el 60 ya no es mas lo que fue

JULIO A.CASATI

EL 60 YA NO ES MAS LO QUE FUE

EDICIONES DEL TIEMPO

BUENOS AIRES - ARGENTINA

Diseño de tapa: JC

Diagramación: Julio Casati –Alicia Santi

Corrección: Alicia Mercedes Santi

©Primera edición electrónica Argentina 2021

ISBN 935-760-094-2

©Se prohíbe la reproducción total o parcial de esta obra sin expresaautorización de su autor a través de medios ópticos, electrónicos, químicoso fotográficos.

Hecho el depósito que marca la ley 11723 de derecho de autor

“El presente es el resultado necesario

De todo el pasado, la causa necesaria

De todo el futuro”

Robert Ingersall

DEDICADO A…

Todo aquel o todo aquello que conocí a lo largo del camino transitado hastael presente, a cada instante de sabiduría que supe comprender y la hice mía,a María y Andrés padres biológicos y bien nacidos que lograron encender lamecha de mi existencia y a la familia toda la cual conforman el álbum dondepermanecerán por siempre en forma de recuerdo.

PROLOGO

Siempre hubo una antinomia entre aquellos que piensan que todo tiempopasado fue mejor y los que esperan un futuro más próspero donde la vidapueda ser más llevadera, con menos problemas porque suponen que en esefuturo y con la ayuda de la tecnología toda tarea se hará más sencilla y máspráctica, que las enfermedades serán tratadas más eficientemente, que losmedios de transporte se irán adecuando a ese futuro proporcionándonosvehículos extraordinariamente eficaces y sobre todo para nadacontaminantes y al no existir la polución que hoy soportamos todo haría uncombo donde en apariencia, la felicidad se adueñaría de toda la humanidad.

Pero claro, existe un pequeño problema y es que ese futuro solo lo podemosir viendo a cuentagotas, nada sabemos a ciencia cierta si todo será como lopensamos, si todo será tan real como lo veíamos en aquellas revistas decomics que comprábamos cada semana y con ellas soñábamos por ejemploen volar como los pájaros o tener la fuerza de un elefante, o explorargalaxias y encontrar de pronto a otros seres para nada parecidos a nosotros,era fantástico ver cómo nos dibujaban el futuro…ciudades cubiertas porcúpulas de cristal, autos voladores, cintas transportadoras en lugar derusticas veredas

,comidas en forma de capsulas, viajes espaciales a toda hora como sifuéramos a tomar un colectivo en fin un futuro ideal pero dibujado, solo dealgo estamos seguros y es del tiempo que ha trascurrido, en el estamos todosnosotros ,en el pasamos nuestra historia la que podemos contar junto a otroscuando tenemos la

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Oportunidad de dialogar, hablamos de lo que ya vivimos, nuestro librocomenzó a escribirse el día que, después de un llanto, comenzamos a ver de

qué se trataba el mundo nuevo al que arribábamos.

Podemos tener una vista parcial del futuro, nada está definido, todo está porhacerse, es cierto que hoy día se camina, se avanza más rápido que antes yseguramente lo nuevo estará llegando pronto pero nada sabemos de él,seguimos pensando en aquellas historietas que leíamos esperando a que noscortasen el pelo y a pesar de que muchos de aquellos dibujos hoy sonrealidades, sigo pensando en que lo que llegara será una incógnita.

Los tiempos no son buenos, pestes, guerras, sociedades diezmadas por elafán de ser el mejor, la codicia y el poder están destruyéndolo todo comopensar entonces es esa dichosa palabra…futuro.

Dedicarle cada día un tiempo a recordar es altamente necesario, es unrefugio que nos permite el presente, en pocos minutos podemos hacer unarecorrida por donde queramos, si nos lo proponemos podemos volver a seraquel niño o niña ,podemos salir al recreo a jugar con los compañeros,podemos volver a cantar el himno en una fiesta de la patria, podemos sentirel beso de aquella primer novia, podemos cansarnos de bailar un rock en elclub del barrio o podemos salir corriendo después de tocarle el timbre aSarita esa pobre vecina que la teníamos loca, seguramente podemos romperfilas el día de baja del servicio militar, podremos sentir la frescura de aquellalagrima que derramamos cuando nos recibimos similar a aquella otra que nopudimos evitar a la salida de la iglesia el día del casamiento …todo está ennuestra memoria, un verdadero museo de cuanta cosa vivimos ,simplementeporque existieron, las vimos, las palpamos, las disfrutamos y las sufrimos yes allí ,en el pasado

Donde nos encontraremos siempre por más fantásticos tiempos nos esténprometiendo. Las historias que contiene el presente libro son el espejo deaquellos días, de aquellos años digamos a partir de los 60, en que comencé acomprender todo aquello que me rodeaba pero pueden haber otras que secorrespondan a más atrás todavía

,todo aquello que exprese nostalgia está incluido en ellas, historias queseguramente muchos se sentirán participes de ellas, escritas en el mismoidioma que el ciudadano común, las mismas palabras que un obrero o un

oficinista, la sencillez hace que no haga falta cerrar los ojos para hacer elviaje más placentero.

El título del libro también tiene una explicación …hay muchos iconos quenos trasladan a otras décadas ,elegí el del colectivo sesenta por la sencillarazón que gracias a él, pude conocer toda buenos aires en poco tiempo, unalínea que fue la mejor, la que siempre te dejaba donde tenías que ir, era unalínea para todos los destinos, no había calle por la que no pasara, de ella seha escrito de todo, los poetas le dedicaron versos ,le compusieron cancionesy hasta novelas de éxito en TV la tuvieron como principal protagonista y quemejor frase que sintetizara el significado de esta línea que el nombre que ledio vida a una novela describiéndolo como ”Un mundo de veinte asientos”.

Pero hoy como casi todo, el sesenta de otrora ya no existe más, hundido enproblemas financieros y laborales, vive entre zozobra y zozobra reduciendoramales y acortando recorridos, ya no vemos pasar al rayo amarillo por todaspartes, entro en una decadencia que está a tono con el país, por tal motivo lotome como metáfora de aquellos tiempos que también nunca más regresara.

Al final podrán encontrarse con la historia completa de micro ómnibus norte,así llamada la empresa que hoy intenta, como tantas otras, no caer el olvidoy formar parte del recuerdo.

El 60 ya no es más lo que fue

AMORES DE ZAGUAN

Te acompaño a tu casa? Le pregunto aquel joven a Malena después de habersalido del baile en el club del barrio, eran finales de los sesenta y en losbarrios los bailes solían ser lugares especiales para los encuentros….estábien pero solo hasta la puerta, seguramente mama estará esperándomelevantada como siempre, fue su respuesta, con Malena hacia un tiempo quese estaban viendo, el temor a sus padres lo había convertido en un prófugode ese amor a escondidas.

En realidad, con aquella pregunta el muchacho quería llegar un poco másallá de su puerta, el plan pergeñado por la inocencia de joven junto a uncorazón sin experiencia, era cruzar esa puerta de la casa de Malena y

quedarse un rato en el zaguán contiguo, antes que la segunda puerta seabriese, esa daba al infierno o sea ya estaría cocinado entre las garras de lamadre o del padre.

Los zaguanes eran nuestro refugio temporario en aquella adorable juventud,en el quizás, los primeros besos fueron robados a esa muchacha que nosquitaba el sueño, en los zaguanes había la

tranquilidad necesaria para hablar, para planificar un próximo encuentro,incluso era mucho mejor que el banco de una plaza en una noche placida deverano…en aquellos zaguanes se transpiraba sentimientos, se sentía como laadrenalina llegaba a borbotones a nuestro cuerpo pensando cuando se abriríaesa puerta y nos pescaran in fraganti.

Los zaguanes no atesoran otra cosa que sentimientos enclaustrados, muchosromances han hecho nido en ellos,

Cobijados por la intimidad y la pequeñez que en estos casos acerca, invita acompartir escenas y construir cuentos inextinguibles. Allí, las estrellas son elcielo raso, los pájaros en huida, los piropos o mensajes de amor y las puertasabiertas un convite a la amistad.

La muchacha extiende por el patio de baldosas blancas y negras el trapo querepasa cada día esas diagonales de tablero de ajedrez. Ha sentido desde sumutismo hecho de ilusiones quinceañero el golpeteo suave en la puertacancel. Ruega que nadie más que ella lo haya percibido. Necesita que elencuentro esperado sea personal.

Allí está él, tímido a sus 16, labios entreabiertos buscando las palabras quese le vuelan como hojas presas del temporal. Un silencio de primavera lesestá apretando el almita, desde donde sólo puede musitarse un “sabes quecreo que te quiero”... El zaguán aprisionado por dos puertas que se cierran ydos pechos que se vuelan en pulsos de palomas, los cobija. Hasta que unavoz conocida lanza un grito que lastima y corta la escena desde adentro, si…esa fatídica puerta se abre y todo se derrumba. ..El jovencito le da un últimobeso en esa semioscuridad cómplice…ella lo ve irse despacio mientras el acada paso gira su cabeza para no perderla de vista, desde el fondo, la madrele recomienda a ella que no se demore, que

Ya es tarde…aunque aquellos amores de zaguán…serán eternos

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UNA CASA EN EL ARBOL

Lo podía ver cada mañana cuando desayunaba antes de partir para elcolegio, un gran ventanal sobre una de las paredes de la cocina me permitíaverlo y admirar su grandeza aun en tiempos donde un crudo invierno lohabía despojado de sus verdes hojas pero aquel álamo, había permanecidoallí desde el nacimiento mismo del lugar, desde que nací que meacompañaba y sabía que algún día él y yo íbamos a ser grandes amigos.

En el barrio éramos una linda barra de unos seis jovencitos indisciplinadospero querendones con alguna pizca de maldad propia de aquellos añossesenta que no iba más allá de tocar algún timbre y salir corriendo o intentarllevarnos algunos caramelos del quiosco de don Alberto cuando entrabamostodos a la vez a comprar solo un par de chupetines tatin, contábamostambién con la complicidad de dos niñas a las que siempre le hacíamos casoporque nos llevaban un par de años.

Cierto día estábamos en la puerta de casa, lo recuerdo tan bien…nosabíamos que hacer, nuestra vida era rutinaria pero hermosa, nada

era electrónico todo se transformaba en palabras, en un momento uno de loschicos se levanta de esa ronda improvisada y comenta…saben una cosa,estaría bueno hacer una casa en el árbol aquel, una casa donde pudiéramosreunirnos todos aun cuando lloviera o hiciera frio que les parece estaríabárbaro no?

La respuesta fue unánime…un si inmenso se escuchó a varias cuadras a laredonda creo…ese día fue el comienzo de aquella amistad de la que hable alprincipio junto al majestuoso álamo.

Una casa en el árbol, como en los dibujos animados de las tardes en la tele oen los comics que leíamos... Si, había sido una gran idea por lo tanto algunosdías después comenzamos a reunir lo necesario para hacerlo realidad,conseguimos maderas, clavos, herramientas que algunos padres cedieron aesta empresa constructora formada por unos locos bajitos mientras que lasjovencitas se encargarían de las terminaciones o sea del toque femenino,para lograrlo habían

pedido a sus mamas algunos vestidos usados que harían a su vez de cortinas.

Nos llevó varios días porque todo lo hacíamos a la tarde cuandoregresábamos de la escuela y después de hacer las tareas, en esos díasnuestra casa del árbol comenzaba a cobrar forma, y aquel álamo parecíasentirse feliz recibiendo en su follaje a tan distinguidos huéspedes.

Un par de papas nos ayudaron con lo más difícil que fue afirmar el piso,después las paredes sería algo más sencillo, al techo lo haríamos sobre elpiso para después subirlo con la ayuda de sogas, al cabo de un par desemanas y habiendo quedando en el camino algunos heridos pero singravedad alguna (martillazos en los dedos u ocasionales caídas) la casaestaba terminada.

Todos nos juntamos a su alrededor a contemplarla, era increíble pero yateníamos un lugar para poder estar juntos y planificar nuevas aventuras…allípasamos buenos momentos y nos repartíamos por turno ya que noentrabamos todos….en esa casita del árbol.

El tiempo nos pasó a todos y a cada uno de los chicos y la vida se encargó dellevarnos por diferentes caminos a cada uno, pero aquel álamo siguió allí,con su robustez intacta y por muchos años cuido de aquel refugio aunestando vacío, aquella casa…albergue transitorio de nuestros sueños.


AQUEL BILLETE MARRON

Aquel billete marrón era inmenso, de un lado llevaba impresa la imagen deSan Martin del otro un hermoso dibujo que conmemoraba la segundafundación de Buenos Aires, su valor era de 100 pesos y sobrevivió a lanueva moneda allá por el 69 cuando sancionan la ley 18188 y fue reselladopasando a valer tan solo un peso.

Ese billete marrón me había sido dado por papa una tarde de verano para queme fuese a comprar lo que quisiera, para ese entonces contaba con algunosmeses pasados después de cumplir los once años, las revistas de historietasme superaban y las compraba casi todas siempre claro, que me dieran eldinero suficiente, pero ese día papa andaba más generoso que de costumbreasí que me llegue hasta el quiosco que formaba parte de la almacén del flaconoriega, allí vendían de todo era como un shopping como los de ahora peromás sencillo, económico y lugar de encuentro de todo un barrio.

Así que con ese billete marrón me di el gusto, subí los dos escalones blancosdel lugar (esos escalones debo aclarar ,estaban puestos porque toda esa zonase inundaba fácilmente los días de intensa lluvia por culpa de un arroyo quepasaba a un par de cuadras y que nunca lo habían entubado )y entre a esemundo hermoso donde convivían literatura con gastronomía, salamines ymortadelas junto a diarios y revistas, olores a papel y tinta se confundían conlas

especies que en bolsas abiertas esperaban su turno para ser el complementode alguna rica comida.

Ni bien entro el flaco se me acerca y como quien no quiere la cosa medice...que haces Julito ni que te hubiera avisado, llegaron las nuevas revistastoma el banquito sentate y fíjate…ese banquito fue memorable, lo usabatodo el mundo, tanto aquellos que esperaban que lo atendieran como otrosque se aprovechaban de la bondad del flaco noriega y durante horas lousaban para leerse el diario y después irse sin llevarlo. Leer de prestado quele decían no?

A ese banquito rustico producto de las manos del padre del flaco creo yo quelo habrán declarado patrimonio de la humanidad casi…fue sentado en el queme puse a ver que compraría con ese marrón que el viejo me había dado fueasí que desfilaron por mis manos tarzan el llanero solitario, Superman, eltony, dartagnan y por supuesto las andanzas de patoruzito que justo ese díahabía sacado el libro de oro una especie de revista mayor con muchas máspáginas que las habituales…separe unas ocho y enfile hasta el mostradordonde el flaco hacia sus cuentas ..ochenta pesos con sesenta dice…ahínomás inflo el pecho ,meto la mano en el bolsillo del far west de tan solo unpar de posturas y saco ese marrón de

cien pesos…la cara que puso noriega, porque entre nosotros, no pensaba quetenía tal cantidad de dinero, si siempre andaba comprando una o a lo sumodos y cada tanto…encima tenia vuelto pero eso lo dejaría para el otro día, unpar de pebetes de jamón y queso y un alfajor seria el destino final del mismo.

Salude a todos ,y con mi tesoro bajo del brazo regrese a casa, cuando entrelo primero que hice fue buscar a don Andrés y mostrarle todo aquello quepude comprarme con ese billete de color marrón ,no sin antes darle ungracias y un abrazo porque me había hecho una vez más el pibe más feliz delmundo….

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EL BOLETERO DEL PARQUE

Allá por los 70 trabajaba en una fábrica y como las necesidades familiareseran muchas, ya que estaba construyendo la casa, necesitaba de un ingresoextra. Leyendo un aviso en el cual solicitaban boleteros para el parqueItalpark en los fines de semana, me presenté, luego de averiguaciones yrequisitos me tomaron.

El primer mes me dieron boleterías de poco movimiento, calesitas y juegospara niños y con el tiempo me pasaron a los juegos principales.

En ese lugar todo era rápido, rápido para cortar el boleto, rápido para cobrar,la gente siempre apurada me gritaba “vamos viejo” que ya se larga lamontaña rusa.

Así era la vida en aquel recordado y hermoso parque, en las primeras horasde la tarde, venían las familias, después de las 17 chicas y muchachos engrupo y otros solos, y a la noche, de todo, mujeres solas, parejas queregresaban de algún restaurante y todo el que andaba suelto por allí, élambiente cambiaba muchos después de las 11 de la noche, y hasta el cierre,la gente era de otra cultura y costumbres.

Que grato recordar los espejos deformantes, el gran Prix, las ollas, el gusano,la vuelta al mundo, el castillo del terror y cientos de

juegos más que hacían la felicidad de miles de personas, mucha gentecompartían sus penas y también sus soledades creían encontrar en los juegosun alivio, aunque fuese momentáneo, para mitigar su dolor.

Se subían a los juegos más veloces, y reían, y reían, se escuchan sus gritos,que seguramente eran producidos por esas ganas de sacarse todo lo malo queacumularon durante el día, pero que luego al bajar se sentaban y esospensamientos regresaban, vi a mucha gente llorar.

Todo era apuro, vamos, vamos dame cinco boletos para la montaña rusa, megritaba un tipo… atrás otro gritaba, dale que van a arrancar los autitoschocadores, entre el alcohol de algunos y el apuro de otros, se producía laconfusión.

Casi todos pagaban con plata grande, ni sabían, ni preguntaban nada, soloquerían salir rápido para meterse en los juegos, cuando comenzaba a darlesel vuelto, tomaban lo primero sin esperar el resto y salían corriendo.

Yo les gritaba desde adentro de la casilla, otras veces salí hasta la puerta,pero ya no estaban, se los veía trepando al trencito que salía.

Nadie volvía a reclamar, el entusiasmo y alegría por los momentos vividosles hacían olvidar sus vueltos.

El Italpark fue más que un parque de diversiones, fue también un encuentrode parejas, un nacimiento del amor, amistad, y más de una vez pudereconocer a mujeres grandes y hombres de más de sesenta que entraron solosy salían acompañados, pero no ese único día, las próximas visitas al parqueya eran parejas.

El Italpark cerró en el año 1990….muchos aun hoy, todavía siguen con laesperanza de poder ver la salida del próximo tren fantasma.

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El 60 ya no es más lo que fue AQUEL ECLIPSE DEL 73

Esta ha sido una semana en que casi todo el mundo estaba que enloquecíapor el tema del eclipse…fuiste uno de ellos? Bueno la verdad que me alegro,al menos algo diferente nos distrajo por un rato…hace algunos años a mítambién me atrajo esto de que se hiciera de noche en pleno día…fue a finalesdel mes de diciembre de 1973…lo recuerdo muy bien, no fue total como enesta oportunidad, fue anular…con los muchachos de la barra nos habíamosjuntado en casa de miguel ,que entre otras cualidades tenía la posibilidadeconómica de haber podido comprarse un telescopio, no era gran cosa ,perosin llegar a ser profesional, era suficiente para poder acercarnos a los ojostan emocionante espectáculo…se lo habían comprado sus papas hacia un parde meses ,ya que miguel le apasionaba todo lo que tenía que ver con elcielo…recuerdo justamente que su habitación estaba tapizada de posters dela luna,

la nasa, cohetes y todo el sistema solar colgando del techo.se lo habíafabricado el mismo con unas esferas de telgopor y utilizando unaherramienta que hacía poco había salido…el famoso segelin, que con un parde pilas daba el calor suficiente para cortar dicho material.

Esa tarde nos reunimos todos en el patio de la casa de miguel junto alpequeño telescopio en cuestión que no era de pie por lo tanto lo pusimossobre una mesa ….justo a horario, la oscuridad comenzaba a cubrirnos,nadie nos dijo que no debiéramos mirar sin protección, como te cuentanahora, a decir verdad ,en esos años no teníamos protección sobre nada…yaquí estamos no?...algunos se habían apropiado de unas radiografías quehabía en sus casas, así podíamos verlo mucho mejor a pesar de encontrarnoscon algún pulmón o un par de costillas que se confundían con la luna…llegado el momento cumbre, cuando ya todo se había oscurecidocompletamente, uno a no nos turnábamos para ver que ocurría…sabíamosque pasarían varios años hasta poder verlo nuevamente…fueron unos pocosminutos…lentamente el día fue regresando, la claridad comenzaba aadueñarse de lo que siempre fuera suyo…hasta que todo termino…la lunasiguió su camino y nosotros el nuestro.

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UNA VIEJA FOTO DE ALMACEN

Buscando algo en viejos cajones olvidados, algo que nunca supe que podríallegar a ser, el destino puso en mis manos una antigua foto en blanco ynegro del almacén de mi barrio, aquel donde di mis primeros pasos y tuvemis primeras cicatrices, ese almacén donde mi vieja pasaba largos ratoscharlando con doña cata ,su dueña, quien

había perdido al Cirilo, su esposo, hacia un par de años, porque en esosaños 60 el tiempo para uno existía, porque no conocíamos la prisa… nohabía compu ni celulares y no se habían inventado las novelas turcas.

Así que el almacén era el punto de reunión de todas las amas de casa que sepreparaban cada día para ofrecerles algo rico a su familia…mientras claro,se podían enterar de todas las novedades de los demás integrantes de esagran familia que era el querido vecindario….y hasta con él perro podíasentrar…

Mirando esa vieja foto me dan ganas de meterme en ella y comenzar unrecorrido por sus estantes repletos de mercadería, porque en esas viejasalmacenes uno podía encontrarse con todo lo necesario para unasubsistencia asombrosa y eterna….si me lo permiten voy a ver si lo logro…

Creo que aquí estoy, si….gracias a la magia que produce la nostalgia, yaestoy parado delante del mostrador, desde aquí puedo ver todo lo que me

rodea, puedo ver todo aquello que mama solía traer cada día y lo que meencargaba cuando ella no podía hacerlo.

Lo primero que aparece es la balanza de marca Londrina, con sus pesascorredizas al costado y ese plato metálico en el que se pesaba todo lo sueltoque se vendía, ayudado por esa gran cuchara de acero porque nada se hacíacon la mano, el medio kilo de azúcar, el cuarto de yerba, el medio de fideosdedalitos o el kilo y pico de harina para los fideos del domingo, el pico erala yapa que “descuidadamente”

te ponían de más y que contribuiría a que el cliente fuera más clientetodavía.

Allí detrás, en el primer estante, las latas de arvejas Noel, los duraznos alcoy los tomates la cartujana, inmensos frascos de vidrio con tapa a roscaconteniendo apetecibles aceitunas, de las verdes y de las negras, pickles,cebollines, después le seguían en iguales condiciones maníes, del cual solohabía una variedad, los clásicos con cascara y los infaltables palitossalados.

Hacia uno de los costados puedo ver las pilas de latas de galletitas, con esearo de vidrio que dejaba ver su contenido, allí estaban las Melba, lasboquita de dama, manon, los aros de colores, los bizcochos canale, las deagua neosol, las vainillas, las obleas y los tremendos cigarrillos dechocolate que en el verano terminabas con las manos teñidas de marrón.

Las salchichas venían enlatadas y de marca Swift, lo mismo pasaba con elcorned beff, una pasta que decían era pura carne, los aceites en botella delitro y medio la malagueña, ricoltore, cocinero, las cajas de caldos maggi yel toddy completaban otro de los estantes.

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Sifones y botellas de vino, aperitivos, amargos en botellas de vidrio oscuroque no permitía ver su contenido como el amargo obrero bebida tan popularque no había estadio de futbol que no tuviera su cartel, una pila de cajonesrepletos de huevos frescos generalmente provenientes de gallinas ponedorasdel barrio y dos campanas de vidrio con sándwiches hechos recientementeocupaban el largo del mostrador, y ni que hablar del tambor de keroseneque estaba a la entrada del negocio junto a la pila de damajuanas de unvino que nunca llegue a probar, aunque veo que esas damajuanas de vidrioestán revestidas no de plástico si no de una malla de esterillas, así veníandesde San Juan.

Del otro lado aparecían 3 filas de cajones amplios con un vidrio en sufrente, allí reposan las distintas clases de fideos y legumbres, allí elalmacenero hundía su pala y colocaba en un papel de estraza, la cantidadsolicitada, papel que ocasionalmente también hacía de mantel en algunamesa.

Ver la maestría del almacenero en envolverte todo con esas vueltas al aire yquedando el paquete como una empanada, era algo maravilloso.

No faltaban colgados de cualquier lado, los peines pantera o las latas depomada de zapatos cobra, los cordones de zapatos colibrí o el puloil que telimpiaba hasta lo más oscuro del alma.

Al ver todo, me doy cuenta que podría pasar horas metido dentro de estafoto, pero no dispongo de tanto tiempo como antes, ahora hay compu yteléfonos inteligentes y los turcos y mexicanos nos invadieron por completoasí que mejor salgo y vuelvo a la realidad, no sin antes llevarme de recuerdo

una libreta negra de hule en la cual se anotaba todo y que alguien, en undescuido, se dejó olvidada convirtiéndose hoy en un incalculable tesoro.

-25-El 60 ya no es más lo que fue

AQUELLA VIEJA RADIO DE PAPA

“Este sábado, el boxeador Argentino Carlos Monzón defenderá el títulomundial ante Bennie Briscoe, será una pelea memorable, véala en directopor el canal 7 a las 23 horas “…la voz del locutor resonaba en el comedorde casa, mi padre como cada tarde después del trabajo, estaba allí sentadojunto a su mate ya vacío esperando que mama le sirviera el siguiente, asípasaba el, las horas en que el cuerpo se había ganado un merecidodescanso.

En ese año, 1972, al viejo en realidad lo que más le gustaba era la radio, suradio…con ella iba a todas partes gracias al milagroso transistor que logroque pudiéramos llevar las voces a cualquier sitio, el tipo era muy feliz hastacuando iba al baño, por eso cuando uno quería hacer lo mismo y veíamos lapuerta cerrada, escuchábamos de fondo a Goyeneche cantado vieja pared yya sabíamos quien estaba dentro.

A papa la radio lo podía, a la noche cuando ya los ojos no querían más lolapor esa día ,se la llevaba a la cama, la ponía al costado de la almohada yera el mejor medicamento que le pudieran recetar, a los pocos minutos yaestaba en los brazos de Morfeo.

Ulises Barrera y Julio Ernesto Vila eran los preferidos comentaristas yrelatores de ese deporte que tanto amaba, será porque él también lo fueaunque solo llego al amateurismo, siempre me gustaba de chico, jugar consu gran nariz que se movía hacia los lados producto de la rotura deltabique, que es lo primero que ocurre cuando uno practica el boxeo.

Como comentaba, la radio era su espacio preferido, esos momentos nadie selos sacaba, escuchar tangos, el futbol de los domingos siguiendo lacampaña de su estudiantes de la Plata y alguna que otra

noticia…pero un día paso lo inimaginable, se rompió el aparato, y digoinimaginable porque antes todo era casi eterno pero parece ser que mientras

dormía, se le cayó al piso con tanta mala suerte que se despatarro toda, ycomo es de imaginar se le vino el mundo abajo para colmo no eran baratasy en casa el dinero no sobraba.

Al enterarme, sin decir palabra alguna, me fui una escapadita hasta lo deGustavo Arana, el dueño de la única casa de electrodomésticos del barrio,le comente la situación y como siempre, estaba listo para darle una mano asu vecino, después de todo eran sus mejores clientes, regrese a casa con unagrundig boy color negra, hecha en Alemania y con pilas incluidas, al llegarse la entregue…bueno para que les voy a contar su reacción...”que hicistenene?” me dice …nada papa no te preocupes, anda y disfrútala….y sí que lohizo, esta fue para él ,como un hijo que se tiene de grande, ya no la ponía alcostado de la almohada ,la ponía debajo de ella y usaba el audífono quetraía ,que era para un solo oído…junto a mama, fue su compañía hasta elúltimo día, los tangos, el boxeo y su equipo seguían sonando aunque cadavez más despacio, no por falta de pilas si no por su corazón malherido .

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Durante la navidad pasada ,en una reunión de familia, alguien de mientorno me acerca un paquete y me dice: “este es tu regalo”…al abrirlo ,meencuentro con esa vieja radio de papa, estaba intacta y….funcionando¡¡¡…habían pasado muchos años pero todavía conservaba el aroma a nicotina delos cigarrillos Clifton que fumaba, se podía ver todavía las huellas de susgrandes dedos en ella, la encendí…y aunque ya no sonaba peleas deMonzón o tangos de Goyeneche , había si, un montón de recuerdos queaparecieron de repente ,viejas imágenes parecidas a las aquel televisor queno le gustaba tanto al viejo.

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AQUELLOS RUIDOS DE LA INFANCIA Esperar la llegada de un nuevo finde año era algo que nos tenía a todos metidos en un universo de ilusiones yde juegos, la edad claro tendría mucho que ver…sin preocupaciones niproblemas a la vista nuestra infancia trascurría planificando los próximosmomentos que estaban por llegar.

Así los integrantes de la pandilla del barrio, una de ellas eh porque habíavarias pero todas amigas entre sí, sin rivalidades salvo aquella de losdomingos en el potrero, tenía entre sus planes como organizarse parasurtirse de los cohetes ,cañitas y bengalas que utilizarían unos días antes del31,para entonces la cita era en la casa de alguno de sus integrantes ,allíllevaría cada uno lo recaudado en la familia, o sea todas aquellas monedasque abuelos, hermanos, tíos y hasta los propios papis nos fueron dando enconcepto de regalías por cientos de mandados o tareas en la casa.

Los potenciales proporcionadores de ruidos ,los cohetes, no eran caros,salvo aquellos especiales, venían casi todos de china y los había caserostambién ,lo que hoy se llamarían truchos, estos venían armados en papel dediario, y era común leer algo en ellos, a todo eso había que sumarle el valorque tenía las monedas, con ellas se podía hacer un montón de cosas, en esoteníamos experiencia porque cada día antes de entrar a clase ese dinerometálico nos proporcionaba alguna que otra golosina ,sándwich o jugo…ysi ,hoy resulta triste verlas en lo que se han convertido, piezas de museo y enpeligro de extinción…un éxito más efectuado por las manos e ideas delhombre.

Estaba recordando aquellos días previos al fin de año, una vez que teníamosreunido todo el efectivo el más inteligente de la barra elegido porunanimidad comenzaba a anotar en un manoseado cuaderno triunfo decuales artefactos estarían al alcance de nosotros…petardos, rompeportones, triangulitos, cañitas voladoras ametralladoras y para los máschicos alguna que otra estrellita, también sumariamos las bengalas a la lista…al final con tantos pertrechos estaríamos listos para conquistar unaciudad completa.

Algunos comercios del barrio solo te vendían si estabas acompañado dealgún mayor, sobre todo en la compra de los más poderosos, aquellos quemás ruido producía así que alguno se las arreglaba para convencer a suhermano o primo más grande para ser quien los comprara.

El día estaba acercándose, el 30 ya teníamos todo listo, habíamos planeadotodo, y estábamos seguro que ese sería un fin de año inolvidable, después yacreciditos nos dimos cuenta que todos eran iguales pero nuestra inocencianos hacía ver todo de diferente manera.

La mañana del 31 fue el día que más temprano nos habíamos levantadodesde que terminaron las clases, apenas un café con leche y una salidarápida hasta la casa del que tenía todo el arsenal disponible…allí nosrepartíamos el botín y le dábamos los últimos toques al plan maestro, no sinantes proveernos de algunas latas vacías, alguna botella que oficiaría delanzadera de cañitas, y hasta un par de cacerolas…todo paso muy rápido ydespués de la cena el reloj marcaba las doce menos diez…en pocos minutostodo el esfuerzo de unos purretes se concretaría en la despedida del año…alas doce en punto la sirena de los bomberos voluntarios se escuchaba avarias manzanas a la redonda, las familias comenzaban con los

abrazos, los brindis...todos se besaban y se deseaban lo mejor, con mesassobre la calle, las copas iban llenas y regresaban vacías para ser llenadas

nuevamente…las abuelas cortaban los pan dulces, los budines…mientrasotros luchaban desenfrenadamente con unas nueces que no querían serdestruidas…y estábamos nosotros, los guerreros, listos para comenzar unapacífica guerra infantil…el cielo se ilumino de pronto ,infinitos coloresdibujaban ilusiones, cientos de cañitas dejaban brillantes estelas dediminutas estrellas que competían a ver cuál de todas subía más alto ysentados en ronda los más pequeños sonreían mientras sostenían en susmanos inofensivas estrellitas.

Y así trascurría la última noche de un año convertido en recuerdo junto a lallegada de un nuevo día, preludio del nuevo año, otro nuevo para iniciarotros sueños algunos seguirían hasta el amanecer…otros como nosotros lospibes, no pudimos vencer al sueño y a él nos entregamos.

Hoy, aquellos niños jugando nos convertimos en adultos responsables, hoynos dimos cuenta el daño que causa semejantes ruidos, hoy todo esdiferente, hoy a mis nietos ya no les puedo dar monedas para que salgancorriendo a comprar algún que otro elemento que produzca ruido, no soloporque ya no existan casi las dichosas monedas si no porque ahora losjuegos son otros, y los sueños también.

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DE COMO LOS SEA MONKYES ENGAÑARON A MI INFANCIA

Recuerdo que todo el mundo hablaba de ellos, de los monos de agua que yoimaginaba verdes, como los marcianos. Como la tele y el diario eran enblanco y negro, había muchas imágenes de las que sólo podíamos imaginarlos colores. Se iba el verano del “79, cuando los “Sea Monkeys” seadueñaron de todas las conversaciones aunque nadie podía garantizar conprecisión de qué carajo se trataba

¿monos? ¿Humanoides? ¿Peces? o ¿una mezcla de todo ellos?

Un amigo y compañero de clase -Walter- fue el primero en comprar el kitcon los huevos y aireador. El pibe -que tenía once años, como yo- era deesos amigos que muchos querían tener. Contaba con una pista de autos

eléctricos, mesa de ping pong, bicicleta de Cross, pelota y aro de básquet,hermosas hermanas mayores y -

fundamentalmente- la virtud de compartir, aunque no todo, claro.

Me acuerdo la emoción que sentí el día en que mi amigo me aseguró que delos 100 que tenía previsto que nazcan, diez o doce (ya nacidos y concapacidad para sostenerse por sí solos) serían míos. Los días que siguieronfueron largos y anchos; y mi panza estaba llena de unas cosquillasparecidas a las que se sienten antes de la primera cita.

En el medio, mi tío Arturo había asegurado (nunca supe si lo decía en serio)que iba a comprar un sobre completo de “Sea Monkeys” (a 8.900 pesos conun dólar a 1.213) y que los iba criar en su bañera.

Desde allí, del baño de su casa de soltero, iban a salir suficientes monitospara todos sus buenos sobrinos, una clasificación que yo

entendía me era muy favorable. Temprano había desistido de insistir conmamá y papá sobre una compra particular, no tanto porque no hubieraexplicado yo cuán importante era tener “Sea Monkey” sino por realidadeselocuentes que no viene al caso detallar.

Así las cosas, toda la presión cayó sobre Walter quien por esos días habíahecho de las suyas y no podía recibirme en su casa donde -

obvio- estaba la bendita pecera.

El tiempo se hizo pastoso y cada día antes de entrar a clase, Walter demolíamis ilusiones. Decía que no pasaba nada, que los bichos no nacían yrelataba que los huevos eran apenas partículas blancuzcas como granitos desémola, hinchadas pero sin patas ni cabeza.

Confieso que la demora me hizo dudar de los valores y códigos de amistad,

aunque

ya

por

entonces

corrían

versiones

malintencionadas a partir de las cuales se debatía sobre la existencia o nolos “Sea Monkeys”. ¿Serían verdes o rosados? -me pregunto.

Conservo nítido en la memoria el día en que Walter llegó al aula y dijo quelos huevos y el agua se habían ido por las cañerías, que eran todas mentirasy que ni él ni yo íbamos a tener jamás “Sea Monkeys”, porque no existían.No pudo convencerme del todo, pero su estado de ánimo no daba para hacermuchas preguntas. El pibe era buena gente, pero tenía su carácter y ademásera el último de la fila.

Recuerdo que mi primo Marcelo estaba también defraudado por el fin de lafantasía: hablamos largo y tendido sobre el tema.

Estábamos desarmados, lo mismo que el tío Arturo. Fue por esa época que,con mi vecino de al lado (Andrés), iniciamos una sistemática y eficientecaptura y cría de mojarritas…

La sociedad de consumo se había presentado en mi vida por primera vez, ydesgraciadamente no sería la última.

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DE FERIA EN FERIA A la modernidad le debemos muchas cosas buenas,gracias a ella, nuestra vida puede decirse que se simplifico bastante, seríauna total inconciencia de mi parte negar el desarrollo causado por losavances tecnológicos que nos permitieron crecer de golpe.

Pero a esa modernidad también le debemos la perdida de algunas cosasvaliosas, no por lo económico sino más bien por el lado afectivo, en nombrede la modernidad hemos dejado de practicar ciertas normas de convivenciaque hace 40 años nos permitían estar en contacto mucho más con nuestroscongéneres, nos permitían desarrollar acciones que nos llevaban a teneruna sociedad digamos, más tolerante y más amiga del otro.

Las ferias de barrio era el lugar elegido por nuestros padres, en especial laseñora de la casa, para surtirse de todo lo necesario para cenas yalmuerzos, meriendas dignas de un rey y todo aquello que uno pudieranecesitar, desde ropa hasta los artículos más increíbles, si se habíainventado, decididamente lo encontrarías en esas ferias que estabanubicadas en lugares estratégicos en casi todos los barrios.

Dos veces a la semana nuestra madre tomaba su changuito ( esa, además dela denominación, era el nombre comercial) de alambre con su bolsa tejidadentro y a eso de las siete y media rumbeaba para ese lugar tan esperadoque ocupaba unas dos o tres cuadras, es que las ferias tenían un encantoespecial que difícilmente se pudiera encontrar en otros sitios, los colores,los aromas, el poder hablar con los puesteros a quien conocías de haceaños, eran amistades que veías cada cuatro días, tal vez más seguido que auna buena parte de tu propia familia, las ferias resultaban eso, una granfamilia de gente trabajadora que siempre te ayudaba.

Puedo recordar algunos personajes de la feria de mi barrio allá a finales delos 60 ya casi pisando los 70…don Marcelino era uno de tantos, con supuesto de verduras ,llegaba bien temprano era uno de los primeros ,casi nihabía amanecido cuando montaba los estantes sobre esa cabriada de hierro,una lona gastada lo protegería de las inclemencias del tiempo, Marcelinonunca faltaba, durante años estaba allí firme ofreciendo la mercadería quetraía de su quinta…el verdor de esas verduras, los rojos intensos de lostomates y unos enormes zapallos serian hoy piezas cotizadas en oro ,nada dealgún químico, todo fresco de primera calidad, como olvidar esa yapa que

siempre te daba, esa verdurita que después era utilizada en una sustanciosasopa o en un suculento puchero…se extrañan esas actitudes no?…Chiquitale decían a la que tenía el puesto de costura,

si señores, una mujer ya entrada en años que se iba con un carrito y dentrollevaba una máquina de coser Singer ,a pedal claro, y te ponía los cierres, tezurcía medias, ponía botones, dobladillos etc…o sea si tenías algo de esoque hacer ,se lo dejabas al comienzo y mientras recorrías los puestoschiquita te hacia el trabajo, al final lo retirabas, siempre me llamo laatención sus manos, dedos largos, arrugas incontables, casi sin uñas y elinfaltable dedal de metal …una diosa chiquita

Los puestos de las especies era algo único, allí se mezclaban todos losaromas posibles y la verdad que daba ganas de quedarse un buen rato, allímama compraba nuez moscada y el pimentón que tanto usaba …sigorecordando y me detengo en el puesto del pescado, el dueño ,de quien nuncasupe su nombre, siempre andaba con un delantal blanco que casi le llegabaal piso, una balanza de mano era la utilizada para pesar la mercadería,mama le desconfiaba porque lo hacía con tanta rapidez que no podías ver sirealmente era lo que le pedias…vivezas que siempre tuvieron….seguimos y alos pocos metros el puesto de libros era la siguiente parada, íbamos acanjear por unos pocos pesos, el viejo manual de la escuela del 69 por el del70,tambien usado pero que me serviría sin problemas…así seguían en esadoble fila a cada lado de la calle los puesteros gritando lo que habían traídoese día…mientras nos deteníamos a cada rato porque un vecino pasaba anuestro lado y nos preguntaba como estábamos…así se iba la mañana, elchango estaba lleno , al final pasamos por el puesto de chiquita a retirar lacamisa de papa y regresábamos a casa….un día más de feria, un día másque habíamos estado con una parte de la familia que habíamos logradoformar entre todos , dos veces por semana .

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DE MURGAS, CHAPUZONES Y AQUEL OSO CAROLINA

En Febrero o Marzo, más o menos, llegaban los Carnavales...Era otra fiestagrande...

Por la mañana y hasta las 15 o 16 horas , jugábamos al agua...toda lacuadra...esto es TODOS los vecinos de TODAS las casas...en la calle , en lasveredas , adentro...Abuelos de pelo blanco , padres y madres de familia ,chicas y muchachos...pibitos de toda edad...a los más chiquitos daba gustoverlos , con sus bombachitas pesadas por el agua , el andar tambaleante ysosteniendo firmemente sus tarritos

con agua " para mojar "...Los varones , emboscados en los corredores odetrás de los árboles , tratando de sorprender a la vecinita descuidada parazamparle un buen chapuzón...que generaba una rápida venganza del equipofemenino...Porque eso era sagrado...a ningún varón se le hubiera ocurridomojar a otro varón...El juego del agua era una batalla de sexos...Mujermoja varón y varón moja mujer...( todavía se decía que " pan conpan...comida de zonzos..."

)...Todos los recipientes eran buenos...jarros , baldes , palanganas ,hervidores , cacerolas , fuentones...Desde temprano , los que teníanbañadera , la llenaban , para cargar más rápido...Las casas con terrazaeran un peligro...nunca sabias cuando algún pícaro se subía y , a traición ,te largaba un baldazo...Las ropas empapadas se nos pegaban al cuerpo...lospelos chorreaban agua sobre las caras...gritos y carcajadas...algúnresbalón...alguna sentada forzosa......Siempre , al fin del juego , alguna delas chicas terminaba llevada en andas , adentro de una bañadera...Era comoun ritual sacrificial de doncellas...cuando esto te sucedía por primera vezera el reconocimiento público de que ya eras " toda una jovencita...Después, a barrer las veredas y a ponerse ropa seca...a tomar la leche...o el mate...Ya prepararse para la tardecita y la noche...Cuando comenzaba a caer el sol ,nos íbamos a la puerta de calle a ver pasar las mascaritas...

_ ¿" De que te disfrazaste...?"

_"de linyera y vos...?"

_"Yo estoy de dama antigua..."

_"¡Ahh...!"

_"¡Chau mascarita...!"

_ ¿" Y vos...? ¿Qué clase de pescado sos que la Campagnola no teenvasa...?...Janana..."

_"Yo me disfracé de Cocoliche... ¿y que...? peor sos vos, que no te disfrazasde nada... ¡gil...!"

_"¡Yo no me disfrazo porque no quiero...! ¿Escuchaste ?...porque si quisierame disfrazaba de Superman...con la capa y todo..."

_"¡Shh...! ¡Escucha!... ¡viene una comparsa...!

¡PUM PATA PUMPA! ¡PUM PATA PUMPA! ¡PUM PATA PUMPA!...

¡Una Comparsa...! Desfilaban bailando, saltando y contorneándose por lascalles del barrio con sus trajes llenos de lentejuelas y espejitos cantado susinconfundibles ritmos y canciones al compás de los bombos, redoblantes,silbatos y platillos...

Los pibes del barrio, vestidos de trapos y ropa vieja, rotosa y grande,armaban las Murgas, por instrumentos pitos, matracas y tapas decacerolas...

Había algunas Comparsas que tenían muchísimos integrantes...La de

"Los Marinos del Plata " que no se denominaban a sí mismos Comparsa,sino " Gran Orfeón “, todos vestidos con uniformes blancos de gala ,cantaban hermosas canciones y siempre concluían sus actuaciones con laque era su caballito de batalla " La vieja Fragata Sarmiento "...La de " LosDandis de Boedo " que se destacaban por llevar unos enormes dados cómoestandartes... " Los Mimosos de la Paternal " , alegres y muy graciosos ... "Los Pecosos de Villa Crespo " ,...Del ingenio popular y la creatividadpersonal , más alguna madre , tía o hermana laboriosa que se gastaban losojos cosiendo una por una , miles de lentejuelas , surgían las más variadasFantasías...Los disfraces más famosos por entonces eran : de Zorro , deCowboy , de Pirata Bucanero , de Gallego , de Payaso ,de Peter Pan , , deEsqueleto , de Linyera , de Gaucho , de Mosquetero y de Apache para losvarones...Los más chiquitos , casi siempre , terminaban sudando la gotagorda vestidos de Pollito...Nunca

faltaban el de King Kong y el de Oso Carolina , sacrificio total para el plenoverano......"Para los menos habilidosos había casas que vendían y/oalquilaban disfraces...La más famosa tenia propaganda por la radio , decía

_"¡ Venga a Casa La Mota ...donde se disfraza Carlota "...hay infinitosrecuerdos como infinitos carnavales ,infinitas hazañas e infinitascircunstancias compartidas con tanta gente que vaya uno a saber que habrásido de cada uno de ellos, el tiempo me fue borrando muchos nombres perosi me esfuerzo y cierro los ojos seguramente volverán a estar junto a uno…

Pero al fin, se terminaba el Carnaval y quedaba todo el año el recuerdo dela música, las risas, pitos y matracas, zancudos y cabezudos...risasbaldazos…vecinos y amigos…se fue el carnaval y pareciera ser que parasiempre.


DESCUBRIENDO A ROCKY

Abril de 1976,el lugar cine trocadero, en plena peatonal Lavalle ,la cita eraa las 2 de la tarde ,era el comienzo del continuado de ese día, pero no eraigual a los demás…era el tiempo indicado en que se estrenaba rocky, laprimera de una serie que se irían estrenando a través de los siguientes años,un día inolvidable para mí y para los cientos que ya estaban haciendo coladesde temprano…eran tiempos donde el boxeo estaba en lo más alto,grandes nombres estaban en boca de los fanáticos de esta disciplina quemuchos llaman deporte pero que siempre tuve la duda de que así lo fuera,eso de que dos tipos se estén dando con todo arriba de un cuadriláterodonde inevitablemente iba a haber sangre no lo favorecía mucho paraentrar en esa categoría …al menos es mi apreciación, sin embargo, nuncapuede evitar ver las peleas de grandes nombres que hicieron historia,Monzón, Nicolino loche

,Horacio Acavallo, ringo Bonavena frazier, casius clay Thompson y muchosmás.

Fui convocado por la historia que había detrás de esta película, sobre todola de su protagonista, Silvester Stallone, quien después de verlo comencé asentir una gran admiración, no tanto por las dotes como actor, sino másbien por la historia de vida que había detrás de él.

El film colmo mis expectativas y mucho más que eso, lleno un vacío quetenía dentro mío por culpa de algunas preguntas de las cuales nunca supelas respuestas hasta que vi rocky…de allí en más, no solo me propuse vertodas si no que cada una de ellas las sigo viendo cada tanto…porque allídentro de ese celuloide, conviven la esperanza, el

amor, el sacrificio y la honestidad, valores importantes sin los cuales nopodríamos vivir cada día.

Aquella tarde en el trocadero, descubriría gracias a rocky ,bellezas ocultasque tenía delante mío y que no valoraba lo suficiente…aquella tarde se hizonoche porque me quede hasta la última función…Salí de esa sala con unasganas de saltar cuanta escalinata hubiera a mi paso, una forma de parodiarlo que sería una

de las escenas que quedarían para la historia universal del cine…elmomento en que rocky sube cada uno de los 72 escalones del museo de artede Filadelphia….más conocidos por los rocky stepss, lugar donde en suentrada hay una estatua del propio boxeador y donde miles intentanemularlo haciendo el mismo ejercicio.

Ya no tiene importancia que la idea y el guion hayan salido de la cabeza deStalone, que importa ya las penurias económicas que tuvo que pasar hastaque alguien se conmovió por la historia y decidió comprarle los derechos…

Pero la genialidad no solo estaba en el guion sino también en su bandasonora, producto de un Bill Conti inspirado hasta la última nota…quien noha salido a correr o a entrenar con esa melodía.

Aquella tarde, a la salida del cine, algo había cambiado en nuestra vida,muchos dejamos por un rato nuestro nombre…muchos nos habíamosconvertido en rocky balboa.

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EL 60 YA NO ES LO QUE FUE

Nene vamos que ya son las 7…si te quedas un rato más en la cama llegastarde al trabajo…y si, mama era mi despertador, cada mañana se levantabaa las 6 para hacer lo mismo conmigo una hora después, aconsejo a todosque cuando busquen una buena manera de despertarse tengan siempre amano a una mama, es lo ideal.

La mesa estaba lista en la cocina con ese vaso de naranja recién exprimida,la taza de café con leche y las maravillosas tostadas hechas con el pan deldía anterior, el dulce de leche complementaba esa mesa de los dioses, todopreparado por otra diosa ,María, mi vieja.

Debía salir justo a las siete y media para poder tomar el colectivo que medepositara en constitución después de viajar parado durante más de unahora…si señoras y señores, allá por los setenta, se viajaba como en las horapico de hoy día, que me vienen con que todo es un desastre si siempre lo fue.

Menos mal que el 51 de la línea expreso cañuelas siempre llegaba a horario,así que estaba tranquilo de poder llegar a mi destino sin problemas porqueuna vez en la dichosa plaza constitución, debía hacer trasbordo con otro,pero este otro no era cualquier colectivo…no, era el…60¡…la mejor líneaque existió ,y esto lo digo porque así lo sentí siempre.

El poste de madera cuadrado con ese número pintado en un círculo, estabainstalado sobre la calle Salta. Allí hacia la fila cada mañana a esperar esamaravilla amarilla totalmente fileteado a la perfección.

Al rato lo veo venir, un hermoso ejemplar de Mercedes Benz 1112

arrimaba junto al cordón de la vereda, uno a uno comenzamos a subir,desconozco el motivo pero juro que me emocionaba estar arriba detremenda gloria…asientos tapizados en cuerina generosamente acolchados,nos recibían, choferes educados, un gran espejo al frente todo nacarado aligual que la bocha de la palanca de cambios, hilera de flecos rojosrodeaban todo, y cuando le tocaba frenar, un sinfín de luces se prendíancomo anticipando una navidad.

Sobre ese espejo delantero estaba el nombre de la empresa que carrozabalas unidades “carrocería el indio”, no fue la única pero para mí fue lamejor porque cuidaban hasta el más mínimo detalle.

El 60 fue una línea ejemplar, era increíble pero te llevaba a cualquier parte,basta que preguntaras por una calle y te decían: allí a media cuadra tetomas el 60 y te deja a media cuadra…parecía aquel personaje de losdibujos animados, Drupy, un perrito blanco que aparecía por todos lados.

El 60 fue el primer colectivo con puerta trasera para descender, fue elprimero en incorporar la circulación durante las 24 horas, fue el primero enincorporar inspectores y el primero en uniformar a sus choferes.

Párrafo aparte se merece la fama que la 60 gozaba por aquellos años, sehabía convertido en el icono de los colectivos porteños.

Cientos de colegios visitaban los talleres de la línea para conocer como erasu mantenimiento, figuró hasta en historietas y dichos populares. Incluso enpublicaciones extranjeras, cuando se hablaba de Buenos Aires y se hablabaa su sistema de transportes, la 60 fue una referencia obligada, ya sea conuna mención o alguna foto ilustrativa. Esta línea, durante muchos añosconsiderada el símbolo

de los colectivos porteños, inició sus servicios el 17 de octubre de 1931 entrePlaza Constitución y el cruce de la avenida Centenario con la calleUruguay, lugar conocido como Las Cuatro Barreras, en el deslinde de lospartidos de San Isidro y San Fernando y como curiosidad no siempre ese fuesu número ya que comenzó con el 31, y bueno ya se sabe que todo, todoaumenta.

El 60 ya no esa mas lo que fue

AQUEL PEQUEÑO LAROUSSE

Cuando Pierre Larousse fundo en 1852 la editorial que aun hoy lleva sunombre, jamás imagino que un pequeño diccionario sería uno de los librosde mayor consulta del mundo ,1800 páginas en un tamaño reducido perocon un peso más que importante hacia casi imposible llevarlo a la escuelaserá por este motivo que quienes lo conservan aun lo tienen en perfectoestado lejos de un manoseo diario que habría terminado con su vida útilantes de tiempo.

De tapas duras, estaba protegido por una cobertura a todo color que ledaba un brillo increíble, además de servirnos para señalar la página endonde habíamos encontrado aquella definición que buscábamos.

De lomo gordo y buena costura sobresalía de cualquier estante en queestuviera, uno solo tenía que levantar la vista y él estaba allí, esperando sernecesitado por cualquier miembro de la familia porque allí dentro habíatodo aquello que se debería saber, y no solo se consultaba también secalcaban las imágenes impresas, eran épocas en que no había llegado latecnología del fotocopiado al menos no masivamente.

Pasados los años 60 las ediciones comenzaron a salir con una grannovedad…el uñero…que eran algo tan simple como efectivo y se trataba deun calado en su lomo derecho donde las 27 letras del alfabeto venían de talmanera que solo había que ubicar la que se buscaba, introducir la uña ymágicamente se habría en ella de tal

manera no había que andar manoseándolo…practico sencillo y libre deartilugios tecnológicos.

Era tan popular que era imposible que algún hogar no lo tuviera y si erapor la falta de dinero, a pesar que nunca fue inaccesible, siempre habíaalguien que timbre mediante ofrecía esta joya literaria a pagar en cómodascuotas mensuales, que las recuerdo por ser las mismas que el valor de unkilo de bifes…de aquel tiempo aclaro.

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Las épocas han ido cambiando costumbres y modificando hábitos, los tanamados libros están siendo reemplazados por dios…perdón quise decir elcelular al que uno le pide algo y en segundos una voz sintetizada y afónicanos responde…pero nunca será lo mismo…nuestros dedos se fueronacostumbrando a esta práctica y no quiero saber cuánto más cambios nosespera a la vuelta de la esquina.

Por eso Si todavía conservas uno seguramente entenderás el mensaje,porque fuiste uno de los poseedores de una herramienta única así que sipodes y aunque no te haga falta, dale una Ojeada cada tanto, ayúdalo a quese desperece, hacerle sentir que todavía puede ser útil…no te cuesta nada yde paso haces un viaje hasta aquellos días donde un diccionarioacompañaba tu vida quizás te parezca que fue hace mucho tiempo pero fueayer...ayer nomas…

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El 60 ya no es lo que fue

EL AMIGO VIGILANTE Y SU GARITA

Hubo un tiempo donde el respeto por los demás era tal vez, lo másimportante, no importaba de quien se tratase, si tenía un guardapolvo, ununiforme o simplemente ropa de trabajo, respetar al otro se imponía, erantiempos sin semáforos y una edad ya muy lejana.

Cierta vez papa me llamo y me dijo, mira hijo, ya estas crecidito, y mañanacomenzaras a viajar solo hasta la capital, por eso quiero decirte un par decosas, Tené mucho cuidado cuando subas o bajes del colectivo, y cuandocruces la calle mira bien para ambos lados ,si por algún motivo necesitassaber algo, busca un quiosco de diarios y le preguntas lo que necesites

saber, o mejor fíjate si ves al policía del barrio, si no lo encontras,seguramente en una esquina lo vas a ver subido a una de esas garitas que tecomente el otro día, te le acercas y con educación le preguntas, el té vasaber decir .

Al día siguiente comencé en el nuevo empleo, y como todo viejo sabio, papatenía razón, cuando baje del colectivo me olvide para que lado tenía que ir,solo sabía que se trataba de una avenida, si mal no recuerdo eraindependencia, por aquellos años adoquinada, camine hasta la primeraesquina y allí estaba ,con unas impecables mangas blancas sobre eluniforme, el vigilante en su garita, su casa por unas horas, me acerque y lehice esa pregunta necesaria ,el con una amabilidad que hoy ya no se ve, medio la respuesta salvadora y además tuvo un gesto que hoy al contarlo meemociona, me hizo una seña de que espere a que el cortase el tránsito paraque pudiera cruzar nuevamente… “ya podes cruzar nene “, pocas palabras,todo un señor.

A principios del siglo XX, y ante el constante crecimiento del parqueautomotor, aparecieron en Buenos Aires garitas policiales para el manejo dela circulación.

Estas torrecitas se ubicaban en el cruce de las avenidas, donde un policíauniformado con mangas blancas dirigía el tránsito durante las horas pico.Llegó a haber 350 y no las había en todas las esquinas, pero se lasencontraba en los cruces de avenidas o calles de doble circulación, contránsito intenso.

Las garitas contaban con quitasol para el reparo del sol y contra lasinclemencias del tiempo.

Solía escucharse el estridente sonido del pito, acompañado por enérgicosgestos con los brazos y las manos, después de dirigir el tránsito duranteunas horas, el oficial bajaba de la garita y continuaba con sus tareas decontrol en el barrio.

Nunca supe su nombre pero siempre llevare el recuerdo de aquel hombre deazul con mangas blancas que paro el tránsito para que un purrete cruzara.


EL BEBEDERO DE LA PLAZA Nunca fueron patrimonio de importantesplazas no señor, las del barrio también tenían las suyas, sigilosamentecustodiadas por un hombre generalmente adulto, vestido elegantemente degris, sobre un pedestal de cemento se alzaban ellos, los bebederos de aguacon su cristalino chorro de agua que llegaba hasta el borde mismo de esafuente circular, distancia necesaria para que nadie apoyara su boca y asíevitar algún tipo de contagio aunque en aquellos tiempos nadie pero nadiepensaba en eso.

Los bebederos de agua eran indispensables en cada espacio verde ya que losmismos se llenaban cada día de un incontable público ávido de sentir unpoco de aire fresco, el arrullo de los árboles y el trinar de unas cuantasespecies de pájaros que sin temor eran los acompañantes de caminatas osimplemente descansaban sobre los respaldos de los bancos de madera…

Si nos deteníamos a observarlos ,aquellos bebederos ,oasis en díascalurosos de verano, lo utilizaban gente de todas las edades…pequeños queeran alzados por sus padres, jóvenes que salían a correr o andar enbicicleta por los senderos del lugar o gente mayor que recordaban quedebían tomar algún que otro medicamento o simplemente saciar una sedrepentina…el tiempo los fue dejando de lado y las excusas comenzaron a sermotivo suficiente para que de un plumazo, un día dejasen de ser parte delpaisaje…que eran insalubres dijeron algunos, que se juntaba suciedad ,queno había presupuesto para mantenerlos, que siempre perdían y se inundaba

a su alrededor…en fin todo era válido para que jamás regresaran…si hastaal guardián de aquellas plazas

lograron que desaparezca…si …parece que fue ayer cuando di el ultimosorbo de agua fresca de la plaza de mitre y avellaneda junto a Marielaambos de puntas de pie ,no sea cosa que se nos mojaran los gomycuer.

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EL CAMINONCITO DE LA CALLE PIGUE

Marzo 1979, tres de la tarde, había quietud en el barrio, la siesta erarespetada y había tiempo para ella, nosotros los más chicos la

aprovechábamos para terminar las tareas del colegio si nos tocaba el turnomañana para después jugar con cosas simples y en lo posible sinescandalizar al vecino.

Pero aquella tarde algo rompió la monotonía a la que estábamosacostumbrados, algo ruidoso que venía desde lejos, hacía rato que no loescuchábamos y hasta nos habíamos olvidado de a poco, pero al poco rato,nos dimos cuenta de que se trataba, el vozarrón multiplicado por un altavozera conocido por todos…”compro fierros viejos, lavarropas….compro sillas,muebles viejos…pago por kilo señora, pago bien…compro acero, cobrecacerolas de aluminio señora….” Una vieja Ford F100 se acercabalentamente por el centro de la desolada calle Pigue, en su caja, casi sinpintura y con una invasión de óxido, se veía todo aquello que había sidocomprado hasta el momento, muchos vecinos se desasían de aquellas cosasque tenían atesoradas en el galponcito del fondo porque todos tenían uno enel que guardaban aquellas cosas que ya no usarían o lo que ibanrecolectando por la calle….que un clavo ,una arandela, un pedacito dealambre…”para algo servirá “decía el viejo y amontonaba en ese depósitoque con el tiempo se convertiría en museo porque cuando necesitaba algono lo podía encontrar y terminaba comprando lo necesario en la ferretería.

Ese camioncito fue toda una institución y también un excelente salvavidaseconómico en épocas de vacas flacas que fueron muchas

,varias familias fueron “salvadas” del alimento del día gracias a esa

venta oportuna ….jamás supe el nombre de aquella voz gruesa y portentosamultiplicada por un altavoz , pero nunca olvidare aquellas tardes cuando elbarrio solo le perdonaba a el que lo hubiera despertado simplemente porquemuchos ya lo estaban esperando….hace pocos días me asombro ver algoparecido pasar por la esquina de casa, me fije en el almanaque por lasdudas que no estaba soñando …no ,era febrero del 2020 ,allí me di cuentaque debo tener esperanzas de que algunas cosas volverán a ser como fueron.


EL DELIVERY DE LOS 60 Y AQUEL TIMBRE DE LA CASA

Para los que ya pasamos hace rato la barrera de los 50, nada nos puedellegar a asombrar,

Es que durante el camino recorrido hemos podido ser partícipes por suertede grandes momentos …de impensados momentos que día a día nossorprendía, no era exclusivamente por esa “tecnología” que nos abrumaba,sino más bien por las ideas que los hombres y mujeres ponían en prácticapara hacernos la vida más sencilla de lo que ya era .

En aquellos hermosos años había un elemento que tal vez era el más usadode todos, estaba allí, al frente de nuestra casa, la mayoría eran blancosaunque también aparecieron los de color negro o marrón, también los habíaimprovisados si algún miembro de la familia hacía de ingeniero…me refieroal timbre….si, el viejo timbre estaba listo para que inevitablemente variasveces al día retumbara en el comedor o la cocina, lugares fieles en lo queestábamos siempre.

Cierto amigo que venía a buscarte para ir a jugar a la pelota, o salir a daruna vuelta, alguna vecina que se había olvidado de comprar un ingredientey no podía terminar la comida, o el esposo de esa vecina que precisaba elmartillo y algunos clavos porque justo ahora su mujer le recordó aquellaschapas que se habían volado con el ultimo viento y había que sujetarlas...Pero también ese dispositivo sonoro

te avisaba que había llegado el lechero, con su carro cargado de limpiostarros de zinc estaba listo para que le alcanzaras las jarras dondedepositaria algunos litros del irremplazable elemento blanco, y allí salía tumama con lo necesario para que dejase algunos litros más …la infaltableyapa, pero estaría atenta a otro timbrazo que ocurriría más tarde porque esedía ,martes ,llegarían todos los

“delivery” que durante años te visitaban, esta vez era el kerosenero, que enun cuidado carro donde decía YPF, traía el combustible para el calentadorbram-metal, la estufa kerona y el sol de noche…y no es que no habíaelectricidad ,sino que estos artefactos eran muy queridos y confiablesademás de ser económicos algo muy importante en aquellos tiempos.

Pero el timbre no dejaría de sonar ese día ni el siguiente, porque llegaríanmás visitantes, como el cartero por ejemplo, aquel que con un impecableuniforme gris oscuro y una gorra, traía las noticias de seres queridos queestaban alejados de tu vida, o aquella carta que invitaba a tu hijo apresentarse al servicio militar so pena de ser buscado por la fuerza, o laintimación de pago de aquella heladera que habías comprado en 24 cuotasfijas y no habías podido pagar las últimas tres.

Si, el timbre fue un elemento valioso y al mismo tiempo diabólico porquemuchas veces te hacia sobresaltar a altas horas de la noche porque la nena

había llegado del baile o el pibe se había olvidado las llaves que ya se habíaganado el derecho a él tenerlas por haber cumplido los dieciocho.

Hoy, cuando ves esos chicos que andan a doscientos por hora haciendoequilibrio montado en bicicletas llevando sobre sus hombros tremendascajas o las miles de motos haciendo lo mismo pero con más peligro,recordas inevitablemente aquellos años donde

el apuro no existía, donde te traían las cosas sin pedirlas, donde un simpletimbre te conectaba con la vida y es ahí donde una sonrisa te transformaba lrostro porque sentís que fuiste feliz con pocas cosas, que formaste parte deuna generación maravillosa cargada de innovaciones, de cultura y desonidos….como el de ese timbre blanco en el frente de la casa.

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EL HOMBRE Y LA MAQUINA DE HACER LLUVIA Vamos a recordar unpoco la historia del hombre que desafío al servicio meteorológico y creo lamáquina de hacer lluvia.

El ingeniero Juan Baigorri Velar creó un artefacto que logró que la gente lepidiera que no llueva en la noche de Navidad o Fin de Año.

Las provincias en donde desató tormentas. Su asombrosa vida y su tristefinal…aquí vamos

Juan Baigorri Velar había nacido en Entre Ríos, en 1892, cursó estudios enel Colegio Nacional de Buenos Aires y luego, en Italia, se recibió deingeniero geofísico en la Universidad de Milán. Gracias a sus empleos enempresas petroleras, tuvo la oportunidad de conocer varios países.Estudiaba alternativas para la detección de determinados minerales y decursos de agua subterráneos, para lo cual ideaba distintos aparatos.

Era 1926 cuando trabajaba en Bolivia, posiblemente en forma accidental,comprobó cómo con una máquina de su invención había hecho llover.

Por su trayectoria y conocimientos, el general Mosconi, al frente de YPF, seinteresó por los estudios de Baigorri. Luego de vivir un tiempo en el barriode Caballito, se radicó en Villa Luro, en una casa ubicada en Araujo yFalcón, junto a su esposa y su pequeño hijo. La elección no fue fortuita:provisto de un altímetro recorrió la ciudad de este a

oeste a través de la avenida Rivadavia y comprobó que Villa Luro registrabalos terrenos más elevados de la ciudad.

Su invento comprendía una caja de dimensiones similares a la de untelevisor de 20 pulgadas, que contenía una batería, cinco metales

Radioactivos y diversas sustancias químicas incluso utilizaba uranio...Poseía dos circuitos: uno para provocar tornados y ciclones, y otro paralluvias intermitentes, “que solo yo puedo manejar”, advertía el ingeniero.Coronaban el aparato dos antenas que representaban los polos positivo ynegativo. Ellas eran las encargadas de enviar al cielo las emisioneselectromagnéticas que provocaban la lluvia.

Como todo emprendimiento que precisa un desarrollo, Baigorri buscóapoyo. Se reunió con Ronald McRae, gerente del Ferrocarril CentralArgentino, quien lo desafió: “Haga llover en Santiago del Estero”. El 22 dediciembre de 1937 viajó a Estación Pinto, localidad del sur santiagueño, a

245 km de la capital, donde hacía tres años que no caía una gota. y,efectivamente hizo llover.

Redobló la apuesta al aumentar la potencia del aparato, provocando untemporal en la capital provincial, donde habían perdido la cuenta de cuándohabía sido la última lluvia. A su regreso a Buenos Aires, fue llevado enandas en la Estación Retiro y de ahí a las oficinas del Ferrocarril CentralArgentino.

La repercusión mediática no tardó en llegar, en especial los diarios Crítica yNoticias Gráficas que lo habían bautizado como “el mago de Villa Luro” o“Baigorrita”, y solían titular en primera plana: “Como lo pronosticóBaigorri, hoy llovió”.

Redoblo aún más la apuesta y ante los cronistas anunció un arriesgadodesafío: para el 2 o 3 de enero de 1939 haría llover. La Dirección deMeteorología se cubrió y para esos días pronosticó ´por las dudas“nubosidad variable, con probabilidad de chaparrones y tormentaseléctricas aisladas".

La gente se involucró. Iban a la puerta de la casa de Baigorri a pedirle queno lloviese el 31 de diciembre a la noche para poder despedir el año sinlluvia. Ese día nada pasó, lo mismo que el 1º de año. Si bien el 2 amaneciódespejado, el 3 a la madrugada comenzó a lloviznar,

para luego dar paso a una fuerte precipitación con vientos huracanados.

Al mes siguiente, hizo llover en Carhué, donde una sequía había vaciado lalaguna de Epecuén. Era tan popular que los chicos, en época del carnaval,se disfrazaban de él, con una mochila sobre sus espaldas y un paraguas.

-63-En enero de 1952 hizo llover en Caucete y a fin de ese año en Córdobaprovocó una lluvia de 81 mm que dejó al dique San Roque con un nivelsuperior a los 35 metros, entre otros tantos lugares.

En 1953 y al no querer revelarle al gobierno los detalles de su aparato lequito el apoyo. Hasta de Estados Unidos pretendieron comprárselo.

Recluido en su casa, destruyó los planos de su máquina, de la que se suponeque había fabricado dos. Lo que pasó con ellas es un misterio.

Falleció el 24 de marzo de 1972, un día después de conmemorarse el DíaMundial de la Meteorología. Cuando fue enterrado en el cementerio deFlores, adivinen que sucedió….si amigos ese día se llovió todo.

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EL LUSTRADOR DE LA VIDA Un simple cajón de madera con una manijaen forma de zapato, era la herramienta de trabajo de muchos, con sus latasde pomada marca inmortal en sus tres variedades negro, marrón e incoloromás el agregado de un par de latas de arola, hacían maravillas con las

manos, utilizando un par de franelas las cuales al principio eran apenasunos trapos limpios…dos cepillos ya gastados y la necesidad urgente desalir en busca del sustento del día….

Solo faltaba ubicar esa esquina especial, donde se aseguraría un tránsito degente todo el día o alguna que otra vereda, preferentemente a la que no lediera el sol.

Junto a su inseparable banquito diminuto donde las piernas quedaban casipor encima del hombro las cuales debía estirarlas para estar más cómodo,estos pintorescos integrantes de la sociedad esperaban a sus clientes.

El lustrador de zapatos rápidamente se mimetizo con el paisaje de unbuenos aires sin zapatillas, las cuales solo eran usadas en algunos

trabajos o en casa, porque casi todos, andaban con el infaltable zapatoacordonado o el mocasín.

Algunos ampliaban su, digamos “negocio” ofreciéndoles a los clientescordones y las clásicas y ya en completo desuso ballenitas, esas que tepermitían tener el cuello de la camisa perfectamente en línea.

El lustrador no solo se hacía rápidamente de una buena clientela, muchosllegaron a ser confidente de los mismos, esos que rigurosamente todos losdías querían lucir brillosos los tamangos.

Durante esos minutos se hablaba de casi todo, dependía del lugar elegido, elque lustraba cerca del Luna Park te daba el palpito de quien ganaría lapelea de fondo de ese sábado por la noche, el que lo hacía cerca de unestadio, te contaba como formaría el equipo…los que atendían en el centroporteño te decían lo poco o mucho que duraría el gobernante de turno, y asípor cada uno de los barrios.

Tener los zapatos lustrados era sinónimo varonil, y algo muy importantepara el aspecto en general, sobre todo en años donde se vestía conelegancia vayas donde vayas, jamás hubiéramos pensado asistir almamarracho de hoy día.

El lustrador casi a muerto, junto al progreso comenzó su decadencia, y lainformalidad fue su certificado de defunción, algunos resisten en ciertoslugares...Por eso si llegas a encontrar alguno fíjate, si andas con zapatosaunque estén limpios, acércate y pone un pie sobre esa caja de madera, serácomo darle la mano a un amigo.


EL NOVIAZGO EN LOS 60-70

(O como casarse antes de tiempo)

Tenías 18 o 20 años, toda la juventud para disfrutar y hacer lo quequisieras, pero de pronto aparecía ella y te flechaba. Generalmente era de tubarrio, no más de 5 o 6 cuadras. Te parecía linda, armoniosa, simpática, erasegura la futura madre de tus hijos.

Siempre tenía 2 o 3 años menos que vos y todavía estaba en el secundario.

La mirabas y te miraba. Le sonreías y se ponía, a veces, colorada.

Todo puro, impoluto, inocente. No se te ocurría ni siquiera imaginarla deotra manera,. Cuando pasaba con la madre elle le decía por lo bajo “Ese esel chico del que te hable “porque a la madre

le había contado que había un muchacho que le gustaba. Vos te dabascuenta que la mujer te fichaba con ojos inquisidores y ponías cara de bueno.

Le estudiabas los horarios y te encontrabas a cada rato en la panadería, enel colectivo, aunque no supieras para donde corno iba, pero lo hacías.Hasta que un día te animabas y le hablabas…”Hola, me llamo fulano,mirá… que te parece si vamos a dar una vuelta”….”Hay no sé…No medejan “decía haciéndose la interesante, Al final te encontrabas una tarde, dedía por supuesto, y comenzaba la relación, Todo esto que parece muy tontoera la pura realidad.

Si tu familia era conocida en el barrio por ser tu viejo médico, abogado oalgo más que un simple laburante, la cosa marchaba rápido, si no, habíaque vencer muchos escollos a veces insufribles.

Mucho paseíto, manito, mucha puerta de casa (de la de ella naturalmente),hasta que un día cuando estabas de chamuyo aparecía su madre….Tepresentaban formalmente y después de algún tiempo…entrabas por fin a lacasa. Ese era un momento muy delicado. Vos profundamente enamorado,ella con un miedo padre, y los viejos estudiándote en profundidad…Si hacíasuna macana estabas condenado, si la manejabas bien, dabas la impresión deseriedad que no tenías y la vieja aprobaba, entrabas a la casa dos o tresdías a la semana. A veces el padre se resistía un poco más, pero al finaltransaba.

Para eso tus amigos de la barra ya te daban por perdido, ya no te contabancomo a uno más sino como a uno menos. Algún precio tenías que pagar porestar de novio con semejante belleza. Dejabas de salir con la barra y te ibasa dormir un sábado a las 11 como un gil, un paso adelante se daba cuandocumplía años la prima y te invitaban. Ese era un día clave en la relación.Las tías, tíos, primos,

abuelas y toda la parafernalia de familia te estudiaban de los pies a lacabeza. No eras el novio, pero algo parecido (una simpatía le decían). Esafiesta se transformaba en un suplicio. Cada vez que hacías algo, había 40ojos estudiándote.

Después de 2 o 3 años venía el compromiso. Anillos y demás. Fiesta íntima ypor fin la aprobación final…”Parece un muchacho serio”

decía la tía Etelvina.. ”Se recibe en 2 años de abogado, creo”

Agregaba otra tía que no estaba al tanto de nada pero que siempre opinabaal cuete. Tus viejos generalmente aprobaban, salvo tu mama que a veces seponía muy celosa pero se la bancaba porque eras su nene. Vos estudiabaspara recibirte sin darte cuenta que lo mejor que podías hacer era estirar lacarrera un par de años más, pero la falta de experiencia hacía que terompieras el traste y contra reloj.

Las consuegras ya se conocían entre si y se daban manija con uncasamiento organizado para poder lucirse ellas. Los viejos se hacían amigosa la fuerza aunque no les importara el otro y de vez en cuando compartíantodos un asadito. En este punto vos ya no contabas para nada, te loorganizaban todo, hasta que calzoncillos te debías poner para el Civil.“Nene” decía tu vieja, “la fiesta ya está arreglada, la pagamos entre todos.Vos estudia y termina de una vez, Recibite nene, por dios, que tenemos todoarreglado para Abril”. Y

entonces vos te esmerabas para apurar tu matadero, pero el amor es así.Pero claro, en aquellos años no existían ni pastillas ni diafragma ni el diu…y te mandaste la macana…La cuestión era que en vez de casarte en Junio,fue en Diciembre (rápido para que no se note). No te recibiste y encimatodos te miraban como a un degenerado…Las tías haciendo la cuenta ydiciendo por lo bajo

“Acordate lo que te digo, la nena viene con regalo... Vas a ver que hay unsietemesino en camino” Como lo disfrutaban, sobre todo las

solteronas que en esos años tenían como 60. Tus suegros, dispuestos aperdonar, porque al final venía un nieto aunque Igual te lo iban a echar en

cara toda la vida. Mientras la madre, hasta el último día le decía a su hija:”Nena, cómo pudiste hacernos esto. Casi matas a tu padre. No podíasesperar” pero el papa ya resignado agregaba”

Bueno ya está hecho, ahora a casarse y aquí no ha pasado nada” Y

vos duro desde hacía largo rato no podías abrir la boca nada más que paradecirle al cura…Si Quiero.

Y así señores, se armaba una nueva familia en las década de los 60

al 70.

-69-


UN TROLEBUS ARGENTINO

Existió un tiempo donde la contaminación ambiental estaba muy controladatanto que casi nadie se ocupaba del tema salvo los responsables demantener nuestro aire limpio…contaba yo con 8

años y pude conocer de cerca a esos enormes y plateados mastodontesllamados trolebús, funcionaban a electricidad e iban por el centro de lascalles empedradas de un buenos aires diferente, recuerdo hasta la línea …la310 que iba desde madero y Córdoba hasta Vedia y av. del tejar, eranmercedes Benz traídos de Alemania

,corría el año 1962 y estos troles nuevos vinieron a reforzar la flota

que existía desde aquel 4 de junio de 1948 en que se inauguró , conrecorrido desde Plaza Italia hasta Puente Saavedra y tarifa única de 20centavos.

Los primeros en llegar a la Argentina fueron los Westram W40, provenientesde los Estados Unidos, que a la postre resultaron ser los más fuertes yduraderos….las ventajas del trolebús fueron entre otras,, su bajo costo deoperación y mantenimiento, radio de movilidad, velocidad comercial (16

km./h en zonas urbanas), su mayor resistencia y seguridad en el frenado. Aprincipios de 1946 se dispuso la adquisición de 30 unidades, que debían serentregadas por la empresa Siam Di Tella. El pedido original se incrementó a130

unidades. Se trataba de vehículos sólidos y con buen espacio para 40

pasajeros sentados.

Silenciosos, con asientos en madera pero que te juro que eran muy cómodos,amplias ventanillas que te permitían ver todo el recorrido…tomar untrolebús como lo fue también con el tranvía, era toda una experienciainolvidable y no solo para los chicos sino también para los grandes , sihasta se alquilaban para cumpleaños lo hacían por una módica suma parafestejar a bordo y mientras hacia el recorrido habitual, si habré visto pasartroles cargados de globos de sus ventanillas …mientras incontables brazossaludaban a todo aquel que encontraba a su paso…si amigos tambiénfuimos precursores de un vehículo eléctrico…argentina fue el primer país deSudamérica en tener trolebuses y fue en la ciudad de Mendoza donde seinstaló en 1913…actualmente este medio de transporte existe en variospaíses conviviendo sin problema alguno con el resto, en nuestro país solo enla mencionada Mendoza , Córdoba y Rosario aun funcionan….como hapasado con tantas otras cosas ,argentina va de contramano con el resto delmundo y me gustaría saber que

pasara cuando dentro de no mucho tiempo se dejen de fabricar los motoresa combustión fósil no?

Por eso cuando me preguntan si algo me asombra de hoy día respondo…no,Si todo ya había sido inventado antes.


EL VIEJO PARQUE Y UNA DIVERSON QUE CREIA ETERNA

El viejo camión Ford 58 con sus dos atronadoras bocinas ,daba vuelta laesquina de la plaza, por suerte don Mauricio era bastante prudente y haciasus pasadas por el pueblo a horas donde la gente no descansaba ,corría elaño 65 ,hacía calor por lo tanto Febrero seria el mes, por esas bocinas sepromocionaba algo maravilloso que al día siguiente iba a ser la cita detodos, se estaba instalando en el pueblo un parque de diversiones¡¡¡ quenotición¡¡¡.

Detrás de ese viejo camión nos encolumnabamos todos los purretes que aesa hora andábamos sin saber qué hacer ,estábamos a años luz de laaparición de elementos que desnaturalizarían nuestra infancia, los avancestecnológicos de aquellos años los veríamos justamente en ese parque quepronto abriría sus puertas, pero como dije antes ,seguíamos el recorrido delviejo Ford mientras Mauricio tiraba volantes por la ventanilla que nosotrosrecogíamos para después llevarlos casa por casa, lo hacíamos de buenosque éramos nada más.

El parque no pudo abrir el día señalado porque una intensa lluvia loimpidió, pero si dos días después, exactamente a las 6 de la tarde, unaarcada de luces todavía apagadas con un inmenso cartel, nos daba labienvenida…PARQUE DE DIVERSIONES EL GRILLITO , no pude contarla cantidad de puestos que había ,nunca fue mi intención, solo quería sabera cuantos juegos podía acceder con los quince pesos que me habían dado encasa, y la verdad que fueron bastantes…el primero no lo olvidare nunca,sobre una mesa ,había dibujado un circulo, y te daban tres figuras igualesen madera muy fina, había que cubrir ese círculo dejando caer las tresfiguras sin apoyarte sobre esa mesa ,la verdad casi imposible ,siempre tequedaba una parte a la vista, los tumba latas era otras de las “atracciones”tres tiros y te daban un muñequito que te cabía en la palma de la mano, másadelante me encontré con el que sería mi perdición, era algo equivalente aentrar a una sala de bingo, una pista de autos en miniatura y una miniciudad donde tenías que hacer circular un auto desde el garaje de la casahasta la meta final, el comando era un volante con un cable ,venía a sercomo el antepasado del control remoto, tenías una palanca que te permitía

ir hacia adelante y hacia atrás y había un tiempo estipulado para que lologres ,solo una vez

lo pude lograr después de haber agotado casi, mi existencia de dinero, elpremio? Un plato de cerámica.

Uno de los puestos con más publico era uno que tenía una gran fuente conagua y en ella una veintena de patitos de plástico que daban vueltas paracualquier lado, había que tirarles unos aros y embocar tres,(porque siemprelas posibilidades deben ser tres no?)Parecía fácil pero el problema era quetenían que ser del mismo color. Al caer la tarde el parque se habíailuminado totalmente, cientos de lamparitas multicolores nos acompañabandurante el recorrido, era otra cosa ese parque iluminado, no sé cómodefinirlo pero era algo mágico.

El puesto del tiro al blanco era cosa seria, ahí si tenías que tener buenpulso, los rifles de aire comprimido estaban dispuestos para quien quisieraprobar su puntería, ahí siempre te daban algo, el cartoncito con los círculosy el puntaje que habías logrado, algunos eran para un cuadro otrosdirectamente al olvido o a la basura, mientras tanto seguía devorando elpaquete de garrapiñadas que había comprado a la entrada ,al final delparque habían armado un escenario en el cual, todas las noches habíafunciones de artistas locales y hacían sorteos varios ,bicicletas y pelotas eralo habitual, pero quiero continuar hurgando en mi memoria a ver si puedoubicar otros juegos que para nuestra edad en aquellos años ,eranfascinantes…si por supuesto, había uno muy parecido a lo que fue el cerebromágico pero más grande, había que colocar determinados objetos en unoshuecos iguales evitando hacer contacto con los bordes ,caso contrario unalámpara se encendía y perdías tu oportunidad, el martillo era otra de lasatracciones, debías golpear con fuerza la base de una plataforma de talmanera que una pieza de metal subiera e hiciera sonar una campana, estenunca lo intente siquiera, otro puesto interesante era aquel donde unainfinidad de vasos

estaban ubicados sobre una tarima a unos dos metros de la baranda, desdeallí te daban cinco pelotitas de ping-pong (por fin algo más de tres¡¡¡) quedebías embocar en ellos, claro eran tan livianas que entraban y salían peroal menos todos tenían su premio así lograbas que entrara una sola…si

seguías caminando de ese lado del parque, un montón de gente se habíaagolpado alrededor de un tipo sentado en una cama de clavos, asípermanecía durante bastante tiempo, era algo increíble, la gente poníadinero en una cajita que tenía al costado, era una de las tantas cosas fuerade los juegos ,que tenía el parque el grillito, llamado de esa manera porqueal dueño, de nombre Fortunato, lo apodaban así desde pequeño y decía sumadre que cuando dormía emitía un sonido similar al de un grillo.

El parque era mucho más grande que el espacio que tengo para escribir,debería contarles sobre algunas de los juegos mecánicos

,había como nueve, pero esas alegrías me las reservo para otro día por lotanto aquí termina el paseo y el recuerdo, los parques ,como tantas otrascosas, se han ido muriendo lentamente, los barrios también han cambiado,nuestros hijos ya no disponen de recreaciones que lleguen a maravillarlos,hoy los maravillan los celulares o las consolas de juegos, ya no compartenel tiempo con otros chicos, son casi autistas de la vida…ya no hay másbocinas en viejas camionetas y mucho menos, niños corriendo detrás deella.

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ESTELA PREPARA A LOS CHICOS QUE NOS VAMOS A LA PILETA

Allá por los años sesenta, todos los balnearios, recreos o toda otra diversiónque implicara arboleda y piletas para el solaz esparcimiento de todosaquellos que de una forma u otra, careciéramos de casas quintas o piletasen nuestras casas y que no podíamos costearnos el viaje de unas cómodasvacaciones, eran los lugares elegidos para un soleado fin de semana.

Se elegían las que estuvieran de moda y que ofrecieran buena comodidadpara las familias, las cuales tenían que tener un ambiente acorde ,mesas ybancos a la sombra, parrillas, vestuarios y duchas limpias , como tambiénun precio razonable para toda la gente …entonces ¡ allá íbamos!….algunosrumbeaban para la Costanera Sur, balneario gratuitito de capital federal,las piletas de Núñez o si no las costas de Quilmes, luego de… ¡ Un hermoso

¡…paseo en tranvía desde varios puntos del gran buenos aires , la Ramblade la ya nombrada Quilmes, punta Lara en ensenada ,y el tigre entreotros….aunque cuando los “Viejos” tenían unos pesos, optaban por elparque balneario “La Salada”.

Por esos años, en esa zona pululaban distintas piletas, una de ellas era “ElPuente” que estaba a la vera del Riachuelo del lado de ing.

Bunge, otra era “Villa Albertina” la más nueva de todas en Lomas deZamora, aunque un poco más lejos de estas , la “Ocean” y el balneario“Punta Mogotes”, pero ….sin lugar a duda alguna… La Mejor ¡…era elParque balneario “La Salada”…cuya estación de tren quedaba a unacuadra de la entrada principal, tren, cuya estación Principal esta al costadodel Puente Alsina ( Uriburu),lado provincia del Partido de Lanús.

Para llegar al parque, cruzábamos por el puente que pasa el ferrocarril, elpaso peatonal era tan angosto, que al cruzarnos con otras personas,debíamos hacernos a un lado para pasar

cómodamente y los días Domingos, había que esperar un largo rato, porquela cantidad de gente era enorme, la cantidad de visitantes era tanta, que losfines de semana, no se permitía el ingreso de camiones o colectivos.

Este Balneario, tena una extensión de unas ocho Hectáreas, con cómodos yconfortables vestuarios y duchas, lugares de comida, puestos deentretenimientos, tiro al blanco, tumba latas, etc., etc.,…sectores parapracticar distintos deportes, futbol, tenis, pelota paleta y hasta trapecios ybarras paralelas para actividad gimnásticas, la venta de café “Masagrán”una especie de café frío con limón, era la bebida preferida entre losvisitantes las comodidades de este parque, a lo ya nombrado le añado losiguiente, un lago de agua salada, de una extensión de 300 metros

, que en algunos lugares el ancho era de 20 a treinta metros, en el mismo sepodía disfrutar introduciéndose y al sumergirse frotarse con el barro delfondo, que según decían tenia propiedades curativas, ya que la creenciapopular le adjudicaba poderes para curar el reuma , dolores musculares yotras tantas dolencias , también se alquilaban una especie de botes de goma,que estaban realizados con cámaras de automóviles, que tenían un piso de

madera dura separadas unas de otra, unos tres centímetros y atadas entre siy también a la cámara, con unas sogas y también como complemento…unpequeño zoológico.

Pero la atracción principal eran las piletas, eran tres todas de grandesdimensiones, las de los chicos era cuadrada de unos veinte metros de lado,otra era para los no tan nadadores y la más grande de las clásica medidaolímpica, ambas tenían una gran torre en el centro, por donde recirculaba elagua de las mismas,…y todas de agua ¡SALADA!…todo esto estaba rodeadode un frondoso bosque

natural, donde los eucaliptos, las acacias, los paraísos, sauces, pinos, todosellos nos brindaban su fresca sombra

Cuando concluía la hora de las piletas, los jóvenes y los no tan jóvenes,todos se dirigían al patio de la confitería, que estaba casi en el centro delparque y rodeado de árboles y un cerco de arbustos que marcaba la pista debaile, baile que comenzaba al caer las primeras

sombras y que duraba unas tres horas así podía disfrutar la juventud queiba acompañada por su familia

Pero…todo ya es recuerdo, ahora la ropa, las zapatillas, la electrónica y nosé cuántas cosas más, sepultaron todas aquellas vivencias…lamentablemente todo se perdió, ya que este parque cerró sus puertas, en elaño 1961 fue así que se perdió un lugar emblemático, que quedó en lamemoria de aquellos que hoy lo recuerdan mirando de reojo esa foto enblanco y negro que descansa sobre un viejo armario.


JAMAS UN BULLYING AL MEDIA HORA

Una de las costumbres más habituales con este caramelo es escupirlo. Otra,debatir acerca de su duración o entender por qué lleva envoltorio diferentesi siempre tiene el mismo sabor. Cuando se habla del Media Hora, se hablade la golosina más polémica del mundo.

La grieta se da entre el ansioso del masticable y el paciente cultor delcaramelo duro. Y entre lo duros, el Media hora es Clint Eastwood.

Además, negro, gordo y duro de morder antes de los dos minutos.

Empezó a fabricarse en 1952... El responsable: Rufino Meana, un gauchocon base en Uribelarrea, Cañuelas, provincia de Buenos Aires. ¿Cómodefinir su gusto? Rufino lo bautizó “anetol”. La fórmula secreta es tanmisteriosa como la de la Coca-Cola y sólo fue revelada cuando Meana levendió la marca a una gran empresa nacional ya desaparecida, Stani.

Se cumplieron 37 años del cierre de la fábrica original, ahora los elaboraotra multinacional que no viene al caso nombrar. Solo que son más chicos,el sabor ya no es el mismo y le cambiaron los envoltorios.

De los caramelos que se siguen haciendo, es el más antiguo después delSugus. El Mu-Mú, otro clásico, dejó de existir en los ‘90.

El Media Hora (en rigor 1/2 Hora) tiene un reloj dibujado. ¿En qué horaestá? ¿Una y media? ¿Ocho? ¿Cambia la hora según el envoltorio? A mi

parece que ese reloj dibujado realmente anda… y,

¿Alguna vez duró lo que prometía?

En mi caso fui una excepción porque ningún chico los quería, era uncaramelo para gente adulta…gente que come nada más que este caramelo.

Ninguna golosina puede tener un sabor tan apocalíptico y contrahecho. Elsabor de la vejez, el gusto de un suéter lleno de humedad… es lo que teconvida una abuela que vive rodeada de gatos y lo único que tiene paraconvidar de un tazón lleno, son Media Hora comprados durante la últimaDictadura Militar…si, a estas cosas suele tener el gusto de una media hora.Pero a mí me gustaban y además no tenía la obligación de convidarlos yaque ni bien se enteraban lo que masticaba, nadie se atrevía a pedirme uno…era, digamos, un caramelo personal.

Cuando comenzaron a fabricarse se le atribuyeron cualidades digestivas,algunos solían decir que era aconsejable consumir uno después de cadacomida o antes de irse a dormir…que se yo, uno los comía a cada rato….losmedia hora si que fueron y son raros, había gente que prefería comer arenaantes que uno de ellos…y nunca se entendió su permanencia en elmercado…Desde el punto de vista histórico y nostálgico, los Media Horason testigos vivos de lo que eran las golosinas de otros tiempos. Para mí,pertenecen al patrimonio kiosquero junto a las pastillas DRF y el bocaditoHolanda, con el tiempo pude averiguar que aquel Anetol es un compuestoaromático con un gusto distintivo que combina anís, hinojo y anísestrellado…hoy, ya no vale la pena discutir como en aquellos años, sobre suverdadera duración, lo mismo ocurre con los fósforos tres patitos si esverdad que la caja tiene 222 o si el papel higiénico tiene los 74 metros. Loúnico verdadero es que debe ser la única golosina odiada y amada pormuchos…un par de veces al día ,deposito en mi boca un media hora, ymágicamente mi mente emprende una búsqueda de tiempos idos, juro quealgunas veces aparezco en el patio de mi escuela, otras, en el almacén delbarrio pidiéndole a don Pascual que me de unos cuantos que después papaviene a pagarlos…en algún otro, me veo andando en la bici prestada por

alguno, disfrutando el viento en la cara mientras masticaba uno…caramelosmedia hora ,un pedacito de cielo, que llevo adentro.

- 83-El 60 ya no se mas lo que fue

LA ALCANCIA DE LOS SUEÑOS

“Toma, aquí tienes las monedas del vuelto, anda y ponelas en laalcancía”…algo así me decía mi madre cada vez que regresaba del almacéno de la feria, también papa solía decirme algo parecido pero no lo hacía tanfrecuentemente más bien los fines de cada mes cuando algo le sobrabadespués de haber pagado las cuentas de la casa.

La primer alcancía llego a mis manos allá por el 57,con tan solo cuatroaños recién cumplidos ,a medida que crecía ,veía como infinitas monedas dediferente valor se iban acumulando en esa alcancía con forma de buzón.

Cuando se llenaba la vaciaba y me corría hasta lo de don Manuel, élferretero del barrio, a él siempre le estaban faltando las dichosas monedas

,siempre se quejaba que venían los clientes a comprar un par de tornillos yno traían el cambio suficiente, recuerdo la sonrisa y ese gracias que llegabaa mis oídos cuando me acercaba al mostrador de madera con cientos demonedas ,alzaba mis brazos y apenas si llegaba a ponerlas sobre él, acambio me daba unos relucientes billetes que atesoraba hasta regresar acasa y guardarlos en un lugar secreto de la habitación.

Pero ese buzón no fue la única alcancía que tuve, después vinieron otrasmás que cumplían la misma rutina, ser el depósito momentáneo de un dinerocon el cual llegaría a concretarse algunos de mis sueños.

Cuando llego el momento de reemplazarla opte por un clásico dentro de laamplia oferta que había, fue cuando le llegó el turno a un hermoso ycolorido chanchito, que comencé a engordar de a poco con más monedas yalgún que otro billete que me iban regalando

algunos tíos y tías que un par de días al mes nos visitaban, esos losenrollaba y los introducía por otra ranura que estaba junto a la habitual delas monedas, aquellos sueños estaban cada día más cerca de concretarse.

Junto con aquel porcino también pude hacerme de otra que tal vez fue lapreferida, a lo mejor era por el sonido que emitía cada vez que una monedacaía en su interior, era una campana totalmente dorada ,y ese tolon, tolonsonaba a música , fue la que más tiempo conserve hasta cierto día que seperdió en una de las tantas mudanzas pero por suerte para ese entonces ya

me había convertido en un adolescente y continuaba ejerciendo la buenapráctica del ahorro en una libreta de la caja nacional que me habíanentregado en la escuela.

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No puedo sin embargo describir la felicidad que sentía cada vez que vaciabaesas alcancías, no se tampoco la cantidad que había, el dinero ha idomutando tanto que perdí la cuenta, solo sé que me permitió llegar a ese autoa fricción o al telescopio. También me permitió hacerme de algunos libros,un escalectric y cambiar el portafolio marrón de quinto grado.

Hoy me entristece ver como se ha perdido la cultura del ahorro, como se haperdido el valor de ese tiempo en que uno le dedicaba a juntar sueños, esuna pena no ver alcancías en venta pero lo que más lamento es que nadie sepuede llegar a maravillar ya de sentir en sus manos el peso de unas cuantasmonedas guardadas y la ilusión que ellas producían y todos sabemos quepasa cuando ya no nos queda ninguna ilusión…ese día ese día también seacaban los sueños.

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LA BOLETERA DEL COLECTIVO O…ESPERANDO EL CAPICUA

Viajar en colectivo siempre fue penoso ,sobre todo en aquellas horas deentrada y de salida del trabajo, la muchedumbre se agolpaba en cadaparada a la espera de las diferentes líneas que los llevara de regreso a sushogares…pero a pesar de tanto sufrimiento viajar se convertía con el pasodel tiempo en algo inevitable por lo tanto siempre se encontraba algúnmotivo para equilibrar la balanza ,uno de ellos eran los boletos, aqueldiminuto papelito se convertiría en objeto de observación: colores, diseño,letra utilizada para aludir a la compañía y… ¿algo más? Claro que sí: ¡elnúmero señores! Esas cinco cifras que supersticiosos y escépticos espiaban,más no fuera, con disimulo. Se trataba de un par de segundos a pura ansia einfantil tensión. Pero cuando el boleto caía en manos de su pasajero, lamirada husmeaba su garabateado motivo en busca de aquello que

propiciara el instante de felicidad, Ese que experimentaba públicamente unode cada 100 viajantes , la palabra capicúa se asocia directamente con losboletos de colectivo. Esos que hasta mediados de los años 90 se imprimíanen series de 100.000, con una numeración que iba del 00000 al 99999.¿Cuántos capicúas había, entonces, por cada serie? Apenas 1000.

El boleto o comprobante del pasaje no era entregado en un principio y secobraba al bajar. Por esta razón a fines de los años 1930, los colectivoscarrozados traían en la parte delantera de su interior, sobre el parabrisas,un largo espejo que le permitía al colectivero ver a sus espaldas y controlarquienes subían y bajaban de la unidad.

Parece ser que la primera línea en utilizar boletos fue la 31 (hoy línea 60),el 2 de marzo de 1932, a poco de iniciar sus servicios. Tenía boleteras para8 rollos en sus unidades, pero no duraron mucho pues los choferesresistieron la medida.

Recién en 1942 fue incorporado por la Corporación, y en 1943 por unalínea particular, la 25. Las demás líneas comenzaron a incorporar el boleto,pero en algunas se pagaba al ascender y en otras al descender, hasta que el2 de enero de 1945 la Comisión de Control de Transportes dispuso el pagoal subir. Cuando el pasajero bajaba dejaba el boleto en una urna de vidriojunto a la boletera, que con el tiempo fue reemplazada por una bolsa.Cuando el colectivo llegaba a un control se vaciaba la bolsa para que losencargados la fiscalizaran. En la década de 1960 esto de dejar el boleto aldescender cayó en desuso, pero igual la frase “devuélvase al descender”continuó apareciendo al dorso del boleto.

El tiempo fue borrando hasta las palabras, ya no quedan opciones parapoder encontrarnos con algunos nuevos capicúas ,solo algunos felicesposeedores de algún vestigio de aquellos boletos serán quien les cuenten asus nietos entre cuento y cuento antes de dormir, que hubo una época dondeun minúsculo papelito podía hacer feliz a mucha gente.


LA CANCION MÁS HERMOSA

No ocurre frecuentemente pero hay días en donde deseo de todo corazónpoder viajar hasta esa infancia que paso tan rápido y sin darme cuenta,sería un viaje corto, muy corto, ya tengo inclusive el tiempo y los momentosque quisiera volver a repetir, sin dudas es en aquel patio de la escuelanúmero 14 de Monte Grande, un inmenso lugar donde nos formábamos cadamañana y al mediodía cuando regresábamos a casa siempre bajo la atentavigilancia de Sarita, la directora.

Justo al medio se ubicaba el mástil donde una hermosa y siempre pulcrabandera flameaba en libertad aunque solo hubiera una simple brisa, miscompañeros y yo la contemplábamos mientras recorría el trayecto desdeabajo hasta casi tocar el cielo.

Todos formados y en silencio estábamos atentos porque en instantescomenzaría a escucharse una canción, la más linda, de las que te llegan alalma y quedan por siempre en el corazón, fue la primera canción queaprendí de memoria y eso que siempre fui remolón para retener ciertascosas pero con ella me fue muy fácil, es que en cada palabra y con cadaestrofa, la piel se me ponía tensa y las piernas temblaban sin haber motivoaparente, no era mi salud ,eran los sentimientos que tenía aun dormidosdentro mío pero que ya comenzaban a fluir y a crecer como las uñas y elpelo.

El himno nacional Argentino me elevaba hasta alturas increíbles, alcantarlo sentía como si fuera parte de aquellos combates que nos libertaron,sentía que San Martin, Belgrano, Güemes y tantos más

me estuvieran agradeciendo esa incitación al coraje y la valentía, será poreso que mi voz en ese patio era la que más se escuchaba…ya no cantaba, elmío era casi un grito sobre todo cuando llegaba a la palabra libertad.

Definitivamente quisiera emprender ese viaje al patio de la escuela, quisieravolver a encontrarme junto al mástil y volver a entonarlo, pero tiene que serhoy ahora, porque siento que mi casa, o sea mi país, está necesitando conurgencia dadores voluntarios de fervor y patriotismo y deseo ser uno deellos.

La canción más hermosa debería estar presente cada día en cada uno denosotros porque en su letra y en su música llevan impregnadas gotas desangre derramadas por hombres que lucharon para que hoy tengamos estepaís aunque pareciera que solo quedaron retazos de aquellas cosas quesupimos conseguir.

La canción más hermosa debería ser entonada en cada acto, en cadaceremonia ,en cada manifestación sin tener que esperar alguna fecha patriaen particular para hacerlo, la canción más hermosa debería ser porejemplo, el corolario de toda actividad política, en ellas debería haber solouna bandera y una sola canción, porque se supone que pertenecen a estesuelo y que todos aunque piensen diferente, lucharían por mejorar la vida delos que aquí vivimos….pero por el contrario, solo entonan marchaspartidarias

,canciones que están alejadas de los valores patrióticos y que en sus letrasmuchas veces transmiten divisiones y odio.

La canción más hermosa debe estar presente siempre dentro nuestro como labandera en un balcón, debemos recuperar el habito de cantarlo y de gritarlosi es necesario porque es la única que está cargada de razón.


LA COLIMBA…A LA ESCUELA CON BOTAS

En la Argentina el Servicio Militar Obligatorio fue instituido en el año 1901por el entonces Ministro de Guerra Pablo Richieri, durante la segunda

presidencia de Roca finalizo con la muerte del soldado carrasco en 1994 …esta es una de las tantas historias que poblaron esos años…mi historia;

Era un martes a media mañana, varios muchachones que recién habíamoscumplido años, estábamos pegados a la radio en casa de uno de ellos, casitodos vecinos del mismo barrio…esa mañana del año 72 se sorteaba losnúmeros del próximo servicio militar que a todos nos tocaría…laexpectativa era enorme ,ese sorteo había logrado algo inesperado…quetodos estuviéramos callados por casi hora y media…orden 279,numero desorteo 549… se le escuchaba decir al locutor y seguía …orden 279,numerode sorteo 937 …ese soy yo¡¡¡¡¡ gritaba uno sentado en el piso y de un saltosalió corriendo de alegría…numero alto, se había salvado¡¡¡¡.

De esa reunión matinal fue el único que no llegaría a conocer la

“colimba”, derivación de las palabras corre, limpia y barre, el restodeberíamos esperar la cedula que nos llegaría a los pocos días parapresentarnos a revisación medica…esos días fueron terribles, fue una esperainterminable y encima la vieja detrás de uno calmándonos con frases como:“ tranquilo nene, mama te va a visitar los fines de semana y te lleva algorico”,” tienes que cuidarte, hacele caso a todos”, ”abrígate”....y uno másnervioso se ponía y si estabas medio enamorado de alguna piba, se teempezaba a cruzar por la cabeza un montón de pavadas( bueno, eso lopiensa uno ahora)….que me va

a dejar, se va a ir con otro, cuando regrese no va a estar más y otrasinconciencias.

Suena el timbre, era el cartero ,papa lo recibe ,le da las gracias y cierra lapuerta ..(párrafo aparte, que recuerdo ese del cartero tocándote el timbre ycomo ya lo conocías de tanto tiempo, te entregaba esas cartas que tantoesperabas)…me busca, me lo entrega y me dice…es para vos debe ser delejercito por el escudo….si, era lo que estaba esperando, nervioso lo abro yleo que debo presentarme en una semana en el distrito la plata a las 8…creoque me caí del universo…no reaccionaba, hasta que Andrés ,mi viejo, se diocuenta y con un abrazo me hizo regresar al presente…”sos un hombre, estoyorgulloso de vos, anda tranquilo y hace honor al apellido que tenes,esto es

algo bueno y algún día te vas a dar cuenta, mucho de lo que es tu padre ,selo debe al servicio militar”.

Siempre papa fue un ejemplo en mi vida, nunca se equivocaba por eso, suspalabras me fortalecieron y esa espera de 7 días se hizo más soportable.

Llegado el momento me presente a horario a esa revisación, luego de la cualme devolvieron la libreta con un apto absoluto escrito en ella, había otrasopciones en aquellos tiempos por ejemplo, APTO R, D.A.F. o I.T.S ,tambiéncirculaba un rumor que después se supo que solo era eso se decía que a losgay le ponían las letras AD (ano dilatado),lo que si es cierto es que elmedico te decía:” a ver, agáchese y abra el libro”…recuerdo que uno sehizo el vivo y cuando le preguntaron dijo “en que página” y le dieron talvoleo que lo mandaron directamente a peinar pingüinos.

A los veinte días nos tuvimos que presentar nuevamente pero esta vez ya noregresaríamos a casa, ese día nos subieron a los camiones y nos llevarían aese destino final que duraría un año o menos, si

teníamos suerte en lograr la primer baja. El Colegio Militar fue el mío, allíen El Palomar, me esperaban 14 meses de sufrimiento, esperas, dolores,

impotencia pero también una buena escuela de la vida, un aula inmensadonde pude aprender muchas cosas.

Lo primero fue valorar a la familia, a los amigos, a tu hogar, me enseñarona vencer dificultades, a compartir, me enseñaron el valor de esas cosas queuno creía insignificantes, aprendí a comer de todo, a levantarme temprano,a saber sacarle provecho al día y a comprender muchas cosas de esaadolescencia que comenzaba a transitar.

Cuando al toque de diana a las 5 de la mañana nos levantaban, lo hacía conganas porque un maravilloso mate cocido me estaba esperando, la ropaestaba limpia porque uno mismo la tenía que lavar y eso me hacía sentirútil.

Mama y papa me visitaban los domingos durante esos 45 días de vivac(entrenamiento militar en campamentos dentro del mismo regimiento),habían cumplido la promesa, me traían de todo, pero lo guardaba como elresto de los compañeros que después lo repartiríamos entre aquellossoldados que no recibían visitas.

Cuando me llego la baja y me entregaron la libreta firmada, el tiempo quetarde en llegar a la salida, pareció ser similar a mi estada en el lugar,quería irme pero mis piernas no, atrás quedaban historias, amistades,abrazos ,lagrimas, esfuerzos…pero creo que lo más importante es haberdejado a un jovencito que se convirtió en hombre.

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LA CRUELDAD DE HABER MATADO AL ADOQUIN

Una de las cosas más hermosas que tenía el barrio era sin duda sus calles,no eran calles comunes con un prolijo asfalto y cordones que seguían unalínea recta, las calles del barrio eran de adoquines, hermosas piedrascolocadas hacia qué se yo cuantos años, se conservaban intactas, no sufríandesgaste alguno y jamás se formaban charcos de agua durante díaslluviosos.

Es que entre uno y otro escurría perfectamente el agua que era recibidacomo una bendición por la tierra, recuerdo que de noche se podía verreflejado en ellos las luces convirtiendo la cuadra en un gran espectáculo, ysi la lluvia continuaba durante el día, salíamos a correr sobre ellos con elúnico cuidado de no resbalarnos pero para eso ya teníamos preparadasnuestras botas de goma negras, amarillas o rojas, eran las mismas queusábamos para ir al colegio.

Correr sobre esos adoquines era fantástico, y sentarnos en esos cordones depiedra completaría la aventura…aquellos adoquines resistieron todo eltransito que fue cambiando con el correr del tiempo, primero los carrostirados por robustos caballos, proveedores habituales de todo lo queconsumíamos, desde la leche hasta el pan pasando por los combustibles queutilizábamos para calefaccionarnos o cocinar, todo se transportaba de esamanera, con puntualidad absoluta.

Después vinieron los primeros vehículos a motor, que fueron cambiando detamaño y peso según las necesidades, colectivos,

autos y los camiones que comenzaban a poner a prueba a los heroicosadoquines.

Un vecino amigo de la casa me conto en aquellos años que dichas piezas depiedra habían sido traídas de canteras de Tandil, y que uno a uno habíansido esculpidos por artesanos talladores a mano y sudor, eran inmigrantesitalianos y españoles que trabajaban un montón de horas por día y que cadauno podía producir hasta 250,los había también de otro sitio ,de otracantera que si mal no recuerdo estaba en la isla Martin García ,pero fuerade donde fuera yo imaginaba en ese entonces la magnitud del trabajo y queseguramente la paga seria pésima como termine confirmándolo añosdespués cuando ya más crecidito me puse a investigar un poco la historia deaquellas hermosas piezas.

Pero llego la modernidad y con ella el asfalto….una mañana me despertó elruido a maquinarias en la cuadra de casa Salí a ver de curioso nomas y antemi asombro, estaban por ponerle una capa asfáltica a los honrososadoquines, los iban a tapar por siempre, los iban a borrar del mapa …comosi hubieran cometido algún delito

,iban a borrarlos para siempre y que no quedara ningún vestigio de ellos…que sacrilegio estaban cometiendo, el barrio ya no sería lo mismo pensé yno me equivoque, ante la primer tormenta medio barrio se bahía inundado,el agua no sabía por dónde ir y hasta entro en las casas de algunos vecinos.

Hoy, viendo documentales de otros países veo como miles de hermanos deaquellos adoquines tapizan las calles de ciudades Europeas, Viena,Ámsterdam, Zúrich son algunos que siguen defendiéndolos convirtiéndolosen piezas indispensables por donde transitan modernos transportes comopor ejemplo cientos de tranvías eléctricos.

Aún queda un puñado de calles perdidas en diferentes pueblos, a la esperaseguramente de un fatal destino por eso cuando veo alguna, sin pensarlo,me pongo a caminar por ella para sentir debajo de mis pies esa sensaciónque me llevara inexorablemente a recuerdos de un barrio cubierto debrillosos, queridos y entrañables adoquines.

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LA GUIA DE LA VIDA Disculpe señor la calle Bustamante me puede decircuál es …perdone pero no soy de por acá,…está bien gracias…hola buenosdías estoy buscando la calle Bustamante al 800 sabría cual es …mirejovencito vine a la capital por unos tramites soy de Lanús la verdad que noconozco la zona porque no pregunta en aquel puesto de diarios…ah biengracias…continuando con la búsqueda ,aquel hombre recién llegado deMendoza debía encontrarse pronto con aquella dirección ya que allí leestaría esperando su futuro empleo, era 1964 y la cosa no venía bien que

digamos ,la misma pregunta la había formulado varias veces y siempre lamisma respuesta ,el hombre no tenía suerte con la elección así que sedi9rigio a ese quiosco pintado de verde donde un canillita de varios añosestaba acomodando los diarios que acababan de recibir…hola buen díadisculpe pero acabo de llegar del interior y necesito encontrar la calleBustamante al 800 y nadie me sabe decir cómo llegar…el encargado delpuesto le dedico una sonrisa y junto a ella una palmada sobre el hombro fueel indicio de que había dado en la tecla por fin…tranquilo lo veopreocupado ,no se haga problema mire ve esa esquina de allá bueno esa esBustamante solo que deberá hacer 6 cuadras para arriba porque allí está al200 pero haga una cosa para que no tenga más problemas aquí tiene estaguía junto al plano de la ciudad de buenos aires solo tiene que buscar lacalle en el libro y listo, el visitante la acepto de inmediato pagando un parde monedas por ella, convirtiéndose en la mejor inversión de su vida…conella en su bolsillo comenzó a dominar el vasto espacio de una ciudad quecrecía día a día….casi como un juego ,buscar una dirección se simplificadaa una cuadricula

de letras y números, así Bustamante la encontraba fácilmente en la A 27

Fue un ser inagotable. De todos sus logros, el que más se asoció a sunombre fue el de la famosa Guía Peuser que permitió a muchos argentinos,a lo largo de décadas, orientarse no sólo en la ciudad, sino en el país entero.

El librito imprescindible de tapas rojas estaba presente en la mayor parte delas casas, pues a él se recurría por cualquier duda que se tuviera acerca dela Buenos Aires del momento. Cada calle y avenida, las líneas de tranvías,colectivos, ómnibus y trolebuses, salidas de navíos de ultramar, fluviales yde cabotaje, horarios de ferrocarril, direcciones de reparticiones públicas,consulados, embajadas, correos y telégrafos, la ubicación de los principaleshoteles… Todos aquellos datos prácticos que hoy no dudamos en buscar eninternet, una app o sistema de navegación, se indagaban en la guía.

Compañera indispensable en el bolsillo de los porteños durante sus 57 añosde existencia, a partir de 1887 se escuchaba consistentemente al pregón dela calle Florida gritar con entusiasmo:

"Salió la nueva Guía Peuser"

Quién fue Jacobo Peuser? Nació en Camberg, en la provincia alemana deHesse Nassau el 28 de noviembre de 1843. Llegó a la Argentina a los 12años, con sus padres y hermanas mayores, y dedicó su vida a la industriaeditorial. Murió a los 58 años, luego de haber sido una de las figuras claveen las artes gráficas de la Argentina

Su familia dejó Alemania en busca de mejores oportunidades. El padre deJacobo era un zapatero que trabajaba por cuenta propia y sin ayudantes, ysu mujer aportaba algo de dinero trabajando como costurera. Soñaban conuna vida mejor y se subieron a la aventura

de la emigración que los depositó en Paraná, cabecera de la por entoncesConfederación Nacional.

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Desde joven Jacobo se desempeñó como tipógrafo en una librería eimprenta de Rosario, hasta que ingresó en Buenos Aires al establecimientodel fundidor de tipos, impresor y editor alsaciano José Alejandro Bernheim,y con él tomó definitivamente el camino de las artes gráficas. Con su apoyo

adquirió en 1867 su propia empresa, la Librería Nueva, que se convertiríatiempo más tarde en La Casa Jacobo Peuser Ltda.

Planteó las bases de lo que sería la Unión Industrial. En su propia empresafundó la Caja de Socorros, un organismo mutual destinado a prevenirnecesidades de sus empleados y obreros.

El primer libro que salió de su imprenta, "Descripción amena de laRepública Argentina" de Estanislao Zevallos, fue un acontecimiento en lahistoria del libro argentino por la calidad del trabajo, la por nitidez de laimpresión y por la elegancia y solidez del encuadernado.

Se casó en 1872 con Juana Badaró y tuvo ocho hijos: Fueron mayormentelos varones, y algunos de sus nietos, quienes, condujeron los destinos de laempresa, hasta que, a mediados de los 60, la compañía quebró. Sus sociossiguieron editando la guía hasta, por lo menos, 1981.

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INFANCIA DE METAL

Hace algunos días necesite cambiar una chapa del techo de casa…tomeunos pesos y fui hasta el viejo corralón del que siempre me sacaba de algúnapuro...hice el pedido correspondiente y me dispuse a abonarlo…madre míacuando me dijo el precio no lo podía creer…solo era una chapa de metro ymedio…no todo el stock que tuviera …entonces Marcelo ,el encargado, meexplica que todo el hierro y la chapa se había ido a las nubes …buenoagregaría yo hasta el mismísimo universo y fue en ese momento que me vinoa la mente aquellos juguetes de chapa con los que jugábamos de chico, erande industria nacional ,una orgullosa industria nacional que producía casitodo lo necesario para nuestra vida…y de esos juguetes fabricados en chaparecordada uno en especial…el jeep loco que fue un verdadero furor entre lapurretada …tenía la particularidad de que al tener las ruedas delanterasmontadas sobre un solo eje central, el tipo andaba dando vueltas y vueltaspara cualquier lado llevando en su interior a una figura que hacía deconductor cuya cabeza también iba para cualquier lado…se le daba cuerda

,una cuerda que incansablemente soportaba los mil intentos que por díahacíamos para que no dejara de girar, la litografía, técnica utilizada paraimpresiones sobre superficies como piedra o justamente chapa

,era de unos colores vivos y hermosos si hasta se podían ver detalles como eldibujo en los neumáticos que eran del mismo material…pero no solo estabaeste majestuoso aparato con el que disfrutábamos los varones, ellas teníanlos suyos….juegos de cocina, elementos para amueblar una casa demuñecas como la heladera y lavarropas, las

mesas y sillas también eran fabricadas del mismo material

…patrulleros, camiones de bomberos y hasta réplicas de autos de calle quecirculaba a diario…Ford falcon, chevys, fiat 600,valiant ,los Torino y tantosmás…no eran tan caros ,siempre podían echarle mano nuestros padres y dospor tres se aparecían con una caja bajo el brazo generalmente el mismo díaen que cobraban el sueldo…saben algo?...cuesta continuar a veces estashistorias porque uno no llega a entender como hicimos para tirar todo lohecho por la borda, tampoco me doy cuenta cuando paso…nuestra memoriaune lo de antes con este ahora y allí pareciera que solo pasaron minutos,todo está cerca …pegadito uno con el otro…pero me fui un poco lejos del

principio…les decía que estaba en el corralón con esa bendita chapa …bueno la pague nomas y me fui con ese tesoro abrazándola como si fueraaquel jeep loco que por unos instantes regresaba para hacerme feliz comonunca.


LA MESA DEL CAFE

En tiempos sin internet y con pocos teléfonos, poder verte con tus amigosera lo más grande que había, por eso a la salida del trabajo no existía unamejor frase que….Nos vemos en el café muchachos….ese café era el puntode reunión infaltable y urgente…el lugar propicio para compartir sueños,viajes, y futuros acontecimientos …el café siempre fue el lugar preferidopor todos

,allí, junto a una mesa que nadie osaría apropiarse porque entre muchoshabían logrado que fuera propia, si hasta tenían una escritura logradagracias a un pacto con ese gallego que los aguantaba desde que se yocuantos años…esa mesa de aquel bar fue donde garabateaste los primerosproyectos del casamiento con la chica de tu vida, proyectos que incluirían aesos amigos que serían quien te acompañarían a comprar lo necesario paraponer lindo tu destino final…tu propio hogar ,entre todos lo harían posible ycon cada uno pasaría lo mismo….en esa mesa se reunirían cada semanacomo si fuera el congreso nacional y sobre ella dictarían sus propias leyesvarias servilletas serian testigo de aquellas locuras ,algunas convertidas enhazañas tiempo después.

Nos vemos en el café muchachos¡¡¡¡…que gran frase no?...porque despuésde decirla ,te apurabas a hacer todo aquello que faltara porque el tiempopasaba de prisa y se acercaba la hora de esa reunión a la que por nada delmundo te perderías…era única e inigualable…al pobre gallego mucho quedigamos no le gustaba porque sabía que no era un buen negocio ,unos pocoscafés y mucho

tiempo ocupándola no dejaba casi nada pero…se respetaba, no habíaderecho de admisión alguno porque en el fondo era como estar en tusegunda casa.

Fue en esa mesa donde lloro Alberto cuando se enteró que iba a ser papa,compartió la alegría de Néstor cuando pudo conseguir ese trabajo queestaba buscando hacía rato, fue el lugar donde descargo su bronca Pascualporque había discutido con el viejo… y todos ,todos estaban allí .

Hoy ya no hay mesas así y menos aún se pueden escuchar esas charlas, esoscompromisos de unos hacia otros, las mesas de café son solo eso, mesasdonde un teléfono suplanto el calor de un… que necesitas, te quiero….tequieres casar conmigo?...me das una mano….te quiero contaralgo….gracias por ocuparte de mí….tengo un problema….y otras que ya noformaran parte de ese congreso improvisado, a veces suele verse a lasperdidas, alguna mesa que no quiere dejarse llevar por la modernidad y estáallí estoicamente dispuesta a ser invadida por nostalgiosos ya entrados enaños muchachones grandes sobrevivientes de aquel tiempo y de aquellafrase…nos vemos en el café muchachos ¡¡¡¡…y a paso lento uno a uno sevan sentando, son pocos y el mozo ya no es el mismo y aquellos planesescritos en una servilleta se han transformado en hermosos recuerdos.

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LA MUERTE DEL CALENDARIO

Hubo un tiempo en que todo el mundo hacia calendarios: los había debolsillo y también de pared. Respondía a esa eterna necesidad de controlarel tiempo, esos pequeños o grandes acontecimientos de nuestras vidas, esasfechas de carácter personal o doméstico: un cumpleaños, un examen, elinicio de las vacaciones, el aniversario de casados…

En casa, recuerdo, los calendarios ocupaban un lugar preeminente en lasparedes de la cocina , En el comedor, los dormitorios, no existía el imán asíque la heladera estaba a salvo para estas fechas todo el mundo te regalabauno ,el almacén del barrio, la farmacia la fábrica de pastas la panadería ,elferretero…también cuando ibas a la feria esos dos días en la semana, loshabía en todos los tamaños y hubo años en que pareciera haber una carrerapara ver quien los hacia más grandes o más hermosos. Muchos terminabanen manos de vecinos, o parientes y amigos porque no sabíamos qué hacer

con tantos, pero resulta que a todos ellos les pasaba lo mismo así queterminábamos intercambiándolos y muchos iban a para a algún cajón y allíse quedarían hasta el fin de los días. Los calendarios formaban parte delciclo de nuestra vida. Allá por Navidad, acabando el año, llegaba uno nuevocon el numero siguiente, era la llave a un nuevo tiempo, ignoto,desconocido, pero repleto de ilusiones y esperanzas de lo que nos depararíala vida. Hoy en día pareciera que la fiebre de los calendarios no es la queera tal vez por su costo o porque ya no causa ese furor de antaño, y claro sitomas el celular y allí tienes todo.

Los calendarios de pared así como los de bolsillo eran los más queribles, losde pared ,también llamados de taco, aquellos que le arrancabas a primerahora del día la hoja para que apareciera uno nuevo, tenían diversos usos, enel dorso de cada hoja podían leerse poemas, partes del Martin Fierro, losnombres y las historias de todos los santos ,muchos de los cuales le daríannombre a algún recién nacido además del infaltable calendario lunar… perolos había también : artísticos, deportivos, paisajísticos, Cuandoarrancábamos cada hoja, el tiempo pareciera que corriera más despacio yveíamos pasar los meses, las estaciones y los primeros años de nuestrasvidas.

Hoy tenemos calendarios en nuestros ordenadores, y en nuestras Tablet,incluso podemos disponer de un calendario permanente que nos indicaríapor ejemplo en que día de la semana caerá el 17 de julio de 2045 pero no eslo mismo, aquellos calendarios eran otra cosa.

En ellos dejábamos constancia de nuestro paso por la vida, jeroglíficosfácilmente descifrables, y algún que otro corazón el día que nosencontramos con el amor.


LA NOBLEX DE LA ABUELA

En la habitación del fondo, en el placar, dentro de una prolija funda naranjaque antes fuera mantel. Allí guardaba mi abuela la Noblex 7

Mares. Botonera, seis bandas, oronda antena telescópica y tapa protectoracon elegante mapa de usos horarios. “¡No toque, eh!”

Tarde de torta negra, té y pedidos de silencio: “¡Shhh!” El cuerpo reclinadosobre la mesa y la oreja pegada al parlante para encontrar entreinterferencias y ruidos molestos el eco de una voz que la transportara denuevo a su tierra, lejana en el espacio y en el tiempo.

El indicador largo recorriendo el dial de izquierda a derecha y de derecha aizquierda, timoneado con habilidad, con la puntita de la lengua afuera paralograr precisión. Dos centímetros de trayecto podían llevarte de viaje porseis países europeos y dos distantes territorios asiáticos

En el momento en que se lograba la sintonía no se podía pensar en hacer niun solo ruidito. Nada. Yo dejaba de jugar: comprendía el ritual y suimportancia. Me parecía suficiente fortuna poder ver a mis abuelosescuchar la radio.

Una vez al mes, mis abuelos viajaban hasta la ciudad vecina para cobrar sujubilación y aprovechaban para quedarse un par de días en lo de la tíaOlga. Descubrí que antes de irse, la abuela guardaba la llave del placardentro de una cajita de música que a su vez ocultaba debajo de un par demedias de nylon hechas un bollo en el cajón de la cómoda. Entonces

esperaba con impaciencia la llegada de la noche; que papá se pusiera a verla tele y mamá a cocinar.

Y como si fuera una misión de espionaje, me metía en la habitación de losabuelos y revolvía la cómoda para dar con esa llave. Abría el placardespacito y allí estaba, en su funda naranja, la 7 Mares prohibida, No medejaban enchufar cosas, pero no tenía forma de conseguir las doce pilasgrandes que la radio necesitaba. Con cuidado constataba que se encendieray corría a apagar la luz.

A oscuras, con la única luz del led indicador de encendido, comenzaba miaventura. Primero seleccionar la onda adecuada, descartando las que medevolvían palabras que podía entender.

Después ponerme cómodo en el piso, acostado boca abajo apoyándome enlos codos. Y como si necesitara aún más oscuridad, cerrar los ojos ydisponerme a imaginar palabras extrañas con entonaciones aún másextrañas.

Sonidos que se adivinaban música y desaparecían pisados por una voz enalemán, o en sueco, o en húngaro. La BBC imponiéndose sobre todas lasdemás, con un inglés tan claro que casi se podía comprender sin saber nada,pero nada, nada de inglés.

De pronto silencio abrupto. Y a tener que tantear rápidamente la perilla delvolumen, confundiéndola casi siempre con el regulador de graves queestaba al lado.

Buscaba algún misterio, uno cualquiera. Era tan raro todo que seguramenteen cualquier momento surgiría algún hecho inexplicable, voces imposibles,lejanas, sonando preocupadas, serias; dándome dimensión de las distancias,de las diferencias, de la inmensidad del mundo y de mi pequeñez.

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La luz anaranjada de la mañana se filtraba por entre las cortinas y meacariciaba la cara. Me levantaba dolorido después de varias horas sobre laalfombra. La radio ya no estaba. No me atrevía a preguntar qué habíapasado con ella, quién se la había llevado: si no había sido mamá, podríaquedar en evidencia. Lo cierto es que todos los meses la Noblex volvía aestar ahí, en su cárcel naranja de tela, esperando mi rescate.


LA PEATONAL DE LA VIDA

El reloj de la oficina estaba por marcar la hora en que todos nosdespediríamos hasta el lunes, como cada viernes faltando pocos minutospara las seis de la tarde, un sinfín de buenos augurios para ese fin desemana se colaba en cada escritorio, si hasta en la oficina del gerente sepodía escuchar ese …”hasta el lunes ,pásenla lindo”, expresivos abrazos,manos estrechadas y algún beso robado a Mirta, la telefonista…

inmediatamente segundos después que la aguja mayor había corridoalgunos segundos del número doce ,salíamos en manada al pasillo para queun ascensor nos llevara cuatro pisos abajo donde un aire fresco se podíasentir proveniente de la calle…la Av. Corrientes seguía allí intacta ,tal cualla habíamos visto por última vez ocho horas antes.

Pero ,qué hacer ese viernes…no había apuro por regresar a casa, no habíaapuro por correr al micro que se nos estaba yendo y sin el cual perderíamosel tren ,no…no había apuro además era Junio y a esa hora ya estaba casioscuro así que había que disfrutar de un tiempo para uno mismo, disfrutarde una Buenos Aires que en los años 70

brillaba por todos lados, se podía ver la vida a nuestro alrededor a cadapaso que dábamos y por suerte ya a esa hora nadie corría llevándose todopor delante porque todo ya se había hecho y los bancos cerraron a lascuatro de la tarde.

Clave la mirada hacia el obelisco, ese monumento inexplicable, blancoapuntando al cielo, al otro lado del mismo estaba la calle

Lavalle, la segunda peatonal después de la calle Florida pero a diferenciade esta, Lavalle era como la popular de un estadio de futbol, había otragente, más sencilla con otros hábitos quizás, a Florida la visitaban losturistas, mujeres aristócratas elegantes y señores haciendo negocios.

Cruce decidido la 9 de Julio y comencé el derrotero por esa peatonal dondeuna muchedumbre se agolpaba delante de cuanta vidriera existiese,hombros con hombros, choques permanentes, empujones, en fin toda lavariedad de delicadezas estaban expresadas en esas seis cuadras donde loscines convivían con pizzerías, estas con parrillas, confiterías, quioscos,puestos de periódicos, lustradores de zapatos, sastrerías, cafés al paso etc.

Ese mes se estrenaban varias películas y en las salas se formaban largasfilas, algunas de ellas de más de una cuadra sobre todo en aquellos cuyacapacidad era mayor…el Atlas, el Trocadero, el Monumental, y seguíanmuchos más… Normandie, Sarmiento, Hindú, Luxor, Select Lavalle,Electric…uf…debo esforzarme para seguir recordándolos porque erantantos, existían tantas opciones que a uno se le hacía difícil elegir alguna…

Las disquerías sumaban su aporte, grandes bafles en la vereda hacían uncontrapunto difundiendo los tema que se imponían por entonces…galeríasBroadway y discos Opera eran las dos cadenas más importantes, habíaotras más pequeñas casi un par en cada cuadra lo que brindaban una genialmúsica funcional que acompañaba el paseo.

Noche ya de viernes, el regreso a casa había pasado a un segundo plano,mientras caminaba miraba de reojo cada cartelera… tiburón, el padrino,taxi driver, la guerra de las galaxias, american grafiti solo eran unas pocasmuestras de cuanto ofrecía cada sala…mientras el

aroma a pizza recién salida de hornos a leña me estaba haciendo perder lacabeza, era como si un par de manos me estuviesen empujando de un ladohacia el otro…que hacer? Primero cine y después la lujuria o alrevés?...bueno había que decidirse y como siempre tuve claro misconvicciones...enfile derechito para Roma, la mejor pizzería de Lavalle enaquellos años…era un paraíso, tuve que buscar bastante antes de encontrarubicación ,gente comiendo de parado como era costumbre, familias en casi

todas las mesas, parejas recientes , un vasto universo de seres que por unrato se olvidarían de sus problemas….había rostros alegres, había risas,había música…un psicólogo no encontraría trabajo en ese sitio, endefinitiva había ganas de disfrutar la vida.

La peatonal Lavalle era así, cada noche de cada día…en ella me zambullíacada vez que podía como una forma de soltar aquellas ganas que unoacumulaba durante las jornadas de trabajo y a pesar de apretujones y deempujones uno se sentía libre…

Miro el reloj, las doce menos cuarto, ya es tiempo de emprender el regreso…a solo un par de cuadras el colectivo 39 sería el encargado de llevarmehasta plaza constitución lugar donde una hora después, el tren llegaríahasta casa…atrás había quedado una noche fantástica, mágica de viernes,aquella excursión por la peatonal Lavalle me había dado motivos suficientespara continuar siendo feliz…

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LA PRIMER BIBLIOTECA

Finales de 1968, mis padres me regalaron una biblioteca de madera con 20libros finamente encuadernados. Y claro esta, con 10 o 12

años, no valoré en ese momento la importancia del regalo.

Es común que siendo niño o joven, generalmente no se aprecie o valore loque uno posee, en su verdadera magnitud, también ocurre con las personas,los consejos y muchas acciones más. Puede que tenga que ver con el hechode vivir propias experiencias o tener lo que uno cree más necesario uoportuno.

La Biblioteca con sus 20 valiosos libros permaneció, como dicen las rimasde Bécquer, “del salón en el Angulo oscuro, de su dueño tal vez olvidada.”

Esperé un tiempo para sacar de su letargo el tomo nro. 1, le di una ojeada,mire con mucha atención las fotografías, al principio fue solo eso, ver

imágenes. Pero Otro día fui al tomo nro. 20, pero no había un final,posiblemente pensé que era como una novela o cuento editado en capítulos.Finalmente quedé atrapado por la colección de 20 tomos llamada “El tesorode la Juventud”.

El Tesoro de la Juventud es una enciclopedia editada por W.M.

Jackson Inc. en la primera mitad del siglo XX. Miles de niños en Argentinala tenían, porque se vendía de casa en casa en cómodas

cuotas mensuales, en edición normal, pero había otra llamada de lujo, queincluía una pequeña biblioteca de madera finamente terminada.

Un verdadero tesoro, que también incluía cuentos, historia, geografía, física,química, fotografía, y descubrimientos. Por aquellos tiempos, no era difícilposeer conocimientos, llegar a un libro era posible, solo había que darsecuenta que la lectura era un buen comienzo para lograr llegar a convertirlos sueños en realidad.

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LA RISA, ESE INFALIBLE REMEDIO

Cuando uno está en esos días en donde las cosas no salen como quisiera,cuando las discusiones ocuparon el mayor tiempo desde que te levantaste,cuando sientes que estas a punto caramelo de un gran agotamiento, la risaes lo indicado.

Así es, aunque parezca osado decirlo, junto con la risa soplan vientos quedespejan esos nubarrones que andan dando vueltas sobre nosotros, y evitaen muchos casos, que se desate una gran tormenta en nuestro interior.

La risa prolonga la existencia, hace que nuestra vida se torne más fácil, másllevadera y las arrugas producidas por unas carcajadas, sean las mejorescicatrices que podamos tener.

Durante las décadas del 60 y del 70, muchos se propusieron hacer de la risaun reto diario, y varias veces al día tanto en radio como en televisión,actores fenomenales nos cautivaban con graciosas monerías sin apelarcomo hoy día, a golpes bajos o a la grosería, sabían que del otro lado habíafamilias enteras que estaban esperando esos momentos para disfrutarlos.

Apelando a mi memoria que a veces me traiciona y permite que se mepianten algunas cosas, rescato a seres que me acompañaron desde unainfancia inolvidable, pasando por una adolescencia difícil y dejaron sushuellas en esta adultez que tránsito.

Después de la escuela por ejemplo, el capitán piluso me demostraba que conhumildad y el buen trato se podía hacer reír a una edad

donde no era fácil lograrlo y su cartuchera sin revolver era un mensaje a lano violencia, me enseño que la amistad era compatible con mi persona comoél lo era con Coquito, su compañero de programa…por las noches otragente linda aparecía por ese aparato que no hacía mucho tiempo habíanacido ,la televisión entraba al comedor de casa y la tuerca nos ofrecíasketch tomados de la realidad diaria, la mordida, los jubilados y el arbolitoson ejemplo de ello, Joe Rigoli, Vicente Rubino, Carlos Scaziotta, MarcosZucker y un gran elenco les daban vida a esos momentos.

Carlitos bala hacia lo imposible para que todos dejemos el chupete, junto aun histrionismo envidiable y algunas preguntas difíciles como

….que gusto tiene la sal, nos esperaba en esas tardes de otoño junto a laestufa a leña, la revista dislocada creada por Delfor Amaranto Dicasolo,lograba que la radio le disputara a la tv la preferencia de la gente, si noshabremos reído con esos genios del humor que la integraban…AlbertoLocati, Ivan Grey, Mario Sapag, Mario Sánchez, Juan Carlos Calabro, NellyBeltrán, Jorge Porcel y Tristán, con libretos de Aldo Camarotta.

Juan Carlos Mareco, pinocho, nos traía ese humor rioplatense tan pegadizo,tanto, que al otro día de verlo, los repetíamos a cada sitio que íbamos, GogoAndreu y su Hermano Tono también festejaron con nosotros la necesidad dereírse, como lo hicieron años después los Uruguayos de telecataplum,después llamado jaujarana e hiperhumor …Ricardo Espalter, EnriqueAlmada, Henny Trayles, Berugo Carambula, Eduardo Soto y EduardoDangelo, marcaron a fuego esa adolescencia y dejaron huellas que nosacompañan aun en este presente.

De los finales del 69 a los 74,una familia se asoció a la nuestra, cadadomingo compartíamos juntos tallarines o ravioles ,nunca un asado,

es que como buenos tanos que eran, los campanelli le entraban a las pastassin miramientos, Adolfo Linvel ,con esos ojos desorbitados y casi siemprehumedecidos por unas lágrimas que te emocionaban, era el director de esaorquesta que nos entregaba pedacitos de verdades cotidianas, Santiago Bal,Claudio García Satur, Alberto Anchart, Maria Cristina Laurenz, TinoPascali, Osvaldo Canónico y claro, quien tenía que soportar el mal humordel dueño de casa ,su mujer Menchu Quesada.

Los adultos de la casa también tenían su risa asegurada, Darío Vittori traíacada sábado por la noche unas comedias desopilantes con ese humor ya

pasado de moda pero en esos años muy efectivo, teatro como en el teatro fueun ciclo que durante varios años permitió que la cena se prolongara hastacasi la medianoche.

Y un día un tal Juan Carlos Mesa crea mesa de noticias que todas lasnoches nos sacudía esa pesadez diaria brindándonos alegría a raudales, unnoticiero de la felicidad diría yo, lo secundaba un tipazo tristementedesaparecido…Gianni Lunadei que además podía hacer comedia y dramasin problemas, o sea, un señor actor.

Aquí debo detenerme ya que no intento hacer una enciclopedia del humor,sino simplemente reconocer a muchos que el olvido lo fueron alejando denuestras vidas y eso no es un buen pago por todo lo que hicieron pornosotros, porque al menos a mí, me supieron acompañar con esa taza dechocolate caliente que a la tarde, me servía mama con unas tostadas de pancasero y una mermelada de ciruelas sin agroquímico alguno que habíacomprado en la feria.

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Lo arriba narrado pertenece ya al pasado, pero la risa…la risa es eternaamigos, eterna y tan importante como la necesidad de respirar un buen aire.

Una aclaración importante, cuando esfuerza la memoria, cuando la exprimesaca de ella tantísimas cosas que hasta se llega a asombrar de algunas deellas, sin embargo ocurre también que en ese viaje al pasado otras tantas

van quedando dentro y generalmente para siempre por lo tanto pidodisculpas ante la ausencia de algunos nombres pero juro que todos están allídentro, esperando salir algún día.

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LA TERRAZA DE TIA TERESA

Hermana de mama, teresa era la tercera de la lista de ocho que nacieron enépocas donde nada era fácil pero las familias se agrandaban cada año, algoque nunca supe como lo lograban pero a ninguno les faltaba nadaseguramente esos interminables días en que no veía a papa seria larespuesta, es que se iba temprano y regresaba por la noche cuando todosdormíamos.

La tía teresa vivía en la calle Curapaligue al 800,en una linda casa de dosplantas ,no muy grande pero confortable con el espacio necesario para queentrara toda la familia cuando nos reuníamos en esos inolvidables domingosy si no alcanzaba porque se agregaba alguien más a último momento estabala terraza…si señores, una autentica terraza de aquellos años 50 yaentrados los sesenta, sus baldosas negras y blancas hacían juego con las decasi todas las del barrio ,paredes altas para que nadie intentase algo loco ysobre todo que los chicos estuviesen protegidos sin necesidad de que alguienlos cuidase.

Sobre esas baldosas bicolor transitaron triciclos, patines y bicicletas, unaslíneas improvisadas pintadas con crayones simbolizaba el arco donde nosturnábamos para soñar con ser los mejores arqueros del mundo, las niñas sesentaban en un rincón sobre unas sillas de madera que algún abuelo leshabía puesto cariño y esmero al hacerlas, sus muñecas casi hablaban ypasaban de mano en mano cambiándose vestidos y zapatos.

Fue en esa terraza donde me di los primeros porrazos de la vida…es que mecostaba dominar ese triciclo caprichoso que se empecinaba en no doblar losuficiente y así comprendí la dureza de las paredes.

Para llegar a la terraza había una escalera de mármol con un descanso porla cual a media tarde asomaba la silueta de la tía teresa trayéndonos unabandeja con refrescos y algunas galletas caseras que fueron haciendomientras los hombres reparaban el mundo en un comedor donde los platosfueron reemplazados por cinco ceniceros que de mucho no servían ,era tal elhumo que la corriente de aire lo empujaba hacia la terraza aunque sinmolestar a los que estábamos disfrutando de una tarde más de domingo.

Como olvidar aquella terraza de tía teresa ,desde allí y a pesar de no estarmuy alto podíamos ver a los vecinos ,saludarlos, ver las sogas con ropatendida ,reposeras de madera, improvisadas parrillas algunas de ellastodavía con algún resto de comida, a lo lejos podía distinguir a viejoscolectivos Bedford de la línea 404,el que tomábamos para llegar hasta allí…pero además en esa terraza de tía teresa tenía la mejor vista del cielo ,uncielo que casi podía llegar con mis manos…terraza de la infancia …tanparecida a una alfombra mágica.

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LA VIDA EN BLANCO Y NEGRO Y A VECES, EN COLOR

O AQUELLLOS CINE QUE SUPIMOS CONOCER

Había que preparase para ir al cine, si señor estar elegante, los zapatosbien lustrados y el clásico saco y corbata para los caballeros y para lasdamas con lo mejor que se tenía en ese momento guardado en el ropero.

No todos tenían dinero ni pertenecían a una clase en particular, pero sitodos sabían que Ir un sábado a la noche a ver un estreno, requería deciertas formalidades éticas y culturales típicas de la época, como ser el buengusto para la vestimenta y un sutil toque de seriedad y sobriedad Porque elcine para la familia era eso... un hermoso ritual.

Grandes películas, espectaculares estrenos, calle corrientes, Lavalle y lasinterminables colas en las boleterías serian por siempre una postal emotivay nostálgica de aquel Buenos Aires que nunca dormía…como muchos denosotros.

Pero no solo el centro convocaba multitudes, muchos no precisaban salir desus barrios porque cada uno de ellos tenía su propio cine además de localesde comidas que se atiborraban de gente a la salida del continuado.

como olvidarme del tipo en moto llevando con los minutos contados lostachos de las películas de cine en cine ,todo estaba cronometradoperfectamente y nunca fallaba y los estrenos, los veías en el mejor de loscasos una semana después,ah…si...claro, las publicidades del barrio queadornaban el telón de la sala y los chiflidos agudos de algunos espectadoresenojados porque la película tardaba en comenzar ,es que el público seguíaentrando y la hora corría ,a veces

se escuchaba …che Alberto dale sentate de una vez ¡¡¡¡ es que alguienhabía reconocido a un vecino que llegaba tarde….si, así ocurrían las cosas.

Y después...

Bueno, después con unas monedas y tres películas en cartelera aquel cine debarrio sin dudas era la mejor opción que tenías en aquellas tardes en queestabas aburrido porque nada tenías para hacer.

El cine de barrio para nosotros fue ver y conocer… casi nada, Buscando enmi memoria recuerdo el Gran Rex que todavía increíblemente se conservasobre la calle corrientes, considerado el más grande de todo el país,construido en el año 1937 por el arquitecto tucumano Alberto Prebischsiendo el mismo que diseñó el Obelisco de Buenos Aires, Contaba con 2300butacas en total y una pantalla curva de 23,15 metros de ancho por 10,20 dealto, digo contaba porque hoy esta convertido en un teatro.

El cine América de la avenida callao casi Santa Fe era otra maravilla, consu espectacular frete vidriado y sus dos pisos…hoy convertido en un temploreligioso La misma suerte corrió la prestigiosa sala Tita Merello a pesar delas numerosas protestas y gestiones que no lograron cambiar su suerte,sobre la avenida santa fe otro coloso se erigía ,el Grand Splendid, porsuerte aunque hoy ya no funciona como cine la cultura sigue vigente através de una gran librería, considerada como la más linda del mundo.

De los exitosos cines Electric, Ocean, monumental y Luxor, en la calleLavalle solo quedan unas placas recordatorias y nada más.

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Los cines de barrio, no tuvieron mejor suerte que digamos, solo a modo deejemplo porque la lista sería muy larga y amarga también, cito a:

Del barrio de S. Martín cines legendarios como "El Ateneo" hoy un temploen Liniers los cines "Canadian" el "Gran Liniers" y el "Edison"

hoy demolidos fueron edificios increíbles con fachadas y ornamentos quemarcaron toda una época.

Majestuosos, imponentes y esplendorosos con su propia identidad y unaarquitectura personalizada para cada cine, los barrios se quedaron sinrefugios familiares salvo algún que otro que fueron recuperados pero sudestino sigue incierto.

Los pocos que sobreviven fueron convertidos como exprese antes en templos,garajes o supermercados. Así somos y así tratamos a estos y otrosmonumentos que fueron parte nuestra historia y creo que en todo somos así.

Parece que tratar de restaurar y cuidar cosas del pasado, te convierten enun viejo nostálgico , soñador o vaya a saber que luego te ven como a unquijote destartalado que lucha eternamente por cosas tan estúpidas comorecuperar algo de lo que queda de un pasado con una identidad tan nuestracomo los cines o las estaciones de trenes .

Si ya lo sé tal vez no sea un buen ejemplo recordar nuestras rabonas en laescuela ola rata como le decíamos pero como olvidar aquel día dondeíbamos con la novia y aquel primer beso que tardaba tanto en llegar y a lomejor el cine era la mejor oportunidad que tenías, claro siempre y cuandono te encajaran a la prima, el hermanito o a la tía de tu novia con vos no?

Espérate un poco que mi memoria empezó a funcionar de nuevo…si clarolos barrios de capital tenían maravillas como los del barrio de Floresta, elcine Minerva en la Av. Rivadavia, el Edison o el Júpiter.

Por Boedo el cine Los Andes, el cine Cuyo, el Select Boedo luego el cineBoedo En el barrio Monte Castro y el cine Febo.

En La Paternal, los cines el Sena, el Taricco, el Oeste, el Parravicini, elMitre luego el Río de la Plata, el Pellegrini y el Lorena.

El último registro nos dice que solo en Buenos Aires se destruyeron porcompleto 164 cines.

Faltan más barrios de aquí y de allá, la lista se hace interminable perohasta aquí llego, se me hace difícil explicar lo inexplicable, se me hacedifícil pensar cuantas cosas lindas se terminaron, se me hace difícil entendercomo la modernidad te favorece por un lado y te hace perder valiosas cosaspor el otro… ya fue suficiente, la función se ha terminado …en la pantallagrande la palabra fin aparece y el telón comienza a bajar, un par deporciones de muzza con un vaso de cerveza me están esperando en lapizzería de al lado.

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LA VIDA ES UNA HISTORIETA

No recuerdo bien cuando las descubrí, menos cual fue la primera que llegoa mis manos y no me pidan que les explique bajo que circunstancia, lo únicoque sé es que las historietas fueron parte importante de mis comienzos en eltránsito de esta vida …

fascinantes, en una época sin tecnología alguna, con elementos que hoydarían risa, las historietas fueron el medio que me permitió descubrir mejorese nuevo mundo al que despertaba, no me importaban otros elementos, esmás, las prefería antes que a un juguete ,por más bonito que este fuera.

A pesar de los constantes retos de los padres que consideraban la lectura delas mismas como una verdadera pérdida de tiempo, yo me aferraba más aellas, sobre todo los fines de semana, me llevaba varias de ellas a midormitorio, y las horas se iban volando junto a mi gran imaginación, mesentía cómplice de las aventuras que mis ídolos de papel me mostraban.

Así gracias a lupin el piloto, pude viajar a casi todos sitios del universo ensu aeroplano, además hasta me enseño electrónica, física, arquitectura e

ingeniería, básica claro está, pero cada 15 días, en el interior de la mismatraía los planos de algún elemento que deberíamos construir, un barco, unaradio, un amplificador y que se yo cuantas cosas más, recuerdo que juntabamonedas para comprar los materiales necesarios de aquello que meinteresaba.

También viaje a la Patagonia Argentina, allí conocí a toda una familia detehuelches comandada por un indio sin arco ni flecha, era

un cacique que hoy, impartiría una justicia imparcial sobre nosotros,PATORUZU me invito muchas veces a compartir esas jugosas empanadas dela chacha, me dejo montar a su caballo pampero y hasta me contointimidades de Isidoro y de su tío el coronel cañones.

Pero ojo, también conocí a delincuentes, pero estos eran deliciosos, nadaque ver con los de la actualidad de carne y hueso, estos otros, a pesar deestar viviendo en un hogar de papel, tenían códigos

,tenían algo que los hacia queribles, tal vez hasta tenían una inocencia a talextremo, que a ninguno de ellos jamás se los llevo la policía, policía quedicho sea de paso, siempre nos daba algún consejo de cómo comportarse,afanacio fue casi casi un amigo, le envidiaba esa velocidad que tenía parasacarle hasta los pantalones a unos cuantos señores de buen traje a lasalida de un banco, sin violencia, sin armas ,sin malos tratos…si hastallegaba a decir que ni se nos ocurra imitarlo.

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Capicúa me mostraba otra faceta de la historieta, el tipo ayudaba a todo elmundo, todo el barrio lo buscaba cada vez que surgía algún problema, el meenseño la diferencia entre compromiso e indiferencia, de allí, que siempreintente hacer lo mismo, porque las historietas tenías eso, te hacían sentir la“obligación” de ser casi como ellos.

Después ,más adelante llego un gallego bonachón con los personajes en unarevista…anteojito ,que además fue la segunda arma empleada en la escuelapara hacer las tareas, la primera claro está, era el manual, García Ferrelogro llegar al alma de cada uno de nosotros, el tío antifaz, pucho ,serrucho,y el de mayor corazón, larguirucho…a todos ellos los traía a casa cadasemana gracias a la buena predisposición de mi viejo que compraba larevista, tijera en mano recortaba casi todo el ejemplar para las tareas delcolegio porque hasta eso tenían las revistas de aquel tiempo, todo eravalioso.

A dos cuadras de casa estaba la peluquería de don esteban, allí, como entodas, hacían los canjes de revistas, 2 por una…de esa manera siemprerenovaba las que tenía sin gastar un peso…me deslumbraban las deaventura, eran de editorial Novaro de México…Superman, flash Gordon,linterna verde, el hombre araña y Roy Roger que junto al llanero solitarioeran las únicas de cowboy que leía.

La vida es una historieta amigos míos porque quienes escribían estasbellezas de lecturas eran gente como nosotros, qué interpretaban la vida ensu justa y cruda realidad, ellos no inventaban los personajes, solo bastabasentarse unas horas en la vereda y allí pasarían quienes días despuésestarían transformados en brillantes dibujos, y así seguirá siendo todo hastaque a cada uno de nosotros nos llegue ese último cuadro con la palabra fin.

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LOS ABUELOS DEBERIAN SER ETERNOS

Ser abuelo no es algo ocasional, algo que te ocurre de improviso como talvez sucedió cuando uno fue padre por primera vez, ser abuelo es la etapafinal que todo humano debería lograr transitar, el último escalón antes deese final que inevitablemente nos llegara.

Ser abuelo es una nueva oportunidad que la vida te da para que puedashacer todo aquello que por falta de tiempo o por descuido, no pudiste llegara hacer con tus hijos…ser abuelo es liberar el niño que uno nunca dejo dellevar dentro y ser uno más de esa camada de purretes que enloquecen atoda la familia.

Ser abuelo es compartir un tobogán y colarse en la calesita sabiendo quetienes como escusa a ese nieto que todo lo asombra mientras va girando y alo mejor hasta puedes sacarte esa esquiva sortija que ya te olvidaste cuantotiempo paso desde aquella última vez.

Ser abuelo es llevar siempre un botiquín de primeros auxilios cuando leregalamos aquella bicicleta e intentamos que aprenda a usarla, recordandotalvez una niñez propia de la cual conservamos algunas cicatrices.

Lo tenemos claro: queremos pasar la mayor parte del tiempo con ellos,llevarlos a mil sitios, enseñarles mil cosas, aprender con ellos y dejar unasemilla nuestra en sus pensamientos.

Ser abuelo es compartir un alfajor, una paquete de caramelos y también elpasearte orgulloso por el barrio diciéndoles a todos mientras miran…es minieto, exclamaba.

Si, ser abuelo es volver a ser papa pero sin tantas obligaciones, no tienesque educarlo, no tienes que acompañarlo al baile y no tienes que levantartede madrugada cuando al regresar, tira la casa abajo porque se olvidó lasllaves.

Ser abuelo debería ser eterno, debería ser la etapa más larga de la vida, lamás feliz…y no simplemente una foto en aquel cuarto.

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LOS BAILES DE LA FELICIDAD

Las pistas de baile han sido a lo largo de la historia ,lugares de encuentrosde parejas de todo tipo, espacios donde se unían soledades y era allí dondedejaban ese estado, al menos por el tiempo en que durasen ,luego de loscuales cada uno retomaba su rutina habitual salvo aquellos que lograban sucometido ,formar una pareja, pero no era trabajo sencillo, sacar a bailar auna muchacha se convertía en una aventura, era como escalar el Everest oatravesar el mato grosso, cada sábado por la noche era esperado con ansiasy también con nerviosismo dependiendo de las circunstancias …ya sea porver nuevamente a esa morocha de la semana pasada o intentar por enésimavez una conquista esquiva.

Bailar era algo maravilloso, se trasmitían sentimientos, sudores, seestrechaban manos las que al mismo tiempo se intentaban disimular sobretodo si mama había sido la compañía durante aquella velada.

Por un lado las niñas sentadas a un costado de la pista hablando entre ellasa la espera seguramente de que algún príncipe se decida por alguna deellas, al otro lado se podían sentir las voces de las mamas que entregadas alos asuntos del vecindario, no le quitaban los ojos de encima a susprincesas…y así trascurría una nueva noche mientras el disk jockeycambiaba el twist o rocanrol por el lento de moda a partir del cual losrostros y cuerpos comenzarían a acercarse un poco más y tal vez allí cientosde susurros al oído comenzarían su trabajo de seducción .

Sin embargo los más atrevidos ya se habían lanzado antes hasta dondereposaban las bellezas de la noche…un respetuoso… bailas?

Se repetía y ellas asentían con la cabeza y extendiendo la mano selevantaban y cada tanto miraba hacia atrás para envidia del resto.

No eran iguales aquellos bailes del 70 una cosa eran los del barrio que sehacían en la sociedad de fomento y ayudaba a recaudar fondos paraagrandar la cancha de básquet o comprar nuevos metegoles, otra diferenteeran los realizados en estadios donde además del disk jockey tambiéncontrataban a grandes artistas ,no existía el sistema de tiketek o la compraadelantada online, no de ninguna manera, te llegabas hasta la boletería a lahora que quisieras y comprabas tu entrada simple y sin problemas, losbailes también se hacían en casas familiares donde el espacio sobraba, enel, los hijos le pedían a sus padres si podían organizar un asalto el próximofin de semana a lo que accedían con la promesa de dejar después todo comoestaba …bueno al menos que hicieran todo lo que pudieran.

Y si…los bailes de aquellos años estaban cargados de inocencia, aventura,formalidad y decencia, lugares donde uno pasaba los momentos felices másrecordados como los que seguramente te estarán dando vuelta en la cabezaen estos momentos porque fuiste parte de ellos y hace tanto tiempo te estarásdiciendo pero no, fue ayer ….ayer nomas.

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LOS BARRILETES DE RICARDO

Ricardo no tenía familia, la tuvo pero eso había sido en otra época, nirecordaba cuantos años habían transcurrido. Cierto día Ricardo sintió lanecesidad de volver a su infancia, infancia que inexplicablemente sirecordaba perfectamente…

Por eso Comenzó a fabricar su barrilete casero y salió a remontarlo en unparque cercano a la costanera sur, cerca del monumento a las nereidas. Estolo hizo durante mucho tiempo y se fue haciendo conocido entre los visitantesde fin de semana…

Era común verlo con su Falcón viejo, llegar los sábados, estacionar ycomenzar a bajar todos los elementos necesarios, papeles, hilos, traposviejos. Allí armaba su barrilete y rápidamente el viento del río hacia elresto. Al principio, los desprevenidos lo veían con cierta curiosidad comodiciendo: “que hacia ese bicho raro por allí”.

Ricardo seguía en lo suyo, concentrado en ese trabajoso pero hermosomomento ya que para el “Remontar un barrilete es como buscar un sueñoallá en el cielo”

Pasó ese sábado y llegaron muchos más, ya no lo miraban como bicho raro,la gente se acercaba con sus hijos para preguntar, ¿a qué altura está?,¿cuánto hilo te queda?, ¿cómo se fabrica un barrilete?

Eran otros tiempos, otras diversiones infantiles y no tanto.., pero en estecaso, cada sábado se juntaba más gente con sus hijos…rodeaban a Ricardoy a ese Falcón cómplice …miraban las cañas, los hilos los papeles decolores…todo resultaba ser una pequeña gran feria…

Recuerdo una joven con su madre, la mamá le pidió a Ricardo que lepermitiera sostener el hilo por un rato, ese rato se hizo muy largo, era comosi por el hilo se descargara la ansiedad y las presiones de la gran ciudad.De a poco nos fuimos integrando a esa convocatoria, ya el tema pasaba porhacer el barrilete más lindo, más grande, con muchos colores….ya éramosmuchos los que esperábamos ese sábado para sumarnos a esa aventura enel cielo…

Hasta llegamos a aprender Las distintas trampitas para superar en altura ycontinuidad en el aire. A los más modernos les agregamos una lamparita enla cola con una pila, así de noche los podíamos ver en su vuelo, hacíamos

las colas con diferentes retazos de telas y los más generosos usabancorbatas en desuso….pero un fin de semana amaneció gris, estaba nubladoy los que nos atrevimos a ir igualmente a esa costanera, descubrimos queRicardo no estaba, transcurrió esa mañana y no aparecía…resultabaextraño porque siempre era puntual a esa cita con el viento…la tarde se hizomás gris y a Ricardo nunca más lo volvimos a ver, seguramente hizo unúltimo barrilete y remonto vuelo con él, nosotros seguimos yendo al mismolugar durante un tiempo más ,para seguir recordándolo cada vez quesubiéramos un cometa al cielo.

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LOS RELLENOS DE MAMA

Ver en el calendario que ya estábamos en sábado despertaba en mí unaalegría infinita, casi hasta emocionarme …pasare como tonto pero lossábados a los 7 u 8 años eran especiales porque el día siguiente seriadomingo…no …no es que saber los días de la semana me convertían engenio es que saberlo significaba que habría relleno en casa….relleno? sepreguntaran ustedes ….si relleno….déjenme que les cuente…mama era unaterrible cocinera ,hábil con las manos y muy creativa, los tiempos y el pocodinero que entraba en casa lograba esa combinación que hoy díaseguramente más de uno tendrá que aprenderla…habilidad, ingenio ycreatividad …bueno creo que es lo mismo…

Los domingos mama habría la heladera bien temprano y se fijaba quehabía, recién entonces lucubraba que nos haría como almuerzo, algo quedespués, lo que sobrara seria la cena.

Casi siempre preparaba monumentales rellenos que después irían dentro deinmensos ravioles, capelletis o sorrentinos….podía ser empanadas tambiéncon masa propia salida de sus manos.

Pero fuese lo que fuese había un relleno listo alrededor de las 11….hora enque me metía en la cocina aprovechando que mama había salido a buscaralguna cosita que le faltaba de la almacén de dora, lugar donde evitaba

mandarme por las infinitas veces que llegaba todo a mi regreso con faltantesen el pedido…y uno no aguantaba…aceitunas, pasas de uva, nueces…alguna que otra feta

de jamón…entre tantas no se iba a dar cuenta pensaba, pero ella me llevabaventaja en esta vida y con solo mirar ya se avivaba .

Así que si no podía hacerme de algún adelanto en el camino que mejorprobar lo que ya había en casa…de la cacerola de aluminio salía un aromaque me hacía volar…como esos personajes de los dibujitos viste?...tomabala cuchara sopera y le daba a ese relleno compuesto de carne cebolla,morrón, albahaca y huevo …estaba tibio todavía…cuando se enfriara seriael relleno de las empanadas que como genio que era me había dado cuentaque es lo que comeríamos ese día domingo.

Sin dudas los rellenos de mama eran únicos e insuperables…y hasta hoy, lesigo metiendo la cuchara en cuanta cacerola se me cruce….que se le va ahacer, los vicios no se curan.

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MI MADRE, EL ARBOL Y LOS SUEÑOS

Perdurables Instantes de navidad en familia)

Julio por favor te vas hasta la farmacia y le decís a don Álvaro que te de dospaquetes de algodón…es que me falta bastante nieve…

Con esas palabras mi madre me dio a entender que ya era tiempo de armarel arbolito, mire hacia el ya viejo calendario que nos había regalado donMario, el almacenero de nuestro barrio y allí estaba, el ocho de diciembremarcado en rojo, como un llamado de atención, no vaya a ser cosa que nospasemos de día, porque eso sería terrible.

María, mi madre ,había sacado del placar las dos cajas que contenían todolo necesario para que ese árbol, el que armaría ese día ,se convierta en elmás lindo de la cuadra…en esos tiempos de infancia uno ya había vivido ese

alboroto antes pero que se yo, cada fin de año era distinto, tal vez seríaporque uno esperaba que de esas cajas apareciera algo nuevo, algo que nosasombrara de verdad…con mucha paciencia mi madre me pedía que lefuera alcanzando los adornos, uno por uno …con cuidado nene¡¡¡¡mealertaba…mira que si se caen se rompen, claro, antes eran delgadas, comosi fuesen de vidrio y ante el menor golpe…zas¡¡ se hacían trizas.

Alcánzame las rojas me decía, esas van primero, menos mal que los coloresya los tenía muy ubicados, los sabía de memoria, Lucrecia ,la maestra quemejor recuerdo, me los había enseñado de maravillas.

Bien nene, ahora pásame las verdes y amarillas esos las pondremos de esteotro lado…me decía, y allí seguía mi madre ,sentadita sobre

un banquito pequeño ante ese árbol que nunca había crecido a pesar detantas navidades, luego de tener cada rama completa venían las tirasmulticolores que comenzaban en la punta y terminaban tocando el piso, quedicho sea de paso, mi madre le había colocado previamente unas hojas depapel madera arrugadas que también yo había sido el encargado deconseguirlas pero esta vez no en la farmacia si no en el mismo quioscodonde antes de entrar al colegio me surtía de algunas delicias.

Alcánzame las plateadas nene, y allí me estiraba hasta la caja más grande yse las entregaba ,a esta altura veía a mi madre como la mejor constructorade árboles de navidad del mundo, era muy detallista, nada se le escapaba…al cabo de un buen rato venia el momento más esperado….lacoronación¡¡¡¡esa punta que era tan larga que la pobre ultima rama sebamboleaba para todos lados pero ella con esa habilidad que lacaracterizaba le daba dos vueltas con esas cintas de colores y santo remediose quedaba quietita.

Pero faltaba lo peor, el momento más crítico de todos, las luces…no sé sipor cansancio o que, mi madre se levantó lentamente ,se estiro un poco yacerco una silla para alcanzar la parte alta del placar, se subió a ella ,estirolos brazos, abrió una puerta y tomo una caja de zapatos, se bajó y volvió ainclinarse delante del árbol, abrió esa caja misteriosa y de ella comenzó asalir una larga fila de cables con luces en apariencia todas blancas ycomenzó la pelea, todo era un enredo infernal, no podía encontrar la punta

y mientras lo intentaba me hablaba diciendo que si no encontraba la puntasería inútil…después de un forcejeo que duro un tiempo, lo había logrado…aunque era algo que no me asombraría ya que mi madre todo lo podía.

Ahora ….atención ¡¡¡la obra maestra estaba a punto de ser estrenadanuevamente, tomo el cable y lo acercó al enchufe en la

pared, silencio total, mis ojos ni pestañaban, no se atrevían a hacerlo noquerían perderse ni un segundo de ese acto maravilloso…conecto el cabley…gloria¡¡¡si¡¡¡¡el pequeño comedor se ilumino de todos los coloresposibles ,las luces se habían vuelto locas de alegría ,prendían y apagabansin tener un ritmo constante…destellaban sin parar y yo quería hacer unjuego intentando adivinar cuales colores prenderían después del verde y delrojo y del azul tan hermoso.

Ah¡¡¡que belleza entraba por mis ojos, cuanta felicidad sentía ,sobre todoporque era allí donde dentro de algunos días y si hacia las cosas correctas,el señor de rojo vendría a dejarme ese camión de bombero que tanto quería,pero el que tenía la escalerita que se subía y bajaba con una manijita, noquería otro.

Para completar el cuadro y para dar un final a esta monumental obraarquitectónica, mama comenzó a poner el pesebre debajo del árbol, tambiéndespacio y cuidadosamente…y yo seguía allí, extasiado por tanta maravillacon los paquetes de algodón en mis manos todavía, y sin que mi madre

notara que el árbol no tenía la nieve de otros años, bueno eso no importaba,al fin y al cabo lo importante es haber pasado toda una tarde junto a ella, alárbol y a los sueños.

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NOTICIAS EN FORMA DE POSTAL

Me quedaron algunas cosas por decir en las fiestas pasadas, el apuro y lafalta de tiempo conspiraron para que hoy por ejemplo recuerde

…Una de las tantas cosas lindas de aquellos años para estas fechas eran laspostales que ansiosamente esperábamos recibirlas de todas partes donde seencontrará un amigo o algún familiar, esas postales solían ser coloridas,desplegables y hasta con relieve que al abrirlas nos asombraba un muñecode nieve o un gran pino…las había musicales también pero a estas casisiempre le costaban funcionar

…pintores sin manos y las de Padelai o patronato de la infancia eran de lasmás solicitas y vendidas… recibir esas tarjetas nos llenaban de emoción einmediatamente de haber sido leídas las poníamos junto al árbol …hoy,pasados tantos años las nuevas generaciones no tienen la más mínima ideade lo que significaba abrir el buzón y encontrarnos con ellas, allí dentrohabía alegrías demoradas por el tiempo, amores, lejanos, amigos de loscuales hacía años que nada sabíamos de sus vidas…la modernidad acabocon todo eso, hoy día todo es más rápido, más instantáneo, por internetviajan los saludos y las noticias pero solo se ve en una pantalla ,nada estangible, no hay olor a papel ni a tinta fresca ,todo es más frio y sin vida…nada se podía comparar a ese cosquilleo que sentíamos mientras lasesperábamos, nuestra imaginación viajaba hasta límites insospechados…deesa manera nos enterábamos de nuevos casamientos, nacimientos y tambiénpartidas…todo estaba allí en esas postales que viajaban junto al viento.

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AROMAS

Ciertos olores ayudan a mejorar el estado de nuestra memoria ,la empujan air marcha atrás en el tiempo, a buscarlos y al encontrarlos uno comienza asentirlos como si fuera un estrecho camino por donde solo uno lo puedetransitar…o sea, quién pudo sentirlos.

Realice varios de esos viajes buscándolos y en uno de ellos me encontré conun par que me motivaron para continuar más adelante al encuentro de otros,estos a lo que hago referencia son el de la tinta fresca y el del papel, dosingredientes que al unirse conforman el universo de la sabiduría, llámeselibros periódicos o revistas y aquí es donde me bajo y disfruto.

Cuando se es joven a todo se le encuentra algo atractivo, después con elpaso del tiempo uno desecha pero en este caso ambos olores me acompañanhasta este presente con la diferencia que se hace a veces difícil podersentirlos ya que la tecnología les paso por encima y ahora casi todo tienebrillo producido por el cristal de un celular o una computadora, en ellas sepuede navegar en un mar de palabras pero nada se compara con aquellosaromas a sentimiento fresco, recién impreso mientras nuestras manossentían la incomparable belleza del papel.

Imposible olvidar aquellas mañanas al salir de casa con la necesidad deencontrarme con las noticias que me esperaban en el quiosco donde justo seencontraba la parada del colectivo, porque indefectiblemente en lugaresimportantes siempre había uno, todo se inundaba de aquellos puestos dechapa con varias hojas que se habrían bien temprano, dicho ejemplar meacompañaba durante el trayecto al trabajo y con él las primeras muestrasde imprenta

quedaban marcadas en mis manos, al regreso la cosa cambiaba, un par derevistas serian quienes estarían a mi lado en ese trayecto que nuca supe porqué se hacía más largo si el recorrido era el mismo…en fin tal vez paradarme tiempo de devorar aquellos ejemplares muchos de los cuales aúnconservo.

Pero tenía otro invitado cada día, este sería más, digamos, duradero porquelo iba leyendo de a ratos, despacio como para que cada palabra se fuera

grabando en mi mente, un libro seria como ese fiel amigo que te acompañasiempre, y por raro que parezca el olor a tinta fresca se conservaría pormucho más tiempo casi diría hasta después de haberlo leído por completo.

Existen olores que nos recuerdan nuestro paso por la vida, persistentes,inolvidables y únicos…y solo deseo seguir sintiéndolos hasta ese banderazofinal indicándome que ha llegado el final de la carrera.

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PALOMAS EN LIBERTAD

Año 1962,Buenos Aires estaba en su esplendor, podías caminartranquilamente, no existía el apuro, los bancos cerraban a las 4 de la tardeo sea que tenías tiempo suficiente para convertir un trámite en un paseo, lagente vestía casi toda bien, los hombres usaban el infaltable traje aunquealgunos sin chalecos, los jóvenes pantalones de vestir ,camisas lisas ofloreadas y pañuelo al cuello…Mary Quant había inventado en Londres laminifalda y ya algunas se atrevían a usarla, la mayoría sin embargopreferían las de faldas largas ,lisas o tableadas, en esos paseos uno podíadisfrutar de todo lo que la gran ciudad ofrecía, estábamos muy lejos detener que desviarnos por las rejas que hoy día dividen nuestras vidas.

El congreso nacional, los inmensos monumentos y particularmente todas susplazas ,eran visitadas por miles diariamente sin impedimento alguno, unotenía la posibilidad de pasear por sus cuidados caminos ,embellecidos porun verde césped rodeado de infinitas flores de todo tipo ,y en muchas deellas ,una fuente con agua cristalina coronaba el lugar, tampoco faltaban losbebederos de agua, un oasis para esos calurosos días de verano, infinitosbancos de madera estaban listos para ser utilizados por los paseantesregalándoles un tiempo de feliz descanso.

Todo esto estaba custodiado por el placero, un tipo bien vestido que recorríael lugar durante horas con la única misión de que todos respetaran eseespacio público para que sea eterno, con su uniforme gris, iba corriendo a

quien se atreviera a pisar siquiera ese verde que hacia la delicia de muchasparejas cuando podían.

En ese año, quien escribe esto, era un habitante más de ese espacionecesario para un alma que comenzaba a comprender las bellezas de lavida, fue mi hermano quien me llevaba los domingos a la plaza de Mayo, alllegar lo primero que hacía era comprarme una bolsa de maíz paraofrecérselas a mis amigas de fin de semana, las palomas, entre las cuales seencontraba mi preferida, una bien gordita casi totalmente blanca a la que lehabía puesto hasta un nombre, tati.

Claro, me costaba mucho encontrarla entre tantas y seguramente más deuna vez no fue la misma pero me daba igual, solo quería alimentarlas yverlas felices como recorrían esa plaza sin miedo alguno , pasado elmomento de las palomas y con una manzana con caramelo en la mano,caminaba junto a mi hermano hacia la casa rosada…que lindo era poderllegar hasta la puerta y ver de cerca a los dos granaderos que la custodiaba,me paraba delante de ellos y los contemplaba extasiado ,miraba esosuniformes tan prolijamente cuidados, y si levantaba más la mirada podía vera la aún más hermosa bandera como flameaba en el mástil ,ella también sesentía libre y soberana, lejos estaban los tiempos en donde mancharla ,convertirla en un simple trapo viajo y utilizarla para fines espurios, seconvertiría en moneda corriente.

Las palomas y esa bandera siempre fueron un símbolo de una Buenos Airesque ya no volverá a ser nunca la misma por más que la modernidad y latecnología la maquillen cada día y saben por qué?

Porque todo ahora tiene rejas, todo está lleno de barrotes que nos separande ese tiempo donde éramos felices y lamentablemente será por siempre, yano más palomas en libertad, ahora están aturdidas y escapan cada día delespanto y la crueldad, ya no más bebederos ni manzanitas con azúcar, alplacero lo jubilaron, ya nadie cuida el césped y las flores son pisoteadas adiario por aquellos que nunca apreciaran las maravillosas cosas de la viday además, las hermosas fuentes ya no tienen agua y si hubiera alguna ,seríautilizada para otros fines.

Por suerte, aún conservo algunas fotos de aquellos días sacadas por mihermano con la vieja y querida voitglander y ese rollo kodak quecompramos en el quiosco a la vuelta del cabildo.

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PANTALONES CORTOS VS.LARGOS

En el tiempo en que va de la terminación de la primaria, y antes de ingresara la secundaria, Se produce el conflicto de los 13 años. Veía a algunosadelantados, que comenzaban a lucir sus primeros pantalones largos. Elhecho de tenerlos nos ponía, en una escala que se desprendía de la niñez ycomenzaba a transitar el camino de la adolescencia.

Hablamos de los años 60, un año de acontecimientos en el país, queayudaban a ir tomando conciencia de hechos, que de una u otra manera tearrastraban a la observación y análisis, que iban sutilmente poniendodistancia con los juegos infantiles, sin dejar de guardar ese tesoro delmundo del niño.

En ese momento comienzan a competir los cortos versus los largos.

Por esos años mis padres no intuían ese conflicto, ni yo lo manifestaba.

Un día llega de visita mi tía Dora, hermana de mi padre. No recuerdo comosalió el tema, el resultado de esa charla lo definió ella.

Mañana te venís conmigo al centro y te compro un pantalón largo…me dijomuy cerca del oído sin que escuchara el viejo…

Para los demás solo Saldríamos de paseo con mi tía al centro, y nada más…ese día Regrese a casa. , vistiendo los largos, que habían sido acortados porla sastrería para hacer la botamanga de acuerdo a mi altura, esabotamanga que se llenaba de pelusa o tierra y había que cepillarla conmucha frecuencia.

Debo confesar que los primeros días me sentía un poco cohibido alpresentarme ante mis amigos/amigas y en el colegio. Pero al pasar deltiempo lo asimilé muy bien, y eso motivo que los cortos se archivaran parasiempre.

A partir de ese momento, de alguna manera impredecible comenzaba s asentirme empujado por un nuevo compromiso. “Ya tengo los largos, ¿yahora como sigue esto?

Mágicamente los largos, ayudados también por la pubertad, y con un pocode lo escuchado en las reuniones de la esquina con amigos de mi edad, yotros con un par de años o algo más de experiencia nos enseñaban lossecretos de la vida. Aquello que llamaban en ese tiempo “avivar”

A partir de allí, comenzó el cambio, un ascenso a participar en el mundo delos jóvenes que querían ser adultos rápidamente, como siempre ocurrió,ocurre, y seguirá ocurriendo, sin darle tiempo a los escalones que se debensubir, de a uno, ni a los consejos de los mayores en serio

Tuvo culpa el pantalón largo? Seguramente no, pero de alguna forma fue elpasaporte que nos habilitó a vivir otras nuevas etapas más difíciles,comprometidas, definitivas, con matices profundos y llenos de sentimientos .

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PICNIC

Nos habíamos preparado hacía varios días ,todo estaba dispuesto

…ese viernes amaneció hermoso un sol espléndido entibiaba lo suficientecomo para que todo saliera de maravillas, habíamos quedado que nosjuntaríamos en la plaza del barrio a las 8…y de allí a los bosques deezeiza…allí veo a los primeros en llegar…si claro Marisa y Raimundo másatrás marcos ,Matías Alejandra e Isabel…se ve una guitarra y un par decanastas, las cuales seguramente fueron cargadas con varios sándwich ygaseosas preparados por los viejos que como los míos ,estuvieron toda lanoche haciéndolos…mientras van llegando busco en mi radio a transistoresalguna canción que me haga compañía…

Los minutos pasan ya somos como 11…Matías me avisa que por el otro ladova llegando el resto…si los veo…Claudia, Etelvina, Carlos, el lungo,capicúa, Aurelia, el gordo Elías y manuela …mientras sigo escuchando esaradio que me ayuda en la espera…

Según mis cálculos faltan unos cuatro más, la impaciencia nos golpea,algunos ya se quieren ir adelantando pero les digo no muchachos esperemosun poco más ya vendrán…Alejandra nos sorprende sacando uno de lospocos tocadiscos a pila que había en el barrio, sentada en el césped de laplaza busca un disco….madre mía que lujo.

Esa canción nos termina sacando la modorra que teníamos por habernoslevantado más temprano que nunca…ma si dijo

uno…saquemos todo y quedémonos acá…si tenemos todo, y era verdad…esaplaza era inmensa y podíamos estar en cualquier lugar sin molestar anadie…un si colectivo provoco que en minutos, el piso verde estuvieratapizado de lonas y canastas mientras Alejandra seguía siendo nuestra discjokey. En una punta Raimundo comenzaba a sacar algunos acordes de suvieja guitarra, las chicas claro, a su alrededor embobadas con el…tenía supinta el muchacho…más allá se había improvisado un picadito…al quefaltaba el lungo que ya le había clavado el diente a un especial de jamón yqueso….

Así fue pasando la mañana, las horas se estaban escapando como nosotrosde una realidad a ala que no queríamos regresar…ahora la música se hacíamás lenta, algunos ya estaban más cerca del otro, muchos ojos se estabanencontrado y algunos amores comenzaban…

Las canastas ya estaban vacías, todo había sido compartido y solo quedabaalgún resto de bebidas ,nada de alcohol, solo gaseosas y algunos jugos serianuestra reserva hasta el final de ese gran día….algunos estaban recostadosbuscando en el cielo algunas formas dibujadas por las nubes ,otros sehabían entregado a abrazos infinitos y promesas eternas…las cancionesayudaban….

Caía la tarde, el regreso estaba cerca, cada uno ayudaba a dejar nuestraplaza tal como la encontramos esa mañana, faltaban algunas horas paraque el primer día de primavera terminara, pero esas las disfrutaríamos encasa…nos despedimos, algunos hasta el día siguiente otros hasta el lunes enla escuela…algunos se iban solos otros, tomados de una mano que hoyconocieron…sin embargo una canción se rebelaba a ese adiós quería seguirallí…

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Los picnic en aquellos años eran algo único, una muchachada sana alegre,compañero del uno y el otro, reunión de amigos que quedaron así parasiempre…o no es verdad que todavía te seguís viendo con algunos de ellos,No es cierto que si… Claro que valió la pena aquel baile en la plaza, elparque o a orillas de algún arroyo.

Hoy, con años en nuestra espalda, recordar aquellos días nos hace pensarmuchas cosas, pero que tal si nos animamos a hacerlo nuevamente, esta vezcon quienes tengamos a nuestro lado, hijos, nietos amigos no importa conquien, un domingo es un buena excusa para que salgas a cualquier lado,solo lleva lo necesario y todo aquello que todavía conservas en tu corazón.

Escena de un picnic a comienzos del siglo XX

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Cabe recordar que, la palabra «pícnic», llega a nuestra lengua desde elidioma inglés. Se cree que la palabra «piquenique» (pique de

«picotear» y niquer de «pequeñez») apareció hacia 1694 en la expresión«repas a piquenique», es decir «comer un piquenique». En el siglo XVIII, lapalabra llegó a Inglaterra como «picnic», hacia el año 1748, en una cartadel Conde de Chesterfield, Philip Stanhope, hasta que en 1800 su uso segeneralizó en la lengua inglesa, traspasando fronteras desde allí.

Al principio, un picnic era un evento social en que todos compartían laresponsabilidad en la preparación de la comida. En el siglo XIX, las mujeresde Londres establecieron una sociedad con el nombre

«Sociedad Picnic,» en la que sus socios exhibían sus platos especiales paracompartirlos con todos y también para dar a conocer sus habilidades en lacocina.


QUIERES UN CARAMELO

(La media hora parte dos)

Con Los caramelos media hora en el bolsillo y la bicicleta en una mano, ibacaminando por la calle Alberdi al lado de alguien que había elegido micorazón , una chica que me había encandilado, que logró que tengacosquillas en la panza, que yo las asocié con el amor, bueno, creí que esoera el amor, y como en el poema de Nervo,

“…Todo en ella gustaba, todo en ella encantaba…”, no creo en este casohablar de quien era esa chica, pero sí de que era lo más importante que yosentía, y de otra manera, era tan importante como mi mamá, como el equipode Boca, como el saxo de Fausto Papetti o como lo mejor de missensaciones, con el tiempo comprendí, que mi mamá sería hasta hoy siempreimportante como en ese momento, también Boca y Papetti, y congelando eltiempo, ella también lo es, hay un lugar en ese tiempo y en la historia dondese detienen nuestras emociones, y un hecho, un acto, una situación unambiente un aroma, hacen que uno vuelva a ser quien ha sido, por lo que seres seguir siendo, y cada vez que me remontó a ese lugar donde saqué elcaramelo media hora para dárselo, que fue justo en la puerta de la sociedadde Fomento, al lado del mástil, justo en ese lugar fue el momento donde mimano buscó el caramelo para ella, rara sensación la de un chicoemocionado ante una chica distraída y simpática.

Ella no sentía nada, el que sentía era yo, pero que importante que fue!!!, tanimportante que lo estoy recordando para escribirlo, parece algo simple yhasta tonto, pero el corazón, el pecho, la ansiedad, no eran cosas tontas, mepasaba a mí, y al recordarlo me está pasando ahora, le pregunto con lamano en el media hora … ,

“…Quieres un caramelo…”, y ella aceptándolo me dice “…Gracias…”,nada más, un simple gracias, que sonaron como las campanas de laCatedral de Notre Dame repiqueteando en mi corazón, como en esaCatedral del amor donde el feo Cuasimodo tocaba las campanas con todasu fuerza para la hermosa Estrella, yo era Cuasimodo sin duda y tocaba miscampanas que eran campanas de alegría, de felicidad, de ansiedad, deescalofríos, de la vida misma para ella…, éste diálogo del caramelo segurono pertenecería a la pluma de Shakespeare ni a la de Goethe, pero pertenecea la mía porque me la dictó mi corazón en un momento de la vida, vida quesiempre me sorprende, porque no es racional que uno escriba esto, si deracionalidades hablamos, porque esa chica, estrictamente no salió conmigo,

no la tomé de la mano, no la bese, nunca bailé con ella, ni arme una familia,ni tuve hijos con ella, tal es así que no pasó mucho tiempo del diálogo delcaramelo, que se casó con otro muchacho a quien yo no conocía, pero mefijé quien era el afortunado que caminaba abrazado con esa chica elegidapor el caramelo, es decir por mí mismo, pero no estamos hablando deracionalidades, estamos hablando de emocionalidades, y el mundo de lasemociones tiene justamente estas particularidades, no necesita de hechostan profundos para ser feliz sino de emociones, todo lo sentía yo, ella nosentía nada, claro, tonta no era y se debe haber dado cuenta que yo lapretendía o algo así, pero ella con toda la gracia y con toda la amabilidadque tienen quienes pueden habitar el corazón de las personas por años, sintener nada que ver, me demostró una

indiferencia que no ofendía, que es como decir, “…Mira, no me interesascomo novio, o romance, pero aprecio tu galantería…”, y eso yo lo interpretéclaramente y seguro debo haber sufrido algo por ello, pero no es lo que miemoción recuerda, mi emoción sólo recuerda que yo la quería, luego si ellasentía lo mismo o no, parecería irrelevante, en verdad pensándolo bien esrarísimo, pero el amor nunca es racional, el amor muchas veces noresponde a esos preceptos clásicos de “sos el amor de mi vida” “hasta quela muerte nos separe”, “es el padre de mis hijos”, y todas esas frasesgrandilocuentes cuasi materialistas y voluntaristas, no, nada de eso, y nohaber construido nada con esa chica del caramelo no me impideemocionarme al escribir esto, pues al contrario también puedo interpretarque puedo hacerlo porque el mundo de los sueños, el de los “castillos dearena” o el de los Reyes Magos es mucho más fuerte que el mundo real,nunca pude resolver bien eso del mundo real en mis sentimientos, en misemociones, porque siempre mis emociones fueron por el lado del sentir, nopor el lado del deber, es decir, no fueron por el lado de la voluntad,

Y yo por esa chica eternizada, en la puerta de la sociedad de Fomento, allado del mástil cuando me aceptó el caramelo, sentía y siento, sin duda elamor más grande, siempre recuerdo que me preocupaba cuando llovíaporque sabía que ese día no podría verla, hoy parece ingenuo, y es posibleque sean ingenuos los sentimientos del corazón que sólo responden a lassensaciones, no a las obligaciones, no se puede decir, tengo que amar, comose dice, tengo que trabajar o tengo que estudiar, no, sencillamente se ama yse ama tan fuerte como yo amé ese instante .

Estoy por decir que el amor es una sensación del instante, sensaciones delinstante que nosotros las rodeamos con racionalidades como “Es el amor demi vida” y todo eso que queda

bien, como quedaba en la parte de atrás de los carritos antiguos, “Lo mejorque hizo mi vieja, es el pibe que maneja”, pero no, el amor es un instante defelicidad sin ningún cartelito, el amor es un instante y la suma de esosinstantes, porque siempre que el corazón se

Conmueve uno puede meter la mano en el bolsillo para sacar un caramelo yofrecerlo como prueba de ese amor…


SEÑOR, SEÑORA...NO ME COMPRA UNA RIFA...DELE...

Se cree que la primera rifa que se llevó a cabo en el mundo la organizó unemperador para poder solventar los gastos que le demandaría lafinalización de la Gran Muralla China y, de esta forma, mantener alejados alos bárbaros que lo atacaban a diario, esto ocurrió hace más o menos 2200años atrás durante la dinastía Whu.

Pero la historia aquí narrada ocurrió muchísimo tiempo después, amediados de los años 60, si mal no recuerdo fue por el 67, si estoy casiseguro.

El cuartel de bomberos de mi ciudad necesitaba como otros, comprar unautobomba nuevo, o al menos juntar los fondos necesarios para reparar lasdos que tenían que estaban bastantes maltrechas, para lograr ese objetivohacían todos los años la tradicional rifa, aunque no eran los únicos, casitodas las instituciones te bombardeaban con esos papelitos de colorescargados con unos números mágicos que te aseguraban, según quien te lavendiese, que el premio iba a ser tuyo….”esta es tu oportunidad” te decían,“dale aunque sea una

,mira te elijo el numero yo mismo “ y vos con tal de sacártelo de encima selo comprabas ,después de todo en aquellos tiempos no eran tan caras,algunas incluso salían monedas, como las que hacían

los chicos cuando querían comprarse una pelota nueva o las redes de losarcos del potrero de la esquina .

Pero volviendo a los bomberos, en casa siempre se colaboró con ellos, porsuerte nunca llegamos a necesitarlos pero eran todos vecinos del barrio ycada uno vivía de su trabajo, lo de bombero era una tarea al margen que lohacían con amor y devoción…bueno eso al menos no se ha perdido porqueasí lo siguen haciendo en la actualidad.

Cuando llegaba el mes de agosto, un bombero golpeaba en casa y allí salíamama, lo hacía entrar y amablemente compartían una charla sobre losbeneficios que tendría la rifa ese año. Se pagaba en 6 cuotas y el sorteo eraen la navidad próxima, el número nunca lo elegía ella, siempre le decía “elque usted más le guste”.

Hacía más de 10 años que participábamos y nunca se pudo sacar ese primerpremio, aunque para consuelo podíamos mostrarles a las visitas dos juegosde vasos, productos de un octavo premio que lucían orgullosos en elaparador del comedor. Pero ese año el primer premio era algo fascinante,maravilloso, lo había visto exhibido sobre una tarima en la plaza ,era unChevrolet impala rojo y blanco…parecido al de la serie en TV que veía porlas tardes, patrulla de caminos con Broderick Crawford ,aunque ese era unpatrullero de color negro…lo admire por todas partes acariciando elinmenso capot, esos espejos cromados donde podía verme tan claro, latremenda cola coronada con esas dos alas donde dos grandes luces rojas

encandilarían seguramente a quien viniera detrás…un lujo para esaépoca…pero había que esperar esos meses para saber si lo poseeríamos.

Y ustedes saben cómo es esto de soñar, en casa ya estábamos haciendoplanes de donde corno lo pondríamos, era bastante largo y tendríamos quevoltear una pared para poder hacer el garaje, no se podía dejar en la calle,de ninguna manera, creo que nos recibimos de arquitectos antes de esanavidad de tanto planeamiento, pero al final nada quedaba en concreto.

Para colmo al Impala lo guardaban en el cuartel y lo sacaban todos los díaspara que lo viéramos, así que cuando iba camino a la escuela, tenía quepasar obligadamente por delante…si hasta creí que me saludaba al verme,cosas de chicos.

Cuando nos dimos cuenta ,era sábado,20 de diciembre de 1967,el día tanesperado había llegado al fin, los números se habían vendido todos así queel barrio estaba expectante con las radios encendidas, eran las 11 de lamañana…ni un alma en la calle, yo sentadito sin decir nada mirando dereojo a mis padres porque mucho no entendía, pero estaba atento a quegritasen o se abrasen que se yo, alguna señal que me diera cuenta que porfin habíamos ganado algo importante….no sé cuánto tiempo paso hasta quemama tomo la rifa y marco con un circulo algo escrito en ella, terminado elsorteo

salieron al fondo y me quede solo ,delante mío estaba ella, la rifa, mire quehabía marcado la vieja …era el noveno premio, habíamos ganadonuevamente, no un juego de vasos ,esta vez era de café….adiós mi patrullade caminos propia, adiós al sueño del impala rojo y blanco, aunque almenos, pensé, no tendríamos que romper la pared para guardarlo.

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Al año siguiente se renovó la esperanza, una nueva rifa llegaría a casa…pero yo ya no tenía entusiasmo alguno, me daba cuenta que eso de lossorteos no era para nosotros, al menos para mí que hasta el día de hoynunca pude ganar nada ,ni siquiera un impala de colección.


SER CANILLITA

Muchas palabras se fueron muriendo hace tiempo, muchas palabras fuerondejadas de lado para dar paso a otras que sin embargo serán de difícil

arraigo entre la gente simplemente porque hasta suenan de mala manera,son palabras que jamás llegaran al corazón o al alma, palabras a las quejamás le escribirán una canción o servirán para conquistar a esa mujer quenos tiene sin dormir…

Canillita nació allá por enero de 1868, cuando se fundó el diario LaRepública, allí nacieron los primeros voceadores de noticias, purretes quelograban hacerse de algunas monedas y de esa manera ayudar al hogarmaltrecho de tanta miseria y penurias…

Aquellos primeros canillitas, gritaban en cada esquina las noticiasprincipales del día y por una moneda uno podía tener en las manos ese lujoque es el sentir un papel con olor a tinta hoy reemplazado por la tecnologíaque todo lo transforma y todo lo quita…

Cada siete de noviembre es celebrado el día de ellos…ya no tan purretes, yacrecieron en esas esquinas colmadas de cientos de seres que caminanalocados hacia ningún sitio, ya no son los mismos canillas, sus puestos sonmás parecidos a un supermercado que a aquellos otros donde solo convivíanrevistas, periódicos, afectos y amistad…porque siempre fueros eso, loscanillas fueron y son amigos de muchos y hasta confesores de algún vecinoque no les alcanzaba el dinero para el costo de una consulta psiquiátrica.

Fue la temprana muerte de Florencio Sánchez, a sus 35 años que motivo queeste fuera el día para recordarlos. Los canillitas celebran su día entre lospocos ejemplares que tienen a la venta, cada vez son menos y cada día esborrado del calendario por aquellos que dedicaron su vida a esto sintiendocómo se acerca a pasos agigantados un final esperado y no deseado…nofaltara mucho para que dejemos de escuchar esas voces en las esquinaspara convertirse definitivamente en leyendas.


UN PIZARRON EN EL CIELO

Cuando éramos pibes, ver el cielo siempre era motivo de atracción, perohabía uno en especial que esperábamos sobre todo los fines de semana ycuando por supuesto el celeste era diáfano y libre de nube

alguna, era allí donde aparecía un pequeño avión escribiendo con humo elnombre de alguna bebida famosa o de algunas galletitas como si ese cielofuera un enorme pizarrón…

Los trazos estaban perfectamente delineados y, se iba agrandando ydesdibujando, a medida que completaba el nombre.

Deseábamos ver el nombre completo, lo más rápido posible, ya que lasletras se agrandaban hasta dar la apariencia de una nube, que nada teníaque ver con el comienzo de la escritura. La promoción de las diferentes

marcas de productos había comenzado a fines de la década del treinta peroesta historia que les cuento fue allá por el 68.

El avión en cuestión pertenecía a Siro Alberto Comi, el iniciador de lapublicidad aérea con humo. Era aviador y mecánico, propietario delAeródromo de Monte Grande. Era un biplano plateado que cambiabaconstantemente de dirección, haciendo círculos o rectas hasta finalizar. SiroComi nació en Sampacho, Córdoba, el 25 de Setiembre de 1910. En 1932obtuvo el brevete de Aviador Civil.

Encontró que el mejor generador de humo blanco era el aceite usado.Volaba a una altura de 2.500 metros. Debía escribir de derecha a izquierday era fundamental la elección de un día claro, de cielo azul y sin vientos.

No era fácil divisarlo, porque se confundía con el trazo de humo. Se lodivisaba por delante del trazo como un punto negro, pero era más visiblecuando salía de la zona del humo, atravesando el cielo para completar unaletra. Había empresas que ofrecían el atractivo de regalar unos vales, pararealizar un vuelo de bautismo gratis con su correspondiente diploma.

Una vez finalizada la escritura de las letras, remataba con una rúbrica a lolargo de la palabra. Falleció el 1º de Octubre de 1978. La

publicidad continuó hasta finales de los años sesenta. Era habitual ver lasletras sobre los estadios de fútbol y en las carreras de automóviles.

El piloto y el biplano no están más, en el lugar hoy solo hay casas bajas ymucho más ruido, pero nunca se borraran de mi memoria las palabrasescritas en ese cielo azul y nuestras caras de asombro viendo como unpequeño aparato hacia maravillas, hoy continuo con la Esperanza de volvera ver algún día algo escrito en ese inmenso pizarrón compartido con lasnubes y el viento.


UN TAL SERRAT…

1972…la calle corrientes tenía su habitual ritmo frenético, miles dehumanos de aquí para allá, muchos con un destino determinado otros sinrumbo fijo, yo era uno de ellos, medio perdido en una ciudad inmensa que site descuidabas te absorbía, te hacia suya, te devoraba poco a poco y yodejaba que lo hiciera, me gustaba porque comenzaba a sentirla mía….

A la altura del 1200 una disquería comenzaba a levantar sus persianas lasque todavía estaban medios remolonas ya que se habían llamado aldescanso hacia pocas horas, exactamente a las 5

de la mañana, en aquellos años a la avenida Corrientes hacía tiempo que lallamaban la calle que nunca duerme y así era tal cual ,algunos localesincluso no cerraban jamás…de aquella disquería llamada galeríasBroadway una voz impacto de lleno en mi alma al punto de logrardetenerme ,de quedarme tieso, duro sin poder moverme, esa voz puso fin amis pasos y a la incertidumbre de mi destino.

Gire sobre mis talones, di media vuelta y con ojos desorbitados entre allocal, me apoye sobre el gigantesco parlante que estaba casi en la vereda yallí me quede hasta que termino la canción, “menos tu vientre” era su título,como olvidarla.

Un tal Serrat se había presentado en mi vida, y como otros que vinieron enaños sucesivos fueron sembrando la semilla de la buena música, fiesta,nanas de la cebolla, cantares, la saeta y cientos más, fueron llegando encatarata y el combinado de casa hubo que arreglarlo un par de veces por un

uso indebido…muchas horas girando de día y de noche sin descansoalguno.

Llegar del trabajo y darle a la perilla hacia la izquierda para que seencendiera el Ranser era más sagrado que una biblia, quería escuchar los“consejos” que sobre la vida me daría el nano, uno de los pocos que mesacaban de los pozos depresivos en que muchas

veces caía por culpa de un mundo al que todavía no llegaba a comprender.Un tal Serrat está cumpliendo 77 años, y muchos lo estarán recordando, suvoz llenara espacios vacíos en miles y miles e hogares carentes hace tiempode buenas melodías de esas que llegan y se quedan por siempre, es qu8e lasde hoy día solo son un miserable pasatiempo en las que nuestros oídossufren a mas no poder sus escuálidas notas carentes de sentido alguno,gritos en vez de modulaciones correctas y alaridos que espantan hasta a lashormigas.

Un tal Serrat es un cumpleaños eterno…porque me ha hecho un regalo hace48 años cuando escribí su nombre en la lista de invitados a mi viaje por lavida.


UNA ESPERANZA MÁS

A ver despejen todo que está por comenzar el sorteo…vieja apaga latelevisión así pongo la radio…papa entraba así de esta manera al comedorde casa, eran casi las 11 y sabía que los sorteos eran siemprepuntuales….que sorteos? ah¡¡disculpen me había olvidado comentarles que

estamos en el 69 y papa había comprado nuevamente a la espera del éxito,un billete de lotería …este seria para reyes, el de navidad y año nuevo yapaso a formar parte de la basura, roto en mil pedazos al igual que sussueños…pero que se le va a hacer, quien no tuvo sueños y voló lejos antes deque se concretasen…en fin continuo la historia…la reincidencia de papa eratremenda, el tipo le jugaba siempre a un mismo número que ya no recuerdo,jamás gano nada, solo esos instantes de felicidad que es el tiempo de esperadesde que lo compraba hasta el día en que la bendita radio diría el númeromágico…

A las 11 en punto la voz inconfundible de un joven Gonzales Rivero, riveritomas adelante, anunciaba que comenzaba la transmisión desde el salónprincipal de la lotería nacional y casinos ubicada sobre la calle Santiagodel estero en capital federal…todos estábamos en el comedor esperando quesaliera la primer bolilla y ese primer número…dos mil cuatrocientoscincuenta y uno….dos mil…tres mil novecientos

cuatro….dos

mil…ubicación

cuatro…un

mil

cuatrocientos nueve ….dos mil…ubicación 11…y así seguían los niñoscantores reproduciendo las bolillas que iban saliendo de los gigantesbolilleros …cuatro mil setecientos noventa….dos mil…ubicación 5…tres

mil

ciento

nueve….silencio…quinientos

mil

peeeessssossss….ubicación …dossss…un premio del tablero había salidopor fin ,era el primero de una larga lista, papa miro el suyo y nada, bueno el

aspiraba a uno más alto siempre al más alto.

El sorteo continuo hasta pasada una hora…fue allí cuando se escuchócantar….tres mil ciento nueve….más silencio que antes….dos

millones de peeeeesosssss…ubicación…unoooooo…madre mía cuánta plataen ese año…la voz de un escribano volvía a repetir el número y el premioobtenido certificándolo…ese era uno de los que quería el viejo…pero nadani siquiera había pegado en el poste quedo a kilómetros de distancia sunúmero…el sorteo prosiguió con la misma suerte hasta su final….se apagóla radio y lentamente fuimos saliendo al patio menos mama que viendocómo se estaba despejando todo, comenzaría la hermosa tarea de prepararla mesa para el almuerzo…papa se quedó sin su premio pero nosotroshabíamos ganado el nuestro, comer todos juntos ese 5 de enero del 69.


LA FARMACIA EN CASA

Abril del 72, viajar del trabajo a casa no era cosa fácil, hoy día todos sequejan a pesar de las mejoras introducidas con el correr de los años…dos ytres puertas, asientos más amplios, algunas unidades dobles con un fuelle al

medio dotándolos de mayor capacidad…y hasta cuentan con aireacondicionado, en aquellos años, los mercedes 1114 hacían lo que podían,una sola puerta ,pasillo angosto, una fila de asientos para un pasajero yotra para dos o uno y medio si te tocaba en suerte un acompañante pasadode peso..

Ventanillas que se corrían si es que no estaban duras…uno llegabadestruido y con dolores por todos lados, pero, ya en el hogar, en cuantoalguien te preguntaba como estabas y le respondías con un…me duele todo,allí aparecían las milagrosas barritas de azufre, a vos creías que eran solopara los golpes de aire, No que va…servían para todo, eso sí tenías quetener una técnica muy especial para saber deslizar esos rollitos amarillentosy quebradizos…pero, ahí estaba tu abuela o tu mama a ver nene, levántatela camisa o acostate en la cama boca abajo en unos minutos estarás comonuevo…la verdad debo confesar que algo te pasaba, no era del todo perosentías una sensación de alivio y además nunca venían mal unos mimos …pero el azufre no era lo único que se utilizaba en estas curacionesespontaneas realizadas en familia y sin peligro de clausura alguna…losfrascos de yogurt que eran de vidrio tenían otros uso, cómo por ejemplo eninvierno cuando esos estados gripales te dejaban más tirado que el perejil,se usaban para las ventosas…con un hisopo embebido en alcohol se prendíay se pasaba por dentro del frasco e inmediatamente …zas¡¡¡te loenchufaban en esa sufrida espalda y quedaba adherido como si lo hubieraspegado con la gotita …pero eran efectivas ,muy efectivas en un par de díasvolvías a la rutina como si nada….y si a la noche sentías frio en esos

inviernos de escarcha que ya no vemos…la bolsa de agua caliente Pirelliera la solución perfecta y ni te cuento si la envolvías en una toalla o algúntrozo de una tela de algodón. No necesitabas frazada alguna y menos unaestufa…por si levantabas temperatura, en casa siempre había untermómetro franklin de vidrio y mercurio solo había un problema, tenías quetener buena vista para poder ver hasta donde subía y le dabas vueltas yvueltas hasta encontrar esa raya plateada que te condenaría al jarabe o a laabsolución…en aquellos años esta era la tecnología que supimos conseguiry aquí estamos, vivitos y coleando y recordando con que poco podíamoshacer todo.


LA VIDA EN SEPIA

Cuánto cuesta a veces intentar construir historias, es que el tiempo pasa ymuchas cosas se van escapando de una memoria ya gastada y cansada, haymomentos que uno desearía dejar de hacerlo pero hay ciertos cajones dandovueltas por la casa que se empecinan en hacer que aparezcan resabios de untiempo que uno vivió de a pedacitos porque la edad no permitía otra cosa ycrecer de golpe no era posible.

El sepia era el color de aquellas fotografías que eran tomadas con viejascámaras, el sepia era el color que marcaba un tiempo, era el color quemostraba una época, que dejaba reflejado en un papel instantáneosmomentos que después se volvieron nostálgicos.

Eso me pasa siempre que decido abrir algunos de esos cajones, es como sime hablaran, como si cientos de voces me gritaran a lo lejos reclamándomever un poco de luz, así es que me encuentro con viejas imágenes en ese coloraunque se nota una palidez en ellas.

Al abrir ese primer cajón de la cómoda de 85 años que me dejo la abuelacomo recuerdo, una primera foto me llena de emoción…y claro ,ver a esaanciana en un puro llanto por dejar su tierra natal, su amada Italia, dejaramarrada allí a parte de su familia, ver ese abrazo al pequeño que no sabíacuál destino le tenía reservada la vida, hombres sin nombre que iban yvenían sobre el andén de un tren que pronto se marcharía…como noemocionarse, como no querer ser parte de esa foto color sepia e intentar queno se borre nunca ,que sea eterna ,estar allí junto a ellos y compartir eseabrazo ayudar a contener ese llanto y consolar al niño.

Las partidas duelen y vaya si lo sabrán los miles y miles de seres quetuvieron que dejar todo y buscar refugio en otros lugares ,ninguno

de ellos cerca porque todo era lejanía, esa mujer ,de rostro curtido

,de arrugas recogidas en esos campos donde había que trabajar la tierraporque sola no te da nada…si lo sabrán aquellos que aun hoy siguen de pieresistiendo cada temporal …y pensar que hay algunos que piensan que estostiempos son difíciles….difícil la pasaron nuestros nonos y nonas que

huyendo se hicieron de coraje, que la comida era más preciada que el oro yque el trabajo era lo único que les sería útil pero era escaso.

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Por eso, la imagen de esta tana arropando al pequeño me lleno de unatristeza que aun la mantengo porque pienso en aquellos que se quejan, enlos que tienen de todo y no se dan cuenta de lo feliz que

pueden llegar ser…en esos tiempos, nuestros queridos hermanos Italianos apesar de todo lo eran, porque jamás perdían la esperanza, para ellos cadadía, cada segundo, cada paso que daban era un granito de felicidad que lesllegaba al corazón.

Por descendencia, debo llevar con honor siempre bien en alto el verde rojo yblanco, junto a mi celestre y blanca…colores bellos como el sepia, el colordel paso del tiempo.


Y LLEGARON LOS DOBLE CAMELLO

Estoy Viendo las ultimas noticias y una en particular me llamo la atención,una vez más otro micro de doble piso volcó provocando un grave accidentecon víctimas fatales ,inmediatamente mi memoria se situó a principios de ladécada del 70…fue en esos años donde pude viajar por vez primera a otrositio que no fuera mi trabajo, el destino elegido fue mar del plata ,la viejaterminal de plaza constitución fue el escenario de esa partida, fue un vierneslo recuerdo muy bien y la empresa era Antón ya desaparecida como tantasotras…esperando que sean las 10 de la noche hora marcada en mi boleto,observaba como salían y entraban infinidades de unidades no solo de estaempresa si no también con otras que compartían la terminal, el expresobuenos aires al igual que el rio de la plata y micro mar...casi todos esosmicros eran rectos ,hermosos e imponentes nada que ver con los que tomabatodas las mañanas para ir a mi trabajo…en punto, llega al andén el que mecorrespondía y para sorpresa mía era un reluciente deutz 2oo doblecamello¡¡ qué bárbaro…esas dos salientes que sobresalían por el techo ledaban esa apariencia y de allí su sobrenombre…me había tocado el asiento

dieciocho ventanilla, siempre me gusto ese lugar más que nada para notener que levantarme cada vez que el pasajero de al lado decidieralevantarse para estirar las piernas ya que el baño todavía no existía abordo.

Recuerdo también el lujo de su interior…como buen observador mededicaba a mirarlo todo desde el cartel que anunciaba que había sidocarrozado en los talleres de dic de rosario, una de las más grandescarroceras que supo tener el país, hasta el que anunciaba la cantidad deasientos, la fecha de fabricación y por supuesto la empresa a la quepertenecía en este caso Antón.

Los asientos eran muy cómodos aunque estrechos pero gracias a mi flacurame acomodaba sin problemas, amplias ventanillas que se podían correr enverano o cuando alguien se le ocurriera fumar porque eran tiempos en queestaba permitido, el tablero no era tan espacial como los de ahora en losque necesitan varios instrumentos para tener una visión clara de todo lo queocurre mecánicamente al micro, que el vigía de las cubiertas ,que el aireacondicionado que los frenos, que la velocidad máxima y así cientos delucecitas que le indican a los conductores como va todo.. Pero por lo quevemos muchas veces son como un adorno de un arbolito de navidad.

Aquí me detengo en algo que creo importante ,en aquellos años uno veíatodo el tiempo al chofer, así estuvieras sentado en el último asiento, podíasobservar sus movimientos todo el trayecto del viaje hoy día viajanencerrados en una jaula aislados del resto del pasaje y nadie ve lo quehacen, pueden de esa manera fumar, estar con alguien más en la cabina,distraerse con el celular sin que nadie pueda impedirlo, que allí tambiéntenemos un problema y una de las posibles causas de tantos desastres .

Pero no me quiero ir del tema porque esos viajes eran cansadores peromaravillosos tal vez porque es lo que teníamos pero esas paradas obligadasque hacían en la ruta para un descanso, desayunar o ir a hacer algunanecesidad fisiológica eran muy esperadas por todos…las paradas siempreeran las mismas y de esa manera podíamos conocer una buena parrilla, unrico café con leche y unas deliciosas medialunas…

A lo mejor la solución es volver a ver por los caminos a esos micros bajos yelegantes donde nos podíamos ver todos y hasta incluso hacer alguna queotra buena amistad y de paso viajar un poco más seguro, volver al pasadono siempre es un atraso.


SE NOS FUE PIPPO

En el número 1132 de la Av. Corrientes tenía yo mi trabajo, durante buenaparte de los 70 dos o tres veces por semana caminaba por dicha avenidahasta el cruce con la calle Montevideo, allí doblaba a mi izquierda casillegando a mitad de cuadra se podía sentir el aroma a pesto y salsa que muypronto acompañarían mi plato de vermichellis, eso claro está ,si tenía lasuerte de conseguir alguna mesa ya que los mediodías eran muyconcurridos a todo restaurant de la zona pero ese era especial, si….pippofue especial para muchos de nosotros, por sus mesas desfilaron miles deseres anónimos que en sus manteles de papel garabatearon los primerostrazos de una futura poesía, o la letra de una canción ,el teléfono de unaseñorita o la dirección de alguien a quien debía llevarle algún presente, esemantel de papel blanco después se doblaba y se llevaba consigo

,junto con las muestras del delito cometido ,salpicaduras de lo que habíasido un delicioso tuco. Un clásico porteño con manteles de papel, jarras devino de la casa y ningún tipo de lujo más que sus abundantes platos. Si bienla pasta era lo más tradicional y pedido, las milanesas napolitana y acaballo con papas fritas, bifes con puré y otros clásicos porteños eran un hitentre los comensales.

Fundado en 1937 cuando la avenida Corrientes era de doble mano, elpresidente era Agustín Pedro Justo y el Obelisco tenía apenas un año devida, Primero se ubicó en el Nuevo Mercado Modelo, donde actualmente seencuentra el Paseo La Plaza, sobre Sarmiento, entre las calles Montevideo yRodríguez Peña. Cuatro años después, en 1941, se mudó a la vuelta paraestablecer alrededor de Montevideo 341 un polo gastronómico que solíaconvocar a estrellas del varieté y la farándula porteña. El restaurantetrasnochaba por la demanda: cerraba a las seis de la mañana y al otro díahabría pasado el mediodía. Durante mucho tiempo, sus mesas fueron testigode las charlas de media noche de importantes figuras del teatro, deporte,

política y más. ..Alberto Olmedo, Jorge Porcel, Tato Bores, HoracioAcavallo, Ringo Bonavena, El Mono Gatica, El loco Gatti, Palito Ortega, ytantos otros.

Hace pocas horas me entero de su cierre definitivo, a pesar de que sabía quéhace algún tiempo había presentado convocatoria e igual seguía con suspuertas abiertas y sus manteles de blanco papel, todavía mantenía

esperanzas de que continuara de pie pero no resistió y la última vuelta dellave a la puerta se concretaba.

Cierro los ojos y recuerdo el café Bowling (por Corrientes) que estaba frenteal café La Paz...una peregrinación casi diaria de media noche...ZumBier...La Giralda (al atardecer) el antiguo Ciervo de Callao...elTropezón...que procesión sin santo la de esa época...en la cual no faltabanvírgenes para rezarles deseos.


CIERTO DIA CONOCIMOS AL WALKMAN

Estaba recordando entre otras cosas a un símbolo de los 80, algo que nosllegó como toda nueva tecnología de una Europa que nos sorprendía cadadía…de algo que al principio era para pocos afortunados ya que su costoera alto hasta que luego al popularizarse ahí si lo pudimos comprar casitodos…hablo del walkman…40 años han pasado desde que nos encontramoscon esta maravilla.

El primer modelo, patentado por la Sony, se lanzó al mercado, en Japón un1 de julio de 1979. Fue un objeto de culto y marcó a toda una generación

Rectangular, metálico y en tonos azul y plateado. Así es el primer walkmanque salió al mercado. Un año después llegaría a Estados Unidos ypaulatinamente iría desembarcando en el resto de los continentes. Estepequeño aparato, que en ese entonces valía unos USD 150, abrió las puertasde un mundo nuevo: la posibilidad de llevar la música a todas partes.

Fue uno de los productos más codiciados de aquellos tiempos, y marcóespecialmente a la generación de los 80. Hoy, quienes ronden los cuarentaaños (y un poco más también) recordarán con nostalgia aquellos primerosequipos de la adolescencia.

Eran las épocas de los casetes y este invento revitalizó este formato.

Fue un golpe para los vinilos, que se comenzaron a escuchar cada vezmenos, aunque ahora están viviendo un revival de la mano del

"retorno de lo retro" algo que está marcando el mundo tecnológico.

En aquel entonces, el producto de Sony fue todo un logro: presentó unpequeño equipo portátil que ofrecía música de calidad. El éxito fue rotundo:se vendieron 175 millones de unidades.

El walkman ofrecía calidad estéreo y la posibilidad de llevar música dondefuere. Era todo un símbolo de los nuevos tiempos. En 1984 se sumó unsintonizador AM/FM y nueve años después llegó el revolucionario sistemade autorreverso.

El origen de esta idea se atribuye a Andreas Pavel, un inventor de origenalemán brasileño, amante de la música, de quien habría surgido esta idea dehacer un producto musical portátil, allá por 1972. Durante la dictaduramilitar se exilió en Europa, donde intentó vender su idea, pero no tuvo éxito.Pero después del éxito obtenido decidió hacerle juicio a Sony por su patenteel cual gano y comenzó a obtener las regalías por cada uno vendido aunquenunca se supo la cifra exacta….cuanto camino hemos recorrido desdeentonces verdad.

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AQUELLA LUNA QUE SOÑAMOS, YA ERA NUESTRA

Habían pasado 20 días de ese mes de julio del 69…tenía 15 años y la vidaera normal para la época y para esa edad, las noticias que me podíaninteresar pasaban por algunos comics especiales como el dartagnan, elálbum el tony y por supuesto las infaltables andanzas del indio másfamoso…patoruzu, aunque pasaba momentos entretenidos disfrutando

algunos que nos llegaban desde otro país, de México por ejemplo ,donde seproducían las de la editorial Novaro con las aventuras del hombre araña yde Superman….contar esto en estos tiempos de celulares y video juegosparece algo absurdo pero en esos años era algo habitual y que nos permitíaademás juntarnos entre varios e intercambiarnos esas revistas…tambiénestaba la música, imposible que no estuviera a mi lado …siempre andabasonando algo en casa…o la radio o algún disco puesto desde bien temprano.

La televisión en blanco y negro estaba allí, pero se prendía pocas horas ycuando la familia estaba toda reunida en esa mesa que añoro…

Pero ese día, 20 de julio no sería un día más, un acontecimiento nosmarcaria a todos, todos estábamos prendidos a ese aparato desde bientemprano esperando algo único y que pasaría a la historia…aunque hastahoy día se siga dudando de su veracidad por algunos que no creen en quelos sueños pueden llegar a cumplirse.

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Ese día, pasadas las 9 de la noche, el, hombre pondría un pie en la luna porvez primera.

Y no es algo que nos cambiaria nuestra vida o recibiríamos algo a cambio…no…es que quien no imagino o fantaseo con hacer un viaje hacia ese cieloque nos fascinaba…quien no disfrutaba de las películas o series quecontenían algo de ese espacio infinito……diría que casi la mayoría….sihasta en el colegio uno de los temas que más nos deleitaban era justamenteel sistema solar, y los planetas con sus estrellas incluidas.

Y allí estábamos sentados todos frente a la pantalla de un canal 2 de la plataque había sido inaugurado hacia poco tiempo, el 25 de junio del 66…recuerdo que este canal también había sido el primero en trasmitir unmundial de futbol en su totalidad aunque en diferido justamente el que sehabía jugado en el ese mismo año 66.

Con una puntualidad absoluta, a las 9 y 15, nadie respiraba, todosestábamos atónitos viendo como el modulo lunar Eagle se posaba en el marde la tranquilidad…lentamente. Pasado un tiempo llego el gran momento,

desde la escalerilla se podía ver como niel Armstrong comenzaba a bajar,parecía flotar en el aire, algo que después comprendimos que efectivamenteasí ocurría,… de fondo se podía escuchar la conversación entre él, la naveApolo y la tierra…hasta que por fin, una primera huella quedaba marcadapor siempre en nuestro satélite.

Lo acompañaban a Armstrong Buzz Aldrin y Michael Collins, tres nombresque nunca olvidaremos y a los cuales comenzábamos a envidiar un pocoporque habían sido ellos y no alguno de nosotros quien tuviera la fortuna dever nuestra casa, la tierra ,desde tan

lejos…esa noche creo que se hizo muy larga, nadie estaba cansado o consíntomas de sueño…nadie quería perderse semejante espectáculo…queríamos ver cada detalle ,cada segundo era una maravilla para nuestrosojos y no importaba si no era en color.

Cerca de las 3 de la madrugada apagamos todo y nos fuimos a descansar…no sin antes ver por la ventana que una noche despejada nos dejaba ver auna luna inmensamente blanca y en todo su esplendor, si hasta creo haberlenotado una cierta sonrisa cómplice por la visita que estaba teniendo

Se cumplen 50 años de aquel julio del 69…e increíblemente todavía sigoenvidiando un poco a esos hombres que pudieron ser parte de ese universoal cual pertenecemos.

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Y YA LO VE, Y YA LO VE…TENGO UN WINCO POR PRIMERA VEZ

“La música es amor buscando palabras”, así lo expreso cierta vez LaurenceDurrel, y cuánta razón tenía, escuchar música es la terapia más aconsejadapara cualquier circunstancia en la vida, calma la ira, te sujeta fuertemente atu asiento en caso de cólera espontaneo y te hace viajar sin moverte de túlugar preferido.

La música espanta espíritus traviesos que muchas veces no te permitenconciliar el sueño, y aleja en muchos casos y para siempre, ciertas ganas deabandonar este mundo antes de tiempo, la música es una gran amiga, a lacual le puedes confiar todos tus secretos, es fiel y jamás te traicionaría,simplemente porque no es vanidosa ni interesada.

La música puede despertar en uno, sentimientos adormecidos durante añosen unos breves segundos, y será tu alimento en épocas de vacas flacas.

Será por todo lo anteriormente dicho que ame tanto ese primer Wincofon…como si lo estuviera viendo, como si hubiera sucedo hace un par de días…esque lo agradable es imborrable de nuestra frágil memoria.

Era un sábado, veníamos de varios días de mal tiempo, estaba aburrido y yano sabía qué hacer, una vieja radio era mi compañía

pero en esos días había estática y el ruido no me dejaba escucharclaramente.

-188-Papa me llamo al comedor, todavía no habíamos almorzado y fuipensando en que ya estaba lista la comida, al llegar, sobre la mesa deformica marrón había una gran caja blanca y azul, lo primero que diviseantes de ver una gran letra w y a continuación”wincofon”, no lo podía creer

¡¡…como iba a pensar que sin ser navidad ni mi cumple, podría recibirsemejante gloria.

Me confundí en un abrazo con él al que se sumó María, mi madre, los tresnos pegamos e improvisamos una ronda de la cual no me avergüenzo apesar de haber sido a los 17…nos soltamos y yo sin palabras todavía, todoen mi eran gestos hacia esos padres que vaya uno a saber, hasta donde semetieron para darme tamaña sorpresa, porque hasta tenia radio ,sonidoestéreo, y una tapa de acrílico color humo, era uno de los más caros, hoy lapalabra adecuada seria…equipado a full.

Enseguida lo saque de la caja y lo lleve a la habitación, provisoriamente,una mesa en desuso seria el lugar, después con unos ahorros le compraría lamesita con ruedas…coloque los parlantes, lo enchufe y…listo, una luz rojame indicaba que todo estaba bien, puse la radio y….qué bárbaro no habíaestática ni ruidos, se escuchaba perfectamente, así que tome aquella radiopequeña y la guarde en un cajón (hoy todavía la conservo, una Spica ts10).

Pero, había un problema, no tenía ni un solo disco, así que como siempre, elbarrio fue mi salvador, recurrí a un vecino cuyo patio fue escenario demuchos asaltos los sábados por la noche, y le pedí

prestado algunos…regrese a casa y ya no me importaba la lluvia, por mí,podía seguir un mes más….Pero tenía una deuda con mis padres, y no erade dinero si no de sentimientos, así que cuando dispuse de unos pesosproductos de diferentes trabajitos que hacia como limpiar autos en unaconcesionaria, o acomodar cajones de fruta en un mercado, me fui hastauna sucursal de galerías Broadway ,por aquellos tiempos la principal y másgrande cadena de disquerías del páis,y compre un disco para cada uno deellos, a papa “la cumparsita”interpretada por Alain Debray ,seudónimo delmúsico Horacio Malvicino y para mama como sabia de sus preferencias porla música Italiana, el recién salido del festival de san remo de ese año 70…esa noche los tres que habíamos estado abrazados compartiendo unaalegría, ahora estábamos sentados con nuestros ojos cerrados disfrutandocada surco, cada sonido que nos entregaba ese Wincofon querido.

Ver girar en el tocadiscos esos vinilos, fue conocer el paraíso, fue estardisfrutando la mejor de las cenas, fue sentir la sensación de como con tan

poco, uno puede llegar a ser feliz…si señores, al fin y al cabo era el dueñode un winco, la felicidad hecha música.

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CUANDO YA VIIVISTE TODO, NADA TE ASOMBRA (Diario íntimo devivencias pasadas)

Si, ya lo hice casi todo, esta vida me regalo todo lo que pudiera haberconocido, por eso vida, te doy las gracias, gracias por esas mañanas fríasalgunas, tibias otras, en que me marcaste el camino hacia el colegio, allí meseguiste regalando el poder conocer a mis primeros amigos y a seresvestidos de blanco cuyas enseñanzas ayudaron a forjar mi destino.

Te doy las gracias vida por acercarme a mi primer amor, por hacermeconocer lo hermoso que es sentir otra boca junto a la mía, por sentir comoel corazón podía dejarme en cualquier momento.

Te doy las gracias también por haberlo dejado, porque de esa manera pudeconocer a otros corazones deshabitados y recorrer sus mundos íntimos.

Gracias también por mi primer día de trabajo, por permitirme ser yo mismo,por soltarme la mano y dejar que me golpeara una y otra vez, gracias por

no permitir que claudicara, que baje los brazos y siguiera en busca de ladignidad que todo humano necesita.

Ya viví lo que tenía que haber vivido, es que ya nada nuevo me atrae, todoparece vago y ridículo, todo se repite y se vuelve monótono, ya no importanesos programas de TV ni los estrenos en el cine, ya vi todo lo que tenía quever, no hay invento que no conozca, no hay imagen que uno ya no haya visto,no hay música que no haya escuchado antes…


Ya tome ese tren que me llevaba al centro de Buenos Aires una y mil veces,primero con locomotora Diésel luego vendría el eléctrico, ya viajeinfinidades de veces en todas las líneas del subte, conocí los recorridos detodos los micros, viaje en taxis desde aquellos Siam Di Tella y Falcon hastalos más modernos de hoy día…desde sus ventanillas contemple el progresoagresivo que fue destruyendo obras y sueños en ese Buenos Aires que se hizoquerer a fuerza de olores y sacrificio.

Pude sentarme en esos bares con vista al cielo, o frente al obelisco, esafigura que marcaba siempre el lugar de citas eternas.

Conocí como era estar en Paris con solo caminar la Av. De Mayo, y sobretodo los días de lluvia, en donde los recovecos de cada negocio servían derefugio temporario.

Ya conocí el vermut de los viernes allí, sentado contemplando la plaza SanMartin mientras esperaba a Manuel, el mozo tan gentil y añejo como lasaceitunas y papas que completaban los 23 platitos.

Viví a pleno la noche de la avenida Corrientes, la trasnoche de los cines delsábado, fui parte de la marea humana que recorría las calles cada fin desemana, mis ojos fueron testigos de rostros alegres y distendidos, de veredascaminadas por familias enteras buscando alegrías y esperanzas.

Ya viví lo que tenía que haber vivido…mañanas de domingo dedicadas alteatro… el Colon gratuito, o el Cervantes o el Alvear, después caminatas porla costanera, un Aeroparque en el que cientos de aviones te invitaban a

despegar con ellos con rumbo incierto, un buen sándwich en esos carritoshumeantes y dudosos pero a la vez


sabrosos que se interponían a nuestro paso, con sus parrillas a carbón,reemplazadas a gas ordenado por una modernidad que a veces nocomprendo, y un descanso en las escalinatas de la vieja pérgola en donde enotros años, gente igual a uno disfrutaba en libertad de otros tiempos.

Viví los bailes, esos bailes en donde debías ir vestido como ser humano, endonde cada sábado intentabas estrenar esa camisa nueva o el pantalón demoda, en donde solo había una manera de

pasarla bien, respetando a los demás, en donde conseguir una chica paracompartir un tema era tan difícil como detener un misil con las manos…pero que si lo lograbas te convertías en el number one del barrio.

Ya viví lo que tenía que haber vivido…descubrí el encanto de cada plaza,tome agua de sus bebederos, conocí sus bancos y sus juegos, acaricie acuanto perro anduviera perdido por ellas y hable con cada anciano queesperaba su momento sentado en mesas de cemento, donde un tablero deajedrez descansaba su tiempo…también pude jugar con ellos en esascanchas de bochas improvisadas en algún lugar donde el verde lopermitiera.

Conocí las disquerías en donde solía estacionarme muchos días a buscar enellas un poco de descanso para mi alma inquieta y desordenada, es que lamúsica siempre fue una buena compañera.

Recorrí casi todas las librerías, la Libertador, Hernández, la Fray Mocho endonde hice un montón de amigos, ese tal vez fue mi escondite preferido, esque me gustaba sentir ese olor a tinta, papel y tiempo que llenabaestanterías.


Los inmortales, Las cuartetas, Guerrin y Banchero, esas fueron las pizzeríaspreferidas, las que te ponían la porción más grande en ese plato sobre el

mostrador donde comías de parado, después La Martona llego en silencio,fue otro lugar deseado, en ella, los copos de arroz dulce y la tableta deDulce de leche era el momento de éxtasis total cuando cada tarde caía.

Ya viví lo que tenía que haber vivido, fui a la cancha a ver a mi Boca

, comí esa hamburguesa rebosante de colesterol pero increíblemente

rica, camine infinitas veces por el barrio, siempre me asombraba sus casasde madera, los colores alegres de sus paredes, los barcos amarrados en elmuelle, su costanera empedrada , la vuelta de rocha, el museo de donQuinquela Martin…el silbato del tren que a su paso le cortaba el paso aunos distraídos turistas, la calle Caminito

,el organillero que junto a Paulina y Sara ,las dos cotorritas australianasque por dos pesos, te decían como seria tu vida, y vos le creías más quenada por su simpatía.

Buscaba la ropa en buenas tiendas, podría ser González o porque noCervantes, Thompson y Williams, Modart o Casa Muñoz podían ser tambiénalgunas alternativas sobre todo cuando uno estaba por salir con algunachica.

Recorrí mil veces la calle Florida, todo el bajo porteño y hasta el Luna, unestadio lleno de historia, pude compartir noches de gloria aunque el boxeono era de mi simpatía, pero no sé, algo en el me atraía, seguramente sería lagente, hombres grandes convocados por un fanatismo increíble y que teobligaban a gritar desde el primer raund.

-194-


Hasta estuve en varios canales cuando antes los programas iban en vivo yvos podías ir y tomarte prestada toda una tarde o toda una noche, sábadoscirculares de Mancera, sábados continuados, grandes valores y otros másque hoy mi memoria se empecina en no recordar.

Y esos helados, los que durante los veranos que antes parecían tan largos,actuaban como un aire acondicionado portátil, Cadore, El Vesubio,Tornadore son algunas que ahora quieren volver a estar presente en estediario.

Llega un momento en la vida que todo se vuelve tedioso y aburrido, tal vezno le pase a todos pero si a muchos, uno que ya vivió casi todo y no seasombra ya de nada, ve a través de una imaginaria ventana como el tiempose va escurriendo de entre los dedos, uno ya vio todo, ya sintió todo, fueparte de un tramo de este mundo.

Ya viví lo que tenía que haber vivido, ahora solo me resta esperar que eltiempo pase.

-195-EL 60 ya no es más lo que fue

HOY ESTUVE CON ALBERTO

Del colegio llegaba pasaditas las cinco de la tarde quedaba a pocas cuadrasde casa y ese regreso lo hacía con pasos más largos, sin llegar a correr, miapuro no se debía a las tareas que la seño nos había dado ni mucho menos,eso podía esperar un par de horas, ese

era el tiempo que me llevaba saborear el café con leche junto al pan conmanteca y azúcar que mama tenía la costumbre de hacer, calentito ycrujiente, recién salidito del horno.

Lo otro que me convocaba en ese paso largo era esa obra maestra de laternura y del bienestar que con solo prender la tele lo tenía a mi lado,compartiendo esa merienda que a esas alturas era lo mejor de la vida, desdela pantalla y en un blanco y negro impecable y clamoroso, un tipo de remeraa rayas ,una gomera al cuello que nunca usaba, una cartuchera al cinto sinningún arma y un sombrero al que todos llamaron como el ,me hacia la másnecesaria compañía…el capitán piluso junto a su inseparable amigoCoquito, brindaban también con leche ese encuentro de cada tarde.

Sin violencia, sin malas palabras sin gestos groseros y siempre ponderandoa la familia, las aventuras de ellos fueron casi tan importantes como el

manual del alumno bonaerense que usaba en La escuela, ambos meayudaron a descubrir la vida.

Ya más grade, creciditos él y yo, seguía viéndolo por esa tele ya con el coloren ella y gracias a la jubilación con la que papa pudo comprarse la TVnueva, No toca Botón me sacaba una gran sonrisa cada jueves cunado alregresar del trabajo ,dejaba por un rato el cansancio y la pesadez que meproducía lo cotidiano, ya no tenía esa remera ni la gomera ni la cartuchera,ahora había construido personajes con los cuales nos identificábamostodos, sin perder claro esa ternura que inspiraba con tan solo verlo, ladupla con otro grande como Javier Portales en el sketch de Álvarez yBorges, el Manosanta, el presidente de Costa Pobre y tantos más, mehicieron vivir momentos que hoy los recuerdo porque quedaron grabados enmi alma.

Pero hoy sin darme cuenta estuve con él ,un par de fotos que distraídamentehabía puesto en un lugar olvidado, me lo devolvieron a la vida ,pocorecordaba de aquel fatídico día en que un vecino me paro antes de queentrara a casa y me dio la noticia sabiendo de mi cariño hacia el…”espera,no entres todavía que tengo que darte una noticia…se mató Olmedo”… metuve que sentar en el escalón que había no pude contenerme…como podíaser, que había sucedido?

Porque se tienen que ir antes de tiempo los buenos y Justo el...después supecomo había ocurrido todo y tarde bastante tiempo en asimilarlo.

Pero hoy, justamente hoy, esas fotos me volvieron a reencontrarme conAlberto, como yo le decía aunque nunca se había enterado, esas fotos fue lamáquina del tiempo funcionando nuevamente llevándome a mi infancia yadolescencia, etapas en la que crecimos juntos…hombre de muchos amigos,humilde, siempre presente cuando alguien necesitaba una mano…al añosiguiente un mismo 5

de Marzo de 1989 me llegue hasta Mar del Plata y silenciosamente

, deposite una flor sobre la vereda… una vereda que fue un último testigo .

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Gracias Alberto por ese capitán que comando el barco de mi camino,gracias por tu honestidad y por tu corazón…te juro que hoy más que nunca,tipos como vos me están haciendo falta.

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LA MIA MAMMA

Ensenada es una localidad en las afueras de La Plata, allí es donde nacíallá por el 53, fue el lugar que les toco en la vida a mis abuelos y a mispadres, fue en ese sitio donde comenzó todo.

Mi madre contaba con 19 años, delgada, de cabello corto, y un rostroangelical que no se le iría casi nunca, será por eso que papa se enamoróperdidamente de ella en ese Marzo de 1945.

Los Gotelli habían llegado como muchos otros al puerto de Buenos Aires en1923, venían de Piamonte y nunca más regresaron, con denodado esfuerzo ypasando mil dificultades, los padres de María Aida, mi madre en cuestión,fijaron sus raíces en la ya mencionada Ensenada de Barragán tal el nombre

completo de ese lugar que hoy es hermoso pero que en aquellos años solohabía fábricas y refinerías.

Tenían 9 hijos, no era fácil la cosa, cada día que pasaba más se hundían enla nada, la falta de trabajo se hacía casi insoportable y el pan no llegaba,pero un golpe de suerte, una mano de dios o el destino, les puso en elcamino su futuro…una fonda.

Toda la familia trabajaba en ella, los abuelos y las hermanas de mama…ellugar llego a ser un paraíso, las fabricas suministraban a diario unacantidad de comensales que llenaban esa fonda llamada justamente “LAVERA FAMIGLIA”.

Mi madre se encargaba de atender las mesas junto con Teresa y Ofelia, losdemás en la cocina y a la noche, al cerrar, todos a limpiar para dejarlobrillante para el día siguiente, así sería la rutina cada día del año, nidomingos, ni feriados, hacía falta cada centavo, cada peso.

Cierto día entra a la fonda un hombre ,medio alto, con un overol azul

,se notaba su trabajo en el mismo, sus manos tenían restos de aceite

y su cara era un tizne puro, andaba buscando un lugar donde poder sentarsey descansar hasta el comienzo del próximo turno, mama lo vio ..y allí nomasalgo sintió en esa panza disimulada por el delantal de trabajo, esecosquilleo no había ocurrido antes, se acercó hasta él

,lo saludo y le dijo cuáles eran los platos del día, Sopa Minestrone y fideoscaseros…prefirió la sopa y allí fue mama hasta la cocina con el pedido,según pude saber con el tiempo, esa sopa era algo exquisita y la tenían quehacer todos los días sobre todo en el invierno…mama dejo de atender a lasdemás mesas, no le quitaba la vista a ese hombre ,las cosquillas seguíanallí, en su pancita y no se irían por mucho tiempo.

Andrés Teodoro era su nombre, y fue mi padre, hijo también de italianos quellegaron más o menos en la misma fecha que los de mama, pero que habíanfallecido hacía poco tiempo, Andrés trabajaba 14 horas en la destilería deRio Santiago, allí nomas, pegadito a Ensenada.

Fue el primer y el único amor de María, igual para Andrés, se pusieron denovios y al poco tiempo se casaron, no hubo luna de miel, no hubo una granfiesta pero ese día la fonda estuvo cerrada por primera vez, ese día solo lafamilia eran sus comensales.

Mama fue feliz, sin lujos, sin grandes sueños, pero con la dicha de que lavida le había puesto a un gran hombre a su lado, luchador como ella,porque ella sí que la lucho, porque muertos los abuelos y algunas de sushermanas a causa de deficiencias pulmonares debido al tabaco y a lascondiciones pésimas de trabajo….tuvo que ponerse al frente de esa fonda ,única fuente de ingresos .Mama era cocinera, mesera, trapeadora ocasionaly administraba como podía la vida de cada uno. Siempre se veía de lamisma manera, delgada, con un rostro donde la vejez se estaba convirtiendoen prematura, aunque

su piel siempre fue muy suave y la sonrisa estaba allí, siempre lista ypreparada para todos…eso le gustaba a papa.

Tal vez esta no sea una historia novedosa, habrá, seguramente, infinidadessimilares a ella, pero cada madre, tiene la suya, siempre hay algo que lodiferencia de otras, mi mamma María hizo honor a su apellido, Gotelli, hizohonor a esta raza de gente que sirve, de la cual vale la pena siempre seguiraprendiendo. Hoy la mamma no está, de aquella fonda en Ensenada soloquedan recuerdos perdidos porque hasta las fotos que eran en sepia, hoysolo son papeles en blanco.

Pero me queda el recuerdo de aquellas tardes en casa, siendo pequeño,cuando sentado en la mesa, estábamos por comer esa sopa minestrone queMaría ayudaba a preparar cada noche, y la que ayudo a enamorar aAndrés.

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LA LIBRETA DE LA VIDA

Aun la conservo, tuve la suerte de no extraviarla nunca…ahí está, impecablecon sus tapas enteladas de color verde oscuro, la misma que me acompaño

la mayor parte de mi vida, la que me entregaron cuando la ley dijo que yaera un hombrecito y entonces deje de usar aquella cedula (la que también laconservo) con una foto que hoy al verla, me pregunto quién será esemuchacho.

Aquella libreta verde resume toda una vida, como la azul marco la de lasmujeres… en ella quedo plasmado todo lo importante que uno pudo realizar,por sus hojas, como un infinito cuaderno de apuntes, quedo registrado elpaso por las urnas, ese llamado a la sociedad que cada tanto realizamos, unsello circular y una fecha, registraba mi opinión y mis deseos expresados enun sobre dentro de una caja de cartón…

También quedo en ella registrada cada mudanza que me toco hacer, esoscambios de domicilio que hacíamos en un registro civil como para quenunca olvidemos la cantidad de hogares que tuvimos y también las cosasque perdimos en cada una de esas circunstancias, marco también un pasofundamental en nuestro camino, el momento en que la patria nos convocabapara darle una mano, para hacer que una parte de nuestro tiempo seconvirtiera en un donativo y para que, de paso, pudiéramos aprender todolo necesario para llegar a ser buenos hombres y a la postre buenosciudadanos…el servicio militar, dos sellos indicaban nuestra entrada a unmundo nuevo y temeroso con un resultado incierto ,pero que al final terminoconvirtiéndose en algo fundamental donde pudimos aprender el significadode

Algunas palabras que nunca nos habían explicado lo suficiente en elcolegio…amistad, compañerismo, compartir…un segundo sello nosindicaría meses después el fin de ese proceso de aprendizaje y el regreso alcamino iniciado. Hubo otra más anterior a esta, es como si la estaríaviendo, me la había dejado como herencia mi padre, la llamaban deenrolamiento y era del tamaño de un libro, tenía muchas páginas y con ellano podrías olvidarte nunca por ejemplo, del himno nacional con todas susestrofas tampoco de tus deberes y derechos cívicos porque te recordaba losprincipales párrafos de nuestra constitución.

En esa libreta de tapa verde también se consignaba no solo tus datosfiliatorios sí no también te recordaba donde habías nacido y bajo quénúmero de acta estabas asentado como para que nunca olvides tusorígenes….si, esa libreta en realidad es un pequeño y condensado

libro de nuestra vida nada que ver con el actual que se parece más a unatarjeta de crédito que a un documento que acredite quienes somos…es quetodo ha cambiado ,todo se ha modificado, pasamos de ser seres visibleshasta convertirnos en una simple barra magnética oscura, solo continuamosconservando el número y una imagen en una foto que ya no es de papel,ahora tiene un brillo mentiroso gracias al plástico que la cubre, ahora yano le puedes mostrar a tus hijos o nietos las historias que encierra cadahoja porque ya no es un libro ,ahora ocupa un mísero espacio en el portatarjeta.

Aquella libreta verde me sigue haciendo compañía, aun la llevo conmigo, esmi compañera de viaje y de instantes aunque ya no le quede espacio paracontinuar escribiendo.

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LA MAGIA DE LO IMPOSIBLE

Cuando comienzo a recordar cosas pasadas no dejo de asombrarme lacantidad de personajes que uno fue dejando en el camino opacado por todoaquello que va apareciendo en ese presente que vas transitando… un granmago fue uno de esos asombros…

David Bamberg, conocido como Fu-Manchú, fue un mago e ilusionistanacido en Derby, Inglaterra, el 19 de Febrero de 1904.

Hijo del famoso mago holandés “OKITO”, era séptima generación de unafamilia de magos. A los 5 años de edad realizó su primer truco en público,en la Sociedad Estadounidense de Magos, siendo asistido por el gran HarryHoudini.

A los 13 años adoptó el nombre de “Syko el psíquico”, Completó estudios demagia en Inglaterra, regresando a Estados Unidos en 1921. Se destacó en eldominio de las “sombras chinescas”.. Hizo giras por Europa, y conoció alilusionista “Gran Raymond”, de quien fue su asistente en las giras porAmérica del Sur.

La fama y la gloria comenzaron a sonreírle a partir de su llegada a BuenosAires en el año 1927, donde fijó su residencia. Debutó el 1º

de Marzo de 1929, en el Teatro San Martín, de la calle Esmeralda ySarmiento. El éxito obtenido en sus múltiples presentaciones en la Capital einterior del país, lo impulsaron a presentarse en los países limítrofes y luegoen Europa.

Así, en 1935 partió para España, debutando en Barcelona para continuarrecorriendo ese país. Fu-Manchú hablaba inglés, francés,

alemán y castellano, lo que facilitó su presentación por todo el mundo. En1937 llegó a México donde permaneció durante 4 años.

Allí filmó 6 películas, siendo las tres primeras, muy elogiadas. No ocurrió lomismo con las restantes.

Los espectáculos de magia de Fu-Manchú se caracterizaron por una sólidapuesta en escena, con la participación de muchos asistentes, en donde elhumor estaba siempre presente, mientras los espectadores disfrutaban de laspruebas de magia y especialmente del sketch “El bazar de la magia”.

Nos deleitamos con sus hábiles trucos, poco antes de su retiro. Al final delespectáculo, presentó su número de “sombras chinescas”, dondedisfrutamos con las exquisitas imágenes que semejaban una películacinematográfica, tal la habilidad de su entrelazado al ser presentadas, que

conformaba con cada movimiento de manos, realizados con sumadelicadeza.

Se retiró a los 62 años de edad, dedicándose a la enseñanza de la magia, enun local ubicado en la calle Riobamba 143, al lado de su

“Bazar de Magia”. Era un lugar de citas donde magos nacionales yextranjeros, se trasmitían conocimientos de magia. Fu-Manchú falleció ensu ciudad de adopción, Buenos Aires, el 19 de Agosto de 1974.

Fu-Manchú fue considerado uno de los mejores magos del siglo XX.

Dejó una escuela en Argentina, que favoreció enormemente el desarrollo yprogreso de la magia, aunque jamás pude saber cómo hacia desapareceresas dos palomas dentro de un sombrero negro siempre tendré presente sufigura detrás de ese mostrador lleno de increíbles maravillas.


A JUAN SALVADOR GAVIOTA

Setiembre…1970, la única librería abierta sobre la calle sarmiento mepermitió conocer un libro maravilloso JUAN SALVADOR GAVIOTA escritopor el estadounidense Richard Bach, por empezar su apellido me pego deentrada porque coincidía con mi gusto personal por lo clásico y el de Bachhermanaba perfectamente.

El celeste intenso de su tapa fue lo segundo que me atrajo y ver en ella a esepájaro majestuoso de color blanco intenso termino por permitir que mimano lo tome apresuradamente y sin abrirlo siquiera, me dirigí a la caja aabonarlo., no puedo olvidarme aquella noche ya tarde ,entrar a un café LaMartona que había cerca y buscar una mesa junto a la ventana, un cafédoble fue mi compañero durante el tiempo en que tarde en devorar sus 144páginas, diría que fue en esos instantes que aprendí a volar con este juan,que después de aquel libro tan querido para mí que fue El Principito, esteestaría del otro lado la almohada, claro que sí, le haría un lugarcito aambos porque los dos me enseñaron las verdades de la vida, sin necesidadde escuela alguna, sin docentes, con palabras sencillas que llegaron alcorazón muy rápidamente y cuando algo llega de esa manera al corazón esporque son importantes.

Un año después llegaría la película con la música y las canciones de NeilDiamond la cual vi durante toda una jornada aprovechándome de que lasfunciones eran en continuado, entre al cine Normandie a las 13,30 y meretire junto a la última proyección pasadas las diez de la noche.

Transcurrieron más de 50 años de aquel día, contaba yo con apenas 18…Juan Salvador Gaviota vio ese día la luz de la tierra y tuve la suerte de seruno de los primeros en tenerlo en mis manos y en mi alma.

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A SAINT EXUPERY

Respuestas claras a preguntas importantes…un pequeño hombrecito con elbrillo del sol en su pelo, deambula por diminutos planetas en busca delsentido de la vida, un zorro le dio sabiduría, aprendió a querer a una rosa,conoció el valor del tiempo, de una sonrisa, supo que es una traición, sehizo amigo de las estrellas y comprendió el significado de su brillo, se

enriqueció con la amistad y le dio valor a todo aquello que lo rodeaba, volójunto a una migración de pájaros y aprendió a juzgarse a sí mismo paradespués …hacerlo con los demás…y nos enseñó a todos que se puede vercon el corazón .

Cuando lo descubrí tenia no más de 6 años, su pelo rubio ,su capa azul, suspequeñas manitos y ese planeta que habitaba me hizo viajar desde pequeñosin necesidad de pasaporte alguno, casi diría que casi aprendí a leer graciasa él , me dio alas y siempre fue mi compañero al cual recurrí toda vez queme sentía rodeado de oscuridad, es el día de hoy que sigo encontrando entresus páginas algo nuevo y delicioso y lo saboreo como aquel primer día enque me topé con ese hombrecito dulce y cariñoso

Que felicidad hubiera sido conocerlo, que placer hubiera sido tener unaplática con él y hablar de aquellas cosas importantes y para nadasuperficiales en un idioma claro y sencillo sin tener que recurrir a esaspalabras difíciles que los filósofos utilizan y que en vez de enseñarconfunden, será por eso que El Principito siempre tenía respuestas claras yla simpleza lo caracterizaba.

fuente de inspiración cuando intentábamos saber que era el amor y cuálesserían los ideales que tendríamos en la vida, Antoine Marie Jean-BaptisteRoger Conde de Saint-Exupéry llegaba a este mundo para ser el culpable dehaberle dado al universo el mejor de los libros, la mejor de las historias, lasmás bellas palabras escritas y un jovencito que nos llegó al alma…ELPRINCIPITO fu es y será un libro indispensable para cualquier generación,trascenderá en los tiempos y será recordado por toda la eternidad…delectura obligatoria en escuelas de muchas partes del mundo (algo quetendría que extenderse al resto si no fuera por ese analfabetismo que

parecieran tener algunos gobernantes ) y libro de cabecera de millones,leído y releído ,y atesorado en el mejor lugar de cada biblioteca.

Saint Exupery nos hizo un gran regalo…no lo olvidemos jamás.

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HISTORIA DE LA LINEA 60

Fue mi primer colectivo, aquel que contando nueve años me llevaba desdeplaza constitución hasta callao y Lavalle, lugar donde me esperaba miprimer trabajo lejos de mi casa, junto a el viví aquellos tiempos dedescubrimiento, de ansiedades, con el aprendí malabarismo, algo frecuentey que por lo general ocurría cerca de las ocho de la mañana cuando al nohaber más lugar dentro, había que tomarse fuerte de los pasamanos a loscostados del estribo y empujar hacia dentro para no caer al pavimento, eranviajes incomodos, molestos pero también cargados de emociones que hoyrecordándolas se extrañan increíblemente se extrañan a pesar de losgrandes cambios a los que hemos llegado.

No soy psicólogo ni especialista alguno pero me gustaría saber el motivopor el cual habiendo tantas líneas de colectivos, tuvo que ser esta, la 60, laque más recuerdos me traería, pero no me interesa saberlo, prefieroquedarme con los cientos de imágenes que aún conservo y que me permitenllegar a hacer este especial en la parte final de este libro…

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Durante muchos años considerada el símbolo de los colectivos porteños,inició sus servicios el 17 de octubre de 1931 entre Plaza Constitución y elcruce de la avenida Centenario con la calle Uruguay, lugar conocido comoLas Cuatro Barreras, en el deslinde de los partidos de San Isidro y SanFernando. La sociedad inicial estaba formada por Da Cruz, Capalbo (oCapalvo) y Delgado Varela, que provenían de la empresa de ómnibus UniónNacional de Transportes, que explotaba la línea 1 que, años después, recibióel número 67 y obtuvo la concesión provincial 170.

Cuando esta empresa adquirió otra línea de ómnibus también identificadacon el número 1 y que pertenecía a la empresa Ciudad de Buenos Aires, lostres socios fueron desvinculados y crearon una Línea de taxis con pasajecompartido para competir con la empresa que antes integraban.

Por ocurrencia de Delgado Varela, se eligió el número 31 para identificarlay las primeras unidades salieron a la calle pintadas de amarillo en su

carrocería y marrón en su capota. Estos colores le valieron a la línea elapodo de Chiclet`s Adams, por su similitud con los colores de los paquetesde chicles, que por aquellos años ya gozaban de cierta popularidad.

Hay un punto oscuro en los primeros tiempos de esta línea: la cantidad deunidades con las que inició sus prestaciones. Mientras uno de sus sociosfundadores, Delgado Varela, declaró que los servicios comenzaron con 10coches (afirmación que podríamos tomar por válida, por provenir de uno delos pioneros de la empresa) para Benjamín Lence (fundador del ExpresoBuenos Aires) fueron 15.

Su primer recorrido discurrió por Brasil, Salta, Avenida de Mayo, LuisSáenz Peña, Victoria (hoy Hipólito Irigoyen), Entre Ríos, Callao, Las Heras,Calzada Circular de Plaza Italia, Santa Fe, Luis M. Campos, Dorrego,Cabildo, Maipú, Santa Fe y Centenario, hasta Uruguay.

Regresaba por las mismas calles hasta Callao, tomaba por ésta y seguía porRivadavia, Luis Sáenz Peña, Avenida de Mayo, ¿Santiago del Estero? yBrasil, hasta alcanzar Plaza Constitución.

Curiosamente, tenía un permiso de la Municipalidad de San Isidro pero nodel de Vicente López, por lo cual, durante los primeros tiempos, estuvoimposibilitada de cumplir tráfico en ese partido y no

levantaba ni dejaba pasajeros dentro de sus límites, sólo lo transitaba.


A fines de noviembre de 1931 cumplimentó su primer alargue, a la estaciónCanal San Fernando del Ferrocarril Central Argentino. Las fuerzas vivasque presionaron ante la municipalidad para permitir el ingreso de la líneaal partido de San Fernando fueron... los propietarios de los prostíbulos de lazona, necesitados de un medio de transporte que facilitara el acceso tantode clientes como de las chicas a las casas de citas.

El 2 de marzo de 1932 se inició el ensayo de una boletera en uno de suscoches, que probablemente haya sido la primera en implementarse encolectivos (no hay que olvidar que el modus operandi normal era abonar aldescender, sin emitir ningún comprobante). Debido a conflictos con elpersonal, el ensayo fue dado por finalizado poco tiempo después y no tuvocontinuidad.


Durante 1932 la flota llegó a 25 colectivos y su frecuencia era de 30

minutos, dato que permite inferir que la modalidad de explotación estuvo enun principio pensada a la interurbana (estilo Atlántida o Expreso Pilar, porcaso) más que como una línea urbana, con pocos minutos entre coche ycoche. En julio de ese año llegó al Tigre Hotel, con un rondín entre CanalSan Fernando y el Puerto de Frutos del Tigre, por Alto y por Bajo. Estealargue se habría realizado gracias a la fusión o a la cesión de parte delpiso asignado a la Compañía de Ómnibus Tigre de Ginacca Hnos., quepreexistía y había iniciado sus prestaciones en una fecha que desconocemos,cumpliendo dos recorridos: uno entre Canal San Fernando y Puerto deFrutos y el otro entre la estación Tigre C y el Tigre Hotel.

Durante 1933 se transformó en Sociedad de Componentes que, pocodespués, pasó a denominarse Sociedad Colectiva Micro Ómnibus Norte. Fuemás o menos por esta época que, con la llegada de los primeros colectivoscarrozados sobre chasis de camión, se adoptó la librea que la identificahasta hoy, amarillo suave para su sección inferior y cuerpos de filete, rojopara su franja y azul noche para el techo. El 6 (o el 28) de noviembre de1934, la Provincia de Buenos Aires le otorgó la concesión 123, número quejamás utilizó en los coches, para unir Plaza Constitución con Tigre Hotel.

Para efectivizar el permiso le fue requerido un mínimo de 83

colectivos, cantidad más acorde a un recorrido tan largo.


Los artistas fileteros responsables de pintar cada coche Fue más o menospor esta época que se dispuso pintar la leyenda Micro Ómnibus Norte en ellateral de los colectivos, con la letra gótica tradicional. Cabe destacar quefue la primera línea porteña (y la única, durante muchos años) que adoptóesta modalidad. Hasta la llegada de la Corporación de Transportes, nohubo ninguna otra

(dentro de las 69 líneas habilitadas en Buenos Aires) que la haya lucido,salvo la 31, luego 60.

Su renumeración como 60 llegó de la mano de la habilitación oficialotorgada por la Municipalidad de la Capital, el 24 de octubre de 1935.

Junto con su oficialización, las autoridades determinaron algunos cambiosen el recorrido para evitar superposiciones excesivas con líneas de ómnibus.Fue así que la flamante 60


Abandonó su ruta de Avenida Callao, para tomar Ayacucho de ida y Junínde vuelta. También pasó a circular por Luis María Campos y Juramentopara luego tomar Cabildo, en lugar de hacerlo por Dorrego como antes.

Por lo que sabemos, el desarrollo de la línea en los primeros años podríacalificarse de explosivo, pues al 31 de diciembre de 1936 su flota contabacon 110 colectivos. Poco después no se renovó la habilitación de dos coches,el 4 y el 79, y el parque móvil de la 60 se estabilizó durante un tiempo en108 unidades.

Su fama fue alimentada por algunas anécdotas que sobrepasan el temaempresarial: en 1938, con la Guerra Civil Española en pleno desarrollo, lacomunidad española lanzó una campaña de ayuda pro-consecución deambulancias, con el fin de donarlas al Ejército Republicano. Tantocomponentes como empleados de la 60

respondieron a ella y organizaron una colecta y, en el mes de mayo,entregaron al Embajador cinco mil pesos y, además, utilizaron la carroceríade un colectivo para armar una ambulancia.

La comunidad española agradeció mucho este gesto y esta historia perdurópor muchos años, pero muy pronto fue opacada por otra, que le ganó laenemistad de todas las otras líneas, donde también había un alto porcentajede colectividad española.


El 16 de febrero de 1939 comenzó a operar la Corporación de Transportesde la Ciudad de Buenos Aires, empresa cuasi-monopólica creada a partir dela promulgación, el 1º de octubre de 1936, de la ley 12.311 de coordinaciónde Transportes y propiciada de acuerdo al pacto Roca - Runciman, medianteel cual el Imperio Británico reactivaría las compras de productosagropecuarios a la Argentina a cambio de un trato benévolo a las empresas

británicas radicadas en la Argentina, entre las cuales estaban las compañíastranviarias, cuya situación financiera estaba comprometida debido a lacompetencia de ómnibus y colectivos que eran vistos (sobre todo estosúltimos) con mucha simpatía por la gente, por tratarse de emprendimientosde origen nacional opuestos a las grandes empresas inglesas. Tanto lasempresas tranviarias como las de ómnibus y colectivos debían integrarse enesta nueva empresa, de manera espontánea o mediante su expropiación. Loscolectiveros se opusieron a la Corporación desde un inicio, para no perderel carácter independiente de su trabajo y mantener la titularidad de susvehículos. Al iniciarse la expropiación, el 4 de septiembre de 1942, iniciaronuna huelga que se prolongó hasta el siguiente día 15, cuando seinterrumpieron para iniciar negociaciones pero, al no

llegar a un acuerdo, el 16 de octubre se reanudó el paro, que esta vez durócasi cuatro meses.


Integrantes del equipo de auxilio de la empresa Cuando llegó el momento dela expropiación por parte de la Corporación, la 60 se aferró al argumentode la jurisdicción y evadió la incautación de sus unidades. Para reforzar susituación de línea diferente, no se solidarizó con las demás líneas en huelgay no interrumpió sus servicios durante ninguno de los dos paros. Esta

actitud generó un disgusto en todos los demás empresarios del sector, queperduró por casi 5 décadas.

Los colectiveros de paro tildaron a sus colegas de la 60 de carneros eincluso se registraron agresiones a los conductores y ataques a losvehículos. Consumado el despojo por parte de la Corporación, la enemistadcontinuó y el mote de carneros continuó calificando a la 60 durantemuchísimos años. Buena parte de los colectiveros, luego de décadas decumplida la expropiación, continuaron refiriéndose a la 60 con desdén, poresta circunstancia.


La empresa contaba con talleres de carrozado propios Pero la vida continuóy la 60, libre de la Espada de Damocles que significó la Corporación paracasi todos los demás colectiveros, continuó su lento y sostenido crecimiento:el 9 de enero de 1943 el Partido de Las Conchas le otorgó una concesióncomunal entre Canal San Fernando y la estación Ingeniero Maschwitz, paracubrir la defección de un colectivo local del cual no tenemos datos. Loscoches

afectados a este servicio se distinguieron gracias a una letra "M"

aplicada en el parabrisas.

Días después, el siguiente 14 de enero, la Comisión de Control deTransportes autorizó a la 60 mediante un permiso precario a circular enCapital. Como las disposiciones vigentes no permitían el paso de losvehículos entre Capital y Provincia con pasajeros de pie, las opciones eranbajarse o, en su defecto, esconderse agachado hasta trasponer el límite delMunicipio.


Poco después, se conocieron rumores que indicaban que la Comisión deControl estaría por llamar a licitación para rehabilitar la vieja línea deómnibus 67 (aquella de la cual habían surgido los fundadores de la 60)entre plaza Constitución y el Puerto de Frutos, por Plaza Colón, Retiro,Hipódromo Argentino, Barrancas de Belgrano, Estación Rivadavia yCamino del Alto, en provincia.

La gente de la 60 se preparó para la eventualidad y compró cinco ómnibusAutocar de 1942 carrozados por Gerónimo Gnecco, a los que numeró del131 al 135 y que dejó parados a la espera del llamado a licitación. Sepresentaría con esos coches y, de resultar adjudicataria, se adquirirían másunidades hasta cubrir las necesidades, pero la 67 nunca se licitó y loscoches nunca se utilizaron. Los vendieron sin uso alguno en 1946. Fue poraquellos años en donde comenzó a cimentar su fama de línea insignia quedécadas después lograría. Sus coches, casi sin excepción, estabanimpecablemente presentados aunque sin exacerbar detalles ni estarsuperpoblados de adornos. Buena parte de las unidades se

carrozaban en firmas de primera línea y, por aquellos años, comenzó ageneralizarse una tendencia: recurrir a carroceras de Capital o de zonanorte del Gran Buenos Aires.

Otro detalle distinguido lo daban los conductores, que estaban uniformadoscon guardapolvos color beige con cuello y puños azules, tal cual se estilabavestir al personal de las empresas de larga distancia. Esos pequeños detallesla hicieron sobresalir del resto y es de suponer que también ayudó un pocosu número, que es redondo, de rápida y fácil pronunciación: tal vez elguarismo no hubiera sido tan entrador si, por ejemplo, Osvaldo Pacheco, enaquel recordado sketch con Iris Láinez en La Tuerca, en lugar de pronunciar¡Tómese El 60 ya no es más lo que fue

El sesenta que es internacional! hubiera tenido que pronunciar, por ejemplo,¡Tómese el doscientos setenta y cuatro que es internacional!

Gabriela Gilli y Claudio Levrino protagonizaron la telenovela “un mundode veinte Asientos “para la cual se utilizó un colectivo de la 60

Una de las actividades casi desconocidas que encaró la empresa fue la delcarrozado de sus propias unidades o el recarrozamiento de otras existentes,en esos talleres solía estar escrito en una pared la leyenda EL SOBORNOAL PERSONAL DEL TALLER SERA

SEVERAMENTE CASTIGADO, que pone de manifiesto ciertas prácticasnon sanctas para que, seguramente, ciertos coches fueran reparados conmayor celeridad que otros.


1953 fue un año importante a nivel empresario, porque el 11 de agosto lavieja S.R.L. se transformó en S.A. De esta manera, quedó configurada lasigla hoy tan conocida, M.O.N.S.A. También fue en ese año, el 27 deoctubre, cuando la 60 logró obtener la concesión nacional definitiva. Haciaenero de 1954, la flota totalizaba 143

coches y ofrecía 2004 asientos en total. Aún contaba con 35 añosasunidades de 11 asientos, 12 coches con 14 asientos, 85 con 15 y 11

micrómnibus con 16.

1953 fue el año en el que Mercedes Benz irrumpió de manera masiva ennuestro mercado con sus productos. Comprobada su nobleza, lostransportistas los adoptaron como productos de cabecera. La 60 fue una desus primeras y más conspicuas, la segunda mitad de la década de 1950marcó un importante aumento cualitativo en los servicios de la 60: lafrecuencia era de 3 minutos en hora pico pero, a pesar de


Todo, los coches circulaban siempre llenos (a pesar de haber crecido endimensiones, sobre todo luego de la incorporación en masa de los MercedesBenz, desde 1953 en adelante). Tal vez fue en ese momento, cuando tomarun 60 era toda una odisea en hora pico, que se acuñó el dicho tan popularmás apretado que en el 60 a las 6

de la tarde...

En 1958, la empresa declaró haber transportado 44.162.000

pasajeros, lo que equivale a casi 121.000 pasajeros diarios promedio,números realmente destacados para la época.

El 1º de septiembre de 1963 se inauguraron los servicios semirrápidos entreConstitución y Tigre Hotel. El viaje entre cabeceras se cumplía en 86minutos (no hay que olvidar que los servicios por la Panamericana noexistían), con frecuencia de 15

minutos entre coche y coche.

Si bien tuvo una buena recepción, en poco tiempo su calidad se deterioróostensiblemente por dos razones principales: la primera fue laincomprensión de los pasajeros respecto del sistema de paradas, lo quemotivaba continuas discusiones. Y la segunda (y principal) fue que, a cadavez mayor velocidad, se instalaron semáforos en diferentes puntos del

recorrido. Cuando no existían, podía cumplirse un horario decoroso y útil,pero con la proliferación de semáforos se hizo imposible mantener unhorario bien diferenciado del servicio común y paulatinamente fueabandonado por el público.

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La historia continua hasta el presente, con agregados de otras líneas quefueron fusionadas con la 60, pero también fueron llegando los problemassobre todo financieros, a mayor ampliación de la empresa más deudas yconflictos internos, pero las unidades amarillas fileteadas ya formabanparte de una ciudad que siempre le brido todo un afecto a través de lospasajeros que utilizaban y continúan utilizando sus coches.

Son muchas las líneas de colectivo que circulan por la ciudad pero esindudable que los rayos amarillos constituyen la presa más preciada,

conozco gente amiga que lo toma a pesar que otras líneas lo dejarían máscerca del destino pero prefieren tomar el 60 y caminar varias cuadras, enotros tiempos, poseer un boleto del 60 es como haberse recibido deespecialista de calles de buenos aires.

Hasta aquí un resumen de la rica historia de la línea 60, la que fue parteimportante de mi vida, recorrí un largo trayecto a bordo de sus cochesfueron años de ir al trabajo, de lecturas del diario en sus asientos, de sentirel viento que generosamente recibía de las ventanillas, conocí choferesmagistrales, atentos y serviciales y pude gracias a la magia de un simpleboleto, ser parte de una leyenda.

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DONDE HAY UN TAXI Había llovido casi toda la noche y ya me percatabaque ese día me costaría más que otro poder llegar hasta el trabajo, es quedurante los días lluviosos todo enloquece, el tráfico y la gente que anda másapurada que de costumbre hacen inviable cualquier intento de hacer lascosas a tiempo, esto sucedió allá por el 73 pero podría haber sido ayer,anteayer o podría ocurrir en una semana siempre fue y será así los días

lluviosos donde el romanticismo solo se ve reflejado en hermosas lecturasno en la realidad.

Pero quiero aprovechar este recuerdo que vino a mi mente de puro soñadorque soy y apelador serial de recuerdos para compartir la interesantehistoria del taxi, un invento Argentino que trascendió las fronteras pararadicarse en diferentes países...con el permiso de todos voy hacia ella.

En 1860 entró en vigencia en Buenos Aires la ley de patentes, que obligabaa poner una placa numerada a todo vehículo de paseo o diligencia, ya fuerade uso particular o de alquiler. Había un pago anual diferenciado según lacantidad de ejes: 200 pesos para los carros de dos ruedas, y 250 pesos paralos de cuatro. De arranque hubo una línea que dividió a los vehículos dealquiler. Por un lado estaban los carruajes de plaza y, por el otro, los decochería, que muy pronto adquirirían el nombre de “remises”. Estos últimoslos pedían las familias adineradas, porque eran los que ofrecían más lujo ycomodidad.

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Unos de los recordados Peugeot 404 funcionando como taxi Las cocheríaseran también las que proveían carruajes para ocasiones especiales comoentierros y bodas, de ahí el mimetismo que perduró hasta los años 1980,cuando un remís era sinónimo de Ford Fairlane negro que servía parallevar un empresario al aeropuerto, para acompañar un cortejo fúnebre opara conducir una novia a la iglesia. En cambio, los carruajes de plaza, queesperaban a los pasajeros en paradas ubicadas en los paseos públicos,frente a las estaciones de trenes o los teatros, iniciaron el camino de lostaxis.

Ya en 1861 comenzaron a pagar un impuesto llamado “derecho de piso” (deahí viene la frase) para tener un lugar fijo asignado en las principalesplazas céntricas. En las más alejadas, el estacionamiento era libre. En 1866se estableció la tarifa única. Se cobraba por hora o, en los viajes cortos, porcantidad de cuadras.

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A fines del siglo XIX aparece la exigencia de que los cocheros lleven una“libreta” que los identifique, con certificado de buena conducta expedidapor la Policía de la Capital. Más adelante, cuando se agregue unafotografía a este documento, habrá protestas en un gremio que tenía, por unlado, muchos propietarios que trabajaban su propio vehículo y, por el otro,empresas donde los peones adscribían al socialismo y al anarquismo.

En 1901, Buenos Aires contaba con 2.282 carruajes de alquiler. Por unacuestión de costos, en esa época empezó a menguar la cantidad de cochescerrados y creció la proporción de coches abiertos con capota rebatible. Eninvierno o con lluvia, algunos sumaban una especie de mampara oparabrisas. Para entonces, algunos coches a caballo de Buenos Aires yatenían relojes que medían distancia de viaje y tiempo de espera. Se los llamótaxámetros o taxómetros.

Pasaría un lustro para que todos se pusieran de acuerdo y los bautizarantaxímetros. La palabra proviene del inglés tax y del francés taxe (impuesto,gravamen, tasa).

En 1904 empieza la incorporación de automóviles con motores a nafta obencina. La novedad siempre se paga y el precio del viaje era más caro queen los coches de tracción a sangre. Poco después, en abril de 1905, cuandoen Buenos Aires había apenas 377 autos, se produjo el primer accidentefatal. Un coche de alquiler alimentado a bencina (los más rápidos de laépoca) se dio la piña contra una columna de alumbrado en avenida delLibertador entre Sánchez de Bustamante y Billinghurst. Murió uno de loscuatro pasajeros.

Aunque hoy parezca increíble, en 1906 se sumó una flota de

“electromóviles”. Coches que funcionaban con baterías recargables.

A nivel mundial todavía se librara una batalla comercial entre los rodadoseléctricos y los que usaban combustible fósil. Ya sabemos quién ganó yahora, más de un siglo después, los eléctricos son “el futuro”. En el medionos fumamos casi todo el petróleo y recalentamos un poquito el planeta.

El reloj taxímetro fue obligatorio en todos los vehículos (automóviles y acaballo) a partir de 1911. Igual, la costumbre de adulterar el aparato paraestafar al pasajero ya venía de antes.

Según el tamaño y modelo, los coches de alquiler podían llevar un máximode seis o siete pasajeros apretados. En el transporte público, los tranvíascargaban hasta 40 personas, o más si algunos viajaban colgados o subidosal techo. También estaba el subte, que en Buenos Aires comenzó a correr en1913 bajo la Avenida de Mayo. Aparte, había ómnibus carrozados sobre labase de camiones, que cargaban más de 30 almas.

El taxímetro que tenían los autos en la década del 60

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Entonces, ¿por qué decimos que el colectivo es un invento argentino quesurgió del taxi? En otros países ya había coches de alquiler que ofrecíanviajes grupales. Y acá era normal que algunos taxistas juntaran variospasajeros para ir al hipódromo o a las canchas de fútbol. Lo que ocurrió en1928 fue que un grupo de tacheros comenzó a prestar un servicio regulardesde Primera Junta hasta Floresta, en trayectos compartidos, con unatarifa fija. De inmediato se sumaron otros recorridos y se modificaron losautos para alargar el chasis y la carrocería, de manera de permitir queviajaran 11 y hasta 14

personas.

Lo que inventaron los taxistas fue un servicio de micro ómnibus, comparablea las actuales combis. Con el paso de las décadas, los colectivos crecieronen capacidad hasta alcanzar, hoy, unidades de dos coches articulados quellevan más de cien personas. Los modestos colectivos se transformaron ensúper ómnibus.

El icónico Di tella 1500 que se utilizó en la telenovela “Rolando Rivas,taxista”

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Durante más de un siglo, las autoridades no intervinieron en el color de loscoches de alquiler. Los taxis eran negros, azules, verdes, grises.

Andaban “de civil”, como los vehículos particulares. Solo los diferenciabala bandera “libre” del taxímetro. Una ordenanza de 1966 unificó laapariencia de los autos con el negro en la parte baja de la carrocería y elamarillo en los parantes y el techo.

Entre 1972 y 1973, la profesión alcanzó su pico de popularidad con latelenovela “Rolando Rivas, taxista”, de Alberto Migré. Tiempos en que elSiam Di Tella, el Peugeot 404, el Chevrolet 400 y el Ford Falcon eran autosclásicos dentro de las flotas, como luego lo sería el Peugeot 504.

Monumento al taxista-costanera Buenos Aires

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EL SCALEXTRIC

En aquellos años los entretenimientos estaban bien definidos, más allá de loque nuestra inventiva nos proporcionara, o sea, todo lo que teníamos anuestro alcance serviría para poder pasar el rato, botones, chapitas degaseosas, fósforos y hasta la tapa de alguna que otra olla que,aprovechando algún descuido de la reina de la casa, sacábamos de laprohibida cocina.

Había juguetes de primera y de segunda, esta última categoría estaría listapara ser disfrutada por los chicos y jóvenes cuyos recursos no eran muchosque digamos, y allí es donde entraba en juego los padres y nuestro buencomportamiento en la escuela o en la casa, si todo iba bien, los autos africción ,los de metal o los de goma como los queribles duravit queatravesaron varias generaciones casi intactos, accediendo inclusive almítico metegol, del tamaño más pequeño pero algo era algo, este era demadera cuya marca estadio se había convertido en un culto entre lapurretada porque eran de la misma marca que habían puesto en el club peroclaro, estos eran profesionales y de metal, aquí me detengo para mencionarque con mucho agrado me entero que todavía existe la fábrica ,algo casiincreíble en estos tiempos.

La cuestión que todos teníamos nuestro regalo, como cuando el amo le hacehacer alguna morisqueta al perro y después lo premia con alguna galleta odulce, la cuestión era que llegar a esos juguetes sofisticados, los de primeracategoría, no era sencillo, una de esas maravillas que nos regalaba la

tecnología existente digamos el más top de todos fue el scalextric, una pistade autos con propulsión

60 ya no es más lo que fue

Eléctrica que te permitía hacerla del tamaño que quisieras, podría llegarhasta el infinito incluso solo tenías que comprar los tramos que desearas,estos incluirían rectas, curvas, chicanas y puentes, podías peraltar lascurvas, incluirles las tribunas con público y todo, los mecánicos en sus losboxes, la torre de control y por supuesto el contador de vueltas.

La cuestión es que con paciencia y dinero podías llegar a ser el dueño deMonza, Silverstone o Paul Ricard,circuitos emblemáticos ,pero para quienno podía acceder a todo este equipamiento, se conformaba adquiriendo de aun auto, las escobillas que eran las que le transmitían la corriente alvehículo desde la pista, ruedas y demás repuestos, se colocaban en unavalija plástica acondicionada al tal efecto y los fines de semana salíamos arecorrer las muchas pistas que existían en clubes, colegios y centro dejubilados y por unas pocas monedas te inscribías en emocionantes torneoscon trofeos a los ganadores y todo, esas monedas te transformaban en eldirector de tu propia escudería, esas monedas te daban la oportunidad de

ser parte de un gran sueño y de hermosos instantes compartidos con amigosalgo que en sí mismo no es poco.


Las consolas han destruido en parte aquellos sueños ,aunque claro, a losjóvenes de hoy día no estoy muy seguro que los tengan, los veo muy metidosdelante de esas pantallas donde se ha logrado una perfección increíblecuidando cada detalle ,cada rostro, cada escena casi casi como si fueranreales pero…esa sensación de tener en la mano, de sentir ese juguete, depoder hacer con él lo que nuestro ingenio nos permitiera, verlo cada día,ponerlo allí sobre la mesa y admirarlo, nunca pero nunca lo podrá igualarla sofisticación tecnológica simplemente porque los sueños se construyen enbase a realidades.

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ENTRE DISCOS Y LIBROS

Los que trabajábamos en capital federal ansiábamos la llegada del viernes,un día casi mágico porque era el comienzo de un merecido descanso, lossábados y domingos serian dedicados por entero a ser uno mismo, como

debiera haber seguido siempre, pero los cambios obligados nos llevaros auna rutina cansadora y si le agregamos la necesidad económica se acentúaaún más todavía, pero volvamos a aquellos viernes de felicidad después quedetrás nuestro se cerraba la puerta de acceso al lugar donde convivíamoscinco de los siete días de la semana.

En mi caso la preferencia era salir a caminar, tranquilo, despejado de todocompromiso salvo conmigo mismo así que generalmente decidía hacerlo porla avenida corrientes hacia el lado de callao, eran nueve cuadrasexactamente las cuales conocía al detalle tanto, que si hago un esfuerzovendría a mi memoria hasta la cantidad de baldosas que había, fueronmuchos años haciendo el mismo ritual.

Sobre dicha avenida los grandes lujos eran las librerías y disqueríasdiseminadas sobre ambas aceras, camino a callao iba por la derecha y alllegar regresaba por la izquierda locales emblemáticos como el Ateneo,Hernández, fray mocho, el centro editor, eudeba esta última se mudaría en el76 frente a plaza congreso, y la librería de la ciudad todas abarrotadas detítulos y mesas de ofertas por lo cual era imposible que no te llevases algoese día de esa manera ya tendrías para comenzar una lectura aquel fin desemana que se avecinaba y proseguirla durante la semana en los viajes enmicro o tren.

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Las disquerías tenían lo suyo, y también abarrotadas de clientes y digoclientes porque si te quedabas en la puerta difícilmente verías a alguien sinsu respectiva bolsa, caminar por corrientes era como estar escuchando el

más grande catalogo musical del mundo, discos opera, galerías broadway,zivals, el centro cultural del disco la primera y única en poseer cabinasindividuales donde podías escuchar aquel vinilo que le solicitaste alvendedor tranquilamente, si te gustaba lo llevabas si no un gracias y te ibas,si habremos permanecido por horas escuchando el ultimo de Julio Iglesias ouno más antiguo de la negra Sosa.

Esquina de Corrientes y Callao año 1950 con igual fachada que en laactualidad

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El 60 ya no es mas lo que fue

Eran tiempos en donde poder descubrir cosas nuevas a cada paso quedábamos, no sabías que elegir y por momentos te hubieras llevado todo, hoysi logras encontrar alguna abierta ya sería un milagro y de haberla sientraras, seguramente terminarías llevándote algo de aquellos años porqueno han podido ser superados.

Esquina de Corrientes y Callao disquería Zivals en la actualidad

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AQUELLO QUE YA NO EXISTE (PARTE 1)

Me encuentro de paso por Buenos Aires, cierto0s trámites burocráticos sonla excusa perfecta para regresar a una ciudad como pocas, fue en este sitiodonde transcurrió la mayor parte de mi adolescencia, diferentes empleos,paseos, amores, desilusiones, éxitos y muchos fracasos.

Siempre estuve sometido a su encanto, me hice amigo de inmediato y ellagenerosamente, abrió sus puertas ofreciéndome todo lo que poseía, fuedigamos, amor a primera vista, simple y contundente.

Hoy, jueves, me encuentro sentado junto a la ventana, frente a mí, puedo verperfectamente la esquina de Jujuy y Rivadavia centro estratégico del onceporteño, en este mismo sitio y sobre esta misma mesa ,Litto Nebbia escribíaaquella canción que dio inicio a la historia del Rock en Argentina, La Balsafue efectivamente quien dio el puntapié inicial a una época cargada demúsica, en conjunto con José Alberto Iglesias(tanguito) el tema ganó elcorazón y el alma de todo adolescente que hasta ese momento bailaba ydeliraba con los temas de The Beatles…fue aquí en La perla del once ,dondenació el mito y para convertirse con el tiempo en leyenda.

Esto lo estoy escribiendo con mis ojos casi cerrados porque de llegar aabrirlos, comprobaría como el tiempo arraso con todo aquello, La perla delonce hoy solo es un eslabón más de una cadena de pizzerías, solo queda detodo aquello varias placas en su frente, perdidas entre carteles de gaseosasy gigantografias de empanadas

varias, la balsa ha naufragado y algunos de sus restos intento en vanosalvar.


Miro el reloj, las siete de la mañana, un atento mozo me alcanza lo pedido,café con leche con tres medias lunas de manteca, ellas serán testigos de estarealidad que deshumaniza.

Me es imposible dejar de sentir nostalgia por todo lo que el tiempo fuedestruyendo sistemáticamente casi toda la belleza de las cosas que ya nopodemos ver, aunque resulte placentero el progreso, no admito que el mismoborre trozos de historia que deberían estar por siempre porque ellas nospertenecen a todos, a cada uno de nosotros nos corresponde una parte detodo aquello destruido.

Decidí entonces, ya consumido el desayuno, tomar el desafío de comprobarcuales fueron aquellas historias construidas en cientos de sitios donde unoconcurría, quise ver las calles y esquinas donde la juventud paso momentosinolvidables y que el dichoso progreso no podrá llevarse nunca porque yaestán incorporados a nuestro ser permaneciendo en el alma. Duele ver loque ya no está, la incomprensible ausencia de compañeros de mañanasimpacientes y de noches interminables, bares y restaurantes donde unopasaba los ratos con la sola compañía de algunas soledades, esos tiemposque nos regalábamos.


Los cines, donde nos cobijábamos las tardes de lluvia o los viernes comodespedida de la semana, alguna que otra confitería, lugares obligados decitas oportunas, sitios ideales para ese primer encuentro de un, talvez,futuro amor primerizo, el progreso destruye sueños y construye otros, peroya no será lo mismo porque para todo existe un tiempo, instantes que son laspartículas con la que esta compuesta esta vida, y como los instantes son tanfugaces y pequeños, deberíamos intentar atraparlos y colocarlos en eseálbum que al final del camino será casi nuestro único equipaje.

Caso contrario, seguiremos asistiendo a una realidad que no deseamos, enotras palabras, la perdida de una parte importante de nosotros mismos.


AQUELLO QUE YA NO EXISTE (PARTE 2) Sigo caminando esta BuenosAires y mis ojos ayudan a reactivar la memoria, me encuentro con sitiosemblemáticos que hoy han sido reemplazados por otros, hasta el idioma sefue distorsionando, los nuevos sitios, los que fueron saliendo a la superficie,nos transportan con nombres portentosos en inmensas marquesinas aciudades europeas, muy lejos de nuestra tierra y de nuestra idiosincrasia,algunas de ellas son hasta casi imposibles de pronunciar, la memoriacomienza a entregarme lugares conocidos por todos mientras que mis ojosme entregan un panorama totalmente diferente, me han cambiado el rotulo ycientos de fantasmas comienza a aparecer.

Mientras camino por la avenida Corrientes veo en el tiempo a una LaMartona colmada de gente, sin importar la hora lo mismo ocurre si mirohacia la vereda opuesta, allí, al 1100 de dicha arteria el restaurante Arturitose prepara para recibir a los cientos de comensales que disfrutaran de esasmesas con impecables blancos manteles, una inmensa vitrina a la calle hacede vidriera, en ella puede verse diferentes tipos de pescado fresco ,laespecialidad de la casa, mientras pegado se encuentra un local de sofás

cama, su solo nombre recuerda buenos descansos de varias generaciones,Gicovate muestra sobre dos grandes superficies vidriadas la nuevacolección de sofás que se hacen irresistibles mientras el aroma a un buencafé se esparce por varios metros a la redonda, es que a pocos metros hayun local de la cadena Bonafide, cuyo franja blanca es el emblema de lafirma desde hace muchos años, allí ,ver moler el café es todo un arte y es enese preciso momento que los granos despiden ese aroma

-244-El 60 ya no es más lo que fue Inconfundible, puedo sentirlo mientrasescribo esto, es algo muy penetrante y sabroso.

Una desconocida Susana Giménez convocando la compra de los sofás camaGicovate.

Pero no es el único comercio en el mismo rubro, El Cafetal se haya en lacuadra siguiente, cruzando Libertad, a los pocos metros también tiene losuyo aunque nunca fue de mi preferencia debo reconocer el valor de dichamarca también añejada en la memoria colectiva, alejada ya del centro se

encontraba Los Dos Chinos especialistas no solo en café del Brasil si no endelicias de confiterías, masas, bombones y claro está el famoso pan dulce defin de año pero que aquí se podía conseguir todo los días .

Llegado el mediodía la marea humana comenzaba con la rutina deconseguir donde almorzar, las opciones no eran pocas había una El 60 yano es más lo que fue

cantidad más que apreciable y para todos los gustos y todas las economíaspor ejemplo si comenzamos desde lo más básico, o sea aquellas comidasdonde podían acceder los cadetes de oficina, empleados del menor nivel,estudiantes y empleados bancarios, pasando por sitios donde un mozoatendía celosamente a una clientela fiel como si fuera la peluquería delbarrio, en ese orden podemos recordar los recientemente creados tenedor alpaso a los que le agregaban la palabra grill para darle un toque másselectivo, cuando entrabas te entregaban un ticket con un monto máximo ,teacercabas al mostrador, tomabas una bandeja de acero y recorrías el localpidiéndole a los diferentes empleados lo que más te apeteciera, luego de locual te perforaban dicho comprobante y lo tenías que conservar, si lollegabas a perder, abonarías el toral de dicho ticket, la comida era excelentey en mi caso concurría al que estaba en la esquina de corrientes y Libertady se llamaba Nobel Grill, había más de 45 en toda la capital, a estos leseguiría otra cadena pero más pequeña llamada pippo de la cual ya contéuna historia antes, luego llegaría el palacio de la papa frita de corrientes yMontevideo, don Pipón en corrientes y Paraná, la churrasquita que estaba apocos metros de la mencionada Arturito, después se mudaría a la cuadrasiguiente ,para caer desgracia a los pocos años.

Edelweiss de Libertad entre corrientes y Lavalle era otro sitio concurridogeneralmente por jefes, gerentes y mucha farándula, sus platos típicossuizos y la exuberante fondue eran atractivos elocuentes.

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Una reliquia, sobrecito de azúcar de la desaparecida confitería el reloj.

Si por el contrario ese mediodía habías logrado concertar una cita conalgún caballero o cierta dama lo mejor era alejarse del bullicio de mesas ygente así que las confiterías comenzaban a ser el sitio de preferencia, elreloj sobre la peatonal Lavalle esquina Esmeralda concentraba a muchos,yo tú él le seguía ,esta estaba al lado de la confitería del molino ,plenobarrio de congreso, tenía unos reservados en los cuales podías refugiarte ypasar el tiempo que quisieras ,brisas es otro que viene a mi memoria ,estaba en San Telmo y si no me equivoco sobre la calle Venezuela.

Mi inquieta memoria continua entregándome recuerdos y es imposibledetenerla, en ellos me encuentro los mostradores de las pizzerías, sitiopredilecto de los que siempre andaban apurados, un par de porciones demuzza una gaseosa y hasta un moscato eran los invitados del momento,Guerrin, el palacio de la pizza, las cuartetas, los inmortales solo sonalgunas de ellas, todo costaba poco, el dinero rendía y el sacrificio paraobtenerlo también era mucho, siempre fue así pero los gustos te los dabatarde o temprano.

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60 ya no es más lo El que fue Debajo de la avenida 9 de Julio existen a laaltura del obelisco dos pasajes; el norte y el sur que no solo te permitíacruzarla si no que te encontrabas con un conjunto de locales del más vastogénero, en ellos podías comprarte lo que quisieras, desde una cartera,zapatos, juguetes, el repuesto de la plancha que se había quemado lasemana pasada, te podías lustrar los zapatos, comprarte un cuadro para elcomedor o un ramo de flores, no faltaba el local de lotería y crease o no,hasta un pedicuro pero ojo también podías saborear una exquisitahamburguesa completa mucho más sabrosa que la que ofrecían en el localde comidas rápidas recientemente inaugurado y que sería el comienzo deotra etapa en la vida gastronómica de la ciudad y del país todo, me refiero aPumper Nic ,Héctor el rey del Paty hacia honor a su nombre, no sé cuántaspero debe de haber sido muchas las que tuve el placer de consumir hasta elpunto de hacer una gran amistad con su dueño hoy ya fallecido.

Local de Bonafide, imagen habitual con interminables colas esperandoentrar.


Si te gustaban las empanadas, solo tenías que llegarte hasta Callao yCangallo (hoy Perón) era difícil que no la encontraras porque era el únicositio donde siempre había gente agolpada frente a su vidriera, es que lasfamosas empanadas de La Americana se hacían casi a cielo abierto, uncristal separaba la masa, la carne picada, el huevo y el jamón de la turbaque devoraba todo con tan solo mirarlas, esta fue la primera casa deempanadas de Buenos Aires fundada en 1935.

Pero Llego el tiempo de darle un descanso a mi fatigada memoria en un ratovolveré a meterme en ella a ver que puedo encontrar para agregar alequipaje que llevo en este viaje.

Pasaje obelisco norte mediados de los 70, permite cruzar la nueve de Juliodesde Cerrito a Carlos Pellegrini

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EPILOGO

Hasta aquí, un primer intento de “construir” un libro, la hermosa eimprescindible necesidad de volcar sobre un espacio en blanco, palabras eintenciones que queden para siempre sin importar quien las pueda llegar aleer, a comprender o a idealizarlas.

Escribir debería ser algo obligatorio en cada ser humano sin necesidad deelección de algún genero determinado, se debería tomar como algo quesiempre se encuentre pendiente en la vida que transitamos de esa maneraquedarían impresas millones de situaciones y emociones forjando unainmensa biblioteca universal porque todos de alguna manera contribuimos ala formación de las generaciones que pudieron lograr la construcción y ladestrucción de nuestro hogar…nuestro planeta.

Escribir es algo emocionalmente maravilloso, tal vez para aquel que nuncalo haya hecho no pueda darse cuenta de su importancia pero para losdemás, para ese otro grupo numeroso por cierto, que si lo han hecho esos

instantes dedicados a la escritura fueron seguramente los más felices de susvidas, escribir donde se pudiera, desde borradores a bordo del colectivocamino al trabajo, sobre la mesa de un café, o incómodamente sentado enun banco de cemento de alguna plaza, al regreso a casa después de cenareligiendo el rincón adecuado si no se disponía de un cuarto acondicionadopara tal tarea la cual requiere estar en paz sobre todo con uno mismo y lejosde cualquier alboroto.

Si, escribir es esencial porque también es el encuentro con lo inesperado,con lo casual, es el atreverse a rebelarse y decir yo también puedo, porqueen realidad todos somos potencialmente escritores, alguna vez todos losfuimos y no nos dimos cuenta ,desde aquel día en nuestro paso por laescuela a la que le hemos dedicado infinitas horas de llenado de hojas decarpeta con nuestro pareceres

sobre la historia, las ciencias o la geografía, allí comenzó nuestra carrera,esos fueron los inicios pero claro, cada uno habrá decidido hacer otrascosas y hasta les habrá parecido algo triste y desalentador hacerlo.

Quien no escribió alguna que otra servilleta de papel esperando a unaamiga o amigo en una confitería volcando en ella algunas palabrasrebuscadas solo para decirle lo que sentía, allí en esa servilletaseguramente había un alma de poeta dormitando desde hacía tiempo.

Escribir es ejercitar las manos y el cerebro ,algo tan interesante comocualquier otro ejercicio físico, tendría que haber gimnasios en todas partespara este tipo de actividad, gimnasios donde en vez de aparatos hayan hojasen blanco en pequeños escritorios junto a alguna lámpara y una pluma,escenografía diría casi ideal para comenzar, con este ejercicio no habríaposibilidad de transpirar ni de llegar a tener síntomas de agotamiento,porque el cerebro jamás se cansa porque jamás se detiene ni aun cuandollega la hora del descanso, porque el descanso es solo para el cuerpo.

Al presente libro le faltan bastantes piezas para completar un armado másgeneral porque los recuerdos son innumerables e infinitos, a este libro lefaltan nombres y situaciones, le falta más nostalgia y más elementos quesigan contribuyendo a que la memoria no se agote y jamás se pierdan.

A este libro le faltan personajes, nombres de aquellos que hicieron lahistoria, actores, actrices, conductores de radio y televisión, le faltanprogramas y series y todo aquello que nos mantenía vivos y expectantes, aeste libro le están faltando lecturas obligadas, revistas de todo tipo queleíamos aceleradamente ni bien llegaban a nuestras manos, a este libro leestá faltando momentos felices con diversiones que ya no practicamos más,por estas ausencias pido disculpas, por esas las ausencias que no fueronintencionales sino por el capricho de aquellos números que indican el pasode las páginas y que al verlos llegar el escritor se apresura a ponerle unpunto final o como en este caso llamado epilogo.

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Espero de corazón que este no sea exactamente un final, que sea solo elprincipio de al menos una segunda parte de este 60 imaginario que mepermitió recorrer varias etapas de mi vida, una vida similar a la de muchosde ustedes que hoy podemos compartir.

Gracias a los que hicieron posible la concreción de este trabajo, a los milesde integraron mis sueños, a los que participaron de mis aventuras, a loscientos que formaron parte de la troupe de insolentes amigos queacompañaron años de infancia y adolescencia, y a los innumerablesfantasmas que todavía se encuentran a mi lado.

J.A.C

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INVENTARIO

Pág.

Prologo………………………………………………………………. 5

Amores de zaguán……………………………………………... 8

Una casa en el árbol……………………………………………. 10

Aquel billete marrón……………………………………………. 13

El boletero del parque…………………………………………. 17

Aquel eclipse del 73…………………………………………….. 19

Una vieja foto de almacén………………………………….. 22

Aquella radio de papa………………………………………… 25

Aquellos ruidos de la infancia…………………………….. 28

De cómo los sea Monkeys

Engañaron a mi infancia……………………………………. 33

De feria en feria…………………………………………………. 36

Descubriendo a rocky………………………………………… 45

El 60 ya no es más lo que fue…………………………….. 48

Aquel pequeño Larousse…………………………………… 50

El amigo vigilante y su garita…………………………….. 52

El bebedero de la plaza……………………………………… 54

El camioncito de la calle Pigue…………………………… 56

El delivery de los 60 y aquel timbre de la casa…… 58

El hombre y la máquina de hacer lluvia……………… 60

El lustrador de la vida……………………………………….. 65

Un trolebús Argentino……………………………………….. 70

El viejo parque y una diversión que creía eterna… 73

Estela, prepara a los chicos que nos vamos

A la pileta………………………………………………………….. 76

Jamás un bulling al media hora…………………………. 80

La alcancía de los sueños………………………………….. 84

La boletera del colectivo o esperando al capicúa. 87

La canción más hermosa…………………………………… 89

La colimba, la escuela con botas………………………… 91

La crueldad de haber matado al adoquín………… 95

La guía de la vida……………………………………………. 98

Infancia de metal…………………………………………… 102

La mesa de café…………………………………………….. 104

La muerte del calendario……………………………….. 106

La Noblex de la abuela………………………………….. 108

La peatonal de la vida……………………………………. 110

La primer biblioteca………………………………………. 115

La risa, ése infalible remedio………………………….. 117

La terraza de tía Teresa………………………………… 123

La vida en blanco y negro o aquellos cines

Que supimos conocer……………………………………. 125

La vida es una historieta……………………… ……….. 129

Los abuelos deberían ser eternos………………….. 133

Los bailes de la felicidad……………………………….. 135

Los barriletes de Ricardo……………………………….. 137

Los rellenos de mama…………………………………… 139

Mi madre, el árbol y los sueños……………………… 141

Noticias en forma de postal…………………………… 144

Aromas…………………………………………………………. 145

Palomas en libertad………………………………………. 147

Pantalones cortos vs. Largos…………………………… 150

Picnic……………………………………………………………… 152

Quieres un caramelo?........................................ 156

Señora, no me compra una rifa, dele……………….. 160

Ser canillita……………………………………………………… 164

Un pizarrón en el cielo……………………………………… 166

Un tal Serrat……………………………………………………. 168

Una esperanza más…………………………………………. 170

La farmacia en casa…………………………………………. 172

La vida en sepia………………………………………………. 175

Y llegaron los dobles camellos…………………………. 178

Se nos fue pippo………………………………………………. 181

Cierto día conocimos al walkman…………………… 183

Aquella luna que soñamos ya era nuestra……… 185

Y ya lo ve, tengo un winco por primera vez…….. 188

Cuando ya viviste todo, nada te asombra……….. 191

Hoy estuve con Alberto…………………………………… 196

La mía mamma………………………………………………. 199

La libreta de la vida………………………………………… 202

La magia de lo imposible………………………………… 205

A Juan Salvador gaviota………………………………….. 208

A Saint Exupery………………………………………………. 210

Historia de la línea 60…………………………………….. 212

Donde hay un taxi…………………………………………… 228

El escalectric…………………………………………………… 234

Entre discos y libros………………………………………… 237

Aquello que ya no existe-parte 1……………………… 240

Aquello que ya no existe-parte 2……………………… 244

Epilogo……………………………………………………………. 250

Inventario……………………………………………………….. 253

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Fuentes consultadas y seres que ayudaron en la concreción de la presenteobra:

Archivo general de la nación.

Gobierno de la ciudad de Buenos Aires.

Diario digital Infobae.

Empresa M.O.N.S.A línea 60 a todo su personal y directivos.

Librería El Ateneo.

Editorial Cúspide.

A los administradores de la página www.busarg.com.ar primer museovirtual del colectivo.

©El contenido del presente libro es propiedad intelectual del autor delmismo pudiéndose citar parte mencionando su origen.

©EDICIONES DEL TIEMPO

BUENOS AIRES- ARGENTINA

2021

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SOBRE EL AUTOR

Julio A.Casati nació en Ensenada, provincia de Buenos Aires cierto día dediciembre de 1953

trasladándose a los 4 años a la localidad de Luis Guillon, en el sur del granbuenos aires, luego de cursar los estudios normales ingreso a diversasagencias de publicidad, encuadernadoras y editoriales siendo en cada una deellas el responsable de las ediciones, indudablemente y de cierta forma, sudestino comenzaba a despejarse.

Siempre con una vocación hacia las letras y la música cierto día despertó enel la necesidad de hacer algo distinto, que se diferenciara del resto de todasaquellas tareas que hasta ese momento había realizado por tal motivotranscurriendo el año 2000 comenzó a delinear lo que tres años después pudoconcretar, hacer un programa de radio con una temática familiar y afectiva,que contuviera palabras que llegaran al corazón de la gente, sin intervenciónde políticas, deportes o religiones ,temas que de por si llaman a discusión, deesa manera nace LAS HORAS CONTADAS transmitiéndose primeramentepor la FM Tiempo y sucesivamente por las FM Nativa y FM radio de lacosta todas de Santa Teresita, localidad perteneciente a la costa atlánticaArgentina y lugar de residencia actual.

Dicho programa comenzó en solitario para después conducirlo junto a AliciaSanti, este ciclo se mantuvo al aire durante once años cosechandoinnumerables premios nacionales e internacionales y declarado de interéscultural por el senado de la pcia.de Buenos Aires, desde hace tres añosconduce por la FM 100.3 radio de la costa AQUEL VIEJO WINCOFON

programa también creado por él y que sumo varios premios nacionales ,deeste programa se desprenden las historias muchas de las cuales son las queforman parte del presente libro.

En él, el autor ha querido reflejar sus propias vivencias, sus sueños y susproyectos.

©EDICIONES DEL TIEMPO

BUENOS AIRES-ARGENTINA

2021

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