de aquí a parecon por brian dominick

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  • 7/25/2019 De Aqu a Parecon Por Brian Dominick

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    De aqu a parecon

    Por Brian Dominick

    El mtodo por el cual desarrollamos e interpretamos la sociedad y el cambio sociales muy sencillo; aunque esto no significa que el proceso sea simple. Nosotros lo hacemos paso a paso, pero cada uno de los pasos es bastante complicado. Veamoscmo este mtodo se aplica al cambio econmico -y aqu vamos a asumir algn tipo de afdad con el modelo de Parecon. Veremos cmo hicimos nuestra la visin de la economa participativa y qu haremos para ponerla en prctica:

    Hemos articulado nuestros valores compartidos, tal y como nosotros los entendemos (solidaridad, autogestin, equidad, pluralidad).Hemos valorado el sistema econmico actual y determinado que es totalmente contrario a los valores sealados.Hemos desarrollado una visin de un sistema econmico alternativo que no slo es aceptable en la medida en que satisface nuestros valores, sino por ser tambin prctico -ese sistema, o una variante, probablemente funcione si podemos llevarlo a la prctica.Aunque ciertamente la discusin no acaba aqu, y las ideas presentadas como "la visinparecon" siguen sujetas a ulterior desarrollo, el punto en que no hemos profundizado es cmo seguimos a partir de aqu.De qu forma, como activistas y no como idealitas, podemos empezar a trabajar para la consecucin de una economa participativa? Aeste respecto:

    Necesitamos desarrollar un marco estratgico, unos mtodos generales a travs de los cuales establezcamos nuestras metas futuras -este ser el camino a seguir de ahoraen adelante.Debemos formular tcticas, acciones concretas que supongan llegar a nuestras metasestratgicas, varios puntos importantes en torno al esbozo del paso hacia nuestraestrategia.De este modo, nos enfrentamos a la cuestin totalmente comn y razonable acerca de cmo llegar de aqu a all. En la enseanza o discusin de parecon, inevitablemente, y deltodo lcita, se espera de nosotros que presentemos opciones e ideas dirigidas a los activistas para movilizarse en la actualidad. De hecho, todos afrontamos problemas econmicos en nuestro da a da, cuando no como consumidores, como trabajadores,activistas, ciudadanos. En la medida en que podamos obrar en concordancia con nu

    estros valores, as deberamos de hacerlo; slo esto ya fomenta la economa participatia, llevndonos a aplicar los conceptos de parecon a nuestra "rutina diaria", en muchos casos alterando esa rutina. Sin embargo, desgraciadamente, lo que hacemos anivel individual tiene sin duda poco impacto sobre la sociedad, y muy poco sobre las estructuras sociales. As, la implementacin de una economa participativa, quepor definicin consiste en cambios sociales radicales, no puede tener lugar tan slopor cambios de actitud, sean por parte del individuo o de una gran mayora. Se requiere adems prestar atencin a, y la alteracin de, las instituciones econmicas a toos los niveles, desde nuestra casa y vecindario hasta el lugar de trabajo, la industria y la sociedad en general.

    Y las cosas son ms complicadas tambin por la propia definicin de la economa particiativa, que es un sistema que slo puede ponerse en prctica y mantenerse por una soc

    iedad que est experimentando otras transformaciones sociales, especialmente en las relaciones e instituciones culturales, familiares y polticas. Esto es, siemprey cuando estos cambios radicales se hagan del modo que nos hemos referido, de unindividuo a otro; desde la familia y los amigos; desde las diferentes culturas,razas, etnias; en la manera de organizar nuestros asuntos morales y nuestras relaciones con otras sociedades -a no ser que estos cambios se hagan desde todas estas perspectivas, ser imposible llevar a cabo una economa participativa. La demanda de una economa autogestionada est directamente relacionada con el tema de la democracia -temas que no somos ni capaces de tratar en nuestros quehaceres polticos, por mucho trabajo y dedicacin que se les preste.. Si ni siquiera hemos consegui

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    do resultados satisfactorios en nuestra lucha por la tolerancia cultural, ni mucho menos por la diversidad, cmo entonces deberamos de esperar que estos valores seaplicaran en nuestro lugar de trabajo y en nuestras prcticas de consumo? Al mismotiempo, tienen que darse cambios radicales en nuestra economa para que se den transformaciones en los mbitos de las relaciones familiares, la cultura y la poltica.

    Estas son las perspectivas con que nos encontramos y por ahora la implicacin debera ser algo obvia. Estamos hablando de algo ms general, una revolucin absoluta en el ms estricto sentido de la palabra.

    An as, asumiendo todo esto, no tenemos por qu aceptar todas las connotaciones que normalmente se asocian a la idea de revolucin. Los cambios sociales que he esbozado brevemente son a la vez complejos y radicales; y por muy radicales que puedanser, los cambios tienen que darse como un proceso, probablemente un proceso ms bien largo. Como es de esperar de los procesos, habr estadios en ste, en todos los frentes: econmico, interpersonal, cultural y poltico.

    Para nuestros propsitos, discutiremos algunas ideas bastante concretas aqu; mi presentacin se limitar a la estrategia y las tcticas para promover la participacin en l proceso del cambio econmico.

    La estrategia de parecon

    Existen bsicamente dos aspectos sobre los que necesitamos luchar por el cambio social en todos los mbitos, incluido el econmico. El primero es el aspecto objetivo:debemos cambiar las condiciones dentro de la sociedad -las estructuras sociales, organizaciones, instituciones, relaciones- de modo que produzcan buenos resultados, y sean consistentes con nuestros valores y visin. El segundo es el aspectosubjetivo, nuestra interpretacin individual y "colectiva" del mundo que nos rodea, nuestras creencias, etc. Puede parecer que este segundo aspecto debera de preceder al primero, mas en verdad ninguno precede al otro, ni en prioridad, ni en secuencia temporal. Lo que viene a decir que el cambio subjetivo es tan dependiente de cambios en las estructuras sociales como tales cambios lo son del cambio del modo de pensar de las personas. Nuevamente, estamos considerando todo esto como un proceso escalonado, y no como un cambio brusco. Transformamos algunas mentes, cambiamos ciertas instituciones, esas instituciones nos ayudan a transformar

    algunas mentes ms, esas mentes resisten las instituciones opresivas y elaboran otras ms liberadoras. Y el proceso continua hasta que hayamos cambiado una "masa crtica" de instituciones y mentes.

    Cuando me refer anteriormente al proceso de cambio econmico radical hacia una economa participativa como "transformacin", estaba hablando en sentido general, lo cual, aplicado a la estrategia, podra resultar engaoso. Realmente existen tres tiposde cambios, aunque no necesariamente distintos, a los que debemos atender. En primer lugar, es cierto que muchas de las instituciones existentes sern transformadas desde sus estructuras actuales en alternativas liberadoras. Pero tambin necesitamos desmantelar algunas de las instituciones actuales, as como crear nuevas instituciones desde cero. No es como si cada aspecto de nuestra economa actual pudiese de algn modo llevar a cabo una metamorfosis social desde dentro o desde el ext

    erior.