enteogenia revista libre de cultura y estudios psiconáuticos - núm. 1 jun-06

48

Upload: delincuentista

Post on 12-Jun-2015

663 views

Category:

Documents


4 download

DESCRIPTION

Revista libre de cultura y estudios psiconáuticos, número 1. Ediciones Amargord. Dirección: Igor Domsac.

TRANSCRIPT

Page 1: ENTEOGENIA Revista libre de cultura y estudios psiconáuticos - núm. 1 jun-06
Page 2: ENTEOGENIA Revista libre de cultura y estudios psiconáuticos - núm. 1 jun-06
Page 3: ENTEOGENIA Revista libre de cultura y estudios psiconáuticos - núm. 1 jun-06

© Ediciones AmargordLa Hoja del Barrio, s.l.

C/ Torrecilla del Leal, 32. 28012 MadridTel.: 91 539 16 50 / 58

email: [email protected]

DDiirreeccccii��nn:: Igor Domingo Sacrist�n.

DDiissee��oo yy mmaaqquueettaaccii��nn:: çlvaro Cal Di Segni, Cleof� Ram�rez Ruiz.

CCoollaabboorraacciioonneess tteexxttuuaalleess:: Manuel Villaescusa (SdÕEA, Madrid), FernandoCaudevilla G�lligo, Eduardo Hidalgo Downing (Energy Control),

Claudio Vidal Gin� (Energy Control).

IIlluussttrraacciioonneess yy ffoottooggrraaff��aass:: Fernando C�rcamo (Arte-Facto.tk),Daniel (Arte-Facto.tk), Energy Control, Daniel Mor�n,

Igor DomSac.CC��mmiicc:: Estefan�a Ocampos Fern�ndez, Igor Domingo Sacrist�n.

Page 4: ENTEOGENIA Revista libre de cultura y estudios psiconáuticos - núm. 1 jun-06

EEDDIITTOORRIIAALL

PPSSIICCOONNççUUTTIICCAA

MMaanniiffiieessttoo ppssiiccoonn��uuttiiccoo

Introducci�n

Manifiesto

Justificaci�n

EEffeeccttooss ssuubbjjeettiivvooss aa ccoorrttoo ppllaazzoo ddee ttoommaass ddee aayyaahhuuaassccaa eenn ccoonntteexxttoo oocccciiddeennttaall uurrbbaannoo

Antecedentes hist�ricos

Investigaciones en psicoterapia

Investigaciones psicol�gicas fuera del contexto ind�gena: el proyecto Hoasca

Objetivos de la investigaci�n

Selecci�n de los participantes

Procedimiento

Estrategia anal�tica

Epistemolog�a

Contexto del estudio

Motivaciones de los participantes

Resultados

An�lisis de los resultados

Conclusiones

Bibliograf�a

AAggiittaannddoo eell ffaannttaassmmaa ddee llaa ddrrooggaa

CCuuaannddoo eell ffiinn nnoo jjuussttiiffiiccaa llooss mmeeddiiooss

La campa�a: prevenci�n o contraprevenci�n

Entrevista a Eduardo Hidalgo (Energy Control)

AAlleerrttaa MM--CCPPPP

CCUULLTTUURRAA

PPIIHHKKAALL.. UUnnaa hhiissttoorriiaa ddee aammoorr qquu��mmiiccoo

ÇÇPPssiiccoottrroopp��aaÈÈ:: tteerraappiiaa ppssiiccooll��ggiiccoo--mmuussiiccaall ddee DDeelliinnccuueennttiissttaass

��xxttaassiiss ((MMDDMMAA))

AAnn��llooggooss ddee llaa aayyaahhuuaassccaa.. EEnnttee��ggeennooss ppaannggeeiiccooss

LLiitteerraattuurraa ppssiiccoonn��uuttiiccaa:: TTeellaarraa��aass lliiss��rrggiiccaass

AAGGEENNDDAA

índice55

66

6

6

7

8

13

13

13

14

14

14

14

14

15

16

16

16

24

26

26

28

30

31

35

40

4411

41

41

42

42

43

4444

Page 5: ENTEOGENIA Revista libre de cultura y estudios psiconáuticos - núm. 1 jun-06

Bienvenido, estimado lector, al viaje que aqu� comienza con destino a las entra�as del esp�-ritu. Esta revista de cultura y estudios psicon�uticos germina con la voluntad de instaurar-se en gu�a para ne�fitos y veteranos, a modo de cham�n impreso que ejerza de mentor paraexploradores de la consciencia, sirviendo a su vez de escaparate de iniciativas Ñtanto cien-t�ficas como art�sticasÑ relacionadas con estados de ebriedad artificialmente provocados.Desde el club psicon�utico Amargord entendemos la sabidur�a como el �nico camino posi-ble para alcanzar la libertad. Por ello, desechamos vacuos adoctrinamientos y dogmatismosprosaicos, maniatadores del pensamiento individual en su acecho de un adocenamientocolectivo. Disconforme con las tesis oficiales en materia de drogas, con la imp�vida convic-ci�n de que la prohibici�n mundial ha generado un problema mayor que el que supon�anlas propias sustancias, Enteogenia se afana cada d�a en iluminar la b�squeda de aquellosque voluntariamente se acerquen hasta nuestras p�ginas. Para ello contaremos con la apor-taci�n de los mejores especialistas en la materia, bajo un �nico emblema com�n: la calidad.Asimismo, cualquier ensayo, estudio o contribuci�n art�stica relacionada con temas de dro-gas, chamanismo y psicon�utica ser� siempre bienvenido. Puedes enviar tu aportaci�n porcorreo a la direcci�n del club (Torrecilla del Leal, 32; 28012 Madrid) o por e-mail a:iiggoorr@@eeddiicciioonneessaammaarrggoorrdd..ccoomm.. Amargord agradece de antemano tu inter�s y te emplazaa compartir tus conocimientos con nuestros lectores. çnimo, pues, y buen viaje…

Asimismo, nos complace anunciar la pr�xima apertura, el d�a 23 de junio, coincidiendo conla m�gica noche de San Juan, de nuestra librer�a psicon�utica, en la sede del club, con ungeneroso cat�logo de publicaciones y libros consagrados al noble arte de los viajes por lamente. Con motivo de dicha inauguraci�n, celebraremos una fiesta psicon�utica, dondeno faltar�n conocidos autores y estudiosos de las sustancias alteradoras de la consciencia.Esperamos que nos halagues con tu presencia…

5

editorial

Page 6: ENTEOGENIA Revista libre de cultura y estudios psiconáuticos - núm. 1 jun-06

IINNTTRROODDUUCCCCIIîîNN

El nav�o de la psique se prepara para zarpar con rumbo a la gnosis. La navegaci�n por lamente, no constre�ida por las fronteras que imponen espacio y tiempo, constituye una v�aalternativa de utilizaci�n de unas sustancias demonizadas por la doble moral, que se lucraa su costa y se divierte con ellas pero las vilipendia p�blicamente. Lejos del contexto recre-ativo (aunque no por ello renunciando al componente l�dico del recorrido), el psiconautase enfrenta a sus propios temores, expande su conciencia, diluye su ego y se ensambla conel todo, accediendo a otra dimensi�n de la realidad. Se trata de un viaje al interior cuyameta es el autoconocimiento: la sabidur�a de la incertidumbre.

En soledad o cuidadosamente acompa�ado, lejos de mundanales griter�os, en su casa o enla naturaleza, el psiconavegante, en un acto de higiene mental, profundiza en su cerebro,dialoga con su subconsciente, reflexiona, experimenta su propia muerte y renace. Unosotorgan m�s importancia a la asimilaci�n posterior de la experiencia que al viaje en s�,otros prefieren extasiarse ante el infinito como forma de evadirse de un presente vertigi-noso, sin pretensiones de comprensi�n. Unos y otros, partidarios de Hofmann y ac�litosde Leary, occidentales y orientales, chamanes modernos y devotos de tradiciones ances-trales, todos ellos comparten su afici�n por la ingesta de sustancias modificadoras de laconsciencia, ya sean plantas, hongos o drogas sintetizadas en un laboratorio. En ese reco-veco de la cognici�n no existen contornos ni l�neas divisorias. Hay quienes defienden lalicitud moral de otras v�as m�s laboriosas aunque del mismo modo respetables: medita-ci�n, respiraci�n holotr�pica, etc. La esencia es la misma: las drogas s�lo suponen un atajomaquiav�lico, una forma de tecnolog�a que agiliza el proceso.

Asimismo, hay quienes pretenden recrudecer discusiones etimol�gicas sobre el t�rminom�s adecuado para nombrar a estos compuestos: alucin�genos, psicod�licos/psiqued�li-cos, ente�genos… En cualquier caso, las llame como las llame, les conceda un car�ctersagrado o no lo haga, quien ha probado estas sustancias entrev� una misma verdad, dota-da de una espiritualidad que trasciende cualquier religi�n, despertando el misticismo inte-rior de cada individuo, m�s all� de la interpretaci�n que �ste quiera otorgarle. Quienesoptan por las drogas naturales olvidan que todo, en �ltimo t�rmino, procede de la natura-leza y que muchos de los venenos m�s potentes son a su vez naturales. Sintetizar lo posi-tivo descartando lo no deseado no implica un perjuicio mayor. La relativamente escasatoxicidad de la mayor�a de estos elixires visionarios asienta sus riesgos en el plano psicol�-gico. Por ello, conviene no perder nunca el respeto a las experiencias, con o sin veneraci�nhacia la droga, de manera fr�vola o con recato, pero siempre desde una cierta madurezintelectual que permita eludir el naufragio. El psiconauta avezado sabe sortear con maes-tr�a los primeros atisbos de un mal viaje y esquivar los obst�culos del abrupto terreno enel que se desenvuelve: s�lo la pr�ctica reiterada Ñensayo y errorÑ permite cultivarse entan venerable disciplina.

Por lo tanto, no podemos de antemano establecer l�mites a la psicon�utica, abarcando loinabarcable, pues se trata de una disciplina personal sometida a tantas subjetividadescomo individuos la practican. El peregrinaje por la raz�n no esconde se�ales ni itinerariosdefinidos; tampoco hay planos que orienten en el rastreo de nuevas dimensiones: los esca-lones hacia el encuentro con uno mismo var�an de un cerebro a otro. S�lo podemos acer-carnos, con sigilo, a su esencia y establecer unas pautas de uso com�n, lejos de supersti-ciones y tajantes axiomas. Servir de nexo que conjugue opiniones enfrentadas con un inte-r�s mutuo: el respeto de la libertad individual y el inalienable derecho a la autonom�asobre el propio cuerpo.

6

ManifiestoPsiconáutico

Igor Domingo Sacrist�n

Page 7: ENTEOGENIA Revista libre de cultura y estudios psiconáuticos - núm. 1 jun-06

El colectivo de psiconautas en particular y de consumidores de drogas en general adolecede una enorme falta de cohesi�n: cada uno alaba las bonanzas de lo que �l consume y cri-tica lo dem�s, sin reparar en que todos los compuestos fiscalizados se encuentran en unmismo saco, m�s all� de sus propiedades particulares. Del mismo modo, para combatir lahipocres�a de la doble moral, se hace necesario que un amplio n�mero de ciudadanos usua-rios de drogas ilegales salga del armario y declare p�blicamente y sin miedo su utilizaci�nresponsable de sustancias al margen de la legalidad. Si en algo a�n no han triunfado lasdrogas es en la gestaci�n de una subversi�n real y mayoritaria, m�s all� de gratuitas trans-gresiones. Estos compuestos, al interactuar con los neurotransmisores cerebrales, nosofrecen perspectivas diferentes de la realidad, permiti�ndonos cuestionar el pensamiento�nico, reparando en que tal vez lo que nos cuentan no responda a la verdad. No podemosdespreciar su poder; al contrario, deber�amos utilizarlo como herramienta para la cons-trucci�n de alternativas a este suicidio colectivo. Violar sin miramientos todas las normasy leyes injustas, demoler doctrinas y fanatismos, reivindicar la propia identidad y alcanzarespacios de emancipaci�n. Los dada�stas lo llamaban Çam�qu�meimportismoÈ: una mane-ra de vivir en la que cada cual conserva sus propias condiciones respetando, salvo en casode defensa, las otras individualidades. Hay que aprender a re�r: re�rse de uno mismo, de lavida, de la muerte, de la ortodoxia y la seriedad, de todos los sectarismos. Una sociedadjam�s podr� madurar desde la reprimenda, con un Estado que trata a sus ciudadanos comoa ni�os peque�os sin capacidad de decisi�n.

En definitiva, quienes firmamos este manifiesto nos declaramos consumidores responsa-bles de sustancias psicoactivas, ya sea con objetivos l�dicos, terap�uticos o espirituales,en absoluto identificados con el trato recibido por parte de los medios de comunicaci�nÑseg�n los cuales las �nicas relaciones posibles con las drogas ilegales son la dependen-cia y el abusoÑ, y reclamamos que, al igual que cumplimos con nuestros deberes comociudadanos, se respete nuestro derecho a la libertad de introducir en nuestro propio cuer-po lo que nos plazca. Hartos de que se nos manipule con maniqueos argumentos y ene-migos inventados, hasta la coronilla de que se utilice a los menores de edad o a los con-sumidores problem�ticos como absurdo pretexto para mantener viva la injusticia.Exigimos otra pol�tica de drogas, no represiva y preocupada realmente por la salud p�bli-ca y por los consumidores, que se aleje de intereses econ�micos y deje de generar ingen-tes cantidades de dinero negro atiborrando las prisiones de delincuentes sin v�ctimas. Queno se vuelva la espalda a la realidad: las drogas existen y seguir�n existiendo mientras per-sista la demanda. Solicitamos, a su vez, que no se establezcan impedimentos burocr�ticoso legislativos a la investigaci�n con unos compuestos que se utilizan con asiduidad y que,en muchos casos, gozan de una innegable capacidad terap�utica. Del mismo modo, pedi-mos que se fortalezcan las estrategias de reducci�n de riesgos y que se dote a los consu-midores de la capacidad para integrar las drogas en la vida cotidiana. Como personasmaduras y plenamente responsables de nuestros actos, demandamos el mismo trato quereciben el resto de los ciudadanos, que los discursos oficiales cejen en su empe�o de per-suadirnos de la no conveniencia de nuestras decisiones. Las drogas suponen hoy el mismo

tab� que hasta hace unos a�os acarreaba el sexo: ya es hora dedesprenderse del estigma social de una conducta que nos haacompa�ado desde los albores de la humanidad.

7

psicon�utica

Page 8: ENTEOGENIA Revista libre de cultura y estudios psiconáuticos - núm. 1 jun-06

MMAANNIIFFIIEESSTTOO

Como ciudadanos mayores de edad, en plenas facultades f�sicas y mentales, perfectamente responsables de nuestros actos, declara-mos:

11.. Que el ser humano es soberano, individualmente, para hacer con su cuerpo lo que considere conveniente, siempre y cuando no coar-te la libertad de otros individuos.

22.. Que toda persona tiene el derecho de investigar voluntariamente sobre su propio cerebro el efecto de las sustancias que la naturale-za le proporciona, m�s all� de consideraciones legales en gran medida alejadas del conocimiento cient�fico.

33.. Que el paternalismo a que los gobiernos someten el cuerpo de cada sujeto constituye un delito contra su libertad y est� basado enintereses econ�micos y de subordinaci�n. El experimento de la prohibici�n, justificado en la preservaci�n de la salud p�blica y en un af�nde control de las sustancias, ha supuesto el efecto contrario al que originalmente pretend�a: merma de la salud p�blica (adulteraciones,contagios, mayor toxicidad de las drogas legales, aumento del n�mero de usuarios, etc.) y un descontrol dif�cil de reparar debido a lasdesorbitadas sumas de dinero negro puestas en circulaci�n, con el consiguiente impacto en especulaci�n inmobiliaria, corrupci�n pol�ti-ca, mafias, etc.

44.. Que los representantes pol�ticos son culpables de causar dolor al delinquir contra la salud p�blica, imposibilitando la investigaci�n yel consumo de plantas y sustancias que pueden resultar beneficiosas para el desarrollo de la persona y la sociedad. En ese sentido, debenexigirse responsabilidades por el fiasco mayoritario que han supuesto las pol�ticas sobre drogas, as� como abrir un debate p�blico dondese pongan sobre la mesa opciones alternativas viables, empezando por la despenalizaci�n de la adquisici�n, tenencia, fabricaci�n, empleoy cultivo de todas las drogas ilegales.

55.. Que el Estado tiene la obligaci�n de facilitar informaci�n ver�dica y datos de pureza contrastada cient�ficamente sobre cualquier sus-tancia que el individuo quiera probar, velando en esta informaci�n por la seguridad y el bienestar de cada uno de sus ciudadanos.

66.. Que las culturas, religiones y rituales asociados a las diferentes sustancias merecen el mismo respeto que cualquier otra disciplina,debiendo permitirse su desarrollo con plena libertad. La heterodoxia de los consumidores tiende a diluir barreras sociales mediante elculto al dios interior, estableciendo una relaci�n de respeto con el entorno, la naturaleza y el resto de individuos.

77.. Que la educaci�n es la base fundamental sobre la que se apoya el edificio de cualquier sociedad, siendo necesario para el sujeto y la pro-pia colectividad un flujo de informaci�n cient�fica y experiencial que permita que el individuo, al igual que elige una religi�n, pueda adop-tar la cultura que una u otra sustancia proporciona.

88.. Que las pol�ticas sobre drogas han de tener en cuenta a los consumidores para construir una sociedad integradora, reducir los riesgosy evitar los da�os que pudieran derivarse de un uso incorrecto de las sustancias, empezando por la derogaci�n inmediata de todos losconvenios y convenciones internacionales antidroga: Convenci�n ònica de Estupefacientes (1961), Convenio sobre SustanciasPsicotr�picas (1971) y Convenci�n de la ONU contra el Tr�fico Il�cito de Estupefacientes (Viena, 1988). En el caso concreto de Espa�a, unbuen comienzo ser�a revocar algunos art�culos de la ley Corcuera (L.O. 1/92 de Protecci�n de la Seguridad Ciudadana), sobre todo aque-llos que atropellan a los consumidores con abusivas sanciones: art�culos 25.1 y 23.h, principalmente.

99.. Que los gobiernos mundiales han de interrumpir su celosa labor de rechazo a todas aquellas sustancias y medicamentos susceptiblesde producir placer, raz�n por la cual, no lo olvidemos, se consumen con asiduidad. Asimismo, en la gesti�n del dolor debe primar la efi-cacia cient�fica por encima de consideraciones de �ndole pol�tica y/o econ�mica.

1100.. Que la prohibici�n de ente�genos y otras drogas constituye una pr�ctica econ�micamente ruinosa, ineficaz y anticient�fica, quefomenta y propaga enfermedades ven�reas, impide la investigaci�n biom�dica y corrompe a la sociedad obstaculizando el sistema judi-cial. Las sustancias causantes de ebriedad han sido legalmente utilizadas, de manera natural, durante miles de a�os, sin suscitar elmayoritario problema que suponen en la actualidad. En consecuencia, exigimos que los ingentes fondos econ�micos ?pagados connuestros impuestos? que actualmente se destinan a la represi�n sean utilizados con fines constructivos, en aras de la normalizaci�n yregulaci�n definitiva de las drogas, que engrosar�an las arcas del Estado con sus grav�menes, ofreciendo a los usuarios garant�as y con-troles de calidad sobre los productos consumidos.

Puedes firmar el manifiesto en hhttttpp::////wwwwww..mmaanniiffiieessttooppssiiccoonnaauuttiiccoo..ttkk..

8

psicon�utica

Page 9: ENTEOGENIA Revista libre de cultura y estudios psiconáuticos - núm. 1 jun-06

JJUUSSTTIIFFIICCAACCIIîîNN

Lejos de acometer el fomento o la condena del consumo de drogas Ðque debe constituiruna decisi�n libre y madurada individualmenteÐ, queremos incidir en las nefastas conse-cuencias que han supuesto las leyes contrarias a su consumo en el �mbito mundial. Frentea su funci�n te�rica como instrumento de la voluntad popular, la legislaci�n se ha emple-ado en la pr�ctica como arma de la mayor�a para criminalizar a las minor�as, distanci�n-dose en muchos casos del objetivo ideal de justicia. Se trata de una intromisi�n en la liber-tad personal que, para colmo de males, no ha conseguido sino agravar el problema quepretend�a subsanar.

Excusada en la protecci�n de la salud p�blica, la prohibici�n supone, sin embargo, deste-rrar a las sustancias de los procesos farmac�uticos de control de calidad, sin disuadir a lagran mayor�a de usuarios potenciales. Analizando los informes proporcionados por elObservatorio Europeo de Drogas y Toxicoman�as (OEDT), se desprende una tendenciaclara al aumento en los consumos, en el tr�fico y en el n�mero de detenciones, sin quese pueda establecer relaci�n directa entre mayor represi�n y menor consumo. Asimismo,los costes para la salud p�blica del impacto de las drogas ilegales son �nfimos si los com-paramos con los que acarrean las drogas legales, principalmente tabaco y alcohol. Delmismo modo, las tendencias de consumo reflejan que los consumidores de sustancias ile-gales derivan progresivamente hacia h�bitos de consumo m�s saludables. Pese al enor-me desembolso social de la prohibici�n, los supuestos beneficios resultan pr�cticamenteinsignificantes.

Por otra parte, la proscripci�n que sufren las drogas arrastra graves consecuencias ecol�-gicas debido a los programas oficiales para la erradicaci�n de cultivos, con fumigacionest�xicas que repercuten negativamente en el producto final y contaminaci�n descontrola-da de amplias zonas de selva virgen. Al mismo tiempo, las inyecciones de productos pro-cedentes del mercado negro tienen gran parte de culpa en la transmisi�n del SIDA y otrasenfermedades. Como atestigua Jonathan Ott en su Pharmacotheon, Çen Estados Unidosy en Europa alrededor del 25% de todos los casos de SIDA, principalmente entre heterose-xuales y ni�os, son resultado directo o indirecto de la administraci�n intravenosa de dro-gasÈ.

Otro de los perjuicios a la salud p�blica es la detenci�n en seco de estudios e investigacionessobre las propiedades terap�uticas de varios de los embriagantes prohibidos, como la LSD,comercializada originalmente por Sandoz y con interesantes aplicaciones en psicoterapia,adem�s de su contrastada val�a como analg�sico de larga duraci�n y coadyuvante en el tra-tamiento de pacientes con c�ncer terminal. Sin embargo, su inclusi�n oficial en la Lista I lacondena a la condici�n de f�rmaco sin ninguna utilidad terap�utica aceptada. Pero el �cido

lis�rgico no es el �nico perjudicado: compuestos como el cannabis,la ketamina, la MDMA o la tan difamada hero�na, con aplicacionesm�dicas legales en pa�ses cient�ficamente avanzados, han demos-trado un amplio potencial como medicamentos. Una vez m�s, losintereses econ�micos se anteponen al conocimiento cient�fico, fre-nando as� el avance en la comprensi�n del funcionamiento delcerebro humano. De hecho, varias de las sustancias fiscalizadasson generadas de manera end�gena por nuestra materia gris (DMT,morfina, endocannabinoides), mientras que otras act�an por simi-litud con los neurotransmisores cerebrales. El hecho de que se pro-h�ban principios activos presentes en el enc�falo de los mam�ferosconstituye una evidente paradoja rayana en el absurdo. Paracolmo, la excesiva reglamentaci�n legal ha llevado a EstadosUnidos a aprobar la Ley sobre Compuestos An�logos a SustanciasControladas, que impide incluso el desarrollo de nuevas sustanciascuya composici�n qu�mica se asemeje a alguna de las drogas des-autorizadas, aparte de convertir en ilegales todas las especies ani-males y vegetales del planeta, seg�n los antojos del gobierno.

9

psicon�utica

Page 10: ENTEOGENIA Revista libre de cultura y estudios psiconáuticos - núm. 1 jun-06

El principal problema del control sobre las drogas es que �stas se llevan utilizando univer-salmente desde el principio de los tiempos, se utilizan ahora y se utilizar�n en el futuro, pormucho que la ONU siga imponi�ndose metas para su erradicaci�n mundial: la pr�xima, en el2008. Los datos disponibles no s�lo convierten en irrisorias sus predicciones, sino que obli-gan a replantear la eficacia de tan enorme inversi�n, en t�rminos sociales y econ�micos,con la infecunda tentativa de contrariar la voluntad de un creciente n�mero de ciudadanosadultos. Siempre que exista demanda persistir� la oferta. De hecho, el consumo de embria-gantes constituye a su vez una actividad com�n entre los animales. Las leyes en este senti-do no hacen sino pervertir el sistema, encareciendo los precios y auspiciando la adultera-ci�n: el mayor beneficiario es, por lo tanto, el traficante, mientras que millones de consu-midores sufren las consecuencias de un sistema que los trata como criminales.

Cualquier nueva iniciativa legal deber�a ser sometida a un an�lisis en t�rminos de eficaciay seguridad. En este sentido, la ley antidroga, que ni siquiera ha cumplido el siglo de vida,arroja cifras cada vez m�s preocupantes, mientras que los gobiernos eluden con insisten-cia su diagn�stico, que forzar�a el planteamiento de estrategias diferentes. En su lugar, sepersevera en la pueril actitud represiva, cuyo logro no ha obtenido m�s que una eficaciamarginal, en un absurdo intento por cambiar el comportamiento de la sociedad. Adem�s,la mayor�a de los esfuerzos represivos se centran en castigar al consumidor m�s que enreducir la oferta, lo que resulta sumamente ineficaz.

Por otra parte, una de las mayores v�ctimas de la hipocres�a actual es la informaci�n, cuyatransparencia se ha perdido en beneficio del sesgo moralista y la tergiversaci�n coactiva,provocando que muchos hayan retirado su confianza a las tesis oficiales, ampliamentecacareadas, adem�s, por los medios de comunicaci�n. Tanto la banalizaci�n de los riesgosderivados del uso de drogas como la exageraci�n de los mismos constituyen actitudes peli-grosas y moralmente reprensibles.

Al prohibir ciertos tipos de drogas, los gobiernos no hacen sino promover el uso de otras,como el alcohol o la nicotina, cuya aceptaci�n social no se corresponde con su escasa peli-grosidad: de hecho, ambas sustancias son causantes del 12% de las muertes anuales en elmundo, seg�n un estudio de la Organizaci�n Mundial de la Salud (Ginebra, 17 de marzo de2004). Por su parte, drogas como la coca�na, el opio, la marihuana y las anfetaminas,legalmente prohibidas, causan �nicamente el 0,4% de las muertes, como atestigua elmismo estudio. Lo mismo sucede en otras sociedades, como en algunos pa�ses musulma-nes, donde se condena moralmente el alcohol pero se aceptan otras sustancias, como elhach�s y el opio. Las drogas socialmente aceptadas var�an, por tanto, de unas sociedades aotras, pero el problema sigue siendo el mismo.

Si analizamos la historia de la prohibici�n, comprobaremos que �sta ha estado ligada his-t�ricamente a prejuicios raciales y discriminaci�n de las minor�as: el opio, para frenar elprogreso econ�mico de los emigrantes chinos en EE UU; la coca�na, por ser considerada unadroga de negros, acus�ndola de incitarlos a cometer violaciones; la marihuana, asociadaen los a�os treinta a los emigrantes mexicanos pobres, se prohibi� porque el c��amo hac�acompetencia como tejido al nylon de DuPont, �ntimo del presidente Nixon, lo cual margi-naba a�n m�s a los chicanos.

Pero esto no es todo. Volviendo con Ott, Çun gobierno como el de Estados Unidos contro-lador de una lucrativa operaci�n que mueve billones fomentando el uso de drogas legales,mata a cientos de personas inocentes para detener a uno de sus antiguos empleados […],un gobierno que ha envenenado secretamente con LSD y otras drogas a incontables civiles,enfermos mentales y prisioneros, que ha filmado clandestinamente c�mo contribuyentesdrogados se divert�an en la cama con prostitutas pagadas con dinero p�blico, que empuj�a uno de sus funcionarios al suicidio poni�ndole LSD en su c�ctel, que no ha dudado en tra-ficar con narc�ticos y coca�na, recaudando dinero sucio para acciones militares ilegales,contra la prohibici�n expresa del Congreso, no tiene base moral alguna para prohibir nin-guna drogaÈ.

10

psicon�utica

Page 11: ENTEOGENIA Revista libre de cultura y estudios psiconáuticos - núm. 1 jun-06

La mayor�a de los problemas asociados a las drogas no son causa de las mismas, sino de suprohibici�n, y las razones esgrimidas por drogabus�logos y distribuidores de paranoiacarecen de base cient�fica, aparte de centrarse en hip�tesis dif�cilmente demostrables,como el hecho de que la legalizaci�n disparar�a el consumo. S�lo hay que remitirse a losdatos: Holanda, pa�s que desde 1976 aplica una pol�tica de tolerancia hacia los consumido-res de cannabis, presenta un tercio menos de heroin�manos que en Espa�a y la mitad deconsumidores de cannabis (en ratio por mil habitantes). Tambi�n es el pa�s europeo conmenor tasa de contagio de VIH y otras enfermedades ven�reas entre heroin�manos: s�lohay que comparar los diversos informes del OEDT.

Mo Mowlan, ex ministra por Irlanda del Norte y ex responsable de la pol�tica sobre dro-gas del gobierno brit�nico, afirmaba en un art�culo publicado en The Guardian el 9 deenero de 2003: ÇLas drogas en este pa�s son casi m�s f�ciles de conseguir que el alcohol:la oferta de esas sustancias no est� limitada por regulaciones como las que limitan laventa de bebidas alcoh�licas; un n�mero importante de personas, sobre todo adolescen-tes y j�venes, fuman marihuana y muchos consumen tambi�n �xtasis y coca�na. No sondelincuentes; son personas que usted conoce. Es gente que perfectamente podr�a estarsentada junto a usted en el trabajo, o viviendo en su casa. Y se les est� obligando a un con-tacto casi diario con el crimen organizado. ?No es una situaci�n delirante? Deber�amosencontrar algo de sentido com�n […] y empezar a pensar c�mo legalizar las drogas yc�mo despenalizar nuestra sociedad. Reconozcamos la realidad y empecemos por reducirla cantidad de presos que est�n saturando las prisiones. Empecemos a distribuir las drogasa trav�s de establecimientos autorizados y debidamente regulados, donde, a diferencia delos traficantes callejeros de hoy, la posibilidad de tener que v�rselas con alguien queempu�a una pistola sea virtualmente igual a cero. Admitamos que lo estamos haciendomal, dirigiendo nuestros miedos y prejuicios contra ciertas drogas para cumplir unas pol�-ticas obcecadas que tienen efectos sociales nefastosÈ.

Tambi�n en Espa�a se han alzado voces paralelas. Sin ir m�s lejos, Jos� Mar�a Mendiluce,en un art�culo publicado en El Pa�s el 27 de marzo de 1995, afirmaba lo siguiente: ÇEl infor-me recientemente publicado por la Junta Internacional de Fiscalizaci�n deEstupefacientes […] constata que en el �ltimo a�o, siguiendo la misma t�nica que ena�os anteriores, se ha producido un marcado aumento del consumo de sustancias prohi-bidas, se han incrementado la violencia y la delincuencia, as� como la peligrosidad en lalucha contra el narcotr�fico, y, en l�gica consecuencia, se aboga, se exige casi, continuarcon la pol�tica de intolerancia, represi�n y victimizaci�n de millones de personas implica-das en la cadena de producci�n, distribuci�n, consumo y terapia que se ha ido tejiendo entorno a las drogas prohibidas. Es obvio que el camino emprendido desde que se inici�, bajolos auspicios de Naciones Unidas y en el marco de los acuerdos de Ginebra de 1963, lasenda de la prohibici�n, ha demostrado no ser la v�a que conduce a la superaci�n del pro-blema. M�s bien Ñde continuar con la actual pol�tica de intolerancia y represi�nÑ, estecamino conduce a un abismo cada vez m�s profundo. El empe�o en no rectificar, por

parte de los bur�cratas y responsables pol�ticos de NacionesUnidas, se asemeja a una (involuntaria quiz�) conspiraci�n per-versa de estos expertos y dignatarios, que en su ingenua y ut�-pica ceguera quiz� consigan que este abismo se vaya llenando,a�o tras a�o, de mayor n�mero de seres humanos muertos,enfermos, encarcelados, perseguidos, marginados, prostituidos,camellos de poca monta, polic�as y militares corruptos, inducto-res arrepentidos, trabajadores sociales y sanitarios frustrados, yun largo etc�tera de miseriasÈ.

En lo que respecta a las soluciones, Francisco Ayala, narrador ycr�tico espa�ol, publicaba en El Pa�s, el 18 de agosto de 1988, unart�culo, titulado ÇLa droga, entre la moral y el derechoÈ, queconclu�a as�: ÇUna cosa es evidente: la despenalizaci�n, si hubie-ra de efectuarse, tendr�a que llevarse a cabo de manera coordi-nada en todas partes. Decretada por un solo gobierno, converti-r�a de inmediato al pa�s correspondiente en dep�sito franco para

11

psicon�utica

Page 12: ENTEOGENIA Revista libre de cultura y estudios psiconáuticos - núm. 1 jun-06

el comercio de la droga y centro de atracci�n de sus adictos. Ser�a, pues, indispensableponer en pr�ctica de forma conjunta y concertada, quiz� paulatina, acaso oficialmentecontrolada, la liberaci�n de su venta. Pero ello requiere un acuerdo firme entre los gobier-nos de los pa�ses afectados, y de modo principal Estados Unidos. Mi impresi�n, seg�n veolas cosas, es que de ellos tal vez pueda partir tambi�n la iniciativa para rectificar el funes-to error cometido cuando se quiso convertir al poder p�blico en guardi�n de la moralidadprivadaÈ.

El mism�simo Gabriel Garc�a M�rquez, en su ÇManifiesto a favor de la legalizaci�n de lasdrogasÈ (Cambio 16, 29 de noviembre de 1993), apuntaba que Çla pol�mica sobre la drogano deber�a seguir atascada entre la guerra y la libertad, sino agarrar de una vez al toro porlos cuernos y centrarse en los diversos modos posibles de administrar la legalizaci�n. Esdecir, poner t�rmino a la guerra interesada, perniciosa e in�til que nos han impuesto lospa�ses consumidores y afrontar el problema de la droga en el mundo como un asunto pri-mordial de naturaleza �tica y de car�cter pol�tico, que s�lo puede definirse por un acuer-do universal con los Estados Unidos en primera l�nea. Y, por supuesto, con compromisosserios de los pa�ses consumidores para con los pa�ses productoresÈ. Podemos encontrar, asu vez, una interesante propuesta de acciones concretas encaminadas a la regulaci�n delas sustancias ilegales en el portal de Internet Politicadedrogas.info, donde Santiago Tenapresenta un m�todo formal Ñla planificaci�n estrat�gicaÑ para intentar objetivar la res-puesta ante el creciente uso de drogas ilegales, esbozando un posible plan de acci�n dealto nivel para cubrir la misi�n de preservar la salud p�blica.

Queda clara, pues, la necesidad de dar pasos en el sentido contrario a la represi�n que seviene fraguando en la actualidad, que debe tratarse de una acci�n conjunta por parte devarios Estados, y que la iniciativa habr�a de emanar de la primera potencia mundial. Comoes muy poco probable que la patria del puritanismo reconozca su fracaso, quiz�s haya queesperar a que la situaci�n caiga por su propio peso, o a que la presi�n por parte de los con-sumidores obligue a rectificar. No se puede bajar la guardia. Como afirmaba, a modo decolof�n, Mart�n Barriuso en el seminario internacional ÇExploring Global ProhibitionRegimes. The Case of Dangerous DrugsÈ, organizado y celebrado en The InternationalInstitute for the Sociology of Law, de O�ati (Guip�zcoa), del 20 al 22 de junio de 2001, Çlaprohibici�n goza de buena salud […], pero eso no significa que las cosas no puedan cam-biar. La experiencia de los �ltimos a�os muestra que es posible poner en marcha progra-mas novedosos de reducci�n de riesgos y abrir nuevas v�as legales para la normalizaci�n,mediante la presi�n a escala local, permitiendo cambios descentralizados, discretos y efec-tivos. Ello exige un fino an�lisis de las estructuras de poder en materia de drogas en cadaregi�n, una estrategia clara y realista para enfrentarse a las mismas, m�todos de acci�nflexibles y audaces y, sobre todo, mucha imaginaci�n. El movimiento de oposici�n a labarbarie prohibicionista se juega el tipo frente a una estructura de poder compleja y biendefendida, dirigida por mentes l�cidas, armadas de informaci�n ingente y un adecuadonivel de cinismo e hipocres�a, pero cuya principal debilidad es la de llevar demasiados a�osjugando en un tablero trucado y con el �rbitro comprado. Esamisma naturaleza vetusta, ese car�cter mastod�ntico, es el tal�nde Aquiles de la prohibici�n de drogas, un muro cicl�peo cuyaspiedras tal vez nadie pueda derribar de momento, pero por cuyasgrietas pueden llegar a pasar muchos, a condici�n, eso s�, de quesean lo bastante flexiblesÈ.

Quien desee ampliar informaci�n puede encontrar una ampliaselecci�n de textos, art�culos y titulares de prensa relacionadoscon el asunto, desde el a�o 1900 hasta nuestros d�as, en la p�gi-na web del infatigable investigador hist�rico Juan Carlos Us�:Mundo Antiprohibicionista ((hhttttpp::////ppeerrssoo..wwaannaaddoooo..eess//jjccuussoo//))..

12

psicon�utica

Page 13: ENTEOGENIA Revista libre de cultura y estudios psiconáuticos - núm. 1 jun-06

Manuel VillaescusaEn este trabajo presento un estudio de los efectos experimentados por sujetos occidenta-les durante la semana despu�s de haber participado en una sesi�n de ayahuasca. Se tratade un estudio cualitativo que quiere explorar el efecto inmediato de las tomas de ayahuas-ca en los participantes y comprender qu� aspectos de sus vidas se ven afectados y c�mo.El objetivo de este trabajo es obtener una mayor comprensi�n de c�mo el uso de ayahuas-ca se est� integrando fuera de su �mbito tradicional amaz�nico, y qu� posibilidades tera-p�uticas puede ofrecer a los occidentales que se acercan al uso de esta sustancia.

AANNTTEECCEEDDEENNTTEESS HHIISSTTîîRRIICCOOSS

La ayahuasca es una poci�n vegetal psicoactiva empleada por los ind�genas amaz�nicoscon fines curativos, adivinatorios y espirituales. El uso de ayahuasca ha sido investigadoexhaustivamente entre las poblaciones nativas de la cuenca amaz�nica. Pruebas arqueo-l�gicas muestran la existencia del uso ritual de ayahuasca por los ind�genas amaz�nicosdesde hace m�s de 5.000 a�os (Schultes, 1972). El primer dato registrado por occidenta-les sobre esta pr�ctica ind�gena se remonta al siglo XVII, cuando misioneros jesuitas descri-bieron la existencia de Çpociones diab�licasÈ preparadas con lianas por los nativos de lasjunglas peruanas (Ott, 1994). La primera identificaci�n bot�nica de la ayahuasca fue rea-lizada por el bot�nico brit�nico Richard Spruce durante su expedici�n amaz�nica en 1852(Schultes, 1968). Desde entonces ha habido una abundante investigaci�n sobre el tema,principalmente realizada por antrop�logos y etnobot�nicos. Como antrop�logo podemosdestacar la figura de Gerardo Reichel-Dolmatoff, que pas� treinta a�os de su vida estu-diando y viviendo con los indios Tukano de la amazonia colombiana. Document� y anali-z� en profundidad el simbolismo de sus creencias y costumbres, especialmente el usoritual de ayahuasca (Reichel-Dolmatoff, 1997). Respecto a la etnobot�nica, uno de lospadres de la disciplina fue Richard Evans Schultes, que dedic� su vida al estudio de lasplantas amaz�nicas medicinales y psicoactivas. Schultes document� sistem�ticamente larelaci�n entre los ind�genas amaz�nicos y las plantas usadas en sus rituales, produciendouna obra de valor extraordinario (Schultes, 1990).

IINNVVEESSTTIIGGAACCIIOONNEESS EENN PPSSIICCOOTTEERRAAPPIIAA

Las investigaciones sobre ayahuasca desde una perspectiva psicoterap�utica han sidoescasas hasta recientemente. Uno de los primeros trabajos en esta direcci�n fue ÇTerapiade grupo primitivaÈ, de M. Lemlij, donde se estudian los procesos grupales de las ceremo-nias de sanaci�n en las junglas peruanas (Lemlij, 1978). Se trata de un intento interesan-te de interpretar los rituales cham�nicos usando conceptos desarrollados en la teor�a ypr�ctica de la terapia de grupo occidental. En este trabajo se enfatiza la importancia delgrupo como contenedor para la expresi�n de conflictos intra e interpersonales y emocio-nes no resueltas. Otro ejemplo de enfoque psicol�gico en el estudio de la ayahuasca es eltrabajo ÇFunciones sociopsicoterap�uticas de sanaci�n con ayahuasca en AmazoniaÈ(Andritzky, 1989). La eficacia sanadora de los rituales ayahuasqueros es explicada desdeuna perspectiva psicodin�mica y transpersonal. En este trabajo el autor incluye sus pro-pias experiencias participando en rituales e ingiriendo la bebida, describiendo los efectosperceptivos y cognitivos experimentados, entre los cuales resalta la posibilidad de accedera la experiencia consciente de los procesos internos de simbolizaci�n. El autor establecealgunos paralelismos entre el ritual amaz�nico y la pr�ctica psicoterap�utica occidental,comparando al cham�n con un psicoanalista de grupo que trabaja con los procesos incons-cientes grupales. Tambi�n compara los principios que subyacen a las pr�cticas sanadorasamaz�nicas con los conceptos te�ricos manejados por la psicolog�a transpersonal. Su tra-bajo no menciona la participaci�n de occidentales en estos rituales, y s�lo menciona el usode alucin�genos en las sociedades industriales europeas y norteamericanas como un s�n-toma de desintegraci�n social y personal.

13

Efectos subjetivosa corto plazode tomas de ayahuascaen contexto occidental urbano

Page 14: ENTEOGENIA Revista libre de cultura y estudios psiconáuticos - núm. 1 jun-06

IINNVVEESSTTIIGGAACCIIOONNEESS PPSSIICCOOLLîîGGIICCAASS FFUUEERRAA DDEELL CCOONNTTEEXXTTOO IINNDDêêGGEENNAA::EELL PPRROOYYEECCTTOO HHOOAASSCCAA

Al expandirse a finales del siglo XX el uso de ayahuasca fuera de su contexto tradicionalamaz�nico, empezaron a surgir investigaciones que estudiaban este fen�meno. Hastaahora, la m�s importante ha sido el proyecto Hoasca (Grob et al, 1996), un estudio mul-tidisciplinar sobre miembros de una iglesia sincr�tica brasile�a que usa ayahuasca comosacramento, la Uni�n del Vegetal o UDV. En esta investigaci�n se encontr� que participarregularmente en ceremonias de ayahuasca hab�a ayudado a varios sujetos del estudio apasar de estilos de vida autodestructivos (abuso de drogas, violencia familiar, criminali-dad) a comportamientos m�s saludables y equilibrados. No se encontr� ning�n d�ficitcognitivo ni f�sico en personas que llevaban varios a�os tomando regularmente ayahuas-ca, en cambio se encontraron indicios de un incremento de la actividad del sistema sero-tonin�rgico, lo que puede ser asociado a estados de bienestar emocional.

OOBBJJEETTIIVVOOSS DDEE LLAA IINNVVEESSTTIIGGAACCIIîîNN

El objetivo es identificar y comprender posibles aspectos psicoterap�uticos a corto plazoque puedan beneficiar a los occidentales europeos que toman ayahuasca en contextosurbanos. La pregunta central puede ser presentada de la siguiente manera: Ç?Qu� efectoshas notado, si has notado alguno, durante la semana posterior a la sesi�n?È.

Los procesos psicoterap�uticos son considerados a partir de la perspectiva de la psicolog�ahumanista: las maneras con las que los participantes toman consciencia de sus necesidadesy c�mo las satisfacen, sus modalidades de entrar en contacto con su entorno, la manera enla que dan sentido a su existencia encontrando su lugar en el mundo y c�mo realizan supotencial humano. Tambi�n me interesan los procesos estudiados por la psicolog�a transper-sonal, c�mo los participantes viven su dimensi�n espiritual y qu� beneficios psicoterap�uti-cos obtienen a trav�s de ello. Este estudio se propone investigar los cambios percibidos porlos participantes en ellos mismos y en su relaci�n con los dem�s a ra�z de su participaci�n enlas tomas de ayahuasca y c�mo esta experiencia puede contribuir en su bienestar psicol�gi-co. Considero el ritual y la sustancia como un todo, ya que ambos est�n integrados en unfen�meno �nico, la experiencia ayahuasquera. En este trabajo no estudio los fen�menos quesuceden durante la sesi�n ni los contenidos de la experiencia visionaria por la que atraviesanlos participantes, sino el impacto de esta experiencia en la vida cotidiana de los sujetos.

Seleccion� sujetos que hubieran participado al menos en una sesi�n de ayahuasca de lasque fueron celebradas en un centro rural a una hora de la ciudad con frecuencia mensualentre octubre de 2005 y abril de 2006. Participaron en el estudio 25 personas, diez muje-res y quince hombres, de edades comprendidas entre 19 y 54 a�os. La mayor�a de los par-ticipantes tienen estudios universitarios y son profesionales aut�nomos, imperando lasprofesiones sanitarias (psiquiatras, m�dicos, psic�logos y terapeutas).

PPRROOCCEEDDIIMMIIEENNTTOO

Entrevist� a los 25 participantes, pregunt�ndolos: Ç?Qu� efectos has notado, si has nota-do alguno, durante la semana posterior a la sesi�n?È, con el objeto de invitar a producirnarrativas que describiesen la experiencia del sujeto en los d�as siguientes a la ingesti�nde ayahuasca.

EESSTTRRAATTEEGGIIAA AANNAALLêêTTIICCAA

Una elecci�n que se presenta a todo investigador es entre una metodolog�a cuantitativa,por ejemplo tests o cuestionarios, en los que el investigador recoge pocos datos sobre ungran n�mero de personas, buscando una validez m�s amplia de sus conclusiones, y unametodolog�a cualitativa, como entrevistas en profundidad, recogiendo muchos datossobre un n�mero reducido de personas con la intenci�n de capturar la riqueza y comple-jidad del fen�meno investigado (Uzzell, 1995). En el caso de esta investigaci�n sobre losaspectos terap�uticos de las tomas de ayahuasca en contexto occidental urbano, mi opi-

14

psicon�utica

Page 15: ENTEOGENIA Revista libre de cultura y estudios psiconáuticos - núm. 1 jun-06

ni�n es que una metodolog�a cuantitativa habr�a corrido el riesgo de no captar los com-plejos aspectos subjetivos de este fen�meno. Una metodolog�a cualitativa, en cambio,permite considerar la riqueza de la particular visi�n del mundo de los participantes. Heusado en este trabajo las modalidades de entrevista y an�lisis del An�lisis Tem�tico, des-arrolladas por G. y W.F. Rosenthal en el contexto de metodolog�as de investigaci�n inter-accionistas y fenomenol�gicas (Wengraf, 2001). El An�lisis Tem�tico es un ejemplo dedise�o de entrevista semi-estructurada basado en una sola pregunta inicial, dirigida a pro-ducir una narrativa autobiogr�fica. Un enfoque narrativo ofrece la ventaja de captar lavida de los sujetos como ellos mismos la viven, sin imponer una estructura que les esajena. Es una metodolog�a de investigaci�n que incluye datos en vez de excluirlos, y evitala tendencia al reduccionismo. Tambi�n refleja la pr�ctica y los valores de la psicoterapia,como por ejemplo el respeto de la riqueza y la unicidad de la experiencia individual. Unenfoque cualitativo ofrece la posibilidad de considerar la dimensi�n espiritual de la expe-riencia humana, ya que es �nica para cada individuo y es dif�cilmente medida o explicadausando un modelo de causa/efecto.

EEPPIISSTTEEMMOOLLOOGGêêAA

Adoptando un enfoque constructivista, proces� los datos obtenidos a trav�s de las entre-vistas no simplemente como una descripci�n de los hechos sino como una versi�n de unarealidad co-construida entre los participantes y yo mismo. Consider� el impacto que elacto de entrevistar tuvo en los participantes y en m� mismo, ya que producir una narrati-va es una manera de dar sentido y forma a nuestra experiencia compartida de la realidad:

ÇUno de los factores claves del paradigma cualitativo es que los investigadores constru-yen versiones del mundo a trav�s de sus actividades como sujetos sociales y pol�ticos, y nose limitan a reflejar hechos de una auto-evidente realidad objetiva; esta posici�n es deno-minada ÒconstructivismoÓ epistemol�gicoÈ (Henwood, 1996).

Por lo tanto, en este estudio no intent� satisfacer el criterio de objetividad como esexpresado en el paradigma cuantitativo a trav�s del uso de medici�n, datos estad�sticoso condiciones experimentales controladas. Se puede afirmar que mensurabilidad y repli-cabilidad no son los �nicos criterios necesarios para la validez de la investigaci�n cient�-fica. Tambi�n es posible generar nuevas teor�as cient�ficas que est�n basadas firmemente en los relatos individuales de los participantes, trabajando en la construcci�n de signi-ficados intersubjetivos (Henwood, 1996). Mi objetivo fue respetar e investigar la rique-za de la experiencia personal de los participantes.

15

psicon�utica

Page 16: ENTEOGENIA Revista libre de cultura y estudios psiconáuticos - núm. 1 jun-06

CCOONNTTEEXXTTOO DDEELL EESSTTUUDDIIOO

Las sesiones en las que participaron los sujetos de este estudio se celebraron durantevarios retiros de fin de semana entre octubre de 2005 y marzo de 2006 en una casa rurala una hora de la ciudad. Estos retiros fueron organizados y dirigidos por psic�logos y psi-coterapeutas occidentales formados en el uso de ayahuasca a trav�s de su propia expe-riencia y aprendizaje en distintos contextos: tomas con chamanes amaz�nicos en ceremo-nias tradicionales, tomas en rituales de iglesias sincr�ticas brasile�as como el Santo Daimeque usan ayahuasca como sacramento y tomas con otros terapeutas occidentales m�sexpertos que celebran ceremonias de ayahuasca dentro de programas psicoterap�uticosdirigidos a una poblaci�n europea urbana. El modelo de sesi�n de ayahuasca empleado eneste estudio consiste en una integraci�n de estos tres �mbitos de toma.

11)) ççmmbbiittoo ttrraaddiicciioonnaall cchhaamm��nniiccoo

De las varias tradiciones cham�nicas amaz�nicas se adopta el seguimiento de dietas y res-tricciones previas y posteriores a la sesi�n y el concepto de retiro y ayuno purificador comocontexto de la sesi�n. Tambi�n se siguen los preceptos tradicionales de celebrar la sesi�n denoche, en c�rculo sentados o tumbados y en silencio, excepto el gu�a que dirige la sesi�n consus cantos, que tienen el poder de evocar estados de �nimo y favorecer procesos curativos.Adem�s de estas cuestiones pr�cticas, los terapeutas transmiten conceptos pertenecientesa las cosmovisiones cham�nicas, como la idea de la ayahuasca como medicina para el cuer-po y para el alma, que ayuda a liberarse de enfermedades ps�quicas y f�sicas (con �nfasismayor en el aspecto psicol�gico, alej�ndose del ÇcuranderismoÈ), y el v�mito como unamanifestaci�n de esa liberaci�n. Este poder curativo es concebido como algo otorgado porla naturaleza, por un reino vegetal que tiene la inteligencia necesaria para ayudar a loshumanos que se acercan a �l. Tambi�n es transmitida por los terapeutas la creencia en lanecesidad del occidental urbano de acercarse de nuevo a la naturaleza de la que se encuen-tra ahora patol�gicamente separado, siendo esto causa de neurosis y enfermedad. Estudiosprevios (Villaescusa, 2002) muestran c�mo participantes occidentales en sesiones de aya-huasca desarrollan una mayor conciencia ecol�gica, mejorando su relaci�n con el entornonatural y aumentando su aprecio por el mundo vegetal. Esta idea de naturaleza como fuen-te de aprendizaje y de salud es una de las principales ense�anzas recibidas del chamanismoamaz�nico y transmitidas a los participantes.

22)) ççmmbbiittoo ssiinnccrr��ttiiccoo bbrraassiillee��oo

De las iglesias sincr�ticas se adopta el canto de algunos himnos del Santo Daime y el usode instrumentos como la guitarra, la calimba, las maracas o el tambor. Tambi�n se utilizala pr�ctica daimista de la Çdefumaci�nÈ o quema ritual de incienso durante ciertosmomentos de la ceremonia. Los himnos, que al provenir de una religi�n sincr�tica expre-san alabanzas a Dios, Cristo y a la Virgen Mar�a a veces bajo otras formas (la Reina de laFloresta, por ejemplo) ofrecen la posibilidad, para los participantes que as� lo deseen, deacceder a la dimensi�n espiritual a trav�s de la pr�ctica devocional. Una de las principalesense�anzas recibidas de los rituales daimistas es el poder terap�utico de ladevoci�n y de la oraci�n, que orientan el estado modificado de conscienciaproducido por la ayahuasca hacia experiencias m�sticas de beatitud.

33)) ççmmbbiittoo ppssiiccootteerraapp��uuttiiccoo oocccciiddeennttaall

Desde un punto de vista pr�ctico, del �mbito psicoterap�utico occidental seadoptan t�cnicas de conducci�n de grupos, como una ronda de preparaci�nantes de la experiencia, donde cada uno verbaliza su intenci�n y lo quequiere conseguir o resolver con el ritual, y una ronda de integraci�n al fina-lizar la sesi�n, donde cada uno comparte su experiencia y las ense�anzasque ha recibido. En estas rondas, el terapeuta realiza devoluciones a los par-ticipantes que lo desean, aplicando conceptos provenientes de distintasescuelas de psicoterapia, en su mayor�a de corriente humanista.

16

psicon�utica

Page 17: ENTEOGENIA Revista libre de cultura y estudios psiconáuticos - núm. 1 jun-06

La figura del gu�a de la sesi�n se presenta como un profesional que ha seguido una forma-ci�n terap�utica que le permite facilitar la sesi�n y orientar a los participantes, pero quecarece de los poderes sobrenaturales de un cham�n o del carisma de un l�der religioso. Estambi�n una aportaci�n occidental el uso de m�sica reproducida por alta fidelidad, inclu-yendo m�sica cl�sica, �tnica y electr�nica.

MMOOTTIIVVAACCIIOONNEESS DDEE LLOOSS PPAARRTTIICCIIPPAANNTTEESS

Es de notar que casi ninguno de los participantes presentaba ninguna patolog�a ps�quicani se acercaba a la toma de ayahuasca con la idea de resolver alguna neurosis. S�lo tresde los sujetos presentaban problem�ticas m�s graves, uno saliendo de varios a�os deadicci�n a opi�ceos y los otros dos sufriendo depresi�n, ansiedad e insomnio. Aparte deestos tres casos, las motivaciones que llevaron a los sujetos a participar en estas sesionespertenecen m�s al �mbito del desarrollo personal. Un an�lisis exhaustivo de las motiva-ciones de los participantes ser� sin duda un tema interesante para futuros trabajos, en�ste me limitar� a comentar brevemente algunos temas presentados en la ronda de pre-paraci�n a la experiencia, donde los sujetos exponen lo que les lleva a participar y lo quequieren obtener de la sesi�n. Varios participantes expresaron el inter�s en resolver con-flictos en varios �mbitos, especialmente el familiar y el laboral. Se esperaba obteneralguna respuesta que ayudase a aclarar dudas respecto a relaciones interpersonales odirecciones profesionales, buscando soluci�n a problemas como afrontar la enfermedadde un ser querido o el excesivo estr�s en el trabajo. Sin embargo, la mayor�a de los suje-tos no ten�a motivaciones tan precisas, buscando en la experiencia una ocasi�n de apren-dizaje m�s general, como aclarar cuestiones sobre el camino que uno est� tomando en lapropia vida. Es com�n entre los participantes seguir alg�n camino de desarrollo personaly espiritual, como la pr�ctica del yoga y la meditaci�n. La ayahuasca es una herramien-ta m�s en su camino de evoluci�n, un medio para progresar en la v�a de realizaci�n quehan escogido.

RREESSUULLTTAADDOOSS

Los resultados del An�lisis Tem�tico se pueden dividir en ocho grandes temas: aspectosf�sicos y sensoriales, aspectos emocionales, aspectos cognitivos, relaciones interpersona-les, estados cumbre, reintegraci�n a la realidad cotidiana, desarrollo de la inteligenciaemocional y procesos de cambio. Cada tema principal contiene varios sub-temas que ser�nanalizados a continuaci�n.

11)) AAssppeeccttooss ff��ssiiccooss yy sseennssoorriiaalleess

Entre los relatos de los participantes en las sesiones de ayahuasca, una parte de suscomentarios se refieren a cambios experimentados en su cuerpo y en sus sentidos duran-te los d�as posteriores a la sesi�n. Los temas m�s relevantes fueron el experimentar unaumento de la percepci�n habitual del propio cuerpo y del entorno, el incremento de laactividad fisiol�gica, una mejor�a de la flexibilidad y de la coordinaci�n, sensaciones delimpieza interior y ganas de cuidar el propio cuerpo, as� como un alivio de dolores corpo-rales. Algunos participantes tambi�n mencionaron efectos negativos en el �mbito f�sico,como cansancio, diarrea y n�useas.

• Aumento de la percepci�n habitual del propio cuerpo y del entornoEn cuanto a las sensaciones f�sicas notadas durante la semana despu�s de la sesi�n de aya-huasca, la mayor�a de los comentarios mencionan un aumento de la percepci�n habitualdel propio cuerpo y del entorno. Se agudizan los sentidos, especialmente el gusto y el olfa-to, percibiendo matices en los olores y sabores antes desapercibidos. Esto puede resultarmuy agradable, como describe un participante: ÇEs un efecto secundario con el que nocontaba, pero no veas lo que disfruto con las cosas que saben bienÈ. Este aumento en la

17

psicon�utica

Page 18: ENTEOGENIA Revista libre de cultura y estudios psiconáuticos - núm. 1 jun-06

percepci�n de los sabores puede tambi�n tener consecuencias desagradables, como unsujeto que coment� que durante la semana posterior a la sesi�n experimentaba escalo-fr�os cada vez que recordaba el sabor de la ayahuasca.

El aumento en la percepci�n del propio cuerpo puede revelar sensaciones muy sutiles, ypermitir darse cuenta de peque�as variaciones en el organismo. Una participante narra lasiguiente experiencia: ÇDurante la sesi�n not� o tuve la Òpercepci�nÓ de que ten�a algo enel pecho izquierdo. Me fui el lunes a hacerme unas pruebas y efectivamente tengo dosfibroadenomas benignos que por supuesto desconoc�a. O sea, que como herramienta deauto-diagn�stico parece que funciona bastante bienÈ.

• Incremento de la activaci�n fisiol�gicaRespiraci�n:Este aumento de la percepci�n puede resultar en una sensaci�n subjetiva de incrementode la activaci�n fisiol�gica. Un sujeto not� que respiraba m�s profundamente de lo habi-tual, lo que puede ser resultado de una mayor percepci�n de la propia respiraci�n, o de unaumento real de la actividad respiratoria. Tambi�n hay que tener en cuenta que percibirmejor la propia respiraci�n y darnos cuenta de que no estamos respirando a plena capaci-dad nos permite relajarnos y hacer que respiremos mejor y m�s profundamente.

Vitalidad:En general, los participantes describen un incremento de energ�a y de actividad f�sica,aunque algunos experimentaron cansancio en los d�as siguientes a la sesi�n.

Sue�o:Un sujeto report� una mayor necesidad de dormir. Otro sujeto coment� que durmi� muybien y dej� de necesitar somn�feros esa semana. Durante el sue�o se suele producir unaumento de la actividad on�rica, varios participantes mencionaron haber so�ado mucho ycon escenas de alto contenido simb�lico, y un sujeto relat� haber experimentado sue�osl�cidos, donde la persona es consciente de estar so�ando mientras sigue dormida.

Apetito:Varios sujetos notaron un aumento del apetito, y en un caso con consecuencias muy posi-tivas: ÇLo m�s notable (que he notado) es sentir hambre, que despu�s de haber vomita-do un poco los nudos que tengo en el est�mago, he vuelto a sentir hambre (en los diez�ltimos a�os s�lo en agosto pasado volvi� mi cuerpo a sentir hambre) y llevo toda lasemana que me entra de todo, hasta la carne me sienta bienÈ.

• Flexibilidad y coordinaci�nLos participantes tambi�n mencionan una mayor flexibilidad, la cual, unida al aumento depercepci�n del propio cuerpo, permiti� mejor�as en actividades f�sicas y de coordinaci�n,como baile o yoga: ÇEn flamenco estoy centrada en las manos, mejoro muy lentamentepero es un cambio, !encuentro la sensaci�n en la mu�eca! Poco a poco, y con muchocurro por delante, pero veo que voy a poder (antes estaba bloqueada ah�)È.

• Limpieza interiorDespu�s de la sesi�n es frecuente notar una sensaci�n de bienestar y de limpieza internadel cuerpo que se desea mantener.

La sensaci�n de limpieza interna corporal es frecuentemente asociada a limpieza espiri-tual, ambas potenciando procesos de cambio, tema que ser� tratado m�s adelante:ÇAn�micamente estoy saliendo de una temporada de confusi�n y viendo todo m�s claro. Yla limpia de cuerpo y esp�ritu que hice ha sido clave en este proceso que tanto necesitabaÈ.

• Mejor relaci�n con el propio cuerpoEsta combinaci�n entre aumento de percepci�n corporal y sensorial, aumento de energ�ay de actividad fisiol�gica, mayor capacidad de descanso y relajaci�n, sensaci�n de bienes-tar y limpieza interior, puede explicar por qu� los participantes suelen desear mantenereste estado f�sico �ptimo y se dedican a pr�cticas saludables de cuidado del cuerpo. Son

18

psicon�utica

Page 19: ENTEOGENIA Revista libre de cultura y estudios psiconáuticos - núm. 1 jun-06

frecuentes entre los participantes cambios hacia estilos de vida m�s sanos, especialmentehacer m�s ejercicio y cuidar la dieta: ÇTengo m�s ganas de hacer yoga y de meditar ymenos ganas de beber alcohol y de los atracones navide�osÈ.

Un fen�meno observado, que ser� tratado m�s adelante, es el de cese de h�bitos perjudi-ciales como adicciones o comportamientos autodestructivos.

• Alivio de dolor corporalEntre los sujetos no hab�a ninguno que sufriera enfermedad, pero uno mencion� unamejor�a de contracturas y dolores corporales.

• Efectos negativosEn cuanto a efectos negativos, dos sujetos mencionaron sentir mareos y abatimientodurante los d�as posteriores a la sesi�n. Una participante relat� haber sufrido diarrea yn�useas durante la semana, no estando segura si se deb�a o no a su participaci�n en laceremonia. Otro sujeto no sufri� consecuencias negativas, pero tampoco apreci� ning�nbeneficio aparente de la sesi�n: ÇMe parece curioso que, pese a haber tenido una expe-riencia muy dolorosa en ciertos instantes pero considerada o vivida como de limpieza, nome siento m�s limpio o m�s descargadoÈ.

22)) AAssppeeccttooss eemmoocciioonnaalleess

Los temas relativos a aspectos emocionales en el discurso de los participantes menciona-ron los siguientes fen�menos: un aumento de la percepci�n e intensidad de las emocionesy un predominio de emociones positivas durante los d�as posteriores a la sesi�n. Tambi�nhubo sujetos que experimentaron efectos emocionales negativos.

• Aumento de la percepci�n e intensidad de las emocionesVarios participantes describen una intensificaci�n de las emociones o de la percepci�n dela actividad emocional. As� como en la activaci�n f�sica, esta mayor percepci�n se puededeber a un aumento de la sensibilidad, con lo que las emociones se perciben mejor, o unaumento en la intensidad de las emociones, haci�ndose as� m�s evidentes, o ambos pro-cesos a la vez: ÇSiento como si se me hubiese hecho una especie de ÒpeelingÓ emocional,y estoy muy sensible. Tengo una mezcla de miedo, confusi�n, alegr�a e ilusi�n. Pero en elfondo contentoÈ.

• Predominio de emociones positivasLos participantes declararon experimentar una mayor�a de emociones positivas, sobretodo alegr�a y serenidad: ÇDurante la semana me he sentido en paz. Por primera vez, laexperiencia me ha congratulado con el mundo de forma rotunda. La alegr�a ha sido impre-sionante, el optimismo, la claridad a la hora de analizar mis propias conductasÈ. Estas emo-ciones positivas fueron asociadas a una mayor abertura hacia los dem�s, tema que anali-zaremos en el siguiente apartado.

• Aspectos emocionales negativosUn sujeto declar� sentirse Çembotado emocionalmenteÈ. Otro participantepas� por un proceso dif�cil, atravesando emociones de tristeza, extra�eza yangustia que se resolvieron a los pocos d�as: ÇEl lunes estaba muy triste, ypor la tarde empec� a sentir una fuerte sensaci�n de extra�eza. Estuve enel cine y casi me salgo porque pensaba que me iba a dar un ataque de p�ni-co. Los he sufrido anteriormente y s� de qu� van. Pero todo qued� en la sen-saci�n de extra�eza. Por la noche llor� con angustia. Estaba preocupado. Elmartes me encontraba mejor. Por la tarde hab�a desaparecido la sensaci�nde extra�ezaÈ.

33)) AAssppeeccttooss ccooggnniittiivvooss

En cuanto a los aspectos cognitivos, los participantes comentaron habernotado durante la semana despu�s de la sesi�n una mayor capacidad de

19

psicon�utica

Page 20: ENTEOGENIA Revista libre de cultura y estudios psiconáuticos - núm. 1 jun-06

atenci�n y de concentraci�n, y ser m�s conscientes de sus patrones de pensamiento, espe-cialmente de aquellos limitantes que necesitan ser cambiados para obtener un beneficioterap�utico, y de sus procesos evolutivos.

• Atenci�n y concentraci�n Varios sujetos mencionan un aumento en su capacidad de atenci�n y de concentraci�n:ÇEstoy m�s presente en las clases de yoga y hasta con ganas de meditar. Con mayor capa-cidad de concentraci�n para todas las tareasÈ.

• Consciencia de patrones de pensamientoAlgunos participantes se volvieron m�s conscientes de sus patrones mentales, especial-mente de aquellos basados en creencias limitantes y contraproducentes, d�ndoles as� unaoportunidad de cambiarlas: ÇDurante la semana siguiente […] me di cuenta de qu� es loque hago: me creo lo malo y no lo bueno, por ese motivo siempre me he entregado alÒpobrecita de m�ÓÈ.

Otros sujetos advirtieron una mayor lucidez en la observaci�n de su actividad consciente:ÇHe podido estar m�s centrado en el trabajo interior, recordarme con m�s frecuencia,observar mis emociones, pensamientos y movimientosÈ.

• Consciencia de procesos evolutivosEs frecuente despu�s de las sesiones desarrollar la capacidad de tomar perspectiva sobrela propia vida, apercibiendo los cambios y el camino de desarrollo realizado hasta elmomento: ÇHe visto mi evoluci�n interior en el cariz de la experiencia. Es como sobrevo-lar un paisaje y ver con perspectiva c�mo ha ido mudando la orograf�aÈ.

Forma parte de este proceso el acceso a informaci�n sobre la propia vida, realizando untrabajo de revisi�n biogr�fica. Como describe una participante, Çotra parte del trabajo hasido la revisi�n de episodios de mi vida, especialmente de mi infancia, que no recordaba yque ahora me parece imposible que se me hubieran podido olvidar. Es como un trabajo dearqueolog�a en el subconsciente donde van saliendo a la luz partes de m� misma que esta-ban por ah� perdidas y pidi�ndome atenci�nÈ.

• Efectos negativosNo hubo ning�n comentario que describiera efectos cognitivos negativos despu�s de lassesiones.

44)) RReellaacciioonneess iinntteerrppeerrssoonnaalleess

Gran parte de los comentarios ofrecidos por los participantes eran relativos a su relaci�ncon los seres cercanos. Los temas que destacan se refieren a un aumento de la aberturainterpersonal, cari�o, renovaci�n y profundizaci�n del v�nculo, confianza en los dem�s,capacidad de perdonarse y perdonar y procesos de reconciliaci�n.

• Mayor abertura hacia los dem�sVarios sujetos comentaron percibir una mayor abertura hacia los dem�s, estableciendorelaciones especialmente afectuosas con las personas cercanas: ÇA nivel psicol�gico yemocional, durante el domingo, el lunes y el martes me sent� mucho m�s serena, afectuo-sa y abierta que habitualmenteÈ.

• Cari�oLos sujetos experimentaron un aumento del cari�o hacia los dem�s, especialmente haciaamigos y familiares: ÇEstoy esperando a que desaparezca el miedo para poder experimen-tar de una manera neta la informaci�n que va fluyendo a lo largo de los d�as, y los cam-bios sensibles que yo mismo advierto en mi relaci�n con los dem�s y con las cosas. Haycosas muy evidentes, como que me siento muy cari�oso con todo el mundo, y m�s con lagente que me es m�s cercanaÈ.

20

psicon�utica

Page 21: ENTEOGENIA Revista libre de cultura y estudios psiconáuticos - núm. 1 jun-06

• Renovaci�n y profundizaci�n del v�nculo interpersonalVarios participantes relataron haber disfrutado de una mayor intimidad en sus relacionesinterpersonales: ÇLa parte m�s agradable es que tambi�n he experimentado mucho amorde parte de otros amigos y familia, he pasado casi todo el fin de semana con unos y otrosen celebraci�n de la amistad y el placer de estar juntos, hablar y relacionarnos. Como si sehubiera renovado y profundizado el v�nculoÈ.

• Confianza en los dem�sEs probable que esta mayor abertura hacia los dem�s se deba a una disminuci�n del miedoy de la desconfianza. Varios sujetos mencionaron un aumento de la confianza en losdem�s: ÇMe relacion� mucho m�s con mis compa�eros. Sent�a mucha m�s confianza enlas personas, en la vida y en m�È.

• Capacidad para perdonarse y perdonarUn tema recurrente en los relatos de los participantes es el aumento de la capacidad deperdonarse y perdonar a los dem�s, superando complejos de culpabilidad y rencores: ÇEnla sesi�n, acontecimientos que estaban inconexos en mi memoria se relacionaron y pudedar sentido a esto desde una parte esencial de m�. Esto por un lado ha aumentado laaceptaci�n de las cosas, lo que pas�, pas�, y no hay m�s. Pero el dar un sentido me hacesentirme mucho mejor y tener sobre todo un sentimiento: perdonarme, pedir perd�n, yperdonar a otrosÈ.

• Reconciliaci�nUna consecuencia de esta mayor abertura interpersonal y de la mayor capacidad de per-donar es la tendencia a recuperar relaciones pasadas, intentando mejorarlas: ÇMe apete-c�a compartir con los dem�s y aprovech� para llamar y escribir a mis amigos, especialmen-te a aquellos con los que hab�a perdido el contacto o con los que me hab�a separado pordiferencias o discusionesÈ.

Es de notar que en este caso el sujeto no recibi� a cambio la reacci�n amable que se espe-raba, aunque supo sobreponerse a la decepci�n: ÇAlgunas de las personas a las que hab�aescrito o llamado no contestaron como me hubiera gustado. Normalmente, me afectabastante no sentirme querida o aceptada y la verdad es que me afect�, pero la diferenciacon otras veces es que no sent� ganas de responder para defenderme o seguir discutiendo.Me sent� triste pero sin perder la calmaÈ.

• Efectos negativosNo hubo menci�n de consecuencias negativas en la relaci�n con los dem�s por parte delos participantes.

55)) EEssttaaddooss ccuummbbrree

Algunos participantes mencionaron experimentar durante los d�as siguientes estadoscumbre (Maslow, 1968) caracterizados por una sensaci�n de armon�a y unidad con elentorno: ÇDurante esta semana he disfrutado en ciertos momentos estados de muchaarmon�a, con esa sensaci�n en el cuerpo que te permite darte cuenta de que el cuerpo noes lo que te separa de todo lo que te rodea, sino lo que te uneÈ.

Estos estados cumbre permiten una relaci�n �ptima con el entorno, manteniendo unestado de serenidad, dicha, optimismo y lucidez: ÇDurante la semana me he sentido enpaz. Por primera vez, la experiencia me ha congratulado con el mundo de forma rotunda.La alegr�a ha sido impresionante, el optimismo, la claridad a la hora de analizar mis pro-pias conductasÈ.

La integraci�n de este especial estado de consciencia favorecido por la ayahuasca en lavida cotidiana es el tema del siguiente apartado.

21

psicon�utica

Page 22: ENTEOGENIA Revista libre de cultura y estudios psiconáuticos - núm. 1 jun-06

66)) RReeiinntteeggrraaccii��nn aa llaa rreeaalliiddaadd ccoottiiddiiaannaa

En el discurso de los participantes abundaban referencias al proceso de reintegraci�n a larealidad cotidiana despu�s de la experiencia visionaria. Los temas dominantes en esteapartado son la disipaci�n del estado elevado de consciencia y la necesidad del trabajocontinuado para integrar la experiencia en el d�a a d�a.

• Disipaci�n del estadoLa mayor�a de los participantes experimentan en los d�as siguientes a la sesi�n una p�r-dida progresiva del estado de consciencia alcanzado durante el ritual de ayahuasca:ÇPor lo dem�s, bien: afectuosa con mi familia y amigos, un poco vaga hoy en el traba-jo, con sue�o, hambre de chocolate y esa sensaci�n familiar de pena de verse forzado aaterrizar y perder la sabidur�aÈ.

Esa p�rdida del estado de consciencia se atribuye a la vuelta a viejos patrones de conduc-ta, a menudo fuente de estr�s: ÇB�sicamente decir que en los d�as siguientes parec�a estarespecialmente sereno y centrado en lo que hiciera y a la vez en m� mismo, al menos hastaque unos d�as despu�s tuve unos d�as muy ajetreados con poco dormir y mucho caf� yÒperd�Ó ese estadoÈ.

Esto plantea la necesidad de aprender maneras de mantener este estado a lo largo deltiempo.

• Necesidad de trabajo continuado para integrar la experienciaAlgunos participantes opinan que la experiencia con ayahuasca no garantiza una mejor�apor s� misma, sino que hay que realizar un trabajo cotidiano: ÇYo, respecto al impacto dela experiencia en mi vida, pues m�s o menos lo esperable, al principio sorprende un pocotodo por comparaci�n con la experiencia, pero tampoco es razonable esperar luego quelas cosas o uno mismo mejoren autom�ticamente, se trata de un elemento m�s que ha deintegrarse en un trabajo m�s estable y cotidianoÈ.

Varios participantes comentaron la necesidad de realizar un trabajo de integraci�n de laexperiencia dentro de la vida cotidiana: Ç[Soy] m�s consciente de que esto es un traba-jo diario y que la ceremonia no sirve si no soy capaz de llevarlo a la vida cotidianaÈ.

Una de las maneras que se consideraron posibles para potenciar este proceso de integra-ci�n fue la pr�ctica de meditaci�n: ÇTras la sesi�n estuve muy integrado, renovado ypleno, aunque no hay varitas m�gicas, de ah� la necesidad de integraci�n y la necesidadde remitir la actualizaci�n de ciertos estados a pr�cticas como la meditaci�nÈ.

77)) DDeessaarrrroolllloo ddee rreeccuurrssooss

Aunque el estado elevado de consciencia tienda a disiparse en los d�as posteriores a lasesi�n, los participantes mencionan haber aprendido y descubierto en ellos mismos recur-sos y habilidades que les sirven para afrontar mejor la vida cotidiana.

Estos recursos forman parte de lo que se denomina Çinteligencia emocionalÈ (Goleman,1995): son habilidades, estrategias y actitudes que favorecen un �ptimo funcionamien-to en la propia vida. Del discurso de los participantes se desprende que a trav�s de lasexperiencias en las sesiones de ayahuasca han interiorizado varias maneras emocional-mente inteligentes de sentir y comportarse: aceptaci�n de uno mismo y de la falta decontrol sobre algunos fen�menos, actitud positiva y optimista y capacidad de afrontardificultades encontrando el propio lugar en la vida

• Aceptaci�n de uno mismoEn la teor�a parad�jica del cambio (Beisser, 1970), una de las bases te�ricas de la terapiaGestalt, se postula que cuando la persona no se acepta y quiere cambiarse, la lucha entrelas dos partes en conflicto (la que quiere cambiar y la que se resiste) hace que la personase bloquee y se quede igual, en un estado de estancamiento. Si en cambio se acepta as�

22

psicon�utica

Page 23: ENTEOGENIA Revista libre de cultura y estudios psiconáuticos - núm. 1 jun-06

como es, la persona parte de una base aut�ntica desde la cual iniciar un proceso de cam-bio. El cambio se convierte en inevitable porque el individuo, cuando se encuentra librede bloqueos, tiende a seguir naturalmente un proceso de evoluci�n. Los participantes des-criben un proceso iniciado en las sesiones de ayahuasca en el que primero llegan a cono-cerse ellos mismos, y a partir de all� empiezan a aceptarse y aceptar la vida, con sus aspec-tos positivos y negativos. Se supera el deseo narcisista de querer ser perfecto, o que la vidasea s�lo placentera, y esto permite alcanzar la capacidad de afrontar con �xito las dificul-tades. Como narra una participante: ÇPara m� desde luego ha supuesto un antes y un des-pu�s en conocerme, aceptarme como soy y no pretender ser otra cosa, ni buscar la perfec-ci�n, [ayud�ndome] a evitar el miedo a las adversidades, al dolor. Y, sobre todo, a poten-ciar el optimismo y la actitud positiva en la rutina, d�a a d�aÈ.

• Aceptaci�n de la falta de controlOtro aspecto relativo a la aceptaci�n es el de desarrollar una actitud m�s abierta a losimprevistos y a los cambios, superando la tendencia neur�tica al control obsesivo sobreel entorno. Una participante menciona el estado de relajaci�n alcanzado tras haberaprendido a reducir la necesidad de control: ÇTambi�n me siento m�s relajada de notener que estar intentando controlar todo y de estar aprendiendo a dejarme sorpren-derÈ.

• OptimismoUna actitud positiva ante la vida es una de las caracter�sticas b�sicas de la inteligenciaemocional. Los participantes a menudo comentan haberse sentido especialmente optimis-tas durante los d�as posteriores a la sesi�n.

• Capacidad de afrontar dificultades encontrando el propio lugar en la vidaOtra habilidad caracter�stica de la inteligencia emocional es la capacidad de encontrar elpropio lugar en la vida y el propio prop�sito, lo que permite pasar a trav�s de crisis sinangustiarse y superar dificultades. Como menciona una participante, Çel trabajo de estosmeses con las ceremonias me ha ense�ado muchas cosas acerca de c�mo afrontar la vida,quiz�s una de las m�s importantes es saber que cuando las cosas se ponen feas y pareceque todo se desmorona, lo m�s �til es recordar qui�n eres, cu�l es tu prop�sito, observar,y saber que todo termina pasandoÈ.

Esta actitud permite apreciar m�s intensamente los aspectos positivos de la propia vida ymejorar la satisfacci�n profesional. Otra participante dice: ÇTambi�n me sent� mucho m�sa gusto en el trabajo, por primera vez en mucho tiempo sent� que lo que hac�a ten�a sen-tido y que era muy afortunada de estar en el lugar que estoyÈ.

88)) PPrroocceessooss ddee ccaammbbiioo

En el discurso de los participantes es frecuente encontrar referencias a procesos de cam-bio vividos durante las semanas posteriores a las sesiones. Estos procesos de cambio seagrupan en cuatro grandes temas: procesos de muerte y resurrecci�n, toma de decisiones,superaci�n de crisis y resoluci�n de adicciones.

• Muerte y resurrecci�nUno de los procesos de cambio m�s espectaculares narrado por los participantes corres-ponde al de experiencias simb�licas de muerte y resurrecci�n, donde la experiencia marcaun antes y un despu�s en la vida del sujeto, sinti�ndose renovado y descubriendo aspec-tos suyos antes desconocidos: ÇTe adelanto que los efectos de la experiencia est�n siendoincre�bles, que me siento otra y que la limpia-catarsis de cuerpo y sobre todo esp�ritu meha ayudado mucho en estas dos semanas. Es como haber descubierto a una M… que noconoc�a y me que me ayuda a diario, y haber dejado otra atr�s que no me hac�a nada bien.Muerte y resurreci�n como jam�s imagin�È.

• Toma de decisionesLa ayahuasca ha sido descrita como un catalizador de cambio y un acelerador de procesos(Labate, 2004). Los participantes a menudo relatan haber tomado decisiones importan-

23

psicon�utica

Page 24: ENTEOGENIA Revista libre de cultura y estudios psiconáuticos - núm. 1 jun-06

tes durante las semanas siguientes a las sesiones, debido a una mayor claridad sobre losaspectos de la propia vida que necesitan ser cambiados: ÇHay cosas que se hacen eviden-tes y sobre las que resulta casi imposible no ponerse a trabajar. Tambi�n hay decisionesque se est�n empezando a formular. O al menos la situaci�n mental que puede desenca-denar una decisi�nÈ.

Otro sujeto pone un ejemplo concreto de toma de decisiones e implementaci�n de cam-bio: ÇEn cuanto a contenidos de la toma, pues te puedo hablar de la resoluci�n de un parde conflictos internos. El primero de ellos consist�a en una decisi�n sobre mi futuro, qu�hacer el a�o que viene. Ya est� hecho. Me voy a M… a estudiar y a trabajar, la otra opci�nera quedarme en S… al amparo de mis padresÈ.

• Superaci�n de crisisVarios sujetos cuentan c�mo participar en las sesiones de ayahuasca les ha permitidosuperar crisis vitales, pasando p�gina y dejando atr�s etapas dif�ciles: ÇEsta ceremonia hasido muy importante para m�, de alguna forma siento que he superado la neurosis y la cri-sis existencial que me traje de ç…, y que se abre una nueva etapa. Disculpa mi excesivoentusiasmo en este momento, pero despu�s de una temporada dura es un placer volver asentirse bienÈ.

Esta superaci�n de crisis viene acompa�ada de una remisi�n de los s�ntomas que afecta-ban a alguno de los sujetos, en este caso ataques de angustia: ÇLa repercusi�n en mi vidadiaria de momento ha sido notable, desde hace dos meses he dejado las pastillas para dor-mir y puedo descansar sin que me invada la marea de pensamientos de angustiaÈ.

• Resoluci�n de adiccionesEs com�n entre los participantes plantearse durante la sesi�n y en los d�as siguientes a ellael tema de las adicciones. La intenci�n terap�utica del ritual y los efectos psicoactivos dela poci�n hacen que las personas se enfrenten a sus h�bitos malsanos y deseen erradicar-los o al menos reducirlos. Frecuentemente estos aspectos negativos de la vida del indivi-duo se simbolizan en el v�mito, representando �ste una liberaci�n de esos contenidos:ÇLuego est� lo de los vicios: tabaco, alcohol y porros principalmente. Cuando estaba vomi-tando pensaba que una gran parte del mal que sal�a por mi boca se deb�a a la adicci�n aestas sustancias. Y me promet� dejarlo entonces. Y aunque empec� bien, y he reducido elconsumo, siento decirte que no he conseguido dejar ninguna del todo. Y es una pena, por-que me considero esclavo de ellas, y odio las dependencias, pero bueno, creo que todo seandar�È.

AANNççLLIISSIISS DDEE LLOOSS RREESSUULLTTAADDOOSS

• Aumento de la conscienciaUno de los denominadores comunes de los grandes temas que emergen del discurso de losparticipantes es el hecho de haber experimentado un aumento de la consciencia: de lossentidos, del entorno, del propio cuerpo, de las propias emociones y de los propios proce-sos cognitivos. El aumento de la consciencia es considerado como una herramienta tera-p�utica fundamental por los nuevos modelos de psicoterapia que est�n marcando las ten-dencias en la psicolog�a contempor�nea. Un ejemplo de ello es la terapia cognitiva basa-da sobre la consciencia (Mindfulness Based Cognitive Therapy, MBCP) de Jon Kabatt-Zinn,que emplea el entrenamiento y desarrollo de la atenci�n consciente (mindfulness) en eltratamiento de varias patolog�as ps�quicas, entre ellas la depresi�n y los casos l�mite(Kabatt-Zinn, 2005). Este tipo de psicoterapia se inspira en las t�cnicas milenarias de ejer-citar la consciencia desarrolladas por las distintas corrientes del budismo, especialmentelas t�cnicas de meditaci�n Vipassana propias del budismo Theravada. La pr�ctica de estasdisciplinas permite una mayor percepci�n y comprensi�n de los propios procesos emocio-nales y cognitivos, lo que abre un camino para la resoluci�n de las patolog�as ps�quicas.Desarrollando la actitud de testigo de la propia actividad mental, el sujeto pasa de sufrirpasivamente las emociones negativas y pensamientos destructivos caracter�sticos de lasneurosis a observar con ecuanimidad estos pensamientos y emociones, desidentific�ndo-se y estableciendo una saludable distancia entre �stos y su consciencia. El desarrollo de la

24

psicon�utica

Page 25: ENTEOGENIA Revista libre de cultura y estudios psiconáuticos - núm. 1 jun-06

atenci�n consciente en la experiencia presente tambi�n ayuda a superar el sufrimientops�quico asociado a rumiar lamentaciones sobre el pasado y a preocuparse con angustiaante el futuro. La mayor atenci�n a los sentidos y a las sensaciones corporales es tambi�nentendida como terap�utica por varias corrientes de psicoterapia, entre ellas la bioener-g�tica y la Gestalt, que ponen un gran �nfasis en la consciencia del propio cuerpo comomedio de liberar las tensiones que conforman la armadura caracterial (en la bioenerg�ti-ca) o como medio para facilitar la tendencia a la autorregulaci�n (en la Gestalt). Vemosas� c�mo el aumento de la atenci�n y de la consciencia experimentado en los d�as despu�sde las tomas de ayahuasca puede ser un factor de cambio terap�utico.

• Mejor�a de las relaciones interpersonalesEl efecto de experimentar una mejor�a en las relaciones con los dem�s es mencionado entodas las investigaciones sobre uso de ayahuasca mencionadas anteriormente. En el pro-yecto Hoasca, los sujetos entrevistados describieron grandes mejor�as en sus relacionesfamiliares y sociales. En mi trabajo con los daimistas londinenses y con los usuarios deIdeaa tambi�n encontr� este mismo fen�meno: una predisposici�n m�s amorosa hacia losdem�s, mayor confianza y menos miedo, profundizaci�n de los v�nculos y resoluci�n deconflictos interpersonales gracias a la capacidad de perdonar y reconciliarse. Esta mejor�aen las relaciones con los dem�s es de gran ayuda en los procesos psicoterap�uticos. Lamayor�a de las patolog�as ps�quicas tienen sus ra�ces en dificultades en las relaciones inter-personales, y la manera de superarlas pasa a trav�s de un trabajo relacional. Varias inves-tigaciones muestran que el factor decisivo de �xito en los distintos estilos de psicoterapiaconsiste en la calidad de la relaci�n entre terapeuta y paciente: es la relaci�n la que cura.Al predisponer a una mayor abertura en las relaciones, la ayahuasca puede facilitar el tra-bajo terap�utico y ayudar a resolver las neurosis.

• Estados cumbre e integraci�n a la vida cotidianaDurante los d�as despu�s de las sesiones, los participantes relatan experimentar lo queMaslow denomin� estados cumbre: sensaciones de armon�a y unidad con el entorno, �pti-mo funcionamiento psicof�sico, estados de consciencia elevados caracterizados por ale-gr�a, serenidad y optimismo. Estos estados tienden a perder su intensidad seg�n vanpasando los d�as, pero dejan en el sujeto una huella, la experiencia personal de que talesestados son posibles y la motivaci�n de esforzarse para realizarlos cada vez m�s en la vidacotidiana. Esto explica que sean tan comunes los testimonios de personas que han cam-biado su estilo de vida despu�s de participar en sesiones de ayahuasca: experimentar estosestados ofrece un objetivo al que apuntar, adem�s de procurar la motivaci�n y las fuerzaspara conseguirlo. Varios participantes de este estudio siguen en su vida diaria pr�cticas dedesarrollo psicoespiritual como el yoga o la meditaci�n, considerando que es el trabajoconstante en estas disciplinas lo que les permite avanzar en su camino de evoluci�n, ade-m�s de proporcionarles una manera de integrar los aprendizajes obtenidos a trav�s de lassesiones de ayahuasca. Es interesante notar c�mo en otros pa�ses tambi�n se est� dandode manera paralela esta integraci�n entre las tomas de ayahuasca, las pr�cticas orientalis-tas y la psicoterapia. En su libro La reinvenci�n del uso de ayahuasca en los centros urba-nos, la antrop�loga Beatriz Labate describe c�mo en las capitales brasile�as est�n surgien-do centros que ofrecen el uso de ayahuasca y la pr�ctica del yoga y de la meditaci�n comoelementos que conforman un programa psicoterap�utico integrativo (Labate, 2004).

• Desarrollo de recursos y procesos de cambioEl desarrollo de recursos y facilitar procesos de cambio son dos de los objetivos fundamen-tales de cualquier tipo de psicoterapia. Los participantes describen experimentar cambiosterap�uticos en sus vidas al tomar ayahuasca, que puede ser considerada como un catali-zador de cambio o como un acelerador de procesos (Labate, 2004): ayuda a percibir losprogresos ya alcanzados, ense�a por d�nde se puede continuar progresando y proporcio-na la fuerza y la actitud positiva necesarias para emprender el trabajo en esa direcci�n.Este estudio se limita a investigar los efectos experimentados por los sujetos durante losd�as posteriores a la ingesta, sin entrar en los contenidos de la experiencia visionaria.C�mo esta experiencia favorece estos cambios es un tema para futuras investigaciones:esperemos que se pueda reanudar pronto el estudio cient�fico interrumpido desde los a�ossesenta.

25

psicon�utica

Page 26: ENTEOGENIA Revista libre de cultura y estudios psiconáuticos - núm. 1 jun-06

CCOONNCCLLUUSSIIOONNEESS

Es interesante observar c�mo los participantes describen cambios y mejor�as al cabo deuna o dos sesiones de ayahuasca, cuando obtener ese tipo de cambios lleva largos meseso a�os de trabajo en psicoterapia convencional. Es importante no caer en el error come-tido por gran parte de los investigadores psiqued�licos en los a�os sesenta, que conside-raban las sustancias visionarias como panaceas destinadas a salvar a la raza humana deella misma y al mundo de la destrucci�n. El entusiasmo no debe llevarnos a llegar a con-clusiones precipitadas o exageradas y perder el sentido cr�tico. Al mismo tiempo, es nece-sario mantener una actitud abierta hacia el estudio y la comprensi�n de los estadosmodificados de consciencia, un campo de investigaci�n que sin duda depara muchasense�anzas y descubrimientos. El objetivo de este trabajo no es demostrar que la aya-huasca sea una herramienta terap�utica de gran eficacia, sino mostrar cu�l es la expe-riencia de los occidentales que se est�n acercando a ella dentro de un marco terap�uti-co. En un cierto sentido, ellos son pioneros que se est�n aventurando en territorios des-conocidos para la mayor�a de sus semejantes, y sus descripciones son valiosas en cuantoque nos ayudan a dibujar los mapas por los cuales discurrir� la investigaci�n psiqued�li-ca del futuro.

BBIIBBLLIIOOGGRRAAFFêêAA

BEISSER, A.1970: ÇParadoxical Theory of ChangeÈ, en Fagan and Shepherd's GestaltTherapy Now. Harper Colophon, Nueva York. GOLEMAN, D.1995: Inteligencia emocional. Ed. Kair�s, Barcelona.GROB, C.S.; CALLAWAY, J. 1996: ÇHuman Pharmacology of HoascaÈ, Journal of Nervous andMental Disease. 184: 86-94.GROF, S. 1980: LSD Psychotherapy. MAPS, Sarasota. HENWOOD, K. 1996: Handbook of Qualitative Research Methods for Psychology and theSocial Sciences. BPS Books, Londres. KABATT-ZINN, J. 2005: Coming to Our Senses. Hyperion, Nueva York. LABATE, B. 2004: A Reinven�ao do Uso da Ayahuasca nos Centros Urbanos. Ed. Mercadode Letras, Sao Paulo.LEMLIJ, M. 1978: ÇPrimitive Group TreatmentÈ, Psychiatr. Clin. Basel. Maslow, A. 1968: Toward a Psychology of Being. Wiley, Nueva York.METZNER, R. 1999: Ayahuasca: Human Consciousness and the Spirits of Nature. ThunderÕsMouth Press, Nueva York. REICHEL-DOLMATOFF, G. 1997: Rainforest Shamans: Essays on the Tukano Indians of theNorthwest Amazon. Green Books, Nueva York.SCHULTES, R.E., 1968: ÇSome impacts of Spruce's explorations on modern phytochemicalresearchÈ Rhodora. 70: 313-339._______1972: ÇAn Overview of Hallucinogens in the Western HemisphereÈ, en Flesh ofthe Gods: the Ritual Use of Hallucinogens, de FURST, P. (Ed.). Praeger, Nueva York. _______1990: The Healing Forest: Medicinal and Toxic Plants of the NorthwestAmazonia. Dioscorides Press, Portland.

OTT, J. 1994: Ayahuasca Analogues: Pangaean Entheogens. Natural Products, Kennewick._______1996: Pharmacotheon. Natural Products, Kennewick.UZZELL, D. 1995: Research Methods in Psychology. Sage, Londres.VILLAESCUSA, J.M. 2002: ÇAspectos psicoterap�uticos de rituales de ayahuasca en el ReinoUnidoÈ, Bolet�n Informativo S.d´Ea. Barcelona.WENGRAF, T. 2001: Qualitative Research Interviewing. Sage Publications, Londres.

26

psicon�utica

Page 27: ENTEOGENIA Revista libre de cultura y estudios psiconáuticos - núm. 1 jun-06

27

psicon�utica

Destierro social. Collage sobre tabla.Papel, malla met�lica, clavos, cristales y jeringuilla.EEsstteeffaann��aa OOccaammppooss

Paisaje urbano. Carboncillo sobre papel.FFeerrnnaannddoo CC��rrccaammoo

Page 28: ENTEOGENIA Revista libre de cultura y estudios psiconáuticos - núm. 1 jun-06

A principios de enero, el ministerio de Interior decid�a sacar a la calle a m�s de tres milpolic�as para impedir el tr�fico de drogas alrededor de los centros educativos. La medida,destacada en todos los medios de comunicaci�n, se fundamentaba en el descenso en laedad de inicio al consumo: los adolescentes empiezan a consumir drogas a edades cadavez m�s tempranas. As�, la transformaci�n de colegios e institutos en supermercados delnarcotr�fico donde los chicos y chicas tienen un f�cil acceso a sustancias t�xicas justifica-r�a la alarma social y tan contundente respuesta por parte de nuestras autoridades.

Pero lo sorprendente de esta historia es la ausencia de datos objetivos que la sustenten.El Plan Nacional sobre Drogas (PND), organismo dependiente de Interior hasta hace dosa�os, publica de forma peri�dica encuestas sobre el consumo de drogas en el �mbito esco-lar. Entre 1994 y 2004 la edad media de inicio al consumo de todas las drogas (legales eilegales) se ha mantenido estable en la poblaci�n escolar, mostrando variaciones de pocasd�cimas cuya significaci�n estad�stica es desconocida (ver gr�fico). Por otra parte, ning�nestudio o documento publicado por el PND desde su creaci�n, ni por ning�n organismonacional o internacional, ha se�alado que los centros educativos o sus alrededores seanzonas de riesgo o Çpuntos calientesÈ del tr�fico de drogas.

As�, la noticia parece un brillante ejercicio de oportunismo pol�tico m�s que otra cosa.Cuando el clima pol�tico se torna borrascoso y la popularidad del Gobierno desciende, agi-tar el fantasma de la droga (y m�s si hay ni�os de por medio) constituye una excelenteestrategia: es �ste uno de los pocos asuntos en los que la oposici�n no va a criticar nuncaal Ejecutivo. En realidad, las pol�ticas sobre drogas en casi toda Europa son iguales conindependencia de qui�n se encuentre en el poder: irracionalidad, mitos, recurso al miedoy moral barata.

?Qu� suceder�a si, tras aplicar un plan para reducir el paro, se registrara un aumentoimportante en la cifra de desempleados? ?Y si el resultado de un programa para reducir la

28

EEDDAADD DDEE IINNIICCIIOO EENN EELL CCOONNSSUUMMOO EENN PPOOBBLLAACCIIîîNN EESSCCOOLLAARR ((1144--1188 AA��OOSS))

Encuesta escolar sobre el consumo de drogas 2004. DGPNSD. Observatorio espa�ol sobre Drogas.Madrid (2004)

Fernando Caudevilla G�lligo

Agitandoel fantasmade la droga

Page 29: ENTEOGENIA Revista libre de cultura y estudios psiconáuticos - núm. 1 jun-06

incidencia de una enfermedad fuera la multiplicaci�n del n�mero de nuevos casos? Lorazonable en ambos casos ser�a reconocer el fracaso de las iniciativas y buscar nuevas for-mas de abordar el problema. Pero el sentido com�n no parece aplicable a las pol�ticassobre drogas. Leyendo la Memoria de 2004 del PND, podemos evaluar algunos de los prin-cipales ÇlogrosÈ de las pol�ticas antidroga en los �ltimos a�os en Espa�a: en la �ltimad�cada, las denuncias a ciudadanos por consumo y tenencia de drogas se han duplicado,alcanzando m�s de 120.000 denuncias en 2004; el n�mero de detenidos por tr�fico dedrogas se ha incrementado en un 20% y las cantidades decomisadas de hach�s, coca�na y�xtasis se han multiplicado por 6, 15 y 17 respectivamente. Sin embargo, las frecuencias deconsumo de la mayor�a de las sustancias ilegales en ese per�odo se han incrementado entodas las franjas de edad. Por ejemplo, desde 1993 el n�mero de j�venes que ha tomadococa�na o �xtasis en el �ltimo a�o y el n�mero de fumadores habituales de cannabis se haduplicado. Tambi�n aumenta el n�mero de personas (40-50% de los encuestados) queafirma que conseguir �xtasis, coca�na o cannabis es f�cil o muy f�cil. En resumen, pese alincremento de la estrategia represiva, los consumidores son cada vez m�s numerosos, losprecios de las drogas disminuyen y su calidad aumenta mientras la percepci�n social de lasdrogas como problema cae en picado.

Nuevos patrones de consumo han sustituido al moralizante estereotipo del heroin�ma-no. El uso de drogas ilegales vinculado al tiempo de ocio, la autoexploraci�n o el creci-miento personal es una realidad cada vez m�s evidente. Esto encaja mal con el dogmaque sostiene que la �nica relaci�n que es posible establecer con las drogas es una espiraldescendente de miseria, enfermedad y depravaci�n. A la progresiva normalizaci�n socialdel uso de drogas, la �nica respuesta de nuestras autoridades consiste en la repetici�n dela eterna letan�a: ÇLa droga mataÈ, ÇNo a la droga, s� a la vidaÈ, ÇVive sin drogasÈ, etc.,as� como la emisi�n de mensajes exagerados y alarmistas sobre las sustancias que no secorresponden con la experiencia de los consumidores.

Por supuesto, el consumo de drogas conlleva sus riesgos. Pero presentarlos de forma exa-gerada hace imposible distinguir los problemas reales e importantes de los que no lo son.As�, cada vez con m�s frecuencia, los consumidores prefieren buscar informaci�n por sucuenta antes que confiar en la propaganda antidroga oficial, centrada de forma exclusivaen el miedo. Por otro lado, los riesgos no son una caracter�stica exclusiva del uso de dro-gas, sino que est�n presentes en muchas otras actividades placenteras de la vida, comomanejar un veh�culo, hacer deporte, el sexo o los viajes de aventura. Socialmente, seasume que �stas son actividades cuyo disfrute puede suponer problemas pero en las quees posible utilizar estrategias para minimizarlos: hacer uso de preservativos, conocer yrespetar las normas de circulaci�n, usar casco, vacunarse…

Un abordaje del consumo de drogas en estos t�rminos es perfectamente viable. La infor-maci�n y la educaci�n deben constituir los pilares fundamentales. Pero hablamos de infor-mar Çde verdadÈ: informaci�n objetiva y realista, tanto sobre los efectos agradables ydeseados de las drogas como sobre sus riesgos y peligros. Se trata de dotar a las personasde conocimientos, estrategias y habilidades que les permitan tomar sus propias decisionescomo adultos responsables. Consumir drogas o no hacerlo son opciones igualmente res-petables, pero cualquier postura debe ser el resultado de la reflexi�n y el conocimiento.Demostrado por la v�a pr�ctica el fracaso de la Çguerra contra las drogasÈ, va siendo horade introducir pol�ticas que permitan gestionar la relaci�n entre los individuos y las sustan-cias psicoactivas de una forma m�s razonable.

FFeerrnnaannddoo CCaauuddeevviillllaa es m�dico de familia, miembro del colectivo Interzona y autor dellibro �xtasis (MDMA), editado en 2006 por Amargord.

Art�culo originalmente publicado en Diagonal, n.¼ 24, 16 de febrero a 1 de marzo de 2006.

29

psicon�utica

Page 30: ENTEOGENIA Revista libre de cultura y estudios psiconáuticos - núm. 1 jun-06

30

Hace pocos d�as se ha presentado la �ltima campa�a preventiva de la FAD. En el spot paratelevisi�n, un personaje que intenta emular a un camello, con voz de mujer, alerta a laaudiencia de los peligros de las drogas: en concreto, del peligro que supone que, incluso conuna �nica dosis, las drogas puedan causar da�os irreparables.

Se trata de la campa�a n�mero treinta de la Fundaci�n de Ayuda contra la Drogadicci�n y,tal como reza en su p�gina web, Çest� dirigida espec�ficamente a j�venes de 18 a 25 a�osque hayan tenido o tengan alg�n contacto con las drogasÈ, bajo el lema Ç?Ser� �sta?PiensaÈ. La campa�a cuenta con un spot para la televisi�n, tres cu�as de radio, tres mate-riales gr�ficos y unos juegos online. El material gr�fico presenta una pastilla o una raya delo que parece coca�na junto a esta frase: Ç?Cu�l cambiar� tu vida para siempre?È. Todosestos materiales junto al spot y las cu�as para radio pueden consultarse en la web de la FAD1.

El eslogan Ç?Ser� �sta? PiensaÈ hace referencia Ça que cualquier consumo de drogas puedecausar da�os f�sicos y ps�quicos irreparables y es imposible saber cu�ndo se producir�nÈ. ElÇpiensaÈ pretende Çprovocar la reflexi�n: ?merece la pena arriesgarse?È (FAD, nota de pren-sa del 5 de abril de 20062).

El objetivo es claro: alertar a la poblaci�n de que: 1) incluso una �nica dosis de droga puedeocasionar da�os irreversibles, y 2) que es imposible saber cu�l va a ser, todo ello con obje-to de incrementar su percepci�n de riesgo. Esto, en �ltima instancia, desanimar� a los con-sumidores de persistir en su consumo.

Al igual que en otras disciplinas, se intenta que todas las actuaciones, sean preventivas,m�dicas, psicol�gicas, o de cualquier otro tipo, est�n basadas en datos de investigacionesque permitan avalar el empleo de tal o cual t�cnica. A ello se refiere la etiqueta Çbasado enla evidenciaÈ: con un sustrato te�rico apoyado por los datos de la investigaci�n.

En el �mbito de la prevenci�n de las drogodependencias, se insiste en que los programaspreventivos cuenten con una evidencia cient�fica clara de los elementos que los conforman.Sin lugar a dudas, todos los esfuerzos preventivos deben tomar en consideraci�n esteaspecto para maximizar su eficacia y eliminar los ingentes costes que supone cometer unerror en los planteamientos de base del programa. Adem�s, es imprescindible que el pro-grama preventivo est� basado en interpretaciones te�ricas del fen�meno que han demos-trado su capacidad para explicarlo y ayudar a entenderlo.

La hip�tesis de que la percepci�n de riesgo es un elemento importante para explicar losaumentos (o descensos) en las prevalencias de consumo procede de los estudios deBachman, Johnston y OÕMalley (1990), quienes investigaron la hip�tesis de que Çcuantom�s peligro asocien las personas j�venes a una droga, menor es la probabilidad de que laconsumanÈ. Estos autores trataron de analizar los cambios en las prevalencias de consumode cannabis y coca�na que se produjeron en Estados Unidos a lo largo de las d�cadas de losochenta y noventa, y concluyeron que los dos factores que mejor explicaban tales cambioseran la percepci�n de riesgo y la desaprobaci�n del consumo. As�, en las �pocas en las quela poblaci�n ten�a una percepci�n de riesgo m�s alta y hab�a una mayor desaprobaci�n delconsumo, las prevalencias eran menores, y viceversa. Sin embargo, aunque pueda tenercierta l�gica, no siempre puede observarse esta relaci�n. As�, en Holanda observamosc�mo, seg�n el �ltimo Eurobar�metro sobre j�venes y drogas, se dan tasas de consumomenores que en otros pa�ses, siendo la percepci�n de riesgo en relaci�n a varias sustanciastambi�n m�s baja. A pesar de ello, se ha establecido como prioridad preventiva aumentarla percepci�n de los riesgos, ya que su disminuci�n se asocia a un aumento en la proporci�nde personas consumidoras. Es en este contexto donde se enmarca la campa�a.

Cuando el fin nojustifica los medios

Claudio Vidal (Energy Control)

Page 31: ENTEOGENIA Revista libre de cultura y estudios psiconáuticos - núm. 1 jun-06

31

1 http://www.fad.es/Campanas?id_nodo=3&accion=1&campana=412 http://www.fad.es/notas/NPcampana30.pdf

Por otra parte, un requisito imprescindible para cualquier actuaci�n en materia de saludp�blica (y la prevenci�n debe serlo) es que tenga una relaci�n coste-beneficio asumible yadecuada. Es decir, que los beneficios se logren (o intenten lograr) a un coste admisible.Como veremos, el coste que puede suponer esta campa�a en t�rminos de contraprevenci�nplantea serias dudas sobre la adecuaci�n de la misma. Es por esta raz�n que cabe pregun-tarse: el fin que se persigue, ?justifica los medios a utilizar?

LLAA CCAAMMPPAA��AA:: PPRREEVVEENNCCIIîîNN OO CCOONNTTRRAAPPRREEVVEENNCCIIîîNN

La actual campa�a de la FAD, al igual que otras anteriores, presenta una serie de aspectosque merecen ser considerados con atenci�n debido a las implicaciones que tienen desde elpunto de vista preventivo.

En primer lugar, la campa�a evidencia una utilizaci�n inadecuada de la percepci�n de ries-go. Confundir una alta percepci�n de riesgo con miedo tiene serias implicaciones preventi-vas que se comentar�n m�s adelante. Si tomamos como cierto que la campa�a va dirigidaÇespec�ficamente a j�venes de 18 a 25 a�os que hayan tenido o tengan alg�n contacto conlas drogasÈ, debemos entender que la percepci�n de riesgo es la valoraci�n que estos j�ve-nes hacen del nivel de riesgo al que se exponen con su consumo de drogas. La campa�a pre-tende alertar a estos j�venes de que el riesgo es mayor de lo que ellos piensan. En este caso,el riesgo elegido es el de sufrir Çsecuelas irreversiblesÈ por una pastilla o una raya. De nuevoser�a necesario dar a conocer cu�les son las evidencias cient�ficas disponibles de que una�nica dosis de MDMA o de coca�na es suficiente para provocar esas Çsecuelas irreversiblesÈ.Adem�s, debe presentarse la evidencia cient�fica que se�ala que ese riesgo es lo suficiente-mente importante como para justificar el dise�o de una campa�a de prevenci�n alrededordel mismo.

Alertar a la poblaci�n sobre un riesgo de baja probabilidad de aparici�n puede, de nuevo,tener serias implicaciones de tipo preventivo. Poner el �nfasis en una circunstancia que nosuele presentarse en la experiencia directa de los j�venes que tienen o han tenido alg�ncontacto con las drogas puede suponer una p�rdida de credibilidad que no debe permitirseen prevenci�n. Un aspecto esencial en la comunicaci�n de riesgos para la salud a la pobla-ci�n es precisamente el de la credibilidad del emisor de los mensajes preventivos.

Parece ser que la propia campa�a es consciente de la faltade credibilidad en los mensajes preventivos ÇoficialesÈ.Para ello recurre a la estrategia de presentar el mensaje atrav�s de Çalguien a quien, curiosamente, s� sueles creerÈ:el camello. De nuevo, ser�a necesario se�alar cu�les son losestudios que demuestran que el camello es una fuente cre-�ble de informaci�n sobre drogas para los j�venes consu-midores. Sin embargo, en la nota de prensa ya menciona-da se dice que la locuci�n con voz de mujer que aparece enlugar de la voz del camello trata de incrementar el impac-to del spot y dejar patente que, aunque en pantalla apare-ce en primer plano el camello o dealer, Çquien transmite elmensaje es la Fundaci�n de Ayuda contra laDrogadicci�nÈ. Evidentemente, no parece ser �sta unabuena estrategia para dotar de credibilidad al mensaje(como tampoco al camello, jeje).

En relaci�n a esto, ser�a necesario especificar los estudiosque demuestran que los j�venes otorgan credibilidad a loscamellos. Si esto es cierto, puede suponer un grave proble-ma, ya que, en no pocas ocasiones, los camellos son losprincipales responsables de la transmisi�n de informaci�nsesgada e incluso falseada sobre las sustancias, efectos yriesgos. Lanzar el mensaje de que el camello es una fuen-

psicon�utica

Page 32: ENTEOGENIA Revista libre de cultura y estudios psiconáuticos - núm. 1 jun-06

te cre�ble puede conllevar que los j�venes asuman falsas informaciones transmitidas por losmismos como verdaderas, lo que, en definitiva, puede suponer un aumento en ciertos ries-gos o, como m�nimo, en el nivel de desinformaci�n en relaci�n a las drogas.

En tercer lugar, otro riesgo que se se�ala en la campa�a es el que se deriva de la imposibi-lidad de saber de antemano cu�l ser� la pastilla o raya que provocar� los da�os derivados.Sin embargo, no se especifica cu�l es la raz�n por la que esa dosis puede provocarlos: si porlos adulterantes que pueda contener, por una cierta vulnerabilidad o predisposici�n indivi-dual, por la cantidad de principio activo, por el efecto de la sustancia en el organismo, etc.

Parece claro que el mensaje de la campa�a contradice totalmente la experiencia de los j�ve-nes. Teniendo en cuenta el car�cter recreativo que impera en los consumos actuales de dro-gas, es f�cil suponer que gran parte de estos consumos est�n mantenidos por la consecu-ci�n de una serie de efectos deseados y buscados que, obviamente, son valorados comopositivos. Adem�s, estos efectos tienen una alta probabilidad de aparecer, mientras que losefectos de tipo negativo presentan una probabilidad m�s baja y, adem�s, pueden necesitarde un tiempo para que se desarrollen (por ejemplo, los relacionados con un proceso dedependencia). Por tanto, parece l�gico pensar que los efectos positivos tengan una graninfluencia en la valoraci�n que los j�venes hacen de las drogas y de su experiencia con lasmismas. Esto podr�a estar relacionado con que Çestemos inmersos en una tendencia aldebilitamiento de la visi�n de los riesgos, incluso a su banalizaci�n; pero, m�s a�n, la ten-dencia es a subrayar la dimensi�n de los beneficiosÈ (FAD, nota de prensa del 5 de abril de20063).

Un riesgo como el presentado por la campa�a muestra una probabilidad muy baja de apa-rici�n. En caso contrario, ser�a f�cil prever un desbordamiento de los servicios sanitariosdebido al creciente n�mero de consumidores de drogas que tendr�an que ser atendidos porgraves lesiones irreparables. Sin embargo, a�n no disponemos de datos que informen de unaumento en la prevalencia de lesiones irreversibles provocadas por dosis �nicas de drogas.No queremos decir que �stas no puedan ocurrir, pero a priori parece l�gico pensar que, deproducirse, se tratar� de casos casi anecd�ticos: reacciones al�rgicas a la sustancia, presen-cia de adulterantes de elevada toxicidad, ingesti�n excesiva de principio activo, desencade-nante/agravamiento de una patolog�a subyacente, etc.

Asumiendo que la posibilidad de aparici�n de tales da�os depende �nicamente de la sustan-cia (lo cual es bastante discutible), es l�gico pensar que esta responsabilidad s�lo le ata�ea la sustancia de manera circunstancial. El potencial t�xico de una sustancia no es absolu-to sino relativo, es decir, est� en funci�n de distintos factores que se ver�n m�s adelante yello permite explicar por qu� la misma sustancia no provoca efectos totalmente iguales entodos los consumidores o en un mismo consumidor en momentos diferentes. Como ya sese�al� m�s arriba, ser�a necesario informar de cu�les son los estudios de toxicidad que ava-lan la estrategia empleada por la campa�a. En lugar de eso, es evidente el hecho de que laausencia de controles y garant�as que caracteriza el mercado ilegal de drogas favorece laaparici�n en el mercado de preparados con un riesgo potencial superior al de la sustanciaen cuesti�n. As�, ciertos preparados vendidos como coca�na y/o �xtasis tambi�n puedencontener otras sustancias que aumenten claramente los riesgos.

Llevar las drogas al �mbito de lo ilegal con objeto de limitar y/o eliminar su consumo traecomo consecuencia la existencia de un mercado ilegal que no ofrece garant�a alguna al con-sumidor sobre la cantidad y calidad del producto que se adquiere. Desde una �ptica de saludp�blica, puede entenderse que cualquier medida (pol�tica, legal, preventiva o de cualquierotro tipo) tambi�n debe poner los medios necesarios para aminorar los efectos indeseadosque su aplicaci�n pueda generar. Parece dif�cil de asumir una medida que pueda causar per-juicio a un elevado sector de la poblaci�n, cuya salud, precisamente, se pretende salvaguar-dar. Y m�s dif�cil a�n de asumir es que, incluso siendo evidentes estos efectos indeseados,no se desarrollen y/o fomenten estrategias para tratar de aminorarlos. En este contexto,puede pensarse que el eslogan elegido por la campa�a banaliza los riesgos que supone laexistencia de un mercado ilegal de drogas, disminuyendo la percepci�n del riesgo que

32

psicon�utica

3 http://www.fad.es/notas/NPcampana30.pdf

Page 33: ENTEOGENIA Revista libre de cultura y estudios psiconáuticos - núm. 1 jun-06

puede suponer adquirir este tipo de sustancias en un mercado que no ofrece garant�as decalidad en su producto y, en �ltima instancia, aumentando la probabilidad de que los da�osque, en principio, la misma campa�a pretende prevenir, se terminen presentando.Consideramos que, desde el punto de vista de la salud p�blica, deben cuidarse algo m�sestos aspectos y tener en el punto de mira las posibles interpretaciones a las que puedandar lugar los mensajes preventivos.

Por otra parte, podr�amos asumir (lo cual es tambi�n discutible) que el hecho de sufrir esosda�os por una �nica dosis depende m�s de la persona que de la sustancia. Dado que pue-den ser muchas las personas que consuman esa dosis de sustancia pero pocas las que ter-minen padeciendo los da�os ÇirreparablesÈ, es l�gico pensar que el riesgo estar� m�s enrelaci�n con ciertas caracter�sticas de los individuos que con caracter�sticas de la sustancia.De esta forma, desde el punto de vista de la salud p�blica, es pertinente y necesario esta-blecer cu�les son esas caracter�sticas individuales que aumentan el riesgo de Çda�os irrepa-rablesÈ. Adem�s, resultar� de vital importancia informar y alertar a esas personas de queuna �nica dosis puede ser suficiente. Esta informaci�n no se proporciona en la campa�a.Esta omisi�n de un aspecto crucial puede aumentar el riesgo de que esas personas sufranlos da�os al no proporcionarles la informaci�n necesaria que les permita evitar la situaci�nde consumo o que, en caso de optar por el mismo, los faculte para asumir ese riesgo demanera libre e informada. De nuevo, la campa�a puede, inadvertidamente, estar aumen-tando el riesgo de sufrir el da�o que pretende evitar.

Una tercera opci�n ser�a asumir que el riesgo de sufrir esos da�os viene determinado poruna combinaci�n de factores relativos a la sustancia y de factores relativos al individuo.Aunque se trate de una opci�n m�s elaborada, adolece de los mismos inconvenientes a lahora de asumirla que las dos anteriores.

Una opci�n que superar�a las limitaciones e inconvenientes de las anteriores podr�a ser lade asumir que el riesgo de sufrir da�os relacionados con las drogas y, espec�ficamente, losda�os advertidos por la campa�a, depende de varios factores, incluidos los relativos a lasustancia y los individuales, pero que est�n m�s relacionados con la forma en que se con-sumen las sustancias que con ellas mismas o los consumidores. El riesgo de sufrir proble-mas con las drogas, de manera general, est� afectado por una serie de variables: la dosisconsumida, la potencia y toxicidad de la sustancia, la frecuencia de consumo, el modo deacceso a la sustancia, la v�a de administraci�n empleada, la forma o patr�n de consumo, lacombinaci�n con otras sustancias de manera voluntaria o involuntaria (por los adulteran-tes que puedan estar presentes), los cuidados posteriores al consumo, las razones por lasque se consume, los conocimientos, la personalidad, las actitudes, el estado f�sico y de�nimo, y, por �ltimo, el escenario en el que se realiza (d�nde, cu�ndo y con qui�n). Estolleva a tener que asumir que existen formas de consumir las drogas que aumentan los ries-gos, pero que tambi�n hay otras que permiten reducir y mantener los riesgos a un nivelm�s bajo.

Para quien desee evitar totalmente los da�os podr� ser una opci�n abstenerse completa-mente de las drogas. Pero para quien las desee consumir (que a d�a de hoy son muchas per-sonas), dos estrategias b�sicas desde el punto de vista preventivo y de salud p�blica pue-den ser las de informar sobre los riesgos asociados al consumo e informarles asimismo deaquellos factores que pueden aumentarlos o disminuirlos. La campa�a centra en exceso suatenci�n en desanimar a los j�venes de consumir drogas y olvida el hecho de que un por-centaje determinado de su p�blico objetivo (j�venes entre 18 y 25 a�os de edad) van aseguir consumi�ndolas, incluso a pesar de la campa�a. Estos j�venes quedan en una situa-ci�n de desamparo inadmisible desde la salud p�blica al negarles la posibilidad de recibiruna informaci�n �til para responsabilizarse de sus decisiones.

La invitaci�n a la reflexi�n del eslogan (ÇPiensaÈ) puede resultar asimismo contrapreven-tiva en el contexto de la presente campa�a. Un m�nimo ejercicio de reflexi�n permite arro-jar luz sobre las argumentaciones expuestas hasta este momento. Pero, adem�s, puedeconducir a una visi�n de las drogas y sus riesgos que, de nuevo, incremente los riesgos m�sque reducirlos o eliminarlos.

33

psicon�utica

Page 34: ENTEOGENIA Revista libre de cultura y estudios psiconáuticos - núm. 1 jun-06

34

Subyacente a la frase Ç?Ser� �sta?È se encuentra una visi�n de los problemas con las dro-gas que hace descansar la responsabilidad de su potencial da�ino en el azar o en la imposi-bilidad de predecir el resultado adverso. Esta perspectiva ya se hab�a presentado en ante-riores campa�as de la Fundaci�n. En definitiva, se trata de trasladar a los j�venes la idea deque, aunque en muchas ocasiones se tenga suerte y no se produzcan da�os, puede haberveces en las que haya mala suerte y s� se padezcan.

Como ya se ha se�alado, el riesgo de sufrir problemas con las drogas depende de un grupode factores que pueden ser manejados por el individuo en su mayor parte. En definitiva, setrata de un riesgo que puede ser modificado en la medida en que el consumidor se respon-sabilice de su acto de consumo y posea la informaci�n y formaci�n necesarias para ello.Trasladar la idea de que el consumidor no puede hacer nada, de que se encuentra indefen-so ante la posibilidad de un resultado adverso como consecuencia de su consumo, no per-mite realizar un acercamiento hacia los aspectos de prudencia y responsabilidad que pue-den garantizar efectivamente la disminuci�n de los riesgos relacionados con las drogas. Alno fomentar tales aspectos de prudencia y responsabilidad, sino todo lo contrario, puede,de nuevo, incrementar los riesgos en lugar de disminuirlos, en el caso de que la persona des-oiga el mensaje preventivo; lo cual, por otra parte, se ha demostrado del todo frecuente.

Por todo ello, cabe concluir que la presente campa�a de la Fundaci�n de Ayuda contra laDrogadicci�n es bastante criticable en la medida en que, con el objetivo de incrementar lapercepci�n de riesgo, el medio escogido para ello puede tener graves repercusiones para losdestinatarios de la misma.

Aunque est� dirigida a j�venes de 18 a 25 a�os que hayan tenido o tengan alg�n contactocon las drogas, en la nota de prensa de la FAD tambi�n se se�ala que, dado el tono directoutilizado Çpara combatir la frivolidad con respecto a los consumos de drogas e intentaraumentar la conciencia de riesgoÈ, la campa�a Çtambi�n es comprensible para el resto dej�venes y poblaci�n generalÈ. El grupo de edad que constituye la poblaci�n destinatariaest� conformado por j�venes que a�n no se han iniciado en los consumos y por j�venes ques� lo han hecho. Para los primeros, puede que la campa�a les d� argumentos para no iniciar-se. Pero, para los segundos, ?qu� aporta la campa�a?

Confiar en que el mensaje transmitido logre hacer a los j�venes renunciar a las drogaspuede llevar a pecar de ingenuidad. Incluso teniendo confianza en ello, es necesario abor-dar efectivamente la circunstancia de que, finalmente, no se consiga el objetivo.Evidentemente, para este grupo de j�venes, la salud p�blica a�n debe representar la garan-t�a de que se velar� por salvaguardar su salud y no se les dejar� en situaci�n de desampa-ro. Pero, adem�s, resulta del todo inadmisible que, si la campa�a no logra su efecto, elresultado para aquellos para quienes no ha sido efectiva sea el de un aumento en los ries-gos que se dec�a intentaban prevenir.

Que quede claro que �stos son tan s�lo unos argumentos para debatir acerca de la campa-�a lanzada por la FAD. Argumentos que deber�an ser contestados para propiciar un clima dedebate en el que todos saldremos ganando. Y este debate puede empezar planteando lacuesti�n a la que anteriormente hemos hecho referencia: el fin perseguido, ?justifica losmedios empleados?

Podemos entender que ciertos grupos de poblaci�n deben permanecer abstinentes de lasdrogas (temporal o permanentemente). Pero tambi�n es cierto que el n�mero de personasque actualmente optan por consumir es importante. El hecho de ser consumidor de drogasno tiene por qu� equivaler a quedar desprotegido. Ni el hecho de intentar evitar que unaspersonas consuman debe ser motivo para incrementar los riesgos en otras. En definitiva, elfin no justifica los medios.

psicon�utica

Page 35: ENTEOGENIA Revista libre de cultura y estudios psiconáuticos - núm. 1 jun-06

Pese a que algunos se empe�en en ocultarlo, es un hecho irrefutable: las drogas se consu-men con asiduidad, en todos los �mbitos, sin distinci�n de estratos sociales o nivel cultu-ral. En consecuencia, la preservaci�n de la salud p�blica ha de tener necesariamente encuenta al amplio n�mero de consumidores. Eduardo Hidalgo Downing, madrile�o de 36a�os, psic�logo por la Universidad Complutense y con un m�ster en Drogodependencias,es el coordinador en Madrid de la ONG Energy Control, dedicada a la gesti�n de placeres yriesgos en el consumo de drogas, labor que se centra principalmente en el entorno recrea-tivo. En la presente entrevista nos relata los �ltimos avatares referentes a su trabajo.

??CC��mmoo,, ccuu��nnddoo yy ppoorr qquu�� ssuurrggii�� EEnneerrggyy CCoonnttrrooll??Energy Control surgi� en 1997 en Barcelona en el momento en que una serie de usuariosy ex usuarios de �xtasis entraron en contacto con un Centro de Atenci�n aDrogodependientes de la asociaci�n de la que formamos parte (Asociaci�n Bienestar yDesarrollo, ABD) y result� evidente que gran parte de los problemas por los que acud�anpod�an haberse evitado con una labor informativa previa. En consecuencia, desde el �reade prevenci�n de la asociaci�n se tom� la determinaci�n de poner en marcha un progra-ma preventivo dirigido a consumidores recreativos de drogas con el fin de que pudieranrealizar un consumo de menor riesgo, al estilo de como se ven�a haciendo desde hac�aa�os en lugares como Holanda o Reino Unido.

??CCuu��lleess hhaann ssiiddoo llaass pprriioorriiddaaddeess ddee llaa oorrggaanniizzaaccii��nn yy ssuuss pprriinncciippaalleess llooggrrooss??La prioridad ha sido y sigue siendo la preservaci�n de la salud y el bienestar de los usua-rios recreativos de drogas. El principal logro creo que ha sido la instauraci�n de otra formade hacer prevenci�n, mucho m�s �til, pragm�tica y respetuosa para quienes han optadopor consumir sustancias psicoactivas. Una prevenci�n que integra a los consumidores enuna actividad preventiva que, en �ltima instancia, est� hecha por ellos mismos y para ellosmismos, de modo que responda a sus propios intereses y necesidades. El logro ha sidoganarse la confianza y la colaboraci�n del p�blico consumidor y de todos los agentesimplicados en el �mbito del ocio nocturno, as� como haber introducido otro discurso yotra forma de entender y abordar el fen�meno del consumo de drogas y haber recibidopor ello un considerable apoyo social, medi�tico e institucional.

??NNooss ppooddrr��aass eexxpplliiccaarr eenn qquu�� ccoonnssiissttee llaa ggeessttii��nn ddee ppllaacceerreess yy rriieessggooss eenn eell ccoonnssuummooddee ddrrooggaass??La gesti�n de placeres y riesgos es el modelo que utiliza Energy Control en su trabajo pre-ventivo con consumidores de sustancias psicoactivas. Viene a ser la regulaci�n conscien-te e intencionada de la conducta de consumir drogas, de modo que el resultado o la expe-riencia final sea al mismo tiempo lo m�s placentera y segura posible. Ser�a, pues, lo quetodo consumidor tiende a buscar de forma intuitiva y natural, �nicamente que, desdeEnergy Control, le ofrecemos un servicio de asesoramiento que le aporta informaci�n ycriterios que le pueden ayudar a alcanzar ese equilibrio con mayores garant�as de las queofrecen los dictados de la intuici�n. En el fondo, hablar de gesti�n de placeres y riesgos no viene a ser m�s que ponerle nom-bre a lo que se hac�a en los a�os sesenta en el �mbito de la cultura psicod�lica, cuando enpublicaciones de diverso tipo se daban indicaciones a los consumidores para que sus expe-riencias fueran gratificantes y libres de problemas. Este tipo de indicaciones, no obstante,dejaron de ser tan accesibles al p�blico general una vez que entraron en juego las institu-ciones preventivas, que lo inundaron todo de mensajes encaminados a disuadir a la gentede que tomara drogas. Posteriormente, aparecieron los modelos de reducci�n de riesgos,que, en lugar de prevenir el consumo, trataban de prevenir los problemas asociados alconsumo, lo cual, a nuestro juicio, est� muy bien, s�lo que parecen tomar en considera-ci�n �nicamente el componente problem�tico del uso de drogas, reduci�ndolo todo a unacuesti�n de seguridad, lo cual resulta tan sesgado e incompleto como si reduj�semos la

Entrevista aEduardo Hidalgo(Energy Control)

35

Igor Domingo Sacrist�n

Page 36: ENTEOGENIA Revista libre de cultura y estudios psiconáuticos - núm. 1 jun-06

36

sexualidad a la prevenci�n de enfermedades y embarazos no deseados. En cuanto que elconsumidor de drogas gu�a su conducta tanto por la b�squeda del placer como por la pre-servaci�n de la seguridad, creemos que es m�s adecuado hablar de gesti�n de placeres yriesgos en lugar de reducci�n de riesgos. No obstante, somos conscientes de que hay unpunto en que todos estos t�rminos no son m�s que artificios para denominar lo que ya sehac�a en los a�os sesenta antes de que los prevent�logos desembarc�ramos en el �mbitodel consumo de drogas: no son m�s que la sucesi�n y la evoluci�n l�gica de los diversosmodelos preventivos que, tras haber ido dando palos de ciego, van recuperando poco apoco el sentido com�n para terminar haciendo lo que ya se hac�a de forma espont�nea ynatural antes de que ellos mismos aparecieran.

??CC��mmoo ssee iinntteeggrraann eessttaass eessttrraatteeggiiaass eenn uunnaa ppooll��ttiiccaa mmaayyoorriittaarriiaammeennttee rreepprreessiivvaa??Malamente. Aunque es cierto que desde un principio hemos recibido el apoyo del PlanNacional sobre Drogas y, en mayor o menor medida, el de las administraciones locales deaquellos lugares donde tenemos sede (Barcelona, Madrid, Valencia, Baleares y Andaluc�a),la aplicaci�n de las pol�ticas y estrategias de reducci�n de riesgos en el �mbito recreativocontin�a sin ser entendida como una prioridad, por lo que cuenta con un papel completa-mente marginal y secundario frente a las pol�ticas de represi�n de la oferta y disminuci�nde la demanda, es decir, frente a la persecuci�n del tr�fico y la prevenci�n del consumo.Esto da lugar a que la capacidad de actuaci�n se vea enormemente limitada, pues es dif�-cil contar con los medios personales, econ�micos y materiales para intervenir adecuada-mente all� donde ser�a necesario. De hecho, he de decir que personalmente no deja de sor-prenderme el volumen de actividad que hemos conseguido llevar adelante y la repercu-si�n que nuestro trabajo ha llegado a tener, y no me cabe duda de que, si esto ha sido posi-ble, es m�s que nada debido a la motivaci�n y el voluntarismo desinteresado de quieneshan colaborado de una u otra forma con nosotros.

EEnn llooss aann��lliissiiss ddee ssuussttaanncciiaass eenn eennttoorrnnooss ddee oocciioo,, ??ooss ttoopp��iiss ccoonn mmuucchhooss ccoommppuueess--ttooss ppeelliiggrroossooss??Lo cierto es que la inmensa mayor�a de los adulterantes no suelen tener mayor toxicidad quelas propias drogas ilegales. Los cortes que m�s frecuentemente aparecen son sustanciascomo la cafe�na y el paracetamol junto a az�cares como el manitol o la lactosa. Por l�gica ya pesar de las creencias populares, el mercado est� libre de venenos en toda regla, como elcianuro, el matarratas y dem�s, aun cuando puntualmente es cierto que han aparecido adul-teraciones que pueden entra�ar un riesgo considerable, como la presencia de PMA en las pas-tillas o de atropina en la coca�na. En cualquier caso, la adulteraci�n y el fraude son monedacorriente y la situaci�n de los usuarios es de total indefensi�n, frustraci�n e indignaci�n,pues, al igual que cuando cualquiera de nosotros compramos una lata de tomate queremosy exigimos que la lata contenga tomate y no una mezcla de calamares, acelgas y tomate, elconsumidor que paga veinte euros por un gramo de speed quisiera poder exigir y saber ques�lo lleva speed y no una mezcla de manitol, cafe�na y un 15 % de anfetamina. Del mismomodo, el usuario de �xtasis que desea gestionar adecuadamente los placeres y los riesgosasociados a aquello que consume quisiera poder cerciorarse de que lo que ha comprado con-tiene realmente MDMA y no, por ejemplo, M-CPP, que es lo que, de hecho, contienen algunaspartidas actuales (tiburones blancos, lacoste y colorines). Por lo tanto, desde un punto devista de salud p�blica e incluso desde la �ptica de los derechos civiles de los usuarios de dro-gas ser�a conveniente que estos �ltimos pudieran acceder a an�lisis r�pidos, precisos y fia-bles de aquello que van a consumir. Para ello deber�a haber un mayor compromiso institu-cional a la hora de facilitar los medios para que tales an�lisis puedan ser realizados y puedaestablecerse un sistema eficaz de detecci�n y alerta r�pida de, al menos, las partidas m�s cla-ramente adulteradas o que contengan adulterantes m�s peligrosos.

??CCrreeeess qquuee llooss ccoonnssuummiiddoorreess eesstt��nn aaddeeccuuaaddaammeennttee iinnffoorrmmaaddooss ddee llooss rriieessggooss ddee llooqquuee ssee mmeetteenn??Creo que, en t�rminos generales, no lo est�n y lo cierto es que ser�a sorprendente que loestuvieran. Aunque haya un grupo considerable de consumidores informados e ilustrados,opino que no son la norma. La mayor parte de las personas que toman drogas me pareceque acceden a ellas simplemente como un bien de consumo m�s, un bien que asocian conla diversi�n y con el ocio. Su vida, por lo tanto, no gira en torno a las sustancias psicoac-

psicon�utica

Page 37: ENTEOGENIA Revista libre de cultura y estudios psiconáuticos - núm. 1 jun-06

37

tivas, por lo que ni a nivel pr�ctico ni te�rico sienten la necesidad de contar con un cono-cimiento pormenorizado sobre ellas. Al igual que el t�pico usuario de un PC no est� intere-sado en convertirse en un experto en inform�tica y le basta con saber utilizar las cuatroaplicaciones del Office, al consumidor de drogas le es suficiente una informaci�n b�sicaque le permita manejar esas sustancias sin grandes sobresaltos. Comprensiblemente,pocos tienen la iniciativa de documentarse con bibliograf�a especializada, de contrastardatos en foros espec�ficos, etc., de modo que se dan por satisfechos con la informaci�nque reciben de su entorno m�s inmediato: amistades, conocidos, medios de comunicaci�ny campa�as preventivas al uso, es decir, un marem�gnum de mitos, mentiras, medias ver-dades y verdades como pu�os. Con tales fuentes informativas es dif�cil que est�n bieninformados sobre cualquier cosa relacionada con las drogas, incluidos los riesgos. No obs-tante, que no est�n adecuadamente informados sobre los riesgos no significa que pienseninvariablemente que son menos peligrosas de lo que son o, como suele decirse ahora, quetengan una percepci�n de riesgo sistem�ticamente m�s baja de lo que ser�a razonable.

??PPiieennssaass,, eennttoonncceess,, qquuee llooss ccoonnssuummiiddoorreess nnoo ssiieemmpprree ttiieenneenn uunnaa ppeerrcceeppccii��nn ddee rriieess--ggoo bbaajjaa?? Como ya he dicho, pienso que gran parte de los usuarios tienen un batiburrillo informati-vo en el que se mezclan las verdades con las mentiras, y estas mentiras o informacioneserr�neas van en uno y otro sentido, es decir, tanto en lo que respecta a los riesgos comoen lo que respecta a los placeres: las hay que los sobredimensionan y las hay que los infra-valoran. Por lo tanto, opino que la labor de una prevenci�n basada en la ciencia en lugarde en la moral tendr�a que ser la de ofrecer una informaci�n encaminada a que las perso-nas tuviesen una percepci�n de riesgo lo m�s ajustada a la realidad, a los datos objetivoscon los que hoy contamos. Por lo tanto, considerar, como se hace hoy en d�a, la elevaci�nde la percepci�n de riesgo como un objetivo en s� mismo, creo que cient�ficamente es unaaberraci�n que se corresponde lisa y llanamente con el viejo y obsoleto objetivo defomentar y aumentar el miedo a las drogas como estrategia preventiva para que la genteno las consuma.

AAnnttee llooss rreecciieenntteess aattaaqquueess rreecciibbiiddooss ppoorr ddiiffeerreenntteess ggrruuppooss ppooll��ttiiccooss yy mmeeddiiooss ddeeccoommuunniiccaaccii��nn aaccuussaannddoo aa oorrggaanniizzaacciioonneess ccoommoo EEnneerrggyy CCoonnttrrooll oo ZZoonnaa CCllaavvee ddeehhaacceerr aappoolloogg��aa ddeell ccoonnssuummoo ddee ddrrooggaass,, ??ccuu��ll eess vvuueessttrraa vveerrssii��nn??La cuesti�n es que el Colegio de M�dicos de Asturias interpuso una denuncia en la fiscal�aantidroga del Tribunal Superior de Justicia porque la asociaci�n Zona Clave estaba distri-buyendo unos folletos de Energy Control que, a juicio de los denunciantes, Çatentan con-tra la salud de j�venes y adolescentesÈ. La fiscal�a antidroga, por su parte, decidi� archi-var las actuaciones de tipo penal, determinando que no exist�an motivos para actuar deoficio Çsiempre que la utilizaci�n de los folletos se entienda dentro de un contexto ade-cuado y siempre que su reparto se circunscriba a zonas muy determinadas en las que eshabitual el consumo de drogasÈ. A esto, sin embargo, a�ad�a una serie de condiciones quelos mediadores del programa estar�an obligados a cumplir, a saber:1. Cesar el reparto de materiales informativos entre menores de edad.2. Informar a la Administraci�n del Principado de Asturias siempre que detecten la exis-tencia de menores en situaci�n de riesgo frente al consumo de drogas.3. Informar a las autoridades policiales o judiciales siempre que tengan conocimiento dela comisi�n de un delito contra la salud p�blica (l�ase tr�fico de drogas).4. Poner en conocimiento de la Delegaci�n del Gobierno y de la fiscal�a antidroga los resul-tados de los an�lisis de sustancias estupefacientes que realice la asociaci�n.En lo que respecta a las actuaciones de tipo penal, nuestra versi�n, por lo tanto, no es otraque la de la propia fiscal�a: Energy Control, Zona Clave y las dem�s asociaciones que tra-bajan en el �mbito de la reducci�n de riesgos se ajustan perfectamente a la legalidad, encuanto que cumplen todos y cada uno de los requisitos marcados por el Tribunal Superiorde Justicia. Es m�s, consideramos que lo que realmente atentar�a contra la salud de losj�venes consumidores de drogas (que es a quienes van dirigidos los folletos) ser�a aban-donarlos a su propia suerte y negarles la informaci�n necesaria para que puedan consu-mir con menor riesgo, ofreci�ndoles, a cambio, el ineficaz mensaje �nico de la abstinenciay el no consumo. Nuestra versi�n, por lo tanto, es que esta forma de actuar, y no la nues-tra, ser�a la que constituir�a una aberraci�n y una negligencia desde un punto de vista

psicon�utica

Page 38: ENTEOGENIA Revista libre de cultura y estudios psiconáuticos - núm. 1 jun-06

38

sanitario, aparte de ser moralmente reprochable y, ahora s�, cuestionable desde un puntode vista legal.En cuanto a las condiciones impuestas por la fiscal�a antidroga, tendr�a mucho quecomentar, pero por no extenderme excesivamente me basta con decir que me parecenexcesivas y mal encaminadas, pues parecen pretender que los mediadores de Zona Claveejerzan funciones m�s propias de la polic�a que de un educador social. En este sentido, veopoca compatibilidad entre la funci�n de informador/confidente policial y la de monitor dereducci�n de riesgos en espacios de ocio nocturno. No creo que la iniciativa diese buenosresultados. En cualquier caso, conviene recordar que tan s�lo es la resoluci�n de un fiscal,no la sentencia de un juez. Por otra parte, acto seguido a lo acontecido en Asturias y a ra�z de un art�culo publicadoen el diario El Mundo, en cuyo titular se dec�a que un folleto de Energy Control Çexplicac�mo consumir drogas y eludir la leyÈ, el Partit Popular (PPC) arremet�a contra nuestromaterial informativo sobre drogas y leyes ?Qu� he hecho yo para merecer esto? y CiUcomunicaba que presentar� una proposici�n no de ley para que dicho folleto sea retira-do de la circulaci�n. Nuestra versi�n, en este caso, es que el folleto simplemente exponelas disposiciones legales del ordenamiento jur�dico espa�ol en materia de drogas, a la vezque ofrece algunos consejos para que el usuario pueda consumir ajust�ndose a la legali-dad. En este sentido, nos resulta preocupante que haya quien se alarme porque entre losconsumidores se divulguen y difundan los contenidos y dictados de nuestras leyes. Loque parecen olvidar estos pol�ticos es que cualquier hijo de vecino puede estar tomandoestas sustancias y que, de ellos, muy pocos podr�n tratar de eludir la justicia recurriendoa un padre o una madre influyentes que lo arreglen todo pegando cuatro telefonazosdonde sea oportuno. La inmensa mayor�a de los usuarios, si no quiere tener problemascon la ley, no tiene m�s opci�n que acatarla y, desde Energy Control, lo que hacemos esexplicarles c�mo hacerlo. A fin de cuentas, nosotros ni queremos ni sabemos ni tenemosopci�n de eludir las leyes, as� que no estamos en disposici�n de informar sobre c�mohacerlo. ònicamente pretendemos que cada vez sean menos las madres que nos llamandiciendo que su hijo o su hija se enfrenta a una pena de prisi�n por llevar encima 25 pas-tillas y que, cuando les explicamos que 25 son muchas pastillas, nos respondan llorandoque su hijo eso no lo sab�a, que pensaba que, mientras fuesen para su consumo, pod�a lle-varlas tranquilamente.

AAccaabbaass ddee ppuubblliiccaarr uunn lliibbrroo,, KKeettaammiinnaa ((EEddiicciioonneess AAmmaarrggoorrdd)) yy yyaa hhaass eemmppeezzaaddoo aattrraabbaajjaarr eenn eell ssiigguuiieennttee:: HHeerroo��nnaa.. ??CC��mmoo lloo lllleevvaass?? Con dignidad, resignaci�n y esperanza: todav�a no he terminado la introducci�n, puedodecirlo, el director de la colecci�n Psicon�utica ya lo sabe.

??CC��mmoo vveess eell ffuuttuurroo ddee llaass ppooll��ttiiccaass ddee ddrrooggaass??El futuro siempre es bello y prometedor, incluso en pol�tica. En mi bola de cristal veo und�a en el que, al igual que hoy es tan respetable el que bebe alcohol como el que no lobebe, lo ser�n los que toman o dejan de tomar �xtasis, coca�na, cannabis o hero�na. Un d�aen el que, adem�s, pol�ticamente se velar� por defender y asegurar los derechos de losusuarios de drogas, fundamentalmente el derecho a poder consumirlas con unas garant�-as sanitarias que les libren de fraudes y adulteraciones y el derecho a poder disponer deellas con unas garant�as legales que, como meros y simples consumidores, les permitanhacer uso de tales sustancias ateni�ndose estrictamente a la legalidad, sin que tengan quedeambular a ciegas, como sucede hoy en d�a, por la inestable cuerda floja de lo legal-ile-gal. Veo un d�a en el que cada cual podr� decidir libremente qu� es lo que quiere o no quie-re consumir y en el que nadie se sentir� cohibido por declararse consumidor o abstinentede tal o cual sustancia. Un d�a en el que los �nicos que se sentir�n avergonzados ser�nquienes, en su momento, les negaron tales derechos a unas personas que �nicamenteestaban decidiendo por s� mismas qu� es lo que quer�an hacer con un cuerpo, el suyo, delque s�lo ellos eran soberanos.

psicon�utica

Page 39: ENTEOGENIA Revista libre de cultura y estudios psiconáuticos - núm. 1 jun-06

39

??CCuu��ll sseerr�� ttuu aaccttiittuudd ccoommoo ppaaddrree ssii uunn dd��aa ddeessccuubbrreess qquuee ttuu hhiijjoo ttoommaa ddrrooggaass??Imagino que lo esperable ser�a que dijera que adoptar�a una actitud dialogante en la quele explicar�a los placeres y riesgos asociados a las drogas que consumiera y las pautas deconsumo menos arriesgadas para tomarlas. Seguramente lo har�a, pero, al mismo tiempo,no me llevar�a a enga�o ni pecar�a de iluso, pues considero que, en t�rminos generales, unpadre no es el interlocutor que busca un joven o adolescente talludito para hablar de cues-tiones de este tipo. Pocas personas conozco que de j�venes y adolescentes hayan tenidoel menor inter�s en que sus padres les ilustraran sobre los misterios del sexo responsable,la conducci�n segura de ciclomotores o el consumo inteligente de alcohol. No espero queyo mismo vaya a ser una excepci�n para mi hijo. M�s bien imagino que cualquier cosa quele dijera se lo tomar�a como una infumable brasa paternalista, por lo que preferir�a optarpor decir s�lo lo indispensable y cruzar los dedos para que la educaci�n que haya recibidohasta ese momento le permita relacionarse con las drogas como tengo constancia de quelo hacen la mayor�a de las personas, es decir, sin que sus consumos de alcohol, porros,�xtasis, coca�na o lo que sea les supongan problemas significativos. Evidentemente, lemarcar�a los m�s elementales l�mites, que no son otros que los que dicta una convivenciarespetuosa con los dem�s. Sin lugar a dudas, le proporcionar�a el folleto sobre leyes deEnergy Control y le animar�a a documentarse tanto cuanto quisiera en otras fuentes quele resultasen m�s fiables y amenas que su propio padre. En cualquier caso, intuyo que per-fectamente pueda haber momentos en que fuera presa de la aprehensi�n y la preocupa-ci�n, y es evidente que estar�a atento ante posibles signos de usos abusivos o problem�ti-cos, pero, desde luego, por su bien y por el m�o, esperar�a no caer en ese miedo paralizan-te y sofocante que puede sentirse cada vez que los polluelos baten las alas para empezara volar por su cuenta. Personalmente, las drogas no me asustan o me preocupan m�s que,por ejemplo, la conducci�n de veh�culos o la pr�ctica de algunas actividades deportivas, ytengo muy claro que, llegada determinada edad, mi hijo ha de ser libre para tomar sus pro-pias decisiones respecto a qu� deportes practicar, qu� coches conducir o qu� drogastomar.

??AAllggoo qquuee aa��aaddiirr??Al hilo de lo que comentaba en la anterior pregunta, tan s�lo decir que, estrictamentehablando, me sorprender�a mucho descubrir que mi hijo, llegada determinada edad, notomara ninguna droga. Los anglosajones, para referirse a alguien que se abstiene comple-tamente de tomar bebidas alcoh�licas, dicen que es un totally teetotaler, es decir, que s�lobebe t� y a nadie se le deber�a escapar que el t� tambi�n es una sustancia psicoactiva.Valga ello como ejemplo de que, siendo rigurosos, el abstinente a las drogas como tal noexiste y, de existir, me resulta tan extra�o y excepcional que no veo raz�n alguna paradesear o pretender que mi hijo termine emulando su conducta. En caso de que optara porno tomar absolutamente ninguna sustancia psicoactiva (ni alcohol, ni caf�, ni t�, ni nadade nada), evidentemente lo respetar�a, como respetar�a que se hiciese vegano, anacoretao monje benedictino, pero tambi�n intuyo que, en cierta medida, me inquietar�a saberc�mo le habr�a dado por ah� y, tal vez, me preguntar�a si todo andar�a bien con este chico.

psicon�utica

Page 40: ENTEOGENIA Revista libre de cultura y estudios psiconáuticos - núm. 1 jun-06

40

Hace al menos un a�o comenzaron a detectarse una serie de comprimidos vendidos como�xtasis que, en lugar de contener MDMA, inclu�an realmente M-CPP. Actualmente parece consta-tarse que este tipo de fraude se encuentra en expansi�n, por lo que desde Energy Controlhemos considerado conveniente alertar a los consumidores. La M-CPP es una droga que perte-nece a la familia de las piperazinas, la cual cuenta entre sus filas con varios compuestos que,en algunos pa�ses, est�n siendo consumidos con fines recreativos. La legalidad de la que gozanestas sustancias ha dado lugar a que haya quien las comercialice como producto de smart-shop a modo de sustitutos legales de las anfetaminas y los derivados anfetam�nicos tipo �xta-sis, de forma parecida a como se hizo hace algunos a�os con la efedra y similares, que fueronpresentadas ante los usuarios como �xtasis herbales. La cuesti�n es que, paralelamente a sucomercializaci�n en el mercado ordinario de algunos pa�ses bajo nombres como A2 o X4, tam-bi�n hay quien se ha dedicado a distribuirlas en el mercado negro con la misma apariencia quelos comprimidos de MDMA, present�ndolas y vendi�ndolas como si se tratara de �xtasis en todaregla. Conviene se�alar en este punto que para las personas implicadas en el tr�fico de MDMA,las piperazinas constituyen una alternativa ideal, pues el hecho de que sean legales no s�lo lesahorra problemas con la justicia sino que les libera de realizar todo el procedimiento de s�nte-sis, abarat�ndoles, en consecuencia, todo el proceso de producci�n, en cuanto que �nicamen-te tienen que troquelar en forma de comprimidos de MDMA la piperazina en polvo que hancomprado libremente y a buen precio por Internet. Para el consumidor de �xtasis y anfetami-nas, por su parte, la idoneidad de las piperazinas como alternativa a dichas sustancias resultam�s cuestionable. Son muchos los usuarios que, al tomar los preparados A2 y X4 adquiridos enel mercado legal, refieren molestias en el est�mago y los ri�ones, a la vez que echan en faltalos efectos m�s entact�genos y mimosistas propios de la MDMA. A su vez, entre quienes loadquirieron en el mercado ilegal, pensando que compraban �xtasis de verdad, abundan tam-bi�n las molestias estomacales, los dolores de cabeza, las resacas fuertes y duraderas e inclu-so las reacciones de p�nico y ansiedad, adem�s de la desagradable sensaci�n de haber sidoestafados. Aun cuando hay usuarios que aprecian los efectos de la M-CPP, al considerarlos algoas� como una mezcla de 2CI y MDMA, cabr�a decir que, para la mayor parte de los consumido-res, esta sustancia parece carecer de especial inter�s como droga de uso recreativo. Si a estounimos el hecho de que en el mercado ilegal se presenta bajo la misma apariencia que el �xta-sis, ser�a recomendable que los consumidores tomaran las medidas oportunas para evitarestafas y sorpresas desagradables. En este sentido, aparte de extremar la prudencia ante pas-tillas en las que anteriormente se ha detectado M-CPP (comprimidos blancos con motas decolores, Lacoste, Mitsubishi, Tibur�n Blanco, Rolls Royce, Versace y Estrella de Tres Puntas),conviene recordar que el usuario de �xtasis cuenta con una excelente herramienta para detec-tar estas y otras adulteraciones: el test de Marquis, que da una coloraci�n azul oscura o negraante la MDMA pero no reacciona ante la M-CPP, de modo que permite detectar y descartar todasaquellas muestras que puedan contener esta �ltima sustancia siempre que no haya sido mez-clada con MDMA (hasta ahora en la mayor�a de los casos ha aparecido una u otra droga, no lasdos juntas, aunque tambi�n hay excepciones). El test de Marquis puede adquirirse por unm�dico precio en wwwwww..eezztteesstt..ccoomm.. Asimismo, en Barcelona y Madrid se puede acceder a unservicio gratuito de an�lisis a cargo de Energy Control: en Madrid los �ltimos mi�rcoles decada mes desde las 18:30 horas en adelante en el club psicon�utico Amargord (c/ Torrecilla delLeal, 32. Metro Lavapi�s). En Barcelona en Ning�n Lugar todos los viernes de 18 a 22 horas(c/ Riereta, 11).

MMççSS SSOOBBRREE LLAA MM--CCPPPP EENN::h t t p : / / w w w . e m c d d a . e u . i n t / i n d e x . c f m ?fuseaction=public.AttachmentDownload&nNodeID=16718&slanguageISO=ENhttp://www.ofdt.fr/BDD/sintes/ir_050131_mcpp.pdfhttp://vergiftet.blogspot.com/2006/01/rainbow-warrior.html

Alerta M-CPP(Meta-clorfenilpiperazina)

psicon�utica

Page 41: ENTEOGENIA Revista libre de cultura y estudios psiconáuticos - núm. 1 jun-06

41

cultura

La biblia de las fenetilaminas se dispone a abordar el mercado hispanoparlante de la manode la editorial Amargord, que se encuentra en proceso de traducci�n de una de las obras m�silustres de la psicon�utica mundial. Publicado originalmente en 1991, el libro, de casi mil p�gi-nas, consta de dos partes claramente diferenciadas: la biogr�fica y la bioqu�mica. La prime-ra narra la historia de sus autores, un matrimonio californiano cuya vida se ha centrado enla investigaci�n de sustancias desveladoras de la consciencia. Alexander Shulgin, qu�micoprofesional que lleva m�s de cuarenta a�os dedicado a la s�ntesis de nuevos compuestos,cuenta sus descubrimientos en este campo, as� como su relaci�n con Ann, escritora e inves-tigadora, y con diversos personajes de la escena psicod�lica americana. La segunda parte dePIHKAL, cuyas siglas significan Çfenetilaminas que he conocido y amadoÈ (Phenetilamines IHave Known And Loved) contiene la formulaci�n de 179 fenetilaminas psicod�licas (MDMA,MDA, 2-CB, 2-CI, 2-CT-2…), de gran inter�s para qu�micos, as� como el relato de experiencias otrip-reports, m�s asequibles para el resto del p�blico. S�ntesis, dosificaci�n, duraci�n de laexperiencia, descripci�n de efectos y posibles l�neas de investigaci�n brindan una completaperspectiva de cada una de las drogas referidas.Ciencia y narrativa, bioqu�mica psicod�lica y qu�mica sexual, iluminaci�n del alma… PIHKAL es un encuentro, el resultado de una fruct�fera b�squeda por los recovecos de lamente, l�cido vadem�cum de espiritualidad, exquisito testimonio de amor qu�mico.Impagable tesoro para los amantes de la consciencia alterada, abre la puerta a todo un aba-nico de sustancias por descubrir, compuestos en muchos casos desconocidos por las ham-brientas fauces de la legislaci�n. Cuando la cruzada contra la qu�mica no sea m�s que un malrecuerdo del pasado, esta obra se estudiar� como libro de texto en las universidades paraadiestrar a psicoterapeutas y chamanes, farmac�uticos y estudiantes de medicina.Detergentes de purificaci�n mental para la limpieza del subconsciente. Si te sientes hechiza-do por su influjo, no te pierdas tampoco su secuela: TIHKAL. La continuaci�n, tambi�n pen-diente de traducci�n por parte de Amargord.

I.D.S.

PIHKALUna historia de amor químico

Alexander & Ann Shulgin

Terrorismo dial�ctico, mazmorra de imaginaci�n, enteogenia musical. Tras la conmoci�nprovocada por su anterior trabajo, ÇCementerio de instantesÈ, Delincuentistas trabaja ahoraen un nuevo concepto: ÇPsicotrop�aÈ, una ceremonia lis�rgica que conjuga m�sica, danza,performance, audiovisuales y narraci�n oral para arrastrar al espectador a los m�s rec�ndi-tos rincones del subconsciente. Se trata de un espect�culo psicod�lico-industrial, con buenasdosis de improvisaci�n, cuya estructura se basa en las terapias con LSD llevadas a cabo pordiversos psiquiatras en los a�os sesenta y setenta. Extravagantes instrumentos, voces vario-pintas y colores intensos atraviesan las fases de Acceso, Locura, Muerte, Nada, �xtasis yRenacimiento. Una estramb�tica deconstrucci�n de la psique humana que rinde homenajea la explosi�n sensorial provocada por las sustancias visionarias.

Su primer espect�culo, ÇCementerio de instantesÈ, no dej� a nadie indiferente. Cuentos �ci-dos para adultos, m�sica atmosf�rica y audiovisuales, con el tiempo y la muerte como pro-tagonistas, ali�ados con un chorrito de subversi�n y ligeros toques de humor. A partir de

«Psicotropía»Terapia psicológico-musicalde Delincuentistas

Page 42: ENTEOGENIA Revista libre de cultura y estudios psiconáuticos - núm. 1 jun-06

42

Sintetizada en 1912 por los laboratorios Merck y redescubierta posteriormente por el qu�-mico californiano Alexander Shulgin, su Çpadre adoptivoÈ, la MDMA ha supuesto una revo-luci�n social y cultural de �mbito planetario. La obra, perge�ada por Fernando Caudevilla,m�dico de familia, miembro del colectivo Interzona y experto universitario enDrogodependencias, realiza un cabal recorrido, no exento de amenidad, por todos losaspectos que conciernen a la sustancia. El cap�tulo hist�rico aborda la expansi�n del con-sumo de la Çdroga del amorÈ a ra�z de su fiscalizaci�n internacional en 1985, pasando deser utilizada en contextos psiqui�tricos a convertirse en icono de la cultura de baile.Posteriormente, el doctor Caudevilla refiere los aspectos qu�micos y farmacol�gicos de la3,4 metilendioximetanfetamina, as� como sus efectos y los estudios cient�ficos emprendi-dos. Los apartados cuarto y quinto, enclavados en las novedosas estrategias de reducci�nde da�os, determinan los peligros y ofrecen al lector el resultado de diferentes an�lisis demuestras, con consejos pr�cticos para el consumidor, en busca de la gesti�n eficaz de losplaceres y los riesgos, tema que se acomete en el cap�tulo siete. Las tendencias mundialesdel mercado, con las particularidades de Espa�a, el tratamiento recibido por el �xtasis enlos medios de comunicaci�n y la cultura suscitada a su alrededor dan paso a una bibliogra-f�a b�sica sobre el compuesto. El libro, extensamente documentado, se complementa conun ap�ndice final, escrito por Jos� Carlos Bouso, profundizando en las propiedades afrodi-s�acas de esta feniletilamina con propiedades entact�genas y empat�genas. En definitiva,la cuarta entrega de la colecci�n Psicon�utica (tras el renombre cosechado por sus prede-cesoras Cannabis, Ketamina y LSD) se erige como referencia imprescindible para cualquierestudioso o interesado en los sensuales estados de consciencia provocados por tan contro-vertida droga de s�ntesis. No obstante, se trata del primer volumen en castellano dedica-do en exclusiva a la MDMA, desmarc�ndose de la propaganda gubernamental, las leyendasurbanas y el sensacionalismo medi�tico. No olvides recargar de serotonina tu cerebroantes de enfrentarte a su lectura.

I.D.S.

Éxtasis (MDMA)Fernando Caudevilla G�lligo / Ediciones Amargord / Colecci�n Psicon�utica

culturaahora, las huestes de la delincuencia sonora emprenden una ins�lita cruzada, surgida de susmentes enfermas, con m�s m�sica, menos textos y bastantes m�s recursos visuales. Paraesta aventura, la formaci�n cuenta con un fichaje femenino: Eva, actriz y cantante viguesaque aporta un halo de frescura a la representaci�n. Todas sus locuras, materiales y descon-ciertos pueden consultarse en la web del grupo: wwwwww..ddeelliinnccuueennttiissttaass..ttkk,, que pronto aco-ger� una nueva versi�n, en Flash, m�s acorde con la reciente paranoia.

I.D.S.

La editorial Amargord presenta a sus lectores psicon�uticos la traducci�n de la magn�ficaobra de Jonathan Ott An�logos de la ayahuasca, un volumen corto pero muy denso, dedif�cil lectura, cargado de detallada informaci�n t�cnica, para todos aquellos interesadosen la historia y la farmacolog�a de tan sugestivo brebaje de luminiscencia espiritual. Sus127 p�ginas albergan una extensa biblograf�a, meticulosamente documentada, que permi-te ampliar la informaci�n sobre todos los aspectos relacionados con el elixir por excelen-cia del chamanismo amaz�nico. De innegable inter�s para qu�micos y bot�nicos, puedeservir tambi�n al lector de a pie como manual de consulta sobre las diferentes combina-ciones posibles para conseguir un mismo principio activo, integrado por la necesaria com-

Análogosde la ayahuasca

Jonathan Ott

Page 43: ENTEOGENIA Revista libre de cultura y estudios psiconáuticos - núm. 1 jun-06

43

culturabinaci�n de, al menos, dos sustancias: dimetil triptamina (DMT), por un lado, y un inhibi-dor de la enzima mono-amino-oxidasa (MAO), por otro.

Historia, descripci�n de los an�logos y farmacognosia entretejen un l�cido alegato contrael turismo occidental de las drogas, el cual pervierte la tradici�n ancestral de pac�fica con-vivencia con la naturaleza y amenaza con devastar la virginidad de muchas de estas cul-turas. Jonathan Ott, etnofarmac�logo y psiconauta estadounidense que reside en un ran-cho mexicano lejos de la ruidosa civilizaci�n, constituye un prol�fico escritor, traductor einvestigador sobre todo lo referente a ente�genos, t�rmino que �l mismo acu�� paradenominar a las sustancias visionarias. El autor de Pharmacotheon, uno de los m�s devo-tos farmac�filos del mundo, describe en esta obra numerosos experimentos, muchos deellos en su propio cuerpo, para determinar la incre�ble farmacolog�a de las pociones deayahuasca. El libro se completa con minuciosas tablas con las diferentes categor�as deplantas rese�adas.

En definitiva, una valiosa y detallada informaci�n sobre el uso de plantas de latitudes sep-tentrionales que pueden sustituir a las amaz�nicas para alcanzar los mismos efectos. Yaera hora de que un libro tan cotizado como �ste viera la luz en castellano.

I.D.S.

Telarañaslisérgicas

I.D.S.

Ar�cnidos agresivos tejenla mara�a de redes mundial,forcejeandopor un territorio difuso.Drogados de novedad,sacudidos por la costumbre,avanzan los engranajesde la gran maquinariaaplasta-sentimientos.

M�sera riqueza,cegadora de mentes angostas,limpia ahora las sombrasde cuanto so�abas ayer.Eterna posesi�n insatisfecha,z�calo de quietud,rutina que llenas de vac�olas arcas de tu avaricia.

Al otro lado del espejo,un hongo escudri�arecovecos del subconsciente.Se desenlazan los nudosconcienzudamenteamarrados en la memoria.

Page 44: ENTEOGENIA Revista libre de cultura y estudios psiconáuticos - núm. 1 jun-06

44

DDEEMMOOCCRRAACCIIAA,, PPUUEEBBLLOOSS YY DDRROOGGAASS

Las ONGs y pueblos asociados al proyecto europeo ÇDemocracia, pueblos y drogasÈ orga-nizan, el 2 de junio de 2006, en Gand (B�lgica), la segunda conferencia de respuestas loca-les y participativas en materia de drogas. Esta conferencia tiene como objetivo servir deplataforma de b�squeda, de di�logo y de debate para facilitar el intercambio de pr�cticasmunicipales en materia de drogas, en particular:

• C�mo desarrollar una estrategia municipal y un plan de acci�n.• C�mo crear y animar una asociaci�n intersectorial.• C�mo favorecer la participaci�n ciudadana.• C�mo tener en cuanta la lucha contra las discriminizaciones en la elaboraci�n de

respuestas.

Expertos y profesionales pertenecientes a los pueblos implicados en el proyectoÇDemocracia, pueblos y drogasÈ abordar�n estas cuestiones durante la sesi�n plenaria ylos talleres de la conferencia. En esta ocasi�n, las asociaciones presentar�n el programa deintercambio, incluyendo informaciones, viajes de estudios, visitas de diagn�stico y de asis-tencia t�cnica, gu�as metodol�gicas, etc. M�s informaci�n (en ingl�s y franc�s):

hhttttpp::////wwwwww..ddeemmoocciittyyddrruugg..oorrgg

0000»» MMAARRIIHHUUAANNAATTîîNN

MMaarraatt��nn ccuullttuurraall ddee eexxpprreessii��nn aarrtt��ssttiiccaa El club literario, art�stico y psicon�utico Amargord acoger�, del 3 al 18 de junio de 2006,la 00» (dobleceroava) Marihuanat�n. Consistir� en una exposici�n art�stica colectiva ymultidisciplinar, y una serie de actos relativos al mundo del cannabis y el consumo demarihuana, ocioso y terap�utico. M�s informaci�n:

hhttttpp::////eess..ggeeoocciittiieess..ccoomm//aa0000mmaarriihhuuaannaattoonn//

PPRREESSEENNTTAACCIIîîNN DDEE LLAA LLIIBBRREERRêêAA PPSSIICCOONNççUUTTIICCAA

El d�a 23 de junio, bajo el hechizo de la noche de San Juan, el club literario, art�stico y psi-con�utico Amargord (c/ Torrecilla del Leal, 32; metros Lavapi�s y Ant�n Mart�n) inaugu-ra su nueva librer�a, especializada en publicaciones sobre drogas, chamanismo y psicon�u-tica. En ella se podr� encontrar un amplio cat�logo de libros y revistas en castellano dedi-cados al noble arte del turismo mental, con la r�brica de los mejores expertos mundialesen la materia. Entre otros, la colecci�n abarcar� t�tulos imprescindibles comoPharmacotheon y Pharmacophilia (Jonathan Ott), Historia general de las drogas (AntonioEscohotado), Las puertas de la percepci�n y Cielo e infierno (Aldous Huxley), Nuestroderecho a las drogas (Thomas Szasz), Acercamientos. Drogas y ebriedad (Ernst J�nger) oEl infinito turbulento (Henri Michaux), as� como otros textos menos conocidos. Esta reco-pilaci�n Ñque pronto se podr� adquirir a su vez desde el portal de Internethhttttpp::////wwwwww..ppssiiccoonnaauuttiiccaa..nneettÑ supone el mejor complemento de la colecci�nÇPsicon�uticaÈ (que integra hasta la fecha cuatro t�tulos: Cannabis, Ketamina, LSD yMDMA), dirigida por el colectivo Interzona y enfocada desde la perspectiva de la gesti�n deplaceres y riesgos en el consumo de drogas.

agenda

Page 45: ENTEOGENIA Revista libre de cultura y estudios psiconáuticos - núm. 1 jun-06

45

agenda

TTaalllleerr ddee rreessppiirraaccii��nn hhoolloottrr��ppiiccaa 10 y 11 de junio, Brihuega (Guadalajara).

IImmppaarrtteenn:: Bego�a Ayala: Psic�loga. Especializada en Psicolog�a transpersonal y respiraci�n holotr�-pica. Maestra de yoga y meditaci�n. Tel.: 639 91 46 85.

Manuel Villaescusa: Psic�logo. Especializado en psicoterapia con estados modificados deconsciencia. Instructor de yoga y meditaci�n. Tel.: 607 61 22 90.

PPrrooggrraammaa::

SS��bbaaddoo 1100 ddee jjuunniioo

10:00 Llegada, ronda de presentaci�n y charla introductoria.10:45 Ejercicios de Chi Kung. 11:00 Respiraci�n del primer grupo. 15:00 Comida y descanso.17:00 Respiraci�n segundo grupo. 21:00 Cena y paseo.22:30 Meditaci�n.

DDoommiinnggoo 1111 ddee jjuunniioo

08:30 Yoga y saludos al sol.09:00 Meditaci�n.09:30 Desayuno.10:30 Ronda de integraci�n de la experiencia, dibujos y mandalas.14:00 Despedida y cierre.

Traer: Ropa c�moda, manta y coj�n, papel y l�piz, material para dibujar.

Lugar del taller: La Casa del Arroyo, centro rural en Brihuega (Guadalajara).

Precio: 180 € (incluye estancia, manutenci�n y seminario).

Inscripci�n: Tel.: 639 91 46 85 / 607 61 22 90.e-mail: bbeeggoo..aayyaallaa@@wwaannaaddoooo..eessmmvviillllaaeessccuussaa@@wwaannaaddoooo..eess

Contraindicaciones: Embarazo, epilepsia, hipertensi�n, glaucoma, operaciones quir�rgi-cas recientes, medicaci�n psiqui�trica.

??QQuu�� eess llaa rreessppiirraaccii��nn hhoolloottrr��ppiiccaa??

Es una t�cnica de modificaci�n de conciencia �til en procesos psicoterap�uticos. Fue des-arrollada por Stanislav Grof, uno de los fundadores de la psicolog�a transpersonal. A tra-v�s de ejercicios de respiraci�n adecuados se accede a un estado de consciencia que ofre-ce la posibilidad de:

- pasar por una revisi�n biogr�fica, - revivir y comprender episodios de nuestra vida pasada que aclaran nuestra situaci�nactual,- comprensi�n de los conflictos internos que limitan la plena expresi�n de nuestras poten-cialidades,- catarsis de emociones bloqueadas o sin expresar,- pasar por un proceso regenerador de renacimiento: atravesando una experiencia decaos, se logra alcanzar una reestructuraci�n cognitiva y emocional, un orden libre de blo-queos neur�ticos que permite una experiencia m�s plena de la propia vida,- acceso a experiencias cumbre: estados de �ptimo funcionamiento, lucidez y serenidadprofunda.

Page 46: ENTEOGENIA Revista libre de cultura y estudios psiconáuticos - núm. 1 jun-06

46

El sentido del tacto. Carboncillo sobre papel.FFeerrnnaannddoo CC��rrccaammoo

Page 47: ENTEOGENIA Revista libre de cultura y estudios psiconáuticos - núm. 1 jun-06

47

Page 48: ENTEOGENIA Revista libre de cultura y estudios psiconáuticos - núm. 1 jun-06

C/ Torrecilla del leal, 32. 28012 MadridTel.: 91 539 16 50 / 58

email: [email protected]