comunitaristas vs liberalismo el debate

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  • 8/2/2019 Comunitaristas vs Liberalismo El Debate

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    EIdebate entre elliberalismoy el comunitarismoRoberto Brefia

    APacoIn memoriam

    A partir de la publicaci6n en 1971 de A Theory of Justice de John.t'l.Rawls, la filosoffa polltica anglosajona ha experimentado un rena-cimiento extraordinario. 8610 15 anos antes, en 1956, Peter Lasletthabia decretado Ia muerte de esta disciplina en un ensayo que alcanz6gran difusi6n en el 4mbito academico.1 La concepci6n liberal sobre lajusticia expuesta por Rawls en su libro dioorigen a una serie decriticasdesde perspectivas diversas dentro del Mundo de la filosofia politica.De eUas, la mas importante ha side la critica comunitar ista, la cual,a partir del inicio de la decada de los ochenta, ha provocado el debatemas importante en 1a teoria polftica anglosajona de los anos recientes.Este debate ha tenido como escenario privilegiado la sociedad es-tadunidense. La mayoria de los participantes en el son profesores defilosoffay teoria politica en universidades de Estados Unidos. 2Ademas,Elte trablijo f iJa poBible graciu a una beea de inve8tigaci6n del gobierno canadienae. AgradezcoaI profeaor CharI. Ta,ylor IU ueaorfa durante mi estancia academica en la Univeraidad deMcGil l , Montreal. Aa lmi amo, agradezeo a Nora Rabotnikof del Ins ti luto de Investigaciones Fi1oa6ficu de la lINAM, a Emique SerraIIO del Departamento de ~'iIOBOfiade la UAM-Iy a loa dicta-minadoreB an6nilllllll dePolUicay Oobienw lUi crfticas y comentarios a una versi6n preliminarde eate eD8II,yO.

    1Se trata de la introducci6D allibro Philosophy. Politics ami Society, Oxford, Blackwell,1966. En loa paIHs angloalQODeI, eate def'unci6n temporal" de la filosofia polltica eatuvo deter-miDada en buena medida par e l p reclomiDio duran te d l!cadss de una cier ta cancepc i6n de lafi loaotla, primero blijo la impronta poBitiviBta y posteriormente del analisi8lingllflt ica. En eateI I8I1tido, e 1 .1I!gUIldo. W lt tg en a te in ( en eepecial BU B Investigaciones /i/0s6{ictJB) deaempefl.6 unpapal muy importanta en elreavivamiento del filoaofar sobre la polit ica. V6sae Raymond Plant,ModBm Political Tlaought, OU'onI, Baa i l Blackwell , 1991, caps. 1y 9.:IDebe aeftalarae, lin embargo, que importanles participantes en el debate, como CharlesTaylor 0Will ~icka,1OD canad ienl l8 l l . Aaimiamo , doauniversidades britanicaa, Ozford yCam-

    J > o U c U : a I I C lo6 imIo , vol. I I, n li m. Z , s eg uO O o a e me str e d e 1 99 5

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    cuando la discusi6n abandona el aimbito puramente te6rico en el queprimordialmente se ha movido y pasa a considerar realidades politicasespecfiicas, la inmensa mayorla de los ejemplos que se dan Be refierea aspectos particulares de dicha sociedad. Esto podrla llevar a pensarque Be trata de una discusi6n que s610es pertinente para el Mundoanglosaj6n. Sin pretender hacer extrapolaciones que con frecuenciareflejan una confianza excesiva en la actividad te6rica y un conoci-miento superficial de realidades sociales concretas, nos parece que eldebate entre liberales y comunitaristas puede resultar no s610intere-sante sino tambien pertinente, en algunos aspectos, para sociedadescomo la mexicana y,en esa medida, puede aportar alga a la discusi6nte6rico-politica en MUico. En la Ultima parte de este articulo habla-remos sabre dichos aspectos, as{ comode las adecuaciones que es nece-sario hacer en ciertos puntos al trasladar el debate a un contextodiferente del original. EI objetivo principal de este articulo, sin embar-go, es Bervir co~ introducci6n a una pol'mica intelectual que, a pesarde su relevanma dentro de la filosatia politica contemporanea es pococonocida en nuestro pais. 'Antes que nada, conviene hacer algunas aclaraciones respectoa las dos posturas te6ricas que participan en esta pol 'mica: ellibera-lismo y el comunitarismo. Un problema que surge con la utilizaci6n deestos dos ummnos es que el debate, as{ planteado, parece colocar alcomunitarismo fuera de la tradici6n liberal, 10cual, como veremos, noes el caso. Esta posible confusWn puede evitarse si la discusi6n se plan-tea en tmminos de individualismo y comunitarismo.8 EI problema conesta manera de presentar el debate es que la corriente liberal que Iedio origen es elliberalismo rawlsiano, elcual, en el proyecto de sociedadjusta que plantea en A Theory of Justice, da lugar a arreglos politicosy conductas sociales que no Be enmarean dentro de 10que podna con-siderarse una postura individualista integral. ' Si algunos autores,comoDavid Mulhall yAdam Swift, consideran a Rawls como"la versi6n

    paradigmataea del liberalismo eontemporaneo" es a causa de que com-bina "el compromiso con Ia libertad del individuo, representada en elconsabido apoyo liberal a las libertades publicae, y la c:reencia en laigualdad de oportunidades, con una distribuci6n de recursos mas igua-litaria de la que resultaria del puro mercado, 10 que lleva a apoyar unestado de bienestar redistributivO".6 Hechos los seiialamientos ante-riores, a 10largo de este trabajo hemos optado por seguir utilizandolos terminos convencionales: liberalismo y comunitarismo.sl .CuaI es Ia relaci6n del comunitarismo con la tradici6n liberal?Aunque algunos autores han presentado a los comunitaristas como&jenos a esta tradici6n, en la actualidad ya no parece cuestionable lainserci6n del comunitarismo dentro de la misma. Ciertamente ubicadoal otro extremode posiciones libertariascomo la deNozick 0instrumen-talistas comola de Gauthier, pero incluso dentro de ese enorme paraguaste6rico que es elliberalismo eontemporaneo, el comunitarismo constituyeuna critica a esta tradici6n depensamiento politico que, no por enmar-carse dentro de ella, pierde fuerza 0validez. La ubicaci6n de la criticacomunitarista en el interior delliberalismo obedece a varias razonesalgunas de las cuales mencionaremos brevemente a continuaci6n. 'La primera es que si bien algunos de los autores en quienes loscomunitaristas han fundamentado algunas de sus propuestas 0reco-nocido un lin&je en la historia de las ideas politicas no son liberales(Arist6teles, Maquiavelo, Rousseau y Hegel), otros son representantesd~ primera I~ea dentro de la tradici6n liberal (Montesquieu, 'lbcque-ville y J. S. Mill).7 En segundo lugar, aunque algunos comunitaristasestan contra el proyecto liberal in toto, la mayorfa de ellos esta a favorde una reforma, si bien profunda, de la manera de entender algunos delos presupuestos te6ricos delliberalismo y de ciertas practices socialesy pol{ticas en las democracias liberales contemporaneas, En este sen-tido, por ejemplo, el comunitarismo comparte con el liberaIismo el&Liberals e l l : Commuraitarians, OdOM, Oxford Univers ity Press , 1992, p.X. Eata es la DHUorviai6n panorlimica que 118 ha escr ito has ta la fecha ace rea del debate. A fin de evitar una aimpli-6caci6n de la postura comuni ta ri at a, dejamos au "de finiei6n" (en rea lidad una relac i6n de BUB

    c:aracteristicaB principales) para UD08 pIirrafo8 m a s adelanle.8Una ultima ac1araciOOal respec:to noe parece pertinente. S ibien en elnivel te6rico la cri ticacomUDitar;mta allj~aljlmt? 118 ha centrado en e l l iberal ismo rawls iano , a l momento de paaa r .

    8 la .pnlcti~, las dlvergenCl!,1 nul.1 marcadas surgen respeclo n polil icas social. 0 pnlcticalpol[t icas denvadal no de un llberallamo comoel deRawls s ino deposieionea liberalea d la Hayek. 7 Debe .ef tal a~ que .18 inftuencia de~lIaobre el pensamiento comunitaris ta IIIIIIU18. prin-Clpalmente de CorasidemCIQIIe8 Babre el gobiemo representativo. Otros textOBde M il l e ntr e aliosel cl"'i~ Sabre la libertad, per tenecen eas i por en tero a lave rt iente l iberal a laque" :' opone estepenlllUDll!nto.

    brldp, han lido ~ cantroe de diacuBi6n '1 prodw:c:i6n de tutoB re1atiVOBaI debate enCU88ti6D.a EIto 10 que hacan, par lliemplo, Shlomo Avinari yAvow J>e.Shalit en allihl'O IObre eldebate, en al cuaI fuqen como edi to reB : Comnuuaitaricmi IIIItllradillidualism N ue va Y ork0atiJrd Uaiveraity Pre., 1992. ' . '

    4 En loll aiveln 6tico, epiatemol'cico '1metadol6gico al comunitarilmo y el inilividualiamoliberal adop tan PI!.Iici- contrarias. Sin 1IIIIharp, elliheraliamo rawIaieno no eaindividua1iataen 10 econ6mico. IJ:ata IIBI'fa una poatura individua1iata "iote(p'al. uno de cuyaB 18pl 'Bl l8DtanteaoW dB8tacadoa en BIte IiIlo 88 F. A. von Hayek. Sobre loll d i f e r e n t . tipoII y conceptualiuc:ioneadel indiYicluaHmlo v6ue Steven LukeI, Bl i radividual ismo, BarI lelona, Penfnaula, 1976.

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    reconocimiento del valor moral intrinseco 0dignidad del ser humanoconsiderado individualmente y,por tanto, de la autonomia individualy de la libertad que es indispensable para sustentar esta autonomia.Sin embargo, en el caso del enfoque comunitarista, se trata de unindividuo inmerso en y,en buena medida, determinado por su contextosocial, cultural e hist6rico. En un plano mas practico, elcomunitarismotambien reconoee y valora el conjunto de instituciones politicas libe-rales comprendidas bajo 10 que eomunmente se denomina "Estado dederecho". Por Ultimo, es posible ubicar a esta corriente dentro de latradici6n liberal porque, retomando 10 dicho con anterioridad, ellibe-ralismo moderno tiene un rango tan amplio de perspectivas te6ricasque algunas de sus vertientes, las que piensan que las ideas sobre elbien (the good) deben desempeiiar un papel importante en las socie-dades liberales, son capaces de incorporar aspectos centrales de Iacritica comunitarista.8

    Antes de continuar, conviene ubicar, aunque sea de manera so-mera, el contexto en el que se ha dado esta critica y tratar de dilucidarcuaIes son algi !Dasde las cuestiones que estan enjuego en este debate.A Theory of J"stice represent6 no s610 el renacimiento de la filosofiapolitica anglosajona sino tambien del deontologismo dentro del pensa-miento liberal. EI deontologismo es la postura etica que evalu.a cadaacci6n humana con base en si es 0no correcta ojusta (right) y si sigueuna serie de procedimientos establecidos racionalmente, sin importarlos fines perseguidos 0 las consecuencias de dieha acci6n.9

    "Lajusticia esla primera virtud delas instituciones sociales, comola verdad 10 es de los sistemas de pensamiento. Una teorfa, por mascuidada y concisa que sea, debe ser rechazada 0 revisada si es falsa;de la misma manera, las leyes e instituciones deben ser reformadaso abolidas si son injustas, sin importar cuan eficientes y bien ordena-das puedan ser."lOCon estas palabras, Rawls nos introduce a su teoriade la justicia. Posteriormente, afirma que las personas poseen unainviolabilidad fundada en lajusticia que ni siquiera el bienestar de lasociedad como un todo puede pasar por alto. EI autor se manifiesta asien contra de la corriente utilitarista, la cual, desde mediados del siglopasado, habia prevalecido en la filosoffa politica anglosajona. Rawlsrechaza el consecuencialismo de esta corriente y, en general, se oponea todo teleologismo. Desde su perspectiva, toda tcoria etica de indoleteleol6gica (es decir, las que derivan la obligaci6n moral de si los finesperseguidos son buenos 0 deseables) atenta contra la inviolabilidaddel individuo. Con la justicia como vir tud cardinal, Rawls esta plan-teando la prioridad de 10 correcto sobre 10 bueno (the priority of theright over the good), unica manera de garantizar, para el, que la jus-ticia, "primera virtud de las instituciones sociales", se cumpla. Conestos criterios como plataforma, Rawls retoma la tradici6n contractua-lista (Hobbes, Locke, Spinoza, Rousseau y Kant) y propone, en la pri-mera parte de su libro, un nuevo pacto originario de la sociedad.PUna dbda deapues de aparecido ellibro de Rawls, comienzanaver la luz publica una serie de textos que, particndo de autores comoArist6teles y Hegel, haeen una critica de los principios te6ricos apli-cados por Rawls y algunas de las consecuencias practices que, de acuerdocon estos textos, dichos principios tienen sobre las sociedades libera-les contemporaneas.1 1 l Desde mediados de la decada de los ochenta, de

    8 Ellto ulo qua u COJlCJCIIIlOIIIO "Iiberali1lD ll perf'eccicmista". Entre BUBrepJ'll8entantes mUimportantea 18cuantan JOI8p Ra z (The Moralit,y of Freedom, Ozford, 0lIf0rd University Pre.. ,1986) 1 William GaIBton (l.ibcralllirtue., Nueva York, Cambridp UDiveraity Preu, 1991). Laanterior DO quiare cIaeir que Iacrftica comunitarilta DO haya l I evado a replanteamientos y auto-crftiCIIII par parte de l IlUChoa otroa deBtacadoB autoreB Iiberalu; bas ta J I I I D I B l " en lOBUcritol deRawls a partir de "KantiaD C0D8tructiviml inMoral 'D l eory" , Joumal of Philollophy, vol . 77,nWn. 9, 1980, pp. 616-672, 0en e1 reconocimiento de la importancia de l a idea decomunidad porparte de Ronald Dworkin, WaI8 en particular "Liberal CommuDitT', California Law Review,vol. 77, DUm. 3, 1989, pp. 479-604.8 Kant el e1 r ep_tante liberal por antonomaaia de una p0Bi ci 6n deontol 6gica liber al .Para 61,el valor principal del eer humano DO e8tI1 en lOBfinea que 6Bte IIIICIIgI!I Bino en IUcapacidadpara 8 1 1 C 1 J 1 8 r , aiguiendo un proc:edimiento eatablecido con criteriOB forma1ellluniveraalea. La im-portante aImomento de utablecar una loc iedad nou qua 101pr incipiOB que deben regirla con-tr ibuyan a mazimizar BIbieneatar 0 utilidad B O C i a I , IlOIIIO 10 plantearia e1 utilitariBmo, 0 quecolaboren en el deBBrrOIIode una ciarta idea del bien, como IHlrfa el caao del comunitarillmo, linoqua 18acleenen a la idea de 10 correcto 0 justo, una categor fa mo~ que t iene prior ic led aobre lacate(pl rfa de 10bueno y que u independien te dee l la . S ibab lamoa en e1 tuto de un renacimientodel deontolCJ8iBmo en e1 penumiento libenllll porque eab planteamientOB kant ianOB eet6n enla bB18deA 'I 'IuIOryofJUlltice, deJohn Rawl. (Harvard, Belknap PreaalHarvard UDivenity Preaa,1971).

    10 Ibid, p. 3.11Rawls p lan tea ee te pac ta enI..primeraa pAginal de un tcxLo, en ocasionel complejo, quetiene en total c:erea de &eiaciental. Lal ec tu ra de eate l ib ro es e l punta de arranque obligado para

    cualquier penona interelBda en eI debate que nOBocupa (exist.e una version en espaftol del Fondode Cultura Econ6mica). La t raacenc1encia dellibro de Rawls para la teeria polit ica anglolrijonaBe ret1eja en Ia afinnaci6n categ6rica de Nozick. de que "hoy los filosofos de la polft ica, 0 debent rabr ij ar den tro de la teorfa deRaWII , 0bien upl icar por que no 10haecn". C itado por FemandoVallupm en IUintroducci6n all ibro de Dworkin, Etica privoda e iguulitarisnw politico, Madrid,Paid6alUnivenidad Aut6noma de Barcelona, 1993, p. 9.

    12En relaci6n CODel penlBmiento de Hegel, ea importantc apuntar que la cri tica comunita-ria ta aIl iberalil lDll l entronca CODOBargumentoa hegelianos en contra de IIImoral kantiena y,enun lentido mal amplio, con laB c ri ti caa rom8nt ica l a la I lust raeion , A par ti r de aquf aurge unaaer ie de ent rec: ruzamien tOB de la cr it ic a comuni ta ri st a a 10soeiedad l iberal mode rna con la di-funclida cliacwri6n filol6fica contemponinea 80bre la modemidad. Sobre este tema (que reba . .lOBobjetivoa de eete articulo), puade CODaultarse a Carlos 'l'hieballt, Lo limites de la comunidad,

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    entre los muchos textos criticos delliberalismo rawlsiano, algunos deellos empiezan a ser agrupados dentro de una corriente a Ia que se de-nomina "comunitarismo". Los autores de esta corriente que, desde laperspectiva actual, parecen ser los mas importantes, son AIasdairMacIntyre, Michael Sandel, Michael Walzer y Charles Taylor.181bdosellos destacan la importancia del conteUo social, cultural e hist6ricoen Ia conformaci6n del individuo y dan prioridad ala sociedad "buena"sobre Ia sociedad "justa". Adams, otorgan aI concepto de comunidadun Iugar privilegiado dentro de su concepci6n filos6fico-politica.14Por Ultimo, reconocen un linaje de pensamiento en 10 que se conocecomo la tradici6n dvico-humanista 0republicana y,apegmdose a ella,conceden un lugar preponderante a la participaci6n ciudlldana paramantener la fortaleza y vitalidad de la comunidad politica.16D os seiialamientos son importantes antes de pasar a enumerarlos apartados que constituyen este articulo. EI primero es que el comu-nitarismo dista de ser una corriente depensamiento homogenea. Aun-

    que ya Be mencionaron algunos elementos compartidos por los autoresque normalmente se inscriben dentro de dicha corriente, ninguno deellos se define a si mismo como "comunitarista" y las diferencias queeDsten, por ejemplo, entre pensadores como MacIntyre y Walzer sonenormes. EI primero rechaza el proyecto liberal comotal, mientras queel segundo ha puesto de manifiesto sus coincidencias con elementosfundamentales del ideario liberal y ha a1ertado sobre los excesos enlos que puede incurrir el comunitarismo. "Comunitarista" es un adje-tivo que, como muchos otros dentro de la teorfa polftiea, no es del todoadecuado por la simplificaci6n que supone, pero que, tomado conlas precauciones del caso, es 6til para ubicar a un grupo de pensadorespoliticos que encuentran en el liberalismo eontemporaneo una seriede elementos filos6ficos, sociales y culturales que deben ser reexami-nados y modificados, paro no desechados.Un segundo punto se refiara a una cuesti6n ya mencionada: la"naturaleza anglosajona" del debate. Cuando los participantes en eIse deciden a abandonar el plano te6rico en el que esencialmente se hadesarrollado Ia discusi6n (hecho hasta cierto punto explicable si con-sideramos que se trata de un debate de indole eminentemente fila-s6fica) e ilustrar un determinado argumento con ejemplos eonereteetomados de Ia realidad social, se recurre casi siempre a ejemplos ex-traldos de la sociedad estadunidense.18 Aunque este hecho podrfa llevara pansar que 1a pertinencia del debate se circunscribe a Estados Uni-dos, es claro que en Ia medida en que esta polemica intelectual se dadentro y sobre una tradici6n politica que rebasa con mucho las fronterasde este pais, el debate en cuesti6n tiene algo que aportar a la discusi6npoUtica en otras sociedades. EI hecho de que la sociedad estadunidensesea el escenario privilegiado de Ia discusi6n responde en gran parte auna raz6n que no ha sido mencionada. Las "disfunciones" que los au-tores comunitarista& detectan en elliberalismo moderno encuentranen dicha sociedad su mmmo desarrollo. SegUn ellos, elindividualismo8:l:acerbado que elliberalismo promueve ha tenido una serie de conse-cuencias sociales negativas que, de no corregirse, pondran en paligrola propia viabiIidad de las sociedades liberales modernas: aislamiento

    Madrid, Centro de Eatwlioa CoD8ti tw:ional_, 1992. "ndebau t _ e l pen ll lldor pol it ico de hab lahiIpaDa que mU.. ba ocupaclo de lu cri tical comUDitaria tu at PIU1eeto liberal.13Le e librol mU imponan te l, ral at ivoa a l debate en _ti6n, de cada uno de utoI cuatroautol'8ll1C1D, reapeativlllllllllte: AIudair MacIntyre,AIter VirlIl8, Notre DIUII8 ,Un iV8 l 'l l i. ty o fNDtreDamaPreae,l981;Michael8aDdel,LibeTalumlllldtheLimilsofJUIIIia,NuevaYork,CambridpUDivend.ty Preae, 1982; I&haeIWalzer , Spllerel of Juice, Nueva York, Bule Boob, 1983, yCbarleI I Taylor, PIa~ IIIId theH_&:ie_I (Philoaophical Papal'l2) CambricIp, Cam -bridp Uniftl'llity Prau, 1986. SIn pretender l1li'emauatl.YOI, otrm autcmlll comUDiteriatu im-portentee IUDRober t Be1Iah, William M. Sullivan y Criatopher Luc:b. C om o . . mencion6, lac:rltic:a comunitar iata all iberalimDo rawlliano . . una entre varia. Y a . . 1 D I I D C i o n 6 alliberalilmaperf'ecci.oniatl, pero deatacan t smbi6n lu real izadaa deIIde poa i c iODe l uti li teriatu (Scanlon),Jibertariu (N0Idek) , ~ (B. WilliIIDII). Estu 6ltimall tienen mucho l l punto l deClI IDtacto COD e1 COIIIUDiteriamo, pero, en principia , . . poIIible aepararlu.l'Una comuaidad Iepuede cIef inir como un cxuVunto de peI'IOD&I que compar ten una 1liiiede valore8, prop6aitol y mpifteadol. Loa m i embro s de una comunidad compar ten tambi6n una1liiie de pnctic:aa qua deftnen a 11c:","npUiad yque, al mimIo tI.empo,lI CODItituyen,fortalecen.Para e1 comuniteriamo, 11 C'A1II",Didadorma parte de la identidad de lUI miembfOl ; as decir,_ to a . . autodafiDen de acuerdo 1lOIl1a(1) comuaidad{.) a 1a(1) qua ~. Lacomunidad. .. ademU, una anouDidad de memoria, de&nida en parte par IU puado y la IIUIDIOI'ie de eate

    puado. Entre 101tipos de comWliclad mU importantelle cuentan la familia, Ju com"nidadesreJigiOIu, 6tnicu 0l iJIIIl(Bticaa ,la ClllDUllidad pol(t ic:a . Sin embargo, uiBten muchoII otrol t i l J C ! l ly e1 t6rmino aceptl cfefiniaioneI baltsnte mUc:ompleju que la proporcionada aqui. D a n ie l B e ll ,en 11libn Communitarianiam and itsCritic (Odord, Oxford UDiV8l'lli.ty Preaa, 1993), P1'8l8DtI'1deIarrolla una interl8aDte tipcJloK(a de lu COJ!Umidad..11La comunidad po l( ti c a probablemente 10mU_ que hay a un I D U D d o de 1 i & D i f i -eadoII compartidos. ldioma, hiltoria y cuJ tu ra . . ra6nen (mU que en niD8una otra parte) paraproduc:i r una conci . . . cia co1ec:tiva.Walzer, Spheru of Juice, Nueva York, Buic Boob, 1983,p . 28. (El li at e una V8I'IIi6n en . . pai io l del Fondo de Cultura Econ6mic:a.) En este IeDtido, lacomunidad poHtic:a equivaldrfa, en t6rmin0i aenera1eI , a 10 que Iedenomina actualmente .Es-tedo-naci6n 0"pail". En lamecl ida enque . . e16mbito en e1 interior del ~ Iedeciden 1udiatri-buciones de todo tipo, la comunidad po1it ica . . la entidad par CODIiderar IObre cualquier otra alDIODI8Dtode dillcutir 10qua debe 1 1 8 1 ' unalOCiedad juatl.

    11Laucepei6n 1IIIi. notable en . . te I8Dtido ell Spheres ofJustice (sin embargo, en eli te C880,101tdemplOlIUD utilizados para iJuatrer una determinada postura metodol6gica). Eate aUBeDCiade tdemplOi e iJuatracion . . de 101c1i8tintol argumentoa eBgrimidos por lOBparticipant.. en lapo]6mica (indepeadientemente de la BOc:iedada la que Berefteran) nOBparece mU criticable ene1 caao de 101aut0re8 comUDiteriatu, dada la importancia que elloa otorgan a laa comunidadelconcretu que , deade au pal'lpectiva te6rica , Corman toda soeiedad y conforman a toclo individuo.

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    del individuo, endiosamiento de la esfera privada, desintegraci6n delas comunidades, instrumentalizaci6n de la polftica y materializaci6nde la vida social.E1presente articulo seencuentra dividido en cinco apartados, ade-m4s de eata introducci6n general en la que intentamos ubicar el debateen su contexto. EI primer apartado presenta, de manera breve y ne-cesarlamente simplificadora, los elementos principales de la criticacomunitarista alliberalismo. EIsegundo, trata sobre 10 que hemos deno-minado la "indeterminaci6n del liberalismo", es decir, el carActer ex-tremadamente amplio deesta tradici6n polftica. Esteelemento nos ayu-darA a entender por que el cof:llunitarismo es un correctivo y comple-mento delliberalismo y nouna altemativa almiamo. El tercer apartadose refiere a algunos aspectos de la relaci6n entre teora y prActica quenos servirAn para seiialar ciertas limitaciones en los an'Usis que tantoliberalea como comunitaristas han hecho respecto a eata relaci6n, as{comopara revisar desacuerdos importantes que alrededor de este ternaexisten entre ambas posturas.17 En elcuarto, sebarA una breve revisi6nde algunas conclusiones preliminares que pueden desprencierse del de-bate tal como se ha presentado hasta el ella de hoy. Por Ultimo, en elquinto, nos ocuparemos de los aspectos de la poltSmicaque, desde nues-tra perspectiva, pueden aportarmais a la discusi6n te6rico-polltica sobreelliberalismo y sobre las transformaciones sociales que se estlin dandoactua1mente en MUico (yen el resto de America Latina).

    a) EIcomunitarismo critica alliberalismo su vision del sujeto comouna entidad cuya trascendencia moral reside en su eapacidad paraescoger y no en los fines que persigue.19 Seglin elliberalismo, el sujetosiempre es capaz de sustraerse de sus propOsitos y de sus relacionesa fin de evaluarlos. Papeles, prop6sitos y fines no son constitutivos delsujeto, sino que dependen de su eapacidad para evaluar y escoger deentre ellos los que crea mAs convenientes. Lomas importante no son losfines perseguidos sino la capacidad del sujeto para determinarlos. Deesta prioridad del sujeto proviene la prioridad de ]0"justo" 0"correcto"(right) sobre 10 "bueno" (good). Mientras se respete la autonomia del in-dividuo se puede considerar que se estli procediendo de manera justa,correctamente. Desde la 6ptica comunitarista, este sujeto "desencar-nado" (unencumbered), independiente detoda concepcion del bien, ignoraque las personas estlin en buena medida constituidas y determinadaspor eata misma concepci6n. Pretender eliminar nuestras ideas sobreel bien al momento de establecer una sociedad justa es una muestrade las insuticiencias y l imitaciones de la vision liberal del sujeto, con-siderada "metatrsica" (en su sentido peyorativo) por el comunitarismo.

    b) Respecto al individualismo asocial, el comunitarismo critiea alliberalismo su idea acerca de que los fines delas personas se estableeende manera independiente 0 con anterioridad a la sociedad, Ia cual,desde la perspectiva contractualista rawlsiana, es considerada comoel resultado de una negociaci6n entre individuos cuyos fines se eneuen-tran previamente determinados. Esta postura oscurece el heeho deque, segUn los comunitaristas, es precisamente el tipo de sociedad enla que viven las personas 10 que afecta tanto la manera en que estasse yen a s{mismas como el modo en que consideran deben vivir susvidas. EI origen de 10 que, a falta de una mejor traducci6n, denomina-remos "autoentendimientos (self-understandings) y de las concepcio-nes del bien tienen una matriz social que elliberalismo tiende a ignorar.AdemAs, esta tradici6n politica no da importancia a los autoentendi-

    LLa critica comUDitaristaEI debate entre liberales y comunitaristas ha girado en tomo a seistemas principales: a) la concepci6n del sujeto; b) el individualismo aso-cial; c) el universalismo; d) la di~tomfa subjetivismolobjetivismo; e) ladicotomfa perfeccionismolneutralidad Y o por Ultimo, f)la idea de comu-nidad poUticq. y la virtud dvica.18

    17No debe ccmfundiru la relaci6n entre teorfa y pnctica aquf planteada con el car4eterpreem.inentemente t . e 6 r i a o que, como ya.. apunt6, ba prevelecido a 10 largo del debate. En eats6ltimo C8IO e l con trute ent re la teorfa '1luealidaclIIII poHticu coneretu .. da al niuel deldiBcur8o. '!Uto la indetermiDaei6n del JiberaJilmo como la inpnuidad de ambaa posturee rae-pecto a la relaci6n entre teorfa '1prActica eyudan a apJicar la aer ie de malentendidoB mutuoB ycrlticu en el varJrI ' que .. han dado a 10 la rgo del debate y que , par momentol l, han reBtadoconaiatancia a la diBcuei6n como tal.11Para .. t e aper tado _ beeamoB en la introducci6n de MuJhall ySwift, Liberal& ..op. eil.,pp. 1-88. El6nico camb i a . . re&ere al41tima de 108temee, el de lamud dvica, que .. toII autoreB

    DO inc luyen. EBta aUienc ia . . expJica porque Mulha ll y Swil \ cen tran e l debate de manera ex-cluma en el penIIamiento de Rawla, 10 cual . . jUBtificable en buena medida, pero, por cUemplo,cbUafllera elite importante tema porque DO ocupa un lugar destacado en la obra deRawl .Cuaneloutilizamoa 108t6rmin08 "comunidad politica en Bentido constitutivo 0 comunidad polltica (enc:univee) nOl referimoa a.la via i6n par ti cu la r que . como veremos a l rev isa r eBtepunto, t iene e lcomunitarilDlO aobl' ll io que daben repreaentar laB inst. ituciones polit icas para 108ciudadan08 deun determinado par. (0 comunidad poHtica).19 La critics COIDunitariata el a~e to l iberal t iene au me jor exp08 it .o r en Sandel, 011.cit. (eB-pec(ficamente la introducc:i6n y el primer capltulo).

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    lID 0 811~ de Sanclel elliberalimlo minimi Ia "CO IIc:epci6n conlltitutiva de Ia co-lDUDidaci . V.. . . ibid., p. 160 . z . : . . pcJIici6n oomunitar iata respecto al individualiamo aBOcial , 0atomiamo uf COIIID eI madeIo de Iapr imacfa de 101 derechoe que de ut e proviene 88tt eapueataC OD ~ eoel capftulo 7 AImDiIm, en ' lBy1or, 0 1 1 . cU. , 1988, hpp. 187210.IIOp. cit., p. 19.EI tema cleI UDivenal iamo ha aido una preocupaci6n fundamental de 11610un o de loa principa1e8 repreaeIltaDtea cleI oomunit .ar i l lmo: Walzer. Adem41 deSIIMIW ofJrutit%,. e p u ed en CIIDIultar , , . , _ , , , , . . t a t i t m I 1 1 II I So c ia l C r il ic iam , H a rv a rd , H a rv a rd UniVlll'llity Preas,1987 y The COIIIpGII,)If Critit:B, Nueva York, BaBic Boob, 1988, en 101 que Walzer reapondea criiicae que 18 Ie hicleron eo el I8Dtic1o de que e1 papal que Ie lllijudica a lO B "BigDificadoacompar t idoB" (1hanId m e c u & i " I I B J impOBibilita Ia exiBtencia de pOBturu r ea lm e n te c ri ti ca e e n e1interior de cada IOCiedad. En " J U B t i c : e uFaimeal: Political not Metaphysical" ( Ph il Da op hy I 11 II IP ub lic Aff ail'l, v ol. 1 4, n ~ 3 , 1985, PP : 223-251), Rawl s h a r e co n o c id a que ~ teoria ~ Ia~uat ici ano t ieDe pretenaionea umvanaUataa lIDOque elt t penaada para democ:raciaa CODIt itucionaleamode rnaa .

    negativas sobre lamanera en que es concebida Ia vida moral y politicaen las sociedades oceidentales modemas.e)La dicotomia perfeceionismo/neutralidad es un tema recurrente

    en el debate entre liberales y comunitaristas. El punto principal aqwes si el Estado debe promover ciertas conductas de los ciudadanos (10que presupondrla una determinada idea del bien) 0si, como 10 proponeel liberalismo, debe ser absolutamente neutral respecto a cualquierconcepci6n del bien. Para elliberal, elinevitable pluralismo moral y,portanto, de formas de vida en las sociedades modernas debe implicar Ianeutralidad estatal. La tolerancia se convierte entonces en un valoresencial de la sociedad liberal. Si, como se seiial6 en el punto anterior,no es posible darle prioridad a ninguna vision de 10 que constituye la"vida buena" (good life), entonces, de acuerdo con elliberalismo, elEstado no debe intervenir en sentido alguno para fomentar una visi6nespedfica. A ello responde la postura comunitarista afirmando que,justamente porque existen maneras de vivir que son mas valiosas queotras, el Estado debe intervenir para protegerlas y fomentarlas. Lasupuesta neutralidad del Estado liberal en realidad privilegia unavisi6n de la "vida buena": la que ha sido elegida "aut6nomamente" porcada individuo, sin importar en que consiste la opcion escogida.21 Lasupuesta prioridad de 10 justolcorrecto sobre 10 bueno, tan importanteen el discurso liberal, no es, para los pensadores comunitaristas,sino un engano detr 's del cual se esconde una determinada concepci6ndel bien.n La incapacidad delliberalismo para incorporar un sentido cons-titutivo de comunidad politica y la virtud cfvica son una consecuenciade la visi6n liberal del sujeto y de la prioridad que da a 10 correcto sobreel bien. Elliberalismo carece de un sentido de comunidad porque los"electores" (choosers) nocomprometidos que habitan la sociedad liberalno pueden considerar las comunidades de las que forman parte sinocon un sentido instrumental. Esto es, como un medio para asegurarysatisfacer sus intereses particulares. La comunidad polftica es vistacomo alga contingente, extemo; alga que no constituye parte esencialde mi persona. Esta percepci6n conduce necesariamente a subvaluarla virtud dvica, entendida principalmente como una ciudadanfa cons-ciente del valor de la comunidad politica a la que pertenece y del

    mientos y concepciones del bien que tienen una naturaleza fuertemen-te comunitaria.20c)En relaci6n con el universalismo, Mulhall y Swift escriben: "Lacuesti6n especffi.ca aqui es si elliberalismo puede recIamar que susconcIusiones tienen aplicaci6n universal y transcultural, 0 si puede

    dar lugar a laidea de que diferentes maneras deorganizar a la sociedadson apropiadas y moralmente justificadas en diferentes tipos de eul-tura, en cuyo caso el marco politico liberal solamente pretenderla apli-carse en sociedades de cierto tipo.21Desde la perspectiva comunita-rista, el liberalismo comete una abstracci6n inaceptable de lastradiciones culturales y pr'cticas sociales al evaluar los comporta-mientos humanos en las diferentes sociedades. As{ puea, no existe unpatr6n universal dejusticia: cads sociedad determina los principios dejusticia que la rigen de acuerdo con 10 8 "significados compartidos" den-tro de la misma; estos significados, por definici6n, son ezclusivos decada sociedad.

    d) EIcomunitarismo rechaza el subjetivismo 0escepticismo moralde las posiciones liberales que han predominado en Ia historia de estatradici6n poI:rtica. Este relativismo proviene de la creencia liberal enla imposibilidad de encontrar unajustificaci.6n racional para losjuiciossobre c6mo deben vivir las personas su vida. Para los comunitaristas,es posible. en principio, encontrar dicha justiticaci6n, de modo queel valor de vivir la vida de cierta manera no esU determinado par elsimple hecho de que sea y~quien la escoja sino que existen criteriosexternos a las personas que determinan dicho valor y, en consecuencia.hay formas de vida que son m4s valiosal que otras. Es posible, pues,minar elrelativiamo moral que caracteriza a la cultura liberal contempo-reeay que.lI8(II1nlos comunitaristas, tiene una serle deconsecuencias

    III Para una evaluaci6n equil ibrada de la neutralidad del gstadll l iberal y BU critica por partedel oomunitariamo, v6aae WiU K,ymIicka, Con.temporary PlIlitir:"i I'llilllslJphy, Oxford, (hfonlUnivenity Preaa, 1991, pp. 222 Y223.

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    autogobierno,loque la neva a serunaciudadania activay participativa.Esta virtud est4 en el centro de una tradici6n de pensamiento politicoque 88eeneee como humanismo dvico 0 republicano. Entramos aquial 1inicodelos temas principales, de caracter eminentemente hist6ricosobre los que ha sirado el debate entre liberales y comunitaristas. 'Entre los representantes mas importantes de la tradici6n dvico-humanista Becuentan Arist6teles, Maquiavelo, Harrington, Montes-quieu, Rousseau, 'lbcqueville y Hegel. 'lbdos elIos defienden una teoriaconstitutiva de Ia comunidad politica: Ioslazos que ligan al individuocon la comunidad no BOD extrin~ sino que forman parte de su iden-tidad. La manera mU adecuada de mantener esoslazos es medianteuna vida politica activa, participativa; Unica capaz de garantizar elautogobierno ciudadano, por medio del cual Beconstruye primordial-mente la virtud dvica. EI bien com1in no es el agregado de intereBesindividuales Binouna n0ci6n fundamentada en el reconocimiento delvalor que tiene la comunidad poHtica compartida por los ciudadanos,comunidad que es el resultado de una historia y de un esfuerzo comu-nes. ~stas son las caracteristicas principales de la tradici6n republi-cana que los autores comunitaristas han tratado de recuperar.SegUn el comunitariamo,la concepci6n negativa de Ia libertad de -fendida por elliberalismo (el derecho a buscar mi satisfacci6n libre detoda interferencia mientras no obstaculice esta misma bUsqueda en losdemU) ~a fuara Ia poaibilidad de fundamentar 1 & l ibertad en la par-ticipaci6n de loa ciwkdanos en una serle de institucionea y pr4c:ticaapol:{ticas compartidas, adem"s de que anula Ia poaibilidad de hablarsobre elhien coma. La virtud dvica nopuede desamillarse si los indi-viduoe queconforma.n lacomunidad politicaconsideran laainBtitucionesque loa 80biernan como instrumentoa para au proY8Chopersonal ynocomo un e1emento eaenciaI de su identidad, una precondici6n para unavida digna y ell"8llultado de un desarrollo hist6rico especffi.co.14.Uara UIUl YiIlda puar6mica de eata &radIci6D, vtue Guy Latbreat, Ddmacratle at J ibera -I iame: pour u n a ap p i' OC ll e ~ue", PoliIiq ... , Revlata de Ie ~ Qujbdcoiae deSc:ieDaa PoIitique, D _ 13 , primaY8l 'a de 1 98 8 , p p . 8 ' 1 -1 0 9 .Dol tatall'uDdameDtal.1IIIbre eatatnd ic i6D _ J.QA Pocock, The J l ae1a iawl l i a ll Moment : lI 'formtIIIe PoUIical 7 ' h o r w i & ' and tMAtlant ic: Republic 2tacIldan, PrIDcatcm, P r iDc e t on UD i f t ni t. J PraM, 19 '16 , y QuaDt ID SkiDDer ,Th e FowatIaI ioIu ofMotJ.m Political7'hotwht, Cambr idp , MuI., Cambridp UDiven i ty Preu,19 '18. ." Para un a crl tica de Ia libertad Dep t iva daIde un a perapectiva ClllDUDitariata y c:Mco-r epubl i c aDa , v 6 a D a e . J 'eIINIIlI ivl l l l l l lDte,What'I Wraq with Neptive Liberty" ( c ap i tu l o 8 c l eI li b rode Taylor, GfI. ci,., pp . :lll-I29),y Skimlar , "l'be Idea afNeptive Libert;y: PbiloIophicalIlDCl Ilia-

    toricaJ 1'enpecI;i\W', -Rart:.JI SdmNwiDdy SId Jmar (edL) ,P~ inHiBIor,y. Baqra em tMH;'~ of~, Cambr idp , Cambridp UDiven i t . J Preu, l .9 8 4, p p . 1 9 3 -2 2 1 .

    U.La indeterminacwn delliberalismoUna comentarista del debate entre liberales y comunitaristas, ChantalMouft'e, escribe: "Si es importante plantear otra vez la cuesti6n delbien eoman y de la virtud dvica, esto debe hacerse de una maneramoderna, sin postular un bien moral unico. No debemos despreciar losavances delliberalismo y la critica del individualismo no implica ni elabandono de Ia noci6n de '1 0 eorrecto' ni la de pluralismo."26 Mouft'e noes la Unica en pensar que el liberalismo y el comunitar ismo puedencomplementarse.26i,Es posible que Ia mayona de los comentaristas del debate estenequivocados en pensar que ambas posturas pueden conciIiarse? l.Cwi-les son las razones que explican esta posible coneiliacion? En la intro-ducci6n a este articulo meneionemoe que un linaje intelectual hastacierto punto eomun, el hecho de que la meyorfa de 10 8 autores comu-nitaristas no aboguen por Ia desaparici6n de postulados e institucionescentrales delliberalismo y, por Ultimo, el amplisimo espectro de posi-ciones te6ricas que abarca Ia tradici6n liberal, son algunas de las ra-zones que explican el caracter complementario de ambas posturas. Eneste apartado nos detendremos en los dos ultimos puntos.Cuando se revisan textos de autores comunitaristas como Tay-10r2" 0Walzer,. en los que se plantean los principiosliberales y comu-nitaristas como complementarios en diversos aspectos surge la dudaacerca de c6mo se origin6 esa contraposici6n inicial, antitetica, entrecomunitaristas y liberaleB. Parte de la explicacion tiene que ver conel hecho de que las primeras criticas realizadas desde 10 que peste-

    UAmericaD LiberaHam BDC lt a C r it ic a : R aw ls , T a yl or , S a nd e l a n d W a l ze r" , Prais InternlJofitmal, vol . 8 , D l im . I , 1 98 8, p . 2 01 . 0 pi Di 0n ea I Iim i Ia ree _ C lW II It oa l a c omp a ti bU i da d d el I ib e ra li sm o y e l c :omun i ta ri smopueden BDCODtrane_much08o tn J8 autorea. A J e u n o a e je mp Jo a I O n Jeffrey Stout, LibeJoalSocietyaD d the I .aDiuaP o fMo r al a" , _ C ha rle s H . Reynolds y Ra lp h V . No rm a n ( ed B .) ,COIIInIIUIi Iy inAme r ic a , C a l lBmUa , UD i v e n it y o fC a l if o rn i a P r ea s ,1 9BB , p . 1 4 6 ; J e ff re y C . IBa a c, Re p ub li caD i 8mlIB. Liberal ism? A ReccmBidaration", HiBtDry of Political ThoU/Iht, vol. IX, n um . 2, 1988 , p. 36 '1 ,y A ll an E . BucbaDaD, ~iDI the Commun i ta r i an C r i ti q u e o f L i b er a li sm", Ethica, 99 , j u li ode 1 98 9 , p. 28 2 -I7Por ~ 8 I I I P l o , ' "l 'he N a tu r e a n dS e op e o f D iB t ri bu t iv e J u s ti ce " ( ca p it u lo n d e ll ib r o d e Tay lo r ,op. cit., p p . 28 9 - 31 '1 ) .uPor.uemplo, ' "n le C ommun it ar ia D C r it iq u e of Liberal ism", Political Theory, v o l. 1 8 , DWn . 1 ,1 9 9 0 . D e b emo a i D ai at ir _ el hecho de q u e, c omo B e v e c la ram en te e n e st e a rU c u lo , e l c ol ll U ll it a-riamo de Walzer. el m4, matizado de Jo e c u at ro a u to re s m e n ci on a do s c omo lUi representanteaD I U im p or ta nt al . S iD embarao, en slguoOB aBp e ct o s c e n t ra l es , BUSd e a s t ie n e n un a i n co o f lmd i b lev et a c om u D it ar i, ta . S u teoria de la jueticia, par ~ em p lo , t ie ne c om o a u f ue nte e l[ pl fc it a d e a u to -r id ad m o ra l l os _tendimientos compartidoll (.hared understandings) de la vida e n c om li D .

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    rionnente se denominaria "comunitarismo" fueron las de MacIntyrey Sandel, dos autores cuya critica alliberalismo, sobre todo en el casodel primero, es omnimoda en comparaci6n con la de comunitaristasposteriores. Sin embargo, resta averiguar por que, si la critica eomu-nitarista es, en terminos generales, profunda y pertinente, es posibleincluir la mayor parte de ella, sin demasiadas dificultades, dentro dela tradici6n liberal.

    Buena parte de la respuesta estd. en un elemento que, en nuestraopini6n, no ha sido destacado 10 suficiente: la "indeterminaci6n delliberalismo". Es decir, la inmensa variedad de posiciones te6ricas deuna tradici6n pol1tica cuyo Unico denominador comun parece ser elreconocimiento del valor moral intrinseco del individuo, de su autono-mfa y de la libertad que la posibilita. Este reconocimiento puede in-terpretarse demuchas maneras, dando lugar a concepciones filos6ficasmuy variadas y permitiendo la defensa de posiciones pol1ticas suma-mente diversas. Una excepci6n a la poca atenci6n que se ha prestadoa es18 factor es un articulo de Patrick Neal y David Paris, en el quelos autores reconocen Ia importancia de este elemento al escribir:"Las criticas comunitaristas han sido plan18adas como un serio retoalliberalisDlO y con frecuencia han sido acomodadas, ineluso aceptadasY o sin embargo, no parecemos ser menos liberales por ello.... Otrosautores han utilizado umnmos mas criticos respecto a esta falta deespecificidad delliberalismo. Samuel Bowles y Paul Gintis, por ejem-pIo, afirman que elliberalismo "aparece como un manojo incoherentede corrientes de pensamiento divergentes, y a menudo inconsistentes,y como el motivo de inspiraci6n para DlOvimientos de una variedadasombrosa".80

    Esta "variedad asombrosa" delliberalismo seexplica en parte por-que los supuestos onto16gicos,metodol6gicos yepistemol6gicos que fun-damentan los postulados eticos delliberalismo (10 que, simplificando,

    podrlamos denominar "liberalismo filosofico") y el conjunto de institu-ciones pollticas, en sentido amplio, que estos supuestos justifican 0promueven (el "liberalismo politico") Be combinan y superponen demaneras por demas diversas. Del reconocimiento del valor moral in-trinseco del ser humano individual se desprende una ampllsima gamade liberalismos tanto a nivel til0s6fico como a nivel politico. Ademas,aunque en principio un determinado liberalismo filos6fico conducea apoyar instituciones pol1ticas especificas 0, por 10 menos, eireunseri-be elrango de opciones posibles, las relaciones que se establecen entreelementos delos dos ambitos notienen siempre un caraeter necesario.31Los matices y vinculaciones que son posibles en el interior y entre losdos pIanos mencionados implican la posibilidad de absorber criticas alproyecto liberal de acuerdo con los aspectos de cada uno de ellos quesean destacados y con las relaciones causales que se establezcan entrelos dos arnbitos.82

    Lo anterior se ve con mayor nitidez al revisar la manera en quealgunos autores liberales han replicado a las criticas comunitaristas.Como respuesta a la idea comunitarista de que la concepci6n de losderechos individuales, la autonomfay la libertad estan inevitablemen-te constituidos de manera social, algunos teerieos liberales recurrena autores como J.S. Mill, T. H. Green 0 el propio Rawls para mostrarque elliberalismo comparte, hasta cierto punto, esta perspectiva co-munitarista.38 Sostener una "cultura de Ia libertad" es un punto muyimportante del comunitarismo, pero, de acuerdo con Kymlicka. la pro-puesta de Dworkin sobre el deber de proteger la estructura culturala fin de ampliar las opciones disponibles para el desarrollo del indivi-duo liberal as muy similar a esta noeidn comunitarista.34 Respectoa aspectos centrales para el funcionamiento de las sociedades liberales

    81Eato I1ltimo 18vac1a ramante ene l_ del libe ra li smo econ6mico . Lo s supuestos fil0a6ficoldelliheralilmo pueden 118\'81' a 6 1 , pero como 10 demuestran aut.oreB como Rawls y Dworkin, POI'DO menclonar mU que a dOlIUberalea contemporineos de primer nivel , e ll iberaliBmo polit icoacepta t ambimI poIIiciODllll que distaD de conaider ar a l a l ey de la oCert a y la demanda y a la l ibre~ como Ia 101uai6D -Datural- a 101problemal que plantea la jUBticia distributive.Ge o rg e s B u r de a u, en 10 8 p4rrafoB inicial81 de la introduccicin a su libro I.e libhuliBme

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    contemporaneas, como el papel redistributivo del Estado, la posturacomunitarista no difiere delliberalismo del bienestar (welfare liberal-ism).315 Incluso en aspectos donde lajustificaci6n te6rica es diferenteliberales y comunitaristas, comoSandel ha apuntado, terminan deren:diendo el mismo tipo de politicss.86Quiz'la raz6n principal por la que elcomunitarismo noconstituyeuna alternativa alliberalismo es que, a fin de cuentas, su idea de losderechos individuales estan indispensable para la sobrevivencia y via-bilidad de las sociedades occidentales como 10es para elliberalismo. 87La importancia que los comunitaristas dan a 1a noci6n de comunidadno es un obstAculo para reconocer que los derechos individuales sonun elemento integral e indispensable de la civilizaci6n occidental con-tempor4nea. Bellah, porejemplo, reconoce su importancia cuando afir-ma que los lenguajes Morales sobre los derechos y los intereses nopueden (y no deben) ser descartados: "No podemos vivir sin ellos-.88Lo cual, por supuesto, no implies que no sea indispensable, desde laperspectiva comunitarista, una retlexi6n critica sobre el papel que ae-tualmente desempeiian estos derechos en sociedades liberales comoIade Estados Unidos.EI hecho de que el comunitarismo reconozca el valor y la impor-tancia de los dereehos individuales esta lejos de convertir al debateque nos ocupa en una discusi6n est8ril . No 1610porque el individuo esconcebido de maneras ontol6gicamente distintas por cada una de laspostural, sino porque decada una deeltas conceptualizaciones se des-prende una serle de postulados eticol que si bien, comoya se mencion6,pueden conducir a Ia defensa del mismo tipo de politicas en algunas

    areas, establecen una distancia considerable entre elpensamiento libe-ral y el comunitarista, Ia cual se manifiesta en propuestas politicasdistintas en muchos otros campos.Algunos autores liberales pretenden disminuir la profundidad dela critica comunitarista arguyendo que noes una alternativa frente alliberalismo. Sin embargo, ala luz de 10 dicho en este apartado, el hechede que el comunitarismo no sea una alternativa, nos parece una cues-ti6n, si no irrelevante, si de car'cter secundario. Ante la imposibilidadde postular en la actualidad una alternativa politica al liberalismodentro del Mundo de la modernidad occidental, 10 decisivo es ubicary analizar las vertientes, dentro de esta tradici6n de pensamiento, queson capaces de plantear las preguntas, las erfticas y los argumentosque pueden contribuir a la soluci6n te6rico-pr4ctica de los problemasmas serios que enfrentan hoy en dia las democracias liberales contem-poraneas.89

    m 'Thoria ypnietiea politic ..La teona y la pr&ctica estAn menos relacionadas de 10 que han pensadoalgunos autores comunitaristas, pero no son tan independientes unade otra como 10 han afirmado ciertos te6ricos liberales. En ambos casos,sin embargo, es posible detectar un enfoque que parece privilegiarala actividad te6rica respecto a Iapraxis politica. Independientementede la medida en que podamos hablar de este predominio de Ia laborpuramente intelectual, 10 cier to es que la relaci6n entre teorfa y prac-tica es m a s compleja y menos sujeta a reglas de 10 que ambas parteshan pretendido. A partir de 10 dicho en el apartado anterior, podriapensarse que la fusi6n delliberalismo y el comunitarismo es, en elplano t;e6ricopor 10menos, relativamente faeil de lograr, Sin embargo,respecto a cuestiones como la participaci6n politica 0el discurso de los

    niei6D que da ComIDlJy de eeta tradici6n poIftiea. Para i ll it e6 l timo , l a adopci.6D delllClciaUamoimplica el abandono del1iberal iamo Y o en opini6n de K,m1icka: eeto ~ esceeivamaDte rea-trlctiw".Ibid.p. 91.IIIBw:hanaD. op. cit.p. 8M. Habda que qrepr. aiD embargo. que varioB autoreB c:omuDi-tariatu baa criticado laceatraliaci6D. bW'UCl'lltiuci6n7~va coaamtnu:i6n de pCldereetatalimplfcitu en el Eatado dem-tar 7 han inBiaticio en otorpr mU poder de deci l l i6n a I ..c:ornnnfd.deI poJ(ticM IocaIIIII como un medio para desarrollar un a vida p6b1ica en la que elautopbiemo ~peDe un papal mU importante.88 Introclucci6n a Liheralillm and it.Critit:a. Nueva York. New York University Pl'II8tI.1984,p.6.rIncluso p o a i c i c I J I I I I J mU aiticaB delliberalismo _la centralidad de la idea de acci4nindividual que yace detrU del ctiIc:urBo IiberallObre loa derechoa. Por edemplo. Bowles y GintiaC D e r n o c : r a e _ y andCapitalillm. ...op.m., p. 121) IIIICriben: -No obstante BUB de&ct.oB.1a viBi6n liberalde Ia elecci6n individuallllllUir' Iirviendo coma un punto de partida f unda l l l 8D . t a l de la teodaclemocn1t ica-.81"WeCIIIIIlOt dowithout them- anel oriIinaI. -rile Ideal ofPractic:ea inBabi,.: ARupollBll"

    C o r n n u u a i t : Y illAmeriaa. op. iii'.p. 2 86.

    8B La aWIIIDciade laB altemativ . . meDCionaciaa en el mundo actual ha pueato de manifiestocomo nunc:a antee.la IIBODIbrou variedad de concepciones tedricas del Iiberaliamo. Sin embargo:IumU de I..veces IIIItaa concepc:iODllll no eDCuentran correlato en movirnientoe 0 progr8JIWIpoIlticoa CIIIICr'8to8. Sobre Ia di fua i6n que ciertas ideas de origen comunitariata eabin alC8llZllJlcioan el plano pol it ico en a lgunos par .. . de Europa Occiden ta l, veaae e l ar ti cu lo "Wha t' ll Left?".New_k, 10deoctubre de ISH. pp. 10-15. El principal responsable deesta difuli6n (einevitable1limp1ific:ac:i6n que ello IUpone) ell Amitai Etzion i. p ro feaor ea tadunidense de loc io logla en laUniverBidad G e o r _ g e W.. hington, en Wuhington, y autor de The Spirit o r Community, NuevaYork. Crown PubIiBhera, 1993, un a1egato en favor de una "agenda comunitaris ta- para l 'IIIIoIveralgunoa de loa problemas aociales DIU.apremiantea en Estados Unidos.

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    derechos individuales, tal como aepreaentan en la pr'ctica en algonassociedadea liberales contempor'neas, 181dificultades de dicha fusi6nson evidentes.La participaci6n politica e8 con8iderada por el comuDitariBmocomo un elemento esencial de la virtud elvica, la cual, aunque ea cadavez mU cWbilen 181aociedade8 occidentales, no & 6 1 0 no Be ha perdidocompletamente sino que es, baata cierto punto aegUn estos autores,recuperable. Esta virtud implica una comprensi6n de las institucionespolfticas como resultado de una hiBtoria comUn y como una fuente dedignidad ciudadana, precisamente en la medida en que es resultadode un esfuerzo compartido. Implica tambien una identidad ciudadanaalrededor de una noci.6ndel bien comun que posibilita la existencia deun sentimiento de solidaridad y de deatino del que participan los ciu-dadanos de una misma comunidad pol!tica. AlII!PU88 , elBOStenimientode la vitalidad de 1aparticipaci6n politica depende de eata identidadciudadana.40j.Puede fuaionarse el lengueje de la virtud civica con el de losderechos individualea? Cristopher Lasch, autor comunitarista, pienaaque ella ea imposible, porque al pretender reso1v8l' problemas socialesy politicos concretoB, el vocabulario de 181virtudes ea -fundamental-mente- incompatible con el vocabulario utilizado por los defensores dela primac(a de los derechos. '1 William M. Sullivan parece concordarcon Lasch cuando dice que, a pesar de los eafuerzos de liberalss comolos de J. S. Mill, Green y Hobbouse por incorporar una comprensi6nmoral de la rea1idad social y polftica, elliberalismo contemporlineo esreticente a aceptarque esta claae de comprensi6n tenga algona validez.-De manera tradicional, loa pensadores liberales han temido que cual-quiereafuerzo por situar perapeetivas moralea dentro del anIilisis delavida social necesariamente subordinar' la libertad y 1a dignidad delindividuo ,tico a un detemdnjsmo social 0 hist6rico y, por tanto, dis-minuir' la credibilidad de cualquier postura moral."" EI formalismoliberal conduce a una visi6n restrictiva de la ,tica, que destaca aspectoscomo e1 respeto universal de loa derechoa, pero que excluye cualquier

    discusi6n sobre el bien comun 0 las virtudes civicas, con base en elargumento de que temaa como estos revelan preferencias puramentesubjetivas y que, por tanto, deben ser excluidos del pensamiento polf-tioo normativo.43 .Desde la perapectiva oomunitarista, el discurso liberal de laprimacia de los derechos que proviene del pensamiento politico deLocke deja fuera una aerie de aapectos de la realidad politica y socialque deben tenerse en cuenta almomento de discutir 1 0 que debe seruna sociedad justa. Este diseurao toma como punta de partida unaconcepci6n del individuo que otorga un papel secundario a la matrizsocial dentro de Ia que este se desenvuelve, y cuya cualidad esencialradica en la libertad de escoger sin interferencia alguna la opci6nde vida que quiera; posibilidad que solamente puede ser garantizadapor una serie de instituciones politicas cuya finalidad principal es,justamente, proteger dicba libertad. A fin de poder desarrollar lacualidad mencionada, Locke plante6, en su celebre Segundo ensayosabre elgobierno civil, que la propiedad privada es una oondici6n ne-cesaria y suficiente.Las institucionea publicas, consideradas esencialmente como sal-vaguardas demilibartad de elegir, demipropiedad y demiprivacidad,pueden coe.xistir con cualquier grado de desigualdad social. Este no ese1 caso siconaideramos que diches instituciones contribuyen a generarun sentimiento de libertad que permite, entre muchas otras cosas, queel individuo liberal pueda pensarae como un ser en gran medida aut6-noma e independiente. EI apoyo al sostenimiento y desarrollo de esta-cultura de la libertad" es, puea, una obligaeidn de cada ciudadano.Esta cultura es posible, sobre todo, a traves de la deliberaci6n comUny de la participaci6n en los aauntos publicos, es decir, del autogobierno.Sin embargo, eata idea de la ciudadania, como 1 0 han manifestadopensadores de la tradici6n republicana como Montesquieu, Rousseauy 'lbcqueville, implica que las grandes desigualdades sociales son ina-ceptables 0, mas bien, que desigualdades de este tipo dificultariansobremanera el desarrollo de cludadanos que estuvieran en posibili-dades de contribuir al sostenimiento del sentimiento de libertad alquenos hemos referido. '"Una de las principales replicas de los liberales a la critica comu-nitarista es que esta no propone alternativas practicaa al supuestoto Ba t rMmae uta daIbdci6D de la virtud clvica de Taylor. "Crou -Purpoaea : The LiberalC omm u ni ta r ia D D e ba te ". III BDCYL l b enb l um (eeL), Li6eral iam and the Moral Life. Harvard.Hanard UDivanitJ' PnIB, 1989. En BIte a rUcu l o . 'naylorpiantealul 'UOlll ll que. deade au puIltode vista, apliean los "prop6sia crusados" que . . han ~tado a 10 Iaqo del debate

    1 " l 'he CammuDitarian Critique of Liberalism-. C o m m w a i t . 7 inAmerica. Gp. cit.pp. 179y 216. Dota 1.o~,.., Public Pl&ilDBoplay. Califumia, UDiYerB i tyofCalifomia P re u. 19 8 6. II . 1 04 . . . Sabre uta tem4tica, v6ua T a yl o r, 'D l e D i v er s it y o f G o o d s ", up. cit., cap. 9. pp. 230-247."V6ase Taylor. '"l'he Nature and Scope . .. .. up. cit., pp. 310 Y311.11 8

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    ~ret:endfan a~ar que un fundamento filosefico fuera necesario paraJustificar las aeeionea de los individuos, pero sfconsideran que el"len-guaj~ y la acci6n deben reflejarse mutuamente y apoyarse en una vidabuena" y que "cuando ellenguaje falla, la practica tambien esta enpeligro.49La confusi6n de algunos comunitaristas entre la teoria y la praic-tica politicas los lleva a subestimar la complejidad del orden liberalcontemporaineo. Esta subestimaci6n seve reforzada por su fracaso paradistinguir el bien moral (concepciones comprehensivas que implicanteorias de Ia naturaleza humana y visiones de la finalidad de la vidahumana) del bien poUtico (concepciones limitadas que identifican unbien que puede ser ampliamente reconocido como actuante en las ins-tituciones y praicticas poUticas existentes). Este fracaso del comunita-rismo le da a su visi6n politica un earacter abstracto y, desde un puntode vista estrictamente politico, la vuelve inadecuada.

    Respecto a la complejidad de las sociedades liberales modernas,la replica que algunos liberales han hecho al comunitarismo en el sen-tido de que pretende revivir aeritica y anacr6nicamente situacioneshist6ricas como la polis griega. parece ignorar toda una serie de ten-siones presentes en el pensamiento comunitarista respecto a temascomo Ia exclusi6n y Ia intolerancia. EI hecho de que autores comuni-taristas vean elementos rescatables en la eticay la politica aristotelicasno implica necesariamente revivir los elementos excluyentes e intole-rantes contenidos en los escrltos del fil6sofo griego, mucho menos sueatologia del ser humano.&OEsta replica liberal desemboca con fre-cuencia en la acusaci6n de que el comunitar ismo es una postura con-servadora.La misma conclusi6n ha sido inferida cuando se trata una de laspreocupaciones fundamentales del pensamiento comunitarista: la im-portancia de la comunidad polftica, en sentido constitutive, y de lavirtud dvica. Sin embargo. no es de ninguna manera claro que el ta-

    fracaso delliberalismo. 4& Los liberales tambien afirman que los comu-nitaristas confunden teoria liberal con PNctica liberal. La primerahace referencia a la disociaci6n entre los s~etos metatisicamente ais-lados que al parecer asumen los te6ricos liberales; Ia segunde, serefierea la disociaci6n entre los individuos que viven en las sociedades libe-rales contemporaineas. Para que los autores comunitaristas puedanmantener su crftica de la teoria liberal. entonces el s~eto Mdesencar-nado" no debe ser factible; para mantener su mtica de la praictica. liberal. este mismo sujeto tiene que ser factible. 0 la teoria liberalrepresenta con exactitud la pnlctica social 0malinterpreta la vida real.Ambos argumentos no pueden ser verdaderos.48Esta confusi6n de autores comunitaristas comoMacintyre y San-del proviene de 10 que Jonathan Allen denomina la "inclinaci6n inte-lectualista del comunitarismo y de 10 que .n considera la incapacidaddel mismo para distinguir entre eI bien moral y el bien politico.f.?PorMinclinaci6n intelectualista Allen entiende la tendencia entre losaUtores comunitaristas a rechazar las diferencias entre el nivel de Iateona yel dela praictica al estableceruna especie de "relaci6n de espejoentre ambas. Las instituciones poIfticas y las pmeticas socia1es no sonMencarnaciones de teorias" (embodiments of theory; la frase es de San-del) y las acciones sociales no son el ref1.ejode J;IUl1 'COS conceptualessistemaiticos (como pretende MacIntyre). Allen imputa tambien estafalta a Bellah. a quien critica por pr8suponer que las creencias quenutren y justifican las acciones de los individuoa en sociedad debentener bases te6ricas 0 filos6ticas adecuadas. Bellah ha respondidoa ute tipo de criticas diciendo que Q y los coautores de Habits48 no

    41John R.W a l l a c h . par lIiempJo,lIICrlbe: "UDa caruIitIrfat;U: que lIema IaateDci6D tanto ene11ibro de MaclDtJn como en eI de 9aDcIeI8I qua a p8IIII'de Ia ampl i&ud de loa recIamoa acerc:ade Ju impJUaai_ poI1t.icu de lUi trablQai, DObaceD pr6ctic:ameDte COIII8Dtario a J a u n o IObreDiJlldn arrIIIo poI1t1eo qua recbeceD 0apoym "LlberalI, CommuDitariaDe, IUIII the Tub ofPolitical n..t',PoliIical n..;"vol 1 1 5 ,Ddm. 4 , 1 9 8 7, p. 6 93 .41Benuud YIu:k, "Libere1iem IUIII illCgmmllDitariIID Criticl: no. Liberal Practice 'LiveDowD'to Liberal 'DIeory7", C a m m I u a i I J I inAnurieu, up. cit., pp. 164-166 .""LiberaII, CommuDi t a r i eDe IUIIIPoIitieal ' l'becIrY',IIIaDUICrito DOpubJicado (p1OlJ'8llUl de ldoetorado en filoIofIa, 1 8 91 , McGiJ l UDivenity).41BIte Iibro, cuyo tftuIo IlIIIIIPlato Habita oft1&e Hearl: lndiuidualiam and COIIIIrWnily m.Anaeri=(Nueva'Ybrk,HarperIUlllRow,I986),fue8lCritoporRobertN.BeUah(comocoonliDador)1 Richard MadeeD, William M. SulJiftD, ADDB1ridler 1 Steven Tipton. Ell ibro (UDbut I I I I l fercwmdo apareci6 en 1_), que full Propuelto par lUI autonl _ UD8Ifbeno par deearrolIarUDaDueva"tiloeot1ap6bliea(publil:p~)enEetadolUDidoe.8IUDacrfticeemiDentem8DteI I O C i o I 6 c i c a de l imlividualilmo preva.lecieDte en _ IOCieded. Dicho IIIfueno CODtiDu6 CODTheGood Socidy (Nueva York, Alfred A. lCDopf, 1891) , en el que eI miImo equipo de iDveetipdorel1 U U I l _ Ju illltitw::iclllee IIOCialeI, poI1t.icu y cultura1ee deDtro de luue 18mueve 1-par lutI moviclo) eI i D d i Y i c l u o de dicho pall. \I ..-

    41 1 Be1leh, '"l'he Ideal of. up cit.p. 271.10Elb1aDcocomuDitari ita en 88te caeo 8Illempre MacIntyre. Peso a 10cautivante que puede~ultar la leetura de UD libro -Altar Virtue yla import.ancia de MacIntyre en el comuDita-

    nlIDKI, la luya 88UDapoabira. entre otro. dentro de elta corrient.e depensamiento. Un excelentelliempl0 de que eI diecuno D-nltot6l ico DOt iene que ler anacr6n ico 0 dogml it ico 1 0 cia RonaldHeiDer (What's tile Matter with Liberaliam" California. University of California PreIIe, 1992.pp. 3979), UDautor CIUladienee, que. liD ellJDllrcarae dentro del comunitarisDlO tiene notebleeafinidades COD 6 1 . Para una vili6n quemueatre que la comunidad politica arietot6iic:a 81 baetaJlte~ prob~tiea de 10que a1gunoa comunitaris tas han planteado, v6ase Tile Proble"", of (IP0-litical Animal, de Bernard Yack . California, Univers ity ofCalifornia Press , 1 9 9 3 .l I I I 8

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    llevan a una acti.tud m6s critica respecto a las praetlcae (politicas,saciales, econ6micas y culturales) prevalecientes en la sociedad en quevivimos 0si estos planteamientos conducen a una mayor complacenciarespecto a las miStna8. En el caso concreto del debate entre liberalesy comunitaristas, la naturaleza eminentemente academica de la dis-cusi6n y Ia sutileza de argumentos que supuestamente tienen, aunquesea de manera tacita, una serie de implicaciones politicas, apuntana un sobredimensionamiento de la teoria. Este hecho se ha visto re-forzado porque, como apunta Beiner, en las sociedades liberales mo-demas,la teoria ha adquirido un status sobrevaluado: "...teorizamosen un contexto que esta en buena medida intoxicado con teoria (como10 ha estado desde Ia Dustraci6n), donde la sociedad espera demasiadode la teoria y los te6ricos esperan demasiado de elIos mismos. "MPodemos, evidentemente, lograr Mucha claridad sabre las practi-cas contemporaneas analizando el contexto te6rico en el que estas seproducen. Pero 10 cierto es que la teoria y la practiea se condicionany penetran mutuamente en una variedad impredecible de maneras yesto invalida tanto el intento liberal de desvincularlas como el intentocomunitarista de establecer entre ambas una relaci6n especular. En eldebate entre liberales y comunitaristas, que, como ya se sefial6, es unadiscusi6n centrada en las caracteristicas intrinsecas del liberalismo,esta compl~idad de la relaci6n entre teoria y practica se ve acentuadapor 1a enorme cantidad de matices que aceptan los dos niveles dellibe-ralismo que apuntamos en el apartado anterior, asi comopor elearaetercontingente de muchas de sus interrelaciones. El liberalismo es unatradici6n de pensamiento politico con una riqueza conceptual e hist6ricatal, que toda pretensi6n de establecer relaciones univocas y necesariasentre teoria y prlicti. ca oscurece su complejidad. Si a ello se agrega elcaracter abierto de sus premisas originales y la tolerancia que 10 carac-teriza tanto en elplano te6rico comopractico, tenemos que elliberalismoes una tradici6n sumamente homogenea, ya sea desde una perspecti.vaestrictamente intelectual 0desde un punto de vista practico-ideoI6gico.

    mafio y Ia compl~idad de las sociedades modernas vuelva obsoletatoda preocupaci6n por la comunidad poltica y la virtud ciudadana.La critica comunitarista de autores como MacIntyre y Sandel puedeparecer en ocasiones demasiado abstracta y politicamente ingenua,pero las propuestas, no exentas de matices, que a este respecto hanhecho otros pensadores deesta corriente muestran un apresuramientoinjustificado de ciertos autores liberales par descartar los cuestiona-mientos comunitaristas sobre las consecuencias sociales de un indi-vidualismo desmedido 0 sabre la escaaa participaci6n politica en lasdemocracias liberales occidentales contemporaneas. EI comunitaris-mo, tomado en su conjunto, no es tan holista y determinista comoalgunos liberales pretenden sino que deja espacios para toda una seriede relaciones no comunitarias, como por ~emplo (y no se trata de unomenor), e1mercado.li1Es cierto que los comunitaristas han dado pocas alternativas ea-pecfficas al orden liberal que critican. No obstante. los autores Iiberalesestan recIamando aqui algo que ellos no han estado dispuestos a con-ceder. "Cuando son CU8stionadoSsobre el ucesivo atomismo presenteen las sociedadea liberales.losliberales encuentran refugio a1 mante-ner ala teOria en una relaci6n puram.ente contingente con la practi.cay niegan cualquier responsabilidad de la teoria por los excesos de la.c~ __ "6lIpr.. WAi&I.No obsta,nte, parece posible establecer una re1aci6n menos con-tingente entre teor:(a y prlicti .ca sin necesidad de caer en posturas queestablezcan una intluencia directa de la primera sobre la segundao que afirmen que la teoria debe dar indicaciones concretas a seguiren el plano prlictico.1i8 Lo importante es, en Ultima instancia, si losplanteamientos te6ricos que hacemos, en este caso sobre elliberalismo.

    1l1.Aviaeri Y J)e..8balj1, CDmmIuaitGrilJniNn, op. cit., p. 10.UNealy Paris, fJ. cit.,p. 489. K ,ymI i cka CLiberal iam, CommwaUy and Culture, p. 95) II8ftaIaotra faceta cl81a contiDpacia JDeDdoaada par _taB autoree cuando IIIICrihe: "Si la polftiea liberal-wncIrfa d e h e cb o Ia p a rt il : ip a c i6 n d v k : a y u n I18Dticlo de leaitimidad p4b1ica III UDa CWIIli6Dcomp~a de d : i f t c U reapl*ta, ,.. flllll loa print:ipioB U6erala ItO Ium aido Jl l lUfoI/ ell pnJdicaapropitJdGmente" (1u CUl'livu BODde l autor). IYta IIIIlD8I'Il de inteDtar ducallfira. 1u crlticaacomUDitariatu praaujJone una primacla de la teorfa ! I O b 1 ' l l la pdcti ca y , al mi8IIIO tiempo, undivarcio entre ambu, que IlO8 parecen inaceptablea.sa De loa autoree implicadoa en e1 debate , Ricbard. Barty III quiz4 quien mU ha inaisticloaobre la IID01'III8 diatencia que "ineYitablemante" aepara a la teorfay laprUtica poUtic:aa.V6anae,par iii-pia, lUIartf l :u loa "'1'hup aD d Thao ri a ta , ARap l, y to Bernatein, Politit:al7'1aeor,)r, vol. 16 ,ndm. 4,1987, eneapecial pp . 672.074,1 ' "l 'ba Priority' of Democracy to PbiIoaophy", P 1 & i l t J a o p 1 & i c a lPapers: OftjectiuiBm. RelatiuUm and 7)outla, Nuava York , Cambriclp UDiverai.ty' Preea, 1991,vol. 1, pp. 176-198.

    11 4Op . cit., p. 170.Beioertambi6n dice (p.183)que la prlic tica esdespreciada en laa aociedadealiberalea porque 18p ie D . . que Iodo impliea un dominio (mastery) intelectual 1orque prevaleceuna comp1'l lDai6n tecn6crata de Ia polftica. EnAJter Virtue, op. cit., pp. 106,107, MacIntyreucribe: "El CODcep to de Ia efectiv idad gereucial e s, despues de todo, una ficci6n moral contem-pcmlnea mU y, tal -. la IOU importante de toda&". (Exis te una versi6n en lllpaftol: 7)u10uirtud, Barc:elona, Crltica.)S O l30 0

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    Iv.Balance provisional necesidad de dotar al individuo liberal de una autocomprensi6n muchomas solidaria, contextualizada e hist6rica, al pasar del plano filos6-fico al mas propiamente politico, los autores comunitaristas no hansabido mostrar de que manera nociones como "bien comu"n"0 "virtuddvica" contienen la respuesta a los problemas sociales y politicos masserios que enfrentan hoy las sociedades liberales 0, mas bien, no hansido capaces de trazar vincu10s claros entre dichas nociones y las prae-ticas socia1esque pueden ayudar a combatir el atomismo, instrumen-talismo y materializaci6n de la vida cotidiana, que e110sperciben en lassociedades occi.dentales modemas (sobre todo en Estados Unidos).58EIcomunitarismo ha contribuido tambien a minar la complacenciacon la que la comunidad intelectual estadunidense ha considerado laspracticas socia1es y politicas de su sociedad desde el fin de la segundaGuerra Mundial.69 En el campo de la teoria politica, es posible identi-ficar una tendencia en dicha comunidad a matizar un discurso que,teniendo comopilares la autononrlaindividualy elpluralismo axiol6gicoy de formas de vida, parada ser capaz de justificar y dar respuesta atodas las interrogantes y problematicas que surgfan dentro de la socie-dad estaduni.dense, pero que ahara parece requerir de adecuaciones y re-formulaciones de diverso tipo para poder enfrentar una realidad socialque amenaza rebasar dicho discurso, por 10menos en la forma en quefue expresado durante las d8cadas inmediatamente posteriores a 1945.En cuanto a la critica liberal, en ocasiones justificada, sobre elcaracter ut6pico de los planteamientos comunitaristas, es posibledetectar en el comunitarismo como corriente una tendencia hacia po-siciones mas realistas.80 Este "realismo", junto con las contradiccionesmorales, sociales y politicas que, de acuerdo con el comunitarismo,van en aumento en las sociedades liberales contemporaneas, puedenllevar en un futuro pr6ximo a que la tradici6n clvico-republicanaBe transforme en un elemento que desempeiie un papel importante de

    AI hacer una evaluaci6n del debate entre liberales y comunitaristas,se puede decir que los segundos han tenido exito en mostrar el earae-ter profundamente contradictorio del sujeto liberal, pretendidamenteaut6nomo y desvincu1ado de sus relaciones personales, sociales, eultu-rales e hist6ricas. La critica comunitarista ha puesto en claro que laautononrla individual delliberalismo es18 inserta en un conjunto decomunidades que Iemarean una serie de limites. Para elliberaJismo,el pe1igro de la propuesta comunitarista en este sentido es que unanoci6n homoganea y densa de comunidad, como la que proponen algu-nos de sus autores, tiende a desconocer la pluraJidad moral mstenteen las sociedades occidentales contemponineas. En un sentido masprofundo,los liberales critican al comunitarismo su noci6n no retlexivadel sujeto moral, la cual supone una inmersi6n tal dentro del contextonormativo por parte de dicho sujeto, que parece imposibilitarle eual-quier actitud critica 0 capacidad para reexam.inar sus fines.N Sin em-bargo, al colocar ellocus de 10 que es valioso en la vida mas alia delindividuo aislado, el comunitarismo esta proponiendo la pertenenciaa toda una serie de comunidades, asi como el reconocimiento de lainfluencia que dieha pertenencia tiene sobre nuestros aetos e inc1ina-ciones, como un contrapeso al anfasis liberal en la autonomia indivi-dual, pero sin pretender suprimirla, sino redueir su alcance y el nioelpriorittJrio que le atl,judica la tradici6n liberal.1i8 Ademas, el pensa-miento comunitarista, en general, otorga un lugar destacado a eoncep-tos como "debate publico" 0 "escrutinio CIitico" en cada sociedad; esdecir, es18 lejos de pretender convertir a las sociedades Iiberales enentidades monoliticas, habitadas por sujetos pasivos y acriticos.67A pesar de que la critica comunitarista ha aido capaz de mostrar la11 & K,ymI icka deataca eate liltimo punto an luLiberaliBm, Community and Culture, en especialel capitulo 4, "CommunitariaDiam and the Self' , pp. 47-73. EI pluralismo moral del mundo DID-demo , el yo eminentelMnte refluivo IOJllaB dol caracterlat icaa princ:ipaleB de la "verdad dell iberaliamo" que Thiebaut rlanteaen laa primeru piginu deBulibroya citado(v6aae la nota 12).AIreapecto, v6aBe aaimim.o la entreviBta a ill iteautor que con el titulo de "UniveraaJidad, plora-liBIDOcultural e identidad moral apa reca en la Revuta InlemrJCional cis F i l D s o f l c a Politico, Ma-drid. UAI I I uNBD , nWn. 3, mayo de 1994. pp. 167-176.&8 Eata l1li una de las conc:lUBionllllBObrela pol6mica entre liberalell , comunitariatal quehan logrado un mayor COlllleDBO. V6aae. por lliemplo, Mulhall , Swift , op. cit ., p. 294.&7 En "Community and Citizenship (anAvineriy De-Shalit, op. cit., pp. 86-100), David Miller,defensor de un IICIciaIismode mercado ( 1 ' I I C I I ' 1 i e t lIOCialumJ, pero con afinidadea comunitaria taa enmU de un upecto, inIIi8te en illite canicter crltic:o que debe tener la comunidad poIftica para nocur en el inmoviliBmo que caracteriza a los enfoques CODIIervadores al reapecto.

    &8 Tal vez el esfuerzo mU impor tante en i ll it e s en tido , desde una perspec tiva dem6cra taradical , pero con fuertes int luencias comunitaris ta l. sea el de Ber\iamin Barber, Stf'01lll Demo-cracy: Participatory Politics for IINew., California. Univers ity ofCalifornia Prela . 1984.& 8 . .. no creo que loa liberalll ll l ll ltadunidenael contemponincos puedan darle ell~o de aercomplacien tes . No podemoa a implemente evocar e l 'mant ra ' de la d iversidad , eaperar a que e ldestino noa sea favorable. Debemoa tratar, como lllltior podamos. de reparar nUllllUomuy deterio-rado tlliido 1ICIeial,reatando DIIlaatenci6n a loarequerimientoa morales de la vida publica liberaly haciendo 10 que sea poaible , apropiado para reforzarlos .~ William GalsLon, op. cit., p. 237.80 Par lliemplo, Bellah ('"l'he Idea of.. .op.cit.. p. 278) escribe: ...hoy en dia el republicanilmoclvieo l1li tan pocoantendido, ten marginal en Eatadoe Unidos que no representaamenazaalguna.

    mientraa que 10 que puede c:ontribuir l1li BDOnnemente neeeeario".3 0 2 30 8

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    ese "bricolage moral", 0 fusi6n de herencias sociales y conceptualesdivergentes que, segUn Stout, esel resultado inevitable de los esfuerzosde toda generaci6n por responder a los retos y necesidades de su mo-mento hist6rico.81

    No es raro encontrarse con replicas liberales al comunitarismo quereflejan una autopercepci6n de los autores liberales como los unicosdotados de legitimidad para responder a los retos politicos que planteala modernidad occidental. Es facil acusar al comunitarismo de "ut6pi-co"y "romaintico" cuando creemos estar instalados dentro de la Unicaconcepci6n te6rico-polftica que posee los instrumentos necesarios pararesolver los problemas que aquejan a las sociedades contemporaneas(suponiendo, en primer lugar, que seamos capaces de identificarloscomo tales).-ElliberaIismo ha sido la ideologia politica predominante entre las.nites polfticas en America Latina desde la independencia de los paisesdel subcontinente a principios del siglo XIX. En palabras de RobertWesson: "En comparaci6n, ninguna otra region ha estado sujeta a in-fluencias liberales tan fuertes, por un periodo tan largo, sobre unasociedad basicamente autoritaria. "1M Sin embargo, pese a la intensidadde dichas influencias, la distancia entre los principios liberales y larealidad social y polftica del subcontinente es muy grande. EI imagi-nario liberal que ha estado presente desde hace ya casi doscientos ai'i.osen la regi6n, intentando construir unas instituciones polfticas y unasociedad liberales, noha pasado deser justamente eso, un imaginario.66America Latina, en la medida en que es heredera de la culturaoccidental, comparte una tradici6n politica, el liberalismo, cuyo pre-dominio en el ambito mundial en las sociedades ccntemporaneaa noestai en duda. AIrespecto, Galston escribe:" ...estamos experimentandoahora [1991] una rara oportunidad liberal -un periodo (l,quien sabecuanto durara?) en el que muchas de las cuestiones mas criticas Beranresueltas dentro del marco liberal-. Be vuelve entonces un asunto deimportancia extraordinaria el tratar de lograr una mejor comprensi6nde los puntas fuertes y de las limitaciones delliberalismo."88 Precisa-mente porque, comoya se seiial6 en repetidas ocasiones, elpensamiento

    . EI debate liberalimlo-comUDitarismoy Ia realidad mezicanaSi la discusi6n sobre el liberalismo y la transici6n democratica enM8xico y America Latina puede aprender algo del debate entre libe-rales y comunitaristas, quizas el primer paso deba ser abandonar losterminos dicot6micos que algunos comunitaristas han utilizado:

    o nueatras identidades son independientes de nueatroa fines, dej4ndo-nos por completo libres para e1egir nuestroa planes de vida,'o estAnconstituidos por la comunidad, convirti6ndonos en sujetos totalmentedeterminados por tines socialmente estab1ecidos; 0 la justicia tieneabsoluta prioridad sobre el bien 0el bien toma ellugar de la justicia;o la justicia es independiente de todas las particularidades hist6ricasy sociales 0 la virI;ud debe depender del tod~ de las prAc:tic:asocia1espart icuIBl '88 de cada sociedad ....82Es importante abandonar posiciones polares que pueden servirpara atraer adeptos, en el ambito inteIectual, a una u otra de las pos-turas, pero que, par 10 general, no hacen sino simplificar la discusi6n,impedir su avance asf como reducir las posibilidades de que, en alglin

    momento, abandone el ambiente puramente academico en que se hadesarrollado basta hoy.De la miBma manera, Be debe dejar a un lado Ia postura despre-ciativa que adoptan algunoBliberaleB frente a la critica comunitarista. B~~tDut, op. cit., p. 138. EJ ~tracomill.do lfn~ arriba de I~palahra rea l iBmo ae debe 8 queCOl nc id im oe C ODSullivan (op. cit., p. 182) cruando dice: "Una f i l l l l 1 0 8 a polftica ea aiempre elgo m4 aque una deacripc:i6D neutral, ea tambi6n, yea to eamU importante, una propueata Y una viBi6n.U n liberal "clUico" d e l . lIX, I .a iah Berlin, ~ co iDc: i d i rcon Su l l i van 0 I l I I D C i 0 IIIICribe: "E neaencia, Ia f i l C l l l O l l a polftica 81 filoaolla moral apl icada 8 aituaeionee I IOC ia leI I [ . J La f i l C l l l O l l apolftiea ea un 1IlIII_ de loe finn de la vida, de loa Jll'ClP6litOlluunanoa lICICialeay c:olectivClll".Isaiah Beriill8lldidlaBoc:onRamilloTalumtJbealoo, Madrid,Anaya" Mario Muclmik,1993, p. 89.61 Amy Gutmann, "Communitarian Critic: l of Liberelilm", Phi loeophy and Publ ic A f f a i r s ,vol . 14, n lim. 3 , 1986, pp. 318 y 317 . Stephen Holmes ("The Permanent St ructure ofAntiliberal

    'ftIoUlht", LiberaliBm and th eMoml Life, op. cit., pp. 227-253) bace una c:rftica aimilar 8loe comu-nitariataa cuanc l o leaimputa 10que 61llama Ia"falacia de IaBUItituci6n antin6mica, pp. 26().262.

    l3~emploadeeataac:titudlODelen.B1OdeHolmeacitadoenlanotaanteriorylaevaluaci6nde la c:rftiea COIDWIitarilta que bace Van Parijl en Ia conclus i6n de su Iibro Cop.cit. , pp. 216-221;v6aae nota 30).litDemor:rac:y in Latin Americc&, NU8Y8.Yo rk , Praeger Publishers, 1982 , p. vi.l1li "En AuWiea Latina, loa puebloa 811 como lOBgobemantes son educ:adoa para conBiderarau luau en Ia civi l izac:i6n como par te del mWldo de la democracia, los derec:hoB humanoa y elEatado de derecho. J.G .Merquior, "Power and Identity: Polit ics and Ideology inLatin America,Gouemment and Opposition, vol . 19, n lim. 2 , 1984, p .240. Pa rad6j icamente, loa trea elementOlmencionadDB por Merquior poclrfan ae r c:onaideradoa lOBtres grandea "d6tici t" de 18 I'II8lidadpolftica mexican. contempor6nea.1IIIOp.t:it.,p.8.

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    liberal admite muchas modalidades e interpretaciones, y porque, ade-mu, AmISricaLatina esta pasando por una etapa que abre una seriede posibilidades antes inexistentes, es que en los paises de la regi6npueden plantearse y discutirBe aquellos elementos que, BegUneadauna de las direrentes vertientes de este pensamiento, deben desempe-iiar un papel central dentro del proyecto de sociedad que se esta deli-neando y construyendo en las naciones latinoamerieanas. En nuestrapini6n, el debate entre liberales y comunitar istas puede aportaralgunos elementos a esta discusi6n, aunque, como se vera, en algunospuntos es preciso ser precavidos respecto a un traslado "mec8nico" delmismo a realidades como la nuestra.Elliberalismo en Mexico, como en casi todo el resto del subconti-ente, no empezcSa abandonar su canicter autoritario, elitists y exclu-yente sino basta hace muy poco tiempo. D e la misma manera, no ruesino a partir de la dada pasada que se inici6 el retlujo del Estadoyel desarrollo de una aociedad civil mais activa y demandante, la cualcom.enz6a muar atraa el earacter reactivo que, salvo casos aislacios, lahabia caracterizado hasta entonces. Sin pretender idealizar elmomen-to que se eata viviendo en la regi6n, 10 anterior es importante en lamedida en que constituye una nueva plataforma social, politica y aea-dlSmica que permite la diacusi6n que aqui se esta planteando y quepermitina, en dado caso, que algunas propuestas rebasen, paulatina-mente y de maneras imprevisibles, el nivel puramente te6rico y setraduzcan en pr8cticas sociales y politicas que, a su vez, incidan, enau momento, sobre la teorizaci6n polfti.ea.EI tema de la ciudadania es uno de los mais importantes dentro delosmuchos quet'orman parte delas transformaciones sociales y politicaaque Beestan dando en America Latina desde hace tres lustros.8'1 ComoBepuede colegir de 10 expresado a 10 largo de eate trabsjo, la idea deciudadanfa del comunitariiuno difiere notablemente de la concepci6nliberal de la misma. Aparte de los aspectos positivos que podamosencontrar en la primera, es evidente que algunas de sus facetas debenser reexaminadas al considerar BOciedadescomo la mexicana.No cabe la menor duda de que una ciudadanfa activa es una con-dici6n sine qua non de la democratizaci6n del sistema politico maxi-

    cano. Sin embargo, la concepci6n comunitarista de la eiudadanfa esparte de una propuesta te6rico-politica que se da en un cantexto com-pletamente diferente al nuestro en un aspecto decisivo: 81 discurso yla practica de los derechos individuales son s6lidos e incuestionables(para la mayona de la poblaci6n) en los paises que los autores eomu-nitaristas tienen en mente al hacer su critica al liberalismo. Insistiren la virtud civica en una sociedad en la que el respeto a los derechosindividuales es aUn un objetivo por alcanzar, debe hacerse con sumacautela. La construcci6n de una comunidad polftica, en sentido cons-titutivo, es un elemento muy importante para ellogro de una sociedaddemocratiea, sin embargo, en el mundo actual es imposible edificaruna comunidad de esta indole si entre sus cimientos no se cuentanlos derechos individuales. Es por ello que algunas de las preocupa-ciones de la virtud efviea deben ser "supeditadas", por decirlo de algunamanera, a la necesidad de desarrollar una "cultura de los derechoshumanos". Sin un respeto generalizado por estos derechos, ciertos as-pectos de Ia virtud civica, tal comohan sido expresados por los criticascomunitaristas, carecen del sustrato que los hace posibles y,por tanto,pierden parte de su sentido.Otro tema deIa virtud civica es el de Ia dignidad ciudadana y soli-daridad que, BegUneata tradici6n, provienen del hecho de que las insti-tuciones publicas que rigen a una determinada comunidad polftica sonel resultado de una historia y de un esfuerzo comunes. En el easo deMmco, aunque las instituciones politicas liberales existen te6rica-mente desde Ia Independencia, en 1apractice la democracia liberal esm a s undesicleratum que una realidad. EIproblema que aquf seplanteaes que, dada la ausencia casi total de elementos democratieos dentrode nuestra historia poUtica, no podemos dar al pasado la importanciaque los autores comunitaristas Ie adjudican en la construcci6n de lavirtud civica.-Muchas de las nacionea de America Latina, Mexico entre ellas,son sociedades en las que la mayona de sus miembros, especialmentela poblaci6n indfgena (en los paises en que esta existe), ha sido tradi-cionalmente excluida de la participaci6n y del debate politico.- El sur-

    88 Desda otro l ingulo, la perlpectiva comunitaria ta a eate respecto seria de uti lidad, ya que BU-pone la b6aqueda y recuperaci6n de todoB loa elementos en la his toria de cada comunidad polfticaque . u e d e n contribuir en.la CODBtrw:ci6nde una.ciudadania activa,.parl.icipativa y solidaria.En 8pMres ofJUlltu:s (p. 310), Walzer modifica la famosa maxIma de Lord Acton y eacribe: 'El poder corrompe, pero laaUlllDcia de poder corrompe abselutamente.' Eata as una percepci6ndiaponible, creo yo, en un contexto deJnoc:nitico, donde la sensaci6n de poder polit ico puede I I 1 I I "

    67Sabre aJpnas de 1. CIIIIItionea te6ricaa DIU importantel alredeclor de elte tema, puedeconaultane el eDIIIlyO deNora Babotnikof, "La pUblico y aUBproblemBl: notea para una reccmai-deraci6n, ReuiBIQ InlerntJcional de F U o a o f / G PoUtictJ , Madrid, U A I I I u N B D , nWn. 2 , novi embrede 1993, pp. 71598.80 8

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    las virtudes [ ... ] el tema principal de la diecusion publica debe hacerposible para todas las personas eltomar parte en esa discusi6n, mien-tras que las desigualdades sociales y economicas toleradas.por ellibera-lismo tienen el efecto de privar a amplias clases (sic) de personas de unavozpublica efectiva-.72 Las desigualdades a las que Lasch hace referen-cia. e.x:tendidas comoestan en el contexto latinoamericano, constituyenun obstaculo considerable para ellogro de una discusion verdadera-mente publica y para la puesta en practiea de la virtud civica en ge-neral. No obstante. nos parece que estas mismas desigualdades eonsti-tuyen una raz6n mas por la que la crltica comunitarista delliberalismotiene algo que aportar ala discusi6n de realidades como la nuestra.Para los comunitaristas. Ia pobreza y el desempleo no son "conse-cuencias desafortunadas del crecimiento econ6mico capitalista que de-ben ser negados benignamente 0 tratados de manera gerencial. Apare-cen en toda su realidad como negaciones institucionalizadas de ladignidad y la participaci6n social, como fracasos flagrantes de la res-ponsabilidad comunal-.73 Bellah y coautores dicen incluso que el pro-blema de Ia pobreza es la "prueba de fuego" que la tradici6n civico-humanista nos ofrece para evaluar la salud de una sociedad.74Elliberalismo. en algunos de sus oertientes, ha tendido a consi-derar a la pobreza como algo natural y. en esa medida, como una con-secuencia aceptable del desarrollo dela sociedad liberal. Con su enfasisen el individualismo y su inclinaci6n a rechazar la importancia de loslazos constitutivos. la teoria liberal no puede responder apropiada-mente a las necesidades de un contexto en elque las injusticias socialesy econ6micas son endemicas. EI individuo liberal, centrado en su ca-pacidad aut6noma de elegir y en el respeto a su esfera privada, carecede una dimensi6n moral 10suficientemente fuerte comopara sosteneruna visi6n de la poHtica que vaya mas alia de su entomo inmediato."En una epoca en que la tendencia es inequivocamente hacia la asun-ci6n de una mayor responsabilidad colectiva de los resultados [outco-mes] sociales. 10Ultimo que parece ser necesario es un alejamiento dela posibilidad de lograr alglin tipo de acuerdo moral sobre los principiosy prop6sitos que operan en la elaboraci6n de la politica publica. -16 Si al-

    gimiento de una comunidad politica como la que plantean los autorescomunitaristas impliea, evidentemente. terminar con esta situaci6n.En elcaso espedfico de los grupos indigenas. el enfoque comunitaristatiene, en principio. mas posibilidades que el liberalismo individua-lista de responder eticazmente a los problemas que surgen de la ma-tencia de comunidades aut6ctonas en la regi6n. EI enfasis de esteenfoque en la comunidad comoellocus de entendimientos compartidosy valores hist6ricos que deben ser preservados y fomentados (en con-traposici6n a las tendencias uniformadoras y universalistas dellibe-r~ismo). y la importancia que da a la descentralizaci6n del poder po-litICO. son dos aspectos del comunitarismo que nos parecen masadecuados que el enfoque liberal en el momento de enfrentarnos aproblematicas sociales. politicas y culturales como las que planteanlos grupos indigenas en el subcontinente.

    En las naciones latinoamericanas. la sociedad civil ha desempe-iiado tradicionalmente un papel subordinado y dependiente uis-a-uisun Estado centralizado cuyo predominio poHtico y econ6mico. como yase seiial6. no empez6 a ser cuestionado de manera permanente sinohasta la d6cada pasada. Aeste respecto. autores comunitaristas comoTaylor. Lasch y Bellah han insistido en la importancia de la descen-tralizaci6n politica como un elemento indispensable para fomentar laparticipaci6n ciudadana y el autogobierno ~ aai. fortalecer los vfnculoscomunitari08 en el plano poHtico. en la medida en que Be debilita elproceso de "despersonalizaci6n- y de aislamiento implicito en elmodelocentraliz