fundmentos biblicos de las virtudes teologales y morales

8/20/2019 FUNDMENTOS BIBLICOS DE LAS VIRTUDES TEOLOGALES Y MORALES

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CAPÍTULO VII

LAS VIRTUDES MORALES Y LOS DONES DEL ESPÍRITUSANTO

1. Las virtudes en la tradición teológico-moral católica

a) Los orígenes en la filosofía griega

Virtud (aretê) es uno de los conceptos fundamentales de la antropología y de laética filosófica griega, donde significa la excelencia moral del hombre. Originariamente,la lengua griega conocía un uso mucho más amplio del término irtud, !ue podíae"presar las cualidades excelentes de cosas, animales, hombres o diinidades. #ócrateslo emplea ya con un significado más restringido, para referirse solo a la e"celenciamoral del hombre, entendida prealentemente como un saber sobre el bien, !ue puedeser comunicado a traés de la ense$an%a. &n esta línea, 'latón desarrolla la clasificación

de las cuatro irtudes( sabiduría, fortale%a, templan%a y )usticia1, !ue llegará a sercélebre en el pensamiento filosófico occidental. &n diálogo crítico con la tradiciónsocrático*platónica, +ristóteles lleará la doctrina de la irtud a la e"presión clásicamás completa para él, la irtud es la perfección habitual y estable (héxis) de lasfacultades operatias humanas, tanto de las facultades intelectuales (virtudesdianoéticas o intelectuales- cuanto de las facultades apetitias (virtudes éticas). a idahumana seg/n las irtudes representa para +ristóteles la ida me)or del hombre, la ida

buena o felicidad. a tradición estoica retomará la doctrina de la irtud, insistiendo particularmente en la armonía !ue e"iste entre la ida seg/n las irtudes y la ida seg/nla naturale%a. 'or su influ)o sobre algunos escritores cristianos, ha tenido una notableimportancia la doctrina sobre las irtudes contenida en el De officiis de 0icerón.

b) La Sagrada Escritura

a lengua hebrea no posee ning/n término !ue corresponda al griegoaretê. a ersión griega de los traduce con la palabra aretê algunase"presiones hebreas !ue significan casi siempre la acción gloriosa de 2ios. &nlos libros de los Macabeos, el ocablo aretê se emplea con frecuencia parasignificar tanto la fidelidad a 2ios, cuanto la alentía, la irilidad y la

prudencia. &l influ)o griego es eidente en el libro de la Sabiduría la irtud se

1 0fr. '+345, La re!"blica, lib. 6V( 7 &, 7:: ;*0, 7:< ;, etc.


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contrapone al icio y se relaciona con la inmortalidad: se mencionan,además, las cuatro irtudes platónicas( >#i alguien ama la )usticia ?en elsentido genérico de santidad@, las irtudes son el fruto de sus fatigas. &lla esmaestra de templan%a y de prudencia, de )usticia y fortale%a( nada hay más

proechoso para los hombres en la idaA7. #eg/n el +ntiguo 3estamento, elhombre irtuoso act/a con la potencia y el igor (virtus) del &spíritu diino,como se e, por e)emplo, en el oráculo mesiánico de #s 11, ( sobre el Besíasdescansará el espíritu de sabiduría y de inteligencia, de conse)o y de fortale%a,de ciencia y de temor del #e$or.

&n el 5ueo 3estamento, el ocablo aretê se usa poco. &n $ % , 9 y en& % 1, : se aplica a 2ios. &n otros dos pasa)es, 'l! 7, 8 y & % 1,


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GesucristoA9.

#on numerosos los te"tos del 5ueo 3estamento !ue eidencian !ue,mediante las virtudes+ el cristiano camina seg"n el e3em!lo de risto1=. 0omose indicó precedentemente, la perspectia de la irtud es una premisa humanay racional idónea para establecer una moral cristocéntrica !ue, superando laética normatiista, asuma la unión sin confusión entre la dimensión natural y ladimensión sobrenatural del comportamiento cristiano11.

&n el estudio de la irtud a la lu% de la &scritura se debe distinguir, por una parte,la irtud como e"celencia moral y, por otra, la comprensión de las irtudes en cone"ióncon la doctrina filosófico*antropológica de los hábitos, es decir, como

perfeccionamiento propio de las facultades operatias humanas. 2esde el primer punto

de ista, no se puede negar !ue la ;iblia alude frecuentemente a la e"celencia éticacomo al con)unto de cualidades personales !ue integran el ser moral del su)eto, y !ue elconcepto de D)ustoE corresponde a !uien practica las irtudes y no tanto a !uiensimplemente cumple las normas. &n el +ntiguo 3estamento no faltan descripcionesconcretas de conducta irtuosa o iciosa, y se se$alan e)emplos de personas irtuosas(+brahán, Boisés, Fut, Gudit, etc. también se alaban o se reprueban las actitudes

propias de las irtudes y de los icios, especialmente en los profetas y en la literaturasapiencial. 'or e)emplo, el libro del Sir4cida habla del temor de 2ios Hcap. 1-, de la

paciencia Hcap. -, de la humildad Hcap. :-, de la misericordia Hcap. 7-, de los pecados!ue hay !ue eitar Hcap. -, de la prudencia Hcap. 8-, de la enidia y de la aaricia Hcap.17-, de la magnanimidad Hcap. 18-, de la mentira Hcap. =-, de la pere%a Hcap. -, de la

lu)uria Hcap. :-, de la honestidad Hcap. -, de la templan%a Hcap. :1-, etc. 3ambién el 5ueo 3estamento asigna el título de D)ustoE Hsanto- a diersas personas( +bel, Guan;autista, Gosé, Iacarías e 6sabel, #imeón1, etc. &l #ermón de la monta$a presenta uncon)unto de actitudes morales propias del discípulo de Ges/s, sin olidar !ue la idacristiana no es un c/mulo de actos buenos desligados, sino una disposición interiorunitaria !ue se concreta en cada una de las acciones1:. &ntre las cualidades morales yreligiosas ense$adas por la #agrada &scritura y las cualidades morales consideradasirtuosas por la ética filosófica e"iste una notable conergencia. 5o podía ser de otromodo, puesto !ue la perfección del carácter humano está presupuesta e incluida en la

perfección del santo17.

'or lo !ue se refiere al segundo aspecto, es decir, a la irtud como hábito, comocategoría de la antropología filosófica, la #agrada &scritura no contiene un estudiotemático e"plícito. a finalidad primaria de la Feelación es transmitir una ense$an%a

9 $ 0s 1, :. 0fr. $ o 1:, 1:.1= Vid., por e)emplo, Ef


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moral y religiosa, y no ofrecer las categorías filosóficas idóneas para la comprensiónsistemática de la ida moral como fenómeno humano y cristiano. &ste es un tema !ue!ueda abierto a la ulterior elaboración teológica, como eremos de inmediato. 'arece

oportuno, sin embargo, precisar !ue el concepto de irtud resulta más congruente conel mensa)e moral del 5ueo 3estamento !ue las discusiones sobre el fundamento Hparaalgunos DdeontológicoE, para otros DteleológicoE- de los preceptos morales propios dela ética normatia actual.

c) Los %adres+ el magisterio los te,logos

os 'adres en en las irtudes la escalera !ue sube de la tierra al cielo ylas disposiciones !ue se re!uieren para identificarse con el #e$or( >&l fin deuna ida irtuosa consiste en llegar a ser seme)antes a 2iosA 1as irtudes humanas se arraigan en las irtudes teologales

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!ue adaptan las facultades del hombre a la participación de la naturale%a diinaHcfr. & % 1, 7-. as irtudes teologales se refieren directamente a 2ios.2isponen a los cristianos a iir en relación con la #antísima 3rinidad. 3ienencomo origen, motio y ob)eto 2ios Kno y 3rinoA=. #e podrían citar muchoste"tos del magisterio de la 6glesia !ue e"presan la perfección moral del hombreen términos de irtud1 así, por e)emplo, eón 666 hablando de Gesucristoafirma( >Birando a la diinidad de este e)emplo, se comprende más fácilmente!ue la erdadera dignidad y grande%a del hombre ?N@ consiste en la irtud!ue la irtud es patrimonio com/n, alcan%able igualmente por los grandes y

por los pe!ue$os, por los ricos y por los proletarios !ue solo a las obrasirtuosas, en !uien!uiera !ue se encuentren, está reserado el premio de laeterna felicidadA.

Fespecto a la teología baste recordar !ue #anto 3omás considera los principios específicos de la ida cristiana Hfe, esperan%a y caridad- comoirtudes teologales, y estructura la parte moral de su más importante y madurasíntesis teológica, la Summa 0heologiae, sobre la base de las irtudesteologales y de las irtudes morales. 5o solo recoge lo !ue en el Bedieo sehabía dicho sobre las irtudes, sino !ue acoge e integra, en un conte"toteológico, la originalidad específica de la ética aristotélica como ética de lairtud introduciendo importantes modificaciones:. 2espués de #anto 3omás,el tratado de las irtudes ha sido parte integrante de la teología moral, aun!uelas características específicas de la ética de la irtud no siempre se hanentendido correctamente y en buena parte se han perdido por el camino. &stoha creado no pocos problemas a la teología moral, incluso a la teología bíblica,como ya di)imos7.

&n la actualidad no faltan autores y en algunos ambientes es casi un lugarcom/n !ue piensan !ue el concepto de irtud está ineludiblemente unido a un sentidode autoafirmación o de crecimiento ético puramente humano !ue lo hace inaceptable ala teología moral. + la lu% de las consideraciones precedentes y, sobre todo, teniendoen cuenta el uso !ue este concepto ha tenido en la patrística, en el magisterio

eclesiástico y en la tradición teológica católica donde las irtudes morales se integranen el conte"to esencialmente determinado por las irtudes teologales, pensamos !ueno debería dudarse de la legitimidad teológica de presentar la teología moral católicacomo moral de la irtud.

= atecismo, n. 181.1 Kn índice alfabético del Vaticano 66 muestra el amplio uso !ue hace el /ltimo 0oncilio

de la noción de irtud éase también atecismo, nn. 18=:*189 6eritatis s!lendor , nn. 78,


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2. Las virtudes morales

a) 7oci,n clasificaci,n de las virtudes&n el estudio sistemático de la irtud, comen%aremos con una primera

descripción de este concepto y de sus diersos tipos, para después profundi%aren la noción de irtud moral. En términos generales+ la virtud !uede serdefinida como h4bito o!erativo bueno


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(recta ratio factibilium)+ !ue facilitan la adecuada reali%ación de determinados ob)etos.a distinción entre prudencia y saberes técnicos presupone la distinción entre DobrarE(agere) y DhacerE o DproducirE (facere).

os hábitos intelectuales proporcionan la capacidad de obrar bien, pero noaseguran el recto uso de esta capacidad( es posible utili%ar la ciencia o la técnica parahacer el mal. 'or eso, tales hábitos no cumplen plenamente la ra%ón de irtud en cuantocualidad !ue hace moralmente bueno a !uien la posee. #e e"cept/a la irtud de la

prudencia( aun!ue es un hábito intelectual por la facultad en la !ue inhiere Hla ra%ón práctica-, es una irtud moral por su ob)eto y por!ue su re!uisito esencial es la rectitudde la oluntad. a tarea de la prudencia no es tanto conocer lo !ue debe hacerse paraobrar bien, cuanto impulsar el recto obrar su acto principal no es el )uicio, sino elimperio, con el !ue guía las otras potencias conforme a las e"igencias de las irtudesmorales. a prudencia no puede e"istir si antes la persona no !uiere ser irtuosa, y en

este sentido, presupone la buena oluntad y las otras irtudes morales, como eremos.

b) Definici,n de la virtud moral

'asemos ahora al estudio de las irtudes morales, !ue son las !ue másdirectamente interesan a la teología moral8. 5uestro estudio se basa en los datos de laFeelación y de la e"periencia cristiana, y sigue el planteamiento filosófico hecho por#anto 3omás este planteamiento es el propio de +ristóteles, pero ha sido recibido confacilidad por el +!uinate, ya !ue responde al tema tan característico de la idacristiana de la reali%ación de la e"celencia moral, !ue se propone de modo análogo enla ética filosófica y en la teología moral.

#anto 3omás ha hecho el estudio de la irtud moral sobre la base de su psicologíade las facultades Hinteligencia, oluntad, el apetito irascible y el apetito concupiscible-.'odemos completar este estudio, especialmente desde el punto de ista descriptio yfenomenológico, a la lu% de lo e"puesto en el capítulo V sobre las tendencias y lossentimientos.

&l hombre posee un deseo innato de llegar a la plenitud de su condiciónhumana. &l cristiano, en irtud de la fe, sabe !ue esa plenitud es la santidad, launión con 0risto y por la esperan%a y la caridad, la desea y la ama. #inembargo, inmediatamente, surge el !roblema de c,mo gobernar las tendencia

los bienes a ue se dirigen !ara reali*ar la uni,n con risto día a día+ enla multi!licidad de las circunstancias !ersonales sociales+ en las

situaciones ue se !resentan+ tantas veces nuevas frecuentementeim!revisibles+ ue obligan a reali*ar elecciones no siem!re f4ciles a causade las !asiones los sentimientos involucrados. + este respecto, es posibleindicar algunas acciones !ue nunca deben llearse a la práctica Hlas accionesintrínsecamente malas, siempre incompatibles con la ida en 0risto- pero noes !osible determinar !reviamente todo lo ue la !ersona debe elegir !ara

8

'ara una mayor profundi%ación éase( G. '6&'&F , La 6irtudes fundamentales, Fialp,Badrid 1998C &. 04PF&0 * F. L+F0Q+ 2& R+FO, 0eología Moral 'undamental , cit., pp.711*7C


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reali*ar en cada caso concreto su uni,n con risto9, tanto por la comple)idady ariabilidad de los bienes !ue deben reali%arse en las diferentescircunstancias, cuanto por la diersidad del específico e!uilibrio tendencial ycaracterial de cada persona. a indiidualidad comporta al mismo tiempori!ue%a y límites( >a ra%ón de la indigencia y de la insuficiencia de lacapacidad operatia del hombre para reali%ar el acto humanamente buenoradica en la desproporción !ue la indiiduación introduce entre lascapacidades operatias del hombre como tal y las capacidades operatias deeste o a!uel indiiduo humanoA:=.

&n definitia, la concreción en términos operatios tanto del bien humanocomo de la ida en 0risto re!uiere !ue cada uno esté en condiciones de

deliberar y )u%gar correctamente acerca de las circunstancias, las personas, lascosas, los afectos, etc., para indiiduar y decidir las elecciones )ustas. 'araasegurar la reali%ación concreta de la e"celencia moral no bastan lasense$an%as ni las reglas generales. &s necesaria una especial perfección enorden a las elecciones concretas y circunstanciadas. &sta perfección es lavirtud moral !ue, por esto, se define como un h4bito electivo ue consiste en9un término medio relativo a nosotros+ determinado !or la ra*,n !orauello !or lo ue decidiría el hombre !rudente::1. &sta definición contienetres elementos !ue estudiaremos en los tres subparágrafos siguientes.

9 3eniendo en cuenta !ue el bien, considerado en su concreción personal e histórica,>aría de muchas maneras y consiste en muchas cosas, no puede e"istir en el hombre undeseo natural del bien en toda su determinación, es decir, seg/n todas las condicionesre!ueridas para !ue sea efectiamente bueno, ya !ue estas cambian seg/n las circunstanciasde las personas, del tiempo, del lugar, etc. 'or eso, el )uicio natural, !ue es uniforme,resulta insuficiente( es necesario !ue mediante la ra%ón, a la !ue compete comparar lascosas diersas, el hombre bus!ue y )u%gue su propio bien, determinado seg/n todas lascircunstancias, y decida cómo debe actuar a!uí y ahoraA (De virtutibus in communi+ a. C-.&sto también se deduce de algunos comportamientos concretos !ue relata la ;iblia por

e)emplo, frente a la posibilidad de circuncidar a los primeros discípulos, la prudencia de'ablo lo llea a actuar de manera diersa en el caso de 3imoteo Hcfr. ;ch 1C, :- y de 3itoHcfr. /a , :-, seg/n las circunstancias de la comunidad.

:= L. +;;S, Lex et virtus, cit., p. 19=.:1 +F6#343&, 8tica 7icom4uea, 66, C( 11=C b :C * 11= a , cit., p. 1C9. #anto 3omás

usa casi siempre esta definición id. por e)emplo( Scri!tum su!er Sententiis, lib. 6, d. 7C, !.1, &"p. te"tus lib. 666, d. ::, !. , a. :, !l. 1, c. y ad 1 a. 7, !l. c. y ad 1 lib. 666, d. :


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c) La virtud moral como h4bito de la buena elecci,n

&n primer lugar, la virtud moral es h4bito electivo (héxis !roairetichê).D&lectioE significa Dconcerniente a la elecciónE, y la elección es un acto de laoluntad ya estudiado:, !ue consiste en la determinación de la acción !ue hay!ue e)ecutar en orden a un fin. Rábito electio significa, por tanto, hábito de la

buena elección o, más bien, de la buena elección de la acción::, disposiciónestable !ue permite indiiduar y elegir en cada momento y circunstancia lasacciones )ustas y e"celentes, perfección específica de la capacidad humana deelegir o de preferir. &n la práctica, esto significa(

1- La virtud no !uede ser concebida como habituaci,n o de!endencia.

5o es un automatismo !ue inclina mecánicamente a repetir siempre las mismasacciones. &l automatismo o formalismo en la conducta ética seríacompletamente insuficiente para la ida moral humana y cristiana, también porla ra%ón indicada en el subparágrafo precedente.

- El acto !ro!io !rinci!al de la virtud (aunue no el "nico+ comoeremos dentro de poco- es la elecci,n buena:7. os actos de las irtudesintelectuales, por e)emplo, la formulación de una proposición científica, sonob)eto de elección Hyo eli)o desarrollar un teorema matemático-, pero no sonelecciones en el mismo sentido !ue para las irtudes morales. +!uíentendemos por elección la decisión tomada respecto a una acción o a una

pasión o sentimiento.

:- 'ara poder hablar de acción irtuosa se necesita no solo un actoe"terior adecuado a la norma, sino también un determinado modo de actuar .0oncretamente se re!uiere( a- conocer lo !ue se hace b- escoger interiormentela obra como tal, es decir, en cuanto es buena a!uí y ahora c- actuar confirme%a y constancia, sin fla!uear ante los obstáculos:


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la oluntad y a la preisión del !ue act/a.

3eniendo presente estas tres características, resulta indudable !ue lavirtud moral est4 en consonancia con la libertad !ro!ia del actuar ue ella

!erfecciona- m4s a"n+ las virtudes morales son en sí mismas !rinci!io de unactuar electivo el hombre considera !ue es elegible el tipo de acción al !ueestá inclinado por su propio hábito, ya !ue este hace connatural y amable suob)eto:. 'or eso, la irtud moral no de)a al margen la deliberación y laelección, sino !ue garanti%a !ue una y otra sean buenas. a acción irtuosa sereali%a fácilmente, pero no instintia o automáticamente, sino siempre de modoelectio, por!ue así act/an las facultades en las !ue estas irtudes inhieren.

Uueda por e"plicar cómo es posible perfeccionar y garanti%ar la rectitud de unacapacidad, como es la de elegir !ue, por su naturale%a, está abierta a diersas posibilidades, y cuyo contenido concreto no puede ser fi)ado anticipada yuniersalmente. &ste complicado problema será estudiado dentro de poco HJ : de estecapítulo-, una e% anali%ados los otros elementos de la definición de irtud.

d) El término medio de la virtud moral

#e dice !ue las virtudes morales consisten en un término medio (inmedio virtus) por!ue su acto electio sobre todo por lo !ue se refiere a los

afectos sensibles ha de adecuarse al dictamen de la recta ra%ón, y la medidaimpuesta por la ra%ón podría ser sobrepasada HDdemasiadoE- o no alcan%adaHDdemasiado pocoE- por el moimiento espontáneo de la potencia carente deirtud.

En la fortale*a la tem!lan*a se habla de un medium rationis, no por!ue lara%ón sea atraída a un punto medio cuando debe dictaminar el acto !ue el apetitoirascible o concupiscible debe reali%ar a!uí y ahora, sino por!ue el )uicio de la ra%ónguía las tendencias sensibles, con lo !ue sus actos se dirigen hacia un punto medio esdecir, se consigue !ue estas tiendan a su ob)eto con un impulso ni mayor ni menor delindicado por la ra%ón. 'or e)emplo, el medio de la templan%a respecto a la nutrición

consiste en desear el alimento necesario para conserar la salud, y esto re!uiere tantorefrenar el e"ceso de la gula como encer el defecto opuesto de la inapetencia. Este

!unto medio no es idéntico !ara cada !ersona+ sino ue debe ser establecido !or la !rudencia en cada caso+ so!esando las condiciones del individuo. 'or eso, en ladefinición de irtud se habla de >un término medio relatio a nosotrosA. En la virtud dela 3usticia, cuyo ob)eto es el derecho Hlo !ue es debido a otro-, el medium rationiscoincide con el medium rei+ por!ue a!uí no se regula el e"ceso o el defecto de una

pasión, sino la posesión de una cosa Hun derecho- !ue puede ser lesionado por e"ceso o por defecto( )usto es !uien da a cada uno lo !ue es suyo, ni más ni menos.

: 0fr. S.0h., 6*66, !. 8, a. .


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e) La regulaci,n del término medio !or !arte de la recta ra*,n

#eg/n la definición de irtud moral !ue estamos estudiando, el >términomedio relatio a nosotros está determinado por la ra%ón y por a!uello por lo!ue decidiría el hombre prudenteA. El acto de la virtud (la actuaci,n de lastendencias en conformidad con la virtud) es auel ue individua e im!era el

3uicio de la ra*,n+ !ero no una ra*,n cualuiera+ sino la ra*,n recta+ esto es+la ra*,n !r4ctica !erfeccionada !or la virtud moral de la !rudencia. 0omosabemos, corresponde a la inteligencia interpretar, ealuar y dirigir losfenómenos de índole afectia:8. a prudencia es la irtud !ue perfecciona lara%ón práctica para reali%ar esta función. 'or eso se le llama )ustamenteDauriga virtutumE, guía de las irtudes en este sentido la ;iblia alaba la

persona prudente:9

y subraya !ue la prudencia pertenece al #e$or 7=

.

2e la prudencia deberemos ocuparnos de nueo. 'or ahora baste notar!ue las irtudes morales, consideradas en su con)unto como un organismo, son

principio de la elección e"celente no solo por!ue garanti%an !ue tal elección seefectuará y lleará a término, sino ante todo por!ue permiten determinar laelección !ue a!uí y ahora debe reali%arse. Las virtudes morales tienen+ portanto, un im!ortante as!ecto cognoscitivo+ no son en modo alguno una

sim!le dis!osici,n ue facilita el cum!limiento de lo ue ha sido establecidoal margen de la virtud . &l fundamento antropológico de esta dimensióncognoscitia es, como ya se ha indicado71, el carácter anticipador propio de lastendencias y la aloración reali%ada por los sentimientos( las irtudes éticas se

benefician de la capacidad de anticipación y de penetración de la afectiidad.'or otra parte, aun!ue es posible conocer en abstracto lo !ue nunca hay !uehacer, por!ue es opuesto a las e"igencias esenciales de las irtudes Heladulterio, por e)emplo-, y !ue tal conocimiento puede ser transmitido a traésde la ense$an%a Hen la cate!uesis, etc.-, sin las irtudes morales no se puedegaranti%ar !ue ese conocimiento uniersal llegue a ser, en el su)eto, unaconicción personal, sólida y práctica, a la cual adapte siempre el propio

comportamiento. &l conocimiento moral práctico presupone una afectiidadcorrectamente educada. &l su)eto !ue care%ca de tales presupuestos no seadecuará en la práctica a las e"igencias morales y terminará por no entenderlasni si!uiera en teoría.

:8 0fr. cap. V, J 7 c-.:9

0fr. %r :, 1:.1 Si 18, *9 Mt 7, 7


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==

3. El perfeccionamiento habitual de la elección a través de lasvirtudes morales

a) Las dos dimensiones de la virtud moral

'asamos ahora a e"plicar cómo las irtudes morales pueden perfeccionarhabitualmente las elecciones humanas. &"presándonos sintéticamente, tal

perfeccionamiento solo es posible si, por una parte, están garanti%ados los principios de la elección e"celente y, por otra, se eliminan los obstáculos !ue aella se oponen. 3eniendo presente cuanto hemos estudiado en los capítulos V yV6, el perfeccionamiento habitual de las elecciones humanas re!uiere(

1- a intención habitual de un fin recto y la remoción de los obstáculos!ue dificultan tal intención. &sto comporta !ue las tendencias y la oluntadestén rectamente ordenadas de modo estable.

- a capacidad habitual de determinar la acción o las acciones mediantelas cuales el fin irtuoso puede reali%arse a!uí y ahora, y la neutrali%ación delos elementos !ue obstaculi%an determinar la )usta elección. &stos obstáculosse deben, en buena parte, al influ)o de las pasiones antecedentes sobre el )uicio

práctico de la ra%ón7.

:- a elección y reali%ación de la acción indicada por el )uicio prudencial.

0onsideremos, por e)emplo, un abogado !ue traba)a )unto a otros colegas en unestudio legal, y !ue esta persona esté dominada por una deformación de la tendencia aser estimado por otros, !ue consiste en el afán de notoriedad 7:. a deformación habitualde la intencionalidad de fondo de esa tendencia es origen de repetidas decisiones

prácticas desacertadas( cada e% !ue se debe estudiar en com/n la estrategia a seguir para resoler un caso confiado al estudio legal, nuestro abogado se aferraobstinadamente a su opinión, y el deseo de !ue esta preale%ca y sea asumida por losotros le llea con frecuencia a perder la ob)etiidad, sin !ue sea claramente consciente

de ello, lo !ue da lugar a muchos problemas y fracasos. &n una persona irtuosa, sinembargo, la intencionalidad de fondo de la tendencia está habitualmente ordenada estosignifica !ue ciertamente desea !ue su opinión sea acogida por los demás con respeto,

pero sobre todo !ue sea apreciada y considerada por su alor real. &sta personasubordina la tendencia a la realidad de las cosas, al alor y sensate% del parecer

propuesto. &sta actitud es en sí un principio de decisiones correctas, y eita al menosuna de las principales causas de los errores de )uicio.

a recta ordenación habitual de las tendencias seg/n la medida de laerdad y la racionalidad Hrecta ra%ón- es la primera dimensión de las irtudes

7 Vid. cap. V, J 7 d-.7: 0fr. cap. V, J c-.


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=1

éticas, !ue llamamos dimensi,n intencional de la irtud, por!ue consiste hacer!ue la intencionalidad de las tendencias sea habitualmente recta77. &sta rectaintención, por lo general, no puede tener como ob)eto una conducta concreta,ya !ue depende de las circunstancias7


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=

capítulo V Htendencia a la alimentación, impulso se"ual, deseo de conocer,etc.- se encaminen a su ob)eto Halimento, se"ualidad, instrucción, etc.- enmodo ordenado, no a cual!uier costo y sin medida, sino dentro de los límitesde lo ra%onable, es decir, en la medida y la forma en !ue la recta ra%ón loconsidera )usto para el bien de la persona !ue act/a y de las otras personasinolucradas.

2 la dimensi,n intencional de las virtudes se refiere Santo 0om4scuando afirma ue las virtudes morales son el !resu!uesto necesario de la

!rudencia. Uuiere decir !ue si las tendencias y la oluntad no están permanentemente ordenadas, no será posible reali%ar lo !ue es bueno nitampoco identificar !ué sería bueno reali%ar en cada caso. a persona

generalmente dominada por la sed de poder o de ganancia, o por el deseo de prealecer sobre los demás, etc. actuará en modo desordenado con grannaturalidad, sin si!uiera darse cuenta !ue debería haber actuado de otro modo.

as otras irtudes intelectuales pueden e"istir sin las irtudes morales Hse puedeser un buen matemático sin ser aliente-, pero no ocurre así con la prudencia. >ara%ón de ello es por!ue la prudencia es la recta ra%ón de lo agible no solo en general,sino también en los casos particulares, donde se reali%an las acciones. +hora bien, larecta ra%ón pree"ige unos principios de los !ue procede en su raciocinio. 'ero esnecesario !ue la ra%ón sobre los casos particulares proceda no solo de los principiosuniersales, sino también de los principios particularesA7. + continuación e"plica #anto3omás !ue la ciencia moral dispone rectamente a la persona respecto a los principiosuniersales pero no se puede decir lo mismo en cuanto a los principios particulares, ya!ue las disposiciones personales influyen en el conocimiento práctico del bien. concluye( >'ara estar bien dispuesto respecto de los principios particulares de lo agible,!ue son los fines, necesita ser perfeccionado por algunos hábitos mediante los cualesresulte en cierto modo connatural al hombre )u%gar rectamente del fin y esto lo logra

por la irtud moral, pues el irtuoso )u%ga rectamente del fin de la irtud, puesto !ue seg"n es cada uno+ así le !arece a él el fin, como se dice en el libro 666 Ethic. 'orconsiguiente, para la recta ra%ón de lo agible, !ue es la prudencia, se re!uiere !ue elhombre posea la irtud moralA78.

&n el mismo sentido #anto 3omás afirma !ue los fines virtuosos son los !rinci!ios de la !rudencia79, de modo análogo a como los primeros principiosespeculatios son los presupuestos del ra%onamiento científico. os fines delas irtudes son los principios del conocimiento moral personal !ue dirige la

7 S.0h., 6*66, !.


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=:

conducta, o conocimiento práctico en el sentido más estricto del término. 'or=fines virtuosos> se entiende auí los modos de regulaci,n racional de lastendencias+ de los sentimientos (!asiones) de las acciones reueridos !araalcan*ar la !lenitud de la vida humana cristiana+ ue genéricamente (estoes+ sin descender a las acciones concretas ue auí ahora se debenreali*ar) llamamos !rudencia+ 3usticia+ humildad+ sinceridad+ fortale*a+

generosidad+ tem!lan*a+ etc.


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=7

utili%an un ra%onamiento de cuatro proposiciones, !ue concluirá de un modo o de otroseg/n !ue preale%ca la ra%ón o la pasión. &n ambos casos, la ra%ón manda( Dno se hade cometer ning/n pecadoE, y la concupiscencia a su e% sugiere( DWbusca el placerXE.

&l incontinente se de)a encer por la pasión asumiendo el principio !ue esta propone, yasí delibera y concluye( Desto es placentero, por tanto, me coniene hacerloE. &lcontinente consigue resistir la concupiscencia, y delibera y concluye seg/n lase"igencias de la ra%ón( Desto es contrario a la irtud, por tanto, lo eitaréE


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=<

conforma a sus principios, la ra%ón práctica es recta cuando se adecua a lossuyos, !ue son los fines irtuosos por eso la verdad !r4ctica consiste en laconformidad de la ra*,n al a!etito recto+ es decir+ al deseo del fin virtuosoa

rectitud del apetito respecto al fin ?aspecto intencional de la irtud@ es lamedida de la erdad de la ra%ón práctica ?prudencia@, !ue se regula seg/n suconformidad con el apetito recto. &sta erdad de la ra%ón práctica es la medidade la rectitud del apetito sobre los medios ?aspecto electio de las irtudes@.#eg/n esto se dice apetito recto al !ue tiende a lo !ue indica la ra%ónerdaderaA


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=C

presente, por falta de firme%a o por falta de prudencia


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=

con un apetito deliberado, es decir, con un aspirar sensible Hamor, go%o, temor,etc.- precedido por la deliberación y por el )uicio imperatio de la prudencia y,

por tanto, moralmente e"celenteC.

d) Los fines virtuosos como !rinci!ios naturales de la ra*,n !r4ctica

2ebemos esbo%ar ahora una importante cuestión. #abemos !ue laelección irtuosa está regulada por la prudencia, y !ue la erdad del )uicioimperatio de esta consiste en su conformidad con los fines irtuosos. #e

propone ahora la pregunta( Y0ómo se especifican los fines irtuososZ Y0uál esla regla de la dimensión intencional de las irtudes moralesZ a respuesta es!ue el conocimiento de los fines virtuosos !ertenece a la ra*,n natural

!recede a la !rudencia+ como la intelecci,n de los !rinci!ios es!eculativos !recede a la cienciaC:. &n efecto, la ra%ón práctica humana posee unos principios naturales, !ue constituyen el punto de partida cognoscitio tanto delra%onamiento práctico cuanto del proceso de formación de las irtudes. &neste sentido #anto 3omás >afirma !ue la prudencia y las irtudes éticasdependen de la ra%ón en cuanto natural, es decir, en cuanto naturalmente capa%de concebir y prescribir los fines irtuosos generales de la ida buena y ciertostipos de acciones, absolutamente re!ueridas o absolutamente e"cluidas portales finesAC7. &l conocimiento natural de los fines irtuosos es un elemento

substancial de la Dnaturale%a prácticaE del hombre, y constituye el contenidofundamental de la ley moral natural. #on aspectos !ue anali%aremos en la parte666 de este libro.

4. El organismo de las virtudes morales

a) Distinci,n de las virtudes

a &scritura contiene referencias a una rica gama de actitudes irtuosas(en la cumbre se encuentran las tres irtudes teologales, pero también se hablade irtudes morales, como son la audacia, la pure%a, la alentía, la fidelidad, la

C 0fr. De virtutibus in communi, a. 7 ad 1. Guan de #anto 3omás indica !ue es misiónde las irtudes morales >reddere appetitum sensitium promptiorem ad recipiendam rectamelectionemA (ursus 0heologicus, cit., in 6*66, d. 1


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=8

laboriosidad, la humildad, la sinceridad, etc.C


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=9

integrales son los hábitos necesarios para la plena reali%ación de la irtudcardinal( la paciencia y la perseerancia son partes integrales de la fortale%a.as !artes !otenciales son irtudes afines a una irtud cardinal en la !ue no sereali%a plenamente la ratio de esa irtud( la religión y la piedad hacia los

padres son partes potenciales de la )usticia.

5os detenemos breemente para dar un panorama general de la clasificacióntomista. as partes sub)etias de la prudencia son la prudencia personal, mediante elcual la persona se gobierna a sí mismo, y la prudencia gubernatia, propia del padre defamilia, de las autoridades, etc. as partes integrales son irtudes como la memoria !uees capa% de sacar e"periencia del pasado, la inteligencia de la situación presente, ladocilidad, la diligencia, la preisión, la cautela, etc. 'artes potenciales son la capacidadde deliberar rectamente Heubulia-, la capacidad de )u%gar adecuadamente en las

situaciones ordinarias H snesis- y en las situaciones e"traordinarias H gnome-, !ue regulala epi!ueya.

as partes sub)etias de la )usticia son la )usticia general o legal, la )usticiaconmutatia y la )usticia distributia. as partes potenciales son las irtudes !ue notienen o poseen perfectamente la ra%ón de igualdad propia de la )usticia, como lareligión, la piedad hacia los padres, la obserancia respecto a las personas constituidasen autoridad y la obediencia o bien a!uellas irtudes !ue no comportan un deber ensentido estricto, como la eracidad, la gratitud, la bondad, la liberalidad, etc.

a magnanimidad, la magnificencia, la paciencia y la perseerancia son partesintegrales de la fortale%a si las consideramos como presupuestos del acto principal de la

fortale%a, !ue es emprender acciones o resistir ata!ues !ue ponen en peligro la ida. #i,en cambio, las consideramos como irtudes referidas a ob)etos secundarios de lafortale%a, esas cuatro irtudes son partes potenciales.

'artes sub)etias de la templan%a son la moderación en la comida Habstinencia-, lasobriedad en la bebida y la castidad. #on partes integrales el pudor y la honestidad.

partes potenciales la continencia, la mansedumbre, la clemencia, la modestia, lahumildad, la moderación en el deseo de saber y en la curiosidad H studiositas- y lamoderación en el )uego, el deporte y, más en general, en la diersión.

0ada irtud moral tiene un modo específico de regular las acciones, las

tendencias y las pasiones, y, por tanto, una lógica interna, una estructuranormatia !ue, conenientemente desarrollada, permite resoler los problemas!ue presenta la ética normatia.

b) La conexi,n de las virtudes

Se llama conexi,n de las virtudes morales a la !ro!iedad de estas seg"nla cual una no !uede llegar al estado !erfecto sin el desarrollo de las otras .a ra%ón de esta cone"ión es el ínculo !ue tienen las irtudes morales con la

prudencia y, desde el punto de ista cristiano, su relación con la caridad, !ue


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1=

es la forma y raí% de todas las irtudes=.

#an +gustín habla de la cone"ión de las irtudes, como de una proposición

ampliamente compartida( >a inseparabilidad de las irtudes ha sido propuesta portodos los filósofos !ue proclaman las irtudes como necesarias para la ida ?N@. &lmotio por el cual piensan !ue, si uno posee una irtud, las posee todas y, si le faltauna, no posee ninguna, es !ue la prudencia no puede ser ni débil, ni in)usta, niintemperante( pues si tuiese alguno de tales defectos, no sería prudente. si la

prudencia es tal cuando es fuerte, )usta y templada, donde ella está, consigo estarán lasdemás. 2el mismo modo, la fortale%a no puede ser ni imprudente, ni intemperante, niin)usta asimismo la templan%a debe ser prudente, fuerte y )usta así como la )usticia noes tal si no es al mismo tiempo prudente, fuerte y templada. 2e modo !ue, cuandoe"iste una de esas irtudes, allí están igualmente también las otras y cuando las otrasfaltan, a!uella no es auténtica, aun!ue por alg/n motio pueda parecerloA1.

3ambién #anto 3omás usa un argumento seme)ante, posiblemente con una mayoramplitud( seg/n hemos isto, la irtud moral es una cierta participación de la rectara%ón en las potencias apetitias. &sta relación de participación entre la prudencia ylas irtudes morales e"plica, al mismo tiempo, la distinción de las irtudes Hlaimposibilidad !ue e"ista una sola irtud ética- y la cone"ión entre ellas( las irtudesmorales participan en cierto modo de la unidad !ue el bien tiene en la prudencia, y asítodas se forman y se desarrollan al mismo tiempo, seg/n una cierta proporciónarmónica, de modo seme)ante a como los dedos de la mano crecen proporcionalmente.

&sto resulta más claro al considerar !ue las !asiones las acciones

reguladas !or las virtudes se encuentran en recí!roca relaci,n >3odas las pasiones se originan de unas primeras, !ue son el amor y el odio, y terminanen otras, !ue son el go%o y la triste%a. de modo parecido, todas lasoperaciones !ue son materia de irtud moral guardan orden entre sí y con las

pasionesA:. a irtud moral, por tanto, solo puede cumplir la función de hábitoelectio del )usto medio a la lu% de una prudencia referida a todos los sectoresde la ida moral.

a templan%a, por e)emplo, es el hábito electio del )usto medio en los placeresse"uales y del gusto, pero no en cuanto este medio puede incumplirse por el impulso de

una u otra pasión, sino en modo absoluto, independientemente del origen de la pulsióndesordenada. 'or la cone"ión de las acciones y las pasiones puede suceder !ue alguienrealice una acción intemperante no tanto por deseo de placer, sino por aaricia o porengan%a. 'or eso, la templan%a ha de salar el )usto medio entre los e"tremos !ue se leoponen !er se y entre a!uellos !ue se le oponen por ra%ón de su cone"ión con las otras

pasiones( la templan%a ha de hacer templado al hombre en absoluto, y no solo ba)o uncierto aspecto.

= 0fr. $ o 1:, 1*1: ol :, 17 atecismo, nn. 18*188 6eritatis s!lendor , n. 1


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11

c) La formaci,n de las virtudes

Crecimiento y disminución de os !"#itos $ Las virtudes humanas (los vicios) se aduieren aumentan !or la re!etici,n de actos . as irtudesinhieren en las potencias no en cuanto estas son principios actios, sino

precisamente en la medida en !ue tienen una cierta pasiidad. &stas potencias,al ser moidas por una potencia superior, están por esta dispuestas de un ciertomodo, pues todo lo !ue es moido por otro recibe una disposición del agente.#i esta moción se repite, la disposición se hace estable y se genera el hábito.a fortale%a, por e)emplo, se forma en la tendencia irascible por medio de losactos !ue impera la ra%ón para !ue esta tendencia act/e seg/n la irtud,enciendo la propia pasión espontánea, cuando esta no coincide con la recta

ra%ón. 'or eso, el +!uinate afirma !ue la irtud >es una disposición o formaDgrabadaE e impresa en la potencia apetitia por la ra%ónA7 y la ;ibliarecomienda( >+prended a hacer el bienA


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1

%orm&ción de & 'rudenci& $ &l desarrollo de las irtudes morales propone, desde el punto de ista práctico, un importante problema del !ue yahemos habladoC( cómo se forma la prudencia. &n su estado perfecto, la

prudencia presupone la posesión de todas las irtudes morales, pero estas, porsu parte, pueden nacer solo a traés de la guía de la prudencia8. &ste círculo,ya resuelto desde el punto de ista teórico, crea dificultades desde el punto deista práctico, sea para los )óenes !ue se encuentran en fase de maduración,sea para los adultos !ue en relación a la irtud se encuentran en un estadoimperfecto y !ue cada día deben afrontar problemas y elecciones sobre loscuales han de tomar for%osamente una decisión, !ue no cuenta con la ayuda deuna prudencia desarrollada.

+ristóteles había planteado ya esta cuestión, !ue él resolía en el marcode su ética de la !olis los !ue se encuentran en la situación apenas descritaserán conducidos de la mano y en cierto sentido obligados hacia la irtud

por las leyes de la !olis, !ue han sido concebidas precisamente para tal fin.&sta solución resulta hoy en día insuficiente, aun!ue sigue siendo en parteálida. &n efecto, el Estado+ la familia+ los mass media+ el lengua3e+ losmodelos socialmente com!artidos+ etc.+ e3ercen se !uiera o no unim!ortante influ3o educativo+ !ositivo o negativo9. a teología moral a$adeotra respuesta( >'ara el problema de la prudencia imperfecta e"iste,ciertamente, una solución teológica( la Dsanación de la naturale%aE por lagracia y la reelación de los principios morales fundamentales como leydiinaA8=. Solo la le de risto (lex nova), !ue consiste primariamente en lagracia del &spíritu #anto, !uede hacer al hombre !erfectamente virtuoso81.

5. irtudes infusas! dones del Esp"ritu #anto $ carismas

a) Existencia de las virtudes infusas

a Feelación y la doctrina de la 6glesia ense$an !ue 2ios transforma alhombre redimido en una nuea criatura y lo hace capa% de actuar como hi)odel 'adre en 0risto mediante el &spíritu #anto. a eleación sobrenatural

C Vid. J : c-. 3enemos presente el desarrollo de B. F RO5R&6B&F , La !ers!ectiva de la moral , cit.,

pp. 7*7C.8 0fr. #+5 +B;FO#6O, De 5fficiis ministrorum, 1, , 1C( ' 1C, C=.9 &s un problema !ue estudiaremos al tratar de las leyes humanas en el cap. 6. Véase

también lo indicado sobre las tradiciones de ida moral en el cap. 6, J 1 b-.

8= B. F RO5R&6B&F , La !ers!ectiva de la moral , cit., p. 7


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1:

abarca la persona en toda su integridad, incluidas las facultades operatias.2ado !ue la perfección de las facultades operatias se llama irtud, resultateológicamente legítimo hablar de irtudes sobrenaturales.

Los !rinci!ios fundamentales inmediatos de la vida sobrenatural ue el Es!íritu infunde en el hombre son las virtudes teologales o =divinas>+ estoes+ la fe+ la es!eran*a la caridad . a doctrina cristiana ense$a !ue >el amorde 2ios ?, !ue@ ha sido derramado en nuestros cora%ones por el &spíritu #anto!ue se nos ha dadoA8, es una irtud, así como lo son la fe y la esperan%a.

Estas tres virtudes divinas informan las virtudes morales, adecuándolas a lase"igencias de la ida en 0risto8:.

+demás de las irtudes teologales, distintos pasa)es de la &scriturarecuerdan !ue también las irtudes morales son un don de 2ios 87. 5o pocos'adres y documentos del magisterio, así como la gran mayoría de los teólogos,afirman !ue 3unto con la gracia se reciben también las virtudes moralesinfusas8a irtud es una buena cualidad del alma porla cual se ie rectamente, !ue no puede ser usada para el mal, y !ue 2ios

produce en nosotros sin nosotrosA. Son virtudes ue Dios infunde en elcristiano con la gracia santificante+ ue se distinguen de lascorres!ondientes virtudes aduiridas no !or la materia ue regulan(acciones+ tendencias+ !asiones)+ sino !or el criterio ue ins!ira la

8 1m


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17

regulaci,n. a templan%a cristiana, por e)emplo, modera la tendencia nutritiaen orden al progreso de la ida espiritual con un criterio dierso a como lohace la templan%a humana en ista de la conseración de la salud, aun!ue hay

puntos de contacto( la embriague% se opone igualmente a la templan%a humanay a la cristiana. a fe ilumina en modo nueo el sentido de los bienes humanosy de su priación Hsalud y enfermedad, dolor, falta de recursos económicos,fracasos profesionales, etc.- y, por eso, modifica al menos parcialmente loscriterios del comportamiento humano en relación a ellos. +sí, por e)emplo, laactitud del #e$or, !ue >se hi%o pobre por osotrosA8C, ilumina el sentido de la

pobre%a y de la sobriedad en el uso de los bienes, y abre el camino para uncomportamiento irtuoso !ue no tendría sentido sin la fe en 0risto.

'or otra parte, la teología retiene !ue las virtudes infusas dan al hombrela ca!acidad radical de hacer elecciones v4lidas en orden al !rogreso de lavida cristiana a la vida eterna+ !ero no !ro!orcionan la facilidadcaracterística del h4bito aduirido8. 'or esta ra%ón, este /ltimo esabsolutamente necesario para el cristiano.

#e debe ciertamente reconocer !ue la e"istencia de irtudes morales infusas no esmateria dogmática sobre la cual la 6glesia se haya pronunciado con un )uicio definitio.&s, sin embargo, la doctrina más com/n entre los grandes teólogos clásicos. a idamoral cristiana podría ser e"plicada también de otro modo( la gracia hace meritorias las

actuaciones de las irtudes ad!uiridas, las irtudes teologales elean y modifican parcialmente los criterios reguladores de la prudencia humana, y la caridad contin/asiendo igualmente la DformaE de todas las irtudes. 'or nuestra parte, sin embargo,

pensamos !ue la doctrina sobre la e"istencia de irtudes morales infusas facilita lacomprensión del actuar moral cristiano y, por otra parte, no hemos encontrado en laliteratura teológica argumentos definitios !ue refuten la alide% de lo !ue la teologíaclásica ha dicho a faor de su e"istencia.

b) Los dones del Es!íritu Santo

La 1evelaci,n muestra otro modo m4s elevado de actuar+ ue se

8C & o 8, 9.8 #in embargo, las irtudes infusas conceden, de modo remoto, una cierta facilidad para

actuar en el orden de la gracia. #anto 3omás indica !ue la facilidad para obrar puedeentenderse de dos maneras( la prontitud causada por el hábito, y en este sentido las irtudesinfusas no la confieren y la !ue se deria de la inclinación al ob)eto de las irtudes, !ue es

propia de los dones diinos Hcfr. Scri!tum su!er Sententiis, lib. 6V, d. 17, !. , a. ad


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1<

verifica cuando Dios mismo act"a en nosotros >os !ue son guiados por el&spíritu de 2ios, éstos son hi)os de 2ios ?...@. &l &spíritu acude en ayuda denuestra fla!ue%a( por!ue no sabemos lo !ue debemos pedir como coniene

pero el mismo &spíritu intercede por nosotrosA88. &n este sentido, las obras buenas del cristiano son erdaderamente frutos del &spíritu #anto89. &l &spírituguía la ida del cristiano y así, por medio de 0risto, >unos y otros tenemosacceso al 'adre en un mismo &spírituA9=. 'ero, para !ue esto suceda, esnecesaria una cierta disposición estable, una cierta connaturalidad en lo íntimode la persona, !ue la predispone a secundar con prontitud la guía y lasinspiraciones diinas. 3ales cualidades estables, infundidas por 2ios en elalma, son 9los dones del Es!íritu Santo. Estos son dis!osiciones !ermanentesue hacen al hombre d,cil !ara seguir los im!ulsos del Es!íritu SantoA91.

;asándose, sobre todo, en un te"to de 6saías, se enumeran siete dones a traésde los cuales el &spíritu muee a los fieles9(

sabiduría para conocer y amar con prontitud las cosas diinas

entendimiento para entender con profundidad las erdades de la fe

ciencia para alorar las cosas humanas en relación al /ltimo fin

conse3o para discernir las cosas !ue hay !ue hacer !iedad para cumplir con solicitud y ánimo filial lo !ue hace referencia

a 2ios y, secundariamente, a los hombres

fortale*a para estar dispuestos a recha%ar prontamente las sugestionesnegatias en los peligros

temor de Dios para eitar los estímulos de las pasiones desordenadas!ue ofenderían al #e$or.

La tradici,n de la #glesia ha hablado constantemente de estos dones9:.

88 1m 8, 17.C.89 0fr. /a


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1

incumbencia eclesial, y el hecho de !ue en los te"tos indicados y en otros 99 se hable de carismas ministeriales, así como las reglas dadas por los +póstoles

para el uso de los carismas1==, manifiestan !ue no solamente no hay oposiciónentre carisma y )erar!uía, sino !ue son dos realidades estrechamente unidas.

>os carismas se han de acoger con reconocimiento por el !ue los recibe, ytambién por todos los miembros de la 6glesia. &n efecto, son una maraillosa ri!ue%a degracia para la italidad apostólica y para la santidad de todo el 0uerpo de 0risto loscarismas constituyen tal ri!ue%a siempre !ue se trate de dones !ue proienenerdaderamente del &spíritu #anto y !ue se e)er%an de modo plenamente conforme alos impulsos auténticos de este mismo &spíritu, es decir, seg/n la caridad, erdaderamedida de los carismas Hcfr. $ o 1:-A1=1. as 0artas de #an 'ablo arias eces ofrecenuna lista de ellos en con)unto nombran una eintena de carismas( algunos son

prodigiosos, como las curaciones por medio del &spíritu o el poder de hacermilagros1= otros conllean solamente la particular aptitud para un cierto oficio, comoel de apóstol para suscitar una comunidad, de profeta para e"hortar a los fieles, dedoctor para instruir, etc. Buchos otros pasa)es de la ;iblia, tanto del +ntiguo como del

5ueo 3estamento, sin usar el término, hablan de diersos carismas( la profecía, desdeBoisés a Guan ;autista1=:, la glosolalia1=7, el poder de hacer prodigios1=&spíritu #anto no solo santifica y dirige al 'ueblo de 2ios

mediante los sacramentos y los ministerios y lo llena de irtudes. 3ambién repartegracias especiales entre los fieles de cual!uier estado o condición y distribue susdones a cada uno seg"n uiere ($ o 1, 11-. 0on esos dones hace !ue estén

preparados y dispuestos a asumir diersas tareas o ministerios !ue contribuyen arenoar y construir más y más la 6glesia, seg/n a!uellas palabras( 2 cada uno se le dala manifestaci,n del Es!íritu !ara el bien com"n ($ o 1, -. &stos carismas, tantolos e"traordinarios como los ordinarios y comunes, hay !ue recibirlos conagradecimiento y alegría, pues son muy /tiles y apropiados a las necesidades de la6glesia. ?...@ &l )uicio acerca de su autenticidad y la regulación de su e)ercicio pertenecea los !ue dirigen la 6glesiaA1=8.

99 0fr. Ef 7, 11*1 $ 0m 7, 17 & 0m 1, C.1== 0fr. $ o 17 $ % 7, 1=*11.1=1 atecismo, n. 8==.1= 0fr. $ o 1, 9*1=.1=: 0fr. Dt :7, 1= Lc , C.1=7 0fr. ;ch , 7.1=


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%. &elación entre las virtudes humanas $ las infusas

a relación entre las irtudes humanas y las infusas Hirtudes y dones-deria de la mutua coordinación entre naturale%a y gracia, y se puede resumiren los siguientes puntos(

1- +un!ue e"iste una distinción entre el actuar moral natural y elsobrenatural, en la vida cristiana se da un influ3o recí!roco entre virtudeshumanas virtudes infusas ambas están encuadradas en el empe$o concreto

por alcan%ar la santidad.

- 2espués del pecado, la !ersona no !uede !erseverar en el bien moral

natural+ considerado en su totalidad+ sin la auda sobrenatural- porconsiguiente, las irtudes naturales pueden llegar a su perfección solamentecon la ayuda de la gracia1=9. &n este sentido, afirma el 0oncilio Vaticano 66( >&l!ue sigue a 0risto, hombre perfecto, también se hace él mismo máshombreA11=.

:- La virtud sobrenatural infusa facilita la consecuci,n de lacorres!ondiente virtud humana, pues el &spíritu impulsa y conduce a la

persona en gracia en su ser global, y así, cuando pone en práctica las irtudesinfusas, desarrolla también los elementos de la correlatia irtud natural.

7- El dinamismo com!leto del actuar en orden a la santidad exige la !resencia de ambos ti!os de virtud las aduiridas las infusas Hincluyendotodos los dones sobrenaturales-. 5ing/n orden es completo sin el otro( comose ha dicho en -, la irtud humana nunca será plena sin ayuda sobrenatural demodo seme)ante, la irtud infusa sin la presencia de la correspondiente irtudhumana carecería de auténtica perfección( la gracia presupone la naturale%a y,si bien la diini%ación es obra de 2ios, el hombre ha de cooperar. as irtudeshumanas, en cierto sentido, sostienen y estimulan el e)ercicio de las infusas111.

'. (recimiento de las virtudes infusas

El crecimiento de las virtudes infusas+ al igual ue su aduisici,n+ node!ende tanto del obrar humano+ cuanto de la gracia de Dios . #in embargo,

1=9 atecismo, n. 181=.11= /audium et s!es, n. 71.111

'or eso se habla de una cualidad natural del hombre, la habilitas ad gratiam, !ue lodispone a recibir o aumentar la ida sobrenatural( cfr. &. 0OOB, Dios el obrar humano,cit., pp. 9*118.


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los actos de una irtud sobrenatural aseguran su posesión11. &sto sucede, entreotras cosas, por!ue el acto moral desarrolla la correspondiente irtud ad!uirida!ue facilita sucesiamente el uso de la infusa. 'or eso el hombre debedis!onerse !ersonalmente al desarrollo de las virtudes infusas,correspondiendo generosamente a los dones recibidos del #e$or, por!ue lasobras buenas de la persona en gracia merecen el crecimiento de la gracia y delas irtudes11:.

'or la misma ra%ón hay !ue decir !ue las irtudes infusas propiamente no pueden disminuir( ni la tibie%a, ni el pecado enial prian de tales irtudes olas disminuyen117. Buy diersa es la relación entre irtud infusa y pecadograe( este hace perder al hombre la eleación sobrenatural de su ser Hgracia

santificante- y de sus facultades Hirtudes infusas y dones del &spíritu-, pues loaísla de su fuente, !ue es 2ios sin embargo, salo !ue se trate de un pecadocontra la fe o contra la esperan%a, estas dos irtudes persisten en la persona, si

bien en condiciones precarias11Uue el #e$or diri)a

uestros cora%ones hacia el amor de 2iosA (& 0s :, &l 2ios de la esperan%a os colme de toda alegría y pa% en la fe, para !ueabundéis en la esperan%a con la fuer%a del &spíritu #antoA (1m 1

fundmentos biblicos de las virtudes teologales y morales

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