y Len, quien

    12 Emilio Gonzlez LpezLa insumisin gallega 13

  • 1-1- Emilio Gonzlez Lpez La insumisin gallega

    declar en l de una manera tajante que este reino no deba unirse con elde Castilla, y deba permanecer independiente.; Don Dens aband~n ms tarde esta poltica de ayuda a la causa gallegaforzado por la necesIdad de arreglar sus diferencias en la frontera extre-mea con Castilla; y tambin por el temor con que vio la intromisin des~ hermano el infante don Alfonso en la creacin de un reino indepen-diente gallego. Cuando la infanta portuguesa doa Constanza se cas(130r ) con el rey de Castilla Fernando IV, Galicia se qued sin uno desus ms firmes valedores, el rey don Dens de Portugal. La reconciliacind.el infante don Juan con su sobrino, el rey don Fernando IV, y su renun-ela a la corona de Galicia, priv al partido gallego de un pretendiente derango real.

    Celebradas las bodas, del rey don Fernando IV de Castilla y la infantaportuguesa doa Constanza, rein la paz entre los dos reinos de Castillay Portugal; y no se volvi a turbar mientras rigi los destinos portuguesesel rey don Dens. No se resolvieron las diferencias entre los dos reinos enla frontera extremea, a pesar de la conferencia de Badajoz (1306), porqueDon Dens se neg a devolver las plazas que haba conquistado o recibidoen ella aprovechndose de las guerras civiles del reino de Castilla.

    No se aquiet, por eso, la agitacin gallega, que obedeca a la propian:lturalez~ de nuestro pueblo, a su deseo de encontrar como Portugal, for-mas poltlcas que le permitieran regir por s mismo su destino. Sobre estaconciencia nacional gallega haban operado el rey Don Dens de Portugalpara animarla y el infante Don Juan para acaudillarla. Al verse desampa-rada del uno y del otro de un portugus y un castellano, busc nuevosmodos de expresin dentro de su propio pueblo y no tard en aparecerel primer caudillo que guiara esta rebelda. Galicia necesitaba entonces uncaudillo ms identificado en cuerpo y alma con sus aspiraciones autonmi-ca~ o nacionales; y ste tena que salir de su propia gente, entre los nobles,que, por estar emparentados con los reyes de Castilla y con los antiguosde Galicia y Len, se sentan por su ~ango en condiciones de aspirar a serJos rectores de su tierra.

    Otra nueva y grave dificultad vino a entorpecer an ms el movimien-to gallego dividiendo las fuerzas de nuestro pas. Las varias clases socialesde Gaiicia, en lugar de agruparse en torno de una bandera comn, sm-bolo de la causa gallega, contra los enemigos exteriores, como hicieronantes los portugueses con Alfonso Enrquez, se dividieron y empearon enuna encarnizada contienda entre ellas, buscando unos y otros el favor del

    Rey de Castilla. Las villas principales de Galicia -Bayona, Betanzos, Lugo,Rivadavia y Vivero--- fonnaron en Valladolid (1295) una hermandad conotras de Len y Asturias (llamada la Hermandad de Len y Galicia) parafortalecer los derechos de los concejos en estrecha alianza con el poder realy en contra de nobles y prelados 1. Los prelados por su parte, temerososde la fuerza de esta hermandad de los concejos, organizaron en Salaman-ca (1310) una contra-hermandad en la que entraron todos los obispos deGalicia 2. Mientras los prelados y plebeyos se disputaban la gracia y el fa-vor de los reyes de Castilla, era la nobleza gallega laque expresaba consu actitud la rebelda de su pueblo. Fueron los nobles, ms que los villanosy prelados, los que se haban agrupado en torno de la bandera del infanteDon Juan, pretendiente a la Corona gallega; y los que ayudaron la polticaportuguesa del Rey Don Dens en Galicia. Esta nobleza, al desaparecerde la escena los pretendientes no gallegos a la Corona de nuestra tierra 3,dio a Galicia los nuevos caudillos que alzaron siglo tras siglo el pendnde su rebelda contra los Reyes de Castilla, identificando sus ambicionesfeudales con las aspiraciones nacionales o autonmicas de Galicia. Fueron'tambin estos mismos nobles los que en momentos de crisis de la historiade Portugal y Espaa, buscaron la ayuda de portugueses e ingleses para lacausa de Galicia.

    *Sin percibir la fuerte corriente de autonoma y a veces de unlOn con

    Portugal que corre, ya somera, ya a flor de tierra o ya soterrada, por lavida poltica de Galicia en todo el largo perodo que va desde la incorpo-racin del reino gallego, con el leons, al de Castilla hasta el reinado de10$ Reyes Catlicos, sobre todo en la poca de los Trastamara, no se puedeentender debidamente ni la historia de Galicia ni la de Espaa y Portugalen lo que se relaciona con ella en la baja Edad Media. Sin tenerla en

    1 BENITO V ICETTO, Historia de Galicia, V, 254-262.2 llENITO VrCETTO, o. e., 270-2.3 En 1302, pasados dos aos de la reconciliacin enlre el infame Don Juan y el

    rey Fernando IV, aparece el primero cO'W> valedor de los inlereses de nueslra lierraagrupando en lomo de l a la nobLeza y a los cnncejos, miemras los prelados figurabanen el bando contrario de la reina Mara de Molina: "Edesque eslas Cortes de Burgosfueron libradas, la noble reina Mara con el rey su fijo fuese para Zamora en el mesde junio, e vino y el infante Don Juan e todos los ricos ames e los de los concejos deLen e de Galicia". (Cr6nica del Rey Don Fernando, IV, cap. VIII.)

  • 16 Emilio Gonzlez Lpez

    cuenta no se puede ver claro en el alzamiento de sil Adelantado mayor,Fernn Rodrguez de Castro; ni en la poltica de! infante Don Felipe deCastilla, hermano del Rey Fernando IV, y la del Adelantado mayor deGalicia, Alonso Surez de Deza; ni en la lucha armada del pueblo gallegocontra los Trastamara, primero solo, acaudillado por Don Fernando deC:l~tro, luego intentando una unin con Portugal, que qued frustrada alpoco tiempo; y ms tarde abriendo las puertas de las principales ciudadesgallegas al ejrcito ingls del Duque de Laneaster, casado con la infantacastellana Doa Constanza, hija de Pedro I de Castilla. Y an menos secomprender el alzamiento del Mariscal Pedro Pardo de Cela y el delConde de Camia frente a los Reyes Catlicos e incluso ser difcil expli.carse la resistencia de Lemas y otros seores gallegos a estos mismosreyes, representantes de la monarqua absoluta en Espaa.

    Todas estas figuras, desde Fernn Rodrguez de Castro hasta el Ma-riscal Pardo de Cela, son smbolos y expresin de la eterna inquietudpoltica de Galicia dentro de Castilla; pues unos con sus vacilaciones yotros con su entusiasmo y arrojo representan las ansias autonmicas galle-gas. Por el contrario, cuando se conoce ese espritu y esa poltica gallegase aclaran una serie de fenmenos histricos que de otro modo aparecenun tanto incomprensibles; pues pudieran tenerse infundadamente por sim-ples rebeldas individuales lo que son autnticas manifestaciones del almacolectiva de Galicia expresada en sus hijos ms representativos.

    ALZAMIENTO DEL ADELANTADO DE GALlCrA, FERNANDORODRGUEZ DE CASTRO

    Las inquietudes y rebeldas polticas de Galicia encontraron su expre-sin ms viva en la poderosa casa seorial de los Castro, seores de Lemas,que, por su vinculacin a las familias ms viejas de nuestra tierra y suparentesco con los reyes de Len, Galicia y Castilla, aspiraban a extendersu autoridad y seoro por todo e! territorio gallego. Los Reyes de Castilla,conocedores de las aspiraciones de los Castro, seguan con ellos una doblepoltiea: por un lado, les daban cargos importantes en la administracindel pas gallego e incluso les concedan alguna vez tierras en seoro; pero,por otra parte, tenan especial cuidado en no poner en las manos de losCastro las plazas fuertes ms importantes de la regin gallega (Faro -enLa Corua, Trastamara- en la misma provincia; y Ponferrada, en la ac-tual Len), por temor de que las utilizaran en sus rebeldas y demandascontra el poder real' de Castilla. Las aspiraciones de los Castro no hubieranpasado de las ambiciones normales en este tiempo en la poderosa aristo-cr

  • 18 Emilio G~lIzlez L6pez La insllmisi, gallega 19

    Trava, hija del poderoso seor de Galicia, Don Pedro Froylaz, Conde deTrava, Trastamara y Monterroso; y de este modo se entroncaron los Castrocon la familia gallega de los Trava, que era la de mayor influencia ennuestro pas.

    Del matrimonio de Rodrigo Fernndez de Castro y la de Trava nacie-ron dos hijos que fueron los fundadores de las dos ramas de la familia:Fernn Rodrguez de Castro, de la castellana; y Gutierre Ruz de Castro,de la gallega, aunque en realidad ambas ramas participaron ms en lavida poltica de! reino de Galicia y Len, en los reinados de Fernando JIy Alfonso IX, que en la de Castilla en e! mismo perodo. Fernn Rodr~guez de Castro, e! fundador de la rama castellana, disgustado con la poli-tica castellana, porque le privaron a su to, Gutierre Fernndez de Ca~t~o,de la tutora del rey de Castilla Alfonso VIII, decidi pasarse a Gahcla,donde ofreci sus servicios al rey Fernando II; y de este modo las dosramas de los Castro aparecen vinculadas a la vida poltica de Galicia.Tom Fernando II de Galicia y Len tal afecto a Fernn Rodrguez deCastro que le nombr su mayordomo mayor, pues no en vano el nuevorey de Galieia se haba criado en la casa de Fernn Prez de Trava, Conded~ Trastamara to de Fernn Rodrguez de Castro. Cuando Fernando JIen sus luchas'con el reino de Castilla se apoder de Toledo, le encarga Fernn Rodrguez de Castro del gobierno de la antigua capital de Espa-a para premiar la ayuda que le haba prestado toda la familia Castroen este conHicto. Para que fuera mayor la vinculacin a Galicia de Fernan-do Rodrguez de Castro, ste se cas en ~egunda~ nupcias c~n la, gallegaTeresa Osorio, hija del conde gallego Osono Marunez. RepudIada esta porel de Castro, Fernn se volvi a casar con Estefana Alonso 1 de la quetuvo a Pedro Fernndez de Castro, que fue tambin mayordomo del reyFernando II de Galicia y Len. No tuvo larga vida la ra~a. castellana delos Castro, si castellana puede llamarse unas g~ntes que v.lvleron y actua-ron casi siempre en Galicia y Len; y a medIados de! slgl? XII~,. en elreinado de Fernando JII, esa rama desapareci del escenano polluco de

    ES'paa.El fundador de la rama gallega de los Castro, Gutierre Ruz de Castro

    -hijo de la de Trava, y nieto de Don Pedro Froylaz, el gran gallego de!

    1 Fernando' II para dar a Fernn R~~~Uez ele Castro una ~rue~a mayor de con-fianza lo ~as con su hermana Estefanra. MODESTO LAFUENTE, Hutona general de Es-

    paa, Madrid, 1851, V, 145-6.

    It'

    siglo XII, rival y compaero a la vez de Gelmrez-, se cas con la gallegaElvira Ozores Y se desnaturaliz completamente de Castilla; y fue en nues-tra tierra el primer seor de Lemos y Sarria. Su hijo, ya nacido en Galicia,Fernn Gutirrez de Castro, fue Alfrez del rey Alfonso IX de Galicia yLen. De este modo si un Castro, Pedro Fernndez de Castro, de la su-puesta rama castellana, desempeaba el cargo de Mayordomo de Palacio,otro Castro, el gallego, tena el mando de los ejrcitos de la corona galaico-leonesa. Tuvo Fern~ln Gutirrez varios hijos. Los dos mayores Alvar Ro-drguez de Castro y Esteban Fernndez de Castro, fueron sucesivamenteAdelantados mayores del reino de Galicia en los reinados de Fernando nIy Alfonso X el Sabio. Esteban Fernndez de Castro, seor de Lemas ySarria, se cas con Doa Aldonza Rodrguez de Len, prima hermana de!Rey Sabio; y de este matrimonio naci Fernn Rodrguez de Castro quese cas con la infanta bastarda Doa Violante Snchez, hija del Rey San-cho IV e! Bravo de Castilla. Fernn Rodrguez de Castro haba sucedidoa su padre Esteban Fernndez de Castro en el cargo de Adelantado mayorde Galicia, que al parecer vena estando vinculado en su familia 2.

    Descendientes los Castro de! rey de Galicia Don Garca y del CondeDon Pedro Froylaz de Trava y de Trastamara era natural que aspirarana tener en nuestra tierra todos los extensos estados que haban pertenecidoa estos dos condados y a ejercer en Galicia e! cargo superior de Adelantado,que vena a ser una especie de virrey en ella. El condado de Trastamara,ltima forma de los extensos dominios del condado de Trava, el ms anti-guo quizs de Galicia, era e! ms codiciado por ellos. La poltica de losC;stro se encamin a conseguir para su casa este condado gallego. Estasaspiraciones chocaban con las de la Casa real castellana y en particular dealgunos infantes, que pugnaban por la posesin de este disputado condado.En d reinado de Sancho IV el condado de Trastamara haba ido a parara la Corona castellana y el rey de Castilla se lo haba cedido provisional-mente al castellano Juan Nez de Lara, como prenda de su reconcilia-cin con l; pero ms tarde Sancho IV se lo dio a su hijo e! Infante DonPedro, que lo detentaba en e! reinado de Fernando IV. Fernn Rodrguezde Castro haba demandado a Fernando IV los estados de Trastamaracomo precio de su reconciliacin con l; pues e! magnate gallego militabaen las filas de! Infante Don Juan, aspirante a crear un reino de Galicia

    ~ ALHRTO Y ARTURO GARcA CARRAFA, Diceionmio herldico y genealgico deapellidos espaoles e hispanoamericanos, Madrid, 1926, XXV, 127.31.

  • 8 ALlIERTo y ARTURO GARcA CARRAFA, Diccionario h~rldico y gmealgico deapellidos espaoles e hispanoamericanos, Madrid, 1924, XVI, 185-9.

    independiente. El rey se neg a esta peticin porque los estados de Tras-tamara pertenecan al patrimonio real y en su nombre los tena su herma-no el Infante Don Pedro. Privar a ste de ellos, sera infringirle una graveofensa, mermar el patrimonio real y quizs lanzar al Infante Don Pedroal bando de los rebeldes. La negativa real encendi an ms la rebeldadel magnate gallego, que era el seor ms poderoso de nuestra tierra.Era Fernn Rodrguez de Castro Adelantado Mayor de Galicia, y, comotal, jefe poltico y militar de su territorio. A este cargo sumaba los otrosdos ms importantes de Galicia: el de Pertiguero mayor de Santiago, esdecir, el de jefe militar de las milicias episcopales compostelanas y encar-gado con sus propias mesnadas feudales de defender al arzobispo compos-telano y su territorio; y el de Comendero de Lugo, que tena funcionesparecidas a las de Santiago en la vieja capital episcopal lucense. Tena elde Castro en seoro las tierras de Lemos, la Cabrera y Ribera, en lasactuales provincias de Lugo, Orense y Len.

    Fernn Rodrguez de Castro haba favorecido con las armas la polticadd Infante Don Juan y del Rey Don Dens de Portugal de crear unaGalicia independiente. Cuando comenz en Galicia el alzamiento de lospartidarios del Infante Don Juan -dirigidos por Juan Alfonso de Albur-querque y Fernn Rodrguez de Castro- la reina Doa Mara de ~?linaenvi a Galicia para hacer frente a gallegos y portugueses a su hiJO elInfante Don Felipe, que se haba criado en Galicia con Fernn Ruz deBiedma, fundador de la rama gallega de este apellido. Era antigua l~ cos-tumbre de que se criaran en nuestra tierra los infantes leoneses pnmeroy luego los castellanos. De este modo crecan robustos los infantes y crecatambin con su estancia en nuestra tierra la vinculacin de algunas familiaspoderosas gallegas a los reyes e infantes de Castilla a los que dieron susayos ms leales. Un Biedma, Rodrigo Iguez, haba sido ayo de San-cho IV de Castilla; y su hijo Fernn Ruz de Biedma lo fue del InfanteDon Felipe, hijo de Sancho IV, al c1;1al cri en las montaas gallegas fron-terizas con Zamora. Fernn Ruz de Biedma haba sido ya recompensadopor Sancho IV con el cargo de Merino mayor del reino de Galicia ( 1291 ) a.

    Contando el Infante Don Felipe con la ayuda de su ayo Fernn Ruzde Biedma y de otros seores gallegos, entre los que figuraban los Dezaque militaban en su bando, haba emprendido entonces la marcha contra

    4 BENITO VICETO, O. c. V, 267.li BENITO VICETO, O. c. V, 2~7.

    Galicia. Su ejrcito estaba compuesto en buena parte de mesnadas de losseores gallegos que, como Biedma y los Deza, tenan ms inters porrivar en la Corte castellana y defender los intereses de! monarca castella-

    ~o. su seor, que los del pueblo gallego al que pertenecan y contra e! quelu~haban. Mientras en Galicia les esperaban las fuerzas rebeldes de JuanAlfonso de Alburquerque y de Fernn Rodrguez de Castro, cuado delInfante Don Felipe, que encarnaba en su orgullo feudal las aspiracionesde su pueblo; pues e! alzado gallego se crea con tanto derecho como elrey de Castilla a gobernar en su tierra; y en esta creencia le seguan lasfuerzas de los concejos gallegos.

    Ahora, retirados de la lucha el Infante Don Juan y el Rey Don Densde Portugal, qued slo como abanderado de la protesta gallega FernnRodrguez de Castro, que segua pretendiendo los dilatados estados deTrastamara. Eran en este tiempo los obispos gallegos los ms firmes sos-tenes en Galicia de la poltica real castellana; pues tanto la reina regenteMara de Molina, como su hijo Fernando IV, les venan ayudando eficaz-mente en sus conflictos con los concejos de las villas donde tenan su sede.Fernn Rodrguez de Castro, tratando de allegarse en Galicia aliados parasu partido, ampar a los concejos contra los obispos. La lucha entre obisposy concejos tom una gran violencia en este perodo, porque los primeros,alentados por la proteccin real, procuraban asumir de nuevo el poder pol-tico de las villas de su residencia y despojar a los concejos de los fuerosy privilegios que haban tenido cuando Galicia y Len haban sido reinosindependientes en los reinados de Fernando JI y Alfonso IX.

    El movimiento comunal se extendi a todos los obispados gallegos. Losvecinos de Orense fueron los que rompieron el fuego oponindose con lasarmas contra las arbitrariedades de su obispo Pedro Yez de Novoa 4.Fernando IV, al tener noticia del levantamiento de Orense contra su pre-lado, orden a su Adelantado Mayor en Galicia, Fernn Rodrguez deCastro, que sofocara la rebelin. Pero ste, en lugar de hacerlo, tom elpartido de los orensanos, bien porque tuviera ciertas ambiciones sobre lastierras de Orense, colindantes con las suyas de Lemos 5, o porque ayudara la rebelin formara parte de un plan ms amplio de oponerse de nuevoal poder real de Castilla en Galicia. Que sta debi ser la causa y no laprimera lo demuestra el hecho de que Fernn Rodrguez de Castro, antes

    21La insumisin gallegaEmilio Gonzlez L6pez20

  • de lanzarse en abierta oposicin contra Fernando IV de Castilla, bababuscado aliados contra el Rey en Vizcaya y en la Rioja 6. El Rey de Casti-l1a, y no el obispo de Orense, era a quien Rodrguez de Castro quera darjaque y mate. La alianza del magnate gallego con Don Diego Lpez deHaro, Seor de Vizcaya, y con el Seor de los Cameros, de la Rioja, pare-ce indicar que quizs la insurreccin de Orense fue alentada por el propioAdelantado Mayor de Galicia para comenzar su alzamiento contra e! ReyFernando IV, contando con la ayuda de las fuerzas populares gallegas.Con esta alianza Galicia aparece en e! siglo XIV en estrecha relacin conVizcaya contra Castilla, como lo haba estado en pocas anteriores, sobretodo en el siglo X. El Rey Don Fernando, al tener noticia de la alianzagalaico-vasca-riojana, despoj de sus estados a los tres magnates complica-dos y reparti sus tierras entre sus ms fieles vasallos 7.

    Galicia era el centro de la rebelin. Vizcaya y la Rioja fueron fcilmen-te sometidas por las tropas reales. Terminada la campaa en estas regio-nes, el Rey de Castilla concentr sus fuerzas en la frontera gal1ega, dandoa su bermano Don Fe!ipe el mando de ellas, por ser e! Infante conocedorde nuestra tierra en la que haba dominado la otra rebelin de FernnRodrguez de Castro, ayudado entonces por e! Rey Don Dens de Portu-gal. Al llegar a Galicia el Infante Don Fe!ipe, acompaado de su ayoFernn Ruz de Biedma, en lugar de encaminarse a Orense para reducira la ciudad a la obediencia de su obispo, se dirigi contra las fuerzas deFernn Rodrguez de Castro. Comenz su campaa atacando la ciudadde Lugo, que haba ocupado Andrs Arias, lugarteniente de Rodrguezde Castro. El Infante Don Fe!ipe venci en Lugo a las tropas de AndrsArias, que se replegaron hacia Monforte; y tras ellas march el Infantecastellano. Fernn Rodrguez de Castro acudi presuroso en ayuda de sulugarteniente atacando a las tropas castellanas antes de llegar a Monforte.La victoria se inclinaba por e! bando gallego, cuando Fernn Rodrguezde Castro que acuda el primero a ,todos los puestos de peligro, tuvo lamala fortuna de caerse de! cabal10 y quedar herido; siendo rematado enel suelo por los soldados castellanos (I307). El Rey Fernando IV premia su hermano Don Felipe, por tan sealada victoria, dndole las tierras yttulos de! finado Fernn Rodrguez de Castro. De este modo e! Infante

    castel1ano fue Seor de Lemas, Adelantado Mayor de Galicia, PertigueroMayor de Compostela y Comendero de Lugo 8.

    Fernn Rodrguez de Castro dej un hijo de pocos aos, Pedro Fer-nndez de Castro, que fue llevado a Portugal por sus familiares. En Por-tuaal se educ en la Corte del Rey Don Dens, gran amigo de FernnR~drguez de Castro. En la corte fue el compaero del prncipe herederoportugus, el Infante Don Alfonso, con quien trab entraable amistad eljoven gallego'9; y en Portugal pas sus aos mozos el heredero de losestados de Lemas.

    22 Emilio Gonzlez Lpez l La insumisin galle[;a 23

    6 Crnica del ,-cy Fernando IV, cap. XII.T C,-nica del rey Fernando IV, cap. XII.

    8 BENITO VICETTO, O. c., V, 269.li PAj\fIAO LEt.1OS E fARIA CASTRO, Hi!/(}ria G~ml de Pot1ugal, Lisboa, 1744, IU, 69,

  • .~

    :1 La insumisin gallega 25

    MUERTE DEL ADELANTADO DE GALlCIAALONSO SUAREZ DE DEZA

    La inquietud poltica de Galicia no se apacigu con la muerte de Fer-nn Rodrguez de Castro, porque el magnate gallego no era el nico quese opona a la autoridad del Rey de Castilla en nuestra tierra. Dos aosdespus de muerto el de Castro, en 1309, cuando tocaba a su fin elreinado de Fernando IV, Galicia estaba en plena rebelda, sin que lascrnicas registren el nombre del caudillo que en ese momento personifi-caba las aspiraciones gallegas. Tenemos noticia de que la rebelin seguaen este tiempo por un pasaje de la Crnica del Rey Don Fernando IV 1,en el que cuenta que a fines de ese ao se fue a despedir del Rey DonFernando el Merino Mayor de Galicia que iba a posesionarse de su cargo.Al recibirle el Rey "le advirti que hallara en Galicia muchos caballerosnobles que andaban alborotados; y, aunque merecan pena de muerte, leencargaba se guardase de ejecutar el castigo, solamente se los enviase, quese quera servir de ellos en la guerra con los moros. Engrandeci el caba-llero el acuerdo tan clemente del Rey, que aunque pareci a muchosblando en clemencia y temerario, la experiencia mostr ser muy acertado.No hubo en toda la guerra contra los moros quien se sealase ms queaquellos hidalgos. Estimulbalos grandemente el deseo de borrar la des-honra pasada y la voluntad de servir al Rey la clemencia que con ellosusara; sus valerosas hazaas no se podan encubrir; en todas partes y oca-siones peleaban contra los moros con odio implacable, y entre s tenancompetencia de aventajarse en valor y nimo" 2,

    1 Crnica del rry Fernando IV, cap. XVI.2 P. MARIANA, Historia de Espaa, libro XV, cap. IX.

    l.

    t

    Con esta poltica, que el P. Mariana denomina clemente, inici el Reyde Castilla, Fernando IV, el sistema de emplear como tropas de choqueo como fuerzas disciplinarias, las formadas por los nobles gallegos rebel-des, en la lucha contra los moros granadinos y los benimerines, llegadosde Africa en ayuda de stos. Estos nobles gallegos, de cuyo valor se hacelenguas el P. Mariana, son los que, acaudillados por el Infante Don Felipey el Arzobispo de Santiago, Don Rodrigo de Padrn, salvaron al Rey deser derrotado y de caer personalmente en poder de los infieles a, cuandohs tropas castellanas quedaron en condiciones de inferioridad frente a losmoros, al abandonar con sus fuerzas el campo de batalla el Infante DonJuan.

    Vencida esta nueva rebelin, Galicia pas a ser juguete de las ambi-ciones de los Infantes castellanos, que se disputaban entre s los seorosms importantes de nuestra tierra. Por una de esas ironas, que se repitencon tanta frecuencia a lo largo de la historia, el Infante Don Felipe, ven-cedor afortunado de Fernn Rodrguez de Castro, lleg a ser en Galiciaen cierto modo el continuador de la poltica del vencido: poltica de debi-litaci6n del poder secular de los prelados gallegos; de engrandecimientodel poder feudal; y de ayuda a las villas episcopales en su lucha contra losprelados. La conducta del Infante Don Felipe en Galicia permite creerque al ponerse el magnate castellano en contacto directo y continuo connuestro pueblo sinti su singularidad dentro de Espaa, percibi sus fuer-tes aspiraciones polticas, y aspir a acaudillarlas para ser una especie devirrey de Galicia, lo mismo que haba ambicionado Fernn Rodrguez deD~ ,

    Dos enemigos poderosos, el Infante Don Juan y el Arzobispo de San-tiago, le disputaban al Infante Don Felipe su influencia en Galicia. Lalucha comenz6 primero entre l y el Infante Don Juan, que no habarenunciado totalmente a sus pretensiones sobre los seoros de Galicia ycontaba en nuestra tierra con numerosos partidarios, entre ellos su canci-ller mayor, Fernn Rem6n, de Castro-Verde (Lugo). Los dos enemigosdel Infante Don Felipe lograron, como primer paso, impedir que las tie-rras del seoro de Lemos fueran a parar al Infante castellano. A los pocosmeses de la batalla que le cost la vida a Fernn Rodrguez de Castro,las tierras de Lemos fueron dadas, con otros lugares de Castilla y Len,a Don Alfonso de la Cerda, pretendiente a la Corona de Castilla, (omo

    S Crtl;ca del rey Fernando lV, cap. XVl,

  • 4 Crnica del rey Fenmndo IV, cap. XII.5 Crnica del ,'ey Fernando IV, cap. XIV.tl (;rni'l1 tM rey Fernando IV, l;ap. XV,

    compensaclOn por haber renunciado a esta pretensin. El Rey Don Densde Portugal, el Infante Don Juan y el Arzobispo de Santiago, Don Rodri-go de Padrn, fueron los rbitros que dieron este fallo que priv de lastierras de Lemas al Infante Don Felipe 1. El Rey Don Dens de Portugaldebi pensar que as velaba por los derechos sobre estas tierras de su pro-tegido Pedro Fernndez de Castro, presunto heredero de los estados deLemas; pues la posesin de Don Alfonso de la Cerda, inclinado a rebel-das y veleidades, no sera duradera; mientras que si ocupaba estas tierrasel Infante Don Felipe sera difcil que pudieran ser recobradas por losCastro.

    La labor del Infante Don Juan para limitar, o, en todo caso, destruirla influencia de su sobrino, el Infante Don Felipe, en Galicia, no par aqu,ino que hizo los mayores esfuerzos para despojarle de los ttulos y enco-miendas gallegas que le haba dado el Rey Don Fernando IV, como premiode su victoria sobre Fernn Rodrguez de Castro. Tenaz, ms en sus odiosque en sus afectos, el Infante Don Juan consigui que le dieran a su hijoDon Alfonso el ttulo de Pertiguero Mayor de Santiago 5, que pona bajosu mando las fuerzas militares compostelanas. Todava un poco ms tardeconsigui el Infante Don Juan que el Rey Fernando IV le diera el cargode Merino de Galicia a Diego Garca de Toledo, persona de su privanza.Pero Don Juan no estaba aun satisfecho con esto. Para presionar ms alRey se ali con Don Diego Lpez de Haro, Seor de Vizcaya, y DonJnan Nez de Lara; y juntos forzaron a Fernando IV a que hicieraun cambio total en las peHonas que desempeaban los principales cargosde su reino. Cada uno de los tres magnates conjurados pidi al Rey deCastilla los cargos por los que tena mayor inters. El Infante Don Juan,descontento con Diego Garda de Toledo, porque se mostraba ms parti-dario de los intereses de la Corona que de los del Infante, hizo que se lediera la merindad de Gilieia a otro de sus protegidos, Rodrigo de lvarezde Asturias; y que a su canciller Fernn Remn, de Castro Verde (Lugo)se le nombrara Canciller mayor del reino 6.

    El Infante Don Felipe todava conservaba el cargo de comendero deLugo y los estados de Cabrera y Ribera, en la zona leonesa-gallega delBierzo; y una persona de toda su confianza, Alfonso Surez de Deza, *

    7 Crnica del rey Fernalldo IV, cap. XV.8 Crnica del rey Fel'1lando IV, cap. XVI.9 Crnica del rey Fernando IV, cap. XVI.~o JUAN P1; MA!UANA, Historiq de Espaa, libro XV, cap. XI.

    27La insumisin gallega

    Ad 1 t do Mayor de Galicia. Un nuevo motivo de discordia entreera e an a . , di' ,los Infantes Don Felipe y Don Juan. surgi con ocaSlOn e a suceSlOnde las plazas y tierras de los templanos. Declarada por el Romano Po.n-tfce la disolucin de la Orden de! Temple (1310), y ordenada la eJe-cu~in de este decreto por e! Rey Fernando IV. de Castilla, el, Maestred 1 Orden se entendi con el Infante Don Fe!ipe y le entrego cuantasp~az

  • Muerto ~n lo mejor de su edad el Rey Fernando IV, fue proclamado~y de Castilla, Le~ y Gal~cia su hijo Alfonso XI que apenas contaba unano. Su. abuela, Dona Mana ~e Molina, vel por los intereses polticosde su meto como antes lo habla hecho por los de su hijo Fernando IV.Se formaron, entonces en .:astilla dos bandos importantes que se disputa-ban la tutona del Rey mno: uno acaudillado por el Infante Don Pedrohermano del finado ~e:nando IV, to de Alfonso XI y que era Cond:de ~rastamara en GalIC1a; y otro el del Infante Don Juan, el eterno pre-tendiente, unas veces a la Corona de Castilla, otras a la de Len, otrasa la de Galicia y ahora al cargo de tutor del Rey. El Infante Don Juancontaba con el apoyo de la Reina viuda Doa Constanza, madre de Al-fonso XI, y con el de Don Juan Manuel, hijo del Infante Don Manuely sobrino del Infante Don Juan. En realidad los dos bandos se agruparonen torno de las dos Reinas viudas: de Doa Mara de Molina, viuda deSan.cho IV; y de Doa Constanza, viuda de Fernando IV. El Infante DonFeltpe, _que oc~paba una. posicin privilegiada en Galicia, apoyaba el grupode Dona Mana de Molma, su madre, cuyo campen era su hermano el1nfante Don Pedro.

    .u~o de los episodios ms notables de la lucha por la tutora del Reyse lIbro ante las murallas de Lugo, ciudad de la que era Comendero elInfante Don Felipe. Los partidarios del Infante Don Juan, para impedirque el Infante Don Felipe acudiera con sus tropas en auxilio de su her-man') el Infante Don Pedro, marcharon contra Lugo para sitiarle en aque-lla plaza. Al frente de las tropas atacantes iban Don Alfonso, hijo delInfan~e Don Juan, y Don Pero Ponce, uno de los caballeros zamoranosms mfluyentes. Las dos fuerzas se encontraron cerca de Lugo' pero nollegaron a luc~a~ 11. Las del Infante Don Juan, conseguido su pr~psito deretener en C,ahcla las del Infante Don Felipe, se volvieron a Len; mien-tras las de este retornaron a Lugo, capital de la encomienda del Infantecastellan~.. Las Cortes de Burgos (1JI4),- deseosas de poner trmino a estaguerra CIVil que ensangrentaba los reinos de Castilla a causa de la tutora-:lel ~ey-nio Alfonso XI, acordaron que la ejercieran conjuntamente losdos mfa~tes contendientes: Don Juan, hijo de Alfonso X el Sabio, y DonPedro, hIJO de Sancho IV y Conde de Trastamara 12.

    El gran conflicto que iba a envolver de nuevo a Galicia en sangrientasuerras civiles no proceda de las rivalidades entre los infantes castellanos

    gor la tutora del Rey-niio o por el poder poltico de nuestra tierra, sino~e la pugna entre las villas episcopales, ayudadas por los nobles, y losprelados gallegos, deseosos de recobrar su antiguo poder secular sobreellas. Este grave conflicto, ms que las intrigas del Infante Don Juan, s.:rael que iba a destruir el poder del Infante Don Felipe en Galicia y el quele costara la vida al Adelantado Mayor de Galicia, Alfonso Surez deDeza, sacrificado en la lucha contra Don Berenguel de Landoira, Arzobispode Compostela; como si el cargo ms alto de nuestra tierra, el de Adelan-tado Mayor de Galicia, atrajera sobre s las iras del rayo y de la muerte.Tras de los contendientes de nuestra tierra -prelados, magnates y villa-nos- se percibe en el fondo del conflicto las sombras de fuerzas interna-cionales, algunas prximas a Galicia, como la del Rey Don Dens de Por-tugal; y otras ms lejanas, como la del Papa Juan XXII, cuya polticatuvo honda repercusin en la marcha de los acontecimientos gallegos.

    En el reinado de Fernando IV los obispos gallegos recobraron granparte del poder poltico que haban perdido en pocas anteriores, princi-palmente cuando Galicia formaba con Len un reino independiente deCastilla. Los prelados, que haban apoyado en todos los reinos de Castillala causa de Fernando IV, durante los turbulentos aos de su minoridad,fueron recompensados por ste, al llegar a su mayora de edad, con unaserie de medidas que aumentaban sus privilegios a expensas de las villas,sede de su residencia. Vicetto cree que haba una diferencia entre la pol-tica de la Reina viuda Doa Mara de Molina y la de su hijo FernandoIV en la cuestin del poder secular de los obispos; y que ste tenda "afavorecer el poder de la teocracia, siguiendo una poltica contraria a lade su madre Mara de Molina" 13. Pero no hay prueba alguna de que exis-tiera semejante diferencia; y, en cambio, las hay sobradas para suponerque madre e hijo obraban completamente de acuerdo en esta materia;y que, si algunas veces pudiera parecer que haba tal diferencia, era sim-plemente para atraerse a uno y otro bando, el de los concejos y el de losobispos, que solicitaban el favor real; pero siempre fueron sacrifcados losvillanos por los prelados. Los obispos gallegos, aprovechndose de las luchasque movan los magnates del reino por la tutora del Rey, y a veces pordisputarle la Corona, trataban de convalidar sus derechos seoriales; y en

    28

    :1112

    Emilio Gonzlez L6pez

    Crnica del rey Alfonso Xl, cap VII.Crnica del rey Alfonso Xl, cap VIII.

    1

    ..!

    La insumisi6t1 gallega 29

    13 BENITO VICETTO, O. C. V, 277-8.

  • 14 BEl\'ITO VICEl'TO, O. c. V, 277-8.15 BENITO VICETTO, O. c. V, 283.16 BENITO VICETTO, O. c. V, 29l.

    17 VICENTE RISCO, HistOI"a de Galicia, Vigo, 1952, 12I.

    sus ambiciones eran respaldados tanto por la Re!'na 'd M ' dVIU a ana e Malinacorno por su hijo Fernando IV.

    El primer conflicto de este carcter se plante con grave vl'ole 'I '1' nCla, enos u tImOS momentos del reinado de Fernando IV, en la ciudad de Lugo,de la que era Comendero e! Infante Don Felipe. Los vecinos de L

    f 'd' ugo,en ur,:c!, os contra. su obISpo, Juan Fernndez, porque trataba de recobrare~ ~~nono .d~ la cIUdad: atacaron e! castillo episcopal, capturaron su guar-mClOn e hlfleron al obISpo; y, como ste se negara a entregarles la ban-dera y llaves de la ciudad, le expulsaron de Lugo 14. Este pleito fue llevadoante ~I Rey Fernando IV, quien fall en favor del obispo y en contra delconcejo de Lugo; y orden a su hermano el Infante Don Felipe --que porentonces (13 12 ) era Comendero de Lugo y Pertiguero Mayor de Santiago-y al ~delantado Mayor d.e Galicia, Alfonso Surez de Deza, que hicierancumplir el fallo a los veClflOS de Lugo 10. Ni el Infante Don Feli ni e!Adelantado Mayor de Gr' S' J D d' pe.. a lCIa, uarez e eza, se leron gran pnsa eneJecllta~ el fallo. real; y todo permite suponer que los dos vean con com-placencIa la actItud del concejo lucense, si no es que ellos mismos la fo-mentaban.

    La .muerte prematura de! Rey Fernando IV (ljI2) dio un respiro alos vecl~?S de Lugo para cumplir la sentencia y al Infante y al Adelantadode Galrcla para velar por su cumplimiento. El incumplimiento del falloCado por Fernando IV en favor del obispo de Lugo, fue uno de los pri~meros problemas que tuvieron que resolver los tutores conjuntos de! Rey-I?~ Infantes Don Juan y Don Pedro. Las Cortes de Burgos (1315)ratl:l:aron e! fallo dado por Fernando IV y ordenaron a las autoridades deGahna su eJ'ecucin 16 I ' d_ , ,pero os veclllos e Lugo, para frustrar el fallo, lee~tregaro~, el senono de la plaza al Infante Don Felipe, quien no slo nodIO pOSeSlOn de ella al b" d"d d o lSPO, Silla que man u constrmr una fortalezae os torres. para defender a la villa contra su propio prelado 17, dejando

    que el ~~nceJo lucense siguiera gobernando los asuntos de la ciudad. En~sta pol.ltlca, tan opuesta a la de su maare la Reina viuda, Doa Mara

    e MalIna,. ~I Infante Don Felipe era secundado por el Adelantado Ma-yor de GalLcla, Alfonso Surez de Deza, persona de la absoluta confianza

    18 VICENTE RISCO, O. C., 121.

    del Infante, que actuaba en nuestra tierra como e! verdadero soberano,desafiando los acuerdos de las Cortes castellanas y los deseos de su madreDoa Mara de Malina; y prestando su apoyo a las reivindicaciones co-lllunales gallegas.

    En este mismo ao (1316) muri e! Arzobispo de Compostela, Rodrigode Padrn, persona de la confianza del Infante Don Felipe, a quien habaayudado a dominar, primero, el alzamiento del Adelantado Fernn Ro-drguez de Castro, y luego el que se produjo poco despus de la muertede ste en Galicia; y quien haba acompaado -al frente de las tropasformadas por los seores gallegos rebeldes al Rey de Castilla- al InfanteDon Felipe en el sitio de Algeciras. La muerte del prelado gallego encendide nuevo la guerra civil compostelana por e! gobierno de la ciudad. Losvecinos de Santiago, que por aos venan sosteniendo contra Su preladouna continua guerra, viendo vacante la sede compostelana, eligieron unconcejo revolucionario y como smbolo de su victoria sobre e! obispo arras-traron e! pendn arzobispal por las calles de la ciudad IR. El Infante DonI;elipe y el Adelantado Mayor de Galicia, Alfonso Surez de Deza, veancomplacidos los actos de violencia de los compostelanos contra el podertemporal de su arzobispo; pues venan a ayudar sus planes del Infantede ser el seor reconocido de Galicia.

    Iba a ser ste, por las fuerzas que intervinieron en l, el conflicto msgrave de su clase planteado en Galicia. Estaba en disputa no un simpleobispado sino la sede metropolitana de Galicia. La cuestin de que elarzobispo de Compostela, de gran influencia en todo el pas gallego, fueraseor temporal de la villa tena tal importancia que hizo intervenir eneste conflicto a fuerzas exteriores a la propia Castilla, como la de Portugaly la del Romano Pontfice. Vacante la sede compostelana, el Papa deAvin, Juan XXII, nombr para desempearla a Fray Berengue! de Lan-doira, General de la Orden de los Dominicos. Era el nombramiento de unextranjero para la principal sede de Galicia, un acto contrario a la polticaque se vena siguiendo en los ltimos siglos en los reinos de Castilla. Sehaban nombrado franceses, como lo era ahora Berenguel de Landoira,para cubrir las vacantes de los obispados espaoles y portugueses en lossiglos XI y XII, cuando la poderosa Orden de Cluny gobernaba o tenauna gran influencia en Roma, en la Corte de Castilla y en la de Portugal;pero esta poltica cambi al perder influencia la orden de Cluny que, por

    31La insumisin gallegarEmilio Gonz/en Lpez30

  • 32 Emilio Gonzlez LpezLa "sU11lisin gallega 33

    su carcter internacional, aspiraba a tener valedores en todos los reinos de laEuropa occidental. El nuevo cambio de poltica producido a principios delsiglo XIV y la vuelta al nombramiento de un extranjero, se deba en parteal expansionismo de los Papas de Avin, como Juan XXII, francs denacimiento, empeados en extender la influencia papal y la francesa alpropio tiempo por los reinos vecinos como garanta del triunfo de su causa.Esta poltica teocrtica y afrancesada de los Papas de Avin era secun-dada en Espaa por la Reina viuda, Doa Mara de Malina, que en laminoridad de su nieto el Rey-nio Alfonso XI, volva a tener en el reinouna gran influencia. Doa Mara de Malina haba favorecido siempre lacausa de los prelados contra los concejos, porque, aunque unos y otrosse esforzaban en cortejar el favor real, era ms fcil entenderse con unapersona, en este caso e! obispo, que con una colectividad, el concejo, quepor su carcter democrtico poda cambiar de conducta y de entusiasmo.Con disposicin tan favorable para e! partido clerical en Castilla -y conella en Galicia- Doa Mara de Molina no puso obstculo alguno a lasapetencias, ms polticas que religiosas, del Papa de Avin -gran cono-cedor de Galicia por haber sido Cardenal-obispo de Oporto, en el norte dePortugal- que aspiraba a colocar en Compostela, importante centro delmundo cristiano de la Europa occidental, una persona de su devocin yconfianza. Mientras que por otro lado e! Rey Don Dens de Portugal,viejo amigo de Santiago de Eusse (Juan XXII), el antiguo cardenal deOporto, apoyaba de una manera directa y personal los planes del Papade Avin de poner un francs de su confianza en Compostela. Grandedebi ser la deuda y la amistad que uni al Rey de Portugal Don Denscon el Arzobispo compostelano Berenguel de Landoira, pues en este tiempoaparecen estrechamente unidos los dos en sucesos importantes de la his-toria poltica de Galicia y Portugal, ayudndose el uno al otro.

    A poco de posesionarse de su cargo Juan XXII (junio de 1316) quedvacante la sede compostelana. Uno de los primeros actos de! nuevo Pon-tHice fue proveerla con Fray Berengel de Landoira (1317)' El nuevoArzobispo compostelano, don Berenguel de Landoira, despus de ser con-sagrado en Roma (1318) UI emprendi su viaje a Galicia. En Mellid, amedio camino entre Lugo y Compostela, salieron a esperarle el InfanteDon Felipe y e! Adelantado Mayor de Galicia, Alfonso Surez de Deza,que le ofrecieron; en nombre de los vecinos de Compostela, entregarle

    111 BENITO VICETTO, o. e., V, 290.

    di s castillos y propiedades de la mitra compostelana, con la excepcin

    tQoso , '1 -1 . d d de Santiago 20. El Arzobispo, que tema especia empeno en quede a cIUal"I noc

    iera e! seoro de la ciudad, se neg a ~.cept::r esta so UCl;,n.se e reco . .Esperando que con su presencia en Santiago cesaran en ~~ resIstenCIa los

    . d la villa se acerc a ella instalndose cn el castl1to de bRocha,veCinos e , '-, . .en las afueras de Compostela. All esper intilmente las ne~oclaclOnesde! Infante Don Felipe y del Adelantado Surez de Deza,. ~U1enes se .Ieh3ban ofrecido para gestionar como mediadores una soluclOn del pleitoentre el prelado compostelano y los vecinos; pero en realida.d tanto el In- te como el Adelantado eran los caudillos de la protesta CIUdadana com-;o:telana contra su nuevo Arzobispo; y las promesas que le haban he~hono eran ms que un subterfugio para ganar tiempo creyendo ~ue al fmalcedera e! prelado. Teniendo noticia don Bercnguel de LandOlra de, quevena en peregrinacin a Compostela su protector e! Rey Don Dems dePortugal, dej el castillo de la Rocha y se adelant a recibir a Don Densen Pontevedra 21 para exponerle la difcil situacin en que se e~con~~aba ypedirle probablemente su ayuda. Hasta es posible que la peregnnacl~n delRey portugus a Galicia no fuera ms que un pretexto para entrevistarsecon el Arzobispo compostelano, su protegido. La situacin se haba he.chocada vez ms tirante, pues mientras se reunan en Pontevedra e! ArzobiSpocompostelano y el Rey de Portugal, los vecinos de Santiago, sin d~da al-guna con aprobacin del Infante Don Felipe y del Adelantado Suarez deDeza, quemaron e! palacio episcopal y las casas de los p~~ti~arios d~1 pre-lado. Don Dens sigui viaje a Compostela, donde dehlO mtervemr conlos caudillos del movimiento comunal compostelano para que llegaran a

    un acuerdo con su arzobispo.

    Don Berenguel de Landoira, viendo que nada poda resolver e.n Galic~a,decidi ir a la Corte de Castilla para solicitar la ayuda de la Rema, DonaMara de Molina. La Reina hizo que estuviera presente en la entrevista,celebrada en TordesilJas (I 320), el Infante Don Felipe, que era el caudillode la resistencia al Arzobispo por considerar, como lo haba hecho en sutiempo Alfonso X el Sabio, que el seoro de Compostela pertene~a a laCorona, que l, el Infante, representaba en Galicia. Pero la entrevista fueinfructuosa; pues tanto e! Infante como Don Berenguel de Landoira man-

    20 BENITO VCETTO, o. e., V, 122.21 VICENTE RISCO, o. e., 122.

  • Emilio Gonzlez Lpez

    tuvieron sus respectivas posiciones 22. Al poco tiempo mora la Reina DoaMara de Molina, la nica capaz, por su influencia sobre su hijo el In-fante Don Felipe, de haber solucionado pacficamente este pleito. El Arzo-bispo compostelano se dispuso entonces a acudir a las armas y al asesinatopara vencer la resistencia compostelana y hacer reconocer a los vecinosde su seoro sobre la villa. De nuevo se estableci en la poderosa fortaleza dela Rocha, en las puertas mismas de Compostela. All fue a verle el Ade-lantado Mayor de Galicia con una comisin de gentes notables de la ciudadpara proponerle un nuevo arreglo. Por toda contestacin el soberbio preladomand a sus soldados que mataran al Adelantado y a los de la comisinque trataron de defenderlo, prendiendo a los dems 23, Los compostelanosaterrados por estos crmenes del prelado le abrieron las puertas de la ciudad.Don Berenguel de Landoira mand ahorcar a varios vecinos, entre ellosal famoso Juan Thorum, el Hombre Santo de Bonaval 24 Las gentes deDeza y de la UlIoa movieron guerra al Arzobispo, que tuvo que marcharcon sus tropas a estas dos comarcas para vencer la ltima resistencia gallegacontra su poder temporal. En Deza (Pontevedra) forz a Diego Gmez,teniente de Surez de Deza, a rendirle su fortaleza la cual fue destruidapor el victorioso prelado, que hizo lo mismo con el castillo de! Seor de laUlIoa. Los seores gallegos, Dezas y UlIoas, que se haban aliado con elInfante Don Felipe de Castilla y con su alianza haban debilitado la causagalleg:t que represent el Adelantado Fernn Rodrguez de Castro, pa-gaban ahora cara su traicin, viendo sus tierras y fortalezas arrasadas porel Arzobispo compostelano, que estableci en el corazn de Galicia, enCompostela, un rgimen teocrtico.

    22 Crnica de Alfonso Xl, cap. XVIII.23 VICENTE RISCO, O. c., 123.24 VICENTE RISCO, O. c., 123.

    LA POLITlCA PORTUGUESA DEL LEONES ALVAR NUEZOSORIO, ADELANTAD DE GALlCrA

    Berenguel de Landoira haba triunfado completamente en Galicia. Sesenta seguro en su poder, pues, adems de la influencia que tena n laCorte de Castilla, contaba en e! exterior con la ayuda incondicional delPapa de Avin Juan XXII y la del Rey Don Dens de Portugal. El Papade Avin segua con la mayor atencin la situacin portuguesa a causade que las desavenencias entre el Rey Don Dens y el Prncipe herederoDon Alfonso amenazaban con terminar en una guerra civil. Las diferenciasentre padre e hijo se deban a las atenciones y honores que e! Rey dePortugal vena concediendo a su hijo bastardo Alfonso Snchez, a quienincluso haba nombrado mayordomo mayor de palacio. El Prncipe here-dero Don AlEonso lleg a temer, viendo el excesivo afecto de su padrepor su medio hermano, que trataba de dejarle a l tambin el reino. Laenfermedad de Don Dens, preludio de su muerte, acentu los recelos delInfante Don AlEonso; y todo haca temer que la guerra civil portuguesapor la sucesin de la Corona pudiera estallar de un, momento a otro. ElPapa de Avin, viejo amigo de Don Dens, intervino para evitar la dis-cordia. Orden a Don Berenguel de Landoira que fuera a Portugal parareconciliar al Rey con el Prncipe heredero l. Las gestiones de Landoira enPortugal dieron el fruto apetecido por el Papa de Avin, pues Don Densdestituy de su cargo de Mayordomo de palacio a su hijo bastardo AlfonsoSnchez 2, que tuvo que retirarse de la Corte. Al poco tiempo (enero de1325) mora el Rey Don Dens. La guerra civil, que haba prevenido con

    1 DAJ-HAO LEMOS E FARIA CASTRO, o. e., IV, 124.2 DAMIAO LEMOS E FARIA CASTRO, O. c., IV, 126.

  • 3 DAMIAO LEMOS E FARIA CASTRO, O. c" IV, 162-5.4 Don Juan Alfonso de Meneses o de Alburquerque haba sido Adclantac.lo Mayor

    de Galicia, pero fue aprisionado por Sancho IV de Castilla por haberse alzado contra len favor del infante Don Juan, que ",spiraba a crear una Galieia independiente. Refugiadoen Portugal, a1 ser puesto en libertad por Fernando IV, el rey Don Dens, le nombr condede BarceJos, el primero de este titulo, y Mayordomo Mayor, cargo que pas a su yernoel IDfante Alfonso Snchcz.

    5 DAMIAO LEMOS E FARIA CASTRO, O. c., IV, 166.6 DAMIAO Lu,fOs TI FARIA CASTRO, O. c., IV, 16t.7 DAMIAO LEMOS E FARIA CASTRO, O. c., IV, IGt.

    sus gestiones el Arzobispo compostelano, estall entonces al ser procla-mado Rey de Portugal el Prncipe heredero Don Alfonso IV (1325-1357).Una de las primeras medidas del nuevo Rey portugus fue declarar traidora su hermano y despojarle de sus estados 3.

    Alfonso Snchez, cuya vida corra peligro en Portugal, se refugi en laplaza espaola de Alburquerque, en la frontera de Extremadura con Por-tugal, que le perteneca en seoro por estar casado con Doa Teresa deMeneses, hija de Don Juan Alfonso de Meneses o de Alhurquerque 4. El1nfante bastardo portugus, para asegurar ms sus posiciones en Castilla,se ali al Infante Don Felipe, enemigo del nuevo Rey de Portugal, AlfonsoIV, que disputaba en el reino castellano la tutora de Alfonso XI a DonJuan Manuel y a Don Juan el Tuerto, hijo del famoso Infante Don Juan,muerto en la Vega de Granada. Estos dos ltimos tutores seguan en Cas-tilla la poltica del nuevo Rey portugus. Contando ya con la ayuda delInfante Don Felipe, que en este tiempo era el jefe de las fuerzas caste-llanas 5 y ejerca gran influencia en Galicia y Len, el Infante AlfonsoSnchez se dispuso a enfrentarse con su hermano. Como haba sido con-denado en Portugal sin haber estado presente y podido contestar a loscargos que se le hacan, lo primero que hizo el Infante bastardo portugusfue suplicar a su hermano Alfonso IV de Portugal que se le oyera en elproceso que se haba incoado contra l; pero su peticin fue denegada 6.Fracasadas sus negociaciones pacficas, se decidi a emplear las armas. In-vadi Portugal con dos cuerpos de ejrcito: uno, mandado por l mismo,entr por tierras de Braganza en Tras-os Montes; y otro mandado por suhijo Juan Alfonso de Alburquerque, del mismo nombre que su abuelo,por el Alentejo 7. Contaba e! seor de' Alburquerque con numerosos parti-darios en Portugal que se unieron a sus banderas (1326). El Rey dePortugal mand algunas tropas para contener este avance, mientras l con

    7:1 DAMIAO LEMaS E F,\RTA CASTRQ, O. c.. IV, 172.7b DAMIAO LHIOS E FARIA CASTRO, O. C' o IV, 174.7c BENITO VICETTO, O. c., Hiuoria de Galicia. V, 314. JUA:O< nE MAIRANA, Hirlora

    de Espaa, 458.

    el grueso de su ejrcito sitiaba y tomaba la villa de Alburquerque 1a. Nin-guno de los bandos contendientes lograba una victoria decisiva en estaguerra civil, que costaba grandes sacrificios a uno y otro partido. La Reinaviuda de Don Dens, Santa Isabel de Portugal, intervino para llevar lapaz a su reino y reconciliar a los dos hermanos. El Rey de Portugal lev_antla sentencia contra Alfonso Snchez y le devolvi sus estados en Portugal.Como garanta del cumplimiento leal de las estipulaciones, Alfonso Snchezdej en la corte de Lisboa, a su hijo Juan Alfonso de Alburquerque 7b.

    Mientras se encenda y apagaba la guerra civil en Portugal, ocurransucesos de gran inters en Castilla. El mismo ao (1325) en que muri elRey Don Dens de Portugal y subi al trono su hijo Alfonso IV, eradeclarado mayor de edad en las Cortes de Valladolid, Alfonso XI de Cas-tilla. Uno de los primeros actos del nuevo monarca castellano fue acabarcon la influencia de sus antiguos tutores: Don Juan Manuel y Don Juanel Tuerto y el Infante Don Felipe. Tratando de afirmar su independenciay la del poder real busc gente nueva que le debiera a l su rango y posi-cin en la Corte y no a su prestigio nobiliario. Los favorecidos fueron elcastellano Garcilaso de la Vega, a quien nombr Mayordomo Mayor; yel leons Alvar Nez Osorio, a quien colm de todos los ttulos y cargosms importantes de Galicia. Alfonso XI nombr al de Osario AdelantadoMayor de Galicia, Pertiguero de Santiago, Comendero de Lugo, Condede Trastamara y Seor de Lemas, la Cabrera y Ribera 7c.

    La elevacin de! leons Alvar Nez Osario, vinculado a viejas fami-lias gallegas, y la de! castellano viejo Garcilaso de la Vega a la privanzadel Rey Alfonso XI, no fue un acto precipitado del juvenil monarca, sinouna accin bien meditada y muy de acuerdo con la poltica general quesigui a lo largo de su reinado: la de robustecer el poder real frente a lalevantisca nobleza y frente tambin a los antiguos reinos, como Galicia yviejos seoros autnomos, como e! de Vizcaya. Para llevar a cabo estapoltica escogi Alfonso XI a dos segundones, pues no eran otra cosa elleons y el castellano, los cuales adems aspiraban a representar, apartede las regiones de su nacimiento, el leons a Galicia y e! castellano a Viz-caya, como si fueran smbolos de la poltica de absorcin de una y otraen Castilla que impuso ms tarde e! propio rey castellano Alfonso XI.

    37La inslt11J.isin gallega

    Ij"

    lI

    Emilio Consles Lpez36

  • 38 Emilio Gonzlez Lpe:::

    1l

    1 La insumsn gallega 39

    Alvar Nez Osorio y Garcilaso de la Vega fueron los primeros instru-mentos que utiliz Alfonso XI en la prosecucin de su labor centralizadoracastellanizante; y los dos perecieron o fueron sacrificados en la lucha: Gar-cilaso muerto a manos de los nobles castellanos, y posiblemente de losvascos descontentos; y Alvar Nez Osario asesinado por mandato delRey para servir los intereses de la nobleza castellana y probablemente de lagallega, as como de los concejos leoneses, principalmente de los zamoranos.

    En lo que respecta a Galicia la acumulacin de ttulos nobiliarios y car-gos polticos ms importantes de nuestra tierra en la persona de AlvarNez Osario, cuarto hijo del leons Alvar Rodrguez Osario, seor deVillaornate (Len), revela claramente la poltica real de cercenar la perso-nalidad del reino de Galicia e ir disminuyendo en l la fuerza polticade las familias feudales ms representativas de nuestro pueblo, entre lasque figuraba en primer lugar la de los Castro. Las posesiones del condadode Trastamara, que le haban negado a Fernn Rodrguez de Castro dosReyes de Castilla, Sancho IV y Fernando IV, le eran ahora concedidas sinregateo al de Osario. Fcil es deducir la conclusin que se deriva de estaactitud de los reyes de Castilla; y es sta que si no se le daba al de Castroeste condado, al que tena derecho por su familia, era para no aumentar anms su importancia poltica, social y econmica en nuestra tierra, y des-pertar quizs en l ansias dormidas de autonoma o independencia, de sercasi un rey en su propia tierra. Semejante peligro no exista con un segun-dn leons, con Alvar Nez Osario que fue utilizado por Alfonso XIpara representar a nuestro pueblo como Adelantado Mayor de Galicia,Conde de Trastamara, Pertiguero de Santiago, Comendero de Lugo y Se-or de Lemas, la Cabrera y Ribera. Aunque Nez Osario, por tenerviejas vinculaciones familiares con los Castro y los Trava, poda alegaralgn derecho a estos ttulos y posesiones, stos eran tan dbiles y lejanos,que ms se deban a la gracia del monarca que a los propios mritos delvalido. Y de este modo, Alvar Nez Osario era en Galicia un simpletestaferro del propio Alfonso XI.

    Como el castellano Garcilaso de la Vega y el leons Alvar Nez Osariohaban militado en las banderas del Infante Don Felipe, en las luchas porla tutora de Alfonso XI, su nombramiento representaba un triunfo de esteInfante en la poltica del nuevo monarca castellano; y a la vez un desairea los otros dos contendientes por la tutora, Don Juan Manuel y Don Juanel Tuerto. Estos dos poderosos seores, despechados por los nombramientosde Alfonso XI, decidieron unir sus fuerzas para obligar al Rey de Castilla

    a licenciar a sus privados y reconocer su autoridad y poder en el reino.Don Juan Manuel, como garanta de su alianza, le ofreci a Don Juan elTuerto la mano de su hija Doa Constanza, que estaba ya viuda. AlfonsoXI, consciente del peligro que para su gobierno supona el consorcio de lasfuerzas de Don Juan Manuel y Don Juan el Tuerto, se resolvi a impe-dirlo solicitando l mismo en matrimonio a Doa Constanza 8. Don JuanManuel, que no tena otro deseo que ser poderoso en la Corte de Castilla,se oh'id de sus promesas a Don Juan el Tuerto y acept gustoso la pe-ticin del Rey castellano. Pero este matrimonio era un peligro para losplanes de los favoritos reales, Garcilaso de la Vega y Alvaz Nez Osario,sobre todo este ltimo que era quien tena ms influencia en la Corte deCastilla. El matrimonio de Doa Constanza con el Rey Alfonso XI supon-dra un cambio radical de poltica y el triunfo de Don Juan Manuel. AlvarNez Osario, dndose cuenta de que este enlace sera el fin de su poderpoltico con Alfonso XI, actu con gran rapidez para proponerle al Reyde Castilla un nuevo plan que acabara para siempre con la influencia enCastilla de Don Juan el Tuerto y Don Juan Manuel.

    Nez Osario trat entonces de encauzar la poltica castellana hacia unaalianza ms estrecha con Portugal. De este modo mataba dos pjaros de untiro; por un lado, ganaba para su causa la ayuda y simpatfa de la Corte por-tuguesa; y, por otro, enemistaba al Rey Alfonso XI con Don Juan Manuel,que era el pretendiente ms peligroso para ser valido en la Corte castellana.El medio de lograr ambas cosas era casar a Alfonso XI con la princesa por-tuguesa Doa Mara, hija de Alfonso IV 9. Tal matrimonio forzaba a Al-fonso XI a repudiar la promesa que le haba hecho anteriormente a Th'>nJuan Manuel de casarse con su hija Doa Constanza; y un acto semejantesupondra una afrenta al poderoso seor castellano que ste no podra per-donar, sino limpiar con su rebelda. Para completar su plan, Nez Osoriogestion que el prncipe heredero de Portugal, el Infante Don Pedro, secasara con la castellana Doa Blanca, hija del Infante Don Pedro, el quehaba muerto en la Vega de Granada, y que era duea de numerosas plazasen la frontera extremea con Portugal 10. Don Juan Manuel, al tener noticiade la resolucin del Rey de Castilla, de casarse con la Infanta Doa Mar~a rl~

    8 MANUEL LAFUENTE, Historia de Espaa, IV, 339.11 DAMIAO LEMaS E FARIA CASTRO, O. C., IV, 180.

    10 DAMfAO LEMOS E FARIA CASTRO, O. C., IV, 180.

  • 40 Emilio Gon:;lez Lpez La insumisin gallega 41

    Portugal, se levant en armas y recluy como medida preventiva a la infor-tunada Doa Constanza en la fortaleza de Toro 11.

    La contumacia en la rebelda de los antiguos tutores, Don Juan Manuely Don Juan el Tuerto, le hizo pensar al Rey en matarlos para librar al reinode una perturbacin permanente. Se limitara en esto Alfonso XI a recogerel clamor popular, como indica El Poema de Alfonso Onceno, o se mo-v.iera empujado por sus ambiciosos validos, Alvar Nez Osorio y Gar-cJaso de la Vega, que codiciaban las tierras de los seores rebeldes 10cierto es que el Rey determin la muerte del uno y del otro, aunque ~lopado llevar a cabo la del primero. Para poder atraer a una celada al des-confiado Don Juan el Tuerto el Rey Alfonso XI le dio a entender a tra-v, de amigos de Alvar Nez Osario, que vea con buenos ojos due stese casa~a c~n la Infanta Doa Leonor, hermana del rey castellano; y qepara dIscutIr este asunto, que supondra una total reconciliacin entre elsoh~rano castellano y su sbdito rebelde, se deba ver con l lo ms prontopO;Ible. Don Juan e! Tuerto recelaba ms de Garcilaso de la Vega, que alparecer pretenda las tierras vascas de Doa Mara de Haro, esposa del se-or rebelde; y, en cambio, confiaba ms en la amistad de Alvar NezOsorio, que haba militado en las banderas del Infante Don Juan, padre deDon Juan el Tuerto, cuando ste disputaba al Infante Don Pedro la tuto-ra en Castilla.

    Don Juan el Tuerto, creyendo en las palabras de amistad que le brindabaAlvar Nez Osorio, se acerc a Toro, donde le esperaba e! Rey Alfon-so XI; y all fue asesinado por los sicarios reales, mandados por e! de Osa-rio, e! da de Todos los Santos (1326). Con l el Rey mand matar a otrosdos caballeros leoneses que le acompaaban, Garci Fernndez Sarmiento yLope Aznares de Fermoselle 12. Prendieron tambin en Toro las fuerzas de!rey a Juan Alvarez Osorio, que debi e! escapar a la muerte al hecho dese, to del privado del rey. Alfonso XI recompens al valido por su des-leal papel en esta muerte dndole todos los castillos y plazas que tenaDon Juan el Tuerto, muchas de ellaS en el reino de Len y en particularen la actual provincia de Zamora 13.

    Alvar Nez Osario, en posesin de los estados del asesinado Don Juanel Tuerto, se convirti en uno de los seores ms poderosos de Castilla y

    ..

    el primero en el reino de Len, de donde era natural este segundn. Peroel apetito de mando y riquezas de los validos era insaciable, especial-mente e! de Alvar Nez Osario. Al poco tiempo de los luctuosos suce-so~ de Toro, que costaron la vida a Don Juan e! Tuerto, falleci en Ma-drid el Infante Don Felipe, que era seor de los estados ms importantesde Galicia, usurpados unos a la familia de los Castro y recibidos otros,por l como el condado de Trastamara, al morir su hermano el InfanteDon Pedro en la expedicin de la Vega de Granada (13I9)' Alvar Nezsin prdida de tiempo solicit del rey que le concediera todos los estadosdd finado Infante, dando como razn de su demanda el que, dueo denuevos seoros, poda acudir con sus numerosos vasallos a defender el reyen cualquier parte de Castilla contra sus enemigos interiores y exteriores H.El Rey le concedi entonces no slo las tierras de los Castro, los seorosde Lemas y Sarria, y los de la Cabrera y Ribera, sino tambin el codiciadocondado de Trastamara que los Reyes de Castilla haban sistemticamenterehusado a los Castro 15.

    El poder de los validos iba a ser muy breve. Sobre su cabeza comen-zaron a formarse los negros nubarrones de la protesta popular de lasciudades leonesas y castellanas. Los seores poderosos del reino, como donJean Manuel y don Juan Nez de Lara, atizaban la protesta contra losva!idos. La primera vctima de la protesta popular fue el castellano Gar-cilaso de la Vega, a quien mataron sus propios paisanos.

    Garcilaso de la Vega, que era Merino o justicia mayor del reino, habiatratado de sacar el mayor provecho para la Corona de Castilla, o quizstambin para l, de la muerte de Don Juan el Tuerto, gestionando la ad-quisicin para la Corona castellana del Seoro de Vizcaya que estabavinculado a la familia de los Haro, a la que perteneca la viuda del asesi-nado Don Juan, Doa Mara de Haro, que estaba recluida en el conventode Perales. All la fue a visitar Garcilaso, que la convenci de que vendieraal Rey Alfonso XI sus derechos a este seoro. Hecha la venta, Alfonso XIenvi cartas a todos los lugares del seoro vizcano para que se le entrega-ran sin demora todas las plazas y fortalezas del mismo lG.

    Uno de los ms tenaces enemigos de los privados era Don Juan Manuel,que adems de los numerosos castillos que tena en el interior de las dos

    U

    12

    13

    ANl'ONIO BALLESTEROS Y, BERETTA, O. c' o III, 37.Crnica del Rey Alfonso Xl, cap. XLVIII.Crnica del Rey Al'fonso Xl, cap. XLVIII.

    14 C"nica del Rey Alfonso Xl, cap. XLIX.15 C,.nica del Rey Alfonso Xl, cap. LXI.16 Crnica 'del Rey Alfonso Xl, cap. XLVIII.

  • Cast~llas, contaba con otros en la frontera de Arag6n. Desnaturalizado deCastilla Don Juan Manuel, y teniendo como aliado al Rey de Arag6n Jai-me II (1291-1327), invadi6 las tierras castellanas con tropas ms arago-nesa: que mesnadas feudales suyas. Le acompaaron en esta invasin deCast~lla los Infantes aragoneses Don Pedro y Don Jaime de Xrica. Las tro-pas Invasoras causaron grandes daos en los campos que recorran l7. Al-fon~o XI, para hacer frente a este peligro, decidi6 enviar a Garcilaso a~ona para recl~t~r en aquella ciudad un fuerte ejrcito que oponer all~vasor. La ~romca d~l Rey Alfonso XI, sin dar razn alguna de su aserto,dIce que habla en Sana una concentraci6n de caballeros castellanos y cifrasu nmero en "mil trescientos ames a caballo" 18.

    . .Los en.emigos de Garcilaso, que no perdan ocasi6n de buscar su ruina,hICIeron cIrcular el rumor entre lo~ caballeros reunidos en Soria de que elpnva~o del Rey es~aba oyendo mIsa con su squito en la iglesia de San~f;nClSC? de la capItal soriana. Segn la Crnica de Alfonso XI los so-nanas dIeron muerte a Garcilaso y a veintid6s infanzones e hidalgos 19. Esprobable que fueran vascos una parte de los caballeros que se habanconcentrado en Soria, quizs vascos emigrados de su pas al tener que en-trega~ sus castillos a los apoderados del Rey que se adue6 del Seorode VIzcaya. Garcilaso haba sido el autor del traspaso del Seoro de Viz-cava a la corona de Castilla, acto que era contrario a las costumbres deindependencia que venan disfrutando los vascos. La muerte de Garcilasode ,r~ Vega es: por eso, tanto una protesta vasca como castellana por laPOIItIC~ centrahzadora, contra seores y seoros, del Rey de Castilla desu vahdo. y

    . La mu~rt~ de C?arcilaso de la Vega en Soria dej a Alvar Nez Oso-no como umco pnvado en la Corte castellana. Con el poder del nuevon:agnate aument6 .la h~stilidad que sentan contra l los seores y lascIUdades de los vanos remos de Castilla, principalmente del reino de Lendonde tena las posesiones arrebatadas a Don Juan el Tuerto. Tan grand:y general era la protesta contra el valido que en ella participaban nu-~erosos familiares de Alvar Nez Osario. Galicia aparece un tanto divi-d.lda e~ esta cuestin, pues una parte de sus infanzones apoyaban al de Oso-no, mientras otra, en la que deban de estar los de Castro, se movan en el

    42

    111819

    Emilio Gonzlez Lpez

    Cr1lica del Rey Alfo1lso Xl, cap. XLVIII.Cr6-nica del Rey Alfonso Xl, cap. LXII.Crnica del Rey Alfonso Xl, cap. LXII.

    La insn11lisin gallega

    bando contrario. Tomaron la voz de la protesta las ciudades de Toro yZ:l.Inora, que haban estado muy unidas a la causa del Infante Don Juan,hijo del Rey Sabio, y luego a la de su hijo Don Juan el Tuerto.

    Uno de los conspiradores ms activos contra la privanza de Alvar N-ez Osario era el gallego Fernn Rodrguez de Balboa, prior de la Ordende San Juan, que favoreca el partido de don Juan Manuel 20 El Prior deSan Juan se apoder primero del alczar de Zamora alzndose contra elrey en demanda de que extraara al valido de la Corte. La ciudad deZamora en pleno se sum6 a su rebelda. Los partidarios de Alvar NezOsario en la Orden de San Juan solicitaron del rey la destitucin de su maes-tre y la eleccin de Alvar Nez de Sarria para el Maestrazgo; lo que hacesuponer que el privado contaba en la Orden con partidarios gallegos 21.

    Los enemigos de Alvar Nez Osario, para malquistarlo con el Reyinventaron que el privado aspiraba a casarse con la Infanta Doa Leonor, acuya mano haba aspirado Don Juan el Tuerto. Haba enviado Alfonso XIa su tesorero el judo Yusuf de Ecija, a Valladolid, para que recogiera a laInfanta Doa Leonor, la cual deba acompaar a su hermano a Aguinaldo,en la frontera portuguesa, para recibir a Doa Mara de Portugal, queiba a casarse con el soberano castellano. Al llegar a Valladolid el judo, elaya de la Infanta Doa Leonor, Doa Sancha, viuda de Don Sancho Sn-chez de Velasco, y que era nada menos que sobrina de Alvar Nez Oso-rio 22, hizo circular la especie de que el Rey, entonces acampado frente aEscalona, en donde tena sitiado a Don Juan Manuel, llamaba a su hermanapara casarla con su privado. Enfurecidos .pOLesteJ:J.lmOr~_.se,arm:uQn-loscampesinos de los pueblos prximos a Valladolid, los cuales se presentaronen las puertas de la ciudad para impedir la salida de la Infanta y darmuerte al judo Yusuf 23. Los vallisoletanos, siguieildo el ejemplo de loscampesinos armados, sitiaron al judo y a la Infanta en el Alczar y solici-taron la ayuda del Prior de San Juan y de los concejos de Zamora y Toro 24.

    20 Aunque es probable'que obrara pqr cuenta de Don Pedro Fernndez de Castrocon el qu.e 'tena vncu.los de vafkll1aj.c.

    21 Crnica del 'J

  • Al tener noticia Alfonso XI de lo ocurrido en Valladolid, que desa-fiaba su autoridad, decidi partir inmediatamente hacia la capital caste-llana y abandonar e! sitio de Escolana. Alvar Nez Osario, conocedor degu.: e! alma de esta conspiracin era e! propio Don Juan Manue! y que e!alzamiento de Valladolid era una estratagema de ste para hacer levantare! cerco de Escalona, le aconsej proseguir an con mayor violencia el ata-qu~ a Escalona; pero el Rey, desatendiendo su consejo, se encamin a Va-lladolid. Los vallisoletanos le cerraron las puertas, prometindole abrirlassi dejaba a su privado. El Rey, atendiendo a algunos caballeros de su s-quito, rog a su valido que se marchara, entrando l solo en la ciudad. Ha-ba comenzado la odisea de Alvar Nez Osario, el cual se march, pen-sando en la ingratitud de! Rey, a refugiarse en el castillo de Be!ver deCampos (Zamora), que haba pertenecido a don Juan e! Tuerto 25.

    Era el Conde de Trastamara persona de soberbia condicin y poco su-fridor de humillaciones; y en una de e!las recibi su alejamiento de laCorte. Creyendo que slo poda volver al favor de! rey mostrndole sufuerza, decidi aliarse con su antiguo enemigo, Don Juan Manuel 26. DonJuan Manuel, viejo zorro en ardides polticas y estratagemas, y abrigandoun hondo odio por el antiguo valido que haba procurado su muerte y suruina, fingi que se pona de acuerdo con l para luchar juntos contra elmonarca; y como prueba de amistad solicit del rico cado valido la sumade tres cuentos para hacer frente a los gastos de su guerra privada contraAlfonso XI, rogndole al propio tiempo que no depusiera su actitud derebelda 27.

    Se celebraron al poco tiempo en Aguinaldo las bodas de Alfonso XI deCastilla y la Infanta Doa Mara de Portugal (1327). Entre los caballerosall reunidos para asistir a las bodas surgi la idea de que el Rey dieramuerte a Alvar Nez Osario de! mismo modo que ste haba matado ador. Juan e! Tuerto. El principal conspirador contra e! de aserio era su pa-riente Alfonso Jofre Tenorio, AlmiraJ;lte de Castilla -antiguo partidario delInfante Don Felipe- casado tambin con una sobrina de Alvar NezOsario. En la conspiracin entraban el Prior de la Orden de San Juan,Fernn Rodrguez de Balboa y Juan Martnez de Leyva, que haba suce-dido a Alvar Nez Osario en el cargo de Camarero mayor de palacio.

    . T . le ofrecl'o' al Rey los servicios de su vasallo Ramiro FloresJotre enano . ,ara que diera muerte al de Osario de la misma manera que habla muerto

    ~ a'don Juan el Tuerto 25. Sali Ramiro Flores para Belver de Campos,este . f" , h'd d 1donde se haba fortificado el de Osono, y se mglO un Ul o e campo

    1 El ado favorito acept sus servicios, el primero de los cuales fue darlere;! . c , ~ .erte al de Osorio. Todas las plazas y fortalezas de Nunez Osono, entre

    mil '11 R .ellas el condado de Trastamara, pas~ron a la ~orona de Castl a. ami:Flores recibi como premio de su cnmen el castillo de Belver d~_Campos. .

    Haba muerto el Adelantado mayor de Galicia, Alvar Nunez Osono,de la misma manera violenta que sus antecesores en el cargo, Fern~n Ro-drguez de Castro y Alfonso Su:rez de Deza. Pareca que I~ mas altamagistratura de nuestra tierra segua atr~~endo el r~yo de las Iras de l~:Reyes de Castilla o de los prelados ambiCIOSOS de bienes terrenos.. M~r;oNez Osario, aunque quedaba parte de su obra que era la aproxlmaclOllpoltic2 entre Castilla y Portugal. Pero las bodas _por l :oncertadas, la ~elRev Alfonso XI con la Infanta portuguesa Dona Mana y la del Pnn-cip~ heredero portugus, Don Pedro, con Doa Blanca de Castilla, hijadei Infante Don Pedro muerto en la Vega de Granada, en lugar de aunara los dos puehlos se t:ocaron con el andar del tiempo en un semillero de

    discordias entre ellos.

    44 Emilio Conzlez Lpez 1 La insumisin gallega 45

    25 Crtlica del Rey AlfotlsO Xl, cap. LXIX,26 Ct'nica dd Rey Alfonso Xl, oap. LXIX.27 Crnica del Rey Alfonso Xl, cap. LXIX.

    28 Crnica del Rey Alfonso Xl, cap. LXXIV.29 Crnica del Rey Alfonso Xl, caps. LXXIV y LXX"Vl.

  • La insumisin gallega 47

    DON PEDRO FERNANDEZ DE CASTRO Y EL PARTIDOPORTUGUES EN LA CORTE DE CASTILLA

    El reinado de Alfonso XI, desde que el propio Rey asumi el poder(1 12.5) hast~ su muert~ ~1350), representa uno de los perodos de paz inte-nor en ~1 remo de GaltCIa, en contraste con las luchas civiles que encendanen Cast~l~a los poderosos s~ores feudales, como Don Juan Manuel y DonJuan ,Nunez de Lara. Y, s~n embargo, fue Alfonso XI el rey castellano queasest? ~no de los golpes mas mortales a la personalidad poltica de Galicia,convuuendo su antiguo reino en un simple distrito administrativo del deL~n, del que pas a ser un apndice poltico. La paz que rein en Galicia,mlfntras se encenda la discordia en Castilla, se debi en buena parte alhecho. de que durante catorce aos (1329-1343) el hombre de mayor in-fluenCIa en la Corte castellana fue el gallego Pedro Fernndez de Castroque era la personalidad ms poderosa de nuestro pueblo; y este magnat~gallego pu~o su espada, su influencia y sus mesnadas gallegas al serviciode la poltica de robustecimiento del poder real que practicaba el Rey cas-tellano. Esta poltica significaba en el interior de Castilla el sometimientod~ los seores feudales a la autoridad real; y de igual modo el someti-m~ento a la hegemona de Castilla, absoluta e incontrolable, de los otrosrel.nos que,. ;omo Galicia, haba tenido una cierta personalidad poltica conr~fresentaclOn en C~rtes. Y en el exterior supona esta poltica la prosecu-CIon de la reconqUlsta para recobrar contra granadinos y benimerines lasplazas del Estrecho que an estaban en su poder. Contra rebeldes interio-res y enemigos exteriores puso Pedro Fernndez de Castro, al servicio de lacausa castellana, tal entusiasmo que sus contemporneos le dieron el nombrede "el de la Guerra" con el que es conocido en la historia. Fue PedroFernndez de Castro la personalidad gallega ms notable del siglo XIV en

    el reinado de Alfonso XI, en cuya corte ocup los cargos ms distinguidos(Alfrez real y Mayordomo mayor de Palacio); y sus hijos desempearonun gran papel en la historia de Castilla y en la de Portugal: una de sushijas, Doa Juana, fue por breve tiempo Reina de Castilla; otra, Doa Insde Castro, fue coronada despus de morir en Portugal; su hijo Alvar Prezde Castro fue una de las personalidades ms notables de Portugal y desempe- en este reino por primera vez el cargo de condestable; y el mayor, Fer-nn Rodrguez de Castro, con los mismos nombres y apellidos de su abuelo,fue uno de los principales caudillos de la lucha de Galicia contra los Tras-tamarao

    *Pedro Fernndez de Castro se haba educado en Portugal, en la Corte

    del Rey Don Dens, adonde le llevaron sus familiares al ser muerto supadre Fernn Ruz de Castro por las tropas del Rey de Castilla mandadaspor el Infante Don Felipe. En la Corte portuguesa fue el compaero inse-panble del Infante Don Alfonso, heredero de aquel reino. Volvi a Galiciacuando era ya un hombre. Haba aparecido por primera vez en Galicia, aldecir de Vicetto 1, durante la minoridad de Alfonso XI en las luchas quetenan los vecinos de Mondoedo (13f9) contra el Obispo Don Gonzalo.El de Castro era el campen de los burgueses y campesinos de aquella di-cesis. Quizs tambin luchaba por sus propias tierras, resto de sus antes ex-temas estados, radicados en el territorio de Mondoedo. Pero el mbito delas andanzas de Pedro Fernndez de Castro era ms Castilla que Galicia;pues en nuestra tierra gobernaba casi como un virrey el Infante Don Feli-pe, matador del padre del de Castro. Por el mismo ao en que los docu-mento~ mindonenses 2 registran la presencia del de Castro en Galicia le ve-mos aparecer militando en las banderas castellanas al lado de Don Juanel Tuerto, pretendiente a la tutora del Rey-nio Alfonso XI. La muerteen la Vega de Granada de los tutores del Rey (los Infantes Don Pedro yDon Juan), plante de nuevo la cuestin de la tutora a la que aspirabanD.1n Juan el Tuerto, hijo del Infante Don Juan, y Don Juan Manuel, hijodel Infante Don Manuel, y, por lo tanto, nieto de Fernando III el Santo.

    1 Bnenp VICETI1o, O. C., V, 295-6.2 BE