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Había una vez un cuento que contaba el mundo entero Once upon a time, there was a story that the whole world told FRANCISCO Francisco Hinojosa nació en la ciudad de México en 1954. Estudió Lengua y Literaturas Hispánicas en la Universidad Nacional Autó- noma de México. Ha publicado casi cuarenta libros de poesía, cuento, crónica de viaje, periodismo, ensayo y literatura infanl. Inició su trayectoria en este ámbito con una novela de corte histórico -A golpe de calcen- y luego pasó a relatos como La peor señora del mundo, Anibal y Melquiades y Amadís de Anís, donde predominan el humor y el absurdo. Actualmente Hinojosa es uno de los escritores más prolíficos y exitosos entre el público infanl, cuyos puntos de vista y gustos parecen conocer muy pocos; su extraordinaria versalidad le permite dirigirse al mismo empo a los lectores de todas las edades. Más allá del humor que está presente en muchas de sus narraciones, él dice que es algo de lo que no puede escapar y le permite relacionarse con el mundo de una manera muy peculiar. Algunas de sus obras han sido traducidas a diversos idiomas. Ha obtenido varios premios y reconocimientos. Francisco Hinojosa was born in Mexico City in 1954. He studied Hispanic Language and Literature at the Naonal Autonomous University of Mexico. He has published almost forty books, including poetry, short stories, travel chronicles, journalism, essays and books for young people. His first children’s book was a historical novel -A golpe de calcen (By foot)-, which was followed by La peor señora del mundo (The worst lady in the world), Anibal y Melquiades (Anibal and Melquiades), and Amadis de Anis (Anise Amadis), where humor and absurdity prevail. Nowadays Hinojosa is one of the most prolific and successful writers among young readers, whose points of view and preferences are not always well known and understood. His extraordinary versality allows Hinojosa to address readers of all ages. He says that he cannot escape from humor, which can be found in much of his work, and that it allows him to relate to the world in a very peculiar way. Some of his stories have been translated to several languages, and he has received many awards for his work. JUAN Juan Gedovius nació en la ciudad de México, es narrador, ilustrador, trasnochador incorregible y pescador de dragones de mar. Desde temprana edad, acompañado siempre de pinceles, pintura o cualquier otro utensilio que le permiera capturar en papel todas aquellas criaturas moradoras de sueños, ha encontrado en los libros el medio ópmo para acercar un pedacito de fantasía a quienes gusten darse un chapuzón en sus páginas. Trucas, El Tintodonte (un domingo sin desayuno), Morado al cubo y Ríbit son algunos de sus tulos donde aparecen entrañables personajes que, gracias a su talento e ingenio, mete en diverdos enredos. Tiene más de sesenta publicaciones y numerosas exposiciones dentro y fuera del país, diez premios internacionales, animaciones, portadas discográficas, carteles, museograas y múlples materiales gráficos. Juan Gedovius was born in Mexico City; he is a narrator, illustrator, incorrigible night-owl, and sea-dragon fisher. Since he was very young, always surrounded by brushes, paint or any other tool that could help him capture all those creatures that inhabit dreams on paper, he found that books are the best way to bring a lile piece of fantasy closer to whoever wants to dive into their pages. In his stories, which include Trucas (Trucas), El Tintodonte (un domingo sin desayuno, (The Tintodonte. Sunday without breakfast), Morado al cubo (Purple Cube) and Ribit (Ribit), you can find pleasant characters that, thanks to Gedovius’ talent and wit, find themselves in messily funny situaons. He has more than sixty publicaons, many naonal and internaonal exhibitions, ten international awards, animaons, disc covers, posters, and mulple graphic materials.

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Había una vezun cuento que contabael mundo entero

Once upon a time,there was a story thatthe whole world told

FRANCISCO

Francisco Hinojosa nació en la ciudad de México en 1954. Estudió Lengua y Literaturas Hispánicas en la Universidad Nacional Autó- noma de México. Ha publicado casi cuarenta libros de poesía, cuento, crónica de viaje, periodismo, ensayo y literatura infantil. Inició su trayectoria en este ámbito con una novela de corte histórico -A golpe de calcetín- y luego pasó a relatos como La peor señora del mundo, Anibal y Melquiades y Amadís de Anís, donde predominan el humor y el absurdo. Actualmente Hinojosa es uno de los escritores más prolíficos y exitosos entre el público infantil, cuyos puntos de vista y gustos parecen conocer muy pocos; su extraordinaria versatilidad le permite dirigirse al mismo tiempo a los lectores de todas las edades. Más allá del humor que está presente en muchas de sus narraciones, él dice que es algo de lo que no puede escapar y le permite relacionarse con el mundo de una manera muy peculiar. Algunas de sus obras han sido traducidas a diversos idiomas. Ha obtenido varios premios y reconocimientos.

Francisco Hinojosa was born in Mexico City in 1954. He studied Hispanic Language and Literature at the National Autonomous University of Mexico. He has published almost forty books, including poetry, short stories, travel chronicles, journalism, essays and books for young people. His first children’s book was a historical novel -A golpe de calcetín (By foot)-, which was followed by La peor señora del mundo (The worst lady in the world), Anibal y Melquiades (Anibal and Melquiades), and Amadis de Anis (Anise Amadis), where humor and absurdity prevail. Nowadays Hinojosa is one of the most prolific and successful writers among young readers, whose points of view and preferences are not always well known and understood. His extraordinary versatility allows Hinojosa to address readers of all ages. He says that he cannot escape from humor, which can be found in much of his work, and that it allows him to relate to the world in a very peculiar way. Some of his stories have been translated to several languages, and he has received many awards for his work.

JUAN

Juan Gedovius nació en la ciudad de México, es narrador, ilustrador, trasnochador incorregible y pescador de dragones de mar. Desde temprana edad, acompañado siempre de pinceles, pintura o cualquier otro utensilio que le permitiera capturar en papel todas aquellas criaturas moradoras de sueños, ha encontrado en los libros el medio óptimo para acercar un pedacito de fantasía a quienes gusten darse un chapuzón en sus páginas. Trucas, El Tintodonte (un domingo sin desayuno), Morado al cubo y Ríbit son algunos de sus títulos donde aparecen entrañables personajes que, gracias a su talento e ingenio, mete en divertidos enredos. Tiene más de sesenta publicaciones y numerosas exposiciones dentro y fuera del país, diez premios internacionales, animaciones, portadas discográficas, carteles, museografías y múltiples materiales gráficos.

Juan Gedovius was born in Mexico City; he is a narrator, illustrator, incorrigible night-owl, and sea-dragon fisher. Since he was very young, always surrounded by brushes, paint or any other tool that could help him capture all those creatures that inhabit dreams on paper, he found that books are the best way to bring a little piece of fantasy closer to whoever wants to dive into their pages. In his stories, which include Trucas (Trucas), El Tintodonte (un domingo sin desayuno, (The Tintodonte. Sunday without breakfast), Morado al cubo (Purple Cube) and Ribit (Ribit), you can find pleasant characters that, thanks to Gedovius’ talent and wit, find themselves in messily funny situations. He has more than sixty publications, many national and international exhibitions, ten international awards, animations, disc covers, posters, and multiple graphic materials.

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Internationaler Kinderbuchtag 2012

Es war einmal ein Märchen, das die ganze Welt erzählte. Dieses Märchen war in Wirklichkeit nicht nur ein einziges, sondern sehr viele, die die Welt erfüllten mit ihren Geschichten von ungehorsamen Mädchen und

bösen Wölfen, von gläsernen Pantoffeln und verliebten Königssöhnen, von schlauen Katern und standhaften Zinnsoldaten, von freundlichen Riesen und paradiesischen Schokoladenfabriken. Sie erfüllten sie mit Worten, mit Klugheit, mit Bildern, mit außergewöhnlichen Figuren. Sie ließen sie lachen, staunen, zusammenleben. Sie erfüllten sie mit Bedeutungen. Und seit jener Zeit haben sich diese Märchen vervielfältigt, um uns tausendundeinmal zu sagen: „Es war einmal ein Märchen, das die ganze Welt erzählte ...“

Beim Lesen, beim Erzählen und beim Anhören von Märchen üben wir uns in der Vorstellungskraft, so als müßten wir diese schulen, um sie in Form zu halten. Und eines Tages wird, ohne dass wir es auch nur ahnen, eine dieser Geschichten in unserem Leben auftauchen, um uns erfinderische Lösungen anzubieten für die Schwierigkeiten, die sich uns in den Weg stellen.

Beim Vorlesen, beim Erzählen und beim Anhören von Märchen nehmen wir auch ein sehr altes Ritual wieder auf, das in der Geschichte der Zivilisation eine große Rolle gespielt hat: Gemeinschaft schaffen. Um diese Märchen herum haben sich die Kulturen, die Zeitalter und die Generationen versammelt, um uns zu sagen, dass wir alle eins sind: die Japaner, die Deutschen und die Mexikaner; diejenigen, die im 17. Jahrhundert lebten, und wir, die wir ein Märchen im Internet lesen; die Großeltern, die Eltern und die Kinder. Trotz all unserer Unterschiede erfüllen uns Märchen gleichermaßen, weil wir alle im Grunde genommen ihre Hauptfiguren sind.

Im Gegensatz zu lebenden Organismen, die geboren werden, sich fortpflanzen und sterben, können Märchen, so fruchtbar wie sie sind, unsterblich sein. Ganz besonders jene der Volkstradition, die sich den Umständen der Gegenwart anpassen, in der sie erzählt oder neu aufgeschrieben werden. Es sind dies Märchen, die uns, wenn wir sie wiedergeben oder anhören, zu ihren Mitautoren machen.

Und es war auch einmal ein Land voller Mythen, Märchen und Legenden, die von Mund zu Mund durch die Jahrhunderte reisten, um seine Vorstellung von der Schöpfung darzulegen, um seine Geschichte zu erzählen, um seinen kulturellen Reichtum anzubieten, um die Neugier anzuregen und uns ein Lächeln auf die Lippen zu zaubern. Es war ein Land, in dem wenige seiner Bewohner Zugang zu Büchern hatten. Aber das ist eine Geschichte, die schon angefangen hat sich zu verändern. Heutzutage erreichen die Märchen immer entlegenere Ecken in meinem Land, Mexiko. Und erfüllen in der Begegnung mit ihren Lesern ihre eigentliche Aufgabe: eine Gemeinschaft zu schaffen, eine Familie zu schaffen sowie Individuen zu formen, die es etwas leichter haben, in ihrem Leben glücklich zu sein.

Francisco Hinojosa

Journée internationale du livre pour enfants 2012

En réalité ce n’était pas le seul : beaucoup d’autres contes peuplèrent le monde d’histoire de fillettes désobéissantes, de loups séducteurs, de chaussures en verre et de princes amoureux, de chats malins et de soldats de plomb, de gentils géants et de fabriques de chocolat. Ils le remplirent de mots, d’images, de personnages extraordinaires et intelligents. Ils nourrirent le rire, la peur, le partage. Ils peuplèrent le monde de sens. Et depuis, ces contes se sont reproduits pour nous répéter qu’il était une fois un conte qui racontait le monde entier.

Lire, raconter ou écouter des contes nous permet d’exercer notre imagination comme s’il était nécessaire de l’entraîner pour la maintenir en forme. Un jour, sans nous en apercevoir, une de des histoires surgit dans nos vies et nous donne des solutions originales pour surmonter les obstacles qui se présentent sur notre chemin.

En lisant, racontant ou écoutant ces contes à haute voix, nous répétons un rituel très ancien qui a joué un rôle essentiel dans l’histoire de la civilisation : former une communauté. Autour de ces contes se sont réunis les cultures, les époques, les générations, nous unissant, japonais, allemands, mexicains ; lecteurs du XVII siècle et nous qui lisons un conte sur internet ; les grands-parents, les parents et leurs enfants. Au delà de nos différences, les contes nous enrichissent tous de la même manière parce que nous en sommes en fait les protagonistes.

A la différence des organismes vivants qui naissent, se reproduisent et meurent, les contes qui surgissent emplis de fertilité peuvent

être immortels. En particulier, ceux nés des traditions populaires qui s’adaptent aux circonstances et au contexte dans lesquels ils sont lus ou réécrits. Il s’agit de contes qui, parce nous les reproduisons ou les écoutons, nous transforment en coauteurs.

Et il était une fois aussi un pays riche en mythes, contes et légendes qui voyagèrent pendant des siècles, de bouche à oreille, pour enseigner sa conception de la création, raconter son histoire, offrir la richesse de sa culture, pour exciter la curiosité et

faire sourire. C’était aussi un pays où peu d’habitants avaient accès aux livres. Mais ceci est une histoire qui a commencé à changer. Aujourd’hui les contes parviennent jusqu’aux recoins les plus isolés de mon pays, Mexico. Et en rencontrant leurs lecteurs, ils accomplissent leur mission : créer une communauté, donner aux familles et aux individus de nouvelles possibilités d’être heureux.

Francisco Hinojosa

2012 International Children´s Book Day

Once upon a time, there was a story that the whole world told. In fact, it was not just one story but many, and they began to fill the world with tales of disobedient girls and seductive wolves, glass slippers and love-struck princes, clever cats and little tin soldiers, and friendly giants and chocolate factories. They filled the world with words, intelligence, images and extraordinary characters. They invited the world to laugh, to be amazed, to coexist. They gave it meaning. And ever since, these stories have continued to multiply, telling us a thousand and one times, “Once upon a time, there was a

story that the whole world told...”

When we read, tell or listen to stories, we’re exercising our imagination, almost as if it needed training to stay in shape. One day, surely without us even knowing it, one of these stories will return to our lives, offering creative solutions to obstacles that we find along the way.

When we read, tell or listen to stories out loud, we’re also continuing an ancient ritual that has played a fundamental role in the

history of civilization: creating community. Cultures, past eras and generations come together around these stories to tell us that we are all one, the Japanese, Germans, and Mexicans; those that lived in the seventeenth century and us today, reading our stories on the Internet; grandparents, parents and children. Stories fulfill all human beings in the same way because, despite our enormous differences, we are all, deep down, the stories’ protagonists.

Unlike living organisms that are born, reproduce and die, stories, overflowing with fertility, can be immortal. Especially those in the popular tradition that are adaptable to the circumstances and context in which they are told and rewritten. They’re stories that, when reproduced or heard, make us their coauthors.

And, once upon a time, there was also a country full of myths, stories and legends that were passed on for centuries, from mouth to mouth, sharing their idea of creation, relating their history, sharing their cultural wealth, sparking curiosity and bringing smiles to faces. It was also a country where very few citizens had access to books. But this history has already begun to change. Today, stories are reaching ever further corners of my country, Mexico. And, in finding their readers, these stories are fulfilling their role of creating community, creating family, and creating individuals that are more likely to find happiness.

Francisco Hinojosa

Día Internacional del Libro Infantil 2012

Había una vez un cuento que contaba el mundo entero. Ese cuento en realidad no era uno solo, sino muchos más que empezaron a poblar el mundo con sus historias de niñas desobedientes y lobos seductores, de zapatillas de cristal y príncipes enamorados, de gatos ingeniosos y soldaditos de plomo, de gigantes bonachones y fábricas de chocolate. Lo poblaron de palabras, de inteligencia, de imágenes, de personajes extraordinarios. Le permitieron reír, asombrarse, convivir. Lo cargaron de significados. Y desde entonces esos cuentos han continuado multiplicándose para decirnos mil y una veces “Había una vez un cuento que contaba el mundo entero…”

Al leer, al contar o al escuchar cuentos estamos ejercitando la imaginación, como si fuera necesario darle entrenamiento para mantenerla en forma. Algún día, seguramente sin que lo sepamos, una de esas historias acudirá a nuestras vidas para ofrecernos soluciones creativas a los obstáculos que se nos presenten en el camino.

Al leer, al contar o al escuchar cuentos en voz alta también estamos repitiendo un ritual muy antiguo que ha cumplido un papel fundamental en la historia de la civilización: hacer comunidad. Alrededor de esos cuentos se han reunido las culturas, las épocas y las generaciones para decirnos que somos uno solo los japoneses, los alemanes y los mexicanos; aquellos que vivieron en el siglo XVII y nosotros que leemos un cuento en la internet; los abuelos, los padres y los hijos. Los cuentos nos llenan por igual a los seres humanos, a pesar de nuestras enormes diferencias, porque todos somos, en el fondo, sus protagonistas.

Al contrario de los organismos vivos, que nacen, se reproducen y mueren, los cuentos, que surgen colmados de fertilidad, pueden ser inmortales. En especial aquellos de tradición popular que se adecúan a las circunstancias y al contexto del presente en el que son contados o reescritos. Se trata de cuentos que, al reproducirlos o escucharlos,

nos convierten en sus coautores.

Y había una vez, también, un país lleno de mitos, cuentos y leyendas que viajaron por siglos, de boca en boca, para exhibir su idea de la creación, para narrar su historia, para ofrecer su riqueza cultural, para excitar la curiosidad y llenar de sonrisas los labios. Era también un país en el que pocos de sus pobladores tenían acceso a los libros. Pero esa es una historia que ya ha empezado a cambiar. Hoy los cuentos están llegando cada vez más a rincones apartados de mi

país, México. Y al encontrarse con sus lectores están cumpliendo con su papel de hacer comunidad, hacer familia y hacer individuos con mayor posibilidad de ser felices.

Francisco Hinojosa

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