concepción inconsciente

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The Unconscious: A Look at its History and its Current Challenges The various characterizations which the unconscious has been associated with, have forced the creation of an organizational scheme of the present discussions even before the birth of experimental psychology. We have distributed these debates in three areas of analysis, the first one corresponds to the positive-neg- ative characterizations, the second one refers to the look of the unconscious as an active-passive and the third studies the problem of the subjectivity associated with the unconscious activity. The aim is to show how these first considerations regain strength in the current debates about the role of the unconscious in the study of the human mind and its relation to consciousness. In the final section, we point out some of the aspects that current research should take into account on the unconscious and potential challenges in this exciting task. Keywords: unconscious, consciousness, history of psychology, subjectivity, cognitive science. Las variadas caracterizaciones con las ha estado asociado lo inconsciente obligan a la creación de un esquema organizador de las discusiones presentes incluso antes del nacimiento de la psicología experi- mental. Estos debates los hemos distribuido en tres ejes de análisis, el primero que corresponde a las caracterizaciones positivo-negativo, el segundo que refiere a la mirada de lo inconsciente como activo- pasivo y el tercero que estudia el problema de la subjetividad asociado a la actividad inconsciente. El objetivo es mostrar cómo estas primeras consideraciones vuelven a tomar fuerza en los debates actua- les al respecto del papel del inconsciente en el estudio de la mente humana y su relación con la cons- ciencia. En la parte final señalamos algunos de los aspectos que debería tomar en consideración la inves- tigación actual sobre lo inconsciente y posibles retos en esta interesante tarea. Palabras clave: inconsciente, consciencia, historia de la psicología, subjetividad, ciencias cognitivas. El Inconsciente: Una Mirada sobre su Historia y sus Retos Actuales Ana Lorena Domínguez Rojas y Jaime Yáñez Canal Universidad Nacional de Colombia (Colombia) Psychologia Latina Copyright 2011 by Psychologia Latina 2011, Vol. 2, No. 2, 172-183 ISSN 2171-6609 http://dx.doi.org/10.5209/rev_PSLA.2011.v2.n2.4 Este producto surge en el marco del Proyecto de Investigación adelantado por Ana Lorena Domínguez Rojas y dirigido por el tutor Jaime Yáñez Canal, “El Inconsciente, Nuevas Aproximaciones al Estudio de la Mente Humana”, aprobado en la Convocatoria 510 del 2010 del Programa Jóvenes Investigadores e Innovadores “Virginia Gutiérrez de Pineda” apoyado por COLCIENCIAS. Este proyecto se enmarca también dentro de los productos del Grupo de Investigación Estudios en Desarrollo socio-moral, adscrito al departamento de Psicología, Universidad Nacional de Colombia Correspondence concerning this article should be addressed to Ana Lorena Domínguez Rojas. Universidad Nacional de Colombia. E-mail: [email protected] 172

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Inconsciente

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  • The Unconscious: A Look at its History and its Current ChallengesThe various characterizations which the unconscious has been associated with, have forced the creationof an organizational scheme of the present discussions even before the birth of experimental psychology.We have distributed these debates in three areas of analysis, the first one corresponds to the positive-neg-ative characterizations, the second one refers to the look of the unconscious as an active-passive and thethird studies the problem of the subjectivity associated with the unconscious activity. The aim is to showhow these first considerations regain strength in the current debates about the role of the unconscious inthe study of the human mind and its relation to consciousness. In the final section, we point out some ofthe aspects that current research should take into account on the unconscious and potential challenges inthis exciting task.Keywords: unconscious, consciousness, history of psychology, subjectivity, cognitive science.

    Las variadas caracterizaciones con las ha estado asociado lo inconsciente obligan a la creacin de unesquema organizador de las discusiones presentes incluso antes del nacimiento de la psicologa experi-mental. Estos debates los hemos distribuido en tres ejes de anlisis, el primero que corresponde a lascaracterizaciones positivo-negativo, el segundo que refiere a la mirada de lo inconsciente como activo-pasivo y el tercero que estudia el problema de la subjetividad asociado a la actividad inconsciente. Elobjetivo es mostrar cmo estas primeras consideraciones vuelven a tomar fuerza en los debates actua-les al respecto del papel del inconsciente en el estudio de la mente humana y su relacin con la cons-ciencia. En la parte final sealamos algunos de los aspectos que debera tomar en consideracin la inves-tigacin actual sobre lo inconsciente y posibles retos en esta interesante tarea.Palabras clave: inconsciente, consciencia, historia de la psicologa, subjetividad, ciencias cognitivas.

    El Inconsciente: Una Mirada sobresu Historia y sus Retos Actuales

    Ana Lorena Domnguez Rojas y Jaime Yez Canal

    Universidad Nacional de Colombia (Colombia)

    Psychologia Latina Copyright 2011 by Psychologia Latina2011, Vol. 2, No. 2, 172-183 ISSN 2171-6609http://dx.doi.org/10.5209/rev_PSLA.2011.v2.n2.4

    Este producto surge en el marco del Proyecto de Investigacin adelantado por Ana Lorena Domnguez Rojas y dirigido por el tutorJaime Yez Canal, El Inconsciente, Nuevas Aproximaciones al Estudio de la Mente Humana, aprobado en la Convocatoria 510 del2010 del Programa Jvenes Investigadores e Innovadores Virginia Gutirrez de Pineda apoyado por COLCIENCIAS. Este proyecto seenmarca tambin dentro de los productos del Grupo de Investigacin Estudios en Desarrollo socio-moral, adscrito al departamento dePsicologa, Universidad Nacional de Colombia

    Correspondence concerning this article should be addressed to Ana Lorena Domnguez Rojas. Universidad Nacional de Colombia.E-mail: [email protected]

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  • 1 En este corto texto no haremos diferencias entre los trminos de inconsciente y de no-conciencia. Consideramos que mejor queentrar en los usos terminolgicos es mejor establecer las concepciones que encierran particulares teorizaciones.

    2 Es importante anotar que si bien Descartes no us de manera explcita el concepto de inconsciente, estableca dimensiones opues-tas a la razn, que permanentemente actuaban a la sombra y contaminaban el ejercicio correcto de sus funciones.

    173EL INCONSCIENTE, HISTORIA Y RETOS ACTUALES

    Es usual en las ciencias sociales asociar el concepto deinconsciente con las perspectivas psicoanalticas y con aque-llas concepciones que lo entienden como un espacio ps-quico que nos juega constantemente malas pasadas y queest siempre agazapado determinando el operar de la cons-ciencia. Esta asociacin del concepto de inconsciente conuna escuela psicolgica especifica, o con una determinadacomprensin del fenmeno puede deberse al significado yla importancia que han tenido los descubrimientos freudia-nos en el amplio mundo de la divulgacin cientfica. Peroindependientemente de esta particular valoracin que hatenido una perspectiva especfica, es preciso decir que elconcepto de inconsciente ha sido abordado por otros plan-teamientos, que han gozado de especial reconocimiento enciertos crculos acadmicos y que incluso su tematizacinpuede encontrarse en formulaciones anteriores al nacimientode la psicologa.

    En este escrito intentaremos ofrecer algunos lineamien-tos generales para ubicar distintas discusiones sobre el incons-ciente y esas instancias que operando al margen de la cons-ciencia1 pueden tener un rol fundamental en el desenvolvi-miento psquico. Para este propsito ofrecemos una catego-rizacin alrededor de tres ejes de anlisis, que son: a) El pri-mero en el cual se presenta el debate entre aquellos mode-los que asocian lo inconsciente a propiedades positivas onegativas. b) El segundo eje corresponde a la caracteriza-cin del inconsciente como una fuerza o fenmeno pasivoo activo. Cuando utilizamos la expresin pasivo queremossignificar que el concepto por nosotros analizado se entiendecomo el conjunto de elementos que la percepcin o la cons-ciencia no capta en un determinado momento y que sim-plemente estn de manera inerte esperando a que sobre ellosse pose la consciencia. Lo activo al contrario, se utilizapara significar como el inconsciente es una fuerza que todolo determina, siendo la consciencia una simple expresin deuna instancia anterior que habr de establecer sus manerasde aparicin; c) Y el tercer eje, que refiere a la identidad ya la unidad de la experiencia, lo planteamos para dar cuentade aquellas posturas, como por ejemplo la de William James,que proponen el concepto de subjetividad como un horizonteque integra permanentemente las experiencias y asegura queellas tengan una coherencia y estabilidad.

    Estos tres ejes se proponen para organizar las discusio-nes y los diferentes abordajes sobre esos fenmenos queoperan independientemente de nuestros reportes verbales,o nuestras comunicaciones pblicas. Este esquema de an-lisis tiene como preocupacin central tratar de organizar lossupuestos que diferencian las distintas posturas existentes

    en el estudio de lo inconsciente y mostrar las posibles ten-dencias que integran esos abordajes. Nuestro anlisis se cen-trar sobre las posturas pioneras de la psicologa, sin dejarde enumerar al final del artculo, los nuevos rumbos de lainvestigacin. El clarificar los supuestos iniciales nos per-mitir entender las preguntas y los problemas a los que sedirigen las energas investigadores del presente. El lectortiene la tarea de evaluar las posibilidades heursticas quepuede ofrecer nuestra aproximacin.

    El inconsciente definido en trminospositivos y negativos

    Si bien una gran cantidad de autores coinciden en afir-mar que el estudio del inconsciente tuvo su inicio con lasprimeras elaboraciones realizadas por Freud en su obra cum-bre de 1900, la Teora de los sueos, existen formulacionesanteriores, que incluso determinaron las ideas pioneras delpsicoanlisis. Un primer referente de esta historia, aunqueno el nico, es Descartes (1641). Remitindonos a la filo-sofa cartesiana de finales del siglo XVI e inicios del XVII,que defenda una idea mecanicista del mundo y de la natu-raleza, el concepto de hombre que predominaba en estemomento exaltaba el carcter racional y consciente del almahumana (Bassin, 1972; Froufe, 1997). La razn jugaba asun rol central en la medida que garantizaba el conocimientoy aprehensin de la realidad (Russell, 1978).

    En esta perspectiva, el alma estaba rotundamente sepa-rada de un cuerpo cuyas propiedades sensibles podan lle-gar a ser engaosas para el intelecto; el conocido razona-miento pienso luego existo expresa el papel central queDescartes daba al intelecto y a la consciencia. La nica cer-teza estaba en el acto de conocer y en el sujeto que haciaconsciente este proceso. Los eventos percibidos a travs delos sentidos podan ser engaosos y era labor de la cons-ciencia domesticarlos y someterlos a su control.

    Esta consideracin cartesiana, plante una divisin endos sustancias: Una primera corresponda a lo corporal dondese ubicaban las pasiones asociadas a la expresin de lo sen-sible; y la segunda, la consciencia cuya cualidad el inte-lecto, permita el sometimiento de los contenidos de los sen-tidos a una inspeccin cuidadosa, previniendo que estas for-mas engaosas atentaran contra la verdad2 (Descartes, 1641).

    Con esta separacin, la consciencia tendra como retoreconocer que fuera de su campo de accin exista un mundosobre el que en verdad no se saba nada. Este no sabernada conduca a creer que la consciencia deba cuidarse

  • continuamente de no caer en formas falsas producto de lossentidos3 (Pinillos, 1989).

    La distincin entre razn y emocin, (siendo la primerala actividad privilegiada del espritu y la segunda la expre-sin del apetito sensible del cuerpo), condujo a una inelu-dible vinculacin de la consciencia con aquellas valoracio-nes positivas propias del intelecto, y a una caracterizacinnegativa de lo no-consciente o no racional (Casado yColomo, 2006).

    De otra parte, el inconsciente desde la perspectiva delromanticismo alemn fue asociado con criterios positivos,al vincularse con cualidades creativas e innovadoras. Laintuicin y la imaginacin eran tomadas, por este movi-miento intelectual, como ejes centrales de la actividad incons-ciente. El punto ms relevante, de su formulacin, gir alre-dedor de la valoracin positiva de lo emocional, y de aque-llas fuerzas afectivas de las que no se tena conocimientoconsciente4 (Cencillo, 1971).

    El inconsciente, pas a ser concebido en estas perspec-tivas romnticas, como el fondo metafsico del espritu, quefacilitaba al hombre acceder a los cimientos profundos dela naturaleza (Cencillo, 1971). Tal como lo sugera Goethe,entre otros pensadores del romanticismo, el inconsciente sepensaba a manera de una realidad transindividual, en la quelos sujetos podan adentrarse y as renovar su capacidad cre-adora (Cencillo, 1971).

    Schopenhauer, igualmente dud de la superioridad delas funciones intelectuales y del sometimiento de las fun-ciones afectivo-inconscientes (Barreto, 2005). El acto deconocer, desde su perspectiva, estaba ntimamente vincu-lado a los afectos del sujeto que conoce; las pasiones ydeseos gobiernan nuestra existencia. Schopenhauer (Barreto,2005; Russell, 1978), oponindose a que el acto de cono-cer fuera entendido como un acto puro de consciencia, pro-

    puso dar un lugar central a los deseos, los afectos y elcuerpo. Procesos que podemos comprender, o hacer evi-dentes, a travs del ejercicio de la imaginacin y la fantasa.

    En este sentido, el inconsciente no era visto como lacrcel de las pasiones, sino como ese espacio donde sepodan expresar nuestras ms altas capacidades creadoras einnovadoras5.

    El inconsciente en su modo activo y pasivo

    A finales del siglo XIX e inicios del XX, el significadodel concepto de inconsciente tuvo algunas variaciones. Eneste momento el nfasis fue puesto sobre el papel que podratener este fenmeno en el operar de la consciencia6. En estemomento, el concepto de inconsciente es asociado a nue-vas maneras de entender la consciencia.

    Si la consciencia se empieza a entender como esa fuerzaatencional que opera como un faro donde se concentra la capa-cidad del sujeto para atender a los estmulos, lo inconscienteempieza a entenderse, o como esos elementos que dependendel libre deambular de la consciencia, o como esa instanciaque desde la oscuridad determina el desplazamiento del focoiluminador. Con otras palabras lo inconsciente empieza a enten-derse como esa instancia pasiva al actuar de la consciencia ocomo esa dimensin activa que determina el operar de su paropuesto. Veamos con algo ms de detalle esas nuevas formascon que se pens el problema del inconsciente.

    El inconsciente como una cuestin atencional

    Muy seguramente el trabajo de la atencin fue una delas primeras formas, por lo menos experimentalmentehablando, en que se dio cabida a una nocin de lo incons-

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    3 Para Pinillos (1989) otra lectura de la obra de Descartes nos llevara a ver que para este autor la conciencia estuviera determinadapor ciertas formas de conciencia. Para Pinillos, dado el carcter intermitente de la conciencia, evidenciado en el estado del sueo, o enmomentos de desvanecimiento, hara que Descartes demandara un sustrato permanente en el operar de lo no consciente: El inconscientepermitira una continuidad de la conciencia cuando no est en acto (pg. 46). Independientemente de las interpretaciones que pudieranhacerse sobre este punto, es claro que para Descartes lo que est fuera de la mente y de la conciencia es susceptible al engao y a laafectacin de las pasiones.

    4 El acercamiento a lo inconsciente y la distancia con las concepciones que ligaban la conciencia al poder de Dios, se tradujeron enuna enriquecedora e inagotable lucha del sujeto por convivir consigo mismo y con esa naturaleza de la cual era tan preso como cono-cedor (Pinillos, 1989).

    5 Esta idea romntica tambin busc la recuperacin de los mitos, concibiendo estos como un camino privilegiado para acceder a lasprofundidades del inconsciente. En este sentido los romnticos consideraban que los mitos y las leyendas eran una muestra invaluablede la sabidura de los pueblos y las culturas (Cencillo, 1971).

    6 Obviamente en las posturas anteriormente expuestas tambin se reflexion sobre el papel de la conciencia y lo inconsciente. Hace-mos esta artificial separacin, debido a que consideramos que la mayor preocupacin por un anlisis funcional de la conciencia y unams precisa descripcin de sus componentes, en el siglo XIX, gener una preocupacin ms explcita sobre la funcin de lo inconsciente.Adems nuestro propsito es ilustrar con las posturas ms claras la materializacin de los ejes o criterios que orientan la reflexin sobrenuestra actividad inconsciente. En nuestra exposicin no queremos afirmar que los criterios solo se aplican a particulares propuestas te-ricas. Simplemente queremos ofrecer unos criterios que pueden ser fcilmente comprendidos cuando se asocian con posturas donde fue-ron formulados de manera explcita.

  • ciente. Este foco de preocupacin tuvo lugar a finales delsiglo XIX e inicios del siglo XX.

    La primera nocin que es fcilmente identificable fuela sensacionalista, que consideraba que las ideas incons-cientes eran aquellas que no eran accesibles a la conscien-cia o a la percepcin (Murphy, 1964). Este estado de incons-ciencia poda ser transitorio ya que las ideas se alejaban detal estado al fijarse la atencin en las mismas. Entre losrepresentantes de esta corriente se puede citar a Fechner,(citado por Shorojova, 1963) quien, con su trabajo acercade los modelos psicofsicos de los umbrales sensoriales,seal que no todos los niveles del procesamiento eran cons-cientes y que adems, esas sensaciones inconscientes sedaban en las formas inferiores del procesamiento percep-tual. Igualmente en esta perspectiva encontramos a Leibniz,quien incorpor el concepto de percepciones insensibles oinconscientes (Castillo y Ruiz, 2004) sobre las que no setena un recuerdo explicito. La atencin era el proceso, segneste autor, por el cual se sintetizaban estos elementos insen-sibles en unidades ms complejas donde participaba laconsciencia (Murphy, 1964).

    Como heredera de la misma lnea de Leibniz, surgi lapropuesta de la fisiologa de Wundt (Murphy, 1964). ParaWundt, las ideas que ingresaban en el amplio campo de laconsciencia eran aprehendidas, mientras que aquellas queingresaban al rea focal de la atencin se deca que eranapercibidas. En esta lgica, se consideraba que las ideas queeran inconscientes deban entenderse como una periferiaprimitiva de la consciencia. Dichas ideas estaban caracteri-zadas por su debilidad y poca claridad, y correspondan aaquellos elementos que estaban desplazados a zonas aleja-das del campo de las percepciones claras y conscientes.

    Es decir, de acuerdo con Wundt (Murphy, 1964), lasexperiencias conscientes eran las que ingresaban al foco dela atencin y tenan la disponibilidad de ser elaboradas pos-teriormente. Los acontecimientos, que estaban fuera del reafocal terminaban siendo inconscientes7 y no fijados en lamemoria. Lo inconsciente sera el conjunto de ideas, u obje-tos no percibidos, en un momento dado y que simplementese ofrecan de manera pasiva al variable deambular de laconsciencia.

    Si bien este tipo de concepcin donde lo inconscienteera entendido como el campo perifrico del proceso aten-cional despert un inters en los primeros momentos de lapsicologa, es justo reconocer que en esta misma poca sepresentaron propuestas, que sin abandonar el vnculo entreatencin y consciencia, establecieron un papel ms activode lo inconsciente, o de todos los procesos que operaban

    por fuera del campo atencional. Lo inconsciente se veacomo la serie de procesos que determinaban el operar de laatencin e incluso facilitaban la realizacin de tareas com-plejas, que usualmente eran atribuidas al ejercicio racionalde la consciencia. Lo inconsciente, bajo esta perspectiva,pas a entenderse como una forma de pensamiento subya-cente a todas las acciones.

    Como ejemplo de estas conceptualizaciones estaba laposicin de Helmholtz. Este autor sugiri la existencia deinferencias inconscientes operando en actos automticos depercepcin (Shorojova, 1963). Es decir, consideraba quesin un procedimiento consciente o deliberado en la per-cepcin, los sujetos podan realizar operaciones de clculo,operaciones de ajuste, o de organizacin y evaluacin dela informacin.

    Estas formulaciones constituyeron una lnea de investi-gacin conocida bajo el rtulo de inconsciente cognitivo(Kihlstrom, 1987). Lnea de trabajo que tuvo sus particula-res expresiones en tiempos ms recientes en la obra de Pia-get (1961, 1985) y la psicologa cognitiva del procesamientode la informacin (Bargh y Pietromonaco, 1982; Froufe,1997; Kihlstrom, 1996; Schacter, 1987, 1992).

    Es justo dar un lugar en este espacio a William James.James resalt en el proceso de conocimiento el papel de loscomponentes que obrando fuera del foco atencional de laconsciencia ejercan un rol activo en la determinacin desus contenidos. No obstante, la presentacin de sus ideaslas dejaremos para el ltimo apartado en el que haremosnfasis en su aporte al problema de la subjetivad y la uni-dad de la experiencia y obviamente, en la posicin que leadjudic a los fenmenos inconscientes.

    El inconsciente como un espacio en el aparatopsquico y como una fuerza negativa.

    Si bien en los primeros momentos de la psicologa expe-rimental se pueden encontrar concepciones que entendanel inconsciente como un componente activo del conoci-miento y la accin humana, este tipo de posiciones se expre-san de manera ms clara en las formulaciones psicoanalti-cas. Para esta escuela el inconsciente pasa a entenderse comouna sombra que determina de manera activa todos los pro-cesos psquicos (Shorojova, 1963).

    Con el riesgo de pecar de simplicidad habremos de ubi-car el inicio del psicoanlisis alrededor de un fenmeno quetuvo un notable impacto en muchas formulaciones de ini-cios del siglo XX: la hipnosis (Bassin, 1972; Cencillo, 1971).Con el estudio de la hipnosis se posibilit tanto el surgi-

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    7 Es importante recordar en este punto que uno de los intereses principales de Wundt era poder mostrar que la psicologa poda serarticulada cientficamente mediante el uso de mtodos de registro fisiolgico (Wundt, 1913). Por esto mismo, l consideraba que la ideade una psicologa experimental era posible; para esto era preciso inicialmente definir cules eran los elementos imprescindibles a partirde los cuales se podra dar un sustento cientfico a su propsito. En esta medida, l emple la referencia a las excitaciones en la cortezacerebral, para dar cuenta de la activacin de las sensaciones que se generaban cuando un rgano de los sentidos era activado.

  • miento del psicoanlisis como de otras posturas que esta-blecan dimensiones fundamentales ajenas al quehacer dela consciencia8.

    Son muchos los eventos dentro de la hipnosis que posi-bilitaban, segn lo crea Freud, la formulacin de una ins-tancia que operaba de manera diferente, y en algunos casosen oposicin, a la consciencia. Un sujeto, por ejemplo, podarealizar acciones que en su estado de consciencia cotidianase resistira a llevar a cabo. Incluso, un sujeto poda reali-zar en momentos de total ejercicio de su consciencia, unaaccin absurda, o sin sentido, que le fuera ordenada reali-zar en su estado de trance, sin que pudiera recordar su ori-gen, o sin que pudiera entender la compulsin que lo lle-vaba a realizarla.

    Si pasado el estado de hipnosis los sujetos llevaban acabo acciones que les eran ordenadas en el estado de trance,sin recordarlo, o si realizaban acciones que en su estadonormal rechazaran por vergonzosas, era fcil concluir, almenos as lo crea Freud, que exista una instancia inde-pendiente de la psique que podra determinar la accin sinque en ella participara la consciencia.

    Independientemente de que Freud (1973) considerarainicialmente la hipnosis como una adecuada estrategiateraputica, e independientemente de la incorporacin decontenidos traumticos de naturaleza sexual como explica-cin de los fenmenos histricos, o de otros aspectos par-ticulares de su teora, lo esencial de su formulacin, fue lapostulacin de una instancia psquica que operaba, al igualque la consciencia, con una serie de contenidos representa-cionales que guardaban una relacin estrecha con la accin.

    Lo inconsciente era el espacio donde se guardaban, o repre-sentaban, una serie de acontecimientos que determinaban elcomportamiento de manera significativa. Debido a que laconsciencia era entendida como el foco atencional, del quese poda dar un reporte explcito, lo inconsciente era esainstancia que, desbordando el accionar del primer proceso,todo lo determinaba9. Lo inconsciente era ese espacio dondepareca no existir ningn control y donde se originaban lasfuerzas que impelan el accionar humano en determinadasdirecciones.

    La divisin que realiz Freud entre inconsciente - pre-consciente y consciente, para caracterizar los componentespresentes al interior de la psiquis humana, sirvi para dife-renciar la concepcin del inconsciente en la teora freudianade aquellas que haban imperado en teoras psicolgicas pre-vias a la suya (Shorojova, 1963). En este sentido, Freudmostr como lo inconsciente ya no poda ser entendidocomo los residuos de la actividad de la consciencia, o aque-llo que en potencia poda ser consciente10. Freud (1973)mantuvo distancia con aquellas posturas que conceban laposibilidad de establecer una relacin entre los contenidosde la consciencia y del inconsciente, subrayando el carc-ter cerrado de este ltimo proceso; siendo imposible que loinconsciente en algn momento fuera completamente deve-lado a la consciencia en su forma natural11.

    La formulacin freudiana de estas instancias psquicasse dio a partir de un distanciamiento de las propuestas deJanet. Inicialmente Freud y Janet dedicaron buena parte desu labor clnica a desentraar cmo funcionaba la hipnosisy la funcin que le daban a esta tcnica para poder inter-

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    8 El estudio de la hipnosis en toda la historia de la psicologa ha despertado una atencin notable (Kihlstrom, 1987). El punto haciael cual se orienta la investigacin indica que este fenmeno no solo se ha vuelto til en la exploracin de las formas alteradas de con-ciencia sino que los mismos mecanismos, y fenmenos presentes durante el trance hipntico parecen constituir una piedra angular paracomprender la manera en que funciona la mente. Si bien, inicialmente con el trabajo psicoanaltico el inters por estudiar la hipnosisestuvo relacionado con la labor clnica, el uso de esta tcnica de sugestin ha impactado muy diversos campos y conceptualizaciones.Los fenmenos psquicos presentes en este estado alterado de conciencia han permitido ofrecer muy diversas miradas sobre la mentehumana. El mismo James avanz unas ideas, que en la actualidad han revitalizado el estudio de la conciencia (Myers 1990).

    9 Esta concepcin en Freud del rol del inconsciente surge, en parte, bajo la influencia de la filosofa de Schopenhauer. Varios autorescoinciden en afirmar que los supuestos centrales de la filosofa de Schopenhauer fueron retomados tiempo despus por la teora psicoa-naltica. La realidad interna que gobierna nuestra existencia, de acuerdo con Schopenhauer, est cargada de pasiones y deseos, de emo-ciones y sentimientos, configurando nuestro ser y determinando nuestra voluntad. Existen dos puntos en los que se hace ms clara larelacin que guarda su filosofa con la propuesta freudiana (Barreto, 2005). Por un lado, lo que refiere a la resistencia inconsciente delindividuo de hacer explcita la forma natural de su existencia y lo segundo lo asociado al poder que se lo otorga a la nocin de deseo,aspecto que el hombre trata de satisfacer a toda costa.10 Freud diferenciaba entre lo preconsciente y lo inconsciente. Lo preconsciente correspondera a aquellos aspectos que sin ninguna

    dificultad, y con esfuerzo atencional, pueden ser trados al plano consciente. Lo inconsciente, al contrario, no contempla los elementosfuera de la dimensin atencional, sino son aquellas dimensiones que escapan a cualquier proceso atencional, y que se resisten a hacersevisibles. En su invisibilidad actan, determinando la direccin y el operar de la conciencia.11 Nuestra afirmacin est planteada en trminos conceptuales. Si Freud entenda al yo y a la conciencia como estrategias adaptativas

    del ello y de la inconsciencia, en su bsqueda de caminos de satisfaccin, es claro que la conciencia siempre estara condenada a visua-lizar fenmenos que no nos liberaran del engao. Esta concepcin freudiana sobre el origen y funcin de la conciencia se opone a lavisin optimista de la labor teraputica, donde el hacer consciente lo inconsciente es el objetivo liberador del trabajo clnico. Este tipode oposiciones del creador del psicoanlisis no son preocupacin de este texto.

  • pretar los sntomas histricos. Los estados hipnticos, laspatologas de personalidad mltiple y los sntomas histri-cos, se relacionaban de alguna manera. De acuerdo conJanet, la particularidad de estos casos consista en las difi-cultades que tenan los sujetos para operar con una cons-ciencia unificada, debido a una particular debilidad mental.En los mencionados casos clnicos se presentaba una diso-ciacin entre dos formas de consciencia, una primaria, queen estos sujetos funcionaba de manera ms restringida, yuna secundaria que impeda que el sujeto pudiera controlarsu comportamiento, o pudiera mostrar una accin armnicacon el ambiente (Myers, 1990).

    Freud se distanci de Janet, segn Myers (1990) al resal-tar varias dificultades: primero, que no todas las personasque eran sometidas al proceso de la hipnosis, para tratar suhisteria, presentaban una debilidad mental del tipo que sea-laba su predecesor; segundo, el proponer una conscienciasecundaria podra conducir a una infinitud de consciencias,nunca delimitables; y tercero, lo que se manifestaba no secorresponda con las cualidades conocidas de la conscien-cia, ya que el sujeto no poda reflexionar, ni atender a susmanifestaciones. De esta manera era preciso sugerir, creaFreud, un proceso activo que se encargara de reprimir cier-tos contenidos de la consciencia. Para Freud hacer uso deun concepto como el de consciencia secundaria era bastanteconfuso y problemtico al suponer que habra de existir unaconsciencia inconsciente12.

    En este sentido, tal como lo describe Shorojova (1963),la identificacin que haca Freud del inconsciente como undominio completamente cerrado al acceso de la conscien-cia, colabor en una mistificacin de este fenmeno. Loinconsciente no solamente eran procesos que determinabanel proceder cognitivo mediante el ejercicio de la atencinno-selectiva, sino que eran contenidos que se oponan acualquier intento de desvelamiento. El inconsciente era unespacio psquico cuyos contenidos guardaban una serie designificaciones asociadas con las experiencias tempranas.Dichas significaciones se actualizaban independientementede la consciencia, con lo cual se resaltaba la incapacidadde los sujetos de volver consciente los mismos.

    Esta aproximacin al inconsciente se emparenta con lasversiones del inconsciente cognitivo expuestas anteriormente,en cuanto a la postulacin de mecanismos alejados de laconsciencia que de manera activa constituyen y posibilitan

    la actividad mental. Pero, aparte de estas similitudes gene-rales, conviene no olvidar algunas particularidades de lateora psicoanaltica, especialmente las referidas a procesosde significacin, o contenidos representacionales, que obrancomo aspectos claves que dirigen las preferencias y los com-portamientos de los individuos.

    Otras versiones del inconsciente desdeel psicoanlisis y la psicologa del desarrollo

    Las concepciones del inconsciente como las estimula-ciones alejadas del foco atencional y el inconsciente comoespacio generador de realidades psquicas, se relacionan conlas concepciones iniciales dentro de la filosofa que carac-terizaban al inconsciente en trminos negativos y positivos.Es claro que para Freud el inconsciente era el espacio queencerraba procesos irracionales que impedan el adecuadoobrar de la razn. Podramos resaltar que una de las parti-cularidades del inconsciente desarrolladas por Freud es laatribucin a esta instancia de fuerzas repetitivas que liga-ban al ser humano al pasado y lo condenaban a un destinotrgico. Esta concepcin se emparenta con la visin carte-siana en el sentido de ver la actividad inconsciente comoun obstculo de la actividad racional. Obviamente, en estalucha entre instancias psquicas, el psicoanlisis freudianoes ms pesimista al condenar a la consciencia a ser sim-plemente un producto de una actividad, sobre la que el hom-bre no ejerce ningn tipo de control.

    No obstante, dentro del mismo psicoanlisis se desa-rrollaron otras perspectivas que, en sintona con las formu-laciones romnticas, entendieron el inconsciente como unafuerza positiva que permita la aparicin de la creatividady promova la exaltacin de la libertad del ser humano. Acontinuacin nos referiremos de manera sucinta a algunasde ellas.

    Por un lado tenemos la visin de Adler, quien aunquepermaneci cercano por un buen tiempo a la teora pro-puesta por Freud, empez a alejarse cuando se acentuaronlas diferencias en relacin a la idea de que la naturaleza delhombre debera llevarle siempre a estar preso de fuerzasimpersonales. De acuerdo con Adler, tal como lo sealaCencillo (1971), el hombre no podra estar siempre a mer-ced de fuerzas inconscientes, tal como lo sugera la pro-puesta psicoanaltica inicial.

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    12 De acuerdo con James, quien estuvo ms cercano a los planteamientos de Janet, es factible concebir la idea de que pensamientos,sentimientos, sensaciones e incluso memorias pertenezcan a otro tipo de conciencia diferente a aquella que conocemos en el estado dela vigilia. Este tipo de conceptualizacin puede encontrarse en algunos tericos de la Gestalt, en Merleau-Ponty y en perspectivas actua-les de las ciencias cognitivas. Si la conciencia est asociada a procesos de conocimiento y de reactividad del medio ambiente, es claroque pueden existir niveles diferenciales de funcionamiento de este proceso, si que necesariamente en todos se presente una reflexin overbalizacin explcita. La conciencia de los animales, de los nios pequeos, los casos de cerebro escindido, de visin ciega y otrosmuchos hacen que este tipo de teoras cuenten con una serie de seguidores. Este tipo de discusiones las tratamos en otro texto al queremitimos al lector interesado (Domnguez y Yez, 2010; Garavito y Yez, 2010). En este artculo nos referiremos de manera rpidaa esta perspectiva cuando abordemos la teora de William James.

  • Mientras que por un lado, para Freud la vida anmicade los sujetos est ligada a fuerzas libidinales de la infan-cia que determinan la vida adulta, para Adler existen ten-dencias prospectivas que se materializan en la organizacinde planes de vida. Dichas tendencias no se asocian a con-cepciones fatalistas y sexuales como supona Freud. Elinconsciente para Adler, no se encuentra opuesto a la cons-ciencia, es simplemente el medio para traer al presente rela-ciones y sentidos actuales del sujeto (Cencillo, 1971).

    Por ejemplo, los sueos para Adler no tienen un valorsimblico que est asociado a eventos pasados encubiertoso enmascarados; son un fenmeno compensatorio que sirvepara vivenciar aquellas cosas no experimentadas que requie-ren experimentarse como vividas.

    Jung, al igual que Adler, establece una visin positivade lo inconsciente, e igualmente se distancia del pansexua-lismo freudiano. Contrario al inconsciente libidinal pro-puesto por Freud, Jung introduce la existencia de un incons-ciente colectivo en el cual estn implcitos problemas cul-turales universales que atraviesan el proceso de individua-cin de los sujetos.

    La expresividad universal que caracteriza el inconscientecolectivo, y que se ve claramente referido en las distintasmanifestaciones de la cultura y la religin, facilita al indi-viduo una completa realizacin. En el inconsciente, segnJung (1995), actan procesos de represin, como de subli-macin, que facilitan la activacin de dimensiones positi-vas del actuar humano.

    Uno de los fines ltimos del inconsciente colectivo enJung es el proceso de individuacin, que aparece siemprecomo el ideal de vida o como el conjunto de metas a alcan-zar. La individuacin, uno de los postulados esenciales dela teora de Jung, plantea un proceso dialctico entre las

    normas colectivas y la identidad ms profunda del sujeto.En este proceso, el individuo, quien inicialmente se hallaenvuelto en lo colectivo, se acerca de manera paulatina aun estado en el cual las normas estn complemente incor-poradas. La individuacin en esta esfera, opera en el sen-tido del ensanchamiento de los horizontes de la conscien-cia, gracias a la emergencia de contenidos que aparecancomo esquivos al acceso personal. El sujeto individuado,tal como lo refera Jung, es un sabio o un mstico por cuantoha podido integrar la totalidad de la existencia orientndosehacia una realidad trascendente.

    Esta visin positiva del inconsciente se ha expresado envarios autores dentro del psicoanlisis e incluso se ha mani-festado en algunas formulaciones de la psicologa del desa-rrollo. Fromm, Sullivan, Erikson proponan una considera-cin positiva de esas fuerzas ocultas a la consciencia. Elsmbolo, para estos autores, no era la expresin disfrazadade impulsos inconscientes, que buscaban atar al individuoa un pasado cargado de fantasmas y experiencias doloro-sas, sino era la expresin de formas de conocimiento queintentaban enfrentar las dificultades que el ser humano demanera directa no poda solucionar. El smbolo era parte deun lenguaje que de manera cifrada mostraba nuevas espe-ranzas en la vida humana.

    De la misma manera Piaget y la psicologa del yo13 rein-terpretaban las maneras de funcionamiento del proceso pri-mario freudiano como expresiones infantiles de conoci-miento que intentaban dar cuenta del mundo circundante.El preoperatorio, que Piaget (1961, 1985) relacionaba demanera directa con el inconsciente freudiano, era una formade conocimiento14 que intentaba dar cuenta del mundo yque expresaba las posibilidades del pensamiento infantil.Lo inconsciente en su dimensin gentica15 era entendido

    DOMNGUEZ Y YAEZ178

    13 La psicologa del yo psicoanaltica y algunas versiones de las teoras de las relaciones objetales, intentaron integrar las ideas freu-dianas (o psicoanalticas en general) con algunos planteamientos de la psicologa del desarrollo, especialmente con la teora de Piaget.Las expresiones simblicas bajo estas posturas no se veran como la expresin de un inconsciente que buscaba engaar de manera activaal sujeto, sino como la expresin de formas de conocimiento primitivas en el desarrollo infantil. El preoperatorio, o el sensoriomotriz(estadios piagetianos, que eran utilizados de manera diferencial por diferentes autores psicoanalticos para establecer un periodo de fun-cionamiento inconsciente), entendidos como formas de conocimientos primitivas se ofrecan para explicar o el pensamiento simblico,o las formas corporales donde se perdan todas las posibilidades representacionales.14 Piaget (1985) criticaba la nocin del inconsciente freudiano, al afirmar que en sta se exponan todas las caractersticas de la con-

    ciencia (que para Piaget se asociaba a procesos de conocimiento), tales como tener representaciones, imgenes y recuerdos representa-dos, pero sin la manifestacin de la conciencia.15 Piaget (1985) estableca dos dimensiones para describir el par consciencia-inconsciencia. Por un lado el aspecto de gnesis, que esta-

    mos exponiendo en este apartado, y por el otro el aspecto funcional. Dentro de la dimensin funcional la conciencia estaba ligada a la inva-riante de acomodacin y se relacionaba con la captacin atencional de aspectos percibidos del mundo externo. Lo inconsciente, al contra-rio, se relacionaba con las diferentes formas de la asimilacin. En estas dimensiones el inconsciente era lo no atendido y, a la vez, era elconjunto de procesos que determinaban una manifestacin psquica. Esta segunda acepcin refera al inconsciente cognitivo. Las formas quese combinaban de manera no clara para determinar una respuesta, sin que el sujeto pudiera seguir de manera explcita esos procesos de com-binacin y de gestacin. Como se puede observar, Piaget intentaba integrar muy dispares concepciones sobre la conciencia y la incons-ciencia. Intentos de integracin que solo ofrece de manera explcita en el ao 1945 (citamos la traduccin al espaol realizada en 1985)cuando evidenci su distancia con el psicoanlisis, al que haba seguido en sus primeras formulaciones. Estos intentos integradores (a pesarde su poco o mucho xito) slo evidencian las limitaciones de nuestros ejes de anlisis. Realmente los ejes que proponemos slo tienen unafuncin heurstica, cuyo mrito es evitar caer en las intrincadas maraas conceptuales que adornan la historia de nuestra disciplina.

  • en relacin con una estructura cognitiva ms desarrollada.Con otras palabras el preoperatorio era una forma de cono-cimiento, ms compleja, y por lo tanto ms consciente, queel sensoriomotriz. El operatorio concreto a su vez era unaforma ms consciente que el preoperatorio, etc. Lo cons-ciente y lo inconsciente no eran, en la teora de Piaget, dosinstancias a-histricas, ni constantes en sus formas de mani-festacin, sino eran dimensiones cognitivas asociadas a losmomentos del desarrollo humano16.

    Pero independientemente de las conceptualizaciones par-ticulares de Piaget, o cualquiera de sus continuadores, esclaro que las versiones optimistas de lo inconsciente posi-bilitaron nuevas maneras de ver el desarrollo y allanaron elcamino para nuevos discursos integradores. Discursos e inte-graciones que siguen teniendo un alto impacto en la discu-sin contempornea.

    Ahora bien, despus de haber presentado estos dos ejes,nos proponemos hacer una descripcin de las primeras ela-boraciones en torno al problema de la subjetivacin, expli-cando cmo desde aqu se retom lo inconsciente. Estasposturas nos presentan otra va y otras maneras para abor-dar esa dimensin oscura y determinante del esprituhumano.

    El inconsciente, una mirada desde la subjetividad

    Como lo presentamos en la introduccin el autor cen-tral de este apartado es William James. Este autor a lo largode su trayectoria intelectual (Gobar, 1970)17 trat de posi-cionar a la consciencia18 como un aspecto crucial en elestudio de la mente humana, aduciendo que la unidad y lacontinuidad eran dos de sus propiedades fundamentales.Desde un principio, el filsofo norteamericano, tom dis-tancia de aquellas consideraciones asociacionistas, que veana los estados de la consciencia como el resultado de unaasociacin de ideas independientes19 y no como un fen-meno global.

    En esta medida, James consideraba que el estudio demedidas fisiolgicas y la exploracin del cerebro, eran soloalgunos de los varios eslabones que debera contemplar eltrabajo de la psicologa20, y de manera especial, la investi-gacin sobre el campo de la consciencia; un estudio inte-gral de la experiencia consciente, tendra que incluir el carc-ter interno de la experiencia, los significados que se anclana toda dimensin vivencial.

    Para explicar los conceptos de continuidad y unidad,James recurri a la idea de flujo del pensamiento, mostrando

    EL INCONSCIENTE, HISTORIA Y RETOS ACTUALES 179

    16 Los intentos de integracin de la teora de Piaget con el psicoanlisis abundaron desde los aos 50s hasta bien entrados los 80s. Estaintegracin parta de las descripciones del desarrollo infantil piagetianas, a las que se asociaba a una muy particular concepcin de locognitivo, como lo racional, lo frio, y lo desligado de lo afectivo. Lo psicoanaltico era asumido como lo energtico, el significado par-ticular de las vivencias y el contenido vivencial que se expresaba dependiendo de las estructuras cognitivas piagetianas. Mauco, CharlesOdier, Anna Freud, John Bowlby, Rapaport, Alfred Lorenzer, son algunos autores que intentaron establecer estos vnculos conceptuales.Obviamente las integraciones no superaron los niveles descriptivos y las correspondencias en el desarrollo infantil propuestas desde lasdos teoras, ya que las visiones paradigmticas son totalmente opuestas.17 El papel que le dio James al estudio del inconsciente, en pleno momento de instauracin de la psicologa, es una cuestin que es

    hoy da fuente de debate. Existen al respecto posiciones encontradas, ya que algunos investigadores afirman que la labor de James, entreotros autores de esta poca, fue la de deslegitimar el valor del inconsciente para el proyecto cientfico de la psicologa (Castillo y Ruiz,2004). Se afirma esto al considerar que el adoptar una perspectiva de la subjetividad es casi imposible idear una metodologa viablepara desentraar los procesos no conscientes. Otros autores al contrario creen que James tomo una actitud favorable sobre los aspectosque refieren a procesos inconscientes (Weinberger, 2000). Este ltimo autor afirma que James abord este tipo de procesos cuando serefiri a las experiencias religiosas y al proceso de la hipnosis.18 Es importante sealar que James (1902) no estaba de acuerdo en la utilizacin del trmino inconsciente; consideraba que era menos

    resbaladizo utilizar expresiones como subliminal o vida subconsciente. Siguiendo a Weinberger (2000), esto pudo deberse a que Jamesquera evitar confusiones con los postulados establecidos por Freud y su teora del inconsciente que se desarroll por este mismo tiempo.No obstante, James consideraba muy provechoso el trabajo desarrollado por Janet, Breuer o Freud en cuanto a la histeria y la utilizacinde la hipnosis.19 Vale la pena mencionar que durante este tiempo James no fue ajeno al estudio experimental de fenmenos asociados a la concien-

    cia pero si se distanci de aquellas formulaciones experimentales que vean este fenmeno como un agregado de valores. Un ejemplode esto fueron aquellos estudios que llev a cabo con sus estudiantes en cuanto al fenmeno de la hipnosis y los estados alterados deconciencia. En medio de este quehacer cientfico se lig su inters de encontrar descripciones mucho ms detalladas y precisas acercade lo que aconteca bajo estos estados anormales de la conciencia (Myers, 1990).20 Algunos autores consideran que James mantuvo un dualismo al indagar acerca del componente cerebral y la vida mental como dos

    formas aparentemente disimiles (Weinberger, 2000). No obstante, James hizo manifiesto en diversas ocasiones (1890), la imposibilidadde estudiar la conciencia separando el componente fisiolgico y mental. l crea que las bases neuronales eran el asiento de formas men-tales superiores. Pero que la conciencia era una dimensin donde se expresaba la unidad de la experiencia. Con otras palabras l segualas ideas esenciales del monismo, pero reclamaba una dimensin especial para el estudio psicolgico. El ser humano era una unidad cere-bro-mente, pero con diferentes niveles de descripcin, segn fueran las preocupaciones disciplinares.

  • cmo esta unidad se formaba por medio de la relacin esta-blecida entre los estados transitivos de la consciencia. Deacuerdo con James, los estados de consciencia eran transi-tivos en la medida en que referan a la experiencia en laque estaba envuelto el sujeto, la cual continuamente se actua-lizaba. Con la incorporacin de la propiedad transitiva aban-don cualquier tipo de concepcin netamente sustancial,exaltando la idea de una sucesin de campos de conscien-cia como el eje central de esta continuidad.

    El flujo de la consciencia era uno de los aspectos, quesegn James, permita mostrar cmo la experiencia no esesttica, sino que al contrario, los objetos de la conscienciaestn siempre fluctuando y reorganizando la misma21. Sinembargo, este cambio de objetos de la consciencia no sedaba de manera brusca o azarosa. James explicaba que aun-que los objetos que entraban en el foco de la conscienciapodan cambiar con mucha facilidad, este cambio poda serexplicado refirindose a las relaciones de sentido que seestablecan entre estos objetos y aquellos otros que poten-cialmente podan entrar en la consciencia. El valor de laexperiencia y el de los sentidos adquiridos por los sujetosa travs de sus vivencias, garantizaban que el cambio delos estados de la consciencia no se percibiera de maneraviolenta, sino que pertenecieran a una unidad: un yo.

    James explicaba que an cuando en el centro de la cons-ciencia poda aparecer un objeto, el borde o la periferia delmismo, estaban cargados de sentidos que hacan posible sureconocimiento. La exaltacin del carcter subjetivo de lasrelaciones constituidas entre los objetos de la periferia y elobjeto del foco, conduca al privilegio de la experiencia,como la forma natural de conocimiento. Para James fueimportante sealar cmo en la experiencia, el mundo no senos presenta con un carcter de verdad indubitable, sinoque al contrario, la continua organizacin de las vivenciasindividuales afecta la manera en la cual se percibe el mundoen el momento presente y de alguna manera se configurael futuro.

    La generacin de estas relaciones entre objetos, situa-ciones o recuerdos, era una evidencia fuerte de la subjeti-vidad emergiendo a cada momento bajo formas incons-cientes. Para James era poco posible que todos los conte-nidos de nuestro espritu se manifestaran va la conscien-cia, en el sentido de poder dar cuenta. La presencia deesta vida inconsciente, le permiti a James mostrar cmola periferia estaba cargada de sentidos y significados que

    hacan parte importante del campo de la consciencia y con-figuraban su continuo flujo de estados (1902; 1890).

    James se rehus a establecer formas de accin de loinconsciente como el resultado de procesos mecnicos ocausales. Gracias a su trabajo en el terreno de los hbitosmostr, cmo estos no podan interpretarse como una accinrepetida, ni como algo estrictamente dependiente delambiente, que afectaba de manera recurrente al organismo,el cual responda rpida y efectivamente. Es inconcebibleaceptar, deca, que estemos acostumbrados a sentir, pensaro hacer cosas, sin un propsito que concierne a nuestra mis-midad y que es reflejo de nuestra experiencia22 y subjeti-vidad (James, 1890).

    A lo largo de su obra, James advirti diversas formasde participacin de la actividad inconsciente. El estudio dela espiritualidad y fenmenos asociados como las expe-riencias msticas y religiosas, son buenos ejemplos para ilus-trar cmo en vez de que exista una consciencia uniformeeste proceso puede manifestarse de muchas maneras23. Lahipnosis, las alucinaciones y algunas patologas como lapersonalidad mltiple, le permitieron contemplar nuevas for-mas de conceptualizacin de la consciencia.

    De manera especial el anlisis que hizo sobre las expe-riencias religiosas le facilit establecer una caracterizacinrespecto al self. De acuerdo con James, las ideas que con-figuraban el carcter de una persona podan fluctuar o per-manecer transitoriamente en el campo de su consciencia.En algunos casos, un inters o una motivacin podan bajodeterminadas circunstancias reorganizar los elementos fueray dentro del foco de la consciencia, generando un fenmenode transformacin psicolgica (1902). Todos aquellos cono-cimientos y sentimientos latentes podan pasar al plano cen-tral de la consciencia y transformar desde all la unidad dela misma. Esto permitira entender, crea nuestro autor, cmolas personas despus de una experiencia religiosa se encon-traban con una transformacin a otro estado de conscienciaque ahora reorganizaba el campo global de sus experien-cias. Este nuevo punto de vista posibilitaba contemplar ideas,sentimientos o recuerdos que hasta este momento habanoperado en una va inconsciente. Si bien es cierto que reco-noca que en nuestra cotidianidad se produce una alternan-cia constante de estados, pensamientos o sentimientos, quereorganizan la experiencia, su preocupacin por el estudiode los fenmenos religiosos, y especialmente los fenme-nos msticos, le posibilit sugerir y explicar la aparicin de

    DOMNGUEZ Y YAEZ180

    21 La unidad y la coherencia se expresaban, de acuerdo con James, en la idea de un flujo de pensamiento, en el cual todas las ideasse articulaban gracias a relaciones de sentido que se establecan entre las mismas. La unidad en este caso dependa de la organizacinque en cada tiempo se realizaba sobre las experiencias existentes previamente y aquellas que surgan en el instante inmediato.22 El concepto de experiencia debe entenderse en relacin con el concepto de subjetividad, al menos en la obra de James. Con expe-

    riencia, este autor, refiere a las sensaciones de primera persona y a las valoraciones que hace un sujeto en su estado consciente.23 James (1902) a travs del estudio de la espiritualidad en su obra Variedades de la Experiencia Espiritual, mostr como la con-

    ciencia poda expresarse a travs de diferentes estados. La existencia de estos estados evidenciaba una vida mental subconsciente queoperaba en momentos diferentes al de la vigilia.

  • cambios drsticos en la configuracin de la identidad deuna persona.

    James utiliz la idea de periferia atencional, no slo paradar cuenta de las formas de memoria inaccesibles al reporteconsciente, sino para mostrar cmo diversas configuracio-nes internas se organizaban continuamente y podan gene-rar una modificacin en el s-mismo. Es importante men-cionar tambin como el problema de la organizacin de laexperiencia aparece en la obra de James (1890) con la pre-gunta de cmo los contenidos del centro y la periferia searticulan en relaciones precisas, para dar lugar a una expe-riencia perceptual concreta. Su inquietud por la forma deorganizacin de la experiencia descansa en el llamadointers selectivo que supone un modo de ordenacin delmundo y de todos los objetos que en l se ubican. La posi-bilidad de dirigir el inters selectivo hacia una parte delmundo, manifiesta la participacin clara del marco perif-rico en donde se mueven los objetos y eventos que rodeanel centro atencional. La dinmica de fluctuacin entre foco periferia muestra como en el proceso selectivo, la expe-riencia deja de aparecer en forma de caos y empieza a orga-nizarse de una manera coherente (Gurwitsch, 1979; James,1890), garantizando que el objeto de la consciencia se ins-criba en un contexto de significaciones que posibilitan suadecuada aparicin.

    Consideraciones finales y planteamientos recientes

    Despus de la presentacin anterior podemos anotar quela historia ms reciente es una continuacin dinmica deestos mismos ejes. Ejes que pueden formularse de manerams integrada o que pueden haber conducido a perspecti-vas completamente independientes. En este apartado sim-plemente nos referiremos de manera rpida a algunas deesas lneas de desarrollo sin entrar en detalles, ni en unaaclaracin de muchas de sus particularidades. Igualmentehabremos de presentar algunos aspectos que, creemos,debera contemplar una teora sobre lo inconsciente y laconsciencia.

    La primera va de desarrollo del concepto de incons-ciente en la actualidad que queremos resaltar es la que desdeuna perspectiva psicoanaltica le ha otorgado al inconscienteun papel crucial en la determinacin del comportamiento.En esta lnea de desarrollo, adems de mantenerse muchosde los supuestos clsicos del psicoanlisis, podemos encon-trar aquellas perspectivas que eliminan toda referencia a la

    psique individual. El inconsciente, entendido ya como partede unas estructuras lingsticas, o sociales, habra de deter-minarlo todo, convirtiendo cualquier manifestacin en unaexpresin ideolgica o un simple estertor de una dinmicadonde el sujeto parece haberse perdido (Deleuze y Guatari,1983; Lacan, 1981).

    Igualmente las posturas que proponen entender al incons-ciente como parte de una organizacin intelectual, tuvieronmuy variadas expresiones en la ciencia cognitiva. Los estu-dios sobre percepcin, memoria, aprendizaje y pensamiento(Dijksterhuis, 2004; Hassin, 2004; Marcel, 1980; Schacter,1999) retornaron a viejos problemas que haban sido plan-teados en las formulaciones clsicas como vimos en la partede la atencin. El inconsciente cognitivo, tal como lo cono-cemos hoy da, es un claro rescate de discusiones que sedieron en el marco histrico del nacimiento de la psicologa.Igualmente los estudios sobre la subjetividad tienen su espa-cio en la investigacin actual. Las perspectivas sobre laconsciencia y el problema de la identidad y el self son laexpresin contempornea de muchas de las ideas formula-das por James y la fenomenologa husserliana.

    Adems de reconocer que en los debates actuales muchasde las anteriores posturas tienen su espacio de desarrollo yque en algunos casos se ven vas entrecruzadas por un enri-quecedor dialogo interparadigmtico, queremos ofrecer comopunto final de este escrito, algunos aspectos que conside-ramos debera contemplar toda teora sobre el inconscientey sobre la consciencia.

    El primer punto para esta nueva reconceptualizacin,sera el entender lo inconsciente y la consciencia como dimen-siones de un continuo y no como instancias opuestas delproceder psquico. Con otras palabras es necesario estable-cer una teora de niveles o de estados diferenciales de laconsciencia, siendo los procesos que se acompaan de repor-tes verbales explcitos, una solo forma (posiblemente el nivelms complejo, si se quiere) de este proceso cognitivo. Losniveles ms elementales, que se pueden presentar en los niospequeos, en animales superiores o en estados clnicos24muestran formas de conocimiento y de responsividad almedio ambiente y por lo tanto de consciencia. Lo incons-ciente solo puede entenderse en relacin con formas mscomplejas de consciencia. Con otras palabras la conscienciaes todo proceso de conocimiento y en ella pueden darse nive-les diferentes de percatamiento y de explicitacin verbal.

    El segundo componente de esta reconceptualizacindemanda una consideracin de las posibles relaciones entrelas diferentes formas, o niveles de consciencia25 que puedan

    EL INCONSCIENTE, HISTORIA Y RETOS ACTUALES 181

    24 Ejemplos clnicos, pueden ser la visin ciega, la prosopagnosia, los caso de cerebro escindido, donde el sujeto puede mostrar algngrado de conocimiento de estmulos externos sin que pueda dar cuenta de ellos de manera explcita (Bisiach, 1992; Cheesman y Meri-kle, 1986; Colmenero, 2004; Farah, 1995).25 En este escrito no proponemos como podra establecerse una teora de niveles o estados de conciencia. Por ahora simplemente for-

    mulamos los aspectos que deberan tenerse en cuenta para el desarrollo de una teora sobre los procesos conscientes e inconscientes.

  • formularse. Las relaciones entre estas formas pueden darsede manera armnica, o de manera desintegrada, o de oposi-cin. Ejemplos de una relacin no armnica puede ser la quese presenta en los fenmenos de visin ciega (Weiskrantz,1991). En estos casos el sujeto a pesar de no percibir elmundo construye una serie de fabulaciones para dar cuentade sus actos de torpeza. En estos casos clnicos la conscienciase opone y estorba el adecuado funcionamiento psquico.Las relaciones igualmente pueden ser de ignorancia o deinaccesibilidad de los procesos ms elementales de cons-ciencia, como por ejemplo en los casos de desconexin delos hemisferios donde parece darse dos formas distintas deconsciencia (Sperry, 1968). Finalmente la relacin entre losdiferentes niveles de consciencia puede ser armnica, o deintegracin, donde los niveles de autoconocimiento, o deverbalizacin, pueden orientar la accin de manera adapta-tiva en la resolucin de problemas especficos.

    El tercer componente para una teora ms abarcadoradel par consciente-inconsciente sera la consideracin delfuncionamiento de la consciencia (de sus niveles) en tr-minos de adaptabilidad o de evaluacin en trminos posi-tivos y negativos. Obviamente este tercer componente estrelacionado con el anteriormente expuesto, ya que de acuerdoa como se den las relaciones entre los diferentes niveles deconsciencia podramos ver como las relaciones pueden gene-rar dificultades o facilitar los procesos de conocimiento. Losprejuicios, las intuiciones, las resoluciones de problemas demanera rpida son solo ejemplos de las posibles manerasen como las diferentes formas de consciencia pueden faci-litar o entorpecer el proceso de interaccin con el mundocircundante.

    Por ltimo el cuarto criterio tiene que ver con la consi-deracin de la subjetividad. La perspectiva de primera per-sona, y las dimensiones biogrficas deben ser un compo-nente esencial para entender como nuestra experiencia esms que una suma de elementos independientes. La subje-tividad es una condicin necesaria para que las distintasdimensiones de la consciencia puedan comprenderse demanera integrada.

    Estos diferentes criterios son solo indicaciones para unaposible teorizacin sobre nuestras maneras de conocer y detomar consciencia del mundo y de nosotros mismos. Espe-ramos que esta propuesta sea evaluada de la manera comose evalan todas las propuestas de conocimiento, en trmi-nos de las posibilidades que ofrezca para la toma de cons-ciencia de nuestras ms variadas formas de conocer y deser en el mundo.

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    Received July 6, 2011Revision received September 2, 2011

    Accepted September 19, 2011

    EL INCONSCIENTE, HISTORIA Y RETOS ACTUALES 183