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El 17 de septiembre, la Iglesia conmemora a Hildegard de Bingen (1098-1179), una monja benedictina, visionaria, escritora, músico, artista, curador y consul-tora político.

Nacido en Bermersheim, Ale-mania, Hildegard era la menor de diez hermanos, y a la edad de 3 años, experimentó su primera visión, lo que más tarde se re-firió como la “Sombra de la Luz Viviente” [Shade of the Living Light]. Ella fue enviada a vivir con Jutta, un mujer santa, que enseñó Hildegard a recitar el salterio y para leer y escribir.

La perspectiva de una vida de educación, devoción y liber-tad intelectual hizo que muchas otras niñas y mujeres jóvenes se unieran a ellas, y se formó un convento con Jutta como abade-sa. En 1136, después que Jutta murió, Hildegard se convirtió en abadesa. Hildegard llegó a fun-dar dos conventos adicionales.

Hildegard produjo una extensa obra escrita sobre temas tales como la historia natural, la cosmología, la música, la poesía, la teología y la

El 17 de septiembre, la Iglesia conmemora a Hildegard de Bingen (1098-1179), una monja benedictina, visionaria, escritora, músico, artista, curador y consul-tora político.

Nacido en Bermersheim, Ale-mania, Hildegard era la menor de diez hermanos, y a la edad de 3 años, experimentó su primera visión, lo que más tarde se re-firió como la “Sombra de la Luz Viviente” [Shade of the Living Light]. Ella fue enviada a vivir con Jutta, un mujer santa, que enseñó Hildegard a recitar el salterio y para leer y escribir.

La perspectiva de una vida de educación, devoción y liber-tad intelectual hizo que muchas otras niñas y mujeres jóvenes se unieran a ellas, y se formó un convento con Jutta como abade-sa. En 1136, después que Jutta murió, Hildegard se convirtió en abadesa. Hildegard llegó a fun-dar dos conventos adicionales.

Hildegard produjo una extensa obra escrita sobre temas tales como la historia natural, la cosmología, la música, la poesía, la teología y la

15 DE SEPTIEMBRE DE 2013 – DECIMOSÉPTIMO DOMINGO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

HILDEGARD DE BINGEN

15 DE SEPTIEMBRE DE 2013 – DECIMOSÉPTIMO DOMINGO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

HILDEGARD DE BINGEN

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Ilustración de Hildegard de Bingen del Scivias, alrededor del año 1165

Ilustración de Hildegard de Bingen del Scivias, alrededor del año 1165

medicina. En 1151 completó Scivias (latín para “conocer los caminos”), el primero de tres obras teológicas que describen sus visiones.

A través de sus escritos, Hildegard llegó a ser bien conocida y muy respetada, y su consejo fue buscado entre los reyes, arzobispos y papas.

A la edad de 60, ella comenzó a predicar en giras por todo el imperio alemán.

Hildegard era también una consumado compositora, que escribió volúmenes de música religiosa, de las cuales aún existen 69 composiciones musicales, incluyendo el Ordo Virtutum, un drama litúrgico del antaño.

Oración para Hildegard de Bingen

Dios de todos los tiempos y las estaciones: Danos la gracia que, a ejemplo de tu sierva Hildegard, puede tanto conocer y dar a conocer la alegría y el júbilo de ser parte de tu creación, y manifestar tu gloria no sólo con nuestros labios, sino en nuestras vidas, por Jesucristo nuestro Salvador, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amen (“Santas, Santos”, pág. 589).

medicina. En 1151 completó Scivias (latín para “conocer los caminos”), el primero de tres obras teológicas que describen sus visiones.

A través de sus escritos, Hildegard llegó a ser bien conocida y muy respetada, y su consejo fue buscado entre los reyes, arzobispos y papas.

A la edad de 60, ella comenzó a predicar en giras por todo el imperio alemán.

Hildegard era también una consumado compositora, que escribió volúmenes de música religiosa, de las cuales aún existen 69 composiciones musicales, incluyendo el Ordo Virtutum, un drama litúrgico del antaño.

Oración para Hildegard de Bingen

Dios de todos los tiempos y las estaciones: Danos la gracia que, a ejemplo de tu sierva Hildegard, puede tanto conocer y dar a conocer la alegría y el júbilo de ser parte de tu creación, y manifestar tu gloria no sólo con nuestros labios, sino en nuestras vidas, por Jesucristo nuestro Salvador, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amen (“Santas, Santos”, pág. 589).

Ilustración de Hildegard de Bingen del Scivias, alrededor del año 1165 Ilustración de Hildegard de Bingen del Scivias, alrededor del año 1165