estudios etnogrÁficos, prÁcticas agrÍcolas y dieta Óptima en el valle de ambato, catamarca,...

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© 2012 ARQUEOLOGÍA IBEROAMERICANA 14: 17–31. ISSN 1989–4104. http://www.laiesken.net/arqueologia/. Editor/Publisher: Pascual Izquierdo-Egea. Todos los derechos reservados. All rights reserved. Licencia/License CC BY 3.0. ley, Catamarca, Argentina, which were designed to ex- plore different aspects of agricultural practice. To this end, data were collected in three areas: the number of individuals involved in these tasks, the economic perform- ance of cultivated plant resources and the costs and ben- efits involved in the different stages of the operational chain. The data collected were then added to those ob- tained from similar works carried out on wild plant re- sources. They were tested using the linear programming model, thus trying to ascertain what might have been the optimal combination with which each of these resources have contributed to the diet of the ancient inhabitants of the valley. The results obtained suggest that in these lands, during the VIth to the XIth century AD, the products ob- tained through gathering, mainly algarrobo (Prosopis sp.), would have been the better option. Within the agricul- tural products, maize (Zea mays) would have been the best choice. These data are consistent with those observed in the archaeological record of the valley and the infor- mation available for the region. KEYWORDS: Aguada Culture, human behavioral eco- logy, ethnographic studies, linear programming, optimal diet. INTRODUCCIÓN E L VALLE DE AMBATO SE UBICA EN LA PORCIÓN NORTE del Valle de Catamarca y se encuentra constituido por el cordón montañoso denominado Ambato- Manchao (4.050 msnm) al oeste y por la sierra Graciana- Balcozna (1.850 msnm) hacia el este (fig. 1). En esta re- gión, a partir del primer milenio d. C. se registró un pro- ceso de desarrollo local que originó el cambio de socie- dades con escasa diferenciación interna a nuevas formas Recibido: 21-9-2011. Aceptado: 13-3-2012. Publicado: 30-6-2012. ARQUEOLOGÍA ARGENTINA ESTUDIOS ETNOGRÁFICOS, PRÁCTICAS AGRÍCOLAS Y DIETA ÓPTIMA EN EL VALLE DE AMBATO, CATAMARCA, ARGENTINA, SIGLOS VI AL XI D. C. Germán G. Figueroa * y Mariana Dantas ** Museo de Antropología, Universidad Nacional de Córdoba, * SECyT-UNC, ** CONICET, Argentina RESUMEN. En este trabajo se dan a conocer los estu- dios etnográficos llevados a cabo en el valle de Ambato, Catamarca, Argentina, los cuales estuvieron destinados a explorar diferentes aspectos de la práctica agrícola. Para ello, se indagó sobre el número de individuos invo- lucrados en estas tareas, el rendimiento económico de los recursos vegetales cultivados y los costos y benefi- cios implicados en las distintas etapas de la cadena ope- rativa. Los datos reunidos fueron sumados luego a los obtenidos a partir de trabajos similares realizados so- bre recursos vegetales silvestres. Se pusieron a prueba a través de la utilización del modelo de programación li- neal, tratando así de indagar sobre cuál podría haber sido la combinación óptima con la que cada uno de estos recursos habría contribuido a la dieta de los antiguos habitantes del valle. Los resultados alcanzados permi- tieron plantear que en estos espacios, durante los siglos VI al XI d. C., los productos derivados de la recolección, fundamentalmente el algarrobo (Prosopis sp.), habrían constituido la mejor opción posible. Mientras que den- tro de los productos derivados de la agricultura, el maíz (Zea mays) habría sido la mejor elección. Estos datos coinciden con lo observado en el registro arqueológico del valle y con el caudal informativo que se cuenta para la región. PALABRAS CLAVE: Aguada de Ambato, ecología del comportamiento humano, estudios etnográficos, progra- mación lineal, dieta óptima. TITLE: Ethnographic Studies, Agricultural Practices, and Optimal Diet in the Ambato Valley, Catamarca, Ar- gentina, VIth to XIth Centuries AD. ABSTRACT. In this paper the authors report results of the ethnographic studies conducted in the Ambato Val-

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  • 2012 ARQUEOLOGA IBEROAMERICANA 14: 1731. ISSN 19894104. http://www.laiesken.net/arqueologia/.

    Editor/Publisher: Pascual Izquierdo-Egea. Todos los derechos reservados. All rights reserved. Licencia/License CC BY 3.0.

    ley, Catamarca, Argentina, which were designed to ex-plore different aspects of agricultural practice. To thisend, data were collected in three areas: the number ofindividuals involved in these tasks, the economic perform-ance of cultivated plant resources and the costs and ben-efits involved in the different stages of the operationalchain. The data collected were then added to those ob-tained from similar works carried out on wild plant re-sources. They were tested using the linear programmingmodel, thus trying to ascertain what might have been theoptimal combination with which each of these resourceshave contributed to the diet of the ancient inhabitants ofthe valley. The results obtained suggest that in these lands,during the VIth to the XIth century AD, the products ob-tained through gathering, mainly algarrobo (Prosopis sp.),would have been the better option. Within the agricul-tural products, maize (Zea mays) would have been thebest choice. These data are consistent with those observedin the archaeological record of the valley and the infor-mation available for the region.

    KEYWORDS: Aguada Culture, human behavioral eco-logy, ethnographic studies, linear programming, optimaldiet.

    INTRODUCCIN

    EL VALLE DE AMBATO SE UBICA EN LA PORCIN NORTEdel Valle de Catamarca y se encuentra constituidopor el cordn montaoso denominado Ambato-Manchao (4.050 msnm) al oeste y por la sierra Graciana-Balcozna (1.850 msnm) hacia el este (fig. 1). En esta re-gin, a partir del primer milenio d. C. se registr un pro-ceso de desarrollo local que origin el cambio de socie-dades con escasa diferenciacin interna a nuevas formas

    Recibido: 21-9-2011. Aceptado: 13-3-2012. Publicado: 30-6-2012.

    ARQUEOLOGA ARGENTINAESTUDIOS ETNOGRFICOS, PRCTICAS AGRCOLAS YDIETA PTIMA EN EL VALLE DE AMBATO, CATAMARCA,

    ARGENTINA, SIGLOS VI AL XI D. C.

    Germn G. Figueroa* y Mariana Dantas**Museo de Antropologa, Universidad Nacional de Crdoba, * SECyT-UNC, ** CONICET, Argentina

    RESUMEN. En este trabajo se dan a conocer los estu-dios etnogrficos llevados a cabo en el valle de Ambato,Catamarca, Argentina, los cuales estuvieron destinadosa explorar diferentes aspectos de la prctica agrcola.Para ello, se indag sobre el nmero de individuos invo-lucrados en estas tareas, el rendimiento econmico delos recursos vegetales cultivados y los costos y benefi-cios implicados en las distintas etapas de la cadena ope-rativa. Los datos reunidos fueron sumados luego a losobtenidos a partir de trabajos similares realizados so-bre recursos vegetales silvestres. Se pusieron a prueba atravs de la utilizacin del modelo de programacin li-neal, tratando as de indagar sobre cul podra habersido la combinacin ptima con la que cada uno de estosrecursos habra contribuido a la dieta de los antiguoshabitantes del valle. Los resultados alcanzados permi-tieron plantear que en estos espacios, durante los siglosVI al XI d. C., los productos derivados de la recoleccin,fundamentalmente el algarrobo (Prosopis sp.), habranconstituido la mejor opcin posible. Mientras que den-tro de los productos derivados de la agricultura, el maz(Zea mays) habra sido la mejor eleccin. Estos datoscoinciden con lo observado en el registro arqueolgicodel valle y con el caudal informativo que se cuenta parala regin.

    PALABRAS CLAVE: Aguada de Ambato, ecologa delcomportamiento humano, estudios etnogrficos, progra-macin lineal, dieta ptima.

    TITLE: Ethnographic Studies, Agricultural Practices,and Optimal Diet in the Ambato Valley, Catamarca, Ar-gentina, VIth to XIth Centuries AD.

    ABSTRACT. In this paper the authors report results ofthe ethnographic studies conducted in the Ambato Val-

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    Figura 1. Imagen del valle de Ambato, Catamarca.

    de organizacin social ms complejas y diferenciadas (La-guens 2004). A partir de su establecimiento, esta nuevaorganizacin social, poltica y religiosa, conocida comoAguada de Ambato, tuvo un mantenimiento duradero enel tiempo, entre el 300 y el 1000 d. C., llegando a interac-cionar con poblaciones en regiones vecinas e integrn-dose en una misma esfera suprarregional, pero mante-niendo cada una de ellas modalidades propias (Laguens2006; Prez Golln 1991).

    Las investigaciones desarrolladas por integrantes delProyecto Arqueolgico Ambato (Museo de Antropolo-ga, FFyH, UNC) dieron cuenta de que la mayor concen-tracin de sitios se encuentra en el fondo del valle, pu-dindose registrar unidades de vivienda y ceremoniales(Assandri 2007; Laguens y Bonnin 2005). Estas clasesde sitios se hallan distribuidas en cantidades y combina-ciones variadas, siendo posible identificar su ordenamien-to y distribucin interna en tres grandes unidades de asen-tamiento, a la manera de aldeas (Assandri 2007; Assan-dri y Laguens 2003). En tanto, sobre ambas cadenas mon-taosas que delimitan el valle, ms precisamente entrelos 1.122 y 1.580 msnm, se logr identificar un extensoespacio destinado a la produccin agroganadera, el cualse halla estrechamente vinculado desde el punto de vista

    espacial y cultural a los ncleos aldeanos emplazados enel fondo del valle (Figueroa 2010). La infraestructura quecompone este sistema comprende corrales, viviendas, si-los, represas, canales y, sobre todo, numerosas terrazasde cultivo (Dantas y Figueroa 2009; Figueroa 2008).

    Con respecto a la subsistencia, la misma habra estadocentrada en la agricultura y la ganadera, complementa-da en diferentes grados por la caza y la recoleccin (La-guens 2004). En este sentido, merece destacarse que, des-de el ao 2005 a esta parte, se vienen desarrollando demanera sistemtica investigaciones que buscan compren-der cmo se estructur la economa en estos espacios,durante momentos Aguada, principalmente en lo que serefiere a la esfera agrcola y ganadera. Para ello, se efec-tuaron prospecciones, excavaciones estratigrficas, estu-dios de microfsiles en terrazas de cultivo, anlisis deisotopos estables, estudios de polen, anlisis de macro-rrestos, estudios zooarqueolgicos y osteomtricos (Dan-tas 2010a, 2010b; Dantas y Figueroa 2009; Dantas et al.2011; Figueroa 2008, 2009, 2010; Figueroa et al. 2010;Izeta et al. 2009, 2011; Laguens 2004; Marconetto 2008;Pochettino 2000; Zucol et al. 2011; entre otros).

    Atendiendo a este marco de investigacin, lo que sepretende a partir del presente trabajo es continuar con

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    luego podrn ser testeadas mediante la evidencia arqueo-lgica. No obstante, debe advertirse que los modelos cons-tituyen solo un puente entre los principios de la selec-cin natural y los hechos empricos, debindolos emplearcomo una herramienta heurstica y nunca ser considera-dos como la meta final de un estudio (Boone y Smith1998; Lpez 2002; Winterhalder y Smith 1992).

    Para el caso del valle de Ambato, el trabajo realizadose dividi en dos etapas claramente definidas. La prime-ra de ellas se concentr en la bsqueda de informacin atravs de estudios actualsticos sobre el tiempo invertidoen la produccin agrcola. Para el abordaje de este tema,resultaron tiles las observaciones efectuadas sobre lapreparacin y la siembra de los terrenos, el mantenimientode las chacras, las actividades inherentes a la cosecha, latecnologa empleada y la elaboracin de diversas comi-das en base a estos recursos. Tambin se indag sobre elpotencial productivo del maz (Zea mays) y del frijol oporoto (Phaseolus vulgaris), los cuales, tal como se verluego, se encuentran presentes en el registro arqueolgi-co de la zona bajo estudio. Una vez conseguido este cuer-po de datos, se entrecruz con los obtenidos previamentepara frutos silvestres v. g. algarrobo (Prosopis sp.) ychaar (Geoffroea decorticans)3 y, mediante la aplica-cin del modelo de programacin lineal, se trat de ex-plorar acerca de cul podra haber sido la proporcinptima con la que cada uno de los recursos provenientesde la agricultura y la recoleccin habra contribuido a ladieta de los antiguos habitantes del valle. Finalmente, losresultados generados a partir de este modelo fueron con-trastados con la evidencia arqueolgica disponible paraAmbato.

    ASPECTOS TERICOS YMETODOLGICOS

    En arqueologa evolutiva se parte de la premisa de quelos trabajos actualsticos en sociedades del presente cons-tituyen una herramienta de gran utilidad dentro del pro-ceso investigativo, ya que permiten examinar en el tiem-po conductual los sesgos intervinientes en la toma dedecisiones y en la transmisin cultural. De este modo, talcomo se mencion en prrafos anteriores, resulta posibleconstruir hiptesis y modelos acerca de patrones arqueo-lgicos emergentes de la accin recursiva del comporta-miento humano en escalas temporales evolutivas, o sea,arqueolgicas. A partir de este razonamiento, resulta ne-

    esta lnea de anlisis, pero enfocndolo desde la perspec-tiva de la Ecologa del Comportamiento Humano. Estacorriente de pensamiento, generalmente, se cimienta enla utilizacin de modelos formales que consideran la tomade decisiones con objetivos concretos de optimizacin,teniendo en cuenta, en muchos casos, la correlacin cos-to-beneficio.1 Para la construccin de varios de estosmodelos (amplitud de la dieta o programacin lineal, porcitar slo alguno de ellos), resulta sumamente importan-te el empleo de informacin etnogrfica obtenida a partirde trabajos con grupos aborgenes y/o comunidades cam-pesinas que mantienen an vigente el uso tradicional derecursos silvestres y cultivados, as como tambin el ins-trumental destinado a su elaboracin (Bettinger 1991;Cane 1989; Figueroa y Dantas 2006; Muscio 2004; Smith1989). En estos casos, la energa es expresada comn-mente en caloras y protenas, constituyendo una medidaaproximativa del fitness.2 Mientras que, para cuantificarlos costos y los beneficios de un comportamiento deter-minado, se emplean conjuntamente unidades calricas yde tiempo (v. g. kcal/h), pudindose calcular as su tasade retorno (Kelly 1995; Muscio 2004; Laguens 1999;Winterhalder y Smith 1992). El empleo de la energacomo moneda o valor corriente dentro de estos estudiospresenta varias ventajas. Por ejemplo, el flujo de energaes una caracterstica comn entre diversos sistemas eco-lgicos y los grupos humanos, lo cual permite que existauna variable cuantificable compartida para analizar lainteraccin mutua. Adems, la energa se emplea usual-mente porque constituye un componente muy importan-te de la adaptacin, que puede ser aislado y determinadode forma confiable, lo que posibilita el estudio y la cuan-tificacin operacional (Adams 1978; Laguens 1999; Win-terhalder 1981).

    En sntesis, dentro de la Ecologa del Comportamien-to Humano, resulta fundamental la utilizacin de estosmodelos, ya que permiten desarrollar predicciones que

    1 Resulta conveniente aclarar que esta idea no presupone que los

    actores asuman esta situacin como si actuaran con una lgica capi-talista (Lpez 2002). Al respecto, Winterhalder y Smith (1992) sos-tienen que los actores racionales son aquellos individuos que buscanconseguir sus fines (cualesquiera sean) lo ms efectivamente posi-ble, y que no cometen errores lgicos en ordenar sus preferencias.Este significado restringido de racional es, a veces, referido comoracionalidad fina para enfatizar que no se hace ninguna eleccinsubstantiva sobre cul es en realidad el valor o preferencia del actor.Desde esta posicin, no es la esfera econmica, por ejemplo, la queexplica por qu algunos individuos prefieren maximizar los benefi-cios monetarios y otros, prestigio, patriotismo, religiosidad, etc. Esdecir, las mejores estrategias a seguir dependern siempre de cadacontexto.

    2 Concepto probabilstico, definible como un diseo efectivo para

    la supervivencia reproductiva en un ambiente selectivo particular(Begossi 1993; Smith y Winterhalder 1992).

    3 Los estudios etnogrficos sobre el algarrobo y el chaar, cuyos

    resultados se emplean en este artculo, fueron efectuados en las pro-vincias de Catamarca y Santiago del Estero durante los aos 2005/2006 (ver Figueroa y Dantas 2006).

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    cesario, entonces, particularizar apropiadamente las ca-ractersticas del entorno selectivo estudiado, ya que lainformacin requerida se centrar, fundamentalmente,sobre las regularidades de la conducta humana en entor-nos selectivos especficos (Muscio 2004). As, medianteel empleo de este procedimiento, es posible generar ar-gumentos vlidos para discutir temas tales como la esca-la del uso del espacio bajo diferentes tcticas econmi-cas, la trayectoria del cambio de las variaciones en lastecnologas, las amplitudes promediadas de la dieta, lavelocidad del cambio de las morfologas de los artefac-tos, etc. (OBrien y Lyman 2000; OConnell 1995; VanPool 2001).

    A esta altura, quizs resulta oportuno sealar que den-tro de los fundamentos de este marco terico, bajo nin-gn punto de vista se considera que los comportamientosobservados en el presente sean anlogos a los del pasa-do. Este descreimiento a una analoga directa se debe aque probablemente pueden existir diversas solucionesptimas para restricciones selectivas similares. Sin em-bargo, ms all de lo recientemente mencionado, se debetener en cuenta que las caractersticas de los sesgos quepropician el comportamiento adaptativo (v. g. maximi-zacin del beneficio, minimizacin del riesgo y minimi-zacin de los costos de aprendizaje), en caso de respon-der a presiones selectivas similares sern tambin simi-lares. Por lo tanto, bajo estos parmetros, los estudios nose centrarn en las caractersticas de los artefactos que seutilizan etnogrficamente, sino en los sesgos que partici-pan en la seleccin de sus propiedades de diseo y en sustasas de replicacin y descarte en el espacio (Muscio2004).

    En sntesis, la importancia del estudio actualstico apli-cado en arqueologa reside en que es una importante fuen-te de informacin acerca de los mecanismos de toma dedecisiones, adems de constituir una herramienta de sumautilidad en la generacin de hiptesis (Azcune y Gmez2002). No obstante, el punto ms espinoso a los finesarqueolgicos es cuando estos estudios se realizan con elpropsito de identificar los modos y la intensidad de lossesgos del comportamiento adaptativo en sociedades ac-tuales, y que en el pasado tambin pudieron estar presen-tes, pero generando registros materiales diversos que, ensu mayora, no tienen anlogos etnogrficos. Ante estasituacin, los investigadores deben tratar de reconocercmo operan estos sesgos mediante la estimacin de n-dices o coeficientes, generando as regularidades en lasescalas temporales promediadas, propias de la arqueolo-ga. Solo de esta forma es posible encontrar dentro deesta variedad patrones que sean de utilidad y enriquez-can los debates arqueolgicos (Muscio 2004).

    En cuanto a lo estrictamente metodolgico, resultanecesario sealar que los trabajos de campo consistieron

    en observaciones directas y entrevistas etnogrficas quese desarrollaron entre los aos 2006/2009. Puntualmen-te, las entrevistas consistieron en preguntas especficas,sin perder de vista los fines arqueolgicos del trabajo yfueron realizadas a informantes calificados de cada lu-gar. Se entiende por calificados a aquellos individuos quese distinguen en el seno de una comunidad por su sapien-cia en una actividad determinada (Arenas 2003; Figue-roa y Dantas 2006). Adems, debe sealarse que se pres-t especial cuidado a que la totalidad de los entrevista-dos escogidos utilizaran en la produccin de dichos ali-mentos una tecnologa tradicional, y que siguieran ae-jas recetas que llegaron a sus manos a travs de sus pro-genitores. En total, se entrevistaron 12 agricultores, oriun-dos de las localidades de Los Varela, Los Talas, Los Cas-tillos y El Bolsn, todas ellas ubicadas en el departamen-to Ambato, provincia de Catamarca.

    Finalmente, para la toma de datos se utilizaron libretade campo, grabaciones y fotografas. Adems, se confec-cionaron fichas en donde se verti la totalidad de la in-formacin reunida, ordenndola de acuerdo a un ndicetemtico y a su ubicacin geogrfica.

    ESTUDIOS ACTUALSTICOS EN ELVALLE DE AMBATO

    Tal como fue expuesto en un trabajo previo realizadopor uno de los autores (Figueroa 2009), las tareas efec-tuadas en el terreno permitieron observar que, en el vallede Ambato, la productividad media del maz criollo ocoyita (Zea mays, div. var.) asciende a los 1.350 kg/ha.Mientras que, para el frijol, la otra especie consideradaen este estudio, el rendimiento medio alcanza los 1.560kg/ha (Figueroa 2009: tabla 5).

    Entonces, una vez estipulada la produccin de los re-cursos cultivables, se procedi a indagar sobre el valorenergtico por kilogramo de cada uno de ellos. En fun-cin de la bibliografa existente (Muscio 2004), se deter-min que el maz pisingallo, muy similar al maz criolloo coyita en lo que respecta a tamao y peso, posee 3.400kcal. Mientras que, para el frijol, el valor energtico es-tablecido es de 1.700 kcal (Laguens 1999).

    Para la estimacin de la inversin temporal de las acti-vidades agrcolas, se tom como referencia la estructurade costos de manejo de los recursos domsticos trabaja-da por Muscio (2004) en la Puna de Salta, aunque la mis-ma fue adaptada en funcin de las necesidades del casoestudiado. Por consiguiente, los costos totales inherentesal manejo de los recursos agrcolas fueron divididos, paraun anlisis ms accesible, en cuatro grandes etapas o fa-ses. La primera de ellas, Costos de Produccin (CP), im-plic la estimacin de la inversin temporal de tareas ta-

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    pas, fue posible estimar el Costo de Manejo Total (CMT)de los recursos agrcolas investigados. Resulta oportunosealar que, en la zona bajo estudio, la jornada laboraldestinada a las distintas labores agrcolas, generalmente,no supera las ocho horas diarias. Por este motivo, se tomla relacin 8 horas/hombre como parmetro de todo elproceso investigativo.

    En el valle de Ambato, las labores propias de la etapadenominada Costos de Produccin (CP), se desarrollanmayoritariamente durante los meses de noviembre y di-ciembre. En este sentido, las entrevistas y observacionesefectuadas sobre los huertos de las familias S., A. y V.,permitieron comprobar que, dentro del proceso de pre-

    Tabla 1. Estimacin del tiempo invertido en la etapa de costos de produccin (CP).

    les como desmalezado, arado y surcado de los campos,sembrado y cosecha bruta de los vegetales. En la segun-da, denominada Costos de Manejo Primario (CMP), lasactividades realizadas giraron en torno a examinar el tiem-po invertido en los procesos de poscosecha (v. g. trilla-do, seleccin y secado de la biomasa cosechada). En latercera fase, Costos de Manejo Secundario (CMS), seevaluaron especficamente los costos inherentes al lava-do y la molienda de la produccin. En tanto que, la inver-sin temporal en el proceso de coccin de los vegetalesfue considerada dentro de la etapa designada como Cos-tos de Manejo Final (CMF). De este modo, mediante lasuma de los tiempos obtenidos en cada una de estas eta-

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    Figura 2. Artefacto denominado por los agri-cultores como timpina, el cual es para des-chalar el maz.

    siembra la primera tarea que se realiza consiste en el des-malezado del terreno, la cual se lleva a cabo utilizandoherramientas tales como machetes, palas, azadas y ha-chas. Habitualmente, para la limpieza de una hectreatrabajan dos o tres individuos por un lapso temporal queva desde 7 hasta 20 das. Atendiendo a estos datos, selogr establecer que, en promedio, un individuo emplea302 horas de trabajo para desmalezar una hectrea (tabla1).

    Posteriormente, se llevan a cabo tareas de arado y sur-cado en la parcela. En este momento, los trabajos se con-centran en remover la tierra mediante el empleo de unarado tirado por un animal de carga. Esta actividad seencargan de realizarla dos o tres personas en un periodoque jams excede los diez das. De acuerdo a la informa-cin obtenida en el terreno, se pudo estipular que estastareas demandan a un individuo 168 horas de trabajo porhectrea (tabla 1). Una vez arada y surcada la huerta, seemprenden las labores de sembrado, accin que es cum-plida por dos personas durante dos jornadas y media detrabajo. En este caso, se consigui determinar que un in-dividuo necesita trabajar por lo menos 37 horas para sem-brar una hectrea de maz o frijol (tabla 1).

    En tanto, para el mantenimiento de los sembrados,labor que incluye actividades como por ejemplo desher-bar, aporcar,4 regar y dispersin de animales, trabaja unsolo individuo cada 9 o 15 das, durante aproximadamentetres meses. Por consiguiente, y en funcin de los datos

    disponibles, se pudo establecer que unindividuo debe invertir un total de 102horas para consumar esta labor en unahectrea (tabla 1).

    Finalmente, entre los meses de fe-brero, marzo y principios de abril seinicia la poca de cosecha del maz ydel frijol. En esta tarea, intervienen doso tres personas durante cuatro o cincodas. Entonces, a travs de los datosreunidos in situ, es posible plantear queun individuo tiene que trabajar 102 ho-ras para cosechar una hectrea de maz.Siguiendo con este mismo razonamien-

    to, se puede concluir que el tiempo invertido por un indi-viduo para cosechar una hectrea de frijol es de 88 horas(tabla 1).

    Dentro de los costos de manejo primario (CMP), lasactividades a tener en cuenta en las observaciones de cam-po fueron el trillado, almacenamiento, desgranado y se-leccin de granos. En cuanto al trillado de un kilo defrijol, se logr estipular que un individuo consume enesta labor un tiempo aproximado de 0,40 horas. Adems,se pudo observar que tanto el maz como el frijol se guar-dan en bolsas de arpillera, las cuales se ubican cuidado-samente en un rincn de la galera de la vivienda o en ungalpn situado en las cercanas de la misma.5 Estas ta-reas son realizadas por un solo individuo en una sola jor-nada laboral (tabla 2). Por otro lado, a partir de lo expre-sado por T. S., A. M. A. y C. V., fue factible establecerque un individuo invierte al menos 0,05 horas para des-chalar y desgranar un kilo de maz. La primera de estasactividades se efecta mediante el uso de una timpina(fig. 2), mientras que el desgranado es realizado a manoo bien mediante un palo, el cual es empleado para gol-pear los marlos y as producir el desprendimiento de losgranos. Finalmente, se logr observar que la seleccinde los granos de maz que sern utilizados como semillasen la prxima campaa agrcola, es realizada separandolos extremos de las mazorcas del sector medio, ya que eneste ltimo lugar los agricultores consideran que se en-cuentran los mejores granos. Adems, los granos que nose encuentran en un estado ptimo para el consumo hu-mano son separados, para ser empleados luego como fo-

    4 El aporque consiste en aflojar la tierra para luego situarla alre-

    dedor de la planta, de esta forma se logra mantener la humedad nece-saria para su correcto crecimiento. Esta actividad, segn C. V., secomienza a realizar cuando la planta alcanza los 40 centmetros dealtura, aproximadamente.

    5 De acuerdo a los informantes, el maz puede ser almacenado enestas condiciones por espacio de seis a siete meses.

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    una persona. Por lo tanto, en funcin de la informacinreunida, se pudo establecer que un individuo debe dedi-car 0,31 horas para remojar y lavar un kilo de maz, ac-cin que se lleva a cabo con la sola utilizacin de unbalde de plstico. Mientras que, para moler un kilo demaz, un individuo consume un tiempo estimado de 0,60

    Tabla 2. Estimacin de los costos de manejo primario (CMP), discriminada por actividades.

    rraje para los animales. Toda esta tarea, insume a un in-dividuo un tiempo estimado en 0,03 horas por kilogramo(tabla 2).

    En relacin a los costos de manejo secundario (CMS),que incluye el lavado y la molienda del maz, se observque ambas tareas son llevadas a cabo exclusivamente por

    Figura 3. Mortero de piedra utilizado para la molienda del maz (Ambato, Catamarca).

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    Tabla 3. Estimacin de los costos de manejo secundario (CMS), discriminada por actividades.

    la frmula empleada por Muscio (2004), donde el trmi-no completo del numerador constituye el costo neto enhoras dedicadas a la produccin de cada cultivo (CPN),el cual se diferencia del costo total de trabajo en el cam-po (CTT). Para el caso de Ambato, debido a que se traba-ja con una hectrea completa y no con sectores de ella,como sucede en Matancillas, Puna de Salta, CPN y CTTposeen el mismo valor.

    Entonces, para estimar el tiempo total de trabajo in-vertido por hectrea en el cultivo de maz y frijol (CTT),se emple la siguiente frmula:

    CTT = TG + TS + TC

    Donde TG es el tiempo invertido en las tareas genera-les de la produccin (v. g. desmalezado, arado, surcado ymantenimiento de los campos); TS es el tiempo emplea-do en la siembra; y TC es el tiempo invertido en la cose-cha.

    Para el cultivo de una hectrea de maz en Ambato,esta ecuacin se resuelve de la siguiente manera:

    CTTmaz = (302 + 168 + 102) + 37 + 102 = 711 h/ha

    Mientras que para el cultivo de una hectrea de frijol,la ecuacin se soluciona de este modo:

    CTTfrijol = (302 + 168 + 102) + 37 + 88 = 697 h/ha

    horas. La molienda propiamente dicha se efecta medianteun mortero de piedra, usualmente de origen arqueolgi-co (fig. 3) o a travs del uso de morteros de madera, msprecisamente de algarrobo. Para el caso del frijol, las la-bores que se desarrollan en esta etapa se concentran ni-camente en el remojo y lavado del mismo, lo cual lleva aun individuo un tiempo aproximado de 0,425 horas porkilo (tabla 3).

    A esta altura, resulta necesario destacar que, para esti-mar el tiempo de manejo final de los dos recursos agrco-las trabajados (CMF), solo se tom en cuenta el hervido.Esta decisin obedece a que la lista de comidas que pu-dieron ser preparadas en pocas prehispnicas en base aellos es realmente extensa (v. g. mote, humita, guisos,sopas, sanco, etc.) y a que, en este trabajo, los esfuerzosestn dirigidos fundamentalmente a evaluar la produc-cin y no el consumo de los mismos.

    Entonces, de acuerdo a lo observado y a lo planteadopor los informantes, se logr establecer que el hervido demaz y frijol en una olla de hierro insume un tiempo esti-mado en 3,25 y 2,75 h/kg, respectivamente (tabla 4).

    Con posterioridad, y en base al conjunto de datos ob-tenidos en las tablas 1, 2, 3 y 4, se procedi a calcular elcosto total de trabajo invertido en el campo (CTT), comoas tambin los costos de produccin (CP), de manejoprimario (CMP), secundario (CMS) y final (CMF), decada uno de los recursos agrcolas investigados en la cuen-ca del ro Los Puestos. Para concretar esta labor se sigui

    Tabla 4. Estimacin de los costos de manejo final (CMF).

  • 25ISSN 19894104 ARQUEOLOGA IBEROAMERICANA 14 JUNIO 2012

    Posteriormente, se procedi a calcular los costos deproduccin (CP) de ambos recursos. En este caso, seempleo la siguiente frmula:

    Donde CPN es el costo neto de trabajo invertido en laelaboracin de cada uno de los recursos y RN, el rendi-miento neto del recurso.

    En esta ocasin, la solucin de las ecuaciones para elcultivo de una hectrea de maz y para una de frijol en lacuenca del ro Los Puestos es la siguiente:

    En tanto, la estimacin de los costos de manejo prima-rio (CMP) y secundario (CMS) se deducen de las tablas2 y 3:

    CMPmaz = 0,005 + 0,05 + 0,03 = 0,085 h/kg

    CMPfrijol = 0,40 + 0,005 = 0,405 h/kg

    CMSmaz = 0,31 + 0,60 = 0,91 h/kg

    CMSfrijol = 0,425 h/kg

    Por ltimo, los costos de procesamiento final (CMF)se expresan en la tabla 4:

    CPFmaz = 3,25

    CPFfrijol = 2,75

    En sntesis, se puede plantear que el costo de manejototal del maz y del frijol en los campos de Ambato es de4,771 y 4,026 h/kg, respectivamente (tabla 5). Mientrasque el costo absoluto de trabajo en los huertos de maz es

    Tabla 5. Valores finales de los costos de produccin, manejo primario, secundario y procesamiento final, cuyo sumatorio conforma el costode manejo total de los recursos agrcolas investigados en Ambato.

    de 711 h/ha y, en los de frijol, de 697 h/ha. Por ltimo,sobre la base de estos datos, fue factible estimar que elpromedio de trabajo agrcola diario por individuo en elvalle es de 3,353 y 3,287 horas en los campos de maz yfrijol, respectivamente. Estas cifras se obtuvieron divi-diendo el costo total de trabajo estimado para los huertosde maz y frijol por la cantidad de das correspondienteal calendario agrcola (711 h/ha dividido por 212 das =3,353 horas; 697 h/ha dividido por 212 das = 3,287 ho-ras).

    MODELADO DEL CASO ESTUDIADO

    1. La lgica del Modelo deProgramacin Lineal

    La programacin lineal es una forma de modelo detoma de decisin, la cual normalmente es empleada porlos economistas en problemas relativos a la distribucinde recursos. En el campo de la arqueologa, su aplicacinha sido probada a travs del tiempo por numerosos in-vestigadores en distintas partes del mundo (Belovsky1987, 1988; Bettinger 1980; Dickson 1980; Jochim 1976;Keene 1985; Laguens 1999; entre otros). En realidad, laprogramacin lineal es una forma no contingente de an-lisis ptimo, ya que especifica objetivos en trminos derestricciones concretas que definen y limitan la naturale-za de la solucin. En cambio, los modelos de contingen-cia (v. g. amplitud de la dieta) se caracterizan, principal-mente, por buscar maximizar las tasas momentneas deretorno (Bettinger 2005; Laguens 1999).

    Segn Bettinger (2005), este modelo puede tomar laforma de minimizacin o de maximizacin. En un pro-blema de minimizacin, se especifican por separado lascantidades mnimamente aceptables para cada elementovariable relevante. La meta en este caso es encontrar lacombinacin ms barata de recursos disponibles que sa-tisfaga los umbrales mnimos para todos los elementosvariables simultneamente. Por contrapartida, en los pro-blemas de maximizacin, la meta consiste en incremen-tar las cantidades obtenidas de todos los elementos va-riables, dadas las limitaciones en disponibilidad de losrecursos y/o el costo en que puede incurrirse para obte-nerlos.

  • 26 ISSN 19894104ARQUEOLOGA IBEROAMERICANA 14 JUNIO 2012

    como un probable cultivo de la zona (Laguens 2004; P-rez Golln 2000) y a que an se cultiva asiduamente enel valle, situacin que permiti el estudio de sus tiemposde produccin.6 Dentro de los frutos silvestres, se trabajsolo con los que fueron registrados en contextos arqueo-lgicos (Gordillo 2003; Gordillo y Ares 2005; Figueroay Dantas 2006; Marconetto 2008; Marconetto et al. 2009;Pochettino 2000), como es el caso del algarrobo y el cha-ar (tabla 6).

    Finalmente, debe decirse que la obtencin, en un mxi-mo de 8 horas de trabajo, de por lo menos 75 gramos deprotenas, 275 gramos de hidratos de carbono y 70 gra-mos de grasas, constituyen las restricciones o condicio-nes que deben ser satisfechas por el agricultor para cum-plimentar el objetivo de maximizar los rindes y lograr asuna dieta ptima (Figueroa 2007) (tabla 6). Estos valoresseran los requeridos mnimamente por una persona parauna correcta alimentacin, basndose en lo expuesto porTreacy (1994) y Cook y Borah (1979), quienes planteanpara un agricultor prehispnico una ingesta diaria mediade 1.600 kilocaloras.

    Resulta importante aclarar que los tiempos de proce-samiento final del maz, frijol y zapallo corresponden alhervido de los mismos, en tanto que los tiempos de ma-nejo final del algarrobo y chaar comprenden la elabora-cin de patay y arrope, respectivamente. Bajo estos par-metros, se desarrollaron los anlisis, los cuales consistie-ron en poner a prueba tres combinaciones de variables ycuyos resultados se presentan a continuacin.7

    Combinacin 1 (recursos agrcolas)Tal como puede advertirse, en esta primera combina-

    cin se consideraron exclusivamente recursos provenien-

    Tabla 6. Variables y restricciones empleadas en la aplicacin del modelo de programacin lineal. Los valores nutricionales de cada uno de losrecursos corresponden a un kilo.

    Los problemas de programacin lineal se expresan atravs de ecuaciones matemticas, en la forma de igual-dades y desigualdades, que son resueltas simultneamentey constituyen los procesos de eleccin y toma de deci-sin. En los casos ms simples, que involucran slo dosvariables, los modelos pueden ser resueltos grficamen-te (v. g. mtodo Simplex), sino debe recurrirse a procedi-mientos en computadora (Bettinger 2005; Laguens 1999).

    2. La aplicacin del modelo para el casode Ambato

    De acuerdo con Keene (1985) y Laguens (1999), parala correcta aplicacin del modelo resulta necesario espe-cificar al menos tres aspectos: 1) las condiciones que de-ben ser satisfechas (v. g. restricciones o requerimientos),2) las variables entre las cuales el individuo puede optarpara satisfacer su propsito y 3) el objetivo que se desealograr.

    Para el caso especfico de Ambato, la programacinlineal fue utilizada para indagar acerca de cul podrahaber sido la proporcin ptima con la cual cada uno delos recursos provenientes de la agricultura y la recolec-cin habra contribuido a la dieta de los antiguos habi-tantes del valle. Dicho de otra forma, considerando lasespecies vegetales identificadas en el registro arqueol-gico, se intent saber cmo un agricultor, desde una es-trategia maximizadora, pudo haber satisfecho sus nece-sidades alimenticias bsicas entre distintas variables yrestricciones posibles.

    Los datos considerados para este estudio se exponenen la tabla 6 donde, como puede observarse, dentro delas variables a trabajar se encuentran nicamente recur-sos vegetales obtenidos mediante prcticas agrcolas yde recoleccin. En cuanto a las especies vegetales culti-vadas, se consideraron aquellas que aparecen en el regis-tro arqueolgico, tales como maz y frijol, a las que se lessum el zapallo (Curcubita sp.). La incorporacin de esteltimo cultivo por encima de otros, como por ejemplo lapapa o la quinua, se debe, fundamentalmente, a que confrecuencia es mencionado por la literatura arqueolgica

    6 El costo de manejo total del zapallo se obtuvo mediante el mis-

    mo procedimiento que el aplicado para el maz y el frijol. Es decir, alcosto de produccin se le sum el de procesamiento final: 0,034 h/kg(CP) + 1,25 h/kg (CMF) = 1,28 h/kg (CMT).

    7 Debido a que generalmente se trabaj con ms de dos variables

    a la vez, result imprescindible la utilizacin de la herramienta deanlisis Solver de Microsoft Office Excel 2003.

  • 27ISSN 19894104 ARQUEOLOGA IBEROAMERICANA 14 JUNIO 2012

    Tabla 7. Solucin de la programacin lineal.

    diendo as de los aportes del arrope de chaar, maz her-vido, frijol hervido y zapallo hervido (tabla 7).

    Entonces, la sola contribucin del algarrobo habraposibilitado al individuo lograr una energa total de51.764,71 kcal diarias en un lapso temporal no mayor a 8horas de trabajo. Esta energa, al igual que en la combi-nacin 2, habra estado integrada por 2.177,25 gramosde protenas, 11.574,90 gramos de hidratos de carbono y592,94 gramos de grasas (tabla 8).

    DISCUSIN Y CONSIDERACIONESFINALES

    Al realizar un breve balance de los resultados aquobtenidos, se puede decir que, de acuerdo al modelo deprogramacin lineal, los alimentos elaborados en base afrutos silvestres, sobre todo de algarrobo, demostraronser la frmula ms eficiente para satisfacer las necesida-des alimentarias de un individuo, cuando este tiene poropciones solamente maz, zapallo, frijol, chaar y alga-rrobo, y lo que pretende es maximizar los rindes. Proba-blemente, esto se deba a que los productos derivados dela recoleccin tienen un alto valor nutricional y a que, apartir de ellos, se puede elaborar una importante canti-dad de alimentos a un costo relativamente bajo. Adems,en este proceso de produccin no resulta necesaria la par-ticipacin de muchos individuos, ni es preciso disponerde artefactos creados especialmente para esta clase deactividades. En este sentido, se debe sealar que si paraeste anlisis se hubiese considerado al algarrobo y al cha-ar como simples frutos, es decir para consumir sin pro-cesamiento previo, el tiempo invertido en estos alimen-

    tes de la agricultura, tales como maz, frijol y zapallo. Lasolucin obtenida mediante este problema de programa-cin lineal permiti establecer que la dieta ptima habraestado compuesta por 1,59 kg de maz hervido y 0,32 kgde zapallo hervido (tabla 7).

    Esta composicin le habra proporcionado al agricul-tor una energa total de 5.496,59 kcal diarias, repartidasen 159,09 gramos de protenas, 1.345,67 gramos de hi-dratos de carbono y 70,00 gramos de grasas, en un mxi-mo de 8 horas de trabajo (tabla 8).

    Combinacin 2 (recursos silvestres)En esta segunda combinacin, se trabaj con recursos

    silvestres como son el algarrobo y el chaar. Aqu, elresultado arrojado por la programacin lineal fue que ladieta ideal habra estado integrada por solo 15,69 kg depatay de algarrobo (tabla 7).

    De esta forma, el individuo obtendra en un lapso igualo menor a 8 h de trabajo una energa total de 51.764,71kcal diarias, las cuales habran estado conformadas por2.177,25 gramos de protenas, 11.574,90 gramos de hi-dratos de carbono y 592,94 gramos de grasas (tabla 8).

    Combinacin 3 (recursos agrcolas ysilvestres)

    La tercera y ltima combinacin consisti en integrarlos recursos provenientes de la agricultura con los de larecoleccin. La solucin alcanzada en este caso por laprogramacin lineal fue idntica a la obtenida en la com-binacin 2 (tabla 8), donde la dieta ptima habra estadocompuesta por 15,69 kg de patay de algarrobo, prescin-

    Tabla 8. Composicin de la dieta ptima.

  • 28 ISSN 19894104ARQUEOLOGA IBEROAMERICANA 14 JUNIO 2012

    tos habra bajado sustancialmente, condicin que los ha-bra ratificado como la mejor opcin posible (Figueroa yDantas 2006: tablas 3 y 5).

    Estos resultados coinciden con lo mencionado en lascrnicas pero, fundamentalmente, con los numerosos es-tudios arqueolgicos que plantean que, en pocas prehis-pnicas y de contacto, la recoleccin de frutos silvestresdesempe un rol destacado dentro de la economa deestas sociedades (Babot 1999, 2004; Korstanje 2005;Korstanje y Wrschmidt 1999; Laguens 1999; Oliszewski1999; Santoni y Torres 2001; entre otros). Incluso, talcomo se seal en trabajos previos (Figueroa 2010; Fi-gueroa y Dantas 2006), se lleg a postular que el rol delas prcticas de recoleccin pudo cubrir en algunos casosentre el 30 y el 50 % de la alimentacin bsica aborigen(Laguens 1999; Noli 1999). En Ambato, la abundantepresencia de frutos de chaar registrados en La Rincona-da (Gordillo 2003; Gordillo y Ares 2005) y en el recintoG de Piedras Blancas (Marconetto et al. 2009), sumado ala identificacin de algarrobo en Piedras Blancas (Mar-conetto 2008; Prez Golln 2000; Pochettino 2000), po-tenciara esta hiptesis.

    En cambio, si se atiende nicamente a los recursosagrcolas, se puede advertir que la dieta ptima habraestado compuesta fundamentalmente por maz, siendocompletada por zapallo (tablas 7 y 8). Estos resultadosson coherentes con la importancia asignada al maz den-tro del registro arqueolgico de la provincia de Catamar-ca y del NOA en general (Cigliano et al. 1976; Korstanje2005; Muscio 2004; Raffino 1972; Raffino et al. 1977;Santoni y Torres 2001; Tarrago 1980; entre otros), peroms an con los del valle de Ambato. En este ltimo caso,la presencia casi exclusiva de maz en los sitios PiedrasBlancas y La Rinconada (Gordillo 2003; Laguens 2004;Pochettino 2000), as como en las terrazas de cultivo dela ladera occidental del valle (Zucol et al. 2011), sugeri-ra que este cultivo habra alcanzado una gran importan-cia, la cual incluso pudo haber trascendido las esferasmeramente econmicas.

    Por otra parte, resulta necesario destacar que la infor-macin derivada de este trabajo debe ser tomada solocomo un aporte inicial a la problemtica y que, en unfuturo prximo, deber obligatoriamente ser ampliada connuevos trabajos de campo que incluyan tambin produc-tos derivados de la ganadera y la caza. Sin embargo, sise analizan estos resultados desde una perspectiva com-parativa, se puede plantear que los nmeros aqu expues-tos resultan sumamente confiables, ya que se encuentrancercanos a los obtenidos para otras reas del continenteamericano. En este sentido, Muscio (2004) sostiene queel promedio de los costos totales de trabajo en los cam-pos de maz para Matancillas, Puna de Salta, es de 1096,23h/ha. Barlow (1997), a travs de la informacin etnogr-

    fica obtenida por Hastorff (1993, en Barlow 1997), sea-la que el tiempo invertido en la preparacin de los cam-pos, la siembra y la cosecha de maz en el valle de Man-taro, Per, es de 945 h/ha. Mientras que, en Panajachel,Guatemala, Sol Tax (1963, en Barlow 1997) estima untiempo medio de trabajo en la produccin de maz de 835h/ha. Sobre este punto, debe mencionarse que las dife-rencias existentes entre los costos totales de trabajo re-gistrados en cada uno de los casos de estudio arriba men-cionados podran estar vinculadas, entre otros factores, ala vegetacin, el tipo de suelo y las tecnologas particula-res de cada uno de ellos. En cuanto a la produccin defrijol, ms all de que por el momento se desconozca laexistencia de otras investigaciones que permitan cotejardirectamente estos resultados y as evaluar su coheren-cia, se parte de la idea de que, debido a la metodologautilizada ya fue probada con xito en la estimacin dela inversin de tiempo medio de trabajo en la produccinde maz, los resultados alcanzados resultan altamenteconfiables.

    Para finalizar, solo resta aadir que la mayor utilidaddel caudal informativo reunido como producto de estetrabajo, reside en que no solo podr utilizarse para la cons-truccin de modelos derivados de la Ecologa del Com-portamiento Humano dentro del valle, tal como queddemostrado en este artculo, sino que tambin podr em-plearse con cierta confiabilidad en distintos casos arqueo-lgicos fuera del mismo.

    Agradecimientos

    A Oscar Savedra, Pedro Barrios, Cristian Vega, PedroDelgado, Alicia Aguilar, Ada Gordillo, Jorge Vega, Tel-mo Seco, Roberto Varela, Alberto Seco, Apolinar Saave-dra, Adn Aguilar, Vicente Palavecino, Marcolina Her-nndez de Miguele, Dominga Corbaln de Contreras,Ascensin Lemos y Manuela Carrizo, quienes nos abrie-ron las puertas de sus hogares y atendieron a todas nues-tras inquietudes con la mejor predisposicin. Tambinagradecemos al Dr. Andrs Laguens, al Lic. Eduardo Pau-tassi, al personal de INCUPO (Aatuya, Santiago delEstero) y a los pobladores de Los Varela, Los Castillos,El Bolsn y Los Talas (Catamarca).

    Sobre los autores

    GERMN FIGUEROA ([email protected] ) es Doc-tor en Historia de la Universidad Nacional de Crdoba(2010). Es investigador del Museo de Antropologa de laFacultad de Filosofa y Humanidades (UNC) y becarioposdoctoral de la Secretara de Ciencia y Tecnologa de

  • 29ISSN 19894104 ARQUEOLOGA IBEROAMERICANA 14 JUNIO 2012

    la Universidad Nacional de Crdoba (SECyT). Su temade investigacin se centra en la organizacin de la pro-duccin agrcola en contextos sociales no igualitarios(valle de Ambato, Catamarca, entre los siglos VI y XI d.C.). Desde el ao 2010 se desempea como Profesor Asis-tente del rea de Arqueologa del Departamento de An-tropologa, Facultad de Filosofa y Humanidades, Uni-versidad Nacional de Crdoba.

    MARIANA DANTAS ([email protected]) esDoctora en Historia de la Facultad de Filosofa y Hu-manidades de la Universidad Nacional de Crdoba(2010). Actualmente, es Profesora Asistente en la Ca-rrera de Antropologa, investigadora del Museo de An-tropologa de la Facultad de Filosofa y Humanidades(UNC) y becaria posdoctoral CONICET, siendo su temade investigacin la arqueologa de los animales y losprocesos de diferenciacin social, as como las estrate-gias de cra, circulacin y apropiacin de camlidos enel valle de Ambato (Catamarca) entre los siglos VI y X d.C.

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