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DANNY PERICH CAMPANA

GOTARIO DEPOEMAS, PENSAMIENTOS,CUENTOS Y ESTUPIDECES

VERANO 2000

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DEDICATORIA:

Con cariño a mi esposa Lucy e hijosDanny, Fabián y Christian, quienes al leer estelibro expresaron :“si el título es gotario depoemas, pensamientos, cuentos y estupideces,¿por qué escribiste sólo estupideces?”

AGRADECIMIENTOS:

A mi ex-alumno Alex Oppliger y a mi hijoDanny quienes, en su calidad de dibujantes,llevaron al lápiz mi original gotita, lograndoexpresiones ajustadas a las ideas.

A Lucy Buljevic O. y Nélida Díaz C. quehicieron posible la publicación de este libro.

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P R Ó L O G O

Ha nacido un genio. Lo leí casualmente y me

impactó. Jamás había visto tanta sabiduría y

creatividad en un estilo tan personal. Es brillante el

recorrido efectuado desde la nada al todo, por un

laberinto de odios, amores, penas, locura, tortura,

vida y risas.

El futuro de este naciente autor, se vislumbra

pleno de éxitos, así que no nos extrañemos de verlo

encumbrado entre los principales escritores, poetas

y pensadores de nuestro país. Gracias a la fortuna

de haber sido la primera en leer los más bellos

suspiros poéticos jamás escritos, los pensamientos

más brillantes, los cuentos de infinita originalidad y

las estupideces más estúpidas...

Nota del autor: ¡Gracias mamá!

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7

¡Cuidado!,cada gesto te delata:

no sonrías,no camines,no hables,

no respires.¿Te moriste?

Tus labios, imán para mislabios;

tus ojos, carcelero de misojos;

tu pelo, enredadera de mipelo.

Por ti muero, tú por otro.

Donde la ecología no encuentra ecoes que hay un hombre hueco.

8

He vuelto a verte y al mirartemis ojos de juventud se llenaron;tú también, al pasar, me miraste

y al recordarnos sonrojamos.

Ese era un cura muydegenerado.

Cada vez que hablaba conla gente

le desnudaba el alma.

Tu mirada y mi mirada se cruzarony una de ellas aniquiló a la otra,

aún no sé si fue la tuya o la mía,ni por qué,

pensando en ti, mis ojos lloran.

9

Sol madrugador:¡ojalá nunca te quedes dormido!

Tras cada locura no siempre hay un loco

La única vez que todo el mundohace fuerza para el mismo lado

es cuando va al baño.

10

El amor juvenil es comoabeja que ha clavado suaguijón:

sabe que más tardemorirá.

Toda mujer desea unhombre,

todo hombre desea unharem.

¿Cuántas personas han vistola redondez de la

tierra ?

11

El poeta ve las estrellas y les sonríe,yo las veo frías y

lejanas.Él las toma con su

mano,mientras yo calculo

su distanciaen notación científica.

La verdad de unasonrisa

aniquila la falsedad deuna carcajada.

Ante el sol que te ciega,ponte lentes oscuros o,

simplemente... no lo mires.

12

“¡La tierra es redonda¡”,gritó Colón;

le dije: “¡absurdo, es unerror!”.

La tierra es redonda,demostrólo Colóny pensé: “¡maldito,

tenías razón!”.

Mientras paseaba en elcementerio

el día de todos losdifuntos,

pensaba en lo macabroque sería

que ellos celebraran eldía de los vivos.

Antipoesía:es buscar en mi interior

mi mejor tripa y mostrarla.

13

Las manos de mi hijo,las manos de mi madre,

las manos de mi hermano,las manos de mi padre,

las manos de mi esposa,las manos de un amigo,me muestran claramente

las manos de DIOS.

Vuelve hacia atrás,vuelve a buscar,vuelve y quizáste vuelva a amar.

Ni el día de mi autopsiasabrán lo que llevo por dentro

La libertad es una cárcelcon rejas de razones.

14

Cada hombre es una gota de lluviaque cae desde lo alto

y se despedaza en el suelo,pero existe laevaporación,

esperanza de elevarnosnuevamente.

¡Arriésgate a amar!

Aquí decidí colocarmi pensamiento

más brillante:

15

Cambio ovni por vino.

Mientras todos discuten sobre quién hará eltrabajo, tú comienza a trabajar.

No eres dócil, pero a veces lo eres;no soy tierno, pero a veces lo soy;muchas veces los dos no somos,

pero somos muchas veces los dos.

Los celos, al amor, colocan velos.

16

La vida es un sol con muchos eclipses.

Qué simpático es ver a lagente

discutiendo los problemasde los pobres,

mientras hasta la rodillales cuelga la barriga.

Cuando se tuerce unárbol

también se tuercen lasramas con él.

Te imagino a mi ladoy tú también te lo imaginas.

Y mientras nuestras imaginacionesviven juntas eternamente, nosotros

cobardemente nos evitamos.

17

Una noche de amor,no siempre es por amor.

Peor que la rutina deltrabajo

es que tú te vuelvasrutinario.

Somos muy pocas y creemos en la paz.¡Por favor, no nos maten!

Moby Dick

¡Qué feliz soy!,hoy nos mojó la misma lluvia.

18

Chile limita al norte con el cólera y la guerrilla,al sur con el blanco futuro,

al este con el fútbol y la coca,al oeste con el mar contaminado,

hacia abajo con un terremoto dormitandoy hacia arriba con un cielo claro,

un cielo oscuro y el smog.

El que caminademasiado

rompe sus zapatos,el que piensademasiado

rompe su cordura.

Estamos despiertos,por eso los sueñosjamás se acaban.

19

Todo triunfo tiene una gota de sacrificioy muchas veces un mar.

El que tiene pesadillaes por que algo le pesa.

Voy a romper el cicloal devolverle la manzana

sin mordiscos.

Anoche se me perdió el soly siguiendo una estrella fui a buscarlo,

giré millones de veces por la tierray jamás logré encontrarlo.

20

La televisión es cultura,pues cada día nos

muestralo que no se debe hacer.

Escribir mis pensamientos en una hojaes como encarcelar mis palabras

tras barrotes de papel.

Al menos al chanchono le gusta aparentar cosas.

¿Cuánta marihuanaconsumirán los aviones?

21

No siempre la noche comienza con no.

1 = 3... y si la santísima trinidad lo afirma,así debe ser, pero no está demás

verificarlo:

0 = 0

0·1 = 0·3

1 = 0·3 0

1 = 3

El que perdona, ama.

El silencio es un armamortal.

22

Da rienda suelta a tu felicidad:¡Llora!

En la madrugadacanta el gallo,en la noche maúlla elgato,durante el día muge,rebuzna, ladra ycacarea el hombre.

El que llega siempre atrasadono es por que sea chileno,

sino porque es un irresponsabley mal educado.

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Yace la guitarra en un rincón oscuroy mi voz dormida en la garganta,

ella me mira esperando que la abracey yo la miro sin atreverme a tocarla.

Entre los que dicen SIEMPREy los que dicen NUNCA,

están los que dicen la verdad.

Hasta el ser más inteligente,al despertarse al día siguiente,

sabe menos que ayer.

El que nació con fortunatiene el sol y la luna,

pero quizás las estrellas

24

Sexo sin amor: nexo.

La mentira y el engañoson rocas que pesan

al pasar los años.

No me gusta cortarme el pelo,no me gusta dormir,

no me gusta hacer trámites,no me gusta que me manden,no me gusta que todos sepan

lo que no me gusta.

25

Clávame las manos si quieres,coróname de espinas con violencia,

que mientras corre la sangre por mi cuerpoy mi rostro se tiñe de dolencia,seguiré repitiendo que te amo

más allá del dolor y la conciencia.

Una rosa siempre es bella,el que la ve fea necesita

urgenteuna limpieza del alma.

La educación es como ir de pesca:algunos llevan redes, otros cañasy otros, simplemente, van a mirar.

26

Todo el mundoalguna vez

se ha comportadocomo idiota.¡Ah, el amor!

A la juventud un consejo:¡acepten los consejos!.

Nacer, llorar.Dormir, despertar (Bis 25.920 veces)

Morir.

Perro que ladra,sus razones tiene.

27

Con los años, el dar, se hace extraño.

Hoy no me llamesaunque estoy enamorado,aunque quiero oír tu voz

hoy no me llames.Aunque te amo locamentey tus palabras son mi vida,

hoy no me llames,¡tengo el teléfono cortado!.

¡Soy un ladrón!Hoy logré robarte una

mirada.

No recuerdo el día,ni menos la hora;

sólo se que en un instantetodos lloraban por mí:el muerto de moda.

28

El halcón vuela,el águila vuela,el gorrión vuela,pero no por esojuntos vuelan.

No todos los días son iguales,lo importante es darse cuenta

de que si lluevese debe usar paraguas.

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Tengo remordimiento:debía ser brisa y fui viento.

¡Odio la guerra!.La odio tanto,

que estoy pensandoseriamente

en declararle la guerra.

Caminando por el monte,mientras me observaba la luna,

quise sentir la naturaleza,sentir las aves, sentir el frío;

y lo único que sentí, vaya estupidez,fue un terrible miedo, ¡Dios mío!.

El teléfono sirve parahablar y escuchar,

o sea, es un arma dedoble filo.

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El pan, con el tiempo se pone duro;el corazón del hombre también.

Reconoceré tu voz aún en el susurroy tu sonrisa ingenua y preguntona,

tu figura en las nubes dibujaday en el mundo de las sombras, tu sombra.

Máxima de los deudores chilenos:en el camino se arregla la carga.

“Me dan pena esos dos árbolestan solos y tan separados”,

mientras él se aleja, se guiñan un ojo,y continúan con sus raíces abrazados.

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Te veo bella,inexpugnable,

inalcanzable, intocable.Tú me ignoras,

inhumana....Y yo haciéndote

versoscomo un imbécil...

Tu actitud frente a laderrotapuede convertirte entriunfador.

Que la mirada habla, nadie dude;porque los dos

hablamos largo rato:yo para decirle cuánto la

amoy ella ... aún no logro

descifrarlo.

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Te besé, me besastey jamás en otro beso

te encontré,ni me encontraste.

Introduzco mi rostro en tus pupilaspor si mi imagen se te queda grabada,

pero cierras los ojos y me pierdoen la terrible oscuridad de la nada.

El reino de la mujer era su casa,hoy es su trabajo. ¿Y mañana?.

Me desperté y prendí el solapoyando mis pies en la arena,

me vestí con pétalos de flory salí a repartirme por la tierra.

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Al menos serviré dealimento

a miles de desnutridosgusanos.

¡Cuánto besos se han dado en elmundo

y tú preocupada por uno solo!

Un estómago vacíode cualquier estómago

es enemigo.

El amor idolatra la vida,por eso no muere con la muerte.

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¡Ojo artistas!los aplausos siempre terminan.

Tan, tan.

Cuando duermo,me doy vuelta con

cuidadopara no aplastar mi

sombra.

El viento es imparable,veloz,

incansable,eterno,

pero ¿a dónde va?.

La rabia pasa con los días,pero si no es así,

es que has comenzado agestar

un hijo llamado odio.

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Te di un beso y mis labios se sellaron,con el sabor de tu alma se impregnaron;me volví loco y para no esparcir locura

ya nunca más en otros labios se posaron.

No te enojes con tus alumnos que noaprenden lo suficiente,

enójate contigo mismo por no personalizarla metodología para lograr el aprendizaje.

La inteligencia infla la cienciay mata la armonía.

No asusta ser viejo.Lo que espanta es verse

viejo.

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El hombre, generalmente,mira hacia el cielo,al suelo, al frente,

atrás, a los costados,pero muy pocas veces

hacia adentro.

Habitación a oscuras, lujuria segura.

Un buen profesor es elque interesa

al alumno sobre lo queno le interesa.

La lluvia sabe quegota a gota

puede formar ungigante mar.

El que esparcerumores también.

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Enigmática mariposacreciste en un prado

entre voces queclamaban:

¡aléjate gusano!.

La autodisciplina,es el pleno entendimientode lo que significa libertad.

Entre bostezo y bostezo hayun leso.

El aire es un mar no salado e infinitoque en cada garganta se hace cascada,

se hace vida recorriendo cada poroy se va, en un suspiro, hacia la nada.

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Me atrae la locura de ser o no ser.

Da más de lo que te pidan,pero nunca más de lo que puedas.

El que vive quejándose de losdemás

quiere aparentar que esperfecto.

El anillo de casado con el tiempose lleva en la cintura.

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Creer en no poderes tener fe en el Dios de la idiotez.

Eres tan bella y perfectaque sólo me quedan dos

caminos:amarte u odiarte.

El profesor que llega al alma del alumnopuede lograr en 5 minutos

lo que otro quizáslogra en 45.

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Un hijo es el problemamas hermoso

que tenemos queresolver en la vida.

La sinceridad es un donque te permite ganar siempre...

muchos enemigos.

Pon la luna junto al sol. ¿Confusión?

Últimamente, al que disparalas flechas del amor

le está fallando el pulso.

A pesar que el hombreviene del mono

hace puras burradas.

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Antes de pisarla, dibújala,así tus nietos sabrán

como era una flor.

Los problemas acrecientan o quitan la fea los de poca fe.

Intenta romper una rocacon tus nudillos,

inténtalo, es sencillo.

Inteligente es el que ve siemprelos dos puntos de vista:cuando lavo mis dientestambién lavo el cepillo.

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El niño llora,la mujer llora,

el hombre llora,el mundo llora...¡maldito smog!

La comida que más me satisfacees la que doy a los demás.

Me adentré en tu mentegobernando noche y díay cuando quise escapar

clausuraste la salida.¿Existe peor muerte

que la muerte en vida?.

¡Realmente!:cuando callas pareces

como ausente.

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Si todos los hombres-volcanesentraran en erupción,

los volcanes-tierrase morirían de envidia.

Debería existir un campo nudista...del alma.

Hay millones de estrellas reflejando caminos.¿Dónde está la de Belén?,hoy necesito ver alNiño.

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El amor es un cassetteque debe escucharse

por los dos lados.

Una se deja acariciar,la otra es muy esquiva;

por eso: ¿cuál es más atrayente,la fulgurante rosa o la afilada espina?

Miro su casa y un suspiro,almacenado en una esquina del alma,

atraviesa los átomos del airey recorre su morada hasta encontrarla.

La cordura de un locoes la locura de un cuerdo.

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Maestro: es primordial saberel por qué y para qué se enseña,

pero es mucho másimportanteque el alumno lo sepa.

La mujer es como el semáforoy el hombre un infractor permanente.

Me gusta tomarte de la manoy caminar contando las baldosas,

de mi casa a tu casa hay 530,más 12 besos y otra cosas.

Si yo hubiese sidoArturo Prat,

en Chile habría unhéroe menos.

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Hay que poseer ambición,pero no permitir que la ambición te posea.

¡Rompe la rutina diaria!: amanece muerto.

Campesino mira tus manos:surcos arados al tiempo.Campesino, compara con

las mías:pavimento, sólo pavimento.

El mar besa la arena,pero la arena lo engaña;porque cuando él se va,ella besa a la montaña.Por sospechar el marpidió al cielo vigilarla

y cuando éste la verdad contó,la asesinó con marea alta.

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De profesor a maestro:un largo y difícil trayecto.

Jamás he podido acallar el silencio.

La luna es un sol triste.

A muchas reinas de bellezales cambiaría la corona

por una mordaza.

El que ríe y llora,no ríe cuando llora.

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Tengo 10 razones para odiarte,pero 10 millones para amarte.

No permitas unapágina en blanco

frente a ti.

El éxito se construye paso a paso,aunque no siempre cada paso sea un éxito.

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Jamás te sientas solo,millones de micro organismoste rodean.

Un buena idea no siempre generauna buena acción.

Mi alimento son las palabrasy con ellas a la gente alimento;esparzo amor, locura, ternura,

alegría, interrogantes, pensamientos:soy poeta.

Los perros persiguen a los autosporque en la cajuela llevan un gato.

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MI PRIMERA NAVIDAD

El centellear de las luces multicolores mecegó brevemente y se adentró en mi cuerpo con unmensaje de soledad. Otro año que pasaba a formarparte de la galería de los recuerdos, otro año quevenía con la misma incertidumbre de los anteriores yotro año que mi mano estirada recogería las migajasque por entre los dedos de otra gente escurriría.Faltaba poco para medianoche, hora mágica en quela generosidad, por obra del Señor, se hace muchomás grande; por eso me dirigí hacia las viviendasseñoriales que representaban una noche sinhambre.- ¡Feliz Navidad señora!.- ¡Feliz Navidad, buen hombre!- Señora, perdone mi atrevimiento de golpear a supuerta e interrumpir su intimidad en estas horas,pero el hambre se me adentra en las entrañas comoagujas y quisiera combatirlas con un pedazo de pande vuestra mesa.

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- Por supuesto, espere sólo un momento que algohabrá para darle.

Me alegré, no siempre comenzaba con suerte ycon este ánimo latente me dirigí a la siguiente casacon la pisada más confiada, con los labiosdispuestos a entregar una sonrisa. Golpee y trasunos segundos de espera la puerta se abrióviolentamente y una mujer se abalanzó a mis brazosgritando.- Abuelo, abuelo. Rodrigo, Julito, vengan rápido hallegado el abuelo.- Pero señora yo...- No me llames señora, los años de no vernos nodeben distanciarnos tanto querido abuelo. Llámamecomo cuando era pequeña con aquel apodo quetanto me gustaba: golondrina.- Quisiera explicarle que... – Sus réplicas resultaronen vano.- Abuelito, abuelito- la voz de Julito- ¡qué felicidadabrazarte!. Mis padres me habían hablado mucho deti, de cuando tuviste que partir a tierra lejanassiendo ellos muy jóvenes. ¡Que lindo que hayasvuelto!

Y entre abrazos y sonrisas me introduje aaquella casa que era totalmente extraña para mí.¿Qué podía hacer?, trato de explicarles que estánen un error, pero me cuentan tantas cosas, muchasde ella incomprensibles para mi. Me hablan de loque vamos a hacer en los días de mi estadía... OhDios y si callo, será justo el hacerlo. Nunca hetenido una Navidad y por qué no gozar esta que meofrecen con tanto corazón.- Abuelito, te noto distraído. ¿No estás contento deestar con nosotros?

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- Por supuesto que estoy feliz Julito, es una alegríaque sólo Dios sabe como la siento.Sí, mi felicidad era inmensa y fue mayor al ver llegara Rodrigo con variados paquetes envueltos enmulticolores papeles de regalo.- Abuelo recibe estos obsequios de nuestra familiacomo agradecimiento por tu sacrificado viaje ycontar con tu compañía en este día tan especial yojalá tu estadía sea tan feliz como anhelamos.- ¡Que los abra, que los abra! – gritaron a coro.

Y siguieron tantas cosas maravillosas quetemí acostarme para luego despertar y ver que todolo vivido era sólo una quimera.- Buenos días abuelo, te traje tu desayuno – la vozde Golondrina.- No era quimera – pensé en voz alta.- ¿Qué dices abuelo?- Nada mi pequeña Golondrina, es la vejez que auno le hace hablar por hablar.- No digas eso abuelo, aun te queda mucha vida quedisfrutar y recuerda que la vejez es algo solamentecorporal – diciendo esto se dirigió rumbo a la cocina.- Que exquisito desayuno, pero debo decirles laverdad, no debo ocupar un lugar que no mepertenece.

Me levanté, me vestí y luego me dirigí a lacocina donde esperaba encontrar a la familia, perono hallé a nadie. Sobre la mesa un papel escrito:abuelo, vamos de compre, volveremos temprano.- Creo que es hora de marcharme, les dejaré unanota explicándoles lo que sucedió.

El timbre interrumpió mis pensamientos. Al abrirla puerta me encontré con un hombre de mediana

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estatura, cabello cano y de contextura muy similar ala mía más una amplia sonrisa.- Buenos días, ¿en dónde está la familia?- Fueron de compra y supongo que usted es elabuelo a quien esperan con tanta ilusión.- Sí y son muchos años de no vernos ya ni se si mereconocerán. – comentó con nostalgia.- Pase, yo ya me retiraba, sólo vine a dejarle unosencargos que me solicitaron.

Tomé mi abrigo y salí mientras mis lagrimascomenzaron a caer por las grietas de mi rostro. Mepreguntaba por qué estaba tan triste si al fin y alcabo había pasado la mejor Navidad de mi vida.Sólo sentía no haberles dicho la verdad, pero fuetanta felicidad en un segundo que me embriaguécon ella.

Mis pasos pesaban más que nunca y elcansancio de los años me aplastaba con cadaminuto que pasaba. Me había alejado ya variascuadra de aquella mágica casa, cuando a misespaldas sentí unos gritos y muchos pasos quepresurosos trataban de alcanzarme.- ¡Abuelo, abuelo!

Me volví y mis ojos no podían creer lo queveían. Golondrina, Rodrigo, Julito y el abuelo seacercaban presurosamente. Nuestras lágrimas y abrazos se confundieron.Comprendí que ya sabían o se imaginaban loocurrido y eso me hizo muy feliz, pues aunsabiéndolo me habían buscado y llamado abuelo. Ycomo una verdadera familia regresamos los cincoabrazados hacia la casa.

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I N T E N T O S

Primer intento. Nada.Recordé aquella vez que con un rifle de

aire comprimido, disparé un balín a la ventanilla deun vehículo que pasaba frente a la casa de Manuel,mi gran amigo, con el cual me juntaba diariamente ajugar y a planificar algunas diabluras, casi siempreideas mías. El auto frenó bruscamente y de él bajóun hombre bastante fornido, de unos 40 años,gritando furioso. Dándome cuenta de lo quepretendía, rápidamente pase el rifle a Manuel y salícorriendo a esconderme, el automovilista lleno de iralo agarró del pelo y, creyéndolo culpable delincidente, lo abofeteó reiteradas veces. A ladistancia, tras un árbol, me sonreí.

Segundo intento. Nada. Me preocupé.Con una honda, construida de una rama

arrancada del hermoso árbol que tanto cuidabanuestra vecina, con la curvatura precisa y con un

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elástico de cámara de bicicleta, decidí que habíademasiada luz en mi cuadra, por eso, a pedradas,las apagué una por una, dejando esparcidos milesde fragmentos de ampolletas en la calle. Al díasiguiente recibí en mi casa la visita de la policía,quienes buscaban al responsable de los destrozosy, muy a mi pesar, tuve que confesarles la verdad.Se llevaron detenido a Manuel, demostrando con susilencio ser un leal amigo. Al sentir el ulular del autopolicial alejándose, aliviado sonreí.

Tercer intento. Nada. El pánico seapoderó de mi.

Me cautivó su mirada serena y su pelocolor trigo, se llamaba Pamela. La veía pasar adiario, mientras por mi mente se exhibían laspelículas más románticas por los dosprotagonizadas. Sin dudarlo, mi corazón fue poseídopor el amor y me propuse hacerla mía para siempre.Nos presentaron y conversamos animadamente,teníamos mucho en común y todo estaba perfectohasta que nombré a mi amigo Manuel. Su tono devoz sufrió un profundo cambio y su mirada ya no fueigual. Ante mi interrogante expresión me confesóque lo amaba y que yo era la primera persona ensaber de tal sentimiento. Mi mente se trastornó yplagado de celos le mencioné que yo poseía unaconfesión y que por las circunstancias me veía en laobligación de dársela a conocer para evitar sudestrucción. La vi profundamente preocupada ycuriosa, y sin dudas ni remordimientos le expreséque no se ilusionara con mi amigo, ya que desdehace algunos años había contraído y era portadordel mortal Sida. Al transcurrir del tiempo Pamela se

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convirtió en mi esposa y al darme el sí en el altar,Manuel no comprendió por qué guiñándole un ojo,maquiavélicamente, me sonreí.

Cuarto, quinto, sexto intento. En definitiva, mi paracaídas no se abre.

Sabiendo que voy a morir, elevo mis ojos al cielopidiendo por mi podrida alma y a la distancia puedover a mi inseparable amigo Manuel y a mi bellaesposa Pamela, amorosamente abrazados,haciéndome señas desde la puerta del avión,despidiéndome y ambos sonriendo maliciosamente.

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P R I N C E S A

Mención Honrosa, Tercer Encuentro Binacionalde Cuentos.Septiembre 1999, Punta Arenas.

Comenzaba el período en que las nubes seacicalan aprovechando su reflejo en el congeladosuelo patagónico. El frío, manto perenne queenvuelve a Punta Arenas, demostraba su poderíoesplendoroso, haciendo estéril el esfuerzo delpadre sol quien expandía sudoroso sus tentáculosdorados. El alarido del despertador lo sobresaltó y elbrazo, cual reflejo rotuliano, se incrustó en el negrobotón y nuevamente el silencio impregnó lahabitación. Lentamente se sacó la piel de sábanas yfrazadas que lo envolvía y con una prisa adormiladafue cumpliendo uno a uno sus ritos mañaneros queterminaban con un té incoloro y gastado,

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acompañado de una rebanada de pan tostado conmermelada de ruibarbo. Samuel Jorquera reflejaba en su rostroesforzados 61 años y sus múltiples surcos parecíanelaborados meticulosamente por algún escultor deltiempo. Su cabellera gris desaliñada y escasa, suropa con pronunciadas arrugas, más sus manoseternamente manchadas delataban un hombrepreocupado más de sobrevivir que de vivir. Como cada día recordó a Irene, con sucaminar acelerado y su inconfundible bata azulañoso, preparando el desayuno. Su conversaciónflorecida de recuerdos, con la infaltable queja a lavida por no haberle regalado hijos, comentandoalgún hecho noticioso, para luego darle un beso dedespedida con un tradicional, pero sincero deseo deuna buena jornada. Hoy su Irene ya no estaba y esevacío le hacía conocedor de cómo se siente uncuerpo sin alma. Salió de su casa cuando todavía la oscuridadalumbraba las calles y la ciudad era sólo un blancodesierto de cemento y paralelepípedos sonámbulos.La nieve repentina, silenciosa y madrugadoradificultaba sus pasos, como si quisiera retrasarlo,pero la voz retumbante de su padre hizo eco en susoídos, recordándole lo importante que es en la vidaser puntual. Apuró su caminar, a pesar de susdesgastados bototos que le hacían mas resbaladizala acera, para cubrir las ocho cuadras que loseparaban de la Municipalidad.-¡Hola Samuel! ¿y?, ¿qué le pasó al Colo?- gritóburlonamente Aníbal Nahuelquín, su amigo ycompañero de muchos años. Cámbiate de equipomejor.

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Y una carcajada acompañó dicho saludo. Recibimiento habitual de los lunes cuando suequipo era derrotado en la jornada futbolística del finde semana. Pero el desquite llegaba cuando ocurríalo contrario y, como pocas veces, se prendía unaleve sonrisa que mostraba una dentadura carcomidapor el tiempo y la pobreza. Se dirigió a la bodega y, con la rapidez que dala práctica de los años, tomó su carro basurero dedos ruedas, cargó en él un escobillón, una palacuadrada y se ciñó la correa reflectante, que lecruzaba el pecho y la espalda, la cual alertaba a losconductores sobre su obrera presencia. Limpiar las calles le hacía feliz. Podía vertransitar cientos de personas, empaparse de laalegría de los jóvenes jugueteando con bolas denieve, riendo o soñando con algún nuevo amor opreocupados por sus pruebas a última hora. Poreso, mientras picaba la escarcha y barría la nieve,silbaba alegre su canción favorita que popularizarael famoso conjunto de Coyhaique, “Los Lazos”. Estaba en esa labor cuando algo interrumpióla melodía de sus labios y su concentración en eltrabajo. Se sintió observado. Levantó la vista hastaalcanzar el segundo piso de una hermosa yelegante casa, donde, por una ventana semejante ala escotilla de un barco, una hermosa niña, de unos10 años de edad, de mirada zafiro profunda ycabellos dorados y brillantes como olas al solnaciente, seguía sus movimientos de escobillón y elpicoteo de su pala con mucha atención. Alencontrarse sus miradas, ella agitó su mano en ungesto de saludo, esbozó una pícara sonrisa y

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desapareció al interior de la habitación como unaaparición. La vio sólo un instante, pero esa sonrisacelestial se grabó en su mente y no pudo ni quisodesprenderse de ella por el resto del día. Desde aquel momento mágico, Samuelapuraba la limpieza en las calles vecinas y pronto seencontraba bajo la ventana, donde la niña ya loesperaba y lo saludaba agitando su mano al viento.El saludo entre ambos se tornó cada día máscomplejo, toda suerte de señas y morisquetas iban yvenían, en un juego de amistad en el que ambos sedivertían mucho, sin decir ni una sola palabra, hastaque se despedían. Ella le enviaba un beso a travésdel aire, con su mano y él le devolvía una leve peroamorosa sonrisa. Recrudeció el invierno y con él la dureza deltrabajo que debía efectuar Samuel. Cada vezrequería mayor esfuerzo extraer la escarcha enalgunos lugares en los cuales la sal esparcida porlos camiones de la Municipalidad no habían logradosu objetivo de deshacerla totalmente. En especial lagruesa capa que se formaba en la esquina de Maipúcon Avenida España, donde Samuel empleaba todosu esfuerzo y dedicación para exterminarla antes deque el flujo vehicular se hiciera más intenso. Unavez que finalizaba su tarea la felicidad lo invadía yse sentía un ciudadano responsable y útil a lacomunidad. También lo motivaba que, luego de esetrabajo, y a escasas cuadras de allí, vería aPrincesa, como bautizó a la hermosa niña, a la cualmostraría las nuevas señas creadas cada tarde ensu hogar. Su recompensa era esa sonrisa que, cadavez más, le conmovía el alma y lo motivaba a

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continuar alegremente y con bríos su trabajo. Sin embargo, el paso del tiempo deja sushuellas y la fortaleza de antaño, cual niebla matinal,se esfuma calladamente. La salud de Samuel seempezó a resentir. Una tos leve hizo el primeranuncio, luego la fiebre y más tarde el dolor dehuesos, pero a pesar de esto no interrumpió sutrabajo, ni menos la creación de gestos ymorisquetas que lo divertían y que hacían feliz aPrincesa. Esa noche su cuerpo ardía, ante lo cual bebióuna infusión de yerbas, la misma que Irene cadainvierno le preparaba. Siempre le había hecho bieny confiaba que esta vez no sería la excepción, labebió hasta la última gota y luego se acostó. Noquería, a pesar de lo débil que se sentía, faltar a sutrabajo. Nuevamente había nevado “como en losviejos tiempos” y comenzaba a escarchar con un fríoque calaba los huesos. Sería un día duro y mientrasse lo imaginaba sus manos dibujaban novedosaspiruetas en el aire. Al día siguiente, el despertador se cansó desonar, mientras la nieve, con su rítmico balanceocadencioso y adormecedor, seguía cayendo. Depronto se despertó sobresaltado, habíantranscurrido 40 minutos desde que el reloj habíalanzado su alargado grito mañanero, Refunfuñandoculpó a las yerbas de Irene, pero notó que se sentíamucho mejor. Acortó su rutina diaria y aceleró suresbaloso caminar hasta la bodega de laMunicipalidad. Retiró sus implementos de trabajo, previaexplicación de su imperdonable pero involuntario

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atraso y se dirigió rápidamente hacia la peligrosacapa de hielo que siempre le preocupaba, sabiendoque estaría más gruesa que nunca. Se acercaba aese lugar cuando desgarradores gritos y un tumultode gente le aceleró el corazón y, temiendo lo peor,corrió. En medio de la calle, un vehículo volcado,giraba sus ruedas, como contando con cada vueltalos segundos que le restaban de vida. Se acercósintiendo como su cerebro le gritaba: “culpable,culpable”. Miró los cuerpos envueltos de sangre ynieve; y mientras sus ojos recorrían el horror de latragedia, un inmenso dolor punzante retorció susentrañas. Allí, con sus ojos de inocencia y ternura,estaba su Princesa, extendiendo sus sangrantesmanos hacia él. Samuel se acercó, mientras suspiernas temblaban visiblemente; colocándose derodillas rodeó su cuerpo abrazándola paternalmenteen un diálogo de sentimientos y amor inacabable. Y,a pesar del dolor, una sonrisa se retrató en el rostroangelical de Princesa, dejando de regalo su últimosuspiro. Samuel no pudo más. El llanto afloró y laslágrimas rodaron desde sus mejillas a las mejillas dePrincesa, formando una inagotable cascada deamor. Sonó el despertador y esta vez ya no huborutina. Se levantó vistiéndose con su único traje degala, que compró cuando despidió a Irene, y searregló meticulosamente su corbata elaborando conmucha calma el nudo en su cuello. Luego,inventando su última seña para Princesa, fijó susojos en un punto del cielo raso de su habitación yun túnel perfectamente circular e iluminado se abrió

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y a lo lejos divisó a Princesa que haciéndole señasalzaba sus brazos en señal de acogida. Ese día sus compañeros comentaban suausencia. Les extrañaba porque Samuel Jorquerano había faltado un día al trabajo en toda su vida.-¡Qué va a venir a trabajar !,- dijo sonriente AníbalNahuelquín. Estará muerto de vergüenza con los 4goles que le hicieron ayer al Colo.Y una risotada colectiva inundó el pavimento.

Voy al baño y vuelvo...