kelly-isaiah berlin y la intelligentsia rusa

6
7/28/2019 Kelly-Isaiah Berlin y La Intelligentsia Rusa http://slidepdf.com/reader/full/kelly-isaiah-berlin-y-la-intelligentsia-rusa 1/6 Aileen Kelly Isaiah Berlin y la in telligen tsia rusa* “No busques soluciones en este libro: no hay ninguna. El hombre moderno carece general- mente de ellas.”  Alexa nder Herze n. Intr oducci ón a Desde la otra orilla. T Tratando de explicar a Lady Ottoline Mo- rell, la revolución rusa, Bertrand Russell dijo una vez que, con todo lo aterrador que era el despotismo bolchevique, parecía el tipo de gobierno adecuado para Rusia: “pregúntese cómo gobernar a los persona-  jes de Dostoiewski y entenderá”. A muchos liberales de Occidenteno les parecería injus- ta la opinión de que el socialismo despótico no es sino lo que Rusia merece, por lo menos si se piensa en los “de- monios” de la novela de Dostoiewski: la intelligentsia radical rusa. Por el grado de su alienación respecto de su sociedad y por el impacto que, a su vez, ejerció sobre ella, la intelligentsia rusa del siglo XIX constituye un fenóme- no histórico casi sui generis. Sus dirigentes ideológicos eran un pequeño grupo que tenía la coherencia y pasión de una secta religiosa. Con su ferviente oposición moral al orden establecido, su obstinada preocupación por las ideas, su fe en la ciencia y en la razón, allanaron el camino de la revolución rusa y alcanzaron así una gran im-  portancia histórica. Con todo, los historiadores ingleses y norteamericanos suelen referirse a ellos con una mezcla de condescendencia y aversión moral, debido a que las teorías que sostuvieron de manera tan apasionada no eran suyas, sino que las tomaron de Occidente y con fre- cuencia las comprendieron mal, y porque, en su fanática  pasión por las ideologías extremas, se considera que se  precipitaron, como los “demonios” de Dostoiewski, en una ciega autodestrucción, arrastrando tras ellos a SU  país, y mas tarde a gran parte del mundo. La revolución rusa y sus consecuencias han contribuido a fortalecer la creencia, muy arraigada en los países anglosajones, de que el interés apasionado por las ideas es un síntoma de desorden moral y mental. La voz de un liberal ha disentido firme y continua- mente de esta imagen de la intelligentsia rusa, una voz es-  pecialmente distinguida. Isaiah Berlin es uno de los pensadores liberales más destacados de este siglo. Sus Four essays on liberty’ son contribuciones de primera magnitud al estudio de los  problemas fundamentales de la filosofía política. Su ori- ginalidad como pensador radica en la combinación de un liberalismo de raigambre inglesa y un entusiasmo entera- mente europeo por las ideas y sus efectos sobre la practica  política: sus textos están impregnados de la convicción de que los valores liberales se comprenden y defienden mejor por quienes tratan de entender el papel de las ideas en la acción, y en particular la atracción moral e intelec- tual de lo que él llama las “grandes visiones despóticas”, tanto de la izquierda como de la derecha. Su aportación  personal a la vida intelectual inglesa ha sido una oposi- ción efectiva a la relativa indiferencia de Inglaterra, du- rante el último medio siglo, por los movimientos intelec- tuales de Europa. En conferencias y ensayos que han sido obras maestras de lucidez y claridad, Berlin ha lo- grado familiarizar a un vasto público con las grandes tra- diciones intelectuales europeas, con las ideas y personali- dades de algunos de los pensadores más originales del mundo posrenacentista, y ahora, en los ensayos reunidos  por vez primera en este libro*, con el fenómeno de la intelligentsia rusa. El enfoque de Isaiah Berlin sobre la intelligentsia está orientado por su interés en la forma en que las ideas son “vividas” como soluciones a exigencias morales. En con- traste con la mayoría de los estudios relacionados con el tema -emprendidos para evaluar las soluciones políticas a la luz de las circunstancias históricas-, Berlin se preo- cupa sobre todo, por los problemas de tipo moral y so- cial que la intelligentsia se planteaba, por los dilemas que trataron de resolver. Aunque sus ensayos sobre las cues- tiones rusas se sostienen por sí mismos, sin necesidad de anotaciones filosóficas o referencias cruzadas, constitu- yen igualmente una contribución sustancial al tema me- dular de todos sus escritos de historia intelectual. Su ori- ginidad puede apreciarse mejor si se los inscribe en este marco de referencia más amplio. La preocupación central de Berlin ha sido ahondar en las preguntas fundamentales que condicionan para él la conducta moral del hombre: ¿son todos los valores abso- lutos compatibles en última instancia, o no hay una res-  puesta difinitiva al problema de cómo vivir, ningún ideal humano objetivo y universal‘? Dentro de la gran variedad de sus estudios, Berlin ha examinado las raíces históricas y sicológicas que determinan las visiones monistas y plu- ralistas del mundo y sus consecuencias. Considera que las grandes estructuras totalitarias edificadas sobre ci- mientos hegelianos y marxistas no son terribles aberra- ciones, sino consecuencia lógica de la idea central de to- das las corrientes principales del pensamiento político occidental: que hay una unidad fundamental detrás de todos los fenómenos, una unidad derivada de un propó- sito universal. Ese propósito único puede llegar a descu-  brirse, según unos, mediante la investigación científica, según otros, mediante la revelación religiosa, o mediante la especulación metafísica. Una vez descubierto, propor-

Upload: zavalaga777992

Post on 03-Apr-2018

215 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Kelly-Isaiah Berlin y La Intelligentsia Rusa

7/28/2019 Kelly-Isaiah Berlin y La Intelligentsia Rusa

http://slidepdf.com/reader/full/kelly-isaiah-berlin-y-la-intelligentsia-rusa 1/6

Aileen Kelly

Isaiah Berlin y lain tel l igen tsia rusa*

“No busques soluciones en este libro: no hay

ninguna. El hombre moderno carece general-mente de ellas.” Alexander Herzen. Introducción a De sd e l a  

otra ori l la .

T

Tratando de explicar a Lady Ottoline Mo-rell, la revolución rusa, Bertrand Russelldijo una vez que, con todo lo aterrador queera el despotismo bolchevique, parecía eltipo de gobierno adecuado para Rusia:“pregúntese cómo gobernar a los persona-

 jes de Dostoiewski y entenderá”.

A muchos liberales de Occidenteno les parecería injus-ta la opinión de que el socialismo despótico no es sino loque Rusia merece, por lo menos si se piensa en los “de-monios” de la novela de Dostoiewski: la intelligentsia

radical rusa. Por el grado de su alienación respecto de susociedad y por el impacto que, a su vez, ejerció sobre ella,la intelligentsia rusa del siglo XIX constituye un fenóme-no histórico casi sui generis. Sus dirigentes ideológicoseran un pequeño grupo que tenía la coherencia y pasiónde una secta religiosa. Con su ferviente oposición moral

al orden establecido, su obstinada preocupación por lasideas, su fe en la ciencia y en la razón, allanaron el caminode la revolución rusa y alcanzaron así una gran im- portancia histórica. Con todo, los historiadores inglesesy norteamericanos suelen referirse a ellos con una mezclade condescendencia y aversión moral, debido a que lasteorías que sostuvieron de manera tan apasionada noeran suyas, sino que las tomaron de Occidente y con fre-cuencia las comprendieron mal, y porque, en su fanática pasión por las ideologías extremas, se considera que se precipitaron, como los “demonios” de Dostoiewski, en

una ciega autodestrucción, arrastrando tras ellos a S U

 país, y mas tarde a gran parte del mundo. La revolución

rusa y sus consecuencias han contribuido a fortalecer lacreencia, muy arraigada en los países anglosajones, deque el interés apasionado por las ideas es un síntoma dedesorden moral y mental.

La voz de un liberal ha disentido firme y continua-mente de esta imagen de la intelligentsia rusa, una voz es- pecialmente distinguida.

Isaiah Berlin es uno de los pensadores liberales másdestacados de este siglo. Sus Four essays on liberty’  soncontribuciones de primera magnitud al estudio de los problemas fundamentales de la filosofía política. Su ori-ginalidad como pensador radica en la combinación de unliberalismo de raigambre inglesa y un entusiasmo entera-

mente europeo por las ideas y sus efectos sobre la practica

 política: sus textos están impregnados de la convicciónde que los valores liberales se comprenden y defiendenmejor por quienes tratan de entender el papel de las ideasen la acción, y en particular la atracción moral e intelec-tual de lo que él llama las “grandes visiones despóticas”,tanto de la izquierda como de la derecha. Su aportación personal a la vida intelectual inglesa ha sido una oposi-ción efectiva a la relativa indiferencia de Inglaterra, du-

rante el último medio siglo, por los movimientos intelec-tuales de Europa. En conferencias y ensayos que hansido obras maestras de lucidez y claridad, Berlin ha lo-grado familiarizar a un vasto público con las grandes tra-diciones intelectuales europeas, con las ideas y personali-dades de algunos de los pensadores más originales delmundo posrenacentista, y ahora, en los ensayos reunidos por vez primera en este libro*, con el fenómeno de laintelligentsia rusa.

El enfoque de Isaiah Berlin sobre la intelligentsia estáorientado por su interés en la forma en que las ideas son“vividas” como soluciones a exigencias morales. En con-traste con la mayoría de los estudios relacionados con eltema -emprendidos para evaluar las soluciones políticasa la luz de las circunstancias históricas-, Berlin se preo-cupa sobre todo, por los problemas de tipo moral y so-cial que la intelligentsia se planteaba, por los dilemas quetrataron de resolver. Aunque sus ensayos sobre las cues-tiones rusas se sostienen por sí mismos, sin necesidad deanotaciones filosóficas o referencias cruzadas, constitu-yen igualmente una contribución sustancial al tema me-dular de todos sus escritos de historia intelectual. Su ori-ginidad puede apreciarse mejor si se los inscribe en estemarco de referencia más amplio.

La preocupación central de Berlin ha sido ahondar enlas preguntas fundamentales que condicionan para él laconducta moral del hombre: ¿son todos los valores abso-

lutos compatibles en última instancia, o no hay una res- puesta difinitiva al problema de cómo vivir, ningún idealhumano objetivo y universal‘? Dentro de la gran variedadde sus estudios, Berlin ha examinado las raíces históricasy sicológicas que determinan las visiones monistas y plu-ralistas del mundo y sus consecuencias. Considera quelas grandes estructuras totalitarias edificadas sobre ci-mientos hegelianos y marxistas no son terribles aberra-ciones, sino consecuencia lógica de la idea central de to-das las corrientes principales del pensamiento políticooccidental: que hay una unidad fundamental detrás detodos los fenómenos, una unidad derivada de un propó-sito universal. Ese propósito único puede llegar a descu-

 brirse, según unos, mediante la investigación científica,según otros, mediante la revelación religiosa, o mediantela especulación metafísica. Una vez descubierto, propor-

Page 2: Kelly-Isaiah Berlin y La Intelligentsia Rusa

7/28/2019 Kelly-Isaiah Berlin y La Intelligentsia Rusa

http://slidepdf.com/reader/full/kelly-isaiah-berlin-y-la-intelligentsia-rusa 2/6

cionará al hombre la respuesta definitiva a la cuestión decómo vivir.

A pesar de que las formas extremas de esta fe, con suvisión deshumanizada del hombre como instrumento defuerzas históricas abstractas, han conducido a las perver-siones más criminales en la practica política, Berlin su- braya que la fe en sí misma no puede descartarse como sifuese sólo producto de mentes enfermas. Es la base de

toda moral tradicional y esta enraizada en “una profun-da e incurable necesidad metafísica”, surgida de la sensa-ción de ruptura interior que tiene el hombre y de su año-ranza de una mítica totalidad perdida. Este anhelo de ab-soluto expresa frecuentemente el impulso de deshacersedel fardo de responsabilidad ante el propio destino,transfiriéndolo a un todo vasto, monolítico e imperso-nal: “naturaleza, historia, clase, raza, las ‘duras realida-des de nuestro tiempo’, o la evolución irresistible de la es-tructura social, que nos absorbera e integrará en su tejidoneutro, ilimitado e indiferente, que está al margen decualquier evaluación o crítica y en contra del cual lucha-mos para nuestra segura destrucción”.

El hecho de que un pluralismo verdaderamente cohe-rente haya sido históricamente un fenómeno comparati-

vo raro se debe, piensa Berlin, a que las visiones monistasde la realidad satisfacen necesidades humanas funda-mentales. El pluralismo, en el sentido en que él lo toma,no debe confundirse con lo que suele definirse como una postura liberal, según la cual todas las posiciones extre-mas distorsionan los verdaderos valores, y la clave de laarmonía social y moral se halla en la moderación y el jus-to medio. El verdadero pluralismo concebido por Berlines mucho mas vigoroso y audaz intelectualmente: recha-za cualquier criterio que sostenga la posible solución, a

16 través de una síntesis, de todo conflicto de valores y que

todos los fines deseables puedan ser reconciliados. Reco-noce que la naturaleza humana genera una diversidad devalores que, aun siendo igualmente sagrados y funda-mentales, se excluyen unos a otros sin que exista posibili-dades de establecer una relación jerárquica objetiva entreellos. Así, la conducta moral puede implicar angustiosaselecciones entre valores incompatibles pero igualmentedeseables, sin la ayuda de criterios universales.

Esta constante posibilidad de incertidumbre moral es,, para Berlin, el precio que debe pagar el hombre por reco-nocer la naturaleza verdadera de su libertad: el derechode cada individuo a decidir su propio destino, frente a ladirección del Estado, la Iglesia o el Partido, es de impor-tancia capital si advertimos que las distintas finalidades yaspiraciones humanas no pueden evaluarse de acuerdo aun criterio universal o subordinarse a algún propósitotrascendente.

Pero Berlin sostiene que, aunque estas opiniones se en-cuentran implícitas en algunas tesis humanistas y libera-les, las consecuencias del pluralismo coherente pocas ve-ces se articulan plenamente, ya que son dolorosas y per-turbadoras y minan radicalmente algunos de los supues-tos fundamentales de la tradición intelectual occidental

aceptados sin discusión. En sus innovadores ensayos so- bre Vico, Maquiavelo y Herder, lo mismo que en su“Inevitabilidad histórica”,’ Berlin muestra que los pocos

 pensadores que han desglosado las consecuencias del pluralismo han sido sistemáticamente incomprendidos ysu originalidad menospreciada.

En sus Four essays on l iberty. Berlin afirma que las vi-siones pluralistas del mundo de la claustrofobia que apa-rece en períodos de estancamiento intelectual y social, enlos que un sentimiento intolerable de opresión de las fa-cultades humanas por las exigencias de sumisión y con-

Page 3: Kelly-Isaiah Berlin y La Intelligentsia Rusa

7/28/2019 Kelly-Isaiah Berlin y La Intelligentsia Rusa

http://slidepdf.com/reader/full/kelly-isaiah-berlin-y-la-intelligentsia-rusa 3/6

formismo genera la necesidad de “mas luz”, esto es, de laampliación de las áreas de responsabilidad individual yde acción espontánea. Pero, como nos lo muestra la pre-

dominancia de las doctrinas monistas a lo largo de la his-toria, los hombres tienden mucho más a la agorafobia;

 por otra parte, en los momentos de crisis histórica, cuan-do la necesidad de elección genera miedos y neurosis. elhombre anhela cambiar las dudas y agonías que provie-nen de su responsabilidad moral por visiones determinis-tas, conservadoras o radicales, que le porporcionen “la

 paz de la prisión, una placentera seguridad y el senti-miento de haber encontrado, al fin, un lugar en el cos-mos”. Berlin observa que nunca como hoy ha sido tan

 poderoso el anhelo de seguridad. Sus “Cuatro ensayossobre la libertad” son una enérgica advertencia de la ne-cesidad de profundizar en nuestras percepciones mora-les -en la “compleja visión” del mundo- para descubrir así las falacias fundamentales que sustentan talseguridad.

Como muchos otros liberales, Berlin cree que esta pro-fundización en nuestras percepciones puede lograrse me-diante el estudio de los antecedentes intelectuales de larevolución rusa. Sus conclusiones, sin embargo, difierende las de ellos. Con el sutil sentido moral que lo llevó a

formular interpretaciones novedosas y radicalmente dis-tintas sobre los intelectuales europeos, Berlin refuta laopinión general de que la intelligentsia rusa era fanatica-mente monista: muestra cómo su circunstancia históricala predispuso hacia ambas visiones del mundo: la monis-ta y la pluralista. Así, lo fascinante de este movimientoradica en el hecho de que sus miembros mas sensibles su-frieron, simultánea y agudamente, claustrofobia y agora-fobia, de tal modo que a las ideologías mesiánicas lesatraían fuertemente y a la vez les repugnaban moralmen-te. Según Berlin, el resultado fue una búsqueda de la pro-

 pia identidad notablemente concentrada que en muchoscasos se tradujo en proféticas vislumbres de los grandes problemas de nuestro tiempo.

Las causas de la extrema agorafobia rusa que generóuna sucesión de doctrinas políticas milenaristas son bienconocidas: como reacción política al fracaso de la revo-lución de 1825, que pretendió hacer de Rusia un estadoconstitucional conforme al modelo de Occidente, IU pe -quena élite intelectual occidentalizada quedo profunda-mente enajenada de su atrasada sociedad. Sin la posibili-

dad real de dar salida a sus energías, estos hombres cana-lizaron su idealismo social a la búsqueda religiosa dela verdad. Utilizando los sistemas histórico-filo-sóficos de las filosofías idealistas que en ese momentoalcanzaban su mayor influencia en Europa, esperabanencontrar una verdad unitaria que diera sentido al caosmoral y social de su entorno y que los anclara firmemen-te en la realidad.

Este anhelo de absoluto fue una de las fuentes de la no-table coherencia que, como señala Berlin, fue la más im-

 presionante característica de los pensadores rusos: sucostumbre de llevar ideas y conceptos hasta sus últimas-y a veces absurdas- consecuencias; detenerse en un ra-

zonamiento sin llegar a sus últimas conclusiones era sig-no de cobardía moral y de un compromiso insuficientecon la verdad. Pero Berlin insiste en que detras de esa co-herencia había una segunda motivación, más conflictiva.Entre la minoría occidentalizada, imbuida por  SU educa-ción y sus lecturas de los ideales a la vez ilustrados y ro-

mánticos de libertad y dignidad humana, el despotismo brutal y primitivo de Nicolas I produjo una claustrofo- bia social sin paralelo en los países mas avanzados de Eu-ropa. En consecuencia, la intelligentsia en búsqueda delabsoluto empieza por negar radicalmente los absolutos-las creencias, dogmas e instituciones tradicionales yaceptados, políticos, religiosos y sociales-, porque paraellos esos absolutos habían distorsionado en el hombrela idea de sí mismo y de sus adecuadas relaciones socia-les. En el ensayo “Rusia en 1848”“, Berlin muestra cómo

el fracaso de las revoluciones europeas de aquel año ace-leró en Rusia el proceso antes descrito y causó entre losintelectuales una profunda desconfianza hacia las solu-ciones políticas que postulaban los ideólogos más avan-zados de Occidente. Para los miembros de la intelligent-

 sia más sensibles moralmente, la congruencia intelectualsignificaba, sobre todo, un proceso al que llamaban “su-frir por la verdad”: el abandono, a través de un doloroso

 proceso de liberación interior de toda ilusión reconfor-tante y de las verdades a medias que tradicionalmentehabían encubierto o justificado formas de despotismosocial y moral. Todo esto condujo a una crítica de vastasimplicaciones de las normas cotidianas de conducta polí-tica y social aceptadas sin crítica. El tema central de los

ensayos que Berlin consagró a los pensadores rusos se re-fiere básicamente a esa cohesión, con las tensiones queengendraba su mezcla de escepticismo y fe, y las vislum- bres que permitía.

En varios animados retratos de pensadores individua-les, muestra cómo los miembros más descatados de la in-telligentsia se debatían constantemente entre la descon-fianza que les producían los absolutos y el anhelo de en-contrar alguna verdad monolítica que pudiera resolver de una vez por todas los problemas de la conducta mo-ral. Algunos se rindieron finalmente a ese impulso: Ba-kunin comienza su carrera política como una famosa de-nuncia de la tiranía del dogmatismo sobre los individuos,y la termina exigiendo la más absoluta sumisión a su pro-

 pio dogma acerca de la sabiduría del labriego común.

Por otra parte, muchos de los jóvenes nihilistas icono-clastas que surgieron hacia 1860, terminaron por aceptar incondicionalmente dogmas del más crudo materialis-mo. En otros pensadores la batalla fue más grave y soste-nida. El crítico Belinsky es frecuentemente citado comoel arquetipo del fanatismo inhumano de la intelligentsia:a partir de los principios hegelianos deducía que el des-

 potismo de Nicolas I debía ser admirado -a despecho delos instintos de la conciencia- como prueba de la armo-nía cósmica. Aun así, en un estudio muy conmovedor acerca de Belinsky, Berlin considera que sí bien es ciertoque la búsqueda de la fe lo llevó a defender durante algúntiempo una postura tan grotesca, su integridad moral

 pronto lo hizo retractarse y cambiar esta torpe visión por 

un ferviente humanismo que denunciaba los grandes ynovedosos sistemas histórico-filosóficos como a un Mo-loc que exige el sacrificio de los individuos vivos a las

abstracciones ideales. Belinsky resume en sí mismo la pa-radoja de la coherencia rusa: su deseo de encontrar unideal capaz de resistir cualquier intento que pretendieradestruirle induce a la intelligentsia a entregarse a la tareade demolición con un entusiasmo y lucidez que ponen aldesnudo las ideas huecas acerca de la sociedad y la natu-raleza humana sobre las que se sustentaban las solucio-nes absolutas y universales. En un ensayo sobre el pensa- 1

Page 4: Kelly-Isaiah Berlin y La Intelligentsia Rusa

7/28/2019 Kelly-Isaiah Berlin y La Intelligentsia Rusa

http://slidepdf.com/reader/full/kelly-isaiah-berlin-y-la-intelligentsia-rusa 4/6

miento radical ruso del siglo XIX, Berlin muestra cómolos  populistas, muy avanzados para su tiempo, advirtie-

ron las implicaciones deshumanizadoras de las teoríasdel progreso de aquella época, liberales y radicales, quedepositaban una enorme confianza en la cuantificación,centralización y racionalización del proceso productivo,

La mayoría de los miembros de la intelligentsia vio enSU propia critica destructiva sólo una actividad prelimi-nar que allanaba el terreno para alguna gran construc-ción ideológica. Berlin considera que esta actitud resulta

del todo pertinente para nuestro tiempo, en el que sóloun pluralismo firme y coherente puede proteger a la li-

 bertad humana de las depredaciones de los sistematiza-dores. En su opinión, este pluralismo queda plenamentearticulado en las ideas de un pensador cuya originalidadha sido completamente descuidado hasta ahora: Alexan-der Herzen.

Herzen, fundador del populismo ruso, era conocido enOccidente como un radical ruso que profesaba una feutopista en un socialismo arcaico. En sus dos ensayos so-

 bre Herzen y en las presentaciones de sus trabajos másimportantes -D esde la ot ra ori l la 

s y M emori as y pensa- 

mientos Isaiah Berlin ha transformado nuestra manerade entenderlo al señalarlo como “uno de los tres predi-

cadores moralistas rusos de genio”, autor de algunos delos más profundos escritos modernos acerca de la liber-tad.

Lo mismo que otros miembros de la i n t e l l i g en t s i a ,Herzen comienza su carrera buscando un ideal que en-contró en el socialismo. Creía que los instintos del cam- pesino ruso lo conducirían a formas de socialismo supe-riores a las occidentales. Sin embargo se negó a prescribir su ideal como solución final a los problemas sociales, yaque consideraba que la búsqueda de una solución seme-

 jante resultaba incompatible con el respeto a la libertadhumana. Al comenzar la quinta década del siglo pasado,se sintió atraído, como Bakunin, por los jóvenes hegelia-nos, con su fe en que el camino hacia la libertad pasa por 

la negación de los dogmas, tradiciones e instituciones ob-soletos, con los que habitualmente el hombre se ha escla-vizado a si mismo y a sus semejantes. Abrazó ese rechazode los absolutos con una coherencia intransigente sóloigualada por Stirner, y sacó de ello un profundo radica-lismo humanista. Atribuye el fracaso de los anterioresmovimientos libertarios a una tendencia fatalmente in-coherente hacia la idolatría, aun por parte de los más ra-dicales iconoclastas, que tratan de liberar al hombre deun yugo sometiéndolo a otro. El rechazo de formas espe-cíficas de opresión nunca fue bastante lejos: nunca atacósu fuente común: la tiranía de las abstracciones sobre losindividuos. Como señala Berlin, el combate de Herzencontra todas las filosofías deterministas del progreso de-muestra hasta qué punto comprendió que “el pecado

más grande que puede cometer un ser humano es tratar de transferir la responsabilidad moral de sus propias es-

 paldas a un orden futuro impredecible”, santificar críme-nes monstruosos en aras de la fe en una utopía remota.

18

Al calificarlo como un pensador muy moderno, Berlindestaca el conflicto que mantuvo a Herzen dividido entrelos valores incompatibles de igualdad y superioridad: re-conocía la injusticia de las él i t es,  pero apreciaba la liber-tad moral e intelectual y la distinción estética de la verda-dera aristocracia. Sin embargo, a diferencia de los ideó-logos de izquierda, aunque se negaba a sacrificar la exce-

lencia a la igualdad, comprendió -lo mismo que JohnStuart Mill- algo que sólo hoy es claro: que el punto me-dio entre estos valores, representado por la “sociedad demasas”, no es el mejor de los mundos posibles, sino quefrecuentemente, según Mill, resulta un “conglomeradomediocre”, ética y estéticamente repugnante que ahogaal individuo en la masa. Con fuerte convicción y en unlenguaje tan claro y comprometido como el del propioHerzen, Berlin percibe y comunica al lector inglés la ori-ginalidad de la idea de Herzen de que no hay solucionesgenerales para problemas específicos e individuales, úni-camente hay recursos transitorios que deben basarse enuna aguda percepción de que cada momento histórico esúnico y responde a necesidades y demandas concretas de

 pueblos e individuos diversos.La investigación de Berlin respecto a la búsqueda de

autenticidad de los pensadores rusos incluye estudios so- bre dos escritores, Tolstoi y Turgenev, en los que refutauna idea errónea y muy generalizada en torno a la rela-ción entre pensadores y escritores rusos: que el pensa-miento radical y la literatura rusa constituyen dos tradi-ciones distintas relacionadas únicamente por la mutuahostilidad. La conocida aversión de Dostoiewski y Tols-toi hacia la intel l igentsia  rusa es frecuentemente citada

 para destacar el abismo existente entre los grandes escri-tores rusos, interesados en explorar las profundidadesdel espíritu humano, y la in te l l igents ia , constituida por  pensadores materialistas que sólo abordaban formas ex-ternas de la existencia social. En sus ensayos sobre Tols-toi y Turgenev, Berlin muestra que su obra sólo puedeser entendida como resultado del mismo conflicto moralque padeció la intel l igentsia radical. Esos ensayos tienenun doble significado: como trabajos críticos, presentan

 puntos de vista que deberían dejar una huella profundaen nuestra comprensión de dos de los más grandes escri-tores rusos; como estudios de los conflictos entre dos vi-siones antagónicas de la realidad, representan aportacio-nes destacadas a la historia de las ideas.

En su famoso estudio del pensamiento histórico deTolstoi, “El erizo y la zorra”, y en el menos conocido“Tolstoi y la Ilustración”, Berlin señala que la relaciónentre la prédica moral de Tolstoi y su concepción artísti-ca debe entenderse como una titánica lucha entre la vi-sión monista y pluralista de la realidad. El “nihilismo le-tal” de Tolstoi lo llevó a denunciar la pretensión que tie-nen teorías, dogmas y sistemas de explicar, ordenar y

 predecir los complejos y contradictorios fenómenos de lahistoria y de la existencia social, pero la fuerza que lo im- pulsó hacia el nihilismo fue su anhelo apasionado de en-contrar una verdad unitaria que abarcara toda la existen-cia e inexpugnable ante cualquier ataque. Así, Tolstoi es-tuvo en permanente contradicción consigo mismo, perci- biendo la realidad en toda su complejidad pero creyendo

únicamente en “un todo vasto y unitario”. En su obraexpresa un sentimiento insuperable de la variedad irre-ductible de los fenómenos, pero en su prédica moral de-fiende la simplificación, representada en un solo plano

 por el campesino ruso o la sencilla ética cristiana. En al-gunos de los pasajes más delicados y reveladores desde el punto de vista sicológico, que se han escrito sobre Tols-toi, Berlin muestra cómo su tragedia fue resultado de laincompatibilidad entre su exacto sentido de la realidad ysus pobres y raquíticos ideales. Por otra parte, el dramade su vida se advierte en varias conclusiones expuestas

Page 5: Kelly-Isaiah Berlin y La Intelligentsia Rusa

7/28/2019 Kelly-Isaiah Berlin y La Intelligentsia Rusa

http://slidepdf.com/reader/full/kelly-isaiah-berlin-y-la-intelligentsia-rusa 5/6

 por Herzen en sus escritos: su incapacidad de armonizar  que la originalidad del liberalismo de Turgenev se sus-metas y actitudes antagónicas igualmente válidas, no tentaba en la convicción, que compartía con Herzenobstante sus desesperados intentos por lograrlo. Este fra- -aunque pensaba que el populismo de éste era su últimacaso en resolver sus contradicciones internas revela sin ilusión- y contraria a la de Tolstoi y los revolucionarios,embargo la clara estatura moral de Tolstoi, aun para aque-llos que han mistificado o rechazado el mensaje en su dis-

-aunque, admiraba su constancia- de que no existía unarespuesta’ final a los principales problemas de la socie-

curso. dad. En una época en que tanto los liberales como los ra-Pocos escritores parecen haber tenido tan escasa seme- dicales se sentían seguros de la inevitabilidad del progre-

 janza como Tolstoi, el fanático buscador de la verdad, y so, en que las alternativas políticas parecían predetermi-Turgenev, el prosista lírico y poeta de “los últimos en- nadas por fuerzas históricas inexorables -las leyes eco-cantos de las decadentes casas de campo”. En el ensayo nómicas que gobiernan los mercados o la lucha de cla-sobre Turgenev, Berlin señala que aun cuando por tem- ses- a las que podía atribuirse la responsabilidad de sus

 peramento era un liberal que rechazaba el estrecho dog- resultados, Turgenev advirtió la vaciedad de las certi-matismo y se oponía a las soluciones extremas, en su ju- dumbres invocadas por los liberales para las injusticiasventud estuvo profundamente influido por los compro- del orden existente, o por los radicales para justificar sumisos históricos de sus contemporáneos y por su lucha afición de destrucción despiadada e indiscriminada. Así,contra las injusticias de la autocracia. Aceptaba plena- se anticipa el conflicto de los humanistas radicales demente las ideas de su amigo Belinsky cuando afirma que nuestro siglo, descrito por uno de los pensadores políti-

un artista no puede permanecer como observador neu- cos de mayor sensibilidad moral en nuestros días, Leszek 

tral en la batalla entre justicia e injusticia sino que, como Kolakowsky, como la permanente y angustiosa necesi-

todo hombre honesto, debe consagrarse a buscar, esta- dad de elegir entre Sollen y Sein “valor” y “hecho”:

 blecer y proclamar la verdad. Esto hizo que el liberalis- “La misma pregunta se repite continuamente, en dis-

mo de Turgenev se convirtiera en algo totalmente distin- tintas versiones..

¿cómo podemos evitar que las alter-to del liberalismo europeo de la época: mucho menos nati vas Sollen-Sein se polaricen en utopismo-confiado y optimista pero mas moderno. Turgenev des- oportunismo, romanticismo-conservadurismo, de-

cribe en sus novelas el desarrollo de la intelligentsia y mencia sin propósito frente a colaboración con el cri-

examina las controversias de mediados del siglo XIX en- men enmascarado de sobriedad? ¿Cómo podemos evi-

tre conservadores y radicales, moderados y extremistas tar la alternativa fatal del Escila del deber que grita sus

de su país, explorando escrupulosamente y con alto sen- consignas arbitrarias, y el Caribdis de la complacencia

tido moral la fuerza y debilidad de individuos y grupos, y con el mundo existente que se tranforma en la anuen-

de las doctrinas que los oponían entre sí. Berlin destaca cia a sus más espantosas consecuencias? ¿Cómo evitar 

Page 6: Kelly-Isaiah Berlin y La Intelligentsia Rusa

7/28/2019 Kelly-Isaiah Berlin y La Intelligentsia Rusa

http://slidepdf.com/reader/full/kelly-isaiah-berlin-y-la-intelligentsia-rusa 6/6

la alternativa, dado un postulado -que consideramosesencial- que afirma que nunca estamos en posibili-dad de calcular verdadera y precisamente los límites delo que llamamos ‘necesidad histórica”! y que, finalmen-te nunca estamos en condiciones de decidir con certezaque hechos concretos de la vida social forman parte deldestino histórico y que potencialidades se esconden enla realidad existente.”

Este planteamiento de Kolakowsky del dilema denuestro tiempo es ciertamente válido. Sin embargo, Tur-genev, pensador con caractarísticas muy diferentes, seenfrentó a este dilema hace más de un siglo. Cuando losdefensores de más visiones llenas de parcialidad, conser-vadoras o utopistas, no contaban todavía con el equipotecnológico necesario para experimentar en un mate-ialhumano ilimitado. no era tan difícil como ahora defen-der la idea de que una u otra visión extrema, o inclusouna vía intermedia entre ellas, representaba la única so-lución completa y viable. Isaiah Berlin ha demostradoque en la época en que los pensadores liberales y los ideó-logos de izquierda confiaban todavía en la-validez de sussistemas, Turgenev ya había alcanzado una visión mu-

cho mas rica y compleja y la había encarnado en su arte. No hay duda de hacia cuál de los tres personajes des-

critos en detalle van las mayores simpatías de Berlin. Nosmuestra que no obstante la grandeza moral de Tolstoi, esimposible olvidar su ceguera en los momentos en queabandona la visión humana, característica de su obra,

 por un dogmatismo repugnante; y que a Turgenev, pese ala claridad de su visión, a su inteligencia y su sentido dela realidad, le faltaba el valor y el compromiso moral

que tanto admiraba entre la in te l l igents ia  radical: fre-cuentemente su vacilación entre las distintas alternativasera demasiado a menudo un estado de “melancolía com- placiente y benévola”, en última instancia desapasiona-da y distante.

Berlin siente mayor afinidad con las ideas de Herzen(aunque señala que Turgenev no carecía de razón cuan-do dijo que Herzen no había podido despojarse de unailusión: su fe en “La pelliza del campesino”)

Terminó su lección inaugural, “Dos conceptos de la li- bertad”, citando a un autor cuyo nombre no mencionó:“Tener conciencia de la validez relativa de las propiasconvicciones, y aun así sostenerlas sin desmayos es lo quedistingue al hombre civilizado de un barbaro.” Herzen,que, como nos muestra Berlin, tuvo la visión sutil de unTurgenev junto con una dedicación a la verdad llevadahasta el sacrificio comparable a la de Tolstoi, fue en enese sentido. a la vez valiente y civilizado. Su comprensiónde que “una de las mayores desgracias que enfrenta el

hombre moderno es la de ser presa de abstracciones y node realidades” muestra hasta qué alto grado poseyó eseenfoque pluralista coherente que es para Berlin la esenciade la sabiduría política.

20

A menudo se dice que la peculiaridad nacional que dis-tingue a los rusos consiste en su expresión particular-mente extremosa de ciertas características universales dela condición humana. Y para muchos la importancia

histórica de la intel l igentsia rusa proviene de que encarnala sed de absoluto en una forma patológicamente exage-rada. Los ensayos de Berlin nos ofrecen una interpreta-ción distinta y mucho más compleja de la “universali-dad” de la intel l igentsia  rusa, al mostrar cómo, a causa

de una gran variedad de razones históricas, encarnabanno sólo uno sino por lo menos dos impulsos humanosfundamentales y opuestos. El impulso de afirmar la au-tonomía de la propia identidad mediante la rebeldía antela necesidad choca constantemente con la exigencia deverdades únicas y absolutas, que los lleva a percibir demanera aguda problemas morales, sociales y estéticosque en este siglo han adquirido importancia fundamen-

tal.Si este aspecto de su pensamiento ha despertado tan poco interés en Occidente, se debe en cierta medida a losinnegables defectos teóricos de los textos redactados porlos miembros de la intelligentsia:  reiteración, incoheren-cia y proliferación de ideas extranjeras poco digeridas, enlos trabajos de hombres como Belinsky, junto con las ca-tástrofes políticas de que se los tiene por responsables,han llevado a la mayoría de los investigadores occidenta-les a respaldar fervorosamente el famoso pronuncia-miento de Chaadaev de que si alguna lección universal puede dar Rusia al mundo es la de evitar a cualquier pre-cio que su ejemplo se repita. Pero lsaiah Berlin, con suagudo instinto de la calidad e impulsado por una absolu-ta falta de esa condescendencia que es la concomitante

habitual de la visión restrospectiva de la historia, distin-gue, más allá de los defectos formales de los escritoresque formaron parte de la intel l igentsia una pasión moraldigna de estudio y respeto. Los ensayos reunidos en estelibro constituyen una defensa de las convicciones que du-rante muchos años ha predicado a su público inglés: queel entusiasmo por las ideas no es un vicio o un defecto;que, por el contrario, los efectos nocivos de las visioneslimitadas y despóticas del mundo sólo pueden combatir-se de manera efectiva a través de una visión moral e inte-lectual clara e inflexible que permita ahondar y descubrirlas implicaciones ocultas y las consecuencias extremas delos ideales políticos y sociales.

Como señala Berlin en sus Cuatr o ensayos sobre l a l i - 

bertad, ningún filósofo ha podido probar o desmentir de-finitivamente la tesis determinista que sostiene que losideales subjetivos no ejercen ninguna influencia sobre losacontecimientos históricos. Pero sus ensayos, con su pro-funda visión de la esencia moral del hombre como fuentede su humanidad, y de la forma en que los ideales “se vi-ven” en conflictos internos, dicen más que la mejor de-mostración lógica en favor de la convicción que baña to-dos IOS escritos de Isaiah Berlin: que el hombre es libremoralmente y que puede influir, para bien o para mal,sobre los acontecimientos, por medio de las ideas y con-vicciones que sostiene libremente. (Mucho mas a menu-do de lo que creen los deterministas que dominan el pa-norama.)

1 Isaiah Berlin. Li bert ad y necesidad en la hi stori a. Biblioteca deCiencias Históricas, Revista de Occidente, Madrid. 1974, 186 pp. En la

versión en español sólo se publican el segundo y el tercer ensayo de los

cuatro que contiene el original. El cuarto, J.S. Mill y los fines de la v ida

se publica como introducción al libro Ensayo sobre la l ibertad de John

Stuart Mill. editado por Alianza Editorial. (N. del T.)

2 Isaiah Berlin. Russian thi nkers, The Viking Press. New York. 1978.

312 p.

3 Publicado en Isaiah Berlin, Libertad y necesida d en la hi stor ia. op.

ci t .

4 Publicado en Isaiah Berlin, Russian thinkers,

5 Alexander Herzen. Obr as f il osófìcas escogidas, Ediciones de Len-

guas extranjeras. Moscú, 1956.

6 Alexander Herzen. Obras.. 0p. cit .. Sólo se publica un breve

fragmento.