cear.estudio de voluntariado inmigrante
DESCRIPTION
La inmigración se ha convertido en uno de los temas más destacados de la política internacional. Según los últimos datos de la ONU, más de 191 millones de personas de todo el mundo han abandonado sus países con el fin de encontrar un nuevo hogar y empezar una nueva vida (Comisión Global de Inmigración Internacional, GCIM, 2005). Esto se debe a múltiples razones, entre las que se incluyen la pobreza, la persecución política, un entorno amenazador, la guerra y los conflictos, la reunificación familiar y de la comunidad, la consecución de una vida más próspera o para encontrar la dignidad y la libertad.TRANSCRIPT
ESTUDIO SOBRE LA
“PARTICIPACIÓN DE LAS PERSONAS INMIGRANTES/REFUGIADAS EN EL VOLUNTARIADO DEL MUNICIPIO DE MADRID”
Coordinadora del Estudio: Estrella Galán Pérez
Autores:
Marta Pagola de Frutos Cristina Oter Quintana
Jose Antonio Rubio García Carlos Moral Cruz
Estrella Galán Pérez
2
INDICE
Agradecimientos
4
1. INTRODUCCIÓN
5
2. LA PARTICIPACIÓN DE LAS PERSONAS INMIGRANTES Y/O REFUGIADAS EN EL VOLUNTARIADO COMO OBJETO DE ESTUDIO: OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN
7
2.1. Transformación social y acción voluntaria
7
2.2. Delimitando el objeto: el voluntariado inmigrante y/o refugiado como nueva forma de voluntariado emergente
14
2.3. Objetivos de la investigación
17
3. METODOLOGÍA Y DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN
19
3.1. Fundamentación metodológica
19
3.2. El diseño de la investigación
20
4. CONTEXTO NORMATIVO E INSTITUCIONAL
24
5. MARCO TEÓRICO
34
6. VOLUNTARIADO MIGRANTE Y ORGANIZACIONES SOCIALES MADRILEÑAS
43
6.1. Historia de la incorporación del voluntariado de origen extranjero en las entidades
46
6.2. Acceso de las personas de origen extranjero a las entidades y su participación en las mismas
51
6.3. Perfil, intereses y expectativas de los voluntarios migrantes
59
6.4. El voluntariado migrante en las entidades y su nivel de participación
68
6.5. Expectativas respecto a los voluntarios de origen extranjero y valoración de las entidades
74
7. PERFIL DEL VOLUNTARIADO INMIGRANTE Y/O REFUGIADO EN MADRID Y ANÁLISIS DE SU TRAYECTORIA VOLUNTARIA
79
3
7.1. Análisis de los cuestionarios realizados y variables exploradas: La metodología utilizada
79
7.1.1. Participación del voluntariado migrante en entidades según su área de actuación
81
7.1.2. Grado de participación de la población migrante en el voluntariado
84
7.1.3. Voluntariado migrante y distribución por sexos
85
7.1.4. Voluntariado migrante y edad
87
7.1.5. Voluntarido migrante y países de origen
88
7.1.6. Voluntariado migrante y situación social: tiempo de estancia situación administrativa
91
7.1.7. Voluntariado migrante y nivel de estudios
92
7.1.8. Voluntariado migrante y situación laboral
93
7.1.9. Voluntariado migrante y desarrollo de la actividad voluntaria: tiempo de dedicación, requisitos exigidos al voluntario migrante para su incorporación, puestos que ocupan en las entidades.
94
7.2. Conclusiones del análisis de los cuestionarios
100
7.3. Hipótesis sobre la labor voluntaria de las personas migrantes obtenidas a través de las entrevistas realizadas
103
7.3.1. Metodología utilizada para las entrevistas
103
7.3.2. Trayectoria de la persona en el mundo del voluntariado
107
7.3.3. La incorporación a la entidad voluntaria
114
7.3.4. La formación y la tarea
118
7.3.5. Tiempo y compromiso
122
7.3.6. La participación en el marco de la entidad
126
7.3.7. Motivaciones y expectativas
134
7.4. Especificidades del Voluntario Refugiado
139
8. CATÁLOGO DE RECOMENDACIONES PARA LA GESTIÓN DE UN VOLUNTARIADO INTERCULTURAL
147
9. ANEXOS
156
4
Agradecimientos
Queremos mostrar nuestro agradecimiento a las siguientes entidades
sociales por su valiosa colaboración con la investigación de la cual es fruto el
presente informe y sin las cuales habría sido imposible su realización:
AEOMC, Fundación Manantiales, ASPAD, Psiquiatría y Vida, ASPAFADES,
ADEMADRID, F. FANS, AMEB, AFADE, Proyecto Hombre, ACCIS, ADDEM,
ASPAYM, FAD, COAMFICOA, Fundación Retina Madrid, Zumbido Social,
Fundación ECCA, Asociación Caminar, Asociación Marillac, Fundación EMAUS,
HSDJ, Amis-Aurrera, La Rueca, Con un Pie Fuera, Fundación RAIS, MENIÑOS,
Ciudad Joven, Fundación ANAR, Caritas Madrid, Federación de Mujeres
Progresistas, Ayuda en Acción, Helsinki-España Dimensión Humana, Pueblos
Hermanos, Entre Culturas, APDHE, World Vision España, AAPS, CONGDE, SOS
Racismo, AFESIP, La Torre de Hortaleza, Coordinadora Juvenil de Vallekas,
Asoc. Juvenil ATZ, Asociación Crecer, AFAIJ, Fundación Yehudi Menuhim,
Centro Hispano-Bulgaro, ACULCO, Fundación ADSIS, Iniciativas Solidarias,
ACOBE, MITA, CEAR, La Merced, MPDL.
Así mismo queremos dar las gracias a las personas voluntarias que nos han
prestado su experiencia a través de las entrevistas realizadas, porque
realmente ellos han sido la fuente de nuestra inspiración: Ana, Javier, Darío,
Gueri, Uría y Mª Eugenia.
A todos ellos y ellas muchísimas gracias.
5
1. INTRODUCCIÓN
La inmigración se ha convertido en uno de los temas más destacados de la
política internacional. Según los últimos datos de la ONU, más de 191 millones
de personas de todo el mundo han abandonado sus países con el fin de
encontrar un nuevo hogar y empezar una nueva vida (Comisión Global de
Inmigración Internacional, GCIM, 2005). Esto se debe a múltiples razones, entre
las que se incluyen la pobreza, la persecución política, un entorno
amenazador, la guerra y los conflictos, la reunificación familiar y de la
comunidad, la consecución de una vida más próspera o para encontrar la
dignidad y la libertad.
Durante los últimos años, ha ido aumentando el interés por la
participación de las personas migrantes en el voluntariado, sobre todo en
aquellos países con una arraigada tradición de sociedad civil y una sólida
concienciación del papel clave que desempeña el voluntariado en el tejido
social y la cohesión de la sociedad. El reconocimiento de que la participación
civil y la actividad voluntaria son pilares esenciales en una democracia
próspera nos hace preguntarnos si las comunidades de inmigrantes forman
parte de estos pilares y, de no ser así, qué se debe hacer para promover
acciones civiles en estas comunidades.
6
Así mismo existen investigaciones1 que reconocen la actividad voluntaria
como un recurso ideal para alcanzar el deseado proceso bidireccional que
supone la integración, el cual no goza aún de pleno reconocimiento (en el
sentido de plena ciudadanía).
El presente documento, fruto de un estudio exploratorio, pretende contribuir
a la reflexión, al debate y al conocimiento del papel de los voluntarios/as de
origen extranjero como sujetos sociales activos partiendo de la premisa de
valorar la acción voluntaria como recurso para la integración y ejercicio activo
de participación ciudadana.
1 INVOLVE. Participación de nacionales de terceros países en el voluntariado como medio para mejorar la integración. Ed. Centro Europeo de Voluntariado. 2006
7
2. LA PARTICIPACIÓN DE LAS PERSONAS INMIGRANTES Y/O REFUGIADAS EN EL VOLUNTARIADO COMO OBJETO DE ESTUDIO: OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN
2.1. Transformación social y acción voluntaria
Ante la llamada crisis del Estado de Bienestar, se han ido ampliando los
actores sociales que participan activamente para el mantenimiento de los
sistemas de protección y defensa de los derechos fundamentales.
La existencia y pervivencia de la exclusión social, que deja fuera del
ámbito del Estado de Bienestar a grupos humanos cada vez más amplios,
entre los que pueden encontrarse en muchos aspectos las personas
inmigrantes y refugiadas, supone una llamada imperiosa a la participación
social. En esta línea, el Estado es parte del problema y difícilmente es parte de
la solución; más bien se siente “la mano izquierda del Estado”, que dispensa
beneficios a aquellos que “la mano derecha del Estado” produce como
víctimas2.
En España, desde la década de los noventa, se ha producido un
incremento espectacular de la participación en organizaciones sociales o
voluntarias, estando el grado de asociacionismo en torno al cuarenta por
2 Bourdieu, Pierre (1999): Cortafuegos. Reflexiones para servir a la resistencia contra la invasión neoliberal. Ed.
Anagrama. Barcelona
8
ciento3. Según datos extraídos del Diagnóstico de Situación del Voluntariado
en España, donde se realiza una compilación de datos estadísticos obtenidos
de diversos estudios realizados sobre el Tercer Sector, en 1999 había 1.357.320
personas implicadas en entidades de Acción Social, de las cuales un 79% eran
voluntarias.
Los altos niveles de participación activa existentes indican que algo está
cambiando en la sociedad española (entendiendo como miembros de la
sociedad española a todos los ciudadanos, sea cual sea su origen),
pudiéndose deducir que estamos pasando de una sociedad donde ha
primado la competitividad y el individualismo a una sociedad algo más
solidaria donde los ciudadanos consideran que pueden satisfacer mejor
algunas de sus necesidades estando asociados a organizaciones voluntarias y
siendo solidarios4, es decir, ejerciendo la participación social.
Este incremento de la solidaridad se puede entender analizando los
siguientes factores5:
Factores estructurales:
� Aumento del tiempo libre entre la población
� Percepción de un aumento de necesidades sociales debido a la crisis del
Estado de Bienestar 3 Alberich, Tomás (1994): “Aspectos cuantitativos del asociacionismo en España” en Mundo Asociativo.
Documentación Social nº 94. Madrid 4 Navajo, Pablo (2004). La participación Ciudadana. Iniciativa Social y estado de Bienestar.
www.iniciativasocial.net/participacion.htm
5 De Felipe, Ana y Rodríguez de Rivas, Lilo (1995): “Guía de la Solidaridad”. Temas de Hoy. Madrid
9
� Crisis de valores que hace que se busquen nuevos valores que los sustituyan
� Desencanto con la actuación de partidos políticos y sindicatos
� Aumento de la confianza de la sociedad en organizaciones y asociaciones
no lucrativas.
Factores coyunturales:
� Desarrollo de determinados hechos que despierta la solidaridad de la
población ante situaciones extremas (catástrofes naturales, guerras,
pobreza, etc...)
A estos factores, les podemos sumar en el caso de las personas refugiadas e
inmigrantes, la imposibilidad de participar activamente y de una manera
integral en la sociedad que les acoge debido a impedimentos legales.
Históricamente hemos visto una evolución que debemos tener en cuenta.
Inicialmente, y desde una perspectiva conservadora la configuración de
valores materialistas se centraba en la necesidad básica de seguridad, tanto
física como material. Posteriormente, desde una perspectiva progresista, la
política de emancipación se basó en la lucha de clases y la consecución de la
igualdad, teniendo como referente a la clase trabajadora. Pero los valores
posmaterialistas enfatizaron necesidades secundarias como la
autorrealización, la autoestima y la pertenencia reclamando valores que
habían estado desatendidos como los basados en los Derechos Humanos
entre otros, constatando así como la cultura toma el lugar de lo social. En este
sentido vemos como las personas inmigrantes y refugiadas, excluidas de la
10
participación política, pueden cubrir de una forma alternativa sus necesidades
de participación a través de acciones voluntarias en organizaciones sociales.
Paralelamente el imaginario actual del fenómeno del voluntariado
responde a tres ejes fundamentales6: el retorno de la beneficencia en versión
neoliberal; el voluntariado compensatorio y corporativo que recoge la
tradición social del Estado de bienestar; y el voluntariado ligado a lo
alternativo y al liberacionismo.
El tercer eje está en la línea de entender el voluntariado como una forma
de participación social con visión macro, con carácter participativo y con
capacidad para transformar la realidad. La hipótesis que manejamos para la
realización de esta investigación es que son precisamente estos aspectos a los
que se acogen las personas inmigrantes y refugiadas para, de una forma
alternativa, canalizar su participación social y/o política en la sociedad de
acogida.
Los diferentes estudios existentes entorno al fenómeno del voluntariado y la
participación, analizan estas formas de acción social desde diferentes
perspectivas, subrayando su carácter positivo, unos, y su carácter negativo
otros.
6 Mota, Rosalía y Vidal, Fernando (2003) : Solidaridad y Morfología de los voluntariados madrileños. Ed. Dirección
General de Inmigración, Cooperación al Desarrollo y Voluntariado de la Comunidad de Madrid. (p.22)
11
Algunos autores como Ariel Jerez7 y Luis Enrique Alonso, adoptan un punto
de vista crítico, considerando que el voluntariado realiza servicios públicos en
un régimen indebido o improcedente y porta una ideología que favorece el
neoliberalismo. Sin embargo habría que ponderar las críticas hacia la función
neoliberal del voluntariado desde esa diversidad y desde un paradigma de
cambio social.
En la misma línea, Ana Mª Rivas8 considera que las organizaciones que se
nutren del voluntariado pueden estar legitimando el sistema neoliberal,
consiguiendo una desmovilización política de las sociedades desarrolladas y
desactivando políticamente a las sociedades a las que “dicen” ayudar.
La crisis que el Estado de Bienestar está viviendo desde la década de los
setenta del siglo pasado, ha posibilitado la ofensiva de sectores conservadores
y liberales contra la intervención estatal en la economía y en la sociedad. Estos
sectores están impulsando la desregulación de los mercados y la privatización
de los servicios públicos como ejes centrales de su “agenda neoliberal”,
transformando la naturaleza del Estado de Bienestar y traspasando los sistemas
de protección social a la empresa privada y a las organizaciones del Tercer
Sector. En esta estrategia de “privatización” adquiere un papel relevante el
discurso acerca del creciente protagonismo que la sociedad civil debe asumir
en la gestión de la economía y la sociedad, incluyéndose en esta categoría de
7 Jerez, Ariel (1997) : ¿Trabajo voluntario o participación ?. Elementos para una sociología del Tercer Sector. Ed. Tecnos. Madrid
8 Rivas, Ana María (2002): Voluntariado, Sociedad Civil y Militancia. Un análisis crítico del voluntariado y las
organizaciones no gubenamentales. Ed. Acción Cultural Cristiana. Salamanca (P.41)
12
sociedad civil al sector empresarial y al sector integrado por asociaciones y
ONG. Sector que se nutre en gran medida del trabajo voluntario.
Sin embargo, la creciente identificación entre sociedad civil, Tercer Sector y
ONG es percibida con temor por sus efectos “despolitizadores”. Desde los
poderes públicos y los medios de comunicación se transmite y promueve una
imagen asistencialista, bonachona y acrítica de las ONG que desvirtúa el
potencial que posee la sociedad civil como agente de transformación social.
Algunos agentes sociales e investigadores de lo social, señalan la existencia de
una estrategia tendente a aislar y neutralizar a los movimientos sociales, “los
cuales fueron sometidos primero a un proceso de oenegenización y luego de
terciarización, ambos destinados a su domesticación. Mientras los movimientos
sociales son vistos hoy como contenciosos y disrruptivos, el Tercer Sector, por el
contrario, aparece como un socio o colaborador de los gobiernos dentro de
los marcos establecidos por las políticas neoliberales9”.
Lo cierto es que existe un amplío abanico de posicionamientos acerca del
papel que debe jugar el Tercer Sector, pudiendo hablarse de cuatro modelos
vinculados a diferentes planteamientos ideológicos. Un primer planteamiento,
el conservador, que defiende, por encima de cualquier otra cosa, a la familia
como la principal fuente de bienestar y que siempre consideró que era función
de la propia sociedad, y no del Estado, crear instituciones asistenciales para
ayudar a los más desfavorecidos. Un segundo modelo, el neoliberal, que
desconfía de las capacidades del Estado para gestionar la sociedad y que
9 Roitter, Mario (2004): “El Tercer Sector como representación topográfica de sociedad civil”. En Daniel Mato (coord), Políticas de ciudadanía y sociedad civil en tiempos de globalización. Caracas: FACES, Universidad Central de Venezuela, 2004 (Pág. 27)
13
apuesta por desmantelar el sistema de protección social transfiriendo al
mercado y a las organizaciones sociales la prestación de servicios sociales. Un
tercer discurso se correspondería con el socialdemócrata, que mantiene que
las organizaciones del tercer sector son suplentes de la acción del Estado sólo
en aquellos casos de necesidades sociales que no sean cubiertas desde las
administraciones públicas, debiendo intervenir el Tercer Sector allá donde no
llega el Estado. Un último modelo se derivaría de los posicionamientos de
ciertos sectores de la sociedad civil, que consideran necesaria la existencia de
una pluralidad de actores que presten servicios de bienestar ante las
limitaciones del Estado, la creciente complejidad y diversificación de las
demandas y necesidades sociales que atender, y el mayor protagonismo que
se cree debe tener la sociedad civil en la gestión de los asuntos públicos
públicos10.
Desde la experiencia de las organizaciones sociales que han participado en
la presente investigación podemos constatar que existe un amplío número de
organizaciones que apuestan por modelos de transformación social a través
de la participación social y la incidencia política movilizando a amplios
sectores de la ciudadanía. Una de las principales formas de vehicular la
participación social es el voluntariado. Y será a través del voluntariado que se
posibilite la participación activa de muchas personas que por su condición
10 García Roca (2001): “El voluntariado en la sociedad del bienestar”, en Repensar el voluntariado, Documentación
Social Enero-Marzo 2001.
14
jurídica como refugiados o inmigrantes tienen limitado su derecho de
participación y ciudadanía.
2.2. Delimitando el objeto: el voluntariado inmigrante y/o refugiado
como nueva forma de voluntariado emergente
El voluntariado es un nuevo paradigma de solidaridad social que está
brotando con fuerza en los últimos años en España. Uno de los hechos más
visibles alrededor de “lo voluntario” del siglo XX ha sido la remodelación del
voluntariado en el imaginario de las sociedades occidentales.
Esto se ha visto acompañado del surgimiento de organizaciones sociales
que han reformulado una parte significativa de la participación social en
términos de voluntariado, facilitando que la sociedad civil pueda trabajar a
favor de la transformación social.
En este sentido es necesario analizar el nivel de participación en estas
acciones de las personas inmigrantes y refugiadas, teniendo en cuenta que en
la ciudad de Madrid suponen un 16,9% de la población total, lo que supone un
potencial importante de cara a su incorporación a la vida solidaria de nuestra
ciudad.
Las instituciones públicas, organizaciones sociales y reconocidos expertos
reconocen la necesidad de promover la participación social de las personas
inmigrantes como vía efectiva para lograr la integración y la cohesión social,
así como facilitar la convivencia intercultural. En el caso del Ayuntamiento de
Madrid se puede recurrir como ejemplo a su “Plan Madrid de Convivencia
Social e Intercultural”. En este sentido, el voluntariado, como una modalidad
15
de participación ciudadana, es una herramienta fundamental para el
desarrollo de esa estrategia.
La persona inmigrante, en su calidad de ciudadano puede desarrollar su
participación social a diferentes niveles:
1. Un primer nivel, ligado a su rol de ciudadano, relacionado con los
aspectos generales de la vida pública y social. Esta dimensión se
desarrollará en los ámbitos comunes que comparten autóctonos e
inmigrantes, como usuarios de servicios públicos, como vecinos, como
trabajadores, como contribuyentes, como voluntarios,… Estos roles
deben encontrar vías de participación a través de asociaciones, ONGs,
instituciones, etc… al igual que el resto de ciudadanos.
2. Un segundo nivel ligado a otros aspectos más relacionados con su
condición de persona inmigrante o refugiada que actuará sobre
aquellos aspectos relacionados exclusivamente con su condición de
inmigrante o refugiado, tales como los procesos migratorios
internacionales, la legislación sobre extranjería o asilo, las políticas
públicas sobre inmigración y refugio, los programas y proyectos de
integración social de los inmigrantes, etcétera. Las vías de participación
de esta segunda dimensión, entre otras, suelen materializarse en la
constitución de asociaciones de inmigrantes o en la participación
conjunta de autóctonos e inmigrantes en las ONG de apoyo a la
inmigración.
3. Se puede establecer un tercer nivel de participación para cualquier
persona, independientemente de su procedencia, estrechamente
16
vinculada con el hecho de ser ciudadanos del planeta tierra y con la
necesidad de construir una sociedad civil transnacional que genere una
conciencia común y una opinión pública mundial. A escala planetaria,
la participación transnacional consiste en facilitar la convivencia de una
humanidad encorsetada en un mundo cada vez más pequeño e
infinitamente diverso. Un sistema-mundo tan interconectado e
interrelacionado que cualquier acción o problema radicado a miles de
kilómetros de distancia puede afectar a nuestra vida cotidiana. No en
vano, los flujos migratorios internacionales tienen que ver con esta
realidad y con las desigualdades Norte-Sur.
Es en el marco de los flujos migratorios internacionales donde se está gestando
un nuevo ámbito, específico, de participación de las personas migrantes y que
se vincula estrechamente con los proyectos de codesarrollo. Proyectos de
cooperación internacional al desarrollo que conectan estrechamente a las
sociedades de acogida con las sociedades de origen de las personas
migrantes, cobrando un especial protagonismo los migrantes en la
implementación de los citados proyectos.
La gran diversidad de formas de concebir la participación social y los
diferentes planteamientos sobre el papel de la sociedad civil y el Tercer Sector,
así como los distintos niveles de participación de las personas migrantes, obliga
a establecer criterios nítidos y precisos a la hora de delimitar nuestro objeto de
estudio. Tal es así, que para el desarrollo del estudio del que es resultante el
presente informe, centramos nuestro atención en aquellas personas de origen
extranjero que participan en organizaciones de voluntariado de Madrid, y
17
viceversa; en organizaciones de voluntariado que acogen a personas de
origen extranjero como voluntarias.
Pretendidamente hemos huido de utilizar el término “inmigrante”, dado que es
un concepto muy subjetivo que depende del imaginario que el entrevistado
posea de la migración. A nadie se le escapa que un norteamericano no recibe
la misma consideración de “inmigrante” que una persona que proviene del
África negra o de ciertos lugares de América Latina, con todo el imaginario
que rodea al migrante originario de países empobrecidos. Por ello, hemos
optado por un término mucho más neutral y objetivo como es “persona de
origen extranjero”. Al fin y al cabo, se trata de conocer como se está
integrando la diversidad social y cultural en la vida de las organizaciones de
voluntariado, independientemente de las procedencias y las condiciones
socioeconómicas de partida. Lo interesante consistirá en comprobar si existen
matizaciones al respecto.
2.3. Objetivos de la investigación
Los objetivos de la presente investigación han sido los siguientes:
1. Conocer la incidencia del colectivo inmigrante/refugiado en el
voluntariado a través de las entidades Sociales del Municipio de Madrid.
2. Conocer la caracterización que define a la persona voluntaria
inmigrante/refugiada en el Municipio de Madrid.
a. Conocer el perfil del voluntario inmigrante/refugiado según los
siguientes ítems: edad, sexo, formación, situación laboral, tiempo
de estancia en España, nacionalidad y situación administrativa.
18
b. Analizar las motivaciones que vinculan a la persona
inmigrante/refugiada en la acción voluntaria.
3. Conocer la forma de participación como voluntarias de las personas
inmigrantes/refugiadas en las entidades sociales de Madrid.
a. Analizar los procesos de selección de personas voluntarias puestos
en marcha por las entidades sociales y en qué medida influyen en
la incorporación del colectivo inmigrante.
b. Conocer los roles que desempeñan las personas voluntarias
inmigrantes/refugiadas en las entidades sociales.
4. Identificar prácticas interculturales puestas en marcha, para la gestión
de voluntariado, en las entidades sociales del Municipio de Madrid.
5. Conocer la imagen que tienen las entidades sociales madrileñas sobre
las posibles aportaciones del voluntario migrante a diferencia de otros
voluntarios
6. Desarrollar propuestas y líneas de actuación para la elaboración de un
decálogo y/o diferentes herramientas interculturales para la gestión del
voluntariado emergente intercultural.
19
3. METODOLOGÍA Y DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN
3.1. Fundamentación
El voluntariado es una fuerza emergente en el municipio de Madrid.
Como todo movimiento social sufre cambios importantes a lo largo del tiempo.
Madrid, como ejemplo de ciudad intercultural, donde conviven
colectivos de personas muy diferentes, nos facilita el marco ideal para
aproximarnos a realidades cambiantes dentro del voluntariado que configuran
una nueva forma de participación activa y contribuyen a la transformación de
la ciudad.
Por otro lado, durante los últimos años, la inmigración se ha convertido
en uno de los temas más destacados de las políticas internacionales, estatales,
autonómicas, municipales y locales. A pesar del “aparente” creciente interés
por la diversidad cultural, la experiencia voluntaria de los inmigrantes-
refugiados, no parece haber recibido la atención suficiente ni parece haberse
incorporado todavía al discurso del voluntariado. Sin embargo, este ritmo
creciente de flujos migratorios que llegan a España repercute en el
voluntariado perfilándose así otros tipos de voluntariados emergentes que
requieren ser estudiados.
A través de los resultados del presente estudio se pretende facilitar
elementos que nos ayuden a entender mejor la complejidad social en que
vivimos y a las formas que van configurando nuestro voluntariado dentro de
esta realidad basada en la pluralidad y en el encuentro de culturas. De hecho
consideramos que el voluntariado, como fuerza mediadora, es un medio
20
interesante para apostar por un futuro común que represente la
interculturalidad que se da en Madrid.
3.2. Metodología: el diseño de la investigación
La descripción del estado y tendencias de futuro de los voluntarios
inmigrantes- refugiados madrileños requiere de un diseño de investigación, es
decir, de un plan o estrategia que se desarrolla para obtener la información
que se precisa en una investigación. Una vez definido nuestro objeto de
estudio, nos planteamos la manera práctica y concreta de responder a las
preguntas de investigación que nos habíamos planteado y cubrir así los
objetivos fijados.
Vimos la necesidad de plantear un doble enfoque que aplicado al
contexto particular de nuestro estudio, nos daría la información que
deseábamos.
En un primer momento, nos planteamos una aproximación cuantitativa;
el uso de datos con base en la medición numérica y el análisis estadístico para
establecer patrones de comportamiento. Ésta aproximación nos permite
conocer la incidencia del colectivo inmigrante-refugiado en el voluntariado
dentro del municipio de Madrid así como el perfil de éste en las entidades
sociales.
La primera forma cuantitativa de recolección de datos al comienzo de
nuestra investigación consistió en la consecución de datos secundarios,
recolectados por otros investigadores. Implica la identificación y revisión de
21
documentos, registros públicos, archivos, estudios,… La recolección de datos
secundarios, son básicos en el comienzo de cualquier investigación.
Posteriormente, para la recolección directa de datos se eligió el
cuestionario como herramienta o instrumento de investigación. Este
instrumento es utilizado preferentemente en el campo de las ciencias sociales.
Su diseño, aplicación y análisis poseen un alto grado de rigor científico y
objetividad. La importancia del tema de investigación se expuso clara y
cuidadosamente en una carta de presentación que acompañaba al
cuestionario. Éste fue validado antes de su aplicación a la muestra,
experimentándolo en un grupo reducido de características semejantes a las
personas destinatarias de nuestra encuesta. Esta aplicación previa tuvo por
objeto detectar preguntas e instrucciones ambiguas que pudieran restar
validez al instrumento de investigación elegido. Mientras se elaboraba el
cuestionario, se diseñó la forma en que iba a ser tabulado e interpretado
posteriormente.
Los cuestionarios se proporcionaran directamente a las personas
responsables de voluntariado de las entidades sociales seleccionadas, quienes
serían los encargados de contestarlos. Éste método se denominada
“autoadministrado”, sin intermediarios, siendo cumplimentado por los propios
encuestados. Se realizó mediante envío por correo electrónico, recibiendo los
correos cumplimentados por este mismo medio.
Una vez recolectados los datos, éstos fueron codificados para su
posterior análisis. Las respuestas se transformaron en valores numéricos, así los
datos se reunieron, codificaron y prepararon para el análisis. Una vez hecho
22
esto, los datos se transfirieron a una matriz. El programa informático
seleccionado para realizar el análisis se denomina Paquete Estadístico para las
Ciencias Sociales (SPSS), programa desarrollado en la Universidad de Chicago
y uno de los más difundidos para el análisis de datos.
En un segundo momento, la aproximación a nuestro objeto de estudio
consistió en un abordaje cualitativo. Es la forma adecuada,
metodológicamente hablando, de conocer las características y las
motivaciones de los voluntarios inmigrantes-refugiados en el municipio de
Madrid, de conocer sus diferentes formas de participación y los roles que
desempeñan en las entidades sociales en las que participan. También nos
pareció el método más adecuado para conocer la percepción que tienen las
entidades sociales sobre sus voluntarios migrantes y refugiados, y qué les están
aportando.
La recolección de información desde el enfoque cualitativo busca
conocer directamente de las personas, con sus propias “formas de expresión”,
las situaciones y contextos que rodean a sus comunidades y realidades
sociales. Al tratarse de seres humanos, los datos que interesan son conceptos,
percepciones, imágenes mentales, creencias, emociones, interacciones,
pensamientos, experiencias, procesos y vivencias manifestadas en el lenguaje
propio de los participantes. Se recolectan con la finalidad de analizarlos y
comprenderlos, para responder a las preguntas de investigación y generar
conocimiento. La información así obtenida, resulta muy útil para comprender
los motivos subyacentes, los significados y las razones internas del
comportamiento humano.
23
La herramienta cualitativa elegida fue la entrevista en su versión
semiestructurada. Instrumento más íntimo, flexible y abierto que el instrumento
cuantitativo utilizado hasta ahora, el cuestionario. Con la entrevista, a través
de las preguntas y respuestas, se logra una comunicación fluida entre
entrevistado y entrevistador, posibilitando la generación de un caudal
discursivo a través del cuál, el entrevistado, construye significantes respecto
del objeto de estudio.
Las entrevistas semiestructuradas se basan en una guía de asuntos o
preguntas donde el entrevistador tiene libertad para introducir preguntas
adicionales para precisar conceptos u obtener mayor información. Por tanto,
no se trata de un guión cerrado ni de preguntas predeterminadas. Todas las
entrevistas fueron grabadas para facilitar el “análisis del discurso” posterior.
En definitiva, la articulación entre los tres niveles de recolección y análisis
de la información, fuentes secundarias, datos estadísticos y discursos de los
entrevistados, nos ha posibilitado dar respuesta a nuestros interrogantes de
partida y elaborar el presente informe.
24
4. CONTEXTO NORMATIVO E INSTITUCIONAL
En este capítulo se pretende realizar un breve recorrido por las políticas
públicas que influyen en la regulación del voluntariado y en la articulación de
medidas de promoción del mismo, prestando especial atención a aquellas
disposiciones y medidas relacionadas con el voluntariado migrante. El recorrido
propuesto resulta necesario para establecer el alcance social del fenómeno
del voluntariado y la concepción hegemónica prevaleciente en el seno de la
sociedad y de las instituciones sobre qué es el voluntariado.
Dos son las dimensiones fundamentales desde las que los poderes
públicos intervienen sobre el hecho social del voluntariado: a nivel normativo y
a nivel de coordinación de políticas y de concertación de actores sociales. La
primera dimensión es la relativa a las disposiciones legales, de diverso
carácter, internacional, estatal, autonómico y local, que regulan el mundo del
voluntariado. La segunda dimensión se refiere a las políticas públicas puestas
en marcha desde los ámbitos nacional, autonómico y local. Existe una
tendencia generalizada a implementar planes de voluntariado con la finalidad
de coordinar las políticas públicas de promoción del voluntariado y de articular
las diversas acciones desarrolladas por los diversos actores sociales
pertenecientes al ámbito del voluntariado.
La realidad del voluntariado es muy diversa, siendo la normativa que lo
regula igualmente diversa. Tanto por los instrumentos que desarrollan las
normas, leyes, reglamentos, decisiones, convenios, dictámenes o resoluciones;
25
como por la naturaleza y ámbito competencial del órgano legislador,
Naciones Unidas, Organismos Europeos, Estado Español o Comunidades
Autónomas.
Iniciando nuestro recorrido desde del contexto internacional hacia el
local, centraremos nuestra primera atención en las iniciativas surgidas en el
seno de las Naciones Unidas. Diversas disposiciones aprobadas por la ONU han
resaltado la importancia de los voluntarios en el desarrollo de los países,
instando a los Estados a promover el voluntariado y a apoyar a las
organizaciones que canalizan el movimiento social voluntario. Dos iniciativas
evidencian la relevancia otorgada al voluntariado: la primera, la declaración
de la Asamblea General de las Naciones Unidas que establece el 5 de
diciembre como Día Internacional de los Voluntarios para el Desarrollo
Económico y Social (resolución de 17 de diciembre de 1985); la segunda,
declarar 2001 como Año Internacional de los Voluntarios (A/RES/52/17).
La Unión Europea también pone de manifiesto la importancia de la
acción voluntaria en toda su diversidad y heterogeneidad, siendo numerosas
las recomendaciones, resoluciones, declaraciones y documentos oficiales que
han insistido en el relevante papel que cumplen las asociaciones y
organizaciones ciudadanas en la Construcción de la Unión Europea. Las
instituciones europeas han puesto en marcha programas en ámbitos como la
cooperación y el desarrollo, la protección civil o el bienestar social, mostrando
especial interés en el voluntariado juvenil.
26
En España las primeras disposiciones legales sobre voluntariado no surgen
hasta la década de los noventa, sin embargo, no se debe obviar la
importancia que el nuevo marco constitucional de 1978 tuvo para promover la
participación y facilitar la expansión del voluntariado. La Constitución regula la
participación como derecho fundamental e insta a los poderes públicos, en su
artículo 9.2, a “promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del
individuo y de los grupos en que se integran sean reales y efectivas; remover los
obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de
todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social”. Este
marco jurídico contribuirá al desarrollo del voluntariado, que recibirá un
impulso decisivo a partir de los años ochenta como consecuencia de tres
elementos nuevos que modelarían un contexto aún más favorable: las
declaraciones internacionales sobre el tema, las leyes autonómicas sobre
servicios sociales y las políticas de promoción desarrolladas desde los sucesivos
Ministerios de Asuntos Sociales.
En los años 90 el voluntariado será objeto de regulación específica desde
el ámbito autonómico y estatal con la aprobación de leyes de voluntariado.
Las leyes de voluntariado, en términos generales, definen el concepto de
voluntariado, la tipología de organizaciones donde se puede desarrollar la
acción voluntaria, y la naturaleza de las relaciones entre las organizaciones y
sus voluntarios; regulan las condiciones que deben proveer las organizaciones
para garantizar el ejercicio del derecho al voluntariado; y asignan una serie de
competencias a los poderes públicos en materia de voluntariado.
27
A nivel estatal existen tres disposiciones específicas de voluntariado en
vigor, siendo la más importante la Ley 6/1996, de 15 de enero, del
Voluntariado. Las otras dos disposiciones se refieren a la actividad del
voluntariado en Centros Públicos de Enseñanza (orden 11 de octubre de 1994)
y al voluntariado cultural (orden 9 de octubre de 1995). Además de estas tres
disposiciones, existe una amplía normativa de ámbito estatal que sin ser
específica del voluntariado, incorpora muchos aspectos relacionados con él.
Leyes y reales decretos de desarrollo que establecen el marco legal que
regula entidades sociales susceptibles de incorporar voluntarios en su
actividad, como la Ley de Asociaciones o la Ley de Fundaciones, o que
impulsan la creación de organismos nacionales de fomento del voluntariado,
como el Consejo Estatal e ONG de Acción Social. En otros casos, se trata de
medidas de fomento del voluntariado en determinados ámbitos de la acción
voluntaria tales como la cooperación internacional.
En cuanto a la normativa autonómica, prácticamente todas las
Comunidades autónomas cuentan con Leyes de Voluntariado con la
excepción de Cantabria. Las primeras leyes de voluntariado que se
promulgaron fueron las de Cataluña, en 1991, Aragón, en 1992, y la de Madrid,
en 1994. La promulgación de las leyes autonómicas se ha desarrollado en una
amplia horquilla de años que van desde 1991 a 2004, resultando una
diferenciación clara entre las leyes gestadas con anterioridad a la ley estatal
de voluntariado y las gestadas posteriormente. Las leyes anteriores a la
normativa de rango estatal, se limitan, por lo general, a regular el voluntariado
social, mientras que las leyes posteriores, tomando como referencia la Ley de
28
Voluntariado de 1996, amplían su ámbito material de actuación incluyendo
otros tipos de voluntariado como el cultural, el medioambiental, el deportivo o
el científico.
Las definiciones legales de voluntariado delimitan claramente qué se
entiende por voluntario jurídica e institucionalmente, influyendo notablemente
en la concepción hegemónica que del voluntariado reina entre la sociedad.
Las disposiciones legales no sólo regulan las relaciones que se establecen entre
los voluntarios y las entidades sociales (ONG principalmente), si no que influyen
en la percepción que tiene la sociedad de los voluntarios. Por tanto, es
conveniente plasmar en una breve panorámica las diferentes definiciones
aportadas por las leyes y por las instituciones respecto del voluntariado.
Las primeras definiciones legales de voluntariado que surgieron en
nuestro país, se correspondieron con las recogidas en leyes autonómicas. Leyes
que se limitaban a regular el voluntariado social, como es el caso de la ley de
voluntariado social de 1992 de la Comunidad Autónoma de Aragón o la ley de
voluntariado social de 1994 de la Comunidad de Madrid. Con la Ley del
Voluntariado de 1996 de ámbito estatal, la concepción de voluntario se
amplía a otros ámbitos, más allá del voluntariado social. Tomado como
referencia por las leyes autonómicas posteriores a 1996, incorporarán nuevos
ámbitos tales como el voluntariado educativo, el cultural, el medioambiental,
el deportivo o el científico.
Independientemente de los ámbitos de voluntariado que incorpore
cada ley autonómica y de sus propias especificidades, existen una serie de
rasgos comunes sobre la naturaleza del voluntariado emanadas y compartidas
29
con la ley estatal. Si se atiende a lo dispuesto en la Ley de Voluntariado de
1996, el concepto que se establece de voluntariado es el siguiente: “se
entiende por voluntariado el conjunto de actividades de interés general,
desarrolladas por personas físicas, siempre que las mismas no se realicen en
virtud de una relación laboral, funcionarial, mercantil”, debiendo ser
actividades de “carácter altruista y solidario”, por libre elección de la persona,
sin contraprestación económica, y ser desarrolladas a través de organizaciones
públicas o privadas sin ánimo de lucro. Quedando excluidas de esta definición,
“las actuaciones voluntarias aisladas, esporádicas o prestadas al margen de
organizaciones públicas y privadas sin ánimo de lucro, ejecutadas por razones
familiares, de amistad y buena vecindad”.
Las actividades de interés general contempladas en la ley y que
delimitan los ámbitos de actuación del voluntariado, son las siguientes:
“asistenciales, de servicios sociales, cívicas, educativas, culturales, científicas,
deportivas, sanitarias, de cooperación al desarrollo, de defensa del medio
ambiente, de defensa de la economía o de la investigación, de desarrollo de
la vida asociativa, de promoción del voluntariado, o cualesquiera otras de
naturaleza análoga”.
La normativa autonómica no difiere sustancialmente de esa concepción
del voluntariado, mostrándose alguna diferencia menor en cuanto al nivel de
concreción de las actividades consideradas de interés general. Baste citar
como ejemplo la Ley castellano-manchega que incorpora áreas de
intervención del voluntariado tales como los derechos humanos o la inserción
socio-laboral.
30
En algunos casos son los Planes Regionales o Autonómicos los que
amplían los ámbitos de actuación del voluntariado. Tal es el caso del Plan
Regional de Voluntariado de la Comunidad de Madrid, superando lo dispuesto
por la Ley Regional de 1995, centrada en el voluntariado social y anterior a la
ley estatal, al recoger otros ámbitos de la acción voluntaria ya contemplados
por normativas específicas de protección civil, de medio ambiente, de
cooperación al desarrollo, de juventud, de drogodependencias o de servicios
sociales. O el caso del Primer Plan Vasco de Voluntariado, que menciona
ámbitos no enunciados en la Ley Vasca como el de la educación, la salud, el
ocio, la protección civil, el deporte o la religión.
A veces, los planes de voluntariado innovan sobre aspectos emergentes
que en el momento de la elaboración de las Leyes no formaban parte del
fenómeno social del voluntariado o incluso sobre la noción misma de
voluntario. El II Plan de Voluntariado de Castilla-La Mancha enriquece su
concepción de voluntariado con la definición adoptada por la Plataforma del
Voluntariado en España respecto de qué es ser voluntario: "Voluntario o
voluntaria es quien además de sus propios deberes profesionales y de estatus,
de modo continuo, desinteresado y responsable, dedica parte de su tiempo a
actividades no en favor de sí mismo ni de los asociados (a diferencia del
asociacionismo), sino en favor de los demás o de intereses sociales colectivos,
según un proyecto que no se agota en la intervención misma (a diferencia de
la beneficencia), sino que tiende a erradicar o modificar la causas de la
necesidad o marginación social."
31
Definición que pone el énfasis en la finalidad última de la acción
voluntaria, con su apuesta por la transformación social dirigida a la
erradicación de las causas generadoras de necesidad o marginación social.
Esta concepción marca una clara línea divisoria frente a la intervención social
sustentada en la beneficencia y frente a las asociaciones de personas
constituidas con el propósito de defender intereses particulares. Esa definición,
por tanto, introduce una serie de aspectos diferenciadores respecto de otras
formas de participación como el asociacionismo vinculado a la defensa de
intereses propios de determinados colectivos o grupos, del donante
económico o del colaborador esporádico. Esa búsqueda de diferenciación
con otras formas de participación queda también reflejada en el Plan Regional
de Voluntariado de la Comunidad de Madrid, Claves para una nueva
ciudadanía.
Sin embargo, ningún plan contempla medidas específicas destinadas al
voluntariado inmigrante. Se resaltan los desafíos derivados del fenómeno
migratorio y del papel de las Entidades de voluntariado y los voluntarios en pos
de una sociedad abierta, tolerante e integradora, pero no se asigna ninguna
medida concreta a la promoción del voluntariado inmigrante. Las menciones
al voluntariado inmigrante se realizan dentro del marco referido a la
emergencia de nuevos sectores sociales susceptibles de formar parte del
movimiento voluntario, como jubilados, internautas o beneficiarios de recursos
asistenciales, lugar al que se suele relegar a los potenciales voluntarios
migrantes. En este sentido, el Plan Regional de Voluntariado de Madrid, en su
Área estratégica primera, denominada Voluntariado y Administraciones
32
Públicas, en su programa destinado a la convocatoria de subvenciones,
prioriza criterios de valoración tales como “la promoción de voluntarios
inmigrantes, jóvenes, personas mayores, discapacitados y otros colectivos
destinatarios habituales de la acción voluntaria”.
Si atendemos a otras normativas que influyen en la promoción y
desarrollo del voluntariado a un nivel más local, como la Ley de Servicios
Sociales de la Comunidad de Madrid o el Reglamento-Marco de Voluntariado
Local promovido por la Federación Española de Municipios y Provincias, se
observa una similar ausencia de referencias al voluntariado inmigrante. De
igual forma las políticas del Ayuntamiento de Madrid relacionadas con el
fomento del voluntariado carecen de medidas específicas orientadas hacia el
voluntariado inmigrante, salvo para lo dispuesto en el Reglamento de
Organización y Funcionamiento del Foro Madrid de Diálogo y Convivencia y
de las Mesas de Diálogo y Convivencia Distritales. Éstos órganos de
participación ciudadana, al igual que otros consejos sectoriales contemplados
en el Reglamento de Participación Ciudadana, poseen funciones de fomento
del Asociacionismo y del Voluntariado en las materias que les son propias,
siendo propias de su ámbito el fomento de la participación de la población
inmigrante.
A modo de síntesis se puede concluir que el voluntariado inmigrante no
es objeto de atención específica en la legislación vigente y en las políticas
públicas puestas en marcha desde los planes de voluntariado. Esta realidad
enmarca el contexto en el cual se desarrolla la acción voluntaria de la persona
extranjera, un contexto que a nivel normativo no discrimina al voluntario según
33
su estatus nacional o extranjero, y que tampoco considera necesario la
implementación de medidas específicas para su promoción. Un contexto que,
cómo se comprobará en el capítulo destinado a analizar el voluntariado
inmigrante en las organizaciones de voluntariado, tiende hacia la
normalización de todos los aspectos relacionados con el ejercicio de la acción
voluntaria por parte de personas de origen extranjero.
34
5. MARCO TEÓRICO Y CONCEPTUAL.
Las nuevas formas de participación social, sometidas a las grandes
transformaciones y convulsiones que cada tiempo protagoniza, han nacido al
rescoldo de unos procesos históricos y unos cambios culturales que se
despliegan en prácticas sociales, organizaciones solidarias y movimientos
ciudadanos.
En el umbral del siglo XXI asistimos a la emergencia de un nuevo paradigma
que se sostiene sobre el predominio de la responsabilidad personal y la
prevalencia de los intereses colectivos, que se traducen en asociaciones
ciudadanas y organizaciones sociales.
En este nuevo marco emergente de participación social se considera que
el voluntariado ha sustituido en la actualidad a otras formas de participación
anteriores, encarnadas en figuras como son la militancia o el asociacionismo
convencional. De este modo, el papel cada vez más relevante del
voluntariado, con un espectacular reconocimiento internacional, le convierte
en el primer fenómeno civil globalizado junto con el movimiento alternativo
antiglobalización, que con la revolución de la información favorece la
creación de una nueva sociedad civil mundial.
Existen diferentes motivos para que se haya dado este fenómeno.
Uno de los más importantes motivos, de carácter estructural, y que se ha
descrito en un capítulo anterior, es el crecimiento de la curva de demandas
35
sociales a un ritmo que la respuesta económica del Estado no crece y al que
se está respondiendo con un soporte comunitario o cívico. A esto se suma que
en la sociedad existe un reconocimiento de la participación social, y en
concreto del voluntariado social, considerándolo auténtico e inmediato frente
a los discursos políticos que han provocado el desencanto en muchos
ciudadanos. En esa línea, también hay que tener en cuenta que el
voluntariado, como forma de participación social, es una práctica comunitaria
con una cultura no identificada con un perfil político concreto, lo cual ha
facilitado su asunción desde diferentes ideologías. Parte del éxito también se
debe a que se ha alcanzado un consenso en la reformulación pública de una
antigua práctica como era la ayuda social espontánea, que ha sido
recuperada, normalizada y profesionalizada bajo el nombre de voluntariado, y
que depende en qué contextos, se ha convertido en una nueva forma de
participar a nivel social e incluso político.
Como se ha descrito a lo largo del documento, es fácil detectar como
ha ido surgiendo un acercamiento al voluntariado, como una nueva forma de
participación, por parte de muchas personas que, como ciudadanos, no
tienen reconocidos algunos derechos de ciudadanía básicos, como es el
derecho al voto, impidiéndoles así participar políticamente en la sociedad de
la que forman parte. Se trata de personas refugiadas e inmigrantes que, en
muchos de los casos, tienen a sus espaldas un activo recorrido sociopolítico y
de participación activa en su país de origen. Muchos de ellos viven en nuestra
ciudad en una situación de aislamiento, desarraigo o incluso dependencia
36
institucional durante mucho tiempo, provocándoles una sensación de
inseguridad y de anulación personal grave.
Javier, refugiado político, nos ilustra con su testimonio cómo la acción
voluntaria le fue útil para reencontrar un espacio de participación tras su
llegada a España: “Lo que me hizo tomar la decisión de participar como
voluntario en (entidad X) fue descubrir el compromiso de los profesionales y
sentirme identificado con lo que se hacía por un colectivo de personas que
sufrían la misma situación que la mía.(...) Esta participación como voluntario
me brindó otros elementos muy importantes: la recuperación de mi
autoestima, hacerme sentir bien conmigo mismo y sentir que todavía tenía
valía, porque los comienzos en España fueron para mí muy traumáticos.(...)
Sentía la necesidad de participar en algo, ya que participar es una necesidad
del ser humano.(...) En la medida que se te permite participar, se te tiene en
cuenta y se te escucha, si no, se te invisibiliza. (...) Además el voluntariado aquí
me permitía una posibilidad de desarrollo personal y profesional, que me
permitía retomar las experiencias personales que desarrollaba en mi país de
origen, y de reciclarme profesionalmente, saliendo del ámbito del trabajo no
cualificado que me tocó hacer.”
Los datos del número de personas voluntarias existentes son difíciles de
obtener. Tomás Alberich, experto en asociacionismo y voluntariado, calcula la
existencia de dos millones de voluntarios en España11. En cuanto a la
Comunidad de Madrid, según la autora Helena Béjar, un diez por ciento de la
11 Alberich, Tomás (1996): Asociacionismo y/o voluntariado. Cuadernos de la Red Cims, nº4. Madrid
37
población madrileña pertenece a alguna organización de voluntariado,
dedicando una media de cinco horas semanales a trabajar gratuitamente por
los demás12. La propia Comunidad de Madrid ha publicado recientemente un
estudio denominado "Encuentro y Alternativa: Situación y tendencias del
voluntariado en la Comunidad de Madrid"13, del cual se puede extraer que la
Comunidad de Madrid cuenta aproximadamente con unos 140.000
voluntarios, siendo gran parte de los mismos participantes de entidades propias
del Municipio de Madrid, lo cual significaría que aproximadamente un 4% de
la población madrileña según los últimos datos publicados del Padrón.
Tendería a pensarse que la mayoría de voluntarios son de origen
autóctono, sin embargo, en numerosas organizaciones sociales se puede ir
apreciando una interesante presencia de voluntarios de origen extranjero.
Paralelamente, se percibe que muchos de los voluntarios de origen autóctono,
identifican la procedencia de sus padres como un factor importante de
motivación a la acción voluntaria, siendo ellos procedentes de familias de
españoles que fueron emigrantes en otros tiempos.
Así mismo hay numerosas organizaciones sociales con una gran base de
voluntarios, que presentan un hecho significativo: un importante número de
personas de origen extranjero que deciden participar como voluntarias en una
entidad han sido usuarias previamente de esa organización o asociación,
pasando a formar parte activa de la entidad.
La participación tiene en su interior dos facetas: la del ser, por la que se 12 Bejar, Helena (2001): El mal samaritano. El altruismo en tiempos del escepticismo. Ed. Anagrama. Madrid
13 Vidal, Mota y Zurdo (2007): Encuentro y alternativa. Situción y tendencias del Voluntariado en la Comunidad de Madrid. Ed. Comunidad de Madrid
38
forma parte de una identidad colectiva con la conciencia de pertenencias
múltiples, lo que nos liga a una comunidad y a una cultura de la que formamos
parte (ser parte); y la de la acción, por la que se construye la singularidad
personal en interacción con otros, que alude a responsabilidades libremente
asumidas, por las cuales elegimos nuestras pertenencias y conformamos
nuestra singularidad personal (tomar parte). La primera connota una realidad
sustantiva, que es previa a la voluntad y otorga pertenencia; la segunda se
refiere a la incorporación activa mediante decisiones voluntarias. La simbiosis
de ambas dimensiones conforma la identidad personal y colectiva.
Javier, uno de los voluntarios entrevistados, nos comenta en esta línea lo
siguiente: “Participar como voluntario en (entidad X) me permitió proyectarme
a esta nueva sociedad (...) y encontré un espacio social y de relación.”
Estos dos aspectos de la participación reflejan la polaridad entre la
participación instrumental (medio) en el ámbito de una colectividad de la que
se forma parte, y la participación expresiva (fin) de esta pertenencia, que
constituye un fin en sí mismo. Esta distinción constituye un tema tópico y básico
en la teoría social y política sobre la participación. De hecho el PNUD
reconoce la participación como un medio y un fin. La participación como fin
significa que no sólo constituye un medio para conseguir otros objetivos, sino un
valor en sí, una virtud cívica que expresa la identidad.
Pero la participación como tal puede adoptar diferentes formas: social,
política y económica. Todas las formas de participación se han hecho cada
vez más complejas, y no pueden reconducirse a un único determinante. Para
identificarlas hay que acudir a variables estructurales y de contexto (macro), a
39
variables de preferencia y de motivaciones (micro), a variables organizativas e
institucionales (meso). Las tres perspectivas coinciden en advertir la profunda
complejidad y diferenciación del mundo de la participación.
Identificando con más detalle las tres grandes matrices de la
participación14 encontramos lo siguiente:
� Participación económica: es un nivel esencial de la participación que
incorpora la producción, distribución y consumo de bienes y servicios.
� Participación política: se realiza en el ámbito de un sistema de relaciones
basado en la autoridad, la influencia y el poder15. La participación política
está orientada a influir y controlar las decisiones del gobierno mediante la
elección de los representantes y la presión sobre los líderes políticos.
Tradicionalmente se ha asociado al ejercicio del voto, pero la participación
política se sostiene en tres pilares fundamentales que amplían esta visión: la
democracia, el principio del individuo como sujeto de voluntad racional, y
la idea de soberanía popular.
� Participación social: Más que comportamientos individuales alude a formas
de acción conjunta que se realizan a través de sujetos colectivos:
asociaciones, movimientos, partidos políticos, organizaciones sociales...,
hasta el punto de que se ha llegado a afirmar que "las organizaciones son
los efectivos ciudadanos de las democracias actuales" 16 .
14 García Roca, Joaquín (2004): Políticas y Programas de Participación Social. Ed. Síntesis. Madrid 15 Dahl, R.A. (1963): Modern Political Análisis. Prentice Hall, Englewood Cliffs (NJ).
16 Schmitter, P.C. (2000): How to Democratize the European Union – and why Bother?. Rowman & Littlefield, Lanham (Md.). p.57
40
Teniendo en cuenta estas tres facetas de la participación, vemos como el
colectivo de personas inmigrantes y refugiadas en general, queda exento de
una de ellas, la participación política, dado que los extranjeros
extracomunitarios están excluidos del derecho al voto, máxima expresión del
concepto de ciudadanía y con ello de participación.
Javier, en su experiencia nos cuenta lo siguiente: “Después de seis años
aquí, todavía me encuentro en un proceso de reconstrucción interna. Tras más
de veinte años de lucha política y social por las libertades, que me llevaron a
tener que salir de mi país, te das cuenta de los escasos espacios de
participación política y social que se te permiten en el país de acogida. Uno
trae la expectativa de que esos derechos se van a contemplar, y de pronto, te
encuentras los espacios cerrados, y que no hay mecanismos políticos y sociales
para participar, y es un choque que llega a ser traumático y que te anula
totalmente. Uno piensa que en un país como España, con una democracia
consolidada, los espacios de participación van a ser reales, pero uno se
encuentra que no, y poco a poco, uno se enfrenta a una profunda decepción
que finalmente acaba anulando esa esperanza de lucha y de hacer cosas”.
Con todo esto, debemos ser conscientes del surgimiento de nuevas formas
de relación entre los gobiernos y los ciudadanos.
Es destacable que el número de voluntarios supera ya el número de
afiliados a partidos políticos y a centrales sindicales, lo que revela que el
fenómeno del voluntariado puede constituirse como una forma alternativa de
participación para muchos ciudadanos, cualquiera que sea su origen.
La ciudadanía activa se ha desbordado en la mayoría de los países
41
democráticos y ha roto los canales tradicionales en los que se sustentaba –
sindicatos y partidos-. En la actualidad se está generando un extenso
movimiento de acciones colectivas y organizaciones, formadas
fundamentalmente por voluntarios, en pro de los intereses públicos y de las
políticas de la vida cotidiana. En esta línea, tenemos constancia de que
muchos de estos movimientos están siendo generados, apoyados y
propulsados por personas de origen extranjero.
Los estudios y clasificaciones sobre necesidades humanas incluyen cada
vez más la necesidad de participación. Max Neef considera la participación
como una de las nueve necesidades básicas del ser humano. Así se contempla
en la conceptualización del Desarrollo Humano, tanto en sus teóricos
principales, como en los textos oficiales de PNUD que ya hemos citado
anteriormente.
En la misma línea, el profesor Carlos Giménez17 considera que participar es
incidir, influir y responsabilizarse, siendo un proceso que enlaza a los sujetos y los
grupos, y ser participante implica ser coagente, copartícipe y corresponsable.
Este autor considera la participación como un derecho, fundamentado
dentro de los derechos civiles y políticos, por lo que bajo esta descripción,
vemos como se vulneran los derechos de las personas inmigrantes o refugiadas
a las que no se les reconoce esta posibilidad.
Javier de nuevo nos ilustra con su experiencia en este sentido: “Como mis
17 Giménez, Carlos (2002): “Dinamización comunitaria en el ámbito de la inmigración” en Rubio, M. José y Monteros, Silvina: La exclusión social. Teoría y Práctica de la intervención. Ed. CCS. Madrid (P.102)
42
espacios de participación política no están reconocidos, me he visto en la
obligación de recurrir a espacios de participación social para satisfacer de una
forma alternativa esta necesidad, así como de sentirme parte de la sociedad
en la que estoy inmerso, tiene que ver también con un sentido de pertenencia.
Soy parte de la sociedad en la que estoy en la medida que se me reconoce lo
que puedo hacer, y esto lo encuentro en (entidad X), donde se me permite ser
parte de, siendo partícipe”.
43
6. VOLUNTARIADO MIGRANTE Y ORGANIZACIONES SOCIALES MADRILEÑAS
6.1. Historia de la incorporación del voluntariado de origen extranjero en las entidades
6.2. Acceso de las personas de origen extranjero a las entidades y su participación en las mismas
6.3. Perfil, intereses y expectativas de los voluntarios migrantes
6.4. El voluntariado migrante en las entidades y su nivel de participación
6.5. Expectativas respecto a los voluntarios de origen extranjero y valoración de las entidades
El voluntariado, independientemente de las muchas y variadas
motivaciones que llevan a él, se canaliza a través de organizaciones sociales,
formando parte del llamado tercer sector que se identifica con la sociedad
civil, y que está ubicado en el espacio de la participación ciudadana.
En cuanto a la identificación del voluntariado como Tercer Sector, ha
tenido amplia vigencia en la Europa continental, en el contexto de crisis del
Estado de Bienestar. Así se domicilia el voluntariado en el escenario de lo
social, fundamentado en valores como la lealtad, la solidaridad y la
reciprocidad.
Tocqueville18 consideraba que el asociacionismo como un elemento central
en el éxito de la democracia, observando que son las asociaciones el único
medio para la acción a la hora de perseguir y conseguir intereses colectivos.
Son las organizaciones sociales las que actúan como recursos de la
participación política, agencias de socialización donde se interiorizan los
18 Zurdo Alaguero, Angel (2003): “La ambivalencia social del Nuevo Voluntariado: Estudio cualitativo del voluntariado social joven en Madrid” (p.209)
44
ideales políticos y civiles que sostiene el compromiso cívico y la acción
política19. Desgajando la participación, como forma de acción colectiva
podemos ver que se despliega en los siguientes contenidos: el voluntariado, el
asociacionismo, los movimientos sociales, y las organizaciones sociales o
entidades sin fin de lucro. Estas últimas se sustentan sobre tres principios básicos
de la participación social: el pluralismo, la autodependencia y autonomía y la
intersección real de la democracia política con la participación social.
Estas organizaciones pueden configurarse desde dos puntos de vista
opuestos: como expresión de la sociedad civil o como estrategia de control
social. En el primer caso, son indicadores del cambio social y expresan
principalmente la iniciativa de los individuos y de los grupos como producto de
la evolución de la estructura social. En el segundo caso, son una prolongación
de los poderes institucionales, que regulan y favorecen su acción con el fin de
facilitar la adaptación e integración de los individuos en la sociedad20. Ante
ambas configuraciones podemos establecer que las personas de origen
extranjero que participan voluntariamente en organizaciones sociales
responden a varios de los indicadores citados: iniciativas individuales fruto de la
evolución de la estructura social, adaptación e integración social, etc... De
hecho el informe del proyecto INVOLVE21 que ha investigado sobre el papel
que juega el voluntariado para la integración, inclusión y participación de las
19 Brady, H.E.; Verba, S.E. y Schlozman, K.L. (1995): “Beyond SES: a Resource Model of political participation”,
Americam Political Science Review, 2, (p. 285)
20 Barthelemy, M. (2000): Associations: un nouvel age de la participation? Presses de Science. París. (p.77)
21 INVOLVE. Participación de nacionales de terceros países en el voluntariado como medio para mejorar la integración. Ed. Centro Europeo de Voluntariado. 2006
45
personas migrantes, destaca el voluntariado como una herramienta para la
integración y un indicador de ello. Así mismo, este informe destaca cómo la
actividad voluntaria de las personas extranjeras supone para la sociedad de
acogida una mejor forma de afrontar la diversidad y la adaptación al cambio
que implica la incorporación de las personas migrantes la nueva realidad.
En este sentido, las organizaciones sociales tienen una gran
responsabilidad social, como canales de participación activa para toda la
ciudadanía, teniendo en cuenta la oportunidad de participación que pueden
brindar a aquellas personas de origen extranjero que tienen excluidos parte de
sus derechos fundamentales.
En el presente capítulo se realizará un recorrido por las percepciones que
poseen diversas organizaciones de voluntariado respecto de sus voluntarios de
origen extranjero. Para ello se realizaron varias entrevistas a responsables y
coordinadores de voluntariado de diferentes organizaciones. Con el objeto de
poseer una visión los más amplía posible de la realidad del voluntariado
extranjero, se primó la variedad de ámbitos de actuación de las
organizaciones a estudiar por encima de otros posibles criterios. De las diversas
dimensiones en las que puede desarrollarse la acción voluntaria, se optó por el
siguiente abanico de tipologías de entidades: asociaciones de migrantes, de
defensa de los derechos humanos, de asistencia a enfermos, discapacitados y
drogodependientes, de integración social, de asilo, de apoyo a la migración,
de promoción de la mujer y de cooperación al desarrollo.
En cuanto a los aspectos a analizar relativos a la percepción que las
organizaciones tienen de sus voluntarios extranjeros, estos son los siguientes:
46
� Historia de la incorporación y evolución del voluntariado de origen
extranjero en la entidad.
� Acceso a la entidad de los voluntarios y su participación en la misma.
� Perfiles, intereses y expectativas de los voluntarios de origen extranjero.
� El voluntariado en la entidad y su nivel de participación.
� Expectativas de las entidades respecto del voluntariado migrante y
valoración del mismo.
6.1. Historia de la incorporación del Voluntariado de origen extranjero en las
Entidades.
Una de las características más significativas de la incorporación del
voluntariado de origen extranjero en la mayoría de las organizaciones
estudiadas radica en su espontaneidad, en la falta de una estrategia
predeterminada por parte las organizaciones para su captación. Sólo una de
ellas, por su propia naturaleza de organización que trabaja en el ámbito del
asilo y refugio, mostró interés desde sus inicios por contar con voluntariado de
origen extranjero, esencialmente refugiados y solicitantes de asilo. Si bien este
interés no puede catalogarse como estrategia concreta de captación de este
colectivo, sino más bien como un vínculo natural entre sus “usuarios” y la
propia entidad siempre abierta a los refugiados. Por el contrario, en la mayoría
de organizaciones es un fenómeno no buscado, no del todo previsible y sí
aceptado de forma natural cuando este tuvo lugar.
47
Se podrían establecer dos momentos diferentes de la incorporación del
voluntariado extranjero según el tipo de entidades que lo acogieron.
Encontramos un primer tipo de entidades que desde sus orígenes, vinculadas a
la llegada de la democracia a España y a la firma de nuestro Estado de
convenciones internacionales de derechos humanos, han contado con
voluntarios de origen extranjero, las organizaciones de derechos humanos y de
asilo. Un segundo tipo de entidades, surgidas con posterioridad, vinculadas al
“boom” de las ONG de acción social y cooperación al desarrollo de los años
90 del siglo pasado y que comenzaron a recibir voluntarios extranjeros en torno
al año 2000.
El primer tipo de entidades, las organizaciones de defensa de los derechos
humanos y del derecho de asilo, comienzan a recibir voluntarios de origen
extranjero a finales de la década de los setenta y comienzo de los años
ochenta del siglo pasado. La llegada a nuestro país de personas que huyen de
las dictaduras del cono sur de América Latina, entre otras, con motivo de la
instauración de la democracia en España, la firma de convenios
internacionales de protección de los derechos humanos y la conversión en
“tierra de asilo” de nuestro país, se encuentran en el trasfondo de la
incorporación de voluntarios extranjeros en este tipo de entidades. Muchos de
estos primeros voluntarios fueron personas que solicitaron ayuda a estas
organizaciones, quedándose en ellas y participando activamente de su
evolución posterior.
Si fijamos nuestra atención en una entidad especializada en la defensa
del derecho de asilo, comprenderemos la naturaleza de esta incorporación y
48
la evolución posterior del voluntariado extranjero en la organización. Desde su
origen la entidad incorpora a refugiados y solicitantes de asilo, nutriéndose
principalmente de originarios de Argentina y Chile que huyen de la
persecución desatada por los regímenes dictatoriales de sus países. Estas
personas se incorporan muy activamente a la entidad, inculcando nuevas
formas de hacer y de pensar. Esta circunstancia se convierte en un rasgo
distintivo de la entidad y con el paso del tiempo se institucionaliza el
voluntariado, creándose un Área específica, y la presencia de personas de las
más diversas procedencias en la organización, ya sea remunerada o
voluntariamente. Tal y como relata su Responsable de Voluntariado: “a lo largo
del tiempo, siempre ha habido esa voluntad, que haya refugiados, inmigrantes,
extranjeros, en el colectivo de voluntarios de la entidad”. Cuando la organización
extiende su ámbito de actuación a la defensa de los derechos de las personas
migrantes y la integración social de las mismas, en torno al año 2000, la
presencia de personas extranjeras voluntarias no es ninguna novedad, mientras
sí comienza a serlo para otras organizaciones.
Para el segundo tipo de organizaciones que hemos catalogado de
acción social y de cooperación al desarrollo, la presencia significativa de
voluntarios de origen extranjero comienza a manifestarse con posterioridad al
año 2000, si bien los primeros voluntarios son próximos a esa fecha. La frontera
del año 2000 supone esa fecha simbólica, además de real en cuanto a las
estadísticas, en que se constata que España es un país de recepción de
migraciones internacionales. A partir de esa fecha y especialmente desde
2001, la migración se convierte en un fenómeno social en nuestro país por su
49
inclusión en la agenda política y la presencia creciente en los medios de
comunicación. La multiculturalidad creciente de nuestras ciudades y las
problemáticas asociadas a la integración de las personas de origen extranjero,
orientan a muchas organizaciones de acción social hacia la atención de este
nuevo colectivo. Ambos serán factores determinantes de la emergencia del
voluntariado extranjero en este tipo de entidades, sobre todo en las de acción
social: la presencia en nuestro país de migrantes y la atención a los mismos,
pues en elevado grado, la mayoría de voluntarios extranjeros fueron antes
usuarios o beneficiarios de sus programas de atención.
“En torno al año 2000, cuando comienza a crecer la organización, es cuando se
comienza a percibir la llegada de voluntariado extranjero. Principalmente son
latinoaméricanos y llegan a la par profesionales (de Colombia, Argentina…) con
estudios, y personas sin estudios (Venezuela, Ecuador…) trabajando en el servicio
doméstico, de cuidadores…”, recuerda una de nuestras entrevistadas
perteneciente a una organización eminentemente de voluntarios dedicados al
acompañamiento enfermos, discapacitados y personas mayores. Algo
posteriores son las fechas aportadas por otras entidades, como la ofrecida por
una entidad especializada en la atención a drogodependientes: “desde hace
unos 5 años nos están llegando personas no europeas, sobre todo América”.
Esas organizaciones no se caracterizan por tener entre sus principales
colectivos de atención a los migrantes, de lo cual cabe deducir que se han
beneficiado de la presencia significativa de los mismos en nuestro país y del
interés mostrado por algunas de estas personas de participar socialmente a
través del ejercicio del voluntariado. Otras organizaciones, sin embargo, han
50
incorporado a personas de origen extranjero a través de sus programas de
atención a colectivos migrantes, siendo mayoritariamente antiguos usuarios sus
actuales voluntarios extranjeros. Así es señalado por el Responsable de
Voluntariado de una organización de lucha contra la exclusión social que tiene
por uno de sus colectivos prioritarios de atención a personas migrantes: “los
voluntarios extranjeros no llegan por los cauces que llegan los otros voluntarios, han
empezado a llegar porque han participado en alguna cosa [programa o servicio] y
les apetece continuar”.
Otra cuestión es la referida a las organizaciones de migrantes,
relativamente recientes, y donde la participación de personas extranjeras se ve
sustentada en la identificación de las mismas con la organización por tratarse
de un espacio de encuentro con sus paisanos y de reivindicación de su
identidad. Se podría afirmar que su participación en estas organizaciones tiene
más en común con la figura del socio de las asociaciones tradicionales, como
pudieran ser las de vecinos, y no tanto con la figura del voluntario de la acción
social o de las organizaciones de cooperación. Su consideración como
voluntarios ha venido más impuesta desde fuera, motivada por la aplicación
de la normativa que regula el ejercicio de la acción voluntaria y la “presión”
creada en el mundo de las ONG por mejorar la gestión del voluntariado en las
entidades con proyectos de acción social. Cada vez más asociaciones de
migrantes desarrollan y gestionan proyectos de intervención social, viéndose
obligadas o motivándose, según el caso, a implementar estructuras más
eficaces de gestión de las personas que participan voluntariamente en ellas.
51
6.2. Acceso de las personas voluntarias de origen extranjero a las entidades y participación en las mismas.
De igual forma que no existe una estrategia diferenciada para captar
personas migrantes como voluntarias, tampoco existe una política
diferenciada de gestión del voluntariado para las personas de origen
extranjero. En todas parece presidir el principio de normalización, tal y como es
defendido en sus discursos sobre la integración de migrantes y en sus proyectos
de intervención social, reproduciéndose en la vida interna de la organización.
De tal suerte que no se hacen diferenciaciones en la captación, la acogida,
los itinerarios o la asignación de tareas entre personas autóctonas y alóctonas.
Sólo en algunos casos concretos, referidos a personas concretas, se debe
realizar alguna adaptación de los procedimientos establecidos para la gestión
del voluntariado, pero son sólo eso adaptaciones.
Un hecho significativo es la claridad de ideas respecto a esta cuestión
por parte de la totalidad de entrevistados, “igualdad total”, manifestaba uno,
“no existe diferenciación con los voluntarios de origen extranjero, cuando uno llega a
[la organización] se incorpora como un voluntario más”, declaraba otro.
Una reflexión bien interesante sobre la igualdad en los procedimientos de
incorporación y gestión del voluntariado extranjero y autóctono, es la
siguiente: “la experiencia de todos estos años, lo que nos ha venido a decir es que la
normalización de los procesos ha funcionado, es decir, independientemente que seas
de cuenca, de Barcelona o de Argelia, cada persona es medida, tratada,
52
seleccionada por lo que es, por lo que tiene, por su trayectoria, por su conexión a esa
motivación. No ha habido un tratamiento específico por ser un colectivo especial o
en exclusión, es la normalización en la línea de lo que [la entidad] viene trabajando
en muchos ámbitos”.
Sin embargo, esta normalización no implica que no se tengan en cuenta
las características propias de las personas y de las situaciones que muchas
veces rodean a la condición de migrante: “Es verdad que hay ciertos análisis que
hacer cuando se trata de personas que vienen de otros países, el hecho del
desarraigo, de determinados factores personales, pero son analizadas en prisma de
trayectoria personal. Esa trayectoria es individual, no tiene que ver con colectivos
grandes”, para el caso que nos ocupa la pertenencia al colectivo de personas
extranjeras. Lo que realmente importa es si “fue maestro, sindicalista, su edad,
etcétera, pero no su procedencia”, concluye nuestra entrevistada perteneciente
a una entidad de asilo y migraciones.
Dependiendo de las situaciones individuales y las condiciones de vida
del voluntario o potencial voluntario de origen extranjero, este podrá requerir
un mayor acompañamiento por parte del responsable de voluntariado. Se ha
señalado por varios entrevistados como las circunstancias personales, tener un
empleo o una vivienda, su situación administrativa, “tener o no tener papeles”,
o la carencia de redes sociales, influye sobre manera en la estabilidad y
permanencia de los voluntarios en la entidad, así como en el tipo de atención
que debe dispensarse por parte del responsable de voluntariado. “Su busca
que sea compatible su voluntariado en [la entidad] con otros ámbitos de su vida,
para ello es necesario que sea capaz de darle continuidad a su acción voluntaria. Si
hay cuestiones no resueltas, se le anima a que busque trabajo o una vivienda primero,
53
y una vez estabilizada su situación a que se incorpore como voluntario. Sin que se
demore mucho, suelen ser personas que sienten necesidad de participar”. Tal es el
proceder en la entidad de asilo antes referida.
Otro aspecto fundamental de la participación de los migrantes en las
organizaciones de voluntariado deriva del papel de éstas como vehículo de
integración social. Continuando con la reflexión iniciada en el párrafo anterior
por nuestra entrevistada, ésta destaca como “un aspecto muy bueno que ofrece
el voluntariado es que es la única forma de participar activamente en la sociedad,
social y políticamente. Participar en organizaciones de voluntariado es una necesidad
para muchas personas porque es su forma de participar activamente en la sociedad,
les aporta autoestima, es una recompensa emocional, pero no se debe olvidar que
son personas que carecen de redes sociales y que deben ser trabajadas. Desde el
Área de Voluntariado se debe mimar al voluntario, promoviendo la inserción en redes
sociales y el equilibrio con la búsqueda de un trabajo, de una familia, etc”.
Esta cuestión del voluntariado como una vía más de integración social
ha sido resaltada por otros responsables de voluntariado. Desde una de las
entidades además se ha señalado como ésta dimensión de integración del
voluntariado, en ocasiones, ha debido ser reforzada con ciertos apoyos
sociales por parte de la organización hacia sus voluntarios: “con los voluntarios
extranjeros realizamos una labor de ayuda que no realizamos con los autóctonos, es
decir, no sólo nos ayudan a nosotros. Nos solicitan ayuda para convalidar estudios,
para presentar certificados para regularizar su situación, que les ayudemos a comprar
un billete para hacer algún viaje… todo eso no nos pasa con los nacionales. Hacemos
a veces labores con los voluntarios extranjeros como si fueran usuarios”. [Resp. de
Voluntariado de una entidad de apoyo a drogodependientes].
54
La mayor dedicación del responsable de voluntariado hacia los
voluntarios migrantes se concreta en que “el acompañamiento con los voluntarios
extranjeros es más cercano que con los autóctonos”. A su vez suponen una “mayor
inversión económica”: cursos de castellano, búsqueda de alojamiento, pago
del transporte… A este respecto se debe señalar que este “esfuerzo
económico” es repartido entre “migrantes económicos” y jóvenes voluntarios
pertenecientes al Programa de Voluntariado Europeo. Programa del que
hacen parte un buen número de organizaciones de voluntariado. En no pocas
ocasiones cuando se apela al voluntariado “migrante” se piensa en aquellas
personas provenientes de países empobrecidos en busca de una vida mejor y
en situación de vulnerabilidad social, obviándose que otros ciudadanos
europeos y norteamericanos también son inmigrantes. Cuando estas personas
se integran en una organización de voluntariado también requieren de un
esfuerzo adicional, sobre todo cuando son jóvenes adscritos a los programas
internacionales de intercambio.
Sin embargo, la cuestión de la adaptación de los procedimientos es
mínima, atendiendo como ya se ha indicado a las circunstancias personales y
no a una necesidad generalizada para todas las personas migrantes. Quizá el
aspecto más relevante en la adaptación de los itinerarios formativos consiste
en la necesidad de solventar el desconocimiento del idioma por algunos
voluntarios, siendo necesario programar cursos de castellano. No obstante,
siendo un hecho generalizado para los voluntarios vinculados a programas
europeos, es algo anecdótico para una mayoría de voluntarios extranjeros,
pues estos, salvo excepciones, suelen decidirse a ser voluntarios cuando han
55
resuelto buena parte de sus necesidades básicas y pueden desenvolverse con
el castellano.
Retomando la idea del voluntariado como elemento de integración
social, se debe reparar en un aspecto que favorece el voluntariado: la
convivencia intercultural. “El voluntariado nos une a todos, a través del compromiso
común se están uniendo y dialogando personas que a lo mejor fuera, en la calle,
habrían tenido prejuicios mutuos o no se hubieran acercado el uno al otro”,
reflexiona la responsable de una organización que no centra su trabajo en la
integración de los migrantes y por tanto, puede deducirse que muchos de sus
voluntarios no tienen por qué estar especialmente sensibilizados con la
construcción de una sociedad intercultural.
En relación a la asignación de tareas, se puede afirmar que existen
diferencias con respecto al resto de voluntarios. Estableciéndose criterios
basados en el nivel formativo, los conocimientos profesionales, las inquietudes
manifestadas por el voluntario y las necesidades de la organización. En base a
esto, la práctica totalidad de organizaciones ubican a los voluntarios en unas
determinadas tareas fruto del acuerdo entre voluntario y entidad. El único
elemento de diferenciación en la asignación de tareas parece derivar del
dominio del castellano, de tal suerte que habrá tareas, como la atención o
acompañamiento a usuarios, que no podrán realizar hasta que no tengan un
mejor dominio del idioma.
En algunas entidades sí parece haber una selección en base a la
cualificación del voluntario que actúa como elemento discriminador y
restringe el acceso al ejercicio de la acción voluntaria dentro de esa entidad,
56
si bien este criterio es general a todos los voluntarios independientemente de
su procedencia. Especialmente así ocurre en una organización de defensa de
derechos humanos, donde los criterios de selección se centran en perfiles
profesionales tales como abogados, sociólogos, psicólogos o politólogos. Este
hecho se repite en muchas entidades dependiendo del puesto a cubrir, si bien
aquellas con un importante componente de acompañamiento a enfermos,
discapacitados, drogodependientes o enfermos, así cómo aquellas otras que
ofrecen espacios de implicación en campañas de sensibilización e incidencia,
están mejor capacitadas para acoger una mayor diversidad perfiles de
voluntarios, con cualificación o sin ella.
Respecto del tipo de compromiso que los voluntarios de origen
extranjero adquieren con la entidad, salvo para el específico establecido para
los voluntarios pertenecientes al Programa de Voluntariado Europeo, es
idéntico al del resto de voluntarios. El párrafo que a continuación se
reproduce, extraído de una de las entrevistas, es extensible en su esencia al
conjunto de entidades estudiadas. El compromiso contraído por los voluntarios
extranjeros es “como todos los demás voluntarios, un compromiso semanal de 2
horas o quincenal de 4 horas, asistir a la formación, trabajar en los equipos y respetar
la intimidad de los usuarios, a no recibir contraprestación económica, a tomar todas
las decisiones en el marco del equipo. Si alguien debe dejar la entidad es por alguno
de estos motivos”. [Responsable de voluntariado de una entidad de acción
social].
Un aspecto destacado por la práctica totalidad de los entrevistados es
el compromiso de continuidad, el cual variará de una entidad a otra en
57
cuanto a su duración. “Para todos los voluntarios en general se pide un compromiso
mínimo de un año. Realmente cualquier persona puede irse cuando le de la gana,
pero se pide una reflexión previa al voluntario de cual será su compromiso y
continuidad en la entidad. Es así, porque a la organización le obliga a poner en
marcha todo un mecanismo de formación, diseño de itinerarios, organización del
trabajo de las áreas, etcétera, que requiere un mínimo de continuidad. Una vez
superado el primer año, quién se queda suele estar una media de tres o cuatro años
[…], aunque hay gente que está muchos años más”.
Muchas entidades han establecido un procedimiento de formalización
por escrito del compromiso adquirido por el voluntario con la entidad y ésta
con el voluntario, que se concreta en una carta de derecho y deberes. Otras
no tienen este tipo de compromiso por escrito, aunque si los voluntarios “se
comprometen a una actividad y dejan de realizarla durante un tiempo determinado,
dejan de ser voluntarios en [la entidad]”, nos relata el responsable de voluntariado
de una entidad de asistencia a drogodependientes.
En realidad, como acertadamente señala una de las entrevistadas,
existen dos tipos de compromisos, el formal y el real. El compromiso con la
organización “se plasma en una carta de compromiso […] que recoge los derechos
y deberes, sería la parte más formal, pero la parte más real es que luego son las
personas que en las acciones más comprometidas de la organización, como
movilizaciones… Quiénes suelen ir son éstas personas”. Mostrando, en estos casos,
un nivel de implicación y compromiso superior al de compañeros remunerados.
Por último, y para cerrar este apartado, se debe hacer referencia a un
aspecto que contribuye a facilitar la incorporación de nuevos voluntarios
extranjeros en las entidades. Ya se ha mencionado con anterioridad como las
58
condiciones laborales de los migrantes, especialmente los que se encuentran
en una situación de mayor precariedad, influyen en la disponibilidad y
posibilidades que poseen para participar como voluntarios. Un elemento que
mejora esta cuestión, posibilitando un mejor encaje entre los horarios de este
perfil de voluntarios, es la diversificación de espacios de intervención y la
flexibilización horarios para la práctica del voluntariado.
Respecto de si existe una tipología de tareas específicas asignadas a ese
tipo de migrante con mayores dificultades para participar como voluntario,
uno de los responsables entrevistados resaltaba lo siguiente: “no hay un perfil
concreto [de tareas], lo que ocurre, es que en la medida en que estamos
diversificando las acciones estamos posibilitando incorporaciones de esos perfiles, en
la medida que no somos tan rígidos con nuestros horarios, en la medida que abrimos
otros ámbitos de participación, o que acercamos la realidad a los parques u otros
espacios, estamos ampliando posibilidades a que personas, en el mundo de la
inmigración que trabajan de sol a sol, puedan reunirse para transformar. La clave ahí
la tenemos nosotros [las entidades]”. [Organización de asilo y migraciones]
Itinerario de un voluntario. Fases y características de la incorporación del voluntario extranjero en relación con el voluntario autóctono.
En este recuadro hemos querido establecer una comparación entre la evolución que viven los
voluntarios de origen extranjero y los autóctonos a propósito del estudio de un caso concreto:
las fases por las que pasa, en el periodo de un año, un voluntario dentro de una entidad de
asilo y migraciones.
Primera fase: durante los primeros dos-tres meses. En esta fase todos los voluntarios se
encuentran muy motivados y con su propia idea respecto de qué significa ser voluntario. En
esta fase es fundamental el acompañamiento de la figura del responsable del voluntariado.
59
Reciben mucha formación. En esta primera fase se adapta mejor la persona extranjera, pues
tiene mayor experiencia en adaptación a situaciones nuevas. Especialmente en lo referente a
perfiles de personas refugiadas, quiénes suelen arrastrar una dilatada experiencia de
participación social. También en los autóctonos se adapta mejor aquel que poseía
experiencia previa de participación en otras organizaciones.
Segunda fase: de unos 6 meses, donde la motivación individual del voluntario se va nutriendo
de la visión de sus compañeros. Comienza a interiorizarse una concepción más colectiva de
su acción voluntaria, se integra en el trabajo de equipo, se haya plenamente incorporado a la
tarea, e integrado en la dinámica de la organización. Es en este momento cuando se
comienza a hablar en plural, de un “nosotros”.
Tercera fase: de los nueve a los 12 meses. Es el momento decisivo, cuando se toma la decisión
de quedarse como voluntario o irse. Si se queda, entra en una fase de adhesión con los
objetivos y la causa de la entidad, lo que implica que los que se quedan son muy
participativos y activos dentro de la organización. Aunque este hecho es general a todos los
voluntarios, los refugiados y migrados se muestran más activos e implicados.
6.3. Perfil, intereses y expectativas de los voluntarios migrantes.
La principal conclusión del análisis de la información aquí recogida, es
que la procedencia de los voluntarios extranjeros es de lo más diversa al igual
que su nivel formativo, y que la inmensa mayoría de los voluntarios se
encuentran en edad activa, al oscilar su edad entre los veintitantos años y los
cincuenta y tantos. Si atendemos a la naturaleza de la organización,
encontraremos algunas diferencias aunque no demasiado significativas. Las
diferencias más marcadas son relativas al tipo de motivación de los voluntarios,
estando este hecho estrechamente relacionado con la finalidad de
organización.
60
En las entidades de acción social se constata que conviven dos tipos de
voluntarios de origen extranjero, los vinculados a los programas internacionales
de intercambio, principalmente jóvenes estudiantes de países enriquecidos, y
voluntarios provenientes de países en desarrollo y empobrecidos. Respecto de
estos segundos es mayoritaria la presencia de personas con un nivel formativo
inferior al de los voluntarios autóctonos. Son minoría los que cursaron estudios
universitarios. Principalmente son personas originarias de Latinoamérica y en
menor medida de países del este de Europa. En aquellas organizaciones que
trabajan con migrantes marroquíes, encontramos una fuerte presencia de los
mismos. Si bien en éstas últimas, hay más mujeres voluntarias que hombres, en
el resto tiende a nivelarse la relación hombres-mujeres.
En las organizaciones de asistencia social a discapacitados, enfermos,
personas mayores y drogodependientes, los voluntarios extranjeros de estas
entidades no fueron usuarios de las mismas ni beneficiarios de sus programas.
Mientras que en las organizaciones que poseen programas de atención a
colectivos migrantes, la mayoría de sus voluntarios fueron antiguos usuarios. Es
conveniente, sin embargo, señalar que este tipo de voluntarios no se
corresponde con aquellos que han precisado de una intervención prolongada
en el tiempo, sino que principalmente se corresponde con “el perfil de aquellos
que han precisado de un apoyo puntual, que les ha gustado la entidad y se han
quedado” [Organización de acción social con programas de integración de
migrantes].
Son muy pocos los voluntarios de este tipo de entidades los que poseen
experiencia previa de participación social en organizaciones o movimientos
61
sociales en sus países de origen, así como, en su mayoría, carecen de
experiencia anterior como voluntarios aquí en España.
En cuanto a sus motivaciones, difieren entre sí dependiendo de la
organización. Si bien se señala la existencia de casos de personas que
buscaban empleo a través del voluntariado, especialmente en las
organizaciones centradas en la atención y acompañamiento a enfermos,
personas mayores, discapacitados o drogodependientes, no es la norma. “Han
hecho voluntariado trabajando a la vez, lo digo, porque a veces existe la percepción
de que vienen buscando trabajo”, reflexiona una de responsable de voluntariado
perteneciente a este tipo de entidades. Las principales motivaciones de los
voluntarios pertenecientes a estas organizaciones se centran en ayudar a los
demás y en algunos casos “devolver a este país lo que ha hecho por nosotros”.
Respecto de las motivaciones de los voluntarios integrados en programas
internacionales de intercambio, como el Programa de Voluntariado Europeo,
encontramos las siguientes, “conocer España, aprender español, mejorar su
currículum y además colaborar en una ONG”, tal como es percibido por un
responsable de voluntariado de una organización de atención a
drogodependientes.
En las organizaciones con programas dirigidos a la integración de
personas migrantes se produce un vínculo entre éstas y sus voluntarios, quiénes
se identifican con las acciones destinadas a mejorar las condiciones de vida
de sus compatriotas. El haber recibido ayuda puede encontrarse tras la
necesidad de participar como voluntario, pues “cuando te han ayudado te
motiva ayudar”.
62
En las organizaciones de mujeres también se produce el fenómeno de
contar con antiguas usuarias como voluntarias, en un efecto similar al
anteriormente descrito. Buscan ayudar a otras mujeres, “aquí muchas han
descubierto la igualdad y han tomado conciencia de género”, trabajando por dar
a conocer los derechos de igualdad, por hacerlos efectivos y combatiendo la
violencia de género. Por razones obvias, son en su casi totalidad mujeres. Eso
no quiere decir que no haya voluntarios varones en este tipo de
organizaciones, sino que la entidad que ha sido objeto de nuestro estudio no
posee voluntarios de origen extranjero de sexo masculino. Las voluntarias son
principalmente latinoamericanas, con estudios universitarios y entre los 28 y 34
años. El alto nivel de estudios puede deberse al trabajo tan especializado que
realiza la organización y que requiere de cierta cualificación.
Respecto del ámbito de la cooperación al desarrollo la presencia de
voluntariado extranjero no es especialmente relevante. La procedencia de los
voluntarios es principalmente europea y latinoamericana, siendo en su
totalidad mujeres. Casi todas fueron voluntarias en sus países de origen y se
encuentran aquí estudiando o trabajando. Se podría afirmar que son de clase
media y carecen de cualquier problema de integración social. Sus
motivaciones se corresponden a grandes rasgos con las de sus compañeras y
compañeros autóctonos, acercándose a entidades de cooperación al
desarrollo gracias a poseer una inquietud social, “bien porque hayan estado en
otras ONG, porque hayan leído, hayan visto, o algo les ha movido a tomar parte por
equilibrar la balanza de la situación […] Aportar su pequeño granito de arena”.
63
Por último, las organizaciones de defensa de derechos humanos y del
derecho de asilo son las que más antiguamente se han nutrido de voluntarios
de diversas procedencias. Respecto de la organización de derechos humanos
estudiada, en sus orígenes se hacían voluntarias las personas extranjeras que
habían sido ayudadas por la entidad a su llegada a España tras huir de
persecuciones en sus países de origen. En la actualidad, se nutren de personas
que provienen del ámbito universitario tras la realización de cursos y másters de
derechos humanos, estar interesados en las temáticas relativas a la jurisdicción
universal o en cuestiones similares. La motivación que empuja a este perfil de
voluntarios se fundamenta en “tener mucha sensibilidad personal hacia los
problemas que existen en el mundo, si no la gente no se acerca”. Desde que existen
organizaciones especializadas en asilo y refugio y asociaciones de inmigrantes
y apoyo a la inmigración se acercan menos personas de origen extranjero a la
misma, salvo por los perfiles altamente cualificados mencionados
anteriormente.
Respecto de la entidad de asilo y migraciones que abordamos a
continuación, el perfil mayoritario de sus voluntarios extranjeros se corresponde
con solicitantes de asilo y refugiados. Estas personas poseen una formación
académica de lo más variada, teniendo en un gran porcentaje titulación
universitaria. En cuanto la trayectoria previa de participación social en sus
países de origen, prácticamente todos desarrollaron una activa vida política y
social habiendo sido sindicalistas, políticos, líderes de movimientos sociales o
integrantes de organizaciones de defensa de los derechos. La causa de que
sufrieran persecución y debieran abandonar su país buscando protección
64
internacional en países como España. En cuanto a sus motivaciones para
continuar siendo activistas en la sociedad de acogida a través de
organizaciones de asilo y derechos humanos, se sustentan en el conocimiento
directo de lo que supone sufrir persecución y violación de derechos humanos,
así como influir desde aquí en cambiar la situación de sus países de origen. Al
menos desde una labor de información y la sensibilización de nuestra
sociedad.
La motivación en general de los voluntarios extranjeros, ya sean
refugiados o migrantes, y autóctonos para implicarse como voluntarios en
organizaciones de asilo, reside en un “compromiso total con la causa de los
refugiados. Nunca es una única motivación, pero la más destacada es que sienten
que la causa de los refugiados es la causa por la que merece la pena transformar el
mundo, destinar unas horas […]”. Completando su perfil se puede afirmar que son
personas muy informadas sobre la realidad del mundo, que conocen las
problemáticas de otros países, y que no pueden comprender que aún haya
injusticias en el mundo. Son personas motivadas que participan en otros
espacios de defensa de los derechos humanos y de lucha por la justicia social.
Llegado este punto, es conveniente realizar un ejercicio de distinción, si
es posible, entre los perfiles del “migrante forzado” por causas de persecución,
el refugiado, y el “migrante por causas económicas”, no menos forzado por el
injusto sistema económico mundial (al menos en una mayoría de casos). Para
tal fin aprovecharemos la reflexión realizada al respecto por la responsable de
una organización de asilo y migraciones, quién posee ambas perspectivas de
análisis. La primera diferencia estriba en la conexión y compromiso total con la
65
defensa de los derechos humanos, que implica una concepción diferente de
su vida respecto de otros migrantes. La segunda diferencia radica en que el
inmigrante puede decidir volver o no volver a su país, mientras que el
refugiado no posee esa libertad. “Siempre le preguntarás y siempre tendrá
intención de volver a cambiar su país. Porque salió obligado por causas ajenas, no
decidió nunca salir”.
Más allá de las motivaciones, es conveniente evaluar la satisfacción de
los voluntarios desde la percepción de los responsables de voluntariado.
Siguiendo con los refugiados, las expectativas de los mismos consisten en
continuar con su activismo en la sociedad de acogida, si bien no se debe
olvidar que su finalidad última es regresar a sus países de origen y desarrollar su
activismo allí. Respecto de las expectativas que han depositado en la
organización de asilo en la que ejercen su voluntariado, los voluntarios asilados
aspiran a abrir nuevos espacios de participación que podrían desbordar el
actual marco de representación de los voluntarios en la entidad. A participar,
de alguna forma, del ámbito cercano a la toma de decisiones.
La percepción que poseen los responsables de voluntariado sobre la
satisfacción de las expectativas de sus voluntarios suele referirse a aspectos
relacionados con la canalización de sus motivaciones y su realización personal
a través de ellas, el grado de satisfacción con la tarea desempeñada o la
gratificación emocional y personal que recibe el voluntario al comprobar el
bienestar que contribuye a generar en los demás, los usuarios o beneficiarios
de los programas de acción social. “Yo creo que sí, colaborar en [la entidad] es
muy satisfactorio a muchos niveles, como experiencia vivida, como proceso
66
educativo, como capacidad de aprendizaje y de relación con otros voluntarios y
drogodependientes. Yo creo que sus expectativas son cubiertas con demasía, más de
lo que ellos piensan”. A su vez, la constatación de que su dedicación voluntaria
produce efectos positivos en los beneficiarios de su acción, alimenta la
satisfacción del voluntario: “Los usuarios de [la entidad] están muy satisfechos con
la labor que realizan los voluntarios y esto contribuye a que los voluntarios se sientan a
gusto”, tal y cómo es descrito por un responsable de voluntariado.
Un buen indicador para evaluar el grado de satisfacción de los
voluntarios consiste en observar el tiempo medio de permanencia en la
entidad. Será su continuidad con respecto a la tarea asignada el barómetro
que registrará si las expectativas de los voluntarios se están satisfaciendo. La
frustración de las expectativas del voluntario motivará casi con toda seguridad
el abandono de su acción voluntaria. Sin embargo, el tiempo de permanencia
de los voluntarios de origen extranjero varía de unas entidades a otras y resulta
bien significativo como influye su estabilidad laboral y residencial. Ésta gran
“movilidad” laboral y espacial incide directamente en su continuidad como
voluntarios, siendo ésta la causa de que la permanencia de los voluntarios
extranjeros sea menor a la de sus compañeros autóctonos. Ilustrativas son las
siguientes palabras al respecto, “no sé en cuanto estará la media, en torno a 1-2
años. Pienso que si se están ubicando debe de ser más complicado […] No han
llegado al grado de permanencia que tenemos con nuestros voluntarios
(autóctonos)”. [Organización de asistencia a enfermos, discapacitados y
mayores].
67
Si se observa cada caso, se encontrarán ciertas diferencias entre uno y
otro. Mientras que para unas organizaciones la media está entre uno y dos
años de permanencia, como la anteriormente citada, en otras la continuidad
del voluntario es menor, incluso intermitente: “influye el tema laboral y los cambios
de casa, pero sí que suelen estar bastante tiempo, de seis meses a un año. Hay
algunos (voluntarios) que llevan mucho tiempo y otros que son intermitentes”
[entidad de integración social]. Independientemente del tiempo de
permanencia, se repite la influencia que en el voluntariado extranjero ejerce su
situación laboral y estabilidad residencial.
En algunos casos, la actividad voluntaria se desarrolla como sustitutiva
de la actividad laboral, ante la carencia de la misma: “creo que se acercan a [la
entidad] cuando están en una etapa más de paro o de trabajo muy precario, y
cuando encuentran un trabajo más formal, más estructurado dejan de colaborar y
eso hace que se desvinculen”, nos relata el responsable de voluntariado de una
entidad de atención a drogodependientes. En cualquier caso, parece ser una
constante en una mayoría de organizaciones, “el compromiso medio suele ser de
un año o dos. No podría decirte de gente extranjera que lleve más tiempo, no la hay”.
La diferencia la marcan de nuevo las organizaciones de defensa de los
derechos humanos y de asilo, donde se dan casos de voluntarios extranjeros
con muchos años de vinculación activa con la entidad. Hasta veinte años.
Mayoritariamente este perfil se corresponde con personas refugiadas y
exiladas.
Por último, y para cerrar el presente apartado, detendremos nuestra
atención en un aspecto de suma importancia para las personas migrantes: su
68
situación administrativa. Es decir, tener regularizada su situación, “tener
papeles”, o encontrarse en situación de irregularidad, “sin papeles”. Ésta
cuestión, nada baladí para la persona migrante, contrasta con el nulo interés
que posee para las organizaciones que han participado de este estudio.
Resulta significativo como se desconoce en gran medida si los voluntarios de
origen extranjero están en situación administrativa regular o irregular. Ninguna
entidad tiene esto en cuenta a la hora de aceptar a un voluntario de origen
extranjero, y eso se constata a la hora de ofrecer estadísticas al respecto: no
tienen.
6.4. El voluntariado en las entidades y su nivel de participación.
Se pueden establecer distintos niveles de participación de los voluntarios
en las organizaciones estudiadas. Nuevamente se impone el principio de
normalización, lo que implica que en este aspecto tampoco se pueden
establecer diferencias según las procedencias nacionales de los voluntarios.
De tal suerte, que la participación de los voluntarios extranjeros dependerá
exclusivamente de la cultura y del modelo participativo de cada entidad. En
este sentido, la forma jurídica de la entidad, ser asociación o ser fundación,
influirá notablemente. Las primeras ofrecen la posibilidad al voluntario de ser
socio de la organización, implicando su incorporación a los mecanismos de
toma de decisiones. Las segundas, las fundaciones, en principio no poseen un
modelo tan abierto a la incorporación de los voluntarios a la toma de
decisiones.
69
Sin embargo, la realidad muestra como esa división no es tan nítida y se
dan situaciones de lo más diversas. Siendo así que los voluntarios que son socios
disfrutan de los mismos derechos que otros socios a participar plenamente de
la vida asociativa de sus entidades, incluso a participar de la toma de
decisiones según los mecanismos establecidos en los estatutos de la
organización. Mientras que para los voluntarios no socios, la participación
variará dependiendo de las organizaciones. Desde aquellas que otorgan
representatividad en sus órganos de gobierno a los voluntarios a través de
representantes elegidos por los mismos, hasta las que no contemplan esta
posibilidad. Esta última cuestión es independiente de la naturaleza de la
entidad, ya sea asociación o fundación.
Otra cuestión es la referida al acceso a cargos de responsabilidad
“política”, es decir, a los órganos de gobierno de la entidad. Sólo en dos
organizaciones hay representación en sus Juntas Directivas de personas de
origen extranjero, siendo una de ellas una organización de migrantes.
Independientemente del acceso a la toma de decisiones de la organización,
lo cierto es que la mayoría de las organizaciones canaliza la participación de
sus voluntarios extranjeros a través de los equipos de trabajo en los que se
integra el voluntario o a través de espacios creados para tal fin,
concediéndosele una creciente importancia a la participación de los
voluntarios en la vida social de la entidad y en el diseño y planificación de
actividades y proyectos. La variedad de los mecanismos y espacios de
participación existentes en las organizaciones estudiadas, responde a la
propia evolución de cada entidad. Si bien parece existir cierta tendencia
70
común a otorgar un creciente protagonismo a los voluntarios en los más
diversos aspectos de la vida de las organizaciones.
Ayuda a comprender el modelo de participación que caracteriza a
cada entidad si se atiende a la filosofía del voluntariado que poseen. Sobre
todo a la hora de realizar un análisis de la evolución de la participación de los
voluntarios dentro de la organización. En algunas organizaciones se puede
constatar como al apostar por una línea de incidencia política y social, por
coherencia se ven impelidas a incorporar al voluntario como actor
protagonista de esta estrategia. En otras organizaciones, la opción por un
modelo de “empowerment” ha orientado sus acciones de captación de
voluntarios hacia los propios usuarios y a integrarles en el diseño, planificación,
ejecución y evaluación de los programas dirigidos a los colectivos de atención,
constituyendo una estrategia de “empoderamiento” de los mismos. En
cualquier caso, independientemente de los ejemplos mostrados, la tendencia
es a implicar a los voluntarios desde el diseño de las actividades hasta su
evaluación. Otra tendencia es la apuesta por crear espacios de reflexión que
fomenten el análisis de las causas que se hallan tras la situación social que se
pretende transformar.
En relación a la filosofía de voluntariado que las organizaciones poseen,
la mayoría manifiesta que se trata de una forma de participación ciudadana
orientada hacia la transformación social. Unas organizaciones tienen más
estructurado el fundamento teórico de esta afirmación y otras organizaciones
menos, apelando a “lugares comunes” y tópicos sobre el voluntariado. Lo
71
cierto es que será el modelo de voluntariado aplicado en cada caso el que
visibilice ante qué concepción del voluntariado nos encontramos.
Es interesante la visión aportada por una de las organizaciones
participantes del estudio, entidad que ha realizado un importante ejercicio de
reflexión sobre el modelo de voluntariado por el que apuesta y de
sistematización del mismo. Para esta entidad, centrada en la exclusión social,
el voluntariado consta de dos elementos: la acción voluntaria y la actitud
hacia el cambio. La acción voluntaria se concreta en la tarea asignada al
voluntario. Sin embargo, “la acción voluntaria por sí sola corre el riesgo de
convertirse en beneficencia o asistencialismo si no combate las causas que producen
la exclusión social”. La manera de superar ese riesgo consiste en fomentar la
reflexión sobre las causas de la exclusión social y orientar la acción voluntaria
hacia la promoción del cambio social. El conocimiento de las causas y la
inquietud por transformar las situaciones de injusticia social es lo que
denominan actitud hacia el cambio.
Desde esa perspectiva se apuesta claramente por un modelo de
incidencia política y social para provocar los cambios sociales perseguidos. Se
trata de llevar al mundo de la exclusión social lo que otros movimientos como
el ecologista o de defensa de los derechos humanos han logrado, “crear un
movimiento ciudadano que luche contra la exclusión social”. Este modelo encierra
una concepción del voluntariado que se puede sintetizar en la siguiente frase:
“el voluntariado es una grandísima fórmula de participación ciudadana, donde el
ciudadano conoce de primera mano los problemas de la exclusión social y ante ese
conocimiento quiere cambiar la sociedad”. Y esta inquietud por transformar la
72
realidad se concreta en las siguientes acciones, estrechamente
interrelacionadas entre sí: sensibilización social, reivindicación y denuncia.
La apuesta por la incidencia como estrategia de cambio social define el
modelo de voluntariado y está estrechamente relacionada con
organizaciones feministas, ecologistas, de solidaridad internacional y de
derechos humanos. Así es concebido el voluntariado en una organización
feminista, “que sea (un voluntariado) eminentemente transformador, [la entidad]
hace mucha incidencia política […] lo que implica que nuestro voluntariado tiene que
ser de denuncia, un voluntariado de transformación, comprometido, formado en la
perspectiva de género y centrado en la prevención de situaciones de exclusión
social”. Ésta apuesta por la incidencia requiere de voluntarios formados,
comprometidos y activos, lo que conlleva para la organización una mayor
inversión en aspectos formativos que van más allá de la capacitación para la
tarea a desempeñar por el voluntario y en coherencia con esta filosofía, e
incluso por exigencia de los mismos voluntarios, implementar una cultura
participativa.
Resulta de interés observar la aplicación de este modelo en la
organización de lucha contra la exclusión anteriormente referida. Sí lo que se
persigue es convertir la acción voluntaria en un movimiento ciudadano, debe
darse el salto de la acción individual del voluntario, centrada en su tarea,
hacia la emergencia de una experiencia colectiva. Esta experiencia se
concreta en la asamblea de voluntarios, que es el espacio de formación
continua y reflexión-acción creado para tal fin. Espacio que persigue “crear
estructuras dentro de [la entidad], estructuras participativas donde sean los voluntarios
73
los que vayan concretando cómo hacer propuestas de transformación social”. Este
espacio ha posibilitado a los voluntarios participar del diseño de las estrategias
de incidencia a desarrollar, del mensaje a transmitir a la sociedad y de las
acciones a emprender. En ésta lógica, se han articulado nuevos espacios de
participación a través de comisiones de trabajo conjuntas entre voluntarios,
técnicos y responsables de la entidad. De este proceso participativo se ha
concluido la necesidad de vincular el voluntariado a la toma de decisiones.
Para ello, además del protagonismo otorgado a los voluntarios en el diseño de
la estrategia organizativa, se ha propuesto la creación de la figura del
representante de los voluntarios en el patronato de la organización.
La fórmula del representante de los voluntarios en los órganos de
gobierno de la organización también es aplicada por otras entidades, bien a
través de la incorporación al patronato o bien a través de su integración en la
asamblea de la entidad. Aunque se debe concluir que este hecho es
minoritario dentro de las organizaciones de voluntariado estudiadas.
Fuera del marco de la toma de decisiones y como norma generalizada,
se busca que los voluntarios se integren plenamente en equipos mixtos de
trabajo. Al mismo nivel que el personal remunerado en cuanto a la capacidad
de realizar aportaciones para la mejora de los servicios que prestan las
organizaciones y a la participación en las fases de implementación de las
actividades y proyectos a desarrollar. “Los equipos de la entidad son mixtos en
cuanto a voluntarios y remunerados, en cuanto al grado de responsabilidad, de
participación, de formación, buscamos que estén equilibrados”, tal como es
74
descrito por la responsable de voluntariado de una organización de asilo y
migraciones.
Sólo uno de los entrevistados describe una escasa, casi nula,
participación de los voluntarios en la entidad: “responsabilidades más allá de su
tarea, no […] no somos una ONG donde el voluntario tenga una vida asociativa muy
grande, quizá porque su estructura está muy configurada y conformada por el
personal contratado, el voluntariado no tiene una participación muy activa en la vida
asociativa de la entidad”. Una cuestión polémica, al menos para nuestro
entrevistado: “Me parece que es un error, es una opinión personal mía, pero es así”.
Otros canales de participación y comunicación entre la entidad y sus
voluntarios son los buzones de sugerencias, grupos de discusión, talleres, chats
y blogs en Internet, los correos electrónicos y las listas de distribución, boletines
digitales, etc.
6.5. Expectativas respecto a los voluntarios de origen extranjero y valoración de las entidades.
De nuevo lo significativo es la generalización respecto de las
expectativas que tienen las organizaciones, sin hacer distinción sobre la
procedencia de los voluntarios. Las expectativas parecen incidir más sobre el
perfil de voluntarios deseados, en cuanto a compromiso e identificación con
los valores de la entidad que a su origen. E incluso con un deseado relevo
generacional, o mejor dicho, la incorporación de voluntarios jóvenes a las
organizaciones, tal como fuera manifestado por una entidad de defensa de
los derechos humanos con más de treinta años de historia.
75
Continuando con organizaciones de defensa de los derechos humanos,
en este caso una de asilo y migraciones, las expectativas respecto del
voluntariado migrante, especialmente los refugiados, se concreta en “seguir
normalizando su incorporación, abrir nuevos espacios de participación y
acción, y aprovechar mejor las potencialidades de los voluntarios. Los
refugiados son líderes y hay que saber aprovecharlo”.
Tres expectativas parecen repetirse más entre los entrevistados, las
relacionadas con como conseguir aumentar el número de voluntarios, con
cómo conseguir su fidelización y un compromiso claro con la misión de la
entidad, y las relativas a fomentar la participación de los voluntarios dentro de
la entidad. Más allá de los mecanismos para ampliar los espacios de
participación de los voluntarios analizados en el apartado anterior, la cuestión
clave en este momento es como conseguir “activar a aquellos que han
reducido su voluntariado a su tarea y no participan de la formación y los
encuentros”. En algunos casos, esta “activación” pasa por lograr que las líneas
de acción de los proyectos de integración de personas extranjeras sean
mayoritariamente “diseñadas por los voluntarios migrantes”, como le gustaría
al responsable de una entidad de acción social.
Relacionado con las expectativas se encuentra la preocupación por
mejorar la calidad en la gestión del voluntariado y de los servicios que se
prestan a los usuarios. También en lo relativo a que esa gestión de calidad esté
en consonancia con la misión social de la organización y de cómo dotarse de
las herramientas necesarias para realizar un seguimiento y evaluación
adecuados.
76
La valoración sobre los voluntarios de origen extranjero realizada por los
responsables de voluntariado entrevistados, es mayoritariamente favorable y
positiva respecto del papel que desempeñan en la organización. Esta
valoración positiva se concreta en los nuevos elementos que aportan a las
organizaciones en las que desarrollan su acción voluntaria. Elementos referidos
al enriquecimiento de la organización gracias a la incorporación de otras
visiones de la realidad, de otras formas organizativas, experiencias y
habilidades, o la conexión con nuevas organizaciones y redes internacionales.
La frase que mejor sintetiza esta realidad, es la expresada por la coordinadora
de voluntariado de una organización de asilo y migraciones: los voluntarios de
origen extranjero “hacen repensar la entidad”.
Tal es así, que el amplío abanico de aspectos que enriquecen a
organizaciones como la mencionada gracias a la presencia de personas de
diversas procedencias en ellas, se concretan de la siguiente forma: “suelen
aportar conocimientos, han tenido cargos de activistas políticos que enriquecen a la
organización. Normalmente muchos de ellos se han vinculado a [la entidad] a través
de redes internacionales […] abriendo en muchos casos las puertas a la organización
en estas redes. Aportan prácticas distintas de organización, de grupos, de resolución
de conflictos, de trabajo… Es difícil no moverte a una manifestación cuando tienes al
lado a un compañero que no lo duda, es un revulsivo para la misma organización”.
Estos perfiles de voluntarios, que se corresponden con personas refugiadas,
suelen ser bastante críticos y constructivos con dinámicas internas y prácticas
de la organización.
77
¿Y con los voluntarios que no son refugiados, sino voluntarios de origen
extranjero? Se puede afirmar que aportan aspectos que no difieren en exceso
de los aportados por los voluntarios refugiados. Aportan elementos tales como
el “contacto con otros países, relación con ONG de otros países, apertura a otras
culturas y formas de pensar y ver el mundo, idiomas, frescura, posibilita relacionarse
con redes internacionales de voluntariado”, una serie de relaciones que a algunos
tipos de organizaciones, especialmente las de acción social, no les resulta fácil
establecer.
La cuestión de las diversas visiones que ayudan a enriquecer la
organización y de las relaciones con otras ONG extranjeras, son dos de los
aspectos más destacados por todas las organizaciones. Ya hemos visto como
así es para las organizaciones de derechos humanos y de acción social, no
resultando diferente para las entidades de cooperación internacional: “otra
perspectiva de ver las cosas que incorporan al grupo, su experiencia respecto de
ONGs de sus países, gran capacidad de innovación y motivación, aportan mucha
creatividad a los grupos. Tiene un papel activo en los grupos, con la realización de
numerosas propuestas”. Sin embargo, debe apreciarse que existe cierta
diferencia entre el nivel de aportación realizado por refugiados y voluntarios
vinculados a programas de voluntariado internacional y el voluntario que
podría considerarse como migrante económico. Éste último perfil carece, en
un elevado porcentaje de casos, de experiencia previa de voluntariado en
organizaciones extranjeras, derivándose de esta circunstancia un menor
capital relacional y organizacional acumulado que aportar a la organización
en la que desarrollan su acción voluntaria.
78
Un último aspecto a destacar, en línea con lo descrito hasta el momento,
se deriva de las diversas perspectivas sobre la realidad que poseen, pero
especialmente del conocimiento vivencial que portan como migrantes en
nuestra sociedad. Así es entendido por el responsable de voluntariado
perteneciente a una organización que trabaja por la integración social de las
personas migrantes: “yo creo que nos sitúan. Están cambiando los perfiles [de
usuarios migrantes], y nos muestran su realidad. No todos son vulnerables como
tendemos a percibirlos desde lo social. Nos muestran otras tipologías de migrantes, de
otros servicios que poner en marcha. Los proyectos responden a las necesidades de la
gente porque ellos participan mejorándolos”.
De ese efecto de “situar” a las organizaciones en el contexto adecuado
frente a una realidad vertiginosamente cambiante, no sólo se benefician las
entidades que trabajan en el ámbito de la integración social. Para las
organizaciones que desarrollan su labor en el ámbito del asilo y los derechos
humanos, tan atentas a la realidad internacional, los voluntarios extranjeros,
especialmente los refugiados, “abren nuevas vías de conocimiento de la situación
mundial, están muy informados y aportan contactos y análisis que de otra forma sería
imposible realizar ni aunque hicieras un seguimiento exhaustivo de toda la actualidad
internacional”.
79
7. PERFIL DEL VOLUNTARIADO INMIGRANTE Y/O REFUGIADO EN MADRID Y ANÁLISIS DE SU TRAYECTORIA VOLUNTARIA 7.1. Análisis de los cuestionarios realizados y variables exploradas: 7.1.1. Participación del voluntariado migrante en entidades según su área
de actuación 7.1.2. Grado de participación en el voluntariado de la población
migrante. 7.1.3. Voluntariado migrante y distribución por sexo 7.1.4. Voluntariado migrante y distribución por edad 7.1.5. Voluntariado migrante y países de origen 7.1.6. Voluntariado migrante y situación social: tiempo de estancia,
situación administrativa 7.1.7. Voluntariado migrante y nivel de estudio 7.1.8. Voluntariado migrante y situación labora. 7.1.9. Voluntariado migrante y desarrollo de la actividad: tiempo de
permanencia en la actividad voluntaria, tiempo de dedicación, requisitos exigidos al voluntario migrante para su incorporación, puestos que ocupan en las entidades. 7.2. Conclusiones del análisis del cuestionario 7.3. Hipótesis sobre la labor voluntaria de las personas migrantes
obtenidas a través de las entrevistas realizadas 7.3.1. Trayectoria 7.3.2. La incorporación a la entidad voluntaria 7.3.3. La formación y la tarea 7.3.4. Tiempo y compromiso 7.3.5. La participación en el marco de la entidad 7.3.6. Motivación y expectativas
7.4. Personas refugiadas y voluntariado
7.1. Análisis de los cuestionarios
Como se ha explicado en el apartado que describe la metodología del
estudio, durante los meses de septiembre-diciembre de 2007 se envió por
correo electrónico a las entidades sociales un cuestionario previamente
elaborado por el equipo de investigación y validado. Conformado por un total
de 20 cuestiones de carácter semiestructurado, se intentaron compilar con el
mismo aquellos datos que se habían considerado relevantes para una
80
aproximación de carácter descriptivo al objeto del estudio aquí presentado.
El envío vía electrónica del cuestionario se produjo tras la obtención de un
listado de las entidades sociales con presencia de voluntariado existente en el
municipio de Madrid. Se contabilizaron un total de 339 entidades, todas las
cuales se incluyeron en este primer envío. Tras éste el índice de respuesta
obtenida fue del 4,42% decidiéndose entonces realizar un segundo reenvío.
Dado que el porcentaje de entidades que respondieron a este nuevo
requerimiento no superaba en conjunto el 8,25% del total, y considerando que
éste no satisfacía las necesidades mínimas que el equipo investigación había
establecido como necesarias para obtener una respuesta que permitiera una
aproximación significativa a la realidad social a estudio, se tomó la decisión de
establecer contacto telefónico con las entidades de las cuales no habíamos
obtenido respuesta, con objeto de solicitar a éstas la cumplimentación del
cuestionario. En esta llamada se les informaba acerca de los objetivos de la
investigación iniciada y de la necesidad de contar con su colaboración. Para
evitar mensajes diferentes en este contacto, se realizó un guión que
homogeneizaba la información dada a las entidades sociales y que era leído
por los miembros del equipo de investigación encargados de llevar a cabo
dicho contacto telefónico. Tras el mismo, se volvió a reenviar el cuestionario en
formato electrónico a las entidades, dado que algunas de ellas ya no disponía
de éste, actualizando la base de datos disponible y contactando
directamente con los responsables de voluntariado. El número de
organizaciones que respondieron tras este tercer envío fue de 32 siendo
finalmente el total de contestaciones obtenidas de 60, dándose por válidos un
81
total de 54 cuestionarios, lo que suponía un 15,9% sobre el conjunto de
entidades tomadas en consideración inicialmente. Se descartaron
únicamente aquellos cuestionarios que se reenviaron al equipo de
investigación sin haberse contestado, estaban incompletos o no disponían en
el momento actual de área de voluntariado. En las líneas siguientes pasamos a
exponer brevemente las conclusiones principales que pueden ser extraídas a
partir de los datos aportados por las entidades sociales que llevan a cabo
actividades de voluntariado en el marco del municipio de Madrid.
7.1.1. Participación del voluntariado migrante en entidades según su área
de actuación
Uno de los puntos que se consideraron relevantes en esta investigación
era el área de actuación en la que se inscribían las entidades sociales del
municipio de Madrid. Se establecieron un total 17 categorías cerradas,
tomando como base la clasificación establecida por el servicio de
voluntariado del Ayuntamiento de Madrid. Se añadió una última categoría
abierta que permitía a las entidades especificar su área de actuación en caso
de que ésta no se incluyera en las anteriores. La mayoría de las entidades se
inscribieron en más de una de las categorías de señaladas. El porcentaje más
elevado de entidades que dieron respuesta al cuestionario (ver tabla 1) se
inscribían dentro del área de juventud (44,4%), seguido por aquellas que tenían
como objetivo el trabajo en exclusión social (40,7%) y en educación,
formación y/o cultura (40,7%). Infancia (37%) y ocio y tiempo libre (31,5%) se
situaban en cuarto y quinto lugar, siendo las áreas de actuación menos
82
representadas en nuestra muestra aquellas correspondientes a emergencias,
con un porcentaje del 1,9% y ecología y medio ambiente (3,7%). 2 entidades
señalaron áreas de actuación diferentes (otras áreas) a aquellas categorías
previamente establecidas, siendo éstas Reclusos/Exreclusos y Atención
Psicológica/Asesoría jurídica.
Una representación gráfica de esta distribución puede observarse en el
gráfico 1.
Área de actuación Porcentaje Juventud 44,4% Exclusión social 40,7% Educación, formación y/o cultura 40,7% Infancia 37% Ocio y tiempo libre 31,5 Inmigración y asilo 29,6% Mujer 27,8% Cooperación al desarrollo 27,8% Derechos humanos 16,7% Participación ciudadana/asociacionismo 14,8% Discapacidad 14,8% Minorías étnicas 13% Dependencias 13% Salud y enfermedad 9,3% Mayores 5,6% Ecología y medio ambiente 3,7% Otras áreas 3,7% Emergencias 1,9% Tabla 1. Área de actuación de las entidades sociales del municipio de Madrid
83
Gráfico 1. Representación gráfica de las áreas de actuación de las entidades sociales en el municipio de Madrid.
Juventud
Exclusión social
Educación, formacióny/o cultura
Infancia
Ocio y tiempo libre
Inmigración y asilo
Mujer
Cooperación aldesarrollo
Derechos humanos
Participaciónciudadana/ asociacionismo
Discapacidad
Minorías étnicas
Dependencias
Salud y enfermedad
Mayores
Ecología y medioambiente
Otras áreas
Emergencias
84
7.1.2. Grado de participación en el voluntariado de la población migrante
Otro dato que solicitamos a las entidades sociales fue el total de personas
voluntarias con las que contaban en el momento actual, siendo éste 9615. El
número de voluntarios en las diferentes entidades se repartía de manera
dispar, oscilando la cuantía de éstos desde 2 a 6712 voluntarios, siendo la
moda de la distribución de frecuencias 30. Un 50% de las organizaciones tienen
30 o menos voluntarios inmigrantes incorporados y sólo el 10% de las entidades
presentan más de 100.
De las 54 entidades sociales que respondieron a nuestro cuestionario, el
57,4% de las mismas incorporaban en la actualidad voluntarios
inmigrantes/refugiados dentro de su organización en el municipio de Madrid,
siendo un 42,6% el porcentaje de éstas que no disponían de voluntariado
inmigrante/refugiado. En total se contabilizaron 338 voluntarios de origen
extranjero, suponiendo éstos un 3,5% sobre el conjunto de los contabilizados en
el marco de las entidades sociales que dieron respuesta al cuestionario. Esta
representación de voluntariado inmigrante/refugiado sobre el total de
voluntarios se sitúa muy por debajo del porcentaje que la población
inmigrante representa en el conjunto de la población madrileña y que queda
establecido, de acuerdo a los datos de población extranjera en la ciudad de
Madrid disponibles en enero del 2008, en un 16,9% de la misma. Este dato nos
indica que, a priori, la incorporación de la población extranjera al voluntariado
es aún mínima, siendo preciso establecer cuáles son los factores que inciden
en esta escasa presencia.
85
La distribución del número de voluntarios inmigrantes/refugiados
existentes en el seno de las diferentes entidades sociales presenta una elevada
dispersión. El 90% de éstas presenta 15 o menos voluntarios
inmigrantes/refugiados incorporados. Llama la atención que el 50% de la
entidades cuenta con 5 o menos de éstos, lo cual nos lleva a pensar que nos
encontramos ante un voluntariado atomizado y disperso, donde las entidades
agrupan a un número pequeño de voluntariado inmigrante. Por otro lado se
observa una relación estadísticamente significativa (p>0,05) entre el área de
actuación inmigración y asilo y la presencia de voluntarios
inmigrantes/refugiados en las entidades, asociación que también es posible
establecer con aquellas organizaciones que se engloban en el área de
discapacidad. Datos estos, que corroboran la información reflejada en el
capítulo 6 de este informe, donde se establece una estrecha vinculación entre
haber sido usuario de una entidad de asilo y de inmigración y la actividad
voluntaria desarrollada posteriormente por los migrantes/refugiados en las
mismas. El vínculo entre ayuda a discapacitados y voluntarios de origen
extranjero, sin embargo, no fue tan fácil de establecer, pues respondía a una
multiplicidad de posibles motivaciones por participar en organizaciones de las
que no fueron usuarios.
7.1.3. Voluntariado migrante y distribución por sexo.
De la totalidad de voluntarios inmigrantes/refugiados, la distribución por
sexos respondía al porcentaje 71,04% de mujeres frente al 28,96% de varones,
lo que supone que por cada voluntario inmigrante/refugiado varón existen 2,45
86
mujeres voluntarias inmigrantes/refugiadas en las entidades sociales
estudiadas, lo que nos indica una aparente feminización del voluntariado
inmigrante, fenómeno éste que guarda concordancia con la mayor presencia
de mujeres en el voluntariado genérico. Asistimos, por tanto, a una
sobrerrepresentación del colectivo femenino, máxime si tomamos en
consideración que la distribución por sexos de la población
inmigrante/refugiada empadronada en el municipio de Madrid arroja unos
porcentajes de 50,4% para las mujeres y un 49,6% en el caso de los valores.
Con relación a las entidades sociales, un 90,3% de éstas cuentan con 15 o
menos mujeres inmigrantes/refugiadas como voluntarias, evidenciándose
nuevamente una presencia de 5 o menos voluntarias inmigrantes/refugiadas
en 21 entidades. Sólo 3 de las mismas tienen más de 15 voluntarias, lo que
supone un 9,7% del total, apareciendo 2 entidades que no contaban en su
voluntariado inmigrante con representación femenina.
A la luz de estos datos podemos concluir, que al igual que sucede en el
voluntariado en general, existe una Identidad femenina del voluntariado. Esto
es debido a la identificación tradicional de roles femeninos con la acción
social, identificándose el voluntariado con labores de cuidado y asistencia
algo que persiste en el voluntariado migrante.
Por su parte el 96,8% de las entidades tienen 15 o menos voluntarios
varones inmigrantes/refugiados incorporados, siendo tan sólo una persona la
representante del voluntariado masculino inmigrante/refugiado en el mayor
número de organizaciones. Sólo una entidad supera el número de 15
voluntarios inmigrantes/refugiados, apareciendo además en los datos
87
obtenidos 7 entidades que no cuentan con varones inmigrantes/refugiados
dentro de su voluntariado. Este dato evidencia que no sólo la presencia
femenina es mayor en número, sino que ésta además aparece prácticamente
en todas las entidades, algo que no ocurre en el caso de los varones.
7.1.4. Voluntariado migrante y distribución por edad
Con respecto a la distribución por edades en los voluntarios
inmigrantes/refugiados, no se observan diferencias en los grupos de edad
donde se sitúa el porcentaje más elevado de varones y mujeres. En ambos
casos éste corresponde al intervalo de edades entre los 18-29 años, de modo
que el 29,58% de las mujeres voluntarias inmigrantes/refugiadas se sitúan en
este grupo de edad, siendo el 38,7% de los varones los pertenecientes al
mismo. La distribución de las mujeres en los diferentes grupos de edad guarda
una cierta homogeneidad, en tanto que en el caso de los varones pareciera
que éstos se concentran en edades más jóvenes, no apareciendo ningún
representante en el grupo de edad de los mayores de 65 años, algo que no
ocurre en el caso de las mujeres, cuya presencia en este intervalo es de 1,6%
con respecto al total. Esta distribución del voluntariado inmigrante/refugiado
por grupos de edad es congruente con aquella presente de forma genérica
en el colectivo de personas extranjeras empadronadas en el municipio de
Madrid, donde el mayor porcentaje de éstas se sitúa en las edades
comprendidas entre 20-59 años.
88
7.1.5. Voluntariado migrante y países de origen
En relación a los países de origen del colectivo voluntario
inmigrante/refugiado, inicialmente se introdujeron en las categorías de esta
pregunta aquellos países que contaban con una mayor presencia de
nacionales en el seno del municipio de Madrid: Ecuador, Rumania, Bolivia,
Perú, Colombia y Marruecos, dejando una categoría abierta donde se podían
englobar voluntarios inmigrantes/refugiados de otros orígenes, solicitando a las
entidades que especificaran su procedencia. En el caso de los varones, el
mayor número de éstos se concentraba en aquellos que procedían de países
diferentes a aquellos inicialmente explicitados, representando un 43,2% del
total. Llama la atención que el porcentaje más alto dentro de esta categoría
corresponde a voluntarios inmigrantes/refugiados de origen argentino,
representando un 31,2% del grupo otro origen y un 13,51% del total de
voluntarios inmigrantes/refugiados varones, si bien en el conjunto de la
población masculina extranjera empadronada en el municipio de Madrid
representan tan sólo el 1,88%. El colectivo boliviano aparece, de manera
genérica, como el más numeroso, con un porcentaje del 17,56% sobre el total
de voluntarios varones inmigrantes/refugiados, contrastando esta primera
posición en el marco de este colectivo con el tercer lugar que ocupan en el
conjunto de los varones de origen extranjero empadronados en el municipio
de Madrid. En una distribución ficticia por continentes llama la atención que el
mayor porcentaje de voluntariado inmigrante/refugiado varón, un 67,58%
sobre el total sea originario de América, con una representación mayoritaria
de los nacionales de países latinoamericanos, 60,1%, seguido por los
89
nacionales procedentes de África ocupando el tercer puesto los ciudadanos
del continente europeo. La representación asiática se limita en exclusiva al
origen afgano. Estos datos contrastan parcialmente con la distribución por
continentes de los extranjeros varones empadronados en el municipio de
Madrid donde si bien aquellos procedentes de América y específicamente de
América Latina ocupan el primer lugar, en el segundo puesto se hayan los
nacionales de países ubicados en el continente europeo, seguidos en tercer
lugar por los originarios de África.
Siguiendo con el análisis de la distribución por países en el caso de las
mujeres, el mayor número de éstas se concentraba en la procedencia otro
origen, que englobaba a voluntarias procedente de numerosas
nacionalidades, destacando nuevamente el colectivo argentino, que, en
cifras globales representa un 15,3% del total, si bien de manera genérica este
colectivo representa un 1,8% sobre el total de la población femenina de origen
extranjero empadronada en el municipio de Madrid. Las mujeres de
nacionalidad boliviana siguen siendo las más numerosas en el colectivo
femenino de voluntarias inmigrantes/refugiadas, cuya presencia se cuantifica
en un porcentaje del 19,3%, contrastando este primer lugar que ocupan en
esta distribución con el tercer puesto en el que se sitúan en el conjunto de la
población femenina de origen extranjero empadronada en el municipio de
Madrid. Si de nuevo agrupamos las procedencias por continentes, el colectivo
más representado es el procedente del continente americano (78,6%), siendo
las nacionales de Latinoamérica, con un 75,3% del total de las voluntarias
inmigrantes/refugiadas las más numerosas, seguidas de aquellas de
90
procedencia europea, ocupando el tercer lugar las mujeres africanas. La
representación de mujeres asiáticas en el voluntariado del municipio de
Madrid es mínima (1,33%). Estos datos concuerdan con las cifras globales de
población extranjera femenina empadronadas en el municipio de Madrid,
donde el colectivo procedente de América Latina aparece como el más
numeroso, seguido de los nacionales de origen europeo y en tercer lugar
aquellos originarios del continente africano. Al tiempo pareciera, a priori, existir
una tendencia análoga en la distribución por países del
voluntariado/inmigrante refugiado entre ambos sexos, siendo relevante la
feminización en todos los grupos a excepción de los originarios del continente
africano donde los varones están sobre-representados con respecto a las
mujeres, en una proporción de 3 varones por cada mujer.
(Ver tabla 2 y gráfico 2)
Continente Hombres (% sobre cifras
totales) Mujeres (% sobre cifras totales)
América 67,58% 78,6% Europa 9,45% 16,74% Asia 1,35% 1,33% África 21,62% 3,33%
Tabla 2. Distribución del voluntariado inmigrante/refugiado por sexos y continentes.
0,00%
10,00%
20,00%
30,00%
40,00%
50,00%
60,00%
70,00%
80,00%
90,00%
América Europa Asia África
Hombres (% sobre cifrastotales)
Mujeres (% sobre cifrastotales)
91
Gráfico 2. Representación gráfica del voluntariado inmigrante/refugiado por sexos y continentes.
7.1.6. Voluntariado migrante y situación social: tiempo de estancia y situación
administrativa.
La cuestión novena incluida en nuestro cuestionario interrogaba a las
entidades acerca del tiempo aproximado de estancia en España de las
personas voluntarias inmigrantes/refugiadas en el momento de su
incorporación a la sede del municipio de Madrid, contemplándose tres
opciones posibles de respuesta, clasificadas conforme a los intervalos menor a
1 año, entre 1 y 2 años y mayor de 2 años de permanencia en nuestro país. El
52,19% del voluntariado inmigrante llevaba al menos 2 años de permanencia
en España previos a la incorporación en la entidad en la cual ahora
desarrollaba tareas de voluntariado. Sólo un 14,45% había comenzado a
desarrollar su labor en la entidad cuando el tiempo de residencia era inferior a
un año. A priori cabría postular la hipótesis, en parte confirmada por las
entrevistas realizadas a responsables de voluntariado de las organizaciones, de
que la entrada en el voluntariado acontece una vez que la persona
inmigrante/refugiada se ha asentado en la capital madrileña, siendo
interesante, no obstante, analizar el modo en cómo se articula en su
trayectoria vital y, especialmente en el marco del proceso migratorio, su
incorporación en el voluntariado, explorando el peso relativo que los
condicionantes de índole social, cultural, política, legal y económica tienen al
respecto.
Otro aspecto que nos planteamos en este estudio era aproximarnos a la
92
situación administrativa en que se encontraban las personas voluntarias
inmigrantes/refugiadas en el momento de la incorporación a las entidades
sociales del municipio de Madrid. Llama la atención que, de acuerdo a los
datos manejados, el 64,64% de los voluntarios inmigrantes/refugiados se
encontraban en situación regular en el momento de su incorporación, en
tanto que casi un tercio, concretamente el 35,36%, se hallaban en situación
irregular, de acuerdo a los datos facilitados. Es pertinente decir que no todas
las organizaciones disponían de este dato, siendo en esta pregunta el índice
de respuesta del 87,01%. Este dato nos puede indicar, tal y cómo mostraron los
resultados de las entrevistas a responsables de voluntariado, que no todas las
organizaciones consideran necesario disponer de esta información para la
incorporación de la persona inmigrante/refugiada como voluntario en la
misma, si bien habría que confirmar mediante otras herramientas de
investigación esta cuestión. Resulta llamativo el alto porcentaje de personas en
situación irregular que desarrollan labores de voluntariado, lo cual contribuye a
reafirmarnos en la tesis mantenida a lo largo de este estudio: la labor voluntaria
como forma “alternativa” de participación e integración en la sociedad
receptora.
7.1.7. Voluntariado migrante y nivel de estudios.
Con relación al nivel de formación de las personas voluntarias
inmigrantes/refugiadas en el momento de la incorporación en la entidad con
sede en Madrid, el 36,1% de las entidades refirieron que su voluntariado
inmigrante poseía titulación superior, en tanto que un 31,32% se englobaba en
93
la categoría titulación media. Sumando ambos porcentajes podemos concluir
que un 67,42% de las personas inmigrantes/voluntarias refugiadas tienen
formación universitaria, en tanto que sólo un 9,33% no dispone de estudios en el
momento de su incorporación a la entidad. Esto nos lleva a concluir
provisionalmente que el voluntariado inmigrante/refugiado incorporado a las
entidades del municipio de Madrid que han dado respuesta a nuestro
cuestionario posee un elevado nivel académico, si bien sería interesante
explorar, en investigaciones futuras, cómo se incorpora este capital a las
tareas que desarrolla el voluntariado dentro de la entidad, en qué medida
forma parte de los requerimientos exigidos por las organizaciones para el
desarrollo de la labor voluntaria y cómo se articula con las actividades, de
orden profesional, que desempeña el propio voluntario en su vida cotidiana,
postulando que la labor voluntaria puede constituir un espacio donde se
pongan en juego una serie de competencias cuyo desarrollo resulta truncado
por la propia sectorización del mercado laboral y la accesibilidad al mismo por
parte del colectivo inmigrante/refugiado.
7.1.8. Voluntariado migrante y situación laboral
La situación ocupacional de las personas voluntarias
inmigrantes/refugiadas en el momento de incorporación en la sede de Madrid
constituye otra de las áreas de interés del estudio presentado. Los datos
aportados por las entidades que dieron respuesta al cuestionario evidencia
que un 56,41% de los voluntarios se englobaban dentro del grupo de
trabajadores en activo en el momento de iniciar su actividad en la
94
organización correspondiente. Prácticamente una cuarta parte de los
inmigrantes/refugiados eran estudiantes cuando se produjo su incorporación
en la entidad, en tanto que un 9,85% estaban en situación de paro. Un 1,49%
de los voluntarios inmigrantes/refugiados habían finalizado su período como
trabajadores activos y se hallaban jubilados. Se podría postular, a priori, que la
incorporación al mercado laboral previa se configura como uno de los
condicionantes a la hora de desarrollar la actividad voluntaria, si bien sería
necesario explorar el peso relativo que éste desempeña en la toma de
decisión al respecto y en las fluctuaciones que se producen en tanto
continuidad o abandono del voluntariado.
7.1.9. Voluntariado migrante y desarrollo de la actividad voluntaria.
Respecto al tiempo de permanencia de la persona voluntaria
inmigrante/refugiada en labores de voluntariado en la entidad, éste se
prolongaba por espacio de 1 a 3 años en el 46,28% de los casos. La
continuación de la actividad de voluntario en la misma entidad más allá de los
tres años se daba en el 6,98% de los casos. En el otro extremo, con un tiempo
en la entidad inferior a 6 meses, se hallaban un 20,08% de las personas
voluntarias/inmigrantes refugiadas, en tanto que un 26,63% habían
desarrollado su tarea por espacio de 6 meses a 1 año en la misma entidad.
Estos datos parecen indicar una cierta fidelización a la entidad y al
desempeño de la actividad voluntaria en la misma, puesto que el porcentaje
de voluntarios que desarrollan su labor por encima del año supone un 53,26%.
No obstante pareciera que existe un descenso notable en la actividad
95
voluntaria dentro de la misma entidad cuando éste se extiende más allá de los
3 años, si bien no podemos afirmar que el abandono de una determinada
entidad se acompañe del cese en la actividad voluntaria por parte del
inmigrante/refugiado. En este sentido, y en la línea argumentada en párrafos
anteriores, resultará de interés analizar los condicionantes de diversa índole
que pudieran entrar en juego en el marco de la discontinuidad o cese en la
actividad voluntaria.
Un área de interés para la investigación planteada resultaba el
conocimiento del tiempo que dedica el inmigrante/refugiado a su labor como
voluntario en la entidad. Un 54,16% de los voluntarios desarrolla su actividad
por espacio de 2 a 6 horas semanales, siendo éste tiempo superior a 12 horas
semanales en un 5,95% de los casos. Casi una cuarta parte del voluntariado,
un 22,61% concretamente, dedica menos de 2 horas a la semana a esta
actividad, en tanto que un 17,26% se sitúa en el rango de 7 a 12 horas
semanales. Agrupando estos porcentajes, podemos afirmar que un 76,77%, es
decir, más de las tres cuartas partes, desarrolla labores de voluntariado por un
tiempo no superior a 6 horas semanales. Dado que no disponemos de datos
relativos al grado de ocupación laboral o académica del voluntariado en el
momento de realización de este cuestionario, circunscribiéndose los
porcentajes señalados en párrafos anteriores al momento de incorporación de
éstos a la entidad como voluntarios, resulta a priori arriesgado afirmar que el
tiempo de dedicación se ve afectado por la actividad laboral o académica
de la persona voluntaria inmigrante/refugiada, si bien podría considerarse
como una hipótesis susceptible de ser confirmada o refutada en próximos
96
estudios.
En los cuestionarios se incluyeron varias preguntas que aludían a los
requisitos exigidos al voluntariado para su incorporación a la entidad. En una
primera pregunta se pretendía conocer cuáles eran éstos para el voluntariado
de manera genérica, en tanto que posteriormente se interrogó a las entidades
con relación a la especificidad de estos requerimientos en el caso de las
personas voluntarias inmigrantes/refugiadas. En la cuestión inicial se evidencia
que requisitos tales como el tiempo de dedicación, la edad y el compromiso
escrito son exigidos por más de un 50% de las entidades, en tanto que otros
como la especialidad profesional no parecen revestir relevancia para más del
75% de las entidades. Conocimientos, formación y habilidades específicas no
son requisitos exigidos para formar parte del voluntariado en el 65% de las
entidades. A continuación se interrogó acerca de la existencia de
requerimientos específicos para el voluntariado inmigrante/refugiado. En un
21,56% de los casos se pedían requisitos concretos para este voluntariado,
independientemente de disponer en la entidad de personas voluntarias
inmigrantes/refugiadas, en tanto que un 78,4% de las organizaciones
contestaron negativamente a esta pregunta, no existiendo, a priori, diferencias
en aquello que se pedía a la persona inmigrante/voluntaria con respecto a
aquellas que no lo eran. Los requisitos específicos que se solicitaban a las
personas voluntarias inmigrantes/refugiadas eran:
Los requisitos específicos que se solicitaban a las personas voluntarias
inmigrantes/refugiadas eran:
• Formación en economía o empresariales
97
• Perfil adecuado a las actividades de los proyectos
• Motivación, disponibilidad de tiempo, estudiantes universitarios
• Lengua castellana
• Nivel deportivo / disponibilidad para apoyo al estudio, baloncesto o a
familias
• Papeles en regla
• Contrato voluntario
No obstante, en la búsqueda de relación entre la presencia de
voluntariado inmigrante/refugiado en la entidad y la solicitud por parte de ésta
de requisitos específicos para este tipo de voluntarios, se llegó a la conclusión
estadística de no existencia de relación entre estas variables, lo que, a priori,
nos permite afirmar que la incorporación de voluntarios inmigrantes/refugiados
a las entidades no se ve afectada por la presencia en ésta de requisitos
específicos para este tipo de voluntariado. Este dato, se confirmó en las
entrevistas a responsables de voluntariado, tal y cómo se ha descrito en el
capítulo 6 de este informe.
Respecto a la existencia en las entidades de estrategias específicas que
faciliten la incorporación de voluntariado inmigrante/refugiado, llama la
atención que en un 71,2% de éstas no exista una política que contemple la
incorporación de estas estrategias, en tanto que un 28,8% de las entidades sí
parecen haber desarrollado estrategias concretas para facilitar la entrada de
este tipo de voluntariado. Cabe mencionar como estrategias específicas
señaladas por las entidades que facilitan la incorporación las siguientes:
• Motivar a antiguos residentes a participar como voluntarios
• Talleres de Formación del voluntariado
98
• Programa de voluntariado que establece un protocolo
• Contacto con agencias de estudiantes extranjeros que vienen a España
a aprender español e interesados en voluntariado / convenios de
prácticas con universidades extranjeras
• Voluntarios que vienen por la “Llamada Joven” que organiza la
Coordinadora Infantil y Juvenil de Vallecas
• Mediadora Intercultural
• Debates a partir de videoforums o ponencias sobre inmigración desde
una perspectiva crítica y de transformación social
• Formativas en Derechos Humanos
• Contacto con las autoridades de los campamentos saharauis
• Apoyo en aprendizaje del español, en formación, encuentro con otros
voluntarios
• Persona responsable de voluntariado que se encarga de la acogida y
acompañamiento al voluntario
• Formación sobre interculturalidad a través de la metodología MUS-E y las
Artes
Nuevamente se buscó la existencia de relación estadísticamente
significativa entre la puesta en marcha de estas estrategias y la incorporación
de voluntariado inmigrante/refugiado en el seno de dichas entidades. Al
tiempo es interesante señalar que la existencia de estrategias específicas para
la incorporación de voluntarios inmigrantes/refugiados se asocia con aquellas
entidades cuya área de actuación es la inmigración y el asilo, algo que no
acontece con el resto de las áreas de actividad.
Respecto al puesto que ocupan los voluntarios inmigrantes/refugiados
dentro de las entidades que incorporan a éstos, un 75,3% de los mismos se
engloban dentro de la categoría de “personal de apoyo”, siendo un 3,6% del
99
total los que desempeñan la labor de “responsables de equipo”. Un 17,8%
desarrollan funciones de “técnicos”, en tanto que en la categoría de “otras” se
sitúan un 3,5% de los voluntarios, los cuales llevan a cabo tareas tales como
“monitores”, entre otras. Es interesante señalar que es mínimo el porcentaje de
aquellos voluntarios inmigrantes/refugiados que ocupan puestos que
podríamos catalogar de decisión y gestión en el organigrama de las
entidades, aspecto éste que pareciera ser congruente con la posición
ocupada por el voluntariado de manera genérica en el marco de las
entidades sociales.
Interrogadas acerca del tipo de acciones que desarrollan los voluntarios
inmigrantes/refugiados, pudiendo ser éstas de carácter puntual y dirigidas a un
grupo o fin concreto o bien acciones continuadas, no desarrolladas con
relación a un grupo o fin concreto, varias entidades se adscribieron a ambas
posibilidades, señalándose que en un 61,3% de las casos el voluntariado
inmigrante lleva a cabo acciones continuadas no asociadas a un grupo o fin
concreto, en tanto que en un 48,4% de las entidades las acciones en las que
participan lo son de carácter puntual. Lógicamente parecía interesante
completar esta información con el colectivo específico hacia el cual se dirigen
las acciones que desarrolla el voluntariado inmigrante/refugiado. La respuesta
a esta cuestión nos aproxima al hecho de que tan sólo un 16,1% de las mismas
tienen como objeto de actuación al colectivo inmigrante/refugiado, en tanto
que el 83,9% se desarrollan en el marco de labores de voluntariado cuyo
destinatario son otros grupos. Este dato llama la atención a la luz de los
resultados obtenidos en otras cuestiones planteadas en el marco de la
100
investigación, que evidenciaba la existencia de una relación estadísticamente
significativa entre la presencia de voluntarios inmigrantes/refugiados y el área
de actuación de la entidad cuando ésta se circunscribía al marco de la
inmigración y el asilo. Sería preciso, no obstante, desarrollar una nueva
aproximación que permitiera explorar con mayor detenimiento este aspecto.
7.2. Conclusiones del análisis del cuestionario
De acuerdo al análisis de los datos aportados por las entidades sociales
con relación a la presencia de voluntariado inmigrante/refugiado en las
mismas, es posible extraer las siguientes conclusiones:
1. La presencia del colectivo inmigrante/refugiado dentro del voluntariado es
muy inferior al porcentaje que sobre el conjunto de la población madrileña
representan, considerándose, por tanto, que nos hallamos ante un grupo
con escasa presencia en el marco de la acción voluntaria.
2. La distribución del número de voluntarios inmigrantes/refugiados existentes
en el seno de las diferentes entidades sociales presenta una elevada
dispersión. Su incorporación acontece especialmente en el marco de
entidades cuya área de actuación se sitúa en el campo de la inmigración y
asilo y la atención a la discapacidad, si bien las tareas que desarrollan en el
marco de las diferentes entidades no tiene como objeto de su actuación ,
de manera prioritaria, al colectivo inmigrante.
3. Existe una evidente sobrerrepresentación femenina dentro del voluntariado
inmigrante/refugiado, estableciéndose que por cada voluntario
101
inmigrante/refugiado varón existen 2,45 mujeres voluntarias
inmigrantes/refugiadas en las entidades sociales estudiadas.
4. Con respecto a la distribución por edades en los voluntarios
inmigrantes/refugiados, no se observan diferencias en los grupos de edad
donde se sitúa el porcentaje más elevado de varones y mujeres,
correspondiendo en ambos casos al intervalo de edad comprendido entre
los 18-29 años.
5. En cuanto a la distribución por origen, llama la atención que tanto para
hombres como mujeres el porcentaje mayoritario de voluntarios
inmigrantes/refugiados corresponda a los nacionales de Bolivia, situándose
el continente americano y específicamente América Latina en primer lugar
con relación al número de voluntarios inmigrantes/refugiados que aporta al
conjunto de éstos.
6. Más de la mitad de los voluntarios inmigrantes/refugiados se incorporaron al
voluntariado cuando su estancia en España se prolongaba por espacio de
dos o más años.
7. Dos tercios de los voluntarios inmigrantes/refugiados se hallaban en
situación administrativa regular en el momento de iniciar la actividad
voluntaria en el marco de las entidades que dieron respuesta al
cuestionario.
8. El nivel académico de las personas inmigrantes/refugiadas que desarrollan
tareas de voluntariado en las entidades sociales del municipio de Madrid
incluidas en este estudio podría ser catalogado como elevado, disponiendo
un 67.32% de las mismas de titulación de grado medio y superior.
102
9. Un 56,41% de los voluntarios se englobaban dentro del grupo de
trabajadores en activo en el momento de iniciar su actividad como
voluntario en las entidades sociales.
10. Respecto al tiempo de permanencia de la persona voluntaria
inmigrante/refugiada en labores de voluntariado en la entidad, éste se
prolongaba por espacio de 1 a 3 años en el 46,28% de los casos. La
continuación de la actividad de voluntario en la misma entidad más allá de
los tres años se daba en el 6,98% de los casos. En el otro extremo, con un
tiempo en la entidad inferior a 6 meses, se hallaban un 20,08% de las
personas voluntarias/inmigrantes refugiadas, en tanto que un 26,63% habían
desarrollado su tarea por espacio de 6 meses a 1 año en la misma entidad.
11. Un 76,77% del total de los voluntarios inmigrantes/refugiados desarrolla
labores de voluntariado por un tiempo no superior a 6 horas semanales.
12. La mayoría de las entidades sociales no exigen requisitos específicos para la
incorporación del voluntario inmigrante/refugiado a la misma, situándose
en un 21,56% el porcentaje de las mismas que incluye requerimientos
concretos para este voluntariado.
13. El 71,2% del total de las entidades que dieron respuesta al cuestionario no
disponían en ese momento de estrategias específicas destinadas a facilitar
la entrada del voluntariado inmigrante/refugiado a las mismas.
14. El porcentaje de voluntarios inmigrantes/refugiados que ocupan puestos de
responsables de equipo dentro de las entidades en las cuales se hayan
integrados se sitúa en el 3,5%, en tanto que un 75,3% de los mismos se
engloban dentro de la categoría de personal de apoyo.
103
15. Acerca del tipo de acciones que desarrollan los voluntarios
inmigrantes/refugiados, en cuanto a su carácter puntual y dirigido a un
grupo o fin concreto de éstas o, por el contrario en tanto continuadas y no
dirigidas a un grupo o fin concreto, en un 61,3% de las casos el voluntariado
inmigrante lleva a cabo acciones continuadas no asociadas a un grupo o
fin concreto, en tanto que en un 48,4% de las entidades las acciones en las
que participan lo son de carácter puntual.
7.3. Hipótesis sobre la labor voluntaria de las personas migrantes obtenidas a través de las entrevistas realizadas 7.3.1. Metodología utilizada para las entrevistas. 7.3.2. Trayectoria de la persona en el mundo del voluntariado 7.3.3. La incorporación a la entidad voluntaria 7.3.4. La formación y la tarea 7.3.5. Tiempo y compromiso 7.3.6. La participación en el marco de la entidad 7.3.7. Motivación
7.3.1. Metodología utilizada para las entrevistas
Como venimos viendo a lo largo de todo el documento, el voluntariado
migrante/refugiado es una fuerza emergente en el municipio de Madrid. Su
caracterización a través de la encuesta nos aproxima parcialmente a la
realidad de este fenómeno, siendo adecuado complementar este enfoque
con el uso de prácticas de investigación cualitativa como vía de acceso
privilegiada a los discursos y representaciones sociales de este colectivo. En
este sentido se eligió como herramienta de investigación la realización de
entrevistas en profundidad, las cuales permiten recoger el universo de
representaciones de los sujetos, así como las significaciones que organizan y
104
orientan sus prácticas. Además aprehenderlas en los términos en los que los
propios agentes las formulan, lo que es condición para aproximarse al modo
en cómo éstas se vinculan entre sí.
Los entrevistados han sido escogidos haciendo uso del criterio establecido
por Patton22 de “muestro de conveniencia”, que se refiere a la selección de
aquellos casos que son los de fácil acceso en determinadas condiciones.
Lógicamente este tipo de estrategia presenta, según Gorden23 el riesgo de que
los entrevistados más accesibles cumplan otras condiciones de selección o
acaben introduciendo sesgos similares a los conocidos en los diseños
experimentales, tales como la autoselección. Asumiendo estas limitaciones, se
estableció en el proyecto de investigación que en el cuestionario a enviar a las
diferentes entidades se añadiera una última pregunta destinada a conocer la
disponibilidad de las mismas para facilitar al equipo investigador el contacto
con aquellas personas voluntarias migrantes/refugiadas que colaboraran en
ellas. Recibimos respuesta afirmativa a este requerimiento en un 12% de los
casos.
En un segundo momento se revisaron nuevamente los cuestionarios de
estas entidades, a la luz de los resultados que habían sido extraídos en la
primera parte de la investigación y que nos aproximaban al perfil de la
persona voluntaria migrante/refugiada presente en el municipio de Madrid. Se
realizó entonces una nueva selección tomando en consideración aquellos
aspectos que se habían evidenciado como significativos en el análisis
22 Patton, MQ. (1990): Qualitative Evaluatión and Research Methods. (2ª ed.).Londres: Sage 23 Gorden, R. (1969; 1975; 1987): Interviewing. Strategy, techniques and tactics, Homewood, Illinois: Dorsey Press.
105
cuantitativo y en base a ésta, se contactó con las entidades con objeto de
facilitar el acceso a aquellos sujetos que iban a ser entrevistados por el equipo
investigador.
Se han llevado a cabo un total de cinco entrevistas abiertas, realizadas
durante los meses de diciembre y enero de 2008. Previa a llevar a cabo las
mismas, la persona responsable de su ejecución estableció contacto
telefónico con cada uno de los posibles entrevistados. En esta conversación
inicial se les explicaban a grandes rasgos las líneas directrices del proyecto de
investigación, acordándose con los mismos el día, hora y lugar donde se
llevaría a cabo la entrevista. En todo momento se garantizó la
confidencialidad de los datos aportados. En el momento del encuentro con
cada entrevistado, se les aportó nuevamente información en torno a los
objetivos de la investigación, solicitándose su permiso para la grabación de la
entrevista y reiterándose el compromiso de garantizar la privacidad de la
misma.
Con los datos disponibles se procedió posteriormente a realizar un análisis
de discurso de las que pretende una reconstrucción de la trayectoria de cada
entrevistado en el voluntariado, tanto dentro como fuera del municipio de
Madrid, caracterizar su acceso a las diferentes entidades, evidenciar las
representaciones que sostienen en torno al grado de participación en las
mismas y las expectativas que sustentan en torno al propio voluntariado. Cada
uno de las entrevistas se inicia con una breve descripción de aquellas
características sociodemográficas del entrevistado que se han considerado de
interés. Esta información se complementa con el área de actuación al cual se
106
suscribe la entidad donde actualmente realiza actividad como voluntario,
conforme a los datos aportados por ésta en el cuestionario llevado a cabo
durante la primera parte del estudio.
Con objeto de salvaguardar el anonimato de los entrevistados, se evita la
consignación de todos aquellos datos que pudieran identificarlos. Asimismo se
elude en todo momento la denominación de la entidad en la cual
desempeña su actividad como voluntario.
La transcripción y análisis de entrevistas se adjuntan a los anexos de la
presente investigación describiendo con mayor detalle el desarrollo de las
mismas.
En el presente epígrafe hemos optado por abstraer de las entrevistas realizadas
algunas hipótesis de interés que pueden darnos pistas en relación a la
participación de las personas inmigrantes y refugiadas en el mundo del
voluntariado. Pese a que no se ha agotado el discurso en las entrevistas
realizadas, a continuación, y con el fin de facilitar la difusión de información
obtenida en las cinco entrevistas, hemos recopilado la información de las
mismas según los contenidos que a continuación se describen:
8. Trayectoria de la persona en el mundo del voluntariado
9. La incorporación a la entidad voluntaria
10. La formación y la tarea
11. Tiempo y compromiso
12. La participación en el marco de la entidad
13. Motivación y expectativas
107
7.3.2. Trayectoria de la persona en el mundo del voluntariado
En el análisis de las entrevistas realizadas hemos rastreado la trayectoria previa
de las personas entrevistadas y su relación con acciones voluntarias,
encontrándonos con diversas y muy diferentes situaciones que pueden
responder a diferentes variables, y según las cuales hemos obtenido varias
hipótesis que pueden resultar de interés:
La cultura del país de procedencia influye en la trayectoria previa de experiencias relacionadas con el mundo del voluntariado de las personas migrantes y refugiadas.
En el resultado de las entrevistas nos encontramos que, en función de la
procedencia de los entrevistados, hay unas tendencias previas o no a
participar en acciones de voluntariado. A continuación podemos ver el
testimonio de uno de los entrevistados que nos ilustra esta hipótesis:
“En mi país no hacía nada de esto… Yo me fui de Bulgaria en el 97…Allí los cambios se
produjeron en el 98…Y… hasta entonces éramos un país comunista y entonces era un
sistema muy diferente…simplemente no había gente tan necesitada como para
existir, no había la necesidad de algunos a ayudar a otros…Es decir, todos éramos
más o menos igual de pobres…Más o menos… como para estar necesitados…porque
todo el mundo tenía trabajo. Aunque tuviéramos pocas cosas materiales, más o
menos todo el mundo tenía comida, todo el mundo tenía ropa, todo el mundo tenía
trabajo y no existía la inseguridad de “mañana voy a tener trabajo, mañana voy a
tener comida…” Entonces era un sistema muy diferente en el que hay ahora en
España, aquí y en mi país…también”.
Como podemos ver este entrevistado carecía de experiencia previa en el
108
voluntariado antes de llegar a España. El marco socio-político de Bulgaria
aparece explicitado en su discurso articulado con una noción de “igualdad”
que se inserta en los aspectos materiales considerados básicos para garantizar
la supervivencia, sin que ello suponga obviar las condiciones de “pobreza” a
las cuales alude. En este marco de “igualdad” y cobertura de necesidades
básicas reside su “justificación” de la ausencia de iniciativas voluntarias en su
país, estableciendo, al tiempo, una comparativa entre pasado y presente con
la situación española y búlgara actual.
El acercamiento a la acción voluntaria se produce a través de las redes informales.
Las redes informales aparecen entre los entrevistados como la vía de
contacto con las primeras experiencias de voluntariado en España. La
aproximación a la labor de la entidad se establece mediada por este primer
contacto, pareciendo la información transmitida por el boca-a-boca como un
enganche suficiente para hacer a los voluntarios entrevistados interesarse por
ella. A continuación recogemos el testimonio de Elvira que ilustra esta
hipótesis:
“Hace como dos años empecé a ir a clases de italiano y ahí conocí a una chica que
colaboraba con una organización, una ONG, que se llama entidad C y hacen…
tienen proyectos en África, en Bangladesh, en Haití… no sé donde… Entonces esa
chica me comentó un poco todo lo que hacían con ellos y tal y a mí me pareció muy
interesante(…).Entonces yo empecé a colaborar con ellos y ahí conocí a otra mujer
109
que daba clases de español en la entidad D…Y eran clases de español a los africanos
que empezaron hace dos años a llegar en pateras… y entonces …era… esta mujer y
su hijo que iban ahí y daban clases ellos…”
Otra de las entrevistadas, Zahira, nos manifiesta como ella también se
acercó a la actividad voluntaria a través de las redes informales:
“Y como conocí a una amiga que trabajaba en la entidad E y me contaba muchos
cosas, muchos problemas, muchas cosas ¿por qué no… por qué no puedo hacer yo
algo?. A ver si puedo ayudar, a ver si puedo hacer algo, por la gente…..Y…si puedo
colaborar como voluntaria pues eso…con toda la gente y todo…”
Como vemos en su testimonio son las redes informales las que le
proporcionan la información inicial sobre el tipo de tareas que se desarrollan
en el seno de la entidad voluntaria, algo relevante en la toma de decisión que
la conducirá a incorporarse a la actividad voluntaria en dicha organización.
Las motivaciones de carácter altruista emergen en el discurso, explicitadas
bajo la posibilidad de “ayudar” o “hacer algo”.
Otra de las personas entrevistadas nos describe como su vinculación al
mundo del voluntariado respondió a la invitación de una persona conocida
por su entorno cercano:
“La primera organización con la que tuve contacto fue la entidad A, entre otras cosas
porque la presidenta de entonces era muy amiga de mi hermana, y entonces me dijo
¿Por qué no pruebas aquí? Porque estaba yo buscando un poco…(…) Entonces fui a
la entidad A, me gustó mucho la idea, la verdad es que me enganché a ese
mundo…y llevo 7 u 8 años…”.
Su contacto con la entidad A se sitúa temporalmente hace “7 u 8 años”,
jugando un papel importante las redes informales a este respecto que dieron a
110
salida a una “búsqueda” personal de “hacer algo” que Marta pareciera haber
iniciado previamente. Su aproximación inicial es sentida como “probar” y
entrar en un “mundo” desconocido, que sin embargo, la “enganchó”. Este
desconocimiento tiene una doble vertiente: su carencia de experiencia previa
en el voluntariado y la falta de acceso, en esos momentos, a medios de
comunicación electrónicos, que, a su juicio, constituyen un recurso en la
actualidad para conocer las entidades donde se pueden llevar a cabo
actividades voluntarias.
Las nuevas tecnologías son actualmente una importante vía de acceso al mundo del voluntariado para las personas inmigrantes y refugiadas.
Varias de las personas entrevistadas nos manifiestan como las nuevas
tecnologías son una herramienta fundamental para comenzar la trayectoria
voluntaria. A continuación recogemos algunas manifestaciones de personas
entrevistadas que ilustran esta hipótesis:
“Ahora la verdad es que te metes en la red y tienes todos los voluntariados del mundo
pero yo no conocía mucho ese mundo[...]
La entrevistada, explicando su trayectoria y acceso al mundo del
voluntariado hace 7 u 8 años, describe como la falta de acceso a medios de
comunicación electrónicos que, a su juicio, constituyen un recurso en la
actualidad para conocer las entidades donde se pueden llevar a cabo
actividades voluntarias, suponía para ella una dificultad para conocer el
mundo del voluntariado.
Otra de las entrevistadas nos explica como las nuevas herramientas
informáticas la fueron de utilidad para elegir su trayectoria en las entidades
111
donde ejercer el voluntariado:
“Y luego empecé con la entidad J… lo conocí por la página www.hacesfalta.org, que
necesitan voluntarios… entonces yo me apunto”
El interés por la actividad voluntaria a realizar parte en muchas ocasiones de una autoidentificación con los destinatarios de la entidad elegida.
Entre las personas entrevistadas se ha detectado una cierta tendencia a
centrar su trayectoria voluntaria en acciones relacionadas con colectivos con
los que se siente una cierta autoidentificación.
“Entonces un día me fui a hablar con ellos, me lo estuvieron comentando que, que
era… algo como muy bonito contactar con gente que viene de otro mundo muy
diferente al nuestro y tal…(…) Y la idea ya no era solo organizar cosas para poder
reunir dinero para desarrollar algún proyecto en algún sitio del mundo, sino que hacer
algo con gente que ya esté aquí, que ellos llegan aquí sin hablar ni una palabra, sin
saber cómo funciona esta sociedad, esta gente… ni donde… pues…puedes comprar
cualquier cosa…Entonces claro, llegan muy perdidos (…) Yo llegué, bueno, yo que sé,
como cualquier otro… perdida, no sabía ni donde estaba, no hablaba español, no
conocía a nadie… era un poco como… Entonces sé que al principio puede ser muy
difícil ¿no?[...](…) Entonces, yo que sé, yo viniendo de otro país europeo… y al fin y al
cabo, no sé, teniendo una carrera universitaria, no viniendo del campo, como
muchos de ellos que vienen del campo…Entonces, si a mí me costó … me imagino
que a ellos les costará mucho más porque, claro, viniendo de sitios muy diferentes…”
Como vemos en el testimonio anterior, el interés de la persona
entrevistada por la entidad donde desarrollar su actividad voluntaria se enraíza
112
en una autoidentificación parcial con los destinatarios de las prestaciones
dadas por ésta, personas inmigrantes, cuyo núcleo común reside en la
experiencia del propio proceso migratorio, pero con respecto al cual se sitúa
en un espacio distinto, radicando esta diferencia en múltiples pertenencias
que se estiman no compartidas por aquellos que proceden de “otro mundo”.
Otra de las personas entrevistadas nos manifiesta su identificación con la
acción a realizar:
“… Y claro yo vengo del Tercer Mundo, pero lo que yo veo en Buenos Aires que se
necesita yo veo que es muy diferente de lo que ella me contaba en la India[…]”
En el discurso de la entrevistada aparecen elementos autorreferenciales
asociados a su lugar de nacimiento que identifica con el tercer mundo, si bien
establece una clara diferencia entre los diferentes países que ella incluye bajo
esta denominación.
Determinadas acciones formativas vinculadas al mundo de la acción social son motor para el acercamiento de las personas migrantes/refugiadas al mundo del voluntariado.
Nuestra entrevistada Zahira, nos explica como la realización de un curso
de mediación social la incorporó al mundo del voluntariado:
“Entonces una amiga mía que trabajaba en la entidad F como voluntaria me dijo que
iba a hacer un curso de mediación. Y como a mí esto me parecía que eso tenía que
ver con el voluntariado y me gustaba pues me apunté con ella”
Como vemos en su testimonio la enseñanza práctica asociada a la
formación como mediadora le posibilita insertarse, primero en período
113
formativo y, posteriormente, como voluntaria en la entidad F.
“Al principio estaba con la mediadora…y luego cuando me quedé como
voluntaria… pues hacía un poco lo mismo…, un poco de todo. Tampoco noté
muchos cambios”.
Otra de las entrevistadas, nos describe también como la formación
especializada fue un vínculo definitivo para la realización de su acción
voluntaria:
“Tengo como el eso de querer ayudar a la gente ¿no? […] y… luego me meto en
cooperación internacional porque una compañera de trabajo, que ahora somos
amigas, me comenta que había hecho ese máster… en la Universidad (nombre de la
Universidad) y me cuenta que se había ido a India a hacer proyectos, a hacer ayuda
al Tercer Mundo(…) y me doy cuenta de que puedo compaginar mi formación en
Dirección y Gestión de Empresas con lo que es la cooperación al desarrollo… y
entonces por eso me meto a hacer este máster y con idea de… de dedicarme
profesionalmente a ello. Y entonces ahí veo que para poder entrar en este sector hay
que empezar mucho desde el voluntariado…Que esto surge del voluntariado…esta
idea de que sí quiero ayudar a la gente…”
Como vemos la entrevistada considera el voluntariado como una vía de
acceso formal al trabajo en el marco de entidades sociales. Las expectativas
laborales quedan claramente explicitadas en su planteamiento discursivo,
presentando a la actividad voluntaria como una vía de entrada necesaria
para acceder al mercado laboral dentro del campo social.
114
La trayectoria de la acción voluntaria se vincula a la adquisición de conocimientos profesionales
Una de nuestras voluntarias entrevistadas sitúa el inicio de su trayectoria
dentro del voluntariado en Argentina, conceptualizando como acción
voluntaria un curso formativo en primeros auxilios a cargo de una organización
no gubernamental de carácter internacional. La “noción de ayuda a los
demás” aparece en el discurso mediado por la utilidad de la adquisición de
conocimientos concretos en la rama sanitaria.
“Yo empecé en un curso de primeros auxilios con ONG internacional porque me
interesaba hacer… como socorrista se dice o algo así….para poder ayudar si hiciera
falta…. Porque lo me motivó era el querer ayudar a la gente… “
7.3.3. La incorporación a la entidad voluntaria
Es fundamental el conocimiento de la misión, la visión y los valores de la entidad seleccionada en la incorporación de la persona migrante para realizar su acción voluntaria.
En el recibimiento que realizan las entidades a los voluntarios priman los
discursos en torno a la visión, misión y valores de éstas, así como aquellos
relativos a su funcionamiento interno.
En el testimonio de Marta, una de nuestras entrevistadas, las expectativas
referentes a lo que se “puede esperar de la entidad” aparecen explicitadas en
este primer momento. Esta información se torna relevante para ella en la
medida en que coinciden con su imaginario previo en torno al voluntariado.
“En esto lo que te dan… primero una idea de lo que es la entidad, a qué aspira, de lo
115
que es, de su organigrama, de… las… de los distintos departamentos que tiene… que
es lo que puedes esperar tú de la entidad A, tal y cual …”
Sin embargo, también encontramos testimonios de personas que han ido
conociendo el entramado de la entidad a través de su propia experiencia
dentro de la entidad habiendo pasado del rol de usuario al de voluntario:
“Yo cuando empecé a jugar… cuando empecé como usuario, no sabía que tenía,
como por ejemplo, apoyo familiar, apoyo escolar…Yo pensaba que solo era pues,
eso, que hacía equipos de baloncesto y ya está… luego poco a poco cuando
empecé ya como entrenador… pues fui ya conociendo el mundo éste, del apoyo
escolar, el apoyo a las familias… pues eso, un poco lo que es más la ayuda a
familias…a los que lo necesitan ¿sabes?[...]Entonces fue ahí fui conociendo un poco
mejor lo que hace….además de fomentar el deporte… Y luego, a los dos o tres años,
ya vas cogiendo experiencia… estás en una organización y entonces ya, es como
empiezas a enterarte de cómo va… no sabía el tema administrativo ¿sabes? Ahora ya
estoy un poco más enterado ¡sabes? Al principio, era, simplemente ¡ah, mira! Soy
voluntario… estoy entrenando y ya está. No sabía quien… el orden, la organización y
ahora estoy ya más enterado…”
Beatriz, otra de las personas entrevistadas, describe la importancia de
recibir información previa relativa a la entidad para adoptar su decisión de
prestar su acción voluntaria en una organización.
“En la entidad J nos dieron una charla, nos ofrecieron información para leer. Como
era el primer contacto que teníamos varios voluntarios nos explicaron cómo era la
asociación, qué es lo que hacía, lo que teníamos que tener en cuenta. […] Luego
(nombre de la directora), que es la directora se acercó y se presentó y nos dijo “yo soy
la directora…”. Estuvo presente. Ya sabíamos quién era la directora. Nos indicaron
116
que había muchos voluntarios. De la persona responsable de voluntariado me dieron
el teléfono y me dieron un correo donde me pasaron el correo de todas las personas y
los horarios por si algo quería. Entonces daba una buena sensación, como que todo
estaba coordinado”.
Como vemos en este testimonio, el acceso de esta entrevistada a la
entidad está mediado por información relativa a la asociación, en tanto
funcionamiento y tareas que se desarrollan en el seno de la misma, que
acontece tanto de forma verbal como escrita. Desde un primer momento
refiere haber tenido contacto con el equipo directivo, partícipe en esta
presentación inicial y haber accedido a información relativa al grupo de
personas que formaban parte de la misma, transmitiendo, para Beatriz, una
impresión de coordinación que es positivamente valorada.
En ocasiones el paso de usuario a voluntario se repite en el perfil de los voluntarios inmigrantes y refugiados.
A través de las entrevistas realizadas hemos podido constatar como es
usual entre los voluntarios inmigrantes y refugiados haber sido usuarios de la
entidad previamente a su incorporación como voluntario. A continuación
analizamos uno de los testimonios recogidos:
“Empezó… a ver… más o menos al año de que llegó yo aquí a España. Yo llegué
aquí, a España con 14 años. ¿Vale? 13 o 14 más o menos. Y llegué al barrio X (barrio
en el centro de Madrid) y ya nada, me pilló, una señora por ahí, bueno, los típicos
contacto de madre… que conoce a tal y tal… Bueno y me dijo ¿oye no te gustaría
117
jugar al baloncesto?[...]Bueno, nunca había jugado en mi vida, pero dije, pues sí, si
hay que jugar se juega”
“Fue un día que estaba yo… jugaba ¿vale […] y había chavales entrenando y tal y…
y un amigo mío, que estaba allí entrenando… me dijo “Oye, ponte aquí un momento
con los chavales, que me tengo que ir”. Y dije “¡joder!, pues me voy a poner yo aquí y
les miro yo solo”… Luego, me gustó esto, pues, de correr y poco y tal …y, vamos, y me
ficharon, quien dice, las jefas, que es (nombre de la jefa) y otra coordinadora que
estaba en ese momento… Y al día siguiente pues me dijeron, “Oye, muy bien… ¿te
apetece entrenar y tal? Y dije “sí, sí, me gusta entrenar ¿sabes? Y, bueno, así empezó.
Fue un poco de causalidad….Yo no me había planteado en mi casa, venga, voy a ser
voluntario… entrenador.”
Como vemos el relato de su acercamiento a la organización adopta un
tinte “casual”, donde no se verbaliza explícitamente un interés previo por
desarrollar esta actividad deportiva ni por llevar a cabo las tareas de
voluntariado que pasará a ejecutar un año después. En la transición de la
figura de “jugador” a la de “voluntario-entrenador” se solapan el
reconocimiento favorable por parte de representantes de la entidad a un
desempeño “casual” de actividades propias del voluntariado y su valoración
positiva al respecto, verbalizada en tanto “gusto” por la tarea. Llama la
atención la utilización del término “fichar” para referirse a su incorporación a la
entidad voluntaria, en tanto símil de la propia práctica deportiva.
Así mismo el entrevistado recoge como un valor añadido el hecho de
haber sido previamente usuario a voluntario, por considerar que puede tener
un mayor nivel de conexión con las personas atendidas en su acción
voluntaria:
118
“La verdad es que me ha ayudado mucho el ser entrenador y el jugar… y ser
jugador… porque ¿sabes? ves las dos partes… ves la parte de usuario y la parte de
entrenador, de monitor, de ser…. Del que ayuda, del voluntario…. Entonces yo creo
que ellos son conscientes de eso…”
7.3.4. La formación y la tarea
El proceso de formación previo es valorado positivamente por las personas voluntarias migrantes y refugiadas para el desempeño de su tarea voluntaria, lo que en muchos casos lleva al voluntario a seguir formándose al margen de la entidad para mejorar su actividad.
La formación adquiere un papel relevante para las personas entrevistadas
sobre todo en el primer momento en que se inicia su actividad en el marco de
la entidad como voluntarios.
Marta, una de nuestras entrevistadas, caracteriza la formación recibida
como “buena”, si bien insuficiente con relación a las actividades que
desarrollará tras su incorporación, manifestando que durante el proceso de
desempeño de su tarea debió autoformarse para ejecutar de forma efectiva
éstas.
“Te dan un…un comprimido de asilo que es, como digamos, el top de la entidad A.
Vamos realmente la parte de las organizaciones que están específicamente
especializadas en asilo… Y entonces te dan un poco lo que es asilo, te dan casos, te
cuentan un poco los pasos a seguir, en fin… frontera, territorio… Te dan una idea
bastante buena de lo que es el asilo. La formación no es mala, es buena… A lo largo
del año hay distintos cursos… y ahí te van poniendo al día de menores,
extranjería…(…)La entidad me formó para lo que es el asilo. Eso sí, para lo demás me
119
tuve que buscar un poco la vida…viendo la legislación y yo que sé…”
“Lo que pasa es que, vamos a ver, primero la formación que tienes, hay que
rentabilizarla y segundo pues porque… al cabo de… de un par de meses, 3 meses…
más o menos en que ven que trabajas bien,… pues, como necesitan alguien que
eche una mano, te dan las responsabilidades que puedes asumir como voluntaria
dentro de tu tiempo…”
Otro de los entrevistados nos describe como la formación inicial ofrecida
por la entidad es fundamental para su tarea. En su descripción la formación
proporcionada por la entidad parece, en un primer momento, otorgar un
papel relevante a la enseñanza, no sólo de aspectos técnicos asociados a la
tarea a realizar, sino fundamentalmente de habilidades sociales, auspiciando
espacios y tiempos concretos para ello.
“La asociación antes de iniciar el curso… pues eso, todos los entrenadores nos vamos
de camping y hablamos y… y hacemos dinámicas de grupo….Dinámicas y
aprendemos para llevar a un equipo, para llevar a los chavales… y habilidades
sociales para saber tratar a los chavales…”
Así mismo vemos como la relevancia que adquieren las habilidades
sociales en el proyecto que subyace al desarrollo de su tarea como voluntario,
puede ser el motor que le impulse a la búsqueda de actividades formativas
fuera de la entidad que se sitúan en esta línea.
“Últimamente hice un curso, la semana pasada… Es más hice un curso de
habilidades sociales para voluntario, que impartió el foro social de Caja Madrid, y era
gratuito… entonces me informé y estuve allí. Fueron tres días… y era de gente
voluntaria…”
120
Muchas de las acciones voluntarias realizadas por las personas inmigrantes y
refugiadas están relacionadas con su propia experiencia o con su perfil como
inmigrante.
Zahira, de origen marroquí, nos describe como las tareas como voluntaria
realizadas en la entidad E se han desarrollado en el marco de la atención a la
población inmigrante de origen marroquí, desarrollando labores de
acompañamiento e interpretación en el seno de este colectivo.
“Lo que tenía que hacer (en la entidad E) era acompañamiento, es decir, si una mujer
no sabe hablar castellano y tiene que ir al médico, yo la acompañaba para traducir
lo que le dice el médico y eso… si iba a una oficina, por ejemplo, y no sabe, no
entiende, pues eso…si tiene que arreglar los papeles y esas cosas, yo la acompaño
también y ese tipo de cosas…y luego en la entidad pues hacía cosillas”
Como vemos su propia identificación como miembro del colectivo
marroquí juega un papel esencial en este proceso mediador que desempeña
en su actividad voluntaria.
“Ellos tienen que preparar una fiesta, por ejemplo, la fiesta del cordero, que es típica
de la comunidad marroquí, invitan a la gente… y yo como marroquí, que conozco las
costumbres, aporto ideas sobre cómo decorar, cómo se pueden hacer, qué tipo de
comida se puede preparar y esas cosillas”.
Otra de las personas entrevistadas, Pedro, sitúa las aportaciones de la
inmigración en el voluntariado en el ámbito de la experiencia personal,
recurriendo a la empatía derivada del tránsito por situaciones que comparten
ciertas semejanzas y donde adquiere especial transcendencia la idea de
121
“dureza” y “abandono” en sus múltiples vertientes: afectiva, espacial,
idiomática…
“Yo creo que tendría que haber más inmigrantes en el voluntariado […] Yo creo que
el que mejor ayuda es el que ha pasado… El que lo ha pasado… el que ha pasado…
el que lo ha pasado mal…[…] Si es inmigrante que ha vivido esa dureza de dejar a tu
familia, de irte a otro país desconocido donde quizás ni siquiera sepas hablar el idioma
o lo que sea… puede aportar mucho, saber lo que siente la gente que ahora está en
esa situación”
Otra de las entrevistadas hace autorreferencia a su historia personal,
configurándose como uno de los motores fundamentales de su participación
en la actividad voluntaria. El haber sido durante un tiempo de su vida
“beneficiaria de ayuda” sin la cual considera, “no hubiera podido sobrevivir” le
lleva a participar en una tarea que, considera, puede “marcar una diferencia”
en la vida de las personas a las cuales va dirigida. La actividad voluntaria es
vista como una “vocación”, que emerge de su experiencia personal y como
una “devolución” a partir de la ayuda que recibió en un momento dado. Al
tiempo, en su discurso, pretende distanciarse de un rol de “salvador del
mundo” que en ocasiones aparece ligado a la actividad voluntaria.
“Yo creo que la motivación me surge por haber sido beneficiaria de ayuda. Es que yo
vengo de una familia muy pobre, somos 5 hermanos y mi padre desaparece cuando
estaba embarazada de la última… Entonces, mi padre desaparece y entonces
estamos 5 hermanos y mi madre que no nos podía dar de nada. Entonces estuvimos…
estuvimos en un programa de la parroquia que nos daban ropa, un programa
nacional que nos daban comida…que nosotros íbamos a buscar eso una vez al mes,
arroz, legumbres, un montón de cosas. Entonces eso de… eso fue muy duro. Luego a
122
través de una vecina, que era amiga de mi madre,… el día de navidad se presentó
con una fuente de pavo o pollo, no me acuerdo muy bien de que era y pudimos
celebrarlo…Entonces tú dices “y gracias a esas personas yo pude sobrevivir”. Por un
lado es… la gratitud hacia esa gente y por otro lado decir ”¡Jo, qué fuerte!”. Entonces
si alguna vez, con lo poco pueda yo ayudar a esas personas, es ayuda puede
marcar la diferencia al igual que esa gente marco la diferencia en mi vida. Sí, el
hecho de decir “tú puedes”. […] Yo tampoco quiero salvar al mundo ni voy a
solucionar el problema del hambre en África…. Ni yo ni ninguna persona de aquí, pero
todos podemos hacer algo. Entonces de ahí surge mi vocación”.
7.3.5. Tiempo y compromiso
La firma de un compromiso por escrito no es el elemento fundamental que vincula a la persona inmigrante o refugiada voluntaria con la entidad.
La mayor parte de las entidades vincula el compromiso de las personas
voluntarias con la firma de un “contrato – compromiso” donde se describe
formalmente el marco de la acción voluntaria que va a desempeñar la
persona. Sin embargo, en las entrevistas realizadas vemos como los voluntarios
de origen inmigrante o refugiados, no dan importancia alguna a dicho
documento firmado, incluso no recuerdan dicho protocolo, vinculando su
compromiso a su propia decisión o valores que son determinantes para
incorporarse a la entidad elegida.
Zahira nos describe como el primer contacto con la entidad E se realiza a
través de personal de ésta, centrándose en la explicitación de las posibles
123
tareas a realizar por la voluntaria y en la firma de un contrato, cuyo contenido
no es recordado por Zahira, pareciendo no revestir para ella importancia
alguna.
“El primer día en E me recibió la secretaria… la secretaria de… de la organización y
me comentó lo que puedo hacer…o sea que era sobre todo acompañamiento de
mujeres e intérprete… aunque había también interpretación con hombres… Un poco
de todo. No solo con mujeres… Y firmé un contrato(…)No me acuerdo de lo que
decía…”
Elvira, otra de las entrevistadas, describe como para ella no fue
importante la firma o no de compromiso:
“Yo cuando empecé a hacer esto no firme ningún papel (en la entidad D) en el que
dije me comprometo a hacer esto…No fue así… fue como que yo tengo el deseo de
participar en esto… vosotros necesitáis gente que participe aquí… No voy a pensar
cuánto tiempo voy a hacer esto… No sé….Es simplemente fue un poco empiezo y ya
está y … Y luego por parte de ellos, no sé, tampoco me han exigido…nada… “
La falta de tiempo no es siempre un impedimento para la realización de tareas
voluntarias para los inmigrantes y refugiados que deciden realizar acciones de
voluntariado.
Mientras que entre la población autóctona nos encontramos un repetido
discurso de “falta de tiempo” para la realización de acciones voluntarias, entre
las personas inmigrantes y refugiadas entrevistadas no hemos encontrado ese
argumento como handicap para el desarrollo de estas acciones. Pese a ser
124
conscientes de que la falta de apoyos familiares, su necesaria dedicación al
mundo laboral y sus necesidades de formación están presentes en su vida
cotidiana.
“El compromiso fue poco…. O sea fue, el compromiso era, pues eso, ir dos días a la
semana a entrenar a los chavales […] Pero vamos que siempre me han, siempre me
han ¿sabes? Siempre he tenido ese margen de decir: hasta aquí… O, un día no me
apetece, pues me voy ¿sabes? Es decir, nunca he estado condicionado por nadie
¿sabes? Siempre ha sido pues un poco eso”
Como vemos en el testimonio de uno de nuestros entrevistados, el tiempo
de dedicación inicial se va incrementado progresivamente en virtud de las
diferentes tareas que va desarrollando a lo largo de su trayectoria por la
entidad. Si bien en sus comienzos éstas quedaban circunscritas a la ejecución
práctica de la tarea de entrenamiento, la organización y planificación de la
actividad deportiva, que se suman posteriormente, requieren espacios
temporales adicionales. El tiempo emerge de nuevo como límite en el
desempeño de la actividad voluntaria que queda supeditada al proyecto de
vida propio, a lo que “quiere ser” y a lo que se “quiere dedicar”. Su propósito
de desvinculación con el mundo social en sus planes profesionales futuros no
permite que el tiempo adicional que requiere en la actualidad el voluntariado
emerja como un recurso en aras de su inserción en el mercado laboral. La
intención de continuar en la actividad voluntaria pasa entonces por la
búsqueda de nuevos espacios que permitan compatibilizar ésta con el tiempo
que Pedro estima necesario para poder alcanzar sus metas profesionales
futuras.
125
“[...] El primer año fui segundo entrenador…Estuve ahí… pues, eso, aprendiendo un
poco[…] Luego, el segundo año, me cambiaron inmediatamente a primer entrenador
[…]. Pero claro, ya son más responsabilidades, o sea, ya no era sólo ir dos veces a la
semana y ya está…era ir dos veces a la semana, ir a los partidos, hacer reuniones de
entrenadores, hacer una planificación… hacer una hoja de quien viene, quien no
viene….era un poco, ya, ¿sabes? ya más serio.”
“Debido a lo que quiero ser, a lo que me quiero dedicar… a mi formación,
lamentablemente el año que viene tendré que dejar este voluntariado […] Tendré
que dejarlo… Pero me estoy informando… Es más la semana pasada me estuve
informando de voluntariado que se hacen los fines de semana en hospitales, para
niños con cáncer y tal… que son pocas horas ¿sabes?[...] y me daría mucho más
tiempo”
“No me gustaría dejar de ser voluntario porque el año que viene deje la asociación…
A ver si encuentro algo para ser voluntario sin que me quite tiempo… porque no me
quiero dedicar al mundo social ¿sabes?”
Otra de las entrevistadas nos ilustra con su propia experiencia a este
respecto:
“Las clases, al principio, yo empecé yendo los sábados y domingos porque no había
voluntarios... Entonces estuve creo que los primeros seis meses estuve yendo todos los
sábados y domingos…Y las clases duran como 3 horas…con un descanso de media
hora en medio…Y luego ya, como ya tenían más gente, y la verdad es que es
demasiado ir los sábados y los domingos… porque claro trabajo de lunes a viernes y
me canso un montón… porque aunque es muy agradable también te cansa mucho
(…) Y luego ya pues para preparar la clase pues depende. Muchas veces pues lo
hago los viernes por la tarde que yo no trabajo… y llego a mi casa y me siento delante
del ordenador… y empiezo a preparar cosas, ejercicios, para luego dárselos… No sé,
126
no te puedo decir de forma fija las horas que dedico a la semana”
Como vemos en su testimonio las expectativas conforme a la continuidad
voluntaria están mediadas por la noción de escasez vinculada al tiempo
disponible para el ejercicio de la actividad. Sin embargo, junto a éste, las
motivaciones expresivas se configuran como una fuerza que pretende la
permanencia en el voluntariado.
“Yo no lo he pensado mucho… Y es que no tengo mucho tiempo… Pero, no lo sé,
mientras me sienta bien y esté a gusto con todo lo que hago y tal, pues supongo que
seguiré haciéndolo… siempre y cuando tenga fuerzas para hacerlo…”
7.3.6. La participación en el marco de la entidad
Cuando hablamos de participación en una organización debemos
distinguir entre diversas formas de hacerlo24 : en primer lugar la participación
puede traducirse simplemente en una contribución económica, dándose una
forma de participación pasiva, o en una contribución en tiempo que se
traduce en una participación activa, lo que definiríamos como la acción de los
voluntarios.
Pero el nivel de participación dentro de una organización social puede
tener tres grados diferenciados25. El primer nivel de participación está
relacionado con la información como requisito imprescindible. El segundo nivel
de participación tiene que ver con el grado de consulta, es decir la posibilidad
24 Navajo Gómez, Pablo (1995): “Radiografía del voluntariado social en España”. ABC. Nuevo Trabajo, nº 63. 2 de julio. Madrid 25 Tschorne, P, Mas, C y Regojo, J.L. (1990): Guía para la gestión de Asociaciones. Ed. Popular. Madrid
127
de opinar respecto a posturas a adoptar y posibilidad de sugerir, posibilitando
que las personas consultadas se sientan mucho más implicadas en el
funcionamiento de la organización y en la toma de decisiones. El tercer nivel
de participación es el trabajo en común o la gestión colegiada que precisa
que los niveles anteriores estén cubiertos correctamente. Éste último se da en
función del grado de delegación permitida en la gestión de la organización,
delegando y dando plena responsabilidad sobre actividades concretas.
Siguiendo este planteamiento podemos analizar el grado de participación de
un voluntario en función de diferentes variables: capacidad del voluntario para
definir objetivos y estrategias de la organización en la que participa; tipo de
funciones que desarrolla el voluntario en la organización en la que colabora;
órganos internos en los que el voluntario está implicado; niveles de
responsabilidad que desempeña dentro de la organización; interlocutores con
los que interactúa; y tipo de información a la que accede.
Con este análisis previo, y tras las entrevistas realizadas podemos alcanzar las
siguientes hipótesis:
No se percibe una participación efectiva de los voluntarios inmigrantes y refugiados más allá de la realización de las tareas concretas.
A través de las entrevistas realizadas vemos como la capacidad del
voluntariado inmigrante o refugiado, de emerger como una fuerza con
128
capacidad de decisión y participación en el marco de la entidad no se
garantiza con la institucionalización de figuras de representación (que en
algunas de las entidades estudiadas existen), siendo preciso dotarla de los
medios necesarios para que ésta se torne efectiva.
La dificultad para ejercer una participación efectiva aparece como una
manifestación evidente de la disonancia entre la práctica y el discurso en
torno al voluntariado que acontecen en el marco de las entidades voluntarias.
Ambos argumentos se esgrimen en un discurso crítico, donde la reciprocidad
aparece explícitamente reinterpretada a partir de un intercambio que, dada
su imposibilidad de acontecer en términos económicos, debe buscar modos
de devolución alternativos, de índole material y simbólica.
En el discurso de una de las entrevistadas, Marta, son varios los factores claves
señalados al respecto:
“Ahora el representante del voluntariado ya no participa en nada. Es sólo de Madrid,
no a nivel nacional, ya no vota y no le hacen ni pito caso. Este pobre se está
planteando también… por lo menos dejar de ser representante porque no representa
nada….”
La dificultad para ejercer una participación efectiva aparece como una
manifestación evidente de la disonancia entre la práctica y el discurso en
torno al voluntariado que acontecen en el marco de la entidad voluntaria,
disonancia que es confirmada según Marta por el desinterés mostrado por la
organización con relación al mantenimiento de figuras esenciales para la
coordinación de la labor voluntaria. Ambos argumentos se esgrimen en un
discurso crítico, donde la reciprocidad aparece explícitamente reinterpretada
129
a partir de un intercambio que, dada su imposibilidad de acontecer en
términos económicos, debe buscar modos de devolución alternativos, de
índole material y simbólica.
La voluntaria continua describiendo:
“Alguna vez han intentado, cuando le ha venido bien a la dirección…convocar una
reunión para los voluntarios. Y a la primera fuimos todos… Salimos encantados…
Buenas palabras, reconocían la labor del voluntariado… Nos sentimos gratificados…
Porque vimos que éramos importantes los voluntarios… Pero cuando los hechos nos
demostraron que nada, que no era cierto, pues la próxima vez que quisieron… Pues
no fue nadie.”
Transmutada la reciprocidad en un intercambio unidireccional carente de
reconocimiento, la desmotivación se hace presente en el discurso de Marta.
Bajo este discurso la actividad voluntaria se percibe ubicada en un nivel inferior
que el trabajo remunerado, por el propio altruismo inherente que se le supone,
condicionando su valor en un mercado que no entiende más que el lenguaje
monetario. Pero, al mismo tiempo, se sitúa en una disposición pareja en el
orden de la importancia de las tareas realizadas. El agradecimiento es la
moneda de cambio cuando no hay lugar para un intercambio económico.
“Realmente yo no sé si volvería a hacerlo porque realmente yo lo del voluntariado…
yo no sé… digo…No es apreciado porque no cuesta, porque vale poco dinero…Y es
una mano de obra barata, vamos a decir, que al ser gratuita ni agradecida ni
pagada. Y eso no me parece bien. Y eso es lo que yo ya últimamente vengo
detectando en la entidad A… porque yo ya no, les he dicho que lo siento pero no voy
a seguir”.
Otra de las entrevistadas, Zahira, participa en dos entidades como voluntaria y
130
establece una clara diferenciación en cuanto al nivel de participación entre
ambas entidades. En la primera organización considera la participación como
nula, a partir de la inexistencia de espacios que propiciaran el diálogo y la
toma de decisiones conjunta. El clima enrarecido que, a su juicio se respiraba
en la entidad, junto con una división claramente establecida entre los
trabajadores y los voluntarios son otros argumentos esgrimidos en este sentido.
“En la entidad E yo nunca, nunca he hablado con el director…La secretaria a veces
sí, otras veces no…ellos estaban muy separados de los voluntarios…(…) Había un
clima, un ambiente, un poco tenso… Un poco tenso no sé porqué pero los
trabajadores no se hablaban entre sí… Entre ellos se hablaban lo mínimo que
podían…Vamos yo lo note así… Con nosotros apenas hablaban y la verdad, es que
no me sentía muy cómoda… Tampoco hacíamos reuniones ni nada de eso ..”
Por otro lado Zahira describe el “ambiente” existente en la otra entidad en la
que colabora como favorecedor para la participación del voluntariado,
existiendo marcos institucionales creados específicamente para el diálogo y el
trabajo conjunto entre trabajadores y voluntarios, donde las aportaciones de
unos y otros son tenidas en cuenta. La “escucha” emerge en el discurso como
un motor de la participación.
“En la entidad F era otro ambiente…se llevaban súper bien y conmigo todos… todos
muy amables…muy acogedores..”
“…(¿hacías propuestas en la entidad F?)…Sí…era miembro de ¿cómo lo llamamos?
Mesa de emprendedores….O sea que, bien, cada mes se hacía una reunión y viene
gente y cada uno… propone una cosa que se puede hacer… depende de las fiestas
que vienen, de Marruecos, que se puede hacer…que se puede avanzar…y sí, yo
proponía mucho… Y escuchaban a todo el mundo…y eso me hacía sentir bien.”
131
Beatriz entiende la participación en las organizaciones desde la capacidad de
aportar nuevas ideas y mejorar los aspectos organizativos de éstas,
definiéndose a sí misma como una persona crítica que se cuestiona aquello
que realiza.
En la primera de las entidades el carácter cerrado y la eficacia probada para
ella de la actividad a realizar hace que no considere la necesidad de nuevas
aportaciones y que, de producirse éstas, se circunscriban en exclusiva a la
programación de nuevas salidas de carácter cultural. No obstante, el espíritu
crítico conforme al cual se define, queda ejemplificado en el cuestionamiento
que realiza a alguno de los requisitos que se asocian a la tarea que realizaba.
“En cuanto a la actividad en la entidad G eran actividades tan esquematizadas, tan
probado en el tiempo, que tampoco yo veía la necesidad. Mira yo soy de las
personas críticas, soy muy crítica, pero la crítica constructiva. Y en la entidad G me
pareció que estaba todo bastante bien organizado. Yo, por ejemplo, pregunté “¿y
por qué tengo que quedar con ello en la asociación?” pero me decían que era
importante que tuvieran un sitio de referencia. Y la explicación me parecía bien. [… ].
De hecho yo hice propuestas y fuimos al museo ese….”
Con respecto a la segunda entidad, reseña especialmente la jerarquía
piramidal de la misma como un elemento condicionante en el grado de
participación del voluntario, que nuevamente circunscribe a la posibilidad de
introducir cambios en la tarea. El carácter cerrado de la misma, con objetivos
claros y el tiempo de dedicación a la actividad parecen ser las razones
aludidas a la hora de considerar el poco “margen de acción” del voluntario.
Por otro lado llama la atención que frente a esta escasez de capacidad de
132
acción se aluda al término libertad para caracterizar la posibilidad de toma de
decisiones al respecto.
“Es complicado (la participación en la entidad). En la entidad H creo que es un tema
de jerarquía piramidal […]. En la entidad H lo de apoyo escolar, había normas, de
hacer las fichas… cosas burocráticas necesarias… Pero luego había libertad para
tomar algunas decisiones, pero, por otro lado no había mucho margen de acción. El
objetivo es claro. En una hora y media que estás allí tampoco puedes aportar
mucho.”
En la última organización, el grado de participación se torna nulo, a expensas
de la jerarquía existente dentro de la misma y de la incapacidad real del
voluntario de participar en la toma de decisiones, cuya potestad reside en
exclusiva en los órganos dirigentes de la misma.
“En la entidad J ahí es donde tengo yo la sensación de ser más piramidal, porque tú,
por ejemplo, presentas el borrador en las jornadas que te decía… Y ya se vería si se
aprobaba o no… Lo tenías que presentar y al final es el comité el que decide… Tú
presentas algo pero ¿qué vas a defender…? Si está el director y la directora que son
los que toman las decisiones ¿sabes?. , si de pronto te dicen “esto no”, pues ya está.
Tuve esa sensación que te decía”
Resulta de interés el discurso de Pedro en torno al grado de participación en la
entidad y la capacidad de toma de decisión por parte del voluntariado,
especialmente por el plano en el que él mismo se sitúa. En su discurso emerge
como un derecho sentido pero al tiempo mediado por su propia condición de
voluntario, en función de la cual se posiciona en un lugar subordinado
respecto al personal contratado, donde sus reivindicaciones y peticiones
quedan teñidos por éste. Esta posición subordinada se entiende como
133
legítima, y lejos de ser objeto de crítica por parte de Pedro, se justifica a partir
de su situación personal concreta, donde la falta de experiencia, la residencia
actual en un barrio alejado de la sede de la entidad y su disponibilidad
limitada se esgrimen como razones para que su “opinión” no sea tenida en
cuenta. Al tiempo estos tres elementos se ponen a favor de otros voluntarios,
cuya voz es escuchada y que parecieran situarse en un espacio diferente, con
mayor peso en el ámbito participativo y decisorio dentro de la entidad.
“El voluntario tiene el mismo derecho de opinar que el coordinador ¿sabes?. Lo
que pasa es que muchas veces el voluntario, por el mismo hecho de ser
voluntario, te sientes con menos derecho a pedir cosas…. Pues, entonces…
hay voluntarios que se limitan un poco a sí mismos… por vergüenza…. a pedir
cosas. Yo no me limito, yo cuando pienso algo lo digo….No es que no te
escuchen… es que a lo mejor… no hay posibilidad… de que… de que tu
opinión se valore tanto como la de una persona con más experiencia…. Los
coordinadores son los que mandan: está claro ¿sabes?. Tú puedes dar su
opinión pero luego, quizás, ¿sabes? Quizás tu opinión se guarda en un cajón…
¿sabes? [...] Es a lo mejor mi caso, porque como solo voy los fines de semana…
A lo mejor otro voluntario, pues sí… ¿sabes? En mi experiencia ha habido cosas
que me he intentado implicarme más pero ha habido limitaciones… quizás por
poca experiencia… porque no vivo en el barrio…porque todo eso influye
mucho también… Porque vivir en el barrio, estás al lado de todo… que si te
necesitan en una reunión estás ahí ¿sabes?. Vivo en otro lado… está a una
hora y puede ser que esto limite a la hora de implicarme más en… en
cuestiones de la organización ¿sabes?. Pero vamos yo creo que cuando
134
alguien necesita algo, opina algo, están ahí los coordinadores para escuchar y
ayudarte… para darte su opinión. Luego ya hay ciertas cosas… que se te van
de las manos. […] A lo mejor ellos saben que mi prioridad no está ahí ¿sabes?
Que mi prioridad está en los estudios y yo creo que ellos saben que mi
prioridad no está ahí…Y quizás aquellos que están más ahí, que están más
implicados… pueden darle más importancia a su opinión ¿sabes?. Hay
voluntarios con más o menos peso ¿sabes? depende de lo que tú te quieras
implicar….¿sabes?”
7.3.7. Motivaciones y expectativas
La mejora de la situación laboral de la persona migrante aparece como una expectativa dentro de las motivaciones para realizar voluntariado
Como es bien conocido la población migrante ocupa nichos laborales
concretos que nos son demandados por la población autóctona. Estos nichos
laborales conllevan condiciones laborales muy precarias. Ante esta situación,
muchos inmigrantes tratan de buscar alternativas válidas que les permitan
mejorar su situación profesional y laboral, encontrando en el campo de la
acción social una posibilidad para ello, por lo que consideran el voluntariado
como un posible vehículo de acercamiento al mismo.
Fátima nos contaba su experiencia:
“Me encantaría trabajar con inmigrantes, pero si no me sale, tengo que trabajar en
otras cosas… porque me hace falta.”
135
Las motivaciones de las personas migrantes para realizar labores de voluntariado están muy vinculadas a su situación económica y personal
Las expectativas de futuro se insertan en el marco de un conjunto de
representaciones donde se pretende que primen en el discurso las
motivaciones altruistas, si bien éstas se ubican en el plano de la experiencia
previa, connotándolas de un cierto realismo producto de su trayectoria en el
voluntariado. Marta nos contaba lo siguiente:
“Mis amistades me decían, pero bueno ¿tú eres tonta?¿cómo vas?. Mira que pegarte
esos madrugones… Pero yo decía que no, que a mí la entidad A me daba más que
yo a ella… Lo que pasa es que ya llega un momento… que cuando van pasando
muchas cosas seguidas es momento por lo menos para plantearte tomar un respiro…
Luego ya veremos, el kit-kat será un kit-kat o no… Me gusta el trabajo, el trabajo que
hemos hecho…contenta con muchas cosas que se han logrado. En fin, todo eso es
muy…. Todo esto me remunera más que otra cosa…”
El voluntariado para las personas inmigrantes aparece como un factor de integración, un espacio donde ejercer las relaciones personales .
Una de las dificultades más importantes que viven las personas migrantes a la
hora de incorporarse a una nueva sociedad es la soledad y el aislamiento. En
este sentido la participación en entidades sociales puede surgir como una
forma de socialización activa, de trampolín para las relaciones sociales
136
pudiendo así salir de ese aislamiento social que cualquier ser humano puede
padecer.
En uno de nuestros entrevistados, Pedro, pudimos encontrar que su motivación
para ejercer la actividad como voluntario se situaba en el ámbito de las
motivaciones expresivas, resaltando específicamente el “crecimiento personal”
y la articulación de nuevas redes sociales. “Sentirse parte de un grupo”
aparece como un elemento relevante en un discurso que hace uso de figuras
retóricas que permiten equiparar esta sensación con aquella propia del “estar
como en casa”.
“La experiencia, amistades… cada día conoces gente nueva…no todos los días
conoces gente nueva….pero cada año te vas quedando con parte de cada gente
¿sabes? Te quedas con alguien, te haces más amigo de alguien y eso… eso me
aporta cosas… aunque no sea dinero pero te aporta cosas… ¿sabes, para tu
persona, vas creciendo como persona […] Y también el sentirte parte de un grupo…
¿sabes? Sentirte parte de un grupo también te motiva […] “
“Sentirme parte de un grupo es… eso es muy importante… sentirte como en tu casa…
que cuando te cabreas puedes cabrearte, que te escuchan….¿sabes? Con esa
libertad de que es mi grupo y puedo decir lo que quiera, pues me escuchan…”
En la entrevista con Elvira, la motivación para ejercer el voluntariado aparece
mediada por su propia experiencia personal de llegada al país, que representa
como un período inicial de adaptación marcado por los sentimientos de
soledad y desamparo. La posibilidad de “ofrecer” una ayuda que ella no tuvo
en esos momentos se configura como un motor esencial en su aproximación al
voluntariado.
“Yo llegué, bueno, yo que sé, como cualquier otro… perdida, no sabía ni donde
137
estaba, no hablaba español, no conocía a nadie… era un poco como… Entonces sé
que al principio puede ser muy difícil ¿no?[...] (…) Yo cuando llegué a España en el
año 97, cuando llegué aquí, bueno hasta hace poco no sabía ni siquiera donde…
que hay ONG, que hay organizaciones que ayudan a los inmigrantes y todo lo
demás… Y por un lado, por eso me sentía muy bien, podía ayudar a alguien sabiendo
que a mí nadie me ayudó… porque yo ni siquiera sabía que alguien podía
ayudar…Y…no sé, como que de repente me sentía útil, me sentía muy feliz por poder
ayudar a otras personas…”
Las motivaciones de carácter expresivo, cubriendo sus necesidades de
comunicación y compañía, de autoestima y reciprocidad, aparecen
explicitadas en el discurso de Elvira. El contacto humano que se haya presente
en la actividad voluntaria se contrapone a la propia dinámica social del
entorno urbano y al marco laboral en el cual desarrolla su tarea profesional. La
noción de pérdida de “lo humano” y de cada uno de nosotros “como
personas” caracterizan estos contextos.
“Yo soy ingeniera… Trabajo en una ingeniería, es un trabajo bastante estresante, es un
trabajo muy bonito, si te gusta y… está muy bien… pero yo ya… llevaba tiempo como
sintiendo que necesito algo más, que mi trabajo está bien… que todos los días tienes
muchos retos y muchos problemas por resolver… te sientes bien… pero no deja de ser
un trabajo de oficina… que no va mas allá…Yo no tengo contacto con más gente y
tal. Entonces como que necesitaba hacer algo por los demás… y no solo el trabajo
típico de ir a trabajar e irte a casa y ya está”
“La ciudad es como bastante estresante… como bastante agobiante… y todo el
mundo con prisas… Y al final un poco nos perdemos como personas y…cuando
conoces a estos chicos te devuelven, como, el contacto humano”
138
La reciprocidad aparece en su discurso vehiculizada por la ayuda que ella
proporciona y la devolución que recibe de aquellos a los cuales va orientada su tarea
voluntaria. La amistad, la gratitud y la preocupación son las monedas de cambio
simbólico que tienen cabida en este proceso, donde las motivaciones expresivas se
hacen claramente patente.
“Son ellos…Doy algo pero ellos me dan mucho más… su amistad, su gratitud…
todo…al final son ellos los que se preocupan mucho más por mí….Yo me preocupo
por ellos… pero también luego son ellos los que cuando he estado enferma me han
estado llamando, han venido a verme… y no sé, preguntando si necesito algo, si
quería que me compraran algo… Al final ves que es algo más, no es un trabajo… No
lo haces porque vas a cobrar a final de mes…”
La incidencia en la sociedad en la que interactúan y de la que forman parte es también una motivación para que los migrantes participen en el mundo del voluntariado.
El voluntariado aparece también como una forma de participación social para
la transformación, sobre todo en relación al propio colectivo al que
pertenecen y con el que se identifican las personas voluntarias de origen
extranjero.
En la entrevista realizada a Fátima vemos como propiciar el “cambio” en el
colectivo de las mujeres marroquíes emerge como una motivación
fundamental para el ejercicio del voluntariado. Su rol como mediadora
aparece en el discurso en tanto vehículo para la integración de este grupo a
la esfera pública. La imagen colectiva que se sostiene de la mujer marroquí
aparece como una preocupación constante y un obstáculo para su
139
incorporación como ciudadanos de pleno derecho en la sociedad de
acogida.
“Con las mujeres marroquíes me gustaría sacarlas un poquito del mundo en que están
metidas… Hay mujeres…Hay mujeres que no salen que están en sus casitas… que
están, que no salen…que a lo mejor no van ni al médico…La mentalidad de esas
mujeres es la que me gustaría intentar cambiar”
“(…)La mujer marroquí para que sepa relacionarse con la gente… para que dé una
imagen, que no sea una mujer analfabeta, que no sabe relacionarse. No. Esto se tiene
que cambiar… Dar una imagen diferente para que la sociedad en general las
acepte.(…) Ni ella va a saber incorporarse ni la sociedad la va a saber acoger… Es
una cosa….Y yo creo que aquí las puedo ayudar… Un poco para que ellas entiendan
y las entiendan”
7.4. Especificidades del voluntario refugiado.
En la exploración que supone el presente estudio sobre la participación de
las personas inmigrantes y refugiadas en el mundo del voluntariado nos hemos
encontrado ciertas particularidades dentro del colectivo de personas
refugiadas que consideramos es importante destacar.
Como ya se conoce, existen diferencias exenciales que caracterizan los
procesos de las personas inmigrantes, las cuales preparan su proyecto
migratorio con una decisión individual o compartida, de iniciarse en la salida
de su país buscando mejores expectativas, mientras que las personas
refugiadas son aquellas que debido a fundados temores de ser perseguidos
140
por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a grupo social
determinado u opciones políticas, se ven en la obligación de salir de su lugar
de residencia con el fin de buscar protección fuera del país de su
nacionalidad, sin contar con un proyecto migratorio previo ni partiendo de una
decisión premeditada, sino movidas por la necesidad de proteger su
integridad.
En estos diferentes procesos se dan ciertas características que diferencian
a ambos colectivos y que también se traducen en las motivaciones que
empujan a unos u a otros a la práctica del voluntariado en el país de acogida.
En el presente apartado vamos a profundizar en esas motivaciones que
arrastran a muchas personas refugiadas en España a participar en acciones
voluntarias como alternativas a carencias que se presentan en su marco
sociopolítico como ciudadanos.
Como ya hemos venido describiendo a lo largo del informe, el
voluntariado es un ejercicio de solidaridad que conlleva ser responsable ante
los más vulnerables (ciudadanía) y conlleva construir un mundo más justo
(participación). Así la ciudadanía y la participación se sustancian en el
ejercicio de la solidaridad.
El voluntariado, como expresión de la participación social, se configura en
torno a tres dinámicas: los procesos sociales, las demandas personales de los
más vulnerables y los contextos ideológicos que le confieren sus oportunidades
específicas y acreditación social.
El voluntariado es una realidad socialmente interpretada, que despierta
unas determinadas expectativas y responde a un imaginario social colectivo.
141
Se trata de una realidad multiforme, difusa, con límites inciertos y variados, en
la que se entrecruzan matrices de diferente carácter (culturales, políticas,
religiosas...). Se caracteriza por la pluralidad, la diferenciación y la
heterogeneidad. Las diferentes formas de voluntariado, produce signos de
fecundidad y nuevas formas de realidad en el interior de una sociedad
compleja, que afecta a los modos de nombrarlo, a las tareas que se le
atribuye, a la índole de las motivaciones personales y las formas jurídicas en las
que se organizan.
La acción voluntaria recupera el término "voluntario" para subrayar el
carácter libre no coercitivo ni obligatorio de las relaciones que produce, así
como el carácter gratuito del trabajo que realiza. El voluntario participa como
protagonista en la vida de su comunidad y amplía los espacios participativos y
esto en relación a las personas inmigrantes y refugiadas es un elemento
fundamental para su incorporación a la nueva sociedad de acogida; así
mismo la fisonomía del voluntariado es inseparable de la profundización de la
democracia y de la realización de la sociedad activa.
Puede haber muchas y variadas motivaciones relacionadas con este tipo
de acción colectiva, pero debemos profundizar en las razones que la
sostienen, para saber si el voluntariado, como elemento estructural
relacionado con un nuevo modo cívico, es una moda o una nueva forma de
participación sociopolítica de una sociedad que ha estado dormida y
estancada en conceptos relacionados con el liberalismo clásico más
individualista. Javier nos aporta en su testimonio una reflexión muy interesante
a este respecto: “Mi experiencia vital en España me ha demostrado que aquí, en
142
Occidente, el propio sistema te adormece, y la gente es poco participativa,
adormecida en el bienestar que le rodea. En mi país, el sistema te anula, e incluso te
elimina, pero luchas por ello, siempre guardas la esperanza del cambio (...). Pero a
través del voluntariado que encontré en CEAR descubrí un espacio de participación
social, y uno termina implicado, así como reconocido como persona.”
Podemos descubrir que las motivaciones que mueven a los voluntarios son
diversas. No obstante se pueden identificar tres grandes matrices26:
Motivaciones instrumentales: convierten la acción voluntaria en un medio para
obtener otra cosa: ampliación de la experiencia profesional, búsqueda de
empleo, conseguir prestigio social, entre otros.
Hay autores que consideran que toda acción humana está orientada por
el interés personal, el beneficio o la ganancia. Estos ideólogos se han dedicado
a mostrar el carácter interesado que se esconde detrás de supuestas
actividades altruistas, de modo que la donación o gratuidad son sucedáneos
del interés. En esta línea, Bourdieu27 plantea que esta labor supuestamente
altruista, no existe tal cual. El autor considera que no existen comportamientos
desinteresados ni actos gratuitos: a su entender, toda acción se plantea, de
uno u otro modo, alcanzar algún tipo de beneficio, ya sea económico o
simbólico. El hecho de que existan universos sociales en los que está
desaconsejado el lucro económico, como es en el ámbito del voluntariado, no
excluye que los individuos puedan movilizarse en busca de beneficios de
carácter simbólico.
26 García Roca, Joaquín (2004): Políticas y Pr9ogramas de Participación social. Ed. Síntesis. Madrid 27 Bourdieu, Pierre(1997): Razones prácticas.Sobre la teoría de la acción. Ed.Anagrama. Barcelona (p.152-155)
143
Por su parte, el utilitarismo y sus ideólogos de la acción instrumental, sitúan
el intercambio y los resultados como el móvil central y único, considerando que
la donación está impregnada de utilitarismo, del resultado a conseguir y éste
depende de las consecuencias inducidas. Así el voluntario intenta maximizar
las ventajas y beneficios desde la lógica económica de producción.
Ambas opciones cuestionan la cultura de la gratuidad y la lógica del don,
sistematizado por Mauss28. La exaltación del interés y del resultado, según la
cual las motivaciones altruistas esconden una intención interesada y un uso
instrumental de la acción.
Motivaciones expresivas: relacionadas con las necesidades expresivas y
relacionales del ser humano, cubriendo así sus necesidades de comunicación
y compañía, de autoestima y reciprocidad, de relaciones significativas y de
reconocimiento. Este tipo de motivaciones, también muestra que el
voluntariado enraíza sobre estructuras antropológicas profundamente
humanas como es la construcción de la identidad personal y colectiva.
Motivaciones altruistas: son aquellas que giran en torno al altruismo y sus
distintas expresiones, encontrando su sentido en el acto mismo. Estas
voluntades solidarias se identifican con el dinamismo del don que trabajó
Marcel Mauss, quién consideró que en todas las culturas hay acciones sociales
que no pertenecen ni al mundo de las obligaciones ni al de los intereses; más
bien nacen en el intersticio entre obligación y libertad, intereses individuales y
28 Mauss, M. (1979) : Ensayo sobre los dones : razón y forma del cambio en las sociedades primitivas. Ed. Tecnos. Madrid (p.155-263)
144
colectivos; son acciones que tienden a alejarse del intercambio mercantil y de
la lógica administrada. Sin embargo la donación en la acción voluntaria es
indirecta, ya que pasa por un intermediario, las organizaciones sociales. Esto
contradice los fundamentos del don, considerado, por definición, un acto
relacional que no contempla interposiciones y que vincula a individuos
directamente.
Desde nuestra experiencia podemos constatar que las motivaciones que
mueven a los voluntarios persiguen diferentes intereses particulares. Sin
embargo, esto no debe valorarse negativamente, y ser juzgadas como
opciones no válidas, siendo conscientes de que la acción voluntaria, responde
a intereses de diferente índole, que pueden ser muy lícitos. En particular, en el
caso de las personas refugiadas, como característica común hemos podido
detectar que la mayor parte de estas personas habían ejercido en su país de
origen tareas sociales, políticas o de carácter comunitario, y debido a su
exclusión legitimada institucionalmente por el ordenamiento jurídico español y
europeo y paralelamente por las dificultades que encuentran para el acceso
al mercado de trabajo cualificado, suplen con esta actividad sus verdaderas
motivaciones políticas y/o profesionales.
Como hemos venido reiterando, muchas de estas personas manifiestan un
alto compromiso ideológico y político, que tampoco puede ser canalizado por
las vías formales, por lo que su derecho a la ciudadanía se ve vulnerado en
una parte importante.
Javier, de nuevo nos aporta, a través de su experiencia, un ejemplo en esta
línea: “A través de este espacio de participación social que he encontrado en CEAR
145
siento la posibilidad de llegar a otros espacios de carácter político inexistentes para
mí, porque no me es posible participar en ellos. En el fondo el voluntariado es un canal
que me sirve para llegar indirectamente a...”
La mayoría de estas personas han sido usuarios de los programas de CEAR,
en su primer proceso de incorporación a la nueva sociedad de acogida que
les ha facilitado protección. Ante esta situación el “exusuario”, que tiene
puesta toda su confianza en la organización que le apoyó y acompañó en su
proceso, encuentra una vía de canalización de ese componente ideológico
que le configura como persona, sintiendo además que está devolviendo
aquello que él recibió en el momento que más lo necesitaba, pasando de ser
actores pasivos en la entidad, a actores activos. “Aquí me sentía importante –nos
dice Javier-, sentía que valía y que podía aportar a otras personas que estaban
pasando por lo mismo que había pasado yo”.
Así mismo, podemos encontrar otras motivaciones fundamentales para la
persona refugiada que contribuyen al proceso de reconstrucción de su
proyecto de vida: conocimiento de la cultura, desarrollo de habilidades para
aquellos que se han visto obligados a interrumpir sus estudios al tener que huir
de su país, creación de lazos sociales ante el aislamiento, aprendizaje del
idioma, etc. De este modo vemos como el voluntariado supone un elemento
de cohesión crucial, que contribuye a neutralizar el miedo a lo desconocido y
permite establecer relaciones que generan una mayor capacidad de
adaptación ante el cambio social, tanto para los propios refugiados o
inmigrantes como para los autóctonos. En esta línea, los voluntarios inmigrantes
y refugiados realizan un cambio positivo en la sociedad mediante su
146
compromiso, mejorando la imagen de este colectivo entre la sociedad de
acogida y contribuyendo a la confianza mutua.
147
8. CATÁLOGO DE RECOMENDACIONES PARA LA GESTIÓN DE UN VOLUNTARIADO INTERCULTURAL
Teniendo en cuenta las transformaciones sociales que ha vivido la sociedad
madrileña, con una fuerte presencia de personas de origen extranjero que
presentan un potencial que debe ser y es reconocido a diferentes niveles, las
entidades sociales que trabajan con voluntariado deben plantearse
estrategias para la gestión del voluntariado intercultural, incorporando a estos
nuevos ciudadanos.
Más allá de los discursos habituales de las aportaciones económicas y
demográficas que hace la inmigración en nuestra sociedad debemos
reconocer las posibilidades de aportaciones sociales que presenta el
fenómeno de la migración, por lo que la entidades sociales no pueden obviar
ese potencial que presentan las personas de origen extranjero para la
participación en estas organizaciones.
Pero las entidades sociales y los profesionales que en ellas trabajan no
pueden gestionar el voluntariado sin tener en cuenta la diversidad cultural que
la migración presente, teniendo en cuenta que esta nueva realidad exigen un
cierto cambio o apertura de nuestras tendencias de captación, acogida,
incorporación, formación, promoción y gestión intercultural del voluntariado.
Ya sea por convencimiento –creyendo en la importancia de la
participación de las personas de origen extranjero en las entidades sociales a
través del voluntariado – o por intereses que respondan a otras motivaciones,
debemos ser conscientes de que actualmente un 16,9% de la población
148
madrileña es de origen extranjero, lo cual representa un importante “filón” de
personas con un perfil emprendedor, gran capacidad para el aprendizaje y sus
ganas de aportar en la mejora de la actividad social madrileña.
Debemos ser conscientes de que si es compleja la gestión de personas de
nuestro mismo entorno cultural, es lógico que también lo sea la procedente de
otros lugares, por este motivo, y a través de estas recomendaciones no
queremos dar un receta mágica para la gestión del voluntariado intercultural,
sino que el objetivo es hacernos reflexionar, ayudarnos a pensar y animarnos a
romper con los estereotipos.
En una sociedad permanentemente cambiante como la madrileña, las
entidades sociales hemos tenido que ir aprendiendo y mejorando en diversos
aspectos: sistemas de gestión y profesionalización, calidad, planes
estratégicos, incorporación de tecnologías de la información, y sin lugar a
dudas no podemos dejar a un lado el reto de la gestión de la diversidad
cultural, que supone la mejor inversión para todos y cada uno de los ámbitos
de la sociedad.
Las propuestas que se desarrollan a continuación plantean la gestión de la
diversidad cultural en términos de normalización y viabilidad del proyecto que
cada entidad desarrolla, partiendo de que toda entidad, asociación u
organización que trabaja con voluntariado se puede beneficiar de la entrada
de personas de origen extranjero para su acción voluntaria, en la medida que
gestione correctamente sus políticas de voluntariado y de diversidad cultural.
Partimos también de la idea de que toda organización, asociación o entidad,
independientemente de sus dimensiones, verá cada vez con mayor frecuencia
149
que la pluralidad de culturas es una característica de la sociedad madrileña
de la que obtiene el potencial de sus posibles voluntarios.
Por todo ello a continuación proponemos pautas para una gestión
adecuada, efectiva y de calidad del voluntariado intercultural en las
organizaciones sociales independientemente del ámbito al que dirijan su
acción social.
CATÁLOGO DE RECOMENDACIONES PARA LA GESTIÓN DE UN VOLUNTARIADO INTERCULTURAL:
Antes de empezar recuerda que un voluntario o voluntaria de origen
extranjero es ANTE TODO, un voluntario o voluntaria.
1. Integra la interculturalidad en tu organización o asociación, ubicando a
la organización en la vanguardia europea.
¿CÓMO?
� Invierte en formación para el equipo directivo de la entidad en
materia de migraciones e interculturalidad. De hecho existen
recursos públicos y gratuítos en Madrid donde puedes obtener
formación muy interesante al respecto
� Participa en los foros en los que se está gestando y trabajando el
diseño de instrumentos que ayuden a las entidades sociales a
gestionar la diversidad cultural. Participar en estos foros reforzará
150
las posibilidades de que los instrumentos resultantes sean
aplicables al proyecto de tu entidad.
� En la gestión de calidad basados en normas europeas, existen
procedimientos aplicados al medioambiente u otros, que a medio
plazo se extenderán y marcarán pautas para evaluar el
cumplimento de leyes de no discriminación o de gestión ética de
recursos humanos, incluyendo el voluntariado.
2. Evita los prejuicios en materia de etnia, cultura o religión a la hora de
seleccionar a los voluntarios de tu entidad.
¿CÓMO?
� Cuestiona la fuente de las informaciones negativas que tienes en
relación a la población migrante.
Existe por ejemplo la idea generalizada de que la población
inmigrante carece de formación en la mayoría de los casos.
Sin embargo, según datos publicados por Manpower en 2003,
“tres de cada diez inmigrantes (29%) residentes en España
poseen un nivel de estudios alto (diplomados y licenciados),
frente al 22% de la población española.
� A la hora de planificar el voluntariado de tu entidad evita las
generalizaciones esteriotipadas, sobre todo aquellas que tienen
que ver con imágenes creadas relacionadas con personas
procedentes de una misma cultura o religión.
Evita las generalizaciones
151
� Planifica la estructura del voluntariado de tu entidad en función de
las potencialidades, formación y conocimiento de las personas, en
vez de hacerlo en función de su origen étnico o nacionalidad.
Recuerda que hay numerosos estudios que demuestran que
los equipos humanos integrados por personas de diferentes
culturas son más eficaces que los equipos culturalmente
homogéneos.
3. Pon las diferencias culturales a favor de la organización y aprovecha sus
ventajas.
¿CÓMO?
� La pluralidad de celebraciones culturales o religiosas (día del
cordero, ramadán, navidad, semana santa, etc…), nos permitirá
no tener que parar nuestra actividad en determinadas fiestas por
falta de equipo humano, pudiendo repartir, en función de
prioridades, estos días festivos.
� La disponibilidad horaria de las personas migrantes o refugiadas
que no cuentan con familia a cargo en nuestro país, es mayor que
la de personas con responsabilidades a cargo. Sin que esto
signifique que lo convirtamos en un abuso, esta disponibilidad hay
que considerarla como un valor añadido a la organización, que
probablemente pondrá en marcha en ocasiones actividades en
fines de semana o en horarios menos accesibles.
152
4. No existe grupo humano sin conflictos, lo importante es saber
gestionarlos.
¿CÓMO?
� Antes de valorar un conflicto, o hacer un juicio de valor
considerando que el conflicto pueda ser debido a las diferencias
culturales, cataloga el tipo de conflicto. No todos los conflictos
entre personas de origen inmigrante o refugiadas y personas
autóctonas son conflictos culturales. Pueden ser conflictos
personales, de competencias, etc… Recuerda siempre que las
personas nos caracterizamos por tres tipos de comportamientos:
1. Comportamientos culturales, comunes a las personas
procedentes de un cultura determinante.
2. Comportamientos universales, comunes a todas las
culturas.
3. Comportamientos personales, propios de cada persona.
� Las herramientas de gestión de la diversidad cultural solo podrán
dar respuesta a los conflictos surgidos como consecuencia de las
diferencias culturales.
� Si tras catalogar el tipo de conflicto, concluimos que es de
naturaleza cultural, negocia con sensibilidad cultural. Esto no
significa que debamos aceptar todo lo que proceda de culturas
diferentes, pero si debemos adoptar una posición de respeto y
escucha hacia el otro.
153
5. Aprender a manejar la negociación cultural no significa aceptar todas
las particularidades de una cultura, pero si significa saber escuchar con
una actitud de respecto hacia el otro.
¿CÓMO?
� Hay numerosos aspectos que siempre pueden ser negociables y
que revertirá positivamente en la organización: horarios de
participación, etc…
� Habrá aspectos innegociables que tendremos que trabajar a
través de formación, talleres, etc. Aspectos que tengan que ver
con cuestiones de género, igualdad, etc… deberán ser
mantenidas y defendidas en caso de que sean cuestionadas por
el nuevo voluntario (reticencias a la hora de aceptar a una mujer
que lidere su grupo de trabajo, etc…)
Diseñar estrategias específicas para formar al equipo en el
respeto muto
6. No es lo mismo una organización multicultural que una organización
intercultural.
Una organización multicultural es un espacio en el que coinciden
diferentes culturas pero sin relacionarse entre sí, con competencias y
tareas diferentes. La falta de comunicación en estos espacios
interculturales desemboca en posibles situaciones conflictivas.
154
Para evitarlas o solucionar estos conflictos hay que apostar por
estrategias interculturales, impulsando y favoreciendo la creación de
espacios de comunicación entre todos los miembros de la organización.
¿CÓMO?
� Diseña grupos de trabajo que rompan por los guettos por
nacionalidades. Forma grupos culturalmente mixtos y la
comunicación entre todos los miembros de la organización será
fluída.
� Rompe con la división entre tareas más especialidadas o cualificadas
para el voluntarios de origen autóctono y tareas no cualificadas para
el voluntariado inmigrante o refugiado.
7. Ten claro el objetivo de tu organización, flexibilizando la manera de
conseguirlo adecuando las estrategias de gestión de equipos a las
características y personalidad de cada grupo humano.
¿CÓMO?
� Adapta los protocolos de trato según cada persona.
� Encontrará diferentes demandas en cuanto a los modelos
organizativos, en función de las culturas de procedencia:
o Personas que culturalmente necesitan recibir pautas directas y
claras de sus responsables directos para sentir la seguridad de
que su trabajo o actividad está siendo coordinado y
supervisado
o Personas que culturalmente necesitan sentirse responsables de
155
su propia parcela de responsabilidad y se sienten parte de la
entidad cuando sus responsables les tratan como iguales.
Lo importante es buscar un modelo de gestión que logre sacar lo
mejor de cada voluntario o voluntaria.
156
9. ANEXOS A) Listado de entidades que han participado en la investigación a través de cuestionarios o entrevistas.
DISCAPACIDAD, SALUD,
DEPENDENCIAS
� AEOMC � F MANANTIALES � ASPAD � PSIQUIATRÍA Y VIDA � ASPAFADES � ADEMADRID � F FANS � AMEB � AFADE � PROY HOMBRE � ACCIS � ADDEM � ASPAYM � FAD � COAMFICOA � FUND RETINA MADRID
EXCLUSIÓN Y MINORÍAS � ZUMBIDO SOCIAL � F ECCA � ASOC CAMINAR � ASOC MARILLAC � F EMAUS � HSDJ � AMIS-AURRERA � LA RUECA � CON UN PIE FUERA � FUND RAIS � MENIÑOS � CIUDAD JOVEN � FUND ANAR � Caritas Madrid
MUJER � FEDERACIÓN DE MUJERES
PROGRESISTAS
COOPERACION Y DDHH � AYUDA EN ACCION � HELSINKI ESPAÑA
DIMENSIÓN HUMANA � PUEBLOS HERMANOS � ENTRE CULTURAS � APDHE � WORDL VISION ESPAÑA � AAPS � CONGDE � SOS RACISMO � AFESIP
ECOLOGÍA Y MEDIO AMBIENTE
FORMACION, EDUCACION, CULTURA, OCIO Y T LIBRE � LA TORRE HORTALEZA � COORD JUV VALLEKAS � ASOC JVENIL ATZ � ASOC CRECER � COORD VALLEKAS � AFAIJ � Yehudi Menuhim
PARTICIPACION CIUDADANA
INMIGRACIÓN Y ASILO
� Centro HISPANO BULGARO
� ACULCO � FUND ADSIS � INICIATIVAS
SOLIDARIAS � ACOBE � MITA � CEAR � LA MERCED � MPDL
157
B) Carta de presentación enviada a entidades
Madrid, 26 de septiembre de 2007
Estimado amigo, estimada amiga,
En la ciudad de Madrid hemos vivido un proceso de transformación social y cultural que ha afectado a todos los ámbitos de nuestra
vida cotidiana. De hecho las organizaciones sociales que participamos activamente en la transformación de nuestra ciudad también
estamos viviendo un cambio en nuestra forma de interactuar con la sociedad y con la ciudad.
La inmigración es un factor que ha favorecido positivamente a esta transformación, convirtiéndose en uno de los temas más
destacados de las agendas políticas y sociales. Durante los últimos años estamos viendo como en nuestras entidades ha ido
aumentando el interés de muchas personas inmigrantes y refugiadas por participar como voluntarios, despertándose en toda Europa
el interés por el voluntario intercultural, sobre todo en aquellos países con una arraigada tradición de sociedad civil y una sólida
concienciación del papel clave que desempeña el voluntariado en el tejido social y la cohesión de la sociedad.
Como ya conocerás, CEAR (Comisión Española de Ayuda al Refugiado) es una organización no gubernamental, de acción voluntaria,
plural e independiente, creada en 1979, cuya misión es defender y promover los derechos y el desarrollo humano integral de los
refugiados, solicitantes de asilo, desplazados, apátridas y personas inmigrantes en riesgo de exclusión. Teniendo en cuenta que en
CEAR nos identificamos como una entidad agente de cambio y de transformación social, desde CEAR Madrid estamos elaborando
una investigación, financiada por el Ayuntamiento de Madrid, para conocer la participación de las personas inmigrantes y refugiadas
en las diferentes acciones y entidades de voluntariado existentes.
Para ello necesitamos contar con vuestra experiencia, por lo que hemos elaborado un cuestionario que trata de recoger el perfil y la
participación de personas de origen extranjero en vuestra entidad.
Si quieres conocer algo más de esta investigación o necesitas alguna aclaración para la elaboración del cuestionario, no dudes en
ponerte en contacto con nosotros a través de la siguiente dirección de correo electrónico:
Así mismo, te rogamos nos devuelvas el cuestionario cumplimentado a la dirección de email indicada antes de 10 de octubre.
Agradeciendo de antemano tu colaboración, recibe un cordial saludo,
Estrella Pérez Galán
Coordinadora Territorial CEAR Madrid
Investigadoras: Marta Pagola de Frutos y Cristina Oter Quintana. Licenciadas en Antropología Social y Cultural.
158
C) Cuestionario enviado a entidades
La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) es una organización no gubernamental fundada en 1979, de acción voluntaria y humanitaria, independiente y plural. Los objetivos fundamentales de CEAR son la defensa y la protección del derecho de asilo y de los derechos de los refugiados así como de las personas inmigrantes en riesgo de exclusión o que se encuentran en nuestro país en situación de vulnerabilidad.
Desde nuestra delegación de Madrid (CEAR Madrid) estamos llevando a cabo una investigación, financiada por el Ayuntamiento de Madrid, que pretende estudiar la incidencia y el perfil del colectivo inmigrante/refugiado que participa como voluntario en este municipio. Para ello solicitamos su colaboración respondiendo al cuestionario que a continuación le presentamos. En caso de no disponer de alguno de los datos solicitados, le pedimos deje el apartado correspondiente en blanco. Agradecemos el tiempo dedicado a la cumplimentación del mismo, garantizando la confidencialidad absoluta de los datos que en él se recojan. Muchas gracias.
En caso de que en tu entidad no contéis con voluntarios inmigrantes por favor no dejes de responder a las preguntas nº 1, 2, 3, 15, 16 y 17 del presente cuestionario.
CUESTIONARIOCUESTIONARIOCUESTIONARIOCUESTIONARIO
1. Señale el área de actuación en la que se inscribe la entidad social a la cual usted pertenece (marque con una cruz una o varias de las opciones posibles al lado de los ítems correspondientes)
a. Discapacidad b. Salud y Enfermedad c. Exclusión social d. Minorias étnicas e. Inmigración /Asilo f. Juventud g. Infancia h. Mayores i. Mujer j. Dependencias k. Cooperación al desarrollo l. Derechos Humanos m. Ecología y Medio Ambiente n. Educación, formación y/o cultura o. Ocio y Tiempo libre
159
p. Participación ciudadana /Asociacionismo q. Emergencias r. Otros especificar …………………………………………………………
2. Número total de personas voluntarias actualmente en la sede de Madrid....................................
3. Número de personas voluntarias inmigrantes/refugiadas actualmente en la sede de Madrid.................
4. Número de voluntarias inmigrantes/refugiadas (Mujeres) actuales en la sede de Madrid…......
5. Número de voluntarios inmigrantes/refugiados (Hombres) actuales en la sede de Madrid…...............
6. Edad de las voluntarias inmigrantes/refugiadas (Mujeres), en este momento, en la sede de Madrid :
EDAD Nº mujeres inmigrantes/refugiadas voluntarias
DE 18 A 29 AÑOS
DE 30 A 40 AÑOS
DE 41 A 55 AÑOS
DE 55 A 65 AÑOS
MAYORES DE 65 AÑOS
7. Edad de los voluntarios inmigrantes/refugiados hombres, en este momento, en la sede de Madrid:
EDAD Nº hombres inmigrantes/refugiados voluntarios
DE 18 A 29 AÑOS
DE 30 A 40 AÑOS
DE 41 A 55 AÑOS
DE 55 A 65 AÑOS
MAYORES DE 65 AÑOS
160
8. País de origen de las personas voluntarias inmigrantes/refugiados, en este momento, en la sede de Madrid:
PAIS DE ORIGEN * Nº Mujeres Nº Hombres
Colombia
Ecuador
Perú
Rumania
Bolivia
Marruecos
Otros (especificar)
* Esta división responde a los colectivos con mayor presencia en el Municipio de Madrid
9. ¿Podría indicar el tiempo aproximado de estancia en España, de las personas voluntarias inmigrantes/refugiados en el momento de la incorporación en su sede de Madrid?.
TIEMPO DE RESIDENCIA Nº personas voluntarias inmigrantes/refugiados
Menos de 1 año
De 1 año a 2 años.
Más de dos años.
10. Situación administrativa en la que se encontraba la persona voluntaria inmigrante/refugiada en el momento de incorporación en la sede de Madrid.
SITUACIÓN ADMINISTRATIVA Nº personas voluntarias inmigrante/refugiados
Regular
Irregular
161
11. Nivel de formación de las personas voluntarias inmigrante/refugiadas en el momento de incorporación en la sede de Madrid.
NIVEL DE FORMACION Nº personas voluntarias inmigrante/refugiados
Sin estudios
Con bachiller o similar
Titulados medios universitarios
Titulados superiores universitarios
12. Situación ocupacional de las personas voluntarias inmigrantes/refugiadas en el
momento de incorporación en la sede de Madrid.
SITUACION OCUPACIONAL Nº personas voluntarias inmigrante/refugiados
Estudiantes
Trabajadores en activo
Trabajadores en paro
Jubilados
Otros
13. Tiempo de permanencia de la persona inmigrante/refugiada como voluntario , en el momento actual en la sede de Madrid:
TIEMPO COMO VOLUNTARIO Nº personas voluntarias inmigrante/refugiados
Menos de 6 meses
De 6 meses a un año
De un año a 3 años
Más de 3 años
14. Tiempo que dedican a la labor voluntaria en la entidad la persona inmigrante/refugiada, en el momento actual, en la sede de Madrid:
TIEMPO DE DEDICACION A LA LABOR VOLUNTARIA
Nº personas voluntarias inmigrante/refugiados
Menos de 2 horas semanales
Entre 2-6 horas semanales
De 7-12 horas semanales
Más de 12 horas semanales (especificar)
162
15. Requisitos exigidos a todas las personas voluntarias para su incorporación a la sede de Madrid (Marque con una cruz una o varias de las opciones posibles al lado de los ítems correspondientes)
a. Edad b. Compromiso escrito c. Conocimientos o formación específica d. Especialidad profesional e. Habilidades específicas f. Tiempo de dedicación g. Otros (especificar)……………………………………….........................
16. ¿Existen requisitos específicos para la incorporación de las personas voluntarias inmigrantes/refugiados en la sede de Madrid? (Marque con una cruz una de las opciones posibles al lado del item correspondiente)
a) SI Especificar: .................................................................................... ………………….………………………………………………………
b) NO
17 ¿Dispone la entidad de estrategias específicas que faciliten la incorporación de la persona voluntaria inmigrante/refugiada en la sede de Madrid?. (Marcar con una cruz una de las opciones posibles al lado del ítem correspondiente)
a. SI Especificar: .....................................................................................................................
b. NO
18. ¿Qué puestos ocupan las personas voluntarias inmigrante/refugiada dentro de la entidad en su sede en Madrid:
PUESTO DEL VOLUNTARIO INMIGRANTE
Nº personas voluntarias inmigrante/refugiados
Responsables equipos
Técnicos
Personal de apoyo
Otros (especificar)
163
19. Las tareas que desempeña la persona inmigrante/voluntaria dentro de la entidad en su sede en Madrid: (marcar con una cruz una o varias de las opciones posibles al lado del item correspondiente)
a. son acciones puntuales, que se desarrollan con relación a un grupo o un fin concreto
b. son acciones continuadas, que no se desarrollan con relación a un grupo o fin concreto
20. Las acciones en las que participa la persona voluntaria inmigrante/refugiada dentro de la entidad en su sede en Madrid: (marcar con una cruz una o varias de las opciones posibles al lado del item correspondiente)
a. son acciones que se dirigen exclusivamente a la población inmigrante/refugiada b. a cualquiera de las acciones que se desarrollan con relación al objeto general de
actuación de la entidad, más allá de las acciones dirigidas con exclusividad a la población inmigrante/refugiada.
MUCHAS GRACIAS POR EL TIEMPO DEDICADO A ESTE CUESTIONARIO. LE ROGAMOS QUE CUANDO LO HAYA CUMPLIMENTADO NOS LOS ENVÍE A LA SIGUIENTE DIRECCIÓN DE CORREO:
EN FECHAS PROXIMAS ES POSIBLE QUE NOS PONGAMOS EN COMUICACIÓN CON USTED CON OBJETO DE SOLICITAR SU COLABORACIÓN PARA SOLICITAR QUE NOS FACILITE EL CONTACTO CON PERSONAS INMIGRANTES/REFUGIADAS QUE DESARROLLEN LABORES VOLUNTARIAS EN SU ENTIDAD.
SI NO DESEA QUE SE LLEVE A CABO ESTE CONTACTO, POR FAVOR, INDIQUENOSLO A CONTINUACIÓN.
SI………. NO……….
SI DESEA ALGUNA ACLARACION RESPECTO A LA INVESTIGACIÓN QUE SE ESTÁ LLEVANDO A CABO, ROGAMOS SE PONGA CONTACTO CON NOSOTROS EN EL CORREO ELECTRONICO SIGUIENTE:
ESTAREMOS ENCANTADOS DE ATENDERLE. GRACIAS.
CEAR MADRID - C/ Noviciado, 5 – Izq. - 28015 Madrid
www.cear.es
164
D) Ficha de seguimiento telefónico
Al llamar PREGUNTAR POR EL RESPONSABLE DE VOLUNTARIADO DE LA ENTIDAD EXPLICAR MOTIVO DE LA LLAMADA
Entidad: Persona de contacto:
Rec Recibido el cuestionario: SI (preguntar si lo han DEVUELTO cumplimentado): si * no - Comentarle que comprobaremos la recepción
NO (Confirmar email a donde enviarlo) : ____________________________ * Tratar de comprometerles a que nos lo envíen en el plazo de una semana ¿Cuándo nos lo enviarán? _______________________ Indicar que se volverá a llamar si no se recibe en el plazo indicado. Si nos dice que no tiene voluntarios INMIGRANTES insistir en que nos lo manden respondiendo a las preguntas: 1,2,3,15, 16, 17
165
E) Guión de entrevista a entidades (Responsables de voluntariado) Agradecimiento Breve introducción de la investigación y explicar el objetivo de esta entrevista. Solicitud para la grabación Garantía de confidencialidad BLOQUE 1: Historia de la incorporación del Voluntariado de origen extranjero en la Entidad � ¿Desde cuándo cuenta la entidad con voluntariado de origen extranjero? � ¿Cómo surgió esta participación?
Rastrear: � si respondió a una decisión predeterminada por parte de la entidad
• Rastrear cuáles fueron los motivos para tomar la decisión. • Rastrear si se puso en marcha alguna estrategia, o qué se
hizo para captar voluntariado extranjero. � se produjo de forma espontánea, ¿cómo fue?
BLOQUE 2: Acceso a la entidad social de los voluntarios y su participación en la misma. CAPTACIÓN � ¿Cómo se produce la captación de personas voluntarias de origen extranjero?
o Rastrear si hay diferencias en relación al resto de voluntarios y voluntarias
� ¿Qué mecanismos (explorar las vías) posee la entidad para darse a conocer entre los potenciales voluntarios?
� ¿Cómo se lleva a cabo el proceso de selección de las personas extranjeras que quieren ser voluntarias en vuestra entidad?
o Rastrear si se buscan perfiles específicos � ¿Existe algún requisito para ser voluntario de la entidad? ¿Cuáles son? ACOGIDA � ¿Cómo se lleva a cabo la incorporación y acogida de las personas voluntarias
de origen extranjero? � ¿Cuál es el compromiso que adquieren los voluntarios con la entidad? ¿Se
formaliza de algún modo? o Rastrear si es igual que con el resto de voluntarios
166
� ¿Existen itinerarios establecidos para la incorporación de voluntarios en la entidad? ¿Cómo son estos itinerarios? ¿Qué elementos incorporan?
o Rastrear si es igual que con el resto de voluntarios
BLOQUE 3: Perfil, intereses y expectativas de los voluntarios migrantes
� ¿Cuál es el perfil de los voluntarios migrantes de vuestra entidad? (Estudios, género, edad, clase social, tiempo de estancia en España, con experiencia previa o no como voluntarios o profesional, etc)
� ¿Por qué crees que las personas de origen extranjero se hacen voluntarias de
vuestra entidad?
� ¿Cuál es la duración media del compromiso de vuestros voluntarios migrantes? ¿Existe alguna diferencia en este sentido respecto al resto del voluntariado?
� ¿Crees que las expectativas originarias de los voluntarios migrantes se ven
satisfechas? ¿Qué crees que aporta a los voluntarios el paso por vuestra entidad?
BLOQUE 4: El voluntariado en la entidad y su nivel de participación.
� ¿Qué tareas desempeñan mayoritariamente los voluntarios migrantes dentro de la entidad?
o Rastrear: continuidad de la tarea, y a qué colectivo va dirigido o Rastrear si llevan a cabo tareas de responsabilidad y en qué espacios
participan � ¿Cómo se determina la tarea que va a desempeñar el voluntario?
o Rastrear si lo decide libremente el voluntario o si lo impone la entidad y ver en función de qué criterio
� ¿En qué espacios de la entidad pueden participar los voluntarios migrantes?
¿Existen espacios en los que los voluntarios migrantes no podrían participar aunque quisieran?
167
� ¿Participan los voluntarios migrantes en la toma de decisiones de la organización y a través de qué órganos?
o Rastrear si los voluntarios tienen representatividad en los órganos decisión:
� ¿Cuántos voluntarios migrantes hay desempeñando puestos de responsabilidad o decisión?
o Explorar: si existe alguna relación entre el perfil del voluntario migrante y su posibilidad de participar en determinados aspectos de la organización
• Si la respuesta es positiva:
o ¿En qué tipo de decisiones de la entidad participan los voluntarios migrantes?
o ¿Con qué canales cuentan los voluntarios para participar en la toma de decisiones importantes o estratégicas de la entidad?
• ¿Cuántos voluntarios inmigrantes tenéis en puestos de dirección o
coordinando equipos de trabajo? o Rastrear si son accesibles los puestos de decisión de la
organización para las personas voluntarias migrantes
� ¿Cuáles son los procedimientos utilizados para dar a conocer el funcionamiento de la entidad a los voluntarios migrantes? De su organización, de sus objetivos, de sus proyectos, de sus espacios de toma de decisiones y participación...
� ¿Crees que la organización informa suficientemente a sus voluntarios y
voluntarias sobre todo lo que ocurre en la misma? BLOQUE 5: Expectativas de la entidad en relación a sus voluntarios.
� ¿Qué expectativas ha depositado la entidad en sus voluntarios migrantes? � ¿Han variado las expectativas de la entidad con respecto a sus voluntarios
migrantes a lo largo del tiempo?
� ¿Se podría mejorar el nivel de implicación y de participación de los voluntarios migrantes en la entidad? ¿Cómo?
168
BLOQUE 6: Valoración del voluntario migrante para la entidad y gestión del mismo
� ¿Qué crees que aporta el fenómeno de la inmigración al voluntariado de
tu entidad? � ¿Qué aportan en concreto los voluntarios inmigrantes que tenéis en
vuestra organización?
� ¿Qué cambios y adaptaciones se han producido en la entidad con la incorporación de voluntarios migrantes?
o Rastrear las principales características en la gestión del voluntariado de origen extranjero
o Rastrear si existe alguna política de gestión de la diversidad dentro de la organización
� ¿Qué valoración hacéis como entidad de la participación del voluntario
migrante?
170
G) Transcripción y Análisis de las entrevistas realizadas a personas voluntarias inmigrantes
Con el fin de salvaguardar el anonimato de las personas entrevistadas los nombres que
aparecen en las transcripciones de las entrevistas son ficticios.
Entrevista 1.
Mujer. 59 años. País de origen: Bolivia. Estudios superiores. Viuda. Dos hijos. Nivel
socioeconómico: medio. 44 años de estancia en España. Área de actuación
de la entidad: Inmigración/asilo. Derechos Humanos. Nombre de la entidad:
Entidad A. Nombre de la entrevistada: Marta.
Marta llegó a España hace 44 años, con objeto de completar sus estudios en
Derecho. Su madre había fallecido y su padre decidió enviar a ella y sus
hermanos fuera del país. Durante un tiempo estuvo residiendo en un colegio
mayor. Posteriormente conoció a su marido, con el que se casó y tuvo dos
hijos, si bien enviudó hace 20 años. Durante su estancia en España ha trabajo
por períodos de tiempo breves, ejerciendo como abogado, si bien ha
mantenido una posición económica estable gracias a la pensión de viudedad.
Inicialmente se planteó el regreso a su tierra pero una vez murió su padre no
contempló ya esta posibilidad. Actualmente regresa por períodos cortos a
Bolivia, cada 7-8 años con objeto de visitar a sus amigos, puesto que allí no
tiene familia.
El relato de su historia personal de llegada a España y residencia en este país
es sentida por ella como “muy tranquila”, debido a la pronta legalización de su
situación con la rápida adquisición de la nacionalidad española.
171
“Una historia muy tranquila, nadie me puso la más mínima pega para un papel.
En un primer momento cuando vienes siempre tienes la ilusión de volver a tu
tierra. Mi madre había muerto…Luego te enamoras, te casas…Me habían
dado la nacionalidad por el artículo 33, porque todavía no estaba la ley ésta
por la que había que optar ni nada… Yo no he jurado nada, a mi me han
dado el carnet… me han dado el pasaporte…te quiero decir que si soy
inmigrante pero mi situación ha sido muy tranquila”
La incorporación a la entidad voluntaria
Su incorporación al voluntariado se sitúa “mucho tiempo después de llegar a
España”, si bien aparece en el discurso una referencia previa a su juventud en
Bolivia, momento en el cual realizó actividades que no explicita claramente en
el seno de su formación religiosa. La familia aparece como un elemento
importante, aludiéndose a ésta en cuanto a la interiorización de determinados
valores que le han empujado a la actividad voluntaria y al tiempo retrasando
su incorporación a éste por el cuidado de sus hijos hasta que “fueron
mayores”. En su abandono temporal del voluntariado aparece nuevamente
un acontecimiento familiar: el nacimiento y cuidado de su nieta, del que ella
se siente responsable.
“Antes de venir a España, no, hombre si, en el colegio, en Bolivia, y en el
colegio tenías cosas de voluntariado y eso… que ibas un poco a catequesis, a
cosas de esas… pero vamos, te quiero decir… quizás un poco has vivido en la
familia, un poco el pensar en los demás ¿no?… Eso sí lo tenías de familia… pero
esto no…hasta aquí no, incluso hasta mucho tiempo después de estar en
172
España… ya cuando mis hijos fueron mayores, incluso ya comencé en el
voluntariado”
“…Que de momento no voy a seguir (en la actividad voluntaria)… pues
porque tengo una nieta maravillosa y la tengo que cuidar…Esto no quita que
cuando la gorda que tengo tenga más años, vuelva a cogerlo…”
Su contacto con la entidad A se sitúa temporalmente hace “7 u 8 años”,
jugando un papel importante las redes informales a este respecto que dieron a
salida a una “búsqueda” personal de “hacer algo” que Marta pareciera haber
iniciado previamente. Su aproximación inicial es sentida como “probar” y
entrar en un “mundo” desconocido, que sin embargo, la “enganchó”. Este
desconocimiento tiene una doble vertiente: su carencia de experiencia previa
en el voluntariado y la falta de acceso, en esos momentos, a medios de
comunicación electrónicos, que, a su juicio, constituyen un recurso en la
actualidad para conocer las entidades donde se pueden llevar a cabo
actividades voluntarias.
“La primera organización con la que tuve contacto fue la entidad A, entre
otras cosas porque la presidenta de entonces era muy amiga de mi hermana,
y entonces me dijo ¿Por qué no pruebas aquí? Porque estaba yo buscando un
poco…Ahora la verdad es que te metes en la red y tienes todos los
voluntariados del mundo pero yo no conocía mucho ese mundo[...]Entonces
fui a la entidad A, me gustó mucho la idea, la verdad es que me enganché a
ese mundo…y llevo 7 u 8 años…”.
En este recibimiento por la entidad priman los discursos en torno a la visión y
misión de ésta, así como aquellos relativos a su funcionamiento interno. Las
173
expectativas referentes a lo que se “puede esperar de la entidad” aparecen,
de acuerdo al relato de Marta, explicitadas en este primer momento. Esta
información se torna relevante para ella en la medida en que coinciden con
su imaginario previo en torno al voluntariado.
“En esto lo que te dan… primero una idea de lo que es la entidad, a que
aspira, de lo que es, de su organigrama, de… las… de los distintos
departamentos que tiene… que es lo que puedes esperar tú de la entidad A,
tal y cual …”
La formación y la tarea
La formación adquiere un papel relevante desde el primer momento en que
inició su actividad en el marco de la entidad, circunscribiéndose al área de
actuación de la misma y ampliándose posteriormente a razón de la tarea que
va desempeñando. Marta caracteriza ésta como “buena”, si bien insuficiente
con relación a las actividades que desarrollará, debiendo autoformarse a lo
largo de su trayectoria para ejecutar de forma efectiva éstas.
“Te dan un…un comprimido de asilo que es, como digamos, el top de la
entidad A. Vamos realmente la parte de las organizaciones que están
específicamente especializadas en asilo… Y entonces te dan un poco lo que
es asilo, te dan casos, te cuentan un poco los pasos a seguir, en fin… frontera,
territorio… Te dan una idea bastante buena de lo que es el asilo. La formación
no es mala, es buena… A lo largo del año hay distintos cursos… y ahí te van
poniendo al día de menores, extranjería…”
“La entidad me formó para lo que es el asilo. Eso sí, para lo demás me tuve
174
que buscar un poco la vida…viendo la legislación y yo que sé…”
Su capital cultural se torna fundamental en las tareas a las cuales se le
adscribe desde un primer momento, enmarcadas en el campo jurídico y
administrativo. Esta formación, si bien es explicitada en el discurso en tanto una
“renta” que te permite el desempeño de determinadas actividades, debe
acompañarse de una demostración de la capacitación para su desarrollo,
equiparando la actividad voluntaria a un “trabajo” que debe realizarse “bien”
y ser de este modo valorado por la propia entidad, como si de un período de
pruebas laboral se tratara.
“Lo que pasa es que, vamos a ver, primero la formación que tienes, hay que
rentabilizarla y segundo pues porque… al cabo de… de un par de meses, 3
meses… más o menos en que ven que trabajas bien,… pues, como necesitan
alguien que eche una mano, te dan las responsabilidades que puedes asumir
como voluntaria dentro de tu tiempo…”
Tiempo y compromiso
El compromiso con la entidad se inserta inicialmente en el orden del tiempo
mínimo de dedicación a la actividad voluntaria, no explicitándose ningún otro
requerimiento al respecto. Marta comparte esta limitación de tiempo desde la
comparación con la actividad laboral, separando discursivamente trabajo de
voluntariado. No obstante, su propia práctica se distancia del compromiso
adquirido inicialmente, motivada por la adscripción a determinadas tareas
que para Marta requerían un seguimiento prácticamente diario. La noción de
“gastar muchas horas de mi vida” aparece ahora en el discurso, evidenciando
175
una dimensión negativa del compromiso adquirido con la propia entidad, que
pareciera atravesar la barrera del tiempo dedicado a su “vida personal” que
en ningún caso puede quedar supeditada a la actividad voluntaria, aunque sí
pueda serlo en el marco de un trabajo remunerado.
“La filosofía de la entidad A es que vayas como mínimo uno o dos días…que
cuando tú vas y te metes en el voluntariado te dicen que vamos, mínimo, dos
días y un máximo pues también… porque no es un sustitutivo de un trabajo,
que tú también tengas tu vida personal”
“He gastado muchas horas de mi vida….Revisaba todas las mañanas un
poquito el email por si había algún tema urgente…”
El tiempo aparece también como un límite fundamental que condiciona las
actividades a desempeñar: en la medida en que éstas requieren una
dedicación diaria presencial, son asumidas por personal contratado.
“Y… entonces ya estuve….de…..de…. encargada de menores de…de…
Madrid… como voluntaria. […] Entonces empezamos a echar a andar el
equipo de menores de Madrid…Pero hay un problema: el voluntario va dos
días a la semana. Cuando echas a andar un equipo no puedes hacerlo de
forma que puedas ir sólo dos días…Entonces el que se hizo cargo del equipo
de Madrid, el que yo llevaba, fue otro chico que era un contratado….”
Traspasar la barrera del tiempo que Marta considera debe estar asociado a la
actividad de voluntariado acontece, en ciertas ocasiones, bajo la óptica de
un propósito concreto: acceder a una plaza de trabajo remunerado en el
seno de la entidad A. El “quedarse más tiempo” pareciera ser entonces una
estrategia efectiva que puede desplegar aquel voluntario que, con mayor
176
“ambición”, persigue un desempeño laboral concreto.
“Paco, que estaba de los servicios jurídicos…Ese entró conmigo… hicimos el
cursillo de voluntariado juntos…y tal. Pues él tenía, supongo, que más
ambición, entonces…. Es un chico joven… Empezó a quedarse más, de dos
días se quedaba cuatro… Te quiero decir… pues al final pues oye… sacaron
una plaza… le contrataron…”
La participación en el marco de la entidad
La capacidad del voluntariado de emerger como una fuerza con capacidad
de decisión y participación en el marco de la entidad no se garantiza con la
institucionalización de figuras de representación, siendo preciso dotarla de los
medios necesarios para que ésta se torne efectiva. En el discurso de Marta son
varios los factores claves al respecto: por un lado la posibilidad de participar
con voz y voto en el espacio democrático que se presupone, a la luz del
discurso de la propia entidad, existe en el seno de ésta. Por otro, el
establecimiento de canales de comunicación permanentes que permitan
“salvar” la barrera de la separación temporal del voluntario derivada de su
dedicación en horas y días concretos. Cuando ambos aspectos quedan
reducidos a su mínima expresión, el discurso se matiza con tintes autoritarios,
emergiendo un espacio de conflicto coloreado de figuras retóricas.
“Ahora el representante del voluntariado ya no participa en nada. Es sólo de
Madrid, no a nivel nacional, ya no vota y no le hacen ni pito caso. Este pobre
se está planteando también… por lo menos dejar de ser representante porque
no representa nada… No le han facilitado ni los email nuestros…Dime a mí
177
porqué…No tienen porque callarlo. Si es un señor al que hemos elegido…
Nosotros le hemos facilitado nuestros emails pero ya te digo… Es un colectivo
muy difícil porque normalmente cada uno coincide en días y horarios distintos,
con lo cual entre nosotros apenas nos vemos, nos conocemos de oídas
muchas veces, pero físicamente no nos hemos visto.”
La dificultad para ejercer una participación efectiva aparece como una
manifestación evidente de la disonancia entre la práctica y el discurso en
torno al voluntariado que acontecen en el marco de la entidad voluntaria,
disonancia que es confirmada según Marta por el desinterés mostrado por la
organización con relación al mantenimiento de figuras esenciales para la
coordinación de la labor voluntaria. Ambos argumentos se esgrimen en un
discurso crítico, donde la reciprocidad aparece explícitamente reinterpretada
a partir de un intercambio que, dada su imposibilidad de acontecer en
términos económicos, debe buscar modos de devolución alternativos, de
índole material y simbólica.
“Cero patatero, aunque que digan que contamos mucho, te digo yo que
cero patatero…Bueno te voy a dar una anécdota… Porque vamos a llevarlo al
tema de la anécdota…Hará como cosa de un año nos quedamos sin
coordinador de voluntarios, puesto por la entidad A, pero que coordina los
voluntarios…Coordina si tienes algún problema, si no apareces te llama… En
fin, se interesa un poco por tus tema […] Organiza todos los encuentros, todas
estas historias de voluntariado…Hace año y pico dijeron que no había dinero y
entonces, lo quitaron…”
“Somos muchos y coincidimos poco… especialmente por espacio….porque no
178
hay ordenadores para todos… Porque, claro, había un ordenador perdido
para los voluntarios… Entonces tampoco es que haya muchos medios… Ni
espacios de reunión ni nada. Cero patatero. Alguna vez han intentado,
cuando le ha venido bien a la dirección…convocar una reunión para los
voluntarios. Y a la primera fuimos todos… Salimos encantados… Buenas
palabras, reconocían la labor del voluntariado… Nos sentimos gratificados…
Porque vimos que éramos importantes los voluntarios… Pero cuando los hechos
nos demostraron que nada, que no era cierto, pues la próxima vez que
quisieron… Pues no fue nadie.”
Transmutada la reciprocidad en un intercambio unidireccional carente de
reconocimiento, la desmotivación se hace presente en el discurso de Ana. La
actividad voluntaria se percibe ubicada en un nivel inferior que el trabajo
remunerado, por el propio altruismo inherente que se le supone,
condicionando su valor en un mercado que no entiende más que el lenguaje
monetario. Pero, al mismo tiempo, se sitúa en una disposición pareja en el
orden de la importancia de las tareas realizadas. El agradecimiento es la
moneda de cambio cuando no hay lugar para un intercambio económico.
“Realmente yo no sé si volvería a hacerlo porque realmente yo lo del
voluntariado… yo no sé… digo…No es apreciado porque no cuesta, porque
vale poco dinero…Y es una mano de obra barata, vamos a decir, que al ser
gratuita ni agradecida ni pagada. Y eso no me parece bien. Y eso es lo que yo
ya últimamente vengo detectando en la entidad A… porque yo ya no, les he
dicho que lo siento pero no voy a seguir”.
La motivación instrumental emerge en su relación mutua con el mercado
179
laboral en una triple vertiente: por un lado la actividad voluntaria constituye
un modo “lícito” de insertarse en una entidad concreta con el propósito último
de ser contratado por ésta; por otro provee de experiencia práctica que será
utilizada por el voluntario en su incorporación a una futura actividad laboral
fuera de la entidad; en tercer lugar, aparece una clara limitación temporal a
la propia tarea voluntaria marcada por la prioridad otorgada al trabajo en su
valor asociado a la satisfacción de necesidades básicas. La continuidad en el
tiempo dentro del voluntariado queda supeditada a los requerimientos del
mercado laboral, siendo factible su prolongación sólo para aquellos que
“tienen solucionada su vida” en una doble dimensión: estabilidad económica
y situación familiar concreta.
“Mucha gente va al voluntariado un poco pensando en que va a abrir
también un tema laboral, que es muy lícito… Y, vamos, te quiero decir que no
tiene nada de malo que la gente intente también abrirse camino allí. Mucha
gente joven cuando va al voluntariado pues intenta buscar una vía laboral,
tener una experiencia por lo menos y entonces obviamente en cuanto le sale
el trabajo, se va. Y además es muy loable porque, oye, todos tenemos que
comer. Todos tenemos que buscarnos nuestro futuro… Y entonces había como
dos o tres vetustos, como yo los llamo, que como ya tienen solucionada tu
vida, yo soy viuda, con dos hijos mayores y tengo una pensión […] pues esos
somos los que continuamos. Hay mucha movilidad, muchísima, por esto que te
digo “
“[…] Pocos somos los que perseveramos. Te digo, que una de las causas más
importantes, para mi gusto, es el tema laboral…”
180
Las expectativas de futuro se insertan en el marco de un conjunto de
representaciones donde se pretende que primen en el discurso las
motivaciones altruistas, si bien éstas se ubican en el plano de la experiencia
previa, connotándolas de un cierto realismo producto de su trayectoria en el
voluntariado.
“Mis amistades me decían, pero bueno ¿tú eres tonta?¿cómo vas?. Mira que
pegarte esos madrugones… Pero yo decía que no, que a mí la entidad A me
daba más que yo a ella… Lo que pasa es que ya llega un momento… que
cuando van pasando muchas cosas seguidas es momento por lo menos para
plantearte tomar un respiro… Luego ya veremos, el kit-kat será un kit-kat o no…
Me gusta el trabajo, el trabajo que hemos hecho…contenta con muchas
cosas que se han logrado. En fin, todo eso es muy…. Todo esto me remunera
más que otra cosa…”
Entrevista 2.
Hombre. 19 años. País de origen: Ecuador. Estudiante de Ciclo formativo.
Soltero. Sin hijos. Nivel socioeconómico: medio-bajo. 5 años de estancia en
España. Área de actuación de la entidad: Juventud, infancia, mujer, ocio y
tiempo libre, educación y participación ciudadana. Nombre de la entidad:
entidad B. Nombre del entrevistado: Pedro.
Pedro llegó a España con 15 años, tras un proceso de reagrupación familiar.
Mantiene un contacto regular con su país de origen, donde todavía conserva
familiares y amigos. Inicialmente residió en el barrio donde se halla una de las
sedes de la organización voluntaria en la que actualmente se encuentra
181
integrado. Tiempo después cambió de domicilio.
Incorporación a la entidad voluntaria
Su trayectoria dentro del voluntariado comenzó en España, un año después
de trasladarse a este país. Su incorporación a la entidad se realiza a través de
redes informales y de la mano de la práctica del baloncesto. El relato de su
acercamiento a la organización adopta un tinte “casual”, donde no se
verbaliza explícitamente un interés previo por desarrollar esta actividad
deportiva ni por llevar a cabo las tareas de voluntariado que pasará a ejecutar
un año después. En la transición de la figura de “jugador” a la de “voluntario-
entrenador” se solapan el reconocimiento favorable por parte de
representantes de la entidad a un desempeño “casual” de actividades propias
del voluntariado y su valoración positiva al respecto, verbalizada en tanto
“gusto” por la tarea. Llama la atención la utilización del término “fichar” para
referirse a su incorporación a la entidad voluntaria, en tanto símil de la propia
práctica deportiva.
“Empezó… a ver… más o menos al año de que llegó yo aquí a España. Yo
llegué aquí, a España con 14 años. ¿Vale? 13 o 14 más o menos. Y llegué al
barrio X (barrio en el centro de Madrid) y ya nada, me pilló, una señora por ahí,
bueno, los típicos contacto de madre… que conoce a tal y tal… Bueno y me
dijo ¿oye no te gustaría jugar al baloncesto?[...]Bueno, nunca había jugado en
mi vida, pero dije, pues sí, si hay que jugar se juega”
“Fue un día que estaba yo… jugaba ¿vale […] y había chavales entrenando y
tal y… y un amigo mío, que estaba allí entrenando… me dijo “Oye, ponte aquí
182
un momento con los chavales, que me tengo que ir”. Y dije “¡joder!, pues me
voy a poner yo aquí y les miro yo solo”… Luego, me gustó esto, pues, de correr
y poco y tal …y, vamos, y me ficharon, quien dice, las jefas, que es (nombre de
la jefa) y otra coordinadora que estaba en ese momento… Y al día siguiente
pues me dijeron, “Oye, muy bien… ¿te apetece entrenar y tal? Y dije “sí, sí, me
gusta entrenar ¿sabes? Y, bueno, así empezó. Fue un poco de causalidad….Yo
no me había planteado en mi casa, venga, voy a ser voluntario… entrenador.”
Su paso de “usuario” a “voluntario-entrenador” no se acompaña de un mayor
conocimiento por parte de Pedro de la propia entidad, en cuanto a su visión,
misión, organigrama y actividades que realiza. A pesar de ocupar un lugar
ahora diferenciado, éste es similar a aquel que existía previamente, quedando
circunscrito en exclusiva a la actividad deportiva a la cual se incorpora como
voluntario. El proceso de apropiación de esta información aparece en el
discurso como progresivo y autoguiado, ligado a la experiencia, sin un sustento
externo evidente, y sin una urgencia, al menos manifiesta, del mismo.
“Yo cuando empecé a jugar… cuando empecé como usuario, no sabía que
tenía, como por ejemplo, apoyo familiar, apoyo escolar…Yo pensaba que solo
era pues, eso, que hacía equipos de baloncesto y ya está… luego poco a
poco cuando empecé ya como entrenador… pues fui ya conociendo el
mundo éste, del apoyo escolar, el apoyo a las familias… pues eso, un poco lo
que es más la ayuda a familias…a los que lo necesitan ¿sabes?[...]Entonces fue
ahí fui conociendo un poco mejor lo que hace….además de fomentar el
deporte… Y luego, a los dos o tres años, ya vas cogiendo experiencia… estás
en una organización y entonces ya, es como empiezas a enterarte de cómo
183
va… no sabía el tema administrativo ¿sabes? Ahora ya estoy un poco más
enterado ¡sabes? Al principio, era, simplemente ¡ah, mira! Soy voluntario…
estoy entrenando y ya está. No sabía quien… el orden, la organización y ahora
estoy ya más enterado…
Tiempo y compromiso
El compromiso inicial se circunscribe en exclusiva a un tiempo de dedicación a
la labor de entrenamiento. No obstante se trata, a priori, de una relación
reversible en cualquier momento, sin condiciones por parte de la entidad.
“El compromiso fue poco…. O sea fue, el compromiso era, pues eso, ir dos días
a la semana a entrenar a los chavales […] Pero vamos que siempre me han,
siempre me han ¿sabes? Siempre he tenido ese margen de decir: hasta aquí…
O, un día no me apetece, pues me voy ¿sabes? Es decir, nunca he estado
condicionado por nadie ¿sabes? Siempre ha sido pues un poco eso”
El tiempo de dedicación inicial se va incrementado progresivamente en virtud
de las diferentes tareas que va desarrollando a lo largo de su trayectoria por la
entidad. Si bien en sus comienzos éstas quedaban circunscritas a la ejecución
práctica de la tarea de entrenamiento, la organización y planificación de la
actividad deportiva, que se suman posteriormente, requieren espacios
temporales adicionales. El tiempo emerge de nuevo como límite en el
desempeño de la actividad voluntaria que queda supeditada al proyecto de
vida propio, a lo que “quiere ser” y a lo que se “quiere dedicar”. Su propósito
de desvinculación con el mundo social en sus planes profesionales futuros no
permite que el tiempo adicional que requiere en la actualidad el voluntariado
184
emerja como un recurso en aras de su inserción en el mercado laboral. La
intención de continuar en la actividad voluntaria pasa entonces por la
búsqueda de nuevos espacios que permitan compatibilizar ésta con el tiempo
que Pedro estima necesario para poder alcanzar sus metas profesionales
futuras.
“[...] El primer año fui segundo entrenador…Estuve ahí… pues, eso,
aprendiendo un poco[…] Luego, el segundo año, me cambiaron
inmediatamente a primer entrenador […]. Pero claro, ya son más
responsabilidades, o sea, ya no era sólo ir dos veces a la semana y ya
está…era ir dos veces a la semana, ir a los partidos, hacer reuniones de
entrenadores, hacer una planificación… hacer una hoja de quien viene, quien
no viene….era un poco, ya, ¿sabes? ya más serio.
“Debido a lo que quiero ser, a lo que me quiero dedicar… a mi formación,
lamentablemente el año que viene tendré que dejar este voluntariado […]
Tendré que dejarlo… Pero me estoy informando… Es más la semana pasada
me estuve informando de voluntariado que se hacen los fines de semana en
hospitales, para niños con cáncer y tal… que son pocas horas ¿sabes?[...] y
me daría mucho más tiempo”
“No me gustaría dejar de ser voluntario porque el año que viene deje la
asociación… A ver si encuentro algo para ser voluntario sin que me quite
tiempo… porque no me quiero dedicar al mundo social ¿sabes?”
La Formación y la Tarea
La tarea de entrenar es reinterpretada por Pedro desde su propia
185
representación del deporte como un recurso clave en la adquisición de
valores y comportamientos que, implícitos en la práctica deportiva, son
instrumentalizados en un proyecto más amplio: enseñar a ser personas.
“Enseñar a ser personas” es su verdadero compromiso y donde reside la base
de su responsabilidad. Responsabilidad que pasa por la puesta en práctica de
una serie de estrategias destinadas a la incorporación en los “chavales” de
principios básicos para la convivencia. El equipo de baloncesto se asemeja al
cuerpo social, donde los diferentes miembros deben desarrollar tareas
orientadas a un fin común, asumiendo una serie de normas y responsabilidades
y haciendo gala de una serie de habilidades sociales y valores que él entiende
como básicos para la consecución de dicho fin.
“[…] aparte de entrenar… o sea… aparte de…de enseñarles cosas deportivas,
les estás enseñando a ser chavales, a ser personas ¿sabes? No sólo vas a ahí…
venga, a correr un poco y tirar a canasta… le estás enseñando pues…
educación ¿sabes?.”
”Para los chavales lo más importante es, pues, no sé… por ejemplo, al principio
pones unas normas ¿sabes? Que sean conscientes de esas normas y luego,
pues, que respeten esas normas… les explicas, ¿sabes? Tienes una reunión con
ellos previa…o con ellas… tienes una reunión previa y les explicas…. Pues,
venga, vamos a ver… lo fundamental es el respeto, la escucha, el… el llevarse
bien con tus compañeros… y, yo que sé. […] Que son un equipo y que el
equipo pues si está bien, está bien, y si está mal, pues está mal todo el equipo
¿sabes? … Y como una persona puede afectar al equipo… Es como una
persona grande el equipo y entonces tienen todos que aportar para que esa
186
persona crezca…”
Su experiencia previa como “jugador” desempeña un papel protagonista en
la génesis de esta representación en torno a la práctica deportiva.
“Sí, el deporte es algo muy importante, y hacer deporte es hacer grupo y
cuando se hace grupo, pues es mejor, pues hay más comunicación, los
chavales asumen responsabilidades…Yo cuando era jugador lo sentí así … Y
ser jugador y ahora entrenador es… Esa combinación está muy bien… pues te
das cuenta de lo que puede afectar a los chavales y…eso ayuda más a la
hora de ser entrenador….”
La formación proporcionada por la entidad parece, en un primer momento,
otorgar un papel relevante a la enseñanza, no sólo de aspectos técnicos
asociados a la tarea a realizar, sino fundamentalmente de habilidades
sociales, auspiciando espacios y tiempos concretos para ello.
“La asociación antes de iniciar el curso… pues eso, todos los entrenadores nos
vamos de camping y hablamos y… y hacemos dinámicas de
grupo….Dinámicas y aprendemos para llevar a un equipo, para llevar a los
chavales… y habilidades sociales para saber tratar a los chavales…”
La relevancia que adquieren las habilidades sociales en el proyecto que
subyace al desarrollo de su tarea como voluntario, puede ser el motor que le
impulse a la búsqueda de actividades formativas fuera de la entidad que se
sitúan en esta línea.
“Últimamente hice un curso, la semana pasada… Es más hice un curso de
habilidades sociales para voluntario, que impartió el foro social de Caja
Madrid, y era gratuito… entonces me informé y estuve allí. Fueron tres días… y
187
era de gente voluntaria…”
Más allá del aspecto formal de la enseñanza, la experiencia diaria propia y
ajena se convierte en un recurso esencial para el aprendizaje. El feed-back en
torno a la tarea con los coordinadores y el bagaje con los “chavales” se
entiende como parte central de este proceso formativo.
“Vivir el día a día, aprendes de las cosas, de los errores…A lo mejor, pues eso,
tenía mi coordinador que yo, yo a lo mejor… hacía algo mal en un
entrenamiento o…o… a lo mejor mi manera de decirlo no era correcta… y mi
coordinador, pues me decía, luego, me cogía aparte y me iba diciendo “Oye,
tal y tal” y así se va aprendiendo ¿sabes?. [...] Los cursos ayudan, porque te
quedas con cosillas, pero donde más se aprende es, pues eso, estando con los
chavales…entonces decir, pues sí, es verdad, me estoy equivocando… ahí es
donde más se aprende… el día a día con ellos….
El discurso en torno al grado de participación en la entidad y la capacidad de
toma de decisión por parte del voluntariado emerge en el discurso de Pedro
como un derecho sentido pero al tiempo mediado por su propia condición de
voluntario, en función de la cual se posiciona en un lugar subordinado
respecto al personal contratado, donde sus reivindicaciones y peticiones
quedan teñidos por éste. Esta posición subordinada se entiende como
legítima, y lejos de ser objeto de crítica por parte de Pedro, se justifica a partir
de su situación personal concreta, donde la falta experiencia, la residencia
actual en un barrio alejado de la sede de la entidad y su disponibilidad
limitada se esgrimen como razones para que su “opinión” no sea tenida en
cuenta. Al tiempo estos tres elementos se ponen a favor de otros voluntarios,
188
cuya voz es escuchada y que parecieran situarse en un espacio diferente, con
mayor peso en el ámbito participativo y decisorio dentro de la entidad.
“El voluntario tiene el mismo derecho de opinar que el coordinador ¿sabes?. Lo
que pasa es que muchas veces el voluntario, por el mismo hecho de ser
voluntario, te sientes con menos derecho a pedir cosas…. Pues, entonces…
hay voluntarios que se limitan un poco a sí mismos… por vergüenza…. a pedir
cosas. Yo no me limito, yo cuando pienso algo lo digo….No es que no te
escuchen… es que a lo mejor… no hay posibilidad… de que… de que tu
opinión se valore tanto como la de una persona con más experiencia…. Los
coordinadores son los que mandan: está claro ¿sabes?. Tú puedes dar su
opinión pero luego, quizás, ¿sabes? Quizás tu opinión se guarda en un cajón…
¿sabes? [...] Es a lo mejor mi caso, porque como solo voy los fines de semana…
A lo mejor otro voluntario, pues sí… ¿sabes? En mi experiencia ha habido cosas
que me he intentado implicarme más pero ha habido limitaciones… quizás por
poca experiencia… porque no vivo en el barrio…porque todo eso influye
mucho también… Porque vivir en el barrio, estás al lado de todo… que si te
necesitan en una reunión estás ahí ¿sabes?. Vivo en otro lado… está a una
hora y puede ser que esto limite a la hora de implicarme más en… en
cuestiones de la organización ¿sabes?. Pero vamos yo creo que cuando
alguien necesita algo, opina algo, están ahí los coordinadores para escuchar y
ayudarte… para darte su opinión. Luego ya hay ciertas cosas… que se te van
de las manos. […] A lo mejor ellos saben que mi prioridad no está ahí ¿sabes?
Que mi prioridad está en los estudios y yo creo que ellos saben que mi
prioridad no está ahí…Y quizás aquellos que están más ahí, que están más
189
implicados… pueden darle más importancia a su opinión ¿sabes?. Hay
voluntarios con más o menos peso ¿sabes? depende de lo que tú te quieras
implicar….¿sabes?”
“La verdad es que me ha ayudado mucho el ser entrenador y el jugar… y ser
jugador… porque ¿sabes? ves las dos partes… ves la parte de usuario y la
parte de entrenador, de monitor, de ser…. Del que ayuda, del voluntario….
Entonces yo creo que ello son conscientes de eso y entonces al principio de
temporada, pues no se dan cuenta y ya al final de temporada… como que
dicen… Pues dicen, mira, pues sí, que hemos aportado… y cada uno se siente
protagonista del equipo… porque cada uno tiene su función, su rol….A lo
mejor hay uno que es el que más curra… hay uno que es el que más escucha.
Y se les dice para que sean consciente de ellos… y luego en casa ¿sabes?”
Motivación
La motivación para ejercer su actividad como voluntario se sitúa en Pedro en
el ámbito de las motivaciones expresivas, resaltando el específicamente el
“crecimiento personal” y la articulación de nuevas redes sociales. “Sentirse
parte de un grupo” aparece como un elemento relevante en un discurso que
hace uso de figuras retóricas que permiten equiparar esta sensación con
aquella propia del “estar como en casa”. Esta motivación presenta, al tiempo,
una dimensión de “ayuda” cuyo destinatario son los “chavales” a los cuales
entrena.
“La experiencia, amistades… cada día conoces gente nueva…no todos los
días conoces gente nueva….pero cada año te vas quedando con parte de
190
cada gente ¿sabes? Te quedas con alguien, te haces más amigo de alguien y
eso… eso me aporta cosas… aunque no sea dinero pero te aporta cosas…
¿sabes, para tu persona, vas creciendo como persona […] Y también el
sentirte parte de un grupo… ¿sabes? Sentirte parte de un grupo también te
motiva […] Lo más bonito que me ha pasado es ver a un chaval que mete a
una canasta y te mira como si hubiera metido la mejor canasta del mundo….
Te mira. Estás ayudando a una persona…. Y te mira a ti… Eso es lo más bonito
[…] Eso es lo que me aporta, sentirme bien”
“Sentirme parte de un grupo es… eso es muy importante… sentirte como en tu
casa… que cuando te cabreas puedes cabrearte, que te escuchan….¿sabes?
Con esa libertad de que es mi grupo y puedo decir lo que quiera, pues me
escuchan…”
Pedro sitúa las aportaciones de la inmigración en el voluntariado en el ámbito
de la experiencia personal, recurriendo a la empatía derivada del tránsito por
situaciones que comparten ciertas semejanzas y donde adquiere especial
transcendencia la idea de “dureza” y “abandono” en sus múltiples vertientes:
afectiva, espacial, idiomática…
“Yo creo que tendría que haber más inmigrantes en el voluntariado […] Yo
creo que el que mejor ayuda es el que ha pasado… El que lo ha pasado… el
que ha pasado… el que lo ha pasado mal…[…] Si es inmigrante que ha vivido
esa dureza de dejar a tu familia, de irte a otro país desconocido donde quizás
ni siquiera sepas hablar el idioma o lo que sea… puede aportar mucho, saber
lo que siente la gente que ahora está en esa situación”
191
Entrevista 3.
Mujer. 37 años. País de origen: Bulgaria. Estudios superiores. Trabajadora en
activo. Soltera. Sin hijos. Nivel socioeconómico: medio. 11 años de estancia en
España. Área de la actuación de la entidad 1: Cooperación al desarrollo. Área
de actuación de la entidad 2: Minorías étnicas. Inmigración y asilo. Juventud.
Cooperación al desarrollo. Nombre de la entidad 1: entidad C. Nombre de la
entidad 2: entidad D. Nombre del entrevistado: Elvira.
Elvira llegó a España hace 11 años, con objeto de cumplir sus expectativas
laborales e incrementar su nivel formativo. Vino a España sola, sin familia ni
amigos, así como sin tener contactos previos españoles. En la actualidad
trabaja como ingeniera en una empresa privada con contrato estable.
Actualmente regresa por períodos cortos a Bulgaria, manteniendo contacto
continuo con familiares y amigos.
Trayectoria
Carecía de experiencia previa en el voluntariado antes de llegar a España. El
marco socio-político de Bulgaria aparece explicitado en su discurso articulado
con una noción de “igualdad” que se inserta en los aspectos materiales
considerados básicos para garantizar la supervivencia, sin que ello suponga
obviar las condiciones de “pobreza” a las cuales alude. En este marco de
“igualdad” y cobertura de necesidades básicas reside su “justificación” de la
ausencia de iniciativas voluntarias en su país, estableciendo, al tiempo, una
comparativa entre pasado y presente con la situación española y búlgara
192
actual.
“En mi país no hacía nada de esto… Yo me fui de Bulgaria en el 97…Allí los
cambios se produjeron en el 98…Y… hasta entonces éramos un país comunista
y entonces era un sistema muy diferente…simplemente no había gente tan
necesitada como para existir, no había la necesidad de algunos ayudar a
otros…Es decir, todos éramos más o menos igual de pobres…Más o menos…
como para estar necesitados…porque todo el mundo tenía trabajo. Aunque
tuviéramos pocas cosas materiales, más o menos todo el mundo tenía comida,
todo el mundo tenía ropa, todo el mundo tenía trabajo y no existía la
inseguridad de “mañana voy a tener trabajo, mañana voy a tener comida…”
Entonces era un sistema muy diferente en el que hay ahora en España, aquí y
en mi país…también”.
Las redes informales proveen el contacto con la primera de las entidades
donde va a desempeñar actividades de voluntariado a partir de finales del
año 2006. La aproximación a la labor de la entidad se establece mediada por
este primer contacto, pareciendo la información transmitida boca-a-boca
suficiente para hacerle interesarse por ella.
“Hace como dos años empecé a ir a clases de italiano y ahí conocí a una
chica que colaboraba con una organización, una ONG, que se llama entidad
C y hacen… tienen proyectos en África, en Bangladesh, en Haití… no sé
donde… Entonces esa chica me comentó un poco todo lo que hacían con
ellos y tal y a mí me pareció muy interesante…”
Es en el marco de esta primera entidad donde acontece el contacto con la
segunda, denominada entidad D, que también se establece a través de redes
193
informales.
“Entonces yo empecé a colaborar con ellos y ahí conocí a otra mujer que
daba clases de español en la entidad D…Y eran clases de español a los
africanos que empezaron hace dos años a llegar en pateras… y entonces
…era… esta mujer y su hijo que iban ahí y daban clases ellos…”
Su interés por esta segunda entidad se enraíza en una autoidentificación
parcial con los destinatarios de las prestaciones dadas por ésta, personas
inmigrantes, cuyo núcleo común reside en la experiencia del propio proceso
migratorio, pero con respecto al cual se sitúa en un espacio distinto, radicando
esta diferencia en múltiples pertenencias que se estiman no compartidas por
aquellos que proceden de “otro mundo”.
La relación directa que pareciera tener cabida en el seno de su desempeño
en esta segunda entidad es comparada con el carácter indirecto de la
actividad desarrollada en la primera, donde los aspectos materiales priman
sobre la interacción cara-a-cara a la que ella otorga especial relevancia en el
marco de su acción voluntaria.
“Entonces un día me fui a hablar con ellos, me lo estuvieron comentando que,
que era… algo como muy bonito contactar con gente que viene de otro
mundo muy diferente al nuestro y tal…(…) Y la idea ya no era solo organizar
cosas para poder reunir dinero para desarrollar algún proyecto en algún sitio
del mundo, sino que hacer algo con gente que ya esté aquí, que ellos llegan
aquí sin hablar ni una palabra, sin saber cómo funciona esta sociedad, esta
gente… ni donde… pues…puedes comprar cualquier cosa…Entonces claro,
llegan muy perdidos.”
194
“Yo llegué, bueno, yo que sé, como cualquier otro… perdida, no sabía ni
donde estaba, no hablaba español, no conocía a nadie… era un poco
como… Entonces sé que al principio puede ser muy difícil ¿no?[...](…)
Entonces, yo que sé, yo viniendo de otro país europeo… y al fin y al cabo, no
sé, teniendo una carrera universitaria, no viniendo del campo, como muchos
de ellos que vienen del campo…Entonces, si a mí me costó … me imagino
que a ellos les costará mucho más porque, claro, viniendo de sitios muy
diferentes…”
Tiempo y compromiso
El compromiso adquirido con la entidad C aparece explicitado en el discurso
en el ámbito de la tarea, siendo éste de carácter puntual y no pareciendo
revestir, a priori, las condiciones que la vinculan con la segunda de las
organizaciones, donde éste se sitúa en el ámbito del “deseo” presente por
ejercer la tarea, si bien no existe una planificación previa de la actividad
circunscrita a un proyecto de futuro concreto que contemple el tiempo
durante el cual se prolongará en esta entidad la acción voluntaria. El
compromiso aparece en el discurso articulado a partir de una “necesidad”
que se entiende como mutua: Elvira desea participar en el proyecto y la
entidad necesita voluntarios.
“Ahí participo bastante menos (entidad C), ahí lo poco que puedo hacer es si
se organiza algo pues yo…pues estar ahí…”
“Yo cuando empecé a hacer esto no firme ningún papel (en la entidad D) en
el que dije me comprometo a hacer esto…No fui así… fue como que yo tengo
195
el deseo de participar en esto… vosotros necesitáis gente que participe aquí…
No voy a pensar cuánto tiempo voy a hacer esto… No sé….Es simplemente fue
un poco empiezo y ya está y … Y luego por parte de ellos, no sé, tampoco me
han exigido…nada… Que, no sé…”
Esta necesidad, mediada en el discurso de Elvira por la carencia de
voluntarios, juega un papel importante en el tiempo que inicialmente dedicará
a la actividad voluntaria. Éste se verá reducido meses después por nuevas
incorporaciones al voluntariado. Las actividades de preparación de la tarea a
desarrollar en la entidad, aparecen sumándose a la presencialidad que
supone la ejecución de ésta y al trabajo remunerado que desempeña Elvira,
emergiendo entonces una disyunción que enmarca, por un lado, el “coste”,
en términos de cansancio, asociado a la tarea voluntaria y el carácter
“agradable” con que se representa la misma.
“Las clases, al principio, yo empecé yendo los sábados y domingos porque no
había voluntarios.. Entonces estuve creo que los primeros seis meses estuve
yendo todos los sábados y domingos…Y las clases duran como 3 horas…con
un descanso de media hora en medio…Y luego ya, como ya tenían más
gente, y la verdad es que es demasiado ir los sábados y los domingos… porque
claro trabajo de lunes a viernes y me canso un montón… porque aunque es
muy agradable también te cansa mucho (…) Y luego ya pues para preparar la
clase pues depende. Muchas veces pues lo hago los viernes por la tarde que
yo no trabajo… y llego a mi casa y me siento delante del ordenador… y
empiezo a preparar cosas, ejercicios, para luego dárselos… No sé, no te puedo
decir de forma fija las horas que dedico a la semana”
196
La formación y la tarea
Elvira no reseña ningún tipo de formación en el marco de la entidad C,
residiendo la capacitación para el desempeño de la tarea en exclusiva en el
bagaje previo personal y profesional de propio voluntario, que le sitúan en una
posición más o menos apta para la realización de la actividad en función de
las características propias de ésta.
“No me han dado formación específica (en la entidad C)…Si para desarrollar
alguno de los proyectos pues… si….yo por ejemplo yo aporto… si yo puedo
participar en un proyecto que es … que es por ejemplo, para un centro
médico… pues yo no tengo tantos conocimientos y tal, pero hay gente que
son farmacéuticos, y entonces ellos pueden participar más. En la última reunión
se habló de un proyecto, por ejemplo, de electrificar una zona de un pueblo
de Haití y ahí pues sí podía aportar mis conocimientos profesionales…”
En la entidad D la formación se circunscribe al ámbito de la tarea, proveyendo
de metodologías prácticas para poder desarrollar la actividad. El “hacer”
aparece entonces como el núcleo fundamental que orienta la enseñanza que
se considera pertinente para el ejercicio voluntario.
“Luego también, va… varias veces nos dieron algunas charlas para explicarnos
un poco…y darnos un poco una orientación y enseñarnos un poco lo que
tenemos que hacer…Porque claro, yo, clases de español, pues, sinceramente,
no había dado nunca… Y más que nada por tener una metodología…de
enseñar, de explicar…”
Junto a ello se auspician espacios y tiempos concretos donde la puesta en
197
común se configura como un elemento relevante, en aras del intercambio de
experiencias dirigidas a la organización y mejora en la ejecución de la tarea
voluntaria.
“Por un lado hacíamos reuniones y charlas… las dos cosas un poco a la
vez…Entonces, por un lado, intentábamos comentar entre todos y… no sé ver
cada uno lo que piensa y como organizar mejor las clases… en el sentido de
que, por ejemplo, el horario que viene mejor… o que temas habría que
hacer…”
Las actividades
La actividad que pareciera circunscribirse en la entidad D a la impartición de
clases de español, es reintepretada en una tarea que trasciende el aspecto
puramente teórico de ésta para sumergirse en un espacio de mayor
complejidad: la mediación. Elvira se presenta como agente dispuesta a
traducir los valores, ideas y creencias de una sociedad a la que se siente
próxima, pero de la que no se considera integrante, a aquellos que ubica en
un mundo aún más distanciado que el suyo propio. “Comprender” se
configura como un propósito esencial, una comprensión que está mediada
por la explicación de quien se sitúa en una posición intermedia entre “ambos
mundos”.
“Y lo que hacemos siempre en las clases no es solo las clases… como leer,
escribir, hablar sobre un texto o lo que sea, sino también.. un poco… si ellos
tienen una dificultad me las cuentan… hablamos… y si hay algo que no
comprenden de este mundo yo intento explicarlo… luego le cuentas lo que
198
hay en este mundo, como veis vosotros las cosas… intento hacer… como un
intercambio de ideas y conocimiento… yo creo que es más importante eso
que hablar perfectamente español… Que a lo mejor no lo van a hacer
perfectamente nunca… pero es más importante que sepan comunicarse con
la gente de aquí, que sepan hacerlo de una forma… no sé… que no sea
demasiado chocante… porque diferencias las ahí…. Porque entre mi forma
de ver el mundo, mi forma de expresarme, mi forma de pensar… y las que
tenéis vosotros, los españoles, hay diferencias… que no puedo evitar… Y hay
situaciones en las que no se puede evitar simplemente una falta de
entendimiento… ¿sabes? Ya no es por el idioma es por… porque yo por
ejemplo hablo español perfectamente y aún así me encuentro con situaciones
en las que parece que hablamos idiomas diferentes… Yo sé que a ellos les
pasa mucho más porque vienen de un mundo mucho más
diferente…Entonces, pues eso, es compartir las experiencias….”
La mediación aparece como una tarea que se enmarca en las necesidades
que estima cronológicamente cambiantes durante el desarrollo progresivo de
la actividad. Circunscrita inicialmente ésta al aspecto puramente formal de la
enseñanza del idioma, la intermediación va teniendo cada vez más cabida
cuando se estima que se alcanzado un nivel mínimo de competencia en el
idioma.
“Yo empecé en octubre de 2006…pero ellos habían empezado en el año
2005… . Fue cuando la mayoría de los barcos que llegaban… de la gente
que… Entonces todo ha ido cambiando… porque al principio había
muchísima gente que llegaba y no sabía nada porque eran recién llegados…
199
Al principio todas las clases eran… “Hola, yo soy Carmen….””Esto es blanco,
esto es negro….” Y ahora mismo hay menos gente así y que no sepa nada de
nada… Entonces ahora he ido cambiando… Está claro que yo les enseño, les
ayudo, les enseño muchas cosas… pero sobre todo les enseño a que
entiendan un mundo que para ellos es muy diferente, les ayudo a comprender
lo que no entienden…así que hablamos más, intercambiamos experiencias…
eso me parece ahora fundamental pues todos saben más o menos defenderse
en español. Me voy adaptando un poco a sus necesidades ¿sabes?”
La participación en el marco de la entidad
La participación en el marco de la entidad D se interpreta desde el hacer
conjunto y la apariencia de la falta de jerarquía, vinculada, esencialmente, al
ámbito decisorio, donde el diálogo parece primar y la colaboración se
conforma como un valor esencial en el día a día de la tarea a realizar en el
seno de la organización. La separación entre “nosotros” (voluntarios) y “ellos”
queda explícitamente abolida en el discurso que mantiene Elvira, si bien llama
la atención el uso de formas pronominales dicotómicas a las que
continuamente hace referencia en la elaboración de su discurso.
“Todo esto se hace entre todos… entre la entidad D y nosotros… No hay una
separación entre nosotros y la entidad D… Es como una colaboración entre
ellos, entre todos…Creo que está bien…”
“Todo se habla entre todos….Está claro que ellos pueden tener unas ideas…
pero es que luego las proponen y se hablan entre todos…Y del mismo modo,
los voluntarios pueden tener unas ideas y se hablan… y se toman decisiones
200
entre todos”
La metáfora de “familia” aparece como una figura retórica que evidencia las
representaciones que sostiene Elvira en torno a la relación que mantienen
voluntarios y organización.
“Al final es como una gran familia, donde están ellos, estamos
nosotros…estamos todos y… ya está”
El discurso que sostiene en torno al nivel de participación en la entidad D
contrasta con el referente a la otra organización en la que desarrolla
actividades de voluntaria, siendo en esta segundo la organización la que
propone la tarea a realizar, limitándose Elvira a la mera ejecución de la misma.
Cabría interrogarse si este grado de participación está mediado por el
compromiso que sostiene la voluntaria con la misma y que, conforme a su
discurso, reviste un carácter puntual, aunque continuado en el tiempo.
“La verdad es que tampoco participo mucho en la entidad D. Ellos me dicen lo
que tienen previsto hacer y yo lo hago… No es que tampoco se hable mucho
de lo que hay que hacer y eso…Yo, ya te digo, si hay un proyecto y creo que
puedo aportar algo, pues participo en ello, pero poco más…Tampoco es que
se hable mucho de las cosas y eso”
La Motivación
La motivación para ejercer el voluntariado aparece mediada por su propia
experiencia personal de llegada al país, que representa como un período
inicial de adaptación marcado por los sentimientos de soledad y desamparo.
La posibilidad de “ofrecer” una ayuda que ella no tuvo en esos momentos se
201
configura como un motor esencial en su aproximación al voluntariado.
“Yo llegué, bueno, yo que sé, como cualquier otro… perdida, no sabía ni
donde estaba, no hablaba español, no conocía a nadie… era un poco
como… Entonces sé que al principio puede ser muy difícil ¿no?[...] (…) Yo
cuando llegué a España en el año 97, cuando llegué aquí, bueno hasta hace
poco no sabía ni siquiera donde… que hay ONG, que hay organizaciones que
ayudan a los inmigrantes y todo lo demás… Y por un lado, por eso me sentía
muy bien, podía ayudar a alguien sabiendo que a mí nadie me ayudó…
porque yo ni siquiera sabía que alguien podía ayudar…Y…no sé, como que de
repente me sentía útil, me sentía muy feliz por poder ayudar a otras
personas…”
Las motivaciones de carácter expresivo, cubriendo sus necesidades de
comunicación y compañía, de autoestima y reciprocidad, aparecen
explicitadas en el discurso de Elvira. El contacto humano que se haya presente
en la actividad voluntaria se contrapone a la propia dinámica social del
entorno urbano y al marco laboral en el cual desarrolla su tarea profesional. La
noción de pérdida de “lo humano” y de cada uno de nosotros “como
personas” caracterizan estos contextos.
“Yo soy ingeniero… Trabajo en una ingeniería, es un trabajo bastante
estresante, es un trabajo muy bonito, si te gusta y… está muy bien… pero yo
ya… llevaba tiempo como sintiendo que necesito algo más, que mi trabajo
está bien… que todos los días tienes muchos retos y muchos problemas por
resolver… te sientes bien… pero no deja de ser un trabajo de oficina… que no
va mas allá…Yo no tengo contacto con más gente y tal. Entonces como que
202
necesitaba hacer algo por los demás… y no solo el trabajo típico de ir a
trabajar e irte a casa y ya está”
“La ciudad es como bastante estresante… como bastante agobiante… y todo
el mundo con prisas… Y al final un poco nos perdemos como personas
y…cuando conoces a estos chicos te devuelven, como, el contacto humano”
La reciprocidad aparece en su discurso vehiculizada por la ayuda que ella
proporciona y la devolución que recibe de aquellos a los cuales va orientada
su tarea voluntaria. La amistad, la gratitud y la preocupación son las monedas
de cambio simbólico que tienen cabida en este proceso, donde las
motivaciones expresivas se hacen claramente patente.
“Son ellos…Doy algo pero ellos me dan mucho más… su amistad, su gratitud…
todo…al final son ellos los que se preocupan mucho más por mí….Yo me
preocupo por ellos… pero también luego son ellos los que cuando he estado
enferma me han estado llamando, han venido a verme… y no sé,
preguntando si necesito algo, si quería que me compraran algo… Al final ves
que es algo más, no es un trabajo… No lo haces porque vas a cobrar a final de
mes…”
Tiempo y compromiso
Las expectativas conforme a la continuidad voluntaria están mediadas por la
noción de escasez vinculada al tiempo disponible para el ejercicio de la
actividad. Junto a éste, las motivaciones expresivas se configuran como una
fuerza que pretende la permanencia en el voluntariado.
“Yo no lo he pensado mucho… Y es que no tengo mucho tiempo… Pero, no lo
203
sé, mientras me sienta bien y este a gusto con todo lo que hago y tal pues
supongo que seguiré haciéndolo… siempre y cuando tenga fuerzas para
hacerlo…”” A lo mejor, si tuviera tiempo, si surgiera a lo mejor algo diferente…
pues a lo mejor me dedicaría a otra cosa… no lo sé… pero físicamente no se
puede estar en muchos sitios y todo eso exige energía y no se puede estar en
todos los sitios.”
Entrevista 4
Mujer. 31 años. País de origen: Marruecos. Estudios medios. Trabajadora en
activo. Casada y con tres hijos. Nivel socioeconómico: medio. 10 años de
estancia en España. Área de actuación de las entidades: Minorías étnicas.
Inmigración y asilo. Juventud. Infancia. Mujer. Nombre de las entidades:
entidad E y entidad F. Nombre del entrevistado: Zahira.
Zahira llegó a España hace 10 años acompañando a su marido actual. En
Marruecos cursaba estudios universitarios que abandonó en el marco del
proceso migratorio que la condujo a España. En la actualidad, trabaja en el
sector servicios desde hace 3 meses, con contrato eventual. Regresa por
períodos cortos a su país de origen, manteniendo contacto continuo con los
familiares y amigos que residen en Marruecos.
Trayectoria
Zahira se incorporó a la actividad voluntaria tras un período de permanencia
de España de alrededor de 5 años. Anteriormente en su país natal, nunca
204
había desempeñado labores de voluntariado. Su ocupación académica
aparece como prioritaria en su desarrollo personal, negando la posibilidad de
plantearse la acción voluntaria.
“En Marruecos nunca me lo planteé, porque como estaba estudiando y eso
era lo más importante para mí… (…) Ahí no he hecho nunca lo del
voluntariado”
Su acercamiento a la primera entidad en la que desarrollará actividades de
voluntariado, se produce mediado por redes informales, que le proporcionan
la información inicial sobre el tipo de tareas que se desarrollan en el seno de la
entidad E, apareciendo ésta como relevante en la toma de decisión que la
conducirá a incorporarse a la actividad voluntaria en dicha organización. Las
motivaciones de carácter altruista emergen en el discurso, explicitadas bajo la
posibilidad de “ayudar” o “hacer algo”.
“Y como conocí a una amiga que trabajaba en la entidad E y me contaba
muchos cosas, muchos problemas, muchas cosas ¿por qué no… por qué no
puedo hacer yo algo?. A ver si puedo ayudar, a ver si puedo hacer algo, por la
gente…..Y…si puedo colaborar como voluntaria pues eso…con toda la gente
y todo…”
El tiempo y las cargas familiares se esgrimen como razones que condicionan el
abandono de la actividad voluntaria, en tanto se consideran incompatibles
con la misma, pero, del mismo modo, entran en juego en el sentido contrario,
mediando un nuevo acercamiento al voluntariado que en el caso de Zahira se
vehiculiza a partir de la realización de un curso de mediación, cuya temática
interpreta como unida a la acción voluntaria.
205
“Y ahí estuve como 5 o 6 meses y luego lo tuve que dejar por cuidar a los
niños…y no me daba tiempo con ellos a hacer nada…”
“Cuando los niños fueron más mayores y eso y tenía más tiempo… pues quise
otra vez empezar con el voluntariado…”
“Entonces una amiga mía que trabajaba en la entidad F como voluntaria me
dijo que iba a hacer un curso de mediación. Y como a mí esto me parecía que
eso tenía que ver con el voluntariado y me gustaba pues me apunté con ella”
La enseñanza práctica asociada a la formación como mediadora le posibilita
insertarse, primero en período formativo y, posteriormente, como voluntaria en
la entidad F. El tránsito de un espacio a otro resulta sencillo para Zahira y no
aparece en el discurso una ruptura o contraposición clara entre ambas
posiciones.
“Al principio estaba con la mediadora…y luego cuando me quedé como
voluntaria… pues hacía un poco lo mismo…, un poco de todo. Tampoco noté
muchos cambios”.
Tras un período de desarrollo de la actividad voluntaria por espacio de 5 o 6
meses nuevamente, se produce el abandono de ésta, derivado de la
incorporación de Zahira al mercado laboral. El tiempo juega, nuevamente, un
papel clave en la posición que mantiene con respecto al voluntariado,
esgrimiéndose la escasez de éste como justificación de su marcha de la
entidad.
“Pero cuando llevaba más tiempo… cogí el ritmo de todo, entonces lo tuve
que dejar para trabajar…Con el trabajo ya no tengo tiempo para ir…así que lo
he dejado”
206
Zahira se incorporó a la actividad voluntaria tras un período de permanencia
de España de alrededor de 5 años. Anteriormente en su país natal, nunca
había desempeñado labores de voluntariado. Su ocupación académica
aparece como prioritaria en su desarrollo personal, negando la posibilidad de
plantearse la acción voluntaria.
“En Marruecos nunca me lo planteé, porque como estaba estudiando y eso
era lo más importante para mí… (…) Ahí no he hecho nunca lo del
voluntariado”
Su acercamiento a la primera entidad en la que desarrollará actividades de
voluntariado, se produce mediado por redes informales, que le proporcionan
la información inicial sobre el tipo de tareas que se desarrollan en el seno de la
entidad E, apareciendo ésta como relevante en la toma de decisión que la
conducirá a incorporarse a la actividad voluntaria en dicha organización. Las
motivaciones de carácter altruista emergen en el discurso, explicitadas bajo la
posibilidad de “ayudar” o “hacer algo”.
“Y como conocí a una amiga que trabajaba en la entidad E y me contaba
muchos cosas, muchos problemas, muchas cosas ¿por qué no… por qué no
puedo hacer yo algo?. A ver si puedo ayudar, a ver si puedo hacer algo, por la
gente…..Y…si puedo colaborar como voluntaria pues eso…con toda la gente
y todo…”
El tiempo y las cargas familiares se esgrimen como razones que condicionan el
abandono de la actividad voluntaria, en tanto se consideran incompatibles
con la misma, pero, del mismo modo, entran en juego en el sentido contrario,
207
mediando un nuevo acercamiento al voluntariado que en el caso de Zahira se
vehiculiza a partir de la realización de un curso de mediación, cuya temática
interpreta como unida a la acción voluntaria.
“Y ahí estuve como 5 o 6 meses y luego lo tuve que dejar por cuidar a los
niños…y no me daba tiempo con ellos a hacer nada…”
“Cuando los niños fueron más mayores y eso y tenía más tiempo… pues quise
otra vez empezar con el voluntariado…”
“Entonces una amiga mía que trabajaba en la entidad F como voluntaria me
dijo que iba a hacer un curso de mediación. Y como a mí esto me parecía que
eso tenía que ver con el voluntariado y me gustaba pues me apunté con ella”
La enseñanza práctica asociada a la formación como mediadora le posibilita
insertarse, primero en período formativo y, posteriormente, como voluntaria en
la entidad F. El tránsito de un espacio a otro resulta sencillo para Zahira y no
aparece en el discurso una ruptura o contraposición clara entre ambas
posiciones.
“Al principio estaba con la mediadora…y luego cuando me quedé como
voluntaria… pues hacía un poco lo mismo…, un poco de todo. Tampoco noté
muchos cambios”.
Tras un período de desarrollo de la actividad voluntaria por espacio de 5 o 6
meses nuevamente, se produce el abandono de ésta, derivado de la
incorporación de Zahira al mercado laboral. El tiempo juega, nuevamente, un
papel clave en la posición que mantiene con respecto al voluntariado,
esgrimiéndose la escasez de éste como justificación de su marcha de la
entidad
208
“Pero cuando llevaba más tiempo… cogí el ritmo de todo, entonces lo tuve
que dejar para trabajar…Con el trabajo ya no tengo tiempo para ir…así que lo
he dejado”
Acceso y compromiso
Tras la información inicial recibida a través de las redes informales, el primer
contacto con la entidad E se realiza a través de personal de ésta, centrándose
en la explicitación de las posibles tareas a realizar por la voluntaria y en la
firma de un contrato, cuyo contenido no es recordado por Zahira, pareciendo
no revestir para ella importancia alguna.
“El primer día en E me recibió la secretaria… la secretaria de… de la
organización y me comentó lo que puedo hacer…o sea que era sobre todo
acompañamiento de mujeres e intérprete… aunque había también
interpretación con hombres… Un poco de todo. No solo con mujeres… Y firmé
un contrato” (¿y qué ponía en el contrato?). “Lo tengo por aquí, no sé
donde…No me acuerdo de lo que decía…”
En la entidad F el acceso está mediado por la cumplimentación de la parte
práctica que acompaña al curso de mediación realizado. La mediadora de la
organización es la encarga de llevar a cabo la recepción, si bien no se
explicitan claramente en el discurso de Zahira los términos en los cuales
aconteció tal encuentro.
“En E me recibió la mediadora porque, como yo estaba en el curso de la
mediación, y me mandaron para que fuera a las prácticas…y eso”
Una vez finalizado el período formativo, la incorporación a la organización
209
como voluntaria no reviste un carácter formal, limitándose a un compromiso
que se establece de forma oral y sobre cuya base continúa la acción
voluntaria.
“Cuando terminé lo de la mediación pues les dije que me quería quedar un
día… Y ellos bueno, me dijeron que sí…Y así hasta que lo he tenido que dejar”.
Formación
Zahira refiere no haber recibido formación alguna en la primera de las
entidades en la cual ejerce su actividad voluntaria.
“No… No me dieron ningún curso en la entidad E…”
Será la acción formativa iniciada por voluntad propia la que le posibilitará el
acceso a la segunda entidad. En este caso tampoco parece haber recibido
cursos de formación adicionales durante su desempeño como voluntaria.
“En la entidad F tampoco me dieron curso… yo llegué con las prácticas y eso y
luego me quedé”
Actividades
Las tareas como voluntaria realizadas por Zahira en la entidad E se han
desarrollado en el marco de la atención a la población inmigrante de origen
marroquí, desarrollando labores de acompañamiento e interpretación en el
seno de este colectivo.
“Lo que tenía que hacer (en la entidad E) era acompañamiento, es decir, si
una mujer no sabe hablar castellano y tiene que ir al médico, yo la
acompañaba para traducir lo que le dice el médico y eso… si iba a una
210
oficina, por ejemplo, y no sabe, no entiende, pues eso…si tiene que arreglar los
papeles y esas cosas, yo la acompaño también y ese tipo de cosas…y luego
en la entidad pues hacía cosillas”
La labor de acompañamiento e interpretación que se desarrollan en el marco
de la entidad E dan paso en la segunda de las organizaciones al desempeño
de tareas de mediación. Su propia identificación como miembro del colectivo
marroquí juega un papel esencial en este proceso mediador.
“Ellos tienen que preparar una fiesta, por ejemplo, la fiesta del cordero, que es
típica de la comunidad marroquí, invitan a la gente… y yo como marroquí,
que conozco las costumbres, aporto ideas sobre cómo decorar, cómo se
pueden hacer, qué tipo de comida se puede preparar y esas cosillas”.
Participación en la entidad
Zahira establece una clara diferenciación en cuanto al nivel de participación
entre ambas entidades. En la primera organización considera ésta como nula,
a partir de la inexistencia de espacios que propiciaran el diálogo y la toma de
decisiones conjunta. El clima enrarecido que, a su juicio se respiraba en la
entidad, junto con una división claramente establecida entre los trabajadores y
los voluntarios son otros argumentos esgrimidos en este sentido.
“En la entidad E yo nunca, nunca he hablado con el director…La secretaria a
veces sí, otras veces no…ellos estaban muy separados de los voluntarios…(…)
Había un clima, un ambiente, un poco tenso… Un poco tenso no sé porqué
pero los trabajadores no se hablaban entre sí… Entre ellos se hablaban lo
mínimo que podían…Vamos yo lo note así… Con nosotros apenas hablaban y
211
la verdad, es que no me sentía muy cómoda… Tampoco hacíamos reuniones
ni nada de eso ..”
Zahira describe el “ambiente” existente en la entidad F como favorecedor
para la participación del voluntariado, existiendo marcos institucionales
creados específicamente para el diálogo y el trabajo conjunto entre
trabajadores y voluntarios, donde las aportaciones de unos y otros son tenidas
en cuenta. La “escucha” emerge en el discurso como un motor de la
participación.
“En la entidad F era otro ambiente…se llevaban súper bien y conmigo todos…
todos muy amables…muy acogedores..”
“…(¿hacías propuestas en la entidad F?)…Sí…era miembro de ¿cómo lo
llamamos? Mesa de emprendedores….O sea que, bien, cada mes se hacía
una reunión y viene gente y cada uno… propone una cosa que se puede
hacer… depende de las fiestas que vienen, de Marruecos, que se puede
hacer…que se puede avanzar…y sí, yo proponía mucho… Y escuchaban a
todo el mundo…y eso me hacía sentir bien.”
Motivación
La religión aparece como uno de los motores fundamentales de la acción
voluntaria a partir de los valores que se proclaman en el marco de una
creencia determinada. En el discurso de Zahira la práctica de la religión
islámica no se acompaña necesariamente de la obligación de llevar
actividades voluntarias, circunscritas nuevamente a la noción de ayuda, si bien
dejar entrever que la “ayuda a los necesitados” se configura como uno de los
212
postulados básicos de dicha creencia.
“Yo soy musulmana… de religión musulmana… Es Islam no es que nos exige,
pero ayudar a los demás, a los necesitados es una cosa fundamental en el
Islam… Yo soy practicante, creyente y ayudar es para mí importante”.
Las motivaciones instrumentales se configuran como un elemento importante
en la participación en la actividad voluntaria. La posibilidad de incorporación
a una actividad laboral en el marco de la mediación actúa como un motor no
sólo para la formación en este terreno sino también para la continuidad con la
labor del voluntariado una vez finalizada ésta.
“El curso de mediación me dio la idea una amiga que lo hizo… Y yo me
apunté… No cogían gente del voluntariado… pero luego sobraron plazas y me
cogieron… Me gustó mucho el curso. Mi intención era poder de trabajar de
ello donde las hice las prácticas y luego he estado como voluntaria, pero al
final no he podido trabajar allí…”
“Me encantaría trabajar con inmigrantes, pero si no me sale, tengo que
trabajar en otras cosas… porque me hace falta.”
Propiciar el “cambio” en el colectivo de las mujeres marroquíes emerge como
una motivación fundamental para el ejercicio del voluntariado. Su rol como
mediadora aparece en el discurso en tanto vehículo para la integración de
este grupo a la esfera pública. La imagen colectiva que se sostiene de la mujer
marroquí aparece como una preocupación constante y un obstáculo para su
incorporación como ciudadanos de pleno derecho en la sociedad de
acogida.
“Con las mujeres marroquíes me gustaría sacarlas un poquito del mundo en
213
que están metidas… Hay mujeres…Hay mujeres que no salen que están en sus
casitas… que están, que no salen…que a lo mejor no van ni al médico…La
mentalidad de esas mujeres es la que me gustaría intentar cambiar”
“(…)La mujer marroquí para que sepa relacionarse con la gente… para que
dé una imagen, que no sea una mujer analfabeta, que no sabe relacionarse.
No. Esto se tiene que cambiar… Dar una imagen diferente para que la
sociedad en general las acepte.(…) Ni ella va a saber incorporarse ni la
sociedad la va a saber acoger… Es una cosa….Y yo creo que aquí las puedo
ayudar… Un poco para que ellas entiendan y las entiendan”
Expectativas
Las expectativas de Zahira con respecto al voluntariado vienen marcadas por
las motivaciones de carácter altruista e instrumental anteriormente señaladas,
dentro de un marco temporal que, se estima en estos momentos, insuficiente
para la dedicación a la actividad voluntaria derivado de su incorporación
reciente al mercado laboral.
“Me gustaría (continuar en algún tipo de voluntariado)…te he dicho al
principio que a mí me encantaba el ayudar…a los inmigrantes,… bueno, en
general…pero bueno, es que es una comunidad que necesita ayuda…pero
este año yo no puedo porque como tengo el trabajo…Me encantaría trabajar
con los inmigrantes, pero si no me sale, tengo que trabajar en otras cosas.”
214
Entrevista 5.
Mujer. 34 años. País de origen: Argentina. Estudios superiores. Trabajadora en
activo. Soltera. Sin hijos. Nivel socioeconómico: medio. 5 años de estancia en
España. Nombre de la entidad 1: entidad G. Área de actuación de la entidad:
Exclusión social. Nombre de la entidad 2: entidad H. Área de actuación:
Inmigración y asilo. Cooperación al desarrollo. Nombre de la entidad 3:
entidad J. Área de actuación: Inmigración y asilo. Cooperación al desarrollo.
Nombre del entrevistado: Beatriz.
Beatriz llegó a España hace 5 años con objeto de desarrollar su carrera
profesional. En el país residían familiares próximos, que se convirtieron en su
primer contacto en el mismo. Actualmente conserva familia en Argentina y en
los próximos meses cambiará su residencia a otra ciudad española al contraer
matrimonio.
Trayectoria
Ella sitúa el inicio de su trayectoria dentro del voluntariado en Argentina,
conceptualizando como acción voluntaria un curso formativo en primeros
auxilios a cargo de una organización no gubernamental de carácter
internacional. La “noción de ayuda a los demás” aparece en el discurso
mediado por la utilidad de la adquisición de conocimientos concretos en la
rama sanitaria.
“Yo empecé en un curso de primeros auxilios con ONG internacional porque
me interesaba hacer… como socorrista se dice o algo así….para poder ayudar
215
si hiciera falta…. Porque lo me motivó era el querer ayudar a la gente… “
A los pocos meses de llegar a España tomó parte como voluntaria en un
acontecimiento religioso de carácter internacional que tuvo lugar en Europa.
Este proyecto existía previamente a su viaje a nuestro país, habiéndose
gestionado la participación en el mismo haciendo uso de la red informática. En
su discurso aparece nuevamente la idea de ayuda, que la lleva a embarcarse
en un proyecto individual acorde con sus inquietudes religiosas.
“Cuando llegue en septiembre a España yo ya tenía pensado irme a
Colonia… Antes de venir me apunté como voluntaria en la Jornada mundial
de la juventud de cuando fue el Papa a Colonia. Me animé como cristiana.
(…)Entonces estábamos allí …para recibir a los voluntarios de las diferentes
nacionalidades… entonces era darles las cosas… Fueron 15 días de estar
durmiendo en sitios… en el pabellón de deportes…en un saco de dormir, en el
suelo…con tres duchas al día… y éramos como 500 personas…o sea que… y
súper interesante…Fui con una ONG, entonces tu escribías en la página web
en inglés (…) Me fui sola, sin amigos y sin nada, que hay gente que se fue con
amigos…Yo dije “yo me voy. Quiero ayudar” “
Su contacto con organizaciones religiosas está presente de forma relevante en
su trayectoria dentro del voluntariado, acercándole a las entidades en las
cuales llevará a cabo éste. La actividad que desarrollará como voluntaria
vendrá determinada no por sus preferencias personales sino por la adecuación
que la entidad G decide del perfil de Beatriz. Llama la atención la aparición
en su discurso del término “trabajar” para hacer referencia a la actividad
voluntaria.
216
“Luego veo un anuncio en la parroquia que necesitan ayuda para apoyo
escolar… me puse en contacto con una gente del Opus Dei aquí…y les
convenía más por mi perfil que estuviera en una asociación que se llama G
para… hacer… actividades de ocio y tiempo libre con drogodependientes… y
había también como acogidos a inmigrantes africanos…que para ello les
venía bien para el idioma…Entonces ahí empecé a trabajar en esta
asociación “
El cambio en su propia situación personal juega un papel fundamental en el
abandono de esta actividad voluntaria. No obstante, en otro momento de la
entrevista, a esta primera razón argumentada se une otra justificación que
reviste un cariz bastante distinto, circunscribiéndose a la esfera legal. La
actividad que desarrollaba en este momento como voluntaria, a la que se
refiere en el discurso con el término “trabajo de voluntario” le reportaba unos
mínimos ingresos, una cantidad “simbólica” a la que debe renunciar tras firmar
una cláusula de exclusividad en su contrato laboral. Es relevante que el
intercambio económico asociado a esta actividad no impida la catalogación
de ésta en tanto tarea voluntaria.
“Luego lo que pasa es que por incompatibilidad de horarios se me
complicó…porque fui cuando conocí al que va a ser mi futuro esposo, que es
valenciano y tenía que viajar fines de semana, así… Y entonces ahí como que
fue más complicado”
“Y luego ahí me pagaron algo simbólico pero era por tema seguro también,
que es también otro motivo por el cual tuve que dejarlo al empezar a
trabajar. Fue porque yo estaba en la compañía donde trabajaba como
217
suplente. Cuando me pasan a la plantilla firmo un contrato de exclusividad. Y
les pregunte si no podía hacer un trabajo de voluntariado. “Es que no me
pagan, me dan una cosa simbólica”, les dije y me dijeron que no”
No obstante su interés por continuar desarrollando actividades de voluntariado
le llevo a incorporarse en las semanas posteriores a actividades de apoyo
escolar y catequesis dentro de la entidad H. De nuevo la parroquia aparece
como el marco en el que acontece el contacto con esta nueva organización,
también de cariz religioso. El tiempo que debe dedicar a la tarea se considera
ahora compatible con los cambios experimentados en su vida personal. El
abandono de esta nueva tarea voluntaria se justifica ahora desde la
búsqueda de espacios de ocio y tiempo libre que ella considera necesarios.
Llama la atención que en su discurso el término “trabajo” con el que definía la
actividad voluntaria desempeñada en la entidad anterior sea ahora sustituido
por la noción de “hacer voluntariado”. Cabría preguntarse si el intercambio
económico que mediaba en su tarea en la organización anterior y que no se
haya presente en ésta subyace a la conceptualización diferencial de ambas
actividades.
“Entonces empecé a hacer voluntariado de apoyo escolar en mi parroquia,
que es un día por semana, y daba catequesis… pero lo tuve que dejar porque
se me juntó con otra actividad que tenía, de teatro y ya no podía…Entonces
dije “también un poco de ocio es importante””
Tras el abandono de esta última actividad voluntaria, su inquietud por “seguir
ayudando” le lleva a cursar un máster en cooperación internacional, que
considera compatible con su formación universitaria previa y, al tiempo, como
218
una vía de acceso formal al trabajo en el marco de entidades sociales. Las
expectativas laborales quedan claramente explicitadas en su planteamiento
discursivo, presentando a la actividad voluntaria como una vía de entrada
necesaria para acceder al mercado laboral dentro del campo social. En su
discurso aparecen elementos autorreferenciales asociados a su lugar de
nacimiento que identifica con el tercer mundo, si bien establece una clara
diferencia entre los diferentes países que ella incluye bajo esta denominación.
“Tengo como el eso de querer ayudar a la gente ¿no? […] y… luego me meto
en cooperación internacional porque una compañera de trabajo, que ahora
somos amigas, me comenta que había hecho ese máster… en la Universidad
(nombre de la Universidad) y me cuenta que se había ido a India a hacer
proyectos, a hacer ayuda al Tercer Mundo… Y claro yo vengo del Tercer
Mundo, pero lo que yo veo en Buenos Aires que se necesita yo veo que es muy
diferente de lo que ella me contaba en la India [….] y me doy cuenta de que
puedo compaginar mi formación en Dirección y Gestión de Empresas con lo
que es la cooperación al desarrollo… y entonces por eso me meto a hacer
este máster y con idea de… de dedicarme profesionalmente a ello. Y
entonces ahí veo que para poder entrar en este sector hay que empezar
mucho desde el voluntariado…Que esto surge del voluntariado…esta idea de
que sí quiero ayudar a la gente…”
La intención de dedicarse profesionalmente al trabajo en el marco de
entidades cuya área de actuación es la cooperación internacional, se
modifica en la medida en que las condiciones salariales ofertadas no le
permiten la satisfacción de aquellas necesidades que estima básicas en este
219
momento, si bien no descarta la posibilidad de dedicarse profesionalmente a
ello en un futuro. Esta razón le conduce a reincorporarse de nuevo a la
actividad voluntaria dentro de una organización que trabaja en el ámbito de
la inmigración y la cooperación al desarrollo. Si bien hasta este momento el
acercamiento a las entidades se había establecido a través de la parroquia a
la que solía acudir, en esta ocasión la red informática es su vía de
aproximación a la entidad.
“Mi primera opción era meterme profesionalmente en el trabajo de
cooperación pero con lo que se paga no me alcanzaba a mí para poder
cubrir mis necesidades, viviendo en Madrid. Entonces digo “mientras esté aquí
en Madrid puedo ingresar, meterme en este mundo pero como voluntaria””
“Y luego empecé con la entidad J… lo conocí por la página
www.hacesfalta.org, que necesitan voluntarios… entonces yo me apunto”
Su marcha próxima a otro lugar de residencia fuera de Madrid, junto con su
nueva situación laboral, como trabajadora en paro, emergen en tanto razones
que le condicionan para el abandono de la actividad voluntaria. Si bien
parece existir un propósito de continuidad con la entidad J, dada la presencia
de una sede de ésta en la ciudad donde residirá, no está dispuesta por el
momento a adquirir un compromiso explícito con la misma. La profesionalidad
y la seriedad aparecen como cualidades propias que condicionan la
verbalización de su deseo de prolongar la actividad voluntaria en la nueva
ciudad. La emergencia en el discurso de términos tales como “buena
profesional” parece evidenciar que su intención de dedicarse laboralmente al
ámbito social subyacen en todo momento asociados a la actividad voluntaria.
220
“Luego… están… te digo están, porque ahora me voy a Valencia….y cuando
resuelva y me vaya Valencia… (¿tienes intención de continuar en Valencia?)
En principio sí, pero tengo primero que asentarme porque voy a ir sin trabajo.
Yo soy una persona súper seria en lo que hace, muy buena profesional y
tampoco quiero crear falsas expectativas que luego no pueda cumplir…”
Acceso a las entidades. Compromiso
En la primera de las entidades el contacto inicial se realiza en el seno de la
organización, recibiendo información en torno a las tareas que se llevan a
cabo en la misma. Las expectativas en torno a lo que se esperaba del
voluntariado aparecen explicitadas en este primer encuentro. Las tareas a las
cuales se adscribirá Beatriz distan de ser aquellas por las que inicialmente se
había interesado, a partir de la adecuación de su “perfil” al desarrollo de un
tipo de actividad particular dentro de la organización. No existe, según
aparece en su discurso, ningún tipo de compromiso escrito al respecto.
“Luego veo un anuncio en la parroquia que necesitan ayuda para apoyo
escolar… me puse en contacto con una gente del Opus Dei aquí…y les
convenía más por mi perfil que estuviera en una asociación que se llama G
para… hacer… actividades de ocio y tiempo libre con drogodependientes…”
“Nos dieron el teléfono de una persona que nos estaba esperando. Primero
quedamos un día, fui a la asociación, para ver lo que hacían…y me explicaron
lo que hacían y que también había talleres… de informática… de lenguaje
también y de un montón de cosas…y qué iba a ser lo que se esperaba de
221
nosotros…En este caso fue la responsable de… de lo de…lo diré…de esto de
actividades de ocio y tiempo libre…”
En la segunda de las entidades no aparece explicitada claramente las
circunstancias en las cuales aconteció el acceso a la organización, si bien
queda patente que no existió en este caso tampoco compromiso escrito con
relación a la misma.
“Entonces empecé a hacer voluntariado de apoyo escolar en mi parroquia,
que es un día por semana, y daba catequesis…”
En la última de las entidades en la que desarrolla la actividad voluntaria, el
acceso está mediado por información relativa a la asociación, en tanto
funcionamiento y tareas que se desarrollan en el seno de la misma, que
acontece tanto de forma verbal como escrita. Desde un primer momento
refiere haber tenido contacto con el equipo directivo, partícipe en esta
presentación inicial y haber accedido a información relativa al grupo de
personas que formaban parte de la misma, transmitiendo, para Beatriz, una
impresión de coordinación que es positivamente valorada.
“En la entidad J nos dieron una charla, nos ofrecieron información para leer.
Como era el primer contacto que teníamos varios voluntarios nos explicaron
cómo era la asociación, qué es lo que hacía, lo que teníamos que tener en
cuenta. […] Luego (nombre de la directora), que es la directora se acercó y se
presentó y nos dijo “yo soy la directora…”. Estuvo presente. Ya sabíamos quién
era la directora. Nos indicaron que había muchos voluntarios. De la persona
responsable de voluntariado me dieron el teléfono y me dieron un correo
donde me pasaron el correo de todas las personas y los horarios por si algo
222
quería. Entonces daba una buena sensación, como que todo estaba
coordinado”.
El compromiso se formaliza en este primer encuentro por escrito, a través de un
“contrato” cuyo contenido no recuerda, si bien fue firmado.
“Compromiso escrito solo fue en la entidad J en ese día … (¿en qué consistió?).
Fue en realidad como un contrato… no sé si era para un contrato. Y me dieron
un par de papeles que no sé bien lo que tenían.”
Actividades
En la primera de las entidades, Beatriz interpreta una labor que formalmente
consistía en la programación de actividades de ocio y tiempo libre, en una
tarea de apoyo emocional y seguimiento del proceso de rehabilitación y
reinserción de jóvenes drogodependientes. “Compartir” y “dialogar” emergen
como la base de su actividad, buscando propiciar espacios en los cuales ello
fuera posible. La noción de trabajo aparece en exclusiva vinculada a la
programación de salidas culturales, pero no así a la hora de narrar la tarea de
apoyo emocional que pareciera ella considera prioritaria.
“En la entidad G iba los domingos por la mañana… iba tempranito. Yo abría la
asociación. Les preparaba café para que tuviéramos el momento de poder
compartir. Claro, los drogodependientes tenían el apoyo de toda la semana
en Centros de Salud y todas esas cosas pero el problema era el sábado o a lo
sumo el domingo por la mañana si iban algún sitio por ahí, por la noche el día
anterior, si salían por las recaídas. […] Que tengan un motivo por el que
levantarse temprano para ir a la asociación. A veces nos quedábamos en la
223
asociación charlando, de sus logros […] Y entonces era eso, de reunirse ahí. A
veces algunos días quedarnos en la asociación y tomar café, unas pastitas. El
trabajo que inicialmente me dijeron era ir programando actividades culturales.
Fuimos a visitar el museo de Ciencias Naturales, cosas culturales,… Pero yo
siempre buscaba luego el momento de poder charlar, que me contaran si
habían tenido alguna cosa durante la semana […]”
En la segunda de las organizaciones, su labor se circunscribe inicialmente al
apoyo escolar. No obstante tarea se ve ampliada, auspiciada por los
requerimientos de la organización, en una actividad que combina la
enseñanza de contenidos académicos con la detección de necesidades en el
colectivo inmigrante con el cual desarrolla su actividad voluntaria.
“En la entidad H primero hacía solo apoyo escolar. Luego hubo una reunión y
ahí lo que se vió mucho son temas de inmigración. Entonces también el
objetivo de esto no era la tarea, que sean buenos alumnos, sino ver que es lo
que ellos necesitan, por qué tienen fracaso escolar, por qué necesitan
atención. Digamos ayuda social. Y nosotros podríamos ser detectores de esas
necesidades. Eso es también lo que se nos pedía.”
En la entidad J las tareas se circunscriben fundamentalmente a la organización
y participación de eventos auspiciados por la entidad. El primero de ellos tiene
lugar a los pocos días de haberse incorporado a la entidad. En el segundo de
los acontecimientos, su labor se ciñe a la organización del mismo, actividad
pareja a aquella que desarrolla de manera habitual en su ámbito laboral. Este
paralelismo le provee de un cierto conocimiento de la complejidad de la labor
asignada, que nuevamente aparece matizada con términos propios de una
224
tarea retribuida y se configura como uno de las justificaciones, junto con el
tiempo requerido para la realización de la misma y los cambios en su vida
personal, que le conduce a su abandono.
“En la entidad J hice esto de la feria de Madrid a los pocos días de entrar y
empecé, aunque muy poquito, en la organización de un congreso nacional,
de un congreso de educación e inmigración. El objetivo era… estaba todavía
pendiente de ver… Por un lado íbamos a analizar el contexto español, cuál es
la realidad de la inmigración, intentando ver lo que son los problemas que
están teniendo los niños en la educación. Yo tenía que trabajar en la
organización de todo, en coordinar a la gente que iba a venir y eso. He estado
trabajando durante estos años en la organización de eventos por mi trabajo,
traslados, autocares…No me parecía raro por mi trabajo. Sé lo que es y es muy
complicado. […] Eso era un poco lo que tenía que hacer en la entidad J…y
eso lleva mucho tiempo.[…] Y yo les dije: lo siento, no puedo hacerlo porque es
un trabajo muy complejo, se necesita mucho tiempo y además me voy a ir a
vivir a Valencia en breve, por lo que es imposible que pueda terminarlo”.
Participación en las entidades
Beatriz entiende la participación en las organizaciones desde la capacidad de
aportar nuevas ideas y mejorar los aspectos organizativos de éstas,
definiéndose a sí misma como una persona crítica que se cuestiona aquello
que realiza.
En la primera de las entidades el carácter cerrado y la eficacia probada para
ella de la actividad a realizar hace que no considere la necesidad de nuevas
225
aportaciones y que, de producirse éstas, se circunscriban en exclusiva a la
programación de nuevas salidas de carácter cultural. No obstante, el espíritu
crítico conforme al cual se define, queda ejemplificado en el cuestionamiento
que realiza a alguno de los requisitos que se asocian a la tarea que realizaba.
“En cuanto a la actividad en la entidad G eran actividades tan
esquematizadas, tan probado en el tiempo, que tampoco yo veía la
necesidad. Mira yo soy de las personas críticas, soy muy crítica, pero la crítica
constructiva. Y en la entidad G me pareció que estaba todo bastante bien
organizado. Yo, por ejemplo, pregunté “¿y por qué tengo que quedar con ello
en la asociación?” pero me decían que era importante que tuvieran un sitio de
referencia. Y la explicación me parecía bien. [… ]. De hecho yo hice
propuestas y fuimos al museo ese….”
Con respecto a la segunda entidad, reseña especialmente la jerarquía
piramidal de la misma como un elemento condicionante en el grado de
participación del voluntario, que nuevamente circunscribe a la posibilidad de
introducir cambios en la tarea. El carácter cerrado de la misma, con objetivos
claros y el tiempo de dedicación a la actividad parecen ser las razones
aludidas a la hora de considerar el poco “margen de acción” del voluntario.
Por otro lado llama la atención que frente a esta escasez de capacidad de
acción se aluda al término libertad para caracterizar la posibilidad de toma de
decisiones al respecto.
“Es complicado (la participación en la entidad). En la entidad H creo que es un
tema de jerarquía piramidal […]. En la entidad H lo de apoyo escolar, había
normas, de hacer las fichas… cosas burocráticas necesarias… Pero luego
226
había libertad para tomar algunas decisiones, pero, por otro lado no había
mucho margen de acción. El objetivo es claro. En una hora y media que estás
allí tampoco puedes aportar mucho.”
En la última organización, el grado de participación se torna nulo, a expensas
de la jerarquía existente dentro de la misma y de la incapacidad real del
voluntario de participar en la toma de decisiones, cuya potestad reside en
exclusiva en los órganos dirigentes de la misma.
“En la entidad J ahí es donde tengo yo la sensación de ser más piramidal,
porque tú, por ejemplo, presentas el borrador en las jornadas que te decía… Y
ya se vería si se aprobaba o no… Lo tenías que presentar y al final es el comité
el que decide… Tú presentas algo pero ¿qué vas a defender…? Si está el
director y la directora que son los que toman las decisiones ¿sabes?. , si de
pronto te dicen “esto no”, pues ya está. Tuve esa sensación que te decía”
Motivaciones
La autorreferencia a su historia personal se configura como uno de los motores
fundamentales de su participación en la actividad voluntaria. El haber sido
durante un tiempo de su vida “beneficiaria de ayuda” sin la cual considera,
“no hubiera podido sobrevivir” le lleva a participar en una tarea que,
considera, puede “marcar una diferencia” en la vida de las personas a las
cuales va dirigida. La actividad voluntaria es vista como una “vocación”, que
emerge de su experiencia personal y como una “devolución” a partir de la
ayuda que recibió en un momento dado. Al tiempo, en su discurso, pretende
distanciarse de un rol de “salvador del mundo” que en ocasiones aparece
227
ligado a la actividad voluntaria.
“Yo creo que la motivación me surge por haber sido beneficiaria de ayuda. Es
que yo vengo de una familia muy pobre, somos 5 hermanos y mi padre
desaparece cuando estaba embarazada de la última… Entonces, mi padre
desaparece y entonces estamos 5 hermanos y mi madre que no nos podía dar
de nada. Entonces estuvimos… estuvimos en un programa de la parroquia que
nos daban ropa, un programa nacional que nos daban comida…que nosotros
íbamos a buscar eso una vez al mes, arroz, legumbres, un montón de cosas.
Entonces eso de… eso fue muy duro. Luego a través de una vecina, que era
amiga de mi madre,… el día de navidad se presentó con una fuente de pavo
o pollo, no me acuerdo muy bien de que era y pudimos celebrarlo…Entonces
tú dices “y gracias a esas personas yo pude sobrevivir”. Por un lado es… la
gratitud hacia esa gente y por otro lado decir ”¡Jo, qué fuerte!”. Entonces si
alguna vez, con lo poco pueda yo ayudar a esas personas, es ayuda puede
marcar la diferencia al igual que esa gente marco la diferencia en mi vida. Sí,
el hecho de decir “tú puedes”. […] Yo tampoco quiero salvar al mundo ni voy
a solucionar el problema del hambre en África…. Ni yo ni ninguna persona de
aquí, pero todos podemos hacer algo. Entonces de ahí surge mi vocación”.
Junto a estas motivaciones, aparecen aquellas que pudieran consideradas en
tanto instrumentales, considerando el voluntariado como la puerta de entrada
a la actividad laboral en el sector social, al que hace referencia en varias
ocasiones a lo largo de toda la entrevista.
“Me parece súper gratificante (la actividad voluntaria), si bien quiero
dedicarme a esto profesionalmente y poder percibir profesionalmente algo de
228
sueldo, dedicar mi tiempo y obtener dinero”
De manera transversal sus creencias religiosas parecen atravesar su trayectoria
dentro del voluntariado, ya sea en la ejecución de tareas concretas o
acercándose a entidades de este cariz.
Expectativas
Si bien existe un propósito de continuar con la actividad voluntaria, éste queda
supeditado a su situación personal y laboral actual. Junto a esta inquietud
existe un motor fundamental en el ejercicio del voluntariado relativo a la
posibilidad futura de incorporación laboral al mundo social.
“Tengo idea de seguir en el voluntariado, cuando ya tenga más mi vida
organizada en Valencia y encuentre un trabajo”
“Me parece súper gratificante (la actividad voluntaria), si bien quiero
dedicarme a esto profesionalmente y poder percibir profesionalmente algo de
sueldo, dedicar mi tiempo y obtener dinero”