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  • 8/2/2019 Cura Ars Sacerdote Ejemplar

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    P. NGEL PEA O.A.R.

    EL CURA DE ARSSACERDOTE EJEMPLAR

    LIMA PER

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    EL CURA DE ARS, SACERDOTE EJEMPLAR

    Nihil ObstatP. Ignacio Reinares

    Vicario Provincial del PerAgustino Recoleto

    ImprimaturMons. Jos Carmelo MartnezObispo de Cajamarca (Per)

    NGEL PEA O.A.R.LIMA PER

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    NDICE GENERAL

    INTRODUCCIN

    PRIMERA PARTE: RESUMEN DE SU VIDA1.- Ambiente social2.- Sus padres3.- Su infancia4.- Primera comunin5.- Estudiante6.- Desertor

    7.- Seminarista8.- Sacerdote9.- Ars10.- Su carcter11.- Primeros tiempos12.- Contrariedades13.- El demonio14.- El ngel y los santos15.- Santa Filomena16.- La Virgen Mara

    17.- ltima enfermedad y muerte19.- Proceso de canonizacin

    SEGUNDA PARTE: SACERDOTE PARA SIEMPRE1.- Grandeza del sacerdocio2.- La misa3.- La comunin4.- Visitas al Santsimo5.- Procesiones eucarsticas6.- Sacerdote confesor7.- Sacerdote predicador8.- Sacerdote educador9.- Sacerdote misionero10.- Sacerdote exorcista11.- Sacerdote santo12.- Sacerdote celoso13.- Sacerdote caritativo

    REFLEXIONES.CONCLUSINBIBLIOGRAFA

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    REFERENCIASa las notas de pie de pgina

    P.O. se refiere al Proceso del Ordinario (obispo), realizado entre el 21 denoviembre de 1861 y el 6 de marzo de 1865. Las notas son tomadas del originalfrancs.Monnin hace referencia el padre Alfred Monnin en su libro Le cur d'Ars. Elsegundo tomo es de la edicin Douniol de 1861 y el primero de la edicin deTequi, Paris, de 1909.Esprit es tambin del libroEsprit du cur d'Ars del padre Monnin en su edicin

    de Tequi, Pars, 1975.Al citar los Procesos apostlicos (Procs apostolique) in genere, continuatif, ne

    pereant, lo hacemos de acuerdo a la relacin de los archivos parroquiales de Ars.Al citar al padre Raymond, lo hacemos en referencia a su libro Vie de MonsieurVianney, que est manuscrito en los archivos parroquiales de Ars.Igualmente, al citar al padre Juan Francisco Renard lo hacemos con relacin a sulibro Monsieur le cur d'Ars, que est en los archivos del obispado de Belleysegn su redaccin I II.Lassagne, Memoria 3, 2 1, hace referencia a la Memoria tercera, segunda oprimera escrita por Catalina Lassagne y que tomamos de la edicin Parole et

    silence del libro Le cur d'Arsau quotidien.Trochu se refiere al libro de Francis Trochu, El cura de Ars, cuarta edicin, Ed.Palabra, Madrid, 1986.Nodet, se refiere al libro del padre Bernard Nodet La vie du cur d'Ars, sa

    pense, son coeur, Ed. Xavier Mappus, Lin, 1958.

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    INTRODUCCIN

    La vida del santo cura de Ars es una obra maravillosa de Dios. l fue unejemplo para todos, especialmente para los sacerdotes, de quienes es patrono ymodelo. Se preocup por la salvacin de sus feligreses, que es y debe ser la

    primera y principal tarea de todo sacerdote con cura de almas. l oraba y sedisciplinaba por la conversin de sus fieles y de todos los pecadores del mundoentero. Tambin oraba incesantemente por la salvacin de las almas del

    purgatorio.

    Los dos pilares fundamentales de su apostolado eran la confesin y la

    misa, recomendando a todos la confesin y comunin frecuentes.

    Fue un sacerdote austero, preocupado por las necesidades de los dems,que oraba por la salud de los enfermos y liberaba a los oprimidos del maligno.Para evitar llamar la atencin, mandaba a los enfermos a hacer novenas a santaFilomena con el fin de que no hablaran de l como un santo que haca milagros.

    No fue brillante humanamente, ni en su porte exterior, ni en supredicacin, ni en su inteligencia, pero fue un sacerdote santo y mstico quearrastraba a las almas a Dios. Con slo verlo celebrar la misa, muchos se

    convertan. Al confesarse con l, todos salan edificados; y en muchos casoshasta les deca cosas ocultas de su vida que nadie poda haberle manifestado yque slo conoca por revelacin sobrenatural de Dios.

    Que su vida nos estimule a todos en el camino de la santidad para nodejarnos llevar de la rutina y de contentarnos con una vida cristiana de misa dedomingo. Todos podemos y debemos ser santos, pues la santidad no es un

    privilegio de unos pocos, sino un deber de todos (Tes 4,3; l Pe l,15-16; Ef 1,4).

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    PRIMERA PARTERESUMEN DE SU VIDA

    1. AMBIENTE SOCIALLa revolucin francesa con todas sus nefastas consecuencias para la

    Iglesia y para los catlicos marc la historia de Francia e influy directamente enlos acontecimientos de la vida de nuestro santo. El 14 de julio de 1789, con la

    toma de la Bastilla, comienza simblicamente la Revolucin francesa que ya sehaba gestado aos antes. Su lema de Libertad, Igualdad y Fraternidad daranalas a los revolucionarios para cometer toda clase de excesos.

    El dos de noviembre fueron confiscados los bienes de la Iglesia. El 19 dediciembre se pusieron a la venta todas las propiedades eclesisticas. El 13 defebrero de 1790 quedaron abolidas todas las rdenes religiosas. El 26 denoviembre de ese ao se proclam la Constitucin civil del clero. Los sacerdotesdeban jurar fidelidad a esta Constitucin bajo pena de muerte. En ella sedeclaraba odio al rey, se aceptaba que los obispos seran elegidos por el poder

    poltico y se reconoca que el Papa no tena autoridad ninguna en Francia, salvoen cuestiones teolgicas, pero no prcticas

    La Iglesia francesa se dividi en dos grupos: juramentados (que juraronfidelidad a la Constitucin civil del clero) y no juramentados, obedientes al Papao al poder civil. Los juramentados fueron siete obispos y casi la mitad de lossacerdotes. En Dardilly, el pueblo natal de nuestro santo, el prroco jurament ylo mismo hizo su sucesor. Los Vianney dejaron de asistir a la iglesia y sloasistieron a misas celebradas por algn sacerdote perseguido, que celebraba aescondidas en pajares, establos o graneros. Era de nuevo la Iglesia mrtir de las

    catacumbas. En estas circunstancias, la casa de los Vianney se convirti en lugarde acogida para los perseguidos, sacerdotes o laicos.

    Por todas partes de Francia se prohiba el culto religioso, se supriman losentierros religiosos y las imgenes sagradas eran destruidas. El 10 de noviembrede 1793 la catedral de Notre Dame de Pars fue convertida en templo de la diosaRazn. Miles y miles fueron asesinados. Slo en la regin de La Vandemasacraron a 120.000 por oponerse a las ideas revolucionarias. En 1799

    Napolen Bonaparte sube el poder por un golpe de Estado y pronto aparecen susintenciones de querer someter a la Iglesia. Tom prisionero al Papa Po VI y lo

    llev cautivo a Francia, donde falleci en Valence ese mismo ao. Po VII quiso

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    hacer las paces y en 1801 firm un Concordato. En l se hablaba de libertad

    religiosa, pero Napolen aadi unos artculos orgnicos sin consentimiento delPapa, donde al igual que en la Constitucin civil del clero, slo reservaba al Papalas cuestiones teolgicas, nombrando una Comisin de Asuntos religiosos quedeba ordenar todas las cuestiones prcticas de la Iglesia, incluidos losnombramientos de obispos. El Papa tuvo el gesto de coronarlo emperador enPars en 1804, pero l no cedi en sus aspiraciones absolutistas sobre la Iglesia.

    En 1808 invadi los Estados Pontificios y el 16 de mayo de 1809 losanexion al imperio francs. El Papa Po VII lo excomulg el 10 de junio de1809, pero fue arrestado y deportado a Savona y despus a Fontainebleau, donde

    permaneci hasta enero de 1814. Ese ao los aliados de Europa derrotaron aNapolen y entraron en Pars, obligndolo a abdicar, pero regres triunfantedespus de haber estado Cien das recluido en la isla de Elba. Sin embargo, fuede nuevo derrotado el l8 de junio de 1815 en Waterloo e internado en la isla desanta Elena, donde muri 1821.

    2. SUS PADRESPertenecan a familias cristianas que acogan a los pobres y perseguidos.

    Su abuelo Pedro Vianney haba acogido en 1770 al que sera famoso santo, sanBenito Labre (1748-1783), quien escribi a la familia una carta deagradecimiento desde Roma.

    En la casa de los Vianney haba por las noches alrededor de veinte pobres,a quienes se les daba sopa caliente y alojamiento nocturno. Nuestro santoacompaaba a los pobres al lugar donde iban a pasar la noche y cuidaba de queestuvieran bien abrigados. A continuacin, llegaba a casa y limpiaba los restosque haban dejado1. Su hermana Margarita Vianney dice que l les calentaba susvestidos y despus les deca: Tmenlos, que estn bien calentitos. Y les hacarezar un padrenuestro y un avemara2.

    Sus padres tenan buena posicin econmica. Posean doce hectreas decultivo y una hectrea de via. Tuvieron seis hijos. El cuarto era Juan Mara. Sumadre era muy piadosa y asista a misa cada maana con su hija mayor. Despus,el pequeo Juan Mara ser su compaero predilecto. Su madre por las maanasdespertaba a sus hijos y les haca rezar y entregar a Dios su corazn3. l dir:

    1 Lassagne,Memoria 3, p. 46.2

    Margarita Vianney, P.O., p. 1011.3 Lassagne,Memoria 3, p. 45.

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    Despus de Dios, todo se lo debo a mi madre. Era tan buena! Jams un hijo,

    que ha tenido la dicha de tener una buena madre, debera mirar y pensar en ellasin llorar4. Su padre tambin era buen cristiano, aunque no tan practicante.

    3. SU INFANCIAJuan Mara naci el 8 de mayo de 1786 y fue bautizado el mismo da

    como era costumbre, con el nombre del padrino y to paterno Juan MaraVianney. Desde muy pequeo dio muestras de ser muy religioso. Cuenta suhermana Margarita que, cuando tena tres aos, desapareci sin saber dnde

    estaba y lo encontr su madre, rezando de rodillas, entre dos vacas. Su madre loreprendi y l prometi no volver a hacerlo5.

    Cuando tena cinco o seis aos haca capillas o iglesias con arcilla. Altoque de las horas, deca la oracin que nos haba enseado mi madre: Dios

    sea bendito. nimo, alma ma, el tiempo pasa y llega la eternidad. Vivamos comodebemos morir. Y rezaba un avemara... Cuando tocaban a misa, peda que le

    guardaran el asno y las dos ovejas que cuidaba para asistir6. Aos despusrecordar: Cuando iba a los campos, hacamos procesiones y yo siempre hacade sacerdote... Diriga las oraciones, cantaba y hasta les predicaba. Qu feliz

    era cuando iba a los campos y guardaba mi burro y mis ovejas!7.

    Su madre le dio una pequea imagen de madera de la Virgen Mara yexclamaba: Cunto amaba yo a aquella imagen! No poda separarme de ella nide da ni de noche y no hubiera dormido tranquilo, si no la hubiese tenido a milado... La Santsima Virgen es mi mayor amor, la amaba antes de conocerla8.

    Estuviese donde estuviese, saludaba a Mara al dar la hora y haca laseal de la cruz rezando un avemara. Al terminar se santiguaba de nuevo9.

    En 1793, en plena poca del Terror, con sus siete aos, iba al campo acuidar los animales, colocaba su pequea imagen en el tronco de un rbol,rodendola de flores y musgo, y rezaba con fervor. A los ocho aos comenz atrabajar en el campo con los dems. Un da quiso competir con su hermanoFrancisco, que era mayor, y termin rendido de cansancio. Al da siguiente una

    4 Toccanier, Proceso apostlico ne pereant, p. 253.5 Margarita Vianney, P.O., p. 1011.6 Ibdem.7 Lassagne,Memoria 3, p. 47.8

    Juana Mara Chanay, P.O., p. 677.9 Margarita Vianney, P.O., p. 1013.

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    religiosa de Lin le dio una imagencita de la Virgen dentro de un estuche.

    Cuando fueron a trabajar al campo, Juan Mara la bes y la coloc delante de ltan lejos como pudo. Cuando llegaba donde estaba la imagen, la tomaba, labesaba y la colocaba otra vez ms lejos. Y as lo hizo todo el da. Al llegar acasa, le dijo a mi madre: Hoy la he invocado todo el da y me ha ayudado. He

    podido seguir a mi hermano y no me he cansado10.

    En 1795 aprendi a leer y algo de clculo y escritura con algunas nocionesde geografa e historia con un maestro llamado Dumas, que enseaba en la pocade invierno, cuando los nios no iban el campo. El maestro lo puso comoejemplo de comportamiento. Sus mismos padres decan a sus otros hermanos:

    Vean cmo es obediente Juan Mara. Cuando le mandamos algo, lo haceinmediatamente11.

    4. PRIMERA COMUNINEn 1797 un sacerdote perseguido, el padre Groboz, pas por Dardilly se

    aloj en su casa, confesndolo por primera vez. l recordaba: Me confes al piede un gran reloj. Y cuando me pregunt cunto tiempo haca que me habaconfesado, yo le respond: Jams12. Las religiosas de san Carlos lo prepararon

    para la primera comunin, que hizo en 1799 a sus 13 aos con otros 16 nios delpueblo. Hizo su primera comunin en Ecully, en casa del conde Pingeon13. Erantiempos de persecucin y por ello los nios llegaron por separado con su trajediario. Ante las ventanas de la casa colocaron grandes carros de hierba y heno yalgunos campesinos fingan descargar, mientras adentro se celebraba la misa de

    primera comunin14.

    Dice Margarita: Mi hermano estaba tan contento que no quera salir dellugar donde haba tenido la dicha de comulgar por primera vez15. Fue para l unda glorioso y, pasados muchos aos, les ensear a los nios de Ars el rosario desu primera comunin.

    10 Margarita Vianney, P.O., p. 1011.11 Ibdem.12 Lassagne, Memoria 3, p. 48.13 Margarita Vianney, P.O., p. 1011.14

    Lassagne, Memoria 3, p. 48.15 P.O., p. 1018.

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    5. ESTUDIANTESu hermana Margarita nos manifiesta: Despus de su primera comunin

    llev una vida de piedad edificante y deseaba ser sacerdote, pero mi padre leresponda que eran muchos los gastos. Sin embargo, ante tanta insistencia le dioel consentimiento. Para que los gastos fueran menores, le propuso estudiar conel padre Balley, prroco de Ecully. l estuvo de acuerdo y yo le llevaba todos los

    sbados lo que necesitaba para toda la semana. El padre Balley estaba contentocon l16.

    La gramtica latina no le entraba. Oraba mucho al Espritu santo, pero su

    cabeza pareca dura para el latn. Juan Mara, viendo que era incapaz de aprendercomo los otros, tom una resolucin herica. Hizo voto de peregrinar a pie,mendigando a la ida y al regreso, al sepulcro de san Francisco de Regis (1597-1640), al santuario de Louvesc para pedir ayuda y poder terminar sus estudios.Era el ao 1806. La distancia era de 100 Kms. Y una maana se puso en caminodespus de or misa y comulgar, pero en el camino nadie quiso ayudarlo nialojarlo, pensando que era un desertor o un ladrn. Llevaba dinero, pero queraser fiel a su voto de llegar mendigando. Tuvo que alimentarse de algunas hierbasy dormir al raso. Felizmente alguien le dio unos pedazos de pan y, agotado, llega la meta.

    Or con fervor ante la tumba del santo, quien le concedi la gracia en lamedida justa y exacta, slo lo suficiente para que pudiera terminar a duras penas.En el santuario, el confesor le cambi el voto de mendigar para que pudieracomprarse con su dinero lo necesario para el viaje de vuelta, y as pudo tambindar limosna a los pobres. Con esta experiencia dir aos ms tarde: Jamsaconsejara a nadie que hiciese voto de mendigar17.

    En 1807 fue confirmado con su hermana Margarita por el cardenal Fesch,arzobispo de Lin y to del emperador Napolen. Fue confirmado con el nombrede Juan Mara Bautista por haber escogido como patrono de su confirmacin alsanto precursor. De aqu en adelante firmar indistintamente como Juan MaraBautista o Juan Bautista Mara.

    16

    Margarita Vianney, P.O., p. 1019.17 Mara Miard, Proceso apostlico continuativo, p. 837.

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    6. DESERTOREn 1809 recibe la orden de incorporarse a filas. Se crea que por ser

    seminarista estaba exento, pero el caso es que el aviso lleg a Dardilly y de all aEcully donde viva. Estaba destinado al frente de Espaa.

    Juan Mara iba a cumplir los 24 aos y en estudios estaba al nivel de unode quince. Pareca que sus esperanzas de ser sacerdote quedaban frustradas. Su

    padre quiso conseguir un sustituto de acuerdo a la ley vigente, pero el joven quehaba aceptado 3.000 francos, a los tres das se retract y Juan Mara fueobligado a partir18.

    El 26 de octubre de 1809 lleg al cuartel como recluta. Malos recuerdos lequedaron de esos das por la mala conducta de sus compaeros y sus

    blasfemias19. Despus de dos das, enferm gravemente y tuvo que ir al hospitalgeneral de Lin. Recordando aquellos das, dir:No com en la milicia ms queun pan de municin20.

    Durante los quince das que estuvo en el hospital fueron a visitarlo elpadre Balley y sus familiares. El da 12 de noviembre, al salir del hospital, debair con un contingente de soldados de Lin a Roanne para continuar sus ejercicios

    militares. Como estaba muy dbil, los sigui en un coche. De nuevo recay confiebre alta y otra vez tuvo que ingresar al hospital de Roanne, donde fue atendido

    por las religiosas agustinas. All estuvo seis semanas.

    El 5 de enero de 1810 el capitn de reclutas Blanchard le comunic que, alda siguiente, deba salir con un destacamento hacia la frontera espaola,debiendo presentarse esa misma tarde para recoger la hoja de ruta. Sali delhospital antes de la hora y en el camino entr en una iglesia a rezar. Pero lashoras se le pasaron sin enterarse y, cuando lleg a la puerta de la oficina, yaestaba cerrada. Al da siguiente, deba salir del hospital y unirse al destacamento,aunque no estaba totalmente restablecido. l recuerda: Las religiosas seofrecieron a ocultarme, pero les dije: Hay que obedecer la ley. Ellas meacompaaron hasta la puerta y, llorando, me despidieron21.

    Primero fue a la oficina de reclutamiento, pero su destacamento ya habapartido y por ello le amenazaron con represalias. Le dieron la hoja de ruta paraque los alcanzara y se puso en camino. l dice: Tom mi rosario y lo rec con un

    18 Margarita Vianney, P.O., p. 1020.19 Lassagne Catalina, Proceso apostlico in genere, p. 103.20

    Fray Atanasio, Proceso apostlico in genere, p. 196.21 Padre Raymond, P.O., pp. 1436-1437.

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    fervor como nunca antes. Despus de caminar mucho entr en un pequeo

    bosque. Estaba muy fatigado, me quit el saco y repos unos momentos,ponindome bajo la proteccin de la Virgen. De pronto, lleg un desconocidoque me dijo: Qu haces aqu? Ven conmigo. l tom mi saco que era pesado

    y yo lo segu. Caminamos por largo tiempo a travs del bosque y de lasmontaas durante la noche. Yo estaba muy cansado22.

    El desconocido lo llev a una choza de un tal Agustn Chambonire. Ledieron de comer y le dejaron dormir en la nica cama que haba en casa. Durmi

    profundamente y se restableci bastante. Durante dos das trabaj aserrandotroncos de haya. Despus tuvo que ir a buscar trabajo y se dirigi a Pont y luego

    a Robins, donde solicit ser maestro de escuela. El alcalde de Nes, Paul Fayot,lo aloj en casa de su prima Claudina Fayot, viuda de 38 aos con 4 hijos. Paradespistar, se convino en que se llamara en adelante Jernimo Vincent.

    Al principio deba ocultarse en el establo durante el da y slo en la nochesala a tomar aire y pasear. Durante las ocho primeras semanas le llevaban lacomida dentro de un cubo de madera como se usaba para los animales. l, por su

    parte, les hablaba a los de casa sobre Dios y les lea vidas de santos y, muypronto, se gan el corazn de todos los que lo conocieron. Al tranquilizarse lasituacin, comenz a dar clases como maestro a los nios de Robins, aunque

    todava no bajaba al pueblo de Nes para la misa. Poco a poco se atrevi a irentre semana y, cuando conoci al prroco, tambin lo hizo los domingos,comenzando tambin a trabajar en las duras tareas del campo para ayudar a lafamilia23.

    El 25 de marzo de 1810 el emperador public una amnista con motivo desu prximo matrimonio (dos de abril) con la archiduquesa Mara Luisa deHaugsburgo. Esta gracia era para los desertores de las quintas de 1806 a 1810 y al le corresponda. Para recibirla deba ponerse a disposicin de las autoridadesen los prximos tres meses. l no se present, segn le aconsejaron, y por tantono recibi la amnista.

    A mediados de ese ao 1810 la seora Fayot fue, por recomendacinmdica, a las aguas minerales de Charbonnires-les-Bains, muy cerca de su

    pueblo de Dardilly, y l le dio una carta para sus padres. Su padre estaba enojadopor todos los disgustos que le daban las autoridades por tener un hijo desertor.Felizmente la situacin se arregl cuando su hermano menor Franois aceptoreemplazarlo, pero haba que arreglar papeles. Por fin todo se solucion y pudo

    22

    Lassagne, Memoria 3, p. 51.23 Jernimo Fayot, P.O., p. 1317.

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    regresar a su casa a primeros de enero de 1811. Los habitantes de Robins y Nes,

    que lo estimaban, le dieron algunos regalos y hasta le obsequiaron una sotananueva para ver cmo le quedara cuando fuera sacerdote, pues todos, al conocersu piedad y su deseo, pensaban que llegara a serlo.

    7. SEMINARISTAA los pocos das de llegar a casa, el 8 de febrero de 1811, mora su santa

    madre a los 58 aos de edad. Siempre la record con mucho cario y deca que,despus de haberla perdido, no se le haba apegado ms su corazn a cosa alguna

    de la tierra24.

    Regres a Ecully a continuar sus estudios con el padre Balley, alojndose,no en casa de su prima Margarita Humbert como la primera vez, sino en lamisma casa del prroco. A cambio de su manutencin hara de empleado,sacristn, cantor y acompaante del prroco en sus salidas a los pueblos. Iba acumplir 25 aos. El 28 de mayo de 1811 recibi la tonsura, pasando as a

    pertenecer al estado clerical.

    En 1812 el padre Balley lo envi al seminario menor de Verrires para

    estudiar filosofa. Como las clases eran en latn, no entenda ni las preguntas quele hacan. Aos despus dir:En Verrires tuve algo que sufrir. Su consueloeran las largas visitas a la capilla y su gran devocin a Mara. Al final del curso,aprob con mucha dificultad. Durante las vacaciones, su padrino, el padre Balley,lo prepar intensamente y lo mand al Seminario mayor de san Ireneo de Lin.Sin embargo, despus de seis meses, los directores, pensando que no podraseguir adelante, le rogaron que se retirara25. Prcticamente era expulsado yquedaba sin esperanzas de llegar a la meta soada.

    El mismo da de su salida del Seminario fue a tocar la puerta de losHermanos de las Escuelas cristianas de Lin a ver si lo aceptaban, y regres aEcully. All su maestro le hizo desistir de la idea de ser hermano de las Escuelascristianas y le recalc que su vocacin era ser sacerdote y que haba que seguirinsistiendo. Y Dios le confirm en su vocacin. l recuerda: Cuando estudiaba,estaba lleno de tristeza. No saba qu hacer y, al pasar por la casa de la seora

    Bibost, se me dijo: Estte tranquilo, t sers sacerdote un da. Otra vez, que

    24

    Condesa de Garets, P.O., p. 894.25 Padre Bezacier, P.O., p. 1273.

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    estaba muy preocupado, escuch la misma voz que me dijo claramente: Qu te

    ha faltado hasta ahora?26.

    A fines de mayo de 1814 el padre Balley lo present de nuevo a exmenesy fue desaprobado. Pero ese mismo da el padre Balley fue a hablar a Lin con elVicario general y con el Superior del Seminario, decidiendo que ellos iran aEcully para examinarlo delante de su maestro. Juan Mara parece que esta vezcontest satisfactoriamente y como, en ese momento, el que diriga la dicesis

    por ausencia del cardenal Fesch era Monseor Courbon, l se inclin por tenerleindulgencia. Se limit a preguntar:

    - Juan Mara es piadoso? Es devoto de la Virgen? Sabe rezar elrosario?

    - S, es un modelo de piedad.- Pues yo lo admito. La gracia de Dios har lo que falta27.

    De esta manera fue aceptado para recibir las rdenes menores y elsubdiaconado el 2 de julio de 1814. Sigui estudiando el curso (1814-1815) consu maestro en Ecully y, en mayo de 1815, fue al Seminario de san Ireneo de Lin

    para ser ordenado dicono el 23 de junio.

    Tuvo que pasar otro examen final y fue aprobado, pues segn algunostestimonios contest favorablemente. El 9 de agosto recibi de MonseorCourbon las cartas testimoniales para ser ordenado sacerdote en Grenoble por elobispo de esa ciudad. En esas cartas testimoniales haba una nota que deca: No

    se le dar, de momento, licencia para escuchar confesiones.

    8. SACERDOTEJuan Mara parti de Lin a Grenoble, caminando a pie, los 100 Kms de

    distancia con el fuerte sol de agosto. En el camino fue detenido, insultado ymaltratado por los soldados austracos que haban invadido Francia despus de laderrota de Napolen en Waterloo. Por fin lleg a su destino y el 13 de agosto de1815 fue ordenado sacerdote l solo, sin la compaa de compaeros ofamiliares.

    26

    Monnin, tomo I, p. 244.27 Padre Toccanier, P.O., p. 115.

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    Regres a Ecully el 16 de agosto, ya que haba sido nombrado vicario

    coadjutor del padre Balley, quien a los pocos meses consigui los permisosnecesarios para que pudiera confesar, siendo l mismo su primer penitente.

    El padre Balley muri el 17 de diciembre de 1817 despus de recibir lossantos sacramentos del padre Vianney. Antes de morir, le haba regalado susobjetos de penitencia, sus libros y otras cosas personales. Guard siempre comoun tesoro un espejo que lo tena encima de la chimenea de Ars, porque habareflejado el rostro de su amado maestro.

    9. ARSAl morir su maestro, fue nombrado en 1818 capelln de la iglesia de Ars.

    Al darle el nombramiento, le dijo Monseor Courbon: No hay mucho amor aDios en ese pueblo, pero usted lo pondr28.

    Ars era un pueblecito de 230 habitantes que perteneca a la parroquia deMizerieux. Era un lugar pobre y con un clima muy hmedo. Espiritualmente elambiente era parecido al de otros pueblos vecinos que haban sufrido los embatesde la persecucin revolucionaria. El ltimo sacerdote durante la Revolucin

    haba juramentado y se haba retirado del sacerdocio, quedndose en el pueblocomo comerciante; lo que contribuy a una mayor prdida del sentido cristiano.Despus vino el padre Juan Lecourt, un ex-cartujo, muy severo y poco apto parael trabajo pastoral. Entre 1806 y 1818 hubo otros dos sacerdotes que pasaron sin

    pena ni gloria. El ltimo fue un joven de 27 aos que muri de tuberculosis.

    El padre Vianney lleg acompaado de la seora Bibost, ama de llaves delpadre Balley. Hicieron los 30 Kms de Ecully hasta Ars a pie. Detrs vena uncarro con los libros donados por el padre Balley (ms de 400), con algunas ropasy poco ms.

    Ese da haba mucha niebla y, al llegar cerca del pueblo, no se vea elhorizonte. Preguntaron a un nio pastor, Antonio Givre, cul era el camino a Ars.El nio se lo indic y el santo cura le dijo: T me has mostrado el camino a Ars,

    yo te mostrar el camino del cielo29. Este hecho ha querido ser inmortalizado yen ese lugar se encuentra un monumento de bronce, recordando el suceso. Dehecho, el padre Vianney le ayud a ir al cielo a aquel nio, que fue el primero enmorir en el pueblo despus de l, 41 aos despus.

    28

    Lassagne,Memoria 2, p. 8.29 Lassagne Catalina, Proceso apostlico ne pereant, p. 404.

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    Al ver las primeras casas del pueblo tuvo un presentimiento: Algn daesta parroquia no podr contener a los que acudirn a ella30. Y en ese mismolugar, viendo de lejos la aldea de Ars se arrodill y rez al ngel de la guardadel pueblo31. Era el 9 de febrero de 1818.

    El 13 de febrero tom posesin de la capellana, estando presente elprroco de Mizerieux y las autoridades con la mayora de la gente del pueblo.

    10.SU CARCTEREl santo cura de Ars era pequeo de estatura, pero tena un corazn abierto

    al mundo entero y lleno de amor para todos. Tena unos ojos azules que llegabanhasta el fondo del alma, pues conoca por un don de Dios el corazn de las

    personas. Su mirada era dulce y serena, y no asustaba a nadie. Era sencillo,asequible y nunca rechazaba a nadie, a pesar de que le gustaba la soledad y elsilencio para estar a solas con Dios.

    Tena la cara plida por sus muchas penitencias y, en sus ltimos aos,caminaba con el pecho inclinado hacia adelante como quien est acostumbrado a

    escuchar a quien le habla. Su sonrisa raramente se le quitaba de sus labios32.

    Juana Mara Chanay recuerda que era muy alegre y en su conversacindeca con gusto algunas palabras para hacer rer33. Sus ojos resplandecan comodiamantes34.

    Era de carcter nervioso y no poda estar inactivo. No poda perder eltiempo en bagatelas, deba orar o hacer algo por los dems. Le gustaba lanaturaleza desde sus tiempos de pastor y, cuando poda, se daba paseos por elcampo para orar, rezar el breviario y el rosario, y saludar a la gente.

    Algo que debemos recalcar es que era muy exigente, rechazando lasmodas y bailes inconvenientes. En la confesin sola diferir la absolucin hastaque no vea pruebas de arrepentimiento. A una seora de Pars le orden quemartodos los malos libros de su biblioteca antes de recibir la absolucin35. Y quera

    30 Fray Atanasio, P.O., p. 667.31 Padre Rougemont, Proceso apostlico continuativo, p. 743.32 Nodet Bernard,La vie du cur d'Ars, Ed. Tequi, Pars, 1975, p. 214.33 P.O., p. 708.34

    Proceso apostlico continuativo, p. 654.35 Padre Rougemont, Proceso apostlico continuativo, p. 74.

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    que todos fueran santos; por ello los animaba a comulgar frecuentemente, a hacer

    visitas diarias a Jess sacramentado, a rezar el rosario todos los das y a rezar enfamilia antes y despus de las comidas.

    Por otra parte, era obediente a las normas de la Iglesia en la celebracin dela misa, en el vestir como sacerdote y en el rezo del breviario. Deca: El breviarioes ligero como una pluma para los sacerdotes santos36. l llevaba siempre el

    breviario bajo el brazo y amaba mucho rezarlo. El padre Tailhades le preguntpor qu le gustaba tanto rezarlo y respondi: El breviario es mi fiel compaero.No puedo ir a ninguna parte sin l37.

    Y tena un sentido del humor que alegraba la vida de cuantos lo conocan.Como una pequea muestra digamos que, cuando el emperador Napolen III lonombr caballero de la legin de honor y el obispo lo nombr cannigo, deca:Cuando me muera y me presente con estos juguetes en las manos, Dios me dir:

    Muy bien, t ya has recibido la recompensa38. Y continuaba: Yo soy cannigopor bondad de Monseor, caballero de honor por error del emperador y pastorde tres ovejas y un burro por voluntad de mi padre39. No s por qu elemperador me ha concedido el honor de ser caballero, a no ser, porque he sidodesertor40.

    11.PRIMEROS TIEMPOSLo primero que hizo al llegar a Ars fue dedicarse a orar intensamente por

    la conversin de sus feligreses. Deca:Dios mo, concdeme la conversin de miparroquia. Consiento en sufrir cuanto queris durante toda mi vida, aunque seadurante cien aos los dolores ms vivos con tal que se conviertan41. Muchos dasse daba disciplinas (latigazos) para ofrecer al buen Dios esas flores de amor porsus fieles, a quienes vea muy alejados de Dios, especialmente a los hombres.

    Por eso, cuando aos ms tarde un sacerdote vecino, desanimado al no verfrutos de conversin entre sus fieles, le pregunt qu poda hacer, nuestro santole contest: Usted ha orado, pero ha ayunado, velado, dormido en el suelo? Seha disciplinado? Mientras no llegue a ello, no crea haberlo hecho todo42.

    36 Nodet, o.c., p. 102.37 Trochu Francis,El cura de Ars, cuarta edicin, Ed. Palabra, Madrid, 1986, p. 384.38 Toccanier, P.O., p. 176.39 Toccanier, Annales de Ars, p. 254.40 Monnin, tomo I, p. 75.41

    Proceso apostlico ne pereant, p. 73.42 Archivo secreto del Vaticano, tomo 227, p. 53.

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    Por su cuenta se iba a las cuatro de la maana a la iglesia y estaba hasta lassiete, que era la hora de la misa, en adoracin ante Jess sacramentado. Cuandolo buscaba la gente, ya saba que normalmente estaba en la iglesia orando, pues

    pareca que viva en la iglesia43.

    Por la tarde sala a dar un paseo por los campos con la finalidad de saludara la gente, mientras rezaba el Oficio divino y el rosario. Al medioda iba a visitara las familias a la hora de la comida, tratando de interesarse por sus cosas. Y

    pronto se gan el aprecio de todos por su jovialidad y su bondad44.

    Cuando saba de algn enfermo, iba a visitarlo dndole algo para susnecesidades. Los nios eran sus preferidos. Siempre les sonrea y les deca

    palabras amables45. Se preocup de ensearles a cantar y consigui tnicasblancas para que acompaaran al Santsimo sacramento en las procesiones. Lesdeca: Cuando estis delante de Jess sacramentado, pensad que estis delantede Dios y hacis las veces de ngeles46. Consigui tambin vestimentasadecuadas para los aclitos.

    A los nios de primera comunin los reuna todos los das a las seis de lamaana antes de que fueran al campo a trabajar. Para atraerlos, les deca: Al que

    llegue primero le dar una estampa. Para ganarla, haba quien llegaba antes delas cuatro de la maana47.

    A todos, nios y adultos, les regalaba medallas, estampas o rosarios, y lesinvitaba a rezar un avemara al dar las horas. A las madres les recomendaba que

    por la maana ofrecieran a sus hijos a Dios, rezando un avemara. La genteempez a darse cuenta del tesoro que Dios les haba mandado y deca: este curano es como los otros. l no tena ama de llaves. Cuando estaba enfermo, no

    permita que lo cuidaran mujeres sino hombres. La limpieza de la casa slopermita que la hicieran cuando l no estaba. No tena cocinera. l solo secocinaba unas patatas o alguna otra cosa. Tambin se remendaba su ropa. Ycoma muy poco, dando todo el dinero que poda a los pobres.

    Pero Dios le envi a lo largo de su vida ros de dinero con los que pudohacer grandes obras. Para empezar, quiso adecentar la iglesia que estaba en unestado deplorable. Compr manteles, candelabros y los mejores y ms caros

    43 Juan Pertinand, P.O., p. 374.44 P.O., p. 634.45 P.O., p. 595.46

    Trochu Francis, o.c., p. 237.47 Proceso apostlico ne pereant, p. 814.

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    ornamentos que pudo encontrar en Lin. Para esto le ayudaba mucho la seorita

    de Ars, llamada la castellana, una seorita de 64 aos, muy rica, que viva en uncastillo y que era muy fervorosa. Tambin le ayudaba mucho econmicamente elhermano de la seorita, el vizconde Paul des Garets, que viva en Pars, perovisitaba frecuentemente Ars.

    Entre otros arreglos construy un campanario nuevo, ya que el antiguoestaba para caerse, compr dos nuevas campanas, y arregl el altar mayor,

    poniendo un sagrario hermoso y atractivo de cobre dorado, para alojardignamente al Seor. Todo le pareca poco para Dios. A lo largo de los aos fueconstruyendo tambin diferentes capillas laterales: a la Virgen, a san Juan

    Bautista, a santa Filomena, al Ecce homo y a los ngeles.

    Por otra parte, emprendi una lucha titnica contra los bailes, lasblasfemias, las modas, las tabernas y el trabajo dominical.

    A medioda tena para todos en la iglesia catequesis de adultos. En la tarderezaba Vsperas y el rosario con la gente. Y siempre que tena la oportunidad dehablar, la emprenda contra los vicios, recordndoles que en la Eucarista estabala fuerza para superar todos los problemas y dificultades de la vida.

    Sobre el trabajo dominical deca: Conozco dos medios seguros para llegara ser pobres: trabajar en domingo y robar48. Esta lucha contra el trabajo deldomingo le cost ocho aos, pero venci. En Ars, a diferencia de otros puebloscercanos, el domingo lleg a ser el da del Seor.

    En cuanto a las blasfemias, exclamaba: No es un milagro extraordinarioque una casa donde se halla un blasfemo no sea destruida por un rayo ocolmada de toda suerte de desgracias? Tened cuidado! Si la blasfemia reina envuestra casa, todo ir pereciendo49.

    Sobre las modas indecentes manifestaba: Vean esa madre que no piensams que en su hija y que se preocupa ms de si lleva bien puesto el sombrero quede preguntarle si ha dado su corazn a Dios. Le dice que no ha de parecerhuraa, que ha de procurar hacerse grata a todo el mundo para poderrelacionarse y colocarse bien. Y la hija procura enseguida atraerse las miradasde todos. Con sus atavos rebuscados e indecentes pronto dar a entender que es

    48

    Monnin, tomo I, p. 168.49 Sermones, tomo I, p. 217.

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    un instrumento del mal para perder las almas. Slo en el tribunal de Dios

    conocer los pecados de que habr sido causa50.

    La lucha contra las tabernas, donde muchos padres de familia se gastabanel dinero en borracheras, no fue muy larga. Dicen los testigos del Proceso que les

    pagaba a los taberneros para cerrar. Un da le dijo al tabernero seor Bachelard:Cunto piensa ganar usted vendiendo licor durante el baile? Tanto seor cura.

    Pues bien, aqu est ese dinero. El tabernero acept51. Poco a poco, todos lostaberneros tuvieron que cerrar. El santo cura les haba profetizado: Ya lo veris,los que abran aqu tabernas se arruinaran52.

    La lucha ms difcil fue contra los bailes. Necesit 25 aos paraerradicarlos. La tctica empleada fue convertir a las jvenes para que, en vez deir al baile, fueran a la iglesia a rezar. Para recordar a sus fieles lo malo del baile,coloc un letrero delante de la imagen de san Juan Bautista que deca: Su cabeza

    fue el precio de un baile.

    12.CONTRARIEDADESPero hay que decir que no todo fue un campo de rosas. Era un santo y

    como tal era exigente, lo que no le gustaba a mucha gente, especialmente a losjvenes. Y tuvo problemas graves con algunos feligreses que no aceptaban sumodo de ser. En primer lugar algunos compaeros sacerdotes lo considerabancomo un ignorante y hasta prohiban a sus fieles que fueran a confesarse con l.Incluso, cuando en 1822 se fund la nueva dicesis de Belley a la que pertenecaArs, lo acusaron ante el nuevo obispo, Monseor Devie, y pidieron que locambiara de lugar. El obispo mand al padre Pasquier que investigara los cargos.El padre Pasquier fue a Ars y resumi todo lo visto y odo en estas palabras: No

    parece que haya mucho orden, pero no importa, es un santo. Y as loconsideraron siempre sus obispos, que no quisieron cambiarlo nunca de

    parroquia.

    Por otra parte, el ao 1830 hubo un movimiento revolucionario en todaFrancia. Algunos revolucionarios quisieron imponer de nuevo las ideasanticristianas de los primeros tiempos de la Revolucin francesa. Hubo desmanescontra iglesias y casas parroquiales. Muchos sacerdotes fueron expulsados de sus

    parroquias. Destrozaron objetos sagrados y cruces de lugares pblicos. En Ars

    50 Sermones, tomo III, p. 232; Trochu Francis, o.c., p. 204.51

    P.O., p. 1311.52 Fray Atanasio, P.O., p. 832.

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    hubo siete jvenes que quisieron imponer los bailes con ayuda del subprefecto de

    Trvoux. Le escribieron al padre Vianney cartas insultantes, pegaron cartelesinjuriosos en su puerta, le gritaban palabras ofensivas por las noches bajo suventana y hasta lo difamaron, diciendo que el nio que haba nacido de una chicasoltera, que viva en una casa vecina a la casa parroquial, era suyo.

    Aos ms tarde dir: Pensaba que me echaran de Ars a palos o que elseor obispo me quitara la licencia de confesar o que acabara mis das en lacrcel Veo que no mereca esas gracias53. l se abandon en las manos deDios y, en esos momentos, iba a buscar consuelo ante el sagrario y deca que allestaba postrado como un perrito a los pies de su amo54.

    13.EL DEMONIOPero no slo fueron los hombres quienes le dieron disgustos y problemas,

    el diablo, con el permiso de Dios, no se qued atrs. A veces le pona tentacionesde desesperacin y le deca: Caers al infierno. El diablo le llamabacomepatatas, porque ese era casi su nico alimento. Y l le llamaba al diabloGrappin (palabra introducible que podra significar algo as comoEl garras).

    Por las noches, el diablo lo molestaba con continuos ruidos para que nopudiera dormir. Su confesor, el padre Beau, le pregunt qu haca paradefenderse y le contest: Me vuelvo a Dios, hago la seal de la cruz y digoalgunas palabras de desprecio al demonio. Por lo dems he advertido que elestruendo es mucho mayor y los asaltos se multiplican, cuando al da siguienteha de venir algn gran pecador55.

    El diablo variaba los medios de ataque. No se contentaba con hacer ruidosy tocar las puertas para no dejarle descansar. A veces, se ocultaba debajo de lacama y hasta debajo de la cabecera y, durante toda la noche daba junto a su odogritos agudos o gemidos lgubres o dbiles suspiros que, en ocasiones, erancomo los estertores de un enfermo en agona.

    Un da de 1826, durante el jubileo de Saint-Trivier-sur-Moignans, fueinvitado con otros sacerdotes a ayudar. La primera noche se quejaron varioscompaeros de ruidos extraos que provenan de su cuarto. l les dijo que notuvieran miedo, que era el demonio. Ellos no le creyeron. Le dijeron: Usted no

    53 Trochu Francis, o.c., p. 225.54

    Monnin, tomo II, p. 263.55 Padre Beau, P.O., p. 1191.

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    come, no duerme y tiene pesadillas. l no les respondi, pero a la noche siguiente

    se oy un ruido como de un carro que haca temblar el suelo. Pareca que la casase vena abajo. Se levantaron todos y fueron corriendo a la habitacin del padreVianney. Lo encontraron acostado tranquilamente en su cama, que manosinvisibles haban arrastrado hasta el centro de la habitacin. Les dijo: Es eldemonio quien me ha arrastrado hasta aqu y ha causado todo el alboroto. No esnada, lo siento, pero es buena seal. Maana caer algn pez gordo (gran

    pecador).

    Al da siguiente, todos quedaron asombrados al ver al seor de Murs,noble caballero, que se fue a confesar con l, pues haca mucho tiempo que

    estaba alejado de la Iglesia. Su conversin caus una profunda impresin entrelos habitantes del pueblo. Y los sacerdotes empezaron a tomar en serio al santocura de Ars y no creer que era un pobre soador56.

    Otro da el demonio le quem su habitacin. Era el da 23 24 de febrerode 1857. Estaba nuestro santo oyendo confesiones en la iglesia, donde estabaexpuesto el Santsimo sacramento y le avisaron que salan llamas de suhabitacin. l les dio la llave y les dijo:El Garras no ha podido coger al pjaro

    y ha quemado la jaula57.

    El padre Monnin, que fue inmediatamente a ver el fuego, dice que el fuegose detuvo ante la imagen de santa Filomena que estaba sobre la cmoda y, a

    partir de ese lugar, traz con precisin geomtrica una lnea directa de arribaabajo destruyendo cuanto haba de la parte de ac de la reliquia y destruyendo lode la parte de all. El incendio se produjo sin causa aparente y as tambin seextingui. Y fue prodigioso que no llegase al techo muy bajo, viejo y seco, quehubiera ardido como paja58.

    14.EL NGEL Y LOS SANTOSEn su lucha contra Satans y contra el mal no estaba solo. Su ngel de la

    guarda era su amigo inseparable. Ya hemos visto cmo al llegar a Ars seencomend al ngel de la guarda del pueblo. l les hablaba en las catequesis delamigo, el ngel custodio. Deca: Qu alegra para el ngel de la guarda estarencargado de un alma pura59. Nuestro ngel est siempre a nuestro lado con la

    56 Lassagne, Memoria 3, p. 128.57 Marta Miard, Proceso apostlico continuativo, p. 843.58

    Monnin, tomo II, pp. 301-302.59 Esprit, p. 55.

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    pluma en la mano para escribir nuestras victorias60. Qu feliz est el ngel

    cuando gua a un alma pura a la santa comunin61.

    Igualmente amaba mucho a todos los santos y tena algunos de su especialdevocin como san Juan Bautista, san Jos, san Juan Evangelista, san Franciscode Regis, san Luis Gonzaga, san Luis rey de Francia, santa Eufemia, santa Reina,santa Julia, santa Clementina, santa Coleta, san Estanislao, santa Colomba y,sobre todo, santa Filomena. Tambin era devoto de san Francisco de Ass.

    En 1850 fue aceptado como terciario franciscano. Igualmente, en 1846,fue recibido como miembro de la tercera Orden de Mara, fundada por san Julin

    Eymard.

    Le gustaba mucho tener reliquias y deca que las reliquias de los santoseran toda su riqueza62. El padre Monnin, que lo conoci y fue su primer

    bigrafo, dice:Le gustaban mucho las imgenes, las cruces, los escapularios, losrosarios, las medallas, el agua bendita y, sobre todo, las reliquias de los santos.Su iglesia, la capilla de la Providencia y su habitacin, estaban llenas de esto.Un da nos dijo con aire de satisfaccin que tena ms de 500 reliquias63.

    15.SANTA FILOMENASu santa predilecta fue santa Filomena, a quien construy una capilla

    lateral. Cuando la gente vena a pedir oraciones para curarse, les deca que lehicieran una novena a santa Filomena; as se evitaba que creyeran que l lossanaba. Pero como eran tantos los milagros que Dios haca por medio de la santa,un da tuvo que pedirle que no hiciera los milagros de curaciones en Ars, sinoslo los espirituales, y que las curaciones las hiciera al llegar los peregrinos a suscasas, para evitar tanto ruido. Y as se hizo en muchsimos casos.

    Su devocin y amor a santa Filomena comenz cuando Paulina Jaricot,probablemente en 1815, le dio una partecita de la reliquia que a ella le habanregalado de esta santa. Los restos de santa Filomena haban sido descubiertos en1802 en las catacumbas de santa Priscila de Roma. Ante su tumba haba tresladrillos que tenan la inscripcin LUMENA PAXTE CUMFI. Estaban malcolocados, pues deban decir: PAX TECUM FILUMENA (La paz contigo,Filomena). Los huesos, segn las investigaciones, pertenecan a una joven de 14

    60 Ib. p. 162.61 Ib. p. 103.62

    Padre Raymond, P.O., p. 316.63 Monnin, tomo II, p. 573.

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    15 aos, que pareca haber sido mrtir por los smbolos de un ancla, una palma,

    tres flechas y una flor, que haba en la tumba. En 1805 el padre Francesco deLuca recibi estas reliquias que estaban guardadas en la Custodia de las santasreliquias de Roma. Y empez a promover su culto, que fue aprobado por el PapaGregorio XVI. En la parroquia de Mugnano (Italia) se construy un gransantuario y Dios ha obrado grandes milagros por intercesin de esta santa. Ahora

    bien, el conocimiento de su vida se debe a las revelaciones privadas de unareligiosa que muri con fama de santa, llamada Mara Luisa de Jess

    En 1961 la Congregacin de ritos, por no tener seguridad sobre los datosde su vida, elimin su fiesta del calendario litrgico, pero no su culto. Uno de los

    grandes milagros que Dios hizo por medio de esta santa fue la curacin dePaulina Jaricot, fundadora de la Obra de la Propagacin de la fe. Ella tena en1835 una enfermedad incurable y fue a visitar los restos de la santa a su santuariode Mugnano, donde se cur milagrosamente. El mismo cura de Ars fue curadomilagrosamente por su querida santita en 1843. Ya estaba desahuciado por losmdicos, cuando se recuper milagrosamente.

    El padre Monnin, que estaba presente, dice: Mi alegra fue muy grandeante sus palabras: Estoy curado. Me qued convencido de que el santo curahaba tenido una visin, ya que yo le haba odo repetir muchas veces el nombre

    de su querida protectora, lo que me llev a creer que santa Filomena se le habaaparecido64.

    Hay testigos fidedignos de que ella se le apareci varias veces. l mismole dijo un da a la baronesa de Belvey:Mientras oraba, se me apareci radiante

    santa Filomena. Haba bajado del cielo bella y radiante de luz, envuelta enblanca nube, y me dijo dos veces: Nada vale tanto como la salvacin de lasalmas65. El santo cura le tom tanto cario que segn el padre Monnin: Suscorazones cada da estaban ms unidos hasta el punto que en los ltimos aos se

    sabe por reiteradas confidencias que haba una relacin directa e inmediata yuna familiaridad continua. Era de su parte una continua invocacin y de ellauna asistencia sensible y una suerte de presencia real66.

    Algunos cuestionan el nombre de Filomena, como que no sera elautntico nombre correspondiente a los restos encontrados en las catacumbas desanta Priscilla, pero lo de menos es el nombre. Lo importante es saber que existiuna jovencita, cuyos restos se encontraron, y a quien ahora llamamos todos

    64 Monnin, tomo I, pp. 397-398.65

    P.O., pp. 258-259.66 Monnin, tomo II, p. 582.

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    Filomena y que ha hecho muchos milagros para probar, no slo su existencia,

    sino tambin su santidad. Estos milagros siguen sucediendo en pleno siglo XXI.Pueden ver la pgina web oficial del santuario www.philomena.it

    16.LA VIRGEN MARAEn su lucha contra Satans su mejor aliada, adems del arcngel san

    Miguel, era la Virgen Mara, a quien amaba con todo su corazn. CatalinaLassagne asegura: Yo le o decir que haba hecho dos votos a la VirgenSantsima y que nunca haba fallado. Uno era celebrar todos los sbados la misa

    en honor de la Virgen o, si no poda, hacerla celebrar para estar bajo suproteccin. El otro era decir cierto nmero de veces cada da: Bendita sea laSantsima y Pursima Concepcin de la Virgen Mara67.

    El 15 de agosto de 1836 hizo la consagracin solemne de la parroquia a laVirgen. Mand hacer un cuadro hermoso para perpetuar el acontecimiento. Esecuadro estaba a la entrada de la capilla de la Virgen. Catalina Lassagne certifica:

    Mand hacer un corazn rojo que est todava suspendido en la estatua de laVirgen con todos los nombres de los feligreses, escritos y colocados dentro delcorazn de la Virgen. Yo me acuerdo con mucha alegra de ese da. El seor

    cura ley desde el plpito los nombres de los feligreses escritos y despus loscoloc en el corazn de la Virgen68.

    El da 8 de diciembre de 1854, fecha de la proclamacin del dogma de laInmaculada Concepcin de la Virgen por el Papa Po IX, fue para l una fiestasingular. Quiso que la iglesia estuviese adornada con los ms bellos adornos.

    Hubo iluminacin general por la tarde en la iglesia y en las casas. Se tocaronlas campanas hasta el punto que lleg gente de las parroquias vecinas, pensandoque haba incendio. Y el mismo padre Vianney se pase con su auxiliar por latarde a la luz de las antorchas69.

    Cuando la epidemia del clera hizo estragos en Francia, mand acuar unamedalla, representando a la Virgen en su Inmaculada Concepcin con una flor delis a cada lado y la inscripcin en el reverso: Oh Mara, sin pecado concebida,

    presrvanos de la peste70.

    67 Lassagne,Memoria 3, p. 85.68 Ib. pp. 86-87.69

    Ib. p. 90.70 Ib. p. 88.

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    Parece que la Virgen se le apareci muchas veces. El padre Renard, que lo

    conoca bien y era del pueblo de Ars, habla del caso de una persona que lo vioen la sacrista con una seora y se retir para esperar hasta que saliera. Comotardaba mucho, toc la puerta y, al ver que estaba solo, le pregunt dnde estabala seora. El respondi:

    - Usted la ha visto?- S, pero viendo que tardaba en salir, he perdido la paciencia.- No hable a nadie de esto. Esa seora no saldr. Era la Virgen Mara.

    Qu feliz es usted de haberla podido ver? mela mucho!71.

    El mismo padre Renard relata lo que le cont su propia madre. Un da fuea arreglar la habitacin del santo cura y l hizo un gesto de desagrado. Ella le

    pregunt qu pasaba y l contest:

    - Oh, usted debera quitarse los zuecos para caminar por ah, mostrndoledos baldosas. Y aadi: Esta noche han venido a consolarme Jess y

    Mara. El demonio casi me haba matado. Y ellos han puesto sus sagradospies ah.

    La piadosa mujer se prostern y bes las baldosas con respeto. Y l le

    rog que no lo dijera a nadie, pero ella se lo cont a su hijo (padre Renard) 72.

    17.LTIMA ENFERMEDAD Y MUERTEEl 29 de Julio de 1859 se sinti indispuesto y tuvo que salir del

    confesionario a descansar. La fiebre le abrasaba. A las once dio el catecismo,pero no se le entenda nada. Estaba encorvado y se le notaba que estaba enfermo.Lo llevaron a su habitacin y tuvo un pequeo desmayo por la escalera.Llamaron al mdico y a su confesor, el padre Luis Beau. La enfermedad hizorpidos progresos. El da dos de agosto el confesor le administr la uncin de losenfermos, trayndole la comunin de la iglesia en procesin, acompaado de 20sacerdotes de los contornos. La gente oraba sin descanso en la iglesia por susalud, pidindole a santa Filomena que lo sanara como en 1843.

    El da tres lleg el obispo, avisado de que estaba muy grave. El padreMonnin, que estuvo presente a su muerte, dice: Momentos antes de morir su

    71 Padre Renard,Monsieur le cur d'Ars, primera redaccin, que se encuentra en los archivos del

    obispado de Belley, p. 27.72 Ib. pp. 57-58.

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    respiracin se hizo ms lenta y dbil. Le las oraciones de la recomendacin del

    alma. Le apliqu la santa cruz a sus labios y la bes. Al momento en que deca:Al paraso te lleven los ngeles y te introduzcan en la ciudad santa de

    Jerusaln, sin agona, sin lucha, sin temblores, su respiracin se acab y sedurmi apaciblemente en el Seor. Eran las dos de la maana del cuatro deagosto de 185973.

    En ese momento haba una gran tempestad de truenos y relmpagos sobreArs. Tocaron las campanas a muerto. Todos lloraban y de las parroquias vecinastambin tocaron para unirse al duelo. El telgrafo llev la noticia a todos losrincones de Francia y del mundo entero; y las multitudes se pusieron en marcha

    hacia Ars.

    A las cinco de la maana, revestido de sotana, roquete y estola, su cuerpofue expuesto en la sala de la planta baja a la vista de los fieles que pasabanordenadamente con ayuda de los gendarmes. Su rostro apareca tranquilo ysereno como si estuviera vivo74.

    Las exequias tuvieron lugar el seis de agosto. Asistieron unas 6.000personas y 300 sacerdotes. El obispo pronunci la oracin fnebre y, despus,celebr la santa misa. Su cuerpo fue depositado en la capilla de san Juan

    Bautista. All fue velado solamente por sus feligreses. El da 16 su cuerpo fuedescendido a una fosa abierta en el centro de la iglesia. Sobre su tumba, cubiertacon una lpida de mrmol negro, estaban grabadas estas palabras:Aqu yace Juan

    Mara Bautista Vianney, cura de Ars. All permanecieron sus restos hasta 1904.

    18.PROCESO DE CANONIZACINEn 1862 se comenz el Proceso del Ordinario, recogindose los

    testimonios de 66 testigos. El proceso dur hasta 1865. En 1872 se comenz elProceso apostlico que termin en 1886, habiendo declarado 197 testigos. En1904 se aceptaron los dos casos considerados como milagrosos en vista a su

    prxima beatificacin. El 17 de junio de ese mismo ao fue exhumado su cuerpoy se vio con sorpresa que sus miembros se conservaban ntegros. La pielennegrecida y las carnes secas, pero enteras. El rostro un poco deteriorado. Ydescubrieron su corazn, que estaba intacto.

    73

    P.O., pp. 1164-1165.74 Tocannier, Proceso apostlico in genere, p. 419.

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    El 8 de enero de 1905 tuvo lugar la beatificacin en la baslica vaticana

    por el Papa Po X, que ese da lo nombr patrono de todos los sacerdotes deFrancia con cura de almas. Su canonizacin la realiz el Papa Po XI el 31 demayo de 1925. En 1929 fue nombrado patrono de todos los prrocos, y el ao2010 fue nombrado patrono de todos los sacerdotes del mundo.

    En la actual baslica de Ars estn ntimamente unidos los nombres desanta Filomena y del cura de Ars. El cuerpo del santo se conserva intacto. Slo elrostro ha sido recubierto con una mascarilla de cera. Y su corazn est en lacapilla llamada del corazn. Tambin existe en la baslica un museo de cera conlas principales escenas de su vida.

    SEGUNDA PARTESACERDOTE PARA SIEMPRE

    1. GRANDEZA DEL SACERDOCIOEl cura de Ars comprendi como pocos la grandeza del orden sacerdotal.

    Deca:El sacramento de la Orden es un sacramento que eleva al hombre hastaDios. Qu es un sacerdote? Un hombre que tiene el lugar de Dios. Un hombreque est revestido de los poderes de Dios Cuando el sacerdote perdona los

    pecados, no dice Dios te perdone, sino, Yo te absuelvo. En la consagracinde la misa no dice Esto es el Cuerpo de Nuestro Seor, sino Esto es miCuerpo75.

    Si desapareciese el sacramento del Orden, no tendramos al Seor.Quin lo ha puesto en el sagrario? El sacerdote. Quin ha recibido nuestraalma apenas nacidos? El sacerdote. Quin la nutre para que pueda terminar su

    peregrinacin terrena? El sacerdote. Quin la preparar para comparecer anteDios, lavndola por ltima vez en la sangre de Cristo? El sacerdote. Siempre elsacerdote. Y si esta alma llegase a morir (a causa del pecado), quin laresucitar (por la confesin) y le dar el descanso y la paz? Tambin el

    sacerdote. No podrn recordar ningn beneficio de Dios sin encontrar alcostado de este recuerdo la imagen del sacerdote. Vayan a confesarse con la

    santa Virgen o con un ngel. Los absolvern? No. Les darn el cuerpo y lasangre del Seor? No. La Virgen Mara no puede hacer descender a su divinoHijo a la hostia. Aunque hubiera doscientos ngeles, no les podran absolver. Un

    75 Esprit, p. 84.

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    sacerdote s puede. l puede decir (en nombre de Dios): Vete en paz, yo te

    perdono.

    El sacerdote es algo muy grande. Ser sacerdote slo se comprender en elcielo. Si se comprendiera en la tierra, se morira, no de terror, sino de amor76.

    Si comprendiramos bien lo que representa un sacerdote sobre la tierra,moriramos de amor... Sin el sacerdote, la muerte y la pasin de Nuestro Seor

    Jesucristo no serviran de nada. El sacerdote contina la Obra de la Redencinsobre la tierra De qu nos servira una casa llena de oro, si no hubiera nadieque nos abriera la puerta? El sacerdote tiene la llave de los tesoros del cielo. l

    es quien abre la puerta, es el administrador del buen Dios; el administrador desus bienes Dejad una parroquia veinte aos sin sacerdote y adorarn hasta lasbestias77.

    Por eso, cuando se quiere destruir la religin se comienza por atacar alsacerdote, porque all donde no hay sacerdote no hay sacrificio (misa) y deja deexistir la religin78.

    Dios obedece al sacerdote. l dice dos palabras y Nuestro Seordesciende del cielo a su voz y se encierra en una pequea hostia. Dios dirige sus

    miradas al altar y dice: Ah est mi Hijo amado en quien tengo puestas todasmis complacencias. l no puede negar nada por los mritos de esta vctimadivina. Si tuviramos fe, veramos a Dios oculto en el sacerdote como una luzdetrs de un vaso o como al vino mezclado con agua. Despus de laconsagracin, cuando yo tengo entre mis manos al santsimo Cuerpo de NuestroSeor y cuando yo estoy en mis horas de desnimo, vindome slo digno delinfierno, me digo: Si al menos yo lo pudiera llevar conmigo al infierno, elinfierno sera muy dulce junto a l, pero entonces no sera infierno. Las llamasdel amor apagaran las llamas de su justica79.

    Si los sacerdotes estuvieran convencidos de la grandeza de su ministerio,no podran vivir80. El sacerdote, por sus poderes, es ms grande que un ngel81.Si yo encontrara un sacerdote y un ngel, yo saludara al sacerdote antes que alngel. El ngel es amigo de Dios, pero el sacerdote ocupa su lugar82.

    76 Esprit, p. 85.77 Nodet, o.c., pp. 98-101.78 Esprit, p. 86.79 Esprit, p. 89.80 Juan Pertinand, P.O., p. 360.81

    Nodet, o.c., p. 100.82 Ibdem.

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    Cuando celebro la misa y tengo al Seor en mis manos, qu me puedenegar?83. No hay momento en el que Dios nos d la gracia ms abundantementeque durante la misa84. No hay nada ms grande que la misa85. El sacerdocio esel amor del corazn de Jess86. Un buen pastor(sacerdote) segn el Corazn de

    Dios es el tesoro ms grande que el buen Dios puede conceder a una parroquia yuno de los dones ms preciosos de su misericordia divina87.

    Por eso, qu desgraciado es el sacerdote que no tiene vida interior! Lehace falta silencio, tranquilidad y retiro. Es en la soledad donde habla Dios. Estremendo ser sacerdote! Qu responsabilidad!88. El sacerdocio es una carga tan

    pesada que, si no tuviera el consuelo y la felicidad de celebrar la santa misa, nolo podra soportar89. Cmo son de compadecer los sacerdotes que tienen lacasa parroquial adornada y amueblada como un palacio mientras que la iglesiaes pobre!90.

    Peor an, qu desgraciado es el sacerdote que no celebra la misa enestado de gracia! Qu monstruo! No se puede comprender tanta malicia91. Lacausa de la relajacin del sacerdote es que descuida la misa. Dios mo, qu

    pena da el sacerdote que celebra la misa como si estuviera haciendo una cosaordinaria!92

    Un da les habl a sus fieles con abundancia de lgrimas de los sacerdotesque no corresponden a su vocacin Y dijo que tena la costumbre de rezarantes de acostarse siete Gloria al Padre en reparacin de las ofensas hechas alSantsimo sacramento por los sacerdotes indignos. Y estableci una Fundacinde misas con esta intencin para reparar por los sacerdotes indignos93.

    Exclamaba: Cmo aprovecha al sacerdote ofrecerse a Dios en sacrificiocada maana!94. Y repeta:Dios mo, te amo y mi nico deseo es amarte hasta el

    83 Nodet, o.c., p. 109.84 Nodet, o.c., p. 110.85 Nodet, o.c., p. 111.86 Esprit, p. 88.87 Nodet, o.c., p. 101.88 Trochu Francis, o.c., p. 270.89 Nodet, o.c., p. 104.90 Nodet, o.c., p. 102.91 Monnin, tomo II, p. 527; P.O., p. 1123.92 Nodet, o.c., p. 108.93

    Monnin, tomo II, p. 527.94 Padre Tailhades, P.O., p. 1510.

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    ltimo suspiro de mi vida95. Por eso, le dijo a su obispo con toda claridad: Si

    quiere convertir su dicesis, es necesario que todos los sacerdotes sean santos96.

    2. LA MISADeca sobre la misa: Si se comprendiera lo que es la misa, se morira. No

    se comprender la felicidad que hay en celebrar la misa sino en el cielo97. Haysacerdotes que lo ven a Jess todos los das en la misa98. Esto lo deca por lmismo. Pero manifestaba con claridad: Para celebrar bien la santa misa hara

    falta ser un serafn99.

    Por eso, cuando se preparaba para la misa, estaba de rodillas con losojos fijos ante el sagrario, las manos juntas y nada era capaz de distraerlo100. Ydeca: Asistir a misa es la ms grande accin que podemos hacer101.

    No hay un momento en la vida en que la gracia de Dios sea dada contanta abundancia como en la misa102. Cuando celebro la misa por los pobres

    pecadores y el Seor est sobre el altar, l lanza un rayo de luz al alma de cadapecador, que le hace conocer su estado y su pobre miseria. l no puede resistir yregresa a Dios, su buen Padre103. El padre Toccanier manifest que cuando

    celebraba la misa deca: Hasta la consagracin, voy bastante aprisa, pero,despus de la consagracin, me olvido de todo al tener en mis manos a NuestroSeor104.

    La misa es la accin ms grande, bella y eficaz sobre la tierra. Todas lasobras buenas reunidas no equivalen a una misa, porque ellas son obras dehombres y la misa es obra de Dios105. Si ustedes dan mil, tres mil o cien mil

    francos, no pagaran el valor de una misa. Pagar la sangre de Nuestro SeorJesucristo?106.

    95 Nodet, o.c., p. 44.96 Monnin, tomo II, p. 270.97 Esprit, p. 239.98 Esprit, p. 203.99 Esprit, p. 239.100 Fray Jernimo, P.O., p. 814.101 De la Bastie, Annales de 1912, 205.102 Sermones sobre la santa misa, II, 151.103 Lassagne, Memoria 3, p. 100.104 Padre Toccanier, P.O., p. 118.105

    Esprit, p. 89.106 Pedro Oriol, P.O., p. 301.

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    Si se nos dijera que a tal hora iba a resucitar un muerto, correramos a

    ver este acontecimiento, pero la consagracin, que transforma el pan y el vino enel cuerpo y la sangre de Jess, no es un milagro mucho mayor que resucitar unmuerto?107

    Qu felicidad senta al celebrar la misa! Despus de la consagracin, sele vea resplandeciente de alegra y, sobre todo, antes de la comunin, cuando ltena la hostia entre sus manos. l hacia una pausa para mirar la hostia y lohaca con una sonrisa tan dulce que se podra decir que vea a Nuestro Seorcon sus ojos corporales108.

    Qu hermoso era verle celebrar la misa!109. La sola vista del cura de Ars,mientras celebraba la misa, convirti a ms de un pecador110.

    El padre Luis Beau declar: Vi al siervo de Dios mientras celebraba misay cada vez crea ver a un ngel en el altar111.

    3. LA COMUNINQu felices son las almas puras que tienen la dicha de unirse a Nuestro

    Seor en la santa comunin! En el cielo Dios se ver en ellas y nosotros veremosbrillar el cuerpo del Seor a travs de los cuerpos de quienes lo han recibidodignamente sobre la tierra112.

    Cuando uno comulga, se pierde en Dios como una gotita de agua en elocano. No se les puede separar... Cuando acabamos de comulgar, si alguiennos dijera: Qu llevas?. Podramos responderle: Yo llevo el cielo. Un

    santo deca que nosotros somos teforos (portadores de Dios). Es bien cierto,pero no tenemos suficiente fe. No comprendemos nuestra dignidad. Despus decomulgar somos tan felices como los magos despus de abrazar al nio Jess113.

    No hay nada ms grande que la comunin. Pongan todas las obrasbuenas del mundo contra una comunin bien hecha. Ser como un grano de

    polvo delante de una montaa. Pidan algo cuando tengan al Seor en el corazn.

    107 Esprit, p. 90.108 Lassagne,Memoria 3, p. 76.109 Fray Atanasio, P.O., p. 814.110 Monnin, Proceso apostlico ne pereant, p. 971.111 P.O., p. 1186.112

    Lassagne,Memoria 3, p. 79.113 Esprit, p. 98.

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    Dios no podr negarles nada, si le ofrecen a su Hijo y los mritos de su Pasin.

    Si se comprendiera el precio de una comunin, se evitaran las menores faltaspara tener la dicha de comulgar frecuentemente. Se conservara el alma pura alos ojos de Dios114.

    Vayan a comulgar, hijos mos, vayan a Jess con amor y confianza. Vayana vivir de l para vivir para l. No digan que tienen demasiado trabajo... Nodigan que no son dignos. Es verdad, no son dignos. Nadie es digno ni losngeles, ni los arcngeles, ni los santos, ni la misma Virgen Mara, pero Dios hatenido en cuenta nuestras necesidades... Qu feliz es el ngel custodio que gua auna alma pura a la santa comunin115.

    A m no me agrada que despus de comulgar se pongan a leer. Oh no!Para qu sirven las palabras de hombres, cuando est Dios que nos habla?...Cuando recibimos la santa comunin, debemos decir, como san Juan: Es elSeor. A los que no sienten nada, debemos compadecerlos116.

    Los que van a comulgar no es porque sean santos, pero los santos estnentre los que reciben la comunin frecuentemente117. Lo que nos asombrar portoda la eternidad en el cielo es que, siendo nosotros tan pequeos y miserables,hayamos recibido a un Dios tan grande en la comunin118. Cuando se comulga,

    el alma se hunde en un blsamo de amor como la abeja en las flores119.

    Una comunin bien hecha da ms gloria a Dios que si dieran cien milfrancos a los pobres120. El buen Dios, queriendo darse a nosotros en elsacramento del amor, nos ha dado un deseo tan grande que slo l puedesaciar121. Oh, alma ma, qu grande eres! Slo Dios puede saciarte122. Nuestraalma es tan preciosa a los ojos de Dios que en su sabidura no ha encontradoalimento ms digno que su cuerpo adorable del que quiere hace el pan de cadada para el alma123. Nada puede saciar el alma sino slo Dios. Solo Dios puede

    saciar su hambre. Solo Dios124. Oh hombre, qu feliz eres, pero no comprendestu felicidad! Si t lo comprendieras, no podras vivir, moriras de amor. Piensa

    114 Esprit, p. 101.115 Esprit, p. 103.116 Monnin, tomo II, p. 567.117 Juana Mara Chanay, P.O., p. 686.118 Sermones sobre la comunin, II, p. 241.119 Monnin, P.O., p. 1072.120 De la Bastie, Annales de 1911, 84.121 Monnin, tomo II, p. 578.122 Nodet, o.c., p. 117.123

    Ibdem.124 Ibdem.

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    que Dios se da a ti en alimento. T puedes llevarlo a donde quieras. l se hace

    UNO contigo125.

    Y, sin embargo, cmo es posible que haya cristianos que estn tres ocuatro o cinco o seis meses sin alimentar su pobre alma con la comunin?126.

    Una de sus mayores alegras era dar la comunin a sus fieles y deca: Oh,si yo pudiera ver a nuestro divino Salvador conocido y amado! Si pudieradistribuir todos los das su santsimo Cuerpo a un gran nmero de fieles! Yo

    sera feliz127.

    Un vecino de Ars, el seor Villier, declar en el Proceso de canonizacin:Nos exhortaba a visitar lo ms frecuentemente posible al Santsimo sacramentoy, poco a poco, llev a los fieles a la comunin frecuente, pues antes slo secontentaban con la comunin por Pascua128. Una maana de 1846 llam de entrela multitud a la madre Elisabet Giraud, fundadora de las hermanas del santorosario. Y en la confesin le recalc: Usted no comulga lo bastante, hgalo ms

    frecuentemente. Ahora voy a celebrar la misa. Quiero que tenga el gozo derecibir hoy a Nuestro Seor. Y ella deca: He sido muy descuidada. En aqueltiempo yo comulgaba cada ocho das y me pareca demasiado129.

    Tambin recomendaba la comunin espiritual. Y deca: Si no podemosrecibir la comunin sacramental, recibamos la comunin espiritual, que

    podemos hacer a cada momento, pues debemos estar siempre con el deseoardiente de recibir a nuestro Dios... Cuando no podamos venir a la Iglesia,volvamos nuestra mirada hacia el sagrario. Para el buen Dios no hay muros quenos separen. Dganle cinco padrenuestros y cinco avemaras para hacer lacomunin espiritual130.

    125 Nodet, o.c., p. 119.126 Sermones sobre la comunin, II, 244.127 Monnin, tomo I, o.c., p. 146.128 P.O., p. 621.129

    Documentos de la casa parroquial de Ars; Trochu Francis, o.c., p. 375.130 Esprit, p. 104.

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    4. VISITAS AL SANTSIMOEstaba tan convencido de la presencia de Jess en la Eucarista que

    fomentaba por todos los medios posibles las visitas a Jess, deseando que hubieraadoracin perpetua en su parroquia. Deca:Jess quiere que tengamos la alegrade encontrarlo siempre que vengamos a visitarlo131. Y l daba ejemplo. Desdelos primeros tiempos iba a la iglesia a las cuatro de la maana y se quedaba enadoracin ante el sagrario hasta el momento de la misa, hacia las siete de lamaana. l estaba normalmente de rodillas sin apoyarse en nada. De vez encuando, miraba el sagrario con una expresin que haca creer que vea a

    Nuestro Seor132.

    Tena una conviccin tan profunda en la presencia real de Jess en elsacramento que, segn dicen los testigos que lo conocieron,para convencerse deello bastaba verle hacer la genuflexin ante el sagrario133. Segn su vicario, el

    padre Toccanier: Al principio de su ministerio, cuando tena ms tiempo libre,haca frecuentes visitas al Santsimo sacramento de modo que algunos decanque l haba escogido la iglesia para vivir134. En sus predicaciones miraba elsagrario y deca:l est ah y nos espera. Cuando l miraba el sagrario, su carahablaba ms elocuentemente que sus palabras y era suficiente para comprenderlo que quera decir135.

    Fray Jernimo, su sacristn, declar: Yo no s qu medios empleaba paraestablecer la adoracin perpetua, pero yo he visto la iglesia casi continuamentellena de personas, haciendo adoracin ante el Santsimo136.

    Y deca: Cun agradable es que lo visitemos! Un cuarto de hora quedejemos nuestras ocupaciones, a veces intiles, para venir a rezar, a visitarlo, aconsolarlo de tantas ofensas que recibe, qu agradable le resulta! Cuando l vevenir con diligencia a las almas puras, l se sonre Cuando se despierten en lanoche, vayan en espritu ante el sagrario y digan: Aqu estoy, Seor, vengo aadorarte, a agradecerte, amarte y hacerte compaa con los ngeles. Diganalguna oracin y, si no pueden orar, digan a su ngel custodio que rece en sulugar Si tuviramos los ojos de los ngeles para ver a Nuestro Seor aqu

    presente en el altar, no querramos separarnos y querramos estar siempre a suspies, pero nos falta fe. Somos pobres ciegos, tenemos una niebla delante de los

    131 Sermones del Jueves santo, I, p. 424.132 Juan Pertinand, P.O., p. 374.133 Fray Jernimo, P.O., p. 5.134 Toccanier, P.O., p. 126.135

    Juan Pertinand, P.O., p. 360.136 P.O., p. 544.

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    ojos y slo la fe puede disipar esta niebla. Pdanle que les abra los ojos. Dganle

    como el ciego de Jeric: Seor, haz que yo vea. l tiene las manos llenas degracias, buscando a quien distribuirlas, pero nadie quiere: Oh indiferencia eingratitud!137

    Si pasan delante de una iglesia, entren a saludarlo. Podran pasardelante de la puerta de un amigo sin saludarlo? Eso sera una ingratitud, si esun amigo que nos ha hecho muchos favores138.

    Cuando predicaba sobre la Eucarista, sola hacerlo al costado del altardonde estaba el sagrario. No poda terminar las palabras comenzadas por la

    emocin. Deca: Felicidad eterna, cielo y sus lgrimas suplan su voz. Aveces se interrumpa de golpe y juntaba las manos y volva la cabeza al sagrario

    y despus continuaba como si hubiera contemplado all lo que iba a decir139. Yles deca: Oh, mis hermanos, si estuviramos convencidos de que Jess est

    presente (en la Eucarista) con las manos llenas de gracias para distribuirlas,con qu respeto estaramos ante su presencia!140.

    Y repeta: l est ah. Qu hace Jess en el sacramento del amor? Nosama. De su corazn sale una efusin de amor y misericordia para limpiar los

    pecados del mundo. l est ah como en el cielo Qu felicidad!141.

    El buen Dios est en el sagrario. La mejor oracin es abrirle el corazn ysentirse a gusto en su presencia142. A veces estamos en la iglesia sin respeto,porque Nuestro Seor no se deja ver en el Santsimo sacramento con toda sumajestad, pero l est aqu en medio de nosotros143.

    Si tuviramos los ojos de los ngeles para ver a Nuestro Seor, que estpresente en el sagrario y nos mira, cmo le amaramos!144

    Repeta: l est en el sagrario y nos espera da y noche145. Qudesgracia que nosotros no estemos convencidos de su presencia en el

    sagrario!146.

    137 Esprit, pp. 92-94.138 Lassagne,Memoria 3, p. 78.139 Nodet, o.c., p. 115.140 Lassagne,Memoria 3, p. 78.141 Ibdem.142 Lassagne Catalina, P.O., p. 489.143 Nodet, o.c., p. 113.144 Nodet, o.c., p. 112.145

    Ibdem.146 Ibdem.

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    Si estuviramos convencidos de la presencia real de Jess en el Santsimosacramento de la Eucarista y le orramos con fe, obtendramos ciertamente laconversin147.

    Los domingos y los jueves eran das dedicados a la adoracin reparadoraal Santsimo sacramento. Esos das las alumnas (de la Providencia) pasaban unahora, por turnos, en adoracin. Cuando haba sucedido algn escndalo en alguna

    parte y haba sido ultrajado el nombre de Dios, las chicas grandes que eran lasms fervorosas pedan pasar la noche entera en adoracin por turnos de hora enhora148.

    Recomendaba mucho las visitas espirituales. Deca: Si ustedes amaran aNuestro Seor, tendran siempre ante los ojos del espritu al sagrario de laiglesia, que es la casa del buen Dios149. Cuando se despierten en la noche, vayanen espritu al sagrario y digan: Aqu estoy, Seor, vengo a adorarte y hacertecompaa con los ngeles150.

    Por su consejo muchos campesinos se acostumbraron a visitar todos losdas a Jess sacramentado al ir y venir del trabajo del campo. Uno de ellos eraLuis Chaffangeon. El mismo padre Vianney contaba: En los primeros tiempos

    que yo estaba en Ars, haba un hombre que no pasaba nunca delante de laiglesia sin entrar. Por la maana, cuando iba a trabajar; por la tarde, cuandovena del trabajo. l dejaba a la puerta sus aperos y estaba largo tiempo enadoracin delante del Santsimo sacramento. Yo estaba encantado y un da le

    pregunt qu le deca a Nuestro Seor durante sus largas visitas. Saben lo queme respondi?: Seor cura, yo no le digo nada, yo lo miro y l me mira. Qubelleza!151.

    Otro feligrs adorador era el seor Vidaud, que tena la costumbre delevantarse muy de maana para ir a la iglesia. Un da estaba en una mansinseorial y fueron tres veces a buscarlo a la capilla para decirle que fuera adesayunar. A la tercera llamada fue, diciendo: Dios mo, no se podr estar unmomento tranquilo con Vos? Y el santo cura aada, llorando al contarlo: lestaba ah desde las cuatro de la maana. Hay buenos cristianos que se

    pasaran toda la vida abismados delante del buen Dios. Qu felices son!152.

    147 Nodet, o.c., p. 113.148 Monnin, tomo I, o.c., p. 255.149 Monnin, tomo II, o.c., p. 566.150 Esprit, p. 93.151

    Esprit, p. 96.152 Monnin, tomo II, o.c., p. 525.

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    5. PROCESIONES EUCARSTICASEl da del Corpus Christi, la fiesta de la Eucarista, era para l la fiesta ms

    importante. Ese da haca procesin con el Santsimo por los alrededores delpueblo para que el Seor bendijera los campos.

    Le gustaba que hicieran bellos altares y, a pesar de su edad y del granpeso de la custodia, no ceda a nadie la felicidad de llevarla. Un da, dice suvicario, el padre Toccanier, le hice observar que estara muy cansado y l mecontesto: Aquel que yo llevaba, me llevaba a m153. Y les deca: Hoy Nuestro

    Seor se ha paseado por la parroquia para bendecirlos. Cuando pasen porestos caminos por donde l ha pasado, digan: Nuestro Seor ha estado aqu.Qu reconocimiento deberamos tener pensando en esta felicidad!154.

    Y es digno de notar que, durante la vida del padre Vianney, ningunagranizada o estrago de la naturaleza asol Ars, mientras que s lo hizo en los

    pueblos vecinos. Aquellos campos estaban especialmente bendecidos por elSeor y su prroco. En una ocasin, hubo una gran tormenta y la seorita Martade Garets declar: Mi madre me deca que esa tormenta fue para nosotros slouna voz que se fue extinguiendo. El Seor cura haba pasado toda la noche en

    oracin155.

    Tambin se esmer mucho en que el monumento del Jueves Santo, enhonor de Jess Eucarista, fuera lo ms hermoso posible. Para l, el esplendorlitrgico era parte importante de su catequesis. Dios se lo mereca todo, aunque lfuera vestido pobremente. Y deca:Mi pobre sotana hace juego con una casullahermosa156.

    6. SACERDOTE CONFESORUno de los ministerios ms importantes en la vida del sacerdote es el

    sacramento de la confesin, que el santo cura de Ars lo ejerci de modo eminentey ejemplar, pasando horas y horas confesando con fro o con calor, con hambre ocon dolor, pues sufra de continuos dolores de cabeza.

    153 Toccanier, P.O., pp. 117-118.154 Lassagne,Memoria 3, p. 79.155

    Proceso apostlico in genere, p. 327.156 Fray Jernimo, P.O., p. 545.

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    A los hombres que se confesaban en la capilla de san Juan Bautista, les

    regalaba un rosario. Y les peda que llevaran siempre el rosario y lo rezaran. Lesaconsejaba: Un buen cristiano va siempre armado con un rosario. El mo jamsme deja157.

    A sus penitentes les impona una pequea penitencia y aclaraba: Yo lesimpongo una pequea penitencia y lo que falta, lo hago yo por ellos158.

    Como tena largas colas de penitentes, sola ser breve, iba directamente algrano sin dar mayores explicaciones. A veces slo repeta expresiones cortascomo: Qu desgracia! Ame a nuestro Seor! Si no evita tal ocasin, se

    condenar! Tenga piedad de su pobre alma!

    En las catequesis deca:El pecado es el verdugo de Dios y el asesino delalma159. De todos los pecados, la impureza es la ms difcil de erradicar160. Siqueremos conservar la pureza del alma y del cuerpo debemos mortificar nuestraimaginacin161.

    Controlen la imaginacin, no la dejen correr como ella quisiera162.Cuando el demonio ve que un alma busca llevar vida interior, procura asaltarle,llenando su imaginacin de mil quimeras163.

    Hay que pedir la fe! Qu triste es no tener fe! Los que no tienen fe,tienen el alma ms ciega que los que no tienen ojos. Nosotros estamos en elmundo como en una niebla, pero la fe es el viento que disipa la niebla y hacebrillar sobre nuestra alma el hermoso sol164. Si tuviramos fe y viramos un almaen pecado mortal, moriramos de temor. El alma en estado de gracia es comouna blanca paloma. En estado de pecado mortal slo es un cadver maloliente,una carroa165.

    Los pecadores se parecen a los hombres que se atrevieran a jugar con uncadver y tomaran en sus manos los gusanos de una tumba para divertirse conellos, como si fuera una flor166.

    157 Trochu, o.c., p. 356.158 Monnin, P.O., p. 1140.159 Esprit, p. 106.160 Nodet, o.c., p. 157.161 Ibdem.162 Ibdem.163 Nodet, o.c., p. 158.164 Nodet, o.c., p. 69.165

    Juan Pertinand, P.O., p. 361.166 Nodet, o.c., p. 144.

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    Qu tremendo es ultrajar a Dios! Nos has creado y nos ha hecho tantobien! Pecar es el colmo de la ingratitud!167.

    Por eso, al hablar de los pecadores que se fabrican su propio infierno consus pecados y su rechazo de Dios, deca: Sern malditos de Dios. Por qu loshombres se exponen a ser malditos de Dios? Por una blasfemia, por un placer dedos minutos. Oh, perder a Dios, perder el alma y el cielo para siempre!168.

    La seorita Marta de Garets nunca pudo olvidarse de un sermn en el quehabl del infierno. El santo cura gritaba y deca muchas veces: Malditos de

    Dios, malditos de Dios! Qu desgracia! Qu desgracia! Aquello no eranpalabras, eran gemidos que arrancaban lgrimas a todos los presentes169.

    Y aada: Qu desgracia no poder amar al buen Dios en el infierno!170.Si un condenado pudiera decir una sola vez: Dios mo, yo os amo, ya nohabra infierno para l; pero ha perdido la capacidad de amar. Su corazn notiene amor171. Su idea del infierno era clara: Era el lugar de eternos tormentos porno querer amar al buen Dios. Quedarse con el corazn vaco de amor, habiendosido creados por amor y para amar. Por ello un da, al or cantar a los pajaritosdel campo, deca:Pobres pajaritos, habis sido criados para cantar y cantis; el

    hombre ha sido creado para amar a Dios, y no lo ama172.

    Y recalcaba: Dios nos da la oportunidad de arrepentirnos porque, comobuen Padre, quiere perdonarnos. No huyamos de l, que nos espera con amor.

    Hace falta arrepentirnos. Al momento de la absolucin, el buen Dios echa lospecados a nuestras espaldas, es decir, los aniquila y ya no aparecern jams173.Cuando el sacerdote da la absolucin, slo hay que pensar que la sangre deCristo corre por nuestra alma y la limpia, la purifica y la hace tan bella comodespus del bautismo174. Y, aunque el alma haya estado negra como el carbn oroja como la escarlata, queda blanca como la nieve175.

    167 Ib. p. 142.168 Esprit, p.113.169 Marta de Garets, P.O., pp. 780-781.170 Padre Raymon, Annales de 1923, p. 84.171 Monnin, P.O., p. 1095.172 Monnin, tomo II, o.c., p. 563.173 Nodet, o.c., p. 135.174

    Ibdem.175 Ibidem.

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    Dios es bueno,sabe por adelantado que despus de confesarnos vamos a

    volver a pecar de nuevo y, sin embargo, nos perdona: Qu amor el de Dios, quese olvida del futuro para perdonar!176.

    Hay numerosos ejemplos de pecadores a los que el santo cura decadespus de su confesin:No me ha dicho todo, usted no ha dicho tal pecado. No

    se ha confesado de haber engaado hasta aqu a todos sus confesores, de haberestado en tal lugar con tal persona, de haber cometido tal injusticia Otrasveces, l deca simplemente: Eso no es todo, queda todava algo por decir. Yno pasaba ningn da sin que l, conociendo entre la multitud a algn pecadorms necesitado, le hiciera seal de acercarse o de ir a tomarlo de la mano para

    llevarlo al confesionario. Las principales conversiones realizadas en Ars fueronel fruto de estas llamadas directas177.

    En 1853, un grupo de lioneses fue a Ars. Entre ellos haba un anciano, queiba por curiosidad. Cuando todos fueron a la iglesia, les dijo que l ira a encargarla comida. Despus de un rato, fue a la iglesia y, en ese momento, sali delconfesionario el santo cura y lo llam de lejos. Todos le decan: Es a usted aquien llama. l, un poco incrdulo, se acerc y el padre Vianney le estrech lamano, diciendo:

    - Hace mucho tiempo que no se ha confesado?- Hace treinta aos.- Reflexione bien, hace treinta y tres.- Tiene razn, seor cura.- Entonces, a confesarse enseguida.

    El anciano se confes y sinti una felicidad increble, exclamando: Laconfesin dur veinte minutos y me dej cambiado178.

    Otro caso. Hacia 1840, un hombre llamado Rochette fue con su esposa ysu hijo enfermo a pedir al santo la curacin del nio. La esposa se confes ycomulg. El padre Vianney sali del confesionario, busc al esposo y lo llam.El seor Rochette le dijo que no deseaba confesarse, y l le dijo:

    - Hace bastante tiempo que no se confiesa.- Unos diez aos.- Ponga usted algo ms.

    176 Nodet, o.c., p. 134.177

    Monnin, tomo II, o.c., p. 402.178 Carta de una ursulina de Cracovia a Monseor Convert del 1 de julio de 1902.

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    - Doce aos.- Algo ms todava.- S, desde el jubileo de 1826(14 aos).- Eso es, a fuerza de buscar se encuentra179.

    Y el Seor bendijo a su hijo, pues san y dej sus dos muletas en la iglesiade Ars como recuerdo.

    El padre Camelet afirma: Un da confes a un empleado del ferrocarril yme asegur que el santo cura de Ars lo haba convertido. Me cont: Vine avisitarlo sin intencin de confesarme. Pero qued tan impresionado a la vista de

    este hombre que me vino la idea de confesarme. Entr en la sacrista y mepregunt:

    - Despus de cunto tiempo se va a confesar?- Unos 25 aos.- Piense bien, desde hace 28 aos.- Veintiocho aos?- S, as es. Y todava no ha comulgado, ya que slo recibi la absolucin.- Era cierto. Yo sent que mi fe se fortaleca y promet a Dios no abandonar

    nunca ms mi fe180.

    El padre Denis Chaland asegura: Yo tena unos 21 22 aos y fui aconfesarme con el padre Vianney. Me hizo entrar en su habitacin y mearrodill. Hacia la mitad de la confesin, hubo un temblor general en lahabitacin. Sent miedo y me levant. Pero l me tom del brazo y me dijo: Notengas miedo, es el demonio. Al final de la confesin, me asegur: Es precisoque te hagas sacerdote. Mi emocin fue muy fuerte181.

    Otra vez, una empleada de la familia Cinier fue a confesarse, y se callalgo grave. l le recalc: Y aquello, por qu no lo dices? Ella pens: cmo lo

    sabe? Y l, como respondindole, exclam: T ngel de la guarda me lo hacontado182.

    En sus sermones aconsejaba a otros sacerdotes: Hay que negar laabsolucin o, mejor dicho, diferirla a los pecadores habituales que recaen en elmismo pecado y que no hacen nada o muy poco para corregirse. De estenmero, son los que tienen costumbre de mentir en todo momento sin escrpulo y

    179 Annales d'Ars de enero de 1915, pp. 254-255.180 P.O., p. 1376.181

    Padre Denis Chaland, Proceso apostlico continuativo, p. 656.182 Trochu Francis, o.c., p. 560.

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    sienten placer de decir mentiras para hacer rer a otros, al igual que aquellos

    que tienen costumbre de murmurar del prjimo y que siempre tienen algo quedecir de ellos, como tambin a quienes estn acostumbrados a jurar. Tambin alos que tienen costumbre de comer a toda hora sin necesidad y los que seimpacientan a cada momento por nada o los que comen o beben en exceso183.

    El Papa Juan Pablo II lo pona como ejemplo y les deca a los sacerdotesel Jueves Santo de 1986: El cura de Ars estaba totalmente disponible a los

    penitentes que venan de todas partes y a los que dedicaba a menudo diez horasal da y, a veces, quince o ms. Esta era sin duda para l la mayor de susascesis, un verdadero martirio fsicamente por el calor, el fro o la atmsfera

    sofocante. Tambin sufra moralmente por los pecados de que se acusaban y,an ms, por la falta de arrepentimiento. Deca: Lloro por todo lo que vosotrosno lloris.

    Pero todos sus sufrimientos los ofreca por la salvacin de los pecadores y,especialmente, por los de su parroquia y sus penitentes, a quienes considerabasus hijos espirituales, cuya salvacin Dios le haba encomendado. Recordemosque en los ltimos diez aos los peregrinos deban aguardar hasta setenta horasantes de confe