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Drawings of Water Lifting Devices (fragmento) — Leonardo da Vinci

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Drawings of Water Lifting Devices (fragmento)— Leonardo da Vinci

Nuestra portada: El Codex Atlanticus de 1503 de Leonardo da Vinci

La ilustración de nuestra portada, es un dibujo de Leonardo da Vinci, que forma parte del Codex Atlanticus que se encuentra en la Biblioteca Am-brosiana en Milán, es la más grande colección de hojas de Leonardo, formado a fines del siglo dieciséis por el escultor Pompeo Leoni, quien para hacerlo desarmó muchos cuadernos. En la forma en que se halla en la actualidad, después de una restauración hecha en la década de los 60, contiene 1,119 ho-jas, que muestran estudios llevados a cabo por da Vinci y que cubren toda la gama de intereses de Leonardo en la ciencia y tecnología, junto a proyectos arquitectónicos, planeación urbana, vuelo, armamento, instrumentos musi-cales, matemáticas y botánica y notas personales.

Las páginas del Manuscrito muestran dibujos detallados de máquinas para cortar piedra, para excavar canales, para el manejo y transportación de agua, como la que aparece en la portada, y otra enorme variedad de temas y sujetos.

En el dibujo que ilustra la cubierta de Pharus Academiæ, se pueden ob-servar diversas máquinas, como un Tornillo de Arquímedes y varios tipos de norias e incluso un molino movido por agua.

Códices y manuscritos de Leonardo da Vinci

En su testamento, Leonardo escribió:

«A Messer Francesco da Melzo, caballero milanés, todos y cada uno de los libros que en la actualidad se hallan en poder del testamentario, así como todos los instrumentos y retratos propios del arte y oficio de pintor [...]»

A su muerte, acaecida en 1519, le fueron entregados a su fiel discípulo y amigo de los últimos años, Francesco Melzo, los códices manuscritos del maestro los cuales se llevó a Italia para conservarlos y utilizarlos.

Tras la muerte de Melzo se produjo la primera dispersión de los manus-critos leonardianos, que convirtió a Madrid, al final del siglo xvi, en el lugar donde se concentraba el mayor número de códices de Leonardo. Al parecer Pompeo Leoni, escultor de la corte española, había conseguido coleccionar hasta 50 manuscritos y unas 2.000 hojas dispersas: una imponente colección a la cual se sumarían las 283 hojas del Códice Arundel, adquiridas probable-

Pharus Academiæ

mente en España por el inglés lord Arundel y los códices descubiertos en 1966 en la Biblioteca Nacional de Madrid.

A la muerte de Leoni, sus herederos vendieron la colección y los códices de Leonardo regresaron a Milán, donde fueron adquiridos, antes de 1632, por el conde Galeazzo Arconati, que en 1637 donó el Códice Atlántico y casi todos los manuscritos a la Biblioteca Ambrosiana.

Actualmente se encuentran en el Institut de France de París los Manuscri-tos de la a, a la m.

Alrededor del año 1630, procedentes de la herencia de Pompeo Leoni, fueron llevados a Inglaterra el Códice Arundel (actualmente en Londres, en el British Museum) y el libro de 234 hojas conocido como la «Colección de Windsor» por hallarse en la biblioteca de tal palacio, propiedad de la corona británica. En el libro, aparece una serie de extraordinarios dibujos de anato-mía, y figuras de animales y paisajes.

El Códice Atlántico

El material del Códice Atlántico abarca toda la carrera de Leonardo, a lo largo de un periodo de más de 40 años, desde 1478, cuando tenía 26 años, hasta 1519. En él se encuentra la más rica documentación de sus contribuciones a las ciencias mecánica y matemática, la astronomía, la geografía física, la bo-tánica, la química y la anatomía. Recoge también sus pensamientos a través de fábulas y reflexiones filosóficas.

Incluye además anotaciones sobre los aspectos teóricos y prácticos de la pintura y de la escultura, sobre óptica, perspectiva, teoría de la luz y de la sombra, así como los materiales utilizados por el artista, además de numero-sos estudios, como los realizados para la Adoración de los Magos, la Leda, la Batalla de Anghiari y proyectos para los monumentos de Francesco Sforza y Gian Giacomo Trivulzio, incluso para la construcción de autómatas.

Rectorcp David Gómez Fuentes

Vicerector académicomtro. Jorge Barrón de la Rosa

Comité editorial

Francisco GámezEmilio LamadridJosé Luis VillaseñorAlberto BazaldúaGustavo HernándezMichelle CházaroXóchitl Dávila Antonio Pozos

Diseño y Formación

Michelle CházaroMartha RamírezXóchitl Dávila

Revisión y corrección de estilo

Emilio Lamadrid

Pharus Academiæ, Revista de divulgación e investigación del Instituto de Estudios Superiores de Tamaulipas. Número 10, año vi. Este número se terminó de editar en enero de 2013, el tiraje total de esta edición es de 300 copias.Reserva de derechos: 04-2008-062316205000-102

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Directorio / Contenido

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PrólogoRodolfo Vega Gallegos

Inicia actividades la Editorial del Instituto de Estudios superiores de Tamaulipas a.c.

Ensayo

Marco jurídico de la educación en MéxicoJosé Luis Villaseñor

Prisión ¿Readaptación o reinserción en la sociedad? Arturo Bazaldúa

Modelo de empresas sociales: Una oportunidad para la Universidad de colaborar en la disminución de la brecha de desigualdad socialJesús Meza

La adaptación organizativa de las instituciones de educación superior para el manejo del currículum flexibleEduardo Meléndez

Trabajo de Investigación

1829 ¿Triunfadores? ¿Derrotados? (1.ª parte)Emilio Lamadrid

Los estudios de seguimiento en la investigación social Fr ancisco Solís

Implementación de un sistema hidroneumáticoJorge Estr ada y R afael Gea

Recensión sobre libro

La serie de Los hijos de la tierra Emilio Lamadrid

Prólogo

Pharus Academiæ

Por más de cuatro décadas he buscado el camino más efectivo para lle-var preparación a nuestra juventud. Hemos buscado en las entrañas de todas las ciencias, causas, motivos, instrumentos, explicaciones que coadyuven en las labores de las instituciones educativas.

Se han incrementado y mejorado las instalaciones en donde se ejecuta el trabajo docente, mejores mesa bancos, mejor iluminación, aire acondiciona-do y proyectores en muchos salones, computadoras y programas de última generación, laboratorios costosísimos que apoyen la enseñanza práctica de las ciencias, capacitación didáctica, psicológica, afectiva y motivacional a los profesores, se ha impulsado la certificación de calidad de las universidades y tecnológicos, de profesores y carreras, de laboratorios y de instalaciones, se impulsan programas extracurriculares valiosos que coadyuven a la forma-ción integral, y sin embargo al compararnos con las universidades de exce-lencia en el mundo, aun seguimos observando una falta de competitividad creativa e innovadora en los egresados.

Profesores, directivos y autoridades educativas se esfuerzan en tratar de descubrir, con un gran sentimiento de culpa, senderos mágicos que nos lleven a conseguir mejores egresados, competitivos, esforzados, creativos que apo-yen al país en esta carrera de la Era del conocimiento.

Al continuar en la reflexión permanente de esta lacerante preocupación, he volteado la mirada hacia el objeto de todas nuestras preocupaciones, de to-dos nuestros quehaceres y buenos deseos: hacia la calidad que como personas tienen nuestros alumnos insumo.

Según Enrique Rojas en su libro «El Hombre Light», (Ediciones Temas de Hoy. Madrid, España 2003) algunas generaciones de jóvenes han crecido y vi-vido de tal forma que los lleva a vivir una vida con una visión materialista, el individuo vale por su dinero; hedonista, pasarla bien a costa de lo que sea; permisivo, todo se vale aunque arrase los mejores propósitos e ideales; rebel-de sin finalidad y sin programa; relativista, viviendo con reglas presididas por la subjetividad y; consumista, si no compro no valgo.

¿Qué ha impulsado a los padres de estos jóvenes a que ellos tengan esta forma de vida?

Si la vida tan ajetreada que tenemos nos da un respiro para contemplar el mundo que les estamos dejando a nuestros hijos y nietos, nos percatamos que vivimos en un mundo en que el concepto utilitario de la vida, en donde el

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deseo de poseer dinero, poder, prestigio, belleza, placer es el motor que im-pulsa nuestras vidas.

La mercadotecnia de las grandes empresas nos ha convencido que si no tenemos un automóvil de tal marca «somos unos perdedores», que si no ves-timos de tal marca de ropa «no seremos aceptados en los círculos sociales», si no vivimos en tal o cual fraccionamiento, «somos unos pobretones», y así todo, sino comemos en cierto restaurante, si no usamos un tipo de perfume, si no pertenecemos a tal o cual club, o si no tenemos casa en el otro lado, «po-brecitos de nosotros».

Luego pues, ningún dinero alcanza, así trabaje el papá y la mamá todo el día, y así, nace en la familia una ansiedad terrible que es la fuente de presiones profundas, grandes incertidumbres, frustraciones, angustias, inseguridad y siempre, siempre bajos niveles de autoestima, ya que nunca, nunca, alcanzará el dinero para comprar todo los deseos que las grandes empresas siembran en la mente de las familias.

De esto se deriva el mal mayor, los padres están tan ocupados en ganar más para cubrir esta infinidad de deseos, que delegan la responsabilidad, no transferible, a las escuelas en que inscriben a sus hijos.

Lastima mucho la no presencia de la mamá en casa, (esto puede sonar ma-chista), lo diré de otra manera, lastima mucho la no presencia de alguno de los padres en casa. No hay la formación sólida en virtudes, la debida planeación de vida, la reglamentación para la convivencia, existe bastante tolerancia cul-posa de parte de los padres, otorgando bienes materiales en pago de la no presencia y dirección debida.

Lo anterior imprime una formación desorientadora en los hijos, alumnos de las instituciones educativas, que esperan que en las escuelas se les dé un trato diferencial y tolerante a todas sus inquietudes mal formadas.

En las escuelas se reciben alumnos, no todos, excesivamente consentidos, intolerantes a las llamadas de atención, apáticos, indispuestos al sacrificio por obtener conocimientos valiosos y solo dispuestos a hacer lo más indis-pensable para aprobar los cursos, con mala planeación de la utilización de su tiempo, dando importancia excesiva a reuniones con amigos, videojuegos, Internet, redes sociales, asistencia a antros y otras actividades que no consti-tuyen factores relevantes en su formación académica y personal.

Pharus Academiæ

El hogar es la principal escuela, en él se construye la base principal en la formación del alumno, si los padres no dedican un tiempo importante para formar en virtudes la persona de sus hijos, vanos son los intentos y esfuerzos de instituciones educadores en tratar de hacer mejores mexicanos.

Debemos construir una conciencia integral en los padres de familia para que, en el núcleo familiar, en busca de una felicidad plena, sea un tema im-portante y central la educación de los hijos, la planeación de su futuro, la en-señanza y vivencia de virtudes y la formación consciente de vivir para servir a los demás.

Padres, no se preocupen por heredar bienes materiales a sus hijos para asegurarles su futuro, sin virtudes cualquier cantidad de dinero se despil-farra y no dura; en cambio una formación en virtudes les asegura una vida plena en valores que les garantizan un vida feliz viviendo para servir a Dios y a los demás.

Que así sea.

— Rodolfo Vega Gallegos

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«En principio, la investigación necesita más cabezas que medios.»

— Severo Ochoa

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Pharus academiæ

El pasado 3 de septiembre de 2012, quedó registrada ante el Instituto Nacional del Derecho de Autor INDAUTOR, la Editora de esta casa de estu-dios y el 1º de noviembre se presentó el primer libro publicado bajo su sello.

MisiónLa Casa Editorial del Instituto de Estudios superiores de Tamaulipas, A.

C., Colección El Faro de la Academia, es una dependencia especializada en la planeación, producción y comercialización de libros, revistas, periódicos y otros materiales impresos en diversos soportes tecnológicos, con funda-mento en unos parámetros comunes de rigor y calidad académica, así como de forma y presentación editorial.

Su función es la de contribuir a cumplir la misión del Instituto de Estudios Superiores de Tamaulipas, definida en términos de «asimilación, producción, aplicación y difusión de conocimiento científico, humanístico y tecnológico que atienda eficazmente a la comprensión y solución de los problemas rele-vantes del desarrollo humano integral, equitativo y sostenible de las personas y comunidades de la región de los Estados de Tamaulipas, San Luis Potosí y Veracruz, del país y de Hispanoamérica».

Publicar y difundir el trabajo intelectual de la práctica académica e in-vestigativa desarrollada por miembros de nuestra comunidad ó vinculados a ella, en el formato de libros, revistas y otras publicaciones seriadas, como estructura de apoyo a la gran misión educativa del Instituto de Estudios Su-periores de Tamaulipas.

Desarrollar publicaciones de alta calidad para satisfacer las necesidades de nuestro entorno.

Resolver y atender todas las actividades relacionadas con el proceso de edición y comunicación gráfica con la mayor calidad y eficiencia, garanti-zando los tiempos de entrega pactados, convencidos de que el éxito de una publicación depende ante todo de un trabajo en equipo.

Casa Editorial del Instituto de Estudios superiores de Tamaulipas, A. C., Colección El Faro de la Academia, es un proyecto cultural y académico que

Inicia actividades la Editorial del Instituto de Estudios superiores de Tamaulipas a.c. , Colección El Faro de la Academia

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adquiere importancia y significado en tanto se articula con las tareas centra-les de investigación, docencia y proyección social de nuestra casa de estudios y aporta al desarrollo del pensamiento social.

VisiónLa Casa Editorial del Instituto de Estudios superiores de Tamaulipas, A.

C., Colección El Faro de la Academia es una sólida empresa editorial univer-sitaria que acorde con los adelantos científicos y tecnológicos de la industria editorial, difundirá los resultados de la práctica académica y de investigación del Instituto, con miras a impulsar el desarrollo integral del Estado de Ta-maulipas y del país, fundamentada en criterios de producción y administra-ción sostenibles.

En cinco años Casa Editorial del Instituto de Estudios superiores de Ta-maulipas, A. C., Colección El Faro de la Academia, se deberá posicionar como un proyecto cultural e intelectual reconocido a nivel regional. Ofrecerá a su vez, asesoría, preparación editorial, diseño, diagramación y mercadeo del producto del talento de docentes y alumnos.

El objetivo inmediato es consolidarla como una organización económica-mente estable y productiva al servicio de la sociedad y la cultura, con una infraestructura física y tecnológica adecuada.

La Casa Editorial del Instituto de Estudios superiores de Tamaulipas, A. C., Colección El Faro de la Academia, será calidad editorial al servicio del co-nocimiento

La Casa Editorial del Instituto de Estudios superiores de Tamaulipas, A. C., Colección El Faro de la Academia, es un departamento adscrito a la Vice-rectoría Académica. Cuenta con una estructura administrativa, de produc-ción editorial y de distribución, que pone a disposición del ámbito académico y lectores en general obras de calidad en las áreas de Administración, Cien-cias Básicas, Psicología, Derecho, Educación, Humanidades y Ciencias Socia-les e Ingenierías.

La labor Editorial inició con la publicación de la revista Pharus Academiæ en 2006. El primer libro que se publicó fue La guerra del señor Polk, de Emilio Lamadrid, en 2012. Se planea que de ahí en adelante la producción crezca poco a poco, de tal modo que La Casa Editora El Faro de la Academia busca incrementar la visibilidad de la producción intelectual del cuerpo profesoral del Instituto de Estudios Superiores de Tamaulipas.

Uno de los principales retos del siglo XXI es lograr la implementación de nuevas tecnologías para la elaboración de libros electrónicos, así como para la administración y producción de revistas académicas bajo la plataforma Open Journal System.

El sello editorial forma parte de la Red de Universidades Anáhuac y de la Federación de Instituciones de Educación Superior (FIMPES). Su primera producción, la revista Pharus Academiæ, goza de prestigio en el ámbito aca-démico por la variedad de temas que publica, el cuidado de sus ediciones y la trayectoria e idoneidad de sus autores, en su totalidad alumnos, profesores e investigadores del Instituto.

En cinco años La Casa Editora El Faro de la Academia se deberá posicio-nar como un proyecto cultural e intelectual reconocido a nivel regional y nacional. Ofrecerá a su vez, servicios de asesoramiento, preparación edito-rial, diseño, diagramación y mercadeo del producto del talento de docentes y alumnos.

Se habrá de consolidar como una organización económicamente estable y productiva al servicio de la sociedad y la cultura, con una infraestructura física y tecnológica adecuada.

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Pharus academiæ

Seremos pioneros en el área de la preparación editorial en los Estados de Tamaulipas, San Luis Potosí y Veracruz, pues nuestros productos serán per-tinentes y relevantes.

Desarrollaremos talento humano altamente capacitado, cuyos esfuerzos redundarán en beneficio de los usuarios

Un amplio portafolioLa Editorial planea posicionar a través de diferentes canales y en diversos

mercados su producción, guías, manuales, notas de clase y libros de autor en formatos impresos y electrónicos. Igualmente ofrecerá al lector libros digita-les de acceso gratuito que pueden consultar en la web.

Es importante destacar que en la configuración del portafolio de publica-ciones se busca la participación de todas las divisiones académicas, lo cual responde a la política editorial que busca la diversificación, la equidad y el acceso para todas las áreas del conocimiento. Ello permitirá que, en un pro-ceso concertado con las divisiones académicas, se establezca un plan anual de publicaciones.

En la actualidad la Editorial viene trabajando en la producción de dos proyectos editoriales y mantiene la dinámica de publicar la revista Pharus Academiæ de circulación semestral, que se han indexado en importantes ba-ses de datos nacionales e internacionales y el mantenimiento de una página online.

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Ensayo

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Pharus academiæ

José Luis Villaseñor DávalosLicenciado en Derecho y con Maestría en la misma disciplina. Doctorado en Educación por la Universidad de Houston, Texas, ee uu. Actualmente funge como Director de Investigación en el iest, en donde imparte además, algunas materias de licenciatura y posgrado.

Marco jurídico de la educación en México

1. Noción terminológica de la palabra Marco

Según el Diccionario Esencial de la Lengua Española, en una primera acep-ción, es la pieza que rodea, ciñe o guarnece algunas cosas y aquella en don-de se encaja una puerta, ventana o pintura, etc. En una tercera acepción se aclara que son los límites en que se encuentra un problema o cuestión, etapa histórica, etc., como por ejemplo: «en el marco de la Constitución». En el mar-co de una teoría. En última instancia dice que también se atribuye la palabra marco a la figura geométrica adoptada para repartir regularmente una plan-tación en un terreno1.

1.1. Marco jurídico

Así entonces, Marco Jurídico será el conjunto de normas -leyes, reglamentos y acuerdos- a las que debe apegarse una dependencia o entidad pertenecien-te al gobierno en el ejercicio de las atribuciones que tiene encomendadas2.

1.1.1. De la Educación en México

Aquel conjunto de normas cuando se aplican a las actividades de enseñanza-aprendizaje de cualquiera de los agentes educativos a los educandos en cual-quier nivel de aquellas actividades en el territorio mexicano entonces tene-mos una noción aproximadamente completa de la temática que nos ocupará en este curso.

1.2. Marco Teórico Jurídico

Con el afán de dar una explicación más inteligible a la realidad expuesta en el párrafo anterior es necesario recurrir a las teorías al menos más usuales para dar claridad a las ideas que tratan de expresar una realidad contemplada desde diversos puntos de vista, los más objetivos posible.

1 Real Academia Española. (2006). Dicciona-

rio Esencial de la Lengua Española. Espasa

Calpe, S.A. Madrid. p. 940.

2 Díaz González, Luis Raúl. (2002) Diccionario

Jurídico para Contadores y Administrado-

res. Sistemas de Información Contable y

Administrativa Computarizados, S.A. de C.V.

Empro. 2ª Ed. México. p. 85.

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1.2.1. Teoría de la jerarquía de normas y su relación entre las mismas

Santo Tomás de Aquino para explicar cómo está constituido el orden jurídico en general recurre a lo que se conoce como las tres leyes torales. Es decir: el mundo está regido por la Divina Providencia, toda comunidad del universo está gobernada por la razón divina, y como tal inteligencia no concibe nada en el tiempo, sino que su concepto es eterno, según se dice en Prov. 8, 23, en-tonces la ley en cuestión debe llamarse eterna3.

Como las cosas están sometidas a la Divina providencia y reguladas por la Ley Eterna, es manifiesto que participan en cierto modo de aquella ley a medida de que bajo su impronta se ven impulsadas a sus actos y fines propios. Sin embargo, la criatura racional se encuentra sometida a la Divina Providen-cia de una manera muy superior a las demás porque participa de la Provi-dencia como tal quien es providente para si mismo y las demás cosas. Por lo mismo hay también en ella una participación de la razón eterna por la cual se encuentra naturalmente inclinada a los actos y fines debidos. Y ésta partici-pación de la ley eterna en la criatura racional es lo que se llama ley natural4.

En el orden práctico la razón humana ha de partir de los preceptos de la ley natural como de principios generales e indemostrables para llegar a sentar disposiciones particulares descubiertas por la razón humana, recibiendo el nombre de leyes humanas5.

El orden dispuesto de las tres citadas leyes puede muy bien ubicarse en una jerarquía piramidal donde la ley eterna ocupa la cúspide, la natural en la grada inferior y la ley humana en la base de tal triángulo. Las dos leyes subse-cuentes a la ley eterna reciben de ésta su validez y legitimidad.

La persona encargada de secularizar la teoría del Aquinate, fue Hans Kel-sen, filósofo jurista representante de la Escuela de Viena y del iuspositivismo moderno.

1.2.2. La Teoría Pura del Derecho

Según Kelsen6 el orden jurídico es un sistema de normas, cuya validez reposa en una norma fundamental, de la cual derivan todas las demás normas que integran tal sistema. De tal norma básica deriva el principio de su creación, además es el punto de partida de un procedimiento formal y dinámico. Par-tiendo del supuesto o hipótesis de que tal norma es válida, luego también será válido el orden jurídico que le está subordinado. Por ello esa norma llega a ser la hipótesis necesaria de todo estudio positivista del Derecho, permitiendo que la ciencia jurídica considere al derecho como sistema de normas váli-das. De esta estructura deriva el principio de legalidad o legitimidad, según el cual las normas jurídicas son válidas si han sido creadas conforme a la norma fundamental constitutiva y no han sido posteriormente abrogadas según un procedimiento acorde a dicha constitución.

Al hacer notar Kelsen que únicamente podemos superar la existencia de una norma básica como condición de que concibamos a un orden coactivo efectivo como un sistema de normas obligatorio, con tal condición nada im-pide que «científicamente» se acepte como derecho positivo a un orden de poder arbitrario e injusto7.

En la tradición pitagórica, florecieron las especulaciones sobre la figura geométrica de la pirámide, pues de ella surge el 10 como número perfecto, número cuaternario formado por la adición de los cuatro primeros números, es decir: 1+2+3+4=10. Para tal tradición éste es el fundamento de todas las co-sas. Igualmente también puede representarse como figura geométrica plana, formada por un triángulo equilátero, cuyos lados representa el número 4, ya que partiendo de la base esta ya dijimos que representa tal número y llevado hacia la cúspide, viene el número tres, luego el dos y la cima el número uno.

3 Aquino Santo Tomás de. Suma de Teología.

Parte i-ii. cuestión 91. En Edición de la

B.A.C., Tomo ii, p. 709.

4 Ibídem, p. 710.

5 Ibídem, p. 711.

6 Kelsen, Hans. (1968) Teoría Pura del Derecho.

Editorial Universitaria de Buenos Aires.

Argentina. pp. 136-139.

7 Verdross, Alfred. (1962). La Filosofía del

Derecho del Mundo Occidental. Centro de

Estudios Filosóficos. UNAM. México. p. 288.

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Pharus academiæ

El conjunto representa la totalidad, la perfección, por tanto la pirámide está formada por tres niveles superpuestos8.

Para no dejar duda, la pirámide puede también representarse en el espacio, como un tetraedro, un sólido delimitado por cuatro triángulos equiláteros iguales, aunque uno de ellos siempre está oculto o invisible, que evoca la en-trada al conocimiento de las cosas9.

1.2.3 La figura piramidal en la Cábala

Es posible suponer que dada la nacionalidad originaria de Hans Kelsen, se haya inspirado en tal libro para crear su famosa teoría «jurídica», pues el empleo constante en ella del número 3 y sus múltiplos es reiterativo10. Por ejemplo, el ser -humano- desencarnado que se ha liberado de los tres ele-mentos físicos y de los otros tres psíquicos será designado con el número 3. Así cada judío está destinado a realizar la Mitzvá, que contiene los 613 mitzvot o mandamientos. En igual sentido en el conocido sello de Salomón, o estrella de David, que simboliza el alma humana, se encuentran los cuatro elemen-tos que se combinan en el número tres, el triángulo para producir el número mágico siete.

Es recomendable tomar en cuenta lo que afirma Michel Schooyans res-pecto de la Teoría Kelseniana, porque Kelsen puso el Derecho en la imposi-bilidad de seguir siendo lo que tradicionalmente ha sido, un instrumento al servicio de los derechos humanos y de la justicia; lo ha convertido en objeto de poder y éste en objeto del Derecho. Así, el derecho impuesto por los totali-tarismos como el de la ex URSS o el de la China creado por Mao Tse Tung es «derecho». A estos «derechos» podemos aborrecerlos como la serpiente que nos horroriza, pero no se puede negar que existen, lo que quiere decir que es «válido». Esta monstruosidad jurídica, se ha extendido por todo el mundo, en cuanto que la toma del poder mundial ya se ha dado. En resumidas cuentas advierte Schooyan, en relación a la ONU, que en la medida que ésta cambie radicalmente la fuente del poder, es decir que abandone el realismo tradicio-nal para luego implantar el racionalismo normativista de Hans Kelsen, estará imponiéndose a la sociedad, una estructura piramidal de poder y con este fin el derecho internacional11. Igualmente, nacidos al mundo, las empresas mul-tinacionales o transnacionales, así como ONG nacionales o internacionales, ya se ha fabricado una estructura «jurídica» global o mundial, para regular sus relaciones económico-jurídicas también tratando a los Estados en forma excluyente porque estorban.

1.2.4. La estructura piramidal del orden jurídico mexicano

El legislador constituyente de la Nación, en 1917 optó por conformar cons-titucionalmente a la normatividad de México bajo la estructura piramidal, poniendo en lugar de una norma hipotética fundamental una ley básica posi-tiva que es la Constitución Federal, la cual les otorga validez o nulidad según sea que estén de acuerdo o la contradigan a dicha norma superior. Tal jerar-quía de normas se expresa en el artículo 133 de tal ordenamiento que declara: «Esta Constitución, las leyes del Congreso de la Unión que de ella emanan y los tratados celebrados por el Presidente y sean ratificados por el Senado serán la Ley Suprema de toda la Unión».

Hay que añadir que, de acuerdo con lo establecido con la scjn en la tesis lxxvii/99, los tratados internacionales se ubican jerárquicamente por en-cima de las leyes federales y en un segundo plano respecto de la constitución federal. Amparo en revisión 1475/98. «Es por eso que las disposiciones de es-tos tratados deben incorporarse a las legislaciones federales y locales»12.

8 López Padilla, Luis Eduardo. (2003). El Nuevo

Orden Mundial Editorial del autor. México.

p. 271.

9 Ibídem, p. 272.

10 Vázquez Borau, José Luis. (2003). El Hecho

Religioso. Símbolos, Mitos y Ritos de las Reli-

giones. Editorial San Pablo. Madrid. p. 108.

11 Schooyans, Michael. (2002). La Cara Oculta

de la ONU. Editorial Diana, S.A. de C.V. Mé-

xico. pp. 152 y 153.

12 H. Cámara de Diputados LX Legislatura.

(2008). <www.3.diputados.gob.mx/camara/

CEAMEG>. p7.

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1.2.5. Clasificación del Marco normativo

Según Eduardo Castellanos13, hay tres criterios iniciales de clasificación del marco normativo de la educación pública -debe añadirse- y privada en nuestro país: primero, el se refiere a la naturaleza misma de las normas que regulan la función educativa pública y privada comprendiendo las normas legislativas y las administrativas; segundo, el relacionado con el ámbito es-pacial de validez de las norma, que puede ser federal, estatal y municipal. El tercer criterio, atiende al ámbito de validez, es decir el campo específico regulado por la norma, como las normas que abarcan la inmensa gama de actividades educativas y sus agentes involucrados.

Es necesario involucrar entre las normas educativas referentes al ámbito espacial de validez, las disposiciones correspondientes al derecho global educativo; como por ejemplo la «Constitución del Ciberespacio» o «también llamada la Constitución de la Telecivitas y la Declaración de Derechos del Ciberespacio14».

Debe notarse sobre este «nuevo» derecho global educativo, que la globa-lización que es estrictamente económica ha invadido otras muchas áreas de la cultura y no se diga del derecho y sus respectivas ramas con una mayor o menor amplitud y extensión; como es este caso del ciberespacio, derecho eco-nómico o derecho informático.

En materia de derecho corporativo en México, algunos empresarios han empezado a caer en la cuenta de que el fenómeno que más ha afectado el aspecto ético en los negocios es la internacionalización o globalización económica, que al provocar redes mundiales de asociaciones de negocios y corporaciones gigantescas cuyos accionistas y consejeros se convierten en anónimos y multiculturales han generado beneficios en cuanto a competiti-vidad, eficiencia y agilidad en los negocios con enormes ventajas para todos sus participantes, pero descuidan los valores, el respeto a las comunidades y la perspicacia para evitar que se filtren individuos cuyas fortunas fueran adquiridas ilícitamente. Debemos enfrentar la necesidad de una reeducación de los hombres de negocios y principalmente las profesiones involucradas en la actividad financiera15.

2. Origen del Término Globalización.

Si consideramos con César Verduga16 que la lengua es un vínculo comuni-cacional primario, en otras palabras como la manera de leer y escribir de los pueblos; y su desarrollo también se conecta con la evolución cultural aunque según tal autor una civilización de la globalidad no requiere una lengua uni-versal aunque se puede decir que la hubo en el lapso que transcurre entre la pérdida del Paraíso y la multiplicación de lenguas de la Torre de Babel. En la época actual, la comunicación instantánea mediante el internet y su función con la TV y el teclado, han producido una lengua franca electrónica global, capaz de intercomunicar a los humanos como nunca antes había ocurrido, aunque -por segunda vez- sabemos que esto aconteció ya en Pentecostés.

La globalización como término fue utilizado por vez primera por Theodore Levitt en the Globalization of Markets17 para describir los cambios generados por la economía internacional desde a mediados de los 60’s del siglo pasado. Toni Comin la definió como proceso de naturaleza económico consistente en la creciente integración de las distintas economías de los diversos países en un único mercado capitalista mundial18.

Los orígenes ideológicos de la globalización se remontan a los primeros años del siglo xix cuando la Revolución Francesa «legó» sus ideas liberales. Mucho después, luego de la caída del muro de Berlín fin de la segunda guerra mundial, aquel liberalismo se convirtió en neoliberalismo. Este fenómeno se

13 Castellanos Hernández, Eduardo. El

Marco normativo de la Educación Pública en

México. <http:www.anuies.mx/servicios/p-

anuies/publicaciones/revsup/res062/txt3.

htm>. 11/01/2012. p.4 de 9.

14 Suñé Llinas, Emilio. Constitución del Cibe-

respacio. Universidad Complutense.

15 Torre de la Torre, Gustavo A. (2011). La

Globalización mina la ética en los negocios.

Ejecutivos de Finanzas. Año X X XI. Septiem-

bre, N° 09. México, D.F. p. 33.

16 Verduga, César. (2000). Gobernar la Globa-

lización: la historia que comienza. Editorial

Distribuidora Lumen S.R.L. Argentina. p.

186.

17 Globalización-Revista de Investigación Ju-

rídica. <http://revistajuridica.blogindario.

com/2007/05/00005-le-globalizaciontmd>.

5/12/2011. p. 1 de 13.

18 Ibídem, p. 14.

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Pharus academiæ

perfila hoy como globalización, presentado como resultado conjunto de los avances de la tecnología, de la computadora y de la mecánica en general. Por tal razón la tierra se ha convertido en una «aldea».

Sigue diciendo Salvador Borrego, que si sólo se hubiera tratado de comu-nicación ya en el siglo xix y principios del xx se hubiera hablado de globali-zación, pero no se hizo, pues tal término no implica sólo un acotamiento de distancias, su real significado se ha procurado que permanezca escondido -como el lado invisible de la pirámide kelseniana- ya que encierra muchas ambiciones injustas que de identificarse plenamente obstruiría su realiza-ción19.

Continuando con la exposición de los supuestos orígenes globales de tal ideología, narra Adrián Sabuchi que corría el mes de marzo de 1919, cuando un grupo de influyentes banqueros, abogados, políticos y académicos, dialo-gando con los aliados vencedores y las naciones de centro Europa vencidas en los campos de batalla en la primera guerra mundial (1914-1918) reunidos en el Hotel Majestic de París, tomaron la trascendental decisión de formar dos ban-cos de cerebros o logias, para defensa de los intereses anglo-norteamericanos en el mundo. Fundadas tales instituciones, hasta hoy se han desarrollado formando un centro de planeamiento geopolítico y geoeconómico más im-portante del mundo, que ha diseñado a lo largo de un siglo, un «nuevo orden mundial» que convenga a los intereses colonialistas anglo-norteamericanos de aquel tiempo y de hoy20.

La estrategia de los dialogantes consistió en fundar dos entidades: una, en Londres cuyo nombre fue el Royal Institute of International Affairs, por sus siglas riia; y otra en USA que se llamaría Council on Foreign Relations (cfr) con sede en la ciudad de New York. Luego, terminando la segunda Guerra Mundial y como partícipe de aquel «Nuevo Orden Mundial» de la posguerra, el Banco de la Reserva Federal, se vería complementado por el Fondo Mone-tario Internacional y el Banco Mundial, también creaciones de miembros de cfr. Resulta fácil decir que tales instituciones controlan el sistema finan-ciero globalizado de hoy, que ha escapado a todo control nacional ya que los sistemas económico-políticos hoy siguen en forma transitoria centrados en torno al ámbito nacional21.

2.1. El término globalización en las últimas Encíclicas papales

Posiblemente hoy, la Iglesia Católica es la única de las entidades en el mundo que nos advierte de los aspectos negativos y positivos de la globalización. El papa Juan Pablo II, en su encíclica Centesimus Annus, aparte de utilizar para la globalización el nombre de «economía planetaria», numeral 58, se ocupa de fenómenos posteriores a 1989 a los que dedica el capítulo medular de la encíclica22. En la última encíclica del papa Benedicto XVI, la Caritas in Veri-tate, expresa que la globalización es la novedad principal y la compara con «el estallido de la interdependencia planetaria comúnmente llamada globa-lización»23. Sin embargo es muy significativo el hecho de la conversión de la iglesia de San Simonino da Trento en Italia, en sinagoga.24

2.2. Necesaria distinción entre globalización, globalidad y globalismo

Autores como Eduardo M. Favier25 aseguran que es importante distinguir los conceptos anteriormente citados, porque se ha venido usando o abusan-do indistintamente, provocando con ello ambigüedad y confusión en el peor de los casos. Entonces, la globalización sería el proceso de intensificación de relaciones que lleva a la meta globalidad, como efecto de aquel proceso o re-sultado del mismo que consiste en una sociedad mundial, pero según el autor citado, en tal sociedad las tesis de los espacios cerrados es ficticia. En cambio,

19 Borrego, Salvador. (2007). Globalización.

Su ideología y sus Metas. Edición del autor.

México. p. 125.

20 Salbuchi, Adrián. /AR en red. la Cara

Oculta de la Globalización. <http://iarnoti-

cias.com/secciones/especiales>. p. 3 de 17.

21 Ibídem, p. 4.

22 Ioannes Paulus PP. II. Centesimus Annus.

N° 58. Mayo 1° de 1991. <www.vatican/va...

enciclicals/documents/ht-jp-ii-enc>.

23 Benedicto XVI Papa. Caritas in Veritate.

<http://www.vatican.va/holy_thater/be-

nedict_XVI/enciclicals/documents/htben-

XVI-enc->. 07/11/2011/. p. 17 de 53.

24 De Trento, San Simón. Tradición e identi-

dad. <http://tradicionidentidadblogspot.

com/2011/02/san-simon-de-trento.html>.

25 Favier Dubois, Eduardo M. La desestima-

ción de la personalidad jurídica societaria

como límite al globalismo en la Argentina

del siglo XXI. <http://www.legalmani.com.

ar/derecho/desestimacion-personalidad-

juridica.htm>. 28/11/2011.

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Enero 2013, número 10

en el globalismo frente a la causa (globalización) y el efecto (globalidad), se coloca el mercado mundial que desahucia el derecho y desaloja el quehacer político. Así, la ideología de tal mercado o neoliberalismo, procede de manera mono causal y economicista. Esta postura es típica de un reduccionismo, en cuanto rebaja la pluri-dimensionalidad de la globalización, a la dimensión económica.

La tesis de Giampaolo Crepaldi26 enfatiza la globalidad, al ver en ésta dos grandes dimensiones: la dimensión de todos y la dimensión del todo; pues el término global cohesiona a todos pero debe considerar la condición global del hombre. Por otra parte, el citado autor advierte que si bien, el término globalización significa un proceso con dinámicas actuales, no permite con-fundir la realidad con el proceso, el medio con el fin y la meta con el recorrido. Es método para realizar la globalidad, que requiere de gobierno y dirección. En cambio, el globalismo o globalismos, son interpretaciones inadecuadas o parciales de la globalidad, por eso se oye hablar con insistencia de un pen-samiento único, a propósito de un concepto descaradamente neoliberal de la globalización. Así pues los globalismos se reconocen al instante porque simplifican burdamente la complejidad de la globalización sin considerar al hombre concreto.

2.3. La dimensión lingüística de la globalización

Ésta, constituye una de las primeras dimensiones que ha invadido ese tan mentado proceso, fomentando el crecimiento del «lenguaje global» o tam-bién «globaje», neologismo elaborado por Violeta y Vanessa27 con el objeto de proponer alguna solución válida a la problemática que plantea la globa-lización de las lenguas, pues así como impulsa a los idiomas de importancia mundial como son el chino mandarín y el inglés, también puede provocar el exterminio de otras lenguas que aunque no tienen una mínima entidad de hablantes, las culturas de estos son valiosas y luego pueden ser arrastradas a su propia extinción.

Una muestra de tal invasión global al español, son los neologismos para cuya proliferación cuenta con la complicidad del idioma inglés, lenguaje que está dando las pautas de una «creación neológica» e inundando al resto de las lenguas de Occidente. La Real Academia de la Lengua Española aunque rechaza algunos de tales neologismos no es suficiente para detener tal fe-nómeno contra idiomático y cultural. Además, hay información de que tal academia ha permitido la introducción de un Diccionario de sms -short message standards-, que son un verdadero atentado a la calidad y existencia de las lenguas hispanas28.

Suponemos que la razón de aquel rechazo de algunos neologismos es por-que su abuso pretende desplazar a voces ya existentes en nuestra lengua, por ejemplo: copyright por derechos de autor, dancing por salón de baile, handicap, por desventaja, hobby por afición, holding por grupo, shoping por compras; mobbing por acoso laboral, overbooking por sobreventa y un inmenso etcé-tera29.

Aquella búsqueda iniciada por Violeta y Vanessa mencionadas anterior-mente, es indispensable, pues según Giampaolo Crepaldi30 para evitar que la globalización sea sólo un nuevo nombre en la relativización absoluta de los valores y de la homogeneización de los estilo de vida y de las culturas, es necesario tomar medidas urgentes como por ejemplo no admitir ni aún por comodidad o contagio momentáneo, el lenguaje trasmutado, las voces -anglicismos y ambigüedades- de cuya manipulación estamos consientes; no otorgar «a priori» a todo juicio o convicción el carácter subjetivo de «opi-nión» pues con ello se aceptará una traición consciente y voluntaria a nues-tras creencias y una deserción de la condición humana31.

26 Crepaldi, Giampaolo. (2009). Globaliza-

ción. Una perspectiva cristiana. Instituto

Mexicano de Doctrina Social Cristiana.

México. p. 24.

27 Globaje. Mapa conceptual. <https://globali-

zacionenellenguaje.blogspot.com/2008/03/

globalizacion-en-el-lenguaje_18.h...

30/01/2012. p. 1 de 7.

28 Gallardo, N.P. Lourdes. Redacción Apren-

demás - 01/04/2007. <http://www.aprende-

mas.com/noticias/html/N2150_F01042007.

HTML.> 31/01/2012. p. 1 de 2.

29 Ibídem, p. 2 de 2.

30 Crepaldi, Giampaolo. Óp. Cit., p. 23.

31 Gambra, Rafael. (2001). El lenguaje y los mi-

tos. Ediciones nueva hispanidad. Argentina.

p. 189.

22

Pharus academiæ

Otro de los riesgos que trae consigo la globalización del idioma es la per-dida de la identidad lingüística por el uso de anglicismos en nuestra vida co-tidiana32. Lo cual es debido en gran parte a la hegemonía económica y política de USA durante el siglo xx y lo que va del siglo xxi lo que para muchos con-lleva la necesidad o conveniencia de introducir el idioma inglés en el sistema educativo de la mayoría de los países para ser utilizado después de su estudio en la práctica profesional de las profesiones que sobre todo están relaciona-das con negocios económicos, pues se calcula que al menos un tercio de la población mundial -2,000 millones de personas- emplean tal idioma dia-riamente33.

En consecuencia, resulta un tanto o un mucho inútil e impráctica «La De-claración Universal de los Derechos Lingüísticos»34 del 6 y 8 de Junio de 1996, producto de la reunión de Barcelona, España de 61 ong’s, 30 Centros pen y 40 expertos en derecho lingüístico de todo el mundo, bajo el patrocinio de la unesco; y la «Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos indíge-nas», de México publicada en el Diario Oficial de Marzo 13 de 2003.35

2.4. La cara oculta de la globalización

Al final del número 1.2.2 y en el número 2 de este texto, vimos que hay un te-traedro de la pirámide de Hans Kelsen, que permanece sin ser visto. Este lado, es el que inicia lo que se conoce como la cara oculta de la globalización que no son otra cosa que un conjunto de fraternidades genocidas y ladronas. Es decir, son hermandades conformadas por «los hermanos separados» y por los «hermanos mayores», llamadas así, por un lenguaje claramente reconcilia-torio de los últimos dos pontífices, que sin embargo han estado constituidas desde varios siglos atrás y que han planeado en la clandestinidad, programas fratricidas, contra culturas y pueblos pero con mayor preferencia contra la Iglesia Católica y el catolicismo, para lograr su objetivo de imponer un go-bierno mundial, empleando tácticas violentas o pacíficas, destacando entre ellas el odio y la mentira; el fraude y la difamación o en el mejor de los casos la hipocresía y la perfidia. Se trata en fin, de lo que se conoce con el nombre de Sinarquía, que es un conjunto de potencias ocultas de todos los ordenes y de todas las escuelas, unidas para contribuir a la formación de un gobierno mundial invisible, que desde la política, constituye la integración deseada de todas las potencias sociales, especialmente financieras, formando aquel tipo de orden político bajo un régimen socialista generalizado y tecnificado que se extiende por todo el mundo distribuido en zonas geopolíticas36 cuyas diver-sidades étnicas, culturales y religiosas quedarían integradas en una colegia-lidad supervisada ocultamente. Igualmente el catolicismo sería absorbido en un incremento universal, quedando la Iglesia enfrentada al sistema.

Tales fraternidades han generado lo que se puede llamar un Derecho Mammonico, conjunto de normas que regulan el comportamiento ético de carácter dual, injusto e inmoral, con el cual persiguen beneficiarse interna-mente y sin perjuicio del daño a quienes permanecen ajenos a sus objetivos. Es también, un derecho equiparable a lo que hoy se ha dado en llamar «De-recho Global» y sus respectivas ramificaciones o dimensiones derivadas de los medios de comunicación y la tecnología posmodernos, que también son útiles para tal orden supuestamente legítimo.

3. Las dimensiones de la Globalización

Es propio de las tendencias fundamentales o dimensiones, de toda labor rigu-rosa, destacar en forma precisa los diversos actos fundamentales, los valores y los ámbitos vitales en lo que tienen de específico. Y constituye una noble ca-racterística de la vida espiritual, y del discernimiento, identificar y conservar

32 La tecnología y su influencia en el lenguaje.

<http://tecnologia-lenguajeblogspot.

com/2009/11/globalizacion-linguistica-

pordia-de-html>. 30/01/2012. p. 2 de 4.

33 García Gómez, Emilio. El inglés en el mundo.

<http://etnografo.com/ingles-en-el-mundo.

htm> /30/01/2012. p. 1.

34 Oriol Ramón I. Mimó. Derechos Lingüísticos.

Pro Diversitas,<http://www.prodiversitas.

bioetica.org/nota11.htm> /01/02/2012. p. 1

de 6.

35 Ley General de Derechos Lingüísticos de los

Pueblos Indígenas. D.O. Marzo 3 del 2003.

36 Virion, Pierre. (1968). La Masonería dentro

de la Iglesia. Misterium iniquitatis. Cruz y

Fierro Editores. B. Aires, Argentina. p. 17.

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Enero 2013, número 10

3.1. Dimensión antropológica de la globalización

En la antropología del liberalismo hay un concepto fundamental que se ha convertido en una especie de fetiche cuando se habla sobre Economía Políti-ca: es el conocido «homo aeconomicus»40. En sentido lato, Eduardo Spranger41 lo define como aquel hombre que en todas las relaciones vitales antepone el valor utilidad. Luego explica a detalle su conformación vital pues declara que todo, para tal ser humano, es instrumento de conservación de la vida, de lucha natural por la existencia y la consecución de una vida agradable. Tal hombre es el práctico, por el hecho de que todo el ámbito de la técnica se ubi-ca igualmente bajo el punto de vista económico. Sólo busca conocimientos que le den utilidad y que combina prescindiendo de su pura conexión obje-tiva en la forma que permita aplicarlos. Verdadero o falso equivalen a útil o nocivo. El saber sobre lo útil supera al saber libre de finalidad. Cuanto más complicados lleguen a ser los métodos de la economía, más poderoso pertre-chamiento intelectual exigirán del hombre. No sólo necesita conocer el valor económico de las cosas sino la esencia económica del ser humano.

3.1.1. Un sinónimo del «Homo Aeconomicus»

Un sinónimo del homo aeconomicus es el hombre burgués, como resultado de un proceso de aburguesamiento que según Jean Francois de Vulpillieres42 ha afectado a la derecha y a la izquierda, a las instituciones y a las doctrinas, a la vida política y sindical, a la familia, al ocio, a las actividades profesionales; a este proceso corresponden fenómenos tan distintos como la obsesión por los resultados y la competitividad, la rehabilitación del dinero, el aumento de la incivilidad, el auge del abstencionismo electoral, la moda del consenso, la

tales ámbitos en su misma especificidad, de manera que la ciencia no pase a ser un arte, ni la política se mezcle con la religión, ni los problemas morales sean resueltos con argumentos económicos. A tal punto, la vida conserva su especificidad que tan pronto como se ve en todo coincidencias y se disuelven las diferencias, considerándose como idénticos lo alto y lo bajo, lo bueno y lo malo, lo negro y lo blanco; la vida degenera por cuanto que la vida es voluntad de formas claras y significado preciso. Así mismo, este rasgo fundamental de la vida decide también un tipo de cosmovisión, el que se orienta hacia las distinciones. Esta última es la que denomina Romano Guardini como plura-lismo en su teoría de los contrastes37.

El Papa Juan Pablo II frente a la globalización propone los siguientes cri-terios de discernimiento: es un fenómeno ambiguo, porque las implicaciones éticas pueden ser positivas o negativas; el análisis global deberá hacerse con-forme a los criterios de justicia social; buscar una auténtica cultura globali-zada de la solidaridad; el rasgo distintivo más relevante es el crecimiento de los mercados financieros y por ello debe dirigirse al bien común y por último la globalización no debe violar la dignidad y centralidad de la persona humana38.

Orientados por tal discernimiento vamos a analizar brevemente las prin-cipales dimensiones de la globalización; no sin antes aludir al concepto eti-mológico y real de la palabra dimensión. Esta se origina en el latín con el pre-fijo “di” que indica par, dual, dos y; mensura que quiere decir, media, medida o magnitud. En suma, dimensión es la cantidad de magnitudes que existen para explicar un fenómeno. Ahora bien, el hombre por ser un ente multidi-mensional, se da en él una serie de energías opuestas que concurren a su for-mación. Entre tales energías pueden citarse: materia y espíritu, obligaciones y libertad, placer y abnegación instinto y razón, etc.39 Siguiendo este modelo, aplicaremos la multidimensionalidad por analogía a las dimensiones de la globalización.

37 Guardini, Romano. (1996). El Contraste. En-

sayo de una filosofía de lo viviente-concreto.

B.A.C. Madrid. p. 122.

38 Stewart, P. Claudio. El teólogo responde.

39 Multidimensionalidad del hombre-Documen-

tos-Agocots. <http://www.buenas-tareas.

com/ensayos/Multidimensionalidad-Del-

Hombre/886610html>. 15/12/2011. p. 1 de 2.

40 Alcoberro, Ramón. ¿Homo economicus o

Idiota Moral? <http://www.alcoberro.info/

VI/liberalismo5.htm>. 16/07/2011. p. 1.

41 Spranger, Eduardo. (1972). Formas de vida.

Psicología y Ética de la Personalidad. Revista

de Occidente, S.A. Madrid. (7ª. Ed.). p.186

y sigs.

42 Benoist Alainde. El burgués: paradigma del

hombre moderno. El Manifiesto. Revista

Trimestral. Año 1, N°s 1-4. Trimestre de

2004. p. 57.

24

Pharus academiæ

3.1.1.1. Homo Aeconomicus según el Magisterio de la Iglesia Católica

Esta dimensión es la propia de la Iglesia Católica Romana, pues como dice Giampaolo Crepaldi44, es una antropología de totalidad al servicio de cada persona conocida y amada en la plenitud de su vocación. Se trata más bien de una globalidad derivada, en cuanto recibe el hombre su dimensión de glo-balidad de parte de Dios; porque si se apaga o atenúa la referencia a Cristo, también la visión del hombre pierde piezas importantes. En consecuencia, no es posible comprender al hombre cuando sólo se le contempla desde algún aspecto sectorial, ya que sólo el amor de Dios por el hombre, despierta en él y en los demás, la conciencia de su propia dignidad. El hombre se comprende a sí mismo como un todo ante otro todo.

3.1.1.2. Las interpretaciones erróneas de la globalización

El Magisterio de la Iglesia en la visión del fenómeno global, señala advertida-mente los principales errores para no caer en ellos, los cuales son: el determi-nismo, el reduccionismo y absolutismo. El primero consiste en considerar la globalización como fuerza que se impone necesariamente. Se ha convertido en una idea-guía para analistas y expertos; es una especie de impotencia ante lógicas y mecanismos cuyos actores globales les parecen tan lejanos como po-derosos. Por ello Juan Pablo II45 advierte este riesgo de hacer sentir al hombre aplastado por mecanismos de dimensiones mundiales, aunado a una lógica global presentada como una necesidad rígida. Así por ejemplo, tanto la con-cesión de prestamos como las «reducciones de deudas» publicas por parte de organismos internacionales ha seguido la línea de imposición de sus políticas internas a los gobiernos de países «beneficiados». El segundo error interpre-tativo, el reduccionismo, consiste en eliminar las concausas, las causas co-laterales y secundarias de los fenómenos y atribuir todo a la globalización, por ejemplo el desempleo, el deterioro ambiental, la pobreza etc. Sin embargo, no se pueden imputar solo al evento global porque hay también otras causas

sujeción de la escuela a las exigencias de empresas respaldadas por certifica-dos de calidad, la crítica de las ideologías, la disminución de la natalidad, la permisión del aborto entre cuyas principales causas está la idea muy difun-dida de que los hijos constituyen un obstáculo para la libertad material y la promoción social. En fin, son los valores burgueses los que sumergen a los del espíritu, quedando vigente y asimilado el famoso eslogan «Disfruta sin tra-bas», de los movimientos estudiantiles del sesenta y ocho. Así, es tanto más burgués en cuanto que se tiene los medios de serlo.

El «homo aeconomicus» o el burgués, tiene su descendencia, puesto que pareciera haber procreado a los personajes de la obra de G.K. Chesterton de-nominada: «El Club de los negocios raros», que es una corporación, cuyos miembros fueron personajes que cumplieron con el requisito de admisión en dicho club, que era inventar una industria o profesión absolutamente nove-dosa que hiciera mucho dinero. Por ejemplo, podemos citar algunas creacio-nes hebreas referentes a algunos documentos mercantiles como la letra de cambio; igualmente los títulos de crédito a la vista y al portador; innovacio-nes que prestaron un señalado servicio al capital semita para sustraerse a persecuciones de siglos pasados; y no se diga de las Leyes Rhodias sobre echa-zón y alijo por naufragio de embarcaciones; especie de seguro marítimo. Una de sus principales sutilezas ha sido la creación de sociedades anónimas y por acciones, lo cual les permite lucrar a sus anchas, sin que pueda aparecer en la razón social o denominación, la más leve insinuación del origen del capital o fondo social43. Estos ejemplos están fuera de la casuística chestertoniana citada al inicio de este párrafo.

43 Ibídem. p. 402.

44 Crepaldi, Giampaolo. Op. Cit., p. 52.

45 Ibídem. p. 29.

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que contribuyen a tales daños, pues hay sociedades globalizadas que tienen casuísticamente una tasa de desempleo más bien baja, o el subdesarrollo que deba fundarse en la pobreza de otro. Esto conduce a liberar de sus eventuales culpas a distintos agentes involucrados: gobiernos, ONG, o elites corruptas de países pobres, empresas, etc., planteamiento, que puede hacernos caer en categorías ideológicas.

En tercer término tenemos el absolutismo, consistente en elevar todo a global, todo es globalismo. Es decir, no sólo se ha globalizado la economía, sino la cultura, la religión, la sociedad, la inseguridad, el miedo o el terror. Lo erróneo de esto, es también el uso ideológico de la perspectiva absolutista, que puede impedir leer aspectos de la realidad que no forman parte de esta temática; sobre todo impide tomar en cuenta dos aspectos del problema: per-sistencia y potenciamiento de una economía no globalizada y el incremento del localismo46.

3.2. Dimensión ideológica de la Globalización

Retomando aunque sea un poco, lo que se vio en el numeral 2.3 de este capí-tulo, Peter Marcuse47 hace ver que la palabra Globalización no es ninguna novedad, sino una especie de capitalismo o una expansión de las relaciones capitalistas, convergentes con el socialismo desde 1970. Además, el autor antes citado, piensa que para controlar la globalización, esta merece cierta claridad conceptual y lingüística de lo cual carece por ejemplo, la expresión, capital humano, que se considera un tortuoso revoltijo de significados, pues sólo hablar de aptitudes laborales lo pone en su debido contexto.

Sin embargo, un «nuevo» marxismo se cierne sobre el Mundo, se trata del marxismo globalismo, que es la continuación del marxismo-leninismo, des-pués de «terminado» el comunismo. Tal neo marxismo trae consigo la pro-mesa maldita de la globalidad total, el imperio mundial del capital, a cuya diestra se ubica el espíritu del mercado mundial, y a su izquierda, los globa-listas de la posmodernidad48. En pocas palabras, el totalitarismo ideológico de la globalidad va más allá del sistema, es decir, es un sistema que se salió del sistema49.

3.2.1. Vertientes de la dimensión ideológica de la Globalización

Esta manifestación idolátrica del mercado contiene según J. Antonio Acevedo50 varias vertientes: la primera, se presenta como neoliberal, que por medio del mercado subordina todos los aspectos de la vida a su lógica voraz; la segun-da, es la cosmovisión del neoliberalismo, que ve a la pobreza como proceso natural por el cual los más fuertes imponen su voluntad a los más débiles. En tercer término, la Globalización niega prácticamente que los pobres sean su-jetos de una dignidad y los derechos humanos que la acompañan, por ello se les cosifica, pues se venden y compran como mercancías. En cuarto lugar, el neoliberalismo dogmatiza el mercado, en cuanto es capaz de autorregularse y «sabe» más que nadie cuales y cuantas son nuestras necesidades y en últi-mo y quinto lugar, las empresas, las mercancías y el capital están desfilando por un proceso de personalización y, por medio de la publicidad se le dan cua-lidades casi humanas. En cambio, a las personas se les convierte en productos por lo cual se ve como normal que se les pueda sacrificar.

Es muy conocido el ideal de la Revolución francesa de 1789, enunciado en sus tres dogmas insoslayables, que no obsta para contemplar el profundo fondo ideológico secreto que generó aquella revuelta y alentado en logias y sanedrines. Siglo y medio después, con el marxismo, afirma Salvador Bo-rrego51, estalla otro impulso de Revolución Mundial, fracasando por su tác-tica violenta, surgiendo entonces por ello, una nueva táctica que corrigiese

46 Ibídem. p. 30.

47 Marcuse, Peter. El lenguaje de la Glo-

balización. <http://www.webislam.

com/?idt=1814>. 17/08/2001. pp. 1-5.

48 Mires, Fernando. Crítica al marxismo-

globalismo-América Latina en Movimiento.

<http://alainet.org/active/5613&clanges>.

01/12/2011. pp. 1-30.

49 Ibídem. pp. 1-30.

50 Acevedo, Juan Antonio. Globalización y

Neoliberalismo: El culto a Mammon. <http://

www.fortunecity.com/mettingpot/nica-

ragua/510/palabra2.html>. 21/01/2009. p.

4 de 6.

51 Borrego E., Salvador. (2006). 2006-2012 lo

que se puede esperar. Edición del autor.

México. p. 133.

26

Pharus academiæ

3.2.1.1. Dimensión económico-global contraria a la ética natural

Tanto en el primer mundo como en el resto, se encuentran las fatídicas leyes del mercado que subordinan las personas a situaciones laborables, que nin-guna otra potencia colonial de la historia soñó en imponer jamás. Un ejemplo de la aplicación de tales leyes es la ley de la oferta y la demanda en el mercado de armas, la cual es «bastante» lógica, en cuanto que expresa que «si hay guerras y guerrillas, hacen falta armas»52. Otro caso, también de esa práctica fatal de tal ley, es el conocido «episodio» repetitivo hasta la saciedad de la «gestión de conflictos» que son ampliamente practicados por la denomina-da diplomacia irregular, la cual produce discordias en donde no las hay o si las hay las magnifican, es el caso de los denominados «cuerpos de seguri-dad», altamente profesionalizados en Tel-Aviv y Netanya donde radica una Professional School of Security que «educa» a israelís y extranjeros para que luego, ejerzan tal profesión en cualquier parte del mundo donde soliciten sus «eficientes» productos y servicios.

No se puede soslayar entonces, que la economía es, como dice el autor an-tes citado, Joaquín Bochaca53, el ombligo del orbe contemporáneo definido como la configuración del funcionamiento de un sistema económico, donde predominan la economía del mercado, las relaciones mercantiles o también la forma de gestión del capitalismo cuyo objetivo del «Estado» es mantener y facilitar la libre competencia, conservándolo al margen de la producción, acercando tal noción al derecho a tal punto que tal derecho puede integrarse como «el sistema que legaliza el hecho -darwiniano- de que el pez gordo se come en forma impune al pez pequeño».

En conclusión, de acuerdo con el orden natural de las cosas, la Economía debiera estar al servicio de la sociedad y no a la inversa, la cual consta de las conocidas faces de: producción, distribución y más que nada, consumo54.

3.2.1.2. Relación entre Economía y la Ética

Tal relación se describe en la Doctrina Social de la Iglesia en términos gene-rales, pero no abstractos del lenguaje evangélico: «no es el hombre para la economía, sino la economía para el hombre»55. Aquella, es sólo una de las muchas dimensiones humanas; en caso de que la producción y el consumo de bienes y servicios llegue a constituir el único valor sin subordinarse a otro; si se absolutiza la economía y todo el sistema sociocultural, es decir, al soslayar las dimensiones éticas y religiosas, tal sistema se debilita, quedando limitado a los elementos económicos. La relación de Economía y Ética, se ha desvane-cido para quedar sólo como dimensión dominante la económica. Por ello, la dsi -la doctrina social de la Iglesia- en su respectivo compendio, capítulo v, numeral 361 describe que: «Nuestro tiempo está marcado por el complejo fe-

la violencia, generando una acción lenta y dosificada, tomando como instru-mentos tanto al liberalismo como a la democracia; por ello, hoy, se puede ha-blar de una república universal con el término globalización, para que no ori-gine alarma, ni situaciones adversas, para deslizar la idea de que tal término tiene, la interpretación de que la técnica es la que abrevia distanciamientos. Además, para globalizar, se requiere ir eliminando todo lo que ha constituido la civilización y cultura cristianas de Occidente, para lo cual se hace nece-sario, primordialmente ir erosionando los valores objetivos y creativos de la Cristiandad, lo cual significa la apertura y un «derecho» injusto, e ilícito que se pudiera denominar «derecho mammonico» que implicaría la justificación de la corrupción generalizada, criminalidad, pornografía, pederastia, autori-dad disminuida, impunidad, infiltración en la Iglesia Católica con, entre otras cosas: cultura de la muerte y teología de la liberación, y, un inmenso etcétera.

52 Bochaca Joaquín. El descrédito de la realidad

o La dimensión desconocida. Ediciones

Cerro Manquehue S.A., Santiago de Chile:

2204. p. 189.

53 Ibídem. p. 180.

54 Ibídem. p. 181.

55 Crepaldi, Giampaolo. Op. Cit. p. 3 de 7.

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Enero 2013, número 10

nómeno de la globalización económico-financiera, esto es, por un proceso de creciente integración de las economías nacionales en el plano del comercio de bienes y servicios y de las transacciones financieras en el que un número cada vez mayor de operadores asume un horizonte global para las decisiones que debe realizar en función de las oportunidades de crecimiento y de beneficio»56.

3.2.1.3. Dimensión jurídica de la Globalización

Como el Derecho, es la ética social, entonces al orden jurídico le está pasando lo que a la Ética con la Economía: se está reduciendo el hecho o el ámbito ju-rídico a un simple reflejo de la economía, es decir se ha reducido al derecho, a pura forma carente de contenido, solo sirve de cauce a la Economía, cuando es necesario que aquel junto con ésta se vincule y subordine al Derecho para que ambos estén al servicio de la sociedad y no de los menos pocos, en otras palabras de los más fuertes económicamente hablando57.

Actualmente, la globalización jurídica comparte toda la carga polisémica y polifacética de tal proceso mundial, aunque todavía es imposible hablar de una globalización del derecho, en cuanto que éste tiene una gran diversidad de ramas, y en cada una de ellas, el impacto de aquel proceso es diferente y gradual en tiempo, contenido y espacio58.

Entonces, es posible establecer una ley relacionada con la vinculación entre economía y derecho; expresando que: «a mayor autonomía económica menor autonomía jurídica» o mayor subordinación del orden jurídico a las leyes económicas, que al fin al cabo, son leyes de hechos y no de derecho por más esfuerzos que hagan los positivistas del llamado derecho económico mundial.

En consideración a tales leyes, ha sido Álvaro D’Ors59 quien ha expresado con toda claridad que la pérdida de la autonomía del Derecho está en evi-dente conexión con el fenómeno de la vulgarización, es decir, la configuración propiamente jurídica cede ante otra más sociológica y económica; pues la «nueva» apertura del estudio del derecho al campo socio-económico supone una recaída en el vulgarismo jurídico, que ya en la época del Imperio Romano o Imperio Absoluto -287 d. de C.- se dio la primera caída del derecho ro-mano en tal vulgarismo.

Por ello, sigue explicando el autor antes citado, que la jurisprudencia mo-derna se añadiría la posmoderna, quizás por su excesivo apego a las cons-trucciones dogmáticas y por su falta de agilidad para reaccionar ante los estímulos y retos de la presente sociedad, ha llegado a abdicar de su propia autonomía y tiende a fundirse con otras ciencias sociales como las enuncia-das anteriormente; por tal razón, las escuelas de economía, sociología y otras ciencias sociales han liberado a la Jurisprudencia de forma análoga como lo ha hecho la fotografía respecto a la pintura, o el cinematógrafo en relación al teatro.

Es deber de conciencia, apela Álvaro D’Ors, no admitir la disolución del saber jurídico en el conjunto de las otras ciencias sociales -o de la Econo-mía- que son esencialmente naturalistas y políticas, para lo que se requiere un gran esfuerzo humano y de austeridad. En consecuencia, padecemos una re vulgarización de los sistemas o familia jurídica de derechos romano-ger-mánicos a la cual pertenecemos, principalmente debido a la globalización o mammonización de nuestro derecho.

3.2.1.4. Dimensión cultural de la globalización

Se ha afirmado anteriormente que el aspecto económico engloba o se extien-de hasta cubrir toda la cultura. Por ello es conveniente tratar entonces del aspecto cultural de tal globalización.

56 Pontificio Consejo «Justicia y Paz». Compen-

dio de la D.S. I. Ediciones CEM. México:

2005. p. 200.

57 Rodríguez Arias Bustamante, Lino. Derecho

y Economía. Necesidad de un retorno a la

Filosofía del Hombre. <http://www.saber.

ula-ve/bitstream/123456789/19342/2/arti-

culo9.pdf>.

58 Globalización, Estado y Derecho. Globaliza-

ción jurídica. Razón práctica global vs Razón

de Estado global. <http://www.globaliza-

cion-y-derecho.bogspot.com/01/12/2011>.

pp. 1-12.

59 D’Ors, Álvaro. (1993). Escritos varios sobre

el Derecho en crisis: Cuadernos del Instituto

Jurídico Español. Roma-Madrid. p. 30.

28

Pharus academiæ

La cultura en este ámbito global, se caracteriza en primer término por una nueva religiosidad, la cual se conoce como New Age. Esta posmodernidad «re-ligiosa» tiene entre sus objetivos, la terminación del «catolicismo romano», porque para empezar, a éste lo ubican en la era de Piscis, la cual ya pasó o está por terminar60. Ahora está surgiendo la Era de Acuario, cuya fuente cultural y filosófica es la reencarnación del gnosticismo de la era postcristiana del siglo ii después de Cristo. En este punto, se ubica también, el abandono por parte de creyentes y no creyentes del Magisterio de la Iglesia.

Estamos ahora en el imperio de la relatividad y del neopaganismo cuyo objetivo es quitar a la Palabra revelada, su trascendencia. En estos tiempos posmodernos el poder subyuga al hombre, en cuanto que éste no controla ese poder, y ya ha sido rebasado. También hoy, se revive, desde la estética, las formas espirituales del pasado. La ética posmoderna es la deconstrucción del filósofo hebreo Jacques Derrida61. El saber posmoderno es residual, colocado al nivel de una verdad débil según G. Vattimo62. El desarrollo de la investiga-ción se hace por desvertebración de la misma. Por lo que corresponde al pen-samiento tecnológico, está orientado a descubrir y preparar oportunidades ultrametafísicas o postmetafísicas de la tecnología mundial. El tipo de hom-bre generado por esta cultura es el denominado «no humano» según Romano Guardini63, el cual es ambivalente; en otras palabras, decadente o pleno, pero como resistencia.

Se trata pues, de la cultura posmoderna, de una especie de cultura copro-lálica, que anima fuertemente también como alimento, a la educación global, cuya cultura mundial comete un fraude propio de la modernidad o posmo-dernidad, pues como dice Carlos Díaz64, se trata del mismo perro pero con diferente collar; que se adjudica la historia de la cualidad de persona, recha-zando a la Revelación, para la que en realidad, el significado de persona es una liberalidad de Dios.

Ese tipo de cultura se remonta cronológicamente hacia fines del siglo xix y principios del xx, cuyos fundamentos filosóficos se lo dieron los denomi-nados «maestros de la sospecha» que son: C. Marx, Nietzsche y Sigmund Freud, de acuerdo con el autor de tal denominación, el filósofo francés Paul Ricoeur65. A estos, les siguieron los filósofos neomarxistas de la famosa es-cuela de Frankfort, compuesta básicamente por los que pueden llamarse los Prometeos de la contracultura, a saber: Max Horkheimer, Teodore W Adorno, Herbert Marcuse, Erich Fromm y el último miembro de tal escuela: J. Haber-mas. Es una exigencia añadir a los prometeos mencionados, Aldoux Huxley, el Prometeo de la droga en USA; y el Prometeo del satanismo moderno: Alister Growley.

México ha sido hasta la fecha, uno de los principales receptáculos de cuanta contracultura coprolálica consideren aceptable las tribus urbanas y dignas de imitar como modelos, que incluso se imponen dentro o fuera de escuelas y universidades; sin que tampoco se quiera soslayar, el movimiento subversivo estudiantil del 68, del 2 de Octubre: imitación del acontecimiento de Mayo del mismo año en París, Francia. Estos movimientos tuvieron como su Prometeo contracultural, a Herbert Marcuse, miembro de la citada es-cuela de Frankfurt, versión norteamericana; cuyo objetivo fue subvertir el orden nacional francés y mexicano; revueltas que todavía están beneficiando a sus participantes intelectuales y ejecutores, tanto nacionales como interna-cionales que siguen confeccionando su narrativa victimista muy propia del Estado liberal que también es plañidero como sus creadores.

60 Ferguson, Marilyn. La Conspiración de

Acuario.

61 Derrida, Jacques. (1989). La deconstrucción

de las fronteras de la filosofía. La retirada

de la metáfora. Ediciones Paidós. I.C.E. de la

NAB: Universidad Autónoma de Barcelona.

Edición Paidós América, S.A. Barcelona.

p. 17.

62 Vattimo, Gianni. (1992). Más allá del sujeto

Nietzsche, Heidegger y la hermenéutica. Edi-

ciones Paidós Ibérica, S.A. 2ª Ed. Barcelona.

p. 27.

63 Guardini, Romano. (1981). El Ocaso de la

Edad Moderna. Obras Completas. Editorial

Cristiandad, S.L. Madrid. Tomo I, p. 112.

64 Díaz, Carlos. (1985). Escucha Postmoderno.

Ediciones Paulinas. Madrid. p. 28.

65 Ricoeur, Paul. (2002). Freud: una interpreta-

ción de la cultura. Siglo XXI Editores, S.A. de

C.V. México.

29

Enero 2013, número 10

3.2.1.5. Cierto parecido analógico-cultural entre el hombre posmoderno y Ba-rrabás

Según la novela de Pär Fabian Lagerkvist, Barrabás es la expresión simbólica del hombre contemporáneo, manifestación de esa cultura que concibe al hu-mano como un ser totalmente autónomo. Barrabás, según Luigi Giussani66 es el hombre por excelencia que tiene su vida a salvo por obra de Cristo y no sabe porqué67. Busca saber, busca informarse, intenta darse cuenta pero en realidad no lo sabrá jamás con exactitud; hablando del Barrabás europeo, está lleno de curiosidad, perturbado, pero nunca se convertirá, aunque pue-de reconocer en el cristianismo la fuente de los valores que han impuesto al mundo su cultura, pero no logra ya creer en Cristo, lo cual lo hace terrible-mente incompleto.

Cabe ahora, algún ejemplo de las anteriores afirmaciones: Un gay ha inter-puesto una demanda exigiendo 70 millones de dólares en contra de Zonder-van y Thomas Nelson, que publican Biblias en usa. Alega que en tales Biblias ya publicadas, la homosexualidad es catalogada como pecado y esto, le ha causado un trastorno emocional e inestabilidad mental, además de socavar sus derechos constitucionales. Igualmente, un residente del estado de Michi-gan, afectado también de gaymanía solicitó una compensación por parte de Zondervan, por 60 millones de dólares y otros 10 millones, también de dólares por parte de la Editorial Thomas Nelson, ubicada en Nashville68.

También tendrá que mencionarse las actuaciones no menos que crápulas de las cantantes de moda, de las muy coprolálicas y sexis como Madona, Brit-ney Spears y no se diga de Lady Gaga que son las «íconos» de sus fans masivos y mente capti, que veneran al dios de las moscas. Es necesario citar la gran filantropía de nuestro super potente vecino de Norteamérica, donde residen los más grandes dominios de los monarcas mundiales del show bussines, del enterteinment, de la prostitución, de la pornografía; de la industria global de la cosmetología para la cual, se ha sabido que la mejor materia prima para tal tipo de producción, son los fetos de niños nonatos; y no se diga de la trata de negros, mercado iniciado primero en Europa, por la madre patria de tal ve-cino; la pérfida Albion; que para variar fue también la que instituyó el corso, para legalizar la piratería, otorgando a sus concesionarios, los asaltantes de los galeones españoles, títulos de Lord, de «nobleza», como compensación a sus «grandes hazañas», incluyendo el asalto y asesinato a las poblaciones porteñas de América hispánica, a favor de monarquía inglesa.

Todo ello, presentado como una dulce y tierna actuación de aquella po-tencia inglesa, por la industria editorial y cinematográfica hollywoodense de hoy; cuya «cultura» se nos dosifica a través de los diversos tipos de pantallas, que son elementos indispensables, incluso dentro de los hogares latinoame-ricanos o hispanoamericanos. Este modelo económico-cultural es el que por las buenas o por las malas, se nos está imponiendo y deslizando en las fa-milias, como instrumento esencialmente educativo, junto con la otra opción izquierdera, de la cual trataremos enseguida. Con esas «culturas», para que queremos enemigos violentos.

3.3. La Cultura anaranjada y global de la izquierda

El líder filosófico de esa «cultura» contemporánea es ni nada más, ni nada menos que Antonio Gramsci, italiano de origen, cuya teoría cultural, escrita desde la cárcel hacia los años de 1920 y 1930 en Roma, se encuentra en la obra

66 Giussani, Luigi. (2005). El Sentido de Dios y

el Hombre Moderno. Ediciones Encuentro.

Madrid. p. 117.

67 Ibídem. p. 118.

68 Entre cristianos . Gay demanda a edito-

riales por publicar Biblias con la palabra

homosexual. <http://entrecristianos.

com/200807/2484/>. p.1.

30

Pharus academiæ

intitulada: «Los intelectuales y la organización de la cultura»69. Constituye entonces, la otra hoja de la tijera en cuyo en medio nos encontramos los gen-tiles. Sin embargo, no sólo Gramsci es el único autor de tal teoría, sino que lo acompañan en la coautoría: Francisco Ferrer, español e hijo de la viuda; Her-bert Marcuse que ya lo citamos anteriormente como el Prometeo de la con-tracultura de la subversión y sus condiscípulos de la escuela de Frankfurt70.

Por lo que se refiere a su propia obra, Gramsci entendió que la burguesía au-toglorificada, habiéndose asegurado para ella los medios de producción, tam-bién caería prontamente, presa de la lisonja de la «cultura» de la izquierda y de sus representantes radicales. Thomas Molnar71, aclara que esa «brillante» luz falsa de tal cultura, ha contribuido entre otras cosas, a la popularidad de los socialistas; ante la miope visión de los que fabrican opiniones. Por ello, en la medida en que se instalan los socialistas como régimen, la cultura, es la primera víctima de la política partidista y la uniformación ideológica. Ade-más, tal izquierda agudiza la politización de las cuestiones que tienen bajo su férula y también la de sus opositores. Estos, por tal razón, son llamados como deshechos históricos y estúpidos, porque según los izquierdistas, el interés clasista de tales oponentes, los ciega a tal punto que no pueden ver la «autén-tica» fuente de su oposición.

3.3.1 Los intelectuales orgánicos de Gramsci.

Según este protegido de Stalin, cada grupo social crea conjunta y orgá-nicamente, uno o más rangos de intelectuales que le dan homogeneidad y conciencia de la propia función económica, social y política. Por ejemplo, el empresario debe ser un organizador de masas humanas, un organizador de la confianza de sus inversionistas, de sus proveedores. Tales intelectuales orgá-nicos que cada clase crea, no son más que especialidades de aspectos parcia-les de la actividad primitiva de tipo social nuevo que la nueva clase ha dado a luz. La clase campesina no genera sus propios intelectuales orgánicos ni tam-poco asimila a ningún grupo de intelectuales «tradicionales». Sin embargo, la típica categoría de intelectuales orgánicos, son los eclesiásticos, que mono-polizan a la «ideología religiosa» (el entrecomillado es mío) o también cono-cida como filosofía, la ciencia de la época, la escuela, la instrucción, la moral, la justicia, la beneficencia, la asistencia, etc. También se encuentran entre la aristocracia de la Toga. Refiriéndose a la escuela, sigue diciendo Gramsci, es el instrumento para formar los intelectuales de diverso grado, que también varían conforme a su locación urbana o rural. Por ellos ha de surgir la lucha cultural. Así, los acontecimientos suscitados por Plutarco Elías Calles en Mé-xico y en otros países demuestran la exactitud de estas observaciones72.

Las observaciones que se pueden hacer a tal teoría gramsciana son: en primer lugar, que no sólo tiene por víctima a la cultura en general, sino espe-cialmente a la cristiana, y no son aceptables sus «razonamientos» en cuanto que es una teoría que se funda no en argumentos racionales, sino en las paté-ticas Teofobia y clerofobia, que han hecho mella en creyentes y no creyentes.

El retrato hablado que hace Gramsci de los que él denomina intelectuales orgánicos, no es otra cosa más que, el concepto de Lenin del «idiota útil» que la rojería usa y que cuando ya lo exprimió y no le sirve, lo tira y punto, no sin antes corromperlo hasta la médula.

Por lo que corresponde a México, por desgracia para la cultura de niños y jóvenes; muchos de los «maestros» protegidos por la «Maestra», se identi-fican con tal tipo de intelectuales gramscianos y leninistas que se dedican a hacer política y a la educación la ignoran. Para ver detalles de tal situación, léase si le interesa, la obra de A. Oppenheimer, en su capítulo 11, que se intitula «México: el reino de ‘la maestra73’».

69 Gramsci, Antonio. (1975). Cuadernos de la

Cárcel: Los intelectuales y la organización de

la cultura. Juan Pablos Editor, S.A. México.

Tomo II.

70 Rego de Planas, Lucrecia. De las ideolo-

gías marxistas en la pedagogía moderna.

Catholic.net. <http://www.ex.catholic.

net/escritoresactuales/825/2862/articulo.

php?id=45314.07/12/2011>. p.1-6.

71 Molnar, Thomas. (1993). La Iglesia peregrina

de los siglos. Ediciones Gladius. Buenos

Aires, Argentina. pp. 92 y 93.

72 Gramsci, Antonio. Op. Cit., pp. 11 a 28.

73 Oppenheimer, Andrés. (2010). ¡Basta de

Historias!. Random House Mondadori, S.A.

de C.V.. México. pp. 321-358.

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Enero 2013, número 10

3.3.2 Dimensión educativa de la Globalización

Los autores de ésta «educación» según Antonio Caponnetto74, han sido los gerentes de las empresas multinacionales con todo y sus patronatos y ac-cionistas, los primeros en señalar como se han de educar a las presentes y futuras generaciones y su respectiva médula central que es la familia; que si queremos que después de educados sean laboralmente contratados tienen que ser formados de acuerdo con los lineamientos que señalan aquellos; es decir los hombres económicos, los de los negocios posmoglobales, por cuanto que negocio, es la negación del ocio por definición y por tanto la escuela tiene ese significado.

Hoy, según ese autor citado, la educación propuesta e impuesta a niños y jóvenes carece de Dios, de Patria, de moral objetiva; de religión verdadera, no se les educa en la Verdad, el Bien y la Belleza. Además no tienen valores absolutos, ni paradigmas de santidad y heroísmo. En consecuencia, el ideolo-gismo, las partidocracias, la tecnología y el mundialismo con su mirada he-donista y el provecho individual y no se diga el laicismo, ocupan sus lugares. Razón de más para estar alertas, no dejarse engañar y luchar, para no perder nuestra riqueza cultural, religiosa y étnica.

Para ello, se requiere, de ya, tomar medidas urgentes para descoprolizar nuestras cultura y educación mexicanas. Se sugiere, primero identificar la se-rie de contraculturas destructoras, y generar una serie de tácticas para evitar sus estragos en nuestros niños y jóvenes que son el porvenir de la Patria.

3.3.3 Propuesta de un Modelo de Educación Integral Universal

Como son muchos los filósofos, psicólogos y educadores, postmodernos y globales los que ignoran o niegan la interpretación objetiva del hombre y de su puesto en la sociedad, las teorías educativas y la amplia perspectiva que deberían tener, no sólo de las almas y de los cuerpos, sino también del cora-zón y del intelecto de los educandos. Por tal razón, aquí se propone un modelo educativo que contenga tal perspectiva, tal paradigma se debe a Santo Tomás de Aquino, cuya filosofía educacional, insiste en la integración sobrenatural como complemento y perfección de la integración natural por medio de su magna «Teoría verdadera e integral de la educación75» la cual soporta al mo-delo que se propone.

Ese modelo aquinatense tiene por fundamento la teoría causalista de Aris-tóteles y del mismo Santo Tomás, aplicándola a la educación. Se inicia enton-ces con la causa material de la educación, que es el hombre mismo dotado con su conciencia del libre albedrío en conjunción con la responsabilidad. Enseguida, se encuentra la causa formal de la educación, que consiste en la verdad objetiva, pero para que el hombre la logre, tiene que estar preparán-dose no sólo para aprender, sino también para vivir. De esa manera, el hombre educado poseerá entre ambas cosas: la verdad objetiva y el doble desarro-llo subjetivo. Luego está la causa eficiente instrumental, que la constituye el maestro que ayuda al estudiante a pasar de la potencia al acto, es decir de niño a hombre cabal. Y, aquel estudiante, viene a ser la causa eficiente princi-pal, que tiene el derecho, pero también la obligación de perfeccionar todas sus facultades o talentos, tanto naturales como sobrenaturales con los que fue dotado. Y al último, se encuentra la causa final, que es Dios, quien es fuente de vida y a quien también, como creaturas que somos, tenemos que volver al origen sobrenatural que nos ha formado76.

74 Caponnetto, Antonio. (2005). Nueva Era de

Acuario y Nuevo Orden Mundial. Asociación

Pro-Cultura Occidental, A .C. Guadalajara,

Jalisco, México. p. 130.

75 Slavin, Robert J. O. P. (1962).El concepto

tomista de la Educación. En Ensayos sobre

el Tomismo del compilador-director, R. E.

Brennan, op. Ediciones Morata. Madrid.

p. 404.

76 Ibídem. p. 408.

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Pharus academiæ

Arturo Bazaldúa GuardiolaLicenciado en Derecho. Pertenece a la Barra Mexicana, Colegio de Abogados ac y a la Barra Nacional de Abogados ac. Ha sido Juez menor, Juez Penal, Actuario y Secretario de Estudio y Cuenta de Tribunal Colegiado de Circuito. Es profesor de la Escuela de Derecho del iest.

Para los que vivimos en México, salta a la vista que el país vive una profunda crisis de inseguridad pública que, como un mortífero cáncer, corroe y arrasa los cimientos de nuestra sociedad. Siendo un problema de seguridad pública, que en síntesis es una función del Gobierno, se convierte, luego en-tonces en un problema jurídico del mismo Estado Mexicano.

Así las cosas, y en el entendido que el problema de seguridad pública, que es, en esencia, de origen Constitucional, siempre se encuentra matizado por el Derecho Criminal, por lo que debe estudiarse, analizarse, pero sobre todo combatirse, desde los cuatro flancos del Sistema Judicial Penal que son: La Prevención del Delito, La Procuración de Justicia; La Administración de Justi-cia; y La Ejecución de Sanciones.

Cierto, y contrario a lo que pudieran pensar nuestros gobernantes que pretenden, endeble y torpemente, combatir de manera individual estos as-pectos, cualquier política pública encaminada a mejorar el Sistema de Justi-cia Penal debe, imperativamente, abarcar simultáneamente las cuatro facetas descritas.

Es en este estado de cosas, que surge la Reforma Constitucional Penal del 2008, que aspira, con limitaciones, abarcar lo relativo a la prevención de la conducta delictiva y la procuración y administración de justicia, al introducir el Modelo procesal Penal Acusatorio, aludiendo de paso, a cuestiones que tie-nen que ver con la Ejecución de Sanciones. Estas modificaciones constitucio-nales, que aparecieron publicadas en el Diario Oficial de la Federación del 18 de junio del 2008 son trascendentes, no solo para los estudiosos del Derecho, sino para el público en general ya que, por diversas razones, han alcanzado una difusión mediática inusitada. Me atrevo a afirmar que las Reformas del 2008 han penetrado más en el conocimiento de la Opinión Publica que las de 1983-1985 propuestas por los siempre admirados maestros los Doctores Ser-gio García Ramírez y Celestino Porte Petit. Aunque justo es afirmar que esas reformas tendían más hacia Instituciones jurídicas del Derecho Penal sustan-tivo que las del 2008 que, en esencia, versan sobre procedimientos.

Prisión: ¿Readaptación o reinserción en la sociedad?

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Es así que, en el paquete de disposiciones constitucionales, el Reformador Constituyente, al abordar el Canon 18 de la Carta Magna Federal, alude de manera específica a la pena de privación de la libertad e, incidentalmente, al Sistema Penitenciario Mexicano, ordenando que se organice a partir de cinco Bases: a) Trabajo, b) Capacitación para el trabajo; c) Educación; d) Salud; y, e) Deporte.

Todo lo anterior, me ha llevado a hacer algunas reflexiones. Primero, de una manera simple, llana y concreta, definiré como pena, a la

sanción consecuencia jurídica del delito. Esta particular conceptualización de la pena por supuesto que no se acerca, ni siquiera lo pretendo, a aquel con-cepto clásico del insigne Eugenio Cuello Calón, que afirmaba que «pena es todo aquel sufrimiento impuesto por el Estado, en ejecución de una senten-cia, al culpable de una infracción penal». O, citando literalmente a Sebastián Soler, «pena es un mal amenazado primero, y luego impuesto al violador de un precepto legal, como retribución, consistente en la disminución de un bien jurídico y cuyo fin es evitar los delitos».

Todo lo anterior viene a colación porque, tanto del espíritu de la ley como el conocimiento de los Doctrinarios, nos obliga a intentar dilucidar cuales son los caracteres que deben revestir la pena como consecuencia jurídica del Delito.

De esta suerte, la pena debe, o debería ser, intimidatoria, «es decir, evitar la delincuencia por el temor de su aplicación»1 en palabras de Fernando Caste-llanos. Pero, al día de hoy, ¿son realmente las sanciones penales insertas en el Catálogo Penal intimidatorias? ¿Nuestras puniciones infunden miedo, temor, siquiera inquietud o zozobra en nuestros infractores?

¡Claro que no! Y ello se demuestra claramente con el viejo vicio del legislador penal mexi-

cano consistente en aumentar desaforadamente los montos de las penas cre-yendo, ilusamente, que eso reducirá la delincuencia, cuando evidentemente no es así. ¿Qué pensará el legislador? ¿Qué el delincuente común y corriente revisa cotidianamente el Diario Oficial de la Federación o el Periódico Oficial de su respectiva Entidad Federativa y al advertir que se han incrementado las penas de determinados tipos penales ya no incurrirá en dichas conductas criminales?

¡Qué ilusos!De igual modo, la pena debería de ser aflictiva. Entendiendo por ello que

cause una aflicción, sufrimiento o dolor emocional; que no físico o corporal. Aclaro lo anterior porque de manera tajante, avalar lo anterior, sería tanto como legitimar la tortura. La aflicción a la que me refiero debería ser equiva-lente, a la coacción psíquica que empuje al delincuente a no volver a delinquir. En nuestro actual sistema penitenciario, ¿Son aflictivas las Penas? ¡Tampoco! O siendo más precisos, solo causan aflicción al infractor de la Ley que se en-cuentra en el más bajo estrato de la jerarquía socioeconómica. ¿Los demás? ¡Claro que no les causa dolor alguno! ¡Si acaso, solo les incomoda estar reclui-dos en un Centro Penitenciario, pero por lo demás, gozan casi de las mismas comodidades que estando fuera de la cárcel!

La pena también debe ser proporcional o justa. Ello implica que, la san-ción impuesta debe estar acorde o en proporción a la conducta criminal des-plegada. Citando a Miguel Ángel Cortés Ibarra, «La pena es compensación, retribución del daño social causado por el delito cometido».2 Pero aquí surge un problema. La imposición de sanciones, como bien se sabe, está a cargo de la Autoridad jurisdiccional. Sin embargo, el Juez no puede imponer de manera absoluta, la pena o sanción que se le antoje. Su función sancionadora está li-mitada por el Arbitrio Judicial, esa facultad discrecional de que goza el Juzga-dor para imponer al delincuente una sanción determinada, entre el mínimo y el máximo que estipula la propia Ley. Y no solo está limitado por esos mínimo

1 Castellanos, Fernando; Lineamientos Elementales de Derecho Penal; Editorial Porrúa; 17.ª Edición. p. 307.

2 Cortés Ibarra, Miguel Ángel; Derecho Penal; Cárdenas Editor y Distribuidor; 4.ª Edición. p. 444.

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y máximo que le impone el legislador, sino que además, debe tomar en cuenta las condiciones particulares del delincuente, las peculiaridades propias de la víctima, las circunstancias y el entorno en que fue cometido el hecho delic-tivo, etcétera.

Luego entonces, en teoría, no es tarea fácil para un juez justo y escrupu-loso, imponer una sanción a un delincuente en concreto, por un delito en par-ticular. Pero, y aquí viene el pero, el legislador, tan amante de incrementar sin cuidar los detalles ni pensar en las consecuencias las penas, de la misma manera, subjetiva categoriza como delito grave algunas figuras delictivas, sin derecho al beneficio procesal de la libertad bajo fianza, y a otras no, y, en el mismo tenor, algunas conductas criminales no tan ofensivas para la So-ciedad, les aplica penas harto rigurosas y otras conductas, quizás de mayor reproche social, las castiga con penas menos severas.

Haciendo un paréntesis en estas reflexiones, creo que sería prudente em-pezar a pensar en la conveniencia de crear un Código Penal y de Procedimien-tos Penales, único. Esto es, un Código Penal federal, como el que ya tenemos y un Código Único o Tipo, en sus acepciones de Penal y Procedimental del el fuero común, uniforme para las 32 entidades federativas del país. Es tan solo una idea.

Luego entonces, sin el adecuado ejercicio del arbitrio judicial del Tribunal y con las sanciones penales decididas por el legislador, difícilmente se puede afirmar que en México las sanciones son justas o proporcionales.

La pena debe, además, resarcir o remediar, en la medida de lo posible, la afectación causada al sujeto del delito. Debe restituirle, en todo o en parte, el daño o el perjuicio que la conducta criminal le ocasionó en la esfera de sus derechos. Sin embargo, en la práctica, en la terca realidad jurídica mexicana, que contradice las pomposas Exposiciones de motivos de los ordenamientos legales elaborados por los legisladores, resulta que las penas son todo, menos reparadoras o, siéndolo, como en su caso sería la pena pecuniaria, aun así no alcanza a llegar tal manto protector al sujeto pasivo de la conducta criminal.

Siempre me ha llamado la atención el carácter de «víctima» o «desvalido» que el Derecho Procesal Penal Mexicano otorga al inculpado, para quien in-clusive existe el principio de suplencia de queja deficiente, para el caso de que su defensor o el propio indiciado, incurran en errores, omisiones o vicios, estos sean suplidos, aun de oficio, por el Juzgador de la respectiva instancia.

¿Y el pasivo del delito? ¡Olvidado! Bueno, no del todo. En los últimos años, en un afán reivindicador de esos derechos, el Constituyente permanente elevo a rango constitucional, los derechos de la víctima, la autentica víctima, y los inserto exactamente en el mismo dispositivo en donde el Constituyente de 1917 plasmo las garantías fundamentales del inculpado: en el artículo 20 Constitucional. ¿Cuál era el mensaje que pretendía enviar el Reformador de la Constitución? ¿Que los derechos del delincuente estaban a la par de los derechos de la victima? ¿Cuál es la realidad, insisto, esa necia realidad que día a día nos enfrenta al drama penal de todos los que solicitan justicia? ¡Pues que no se ha podido bajar del pedestal constitucional esa garantía individual al ciudadano de a pie, común y corriente, que en estos días, cotidianamente convive con el crimen organizado, y con el desorganizado, también!

Y, por último, la pena debe ser buscar la readaptación del delincuente. Bueno, ya no. Con la modificación al artículo 18 de la Ley Fundamental, se

cambió el concepto de readaptación social por el de reinserción social. A este respecto, no creo sea necesario convencer a nadie, con argumento alguno, que en México, y seguramente en la totalidad del Orbe, las penas, sobre todo la de prisión a la que me referiré párrafos adelante, son incapaces de readap-tar, de moldear, reformar, enderezar, la psique, el alma, el espíritu o la esencia del delincuente para que, ya modificado, «formateado», utilizando un voca-blo coloquial de moda, regrese a la sociedad hecho otra persona.

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Como es sabido por todos, la sanción penal por antonomasia en nuestro sistema penitenciario es la pena privativa de la libertad. En ella, el Estado funda su esperanza para resolver los problemas de seguridad pública. Es cierto que en el Catálogo Penal Federal y en el de las Entidades federativas, el autor de la Ley contempla otras diversas, novedosas y variadas penas, pero el fundamento toral de su sistema de ejecución de sanciones se apoya en la pena de cárcel. Y es que, nos guste o no, el Estado considera a la pena de prisión, como «la máxima expresión de fortaleza y eficacia jurídica del Poder Político Penal, en tanto contempla su mayor manifestación de fuerza y dureza»3 se-gún palabras del jurista Marco Antonio Díaz de León.

Y sin embargo, el más grande fracaso del sistema penitenciario mexicano son precisamente sus cárceles. Y, si aceptamos a pie juntillas la lapidaria frase de Don Sergio García Ramírez en el sentido de que «las prisiones son, de la manera más dramática, el reflejo del Orden exterior»4, ¡Pues cuan mal estamos!

Una prisión, con el sistema penitenciario actual, no readapta. Punto. La realidad nos lo restriega en la cara cotidianamente. La segregación social no readapta. Al margen de estudios sociológicos, antropológicos, psicológicos que confieso carecer, considero un absurdo que, como castigo a una persona que atentó contra las reglas sociales, contra la sociedad al final se le saque de la sociedad, se le segregue, se le aparte de la misma y, en la relativa soledad de la cárcel, pero en un modelo ajeno a la sociedad, de repente se vuelva a reincorporar, «ya readaptado» al entorno en el cual infringió la ley. Desconfío de este modelo.

Pero el gobierno no. El gobierno cree, o al menos eso nos hace creer que cree, en las cárceles. A las que por cierto, últimamente otorga unas sonoras denominaciones, tal vez para no ofender el oído de los gobernados. Ahora los llama «Centro de ejecución de sentencias» o «Centro de ejecución de san-ciones» o «Centro de ejecución de las consecuencias jurídicas del delito». Ya no «Centros de readaptación social», y no porque haya convencimiento de que no sirven para readaptar, sino simplemente por la modificación consti-tucional que se comenta. Pero a nuestras autoridades tal parece que les da miedo llamarlas como son: cárceles, Penales, Reclusorios, etcétera. Hasta ese extremo llega la hipocresía legislativa.

Ahora, con la reforma constitucional, se hace a un lado ese vocablo incó-modo, el de readaptación, para manejar el concepto de reinserción. A este respecto. Miguel Carbonell, el distinguido Investigador del Instituto de In-vestigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México dice: «La reinserción social del sentenciado tiene por finalidad darle al individuo las herramientas para que no vuelva a delinquir. No se trata de reformar su personalidad desviada o de crear un sujeto nuevo, sino que sea capaz de rein-tegrase a la sociedad y conducirse de acuerdo con sus reglas»5. No obstante lo anterior, dudo que el cambio constitucional de terminología, por sí solo, acabe con los enraizados vicios penitenciarios.

A pesar de lo repetido de la frase que se constituye en lugar común, utilizo la expresión: «Las prisiones son las Escuelas o Universidades del Crimen». Sé que no he descubierto nada nuevo, pero hoy más que nunca tiene vali-dez ese aserto. A diferencia de las prisiones Federales, los Directores de las estatales, solo ven, si acaso, aspectos estrictamente administrativos de los reclusorios. La operación, control y manejo de la prisión, corre a cargo de los mismos presos, o internos, utilizando el lenguaje políticamente correcto. Con algo de broma y mucho de verdad, en algunos foros he afirmado que si de ve-ras odias a alguien y deseas causarle mucho daño, y claro, tienes el Poder para ello, desígnalo Director de un Reclusorio. O acaba muerto o acaba procesado penalmente.

3 Díaz de León, Marco Antonio; Diccionario de Derecho Procesal Penal. Editorial Porrúa. Tomo II. 1ª Edición. p. 1601.

4 García Ramírez, Sergio; La Prisión. Fondo de Cultura Economica. 1ª Edición. p. 51.

5 Carbonell, Miguel; Los Juicios Orales en México. Editorial Porrúa Unam . 4ª Edición. p. 96.

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Debemos, como sociedad, replantear ese paradigma de delito-pena-pri-sión. Dice J. Carlos García Basalo en un artículo «¿A dónde va la Prisión?» publicado en la Revista Mexicana de Ciencias Penales: «Para el hombre de nuestro tiempo, la asociación del delito como causa, con la privación de la libertad como pena, es uno de esos estereotipos que se aceptan sin resistencia ni extrañeza alguna. Se acepta pasivamente, como natural, que así suceda o deba suceder».6

Pues bien, llego la hora de replantearnos lo anterior.Con la reforma constitucional que se comenta, aunque tiende a desapare-

cer la figura jurídica de la prisión preventiva, que se mantiene para ciertos y determinados casos previstos por el constituyente, sin que el legislador ordi-nario estatal pueda ampliar o modificar tal lista en sus respectivos códigos locales, subsiste la prisión como pena por lo que debemos ver hacia otras mo-dalidades de pena, como los tratamientos en libertad; de libertad limitada y trabajo a favor de la comunidad, que ya existen en el texto legal, pero que los jueces, guiados por la inveterada costumbre, se resiste aplicar. También deberíamos ver otras alternativas a la crisis carcelaria, como podría ser, con-cesionar a particulares la administración de prisiones para delincuentes de mediana o baja peligrosidad.

Dice Octavio Alberto Orellana Wiarco que «si algo teme el ciudadano es al poder punitivo del Estado»7. Hoy, tal parece que esa conclusión ya fue supe-rada. En algunas entidades federativas del país, las del Norte de la República Mexicana sobre todo, existe una escalada impetuosa del crimen, que no solo no muestra respeto por el gobierno, sino que además, lo reta, lo provoca y se enfrenta al mismo de manera flagrante, con las consabidas desgracias que sufre la sociedad.

Para finalizar, quiero citar al querido Maestro Eduardo García Máynez, quien expresa: «Un orden jurídico concreto solo es valioso cuando resulta instrumento eficaz de realización de los desiderata que le dan sentido»8. Lo anterior significa que solo a través del Derecho, podremos sacar adelante esta crisis institucional, tanto del sistema carcelario como del sistema de justicia penal en sí. Luego entonces, refugiémonos en el Derecho para corregir lo que haya que corregir, dentro del Estado Mexicano.

6 Revista Mexicana de Ciencias Penales; Estudios Penales en Homenaje al Dr. Alfonso Quiroz Cuarón. Inacipe. Año iii, Número 3, Julio 1979 - Junio 1980. pp. 139-140.

7 Orellana Wiarco, Octavio Alberto; Teoría del Delito. Editorial Porrúa. 5ª Edición. p. 74.

8 García Máynez, Eduardo; TFilosofía del Derecho. Editorial Porrúa. 3ª Edición. p. 481.

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Referencias

Carbonell, Miguel. Los Juicios Orales En Mexico. Editorial Porrúa. Cuarta Edición.

Castellanos Tena, Fernando. Lineamientos Elementales De Derecho Penal. Editorial Porrúa.

Decimoséptima Edición.

Cortez Ibarra, Miguel Ángel. Derecho Penal. Cárdenas Editor y Distribuidor. Cuarta Edición.

Díaz de León, Marco Antonio. Diccionario De Derecho Procesal Penal. 2 Tomos. Editorial Porrúa.

Primera Edición.

García Máynez, Eduardo. Filosofia Del Derecho. Editorial Porrúa. Tercera Edición.

García Ramírez, Sergio. La Prision. Fondo de Cultura Económica. Primera Edición.

Inacipe. Revista Mexicana De Ciencias Penales. Estudios Penales en Homenaje al Dr. Alfonso

Quiroz Cuarón. Numero 3. Año III, Julio 1979-Junio 1980.

Orellana Wiarco, Octavio Alberto. Teoria Del Delito. Editorial Porrúa. Quinta Edición.

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Jesús Meza CabreraLicenciado en Ciencias de la Comunicación.Máster en Administración con especialidad en Mercadotecnia, Coordinador del programa de Licenciatura en Mercadotecnia del Instituto de Estudios Superiores de Tamaulipas, ac.

El emprendedurismo social ha demostrado su capacidad de encontrar solu-ciones a problemáticas humanas en formas diversas, a través de, principal-mente, la voluntad y la filantropía. Organizaciones en todo el mundo se han estructurado y fortalecido de tal forma que el concepto de empresa social pareciera ser exclusivo del denominado Tercer Sector, o al menos así ha sido planteado por diferentes autores. Sin embargo, en el contexto de la formación de empresas, este modelo es igualmente efectivo si se contemplan los ajustes correspondientes, y se toma como bandera el bienestar de segmentos pobla-ciones, dejando a un lado el asistencialismo y el paternalismo, y manteniendo como eje estratégico el crecimiento comercial y financiero. La Universidad, a través de sus programas del área de negocios, enfocados a la formación de directivos de empresas y emprendedores, podría encontrar en este modelo, por un lado, la oportunidad de consolidar su influencia y compromiso con el entorno inmediato, principalmente, en comunidades con carencias significa-tivas; y por otro, consolidar la formación y concientización del universitario respecto su responsabilidad social. En este trabajo se analizan las diferentes posturas respecto al modelo de empresa social, así como el nivel de partici-pación de la Universidad en el desarrollo y difusión de éste en la comunidad universitaria.

Palabras clave: responsabilidad social, entrepreneurship, social innovation, desarrollo social, empresas sociales.

Modelo de empresas sociales: Una oportunidad para la Universidad de colaborar en la disminución de la brecha de desigualdad social

Resumen

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De acuerdo a la información proporcionada por la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (2011), actualmente una de cada siete personas padece de hambre en alguna parte del mundo1. Los estudios realizados por diferentes organizaciones internacionales indican que, por causas muy variadas, esta situación es una consecuencia directa relacionada con las pocas oportunidades que tienen diferentes grupos socia-les, de involucrarse en alguno de los procesos de obtención de recursos en la comunidad a la que pertenecen, principalmente, países en vías de desarrollo. Si bien las estadísticas muestran que en los últimos años el porcentaje de la población mundial viviendo en pobreza extrema ha disminuido, (del 42% en 1990 al 25% en el 2005) el pronóstico no deja de ser desalentador: tan sólo en México, y de acuerdo al informe «La medición de la pobreza 2010» elaborado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (coneval, 2010), la estimación de personas viviendo en condiciones de miseria es de 52 millones, 3.2 millones más que en 2008.

Desde diferentes ángulos, y con esfuerzos en diversas medidas, el ser hu-mano se ha vuelto corresponsable de encontrar soluciones a las condiciones de carencia (como la pobreza misma). De ahí que organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (onu) haya definido en el año 2000 objetivos que han dado origen a programas estratégicos de atención a lo que, a su juicio, son las líneas prioritarias para mejorar las condiciones de vida de la raza humana.

En diferentes escenarios se discute sobre lo que se debe -debemos- ha-cer: se invierten recursos de toda índole para resolver esta situación, desde la óptica de la filantropía hasta estrategias insertadas en la planeación cor-porativa, pasando, invariablemente, por acciones gubernamentales. Con lo anterior, se aprecia de manera implícita la existencia y puesta en práctica de procesos y habilidades de emprendimiento, mismas que, sea cual fuere la perspectiva para el desarrollo de soluciones, han minimizado los efectos de la situación de carencia que afecta el bienestar social, y en el mejor de los casos, están haciendo andar al mundo (o buena parte de él) hacia el contexto del bien común. A esta vinculación entre el emprendimiento y la corresponsabi-lidad por mejorar el estado de bienestar social se le reconoce como Empren-durismo Social2, y en el contexto corporativo, como Responsabilidad Social Empresarial o Corporativa (rse/rsc).

Las instituciones académicas, como crisoles del entorno, han aportado visiones y opiniones sobre el tema, promoviendo, en la mayoría de los casos, el debate sensible sobre las circunstancias que han dado pie a semejantes condiciones humanas. A través de diferentes formatos y metodologías, con-centrados principalmente en el amplio concepto de emprendurismo, la Uni-versidad ha intentado generar un ideario profesional sobre aspectos del bien común y la responsabilidad social en los educandos, buscando con ello que la conciencia social detone acciones concretas de solución a diferentes es-quemas de ausencia del estado de bienestar, aplicables al entorno inmediato.

El presente ejercicio plantea la opción de la formación de empresas socia-les una como alternativa para confrontar los diferentes esquemas de carencia humana, relacionándolo con el ejercicio académico a nivel universitario y la inserción de este modelo en el programa académico. Como argumentación, se apoyará en evidencia integrada de la materia Empresario y Desarrollo So-cial, que se imparte en los programas académicos de las carreras de negocios de la División de Ciencias Económico Administrativas de una Universidad particular, miembro de la Federación de Instituciones Mexicanas Particula-res de Educación Superior, en donde, durante los últimos tres años, se han desarrollado cerca de 50 proyectos sostenibles del modelo indicado.

1 Informe Mundial sobre Desastres 2011: Hambre y malnutrición 2011; <http://www.ifrc.org/PageFiles/89755/307000-WDR-2011-FINAL-email-1.pdf>; 30 de noviembre de 2011

2 También se reconoce como Social Entrepreneurship..

Introducción

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3 De acuerdo a esa estimación, países como China e India serían corresponsables de esta situación. Tomado del sitio web el 30 de noviembre de 2011 <http://web.worldbank.org/WBSITE/EXTERNAL/BANCOMUNDIAL/NEWSSPANISH/0,,contentMDK:20550455~menuPK:1074643~pagePK:64257043~piPK:437376~theSitePK:1074568,00.html>

La pobreza es indignante. El hecho mismo de intentar llegar a un consen-so sobre su definición resulta compleja y desgastante, pues esta condición humana toma matices diversos de acuerdo al contexto desde el cual quiera abordarse.

Usualmente, la perspectiva de análisis de los millones de hombres y muje-res en situación de carencia proviene de la visión del desarrollo -en este caso, la carencia del mismo-, y de la (in)capacidad de ingreso para solventar las necesidades básicas. La situación, aunque parece disminuir3, no deja de ser preocupante: la estimación sobre el status de pobreza para el año 2015 es del 14.4% de la población global; para ese año, el Banco Mundial (2011) estima que el número de pobres será cercano a 883 millones. Pero, realmente, ¿el asunto se trata de disminuir el número? ¿O se trata de, en conjunto, desarrollar ac-ciones contundentes para la erradicación de este problema? La determina-ción de la cantidad de seres humanos que se encuentran en situación de ca-rencia depende del parámetro de clasificación que se use: para C.K. Prahalad (2002) la estimación es de 4 mil millones de personas que viven con menos de us$ 2.00 al día; para la onu, serían 1,400 millones los que se encontraban por debajo de la línea de pobreza extrema (menos de us$ 1.25 al día); de acuerdo al Banco Mundial, son 900 millones de personas quienes padecen pobreza alimentaria.

Yendo de lo moral a lo político, la pobreza es tópico de debate recurrente en múltiples y variados foros, y en términos generales, trata sobre quien nada tiene, tanto como de aquél que, a pesar de tener acceso a una fuente de in-greso, gana tan poco que le es insuficiente para subsistir.

Siendo un problema inherente a la evolución de la humanidad misma, hombres y mujeres de todas partes del mundo se han involucrado de manera comprometida en el desarrollo de soluciones parciales y locales (y en el mejor de los casos, regionales), en un intento de subsanar las condiciones de sobre-vivencia de cierta parte de una población.

Así, la labor humanitaria que esta situación demanda ha promovido la creación de diferentes organismos que, con recursos y objetivos específicos, se han involucrado en la búsqueda y desarrollo de soluciones apropiadas para cada problema social que provoca y/o proviene de la situación de pobreza.

Por un lado, instancias como la onu, el Fondo Monetario Internacional (fmi), y el Banco Interamericano para el Desarrollo (bid), destinan recursos humanos y financieros para elevar el estado de bienestar de millones de per-sonas, en colaboración directa con el gobierno de cada país que así lo requiere.

Por otra parte, organizaciones como la misma Cruz Roja, Rotary Internatio-nal y Caritas Internationalis, contribuyen desde su propio carisma a abordar los temas de esta gran problemática, poniendo en práctica sus talentos y ca-pacidades a través de una red de integrantes.

Un participante más en el desarrollo de soluciones son las denominadas organizaciones del tercer sector; grupos de la sociedad civil que, con más co-razón que recursos, disponen de su tiempo y entrega para involucrarse direc-tamente en el problema de carencia. La falta de una estructura de profesio-nalización y el alto nivel de rotación de sus integrantes no merma -o no lo hace tanto- en la voluntad de los miembros, ni en su capacidad de entrega a la solución de problemas de su grupo de interés.

El planteamiento anterior permite apreciar, a priori, dos situaciones sobre las condiciones de carencia humana: el movimiento global que se ha gene-rado para combatirla, en sus diversas versiones, permite vislumbrar, desde diferentes ópticas, la explosión en el ser humano de una creatividad com-prometida en la resolución parcial de la situación de carencia4, con el afán de mejorar la condición indignante de sus semejantes; y como consecuencia

1. Problemas y oportunidades

4 Ciertamente, es imposible hablar de soluciones integrales; de ahí el énfasis en hablar de soluciones parciales.

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5 Brooks (2007) lo referencia a al menos 200 años de antigüedad, al hablar de los procesos productivos

2. Entrepreneurship

de lo dicho, se concretizan proyectos por vía del desarrollo e integración de estructuras funcionales que, en su convocatoria, permite a muchos donarse ante una causa justa, tanto como lo puede ser la carencia del otro.

Mayoritariamente, las propuestas de solución de esta situación de carencia provienen de un esquema de voluntariado, que con cierto nivel de partici-pación del gobierno, pretenden mejorar la condición social de los grupos ne-cesitados, ya sea a través de una mejora del uso de recursos, optimización de procesos y adecuaciones de la política pública. Sin embargo, poco puede decirse de la participación del sector académico, quien a través de la gene-ración de estudios, de opiniones y validaciones sobre la situación, desarro-llo de modelos, discusiones propositivas e incluso esquemas de incubación o desarrolladora de proyectos, intenta encontrar razones y se convierte en un foro en donde exponer causas y consecuencias, pero carece de acciones contundentes.

Así pues, resulta primordial que el sector académico se vincule de manera más activa en su labor de promotor del cambio y el desarrollo social. Esta cir-cunstancia ha dado pie para la mejora y creación de metodologías educativas en las instituciones universitarias, quienes se aprecian hoy más comprometi-das en el aspecto social, sin dejar de lado las habilidades y fortalezas técnicas.

En un esfuerzo por marcar líneas específicas de trabajo que den sentido a los esfuerzos particulares de las instituciones académicas (y en relación di-recta con los trabajos para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio establecidos en el año 2000), la onu ha generado organismos como la Uni-versidad de las Naciones Unidas y la Global University Network for Innovation (guni), que, a través de sus respectivos programas y alcances, establecen condiciones para la participación y generación de modelos de investigación que permitan, entre otros aspectos, promover la igualdad social y el desarro-llo, teniendo como fin último la generación de propuestas específicas que se llegan a convertir en políticas públicas.

Típicamente generadora de profesionales en las diferentes áreas del de-sarrollo, la Universidad ha ido incluyendo en sus programas académicos los tópicos que, más allá de la ética, permitan que tanto educadores como edu-candos perciban las necesidades y oportunidades que se plantean desde los esquemas de pobreza. Como consecuencia de ello, han venido a cuenta con-ceptos como responsabilidad e innovación social, entre otros. Sin embargo, la vinculación real entre los esquemas empresariales y la solución a ciertos aspectos de pobreza aun son un área con lento desarrollo.

El factor entrepreneurship (emprendurismo o emprendedurismo) es de al-guna manera tópico de reciente integración en los planes de estudio de las universidades. Si bien el concepto no es nuevo5, una de las primeras referen-cias formales en México es el «Programa Empresario» generado dentro del Sistema Tecnológico de Monterrey a finales de la década de los 80 en el siglo pasado. Sánchez (2008) referencia a este programa como un esfuerzo inicial del sistema universitario mencionado por promover el espíritu de vanguardia entre empresarios y profesores. Con el paso de los años, este pro-grama se incluyó en los planes de estudio de los programas de licenciatura y ha permanecido ahí hasta la fecha.

«The inventor produces ideas, the entrepreneur ‘gets things done’…»

—Joseph Schumpeter (1947)

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6 En todo su artículo, Barrera hace referencias a versiones de Responsabilidad Social en el sector comercial tradicional, así como a las organizaciones sociales vinculadas con problemáticas de grupos específicos.

Al día de hoy, programas similares como Genera (Universidad Anáhuac) o el Programa de Emprendedores (Universidad Nacional Autónoma de Mé-xico), promueven el desarrollo de habilidades técnicas y profesionales para la conformación de empresas, en paralelo al plan de estudios de nivel licencia-tura. No es sino hasta después de la primera mitad del siglo xx que comienza a establecerse una vinculación entre los intereses del emprendedor y su po-tencial compromiso social.

Si dimensionar los esfuerzos del emprendurismo en un contexto de soluciones para problemáticas humanas, sin caer en la filantropía o el voluntariado, es complicado, aun más lo es el incorporar el modelo de empresa social en una dimensión ajena al aspecto meramente comercial.

En un marco clásico de referencia, se ha considerado a Muhammad Yunus como ejemplo y promotor por excelencia de la formación de empresas socia-les a nivel mundial, debido mayormente a los lineamientos sobre los cuales ha construido las diferentes versiones del Grameen Bank, y cuyo origen se puede remontar a las aulas de la Universidad de Chittagong, en donde era catedrático. Barrera (2007), discurre sobre las dimensiones posibles de las empresas sociales, y aporta elementos para la construcción de una definición del modelo de empresa social, siendo ésta aquella que «implementa un mo-delo de negocio que permite a sus clientes ubicados en la base de la pirámide capturar la mayor parte de los flujos económicos residuales de la empresa.»6 Aun y cuando esta definición se aproxima a las injerencias de los modelos de empresas sociales, el concepto «residuales» es el que no cumple a cabalidad con el esquema planteado en este trabajo, y se asemeja a un esquema de filan-tropía corporativa.

Sanchís y Melián (2009) son más precisos en enfatizar que lo que parti-culariza a la empresa social, es «que el fin social está por encima de los fines comerciales o financieros, mientras que en el resto de empresas, son una con-secuencia o un efecto secundario y no el fin prioritario». Aun más, clarifican que lo que diferencia al empresario social del resto de empresarios «no es su capacidad para conseguir fines sociales, si no que éstos son su propósito primordial.»

Como consecuencia de su filosofía y quehacer empresarial en pos del bien-estar social, Yunus (2006) realiza una clasificación de los empresarios sociales en dos tipos: aquellos que están basados en el mercado, y los no basados en el mercado, determinando como principal diferencia «en si existe o no el ánimo de lucro; de manera que las empresas sociales no basadas en el mercado son aquellas que persiguen fines sociales sin obtención de lucro o beneficios em-presariales, y las empresas sociales basadas en el mercado son aquellas que persiguen fines sociales a la vez que buscan beneficios empresariales.»

Bornstein (2004) intenta cerrar la brecha en la comprensión del modelo y ejercicio de la empresa social al enfocarse en las personas que generan dichas empresas, destacando su empeño, enfoque y el efecto resultante de su gestión empresarial. El autor hace mención de seis cualidades que dichas personas tienen:

3. La empresa social

a. disposición para corregir el punto de vista propiob. disposición para compartir los méritosc. disposición para deslindarse de las estructuras dominantesd. disposición para atravesar fronteras disciplinarese. disposición para trabajar tranquilamentef. un fuerte impulso ético

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7 Se enfoca principalmente hacia esquemas semi-profesionales de producción, como talleres artesanales.

8 El modelo de apoyo, sin embargo, no deja de ser complementario al programa de estudios, y sólo los estudiantes con algún proyecto estructurado y/o en marcha tienen acceso a él.

8 «La innovación es el instrumento específico de la iniciativa empresarial. El acto que dota de recursos con una nueva capacidad para crear riqueza». Traducción libre del autor

Ciertamente, si no se circunscribieran a las particularidades de un empre-sario social, bien estas características podrían adjudicarse un emprendedor altamente motivado.

En México, y de acuerdo al Fondo Nacional de Apoyo para las Empresas en Solidaridad (fonaes, 2010), el esquema de empresas sociales pueden referen-ciarse a la formación de ejidos ya que «es considerado parte del sector social por la Constitución, una forma de organización para la producción coopera-tiva de bienes»7. Aun y cuando a través de este organismo gubernamental se ha apoyado la creación de más de 17 mil empresas sociales y se han generado más de 100 mil empleos, el esquema de apoyo sigue acercándose al cooperati-vismo clásico de principios del siglo pasado.

Igualmente en el siglo pasado, pero a principios de los 80, el modelo de empresa social encuentra en Bill Drayton otro de sus grandes defensores, que a través de la organización ashok a identifica y apoya el desarrollo de pro-yectos de empresas sociales en todo el mundo. Esta organización, que cumple ya 25 años en nuestro país, ha empujado esta iniciativa principalmente por medio de un trabajo conjunto con algunas universidades de nuestro país, e incluye a otras entidades que, ya sea por medio de apoyo técnico, intelectual o financiero, mejoran la estructura de los proyectos de los universitarios.8

Las instituciones privadas también han puesto la mira en este formato de desarrollo, producción y generación de empleo, y ejemplo de ello es el Banco Santander, que, a través del «Premio Santander para la Innovación Empresa-rial», ha destinado recursos financieros para capitalizar proyectos que, como en el caso de ashok a, se centran en mejorar las oportunidades de la pobla-ción menos favorecida. En este sentido, vale la aclaración de que este rubro en particular fue incluido en la convocatoria en el año 2008, siendo que el premio existe desde el 2004.

Con todo este planteamiento, se puede apreciar que existen soluciones reales y efectivas que pueden contextualizarse en el modelo de empresa; sin embargo, ninguna de ellas -o acaso una, con Yunus, si se le da el beneficio de haber sido catedrático- se vinculan directamente con el proceso de forma-ción técnica y/o profesional de todo universitario.

¿Será que no queda claro el esquema de operación de este modelo en los teóricos universitarios? ¿O que no se ha realizado la suficiente labor de di-fusión de los resultados del mismo? ¿O quizá también, que no se ha hecho una marcada diferenciación de, como lo indica Yunus, las empresas sociales basadas en el mercado y las que no?

4. Apreciación de la relación entrepreneurship y la Universidad

«Innovation is the specific instrument of entrepreneurship. The act that endows resources with a new capacity to create wealth.»9

—Peter F. Drucker

El esfuerzo por formar el espíritu empresarial en los jóvenes universitarios quizá haya atendido, por un lado, a la lógica de la oportunidad, y por el otro, al de la necesidad. En México, luego de las crisis económicas de los 80 y los 90, las opciones de crecimiento de empresas consolidadas se restringieron (y en algunos casos, se anularon), y con ello, desaparecieron significativamente fuentes de empleo.

De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (inegi), los puntos más bajos de la actividad económica consecuente del llamado «error de diciembre» de 1994, se sintieron en junio de 1995, tal y como lo podemos apreciar en el siguiente resumen gráfico:

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10 De acuerdo a los revisado el día 22 de diciembre de 2011. <http://www.objetivosdedesarrollodelmilenio.org.mx/cgi-win/ODM.exe/SHIODM001000200020,5>.

Respecto al indicador del empleo en la industria manufacturera, el nivel más bajo se alcanzó en marzo del año en cuestión, aún cuando la tendencia de los demás indicadores se hallaba apenas en caída libre; esta imagen hace referencia principalmente a los aspectos de la columna de la izquierda, que ciertamente, están en su valor histórico más bajo, entre enero de 1980 y no-viembre de 2011.

Siendo que el sector manufacturero se encontraba plenamente contraído, pareciera que la apuesta por el desarrollo del espíritu empresarial fue la co-rrecta. Durante los tres sexenios siguientes a las condiciones económicas de 1994 se desarrollaron planes de apoyo, impulso y recuperación del sector empresarial, enfatizándose hacia finales del gobierno de Vicente Fox y con-solidándose con el de Felipe Calderón. De acuerdo con la onu, a través del Sis-tema de Información de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (2011), en esos periodos, los indicadores mostraban que en 1995, el porcentaje de la población con empleo formal era del 54%; para el 2000, el porcentaje era de 56.3%; y para el 2005 fue de 55.8%.10

Un tanto como consecuencia de estos programas, el desarrollo del sector empresarial a nivel nacional fue mostrando mejores números con el pasar de los años: para 1998, el inegi registró un total de 1’828,921 unidades económi-cas en todo el país; en el Censo Económico de 1999, este mismo organismo reportó la existencia de 2.8 millones de unidades mencionadas, de las cuales 96% eran pymes; para el 2011, la Secretaría de Economía indica la existencia de 4.3 millones, de las cuales 95.5% son microempresas y 3% son pequeñas. Así las cosas, el total de plazas laborales generadas por el sector mipyme re-presentó para el 2011 el 55 por ciento del total de empleos a nivel nacional.

Si bien los índices de mejora en el desarrollo económico nacional pueden apreciarse en lo macro, es en lo micro donde los beneficios no llegan con la ve-locidad requerida. De aquí la importancia de que las Universidades continúen promoviendo la formación de los estudiantes, sobre todo de aquellos que cur-san programas del área de negocios, enfatizando la técnica y habilidades de emprendurismo.

5. Entrepreneurship social y desarrollo

En lo general, durante los últimos años se ha acelerado la concientización de las organizaciones sobre el efecto de su desempeño comercial en el entorno al que pertenecen, ocupándose en minimizar los posibles efectos adversos en áreas como la ecología y el desenvolvimiento laboral adecuado. Si bien la natural orientación hacia la obtención de resultados financieros es la nor-ma, esta «nueva» perspectiva organizacional ha promovido el desarrollo de una subcultura empresarial que, aparejada al factor monetario, promueve el

Recesión Recuperación

Gráfico 1. Indicadores económicos de México, Junio de 1995. Fuente: INEGI, Tablero de indicadores cíclicos, Reloj de los ciclos económicos de México; <http://www.inegi.org.mx/sistemas/reloj_cicloseco/Tablero.aspx>; 22 de diciembre de 2011.

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11 Menciona en su artículo el libro NO LOGO (2000) de Naomi Klein; adicionalmente es recomendable: Werner & Weis; El Libro Negro De Las Marcas; 2003.

12 El libro fue escrito por Bower, H., y editado por Harper & Brothers

13 Encíclica Sollicitudo Rei Socialis, SS Juan Pablo II, al cumplirse el vigésimo aniversario de la Populorom Progressio.

crecimiento justo de los diferentes grupos con quienes tiene algún tipo de relación, sea comercial o social.

Nominaciones como «socialmente responsable» o «responsabilidad social corporativa» se han vuelto adjetivos de uso común al referirse a empresas que, dentro de su planeación estratégica, incluyen programas que promueven cierta mejora de algunos grupos de interés con quienes se interrelaciona.

Maram (2011) identifica que el tema de la responsabilidad social, si bien no es nuevo, toma relevancia hacia el final de los años 80 y con mayor fuerza en los 90.11 Incluso Koontz y Weihrich (1998) indican que una de las primeras referencias sobre el tema se realiza en el libro Social Responsabilities of the Bu-sinessman, publicado en 1953.12 Es a partir de entonces que el tema comienza a incluirse en los textos académicos, y como consecuencia, a comentarse en las aulas.

Sin embargo, la discusión sobre el tema no se circunscribe al ámbito aca-démico. En su momento, la Iglesia ha manifestado su opinión sobre la co-rresponsabilidad en la soluciones a la carencia de bienestar, como se puede apreciar en el siguiente texto de SS Juan Pablo II (1987):

«El verdadero desarrollo no puede consistir en una mera acumulación de riquezas o en la mayor disponibilidad de los bienes y de los servicios, si esto se obtiene a costa del subdesarrollo de muchos, y sin la debida consideración por la dimensión social, cultural y espiritual del ser humano (…) el subdesarrollo de nuestros días no es sólo económico, sino también cultural, político y sim-plemente humano, como ya indicaba hace veinte años la Encíclica Populorum Progressio. Por consiguiente, es menester preguntarse si la triste realidad de hoy no sea, al menos en parte, el resultado de una concepción demasiado li-mitada, es decir, prevalentemente económica, del desarrollo. (…) El verdadero desarrollo, según las exigencias propias del ser humano, hombre o mujer, niño, adulto o anciano, implica sobre todo por parte de cuantos intervienen activamente en ese proceso y son sus responsables, una viva conciencia del valor de los derechos de todos y de cada uno, así como de la necesidad de res-petar el derecho de cada uno a la utilización plena de los beneficios ofrecidos por la ciencia y la técnica.»13

«Entrepreneurship es una actitud positiva hacia la gestación de negocios, constituyendo una tecnología que se puede aprender, rompiendo así con el

Tales argumentos permiten realizar la reflexión sobre las propias respon-sabilidades para con el otro, si bien en el máximo contexto de responsabilidad humana, en el ejercicio de las habilidades técnicas, fruto de la asimilación del conocimiento y el perfeccionamiento de los talentos personales, como en la estructuración de modelos de organización que, en los mismos parámetros, se integran en maquinarias de riqueza de formato variable.

Así, y desde una perspectiva amplia, se podría comprender cómo las es-tructuras de desarrollo económico han favorecido el crecimiento de las na-ciones, quienes a través del aprovechamiento de los recursos disponibles, han generado tal riqueza que les permite competir en el mercado global con más o menos fortaleza. Sin embargo, a pesar del desarrollo de la ciencia y la téc-nica, el factor humano es -y seguirá siendo- determinante en todo modelo de producción.

En el ámbito del entrepreneurship social se apela a la rehumanización de las organizaciones, haciendo hincapié en la corresponsabilidad de desarrollo mutuo. Vigorena (2011) hace una reflexión afortunada sobre el concepto al indicar que:

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paradigma clásico de que se «nace bueno para los negocios» (…) El Entrepre-neur se constituye en el responsable del cambio en la sociedad pos industrial en que vivimos, generando nuevos empleos, gestando nuevas tecnologías que deberán hacer nuestra vida más fácil (…) Pero por sobretodo ser entrepreneur, constituye una nueva actitud de positivismo que requerimos los latinos para enfrentar las grandes oportunidades que nos ofrece el mercado.»14

14 Aunque el comentario va sobre el concepto general de entrepreneur, lo argumentado es consistente con el perfil del empresario social

15 Global University Network for Innovation. Esta organización es de libre afiliación, está vinculada a la ONU e incluye a más de 100 integrantes alrededor de mundo.

En el nivel universitario, es más común encontrar referencias sobre el em-prendurismo comercial que la derivación social. Es sólo hasta los primeros años de este nuevo siglo que la temática se incorpora en algunas institucio-nes, pero no a nivel licenciatura, sino como grados de maestría o incluso en especializaciones o diplomados.

En el grupo de universidades a la que pertenece la institución en cuestión, se incorpora, para los planes 2006, la materia Empresario y Desarrollo Social, cuyos objetivos son:

5.1 La labor de la Universidad en el quehacer social

«En la sociedad actual, cada vez más compleja, globalizada, tecnifi-cada y estratificada, la educación superior debe contribuir a la cons-trucción de un futuro y presente más justos y sostenibles, basados en la igualdad social, la libertad, la equidad, la solidaridad y la paz.»15

—Guni

Durante el desarrollo de la materia, se abordan tópicos como pobreza, el desarrollo rural de México, financiamiento y desarrollo y responsabilidad so-cial. En el agosto de 2008, fue la primera vez que se impartió en la universidad en cuestión, y a partir de enero de 2009, la materia indicada enfoca su meto-dología hacia el desarrollo de planes de negocio de empresas sociales. Al mo-mento de escribir este documento, no se encontraron referencias de otra ins-titución que incorporase la temática del entrepreneurship social o de empresas sociales como materia, ni que desarrollase planes de negocio afines al modelo de empresa social como producto resultante de un proceso académico.

Durante el proceso de generación conceptual de la empresa, los alumnos reciben las facilidades para, por un lado, comprender las implicaciones de un plan de negocios, y por otro, para tomar conciencia y sumergirse en las necesidades particulares de su contexto inmediato. Es decir, se aplican las metodologías académicas clásicas del área de negocios (investigación de mercados, estudios financieros), y además, un profundo análisis de las ne-cesidades del entorno, para que, en todo sentido, se beneficie a la población más cercana, mejorando su condición de vida por medio de los esquemas de desarrollo ganar-ganar.

Durante el periodo indicado, los estudiantes han generado soluciones via-bles y sostenibles para problemáticas fundamentales del entorno inmediato de la Universidad, tales como educación, empleo, salud, medio ambiente y derechos humanos, áreas críticas que son incluidas en los Objetivos para el

1. Analizar el impacto de los empresarios en el desarrollo de una sociedad2. Reconocer los principales problemas del desarrollo, la competitividad

del país y los factores culturales que contribuyen a mejorar la situación nacional

3. Apreciar la trascendencia de la aplicación de valores éticos en el ejercicio empresarial

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15 16 Al menos en el contexto de lo explicado en este documento.

• Falta de continuidad, puesto que los alumnos, una vez concluido el ejer-cicio dentro de la asignatura indicada, no perseveran en el crecimiento de la empresa, y los profesores de asignaturas consecuentes no promue-ven el fortalecimiento del plan desarrollado

• Inaccesibilidad a recursos, principalmente financieros, que promueva la capitalización para el arranque de la empresa; a pesar de que hay opcio-nes para contar con él (ya se mencionaron algunas con anterioridad), la poca claridad de cómo llegar a ellos genera desinterés en los emprende-dores sociales.

El efecto potencial de soluciones desarrolladas en las propuestas de nego-cios sociales es de destacarse, aun y cuando lo estimado se quede en el papel mismo. Los riesgos implicados son los mismos de los de cualquier modelo de empresa tradicional, sin embargo, los beneficios podrían trascender a la organización misma, provocando invariablemente la mejora en el estado de bienestar de la comunidad.

Dado que los recursos académicos y docentes se encuentran ya dispuestos para el proceso de enseñanza aprendizaje en la Universidad, la apuesta por el desarrollo de modelos de empresas sociales implicaría un ajuste en el enfoque de implementación. Puede asumirse pues, que bastaría que la institución defi-niese los objetivos y alcances de esta dinámica para, con base en ello, estruc-turar una metodología eficiente y congruente con los alcances determinados.

Con base en lo anterior, bien cabe plantear la hipótesis sobre la factibilidad de poner en marcha las empresas sociales bosquejadas en los planes de nego-cio mencionados, una vez que se abran los canales ideales para conseguir los apoyos (tanto internos como externos), con el ideal de establecer un esquema de trabajo continuo que trascienda el periodo en el que se escribió el plan.

Partiendo de la idea de que toda empresa es un actor social, este modelo de empresa hace suya la corresponsabilidad de mejorar las condiciones de cierto sector -o sectores- en una dinámica de integración, en un marco de mutuo beneficio.

Si por definición16, por un lado, las empresas de formato tradicional en-cuentran en su entorno oportunidades de crecer, y por otro, las universida-des, a través de su metodología docente, infunden en sus estudiantes la in-quietud por ser generadores de empleo, al parecer sólo basta dimensionar el aspecto de corresponsabilidad para provocar la sinergia necesaria.

Es incuestionable la valiosa participación y apoyo de las organizaciones no gubernamentales y civiles, a las instituciones de educación superior, en el proceso de formación de empresas sociales, sin embargo, la Universidad misma deberá establecer condiciones para que esta información permee ha-cia todo el estudiantado, y no se restrinja sólo a aquellos que tienen ya algo medianamente estructurado.

Entonces, con todo lo anterior, pareciera que la premisa respecto a la opor-tunidad real de mejorar las condiciones de vida de la población en situación de carencia, de por medio de la implementación de empresas sociales, con las particularidades contempladas en este ejercicio, se incrementaría en propor-

6. Conclusiones

Milenio, y han sido validadas por catedráticos del Instituto y empresarios de la localidad.

Si bien el volumen de planes de negocio se incrementa semestre tras se-mestre, de los cerca de 50 modelos de empresa social que se han desarrollado, sólo una pequeña parte ha pasado a una etapa posterior a la conceptual. Esto ha obedecido principalmente a los siguientes factores:

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ción directa a la estructuración de métodos factibles de desarrollo de habili-dades y talentos clave en los universitarios.

El presente ejercicio de aproximación al tema pretende clarificar la nece-sidad de incluir el modelo de empresa social en los programas de estudio del área de negocios, planteándolo como una valiosa oportunidad para consoli-dar la formación de los estudiantes universitarios. A lo largo del contenido, se presentaron argumentos que indican que la propuesta es viable, a pesar de las barreras naturales del contexto académico.

Como ejercicio posterior, habría de dar seguimiento al esfuerzo de conti-nuidad que los profesores de los programas de estudio realicen a los planes desarrollados, en el afán de consolidar la metodología propuesta.

Pareciera pues, que todo queda en la sublime intención de quererlo hacer.

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Pharus academiæ

La adaptación organizativa de las instituciones de educación superior para el manejo del currículum flexible

1. Introducción

En el presente ensayo, tenemos el propósito de proporcionar in-formación que permita a instituciones de educación superior, (ies), transitar con la mayor armonía posible hacia la flexibilidad curricular a la que se tien-de en estos días. No es fácil mover a toda una institución, incluyendo todas las áreas que la integran, la normatividad, las costumbres, etc., para que todo cambie. Sin embargo, la globalización y la manera en que se mueve el mundo en la actualidad, demandan respuestas y adecuaciones rápidas por parte de las ies, y como resultado, a veces, surgen fricciones al intentar implementar cambios en el aspecto académico, sin cambios correspondientes en el resto de la institución.

Buscamos relacionar los saberes de la educación con los del mundo de las organizaciones, haciendo una recopilación de información y conceptos sobre la flexibilidad curricular, relacionando ésta con una teoría organizativa que facilitaría su operación en las instituciones de educación superior.

Iniciamos con el tema central «Flexibilidad Curricular», su noción y defi-niciones, impacto en la educación, objetivos, formas, características e impli-caciones. Posteriormente analizaremos la situación de la organización de las ies, y proponemos la aplicación de la «Teoría del Equilibrio» para adecuar la organización de la institución al uso y aplicación de la flexibilidad curricular, «flexibilizando» distintos aspectos de su esquema organizativo.

Eduardo Meléndez SalgadoCandidato a Doctor en Liderazgo y Dirección de Instituciones de Educación Superior. Maestro en Desarrollo Organizacional y Licenciado en Contaduría. Es Director de la División de Cien-cias Económico Administrativas del Instituto de Estudios Superiores de Tamaulipas. Red de Universidades Anáhuac.

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2. Flexibilidad curricular.

2.1 ¿Por qué la flexibilidad curricular?

Después de escuchar en distintos foros la discusión sobre el tema de la flexibilidad curricular, vale la pena cuestio-narse: ¿Por qué flexibilidad curricular? Para responder a esta interrogante se presenta a continuación una síntesis de lo que diversos autores han afirmado en los últimos años sobre el particular.

Vessuri (1996) señaló que ante los importantes y diver-sos cambios experimentados en las sociedades latinoame-ricanas en el pasado, la universidad, tanto en su figura ins-titucional como en su actividad académica, docente y de investigación, enfrenta diversos desafíos de adecuación.

Agregó que la multiplicación de clientelas, la compe-tencia de otras instancias de saber y formación, la pre-sión de la lógica comercial y empresarial, las demandas de mayor transparencia pública, el aumento del ritmo y del costo de la renovación de conocimientos, son algunos de los temas que se agregan a otros viejos y conocidos asuntos pendientes de resolución. Así, las nuevas «pre-siones» o demandas de la sociedad actual sobre la edu-cación superior, llevan a cuestionar la adecuación de las instituciones, particularmente de las universidades que han tenido y tienen peso tan grande en el sector, señalán-doseles inadecuaciones en el nivel y el tipo de formación; la vinculación de los programas de estudio a los proble-mas de la sociedad. los temas de investigación y una si-tuación de aislamiento que amenaza con crear «torres de marfil».

Por su parte, Barajas y Fernández (2006) afirmaron que nuevas políticas de planeación y organización acadé-mica, originan cambios importantes en el diseño curri-cular para la formación profesional, con el propósito de formar profesionales e investigadores con creatividad y capacidad para plantear y resolver problemas de acuerdo con las nuevas tendencias sociales y educativas. Esos cambios, afirman, se enfocan hoy en día en la flexibili-dad, que se ha introducido de forma desigual y paulatina en las instituciones de educación superior, cambiando la organización académico-administrativa y curricular de la formación académica en las diversas carreras. Esta si-tuación constituye para las ies un replanteamiento en su organización académica y administrativa, así como su impacto curricular. Para ello se requiere la intervención no sólo de directivos y profesores, sino también de alum-nos, además de tomar en cuenta la influencia del entorno político, social y cultural.

Se exige a la educación superior una mayor compe-netración, capacidad productiva y conversión laboral flexible, para que las ies puedan redefinir su quehacer profesional, tarea nada sencilla por cierto. Se requiere, siguiendo con Barajas y Fernández (2006) un aprendizaje continuo de formación general, ya que la flexibilidad cu-rricular debe asumirse como una estrategia fundamen-

tal en la formación profesional integral. De esta forma, la flexibilidad produce un profesional más flexible, con una actitud emprendedora hacia el trabajo y la producción, y fomenta la creatividad, el autoaprendizaje, el sentido de responsabilidad, el ejercicio interdisciplinario y la actua-lización permanente.

La flexibilidad es entonces, un concepto que se adopta no sólo en el diseño de planes y programas, sino en la or-ganización académica, en la administración, en el currí-culum, en los programas, en la práctica profesional, en las competencias y en el mercado laboral. Esto obliga a reflexionar en los cambios que demanda la formación profesional, mismos que dependerán de la naturaleza de las ies, así como de su propio contexto para responder a una nueva sociedad que demanda calidad, versatilidad, competitividad y multidisciplinariedad. Cabe señalar que la flexibilidad que demanda la sociedad no es igual ni constante para todas las instituciones, pues cada una adopta significados, interpretaciones y aplicaciones di-ferentes, de acuerdo a sus circunstancias, así como a su misión y filosofía institucional.

Para responder a los desafíos de la globalización, se necesita preparar a los profesionistas para desempeñar tareas que estarán en constante evolución. La amplia-ción de los mercados más allá de las fronteras, hace más problemático aún su trabajo. Por tal motivo, la educación debe encauzarse de manera que ayude a los egresados a realizar tareas para las cuales no fueron formados en su paso por la universidad, a mejorar su aptitud (y ac-titud) para trabajar en equipo, utilizando información de manera autónoma, con capacidad de improvisación y creatividad. En la actualidad el concepto de formación, e incluso, el perfil profesional del egresado han cambiado, debido a la globalización que exige que los profesionales sepan, lo mismo redefinir que volver a aprender, con-textualizando siempre, trabajando en equipos interdis-ciplinarios y multidisciplinarios, dentro de una compe-titividad constante. Por ello, son valores apreciados en esta era, la flexibilidad, la creatividad, la autonomía, la innovación, la rapidez de adaptación al cambio, el estu-dio permanente y el trabajo cooperativo.

Entre los señalamientos que ha hecho la unesco (1998) sobre los requisitos que deben cumplir los egresa-dos, se ha mencionado que deben ser flexibles y polifacé-ticos en capacidades genéricas, que engloben diferentes disciplinas, tener nociones en campos de conocimiento que constituyen la base de otras capacidades profesiona-les, por ejemplo, las nuevas tecnologías.

Por su parte, la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (anuies, 2000), incluyó en su publicación «Propuestas para el Desarrollo de la Educación Superior», el tema «Transformación del ses (Sistema de Educación Superior) hacia un Sistema Abierto», señalando que para hacer frente a los desafíos actuales, el ses deberá asumir con responsabilidad la tarea de transformarse profundamente y dejar de ser un

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Gráfica 1: Comparación entre algunas características de un sistema cerrado y uno abierto

También señala anuies que en la perspectiva de los cambios que el ses deberá enfrentar en las próximas décadas -el carácter cerrado de muchas de las instituciones que lo integran-, constituye uno de los aspectos clave a modificar, mencionando que se hace cada vez más visible que toda estrategia para fortalecer la educación superior mexicana deberá dar un lugar priori-tario a las estrategias de apertura institucional y fomento del intercambio y cooperación, entre las ies del país y con las del extranjero, para llegar a cons-tituir un auténtico sistema, en la forma de una red de redes académicas, que sustituya el actual archipiélago de instituciones isla. En el documento de este organismo se incluyó como meta para el año 2003 lo siguiente:

«[…]en el año 2003 todas las ies contarán con modelos institucionales novedosos que flexibilicen los esquemas de organización y administración institucional para la cooperación y el intercambio; asimismo, habrán impul-sado el establecimiento de innovaciones curriculares y la flexibilización de los planes y programas de estudio, para incrementar las posibilidades de mo-vilidad estudiantil interinstitucional.»

sistema principalmente conservador y cerrado, en ocasiones con formas de trabajo surgidas en contextos sociales superados y procesos técnicos obsoletos, y en el que cada institución que lo compone se orienta básica-mente hacia el interior de ella misma, desaprovechando las posibilidades de colaboración con las demás.

Agrega la anuies que el ses que habrá de surgir de la transforma-ción del sistema vigente «deberá ser un sistema abierto, de gran calidad, altamente innovador y dinámico, que responda a las nuevas formas de organización y trabajo, así como a los cambios del entorno científico, tec-nológico, económico y social. Las instituciones que la integran se orienta-rán hacia el conjunto del sistema y desarrollarán amplios programas de colaboración entre sí. Para ello constituirán redes estatales, regionales, nacionales e internacionales que les permitirán hacer un mejor uso de los recursos a su disposición y ofrecer servicios educativos innovadores, de gran calidad, cobertura y pertinencia.» En la publicación presenta la si-guiente gráfica para comparar las características de los sistemas abiertos y los sistemas cerrados.

Movilidad eIntercambio

PersonalAcadémico

Evaluación Infraestructura Información

Sistema Cerrado

Educación en una sola institución

(en una facultad o escuela)

Profesores«aislados» en su DES-Institución

AutoevaluaciónInstitucional

Énfasis en lainfraestructura «in situ» en las instituciones

Sistema deinformación de uso exclusivo

para la institución

Sistema Abierto

Educación endiferentes

instituciones nacionales y extranjeras

CuerposAcadémicos con

intensa colabora-ción con pares a nivel nacional

e internacional (intercambio de

profesores)

Evaluaciónexterna;

Acreditación

Operación delaboratorios e

infraestructura compartida

(Ejemplo: biblio-tecas virtuales)

Sistemas de información que permiten

comparabilidad en la consulta en-tre instituciones

Tomando en cuenta parte de lo dicho sobre el tema de la flexibilidad curri-cular en los últimos años, podríamos resumir acerca del por qué de la flexibi-lidad curricular, que ésta:

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Enero 2013, número 10

• Es una respuesta a la globalización y a las demandas de la sociedad en general y del mundo laboral y empresarial en particular.

• Promueve la interdisciplinariedad y el trabajo en equipo necesarios en nuestros tiempos.

• Facilita los intercambios.

• Académicas• Curriculares• Pedagógicas• Administrativas y de gestión

• Acuerdos de cooperación interinstitucional (nacional e internacional) mediante la implementación de convenios y de otras modalidades de in-tercambio.

• Desarrollo de políticas de intercambio profesoral y estudiantil.• Acuerdos sobre transferencias, homologaciones y convalidación de titu-

laciones.• Implementación de un sistema de créditos para fortalecer el intercam-

bio en los procesos de formación.• Incremento de las relaciones con el sector productivo y con sus agencias

o unidades de formación.• Reestructuración del sistema y ampliación y diversificación de la oferta

educativa y de los mecanismos de movilidad estudiantil.• Fomento de la investigación y creación de corporaciones mixtas para su

desarrollo.• Fomento de la educación continuada como medio flexible de vincula-

ción a los programas regulares de formación profesional.

¿Qué implica la flexibilidad curricular en la educación superior? Díaz Villa (2003) sostiene que la flexibilidad ha traído nuevos significados y produci-do nuevos límites dentro de las instituciones, tanto en la división del trabajo académico-administrativo, como en sus consecuentes relaciones sociales. También ha influido en la construcción de nuevas relaciones entre las institu-ciones y otros ámbitos o contextos. El impacto de la flexibilidad dentro de las instituciones, señala, puede observarse en transformaciones de las relaciones de sus categorías y prácticas:

2.2 Su impacto.

Afirma además que el impacto de la flexibilidad sobre las relaciones en-tre las instituciones y su «entorno» se expresa en diferentes realizaciones o manifestaciones ligadas a estrategias de innovación, apertura y proyección institucional de diferente orden, tales como:

¿Qué debemos entender por flexibilidad curricular?

Tratando de unificar criterios sobre la noción y definición del término, se pro-cede a un repaso por varios autores.

Para Díaz Villa (2003), la noción de flexibilidad curricular es una noción amplia que tiene diferentes significados. Se relaciona con una oferta diversa de cursos; con la aceptación de una diversidad de competencias, ritmos, esti-los, valores culturales, expectativas, intereses y demandas, que pueden favo-recer el desarrollo de los estudiantes; también puede significar la capacidad de los usuarios del proceso formativo para escoger el contenido, el momento

2.3 Noción y definiciones.

56

Pharus academiæ

y los escenarios de sus aprendizajes. Señala que la noción de flexibilidad cu-rricular está asociada a reformas de la educación superior en aspectos tales como la reorganización académica, el rediseño de programas académicos y de sus planes de estudio, la transformación de los modelos de formación tra-dicional, la redefinición del tiempo de formación y a una mayor asociación de la formación a las demandas del entorno laboral. La definición de flexibilidad curricular que asume, implica considerar:

• El análisis del currículum, esto es, de los conocimientos, experiencias y prácticas institucionales seleccionados, organizados y distribuidos en el tiempo para efectos de la formación y,

• Sus relaciones con todos los actores (académicos y administrativos) y otros componentes institucionales que directa o indirectamente están implicados en las prácticas de formación. En este sentido, la flexibilidad curricular genera otras formas de flexibilidad que se articulan con la or-ganización académica, administrativa y de gestión, y con las prácticas pedagógicas.

• Currículo abierto: el alumno puede elegir entre un amplio menú de cur-sos según sus intereses y posibilidades, construyendo un trayecto perso-nalizado.

• Diversificación de la oferta edutcativa mediante una renovación conti-nua de la estructura y/o contenidos del currículo, previniendo la obso-lescencia del mismo.

• Trayecto flexible en la formación del alumno: no existe seriación en los cursos ni límites temporales rígidos, sino acumulación por créditos.

• Combinación de determinado porcentaje o proporción de obligatorie-dad y opcionalidad entre los cursos curriculares, lo que permite que las instituciones definan sus «sellos curriculares» o introduzcan la lógica del área mayor o principal (major) y las áreas menores o secundarias (mi-nor), propia de los planes de estudio de diversas instituciones estadouni-denses.

• Revalidación de estudios con otras instituciones educativas, lo que per-mite una visión interdisciplinar en la formación y da apertura al tránsito interinstitucional del alumno, quien puede tomar cursos no sólo en su institución de origen, sino en otras, nacionales o internacionales.

Por su parte Lemke (1978) define la flexibilidad como el conjunto de mo-vimientos que tienden a iniciar el cambio educacional con el acto de apren-dizaje.

Magendzo (1991) se refiere a la flexibilidad curricular como la posibilidad que tiene el currículo de ser modificado y adaptado a las necesidades y rea-lidades de las localidades y de las escuelas, de suerte que respondan a los intereses, aspiraciones y condiciones de cada una de ellas.

Abraham Nazif (1996) define la flexibilidad curricular como la posibilidad de conceptualizar y relacionarse de manera dinámica y transformada con el conocimiento. Implica también incorporar los saberes cotidianos y reco-nocerlos como parte de la formación de los sujetos; dar legitimidad a estos saberes es reconocer especialmente a los alumnos como personas capaces de pensar, reflexionar, interpretar, sentir y relacionarse desde sus propias expe-riencias y conocimientos. La flexibilidad curricular tiene también como reto desbordar los límites de las disciplinas vinculándose con el estudio de la rea-lidad, asumiendo sus complejidades y contradicciones de tal manera que se relacionen de manera integrada, indagativa y crítica.

Frida Díaz Barriga (2005) identifica al menos las siguientes acepciones de currículo flexible:

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De acuerdo a Barajas y Fernández (2006), la f lexibilidad se refleja en la ade-cuada utilización y aplicación de un sistema de créditos que requiere de mu-cha organización y que permita que se cumplan lo siguientes objetivos:

• Amplio margen de libertad en la elección de contenidos y formas de enseñanza para el diseñador del currículo y para el enseñante, lo que implica una reducción sustancial o incluso la eliminación del currículo obligatorio o prescrito.

• Capacidad de los estudiantes para escoger, como personas responsables, el contenido y momento, entre un menú de cursos, para sus aprendiza-jes, desbordando los límites de sus disciplinas para relacionarse de ma-nera integrada, indagativa y crítica.

• Posibilidad de adaptar el currículo a necesidades y realidades de los es-tudiantes, las instituciones y las localidades, respondiendo a sus intere-ses y aspiraciones.

• Aceptación de una diversidad de competencias, ritmos, estilos, expec-tativas e intereses. Es decir, la existencia de un trayecto flexible, al no existir (o existir en menor proporción) seriación en los cursos ni límites temporales rígidos, sino acumulación por créditos.

• Combinación de opcionalidad y obligatoriedad entre los cursos curricu-lares, lo que permite que las ies definan sus «sellos curriculares», esta-bleciendo áreas de conocimiento principales y secundarias.

• Una docencia centrada en el aprendizaje.• Una formación interdisciplinaria, integral, que considere tanto el conte-

nido disciplinario como la parte valorativa que le permita al educando un alto dominio de su profesión y el abordaje de problemas éticos fun-damentales.

• Una relevancia social del contenido del currículo, considerando las nue-vas situaciones tanto en el campo del conocimiento como de la sociedad en general.

• Una formación polivalente para un ejercicio profesional más dinámico y ético, con mayor capacidad de innovación, adaptación y promoción del cambio.

• El conocimiento de los perfiles profesionales y estándares de formación de otros países con el objeto de mantener o alcanzar una mejor situa-ción de competitividad.

Resumiendo, la flexibilidad curricular es e implica:

2.4 Objetivos.

Así, un modelo curricular que incorpore flexibilidad, movilidad y excelen-cia académica deberá sustentarse en un sistema de créditos y no en uno de materias o de semestres, que incluya un grupo básico de asignaturas obliga-torias y asignaturas optativas necesarias para una formación determinada. Asimismo, deberá establecer curricularmente actividades formativas para el alumno, tales como prácticas profesionales, ayudantías en investigación o en docencia, servicio social y prácticas profesionales. Igualmente, promoverá la interdisciplinariedad mediante la formación del alumno incorporándose en distintos programas y en diferentes unidades y universidades.

Por su parte, Díaz Villa (2003) establece que el objetivo de la flexibilidad curricular es articular el desarrollo del conocimiento con la acción, como forma de consolidar en el curso de la formación una mayor interdependencia entre el saber y el saber-hacer. Esto implica la adecuación permanente de los

58

Pharus academiæ

nuevos conocimientos a los procesos de formación, al fomentar la capacidad de decisión del estudiante sobre la selección y combinación de contenidos y planes de trabajo, así como sobre las secuencias o rutinas y ritmos de su formación.

1. Apertura de los límites y, por consiguiente, de las relaciones entre los diferentes campos, áreas, o unidades de conocimiento o contenidos que configuran un currículum

2. El grado de apertura de la oferta de cursos y actividades académicas y de la diversificación de áreas de conocimiento y práctica, y está orientada a satisfacer las demandas e intereses de los usuarios (los estudiantes), así como a favorecer el acceso a la formación a cada vez más segmentos de la sociedad. Esta forma de flexibilidad es la más común y la que más se identifica con un currículum flexible.

Para Díaz Villa (2003), es importante distinguir, por lo menos, dos formas de flexibilidad curricular, las cuales están interrelacionadas:

2.5 Formas de flexibilidad curricular.

La primera forma de flexibilidad curricular se refiere al cambio en los patrones organizativos del conocimiento, Bajo esta forma de flexibilidad, la organización del contenido curricular se ha diversificado con el aporte de numerosos productos multidisciplinarios, interdisciplinarios y, sobre todo, transdisciplinarios que se apoyan fundamentalmente en enfoques centrados en el análisis de problemas y en su solución. En este caso, el currículum re-quiere un cambio organizativo que implica pasar del aprendizaje centrado en los imaginarios de las disciplinas a uno centrado en problemas.

La segunda forma de flexibilidad curricular que plantea Díaz Villa está asociada con el incremento de la oferta educativa, cada vez más amplia, flexi-ble, diversificada y diferenciada. La flexibilidad en este caso, permite:

• Más oportunidades para acceder a la formación profesional. Esto signi-fica eliminación -o por lo menos disminución- de las restricciones ins-titucionales para el acceso a los programas de formación.

• Mayor adecuación a las posibilidades de acceder a la formación.• Este aspecto tiene que ver con la diversificación de opciones de forma-

ción y de titulación.• Dar respuestas más rápidas a las necesidades formativas de los estu-

diantes. Esto significa la reducción de los tiempos de formación y, como consecuencia, la creación de salidas laterales que permitan dividir dicho proceso en etapas cortas, módulos, o ciclos, con el fin de facilitar al estu-diante la solución de sus necesidades laborales y fomentar, igualmente, sus intereses y propósitos vocacionales o profesionales.

• Ampliar la oferta de contenidos formativos que posibiliten a los estu-diantes una selección más adecuada a sus necesidades e intereses indi-viduales.

• Los estudiantes seleccionan la forma, el tiempo y lugar de su aprendizaje de acuerdo con sus intereses, necesidades y posibilidades.

Barajas y Fernández (2006) mencionan entre las características más notorias que conforman la formación flexible, las siguientes:

2.6 Características.

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• El surgimiento de nuevas formas de selección, organización y distribu-ción de los contenidos de formación.

• En la necesidad que tiene la educación superior de ofrecer programas con nuevas relevancias y usos sociales, culturales y científicos.

• En la necesidad de establecer una mayor interacción entre el conoci-miento y la sociedad y entre la ciencia y la tecnología.

• En el interés de fomentar y desarrollar una cultura de la interdisciplina-riedad.

• En la necesidad de reconceptualizar las relaciones entre la formación, la investigación y la proyección social, de tal forma que incidan en el ejerci-cio profesional de los futuros egresados.

• De manera importante, en la oportunidad que pueda brindarse a los educandos de realizar su formación en coherencia con sus intereses y necesidades.

Díaz Villa (2003) señala que una estructura curricular se entiende como el ordenamiento u organización y relación de los contenidos, las dinámicas y experiencias formativas seleccionadas, a partir de las cuales se desarrollan los planes de estudio de los programas académicos. Una estructura curri-cular establece los límites y controles, posibilidades y opciones del proceso formativo de los estudiantes. La estructura curricular de un programa o de los programas académicos de una institución es, en cierta forma, la colum-na vertebral de los procesos formativos, pues de ella depende la orientación hacia y la organización de los conocimientos y prácticas seleccionados que implica la formación.

Señala también que es importante comprender las implicaciones de esta-blecer límites cerrados y estructuras cerradas, como ocurre en el currículum tradicional organizado por asignaturas, frente a las posibilidades que ofrece la definición de relaciones abiertas y flexibles entre los elementos y conteni-dos constitutivos de una estructura curricular.

La producción de estructuras curriculares flexibles (reestructuración del currículum) en la educación superior, menciona, es un asunto crucial que se debe fundamentar en:

2.7 Implicaciones en su uso.

• Se apoya a los estudiantes con tutorías y diferentes medios o formas que favorezcan el aprendizaje autónomo

• Se les da la posibilidad de elegir entre diferentes opciones estratégicas que ofrezca la institución, con la posibilidad de negociar los propósitos y contenidos de formación, interviniendo así los mismos estudiantes en su formación y actualización permanentes, con la posibilidad de elegir entre diferentes rutas de formación

Como se mencionó anteriormente, en su publicación «La Transformación del ses hacia un Sistema Abierto», anuies (2000) establece que para hacer fren-te a los desafíos actuales, el ses (Sistema de Educación Superior) deberá asu-mir con responsabilidad la tarea de transformarse profundamente y dejar de ser un sistema principalmente conservador y cerrado. Deberá ser un sistema abierto, de gran calidad, altamente innovador y dinámico, que responda a las nuevas formas de organización y trabajo, así como a los cambios del entorno científico, tecnológico, económico y social.

3. La teoría del equilibrio y el currículum flexible.

3.1 ¿Están preparadas las ies para la flexibilidad?

60

Pharus academiæ

Para Leymonié y Hermida (2006), se debe transitar desde una fuerte seg-mentación formativa entre las carreras, y de criterios restrictivos de interpre-tación de equivalencias a un currículo flexible, lo que es, sin duda, un proceso complejo y gradual de incorporación de diferentes rasgos y elementos que habiliten a una mayor eficacia de los programas académicos. Asimismo es conveniente tener en cuenta que la flexibilidad curricular no es la solución a todos los problemas que pueda tener la Universidad y no implica menor rigor ni exigencia en la formación de los futuros profesionales.

Después de exponer la «Teoría del Equilibrio» se retomará la pregunta so-bre si están preparadas las ies para la flexibilidad curricular.

Variable Definición

Administración

Puede ser centralizada, tipo «mecánica» (con un alto grado de control y normatividad y toma de decisiones por parte de la autoridad organi-zacional) o descentralizada, tipo «orgánica» (bajo grado de control y normatividad y toma de decisiones en los distintos niveles jerárquicos de la organización).

Tecnología (tareas a desempeñar)

Puede ser rutinaria (repetitiva) o no rutinaria.

Recurso humano

Puede ser dependiente y hay que supervisarlo para decirle qué, cómo cuándo, dónde, etc., respecto a su trabajo; o independiente, y no hace falta supervisarlo estrechamente para que sepa qué, cómo, cuándo, dónde, etc., para que haga su trabajo.

Ahora bien, lo importante en este modelo es la forma en que se relacionan las variables para que haya un equilibrio. Esto quiere decir que ninguno de los extremos de las variables son buenos o malos en sí mismos, sino que son o no adecuados en determinadas circunstancias. Resulta más fácil entender la relación (y el equilibrio) mediante una gráfica:

Descentralizada Independiente

Centralizada

Dependiente

Repetitiva No repetitiva

Administración Recurso Humano

Tecnología

Patrick Williams (1991) diseñó un modelo contingente, conocido como «Teo-ría del Equilibrio» o «Efecto de Liga». Consiste en relacionar distintas varia-bles que se mueven dentro de un continuo, como se explica a continuación:

3.2 La teoría del equilibrio.

Gráfica 2: La Teoría del equilibrio

61

Enero 2013, número 10

La gráfica nos indica que para una tecnología o tarea repetitiva, es nece-saria una administración centralizada (supervisión estrecha y alta norma-tividad) y un recurso humano dependiente, como puede ser el caso de una línea de montaje en una empresa maquiladora. Así, se alcanza un equilibrio. Si imaginamos que la línea punteada en la gráfica es una liga, sería lógico suponer que si no combinamos así las variables, esa supuesta liga se podría romper.

En el otro extremo, para una tecnología o tarea a realizar no repetitiva, es necesaria una administración descentralizada (menor supervisión y norma-tividad) y un recurso humano independiente. En esta combinación, imagine-mos a un diseñador y programador de software.

El equilibrio, o bien la liga, se rompe cuando mezclamos los extremos, como podría ser el caso de un profesionista, posgraduado (recurso humano independiente), apretando tornillos en una línea de montaje (tarea repeti-tiva); o bien, una cajera de un banco (con tareas repetitivas), con poca super-visión (administración descentralizada).

Continuando con la descripción de la «Teoría del Equilibrio», podríamos incorporar lo que un conocido consultor empresarial regiomontano, Ernesto Buenrostro, propuso adicionar a la teoría: considerar una cuarta variable, el «ambiente». En un extremo (combinado con tecnología repetitiva, ad-ministración centralizada y recurso humano dependiente) tendríamos un ambiente estable, con muy pocos cambios. En el otro extremo (combinado con tecnología variable, administración descentralizada y recurso humano independiente) un ambiente turbulento, con cambios y nuevas demandas constantes. A esta nueva versión podríamos llamarle «Teoría del Equilibrio Enriquecida», misma que se expresa en la siguiente gráfica:

Descentralizada Independiente

Centralizada

Dependiente

Repetitiva

Estable

No repetitiva

Turbulento

Administración Recurso Humano

Tecnología

Ambiente

Gráfica 3: La Teoría del Equilibrio Enriquecida.

¿Cómo aplica esta teoría a las ies y la f lexibilidad curricular? A continuación se propone una analogía:

3.3 Propuesta de aplicación de la teoría.

62

Pharus academiæ

Variable Definición

Administración

Puede ser centralizada, tipo «mecánica» (alta seriación de materias, por semestres, estudiantes tomando cursos sólo de su carrera, etc.) o descen-tralizada, tipo «orgánica» (baja o nula seriación de materias, por créditos, estudiantes de distintas carreras en un curso, etc.)

Tecnología (tareas a desempeñar)

Puede ser rutinaria (los planes y programas permanecen constantes, con muy pocas modificaciones a lo largo del tiempo) o no rutinaria (los planes y programas son modificados y adaptados constantemente para adecuarlos a las necesidades de la sociedad y al avance del conocimiento.

Recurso humano

Puede ser dependiente (se resiste a eliminar seriación, maneja el mismo contenido, material y equipo didáctico desde hace muchos años, sólo convive con sus colegas de profesión, etc.); o independiente (abierto a nuevos esquemas, incluyendo la eliminación de seriación, el sistema de créditos, se actualiza constantemente en contenidos, material y equipo didáctico, trabaja con colegas de otras profesiones, etc.)

Ambiente

Puede ser estable (no cambian las demandas y requerimientos de la socie-dad, ni los gustos, preferencias y estilos de aprendizaje de los estudiantes; sin requerirse nuevas carreras, fronteras cerradas, etc.) o turbulento (Las demandas y requerimientos de la sociedad, así como los gustos, preferencias y estilos de aprendizaje de los estudiantes cambian constantemente; se requieren nuevas carreras, globalización, intercambios, etc.)

Retomando la pregunta: ¿Están preparadas las ies para la flexibilidad cu-rricular? Si nos ubicamos cerca del origen en la gráfica, es decir: administra-ción centralizada, con tareas repetitivas, ejecutada por personal dependiente y en un ambiente estable, la institución no estaría preparada para la flexibili-dad curricular. Estaríamos hablando de una rigidez curricular, caracterizada entre otras cosas por:

• Planes y programas que se mantienen sin cambio.• Alta seriación de materias que deben cursarse en un determinado

período. Inscripción semestral de los estudiantes.• Profesores con su clase muy bien preparada desde hace varios años.• Poca movilidad de los estudiantes dentro y fuera de la institución.• Poco intercambio de estudiantes de otros países.

• Planes y programas en constante cambio y actualización.• Muy poca o nula seriación de materias y sin que deban cursarse en un

determinado período. Los estudiantes se retiran y regresan en algunos períodos.

• Profesores con preparación y actualización constante de su clase.• Alta movilidad de los estudiantes dentro y fuera de la institución.• Mucho intercambio de estudiantes de otros países.

En cambio, si nos ubicamos en la parte más lejana al origen, es decir: admi-nistración descentralizada, con tareas no repetitivas, ejecutada por personal independiente, en un ambiente turbulento. Estaríamos hablando de una insti-tución lista para la flexibilidad curricular, caracterizada entre otras cosas por:

Ahora bien, ¿los directivos y profesores de una institución de educación superior están de acuerdo en eliminar o reducir seriación de materias? ¿Dis-puestos a cambiar a un sistema de créditos? ¿A ofrecer cursos para estu-diantes de diversas carreras? Si es así, la institución está caminando de una administración centralizada a una descentralizada.

En lo que corresponde a la tecnología, ¿se cambian y actualizan constante-mente los planes y programas, sus objetivos y experiencias de aprendizaje? Si la res-puesta es positiva, la institución está avanzando hacia la tecnología no repetitiva.

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• Planes flexibles con normatividad establecida originalmente para pla-nes rígidos.

• Planes flexibles sin la posibilidad de que el estudiante se inscriba a cur-sos donde conviva con estudiantes de otras carreras.

• Intercambio con instituciones extranjeras con flexibilidad curricular, sin que la propia institución la tenga.

• Posibilidad de seleccionar entre un menú de cursos, pero con alta seria-ción de materias.

• Flexibilidad curricular con leyes que no la contemplan.

• La flexibilidad curricular, más que una moda, es una respuesta de las ies a las necesidades y demandas de la sociedad.

• Difícilmente encontraremos una flexibilidad o una rigidez total en las ies.

• La flexibilidad ocurre en distinto grado e intensidad en cada institución, de acuerdo a las necesidades de los estudiantes, de la localidad y de la

• filosofía institucional y circunstancias particulares de cada institución.• Es necesario equilibrar las distintas variables relacionadas con la rigidez

o flexibilidad curricular.• El camino hacia la flexibilidad curricular puede y debe ser planeado y

estimulado.

Respecto al recurso humano de la institución, ¿los profesores y directivos están dispuestos a eliminar la seriación? ¿A actualizar constantemente el contenido, material y equipo didáctico? ¿A trabajar en proyectos con profe-sionales de otras disciplinas? Si las respuestas son afirmativas, se cuenta con un recurso humano encaminado a la independencia.

Finalmente, ¿las demandas y requerimientos de la sociedad, así como los gustos, preferencias y estilos de aprendizaje de los estudiantes cambian cons-tantemente? ¿Se requieren nuevas carreras? ¿En la globalización? ¿Hay inter-cambios? Si se responde positivamente, la institución se está desenvolviendo en un ambiente turbulento.

Si una institución de educación superior tiene una administración des-centralizada, su tecnología es no repetitiva, cuenta con el recurso humano independiente y se desenvuelve en un ambiente turbulento, no cabe duda que estamos hablando de una institución aplicando o lista para aplicar los con-ceptos de la flexibilidad curricular. Sin embargo, será difícil que una institu-ción se ubique en el lugar más lejano al origen en todas las variables.

De acuerdo a la teoría del equilibrio, estar en el extremo más cercano al origen de la gráfica no necesariamente es malo. Lo que se debe evitar es el desequilibrio o rompimiento de la liga, tratando de llevar armónicamente to-das las variables (administración, tecnología, recurso humano y ambiente) lejos del origen.

El desequilibrio o rompimiento de la liga se daría (seguramente está ocu-rriendo en muchas instituciones) en casos como los siguientes:

El reto entonces es equilibrar las distintas variables, alejándolas del ori-gen. Por supuesto no es una tarea sencilla, será necesario utilizar modelos y estrategias de cambio para llevar a la institución hacia la flexibilidad curricu-lar, sin perder el equilibrio.

4. conclusiones.

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Pharus academiæ

Referencias

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Conceptuales. Revista de la Facultad de Filosofía y Artes. Estudio Educación Superior. México.

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Pharus Academiæ

Trabajo de investigación

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Pharus academiæ

Emilio Lamadrid SánchezPeriodista, editorialista y ensayista, ha publicado una novela histórica Santa Anna de Tampico, saga de una familia y La Guerra del Señor Polk. Investigador en el iest, Consejero de la Crónica Municipal para el Municipio de Tampico.

1829 ¿Triunfadores? ¿Derrotados? (1.ª parte)

Resumen

Abstract

Este estudio busca obtener la más completa información acerca del in-tento de reconquista del antiguo virreinato de la Nueva España, maquinado por la corte española entre 1825 y 1829 y cuya acción final tuvo como escena-rio a Tampico de Tamaulipas entre los meses de agosto y septiembre, con un corto ejército de alrededor de 3.000 hombres comandandos por el brigadier don Isidro Barrada y Valdés. Se buscará información fehaciente y contempo-ránea de los antecedentes del hecho y su desenlace, pasando el proceso de organización, los involucrados, las órdenes y de quienes procedieron hasta finalizar los combates, el convenio final por el que Barrada se compromete a enviar a sus hombres de regreso a Cuba y se hace cargo de los gastos en que se incurra sus soldados, enfermos y sanos, durante el período que va de la firma del convenio en el Pueblo Viejo de Tampico, en Veracruz, hasta la salida del último de los soldados.Palabras clave: 1829, Barrada, Santa–Anna, Mier y Terán, Tampico de Tamaulipas, Pueblo Viejo de

Tampico, monarquía, reconquista

This paper seeks the complete information about the attempt for reconquest of the former Viceroyalty of the New Spain, plotted by the Spanish Court bet-ween 1825 and 1829, which last episode was staged in Tampico de Tamaulipas in the months of ausgust and September of 1829, with a little army of less than 3 thousand men under de command of brigadier don Isidro Barrada y Valdés. It will be looked for reliable, contemporary and indisputable evidence of the fact, and its denouement, trhough the organization process, those in-volved, the orders and those who signed them until de end of the battle, the final agreement by which Barrada promises to sendhis men back to Cuba and takes responsibility of the expenses incurred by his soldiers, sick and healthy, in the period between the signing of the agreement in the Pueblo Viejo de Veracruz, and the last sodier’s departure.Key words: 1829, Barrada, Santa–Anna, Mier y Terán, Tampico de Tamaulipas, Pueblo Viejo de Tam-

pico, monarchy, reconquest.

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La verdad sobre la invasión española de Barrada

Para conocer y entender los cómo y los por qué del hecho histórico ocurrido entre los días 28 de julio y 11 de septiembre de 1829, en Tampico, la barra y el Paso de Doña Cecilia de Tamaulipas y en Pueblo Viejo de Tampico de Vera-cruz, es indispensable retroceder en el tiempo y observar la situación, el país, España y el mundo desde diversos puntos de vista: político, económico, social y del ámbito internacional.

Las circunstancias internacionales prevalecientes iban a ser, indubita-blemente, causa eficiente de que el mundo hispanoamericano cambiara vio-lentamente, emancipándose de la madre patria, dejando atrás el sistema de gobierno que lo mantuvo con cierta dosis de paz y estabilidad por 300 años.

En el México de los siglos decimoséptimo y decimoctavo, podemos en-contrar una serie de cuestiones que van a acumularse, y harán no sólo po-sible, sino necesario, (a los ojos españoles, especialmente de «El deseado», Fernando VII) el malhadado intento de recuperar soberanía sobre el país, la joya de la corona, lo llamaban, el virreinato más rico y próspero de la América.

España, aquel imperio del que alguna vez dijo Carlos -rey de dos reinos, de España el primero y el quinto de Alemania- no se ponía el sol, sufrió una serie de eventos, circunstancias y, sobre todo, fracasos, que explican el fallido intento por mantener a flote un imperio que hacía mucho tiempo hacía agua por todos lados.

Es preciso tener en cuenta un hecho incontrovertible: no fue el fracaso de la expedición de Barradas en 1829 lo que hizo que Fernando V II cesara su in-tento de reconquistar México, sino los acontecimientos europeos -la revolu-

Un proemio necesario1

Hecho histórico y proceso histórico

«La verdad histórica es el origen de la mentira que se dice en medio de una ficción histórica.»

Un hecho histórico es un suceso del pasado que el historiador considera re-levante, son acciones, sucesos, acontecimientos. Los hechos históricos se caracterizan por ser de corta duración (horas, días, semanas).

Los hechos históricos no son acontecimientos aislados ni suceden porque sí, sino que se relaciona con muchos otros hechos históricos anteriores. Es decir, se relacionan entre sí, en una compleja red de causas y consecuencias múltiples.

La búsqueda de los hechos históricos relacionados entre sí (culturales, económicos, políticos, sociales, etc.), se integran en un proceso histórico, para así, lograr una comprensión más completa de la sociedad. El proceso histórico es un conjunto de hechos históricos relacionados entre sí que trans-curren a través del tiempo.

Si pensamos en cualquier hecho histórico, podemos observar que es una consecuencia de otros hechos anteriores, y también es la causa de otros he-chos posteriores. Por ejemplo, la toma de la Bastilla se integra en el proceso histórico de la Revolución Francesa.

Cada proceso histórico es un período de tiempo durante el cual una so-ciedad se organiza de una manera determinada, y luego se va transformando hasta ingresar en un nuevo proceso histórico. A diferencia del hecho histó-rico (que es de corta duración), el proceso histórico es más largo, puede durar años, décadas y hasta siglos.

1 En la figura 1, se presenta un cronograma de los acontecimientos que empujaron a los habitantes de México y el resto de la América española, a decidirse a tomar un paso que cambiará para siempre el perfil de estos pueblos.

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ción de 1830- por la que el monarca español pierde toda posibilidad de ayuda francesa para reconquistar sus antiguas colonias con la caída del gobierno borbónico en Francia y el ascenso de Luis Felipe al trono francés en 1830, que harán evidente el colapso financiero de España y la situación del país frente a sus vecinos.

«Sólo por ese motivo, recordará Ballesteros, el Rey dio al fin libertad a sus ministros para tratar, ya sin ningún género de restricciones, la liquidación del problema de América.»2

Del mismo modo, aunque el final del intento es un hecho histórico, para ubicarlo como parte de un proceso histórico, se hace necesario conocer lo más profundamente posible, los personajes, los eventos y las circunstancias que llevaron a tal conclusión.

2 Guerra, François-Xavier. Las revoluciones hispánicas: independencias americanas y liberalismo español. Editorial Complutense. ed. p. 87. ISBN 8489365253, 9788489365254. (1995).

3 Δεμοσκρατοs; demos = pueblo, kratos = gobierno)

Para bien o para mal, los pueblos iberoamericanos se separaron de la Madre Patria en un momento de inflexión histórica. Hasta poco antes, el mundo sólo conocía un sistema de gobierno: la monarquía -en sus diversas versiones y presentaciones- por lo que al independizarse de España, los pueblos de Ibe-roamérica, no estaban preparados para organizarse democráticamente.

Dado que el único sistema de gobierno conocido por los iberoamericanos era la monarquía, sus experiencias estaban fundadas en el sistema monár-quico, con sus características de inequidad, favoritismo e injusticia. Sin em-bargo, en una imitación extra-lógica, los políticos de entonces, copiaron el sistema y hasta la Constitución de Estados Unidos.

De que el sistema no funcionaría en nuestro medio, sin que costara mucha sangre lo entendieron los grandes Libertadores como Bolívar, Iturbide, Sucre, San Martín, Belgrano y a pesar de que incluso algunos de ellos al principio ha-bían preconizado los ideales democráticos, se opusieron, inútilmente al cam-bio revolucionario total de las instituciones políticas. Pero la opinión de tan ilustres caudillos no fue bastante para someter a los ideólogos y ambiciosos.

El reciente sistema yanqui de una república federal electiva, era aún con-siderado como un «experimento», del que había un solo antecedente histó-rico: la «democracia», o sea la «demoskratos»3 que floreció en la Atenas de Pericles, entre 510 y 322 a. C. Aquella democracia muy sui géneris en la que solamente los varones adultos, que fuesen ciudadanos atenienses y hubiesen terminado su entrenamiento militar tenían derecho a votar, excluyendo al resto de la población: esclavos, pobres, mujeres y extranjeros.

El sistema electoral abierto, desconocido en nuestros países, tardaría mu-cho tiempo en ser eficaz.

Dice José María Luis Mora en su Discurso sobre elecciones:

Lo político en México

«Lograda la Independencia, se dejó sentir el descontento para con Es-paña y el odio a toda dominación extranjera; el gobierno de aquella potencia desaprobó los tratados de Córdoba, y todo esto vino a influir en que ocupase el trono el caudillo que había consumado la obra de la Independencia.

Entonces ya se creyó que nada había que desear. Mas la inexperiencia, el error, la ambición, el espíritu de partido y otras causas, hicieron aborrecible aquel imperio dentro de pocos meses, y se siguió su destrucción.

Prevaleció, por último, la opinión de la República federal, y no había elo-gios bastantes para ponderar su utilidad. Los estados tendrían dentro de ellos mismos todo lo necesario para dirigir sus negocios interiores, sin aguardar de una capital remota, leyes y providencias que, aunque estuviesen muy bien calculadas sobre los intereses generales de la sociedad, nunca podrían estarlo sobre los peculiares de una provincias y unos pueblos, cuya localidad, genio,

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4 Mora, José María Luis. Discurso sobre elecciones.El Observador. México. 12 de Mayo de 1830.

costumbres y necesidades, o no serían conocidas de los gobernantes, o no podrían ser atendidas.

Las autoridades y todos los funcionarios públicos serían nombrados a sa-tisfacción de los súbditos, y así sería atendido el mérito de los hijos de cada estado, que ya no padecerían la postergación o el olvido por el capricho o el favor del gobierno de la capital. Las contribuciones serían moderadas, porque, imponiéndolas los mismos que habían de pagarlas, cuidarían que fuesen muy precisas. Los gastos, por lo mismo, serían muy económicos y su inversión la más prudente. En una palabra, ¿quién atendería mejor a la buena adminis-tración y a la prosperidad de un estado que sus mismos vecinos, teniendo el poderoso motivo de su interés particular, y la ventaja de reducir a un corto círculo su atención?

Nada se hablaba entonces de los despilfarros, las torpezas y las maldades que podrían cometerse; ni se hacía cuenta de que las intrigas, seducciones y partidos podían elevar a los puestos más importantes hombres indignos, como interesados en labrar a cualquier costa su propia suerte.

En suma, cuando había monarquía, se fijaba la atención en los bienes de la República, y cuando hubo un gobierno central, se atendía solamente en los bienes de la República Federal. Hoy que ésta se halla establecida, va suce-diendo al contrario. Se ponderan los males que en ella se experimentan y los bienes de una República central, y si ésta llegase a establecerse, se desearía de nuevo la federación o la monarquía, luego que se sintiesen los males que no puede dejar de haber en ella.

La Nueva Granada y Venezuela se constituyeron primero bajo la forma fe-deral, que abandonaron por las disensiones y la desorganización que en aquel tiempo sufrieron, hasta el extremo de ser reconquistadas por las tropas espa-ñolas. Ensayaron la dictadura y otras organizaciones políticas y, por último, formada la República de Colombia, adoptó el sistema central, sin librarse por eso de discordias, inquietudes, sacudimientos y aún trastornos mayores que los nuestros, pues allá llegó el caso de convocarse una Convención extraor-dinaria que se disolvió antes de cumplir su objeto, quedando el poder todo en manos de un dictador. Reunido en este año un nuevo Congreso consti-tuyente, decretó en 20 de febrero las bases para la Constitución; y en vez de fundar una monarquía, como conjeturaban los que sospecharon en Bolívar la intención de ser monarca, establece una república que, si no es federal, no parece otra cosa […]

Una de las dolencias mayores de nuestra época (dice un político de nues-tros días) cuyos síntomas se ven en todos los partidos, es aquella impaciencia que frecuentemente se muda en furor, y que no es más que una triste resulta del defecto de moral. Queremos gozar al instante; no sabemos, como el sabio, poner nuestra felicidad en trabajar para las generaciones futuras. Tenemos la ignorancia suficiente para creer que el trabajo débil y efímero del hombre, puede suplirse por el enérgico y constante trabajo del tiempo. Agrégase a la ignorancia la vanidad, y todo lo aventuramos por satisfacer esta pasión.»4

No podían estar preparados para la democracia quienes habían vivido siempre bajo una monarquía y una secular organización feudal, con una he-rencia de anarquía proveniente del individualismo español y el acratismo in-dígena, salvaje y belicoso.

Tras la abdicación de Fernando V II en Bayona los representantes novohis-panos, encabezados entre otros por Miguel Ramos Arizpe, no lucharon en un primer momento por la independencia del virreinato sino por construir un nuevo marco político en el que, cada región de la antigua monarquía impe-rial, tuviera una verdadera autonomía política.

La Constitución de Cádiz, según entendían muchos de los representantes americanos, debía facilitar una nueva integración política de los territorios

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5 En la figura 2, se presenta los avatares sufridos por la corona española desde 1821.

hispanos bajo principios republicanos y federales. Los diputados novohispa-nos lucharon con ahínco hasta 1821 para que la región a la que representaban alcanzara la autonomía política en el marco del Estado-nación federal his-pano que imaginaban, pero, al ver frenadas sus reclamaciones autonomis-tas, no tuvieron más salida que optar por la independencia política, aunque incluso, en esta situación, dejaron abierta la puerta para que algún príncipe español se pusiera al frente del nuevo Imperio Mexicano.

Desde luego que el regreso de Fernando VII supuso un importante freno en la materialización de los planteamientos gaditanos, pero ello no debe ha-cer olvidar que lo que impulsó a muchas regiones americanas a cambiar sus sentimientos autonomistas por los independentistas fue la visión metropo-litana colonialista paternalista, en el mejor de los casos, y de desprecio, en el peor, junto con la negativa a reconocer la igualdad de representación a las provincias americanas.

El enfrentamiento que se dio entre «peninsulares» y «americanos» en las Cortes de Cádiz en 1812 y en las de Madrid en 1820, no sólo fue el resultado de la lucha por la defensa de intereses económicos propios, sino además y esen-cialmente como el reflejo de visiones políticas distintas.

¿Cuáles fueron los mecanismos que manejó Agustín I de Iturbide para intentar gobernar México y por qué sus esfuerzos acabaron fracasando? La imposibilidad de combinar el principio monárquico con el liberal republicano y los deseos centralizadores con los regionalistas-federalistas, de combinar adecuadamente las demandas de los representantes de las diferentes regiones.

En Ibeoamérica en general y en México en particular, no existían los meca-nismos de pesos y contrapesos, que los «peregrinos» de la República del norte habían ido creando durante más de un siglo de autocracia virtual al huir de sus países de origen en los siglos xvi y xvii por razones religiosas.

• Por sus propias experiencias, se organizaron políticamente siguiendo el estilo inglés: un Gobernador, un Consejo elegido anualmente por la co-munidad entera.

• Iglesia y Estado se gobernaban separadamente. • Una Corte General presidida por el Gobernador y sus asistentes (especie

de ministros o secretarios), junto con un representante de cada pobla-ción. Todos ellos votaban las leyes y participaban en los juicios.

Ese era el sistema que los iberoamericanos querían imponer en sus países. Como podemos ver, era radicalmente diferente al que conocían y habían

vivido durante siglos las colonias en Iberoamérica. Como resultado, la impo-sición del sistema en México trajo una enorme inestabilidad política, pero más grave aún, una inestabilidad en la hacienda pública de la cual aún no podemos reponernos.

José Vasconcelos dice en su libro «Breve Historia de México»:

Lo político en España5

«A la muerte de Felipe Segundo en 1598, el imperio Español llegaba a su apogeo, porque recogía el fruto de anteriores generaciones más esforzadas. Los métodos de Felipe Segundo habían ya envenenado el ambiente. Y tanto España como las Colonias empezaron a vivir tristes».

Los Habsburgo, casa reinante en España iniciada por el nieto de los Reyes Católicos, gobernaron hasta 1700, al morir el último de la dinastía, Carlos II, sin dejar descendencia directa, designó como heredero a Felipe de Anjou, su

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sobrino nieto y nieto de Luis XIV. Anjou asumió el trono de España con el nombre de Felipe V de Borbón.

Con su llegada al trono empezó estableciendo franceses en los altos cargos en Madrid que orientaron una nueva política española: se centralizó la admi-nistración política, se suprimió la autoridad de poderes regionales creados por los Habsburgo, y se estableció en su lugar una estructura político-admi-nistrativa general para toda España, fijando la autoridad real como una auto-ridad absoluta que regía a toda la población y a todos los lugares -incluidas las colonias y los virreinatos-.

La acción reformadora ocurrió fundamentalmente entre 1759 y 1788, du-rante el reinado de Carlos III y la intención más importante de esa reforma, fue modernizar una España instalada en la autocomplacencia de su antiguo esplendor, y tratar de llevarla a los niveles de Inglaterra y Francia, pues la modernización que desde cien años antes transformaba a Europa, no había ocurrido en España, por lo que estaba en desventaja económica y tecnológica respecto del resto del continente.

Cuando las reformas borbónicas quedaron consolidadas en la península ibérica, los monarcas decidieron extenderlas también a las posesiones ultra-marinas del imperio, lo que ocurrió en la segunda mitad del siglo xviii.

Entre 1760 y 1808 se fueron implementando cambios en materia fiscal, en la producción de bienes, en el ámbito del comercio y en cuestiones militares.

Las reformas en América

La lentitud y la corrupción administrativa caracterizaban la administración co-lonial. Las potencias rivales, Inglaterra y Portugal, se expandían impunemente e inundaban Sudamérica con mercancías de contrabando. A todo esto hay que añadir el excesivo poder que habían adquirido la aristocracia criolla y el clero.

La colosal tarea de renovar la vieja estructural colonial dejada por los Habsburgo fue emprendida por los borbones, principalmente Felipe V y Car-los III, con el auxilio de ministros y asesores ilustrados.

Las reformas aplicadas tenían por principal objetivo recuperar para la co-rona el poder que los reyes de la familia Habsburgo, habían delegado en algu-nas corporaciones como la Iglesia Católica y los consulados de comerciantes6, y moderar la creciente corrupción de todas las esferas del gobierno.

Ejercer el poder sin la interferencia de estas corporaciones también sig-nificaba canalizar hacia la corona los beneficios económicos que éstas aca-paraban. La batalla fue a muerte porque se afectaron muchos y muy fuertes intereses creados desde tiempo atrás.

Para ver claramente lo que Carlos III quería reformar, examinemos lo que ocurría en Nueva España. Las funciones de gobierno que debían ejercer el gobernador y los alcaldes mayores estaban orientadas a proteger intereses diferentes a los del rey. Los alcaldes mayores, que al mismo tiempo eran co-merciantes, estaban comprometidos con los intereses de los almaceneros de la ciudad de México, -que coincidían con sus propios intereses- anteponién-dolos al provecho del rey y de la sociedad en general.

Una de las instituciones más afectadas por el despotismo ilustrado espa-ñol, fue la Iglesia Católica. La Corona pretendió afirmar el poder secular sobre el religioso. Esto incluía: la restricción de privilegios y exoneraciones fisca-les que gozaban las órdenes católicas. Los Jesuítas, que contaban con una enorme fuerza política, intervenían en los asuntos de gobierno y en defensa de sus propias ventajas. La Real Hacienda era la que menos recibía ya que sólo llegaban a sus arcas el quinto real sobre metales. El gobierno imperial, pues, decidió eliminar a quienes interferían en los asuntos de gobierno y se lleva-ban los rendimientos económicos.

6 Tribunal de comercio que juzgaba y resolvía los pleitos de los comerciantes de mar y tierra.

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Los jesuitas se opusieron al proyecto centralizador de los borbones; por ello, en 1767, Carlos III decretó su expulsión de España y sus posesiones ul-tramarinas.

La Nueva España de fines del siglo xviii era, en apariencia próspera. Las me-didas implementadas por Carlos III reanimaron la economía, incrementaron la producción minera, activaron el comercio y aumentaron la agricultura y las pequeñas industrias. La Ciudad de México, capital de la Nueva España, llegó a ser la más hermosa y grande de las ciudades de América. Además, las reformas concedieron privilegios especiales a los peninsulares, reservando para ellos los principales puestos del aparato burocrático.

Los novohispanos sufrían un profundo malestar, por causas sociales, polí-ticas, económicas y culturales, que provocaron un odio irreconciliable entre los escasos privilegiados y los demás grupos que integraban la población no-vohispana.

La descripción de la economía mexicana a finales de la Colonia no queda-ría completa solamente con la referencia a las actividades mineras, agrícolas y ganaderas. Se apreciaron también actividades artesanales y manufactureras que generaran trabajo y, con ello, favorecieron el consumo y las inversiones.

Pero esa prosperidad era aparente. En la Nueva España, los mayores be-neficios iban hacia autoridades designadas directamente por la metrópoli (virreyes, oidores, gobernadores y regidores) mientras que las elegidas local-mente como cabildos e intendentes veían impotentes el trasiego de enormes riquezas. La plata exportada por la Nueva España representaba casi el 85 por-ciento del total enviado a Europa.

Los aspectos sociales e institucionales también eran relevantes. Puede de-cirse que, paralelamente a la esclavitud -incluso después de su abolición-, existió otra forma de trabajo similar bajo la encomienda, organización que en un principio sirvió para el objetivo de evangelización, mantenimiento del or-den, control político y organización de las comunidades, pero que más tarde se reordenó al reemplazar el trabajo del indígena por un tributo que debían entregar a un encomendero, encargado de cobrarlo a nombre del rey, lo que en no pocas ocasiones provocó abusos y arbitrariedades.

La Iglesia controlaba casi la mitad de las tierras. Ese enorme cúmulo de ri-queza, se fue formando por heredades dejadas a la institución por los criollos ricos y cesiones más o menos legales de gobiernos virreinales y municipales, por lo que llegó a poseer los latifundios más importantes y los mayores reba-ños ganaderos. La Iglesia era dueña de la mitad de las haciendas con ventajas decisivas frente a los demás hacendados, pues no pagaba impuestos ni tribu-tos, pero sobre todo segregaba esa riqueza patrimonial del mercado.

Las fuentes de crédito incluían a la Iglesia, la hacienda real, los gremios e individuos privados. Aunque el gobierno español, cabe citarlo, no sentía la menor confianza por el libre comercio, en las últimas décadas de la Colonia toleró cierta liberalización comercial, pues las ideas económicas en boga en-tonces, empezaron a decir que la libre competencia era imprescindible.

La Corona, por medio de las reformas, buscaba reabsorber todo el poder que los Habsburgo habían delegado en grupos y corporaciones y asumir la dirección política, administrativa y económica del virreinato.

Como consecuencia de las reformas, se provocó un desajuste social que, al no encontrar vías políticas que le dieran solución institucional, dio paso a la revolución iniciada el año de 1810. Una de las razones fue el rompimiento del

Lo económico

La economía mexicana en el último siglo de la Colonia

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lento reacomodo económico-social iniciado más de un siglo atrás, y que se dio en una sociedad extremadamente desigual.

Cuando la Nueva España consumó su independencia en 1821, no terminó la sed de expolio de los borbones. De la negativa ibérica -por ocho años- a reconocer la emancipación mexicana, pasa a planear la reconquista durante dos años con la llamada «Invasión de Barrada» en 1829 e intentos inconclusos en 1830.

La invasión de Barrada marcará el nivel culminante de la deseada Recon-quista para proseguir con intentos esporádicos hasta 1836, cuando un go-bierno liberal español reconoce finalmente la independencia mexicana.

Una de las razones más poderosas que mantuvo en Fernando VII y su «entourage» la ilusión de recuperar a la Nueva España, fue sin duda uno de los hechos vergonzosos de los inicios del proceso emancipador: la expulsión total e indiscriminada de los españoles que se habían quedado a vivir en México.

Ya desde 1824 los españoles habían sido retirados de los cargos públicos y la milicia, se les habían confiscado armas, capitales y casas. Desde entonces empezaban a ser expulsados. Para 1827 se expide la «Ley del Empleo», por la que ningún peninsular puede ocupar cargos públicos, pero el 20 de diciembre de 1827 se firma el Decreto para la expulsión de los españoles.

En él, se establece que tanto los capitulados como los demas españoles de que habla el artículo 16 de los tratados de Córdoba, incluso los españoles del clero regular, saldrán del territorio de la República en el término que les señalare el gobierno, no pudiendo pasar éste de seis meses.

Hay excepciones: El gobierno podrá exceptuar de las clases de españoles que conforme a esta ley deban salir del territorio de la República, a los que hayan prestado servicios distinguidos a la independencia y a los hijos de éstos que no hayan desmentido la conducta patriótica de sus padres, y residan en el territorio de la República, y a los profesores de alguna ciencia, arte ó industria útil en ella, que no sean sospechosos.

Hay un viso de humanidad: Los españoles empleados cuyo sueldo no lle-gue a mil quinientos pesos, incluidos los sacerdotes, religiosos y monjas, y los que a Juicio del gobierno no puedan costear su viaje y trasporte, se les costeara por cuenta de la hacienda pública de la federacion.

Además: Los empleados que salgan en virtud de esta ley y elijan para su residencia un país que no sea enemigo, disfrutarán de su sueldo, pagadero en el punto de la República que señale el gobierno.

Pero advierte que: La separacion de los españoles del territorio de la Repú-blica, solo durará mientras la España no reconozca nuestra independencia.

Algo muy importante, en especial, dado que en Tampico una buena parte de los pocos habitantes que tenía por aquellas fechas eran españoles: Los españoles que hayan de permanecer en la República, no podrán fijar en lo sucesivo su residencia en las costas, y a los que actualmente residan en ellas, podrá el gobierno obligarlos a que se internen en caso de que tema una inva-sion próxima de tropas enemigas.

Y firman el decreto José María Irigoyen, presidente de la cámara de dipu-tados, Pedro Paredes, presidente del senado.

Son expulsados casi siete mil 200 españoles. Para 1830 quedarían poco más de dos mil en todo el país.

Todas las leyes relativas a la expulsión de españoles, cesaron de existir, una vez que fue reconocida por España en 1836, la independencia.7

Veamos ahora el relato que hace Niceto de Zamacois en su monumental Historia de Méjico:

Las expulsiones

7 Legislación mexicana o colección completa de las disposiciones legislativas expedidas desde la independencia de la República. Ordenada por los licenciados Manuel Dublán y José María Lozano. <http://www.biblioweb.dgsca.unam.mx/dublanylozano/>

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«Lorenzo Zavala, el Poinsett, Santa–Anna y todos los jefes mas exaltados del partido yorkino, continuaron avivando el fuego de la discordia, en vez de procurar calmar el devorador incendio de la desunión, lograron que todo el partido triunfante se uniese a sus ideas, y pronto se presentó al congreso el proyecto de ley para la expulsión de españoles. El punto empezó a discutirse en la cámara con el mayor calor. Las afligidas esposas de españoles y sus hi-jos, suplicaron que no se llevase a cabo el proyecto.»

«las esposas e hijas de españoles le pidieron que hiciera suspender el fu-nesto golpe que iba a verter la desolación en el seno de las familias, arroján-dolas a países desconocidos donde les esperaba la miseria y la muerte. Pro-fundamente conmovido el corazón de D. Vicente Guerrero con el tierno y patético cuadro que tenia a la vista, les ofreció hacer todo lo que estaba de su parte para evitar la desgracia que temían, y pasó el escrito al congreso con una recomendación suya en favor de la desgracia. »

Mientras se discutía la ley, se presentaron ante el recién nombrado presidente de la república, Vicente Guerrero:

Durante los días que duró la discusión, las espaciosas galerías de la cámara de di-putados, se veían llenas con las esposas, hijas o hijos de españoles que escuchaban con ansiedad la discusión, bendiciendo interiormente a los diputados que se oponían con razones enérgicas al inhumano proyecto, y exhalando hondos gemidos y lastimeros ayes cuando tomaban la palabra los que opinaban por la expulsión. Pero ni la noble en-tereza y sólidas razones de los dignos diputados que defendían la inocencia y la justicia, ni el cuadro desolador que presentaban en las galerías las tiernas esposas y amantes hijos de los españoles, fueron capaces de hacer variar la resolución tomada por la ma-yoría. La voz de las pasiones fue más fuerte que la de la equidad y la justicia: el furor de partido había ahogado el sentimiento de la piedad, y un diputado de los más exaltados del bando yorkino y que en tiempo de Maximiliano fue uno de los más entusiastas im-perialistas, sin que le moviera a compasión el aflictivo cuadro que presentaban las ga-lerías, exclamó con duro acento que desgarró el alma de los afligidos seres que estaban interesados en la salvación de sus esposos y padres:

Su deseo quedó complacido en aquel mismo día, votando la inmensa mayoría de los diputados por la expulsión, que aprobó el senado, aunque por muy escaso márgen. En virtud de lo resuelto, la ley de expulsión se dio el 20 de diciembre, siendo su publica-ción uno de los últimos actos del gobierno de D. Guadalupe Victoria. Esa terrible ley no exceptuaba mas que a los que tuviesen alguna imposibilidad física de salir por razón de enfermedad: todos los demás debían salir en el término de sesenta días, plazo en extremo breve, si se considera la vasta extensión del país; las dificultades que entonces había para viajar; que un número considerable de ellos tenían negociaciones y propie-dades de grande valor en el país, que debían vender o dejar arregladas; y que la mayor parte eran casados con numerosa familia. La estación que comprendía ese plazo; esto es, la de los meses de Abril, Mayo y Junio, no podía ser tampoco más contraria para los expulsos; en ella reina el mortífero vómito en las costas mejicanas, en las de la isla de Cuba, y en las de los Estados Unidos hasta Charleston. Todos los que no se hallaban imposibilitados de salir por alguna enfermedad notoria, tuvieron que dejar su domici-lio; los que tenían bienes de fortuna, con sus familias: los que carecían de todo recurso para llevarlas, dejándolas; aunque dándolas todo lo que tenían y podían recoger de sus compatriotas, como en todos los estados se dieron las leyes mas severas para que no pudieran permanecer en ellos los que salían expulsos de otros sino un corto número de días, y en el Distrito federal su gobernador reglamentó el cumplimiento de la ley de una

«Si hoy mismo no se vota el proyecto, no vuelvo a la cámara; no quiero ver a los asesinos de los mejicanos».

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manera tiránica, «aquellos desgraciados,»; dice D. Lucas Alamán, «no encon-traban tierra en que poner los pies, y eran empujados a la mar con una violen-cia irresistible. En algunos Estados, los gobernadores ofrecieron proteger a las esposas de los españoles que no quisieran seguir a sus maridos; pero en honor y honra de las mejicanas, que pueden presentarse en cualquiera parte, como modelos de esposas y de amorosas hijas, me es satisfactorio decir que, desde la señora de la más escogida sociedad unida a español de buena posición so-cial, hasta las más pobres indias o mestizas, casadas con los soldados expedi-cionarios, siguieron a sus maridos, prefiriendo al lado de ellos las penalidades que no ignoraban les esperaban fuera de su país, que lejos de su compañía, las comodidades y el reposo.

Entonces salieron los capitalistas españoles que aun quedaban en el país, llevándose no solo cuanto les fue posible recoger de sus capitales que ascen-dió a una suma de mas de doce millones de duros, sino lo que fue mayor pér-dida, la industria con que los hacían valer. Muchísimos de los que habían per-dido toda su fortuna en el saqueo del Parián, marchaban ahora a embarcarse para un país lejano, pobres y sin recursos, llevando consigo a sus virtuosas familias que no querían abandonarles en su desgracia.

No se exceptuó de la expulsión ni a los militares que habían contribuido poderosamente al triunfo de la independencia y que habían sido antes se-parados de sus empleos por una ley anterior, ni los marinos que habían en-tregado el navio Asia, no obstante haber representado el riesgo a que se les exponía si caían en poder de las autoridades españolas.

También salió del país y pasó algunos años en los Estados Unidos, el canó-nigo Monteagudo, que fue el primero que promovió el plan de Iguala, aunque no marchó con el carácter de expulso, sino con pretexto de licencia pedida por él.

Otro de los individuos notables que abandonó la república, llevándose a su familia, fue el español D. José María Fagoaga, perseguido ahora por los independientes, como antes de la independencia había tenido que salir, per-seguido por los realistas.

No eran menores las penalidades y trabajos que esperaban al embarcarse y en la mar a los desgraciados expulsos. Siendo pocos los buques que se ha-llaban en los puertos, que entonces todos eran de poca capacidad para pasa-jeros, pues aun no se conocían los grandes vapores que hoy cruzan los mares, los capitanes de ellos, que eran norteamericanos, exigían enormes cantida-des por el pasaje que los expulsos se veían en la precisión de pagar. La codicia de los marinos de los Estados Unidos no quedaba satisfecha con la excesiva ganancia que sacaban del pasaje, y para sacar toda la utilidad de la desgracia de las víctimas, les daban una comida escasa y mala que, apenas llegaban a probar la mayor parte de las señoras mejicanas. Pero no solo se vieron preci-sados los desventurados expulsos y sus familias a sufrir el pésimo trato de los capitanes de los barcos norteamericanos, sino que alguna vez corrieron el riesgo de la vida, por quererles despojar del dinero y efectos que habían logrado llevar consigo.

Así sucedió a los pasajeros que marchaban para Nueva Orleans en un bu-que de aquel puerto: el capitán, con depravado intento, alargaba la navega-ción; los pasajeros, recelando que se intentaba algo funesto contra ellos y sus familias, se sublevaron cerca de las costas de Yucatán para desembarcar en ellas. El capitán fue juzgado en los Estados Unidos, y poco después se le con-denó a la pena capital, que sufrió en seguida, por haber intentado asesinar a los pasajeros, así como por el robo que cometió de los equipajes que quedaron a bordo.

La triste suerte a que se vieron reducidos en los Estados Unidos los ex-pulsos que habían salido del país sin recursos y numerosa familia, fue de las más angustiosas y terribles. Sin relaciones, sin conocimiento del país ni del

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idioma, sin encontrar trabajo para sustentar con el fruto de él a sus esposas y sus hijos, no sabían a donde dirigir sus pasos para encontrar el remedio a sus necesidades. Ellos, y los idolatrados seres que formaban sus familias, agobia-dos por la miseria y la tristeza, iban perdiendo la salud y las fuerzas, y muchos sucumbían víctimas del clima y de la miseria.

El escritor mejicano D. Francisco de Paula de Arrangoiz que se hallaba en los Estados Unidos poco después de haberse decretado la expulsión, describe con pluma conmovedora la situación horrible de los expulsos y sus familias, asentando que la más cruel de la suertes les estaba reservada a los que no ha-bían sucumbido víctimas del vómito en los mortíferos meses en que salieron de la república mejicana. «Yo mismo -dice- fui testigo en enero de 1830, en Nueva Orleans, en donde murieron novecientas personas de las expulsadas, de la miseria espantosa de infinidad de los pobres expulsos y de sus familias, reducidas muchas por el vómito, a la mitad de las personas que la componían un año antes. Cuarenta y ocho años han pasado, -agrega- y aunque solo tenía diez y nueve entonces, no puedo recordar sin conmoverme, las escenas de miseria que vi.»

Algunos años después, cuando el país estaba regido por hombres que no pertenecian al partido que decretó la expulsión, el gobierno mejicano, sa-biendo el estado de pobreza en que se hallaban, en países extranjeros, las es-posas y los hijos de los españoles expulsos, excitó el 7 de Mayo de 1837, por medio de una circular, la piedad de los mejicanos para que socorriesen a las muchas familias del país que perecían de necesidad en los Estados Unidos, Francia y otros puntos, y que fueron víctimas de la expulsión de los españoles.

«¡Cuánto mejor hubiera sido -exclama con noble sentimiento el escritor mejicano don Carlos María Bustamante- que no hubiese sancionado (el go-bierno de 1829) aquella inicua ley que nos privó de muchos millones de pesos que hoy formarían la riqueza pública, y que disminuyó en gran parte nuestra escasa población!».

En el pecado se llevó la penitencia. Al expulsar a los españoles ricos, el país se vio privado de las fortunas que estos habían acumulado y que, obviamente llevaron consigo.

Este agravio para el orgullo ibérico habría de conformar una resentida masa de españoles expulsados, tanto ricos como pobres, que empezaron a di-seminar en los puntos a donde llegaron la real situación del país, la disensión, la inseguridad en caminos y ciudades, que después convencerían a las auto-ridades coloniales en Cuba de proceder a la reconquista «porque es anhelada por el pueblo y parte de la milicia mexicanos».

Todo estos decires, llegados a oídos de quienes rodeaban a Fernando V II, hombre de escasas luces, pusieron las bases al intento de reconquista, ba-sados en rumores y las expresiones resentidas de los expulsados, tomando como verdades absolutas los consejos interesados de sus válidos y la inter-vención de aventureros como Eugenio de Aviraneta, la corona española hará un estúpido y fallido intento de hacer retroceder la historia.

El gobierno de España aprobó el proyecto con la Real Orden fechada el 21 de agosto de 1828, que disponía que el almirante Ángel Laborde, coman-dante general del Apostadero de la Habana, e Isidro Barradas, coronel del regimiento de Infantería Ligera de la Corona, desembarcaran en algún sitio de la costa del Golfo de lo que llamaban Nueva España. Las tropas destinadas a la reconquista de México, fueron acantonadas en el pueblo cubano de Re-gla frente al puerto de la Habana, de donde saldría la expedición el 5 de julio de 1829.

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Los personajes

La historia de los acontecimientos de 1829, corta en el tiempo, es larga en el número de personajes que en ella intervinieron. Desde el inepto y descom-puesto Isidro Barrada, que no Barradas8, pasando por los dos generalísimos mexicanos, el infortunado Manuel de Mier y Terán, uno de los mejores mi-litares de la independencia y los primeros años de México y el satanizado, vistoso y escandaloso Antonio López de Santa Anna, pasando por los tiples y vice tiples de uno y otro bando, de la Garza, Mexía, Andonaegui, de la Vega, de Beneski, Francisco Dionisio Vives, Ángel Laborde, Aviraneta, Salomón, y de-cenas de otros menores que sin embargo, influyeron en los resultados, como es el caso del que hemos dado en llamar el «General Paludismo».

Leopoldo de la Rosa Olivera, de quien tomaremos partes de su trabajo de investigación «El Brigadier Barrada o la lealtad» era Doctor en Derecho y realizó diversas investigaciones sobre la Historia de Canarias. Nació en San Cristóbal de La Laguna en 1905 y murió en 1983. Miembro de la Real Academia de la Historia y Medalla de Oro de la isla de Tenerife, y ejerció como profe-sor de Derecho Administrativo en la Universidad de La Laguna. También fue director en varias ocasiones del Instituto de Estudios Canarios y de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife, así como cronista oficial de La Laguna.

Pues bien, don Leopoldo no da a conocer el pedigrí del infortunado Ba-rrada:

«Al leer en la Historia de las Islas Canarias, de don Francisco María de León, las duras palabras que dedica al olvidado Brigadier don Isidro Barrada, y recordar los hirientes versos con que alguno de sus contemporáneos se mo-fara de su aventura mejicana, que llevaban por título Canto épico a la gran-diosa tentativa del Brigadier Barrada y decían:

Canto las glorias del varón famosoque del mando apostólico impulsado,segundo Hernán Cortés, más valeroso.Pero no, lo demás no es pa cantado»,

así como la mención por Pío Baroja en «El aprendiz de conspirador», de que su admirado pariente el liberal Comisario de Guerra don Eugenio de Avirane-ta, había estado en Méjico en la expedición de Barrada, hizo despertar nues-tra curiosidad por la vida de este hijo del Puerto de la Cruz, a, quien el inevita-ble fracaso de su desembarco en Tampico le hizo blanco de iras y desprecios, como vamos a ver, en buena parte injustificados. Don Isidro Barrada y Valdés fue un soldado de probado valor, sin las necesarias dotes para general en jefe, pero, por encima de todo, hombre de una lealtad extraordinaria, más que pro-bada en la adversidad lo que lo eleva muy por encima de tantos otros.

El futuro Brigadier nació en el Puerto de la Cruz, isla de Tenerife, el 6 de octubre de 1782 y recibió las aguas bautismales en la parroquia de Nuestra Señora de la Peiía de Francia del mismo lugar cuatro días más tarde . Le fue-ron impuestos los nombres de Isidro Plácido del Rosario y era hijo de Ma-tías Barrada, natural del puerto y de María Valdés, nacida en La Oliva, isla de Fuerteventura; sus abuelos paternos se llamaron Matías Barrada y Luisa de Miranda, y los maternos, Isidro José Valdés y Andrea de la Concepción de Franchi o de Vera, que uno y otro apellido se le da en distintos documentos en que se le nombra.

La situación económica de su familia paterna era bastante modesta. En el empadronamiento del Puerto de la Cruz, levantado por la Real Sociedad Eco-nómica de Amigos del País de Tenerife en 1779 , figuran viviendo en la casa

8 De La Rosa Olvera , Leopoldo. Anuario de Estudios Atlánticos. Madrid – Las Palmas. Número 13. 1967. pp. 211 y sgtes.

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número 89 del barrio de La Hoya sus abuelos Matías Barrada, de cuarenta y ocho años, «hombre de mar», y Luisa de Miranda, de cuarenta y dos, que «sabe hacer encaje e hilar», y Matías, el hijo, de dieciocho, padre del futuro Brigadier, aún soltero, de oficio «el mar», y se anota: «los de esta casa son po-bres, no tienen bienes». Y en la casa número 161 del mismo barrio aparece el abuelo materno, don Isidro Valdés, viudo, de setenta y ocho años, que «trafica de mercader a islas», con quien viven sus hijas Bárbara y María, de treinta y veintiún años, respectivamente, que «cosen, hilan y texen», y dice de esta familia que «se mantiene de su industria, tiene la casa en que vive y unos pe-dazos de viña y en la isla de Fuerteventura tierras y casa».

Matías Barrada y María Valdés casaron en la nombrada iglesia de la Peña de Francia el 22 de diciembre de 1780, en la que también lo hicieran sus abuelos paternos, Matías Barrada y Luisa de Miranda, el 16 de diciembre de 1743. De este último matrimonio fue testigo Sebastián de Miranda, hermano de la novia, padre que había de ser del Precursor de la independencia de Venezuela, Generalísimo Francisco de Miranda, primo hermano, por lo tanto, del padre de nuestro biografiado. Matías Barrada, el abuelo del Brigadier, ha-bía tenido negocios comerciales con su suegro, Gabriel de Miranda, quien así lo declara en el testamento que otorgó en el Puerto de la Cruz, el 16 de septiem-bre de 1755.

Si la familia paterna de don Isidro Barrada llevaba siglos de establecida en Tenerife, en cambio, la materna, era de cercana procedencia peninsular. El 6 de noviembre de 1701, un caballero asturiano, don Gregorio de Prida (o de La Prida) y Valdés, hijo de don Atanasio de Prida y Valdés y de doña Ana García de Salazar, naturales de la montaña de Oviedo, casaba en el Puerto de la Cruz con Juana Sebastiana Duarte Bernal y tuvieron un hijo. Don Isidro José Valdés, su ya nombrado abuelo materno, que cerca de los cuarenta años de edad casó en la parroquia de la Candelaria de La Oliva, Fuerteventura, el 20 de junio de 1740, con Andrea Agustina de la Concepción de Franchi y Vera.

La familia materna del Brigadier se hallaba, como hemos podido ver, en si-tuación económica y social superior a la paterna. No sólo el uso, entonces aún no prodigado, el «Don»: la del abuelo, que tenía algunos bienes y negocios, y la de un hermano de su madre, don Pedro de Alcántara Valdés, que desempe-ñaba en La Laguna, entonces capital de la Isla, el cargo de Administrador de la Real Renta del Tabaco y era Subteniente de Caballería de las Milicias, así lo prueban.

Don Pedro de Alcántara Valdés había contraído matrimonio en la parro-quia de los Remedios de La Laguna, el 5 de enero de 1769, con doña Rita Ma-mero Manrique de Lara; vivía en el centro de la ciudad, en la plaza de los Re-medios, tenía tres criados y falleció el 9 de octubre de 1821. De su matrimonio dejó cuatro hijos: don Rafael María Valdés, el mayor, presbítero y prebendado de la Catedral de Tenerife; doña Rita y doña Antonia, solteras, y otro varón, don José Valdés, que fue Administrador de Rentas Reales en La Laguna y que tampoco casó.

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Referencias

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Figura 1

Agosto 14 1808 Se conocen en México las abdicaciones en Bayona de los reyes de España Carlos IV y Fernando VII

Agosto 19 y 20 1808Se publica la Representación del Ayuntamiento de México, obra de Francisco de Azcárate y Francisco Primo de Verdad, que postula el retorno de la soberanía al pueblo representado por el ayuntamiento, al no haber rey. Se pide que el virrey gobierne en representación de Fernando VII, que está preso en Francia.

Septiembre 15 y 16 1808Un grupo de hombres armados encabezados por Gabriel Yermo asalta el palacio virreinal tomando preso al virrey Iturri-garay, a Francisco Primo de Verdad y a Juan Francisco de Azcárate; regidores del ayuntamiento de México.

Septiembre 16 1810Levantamiento armado en Dolores dirigido por Miguel Hidalgo; Ignacio Allende, Juan Aldama y Mariano Abasolo lo secundan. En Atotonílco, Hidalgo enarbola el estandarte de la Virgen de Guadalupe como enseña del movimiento.

Septiembre 28 1810 Los insurgentes asaltan la alhóndiga de Granaditas. Muere el intendente Juan Antonio Riaño y la ciudad es saqueada.

Enero 17 1811 Calleja derrota a los insurgentes en Puente de Calderón y hay una desbandada insurgente.

Marzo 21 1811Hidalgo, Allende, Aldama, Jiménez y Abasolo son traicionados por Elizondo en las Norias de Baján y conducidos prisio-neros a Monclova donde serán ajusticiados todos menos Abasolo.

Octubre 22 1814 Se promulga en Apatzingán el decreto constitucional para la libertad de la América mexicana.

Abril 22 1817 Xavier Mina desembarca en Soto la Marina y lanza un manifiesto contra la tiranía de Fernando VII.

Noviembre 11 1817 Mina es fusilado en el cerro del Bellaco.

Febrero 24 1821Iturbide proclama el plan de Iguala y organiza el ejército Trigarante que defenderá, las tres garantías: religión, indepen-dencia y unión.

Agosto 19 1821 Enfrentamiento en Atzcapotzalco, es la última acción de armas en la guerra de independencia.

Agosto 24 1821Se firman los tratados de Córdoba entre don Juan de O’Donojú y Agustín de Iturbide en donde se reconoce la indepen-dencia de México.

Septiembre 27 1821 Entrada del Ejército Trigarante a la ciudad de México. Se consuma la independencia de México.

Enero de 1822El gobierno iturbidista descubre una conspiración contrarrevolucionaria, encabezada por los generales españoles José Dávila y Francisco Lemaur; son apresados y enjuiciados 380 españoles.

18 de noviembre de 1825El gobierno de la República toma el último reducto español en México, la guarnición de San Juan de Ulúa, Veracruz. Los últimos soldados españoles se embarcan rumbo a Cuba.

16 de julio de 1826 Gran Bretaña reconoce la independencia de México.

18 de enero de 1827Se descubre una conspiración pro-española para derrocar al gobierno de Guadalupe Victoria, encabezada por el fraile dieguino Joaquín Arenas, quien será fusilado cinco meses después.

Octubre de 1827Los españoles Eugenio Aviraneta y el sacerdote Miguel Bringas forman en Nueva Orleans, Estados Unidos, un plan de invasión a México, en el que movilizarían a 25 mil hombres para colocar un príncipe español en el trono de México.

20 de diciembre de 1827El gobierno de Guadalupe Victoria emite un decreto de expulsión contra los españoles residentes en el país, medida que provoca problemas económicos, ya que la mayoría de los expulsados eran comerciantes.

1° de septiembre de 1828 Manuel Gómez Pedraza es electo para la presidencia.

4 de diciembre de 1828Una turba, azuzada por yorkinos antihispanistas que pedían la anulación de las elecciones y promovían a Vicente Gue-rrero para la presidencia de la República, saquea e incendia El Parián, principal centro comercial de la ciudad de México.

Abril de 1829 Vicente Guerrero toma posesión como presidente de la República.

24 de julio de 1829

La expedición con la que la corona española intentaba reconquistar a la Nueva España, desembarca con más de tres mil hombres al mando del brigadier Isidro Barrada en Cabo Rojo, Veracruz.Al llegar a Tampico, Barrada publicó una proclama en la cual llamaba al ejército mexicano a defeccionar, y alistarse en las filas del ejército real, prometiéndoles conservarles en sus empleos, pagarles el tiempo que tuvieran de servicio y gratificarles con una onza de oro si desertaban con sus armas. En su proclama Barrada describe, muy certeramente, la situación en que se encontraba el ejército: desnudo, sin rancho ni paga; mostraba que las facciones manejadas por ma-sones yorquinos y escoceses desangraban al país y que «las cajas de vuestro gobierno están vacías y saqueadas por unos cuantos ambiciosos, enriquecidos con los empréstitos que se han conseguido en el extranjero».La descripción de la situación reinante era perfecta; sin embargo, la milicia mexicana no se dejó seducir. Las tropas en-cabezadas por los generales Manuel Mier y Terán y Santa Anna se enfrentaron a los invasores y los derrotaron. La fiebre amarilla y el vómito, endémicos en nuestras costas, contribuyeron a minar el entusiasmo de los nuevos conquistadores. Barrada capituló ante las fuerzas nacionales, y así España fracasó en si intento de recuperar antiguas dependencias. Más tarde fracasarían otros movimientos de reconquista.

Agosto de 1829El gobierno de Andrew Jackson ofrece un préstamo a México para hacer frente a la invasión española, exigiendo como garantía la posesión de Texas.

11 de septiembre de 1829 Después de un ataque al fortín español en La Barra, las fuerzas españolas acantonadas en Tampico se rinden.

1836 Finalmente España reconoce la independencia de México.

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Figura 2. España no veía la suya desde 1821

Año 1821 Continuas conspiraciones contra el gobierno constitucional, promovidas y dirigidas por D. Antonio Ugarte y sus agentes.

7 de julio de 1822Los enemigos del gobierno constitucional, reunidos en el real sitio del Pardo, se pusieron en marcha y entraron en Madrid con el fin de destruirlo. Se trabó la famosa acción de este día en que ambos partidos pelearon con encarnizamiento, y al fin la victoria se decidió por los constitucionales que generosamente disimularon la temeridad de sus contrarios.

15 de agosto de 1822Los defensores del altar y del trono instalaron una regencia en la Seu de Urgel, poniendo al frente de ella al general Barón de Eróles, al marqués de Mataflorida y al obispo Creus.

11 de setiembre de 1822D. Javier Elío, capitán general de Valencia fué juzgado y sentenciado por un consejo de guerra de oficiales nacionales, quienes lo condenaron a la pena de garrote, que sufrió en este dia. En este año la sociedad de seguros mutuos de Madrid fué creada por algunos propietarios bajo la protección del Ayuntamiento, y despues aprobada por el consejo en 31 de marzo de 1824.

Año 1823A principios de este año el rey de Francia Luis XVIII, sometido a las decisiones dadas por los soberanos de la santa alianza en el congreso de Leybac, resolvió que entrase en España un ejército de cien mil hombres para restablecer el gobierno absoluto.

5 de abrilLas tropas francesas empezaron su entrada por la parte de Irun y de Figueras. La división y corrupción de varios generales españoles por una parte, y el influjo del partido contrario por otra, allanaron todas las dificultades, y facilitaron a los france-ses los caminos para apoderarse de todas las provincias y pueblos, en los que hallaron muy poca resistencia.

9 de abrilAlgunos gefes realistas refugiados en Francia volvieron a España a la sombra del ejército francés, ó instalaron en Oyarzun una junta provisional de gobierno que se compuso del general D. Francisco Eguía, D. Antonio Calderón y D. Juan Bautista de Erro, la cual fue reconocida por el duque de Angulema, y disuelta después en 23 de mayo siguiente.

16 de agostoLa parroquial iglesia de san Ginés de Madrid sufrió un terrible incendio, en que fueron quemadas muchas de sus preciosi-dades. día 30 de setiembre. Cádiz se rindió a las tropas del duque de Angulema, y Fernando dio un decreto favorable a los constitucionales.

1º de octubre

El rey Fernando y demás personas de su real familia salieron de Cádiz para el puerto de Santa María. La Infanta Doña María Francisca y su hermana la princesa de Beira habían preparado muy de antemano para sí y para sm la reina Amalia vestidos de gala, sin dar conocimiento alguno de esta disposición a su alteza real la infanta Doña Luisa Carlota.Las espresadas tres señoras para ocultar sus atavíos y adornos se cubrieron con una capa, la que conservaron hasta el momento del desembarque, en cuyo instante arrojando aquel embozo demostraron con su traje el júbilo de que estaban poseidas por el triunfo obtenido contra la causa de los liberales.Esta escena, según se vio después, se habia preparado de intento para dar a entender al público y al ejército realista del Puerto de Santa Maria, que la serenísima infanta Doña Luisa Carlota era amante de las ideas liberales, esponiéndola por este medio a sufrir la animadversión y odio del partido que había quedado dominante.

7 de noviembreDon Rafael del Riego que babia sido preso en 1 5 de setiembre anterior, y conducido a Madrid, fué ahorcado a las doce de este día en la plaza de la Gebada.

16 de enero de 1824 Por decreto de este día se dispuso que el ramo de bacalao quedase rigurosamente estancado.

3 de diciembre de 1824 El príncipe Maximiliano, de Sajonia, llegó con su hija la princesa Amalia al real sitio de San Lorenzo, donde fueron recibidos por sm

Año 1825

A mediados de este año D. Manuel Rodríguez de Olmedo, Canónigo de Segovia, fué propuesto para obispo de Segorve (Valen-cia), y en él recayó después la elección de sm y se le pasó por el ministro Calomarde el oficio de su nombramiento. El nuncio de ss Gustiniani se presentó al rey, y le dijo que sabia con certeza, que Rodríguez había dado ocho mil duros para obtener este obispado, y que se hallaba en la obligación de dar cuenta al papa de esta ocurrencia, si no revocaba el nombramiento. sm mandó recoger el oficio, y quedó sin efecto la elección.

Año 182616 de agosto

El mariscal de campo Jorge Besieres, con el comandante y varios oficiales del 2º escuadrón de caballería del regimiento de Santiago, salieron de Getafe con direccion a Guadalajara para sublevar los pueblos contra el gobierno establecido, proclamar al Infante D. Carlos, y restablecer el tribunal de la inquisición; mas perseguidos y presos en el pueblo de Zafrilla fueron conducidos al campamento del general España, quien en virtud de un real decreto los mandó fusilar a las ocho de la mañana del 26 de este mismo mes.

Año 1828

Carlos España aventurero francés después de algunos años de servicio en el ejército de España, llegó a obtener las primeras dignidadas del reino y el eminente puesto de capitán general del principado de Cataluña. En este año comenzó a ejecutar con su gobierno despótico y arbitrario las crueldades y estorsiones que han sido públicas en Barcelona y sabidas del mundo entero. Treinta y cinco personas entre las cuales se contaban varios gefes, oficiales, comerciantes y hacendados, fueron pasadas por las armas. Mas de cuatrocientas destinadas a presidio, y ascienden a mil ochocientas las que fueron desterradas de sus domicilios.

Año 182921 de marzo

A las seis de la tarde de este dia comenzó a sentirse en la ciudad de Orihucla el horroroso terremoto que duró por muchos días, y se estendió a varios pueblos de la provincia de Murcia, causando en todos ellos estragos inauditos y daños incalcula-bles.Algolfa, Almoradí, Benejusar, Formentera, Rocamora y Torrevieja desaparecieron enteramente de la superficie de la tierra.Los templos, edificios y casas de los pueblos Catral, Dayavieja y nueva, Dolores, Guardamar, Granja, Vijastro, Orihuela, Rafal, Rojales, San Fulgencio y San Felipe Neri, todos poco mas ó menos sufrieron las funestas consecuencias de tan estraordinario fenómeno, y sus habitantes lloran aun en el dia los males de tanta desgracia.

17 de mayo La reina María Amalia murió en el real sitio de Aranjuez sin haber tenido sucesión.

11 de septiembre Por medio de una capitulación, Isidro Barrada concluye el intento de reconquista iniciado apenas dos meses antes.

11 de diciembreLos reyes de Napóles con su hija Doña María Cristina entraron en Madrid, y en este mismo dia Fernando VII ratificó el matri-monio que, con su poder, había celebrado con esta princesa su hermano el infante D. Carlos, en Aranjuez.

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Pharus academiæ

Francisco Solís SolanoLicenciado en Filosofía y Maestroen Educación por el iest y enFilosofía por la ucime.

Los estudios de seguimiento en la investigación social

Resumen

El documento aborda la utilidad de estudios de seguimiento en el proceso de investigación en ciencias sociales, describiendo la técnica para realizarlos y los mecanismos para su elaboración.

Palabras clave: Estudios de seguimiento, investigación, ciencias sociales.

Abstract

The paper deals with the usefulness of Tracer Studies in social sciences re-search, with a description of recommended technique for its execution and the mechanics of its development.

Key words: Tracer Studies, research, social sciences.

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1 En un sentido estricto toda investigación científica implica algún tipo de seguimiento (Bunge, 2000; Kuhn, 2007).

2 Esta praxis descansa en el paradigma estructural funcionalista.

3 La experiencia permite constatar que unos pocos sujetos de estudio experimentaron cierto grado de incomodidad durante el seguimiento por otro lado la gran mayoría indica que dicha percepción la se presentó solo al inicio del seguimiento.

Los estudios de seguimiento son un tipo de investigación científica1 que con-siste en observar, registrar, analizar y evaluar, el comportamiento de un su-jeto de estudio durante un periodo de tiempo. Se denomina «sujeto de estu-dio» a la persona u organización a la que se hará el seguimiento (Thorkildsen, 2005).

Los estudios de seguimiento en ciencias sociales, tienen, principalmente, dos objetivos a saber:

El primero, identificar prácticas y comportamientos de sujetos cuya tra-yectoria se considera relevante o sobresaliente, con la finalidad de distinguir aquellas que pueden ser replicadas en situaciones y contextos distintos por otras personas u organizaciones de las que se espera obtener resultados si-milares2. Así por ejemplo, un profesor de matemáticas que en la evaluación obtiene calificaciones por encima del promedio, y cuyos alumnos hacen co-mentarios positivos de su labor, es un excelente candidato para un estudio de seguimiento. El seguimiento permitirá observar las acciones realizadas en clase y cuáles podrían ser replicadas por profesores de asignaturas similares.

El segundo objetivo de este estudio es identificar los rasgos de una o más teorías que pudieran existir en el sujeto de estudio. Por ejemplo los rasgos de teorías pedagógicas conocidas en la labor docente. En este caso, durante un tiempo determinado, se observa y registra la manera en que un profesor im-parte sus clases, laboratorios y demás espacios educativos y posteriormente se comparan las características observadas con las de las distintas teorías pedagógicas.

Esa observación, permite evaluar qué paradigmas del conductismo o del constructivismo se hacen vida en el docente y, más aun, la manera en que él, consciente o inconscientemente, interpreta con su práctica la teoría a la que se podría adherir.

Aproximación a los estudios de seguimiento

¿Cómo hacer un estudio de seguimiento?

Selección del sujeto de estudio

Un estudio de seguimiento inicia con la selección del sujeto de estudio, que es el individuo u organización que se va a observar. Por principio ético, es indis-pensable contar con su consentimiento -preferentemente por escrito- antes de iniciar el estudio. De igual manera es indispensable preguntar qué infor-mación personal se puede incluir en el reporte. También es recomendable po-ner a consideración del sujeto de estudio o del responsable de la organización, el resultado final antes de ser presentado y publicado.

En ocasiones al presentar los resultados, se llegan a usar imágenes y se revela el nombre del sujeto de estudio, y, aunque estos datos no son deter-minantes en los resultados de la investigación, es necesario acordar con los sujetos de estudio si se puede incluir en el documento final.

La experiencia en la realización y asesoría en este tipo de investigaciones sugiere que uno de los principales criterios de selección del sujeto de estu-dio es que éste tenga disponibilidad para ser observado3, en otras palabras, que no manifieste incomodidad ante la presencia de un observador y como consecuencia durante el seguimiento se comporte de manera distinta a la habitual. Por lo anterior es muy recomendable conocer o en su defecto contar previamente con referencias del sujeto.

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4 Aun con cuando conscientemente y deliberadamente el investigador haga su mejor esfuerzo por ser no participante, en la investigación social resulta inexistente un escenario en el cual el observador no influya en la investigación, dado que es imposible pasar totalmente desapercibido mientras se está presente en las interacciones sociales.

Tabla 1. Rasgos y supuestos de la teoría Conductista.

¿Dónde se deberá realizar el estudio de seguimiento?

¿Qué se observa y registra en un estudio de seguimiento?

Los estudios de seguimiento se llevan a cabo principalmente en el ambiente laboral del sujeto de estudio y de manera secundaria, en el desarrollo de ac-tividades extra-profesionales que permitirán determinar características par-ticulares de la personalidad y la labor profesional. Por ejemplo, un estudio de seguimiento con profesores y/o directivos de centros educativos.

En el caso de los profesores las observaciones se realizarán en el aula, la-boratorio, o reuniones escolares. En el caso de los directivos el seguimiento se efectúa en reuniones de trabajo y en los espacios en que dan atención a profesores, alumnos y padres de familia.

El tipo de observación empleada en los estudios de seguimiento se denomina «directa y no participante». Este tipo de observación exige que quien realiza la investigación esté presente en el lugar y tiempo en el cual el sujeto de estu-dio está llevando a cabo actividades normales de su profesión, con la finali-dad de registrar su comportamiento (Gurdián-Fernández, 2007 ).

La observación no participante implica que el investigador haga un es-fuerzo consciente por no tomar parte en el desarrollo de las actividades del sujeto de estudio. Por ende es importante evitar comentarios, gestos, postura física y ademanes que puedan sugerir aprobación, rechazo o cualquier otro tipo de valoración vinculado al tema o actividad que se está desarrollando4.

Lo que se observa y registra son los rasgos que el sujeto de estudio mani-fiesta. Los rasgos (llamados también artefactos o cultura material) son las manifestaciones visibles, tangibles y observables de los supuestos y valores de las personas, organizaciones y teorías. Los principios, máximas, tendencias e incluso los nombres de las teorías, conforman propiamente los rasgos de las perspectivas científicas.

Por ejemplo, en la tabla 1 se muestran algunos rasgos y supuestos de la teoría Conductista de la educación, y en la 2 los de la teoría Constructivista.

Teoría conductista de la educación

Rasgo Supuesto

Salón en forma de auditorioEl alumno aprende del maestro, por ello los asientos están coloca-dos de manera que el estudiante pueda ver al profesor sin importar que los de las filas delanteras no puedan ver a sus compañeros.

La cátedra

En estricto sentido la «cátedra» es el asiento del profesor, no obstante en un sentido amplio se aplica al espacio físico en que el profesor da su clase. El supuesto de este rasgo es que maestro es quien enseña y el alumno es quien aprende

Objetivos de aprendizajeEl supuesto de los objetivos de aprendizaje es que la educación es gradual, objetiva y modifica la conducta.

Plan de claseUno de los supuestos del plan de clase es que el aprendizaje y las conductas del alumno son predecibles y modificables, la educación «diseña la conducta».

Castigos y recompensasEl uso de castigo y recompensas en la educación revela que éstos son los medios de estimular las conductas esperadas y anular las no deseadas.

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5 Los estudios de seguimiento han mostrado ser útiles como una hermenéutica social de las teorías.

Tabla 2. Rasgos y supuestos de la teoría Constructivista.

Teoría constructivista de la educación

Rasgo Supuesto

No hay alumnos sino estudiantes

El término alumno describe alguien carente de luz y que recibe los conocimientos del profesor, por el contrario el estudiante es un actor activo en la construcción del aprendizaje.

Salón en forma de «U»Los estudiantes construyen su aprendizaje a partir de de la partici-pación de sus compañeros de clase, por ende es pertinente que los vea y dialogue con ellos.

Metas cognitivasLas metas cognitivas hacen las veces de los objetivos, pero en el Constructivmismo el grupo dirige y evalúa su propio

Es pertinente señalar que los supuestos de las teorías, son interpretados por quienes los llevan a la práctica de manera que no siempre son aplicados tal y como el teórico los entendió. Ello genera cierta ambigüedad en la aplica-ción de los mismos postulados en diferentes actores sociales.

Por ejemplo, dos profesores pueden estar conscientemente aplicando téc-nicas de pedagogía constructivista o el enfoque por competencias y tener prácticas docentes diametralmente opuestas. En este contexto, los estudios de seguimiento permiten evaluar cómo se están interpretando los funda-mentos teóricos por quienes los aplican.5

La duración de este tipo de estudio tiende a ser muy variada. La experien-cia recomienda que se desarrolle durante una semana por una a dos horas diarias. Esta duración proporciona información suficiente para cumplir los objetivos del estudio; un seguimiento posterior al análisis y evaluación de la investigación, permitirá corroborarlos y, en caso de no ser así, siempre se po-drán replantear los datos obtenidos y su interpretación.

Duración

Conclusión

El estudio de seguimiento permite hacer evidentes para el investigador, las características que el sujeto de estudio ha incorporado en su práctica docen-te, sea de manera inconsciente al repetir patrones de conducta o bien inten-cionalmente, introduciendo a su práctica profesional técnicas derivadas de paradigmas teóricos.

La experiencia en estudios de seguimiento revela que paradigmas socia-les y antropológicos, son encarnados en acciones y convicciones de personas y organizaciones que los llevan a la práctica. De igual manera este tipo de investigación corrobora que no hay evidencia empírica de paradigmas abso-lutamente puros, ello implica que en la práctica, los individuos incorporan distintas e incluso contradictorias perspectivas teóricas.

No obstante las teorías, como toda acción humana, son parciales, lo cual implica que hay aspectos de su naturaleza y comportamiento que no son in-cluidos en su aplicación, dado que toda la teoría es incompleta y están en pro-ceso de elaboración, conforme se construye mediante ensayos y experiencias (Kant, 2011), de manera que la importancia de los estudios de seguimiento en ciencias sociales, radica en que permiten identificar aspectos empíricos no considerados ni explicados por los teóricos, con los cuales suelen toparse quienes aplican dichas teorías.

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Referencias

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Kuhn, Thomas. (2007). La estructura de las revoluciones científicas. FCE. DF. México.

Thorkildsen, Theresa. (2005). Fundamentals of Mesurement in Aplplied Research. Pearson. EUA.

La experiencia en el uso de los estudios de seguimiento revela a menudo que en los sujetos de estudio, se presentan rasgos que no pertenecen a las teo-rías que se pretende identificar. Esta ausencia puede implicar una variación en la teoría o bien el origen de una nueva.

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Implementación de un sistema didáctico de hidroneumática

En este trabajo se implementó un sistema hidroneumático to-mando como base del trabajo un sistema hidráulico diseñado y fabricado por el departamento de química del iest. El trabajo consistió en adaptar compo-nentes neumáticos y controladores pid, para obtener el control y la disminu-ción de tiempo en el proceso de circulación del f luido y llenado de los tanques de almacenamiento, mediante el control de flujos, caudales, direcciones, ni-veles, así como las dimensiones de los elementos de conducción, y así desa-rrollar de igual forma un equipo didáctico para prácticas de laboratorio de las materias de hidroneumática. Se construyeron tres líneas hidráulicas de con-ducción de fluido, paralelas a las líneas de conducción hidráulica en donde se acoplaron válvulas de accionamiento manual, electroválvulas y válvulas angulares, se agregó un tanque de almacenamiento con sus sensores de nivel. Las pruebas consistieron en prender las bombas de manera secuencial para generar la circulación del f luido y llenado del tanque de almacenamiento, pri-mero el sistema trabajo con una sola bomba después con dos bombas y por último con tres bombas al mismo tiempo. Los resultados obtenidos variaron en un 0.5% entre el valor real y el marcado y enviado por el controlador pid. El control del proceso se maximizó totalmente y el tiempo de respuesta del mismo mejoró notablemente.

Palabras clave: sistema, hidroneumática, hidráulica, neumática, elementos neumáticos.

Ing. J. Estrada M. Ingeniero mecánico egresado del Insti-tuto Tecnologico de Ciudad Madero.Maestría en Tecnología Avanzada, por el Centro de Investigación en Ciencia Aplicada y Tecnología Avanzada del Instituto Politécnico Nacional. Maestro de tiempo completo del Instituto de Es-tudios Superiores de Tamaulipas en la carrera de Ingeniería en Mecatrónica.

Ing. Rafael Gea Díaz Ingeniero en electrónica por el Instituto de Estudios Superiores de Tamaulipas. Maestría en Administración con espe-cialidad en Alta Dirección. Profesor de tiempo completo y responsable de los laboratorios de Electrónica y Control, Manufactura y Tecnologías de Informa-ción del IEST.

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1. Introducción

La hidráulica y la neumática, son ramas de la mecánica clásica que se refieren al estudio del movimiento de los fluidos tomando como referencia el agua, aceite y aire principalmente en el diseño de sistemas hidroneumáti-cos[1].

La hidráulica se basa en la aplicación de fluidos cuya función principal es en los procesos mecánicos, donde se necesite que los elementos de un sistema mecánico com-pleto generen y transmitan fuerza o potencia extrema[2], en esta misma función también se construyen redes de distribución de fluidos hidráulicos como el agua; mien-tras que un sistema neumático se enfoca en la velocidad, precisión y control de los elementos de un sistema mecá-nico en funcionamiento[3].

Las ventajas que presenta un sistema hidráulico son la potencia y fuerzas extremas con el accionamiento de elementos muy pequeños tales como las botoneras, de-bido a que los líquidos son prácticamente incompresi-bles[4], sin embargo, los sistemas que utilizan aceites tie-nen mayor posibilidad de contaminar el medio ambiente y provocar accidentes cuando se generan fugas en el sistema, además de la contaminación interna generada a través de dichas fugas[5], de aquí la necesidad de re-configurar los sistemas hidráulicos y agregar a su parte tecnológica un sistema neumático limpio que limite la aplicación de los aceites. Otro factor importante en un sistema hidráulico es el efecto de la temperatura sobre los fluidos, mismos que se expanden al aumentar dicha temperatura, aumentando la presión considerablemente y cambiando la viscosidad de los fluidos, provocando así, fatiga en los elementos[6]. Aunque un sistema neumático no presenta desventajas considerables y si múltiples ven-tajas[7], tanto los sistemas hidráulicos como los sistemas neumáticos se complementan entre sí y con la aplicación de algunos otros sistemas eléctricos o electrónicos me-diante dispositivos comunes[8], como las válvulas sole-noide, interruptores magnéticos, sensores e interrupto-res de final de carrera, controles lógicos programables, que permiten controlar las cargas eléctricas y por ende la lógica de funcionamiento de los elementos que nece-siten movimientos de aproximación rápidos, precisos y avance lento durante los procesos, o presión y precisión en la sujeción de piezas mecánicas como en las fresado-ras, rectificadoras y tornos de control numérico por com-putadora[9], o en maquinaria y equipos de irrigación[10].

En el presente trabajo se plantea la necesidad de re-currir a un sistema de control de flujo y nivel, ya que el sistema hidroneumático en cuestión solo presenta dis-positivos de medición de flujo, tales como la turbina de flujo, medidor vortex y manómetros. La obtención de un sistema de control de flujo y nivel de óptimo desempeño es necesario utilizar controladores pid (Proporcional In-tegral Derivativo), válvulas neumáticas, electroválvulas por su versatilidad en los sistemas hidroneumáticos.

2. Procedimiento experimental

Se tomo como referencia el sistema hidráulico limitado a la medición de flujos y caudales, montado en el departa-mento de química del IEST, en donde el sistema hidráuli-co se refiere a una estación potabilizadora y purificadora de agua, misma que cuenta con cinco líneas de conduc-ción de agua, de las cuales se modificaron las líneas de conducción 2, 3 y 4. En las líneas 2, 3 y 4 se insertaron lí-neas de conducción auxiliares con el fin de controlar me-diante válvulas neumáticas y de diafragma, el caudal del f luido, así como el nivel del tanque de almacenamiento.

En la línea auxiliar 2 se acoplo una válvula de dia-fragma de 0% a 100% de apertura para controlar el cau-dal del líquido, el porcentaje de apertura de la válvula de diafragma estará en función del controlador pid de 4mA a 20mA, el cual toma la lectura obtenida por el elemento primario de medición vortex de 4mA a 20mA, para des-pués reenviar la señal al transductor de corriente eléc-trica/flujo de aire, mismo que enviará el flujo de aire indi-cado para definir el porcentaje de apertura a la válvula de diafragma. En la figura 1 se muestra el diagrama de flujo de la línea auxiliar 2.

Figura 1.- diagrama de flujo para la línea 2

El controlador pid es el ordenador del sistema, es de-cir, la lectura del flujo señalada o programada en el con-trolador pid, será la que finalmente las válvulas y elec-troválvulas del sistema permitan pasar a través de sus líneas de conducción, de tal forma que el sistema siempre este controlado.

La programación del flujo en el sistema consistió en seleccionar primero la flecha del controlador pid que apunta hacia el panel, en donde se encuentran las cara-tulas PV y SV, una vez que la lectura de la caratula SV se muestra intermitente, se procedió a subir o bajar el valor del caudal mediante las flechas del controlador pid que apuntan hacia arriba y hacia abajo, una vez obtenida la lectura de flujo deseada se presionó la tecla SET. En la siguiente figura se muestra un controlador pid.

4 - 20 mA

4 - 20 mA

Suministro de Aire

Válvula de Diafragma0 - 100% de apertura

Válvula Vórtex

Controlador PID

Corritransductorente/Aire

Línea de Aire

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En las líneas auxiliares 3 y 4, se utilizaron válvulas angulares de ½” con accionamiento neumático y retorno por muelle normalmente abiertas, estas válvulas fueron conectadas por medio de líneas de conducción de aire y co-nexiones rápidas de codo con diámetros de 1/8” a 6mm, a electroválvulas 3/2 vías de 1/8” cuyas características eléctricas son 110 volts en corriente alterna, con accionamiento eléctrico para controlar el caudal del fluido y el nivel del tanque de almacenamiento de agua. En las electroválvulas se acoplo un silen-ciador o filtro de aire de bronce de 1/8” cuya función es la de reducir el nivel sonoro en todas las salidas atmosféricas del aire comprimido.

Figura 2.- Controlador pid, secuencia para el control de Flujo en las líneas de conducción o nivel del tanque de almacenamiento.

[1]

[2]

[3]

Figura 2.- Componentes del sistema hidroneumático. (a) Electroválvula,

(b) válvula angular, (c) conector neumático,

(d) regulador de presión, (e) válvula manual, (f) Manómetro.

b)

f)

e)c)a)

d)

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Pharus academiæ

Figura 3. diagrama de flujo para la línea 4

Figura 4. diagrama de flujo para la línea 3

En la línea auxiliar 4 de igual forma se acoplo una válvula angular neu-mática on/off, en donde la apertura o cierre de la misma está en función del controlador pid (Proporcional Integral Derivativo) de 4mA a 20mA, el cual admite la señal eléctrica del sensor de nivel del tanque de almacenamiento de agua, para transmitir dicha señal eléctrica a la electroválvula y esta envíe una señal neumática a la válvula angular para que esta se cierre al alcanzar el nivel en el tanque.

En la línea auxiliar 3 se acoplo de igual forma una válvula angular neumá-tica on/off, en donde de igual forma la apertura o cierre de la misma estará en función de otro controlador pid (Proporcional Integral Derivativo) de 4mA a 20mA, el cual admite la señal eléctrica de la turbina de medición de flujo de 4mA a 20mA y la transmitirá a una electroválvula para que la válvula angular bloquee el flujo del líquido.

3. Resultados y discusiones

Las pruebas hidroneumáticas realizadas en las líneas de conducción 2, 3, 4, y niveles en los depósitos de almacenamiento, consistieron en activar las bombas, marcar un punto de ajuste (set-point) en el controlador pid y verificar mediante los instrumentos de medición si los flujos y niveles mar-cados en el set-point y los registrados (variable de trabajo) corresponden. Primero se encendió una sola bomba y el set-point se ajustó al 100%, 60% y 20% de flujo respectivamente. Posteriormente el mismo ajuste se dio al set-point pero operando con 2 bombas al mismo tiempo y finalmente se operó con las tres bombas al mismo tiempo. El sistema hidroneumático antes de implementarlo con dispositivos de control solo contaba con instrumentos de

Suministro de Aire

ElectroválvulaON/OFF

Línea de Aire

Válvula Neumática

ON/OFF

4 - 20 mA

Controlador PID Tanque

Sensor de Nivel

Válvula de Presión

diferencialSeñal Salida

Relay

Línea de Aire

Válvula Neumática

ON/OFF

Suministro de Aire

Señal

SalidaRelay

ElectroválvulaON/OFF

4 - 20 mA

Controlador PID

Turbina de �ujo

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Medidor Vortex (gal/min) Video registrador (l/min)

Set Point 100% 2.58 9.72

Set Point 60% 2.56 9.65

Set Point 20% 2.17 8.18

Medidor Vortex (gal/min) Video registrador (l/min)

Set Point 100% 5.72 21.62

Set Point 60% 4.78 18.03

Set Point 20% 2.79 10.51

Medidor Vortex (gal/min) Video registrador (/min)

Set Point 100% 9.18 34.70

Set Point 60% 4.98 18.81

Set Point 20% 4.61 17.43

MedidorTransmisor de presión

diferencial (%)Video registrador (%)

Set Point 50% 50.7 50.2

Set Point 40% 40.4 40.0

Set Point 30% 30.3 30.0

MedidorTransmisor de presión

diferencial (%)Video registrador (%)

Set Point 30% 30.3 30.0

Set Point 40% 40.5 40.0

Set Point 50% 50.5 50.0

Set Point 30% 30.2 29.9

medición, de tal forma que no existe reporte de pruebas y resultados sobre el control del sistema. Los resultados de las pruebas hidroneumáticas realiza-das después de la implementación del sistema hidroneumático se muestran en las siguientes tablas.

En la tabla 1 se muestran los resultados del análisis del proceso de flujo en las líneas con la acción de una bomba.

Tabla 1. Resultados de los análisis en las líneas de flujo, accionadas con una bomba

Tabla 2. Resultados de los análisis en las líneas de flujo, accionadas con dos bombas

Tabla 3. Resultados de los análisis en las líneas de flujo, accionadas con tres bombas

Tabla 4. Resultados de los análisis del nivel del tanque de almacenamiento

Tabla 5. Resultados de los análisis del nivel del tanque de almacenamiento accionadas con dos bombas

En la tabla 2 se muestran los resultados del análisis del proceso de flujo en las líneas con la acción de dos bombas.

En la tabla 3 se muestran los resultados del análisis del proceso de flujo en las líneas con la acción de tres bombas.

En la tabla 4 se muestran los resultados del análisis del nivel del tanque de almacenamiento con la acción de una bomba.

En la tabla 5 se muestran los resultados del análisis del nivel del tanque de almacenamiento con la acción de dos bombas.

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Tabla 6. Resultados de los análisis del nivel del tanque de almacenamiento accionadas con tres bombas.

En la tabla 6 se muestran los resultados del análisis del nivel del tanque de almacenamiento con la acción de tres bombas.

MedidorTransmisor de presión

diferencial (%)Video registrador (%)

Set Point 30% 30.3 30.0

Set Point 40% 40.4 40.0

Set Point 50% 50.5 50.0

Set Point 30% 30.0 29.9

Las pruebas hidráulicas y neumáticas realizadas en los procesos de circu-lación de fluido a través de las líneas de conducción 2, 3 y 4, muestran que el comportamiento de los instrumentos de medición tales como el vortex y la turbina son precisos en un ± 0.5% en tiempo real, de tal forma que el tiempo de respuesta en la apertura o cierre de las válvulas de diafragma y angulares es inmediato, y que el controlador pid recibe y emite la señal correspondiente en tiempo real, dando confiabilidad a los datos numéricos en el desempeño general del proceso de distribución del fluido y en el llenado de tanques de almacenamiento.

4. Conclusiones

En función de la falta de control y medición de algunas variables tales como el f lujo a través de las líneas de conducción, el nivel del f luido en los tanques de almacenamiento; la adición de los dispositivos de control en el sistema hidráulico, resultan ser eficaces en el proceso de circulación y recirculación del f luido, ya que la adición de los componentes neumáticos brinda gran pre-cisión cuando reciben la señal que les envía la turbina y vortex, a través del controlador pid y así controlar la reacción instantánea en la apertura o cierre de las válvulas.

5.- Agradecimientos

Se agradece el financiamiento de este proyecto al Instituto de estudios su-periores de Tamaulipas ya que con la partida presupuestal de $60,000.00 se realizó el desarrollo del mismo.

Se agradece al Ingeniero Jorge Barrón de la Rosa por el apoyo y sugerencias brindado para la realización del mismo.

Se agradece al Ingeniero Feliciano Rangel Agundis por el apoyo brindado en la realización de este proyecto.

Se agradece también el apoyo brindado por los alumnos de las carreras Inge-niería en Mecatrónica e Ingeniería Industrial que se mencionan a continua-ción: Jair de Jasús Sanchez Fang, Javier Armando Meza Ceccopieri, Francisco Antonio Rios Aramés, Miguel Germán García Ramos Reyes.

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Bibliografía

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de frenado, Memoria de congreso SOMIM, Celaya, Gto., pp 37-41

Gonzales, A., Chicurel, R., Carmona, G.,(2002) Desempeño del sistema de frenado Hidroneumático del

vehículo eléctrico. UNAM, Memoria VIII congreso SOMIM, Monterrey, Nuevo León.

Giles, Ronald V. (1980). Mecánica de los Fluidos e Hidráulica, Editorial McGraw-Hill de México. 1980.

Granados, Jorge. (2006). Experimentación y análisis de redes hidráulicas en edificaciones, VI SEREA

Seminario iberoamericano sobre sistemas de abastecimiento urbano de agua, João Pessoa (Brasil), 5 a

7 de junio del 2006.

Pharus Academiæ

Recensión sobre libro

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Pharus academiæ

La serie de Los hijos de la tierra

«Los hijos de la tierra» es el nombre genérico dado a una serie de seis novelas, escritas por la estadounidense Jean M. Auel. La historia discurre en el Paleolítico en Europa y la protagonista de la toda serie es una mujer Homo Sapiens llamada Ayla.

El inicio de la historia gira en el supuesto de que dos especies humanas diferentes comparten diversos territorios en el continente europeo, los Homo Sapiens conocidos como Cromañón y los Homo neanderthalensis. En el trans-curso de la narración de las primeras tres novelas, se deja ver que los Sapiens desplazan poco a poco a los neandertales, que se acercan a su extinción al no poder competir con una especie más adaptada al cambio constante.

La señora Auel explicó que su interés fue escribir acerca de la prehisto-ria, especialmente en la época del pleistoceno, alrededor de la glaciación de Würm en Europa, durante la cual -está comprobado por la paleontología- convivieron dos especies humanas: la Homo Sapiens y la del Homo neander-thalensis.

Auel es experta en antropología, paleontología e historia natural y gracias a su formación, se animó a narrar la aventura en la época en que convivían el hombre de cromañón y el hombre de neandertal. Para escribir la serie, Jean M. Auel hizo investigación paleontológica en cuevas de Altamira (España) y Shanidar (Irak) e, incluso, algunos personajes de la serie se basan en fósiles reales encontrados en algunas de ellas.

La idea de Auel se basa en la convivencia de las dos especies homínidas en un mismo espacio en el continente europeo. No es frecuente el tratamiento de la prehistoria en novelas y filmes, por lo que ha sido muy relevante su labor de divulgación en esta materia y muchos consideran la serie como un tesoro.

Emilio Lamadrid SánchezPeriodista, editorialista y ensayista, ha publicado una novela histórica Santa Anna de Tampico, saga de una familia y La Guerra del Señor Polk. Investigador en el iest, Consejero de la Crónica Municipal para el Municipio de Tampico.

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Ficha técnica de los libros:

El clan del oso cavernario, 1980El valle de los caballos, 1982Los cazadores de mamuts, 1985Las llanuras del tránsito, 1990Los refugios de piedra, 2002La tierra de las cuevas pintadas, 2011

Argumento de las novelas

La primera novela, El clan del oso cavernario, presenta a Ayla el personaje principal de la serie, una niña de 5 años, huérfana tras perder a sus padres y a su tribu en un te-rremoto. La pequeña en su deambular sin rumbo resulta herida por un león cavernario. Tras perder la conciencia, Ayla es descubierta y adoptada por Creb, el gran Mog-Ur -chamán- del «Clan del Oso Cavernario» e Iza, su her-mana, curandera de una pequeña banda de neandertales. La pequeña, crece entonces en un medio al que es inca-paz de adaptarse del todo, pero es educada en la cultura del Clan por Iza y Creb. La narración sigue el desarrollo de Ayla y sus peculiaridades, como el hablar mucho y po-der derramar lágrimas, a diferencia de su nueva familia. Otro aspecto que la hace aún más diferente, es el hecho de que los miembros del Clan tienen las «memorias», to-das las reglas de acción y comportamiento de su espe-cie grabados en la memoria genética, mientras que Ayla debe esforzarse por aprenderlas memorizándolas. Así la historia lleva al lector por los encuentros y desencuentros de Ayla con su nueva familia, pasando por dar a luz a un híbrido de Sapiens y Neanderthal, hasta ser expulsada del Clan por un nuevo jefe, lo que lleva a la segunda novela. «El valle de los caballos».

Tras de su expulsión, vemos que Ayla inicia su camino hacia el oeste, en busca de quienes los neandertales lla-man «Los Otros», los cromañones, especie a la que per-tenece Ayla. En su tránsito, la joven encuentra una cueva para refugiarse y pasar el invierno en ella, aunque al final acabará por instalarse en su interior durante tres años, supliendo la falta de contacto humano con la relación que entabla con dos animales huérfanos a los que acoge y domestica: la yegua Whinney y un gran león cavernario al que acaba llamando Bebé. La historia narra de forma paralela los pasos de Jondalar, un joven cazador de la tribu Zelandonii, y de su hermano Thonolan, que acaba muerto al ser atacado por un león. Cuando Ayla se en-cuentra con Jondalar, descubre el amor y decide acompa-ñarlo en busca de otros humanos con los que encontrar un nuevo hogar. En ese tránsito, se llega a la tercera no-vela de la serie, «Los cazadores de Mamuts».

Ayla y Jondalar, que han pasado demasiado tiempo vi-viendo solos, se encuentran una tribu, los Mamutoi, que viven de la caza de mamuts y después de cierto tiempo, deciden quedarse a vivir en el campamento del León. Con ellos, Ayla conocerá las costumbres de «Los Otros»

(los cromañones) y lo que es volver a tener una familia, ya que ella y sus animales son aceptados sin reservas por la mayoría de los mamutoi. Jondalar empieza a tener dudas en cuanto a su amor por Ayla, debido a que no sabe si llevársela a su pueblo ya que le avergüenza que haya sido criada por neandertales y que haya tenido un hijo mes-tizo, lo cual es visto como una abominación entre los Ze-landonii. Todo ello ocasiona que se vayan distanciando de Ayla, quien conoce a un exótico hombre -una especie de mestizo de negro y cromañón- que sí parece acep-tarla totalmente. Sólo al final, Jondalar se dará cuenta de la fuerza de sus sentimientos por la peculiar mujer rubia, por lo que deciden continuar su relación lejos de los Ma-mutoi, llevando al lector a esperar por la siguiente novela de la serie, «Las llanuras de tránsito», que tardará cinco años en aparecer.

En la cuarta novela, Auel relata el viaje desde que Ayla y Jondalar hacen al abandonar a los Mamutoi, dirigién-dose al noroeste al remontar el Río de la Gran Madre (el Danubio) hasta llegar a las tierras donde habita la tribu de Jondalar. A lo largo del trayecto Ayla va conociendo a distintas tribus de «Los Otros» -mayormente grupos que Jondalar conoció en su viaje hacia la desembocadura del río- que frecuentemente temen a la rubia protago-nista por su dominio sobre los animales (sobre todo un nuevo miembro del grupo, un lobo), lo que la lleva a pen-sar que también pueda ocurrir lo mismo con los Zelando-nii, el grupo de Jondalar.

La novela tiene episodios en los que ambos personajes pasan por situaciones de mucho peligro, e incluso, en un momento, el lobo mata a una mujer que estaba a punto de asesinar a Ayla. Otro de los avatares del camino es la gran dificultad que ambos personajes encuentran para cruzar un glaciar que no consiguieron atravesar en la época más adecuada. Finalmente, lo cruzan y llegan a la quinta novela, ya en territorio de los Zelandonii, el pueblo de Jondalar, «Los refugios de piedra», por la que los lecto-res habrán de esperar doce años.

«Los refugios de piedra» presenta la vida de Ayla y Jondalar en la tribu de los Zelandonii, su unión matrimo-nial y el nacimiento de una hija, a la que ponen el nombre de Jonayla. No todo es fácil, sobre todo cuando se des-cubre que Ayla fue criada en un clan de neandertales, a quienes los Zelandonii consideran animales. Su relación con los miembros de la tribu es una mezcla de recelo y admiración, aunque pronto Ayla destaca por sus dotes de curandera y su interés por el mundo espiritual de los Zelandonii.

Nueve años después aparecerá la última novela de la saga, «La tierra de las cuevas pintadas». Si en los libros anteriores, la protagonista y su pareja viajan por media Europa, conociendo a diversos grupos humanos y com-partiendo con ellos distintas técnicas descubiertas por Ayla y Jondalar (nuevas formas de caza, el uso del sílex para hacer fuego, la confección de herramientas, etc.), en esta novela le toca el turno al arte rupestre. Para ello,

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Pharus academiæ

Auel traslada a la protagonista al lugar de origen de su compañero, Jondalar. Lugar que actualmente sería la Dordoña al sur de Francia.

En este último episodio encontramos a la protago-nista Ayla ya convertida en madre de una niña, e inten-tando encontrar un hogar. Para ello se establece en la Novena Caverna de los Zelandonii y continúa su adies-tramiento místico para convertirse en una líder espiri-tual de la tribu. Para ello, participa en una peregrinación para visitar las cuevas sagradas de la región. En lo más profundo de las entrañas de la Tierra, las figuras de ri-nocerontes, mamuts y caballos parecen emitir un aura mágica perdida en lo más lejano del Paleolítico, un arte que a Ayla le impacta profundamente y le transporta al mundo de sus antepasados.

Así, mientras Ayla se forma como gran sacerdotisa, Jondalar, se verá desplazado y acusará los problemas de la soledad.

Según declaraciones de la misma Auel, no tiene inten-ción de agregar una nueva novela a la larga serie de «Los hijos de la Tierra». La autora afirmó en una entrevista en Londres en 2011, que la saga está acabada, aunque no descarta seguir escribiendo otras novelas ambientadas en la misma época, al margen de la serie.

A través de las miles de páginas que componen la serie «Los hijos de la Tierra», el lector se encariña con los muy diversos personajes creados por Jean M. Auel. El carisma, ternura o inteligencia que demuestran en la narración, nos permiten aceptar que están más inspirados en la realidad y hallazgos prehistóricos de lo que podríamos esperar.

Es evidente que Auel se adelantó a futuros descu-brimientos, ya que hace apenas dos años, un estudio demostró que neandertales y humanos modernos se ha-bían cruzado, cosa que se ha comprobado, por medio del estudio del genoma humano que demuestra que ambas especies tuvieron descendientes fértiles y que como fruto de aquellas cópulas todos los humanos modernos llevan entre 1% y 4% de ADN neandertal, a excepción de los afri-canos subsaharianos, aunque los detalles de los cruces (dónde, cuándo, cuántos) aún están en la oscuridad.

Los personajes y sus orígenes

Valoración

Una meritoria labor de documentación

• Ayla se basa en un esqueleto de cromañón hallado en Francia, Jondalar también, aunque la autora la dotó de algunos centímetros más de estatura.

• Iza y Creb: los descubrimientos de neandertales en la Cueva de Shanidar, situada en Irak, fueron muy importantes para Auel y su recreación de la vida de estos hombres en «El Clan del Oso Cavernario». En concreto, Iza, la curandera y madre adoptiva de Ayla en el Clan, guarda relación con el esqueleto conocido como Shanidar IV, que se halló enterrado junto a flores y plantas. En el primer libro de la serie, cuando Iza muere, Ayla echa flores y plantas en su tumba como representación del oficio que realizaba.Por su parte, Creb, el mog-ur hermano de Iza y en cuyo hogar es acogida Ayla, tiene más de un punto en común con el esqueleto Shanidar I, un hombre de neandertal sin un brazo, un ojo ciego y una pierna tullida.

• Ranec: en el caso del mamutoi mestizo que provo-cará los celos de Jondalar en «Los cazadores de ma-muts», fue la intuición de Auel la que le guió para

crear este personaje. Ya había concluido la tercera novela de la serie cuando se enteró de que en el sitio de Kostienki los expertos habían descubierto el esqueleto de un hombre mitad caucásico, mitad negro.

• Zolena, un personaje de la Novena Caverna de los Zelandonii que inició en el sexo a Jondalar y casi le vuelve loco. Por ello, Auel se inspiró en las represen-taciones de las mujeres y la fecundidad de los croma-ñones y, especialmente en la Venus de Willendorf.

• Durc: el caso de los descendientes del cruce de nean-dertales y cromañones es especialmente polémico, ya que los expertos no se ponían de acuerdo sobre si realmente habrían sido posibles estos cruces. En «Los hijos de la Tierra», Durc es hijo de Ayla -cro-mañón- y Broud -neandertal- y a lo largo de las novelas, se observa que existían más casos como él.

«Los Hijos de la Tierra» la saga de seis novelas de la es-critora Jean M. Auel narran la historia de Ayla, y la acción se sitúa en el último periodo glacial que empezó hace unos 110.000 años, y tuvo su apogeo hace unos 20.000, una época en la que la paleontología prueba que ambas especies del género homo compartían La Tierra.No existen muchas obras de ficción ambientadas en la época prehistórica, lo cual, sumado a que es un período que se ve de forma superficial en la educación escolar, contribuye a que exista un gran desconocimiento acerca de tal tiempo. Así pues, la fuerza de la saga, más que los hechos que relata, se encuentra en la extensísima labor de documentación, que combinada con la imaginación de la autora y un buen número de licencias literarias, la convierten en un tratado sobre la vida de nuestros ante-pasados durante el último periodo glacial.

El proceso de documentación de la autora queda paten-te, en la descripción de los diversos avances tecnológicos que caracterizaron a los Homo Sapiens, desde el uso que daba a piedras, cuernos y madera para elaborar instru-mentos que facilitaban su vida, desde agujas para coser hasta armas como las lanzas, las puntas de piedra, los

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Crítica

Adaptación cinematográfica

Conclusiones

La trama de la serie nos va acercando al final de la his-toria de Ayla, Jondalar y su hija, pero mientras ocurre el temido final, se convierte por momentos en una enciclo-pedia rica en todo tipo de información relativa a la vida en la Prehistoria.

Los métodos con los que desollaban animales, prepa-raban infusiones, o recogían plantas medicinales quedan explícitamente ilustrados gracias al exhaustivo trabajo de Auel, que antepone sus estudios a la fluidez de la narración.

El libro se convierte así en una mezcla de novela y cua-derno de viaje donde el vigor y el suspense de la acción queda relegado a un plano secundario hasta llegar a un final que pretende ser la despedida de la saga, aunque siempre es posible que queden capítulos por contar en un futuro.

Los libros de la saga de «Los Hijos de la Tierra» han sido traducidos a 35 idiomas y sus ventas suman por el momento más de 45 millones de ejemplares, 3 de ellos sólo en España y América Latina.

Jean Marie Auel (Chicago, 1936) vive actualmente en Oregón dedicada a la investigación de la Prehistoria, y viaja frecuentemente a Europa para visitar los principa-les yacimientos arqueológicos relacionados con los ante-pasados del hombre moderno.

En 1986 se rodó una versión cinematográfica de la prime-ra de las novelas, «El Clan del Oso Cavernario», protago-nizada por una joven Darryl Hannah en el papel de Ayla. El film fue un completo fracaso de taquilla por lo que no se ha intentado repetir la aventura.

Al margen de las consideraciones sobre la labor documen-tal, es cierto que hay algunos altibajos en la trama. La se-gunda y cuarta novela son algo menos apasionantes que el resto, y en concreto la última, «Las llanuras del tránsito» tiene unas 600 páginas (de las 1.000 y pico que componen la edición de bolsillo) en las que no ocurre absolutamente nada.

Sin embargo, lo cierto es que la impresión general de la saga es muy positiva. Tras leer los seis volúmenes (nin-guno de los cuales tiene menos de 800 páginas) no solo tendremos la impresión de haber asistido al relato de una historia larga y fascinante, sino que habrá aumentado sustancialmente nuestro conocimiento sobre nuestros antepasados del paleolítico superior.

La sexta entrega, «La tierra de las cuevas pintadas» para la cual la autora se documentó en las cuevas cántabras de Altamira, en el yacimiento de Abric Romaní (Barcelona), en Ekain (Deva, Guipúzcoa) y en Atapuerca (Burgos).

«Los Hijos de la Tierra» es una saga altamente reco-mendable, y el hecho de que los libros ya tengan unos años facilita encontrar ediciones económicas de todos los volú-menes publicados.

raspadores y el lanza venablos, hasta los procesos migra-torios de las manadas o el sistema de formación de los glaciares.

Las descripciones acompañan al relato y contribu-yen a la gran labor divulgativa de sus novelas acerca del Paleolítico, y a pesar de que nos encontramos ante una novela y no un tratado, lo cierto es que la obra ha sido aclamada por la crítica, entre otras razones, por su fideli-dad a los diversos descubrimientos arqueológicos en los que Auel basó desde situaciones hasta personajes.

Parte de la calidad de la información, es que nos muestra que nuestros antepasados del Paleolítico tenían tantos conocimientos, ya que muchos de los episodios y artefactos descritos por Jean M. Auel se basan en eviden-cias encontradas durante excavaciones científicas, lo que viene a desmentir los prejuicios que existen respecto a nuestros «primitivos» antepasados.

Jean Auel no solo consultó a multitud de expertos, sino que visitó excavaciones prehistóricas. Incluso tomó cur-sos para aprender cómo construir un refugio de hielo y vivió la experiencia de habitar en uno de ellos empleando para sobrevivir métodos primitivos de hacer fuego, de curtir cuero y hacer herramientas de piedra, por lo que sus descripciones son tan vívidas.

Requisitos para el envío y publicación de colaboraciones en Pharus Academiæ

Pharus Academiæ es una revista semestral de investigación y divulgación, que busca publicar trabajos producto de investigaciones originales genera-das por alumnos y académicos del Instituto de Estudios Superiores de Ta-maulipas (iest).Dado que este medio busca promover la apertura y el intercambio de cono-cimiento dentro de nuestra universidad, la convocatoria se hace a todos los miembros de la comunidad del iest.Se recibirán artículos originales, resultados y resúmenes de tesis de todos los niveles académicos a partir de licenciatura, y recensiones de libros incluidos en el acervo bibliográfico de la institución. A criterio del comité editorial de la publicación, esta abierta la posibilidad de incluir textos de carácter diverso. Quien desee colaborar con Pharus Academiæ, deberá entregar el texto en un documento electrónico de procesador de palabras (word, preferentemente) con extensión *.doc o *.rtf. Los textos deberán tener una extensión mínima 1 600 palabras (2 cuartillas), y máxima de 8 000 palabras (10 cuartillas) en tipografía Arial, tamaño 10 a espacio sencillo y márgenes de 3 cm.El comité editorial podrá considerar artículos de mayor extensión en casos especiales.Los trabajos podrán estar en inglés o en español. En todos los casos, se deberá incluir un resumen no mayor a 150 palabras en inglés y español y un breve currículo del autor. Deberán incluir también un resumen de palabras clave, y bibliografía completa al final del texto.En caso de ilustraciones, tablas o gráficas, se deberá buscar que estas tengan la mayor calidad y resolución (300 dpi mínimo) posibles.Todos los textos recibidos serán puestos a consideración del comité editorial, y solo se publicarán aquellos que sean aprobados por dos dictaminadores por lo menos.Los autores aceptan desde el envío de sus trabajos, que los que sean acepta-dos quedarán a disposición del comité editorial de Pharus Academiæ para su publicación en distintos medios (impreso y/o electrónico). Aun cuando el comité editorial apruebe la publicación de un artículo, la res-ponsabilidad del contenido será de su autor, y no reflejará necesariamente el punto de vista de la publicación o del mismo iest.

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