guha ranajit_la prosa de contra insurgencia_debates post coloniales

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  • 7/28/2019 Guha Ranajit_La Prosa de Contra Insurgencia_Debates Post Coloniales

    1/23

    Debates

    Post Coloniales:

    Una Introducci6na los Estudios dela Subalternidad

    Compilaci6n deSilvia Rivera CusicanquiRossana Barragan

    Traducciones deRaquel Gutierrez,Alison Spedding,Ana Rebeca Prada ySilvia Rivera Cusicanqui

    fUtCSO - Biblir.tcc::I

    \

    ~COORDINADORA

    DEHISTORIA

    S I E P H ~ S

    SOUTH - SOUTHEXCHANGE

    PROGRAMMEFO R RESEARCH

    ON THE HISTORYOF DEVELOPMENT

    AruW'iyiri

    TALLER DE

    HISTORIAORAL

    ANDINA

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    CONTENIDO

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    r .C o : ~ , c ' 6~ :

    Editorial his tor iasCoo rdl n ado r a de H i st o ri aTelefono: 791912 - Casilla 14567La pa z

    Ediciones Aruwiyiri - "EI que i n c end i a la voz"THOA - TaJler de Historia OraJ AndinaCalle Leon M. Loza # 1199 (Alto Sa n Pedro)Telefono: 355761 - Casi l la 14820La Pa z

    SEPHISSouth - South Exchange Programme for Researchon th e History of DevelopmentP.O. Box 1738NL 3000 DR RotterdamHolanda

    Esta publicaci6n ha s ido pos ib legracias al impor tante auspic io del S IEIPH ~ SI ' Edici6n de 1000 e j er npl a re sDerechos reservadosD.L. N 4-1-738-97

    Fcndo de t ap a: P in t ur a d e Victor Eusebio ChoqueDiseno d e t ap a: Rene Gonza Jo Pa z

    Esta es un a producci6n de:

    IERPE PubllcaclonesTel: 369804La Pa z - BoliviaIrnpreso en Bolivia - Printed i n Bol iv ia

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    r t . c - : , , ( ~ ~ C ;- : : : \ ' ~ ~ ~ ~ . c . r " c . c . ; : J

    La Prosa de Contra .. Insurgencia"

    Ranajit Guha

    I

    En cualquier tiempo 0 lugar bajo el Ro]", cuando un campesino se levantabaen rebeli6n, 10 hacia necesaria y explicitamente en violaci6n de una serie dec6digos que definian su misma existencia como miembro de esa sociedad colonialy aun en gran medida, semi-feudal. Porque su subalternidad era materializadapo r la estructura de la propiedad, institucionalizada por la ley, santificada porla religi6n y hecha tolerable -y hasta deseable- por la tradici6n; rebelarse era,en verdad, destruir muchos de los slgnos familiares que habia aprendido a leery manipular para extraer un significado del duro mundo a su alrededor y convivircon el, Bajo estas condiciones, el riesgo de "poner las cosas al reves" era ciertamente tan grande, que dificilmente pod ria incorporarse a tal proyecto en unestado de distracci6n.

    No hay nada en las fuentes primarias de la evidencia hist6rica como parasugerir algo distinto. Elias desmienten el mito, detallado con tanta frecuencia

    en textos descuidados e impresionistas sobreel tema, de que las sublevacionescampesinas habrian sido asuntos exclusivamente espontaneos y sin premeditaci6n.La verdad es total mente opuesta. Seria dificil citar un levantamiento de escalaalgo significativa que no haya sido, de hecho, precedido ya sea por t ipos demovilizaci6n menos militantes -cuando se prob6 otros metodos sin resultados-, 0 por debates entre su s dirigentes para sopesar con seriedad los facto resen pro y en contra de cualquier recurso a las armas. En acontecimientos tandiferentes entre si en contexto, caracter y composici6n como el dhing [N.E.

    N.E. Traducci6n de Raque! Gutierrez y Alison Spedding, corregida por Silvia Rivera. del artfculo: "The Proseof Counter-Insurgency". En: Subaltern Studies ll. lVritillgs all South Asian History and Society. Ranajit Guha,editor. Delhi: Oxford University Press. 1995 [19831. pp. 1-42..I Agradezco los comentarios de mis colegas del equipo editorial sabre un borrador inicial de esre ensayo . N.E. Perlodo colonial de la soberanfa britanica.

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    34 Ranahil Guha La Pr050de Conlro-Insurgencio 35

    levantamiento] de Rangpuren contra de Debl Sinha (1783), el bidrotia rN.E. otroterrnlno local para levantarnlento 0 rebeJi6n] de Barasat encabezado po r TituMir (1831), el hool" Santal (1935) y el "motfnazul"de 1860, los protagonlstas habianlntentado peticiones, comisiones u otras formas de suplica antes de procederreaImente a declarar la guerra a sus opresores/ . Una vez mas, las revueltas delos Kol (1832), los Santal y los Munda (1899-1900/", tantocomo el dhingde Rangpury lasjacqueries'" en los distritos de Allahabad y Ghazipur durante la Rebeli6nde los C ipayos de 1857-8. . . . (pa ra nombrar 5610 do s lnstancias en t re muchasde una ser ie notable), todas habian sido inauguradas po r consultas planiflcadasye n algunos casos prolongadas, entre los representantes de las masas campesinasdel lugar", En verdad, c as i no e xi st e un ejemplo del campesinado, ya sean losaldeanos cautos y apegados a la tierra de las lIanuras 0 los supuestarnente masvolMiles adivasis . . . . de la s regiones de altura, que se hublese metido 0 dejadolIevar inconscientemente a la rebel i6n. Tenian demasiado qu e apostar y no seentregarian a ella s ino como un modo deliberado, aunque desesperado, de sal irde una condici6n insoportable de exi st enci a. En otras palabras, la insurgenciafue una actividad lIevada a cabo de manera motivada y consciente por parte delas masas rurales.

    Empero, esta conciencia parece haber sido objeto de poca a tenc i6n en laliteratura sobre el tema. Lahis toriografiase ha contentado con tratar al rebel decampesino como una persona meramente empirlca 0 miembro de una c1ase , perono como una entidad cuya voluntad y raz6n constituian la praxis Hamada rebeli6n.

    N.E. Levantamientos y disturbios, Terrnino utilizado para describir las insurreciones Santal de 1855. EIautorse refiere a unaseriede rebeliones campesinas que varian desde losalzamientos'Iribales" y loslevantamientoshindilesde castas no registradas, rnuchas veces rnilenaristas, comoaquellos de los Kcls, Santals y Mundas, hasia losmovirnientosde loscarnpesinos rnusulmanes ellBengala (como larevuelta de 1831 sostenida porTitu Mir), en contrade los rerratenientes y coma afirrnacion de una idenlidad carnpesina-rnusulmana para los carnpesinos, pequenospropietarios y otros elementos plebeyos que emergieron durante laGran Rebelion de los Cipayos en 1857-1858.2 Los ejemplossan demasiado numerosos para cirarlos. Para algunas de ellos, vease MDS, pp. 46- 7,48-9, sabreel dhing de Rangpur; BC 54222; Metcalfey Blunt a laCorte de Directores (10 de abril 1832), parrafos 14-15 sabrela sublevacionde Barasat; W.W. Hunter, Annals of Rural Bengal (7a edici6n; Londres, 1897), pp. 327-28 YJP, 4de ocrubre, 1855; "The Thacoor's Perwannah" para el hoot Sarual; C.E. Buckland, Bengal under the Lieutenant-Governors', fer tcrno (Calcuta, 1901)/ p. 192, para el "moun azul".Nota: Para una lista de las abreviaturas usadas en este capitulo, vease elfinal del arttculo. N.E. Los Kols, Santuls y Mundas eran lIamadas lribus por la etnografla y la administraci6n colonial, aunqueel criterio para delimitar rtgidarnente las tribus de los carnpesinos. 0 los anirnistas (tribales) de las casras hinduesrurales nosiempre era Ian marcado. Los Saruals era una de las mas importantes y extensas "tribus" de agricultoresy jomaleros empleados en la construcci6n de vfas ferreas, en las plantaciones de t ~ y en las carboneras. N.E. En trances e n el original. Designa a los levantamientos y rebeliones c ampesinas, en recuerdo dellevantarniento de Jacques Bon Homme canI ra la nobleza de la " Is la" deFranc ia en 1358. Su nombrees s inon irnode campesino y pueblo. N.E. Entre 1857-58,la Rebelion de los Cipayos, soldados indios ernpleadosen el ejercito de la CompailfaIndia, cubrio extensas partes del norte y centro de la India, con exclusion de Bengala.3 Vease , por e je rnplo, MDS pp. 579-80; Freedom Struggle iii Uttar Pradesh, lama 4 (Lucknow, 1959) pp. 28485,549 . N.E. Nombre dado a fapoblacion tribal que se sinia debajo del sistema decasras. Designa a rniernbros detribus registradas 0 censadas ("scheduled") en la Consutucion fndependiente de la India (1950) que dio derecho aestos grupos tradicionalrnente explotados a la proteccion estatul, otorgandoles cuoras especiales para el ingreso aescuelas y colegios, Irabajos gubernamentales y legislatura.

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    Enla rnayoria de las narraciones. esta omisi6n esta en verdad tenidade metatorasque asimilan las sublevaciones campesinas con fen6menos naturales: estallancomo tormentas de truenos, se mueven como te rremotos , se extienden comoincendios de mon te , se contagian como epidemias. En otras palabras, cuandoel proverbial menton de t ie rr a se da l avuel ta , s e t ra ta de un asunto a se r explicadoen termlnos de lahistoria natural. Incluso cuando esta historiografia se ve obligadaa produci r una explicaci6n en t e rminos mas humanos , 10 hara asumiendo unaidentidad entre naturaleza y cultura, que sefiala un estado supuestamente muybajo de civilizaci6n, ejemplificado en "esos estal lidos peri6dicos de crimen ydesorden a los cuales se entregan todas las tribus salvajes'', como 10 expres6el primer historiador de la r ebel i6n Chuar", Alternativamente, se buscara unaexplicaci6n en la enumeraci6n de sus causas -factores como las privacionesecon6micas y politicas, po r ejemplo, qu e no se relacionan en absoluto con laconciencia del campesino 0 10 hacen de manera negativa- que desencadenan larebeli6n como una especie de ref le jo , es decir, como una respuesta instintivay casi s in raciocinio Irente a sufrimientos fislcos de uno u otro tipo cp_ej. hambre,tortura, trabajos Iorzados, etc.) 0 como una reacci6n pasiva ante alguna iniciativadel enemigo al que se subordinan. En ambos casos se considera a la insurgenciacomo exterior al a conciencia del campesino y se coloca la Causa como sustitutofantasma de la Rozon, que se supone es la16gica de dicha conciencia.

    II

    ~ C 6 m oadquiri6 la historiografia esta ceguera especifica sin encontrar nuncaun rernedio? Para responder, se podria empezar mirando de cerca su s elementosconstltutivos y examlnando esos cortes, costuras y puntadas -esas huellas derernlendo- que nos ind ican de que mater ia l es tan hechos y la rnane ra en qu e se

    los absorbe en la t el a de la escritura.EI corpus de escritos hist6ricos sobre la insurgencia campesina en la Ind ia

    colonial es ta cons t itu ido por t res t ipos de d is cu rso. Estos pueden se r descritoscomo primario,secundario y terciario, segun el orden en que han aparec ido enel tiernpo y su filiaci6n. Cada uno se diferencia de los ot ros dos por el nivel desu identificaci6n formal y/o admitida (versus real y/o t act t a) con un punto devista oficial, po r el grado de distancia con respec to al evento al que se refiere,y po r la proporci6n entre los componentes distributivos e integrativos en sunarrativa.

    4 J.e. Price, The eill/ar Rebel/io/l of 1799, p.cl. Laedici6n de laobra ulilizadaen eSleensayoes lapublicadaenA. Mitra (ed.) District Hawlbooks: Mid/lapur (Alipore, 1953), Apendice 4.

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    36 Ranahil Guha

    ';'"

    La Proso de Conlra-Insurgencia 37

    Para empezarcon el discurso primario, estees, casl sin excepci6n, de caracteroficial, en el sentido amplio del terrnlno. Es decir, se originaba no s6lo en t rebur6cratas, militares, agentes y otros empleados directamente por el gobierno,sinotarnblen entre aquellos del sector no-oficial que se relacionaban de maneras imbi6t ica con el Raj, como se r los due fios de p lant ac iones, mis ione ros,comerciantes, tecnlcos y otros entre los blancos, y terratenientes, prestamistas,etc., entre los nat lvos . Tamblen era oficial en t a nt o que se dirigia, en primertermlno, a usos administrativos, ya sea para informar al gobierno, para quees tetome acciones 0 para de te rminar sus poli t icas. Incluso cuando incorporabadeclaraciones procedentes de "Ia otra parte" -I a de los insurgentes 0 su s aliados-, como much as veces fue el caso de menciones directas 0 indirectas

    contenidas en el cuerpo de la correspondencia olicial 0, de manera aun mascaracteristica, como "anexos" a esta, 10hacia s610 como parte de un argumentogulado por intereses administrativos. En otras palabras, sea cual fuere su formaespecifica -yen verdad las habia en variedad asombrosa, desde la carta introductoria, el telegrama, el despacho y el comunicado, hasta el resumen, informe,juicio y edicto finales- tanto su producci6n como su circulaci6n eran necesar iamente cont lngentes de las razones de Estado.

    Un aspecto adicional que distingue a esta c1ase de discurso es su naturalezainmediata. Ellasurgia de dos condiciones: la primera, que las declaraciones deeste t ipo se escr ibian en forma concurrente 0 poco tiempo despues del aeontec imiento, y la segunda, que eran redact adas por los prop ios part i cipesimplicados. Para estos fines, un "particlpe' ' se define como un conternporaneoinvolucrado directamente en el acontecimiento en calidad de actor, 0 bienindirectamente, como observador. Por supuesto, esto excluiria a aquel generode escr i tura re t rospec t iva , como es el caso de algunas memorias, donde elintervalo entre el acontecimiento y el recuerdo es considerable; pero nos dejariaaun con una documentaclon enorme -"fuentes primarias", como se las conoce

    en el o fi ci o-que

    Iehabla

    alhistoriador con una especie

    de vozancestral,

    haclendolo sentir mas proximo a su tema.Los dos ejemplos que se transcriben a continuaclon son bastante represen

    tativos del discurso primario. EI primero se relaciona con la sublevaci6n deBarasat en 1831 y el segundo con la rebel ion de los San ta ls en 1855.

    TEXTO IS

    AI: Vlce-EdecanGeneral del Ejercito.

    Senor:

    Habiendo recibido el Gobierno inlormaci6n fidedigna de que un cuerpo deInsurgentes Fanaticos esta cometiendo actualmente las atrocidades mas atrevidasy desenfrenadas contralos Pobladores del Pais en las cercanias de Tippy en laJurisdlccion de Barasat y de que han desafiado y rechazado la ultima luerzaque la Autoridad Civil del lugar pud ie ra reunir para apresar le s, he sidoencargado por elHonorable Vice Presidente en Consejo de pedir que Ud. ,comunique sinretraso al Oficial GeneralComandante de laDivision Presidenciallas ordenes del Gobierno para que un Batallon Completo de Inlanteria Nativadesde Barackpore y dos SeisLibras" que seran munidos para su cumplimiento(sic) necesario de Golundazedesde Dum Dum, todos bajoel Mandode un Oficialde Campana con [uicioy decision, sean dirigidos inmediatamente a procedery encontrarse en Baraset donde seran encontrados por I Havildary 12Soldadosdel Tercer Regimiento de Caballeria Ligeraque actualmente lorman la escoltadel Honorable Vice Presidente.

    20. EIMagis trado se encontrara en Baraset con el Oficial Encargado delDestacamento y Ieproporcionara la informacion necesaria para su conduccion,relerente a la ubicaclon de los Insurgentes; pero sin tener autoridad algunapara interlerir con las operaciones Militares que el Olicia!Encargado de losDestacamentos pueda considerar oportunas, con el Iinde derrotar 0 capturar0, en caso de resistencia, destruir a los que perseveran en desafiarla autoridaddel Estado y turbarla tranquilidadpublica.

    30. Seha arr ibado a laconclusion de que elservic io no sera de naturalezatan prolongada como para requerir un abastecimiento de municiones mayor

    alque se pueda lIevar en Boisa y en dos Carretones para los Canones, y queno ocurrira nlnguna dilicultad relerente al transporte. Encaso contrario seproveera la ayuda que luere necesaria.

    40. EIMagistrado sera instruido para br indar toda la ayuda relerente alabastecimiento y otras cosas requeridas para laTropa.

    Sala de Consejo Yosoy etc.

    10de noviembre 1831

    (Firma) Cnl. Wm.Casement. Sec. Gob. Dep. Mil.

    5 BC 54222; lC. 22 de noviembre 1831; "Extract from the Proceedings of the Honourab le the Vice Presiden t inCouncil in the Military Department under date t he lOth November 1831' '. Enfasisadicional, N. de T. En ingles: "Two six-Pounders", canones que lanznn balas de seis libras de peso.

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    38 Ranahil Guha

    ,

    LaProsede Cantralnsurgencio 39

    TEXTO 2 6

    De:W.C.Taylor, caballero.A:F.S.Mudge,caballeroFechado, 7 de jul io de 1855.

    Miquerido Mudge:

    Hay una reuni6n g rande de Sontals 4 6 5.000 hombres en un Jugar a unas 8mil las de aqui y entiendo que todos es tan bien armados con Arcos y flechas,Tulwars, Lanzas etc . y es su intenci6nasaltara todos los Europeos de los alre-dedores y saquear sus bienes y asesinarlos. Lacausa de todo esto es quesupuestatnente unode sus Dioses se ha Encarnado y ha hechosu aparici6n enalgtin lugar cerca de aqui, y que essu intenci6n gobernar comoRey sabretodaestapartede la India, y ha ordenado a losSontals reuniry darmuertea todoslos Europeos y Nativos influyentes de los alrededores. Como este es el puntamas cercano al a Reuni6n supongo quesera el primero enser asaltado y piensoque seria mejor para timandar aviso a las autoridades en Berhampore y pedirayuda militar dado que ser asesinado no es una perspectiva agradable, y enlamedida en qu e pude averiguar, este es un asunto bastanteserio.

    SreecondTuyo etc.

    7 de julio, 1855(Firmado) W.C.Taylor

    Nada podria se r mas i nmed ia to qu e e s t os t extos. Escr i to s ta n pronto comolos acontecimientos fueron identificados como rebeli6n po r quienes tenian masraz6n para temerlos, se encuentran entre los pr imeros regi s tros que poseemossobre dichos sucesos en las colecciones de la Biblioteca del IndiaOffice' y en losArchivos del Estado de Bengala Occidenta\. Como demuestra la evidencia sobreel bidroha [Ievantamiento] de 1831 7 , no fue sino hasta el 10 de noviembre qu e

    lasautoridades

    de Calcu ta l lega ron areconocer

    lacitada

    violencia en la regi6nde Barasat como 10 qu e era: una insurrecci6n a t odo dar encabezada po r TituMir y su s hombres. La carta del Coronel Casement identilica para nosotros elmomento preci so cuando e l Titu, un has ta en tonces desconocido d i rigen te delcampesinado local rompe lanzas contra el Raj y se labra asl el camino hacia lahis toria. Lafecha del s iguiente documento celebra tam bien un inic io: e l del hoolSanta\. Fue ese mismo d la , e l 7 de julio de 1855, que el asesinato del daroga [Jefede Policia] Manesh, despues de qu e un encuentro entre su tropa y los campesinosreunidos en Bhagnadihi hiciera estallar la sublevaci6n. EI estallido debi6 ser 10

    6 JP, 19 d e julio 1855. Adjunto a caria del Magistrado de Murshidabad, fechado el II de Julio 1855. Enfasisadicional.

    N.de T. Departamento del gobiemo britdnico q ue s e ocupaba de sus territories en la India.7 Asi. BC 54222; JC, 3 d e a br il 1 83 2: Alexander a Barwell (28 de nov ie rnb rede 1831)

    " ~

    , ~ . '

    bastante r ui do so como par a se r registrado con un susto evidente en e s a not agarabateada en Sreecond po r un empleado europeo del Ferrocarril de la IndiaOrienta l, en benef ic io de su colega y del sarkai': Una vez mas, es tas son palabrasque indican , t an directamente como sea posible, el impac to de una rebel i6ncarnpeslna sobre sus enemigos durante su s primeras y sangrientas horas.

    III

    Nada de es a calidad instantanea se filtra hasta el nivel siguiente, el del discursosecundario. Este se nutre del discurso pr imario como materiet"', pero a la ve z

    10 t r ans fo rma . Para contrastar los dos t ipos de discurso se podria equiparar alprimero con una suerte de historiografia en es tado crudo y primordial 0 con unembri6n aun no art iculado como organismo con miembros definidos, y al segundocon el producto procesado, no importa cuan crudo sea el procesamiento, es decir,un discurso debidamente constituido, aunque infanti\.

    Esta diferencia se da obviamente en funci6n del tiempo. En la cronologia dees te corpus particular, el t exto secundario s igue al primario a cierta distanciay abre una perspec tiva para convertir el acontecimiento en h is to ri a, no s610 enla percepci6n de ajenos, sino t arnb len en la de los propios participantes. Asi fuequ e Mark Thornhill , Magistrado de Mathura en el verano de 1857 -cuando estallarael mot in de los Guardias del Tesoro, provocando jacqueries en todo el distrito- reconsideraria la cualidad alterada de su propia narrat iva, en la qu e el mismofigura como protagonista. En la introducci6n a su s conoc idas memorias Lasaventuras y experiencias personales de un magistrado durante el surgimiento,progreso y represi6n del Motin Indio {The PersonalAdventures And ExperiencesOfA Magistrate DuringThe Rise, Progress, And Supression Of The IndianMutiny}(Londres, 1884), escritas veintisiete anos despues deJ acontecimiento, anot6:

    Despues de Jarepresi6n alMottnIndio, ernpece a escrlbtr un relato de mis aventuras...[pero] cuando termine minarraci6n, el interes del publico por el tema habradesaparecido. Luego pasaron los anos, y surgi6 otro lipo de interes. Los aeontecimientos de esa epoca se han convertido en historia y mi relate puede resultaruna contribuci6n a esa historia...es asi que he decidido pub Iicar esta narraci6n.

    Despojado de contemporaneidad, el discurso es entonces rescatado comoelemento del pasado y c1asificado como historia . Este cambio, a la vez forma ly categorial, 10 ubica en la intersecci6n precisa entre el colonialismo y la historiografia, otorgandole un doble caracter a partir de su vinculo s irnul taneo conun sistema de poder y con la fo rma de su representaci6n.

    N.E. Jefe , Super ior, Autor idad. N.E. En frances en el original Material, materia prima.

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    40 Ronohil Guha La Prosede Canlro-Insurgencia 41

    La autoria es de po r si un testimonio de esta intersecclon, y Thornhill estalejos de s er el unlco funcionario convertido en historiador. En verdad, era unoentre much os funcionarios, civiles y militares, que escribieron en retrospectivasobre los disturbios populares en la India rural bajo el Raj. Tomadas en conjunto,estas narraciones se dividen en dos categor ias. Enpr imer lugar, estaban aquellasbasadas en la experiencia propia de los escri tores como participes. Bajo la formade rnernorias de uno u otro tipo, fueron escritas, ya se a con un considerable retrasoen relacion a los acontecimientos narrados, 0 bien surnultanearnente: pero adiferencia del discurso primario, en este caso estaban dirigidas a la lectura publica.Este hecho marca una impor tan te diferencia, pue s mues t ra como la mentecoloniaIista lograba servir a la vez a Clio y a la contra-insurgencia, de modo que

    la supuesta neutralidad de la pr imera , di fic ilmente dejaria de afectar el apaslonamiento de la segunda. Sobre es te tema retornaremos mas adelante. Los do st ipos de reminiscencias abundan en la Iiteratura sobre el Motin, que se centroen laviolencia del campesinado (especialmente en las Provincias noroccidentalesy centrales de la India) no en menor grado que en lade los propios cipayos. Relatescomo el que escriblo Thornhill mucho tiempo despues del acontecimiento, eranequiparables a otros, casi conternporaneos, como el Servicio y aventura con KliaheeResallah[Service andAdventurewithKhakee Resallah], 0 La Caballeria Voluntariade Meerut durante los Motines de /857-58 [Meerut Volunteer Horse during the Mutiniesof /857-58} de Dunlop (Londres 1858) ,0 Aventuraspersonales durante la rebelionindia en Rohilcund, Futtehghur y Oudh [Personal adventures during the Indianrebellion in Rohilcund, Futtehghur and Oudh 1de Edwards (Londres 1858), paramencionar so lo a lgunas de entre una multitud de publicaciones destinadas asatisfacer a un publico avldo de relatos de horror y gloria.

    EI otro tipo de p r os a que calificaria como discurso secundario es lam b ienobra de funcionar io s. De igual modo, ellos se d ir ig ian a un publico predominantemen te no-oflcial, pero no tocaban temas qu e estuvieron en directa relacion

    con su propia experiencia. Sus t rabajos incluyen algunos de los r e la t os masampliamente consultados y apreciados sobre sublevaciones campesinas, escrilosya sea bajo la forma de monograf ias sobre ciertos acontecimientos -I a de .JaminiMohan Ghosh sobre los disturbios Sannyasi -y-Faqir y la de de .J.D. Price sohrela Rebelion Chuar so n ejemplos-, 0 bien en f orma de relatos qu e hacfan partede obras mas ex tensas, como la historia de W.W.Hunter sobre el hool de losSantals, incluida en su s Anales de Bengala Rural [The Annals of Rural Bengal}.Aparte de el los , algunos de los funcionarios mas br il l an tes del Servicia CivilreaIizaron notables contribuciones a los capitulos historicos de las Gacelas deDistrito [District Gazetteers;". Tomados en conjunto, es tos textos cons t ituyenun sustanciaJ corpus de escr itura, que goza de gran autor idad entre los estudiosos

    N .d eT. Manua le s p ara adminisuadores, escritos par los funcionanos profesionales del Servicio Civil, laadminislraci6n briianica.

    de l t ema, y cas i no exi st e h is to ri og ra fi a a lguna en el siguiente nivel de discurso,es decir el terciario, que no se apoye en el como fundamento.

    EI prestigio de este genero se debe en gran medida al aura de imparciaIidadqu e 10 ro d ea. Al mantener su narrativa decididamente fuera del ambito de laexperiencia personal, es tos au tores han logrado, asi se a s610 po r lrnplicacion,otorgarle una semblanza de verdad, Como funcionarios, sin duda fueron partadores de lavoJuntad del Estado. Pero dado que escr ibie ron sobre un pasadoen el qu e ellos rnisrnos no figuraban como funcionarios, su s declaraciones erantenidas po r mas autentlcas y menos sesgadas que la s de los otros, cuyos relatos,basad os en su s propios recuerdos, es taban necesa r iamente contaminados porsu intervenclon en los disturbios rurales en calidad de agen te s del Raj. En

    contraposiclon a e st es , s e cree que aquellos s e a ce rc an "de sd e afuera" a losacontecimientos narrados. Como observadores c1inicamente apartados del sitioy de l asunto bajo dlagnostlco, se s upone que han encont rado para su discursoun nicho en es e r ei no de la neutralidad perfecta -e l reino de la Historia- sobreel cual presiden eJ pasado simple (Aoristo/ y la tercera persona.

    IV

    ~ H a s t aque punto es valida esta aseveracion de neutralidad? Para respondera esta pregunta debemos advertir qu e el mero hecho de originarse en autorescomprometidos con el colonia l ismo no nos pe rmi te to mar nlngun s e sgo comodado. P re supone r que e s te s es go es evidente po r si mismo seria negar a lahistoriografia la posibil idad de reconocer sus prop ias aporias y derrotar a si lafinalidad de su ejercicio concreto. Como se clarlficara mas adelante, precisamentepo r negar se a probar 10 que se presen ta como obvio, es qu e los historiadoresde la insurgencia cam pesina quedan atrapados en 10obvio. Laer it ica, entonces,tiene que empezar no por nombrar el sesgo s ino por examinar los componentesdel discurso, vehiculo d e t od a ideologia, e identificar la forma como podrianhaberse combinado para describir cualquier figura particular del pasado.

    Estos componentes, en ambos tiposde discurso y su s variedades cornentadashasta el momento, son 10 que Ilamaremos "segmentos". Estan compuestos dela misma materia llnguistica, es decir, de series de paJabras de extension variabley, segun la Iuncion que desernpenan en el t ex to , se pueden dividir en do s tipos:los segmentos "indicatives" y los "interpretativos". Una primera diferenclaclongeneral en un texto dado podrla asignarles, respectivamente, el papel de informar

    N. de T. Viene delgriego aoristos, indeterminado. Esel preterite indcfinido de laconjugaciringriegn; unafonnaverbal flexioria' que tfpicarnentc dcnora simple ocurrencia deuna accion, sin referencui a su compleutud, duraciono repcticion.

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    y el de explicar. No obstante, esto no implica su mutua segregac lon . Po r elcontrario, muchas veces se l os encuentra imbricados uno en el otro, no solo dehecho sino po r necesidad.

    En los Textos 1 y 2 puede observarse como funciona tal imbrlcaclon. En ambos,los segmentos indicativos figuran e n t ip o normal d e letra, en tanto qu e lo sinterpretativos han s ido pues tos en cursiva. En cualquiera de estas cartas, lossegmentos se interpenetran y sustentan mutuamente, sin seguir un modelo nipautas especificas, para otorgar significado a los documentos; aunque al hacerlo,confieren a algunos de los hilos una arnbigiiedad que inevitablemente se pierdeen esta forma especifica de representacion t ipografica. Sin embargo, incluso enes te esquema, surge el bosquejo de un a division de funciones entre dos c lasesde segmentos: la asever acion indicat iva expone ( e s deci r, i n fo rma sobre) lasacciones reales y anticipadas de los rebeldes y su s enemigos, y la aseveraci6ninterpretativa la s comenta co n el fin de comprender ( es d ec ir , e xpl ic a r) s usignificado.

    La diferencia en t re ambas cor responde a 10 que ocurre en t re los dos c omponentes basicos de cualquier discurso hist6rico que, siguiendo la terminologiade Roland Barthes, llamaremos funciones e indices". Las primer as son segment osque componen la secuencia lineal de una narrat iva. Son contiguos, pues operanen una relacion de solidaridad al implicarse mutuamente y sumarse en seriescada vez ma s largas qu e se unen para pr oduclr un enunciado agregativo. Esteultimo puede se r visto, entonces, como un a suma de micro-secuencias, a cadauna de las cuales, sean 0 no importantes, deberia se r posible asignarle nombresa traves de una operaci6n rnetalinguistica, utilizando terrninos qu e puedan 0 nopertenecer al texto bajo consideracion. Es asi qu e las funciones de un cuentoIolklorico han sido llamadas po r Bremond, siguiendo a Propp: fraude, traici6n,lucha, contrato, etc. y las de una trivialidad como el ofrecimiento de un cigarrilloen un cuento de James Bond, han sido c1asificadas por Barthes en ofrecer, aceptar,encender y fumar. A partir de este procedimiento, se podria qulzas tener unapauta para def ini r una expos icion h i sto ri ca como discurso con un nornbre, enel cual se subsume un nurner o dado de secuenc ias nombradas . Deberia se rposible, entonces, hablar de una narrat iva hipotet ica lIamada "La insurreccionde Tit u Mi r" compuesta de un nurnero de secuencias, que incluyen al Texto J.

    Pongamos nombre a es te documento y llarnemoslo, po r ejemplo, Actas delConsejo de Calcuta . (Alternativas como Estal/ido de Violencia, 0 Ejercito Movilizadotam bien servirian y serian susceptibles de se r analizadas en terminos simi lares,aunque no identlcos, a los qu e siguen). En nuestro texto, el mensaje Actas del

    8 Mi deuda con Roland Barthes en rnuchos LIe los H ~ f l n j n o sy procedimientos analiticos usados ellcSle articulo debe rias e r d ema s i ado obv ia para todos los familiarizados COil su "St ruc tura l Anulys is of Narratives" y "The Struggle withthe Angel". en Barthes, lnuige-Music-Teu (Glasgow, 1977), pp. 79-141, e "Historical DIScourse". en M.Lane (ed.)Structuralism, u Reader (Loudres. 1970), pp 145 .15, como para rcquer i r refcrencias deia ltadas. ademas de: aquellasque sc hagan explfcuas.

    Consejo de Calcuta (C) pued e s e r leido , en terrninos generales, como un a combinaci6n de dos secuencias lIamadas alarma (a) e intervenci6n (b), ca d a una delas cu al e s s e puede a su vez descomponer en do s segmentos: 13 p r ime ra s edescompondria en insurrecci6n estalla (a') e informaci6n recibida (a'), y la segundaen decision de movilizar al ejercito (b') y orden impartida (b"). A su v ez , cadacornpo-;ente de c ad a p ar p od ri a s e r representado po r una nueva serie vinculada;as! ( a' ) se descornpone en atrocidades cometidas (a,) y desaiio al a autoridad Ca2)en t a nt o qu e (b") se descompone en infanterfa a se r desplazada (b.), apoyo dela artilleria (bi) y cooperaci6n del tnagistrado (bj). En otras palabras, la narrativade este documento puede se r recapitulada en t res equivalencias, de tal suerteque:

    C = (a-b) I= (a'va") + (b'rb'') II= (a)+a2)+a"+b'+(b)+b 2+b3) 1Il

    Debe quedar claro, a partir de esta disposicion, que no todos los elementosdel paso II pueden se r expresados en micro-secuencias del mismo nive\ . Por ende,en el paso 1II nos queda una concatenaci6n de segmentos extraidos de distintosniveles, q ue s e imbrican mutuamente para constituir una estructura de corteburdo y desigua\. En la medida en qu e las unidades funcionales del nivel masbajo son las que una narrat iva tiene como su s relata sintagrnaticos, su curso nuncasera regular. EI hiato entre segmentos unldos de este modo desigual estanecesariamente cargado de incertidumbre y de "momentos de r iesgo" , de modotal que c ad a micro-secuencia termina por abrir rutas al ternat ivas de las qu e soloun a sera seguida en fa proxima secuencia para continuar con el re la to. "Du Pont,futuro socio de Bond, le ofrece fuego con su encendedor, pero Bond 10 rechaza;el significado de esta bifurcaci6n es qu e Bond teme inst int ivamente un aparatocon t r ampa exp los iva" . Lo que Barthes identifica aqui como "bifurcacion" enla Ilccton, tiene su s paralelos tarnbien en el discurso historlco. La supuestarealizaci6n de atrocidades Cal)en el comunicado olicial de 1831 elimina la creenciaen la propagacion pacifica de la nueva doctrina de Ti tu , qu e las autoridades yaconocfan, p er o q u e hasta en ton ce s h abi an p a sado po r alto por cons ide ra r l airrelevante. La expresi6n desaffo a la autoridad (a2), que se r ef ie re a l os rebeldescomo habiendo "desafiado y rechazado la u l tima fuerza qu e la Autoridad Civildellugar pudiera reunir para apresarles", tiene como su otro terrnlno no enunciado,los esfuerzos de Titu para persuad i r al Gobierno, mediante solici tudes y cornisiones, p ar a q ue a ti en da las reivindicaciones de sus correl igionarios. Yasi ,sucesivamente. Cada una de estas unidades funcionales elementales implica asiun nodo qu e no se ha rnaterializado total mente en un hecho real, una especiede signo cero a traves del cualla narrativa afirma su tension. Y la historiografia

    9 Barlhcs,lmdge-Ml/sic-Texl, p. 102.

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    nunca deja de resultar fascinante, precisamente porque siendo la representacionverbal del hombre sobre su propio pasado, esta por su misma naturaleza plagadade peligros, repleta de laverosimilitud de este tipo de disyuntivas tan agudamentediferenciadas. Eneste sentido, el discurso hlstorico es el thriller mas antiguodel mundo.

    vEI analisis secuencial demuestra, entonces, que una narrativa es una c on

    catenacion de unidades funcionales que no estan alineadas tan estrechamente.

    Estas ultirnas son disociativas en su funcionamiento y enfatizan el aspecto analiticode un discurso, mas que el sintetlco. Como tales, no son elias las que generanpo r s imismas sus ignif icado. Asi como elsentido de una palabra (p.e. "hombre")no esta representado en forma fraccionada po r cada una de las letras (p.e. H,0, M,B, R,E)que constituyen su imagen gratica, ni una frase (p.e. "erase una vez")esta representada en sus palabras componentes tomadas po r separado, asitarnblen los segmentos individuales de un discurso no nos pueden informar po rseparado acerca de 10 que este significa. En cada instancia, el significado esproducto de un proceso de i n teg raclon que complemen ta a la art lculacionsecuencial. Como 10 dijo Benveniste, en cualquier idioma "es la disociaclon laque nos muestra su constitucion formal, en tanto que la integraclon nos ruuestrasus unidades signtffcantes''!".

    Lo mismo puede decirse dellenguaje de la historia. En su discurso, la operacion integrativa es realizada po r el o tr o t ip o de unidades narrat ivas basicas,es decir, los Indices. Correlato necesario e imprescindible de las Iunciones, sedistinguen de elias en algunos aspectos importantes:

    Los indices, debido a la naturaleza vertical de sus relaciones, son unidadessemantlcas verdaderas: adiferenciade las"funciones",...serefierenaun significado,no a una"operaclon". Laratificaci6n de los indices ocurre "mas arriba" ...[es] unaratificaci6n paradlgmatlca. Por el contrario, la de lasfunciones estasiempre"masalla'';es unaratificaci6n sintagmatica. Funciones e Indices entonces,encubren otradistinci6n clastca:las funcionesinvolucran relata metonimicas, los indices relalametalorlcas: las primeras responden a una funcionalidad del hacer, los ultimosa unafuncionalidad del ser II .

    10 Emile Benveniste. Probleme' de lingllisliq"e gener"le (Paris, 1966), p. 126. E\ original, "la dissociation nouslivre \a constuuuo Iormeue., \ ' i n l ~ g r a l \ o nnous H\'fedes u n i \ ~ sslgniflanls" ha sido verudo 8.\ ing\es de modo u,ferenley l ave r s icn de \a obr a ell esie idiomu me resulia menos sausfactoria. Problems in General Linguistirs (Florida, \ CJ7 \),1'.107.11 Barthcs Image-M",ir1'eJ1. p. 93.

    ;1:

    :t,,.

    i,t,, i ; ~ ; i t t .

    "1":

    I " ~ ' >

    La intervencion vert ical de Indices en un discurso es posible gracias a ladesorganlzacion de su linealidad po r un proceso que corresponcle a la distaxiaen el cornportamiento de muchos idiomas natur al es . Bal ly, que ha estudiadoeste Ienomeno con gran detalle, encuentra que una de las diversas condicionesde su ocurrencia en frances es "cuando partes del mismo signo estan separadas",tal que la expresion "elle a pardonne" [el la ha perdonado], al ser vertida ennegativo, es trozada y recompuesta como "elle ne nous a jamais plus pardonne"[ el la no nos ha perdonado [arnas J12. De manera parecida, el proletico simplebengali "she [abe" puede reescribirse mediante la insercion deun interrogativoo una serie de condicionales negativos entre las dos pa lab ra s para produclr,respectlvarnente, "she ki [ abe" y "she na hoy na [abe".

    En una narrativa historica es tambien el proceso de "distension y expansion"de su sintagma 10 qu e ayuda a los elementos paradigmaticos a infi l trarse yreconstituir sus segrnentos individuales en una totalidad significativa. Es asi,precisamente, que selogra la coordinacion de los ejes metonimicos y rnetaloricosen un enunciado y seactualiza la interaccion necesaria de sus funciones e Indices.No obstante, estas unidades no se distribuyen en proporciones iguales en todoslos textos, pues algunos tienen una inciclencia mayor de un tipo mas qu e de otro.Como resultado, un d i scu r so pod r ia s er predominantemente metonimico 0metaforico, dependiendo de si un nurnero significativamente mayor de suscomponentes es ratificado de manera sintagmatica 0 paradigrnatica!". NuestroTexto I corresponde al primer tipo. Puede verse til conjunto formidable yapa-rentemente impenetrable de sus relata metonimica, en el paso II I del anal isissecuencial presentado arriba. Por fin hallamos la perfecta autentllicacion de laperspectiva del idiota sobre la historia, como "una rnaldita cosa despues de otra":subleoacion - informacion - decision - orden. No obstante, una mirada mas cercanaal texto nos permite detectar las grietas po r las que se ha deslizado el "cornentario", penetrando la Ierrea armadura de los "hechos", Las frases en curs iva sontestimonio de esta lntervenclon paradigrnatlca y constituyen su meclida . Sonindices, y como tales juegan el papel de los adjetioos 0 epitetos, po r oposiciona los verb os que, hablando en terminos de una homologia entre oracion ynarrativa, juegan el papel de lunciones!". Al t r aba ja r in t imamente con estasultlrnas, convierten al comunicado en mas qu e un mero registro de aconteci-mientos y ay udan a imprimirle un significado, una interpretacion, mediante lacuallos protagonistas emergen de el no como campesinos sino C0l110 "Insurgentes ",no como musulmanes sino como "Ianaticos"; su accion no es la resistencia al atirania de lae l i te rural sino "las atrocidades mas atrevidas y desentrenadcs contra

    12 Charles [jally. Llllgillstique Ccnerate "I Linguistiquc Francoise IBerne, 19(5). p. 144.I J B ar th es Elements oj Scnuology (Londrcs , 1%7). p. 60.14 Barthes . lmage-Musir-Text, 1'.128.

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    historica permite el uso de t res variedades del preterite --el aoristo, el irnperfectoy el pluscuamperlecto-, estando el presente excluido por definicion 17 En efecto,las memorias alejadas de los acontecimientos r e /a t adas por un lapso bastantelargo, parecieran sat isfacer esta condicion, Por 10 tanto, 10 qu e c ab e averiguares h a st a q u e punta la fuerza del preteri to corrige el sesgo provocado po r laausencia de la tercera persona.

    " Las memorias de Mark Thornhill sobre el Molin nos proporcionan un textodonde el autor rnira en retrospectiva una serie de e ve nt os q u e h ab ia experimentado veintisiete alios atras. Como senala en el fragmento qu e hernos ci tado,"los acontecimientos de es e tiernpo" se habian "convert ido en his toria" , y e l t ienela intenclon de hacer una contribucion "a es a hist or ia", produciendo as l 10 qu ehemos delinido como un t ipo especif ico de discurso secundario. Quiz as puedaapreciarse mejor Jadiferencia inscrita en el po r este intervalo, al cornpararlo conalgunas muestras del discurso primario qu e el propio au tor nos ha dejado sobreeste mismo t ema. Dos de e ll as ' " pueden se r leidas en con jun to como el registrode su percepcion de 10 que paso enla estacion de Mathura y el campo circundanteentre el 14de mayo y el 3 de junio de 1857. Escritas con el tepee" de Magistradode Distrito y dirigidas a sus superiores -Ia una el 5 de junio 1857, es decir, cuarentay ocho horas despues de f inal izado el periodo ba]o consideracion, y la otra el10de agosto de 1858, cuando los acontecimientos eran aun recordados vividamente como un pasado muy r eci en te - es t as ca rt a s coinciden en su alcance co nlas primer as noventa paginas de su l ib ro , qu e cubr en las mismas t res semanas ,p er o q ue fueron escritas casi t r es decadas mas tarde, ya con el sombrero delhistoriador.

    Ambas cartas tienen un caracter predominantemente metonimico. 5iendosu or igen casi conternporaneo a la experiencia que relatan, adoptan necesariamente la forma de un bosque]o y comunir an allector, en secuencias casi si nresplracton, algunas de las ocurrencias de es e verano extraordinario. Eisintagmaasume entonces una semblanza de factualidad donde cas i no cabe el comentario.Pe r o aq u i nuevamente, un examen detallado revel a qu e la soldadur a de lasunidarJes Iuncionales es menos sal ida de 10 que pa rece a primera vista. Incrustadasen elias hay indices qu e revelan las ansiedades del guardian local de la ley y elorden ("el estado del distrito en general es tal qu e desafia todo control"; "la leyest a paralizada") , sus t emores ( "rumores muy alarmontes sobre el acercamientodel ejercito rebelde"), su desaprcbacion moral de las actividades de los aldeanosarrnados (Tos disturbios en el distrito . .. se incrementan ... enormemente") y, po rcontraste, su aprecio po r los colaboradores nativos host iles a los insurgentes

    17 Benveniste, op.cit p. 239.18 Freedom slrugRle ill Uttar Pradesh, Torno 5, pp. 1>85-92.

    " N. de T. Casco ligero para proiegerse del sol, usudo par los colonialistasbritanicos; par extension, sfmbolo delacolonia b r i t ~ n i c a .

    Ci a casa de los Seth ...nos recibio con mucha gentileza"). Indices como estesconstituyen un a suerte de marcas de nacimien to ideo log icas , que se exh ibennotoriamente en gran parte de este tipo de material sobre la s sublevacionescampesinas. Es mas, tornando en cuen ta o t ros aspec tos relevantes de los textos-por ejernplo, el modo de tratamiento abrupto, ta n revelador de la conmoclony t er ro r g e ne ra dos po r el emeute'> estos indices revelan q ue t od a la evidenciasupuestamente "objetiva" sobre la militancia de las masas rurales, estaria contaminada desde su origen po r elpre ju ic io y punto de vis taparcial de sus enemigos.Si los historiadores no consiguen d a rs e c u en t a d e e s to s signos reveladores queapa recen como marcas en el aJimento basico de su oficio, este es un hecho qu edebe explicarse principalmente en terrninos de la optica de una historiografia

    colonialista, y no tanto asl como un argumento a fa vor de la presunta objetivicladde su s "fuentes primarias".No h ay n ada tan inmediato 0 abrupto en el discurso secundar io cor respon

    diente. Po r el contrario, e st e i nc o rp o ra d i ve rs as p e rs p ec ti v as qu e Ie otorganprofundidad en el t iempo, y su s igni ficado deriva de est a determinacion temporal .Podemos compa ra r , p o r ejemplo, el relato de lo s acontecimientos en ambasversiones para cad a dia especi l ico: digamos, el 14 de mayo de 1857, a l principiode nuestro periodo de t res semanas. Su con ten ido , que se resume en un cortoparra !o de c incuenta y siete palabras en la carta de Thornhill del 10 de agostode 1858, puede se r representado plenamente en cua tro suscin tos segmentos,sin perdida significativa alguna del mensaje: amotinados se acercan; informacionrecibida desde Gurgaon; confirmada por europeos al norte del distrito; tnujeres yno combatientesdespachadosa Agra. Dado qu e el relato comienza practicamenteco n esta introduccion, no hay un exordio que sirva como contexto, y el instantaneodespegue transmite el sentido de un a sorpresa total. En el l ib ro , no obstante,ese mismo inst ant e Iernerece un extenso trasfondo de tres paginas y cuatro mesesy medio de duracion (pp.I-3). Todo es te t i empo y espacio se dedica a presentardetal les cuidadosarnente escogidos acerca de la vida y experiencia del autor enel periodo anterior al Molin. Estos son realmente significativos. Como indices,preparan al lector para 10 qu e esta po r venir y Ie ayudan a comprender losacontecimientos de114 de mayo y Iechas poster iores, cuando entran a la narrativaen forma escalonada. Asi, la misteriosa circulacion de chapatis" en enero y lapreocupacion silenciosa peru expresiva del hermann del narrador, un oficial dealto rango, sobre un telegram a recibido en Agra el 12de mayo, con la noticia aunno confirmada dellevantamiento en Meerut, presagian los acontecimientos dedo s dias mas tarde en su propia jefatura de distrito. Nuevamente, detalles trivialescomo su "considerable ingreso y gran autoridad", su casa, caballos , s irvientes ,

    .. N.E En r r a n ( ' t 5 ~ell (:1nrigillal. Mntfll.*'" N. dL' T Tirm de ran "in Icvndllra hr.:dm til' ! l iHln;1 de l l l ~ l )Clllllid.l d'aril"ll'1l L'I norle til:Ia IIlUla.

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    "un baul l leno de vaj iJ la de plata , que estaba en la entrada y.. .una gran reservade mantas de Cachemtra, perlas y diarnantes''; Ieayudan a rnostrar, par contraste,el holocausto que pronto ibaa reducir su autoridad a la nada, y a convert ir a sussirvientes en rebeldes, su casa en un matadero y su propiedad en botin para lossaqueadores pobres del pueblo y del campo. AI anticipar asflos acontecimientosnarrados, aunque se a s610 por implicaci6n, el discurso secunclario destruye laentropia del primero, su materia prima. Enadelante, no habra nada en elrelataque se pueda conslderar total mente inesperado.

    Estc resultado es obra de los llarnados "trasladores de organizacton"!", queayudan alautor a superponer una ternporal idad propia a la de su tema, es decir"a 'des-cr onologizar' el hila hist6rico y restaurar, asi sea s610 por medio delrecuerdo 0 la nostalgia, un Tiempo al a vez complejo, parametrico, y no-lineal...trenzando la cronologia del contenido con ladel acto de lenguaie que 10 relata".Ennuestro ejemplo, el"trenzado" no consiste unicamente en encajar un contextoevocativo al a secuencia desnuda que se relat a en el b reve par ra lo de su car ta .Los trasladores desorganizan el sintagma dos veces para introclucir en ambosresquicios, momentos de t iempo autoral suspendidos entre los dos polos de la"espera", una figura idealmente constituida para permitir eljuego de digresiones,apartes y parentesis que forman circulos y meandros en la trama, aumentandoasi su profundidad. Asi,al esperar noticias sobre los movimientos de los amotinados, el autor reflexiona sobre la paz del atardecer en la estacion distrital,desviandose de su relato para contarnos, en violaci6n del canon historiogrMicode tiempo y persona: "Laescena era simple y J1ena del reposo de lavida Oriental.Enlos ttcrnpos que siguieron muchas veces volveria a rni memoria". Ymas larde,esperando otra vez el transporte para llevara los evacuados reunidos en su sala,se ret ira por unos instantes de esa noche particular, para comentar: "Era unahabitaci6n linda, bien iluminada, alegre, con flores. Fue la ultima vez que la viasi, y asi queda impresa en mimemoria".

    i,Hasta que punta ayuda laoperaci6n de estos trasladores a corregir elsesgoresultante de la intervenci6n del escritor en primera persona? AI parecer, nomucho, porque cada uno de los indices acunados en la narrativa representa unaelecci6n de principio entre los dos terminos de una oposicion paradigmatica.Entre laautoridad del jefede distrtto y el desafio de parte de las masas armadas,entre cl servilismo habitual de sus criados y laafirmaci6n de su autorespeto comorebeldes, entre sus insignias de riqueza y poeler(oro, caballos, mantas, bungalow)y laapropiaci6n 0 e1estrucci6n de las l1lismaspor ia muchedumbre subalterna,eJautor, apenas distinguible del funCionario de antaiio, elige consistentemente10primero. Lanostalgia !lace todavia mas elocuente su elecci6n; asi, el recuerdo

    VII

    de 10que se considera "bien" -un atardecer apacible 0 un cuarto elegante-, leperrnite enfalizar, por contraste, la semblanza "terrible" de la violencia populardirigida contra el RaJ- Resulta evidente que existe una logica en esta prelerencia.en cuya autoafirmaci6n se niega la posibilidad de una serie de inversiones. Estas,en combinaci6n con otros signos del mismo orden, consti tuyen un c6digo deinsurgencia. ldenticas a las del magistrado, las pautas de eleccion del historiadorse amoldan asi a un contra-c6digo, el c6digo de contra-insurgencia.

    51a Prosode Conlrolnsulgencio

    Sien este genero especifico del discurso secundario el electo neutralizantedel pasado simple (aoristo) no logra entonces prevalecer sobre la subjetividaddel protagonista como narrador, i ,c6mo se da el balance de t iempo y personaen laotra varieclad de escritura dentro de esta categoria? Enarnbas puede verseel funcionamiento de dos lenguajes, a la vez equiparables en su identificaci6ncon el colonlalismo pero tambien diferentes por su forma de expresarlo. C0l110ejemplo de lavariedad mas burda podemos usar La rebelioti Chuar de 17.99 [TheChuar Rebellion of 1799}, de LC. Price. Escrito en 1874,mucho tiempo despuesdel acontecimiento, es obvio que la intenci6n del autOr -POl ' entonces Oficlalde Asentamientos de Midnapur-era lade presentar un relata historico directo,sin un fin administrat ivo especif ico en mente. Elrelato iba dir igido al"lectorcasual", tanto como a cualquier "funcionario futuro de Midnapore", esperandocompartir con ellos "el vivo Interes que he sentido alleer los viejos archivos deMldnaporef" , Pero tal parece que el "gozo.. .sent ido" por elautor "al repasarestos papeles" termina por producir un texto cast indistinguible del discursoprimario que utiliza como fuente. Antetodo, este ultimo resulta conspicuo debidoa su mera presencia Ii sl ca . Mas de una quinta parte de es a mitad del I ibro

    especfficamenle eledicaclaa los hechos de 1799,se cornpone de citas directasde esos archives y otra parte considerable, de paralrasis aperias modificadas.Sin embargo, \0 importante para nosotros es la evidencia que ofrece elautor dela identilicaci6n de sus propios sentimientos con los de ese grupo reducido deblancos que cosecharon las tempestades ocasionadas por los vientos que habiasembrado el Gobierno de la Compaiiia', al introducir cambios violentamentedisruptivos en ese extremo suroriental de Bengala. S610que el mieclo de losoficiales asediados en la estaci6n de Midnapur en 1799se convierte, setenta ycinco aiios mas tarde, en ese oeliogenocida caracteristico de todo un genero de

    Ronohil Guho0

    19 Para'" exposici6n de Roman Jakobson sabre eSfc conccptoc!ave, v. sus Selecfl>d Ivriring.'12: Word( lnd !{/JJgllage(La Haya y Par is , 1971) . pp. 130-47. narthes desarrol la la noc i6n de ' ras ladores de organ izaci6n en su ensayo"Hi.stori(';:d Discour se", pp. 146-8. Todos los f r " \ ~ l l l e J l t o scitados en eslc ptirrafo kIn sidolOlllUdos d ~este ensayo,s lno hay olra reft".rt'llcia.

    20 Price . op . c it . p . clx.

    * N. de T La COl1lpallf:1 de la /mlld Orienta! (Ea:a India Cornpany) rue: una soc-it'd.ttl ( l l l 1 ~ I C l < 1 1illg!L'Sd qHl' r ( l r T I \ ~a Sll CiugO 1 1 l 1 l c h o ~a:.pcc[OS del g u h l ~ r n otJc ld India durallte el Slg1n XVIII Y (lnllclplLlS del XI X

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    52 Ranahil Guha La Prasa de Canlra-Insurgencia 53

    escritura britanica post-Motfn. "Lafalta de inclinaci6n de las autoridades, civilesa mil itares , a proceder personalmente para ayudar a sofocar los disturbios esmuy impactante", escr ibe para avergonzar a su s compat r iotas , para luegojactarse:

    Enestos tiempos de fusiles modernos' una media docena de europeos habrlaigualado a veinte vecesel nurnero de Chuars, Claroque conla naturaleza imperfectade las arrnas de entonces nose podia esperar que los europeos se npur aseninfructuosamente a meterse en peligro,pero yo habria esperado que los ollclaleseuropeos de la postahubiesen, al menosen algunasinstancias,enfrentadoel asaltoen persona y repelidoa sus asaltantes. Me asombra el heche de que ningun olicia!europeo, civil 0 milltar, con la excepci6n qulzas del Teniente Gill, admiti6 esasensaci6n cle persecuci6ngozosaque la mayoria de j6venessienten hoyen lacaza,

    o en cualquier actividad donde hay un elemento de peligro. Dehaber vividoen1799, piensoque lamayoriade nosotros hubiesernos considerado mejor deporteel haber capturaclo un Chuar merodeante, oloroso a sangre y botin, que al 05 0masgrande que las selvas de Midnaporepuedan criar 21.

    Resulta c laro que ni la separaci6n del au to r c an r es p ec t o a su tema, ni ladiferencia entre el t iempo del acontec imiento y el de su nar ra ti va , han hechomucho para inspirarle objetividad. Su pasi6n parece del mismo orden que ladel soldado britanico que en 1857,en lavfspera del saqueo de Delhi, escribiera:"Conliocon toda sinceridad que la orden impartida cuando ataquemos Delhi sera...'Matadlos a todos ; no hay que dar cuartel'"n En estos terminos, la actitud delhistoriador hacia los rebeldes es indis tinguible de la del Estado: la acti tud delcazador frente a su presa . Contemplado asl, un insurgente no es sujeto decomprensi6n 0 interpretaci6n sino de exterminio, y el discurso de lahistoria, lejosde ser neutral, sirve directamente para instigar al a violencia alicia!'

    Sin embargo, existen otros escritores que han cultivado el mismo genero, quegozan de reconocimiento por haberse expresado en un idioma menos sanguinario.Quizas su mejor representantante sea W.W. Hun te r y su r el at o sobre la insurrecci6n Santal de 1855, que f igura en los Anales de Bengala rural [The Annalsof Rural Bengal]. En muchos aspec tos , es te es un t ex to d igno de comentario.Escrito una decada despues del Motfn y doce anos despues del 17001 23, no tienenada de es e tono revanchista y racista comun a gran parte de la literaturaanglo-india del perfodo. Es mas, el autor trata a los enemigos del Raj no s610conconsideraci6n sino can respeto, aunque en pocas semanas habian barrido can

    N. de T. En ingles, /"eecll-loaders, l i teralmente "cargadores de bisagra' ' . Fusiles can los que se puede cargarvanes uros a t raves de una b isagra ent re cano y culata ,mas veloces que los ant iguos mosquetesque secargabanpar la boca del ftlsi\.21 Price. ibid.II Reginald G. Wilberforce A" U"recorded Chapter of rhe JIIl/iall Murill),. ( '2aedici6n; Londres, \894), pp.16-1.23 Segun una nota de esia obra, parece ser que fue parcialmente esc ri ta en1866 . Laded icmoria eSia fechada e \4de marzo de 1868. Todas nuestras referencias, cirectas a indirectas, corresponoen a1Capitulo 1Vde la sepumaedici6n(Land res, \891) si nohay otra indicaci6n.

    it

    la soberania britanlca en tres distritos orientales y resistirian cinco meses a lasfuerzas unidas del ejerclto colonial y sus recientemente adquiridos auxiiiares,los ferrocarriles y el "telegralo electrico". Siendo uno de los primeros ejerciciosmodernos en la historiografia de las rebeliones campesinas indias, ub ica allevantamiento en su contexto cultural y socioeconornico, analiza sus causas yse nutre de archivos locales y relatos contemporaneos paraevidenciarsu progresoy eventual represi6n. Aqui, segun parece, estamos frente a es a instancia clasicade disoluci6n del sesgo y laopini6n propios del autor, mediante elfuncionamientodel t i empo pasado y la tercera persona gramatical. ~ Q u i z a saqui el discursohist6rico se establece por fin y realiza el ideal de es e "modo de nar ra ti vaimpersonal... diseiiado para borrar la presencia del que habla"?24.

    Esta semblanza de objetividad, de ausencia de sesgos obviamente demost rabl es , no t iene sin embargo nad a que ver c an que "los hechos hablen pa r simisrnos'' en una condici6n de metonimia pura, incontaminada pa r el comentario.Pa r el contrario, el texto esta plagado de comentarios. Hay que compararlo canalga asi como el articulo casi conternporaneo sabre este tema en Calcutta Review(1856) 0 inc1uso can la historia del hoo! de K.K. Datta, escrito mucho tiempodespues de su represi6n, para darse cuenta cuan poco contiene sabre los detallesde 10que concretamente pas6 25. Esmas, la narrativa del acontecimiento ocupaapenas 7% del l ib ra , en el cap itulo qu e se desarrolla hacia el como un climax,y a lga menos del 50% de ese cap itulo 10 ocupa el texto qu e se dedica especfficamente a ta d a este tema. EIs intagma se r ompe una y otra vez par distaxia, yla interpretaci6n se filtra para ensamblar los segmentos en una tota l idad signiIicativa de caracter mayormente metaf6rico. Para nuestros lines, la consecuenciamas r el ev an te de esta ope ra ci 6n es la manera en que distribuye las r el at apar adigmatlcas a 10 largo de un eje de con tinu idad h is t6 ri ca que se d iv ide en un"an te s" y un "despues'', precedido por una contextualizaci6n y prolongado enuna perspectiva. Larepresentaci6n de la insurgencia termina asi can ese momentaintercalado entre su pasado y su futuro, de tal modo que los valores particularesde uno y otro se graban sobre el even to para do ta r le un significado particular.

    VIII

    Refiriendonos en primer lugar alcontexto, cabe seiialar que dos terceras partesdel capi tulo que culmina en lahis toria dellevantamiento se ocupan de un rel at ainicial de 10 qu e se podria lIamarse la historia natural de su s protagonis tas . Alamanera de un ensayo etnograflco, esta parte trata de los aspectos fisicos, idioma,

    24 Barthes, hnoge-Music- re p. 11225 Anonimo, "The Sonthal Rebellion". ell Cokuna RC I ' i l ' l I ' (18';6). pro 2 2 3 - 6 ~ ;K.K, Dalla. "The Suntnllnsurrccrionor 1855-57" ell Anti-British Plots aru! Mvwrsncnts t-ejon: 1857 (Meerut. ,970), rr. 43-152.

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    S4 Ronohil Guho

    " ' ~ " ' ~ ~ 1 r

    La Pr050 de Conlro-lnsurgencio 55

    tradiciones, mitos, religion, ritos, habitat , medio ambiente, pr acticas de caza yagricultura, organlzaclon social y gobierno comuna! de los Santals de la regionde Birbhum. Hay muchos detalles aqui que apuntan al potencial conflicto, comoantagonismo entre el salvaje noble de los cerros y los avaros explot adores delas l Ianuras. Tal es el caso de relerencias a su dignidad personal ( 'El no se agachahasta el suelo como el hindu rural"; la mujer Santal "ignora la susceptibilidad timidade la hembra hindu", etc.), Lo que es te con tras te implica es la potencial servidurnbre en manos de prestamistas hindues, su honestidad ('A diferencia del hindu,eI nunca piensa en ganar dinero de extranos, evita escrupulosamente todo asuntode negoclos y se siente dolido si se ins is te en pagar le a cambio de la leche y frutaqu e su mujer saca"), la codicia y el f raucle de los comerciantes y terratenientesIor aneos que even tua lmente conduje ron al a sublevaci6n, su desapego ("Los

    Santals viven ta n alejados como pueden de lo s hindues"), la intrusi6n c1el diku'en su vida y en su territorio y el holocausto que inevitablemente Ie sigui6.

    Estos indices o to rgan a la sublevaci6n no s610 una dimension moral y losvalores de una guer ra just a, s ino tambien una profund idad en el tiempo. Estoult imo se realiza a traves de la operaci6n de marcaclores diacr6nicos en el texto:un pasado imaginario a traves de su s mitos de creacion (apropiado paradescribiruna empresa asumida segun la guia espiritual del Thakur ') y un pasado real peroremoto (adecuado para desc r ib i r una rebe1i6n saturada de tr adicion) a travesde fragmentos de la prehistoria en el rito y en el habla, donde se menciona, pe rejemplo, la ceremonia Santal de "Purificaci6n para los Muertos' ' , como huellade "un recuerdo borroso de tiempos lejanos, cuando moraban allado de grandesr ios" , 0 su idioma como "ese archivo intocable donde el pasado de un a nacionse inscribe mas hondamente que en tablas de bronce 0 inscripciones en roca" .

    AI acercarse al acontecimiento, el autor Ieotorga un pasado reciente, que cubreun periodo de aproximadamente sesenta an o s de "admini s t rac i6n d i recta"[bri tanlca ] en la regi6n. Los aspectos morales y temporales de la narrat ivaconfluyen aqui en la fi gu ra de una contradicci6n irreconciliable. De un lado sedieron, segun Hunter, una serie de medidas beneficas introducidas por el gobierno,como el Trataclo Decenal que promovi6 la expansi6n del area cult ivada e indujoa los Santals , a partir de 1792, a alqui!arse como peones agricolas; el estableclmiento, en 1832, de un espacio demarcaclo POl' columnas de piedra, en el qu epod ian colonizar tierras virgenes y bosques sin temor a ser molestados po r tribushostiles; el desarrollo de la "iniciatlva inglesa" en Bengala bajo la forma de Iabricasde ani! para las cuales "los inmigrantes Santal proporclonaban una poblaci6nde jornaleros"; y la ul tima pero no la menos impor tan te de las bonan za s , s uab so r ci 6 n, p o r miles , a partir de 1854, en cuadrillas de t r aba jadores para la

    ~ ; N E. Extrano. extranjero..'. N.E Dio s.

    construcci6n de ferrocarriles a 10 largo de la region. Pero POl' otro lado, do sconjuntos de factores se habrian combinado para desmantelar todo el beneficioresultante del gobierno colonial: laexplotaci6n y opresi6n de los Santa l por partede los hindues -codiclosos y fraudulentos terratenientes y prestamistas- , y elfracaso de la administraci6n local, su policia y las cortes judiciales, en protegerleso enmendar los agravios qu e sufrian.

    IX

    Este enlasis en la contradiccion sirve al autor para fines obviamente inter-pretativos. Le hace posible ubicar la causa de la sublevaci6n en el fracaso delRaj en lograr que su s aspectos positivos prevalecieran sobre los defectos todaviapersistentes y las deficiencias en el ejercicio de la autoridad. EI relato delacontecimiento se encaja asi directamente en el objetivo enunciaclo alinicio delcapitulo. que es el de interesar no s610 al estudioso "de estas razas decaiclas"sino tambien al hombre de est ado. "EI hombre de estado indio descubrira", escribi6refiriendose eufemisticamente a los encargados de ejecutar la politica britanicaen laIndia , "que estos Hijos de laSelva son ... susceptibles a las mismas influenciasque l os dernas homb r es p a ra su mejoramiento, y que la extension futura de lainiciativa inglesa en Bengala, depende, en gran medida, de su capac idad paracivllizarse", Esta preocupac i6n por el "rnejorarniento" (es de c ir, por ia translorrnacion acelerada del campesinado tribal en mano de obra asa la r i ada y suincorporaci6n a proyectos tipicamente colonialistas de explotaci6n de los recursosindios) , es la que explica es a mezcl a de f inneza y "cornprension" que se trasluceen la actitud de Hunter hacia la r ebe li6n. S iendo un imperialist a liberal, ellainterpret6 simultaneamente como una amenaza para la estabilidad del Raj, y comouna critica uti! a una adrninistracion que estaba lejos de se r perfecta. Asi,mientrascensura al gobierno de la epoca pOl' no haber decla rado la Ley Marcial sufi-cientemente rapldo como pa ra co rt ar el hoof en su s inicios, se cuicla tarnbiende diferenciarse de su s compatriotas, que deseaban castigar atocia la comunidadSantal po r el crimen de sus rebeldes y deportar a ultrarnar a la poblaci6n enterade los distritos involucrados. Un imperialista de miras genuinamente amplias,como Hunter, no veia Ilegar la hora en que la tribu, como much os otros pueblosaborigenes del subcontinente, demostrara su "capacldad de civilizacion", con-virtiendose en fuente inagotable de fue rza de t rabajo barata.

    Esta visionse inscribe en 10que hernos llamado "perspective", con la que cierrasu na rr a ci 6 n. E chando clirectamente la culpa de la irrupci6n del hoof a es a"adrnlnistracion avara y practice" que no hizo casu de las quejas de los Santalsy que se concentro s610 en recaudar impuestos, continua catalogando losbeneficios algo ilusorios del "s is t ema mas exac to que fue introducido despues

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    de la rebelion'', para mantener el poder de los usureros sobre sus deudores dentrode los Iimi tes de la ley, res tr ingir e l uso de medidas y pesos falsos en el comercioal detalle y garantizar el derecho de los peones enganchados a escoger su libertad,sea desertando 0 cambiando de patrones. Pero mas que larelorrna administrativa,fue nuevamente la "iniciativa inglesa" la que habr ia cont r ibu ido radicalmenteal bienestar de la t ribu. Los ferrocarri les "carnbiaron completamente la relaciondel trabajo con el cap it al " y acabaron con es a "razon natural de la esclavitud,a saber, laausencia de un fonda de salar ios para trabajadores l ibres". La demandade fue rza de trabajo para las plantaciones de te de Assam "estaba destinada amejorar aun mas faposicion de los Santals", al igual que el estimulo para engancharpeones POI' contrato [indentured coolies] para las Islas Mauri cio y el Car ibe. Es

    as! qu e la prosperidad del carnpeslno tribal se daria gracias al desarrollo de unenorme mercado de t rabajo subcontinental y de u lt ramar dentro del Imper ioBri tanico, Enlos jardines de te de Assam "su familia completa encuentra empleoy cada nino adicional , en Iugar de se r un medio para incremental' su pobreza,se convierte en una fuent e de r lqueza": mientras los coolies se beneficiarian, asu retorno de Africa 0 las Indias Occidentales, "al terrnino de sus cont ratos, conahorros de un promedio de 20 l ib ra s esterlinas, una suma suficiente para es tablecer a un San ta l como prospero propietario en su pro pia aldea".

    Como podemos constatarlo con una mirada retrospectiva despues de un slglo,muchas de las supuestas mejoras pueden mas bien atribuirse a sus buenos deseos,o resultaron tan elirneras que no t uvie ron nmgun impac to . La relacion ente lausura y el peonaje enganchado pOI' contrato se mantuvo durante todo el dominiobritanico y hasta bien entrado el regimen de la India independiente. La libertaddel mercado de traba]o resultaba seriamente restringida porIa fal ta de cornpetencia entre el capital britanlco y el in dig en a. El empleo de familias tribales enlas plantaciones de te se v olv io una f ue nt e de explotacion cinica del trabajo demujeres y nines. Las ventajas de la movilidad y la contractabilidad fueron anuladas

    pOI' las irregularidades en el proceso de enganche y la manlpulacion que hacianlos arkatis' de factores adversos como la depend encia econornica y la diferenciacion social. EI sistema de contratos ayudaba menos a liberal' el trabajo servilque a desarrollar una especie de segunda servidumbre, y asi sucesivamente.

    Pero esa su vision nunca materializada, nos permite comprender el car acterde este tipo de discurso. La perspectiva que inspiraba se resumia en efecto enun testimonio de feen el colonialismo. Segun esta perspectiva, el hool se asimilabaal a trayectoria del Raj, asi como la empresa mili tante de un campesinado tribalpOI' liberarse del yugo t ri pl e de sarkari, sahukart y zamindari' .. , se asimilaba

    . N.E. Rcclurndores 0 engancnandores demanade obra paralas plantnciones, carreteras y vias ferreas.*'" N.E. SlIllIlk{lri 0 pres tamis ta que tlpic amente avanzaba dinero y/o e specie s antesde la cosecha, cuanda loscampesinos Sf: enconlraban al bordede la miseria. reclamandoel prestamo, en cantidades mu y elevadas, despuesde Ia cosecha. Muchas veces estes iruereses usurarios eran t al es que los campesinos nunca lograban canceler la

    ...... ,...... :

    a la "iniciatlva lnglesa", 0 sea a la base del Imper io . EI objetivo anunciado alprincipio del relata podia entonces se r rei terado hacia el final, donde el autordec la raba haber escr i to al menos "en parte pOI' las ensenanzas qu e la historiareciente (de los SantaIs , RG.) nos proporciona sobre el rnetodo correcto parat rata r con las razas abor igenes" . La represion de las sublevaciones campesinaslocales formaba parte de este metodo, pero ahora se integraba a una estrategiamas amplla, disenada para enfrentar los problemas econornicos del Gobiernobritanlco en la I nd ia como elemento de los problemas globales del gobiernoimper ia l. "Estes son los problemas", dice Hunter a l conclui r e l capi tu lo , "que losestadistas indios estan I lamados a solucionar en los pr oximos cincuenta arios.Sus predecesores han I levado la civil izaci6n a la India ; sera su debe r h a ce r qu eesta civillzaclon se a a la vez beneficlosa para los nativos y segura para nosotros",En otras palabras, se asignaba a esta historiografia un papel en el proceso politico,que habria de garantizar laseguridad del Raj mediante una corubinaclon de luerzabruta para aplastar la rebelion cuando ocurriera, y reforma con elf in de prevenir lade antemano, arrancando al campesinado t ribal de s us b a se s r ur al es y dis tr ibuyendolo como fuerza de trabajo barata para su exp lo taclon por el capitalbrltanico, en la India y en u lt rama r. La prosa abiertamente agresiva y nerviosade la contra-insurgencia, nacida de las preocupaciones de la colonia temprana,llego asl a a sumi r, en es te genera de escritura historica, ellenguaje firme perobenigno, autori tario pero comprensivo, de un imperia lismo maduro y segura desi misrno.

    xi.C6mo es que h a st a el tipo mas l iberal de discurso secundario es entonces

    incapaz de desenredarse del codigo de contra-lnsurgencia? Con todas las ventajas

    que t iene escribir en tercera persona y tratar un pasado distante, el funcionarioconvertido en historiador esta todavia lejos de se r lrnparcial cuando se trata delos intereses oficiales. Sus simpatias para con el sufrimiento de lo s campcsinosy su comprensi6n de 10 que les empujaba a rebelarse , no Ieinhiben, cuando Ilegael mom ento critico, de colocarse allado de Ja l ey y el orden y justificar el traspasode la carnpana contra el hoo! de manos civi les a manos rnilitares con el fin deaplastarlo de manera rapida y absoluta. Como se serial a anteriormente, suposici6n parcial izada f rent e a los resultados de la r ebellon equivale a un comprornlso con las metas e intereses del regimen. EI discurso de la historia, apenas

    deuday se convertian enuna especie de siervos, incluso hereditarios, del prestarnista. EnAmerica Latina se conoceesta forma de Irabajo como peonaje 0 esclavinul par deudu."if:." N.E. EI yugo triplede los sarkari, sahukati y zamindori se rcfiere respcctivamcnte al gobierno-cstado, a losprestamistas y a 10,0;; ierranientes.

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    r-

    Lo Prosode Conlro-!nsurgencio 59

    discernible del de la polltica del estado, termina absorbiendo las preocupacionesy objetivos de esta ultima.

    En esta su afinidad con la politica, la historiografia revela su caracter comouna f orma de conocimiento colonia/ista. Es decir, emerge directamente delconocimiento que la burguesia habia usado en su periodo ascendente parainterpretar el mundo con el fin de aduefiarse de el y establecer su hegemoniasobre las sociedades occidentales, pero convert ido en instrumento de opresionnacional a medida qu e estas adquirian para si mismas "un lugar bajo elsol". Fueasi qu e la ciencia polit ica, que habia definido el ideal de ciudadania para lasnaciones-estados europeos, se usa en la India colonial para establecer institucionesy disei iar leyes especificamente destinadas a generar una ciudadania mitigaday de segunda c la se . La economia politica, que se habia desarrollado en Europac omo u na cr it ica al feudalismo, fue manejada para promover el gamonalismoneo-feudal en la India .. La historiografia se adapto tamb ien a las r el ac iones depoder ba jo el Raj y resu l to cada vez mas engranada al carro del Estado.

    Fue gracias a esta c on ex i6 n, y a la suma de talentos desplegada para sustentarla, que la historiografia sobre tenias del periodo colonial tome la formade un discurso altamente codificado. Alfuncionar en el marco de una alirmactonrnultilacetlca del dominio britanico en el subcontinente, asurnlo la Iuncion derepresentar el pasado reciente de su gente como "LaObra de lnglaterra en laIndia".Siendo un discurso de poder por derecho propio, presen taba cada uno de susmomentos como un triunfo, es decir, como la secuela mas favorable de entreun numero de posibilidades conflictivas para el regimen en cualquier instanteespecif ico. De ese modo , en su forma madura --como en los Anales de Hunter-,la continuidad figura como uno de sus aspec tos necesarios y cardinales. Adiferencia del discurso prirnario, no puede darse el lujo de se r un esbozo discontinuo y carente de consecuencias. EI acontecimiento no constituye sucontenido unico, pues es el te r mino medio entre un principio que Ie sirve decontexto y un final que es a la vez una perspectiva vinculada a la proximasecuencia. En es ta se rie en movimiento, el unico e lemento que permanececons tante es el Imperio y las po li t ic a s neces a r ia s p a r a r e sgua rda r l o yperpetuarlo.

    AI funcionar como 10 hace dentro de este codlgo, Hunter, a pesar de la buenavolun ta d que declara solemnemente en su dedicatoria CEstas paginas... tienenpoco que d ec ir en rel ac ion a la r aza gobernante. Mi asunto es con el pueblo"),termina por escr ibir la his toria de una lucha popular como un episodio en el cualel sujeto real no es el pueblo s ino, en realidad, "Ia raza gobernante" institucionalizada como Raj. Como cualquier otra narratlva de este tipo, su relato del hooltambien esta alii para celebrar una continuidad: la del poder brltanico en la India.Laenunciacion de causas y relorrnas no es mas que un requer imiento estructuralpa ra es te continuum, proporcionandole respectivarnente, contexto y perspectiva.Ambos sirven, de manera admirable, para registrar el aconteclmiento como un

    dato en la historia de vida del Imperio, pero no hacen nada para iluminar esa formade conciencia llamada insurgencia. EI rebel de no tiene lugar en esta historia comosujeto de la rebeli6n.

    XI

    Nohay nada en eldiscurso terciario para enmendar esta ausencia, Mas alejadoen el tiempo de los acontecimientos que tiene como tema, este discurso siemprelos mira en tercera persona. En la mayor ia de los casos, es obra de escritoresno-oficiales, 0 bien de ex-funcionarios que ya no t i enen n inguna l imi tac ion uobligacion profesional de representar el punto de v is ta del gob ie rno. Si resultaque adopt an un punta de vista oficial, ello se debe a qu e el autor 10ha escogidopor voluntad propia, mas que por haber sido condicionado a adoptarlo por lealtado compromiso administrativo. Es c ie rt o qu e h ay algunas obras hlsto ri cas quemuestran abiertamente tal preferencia y no pueden expresarse en una voz queno se a la de los guardianes de la ley y el orden; son ejemplos de un discursoterciario que revierte a ese estado de identiflcacicn c r ud a con el regimen, ta ncaracteristico del discurso primario.

    Pero hay o t ros lenguajes muy diversos dentro de este genero, que van desdeel polo liberal hasta el de izquierda. Este ultimo tiene especial importancia debidoa que quiz as constituya la mas influyente y prolifica de ta d as las variedades deldiscurso terciar io . A esta corriente Ie debemos algunos de los mejores estudiossobre la insurgencia cam pesina india y su caudal es cada vez mayor, comoevidencia tanto de un creciente inter es academico por el tema, como de larelevancia que poseen los movimientos subalternos del pasado para comprenderlas tensiones conternporaneas en nuestro rincon del mundo. Esta literatura sedistingue por su esfuerzo de romper con el codigo de contra-insurgencia. Asumeel punto de vista del insurgente y consider a, con el, como "bueno" 10 que la otraparte llama "terrible", y viceversa. Nodeja dudas en ellector de que d e se a quetriunfen los alzados, y no sus enemigos. Aqui, a dilerencia del discurso secundariode tipo liberal-imperialist a, el reconocimiento de los agrav ios que sufren loscampesinos conduce directamente a apoyar su lucha en pos de una reivindicaci6n

    por las armas.Pero estos do s tipos, tan dilerentes y contrarios entre si en su orientacion

    tdeologica, tienen muchas otras cosas en comun. Tornese, por ejemplo, esa notablecontribucion de la academia radical, Bliarater Krishoh-bidroha 0 GanatantrikSamgram 26 de Suprakash Ray y cornparese su rel ato de la sublevacion Santal de1855con el de Hunter. Como narrativas, ambos textos se hacen eco mutuamente.

    2 6 TUll lu 1 (Calcut a. 1966). cap. 13.

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    60 Ronohil GuhoLo Pff)'Jrl d ~ ]COlltru I W J u r ~ J e I \ L l o61

    Siendo la de Ray una obra posterior. posee todas las ventajas de nutrirse deinvestigaciones mas recientes, como la de Datta. y estar asi mas informada. Perornucho de 10 que tiene que decir sobre el inicio 0 desarrollo del hool es tom ado---de hecho, directarnente citado- de los Anales ... de Hunter/". Adernas, ambosautores seapoyan en el articulo de Calcutta Review (1856) para gran parte desu evidencia. Enconsecuencia, hay poco en la descripclon de este acontecimientoespecifico que diliera significatlvarnente, entre los tipos de discurso secundarioy terciario.

    Tarnpoco hay rnucho que distinguir entre ambos, en terrninos desu admiraclonpOI' el coraje de los rebeldes y su aversion pOI' las operaciones de genocidiomontadas POI' las fuerzas de contra-insurgencia. Dehecho, en ambos aspectosRay reproduce in extenso el testimonio de Hunter, recogido de primera manade oficiales directamente involucrados en la campaiia, en sentido de que l osSantals "no entendian de rendirse", mientras que para el ejercito "no fue guerra...fue ejecucion,,2H. La sirnpatia expresada POl'los enemigos del Ra j en el discursoterciario radical es plenamente equiparable a la del discurso secundario colonialista. Es mas, el hool fue para ambos una lucha eminentemente justa.apreciacion que derivan de su coincidencia en torno a los lactores que 10 provocaron. Terratenientes malvados, usureros extorsionlstas, comerciantesdeshonestos, policias venales, funcionarios irresponsables y procesos legalesparclal izados: todos f iguran con igual prorninencia en ambos relatos . Amboshistoriadores utilizan laevidencia registrada sobre el tema enel ensayo de CalcuttaReview. y Ray seapoya nuevarnente en Hunter para gran parte de su informacionsobre el endeudamiento Santa l y la esclavitud del contrato y sobre la opresi6npOI'parte de prestarnistas y terratenientes en connivencia con funcionarios, comotestilican los fragmentos liberalmente citados de su obra!".

    Sin embargo. los dos escritores utilizan la causal idad para desarrollar perspectivas enteramente distintas . EI enunclado de causas juega el mismo papelenel rclato de Hunter que en cualquier otra narrativa de tipo secundario, es decir,es un aspecto esencial del discurso de contra-insurgencia. Eneste aspecto, susAualc pertenecen a una tradiclon de historiografia colonialista que, para esteacontecimiento especifico, esta tipicamente ejemplificada en ese ensayo racistay vcngativo llauiado "The Sonthal Rebellion". Alli el luncionario, obviamenteconocedor, pero tarubien testarudo, atribuye la sublevacion, como 10 hace Hunter,al Iraude de los banias " a las transaccion de los mahajani " , al despotismo delos zatnituluri [terratenientes] y a la ineliciencia de los sarkari [autoridades].

    27 Para .' lOS vense ibid. pp. 323, 325. 327, 328.

    28 Ibid. p. 337; Hunter, op. c i t. , pp. 247-49.29 Ray Op.Ci l. . pp. 316-19.

    N.E. C'l.l.;ta de Illelcach:res.**

    N.E. Oanqueros. comercianltS, preslamislils.

    En la misma vena. Thornhil l atr ibuye claramente, en sus Personal Adventures ....los alzarnientos rurales del periodo del Motin en Uttar Pradesh, al colapso de lasrelaciones agrarias tradicionales C0l110 consecuencla del advenimiento del dominicbrttanlco. O'Malley identifica la raiz del bidroha de Pabna en IR73en las abusivasrentas exaccionadas po r los terratenientes, y la Comision de Motines del Decanatribuye los disturbios de 1875, al a explotacion del campeslnado Kunbi por partede prestamistas loraneos en los distritos de Poena y Ahmednagar?", Se pod ri aseguir aiiadiendo rnuchos otros acontecimientos y t ex to s a esta l is ta . EI esplritude todos ellos estabien representado enel siguiente Iragmento de las Resolucionesdel Departamento Judicial [Judicial Department Resolutions] del 22de noviern br ede 1831, sobre el terna de la sublevacion encabezada po r Titu Mil':

    La naturaleza seria de los ult imos disturbios en el distrito de Baraset haceque seaun objeto de Importancia sobresaliente el que la causa que clio lugara los mismos sea plenamente investigada para que se puedan comprendercorrectarnente los motivos que act ivaron a los insurgentes y para que seasuman aquellas medidas que se consideren apropiadas a fin de impedirla recurrencia de des6rdenes similares'",

    Eso 10 resume t odo . Conoce r la causa de un lenorneno es ya un paso en lavia de controlarlo.lnvestigar y asi comprender la causa de los disturbios ruralesayuda a adoptar las medidas "que se consideren apropiadas a fin de impedir larecurrencia de des6rdenes similares ". Con este misrno f in , el corresponsal deCalcutta Review (1856) recornendo una "retribuci6n merecida", esdecir, "que ellos(los Santals, RG.) deben ser cercados y cazados en todas partes...que seles debe'obligar a la Iuerza, s i es necesar io , a volver a Damin-i -Koh y al campo devastadoen Bhaugulpore y Beerbhoom, a reconstruir las a ldeas en ruinas, restaurar loscampos desolados para el cultivo, abrir caminos y e j ecu ta r ob ra s publ ica s engeneral, y hacer esto bajo vigilancia y guardia...y que sedebe mantener este estadode cosas hasta que sean completamente apaciguados y reconquistada su lealtad"J2.

    La alternativa mas suave, propuesta po r Hunter, era, como hernos vis to, unacomblnacion de Ley Marcial para reprimir una rebeli6n en curso y medidas paradar continuidad a la "iniciativa inglesa", de tal modo que (como habia sugeridosu compatriota) el campesinado ind6cil luera absorbido como fuerza de trabajobarata en la agricultura y las obras publicas en beneficio de los mismos dikuse ingenieros de caminos y ferrocarriles contra quienes habia alzado las armas.Con todo, ya pesar de su variacion de tono, arnbas recetas para "hacer...imposible

    JO Anon .op.cit., pp. 238-41; Thornhill op.cit. pp. 33-35; L.S.S. O'M.llcy,!JengallJistrirr Gazetteers:Pabna (Calcuta,1923), p. 25; Report of the COII/issioll Appointed in India 10inquire into the Causes of the Riots which.lookplacein the year /875 in the Poena and A"",edt1l1garDistricts of tilelJombay Presidency (LoncJres, 1878). passim.31 BC 54222; lC. 22 Nov. J831 (no.91). Enfasis adicionnl.32 Anon., op.cil . , pp. 263-4.

  • 7/28/2019 Guha Ranajit_La Prosa de Contra Insurgencia_Debates Post Coloniales

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    62 ROllo11i1 Guho

    . ~ ';:::

    lo PrOlO de Contro-lr-surqenc.o 63

    la rebellon a traves del progreso de los Sontals.. 33 ; es decir todas las solucionescoloniaiistas a las qu e se Jleg6 p o r m ed io d e la explicacion causa l de nucstr assublevaciones canipesuias, lueron mater i a p r ima para un a historiogralia compr ometlda en asimilarlas al Destino trascendental del Imperio hrit anico.

    XII

    En el relato de Ray, lacausalidad sirve para enganchar el hool co n un Destinode na tu ra l eza algo dist inta . Per o p ar a llegar a el, este autor s igue los pa s os deHunter. es decir, contexto-acontecimiento-perspectiua. alincados en un continuumhistorico. Hay algunos paralelisrnos obvios en la manera en que cl acontecirnientoadquiere un contexte en ambas obras, Ambas ernpiezan con la prehlstoria (tratadac o n mas brevedad por Ray qu e po r Hunter) y contlnuan con un repaso del pasadomas reciente, a part i r de 1790, cuando la tribu entr6 por primera vez en contactoca n el regimen. Para ambos, es alii donde reside la causa de la rebellon, si bienco n un a dilerencia. Para Hunte r, l o s distur hios se originar on en un malest arlocalizado, qu e afect6 a un cuerpo de otro modo sa ludab le: el Ir a ca so d e laadministraci6n distrital p a ra ob ra r de acuerdo con el entonces emergente idealdel Ra j como el ma-t)(Jap' del campeslnado, qu e 10 pro tege ri a de la t i ran ia deelementos rnalvados dentro de la propia sociedad indigena. Para Ray, er a lapresencia misrna del peeler hri t anico en la I nd ia la qu e impulse a los Santals asub leva rsc , po rque sus enemigos, lo s terratenientes y prestarnistas, debian suautor idad y hasta su exlstencla, a la s nuevas disposiciones sobr e la propicdadde la t ierra introducidas por el gobierno colonial y al desa r ro l lo acele rado deuna economia monetizada bajo su irnpacto. La sublevacion constituyo, entonces,una critica no s610 de la admlnlstracion local sino del propio colonialismo. Esmas, utilizando la pr opla evidencia de Hunter, Ray arriba a conclusiones rnuydilerentes, y hasta contradictorias:

    Esta comprobado con clarldad, pe r la propia aseveraci6n de Hunter, que la res-ponsabilidad de lamiseria extrema de losSantals recae enel sistema arlmlr.lstratlvoingles tornado en su totalidad, junto con los zomintlurs [terratenientes) y mahujons[banqueros]. Por que fue el sistema administrativo Ingles el que creo zumindarsy m a h a j u ~ s~ a r as a t i s { a ~ e rsu propia necesidad de explotacion y goblerno y el quelos ayudo, dlrecta e mdlrectamente, al ofrecerles su proteccion y p a t r o n a z g 0 3 ~ .

    33 I bi d. , p. 263. N.E. Ma-bap, literalmenle madre y padre. T ~ n n i n oulilizado frecuenlemenle para represenlar el ideal de unarelaci6n palemalisla entre los clllllpesinos y el gobierno colonial.3 ~ Ray. op.cil. . p. 318.

    Habiendo identificado al coloniallsrno, es decir, al Raj como s i s tema y en sutotalidad (mas qu e en cualquiera de sus deformaciones locales), como la causaprincipal de la rebeli6n, su resultado adquiere val ores radicalmente diferentesen los do s textos. Mientras Hunter es explicito en su prelerencia po r una victoriaen lavor del regimen, Ray 10 es igualmente en lavor de l o s r ebel des. En correspondencia con ello, cada cual posee un a perspectiva qu e s e d es ta ca e n agudocontraste con la del otro. La de Hunter plantea qu e la consolidaci6n del dominiobr lt an lco con base en una admin is t rac i6n re lo rmada , ev it a r a la s jacqueries qu eestallan po r su incapacidad de proteger a los adiuasis [poblaci6n tr ibal censada]de lo s explotadores natlvos, y los transforrnara en una fuerza de trabajo m6vily a bund ant e , empl ea da d e mane ra pronta y pro