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Quipu, vol. 14, núm. 2 mayo-agosto de 2012, pp. 193-219. La influencia de la bacteriología francesa en la mexicana en el periodo de su institucionalización * Departamento de Salud Pública, Facultad de Medicina, UNAM. [ 193 ] Summary This article applies the Thomas F. Gick’s model to explain the transcultural diffusion of ideas to the influence of the French bacteriology in the Mexican one. It points out that, in Mexico, it took place through different paths, such as medical press, text books, and study journeys. In particular, it deals with the collaboration of the French bacteriologist Joseph Girard in the National Bacteriological Institute between 1906 and 1913. It tries to show that the institutionalization of bacteriology in Mexico was previous to Girard’s work in this country. It analyzes the political situation of Mexico, when Girard left the Bacteriological Institute and the influence of this situation in the development of this discipline. Las noticias sobre la bacteriología llegan a México E ntre 1862 y 1878 Pasteur descubrió la causa de las enfermedades de origen microbiano, explicó el modo de acción de la linfa antivariolosa, preparó otras para enfermedades como la rabia, y su obra fue seguida por descubri- mientos que iban a transformar la curación y la prevención de las enfermeda- ANA MARIA CARRILLO* http://www.revistaquipu.com El texto completo de este artículo está disponible para subscriptores

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Quipu, vol. 14, núm. 2mayo-agosto de 2012, pp. 193-219.

La influencia de la bacteriología francesa en la mexicana en el

periodo de su institucionalización

* Departamento de Salud Pública, Facultad de Medicina, UNAM.

[ 193 ]

Summary

This article applies the Thomas F. Gick’s model to explain the transcultural diffusion of ideas to the influence of the French bacteriology in the Mexican one. It points out that, in Mexico, it took place through different paths, such as medical press, text books, and study journeys. In particular, it deals with the collaboration of the French bacteriologist Joseph Girard in the National Bacteriological Institute between 1906 and 1913. It tries to show that the institutionalization of bacteriology in Mexico was previous to Girard’s work in this country. It analyzes the political situation of Mexico, when Girard left the Bacteriological Institute and the influence of this situation in the development of this discipline.

Las noticias sobre la bacteriología llegan a México

Entre 1862 y 1878 Pasteur descubrió la causa de las enfermedades de origen microbiano, explicó el modo de acción de la linfa antivariolosa, preparó

otras para enfermedades como la rabia, y su obra fue seguida por descubri-mientos que iban a transformar la curación y la prevención de las enfermeda-

ANA MARIA CARRILLO*

http://www.revistaquipu.com

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Quipu, mayo-agosto de 2012194

des.1 Esta explosión científica presagió la primera revolución epidemiológica del último cuarto del siglo XIX; William Henry Welch define a este periodo como el más extraordinario en la historia de la medicina, y dice que es casi im-posible imaginar hoy el entusiasmo y el espíritu de triunfo que se despertó, no solamente entre los médicos sino también entre el público, como resultado de esos descubrimientos.2

En México, tanto la prensa médica como la política seguían los trabajos de Pasteur, Koch, Klebs y otros microbiólogos, así como el descubrimiento casi anual de algún organismo patógeno, y daban cuenta de estos avances a profesio-nales y legos que aún no perdían su capacidad de asombro.3 Dicen Lafuente y Saraiva que la ciencia ejerce un enorme poder de seducción y tiene una gran ha-bilidad para alentar esperanzas.4 La bacteriología en particular dio a la profesión médica y al público la confianza en la rápida extinción de las enfermedades.

Desde luego, la aceptación de la nueva ciencia no fue inmediata. En sus memorias, el notable higienista Eduardo Liceaga relató que en México el primer choque entre las antiguas y las nuevas doctrinas tuvo lugar en el Segundo Con-greso Médico de la Capital: “[...] palabras […] como ‘miasmas’, ‘emanaciones’, ‘efluvios’, que hacían suponer que las enfermedades eran transmitidas por los gases que se desprendían de los pantanos o que infectaban el aire, comenzaron a sustituirse por las que designaban que en la atmósfera había seres vivos que […] podían ser la verdadera causa de las enfermedades transmisibles”.5 Señaló también que estas nuevas ideas las había sostenido [Ladislao] Belina, médico polaco, instruido en los últimos progresos que la ciencia había hecho en Alema-nia, Inglaterra y Francia, y conocedor de los descubrimientos de Pasteur.

1. Miguel E. Bustamante, “La situación epidemiológica de México en el siglo XIX”, en Enrique Florescano y Elsa Malvido (comps.), Ensayos sobre la historia de las epidemias en México, vol. 2, México, IMSS, vol. 2, 1982, pp. 425-480.

2. Citado por Milton Terris, La revolución epidemiológica y la medicina social, México, Siglo XXI, 1987, p. 27.

3. Sobre los primeros pasos de la disciplina en México, véanse Manuel Servín Massieu, Microbiología, vacunas y el rezago científico de México a partir del siglo XIX, México, Instituto Politécnico Nacional / Plaza y Valdés, 2000. Ana María Carrillo, “La patología del siglo XIX y los institutos nacionales de investigación médica en México”, LABORAT-acta, vol. 13, núm. 1, 2001, pp. 23-31. Ana María Carrillo, “Los comienzos de la bacteriología en México”, Elementos, vol. 8, núm. 42, 2001, pp. 23-27. Juan José Saldaña y Natalia Priego, “Entrenando a los cazadores de microbios de la república: la domesticación de la microbiología en México”, en Juan José Saldaña (coord.), La Casa de Salomón en México. Estudios sobre la institucionalización de la docencia y la investigación científicas, México, Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Filosofía y Letras, 2005, pp. 283-305.

4. Antonio Lafuente y Tiago Saraiva, “The savants’s drama: two cultures and two shores”, en Juan José Saldaña (ed.) Science and Cultural Diversity. Filling a Gap in the History of Science, México, 2001, pp. 97-121. Cuadernos de Quipu 5.

5. Eduardo Liceaga, Mis recuerdos de otros tiempos, México, Talleres Gráficos de la Nación, 1949, p. 168.

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