dostoievski, fedor - un episodio vergonzoso.doc

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    FEDOR DOSTOIEVSKI

    Un episodio vergonzoso

    Este episodio vergonzoso ocurri justamente en la poca en que,con mpetu tan conmovedor como ingenuo y con bro irresistible,comenz la regeneracin de nuestra amada patria y la marchaafanosa de todos sus heroicos hijos hacia nuevos destinos yesperanzas. Fue entonces, en una clara y glida noche deinvierno, al lo de las doce, cuando encontramos a tres hombressumamente respetables sentados en una habitacin confortable yelegantemente amueblada de una hermosa casa de dos pisos enla banda de !etersburgo y enzarzados en una importante yelevada conversacin sobre un tema harto curioso. "os tres

    llevaban el uniforme correspondiente en la administracin p#blicaal grado de general en el ejrcito. Estaban sentados en torno deuna mesita, cada uno de ellos en un e$celente y blando silln, ydurante la conversacin tomaban con sosegado deleite alg#ntrago de champa%a. "a botella estaba all mismo, en la mesita, enuna vasija de plata llena de hielo. "o que ocurra era que elantrin, el &onsejero !rivado 'tepan (i)iforovich (i)iforov, viejosoltern de sesenta y cinco a%os, celebraba su mudanza a unacasa recin comprada y, por cierto, tambin su cumplea%os, que

    caa precisamente en ese mismo da y que hasta entonces nuncahaba festejado. !ero el de esa noche no era un convite del otrojueves. &omo ya hemos visto, no haba m*s que dos invitados,ambos antiguos compa%eros de servicio del se%or (i)iforov yambos antiguos subordinados suyos, a saber+ el &onsejero deEstado en activo 'emion vanovich 'hipulen)o y el tambin&onsejero de Estado en activo van lich !ralins)i. -aban llegadoalrededor de las nueve, haban tomado el t y haban pasadodespus al vino, sabiendo que a las once y media en punto

    deban largarse a casa. El antrin haba sido toda su vida unapasionado de la regularidad. os palabras acerca de l+ habainiciado su carrera como pobre funcionario de baja categora/haba ido tirando durante cuarenta y cinco a%os y saba muy bienhasta qu punto deba esforzarse. (o poda aguantar la idea dearrancar estrellas al cielo, aunque ya ostentaba dos en suuniforme, y le desagradaba sobre todo e$presar una opinin

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    personal, cualquiera que fuese el motivo. Era honrado, es decir,que no se haba visto en el trance de hacer nada concretamentedeshonroso. Era soltero porque era egosta. (o tena pelo detonto, pero le fastidiaba poner de maniesto su inteligencia.

    'enta especial aversin al desorden y el entusiasmo, queconsideraba como inmundicia moral, y en el ocaso de sus a%os sehaba sumido por completo en una e$istencia muelle y perezosa yen una soledad sistem*tica. 0unque a veces visitaba a sussuperiores jer*rquicos, no haba consentido desde sus a%osmozos recibir visitantes en su propia casa, y #ltimamente, si nomataba el tiempo haciendo solitarios, se contentaba con lacompa%a de su reloj de comedor, escuchando impasible, mediodormido en un silln, el tictac del instrumento colocado bajo unacampana de cristal en la repisa de la chimenea. Era hombre de

    aspecto muy decoroso. &on su rostro rasurado pareca m*s jovende lo que era, se cuidaba con esmero, prometa vivir a#n largotiempo y se comportaba como el m*s cumplido caballero. 'ucargo era bastante cmodo+ formaba parte de cierta comisin yrmaba papeles/ en suma, era considerado como e$celentepersona. (o tena m*s que una pasin o, mejor dicho, unferviente anhelo+ ser due%o de su propia casa, y de una casaedicada como residencia de un caballero y no como merainversin de capital. 'u deseo acab por cumplirse. 0nduvo

    buscando y adquiri una casa en la banda de !etersburgo,bastante alejada por cierto, pero casa con jardn y elegante pora%adidura. El 1amante propietario estimaba que la distancia erauna ventaja. (o gustaba de recibir visitas, y para hacer las suyaso ir a trabajar contaba con un lindo carruaje de dos plazas, colorde chocolate, con un cochero, 2ihei, y con dos caballos peque%os,pero vigorosos y de buena pinta. 3odo ello haba sido adquiridolaboriosamente en cuarenta a%os de escrupulosa economa, porlo que su corazn rebosaba de gozo al contemplarlo. -e ah por

    qu, una vez comprada la casa y mud*dose a ella, 'tepan(i)iforovich senta tal contento y calma espiritual que hasta tuvoinvitados el da de su cumplea%os, aniversario que hastaentonces haba ocultado celosamente de sus amigos m*s ntimos.&on respecto a uno de ellos abrigaba especial intencin. En lacasa recin adquirida se haba reservado el piso superior, y parael inferior, idntico al suyo, precisaba un inquilino. 'tepan

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    (i)iforovich pensaba en 'emion vanovich 'hipulen)o y dos vecesdurante la reunin haba hecho recaer la conversacin sobre elasunto, pero 'emion vanovich haba dado la callada porrespuesta. Era ste un individuo que tambin se haba abierto

    camino penosa y lentamente. 3ena el pelo y las patillas negros yel rostro de matiz un tanto bilioso. Estaba casado, apegadodesabridamente a la vida hogare%a, en la que mandabatir*nicamente. 'aba tambin hasta dnde poda llegar en elescalafn, mejor dicho, hasta dnde no llegara nunca/ tena unbuen cargo y lo ocupaba con mucha rmeza. 2iraba el nuevoorden de cosas con cierto rencor, pero sin mayor alarma+ estabamuy seguro de s mismo y escuchaba con una punta de desdnmalicioso la perorata de van lich !ralins)i sobre cuestiones delda. 0 decir verdad, todos haban bebido algo m*s de la cuenta,

    hasta el punto de que el propio 'tepan (i)iforovich se mostrcondescendiente con el se%or !ralins)i y entabl con l una ligeradiscusin sobre las nuevas ideas. !ero digamos unas palabrasacerca de 'u E$celencia el se%or !ralins)i y con razn, puesto quel es el principal protagonista de este relato.-aca slo cuatro meses que el &onsejero de Estado en activovan lich !ralins)i era llamado E$celencia, lo que quiere decirque, joven a#n, haba alcanzado el grado civil correspondiente algeneralato. 0unque joven por los a%os 4slo cuarenta y tres de

    ellos4, pareca, y le gustaba parecer, a#n m*s joven por suaspecto. Era guapo, de elevada estatura, presuma de vestir bieny de la sobria elegancia de su atuendo, haca ver habilidosamentela importante condecoracin que llevaba al cuello, supo adquirirdesde la ni%ez algunos h*bitos del gran mundo y, siendo soltero,so%aba con una esposa rica e incluso de la alta sociedad. 'o%abatambin con otras muchas cosas, aunque no tena nada de lerdo.e vez en cuando hablaba por los codos y adoptaba de buengrado posturas parlamentarias. !roceda de una familia de

    campanillas, era hijo de general y ni%o mimado/ en su tiernainfancia andaba vestido de terciopelo y batista. -aba asistido aun colegio aristocr*tico y, aunque no sali de l con muchosconocimientos, haba cumplido bien los menesteres de su cargo yascendido al generalato. 'us jefes le tenan por listo y hastacifraban esperanzas en l. 'tepan (i)iforovich, bajo quien habacomenzado y continuado su carrera casi hasta el mismo

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    generalato, nunca le consider hombre pr*ctico y jam*s cifr enl esperanza alguna/ pero le agradaba que fuera de buenafamilia, que contara con medios econmicos, a saber, una casagrande que le produca buenos ingresos y para la que tena un

    administrador/ que estuviera emparentado con gente importantey, sobre todo, que tuviera 5presencia6. En su fuero interno,'tepan (i)iforovich le acusaba de e$ceso de imaginacin yfrivolidad. El propio van lich a veces se consideraba a s mismovanidoso y hasta quisquilloso en demasa. &osa rara+ de vez encuando sufra ataques de escrupulosidad morbosa y de algo ascomo arrepentimiento. &on amargura y secreta congoja se decaque, bien mirado, no haba subido tanto como pensaba. En talesmomentos llegaba hasta el desaliento 4sobre todo cuando se lerecrudecan los hemorroides de que padeca4, deca de su vida

    que era une existence manque, perda la fe, por supuesto slopara sus adentros, perda incluso sus aptitudes parlamentarias, setildaba a s mismo de palabrero y fraselogo y aunque todo esto,ni que decir tiene, redundaba en honor suyo, no le impedalevantar de nuevo la cabeza media hora despus, yenvalentonarse y persuadirse con mayor energa y arrogancia deque todava lograra descollar y llegara a ser no slo altofuncionario sino estadista, a quien 7usia recordara largo tiempo."legaba hasta pensar aveces en los monumentos que se alzaran

    en honor suyo. e esto se puede colegir que van lich apuntabaalto, aunque encerraba sus vagos sue%os y esperanzas en elfondo de su alma y no sin alg#n temor. 3otal, que era buenapersona y hasta poeta de espritu. En los #ltimos a%os las rachasmorbosas de desilusin le invadan m*s a menudo. 'e habavuelto atrabiliario, receloso, dispuesto a considerar vejatoriacualquier objecin que se le hiciese. "a regeneracin de 7usia, sinembargo, despert en l nuevas esperanzas. El generalato les diocima. &obr *nimos, levant cabeza. e pronto empez a hablar

    mucho y bien, a hablar de los temas m*s de moda, que hizoapasionadamente suyos con rapidez inesperada. 8uscabacoyunturas para hablar, iba y vena por la ciudad y en muchossitios lleg a cobrar fama de liberal impenitente, lo que halagabasu amor propio. En la velada a que nos venimos reriendo,despus de apurar la cuarta copa se despach a sus anchas.9uera hacer cambiar radicalmente de opinin a 'tepan

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    (i)iforovich, a quien no haba visto en bastante tiempo y a quienhasta entonces haba estimado siempre y aun prestado atencin.!or alg#n motivo le consideraba reaccionario y esa noche caysobre l con ardor inslito. 'tepan (i)iforovich apenas le

    contradijo y se limit a escucharle con cautela, aunque el tema leinteresaba. van lich se fue enardeciendo, y en el calor de ladisputa imaginaria levant el codo m*s de lo conveniente. 'tepan(i)iforovich tomaba la botella y al momento le llenaba la copa, loque por alguna razn van lich empez a considerar como uninsulto, tanto m*s cuanto que 'emion vanovich 'hipulen)o, aquien despreciaba a la vez que tema por su cinismo y malicia,mantena un astuto silencio, all junto a l, y sonrea m*s de loconveniente. 5'e dira que me toman por un chaval6 4fue elpensamiento que cruz por el cerebro de van lich.

    4(o, se%or, ya era hora, hace tiempo que ya era hora 4prosigui e$altado4. 'e han retrasado mucho y, en mi opinin, elhumanitarismo es lo primero, el humanitarismo para con lossubordinados, el recordar que tambin son seres humanos. Elhumanitarismo lo salvar* todo y sacar* todo adelante...4:e, je, je 4se oy del lado donde estaba 'emion vanovich.4;!ero por qu nos est* usted reconviniendo< 4objet por n'tepan (i)iforovich con amable sonrisa. 4&oneso, van lich, quetodava no acierto a comprender lo que nos est* usted

    e$plicando. =sted encomia el humanitarismo. Eso signica amoral prjimo, ;verdad en cuanto a usted, 'tepan (i)iforovich,me permito decirle que tampoco me ha entendido...4En efecto, no le he entendido.4(o obstante, sostengo y sostendr siempre laidea de que el

    humanitarismo, y m*s precisamente el humanitarismo para conlos subordinados, desde el ocial de negociado hasta elescribiente, desde el escribiente hasta el criado, desde el criadohasta el campesino4, el humanitarismo, digo, puede servir, poras decirlo, de piedra angular para las reformas y, en general,para la renovacin de las cosas. ;!or qu< !ues ver* por qu.

    3ome el silogismo+ soy humanitario, por consiguiente me estiman/me estiman, por consiguiente confan en m/ confan en m, porconsiguiente creen en m, creen en m/ por consiguiente meestiman... mejor dicho, no, quiero decir que si creen en m creer*n

    en la reforma, comprender*n, por as decirlo, el meollo mismo delasunto, se abrazar*n moralmente, por as decirlo, y lo resolver*ntodo fundamental y amigablemente. ;!or qu se re, 'emionvanovich< ;Es que no lo entiende< 'tepan (i)iforovich alz las cejas sin decir palabra/ estabaatnito.42e parece que he trincado algo m*s de lo debido 4dijo 'emionvanovich con malicia4, y por eso no veo muy claras las cosas.0lgo de ofuscacin en la cabeza.

    van lich dio un respingo.4(o estaremos a la altura de las circunstancias 4agreg depronto 'tepan (i)iforovich despus de una breve re1e$in.4;9u es eso de que no estaremos a la altura< 4pregunt vanlich, asombrado de la repentina y brusca observacin de 'tepan(i)iforovich. 4!ues eso, que no estaremos4. 8ien se vea que 'tepan(i)iforovich no quera ser m*s e$plcito.4;Est* usted pensando quiz* en eso de 5vino nuevo en odres

    viejos6< 4inquiri van lich con cierta irona. 4!ues no, se%or. >orespondo de m mismo.En ese instante dieron las once y media en el reloj.4> aqu seguimos sentados como viejos al sol 4dijo 'emionvanovich apresur*ndose a levantarse de su asiento. !ero vanlich le tom la delantera, se incorpor y tom sugorro de piel demarta que estaba en la repisa de la chimenea. !areca ofendido.

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    4;e modo que pensar* usted en ello, 'emion vanovich< 4pregunt 'tepan (i)iforovich acompa%ando a sus invitados.4;En lo del piso< "o pensar, lo pensar.4> dgame lo que decida cuanto antes.

    4;3odava hablando de negocios< 4coment el se%or !ralins)icon cierto tono de adulacin y jugando con el gorro. "e parecaque se olvidaban de l.'tepan (i)iforovich arque las cejas y guard silencio en se%alde que no detendra a sus visitantes. 'emion vanovich sedespidi con prisa. 58ueno... all* vosotros... si no sabis lo que es la simplecortesa6 4dijo para s el se%or !ralins)i/ y con estudiada solturaalarg la mano a 'tepan (i)iforovich.En el vestbulo van lich se arrop en su ligero y costoso gab*n

    de pieles, tratando de no jarse en el de castor rado de 'emionvanovich, y ambos bajaron juntos la escalera.4'e dira que nuestro viejo estaba ofendido 4insinu van lich alsilencioso 'emion vanovich.4(o. ;!or qu habra de estarlo< 4respondi ste con tranquilafrialdad.4?'erviln@ 4pens van lich para sus adentros. &uando bajaron del porche se acerc el trineo de 'emionvanovich con su jamelgo gris.

    4?emonio@ ;nde habr* dejado 3rifon mi coche< 4grit vanlich al no ver su vehculo.8usc por todos lados/ el coche no apareca. El criado de 'tepan(i)iforovich no tena idea de dnde podra estar. !reguntaron aAarlam, el cochero de 'emion vanovich, y la respuesta fue que

    3rifon haba estado all todo ese tiempo, juntamente con el coche,pero que ahora no estaban ni el uno ni el otro.4?Aergonzoso@ 4e$clam el se%or 'hipulen)o4 ;9uiere que lelleve ganar la partida+ loshabr atrapado con slo un peque%o gesto que a ustedes,se%ores, no se les ocurrira siquiera. 'on mos/ yo soy su padre y

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    ellos son mis hijos... 8ueno, 'tepan (i)iforovich, E$celencia, a versi puede usted hacer lo mismo...;'abe usted, comprende usted, que !seldonimov contar* a sushijos cmo el general mismo estuvo comiendo y hasta bebiendo

    en su boda< > esos hijos se lo contar*n a los suyos, y stoscontar*n a sus nietos como recuerdo sagrado que un altofuncionario, un estadista pues para entonces ya lo serG, les hizoel honor de... etc., etc. !orque levantar moralmente al humillado,le devolver a s mismo... ?!ensar que tiene diez rublosmensuales de sueldo@ 'i repitiera esto cinco veces, o diez, ohiciera algo por el estilo, llegara a ser universalmente popular...9uedara impreso en el corazn de todos, y ?quin sabe lo que deello podra resultar, a lo que podra llevar la popularidad...@60s, poco m*s o menos, iba pensando van lich ;y qu no se dir*

    a veces un hombre a s mismo, se%ores, sobre todo cuando sehalla en estado algo inslito

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    entarimado lleg aun peque%o porche techado que sobresalasobre el patio, y por tres escalones de madera desvencijadossubi a un e$iguo zagu*n. En un rincn de ste arda un cabo devela de sebo o una especie de farol, lo que no impidi que van

    lich, que calzaba chanclos, metiera el pie izquierdo en un platode cerdo en gelatina que haban puesto all para que se enfriara.van lich se agach y vio con curiosidad que haba adem*s dosplatos con algo que pareca aspic y dos moldes que, por lo visto,contenan manjar blanco. "a/ carne de cerdo pisoteada ledesconcert bastante, y hubo un brevsimo momento en que tuvola idea de largarse cuanto antes, pero la idea le pareci indigna.&onsiderando que nadie le haba visto y que nadie pensara niremotamente en l, se limpi el chanclo a toda prisa para borrarlas huellas, encontr a tientas una puerta tapizada de eltro, la

    abri y entr en un vestbulo diminuto. "a mitad de ste sehallaba literalmente abarrotada de abrigos, chaquetas de piel,capotas, capuchones, bufandas y chanclos. En la otra mitadestaban los m#sicos+ dos violines, una 1auta y un contrabajo,cuatro hombres en total, contratados, por supuesto, en la calle.Estaban sentados tras una mesilla de madera sin pintar y a la luzde una vela de sebo atacaban con bro la #ltima gura de lacuadrilla. !or la puerta abierta de la sala se vislumbraba a los quebailaban, entre el polvo, el humo de tabaco y los vapores de

    cocina. Era un alborozo un tanto frentico. 'e oan risotadas,gritos y chillidos de se%oras. "os varones pateaban como unescuadrn de caballera. !or encima de la algaraba se oan lasinstrucciones del maestro de baile, que tena la levita y el cuellodesabrochados. 5"os caballeros delante, chane des dames,balanc!6 etc., etc. van lich, bastante agitado, se quit el gab*ny los chanclos, y con su gorro de piel en la mano entr en lahabitacin. >a para entonces no iba razonando consigo mismo.0l principio nadie repar en l+ todos estaban absortos en el baile

    que terminaba. van lich se detuvo como aturdido, sin poderdistinguir nada con claridad entre aquella barah#nda. ban yvenan vestidos de se%ora, deslaban caballeros con cigarrillos enlos labios... !as el echarpe azul claro de una dama y le roz lanariz. 3ras ella, con frentico bro, vino volando un estudiante demedicina, con el pelo desgre%ado como por un torbellino, quien ledio un fuerte empelln al pasar. &ruz raudo ante l un ocial

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    larguirucho de cierto regimiento. 0lguien con voz sobremanerachillona grit al pasar dando saltos con los dem*s+ 5?Eh, eh, eh,!seldonimush)a@6 van lich not algo pegadizo bajo los pies+ porlo visto haban encerado el suelo. En la habitacin, no muy

    peque%a por cierto, habra hasta treinta invitados.!ero al cabo de un minuto termin la cuadrilla y un instantedespus ocurri precisamente lo que van lich se haba guradocuando se detuvo a cavilar en la acera. &ierto rumor, ciertocuchicheo inslito cundi entre los invitados y los bailarines quea#n no haban tenido tiempo de recobrar el aliento y secarse elsudor del rostro. 3odos los ojos, todas las caras se volvieronr*pidamente hacia el recin llegado. En seguida comenzarontodos a retroceder y hurtar el cuerpo. "os que le haban vistotiraban de la ropa a los que a#n no haban notado su presencia,

    quienes a su vez, al verle, retrocedan con los dem*s. van lichsegua plantado en la puerta, sin dar un paso adelante. Entre l ylos invitados se fue abriendo un espacio cada vez m*s amplio, unsuelo cubierto de innumerables papeles de caramelos, boletos ycolillas. e pronto apareci tmidamente en ese espacio un jovenen uniforme de funcionario con una cresta de cabellos claros yuna nariz corva. 'e adelant todo encogido y mir al inesperadovisitante igual que un perro mira al amo que lo llama para darleun puntapi.

    4?-ola, !seldonimov@ ;2e reconoces< 4pregunt van lich,sintiendo al momento que haba dicho esas palabras con torpezay que quiz* tambin estaba metiendo la pata horriblemente.4?E$... E$... E$celencia@ 4tartamude !seldonimov.4!ues nada, amigo, que he venido por la m*s pura casualidadcomo bien puedes gurarte...!ero a las claras se vea que !seldonimov no poda gurarsenada. !ermaneca de pie, con los ojos desorbitados, presa deterrible perplejidad.

    48ueno, supongo que no me echar*s... ?9uirase o no, hay querecibir a los visitantes@ 4prosigui van lich consciente de que seazoraba hasta el punto de sentirse dbil, queriendo sonreir peroya sin poder hacerlo y comprendiendo que el comentariohumorstico acerca de 'tepan (i)iforovich y 3rifon resultaba, pormomentos, menos posible. !ero !seldonimov, como de propsito,no sala de su pasmo y segua mir*ndole con semblante est#pido.

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    van lich se estremeci pensando que si la situacin seprolongaba un instante m*s, acabara en caos. 49uiz* soy un estorbo..., ?me voy@ 4apenas articul estaspalabras cuando empez a temblarle un nervio en la comisura

    derecha del labio... !ero !seldonimov volva ya en su acuerdo... 4E$celencia, por favor... =n honor... 4murmur inclin*ndoseapresuradamente4, dgnese tomar asiento... 4> despabil*ndosea#n m*s, le indic con ambas manos el div*n del que habaapartado la mesa para dejar sitio a los que bailaban...van lich se sinti aliviado y se dej caer en el div*n/ al momentoalguien se abalanz a acercarle la mesa. Ech una r*pida ojeadaen torno y not que era el #nico sentado/ todos los dem*s, sine$ceptuar a las damas, seguan de pie. 2ala se%al. !ero a#n nohaba llegado el momento de tranquilizarlos y animarlos. "os

    invitados seguan retrocediendo, y slo !seldonimov permanecaante l encogido, sin entender nada todava y sin asomo desonrer. En suma, aquello era bochornoso. En ese momentonuestro hroe sinti tal congoja que su invasin, al estilo de-arunHalH7ashid, de la casa de su subalterno, hecha por delidada ciertos principios, pudiera en efecto reputarse haza%a heroica.e pronto, sin embargo, apareci junto a !seldonimov unapeque%a gura haciendo reverencias. &on gozo ine$presable yaun con alivio, van lich reconoci al instante al ocial mayor de

    su departamento, 0)im !etrovich Iubi)ov, a quien por supuestono trataba personalmente, pero de quien saba que erafuncionario competente y hombre de pocas palabras. 'e levantinmediatamente y alarg la mano a 0)im !etrovich, la manoentera y no dos dedos solamente. Este la cogi entre las dossuyas con el m*s profundo respeto. El general haba triunfado/quedaba zanjado el peligro. >, en efecto, !seldonimov haba pasado por as decirlo desegunda a tercera persona. !ara el relato de lo ocurrido esa noche

    el general poda dirigirse al ocial mayor, tom*ndole, si eranecesario, por amigo y aun por amigo ntimo, en tanto que!seldonimov se limitara a callar y temblar de respeto. e estemodo quedaran cubiertas las apariencias. El relato eraindispensable/ as lo pensaba van lich. 'e percataba de quetodos los invitados estaban a la espera de algo, de que incluso lagente de casa se agolpaba a las dos puertas, casi trepando unos

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    sobre otros para ver y or lo mejor posible. "o lamentable era queel imbcil del ocial mayor segua sin sentarse. 4?Aamos, hombre@ 4e$clam van lich se%al*ndoledesma%adamente un sitio junto a l en el div*n.

    4!erdone, se%or... estoy bien aqu... 4y 0)im !etrovich seapresur a sentarse en una silla que le trajo en volandas!seldonimov, quien permaneca obstinadamente de pie.4Fig#rese el caso 4empez diciendo van lich y dirigindosee$clusivamente a 0)im !etrovich con voz algo trmula, pero yadesenvuelta. ncluso arrastraba las palabras, silabeando ypronunciando la vocal a como si fuera e, en suma, d*ndose plenacuenta de que hablaba con afectacin, pero ya sin logrardominarse/ estaba en poder de una fuerza e$tra%a. En esosmomentos se dio cuenta de muchas cosas, y muchas de ellas

    penosas.4Fig#rese usted que vengo ahora de casa de 'tepan (i)iforovich(i)iforov... habr* odo hablar de l... el consejero privado. El queest* en esa comisin... 7espetuosamente, 0)im !etrovich inclin adelante su cuerpoentero como diciendo+ ;9uin no ha odo hablar de l< 40hora es vecino tuyo4prosigui van lich dirigindosemoment*neamente a !seldonimov por decoro y para mostrardesembarazo, pero volvindose en seguida al notar por los ojos

    de !seldonimov que a ste le era indiferente lo que haba odo.4El viejo, como sabe usted, so% toda su vida con comprarseuna casa... !ues bien, la ha comprado. > una casa preciosa. '... >da la casualidad de que hoy es el da de su cumplea%os. (uncaantes lo ha celebrado/ m*s a#n, nos lo ocultaba a todosyguardaba el secreto por taca%era, ?je, je@ > ahora est* tancontento con la casa nueva que nos invit a m y a 'emionvanovich. >a sabe usted+ 'hipulen)o. 0)im !etrovich volvi a inclinarse. ?'e inclin con verdadero

    af*n@ van lich sinti un poco m*s de alivio. &on todo, se leocurri la idea de que el ocial mayor quiz* sospechaba que enesos instantes serva de indispensable punto de apoyo a 'uE$celencia. Esto sera a#n m*s bochornoso.4!ues bien, all pasamos el rato los tres. (os sirvi champa%a ycharlamos de cosas del ocio... de esto, de aquello y de lo de m*sall*... de varios asuntos... "legamos incluso a discutir... ?je, je@

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    0)im !etrovich levant las cejas respetuosamente.4!ero no se trata de eso. 2e desped por n de l, porque elviejo es muy puntual/ se acuesta temprano, por la edad, ;sabeusted< 'algo a la calle... y no veo a 3rifon, mi cochero. !regunto,

    intrigado, dnde habr* dejado 3rifon el coche y me entero de que,creyendo que yo pasara m*s tiempo en la visita, haba ido a unaboda de una madrina suya o de una hermana... quin sabeadonde... !or aqu, por la banda de !etersburgo. >, como si eso nobastara, se haba llevado el coche tambin.=na vez m*s, y por cortesa, el general se volvi a !seldonimov,quien al instante se agach, pero no tanto como hubiera sidonecesario ante un general. 5Es antip*tico y duro de corazn 6, fuela idea que cruz por la mente de ste. 4?(o me diga@ 4e$clam 0)im !etrovich profundamente

    asombrado. =n ligero murmullo de sorpresa se hizo or entre loscircunstantes.4Fig#rense ustedes mi situacin... van lich los mir a todosG.(o he tenido m*s remedio que ir a pie. !ens que si llegaba hastael 8olshoi !rospe)t encontrara un coche de punto... ?je, je@4?:i, ji, ji@ 4contest respetuosamente 0)im !etrovich. Aolvi aorse un murmullo entre los presentes, pero esta vez de regocijo.En ese momento se quebr con estrpito el cristal de unal*mpara adosada a la pared. 0lguien corri a remediar el

    percance. !seldominov se despabil y mir severamente lal*mpara, pero el general ni siquiera hizo caso y todo volvi acalmarse.4!ues, nada, que ech a andar... -ace una noche tan hermosa,tan apacible. e pronto oigo m#sica, taconeo, ruido de baile.!regunto qu ocurre a un guardia municipal+ pues que se casa!seldonimov. Jye, amigo, est*s dando una esta de a#pa ?ja, ja@4dijo encar*ndose una vez m*s con !seldonimov.4?:i, ji, ji@ ' se%or... 4respondi 0)im !etrovich. "os invitados

    volvieron a agitarse, pero lo m*s absurdo fue que !seldonimov, sibien hizo otra reverencia, segua sin sonrer, como si tuviera lacara de madera. 5?'er* un mentecato@6 pens van lich. 5'i esteasno sonriera, todo ira sobre ruedas6. "a impaciencia seense%ore de su espritu.42e dije+ pues voy a visitar a mi subalterno. e seguro que nome mandar* a paseo... 9uirase o no, hay que recibir a los

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    visitantes. !or favor, amigo, perdname. 'i molesto en algo mevoy... -e venido slo a echar un vistazo...!ero poco a poco se haba iniciado una conmocin general. 0)im!etrovich puso cara afable+ 5;&mopodra usted molestar,

    E$celencia

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    diminuta y nariz puntiaguda. 'us ojos, peque%os y traviesos, nomostraban azoramiento alguno/ al contrario, miraban con jeza yhasta con una punta de malicia. Era evidente que !seldonimov lahaba elegido por creerla guapa. "levaba un vestido de muselina

    blanca sobre una enagua color de rosa. Era 1aca de cuello y tenaun cuerpo de gallina joven, con huesos prominentes. 0 la acogidaque le hizo el general no supo qu contestar.4Es muy bonita tu novia 4prosigui ste a media voz como sihablara slo con !seldonimov, pero de modo que lo oyese ella.!ero !seldonimov tampoco respondi esta vez y ni siquiera seinclin. 0 van lich le pareci que los ojos de su subalternodelataban algo fro, recndito, velado con astucia, algo e$tra%o,siniestro. 'in embargo, haba que hacerle e$presar algunaemocin a toda costa. 0l n y al cabo, para eso haba venido.

    5(o es mala pareja6 4pens4. 5'in embargo...6=na vez m*s se volvi a la novia, que se haba sentado junto a len el div*n, pero a las dos o tres preguntas que le hizo, la jovenno contest m*s que 5s6 o 5no6, y con voz apenas perceptible.5'i por lo menos no se azorase 4prosigui para sus adentros4,me pondra a bromear con ella. !orque esto no conduce a nada6.&omo de propsito, 0)im !etrovich tampoco despegaba los labios,por pura necedad, pero de todos modos ello era imperdonable. 4?'e%oras y se%ores@ ;e veras que no les estorbo en sus

    diversiones< 4pregunt a todos los congregados. 'enta que lesudaban hasta las palmas de las manos.4(o se preocupe, E$celencia. En seguida empezamos/ ahora...estamos tomando aliento 4respondi el militar. "a novia mir aste complacida. El militar era todava joven y llevaba el uniformede un oscuro regimiento. !seldonimov segua en el mismo sitio,inclinado hacia delante, y pareca adelantar m*s que nunca sucorva nariz. Escuchaba y observaba como lacayo que estuvieseesperando, gab*n en mano, a que terminaran de despedirse sus

    amos. Esta fue la comparacin que hizo el propio van lich,Estaba avergonzado, se senta violento, horriblemente violento,se le antojaba que la tierra se abra bajo sus plantas, que se habametido en un sitio del que no poda salir, como si anduvieratanteando en las tinieblas.

    K K K

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    e pronto todos se apartaron y apareci una mujer de ciertaedad, rolliza y de corta estatura, vestida sencillamente pero conun s es no es de pretendida elegancia, amplio chal sobre los

    hombros prendido al cuello y una coa a la que bien se vea queno estaba habituada. 3raa una bandejita redonda con una botellade champa%a descorchada, pero a#n sin empezar, y dos copas/ nim*s ni menos. "a botella, por lo visto, slo estaba destinada a dosinvitados."a se%ora se acerc directamente al general.4(o se ofenda, E$celencia 4dijo inclin*ndose42 !uesto que nonos desde%a y nos honra con su presencia en la boda de mi hijo,le ruego que por favor brinde por los recin casados. (o nosniegue ese honor.

    van lich se aferr a ella como a una tabla de salvacin. "ase%ora no era todava vieja/ no pasara de los cuarenta y cinco ocuarenta y seis a%os. > tena un rostro tan bondadoso, tansonrosado, tan candoroso, un rostro tan ruso en su redondez,sonrea tan afablemente, se inclinaba con tal sencillez, que vanlich casi se sinti mejor y empez de nuevo a concebiresperanzas. 4;&on qu es usted... la madre... de su hijo< 4preguntlevant*ndose del div*n.

    42i madre, E$celencia 4mascull !seldonimov estirando a#nm*s su largo cuello y avanzando de nuevo la nariz.4?0h@ 2e alegro mucho de conocerla, pero que mucho.4(o nos desaire, E$celencia.4&on grandsimo gusto.!usieron la bandeja en la mesa y !seldonimov se apresur allenar las copas. van lich, que segua de pie, tom una. 4'iento en esta ocasin un placer singular 4empez4 enpoder... en poder... ser testigo de... En una palabra, como jefe de

    negociado... deseo a usted, se%ora y se volvi a la recincasadaG, y a ti, amigo !orri... tambin te deseo una larga ycompleta felicidad.> no sin cierta emocin apur la copa que, seg#n la cuenta, erala sptima esa noche. !seldonimov se puso serio y hasta ttrico.El general empez a aborrecerle de todo corazn.

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    5>, adem*s, ese ganso sigue ah de plantn 4se dijo mirando almilitar4. ;Es que no puede dar un ?viva@ siquiera< "a cosa iracomo una seda...6 4=sted tambin, 0)im !etrovich, brinde y beba 4agreg la

    se%ora dirigindose al ocical mayor4. =sted es su jefe y l essubordinado suyo. 2ire usted por mi hijo/ se lo pido como madre.> en adelante no se olvide de nosotros, amigo 0)im !etrovich,como hombre bueno que es usted.5?-ay que ver lo esplndidas que son estas rusas viejas@4 pensvan lich4. -a logrado animar a todos. 'iempre he tenido apreciopor la gente del pueblo...6En ese momento lleg otra bandeja a la mesa. "a portadora erauna criada, vestida de percal nuevo y crujiente y crinolina. 3angrande era la bandeja que apenas poda abarcarla con los brazos.

    En ella venan numerosos platillos con manzanas, bombones,frutas escarchadas, mermeladas, nueces y otras cosas. "abandeja haba estado hasta entonces en la sala a disposicin detodos los invitados y, en especial, de las damas. 0hora, sinembargo, la traan slo para el general. 4(o desprecie nuestras golosinas. E$celencia. 'rvase lo queguste 4repiti la se%ora inclin*ndose. 4?!ues no faltaba m*s@ 4respondi van lich/ y hasta consatisfaccin tom una nuez y la casc entre los dedos. -aba

    determinado ser popular hasta el n.2ientras tanto la novia empez de pronto a rer.4;9u pasa< 4pregunt van lich sonriente, gozoso de talesse%ales de vida.4!ues nada, que van Losten)inych me est* haciendo reir4respondi ella bajando los ojos.El general distingui en efecto a un joven rubio, de aspectobastante agradable, que trataba de esconderse en una silla queestaba al otro lado del div*n y que deca algo en voz baja a

    madame !seldonimova. El joven se levant. Era por lo visto muytmido y de muy pocos a%os.4"e hablaba de 5El libro de los sue%os6, E$celencia 4murmurcomo disculp*ndose.4;e qu 5"ibro de los sue%os

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    4=n nuevo 5libro de los sue%os6, se%or/ muy de ar, por cierto."e deca que si ve en sue%os al se%or !anayev, eso signica quese ha manchado de caf la pechera.5?9u inocencia@6 pens van lich, y no sin irritacin. El mozo,

    aunque se haba puesto colorado al hablar, estaba contentsimode haber dicho eso del se%or !anayev.4?0h, s, s@ >a he odo... 4repuso 'u E$celencia.4?(o, pero si a#n hay algo mejor@ 4e$clam otra voz junto alpropio van lich. 'e va a publicar una nueva enciclopedia para laque, seg#n dicen, el se%or Lrayevs)i escribir* unos artculos.

    3ambin 0lfera)i... en n, literatura difumatoria.El que haba hablado era un joven, pero ste nada apocado, sinoharto desenvuelto. "levaba guantes y chaleco blanco y tena elsombrero en la mano. (o bailaba y se mantena muy erguido

    porque era uno de los redactores del peridico satrico El Tizn,presuma de personaje y estaba all por casualidad, invitado paradar tono por !seldonimov, con quien se tuteaba y con quien ela%o anterior haba compartido un miserable cuartucho en ciertocallejn de la ciudad. 8eba, no obstante, vod)a, menester para elque haba visitado m*s de una vez una recndita habitacintrasera de la que todos conocan el camino. 0l general no le gustni pizca. 4> eso tiene gracia, E$celencia4de pronto interrumpi con

    regocijo el joven rubio que haba hablado de la pechera y a quienpor ello el redactor del chaleco blanco miraba con inquina 4tienegracia, E$celencia, porque el autor supone que el se%or Lrayevs)ino sabe ortografa y cree que por literatura 5difamatoria6 hay queescribir 5difumatoria6...!ero el pobre muchacho apenas pudo terminar. !or los ojos delgeneral entendi que ste ya lo saba haca tiempo y que parecaconfuso precisamente porque lo saba. El joven qued sumamenteavergonzado. "ogr escurrir el bulto lo antes posible y el resto de

    la velada lo pas sumido en melancola. &omo para compensar suausencia, el desenfadado redactor de El Tiznse acerc m*s algeneral con la intencin, por lo visto, de sentarse junto a l.'emejante atrevimiento le pareci a van lich un tantopresuntuoso.4?Jye, !orri, e$plcame por favor 4empez para decir algo4.-ace ya tiempo que quera pregunt*rtelo personalmente. ;!or

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    qu te llaman !seldonimov y no !seudonimov< !orqueseguramente te llamas !seldonimov...4(o puedo contestarle con seguridad, E$celencia 4respondi!seldonimov.

    4Eso se debe quiz* a que cuando su padre entr en el servicio lecambiaron el nombre en los papeles y se qued con !seldonimov4dijo 0)im !etrovich4. Eso pasa a veces.4'in duda 4conrm el general con vehemencia4, sin duda,porque, juzgue por s mismo+ !seudonimov viene de la palabraerudita 5seudnimo6, pero !seldonimov no signica nada.4!or ignorancia, se%or 4agreg 0)im !etrovich.4;9u quiere decir con lo de ignorancia mientras tanto van lich se iba sumiendo cada vez m*s en susre1e$iones, en algo as como un torbellino de ideas. istradocomo estaba, iba tomando, imperceptible pero continuamente,sorbos de champa%a. 0l momento, 0)im !etrovich le llenaba sin

    falta la copa 0mbos callaban. van lich se puso a observar elbaile, que pronto empez efectivamente a cautivar su atencin.e pronto vino a despabilarle un incidente..."os bailes eran de veras alegres. 0ll se bailaba por pura sencillezde espritu, para divertirse y armar barullo. Entre los bailarines loshaba muy pocos buenos/ pero los que no lo eran taconeaban contanta energa que se les poda tomar por buenos. El que m*s se

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    distingua era el militar. "e gustaban particularmente las gurasque ejecutaba por su cuenta, en una especie de 5solo6. En ellasse encorvaba hasta m*s no poder/ mejor dicho, empezaba tiesocomo un huso y de repente se torca a un lado hasta que pareca

    que iba a caer/ pero en el paso siguiente se inclinaba del ladoopuesto hasta formar con el suelo en *ngulo tan agudo como elanterior. "a e$presin de su rostro re1ejaba la mayor gravedad/ ybailaba plenamente convencido de que todo el mundo leadmiraba. Jtro bailarn que haba levantado el codo deantemano, se haba dormido junto a su pareja durante la segundacuadrilla, con lo que ella se vio obligada a bailar sola. =nescribiente joven, que bailaba briosamente con la dama del chalazul, repeta la misma picarda en todas las guras y en las cincocuadrillas que se bailaron esa noche, a saber+ se quedaba un poco

    a la zaga de su pareja, le levantaba la punta del chal y, antes dellegar al is)*)is, se las arreglaba para estampar a toda prisaunas docenas de besos en l. "a dama, por su parte, que ibadelante del joven, no se daba por enterada. El estudiante demedicina hizo, en efecto, el n#mero de bailar patas arriba, un5solo6 que produjo frentico entusiasmo, zapatazos de alegra ysilbidos de satisfaccin. En suma, todo el mundo se portaba con lamayor desenvoltura. van lich, en quien el vino haba hechotambin efecto, empez por sonrerse, pero poco a poco sinti

    que una sospecha amarga se ense%oreaba de su espritu. "eagradaban, por supuesto, la desenvoltura y el desparpajo. -abadeseado tal desenvoltura, mejor dicho, la haba ansiadofervientemente cuando todos los presentes se haban mostradocohibidos ante l, pero ahora la dichosa desenvoltura pasaba decasta%o oscuro. !or ejemplo, una dama, la del vestido deterciopelo azul rado, comprado no de segunda sino de cuartamano, se haba alzado tanto el vestido, prendido con alleres, enla se$ta gura de la cuadrilla que pareca estar bailando en

    pantalones. Era la mismsima Lleopatra 'emionovna, con la queuno poda atreverse cuanto le viniera enga%a, seg#n deca supareja, el estudiante de medicina. e ste slo cabe decir quecomo bailarn, era otro Fo)ine. ;&mo e$plicar esto< 0l principiotodos estaban cohibidos y ahora, de repente, ?pues como si talcosa@ !or trivial que pareciera, ese cambio no dejaba de sere$tra%o+ presagiaba algo. Era como si se hubieran olvidado de

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    que e$ista van lich. Este, por supuesto, era el primero en rer acarcajadas y hasta se atrevi a aplaudir. 0)im !etrovich,respetuosamente, rea al comp*s de l, si bien con evidenteregocijo, sin sospechar que 'u E$celencia empezaba a sentir un

    nuevo gusano en su corazn.48aila usted admirablemente, joven 4se crey obligado vanlich a decir al estudiante que pas junto a l cuando termin lacuadrilla.El estudiante, doblando agudamente la espina, hizo una muecagrotesca y, acercando el rostro a 'u E$celencia en pro$imidadindecorosa, prorrumpi a voz en cuello en un canto de gallo. Esoya era demasiado. van lich se levant detr*s de la mesa. Ello noobstante, estall una salva de carcajadas incontenibles, porque elcanto del gallo haba sido de maravillosa naturalidad y la mueca

    enteramente inesperada. van lich segua de pie, confuso, cuandode repente se present ante l el propio !seldonimov y haciendouna reverncia anunci que la cena estaba servida. 3ras lapareci tambin su madre.4'e%or, E$celencia 4dijo sta inclin*ndose4, h*ganos el honor,no desde%e nuestra pobre mesa...4>o... yo, la verdad, no s si... 4empez van lich4 porque noera para eso... yo... ya estaba para irme...> era cierto que tena el gorro en la mano. 2*s a#n, ah mismo,

    en ese mismsimo instante, se haba dado palabra de honor deque en seguida, al momento, pasase lo que pasase, se ira y deque por nada del mundo se quedara y... y se qued. =n minutodespus abra la marcha hacia la mesa. !seldonimov y su madreiban delante de l abrindole camino. "e colocaron en el sitio dehonor, y una vez m*s apareci ante l una botella de champa%asin abrir. !ara empezar haba arenques y vod)a. 0larg la mano,llen hasta el borde un vaso enorme de vod)a y se lo bebi. -astaentonces no haba bebido nunca vod)a. 3ena la sensacin de

    deslizarse desde la cima de una monta%a, de bajar volando,volando, y de tener que detenerse, que agarrarse a algo, pero sinninguna posibilidad de hacerlo.

    * * *

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    "o cierto era que su situacin se iba haciendo cada vez m*sgrotesca. !or a%adidura, aquello pareca una irona del destino.ios sabe lo que sinti durante esa hora. &uando entr habatendido, por as decirlo, los brazos a la humanidad entera y a

    todos sus subordinados, y he aqu que en una hora apenas, congran dolor de su corazn, saba que aborreca a !seldonimov, quele maldeca, y no slo a l sino tambin a su mujer y su boda. >,como si ello no bastara, vea en el rostro y los ojos de!seldonimov que ste a su vez le destestaba, que le miraba comodicindole+ 5;0 qu demonios has venido aqu< ?2al rayo teparta@ ;0 colgarte de mi cuello...

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    uno dira que carecen de sentimientos... ?', ya vengosospechando desde hace tiempo que la nueva generacin carecede sensibilidad@ ?ebo quedarme, pase lo que pase@ >a handejado de bailar y ahora estar*n todos a la mesa. "es hablar de

    los problemas del da, de las reformas, de lagrandeza de 7usia...?"os dejar turulatos@ ?s@ !uede que en realidad no se hayaperdido nada todava... !uede que as ocurra siempre en la vidareal. ?'i supiera cmo empezar para atrarmelos@ ;&moencontrar una apertura conveniente< (ada, que no doy una en elclavo... ;> qu es lo que necesitan< ;9u es lo que piden< Aeoque entre ellos se cruzan risitas. ios mo, ;se estar*n riendo dem< ;!ero qu es lo que busco< ;!or qu estoy aqu< ;!or qu nome voy< ;9u espero conseguir

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    sera su terror cuando por se%ales inequvocas comprob que, enefecto, estaban sentados a la mesa enemigos suyos y que de ellono caba la menor duda@5;> por qu< ;!or quaroslav. &ada comensal tena aambos lados a otro del se$o opuesto. "a madre de !seldonimovno quiso sentarse a la mesa/ andaba ajetreada, disponindolotodo. 0pareci entonces una gura femenina de aspecto aviesoque no se haba asomado antes, vestida de seda encarnada, conla cara vendada como si tuviera dolor de muelas y una coaempingorotada. 0l parecer, era la madre de la novia, quien haba

    consentido por n salir del cuarto trasero y asistir a la cena. (o sehaba asomado hasta entonces a causa de la inquina implacableque profesaba a la madre de !seldonimov/ pero sobre estovolveremos m*s tarde. Esta se%ora mir al general de travs, conun si es no es de mofa, y era evidente que no quera serlepresentada. 0 van lich esta gura le pareci sobremanerasospechosa. !ero, amn de ella, haba all otras personas

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    sospechosas que inspiraban recelo e inquietud. !areca inclusoque entre ellas se tramaba una conspiracin, y cabalmente contravan lich/ al menos a l as le pareca, y de ello fueconvencindose conforme avanzaba la cena. 2aligno, por

    ejemplo, era un se%or con perilla, que se deca artista, el cual,despus de mirar varias veces a van lich se volvi a cuchichearcon su vecino de mesa. Jtro de los circunstantes, s, cierto,estaba completamente ebrio, pero, con todo, era sospechoso porvarios conceptos. 3ampoco inspiraba conanza el estudiante demedicina, ni caba arse por completo de la lealtad del militar.!ero quien manifestaba un odio singular y evidente era elredactor de El Tizn+ ?estaba tan despatarrado en su silla, mirabaa todo el mundo con tanto orgullo y arrogancia, se rea con tantafrescura@ > aunque los otros comensales no hacan maldito caso

    del periodista4quien por haber publicado cuatro versecillos en ElTizn se consideraba liberal4 y le miraban con desagradoevidente, cuando junto a van lich cay de pronto una bolita depan, claramente destinada a l, ste estuvo dispuesto a apostarsela cabeza de que el culpable del proyectil no era otro que elredactor de El Tizn.3odo esto acab por afectarle m*s todava.2uy desagradable, en particular, fue otra observacin, a saber,darse cuenta de que empezaba a articular las palabras imprecisa

    y trabajosamente, deque quera hablar mucho pero la lengua selo impeda. 2*s tarde not que empezaba a faltarle la memoria, yque sin motivo aparente soltaba el trapo a rer cuando en realidadno haba nada de que rerse. Ese estado de *nimo se esfum conla copa de champa%a que el propio van lich se haba servidoantes y no haba querido beber, pero que ahora se bebi converdadera desesperacin. Estuvo casi a punto de romper a llorardespus de esacopa. 'enta que le iba dominando elsentimentalismo m*s e$travagante. =na vez m*s amaba a todo el

    mundo, incluso a !seldonimov, incluso al redactor de El Tizn. epronto le entraron ganas de abrazarlos a todos, de olvidar lopasado y hacer las paces/ m*s a#n, de decirles todo consinceridad, todo, todo, a saber+ lo buena y esplndida personaque era y las notables cualidades de que estaba dotado/ cuan #tilsera a la patria, lo bien que saba divertir a las se%oras y, m*sque nada, lo progresista que era, lo dispuesto que estaba a

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    rebajarse humanitariamente al nivel de todos, aun al de los m*shumildes, y por #ltimo, a manera de eplogo, e$plicarles sinambages los motivos que le haban empujado a presentarse sininvitacin en casa de !seldonimov, beberse sus dos botellas de

    champa%a y hacerle feliz con su visita.5?"a verdad, la santa verdad antes que nada, y la franqueza@ &onla franqueza llegar hasta ellos. !ondr*n su conanza en m/ loveo como dos y dos son cuatro. 3ienen cara de pocos amigos,pero cuando les revele todo, los conquisto irremisiblemente."lenar*n los vasos y clamorosamente beber*n a mi salud. Elmilitar romper* el suyo contra la espuela/ estoy seguro. 9uiz*hasta lance un ?hurra@ ncluso cabe que si deciden lanzarme alaire seg#n costumbre de los h#sares yo no me oponga, y la cosaresulte bien. 0 la recin casada le dar un beso en la frente/ es

    simp*tica. 3ambin 0)im !etrovich es buena persona. >, porsupuesto, !seldonimov acabar* por enmendarse. "o que le falta,por as decirlo, es cierto barniz mundano... > aunque bien claroest* que la nueva generacin carece de verdadera delicadeza...les hablar, sin embargo, de lo que representa la 7usia de hoyentre las dem*s potencias europeas. 0ludir a la cuestin de lossiervos y... todos me estimar*n y saldr de aqu lleno de gloria...@6Estas fantasas, ni que decir tiene, eran muy agradables, peroalgo hubo que no lo fue, a saber+ que en medio de esas

    esperanzas color de rosa van lich descubri de improviso quetena una facultad inesperada+ la de escupir. 0l menos, comenzde pronto a brotar saliva de su boca, con entera independencia desu voluntad. 'obre ello llam la atencin a 0)im !etrovich, aquien le haba rociado la mejilla, pero quien segua impertrrito,sin atreverse, por respeto, a limpi*rsela. van lich tom laservilleta y l mismo se la limpi con un movimiento s#bito. !eroeso le pareci tan absurdo, tan sin sentido, que guard silencio yqued pensativo. 0)im !etrovich, aunque segua bebiendo,

    pareca como si le hubieran escaldado. van lich calculaba quehaca casi un cuarto de hora que le estaba hablando de un temasumamente interesante, pero que 0)im !etrovich no slo parecaconfuso al escucharle sino temeroso de algo. !seldonimov, queestaba a dos sillas de distancia, tambin alargaba el cuello hacial y le escuchaba con la cabeza torcida a un lado y un gesto de lom*s desagradable. !areca, en efecto, que le estaba vigilando.

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    Echando una mirada en torno, van lich vio que muchos de losinvitados le miraban jamente y lanzaban risotadas. !ero lo m*sraro de todo fue que ello no le desconcert en absoluto/ antes alcontrario, tom otro sorbo de champa%a y empez a hablar de

    modo que todos pudieran orle.40cabo de decir... 4anunci lo m*s fuerte posible4, acabo dedecir, se%oras y caballeros, a 0)im !etrovich que 7usia... s, esdecir, 7usia... en n, ustedes comprenden lo que quiero decir...7usia, en mi m*s rme opinin, siente un acceso de huHhumanitarismo...4?-uHhumanitarismo@ 4se oy como eco al e$tremo opuesto dela mesa.4?-uHhu@4?&huHchu@

    van lich tuvo que hacer alto. !seldonimov se levant de su sillapara ver quin haba gritado. 0)im !etrovich sacuda la cabeza ahurtadillas como amonestando a los invitados. van lich, aunquese dio clara cuenta de ello, guard silencio, morticado.4?El humanitarismo@ 4prosigui con rmeza4. y hace un rato....hace justamente un rato deca yo a 'tepan (i)i)iforovich... s...que... que la renovacin, por as decirlo, de las cosas...4?E$celencia@ 4grit alguien al otro e$tremo de la mesa.4;9u desea< 4respondi el interrumpido van lich tratando de

    distinguir al que haba gritado.4(ada en absoluto, E$celencia/ me he dejado arrastrar por elentusiasmo. ?&ontin#e, conHtiHn#e@ 4volvi a retumbar la voz.van lich se estremeci.4"a renovacin por as decirlo, de estas mismas cosas...4?E$celencia@ 4volvi a gritar la misma voz.4;9u se le ofrece, sin embargo, yo les estimo a todos ustedes... s, yestimo a !or... !orri... 2e estoy humillando al hablar as...

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    En ese instante un salivazo descomunal sali volando de la bocade van lich y salpic el mantel en un lugar muy a la vista.!seldonimov se lanz a enjugarlo con la servilleta. Esta #ltimadesventura le anonad por completo.

    4?'e%ores, esto es ya demasiado@ 4grit desesperado.4Ese individuo est* borracho, E$celencia 4!seldonimov estuvoa punto de indicar de nuevo.4?!orri, veo que ustedes... todos... s@ igo que confo... s,invito a todos a que me digan en qu me he humillado.van lich estaba a pique de llorar.4!orri, acudo a ti... ime, si he venido... s... s, a la boda, hetenido un propsito... 9uera elevar moralmente... queradespertar sentimientos. 0cudo a todos+ ;me he humillado muchoo no, en opinin de todos ustedes mientrasvan lich est* tendido en el suelo y !seldonimov est* de pie juntoa l arranc*ndose desesperadamente los cabellos,interrumpamos el hilo de la narracin y digamos unas palabrasaclaratorias acerca del propio !orri !etrovich !seldonimov.0penas faltaba algo m*s de un mes para su boda y todava sehallaba en un estado total e irremisible de desastre. -aba venido

    de provincias, donde su padre haba sido empleado del Estado ydonde haba muerto estando procesado. &uando unos cincomeses antes de la boda !seldonimov, que llevaba ya todo un a%omalviviendo en !etersburgo, recibi su puesto de diez rublosmensuales, se sinti resucitar en cuerpo y alma, pero prontovolvi a ser vctima de las circunstancias. En el mundo enteroquedaban slo dos personas de apellido !seldonimov, l y sumadre, quien haba abandonado su hogar provinciano tras lamuerte del marido. 2adre e hijo padecieron juntos hambre y fro.

    -aba das en que el propio !seldonimov iba a la Fontan)a con unjarro a beber agua. =na vez colocado, se instal con su madre enun cuartucho de mala muerte. Ella se puso a trabajar comolavandera, en tanto que l estuvo ahorrando durante cuatromeses para poder comprarse botas y un miserable gab*n. ?>cu*ntos agravios no hubo de soportar en su ocina@ 'us jefes sele acercaban para preguntarle cu*nto & tiempo haca que no sehaba ba%ado. e l se rumoreaba que bajo el cuello del uniformetena verdaderos nidos de piojos. !ero !seldonimov era de

    car*cter rme. !or su aspecto pareca tranquilo y taciturno.nstruccin tena muy poca y casi nunca se le oa conversar connadie. (o s a punto jo si pensaba, si trazaba planes o urdaproyectos, si so%aba con algo. !ero, en cambio, en l se fuedesarrollando un empe%o instintivo, decisivo, inconsciente, desalir de su mezquina condicin. 'u tenacidad era como la de lahormiga/ si a las hormigas se les destruye su agujero, al punto se

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    aprestan a hacerse otro/ si se les destruye ste, empezar*n denuevo, y as sucesivamente, sin cansarse. Era un individuoordenado y economizador. 8astaba verle la cara para comprenderque se abrira camino, que se hara su nido y que quiz* incluso

    pusiera a buen recaudo algunos ahorrillos. En el mundo enteroslo su madre le quera, y le quera con delirio. Era una mujervoluntariosa, incansable, trabajadora y, por a%adidura buena. eese modo, pues, los dos hubieran seguido viviendo en su cuchitrildurante quiz* cinco o seis a%os m*s hasta que las cosas tomaranotro cariz, si no hubiesen tropezado con el consejero titular

    jubilado 2le)opitayev, que haba sido en tiempos pasadostesorero en la provincia de ellos y que recientemente habavenido a instalarse en !etersburgo con su familia. &onoca a!seldonimov, de cuyo padre haba recibido adem*s alg#n favor.

    3ena alg#n dinerillo, por supuesto no mucho, pero lo tena/cu*nto, e$actamente, no lo saba nadie+ ni su mujer, ni su hijamayor, ni sus parientes. 3ena dos hijas, y como era un dspotaterrible, un borrachn, un ogro casero, y para colmo tena malasalud, se le ocurri inopinadamente casar a una de ellas con!seldonimov. 5"e conozco 4deca4/ su padre era una buenapersona y el hijo lo ser* tambin6. "o que 2le)opitayev sepropona lo llevaba a cabo+ dicho y hecho. Era un dspota de lom*s raro. "a mayor parte del tiempo la pasaba sentado en un

    silln, por haber perdido el uso de las piernas a resultas de unaenfermedad que no le impeda, sin embargo, empinar el codo. 'epasaba das enteros bebiendo vod)a y echando maldiciones.&omo bellaco que era, necesitaba a alguien a quien atormentarde continuo. !ara ello tena junto a s a unas cuantas parienteslejanas+ a su hermana, mujer enferma y hura%a, a dos hermanasde su mujer, tambin ruines y viperinas de lengua, y a una taanciana, que por alg#n motivo tena una costilla rota. 3ena,adem*s, auna alemana rusicada y gorrona, a la que apreciaba

    por su talento para contarle cuentos de #as mil + una noches.3oda su satisfaccin consista en hostigar a esas infelicespar*sitas, en blasfemar de ellas a cada momento como uncarretero, aunque ellas, sin e$ceptuar a su mujer, que tena undolor de muelas crnico, no osaban decir palabra en su presencia.El las indispona entre s, inventaba y fomentaba entre ellaschismes y desavenencias, y luego se regocijaba y rea a

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    carcajadas al ver cmo casi llegaban a las manos. 'e alegrmucho cuando su hija mayor, que durante diez a%os haba estadoviviendo en la miseria con su marido, ocial del ejrcito, enviudy fue a instalarse con l en compa%a de tres hijos peque%os y

    enfermos. 0 esos ni%os no poda aguantarlos, pero como con suvenida aumentaba el 5material6 en que poda llevar a caboe$perimentos diarios, el viejo estaba la mar de contento. 3odaesta muchedumbre de hembras aviesas y ni%os canijos, junto consu verdugo, vivan apretujados en una casa de madera en labanda de !etersburgo. 3enan hambre atrasada, porque el viejoera taca%o como l solo y soltaba el dinero con cuentagotas,aunque no lo escatimaba para el vod)a que beba/ no dorman lobastante, pues el viejo padeca de insomnio y e$iga que lodivirtieran. En suma, que todos vivan malamente y renegaban de

    su suerte. Fue por entonces cuando 2le)opitayev se j en!seldonimov. "e impresionaron su larga nariz y su aspectopacco. "a hija menor, 1aca y fea, cumpla a la sazn diecisietea%os. 'i bien haba asistido alguna vez a una escuela alemana, deella no haba sacado m*s provecho que aprender el abecedario.Fue creciendo anmica y escrofulosa, bajo los golpes de la muletadel padre, cojo y alcohlico, en una orga de chismes, soplonerasy calumnias caseras. &areca de amigas y de sentido com#n.-aca tiempo que quera casarse. En presencia de e$tra%os no

    abra el pico, pero en casa, con su madre y la pandilla degorrones, era malvola y su lengua taladraba como una barrena.'e desviva sobre todo por dar pellizcos y coscorrones a los hijosde su hermana y por ir con el cuento de que robaban az#car ypan, con lo que entre ella y su hermana mayor haba ri%acontinua e incesante. Fue el propio viejo quien se la ofreci a!seldonimov. (o obstante la miseria en que ste viva, pidi plazopara meditarlo. El y su madre pensaron largo tiempo el asunto.!ero a nombre de la novia se iba a poner una casa que, aunque

    de madera, mezquina y de un solo piso, era al n y al cabo algode valor. > para colmo le daban cuatrocientos rublos 4;cu*ndopodra l ahorrar tanto< 59ue por qu traigo a casa a un hombredespus de esto, amigo, ;qu clase de marido eres< ?0donde vasa ir, amjgo, tan capaz como eres, despus de un bochorno comoste por #ltimo, cogiendo a su hija delbrazo, la apart de su marido y se la llev a su propio cuarto,tomando sobre s la responsabilidad de encararse al da siguientecon el tremebundo padre que pedira cuenta de todo. 0 ella se

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    unieron todas las dem*s, suspirando y sacudiendo la cabeza. &on!seldonimov permaneci slo su madre, que trat de consolarlo.!ero l la despidi sin m*s.(o estaba l para consuelos. "leg al div*n y se sent en l,

    sumido en sombras re1e$iones, descalzo y en pa%os menores. Enla cabeza se le agolpaban y confundan los pensamientos. e vezen cuando, como maquinalmente, miraba ese cuarto donde pocoantes alborotaban los bailarines y donde todava 1otaba en el aireel humo de los cigarrillos. "as coallas y los papeles de carameloscubran el suelo manchado y mugriento. El colapso del lechomatrimonial y las sillas derribadas atestiguaban la fragilidad delas mejores y m*s seguras esperanzas y ensue%os. e este modopas casi una hora. 'eguan cruz*ndole por la mentepensamientos agobiantes+ ;qu le esperaba en la ocina< 'e

    daba penosa cuenta de que sera preciso cambiar su puesto porcualquier otro, pues era imposible permanecer en aqul,cabalmente a resultas de lo sucedido esa noche. !ensabatambin en 2le)opitayev, quien quiz* al da siguiente le harabailar de nuevo la azach$a para poner a prueba sumansedumbre. &aa tambin en la cuenta de que, si bien2le)opitayev haba dado cincuenta rublos para el da de la boda,de los que no quedaba un )ope), no haba pensado todava endar los cuatrocientos de la dote, ni haba hecho la menor alusin

    a ellos. 2*s a#n, en lo tocante ala casa no haba a#n documentoalguno de transferencia. !ensaba tambin en su mujer, que lehaba abandonado en el momento m*s crtico de su vida, y en elmilitar alto que haba hincado una rodilla ante ella. >a habatenido ocasin de notar todo eso. !ensaba en los siete demoniosque llevaba su mujer en el cuerpo, seg#n testimonio de suprogenitor, y en el garrote que ste usaba para ponerlos enfuga... En n, l se senta con arrestos bastantes para sobrellevarmuchas cosas, pero el destino le haba reservado tantas sorpresas

    que caba poner en duda su capacidad de aguante. 0s estaba !seldonimov de acongojado. 2ientras tanto see$tingua el cabo de vela. 'u luz mortecina, que caadirectamente sobre el perl de !seldonimov, lo proyectaba entama%o colosal sobre la pared, con el cuello estirado, la narizcorva y los dos mechones de pelo, erizado el uno en la frente y elotro en el cogote. !or #ltimo, cuando ya empezaba a notarse el

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    frescor ma%anero, !seldonimov se levant, tiritando de fro yentumecido de espritu, se acerc al jergn que yaca entre lassillas y, sin arreglar nada ni apagar el cabo de vela, sin ponersesiquiera una almohada bajo la cabeza, se encaram *gatas en el

    colchn y qued dormido con ese sue%o pl#mbeo, semejante a lamuerte, que es acaso el del reo en capilla que sube al patbulo alda siguiente.

    * * *

    !or otra parte, ;qu se puede comparar a esa noche de tormentoque pas van lich !ralins)i en el t*lamo nupcial delmalaventurado !seldonimov< urante alg#n tiempo el dolor decabeza, los vmitos y otros ataques sumamente desagradables

    no le dejaron un momento de descanso. Fueron penas delinerno. 'u conciencia, que apenas despuntaba, le alumbrabatales abismos de horror, escenas tan tenebrosas y repugnantes,que m*s vala que no la recobrara del todo. 'in embargo, seguacon la cabeza revuelta. 7econoca, por ejemplo, a la madre de!seldonimov y oa sus dulces e$hortaciones+ 53rata de aguantar,precioso/ trata de aguantar, bonito mo, y ver*s qu pronto se tepasa6. "a reconoca y, sin embargo, no hallaba e$plicacin lgicade por qu estaba all a su lado. 3ena visiones repulsivas, la m*s

    frecuente de las cuales era la de 'emion vanovich/ pero, al mirarcon cuidado, result no ser 'emion vanovich sino la nariz de!seldonimov. 0nte l deslaban tambin el artista 5libre6, elmilitar y la vieja de la mejilla vendada. "o que m*s le llamaba laatencin era el anillo dorado suspendido sobre su cabeza, en elque estaban enganchadas las cortinas. "o distingua con claridada la dbil luz del cabo de vela que alumbraba el cuarto, y no hacam*s que preguntarse+ ;para qu sirve ese anillo< ;por qu est*aqu< ;qu signica< Aarias veces se lo pregunt a la se%ora, pero

    por lo visto deca lo que no quera decir y ella evidentemente nole comprenda, por mucho que l se esforzaba por hacerseentender. !or n, ya al lo de la ma%ana, cesaron los ataques y sequed dormido profundamente, sin sue%os. espert al cabo deuna hora y cuando despert haba recobrado casi enteramente elconocimiento. 'enta un intolerable dolor de cabeza y un gustonauseabundo en la boca y en la lengua, que se le antojaba un

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    trozo de tela de algodn. 'e incorpor en la cama, mir en tornosuyo y qued pensativo. "a p*lida luz del da naciente, col*ndosecomo estrecha cinta por las rendijas del postigo, temblaba en lapared. Eran alrededor de las siete de la ma%ana. !ero cuando van

    lich cay de pronto en la cuenta y record todo lo que le habapasado desde la noche anterior/ cuando volvieron a su mentetodas las desventuras de la cena, su malograda haza%a, sudiscurso cuando estaba a la mesa, cuando se le represent degolpe, con horrible nitidez, todo cuanto de ello poda resultar,todo lo que de l podan decir y pensar/ cuando ech una ojeadaa su alrededor y vio, por #ltimo, a qu deplorable e indecenteestado haba reducido el pacco lecho matrimonial de susubalterno... ?oh, se apoder entonces de su corazn tan mortalvergBenza, sinti tormentos tales, que lanz un grito, se tap la

    cara con las manos y desesperado se arroj sobre la almohada@=n instante despus salt de la cama, vio all mismo, en una silla,sus vestidos ya dispuestos y limpios, los cogi y a toda prisa,mirando en torno suyo como si temiera algo, empez aponrselos. 0ll en otra silla estaba tambin su gab*n de pieles,su gorro, y, dentro de ste, sus guantes amarillos. -ubieraquerido escapar sin ser visto. !ero de pronto se abri la puerta yentr la se%ora !seldonimova con una jofaina y una jarra dearcilla. 3raa al hombro una toalla. !uso la jofaina en el suelo y sin

    gastar palabras declar que era absolutamente preciso lavarse.4?-ala, se%or, a lavarse@ ?(o puede salir sin lavarse...@> fue en ese instante cuando van lich tuvo el convencimiento deque si haba en el orbe entero una sola persona ante la que notena por qu avergonzarse ni sentir recelo era precisamente esamujer. 'e lav. > largo tiempo despus, en penosos momentos desu vida, haba de recordar, entre otros remordimientos deconciencia, la circunstancia entera de aquel despertar, y aquella

    jarra de arcilla con su jofaina de loza llenas de agua fra en la que

    a#n 1otaban trozos de hielo, y el jabn de forma oval envuelto enpapel color de rosa con unas letras borradas, de quince )ope)s lapastilla, comprado evidentemente para los recin casados, peroque van lich hubo de empezar, y aquella mujer con la toalla alhombro. El agua fra le refresc/ se sec y, sin decir palabra ni darlas gracias a su hermana de la caridad, cogi el gorro, se ech porlos hombros el gab*n que le haba alargado la se%ora

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    !seldonimova, y por el pasillo, por la cocina en la que ya maullabael gato y en que la cocinera, levant*ndose de su jergn, le mirabacon ardiente curiosidad, sali corriendo al patio, a la calle, y salten un coche de punto que pasaba. "a ma%ana era muy fra. =na

    neblina helada y amarillenta cubra a#n las casas y todos losobjetos. van lich se levant el cuello delgab*n. !ensaba que todoel mundo se jaba en l, que todos le conocan, que todos seenteraran...

    * * *

    urante ocho das no sali de su casa ni se present en laocina. Estuvo enfermo, dolorosamente enfermo, pero m*s moralque fsicamente. urante esos ocho das vivi en un verdadero

    inerno y cabe suponer que se los descontaran en el otro mundo.-ubo momentos en que lleg a pensar en meterse a monje. everas que los hubo. -asta su imaginacin empez a orientarse enese sentido. 'o%aba con salmodias tranquilas en un claustro, conun ata#d abierto, con la vida en una celda solitaria, con bosques ygrutas/ pero cuando volva en su acuerdo comprenda al puntoque todo ello era soberana tontera y e$ageracin y seavergonzaba de la tontera. "uego le acicateaban los arrechuchosmorales que tenan que ver con su e$istence manquee. 2*s tarde

    la vergBenza volva a prender en su espritu, se adue%aba de l yenconaba la herida. 'e estremeca al imaginarse varias escenas.;9u diran de l, qu pensaran, cmo ira a su despacho, qucuchicheos le perseguiran durante todo un a%o, o durante diez, odurante su vida entera< Ese episodio suyo pasara a la posteridad.0 veces se acobardaba tanto que estaba dispuesto a presentarsesin m*s ante 'emion vanovich y pedirle perdn y amistad. (isiquiera se justicaba ya/ se echaba a s mismo toda la culpa. (ohallaba e$cusas y se avergonzaba de no hallarlas.

    !ens tambin en pedir inmediatamente el retiro y de ese modo,sencillamente, consagrarse en la soledad al bienestar de lahumanidad. En todo caso, urga cambiar r*pidamente deamistades para arrancar as de raz todo recuerdo de s. 2*s tardecomprendi que eso tambin era una tontera y que todo podraarreglarse redoblando la severidad con los subalternos. Entoncesrecobr sus esperanzas y bros. !or #ltimo, durante esos ocho

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    das de incertidumbre y tormento concluy que ya no podaaguantar la falta de noticias y un beau matin decidi ir a laocina.0ntes, cuando lleno de congoja estaba todava encerrado en

    casa, se haba imaginado mil veces cmo entrara en su ocina.'e haba persuadido con terror de que oira tras s murmullosequvocos, de que vera rostros sospechosos, de que recogerasonrisas maliciosas. &u*l no sera su asombro cuando, de hecho,nada de esto ocurri. "e recibieron con respeto, le saludaron/todos estaban serios, todos ocupados. 'u corazn rebosaba degozo cuando lleg a su despacho.0l momento y con la mayorgravedad se puso a tramitar variosasuntos/ escuch informes y e$plicaciones y emiti dict*menes.

    3ena la impresin de no haber pronunciado nunca juicios y

    formulado decisiones con tanta pericia como esa ma%ana. Aeaque todos estaban contentos de l, que le estimaban, que letrataban con respeto. El recelo m*s quisquilloso no hubierapodido percatarse de nada. "a cosa iba como una seda.!or #ltimo se present tambin 0)im !etrovich con unos papeles.0 su llegada, van lich sinti como una punzada en el corazn,pero fue slo un momento. espach con 0)im !etrovich, le hablcon afectacin, le e$plic cmo haba que proceder en ciertosasuntos y aclar algunos detalles. (ot #nicamente que evitaba

    mirar demasiado a 0)im !etrovich o, mejor dicho, que ste temamirarle a l. !ero 0)im !etrovich termin su consulta y empez arecoger los papeles.4-ay una solicitud m*s 4apunt 0)im !etrovich con voz lo m*sneutra posible4, la del funcionario !seldonimov para su trasladoal departamento de... 'u E$celencia 'emion vanovich 'hipulen)ole ha prometido un puesto. 'olicita que tenga Auestra E$celenciaa bien conceder el traslado.4?0h, con que quiere un traslado@ 4dijo van lich, sintiendo que

    se le quitaba un peso enorme de encima. "evant los ojos a 0)im!etrovich y en ese momento se cruzaron sus miradas.48ueno, pues yo por mi parte... emplear... 4respondi vanlich4. Estoy de acuerdo.'e vea que 0)im !etrovich quera escurrir el bulto cuanto antes.!ero de pronto van lich en un arranque de magnanimidad, quiso

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    sincerarse de una vez para siempre. !or lo visto se sentainspirado una vez m*s.4gale usted 4y dirigi una mirada penetrante y signicativa a0)im !etrovich4, diga a !seldonimov que no le deseo mal alguno,

    ?s, que no se lo deseo@ 0l contrario, que estoy dispuesto a olvidartodo lo ocurrido, a olvidarlo todo, todo...!ero, de repente, van lich se qued cortado al ver con asombrola e$tra%a conducta de 0)im !etrovich, quien, no se sabe por qu,de hombre juicioso se volvi de pronto tonto redomado. En vez deescuchar, y escuchar hasta el n, a van lich, enrojeci hasta laraz de los cabellos, y a toda prisa e incluso indecorosamente,comenz a recular hacia la puerta haciendo ligeras inclinacionescon el cuerpo. 'u aspecto entero revelaba el deseo de que almomento se lo tragara la tierra, o, mejor dicho, de llegar cuanto

    antes a su escritorio. van lich, al quedarse solo, se levant de suasiento presa de turbacin. 'e mir en el espejo sin ver en l elre1ejo de su cara.4?(o, severidad y nada m*s que severidad@ 4se deca casiinconscientemente para sus adentros, y de pronto not que se leencenda el rostro. (i en los momentos m*s intolerables de susocho das de enfermedad haba conocido tal vergBenza, talpesadumbre. 5?(o he estado a la altura de las circunstancias@6murmur para s, y se dej caer sin fuerzas en el silln.