c.w. leadbeater - un libro de texto de teosofía

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  • 8/14/2019 C.W. Leadbeater - Un libro de texto de teosofa

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    UN LIBRO DE TEXTO DE TEOSOFIA

    Charles Webster Leadbeater

    CAPITULO 1

    CONCEPTO DE LA TEOSOFIA

    "An existe una escuela filosfica que la cultura moderna ha perdido de vista". Con estas palabras comienzaA. P. Sinnet su obra El Mundo Oculto, la primera divulgacin de la Teosofa, publicada hace treinta aosDesde entonces, millares de personas han aprendido sabidura en dicha escuela; y sin embargo, la masageneral de las gentes an desconoce sus enseanzas, de modo que slo pueden responder muy vagamente ala pregunta: "Qu es Teosofa?"Dos libros hay que ya responden a esta pregunta:El Buddhismo Esotricode Sinnet yLa Sabidura Antigua de la, seora Besant. No intento emular a estas dos obras magistrales, sino

    tan slo presentar una exposicin lo ms clara y sencilla que me sea posible, a propsito para servirles deintroduccin. Solemos hablar de la Teosofa, no como de una religin en s misma, sino como de la verdadque por igual subyace en todas las religiones. As es en efecto. Mas desde otro punto de vista podemos decirque es al propio tiempo filosofa, religin y ciencia. Es filosofa porque nos explica francamente el plan deevolucin de a la par los cuerpos y las almas contenidos en nuestro sistema solar. Es religin en cuanto porhabernos mostrado el curso de la ordinaria evolucin, tambin nos indica y aconseja un mtodo de abreviardicho curso, de suerte que por consciente esfuerzo adelantemos en mayor derechura hacia la meta. Esciencia porque no trata de ambos asuntos como materia de creencia teolgica, sino de directo conocimientoasequible por estudio e investigacin. Afirma la Teosofa que el hombre no necesita apoyarse en la fe ciega,porque tiene en su interior potencias latentes que una vez actualizadas lo capacitan para ver y examinar pors mismo: y adems comprueba su afirmacin demostrando cmo pueden actualizarse dichas potencias. Por

    otra, parte, la Teosofa en s misma es el resultado de la actualizacin de tales potencias, porque susenseanzas se fundan en directas observaciones efectuadas en el pasado y nicamente posibles por medio dela mencionada actualizacin. Como filosofa, nos ensea que el sistema solar es un mecanismocuidadosamente ordenado, la manifestacin de una magnificente vida, de la que el hombre es menuda parte.Sin embargo, la Teosofa se ocupa en esta menuda parte que inmediatamente nos atae y la trata porcompleto en sus tres aspectos: pasado, presente y futuro. La trata en el aspecto presente describiendo lo queen realidad es el hombre cuando se le observa por medio de vigorizadas facultades. Suele decirse que elhombre tiene alma; pero la Teosofa, como resultado de directa investigacin, invierte la frase y afirma queel hombre es un alma que tiene cuerpo, o mejor dicho varios cuerpos que son sus instrumentos o vehculosen diversos mundos. Estos mundos no estn separados en el espacio, sino simultneamente presentesdoquiera estamos nosotros y susceptibles de examen. Son las divisiones del aspecto material de la

    naturaleza, los diferentes grados de densidad de las agregaciones de materia, segn ms adelanteexplicaremos al pormenor. El hombre tiene existencia en varios de dichos mundos; pero normalmente sloes consciente en el inferior, aunque a veces en sueos y xtasis vislumbre los superiores. Lo que se llamamuerte es la dejacin del vehculo correspondiente al mundo inferior; pero el alma o verdadero hombre enun mundo superior no se altera ni queda afectada por ello, de la propia suerte que tampoco se altera elhombre fsico al despojarse de su gabn. Todo esto es materia de observacin y experiencia, no deespeculacin. La Teosofa tiene mucho que ensearnos respecto a la historia del hombre, de cmo en eltranscurso de la evolucin ha llegado a ser lo que es. Tambin esto es materia de observacin, porque hay unregistro indeleble de todo cuanto ha sucedido, una especie de memoria de la Naturaleza, cuyo examenreproduce ante los ojos del investigador las escenas primitivas de la evolucin como si ocurrieran en el

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    momento presente. Estudiando de esta suerte el pasado sabemos que el hombre es de origen divino y quetiene tras si una muy dilatada evolucin de doble aspecto: la de la vida interna del alma y la de la formaexterior. Sabemos adems que la vida del hombre como alma es de largusima duracin, mientras que la queacostumbramos a llamar su vida es tan slo un da de su verdadera existencia. El hombre ha vivido yamuchos de estos das y ha de vivir todava muchos ms; y para comprender la verdadera vida y su objeto lahemos de considerar en relacin no slo de este da de ella que principia en el nacimiento y acaba en lamuerte, sino tambin a los das que la precedieron y a los que le han de seguir. De los das futuros tambinhay mucho que hablar y puede obtenerse sobre ello gran copia de concreta informacin, por conducto de

    quienes estn muchsimo ms adelantados que nosotros en el camino de la evolucin y por consiguientetienen directa experiencia de l. Tambin cabe obtener dicha informacin de inferencias derivadas de lamarcha seguida por quienes nos precedieron en el camino. La meta de este particular ciclo de evolucin esta nuestra vista aunque todava muy por encima de nosotros; y parece que aun despus de alcanzada se abreuna interminable senda de progreso a cuantos quieran emprenderla. Una de las ms admirables ventajas dela Teosofa es que a su luz se resuelven muchos problemas, se desvanecen muchas dificultades, se explicanlas aparentes injusticias de la vida, se descifran no pocos enigmas y establece el orden en lo que caticoparece. Por lo tanto, aunque algunas de sus enseanzas se funden, en la observacin de fuerzas cuya directaactividad est ms all del alcance del hombre vulgar, si ste las acepta como hiptesis, no tardar enpercatarse de su exactitud, porque tan slo ellas explican racionalmente y con acabada coherencia el dramade la vida. Entre las nuevas verdades capitales que la Teosofa trae al mundo occidental, sobresale la de la

    existencia de Hombres perfectos y la posibilidad de relacionarse con Ellos y recibir Sus enseanzas. Otraverdad igualmente importante es que el mundo no est ciegamente zarandeado por la anarqua, sino que progresa bajo el gobierno de una Jerarqua perfectamente organizada, de modo que es de absolutaimposibilidad el definitivo fracaso y la eterna perdicin de ni aun la entidad ms insignificante. El vislumbrede la actuacin de dicha Jerarqua engendra inevitablemente el deseo de cooperar con ella, de servir a susrdenes por humildes que sean nuestras facultades para en algn lejano porvenir ser dignos de incorporarnosen los extremos de sus filas. Esto nos representa el aspecto religioso de la Teosofa. Quienes llegan aconocer y comprender estas enseanzas, no se satisfacen con el lento caminar de los eones de evolucin yanhelosos de ser inmediatamente tiles, piden y obtienen el conocimiento de un corto pero escarpadosendero. No hay medio de liberarse de la obra que se ha de realizar. Es como subir una carga a la cumbre deuna montaa. Tanto si se lleva derechamente a la cumbre por un escabroso atajo, como por el suave

    meandro de la falda, se ha de emplear en el esfuerzo el mismo nmero de kilogrmetros. Por consiguiente,para efectuar el mismo trabajo en menos tiempo se necesitar determinado esfuerzo. Sin embargo, es posiblehacerla, porque algunos lo han hecho y aseguran que el resultado compensa sobradamente la molestia. Deeste modo se van transcendiendo gradualmente los vehculos hasta que el libertado hombre se convierte eninteligente cooperador del grandioso plan de evolucin de todos los seres. Adems, la Teosofa da en suconcepto religioso una regla de conducta basada no en supuestos mandamientos promulgados en remotosperodos del pasado, sino en el simple buen sentido segn indican los hechos. La actitud del estudiante deTeosofa respecto de las reglas que prescribe se parece mucho ms a la que adoptamos con las normashiginicas que a la obediencia de religiosos mandamientos, Podemos decir, si queremos, que talo cual cosaest de acuerdo con la divina voluntad, porque esta divina voluntad est expresada en las leyes de lanaturaleza y como quiera que la divina voluntad orden sabiamente todas las cosas, infringir sus leyes

    equivale a perturbar la suave actuacin del plan, detener o retrasar por un momento aquella mnima parte dela evolucin y por consiguiente apenamos y apenar a los dems. Tal es el motivo de que el sabio obedezcalas leyes naturales; pero no para escapar a la imaginaria ira de una ofendida divinidad. Aunque desde ciertopunto de vista podemos considerar la Teosofa como religin, conviene sealar dos importantsimos puntosde diferencia entre ella y lo que de ordinario se llama religin en Occidente. En primer lugar no exigecreencia alguna de sus adherentes ni siquiera habla de creencia en el sentido vulgar de esta palabra. Eestudiante de la ciencia oculta o conoce una cosa o suspende todo juicio sobre ella, y en su mtodo no halugar para la ciega fe. Por supuesto que los principiantes no pueden conocer por s mismos y enconsecuencia se les invita a estudiar los resultados de diversas observaciones y aceptarlas como hiptesishasta que con el tiempo sean capaces de por s mismos comprobadas. En segundo lugar, la Teosofa nuncaintenta convertir a nadie de la religin que ya profese. Por el contrario, a cada cual le explica la religin en

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    que milita y lo capacita para descubrir en ella significados mucho ms profundos que los que hasta entoncescoligiera. Tambin le ensea a comprenderla y practicada mucho mejor que antes y en muchos casos lerestituye en grado todava superior la fe en ella, que casi haba perdido del todo. Asimismo tiene la Teosofael aspecto de ciencia y en verdad es la ciencia de la vida y la ciencia del alma. A todo objeto de estudioaplica el cientfico mtodo de la paciente y a menudo repetida observacin; y tabulando despus losresultados infiere las consecuencias de ellos. De esta suerte ha investigado la Teosofa los diversos planos dela naturaleza, las condiciones de la conciencia del hombre durante la vida y despus de lo que comnmentese llama muerte. Conviene insistir en que las afirmaciones de la Teosofa sobre todas estas materias no son

    vagas conjeturas ni dogmas de fe, sino que estn fundadas en la directa y frecuente observacin de hechos ysucesos. Los investigadores teosficos se ocupan tambin hasta cierto punto en materias propias de la deudaordinaria, segn vern quienes lean la obra recientemente publicada sobre Qumica oculta. Por lo tantoresulta que la Teosofa entraa en ntima combinacin algunas caractersticas de la filosofa, la religin y laciencia. Pero alguien acaso pregunte: Cul es el evangelio de la Teosofa para este apesadumbrado mundo?Cules los puntos bsicos que se infieren de sus investigaciones? Qu hechos capitales ha de exponer antela humanidad? Las respuestas se han resumido en tres principios fundamentales. "Hay tres verdadesabsolutas y eternas, aunque puedan permanecer silenciosas por falta de expresin. "El alma humana esinmortal y su porvenir no tiene lmites de progreso y esplendor. "El Principio de vida reside en nosotros yfuera de nosotros. Es imperecedero y eternamente benfico. No se le oye ni se le ve ni se le huele; pero lopercibe quien anhela percepcin. "Cada cual es su absoluto legislador; el que se rodea de luz o se sume en

    tinieblas; el juez de su conducta, que lo premia o lo castiga. "Estas verdades tan grandes como la vidamisma son tan sencillas como la ms sencillamente del hombre". En forma abreviada y lenguaje vulgar,significan que Dios es bueno, que el hombre es inmortal y que cosecha lo que siembra. Todo est sujeto a undefinido plan que acta bajo inteligente direccin, con arreglo a leyes inmutables. El hombre tiene su lugarsealado en dicho plan y vive sujeto a dichas leyes. Si las comprende y de acuerdo con ellas obra, adelantarrpidamente y ser dichoso. Si no las comprende y voluntaria o involuntariamente las quebranta, retardarsu progreso y ser desdichado. Estas no son teoras sino verdades comprobadas. Quien lo dude, que lea y lover.

    CAPITULO 2

    DE LO ABSOLUTO AL HOMBRE

    En nuestro actual estado de evolucin, nada podemos saber de lo Absoluto, de la Infinito, de lo Om-niabarcante, sino que es. Nada podemos decir que no sea limitado y por lo tanto inexacto. En lo Absoluto secontienen innumerables universos y en cada universo muchedumbre de sistemas -solares. -Cada sistemasolar es la expresin de un poderoso Ser a quien llamamos el Lagos, la Palabra de Dios, la Divinidad Solar.Es lo que los hombres significan por Dios. Penetra todo el sistema solar en el que nada hay que no sea El. Esel sistema solar la manifestacin del Lagos en la materia visible. Sin embargo, el Logos vive ms all yexternamente al sistema solar con estupenda vida propia entre Sus iguales. Segn dice una Escrituraoriental: "Sabe que despus de formar el universo entero con un tomo de mi Ser, sigo existiendo". Nada

    podemos saber de la superior vida propia del Logos; pero de la porcin de Su vida que vitaliza Su sistemaalgo podemos saber en los niveles inferiores de la manifestacin. No podemos vede; pero s podemos ver laactuacin de su podero. Ningn clarividente puede ser ateo, porque demasiado formidable es la evidenciaDe Su propio ser puso este grandioso sistema en existencia. Los que a este sistema pertenecemos somosevolucionantes porciones de la vida del Logos, chispas de Su divino Fuego. De El procedemos y a El hemosde volver. Muchos han preguntado que por qu eman el Logos de S mismo este sistema y nos ha enviado aarrostrar las borrascas de la vida. No podemos saberlo ni es cuestin prctica. Basta que estemos en estemundo y nuestro deber es conducirnos ptimamente. Sin embargo, muchos filsofos han especulado sobreeste punto y han expuesto varias opiniones. La mejor que conozco es la de un filsofo gnstico, quien dice:"Dios es amor, pero el amor en s mismo no puede ser perfecto a menos que haya en quienes prodigarlo ypuedan corresponderlo. Por lo tanto, el Logos se manifest en la materia y puso lmites a Su gloria, a fin de

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    que por medio del natural y lento proceso de evolucin viniramos a la existencia y de acuerdo con Suvoluntad furamos desenvolvindonos hasta alcanzar Su nivel, porque entonces el amor de Dios sera msperfecto, pues podra prodigarlo en Sus propios hijos, quienes lo comprenderan y corresponderan a l, desuerte que se realizara el magno plan del Logos y se cumplira Su voluntad". No sabemos en questupendas alturas reside la conciencia del Logos ni cul es su verdadera naturaleza tal como all semanifiesta; pero cuando se coloca en condiciones que estn a nuestro alcance, su manifestacin es siempretrina y as es que como Trinidad lo conciben todas las religiones. Son Tres y sin embargo esencialmenteUno. Son tres Personas (por persona se entiende una mscara) y sin embargo un solo Dios que se manifiesta

    en tres aspectos. Son Tres aspectos para nosotros, que los miramos desde nuestro inferior nivel, porque Susfunciones son diferentes; pero son Uno para El porque sabe que slo son fases o facetas de S mismo. Lostres Aspectos se relacionan con la evolucin del sistema solar y tambin con la del hombre. Esta evolucines Su voluntad y el mtodo de ella Su plan. Inmediatamente despus del Logos y formando parte de El demisteriosa manera estn Sus siete ministros, llamados a veces los Espritus planetarios. Empleando un smitomado de la fisiologa del cuerpo humano, la relacin de los Espritus planetarios con el Logos puedecompararse a la de los ganglios nerviosos con el cerebro. Toda evolucin dimanante del Logos se transmitepor medio de uno u otro de los Espritus planetarios. Despus de estos Espritus siguen numerosas huestes urdenes de Seres espirituales a que llamamos ngeles o devas. No conocemos todas las funciones quedesempean en las diferentes partes de este admirable plan, pero s sabemos que algunos estn ntimamenterelacionados con la construccin del sistema solar y el desenvolvimiento de la vida en l. En nuestro mundo

    hay un Ministro que representa al Logos y gobierna en absoluto la evolucin que se efecta en este planeta.Podemos concebido como el verdadero REY de ste mundo y a sus rdenes estn varios agentes encargadosde diferentes departamentos, uno de los cuales atae a la evolucin de las diferentes razas humanas, desuerte que cada raza principal tiene un Jefe que la establece, la diferencia de las dems y preside sudesenvolvimiento. Otro departamento es el de religin y educacin, del que han surgido todas las religionesy los insignes Instructores de que nos habla la historia. El ministro encargado de este departamento o vieneindividualmente o enva a alguno de Sus discpulos a fundar una nueva religin cuando comprende que esnecesaria. Por lo tanto, todas las religiones, al aparecer en el mundo, contenan una concreta afirmacin dela verdad que siempre ha sido fundamentalmente la misma, aunque su exposicin vari a causa de lasdiferencias entre las razas a quienes se revelaba. Por las condiciones de civilidad y el grado de evolucin enque cada raza se hallaba, era conveniente exponer esta nica verdad en diversas formas. Pero la verdad

    esencial es siempre la misma; as como la fuente de que dimana, aunque el aspecto externo parezca diferentey aun contradictorio. Es insensato que los hombres se peleen sobre la superioridad de tal o cual instructor odoctrina, porque el instructor es siempre un enviado de la Gran Fraternidad de Adeptos y sus enseanzascoinciden siempre en los puntos capitales de tica y moral. Hay en el mundo un conjunto de verdades sub-yacentes en todas las religiones, que representan los hechos de la naturaleza tal coma hoy da los conoce ehombre. A causa del desconocimiento de estas verdades, las gentes ignorantes y profanas disputan sobre sihay Dios, si el hombre sobrevive a la muerte, si le es posible progresar y cul es su relacin can el universoEstas cuestiones empezaron a inquietar la mente del hombre desde que despert su inteligencia. No sonenigmticas coma suele suponerse, pues la respuesta est al alcance de cualquiera que se esfuerce debida-mente en hallarla. La verdad es asequible y la obtendr todo aquel en que en obtenerla se esfuerce. En lasprimeras etapas de la evolucin de la humanidad, los superiores dignatarios de la Jerarqua provienen del

    exterior, es decir, de otros puntos mayormente evolucionados del sistema; pera tan pronto como los hombresalcanzan por la enseanza recibida el suficiente nivel de poder y sabidura, se encargan de ejercer el oficiode aquellos dignatarios. Para que un hombre pueda ejercerlo ha de ascender a muy alto nivel y llegar a loque se llama un adepto, un ser de tanta bondad, poder y sabidura que sobresalga de entre el resto de lahumanidad por haber alcanzado la cspide de la evolucin humana y cumplido lo que el plan de Dios lesealaba para su cumplimiento durante el actual ciclo de evolucin. Sin embargo, prosigue evolucionandoms all de dicho nivel, en camino de la divinidad. Gran nmero de hombres de las principales naciones delmundo han ascendido al nivel del adeptado. Son excelentes almas que con indomable valor asaltaron losalczares de la Naturaleza y se apoderaron de sus ms recnditos secretos, ganando por ello el legtimoderecho al ttulo de adeptos. Hay entre ellos muchos grados jerrquicos y muchas esferas de actividad; perosiempre permanecen algunos en directo contacto con nuestra tierra, como miembros de la Jerarqua que

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    an no hemos llegado. As como en cada uno de los peldaos inferiores al nuestro hay quienes estn,pasando por ellos, de modo que vemos por donde hemos pasado, as tambin hay hombres en cada uno delos peldaos superiores, de suerte que al observarlos podemos ver por donde hemos de pasar en el porvenir.Precisamente porque vemos hombres en cada uno de los peldaos de esta escala que conduce a un nivel deinefable esplendor, comprendemos que es para nosotros posible la ascensin. Quienes estn ms arriba denosotros, tan altos que nos parecen dioses por su admirable sabidura y poder, nos dicen que no hace muchotiempo estaban donde nosotros estamos ahora y nos indican claramente los peldaos intermedios por los quehemos de pasar para ser como Ellos.

    CAPITULO 3

    LA CONSTRUCCIN DE UN SISTEMA SOLAR

    El principio del universo (si acaso lo tuvo) escapa a nuestra comprensin. En los ms primitivos puntos dela historia a que podemos alcanzar, ya estaban en plena actividad los dos capitales opuestos de espritu ymateria, de vida y de forma. Notemos que es necesario revisar el ordinario concepto de materia, porque loque comnmente llamamos fuerza y materia son en realidad dos modalidades del Espritu en diferentesetapas de evolucin y la verdadera materia o esencia de cada cosa est en su inapercibida intimidad. Un

    cientista francs ha dicho recientemente: "No hay materia. No hay ms que agujeros en el ter". Estaafirmacin coincide con la famosa teora del profesor Osborne Reynolds y la investigacin ocultistademuestra la exactitud de este concepto y as se explica lo que los sagrados libros de oriente dan a entendercuando dicen que la materia es una ilusin. La ultrrima raz de la materia segn la vemos en nuestro niveles lo que los cientistas llaman el ter del espacio1. A los sentidos fsicos les parece vaco el espacio ocupadopor el ter, que sin embargo es ms denso que cuanto nos quepa concebir y el profesor Reynolds dice que esdiez mil veces ms denso que el agua, con una presin media de 50.000 toneladas por pulgada cuadrada 2

    Tan slo pueden percibir esta substancia los dotados de muy aguda facultad clarividente. Cabe conjeturarque un tiempo llenaba dicha substancia todo el espacio, aunque carecemos de conocimiento directo sobreeste punto. Tambin cabe suponer que algn excelso Ser (no la Deidad de un sistema solar sino otro Serinfinitamente superior) alter esta condicin de quietismo infundiendo Su espritu o energa en una porcin

    de dicha materia, del tamao de todo un universo. El efecto de la infusin de dicha energa puede compa-rarse al soplo de un poderoso aliento que forma en el ter un nmero incalculable de tenues burbujas esf-ricas3que son los ultrrimos tomos constituyentes de lo que llamamos materia. No son los tomos qumi-cos ni tampoco los tomos ultrrimos del mundo fsico. Estn en un nivel muy superior y sus agregaciones,segn veremos ms adelante, forman los que de ordinario llamamos tomos. Cuando la Deidad solar iniciala construccin de Su sistema halla a mano este material de infinita masa de tenues burbujas de que puedenconstituirse las diversas especies de materia tal como las conocemos. Empieza por trazar los lmites de sucampo de actividad; que es una vasta esfera cuyo crculo mximo es muchsimo mayor que la rbita del mslejano de Sus futuros planetas. Dentro de los lmites de esta esfera establece una especie de vrticegigantesco cuyo movimiento congrega las burbujas en una ingente masa central, que ha de constituir lafutura nebulosa. En este vasto torbellino esfrico infunde sucesivos impulsos de energa para formar con las

    burbujas cada vez ms complexas agregaciones, de que resultan siete gigantescos mundos de materia que seinterpenetran concentricamente en diferentes grados de densidad y en el mismo espacio. Actuando en SuTercer Aspecto infunde el Logos en esta estupenda esfera el primer impulsa y establece en el interior ungran nmero de tenues vrtices cada uno de los cuales atrae cuarenta y nueve burbujas y las ordena endeterminada configuracin. Estos pequeos grupos de burbujas as formadas son los tomos del segundo delos siete interpenetrados mundos. Sin embargo, no se aprovechan para ello todas las burbujas, sino que se

    1 Descrito en Qumica Oculta con el nombre de koilon.2 Equivalentes a ochenta millones de toneladas por metro cuadrado o sean aproximadamente unas 7.738,440atmsferas de presin. (N. del T.)3 De estas burbujas se dice en La Doctrina Secreta que son los agujeros abiertos por Fohat en el espacio.

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    dejan disociadas suficiente nmero de ellas para actuar como tomos del primero y superior mundo. A sudebido tiempo sobreviene el segundo impulso que acta en casi todos los cuarenta y nueve tomos-burbujas(dejando los bastantes para proporcionar tomos al segundo mundo) los atrae a s y despus vuelve aemitirlos, estableciendo entre ellos vrtices cada uno de los cuales contiene 492 = 2401 burbujas, queforman los tomos del tercer mundo. Despus de otro intervalo sobreviene el tercer impulso que influye encasi todas las 2401 burbujas restituyndoles su originaria forma y emitindolas de nuevo como tomos delcuarto mundo cuyo nmero de burbujas es de 493 en cada tomo. Se repite este proceso hasta que el sextoimpulso ha construido el tomo del inferior y sptimo mundo, que contiene 496 burbujas. Este tomo del

    sptimo mundo es el tomo ultrrimo del mundo fsico, no el tomo qumico, sino dada uno de loselectrones o protilos de que dicho tomo se compone. Hemos llegado al punto en que la vasta esfera turbinalcontiene siete tipos de materia de diferente densidad, pero todos ellos esencialmente idnticos, porque todosestn constituidos por las mismas burbujas. Estn estos tipos de materia extensamente entremezclados, demodo que tomando al azar una porcin de cualquier parte de la esfera hallaramos en ella materia de todoslos tipos, aunque los tomos ms pesados gravitan mayormente hacia el centro. El sptimo impulso emitidopor el Tercer Aspecto de la Deidad solar no restituye los tomos fsicos ltimamente formados a su primitivacondicin de burbujas disociadas, sino que desde luego los cohesiona en determinadas agregaciones queconstituyen los protoelementos, de cuya combinacin resultan los llamados por la ciencia elementosqumicos. La formacin de estos ltimos Se efecta en un largusimo perodo de tiempo, por virtud dediversas fuerzas que les dan de terminada ordenacin, como acertadamente insina sir Guillermo Crookes

    en su artculo sobre La Gnesis de los Elementos. En realidad, no ha terminado todava su proceso deformacin. El uranio es el ltimo y ms pesado elemento qumico que hasta ahora conocemos; pero quizsse constituyan en el porvenir otros ms complicados. Segn pas el tiempo, fue aumentando la conden-sacin, hasta llegar al estado de una vasta y ardiente nebulosa giratoria, que al enfriarse tom la forma de unenorme disco y gradualmente se quebr en anillos alrededor de un ncleo central, por el estilo de lo que hoyda observamos en Saturno, aunque en muchsima mayor proporcin. Al acercarse el tiempo en que losplanetas haban de ser necesarios para los fines de la evolucin, la Deidad estableci en un punto del espesorde cada anillo un vrtice subalterno en el cual se concentr gradualmente gran parte de la materia del anilloEl entrechoque de los congregados fragmentos reaviv el calor y el planeta resultante fue por algn tiempouna masa de gases incandescentes. Poco a poco se fue de nuevo enfriando hasta que estuvo en disposicinde ser teatro de una ndole de vida como la nuestra. As se formaron todos los planetas de nuestro sistema

    solar. Casi toda la materia de los interpenetrados tipos a que nos hemos referido estaba por entonces concen-trada en los recin formados planetas, y cada uno de ellos se compona y se compone de los siete diferentestipos de materia. La Tierra en que ahora vivimos no es tan slo una esfera de materia fsica constituida portomos del tipo inferior, sino que tambin tiene materia de los otros seis tipos. Saben los estudiantescientficos que ni en la ms densa y compacta substancia se tocan unos a otros sus tomos. Los espaciosinteratmicos son enormemente mayores que el tamao de los tomos y por lo tanto queda lugar para quelos tomos de materia de los otros seis tipos o mundos no slo ocupen aquellos espacios, sino que semuevan libremente en ellos y alrededor de los fsicos. En consecuencia, la Tierra que habitamos no es unsolo mundo, sino siete interpenetrados mundos que ocupan el mismo espacio, con la salvedad de que lostipos de materia sutil se extienden ms all del punto de concentracin de la materia densa. Hemos dadonombre a estos interpenetrados mundos para convenientemente designados. El primero no necesita

    denominacin porque el hombre no est relacionado con l; pero cuando sea preciso mencionado lollamaremos mundo divino. Al segundo mundo se le designa con el nombre de mondico porque en l re-siden las chispas de la Vida divina a que llamamos mnadas humanas. Pero ninguno de estos dos mundos hapodido ser investigado ni aun por los ms poderosos clarividentes. El tercer mundo, cuyos tomos contienen2401 burbujas, se llama mundo espiritual, porque en l acta el superior espritu del hombre tal como ahoraest constituido. El cuarto es el mundo intuicional 4porque de all descienden las ms altas intuiciones. Elquinto es el mundo mental porque de su materia est formada la mente del hombre. El sexto se llama emo-cional o astral, porque las emociones del hombre ponen en vibracin su materia5. El sptimo es el mundo f-

    4En otro tiempo se le llamaba plano bdico5 Le dieron los alquimistas el nombre de astral, porque su materia es brillante como los astros comparada

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    sico, constituido por la materia que vemos en nuestro alrededor. Todos estos interpenetrados mundos estnesencialmente constituidos por la misma materia, pero de diferente grado de densidad y en distinta ordena-cin. Por lo tanto, tambin difieren entre s el tono e intensidad de sus respectivas vibraciones. Puedencompararse los siete mundos a una vasta escala o gama de vibraciones con muchas octavas. La materiafsica vibra en una tesitura que abarca cierto nmero de octavas inferiores; la materia astral vibra en otratesitura superior; la mental en otra an ms alta y as sucesivamente. Cada uno de estos mundos tieneadems de su tipo de materia sus peculiares combinaciones o substancias de esta materia. En cada mundocoordinamos estas substancias en siete grupos segn la tnica vibratoria de sus molculas. Por lo general

    aunque no siempre, cuanto ms lenta es una ondulacin mayor es el tomo, que entonces est constituidopor un especial ordenamiento de tomos de la materia inmediatamente superior. El calrico aumenta evolumen de las molculas y apresura y amplifica su vibracin, de modo que la substancia se dilata hasta elpunto en que se debilita la cohesin de los tomos, que pasan a la condicin inmediata superior. En emundo fsico, las siete subdivisiones estn representadas por otros tantos grados de densidad de la materia,que de mayor a menor son las siguientes: slido, lquido, gaseoso, etreo, superetreo, subatmico yatmico. En la subdivisin atmica, todas las formas estn construidas por el ordenamiento de los tomosfsicos en determinadas configuraciones sin cohesionarlas previamente en molculas. Si comparamos eltomo fsico a un ladrillo, cualquier forma de la subdivisin atmica estar construida por el ordenamientode varios ladrillos en determinada configuracin. A fin de construir materia de la subdivisin inmediatainferior, es necesario reunir antes varios ladrillos (tomos) y cementarlos en bloques de cuatro, cinco, seis o

    siete ladrillos cada uno y despus utilizar estos bloques como piedras de edificacin. Para formar materia dela siguiente subdivisin o sea de la superetrea, ser preciso cementar varios bloques de la superatmicadndoles determinada forma y emplendolos como piedras de edificacin. As se procede sucesivamentehasta llegar a la materia slida. Convertir una substancia slida en lquida equivale a aumentar la vibracinde sus molculas componentes hasta que se disocian en las menos complexas molculas que las componenEn todos los casos puede repetirse este proceso sucesivamente hasta que toda substancia fsica se reduzca alos tomos ultrrimos del mundo fsico. Cada uno de los siete mundos tiene sus habitantes con sentidoscapaces tan slo de percibir las vibraciones de la materia de su respectivo mundo. El habitante del mundofsico ve, oye y siente por medio de vibraciones de la materia fsica que le rodea; pero tambin estigualmente rodeado por las materias de los otros seis mundos, interpenetrados con la del suyo, aunque encircunstancias ordinarias no las percibe, porque sus vibraciones no le hieren los sentidos, de la propia suerte

    que nuestros ojos fsicos no pueden percibir las vibraciones de la luz ultraviolada, aunque la experimentacin cientfica demuestra su existencia y hay quienes la ven por medio de rganos sensorios diferentementeconstruidos. Un ser viviente en el mundo astral podra ocupar el mismo espacio que otro viviente en el fsicoy sin embargo ni uno ni otro advertiran su simultnea presencia ni se impediran en modo alguno los movi-mientos. Lo mismo ocurre en los dems mundos. En este momento estamos rodeados por los mundos demateria, sutil, tan cercanamente como el mundo que vemos y sus habitantes estn a nuestro alrededor, noscircundan por todas partes y pasan por nuestro lado y a travs nuestro sin que lo advirtamos. Puesto quenuestra evolucin est actualmente centralizada en el globo llamado Tierra, tan slo diremos de los mundossuperiores lo que se relacione con ella. Por consiguiente, cuando en adelante digamos "mundo astral" seentender nicamente la parte astral de nuestro globo y no todo el mundo astral del sistema. Tambin es unglobo la parte astral de nuestra Tierra, pero de materia astral y ocupa el mismo espacio que ocupa el globo

    fsico; pero como su materia es mucho ms ligera, se extiende por todos lados muy all de la atmsfera de laTierra, hasta un poco menos de la distancia de la Luna, de modo que aunque los dos globos fsicos Tierra yLuna estn a 384.000 kilmetros de distancia, los cuerpos astrales de ambos astros se tocan cuando la Lunaest en el perigeo, pero no cuando en el apogeo. Llamar "mundo mental" al todava mayor globo demateria mental en cuyo medio existe el terrestre. Al considerar globos de materia ms sutil, tenemos que sonde radio lo bastante largo para tocar las correspondientes esferas de otros planetas del sistema, aunque sumateria est en la superficie del globo fsico tan cerca de nosotros como los dems tipos de materia. Todoslos globos de materia sutil giran alrededor del sol interpenetrados con el fsico o planeta Tierra. El estudiantede Teosofa har muy bien en acostumbrarse a considerar la Tierra como el conjunto de dicha masa de

    con la del mundo fsico

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    interpenetrados mundos o tipos de materia y no slo como el ncleo fsico que ocupa el centro de la masa.

    CAPITULO 4

    EVOLUCION DE LA VIDA

    Del Tercer Aspecto de la Deidad provienen todos los impulsos que segn hemos dicho determinan la for-

    macin de los siete tipos principales de materia. De aqu que en el sistema cristiano se le llame al TercerAspecto el "Dador de Vida" o el Espritu que planeaba sobre la faz de las aguas del espacio. La Teosofaconsidera todos esos impulsos como uno solo y le denomina primera efusin o primera oleada de vida. Unavez dispuestos los mundos en las descritas condiciones y ya existentes la mayor parte de los elementosqumicos, sobrevino la segunda oleada de vida que procedente del Segundo Aspecto de la Deidad entraabael poder de combinacin. En todos los mundos encontr esta segunda oleada lo que pudiramos llamarelementos correspondientes de cada uno de los mundos, y procedi a combinarlos en organismos quedespus anim, construyendo de esta suerte los siete reinos de la naturaleza. La Teosofa reconoce sietereinos porque separa, al hombre del animal y considera varias etapas de evolucin invisibles alojo fsico yles da el nombre medieval de "reinos elementales". La Vida divina descendiente de lo alto se infunde en lamateria y el proceso de esta infusin puede considerarse dividido en dos etapas: la gradual asimilacin de

    materia cada vez ms densa y despus la gradual desasimilacin de los vehculos anteriormente asimiladosEl primer nivel en que pueden observarse cientficamente los vehculos de la vida es el mental, el quintocontando de lo sutil a lo denso y el primero en que hay separados globos. Para mejor, comprensin en elestudio, conviene dividir el mundo mental en dos partes a que llamaremos superior e inferior segn el gradode densidad de la materia. El mundo mental superior consta de las tres subdivisiones ms sutiles de materiamental. El inferior est constituido por las otras cuatro. Cuando la oleada llega al mundo mental superiorrene sus elementos etreos y los combina en las correspondientes substancias con las que construye lasformas en que se infunde la vida. A este conjunto de formas vivas de materia mental le llamamos primerreino elemental. Despus de un largo perodo de evolucin en estas diferentes formas mentales, la oleada devida, que no ha cesado de empujar hacia abajo, se identifica tan por completo con ellas, que en vez deocuparlas y retirarse peridicamente, reside siempre en ellas y se las asimila de modo que desde dicho nivel

    puede proceder a la tempornea ocupacin de formas en inferior nivel. Llamamos a esta etapa segundo reinoelemental, cuya animadora vida reside en el mundo mental superior, mientras que los vehculos por cuyomedio se manifiesta estn en el inferior. Tras otro perodo de parecida duracin, la descendiente energarepiti el proceso, identificndose de nuevo la vida con sus formas y fijando su residencia en el mundomental inferior para desde all animar las del astral. A esta etapa le llamamos el tercer reino elemental. Estasformas de que hablamos son densas en comparacin de las del mundo respectivo superior y sutiles encomparacin de las del respectivo mundo inferior, pero todas las de los tres reinos elementales son infini-tamente ms sutiles que la ms sutil del mundo fsico. Cada uno de dichos tres reinos elementales es unreino de la naturaleza, tan variado en la manifestacin de sus formas de vida como los reinos vegetal yanimal que conocemos. Despus de un largo periodo empleado en ordenar las formas del tercer reinoelemental, se identifica sucesivamente la vida con todas ellas y es entonces capaz de animar la parte etrea

    de los reinos vegetal, mineral y animal, aunque en condiciones en que no puede manifestarse libremente. Enel transcurso de la evolucin del reino mineral, la energa descendente se identifica con las formas etreas deeste reino y es entonces capaz de animar la parte densa de dichas formas tales como ahora las percibennuestros sentidos. En el reino mineral no slo incluimos las substancias ordinariamente llamadas mineralessino tambin los lquidos, gases y algunos cuerpos etreos que desconoce la ciencia occidental. Toda lamateria que conocemos es materia viva y siempre est evolucionando la vida en ella contenida. Al llegar alpunto cntrico de la etapa mineral, cesa la presin descendente de la energa vital y se transmuta en presinascendente. Ces la espiracin y comienza la inspiracin. Cuando termina de evolucionar el reino mineral,la vida retorna al mundo astral, llevndose los resultados obtenidos de sus experiencias en el fsico y en-tonces anima las formas vegetales, empezando a mostrarse en ellas mucho ms claramente, en la modalidada que llamamos vida vegetativa. En una posterior etapa de su evolucin, retorna la vida al mundo mental in-

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    ferior, desde donde anima las formas del reino animal por intermedio de la materia astral que entonces ya noes parte colectiva de todas las formas del reino, sino que segn explicaremos ms adelante constituye uncuerpo astral de cada forma individual. En cada uno de estos reinos no slo pasa la vida un perodo detiempo de casi increble duracin, sino que evoluciona siguiendo una definida trayectoria desde las formasinferiores hasta las superiores de cada reino. Por ejemplo, en el reino vegetal comenz a evolucionar la vidaen los musgos e hierbas y termin en los corpulentos rboles de las selvas. El animal comenz en losinfusorios y termin en las especies superiores de mamferos. El proceso evolutivo va invariablemente delas formas simples e inferiores a las complexas y superiores. Pero lo que principalmente evoluciona es la

    vida y no la forma, aunque tambin las formas evolucionan y mejoran con el tiempo, pero slo a fin deproporcionar ms adecuados, vehculos a la evolucionante vida. Cuando la vida llega al punto culminantedel reino animal, pasa al reino humano en las condiciones que muy luego vamos a explicar. La efusin deenerga divina pasa de un reino a otro, de modo que si tan slo consideramos una oleada de dicha efusinslo podremos tener cada vez en existencia un reino de la naturaleza. Pero la Deidad emite en sucesinconstante una tras otra oleada, de suerte que a toda hora acta simultneamente un nmero de ellas. El reinohumano representa una de dichas oleadas; pero evoluciona lado por lado de otra oleada que vitaliz el reinoanimal y surgi de la Deidad una etapa ms tarde que la del reino humano. Tambin tenemos el reinovegetal que representa una tercera oleada; el mineral, correspondiente a la cuarta y los ocultistas conocen laexistencia en nuestro alrededor de los tres reinos elementales, que representan la quinta, sexta y sptimaoleadas. Sin embargo, todas estas oleadas no son ms que ondulaciones de una misma efusin de energa del

    Segundo Aspecto de la Deidad. De lo dicho se infiere que tenemos un plan de evolucin en el cual la Vidadivina se va involucionando gradualmente en la materia a fin de recibir por medio de esta materiavibraciones que de ningn otro modo podran afectada y que los contactos procedentes del exterior lesuscitaran vibraciones capaces de responder a ellos, hasta que lograra establecer automticamentevibraciones que le infundiesen poderes espirituales. Cabe conjeturar que la efusin de vida fuese homogneaal brotar de la Deidad en un nivel inasequible a nuestro conocimiento; pero cuando prcticamente laconocemos en el mundo intuicional desde donde anima las formas del mundo mental superior, no es ya launitaria alma del sistema, sino que se diversifica en muchas almas. Supongamos que la homognea efusines una unitaria alma en un extremo de la escala. En el otro extremo, al llegar al reino humano, la unitariaalma se diversifica en millones de almas individuales. Pero en los peldaos intermedios, tambin esintermedia la condicin, pues aunque el alma total del sistema est ya algn tanto dividida no lo est todava

    hasta el extremo lmite de divisin. Cada hombre es una alma individual, pero no es individual el alma delos animales y vegetales. El alma humana slo puede manifestarse por medio de un solo cuerpo a unamismo tiempo, mientras que el alma animal se manifiesta simultneamente por medio del cuerpo de variosanimales de su especie y el alma vegetal por medio de todava mayor nmero de plantas separadas. Porejemplo, un len no es una entidad permanentemente individual como el hombre. Cuando el alma humanaabandona el cuerpo fsico, sigue siendo la misma entidad separada de las dems entidades. Pero cuando unlen muere, su alma vuelve a unirse a la masa o grupo anmico del que se desglos para animar la formamaterial, como se desglosaron otras almas para animar las formas de los dems leones. A dicha masa oagregado anmico le llamamos alma grupal. Supongamos que una de estas almas grupales anima ciertonmero de cuerpos de len, que por ejemplo fijaremos en cien. Mientras vive cada uno de estos cuerposleoninos lo anima una centsima parte del alma grupal; y entretanto vive la forma, parece como si dicha

    centsima parte fuese un alma individual, de modo que durante la vida fsica, tan individuo es el len comoel hombre; pero no es permanente individualidad, porque al morir se restituye su alma al grupo a quepertenece y queda unida a l un smil dar a comprender mejor este proceso, comparando el alma grupal conuna cubeta de agua y los cien cuerpos leoninos con cien cortadillos. Al introducir cada cortadillo en lacubeta toma el agua que en l cabe, comparable a la separada alma. El agua asume la configuracin delcortadillo que la contiene y queda temporneamente separada del agua de la cubeta y de la de los demscortadillos. Coloquemos ahora en el agua contenida en cada cortadilla una substancia colorante o unaesencia odorfera, que distinta en cada uno de ellos represente las cualidades adquiridas por la separada almadel len durante su vida. Derramemos despus en la cubeta el agua del cortadillo, simbolizando con ello lamuerte del len. El color del tinte o la fragancia de la esencia se difundirn por toda el agua de la cubeta,pero sern mucho ms dbiles que cuando el agua estaba en el cortadillo. Esto significa que el alma grupal

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    comparte las cualidades adquiridas por la experiencia del alma de un len, aunque en mucho menor gradoPodemos tomar otro cortadillo de agua de la cubeta; pero ya no podr ser el mismo que antes despus demezclado con los restantes. Cada cortadillo que desde entonces extraigamos de la cubeta contendr indiciosdel color u olor puesto en el agua de cada cortadillo vertida en la cubeta. De esta suerte, las cualidadesadquiridas por la experiencia de un solo len llegarn a ser colectiva propiedad de todos los leones que enadelante nazcan del alma grupal, aunque en grado inferior al que tenan en el len que las desenvolvi. Asse explican los instintos heredados. Tal es la razn de que el pato recin salido del huevo se zambullainmediatamente en el agua sin que nadie le haya enseado a nadar; de que el polluelo tiemble ante la sombra

    de un halcn; de que el ave artificialmente incubada sin haber visto jams un nido, los fabrique hbilmentesegn la costumbre de su especie. Descendiendo en la escala zoolgica vemos que una misma alma grupalprovee a un enorme nmero de cuerpos, a innumerables millones en el caso de los diminutos invertebradospero segn ascendemos en la escala zoolgica, el nmero de cuerpos pertenecientes a una misma almagrupal es cada vez menor y por lo tanto mayores las diferencias entre los individuos. As se van unificandolas almas grupales. Volviendo al smil de la cubeta, tenemos que segn vayamos vertiendo cortadillo trascortadillo de agua coloreada, la de la cubeta adquirir cada vez mayor intensidad cromtica. Supongamosahora que por imperceptibles gradaciones se formara en mitad de la cubeta una pelcula vertical queendurecindose se convirtiera en tabique de separacin, de modo que hubiese mitad derecha y mitadizquierda de la cubeta y cada cortadilla tomado de una mitad se volviese a verter en la misma mitad.Resultarn entonces de diferente tonalidad ambas mitades, como si realmente hubiese dos cubetas. Cuando

    un alma grupal llega a la etapa representada por este smil, se divide en dos, del mismo modo que unacdula se divide por escisin. As es que segn va aumentando la experiencia, las almas grupales son mspequeas, pero ms numerosas, hasta llegar al hombre cuya alma ya no vuelve a grupo alguno sino quepermanece perpetuamente separada. Una de las oleadas de vida vitaliza a todo un reino; pero no todas lasalmas grupales de aquella oleada han de pasar por todos los peldaos de dicho reino, desde el inferior alsuperior. Si un alma grupal anim en el reino vegetal a los rboles forestales, al pasar al reino animalprescindir de las formas inferiores de invertebrados, peces, reptiles y aves, para animar desde luego las'formas inferiores de mamferos. Los invertebrados y peces y reptiles del reino zoolgico recibirn vitalidaddel alma grupal que hubiese animado las inferiores formas vegetales. Anlogamente, el alma grupal quehaya llegado al nivel superior del reino animal, no se individualizar en hombres salvajes, sino en los dealguna cultura, pues los salvajes reciben la vitalidad de las almas grupales que animaron formas animales de

    ms bajo nivel. Cualquiera que sea la etapa de evolucin de las almas grupales se distribuyen en sietegrandes tipos, correspondientes a cada uno de los siete ministros por cuyo conducto las efunde la Deidad.Estos tipos se distinguen claramente en cada reino y las sucesivas formas que respectivamente animanconstituyen una enlazada serie de elementales, minerales, vegetales y animales cuyas almas grupales son deun mismo tipo sin divergir hacia ninguno de los otros seis. Desde, este punto de vista no se han enumeradotodava los minerales, vegetales y animales; pero lo cierto es que la vida que anima un mineral de deter-minado tipo, nunca vivificar a un mineral de diferente tipo, aunque vare dentro de su propio tipo. Al pasaral reino vegetal y despus al animal, habitar en vegetales y animales de aquel mismo tipo y no de otro; ycuando llegue al reino humano se individualizar en hombres tambin del mismo tipo. La individualizacinconsiste en que el alma de un animal asciende a un nivel mucho ms alto del en que se halla un alma grupal,de modo que ya no puede restituirse a ella. Pero esto no ocurre en cualquier animal, sino tan slo en

    aquellos cuyo cerebro est vigorizado hasta cierto punto y el mtodo a propsito para alcanzar estavigorizacin es poner al animal en directo contacto con el hombre. Por lo tanto, nicamente puedenindividualizarse ciertas especies de animales domsticos, pertenecientes a cada uno de los siete tiposanmicos, representados por el perro, el gato, el elefante, el mono, el caballo, etc. Los animales salvajespueden ordenarse en diversas lneas conducentes a los domsticos, como por ejemplo la zorra y el lobo, queson de la misma estirpe que el perro; el len, tigre y leopardo, que culminan en el gato domstico. As te-nemos que el alma grupal correspondiente a los cien leones anteriormente aludidos, pudo en una posterioretapa de su evolucin subdividirse en cinco almas grupales que animaran a veinte gatos. La oleada de vidaacta durante largusimo tiempo en cada reino. Actualmente nos hallamos en un poco ms de la mitad deuno de estos perodo o eones y en consecuencia las circunstancias no son favorables para lasindividualizaciones, que normalmente slo ocurren al fin de cada perodo, aunque hay casos muy raros en

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    que antes de dicho trmino se individualiza un animal, por estar muchsimo ms adelantado que la mayorade los de su especie, siendo necesario para ello la ntima compaa del hombre. Si se trata cariosamente aun animal cobra mucho afecto a su dueo y al propio tiempo acrecienta su inteligencia con el esfuerzo deadivinarle los deseos. Adems, las emociones y pensamientos del dueo influyen constantemente en los delanimal y propenden a elevado intelectual y emocionalmente a mayor nivel. En favorables circunstanciaseste progreso puede conducir al animal a un punto en que transcienda el contacto con el grupo a queperteneca, de suerte que su fragmento de alma colectiva sea capaz de responder a la efusin dimanante delPrimer Aspecto de la Deidad. Porque esta tercera efusin u oleada de vida no es como las otras un

    impetuoso flujo que afecta simultneamente a millares o millones de formas, sino que se infundeaisladamente en la forma capaz de recibirla, La tercera oleada de vida ha descendido ya hasta el mundointuicional, pero el alma del animal ha de ascender a dicho nivel al propio tiempo que la oleada desciende yambas se encuentran en el mundo mental, donde queda convertida el alma en ego o permanenteindividualidad hasta que prosiguiendo su evolucin vuelva a la divina unidad de donde procedi. Paraconstituir el ego, el fragmento del alma colectiva que hasta entonces fue la vitalizadora energa, se conviertea su vez en vehculo animado por la chispa divina llegada de lo alto. Puede decirse que esta chispa estuvocobijando desde el mundo mondico al alma grupo durante todo el transcurso de su evolucin, pero sinpoderse unir a ella hasta que los fragmentos del alma grupal estn lo bastante evolucionados para permitir launin. La diferencia entre el animal ms superior y el hombre ms nfimo consiste en la separacin del restodel alma colectiva para constituir un ego individual.

    CAPITULO 5

    CONSTITUCION DEL HOMBRE

    El hombre es en esencia una chispa del Fuego divino, perteneciente al mundo mondico. A esta chispa, quereside continuamente en el mundo mondico, le llamamos mnada. Para los fines de la evolucin humanala mnada se manifiesta en los mundos inferiores.La seora Annie Besant, presidente de la Sociedad Teosfica, ha expuesto una nueva nomenclatura en quese denominan mundos los que antes se llamaban planos, cuyos nombres han cambiado tambin segn vemos

    en los siguientes cuadros comparativos. Las nuevas denominaciones substituyen a las que se dieron en elvolumen 2 de La Vida Interna.

    Nuevas denominaciones Antiguas denominaciones1. Mundo divino. 1. Plano Adico.2. Monadico. 2. Anupadaka.3. Espiritual. 3. Atmico o nirvnico.4. Intuicional. 4. Bdico.5. Mental. 5. Mental.6. Emocional. 6. Astral.7. Fsico. 7. Fsico.

    Cuando del mundo mondico desciende al espiritual, se manifiesta como trino espritu, con tres aspectos,anlogamente a los Tres Aspectos de la Deidad en mundos infinitamente superiores. Uno de los tresaspectos de la mnada permanece siempre en el mundo espiritual y le llamamos espritu humano. Elsegundo aspecto se manifiesta en el mundo intuicional y le llamamos intuicin. El tercer aspecto semanifiesta en el mundo mental Superior y se le da el nombre de inteligencia. Estos tres aspectos constituyenconjuntamente el ego que anima el fragmento del alma grupal. As tenemos que si bien el hombre es enrealidad una mnada residente en el mundo mondico, se manifiesta como ego en el mundo mental superior,con los tres aspectos de espritu, intuicin e inteligencia, por medio del vehculo de materia mental superiora que llamamos cuerpo causal. El ego es el verdadero individuo durante todo el transcurso de la evolucinhumana, e ideolgicamente es lo que ms se aproxima al ordinario concepto anticientfico de alma. Salvo en

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    lo que atae a su adelanto permanente inmutable desde l momento de la individualizacin hasta quetrascendida la humanidad se sumerge en la divinidad. No le afectan lo que llamamos nacimiento y muerte; ylo que comnmente se considera como su vida slo es un da de su verdadera vida. El cuerpo que vemos yque nace y muere es una vestidura que asume para cumplir una parte de su evolucin. Pero este cuerpo no esel nico de que se reviste,porque antes, mientras est en el mundo mental superior, debe establecer un enlace con el mundo fsico pormedio de los mundos mental inferior y astral Cuando el ego ha de descender se reviste de un velo de materiamental inferior, a que llamamos cuerpo mental y es el instrumento de que se vale para expresar

    concretamente sus pensamientos, pues los abstractos son propios del ego en el mundo mental superiorDespus se reviste de un velo de materia astral a que llamamos cuerpo astral y es el instrumento de suspasiones y emociones, as como en conjuncin con la parte inferior del cuerpo mental lo es tambin de todopensamiento entreverado de egostas y personales sentimientos. Tan slo despus de haberse revestido dedichos dos cuerpos mental y astral est en disposicin de asumir un infantil cuerpo humano y nacer en elmundo que todos conocemos. Durante su vida terrena educe y vigoriza ciertas cualidades como resultado desus experiencias. Al trmino de esta vida, cuando ya est gastado el cuerpo fsico, invierte el ego eprocedimiento que emple al descender y va dejando uno tras otro los temporneos vehculos que fueasumiendo en el descenso. Primero se despoja del cuerpo fsico y contina viviendo en el mundo astral consu cuerpo astral. La permanencia del ego en el mundo astral depende de la cantidad de pasiones yemociones que aliment en su vida terrena. Si fueron muchas y vehementes, el cuerpo astral ser muy

    robusto y durar largo tiempo; pero si fueron pocas, tendr el cuerpo astral menos vitalidad, y el ego podrdesechado ms pronto. Una vez desechado, contina viviendo el ego en su cuerpo mental cuya consistenciadepende de la ndole de pensamientos que le fueron habituales durante la vida terrena y por lo general esmuy larga su permanencia en este mundo. Por fin desecha tambin el cuerpo mental y vuelve a ser una vezms el ego en su propio mundo. A causa de su escaso desenvolvimiento no es del todo consciente en estemundo, cuya materia vibra demasiado rpidamente para afectado, de la propia suerte que las vibraciones dela luz ultraviolada son demasiado rpidas para impresionar nuestra retina. Tras un perodo de descanso en elmundo mental superior, experimenta el ego nuevos deseos de descender a un nivel cuyas vibraciones puedapercibir y se reconozca plenamente vivo, por lo que repite el procedimiento de descenso a la materia densa yvuelve a tomar cuerpo mental, astral y fsico. Como quiera que los cuerpos o vehculos de la otra vez sefueron desintegrando sucesivamente, los que ahora asume le resultan enteramente distintos y as es que

    durante la vida fsica no recuerda las otras anlogas que la precedieron. Cuando el ego acta en el mundofsico, la memoria funciona por medio del cuerpo mental inferior; pero como este cuerpo es nuevo y distintoen cada nacimiento no puede recordar anteriores nacimientos en que para nada intervino. El ego recuerdatodas sus vidas pasadas cuando se halla en su propio mundo; y a veces se filtran reminiscencias oinfluencias de ellas a travs de los vehculos inferiores. Aunque de ordinario no recuerde el ego durante lavida fsica las experiencias pasadas en las anteriores, manifiesta las cualidades que dichas experiencias leedujeron y vigorizaron. Por lo tanto, cada cual es lo que l mismo se hizo en las vidas pasadas. Si fomentbuenas cualidades, tambin sern buenas las que manifieste; pero si descuid su mejoramiento y se puso endbil y mala disposicin, se encontrar precisamente en siniestras condiciones. Las buenas o malascualidades con que nace son las que l mismo estableci. Todo este proceso de materializacin tiene porfinalidad el adelanto del ego, quien se reviste de los expresados velos de materia porque por medio de ellos

    es capaz de recibir vibraciones a las cuales pueda responder de modo que eduzcan y desenvuelvan sus la-tentes cualidades. Aunque el ego descienda de un mundo superior a los inferiores, nicamente por medio deeste descenso le es posible conocer plenamente los mundos superiores. La plena conciencia en un mundoentraa la capacidad de responder a todas las vibraciones de tal mundo; y por lo tanto, el hombre ordinariono tiene plena conciencia en ningn mundo, ni siquiera en el fsico, que se figura conocer. Sin embargo, lees posible desarrollar su poder de percepcin en todos los mundos y por medio del desenvolvimiento de laconciencia hemos observado los fenmenos que estamos describiendo. El cuerpo causal es el vehculopermanente del ego, cuyo propio plano es el mundo mental superior. Est constituido por materia de laprimera, segunda y tercera subdivisiones del mundo mental. En las gentes vulgares slo est en actividad lamateria correspondiente a la tercera subdivisin y segn va educiendo el ego sus latentes potencias en eltranscurso de la evolucin, la materia de las otras dos subdivisiones se va vivificando, aunque nicamente

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    en el hombre perfecto a que llamamos adepto, est el cuerpo causal en plena actividad. Todo esto puedeobservarse por clarividencia, pero slo por un vidente que sepa usar la visin del ego. Difcil es describiracabadamente el cuerpo causal, porque los sentidos correspondientes a su mundo son por completo distintosy muy superiores a los del cuerpo fsico. Sin embargo, el recuerdo de la configuracin del cuerpo causalsegn lo vio el clarividente, lo representa como un ovoide que circunda el cuerpo fsico, en un espesor demedio metro. En el salvaje aparece como una burbuja hueca, porque aunque en realidad est llena demateria mental superior, es incolora y difana por no haberse puesto todava en actividad. A medida queadelanta la evolucin, el cuerpo, causal se va vivificando por efecto de las vibraciones que le llegan de los

    cuerpos inferiores. Pero esta vivificacin es muy lenta, porque las actividades del salvaje no son a propsitopara obtener expresin en una materia tan sutil como la del cuerpo causal; pero cuando el hombre llega a laetapa en que es capaz de pensamientos abstractos y de inegostas emociones se despierta en el cuerpo causalla posibilidad de respuesta. Entonces se matiza, y en vez de ser una incolora burbuja se convierte en unaesfera de variados y hermossimos colores ms all de cuanto cabe imaginar. Las vibraciones del amor puroson de color de rosa plido; las de la intelectualidad, amarillas; las de la simpata, verdes; las de la devocin,azules; y las de muy alta espiritualidad, de azul lila. Los mismos colores ostentan los cuerpos mental inferiory astral; pero al acercarnos al fsico va gradativamente disminuyendo la delicadeza e intensidad de loscolores. En el transcurso de la evolucin introduce a veces el hombre siniestros elementos que como elorgullo, la ira y la lujuria son incompatibles con su vida como ego. Estos elementos se manifiestan asimismoen vibraciones, pero provienen de las inferiores subdivisiones de sus respectivos mundos y por lo tanto no

    pueden en modo alguno repercutir en el cuerpo causal, compuesto de materia de las tres subdivisionessuperiores del mundo mental. Cada subdivisin del cuerpo astral influye enrgicamente en la correlativasubdivisin del cuerpo mental sin que pueda influir en las dems; y as es que al cuerpo causal slo leafectan las vibraciones provenientes de las tres subdivisiones superiores del cuerpo mental que siempremanifiestan buenas cualidades. La consecuencia prctica de este hecho es que el hombre slo puede infundirbuenas cualidades en su ego o verdadero ser. Las malas cualidades que alimenta en su naturaleza inferiorson transitorias y las ha de eliminar segn adelante en su evolucin porque ya no poseer materia capaz deexpresarlas. La diferencia entre el cuerpo causal del salvaje y el del santo consiste en que el del primero esincoloro y est inactivo, mientras que el del segundo est en plena actividad y lleno de vivos y constantescolores. Cuando el hombre transciende la santidad y llega a ser una gran potencia espiritual, aumenta detamao su cuerpo causal porque aumenta tambin el nmero de sus expresiones y ha de irradiar en todos

    sentidos poderosos rayos de vvida luz. El cuerpo causal del adepto es de enormes dimensiones. El cuerpomental est constituido por materia de las cuatro subdivisiones inferiores del mundo mental y sirve paraexpresar los pensamientos concretos. Tambin en el cuerpo mental observamos la misma policroma que enel causal, aunque menos viva y con alguna que otra adicin, como por ejemplo el color anaranjado quemanifiesta orgullo, el escarlata que denota ira, el moreno brillante de la avaricia, el gris oscuro del egosmoy el gris verdoso de la falsa. Suele observarse adems en el cuerpo mental una entremezcla o combinacinde colores. El amor, la inteligencia y la devocin pueden estar teidos de egosmo cuyo gris moreno da a lamezcla impuro y fangoso aspecto. Aunque las partculas del cuerpo mental estn siempre en rpido e intensomovimiento unas entre otras, tiene una especie de indeterminada organizacin y su tamao y formadependen de los del cuerpo causal. Se notan en su masa ciertas estras que ms o menos irregularmente lodividen en segmentos correspondientes a un rea distinta del cerebro fsico, de modo que cada tipo de

    pensamiento se expresa por medio del rea cerebral a que corresponde. En el hombre ordinario est ecuerpo mental todava tan poco desarrollado, que hay muchos individuos en quienes no se han puesto enactividad todos los segmentos y el conato de pensamiento perteneciente a ellos ha de dar la vuelta en buscade un conducto expedito que por lo inadecuado, resulta confuso e incomprensible el pensamiento. Tal es elmotivo de que unos sobresalgan en las matemticas y otros no puedan con ellas y al paso que algunos tienenextraordinaria aptitud para la msica, otros no aciertan a distinguir la diferencia entre dos tonos. Toda lamateria del cuerpo mental ha de circular libremente; pero cuando fija tenazmente su pensamiento en algnobjeto o asunto, entonces se entorpece la circulacin y se forma una especie de callosidad o verruga en elcuerpo mental, cuya manifestacin en el mundo fsico son los prejuicios, de modo que hasta que se deshacela verruga no le es posible al hombre pensar rectamente ni ver claro en los asuntos, temas u objetosrelacionados con aquel segmento de cuerpo mental, pues la congestin de la materia impide el libre paso de

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    las vibraciones. Cuando el hombre usa una parte de su cuerpo mental no slo vibra entonces msrpidamente, sino que tambin se abulta entretanto y aumenta de tamao. Si el pensamiento es muyinsistente, persiste el aumento de tamao y de aqu que pueda el hombre acrecentar en buen o mal sentido eltamao de su cuerpo mental. Los buenos pensamientos producen vibraciones de la finsima materia delcuerpo mental, los cuales por su ligereza especfica propenden a flotar en la parte superior del ovoidemientras que los malos pensamientos, como los de egosmo y avaricia, son vibraciones de la materia mentaldensa, que gravitan hacia la parte inferior del ovoide. Por lo tanto, el hombre vulgar que se entrega conbastante frecuencia a malos pensamientos de diversa ndole, suele manchar la parte inferior de su cuerpo

    mental que toma la tosca apariencia de un huevo con el extremo ancho hacia abajo. Pero el que ha dominadoestos viles pensamientos y se goza en los nobles y superiores, ensancha la parte superior de su cuerpo men-tal que en consecuencia ofrece el aspecto de un huevo con la punta hacia abajo. Del estudio de las estras ycolores del cuerpo mental de un individuo infiere el clarividente su carcter y lo que haya adelantado en lavida presente, as como observando el cuerpo causal puede conocer los progresos realizados por el egodesde el punto en que sali del reino animal cuando el hombre piensa en un objeto concreto, como una casaun libro, un paisaje, etc., plasma en la materia de su cuerpo mental una tenue imagen de aquel objeto, queflota en la parte superior de dicho cuerpo, generalmente a la altura y frente a los ojos, donde permanecemientras sostiene el pensamiento y algn tiempo despus, cuya duracin depende de la intensidad y nitidezde la contemplacin mental del objeto. Tal imagen es realmente objetiva y puede verla todo el que hayaagudizado su vista mentar. Cuando una persona piensa en otra, forja un tenue retrato de ella por el mismo

    procedimiento. Si el pensamiento es puramente contemplativo sin sentimientos de amor ni odio ni deseo dever fsicamente a la persona, el pensamiento no la afecta; pero si el pensamiento va unido a una emocin,como por ejemplo la de amor, toma forma concreta, construida con materia del cuerpo mental del pensantey por estar mezclado el pensamiento con la emocin, tambin hay en la forma materia astral. De ello resultauna forma astromental que brota del cuerpo en que se engendr y se mueve por el espacio hacia la personaen quien emotivamente se pens. Si el pensamiento es muy vehemente salva todas las distancias; pero el delas gentes vulgares es dbil e inconsistente y no tiene eficacia allende muy limitada rea. Al llegar la formaastromental a la persona a quien va dirigida descarga su energa en los cuerpos astral y mental de aqulla yle comunica su misma tnica vibratoria. Dicho esto de otra manera, tendremos que un pensamiento de amordirigido a otra persona entraa laefectiva transmisin de una cantidad de materia y energa del que lo dirige y levanta en quien recibe el pen-

    samiento una emocin de afecto, al par que leve pero permanentemente le acrecienta la capacidad de amarE mismo efecto produce en el pensante y por lo tanto es igualmente beneficioso para ambos. Todopensamiento construye una forma. Si va dirigido a otra persona, se mueve hacia ella. Si es sealadamenteegosta permanece en la inmediata vecindad de quien lo emite. Si no es de una ni de otra ndole, flotadurante algn tiempo en el espacio y despus se desvanece lentamente. As es que toda persona deja tras spor doquiera va una estela de formas de pensamiento. Al pasar por la calle, andamos entre un mar depensamientos ajenos. Si alguien deja su mente ociosa por algn tiempo, la afectan dichos pensamientosresiduales de los dems, aunque por de pronto no se d cuenta de ello; pero uno u otro acabar por estimularsu atencin y apoderndose la mente de l, lo vigorizar con su propia fuerza, lanzndolo enseguida paraque afecte a otros. Por lo tanto, un hombre no es responsable de los pensamientos que cruzan por su mente,porque pueden ser ajenos; pero s es responsable de consentir en ellos, de apropirselos, vigorizarlos y

    expedirlos. Los pensamientos fijos e insistentes, de cualquier clase que sean, cercan al pensante y la mayorade las gentes circuyen su cuerpo mental de una costra o concha de tales pensamientos que entenebrece lavisin mental y facilita la formaci6n de prejuicios. Toda forma de pensamiento es una tempornea entidadsemejante a una cargada batera elctrica en espera de ocasin para descargar. Propende siempre areproducir su t6nica vibratoria en el cuerpo mental a que se aferra y levantar en l un pensamiento anlogoSi la persona a quien va dirigida est atareada o ya ocupa en algn objeto su pensamiento, las partculas desu cuerpo mental estn ya habituadas a vibrar en determinada tonalidad y no pueden de momento quedarafectadas desde el exterior. En este caso, la forma mental espera la ocasin y permanente cerca de la personahasta que cuando ya est desocupada penetra en ella, descarga su energa y al instante se desvanece. Elpensamiento fijo obra exactamente de la misma manera respecto de quien lo engendra y descarga en l suenerga en cuanto se le depara coyuntura. Si el pensamiento es siniestro, el que lo ha emitido lo cree

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    tentacin del demonio, cuando en verdad l es su propio tentador. Generalmente, cada pensamiento definidocrea una nueva forma; pero si otra forma est ya rondando al pensante, otro pensamiento anlogo o sobre elmismo asunto, en vez de crear una nueva forma se entre funde con la primera y la intensifica, de modo quesi el hombre piensa y cavila persistentemente sobre una misma cosa o persona puede crear una fuerzamental enorme fortaleza. Si el pensamiento es siniestro, esta poderosa forma llega a tener maligna influenciaque dura muchos aos con todas las circunstancias y toda la energa de una realmente viva entidad. Todocuanto queda descrito se refiere a los impremeditados pensamientos del hombre; pero es posible creardeliberadamente una forma mental y dirigida hacia otra persona con' intencin de favorecerla y auxiliada

    Tales una de las lneas de actividad que siguen quienes desean servir al gnero humano. Una firme yvigorosa corriente mental dirigida acertadamente a otra persona puede valerle de eficacsimo auxilio. Unapotente forma de pensamiento actuar como ngel custodio que a su protegido libre de la impureza, de la irao del temor. Muy interesante modalidad de estos estudios es la observacin de los diferentes colores ymatices que segn su ndole toman las formas mentales. Los colores indican la calidad del pensamiento yestn en correlacin con los que ya describimos en los cuerpos. La configuracin de las formas vara hastalo infinito, pero cada clase de pensamiento asume un contorno tpico. Todo pensamiento de carcterdefinido, como los de amor o de odio, de devocin o recelo, de clera o temor, de orgullo o envidia, no slocrea una forma, sin que establece una corriente mental. La circunstancia de que cada uno de dichospensamientos asuma determinado color indica que el pensamiento se manifiesta en una vibracin de lamateria de cierta parte del cuerpo mental, cuya tonalidad se transmite a la materia mental circundante, de la

    propia suerte que la vibracin de una campana se transmite al aire que la rodea. Las vibraciones delpensamiento se difunden en todos sentidos y cuando chocan con otro cuerpo mental que se halla encondicin pasiva o receptora, le comunica su tonalidad vibratoria. De esta suerte no se transmite una ideadefinida como sucede con la forma mental, pero propende a levantar un pensamiento de la misma ndolePor ejemplo, s el pensamiento es devocional, sus vibraciones excitarn la devocin, pero el objeto dedevocin ser distinto en cada persona en cuyo cuerpo mental percutan las vibraciones del devotopensamiento. Por el contrario, la forma mental slo influye en la persona a quien va dirigida, esto es en lapersona objeto del pensamiento y no slo si este pensamiento es devoto despertar en ella el general senti-miento de devocin sino tambin le representar la imagen del Ser en quien ha de concentrar su devocinQuien habitualmente tiene buenos, puros, nobles y vigorosos pensamientos, utiliza para ello la parte su-perior de su cuerpo mental, que no est todava desarrollada en el hombre vulgar. Por lo tanto, el que as

    piensa es una potencia benfica en el mundo, muy til para cuantos receptivos le rodean, porque lasvibraciones que emite propenden a despertar una nueva y superior porcin del cuerpo mental de los que lasreciben y abren ante ellos nuevos y ms dilatados campos de pensamiento. Puede no levantar en ellosexactamente el mismo pensamiento, pero ser de la misma ndole. Las vibraciones de quien habitualmentepiensa en Teosofa, no comunicarn precisamente ideas teosficas a quienes le rodeen; pero despertarn enellos pensamientos mucho ms nobles, generosos y elevados que los que hasta entonces les eran habituales.Por otra parte, las formas de pensamientos engendradas en semejantes circunstancias, aunque de accin msrestricta que la de las vibraciones es mucho ms precisa. Slo afectan a quienes en algn modo se abren aellas y les comunican ideas teosficas. Los colores del cuerpo astral tienen el mismo significado que los delos vehculos superiores, pero de intensidad algunas octavas ms baja y mucho ms parecidos a los quevemos en el mundo fsico. Es el cuerpo astral el vehculo de las pasiones y emociones, por lo que puede

    tener colores expresivos de ruines y viles sentimientos incompatibles con los mundos superiores. As porejemplo el color crdeno moreno-rojizo indica sensualidad y el negro en forma de nubes denota malicia yodio. Un extrao gris lvido seala temor y el gris muy oscuro dispuesto en densos anillos en rededor delovoide manifiesta abatimiento y depresin. La ira est expresada por un nmero de vedijas escarlata en elcuerpo astral, cada una de las cuales representa un leve impulso colrico. La envidia tiene por indicio unpeculiar gris oscuro, generalmente entroncado con las vedijas escarlata. La configuracin y tamao decuerpo astral coinciden con los de los ya descritos y en el hombre ordinario su contorno est generalmentemuy bien sealado; pero en el salvaje es por todo extremo irregular y parece una nube globulosa derepulsivos colores: Cuando el cuerpo astral est relativamente sosegado (pues nunca est del todo quieto)sus colores indican las habituales emociones del individuo y cuando ste experimenta un violento arrebatoemocional, la tonalidad vibratoria correspondiente a la emocin sentida, domina durante algn tiempo en

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    todo el cuerpo astral. Si por ejemplo es un arrebato de devocin, todo el cuerpo astral se tie de azul ymientras dura este sentimiento, los normales colores apenas modifican el azul o aparecen dbilmente a sutravs y reaparecen cuando cesa la vehemencia de la emocin. Sin embargo, el espasmo emocionaldetermina el aumento de tamao de la parte de cuerpo astral normalmente azul, por lo que cuando el hombreexperimenta con frecuencia devocionales impulsos, no tarda en tener una extensa rea de azul en su cuerpoastral. Generalmente el aceso, espasmo, arrebato o impulso del sentimiento devocional va acompaado depensamientos de devocin, que aunque engendrados en el cuerpo mental atraen a su alrededor buenaporcin de materia astral, de modo que actan en ambos mundos y por ambos circula la corriente vibratoria

    a que hemos aludido. As se convierte el individuo en un centro de devocin que har partcipes a otros desus pensamientos y emociones. Lo mismo ocurre en los casos de amor, simpata, odio, clera, abatimiento ycualquiera otra emocin. El impulso emotivo no afecta de por s gran cosa al cuerpo mental aunque puedeinterrumpir durante algn tiempo la expresin fsica de sus actividades, no porque est alterado, sino porqueel cuerpo astral que es el medio de su enlace con el fsico vibra en tal tonalidad que no puede transmitirninguna otra ndole de vibraciones. Los colores permanentes del cuerpo astral reaccionan en el mental yproducen sus anlogos de intensidad algunas octavas ms alta, de la propia suerte que una nota musicalproduce sobretonos. A su vez el cuerpo mental reacciona de la misma manera sobre el causal y as va el egoasimilndose poco a poco todas las buenas cualidades manifestadas en los vehculos inferiores. En cambio,no ocurre as con las malas cualidades, porque su tonalidad vibratoria no puede repercutir en la superiormateria mental de que est compuesto el cuerpo causal. Hasta aqu hemos descrito vehculos que sirven de

    manifestacin al ego en sus respectivos mundos y que l mismo se proporciona; pero el vehculo fsico se loproporciona la naturaleza con arreglo a leyes que explicaremos ms adelante y aunque en cierto modo esdicho vehculo expresin del ego no es en modo alguno su perfecta manifestacin. En la vida ordinaria slovemos una pequea parte del cuerpo fsico, la que est constituida por las subdivisiones slida y lquida demateria fsica; pero el cuerpo fsico contiene materia de las siete subdivisiones y todas desempean sufuncin y tienen igual importancia en la vida fsica. Generalmente se da el nombre de "doble etreo" a laparte invisible del cuerpo fsico. "Doble" porque reproduce exactamente el tamao y configuracin de laparte visible; y "etreo" porque est constituido por aquella materia sutil cuya vibracin determina en laretina las sensaciones luminosas6. La parte invisible del cuerpo fsico es de grandsima importancia, puestoque sirve de vehculo a las corrientes vitales que mantienen vivo el cuerpo y de puente a las vibracionesmentales y astrales que pasan a la parte densa, de modo que si faltase no podra utilizar el ego las clulas

    cerebrales. La vida del cuerpo fsico cambia incesantemente y para mantenerla ha de recibir alimento de tresdistintas fuentes: manjares que digerir, aire que respirar y vitalidad que absorber. La vitalidad esesencialmente una fuerza pero cuando infundida en la materia se manifiesta como un definido elementoexistente en todos los mundos a que nos hemos referido y en el momento actual en que con l estamosrelacionados, lo hallamos en la superior subdivisin del mundo fsico. As como la sangre circula porarterias y venas, as la vitalidad circula por los nervios; y de la propia suerte que cualquier anormalidad en elflujo de la sangre afecta al cuerpo fsico, as tambin la ms leve perturbacin del flujo vital afecta a la partesuperior del cuerpo fsico. La energa vital procede originalmente del sol. Un ultrrimo tomo fsico cargadode ella atrae a su alrededor otros seis y constituye un tomo etreo. En este caso la originaria energa vital sedistribuye entre los siete y cada uno lleva su parte de carga. El tomo etreo as constituido se asimila alcuerpo humano por medio de la parte etrea del bazo, donde se divide en sus partes componentes a fin de

    que cada una de ellas vaya a su respectivo destino. El bazo es uno de los siete centros dinmicos de la parteetrea del cuerpo fsico. En cada uno de nuestros vehculos ha de haber en actividad siete centros dinmicosy cuando estn activos los ve el clarividente como superficiales vrtices por donde la energa de los cuerpossuperiores penetra en el inferior. En el cuerpo fsico los centros dinmicos estn situados:

    1 En la base de la columna vertebral2 En el plexo solar3 En el bazo4 Sobre el corazn5 En la garganta

    6 No se ha de confundir el ter fsico con el ter del espacio cuya negacin es la materia.

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    6 Entre ceja y ceja7 En la coronilla

    Hay otros centros inactivos cuya actualizacin es perjudicial. Los cuerpos superiores se ofrecen aclarividente en configuracin ovoide; pero la materia que los constituye no est uniformemente repartida portoda su masa. En el centro de dicho ovoide se halla el cuerpo fsico que atrae intensamente materia astral ysta a su vez atrae con la misma violencia materia mental. As es que la mayor parte de la materia del cuerpoastral penetra en el interior del fsico y lo mismo sucede respecto del cuerpo mental. Cuando vemos el

    cuerpo astral de un hombre en su propio mundo, esto es despojado del cuerpo fsico, todava conserva laconfiguracin de este ltimo, aunque como la materia es ms sutil, aparece como un cuerpo fsico de densaneblina en medio de un ovoide de materia todava ms sutil. Lo mismo cabe decir del cuerpo mental visto ensu propio plano. Por lo tanto, si en los mundos astral o mental encontramos a una entidad a quien conocimosen el fsico, la reconoceremos instantneamente por su aspecto lo mismo que en el mundo fsico. Tal es laverdadera constitucin del hombre. En primer lugar es una mnada o chispa divina, de la que el ego esparcial expresin a fin de que pueda evolucionar y vuelva despus gozosamente a la mnada, llevandoconsigo su cosecha en forma de cualidades educidas y afirmadas a copia de experiencias. El ego a su vezpone parte de s mismo en los mundos inferiores, con el mismo propsito y a esta parte le llamamospersonalidad (palabra derivada de la latina persona que significa mscara) porque es la mscara de que sereviste el ego para manifestarse en mundos inferiores al suyo propio. As como el ego es una pequea parte

    e imperfecta expresin de la mnada, as tambin la personalidad es una pequea parte e imperfectaexpresin del ego, de suerte que lo que ordinariamente llamamos hombre no es ms que el fragmento de unfragmento del hombre verdadero. La personalidad tiene por vestiduras los tres cuerpos mental, astral yfsico. Mientras el hombre est lo que llamamos vivo y consciente en el mundo terreno, se halla limitado porel cuerpo fsico, con el que slo utiliza los astral y mental como puentes de paso o medios de enlace. Una delas limitaciones del cuerpo fsico es que pronto se fatiga y necesita peridico descanso. Cada noche loentrega el hombre al sueo y se retrae en su cuerpo astral que no se fatiga y por lo tanto no necesita dormirDurante el sueo del cuerpo fsico, el hombre puede moverse libremente en el mundo astral, aunque la am-plitud de este movimiento depende del grado de adelanto en su evolucin. El salvaje no va ms all de unoscuantos kilmetros del punto en que duerme su cuerpo fsico y a veces apenas se mueve, porque todava essumamente vaga su conciencia. El hombre culto es generalmente capaz de trasladarse en vehculo astral a

    donde quiera y tiene mucha ms conciencia en aquel mundo, aunque an no puede recordar al volver almundo fsico lo que hizo y en dnde estuvo durante su permanencia en el astral. Sin embargo, a vecesrecuerda algn incidente o experiencia de que ha sido actor o testigo, y le llama sueo vivido. Mucho ms amenudo, sus recuerdos estn deplorablemente entremezclados con vagas memorias de la vida fsica eimpresiones recibidas del exterior en la parte etrea del cerebro, lo cual origina los absurdos y desvariadossueos de la vida ordinaria. El hombre evolucionado es tan consciente en el mundo astral como en el fsicoy en estado viglico recuerda perfectamente cuanto hizo en el mundo astral, o sea que durante lasveinticuatro horas del da tiene plena conciencia de s mismo y la sigue teniendo an despus de la muertefsica.

    CAPITULO 6

    DESPUES DE LA MUERTE

    La muerte es la dejacin del cuerpo fsico; pero no hay en ella ms diferencia para el ego, que para elhombre fsico la dejacin de un gabn, porque una vez despojado de su cuerpo fsico, el ego continaviviendo en su cuerpo astral hasta consumir la energa generada por las emociones y pasiones en queconsinti durante la vida terrena, pues entonces sobreviene la segunda muerte y tambin se desintegra elcuerpo astral, de modo que el ego contina viviendo en su cuerpo mental y en el mundo mental inferior. Enesta condicin permanece hasta que se extinguen las energas mentales generadas durante sus ltimas vidasastral y fsica, cuando a su vez abandona el cuerpo mental y vuelve a ser un ego en su propio mundo,

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    actuando en cuerpo causal. Por lo tanto, no es la muerte lo que de ordinario se entiende por tal, sino unasucesin de etapas de vida continua, que se pasan una tras otra en los tres mundos fsico, astral y mental. Laproporcin del tiempo que el hombre pasa en cada uno de dichos mundos depende de su grado de adelantoEl salvaje vive casi exclusivamente en el mundo fsico y al fin de cada vida terrena permanece slo unoscuantos aos en el mundo astral. Segn evoluciona, es ms duradera su vida astral y cuando educe elentendimiento y es capaz de pensar, pasa tambin algn tiempo en el mundo mental. El hombre ordinario delos pueblos civilizados permanece ms tiempo en el mundo mental que en los fsico y astral y cuanto msadelantado est el hombre en su evolucin ms larga es su vida en el mundo mental y ms corta en el astral.

    La vida astral es el resultado de todos los sentimientos que entraan el elemento egosta. Si han sidoconcretamente egostas, colocan al hombre en muy desagradables condiciones en el mundo astral. Si aunque teidos de egosmo han sido buenos y amables, les proporcionan una relativamente placentera, pero to-dava limitada vida astral. Si los pensamientos y emociones fueron del todo inegostas, le conducirn a lavida en el mundo mental, que por lo tanto no podr menos de ser dichosa. La vida astral que el hombre hizode por s desdichada o relativamente gozosa, corresponde a lo que los catlicos llaman purgatorio. La vidaen el mundo mental inferior, que siempre es enteramente feliz, corresponde a lo que se llama cielo. Elhombre determina por s mismo su purgatorio o su cielo, que no son lugares, sino estados de conciencia. Elinfierno no existe. Slo es una ficcin de la fantasa teolgica; pero quien insensatamente viva puede for-jarse un muy desagradable y duradero purgatorio. Ni el purgatorio ni el cielo son eternos, porque una causafinita no puede producir infinitos resultados. Las variaciones de su duraci6n son tan amplias que induciran

    a error cuantas cifras se fijasen. Si consideramos un hombre ordinario de la nfima clase media, como unmodesto comerciante o un dependiente de mostrador, podr computarse en cuarenta aos el trmino de suvida astral y en unos doscientos el de su vida en el mundo mental. Por otra parte, el hombre de espiritualidady cultura, podr tener veinte aos de vida astral y mil de vida celeste. Quien est bastante evolucionadoreducir la vida astral a unos cuantos das u horas y permanecer 1.500 aos en el cielo. No solamente varamuchsimo la duracin de estos perodos sino que tambin difieren grandemente las condiciones en ambosmundos. La materia constituyente de los citados cuerpos es materia viva, no muerta y conviene tener muyen cuenta esta circunstancia. El cuerpo fsico est constituido por clulas, cada una de las cuales es unatenue vida unitaria animada por la segunda efusin dimanante del segundo Aspecto de la Deidad. Dichasclulas son de varias clases y desempean diversas funciones, lo cual se ha de tomar muy en consideracinpara comprender la obra del cuerpo fsico y vivir en l saludablemente. El mismo principio rige en los

    cuerpos astral y mental. En la vida de las clulas que los constituyen no hay todava inteligencia, pero s unpoderoso instinto que siempre las impele en direccin de su desenvolvimiento. La vida que anima la materiacomponente de dichos cuerpos se dirige en sentido descendente, de modo que para ellos progresar significadescender a ms densas formas de materia y manifestarse por medio de ellas. Pero el progreso para ehombre significa precisamente lo contrario, porque ya se ha sumido del todo en la materia y de ella asciendehacia su origen. Por lo tanto hay un constante conflicto de intereses entre el hombre interior y la vida queanima la materia de sus vehculos cuya tendencia la impele a descender mientras la del hombre lo impele alascenso. La materia del cuerpo astral, o ms bien la vida que anima sus molculas desea para su evolucintantas y tan varias y tan groseras vibraciones como le sea posible recibir. La siguiente etapa de su evolucinser animar materia fsica y recibir sus todava ms lentas vibraciones, por lo que se predispone a ellodeseando las ms groseras vibraciones astrales y aunque carece de inteligencia para forjar un plan con que

    lograrlo, su instinto le ayuda a descubrir el medio