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Clase 2
El papel de la iglesia (pag.1056)
Tarea (homework) paginas 1075-1093
1. Describa el Gobierno Congregacional, y explique que significa,
democracia y autonomía
-Explain what is congregational government and what
democracy and autonomy mean in the context of church
government
2. Describa el gobierno Presbiteriano y el papel del Anciano
Explain the Presbyterian government and the place of the Elder
CONCEPTOS DE LA IGLESIA
A. El concepto católico romano El concepto católico romano de la iglesia es que “es
una sociedad divinamente constituida compuesta de miembros de cada raza y nación,
en la que todos mantienen la misma fe, usan los mismos sacramentos como medios de
santidad y salvación, y son gobernados benignamente por el sucesor de San Pedro, el
vicario de Cristo, el papa…” (C.B. Pallen, “Catholic Church,” The New Catholic
Dictionary [N.Y.: The Universal Knowledge Foundation, 1929], pp. 180–1).
B. El concepto anglicano El concepto anglicano declara que “la iglesia visible de Cristo
es una congregación de hombres fieles, en la cual se predica la Palabra de Dios, y
donde los sacramentos se ministran apropiadamente de acuerdo a la ordenanza de
Cristo…” (Artículo 176 XIX de los treinta y nueve artículos de la Iglesia de Inglaterra). La
Iglesia Anglicana está, por supuesto, bajo el liderazgo temporal del rey, o reina, de
Inglaterra.
C. El concepto de la Iglesia Reformada La Confesión de Fe de Westminster afirma: “La
iglesia católica o universal, la cual es invisible, se compone del número total de los
elegidos…. La iglesia visible, la cual también es católica o universal bajo el Evangelio,
consta de todos los que por el mundo profesan la religión verdadera, juntos con sus
hijos…” (cap. XXV).
D. El concepto bautista La confesión de fe bautista de 1646 dice que “la iglesia es una
compañía de santos visibles, llamados y separados del mundo por la Palabra y el
Espíritu de Dios, a la profesión visible de la fe del Evangelio; siendo bautizados en esa
fe” (Artículo XXXIII). Algunos bautistas contemporáneos reconocen la realidad de la
iglesia universal y otros no. ( Teología Basica Charles C Ryrie)
Resumen del capítulo
A la iglesia se le ha encargado que lleve a cabo el ministerio de Cristo en el mundo.
Para cumplir con ello, debe realizar ciertas funciones. Es esencial conseguir un
equilibrio en estas funciones para la salud espiritual y el bienestar del cuerpo.
El evangelio está en el centro mismo del ministerio de la iglesia y está implícito
en todas las funciones de la iglesia. Cuando se modifica el evangelio, la iglesia
deja de estar en equilibrio. Para seguir existiendo, es necesario que la iglesia esté
dispuesta a servir, sea flexible metodológicamente y adaptable a su entorno.
Funciones de la iglesia
Evangelización, Edificación, Adoración, Preocupación social
El corazón del ministerio de la iglesia: el evangelio
“La iglesia fue creada para que cumpliera las intenciones que el Señor tiene para ella.
Tiene que llevar a cabo el ministerio del Señor en el mundo, perpetuar lo que él hizo y
hacer lo que haría si todavía estuviera aquí” Millard Erikson
Evangelización
La llamada a la evangelización es un mandato. Habiendo aceptado a Jesús
como Señor, los discípulos se habían puesto bajo su mando y estaban obligados
a hacer lo que pedía.
En Hechos 1:8 dice: “pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el
Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo
último de la tierra”.
¿Entonces que paso en Hechos 11?
1 Oyeron los apóstoles y los hermanos que estaban en Judea, que también los gentiles habían recibido la palabra de Dios.2 Y cuando Pedro subió a Jerusalén, disputaban con él los que eran de la circuncisión,3 diciendo: ¿Por qué has entrado en casa de hombres incircuncisos, y has comido con ellos?
¿Existió la evangelización en el AT?
1 Pedro 1:10-12 (RVR1960)
10 Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y
diligentemente indagaron acerca de esta salvación,11 escudriñando qué persona y qué
tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de
antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos.
La predicación de Noe, 2 Pedro 2:5
”5 y si no perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé, pregonero de justicia, con
otras siete personas, trayendo el diluvio sobre el mundo de los impíos;”
La predicación de Jonás. 3
“Vino palabra de Jehová por segunda vez a Jonás, diciendo:2 Levántate y ve a Nínive,
aquella gran ciudad, y proclama en ella el mensaje que yo te diré.3 Y se levantó Jonás,
y fue a Nínive conforme a la palabra de Jehová. Y era Nínive ciudad grande en extremo,
de tres días de camino.4 Y comenzó Jonás a entrar por la ciudad, camino de un día, y
predicaba diciendo: De aquí a cuarenta días Nínive será destruida.”
El mandato de Jesús y su promesa
Jesús precedió su comisión con esta declaración: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra” ( Mt. 28:18). Teniendo toda la autoridad, comisionó a sus discípulos como agentes. Por lo tanto, tenían el derecho de ir y evangelizar a todas las naciones. Además, Jesús prometió a sus discípulos que el Espíritu Santo vendría a ellos y ellos recibirían el poder. Por lo tanto estaban autorizados y capacitados para realizar la tarea. Es más, se les aseguró que no estarían solos. Aunque él estaría alejado corporalmente de ellos, no obstante estaría con ellos espiritualmente hasta el fin del mundo (Mt. 28:20)
A todo el mundo
Finalmente, los discípulos tenían que dar testimonio “hasta lo último de la tierra.” No
había restricción geográfica para su comisión. Tenían que llevar el mensaje del
evangelio a todo el mundo, a todas las naciones y a todo tipo de gente. Por supuesto,
esto no podían hacerlo por sí solos. A medida que iban convirtiendo gente, estos
convertidos irían a su vez evangelizando a otras personas. Por lo tanto, el mensaje se
iría extendiendo en círculos cada vez más amplios, y la tarea al final se completaría
Edificación
La segunda función principal de la iglesia es la edificación de los creyentes.
Aunque Jesús puso más énfasis en la evangelización, la edificación de los creyentes es,
por lógica, anterior. Pablo repetidamente habla de la edificación del cuerpo. En Efesios
4:12, por ejemplo, indica que Dios ha dado varios dones a la iglesia
“a fi n de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del
cuerpo de Cristo.”
Los creyentes deben crecer en Cristo “de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido
entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia
de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor” (v. 16).
El potencial para la edificación es el criterio mediante el cual todas las actividades,
incluida nuestra expresión, tiene que medirse: “Ninguna palabra corrompida salga de
vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fi n de dar gracia a
los oyentes” (v. 29).
Medios de edificación
. Uno de ellos es la comunión.
El Nuevo Testamento habla de ( koinōnia), literalmente, tener o mantener todas las
cosas en común. Y desde luego, según Hechos 5, los miembros de la iglesia primitiva
incluso tenían en común sus posesiones materiales. Pablo habla de compartir las
experiencias mutuamente: “De manera que si un miembro padece, todos los
miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él
se gozan” ( 1 Co. 12:26).
Disciplina
En ocasiones esto puede suponer corregir y censurar, pero debe hacerse con cariño.
Jesús dejó un patrón de disciplina en Mateo 18:15-17. En casos severos, puede que sea
necesario expulsar a alguien del grupo, como en el caso del hombre inmoral que se
menciona en 1 Corintios 5:1-2.
Instrucción
La iglesia edifica a sus miembros mediante la instrucción o enseñanza. Esta es parte de
la tarea más amplia de discipular. Uno de los mandamientos de Jesús en la Gran
Comisión es enseñar a los convertidos a “que guarden todas las cosas que os he
mandado” ( Mt. 28:20). Para este fi n, uno de los dones que Dios da a las iglesias es el
de “pastores y maestros” ( Ef. 4:11) para preparar y formar a la gente de Dios para el
servicio. Sin embargo, no es necesario que la instrucción la imparta siempre el pastor-
maestro oficial de la congregación, ni es necesario que se dé dentro de un grupo
grande
Las academias y escuelas privadas cristianas realizan el mismo esfuerzo a un nivel
menos avanzado. Y las escuelas misioneras, donde se alfabetiza, forman a la gente
para leer el mensaje bíblico.
La predicación es otro medio de instrucción que ha utilizado la iglesia cristiana desde
sus mismos inicios.5 En 1 Corintios 14, cuando Pablo habla de profetizar,
probablemente se está refiriendo a predicar. Comenta que profetizar tiene más valor
que hablar en lenguas, porque construye o edifica la iglesia: “Pero el que profetiza
habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación. El que habla en
lengua extraña, a sí mismo se edifica; pero el que profetiza, edifica a la iglesia” (vv. 3-
4).
Adoración
Otra actividad de la iglesia es la adoración. Mientras que la edificación se centra en los
creyentes y les beneficia a ellos, la adoración se centra en el Señor. La iglesia primitiva
se reunía para adorar de forma regular, una práctica ordenada y recomendada por el
apóstol Pablo. Su recomendación a los corintios de que reservasen dinero el primer día
de la semana (1 Co. 16:2) sugiere que se reunían con regularidad para adorar ese día.
El escritor de Hebreos exhorta a sus lectores a no descuidar el reunirse todos juntos
como era la costumbre de algunos ( He. 10:25). Aunque la adoración pone el énfasis en
Dios, también intenta beneficiar a los que la realizan. Podemos sacar esta conclusión
de la advertencia que hace Pablo contra las oraciones, las canciones y las acciones de
gracia que no son capaces de edificar porque no hay nadie presente que explique su
significado a las personas que no lo entienden (1 Co. 14:15-17).
Preocupación social
Entre las distintas funciones de la iglesia está la responsabilidad de realizar actos de
amor y compasión tanto para creyentes como para no creyentes. Está claro que Jesús
se preocupó de los necesitados y de los que sufrían.7 Curó a los enfermos e incluso
resucitó a los muertos en alguna ocasión. Para que la iglesia lleve a cabo su ministerio,
tendrá que implicarse en algún tipo de ministerio para con los necesitados y los que
sufren. Que Jesús espera esto de los creyentes resulta evidente en la parábola del
buen samaritano (Lc. 10:25-37). Jesús le contó esta parábola al intérprete de la ley
que, entendiendo que se podía heredar la vida eterna amando a Dios con todo nuestro
ser y al prójimo como a uno mismo, preguntó quién era el prójimo. Al responder a la
pregunta, Jesús también explicó lo que significaba amar al prójimo como a nosotros
mismos.
Santiago en particular pone un gran énfasis en el cristianismo práctico. Consideremos
por ejemplo, su definición de religión: “La religión pura y sin mancha delante de Dios el
Padre es esta: visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones y guardarse sin
mancha del mundo” ( Stgo. 1:27). Habla claramente en contra de mostrar favoritismo
por los ricos, un mal que sucedía incluso dentro de la misma iglesia ( 2:1-11). Condena
que se anime verbalmente si eso no va acompañado de acciones: “Y si un hermano o
una hermana están desnudos y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y
alguno de vosotros les dice: ‘Id en paz, calentaos y saciaos’, pero no les dais las cosas
que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? Así también la fe, si no tiene
obras, está completamente muerta” ( 2:15-17). Juan es igualmente claro: “Pero el que
tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad y cierra contra él su
corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? Hijitos míos, no amemos de palabra ni de
lengua, sino de hecho y en verdad” ( 1 Jn. 3:17-18)
El corazón del ministerio de la iglesia: el evangelio
Es importante que ahora observemos atentamente al factor que da forma básica a
todo lo que hace la iglesia, el elemento que está en el centro de todas sus funciones,
esto es, el evangelio, la buena nueva. Al principio de su ministerio Jesús anunció que
había sido ungido para predicar el evangelio; más tarde encargó a los apóstoles para
que continuaran extendiendo el evangelio.
Jesús confió a los creyentes la buena nueva que había caracterizado su propia
enseñanza y predicación desde el principio mismo. Es signifi cativo que, en el libro de
Marcos, la primera actividad que se recoge de Jesús después de su bautismo y
tentación sea su predicación del evangelio en Galilea: “Después que Juan fue
encarcelado, Jesús fue a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios. Decía: ‘El
tiempo se ha cumplido y el reino de Dios se ha acercado. ¡Arrepentíos y creed en el
evangelio!’” (Mr. 1:14-15). De forma similar, Lucas recoge que Jesús inauguró su
ministerio en Nazaret leyendo de Isaías 61:1-2 y aplicando la profecía a sí mismo: “El
Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a
los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón, a pregonar libertad
a los cautivos y vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos y a predicar el año
agradable del Señor” (Lc. 4:18-19).
La verdad de las observaciones de Latourette ha sido evidente en el cristianismo del
siglo xx. Los grupos que en la primera mitad del siglo abandonaron el evangelio de la
regeneración sobrenatural mediante la fe en un Cristo sobrenatural y expiador no
prosperaron. Es más, han entrado en declive a medida que el impulso espiritual se
alejó de ellos. Los grupos evangélicos conservadores, por otra parte, han crecido. Estos
grupos que han continuado predicando el evangelio que predicó Pablo, que han
ofrecido una auténtica alternativa a un mundo incrédulo o secular, han sido capaces
de ganar a no cristianos
Deseo de servir
Jesús estableció que su propósito al venir no era el de ser servido, sino el de servir (
Mt. 20:28). Al encarnarse tomó para sí la forma de un siervo ( Fil. 2:7). “Mas aún,
hallándose en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente
hasta la muerte, y muerte de cruz” (v. 8).
Adaptabilidad
La iglesia debe también ser versátil y flexible a la hora de ajustar su metodología y
procedimientos en las situaciones cambiantes que se producen en el mundo en que se
encuentra. Debe ir donde se encuentran las personas necesitadas, incluso si esto
implica un cambio geográfico o cultural. No debe anclarse en las antiguas formas de
trabajar. Como el mundo en el que está intentando ministrar cambia, la iglesia tendrá
que adaptar su ministerio de forma acorde a ello, pero sin alterar su dirección básica.