,Cuanto mas pronto reconolUlfTloslo real, menos vulnerables seremos a 10 fai5O. 1

profetko verdadero • I

'11F1CAR AD£CUAOAM8\'TE 10 (also primero debemos ".= ar 10 real. Un documental redente en una de las mayo-

....:ien<lS de televisi6n ejemplific6 esto. EI equip<> de noticias reporte de que cierta cadena de joyerfas estaba vendiendo

'cadas, como si fueran preciosas, es derir. reales. Estas estado en eJ negocio por aftos, y una veintena de

mujeres habran comprado 10 que ellos creran eran piedras ~ clientes no solo habfan com prado piedras para eUos

que tambj~n habran com partido sus tesoros con otros. ruestion6 la autenticidad de las piedras hasta que indivi­

,,",,<=1<~_ seiialaron que eran fabricadas. Los equipos de noticias tiendas ron camaras ocultas y, luego de varias semanas

~";;:;"':IO' n. expusieron el fraude. engafiaron estos joyeros a tantas personas? La respuesta

31

es simple. Lo fa lso se pareda mucho a 10 real. No se pe:rcibla la diferencia a no ser que se tuviera un ojo adiestrado. Observe romo un expe:rto Ie enseM a la periodista de televisi6n a identificar el engano. Primero estableei6 el criterio de autentiddad. Le mostro romo se vera una piedra preciosa real, bajo el escrutinio de un vidrio de aumento de alto poder. Luego Ie expliro que buscar en la piedra falsa. Sin esle adiestramiento, ella hubiera sido fikilmente engaiiada por fal la de conocimiento.

Estos mismos principios se aplican para identificar si la profe.. cia es falsa 0 verdadera. Cuanto mM; rapido reconozcamos 10 real, menos vulnerables seremos a 10 falso. Si nunca he visto un zafiro 0 una esmeralda real, puedo ser enganado facilmente. Usted podria mostrarme una pied ra verde y decirme que es un zafiro; yo no cono­ceria que los zafi ros en realidad son azules, as! que no tendrfa raz6n para dudar. Usted hasta podrfa darme libros bosquejando las carac­teristicas de los zafiros verdes para lleva r mas lejos el engano. En poco ticmpo, yo serfa resistente a las caracteristieas de los reales. ESlo explica c6mo muchos son engai\ados por las sectas.

A la inversa, si se que los zafiros son azules, inmediatamente rechazarfa los de otro color. Cualquiera que fuera falso, por 10 menos tendrfa que parecerse a un zafiro. Aun asi, yo podrfa raer presa de cualquier joyero astuto con una buena imitaci6n, como muchas de las que fueron extrafdas de las joyerfas en el documental de televisi6n: Pero, Lque sucederfa si yo estuviera adiestrado? Enlonces serfa Casl

imposible enganarme, aun con la mejor imitaci6n. Nos fue dicho: • Toda la Escritura es inspirada por Dios y util

para ensenar, para reprender, para corregir y para instruir en justicia» (2 limoleo 3.16, NVI). Encontramos nuestro adiestramiento y gufas necesarios en la Palabra de Dios. Cuanlo mas diestros nos converti­mos en las Escri turas, mas evidente y dara es la delineaci6n entre 10 verdadero y 10 falso, 10 correcto y 10 incorrect-a. La Palabra es nuestra salvaguarda contra el engano.

Con mucha frecuencia somos como los dientes de esas joyerfas, quienes gastaron su dinero en costosas imitadones. Poseemos solo un eonocimiento superficial de 10 genuino. Carecemos de la sabiduria para sepa rar 10 precioso de 10 que no tiene valor. Los ojos sin adi~ tramiento pucden facilmente confundir la imitaci6n con 10 autenti­co. Una profeda falsa con frecuencia parece real por comenzar con

l!

[J minisrerio proter/co verdidero - /

un «Asf dice el Senor ... », seguida por la com pasi6n por las heridas pasadas y el pronunciamiento de las «bendiciones» por venir; enton­ces usled esta atrapado.

Ddlnkl6n d. proftQ La primera menci6n de la palabra profeta en las Escrituras es una refe­renda a Abraham encontrada en Genesis 20.7. Dios advirti6 a Abime­lee: «Ahora, pues, devuelve la mujer a su marido; porquees profeta.lt Cuando pe:nsamos en Abraham, la primera descripci6n que nos viene a la mente no es la de un profeta. No pensamos de el como tal porque no 10 vemos prediciendo eventos futuros, pero Dios 10 vio como uno de ellos. Esto expone un coneepto err6neo 0 Iimitaci6n que tenemos sobre los profetas. Dejemos que las Escrituras nos den la verdadera descripci6n de un profeta.

En referencia a Abraham, la paJabra hebrca pa ra profeta es nabi'. Esta es la palabra mas comun utilizada para los profcttls en el Anti­guo Testamento; aparece mas de 300 veres. Cuando un au tor intro­duce un termino usualmente 10 define. (Si no 10 haee la primera vez, entonces 10 haee poco despues.) En cste easo, no es dada una defini­ci6n dara de profeta la primera vez que Dios, el autor de las Escritu­ras, la usa. Pero aprendemos mas de su significado en las siguientes aparidones.

La segunda mend6n de nabi' en las Escrituras nos da una visi6n general de su significado. En I:.xodo 7.1 l(!Cmos:

./eherod dijo a Moids: Mira, yo Ie he conslituido dios para Faraon, y tu hertfulNo Aaro" serd tu profola.»

La escena es inmediatamente despues de que Moises comparti6 ~II f,llia de habilidad para hablar daramenle y afirmar que no podfa "p.ITl..'CCr ante Fara6n como el portavoz de Dios (~xodo 4.10-16). i\ull(lue esto disgusl6 aDios, nombr6 a Aar6n (el hermann mayor de MOI-.k) como el represenlante de Moises. 1:.1 explie6:

flY 8 hablard por Ii al pueblo; II Ie serd a Ii er! lugar de boca, y Iii .. ..,ds para II en lugar de Oi05.»

-8<0004.16, l"fa~i5 aliadido.

II

Podemos obtener de estos dos pasajes la definid6n global de profeta. Moi~ tenfa el mensaje, pero Aaron era la voz. Dios dijo que Aaron seria el portavoz 0 profeta para Moise.. La definici6n se encuentra en sus funciones: un profeta t'S aquel que hobla por otro, 0 uno que presta su VOl a otro. EI concepto de profeta como que prediee el futuro es err6neo.

La definici6n basica de nab;' es apoyada nuevamente en su pri­mera aparici6n en referenda a Jesus. Dios prometi6 a Moises que, para su pueblo, ... Profeta les levantare de en medio de sus hermanos, como tu; y pondre mis palabras en su boca, y el les hablarj todo 10 que yo Ie mandare.» (Deuleronomio 18.18). Esto, por supuesto, se refiere a Jesus. Hebreos 1.1,2 reitera la fund6n del profeta didendo: "Dios, habiendo hablado muchas veres y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros dfas nos ha hablado por el hijo.» Nuevamente, el enfasis esta en ser un represen­tanle 0 portavoz y no en predear eventos.

Jesus mismo confirm6 esto: "Porque yo no he hablado por mi propia cuentai el Padre que me envi6, el me dio mandamiento de 10 que he de decir, y de 10 que he de hablar» Ouan 12.49). La definid6n mas clara de profeta es: «Uno que habla por otro.» Esto podria induir predOOr el futuro, pero esta lejos del verdadero enfasis de profeta.

los proftW del N .... T_ Para definir a un profeta un poco mas debemos examinar 10 que el Nuevo Testamento tiene para door. Las Escrituras registran que cuando Jesus resucit6 de la muerte, ~I estableci6 dones u ofidos con el prop6sito de ronstruir y fortalece r a su iglesia:

"y tl mismo cOtlstituy6 (lImos, apOstoles; (I OITOS, prafelas; (I

OITOS, twtlgelistas; a otros, paslores y maestros, (I fin de ptrjeccion(lr (I los SQntos para la obra del ministerio, para /(1 edificaci6n del cuerpo de Cristo, hasta que tOOos lIeguemos a /a unidnd de /a fe y del conoei­mien to del Hijode Dios, (I UII var6n perfecto, a /a medida de /(1 estatura de /(1 plenitud de Cristo.»

-EnlSlQS 4.11·13

Note que Jesus es el que nombra estos oficios. Una persona no elige ocuparlos. Es el Hamado de Dios y debe venir a traves de su

14

£I miniStefio pro(~tI'o verddduo . I

nombramiento. Trataremos esto en gran detalle en el capitulo 11. FiJese que estos oficios no son dados hasla que el Cuerpo de Cris­

to Ilega a la unidad de la fe y del conocimienlO de Jesucristo. Esto todavfa bene que suceder y no concluye con el paso de losap6sloles y profetas que apareccn en el Nuevo Testamento. Por 10 tanto, el oficio de profela lodavfa esla vigente y es muy necesario.

Aunque muchos estarfan de acuerdo con esto, es importante enfatizar que los ap6stoles 0 profetas actuales ya no escriben 0 agre­gan algo a las Escrituras. Ellibro de Apocalipsis nos advierte que si alguno agrega algo a las palabras de las Escrituras, Dios traera plagas sobre su vida. Y si alguien saca algo de las palabras de la Bibl ia, Dios quitara su parte dellibro de la vida (Apocalipsis 22.18,19). Por 10 tanto, cualquier rosa hablada ahora no debe contradecir en ninguna forma 10 establecido en las Escrituras. Tal como Pablo dijo: «Si alguno os predica diferente evangelio del que habeis recibido, sea anatema» (Galatas 1.9).

Por otro lado, Pedro nos exhorta: "LTc sientes Ilamado a predi­car? Predica entonces como si Dios mismo hablara a trave; de till (I Pedro 4.11, BD). Un profeta es el que tiene un mensaje de Dios para su iglesia. Como ilustraci6n, mire a los mens.;1jeros de un rey. Un monarca se comunica directamente con su pueblo a Iraves de sus mensa;eros designados. Es importante que los emisarios comuniquen I'n forma apropiada no solo las palabras del rey, sino tambien su cora­Ion. EI mensajero debe comunicar el mensa;e como si el mismo rey 10 , ... tuviera haciendo.

Aunque el mensaje del profela no debe contradOOr las Escritu­I,h, a veres puede traer uno que no este confinnado por un capnulo V versiculo. Este mensaje puede ser una palabra genu ina de Dios. Un butn ejemplo de esto es la palabra que Agabo dio a la iglesia en Antio­'Iuf" aeerea de la gran hambre que vendrfa sobre la tierra (Hechos 11.27,28),0 su advertencia a Pablo de que 10 atarfan y 10 enlregarfan I" 1,1~ manos de los gentiles (Hechos 21.10,11). Es en estas areas don­,11'1'1 engano entra fi'icilmente en escena. Un falso profeta puede dar UII rnensaje individual 0 colectivo cuya aulenlicidad no pueda ser II'llfirmada 0 supuesta por las Escrituras. Con frecuencia, este men­""~' viene de su propia inspiraci6n 0 de espfritus familiares. Si no son 111"fronlados, estos mensajes 0 palabras profCticas pueden corromper ~I pUl'blo de Dios y hacerlos inutiles Oeremfas 23.16). La corrupci6n

31

jAsl DICE (l Sl ~OtJ

o contaminaci6n sera explicada en detalle en el capftulo 5. Es mi oraci6n que la verdad en este libro pueda advertirle, protegerlo 0

librarlo de esta dase de corrupci6n 0 contaminaci6n. Examinemos 10 que las Escrituras revelan acerca del ministerio

profelico de estos postreros dfas.

«He aqu(, yo 05 ellvio ef profeta Elias, antes que venga tl d(a de fello­w, grande y terrible. Ef hard volver el corazOn de los padres hacia los hijos, y d corazon de los hijos hIlcia los padres, no sea que yo uenga y hit'fa /a tierra COli rna/diciOn .•

-MALAQUIAS 4.5,6

La segunda venida de Cristo es e[ gran dia de la ira del Sei'lor. Jesus dijo que en esc dfa «Iamentaran todas las tr ibus de la tierra y veran al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo co~ poder y gran g[oria» (Mateo 24.30). Sera un dfa terrible para aq~e[]os que no 10 aman y obedecen. Juan, el ap6stol, recibi6 una visi6n de esc dfa y describi6 c6mo ellos «se escondieron en las cuevas y entre las pei'las de los montes; y dedan a los montes y a las penas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que esta sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; porque el gran dfa de su ira ha llegado; ,y quien podra sostenerse en pie?>! (Apocaiipsis 6.15-17).

Antes que este dfa llegue, Dios enviaria a Elias el profeta. Este Elias que va a venit no es el Elias de 1 y 2 Reyes, volviendo a la tierra. EI texto no se esta refiriendo a un hombre hist6rico ni est.i limitado meramente a un hombre. Mas bien esto describe el verdadero signifi­cado de Elfas. Para explicarlo, la palabra ElIas viene de dos palabras hebreas: el y Yahh. EI significa .<fortaleza 0 poder» y Yahh es el nombre sagrado del verdadero Dios, Jehova. Al unirlas tenemos <lei poder 0

forta[eza de Jehova, el Dios verdadero». Asf que 10 que Malaquias estaba diciendo es que antes del dfa del Senor, Dios enviarla un ministerio profetico en [a fortaleza y poder del unico y verdadero Dios.

Previo a la primera venida de Jesus, el angel Gabriel se Ie apare­ci6 a Zacarias, el padre de Juan el Bautista, y describi6 ei llamado que habfa sobre la vida de su hijo:

16

II ministerlo proWlco verdddero . ,

«Y hard que muchos de los hijos de Israel se colltliertall a/ Sefior Dios de ellos. E ira de/ante de ~/ con ell!Sp{ritu y el poder de EUDS, para harer t'oluer los corawues de los padres a los hijos, y de los rebel­des a la prudencia de los jus/os, para preparar 0/ Se,ior UII pueblo bit11 dispuesto .•

-LUCAS 1.16,17

Juan era un profeta enviado en el espfritu y el poder de Elias para preparar el camino del Senor, prerediendo la primera venida de Jesus. EI significado de su mensaje y ministerio era haecr volver aDios e[ coraz6n de los hijos de Israel. AI haecr esto, sus Ifderes ya no se servirian mas a sf mismos sino a[ pueblo, y los desobedientes volverian a la sumisi6n a la Palabra y los caminos de Dios.

EI mensaje de Juan puede resumirse en una declaracl6n: ((Arre­pentfos, porque el reino de los clelos se ha accrcado» (Mateo 3.2). Arrepelltirse signi fica un cambio de mente y coraz6n, no una simple accl6n. Las acclones de los hijos de Israel con frecuencia eran espiri­tuales 0 religiosas, mientras que sus corazones se alejaban de Dios. Miles asistian a la sinagoga todo el tiempo, sin darse cuenta de la verdadera condici6n de sus corazones. Confiaban en el hecho de que eran descendientes del pueblo del pacto con Dios. Estaban confiados de su salvad6n y crefan que estaban en buena relaci6n con Dios. iPe­ro cstaban enganados!

En su misericordia, Dios levant6 un profeta, Juan, para exponer 1,1 verdadera condici6n de sus corazones al proclamar la palabra del Senor. Juan se d irigfa a las multitudes que iban a bautizarse, mas 0

menos en estos terminos: «jHijos de vfboras! ,Creen que bautiz.1ndo­..... ' van a escaparde la ira venidera? iNo! Primero vayan y demuestren I'n la practica que se han arrepentido de veras. Y no crean que se van ,I .. "Ivar porque son dcscend ientes de Abraham. Eso no basta. iAun dl'l'Stas piedras puede Dios haecrle descendientes a Abraham!» (Lu-1,1" 3.7,8, 80).

Es interesante notar que este fuc su mensaje a las multitudes Illlt' habfan viajado horas por el abrasador desierto para escuchar su 1',,'dicaci6n y ser bautizados por el. Estos no eran dudadanos satisfe-11111", quienes se burlaron de el y rechazaron las molestias de un viaje dltki1 a traves del desierto para cscucharlo.Juan no cstaba interesa­dt! ,'n ser popular. No adul6 a los que habfan ido a sus reuniones;

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el ard(a de pasi6n por ser fiel para declarar 10 que Dios Ie habfa didlO. Era un profeta en el verdadero sentido. Esto es muy diferente de 10 que experimentamos en el ministerio hoy dfa.

I1I1J1CJOn de IJiolS en Ii iduoJJdid Juan el Bautista cumpli6 las profedas de Elfas (hay otras como las de lsafas 40.3,4; Malaqufas 3.1 ) precediendo a la primera venida de Jesus. Sin embargo, Malaqufas profetiz6 que esa und6n serf'a enviada precediendo al gran y terrible dfa del Senor, su segunda venida. Esto significa que hay dos dases diferentes de cumplimientos de la profe­da.Jesus habl6 de esos dos cumplimientos a Ires de sus disdpulos.

Jesus lIev6 a Pedro, Jacobo y Juan a un monte alto. Allf se trans· figur6 delante de ellos. Su rostro resplandeci6 como el sol y sus yes· tiduras se hideron blancas y radiantes. Moises y Elias aparecieron y conversaron con Jesus. Mienlras EI estaba hablando, una nube de luz los rubri6 y Dios habl6, diciendo: «Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacenda; a el of d.» EI lemor de Dios abrum6 a los disdpulos y cayeron sobre sus rostros. Cuando miraron, estaban solos con Jesus.

Ahora era muy daro para ellos que Jesus era el Mesfas tan es~ rado. Sin embargo, esto los confundi6. Elias habran escuchado a los escribas ensenar, del libro de Malaqufas, que Elias vendrfa antes de que el Senor 10 hidera. Le preguntaron a JesUs acerca de esto, y su respuesta fue:

.A la vtrdad, Elfa5 vie"t primm, y rtStaurara toda5la5 rosas. Ma5 os digo qUt Elfa5 ya vino, y no It conocimn, sino qut hicimtl con II todo 10 qut quisimm; as( lambibJ tl Hijo del Hombrt padectrd de tllos. Entonets los disc(pulos comprt'tldimtl qut Its habra hablado de Juan 1'1 Bautista.»

- MA1C017.11-13

Jesus habl6 de dos EHas separados. Primero del Elfas que esU viniendo (tiempo futuro). Esto podrfa no haber sido una referenda a Juan, ya que a esta altura habra sido decapitado (Mateo 14.1·12). Lucgo Jesus habl6 del EHas que ya habra venido (tiempo pasado), aI rual, claramente, EI identific6 como Juan el Bautista.

Precediendo al retorno de Jesus, Dios nuevamente levantara un profeta ungido. Sin embargo, esta vez el manto no descansani sobN

l8

[I ministef/o proUt/co vefdddefo . I

un solo hombre, sino colectivamente sobre un grupo de profetas (Efesios 4.7-11; Apocalipsis 22.8.9). Estos profelas Elfas proclamanin un mensaje similar al de Juan el Bautista, porque ~I sera el lipo y precursor de estos profetas de los uhimos dfas. Ellos buscaran a las ovejas perdidas 0 enganadas en la Iglesia, as! como tam bien haran volver a aquellos que se han ido of en didos.

Muchos de los enganados aun ahora asislen a la iglesia y sienten que estan lislos para el regreso de JesUs. Igual que las multitudes en los tiempos de Juan el Bautista, se conforman asistiendo a sus igle­sias. con la habilidad de hablar en lenguaso la f1uidez de otros dones. Se sienten seguros de que Dios esta obligado a aceptarlos porque un dfa oraron la oraci6n del pecador. aunque todavfa no sc han sometido al sei'iono de Jesus. Solo obedecen ruando es convenicnte 0 no entra en conflicto con su agenda. Si la obedienda al Maestro interfiere con sus plaeerest en forma despreocupada ignoran su liderazgo, c1aman­do ((Ia gracia de Dios». Pueden creer que estan justifieados, pera, ,,10 estan? "Podrfan ser la Iglesia tibia que Jesus confronta en Apocalipsis, quien encuentra la confianza en una falsa gracia? (Apocalipsis 3.14-22). Desafortunadamente, esta eondid6n se propaga mucho mas por los falsos profetas y maestros, quienes les dicen que eshin en la rela­d6n correcta con Dios.

Los mensajes tibios han producido una multitud de convertidos durante las ultimas decadas. Pero hay muchos quienes verdadera· mente aman y lemen aDios, aunque pueden haber crecido un poco debiles. Parecen ser la minorfa y no pueden entender d6nde esta la verdadera palabra del $efior, que penetrara el coraz6n de la Iglesia y nucvamente la hara integra. El mensaje de estos profelas Elfas forta­lL'Ceran a aquellos que han perseverado en obedienda en una iglesia 'lf1igida. Sus palabras traenln nuevamente c1aridad a los prop6sitos de Dios para los tiempos finales de la Iglesia.

En el pr6ximo capitulo examinaremos mas de cerca el mensaje de un verdadero profeta, y por que es tan desesperadamente necesitado hoy dia.

J9

,Decide a la genie 10 que quiere oir a expen5JS de 10 que necesila oir,

debilila a la Iglesia.,

verdadero • II

'mllO anterior establecimos, a trav~ de las Escrituras, _"'" profeta es un portav02 del Senor Jesus. Tambien apren­

«erca de la funci6n de 1a profeda en los tiempos finales.

-. -"qui, yo os mUIO aI pro/tfa Elfas, anfts quI' t'fllga tl di11 dL ,,._rwntdt y terrible. Ellwrd volvtr eI curawn ...• ---MJ.u.QlJW 4.5,6

Bautista cumpli6 1a profeda de Elias para sus tiempos tipo de unci6n prof~tica que vendrfa prerediendo la

.aUda de JesUs. El prop6sito de Juan era despertar a .. la .. '''''' .... ' de la casa de Israel, para prepararJos para 1a primera _. "" t"---US. No habra side enviado a los paganos. EI angel Gabriel

41

IAsl 01(( H 5ENOil

describi6 e[ enfoque de su ministerio:

«Y hard que muchos de los hijcs de IsrQeI se amviertQn QI SefiOT Dios de elfos .•

-lLCAS 1.I6

Esto corresponde con [a descripci6n de la profeda en Malaqufas: hater volver los corazones a los caminos y la sabidurfa de Dios. Hay un hilo comun que corre a trav~ del rnensaje en casi cada profeta en la Bibl ia. Representa el corawn del llarnado de ellos. Su enfasis puede resumirse en: «jVuelvanse al Senor con todo su coraz6nh~ Aun­que dicho en diferenles lonos, lugares y niveles de intensidad, cada profeta ardfa con [a pasi6n de ver al pueblo de Dios restaurado para carn inar en los caminos de ~l. Examinernos un muestreo de sus pala­bras, las que confinnan esc hilo cornun.

Moises «Y Ie COllvirliereis a Jehovd tu Dios, y obtdeciereis Q su VOZ

cmlforme a todo 10 que yo Ie mQndo hoy, ta y Ius hijos, COli todo tu eorawn y con toda tu almQ .•

-DarrERONOMIO 30.2

La misi6n completa de Mo~ era lIamar y liberar al pueblo de Dios de la esdavitud egipcia, para que pudieran experimentar la revelaci6n de su Dios y servirle.

SQmuel «HablO Samuel Q toda IQ CQSQ de IsrQet diciendo: Si de todo vues­

tro corQzOn os voI~is Q /ehavd, quitad los diose; ajenos y a Aslarol de enlre vosofros, y preparad vuesfro corawn a /ehavd, y sOlo a il seruid, yos Iib,Qrd de /Q mano de los ftlisteos .•

- I SAMUEl7J lsa{as

«Vue/vete a m(, porque yo te redimi.. -IsAIAS4U2

/ertl1I1US, mill'S de /a cautividad «Si Ie valvieres, 011 Israel, dice /ehovd, vue/vele a mf. Y si qui/a­

rl'S de dc/allie de m( Ius abominaciolles, y 110 allduvierl'S de acd para aI/d.»

-JEREM!AS4.1

41

[ I ministerio proUt/co verdddero . /I

Despuls de la eautividQd: «Escudriiiemos nuestros caminos, y busquemos, y vo/vdmonos Q

jeJlavd .• -1.AMENTAOOSfS 3.40

£uquiel «Por lanto, di a IQ CQS/l de Israel: Converf(os, y ooIveos de vues·

tros {dolos, y apartad puestro rostro de fodas uuestras aOOminaciones.» -£.7EQUIEl 14.6

«Vellid y va/vamos a /e/IOOO. » --OsEAS 6.1

~Por eso pues, ahara, dice je/lOvd, conVf.'r/{os a m( con todo vues­lro coraz6n.,..

-JOEL 2.12

Amos . Pero as( dire jehovti ala casa de Israel: Buscadme, y viuirtis. »

-AMa;5.4

ZacarlQs «Diles, pues: As( IuJ dicho /ehovti de los ejfrcitos: Volveos a m(,

dice /ehavd de los ej"citos, y yo me ooIvere a vosotros, ha dicho Jehavd de los tj&cilos. »

-ZACARIAS JJ Malaqu(as

«CJesde los d{as de vuestros padres os hQbeis apartado de mis leyes, y no las guardasteis. Volveos a mf, y yo me valveri II vosotros, Ila dicho /ehovd de los ejtrcitos .•

-MALAQUIAS 3.7

1(~/O!i los otros profetas «lehoOO amonest6 elltonces a Israel y a Judd por media de todos

los profetas y de tOOos los uidelltes, dicitlldo: Volveos de uuestros malos caminos, y guardad mis mandamientos y mis ordenmrzas, COlI­

formI' a tOOas las leyes que yo prescribf a uuestros padres, y que os he e,w;ado por media de mis siervos los projetas .•

-2 Rm~ 17.13

4l

La idea dave de estos siervos era declarar el coraz6n de Dios a su pueblo punzando sus corazones para que ellos pudieran volver a Dios. Note que ese era el prop6sito de lodos sus profotas enviados a Israel y Juda. Para cumplir esto tal vez hablaron de cosas por venir, o dieron alguna palabra personal a un individuo. Sin embargo, esto era un componente mellor de su ministerio, 10 cual ayudaba a realizar el mayor. Con mucha frecuencia somos enganados 0 llevados por mal camino por agrandar 10 que Dios minimiza, mientras minimizamos 10 que Dios magnifica.

Pareciera ser que el ~nIasis del ministerio profetico actual esta enlacado en 10 «menol'lt, el dar profedas personales y predicciones sobre el futuro. Hemos extrafdo nuestra definici6n de profeta de pasajes limitados y especfficos, en lugar de dar un paso atras para capturar el panorama total. Una perspectiva erronea de profeta ha dejado a la iglesia vulnerable al engano. Lo falso 0 incompleto se con· vierte en algo mas fadl de abrazar que 10 real.

Mientras viajo por los Estados Unidos y el extranjero, mi cora· z6n se aflige al escuchar a numerosos pastores y creyentes tratar a aquellos que estan en el ministerio prof~tico como adivinos. He leni­do Ifderes preguntandome justo antes de que yo ministrara: fI,Esta pensando darle alguna palabra a la gente despues del servicio?~ Por su tono, ~ que estan deseando que mi respuesta sea «sfll. Aluden a que otms conferencistas flse han movido en la profeda», la gente 10 disfrul6, y quieren que, de alguna forma, actu~ en forma similar. Ellos ofrecen tener casetes individuales para grabar (<las paJabrasn para sus miembros.

Debajo de esta actitud hay una suposici6n de que yo puedo «prender» y «apagar» la unci6n prof~tica, segt1n me plazca. Citan pasajes de las Escrituras de que el espiritu de los profetas esta sujeto a los profetas (t Corintios 14.31). ,Significa eso que los profetas ya no estan sujetos al Espiritu Santo? EI mensajero no determina 10 que habJa; ~I es solo un siervo 0 portavoz. Mi Biblia dice que el dem de profeda opera «como ~llel Espfritu] quieren (1 Corintios 12.11).

Un pastor se quej6luego de que tuve los servicios de dos domin­gos seguidos: ((No se cuanta gente vendra manana, ya que usted no ha dado ninguna profeda personal.» ,Se ha reducido al Espiritu Santo a un adivino, quien aCh1a para mantener a la multitud? Jus ... mente habra sucedido que en esos servicios Dios me habfa dicho qUi

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[I minisrerlo proftr/co verdtJdero . II

hiciera frente a la insubordinaci6n. No era un mensaje c6modo de entregar 0 de soportar. EI pastor scntfa la tensi6n y el conflicto, y estaba inc6modo. t:l sc scntfa mucho mas c6modo con el ministerio proMtico que daba palabras de animo a todo el mundo.

A los dos anos del mensaje que Dios me habfa dicho que entre. gara sobre la insubordinaei6n, uno de sus pastores asociados, quien era considerado profeta, dividi6 la iglesia y se fue con muchos otros miembros para comenzar «una nueva obrall cerea, en la misma ciudad. Este pastor asociado habia recibido toda dase de palabras positivas de parte de ttprofetas» que habfan visitado la iglesia, y de profetas en conferencias fuera de la iglesia. Pero ~ l lenfa un corawn como el de Absal6n, el hijo de David que se rebel6 contra ~I. Rompi6 la relaci6n con su pastor, a quien criticaba abiertamente. Regrese a esa iglesia unos pocos anos despues y minisl!\~ al pastor, pero me apena door que el dana ya habfa sido hecho.

Decirle a la gente 10 que quiere ofr, a expensas de 10 que neccsita ofr, debilita a la iglesia. Esto Heva a que la gente busque los dones y las manifestaciones, siendo negligentes en su busqueda del can1cter de Dios.

EI ministerio profetico que Dios esta levantando en estos ultimos dfas sera como el de Juan el Bautista. Sus ministerios anunciaran los mismos lIamados y advertencias que ~I. Estos profetas exigiran cam­bios; su misi6n principal sera volver los corazones del pueblo de Dios nuevamente a su Padre. EI mensaje eslara acompanado de una fuerte l'<lOvicci6n. Con frecuencia las palabras no pareceran «agradables». Su predicaci6n golpeara las areas endurecidas de nuestros corazo­lit'S como un martillo rompiendo una roca. Mandaran, reprenderan, Illrregiran y exhortaran con toda autoridad, pero todo eso fluira de lin coraz6n Ilene de arnor por Dios y por su pueblo.

Sus palabras corlaran directamente al coraz6n, actuando como UIlJ cspada que penetra a traves del alma, para que los motivos del lllr,lZ6n puedan ser revelados. Aquellos que posean corazones !lenos lil' ganandas y codicia arremeteran contra sus palabras. Aquellos que IlIl.ln la verdad encontraran sus corazones ardiendo con la misma 1"'~i6n.

Estos profetas no buscaran las alabanzas 0 recompensas de los hllInbres. Solo desearan manejar fielmente la verdad que haec libres ~ IltII hombres. No seran comprados porque ya conacen al que los

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IAsl DIU El SEAoll

rerompensa. EI poder, la popularidad 0 el dinero no influenciaran en sus palabras.

El10s son los profetas EUas, quienes hablanin con oniculos de Dios. Ardiendo con fuego santo, sus palabras actuaran como habiles misiles dirigidos, que tienen como blanco el coraz6n de los hombres. Sus estilos e intensidades pueden diferir, pero seguiran las mismas 6rdenes.

He estado senlado bajo tales minislerios; algunos proclamando en al ta voz mientras que otros hablaban en tonos suaves. Algunos me hicieron relr, aunque estaba constantemente consciente de la convic· ci6n que me mantenia fijo a mi asiento. Con frecuencia lembl~, pero todo el ticmpo mi coraz6n anhelaba a Jesus. EI comlin denominador era que sus palabras eran como f1echas que daban en el blanco, mi coraz6n. Luego del servicio no podfa esperar hasta eslar a solas y buscar al Senor del mensaje. Habfa escuchado un lIamado a la santi­dad en una nueva y fresca forma .

• AIi dke .1 Seiior .... Equivocadamente, hemos limi tado al profeta a uno que dol profedas, palabras de ciencia y sabidurfa, empaquelados a la fonna en que los cirrulos carismaticos acostumbran a ofrlos. Por el contrario, es muy posible que un profeta entre a un servicio y nunca diga un «Asi dice el Senor ... » y, aun asf, todo su mensaje sea con palabras profCticas de denda y conocimiento. Con frecuencia no discernimos 10 sufidcn­te para teCOnoccr la profeda si no nos es enlregada con unos pocos (,As! dice el Senor» 0 rimas asociadas. Dependemos de declaraciones como: ..: Escuche al Senor diciendo ... », 0 .. EI Espiritu de Dios dice ... » para estar seguros de que es ~I quien habla.

Sin embargo, no hay ningtin registro de Juan el Bautista, dieiendo: .. As! dip el Senor .. . », y parece que se 0lvid6 de dar profedas de aru­ma personal junto con sus discursos publicos. Tambien fue negligen~ en familiarizarse con el estilo para hablar en publico de Ie: fariseoa. ~I dio palabras profelicas a dos grupos: a los recolectores de impues­los: «No exijais mi1s de 10 que os esl<i ordenado)l, y a los soldadoa: "No hagi1is extorsi6n a nadie, ni caiumnieis; y contentaos con w et­lro salario.» iQue damor tan diferente al actual! En nuestras reun~ nes escuchamos palabras como: •• Asf dip el Senor: esloy trayendolt un esposo, y el tendri1 dinero en una mano y ministerio en la olra,_

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EI mlnlsterio prof/tico verdddero . /I

0: «Dios no quiere que trabajes ... iEI va a tener genie que M dinero para ti!» No, estas no son ilustraciones fictieias. Son palabras reales dadas en reuniones a ind ividuos que yo conozco personalmente.

Estas palabras pueden haber sido atractivas a los individuos, pero, ,son escriturales? , Fortalecen su caminar con Dios? ,0 hace, que vuelvan su enfoque sobre elias mismos?

Juan el Bautista no dio ninguna profeda personal agradable que tuviera a modo de pr6logo: «Asf dijo el Senor. .. » De hecho, bajo las definiciones actuales, la iglesia hubiera tenido un tiempo diffdl ubi­cando a Juan en un oHeio ministerial. (Los fariseos acostumbraban a poner a la gente en categorias.) Posiblemente podria haber pasado como un evangelista, pero nunca como un profeta. AI1imitar el oficio profetico a 10 que tfpicamente experimenlamos en la iglesia actual 0

a la funci6n menor de preclear eventos futuros 0 dar palabras perso­nales, facilmcnte nos perderemos 10 que Dios traeni a traves de sus profetas Elfas.

lProfeU del Andguo 0 del Nuevo TesIim.nto? Fsltin aquel10s que pueden dedr: «Juan el Bautista era un profeta del Antiguo Testamento. Su minislerio no se aplica a nosotros actual­rnl'nte.» Si esc es el caso, entonces, ,por que Dios no agreg6 ellibro luarenta en el Antiguo Testamento y 10 lIam6 ('Juan el Bautista»? Ob<;('rve 10 que el Evangelio de Marcos tiene para door:

"Prhlcipio del eoongeiio de }esueristo, Hijo de Dios. Como esld (SCTito en Isaias el pro lela: He aquf yo envio mi mensajero ...•

- MAIICQ; 1.1,2

iii mensajero era Juan el Bautista. Su ministerio esta daramente .ll'IlOido como el comienzo del evangelio de Jesus. Se 10 encuentra en I. ruatro Evangelios. Mtis adelante Jesus 10 deja absolutamente c1a­rHo ,,1 deck «La ley y los profetas eran hasta Juan» (Lucas 16.16).

\lote que Jesus no dijo: «La ley y los profetas eran hasta mi.» ~1II·\".lmente, en Mateo 11.12,13, Jesus dice: ..:Desde los dias de Juan .1 lI,lUtista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los \<h.I.'ntos 10 arrebatan. Porque todos los profetas y la ley profetizaron h I~t.l luan.» Fijesc que Jesus da referencia a que ellugar de comienzo .1, ,1 Hl'100 de los Cielos se reladona con el ministerio de Juan.

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Usted pucde preguntar: ,C6mo escribe usted que el ministe~o proft~tico de los Uitimos dfas tendra como patr6n al de Juan el Bau~~. ta? Yo pensaba que la profeda del Nuevo !~tamento era para ~edlfl-caci6n. exhortaci6n y consolaci6n>l (1 Conntlos 14.3,4). .

En respuesla, retomemos a las Escrituras y veamos 10 que dice

Dios acerca de la profeda de Juan. En el Evangelio de Lucas encontramos el mayor deta~le de la

profeda de Juan. ~I se d irigi6 a las multitudes que habfan Ido para escuchar y ser bautizados, como: .cj Hijos de viboras! ,Creen que bau­lizandose van a escapar de la ira venidera?» (Lucas 3.7. BD) Entonces les advirti6 que si no daban frutos dignos de arrepentimient~ ~rfan cortados y echados al fuego. Por eso di)o que Jesus estaba vlmendo con su aventador en su mano, y que limpiarfa su era, la cual represen­ta a 1a casa de Israel (Lucas 3.17) ,Llamarla usted edi.ficantes a estas palabras profeticas? ,Exhortan 0 trae~ consuelo?La marona respon­dena: ((iDe ninguna manera!" Pero mll'e como Dlos las Juzga:

«Con estas y muckas otms trhortarn.mes anuncillba las buenas nUl>tJas al pueblo. »

-LI,;CAS 3.18, ~nfasis agregado

Dios categoriza las profedas 0 predicaciones de Juan. co~o exhortaciones. Esto no es 10 que hoy dia lIamariamos pre<hcaa6n exhortativa.lsafas tambien describe las profedas de Juan, pero no las llama exhortativas; en lugar de eso se refiere a elias como iconsolaci6nl

~I escribi6:

«Conso/aos, conso/aos, pueblo m(o. dice vuestro Dios. Hablad al corawn de /erusalin, deddle a voces ... Voz que dama en el desierto: Prt:parad camino a /ehovd; enderezad calzada en la solt'dad a nuestro Dios.»

-isAIAS 40.1-3

'I'iensa que cs posible que hayamos tenido un concepto mad~ de edificaci6n. exhortaci6n y consolaci6n? Si necesita mas finnaci6n, imire el mensaje profetico de Jesus a las siete iglesias Apocalipsis 2 y 3! "t.l le advirti6 a una iglesia que si no ~ . vomitarfa de su boca (Apocalipsis 3.16). ,Cuantos conslderanan

profecfa como consolaci6n?

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1I ministtrlo profttfco 'Itrdddtro - /I

~I describe olTa iglesia: .. Yo conozro tus obras. que tienes nombre de que vives, y estas muerlo» (Apocalipsis 3.1). ,Cuantos enrontra­rian edificantes estas palabras? ~I continua diciendo: «Porque no he hallado Ius obras perfectas delanle de Dios ". Pues si no vel as, ven­dre sobre Ii como ladr6n» (Apoca li psis 3.2,3). ,Concuerdan las pala­bras de Jesus con nuestra perspectiva actual del ministerio profetico?

A otra iglesia Ie dijo: «Recuerda, por taniO, de d6nde has caido, y arrepientele, y haz las primeras obras; pues si no, vendre pronto a Ii, y quitare tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido» (Apocalipsis 2.5). EI candelero rcpresenta a la iglesia. Quitarlo de su lugar significa removerlo de su presencia. Si ellos no se arrepentian, podnan seguir teniendo sus servicios, reuniones de oraci6n, conic­rendas profeticas, y mucho mas, pero su santa presencia se habrfa ido.

Luego de habet alabado otras dos iglesias por sus servicios, ri'lpidamente advierte a una: «Pero tengo unas pocas cosas contra Ii .. (Apocalipsis 2.14), luego procede a corregirlos. A la otra iglesia t,lmbien Ie dice: IC Pero tengo unas pocas cosas contra Ii .. (Apocalipsis 2.20) y los corrige.

Estas son cinco de las s iete profooas dadas a siete iglesias. Estos tlll'nsajes no eran solo hisl6ricos sino que lienen aplicaci6n a la Iglesia ,lilies de la venida del Scnor Jesucristo. Muy poco de 10 que sucedeen nlll"itras confercncias profeticas, reuniones 0 servicios actualmente se Illrreladona con los patrones de profecia de Jesus 0 de Juan el Bau-11 ... 13. ,Podria ser que seguimos otro modelo? ,Hemos l1egado a ser \llmo los profetas en los dfas de Jeremias y Ezequiel, que profetizaban 11,1/ y prosperidad, mientras Dios procu raba lIamar a su pueblo a que III' villvieran hacia su coraz6n?

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