entre el cielo y la tierra

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Libro de poesías

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© Antonio Ruiz Alabarce

I.S.B.N.: 978-84-15344-68-1

Depósito Legal: V-77-2012

Edita:

Impreso en España

Reservados todos los derechos. Ninguna parte de esta publicación ni de su contenido puede ser reproducida, almacenada o transmitida en modo alguno sin permiso previo y por escrito del autor.

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Alma mía, en Dios solamente reposa, Por que de él es mi esperanza El solamente es mi roca y mí Salvación. Es mi refugio, no resbalare. En Dios está mi salvación y mí gloria; En Dios está mi roca fuerte y mí Refugio. Libro de los salmos Cap.62vers.5, 6,7.

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A mi esposa, por su amor y paciencia y tolerancia. A mis hijas, Eva, Olga y Alicia A mis yernos, David, Xavi y Jordi Una dedicatoria muy Especial para mis nietos, Alex, Hannah, Claudia y Marc. Dedicarles a mis amigos, Esteban y Susana, Antonio y Yolanda, Fratta y Consol, Pepito y Merche, Angel y Teo, Antonio María y Mª Carmen.

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Me hubiera gustado que algunas personas que ya no están entre nosotros hoy, vieran y pudieran tener entre sus manos este libro. Seguro que sin ser ninguna obra fascinante y posiblemente algo emotivo para mí, se sintieran orgullosos de que por fin decidiera publicar estos sencillos poemas, mis padres, mi hermano a los que después de tanto tiempo aun sigo echando de menos.

Hubo una vez un hombre del cual aprendí muchas cosas. Fue un ejemplo tan grande que todavía perdura en mi memoria su recuerdo. Sé que él estaría orgulloso y lleno de felicidad al ver este sueño, mi sueño hecho realidad.

Gracias Julio

Dedicado a Julio Baeza

Casi han pasado 17 años hasta que he decidido publicar mis poemas, esos que escribía en soledad, por tal motivo quiero demostrarle mi agradecimiento al que fuera pastor de mi iglesia de la Bisbal, Fernando Carrasco. Él fue la primera persona que me alentó a que publicara mis poemas para que no fueran un sueño oculto, y se convirtieran en una realidad y vieran la luz, por todo ello he querido que sea su efusiva carta la que sirviera como prólogo a este libro.

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PROLOGO

Querido Antonio.

No encuentro las palabras adecuadas para expresarte cuanto han significado para mí las lecturas de tus versos.

Gracias por esta oportunidad de enriquecer mi vida y por regalarme con estas sensaciones que han conmovido todo mi ser.

Creo que Dios te ha dado un don, un don maravilloso de conocer, interpretar y llevar a los demás, la poesía de su perfecta voluntad.

A través de tu poesía veo tu vida, mi vida, la vida de todos, las maravillas de la creación, la dignidad incalculable con que Dios nos ha revestido, la ternura inefable de su amor, el mensaje firme de su fiel presencia.

Si Antonio, te ha concedido la gracia singular de vivir con la mirada puestas y el corazón puesto en las estrellas.

En tu expresión más sencilla ha magnitudes de eternidad ¡como con tan poco dices tanto! ¡Como adivinar con sencillez las cuantas luchas del alma humana! Pon el tesoro que Dios te ha dado a disposición de los demás y serás fuente de continua bendición.

Presenta, recita imprime y distribuye y haz la vida de todos un poco más humana, un poco mas semejante a la voluntad de Dios cuando nos creo.

Con todo mi aprecio, mi admiración y desde ahora con todo mi reconocimiento por el mucho beneficio que de ti he recibido.

Junio 1995 Fernando Carrasco, Anciano iglesia la bisbal

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No hay más pretensiones al escribir este libro, que, el solo hecho de que alguien pueda leerlo y con ello pararse a reflexionar solo un minuto en la existencia de Dios y en la obra expiatoria de Jesús en la cruz, todo mi trabajo habrá sido sobradamente reconocido y su objetivo sobradamente cumplido.

Antonio Ruiz.

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Una noche estando escribiendo en la soledad de mi escritorio, hace ya algunos años, escribía poemas y sin saber cómo ni por que escribí este, yo no creía, en aquellos días y tarde algunos años en creer, tantos que se quedo olvidado entre todos los papeles donde yo guardaba lo que escribía, allí se quedo mezclado entre otros poemas de amor, de desamor, de injusticias, de búsqueda de una verdad que yo quería y ansiaba y que no encontraba.

QUIERO CREER EN TI. Jesús, Jesús, Jesús, tres veces repito tu nombre Jesús quiero conocerte, sacar de mi alma, la inquietud, el desconcierto, buscar quiero, encontrar paz y calma, llenarme de la verdad, aleja de mi mente, la confusión, entendimiento te pido, que entres en mi corazón, tu palabra, tu verdad, que mi alma se llene de tu, paz, amor y libertad.

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MIS ILUSIONES Y MIS DESEOS.

Como ascuas encendidas y rescoldos escondidos, así son mis pensamientos, como ríos de lava, de un volcán interno, en una encrucijada de soledades me pierdo. Navego sobre ríos ardiendo, tratando de achicar las llamas, que en mi interior van creciendo. como apagar el fuego que queman, mis ilusiones y mis deseos. Siento temblar mis manos, Rodeado de mis miedos, Quiero acariciar con mis dedos el viento, Alcanzar el cielo, en su azul inmenso. Y no puedo, no puedo. Hay entre mi corazón y mi mente conflicto permanente. como vencer, siendo el mismo, y al mismo tiempo diferente. Si puse en sus manos, mi vida, mi salvación, y quiero que mi vivir sea su voluntad. sé que el Señor me hará cambiar, ¿Cuando?, muchas veces me pregunto, no lo sé, solo se, confiar en El.

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COMO EN UN NIDO.

Vienen a mí, recuerdos, caminos de soledades, sentimientos no correspondidos, felicidad basada en vanidades. Siempre fue mi alma inquieta. buscando a quien preguntar, esperando esa respuesta, que conduce a la verdad, puerta abierta, camino de libertad. Como en un nido, estaba en mí el creer, creciendo, como dormido, esperando la luz del amanecer.

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¿DONDE ESTA DIOS?

Unos dicen y piensan, en estos tiempos, como nos podemos parar a pensar, es tan abstracto, tan indefinido, simplemente, Dios no está. El hombre necesita algo en lo que creer, no es una realidad, la existencia de Dios, no aguanta una lógica racional. es, para gente sin espíritu, gente sin ambición, solo pueden recurrir al Dios de su imaginación. ¿Donde está Dios? cuando un niño muere de hambre ¿Dónde está Dios? cuando la guerra destroza de un niño su hogar. simplemente Dios no está. Nosotros decimos y creemos, no podemos imaginarnos a Dios, pero lo veremos, preguntan ¿donde está Dios? en una cruz, se dejo clavar, derramo su sangre y gritando esta, déjame en tu corazón habitar, y un niño no morirá de hambre, ni una guerra destrozara su hogar.

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Llegara el día, pronto esta, que verán y temerán, buscaran a quien les explique, y no lo hallaran, todo estará consumado, se acabo la oportunidad, se cernirá sobre ellos una, intensa oscuridad, no será muerte física, lo que experimentaran, será la ausencia de la gloria de Dios, lo que a sus almas consumirá. Triste porvenir porque un día decidieron, de esos locos, no seguir al Dios de su imaginación.

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NO HEMOS VISTO A DIOS ¿No hemos visto a Dios? pero sentimos, en lo más profundo de nuestro corazón, todo el amor, que en una cruz derramo. ¿No hemos visto a Dios? pero el aire que respiramos, el suelo que pisamos, el universo que contemplamos, obra son de sus manos. ¿No hemos visto a Dios? pero tenemos la esperanza, su rostro veremos cara a cara, la luz de sus ojos, inundara nuestra alma. ¿No hemos visto a Dios? pero sentimos. ¿No hemos visto a Dios? no necesitamos ver para creer, es suficiente saber, que la sangre que su hijo derramo, nos hizo renacer.