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Fundada en Marzo de 1953 DIRECTOR Víctor Mouat M. SECRETARIO DE REDACCION Daniel Schweitzer F. COMITE EDITORIAL Jorge Numair V. Arturo Salas V. Rafael Vega M. Roberto Raimann B. Milan Munjín ISSN: 0716 - 4548 REVISTA CHILENA DE ORTOPEDIA Y TRAUMATOLOGÍA VOL. 44 Nº 1 2003 ORGANO OFICIAL DE LA SOCIEDAD CHILENA DE ORTOPEDIA Y TRAUMATOLOGIA

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Fundada en Marzo de 1953

DIRECTORVíctor Mouat M.

SECRETARIO DE REDACCIONDaniel Schweitzer F.

COMITE EDITORIALJorge Numair V.Arturo Salas V.Rafael Vega M.Roberto Raimann B.Milan Munjín

ISSN: 0716 - 4548

REVISTA CHILENADE ORTOPEDIAY TRAUMATOLOGÍA

VOL. 44 Nº 1 2003

ORGANO OFICIAL DE LA SOCIEDAD CHILENA DE ORTOPEDIA Y TRAUMATOLOGIA

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DIRECTORIO SOCIEDAD CHILENA DE ORTOPEDIA Y TRAUMATOLOGIA

Presidente : Luis Valenzuela GangasPresidente Congreso 2003 : Ernesto Besser MahuzierVicepresidente : Gerardo Fica OrtegaPast-Presidente : Ignacio Dockendorff BrionesSecretario General : Jorge Vergara LeytonTesorero : Roberto Yáñez DíazDirectores : Oscar Azócar Zagal

Julio Botello ArroyoVicente Gutiérrez BascurHernán Guzmán PorrasJuan Carlos Martínez MuñozFelipe Toro Saelzer

Dirección : Evaristo Lillo 78, Depto. 81, Las CondesFono: 2072151, Fono-Fax: 2069820Santiago - Chile

Valores de la Revista

Suscripción anual : $ 30.000Números sueltos : $ 8.000Suscripción al extranjero : U$ 80Números sueltos al extranjero : U$ 20

Producción:Editorial IKU, Sra. María Cristina Illanes H.Fonos: 212 6384 - (09) 225 1534Fono/Fax: 220 6810

Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización del editor.

Rev Chilena Ortop y Traum 2003; 44: 2

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LUIS VALENZUELA G.

VÍCTOR MOUAT M.

ROBERTO SANHUEZA H., JAIME GONZÁLEZ F.,

CRISTIAN VARGAS M., JUAN SILVA U. y

ROBERTO SANHUEZA L.

DANIEL SCHWEITZER F., JOSÉ FLEIDERMAN V.,

LUIS GUZMÁN M., MARCELO CÓRDOVA I. y

GERARDO FICA O.

CARLOS E. SANDOVAL C.

RONALD SCHULZ I., MARCOS GANGA V.,

CRISTIAN BARRIENTOS M., NICOLÁS

MACCHIAVELLO C. y DIEGO OCARANZA D.

ROBERTO POSTIGO T.

LEONARDO GUILOFF W.

JOAQUÍN LARA G., MARCO CARRIÓN M.,

LUIS MOYA C. y JUAN BREYER D.

Editorial ................................................................

Nuestras Raíces ..................................................

- Estudio epidemiológico de 5.114 pacientes conesguinces de tobillo atendidos en el Servicio deUrgencia del Hospital del Trabajador de Santia-go .......................................................................

- Fracturas ocultas de cadera: Diagnóstico y tra-tamiento .............................................................

- Resección parcial endoscópica del tracto iliotibialen el síndrome de fricción de la banda iliotibial.Estudio en cadáveres .........................................

- Descompresión transoral para el tratamiento deluxaciones atlantoaxiales inveteradas: A propó-sito de un caso ...................................................

Caso clínico incógnito ........................................

- Epicondilopatía radio-humeral crónica. Trata-miento con ondas de choque. Experiencia chile-na .......................................................................

- Solución Caso clínico incógnito ..........................

- Proteína C reactiva en artroplastía total de ca-dera ....................................................................

Instrucciones a los autores .....................................

Índice

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Contents

Editorial ................................................................

Our Background .................................................

- Epidemiologic study of 5.114 patients with anklesprains attended at the emergency room of theHospital del Trabajador de Santiago ..................

- Occult hip fractures: Diagnosis and manage-ment ...................................................................

- Partial endoscopic release-excision of the iliotibialtract in iliotibial band friction syndrome .............

- Transoral decompression for the managementof chronic atlantoaxial dislocations: Case report..

Case of the month ...............................................

- Chronic radio-humeral epicondylitis. Treat-ment with extracorporeal shock wave therapy(ESWT) .............................................................

- Solution case of the month .................................

- C-reactive protein in total hip arthroplasty .........

Instructions to the authors ......................................

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LUIS VALENZUELA G.

VÍCTOR MOUAT M.

ROBERTO SANHUEZA H., JAIME GONZÁLEZ F.,

CRISTIAN VARGAS M., JUAN SILVA U. and

ROBERTO SANHUEZA L.

DANIEL SCHWEITZER F., JOSÉ FLEIDERMAN

V., LUIS GUZMÁN M., MARCELO CÓRDOVA I.

and GERARDO FICA O.

CARLOS E. SANDOVAL C.

RONALD SCHULZ I., MARCOS GANGA V.,

CRISTIAN BARRIENTOS M., NICOLÁS

MACCHIAVELLO C. and DIEGO OCARANZA D.

ROBERTO POSTIGO T.

LEONARDO GUILOFF W.

JOAQUÍN LARA G., MARCO CARRIÓN M.,

LUIS MOYA C. and JUAN BREYER D.

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EDITORIAL

Reuniones en regiones

Pasada la euforia del éxito del último congreso, y ya como Presidente de la SCHOT,debemos mirar hacia adelante, y enfrentar los desafíos que tenemos.

Mi primera preocupación será concretar el viejo sueño de lograr un nivel de excelenciaen la formación de nuevos especialistas. Deberemos lograr, en conjunto con las Escuelas deMedicina, (universidades, Asofamech) los acuerdos necesarios y válidos para evitar laformación de especialistas en campus inadecuados, no certificados, con sistemas de selec-ción poco transparentes y planes de estudios dispares.

Los planes de estudio deben tener un nivel básico consensuado, que responda a lasexigencias cada vez mayores de una especialidad que ha tenido un vertiginoso desarrollotanto en la aplicación de tecnología como en el desarrollo de la investigación.

El futuro de la especialidad depende en gran medida de la calidad de especialistas que seformen.

Debemos sentarnos a conversar qué nivel y tipo de especialistas deseamos que se formepara satisfacer las necesidades del país. Debemos ayudar a diseñar un sistema de educa-ción continua que garantice la mantención del nivel de excelencia de los especialistas y, porqué no, un sistema de evaluación periódica que garantice que este nivel se mantiene.

En un mundo cada vez más competitivo, es indispensable mantener una conducta éticaintachable. Una sólida formación ética y científica serán el mejor aval para obtener estelogro, y quienes tenemos la responsabilidad de enseñar, tenemos la obligación de dar elejemplo.

Los diversos comités seguirán contando con todo el apoyo para desarrollarse enplenitud.

Seguiremos apoyando el trabajo de nuestras filiales, en permanente contacto y coordi-nación, para que todos los especialistas que hay a lo largo del país sientan que su Sociedadlos apoya.

Los lazos con nuestras congéneres latinoamericanas se mantendrán y reforzarán con unpermanente intercambio de experiencias.

La SCHOT quiere albergar a todos los especialistas, invitándolos a ingresar mediante lapresentación de trabajos que reflejen la calidad que deseamos.

Invito a todos los socios a continuar trabajando por el engrandecimiento de nuestraSociedad: los más antiguos entregando su experiencia, y los más nuevos su entusiasmo.

Tengo la certeza que con la colaboración de todos, seguiremos por la senda del progresoy consolidación que todos anhelamos.

Un abrazo para cada uno de ustedes de vuestro presidente.

Luis Valenzuela G.Presidente SCHOT

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Nuestras Raíces

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¿Sabía Ud. que?

Lorenz Böhler uno de los padres de la Traumatología estuvo en Chile en 1953, visitando elInstituto Traumatológico de Santiago. Vino a visitar a su antiguo discípulo Teodoro Gebauer.

Böhler nació en Austria en 1885. Se graduó de médico en 1911 en la Universidad de Viena.Hizo medicina y cirugía general los primeros años y en 1914 estaba haciendo una estadía en la

Clínica Mayo cuando se inició la 1° Guerra Mundial. Volvió a su patria y fue enviado como médicomilitar al frente bélico.

En esa oportunidad pudo apreciar las pésimas condiciones en que eran tratados los soldados conlesiones traumáticas.

Esto lo hizo pensar y organizar un método bien reglamentado para tratar las fracturas y lasheridas, de acuerdo a lo que había visto en el frente de batalla.

Trata de introducir el concepto de especialista en traumatología pero pasan muchos años antesque esto sea posible.

Uno de los conceptos visionarios que tuvo Böhler fue la importancia de tratar los accidentes deltrabajo en hospitales especiales dedicados a ésto, convenciendo a las compañías aseguradoras quecon su buen tratamiento y además oportuno, se disminuirían los gastos de dichas empresas.

Así en 1925 se abre un hospital para accidentes del trabajo con 125 camas, siendo el 1° delmundo de este tipo. A los pocos años de funcionar este hospital hace una estadía en él TeodoroGebauer quien, tomando ese modelo participa en la creación del Instituto Traumatológico deSantiago en 1937, el primero en su género en Latinoamérica.

Böhler desarrolla una traumatología esencialmente conservadora con uso de yesos y tracciónesquelética.

No obstante, una vez conocido los trabajos de Küntscher y Smith Petersen, fue de los primerosen Europa que efectúan osteosíntesis en fémur y cadera.

Entre los años 40 y 60 su instituto dedicado al tratamiento de las lesiones traumáticas es visitadapor numerosos especialistas del mundo, quienes admiran su organización y estrictez para desarro-llar sus tratamientos.

En 1956 habiéndose logrado el reconocimiento al título de traumatólogo como tal, es nombradoprofesor titular de esta cátedra en la Universidad de Viena.

En 1971 se construye el nuevo hospital de trauma en Viena dándosele el nombre de LorenzBöhler.

Fallece este insigne médico y uno de los padres de la traumatología en 1973.La mayoría de los primeros traumatólogos y ortopedistas chilenos, recibieron una gran influencia

de los conceptos y tratamientos de Böhler.

Víctor Mouat M.

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Estudio epidemiológico de 5.114 pacientes conesguinces de tobillo atendidos en el Servicio deUrgencia del Hospital del Trabajador de Santiago

ROBERTO SANHUEZA H., JAIME GONZÁLEZ F.,CRISTIAN VARGAS M., JUAN SILVA U. y ROBERTO SANHUEZA L.

ABSTRACT

Epidemiologic study of 5.114 patients with ankle sprains attended at the emergencyroom of the Hospital del Trabajador de Santiago

Ankle sprain is one of the most frequent musculoskeletal lesion with an estimatedincidence of 1 every 10.000 inhabitants per day. This means, in our country, 1.300 newcases every day. A retrospective, descriptive study was carried out in 5114 patients whosuffered ankle sprains attended at the E.R. of our hospital during the january to december1995 period. The mean age was 30 years. There was no difference in sex nor sidedistribution. The most frequent injury mechanism was at level torsion (34.1%). 82.4% of thelesions were classified as grade I sprains, 17.1% as grade II and 0.2% as grade III. Mondaywas the most frecuent day of the week attending 23.3% of the patients. The lateralligamentous complex was affected on the 91.7% of the cases. Plaster was the treatment ofchoice in 55.5% and elastic bandage in 40.1%. The average time of treatment with plasterwas 11,7 days. Only 15.7% of the patients required physical therapy. 99.4% of the patientsevolved without complications, 0.3% had chronic pain, 0.1% developed deep vein thrombosisand 0,1% suffered from sympathetic dystrophia. Discharge to work was possible in a meantime of 13 days. Radiographic study was done in 56% of the cases at some point during theevolution, being informed as negative for acute alterations in 97.2%. Therefore we believethat the radiologic study for patients with clinical diagnosis of ankle sprain is not justified orat least should not be done routinely.

Key words: Ankle sprain, epidemiology.

RESUMEN

El esguince de tobillo constituye una de las lesiones musculoesqueléticas más frecuentes.Su incidencia se estima en 1 por cada 10.000 habitantes por día, lo que para nuestro paíssignifica alrededor de 1.300 casos nuevos diarios. Se realizó un estudio retrospectivo ydescriptivo en 5.114 pacientes con diagnóstico de esguince de tobillo, que consultaron en el

* Hospital del Trabajador de Santiago.

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R. SANHUEZA H. et al.

Servicio de Urgencia del Hospital del Trabajador Santiago entre Enero y Diciembre de1995. La mediana de edad fue de 30 años. No hubo diferencias significativas en ladistribución por sexo y el lado lesionado. El mecanismo de lesión más frecuente resultó serla torsión a nivel con un 34,1%. El 82,4% de las lesiones fue catalogada como esguincegrado I, el 17,1% como grado II y el 0,2% como grado III. El día de mayor consulta por estapatología fue el Lunes con un 23,3%. En el 91,7% de los casos estaba comprometido elcomplejo ligamentoso lateral. El tratamiento inicial con yeso se realizó en el 55,5% de lospacientes y un 40,1% se trató con venda elástica. La duración promedio del tratamiento conyeso fue de 11,7 días. Sólo el 15,7% de los casos analizados requirió terapia física. El99,4% de los pacientes evolucionó sin complicaciones, un 0,3% presentó dolor crónico, el0,1% con trombosis venosa profunda y el 0,1% con distrofia simpático refleja. El promediodel alta al trabajo fue de 13 días. Se solicitó estudio radiográfico en algún momento de suevolución al 56% de los pacientes, siendo negativas el 97,2% de las radiografías. Creemosque el estudio radiográfico en los pacientes con diagnóstico clínico de esguince de tobillono se justifica o al menos no se debe solicitar en forma rutinaria.

Palabras claves: Esguince tobillo, epidemiología.

INTRODUCCIÓN

El tobillo es una de las articulaciones decarga más importantes del cuerpo ya que soportacasi el 100% del peso durante la deambulación.Los esguinces de tobillo constituyen uno de losproblemas ortopédicos más frecuentes, consti-tuyendo entre el 10% y 30% de la consultatraumatológica. Su incidencia se estima en 1por cada 10.000 habitantes al día, lo que equi-vale a casi 5.000 casos por día en Gran Breta-ña26 y 23.000 en Estados Unidos39. En nuestropaís significa 1.300 casos nuevos diarios. Unestudio realizado en los Servicios de Urgenciade Escandinavia reveló que las consultas poresta patología corresponden desde un 7% a un10%7. La literatura reconoce a la práctica de-portiva como la actividad más predisponente,alcanzando en el basketball al 45% del total delas lesiones, en el fútbol bordea el 31%.

El 25% del tiempo perdido por los deportis-tas en general es debido a esguinces de tobi-llo39. En el 75% de los casos las estructuraslaterales son las afectadas.

De acuerdo a los estudios de Broström35 yLindstrand36, 2/3 de las lesiones del tobillo com-prometen al ligamento talo-fibular anterior. Si lainjuria es más severa se puede comprometer elligamento calcáneo-fibular.

Los trabajadores afiliados al sistema de se-guros de accidentes del trabajo de la Asocia-ción Chilena de Seguridad a nivel nacional al-

canzan a 1.250.000, por lo que deberían ocurrirdiariamente en esta población alrededor de 100esguinces de tobillo. El número promedio deconsultas mensuales en el Servicio de Urgenciadel Hospital del Trabajador de Santiago es alre-dedor de 5.500 pacientes y el 10,7% correspon-de a esguinces de tobillo, es decir, 16 casos aldía.

Uno de los problemas en el estudio de estapatología es la determinación de la gravedad dela lesión, lo que ha motivado a intentar unaclasificación del punto de vista clínico, pero apesar de esto, no siempre se tipifica el esguincey sólo se señala el mecanismo de lesión.

Por otra parte, el tratamiento efectuado de-penderá del médico e institución, del paciente,de su previsión, condición socioeconómica, etc.Todo esto hace muy difícil su evaluación en eltiempo ya que el paciente consultará en otroservicio si considera que el manejo no fue ade-cuado.

En nuestro servicio de urgencia los esguin-ces de tobillo corresponden al primer motivo deconsulta, siendo el número total por cada añoalrededor de 6.500 casos. Por lo tanto, la mag-nitud del problema es importante y es probableque el número de consultas se mantenga en eltiempo e incluso aumente.

El objetivo de este estudio es analizar lostipos más frecuentes de esguince de tobillo, díade la semana en que la consulta es más fre-cuente por éste motivo, si el estudio radiográfico

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ESGUINCE DE TOBILLO, ESTUDIO EPIDEMIOLÓGICO

solicitado se justifica y si el uso del yeso, tieneventajas en relación al uso de la venda elástica.

AnatomíaLa articulación del tobillo esta compuesta

por 3 huesos cuya combinación arquitectónicaprovee una estabilidad intrínseca, soportada ade-más por un complejo ligamentoso. Es atravesa-do por 10 tendones y dos haces neurovasculares.El tobillo es la articulación del organismo quesoporta la mayor carga de peso por centímetrocuadrado.

La tibia con su maléolo y el maléolo peroneoforman una cavidad o mortaja que articula conel domo del astrágalo, el que tiene una estructu-ra más estrecha en la parte posterior lo quepermite una mayor flexión plantar.

Los ligamentos del tobillo se han descritocomo 3 complejos: medial, lateral e interóseo.El complejo lateral está compuesto por el liga-mento talofibular anterior, el ligamento talo-fibular posterior y el ligamento calcáneofibular.El más fuerte de los 3 es el ligamento talofibularposterior.

El complejo ligamentoso medial, conocidocomo ligamento deltoídeo, puede dividirse en 2estructuras, una superficial y una profunda.Las fibras superficiales son las talonaviculares,tibiocalcáneas y tibiotalares posteriores. Lasfibras profundas son las tibiotalares. Clínica yanatómicamente es casi imposible distinguir loscomponentes de este fuerte ligamento.

Los ligamentos interóseos son los ubicadosa nivel de la sindesmosis tibioperonea inferior yson el anterior, el posterior y el interóseo pro-piamente tal, que es un ligamento que se extien-de hacia proximal desde la sindesmosis.

BiomecánicaEl tobillo ha sido descrito en forma simplista

como una bisagra; sin embargo, numerosos es-tudios han demostrado gran complejidad en losmovimientos de los tres segmentos óseos, quelo alejan de esta configuración, dado que pre-senta rotación sagital y coronal, traslación ypivoteo40.

Los rangos de movimiento varían según losdiferentes estudios; sin embargo, Rasmussen2

demostró que los rangos normales aproximadosson 21° de dorsiflexión, 31° de flexión plantar,

10° de adducción-abducción y 17° de rotaciónexterna-interna. El tobillo en posición neutra esbastante estable dentro de su configuraciónósea, pero esta estabilidad disminuye con laflexión plantar debido a la perdida de congruen-cia articular por el estrechamiento posterior deldomo del astrágalo que toma contacto con unamortaja que permanece inalterada, además enesta posición el ligamento talofibular anterior seencuentra distendido y verticalizado con lo queaumenta la probabilidad de disrupción frente auna inversión.

En un estudio realizado por Attarian37 seprobó la resistencia de cada ligamento por se-parado. La máxima tensión soportada por cadaligamento antes de cortarse fue de 714 Newtonpara el ligamento deltoídeo, 346 N para elcalcáneofibular, 261 N para el talofibular poste-rior y 139 N para el talofibular anterior. Estoconfirma la vulnerabilidad del ligamentotalofibular anterior.

Numerosos trabajos enfatizan la importan-cia del peroné y el complejo ligamentoso late-ral2-4,9,10,14,16,17,19,24,25 demostrando que no seproduce desplazamiento en el plano mediolateralcuando existe indemnidad de éstas estructurasy también evitarían el desplazamiento posteriordel astrágalo aún en ausencia de los maléolosposterior y medial24. Aún cuando la lesión delos ligamentos laterales es relativamente fre-cuente, el significado del examen clínico yradiográfico es controversial, tanto en lesionesagudas como crónicas y refleja la ausencia decriterios precisos para el diagnóstico y trata-miento de las lesiones ligamentosas lateralesdel tobillo. El signo del cajón anterior comométodo de discriminación entre una lesión ais-lada del ligamento talofibular anterior o en com-binación con una lesión del ligamentocalcáneofibular estaría determinado por un ca-jón anterior puro en la lesión del ligamentotalofibular anterior y un cajón anterior positivocon adducción del tobillo cuando la lesión escombinada.

Calhoun16, ha demostrado que el domo delastrágalo sostiene entre el 77% y el 90% de lacarga, que la faceta medial soporta un 22%más que la lateral cuando el tobillo está eninversión y que en la eversión la faceta lateralcarga un 10,5% más que la medial.

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Mecanismo de lesiónCuando existe un mecanismo torsional en

flexión plantar e inversión, los primeros ele-mentos restrictores del movimiento son los liga-mentos laterales y los músculos peroneos, estosúltimos pueden sobreextenderse o responder ala tracción con una contracción, protegiendo asía los ligamentos. Broström35 demostró que lasecuencia de lesión comprometía primero alligamento talofibular anterior, seguido por elligamento calcaneofibular y finalmente en me-canismos torsionales severos al ligamentotalofibular posterior. Este compromiso se pue-de detener en algún punto dañando uno o todoslos ligamentos laterales.

Otro mecanismo lesional es la eversión, querepresenta sólo el 15% de los mecanismos pro-ductores de esguinces de tobillo. En general,son más severos que los esguinces producidospor inversión, presentando una tasa mayor defracturas y discontinuidad de la mortaja con laconsiguiente inestabilidad2. Las lesiones de lasindesmosis se asocian especialmente con losmecanismos torsionales en eversión2,4.

MATERIAL Y MÉTODO

En un estudio retrospectivo y descriptivorealizado en el Hospital del Trabajador de San-tiago se revisaron las fichas clínicas de 5.114pacientes que consultaron en el Servicio deUrgencia y que tenían el diagnóstico de esguin-ce de tobillo, en el período comprendido entre el1º de Enero y el 31 de Diciembre de 1995.Estos pacientes consultaron por lesiones ocu-rridas en su lugar de trabajo (accidente laboral)o en el trayecto de ida o de vuelta entre suhogar y el lugar de trabajo (accidente de tra-yecto). No se consideró para este estudio aque-llos pacientes que no fueran accidentados deltrabajo ya que los tratamientos y controles deestos pacientes no estaban disponibles en losregistros del hospital.

Se evaluó la edad, sexo, mecanismo de le-sión, gravedad, día de la semana del accidente,tratamiento asociado y duración, tiempo al altay complicaciones.

Se utilizó la clasificación de la AmericanMedical Association Standard Nomenclature

of Athletic Injuries41 para ordenar las lesionesde acuerdo a su gravedad:

Tipo I: Lesión leve con escaso aumento devolumen y dolor y mínima o ninguna perdidafuncional. Se puede considerar como una dis-tensión ligamentosa o una rotura parcial míni-ma. El paciente puede realizar sus actividadesnormales pero con dolor.

Tipo II: Lesión moderada con aumento devolumen y dolor difuso. Existe perdida funcio-nal moderada y dificultad para caminar. Existeperdida parcial de la estabilidad. Se consideracomo una rotura parcial o posiblemente com-pleta del ligamento talofibular anterior y unaprobable lesión parcial del ligamento calcaneo-fibular. El paciente no puede realizar sus activi-dades normales y puede apoyar pero con dolorconsiderable.

Tipo III: Es una lesión severa con perdidafuncional significativa y marcado dolor y au-mento de volumen. La estabilidad lateral deltobillo esta perdida con pruebas del “cajón an-terior” y “talar tilt” positivas. Se considera en lamayoría de los casos como una doble lesiónligamentosa con rotura completa del ligamentotalofibular anterior y del ligamento calcaneo-fibular. La carga del peso en la extremidadhabitualmente no es tolerada.

Se analizaron las radiografías de aquelloscasos que les fue solicitada durante su evolu-ción, en busca de complicaciones radiológicas

La mayoría de estos pacientes son atendi-dos por médicos generales que trabajan en elservicio de urgencia y a quienes se les realizaentrenamiento en patología traumática median-te cursos de formación continua. El número depacientes que se deriva a traumatólogo durantesu evolución constituye sólo un 1,4%.

El tratamiento realizado fue determinado porel médico tratante y las posibilidades fueronindicaciones generales, venda elasticada o botacorta de yeso. Posteriormente los pacientesfueron citados a un control en donde, depen-diendo de la evolución, se inició rehabilitación ose les cambió a un yeso bota de marcha.

RESULTADOS

Se analizaron las fichas clínicas de 5.114pacientes diagnosticados como esguinces de

R. SANHUEZA H. et al.

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tobillo. El tiempo de seguimiento promedio fuede 20 meses con un rango de entre 8 y 24meses. El 50,8% fueron varones y el 49,2%mujeres. El lado comprometido fue en un 51,1%el derecho y en un 48,6% el izquierdo, un 0,3%presentó un compromiso bilateral.

Los esguinces catalogados como accidentedel trabajo constituyeron el 68,8% de la mues-tra y los accidentes de trayecto el 31,2%.

La mediana de edad fue de 30 años (Gráfi-co 1). Al ser analizadas por rangos de edadresulta como sigue:

Del grupo total, el 58,2% fueron menores de30 años.

En relación a la gravedad del esguince, seobtuvo los valores detallados en la Tabla 1.

El mecanismo de lesión se resume en laTabla 2.

Tabla 1. Distribución según gravedad delesguince

Grado %

I 82,4

II 17,1

III 0,2

No clasificado 0,3

Tabla 2. Distribución según mecanismo delesión

Mecanismo %

Torsión a nivel 34,1

Torsión a desnivel 10,7

Torsión al subir/bajar escaleras 17,7

Torsión al subir/bajar locomoción colectiva 12,5

Otros mecanismos 1,6

No aparece consignado 23,5Gráfico 2. Distribución de consultas por día de la semana.

En el análisis estadístico de los datos corres-pondientes a la distribución de los casos pordías de la semana se utilizó la prueba del χ2, sedeterminó que el día lunes fue el de mayorconsulta por esta patología, resultó ser estadís-ticamente significativo, alcanzando a un 23,3%del total (P = 0,000001) (Gráfico 2).

Se solicitó estudio radiográfico en algún mo-mento de la evolución al 56% de los pacientes.Del total de radiografías solicitadas, el 97,2%fueron informadas como negativas y tan sólo el2,8% mostró fracturas de baja cuantía (fractu-ras avulsivas de menos de 3 mm y fracturas sindesplazamiento del astrágalo, calcáneo ymetatarsianos), lo que se catalogó en el análisiscomo error diagnóstico.

El complejo ligamentoso lateral fue el másafectado con un 91,7% de los casos, el liga-

mento deltoideo fue comprometido en el5% y la afectación de ambos ligamentos seconsignó en el 3,3%.

Gráfico 1. Rango de edad.

ESGUINCE DE TOBILLO, ESTUDIO EPIDEMIOLÓGICO

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Un tratamiento inicial con yeso se efectuóen el 55,5% de los pacientes, con vendaelasticada en un 40,1% y no fue consignado enla ficha en el 4,3%. No se efectuó ningúntratamiento de tipo quirúrgico.

El promedio de días de tratamiento con yesofue de 11,7 días, con una desviación estándarde 6,38. El yeso fue retirado dentro de la prime-ra semana de tratamiento en el 45% de loscasos, entre los 8 y 14 días en el 22,4%, entre15 y 21 días en el 18,6% y más de 22 días en el0,8% de los pacientes (Gráfico 3).

El 99,4% de los pacientes no presentó com-plicaciones. Las complicaciones descritas sedetallan en la Tabla 3.

Terapia física sólo se realizó en el 15,7% delos pacientes.

El alta al trabajo tuvo un promedio de 13días con una desviación estándar de 13,50. Elmayor número de altas se dio en la segundasemana de tratamiento con un 41,8%. El 7,5%se dio de alta en el primer día (Tabla 4).

De los pacientes dados de alta por sobre los30 días de evolución (5,9%), el 49,5% lo fue

entre los 30 y 60 días, un 28% entre los 60 y 90días y un 22,5% fue dado de alta sobre los 90días de evolución. Estos últimos correspondenal 1,3% del total de pacientes.

Un 4% de los pacientes dados de alta con-sultan nuevamente por molestias y se les reali-za una reevaluación.

DISCUSIÓN

Los esguinces de tobillo constituyen una delas patologías traumáticas más frecuente de laconsulta traumatológica7,13,26. En el Hospitaldel Trabajador Santiago corresponden al 10%de las consultas anuales realizadas en el Servi-cio de Urgencia. Constituye un problema rele-vante ya que afecta a personas jóvenes1,5,6,7,12,27,es decir, pacientes en plena actividad laboral ydeportiva. Holmer7, en su estudio de 766 pa-cientes con esguinces de tobillo obtuvo un pro-medio de edad de 24,4 años con un 63% de lospacientes menores de 30 años. La distribuciónpor sexo es equitativa en su estudio. Ambosparámetros se confirman en el presente análi-sis. Sin embargo, en otros trabajos relacionadosal tema, pareciera ser que por sobre los 40 añosde edad la incidencia es mayor en mujeres7,13.

La relación entre accidentes del trabajo yaccidentes de trayecto fue notoriamente másbaja para éstos últimos, lo que podría explicarsepor el período de tiempo más prolongado de lajornada laboral y por lo tanto, de exposición aaccidentes.

El día de consulta más frecuente sin duda

Tabla 4. Distribución de pacientes segúndías al alta

Rango de días al alta %

1 a 7 25,6

8 a 14 41,8

15 a 21 20,4

22 a 30 6,3

> 31 5,9

Tabla 3. Porcentaje complicaciones

Complicaciones %

Tendinitis 0,2

Tromboflebitis 0,1

DSR 0,1

Dolor crónico 0,3

Gráfico 3. Días al retiro de yeso.

R. SANHUEZA H. et al.

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fue el día lunes, siendo probable que muchas deéstas lesiones no correspondan a accidentesdel trabajo, sino más bien a algún tipo de activi-dad deportiva del fin de semana.

Un aspecto que nos parece interesante y demucha importancia, es el hecho que se hayasolicitado radiografías al 56% de los pacientesque consultan por esguince de tobillo, en cir-cunstancias que sólo se encontró alguna lesiónósea en el 2,1% de estos casos. Creemos queel estudio radiográfico en los pacientes condiagnóstico clínico de esguince de tobillo no sejustifica, sobre todo porque las eventuales frac-turas desapercibidas son de poca cuantía y noinciden en la evolución en forma dramática. Esimportante en este aspecto desarrollar reglasde decisión clínica para solicitar estudio radio-gráfico en lesiones de tobillo o hacer la valida-ción local de reglas ya desarrolladas en otroscentros38. El estudio radiográfico inicial es untema conflictivo ya que algunos autores reco-miendan de rutina solicitar radiografías anteuna lesión del tobillo9,32. Por otra parte, lasimplicancias económicas que tiene el solicitarradiografías en forma rutinaria significa valorescercanos a los $ 20.000.000 anuales, sólo con-siderando una serie radiográfica en dos planos.

Cabe consignar que sólo el 1,4% de lospacientes fue derivado a traumatólogo durantesu evolución. En nuestra serie no hay un núme-ro importante de errores diagnósticos. El hechode que esta patología sea manejada principal-mente por médicos generales tal vez explique lagran cantidad de radiografías solicitadas. Elaspecto médicolegal también juega un rol pre-ponderante en este tema de la solicitud deradiografías.

Uno de los mayores problemas es determi-nar y consignar la severidad del esguince desdeel punto de vista clínico, ya que esto incidedirectamente en el tratamiento y tiempo deevolución.

Pareciera que la conducta actual se orientahacia un tratamiento de tipo funcional, es decir,evitando la utilización de inmovilizaciones rígi-das con yeso y estimulando la movilizaciónprecoz8,22,26,29. Al mismo tiempo, parece claroque el tratamiento de los esguinces grado III esde tipo ortopédico, ya que no existen diferen-cias funcionales a largo plazo al compararlo

con el tratamiento quirúrgico y evita las even-tuales complicaciones de una cirugía1,5,6,8,10-

12,18,21,26,27,41.Las ventajas del tratamiento funcional de

los esguinces de tobillo son de orden clínico yeconómico, ya que por una parte disminuyenlos costos al tener menos días de ausencialaboral y existe una mayor integración y com-promiso del paciente con su tratamiento y recu-peración. En este estudio se comprobó que al55,5% de los pacientes se les instaló un yeso alingreso y que al 45% de ellos se les retiródentro de la primera semana de evolución, locual significa probablemente que no se justifi-caba su uso.

Un porcentaje bajo de nuestra serie evolu-ciona con dolor crónico de tobillo (0,3%), defi-niendo esta entidad como aquel dolor de tobillode más de 3 meses de evolución post esguinceo sin causa aparente y que en nuestro servicioingresa a un protocolo de estudio especialmen-te diseñado. Ferkel28 señala que entre el 20% yel 40% de los pacientes con esguince de tobillopueden evolucionar con molestias residualespor largo tiempo y que a una parte de estospacientes se les puede llegar a efectuar unaartroscopía como método diagnóstico y tera-péutico15,28.

Es interesante resaltar la curva característi-cas de los días al alta, lo que demuestra loscontroles semanales a los que son sometidoslos pacientes de nuestro hospital.

CONCLUSIONES

1. Los esguinces de tobillo son una patologíafrecuente y, por lo tanto, de la mayor impor-tancia epidemiológica, sobre todo porqueafecta a una población joven y activa laboral-mente, con los perjuicios económicos queesto significa.

2. El estudio radiográfico ante estas lesionesparece no ser necesario como un apoyodiagnóstico rutinario. Se deben desarrollarcriterios de decisión clínica para respaldar lasolicitud de éste examen.

3. El error diagnóstico al disminuir el númerode radiografías solicitadas por esta patologíaes mínimo y poco relevante en la evoluciónde los pacientes.

ESGUINCE DE TOBILLO, ESTUDIO EPIDEMIOLÓGICO

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Fracturas ocultas de cadera:Diagnóstico y tratamiento

DANIEL SCHWEITZER F.*, JOSÉ FLEIDERMAN V.*,LUIS GUZMÁN M.*, MARCELO CÓRDOVA I.* y GERARDO FICA O.*

ABSTRACT

Occult hip fractures: Diagnosis and management

Occult hip fractures are defined as those fractures with suggestive clinical findings butwith a negative radiology and that requires specific images to be diagnosed. The clinicalfindings of these fractures are diverse, being pain the only sign in common, therefore a highindex of suspicion is required to make the diagnosis. There are multiple types of images forthe diagnosis of these fractures, being the MRI the gold standard. The treatment must beaggressive, with a prophylactic surgery as soon as possible, to avoid displacements andmore complex treatments.

Key words: Occult fractures, hip, MRI.

RESUMEN

Las fracturas ocultas de cadera se definen como las fracturas con clínica sugerente,pero con radiología negativa, y que necesitan pruebas de imágenes especiales para serdiagnosticadas. La presentación clínica de este cuadro es diversa, siendo el único factor encomún la persistencia de dolor, por lo que se requiere un alto índice de sospecha para sudiagnóstico. Existen múltiples alternativas de imágenes para el diagnóstico de estas fractu-ras, siendo la RMI el examen de elección actualmente. En cuanto al tratamiento, se debe seragresivo, realizando una cirugía profiláctica a la brevedad, para así evitar desplazamientosy tratamientos de mayor complejidad.

Palabras claves: Fracturas ocultas, cadera, RMI.

* Hospital del Trabajador de Santiago.

Rev Chilena Ortop y Traum 2003; 44: 18-22

INTRODUCCIÓN

Las fracturas ocultas de cadera se definencomo las fracturas con clínica sugerente perocon radiología negativa y que necesitan prue-bas de imágenes especiales para ser diagnosti-

cadas6. Generalmente se dan en pacientes ma-yores, con pobre calidad ósea y otros problemasmédicos, que luego de un traumatismo menor,presentan dolor y dificultad para caminar6.

Generalmente la dificultad en el diagnósticoinicial, está dada por la mala calidad ósea, alte-

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raciones degenerativas avanzadas, grasa inter-puesta y la técnica usada en las radiografías6,7.

Un diagnóstico precoz y apropiado es nece-sario para formular un pronóstico certero, defi-nir el tratamiento óptimo y reducir la morbilidad,la estadía hospitalaria y los costos2.

Existen muchas alternativas de imágenespara el diagnóstico de las fracturas ocultas,entre ellas se encuentran la cintigrafía ósea,planigrafía, tomografía axial computada (TAC)y resonancia nuclear magnética (RMI)1.

Así como las imágenes son importantes, suuso desproporcionado puede implicar un au-mento en el costo implícito en el diagnóstico deesta patología.

EXPERIENCIA CLÍNICA

Se presentan cinco casos clínicos tratadosen nuestro servicio. Dada la diferente forma depresentación de los casos, es difícil agruparlos

en un sólo contexto, por lo que se describirácada uno de ellos por separado.

Caso 1:Paciente de 23 años que ingresa a otro

servicio con los diagnósticos de politraumatizadoy TEC grave. Se realiza Rx y TAC de pelvisque se informa como normal. Al mes de evolu-ción, en control, se constata acortamiento yrotación externa de la extremidad, confirmán-dose fractura de cuello de fémur desplazada.Se realiza liberación del foco de fractura, re-ducción y osteosíntesis con un tornillo dinámicode cadera (DHS) (Figura 1).

Caso 2:Paciente de 70 años que sufre caída a nivel.

Las radiografías de ingreso son negativas. Pa-ciente continúa deambulando y a la semana deevolución debuta con fractura desplazada decuello femoral Garden III. Se realiza prótesistotal de cadera (PTC) cementada (Figura 2).

Figura 1. A) Radiografía de ingreso sin evidencia de fractura. B) Radiografía al mes de evolución. C) Resultado post-operatorio tras reducción y osteosíntesis con DHS.

Figura 2. A) Radiografía inicial sin evidencia de fractura. B) Radiografía una semana después con fractura desplazada.C) Tratamiento definitivo con PTC cementada.

FRACTURAS OCULTAS DE CADERA: DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO

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Caso 3:Paciente de 50 años que su-

fre caída a nivel. Las radiogra-fías iniciales son negativas. Pa-ciente continúa con dolor per-sistente y a los 3 meses se reali-za cintigrama óseo con Tc99más RMI diagnosticándose unafractura de cuello femoral nodesplazada. Dado el tiempo deevolución se decide continuarcon el tratamiento ortopédico yal cuarto mes la fractura se des-plaza. Se realiza PTC no cemen-tada (Figura 3).

Caso 4:Paciente de 60 años que su-

fre caída a nivel. Las radiogra-fías iniciales fueron negativas.Persiste con dolor en cadera,por lo que se realiza una RMI,diagnosticándose una fracturaintertrocantérica. Se realiza oste-osíntesis con DHS (Figura 4).

Figura 3. A) Radiografía inicial sin evidencia de fractura. B) RMI quedemuestra fractura de cuello femoral no desplazada. C) Desplazamiento dela fractura a los 4 meses de evolución. D) Tratamiento definitivo con PTCno cementada.

Figura 4. A) Radiografía inicial sin evidencia de fractura. B) RMI que demuestra fractura intertrocantérica no despla-zada. C) Tratamiento mediante fijación con DHS.

Caso 5:Paciente de 36 años que sufre caída a nivel

con radiografías iniciales negativas. Se diag-nostica desgarro isquiotibial. Paciente persistecon dolor y a los 2 meses, en la radiografía decontrol se evidencia fractura basi-cervical nodesplazada. Se realiza osteosíntesis con DHS.

DISCUSIÓN

El trauma de cadera es frecuente y es unagran fuente de morbilidad. Una proporción nodespreciable de estas fracturas pueden sersubdiagnosticadas por radiografías, particular-mente en pacientes osteoporóticos1. El pacien-

D. SCHWEITZER F. et al.

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te puede tener síntomas poco orientadores, nodar antecedentes de la caída o trivializar laimportancia del dolor. Radiografías no diagnós-ticas en un paciente con dolor de cadera ocojera debe sugerirnos que imágenes adiciona-les deben ser utilizadas para descartar una po-sible fractura.

El médico puede evaluar estos pacientes yatribuir el dolor a contusiones, bursitis, sinovitis,artrosis, etc y no diagnosticar una fractura exis-tente6. Fracturas que pueden no diagnosticarseincluyen fracturas de las ramas púbicas, sacro,cuello femoral, intertrocantéricas, trocántermayor y acetábulo.

Las fracturas por estrés del cuello femoralpueden ser subdiagnosticadas y evolucionar condesplazamiento y mayor frecuencia de incapa-cidad prolongada, retardo de consolidación, ynecrosis avascular. Por lo tanto, se requiere deun diagnóstico precoz y preciso para disminuirla morbilidad y la estadía hospitalaria.

Numerosos métodos de imágenes han sidoutilizados en el diagnóstico de fracturas ocultasde cadera. La cintigrafía ósea con Tc 99 puedeser de ayuda, especialmente en caderas conleve o sin artrosis; sin embargo, cintigrafíasnegativas han sido reportadas en pacientes confracturas de cuello de fémur, especialmente enpacientes mayores y dentro de las primeras 24horas del evento3,4. También se han reportadofalsos positivos con aumento de captación encasos de daño de cápsula articular. Más aún, espoco específica en la delineación de la línea dela fractura y muchas veces no diferencia entrefracturas y artropatías degenerativas, trauma,tumor o infección6. En general, se debe esperarhasta 72 horas para asegurar resultados ópti-mos, especialmente en pacientes mayores conosteopenia6. Requiere de la inyección de unradioisótopo 3 horas previo al examen y en lospacientes con retención urinaria se necesita deun catéter para vaciar la vejiga6.

La planigrafía es de valor, especialmente enpacientes con artrosis avanzada en que la inter-pretación se hace difícil, puede aumentar laprecisión diagnóstica de la radiología y es elmás barato de las imágenes avanzadas. Des-afortunadamente, en raras ocasiones puede darfalsos negativos, cuando la línea de fracturaesta paralela al plano tomográfico1. Esto puede

ocurrir en fracturas pertrocantéricas cuandoexiste rotación externa marcada durante el exa-men. Actualmente es una técnica cada vezmenos utilizada.

El TAC es de valor; sin embargo, fracturasno desplazadas son difíciles de detectar y en loscortes axiales existe dificultad en la determina-ción de la orientación de la fractura y en laplanificación de la cirugía, a diferencia de loscortes coronales obtenidos con RMI1. Cuandose utilizan reconstrucciones multiplanares en3D, las fracturas no desplazadas son aún unproblema diagnóstico y los costos aumentanconsiderablemente, convirtiéndose en el exa-men más caro1.

La RMI es actualmente el estudio por imá-genes de elección en el diagnóstico de las frac-turas ocultas de cadera. Es un método de diag-nóstico precoz y preciso, de alta sensibilidad yespecificidad incluso en fracturas no desplaza-das1,5,6. Los costos y duración del examen pue-den ser reducidos con el uso de imágenescoronales sólo en T1, entrando a competir conlas otras modalidades de imágenes1,6. El planocoronal es más útil para el plan quirúrgico queel axial2. Los resultados se obtienen precozmentey puede hacerse en forma ambulatoria. Lasimágenes coronales en T1 pueden ser suficien-tes para el diagnóstico, sin embargo, en algunoscasos, fracturas pélvicas incluyendo fracturasde acetábulo, anillo obturador, sínfisis pubiana ysacro pueden ser subdiagnosticadas2. Dentro delas limitaciones para el uso de RMI se encuen-tran los pacientes con marcapasos, implantesoculares, clips aneurismáticos y claustrofobia6.

Dada la baja diferencia en costos entrecintigrafía óseas y RMI con cortes coronalesen T1, y la mayor sensibilidad y especificidaden el diagnóstico de fracturas ocultas de caderay trauma de partes blandas, nosotros creemosque la RMI es el examen más costo-efectivoen este contexto2.

La presentación clínica de este cuadro esdiversa, como se ha podido apreciar en la reco-pilación de los casos presentados. El único fac-tor en común es la persistencia del dolor. Cree-mos que este cuadro puede ser diagnosticado sise tiene en cuenta como alternativa diagnóstica.

En cuanto al tratamiento de estas fracturas,no existen series publicadas que indiquen el

FRACTURAS OCULTAS DE CADERA: DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO

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tratamiento ideal. Basado en nuestra experien-cia clínica, creemos que una vez hecho el diag-nóstico, todas las fracturas deben ser tratadasquirúrgicamente a menos que estén consolida-das. A pesar de que algunas fracturas even-tualmente pueden no desplazarse, el riesgo yconsecuencias de que se desplacen justifican eltratamiento quirúrgico profiláctico.

CONCLUSIONES

Las fracturas ocultas de cadera son unaentidad que se debe sospechar siempre en casode dolor persistente de cadera tras un trauma-tismo.

En caso de sospecha y radiografías negati-vas, se deben realizar exámenes concluyentes,siendo la RMI el examen más sensible y espe-cífico.

En cuanto al tratamiento, en la mayoría delos casos este debe ser agresivo realizándosecirugía profiláctica a la brevedad, para así evi-tar desplazamientos y tratamientos quirúrgicosde mayor complejidad6.

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Resección parcial endoscópica del tracto iliotibialen el síndrome de fricción de la banda iliotibial.Estudio en cadáveres

CARLOS E. SANDOVAL C.*

ABSTRACT

Partial endoscopic release-excision of the iliotibial tract in iliotibial band frictionsyndrome

In six cadaveric knee models, a new surgical technique for iliotibial band frictionsyndrome (ITBFS) was developed. This study was performed at the Advanced OrthopaedicCenter, Richmond, Virginia USA. The technique consist in an endoscopic partial resection ofthe posterior edge of the iliotibial band, over the lateral epicondyle, using two portals, oneproximal to the epicondyle and the distal one close to the Gerdy’s tubercule. We had threedifficulties in two cases. After technical corrections, surgery was made easier. In thedissections performed after the endoscopic procedure, the author found that the resectionshad been adequate, without damage to the neurovascular structures. The author concludedthat this partial endoscopic release-excision is a reproducible technique, with low risk ofcomplications and possibly lower morbidity than the open techniques.

Key words: Iliotibial band, endoscopic release, cadaveric model, knee.

RESUMEN

Se desarrolló una técnica para el tratamiento quirúrgico del Síndrome de Fricción de laBanda Iliotibial (SFBIT). Este estudio experimental fue realizado en 6 rodillas de cadáver,en el Advanced Orthopaedic Center, Richmond, Virginia USA. La técnica consiste en laresección parcial por vía endoscópica del borde posterior de la banda iliotibial (BIT) sobreel epicóndilo lateral, utilizando dos portales, uno proximal al epicóndilo y otro distal, pordebajo del tubérculo de Gerdy. Posteriormente se realizaron disecciones de los especímenesdespués del procedimiento endoscópico. Se comprobó que todas las resecciones fueronsuficientes, y además no se observó ninguna lesión en estructuras nobles. Teniendo encuenta los resultados de este estudio podemos concluir que la resección parcial endoscópicade la banda iliotibial es una técnica reproducible, con bajo riesgo de injuria de estructurasnobles y potencialmente con menor morbilidad en comparación con las técnicas abiertas.

Palabras claves: Banda iliotibial, resección endoscópica, modelo cadavérico, rodilla.

* Médico Traumatólogo. Hospital del Trabajador de Santiago.

Rev Chilena Ortop y Traum 2003; 44: 23-30

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INTRODUCCIÓN

El síndrome de fricción de la banda iliotibial(SFBIT) fue descrito inicialmente por Colson yArmour en 19631 y posteriormente descrito inextenso por Renne2. Este síndrome es causadopor la fricción repetitiva de la banda iliotibialsobre el epicóndilo femoral lateral.

El síndrome de fricción de la banda iliotibialse presenta especialmente como una lesión se-cundaria a sobreuso (corredores de larga dis-tancia, ciclistas, jugadores de fútbol americano,esquiadores, bailarines de ballet clásico etc). Esuna de las tres patologías más frecuentes porsobreuso precedido por la disfunción patelofemoral, y seguido por la fascitis plantar3.

La incidencia en deportistas corredores delarga distancia y sus equivalentes va desde un4,7%4 hasta un 8,4%5,3.

El diagnóstico es eminentemente clínico, yen pocos casos es necesario efectuar estudiosadicionales.

En la mayoría de los casos el SFBIT res-ponde al tratamiento conservador6, pero en al-gunos casos es necesario el tratamiento quirúr-gico al fracasar el tratamiento médico. Entre el4 y el 10% de los pacientes requieren trata-miento quirúrgico7,8, y el reporte de los estudioscon la técnica abierta muestran buenos resulta-dos.

El objetivo de este estudio es demostrar quela resección parcial endoscópica del tractoiliotibial es posible; además, describir la técnicaresultante, los potenciales riesgos y eventualescomplicaciones.

Anatomía

La banda iliotibial (BIT) se forma proximal-mente a nivel del trocánter mayor, por la uniónde las fascias de los músculos tensor de lafascia lata, glúteo máximo y glúteo medio. En lazona supracondílea, la BIT se inserta en eltubérculo supracondíleo del cóndilo lateral delfémur y en el septum intermuscular hasta llegara su inserción más distal que es en el tubérculode Gerdy. Normalmente existe una separaciónentre la BIT con el fémur por una capa grasa,la cual se extiende hasta el músculo vasto late-ral. A nivel del epicóndilo lateral, la BIT tiene

contacto con éste, y además existen algunasfibras que se insertan en el ligamento colaterallateral LCL, las cuales se encargan de movili-zar la BIT hacia delante cuando la rodilla estaen extensión y hacia atrás si esta en flexión(9).

La BIT juega el rol de estabilizador anterolateral secundario en conjunto con el tendónpoplíteo y el LCL10, especialmente cuando larodilla se encuentra en flexión.

MATERIAL Y MÉTODOS

Este estudio se desarrolló en el AdvancedOrthopaedic Center, Richmond, Virginia, U.S.A.

Se utilizaron seis extremidades inferiores decadáver adulto fresco, con edades entre 66 y82 años, raza blanca, 4 hombres y 1 mujer, unobilateral. Con respecto a la lateralidad, 4 fueronderechas y 2 izquierdas.

El artroscopio utilizado fue un modelo con-vencional (Dyonics) con una óptica de 4 mm.

Después de cada resección endoscópica seefectuó la disección abierta, con remoción de lapiel y tejido subcutáneo hasta la exposición dela banda iliotibial en la cara lateral de la rodillade cada espécimen.

No se realizó ningún tipo de estudio biome-cánico dado que los especímenes no contabancon la inserción proximal completa de la BIT(Tabla 1).

Técnica

Posición:Las extremidades inferiores fueron colocadas

en la mesa de disección, sobre la cara medial,con la posibilidad de realizar movilización pasi-va completa. Se identificó el borde posterior dela BIT hasta su inserción distal en el tubérculode Gerdy; también fue dibujado el contorno deepicóndilo y la línea articular (Figura 1).

Portales:Con la rodilla en 60 grados de flexión, es

necesario hacer dos portales, el primero locali-zado a 7 cm proximal al epicóndilo lateral, sobreel borde posterior de la BIT; el segundo seefectúa 1 cm posterior y 1 cm inferior al tubér-culo de Gerdy.

Después de la incisión en la piel, se efectúa

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con la cánula artroscópica una disección sub-cutánea amplia en la zona epicondílea, comen-zando por el portal proximal, en dirección ante-rior y horizontal y posteriormente se desplaza lacánula hacia distal como limpiaparabrisas. Estamaniobra tiene como objeto evitar la perfora-ción de la BIT y así no obtener una visiónerrónea sub facial.

También se realiza una disección subcutá-nea desde el portal distal, siempre orientándosehacia el epicóndilo.

Con el artroscopio inserto en el portalsuperolateral, se identifica el borde posterior dela BIT lo más proximal posible ya que la visióncercana a la zona epicondilar algunas veces nopermite una identificación fácil. Posteriormentedebe lograrse la visualización del epicóndilo ydel borde de la BIT, para después poder deter-minar la “zona de pinzamiento” bajo la realiza-

ción de movilización pasiva de la rodilla (Figura 2).Una vez identificada la “zona de pinza-

miento”, se realiza con la rodilla en flexión de60 a 90 grados, la resección de la BIT sobre elepicóndilo con fórceps Basked y Shaver (Figu-ras 3 y 4).

Además se debe realizar una resección dela pseudo bursa o del tejido inflamatorio que selocaliza entre la BIT y el epicóndilo.

Se debe tener especial cuidado con la piel yademás tener la precaución de no realizar nin-guna disección profunda sobre el tendón delbíceps, ya que el nervio peroneo se encuentradetrás de él y la arteria geniculada lateral porencima de la cabeza fibular en la cara posterior.

Después de finalizar la resección, se debereexaminar mientras se moviliza la rodilla entreun rango de 0 a 90 grados y así comprobar quetodo el tejido comprometido en el pinzamientofue removido (Figura 5).

RESECCIÓN PARCIAL ENDOSCÓPICA DEL TRACTO ILIOTIBIAL

Tabla 1. Registro de especímenes

Número Número Lateralidad Sexo Raza Edad Causa muerteIdentificación

1 801 R F B 66 A.V.E.2 93 R M B 86 Enfisema3 60 R M B 73 No registro4 129 L M B 82 Falla hepática5 129 R M B 82 Falla hepática6 155 L M B 62 Arresto cardíaco

Figura 2. Se puede observar en una rodilla derecha laintroducción del artroscopio por el portal proximal y elinstrumental para la resección por el distal.

Figura 1. Corresponde a la marca en la piel de los repa-ros anatómicos tales como la interlínea lateral (1), epicóndilolateral (2), tubérculo de Gerdy (3) y portales proximal (4)a 7 cm del epicóndilo lateral y distal (5) a 1 cm inferior yposterior al tubérculo de Gerdy.

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Figura 3. En una rodilla izquierda y observan-do por el portal proximal se puede apreciar laaguja hipodérmica marcando el epicóndilo (1) ycon la pinza Basked se inicia la resección delborde posterior de la banda iliotibial (2).

Figura 4. En el mismo espécimen de la Figura3, se observa la resección completa del bordeposterior de la BIT (1) en contacto con elepicóndilo (2), el cual se puede apreciar total-mente.

Figura 5. Se observa la disección post operatoria de unespécimen derecho, visualizándose claramante la zona re-secada del borde posterior de la BIT sobre el epicóndilo,el cual esta señalado con la pinza.

Con el objeto de aumentar la zona sin con-tacto de la BIT con el epicóndilo, se realiza unaplicatura en el borde proximal de la resecciónque además tiene un efecto de protección paraevitar el rasgado hacia proximal de la BIT.

RESULTADOS

Después de practicar ambos portales, elartroscopio fue posicionado en el portal proximaly los instrumentos en el portal distal.

El borde posterior de la banda iliotibial fueidentificado fácilmente en todos los casos, ex-cepto en el tercer caso, ya que en el momentode la introducción de la cánula del artroscopio,fue perforada la banda iliotibial, y el tejidovisualizado correspondía al LCL y el epicóndilo.Después de familiarizarnos con la visión artros-cópica fue posible la corrección de la posiciónde la cánula, pudiendo efectuar la resección.

Fue necesario realizar más de dos portalesen los casos dos y cuatro, con el objeto deobtener una mejor posición especialmente paramaniobrar el instrumental. La resección parcialfue realizada con pinza Basked y Shaver por elportal distal.

En el segundo caso la marca hecha con laaguja sobre el epicóndilo fue muy distal y, poreste motivo, la resección fue excesiva en estazona, y posteriormente fue necesario efectuar

C. E. SANDOVAL C.

una mayor resección de la BIT hacia proximal.Por este suceso se produjo una resección par-cial del LCL la cual no comprometió la estabili-dad lateral de la rodilla.

Además se realizó una plicatura en el bordeproximal de la resección y se pudo observarque al efectuar ésta, se produjo una zona mayorsin contacto de la BIT con el epicóndilo yquizás tenga un efecto de protección para evi-tar el rasgado hacia proximal de la BIT.

En el momento de la resección, observamostambién que no es necesaria una resección distal

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RESECCIÓN PARCIAL ENDOSCÓPICA DEL TRACTO ILIOTIBIAL

amplia ya que el mayor contacto es proximal alepicóndilo y además existe el riesgo de dañosobre la inserción distal en el tubérculo de Gerdy.

El último paso fue observar endoscópi-camente la zona resecada, mientras se efec-tuaba flexo extensión de la rodilla entre 0 y 90grados, y así comprobar que todo el tejidoinvolucrado en el pinzamiento estuviera remo-vido, y en dicha prueba no se observó en ningúncaso, contacto con el epicóndilo.

El promedio de tiempo de la cirugía endos-cópica fue de 34,2 minutos, con extremos de 22a 60 minutos. El mayor tiempo ocurrió duranteel segundo caso en el cual se realizó la mayorresección.

Después de cada cirugía endoscópica, seefectuó una disección meticulosa. En todos loscasos la resección fue suficiente.

El promedio de la zona resecada fue: en labase 40 mm (30-45 mm), y el promedio de laresección del ápex fue 15,2 mm (10-25 mm).Se pudo observar que todos los casos tuvieronuna resección suficiente entre 10 y 15 mm delborde posterior de la BIT. En el segundo casola resección del ápex fue demasiado grande einnecesaria (25 mm).

El promedio del porcentaje de resección dela banda fue 32,8% (22-50%), y se pudo deter-minar que es suficiente la resección de untercio de la banda para evitar el pinzamiento.

En el desarrollo de la técnica se encontraronalgunos detalles para tener en cuenta: En un

mismo caso, el segundo, existió una resecciónexcesiva de la BIT y además la resecciónparcial del LCL sin comprometer su estabili-dad; y en el tercer caso en el cual el artroscopiofue colocado por debajo de la BIT en vez dehaber sido entre la BIT y la piel, dentro deltejido subcutáneo.

No se tuvo ninguna complicación con la piel,tampoco lesiones sobre alguna estructura no-ble, como por ejemplo, el nervio ciático poplíteoexterno o la arteria geniculada lateral (Tabla 2).

DISCUSIÓN

El SFBIT, es frecuentemente observado encorredores de larga distancia, y biomecánica-mente se explica por el impacto articular repeti-tivo durante la posición de fase temprana delpaso (contacto de pie), poco después del golpede pie, aproximadamente con la rodilla en 30grados de flexión11. En ciclistas ocurre porsobreuso sin golpe de talón a más de 80 revolu-ciones por minuto12 y en otros atletas cuyodeporte implica una actividad repetitiva enflexión de rodilla11. También se observa en el30% de bailarinas de ballet clásico13, enesquiadores y levantamiento de pesas.

La causa de esta patología es la combina-ción de factores extrínsecos como superficieno apropiada14,8, errores de entrenamiento, alcorrer cuesta abajo, calzado inadecuado5 y fac-

Tabla 2. Resultados

Espécimen 1 2 3 4 5 6Lado D D D D I IVisualización y Disección BIT Sí Si No - Sí Sí Si SíNúmero de portales 2 3 2 3 2 2Tamaño Resección (ápex-base) cm 1,2 / 3,5 2,5 / 5,0 1,0 / 4,0 1,5 / 4,5 1,5 / 4,5 1,4 / 4,0Distancia BIT-Epicóndilo post qx (mm) 2 6 0 - 2 1 1 2% Resección BIT 22 50 28 33 33 31Prueba Dinámica No contac No contac No contac No contac No contac No contacComunicación Articulación No Sí No No No NoDaño CPE No No No No No NoDaño LCL No Sí No No No NoDaño Piel No No No No No NoTiempo (min) 30 60 40 28 22 25

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tores intrínsecos como una tensión anormal-mente aumentada de la banda iliotibial, o anormalidades en la biomecánica del pie7.

Orchard y Cols11 describieron que la causaes la combinación de muchos factores como lainfluencia de la angulación articular y el paso,en la “zona de pellizcamiento”, y variacionesanatómicas individuales.

El síntoma más importante es el dolor en lacara lateral de la rodilla durante la actividaddeportiva, el cual puede estar referido tantoproximal como distalmente, pero usualmente elpaciente tiene un dolor localizado. También secaracteriza por incrementarse al correr cuestaabajo y subiendo escaleras.

En el examen físico, el paciente tiene unazona sensible sobre el epicóndilo lateral. No-ble15 describió el “test de compresión dinámi-ca”, moviendo la rodilla de forma activa mien-tras el examinador ejerce presión sobre elepicóndilo lateral, el dolor aparece con la rodillaen 30 grados de flexión. Ocasionalmente estaasociado a edema y crepito en esta zona.

Cuando el paciente tiene una excesiva ten-sión de la BIT, esta debe ser establecida con eltest de Ober: Con el paciente acostado sobre sulado normal, al realizar aducción pasiva, ésta sesiente limitada, y por lo tanto la extremidad nocae por debajo de la línea horizontal.

Se debe tener en cuenta que el diagnósticoes fundamentalmente clínico.

Los estudios imagenológicos son utilizadoscuando el diagnóstico es poco claro, y guardanespecial importancia en el hecho de descartarpatologías con sintomatología que pueda simu-lar un SFBIT tales como: esguince del ligamen-to colateral lateral, ruptura meniscal lateral, le-sión inserción de hamstrings, osteocondritisdisecante del cóndilo lateral, fractura por estrés,síndrome patelofemoral, tendinitis bíceps cruralo poplíteo.

Martrens y cols8 reportaron la utilización dela ultrasonografía en el diagnóstico de SFBIT, ydescriben los hallazgos como “zona hipoeco-génica sobre el cóndilo lateral, por debajo de laBIT.

DeGreter y cols16 describieron los hallazgosen la cintigrafía, consistente en una hipercap-tación anormal del radionucleido sobre el cóndi-lo femoral lateral o cercano al tubérculo tibial.

Murphy y cols17 describieron los hallazgosen la resonancia magnética (RM), ellos encon-traron anormalidades de la intensidad de señal:la intensidad decrece en las secuencias en T1-weighted y se incrementa la intensidad en T2-weighted y en secuencias de gradiente echo.

Ekman y cols18 además describieron la apa-rición de bandas densas en la RM, no existen-tes en los pacientes controles.

Muhle y cols19 encontraron anormalidadesde intensidad de señal pobremente definidos enun 75%, de los cuales en un 23% se localizabanen la zona posterolateral de la línea articular enun área entre la inserción del bíceps crural y ladiáfisis femoral. Un 35% de las imágenes anor-males se encontraron en el cóndilo lateral, limi-tado medialmente por el LCL y la unión menis-co capsular y lateralmente por la BIT. Ademásse demostró una intensidad de señal normal entodos los casos de la BIT.

En este mismo estudio se describen los ha-llazgos de artroRM en 6 extremidades inferio-res de cadáveres, sin evidencia de lesión. Ellosencontraron con la rodilla en extensión, contac-to del borde posterior de la BIT con el epicóndilolateral y fibras insertándose sobre el LCL.

Con respecto al tratamiento, éste es usual-mente conservador, y consiste básicamente enel control de la actividad y del proceso inflama-torio. Este tipo de tratamiento es exitoso en un57,4%12.

Otras medidas son la modificación de larutina de entrenamiento, como el cambio deduración, alteración de zancadas largas, cam-bios en la dirección en corredores, en ciclistasvariar la altura de la silla y la posición del pie enel pedal.

El tratamiento sintomático consiste en medi-cación antiinflamatoria, aplicación local de hieloy/o calor, y ejercicios de elongación de la bandailiotibial reportados por Noble7. Otro tratamien-to utilizado es la infiltración local de corticoides.

Si el tratamiento conservador falla despuésde 6 a 12 meses, se debe considerar el trata-miento quirúrgico, y está descrita la indicaciónquirúrgica entre un 10 a 35% en deportistas7,8,12.

En la literatura se encuentran descritas al-gunas técnicas:

Noble7 en 1982 reportó un 4% de incidenciadel tratamiento quirúrgico; él realizó inicialmen-

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te en este tipo de pacientes resección delepicóndilo lateral y liberación del borde poste-rior de la BIT, y posteriormente la cirugía con-sistió en una incisión transversa a través de lasfibras de la BIT sobre el epicóndilo.

Martens y cols8 en 1989 describieron sutécnica y resultados; ellos reportaron 19 pa-cientes con tratamiento quirúrgico en SFBIT.Su técnica es abierta y consiste en la resecciónparcial en triángulo, cuya base es el bordeposterior de la BIT, con 2,5cm de base y 1,5 cmde ápice, sobre el epicóndilo.

Todos los pacientes retornaron al nivel pre-vio de actividad después de las 7 semanas.Como complicación, tuvieron un paciente conhematoma postoperatorio.

Holmes y cols12 describieron su técnica lacual consiste en una resección abierta en formaelíptica con su base en el borde posterior de laBIT. Veintiún de 61 pacientes necesitaron tra-tamiento quirúrgico. Ocho pacientes despuésde 2 años de seguimiento fueron reportadoscomo en un 100% de su nivel competitivo, 9pacientes tuvieron menos de 1 año de segui-miento y con un 73 al 80% de su nivel previo deactividad, y 3 pacientes todavía en tratamiento.Como complicaciones tuvieron: un paciente contejido cicatricial sintomático, 3 pacientes conseroma postoperatorio y dos con hematomapostoperatorio.

Sólo un estudio reporta la resección del teji-do circundante a la BIT endoscópicamente ydescribe los hallazgos histológicos, pero no re-porta resultados ni complicaciones20.

En el presente estudio fue posible realizar laresección parcial endoscópica de la bandailiotibial sin mayores dificultades técnicas, conla visualización de los reparos anatómicos yuna resección suficiente en todos los especí-menes.

Se debe hacer hincapié en la realización deldemarcado de los reparos anatómicos para fa-cilitar la orientación endoscópica especialmen-te en rodillas voluminosas.

Otro detalle para tener en cuenta es realizarcuidadosamente la disección subcutánea y crearun espacio entre la piel y la BIT, con la precau-ción de no perforarla ya que es difícil la orienta-ción endoscópica, esto especialmente en rodi-llas con escaso panículo adiposo.

RESECCIÓN PARCIAL ENDOSCÓPICA DEL TRACTO ILIOTIBIAL

CONCLUSIONES

De acuerdo con los hallazgos obtenidos enel presente estudio, se puede concluir que laresección parcial endoscópica de la bandailiotibial es posible de realizar, además de serreproducible por contar con un bajo grado dedificultad técnica

También se pudo observar que los potencia-les riesgos de lesión a estructuras nobles sonmínimos, lo cual permite catalogar la técnicacomo segura.

Sin ser una conclusión, lo que se persiguecon el desarrollo de esta nueva técnica es com-partir las bondades de la cirugía mínimamenteinvasiva con baja morbilidad y reintegro rápidoal nivel de actividad previo. Se considera queeste estudio es el primer paso para la validaciónde la técnica, y se hace fundamental el desarro-llo de estudios in vivo para las conclusionesdefinitivas.

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Agradecimientos. Debo agradecer a mi institución elHospital del Trabajador de Santiago por la oportunidadde realizar la subespecialidad en Cirugía de Hombro yRodilla y Medicina del Deporte, incluyendo este trabajo,además a todos mis jefes directos e indirectos, a miscompañeros de trabajo quienes han creído en mi y aldoctor Geoffrey Higgs quien fue mi tutor en la subes-pecialidad.

Agradezco especialmente a mi señora e hijos; gra-cias a su paciencia infinita y tolerancia logre esta metaprofesional.

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Descompresión transoral parael tratamiento de luxaciones atlantoaxialesinveteradas: A propósito de un caso

RONALD SCHULZ I.*, MARCOS GANGA V.**, CRISTIAN BARRIENTOS M.**,NICOLÁS MACCHIAVELLO C.** y DIEGO OCARANZA D.***

* Médico Traumatólogo. Servicio de Ortopedia y Traumatología. Hospital Clínico Universidad de Chile.** Médico becado. Servicio de Ortopedia y Traumatología. Hospital Clínico Universidad de Chile.*** Interno de medicina, Universidad de Chile.

El presente trabajo no contó con ningún financiamiento externo.

Rev Chilena Ortop y Traum 2003; 44: 31-36

CASO CLÍNICO

Paciente M.V.G., 73 años, sexo femenino,derivada a nuestro Servicio en febrero de esteaño con los diagnósticos de artritis reumatoidesecuelar, neuralgia occipital, y tetraparesia enestudio. La anamnesis dirigida revela el antece-dente de caída a nivel un año previo al ingreso,tras lo cual la paciente desarrolla dolor cérvico-occipital y progresiva pérdida de fuerza de lascuatro extremidades.

Al examen se encuentra una paciente enbuenas condiciones generales, pese a estar pos-trada, y con intenso dolor cérvico-occipital. Elexamen neurológico al ingreso demuestra unsíndrome medular central, con un Motor IndexScore (MIS) de 70. El estudio electrofisiológicoes concordante con el examen neurológico.

El estudio radiológico (Figura 1) demuestrauna distancia atlantodental anterior de 11 mm,una distancia atlantodental posterior de 11 mm,y un índice de Redlund-Johnell de 22 mm. Lasradiografías dinámicas demuestran inestabili-dad. La Resonancia Magnética muestra unaluxofractura del odontoides con desplazamientoanterior de C1 sobre C2, y severa estenosisbajo el agujero magno. La TAC demuestra lomismo (Figuras 2 y 3).

En vista de lo anterior, se decide instalar

tracción halo-craneana progresiva, que se iniciócon 2 kilos, llegando a los 10 kilos en formagradual, los que se mantienen por un período de5 semanas, al cabo de las cuales se logra unareducción parcial, con una evidente mejoríaneurológica (MIS: 88). A continuación, se reali-za una descompresión y reducción C1C2transoral microquirúrgica, mediante resecciónmotorizada de la región central del arco ante-rior del atlas, del odontoides y del callo fibrosoy remoción del cartílago de las superficies arti-culares C1C2 (Figuras 4 y 5). La pacientequeda bajo tracción continua (3 kg) en esperade una fijación y artrodesis posterior, la que se

Figura 1. Radiografía lateral preoperatoria.

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R. SCHULZ I. et al.

realiza una semana después. No presentó com-plicaciones en el intraoperatorio. Sin embargo,en el postoperatorio, presentó dehiscencia de lasutura del paladar blando, la que se tratóexitosamente con aseos locales y antibióticospor 5 días. Asimismo presentó una infecciónurinaria intrahospitalaria que también fue resuel-ta en forma exitosa con tratamiento antibiótico.

Tres semanas después se da de alta, con unhalo-vest que se mantiene por tres meses, alcabo de los cuales se constató consolidacióncon Rx estáticas y dinámicas (Figura 6). Con-trol actual (quinto mes): MIS 96, deambulandotrechos cortos en su domicilio, asintomática.

Figura 2. Reconstrucción sagital de la tomografía axialcomputada. Nótese la severa estenosis del canal raquídeo.

Figura 3. Corte axial de la tomografía axial computada.La médula se encuentra comprimida posteriormente porel atlas y anteriormente por la porción posterosuperiordel cuerpo del axis.

Figura 5. Reconstrucción sagital postoperatoria de latomografía axial computada. Nótese la resección de laodontoides y del arco anterior de C1, recuperando eldiámetro sagital del canal raquídeo.

Figura 4. Corte axial postoperatorio de la tomografíaaxial computada. Nótese la resección del arco anterior delatlas y el aumento del espacio del canal raquídeo.

ESTUDIO PREOPERATORIO

En el estudio imagenológico de esta lesión,es imprescindible el uso de radiografías simplesen proyección lateral, AP y transoral. El diáme-tro sagital del canal (distancia atlantodental pos-terior) y el ángulo de inclinación del odontoidesson parámetros diagnósticos importantes de me-dir5. La tomografía axial computada (TAC)con reconstrucciones coronales y sagitales esasimismo un examen de gran valor, más aún sise asocia el uso de contraste en las arteriasvertebrales, permitiendo así su exacta localiza-ción y visualización de su trayectoria para la

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planificación operatoria. En los cortes axiales,junto con dimensionar el grado de reducción delcanal raquídeo, es importante determinar el gradode subluxación rotatoria C1C2, idealmente me-diante la técnica de Dvorak6. La RM es degran utilidad para determinar la condición de lamédula y su relación con el canal; en ausenciade ésta, la mielografía/mieloTAC puede resul-tar de utilidad. Finalmente, las proyeccionesdinámicas constituyen un examen riesgoso quedebe ser realizado con el paciente vigil y encondiciones adecuadas para tratar una eventualcomplicación.

TÉCNICA

Las luxofracturas atlantoaxiales (LAA) in-veteradas son poco frecuentes y plantean undesafío difícil de resolver. La médula se en-cuentra comprimida posteriormente por el atlasy anteriormente por la porción posterosuperiordel cuerpo del axis y por la odontoides fractura-da (Figuras 2 y 3).

Debido a que las LAA inveteradas son elresultado de un proceso gradual más que unepisodio agudo, la fibrosis en la zona fractura-da, así como el bloqueo de las articulacioneslaterales C1-C2 hacen que la reducción cerra-da sea muy difícil y en ocasiones imposible7-9.La reducción por vía posterior exclusiva se haasociado a una alta tasa de mortalidad y

morbilidad1, ya que en esta posición se hacenecesario flectar el cuello para lograr una ex-posición adecuada, arriesgando una lesión fatalde la médula4. En estas condiciones, la reduc-ción por abordaje posterior constituye una con-traindicación formal10.

Las vías de acceso anteriores para el seg-mento más rostral de la columna son la transoral,anterolateral y lateral (por medial, lateral o através del esternocleidomastoídeo11). Estas úl-timas dos son bastante difíciles de llevar a caboen esta región, debido a la presencia de laglándula parótida, la mandíbula, los parescraneanos caudales, y los vasos, que a estaaltura son difíciles de retraer por encontrarserelativamente fijos a la base del cráneo. Elabordaje trans-tiroídeo descrito por Fang y Ongen 196212 ha caído en desuso por el riesgo delesionar la epiglotis, el nervio laríngeo interno yla arteria laríngea superior, además del usoprolongado de traqueostomía por al menos 6semanas tras la cirugía.

La vía transoral fue descrita por primeravez por Kanavel en 1919. Sin embargo, reciénen los años 50 Southwick y Robinson publicanla primera serie. Las indicaciones incluyen eltratamiento de infecciones (ej. tuberculosis) pro-cesos inflamatorios, malformaciones, impresiónbasilar, pannus o luxación atlanto-axial irreduc-tible en artritis reumatoide, tumores extra eintradurales, inestabilidades, y otras patologíasque comprometan la región del clivus y la mé-dula cervical por ventral hasta C41,10,12-18. Des-de su publicación, su uso ha sido relativamenteinfrecuente, principalmente por temor a las in-fecciones. Sin embargo, tanto Harms, comoCrockard comunican una tasa de infeccionesmuy baja. El mismo Crockard reporta una tasa de0% en su serie de 130 abordajes transorales14.Sakou et cols10 publican también 0% de infec-ciones en una serie de 10 pacientes tratadoscon esta técnica. La clave sería la preparaciónprevia del paciente, con una cuidadosa desfoca-ción dental y nasofaríngea, y el adecuado ma-nejo de las partes blandas en el intraoperatorio19.Se recomienda tomar cultivos preoperatorios, y24 horas antes de la cirugía iniciar terapiaantibiótica con clindamicina. Algunos usanpincelaciones o sprays con una mezcla de peni-cilina y gentamicina, o violeta genciana1,14,16.

Figura 6. Ra-diografía late-ral al cuartomes postope-ratorio.

TRATAMIENTO DE LUXACIONES ATLANTOAXIALES INVETERADAS

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Harms, en una comunicación personal porsu parte, recomienda intentar la reducción portracción halocránea progresiva hasta 4 a 5 se-manas. Si ésta se consigue, podría plantearse laartrodesis e instrumentación por vía posteriorexclusivamente; de lo contrario, hay que haceren un primer tiempo la resección transoral delodontoides y del callo fibroso, a lo que hay queagregar la resección del cartílago de las articu-laciones laterales C1C219,20. Con esto se consi-gue la descompresión y reducción, pudiendoopcionalmente efectuarse una instrumentaciónC1C2 por esta vía mediante una placa en “T”especialmente diseñada para tal efecto, y even-tualmente usar cages espaciadores rellenos coninjerto en cada una de las articulares. Harmsrecomienda enfáticamente la adición de unaartrodesis e instrumentación por vía posterior,permitiendo en la medida de lo posible unpostoperatorio libre de halo-vest. Crockard, enuna serie de 68 pacientes reumáticos con com-presión medular anterior irreductible, describela reducción transoral seguida de instrumenta-ción posterior en un solo tiempo, con el pacienteen decúbito lateral para posibilitar así ambasvías de acceso sin necesidad de mover al pa-ciente13. Él describe mejores resultados coneste procedimiento que con la cirugía en dostiempos. El mismo autor, en una serie de tumo-res intradurales de la unión craneovertebral

requirió de fijación posterior en sólo dos desiete casos debido a listesis C1-C2 en elpostoperatorio, concluyendo que si la fijaciónposterior tras la vía anterior no es rutinariamentehecha, el paciente debe ser debidamente inmo-vilizado y rigurosamente controlado con radio-grafías dinámicas hasta verificar la artrodesis14.Di Lorenzo15 también considera que la estabili-zación adicional craneocervical por vía poste-rior en un segundo tiempo es necesaria, almenos en aquellos pacientes operados por mal-formaciones. Hadley et al18 reportan que sólotres de 53 pacientes operados por vía transoralrequirieron fusión posterior por inestabilidaddemostrada, mientras que en la serie deMenezes22 fue necesaria la fusión posterior en52 de 72 pacientes.

La traqueostomía no es necesaria, pero sí esimprescindible la intubación vigil con la ayudade un fibrobroncoscopio (Figura 7). Se reco-mienda el uso de sonda nasogástrica, pero sólohasta el segundo o tercer día postoperatorio, yaque la presión ejercida por la sonda puedeinterferir en la cicatrización. El paciente debeser posicionado en una leve hiperextensión cer-vical (aumentando en la medida de lo posible eldiámetro sagital del canal) y debe mantenersela tracción axial durante la cirugía (Figura 8).La infiltración de la retrofaringe con soluciónde lidocaína más epinefrina resulta útil parareducir el sangrado e inhibir el reflejo del vómi-to (Figura 9). El uso de microscopio es ideal, yaque además de la magnificación, provee luz

Figura 8. Posición final, en discreta hiperextensión cer-vical.

Figura 7. Intubación vigil bajo visión directacon fibrobroncoscopio.

R. SCHULZ I. et al.

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fría, coaxial con la mirada del cirujano, permi-tiendo que el ayudante tenga una visión óptima,e incluso mediante la conexión a un monitorpermite que el personal auxiliar participe de lacirugía. Esta vía de abordaje puede extendersehacia caudal mediante glosotomía y labioman-dibulotomía.

COMPLICACIONES

En la actualidad, esta técnica debiera reali-zarse mediante monitorización continua de po-tenciales evocados, con la finalidad de reducirel riesgo de lesión neurológica. Claramente,una mala maniobra quirúrgica puede provocarla muerte del paciente17 por diversas causas.Hadley, Spetzler y Sonntag18 reportan una inci-dencia global de complicaciones del 6% (lesiónde dura, fístula de LCR, infección, subluxación),con una mortalidad de 0%. Estos autores tuvie-ron una sola infección en su serie de 53 pacien-tes. Di Lorenzo, en una serie de 19 casos tuvo 2muertes, una por luxación antes de alcanzar aestabilizar por vía posterior, y otra por sepsissecundaria a infección de la herida faríngea.Por esta última complicación, Di Lorenzo con-sidera que la vía transoral debiera confinarseexclusivamente a lesiones extradurales15.

La lesión de las arterias vertebrales puede

Figura 9. Inyección de epinefrina en la mucosa retro-faríngea, justo frente a la fractura.

evitarse si uno no extiende la disección más de14 mm a cada lado de la línea media, espaciomás que suficiente para la artrodesis e inclusoinstrumentación de las articulaciones lateralesC1C2. En caso de lesionar una vertebral,Crockard recomienda hacer un packing concera ósea13. La tasa de infecciones es suma-mente variable, pero existiría un mayor riesgoen pacientes con tratamiento esteroidal, y encasos de fístulas yatrogénicas de LCR. Detodos modos, con las precauciones anterior-mente descritas, la incidencia de esta complica-ción es casi despreciable. Otra de las complica-ciones descritas es la dehiscencia17, la que sepuede evitar cerrando la mucosa del retrofarinxen dos planos con puntos de ácido poliglicólico,y suturando meticulosamente la incisión del pa-ladar blando. Di Lorenzo15 reporta 2 resuturaspor dehiscencia del paladar blando. Alteracio-nes en la fonación pueden producirse en casode cicatrices retráctiles del paladar15,17. Con elinstrumental adecuado (Crockard: CodmanR,Spetzler-Sonntag: AesculapR) puede usualmen-te retraerse el paladar blando sin necesidad dedividirlo. La lesión de la duramadre es suscepti-ble de ser reparada mediante sutura, el uso deadhesivos de fibrina y gelfoam. En estos casosse recomienda combinar las medidas anteriorescon hipotensión cefalorraquídea prolongadamediante drenaje lumbar y eventualmente shuntslumboperitoneales14,16. Con estas medidas sereduce el riesgo de aparición de fístulas deLCR. La meningitis es una complicación posi-ble en caso de producirse una fístula de LCR.Se ha descrito un caso de hidrocéfalo, proba-blemente por la formación de adherencias alre-dedor del foramen del cuarto ventrículo17. Estacomplicación es tratable mediante un shunt.

DISCUSIÓN Y RESULTADOS

La luxación atlanto axial (LAA) correspon-de a la pérdida de la relación normal existenteentre las vértebras C1 y C2 siendo consideradacomo una lesión potencialmente fatal desdeque Malgaigne describió esta lesión por prime-ra vez. A medida que las técnicas quirúrgicashan ido evolucionando, la mortalidad ha dismi-nuido del 98% al 8%1.

TRATAMIENTO DE LUXACIONES ATLANTOAXIALES INVETERADAS

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Basándose en la etiología, las LAA se clasi-fican en: congénita, traumática y espontánea2-4.

Así también, las LAA se han clasificadosegún su tiempo de evolución en agudas einveteradas. Las LAA agudas pueden resultaren luxación posterior, condición usualmente fa-tal, o en luxación anterior, que es más frecuentede ver y que presenta una menor mortalidad.La forma más frecuente de LAA inveterada esla anterior, y las causas más frecuentes de éstason la pseudoartrosis de odontoides y la agénesisdel odontoides. En esta última condición, laaparición de la LAA se asocia usualmente a unevento traumático.

Subin y cols1 comunican una serie de 10pacientes con LAA tratados por vía transoral,con seguimientos entre 2 y seis años. Informande cuatro pacientes con recuperación comple-ta, tres con recuperación incompleta pero quelograron la deambulación, dos con recupera-ción parcial y un paciente con pobre mejoría.Sólo uno de sus pacientes fue sometido a unaestabilización adicional por vía posterior. Ellosconcluyen que el pronóstico tras la descompre-sión y reducción está relacionado con la veloci-dad inicial de aparición del déficit neurológico:aquellos con déficit inmediato post-traumáticotienen un peor pronóstico de recuperaciónneurológica. Como otro factor pronóstico no-sotros agregaríamos el grado de daño neuroló-gico al momento de la cirugía.

Finalmente, aunque los avances actualespermiten hacer de la descompresión y fusióntransoral una técnica segura, es claro que suuso seguirá siendo restringido, pero en ciertascircunstancias éste es el único abordaje quepermite acceder a una región que por otras víasno es accesible.

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R. SCHULZ I. et al.

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Rev Chilena Ortop y Traum 2003; 44: 37-38

Caso Clínico Incógnito

ROBERTO POSTIGO T.*

* Traumatólogo, Clínica Las Condes. Santiago - Chile.

Paciente de 30 años, quién inicia dolor lum-bar hace 4 semanas luego de realizar mínimoesfuerzo en flexión al salir de la ducha. Tiendea disminuir en forma espontánea, pero luego derealizar equitación, reaparece su dolor agregán-dose dolor en muslo derecho, el cual es progre-sivo. Mientras que su dolor lumbar va declinan-do en intensidad, la cruralgia va en aumento,agregándose hipoestesia del territorio radicularde L3 der.

Consulta primero en servicio de Urgencia yluego a traumatólogo recetándosele antiinflama-torios y analgésicos, sin encontrar alivio de sudolor. Al examen físico de primera consultaespecialidad de columna, se encuentra una franca

Figura 1. Efecto mielográfico AP.

Figura 2. Efecto mielográfico sagital.

Figura 3. Intraoperatoria.

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Figura 4. T1 axial. Figura 5. T2 axial.

Figura 6. T2 coronal. Figura 7. T2 sagital.

paresia de músculo psoas derecho y aductormagno derecho. Hay franca disminución delreflejo aductor y en menor grado del patelarder. Además existe clara hipoestesia del terri-torio radicular L3.

Se toma RX que no muestra alteracionessignificativas.

Se realiza una Resonancia Magnética (RM).¿Qué lesiones se observan?, ¿Cuál es

el diagnóstico?.

Solución en pág. 50

R. POSTIGO T.

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Epicondilopatía radio-humeral crónica.Tratamiento con ondas de choque.Experiencia chilena

LEONARDO GUILOFF W.*

ABSTRACT

Chronic radio-humeral epicondylitis. Treatment with extracorporeal shock wave therapy(ESWT)

25 patients with lateral chronic epicondylitis were prospectively studied and treated withESWT. The requisites to enter the trial were at least six months of clinical symptoms, andthree or more previous conservative failed treatments. Diagnosis was done by clinical signs,x-rays or ecotomography. Two patients were incorporated after surgical procedures failed.It was not possible to consider a control group because of medical insurance problems.There were 12 men and 13 women. One case was bilateral. Age average 46.7 years (range28-60.). 52% of the patients practiced sports occasionally. ESWT was applied using DornierCompact Alpha equipment with ecographic or radioscopic images. 2.000 impacts at 0.11 to0.28 mJ/mm2 each one in three sessions were applied, considering one session by month. 5patients received only one session; 2 patients received two sessions; 17 patients threesessions (18 elbows); one patient received 4 sessions. Local anesthesia was used in twopatients, and in one general anesthesia, to receive 0.5 mJ/mm2 (the patient received a total of4 sessions) because failure of the previous treatments. A 10-point scoring system was usedfor evaluating pain, function, strength, and elbow range of motion. Statistical evaluation ofthe results showed a first group of 5 patients with one session at one year follow-up, with60% of satisfactory response A second group, 8 patients with 2 and 3 sessions and 6 monthsfollow-up, showed 50% satisfactory results. A third group, 12 patients with 13 elbows, 2 to 4sessions and one year follow-up, showed 92.3% of satisfactory results. When first and thirdgroups were evaluated together (17 patients), at one year follow-up, we found 83.3% ofsatisfactory results. Statistical analysis showed significative improvement in all consideredparameters at one-year follow-up.

Key words: Epicondylitis, cronic, shock wave, treatment.

RESUMEN

Se estudian en forma prospectiva 26 enfermos con epicondilitis lateral crónica, de por lomenos seis meses de evolución, que habían recibido previamente tres o más tratamientos

* Clínica Dávila. Santiago. Chile.

Rev Chilena Ortop y Traum 2003; 44: 39-49

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INTRODUCCIÓN

Definiremos clínicamente a la epicondilitisradio humeral en ésta investigación como la“sensibilidad en las zonas de inserción proximalepicondílea del extensor carpis radialis longus ybrevis”. Su incidencia en la población de afilia-dos a seguro privado de salud (Isapres), corres-ponde a una tasa de 0,4 por cada 1.000 pacien-tes12. La etiología de esta patología se ha discu-tido sin aún tener unanimidad de criterios en lasteorías que las sustentan y una variedad defactores de riesgo que inciden en ella19, hacenmuy importante su análisis para evitar que éstapatología se transforme en crónica. Habiendosido una patología de mayor frecuencia en de-portistas, no sólo tenistas, hoy se agregan múlti-ples actividades de la vida diaria que favorecensu aparición en amplios segmentos de la pobla-ción. La multiplicidad de tratamientos aplicadosen distintas secuencias, logran mejorías varia-bles, existiendo enfermos aún refractarios atodas ellas.

Desde 1990 en Alemania se inicia una nuevaopción terapéutica basada en la aplicación deondas de choque para estos enfermos cróni-cos y refractarios a los tratamientos médicoshabituales, antes de la cirugía, y sus resultados

conservadores sin éxito. El diagnóstico se hizo por los signos clínicos, radiografías yecografías. Dos pacientes habían sido operados y continuaban con dolor. No se pudo tenerun grupo control por dificultades previsionales. El grupo comprendía doce hombres y trecemujeres. Un caso era bilateral. El promedio de edad fue de 46,7 años (rango 28-60.). 52%practicaba deportes ocasionalmente. Se aplicaron las ondas de choque con un equipoDornier Compact Alpha, con control radiográfico o ecográfico, usando 2.000 impactos de0,11 a 0,28 mJ/mm2 cada uno en tres sesiones, una mensual. Cinco pacientes recibieron unasesión, dos pacientes recibieron dos sesiones, 17 recibieron tres sesiones (18 codos); unpaciente recibió cuatro sesiones. Se usó anestesia local en dos pacientes y general en uno,quien recibió 0,5 mJ/mm2, por fracaso de tratamientos previos. Se usó un sistema deevaluación de 10 puntos para evaluar el dolor, la función, fuerza y amplitud de movimien-tos. La evaluación estadística de los resultados demostró que en un primer grupo de 5enfermos con una sesión hubo un 60% de buenos resultados a un año plazo. Un segundogrupo de 8 pacientes con 2 y 3 sesiones mostró 50% de resultados satisfactorios a seis mesesplazo. Un tercer grupo de 12 enfermos que recibió 2 a 4 sesiones, mostró 92,3% deresultados satisfactorios en el plazo de un año Cuando se evaluó en conjunto a los gruposuno y tres (17 enfermos), los resultados a un año de control fueron 83,3% satisfactorios5,5% regulares y 11,1% malos.

Palabras claves: Epicondilitis, crónica, ondas de choque, tratamiento.

globales fueron alentadores1,2, lo que motivó ladecisión de iniciar una experiencia clínica ymetodológica personal para los enfermos cróni-cos aquejados de ésta entesopatía.

Una onda de choque es una onda sonora20

que es mecánicamente efectiva y que puedetrasmitirse a través de algún medio gaseoso,líquido o sólido, liberando su energía de acuerdoa la impedancia acústica o resistencia. En elfrente de esta onda, la presión actúa por unperíodo muy corto hasta alcanzar la máximapresión. Luego sigue una fase de baja presión(Figura 1). Esta onda produce una burbuja decavitación.

En el cuerpo humano, por su consistenciaprincipalmente acuosa, esta onda es capaz deatravesar tejidos blandos sin dañarlos y con-centrarse en un punto de acción que se denomi-na punto de tratamiento, en donde se libera lamayor cantidad de energía, produciendo un efec-to disruptivo celular. Este efecto mecánico se-ría capaz de generar en el organismo respues-tas como fisuración de cálculos o calcificacio-nes, analgesia zonal por hiperestimulación neural,generación de hematomas y sufusiones sanguí-neas veno capilares, fractura de trabéculas endos-tales y extrusión medular, cambios metabólicosy tisulares como disminución de substancia P y

L. GUILOFF W.

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radicales libres, liberación de factores de creci-miento y de necrosis tumoral20. La generaciónde ondas de choque puede ser hecha desde unafuente electromagnética, electrohidráulica, piezo-eléctrica o neumática.

MATERIAL Y MÉTODO

Se realiza estudio prospectivo con segui-miento y control a los seis meses y al año, de 25pacientes portadores de epicondilitis radio-humeral crónica, en 26 codos atendidos en laClínica Dávila de Santiago y que fueron trata-dos y evaluados durante el período comprendi-do entre los meses de Septiembre de 1999 yMayo del 2002. Los enfermos presentaban sen-sibilidad en la zonas de inserción proximal delos músculos extensor carpi radialis brevis ylongus en el epicóndilo lateral, unido a la posi-tividad de la prueba de estiramiento (Thomsen)y el test de la silla (levantar 3,5 kg equivalenteal peso de una silla), que mostraban dolor en elmismo sitio anatómico2. Se midió además lafuerza de muñeca y puño y se complementócon estudio radiológico y ecográfico de la zonaafectada.

El universo considerado fueron doce pa-cientes de sexo masculino y trece pacientes desexo femenino. Diecinueve pacientes presen-taron la patología en el codo derecho, 5 pacien-tes en el codo izquierdo y un caso era bilateral.

Se utilizaron los criterios de inclu-sión y exclusión recomendados enlos protocolos2 de la InternacionalSociety of Musculoskeletical ShockWave Therapy (I.S.M.S.T.). Estosconsistieron en que los pacientes dela serie fueron todos crónicos, esdecir, con un mínimo de seis mesesde evolución antes del tratamientoy con tratamientos médicos previosya fracasados, al menos tres de lostradicionales, como por ejemplo,AINES oral y/o gel, kinesioterapia,infiltración de corticoides o yesobraquicarpiano. Los criterios de ex-clusión fueron radiculopatía cervi-cal del brazo afectado reconocidaprevia al tratamiento, artritis reu-

mática o infecciosa local o generalizada, altera-ciones neurológicas que comprometieran la zona(siringomielia u otras lesiones medulares,esclerodermia), atrapamiento del nervio radial(arcada de Frohse), inmadurez esquelética,embarazo, infecciones y tumores locales.

Se incluyeron en ésta serie 2 pacientes concirugía fracasada abierta o cerrada (1 abierto, 1artroscópico), por decisión del investigador.

El tiempo entre el inicio de la patología y eltratamiento fluctuó entre seis meses y 60 me-ses con un promedio de 19,68 meses. Las eda-des de los pacientes fluctuaron entre los 28años y 60 años con un promedio de 46,7 años.La población analizada correspondió a pacien-tes sin características especiales. Así podemosdividirlos en 5 profesionales universitarios, 3empleados de empresas, 9 dueñas de casa, 4obreros (mineros) y 4 empresarios. Trece deellos complementaban su actividad con depor-tes de fin de semana (tenis, golf y otros), peroninguno de ellos era deportista de élite. Dadaslas características de la población consultante(con seguros médicos), no se consiguieron en-fermos para grupo control.

El equipo empleado para el tratamiento fueun Litotriptor Uro-Traumatológico de marcaDornier modelo Compact Alpha, que viene equi-pado para uso de radioscopía e incorpora unecógrafo de 7,5 mHz, el que permite la ubica-ción del punto de tratamiento (Figuras 2 y 3).

El número de sesiones utilizado en los pa-

Figura 1. Esquema de una onda de choque clásica.

EPICONDILOPATÍA RADIO-HUMERAL CRÓNICA

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Figura 2c. Esquema de la ecografía(1-radio, 3-húmero, 4-cápsula articu-lar, 5-extensores, 6-supinador largo).

cientes fue de 1 sesión en 5 pacientes, los másantiguos de la serie, dos sesiones en 2 pacientesy tres sesiones en 17 pacientes con 18 codostratados. A un paciente se le aplicaron 4 sesio-nes siendo la última de alta energía. Todosestos pacientes recibieron 2.000 impulsos porsesión, con niveles de energía absorbida en eltejido que variaron entre 0,11 y 0,28 mJ/mm2

por impacto. El paciente tratado con alta ener-gía fue el único que recibió anestesia general yla dosis absorbida por impacto fue de 0,33-0,50mJ/mm2. El cálculo exacto de la energía recibi-da no se estudió en ésta serie pues la intensidadvarió según tolerancia de los pacientes, los cua-les fueron tratados en 24 casos de 26 sin anes-tesia. Para los casos de dos, tres y cuatrosesiones, el intervalo entre sesiones fue de unmes. La evaluación de los casos para el análisisde resultados se separó en tres grupos según elnúmero de sesiones recibidas y tiempo de evo-lución. Para el análisis estadístico, sólo se to-maron en cuenta dos grupos con evolución deseis y doce meses:

Primer grupo: una sesión con un año deseguimiento.

Segundo grupo: 2 y 3 sesiones con seismeses de seguimiento

Tercer grupo: 2, 3 y 4 sesiones con un añode seguimiento.

Todos los pacientes fueron evaluados con eco-grafías hechas por radiólogo intra-tratamientopara precisar el punto anatómico de éste (Figu-ra 2) y ver los resultados inmediatos del efectodel tratamiento en los tejidos, por tratarse de laprimera serie de pacientes tratados en Chile.

La técnica de aplicación fue la sugerida por la

Figura 3. Punto de aplicación tangencial. Se muestra elpunto de colocación del trasductor ecográfico, (círculo-cruz) y la posición del generador de las ondas de choque(círculo solo).

Dra. C. E. Bachmann1 que consiste en colocaral paciente sentado en silla especialmente dise-ñada para el efecto y aplicar la onda supersónicacon orientación tangencial o directa lateral, se-gún necesidad y tolerancia de los pacientes(Figura 3).

La evaluación final de la serie es clínica y seaportan los hallazgos ecográficos en un númerode ellos (10/25) que se presentaron con dichoexamen al momento del alta.

La evaluación clínica se realizó utilizando laficha recomendada por la Asociación Alemanade Ondas de Choque según protocolo2 de losDrs. W. Siebert y M. Buch. En ésta ficha se

Figura 2a. Examen ecográfico previo.

Figura 2b. Imagen de la eco-grafía.

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analiza movimientos del codo y dolor en cuatrosituaciones:• Al descanso,• Al estiramiento (Test de Thomsen: hombro

flexo 60º, codo extendido, antebrazo pronadomuñeca extendida 30º, la presión se aplica aldorso del 2º y 3º metacarpiano con sentidohacia la flexión y desviación cubital paraponer en tensión las fibras del extensor carpiradialis brevis y longus)

• presión digital sobre el cóndilo lateral• test de la silla (con peso): hombro flexo 60º,

codo extendido y el enfermo intenta elevaruna silla o peso equivalente a 3,5 kg.Se utilizó en cada una de éstas pruebas la

Escala Visual Análoga (E.V.A.), con puntajesentre 1 y 10, siendo 1 el mínimo dolor y 10 elmáximo dolor

El segundo punto a analizar se refiere a lasrestricciones a la vida diaria, tomando en consi-deración trabajo, deportes e imposibilidad paradormir, evaluando éstos en porcentaje, similar ala E.V.A.

El último punto a evaluar fue la fuerza depuño y muñeca comparativa bilateral, la que semidió con un dinamómetro simple.

RESULTADOS

Se evaluaron en escala de 1 a 10, siendo 1punto por cada uno de los parámetros analiza-dos, considerándose satisfactorio 7 a 10 puntos,regular entre 4 y 6 y malo 3 o menos.

Para la serie de una sesión, en cinco enfer-mos con más de un año de seguimiento seobtuvieron los siguientes resultados (Tabla 1):• 3 enfermos obtuvieron 10 puntos• 2 enfermos obtuvieron 0 punto, el primero

por desistimiento a continuar el tratamientoy el segundo porque decidió volver precoz-mente al deporte y la reagudización sobreimpuesta se resolvió quirúrgicamente. Paraeste grupo tendríamos un 60% de buen re-sultado clínico.En la serie de 2 y 3 sesiones con 6 meses de

evolución los resultados que se obtuvieron fue-ron los siguientes (Tabla 2): 50% satisfactorio,25% regulares y 25% malos.

En la serie con 2, 3 y 4 sesiones con 1 añode evolución se obtuvo como resultados (Tabla3) un 92,3% de satisfactorios, no hubo resulta-dos regulares y un 7,7% resultados malos. Elresultado promedio para toda la serie de un año

Tabla 1. Pacientes con 1 sesión (evaluación a 1 año)

N. Mvtos. Dolor Restricciones Fuerza Pts.Descanso Estiramiento Presión Silla Trab Deportes Dormir

Puño % Muñeca %Thomsen (kg)

1 pre 100 7 7 7 3 3 - 7 100 1001 pos 10 0 0 0 0 0 - 0 100 100 10

2 pre 4 2 4 5 4 3 - 0 50 502 pos 10 0 0 0 0 0 - 0 100 100 10

3 pre 10 0 5 6 3 0 0 0 100 1003 pos 10 0 5 6 3 0 0 0 100 100 0

4 pre 9 9 5 8 8 4 0 0 100 1004 pre 9 9 5 8 8 4 0 0 100 100 0

5 pre 10 0 0 3 0 3 0 2 50 1005 pos 10 0 0 0 0 0 10 0 100 100 10

Nota: Este grupo se evaluó en forma separada pues no continuaron tratamiento por problemas económicos y no por eltratamiento en sí.

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Tabla 2. Pacientes 2 y 3 sesiones (evaluación a 6 meses)

N. Mvtos. Dolor Restricciones Fuerza Pts.Descanso Estiramiento Presión Silla Trab Deportes Dormir

Puño % Muñeca %Thomsen (kg)

6 pre 10 (2*) 0 3 7 5 0 5 3 50 506 pos 10 (2*) 0 0 2 0 0 0 0 100 100 9

7 pre 5 10 5 7 7 5 - 7 50 507 pos 5 8 5 7 7 5 - 7 50 50 0

8 pre 5 0 5 8 0 0 0 0 100 1008 pos 10 0 2 2 0 0 10 0 100 100 8

9 pre 8 5 8 8 8 2 - 0 80 809 pos 10 0 2 2 2 2 - 0 80 80 4

10 pre 2 2 2 7 5 10 - 3 50 5010 pos 10 2 2 4 5 10 - 3 50 50 2

11 pre 10 0 1 6 0 0 7 0 50 5011 pos 10 0 0 0 0 0 10 0 100 100 10

12 pre 8 0 5 9 9 5 - 0 50 5012 pos 10 0 0 4 0 2 - 0 100 50 8

13 pre 4 6 4 8 8 5 - 6 100 6013 pos 8 4 4 8 8 0 - 0 100 60 4

(2*): este paciente es el único que recibió 2 sesiones.

fue de 83,3% de resultados satisfactorios, 5,5%resultados regulares y 11,1% resultados malos.

Los resultados ecográficos intra-procedimientono mostraron complicaciones como hematomaso colecciones en los tejidos tratados y sólo hubocambios leves en la ecogenicidad y grosor delos tejidos de la musculatura extensora.

Dos casos de la serie, uno tratado con dossesiones y otro con 3 sesiones, correspondierona epicondilitis cálcica radiológicamente visibles.A estos casos se les hizo visión radioscópicadurante el procedimiento para ubicar las calcifi-caciones; uno de ésos casos se controló conecografía dinámica a los seis meses de termi-nado el tratamiento, demostrándose una dismi-nución significativa del volumen y disposiciónde las calcificaciones.

No hubo correlación entre los hallazgos eco-gráficos y los resultados clínicos en los casoscon ecografías finales a seis meses o un año detratamiento, encontrándose pacientes con clínicapositiva de dolor e incapacidad y ecografíasque mejoraron y viceversa.

De los 13 pacientes que cumplían activida-des deportivas, 2 de ellos están entre los malosresultados ya que optaron por otros tratamien-tos luego de la primera sesión, 10 volvieron a suactividad y un caso con resultado regular deci-dió no continuar con deportes (caso de 4 sesio-nes, obrero, no resuelve someterse a tratamien-to quirúrgico).

En la Tabla 4 se muestran los resultados delos diez parámetros evaluados y promediadospara cada uno de los grupos con relación alnúmero de sesiones y tiempo de seguimiento.Esta tabla se presenta como un resultado infor-mado de promedios. El análisis estadístico serealizó en forma separada y se muestra a conti-nuación.

Análisis Estadístico. (Las tablas comple-tas de este análisis pueden ser obtenidas direc-tamente del autor).

En el trabajo para evaluar el efecto de on-das de choque sobre pacientes con epicon-dilitis radio humeral en pacientes crónicos yrefractarios, se comparan 2 grupos:

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Grupo 1: Pacientes con 1 año de segui-miento (n = 18).

Grupo 2: Pacientes con 6 meses de segui-miento (n = 8).

Todas las comparaciones de promedios en-tre grupos se hicieron usando el test t de Studentpara muestras independientes. Para evaluar elefecto de la intervención al interior de cadagrupo se utilizó el test t de Student para mues-tras pareadas.

Todos los análisis fueron hechos con SPSS

10.0 para Windows. Se consideró significativotodo valor p inferior o igual a 0,05.

1. Comparación de variables al iniciodel estudio. En este punto se comparan losgrupos al inicio del estudio (variables PRE). Elobjetivo es determinar si el grupo de pacientescon seguimiento de 6 meses y los pacientes conseguimiento de 1 año son homogéneos, calcu-lando el promedio y desviación estándar. Lasvariables analizadas son el dolor al movimien-to, descanso, estiramiento, presión y en el

Tabla 3. Pacientes 2, 3 y 4 sesiones (evaluación a 1 año)

N. Mvtos. Dolor Restricciones Fuerza Pts.Descanso Estiramiento Presión Silla Trab Deportes Dormir

Puño % Muñeca %Thomsen (kg)

14 pre 8 (2*) 0 5 5 5 5 0 0 50 5014 pos 10 (2*) 0 0 0 0 0 10 0 100 100 10

15 pre 10 6 10 10 10 5 - 6 20 2015 pos 10 0 0 0 0 0 - 0 100 100 10

16 pre 10 6 6 6 7 0 0 9 50 5016 pos 10 0 0 0 0 0 0 10 100 100 10

17 pre 6 10 6 10 7 0 0 10 20 2017 pos 10 0 0 0 0 0 0 10 100 100 10

18 pre 5 9 6 9 9 8 - 3 30 3018 pos 10 0 0 0 0 0 - 0 100 100 10

18 pos 10 0 6 7 4 4 5 7 50 5019 pos 10 0 0 0 0 0 10 0 100 100 10

20 pre 6 0 8 8 5 6 0 3 40 4020 pos 10 0 0 0 0 0 10 0 100 100 10

21 pre 10 0 6 8 5 4 - 5 50 5021 pos 10 0 2 2 0 0 - 0 100 100 8

22 pre 10 7 2 8 2 5 - 0 50 5022 pos 10 0 0 0 0 0 - 0 100 100 10

23 pre 8 0 4 5 5 0 - 0 50 5023 pos 10 0 0 0 0 0 - 0 100 100 10

24 pre1 10 5 8 8 8 10 - 7 50 5024 pos1 10 0 0 0 0 0 - 0 100 100 10

25 pre2 10 6 8 9 9 10 - 7 30 3025 pos2 10 0 0 0 0 0 - 0 100 100 10

26 pre 8 (4*) 5 3 9 3 3 5 6 10 5026 pos 8 (4*) 0 3 4 3 0 5 0 80 80 6

(2*): este paciente recibió dos sesiones(4*): este paciente recibió cuatro sesiones

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test de la silla; las restricciones en el traba-jo, deportes, y al dormir; y la fuerza en lamuñeca y en el puño al inicio del estudio, paracada grupo. Se calculó el valor p de la compa-ración entre ambos grupos obtenido con test tde Student para muestras independientes.

No se encontraron diferencias significativasentre las variables al inicio del estudio, exceptoen movimiento, que tiene un valor p = 0,047.

Es decir, los grupos son homogéneos respectoa las variables en estudio, con excepción de movi-miento, donde el grupo con seguimiento de 6meses parte con un promedio significativamen-te menor que el grupo con seguimiento de 1 año.

2. Efecto de la intervención separadopor grupo en estudio. En este punto se deter-minó si las intervenciones en estudio fueronefectivas. Para esto, se calculó la diferenciaentre el valor PRE intervención y POST inter-vención para cada paciente, de la forma:

Delta = Valor PRE – Valor POST.Luego, si un paciente muestra una disminu-

ción en su valor POST, respecto al valor PRE,entonces la variable DELTA será positiva. A lainversa, si un paciente muestra un aumento, elDELTA será negativo.

Se calculó el promedio y la desviaciónestándar del DELTA, calculado para todas lasvariables en estudio, para los pacientes del gru-po con 6 meses de seguimiento. Del mismo

modo, se estableció el valor p, que indica sihubo un cambio significativo entre el valor PREy el valor POST, medido con el DELTA. Estevalor p se calculó con el test de Student paramuestras pareadas.

Se encontró que hubo un cambio significati-vo en las variables movimiento (p = 0,036),estiramiento (p = 0,032) y presión (p = 0,004).El estiramiento y presión muestran una dismi-nución significativa (se observa en el delta pro-medio positivo), mientras movimiento muestraun aumento significativo (delta promedio esnegativo).

La única variable en la tabla previa quedebe ser analizada con precaución es el DELTAdeporte, ya que está calculada sólo con 3 ob-servaciones, lo que es insuficiente para un aná-lisis estadístico.

También se calculó el promedio y desvia-ción estándar del delta calculado para todas lasvariables en estudio, para los pacientes del gru-po con 1 año de seguimiento. Se encontró queel grupo de pacientes con 1 año de seguimientopresenta cambios significativos en todas lasvariables estudiadas. En general, un DELTApromedio positivo indica que la variable tuvouna disminución significativa. En cambio, unDELTA promedio negativo indica que la varia-ble presentó un aumento significativo.

3. Comparación de la intervención en-

Tabla 4. Tabla comparativa de evaluación en promedios pre y post tratamiento para los tres grupos

Grupo 1 Grupo 2 Grupo 3(5 casos, 1 sesión, 1año) ( 8 casos, 2-3 sesión, 6 ms) (13 casos, 2-3-4-s,1 año)

Evaluación Pre Post Pre Post Pre Post

Movimientos 8,6 9,8 6,5 6,5 7,8 9,8Dolor

• descanso 3,6 0 3,2 1,7 4,1 0• estiramiento 4,0 2 4,1 1,8 6,3 0,3• presión 6.0 2,8 7,5 3,6 7,7 0,4• silla 3,6 2,2 5,2 2,7 6,0 0,2

Restricciones• trabajo 2,6 0,8 3,3 2,3 4,6 0• deportes 0 3,3 4,0 8,3 1,0 10• dormir 1,8 0 2,3 1,2 4,8 0

Fuerza• puño % 80,0 100,0 66,2 85,0 38,4 98,4• muñeca % 90,0 100,0 61,2 73,7 41,5 98,4

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tre grupos. En este punto se determina si laefectividad de la intervención es similar entrelos grupos con seguimiento de 6 meses y segui-miento de 1 año. Se calculó el promedio ydesviación estándar del DELTA de las varia-bles para cada grupo, calculada según se indicaen el punto 2 y se estableció el valor p de lacomparación entre ambos grupos (obtenido contest t de Student para muestras independien-tes).

Se encontraron diferencias significativas en-tre grupos en DELTA descanso (p = 0,035)siendo mayor la disminución en grupo 1 año;DELTA trabajo (p = 0,031) también con dis-minución mayor en grupo 1 año; DELTA puño(p = 0,01), con un aumento mayor en grupo 1año; y DELTA muñeca (p = 0,009) tambiéncon un aumento mayor en grupo de seguimien-to 1 año. Las otras variables no mostrarondiferencias significativas entre los grupos. Sinembargo, se observó que el grupo con segui-miento de 1 año tiene una disminución mayorque el grupo con seguimiento de 6 meses en losDELTA estiramiento, presión, silla y dormir.Además, el grupo 1 año tuvo un aumento ma-yor en DELTA deporte y un aumento menoren DELTA movimiento. Es probable que contamaños muestrales mayores en cada grupo,algunos valores p serían significativos (princi-palmente en DELTAS estiramiento y presión).

DISCUSIÓN

La experiencia publicada para ésta patolo-gía con distintas formas de tratamiento3 indicaque existe un porcentaje de enfermos que sonrefractarios a todos ellos y se transforman enlos pacientes consultantes recurrentes. Así porejemplo, múltiples series con seguimiento a cor-to plazo, señalan que un 55% a 59% de pacien-tes tratados con inyecciones de corticoides ali-vian su dolor inicialmente, pero de ésos un 18%a 54% vuelven a su estado inicial10; por otraparte, los estudios de meta-análisis para éstapatología, demuestra que se aplican distintassecuencias de terapias y no es posible extraerdesde un análisis estadístico, una conclusiónorientadora sobre cuál debiese ser el curso deacción para ésos enfermos crónicos6,19.

Dentro del ámbito de tratamientos médicospara ésta patología, desde 1990 se viene apli-cando en Europa la modalidad de ondas dechoque extracorpóreas, como una alternativa,que requerirá una posición en el flujograma detratamiento médico, ya que las experienciascon ondas de choque sobre grupos de enfermosquirúrgicos fracasados son muy desalentado-ras7. En ésta serie se incluyó dos casos depacientes post-quirúrgicos (1 abierto, 1 artroscó-pico), con buen resultado en ambos casos, loque debe ser evaluado en una serie mayor y delargo plazo, debido a que la Asociación Mundialde Ondas de Choque, por existir otros autorescon evidencia completamente distinta a lo ante-riormente señalado, no recomienda incluir aéstos pacientes en las series prequirúrgicas aestudiar13,14.

De la misma forma en nuestro país el temaha sido abordado en varias instancias y de lopublicado, Montenegro et al4, muestra su expe-riencia en población general y deportistas oca-sionales aplicando un tratamiento quirúrgicoartroscópico con una resolución satisfactoriadel cuadro en 82% de ellos y el 18% restante esconsiderado un mal resultado. Los resultadosde este autor, similares a los de casuísticasinternacionales homólogas, no logran despejarincógnitas sobre soluciones en 1/5 de éstospacientes y no aportan una explicación satis-factoria de porqué ocurrió el fallo. Asimismo lacirugía abierta presenta índices de resoluciónen un 80 a 90% de alivio del dolor. En seriespublicadas8 como la de la Kerlan-JobeOrthopaedic Clinic, en análisis de más de 1.000pacientes con tratamiento quirúrgico abierto seobtuvo en seguimiento a 10 años plazo, aliviodel dolor en un 95% de los casos; pero analiza-dos en forma objetiva con pruebas de restric-ciones de la vida diaria y fuerza, 36% presenta-ron restricciones a los trabajos pesados, 50%tenía fallas a la medición con dinamómetro y el100% algún grado de déficit isokinético. Similarexperiencia viene del Thomas Jefferson University,donde en 24 pacientes operados y seguidos a 5años, con un 96% de alivio del dolor, el 12% a lamedición de la fuerza objetiva tuvo déficit men-surable10.

La experiencia acumulada con técnica deondas de choque muestra los resultados descri-

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tos en la Tabla 5, para series identificadas porla energía aportada al foco15,16.

En éstas series notamos una dispersión enrelación al número de sesiones y energía utiliza-da, hecho que no se diferencia de mi experien-cia, debido a que algunos enfermos mejoraroncon una sola aplicación (3 casos); asimismocon 2 sesiones, dos casos mejoraron y se lecontrapone el caso de 4 sesiones sin mejoría.No conocemos todavía los factores que modu-lan ésta enfermedad y la respuesta biológica acualquier tratamiento y ésta terapia se enfrentaa la misma situación, pudiendo señalarse, sinembargo, que clínicamente es una terapiaanalgésica desde el inicio, carente de complica-ciones en el corto plazo y que a largo plazologra la mejoría de la función clínica y de lafuerza lo que no es posible con los métodosabiertos.

Por otra parte, la generación de ondas dechoque puede ser hecha desde una fuente elec-tromagnética, electrohidráulica, piezoeléctricay neumática18, lo que aporta una nueva variablea estudiar ya que en mi opinión basada en el usode tres tipos de máquinas, el sistema electro-magnético utilizado para esta experiencia, esdemandante de mayor número de sesiones enrelación al electrohidráulico, situación tambiéndescrita en la experiencia americana del Dr.Ogden y colaboradores quienes señalan a ésteúltimo tipo de generador como el más adecuadoen la actualidad11,17.

Además, al igual que lo señalado porGerdesmayer10, en los tratamientos que fraca-san, éste resultado no ha de variar aumentandoel número de sesiones y la energía aplicada.Asimismo, y al igual que en mis resultados, lavariable “tiempo” nos indica que son mayor en

número los resultados satisfactorios a los 12meses en comparación a los 6 meses. En elanálisis estadístico se muestra, que los pará-metros analizados mejoraron en los primerosseis meses, aunque en sólo tres de ellos (funda-mentalmente los referidos a la analgesia) estamejoría fue estadísticamente significativa. Sinembargo, al analizar los casos de un año deevolución no sólo ocurrió una mejoría evidentesino que además tuvieron significación estadís-tica todos los parámetros.

Esto abre una necesidad -que ya se encuen-tra en las discusiones de la Sociedad Interna-cional de Ondas de Choque y que será tema denuestra propia Sociedad en los próximos meses-la cual es indicar la cantidad de energía mínimaútil a emplear en éstos tratamientos según pato-logía e implemento a utilizar y sugerir el tiemporequerido de observación para considerar elresultado final. La información necesaria paracomparar la energía producida por cada una delas máquinas, se encuentra actualmente enwww.digest-ev.de, organización creada en Ale-mania cuyo objetivo final es tener un catastrode todas aquellas máquinas que efectivamentepuedan homologarse en su calidad y rendimien-to, permitiendo por lo tanto, ser usadas en clínica.

Esta serie fue realizada basada en la expe-riencia del Dr. John Ogden de Atlanta, USA,quien introdujo el método en Estados Unidosdemostrando en su trabajo publicado en Julio200111, que las ondas de choque aplicadas enfascitis plantar era 56% superior a placebo.Esto permitió su aprobación por la FDA paraesa patología. En epicondilitis actualmente seestá realizando un estudio prospectivo17 rando-mizado doble ciego por los mismos autores, conel mismo objetivo. En el caso de mi serie se

Tabla 5.

Autor Pacientes Seguimiento meses Satisfactorio % Energía

Dahmen 1995 46 12 70 1-10 x 0,08 mJ/mm2

Rompe 1996 50 6 70 3 x 1.000,0,08 mJ/mm2

Rompe 1997 50 12 52 3 x 1.000 0,08 mJ/mm2

Krischek 1998 30 6 60 2 x 500 0,08 mJ/mm2

Levitt 2000 20 12 85 2 x 1.000, 16kvHammer 2000 19 6 63 3 x 3.000 0,12 mJ/mm2

Haist 2000 1.098 12 72 3 x 1.500 0,08-0,23 mJ

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trata de un trabajo prospectivo desarrollado enclínica, utilizando ondas de choque con unamáquina electromagnética con niveles de ener-gía de mediana intensidad, lo que al igual quelas series hechas en otros países con la mismafórmula16 permite augurar que este método enun futuro próximo deberá ser considerado comouna herramienta útil en la epicondilitis crónicarefractaria, lo que permitirá reducir el númerode pacientes que requieran procedimientosinvasivos, logrando con ello aumentar los resul-tados clínicos satisfactorios, objetivos y subjeti-vos, luego de aplicar flujogramas que incorpo-ran la nueva opción terapéutica.

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EPICONDILOPATÍA RADIO-HUMERAL CRÓNICA

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RESPUESTA

RM muestra lesión localizada en axila deraíz L3 derecha, comprimiéndola contra elpedículo correspondiente, lo que justifica lossíntomas. Esta lesión es hiperintensa en T2,hipointensa en T1, lo que certifica que tienecontenido líquido. Llama la atención, que selocaliza en relación al muro posterior de lavértebra, alejada de la faceta articular. Tieneademás cierta relación con el disco intervertebraldel nivel L3-L4 el que presenta cambiosdegenerativos precoces del disco intervertebralL3-L4 (Figuras 1, 2, 3, 4, 5, 6 y 7).

HALLAZGOS OPERATORIOS

Se decide resección quirúrgica, la que serealiza el 21 de Mayo del 2002, a las 9:45 hrs.Se indica profilaxis con Curocef. Bajo aneste-sia general, y bajo control radioscópico del nivelL3-L4, y control intra operatorio de potencialesevocados somato-sensitivos (PESS), se realizahemisemilaminectomía derecha. Al abordar elnivel de la axila de L3, se observa un quiste decolor azulado, de 10 x 5 mm con pedículoderivado del ánulo fibroso del disco L3-L4,desconectado totalmente de la faceta articulary de la vaina radicular (Figura 3). Se puncionael quiste dando salida a líquido claro. Se resecasu membrana y se envía a estudio anatomopato-lógico, El monitoreo intraoperatorio de PESS dela raíz L3, mejoró notablemente hasta tenervalores normales luego de la descompresión.

Al control de 7 horas post operado, se le-vanta y deambula por la pieza sin dolor radi-cular y con mejoría de hipoestesia. La zonaoperatoria no muestra problemas. Es dado dealta a las 48 horas de operado en excelentescondiciones.

Estudio anatomopatológico revela: Pared delesión pseudoquística, sin revestimiento propio,concordante con ganglión, denso componentefibroso mural, con infiltración linfoide variable y

SOLUCIÓN CASO CLÍNICO INCÓGNITO

Rev Chilena Ortop y Traum 2003; 44: 50

prominentes depósitos de hemosiderina y focosde necrosis grasa periférica.

COMENTARIO

El poco frecuente hallazgo de una lesiónquística dentro del canal raquídeo, tiene por locomún 2 posibilidades a saber: quiste sinovialfacetario y quiste radicular. El primero es elmás frecuente y debido a su localización deri-vada de la faceta articular, causa compresiónextrínseca a la raíz correspondiente. El segun-do, corresponde a una dilatación de la duramadreque envuelve a la raíz emergente, y por lo tantodifícilmente causa compresión de la raíz, y porlo tanto es muy discutible su responsabilidad enla génesis del dolor.

Del punto de vista imagenológico, el quistesinovial aparece derivando de la pared poste-rior en los cortes sagitales y derivando clara-mente de una faceta articular en corte axial.Por otro lado, estos son de aparición en facetasartróticas en contexto de unidad funcional ver-tebral con fenómenos degenerativos triarticu-lares de magnitud, cosa rara de encontrar a los30 años. Los quistes radiculares en generalocurren en segmentos bajos y asociados a quis-tes sacros típicos descritos por Tarlov. Estosestán en clara distribución de la raíz correspon-diente.

Cazuhiro Chiba, en artículo de Spine Vol 26,N° 19, titulado Quiste intraraquídeo comunica-do con el disco intervertebral en la columnalumbar, describe 8 casos que correspondenexactamente a lo encontrado en el pacientedescrito, tanto en la presentación clínica comoen la imagenología y anatomía patológica. Elautor realizó discografía viendo como se llena-ban los quistes con contraste, prueba irrefuta-ble del origen discal de estos quistes. Se anali-zan además los aspectos clínicos, imagenológicos,histopatológicos y fisiopatológicos posibles. Estetipo de quistes los denomina directamente comoquistes discales.

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Proteína C reactiva en artroplastía total de cadera

JOAQUÍN LARA G.*, MARCO CARRIÓN M.**,LUIS MOYA C.*** y JUAN BREYER D.**

ABSTRACT

C-reactive protein in total hip arthroplasty

A prospective clinical trial was conducted in 100 total hip arthroplasties (THA) in 98patients. Eight C-reactive protein (CRP) serum measurements were done: One preoperatively,and postoperatively at days one, three, four, and five, and weeks three, four, and eight. CRPcurve showed a biphasic trend in 98 cases without complications, with a maximum increaseabove normal levels at the third or fourth day, a fast decrease to the fifth day, and a slowdecline to normal levels thereafter. In two cases, CRP increased at the fifth day in patientswho developed pneumonia and a superficial infection of the surgical wound, respectively. Inconclusion, CRP can be useful in monitoring the normal evolution in patients undergoingTHA. Alterations in the normal curve could indicate an infection with systemic compromise.

Key words: Arthroplasty, hip, infection, C-reactive protein.

RESUMEN

Se realizó un estudio clínico prospectivo en 100 artroplastías totales de cadera (ATC)primarias en 98 pacientes, a quienes se realizó ocho determinaciones de proteína C reactiva(PCR) sérica: una en el preoperatorio, y en el postoperatorio en los días primero, tercero,cuarto, quinto, y a las tres, cuatro y ocho semanas. La curva de la PCR presentó uncomportamiento bifásico en 98 ATC sin complicaciones, con una elevación máxima sobre losvalores normales al tercero o cuarto día, un descenso acelerado hacia el quinto día, y undescenso lento posterior hacia valores normales. Hubo dos casos en los que la PCRaumentó al quinto día en pacientes que presentaron una neumonía y una infección superfi-cial de la herida quirúrgica, respectivamente. En conclusión, la PCR puede ayudar acontrolar la evolución normal de los pacientes sometidos a ATC. Las alteraciones de lacurva normal pueden indicar una infección con repercusión sistémica.

Palabras clave: Artroplastía, cadera, infección, proteína C reactiva.

* Traumatólogo. Unidad de Cadera. Clínica Alemana de Santiago, Chile.** Residente de Ortopedia y Traumatología. Pontificia Universidad Católica de Chile.***Traumatólogo. Hospital Padre Hurtado. Santiago, Chile.

Los autores declaran que no recibieron financiamiento de ningún tipo para la realización de este trabajo.

Rev Chilena Ortop y Traum 2003; 44: 51-56

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J. LARA G. et al.

INTRODUCCIÓN

La Proteína C Reactiva (PCR) fue descritaen 1930 por Tillet y Francis1 como un compo-nente de la reacción inflamatoria de fase agudacomo respuesta del organismo frente al dañotisular.

La PCR es un polipéptido de 105.500 daltons,sintetizado por los hepatocitos. En situacionesnormales se encuentra en el plasma en cantida-des traza2,3, pero generalmente se acepta unvalor normal de hasta 1 mg/dl. Se une específi-camente a un amplio número de ligandos, desdecélulas autólogas dañadas hasta microorga-nismos, y es un potente activador de la víaclásica del complemento, participando en laopsonización de los antígenos para su fagocitosise iniciando el daño celular y la respuestainflamatoria4.

Sus niveles plasmáticos aumentan en proce-sos inflamatorios, infecciones, isquemia, trauma-tismos o neoplasias malignas4,5. De igual forma,sus valores se elevan como respuesta a cirugíamayor, incluyendo la cirugía de reemplazo arti-cular, y retornan a valores normales en unpostoperatorio sin complicaciones dentro de unplazo variable según el tipo de cirugía4,6-9. Laausencia de esta caída de los niveles o unaelevación secundaria alertan sobre una posiblecomplicación7.

Una de las complicaciones más temidas enla artroplastía total de cadera es la infección.Tradicionalmente se ha utilizado el recuento deleucocitos y la velocidad hora de sedimentaciónglobular (VHS) como parámetros de diagnósti-co y de seguimiento frente a la sospecha deinfección6,7,9, pero su utilidad en el diagnósticoprecoz ha sido cuestionada10,11.

La curva normal de la PCR después deun reemplazo articular no complicado presen-ta un valor máximo entre el 2º y 3º día postope-ratorio; posteriormente comienza un descensoprogresivo y tiende a normalizarse alrededordel mes6-10,12-15. Variaciones en esta curva “fi-siológica” marcarían una alerta ante la presen-cia de una eventual complicación, asociada ono a la artroplastía.

El objetivo del presente trabajo es evaluar elcomportamiento de la PCR en pacientes some-tidos a artroplastía total de cadera primaria.

MATERIAL Y MÉTODO

Se incluyeron en forma prospectiva 100artroplastías totales de cadera (ATC) primariasconsecutivas (98 pacientes), operadas entre abrilde 1997 y diciembre de 1999 en el HospitalClínico de la Pontificia Universidad Católica deChile. Ningún caso fue excluido del estudio.Dos pacientes fueron sometidos a artroplastíabilateral pero no en un mismo tiempo quirúrgi-co. Sesenta y cinco pacientes fueron mujeres y33 fueron hombres, con una edad promedio de57,6 años (rango 33-85 años). Los diagnósticospreoperatorios fueron artrosis de cadera en 91casos, fractura de cuello femoral en 6 casos, yartritis reumatoide en 3 casos.

Todas las caderas fueron operadas por elmismo cirujano, a través de un abordaje poste-rior, con la misma técnica quirúrgica. Se colo-caron 14 prótesis no cementadas, 70 híbridas y 16no cementadas (Stryker Howmedica Osteonics.Allendale, N.J.). Durante el cierre de la inci-sión, se colocó sólo un drenaje aspirativo en elplano profundo, y se lo retiró a las 24-48 horas.En todos los pacientes se utilizó profilaxisantibiótica con cefazolina intravenosa, 1 g 30 mi-nutos antes de la cirugía y 1 g c/8 horas por 24-48 horas. Se realizó profilaxis antitrombóticacon una heparina de bajo peso molecular yvendaje elástico intermitente durante toda lahospitalización. Todos los pacientes recibieronsimilar analgesia postoperatoria y fueron some-tidos al mismo esquema de rehabilitación, queconsistió en ejercicios de movilización articular,fortalecimiento muscular y reeducación de lamarcha.

Se tomaron ocho muestras a cada pacientepara medición de los niveles plasmáticos dePCR: En el preoperatorio, en el primero, terce-ro, cuarto y quinto día del postoperatorio y,además, a la tercera, cuarta y octava semanadespués de la cirugía. Se usó un método cuanti-tativo (Tina-Quant®, Roche), con un valor nor-mal de 0-0,9 mg/dl. Se analizó el patrón de lacurva de la PCR en cada caso, con énfasis enel día que se produjo el valor máximo. Se regis-tró la aparición de complicaciones en el postope-ratorio y se analizó el comportamiento de lacurva de la PCR en los pacientes con y sincomplicaciones.

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PROTEÍNA C REACTIVA EN ARTROPLASTÍA TOTAL DE CADERA

El tiempo de seguimiento postoperatorio pro-medio fue de 35,5 meses (24-56 meses). Lainformación se registró en el programaOrthowave™ (Hip Platform V. 2.03 NT, AriaSoftware Inc., France). Los resultados se ana-lizaron estadísticamente con los tests t de Studenty Wilcoxon. El valor de significación estadísticose estableció en p < 0,05.

RESULTADOS

Los valores de PCR basales fueron norma-les en todos los pacientes con diagnóstico deartrosis, con un promedio de 0,51 mg/dl (rango0,0-1,02). En los pacientes con diagnóstico defractura de cadera y artritis reumatoide se ob-servó un valor basal elevado, con un promediode 5,6 mg/dl (rango 5,5-5,8) y 3,1 mg/dl (rango2,5-3,6) respectivamente (Figura 1), que fue

estadísticamente significativo en comparación conlos pacientes con artrosis (p = 0,001 y p = 0,026,respectivamente. Test de Wilcoxon).

Luego de la cirugía, los valores de PCR seelevaron en todos los pacientes. En noventa yocho artroplastías no se registraron complica-ciones durante el tiempo en que se tomaron lasmuestras para determinación de PCR. Estosvalores describieron una curva que presentóuna elevación máxima al tercer día en 94 casos(95,9%) y al cuarto día en 4 casos (4,1%), conun descenso bifásico que tuvo una fase rápidahacia el quinto día, seguida de un descensogradual hasta su normalización entre la cuarta yla octava semana. La distribución de los resul-tados se presenta en la Tabla 1.

No hubo diferencias estadísticamente signi-ficativas en la curva de PCR al analizar losresultados por sexo, edad, tiempo operatorio,uso de cemento o transfusiones sanguíneas

(p > 0,05, test de Wilcoxon). Tam-poco se observó diferencias entrelos valores de los pacientes a losque se les retiró el drenaje a las 24y a las 48 horas (p > 0,05, test t deStudent).

En los pacientes con diagnósticode fractura de cadera y artritisreumatoide, que tuvieron un puntode inicio (valor preoperatorio) máselevado que los pacientes conartrosis, el comportamiento de lacurva de PCR siguió el mismo pa-trón, con su valor máximo al tercerdía en todos los casos y descensoposterior (Figura 1).

Tabla 1. Valores de PCR en 98 pacientes sin complicaciones

Promedio DS* Mínimo Máximo

Preoperatorio 0,71 1,26 0 5,81° día 5,51 3,47 0,8 17,23° día 9,84 5,24 2,3 26,04° día 8,23 3,98 1,9 22,95° día 5,18 3,68 0,8 21,93° semana 1,2 0,85 0,2 2,44° semana 0,78 0,41 0,3 1,68° semana 0,8 0,33 0,6 1,1

* DS: Desviación Standard

0

5

10

15

Pre 1 3 4 5 21 28 56

Día

PC

R (m

g/d

l)

Artrosis

Fractura

A. R.

Figura 1. Valores promedio de PCR en 91 ATC por artrosis, 6 porfractura y 3 por artritis reumatoide.

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J. LARA G. et al.

En sólo dos pacientes, ambos con diagnósti-co preoperatorio de artrosis, no hubo descensode los valores de PCR en el quinto día y, por elcontrario, los niveles aumentaron (Figura 2). Enuno de los casos se diagnosticó una neumonía yen el segundo una celulitis de la herida opera-toria. Ambos pacientes recibieron tratamientoantibiótico precoz y evolucionaron en formafavorable. Se realizaron mediciones de PCRadicionales cada 2-3 días hasta la resoluciónclínica del cuadro y se observó un descensopaulatino de los valores a partir del octavo y delséptimo día respectivamente, llegando a valo-res normales hacia el segundo mes postope-ratorio.

No hubo complicaciones infecciosas duran-te el seguimiento posterior en ninguno de lospacientes estudiados.

DISCUSIÓN

Un aumento de la concentración sérica dePCR es evidencia inequívoca de un procesoactivo de daño tisular y su utilidad en el diag-nóstico precoz de infecciones bacterianas hasido bien definida4.

En 1990, Larsson et al publicaron la evalua-ción de 109 pacientes sometidos a distintostipos de cirugía ortopédica, en la cual observa-ron resultados variables según cada cirugía,pero siempre con un comportamiento similar delos valores de PCR, presentando una curva detipo bifásica8. En el mismo año, Kallio et alaumentaron el interés en el uso de la PCR, al

mostrar valores consistentes en in-fecciones para cirugía ortopédica16.

Los valores de PCR comienzan aelevarse dentro de las seis horas des-pués de una ATC, con su valor máxi-mo a las 48-72 horas y un posteriordescenso en los casos sin complica-ciones6-8,17. Ante la presencia de in-fección periprotésica aguda, infec-ción sistémica, enfermedad trombo-embólica o grandes hematomas de laherida operatoria, la PCR se eleva yse mantiene elevada en forma casiuniversal7,17. Sin embargo, existe laposibilidad de falsos negativos en in-

fecciones periprotésicas de bajo grado18.Otros parámetros de laboratorio que se han

utilizado como indicadores de complicacionesdespués de una ATC han demostrado menorsensibilidad y especificidad que la PCR. Laleucocitosis no siempre está presente en losprocesos infecciosos y es inespecífica6,7,11. LaVHS también se eleva después de una cirugíade reemplazo articular, con un valor máximoalrededor del séptimo día, pero sus valores pue-den permanecer elevados hasta un año des-pués de la cirugía en pacientes sin complicacio-nes, y es menos sensible6,7,15. Incluso se hademostrado el valor de la viscosidad plasmáticacomo un indicador de complicaciones, pero esmenos sensible que la PCR19.

Además, los valores de PCR son indepen-dientes en relación a múltiples factoresperioperatorios. Es así que la artrosis severa noeleva la PCR preoperatoria6, y la respuestapostoperatoria normal de la PCR no se alterapor el tipo de anestesia, sangrado intraoperatorio,tiempo quirúrgico, transfusiones sanguíneas, usode antibióticos, antiinflamatorios no esteroidales,inmunosupresores o corticoides4,8,17,20. Se hacuestionado su valor en pacientes con artritisreumatoide, quienes por su misma enfermedadsuelen tener valores basales elevados. Sin em-bargo, en nuestra serie encontramos que lacurva de la PCR en los pacientes con artritisreumatoide siguió el mismo patrón que en lospacientes con artrosis, lo que es concordantecon los resultados de Mäempää et al y Laiho etal21,22. En los pacientes con fractura de cadera,la forma de la curva también se mantuvo similar.

Figura 2. Valores de PCR en 2 pacientes con complicaciones, en com-paración con el promedio de pacientes sin complicaciones.

0

5

10

15

Pre 1 3 4 5 21 28 56

Día

PC

R (m

g/d

l)

Sin compl.

Celulitis

Neumonía

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PROTEÍNA C REACTIVA EN ARTROPLASTÍA TOTAL DE CADERA

En el presente estudio, es posible plantearque la elevación transitoria de la PCR en los 98pacientes sin complicaciones se debió al trau-ma de la cirugía. La curva tuvo un comporta-miento regular, aunque dentro de un ampliorango de valores, por lo que es importantedestacar que lo útil es la evolución de la curva,sin tener valor pronóstico los niveles de PCRaislados. En los dos únicos pacientes que pre-sentaron complicaciones, los valores de PCRse elevaron aún más al quinto día postoperatorio,lo que indica una sensibilidad y especificidadexcelentes, pero debido a la baja incidencia decomplicaciones, es difícil extrapolar los resulta-dos. Otro factor a tener en cuenta es que encuatro casos el valor máximo se produjo en elcuarto día, por lo que la curva debería incluirsiempre una medición en ese día si se quieretener una mayor seguridad diagnóstica.

En conclusión, los niveles séricos de proteí-na C reactiva se modifican después de unaartroplastía total de cadera primaria, descri-biendo una curva con un patrón predecible ydefinido, e independiente de las variables ob-servadas. Por lo tanto, planteamos que la PCRpermite monitorizar la evolución normal delpostoperatorio, y que las alteraciones en la for-ma de la curva (elevación al quinto día o des-pués) permiten sospechar la existencia de com-plicaciones, que en nuestra casuística corres-pondieron a infecciones con compromisosistémico.

En base a los resultados obtenidos, reco-mendamos determinar siempre el valor de PCRpreoperatorio y realizar rutinariamente un con-trol al tercer día después de una ATC. En casode sospecharse una complicación o en pacien-tes de alto riesgo, se realiza un control al quintodía, para monitorizar su descenso. De existiruna complicación, la PCR se mantendrá eleva-da. Esto permite un control de complicacionesperioperatorias en forma segura, precoz, abso-lutamente reproducible y a un bajo costo.

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Conclusiones o discusión: destaque lo nove-doso e importante.

5) Tablas: dactilografiadas en hojas separadasy enumeradas en forma consecutiva con núme-ros árabes. Cada una con su título descriptivo.Solo líneas horizontales en el encabezamiento o alpie de ellas.

6) Figuras e ilustraciones: con tinta china ocon computadora con impresora a tinta o láser.Fotografías en papel brillante. Las radiografíasen positivo, igual. Tamaño 7,5 por 10,5. El nú-mero de fotografías no mayor de 8. Las fotos acolor son por cuenta del autor. Las imágenesdigitalizadas deben contener al menos 300dpi. Deben venir en archivos independientes,los gráficos deben entregarse en originales im-presos, y en lo posible con sus coordenadasnuméricas adjuntas.

Deben llevar el nombre del autor en el dorsoademás del número correspondiente en árabe yuna marca adecuada indicando la dirección de lafotografía. En hoja aparte irá la leyenda de cadauna de ellas que se debe explicar por sí solas.

7) Bibliografía: debe hacerse en orden deaparición en el texto, siguiendo la nomenclaturainternacional: apellido seguido de las iniciales delos nombres de los autores, título del artículo,título abreviado de la publicación, año, volumeny página inicial y final. En el caso de textos:autores, título en idioma original, ciudad, edito-rial, año y página.

Reglamento de publicaciones

Rev Chilena Ortop y Traum 2003; 44: 57

Page 58: ISSN: 0716 - 4548 REVISTA CHILENA DE ORTOPEDIA Y ...Hizo medicina y cirugía general los primeros años y en 1914 estaba haciendo una estadía en la Clínica Mayo cuando se inició

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VOLUMEN 44 - Nº 1 - 2003 - SANTIAGO - CHILEpp. 1 - 58

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