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Punto Cero. Universidad Católica Boliviana ISSN: 1815-0276 [email protected] Universidad Católica Boliviana San Pablo Bolivia Mendez Cruz, María Reneé De los habitus al femichismo: Reproducción de conductas machistas en mujeres de Cochabamba Punto Cero. Universidad Católica Boliviana, vol. 17, núm. 24, enero-junio, 2012, pp. 18-30 Universidad Católica Boliviana San Pablo Cochabamba, Bolivia Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=421839652003 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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Punto Cero. Universidad Católica

Boliviana

ISSN: 1815-0276

[email protected]

Universidad Católica Boliviana San Pablo

Bolivia

Mendez Cruz, María Reneé

De los habitus al femichismo: Reproducción de conductas machistas en mujeres de

Cochabamba

Punto Cero. Universidad Católica Boliviana, vol. 17, núm. 24, enero-junio, 2012, pp. 18-30

Universidad Católica Boliviana San Pablo

Cochabamba, Bolivia

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=421839652003

Cómo citar el artículo

Número completo

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Sistema de Información Científica

Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal

Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

De los habitus al femichismo:Reproducción de conductas

machistas en mujeres deCochabamba

From habitus to femichismo: The reproduction

of Machismo in Cochabambinian Women

María Reneé Mendez Cruz

Boliviana, egresada de la carrera de Ciencias de la Comunicación Social de laUniversidad Católica Boliviana “San Pablo” – Regional Cochabamba. Este artículo

resume parte de su tesis de grado de licenciatura. La autora declara no tener conflicto de intereses con la revistaPunto Cero ni con ningún miembro de su Comité Editorial.

[email protected]

Resumen

La investigación que dio origen a este artículo buscó determinar las prácticas sociales que articulan la reproducción delmachismo en la mujer cochabambina en los espacios familiar y laboral, aportando datos que permiten comprender que lapráctica social del machismo está sostenido por las propias mujeres cochabambinas, las mismas que reproducen estefenómeno cultural en los espacios familiar y laboral. Para ello se planteó un enfoque cualitativo que utilizó como técnicas elanálisis bibliográfico y la entrevista en profundidad, las cuales sirvieron para analizar las percepciones de 12 mujerescochabambinas durante los meses de octubre, noviembre y diciembre del año 2011.

Los principales hallazgos de la investigación hacen referencia a la descripción de los roles que cumplen las mujerescochabambinas entrevistadas, así como su percepción de rol y las prácticas sociales machistas que sostienen en los ámbitosfamiliar y laboral, habiéndose validado la hipótesis de que la mujer cochabambina reproduce el machismo mediante prácticassociales que se configuran a través de discursos y conductas establecidos por la cultura, donde se encuentran tan arraigadosque llegan a pasar como naturales a la misma.

En esta ocasión, presentaremos las bases teóricas de la investigación y un resumen de los principales resultados.Palabras clave: Discurso, dominación, prácticas sociales, machismo.

Abstract

This paper includes the theoretical framework and the major outputs of the research that aimed to determine the social practicesthat articulate the reproduction of machismo in Cochabambinian women, in family and working spaces, providing information thatallows understanding why social practice of machismo is supported by the women in Cochabamba, and how they reproducedthe same cultural phenomenon on their family and working spaces. The main findings of the research make reference to the roledescriptions played by Cochabambinian women interviewed as how their perceived her role and social machismo practices thatare supported by themselves in their family and work, having validated the hypothesis that Cochabambinian women reproducemachismo through social practices that are expressed through speeches and behaviors established by own culture, which areso ingrained in the society, that come to pass as a natural thing.Keywords: Power discourse, domination, social practices, machismo.

Resumé

La recherche qui a donné origine à cet article avait le but de déterminer les pratiques sociales qui articulent la reproduction dumachisme chez les femmes de Cochabamba, surtout dans leurs familles et lieux de travail. L’objectif était celui de fournir desdonnées qui permettraient de comprendre la pratique sociale du machisme, soutenue par les mêmes femmes de Cochabamba,qui de cette façon contribuent à la reproduire. Les principales conclusions de la recherche traduisaient la description des rôles joués par les femmes interrogées enCochabamba, ainsi que leur perception sur leur rôle dans les pratiques sociales sexistes à la famille et au travail. L’hypothèsevalidée conclut que les femmes de Cochabamba reproduisent le machisme à travers leur discours et leurs conduitesdéterminées par la culture, pratiques qui sont tellement enracinées qui souvent passent comme des conduites naturelles.A cette occasion, nous présentons les fondements théoriques de la recherche et un résumé des principaux résultats.Mots-clés: Discours, domination, pratiques sociales, machisme.

­18A ñ o 1 7 , N º 2 4 , 1 e r S e m e S t r e 2 0 1 2ISSN 1815-0276

MÉNDEZ CRUZ, María Renée (2012). “De los habitus al femichismo:Reproducción de conductas machistas en mujeres de Cochabamba”.Punto Cero, Año 17 – N° 24 – 1° Semestre 2012. pp. 18-30. UniversidadCatólica Boliviana “San Pablo”. Cochabamba.

Introducción

históricamente, la mujer ha sido discriminada yexplotada por el varón. Sin embargo, en losúltimos 100 años y luego de las dos guerrasmundiales, la lucha por la equidad de géneroha cobrado mayor importancia y, hoy en día, lasituación de la mujer ha mejorado mucho sobretodo en lo que concierne al respeto de susderechos.

Con todo, muchas mujeres, a pesar de tenerconciencia del valor de su género respecto delvarón, en lo cotidiano generan y repitendiscursos y prácticas que pueden serconsideradas machistas: “muchas mujeresayudan, defienden, y soportan ciertas actitudesque las minimizan, que las colocan en unasituación de debilidad y son reproductoras deestas diferencias” (ALVAREZ 2009: 1).

Existe la opinión de que esta conducta podríaexplicarse por el hecho de que la mujer no tuvoni tiene la fortaleza suficiente para imponer elrespeto de sus derechos. Sin embargo,creemos que, más allá de esta explicaciónindividualista, existen mecanismos sociales dedominación mucho más sutiles que están en elorigen de estas prácticas.

A primera vista, en la sociedad cochabambinase puede observar la pervivencia cotidiana delos anteriores mecanismos, algunos de loscuales están tan profundamente internalizadosen la cultura patriarcal, que no sólo pasandesapercibidos, para varones y mujeres, sinoque se los asumen como “naturales”.

Precisamente por eso, estos mecanismos sonexitosos ya que logran esconderse dentro de lacultura cotidiana en conductas queconsideramos “normales” dentro de lasrelaciones familiares o las de trabajo.

Pierre Bourdieu ha tratado el tema cuandoexplica cuáles son los criterios que los varonesesperan que la mujer llene para serconsiderada tan capaz como ellos:

En la definición de una profesión haytambién todo aquello ligado a la personaque la ejerce. Si está hecha para un hombrecon bigotes y llega a ejercerla una jovencitacon minifalda, pues ¡no está bien! Siemprefaltará el bigote, la voz grave y sonora queconviene a una persona con autoridad:

“¡hable más fuerte, no se le oye!”, ¿quémujer no ha padecido esta exclamación enuna reunión de trabajo? (BoURDIEU 1998).

Por ello, para la presente investigación, elhecho de que una mujer tenga conductasmachistas sin siquiera percibirlo es un temaque merece un análisis más profundo, porquepermite desentrañar los mecanismos dedominación que habitualmente pasandesapercibidos, mecanismos que tienen quever mucho con la comunicación y la simbologíade las culturas dominantes.

1. La dominación como mecanismo deestructuración social

La dominación social, estudiadatradicionalmente desde la ciencia política o lasociología, bien puede abordarse desde lacomunicación, pues la primera no es posiblesin la intervención de mecanismos designificación como el de la vehiculación de laideología, algo que ya ha sido planteado hacemás de 150 años por Carlos marx en elManifiesto del Partido Comunista (1999).

Según Engels (1884), en un principio, en elcomunismo primitivo, no existía la propiedadprivada, ni el Estado, ni la familia. Luego, lostres coincidieron en su aparición comoarticuladores del sistema social a través delpoder y la dominación.

Prácticamente, la generalidad de lospensadores sociales que se preguntan delporqué del origen del Estado, ya sea desdeThomas hobbes a John Locke o Jean-JacquesRousseau o posteriores, coinciden en que elmismo hizo su aparición para garantizar elorden a través de su poder de dominación (Cf.ChEVALLIER 1972).

marx y Engels, desde el Manifiesto del PartidoComunista (1999), dan forma final a esta teoríade que las relaciones sociales se articulan apartir de las relaciones de poder, como partede la lucha de clases y una dominación deunos sobre otros.

marx trata el tema de las leyes generales queexplican el desarrollo de las sociedades apartir de la estructuración histórica de lasrelaciones de poder, ciencia que llamaríamaterialismo histórico.

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Esta concepción marxista y materialista de lahistoria explica las concepciones de laconciencia de acuerdo a la estructura materialde la sociedad y cómo a partir de ésta lasociedad “define” a la clase dominante y a laoprimida o dominada.

Pero la clase dominada puede no reconocer suposición social o sí hacerlo, la transición de“clase en sí” a “clase para sí” de marx (2004),lo que no impide su dominación: “Laadaptación a una posición dominada implicauna forma de aceptación de la dominación”(BoURDIEU 1991: 392).

Entonces, como dice Bourdieu (1991: 392),adaptarse es aceptar, por lo que se puedepensar, con este teórico francés, que losconglomerados humanos desarrollanmecanismos de dominación que se camuflanen la cultura y la sociedad para parecernaturales.

Con ello, la dominación se convierte en unelemento sutil para reproducir los habitus yejercer violencia simbólica, como elementosintrínsecos al comportamiento de la sociedad ymanteniendo a los dominantes comodominantes y a los oprimidos como oprimidos.

Asimismo, es posible ligar la dominación delhombre sobre la mujer a la historia de ladominación del género humano, explicandotambién que estos mecanismos son sutiles ypor lo tanto más fuertes, pasandodesapercibidos incluso para sus víctimas, alpunto de ser tomados como “naturales a lacultura” (Cf. ENGELS 1884, BoURDIEU1991).

2. La Cultura y la Economía comoelementos fundadores de la Dominación

Las formas de dominación arriba mencionadashan pasado a formar parte del patrimoniocultural de la humanidad y se transmiten degeneración en generación. Edward BurnettTylor indica que la cultura es “aquel todocomplejo que incluye el conocimiento, lascreencias, el arte, la moral, el derecho, lascostumbres, y cualesquiera otros hábitos ycapacidades adquiridos por el hombre”(TYLoR 1971: 29).

Para Ralph Linton la cultura es “laconfiguración de la conducta aprendida y de

los resultados de la conducta, cuyos elementoscomparten y transmiten los miembros de unasociedad” (LINToN 1945: 45).

Por su parte, Antonio Gramcsi sostiene: “Lacultura es algo muy diferente. Es organización,disciplina del yo interior, apoderamiento de lapropia personalidad, conquista de unaconciencia superior por la cual se llega acomprender el valor histórico que uno tiene, sufunción en la vida, sus derechos y susdeberes.” (GRAmSCI 1977: 11).

A partir de los anteriores autores, en lainvestigación, se entiende a la cultura como lasformas de representación transmitidashistóricamente que configuran conductas,costumbres, discursos y prácticas endiferentes espacios sociales. Por ello, lacultura permite la reproducción de ladominación de una clase sobre otra y tambiénde una persona sobre otra, como en el casoque nos interesa, del varón sobre la mujer.

Según Pierre Bourdieu (1991) esta dominaciónse reproduce como un hábito o como unaexpresión humana establecidainconscientemente de forma natural en lasociedad, lo cual hace que dicha dominaciónno siempre sea percibida de manera directa yque ésta se inserte como un rol más de lossujetos sociales. Ello sin desconocer que yadesde marx (1999) se plantea que la influenciadel factor económico es decisiva para entenderel desarrollo de los comportamientos de losseres humanos en la sociedad.

Así, desde que aparece la propiedad privada,la economía se ha convertido un eje de lasociedad y ha sido propulsora no sólo denuevos estilos de vida, sino de institucionessociales como el matrimonio y la familia:

…cuando la propiedad privada sesobrepuso a la propiedad colectiva, cuandolos intereses de la transmisión hereditariahicieron nacer la preponderancia delderecho paterno y de la monogamia, elmatrimonio comenzó a depender por enterode consideraciones económicas…(ENGELS 1884: 88-89).

De acuerdo a este razonamiento, se puedeconcluir que la familia está organizadaalrededor de su economía y para el resguardode la propiedad privada. La herencia

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económica es consanguínea de padre a hijo, loque a la larga aumenta el patrimonio familiar,generando estatus1 y respeto en la sociedad,elementos que posteriormente van ainfluenciar en la dominación de una clasesobre otra, así como del varón sobre la mujer.2

Lo oculto de la dominación: Habitus y ViolenciaSimbólica

Ahora bien, el funcionamiento de losmecanismos sociales de dominación, como losarriba mencionados, no es tan evidente. PierreBourdieu (1991) explica el funcionamiento delos sutiles mecanismos de dominación a travésde los conceptos de habitus y de violenciasimbólica, alrededor de los cuales se articula ladominación del hombre sobre la mujer comoparte de la cultura internalizada en lassociedades patriarcales3. En otras palabras, lacultura y su imposición violenta han modeladohistóricamente las sociedades.

marcela Lagarde explica: “Así la construcciónde un solo mundo por medio de la guerra, laeconomía, la cultura y la política ha favorecidoy fomentado la expansión de esquemassociales, económicos, políticos y culturalespatriarcales” (LAGARDE 1996: 51). Enconsecuencia y siguiendo un derrote históricoa lo largo de distintas sociedades, ladominación masculina ha mantenido yconservado su papel protagónico, a partir deldesarrollo de instituciones patriarcales que hanrespondido a los patrones dominantes de unamanera que era vista como “natural”. Elmecanismo de dominación conceptualizadocomo habitus vendría a desentrañarse muchomás tarde. Al mismo, se sumaría, como factorexplicativo complementario, el de la violenciasimbólica.

3.1 Habitus

Definiremos habitus como “una capacidadinfinita de engendrar en total libertad(controlada) productos-pensamientos,percepciones, expresiones, acciones-quetienen siempre como límites las condiciones desu producción, histórica y socialmentesituadas” (BoURDIEU 2007: 90). Es decir, unmecanismo, que se va conformandoculturalmente a lo largo de la historia en lossujetos, para que éstos generen respuestascuasi automatizadas y anticipadas a losestímulos del medio.

La aparición del habitus es entonces,concomitante, con los primeros procesos deaculturación de los niños y niñas, en el senomismo de sus familias. Entonces, es a partirdel habitus que la sociedad ha idoconstruyendo visiones donde el papel delhombre y la mujer se enmarcan en prácticascotidianas que suponen la existencia dedeterminados imaginarios sociales, queenglobarán los roles de género y marcaránpauta de lo que es correcto socialmente ensentido de pertenecer al género masculino o algénero femenino.

Dentro de estas prácticas se encuentran, porejemplo, la primacía del varón en el hogar, nosólo en la figura del padre, sino también delesposo, del hermano mayor o del hijo, porencima de la de la madre, esposa, hermana ohija. más tarde, estas conductas sereproducirán y alentarán en la escuela y eltrabajo, así como en toda la vida social, dondese le enseña a cada género a “darse su lugar”.

hay que recalcar que la fuerza de los habitusno es producto de la obediencia de reglasexplícitas, sino el resultado de unainternalización inconsciente de prácticas yrepresentaciones que luego son reproducidassocialmente como algo que parece “natural”.Como dice Bourdieu (1999), la gran victoria dela dominación reside en que apareceescondida.

3.2 Violencia Simbólica

Por su parte, la violencia simbólica(BoURDIEU 1999) es un mecanismo dedominación complementario al del habitus.Violencia no en el sentido de fuerza física, sinoimposición de conductas o actitudes que haceun grupo a una persona o a otros grupos, comoresultado de lo que se considera socialmentecorrecto, de acuerdo a las diferentes formassimbólicas que configuran el imaginario social.

La violencia simbólica es esa coerción quese instituye por mediación de una adhesiónque el dominado no puede evitar otorgar aldominante (y, por lo tanto, a la dominación)cuándo sólo dispone para pensarlo ypensarse o, mejor aún, para pensar surelación con él, de instrumentos deconocimiento que comparte con él y que, alno ser más que la forma incorporada de laestructura de la relación de dominación,

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hacen que ésta se presente como natural...(BoURDIEU 1999: 224).

La aceptación consciente en las mismasmujeres de su sumisión frente al varón tienemuchos ejemplos históricos, uno de los cualesse puede encontrar en la Guía de la BuenaEsposa, cuya muestra podemos ver en laIlustración Nº 1. Esta guía era distribuida en1953 por las mismas mujeres que participabanen el Servicio Social de la Sección femeninadel régimen franquista.

Ilustración N° 1: Guía de la Buena Esposa

Española

Fuente: eresdelsxxi.wordpress.com/2011/07/26/guia-de-la-buena-esposa/

La legitimación de la violencia simbólica existecuando hay un reconocimiento y aprobación(inconscientes) por parte del dominado, lo cualprovoca que la primera pase desapercibida ysus manifestaciones se fusionen como“naturales” en la sociedad.

En la historia, los mecanismos de dominaciónhan evolucionado desde los más abiertos yevidentes a otros que fueron sustituyendo a losprimeros que ya se habían vuelto obvios ygeneraban un rechazo de los dominados. Esdecir, la violencia simbólica fue sustituyendo ala violencia abierta cuando ésta se volvióimposible.

Así, la violencia simbólica es un arma clave delpoder que utilizan los grupos dominantes hacialos dominados cuando pueden ya emplear una“violencia abierta” o una violencia física.Entonces, la violencia simbólica se internalizay se complementa a los habitus, como formascolectivas de concepción y reproducción de las

conductas de las clases sociales pero tambiénde los géneros masculino y femenino.

Por tanto, la interacción de los sujetos socialescon el mundo y con sus agentes se desarrollaa través de una serie de percepciones de larealidad, que no importa si están erradas o no,pues lo que cuenta, al fin, es a partir de quéintenciones han sido construidas laspercepciones, porque los seres humanos vandesarrollando sus comportamientos sobre labase de una realidad cuya importanciasimbólica cobra un sentido trascendental.

4. La mujer como objeto de la dominación

En la historia de la dominación, el temarecurrente se centra en la explotación delhombre sobre el hombre. Por ello, el tema dela explotación o dominación de un génerosobre otro no ha concitado tanto interés.

Con todo, una primera aproximación a esteenfoque es el que hace federico Engels,cuando dice que desde la edad de piedraexistía una división primitiva del trabajo, en laque los dos géneros ya constituían dos clasesdiferentes y que “la división del trabajo en lafamilia había sido la base para distribuir lapropiedad entre el hombre y la mujer”(ENGELS 1884: 188).

Una de las primeras teóricas del feminismo,Simone de Beauvoir, se hace eco de esteaporte de Engels, señalando que, aunque sepodía analizar la situación del varón y la mujercomo la de dos clases sociales, es recién conla aparición de la propiedad privada y el Estadoque se da “la gran derrota histórica del sexofemenino” (BEAUVoIR 1949: 19).

Es decir, en este punto de la historia se iniciapropiamente la dominación masculina sobre lamujer en la forma que perdura hasta nuestrosdías. De esta manera, se puede tomar algénero masculino como clase dominante y algénero femenino como clase oprimida de lassociedades patriarcales. Simbólicamente, ellocoincide históricamente con los antagonismosque se dan entre las diferentes clases sociales:

…el primer antagonismo de clases queapareció en la historia coincide con eldesarrollo del antagonismo entre el hombrey la mujer en la monogamia; y la primera

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opresión de clases, con la del sexofemenino por el masculino. (ENGELS 1884:73).

En otras palabras, la sociedad no siempre fuepatriarcal, sino que en un principio primaba elderecho materno. Pero en cuanto aparece lapropiedad privada y el matrimoniomonogámico, surge la desigualdad de papelessociales hombre-mujer.

Pero a diferencia de la explotación de unaclase sobre otra (por ejemplo, de los amossobre los esclavos), la mujer, como dominada,adquiere otras funciones: la de llevar en elvientre a los hijos (as), de dar a luz y de tenerel vínculo natural madre-hijo(a), además deestar al servicio de un hombre en una familiamonogámica.

El hecho de que la dominación masculinasobre la mujer tenga relación directa con elorigen de la propiedad privada “agravó susituación de dependencia y sometimiento […](pues ella) concluyó siendo sojuzgada dediversa manera por el varón propietario”(LoRA 1991: 2).

Si bien esta “gran derrota histórica” de la mujertuvo un lugar concreto y muy claro en lahistoria, la posterior dominación del varón nosiempre ha sido directa, sino que adquiriósutiles mecanismos ligados a aspectosculturales, que se desarrollaron a lo largo delos tiempos.

Con su sutileza, la dominación del varón tuvomás éxito, porque logró camuflarse en losmecanismos conductuales de las personas(habitus), haciendo pasar lo histórico por“natural” y como parte de la cultura y forma devida de cada sociedad en la que se reprodujo.

5. La mujer en búsqueda de la igualdad degénero

No es novedad decir que, históricamente, el rolsocial de la mujer ha estado reducido a laboresdomésticas y cuidado del varón. Sin embargo,también existieron mujeres que fueron más alláde su “rol tradicional”, dando inicio a undespertar del género femenino hacia unabúsqueda de su igualdad de derechos frente alhombre.

Juana de Arco (1412–1431), maryWollstonecraft (1759-1797), Jane Austen(1775-1817), marie Curie (1867-1934) y, enBolivia, Adela Zamudio (1854 – 1928) sonalgunas de las mujeres que marcaron historiaenfrentándose a un mundo patriarcal. Sin dejarde luchar por lo que creían se convirtieron enarquetipos de la igualación social de la mujerfrente al varón en el mundo. A continuación,describiremos la lucha de la mujer por laigualdad de género a través de de la historia.

5.1 La Revolución Francesa

La Revolución francesa (1789 – 1799) implicaun cambio en la historia de la mujer. Aunqueantes de la misma hubo mujeres que demanera individual cuestionaron la falta deigualdad entre la mujer y el hombre, así comoconculcación de los derechos de la primera, enoccidente, es con la Revolución francesa que,por primera vez, no una sola mujer, sino unamayoría de mujeres tratan de definir el papelque deben desempeñar en la sociedad.

De esta manera es que las mujerescomenzaron a reclamar la validez de susderechos civiles y la igualdad entre los sexos y,aunque ésta no llegó a experimentar cambiosnotables ni a liberarse de los habitus ancladosen la cultura, se dio cuenta de su situación y elrol que desempeñaba. Esto serviría para lafutura reivindicación social de la misma (ver:ARCE JUAN 2004, para este punto y para lossiguientes).

5.2 La Primera Guerra Mundial

La Primera Guerra mundial (1914-1918) fueuno de los sucesos más importantes para laliberación femenina, puesto que es a raíz deeste hecho que las mujeres, a un nivel casiglobal, fueron incorporándose a labores queantes les estaban vedadas, como el trabajo enlas fábricas, otrora reservado a los varones.Aunque existen países donde con anterioridadse logró el voto femenino (Australia 1902 yfinlandia 1906, ver: ThE GUARDIAN 2011), esmuy significativo que entre 1910 y 1919numerosos países concedieran esta conquista,como se ve en el Ilustración N° 2 y en la TablaN° 1:

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Ilustración N° 2: Países con Mujeres con

Derecho al voto en 1919

Fuente: http://www.guardian.co.uk/global-development/interactive/2011/jul/06/un-women-vote-timeline-interactive

Tabla N° 1: Cronología del establecimiento del

Derecho al voto hasta 1919

Fuente: Elaboración propia sobre la base de THE GUARDIAN2011

Como se muestra en las ilustracionesanteriores, antes de la Primera Guerramundial, no había reconocimiento de losderechos civiles y políticos de las mujeres.Además, como ya hemos visto, históricamente,el hombre era el único responsable de laeconomía, el trabajo y la cultura, dejando a lamujer relegada a cumplir tan sólo con laslabores domésticas y el cuidado de la casa.

Esto cambia, cuando los hombres sonllamados masivamente al frente durante laPrimera Guerra mundial, para luchar por suspaíses, dejando casi toda la actividad laboralen las manos de las mujeres, ancianos y niños.

La mujer se vio obligada a asumir laresponsabilidad y se incorporó al trabajo enmuchos ámbitos laborales, lo que másadelante daría pie al inicio de la lucha deigualdad de las mujeres en prácticamente todoel mundo, reclamando derechos como laincorporación a la educación universitaria, loque significaba aspirar a algo más que almatrimonio y una vida “decente”. Con laincursión de la mujer en el trabajo, ésta tomaconsciencia de sus capacidades y valora lanueva independencia económica y (en parte)social, por lo que “muchas mujeres queescogieron trabajar durante la guerraexperimentaron un sentido de independencia yliberación” (CUNY 2011: 1).

La mujer también refleja estos cambios que seestaban dando en la sociedad a través de lavestimenta, acortando sus faldas,simplificando su vestuario y deshaciéndose delcorsé, el cual representaba la búsqueda de laperfección femenina y al mismo tiempoevidenciaba la represión de la mujer.

Ilustración Nº 3: Moda Femenina antes de la I

Guerra Mundial (1900)

Fuente: g/wgbh/americanexperience/ features/general-article/eleanor-fashion/

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País Año

Noruega 1913

Dinamarca e Islandia 1915

Canadá 1917

Lituania 1919

Azerbaiyán, Estonia, hungría, Kirguistán,Letonia, Polonia, federación Rusa,Austria, Alemania, Georgia, Irlanda yReino Unido

1918

Bielorrusia, Ucrania, Luxemburgo,Suecia, Bélgica, holanda, Zimbabue yKenia

1919

Ilustración Nº 4: Moda Femenina luego de la I

Guerra Mundial (1920)

Fuente: http://www.bagspurse.com/tag/1920-fashion/

Así comienza la primera ola feminista, la cualdecide luchar por la reivindicación social delgénero femenino para ser reconocida como unser humano con derechos dentro la sociedad.

5.3 La Segunda Guerra Mundial

A diferencia del primer conflicto global en elque las mujeres jugaron un rol esencialmenteen la retaguardia, la Segunda Guerra mundial(1939 – 1945) abrió las puertas para que lasmujeres se convirtieran en participantesactivas de la misma.

Para las mujeres norteamericanas, esta guerramarcó un momento trascendental, puesto que,al igual que sucedió en la Primera Guerramundial, los hombres fueron llamados a lalínea de fuego en el extranjero, dejando asídisponibles los trabajos que antes no eranpermitidos a las mujeres, pero que ahora, porla escasez de varones, tuvieron que sercubierto por éstas. Las mujeres no sóloreemplazaron la fuerza laboral masculina ycambiaron su manera de ser y de vestir para ira trabajar.

Ello se ve en la siguiente foto que ilustra unafiche realizado por howard miller para laWestinghouse en 1942, que alentaba a lasmujeres estadounidenses a ocupar los puestoslaborales de los hombres durante la SegundaGuerra mundial:

Ilustración Nº 5: Afiche de “Rosie the Riveter”

(1942)

Fuente: p://glamourdaze.blogspot.com/ 2010/10/world-war-two-women-rosie-riveter.html

Por otra parte, tras el apoyo del gobiernoamericano a los países aliados, muchasmujeres se alistaron en las fuerzas armadas yfueron llevadas al frente de batalla, no solocomo enfermeras, sino como combatientes enla línea de fuego junto a los hombres.

A finales de la década de 1940, finalizada laSegunda Guerra mundial, el aspecto de lamujer vuelve a expresar otra liberación através de su vestimenta y estética,proponiendo una nueva feminidad, dejando delado ciertas represiones sociales, por lo que“lograron el respeto y un lugar en la sociedad,como los hombres; dejaron las represalias a unlado y dieron pie a un nuevo cambio, a unnuevo look, a una nueva moda que les daríaseguridad propia (ANGULARIo Y BARREIRA2010: 95).

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Ilustración Nº 9: Moda de Christian Dior luego

de la Segunda Guerra Mundial

Fuente: log.meghanhibberd.com/ 2011/12/02/fashion-forecast-6/

Por otro lado, cabe mencionar que la SegundaGuerra mundial también produjo “una nuevarevolución industrial con la aparición de la líneade montaje y la producción en serie y elsurgimiento de grandes fábricas dearmamentos, aviones y material de guerra quedespués de la guerra da origen a la fabricaciónmasiva de los electrodomésticos” (PEÑA 2011:12), lo cual alivianó el trabajo doméstico de lamujer, permitiendo que ésta pueda trabajarfuera y dentro del hogar.

5.4 Los años 1960: Paz, Amor e Igualdad

Después de la Segunda Guerra mundial, amedida que los hombres regresaban parahacerse cargo de la familia y ocupar suspuestos de trabajo, la “seguridad femenina”que la mujer había alcanzado (en ausencia delos hombres), se vio amenazada, pues lasociedad volvía a la regularidad y se esperabaque los roles de género también volvieran a lanormalidad. Pero la mujer tras haber conocidoun poco de la independencia, sobre todoeconómica, no se conformó con el rol que yatenía asignado, sino que decidió buscar la

liberación femenina.

Es de esta manera que en los años de 1960, elmovimiento hippie y la liberación sexualpromovieron el crecimiento del feminismo y lalucha por la igualdad entre mujeres y hombres,ya que la ideología de la década estababasada en el amor libre y la decisión personalde sostener relaciones sexuales. Asimismo,esta década permitió que el feminismo crecierade un modo antes inimaginable, tomando encuenta que ahora la lucha partía de un terrenomás favorable para la mujer, puesto que yahabía experimentado el goce de sus derechos.

En la ola del feminismo de los años de 1960junto con la liberación sexual, se planteó el usode los anticonceptivos, sosteniendo que lamujer no estaba hecha sólo para ser madre yque cada una es capaz de decidir el momentoen el que desea ser madre. De igual manerareclamaron derecho al aborto libre y gratuito.

En este contexto, la sociedad, influenciada porlos conceptos de “paz y amor” de los hippies,rompe de cierta manera con los esquemastradicionales que se encontraban arraigadosen la cultura, con lo que realmente empezó acambiar la situación de la mujer hasta serconsiderada, al menos en el papel, como igualal hombre, el día de hoy.

5.5 Los años de 1980: Búsqueda de laafirmación Intelectual y Laboral de laMujer

Después de la ola del movimiento hippie, lasociedad retomó una vida más tradicional, perola mujer, habiendo conseguido romper con losesquemas sociales tradicionales, asumiónuevos roles en lo que respecta los estudios, eltrabajo y la familia.

El gran avance en la ruptura de los cánonesacerca de la sexualidad y la posibilidad deacceder a la píldora anticonceptiva, así como ala legalización del aborto (en algunos países),hizo que la mujer tomara control de su vida,con el poder de decisión sobre lo que quiereser y cuándo lo quiere ser, tanto respecto a laprofesionalización como a la familia.

A pesar de ello, la mujer tiene la tarea decontinuar con la lucha por la igualdad degénero, puesto incluso con el avance que halogrado las sociedades continúan siendoestructuradas bajo una visión machista y

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patriarcal, por lo que la primera ahora no sólodebe lidiar con luchar por sus derechos, sinotambién debe buscar seguir siendo buenamadre, profesional, amiga, pareja y ademásbalancear estos aspectos con su feminidad.

Es así que, en medio de una multiplicidad deroles, a partir de la década de 1980 la mujercomienza a explorarse ella misma,posponiendo la idea de contraer matrimoniocomo meta principal de su vida y buscandoafirmarse intelectual y laboralmente.

Esta visión toma dos rumbos diferentes: laprimera es la óptica de las feministas, lascuales luchan por una reivindicación históricade la mujer hacia una búsqueda de igualdad detrato y oportunidades, considerándose igualeso incluso mejores que los hombres; mientrasque la segunda es la perspectiva de la mujerno reprimida, la que desea explotar sufeminidad, surgiendo así las supermodelos,quienes establecen un nuevo parámetro deperfección de la mujer y de un cuidado hacia loestético. Y aunque esto generó cierta divisiónentre “feministas y femeninas”, ambas visionesbuscan la libertad de la mujer y la libertad depoder hacer y decir lo que ellas quieran.

5.6 De 1980 a nuestros días: La igualdad degénero

En la década de 1990 la mujer ya no se mira aella misma como un ser inferior, sino como unapersona con derechos, independiente y capazde hacer lo mismo que el hombre. La mujercada vez más ocupa su propio lugar en lasociedad, buscando ser más independiente ydesligándose más de las labores domésticas.Sin embargo, aunque no sea la que realicedichas labores domésticas, sigue siendoresponsable de que éstas se cumplan.

Pero la realidad latinoamericana en un pocodiferente. Si bien la mujer de América Latina enla década de 1990 ha logrado avanzar encuanto a lucha de igualdad, continúaexistiendo una fuerte discriminación intelectualy profesional hacia ésta, lo que se manifiestaen los cargos laborales que ocupa y en laremuneración que recibe.

más allá de las diferencias, las diversasteorías señalan que los principales factoresque determinan las diferencias en las

formas de inserción ocupacional y en losretornos financieros entre hombres ymujeres están en su mayoría referidos,directa o indirectamente, a la condición degénero, o sea, están relacionados con losatributos sociales y la valoración quehistóricamente se les ha otorgado ahombres y mujeres, teniendo como base ladeterminación biológica del sexo(WANDERLEY 1995: 18).

A distintos contextos corresponden diferentesrealidades. Latinoamérica, a pesar decompartir valores y cultura occidentales, tieneuna cosmovisión diferente a la de EstadosUnidos y Europa, además de tener culturasnativas que se encuentran todavía arraigadasen elementos que se pudiera calificar de premodernos que tienen influencia en lasconductas machistas. A eso se le debe sumarla historia de colonización española que hasubyugado a lo indígena, al mismo tiempo quetrajo la dominación machista de la culturamedieval europea. Por ello, la mujer indígenaha tenido que vivir una doble represión: el deser indígena y el de ser mujer.

De toda esta historia se han nutrido sectoresde mujeres latinoamericanas progresistas parair más allá, convirtiéndose en activistaspolíticas que han luchado por la igualdad ydesarrollo de sus países.

Actualmente, la mujer ha asumido un rolmucho más fuerte en la sociedad, dentro elcual tiene una mayor participación en la tomade decisiones. Después de los movimientosfeministas y los logros obtenidos por estos, lamujer ha cambiado sus objetivos. Ahora buscaser una profesional para poder competir aúnen una sociedad donde prima el machismo,motivo por el cual muchas veces debeesforzarse el doble que el hombre.

Además es importante señalar que: “enLatinoamérica la participación laboral femeninaalcanza el 46%. En países desarrollados subea 64%” (TIRoNI ASoCIADoS 2000). Por otrolado, aunque aún la familia continúa siendo eleje de la sociedad, la mujer idealmente ya nose encuentra sometida a ésta y puede decidir,cada vez más, sobre su vida sexual.

Pero cabe recordar que por más que la mujertenga un discurso de liberación total, en larealidad esto no ocurre de ésta manera. Comoexplicamos anteriormente, la dominación

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masculina se ha internalizado tanto en lacultura que muchas actitudes ycomportamientos machistas pasandesapercibidos o incluso como naturales,poniendo así a la mujer en el mismo papel quese encuentra hace siglos, aunque de formareducida o de manera aún más disimulada.

Cabe mencionar que los cambios de roles vana ser más o menos evidentes dependiendo elcontexto. Si bien el mundo en su mayoría tieneuna visión patriarcal, el grado de la dominacióndepende de la cultura y cosmovisión de cadapaís.

En Bolivia, actualmente la mujer ha logradouna inserción en la sociedad, teniendo unamayor participación sobre todo política yeconómica. Pero aún con dicha inserción lapercepción del rol de género de la mujercontinúa siendo el de hacerse cargo del hogar,es decir, que si bien la mujer desarrollafunciones en la sociedad de igual manera queel hombre, también tiene el deber de cumplircon el rol establecido hace siglos por lasociedad patriarcal, el de hacerse cargo delcuidado del hogar, del esposo y de los hijos.

Un artículo del periódico opinión señala que enBolivia el 46 % de los hogares bolivianos essostenido económicamente por mujeres, peroque a pesar de esto, los roles que la mujerasume en la sociedad continúan siendodesiguales (Cf. ANTEZANA 2011: 04).

A pesar de ello, todavía falta mucho por hacer.Bolivia todavía se encuentra por debajo delpromedio en el llamado “índice de Equidad deGénero”, que “mide las disparidades entrehombres y mujeres en educación, actividadeconómica y empoderamiento político en unaescala de 0 a 100. Bolivia obtiene 66 puntos enel índice 2012, dos puntos por debajo delpromedio latinoamericano (68), clasificandoentre los países con IEG BAJo” (BoLPRESS2012).

La investigación realizada quiso evidenciar,que a pesar de que existen reales avances enla lucha por la equidad de género, subsistenmecanismos persistentes de dominación queactúan desde lo profundo de la cultura y laconformación de lo cotidiano.

6. Principales resultados

La investigación planteó un enfoque cualitativoque utilizó como técnicas el análisisbibliográfico y la entrevista en profundidad, lascuales sirvieron para analizar las percepcionesde 12 mujeres cochabambinas durante losmeses de octubre, noviembre y diciembre delaño 2011.

En cuanto a sus resultados, la investigaciónconcluyó en que los mecanismos dedominación del varón frente a la mujer seestructuran a través de los mecanismos delhabitus y la violencia simbólica, no a través deuna obediencia a reglas explícitas, sino comoresultado de la internalización inconsciente deprácticas y representaciones que luego fueronreproducidas socialmente por las mujerescomo algo que parecía ser natural.

En lo que respecta a los principales roles quedesempeñan las mujeres cochabambinas en elespacio familiar éstos son el rol reproductor,que se manifiesta en el ser madre, y el rolsocializador que se exterioriza en el ser madrey esposa, mientras que los ejercidos en elámbito laboral son el rol productor y el rol derepresentación. El primero implica el trabajointelectual, mediante la profesionalización y eltrabajo manual; y el segundo hace referencia alas mujeres que ocupan algún puesto directivoen alguna empresa.

frente a ello, la percepción que tienen lasmujeres cochabambinas respecto de los rolesque desempeñan están influenciados por lacultura dominante en la sociedad, lo que quieredecir que aunque todavía la referencia de laauto percepción de la mujer está asociada alcumplimiento de los roles de reproducción ysocialización, la mujer ahora ha comenzado avalorizar su aporte productivo desde el espaciolaboral.

Por otro lado, en el espacio familiar, lasprácticas sociales machistas se evidencian enla educación impartida en casa, puesto que esla propia madre la que enseña a las hijas a serhacendosas y a los varones a liberarse de lasresponsabilidades domésticas.

En el espacio laboral, las prácticas socialesmachistas se manifiestan cuando la mujer le daal hombre mayor poder y autoridad,principalmente, por sus características físicas ypor la asignación de roles laborales que hahecho la cultura. Por otro lado, la mujer que

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trabaja tiende a pensar que ha descuidado asu hogar, por lo que desarrolla una culpainterior de no poder cumplir al ciento por cientosu papel de madre.

Por ello, se puede sostener que ladiferenciación genérica es perpetuada por lamadre a través de prácticas de socializacióndiferenciadas que proyectan patrones deconducta diferentes para las mujeres y losvarones de la familia.

Para ir concluyendo, aunque la mujer estáconsciente de los estereotipos de géneroimpuestos por la sociedad, es ella misma laque se autocalifica y califica a las otrasmediante el cumplimiento o no de éstos. Porello, la realización de la mujer se exteriorizaprimero al cumplir el rol de reproducción y desocialización y recién después los deproducción y representación.

En este sentido, las mujeres cochabambinasdel estudio asumen desde un imaginariomachista que el ejercicio de funciones depoder en el ámbito social laboral estáreservado al hombre y que para acceder aesos cargos de poder deben igualarlo encomportamiento y funciones.

finalmente, esta doble identidad de géneroimpregna todos los espacios de desempeño dela mujer, sin importar las funciones quedesarrolle en la sociedad.

Notas

1 Estatus en el sentido que le da Max Weber al término, es decir, elhecho de que los grupos no sólo se distinguen por su consumoeconómico, sino también por sus prácticas sociales en medio dedeterminadas condiciones objetivas y subjetivas de existencia (cf.ALCOBERRO 2012).

2 Por ejemplo, históricamente, no hay primacía de la herencia demadre a hijo o hija.

3 Marcela Lagarde (Cf. 1996: 52) indica que el patriarcado es unorden social genérico de poder, basado en un modo de dominacióncuyo paradigma es el hombre.

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