identidad 43 - may 2015

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PUNTOS DE INTERÉS ESPECIAL : ... Yo los miraba con un encanto propio y hallaba en ellos una serenidad, una calma, un mecerse justo y una quietud plena en su altivez, en su color, lo milimétrico de cada hoja y la repetida diferencia en el tronco de cada uno ... Ver páginas 8-12. A ÑO 5 N O 043 I Identidad + COMUNA O1 + MEDELLÍN + ANTIOQUIA + COLOMBI A + CELAC + ¿Y dónde está la maestría? 2 + Poiesis 4 Como una niña en tienda de dulces 4 Algunos poemas de ‗Alegna y el Fuego‘ 5 La última curda 6 La muerte en Gaitán Durán (si mañana despierto) 8 Mi amigo no se cuida la salud 9 Malena era un tango 10 CONTENIDO: C ONTRIBUCIONE $ V OLUNTARIA$ M AYO D E 2015 Una publicación de ASOHUELLAS Poiesis ISSN 2256-2206 Maín A Porfirio Barba-Jacob El monje de la tristeza ha sentido brotar del pecho su amado lirio místico. Posa sus manos cadavé- ricas en la expresión dura de su rostro. ¡Ah! Canten todos, griten todos: este es el hombre que parecía un caballo. La voluptuosidad del alma humana le caía en el cuerpo como plomo derre- tido. Sufría el sufrimiento de todos y gozaba con el júbilo de pocos, Pero no importaba, no importaba… para él, acua- rimántima fulge a lo lejos. Qué hermoso y valiente niño se ha revelado, qué enjambre de agonías… soberbio monje, marihuana salvaje . Imágenes caóticas llegan hasta ti en ondinas danzantes, Lo bello encaja cual látigo en el torrente de tus versos y la armonía duele como una lengua que pasea en un vientre cualquiera. I. I. A un poeta fundido en la cerámica y el silencio In memoriam J.M.A Oía su voz entre los racimos de humo que afloraban del cigarro. Y bajaba por su mano como una caricia, la palabra que profanaba la incorruptible blancura de una página. Sentía el rumor de la poesía mordiéndole la garganta, Julián Acosta Gómez [email protected] fatal como el último anhelo bajo el abrazo de la muerte, ajena, centrifuga, secreta. ¿Qué pluma soñará de nuevo los fantasmas de estas, tus calles? ¿Quién no cantará tu piel cuarteada, tu aliento ennegrecido por la nocturna alma del cigarrillo, tu amor a Dickinson, tus infinitos paseos por un mercado que lleva tu aroma, tus manos pérdidas en los estanques del pensa- miento, y a tu cuerpo dócil ante la marea ígnea de tu ama- da clarita? De poesía famélica, pre- cisa, sembraste la tierra, tú, quien dio al nombre viento el contenido del viento. En tus manos liquidas se iluminan las siluetas de las cosas, en tus sueños tranquilos se dibujaron los valles y los pliegues de las montañas. I. I.

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MaínA Porfirio Barba-JacobEl monje de la tristeza ha sentido brotar del pecho su amado lirio místico.Posa sus manos cadavé-ricas en la expresión dura de su rostro.¡Ah! Canten todos, griten todos: este es el hombre que parecía un caballo.

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Page 1: Identidad 43 - MAY 2015

PUNTOS DE INTERÉS

ESPECIAL :

. . . Yo l os mi raba con un

enca nt o p r op i o y ha l l aba

en e l l os una s er en ida d , una

ca l ma , un mec ers e j us t o y

una q ui e t ud p l ena en s u

a l t i vez , en s u c ol or , l o

mi l i mé t r i c o de ca da hoja y

l a r ep et i da d i f er enc ia en e l

t ronc o de ca da uno . . .

Ver páginas 8-12.

AÑO 5 — NO 043 IIdentidad

+ COMUNA O1 + MEDELLÍN + ANTIOQUIA + COLOMBI A + CELAC +

¿ Y d ón d e es t á l a

maes t r í a ? 2

+ Po ies i s 4

Co mo u n a n iñ a en

t i en d a d e d u lces 4

Algu n o s p o emas d e

‗Alegn a y e l Fu ego ‘ 5

La ú l t ima cu rd a 6

La mu er t e en Gai t án

Du rán ( s i mañ an a

d esp ie r to )

8

M i a m i g o n o s e

c u i d a l a s a l u d 9

Malen a e ra u n t an go 10

CONTENIDO:

CONTRIBUCIONE$

VOLUNTARIA$

MAYO DE 2015 Una publ icación de ASOHUELLAS

Poiesis

ISSN 2256-2206

Maín

A Porfirio Barba-Jacob

El monje de la tristeza ha

sentido brotar del pecho su

amado lirio místico.

Posa sus manos cadavé-

ricas en la expresión dura

de su rostro.

¡Ah! Canten todos,

griten todos: este es el

hombre que parecía un

caballo.

La voluptuosidad del

alma humana le caía en el

cuerpo como plomo derre-

tido.

Sufría el sufrimiento de

todos y gozaba con el

júbilo de pocos,

Pero no importaba, no

importaba… para él, acua-

rimántima fulge a lo lejos.

Qué hermoso y valiente

niño se ha revelado, qué

enjambre de agonías…

s o b e r b i o m o n j e ,

marihuana salvaje .

Imágenes caó t icas

l l egan has t a t i en

ond inas danzan te s ,

L o b e l l o e n c a j a

c u a l l á t i g o e n e l

t o r r e n t e d e t u s

v e r s o s

y la armonía duele como

una lengua que pasea en

un vientre cualquiera. I.I.

A un poeta fundido en

la cerámica y el silencio

In memoriam J.M.A

Oía su voz entre los

racimos de humo que

afloraban del cigarro.

Y bajaba por su mano

como una caricia,

la palabra que profanaba

la incorruptible blancura

de una página.

Sentía el rumor de la

poesía mordiéndole la

garganta,

Julián Acosta Gómez

[email protected]

fatal como el último

anhelo bajo el abrazo de la

muerte,

a j e n a , c e n t r i f u g a ,

s e c r e t a .

¿Qué pluma soñará de

nuevo los fantasmas de

estas, tus calles?

¿Quién no cantará tu piel

cuarteada,

tu aliento ennegrecido

por la nocturna alma del

cigarrillo,

tu amor a Dickinson,

tus infinitos paseos por

un mercado que lleva tu

aroma,

tus manos pérdidas en

los estanques del pensa-

miento,

y a tu cuerpo dócil ante

la marea ígnea de tu ama-

da clarita?

De poesía famélica, pre-

cisa, sembraste la tierra,

tú,

quien dio al nombre

viento el contenido del

viento.

En tus manos liquidas se

iluminan las siluetas de las

cosas,

en tus sueños tranquilos

se dibujaron los valles

y los pliegues de las

montañas. I.I.

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Dirección, diseño y diagramación

Humberto Londoño

[email protected]

Edición

Humberto Londoño

Corrección ortotipográfica

Catalina Nanclares

Participan en este número

Julián Acosta Gómez

Juan David Quintana Duque

J. Rincón

Kevin Zapata Monroy

Aldonza Lorenzo

Ángela María Zapata Vásquez

Arbey Salazar Blandón

Catalina Nanclares Escobar

Nicolás Saldarriaga Arango

Y Griega Winikott

Fotografías

Humberto Londoño (FHL)

Juan David Quintana Duque

Imágenes de internet. Pág 1 Caricatura de Rendón: http://www.rabodeaji.com/No-5/entrevista/default.htm. Pág 8 Gaitán Durán: http://www.colarte.com/colarte/foto.asp?idfoto=238615

Considero que no toda persona

tiene un referente de maestro o

maestra, sin tener claro las diferen-

cias entre estos y los profes o las

profes como cariñosamente nom-

bramos a nuestros educadores, al-

gunos de ellos le eleva el ego el

solo hecho de nombrarles, aunque

no parezcan muy sabios, pocos pa-

recen maestros, muchos sin duda

cautos, contables los parcos o pre-

cisos, y algunos piensan que las

diferencias económicas o niveles de

conocimiento, generan brechas y

niveles de relacionamiento, que

contradictoriamente a la responsa-

bilidad del educador o el docente,

reduce la adquisición del desarrollo

en un área específica, al desarrollo

de las competencias propias de los

temas que imparte o dicta para faci-

litar su entendimiento, lo que en

muchos casos surte el efecto con-

trario y crea una relación tímida

sobre el interés de saber.

Respeto esto como una posición

de neutralidad frente a la enseñanza

de otros temas argumentado en una

―responsabilidad que debe cumplir-

se al pie de la letra‖ lo que obedece

a un modelo de pensamiento en el

que la relación humana produce

conocimientos para competir con

los demás, sin que se genere un

entendimiento superior de las cir-

cunstancia que propician la interac-

ción humana, parte de esto creo se

debe a la monotonía del aula, el pc,

las fotocopias o el tradicional video

-beam, pues estas aunque son

herramientas necesarias, también

nos alejan de métodos de sensibili-

dad con los que también se explica,

se lee y comprende la vida como un

conjunto de ciencias y el más divi-

no misterio.

No corresponden mis palabras a

un ataque en la moral de mis pro-

fes de la secundaria o la básica es-

colar marcada por los atentados

terroristas con el borrador de made-

ra que nos lanzaba la profesora de

quinto grado, pero si debo confesar

que el hecho más perturbador de mi

experiencia como estudiante, fue

encontrarme a un docente de uni-

versidad profundamente marcado

A S O H U E L L A S

A s o c i a c i ó n C o m u n i t a r i a

D e j a n d o H u e l l a s

N I T : 8 1 1 0 1 3 5 1 1 - 0

POR UNA NIÑEZ SANA, CREATIVA, SOLIDARIA Y ALEGRE

Calle 104 No. 36BB - 22 Barrio Granizal - Medellín, Colombia

[email protected]

IIdentidad

Ediciones Artesanales La Caverna

[email protected]

ISSN 2256-2206

Bib l ioteca Nacional de Colombia

Minis ter io de Cul tura

Repúbl ica de Colombia

31-01-2012

“... el sentido de las palabras solo pertenece a la representación de cada uno y por mucho que sea aceptado por todos, no tiene otra existencia que la que tiene en el pensamiento de los individuos

tomados uno por uno... ”

Michel Foucault.

Textos Cotidianos de Realidades Invisibles Mural: Los Portadores de Sueños. Autora: Olereta

¿Y dónde está la maestría?

Juan David Quintana Duque

Integrante AsohuellaS

[email protected]

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por su juventud en USA, reflejaba

en su monotemático discurso

―cuando yo vivía en estados uni-

dos‖ luego relataba su aburrido pa-

sado en cada clase, ratificando la

incapacidad de renunciar a su ego

arrogante y asumirse como sujeto

que aprende y desaprende en la in-

teracción con otras personas, este

hecho me hizo un inquieto más dis-

ciplinado y menos obediente.

Quizá en el corto vuelo de este

relato les haya hecho recordar con

cariño o desprecio a los profesores,

yo quise recordar con alegria a los

que se hacían y se hacen maestros

con el intercambio de ideas, con su

sensibilidad por las dificultades

humanas de un estudiante de la ba-

rriada al ponerse en sus zapatos y

poder ayudarle a enten-

der y expresar el mundo

a través del juego, las

música, el canto, la pin-

tura, la conversación y

otras expresiones nece-

sarias que rompen de

manera positiva con las

clases dictadas para

limitar la conciencia

crítica, la razón, el co-

nocimiento. Quiero

también resaltar la im-

portancia de la obra de

Paulo Freire para poder

acercarnos a este tema

quizá de interés para

quienes ejercen su pro-

fesión dentro las aulas

de clases, pero sin duda

de vital práctica para quienes pre-

tenden contribuir desde la educa-

ción en la reconstrucción de nuestra

sociedad.

Para concluir, pienso que en mi

experiencia como estudiante he

tenido buena amistad con muchos

profes y profesoras, pero mis me-

jores maestros no los he encontra-

do en las aulas de clase, por suer-

te me topé con estos en los espa-

cios menos convencionales y

complejos para aprender y des-

aprender el mundo, organizacio-

nes sociales, grupos de amigos,

viajes y encuentros sencillos que

me permitieron entender la ma-

estría de una amistad sincera, por

eso nombro con cariño algunas de

esas personas que me han conta-

giado de su sabiduría como Hora-

cio Arango Arango (Licenciado

en Lengua materna), Samuel Va-

lencia (Sociólogo), Oscar Pérez

(Odontólogo y Chef), Camilo

Acevedo (Sociólogo), Carlos

Moná (Ambientalista), Viviana

Gómez (Socióloga), Yeny Cortes

(Lideresa y jefe de hogar), Piedad

Nieto y Catalina Nanclares

(Licenciadas en lengua materna),

Luis Bernardo Yepes Osorio

(Bibliotecólogo) Oto Higuita

(Líder Político) Humberto Londo-

ño (Escritor) Juan Carlos Olarte

(Policía), Alejandro Salinas

(Diseñador Gráfico), Ezequiel

Muriel (Líder Deportivo) Olga

Elena Restrepo (Artista) Juan

Carlos Hincapié (Artista) Yoban-

na Andrea Montoya (Licenciada

en Educación especial) Esperanza

Gómez (Investigadora), Ignacio

Alvares (Líder Espiritual) y como

dejar por fuera a el recién falleci-

do ex magistrado Carlos Gaviria

Días, quien abiertamente confesó

el tedio que significaba para él

hablar de política con sus contem-

poráneos, y el disfrute intrínseco

que le generaba hablar de política

con los jóvenes y las jóvenes de

las barriadas de Colombia, que

están haciendo algo por trasfor-

mar sus realidades y contextos en

medio de una educación degrada-

da, una política corrupta y una

sociedad en descomposición y en

crisis. I.I.

Imagen tomada de: http://www.carf.no/no/paulo-freire-seminaret-i-bergen-obs-flyttet-til-hotel-norge/#

Paulo Freire, (1921 – 1997), Brasil. Imagen tomada de: http://psicopsi.com/

BIBLIOGRAFIA-DE-PAULO-FREIRE

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Para tí

Como hombre he de ser,

más de lo que he sido como humano,

por eso hoy te pido la mano,

de una forma que al crecer

tú me entregues tu querer

y sueñes conmigo en tus noches,

te doy mi compañía sin reproches

para que nos podamos entender.

Lucharé por ti, porque no te voy a

perder,

Como una niña en la tienda de

dulces, así me sentí cuando él me

dijo: ―escoge‖, yo observaba

el sinnúmero de posibilida-

des indecisa y nerviosa,

sentía vergüenza, no estoy

acostumbrada a los regalos y

detalles materiales; mientras

caminaba de allá para acá y de

acá para allá ojeando las opcio-

nes, con el rabillo del ojo lo

veía a él sentado y con una son-

risa placentera; cuando mi prefe-

rencia estuvo entre dos posibili-

dades, él me dijo al oído: ―llévate

los dos‖. Canceló en caja, recibi-

mos el paquete y salimos del

almacén.

Yo, como una niña después

de escoger en la tienda de

TAREA:

Inventa tu solito una pequeña his-

toria con: playa, estrellas, madrugar

y príncipe.

(Profesora de Kevin Zapata)

HISTORIA:

El príncipe

está solo en la

playa y las es-

trellas lo acom-

pañan, y le toca

madrugar para

ir a trabajar a la

empresa de

construcción.

FIN. I.I.

Aldonza Lorenzo

cambiando básicamente,

lo malo que aprendí de la gente

y luchar por ti hasta más no poder,

para que me quieras esta vez,

me daré el lujo de enamorarte,

no te daré un viaje a Marte,

pero sí el amor que en mí ha de

nacer.

Para ti niña escribo como ves,

porque te quiero hoy,

tal vez mañana me voy

y cambie mi camino antes de llegar

a tres.

La vida te trajo a mí,

Por eso estoy para ti,

para que antes del fin,

lo bueno que hagamos quede aquí.

Para que me quieras

cuando puedas sent i rlo en tu

corazón

con tus sentimientos y tu razón.

Yo seguiré aquí en la espera… I.I.

J. Rincón (El Príncipe de la Poesía)

[email protected]

+ Poiesis

materiales pudiera elegir, cualquier

objeto es insignificante si se com-

para con el placer de sentir que

estás con papá, que él se preocupa

por ti y que procura tu bienestar

(Fue así como el material dejó de

ser objetivo principal para conver-

tirse en pretexto).

Recordé entonces una escena

vivida algunos años atrás, cuando

escuchando la conversación que

sostenía una prima con su papá,

en la que él le aconsejaba y le

trataba con palabras de afecto, no

pude hacer más que llorar, porque

nunca tuve quién me tratara de tal

manera, ahora tengo quien me

hable así y quien, de algún modo,

demuestre su preocupación por

mí… le amo como se ama a un

hombre, pero también le amo

como amaría a papá. I.I.

Kevin Zapata Monroy. Grado 1°

I.E. Fe y Alegría Granizal. 2014

Comuna 01 — Medellín

dulces su golosina favorita, estuve

feliz y muy agradecida, por eso le

manifesté mi sentimiento con un

abrazo, mientras él me decía que ya

no tenía hijos con los cuales salir de

compras... que yo era su hija, acto

seguido, ingresamos a otro al-

macén, y él me dijo: ―escoge‖.

Obnubilada por el sentimiento

que me embargaba, ya no

supe que

e s c o g e r ,

pero es-

cogí y en

otra tienda

volví a

escoger,

que no

impor-

t a b a

q u é

o b j e -

t o s

Como una niña en tienda de dulces

Imagen tomada de: http://ahaat.n2ta.com/date/2014/06/25

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Algo de mi hoja de vida en

relación con la escritura:

44 años, de Ciudad Bolívar,

departamento de Antioquia.

Hija de cafeteros y luchadores

de la vida, como tal Alegna

(quien escribe en nombre de

Ángela) se forja como una voz

de lucha en contra de la muerte,

el miedo y el fantasma del no

saber.

En 1999 publiqué Alegna y el

fuego. en homenaje a 2 personas

que murieron. (entre ellos mi

hermano).

Ángela es diseñadora gráfica

de UPB- gerente de a:z agencia

de marca, madre de 2 hijos

(Aurora y Marco) - mujer lucha-

dora y apasionada con la letra

como objeto de diseño para las

marcas.

Alegna es una mujer que siente

que apenas empieza a encajar en

el mundo, que empieza a encon-

trar sentido a muchas cosas y

renuncia a escribir a la muerte,

para ... en un futuro escribir a la

vida y enaltecerla.

Alas

Desde una ventana

arrojé al viento

la confusión,

con hilos azules

t e j í a l a s

y las até a mis pie s .

Me lancé al abismo,

busqué la libertad,

colmar mi sed.

Sólo

cuando estuve lejos

—lloré—. I.I.

En las noches

seré roja,

fría,

siniestra.

Observaré las gaviotas

y mis labios .

Sombras so l i t a r i as

desl izarse en el asfal to. I .I .

Pompeyana

En los p i e s de l Vesub io

so l i t a r i a s i l ba una ga i t a ,

en l os p i es de l Vesubio

una boca e te rna gr i t a :

Soy Pompeyana,

sostengo un mágico bastón,

en mis cabel los

se enreda un acer ti jo ,

mujeres de ceniza

entonan ant iguos cantos

desnudan el temblor .

—No conozco mi verdadero

nombre—

Tantas veces he s ido reina

cabalgando una docena de leones,

tantas, mendiga bebiéndome

las aguas del pozo.

Las escalinatas se destrozan,

los muros quedan intactos .

Soy Pompeyana,

bajo el brazo

traigo mi rostro

en ruinas . I.I.

Ángela María Zapata Vásquez

[email protected] Tiempo de hadas

Quiero descifrar el tatuaje del

cielo,

hurgar con mis ojos y escaparme

para que me ocurras

—hijo—

y escriba sólo un poema

que cante el regreso de las hadas

al lugar donde no seremos

extranjeros. I.I.

Ánfora

Baj o la noche

en secre to

guardo la tumba de las naves,

t odas l as que v iv í

y cada ves t i do que usé

ahora l levo un manto

que una mañana tej í

con cada uno de mis nombres

—como armadura—. I.I.

Seôl

Sé que un día seré luz

y s i lencio,

es taré sola

y blanca

seré al ta

única

inmensa

—una—

Sé que un día estaré dilatada

y esparcida ,

cerca del sol

abandonaré el color .

Seré ausencia

y ceguedad,

estaré l iviana

seré nada.

En los días

seré cualqu ier f igura

inventada en cualquier pupila,

l ímite ,

nacimiento de aguas verticales,

aguas como árboles,

bebida del hombre

bebida del sol .

Algunos poemas de ‘Alegna y el Fuego’

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diente, algunos le recordaban

anécdotas del pasado, otros solo

brindaban con él y se aguaban

entre el trago y las lágrimas,

algunos simplemente lo miraron

a los ojos y se

tomaron el

trago en silen-

cio. Así, pasa-

ron veinte mi-

nutos mien-

tras sonaron,

o : Che ban-

doneón, Cho-

rra, Te vas

arrepentir, La

viruta, entre

otros. Y lue-

go, volvió a

comenzar la

r o n d a

¿ c u á n t o s

agua rd ient es

se tomó don

Juan Antonio

esa noche,

cuántos Tan-

gos sonaron?

No lo sé, de

lo único que

estoy seguro

es que al fina-

lizar la ronda tercera extrañó a

Catalina y, por tanto, fue com-

placido con Uno, cantado por

Roberto Goyeneche, lo anterior

quiere decir que ya estaba en las

puertas de la borrachera. Para

(Continúa en la página 7)

Aires, su nombre fue en honor al

compositor argentino Catulo

Castillo, a quien su padre, Al-

berto Castillo Echeverry, admi-

raba. Aprovechando la similitud

entre los ape-

llidos decidió

que su pri-

mogénito se

llamase de es-

ta manera. Ca-

tulito creció

con ese amor

extraño e inex-

plicable que

nace hacia el

Tango cuando

se le escucha,

se le vive y se

le siente reco-

rrer la piel en

cada tonada y

en cada letra,

esto fue lo que

le llevó a ga-

narse la vida

por medio de

la pasión que

heredó de su

progenitor. En

el sonido del

bar irrumpió

rítmicamente el bandoneón de

Por qué canto así, la voz de Ju-

lio Sosa acompañó ese instante

en el que don Juan Antonio pasó

junto a sus amigos de juventud y

con cada uno se tomó un aguar-

Ya sé, no me digas, tenés

razón la vida es una herida ab-

surda, y es todo, todo tan fugaz,

que es una curda - ¡nada más!-

¡mi confesión! Catulo Castillo/

Aníbal Troilo. Don Juan Anto-

nio llegó al bar a eso de las ocho

y media de la noche, todos los

comensales que estaban allí ob-

servaron su entrada, su paso len-

to, pausado, como si pensara

cada pisada, el silencio fue ge-

neral, pues nadie se atrevía a

seguir hablando, sin embargo,

desde que todos estaban allí sin-

tieron en el ambiente ese aire de

tristeza que suele enrarecer las

despedidas. El primero que se

acercó a recibir a don Juan An-

tonio fue su amigo de toda la

vida Gonzalo Montoya, conoci-

do por todos como Chalo. -

¡Quiubo, toñito! ¿Cómo estás? –

le preguntó y en ese momento le

alargó una copa con un aguar-

diente doble. Le sonrió a don

Juan Antonio quien tomando la

copa se lo lanzó de una vez, sin

preámbulos. Chalo volteó en el

acto y en tono triste simulado,

con alegría gritó-. ¡Catulito, mi-

jo! Soltá la canción. Catulo

Alonso Castillo Jaramillo, ese

era el verdadero nombre del dj y

dueño del bar Pequeño Buenos

La última curda

Arbey Salazar Blandón

… la voz de Julio Sosa

acompañó ese instante

en el que don Juan An-

tonio pasó junto a sus

amigos de juventud y

con cada uno se tomó

un aguardiente, algunos

le recordaban anécdotas

del pasado, otros solo

brindaban con él y se

aguaban entre el trago y

las lágrimas, algunos

simplemente lo miraron

a los ojos y se tomaron

el trago en silencio…

Imagen tomada de:http://www.artistasdelatierra.com/artistas/moncosta2

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II den t i da d No . 04 3 P ÁGINA 7 M

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y los que pronto nos reuniremos

con esos que se adelantaron, por

este trago, por ustedes, por la

última curda, amigos, la última

curda. -Negrito, ¿te sentís bien?

–Le preguntó

Catulito-, si

querés para-

mos aquí para

que te vayás

y descansés. -

No, no, estoy

bien –su voz

enredada lo

delataba. Aún

con la copa

en lo alto les

hizo un gesto.

Chalo y Catu-

lito alzaron

las de ellos,

brindaron con

él y se toma-

ron el trago.

Chalo le hizo

una seña con

la cabeza a

C a t u l i t o ,

q u i e n

a c e r c á n d o se

al tocadiscos

puso La últi-

ma curda ,

cantada por

Goyeneche y

la Orquesta

típica de Aníbal Troilo. Don

Juan Antonio pasó junto a cada

uno de sus amigos y se despidió

de ellos entre lágrimas y pala-

bras como: Toñito o Negrito,

resumir, esa noche don Juan An-

tonio hizo seis rondas de despe-

dida, cada vez más lentas y más

conversadas. Se acercó la hora

cero de la no-

che, don Juan

Antonio sintió

que caía sin

retorno rumbo

al Hades. -

¿Tan pronto? –

se preguntó en

voz alta, Chalo

y Catulito lo

miraron de

soslayo, luego

voltearon para

o b s e r v a r l o

completamen-

te, don Juan

Antonio se

sentó en la

silla más alta

que estaba cer-

ca de la barra,

su rostro se

alargó, quizá,

porque creyó

que llegaba al

fin, pensó en

Catalina otra

vez, sí, estaba

completamente

ebrio. Tomó la

copa en la ma-

no y la alzó para brindar con sus

dos amigos-. Por la amistad, por

el amor, el desamor, los sinsa-

bores de la vida, por los que se

fueron, por los que aún estamos

(Viene de la página 6) nos volveremos a ver. No quiso

tomarse un trago más, era difícil

decirle adiós a sus amigos en

sano juicio, por eso bebió, las

despedidas para él eran puñales

en la espalda, era negarse a ver-

los de nuevo, disfrutar de sus

compañías, era negarlos, como

negó a su padre Carlos García el

día que lo enterró en el cemen-

terio San Pedro, mientras que la

orquesta típica que contrató le

tocaban Malena una y otra vez.

Además, el último trago estaba

reservado para Chalo y Catulito.

Al final, volvió donde se encon-

traban ellos dos. -¡La última

curda! –les dijo. Señaló las co-

pas vacías, Catulito las llenó

hasta el borde, cogieron sus tra-

gos, brindaron en silencio y se

los tomaron. Soltó la copa sobre

la barra y abrazó a Catulito,

quién dejó que se repitiera can-

tidad de veces La última curda.

Luego, se acercó a Chalo al que

simplemente le estiró al mano. -

Nos veremos… por ahí, Chalito,

mijo. -¡Claro, papá! Nos vere-

mos por ahí. Los dos asintieron

con las cabezas, soltaron sus

manos, don Juan Antonio volteó

y entre tumbos y el vaivén cau-

sado por el licor llegó a la puer-

ta de la calle donde el hijo de

Catulito lo esperó para llevarlo

a la casa. -Su última curda –le

dijo Catulito a Chalo y sirvió un

trago más para su amigo. -Sí, su

última curda, -respondió Chalo

y secó sus lágrimas. I.I.

… No quiso tomarse un

trago más, era difícil

decirle adiós a sus ami-

gos en sano juicio, por

eso bebió, las despedi-

das para él eran puñales

en la espalda, era negar-

se a verlos de nuevo,

disfrutar de sus com-

pañías, era negarlos, co-

mo negó a su padre

Carlos García el día que

lo enterró en el cemen-

terio San Pedro, mien-

tras que la orquesta típi-

ca que contrató le toca-

ban Malena una y otra

vez…

Imagen tomada de: http://museodelarte.blogspot.com/2011/09/borrachos-vincent-van-gogh.html

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cincuenta, la de Gaitán Durán cons-

tituye una excepción del mismo

modo como lo es dentro de la poes-

ía hispánica llamada erótica. Esa

excepción se funda precisamente en

la liberación de Eros de las cargas

morales y dogmáticas que lo con-

virtieron en pornografía y obsceni-

dad, como también en la liberación

política de las cargas igualmente

moral-dogmáticas que la convirtie-

ron en principios abstractos y

f i n a l m e n t e a n t i h u m a n o s .

(Alvarado, p. 1)

Al conocer a grandes rasgos los

antecedentes del autor, se puede

comprender entonces la perspectiva

y el concepto estético desde los

cuales se vislumbra su obra, rasgos

observables en su poemario: “Si

mañana despierto” publicado en

1961, constituido por veinticinco

poemas entre los cuales se haya la

razón del título y una recurrencia

respecto al tema de la muerte como

símbolo representativo de estados

más sublimes y placenteros que los

que se pudieran experimentar con

la muerte física: el orgasmo, “el

instante eterno”. Sin embargo, la

reiteración de este tema no es ex-

clusivo de “Si mañana despierto”,

puesto que, ojeando el poemario

“Amantes”, se constata que éste es

un tema que posiblemente atraviese

su obra a partir de 1948.

La muerte en “Si mañana despier-

to”, se nos presenta como el símbo-

lo del máximo placer sexual más

conocido como el orgasmo o como

el deseo igualmente sexual, sin em-

bargo, esto no es tan simple como

decir que la muerte equivale al or-

gasmo o al deseo, sino que hay

otros componentes contextuales

que posibilitan que se hagan tales

conjeturas, por tal razón es perti-

nente valerse de los fragmentos de

algunos poemas, por ejemplo, en

“Quiero apenas” dice lo siguiente:

responder a la consigna: “éste es el

deber ser, y fuera de éste no cono-

cemos más”.

Fue por los continuos viajes de

Gaitán Durán a Europa y Asia

que éste logró una perspectiva

cosmopolita de la literatura, del

lenguaje, de lo estético, de los

asuntos morales, entre otros. He

aquí la razón por la que el autor no

se inscribe dentro de la poesía

romántica de lenguaje santurrón y

eclesiásticamente aceptable: cono-

ció la obra del Marqués de Sade y

fue un ferviente admirador de ésta,

por su capacidad de nombrar lo

innombrable, lo que se vive y se

siente pero no se dice, aquello de lo

que nunca se habla… a nuestro

poeta le preocupaba esa incomuni-

cación.

En esta idea radica el interés de

Gaitán Durán por la obra del Mar-

qués de Sade, y especialmente por

el erotismo. Según el poeta colom-

biano, en la antesala de la Revolu-

ción Francesa, en su fragor, y aun

después, ningún escritor, excepto

Sade, ha conseguido servirse

de la literatura para de-

cir toda la verdad y expresar

con ello las censuras que a

través del lenguaje le ha im-

puesto al hombre la civiliza-

ción, pues el pretendido elogio

del vicio y del libertinaje fue

una respuesta violenta de Sade

cuyo único fin era develar al

hombre la faz oscura de su

verdad: para defender la socie-

dad, hemos concebido críme-

nes más atroces que los imagi-

nados por Sade, pero rechaza-

mos la libertad de sus persona-

jes. "Sade desnuda al hombre

para ofender a la sociedad,

porque la sociedad ofende al

hombre".(Áreas Culturales del

Banco de la República, p.1).

Parafraseando a Alvarado,

dentro de la poesía de la

lengua española de los años

Para esos tiempos (entre 1948 y

1962), escribir como lo hacía Jorge

Gaitán Durán, fue un acto revolu-

cionario, puesto que Colombia esta-

ba acostumbrada a otro tipo de es-

critura, una escritura que corres-

pondía a una oratoria de constitu-

ción política y a una falsa retórica,

en la que se acartonaban sentimien-

tos, pensamientos, conocimientos y

la realidad misma, bajo la lógica de

pautas, lenguaje y estructuras tex-

tuales, como componente de una

estética europea mandada a recoger

para los europeos, pero “nueva”

para los colombianos, quienes no

proponían, sino que se limitaban a

reproducir y seguir dichas pautas,

cuestiones que muy bien pudieran

La muerte en Gaitán Durán (si mañana despierto)

Catalina Nanclares Escobar

Integrante AsohuellaS

[email protected]

“Esta es la fiesta

en que más recordamos a la muerte”.

Jorge Gaitán Durán

Poema “Sé que estoy vivo”.

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la muerte física, pero como

producto del deseo del yo

poético, y éste (el deseo),

entendido como el deseo

sexual, en otras palabras,

el yo poético muere de de-

seos, y por no confesar su

deseo, está enfermo, pero

aun así, él continúa desean-

do “Arder como un sol ro-

jo”. El color rojo, es símbo-

lo del deseo, el placer

sexual y la violencia, éste

resulta reiterativo y hace

parte de ese contexto en el

que se halla inmerso el con-

cepto de muerte en la poesía

de Gaitán Durán.

En el poemario “Si mañana

despierto”, se encontrará recurren-

cia temática de la muerte, pero bajo

la connotación de Gaitán Durán, en

un contexto en el que se mencionan

los cuerpos desnudos y el color

rojo, de manera recurrente. Por otro

lado, se puede observar la reconfi-

guración del discurso de un autor

que inició como romántico y por

ende egocéntrico, pero que se abrió

a otras posibilidades más moder-

nas: “antes pensaba en mi dolor,

ahora pienso en el dolor de todos”.

Vas a morir, me dicen. Tu

enfermedad

e s i nc urab le . So lo p ued e

sa lva r t e

el milagro que niegas.

Mas quiero apenas

arder como un sol rojo en tu

cuerpo blanco.

Aquí, por la relación contextual

en la que se encuentra la palabra

muerte, se presenta no como

símbolo del orgasmo, sino como

EL INSTANTE

Ardió el día como una rosa.

Y el pájaro de la luna huyó

cantando. Nos miramos desnudos.

Y el sol levantó su árbol rojo.

En el valle. Junto al río,

dos cuerpos bellos, siempre

jóvenes. Nos reconocimos.

Habíamos muerto y despertábamos

del tiempo. Nos miramos de nuevo,

con reparo. Y volvió la noche

a cubrir los memoriosos. I.I.

Referencias

Alvarado, H. (s.f.). Ajuste de

Cuentas. Recuperado el 5 de No-

viembre de 2014, de Sitio web de

H a r o l d A l v a r a d o : h t t p : / /

www.antologiacriticadelapoesiacol

ombiana.com/mitop.html

Banco de la República. (s.f.).

Áreas Culturales del Banco de la

República. Recuperado el 5 de No-

viembre de 2014, de Banco de la

R e p ú b l i c a : h t t p : / /

w w w . b a n r e p c u l t u r a l . o r g /

e x p o s i c i o n e s - i t i n e r a n t e s /

cote_gaitan/jorge_gaitan

Había una

vez un ni-

ño que no

se cuidaba

l a

salud y

se llama Alejandro. Él solo comía

dulces y mecato.

Un día su mamá le dijo que hicie-

ra ejercicio. En una semana ya es-

taba en forma, se metió a los jue-

gos olímpicos de natación y se

ganó 3 medallas y tuvo viajes a

Paris, Londres y Brasil.

S u ma má

estaba muy

orgullosa

de él.

Un día

su mamá

m u r i ó .

Ale j andro

quedó agra-

decido

c o n

s u

mamá

porque

lo sacó

a d e l a n t e

con el deporte. I.I.

Mi amigo no se cuida la salud

Nicolás Saldarriaga Arango. 9 años

Grado 4o –2. I.E. Juan de Dios Carvajal

Comuna 08 — Medellín

Imagen tomada de: http://porelamoralarte.blogspot.com/2014/03/ramiro-

ramirez-cardona-pintor.html

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plo, a García Márquez o a Sarama-

go, a Allende, a Kafka y otros miles

más quienes han llenado sus libros

del contenido de su existencia y lo

han adornado a su manera para no

dejar pasar sus vidas sólo en ellos

mismos, es decir, han sido amables

con la humanidad al compartirles

su manera de ver la vida y de vivir-

la. A lo que voy con todo esto es a

que, así es nuestra existencia, llena

de recuerdos buenos y malos, y uno

puede como los escritores compar-

tir lo vivido y esos recuerdos inol-

vidables, o los que están en esas

que hemos llamado páginas en

blanco, o por el contrario guardár-

noslo muy adentro, de manera tan

personal y secreta que sólo nos

pueden llegar hasta nosotros en el

momento que uno quiere, o le lle-

guen por cosas de la vida misma.

II

-Recuerdos de la existencia tengo

muchos, recuerdos que están llenos

de gran contenido y de páginas en

blanco. Me dijo.

-Recuerdo que me encontraba

una vez, absorto, en un parque mi-

rando los árboles tantos ello. Yo

los miraba con un encanto propio y

hallaba en ellos una serenidad, una

calma, un mecerse justo y una quie-

tud plena en su altivez, en su color,

alguien, especialmente en el amor,

es de lo que realmente estábamos

enamorados.

De la misma manera creo que

existen también algunas páginas en

blanco en nuestras vidas en las que

uno se pregunta -¿y qué hice en

este o aquel momento, con aquél o

con aquélla? Se nos viene encima

una respuesta glacial que nos dice –

Nada- entonces empieza uno a elu-

cubrar cómo darle un contenido

artificial, claro está, para no dejarlo

pasar de largo; pero que termina a

nuestro favor diciéndonos que pu-

dimos haber hecho esto o aquello,

que pudimos ir a este o aquel lugar,

que por qué carajos nunca se nos

ocurrió tal o cual cosa. Y es así co-

mo nos vamos

con esas pági-

nas, y no son

páginas en blan-

co, en el sentido

literal, llenas

de soledad, tris-

teza o amargu-

ra, siempre son

páginas a las

cuales el conte-

nido fue sólo un

pasar, un ir por

inercia que di-

cen.

Mira por ejem-

Para Ángela.

I

-Las aventuras nunca mueren

¿sabes? Comenzó con su relato -

Son como esas situaciones o

hechos en las que uno dice – No

esperé nunca que pudiera vivir algo

así. Nos encontramos con cada co-

sa: un parque, un árbol situado en

un sitio tal, una imagen o una serie

de imágenes que cuando pasa el

tiempo, esbozamos una sonrisa o

cerramos los ojos y suspiramos

hondo para traerla al presente lo

más fiel posible, y cuando decimos

algo se nos sale un - ¡Carajo que

momentos! de la misma manera nos

sucede con las personas, se nos

hacen tan entrañables a veces, que

cada momento significativo vuelve

a uno en el momento menos espera-

do sin importar la situación, por

ejemplo, cuando vas de afán o con

calma, si estás dormido o despierto,

si estás bien o mal, pero llegan así

sin pedirte permiso, sin decirte na-

da.

Lo que me ha llevado a una ligera

conclusión en todos estos años es,

que eso que uno más recuerda de

Malena era un tango

Y Griega Winikott

Habitante de la Metagalaxia

[email protected]

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en su vida amorosa y no era que

ella lo quisiera, al menos no, de

manera consciente , pero su destino

estaba escrito, por decirlo de algu-

na forma, que un día cualquiera se

levantaría tirada en un parque ,

golpeada, ultrajada, juzgada por

todo aquél que la vio. Ella se le-

lo milimétrico de cada hoja y la

repetida diferencia en el tronco de

cada uno. Aunque he

visto otros parques con

mayor cantidad de

árboles y más bellos

incluso, éste me gusta

porque me enseñó a

entender la belleza que

trae cada cosa. Por eso

cuando conozco a al-

guien, me fijo en lo

hondo de sus sonrisa y

en la profundidad de

sus ojos, ya que así lo-

gro entender un poco

las razones de su ac-

tuar. Reprochándole

menos y ayudándole

más. Cuando se da el

caso.

Las personas preferi-

mos señalar, criticar,

excluir, e ignorar que

ayudar y saber que tan-

tos profesionales caen

en esto y de manera tan

fácil, por eso cuando

estoy frente a uno de

ellos o una persona vul-

gar y tosca en el trato

con el otro u otra, sólo

puedo sentir una pro-

funda tristeza por ellos,

pues sólo saben lasti-

mar y a su vez lastimar-

se a sí mismas.

Con las páginas en

blanco no puede uno

sentirse mal y a quienes

hayan pasado por ahí

uno no puede odiarles o

sentir por ellas pena, lo

preciso y justo es dese-

arles tanta suerte y fe-

licidad cada día, porque

a lo mejor están llenan-

do las suyas y las de otros de una

manera especial.

Mira, yo recuerdo a una mujer

que siempre fue de tumbo en tumbo

(Viene de la página 10) vantó y decidió cambiar su estilo

de vida y aprendió a elegir y a

construir una mejor vida para sí

misma. Uno se prepa-

ra para vivir como

quiere y si es capaz

de levantarse de sus

caídas no le irá mal.

Pero todo recuerdo

no es felicidad, ya lo

sabemos existen re-

cuerdos mustios que

acallan el corazón,

porque como la can-

ción de Saenz “El

dolor cuando es por

dentro es más fuerte/

y no se alivia con

decírselo a la gente”

Te carcomen el alma

y ahí el suspiro es

hondo, luego de lle-

gada la imagen a

nuestra cabeza viene

la tristeza y te va do-

liendo. Sientes como

una oleada que entra

por el corazón y que

termina en el estóma-

go entonces deseas

llorar y tus ojos se

ponen vidriosos, el

aburrimiento llega

innegablemente. Esas

cosas pasan, digo yo

que tienen que pasar-

nos para que pueda

formarse nuestro ser

y definir la personali-

dad y el carácter, de

ello está hacho el ser

humano. No podría

ser sin esa materia de

la vida cotidiana que

lo forma desde la ni-

ñez hasta llegar a su

vida adulta. De lo

contrario creo, el des-

moronamiento hubie-

se sido inevitable y de la humani-

dad no habría hoy por hoy siete

mil millones de personas.

(Continúa en la página 12)

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Imágenes tomadas de:

http://weblogs.clarin.com/antilogicas/page/

Se sentía plácido, así que de-

cidió volver a la calle y dar un

paseo largo miró el reloj y se

enteró que apenas eran las

10:10 de la noche, se vistió de

nuevo, se acomodó la chaqueta

y las botas negras que más le

gustaban, aunque luego deci-

dió ir sin abrigo alguno. Esta-

ba seguro, y se lo dijo a sí mis-

mo, que todavía faltaba algo

mejor que todo cuanto había

recibido ese día y se recono-

ció también, que era un avaro

y un pretensioso; pero por qué

no, si él había decidido lograr

tantas cosas que hasta ahora no

había querido tener. Enumeró

mentalmente los lugares a los

que iría: Un mirador desde

donde pudiera otear la ciudad,

un parque y una calle cuesta

abajo, la que fuera, no impor-

taba. I.I.

(Continuará en la edición

No. 044 de Identidad)

Fomentamos

la lectura

y la escritura.

Este es tu espacio.

Está esperando tus

opiniones, tus cuentos,

tus ensayos, tus

poemas, tus pinturas,

t u s e s c u l t u r a s ,

t u s p a r t i t u r a s ,

t u s fotografías, tus

imágenes, tu música,

t u e s c r i t u r a , t u s

e x p r e s i o n e s . . .

Tu s l e c t u r a s d e l

universo conocido

y d e s c o n o c i d o . . .

Da r ienda sue lta a

t u i m a g i n a c i ó n …

Invita:

A S O H U E L L A S

A s o c i a c i ó n

C o m u n i t a r i a

D e j a n d o

H u e l l a s

Más información con Humberto

Londoño. Correo Electrónico:

[email protected]

III

Voy a contarte una historia que

conocí, para que entiendas un po-

co más de lo que te he dicho y lo

que me ha llevado a pensar todo

cuanto te he venido diciendo.

Aquella noche relegó la lectura

y bebió una botella de vino blan-

co más a prisa, pues había tenido

un día estupendo, pudo comer tan

bien y con tan buenos comensales

que una sonrisa se le dibujaba en

el rostro de sólo evocarlo en sus

imágenes mentales, pudo charlar

con sus amigos más queridos, es-

tuvo tranquilo y sereno, salvo un

par de ‖culebras‖ le quitaron por

un momento la emoción y la

alegría que lo embargaba. Vio las

hojas de los árboles caer como

tanto le gustaba. Al llegar al apar-

tamento miró cuánto desorden y

entonces emprendió a limpiar,

dándole lugar a cada cosa.

(Viene de la página 11)

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