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  • Harry Potter y la Orden del Fnix J.K. Rowling

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    Ttulo original: Harry Potter and the Order of the Phoenix Traduccin: Gemma Rovira Ortega

    Ilustracin: Dolores Avendao

    Copyright J.K. Rowling, 2003 Copyright Ediciones Salamandra, 2004

    El Copyright y la Marca Registrada del nombre y del personaje Harry Potter, de todos los dems nombres propios y personajes,

    as como de todos los smbolos y elementos relacionados, son propiedad de Warner Bros., 2000

    Publicaciones y Ediciones Salamandra, S.A.

    Mallorca, 237 - 08008 Barcelona - Tel. 93 215 11 99 www.salamandra.info

    Reservados todos los derechos. Queda rigurosamente prohibida, sin la autorizacin escrita de los titulares del "Copyright", bajo las sanciones

    establecidas en las leyes, la reproduccin parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, incluidos la reprografa y el tratamiento informtico, as como la distribucin de ejemplares mediante alquiler

    o prstamo pblicos.

    ISBN: 84-7888-746-6 Depsito legal: NA-913-2004

    1" edicin, febrero de 2004 2" edicin, marzo de 2004

    Printed in Spain

    Impreso y encuadernado en: RODESA - Pol. Ind. San Miguel. Villatuerta (Navarra)

  • Harry Potter y la Orden del Fnix J.K. Rowling

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    El texto digitalizado corresponde a la versin comercializada en Espaa. Las notas a pie de pgina indican el trmino o la frase correspondiente a la versin comercializada en Argentina: las notas no son explicativas en ningn caso, sino que en todos ellos lo que se transcribe es el vocablo que aparece en la versin comercializada en Argentina en lugar del correspondiente de la versin espaola escaneada en el que se haya puesto la nota dentro del texto. No se tiene constancia en el momento de esta digitalizacin acerca de cuantas versiones haya de esta traduccin, pero aparentemente al menos en Mxico hay otra versin diferente de las dos antes mencionadas. Hay unas cuantas diferencias ms, por ejemplo: Has pasado por pasaste, sucesos en el cementerio por sucesos del cementerio, eh, t por t, etc, que no se consignan. Tampoco se hace referencia a las diferencias respecto al tratamiento de la segunda persona del plural ("os dije" "venid" etc, que en la edicin argentina sera "les dije" "vengan" etc) Las notas se ponen solamente en la primera ocurrencia de la diferencia, y en adelante se dan por sobreentendidas... salvo excepciones. :-)

  • Harry Potter y la Orden del Fnix J.K. Rowling

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    para Neil, Jessica y David, que hacen mgico mi mundo

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    Dudley, dementado

    El da ms caluroso en lo que iba de verano llegaba a su fin, y un silencio amodorrante se extenda sobre las grandes y cuadradas casas de Privet Drive. Los coches, normalmente relucientes, que haba aparcados1 en las entradas de las casas estaban cubiertos de polvo, y las extensiones de csped, que solan ser de un verde esmeralda, estaban resecas y amarillentas porque se haba prohibido el uso de mangueras debido a la sequa. Privados de los habituales pasatiempos de lavar el coche y de cortar el csped, los habitantes de Privet Drive se haban refugiado en el fresco interior de las casas, con las ventanas abiertas de par en par, en el vano intento de atraer una inexistente brisa. El nico que se haba quedado fuera era un muchacho que estaba tumbado boca arriba en un parterre de flores, frente al nmero 4.

    Era un chico delgado, con el pelo negro y con gafas2, que tena el aspecto enclenque y ligeramente enfermizo de quien ha crecido mucho en poco tiempo. Llevaba unos vaqueros rotos y sucios, una camiseta ancha y desteida, y las suelas de sus zapatillas de deporte3 estaban desprendindose por la parte superior. El aspecto de Harry Potter no le granjeaba el cario de sus vecinos, quienes eran de esa clase de gente que cree que el desalio debera estar castigado por la ley; pero como el chico se haba escondido detrs de una enorme mata de hortensias, esa noche los transentes no podan verlo. De hecho, slo habran podido descubrirlo su to Vernon o su ta Petunia, si hubieran asomado la cabeza por la ventana del saln y hubieran mirado hacia el parterre4 que haba debajo.

    En general, Harry crea que deba felicitarse por haber tenido la idea de esconderse all. Quiz no estuviera muy cmodo tumbado sobre la dura y recalentada tierra, pero al menos en aquel lugar nadie le lanzaba miradas desafiantes ni haca rechinar los dientes hasta tal punto que no poda or las noticias, ni lo acribillaba a desagradables preguntas, como haba ocurrido cada vez que haba intentado sentarse en el saln para ver la televisin con sus tos.

    De pronto, como si aquel pensamiento hubiera entrado revoloteando por la ventana abierta, se oy la voz de Vernon Dursley, el to de Harry.

    Me alegro de comprobar que el chico ha dejado de intentar meterse donde no lo llaman. Pero dnde andar?

    No lo s contest ta Petunia con indiferencia. En casa no est.

    To Vernon solt un gruido.

    Ver las noticias... dijo en tono mordaz. Me gustara saber qu es lo que se trae entre manos. Como si a los chicos normales les importara lo que dicen en el telediario5. Dudley no tiene ni idea de lo que pasa en el mundo, dudo que sepa siquiera cmo se llama el Primer Ministro! Adems, ni que fueran a decir algo sobre su gente en nuestras noticias...

    Vernon! Chissst! le advirti ta Petunia. La ventana est abierta!

    Ah, s!... Lo siento, querida.

    1 Estacionados 2 Anteojos 3 Zapatillas 4 Cantero 5 Noticiario

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    Los Dursley se quedaron callados. Harry oy la cancioncilla6 publicitaria que anunciaba los cereales Fruit'n'Bran mientras observaba a la seora Figg, una anciana chiflada amante de los gatos que viva en el cercano paseo Glicinia y que en ese momento caminaba sin ninguna prisa por la acera. Iba con el entrecejo fruncido y refunfuaba, y Harry se alegr de estar escondido detrs de las hortensias, pues ltimamente a la seora Figg le haba dado por invitarlo a tomar el t cada vez que se lo encontraba en la calle. Ya haba doblado la esquina y se haba perdido de vista cuando la voz de to Vernon volvi a salir flotando por la ventana.

    Y Dudders? Ha ido a tomar el t?

    S, a casa de los Polkiss respondi ta Petunia con ingenuidad. Tiene tantos amiguitos, es tan popular...

    Harry hizo un esfuerzo y contuvo un bufido. Los Dursley estaban en la inopia7 respecto a su hijo Dudley. Se haban tragado todas esas absurdas mentiras de que durante las vacaciones de verano cada tarde iba a tomar el t con diferentes miembros de su pandilla. Harry saba muy bien que Dudley no haba ido a tomar el t a ninguna parte: todas las noches l y sus amigos se dedicaban a destrozar el parque, fumaban en las esquinas y lanzaban piedras a los coches en marcha y a los nios que pasaban por la calle. Harry los haba visto en accin durante sus paseos nocturnos por Little Whinging, pues haba pasado la mayor parte de las vacaciones deambulando por las calles y hurgando en los cubos de basura en busca de peridicos.

    Las primeras notas de la sintona que anunciaba el telediario de las siete llegaron a los odos de Harry, y se le contrajo el estmago. Quiz esa noche, por fin, tras un mes de espera...

    Un nmero rcord de turistas en apuros llena los aeropuertos, ya que la huelga de los empleados espaoles del servicio de equipajes alcanza su segunda semana...

    Ponerlos a dormir la siesta el resto de su vida, eso es lo que hara yo con ellos gru to Vernon cuando el locutor todava no haba terminado la frase, pero daba igual lo que dijera: fuera, en el parterre, Harry se relaj. Si hubiera pasado algo, era evidente que lo habran contado al inicio del telediario; la muerte y la destruccin son ms importantes que los turistas en apuros8.

    Harry suspir lenta y profundamente y mir hacia el cielo, de un azul intenso. Aquel verano haba experimentado lo mismo todos los das: la tensin, las expectativas, el alivio pasajero, y luego otra vez la tensin... Y siempre, cada vez ms insistente, la pregunta de por qu no haba pasado nada todava.

    Sigui escuchando por si descubra alguna pequea pista que pudiera haber pasado desapercibida a los muggles: una desaparicin sin resolver, quiz, o algn extrao accidente... Pero despus de la noticia de la huelga de empleados del servicio de equipajes, dieron otra sobre la sequa que asolaba el sudeste del pas (Espero que el vecino de al lado est escuchando! bram to Vernon. Ya s que pone los aspersores en marcha a las tres de la madrugada!); luego, otra de un helicptero que haba estado a punto de estrellarse en un campo de Surrey; y, a continuacin, la del divorcio de una actriz famosa de su famoso marido (Como si nos interesaran sus srdidos asuntos privados, coment con desdn ta Petunia, que haba seguido el caso obsesivamente en todas las revistas del corazn a las que haba podido echar mano).

    Harry cerr los ojos al intenso y resplandeciente azul del anochecer y oy que el locutor deca:

    Y por ltimo, el periquito Bungy ha descubierto una novedosa manera de refrescarse este verano. Bungy, que vive en el Cinco Plumas de Barnsley, ha aprendido a hacer esqu acutico! Mary Dorkins se ha desplazado hasta all para darnos ms detalles...

    6 Cancin 7 Completamente engaados 8 Varados

  • Harry Potter y la Orden del Fnix J.K. Rowling

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    Harry abri los ojos. Si haban llegado a la noticia de los periquitos que practicaban esqu acutico, no poda haber nada ms que valiera la pena escuchar. Rod con cuidado hasta quedar boca abajo y se puso a cuatro patas, preparado para salir gateando de su refugio bajo la ventana.

    Se haba movido unos cuantos centmetros cuando varias cosas sucedieron en un abrir y cerrar de ojos.

    Una fuerte detonacin, parecida al ruido de un disparo, rompi el perezoso silencio; un gato sali disparado de debajo de un coche aparcado y desapareci; del saln de los Dursley llegaron un chillido, un juramento y el ruido de porcelana rota, y como si sa fuera la seal que Harry hubiera estado esperando, se puso en pie de un brinco al mismo tiempo que sacaba de la cintura de sus vaqueros una delgada varita mgica de madera, como si desenvainara una espada; pero antes de que pudiera enderezarse del todo, su coronilla choc contra la ventana abierta de los Dursley. El ruido de la colisin hizo que ta Petunia gritara an ms fuerte.

    Harry tuvo la impresin de que su cabeza se haba partido por la mitad. Se tambale, con los ojos baados en lgrimas, e intent enfocar la calle para localizar el origen de la detonacin, pero cuando apenas haba conseguido recobrar el equilibrio, dos grandes manos moradas salieron por la ventana abierta y se cerraron con fuerza alrededor de su cuello.

    Guarda eso! le gru to Vernon al odo. Inmediatamente! Antes de que alguien lo vea!

    Sul-ta-me! exclam Harry con voz entrecortada.

    Forcejearon durante unos segundos; Harry tiraba de los dedos como salchichas de su to con la mano izquierda, mientras con la derecha mantena con firmeza su varita mgica en alto; entonces, al mismo tiempo que el dolor que Harry notaba en la coronilla le produca una punzada muy desagradable, to Vernon dio un grito y lo solt, como si hubiera recibido una descarga elctrica. Al parecer una fuerza invisible haba invadido a su sobrino y le haba impedido sujetarlo.

    Jadeando, Harry cay hacia delante sobre la mata de hortensias, se enderez y mir alrededor. No haba ni rastro de lo que haba causado la detonacin, pero en cambio unas cuantas caras miraban desde varias ventanas cercanas. Harry se guard apresuradamente la varita en los vaqueros e intent adoptar una expresin inocente.

    Qu noche tan agradable! grit to Vernon, saludando con la mano a la seora del nmero siete, la vecina de enfrente, que lo fulminaba con la mirada desde detrs de sus visillos. Ha odo cmo ha petardeado ese coche? Petunia y yo nos hemos dado un susto de muerte!

    Sigui manteniendo su espantosa sonrisa de manaco hasta que los vecinos curiosos hubieron desaparecido de sus respectivas ventanas; entonces la sonrisa de to Vernon se convirti en una mueca de ira y le hizo seas a Harry para que se acercara.

    Harry dio unos pasos hacia donde estaba su to, procurando detenerse fuera del alcance de sus manos para que no pudiera seguir estrangulndolo.

    Pero qu demonios te propones con eso, chico? pregunt to Vernon con una voz ronca que temblaba de rabia.

    Qu me propongo con qu? replic framente Harry, que no paraba de mirar a uno y otro lado de la calle con la esperanza de descubrir a la persona que haba producido aquel estruendo.

    Haciendo ese ruido; pareca el pistoletazo de salida9 de una carrera debajo de nuestra...

    No he sido yo dijo Harry con firmeza.

    9 Largada

  • Harry Potter y la Orden del Fnix J.K. Rowling

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    El delgado y caballuno rostro de ta Petunia apareci junto a la cara, redonda y morada, de to Vernon. Ta Petunia estaba plida.

    Qu hacas acechando debajo de nuestra ventana?

    S, eso es... Bien dicho, Petunia! Qu hacas debajo de nuestra ventana, chico?

    Escuchar las noticias contest Harry con tono resignado.

    Su to y su ta se miraron indignados.

    Escuchar las noticias! Otra vez?

    Bueno, es que cada da son diferentes, sabes? dijo Harry.

    No te hagas el listo conmigo, chico! Quiero saber qu es lo que tramas en realidad, y no vuelvas a venirme con el cuento se de que estabas escuchando las noticias! Sabes perfectamente que tu gente...

    Cuidado, Vernon! susurr ta Petunia, y el hombre baj la voz hasta que Harry apenas pudo orlo.

    ... que tu gente no sale en nuestras noticias!

    Eso es lo que t te crees repuso Harry.

    Los Dursley lo miraron con los ojos desorbitados unos segundos; entonces ta Petunia dijo:

    Eres un pequeo embustero. Qu hacen todas esas... ella tambin baj la voz, de modo que Harry tuvo que leerle los labios para entender la siguiente palabra lechuzas, sino traerte noticias?

    Aja! exclam to Vernon con un susurro triunfante. Nos tomas por tontos, chico? Como si no supiramos que son esos pestilentes pajarracos los que te traen las noticias!

    Harry vacil un instante. Esa vez le costaba trabajo decir la verdad, aunque era imposible que sus tos supieran lo mucho que le dola admitirlo.

    Las lechuzas... no me traen noticias dijo con voz montona.

    No te creo le espet ta Petunia al instante.

    Yo tampoco agreg to Vernon con mpetu.

    Sabemos que ests tramando algo raro continu ta Petunia.

    No somos idiotas dijo to Vernon.

    Bueno, eso s que es una noticia para m afirm Harry, cada vez ms enojado, y antes de que los Dursley pudieran ordenarle que regresara, haba girado sobre sus talones, cruzado el jardn delantero, saltado la valla y empezado a alejarse por la calle dando grandes zancadas.

    Haba metido la pata, y lo saba. Ms tarde tendra que enfrentarse a sus tos y pagar por su grosera, pero en ese momento eso no le importaba demasiado: tena asuntos mucho ms urgentes en la cabeza.

    Harry estaba convencido de que aquella detonacin la haba causado alguien al aparecerse o desaparecerse. Era el mismo ruido que Dobby, el elfo domstico, haca cuando se esfumaba. Y si Dobby estuviera all, en Privet Drive? Y si Dobby lo estuviera siguiendo en ese mismo instante? En cuanto se le ocurri esa idea, Harry se dio la vuelta y se qued mirando la calle, pero sta pareca completamente desierta, y Harry estaba seguro de que Dobby no saba cmo hacerse invisible.

    Sigui andando, sin fijarse apenas por dnde iba, porque paseaba tan a menudo por aquellas calles que sus pies lo llevaban automticamente a sus sitios preferidos. Miraba hacia

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    atrs con frecuencia. Algn ser mgico haba estado cerca de l mientras se encontraba tumbado entre las marchitas begonias del parterre de ta Petunia, de eso no tena ninguna duda, pero por qu no le haba hablado, por qu no se haba manifestado, por qu se esconda?

    Y entonces, cuando su sentimiento de frustracin alcanz el punto mximo, su certeza se difumin.

    Al fin y al cabo, quiz no hubiera sido un ruido mgico. Quiz estuviera tan ansioso por detectar la ms mnima seal de contacto con el mundo al que l perteneca que reaccionaba de forma exagerada ante ruidos normales. Estaba seguro de que no se trataba del ruido de algo que se haba roto en la casa de algn vecino?

    Harry not un vaco en el estmago, y casi sin darse cuenta volvi a invadirlo la sensacin de desesperanza que lo haba atormentado todo el verano.

    Al da siguiente por la maana el despertador sonara a las cinco en punto para que Harry pudiera pagar a la lechuza que le entregaba El Profeta; pero tena sentido que siguiera recibindolo? ltimamente Harry se limitaba a echarle un vistazo a la primera plana antes de dejarlo tirado en cualquier sitio; cuando los idiotas que dirigan el peridico se dieran cuenta por fin de que Voldemort haba regresado, sa sera la noticia de la portada en grandes titulares, y sa era la nica que a Harry le importaba.

    Si tena suerte, a la maana siguiente tambin llegaran lechuzas con cartas de sus mejores amigos, Ron y Hermione, aunque ya se haban agotado sus esperanzas de que sus cartas le llevaran noticias.

    Como comprenders, no podemos hablar mucho de ya-sabes-qu10... Nos han pedido que no digamos nada importante por si nuestras cartas se pierden... Estamos muy ocupados, pero ahora no puedo darte detalles... Estn pasando muchas cosas, ya te lo contaremos todo cuando te veamos...

    Pero cundo iran a verlo? A nadie pareca importarle que no hubiera una fecha exacta. Hermione haba escrito en su tarjeta de felicitacin de cumpleaos: Creo que te veremos pronto, pero qu quera decir pronto? Por lo que Harry haba podido deducir de las vagas pistas que contenan sus cartas, Hermione y Ron estaban en el mismo sitio, seguramente en casa de los padres de Ron. Harry no soportaba imaginrselos divirtindose en La Madriguera cuando l estaba atrapado en Privet Drive. De hecho, estaba tan enfadado con ellos que haba tirado, sin abrirlas, las dos cajas de chocolatinas11 de Honeydukes que le haban enviado por su cumpleaos. Despus, cuando vio la mustia ensalada que ta Petunia puso en la mesa a la hora de cenar, se arrepinti de haberlo hecho.

    Y qu era eso que tena tan ocupados a Ron y a Hermione? Por qu no estaba l ocupado? Acaso no haba demostrado que era capaz de llevar a cabo cosas mucho ms importantes que las que hacan ellos? Haba olvidado todo el mundo su proeza? Acaso no haba sido l quien haba entrado en aquel cementerio y haba visto cmo asesinaban a Cedric, y al que haban atado a aquella lpida y casi haban matado?

    No pienses en eso, se dijo Harry, severo, por ensima vez a lo largo del verano. Ya era bastante desagradable que el cementerio apareciera continuamente en sus pesadillas para que tambin pensara en l durante el da.

    Dobl una esquina y continu andando por la calle Magnolia; un poco ms all, pas por delante del estrecho callejn que discurra junto a la pared de un garaje donde haba visto por primera vez a su padrino. Al menos Sirius pareca entender cmo se senta Harry. Haba que reconocer que sus cartas contenan tan pocas noticias de verdad como las de Ron y Hermione, pero por lo menos incluan palabras de precaucin y de consuelo en lugar de tentadoras insinuaciones: Ya s que esto debe de ser frustrante para ti... No te metas en los y todo saldr bien... Ten cuidado y no hagas nada precipitadamente...

    10 del Innombrable 11 Chocolates

  • Harry Potter y la Orden del Fnix J.K. Rowling

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    Bueno, pens Harry mientras cruzaba la calle Magnolia, torca por la avenida Magnolia y se diriga hacia el parque, l haba seguido, en general, los consejos de Sirius. Al menos haba dominado el impulso de atar su bal al palo de su escoba e ir por su cuenta a La Madriguera. De hecho, Harry crea que su comportamiento haba sido muy bueno, teniendo en cuenta lo decepcionado y enfadado que estaba por llevar tanto tiempo confinado en Privet Drive, sin poder hacer otra cosa que esconderse en los parterres con la esperanza de or algo que indicara qu estaba haciendo lord Voldemort. Con todo, era muy mortificante que el que te aconsejaba que no hicieras nada precipitadamente fuera un hombre que haba cumplido doce aos de condena en Azkaban, la prisin de magos, que se haba fugado de ella, haba intentado cometer el asesinato por el que lo haban condenado y luego haba desaparecido con un hipogrifo robado.

    Harry salt la verja del parque, que estaba cerrado, y ech a andar12 por la reseca hierba. El parque estaba tan vaco como las calles de los alrededores. Cuando lleg a los columpios13 se sent en el nico que Dudley y sus amigos todava no haban conseguido romper, pas un brazo alrededor de la cadena y se qued mirando el suelo con aire taciturno. Ya no podra volver a esconderse en el parterre de los Dursley. Tendra que pensar otra manera de escuchar las noticias del da siguiente. Entre tanto no tena ms perspectiva que la de pasar otra noche de impaciencia y agitacin, porque incluso cuando se salvaba de las pesadillas sobre Cedric, tena sueos inquietantes en los que aparecan largos y oscuros pasillos que terminaban en muros y puertas cerradas con llave, y que l supona que tenan algo que ver con la sensacin de estar prisionero que lo acosaba cuando estaba despierto. Notaba a menudo unos desagradables pinchazos en la vieja cicatriz de la frente, pero saba que eso ya no les interesara mucho ni a Ron, ni a Hermione, ni a Sirius. En el pasado, el dolor en su cicatriz era una seal de que Voldemort estaba volviendo a cobrar fuerza, aunque, ahora que Voldemort haba regresado, seguramente sus amigos le recordaran que aquella sensacin crnica era de esperar..., pero no significaba nada por lo que tuviera que preocuparse... Nada nuevo.

    La injusticia de aquella situacin iba minndolo poco a poco y le daban ganas de gritar de rabia. De no haber sido por l, nadie sabra siquiera que Voldemort haba regresado! Y su recompensa era quedarse atrapado en Little Whinging durante cuatro semanas enteras, incomunicado con el mundo mgico, sin poder hacer otra cosa que agazaparse en medio de las marchitas begonias para poder or la noticia de que un periquito practicaba esqu acutico! Cmo poda ser que Dumbledore se hubiera olvidado de l con tanta facilidad? Y por qu Ron y Hermione no lo haban invitado a reunirse con ellos? Durante cunto tiempo tendra que seguir soportando que Sirius le dijera que se portara bien y fuera un buen chico; o resistir la tentacin de escribir a esos ineptos de El Profeta y explicarles que Voldemort haba vuelto? Aquel torbellino de ideas daba vueltas en la cabeza de Harry, y las tripas se le retorcan de rabia, mientras una noche aterciopelada y sofocante iba cerrndose sobre l; el aire ola a hierba seca y recalentada, y lo nico que se oa era el dbil murmullo del trfico de la calle, ms all de la valla del parque.

    No saba cunto tiempo llevaba sentado en el columpio cuando unas voces lo sacaron de su ensimismamiento y levant la cabeza. Las farolas14 de las calles de los alrededores proyectaban un resplandor neblinoso lo bastante intenso para distinguir la silueta de un grupo de personas que avanzaban por el parque. Una de ellas cantaba a voz en grito15 una cancin muy ordinaria. Las otras rean. Al poco rato empez a orse tambin el dbil ruidito de varias bicicletas de carreras caras, que aquellas personas llevaban cogidas por el manillar16.

    Harry saba de quines se trataba. La figura que iba delante era, sin lugar a dudas, su primo Dudley Dursley, que regresaba a casa acompaado de su leal pandilla.

    Dudley estaba ms enorme que nunca, pero un ao de riguroso rgimen y el descubrimiento de un nuevo talento del muchacho haban operado un cambio considerable en 12 Comenz a caminar 13 Hamacas 14 Los faroles 15 A los gritos 16 Manubrio

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    su fsico. Como to Vernon explicaba encantado a todo el que estuviera dispuesto a escucharlo, desde haca poco Dudley ostentaba el ttulo de Campen de los Pesos Pesados de la Liga de Boxeo Interescolar Juvenil del Sudeste. El noble deporte, como lo llamaba to Vernon, haba conseguido que Dudley pareciera todava ms imponente de lo que a Harry le pareca en los tiempos de la escuela primaria, cuando Dudley lo utilizaba a l de punching ball. Harry ya no tema a su primo, pero aun as no crea que el hecho de que Dudley hubiera aprendido a golpear ms fuerte y con mayor puntera fuera motivo de celebracin. Los nios del vecindario le tenan pnico, ms pnico incluso que el que le tenan a ese Potter que, segn les haban contado, era un gamberro empedernido e iba al Centro de Seguridad San Bruto para Delincuentes Juveniles Incurables.

    Harry vio cmo las oscuras figuras cruzaban el csped y se pregunt a quin habran estado pegando aquella noche. Mirad alrededor pens Harry sin proponrselo mientras los observaba. Vamos... Mirad alrededor... Estoy aqu sentado, solo... Venid y atreveos...

    Si los amigos de Dudley lo vean all sentado, seguro que se iban derechitos hacia l, y qu hara entonces Dudley? No querra quedar mal delante de la pandilla, pero le daba pnico provocar a Harry... Sera muy divertido plantearle ese dilema a Dudley, hostigarlo, mirarlo con atencin, sin que l pudiera reaccionar... Y si alguno de los dems tena la intencin de pegar a Harry, l estaba preparado: llevaba su varita. Que lo intentaran... Harry estara encantado de descargar parte de su frustracin sobre los chicos que en otros tiempos haban hecho de su vida un infierno.

    Pero no se dieron la vuelta, as que no vieron a Harry, y ya estaban llegando a la valla. Harry domin el impulso de llamarlos..., pero provocar una pelea no habra estado bien... No deba emplear la magia..., volvera a exponerse a la expulsin.

    Las voces de la pandilla de Dudley fueron apagndose; iban hacia la avenida Magnolia, y Harry ya no los distingua.

    Ya lo ves, Sirius pens Harry con desnimo. No hago nada con precipitacin. No me meto en los. Exactamente lo contrario de lo que hiciste t.

    Se puso en pie y se desperez. Por lo visto, ta Petunia y to Vernon consideraban que la hora a la que Dudley apareca en casa era la hora correcta de llegar, pero el tiempo que sobrepasara a esa hora ya era demasiado tarde. To Vernon haba amenazado con encerrar a Harry en el cobertizo si volva a llegar despus que Dudley, as que, conteniendo un bostezo y todava con el entrecejo fruncido, Harry ech a andar hacia la verja del parque.

    La avenida Magnolia, al igual que Privet Drive, estaba llena de grandes y cuadradas casas con jardines perfectamente cuidados, cuyos propietarios tambin eran grandes y cuadrados y conducan coches muy limpios parecidos al de to Vernon. Harry prefera Little Whinging por la noche, cuando las ventanas, con las cortinas echadas17, dibujaban formas de relucientes colores en la oscuridad, y l no corra el peligro de or murmullos desaprobadores sobre su aspecto de delincuente cuando se cruzaba con los dueos de las casas. Caminaba deprisa, pero cuando estaba hacia la mitad de la avenida Magnolia, la pandilla de Dudley volvi a aparecer ante l: estaban despidindose en la esquina de la calle Magnolia. Harry se detuvo a la sombra de un gran lilo y esper.

    ... chillaba como un cerdo, verdad? deca Malcolm entre las risotadas de los dems.

    Buen gancho de derecha, Big D dijo Piers.

    Maana a la misma hora? pregunt Dudley.

    En mi casa. Mis padres no estarn respondi Gordon.

    Hasta maana entonces se despidi Dudley.

    Adis, Dud!

    Hasta luego, Big D! 17 Corridas

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    Harry esper a que el resto de la pandilla se pusiera en marcha antes de seguir andando. Cuando sus voces se hubieron apagado de nuevo, dobl la esquina de la calle Magnolia y, acelerando el paso, no tard en situarse a escasa distancia de Dudley, que caminaba tan campante, tarareando de forma poco melodiosa.

    Eh, Big D!

    Dudley se dio la vuelta.

    Ah! gru. Eres t.

    Desde cundo te llaman Big D? pregunt Harry.

    Cllate le espet Dudley, y gir la cabeza.

    Qu nombre tan fardn18 dijo Harry, sonriendo y situndose junto a su primo. Aunque para m siempre sers Cachorrito.

    He dicho que te calles! grit Dudley, que haba cerrado aquellas manos suyas que parecan jamones.

    No saben tus amigos que as es como te llama tu madre?

    Cierra el pico.

    A ella nunca le dices que cierre el pico. Qu me dices de Peoncita19 y Muequito precioso? Puedo usarlos?

    Dudley no replic. El esfuerzo que tena que hacer para no golpear a Harry pareca exigir todo su autocontrol.

    A quin habis estado pegando esta noche? pregunt Harry, y la sonrisa se borr de sus labios. A otro nio de diez aos? Ya s que hace un par de noches le diste una paliza a Mark Evans.

    Se la haba buscado gru Dudley.

    -Ah, s?

    Me contest mal.

    En serio? Qu te dijo? Que pareces un cerdo al que han enseado a caminar sobre las patas traseras? Porque eso no es contestar mal, Dud, eso es decir la verdad.

    Un msculo palpitaba en la mandbula de Dudley. A Harry le produjo gran satisfaccin comprobar lo furioso que estaba poniendo a su primo; senta que estaba desviando toda su frustracin hacia Dudley; era la nica vlvula de escape que tena.

    Torcieron a la derecha por el estrecho callejn donde Harry haba visto por primera vez a Sirius y que formaba un atajo entre la calle Magnolia y el paseo Glicinia. Estaba vaco y mucho ms oscuro que las calles que una porque all no haba farolas. El ruido de sus pasos quedaba amortiguado entre las paredes del garaje que haba a un lado y una alta valla que haba al otro.

    Te crees muy mayor porque llevas esa cosa, verdad? dijo Dudley pasados unos segundos.

    Qu cosa?

    Eso... Esa cosa que llevas escondida.

    Harry volvi a sonrer.

    No eres tan tonto como pareces, verdad, Dud? Claro, supongo que si lo fueras no

    18 Pretencioso 19 Caramelito

  • Harry Potter y la Orden del Fnix J.K. Rowling

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    seras capaz de andar y hablar al mismo tiempo.

    Harry sac su varita mgica. Vio que Dudley la miraba de reojo.

    Lo tienes prohibido se apresur a decir Dudley. S que lo tienes prohibido. Te expulsaran de esa escuela para bichos raros a la que vas.

    Cmo sabes que no han cambiado las normas, Big D?

    No las han cambiado asegur Dudley, aunque no pareca del todo convencido. Harry solt una risita. No tienes agallas para enfrentarte a m sin esa cosa, verdad que no? gru Dudley.

    Y t necesitas tener a cuatro amigos detrs para pegar a un nio de diez aos. Te acuerdas de ese ttulo de boxeo del que tanto alardeas? Cuntos aos tena tu oponente? Siete? Ocho?

    Tena diecisis, para que lo sepas protest Dudley, y cuando termin con l estuvo veinte minutos sin conocimiento, y pesaba el doble que t. Ya vers cuando le cuente a pap que has sacado esa cosa...

    Vas a ir a papi? Le da miedo a su campeoncito de boxeo la horrible varita de Harry?

    Por la noche no eres tan valiente, verdad? dijo Dudley con sorna.

    Ahora es de noche, Cachorrito. Se llama as cuando el cielo se pone oscuro.

    Me refiero a cuando ests en la cama! le espet Dudley, que se haba parado.

    Harry se par tambin y mir fijamente a su primo. Pese a que no vea muy bien la enorme cara de Dudley, distingui en ella una extraa mirada de triunfo.

    Qu quieres decir con eso de que cuando estoy en la cama no soy tan valiente? pregunt Harry desconcertado. De qu quieres que tenga miedo? De las almohadas?

    Anoche te o replic Dudley entrecortadamente. Hablabas en sueos. Gemas!

    Qu quieres decir? insisti Harry, pero notaba algo fro y pesado en el estmago. La noche pasada haba vuelto a ver en sueos el cementerio.

    Dudley solt una fuerte carcajada y luego puso una vocecilla aguda y quejumbrosa:

    No mates a Cedric! No mates a Cedric! Quin es Cedric? Tu novio?

    Mientes dijo Harry como un autmata, pero se le haba quedado la boca seca. Saba que Dudley no menta; si no, cmo poda saber algo de Cedric?

    Pap! Aydame, pap! Me va a matar, pap! Buuaaah!

    Cllate le dijo Harry en voz baja. Cllate, Dudley! Te aviso!

    Ven a ayudarme, pap! Mam, ven a ayudarme! Ha matado a Cedric! Aydame, pap! Va a... No me apuntes con esa cosa!

    Dudley retrocedi hacia la pared del callejn. Harry apuntaba directamente con la varita hacia el corazn de su primo. Senta latir en sus venas los catorce aos de odio hacia l. Habra dado cualquier cosa por atacarlo en aquel momento, por lanzarle un conjuro tan fuerte que tuviera que volver a su casa arrastrndose como un insecto, mudo, con antenas...

    No vuelvas a hablar de eso lo amenaz Harry. Me has entendido?

    Apunta hacia otro lado!

    Te he preguntado si me has entendido.

    Apunta hacia otro lado!

    ME HAS ENTENDIDO?

  • Harry Potter y la Orden del Fnix J.K. Rowling

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    APARTA ESA COSA DE...!

    Dudley solt un extrao y estremecedor grito ahogado, como si le hubieran echado encima un cubo de agua helada.

    Algo le haba pasado a la noche. El cielo, de color ail salpicado de estrellas, se qued de pronto completamente negro, sin una sola luz: las estrellas, la luna y el resplandor de las farolas que haba en ambos extremos del callejn haban desaparecido. El murmullo de los coches y el susurro de los rboles tambin haban cesado. Un fro glacial se haba apoderado de la noche, hasta entonces templada y agradable. Estaban rodeados de una oscuridad total, impenetrable y silenciosa, como si una mano gigante hubiera cubierto el callejn con un grueso y fro manto, dejndolos ciegos.

    Al principio Harry crey que haba hecho magia sin darse cuenta, pese a que se haba estado conteniendo con todas sus fuerzas; pero entonces cay en que l no tena el poder de apagar las estrellas. Gir la cabeza hacia uno y otro lado, intentando ver algo, pero la oscuridad se le pegaba a los ojos como un ingrvido velo.

    La aterrorizada voz de Dudley son en los odos de Harry.

    Q-qu ha-haces? Para!

    No hago nada! Cllate y no te muevas!

    N-no veo nada! M-me he quedado ciego!

    He dicho que te calles!

    Harry permaneci all plantado, inmvil, dirigiendo los ojos a derecha e izquierda sin ver nada. El fro era tan intenso que temblaba de pies a cabeza; se le puso la carne de gallina en los brazos y se le eriz el vello de la nuca. Abri los ojos al mximo, mirando alrededor, pero no pudo ver nada.

    Era imposible... No poda ser que estuvieran all..., en Little Whinging... Aguz el odo... Los oira antes de verlos...

    S-se lo dir a pap! gimote Dudley. D-dnde ests? Q-qu haces?

    Quieres callarte de una vez? susurr Harry. Estoy intentando escu...

    Pero se qued callado. Acababa de or justo lo que tema.

    Haba algo en el callejn adems de ellos dos, algo que respiraba, produciendo un ruido ronco y vibrante. Harry segua de pie, temblando de fro, y not una fuerte sacudida de terror.

    B-basta! Para ya! Te voy a pe-pegar un puetazo! Te juro que te voy a pegar!

    Cllate, Dudley...

    ZAS!

    Un puo choc contra un lado de la cabeza de Harry y lo levant del suelo. Ante sus ojos aparecieron unas lucecitas blancas. Por segunda vez en una hora, tuvo la impresin de que la cabeza se le haba partido por la mitad, y un momento despus aterriz en el duro suelo y su varita sali volando.

    Eres un imbcil, Dudley! grit Harry, y el dolor hizo que se le llenaran los ojos de lgrimas.

    Se puso a cuatro patas y empez a tantear con desesperacin a su alrededor, en la oscuridad. Oy a Dudley, que se alejaba dando tumbos, chocando contra la valla del callejn, tambalendose.

    VUELVE, DUDLEY! VAS DIRECTO HACIA L!

    Se oy un chillido espantoso y entonces ces el ruido de los pasos de Dudley. Al mismo

  • Harry Potter y la Orden del Fnix J.K. Rowling

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    tiempo, Harry sinti un fro espeluznante detrs de l que slo poda significar una cosa: haba ms de uno.

    DUDLEY, MANTEN LA BOCA CERRADA! HAGAS LO QUE HAGAS, MANTEN LA BOCA CERRADA! Varita! farfull Harry desesperado, agitando las manos por la superficie del suelo como si fueran araas. Dnde est? Varita..., vamos... Lumos!

    Pronunci el conjuro automticamente, pues necesitaba con urgencia luz para encontrar la varita; con gran alivio, y casi sin poder creerlo, vio aparecer un resplandor a pocos centmetros de su mano derecha. La punta de la varita se haba encendido. Harry la agarr, se puso en pie y se dio la vuelta.

    Se le revolvi el estmago.

    Una figura altsima y encapuchada se deslizaba con suavidad hacia l, suspendida encima del suelo; no se le vean los pies ni la cara, tapados por la tnica, y a medida que se acercaba se iba tragando la noche.

    Harry retrocedi, tambalendose, y levant la varita.

    Expecto patronum!

    Una voluta de vapor plateada sali de la punta de la varita mgica y el Dementor aminor el paso, pero el conjuro no haba funcionado bien; Harry, tropezando de nuevo, retrocedi un poco ms al mismo tiempo que el Dementor se le echaba encima. El pnico le nublaba la mente...

    Concntrate...

    Un par de manos grises, viscosas y cubiertas de costras salieron de debajo de la tnica del Dementor y se dirigieron hacia Harry, mientras un ruido de avidez20 le penetr en los odos.

    Expecto patronum!

    Su voz son dbil y distante. Otra voluta de humo plateado, ms dbil que la anterior, sali de la varita: ya no poda hacerlo, ya no poda lograr que el conjuro funcionara.

    Oy una risa dentro de su cabeza, una risa aguda y estridente... Percibi el olor del aliento putrefacto, de un fro mortal, del Dementor, que le llenaba los pulmones y lo ahogaba...

    Piensa... algo alegre...

    Pero no haba alegra dentro de l... Los helados dedos del Dementor se acercaban a su cuello, la aguda risa cada vez era ms fuerte, y son una voz dentro de su cabeza:

    Inclnate ante la muerte, Harry... Quiz ni siquiera sea dolorosa... Yo no puedo saberlo... Yo no he muerto nunca...

    Jams volvera a ver ni a Ron ni a Hermione...

    Y sus caras aparecieron dibujadas con claridad en su mente mientras intentaba respirar.

    EXPECTO PATRONUM!

    Un ciervo, enorme y plateado, sali de la punta de la varita de Harry y con la cornamenta golpe al Dementor donde ste habra tenido el corazn. El Dementor se ech hacia atrs, ingrvido como la oscuridad, y cuando el ciervo lo embisti, se alej revoloteando como un murcilago, derrotado.

    Por aqu! le grit Harry al ciervo. Luego gir sobre los talones y ech a correr a toda velocidad por el callejn, manteniendo en alto la varita encendida. Dudley! Dudley!

    20 Parecido a un estertor

  • Harry Potter y la Orden del Fnix J.K. Rowling

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    Apenas haba dado una docena de pasos cuando los alcanz: Dudley estaba acurrucado en el suelo, tapndose la cara con los brazos. El segundo Dementor estaba inclinado sobre l, sujetndole las muecas con sus pegajosas manos, tirando de ellas poco a poco, separndolas casi con ternura, y bajaba la encapuchada cabeza hacia la cara de Dudley como si fuera a besarlo.

    A por l21! bram Harry, y con un fuerte estrpito el ciervo que haba hecho aparecer pas al galope por su lado.

    El rostro sin ojos del Dementor estaba apenas a dos centmetros del de Dudley cuando los cuernos plateados lo golpearon; el Dementor sali despedido por los aires y, al igual que su compaero, se alej volando y qued absorbido por la oscuridad; despus el ciervo fue a medio galope hasta el final del callejn y se disolvi en una neblina plateada.

    La luna, las estrellas y las farolas volvieron a cobrar vida. Una tibia brisa recorri el callejn. En los jardines del vecindario, los rboles susurraban, y volvi a escucharse el prosaico murmullo de los coches que circulaban por la calle Magnolia. Harry se qued de pie, quieto, con todos los sentidos en tensin, intentando asimilar el brusco regreso a la normalidad. Pasados unos instantes se dio cuenta de que tena la camiseta pegada al cuerpo: estaba empapado en sudor.

    No poda creer lo que acababa de pasar: Dementores all, en Little Whinging.

    Dudley segua acurrucado en el suelo, gimoteando y tembloroso. Harry se agach para comprobar si estaba en condiciones de levantarse, pero entonces oy unos fuertes pasos que corran detrs de l. Volvi a levantar la varita mgica instintivamente y gir sobre los talones para enfrentarse al recin llegado.

    La seora Figg, la vecina vieja y chiflada, apareci jadeando. El canoso cabello se le haba salido de la redecilla, y llevaba una cesta de la compra, que haca un ruido metlico, colgada de la mueca y los pies medio fuera de las zapatillas de gruesa tela de cuadros escoceses. Harry se apresur a esconder su varita mgica, pero...

    No guardes eso, necio22! le grit la seora Figg. Y si hay alguno ms suelto por aqu? Oh, voy a matar a Mundungus Fletcher!

    21 Atcalo! 22 Tonto

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    2

    Una bandada de lechuzas

    Qu? pregunt Harry sin comprender.

    Se ha marchado! dijo la seora Figg, retorcindose las manos. Ha ido a ver a no s quin por un asunto de un lote de calderos robados! Ya le dije que iba a desollarlo vivo si se marchaba, y mira! Dementores! Suerte que inform del caso al seor Tibbles! Pero no hay tiempo que perder! Corre, tienes que volver a tu casa! Oh, los problemas que va a causar esto! Voy a matarlo!

    Pero... La revelacin de que su chiflada vecina, obsesionada con los gatos, saba qu eran los Dementores supuso para Harry una conmocin casi tan grande como encontrarse a dos de ellos en el callejn. Usted es...? Usted es bruja?

    Soy una squib, como Mundungus sabe muy bien, as que cmo demonios iba a ayudarte para que te defendieras de unos Dementores? Te ha dejado completamente desprotegido, cuando yo le advert...

    Ese tal Mundungus ha estado siguindome? Un momento..., era l! El se desapareci delante de mi casa!

    S, s, s, pero por fortuna yo haba apostado al seor Tibbles debajo de un coche, por si acaso, y el seor Tibbles vino a avisarme, pero cuando llegu a tu casa ya no estabas, y ahora... Oh! Qu dir Dumbledore? Eh, t! le grit a Dudley, que estaba tumbado en el suelo del callejn en posicin supina. Levanta tu gordo trasero del suelo, rpido!

    Usted conoce a Dumbledore? pregunt Harry, mirando fijamente a la seora Figg.

    Pues claro que conozco a Dumbledore. Quin no conoce a Dumbledore? Pero vmonos ya porque no voy a poder ayudarte si vuelven; nunca he transformado ni siquiera una bolsita23 de t.

    La seora Figg se inclin, agarr uno de los inmensos brazos de Dudley con sus apergaminadas manos y tir de l.

    Levntate, zoquete! Levntate!

    Pero Dudley o no poda o no quera moverse, as que permaneci en el suelo, tembloroso y plido como la cera, con los labios muy apretados.

    Ya me encargo yo dijo Harry, que cogi a Dudley por el brazo y dio un tirn.

    Haciendo un gran esfuerzo consigui ponerlo de pie. Pareca que su primo estaba a punto de desmayarse. Sus diminutos ojos giraban en sus rbitas y tena la cara cubierta de sudor; en cuanto Harry lo solt, Dudley se tambale peligrosamente.

    Deprisa! insisti la seora Figg histrica.

    Harry se coloc uno de los enormes brazos de Dudley sobre los hombros y lo arrastr hacia la calle, encorvndose un poco bajo su peso. La seora Figg iba dando tumbos delante de ellos, y al llegar a la esquina asom la cabeza, nerviosa, y mir hacia la calle.

    Ten la varita preparada le dijo a Harry cuando entraron en el paseo Glicinia. Ahora no importa el Estatuto del Secreto; de todos modos lo vamos a pagar caro, tanto da que nos cuelguen por un dragn o por un huevo de dragn. Ay, el Decreto para la moderada limitacin 23 Un saquito

  • Harry Potter y la Orden del Fnix J.K. Rowling

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    de la brujera24 en menores de edad!... Esto es ni ms ni menos lo que tema Dumbledore. Qu es eso que hay al final de la calle? Ah, es el seor Prentice... No escondas la varita, muchacho, no te he dicho que yo no te servira de nada?

    Pero no resultaba fcil sujetar con firmeza una varita mgica y al mismo tiempo arrastrar a Dudley. Harry, impaciente, le dio un codazo en las costillas a su primo, pero ste pareca haber perdido todo inters por moverse por s mismo. Dejaba caer todo su peso sobre los hombros de Harry y arrastraba sus grandes pies por el suelo.

    Por qu no me dijo que era una squib, seora Figg? pregunt Harry, jadeando por el esfuerzo que tena que hacer para seguir andando. Con la de veces que he ido a su casa... Por qu no me dijo nada?

    rdenes de Dumbledore. Tena que vigilarte, pero sin revelar mi identidad porque eres demasiado joven. Perdona que te haya hecho pasarlo tan mal, Harry, pero los Dursley no te habran dejado ir a mi casa si hubieran credo que conmigo te lo pasabas bien. No fue fcil, te lo aseguro... Pero oh, cielos! exclam trgicamente, y empez a retorcerse las manos otra vez. Cuando Dumbledore se entere de esto... Cmo ha podido marcharse Mundungus? Se supona que estaba de guardia hasta medianoche. Dnde se habr metido? Cmo voy a explicarle a Dumbledore lo que ha sucedido? Yo no puedo aparecerme.

    Tengo una lechuza; si quiere, puedo prestrsela se ofreci Harry, quien luego emiti un gruido y se pregunt si su columna vertebral acabara partindose bajo el peso de Dudley.

    No lo entiendes, Harry! Dumbledore tendr que actuar cuanto antes porque los del Ministerio tienen sus formas de detectar la magia hecha por menores de edad; ya deben de saberlo, te lo digo yo.

    Pero si estaba defendindome de unos Dementores..., tena que usar la magia. Seguro que les preocupar ms saber qu hacan unos Dementores flotando por el paseo Glicinia, no cree?

    Ay de m, ojal fuera as! Pero me temo que... MUNDUNGUS FLETCHER, VOY A MATARTE!

    Se oy un fuerte estampido, y un fuerte olor a licor mezclado con el de tabaco rancio llen el aire al mismo tiempo que un individuo achaparrado25 y sin afeitar, con un abrigo harapiento, se materializaba justo delante de ellos. Tena las piernas cortas y arqueadas, el cabello, de color rojo anaranjado, largo y desgreado, y unos ojos con bolsas que le daban el aire compungido de un basset. En las manos llevaba un bulto plateado que Harry reconoci al instante: era una capa invisible.

    Cllate, Figgy! exclam el individuo mirando a la seora Figg y luego a Harry y a Dudley. No tenamos que operar en secreto?

    Ya te dar yo secreto! grit la seora Figg. Dementores! Intil, ladrn, holgazn!

    Dementores? repiti Mundungus horrorizado. Dementores, aqu?

    S, aqu mismo, saco de cagarrutas26 de murcilago, aqu! chill la seora Figg. Los Dementores han atacado al muchacho durante tu guardia!

    Caramba! dijo Mundungus atemorizado; observ a Harry y luego volvi a mirar a la seora Figg. Caramba, yo...

    Y t por ah, comprando calderos robados! No te dije que no te marcharas? No te avis?

    Yo..., bueno..., yo... Mundungus estaba muy abochornado. Es que..., es que era una buensima ocasin...

    24 Prudente limitacin de la magia 25 Rechoncho y de baja estatura 26 Excrementos

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    La seora Figg levant el brazo del que colgaba la cesta de la compra y dio un porrazo27 con l en la cara y en el cuello de Mundungus; a juzgar por el ruido metlico que hizo la cesta, deba de estar llena de latas de comida para gatos.

    Ay! Uy! Vieja destornillada! Alguien va a tener que contarle lo ocurrido a Dumbledore!

    S!... Ya lo creo!... grit la seora Figg sin parar de golpear con la cesta a Mundungus. Y... ser... mejor... que lo hagas... t... y le cuentes... por qu... no estabas... aqu... para ayudar!

    Se te va a caer la redecilla! dijo Mundungus, encogindose y protegindose la cabeza con los brazos. Ya me voy! Ya me voy!

    Son otro fuerte estampido y Mundungus desapareci.

    Ojal Dumbledore lo mate! exclam la seora Figg furiosa. Y ahora, vamos, Harry! A qu esperas?

    Harry decidi no gastar el poco aliento que le quedaba indicando que apenas poda caminar bajo el peso de Dudley, as que le dio un tirn a su primo, que segua medio inconsciente, y ech a andar.

    Te acompaar hasta la puerta dijo la seora Figg cuando llegaron a Privet Drive. Por si hay alguno ms por aqu... Oh, cielos, qu catstrofe! Y has tenido que defenderte de ellos t solo... Y Dumbledore nos advirti que tenamos que evitar a toda costa que hicieras magia... Bueno, supongo que no sirve de nada llorar cuando la pocin ya se ha derramado... Pero ahora el mal est hecho.

    Entonces... coment Harry entrecortadamente, Dumbledore... me ha puesto... vigilancia?

    Por supuesto respondi la seora Figg con impaciencia. Qu esperabas? Que te dejara pasear por ah solo despus de lo que pas en junio? Vamos, muchacho, me haban dicho que eras inteligente! Bueno, entra y no salgas le dijo cuando llegaron al nmero cuatro. Supongo que alguien se pondr en contacto contigo pronto.

    Qu va a hacer usted? se apresur a preguntar Harry.

    Me voy derechita a casa contest la seora Figg; ech un vistazo a la oscura calle y se estremeci. Tendr que esperar a que me enven ms instrucciones. T qudate en casa. Buenas noches.

    Espere un momento! No se marche todava! Quiero saber...

    Pero la seora Figg ya haba echado a andar a buen paso, con las zapatillas de cuadros escoceses como chancletas, mientras la cesta de la compra28 continuaba produciendo aquel curioso ruido metlico.

    Espere! le grit Harry.

    Tena un milln de preguntas que hacerle a cualquiera que estuviera en contacto con Dumbledore; pero, pasados unos segundos, la oscuridad se trag a la seora Figg. Con el entrecejo fruncido, Harry se coloc bien a Dudley sobre los hombros y se dirigi lenta y dolorosamente hacia el sendero del jardn del nmero cuatro.

    La luz del vestbulo estaba encendida. Harry se guard la varita en la cintura de los vaqueros, toc el timbre y vio cmo la silueta de ta Petunia se haca ms y ms grande, distorsionada por el cristal esmerilado de la puerta de la calle.

    Diddy! Ya era hora, estaba ponindome un poco..., un poco... Diddy! Qu te pasa?

    27 Golpe 28 Para las compras

  • Harry Potter y la Orden del Fnix J.K. Rowling

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    Harry mir de reojo a Dudley y se escabull de debajo de su brazo justo a tiempo. Su primo se qued de pie un momento, oscilando, con la cara de un verde plido... De pronto, abri la boca y vomit en el felpudo.

    Diddy! Qu te pasa, Diddy? Vernon! Vernon!

    El to de Harry sali del saln, movindose con la gracia de un elefante y meneando el bigote de morsa de aqu para all, como haca siempre que se pona nervioso. Corri a ayudar a ta Petunia para conseguir que Dudley, que no se tena en pie, cruzara el umbral, mientras l evitaba pisar el charco de vmito.

    Est enfermo, Vernon!

    Qu tienes, hijo? Qu ha pasado? Te ha dado la seora Polkiss algo raro con el t?

    Cmo es que vas manchado de tierra, cario? Te has tumbado en el suelo?

    Un momento... No te habrn atracado29, verdad, hijo?

    Ta Petunia solt un grito desgarrador.

    Llama a la polica, Vernon! Llama a la polica! Diddy, tesoro, dile algo a mami! Qu te han hecho?

    Con todo el folln30, nadie se haba fijado todava en Harry, lo cual fue una suerte para l. Consigui colarse dentro justo antes de que to Vernon cerrara la puerta, y mientras los Dursley seguan avanzando ruidosamente por el vestbulo hacia la cocina, Harry se dirigi con cautela y sin hacer ruido hacia la escalera.

    Quin ha sido, hijo? Danos nombres. Los atraparemos, no te preocupes.

    Chissst! Est intentando decirnos algo, Vernon! Qu es, Diddy? Cuntaselo a mami!

    Harry tena un pie en el primer escaln cuando Dudley recuper la voz.

    l.

    Harry se qued inmvil, con una mueca en la cara, preparado para el estallido.

    Chico! Ven aqu!

    Con una mezcla de miedo y rabia, Harry levant con lentitud el pie del escaln y se dio la vuelta para seguir a los Dursley.

    La cocina, impecable, tena un brillo casi irreal en contraste con la oscuridad del exterior. Ta Petunia hizo sentar a Dudley en una silla; el chico todava estaba muy verde y sudoroso. To Vernon estaba de pie delante del escurreplatos, fulminando a Harry con sus diminutos y entrecerrados ojos.

    Qu le has hecho a mi hijo? pregunt con un rugido amenazador.

    Nada contest Harry pese a saber que to Vernon no iba a crerselo.

    Qu te ha hecho, Diddy? dijo ta Petunia con voz insegura mientras con una esponja le limpiaba el vmito a su hijo de la chaqueta de cuero. Ha sido... con lo que t ya sabes, tesoro? Ha utilizado... esa cosa?

    Dudley, tembloroso, asinti muy despacio.

    No es verdad! salt Harry; ta Petunia solt un gemido y to Vernon levant los puos. No le he hecho nada, no he sido yo, ha sido...

    En ese preciso instante una lechuza entr como una flecha por la ventana, cruz volando la cocina y roz la coronilla de to Vernon; a continuacin, dej a los pies de Harry el gran

    29 Asaltado 30 Escndalo

  • Harry Potter y la Orden del Fnix J.K. Rowling

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    sobre de pergamino que llevaba en el pico, se dio la vuelta con agilidad, tocando ligeramente con las puntas de las alas la parte superior de la nevera31, sali por donde haba entrado y cruz el jardn.

    Lechuzas! bram to Vernon, y mientras cerraba de golpe la ventana de la cocina, la maltrecha vena de su sien empez a latir con furia. Otra vez lechuzas! No quiero ver ms lechuzas en mi casa!

    Pero Harry ya haba empezado a abrir el sobre y sac la carta que haba dentro. Notaba los latidos del corazn en la garganta, a la altura de la nuez.

    Querido seor Potter:

    Nos han informado de que ha realizado usted el encantamiento Patronus a las 21.23 horas de esta noche en una zona habitada por muggles y en presencia de un muggle.

    La gravedad de esta infraccin del Decreto para la moderada limitacin de la brujera en menores de edad ha ocasionado su expulsin del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicera. En breve, representantes del Ministerio se desplazarn hasta su lugar de residencia para destruir su varita.

    Dado que usted ya recibi una advertencia oficial por una infraccin anterior de la Seccin Decimotercera de la Confederacin Internacional del Estatuto del Secreto de los Brujos, lamentamos comunicarle que se requiere su presencia en una vista disciplinar en el Ministerio de la Magia el da 12 de agosto a las 09.00 horas.

    Con mis mejores deseos. Atentamente, Mafalda Hopkirk

    Oficina Contra el Uso Indebido de la Magia Ministerio de la Magia

    Harry ley la carta dos veces de arriba abajo. Aunque oa hablar a to Vernon y a ta Petunia, no los escuchaba. Se le haba quedado la mente en blanco, pero un hecho haba penetrado en su conciencia como un dardo paralizador: lo haban expulsado de Hogwarts. Todo haba terminado. Ya no podra volver all.

    Levant la cabeza y mir a los Dursley. To Vernon estaba lvido de ira y gritaba con los puos en alto; ta Petunia tena los brazos alrededor de Dudley, que volva a vomitar.

    El cerebro de Harry, aturdido durante unos instantes, se puso de nuevo en funcionamiento. En breve, representantes del Ministerio se desplazarn hasta su lugar de residencia para destruir su varita. Slo poda hacer una cosa: tena que echar a correr, en ese mismo momento. Harry no saba adonde ira, pero de una cosa estaba seguro: tanto dentro como fuera de Hogwarts, necesitaba su varita mgica. Como si estuviera soando, sac su varita y se dio la vuelta dispuesto a salir de la cocina.

    Adonde te has credo que vas? le grit to Vernon. Al ver que Harry no contestaba, cruz la cocina a grandes zancadas para cerrarle el paso. Todava no he acabado contigo, chico!

    Aprtate dijo Harry con voz queda.

    Vas a quedarte aqu y explicarme por qu mi hijo...

    Si no te apartas de la puerta, voy a echarte un maleficio afirm Harry, levantando su varita.

    A m no vas a amenazarme con eso! gru to Vernon. S que no ests autorizado a utilizarla fuera de esa casa de locos que llamas colegio!

    La casa de locos me ha expulsado respondi Harry. Ahora puedo hacer lo que me

    31 Heladera

  • Harry Potter y la Orden del Fnix J.K. Rowling

    22

    d la gana. Te doy tres segundos. Uno, dos...

    Un fuerte estruendo reson en la cocina. Ta Petunia se puso a chillar, to Vernon peg un grito y se agach, pero por tercera vez aquella noche Harry busc el origen de un alboroto que no haba provocado l. Esa vez lo descubri de inmediato: haba una lechuza, aturdida y con las plumas alborotadas, posada en el alfizar. Acababa de chocar contra la ventana cerrada. Ignorando el angustiado grito de Lechuzas! de to Vernon, Harry cruz la habitacin corriendo y abri la ventana de golpe. La lechuza estir una pata en la que llevaba atado un pequeo rollo de pergamino, sacudi las plumas y emprendi el vuelo en cuanto Harry hubo cogido la carta. Con manos temblorosas, el chico desenroll el segundo mensaje, que estaba apresuradamente escrito con tinta negra y emborronado.

    Harry:

    Dumbledore acaba de llegar al Ministerio y est intentando arreglarlo todo. NO SALGAS DE LA CASA DE TUS TOS. NO HAGAS MS MAGIA. NO ENTREGUES TU VARITA.

    Arthur Weasley

    Dumbledore estaba intentando arreglarlo todo... Qu significaba eso? Acaso Dumbledore tena suficiente poder para invalidar las decisiones del Ministerio de la Magia? Haba entonces alguna posibilidad de que le permitieran volver a Hogwarts? Un pequeo brote de esperanza floreci en el pecho de Harry, pero enseguida el miedo volvi a atenazarlo: cmo iba a negarse a entregar su varita sin hacer magia? Tendra que batirse en duelo con los representantes del Ministerio, y si lo haca podra considerarse afortunado si no acababa en Azkaban, por no hablar de la expulsin.

    Su cerebro trabajaba a toda velocidad... Poda huir y arriesgarse a que el Ministerio lo capturara, o quedarse donde estaba y esperar a que fueran a buscarlo all. La primera opcin lo tentaba mucho ms, pero saba que el seor Weasley quera lo mejor para l... Y despus de todo, Dumbledore haba arreglado situaciones mucho peores otras veces.

    Vale dijo Harry. He cambiado de idea. Me quedo. Se dej caer en una de las sillas de la cocina, frente a Dudley y a ta Petunia. Los Dursley parecan sorprendidos por el brusco cambio de opinin de Harry. Ta Petunia mir con desesperacin a to Vernon. La vena de la morada sien de to Vernon palpitaba con ms violencia que nunca.

    Quin te enva esas malditas lechuzas? le pregunt, rabioso, su to.

    La primera me la ha enviado el Ministerio de la Magia para comunicarme mi expulsin respondi Harry con calma. Mientras hablaba, aguzaba el odo para captar cualquier ruido procedente del exterior, por si llegaban los representantes del Ministerio; adems, era ms fcil y menos enervante contestar a las preguntas de to Vernon que enfrentarse a sus bramidos. La segunda era del padre de mi amigo Ron, que trabaja en el Ministerio.

    El Ministerio de la Magia? grit to Vernon. Ests dicindome que hay gente como t en el gobierno? Claro, eso lo explica todo, todo; no me extraa que el pas se est viniendo abajo. Como Harry no dijo nada, to Vernon lo fulmin con la mirada y le espet: Y por qu te han expulsado?

    Porque he hecho magia.

    Aja! rugi to Vernon, y dio un puetazo en la parte superior de la nevera, cuya puerta se abri; unos cuantos tentempis de bajo contenido graso, que consuma Dudley, salieron despedidos y cayeron al suelo. As que lo reconoces! Qu le has hecho a tu primo?

    Nada contest Harry, ya no tan calmado. Eso no lo he hecho yo...

    S lo ha hecho mascull inesperadamente Dudley.

    De inmediato, to Vernon y ta Petunia se pusieron a agitar las manos para hacer callar a Harry mientras se inclinaban sobre Dudley.

  • Harry Potter y la Orden del Fnix J.K. Rowling

    23

    Sigue, hijo dijo to Vernon, qu te ha hecho?

    Cuntanoslo, ricura susurr ta Petunia.

    Me ha apuntado con la varita farfull Dudley.

    S, es verdad, pero no he utilizado... se defendi Harry, enojado, aunque...

    Cllate! gritaron to Vernon y ta Petunia al unsono.

    Sigue, hijo repiti to Vernon con los pelos del bigote agitadsimos.

    Se ha quedado todo oscuro dijo Dudley con voz ronca, estremecindose. Muy oscuro. Y entonces he o-odo... cosas. Dentro de mi cabeza.

    To Vernon y ta Petunia se miraron horrorizados. Una de las cosas que ms aborrecan del mundo era la magia (seguida muy de cerca por los vecinos que hacan ms trampas que ellos respecto a la prohibicin del uso de mangueras); pero la gente que oa voces estaba tambin en esa lista. Era evidente que crean que Dudley se haba vuelto loco.

    Qu cosas has odo, Peoncita? pregunt ta Petunia con un hilo de voz. Se haba quedado muy plida y tena lgrimas en los ojos.

    Pero Dudley pareca incapaz de explicarse. Volvi a estremecerse y sacudi su enorme y rubia cabeza; pese a la sensacin de pavor que se haba apoderado de Harry desde la llegada de la primera lechuza, sinti cierta curiosidad. Los Dementores hacan que la gente reviviera los peores momentos de su vida. Qu se habra visto obligado a or su malcriado, mimado y bravucn primo?

    Cmo te has cado, hijo? pregunt to Vernon con una voz artificialmente tranquila, el tipo de voz que habra adoptado junto a la cama de una persona gravemente enferma.

    He tro-tropezado contest Dudley con voz temblorosa. Y entonces...

    Se seal el enorme pecho. Harry lo comprendi. Dudley estaba recordando aquel fro hmedo que te llenaba los pulmones, cuando los Dementores te sorban la esperanza y la alegra.

    Horrible grazn Dudley. Fro. Mucho fro.

    Ya dijo to Vernon con serenidad forzada mientras ta Petunia, nerviosa, le pona una mano en la frente a su hijo para comprobar si tena fiebre. Qu ha pasado luego, Dudders?

    He sentido... sentido... como... como si... como si...

    Como si nunca ms fueras a ser feliz aport Harry con un tono muy dbil.

    S susurr Dudley, que no paraba de temblar.

    Ya veo! exclam to Vernon, cuya voz haba recuperado su volumen habitual, y se enderez. Le has hecho un maleficio a mi hijo para que oiga voces y crea que est condenado... a la desgracia o algo as, no?

    Cuntas veces tengo que decrtelo? respondi Harry subiendo el tono de voz, pues se le estaba agotando la paciencia. No he sido yo! Han sido dos Dementores!

    Dos qu? Qu son esas paparruchas32?

    De-men-to-res repiti Harry, pronunciando con lentitud y claridad. Dos.

    Y qu demonios son los Dementores, si puede saberse?

    Vigilan la prisin de los magos, Azkaban terci ta Petunia.

    Tras aquellas palabras, hubo dos segundos de silencio absoluto; luego ta Petunia se tap

    32 Tonteras

  • Harry Potter y la Orden del Fnix J.K. Rowling

    24

    la boca con una mano, como si acabara de pronunciar una espantosa palabrota. To Vernon la miraba con los ojos abiertos como platos. El cerebro de Harry era un mar de confusin. La seora Figg era una cosa, pero... ta Petunia?

    Cmo sabes eso? le pregunt, perplejo, su marido.

    Ta Petunia estaba horrorizada de s misma. Mir a to Vernon, cohibida, como pidindole disculpas; despus baj un poco la mano, dejando al descubierto sus dientes de caballo.

    Hace muchos aos... o a aquel... infeliz... que se lo contaba a ella... dijo con voz entrecortada.

    Si te refieres a mi padre y a mi madre, por qu no los llamas por sus nombres? dijo Harry en voz alta, pero ta Petunia no le hizo caso. Pareca terriblemente aturullada33.

    Harry estaba atnito. Con excepcin de un arrebato ocurrido aos atrs, durante el cual ta Petunia haba gritado que la madre de Harry era un monstruo, l nunca la haba odo mencionar a su hermana. Le sorprendi que su ta hubiera recordado aquella informacin sobre el mundo mgico durante tanto tiempo, cuando lo normal era que empleara toda su energa en fingir que ese mundo no exista.

    To Vernon abri la boca, la cerr, la abri una vez ms, la cerr de nuevo y luego, como si le costara trabajo recordar lo que haba que hacer para hablar, la abri por tercera vez y dijo con voz ronca:

    Entonces... Entonces... existen de verdad, existen esos... demencomosellamen?

    Ta Petunia asinti.

    To Vernon mir primero a ta Petunia, luego a Dudley y por ltimo a Harry, esperando que en cualquier momento alguien gritara: Inocente!34 Como nadie lo hizo, abri la boca una vez ms, pero no tuvo que esforzarse en encontrar ms palabras porque, en ese preciso instante, lleg la tercera lechuza de la noche. Entr a toda pastilla35 por la ventana, que segua abierta, como una bala de can con plumas, y aterriz con estrpito sobre la mesa de la cocina, haciendo que los tres Dursley pegaran un bote36, asustados. Harry cogi el segundo sobre, que pareca oficial, del pico de la lechuza y lo abri, mientras el animal se marchaba por donde haba llegado y se perda en la noche.

    Estoy harto de esas condenadas lechuzas! mascull to Vernon, como un loco; fue hacia la ventana y volvi a cerrarla de golpe.

    Querido seor Potter:

    Con relacin a nuestra carta de hace unos veinte minutos, el Ministerio de Magia ha revisado su decisin de destruir de inmediato su varita mgica. Puede conservar usted su varita hasta la vista disciplinar del 12 de agosto, momento en el que se tomar una decisin oficial.

    Tras entrevistarse con el director del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicera, el Ministerio ha acordado que el asunto de su expulsin tambin se decidir en esa vista. Por lo tanto, considrese excusado del colegio hasta posteriores investigaciones.

    Con mis mejores deseos. Atentamente,

    Mafalda Hopkirk Oficina Contra el Uso

    33 Nerviosa 34 Que la inocencia te valga! 35 Velocidad 36 Salto

  • Harry Potter y la Orden del Fnix J.K. Rowling

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    Indebido de la Magia Ministerio de Magia

    Harry ley la carta con rapidez tres veces seguidas. Aquel angustioso nudo que se le haba formado en el pecho se afloj un tanto con el alivio de saber que todava no lo haban expulsado definitivamente, aunque sus temores no haban desaparecido, ni mucho menos. Todo pareca depender de la vista del 12 de agosto.

    Y bien? pregunt to Vernon, devolviendo a Harry a la realidad. Qu pasa ahora? Te han condenado a algo? Existe la pena de muerte entre tu gente? aadi, esperanzado, como si se le acabara de ocurrir esa idea.

    Tengo que ir a una vista37 explic Harry.

    Y all te condenarn?

    Supongo que s.

    Entonces no perder la esperanza asegur to Vernon con crueldad.

    Bueno, si eso es todo... dijo Harry ponindose en pie. Estaba deseando quedarse a solas para pensar y quiz para enviarle una carta a Ron, a Hermione o a Sirius.

    No, claro que no es todo! bram to Vernon. Sintate inmediatamente!

    Y ahora qu pasa? pregunt Harry con impaciencia.

    Dudley! grit to Vernon. Quiero saber exactamente qu le ha ocurrido a mi hijo!

    Muy bien! chill Harry, y la rabia que senta hizo que de la punta de su varita, que todava tena en la mano, saltaran chispas rojas y doradas. Los tres Dursley, acobardados, se encogieron. Dudley y yo estbamos en el callejn que conecta la calle Magnolia y el paseo Glicinia explico Harry; hablaba deprisa, intentando no perder los estribos. Dudley estaba vacilndome38 y yo saqu mi varita, pero no la utilic. Entonces aparecieron dos Dementores...

    Pero qu son los dementoides? pregunt to Vernon furioso. Qu hacen?

    Ya os lo he dicho: te quitan toda la alegra que tienes dentro respondi Harry, y si tienen ocasin te besan y...

    Que te besan? lo interrumpi to Vernon con los ojos fuera de las rbitas. Que te besan?

    As llaman al hecho de que te saquen el alma por la boca.

    Ta Petunia solt un dbil grito.

    El alma? No le habrn quitado... l todava tiene su...

    Agarr a Dudley por los hombros y lo sacudi, como si pretendiera or el alma de su hijo repiqueteando en el interior del cuerpo del chico.

    Claro que no le han quitado el alma. Si lo hubieran hecho ya os habrais dado cuenta respondi Harry exasperado.

    T los ahuyentaste, verdad, hijo? -inquiri to Vernon con mpetu, como quien se esfuerza por devolver la conversacin a un plano que domina. Les diste su merecido, verdad?

    A los Dementores no puedes darles su merecido sentenci Harry entre dientes.

    Entonces, cmo es que est bien? rugi to Vernon. Por qu no est vaco?

    37 Audiencia 38 Burlndose de m

  • Harry Potter y la Orden del Fnix J.K. Rowling

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    Porque utilic el encantamiento patronus...

    ZUUUM! Con un fragor, un aleteo y una pequea nube de polvo, una cuarta lechuza sali a toda velocidad de la chimenea de la cocina.

    Por todos los demonios! grit to Vernon, arrancndose los pelos del bigote, algo que no se haba visto obligado a hacer durante mucho tiempo. No quiero ver ms lechuzas en mi casa, no pienso tolerarlo, te lo advierto!

    Pero Harry ya haba cogido el pergamino que la lechuza llevaba atado a una pata. Estaba tan seguro de que aquella carta tena que ser de Dumbledore y de que en ella lo explicaba todo (los Dementores, la seora Figg, lo que tramaba el Ministerio, y cmo l, Dumbledore, pensaba solucionar la situacin) que, por primera vez en su vida, se llev una desilusin al ver la caligrafa de Sirius. Sin prestar atencin a la perorata que to Vernon estaba soltando sobre las lechuzas, y entrecerrando los ojos para protegerse de otra nube de polvo que la ltima haba provocado al colarse por la chimenea, Harry ley el mensaje de Sirius:

    Arthur acaba de contarnos lo que ha sucedido. No vuelvas a salir de la casa, pase lo que pase.

    El contenido de la carta le pareci a Harry una reaccin tan inapropiada ante lo ocurrido aquella noche que le dio la vuelta al pergamino buscando el resto del texto, pero no encontr ni una sola palabra ms.

    Y notaba que estaba volviendo a perder la calma. Acaso nadie pensaba felicitarlo por haber derrotado l solo a dos Dementores? Tanto el seor Weasley como Sirius estaban actuando como si Harry se hubiera portado mal y como si estuvieran reservndose la reprimenda hasta que pudieran determinar el alcance de los daos ocasionados.

    ... una bananada, quiero decir, una bandada de lechuzas entrando y saliendo de mi casa. No pienso tolerarlo, chico, no voy a...

    No puedo impedir que vengan lechuzas le espet Harry al mismo tiempo que arrugaba la carta de Sirius con la mano.

    Quiero saber la verdad de lo que ha pasado esta noche! bram to Vernon. Si han sido los Demendadores los que le han hecho dao a Dudley, por qu te han expulsado? Has hecho eso que t ya sabes, lo has admitido!

    Harry respir hondo para tranquilizarse. Empezaba a dolerle otra vez la cabeza. Lo que ms deseaba era salir de la cocina y perder de vista a los Dursley.

    Hice el encantamiento patronus para librarme de los Dementores explic, obligndose a conservar la calma. Es lo nico que funciona con ellos.

    Pero qu hacan esos dementoides en Little Whinging? pregunt to Vernon con indignacin.

    Eso no puedo decrtelo respondi Harry cansinamente. No tengo ni idea.

    Las punzadas que notaba en la cabeza eran cada vez ms fuertes, y le molestaba mucho la intensa luz de los fluorescentes de la cocina. Su enfado iba disminuyendo poco a poco. Estaba agotado, exhausto. Los Dursley lo miraban fijamente.

    Es por tu culpa afirm to Vernon con energa. Tiene algo que ver contigo, chico, estoy seguro. Si no, por qu iban a venir aqu? Qu iban a estar haciendo en ese callejn? Es evidente que eres el nico..., el nico... Al parecer no lograba pronunciar la palabra mago. El nico ya sabes qu en varios kilmetros a la redonda.

    No s a qu han venido.

    Pero tras las palabras de to Vernon, el agotado cerebro de Harry se haba puesto de nuevo en funcionamiento. Por qu haban ido los Dementores a Little Whinging? Cmo iba a ser una casualidad que hubieran aparecido en el callejn donde estaba Harry? Los haba enviado alguien? Haba perdido el Ministerio de la Magia el control de los Dementores?

  • Harry Potter y la Orden del Fnix J.K. Rowling

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    Haban abandonado Azkaban y se haban unido a Voldemort, como Dumbledore haba vaticinado?

    Esos Desmembradores vigilan una prisin de bichos raros? pregunt to Vernon siguiendo trabajosamente el hilo de las ideas del muchacho.

    S confirm Harry.

    Si al menos dejara de dolerle la cabeza, si al menos pudiera salir de la cocina y subir a su oscuro dormitorio y pensar...

    Aja! Venan a detenerte! exclam to Vernon con el aire triunfante de quien ha llegado a una conclusin irrefutable. Seguro que es eso, verdad, chico? Ests huyendo de la justicia!

    Claro que no dijo Harry moviendo la cabeza como si ahuyentara una mosca; su mente iba a toda velocidad.

    Entonces, por qu...?

    Debe de haberlos enviado l sugiri Harry con un hilo de voz, ms para s que para to Vernon.

    Cmo dices? Que debe de haberlos enviado quin?

    Lord Voldemort dijo Harry.

    Repar en lo extrao que resultaba que los Dursley, que se encogan, hacan muecas y chillaban cada vez que escuchaban palabras como mago, magia o varita, pudieran or el nombre del mago ms malvado de todos los tiempos sin alterarse lo ms mnimo.

    Lord... Espera un momento dijo to Vernon, con la cara contrada, al mismo tiempo que en sus ojos de cerdito brillaba una chispa de comprensin. No es la primera vez que oigo ese nombre... se fue el que...

    Asesin a mis padres, s confirm Harry.

    Pero desapareci objet to Vernon con impaciencia, sin pararse a pensar que el asesinato de los padres de Harry pudiera ser un tema delicado. Aquel tipo gigantesco lo dijo. Desapareci.

    Ha vuelto sentenci Harry con rotundidad.

    Era rarsimo estar all de pie, en la asptica cocina de ta Petunia, entre la nevera ltimo modelo y el televisor de pantalla plana, hablando como si tal cosa de lord Voldemort con to Vernon. Pareca que la llegada de los Dementores a Little Whinging haba abierto una brecha en el enorme aunque invisible muro que separaba el mundo implacablemente no mgico de Privet Drive y el que haba al otro lado. En cierto modo, las dos vidas de Harry se haban fusionado y todo haba quedado patas arriba; los Dursley estaban pidindole detalles sobre el mundo mgico, y la seora Figg conoca a Albus Dumbledore; los Dementores se cernan sobre Little Whinging, y quiz Harry no regresara a Hogwarts. El dolor de cabeza del muchacho iba en aumento.

    Que ha vuelto? susurr ta Petunia.

    Miraba a Harry como nunca lo haba hecho. Y de pronto, por primera vez en su vida, Harry se dio plena cuenta de que ta Petunia era la hermana de su madre. No habra sabido explicar por qu esa idea lo sacudi tan fuerte en aquel preciso instante. Lo nico que saba era que l no era la nica persona de las que haba en la cocina que intua lo que poda significar que lord Voldemort hubiera regresado. Ta Petunia jams lo haba mirado de aquella manera y en ese momento no tena entrecerrados los grandes ojos claros (completamente distintos de los de su hermana), con una expresin de asco o de enojo, sino muy abiertos y asustados. La ficcin que ta Petunia haba mantenido durante toda la vida de Harry (que la magia no exista y que no haba otro mundo ms que el que ella habitaba con to Vernon) pareca haberse derrumbado.

  • Harry Potter y la Orden del Fnix J.K. Rowling

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    S confirm Harry, dirigindose a ta Petunia. Volvi hace un mes. Yo lo vi.

    Las manos de ta Petunia se posaron sobre los anchos hombros de Dudley, cubiertos con su ropa de cuero, y los apretaron.

    Espera un momento intervino to Vernon, mirando a su esposa, luego a Harry y luego otra vez a ta Petunia, aparentemente atnito y desconcertado por el entendimiento que pareca haber surgido entre ta y sobrino. Un momento. Dices que ese lord Voldcomosellame ha vuelto?

    S.

    El que mat a tus padres.

    S.

    Y ahora ha empezado a enviarte Desmembradores?

    Eso parece respondi Harry.

    Entiendo dijo to Vernon. Mir a su esposa, que estaba tremendamente plida, y luego a Harry, al mismo tiempo que se suba la cintura de los pantalones. Harry tuvo la impresin de que su to se inflaba y de que su enorme rostro morado se dilataba ante sus ojos. Bueno, ya no me cabe duda asegur, y sigui inflndose, mientras la camisa se le tensaba ms y ms. Ya puedes largarte de esta casa, chico39!

    Qu? dijo Harry.

    Ya me has odo. FUERA! grit to Vernon, tan fuerte que hasta ta Petunia y Dudley dieron un brinco. FUERA! FUERA! Deb hacer esto hace muchos aos! Lechuzas que se pasean por aqu como si tal cosa, pudines que explotan, medio saln destrozado, la cola de Dudley, Marge flotando por el techo y ese Ford Anglia volador! FUERA! LARGO! Se acab! Has pasado a la historia! No vas a quedarte aqu si hay un loco que te persigue, ni vas a poner en peligro la vida de mi esposa y de mi hijo, ni vas a causarnos ms problemas. Si piensas seguir los pasos de tus padres, es asunto tuyo! LARGO DE AQU!

    Harry se qued clavado donde estaba. Tena las cartas del Ministerio, del seor Weasley y de Sirius arrugadas en la mano izquierda. No vuelvas a salir de la casa, pase lo que pase. NO SALGAS DE LA CASA DE TUS TOS.

    Ya me has odo! insisti to Vernon, y se inclin hacia delante hasta que su enorme y morada cara qued tan cerca de la de Harry que ste not las salpicaduras de saliva en el rostro. Andando! Hace media hora estabas deseando marcharte! Pues adelante! Lrgate de aqu y no vuelvas a pisar nuestra casa jams! No s por qu te acogimos en su da; Marge tena razn, debimos enviarte al orfanato. Fuimos demasiado blandos contigo, cremos que podramos rehabilitarte, cremos que podramos convertirte en una persona normal, pero estabas podrido desde el principio, y ya estoy harto. Lechuzas!

    La quinta lechuza sali disparada de la chimenea, tan deprisa que choc contra el suelo antes de volver a emprender el vuelo con un fuerte aullido. Harry levant las manos para coger la carta, que iba en un sobre de color escarlata, pero el pjaro pas volando por encima de su cabeza y se dirigi hacia ta Petunia, que solt un chillido y se agazap, tapndose la cara con los brazos. La lechuza dej caer el sobre rojo sobre la cabeza de ta Petunia, dio media vuelta y volvi a colarse por la chimenea.

    Harry se abalanz sobre su ta para arrebatarle la carta, pero ta Petunia se le adelant.

    Puedes abrirla si quieres dijo Harry, pero de todos modos oir lo que pone. Es un vociferador40.

    Suelta eso, Petunia! rugi to Vernon. No lo toques, podra ser peligroso!

    39 Lrgate de esta casa, muchacho! 40 Una carta vociferadora

  • Harry Potter y la Orden del Fnix J.K. Rowling

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    Va dirigida a m se excus ta Petunia con voz trmula. Va dirigida a m, Vernon, mira! Seora Petunia Dursley, La Cocina, Privet Drive Nmero Cuatro...

    Contuvo la respiracin, horrorizada. El sobre rojo haba empezado a echar humo.

    brelo! le pidi Harry. brelo ya! De todos modos ocurrir.

    No.

    A ta Petunia le temblaba la mano. Mir frenticamente alrededor, como si buscara una ruta de huida, pero era demasiado tarde: el sobre empez a arder. Ta Petunia grit y lo solt con rapidez.

    Se oy una voz imponente que resonaba en el reducido espacio de la cocina; sala de la carta en llamas, que haba quedado sobre la mesa.

    Recuerda mi ltima... Petunia.

    Ta Petunia estaba a punto de desmayarse. Se sent en la silla, junto a Dudley, y se tap la cara con las manos. Los restos del sobre fueron quedando reducidos a cenizas en medio de un profundo silencio.

    Qu es eso? pregunt to Vernon con voz ronca. Qu...? No... Petunia!

    Ta Petunia no dijo nada. Dudley miraba a su madre, estupefacto y con la boca abierta, mientras el silencio lo envolva todo en una espiral horrenda. Harry observaba a su ta completamente perplejo y senta que la cabeza le palpitaba como si estuviera a punto de estallar.

    Petunia, querida empez to Vernon con timidez. Pe-Petunia...

    Ella levant la cabeza. Todava temblaba. Trag saliva y dijo con un hilo de voz:

    El chico... El chico tendr que quedarse aqu, Vernon.

    Cmo dices?

    Que se queda repiti ella sin mirar a Harry, y se puso de nuevo en pie.

    Pero si... Petunia...

    Si lo echamos, los vecinos hablarn aadi ta Petunia. Estaba recuperando su tono enrgico e irascible, aunque segua muy plida. Nos harn preguntas incmodas, querrn saber adonde ha ido. Tendremos que quedrnoslo.

    To Vernon estaba desinflndose como un neumtico pinchado.

    Pero Petunia, querida...

    Ta Petunia no le hizo caso. Se volvi hacia Harry y le orden:

    Vas a quedarte en tu habitacin. No salgas de casa. Y ahora vete a la cama.

    Harry no se movi de donde estaba.

    Quin te ha enviado ese vociferador?

    No hagas preguntas le espet ta Petunia.

    -Ests en contacto con algn mago?

    Te he dicho que te vayas a la cama!

    Qu significaba? Recuerda mi ltima qu?

    A la cama!

    Cmo es que...?

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    Ya has odo a tu ta! Sube a acostarte!

  • Harry Potter y la Orden del Fnix J.K. Rowling

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    3

    La avanzadilla41

    Me han atacado unos Dementores y es posible que me expulsen de Hogwarts. Quiero saber qu est pasando y cundo voy a poder salir de aqu.

    Harry copi esas palabras en tres hojas de pergamino diferentes en cuanto lleg al escritorio de su oscura habitacin. Dirigi la primera a Sirius, la segunda a Ron y la tercera a Hermione. Hedwig, su lechuza, haba salido a cazar; su jaula estaba vaca sobre el escritorio. Harry se puso a dar vueltas por su dormitorio, esperando que regresara; notaba la cabeza a punto de estallar y tena tantas cosas en que pensar que no crea que pudiera dormir, aunque le escocan los ojos de cansancio. Tambin le dola la espalda de llevar a rastras a Dudley hasta la casa, y los dos chichones que tena en la cabeza (el que se haba hecho al chocar contra la ventana y el del puetazo que le haba pegado su primo) le producan un punzante dolor.

    No paraba de dar vueltas por el cuarto, consumido de ira y frustracin, rechinando los dientes y con los puos apretados; y cada vez que pasaba por delante de la ventana, lanzaba enfurecidas miradas al cielo salpicado de estrellas. Alguien haba enviado a los Dementores para que lo capturaran, la seora Figg y Mundungus Fletcher lo seguan en secreto, haba sido expulsado de Hogwarts, estaba pendiente una vista en el Ministerio de la Magia... Y pese a todo nadie le deca qu estaba ocurriendo.

    Y qu demonios significaba aquel vociferador? De quin era aquella voz tan horrible y amenazadora que haba resonado en la cocina?

    Por qu continuaba atrapado all sin informacin? Por qu todos lo trataban como si fuera un nio travieso? No hagas ms magia, qudate en casa...

    Al pasar por delante del bal del colegio le peg una patada, pero en lugar de aliviar con ello la rabia que senta, se encontr an peor porque ahora tena que sumar el fuerte dolor del dedo gordo del pie al del resto del cuerpo.

    Justo cuando pasaba cojeando por delante de la ventana, Hedwig entr volando con un dbil batir de alas, como un pequeo fantasma.

    Ya era hora! gru Harry cuando el pjaro se pos con suavidad encima de su jaula. Ya puedes soltar eso, tengo trabajo para ti!

    Los grandes, redondos y ambarinos ojos de Hedwig lo miraron llenos de reproche por encima de la rana muerta que sujetaba con el pico.

    Ven aqu le orden Harry. Cogi los tres pequeos rollos de pergamino y se los at a la escamosa pata con una correa de cuero. Lleva esto a Sirius, a Ron y a Hermione y no vuelvas aqu sin unas buenas respuestas. Si es necesario, picotalos hasta que hayan escrito unos mensajes decentemente largos. Entendido?

    Hedwig emiti un amortiguado ululato sin soltar la rana.

    En marcha, pues dijo Harry.

    Hedwig ech a volar de inmediato. En cuanto la lechuza hubo salido por la ventana, Harry se tumb en la cama sin desvestirse y se qued mirando el oscuro techo. Por si fuera poco con los deprimentes sentimientos que experimentaba, encima se senta culpable por haber sido antiptico con Hedwig; la lechuza era la nica amiga que tena en el nmero cuatro 41 La avanzada

  • Harry Potter y la Orden del Fnix J.K. Rowling

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    de Privet Drive. Pero ya hara las paces con ella, cuando llegara con las respuestas de Sirius, Ron y Hermione.

    Seguro que le contestaban enseguida; no podran hacer caso omiso de un ataque de Dementores. Probablemente al da siguiente, al despertar, encontrara tres gruesas cartas llenas de muestras de solidaridad y de planes para su inmediato traslado a La Madriguera. Y con esa reconfortante idea, el sueo se apoder de l sofocando cualquier otro pensamiento.

    Pero Hedwig no regres a la maana siguiente. Harry pas el da entero en su habitacin y slo sali para ir al cuarto de bao. En tres ocasiones, ta Petunia le introdujo comida en el dormitorio a travs de la gatera que to Vernon haba instalado tres veranos atrs. Cada vez que Harry la oa acercarse, intentaba interrogarla sobre el vociferador, pero si hubiera interrogado al pomo42 de la puerta habra obtenido las mismas respuestas. Por lo dems, los Dursley ni se acercaron a su habitacin. Harry comprendi que no vala la pena forzarlos a soportar su compaa; con otra pelea no conseguira nada, salvo quiz enfadarse tanto que acabara haciendo ms magia ilegal.

    As pasaron tres das. Harry tena altibajos: algunas veces se senta lleno de una impaciente energa que le impeda concentrarse en nada, y entonces recorra el dormitorio, furioso con todos por permitir que sufriera en medio de tanta confusin; otras veces lo dominaba un letargo tan absoluto que poda estar una hora seguida tumbado en la cama con la mirada perdida y muerto de miedo ante la perspectiva de una vista en el Ministerio.

    Y si fallaban en su contra? Y si lo expulsaban del colegio y le partan la varita por la mitad? Qu hara entonces, adonde ira? No poda volver a vivir siempre con los Dursley, y menos ahora que conoca aquel otro mundo, el mundo al que perteneca en realidad. Podra irse a vivir con Sirius, como su padrino haba sugerido un ao atrs, antes de que se viera obligado a huir de las autoridades? Permitiran a Harry vivir all solo, dado que todava era menor de edad? Haba sido su infraccin del Estatuto Internacional del Secreto lo bastante grave para que lo encerraran en una celda en Azkaban? Cada vez que ese pensamiento volva a aparecer en su mente, Harry se levantaba de la cama y se pona a pasear otra vez por la habitacin.

    La cuarta noche despus de la partida de Hedwig, Harry estaba tendido en la cama, en una de sus fases de apata, contemplando el techo. Tena la exhausta mente casi en blanco cuando su to entr en la habitacin. Harry gir despacio la cabeza y lo mir. To Vernon llevaba puesto su mejor traje y la expresin de su rostro era de inmensa suficiencia.

    Salimos anunci.

    Cmo dices?

    Que nosotros, es decir, tu ta, Dudley y yo, salimos.

    Muy bien respondi Harry sin nimo, y volvi a mirar el techo.

    Prohibido salir de la habitacin hasta que volvamos.

    Vale43.

    Prohibido tocar el televisor, el equipo de msica o cualquier otra cosa.

    De acuerdo.

    Prohibido robar comida de la nevera.

    Entendido.

    Voy a cerrar tu puerta con llave.

    42 Picaporte 43 Est bien

  • Harry Potter y la Orden del Fnix J.K. Rowling

    33

    Como quieras.

    To Vernon lanz a Harry una mirada de odio, desconfiando de la actitud resignada de su sobrino; sali de la habitacin pisando fuerte y cerr la puerta tras l. Harry oy que la llave giraba en la cerradura y los pesados pasos de to Vernon, que bajaba la escalera. Transcurridos unos minutos, oy cmo se cerraban las puertas de un coche, el rugido de un motor y el inconfundible sonido del coche saliendo de la entrada de la casa.

    A