devetach laura _cuento un cuento doc

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7/31/2019 Devetach Laura _Cuento Un Cuento Doc http://slidepdf.com/reader/full/devetach-laura-cuento-un-cuento-doc 1/4 Cuento un cuento Laura Devetach Hace muchos años, cuando yo vivía en Reconquista, allá por el norte de Santa Fe, había llovido muchísimo. Tanto había llovido que los caminos de tierra parecían flanes, gelatinas, cintas de sopa negra.  Nosotros teníamos que ir a otro pueblo y, como los colectivos se empantanaban en los flanes, las gelatinas y las sopas negras, había que viajar en tren. Aquellos trenes comían paladas de carbón, soltaban un humo negro que hacía bellos dibujos. Empezaban las ruedas a traquetear sobre las vías chu–cu–chú chu–cuchú chu–cuchú chucuchú cuchichú chucuchú chucuchú... y un silbido largo acompañaba al humo que se desflecaba como una cabellera  PFUIIiiii  PFUiiii... Primero era lindo, novedoso, vertiginoso. Pero después... Venían largas paradas misteriosas. El tren se empacaba en medio del campo, como si obedeciera al capricho de algún Dios.

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7/31/2019 Devetach Laura _Cuento Un Cuento Doc

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Cuento un cuento

Laura Devetach

Hace muchos años, cuando yo vivía en Reconquista, allá por el norte de Santa Fe, había llovido

muchísimo.

Tanto había llovido que los caminos de tierra parecían flanes, gelatinas, cintas de sopa negra.

 Nosotros teníamos que ir a otro pueblo y, como los colectivos se empantanaban en los flanes, las

gelatinas y las sopas negras, había que viajar en tren. Aquellos trenes comían paladas de carbón,soltaban un humo negro que hacía bellos dibujos.

Empezaban las ruedas a traquetear sobre las vías

chu–cu–chú

chu–cuchúchu–cuchú

chucuchú

cuchichú

chucuchúchucuchú...

y un silbido largo acompañaba al humo que se desflecaba como una cabellera PFUIIiiii

 PFUiiii...

Primero era lindo, novedoso, vertiginoso. Pero después...

Venían largas paradas misteriosas. El tren se empacaba en medio del campo, como si obedeciera

al capricho de algún Dios.

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Las vacas de los campitos se cansaban de mirarnos y el guarda contestaba "¿Quién sabe?" a

cualquier pregunta que se le hiciera.

Después de un montón de tiempo el frío era más frío y empezaba a faltar el agua y la comida. Yeso que siempre llevábamos una caja de zapatos con pollo, pan y manzanas. O milanesas y dulce

de membrillo. Pero había que convidar y éramos muchas personas.

Los grandes comentaban sobre el estado de los caminos, la creciente del Paraná y si habría o no

cosecha de algodón.

Después rezongaban, qué barbaridad, el gobierno.

Después se iban quedando callados.

Y a mí empezaba a darme sueño, tristeza y una rabia...

De pronto el tren caminaba de nuevo.

La gente se miraba sonriendo, acomodándose, menos mal.

Y yo escuchaba el lenguaje de las ruedas.

A veces decían:

Che–qué–chicache–qué–chica

chequechica

chequechicachequechi...

Otras veces decían:

Cinco pesos

 poca plata

cinco pesos poca plata

cincopesos

 pocaplata

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cincopesos

 pocapla...

Pero un día espantoso y embarradísimo las ruedas no dijeron nada a pesar de ir rodando, la lluviaentraba por las ventanillas y yo pensaba que nunca más iba a salir el sol.

Entonces, una viejita de pañoleta que venía con una canasta me dijo, como leyéndome el

 pensamiento:

 —¿Sabés lo que dice el tren hoy? dice:

Tres–pre–gun–tastres–pre–gun–tas

tres–pre–gun–tas...

A ver, a ver, preguntemos tres preguntas de ésas que no se preguntan nunca.

Y yo:

 —¿Los perros quieren decir que no, cuando mueven la cola?

Y ella:

 —¿Quién habrá inventado el agujero del mate?

Y yo:

 —Cuando los trenes silban, ¿quién les contesta?

Entre las dos hicimos más de tres preguntas.

Después escuchamos de nuevo las ruedas del tren, y

decían:

Cuento un cuentocuentouncuento

cuentoun...

También decían:

 Mecontaron y te cuentomecontaronytecuento

mecontarony...

Y ella me contó más de un cuento y yo le conté los

cuentos que sabía.

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Y salió el sol.

Por suerte conocí muchas viejas preguntonas, muchos trenes, hice viajes, y resultó lindo eso de

escuchar y a veces callar, sólo callar para que las voces de algunas cosas llegaran.

Ahora, como mi vieja de pañoleta, cuando viajo, escucho qué cosas dicen las ruedas, la gente. Ysi se da la ocasión cuentouncuento, cuentouncuento, cuentoun...

***

El relato "Cuento un cuento" pertenece al libro Cuentos en tren (Buenos Aires,

Astralib Cooperativa Editora, 2004. Colección Huellas del caracol), de LauraDevetach, y se reproduce con autorización de la autora y los editores. Las

ilustraciones que lo acompañan son de Roberto Cubillas.

 Imaginaria agradece a Mariana López Aramburu, de Astralib Cooperativa

Editora, y a Laura Roldán las facilidades proporcionadas para la reproducciónde este texto. http://goo.gl/AT0C