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El Reino de Dios Evangelización Poderosa Señales y Prodigios en el Nuevo Testamento La Salvación, Juicio, y el Reino de Dios Tim Attaway

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El Reino de Dios Evangelización Poderosa

Señales y Prodigios en el Nuevo Testamento

La Salvación, Juicio, y el Reino de Dios

Tim Attaway

The End of an Awakening – Justice in the City

Page ii Copyright @ 1998, Tim Attaway All Rights Reserved

© Copyright (Derechos de Autor) 1997, 1999 por Tim Attaway Todos Los Derechos Reservados Ninguna parte de este libro se puede reproducir en ninguna manera sin el consentimiento de su autor.

A no ser especificado, la traducción Bíblica usado en este comentario proviene de la Santa Biblia Versión Reina­Valera 1995 (RVR1995)

Página i

Contenido

El Reino de Dios........................................................................................................................1 El Reino de Dios y el Reino de Satanás................................................................................1 El Papel de Jesús en el Reino de Dios .................................................................................6 Jesús Trajo el Reino a La Tierra en su Forma Presente........................................................6 Jesús Hizo que la Ciudadanía Sea Disponible......................................................................7 Jesús Enseñó Sobre el Reino...............................................................................................8 Jesús Demostró el Poder del Reino......................................................................................9 Jesús Traerá la Manifestación Futura del Reino .................................................................10

El Papel que Emplea la Iglesia en el Reino de Dios ...........................................................10 Señales del Reino de Dios...................................................................................................11

Evangelización Poderosa .......................................................................................................13

Señales y Prodigios en el Nuevo Testamento .......................................................................17 La Salvación, Juicio, y el Reino de Dios ................................................................................26 Mateo 13:1­50.......................................................................................................................28 Marcos 4:26­29.....................................................................................................................33 Mateo 20:1­16.......................................................................................................................33 Mateo 21:28­32.....................................................................................................................35 Mateo 21:33­44.....................................................................................................................36 Mateo 25:14­30.....................................................................................................................37 Mateo 9:16­17.......................................................................................................................39 Lucas 6:39­49.......................................................................................................................39 Lucas 10:25­37.....................................................................................................................41 Lucas 14:7­11.......................................................................................................................41 Lucas 14:25­35.....................................................................................................................42 Lucas 15:3­10.......................................................................................................................44 Lucas 16:19­31.....................................................................................................................44 Lucas 18:9­14.......................................................................................................................45 Mateo 18:23­35.....................................................................................................................46 Mateo 22:1­14.......................................................................................................................46 Lucas 12:16­34.....................................................................................................................48 Lucas 13:6­9.........................................................................................................................49 Lucas 16:1­13.......................................................................................................................50 Otras Enseñanzas Con Respecto a la Salvación, Juicio, y el Reino de Dios....................51 Un Sumario de las Enseñanzas de Jesús sobre la Salvación, El Juicio, y el Reino de Dios ......................................................................................................................................53

Página ii

A menos que esté indicada de otra manera, la traducción de la Biblia usada en este comentario se tome de la Santa BIBLIA: VERSIÓN Reina Valera copyright @ 1995.

El Reino de Dios

Derechos de Autor @ 1997, 1999, Tim Attaway Página 1 Todos los Derechos Reservados

El Reino de Dios

El Reino de Dios y el Reino de Satanás Subyacente de toda Escritura son las suposiciones que existe un Reino de Dios, que existe un reino que no es de Dios, y que los dos reinos están en conflicto. Los reinos son referidos explícitamente en Las Escrituras en varios lugares, pero su origen y naturaleza nunca son completamente explicados.

¿Qué es el Reino de Dios? ¿Qué es el reino de Satanás? ¿Cómo se originaron? ¿Por qué están en conflicto? ¿Cómo se lleva a cabo la guerra?

“En el principio” fueron el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo – solamente. Aún ahí existía una jerarquía. Las escrituras enseñan que el Hijo y el Espíritu Santo son sometidos al Padre (Juan 5:19, Juan 14:26,28, Juan 15:26). En su forma más temprana, este era el Reino de Dios.

Las escrituras no nos cuentan de la creación de los ángeles. Sabemos que existen y que su origen parece ser antes del hombre. Fueron creados para ser siervos y su servicio incluye alabanza, como vemos en Apocalipsis 5:11­13, Apocalipsis 7: 11­12, o Apocalipsis 19.

Uno de esos ángeles creados es la criatura que llamamos Satanás. Sabemos esto de dos versículos del libro de Job:

(Job 1:6) Llegó el día en que los ángeles debían hacer acto de presencia ante el Señor, y con ellos se presentó también Satanás..

(Job 2:1) Llegó el día en que los ángeles debían hacer acto de presencia ante el Señor, y con ellos llegó también Satanás para presentarse ante el Señor.

Satanás, quien en este punto ya estaba en rebeldía en contra de Dios, todavía participaba en “actividades angélicas.” Job probablemente es el libro que más temprano es escrito en la Biblia. Hasta este punto Satanás esta activamente tratando de destruir a aquellos que Dios ama y él esta tratando de que la gente se torne en contra de Dios. Esto no parece ser la clase de actividad que uno esperaría de un ser que fue creado servir y darle alabanza a Dios. ¿Qué sucedió?

Antes de que nosotros procedamos, es importante resaltar algo. La Biblia es la historia de la relación entre Dios y el hombre. No es la historia de la relación entre Dios y los ángeles. Cuenta de la creación del hombre pero no cuenta de la creación de los ángeles. Cuenta de la caída del hombre, pero no explica detalladamente la caída del ángel Satanás.

Hay dos pasajes que frecuentemente son interpretados como describiendo la caída de Satanás. Isaías 14:12­15 y Ezequiel 28:11­19. Por supuesto, si los lee en contexto y los toma por literalmente (que es la regla general por la mejor manera de interpretar las Escrituras), el pasaje de Isaías hable sobre la caída del rey de Babilonia y el pasaje de Ezequiel profetiza la caída del rey de Tiro. Considere los pasajes tomados fuera de contexto. Isaías 14:12­15:

12 ¡Cómo caíste del cielo, Lucero, hijo de la mañana! Derribado fuiste a tierra, tú que debilitabas a las naciones. 13 Tú que decías en tu corazón: "Subiré al cielo. En lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono y en el monte del testimonio me

sentaré, en los extremos del norte; 14 sobre las alturas de las nubes subiré y seré semejante al Altísimo". 15 Mas tú derribado eres hasta el seol, a lo profundo de la fosa.

El Reino de Dios

Página 2 Derechos de Autor @ 1997, 1999, Tim Attaway Todos los Derechos Reservados

Ezequiel 28:11­19:

11 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 12 «Hijo de hombre, entona lamentaciones sobre el rey de Tiro, y dile: "Así ha dicho Jehová, el Señor: »Tú eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría, y de acabada hermosura. 13 En Edén, en el huerto de Dios, estuviste. De toda piedra preciosa era tu vestidura: de cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro. ¡Los primores de tus tamboriles y flautas fueron preparados para ti en el día de tu creación! 14 Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios. Allí estuviste, y en medio de las piedras de fuego te paseabas. 15 Perfecto eras en todos tus caminos desde el día en que fuiste creado hasta que se halló en ti maldad. 16 A causa de tu intenso trato comercial, te llenaste de iniquidad y pecaste, por lo cual yo te eché del monte de Dios y te arrojé de entre las piedras del fuego, querubín protector. 17 Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra, y delante de los reyes te pondré por espectáculo. 18 Con tus muchas maldades y con la iniquidad de tus tratos comerciales profanaste tu santuario; yo, pues, saqué fuego de en medio de ti, el cual te consumió, y te puse en ceniza sobre la tierra ante los ojos de todos los que te miran. 19 Todos los que te conocieron de entre los pueblos se quedarán atónitos por causa tuya; serás objeto de espanto, y para siempre dejarás de ser"».

Sí estos pasajes en cierto describen la caída de Satanás, entonces tenemos una imagen de un ángel de rango alto, perfecto en hermosura y que disfrutó de gran favor en el cielo. Eventualmente se volvió un engreído y comenzó a desear ser mayor que Dios y recibir la alabanza y la admiración que solamente le pertenecen a Dios. Por este acto de rebeldía, fue arrojado del cielo y lanzado a la tierra. Estos pasajes frecuentemente son juntados con otro pasaje tomado fuera de contexto en Apocalipsis para explicar el origen de los demonios. Apocalipsis 12:3­4 dice:

3 Otra señal también apareció en el cielo: un gran dragón escarlata que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas tenía siete diademas. 4 Su cola arrastró la tercera parte de las estrellas del cielo y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciera.

La referencia al arrastrar la tercera parte de las estrellas del cielo frecuentemente es interpretada a significar que cuando Satanás fue arrojado del cielo, una tercera parte de los ángeles se añadió él en rebeldía. Le siguieron y fueron arrojados a la tierra con él. El se tornó en el diablo y ellos sus demonios.

Puede ser que la interpretación anterior sea el significado exacto del pasaje anterior. Tenemos que ser honestos, sin embargo, y admitir que tomar los pasajes en esta manera viola un principio bastante estándar de la interpretación de las Escrituras (aunque no es un principio inviolable). La mejor regla para interpretar las Escrituras es la de leerlas en contexto y tomarles en valor de cara a menos que haya muy buena razón para comprenderlas de otra manera (Ej. Cuando Jesús dijo “Vosotros sois la sal de la tierra,” no tomamos eso literalmente. Estaba haciendo analogía y no implicando que la gente fue hecha de sal.) Si uno lee los pasajes anteriores dentro de su contexto y los toma a valor de cara, no es apto a hacer la conclusión que hablan sobre la caída de Satanás. Por hecho, la mayoría de las ideas que tenemos sobre la caída de Satanás vienen de literatura extra­bíblica. De cualquier manera, recuerden que la Biblia no es historia de la relación entre Dios y ángeles. Es la historia de Dios y hombre.

No importa que no podemos establecer precisamente los detalles de la caída de Satanás. La Biblia nos da volúmenes de información acerca de quien es Satanás y como opera.

• En el jardín de Edén, Satanás, en forma de serpiente incitó que Eva dude de la palabra de Dios y que desobedezca sus instrucciones, haciendo llevar a cabo la caída del hombre.

El Reino de Dios

Derechos de Autor @ 1997, 1999, Tim Attaway Página 3 Todos los Derechos Reservados

• En Job, Satanás trajo estrago a la vida de Job, el siervo de Dios. El trato de hacerle que Job diera sus espaldas a Dios.

• En Deuteronomio 32, la gente hace sacrificios a demonios, dándole a Satanás lo que le pertenece a Dios. En Salmo 106:37, la gente sacrificó a sus hijos e hijas a los demonios.

• En 1 Crónicas 21, Satanás incitó a David a que tome censo ­ contrario a los deseos de Dios – y trajo castigo a la nación de Israel.

• En Zacarías 3, Satanás esta parado ante Dios acusando al sumo sacerdote Josué – atentando incitarle a Dios en contra de Josué

• Después del bautizo de Jesús, Satanás lo encontró en el desierto para tentarlo, intentando hacerle desviar para que no lleve a cabo Su misión tal como Dios lo había mandado.

• En los Evangelios, Jesús frecuentemente expulsó demonios fuera de gente. En Mateo 10, llena de poder a sus discípulos para que puedan expulsar demonios también. El expulsar demonios es una actividad continuada por la iglesia después de la resurrección.

• En Marcos 4, en la parábola del sembrador, Satanás es el que quita la semilla de la palabra de Dios cuando cae sobre pedregales.

• En Juan 6, Jesús dice que los Fariseos y los líderes religiosos quienes se le oponían son hijos del Diablo.

• En Mateo 13, Jesús dice que el Diablo es el que siembra cizaña en el trigo. • En Mateo 16, Satanás usa a Pedro para intentar persuadirle a Jesús a que no vaya a

Jerusalén a enfrentar el crucifijo. • En Lucas 13, Satanás es el responsable por enviar un espíritu de enfermedad que le afligió

a una mujer por dieciocho años. • En Mateo 25, aprendemos que el infierno es “fuego eterno” preparado para “El Diablo y sus

ángeles.” Sin importar cómo sucedió, el hecho es que algunos de los ángeles se juntaron con Satanás en rebelión. Se han tornado sus siervos. Les conocemos como demonios. Compartirán con él en castigo eterno igual que cualquiera que siga a Satanás en vez de a Dios.

• En Lucas 22, Satanás influencia a Judas a traicionar a Jesús. • En ese mismo capítulo, aprendemos que Satanás ha pedido permiso a Dios para

“zarandearle” a Pedro como “trigo.” • En Hechos 5, el Diablo llena los corazones de Ananías y Safira para que le mientan al

Espíritu Santo. • En Hechos 10, aprendemos que Jesús sanó a “todos los oprimidos por el diablo.” • En Hechos 13:10, Pablo dijo que Elimas, un hombre que resistía el mensaje, era “hijo del

diablo y enemigo de toda justicia.” • En Hechos 26:17­18, Dios le dijo a Pablo, “librándote de tu pueblo y de los gentiles, a

quienes ahora te envío 18 para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz y de la potestad de Satanás a Dios;.”

• En Romanos 16:20 aprendemos que “El Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies.”

• En 1 Corintios 5:4­5, Pablo, hablando de un hombre en la iglesia quien esta cometiendo inmoralidad sexual, dice, “En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo, 5 el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús.”

• En 1 Corintios 7:5 Se le describe a Satanás como la fuente de la tentación sexual. • En 2 Corintios 2:11 Satanás maquina dividir a la iglesia por medio de falta de perdón. • En 2 Corintios 11:14­15, Satanás se disfraza como “ángel de luz”, y sus demonios se

disfrazan como “ministros de justicia.” • En 2 Corintios 12:7, Satanás es la fuente del “aguijón en su carne.” • En Efesios 4:26,27, el enojo da lugar al diablo en nuestras vidas. • En Tesalonicenses 2:18, Satanás estorba los planes que Pablo tiene para visitar a la iglesia

Tesalonicense. • En 1 Timoteo 1:20, Himeneo y Alejandro son entregados a Satanás para que aprendan a no

blasfemar.

El Reino de Dios

Página 4 Derechos de Autor @ 1997, 1999, Tim Attaway Todos los Derechos Reservados

• En 1 Timoteo 3:6, el Diablo será juzgado. • En 1 Timoteo 4:1, los demonios son llamados “espíritus engañadores.” • En Timoteo 5:15, los que se apartan de la fe siguen a Satanás. • En 2 Timoteo 2: El diablo enlaza y captura a la gente para que hagan su voluntad. • En Hebreos 2:14, el diablo mantiene el imperio de la muerte. • En Santiago 2:19, los demonios también creen en Dios y tiemblan solo en pensar. • En Santiago 3:15, el diablo es la fuente de la sabiduría terrenal, animal, diabólica. • En Santiago 4:7 aprendemos que si le resistimos al diablo, él huirá de nosotros. • En Pedro 5:8, el diablo es un león rugiente, andando alrededor buscando a quien devorar. • En 1 Juan 3:8, todo aquel quien practica el pecado le pertenece al diablo. • En 1 Juan 3:10, aprendemos que la gente son o hijos de Dios o hijos del diablo. • En Apocalipsis, Satanás planea su última y mayor batalla en contra de Dios y su iglesia. Es

últimamente y finalmente vencido y expulsado al castigo eterno junto con todo aquel quien lo siga.

Note algunos de los nombres que se le han dado a Satanás en las Escrituras:

• Adversario (1 Pedro 5:8) • Acusador (Apocalipsis 12:10) • Tentador (Mateo 4:3) • Beelzebú, Príncipe de los demonios (Mateo 12:24) • El malo (Mateo 13:19) • El cual engaña al mundo entero (Engañador) (Apocalipsis 12:9) • El gran dragón (Apocalipsis 12:9) • La serpiente antigua (Apocalipsis 12:9) • Mentiroso (Juan 8:44) • Padre de mentira (Juan 8:44) • Homicida (Juan 8:44) • Pecador (1 Juan 3:8)

Así como Dios es el mismo ayer, hoy, y por siempre, también lo es Satanás. El patrón y motivación de su actividad nunca a variado. Hay un número de observaciones que podemos concluir de las referencias anteriores. La primera puede ser obvia, pero tiene que ser declarada de todos modos.

Hay un reino que no es de Dios. Una jerarquía existe dentro de ese reino. Satanás, o el diablo esta en la cabeza. Sometidos a él están los demonios – ángeles que se juntaron a él para la rebelión en contra de Dios.

Algunas otras observaciones que podemos concluir de las referencias anteriores son como siguen.

• Satanás está sujeto a Dios y solamente puede hacer lo que Dios le permite. Vemos esto en varios lugares. El más obvio es en la historia de Job. Note que Satanás solamente puede hacerle a Job lo que Dios permitió. Vemos que Satanás también pidió permiso para “zarandear a Pedro.” No pudo hacerlos por su mismo, sin el permiso de Dios. Satanás no tiene el absoluto campo abierto sobre la tierra. El aún es una criatura sujeta al creador. Esto es importante; sin esto Dios no sería el absoluto soberano. Lo que es más, sería inútil pedirle a Dios que atara a Satanás o que nos proteja de su ataque. Porque sabemos que Dios tiene todo el control, sabemos que él es la fuente de nuestra salvación. ¿Por qué permitiría Dios que Satanás haga las cosas que le den la gana? Porque Dios puede cumplir con su propósito, aún por medio de la rebeldía de Satanás, como lo veremos en un momento.

El Reino de Dios

Derechos de Autor @ 1997, 1999, Tim Attaway Página 5 Todos los Derechos Reservados

• El deseo de Satanás es el que la gente se separe de Dios y causar división dentro de la iglesia. Desde el encuentro con Eva en el Jardín de Edén hasta la última rebelión en Apocalipsis, Satanás esta intentando causar división entre Dios y la gente que Él ama. Satanás quiere recibir la alabanza y adoración que se le debe a Dios. Le tiene envidia a Dios, por lo tanto, su deseo es el de quitarle a Dios cualquier cosa que pueda, ejemplo: El amor y adoración de la gente. Para poder lograr su fin, él usara cualquier modo que él desee, pero es particularmente adepto a la mentira y el engaño para desviar a la gente.

• Dios puede utilizar hasta la rebeldía de Satanás para cumplir sus propósitos. Dios creó al hombre con voluntad propia. Él lo hizo así porque Él quiere el amor y la adoración gratuitamente dado por el hombre. Satanás le ofrece al hombre la opción de rebelarse. Implícito en eso también esta la opción de someterse. Las opciones que Satanás nos ofrece, nos prueban a nosotros mismos y prueban nuestra fidelidad. En el caso de Job, por ejemplo, la prueba de Satanás probó que la fidelidad de Job no solamente fue un producto de las buenas circunstancias. Job escogió la fidelidad a Dios aún enfrente a una pérdida personal devastador y de sufrimiento físico. Él emergió de la experiencia refinado y más fuerte que cuando comenzó. Hasta el punto que, Satanás en su intento de rebeldía para extinguir la influencia de Jesús, insistiendo que el hombre lo ejecute. En haber hecho eso, él atrajo su propio vencimiento. Provocando la crucifixión, él puso en juego la resurrección. Dios pudo usar la rebeldía de Satanás para traer salvación al mundo.

• Satanás puede ser la causa de aflicción física. Satanás odia a la gente quien ama a Dios. (De hecho, él odia a todos – en realidad el no es tan quisquilloso.) En un esfuerzo de disuadirles de que sigan a Dios (o simplemente para satisfacer su deseo de destrucción), el frecuentemente atrae sufrimiento físico. Lo vimos en la vida de Job, y lo vemos en la mujer en Lucas 13 igual que en muchos otros lugares. Es importante entender que orar por sanidad es orar en contra de los deseos de Satanás. A veces, atando el poder de Satanás en la vida de una persona puede ser lo suficiente para traer la sanidad deseada. 1

• Satanás enfrentara el juicio por sus acciones y él perderá, y fuego eterno es preparado para él y para los demonios quienes le siguieron. Cuando todo haya sido dicho y hecho, ahí es donde pasará por eternidad.

• La gente o siguen a Dios o siguen a Satanás, no hay punto medio. Aquellos quienes siguen a Satanás lo siguen al juicio y castigo.

• El expulsar demonios era una de las mayores señales de que el Reino de Dios había llegado a la tierra. Hasta que vino Jesús, los demonios no tenían mayor desafío humano en contra de sus actividades. Jesús fue el primer gran “expulsador de demonios.” Esta actividad fue la mayor señal de quien Él era. Interrumpiendo en la soberanía del reino de Satanás en esta manera fue una señal mayor de que el Reino de Dios venía en poder. Jesús enseñó a sus discípulos a que siguieran este tipo de guerra ofensiva. Hoy, la iglesia aún debería estar comprometida a este tipo de guerra.

Para revisar la pregunta hecha en el principio de esta sección, ¿Qué es el Reino de Dios y que es el reino de Satanás?

Reino de Dios Reino de Satanás

Padre Satanás Hijo, Espíritu Santo

Ángeles Demonios Gente Que Le Siguen Gente Que le Siguen

1 Esto no siempre es verdad. La enfermedad puede ser causada estrictamente por problemas orgánicos. Si una persona ha estado en un accidente, ha estado sangrando internamente y ha estado en un coma, simplemente ligando el poder de Satanás en su vida probablemente no es todo que él necesita. Se da sabiduría médica a nosotros por Dios y debe ser utilizada por sus personas. Sin embargo, debemos comprender que la sanidad es contraria a los deseos de Satanás. A menudo el sufrimiento físico es estrictamente espiritual en origen. De cualquier modo–si la aflicción es física o espiritual en naturaleza– Satanás no lo quiere bien y usted debe orar contra su influencia si usted está buscando sanando.

El Reino de Dios

Página 6 Derechos de Autor @ 1997, 1999, Tim Attaway Todos los Derechos Reservados

El Reino de Dios tiene por cabeza la Trinidad. Sometidos a ellos están los ángeles quienes pertenecieron fieles y la gente que gratuitamente escoge pertenecer al Reino. El reino de Satanás tiene por cabeza. 2 Sometidos a Satanás están los demonios – los ángeles que se rebelaron – y la gente que no gratuitamente escoge pertenecer al Reino de Dios.

La membresía ya esta determinada para los ángeles y demonios, que ya han tomado bandos.

Toda la gente ha escogido al pecado sobre la sumisión y por lo tanto merecen pertenecer al reino de Satanás. En ésta era, sin embargo, Dios ha ofrecido salvación. Los que aceptan son injertados al Reino de Dios y rescatados del reino de Satanás. Esa decisión, el destino de la gente, es la razón del conflicto entre los reinos.

¿Por qué es que Dios no “lo acaba” y termina la guerra? 2 Pedro 3:9 dice,

9 El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.

El Papel de Jesús en el Reino de Dios ¿Cuál es el papel que Jesús desempeña en el Reino de Dios? Aunque es posible contestar esta pregunta de muchas diferentes maneras, parece que hay cinco puntos mayores primarios.

• Él trajo el Reino a la tierra en su presente forma. • Él hizo que la ciudadanía sea disponible. • Él enseñó sobre el Reino. • Él demostró el poder del Reino. • Él traerá la manifestación futura del Reino.

Todos estos tienen un propósito unificado. 1 Juan 3:8 dice:

Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.

Jesús Trajo el Reino a La Tierra en su Forma Presente. Lucas 19:11 dice:

Oyendo ellos estas cosas, prosiguió Jesús y dijo una parábola, por cuanto estaba cerca de Jerusalén y ellos pensaban que el reino de Dios se manifestaría inmediatamente.

Este versículo en realidad es bien revelador. La gente del día de Jesús tenía un concepto del Reino de Dios y de que era. Es más, ellos vivían con la esperanza de que llegaría pronto. Sin embargo, el reino que ellos esperaban no era el mismo que Jesús vino a traer.

La mayoría de los judíos vivieron con la esperaza de que el reino de David sería restaurado. Para ellos, El Reino de Dios sería un reino político con fronteras geográficas. La línea Davídica sería restaurada y un descendiente de David se sentaría en un trono físico. Ellos esperaban que este rey les trajera la libertad de la servidumbre a los Romanos.

Jesús fallo en cumplir con esta esperanza política, y fue la razón por la cual fue rechazado. 3 Sin embargo, cuando Jesús vino, fue con un mensaje del Reino. Marcos 1:14­15 dice:

2 Se sugiere que la bestia y el anticristo de Revelación unan a Satanás para constituir un trinidad impío. 3 El fracaso para traer un reino político no era la única razón que Jesús fue rechazado y se persiguió. El problema más severo que él encontró era de la jerarquía religiosa que realmente no se preocupó de su

El Reino de Dios

Derechos de Autor @ 1997, 1999, Tim Attaway Página 7 Todos los Derechos Reservados

14 Después que Juan fue encarcelado, Jesús fue a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios. 15 Decía: «El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios se ha acercado. ¡Arrepentíos y creed en el evangelio!»

Jesús trajo al Reino de Dios. Solamente que no se veía y sentía tal como la gente lo esperaba. Lucas 17:20­21 dice:

20 Preguntado por los fariseos cuándo había de venir el reino de Dios, les respondió y dijo: ­­El reino de Dios no vendrá con advertencia, 21 ni dirán: "Helo aquí", o "Helo allí", porque el reino de Dios está entre vosotros.

El Reino de Dios esta dentro de nosotros. No es una cosa geográfica; es una cosa espiritual. Vemos esto de nuevo en la conversación entre Jesús y Nicodemo, en Juan 3:3­6:

3 Le respondió Jesús: ­­De cierto, de cierto te digo que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios. 4 Nicodemo le preguntó: ­­¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer? 5 Respondió Jesús: ­­De cierto, de cierto te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. 6 Lo que nace de la carne, carne es; y lo que nace del Espíritu, espíritu es.

La gente nace a reinos terrenales por medio de nacimiento carnal. Gente nace al Reino de Dios por medio de nacimiento nuevo espiritual. Romanos 14:17 dice,

Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.

Este Reino es un reino de justicia, paz, y gozo. 1 Corintios 4:20 dice:

Pues el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder.

Los ciudadanos del Reino no son aquellos quienes dicen las palabras justas, pero aquellos de quienes sus vidas son llenas de poder por la justicia.

La iglesia ha tenido dos mil años para poder asimilar esto. No es tan difícil poder entender porque este concepto del Reino fue confuso para los judíos del primer siglo, quienes habían sido criados para esperar un reino político, físico. Sin embargo, aquellos que pudieron entender encontraron algo mucho mejor. Reinos políticos se levantan y caen (los judíos ciertamente lo sabían). El Reino de la justicia, paz, gozo, y poder nunca fallaría.

Jesús oró, “Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra..” Cuando dijo esto, él quiso decir AHORA. El ministerio de Jesús fue la inauguración de este Reino en la tierra, así como lo es en el cielo.

Jesús Hizo que la Ciudadanía Sea Disponible Era el deseo de Dios que toda Su creación pase una eternidad en compañerismo con Él. La rebelión – la de Satanás, la de Eva, la tuya y la mía – lo interrumpe.

política, pero lo vio como una amenaza a la tradición religiosa y el poder eclesiástico. Él perturbó el statu quo y amenazó el mando que ellos llevaban puesto las masas.

El Reino de Dios

Página 8 Derechos de Autor @ 1997, 1999, Tim Attaway Todos los Derechos Reservados

Cuando Adán y Eva pecaron, ellos fueron expulsados del Jardín de Edén. ¿Por qué fue significante? El Jardín de Edén fue el lugar donde el hombre caminó con Dios y tuvo compañerismo gratuito con Él. Cuando el hombre escogió pecar sobre someterse, perdió la habilidad de caminar con el Padre y de asociarse gratuitamente con Él. Dios no vivirá en la presencia donde no hay santidad.

A pesar de la separación, Dios ni se olvidó ni abandonó a su creación. En ocasiones selectas, Dios visitó al hombre. Vemos ejemplos de esto en la vida de Moisés (Monte Sinaí, en el Tabernáculo de reunión). Tales interacciones fueron poco comunes.

Al dar la ley Levítica, Dios estableció directivas de cómo el hombre pudiera acercarse a Dios. El tabernáculo (más luego el templo) se tornó un lugar donde sacrificios fueron hechos para expiación por el pecado. Antes de que alguien pudiera entrar el recinto del tabernáculo (conocido como el Lugar Santo, Éxodo 39:39) tenía que pasar el Altar de Bronce, donde se quemaba ofrendas, y la fuente y su base, donde se sometía a una limpieza ceremonial. Solo sacerdotes entraban al Lugar Santo, entraban allí diariamente para realizar funciones sacerdotales, tales como la ofrenda de incienso. Dentro del Lugar Santo había una cámara conocida como el Lugar Santísimo, dentro de esa cámara se encontraba el Arca del testimonio. Dios encerró su presencia a Su cámara interior. Era separada del Lugar Santo por un velo pesado. El Sumo Sacerdote entraba a esa cámara una vez al año para hacer expiación por los pecados de la nación. Él solamente entraba después de haber cumplido con una ceremonia rigurosa, haciendo reparación por sus propios pecados, cumpliendo con la limpieza ceremonial, vistiéndose con ropa del sumo sacerdote, etc. Esta era una experiencia de asombro y hasta de terror. En cierto. Nadab y Abiú, los hijos de Aarón, fueron matados por Dios por entrar al Lugar Santo de manera impropia (Levítico 10).

Por consiguiente en el tiempo que el tabernáculo fue construido hasta el primer siglo, Dios se separaba del hombre por un velo, impuesto por el pecado y la falta de santidad del hombre.

Cuando murió Jesús, algo asombroso sucedió. El velo que separaba al hombre de Dios milagrosamente se desgarró de arriba para abajo. Esto no fue accidente. Simbolizó al mundo que la separación se terminó. Jesús había vencido el problema del pecado. Abrió la puerta al Reino de Dios. Jesús cumplió con el sistema de sacrificio de Levítico. El concepto de sacrificio sustitúyete, instituido en la Pascua, había llegado a su conclusión en el sacrificio del Cordero de Dios. Dios proveyó una manera para que el hombre pueda ser limpiado y perdonado del pecado. Aquellos quienes aceptarían esta provisión obtuvieran el Espíritu de Dios habitando en sí. El compañerismo íntimo con Dios había sido restaurado.

Antes del sacrificio de Jesús, el hombre pecador era ciudadano del reino que no es de Dios. El sacrificio de Jesús fue una oferta de ciudadanía al Reino de Dios para todo aquel que lo aceptase.

Jesús Enseñó Sobre el Reino Jesús trajo el reino de Dios a la tierra en su forma presente. Él hizo que la ciudadanía fuera disponible a todo a quien lo recibiría. Entre el tiempo que empezó su ministerio y el tiempo en el que Se ofreció para ser sacrificado, paso tres años enseñando sobre el Reino de Dios.

Si Jesús hubiese traído el Reino y hecho que la ciudadanía sea disponible, pero nunca haberle contado a nadie sobre el reino, es muy dudoso que Su ministerio haya sido de gran impacto. La gente tenían (y aún tienen) tanto que aprender. Jesús no fue negligente sobre esta necesidad de educar sobre el Reino. Por hecho, sobre la mitad de las parábolas de Jesús se dirigían directamente al Reino de Dios. Algunas de las otras se dirigían indirectamente al tópico.

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Mañana nosotros pasaremos el tiempo entero estudiando las enseñanzas de Jesús en el Reino de Dios, con énfasis particular en las parábolas. Diferiremos esa discusión hasta ese tiempo.

Jesús Demostró el Poder del Reino Jesús dijo en Mateo 12:28:

28 Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios,

El hecho que el reino de Satanás estaba siendo interrumpido fue evidencia sólida que el Reino de Dios había invadido la tierra. Juan 14:11 dice que Jesús consideró los milagros como evidencia de Quien Era – evidencia que él era el que anunciaba el Reino de Dios. Jesús no se asustaba de “lanzar su peso espiritual” en contra del reino de Satanás. Si examina un número de pasajes, vera un patrón definitivo.

(Mateo 9:35) 35 Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, predicando el evangelio del reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.

(Lucas 4:31­36) 31 Descendió Jesús a Capernaúm, ciudad de Galilea, y los sábados les enseñaba; 32 y se admiraban de su doctrina, porque su palabra tenía autoridad. 33 Estaba en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu de demonio impuro, el cual exclamó a gran voz, 34 diciendo: ­­¡Déjanos! ¿Qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Yo sé quién eres: el Santo de Dios. 35 Jesús lo reprendió, diciendo: ­­¡Cállate y sal de él! Entonces el demonio, derribándolo en medio de ellos, salió de él sin hacerle daño alguno. 36 Todos estaban maravillados, y se decían unos a otros: ­­¿Qué palabra es esta, que con autoridad y poder manda a los espíritus impuros, y salen?

(Lucas 6:6­10) 6 Aconteció también en otro sábado que él entró en la sinagoga y enseñaba; y estaba allí un hombre que tenía seca la mano derecha. 7 Y lo acechaban los escribas y los fariseos para ver si en sábado lo sanaría, a fin de hallar de qué acusarlo. 8 Pero él, que conocía sus pensamientos, dijo al hombre que tenía la mano seca: ­­Levántate y ponte en medio. Él, levantándose, se quedó en pie. 9 Entonces Jesús les dijo: ­­Os preguntaré una cosa: En sábado, ¿es lícito hacer bien o hacer mal?, ¿salvar la vida o quitarla? 10 Y, mirándolos a todos alrededor, dijo al hombre: ­­Extiende tu mano. Él lo hizo y su mano fue restaurada.

(Lucas 13:10­13) 10 Enseñaba Jesús en una sinagoga en sábado, 11 y había allí una mujer que desde hacía dieciocho años tenía espíritu de enfermedad, y andaba encorvada y en ninguna manera se podía enderezar. 12 Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: ­­Mujer, eres libre de tu enfermedad. 13 Puso las manos sobre ella, y ella se enderezó al momento y glorificaba a Dios.

Jesús no era hombre de palabras y promesas vacías. No vino para traer un concepto. Vino a traer un Reino, completo con poder del Espíritu Santo del Reino. Santiago, el medio­hermano de Jesús escribió:

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(Santiago 2:14­17) 14 Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarlo? 15 Y si un hermano o una hermana están desnudos y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, 16 y alguno de vosotros les dice: «Id en paz, calentaos y saciaos», pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? 17 Así también la fe, si no tiene obras, está completamente muerta.

Santiago y Jesús ambos entendieron esta idea. Jesús vino contándole a la gente sobre el Reino donde el poder de Dios es supremo. Es un lugar donde los enfermos son sanados, a los ciegos se les da la vista, los afligidos por demonios son liberados, los pobres reciben esperanza, etc. Sí Jesús hubiese contado a la gente sobre esto, pero no hubiese sanado al enfermo, recaudado la vista al ciego, echado a los demonios, predicado las buenas nuevas al pobre, etc., ¿Cómo de creíble hubiese sido?

La PROCLAMACIÓN DE Jesús sobre el Reino fue acompañada por la DEMONSTRACIÓN de su poder. Como resultado, la gente fue asombrada. Se hicieron creyentes y Ciudadanos del Reino. Dieron alabanza y adoración a Dios. El Reino avanzó.

Este patrón de proclamación acompañada por demostración no paró con Jesús.

(Lucas 9:1­2) 1 Reuniendo a sus doce discípulos, les dio poder y autoridad sobre todos los demonios y para sanar enfermedades. 2 Y los envió a predicar el reino de Dios y a sanar a los enfermos.

Él les capacitó a sus discípulos para que hagan lo mismo. El Reino de Dios continua a avanzar eficazmente donde hay proclamación del mensaje acompañado por la demostración de su poder.

Jesús Traerá la Manifestación Futura del Reino El papel de Jesús en el Reino de Dios esta lejos de ser acabado. No estamos viviendo en el Reino en su manifestación final. Cuando Jesús vino por primera vez, fue rechazado por muchos porque estaban buscando un reino físico. Estaban buscando un rey poderoso quien derrotaría los reinos de este mundo. La próxima vez que venga Jesús, es exactamente lo que va hacer.

El Libro de Apocalipsis cuenta del tiempo cuando Jesús regresará a la tierra, purgar el mundo de todo mal, e instalar sobre la tierra ese Reino tan esperado. Aquellos quienes han sido seguidores fieles gozaran de ese Reino con Él.

El Papel que Emplea la Iglesia en el Reino de Dios La Iglesia consiste en los ciudadanos del Reino de Dios. Somos co­herederos con Jesús para la gloria del Reino y por lo tanto tenemos gran esperanza de eso. Por ahora, sin embargo, tenemos trabajos que hacer. Cuando Jesús ascendió al cielo, dejo su ministerio en manos de sus seguidores – la Iglesia. Él esperaba que ellos sigan predicando, sanando, expulsando demonios, etc., igual como Él lo había hecho. Somos sus brazos y pierna, manos y pies, ojos, oídos, y boca en el mundo. Nosotros debemos ser envueltos activamente en la tarea de avanzar el Reino.

(Juan 14:12) 12 »De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él también las hará; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.

(Juan 17:18) 18 Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo.

(Mateo 28:18­20) 18 Jesús se acercó y les habló diciendo: «Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. 19 Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, 20 y enseñándoles que guarden todas las

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cosas que os he mandado. Y yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo». Amén.

(Marcos 16:15­18) 15 Y les dijo: ­­Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. 16 El que crea y sea bautizado, será salvo; pero el que no crea, será condenado. 17 Estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios, hablarán nuevas lenguas, 18 tomarán serpientes en las manos y, aunque beban cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.

Nuestro trabajo es el de:

• Operar bajo la autoridad de Jesús y en el poder del Espíritu Santo. • Enseñar las cosas que enseñó Jesús. • Hacer las cosas que hizo Jesús. • Hacer discípulos, bautizándoles y enseñándoles a ser ciudadanos del Reino. Ellos deberían

ser capacitados para: • Operar bajo la autoridad de Jesús y en el poder del Espíritu Santo. • Enseñar las cosas que enseñó Jesús. • Hacer las cosas que hizo Jesús. • Hacer discípulos, bautizándoles y enseñándoles a ser ciudadanos del Reino. Ellos

deberían ser capacitados para... entienden.

John Wimber le llama a esto “Haciendo las Cosas.” Como cualquier buen discípulo, nos tornamos aprendices de Jesús y seguimos en el oficio que él nos enseñó – el de avanzar el Reino de Dios. Con un ministerio lleno de señales y prodigios autorizado del Espíritu Santo, tumbamos las fortalezas de Satanás y agrandamos el Reino. Seguimos adelante hasta ese día cuando regresará Jesús en última victoria.

Señales del Reino de Dios Desde que el Reino de Dios no es dominio físico, ¿Cómo se lo puede reconocer cuando uno lo ve?

(Lucas 4:18­19) 18 «El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanara los quebrantados de corazón, a pregonar libertad a los cautivos y vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos 19 y a predicar el año agradable del Señor».

(Lucas 7:21­22) 21 En esa misma hora sanó a muchos de enfermedades, plagas y espíritus malos, y a muchos ciegos les dio la vista. 22 Respondiendo Jesús, les dijo: ­­Id, haced saber a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados y a los pobres es anunciado el evangelio;

(Juan 3:3­6) 3 Le respondió Jesús: ­­De cierto, de cierto te digo que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios.

4 Nicodemo le preguntó: ­­¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer?

5 Respondió Jesús: ­­De cierto, de cierto te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. 6 Lo que nace de la carne, carne es; y lo que nace del Espíritu, espíritu es.

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(Mateo 5:3) 3 «Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

El Reino de Dios existe donde:

• Los pobres en espíritu – aquellos quienes han abandonado todo otro recurso espiritual – se les es predicado – el Evangelio – las buenas nuevas de Jesús.

• Hay nuevo nacimiento espiritual. • Suceden milagros. Los ciegos reciben la vista. Los sordos oyen. Los inválidos caminan. Los

enfermos son sanados. Palanquetas de pan y pescados son multiplicados. Tormentas son tranquilizadas. La naturaleza es sojuzgada.

• Demonios son expulsados. Esto, en adición a los milagros previamente mencionados, es un completo ataque frontal al reino de Satanás.

• El Espíritu Santo da poder a la gente para vida del Reino. No son importante sus circunstancias, él les da amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza (Gálatas 5:22­23).

Evangelización Poderosa

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Evangelización Poderosa Supóngase que se muera esta noche y se encuentra parado ante Dios. Si Él le preguntara, “Por qué te debería dejar que entren en mí cielo,” ¿Cómo Le respondería?

Esta es una de las preguntas primeras hechas en una presentación sobre el Evangelismo Explosivo. Los 1980´s vieron un gran énfasis en los Estados Unidos sobre el evangelismo por medio de programas tales como Evangelismo Explosivo (EE). Es una buena cosa. Hay mucha gente quien ha llegado al Reino de Dios por medio de tales métodos.

El acercamiento del tipo EE empieza con llamar la atención a la gente y haciendo una o dos preguntas tales como la pregunta anterior. Son diseñadas a hacerle pensar a la gente, para ver si entienden el plan de salvación, de dirigirles a que consideren si han sido salvos o no. Si la persona no da una respuesta adecuada a la pregunta, entonces el proceso de presentación con un discurso (memorizado), diseñado a dirigirle a la persona por medio de conceptos de pecado, salvación, y la necesidad por arrepentimiento personal y aceptación de Jesús.

Estos tipos de programas han capacitado un número grande de gente con las herramientas para dirigirles a otros a que lleguen a Cristo. Ha ayudado a formular un entendimiento del proceso de la salvación y de ponerlo en un lenguaje claro y conciso. Es chistoso que nunca vemos este tipo de acercamiento en las Escrituras. Ése es no sugerir que esta clase de acercamiento es contraria a la Escritura, pero no tenemos precedente Bíblico.

Sabemos por medio de pasajes como Juan 3:5­6

5 Respondió Jesús: ­­De cierto, de cierto te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. 6 Lo que nace de la carne, carne es; y lo que nace del Espíritu, espíritu es.

y Juan 16:8

8 Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio..

que el Espíritu Santo es el que nos da convicción del pecado y que él es el agente del nuevo nacimiento espiritual. El acercamiento de EE entiende eso y busca obrar con el Espíritu Santo para traerle a la gente a la convicción y la salvación. Su método de acercarse, sin embargo, depende sobre el intelecto. La esperanza es que una presentación del mensaje de salvación en forma lógica y racional abrirá la puerta para el Espíritu Santo dar convicción y salvación. Frecuentemente lo hace. No hay nada de mal con este método.

Sin embargo, no es el método usado por Jesús. No es el método usado por los apóstoles. No es el método de la iglesia temprana. El precedente Bíblico no es “Evangelización Programado,” pero lo que nosotros llamamos Evangelización Poderosa. Hay un cambio de paradigma. Con Evangelización Programado, usamos el intelecto como una herramienta para que se abra la puerta para que el Espíritu Santo pueda dar convicción y salvación. Con Evangelización Poderosa, usamos el poder del Espíritu Santo como una herramienta para que el Espíritu Santo pueda dar convicción y salvación.

Considere el siguiente ejemplo de Evangelización Poderosa en el ministerio temprano de Jesús. Lucas 4:31­37 dice:

31 Descendió Jesús a Capernaúm, ciudad de Galilea, y los sábados les enseñaba; 32 y se admiraban de su doctrina, porque su palabra tenía autoridad. 33 Estaba en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu de demonio impuro, el cual exclamó a gran voz, 34 diciendo: ­­¡Déjanos! ¿Qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para

Evangelización Poderosa

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destruirnos? Yo sé quién eres: el Santo de Dios. 35 Jesús lo reprendió, diciendo: ­­¡Cállate y sal de él! Entonces el demonio, derribándolo en medio de ellos, salió de él sin hacerle daño alguno. 36 Todos estaban maravillados, y se decían unos a otros: ­­ ¿Qué palabra es esta, que con autoridad y poder manda a los espíritus impuros, y salen? 37 Y su fama se difundía por todos los lugares de la región.

Jesús le enseño a la gente sobre el Reino de Dios. Les proclamó la verdad. Luego demostró el poder del Reino por medio de echar espíritus malos fuera de un hombre joven. La PROCLAMACIÓN emparejada con la DEMOSTRACIÓN fue una combinación poderosa. Tubo un impacto grande en la gente. Les demostró una autoridad que ellos nunca antes habían visto. Como resultado de esto, “su fama se difundía por todos los lugares de la región.”

Esto es el Evangelización Poderosa – proclamando el Reino de Dios y demostrando su poder. Si lee los cuentos del evangelio, ve este patrón una y otra vez en la vida de Jesús. Cuando él dijo, “Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.” él quiso decir ¡AHORA!. El Reino de Dios no es posibilidad del futuro; es realidad actual. No es solamente un boleto para llegar al cielo cuando se muera; es una fuerza que cambia la vida que debería hacer una diferencia en nuestras vidas hoy.

Por eso el Evangelización Poderosa es una herramienta tan eficaz. La gente necesita ayuda en su vida ahora. Necesitan algo que les ayuda hoy. La promesa del cielo es maravillosa, pero si no tiene ninguna esperanza hoy entonces el cielo simplemente queda muy lejos. Por eso Dios nos dio el Espíritu Santo – para traernos el poder del Reino ahora. Podemos encarar los sufrimientos de hoy como ciudadanos del Reino de Dios, ejercitando todo el poder y derechos que van con esa ciudadanía. Cuando la gente vea la demostración de ese poder, querrán ser ciudadanos de ese mismo Reino. El poder del Reino se torna la herramienta para el evangelismo; por lo tanto, el término Evangelización Poderosa.

Vemos el mismo método en las vidas de los apóstoles después de la resurrección. Hechos 3:1­ 11 dice:

1 Pedro y Juan subían juntos al templo a la hora novena, que era la de la oración. 2 Había un hombre, cojo de nacimiento, que era llevado y dejado cada día a la puerta del templo que se llama la Hermosa, para que pidiera limosna a los que entraban en el templo. 3 Este, cuando vio a Pedro y a Juan que iban a entrar en el templo, les rogaba que le dieran limosna. 4 Pedro, con Juan, fijando en él los ojos, le dijo: ­­Míranos. 5 Entonces él los miró atento, esperando recibir de ellos algo. 6 Pero Pedro dijo: ­­No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy: en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda. 7 Entonces lo tomó por la mano derecha y lo levantó. Al instante se le afirmaron los pies y tobillos; 8 y saltando, se puso en pie y anduvo; y entró con ellos en el templo, andando, saltando y alabando a Dios. 9 Todo el pueblo lo vio andar y alabar a Dios. 10 Y lo reconocían que era el que se sentaba a pedir limosna a la puerta del templo, la Hermosa; y se llenaron de asombro y espanto por lo que le había sucedido.

11 Mientras el cojo que había sido sanado tenía asidos a Pedro y a Juan, todo el pueblo, atónito, concurrió a ellos al pórtico que se llama de Salomón.

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Pedro demostró el poder del Reino de Dios sobre la deshabilitad del limosnero. Invadió el reino de Satanás y ganó la batalla. Hizo una diferencia de cambia vida en la vida de este hombre – ahora. Como resultado, el limosnero y mucha otra gente en la proximidad vinieron corriendo para escuchar el mensaje que Pedro predicaba en los siguiente versículos. No estaban medio interesados; escucharon en asombro. Mucha gente creyó porque la proclamación del evangelio fue acompañada por la demostración de su poder.

Vemos lo mismo en el ministerio de Pablo. Hechos 19:11­20 tiene lugar durante el tiempo que Pablo estuvo en Efeso.

11 Y hacía Dios milagros extraordinarios por mano de Pablo, 12 de tal manera que hasta los pañuelos o delantales que habían tocado su cuerpo eran llevados a los enfermos, y las enfermedades se iban de ellos, y los espíritus malos salían.

13 Pero algunos de los judíos, exorcistas ambulantes, intentaron invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos, diciendo: «¡Os conjuro por Jesús, el que predica Pablo!» 14 Había siete hijos de un tal Esceva, judío, jefe de los sacerdotes, que hacían esto. 15 Pero respondiendo el espíritu malo, dijo: «A Jesús conozco y sé quién es Pablo, pero vosotros, ¿quiénes sois?» 16 El hombre en quien estaba el espíritu malo, saltando sobre ellos y dominándolos, pudo más que ellos, de tal manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos.

17 Esto fue notorio a todos los que habitaban en Éfeso, así judíos como griegos; y tuvieron temor todos ellos, y era glorificado el nombre del Señor Jesús. 18 Muchos de los que habían creído venían, confesando y dando cuenta de sus hechos. 19 Asimismo muchos de los que habían practicado la magia trajeron los libros y los quemaron delante de todos; y hecha la cuenta de su valor, hallaron que era de cincuenta mil piezas de plata.

20 Así crecía y prevalecía poderosamente la palabra del Señor.

La gente consideró que Pablo tenía gran autoridad por los milagros que Dios hizo por mano de él. Es interesante que algunos quienes no eran creyentes intentaron trabajar milagros invocando el nombre de Jesús y descubrieron que el poder del Reino de Dios solo puede ser invocado por aquellos que se han tornado ciudadanos del reino. Porque Pablo permitió el Espíritu Santo para atender a través de él en ese lugar, un gran número de gente se tornaron del reino de la oscuridad al Reino de Dios. “La palabra del Señor crecía y prevalecía poderosamente.” El poder del Espíritu Santo fue una herramienta para abrir la puerta para que el Espíritu Santo pueda dar convicción y salvar.

La gente ha sido enseñada a creer que la vida es divida en secciones. La ciencia gobierna el aspecto físico. La religión gobierna el aspecto espiritual. De alguna manera existe una pared invisible entre lo físico y lo espiritual y el uno no puede invadir al otro. La gente vive en desesperación porque creen que son atrapados en lo físico y no saben como cruzar al espiritual.

Tal enseñanza es consistente con la mentalidad del mundo oeste, pero no es verdadero. Evangelización Poderosa es prueba de eso. En Evangelización Poderosa, el poder del Espíritu Santo invade nuestro mundo físico, sana enfermedades, expulsa demonios, trabaja milagros, trae palabras de sabiduría, profecías, ánima, da fe, etc. Toca nuestras vidas físicas y libera nuestros espíritus.

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La meta verdadera del evangelismo es hacer discípulos. Un discípulo emula su maestro. Nuestro maestro iba sanando, expulsando demonios, haciendo milagros, etc. Todo esto acompañó sus enseñanzas y predicaciones. Si todos fuéramos discípulos nosotros mismos, emulando a nuestro maestro, entonces descubriríamos la forma más eficaz de evangelismo ­ Evangelización Poderosa. Otras formas de evangelización tienen su lugar. Cruzadas, distribución de folletos, programas tales como Evangelismo Explosivo, y otros métodos todos gana la gente para Cristo con varios grados de éxito. Si realmente siente que el Espíritu Santo le insta pararse en una esquina y entregar folletos, pues hágalo. Si le dice que lo haga, entonces él tiene propósito en él. Sin embargo, acuerde que Hechos 1:8 dice,

Pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra."

Dios nos dio el poder del Espíritu Santo para equiparnos – capacitarnos a ser testigos. Evangelización Poderosa fue Su idea.

Señales y Prodigos en el Nuevo Testamento

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Señales y Prodigios en el Nuevo Testamento ¿Es el Evangelización Poderosa solamente una buena idea o es en efecto un concepto Bíblico? ¿En realidad nos dan las historias del Nuevo Testamento un modelo que implicaría que PROCLAMACIÓN de la Palabra de Dios acompañada con DEMONSTRACIÓN del poder de Dios es le camino óptimo para traerle a la gente al Reino de Dios? ¿Lo hizo Jesús? ¿Los hicieron los apóstoles? ¿Deberíamos hacerlo nosotros?

La respuesta a todas las tres preguntas es “SÍ.” Las palabras del Nuevo Testamento los demuestran una y otra vez. El mejor lugar para buscar ejemplos es en los libros históricos del Nuevo Testamento – Mateo, Marcos, Lucas, Juan, y en Hechos. Es fácil tomar ejemplos de los Evangelios porque allí hay tantos buenos. Cualquier subconjunto que uno pueda escoger omitirá algunos otros ejemplos buenos.

Señales y prodigios tomaron parte de todo lo que hizo Jesús.

Casi u quinto del Evangelio es devotado dar informe del ministerio sanativo de Jesús y las discusión ocasionada por el. Fuera de 3.779 versículos en los cuatro Evangelios, 727 relatan específicamente a la sanidad de enfermedades físicas y mentales y la resucitación del muerto. Excepto de la discusión de los milagros en general, la atención devotada al ministerio sanativo de Jesús es mucho mayor que la devoción a cualquier experiencia en particular. 4

Miremos a las Escrituras para ver algunos ejemplos.

(Mateo 4:23­25) 23 Recorría Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, predicando el evangelio del Reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. 24 Se difundió su fama por toda Siria, y le trajeron todos los que tenían dolencias, los afligidos por diversas enfermedades y tormentos, los endemoniados, lunáticos y paralíticos, y los sanó. 25 Lo siguió mucha gente de Galilea, de Decápolis, de Jerusalén, de Judea y del otro lado del Jordán.

Jesús iba enseñando y predicando (proclamando) las buenas nuevas del Reino de Dios. A lo que lo hacía, también sanaba enfermedades, expulsó demonios, alivió sufrimiento físico, etc., demostrando el poder del Reino de Dios. Sus palabras retaban el reino de Satanás. Sus acciones fueron un ataque físico contra el reino de Satanás.

Jesús no vino solo para conocer las necesidades espirituales de la gente. Vino a satisfacer sus necesidades físicas también. El plan original de Dios fue el de perfectamente proveer por toda necesidad del hombre – espiritual y físico. El pecado interrumpió ambas provisiones. Satanás ha traído destrucción en ambas arenas. Cuando el Reino de Dios avanza, trae restauración en ambas áreas.

Note la reacción de la gente hacia Jesús. Le seguían. Esta forma de ministrar le atraía hacia él. Habían crecido acostumbrados a un sistema religioso donde los líderes usaban su autoridad para mantener a la gente en su puesto. Jesús usó su autoridad para servir en vez de ser servido. Ellos reconocieron su cuidado y preocupación por ellos porque lo demostró de manera tangible – aliviando sus sufrimientos. Este cuidado – esta demostración del poder del Reino – les guío su confianza y creencia en el mensaje que Jesús proclamó.

4 John Wimber, Signs and Wonders And Church Growth, Section 5, Page 3.

Señales y Prodigos en el Nuevo Testamento

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Algunos de los milagros tempranos que Jesús hizo fueron hechos estrictamente pare el beneficio de sus discípulos. Por el papel crítico que ellos emplearían más luego, ellos necesitaron una fundación firme por su fe. Dios graciosamente les proveyó oportunidades para ver quien era Jesús.

(Lucas 5:1­11) 1 Aconteció que estando Jesús junto al Lago de Genesaret, el gentío se agolpaba sobre él para oír la palabra de Dios. 2 Vio dos barcas que estaban cerca de la orilla del lago; los pescadores habían descendido de ellas y lavaban sus redes. 3 Entró en una de aquellas barcas, la cual era de Simón y le rogó que la apartara de tierra un poco. Luego, sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud.

4 Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: ­­Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.

5 Respondiendo Simón, le dijo: ­­Maestro, toda la noche hemos estado trabajando y nada hemos pescado; pero en tu palabra echaré la red.

6 Cuando lo hicieron, recogieron tal cantidad de peces que su red se rompía. 7 Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca para que acudieran a ayudarlos. Ellos vinieron y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían. 8 Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: ­­Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador. 9 Por la pesca que habían hecho, el temor se había apoderado de él y de todos los que estaban con él, 10 y asimismo de Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: ­­No temas; desde ahora serás pescador de hombres. 11 Trajeron a tierra las barcas y, dejándolo todo, lo siguieron.

(Juan 2:1­11) 1 Al tercer día se celebraron unas bodas en Cana de Galilea, y estaba allí la madre de Jesús. 2 También fueron invitados a las bodas Jesús y sus discípulos. 3 Y faltó vino. Entonces la madre de Jesús le dijo: ­­No tienen vino. 4 Jesús le dijo: ­­¿Qué tiene que ver esto con nosotros, mujer? Aún no ha llegado mi hora. 5 Su madre dijo a los que servían: ­­Haced todo lo que él os diga.

6 Había allí seis tinajas de piedra para agua, dispuestas para el rito de purificación de los judíos; en cada una de ellas cabían dos o tres cántaros. 7 Jesús les dijo: ­­Llenad de agua estas tinajas. Y las llenaron hasta arriba. 8 Entonces les dijo: ­­Sacad ahora un poco y presentadlo al encargado del banquete. Y se lo presentaron. 9 Cuando el encargado del banquete probó el agua hecha vino, sin saber de dónde era (aunque sí lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua), llamó al esposo 10 y le dijo: ­­Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando han bebido mucho, el inferior; sin embargo, tú has reservado el buen vino hasta ahora. 11 Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él.

(Marcos 4:37­41) 37 Pero se levantó una gran tempestad de viento que echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba. 38 Él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal. Lo despertaron y le dijeron: ­­¡Maestro!, ¿no tienes cuidado que perecemos? 39 Él, levantándose, reprendió al viento y dijo al mar: ­­¡Calla, enmudece! Entonces cesó el viento y sobrevino una gran calma. 40 Y les dijo:­­¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe? 41 Entonces sintieron un gran temor, y se decían el uno al otro: ­­¿Quién es este, que aun el viento y el mar lo obedecen?

Señales y Prodigos en el Nuevo Testamento

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(Mateo 14:25­33) 25 Pero a la cuarta vigilia de la noche, Jesús fue a ellos andando sobre el mar. 26 Los discípulos, viéndolo andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ­­¡Un fantasma! Y gritaron de miedo. 27 Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ­­¡Tened ánimo! Soy yo, no temáis.

28 Entonces le respondió Pedro, y dijo: ­­Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas.

29 Y él dijo: ­­Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. 30 Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo y comenzó a hundirse. Entonces gritó: ­­ ¡Señor, sálvame! 31 Al momento Jesús, extendiendo la mano, lo sostuvo y le dijo: ­­¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? 32 En cuanto ellos subieron a la barca, se calmó el viento. 33 Entonces los que estaban en la barca se acercaron y lo adoraron, diciendo: ­­Verdaderamente eres Hijo de Dios.

Estos milagros fueron vistazos privados del Señor, revelados a los discípulos. El primero fue dado a Pedro, Andrés, Santiago, y Juan en orden de darles suficiente fe para ser discípulos. Sabemos por otros informes del Evangelio que esto no fue su primer encuentro. Estos hombres ya le habían escuchado hablar a Jesús en múltiples veces. Han llegado a conocerle personalmente. Sin embargo, con este acto, Jesús pudo enseñarles que él era parte de algo mucho más grande de lo que ellos eran parte. Ellos eran pescadores. Tuvieron éxito en la pesca, evidenciado en el hecho que tenían una escuadra de barcos. Sin embargo, Jesús tenía una maestría hasta sobre los peses. Les dio un milagro en su lugar de negocio. Fueron impresionados. Esta demostración del poder del Reino de Dios les ayudo a comprender las cosas sobre las cuales le habían escuchado enseñar a Jesús sobre el Reino. Les convenció a abandonar todo y seguirle.

El milagro en la boda en Cana también fue para el beneficio privado de los discípulos. Aunque otros beneficiaron del vino, solamente los discípulos supieron como fue producido. Al fin de esa cuenta dice que los discípulos “pusieron su fe en él.” Ese es el efecto de los señales y prodigios. Construyó fe. Esto fue reforzado cuando Jesús tranquilizó la tormenta y de nuevo cuando caminó en el agua.

Es interesante notar que mucho después de lo que estos hombres decidieron seguirle a Jesús, Dios siguió dándoles milagros para mantener firme su fe. Aún seguía usando señales y prodigios para enseñarles más y más sobre el Reino. Esto no es una técnica que Dios emplea para “hacerte entrar por la puerta.” En hecho, a lo que crece en madurez y entendimiento (y en su fe), su capacidad para recibir se aumenta. Dios es capaz de hacer mayores y mayores señales y prodigios para usted y por su mano porque usted tiene una capacidad aumentada para recibir y apreciar lo que se le es dado.

Jesús frecuentemente enseño en la sinagoga. A veces él haría la añadiría la puntuación en su enseñanza con lo milagroso en orden de dar validez a lo que estaba diciendo.

(Marcos 1:21­28) 21 Entraron en Capernaúm, y el sábado entró Jesús en la sinagoga y comenzó a enseñar. 22 Y se admiraban de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas. 23 Pero había en la sinagoga de ellos un hombre con espíritu impuro, que gritó: 24 ­­¡Ah! ¿Qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres: el Santo de Dios. 25 Entonces Jesús lo reprendió, diciendo: ­­¡Cállate y sal de él! 26 Y el espíritu impuro, sacudiéndolo con violencia y dando un alarido, salió de él. 27 Todos se asombraron, de tal manera que discutían entre sí, diciendo: ­­¿Qué es esto? ¿Qué nueva doctrina es esta, que con autoridad manda aun a los espíritus impuros, y lo obedecen? 28 Muy pronto se difundió su fama por toda la provincia alrededor de Galilea.

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(Lucas 13:10­17) 10 Enseñaba Jesús en una sinagoga en sábado, 11 y había allí una mujer que desde hacía dieciocho años tenía espíritu de enfermedad, y andaba encorvada y en ninguna manera se podía enderezar. 12 Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: ­­Mujer, eres libre de tu enfermedad. 13 Puso las manos sobre ella, y ella se enderezó al momento y glorificaba a Dios. 14 Pero el alto dignatario de la sinagoga, enojado de que Jesús hubiera sanado en sábado, dijo a la gente: ­­Seis días hay en que se debe trabajar; en estos, pues, venid y sed sanados, y no en sábado. 15 Entonces el Señor le respondió y dijo: ­­¡Hipócrita!, ¿no desatáis vosotros vuestro buey o vuestro asno del pesebre y lo lleváis a beber en sábado? 16 Y a esta hija de Abraham, que Satanás había atado dieciocho años, ¿no se le debía desatar de esta ligadura en sábado? 17 Al decir él estas cosas, se avergonzaban todos sus adversarios; pero todo el pueblo se regocijaba por todas las cosas gloriosas hechas por él.

Si Jesús iba a enseñarle a la gente sobre el Reino de Dios, que les traería alivio de su sufrimiento, pues lo lógico era de demostrarles ese Reino al mismo tiempo. En ambos de estos instantes, él liberó a alguien de la esclavitud impuesta sobre ellos por Satanás, por lo tanto, avanzando el Reino de Dios en su presencia.

En el mensaje anterior de Lucas 13, esto trajo una confrontación con el liderazgo de la sinagoga porque la sanidad tuvo lugar en el sábado. Jesús usaría el poder del Reino de Dios en orden de confrontar las enseñanzas mal dirigidas de los Fariseos alrededor del sábado. Él los hizo repetidamente en las Escrituras. A veces tuvo lugar en la sinagoga, como lo hizo en el pasaje anterior. Otras veces tuvo lugar fuera de la sinagoga, tal como en el estanque Betesda en Juan 5. De cualquier manera, Jesús demostró que el Reino operaba de tal manera contraria al lo que los encargados esperaban. Él usó una demostración del Reino para corregir enseñanzas sobre el Reino. Otro ejemplo de esto es cuando Jesús sanó el paralítico que fue bajado por el techo de la casa de Pedro (Marcos 2). Comenzó pronunciando perdón por los pecados del hombre – un acto que enfureció a los lideres judíos quienes estaban presentes. Para probar que él tenía autoridad para pronunciar perdón (para perdonar), después sano la parálisis del hombre. Este acto autenticó la enseñanza que terminaba de dar.

Los señales y prodigios no siempre fueron hechos con el propósito de confrontarle al liderazgo judío. Muy frecuente, el propósito fue para confrontar la fortaleza de Satanás en las vidas de individuos – uno a la vez. En Marcos 5, Jesús hecho fuera una “legión” de demonios de un hombre y dentro de un hato de cerdos. El resultado fue un hombre liberado de la locura y comportamiento violento incontrolable impuesto sobre él por los demonios. Fue liberado de la esclavitud de Satanás y se torno un siguiente de Jesús. Él pidió ser discípulo pero Jesús le dijo que vaya y cuente a la gente cuan grandes cosas el Señor había hecho con él. Él se tornó un testigo apasionado por el Reino porque el poder del Reino había cambiado su vida.

En Lucas leemos,

(Lucas 18:35­43) 35 Aconteció que, acercándose Jesús a Jericó, un ciego estaba sentado junto al camino mendigando, 36 y al oir a la multitud que pasaba, preguntó qué era aquello. 37 Le dijeron que pasaba Jesús nazareno. 38 Entonces gritó, diciendo: ­­¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! 39 Los que iban delante lo reprendían para que callara; pero él gritaba aún más fuerte: ­­¡Hijo de David, ten misericordia de mí!

40 Jesús entonces, deteniéndose, mandó traerlo a su presencia. Cuando llegó, le preguntó, 41 diciendo: ­­¿Qué quieres que te haga? Y él dijo: ­­Señor, que reciba la vista. 42 Jesús le dijo: ­­Recíbela, tu fe te ha salvado. 43 Al instante recobró la vista, y lo seguía glorificando a Dios; y todo el pueblo, cuando vio aquello, dio alabanza a Dios.

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Jesús libró a este hombre de la esclavitud de ceguedad. A través del poder del Reino de Dios, él satisfizo una necesidad física en la vida de este hombre y relevado su sufrimiento. El resultado era que el hombre siguió a Jesús y alabó Dios. Las personas que vieron el evento también alabaron Dios. Una demostración del poder del Reino le trae alabanza al Rey.

La sanidad no fue el único don espiritual que Jesús utilizó para liberar a la gente de su sufrimiento. En Juan 4 tenemos la historia del encuentro que Jesús tuvo en el pozo con una mujer Samaritana. Aquí era una palabra de conocimiento que últimamente trajo libertad y perdón a esta mujer. Jesús había empezado una conversación con ella y había empezado a contarle del agua viva, que pudiera mantenerla de tener sed de nuevo.

(Juan 4:15­19) 15 La mujer le dijo: ­­Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed ni venga aquí a sacarla. 16 Jesús le dijo: ­­Ve, llama a tu marido, y ven acá. 17 Respondió la mujer y dijo: ­­No tengo marido. Jesús le dijo: ­­Bien has dicho: "No tengo marido", 18 porque cinco maridos has tenido y el que ahora tienes no es tu marido. Esto has dicho con verdad. 19 Le dijo la mujer: ­­Señor, me parece que tú eres profeta.

Una palabra de conocimiento reveló un área mayor de pecado en su vida. Aún habiéndolo expuesto, ella todavía se encontró aceptada. Jesús continuó contándole del Reino de Dios, donde ella pudiera encontrar liberación del rechazo que típicamente había vivido. Las palabras le trajeron refrigerio y liberación. Como el endemoniado gadareno, ella se tornó una testigo apasionada de las cosas del Reino.

(Juan 4:28­30, 39­43) 28 Entonces la mujer dejó su cántaro, fue a la ciudad y dijo a los hombres: 29 ­­Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será este el Cristo? 30 Entonces salieron de la ciudad y vinieron a él.

39 Muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por la palabra de la mujer, que daba testimonio diciendo: «Me dijo todo lo que he hecho». 40 Entonces vinieron los samaritanos a él y le rogaron que se quedara con ellos, y se quedó allí dos días. 41 Muchos más creyeron por la palabra de él, 42 y decían a la mujer: ­­Ya no creemos solamente por lo que has dicho, pues nosotros mismos hemos oído y sabemos que verdaderamente este es el Salvador del mundo, el Cristo. 43 Dos días después salió de allí y fue a Galilea,

Basado en su testimonio, vinieron a escucharle a Jesús. Basado en Sus palabras se hicieron creyentes.

Algo similar sucedió en la historia de Zaqueo.

(Lucas 19:1­8) 1 Habiendo entrado Jesús en Jericó, iba pasando por la ciudad. 2 Y sucedió que un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico, 3 procuraba ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la multitud, pues era pequeño de estatura. 4 Y, corriendo delante, se subió a un sicómoro para verlo, porque había de pasar por allí. 5 Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba lo vio, y le dijo: ­­Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que me hospede en tu casa. 6 Entonces él descendió aprisa y lo recibió gozoso. 7 Al ver esto, todos murmuraban, diciendo que había entrado a hospedarse en casa de un hombre pecador. 8 Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: ­­Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguien, se lo devuelvo cuadruplicado.

Como la mujer en el pozo, Zaqueo fue un paria en su sociedad. Vivió una vida de rechazo. Jesús recibió una palabra de conocimiento, identificando a Zaqueo por nombre y identificando la condición de su vida. Jesús reaccionó a la palabra y extendió su mano a Zaqueo, ofreciéndole aceptación. Este acto simple soltó el apretón que Satanás tenía en su vida. Causó cambio en su naturaleza. Se tornó seguidor de Jesús.

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Varias veces, Jesús dio la demostración última del poder del Reino de Dios sobre el reino de Satanás.

(Mateo 9:23­26) 23 Cuando entró Jesús en la casa del dignatario y vio a los que tocaban flautas y a la gente que hacía alboroto, 24 les dijo: ­­Apartaos, porque la niña no está muerta, sino que duerme. Y se burlaban de él. 25 Pero cuando la gente fue echada fuera, entró y tomó de la mano a la niña, y ella se levantó. 26 Y se difundió esta noticia por toda aquella tierra.

(Lucas 7:11­17) 11 Aconteció después, que él iba a la ciudad que se llama Naín, e iban con él muchos de sus discípulos y una gran multitud. 12 Cuando llegó cerca de la puerta de la ciudad, llevaban a enterrar a un difunto, hijo único de su madre, que era viuda; y había con ella mucha gente de la ciudad. 13 Cuando el Señor la vio, se compadeció de ella y le dijo: ­­No llores. 14 Acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban se detuvieron. Y dijo: ­­Joven, a ti te digo, levántate. 15 Entonces se incorporó el que había muerto y comenzó a hablar. Y lo dio a su madre. 16 Todos tuvieron miedo, y glorificaban a Dios diciendo: «Un gran profeta se ha levantado entre nosotros» y «Dios ha visitado a su pueblo». 17 Y se extendió la fama de él por toda Judea y por toda la región de alrededor.

(Juan 11:43­45) 43 Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ­­¡Lázaro, ven fuera! 44 Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: ­­Desatadlo y dejadlo ir.

Estos eventos fueron extraordinarios, hasta entre los muchos milagros que Jesús hizo. Vino a enseñar de un Reino que vencería la muerte. Para él, solamente fue lógico demostrar la muerte vencida. Obviamente esto culminó en su propia resurrección. La gente se asombró de esto. En cada caso, trajo fe y su fama extendió por toda Judea y por toda la región alrededor. Noticias de lo que sucedía con Jesús llegaron a lugares altos.

(Marcos 6:14) 14 Oyó el rey Herodes la fama de Jesús, porque su nombre se había hecho notorio, y dijo: ­­Juan el Bautista ha resucitado de los muertos, y por eso actúan en él estos poderes.

Ese es el efecto de un ministerio de señales y prodigios. Dios desea que todos sepan del Reino. Su deseo es que todos sean reconciliados. Él a proveído dones espirituales para edificar el cuerpo y esa edificación incluye la ampliación del cuerpo. La gente es impresionada cuando el poder de Dios está presente. La gente es traída a la fe. Su vida es cambiada.

Note que Jesús mismo dijo que la clase de milagros que estuvieron presentes en su ministerio fue evidencia tangible que el Reino de Dios había llegado.

(Mateo 11:2­6) 2 Al oir Juan en la cárcel los hechos de Cristo, le envió dos de sus discípulos 3 a preguntarle: ­­¿Eres tú aquel que había de venir o esperaremos a otro? 4 Respondiendo Jesús, les dijo: ­­Id y haced saber a Juan las cosas que oís y veis. 5 Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados y a los pobres es anunciado el evangelio; 6 y bienaventurado es el que no halle tropiezo en mí.

(Mateo 12:28 28 Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios,

Donde está presente el Reino de Dios, deberíamos ver la vista dada al ciego, el cojo caminar, leprosos sanados, el sordo que oiga, el muerto resucitado, el Evangelio predicado, demonios echados fuera, etc. Eso es lo que sucede cuando el Reino de Dios gana batallas contra el reino de Satanás. La oscuridad es vencida. El sufrimiento es liberado. La libertad es ganada.

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Jesús modeló el patrón de proclamar el mensaje del Reino de Dios acompañado por la demostración del poder. Él también comisionó sus seguidores a que sigan llevando a cabo este mismo patrón.

(Mateo 10:1­8) 1 Entonces, llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus impuros, para que los echaran fuera y para sanar toda enfermedad y toda dolencia. 2 Los nombres de los doce apóstoles son estos: primero Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Jacobo hijo de Zebedeo, y su hermano Juan; 3 Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo, el publicano, Jacobo hijo de Alfeo, Lebeo, por sobrenombre Tadeo, 4 Simón, el cananita, y Judas Iscariote, el que también lo entregó. 5 A estos doce envió Jesús, y les dio instrucciones diciendo: «Por camino de gentiles no vayáis, y en ciudad de samaritanos no entréis, 6 sino id antes a las ovejas perdidas de la casa de Israel. 7 Y yendo, predicad, diciendo: "El reino de los cielos se ha acercado". 8 Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia.

(Juan 14:12­15) 12 »De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él también las hará; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre. 13 Todo lo que pidáis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. 14 Si algo pedís en mi nombre, yo lo haré. 15 »Si me amáis, guardad mis mandamientos.

(Mateo 28:18­20) 18 Jesús se acercó y les habló diciendo: «Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. 19 Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, 20 y enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado. Y yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo». Amén.

En Mateo 10, Jesús les dijo a sus discípulos que vayan a predicar que el Reino de Dios se ha acercado. Tenían que demostrar que el Reino estaba en mano, sanando, levantando al muerto, echando fuera los demonios, etc. En Juan 14 en la última sena, Jesús les dijo a sus discípulos que el Espíritu Santo les sería dado como presencia permanente y que les equiparía – capacitaría para que puedan hacer mayores obras de las que le habían visto hacer a Jesús. En Mateo 28, justo antes de la ascensión, Jesús les dice a sus discípulos que vayan a todas las naciones y que hagan discípulos de ellos. Suponemos que los discípulos les enseñaban las cosas que Jesús enseñó a sus discípulos, que incluía operando en el poder del Reino (¡acuerden que la quinta parte de los versículos en los Evangelios tratan directamente con sanar!)

Al principio de esta sección, varias preguntas fueron puestas. ¿El Evangelización Poderosa es solamente una buena idea o, por hecho, es concepto Bíblico? ¿Es que las historias del Nuevo Testamento actualmente nos dan un modelo que implica que la PROCLAMACIÓN de la Palabra de Dios acompañada por la DEMOSTRACIÓN del poder de Dios es el camino óptimo para atraer la gente dentro del Reino de Dios? ¿Lo hizo Jesús? ¿Lo hicieron los apóstoles? ¿Deberíamos hacerlo nosotros?

Evangelización Poderosa es completamente un concepto Bíblico. Jesús lo hizo. Les mando a que sus seguidores lo hagan. Nos dio el poder para que nosotros lo podamos hacer. Las páginas de Hechos apoyan el hecho que la iglesia temprana fue fiel para llevar a cabo esta actividad. La primera demostración de Evangelismo en Poder mayor sucede en Hechos en el segundo capítulo, en el día de Pentecostés.

El Espíritu Santo fue derramado sobre los creyentes quienes esperaban en el cuarto de arriba. Fueron llenados de poder para hablar en lenguas naturales que nunca habían aprendido. Salieron a la multitud, que fue compuesta de hombres de muchas naciones. Cuando predicaron, todos pudieron entender en su propia lengua. Fue una demostración milagrosa del poder de Dios. La gente fue impresionada. Pedro predicó un sermón, haciendo valido el hecho que Jesús era el esperado Mesías. Leemos la conclusión.

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(Hechos 2:41­43) 41 Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados, y se añadieron aquel día como tres mil personas. 42 Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. 43 Sobrevino temor a toda persona, y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles.

Un ministerio de señales y prodigios estuvo presente en la nueva iglesia para hacer valido las enseñanzas de la iglesia. No fue diferente de cuando enseñó Jesús. No debería ser diferente de lo que lo es con nosotros. Si nuestras enseñanzas todavía son verdaderas, entonces Dios continuará en hacerles validas entre la gente.

Hechos 3 cuenta de un día cuando Pedro y Juan estaban en el templo. Había un limosnero cojo en la puerta del templo. Pedro se sometió al poder del Espíritu Santo y trajo sanidad al hombre. El hombre estuvo estático. La multitud de gente que le habían visto a este cojo por medio de muchos años estuvo muy impresionada y se acercó. Pedro le dio la gloria a Jesús por la sanidad. Él usó esta ocasión para predicarles acerca de Jesús. Leemos,

(Hechos 4:4) 4 Pero muchos de los que habían oído la palabra, creyeron; y el número de los hombres era como cinco mil.

Aquí de nuevo, la demostración del poder del Reino creó una receptividad al mensaje del Reino. El resultado fue un aumento significante a la iglesia. El patrón continuó.

(Hechos 5:12­16) 12 Por la mano de los apóstoles se hacían muchas señales y prodigios en el pueblo. Estaban todos unánimes en el pórtico de Salomón, 13 y de los demás ninguno se atrevía a juntarse con ellos; sin embargo, el pueblo los alababa grandemente. 14 Los que creían en el Señor aumentaban más, gran número de hombres y de mujeres; 15 tanto que sacaban los enfermos a las calles y los ponían en camas y camillas para que, al pasar Pedro, a lo menos su sombra cayera sobre alguno de ellos. 16 Aun de las ciudades vecinas muchos venían a Jerusalén trayendo enfermos y atormentados de espíritus impuros; y todos eran sanados.

(Hechos 8:5­8) 5 Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo. 6 La gente, unánime, escuchaba atentamente las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía, 7 pues de muchos que tenían espíritus impuros, salían estos lanzando gritos; y muchos paralíticos y cojos eran sanados; 8 así que había gran gozo en aquella ciudad..

(Hechos 9:32­42) 32 Aconteció que Pedro, visitando a todos, vino también a los santos que habitaban en Lida. 33 Halló allí a uno que se llamaba Eneas, que hacía ocho años que estaba en cama, pues era paralítico. 34 Pedro le dijo: ­­Eneas, Jesucristo te sana; levántate y haz tu cama. Y en seguida se levantó. 35 Y lo vieron todos los que habitaban en Lida y en Sarón, los cuales se convirtieron al Señor. 36 Había entonces en Jope una discípula llamada Tabita (que traducido es «Dorcas»). Esta abundaba en buenas obras y en limosnas que hacía. 37 Aconteció que en aquellos días enfermó y murió. Después de lavada, la pusieron en una sala. 38 Como Lida estaba cerca de Jope, los discípulos, oyendo que Pedro estaba allí, le enviaron dos hombres, a rogarle: «No tardes en venir a nosotros». 39 Pedro se levantó entonces y fue con ellos. Cuando llegó, lo llevaron a la sala, donde lo rodearon todas las viudas llorando y mostrando las túnicas y los vestidos que Dorcas hacía cuando estaba con ellas. 40 Entonces, sacando a todos, Pedro se puso de rodillas y oró; y volviéndose al cuerpo, dijo: «¡Tabita, levántate!» Ella abrió los ojos y, al ver a Pedro, se incorporó. 41 Él le dio la mano y la levantó; entonces llamó a los santos y a las viudas y la presentó viva. 42 Esto fue notorio en toda Jope, y muchos creyeron en el Señor.

El patrón continuó dentro del ministerio de Pablo.

Señales y Prodigos en el Nuevo Testamento

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(Hechos 14:1­3) 1 Aconteció en Iconio que entraron juntos en la sinagoga de los judíos, y hablaron de tal manera que creyó una gran multitud de judíos y de griegos. 2 Pero los judíos que no creían excitaron y corrompieron los ánimos de los gentiles contra los hermanos. 3 Sin embargo, se detuvieron allí mucho tiempo, hablando con valentía, confiados en el Señor, el cual daba testimonio de la palabra de su gracia, concediendo que se hicieran por las manos de ellos señales y prodigios.

El operar en el poder de Dios no era anomalía. Era la norma. Note que los señales y prodigios:

• Liberan sufrimiento Humano. • Hacen valido el mensaje del Reino de Dios. • Atraen la gente. • Aumentan el tamaño del Reino de Dios. • Traen alabanza al Padre.

Evangelización Poderosa fue una práctica bien establecida en el ministerio de Jesús y en el ministerio de la temprana iglesia. Los archivos bíblicos lo apoyan. Ahí lo esta en cada página.

Si somos de ser discípulos de Cristo, creciendo en su imagen y haciendo las cosas que él nos mandó a hacer, entonces debemos considerar esto como un patrón que debemos seguir. Nos fue dado para:

• Liberar sufrimiento Humano. • Hacer Valido el mensaje del Reino de Dios. • Atraer la gente. • Aumentar el tamaño del Reino de Dios. • Traer alabanza al Padre.

No es solamente una buena idea.

La Salvación, Juicio, y el Reino de Dios

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La Salvación, Juicio, y el Reino de Dios

¿Cuál es el Reino de Dios? Ya que el Reino de Dios es un tema tan predominante en la Biblia, uno pensaría que la Biblia lo define claramente. De hecho, se han escrito muchos libros debatiendo su significado. Hay muchos puntos de vista diferentes. Los varios estudiantes bíblicos no están necesariamente de acuerdo en lo que significa el Reino.

Mi punto de vista es bastante simple. Un reino es un dominio que incluye un gobernante y sus súbditos. En el Reino de Dios, Dios es el gobernante; él hace las reglas. Aquellos quienes lo siguen en fe son los súbditos–los ciudadanos del Reino. Desde el principio, ha sido el intento de Dios tener un Reino. Inicialmente él escogió la nación de Israel para que sea sus súbditos pero ellos se negaron a seguirle. Últimamente la invitación fue ofrecida a todos que creen.

¿Es el Reino de Dios lo mismo que la Iglesia? Éste es otro tema que divide a los estudiantes. En mi opinión, la pregunta es un esfuerzo en vano. La respuesta es “no,” porque el Reino incluye más que la Iglesia. Por ejemplo, la Iglesia es la novia de Cristo, y así Cristo no es parte de la Iglesia. Cristo, sin embargo, es parte del Reino. El dominio del Reino es más grande que simplemente la Iglesia. Pero la Iglesia es la manifestación del Reino en la tierra hoy. La Iglesia es el lugar donde podemos encontrar los ciudadanos del Reino en la tierra. La Iglesia es los ojos, orejas, brazos y piernas del Reino en el mundo en esta era del presente. La Iglesia vive en la era presente, en un mundo que es impotente y caído, pero también vive en la era del Reino futura. La Iglesia es un testigo de la próxima gloria futura del Reino la era presente.

Jesús invadió el mundo con el Reino de Dios. Debido a esto, él pasó mucho tiempo enseñando sobre el Reino. Muchas de las parábolas eran parábolas sobre el Reino de Dios. Jesús quería que nosotros entendiéramos sobre este Reino puesto que él vino para hacernos ciudadanos.

La Salvación y el Juicio son otros temas predominantes en las enseñanzas de Jesús. La salvación y el juicio pueden parecer como cosas muy diferentes, pero de hecho son dos filos de la misma espada. Si no había ningún juicio entonces no habría la necesidad por la salvación. La salvación implica que Dios nos salva de alguna cosa; esa cosa es juicio.

El juicio no era concepto nuevo en el primer siglo. El mensaje de juicio ocurre a lo largo del Antiguo Testamento. Por hecho, la salvación no era concepto nuevo tampoco. Jesús trajo el concepto a un nuevo nivel. La promesa de expiación para el pecado se dio en el sistema sacrificatorio del Antiguo Testamento. Esos sacrificios, sin embargo, esperaban un tiempo cuando un sacrificio perfecto se haría finalmente. Jesús era ese sacrificio perfecto.

Puesto que él vino como el instrumento de Dios de salvación, equipándonos volverse ciudadanos del Reino de Dios, era importante para él enseñar sobre estas cosas. Jesús enseñó sobre el Reino en varios métodos. Esto incluyó las parábolas. Para entender el punto de algunas de las parábolas, es útil entender la comprensión judía del Reino de Dios. Alguna de esta comprensión viene de un pasaje en Daniel 2:31­45.

31 »Tú, rey, veías en tu sueño una gran imagen. Esta imagen era muy grande y su gloria, muy sublime. Estaba en pie delante de ti y su aspecto era terrible. 32 La cabeza de esta imagen era de oro fino; su pecho y sus brazos, de plata; su vientre y sus muslos, de bronce; 33 sus piernas, de hierro; sus pies, en parte de hierro y en parte de barro cocido. 34 Estabas mirando, hasta que una piedra se desprendió sin que la cortara mano alguna, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó. 35 Entonces fueron desmenuzados también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las eras del verano, y se los llevó el viento sin que de ellos quedara rastro alguno. Pero la piedra que hirió a la imagen se hizo un gran monte que

La Salvación, Juicio, y el Reino de Dios

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llenó toda la tierra. 36 »Este es el sueño. También la interpretación de él diremos en presencia del rey. 37 Tú, rey, eres rey de reyes; porque el Dios del cielo te ha dado reino, poder, fuerza y majestad. 38 Dondequiera que habitan hijos de hombres, bestias del campo y aves del cielo, él los ha entregado en tus manos, y te ha dado el dominio sobre todo. Tú eres aquella cabeza de oro. 39 Después de ti se levantará otro reino, inferior al tuyo; y luego un tercer reino de bronce, el cual dominará sobre toda la tierra. 40 Y el cuarto reino será fuerte como el hierro; y como el hierro desmenuza y rompe todas las cosas, así él lo desmenuzará y lo quebrantará todo. 41 »Lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero y en parte de hierro, será un reino dividido; pero habrá en él algo de la fuerza del hierro, así como viste el hierro mezclado con barro cocido. 42 Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro y en parte de barro cocido, este reino será en parte fuerte y en parte frágil. 43 Así como viste el hierro mezclado con barro, así se mezclarán por medio de alianzas humanas; pero no se unirán el uno con el otro, como el hierro no se mezcla con el barro. 44 En los días de estos reyes, el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre, 45 de la manera que viste que del monte se desprendió una piedra sin que la cortara mano alguna, la cual desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran Dios ha mostrado al rey lo que ha de acontecer en lo por venir; y el sueño es verdadero, y fiel su interpretación».

Esta visión de Nabucodonosor describió cuatro reinos. El último sería establecido por Dios que aplastaría todos los otros reinos, y qué soportaría para siempre. Así la mente judía dividió tiempo en dos segmentos, separados por la venida del Reino de Dios.

Los judíos creyeron que la historia es nítidamente dividido en dos partes. Ellos buscaban al rey que derrocaría a los gobiernos malos del mundo, librará al mundo de influencias malas, y establecerá un reino justo que perduraría por siempre. Ellos creyeron que todo esto ocurriría en un solo evento como un terremoto.

Así no es cómo planeó Dios que serían las cosas. De hecho, nosotros sabemos que la historia consistirá de:

• La Era del Mal, conduciendo hacia la primera venida de Cristo, • La Primera Venida de Cristo, cuando él trajo el Reino de Dios a la tierra • La era actual, donde la justicia (aquéllos que son ciudadanos del Reino) y el mal

(aquéllos que no son ciudadanos del Reino) coexistan • La Segunda Venida de Cristo, cuando Satanás será encadenado durante 1000 años • El Milenio • La Rebelión Final y el Juicio Final, cuando Satanás se soltará por última vez por un

periodo corto, seguido por el juicio final • La Era de la Justicia–el reino final, exclusivo, y eterno del Reino de Dios

Era del Mal Venida del

Reino de Dios

Era de la Justicia

La Salvación, Juicio, y el Reino de Dios

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El diagrama es un poco más complicado de lo que la mente judía lo esperaba.

La comprensión judía no era completamente incorrecta. Simplemente estaba incompleto. Lo que ellos entendieron ser un solo evento, en realidad fue una serie de eventos. Ellos entendieron que la venida del Reino de Dios dividiría “la Era del Mal” de “la Era de la Justicia.” Ellos no entendieron que la venida del Reino de Dios era un evento que tomaría miles de años para que se complete.

Algunas de las parábolas fueron dadas principalmente para clarificar esto a los judíos. Mateo 13 contiene siete parábolas que enseñan sobre el Reino de Dios. Las parábolas son progresivas; cada una edificada sobre los conceptos puestos por las anteriores.

Mateo 13:1­50 Referencia Marcos 4:1­20, Marcos 4:30­32, Lucas 8:4­15, Lucas 13:18­21,

1 Aquel día salió Jesús de la casa y se sentó junto al mar. 2 Se le acercó mucha gente, así que él, entrando en la barca, se sentó, y toda la gente estaba en la playa. 3 Les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: «El sembrador salió a sembrar. 4 Mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino, y vinieron las aves y la comieron. 5 Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra, y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; 6 pero cuando salió el sol, se quemó y, como no tenía raíz, se secó. 7 Parte cayó entre espinos, y los espinos crecieron y la ahogaron. 8 Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta y cuál a treinta por uno. 9 El que tiene oídos para oir, oiga».

10 Entonces, acercándose los discípulos, le preguntaron: ­­¿Por qué les hablas por

Era del Mal P

rimera Venida

Aquí Pero No

Todavía

Segunda Venida

Milenio Rebelión Final

Era del Juicio

La Venida del Reino de Dios

Era del Mal P

rimera Venida

Aquí Pero No

Todavía

Segunda Venida

Milenio

Rebelión Final

Era de la Justicia

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parábolas? 11 Él, respondiendo, les dijo: ­­Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos, pero a ellos no les es dado, 12 pues a cualquiera que tiene, se le dará y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. 13 Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden. 14 De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo: »"De oído oiréis, y no entenderéis; y viendo veréis, y no percibiréis, 15 porque el corazón de este pueblose ha entorpecido, y con los oídos oyen pesadamente, y han cerrado sus ojos; para que no vean con los ojos, ni oigan con los oídos, ni con el corazón entiendan, ni se conviertan y yo los sane".

16 »Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen. 17 De cierto os digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oir lo que oís, y no lo oyeron.

18 »Oíd, pues, vosotros la parábola del sembrador: 19 Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino. 20 El que fue sembrado en pedregales es el que oye la palabra y al momento la recibe con gozo, 21 pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza. 22 El que fue sembrado entre espinos es el que oye la palabra, pero las preocupaciones de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa. 23 Pero el que fue sembrado en buena tierra es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta y a treinta por uno.

24 Les refirió otra parábola, diciendo: «El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo; 25 pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. 26 Cuando brotó la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña. 27 Fueron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: "Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿Cómo, pues, tiene cizaña?" 28 Él les dijo: "Un enemigo ha hecho esto". Y los siervos le dijeron: "¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos?" 29 Él les dijo: "No, no sea que al arrancar la cizaña arranquéis también con ella el trigo. 30 Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega, y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero "».

31 Otra parábola les refirió, diciendo: «El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza que un hombre tomó y sembró en su campo. 32 Esta es a la verdad la más pequeña de todas las semillas, pero cuando ha crecido es la mayor de las hortalizas y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas».

33 Otra parábola les dijo: «El reino de los cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo quedó leudado».

34 Todo esto habló Jesús por parábolas a la gente, y sin parábolas no les hablaba, 35 para que se cumpliera lo que dijo el profeta: «Abriré en parábolas mi boca; declararé cosas escondidas desde la fundación del mundo».

36 Entonces, después de despedir a la gente, entró Jesús en la casa. Se le acercaron sus discípulos y le dijeron:

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­­Explícanos la parábola de la cizaña del campo. 37 Respondiendo él, les dijo: ­­El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre. 38 El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del Reino, y la cizaña son los hijos del malo. 39 El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles. 40 De manera que, así como se arranca la cizaña y se quema en el fuego, así será en el fin de este mundo. 41 Enviará el Hijo del hombre a sus ángeles, y recogerán de su Reino a todos los que sirven de tropiezo y a los que hacen maldad, 42 y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes. 43 Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oir, oiga.

44 »Además el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene y compra aquel campo.

45 »También el reino de los cielos es semejante a un comerciante que busca buenas perlas, 46 y al hallar una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía y la compró.

47 »Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red que, echada al mar, recoge toda clase de peces. 48 Cuando está llena, la sacan a la orilla, se sientan y recogen lo bueno en cestas y echan fuera lo malo. 49 Así será al fin del mundo: saldrán los ángeles y apartarán a los malos de entre los justos, 50 y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.

La primera parábola, del sembrador y las semillas, ocurre en cada uno de los Evangelios Sinópticos. Mateo y Marcos lo presentan como la parábola primera de Jesús. Jesús les contó de un granjero que esparció semilla. Normalmente cuando nosotros pensamos de un granjero que planta semilla, nosotros consideramos que él tomaría tiempo primero para preparar la tierra, i.e. despejar la tierra, arar la tierra, etc., Sin embargo, en el primer siglo, no era raro que un granjero simplemente saliera y esparciera la semilla como está descrito en esta parábola. Si la semilla se cayera sobre tierra buena, crecería.

En la parábola, la semilla se cayó en cuatro tipos de lugares diferentes:

• En el camino. La tierra sería aplastada bajo pie por causa de tráfico. La semilla era incapaz de penetrar esta tierra. Las aves vinieron y se comieron esta semilla. Nunca echó raíces. Jesús explicó que esto representó a uno que oyó el mensaje de Jesús pero no lo entendió. Las aves representan a Satanás que viene y arrebata el mensaje. No tuvo impacto cualquiera en el oidor. La semilla nunca penetró.

• Pedregales, sin mucha tierra. Esta semilla echa raíces inicialmente, pero sus raíces rápidamente golpean la piedra. La planta era incapaz de sostener crecimiento. Se marchitó y se murió en el sol. Jesús indicó que este es alguien que oye su mensaje e inicialmente reacciona superficialmente a él. Él comprende el mensaje, pero el mensaje nunca realmente echa raíces en la vida del oidor. Cualquier clase de problema en la vida del individuo puede causarlo ser perdido. La semilla se perdió debido a los problemas interiores en la vida del oidor (específicamente la poca profundidad de fe).

• Entre los espinos. Aquí, se formaron raíces. La planta creció. Desgraciadamente, al punto cuando la planta debe de haber florecido y debe de haber producido fruto, en cambio se ahogó por los espinos que le rodeaban. Jesús explicó que esto representa a un individuo que oye y entiende el mensaje. Echa raíces inicialmente, sin embargo, tarde o temprano permite que los cuidados de la vida le roben el beneficio de la semilla. No tiene beneficio en su vida. La semilla se pierde debido a los problemas externos de la vida del oidor.

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• Tierra buena. Aquí las plantas echan raíces, crecieron y produjeron una cosecha. Jesús indicó que éste es el que oye el mensaje, lo recibe, y le permite traer beneficio a su vida. La evidencia de la tierra buena es el fruto.

Los discípulos de Jesús le preguntaron por qué él enseñaba en parábolas. En su respuesta, Jesús citó del sexto capítulo de Isaías. Ese capítulo describe la llamada de Isaías. Cuando Dios llamó a Isaías al ministerio profético, él le dijo que muchas personas oirían pero no recibirían su mensaje. Lo mismo fue verdad con Jesús.

El Evangelio–las noticias buenas traídas por Jesús–sería esparcido entre todo hombre. Desgraciadamente sólo aquéllos que sean “tierra buena” beneficiarían de él. Solamente traería fruto en las vidas de aquéllos que se aferraron a él y lo reciban con bastante cariño para que ninguna distracción–interior o externo–pudiera asfixiarlo o podría causarlo marchitar.

Recuerda que los judíos creyeron que el Reino de Dios vendría y al instante rompería los reinos del hombre. El Reino de Dios sería como un martillo que quebraría a los gobiernos que existen y predominaría la tierra. De hecho, vino como una semilla que se esparció y que los hombres podrían aceptar o podrían resistir.

La segunda parábola, la parábola del trigo y la cizaña, continúa este tema.

Dos clases de semilla fueron sembradas en un campo. El hombre bueno sembró trigo. El enemigo, i.e. Satanás, sembró cizaña. La cizaña se parece al trigo mientras está creciendo. Cuando es tiempo de cosechar, sin embargo, la cizaña no da fruto. En el momento de la cosecha es fácil distinguir el trigo de la cizaña. El trigo se arquea hacia abajo por el peso del fruto que lleva. La cizaña se permanece derecha.

El granjero estaba consciente de que el campo contenía trigo y cizaña. Él determinó permitirles que existan lado­a­lado hasta el tiempo de la cosecha. Cuando el tiempo sea correcto, el trigo se cosecharía y la cizaña destruida.

Cuando Jesús explicó la parábola, indicó que:

• El sembrador de la semilla buena es el Hijo del Hombre, i.e. Jesús. • El sembrador de la semilla mala es el enemigo–el diablo. • El campo es el mundo. • La semilla buena, i.e. el trigo, representa los hijos del Reino de Dios. • La semilla mala, i.e. la cizaña, representa los hijos del malo, i.e. aquéllos que han

rechazado al Hijo del Hombre. • La cosecha es el cernido futuro que separará el trigo de la cizaña.

El Reino de Dios no vendría y separaría “la Era del Mal” de “la Era de la Justicia” por un día. Habría una era–un periodo de tiempo extendido–mientras que la semilla buena y la semilla mala existirán lado a lado. Ésta es esa la era de “Ahora Pero No Todavía.”

Además, los hijos del Reino y los hijos del mal parecerían muy iguales. No sería completamente obvio al observador casual cual fuera cual. Sin embargo, al fin, sería fácil distinguirlo. Los hijos del Reino son aquéllos con vidas que dan fruto, aquéllos que se doblan, arquean, ante el Rey. Los hijos del mal tienen vidas que no dan fruto. Ellos están parados de pie firme, sin sumisión, en desafío arrogante a la autoridad del Rey. Cuando viene el día de la cosecha, serán destruidos. Se recogerán los hijos del Reino en el granero–en el lugar seguro.

La parábola de la semilla de mostaza y la parábola de la levadura hacen una observación similar. El Reino de Dios no vendría como un traqueteo aplastante, como los judíos lo esperaban. Más bien empezaría pequeño, como una semilla de mostaza y a tiempo crece a ser un árbol grande

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como crece la semilla de mostaza. Empezaría como la levadura que a tiempo penetra la barra entera.

Los reinos del hombre nacen violentamente por los ejércitos y maquinaria de guerra. Hay gran pompa y fanfarria cuando sus reyes son introducidos. El Reino de Dios nació en un establo. La ceremonia de coronación de su Rey consistió de una jornada en el lomo de un asno en el domingo de Palma.

La parábola del tesoro oculto y la parábola de la perla de gran precio también tienen un tema común. En el primero, un hombre descubre un tesoro escondido en un campo. Él vende todo lo que tiene–abandona cada recurso tangible–para que él pueda comprar el campo. El resultado final es que él tiene un tesoro mucho más valioso que cuando empezó. Él termina mejor después de haber comprado el campo que antes, pero tenía que abandonar todas sus posesiones antiguas para ganar lo nuevo.

Así es con el Reino de Dios. Para obtener este tesoro, debemos abandonar todas nuestras posesiones espirituales viejas. En Gálatas 2:20, Pablo dijo, “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.” Volviéndose en un ciudadano del Reino involucra morir al ego–abandonar la ciudadanía del reino antiguo. Pero cuando hacemos igual, cuando permitimos abandonar lo antiguo y agarramos de lo nuevo, recibimos un tesoro que mucho más excede en valor de lo que teníamos antes. Esta transacción nos pone en un mejor lugar. Es la diferencia entre la vida y la muerte.

El Reino de Dios es un tesoro que eclipsa todo lo que el mundo puede ofrecer.

La parábola de la perla de gran precio continúa con esta idea. Es interesante que el hombre en la historia tuviera que dejar todas sus otras perlas para ganar la una. Hay un mensaje allí. El hombre en la historia era un comerciante que se ganaba la vida comprando y vendiendo perlas. Cuando encontró esta una, vendió todo lo que tenía–esto implica que dejó sus existencias, sus recursos, por obtener lo nuevo. Uno no puede obtener el Reino de Dios y todavía mantenerse en otros reinos. El cristianismo no es uno de muchas maneras de llegar a Dios. Cuando uno llega a Cristo, deja todo otro dios.

La ciudadanía del Reino se la compra al gasto de todo otro tesoro.

La última parábola en Mateo 13 dice que “el reino de los cielos es semejante a una red que, echada al mar, recoge toda clase de peces.” Después de que la red es recogida, los pescadores ordenaron la captura y separaron el pez bueno del malo. La parábola continúa. ” Así será al fin del mundo: saldrán los ángeles y apartarán a los malos de entre los justos, y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.”

En la parábola del trigo y la cizaña, “el campo” es identificado como el mundo. Esa parábola dijo que los hombres buenos y malos morarán lado­a­lado en el mundo. Esta parábola identifica a “la red” como el Reino de Dios. Dice que los peces buenos y malos existirán lado­a­lado en la red. Éste es un mensaje muy diferente del de la parábola del trigo y la cizaña.

No debe sorprendernos que el mundo contenga a los hombres buenos y malos. Podría venir como una sorpresa a algunos que la iglesia contiene a los hombres justos e injustos. Cuando el Día del Juicio llegue, la iglesia también se cernirá. Pasando un rato en una iglesia no le transforma a un hombre a ser cristiano más que pasar un rato en un granero lo transformara a ser una vaca. Hay aquéllos que existen dentro de la iglesia que tienen vida sin fruto, que no arquean o se doblan en sumisión al Rey, que no han vendido sus otros tesoros para comprar la perla de gran precio. Ellos pueden engañarles a otros hombres, pero no le pueden engañar a Dios.

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Marcos 4:26­29 26 Decía además: «Así es el reino de Dios, como cuando un hombre echa semilla en la tierra. 27 Duerma y vele, de noche y de día, la semilla brota y crece sin que él sepa cómo, 28 porque de por sí lleva fruto la tierra: primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga; 29 y cuando el fruto está maduro, en seguida se mete la hoz, porque la siega ha llegado».

Esta parábola en Marcos expresa muchas de las mismas ideas como aquéllos en Mateo 13. Los reinos del mundo son construidos por hombres. Ellos son controlados por hombres. A través de las hazañas militares de hombres, los reinos de hombres se extienden o se encogen, se levantan o se caen. Esto no es verdad con el Reino de Dios.

Así como los hombres carecen de la habilidad de hacer que la semilla brote en grano, los hombres no pueden causar que el Reino de Dios crezca, ni ellos pueden prevenir su crecimiento. Es nutrido exclusivamente por Dios. Los hombres pueden esparcir la semilla, a través de la evangelización, pero a los hombres les falta la habilidad de hacer que esa evangelización de fruto. Cuando la Palabra de Dios es predicada, es el papel del Espíritu Santo provocar convicción y conversión al oidor. No depende de la elocuencia del portavoz. El Espíritu Santo causa que la semilla crezca y el Espíritu Santo recoge la cosecha cuando el tiempo sea correcto.

El Reino de Dios es una provisión de gracia de Dios. Nos permite ser miembros. No nos permite controlar. Nosotros no recibimos ningún crédito por su éxito.

Dios crece su Reino cuando él quiera.

Las parábolas de Mateo 13 y este en Marcos 4 tienen algunos mensajes muy importantes para los líderes de la iglesia.

• Como un ministro del Evangelio, usted es alguien que esparza la semilla. • Usted debe esparcir esa semilla en todo tipo de tierra. • Usted debe saber de antemano que la semilla no penetrará en algunos hombres, que en

otros arraigará temporalmente, y en algunos crecerá fuerte y dará fruto. • Usted sólo es responsable de sembrar semilla. Usted no puede hacerle arraigar. Dios

crece el Reino. Nosotros ni siquiera entendemos cómo. Nosotros solamente somos responsables de hacer las tareas que él nos da. Nosotros no entendemos el plan total.

• El mundo no se va a mejorar en esta era. Los hombres malos estarán en nuestro medio hasta la cosecha final.

• Hay algunas personas en la iglesia que verdaderamente no son hijos del Reino. Jesús tenía a Judas en su círculo interno. Habrá impostores en su medio. Usted no puede y no debe intentar ahuyentarlos. Dios tratará con ellos en su propio tiempo. Al mismo tiempo, sea lento de levantar a las personas al liderazgo. Tenga cuidado sobre quién permite pastor a sus ovejas.

Mateo 20:1­16 1 »El reino de los cielos es semejante a un hombre, padre de familia, que salió por la mañana a contratar obreros para su viña. 2 Y habiendo convenido con los obreros en un denario al día, los envió a su viña. 3 Saliendo cerca de la hora tercera del día, vio a otros que estaban en la plaza desocupados 4 y les dijo: "Id también vosotros a mi viña, y os daré lo que sea justo". Y ellos fueron. 5 Salió otra vez cerca de las horas sexta y novena, e hizo lo mismo. 6 Y saliendo cerca de la hora undécima, halló a otros que estaban desocupados y les dijo: "¿Por qué estáis aquí todo el día desocupados?" 7 Le dijeron: "Porque nadie nos ha contratado". Él les dijo: "Id también vosotros a la viña, y recibiréis lo que sea justo". 8 »Cuando llegó la noche, el señor de la viña dijo a su mayordomo: "Llama a los obreros

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y págales el jornal, comenzando desde los últimos hasta los primeros". 9 Llegaron los que habían ido cerca de la hora undécima y recibieron cada uno un denario. 10 Al llegar también los primeros, pensaron que habían de recibir más, pero también ellos recibieron cada uno un denario. 11 Y al recibirlo, murmuraban contra el padre de familia, 12 diciendo: "Estos últimos han trabajado una sola hora y los has tratado igual que a nosotros, que hemos soportado la carga y el calor del día". 13 Él, respondiendo, dijo a uno de ellos: "Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No conviniste conmigo en un denario? 14 Toma lo que es tuyo y vete; pero quiero dar a este último lo mismo que a ti. 15 ¿No me está permitido hacer lo que quiero con lo mío? ¿O tienes tú envidia, porque yo soy bueno?" 16 Así, los primeros serán últimos y los últimos, primeros, porque muchos son llamados, pero pocos escogidos.

Uno debe tener en cuenta el contexto para completamente poder entender esta parábola. Inmediatamente antes de estos versos se encuentran en Mateo 19:27­30:

27 Entonces, respondiendo Pedro, le dijo: ­­Nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué, pues, tendremos? 28 Jesús les dijo: ­­De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido, también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel. 29 Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna. 30 Pero muchos primeros serán últimos, y los últimos, primeros.

Jesús les dice a sus discípulos que ellos tendrán un lugar especial en el Reino, sentándose en tronos y juzgando las doce tribus de Israel. Él dice que quienquiera que se haya sacrificado para el Reino recibirá un premio cien veces de lo que se sacrificó. Entonces él pasa a la parábola de los obreros en la viña, que parece indicar que todos recibimos el mismo premio en el cielo. ¿Si todos recibimos el mismo premio, entonces cómo puede ser que los discípulos tengan un lugar especial? ¿Cómo se reúnen éstos de manera que tenga sentido?

Jesús puso una fundación que dice que se darán premios en cielo. Él concluyó ese pensamiento diciendo “PERO los primeros serán últimos y los últimos, primeros.” La parábola fue dada en explicación de esa última declaración.

Jesús dijo que hay premios en el cielo, pero las personas no van a conseguir necesariamente todo lo que ellos esperan. El punto de la parábola no era el premio que fue dado, pero el hecho que los obreros tenían expectativas sobre el premio que fue dado.

Cuando era el tiempo de pagar a los obreros, el señor los trató como él creyó ser conveniente. Cuando los obreros que habían llegado tarde fueron pagados un sueldo de un día completo, los otros obreros no simplemente se regocijaron a la fortuna buena de estos hombres. En cambio ellos pusieron sus propias expectativas a ser pagados más aun que se había prometido. Entonces cuando fueron pagados la cantidad originalmente prometida, se defraudaron.

El punto es que Dios premiará como él decide premiar. Si alguna vez empezamos a sentirnos como que nos merecemos un premio en particular o que Dios es obligado a tratarnos mejor de lo que él trata a alguna otra persona, entonces estamos fuera de nuestro puesto. Dios dará a todos los fieles exactamente lo que él prometió. Nos salvará. Nosotros seremos ciudadanos del Reino. Nos adoptará como hijos e hijas y seremos herederos juntos con Jesús. Más allá de eso, los premios que Dios nos dará a cada uno serán basados en su gracia y su juicio. Nosotros no hacemos las reglas. Nosotros no estamos en una posición de cuestionar sus acciones.

Los ciudadanos del Reino son premiados a la discreción del Rey.

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La parábola parece referirse a “los premios finales,” i.e. aquéllos que serán destruidos en el juicio final. El principio se aplica ahora, sin embargo. Dios nos ha prometido una perla de gran precio y esa perla es la ciudadanía del Reino. Cuando miramos alrededor en la iglesia, tenemos una tendencia de distraernos con cosas que otras personas parecen tener que nosotros no tenemos.

• ¿Por qué no puedo profetizar como ella? • ¿Por qué no puedo predicar igual que él? • ¿Por qué tiene tanto más dinero esa familia que mi familia? • ¿Por qué le ascendieron a él y a mi no? • ¿Por qué es que su iglesia es más grande que la mía?

La lista va sin fin. Cuando nosotros decimos estas cosas, nosotros en realidad estamos preguntando “¿Por qué lo ama Dios más a él que a mí?”

Finalmente, ninguna de estas cosas importa. El dinero se viene y se va. Los trabajos vienen y van. Incluso los regalos espirituales vienen y van. 1 Corintios 13:8 dice, “El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, cesarán las lenguas y el conocimiento se acabará.”

Todos nosotros necesitamos aprender a estar satisfechos con lo que tenemos. Dios ha sido fiel a su palabra. Él nos ha prometido ciudadanía en el Reino. Él nos ha dado ciudadanía en el Reino. Como líderes ustedes deben guardar sus ojos en el premio. No se distraigan. Como líderes ustedes deben enseñarle a su gente a hacer lo mismo.

Mateo 21:28­32 28 »Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y acercándose al primero le dijo: "Hijo, vete hoy a trabajar en mi viña". 29 Respondiendo él, dijo: "¡No quiero!" Pero después, arrepentido, fue. 30 Y acercándose al otro le dijo lo mismo; y respondiendo él, dijo: "Sí, señor, voy". Pero no fue. 31 ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Dijeron ellos: ­­El primero. Jesús les dijo: ­­De cierto os digo que los publícanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios, 32 porque vino a vosotros Juan en camino de justicia y no le creísteis; en cambio, los publícanos y las rameras le creyeron. Pero vosotros, aunque visteis esto, no os arrepentisteis después para creerle.

Esta parábola fue dada a los jefes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo después de que ellos habían desafiado la autoridad de Jesús. Ellos habían preguntado dónde consiguió él la autoridad para hacer las cosas que él estaba haciendo. Él les dijo que él sólo contestaría su pregunta si ellos le dijeran si el ministerio de Juan el Bautista era o no era de Dios. Un argumento salió entre los sacerdotes y los ancianos sobre Juan. Entonces Jesús les dijo esta parábola. Cuando Jesús dijo que los publícanos y las rameras van a entrar al Reino de Dios antes de “ustedes” él estaba refiriéndose a los jefes de los sacerdotes y los ancianos.

Muchos de los jefes de los sacerdotes y los ancianos habían endosado el ministerio de Juan públicamente, pero ellos habían ignorado su mensaje de arrepentirse. Muchos publícanos y rameras, etc., habían oído el mensaje de Juan y de hecho se habían arrepentido. El hijo que dijo “sí” pero no fue a trabajar en la viña representó a los jefes de los sacerdotes y los ancianos. El hijo que inicialmente dijo “no” sin embargo, pero entonces se fue a trabajar era los publícanos y las rameras que se arrepintieron en respuesta al mensaje de Juan.

El punto de la parábola es simple. Si uno pretende someterse a Dios pero de hecho no lo hace, entonces es de ningún valor a él.

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La revelación de Dios en el Antiguo Testamento es como la demanda del padre en la parábola. Algunos, como los jefes de los sacerdotes y los ancianos, habían hecho una respuesta ostentosa positiva a la invitación. Ellos se pusieron túnicas religiosas y se prepararon como líderes justos. Cuando realmente era tiempo de someterse, sin embargo, no entraron al Reino. Públicamente ellos dijeron “sí” a la invitación, pero ellos no vendrían a la fiesta.

Otros–a las personas como los publícanos y las rameras–habían respondido negativamente a la invitación al principio. Éstas son personas que habían escogido un estilo de vida contraria a la revelación de Dios en el Antiguo Testamento. No había ninguna pretensión en sus vidas. Ellos eran honestos de quiénes eran y cuales decisiones habían tomado en sus vidas. Sin embargo, cuando el Reino de Dios fue realizado en Jesús, ellos abandonaron sus decisiones hechas anteriormente para seguirle a Dios.

Al fin, no era la respuesta inicial la que contaba. Era la respuesta real al Reino de Dios la que importaba.

Ésta es una verdad importante, igual que hoy. La invitación todavía está extendida. Todavía hay publícanos y rameras entre nosotros. También hay jefes de los sacerdotes y ancianos. El pasar un rato en una iglesia, el servir en comités de la iglesia, el estudiar en el seminario, o el servir como pastor de una congregación, igual no traerá una persona al Reino de Dios. Igualmente habido sido una prostituta, un narcotraficante, o cualquier otra cosa no inhabilita que uno entre al Reino de Dios. Mientras que uno tenga vida la invitación al Reino dura. Finalmente el someterse a Jesús y el confiar en él para la salvación determina su ciudadanía en el Reino.

La ciudadanía al Reino de Dios no se obtiene por promesas vacías, pero por un estilo de vida de obediencia.

¿Qué tiene que ver este mensaje con ustedes como líderes de la iglesia? Este mensaje fue dado a los líderes de la iglesia. Dios lo llamó a una tarea y usted dijo “sí.” Eso esta bien. Sin embargo, al fin, no es importante que usted haya tomado el título de “pastor,” pero que usted haya servido como pastor para la gente que él le ha dado. No es importante que usted haya tomado el título de “predicador,” pero que usted haya predicado su palabra fielmente. Los títulos no significan nada en el Reino de Dios. El servicio es importante. No importa lo que usted haya dicho que usted haría, ni lo que la gente pensó que usted hizo, lo que usted pretendió hacer, o lo que los papeles colgados en su pared dijeron que usted ha hecho. Dios sabe lo que usted ha hecho.

Mateo 21:33­44 Referencia Marcos 12:1­11, Lucas 20:9­18

33 »Oíd otra parábola: Hubo un hombre, padre de familia, el cual plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, edificó una torre, y la arrendó a unos labradores y se fue lejos. 34 Cuando se acercó el tiempo de los frutos, envió sus siervos a los labradores para que recibieran sus frutos. 35 Pero los labradores, tomando a los siervos, a uno golpearon, a otro mataron y a otro apedrearon. 36 Envió de nuevo otros siervos, más que los primeros; e hicieron con ellos lo mismo. 37 Finalmente les envió su hijo, diciendo: "Tendrán respeto a mi hijo". 38 Pero los labradores, cuando vieron al hijo, dijeron entre sí: "Este es el heredero; venid, matémoslo y apoderémonos de su heredad". 39 Y tomándolo, lo echaron fuera de la viña y lo mataron. 40 Cuando venga, pues, el señor de la viña, ¿qué hará a aquellos labradores? 41 Le dijeron: ­­A los malos destruirá sin misericordia, y arrendará su viña a otros labradores que le paguen el fruto a su tiempo. 42 Jesús les preguntó: ­­¿Nunca leísteis en las Escrituras: »"La piedra que desecharonlos edificadores

La Salvación, Juicio, y el Reino de Dios

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ha venido a ser cabeza del ángulo. El Señor ha hecho esto, y es cosa maravillosa a nuestros ojos?" \m 43 »Por tanto, os digo que el reino de Dios

será quitado de vosotros y será dado a gente que produzca los frutos de él. 44 El que caiga sobre esta piedra será quebrantado, y sobre quien ella caiga será desmenuzado.

Esta parábola viene inmediatamente después de la Parábola de los Hijos Obedientes y Desobedientes en el Evangelio de Mateo. El público todavía es los jefes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo. El mensaje es obvio y habría encolerizado a los oyentes.

La viña es el Reino de Dios en la tierra. Él se lo confió originalmente a los judíos. Ellos han sido labradores infieles. Él envió profetas, quienes trajeron mensajes de reconciliación. Los labradores no toleraron a los profetas y no respondieron a su mensaje. Así Dios envió a su Hijo. Prediciendo su propia muerte, Jesús dijo que los labradores mataron al Hijo.

Cuando ellos oyeron la historia, los jefes de los sacerdotes y los ancianos indicaron que el Señor de la viña lo rasgaría ciertamente de las manos de los labradores infieles y lo daría a aquéllos que lo administrarían fielmente. Diciendo esto, ellos estaban pronunciando su propio destino.

Dios le envió a su Hijo que llamara a los judíos para volverse ciudadanos del Reino. Los líderes de los judíos mataron al Hijo, y así en conjunto la nación rechazó al Hijo. Muchos judíos individuales abrazaron a Jesús, pero en conjunto la nación escogió no tornarse al Reino de Dios. Así la invitación se ha extendido a los gentiles para tornarse ciudadanos del Reino. Aquéllos que respondieron se han unido a los judíos fieles para tornarse la manifestación del Reino de Dios en la tierra.

Mateo 25:14­30 Referencia Lucas 19:11­27

14 »El reino de los cielos es como un hombre que, yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. 15 A uno dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos. 16 El que recibió cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos. 17 Asimismo el que recibió dos, ganó también otros dos. 18 Pero el que recibió uno hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor. 19 »Después de mucho tiempo regresó el señor de aquellos siervos y arregló cuentas con ellos. 20 Se acercó el que había recibido cinco talentos y trajo otros cinco talentos, diciendo: "Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos". 21 Su señor le dijo: "Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor". 22 Se acercó también el que había recibido dos talentos y dijo: "Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos". 23 Su señor le dijo: "Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor". 24 Pero acercándose también el que había recibido un talento, dijo: "Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; 25 por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo". 26 Respondiendo su señor, le dijo: "Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré y que recojo donde no esparcí. 27 Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros y, al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses. 28 Quitadle, pues, el talento y dadlo al que tiene diez talentos, 29 porque al que tiene, le será dado y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. 30 Y al siervo inútil echadlo en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes".

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Esta parábola es parte del discurso de Jesús en Mateo 24­25, enseñando sobre el extremo de la era. El tema es el juicio final que es otro aspecto del Reino que debemos entender. El hecho es que Dios nos mantiene responsables por la manera en que usamos los recursos que se nos han dado.

¿Qué representan “los talentos” en la parábola? En la historia, un talento es una unidad de dinero. Simboliza recursos en general. Así “el talento” en la parábola podría ser:

• dinero • tiempo • habilidades (talentos) • relaciones • conocimiento

o cualquier otra provisión de Dios que hay en nuestras vidas.

¿Por qué le dio a un hombre cinco talentos, al otro dos, y al otro solamente un? Es significante que los talentos se distribuyeron a “cada uno según su habilidad.” Los recursos que Dios nos da en un área en particular son proporcionales a nuestra habilidad demostrada de sabiamente administrar esos recursos.

El hombre con cinco talentos y el hombre con dos talentos pusieron sus recursos a trabajar y trajeron ganancia para su señor. Ellos usaron las cosas que ellos fueron dados de una manera sabia que honró a su señor. Cuando llegó el momento de repasar su progreso, ellos estaban ansiosos y entusiasmados para devolverle la ganancia a su señor. El señor fue glorificado por la fidelidad de estos sirvientes. Como resultado, ellos recibieron lo que puede ser el más gran premio del Reino, las palabras “Bien, buen siervo y fiel.” Además el señor los confió con más (la cantidad que ellos recibieron era proporcional a su habilidad demostrada de sabiamente administrar sus recursos.)

El otro sirviente tenía una actitud de desconfianza y de odio hacia el señor. Yo no creo que el problema era que el otro sirviente no dio ganancia. Si él hubiera dicho, “Señor, yo invertí su talento pero la inversión falló y yo lo perdí todo,” yo creo que el señor habría dicho, “Bien hecho de intentar. Veamos lo que nosotros podemos aprender de esto y entonces podemos intentar de nuevo.” El problema no era que él no pudo ganar como los otros. El problema era que él no estaba dispuesto a intentar. Él temió y desconfió del señor y no quiso hacer nada para beneficie del hombre que él percibió ser un señor malo.

Así el señor se llevó su talento y lo dio a uno de los sirvientes más fieles. El sirviente malo fue alejado de su lugar de servicio.

¿Cuál es la lección de esta parábola? Dios ha confiado cierto volumen de recursos a cada uno de nosotros. Entre esos recursos está una revelación de su carácter y sus normas. (Probablemente nosotros raramente pensamos en nuestra revelación de Dios como un recurso disponible a nosotros, pero es una de las cosas más preciosas que Dios nos ha dado.) Dios nos mantendrá responsable de cómo utilizamos estos recursos. Si nosotros los administramos en cierto modo que le traiga gloria a Dios, entonces Dios nos premiará y nos dará más recursos. Si le rechazamos a Dios, entonces nosotros perderemos nuestros recursos y finalmente nuestra ciudadanía en su Reino. Esos sirvientes quienes son llamados inútiles serán asignados a la oscuridad, donde allí será el lloro y el crujir de dientes.

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Si ama o no al Rey determinara si se torna o no ciudadano del Reino. De la manera en la cual administra los recursos del Reino determinara la clase de recursos del Reino que se le darán para administrar. La manera en la cual administra los recursos y la revelación de Dios que se le han dado, si busca o no traerle gloria a través de su administración, tendrá un tremendo efecto en su vida personal, la vida de su familia, la vida de su iglesia, y finalmente en el Reino de Dios.

Mateo 9:16­17 Referencia Lucas 5:36­39

16 Nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo, porque tal remiendo tira del vestido y se hace peor la rotura. 17 Ni echan vino nuevo en odres viejos; de otra manera los odres se rompen, el vino se derrama y los odres se pierden; pero echa el vino nuevo en odres nuevos, y lo uno y lo otro se conservan juntamente.

Jesús dijo esto después de que alguien le preguntó por qué él y sus discípulos no ayunaban como los Fariseos y los discípulos de Juan. Su contestación indica que Jesús no vino a poner remiendo de paño nuevo en un vestido viejo y estropeado.

Los rituales de ayuno en el pasaje eran tradiciones Farisaicas. Ellos fueron motivados a través de piedad falsa y no a través de la devoción a Dios. Estas tradiciones cansadas de los judíos eran como los vestidos viejos. No necesitaban ser remendados; necesitaban ser reemplazados. Jesús vino a traer un nuevo vestido y vestir a las personas con una nueva relación con Dios.

La jerarquía Farisaica era un reino de hombres. El Reino de Dios suplantaría este reino de hombres. Si Jesús intentara remendar sus prácticas, sería como poner un parche que no se había encogido en este vestido viejo. En el futuro el parche rasgaría el vestido y los dos serían inútiles. Él no pensó que su nuevo vino se echará en los odres viejos. Si hiciera esto, los odres estallarían y todo sería perdido.

El Reino de Dios no era una extensión de las tradiciones de hombres. Suplanta las tradiciones de hombres.

La iglesia tiene muchas tradiciones y no hay nada inherentemente malo con ellas. Algunas de ellas nos sirven bien. Por ejemplo, algunos de nuestros himnos tradicionales viejos nos llevan a la presencia de Dios. La liturgia de algunas iglesias puede ser muy adoradora. La tradición no necesariamente es mala. Sin embargo, nosotros debemos tener cuidado, de no poner nuestras tradiciones delante de la dirección del Espíritu Santo. Cuando el Señor nos lleva en una nueva dirección, debemos estar dispuestos a dejar nuestras tradiciones. Nunca debemos permitir la observancia de tradiciones para suplantar una relación viviente con Dios.

¿Periódicamente como un líder de una iglesia, usted debe examinar las cosas que usted hace regularmente en su iglesia y debería preguntarse, “¿Por qué los hacemos? ¿Qué propósito sirven?” Si usted alguna vez se halla empezando a servir a tradiciones en lugar de permitir que las tradiciones sirvan para que le lleve a la presencia de Dios, líbrese de ellos.

Lucas 6:39­49 39 Les dijo también una parábola: «¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán ambos en el hoyo? 40 El discípulo no es superior a su maestro; pero todo el que sea perfeccionado, será como su maestro. 41 »¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? 42 ¿O cómo puedes decir a tu hermano: "Hermano, déjame sacar la paja que está en tu ojo", no mirando tú la viga que está en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu propio ojo y entonces verás bien para sacar la paja que está

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en el ojo de tu hermano.

43 »No es buen árbol el que da malos frutos, ni árbol malo el que da buen fruto, 44 pues todo árbol se conoce por su fruto, ya que no se cosechan higos de los espinos ni de las zarzas se vendimian uvas. 45 El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo, porque de la abundancia del corazón habla la boca.

46 »¿Por qué me llamáis "Señor, Señor", y no hacéis lo que yo digo? 47 Todo aquel que viene a mí y oye mis palabras y las obedece, os indicaré a quién es semejante. 48 Semejante es al hombre que, al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover porque estaba fundada sobre la roca. 49 Pero el que las oyó y no las obedeció, semejante es al hombre que edificó su casa sobre tierra, sin fundamento; contra la cual el río dio con ímpetu, y luego cayó y fue grande la ruina de aquella casa».

Esta parábola (o grupo de parábolas) es del liderazgo. Cada uno de nosotros sigue a un líder y nos importa que líder escogemos seguir. De vez en cuando nosotros guiamos y es importa la manera en que guiamos.

La referencia al ciego que guía al ciego debe ser bastante obvia. Cuando nosotros buscamos dirección, nosotros debemos buscar a las personas que conocen más que nosotros. Igualmente, nosotros no debemos pretender guiar cuando no sabemos a donde vamos.

En el reino espiritual esto se aplica a la manera en lo que nos sometemos a la autoridad espiritual. Hay una jerarquía en el Reino. Cristo es la cabeza de la iglesia, pero él apuntó a pastores y a ancianos y a otros para que administraran y guiaran. Nosotros debemos tener cuidado de no poner a las personas espiritualmente ciegas en lugares de autoridad. Nosotros debemos tener cuidado de no permitir que seamos puestos en posiciones de dirección cuando no sabemos como guiar. Esta parábola se dirigió a los Fariseos que asumieron ser líderes, y las personas que los siguieron. Ellos eran los ciegos que guiaban a los ciegos.

Moviendo a la próxima parte de la parábola, no debemos intentar dar dirección espiritual en áreas donde nuestras propias vidas están fuera de control. Debemos limpiar nuestras propias vidas antes de que pretendamos mostrar a otros cómo hacer lo mismo. Igualmente, no debemos ponerles a personas en las posiciones de autoridad espiritual cuando todavía están intentando quitar las vigas de sus propios ojos.

La próxima parte de la parábola nos dice cómo reconocer a aquéllos que tienen la madurez necesaria de ser líderes. Es por el fruto de sus vidas. Lo bueno o malo que tiene en el corazón un hombre será visto por el fruto de sus acciones y sus palabras. No se lo da autoridad espiritual sobre la base de grados o certificados o años de experiencia. Se da basado en fruto.

La última parte de la parábola nos vuelve a la fundación de nuestra fe. Finalmente nuestro líder es Jesús. Nuestras vidas deben ser construidas basadas en su verdad. Cualquier otra fundación se desmenuzará cuando la tensión venga.

Líderes en el Reino deben someterse a la autoridad del Rey. Todos los ciudadanos del Reino deben tener vidas construidas en la fundación segura de su verdad.

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Lucas 10:25­37 25 Un intérprete de la Ley se levantó y dijo, para probarlo: ­­Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna? 26 Él le dijo: ­­¿Qué está escrito en la Ley? ¿Cómo lees? 27 Aquel, respondiendo, dijo: ­­Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo. 28 Le dijo: ­­Bien has respondido; haz esto y vivirás. 29 Pero él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: ­­¿Y quién es mi prójimo? 30 Respondiendo Jesús, dijo: ­­Un hombre que descendía de Jerusalén a Jericó cayó en manos de ladrones, los cuales lo despojaron, lo hirieron y se fueron dejándolo medio muerto. 31 Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y al verlo pasó de largo. 32 Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, al verlo pasó de largo. 33 Pero un samaritano que iba de camino, vino cerca de él y, al verlo, fue movido a misericordia. 34 Acercándose, vendó sus heridas echándoles aceite y vino, lo puso en su cabalgadura, lo llevó al mesón y cuidó de él. 35 Otro día, al partir, sacó dos denarios, los dio al mesonero y le dijo: "Cuídamelo, y todo lo que gastes de más yo te lo pagaré cuando regrese". 36 ¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? 37 Él dijo: ­­El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: ­­Ve y haz tú lo mismo.

Hay dos mensajes que ocurren una y otra vez a lo largo del Antiguo Testamento.

• Dios cuida cómo nos relacionamos con él. • Dios cuida cómo nos relacionamos entre nosotros.

Un escriba, deseando probarle a Jesús, le preguntó que es el mando más importante. Jesús contestó que los dos de los mandos anteriores son prioridad con Dios. Cuando Jesús le dijo, “Amarás a tu prójimo como a ti mismo,” el escriba legalista preguntó a Jesús quién era su vecino.

Jesús contestó con la parábola muy conocida del Samaritano Bueno. Los caracteres de la parábola son significantes. Note que un sacerdote y un Levita, dos hombres que deben a través de herencia ser sirvientes entre los judíos, tornaron sus cabezas y dejaron al hombre para que se muera. Era un Samaritano odiado que vino a su ayuda. Los Samaritanos fueron considerados sucios, indignos, y socialmente inaceptables. Nosotros hemos visto el mismo tema en algunas de las parábolas anteriores. No es su título o papel o su lugar en la sociedad que lo da favor ante Dios. Es su servicio.

El punto de la parábola es bastante simple. Cuando alguien está en necesidad, él es su vecino. Dios cuida cómo atendemos a otros. Él también cuida cómo nos relacionamos con él.

Los ciudadanos del Reino deben someterse en servicio a ambos, Dios y vecino. Como un líder en la iglesia usted debe impresionar a su gente las dos de estas dimensiones.

Lucas 14:7­11 7 Observando cómo los convidados escogían los primeros asientos a la mesa, les refirió una parábola, diciéndoles: 8 «Cuando seas convidado por alguien a unas bodas no te sientes en el primer lugar, no sea que otro más distinguido que tú esté convidado por él, 9 y viniendo el que te convidó a ti y a él, te diga: "Da lugar a este", y entonces tengas que ocupar avergonzado el último lugar. 10 Más bien, cuando seas convidado, ve y siéntate en el último lugar, para que cuando venga el que te convidó te diga: "Amigo, sube más arriba". Entonces tendrás el reconocimiento de los que se sientan contigo a la mesa. 11 Cualquiera que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».

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El Reino de Dios es un lugar donde algunos son honrados en varios momentos. También es un lugar donde NINGUNO de nosotros merecemos entrar basado en nuestro propio mérito. Sólo podemos entrar en el Reino porque Jesús nos abrió la puerta. Así nosotros debemos entrar con humildad, no buscando gloria u honra para nosotros mismos. Cuando estemos allí, Dios puede escoger honrarnos y habrá alegría si eso pasa. Pero si nosotros buscamos honrarnos, Dios puede quitarnos de nuestros propios tronos que serían humillando.

Es importante traer al presente esta parábola. Esto no está hablando de algún banquete futuro en el cielo. El Reino de Dios es ahora. Ahora Dios honra a aquéllos quienes él quiere y él humilla aquéllos que necesitan ser humillados. Todos tenemos papeles de emplear en el Reino–trabajos que hacer. No busque las posiciones de visibilidad alta o de influencia. No busque la adoración de hombres en lo que usted hace. Busque el lugar de un sirviente. Dios puede escoger bien elevarlo a un lugar de visibilidad o de influenciar, pero Él hará esto solamente si usted se somete a servicio a él.

Los ciudadanos del Reino deben ser sirvientes humildes.

Lucas 14:25­35 25 Grandes multitudes iban con él; y volviéndose, les decía: 26 «Si alguno viene a mí y no aborrece a su padre, madre, mujer, hijos, hermanos, hermanas y hasta su propia vida, no puede ser mi discípulo. 27 El que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo. 28 ¿Quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? 29 No sea que, después que haya puesto el cimiento, no pueda acabarla y todos los que lo vean comiencen a hacer burla de él, 30 diciendo: "Este hombre comenzó a edificar y no pudo acabar". 31 ¿O qué rey, al marchar a la guerra contra otro rey, no se sienta primero y considera si puede hacer frente con diez mil al que viene contra él con veinte mil? 32 Y si no puede, cuando el otro está todavía lejos le envía una embajada y le pide condiciones de paz. 33 Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncie a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.

34 »Buena es la sal; pero si la sal se hace insípida, ¿con qué se sazonará? 35 Ni para la tierra ni para el muladar es útil; la arrojan fuera. El que tiene oídos para oír, oiga».

El mensaje de esta parábola es similar a la Parábola del Tesoro Oculto o la Parábola de la Perla de Gran Precio, pero el idioma es mucho más puntiagudo. Alguna explicación está en orden.

El primer problema es el de odiar a su padre, su madre, su esposa, sus niños, hermanos, hermanas, y su propia vida. ¿Vino Jesús predicando un mensaje de odio? ¿Esperó él que sus discípulos odiaran a todas personas y todas cosas menos él? Literalmente hablando, no. Relativamente hablando, sí.

La palabra griega que se usó para “odiar” es “µισεω” (“miseo”). Su significado literal es de hecho “odiar” cuando nosotros normalmente pensamos en la palabra. Sin embargo, también puede significar “el amar menos.” Eso parece ser la interpretación apropiada aquí. La Biblia es un mensaje de amor–el amar a Dios con todo su corazón, alma, fuerza, y mente y amar a su vecino como a sí mismo. Para los ciudadanos del Reino, el amor al Señor debe reemplazar cualquier otra devoción.

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La sumisión a Jesús predomina sobre sumisión a los padres. La lealtad a Jesús es más fuerte que la lealtad a esposo o niño. Ser dispuesto a sacrificar para Jesús debe ser aun más fuerte que los instintos de la misma­preservación. El costo es de hecho caro.

El costo de ser un discípulo es el punto del mensaje. Jesús previene a las personas que consideren totalmente el costo de ser su partidario. Si ellos son involuntarios de pagar el precio, entonces ellos no deben empezar la jornada. En lo natural, sería imprudente empezar una construcción de un edificio sin primeramente decidir cuánto costaría. Si alguien empezara el proyecto y entonces tendría que abandonarlo el medio­arroyo, sería mucho más costoso y humillante que si él simplemente nunca lo hubiera empezado. Semejantemente, un rey no iría a la guerrear sin primero calcular si tenía o no la fuerza suficiente para ganar. Si no, él probablemente sea sobrepuesto y derrotado, acabando mucho peor de cuando empezó.

Entonces Jesús dijo en ningún término incierto: “Cualquiera de vosotros que no renuncie a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.” El costo de ciudadanía del Reino es TODO. El hombre que encontró el tesoro en el campo vendió TODO para obtener el tesoro. El comerciante vendió TODO para comprar la perla de gran precio.

El texto entonces cambia a “Buena es la sal; pero si la sal se hace insípida...” Cuando uno lee esto primero, casi parecería ser un desencaje completo de pensamiento, no teniendo ninguna relación a lo que vino anteriormente. Sin embargo, cuando usted considera lo que “la sal” representa en las enseñanzas de Jesús, tiene sentido.

En Mateo 5:13, Jesús les dijo a sus seguidores “Vosotros sois la sal de la tierra.” Era una metáfora apropiada. La sal tiene dos funciones. Da sabor y conserva. Cuando se rocía sal en carne, la sal da sabor a la carne. La carne no da sabor a la sal. Y la sal, cuando se usa correctamente, era un preservativo común en los días antes de refrigeración (y aún hoy se la usa para ese propósito). Los ciudadanos del Reino deben tener ambas funciones también. Nosotros debemos dar sabor al mundo que nos rodea. El mundo no debe darnos sabor. Nuestros ambientes deben ser más como Jesús porque nosotros estamos allí. Y si somos fieles de llevar a cabo ese papel, serviremos como un preservativo. Nuestros ambientes experimentarán más del favor de Dios y su protección porque nosotros estamos allí que si estuviera sin nosotros.

Si nosotros empezamos la tarea de ser la sal, pero con el tiempo empezamos a recibir el sabor del mundo, entonces nosotros perdemos nuestra salobridad. Si el día viene cuando nosotros comprendemos que Jesús realmente quiso decir “deje TODO” y nosotros decidimos que nosotros no queremos pagar el precio, entonces nosotros perdemos nuestra salobridad. Nosotros nos ponemos sin valor para la tierra o el muladar. Seremos tirados. Estaremos en peor condición que si nosotros nunca hubiéramos saboreado de la dulzura del Reino.

El costo de quedarse es tremendo. Debemos dejar todo. Debemos dejar nuestros recursos, nuestras relaciones, nuestras voluntades, y nuestras propias vidas. Pero hay una transacción milagrosa y misteriosa que ocurre cuando nosotros hacemos así. Sólo cuando usted “odia” a la madre, el padre, el esposo, niño, hermano y hermana por causa de Jesús le devolverá a usted esas relaciones, perfeccionado en su amor. Sólo cuando usted deja su vida y se muere a sí mismo le devolverá Jesús a usted la vida abundante. Sólo cuando usted deja su voluntad y deja sus intentos frenéticos a controlar su ambiente le devolverá Jesús a usted un ambiente, perfeccionado en orden. Y sólo cuando usted deje de preocuparse de cómo darse a sí mismo su pan diario le dará Jesús a usted un flujo libre de maná.

Sólo cuando usted deja su exigencia tener todas cosas en su manera puede usted tener todas cosas en la manera de Jesús. Todavía, aunque nosotros sabemos los beneficios, el costo es a menudo difícil pagar.

Los ciudadanos del Reino deben pesar el costo. Hay un precio de ser pagado por la ciudadanía. Como un líder en la iglesia, usted es alguien quien siembra la semilla. Usted no debe abaratar el

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mensaje. Discipline a su gente y asegure que ellos realmente entiendan el costo. Solamente cuando ellos pagan verdaderamente recibirán el premio.

Lucas 15:3­10 3 Entonces él les refirió esta parábola, diciendo: 4 «¿Qué hombre de vosotros, si tiene cien ovejas y se le pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto y va tras la que se perdió, hasta encontrarla? 5 Cuando la encuentra, la pone sobre sus hombros gozoso, 6 y al llegar a casa reúne a sus amigos y vecinos, y les dice: "Gozaos conmigo, porque he encontrado mi oveja que se había perdido". 7 Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento.

8 »¿O qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una dracma, no enciende la lámpara, barre la casa y busca con diligencia hasta encontrarla? 9 Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas, y les dice: "Gozaos conmigo, porque he encontrado la dracma que había perdido". 10 Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente».

Dios se aflige por todos los que están perdidos. Dios (y todo el cielo con él) regocija cuando es encontrado uno que estaba perdido y es traído al Reino.

El Reino se construye de aquéllos que estaban perdidos. Hay alegría en el cielo por cada ciudadano nuevo. Como un líder en la iglesia, esto debe darle aun más motivación para plantar semilla, sabiendo que el fruto de su labor le traerá alegría al Señor.

Lucas 16:19­31 19 »Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino y hacía cada día banquete con esplendidez. 20 Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquel, lleno de llagas, 21 y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas. 22 Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. 23 »En el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. 24 Entonces, gritando, dijo: "Padre Abraham, ten misericordia de mí y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama". 25 Pero Abraham le dijo: "Hijo, acuérdate de que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro, males; pero ahora este es consolado aquí, y tú atormentado. 26 Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quieran pasar de aquí a vosotros no pueden, ni de allá pasar acá". 27 »Entonces le dijo: "Te ruego, pues, padre, que lo envíes a la casa de mi padre, 28 porque tengo cinco hermanos, para que les testifique a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento". 29 Abraham le dijo: "A Moisés y a los Profetas tienen; ¡que los oigan a ellos!" 30 Él entonces dijo: "No, padre Abraham; pero si alguno de los muertos va a ellos, se arrepentirán". 31 Pero Abraham le dijo: "Si no oyen a Moisés y a los Profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levante de los muertos"».

En esta vida, Lázaro era un ciudadano del Reino y el hombre rico no era. El hombre rico no vivió su vida según las normas de Dios. Nosotros sabemos esto porque él es indiferente hacia el estado que Lázaro está viviendo en miseria bajo la sombra del hombre rico. La palabra de Dios habla mucho de tener cuidado de los necesitados. El hombre rico no se preocupaba de otras personas.

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Los dos se murieron. Lázaro, como un ciudadano del Reino fue al lugar de consuelo. El hombre rico fue al lugar de tormento. Hay un cielo y hay un infierno y las personas van a un lugar o al otro basado en las decisiones que hayan tomado en sus vidas.

Esto hace pensar en una pregunta interesante. El Reino empieza en esta vida. ¿Por qué parece que tenemos que esperar hasta después de la muerte para recibir sus premios?

Hay una respuesta de dos­partes a esto, espiritual y físico. En primer lugar, los premios espirituales de ciudadanía empiezan ahora. Tenemos una tendencia de medir nuestro bienestar en lo físico, pero eso solamente es un aspecto de la vida. Incluso antes de que él se haya muerto, Lázaro tenía el consuelo de su relación con el Padre. Él tenía una paz que el hombre rico nunca podría conocer.

Sin embargo, en el nivel físico, el sufrimiento de Lázaro era real. ¿Cómo un ciudadano del Reino, por qué tenía que sufrir? La razón es que él vivió en un mundo caído.

Dios puso bastantes recursos en el mundo para cuidarles a todos. Pero él también le dio al hombre voluntad propia. El hombre rico, junto con muchas otras personas en la comunidad, lo tenía totalmente dentro de su poder el mantener las necesidades de Lázaro. Ellos fallaron la prueba. Las decisiones malas que hacemos afectan a otras personas. El sufrimiento de uno es a menudo directamente atribuible a la codicia de otro. Esto puede o no puede ser mucho consuelo para el que está sufriendo. Pero es realidad. No tenemos ninguna garantía que las cosas serán mejores hasta el tiempo cuando todos estén viviendo en sumisión a la voluntad de Dios.

Pero hay varios puntos importantes en esta parábola:

• Hay un cielo y hay un infierno. • Hay un abismo entre el cielo y el infierno que ningún puente puede cruzar. • El cielo es un lugar de consuelo y el infierno es un lugar de tormento. • Su ciudadanía del Reino determina a qué lugar va. • La manera de la cual trata a otras personas es una indicación segura de su ciudadanía del

Reino.

Los ciudadanos del Reino deben hacer decisiones que tienen importancia eterna opuesta a aquéllos que traen satisfacción ahora. Como un líder, un sembrador de la semilla de Dios, el mensaje de esta parábola le debe reforzar la urgencia de su mensaje. La tarea que usted ha emprendido tiene consecuencias eternas. Debe fortalecer su resolución para servir. Si usted puede asegurarse que las personas entiendan estas consecuencias entonces debe motivarlos a que sean “la tierra buena.”

Lucas 18:9­14 9 A unos que confiaban en sí mismos como justos y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola: 10 «Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo y el otro publicano. 11 El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: "Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres: ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; 12 ayuno dos veces a la semana, diezmo de todo lo que gano". 13 Pero el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: "Dios, sé propicio a mí, pecador". 14 Os digo que este descendió a su casa justificado antes que el otro, porque cualquiera que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido».

Esta parábola es similar a la Parábola del Lugar de Honor en Lucas 14:7­11. El significado no es oculto. La única manera de acercarse a Dios es en humildad total. No hay ningún lugar de arrogancia ante él. Isaías 64:6 dice “pues todos nosotros somos como cosa impura, todas

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nuestras justicias como trapo de inmundicia.” Salmos 5:5 dice “Los insensatos no estarán delante de tus ojos.”

Los ciudadanos del Reino se acercan al Rey con rodillas dobladas. Es la gracia del Rey que los levanta.

Mateo 18:23­35 23 »Por lo cual el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso hacer cuentas con sus siervos. 24 Cuando comenzó a hacer cuentas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos. 25 A este, como no pudo pagar, ordenó su señor venderlo, junto con su mujer e hijos y todo lo que tenía, para que se le pagara la deuda. 26 Entonces aquel siervo, postrado, le suplicaba diciendo: "Señor, ten paciencia conmigo y yo te lo pagaré todo". 27 El señor de aquel siervo, movido a misericordia, lo soltó y le perdonó la deuda. 28 »Pero saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos que le debía cien denarios; y agarrándolo, lo ahogaba, diciendo: "Págame lo que me debes". 29 Entonces su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba diciendo: "Ten paciencia conmigo y yo te lo pagaré todo". 30 Pero él no quiso, sino que fue y lo echó en la cárcel hasta que pagara la deuda. 31 Viendo sus consiervos lo que pasaba, se entristecieron mucho, y fueron y refirieron a su señor todo lo que había pasado. 32 Entonces, llamándolo su señor, le dijo: "Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste. 33 ¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti?" 34 Entonces su señor, enojado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara todo lo que le debía. 35 Así también mi Padre celestial hará con vosotros, si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas.

Esta parábola ilustra el tema de “Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.” Dios nos perdonará libremente si nosotros venimos a él en arrepentimiento y pedimos perdón. El hombre en la parábola pedía perdón, pero él no estaba arrepentido. Él todavía no perdonó a otras personas que es un pecado. Porque él no dio perdón, él era incapaz de recibirlo.

Dios ve nuestras acciones, pero él conoce nuestros corazones. Él no se impresiona con una muestra farsante de humildad. La salvación es para aquéllos que están genuinamente arrepentidos. El juicio es para aquéllos que permanecen en pecado.

Como un líder de la iglesia, uno de sus tareas más importantes es educar a sus personas sobre el perdón. Está en el corazón del Reino de Dios. Si nosotros queremos ser personas perdonadas entonces debemos ser personas perdonadoras. Todos nosotros queremos encontrar paz, salud, esperanza, libertad, etc. en el Reino de Dios. Nadie que se niega a perdonar puede vivir en paz, salud, esperanza, o libertad. Negándose a perdonar nos trae enojo, depresión, esclavitud, y incluso los problemas de salud físicos. La falta de perdón destruye relaciones. Cuando las personas vienen a recibir ministerio en la iglesia, si es para los problemas emocionales o físicos, muy a menudo la raíz de su problema es que ellos no han perdonado. Cuando ellos tratan con la raíz del problema y perdonan, a menudo los síntomas se cuidan a sí mismos. Dios quiere que nosotros seamos personas perdonadoras, no solamente por lo que hace para otros pero también por lo que hace para nosotros mismos. Tal como hemos sido perdonados, debemos perdonar.

Mateo 22:1­14 Referencia Lucas 14:16­24

1 Respondiendo Jesús, les volvió a hablar en parábolas, diciendo: 2 «El reino de los cielos es semejante a un rey que hizo una fiesta de boda a su hijo. 3 Envió a sus siervos a llamar a los invitados a la boda, pero estos no quisieron asistir. 4 Volvió a enviar otros siervos con este encargo: "Decid a los invitados que ya he

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preparado mi comida. He hecho matar mis toros y mis animales engordados, y todo está dispuesto; venid a la boda". 5 Pero ellos, sin hacer caso, se fueron: uno a su labranza, otro a sus negocios; 6 y otros, tomando a los siervos, los golpearon y los mataron. 7 Al oírlo el rey, se enojó y, enviando sus ejércitos, mató a aquellos homicidas y quemó su ciudad. 8 Entonces dijo a sus siervos: "La boda a la verdad está preparada, pero los que fueron invitados no eran dignos. 9 Id, pues, a las salidas de los caminos y llamad a la boda a cuantos halléis". 10 Entonces salieron los siervos por los caminos y reunieron a todos los que hallaron, tanto malos como buenos, y la boda se llenó de invitados. 11 »Cuando entró el rey para ver a los invitados, vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda, 12 y le dijo: "Amigo, ¿cómo entraste aquí sin estar vestido de boda?" Pero él guardó silencio. 13 Entonces el rey dijo a los que servían: "Atadlo de pies y manos y echadlo a las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes", 14 pues muchos son llamados, pero pocos escogidos».

Hace unos años yo asistí a un servicio de la Semana Santa en mi iglesia. El punto central de ese servicio era una observancia del la Cena del Señor. Quienquiera que había preparado el cuarto para el servicio lo había decorado bellamente. Había mesas preparadas para la comunión. Las mesas fueron cubiertas con manteles que parecían muy reales. Ellos contuvieron bandejas del pan y el vino. Cada mesa también tenía un candelabro con velas que quemaban brillantemente.

Los candelabros empezaron como un símbolo religioso en el tabernáculo. El candelabro era un adorno en el tabernáculo y después en el templo. Iluminó la mesa del pan de la Presencia. La mesa del pan de la Presencia siempre tenía doce barras de pan–uno por cada uno de las tribus de Israel. El candelabro iluminaba el pan, simbólico del hecho que Dios siempre miraba a las personas de Israel y que su gloria siempre iluminaba la nación.

Mi mente empezó a mezclar la imagen de la presencia de Dios en el templo con la escena en el cuarto y la solemnidad de la ocasión. Aquí estaba una mesa bonita, una escena apropiada para una fiesta. En él el candelabro estaba–simbolizando que Dios mira y Dios guarda a su pueblo. Éste era su faro, llamando a las personas a seguridad. En lugar de iluminar el símbolo de sus personas que descansan en la seguridad de su presencia (el pan de la Presencia), iluminó el símbolo del sacrificio requerido debido a su rebelión (los elementos de la comunión). Yo empecé a llorar. Yo nunca antes me había impresionado del rechazo que Dios había recibido de su pueblo. A lo largo de la historia él había estado preparando una fiesta para su pueblo. Cuando el tiempo del banquete llegó, las personas no vinieron.

En la parábola, los invitados que fueron invitados a la boda son los judíos. Dios envió a sus sirvientes (los profetas y otros sirvientes fieles) para llamar a las personas pero las personas rechazaron a los sirvientes. Más aun, ellos mataron a algunos de ellos. Así Dios envió juicio en aquéllos que él había llamado originalmente.

Sus sirvientes fueron mandados para invitar a otros a la fiesta. Una invitación fue dada a quienquiera vendría. Los gentiles fueron traídos al Reino. Ellos fueron dados el privilegio de disfrutar toda cosa que el Rey había preparado para sus escogidos.

Cuando el Rey entró al cuarto del banquete, él notó que un hombre no estaba llevando la ropa de la boda. Ese hombre fue expulsado y tirado al juicio. ¿Qué significa esto?

Sería fácil mal entender este pasaje y llegar a una conclusión de “la salvación a través de obras.” Sin embargo, esta conclusión es evitada, si uno entiende que según las costumbres del tiempo, el rey habría mantenido ropa para que las personas lleven a la fiesta. Para venir al banquete, ellos necesitaron vestirse con las provisiones dadas a ellos por el rey. En el Reino de Dios, entramos vistiéndose con la justicia proporcionada a nosotros por el sacrificio de Jesús. El hombre en la parábola intentó entrar al banquete en sus propios términos, negándose a llevar la ropa proporcionada por el rey. No le permitieron participar. En el Reino de Dios, uno no puede entrar por sus propios términos. Él debe vestirse con la justicia que solamente puede recibir a

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través de la fe en Jesús. Si lo hace así, puede disfrutar de la fiesta y el compañerismo del Rey. Si no está dispuesto hacerlo, se enfrenta con “las tinieblas donde habrán lloros y el crujir de dientes.”

“Pues muchos son llamados, pero pocos escogidos.” Dios llama a todos a la fiesta. Sin embargo, los únicos que son permitidos participar, son aquéllos que vienen en sus propios términos. Aquí hay un mensaje para ambos líderes y las personas que ellos guían. Todos somos invitados a la fiesta. Sin embargo, para aceptar la invitación, nosotros debemos vestirnos con la justicia que solamente viene por medio de recibir el sacrificio de Cristo. No se puede entrar al Reino de Dios de ninguna otra manera.

Lucas 12:16­34 Referencia Mateo 6:19­34

16 También les refirió una parábola, diciendo: «La heredad de un hombre rico había producido mucho. 17 Y él pensaba dentro de sí, diciendo: "¿Qué haré, porque no tengo donde guardar mis frutos?" 18 Y dijo: "Esto haré: derribaré mis graneros y los edificaré más grandes, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes; 19 y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; descansa, come, bebe y regocíjate " 20 Pero Dios le dijo: "Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma, y lo que has guardado, ¿de quién será?" 21 Así es el que hace para sí tesoro y no es rico para con Dios».

22 Dijo luego a sus discípulos: «Por tanto os digo: No os angustiéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por el cuerpo, qué vestiréis. 23 La vida es más que la comida, y el cuerpo más que el vestido. 24 Considerad los cuervos, que ni siembran ni siegan; que ni tienen despensa ni granero, y Dios los alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que las aves? 25 ¿Y quién de vosotros podrá, con angustiarse, añadir a su estatura un codo? 26 Pues si no podéis ni aun lo que es menos, ¿por qué os angustiáis por lo demás? 27 »Considerad los lirios, cómo crecen: no trabajan ni hilan, pero os digo que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos. 28 Y si así viste Dios la hierba que hoy está en el campo y mañana es echada al horno, ¿cuánto más a vosotros, hombres de poca fe? 29 Vosotros, pues, no os preocupéis por lo que habéis de comer ni por lo que habéis de beber, ni estéis en ansiosa inquietud, 30 porque todas estas cosas buscan las gentes del mundo, pero vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de ellas. 31 Buscad, más bien, el reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas.

32 »No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el Reino. 33 Vended lo que poseéis y dad limosna; haceos bolsas que no se envejezcan, tesoro en los cielos que no se agote, donde ladrón no llega ni polilla destruye, 34 porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.

El mensaje de esta parábola es simple. Dios nos da nuestro pan diario. Nosotros no debemos considerarnos como nuestros propios proveedores. Cuando nuestra atención empieza a ser enfocada en lo que nosotros podemos conseguir en lugar de en el que da, entonces nuestras vidas son descompuestas.

Como pasó en la parábola, nuestras vidas pueden ser exigidas de nosotros en cualquier momento. Algunas personas se pasan mucho tiempo preocupándose de la Segunda Venida, el momento del rapto, etc., El hecho, la mayoría de nosotros recibiremos un citatorio individual y no participaremos en el evento grande. Nosotros debemos vivir en un estado de preparación. La próxima vez que vayamos por una autopista podría ser nuestra última vez.

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Cuando nosotros consideramos las provisiones que Dios ha dado sus criaturas, nosotros debemos asegurarnos que él cuidará de nosotros. Si nosotros busquemos a Dios y su Reino entonces nosotros no tendríamos ninguna necesidad de preocuparnos de los problemas mundanos de la vida. ¡Que alivio!

Use su tiempo y sus recursos construyendo tesoros en el cielo en lugar de los tesoros de la tierra. Use sus recursos obedientemente. Cuide de los pobres. Invierta sus recursos en el Reino.

La declaración final es muy revelante. Nosotros tenemos la habilidad distinta de engañarnos en creer todo tipo de cosa. En particular en materias espirituales, nosotros siempre podemos convencernos que nosotros somos justos. Nosotros podemos hacernos creer que nuestros corazones están en lugares justos. Pero el hecho es, donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. Todos nosotros debemos examinarnos periódicamente para ver donde están nuestros tesoros. Como gasta usted su dinero es un barómetro bueno de lo que sus prioridades realmente son. ¿Está buscando usted el Reino o está satisfaciendo usted la carne? Si su chequera no se somete a Dios, lo mismo es verdad de su vida.

Es importante. Para cada uno de nosotros, el día viene cuando recibimos juicio. Dios juzgará el corazón, pero eso significa que indirectamente él juzgará donde han estado nuestros tesoros. Usted debe examinar su propia vida. Usted debe enseñarles a sus personas a que hagan lo mismo.

Lucas 13:6­9 6 Dijo también esta parábola: «Un hombre tenía una higuera plantada en su viña, y vino a buscar fruto en ella y no lo halló. 7 Y dijo al viñador: "Ya hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera y no lo hallo. ¡Córtala! ¿Para qué inutilizar también la tierra?" 8 Él entonces, respondiendo, le dijo: "Señor, déjala todavía este año, hasta que yo cave alrededor de ella y la abone. 9 Si da fruto, bien; y si no, la cortarás después"».

En esta parábola breve, nosotros vemos retratados varios aspectos del carácter de Dios. Dios, El Creador, plantó una viña. Los árboles en la viña representan a las personas quienes Dios creó. El propósito de los árboles es producir fruto. Hay un árbol en la viña que no ha producido fruto durante tres años. Dios, El Juez, declara que el árbol ha consumido los recursos de la viña bastante tiempo y que debe ser destruido.

Dios, El Intercesor, ha estado nutriendo la viña. En particular, él ha estado intentando nutrir el árbol para que se ponga fructífero. Él le pide a Dios, El Juez, que le diera un poco más de tiempo para cuidar el árbol. Al fin, Dios, El Juez, permite otra estación al árbol, pero él promete destrucción si el árbol no se da fruto.

Dios nos creó para un propósito. Si nosotros no cumplimos ese propósito, en el futuro nosotros enfrentaremos condenación. Todavía, como dice Mateo 18:14, “De igual modo, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos que se pierda uno de estos pequeños.” Dios exige un precio para el pecado, pero él no desea que cualquiera de aquéllos que él creó deba tener que pagar ese precio. Él es juez, pero él es al mismo tiempo intercesor misericordioso.

Finalmente él es juez. El día viene cuando la viña será limpiada y las vides infructuosas se purgarán. Dios le permite escoger si usted es fructífero o no.

Enseñe a sus personas que de Dios nadie se burla. El mismo mensaje está en la parábola de los hijos obedientes y desobedientes, en Mateo 21:28­32. Finalmente su vida se juzgará no basado en lo que usted dijo que usted haría, pero en lo que usted hizo. Los ciudadanos del Reino tienen vidas que dan fruto.

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Lucas 16:1­13 1 Dijo también a sus discípulos: «Había un hombre rico que tenía un mayordomo, y este fue acusado ante él como derrochador de sus bienes. 2 Entonces lo llamó y le dijo: "¿Qué es esto que oigo acerca de ti? Da cuenta de tu mayordomía, porque ya no podrás más ser mayordomo". 3 Entonces el mayordomo dijo para sí: "¿Qué haré?, porque mi amo me va a quitar la mayordomía. Cavar, no puedo; mendigar, me da vergüenza. 4 Ya sé lo que haré para que, cuando se me quite la mayordomía, me reciban en sus casas". 5 Y llamando a cada uno de los deudores de su amo, dijo al primero: "¿Cuánto debes a mi amo?" 6 Él dijo: "Cien barriles de aceite". Le dijo: "Toma tu cuenta, siéntate pronto y escribe cincuenta". 7 Después dijo a otro: "Y tú, ¿cuánto debes?" Este contestó: "Cien medidas de trigo". Él le dijo: "Toma tu cuenta y escribe ochenta". 8 Y alabó el amo al mayordomo malo por haber actuado sagazmente, porque los hijos de este siglo son más sagaces en el trato con sus semejantes que los hijos de luz. 9 »Y yo os digo: Ganad amigos por medio de las riquezas injustas, para que cuando estas falten, os reciban en las moradas eternas. 10 »El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto. 11 Si en las riquezas injustas no fuisteis fieles, ¿quién os confiará lo verdadero? 12 Y si en lo ajeno no fuisteis fieles, ¿quién os dará lo que es vuestro? 13 »Ningún siervo puede servir a dos señores, porque odiará al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas».

Ésta es una parábola un poco confuso porque el carácter principal es semejante sinvergüenza. Si uno no lee la parábola cuidadosamente, parece sugerir que nosotros debemos ser como este hombre, que es descaradamente deshonesto. Y de hecho, la parábola sugiere que nosotros debamos compartir uno de las características de este hombre.

El significado de la parábola es clarificado por la frase, “Porque los hijos de este siglo son más sagaces en el trato con sus semejantes que los hijos de luz.” El hombre en la parábola es una “persona de este mundo.” Nosotros somos “personas de luz.” Nosotros no debemos ser deshonestos como el hombre en la parábola, pero nosotros debemos ser sabios en nuestro uso de recursos. .

El mayordomo sagaz usó los recursos que estaban disponibles a él para planear su futuro. Él supo que pronto él sería desempleado y que él se aseguró que había personas que le debieron favores. Él podría esperar que esas personas cuidaran de él cuando él tenía necesidad. Lo que él hizo era deshonesto y Jesús no hizo ninguna sugerencia que era apropiado. Él sugirió, sin embargo, que de una manera mundana el hombre tenía previsión.

Entonces la parábola se vuelve. Si las personas deshonestas son bastante inteligentes para planear para el futuro, entonces las personas del Reino deben tener bastante previsión para planear también. La manera que ellos planean para el futuro, sin embargo, es muy diferente. En lugar de poner a las personas en nuestra deuda a través de los medios deshonestos, nosotros debemos almacenar para nosotros premios en el cielo. Nosotros debemos gastar nuestro tiempo y recursos en asegurar que nosotros tenemos una casa en el cielo. Nosotros debemos someter nuestros recursos al Reino de Dios.

Esta parábola tiene mucho en común con la Parábola del Granero más Grande en Lucas 12:16­ 34. Usted no puede servir Dios y dinero. Usted somete a uno o al otro, pero usted no puede someterse a ambos.

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Otras Enseñanzas Con Respecto a la Salvación, Juicio, y el Reino de Dios Hasta ahora nosotros hemos considerado las enseñanzas de Jesús en el Reino de Dios estrictamente a través de la ventana de las parábolas. Jesús hizo muchas otras enseñanzas sobre el Reino. De hecho, casi todo lo que él hizo o dijo se relacionó con el mensaje del Reino.

Ése es un punto importante–HIZO o dijo. Cuando Jesús les dijo a las personas sobre el Reino de Dios, no era alguna hipótesis teológica. Era una realidad demostrable en su vida. Él les dijo a las personas sobre el poder de Dios y entonces él les demostraba el poder de Dios. Él les dijo a las personas que Dios podría sanar al enfermo y entonces él les demostraba que Dios sana al enfermo. Él les dijo que Dios había derrotado los poderes de la oscuridad y entonces él les demostraba esto expulsando demonios. Él les dijo que Dios podría trabajar milagros y entonces él les demostraba que Dios trabaja milagros. Y después él nos dijo que vayamos y hagamos lo mismo.

Probablemente la razón más grande por la cual el mensaje del Reino no impacta a las personas hoy como lo hizo en el primer siglo es porque nosotros lo hemos convertido en una hipótesis teológica. La mayoría de las iglesias hoy habla sobre lo que Dios probablemente podría hacer si él realmente quisiera hacer, pero hay ninguna demostración del poder que acompañara el mensaje suavizado. ¡El milagro es que a pesar de la manera que nosotros hemos dañado el mensaje, las personas todavía responden!

El punto de esto es que cuando Jesús sanó al enfermo, expulsó demonios, multiplicó las barras, caminó en el agua, levantó al muerto, etc., él estaba enseñando del Reino de Dios. ¡Él estaba demostrándoles a los ciudadanos del Reino lo que ellos tenían la autoridad y el poder de hacer– ahora! Así si usted quiere una vista completa de las enseñanzas del Reino que Jesús dio mientras en tierra, lea los cuatro evangelios. Si usted quiere las enseñanzas completas de Dios del Reino, lea la Biblia entera.

Los evangelios incluyen algunas otras enseñanzas verbales importantes de Jesús en el Reino. Nosotros consideraremos algunos de aquéllos ahora.

Mateo 10:17­23 dice:

17 Guardaos de los hombres, porque os entregarán a los concilios y en sus sinagogas os azotarán; 18 y aun ante gobernadores y reyes seréis llevados por causa mía, para testimonio a ellos y a los gentiles. 19 Pero cuando os entreguen, no os preocupéis por cómo o qué hablaréis, porque en aquella hora os será dado lo que habéis de hablar, 20 pues no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros. 21 El hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo. Los hijos se levantarán contra los padres y los harán morir. 22 Seréis odiados por todos por causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el fin, este será salvo. 23 Cuando os persigan en una ciudad, huid a otra. De cierto os digo que no acabaréis de recorrer todas las ciudades de Israel antes que venga el Hijo del hombre.

El Reino de Dios adelantará, pero no pasará de una manera pacífica. El enemigo no quiere que adelantara el Reino. Él levantará quienquiera que él puede para oponer aquéllos que están llevando a cabo el adelanto del Reino. El creyente se encontrará en tiempos y lugares de dolor. Dios los protegerá, defenderá, y escudará, sin embargo. Esto puede significar protegiendo sus almas a través de la muerte de su carne.

Cuando usted recibe ciudadanía al Reino, no espere necesariamente que su vida se ponga fácil. Pero espere que su vida tenga paz y el poder de Dios.

El Reino de Dios adelanta y adelanta violentamente.

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Mateo 18:1­4 dice:

1 En aquel tiempo los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron: ­­¿Quién es el mayor en el reino de los cielos? 2 Llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos 3 y dijo: ­­De cierto os digo que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. 4 Así que cualquiera que se humille como este niño, ese es el mayor en el reino de los cielos.

Se logra grandeza en el Reino de Dios a través de la humildad y sumisión. Dios debería ser aproximado en inocencia infantil.

Juan 3:3­8 says:

3 Le respondió Jesús: ­­De cierto, de cierto te digo que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios. 4 Nicodemo le preguntó: ­­¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer? 5 Respondió Jesús: ­­De cierto, de cierto te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. 6 Lo que nace de la carne, carne es; y lo que nace del Espíritu, espíritu es. 7 No te maravilles de que te dije: "Os es necesario nacer de nuevo". 8 El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo aquel que nace del Espíritu.

¿“Nacido de nuevo” es un término popular en grupos cristianos, pero qué significa? En primer lugar, cuando Jesús le dijo a Nicodemo que él debe nacer de nuevo, él estaba informándole que su nacimiento físico y su herencia como un judío no eran suficientes para darle ciudadanía del Reino. Hay muchas personas hoy quienes creen que desde que ellos se bautizaron como infantes y crecieron en una casa “cristiana” entonces ellos tienen una relación buena con Dios. El hecho es que el bienestar espiritual de una persona no es una función de la relación de sus padres con Dios.

El renacer implica un nacimiento del espíritu que ocurre subsiguiente al nacimiento físico. En la rebelión en Génesis 3, el hombre perdió la habilidad de comulgar con Dios cara­a­cara. Toma un renacimiento del espíritu para restaurar la habilidad de disfrutar esa clase de comunión. Lo que nace de la carne, carne es, pero el Espíritu de Dios es el agente que puede causar a nuestros espíritus que renazcan.

Los ciudadanos del Reino no vienen a través de herencia, pero sólo a través del renacimiento espiritual.

Juan 3:16­21 dice:

16 »De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna. 17 Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. 18 El que en él cree no es condenado; pero el que no cree ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. 19 Y esta es la condenación: la luz vino al mundo, pero los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas, 20 pues todo aquel que hace lo malo detesta la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean puestas al descubierto. 21 Pero el que practica la verdad viene a la luz, para que se ponga de manifiesto que sus obras son hechas en Dios.

Juan 3:16 es uno de los versos mejores conocidos en la Biblia, pero Juan 3:17­18 es probablemente más profundo.

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A menudo yo oigo que algunas personas dicen “Ciertamente Dios no enviaría a judíos buenos o musulmanes o cualquier cosa al infierno solamente porque ellos no eran cristianos.” Ésa es una declaración correcta. También muestra un malentendido total de la condición humana.

Romanos 3:10 dice “No hay justo, ni aun uno.” Romanos 3:23 dice “Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios.” Dios no juzga a nadie por ser un judío o un musulmán o cualquier cosa. Él juzga debido al pecado. TODOS han pecado. Ya todos nos condenamos.

Jesús no vino a condenar; nosotros mismos lo hemos hecho. Él vino a rescatarnos de la condenación. Quienquiera que crea en él no será condenado, pero quienquiera que no cree continuara en condenación.

Dios no envió a Mahoma como un sacrificio por el pecado. Dios no envió Buda como un sacrificio por el pecado. De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo UNIGÉNITO. Él no envió un equipo.

El aceptar a Jesús puede ser poco asustadizo, porque significa caminar en la luz. Toda su suciedad simplemente es visible ante Dios. Es necesario, porque el punto entero del venir a Jesús es permitirle ser limpiado. Sin embargo, muchos se alejarán lejos de eso porque no quieren ser expuestos.

Juan 14:1­6 dice:

1 »No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. 2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. 3 Y si me voy y os preparo lugar, vendré otra vez y os tomaré a mí mismo, para que donde yo esté, vosotros también estéis. 4 Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino. 5 Le dijo Tomás: ­­Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino? 6 Jesús le dijo: ­­Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.

Jesús va a regresar por aquéllos que son suyos.

Jesús es el UNICO camino al Padre. Como ya he dicho, Jesús no es ninguno de un equipo de amos ascendidos. Él no es ninguno de los grandes profetas. Él no era simplemente un maestro poderoso. Juan 14:6 no nos da la opción de definirle a Jesús en cualquiera de estas maneras. O Él es el que él dijo que él era o él es un mentiroso. O usted esta en su favor o en su contra. Usted escoge. Su decisión tiene consecuencias eternas.

Un Sumario de las Enseñanzas de Jesús sobre la Salvación, El Juicio, y el Reino de Dios

Como fue declarado anteriormente, la vida entera de Jesús era una lección sobre el Reino de Dios. Hemos discutido solamente los puntos altos. Hemos visto:

• “La tierra buena” es el que oye el mensaje, lo recibe, y le permite traer beneficio en su vida. La evidencia de la tierra buena era el fruto.

• Aquéllos que son hijos legítimos del Reino producen fruto. Ellos arquean o se doblan ante el Rey. Aquéllos que son hijos de oscuridad no producen el fruto y sus espíritus no se arquean o se doblan ante el Rey. Sin embargo, antes de que se acerque el tiempo de la cosecha, es difícil distinguirles

• De un principio pequeño, el Reino de Dios llenaría la tierra.

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• El Reino de Dios es un tesoro que sombrea todo lo demás que el mundo puede ofrecer. • La ciudadanía del Reino se compra al gasto de todo otro tesoro. • Un día de juicio viene. Dios separará al justo del injusto. El justo morará con él. El injusto

será lanzado al castigo eterno, un lugar descrito como un horno ardiente, donde allí será el lloro y el crujir de dientes. No será agradable.

• Dios crece su Reino como él quiere. • Los ciudadanos del Reino serán premiados a la discreción del Rey. • La ciudadanía del Reino de Dios no es obtenida por promesas vacías, pero por un estilo de

vida de obediencia. • Dios le envió a su Hijo para que llamara a los judíos para que se volvieran ciudadanos del

Reino. Los judíos mataron al Hijo. Así la invitación se ha extendido a los gentiles para que se volvieran ciudadanos del Reino.

• Si usted ama o no al Rey determina si usted se vuelve ciudadano del Reino o no. Cómo usted administra recursos del Reino determina qué clase de recursos del Reino se le van a dar para administrar.

• El Reino de Dios no era una extensión de las tradiciones de hombres. Suplanta tradiciones de hombres.

• Deben someterse líderes en el Reino a la autoridad del Rey. Todos los ciudadanos en el Reino deben tener vidas construidas en la fundación segura de su verdad.

• Deben someterse ciudadanos del Reino en servicio a ambos a Dios y al vecino. • Deben ser los ciudadanos del Reino sirvientes humildes. • Los ciudadanos del Reino deben considerar el costo. Hay un precio de ser pagado por la

ciudadanía. • El Reino se construye de aquéllos que estaban perdidos. Hay alegría en cielo sobre cada

nuevo ciudadano. • Los ciudadanos del Reino deben hacer decisiones que tienen importancia eterna más de que

busquen satisfacción ahora. • Los ciudadanos del Reino se acercan al Rey en rodilla doblada. Es la gracia del Rey que los

levanta. • Dios ve nuestras acciones, pero él conoce nuestros corazones. Él no se impresiona con una

muestra farsante de humildad. La salvación es para aquéllos que están genuinamente arrepentidos. El juicio es para aquéllos que permanecen en pecado.

• Dios llama a todos a la fiesta. Sin embargo, los únicos que pueden participar son aquéllos que vienen en Sus términos.

• Para cada uno de nosotros, el día viene cuando nosotros recibiremos juicio. Lo que Dios juzgará es el corazón, pero eso significa que indirectamente él juzgará donde nuestros tesoros han estado.

• El día viene cuando la viña será limpiada y las vides infructuosas serán purgadas. • Usted no puede servirle a Dios y al dinero. Usted se somete al uno o al otro, pero usted no

puede someter a ambos. • El Reino de Dios se adelanta y se adelanta violentamente. • Se logra grandeza en el Reino de Dios a través de la humildad y sumisión. Dios es

aproximado con inocencia infantil. • Los ciudadanos del Reino entran a través del renacimiento espiritual. • Jesús no vino a condenar; ya nosotros mismos nos hemos condenado. Él vino a rescatarnos

de la condenación. Quienquiera que en él crea no será condenado, pero quienquiera que no crea permanecerá en condenación.

• Jesús volverá por los suyos.

El Reino de Dios no es una hipótesis teológica. Es una realidad ahora. La ciudadanía está disponible a aquéllos que contarán el costo, pero el día vendrá para cada uno de nosotros cuando la decisión ya se haya hecho. La decisión tiene importancia eterna. Nosotros terminaremos en un lugar de consuelo o un lugar de tormento.

La Salvación, Juicio, y el Reino de Dios

Derechos de Autor @ 1997, 1999, Tim Attaway Página 55 Todos los Derechos Reservados

Hasta el fin, el Reino adelantará. Adelantará violentamente. El enemigo y aquéllos que él puede influenciar darán oposición. Aquéllos que buscan adelantar el Reino se encontrarán en resistencia y persecución. Pero el Reino adelantará. Adelantará más eficazmente cuando hay proclamación acompañada por demostración. Las personas necesitan oír la palabra y entonces necesitan ver que no es una hipótesis teológica, más bien que el poder de Dios es activo en el mundo de hoy.

Cuando Jesús dijo “venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo,” él lo quiso decir muy literalmente.