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E STUDIO SOBRE LA “PARTICIPACIÓN DE LAS PERSONAS INMIGRANTES/REFUGIADAS EN EL VOLUNTARIADO DEL MUNICIPIO DE MADRIDCoordinadora del Estudio: Estrella Galán Pérez Autores: Marta Pagola de Frutos Cristina Oter Quintana Jose Antonio Rubio García Carlos Moral Cruz Estrella Galán Pérez

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La inmigración se ha convertido en uno de los temas más destacados de la política internacional. Según los últimos datos de la ONU, más de 191 millones de personas de todo el mundo han abandonado sus países con el fin de encontrar un nuevo hogar y empezar una nueva vida (Comisión Global de Inmigración Internacional, GCIM, 2005). Esto se debe a múltiples razones, entre las que se incluyen la pobreza, la persecución política, un entorno amenazador, la guerra y los conflictos, la reunificación familiar y de la comunidad, la consecución de una vida más próspera o para encontrar la dignidad y la libertad.

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ESTUDIO SOBRE LA

“PARTICIPACIÓN DE LAS PERSONAS INMIGRANTES/REFUGIADAS EN EL VOLUNTARIADO DEL MUNICIPIO DE MADRID”

Coordinadora del Estudio: Estrella Galán Pérez

Autores:

Marta Pagola de Frutos Cristina Oter Quintana

Jose Antonio Rubio García Carlos Moral Cruz

Estrella Galán Pérez

2

INDICE

Agradecimientos

4

1. INTRODUCCIÓN

5

2. LA PARTICIPACIÓN DE LAS PERSONAS INMIGRANTES Y/O REFUGIADAS EN EL VOLUNTARIADO COMO OBJETO DE ESTUDIO: OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN

7

2.1. Transformación social y acción voluntaria

7

2.2. Delimitando el objeto: el voluntariado inmigrante y/o refugiado como nueva forma de voluntariado emergente

14

2.3. Objetivos de la investigación

17

3. METODOLOGÍA Y DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN

19

3.1. Fundamentación metodológica

19

3.2. El diseño de la investigación

20

4. CONTEXTO NORMATIVO E INSTITUCIONAL

24

5. MARCO TEÓRICO

34

6. VOLUNTARIADO MIGRANTE Y ORGANIZACIONES SOCIALES MADRILEÑAS

43

6.1. Historia de la incorporación del voluntariado de origen extranjero en las entidades

46

6.2. Acceso de las personas de origen extranjero a las entidades y su participación en las mismas

51

6.3. Perfil, intereses y expectativas de los voluntarios migrantes

59

6.4. El voluntariado migrante en las entidades y su nivel de participación

68

6.5. Expectativas respecto a los voluntarios de origen extranjero y valoración de las entidades

74

7. PERFIL DEL VOLUNTARIADO INMIGRANTE Y/O REFUGIADO EN MADRID Y ANÁLISIS DE SU TRAYECTORIA VOLUNTARIA

79

3

7.1. Análisis de los cuestionarios realizados y variables exploradas: La metodología utilizada

79

7.1.1. Participación del voluntariado migrante en entidades según su área de actuación

81

7.1.2. Grado de participación de la población migrante en el voluntariado

84

7.1.3. Voluntariado migrante y distribución por sexos

85

7.1.4. Voluntariado migrante y edad

87

7.1.5. Voluntarido migrante y países de origen

88

7.1.6. Voluntariado migrante y situación social: tiempo de estancia situación administrativa

91

7.1.7. Voluntariado migrante y nivel de estudios

92

7.1.8. Voluntariado migrante y situación laboral

93

7.1.9. Voluntariado migrante y desarrollo de la actividad voluntaria: tiempo de dedicación, requisitos exigidos al voluntario migrante para su incorporación, puestos que ocupan en las entidades.

94

7.2. Conclusiones del análisis de los cuestionarios

100

7.3. Hipótesis sobre la labor voluntaria de las personas migrantes obtenidas a través de las entrevistas realizadas

103

7.3.1. Metodología utilizada para las entrevistas

103

7.3.2. Trayectoria de la persona en el mundo del voluntariado

107

7.3.3. La incorporación a la entidad voluntaria

114

7.3.4. La formación y la tarea

118

7.3.5. Tiempo y compromiso

122

7.3.6. La participación en el marco de la entidad

126

7.3.7. Motivaciones y expectativas

134

7.4. Especificidades del Voluntario Refugiado

139

8. CATÁLOGO DE RECOMENDACIONES PARA LA GESTIÓN DE UN VOLUNTARIADO INTERCULTURAL

147

9. ANEXOS

156

4

Agradecimientos

Queremos mostrar nuestro agradecimiento a las siguientes entidades

sociales por su valiosa colaboración con la investigación de la cual es fruto el

presente informe y sin las cuales habría sido imposible su realización:

AEOMC, Fundación Manantiales, ASPAD, Psiquiatría y Vida, ASPAFADES,

ADEMADRID, F. FANS, AMEB, AFADE, Proyecto Hombre, ACCIS, ADDEM,

ASPAYM, FAD, COAMFICOA, Fundación Retina Madrid, Zumbido Social,

Fundación ECCA, Asociación Caminar, Asociación Marillac, Fundación EMAUS,

HSDJ, Amis-Aurrera, La Rueca, Con un Pie Fuera, Fundación RAIS, MENIÑOS,

Ciudad Joven, Fundación ANAR, Caritas Madrid, Federación de Mujeres

Progresistas, Ayuda en Acción, Helsinki-España Dimensión Humana, Pueblos

Hermanos, Entre Culturas, APDHE, World Vision España, AAPS, CONGDE, SOS

Racismo, AFESIP, La Torre de Hortaleza, Coordinadora Juvenil de Vallekas,

Asoc. Juvenil ATZ, Asociación Crecer, AFAIJ, Fundación Yehudi Menuhim,

Centro Hispano-Bulgaro, ACULCO, Fundación ADSIS, Iniciativas Solidarias,

ACOBE, MITA, CEAR, La Merced, MPDL.

Así mismo queremos dar las gracias a las personas voluntarias que nos han

prestado su experiencia a través de las entrevistas realizadas, porque

realmente ellos han sido la fuente de nuestra inspiración: Ana, Javier, Darío,

Gueri, Uría y Mª Eugenia.

A todos ellos y ellas muchísimas gracias.

5

1. INTRODUCCIÓN

La inmigración se ha convertido en uno de los temas más destacados de la

política internacional. Según los últimos datos de la ONU, más de 191 millones

de personas de todo el mundo han abandonado sus países con el fin de

encontrar un nuevo hogar y empezar una nueva vida (Comisión Global de

Inmigración Internacional, GCIM, 2005). Esto se debe a múltiples razones, entre

las que se incluyen la pobreza, la persecución política, un entorno

amenazador, la guerra y los conflictos, la reunificación familiar y de la

comunidad, la consecución de una vida más próspera o para encontrar la

dignidad y la libertad.

Durante los últimos años, ha ido aumentando el interés por la

participación de las personas migrantes en el voluntariado, sobre todo en

aquellos países con una arraigada tradición de sociedad civil y una sólida

concienciación del papel clave que desempeña el voluntariado en el tejido

social y la cohesión de la sociedad. El reconocimiento de que la participación

civil y la actividad voluntaria son pilares esenciales en una democracia

próspera nos hace preguntarnos si las comunidades de inmigrantes forman

parte de estos pilares y, de no ser así, qué se debe hacer para promover

acciones civiles en estas comunidades.

6

Así mismo existen investigaciones1 que reconocen la actividad voluntaria

como un recurso ideal para alcanzar el deseado proceso bidireccional que

supone la integración, el cual no goza aún de pleno reconocimiento (en el

sentido de plena ciudadanía).

El presente documento, fruto de un estudio exploratorio, pretende contribuir

a la reflexión, al debate y al conocimiento del papel de los voluntarios/as de

origen extranjero como sujetos sociales activos partiendo de la premisa de

valorar la acción voluntaria como recurso para la integración y ejercicio activo

de participación ciudadana.

1 INVOLVE. Participación de nacionales de terceros países en el voluntariado como medio para mejorar la integración. Ed. Centro Europeo de Voluntariado. 2006

7

2. LA PARTICIPACIÓN DE LAS PERSONAS INMIGRANTES Y/O REFUGIADAS EN EL VOLUNTARIADO COMO OBJETO DE ESTUDIO: OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN

2.1. Transformación social y acción voluntaria

Ante la llamada crisis del Estado de Bienestar, se han ido ampliando los

actores sociales que participan activamente para el mantenimiento de los

sistemas de protección y defensa de los derechos fundamentales.

La existencia y pervivencia de la exclusión social, que deja fuera del

ámbito del Estado de Bienestar a grupos humanos cada vez más amplios,

entre los que pueden encontrarse en muchos aspectos las personas

inmigrantes y refugiadas, supone una llamada imperiosa a la participación

social. En esta línea, el Estado es parte del problema y difícilmente es parte de

la solución; más bien se siente “la mano izquierda del Estado”, que dispensa

beneficios a aquellos que “la mano derecha del Estado” produce como

víctimas2.

En España, desde la década de los noventa, se ha producido un

incremento espectacular de la participación en organizaciones sociales o

voluntarias, estando el grado de asociacionismo en torno al cuarenta por

2 Bourdieu, Pierre (1999): Cortafuegos. Reflexiones para servir a la resistencia contra la invasión neoliberal. Ed.

Anagrama. Barcelona

8

ciento3. Según datos extraídos del Diagnóstico de Situación del Voluntariado

en España, donde se realiza una compilación de datos estadísticos obtenidos

de diversos estudios realizados sobre el Tercer Sector, en 1999 había 1.357.320

personas implicadas en entidades de Acción Social, de las cuales un 79% eran

voluntarias.

Los altos niveles de participación activa existentes indican que algo está

cambiando en la sociedad española (entendiendo como miembros de la

sociedad española a todos los ciudadanos, sea cual sea su origen),

pudiéndose deducir que estamos pasando de una sociedad donde ha

primado la competitividad y el individualismo a una sociedad algo más

solidaria donde los ciudadanos consideran que pueden satisfacer mejor

algunas de sus necesidades estando asociados a organizaciones voluntarias y

siendo solidarios4, es decir, ejerciendo la participación social.

Este incremento de la solidaridad se puede entender analizando los

siguientes factores5:

Factores estructurales:

� Aumento del tiempo libre entre la población

� Percepción de un aumento de necesidades sociales debido a la crisis del

Estado de Bienestar 3 Alberich, Tomás (1994): “Aspectos cuantitativos del asociacionismo en España” en Mundo Asociativo.

Documentación Social nº 94. Madrid 4 Navajo, Pablo (2004). La participación Ciudadana. Iniciativa Social y estado de Bienestar.

www.iniciativasocial.net/participacion.htm

5 De Felipe, Ana y Rodríguez de Rivas, Lilo (1995): “Guía de la Solidaridad”. Temas de Hoy. Madrid

9

� Crisis de valores que hace que se busquen nuevos valores que los sustituyan

� Desencanto con la actuación de partidos políticos y sindicatos

� Aumento de la confianza de la sociedad en organizaciones y asociaciones

no lucrativas.

Factores coyunturales:

� Desarrollo de determinados hechos que despierta la solidaridad de la

población ante situaciones extremas (catástrofes naturales, guerras,

pobreza, etc...)

A estos factores, les podemos sumar en el caso de las personas refugiadas e

inmigrantes, la imposibilidad de participar activamente y de una manera

integral en la sociedad que les acoge debido a impedimentos legales.

Históricamente hemos visto una evolución que debemos tener en cuenta.

Inicialmente, y desde una perspectiva conservadora la configuración de

valores materialistas se centraba en la necesidad básica de seguridad, tanto

física como material. Posteriormente, desde una perspectiva progresista, la

política de emancipación se basó en la lucha de clases y la consecución de la

igualdad, teniendo como referente a la clase trabajadora. Pero los valores

posmaterialistas enfatizaron necesidades secundarias como la

autorrealización, la autoestima y la pertenencia reclamando valores que

habían estado desatendidos como los basados en los Derechos Humanos

entre otros, constatando así como la cultura toma el lugar de lo social. En este

sentido vemos como las personas inmigrantes y refugiadas, excluidas de la

10

participación política, pueden cubrir de una forma alternativa sus necesidades

de participación a través de acciones voluntarias en organizaciones sociales.

Paralelamente el imaginario actual del fenómeno del voluntariado

responde a tres ejes fundamentales6: el retorno de la beneficencia en versión

neoliberal; el voluntariado compensatorio y corporativo que recoge la

tradición social del Estado de bienestar; y el voluntariado ligado a lo

alternativo y al liberacionismo.

El tercer eje está en la línea de entender el voluntariado como una forma

de participación social con visión macro, con carácter participativo y con

capacidad para transformar la realidad. La hipótesis que manejamos para la

realización de esta investigación es que son precisamente estos aspectos a los

que se acogen las personas inmigrantes y refugiadas para, de una forma

alternativa, canalizar su participación social y/o política en la sociedad de

acogida.

Los diferentes estudios existentes entorno al fenómeno del voluntariado y la

participación, analizan estas formas de acción social desde diferentes

perspectivas, subrayando su carácter positivo, unos, y su carácter negativo

otros.

6 Mota, Rosalía y Vidal, Fernando (2003) : Solidaridad y Morfología de los voluntariados madrileños. Ed. Dirección

General de Inmigración, Cooperación al Desarrollo y Voluntariado de la Comunidad de Madrid. (p.22)

11

Algunos autores como Ariel Jerez7 y Luis Enrique Alonso, adoptan un punto

de vista crítico, considerando que el voluntariado realiza servicios públicos en

un régimen indebido o improcedente y porta una ideología que favorece el

neoliberalismo. Sin embargo habría que ponderar las críticas hacia la función

neoliberal del voluntariado desde esa diversidad y desde un paradigma de

cambio social.

En la misma línea, Ana Mª Rivas8 considera que las organizaciones que se

nutren del voluntariado pueden estar legitimando el sistema neoliberal,

consiguiendo una desmovilización política de las sociedades desarrolladas y

desactivando políticamente a las sociedades a las que “dicen” ayudar.

La crisis que el Estado de Bienestar está viviendo desde la década de los

setenta del siglo pasado, ha posibilitado la ofensiva de sectores conservadores

y liberales contra la intervención estatal en la economía y en la sociedad. Estos

sectores están impulsando la desregulación de los mercados y la privatización

de los servicios públicos como ejes centrales de su “agenda neoliberal”,

transformando la naturaleza del Estado de Bienestar y traspasando los sistemas

de protección social a la empresa privada y a las organizaciones del Tercer

Sector. En esta estrategia de “privatización” adquiere un papel relevante el

discurso acerca del creciente protagonismo que la sociedad civil debe asumir

en la gestión de la economía y la sociedad, incluyéndose en esta categoría de

7 Jerez, Ariel (1997) : ¿Trabajo voluntario o participación ?. Elementos para una sociología del Tercer Sector. Ed. Tecnos. Madrid

8 Rivas, Ana María (2002): Voluntariado, Sociedad Civil y Militancia. Un análisis crítico del voluntariado y las

organizaciones no gubenamentales. Ed. Acción Cultural Cristiana. Salamanca (P.41)

12

sociedad civil al sector empresarial y al sector integrado por asociaciones y

ONG. Sector que se nutre en gran medida del trabajo voluntario.

Sin embargo, la creciente identificación entre sociedad civil, Tercer Sector y

ONG es percibida con temor por sus efectos “despolitizadores”. Desde los

poderes públicos y los medios de comunicación se transmite y promueve una

imagen asistencialista, bonachona y acrítica de las ONG que desvirtúa el

potencial que posee la sociedad civil como agente de transformación social.

Algunos agentes sociales e investigadores de lo social, señalan la existencia de

una estrategia tendente a aislar y neutralizar a los movimientos sociales, “los

cuales fueron sometidos primero a un proceso de oenegenización y luego de

terciarización, ambos destinados a su domesticación. Mientras los movimientos

sociales son vistos hoy como contenciosos y disrruptivos, el Tercer Sector, por el

contrario, aparece como un socio o colaborador de los gobiernos dentro de

los marcos establecidos por las políticas neoliberales9”.

Lo cierto es que existe un amplío abanico de posicionamientos acerca del

papel que debe jugar el Tercer Sector, pudiendo hablarse de cuatro modelos

vinculados a diferentes planteamientos ideológicos. Un primer planteamiento,

el conservador, que defiende, por encima de cualquier otra cosa, a la familia

como la principal fuente de bienestar y que siempre consideró que era función

de la propia sociedad, y no del Estado, crear instituciones asistenciales para

ayudar a los más desfavorecidos. Un segundo modelo, el neoliberal, que

desconfía de las capacidades del Estado para gestionar la sociedad y que

9 Roitter, Mario (2004): “El Tercer Sector como representación topográfica de sociedad civil”. En Daniel Mato (coord), Políticas de ciudadanía y sociedad civil en tiempos de globalización. Caracas: FACES, Universidad Central de Venezuela, 2004 (Pág. 27)

13

apuesta por desmantelar el sistema de protección social transfiriendo al

mercado y a las organizaciones sociales la prestación de servicios sociales. Un

tercer discurso se correspondería con el socialdemócrata, que mantiene que

las organizaciones del tercer sector son suplentes de la acción del Estado sólo

en aquellos casos de necesidades sociales que no sean cubiertas desde las

administraciones públicas, debiendo intervenir el Tercer Sector allá donde no

llega el Estado. Un último modelo se derivaría de los posicionamientos de

ciertos sectores de la sociedad civil, que consideran necesaria la existencia de

una pluralidad de actores que presten servicios de bienestar ante las

limitaciones del Estado, la creciente complejidad y diversificación de las

demandas y necesidades sociales que atender, y el mayor protagonismo que

se cree debe tener la sociedad civil en la gestión de los asuntos públicos

públicos10.

Desde la experiencia de las organizaciones sociales que han participado en

la presente investigación podemos constatar que existe un amplío número de

organizaciones que apuestan por modelos de transformación social a través

de la participación social y la incidencia política movilizando a amplios

sectores de la ciudadanía. Una de las principales formas de vehicular la

participación social es el voluntariado. Y será a través del voluntariado que se

posibilite la participación activa de muchas personas que por su condición

10 García Roca (2001): “El voluntariado en la sociedad del bienestar”, en Repensar el voluntariado, Documentación

Social Enero-Marzo 2001.

14

jurídica como refugiados o inmigrantes tienen limitado su derecho de

participación y ciudadanía.

2.2. Delimitando el objeto: el voluntariado inmigrante y/o refugiado

como nueva forma de voluntariado emergente

El voluntariado es un nuevo paradigma de solidaridad social que está

brotando con fuerza en los últimos años en España. Uno de los hechos más

visibles alrededor de “lo voluntario” del siglo XX ha sido la remodelación del

voluntariado en el imaginario de las sociedades occidentales.

Esto se ha visto acompañado del surgimiento de organizaciones sociales

que han reformulado una parte significativa de la participación social en

términos de voluntariado, facilitando que la sociedad civil pueda trabajar a

favor de la transformación social.

En este sentido es necesario analizar el nivel de participación en estas

acciones de las personas inmigrantes y refugiadas, teniendo en cuenta que en

la ciudad de Madrid suponen un 16,9% de la población total, lo que supone un

potencial importante de cara a su incorporación a la vida solidaria de nuestra

ciudad.

Las instituciones públicas, organizaciones sociales y reconocidos expertos

reconocen la necesidad de promover la participación social de las personas

inmigrantes como vía efectiva para lograr la integración y la cohesión social,

así como facilitar la convivencia intercultural. En el caso del Ayuntamiento de

Madrid se puede recurrir como ejemplo a su “Plan Madrid de Convivencia

Social e Intercultural”. En este sentido, el voluntariado, como una modalidad

15

de participación ciudadana, es una herramienta fundamental para el

desarrollo de esa estrategia.

La persona inmigrante, en su calidad de ciudadano puede desarrollar su

participación social a diferentes niveles:

1. Un primer nivel, ligado a su rol de ciudadano, relacionado con los

aspectos generales de la vida pública y social. Esta dimensión se

desarrollará en los ámbitos comunes que comparten autóctonos e

inmigrantes, como usuarios de servicios públicos, como vecinos, como

trabajadores, como contribuyentes, como voluntarios,… Estos roles

deben encontrar vías de participación a través de asociaciones, ONGs,

instituciones, etc… al igual que el resto de ciudadanos.

2. Un segundo nivel ligado a otros aspectos más relacionados con su

condición de persona inmigrante o refugiada que actuará sobre

aquellos aspectos relacionados exclusivamente con su condición de

inmigrante o refugiado, tales como los procesos migratorios

internacionales, la legislación sobre extranjería o asilo, las políticas

públicas sobre inmigración y refugio, los programas y proyectos de

integración social de los inmigrantes, etcétera. Las vías de participación

de esta segunda dimensión, entre otras, suelen materializarse en la

constitución de asociaciones de inmigrantes o en la participación

conjunta de autóctonos e inmigrantes en las ONG de apoyo a la

inmigración.

3. Se puede establecer un tercer nivel de participación para cualquier

persona, independientemente de su procedencia, estrechamente

16

vinculada con el hecho de ser ciudadanos del planeta tierra y con la

necesidad de construir una sociedad civil transnacional que genere una

conciencia común y una opinión pública mundial. A escala planetaria,

la participación transnacional consiste en facilitar la convivencia de una

humanidad encorsetada en un mundo cada vez más pequeño e

infinitamente diverso. Un sistema-mundo tan interconectado e

interrelacionado que cualquier acción o problema radicado a miles de

kilómetros de distancia puede afectar a nuestra vida cotidiana. No en

vano, los flujos migratorios internacionales tienen que ver con esta

realidad y con las desigualdades Norte-Sur.

Es en el marco de los flujos migratorios internacionales donde se está gestando

un nuevo ámbito, específico, de participación de las personas migrantes y que

se vincula estrechamente con los proyectos de codesarrollo. Proyectos de

cooperación internacional al desarrollo que conectan estrechamente a las

sociedades de acogida con las sociedades de origen de las personas

migrantes, cobrando un especial protagonismo los migrantes en la

implementación de los citados proyectos.

La gran diversidad de formas de concebir la participación social y los

diferentes planteamientos sobre el papel de la sociedad civil y el Tercer Sector,

así como los distintos niveles de participación de las personas migrantes, obliga

a establecer criterios nítidos y precisos a la hora de delimitar nuestro objeto de

estudio. Tal es así, que para el desarrollo del estudio del que es resultante el

presente informe, centramos nuestro atención en aquellas personas de origen

extranjero que participan en organizaciones de voluntariado de Madrid, y

17

viceversa; en organizaciones de voluntariado que acogen a personas de

origen extranjero como voluntarias.

Pretendidamente hemos huido de utilizar el término “inmigrante”, dado que es

un concepto muy subjetivo que depende del imaginario que el entrevistado

posea de la migración. A nadie se le escapa que un norteamericano no recibe

la misma consideración de “inmigrante” que una persona que proviene del

África negra o de ciertos lugares de América Latina, con todo el imaginario

que rodea al migrante originario de países empobrecidos. Por ello, hemos

optado por un término mucho más neutral y objetivo como es “persona de

origen extranjero”. Al fin y al cabo, se trata de conocer como se está

integrando la diversidad social y cultural en la vida de las organizaciones de

voluntariado, independientemente de las procedencias y las condiciones

socioeconómicas de partida. Lo interesante consistirá en comprobar si existen

matizaciones al respecto.

2.3. Objetivos de la investigación

Los objetivos de la presente investigación han sido los siguientes:

1. Conocer la incidencia del colectivo inmigrante/refugiado en el

voluntariado a través de las entidades Sociales del Municipio de Madrid.

2. Conocer la caracterización que define a la persona voluntaria

inmigrante/refugiada en el Municipio de Madrid.

a. Conocer el perfil del voluntario inmigrante/refugiado según los

siguientes ítems: edad, sexo, formación, situación laboral, tiempo

de estancia en España, nacionalidad y situación administrativa.

18

b. Analizar las motivaciones que vinculan a la persona

inmigrante/refugiada en la acción voluntaria.

3. Conocer la forma de participación como voluntarias de las personas

inmigrantes/refugiadas en las entidades sociales de Madrid.

a. Analizar los procesos de selección de personas voluntarias puestos

en marcha por las entidades sociales y en qué medida influyen en

la incorporación del colectivo inmigrante.

b. Conocer los roles que desempeñan las personas voluntarias

inmigrantes/refugiadas en las entidades sociales.

4. Identificar prácticas interculturales puestas en marcha, para la gestión

de voluntariado, en las entidades sociales del Municipio de Madrid.

5. Conocer la imagen que tienen las entidades sociales madrileñas sobre

las posibles aportaciones del voluntario migrante a diferencia de otros

voluntarios

6. Desarrollar propuestas y líneas de actuación para la elaboración de un

decálogo y/o diferentes herramientas interculturales para la gestión del

voluntariado emergente intercultural.

19

3. METODOLOGÍA Y DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN

3.1. Fundamentación

El voluntariado es una fuerza emergente en el municipio de Madrid.

Como todo movimiento social sufre cambios importantes a lo largo del tiempo.

Madrid, como ejemplo de ciudad intercultural, donde conviven

colectivos de personas muy diferentes, nos facilita el marco ideal para

aproximarnos a realidades cambiantes dentro del voluntariado que configuran

una nueva forma de participación activa y contribuyen a la transformación de

la ciudad.

Por otro lado, durante los últimos años, la inmigración se ha convertido

en uno de los temas más destacados de las políticas internacionales, estatales,

autonómicas, municipales y locales. A pesar del “aparente” creciente interés

por la diversidad cultural, la experiencia voluntaria de los inmigrantes-

refugiados, no parece haber recibido la atención suficiente ni parece haberse

incorporado todavía al discurso del voluntariado. Sin embargo, este ritmo

creciente de flujos migratorios que llegan a España repercute en el

voluntariado perfilándose así otros tipos de voluntariados emergentes que

requieren ser estudiados.

A través de los resultados del presente estudio se pretende facilitar

elementos que nos ayuden a entender mejor la complejidad social en que

vivimos y a las formas que van configurando nuestro voluntariado dentro de

esta realidad basada en la pluralidad y en el encuentro de culturas. De hecho

consideramos que el voluntariado, como fuerza mediadora, es un medio

20

interesante para apostar por un futuro común que represente la

interculturalidad que se da en Madrid.

3.2. Metodología: el diseño de la investigación

La descripción del estado y tendencias de futuro de los voluntarios

inmigrantes- refugiados madrileños requiere de un diseño de investigación, es

decir, de un plan o estrategia que se desarrolla para obtener la información

que se precisa en una investigación. Una vez definido nuestro objeto de

estudio, nos planteamos la manera práctica y concreta de responder a las

preguntas de investigación que nos habíamos planteado y cubrir así los

objetivos fijados.

Vimos la necesidad de plantear un doble enfoque que aplicado al

contexto particular de nuestro estudio, nos daría la información que

deseábamos.

En un primer momento, nos planteamos una aproximación cuantitativa;

el uso de datos con base en la medición numérica y el análisis estadístico para

establecer patrones de comportamiento. Ésta aproximación nos permite

conocer la incidencia del colectivo inmigrante-refugiado en el voluntariado

dentro del municipio de Madrid así como el perfil de éste en las entidades

sociales.

La primera forma cuantitativa de recolección de datos al comienzo de

nuestra investigación consistió en la consecución de datos secundarios,

recolectados por otros investigadores. Implica la identificación y revisión de

21

documentos, registros públicos, archivos, estudios,… La recolección de datos

secundarios, son básicos en el comienzo de cualquier investigación.

Posteriormente, para la recolección directa de datos se eligió el

cuestionario como herramienta o instrumento de investigación. Este

instrumento es utilizado preferentemente en el campo de las ciencias sociales.

Su diseño, aplicación y análisis poseen un alto grado de rigor científico y

objetividad. La importancia del tema de investigación se expuso clara y

cuidadosamente en una carta de presentación que acompañaba al

cuestionario. Éste fue validado antes de su aplicación a la muestra,

experimentándolo en un grupo reducido de características semejantes a las

personas destinatarias de nuestra encuesta. Esta aplicación previa tuvo por

objeto detectar preguntas e instrucciones ambiguas que pudieran restar

validez al instrumento de investigación elegido. Mientras se elaboraba el

cuestionario, se diseñó la forma en que iba a ser tabulado e interpretado

posteriormente.

Los cuestionarios se proporcionaran directamente a las personas

responsables de voluntariado de las entidades sociales seleccionadas, quienes

serían los encargados de contestarlos. Éste método se denominada

“autoadministrado”, sin intermediarios, siendo cumplimentado por los propios

encuestados. Se realizó mediante envío por correo electrónico, recibiendo los

correos cumplimentados por este mismo medio.

Una vez recolectados los datos, éstos fueron codificados para su

posterior análisis. Las respuestas se transformaron en valores numéricos, así los

datos se reunieron, codificaron y prepararon para el análisis. Una vez hecho

22

esto, los datos se transfirieron a una matriz. El programa informático

seleccionado para realizar el análisis se denomina Paquete Estadístico para las

Ciencias Sociales (SPSS), programa desarrollado en la Universidad de Chicago

y uno de los más difundidos para el análisis de datos.

En un segundo momento, la aproximación a nuestro objeto de estudio

consistió en un abordaje cualitativo. Es la forma adecuada,

metodológicamente hablando, de conocer las características y las

motivaciones de los voluntarios inmigrantes-refugiados en el municipio de

Madrid, de conocer sus diferentes formas de participación y los roles que

desempeñan en las entidades sociales en las que participan. También nos

pareció el método más adecuado para conocer la percepción que tienen las

entidades sociales sobre sus voluntarios migrantes y refugiados, y qué les están

aportando.

La recolección de información desde el enfoque cualitativo busca

conocer directamente de las personas, con sus propias “formas de expresión”,

las situaciones y contextos que rodean a sus comunidades y realidades

sociales. Al tratarse de seres humanos, los datos que interesan son conceptos,

percepciones, imágenes mentales, creencias, emociones, interacciones,

pensamientos, experiencias, procesos y vivencias manifestadas en el lenguaje

propio de los participantes. Se recolectan con la finalidad de analizarlos y

comprenderlos, para responder a las preguntas de investigación y generar

conocimiento. La información así obtenida, resulta muy útil para comprender

los motivos subyacentes, los significados y las razones internas del

comportamiento humano.

23

La herramienta cualitativa elegida fue la entrevista en su versión

semiestructurada. Instrumento más íntimo, flexible y abierto que el instrumento

cuantitativo utilizado hasta ahora, el cuestionario. Con la entrevista, a través

de las preguntas y respuestas, se logra una comunicación fluida entre

entrevistado y entrevistador, posibilitando la generación de un caudal

discursivo a través del cuál, el entrevistado, construye significantes respecto

del objeto de estudio.

Las entrevistas semiestructuradas se basan en una guía de asuntos o

preguntas donde el entrevistador tiene libertad para introducir preguntas

adicionales para precisar conceptos u obtener mayor información. Por tanto,

no se trata de un guión cerrado ni de preguntas predeterminadas. Todas las

entrevistas fueron grabadas para facilitar el “análisis del discurso” posterior.

En definitiva, la articulación entre los tres niveles de recolección y análisis

de la información, fuentes secundarias, datos estadísticos y discursos de los

entrevistados, nos ha posibilitado dar respuesta a nuestros interrogantes de

partida y elaborar el presente informe.

24

4. CONTEXTO NORMATIVO E INSTITUCIONAL

En este capítulo se pretende realizar un breve recorrido por las políticas

públicas que influyen en la regulación del voluntariado y en la articulación de

medidas de promoción del mismo, prestando especial atención a aquellas

disposiciones y medidas relacionadas con el voluntariado migrante. El recorrido

propuesto resulta necesario para establecer el alcance social del fenómeno

del voluntariado y la concepción hegemónica prevaleciente en el seno de la

sociedad y de las instituciones sobre qué es el voluntariado.

Dos son las dimensiones fundamentales desde las que los poderes

públicos intervienen sobre el hecho social del voluntariado: a nivel normativo y

a nivel de coordinación de políticas y de concertación de actores sociales. La

primera dimensión es la relativa a las disposiciones legales, de diverso

carácter, internacional, estatal, autonómico y local, que regulan el mundo del

voluntariado. La segunda dimensión se refiere a las políticas públicas puestas

en marcha desde los ámbitos nacional, autonómico y local. Existe una

tendencia generalizada a implementar planes de voluntariado con la finalidad

de coordinar las políticas públicas de promoción del voluntariado y de articular

las diversas acciones desarrolladas por los diversos actores sociales

pertenecientes al ámbito del voluntariado.

La realidad del voluntariado es muy diversa, siendo la normativa que lo

regula igualmente diversa. Tanto por los instrumentos que desarrollan las

normas, leyes, reglamentos, decisiones, convenios, dictámenes o resoluciones;

25

como por la naturaleza y ámbito competencial del órgano legislador,

Naciones Unidas, Organismos Europeos, Estado Español o Comunidades

Autónomas.

Iniciando nuestro recorrido desde del contexto internacional hacia el

local, centraremos nuestra primera atención en las iniciativas surgidas en el

seno de las Naciones Unidas. Diversas disposiciones aprobadas por la ONU han

resaltado la importancia de los voluntarios en el desarrollo de los países,

instando a los Estados a promover el voluntariado y a apoyar a las

organizaciones que canalizan el movimiento social voluntario. Dos iniciativas

evidencian la relevancia otorgada al voluntariado: la primera, la declaración

de la Asamblea General de las Naciones Unidas que establece el 5 de

diciembre como Día Internacional de los Voluntarios para el Desarrollo

Económico y Social (resolución de 17 de diciembre de 1985); la segunda,

declarar 2001 como Año Internacional de los Voluntarios (A/RES/52/17).

La Unión Europea también pone de manifiesto la importancia de la

acción voluntaria en toda su diversidad y heterogeneidad, siendo numerosas

las recomendaciones, resoluciones, declaraciones y documentos oficiales que

han insistido en el relevante papel que cumplen las asociaciones y

organizaciones ciudadanas en la Construcción de la Unión Europea. Las

instituciones europeas han puesto en marcha programas en ámbitos como la

cooperación y el desarrollo, la protección civil o el bienestar social, mostrando

especial interés en el voluntariado juvenil.

26

En España las primeras disposiciones legales sobre voluntariado no surgen

hasta la década de los noventa, sin embargo, no se debe obviar la

importancia que el nuevo marco constitucional de 1978 tuvo para promover la

participación y facilitar la expansión del voluntariado. La Constitución regula la

participación como derecho fundamental e insta a los poderes públicos, en su

artículo 9.2, a “promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del

individuo y de los grupos en que se integran sean reales y efectivas; remover los

obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de

todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social”. Este

marco jurídico contribuirá al desarrollo del voluntariado, que recibirá un

impulso decisivo a partir de los años ochenta como consecuencia de tres

elementos nuevos que modelarían un contexto aún más favorable: las

declaraciones internacionales sobre el tema, las leyes autonómicas sobre

servicios sociales y las políticas de promoción desarrolladas desde los sucesivos

Ministerios de Asuntos Sociales.

En los años 90 el voluntariado será objeto de regulación específica desde

el ámbito autonómico y estatal con la aprobación de leyes de voluntariado.

Las leyes de voluntariado, en términos generales, definen el concepto de

voluntariado, la tipología de organizaciones donde se puede desarrollar la

acción voluntaria, y la naturaleza de las relaciones entre las organizaciones y

sus voluntarios; regulan las condiciones que deben proveer las organizaciones

para garantizar el ejercicio del derecho al voluntariado; y asignan una serie de

competencias a los poderes públicos en materia de voluntariado.

27

A nivel estatal existen tres disposiciones específicas de voluntariado en

vigor, siendo la más importante la Ley 6/1996, de 15 de enero, del

Voluntariado. Las otras dos disposiciones se refieren a la actividad del

voluntariado en Centros Públicos de Enseñanza (orden 11 de octubre de 1994)

y al voluntariado cultural (orden 9 de octubre de 1995). Además de estas tres

disposiciones, existe una amplía normativa de ámbito estatal que sin ser

específica del voluntariado, incorpora muchos aspectos relacionados con él.

Leyes y reales decretos de desarrollo que establecen el marco legal que

regula entidades sociales susceptibles de incorporar voluntarios en su

actividad, como la Ley de Asociaciones o la Ley de Fundaciones, o que

impulsan la creación de organismos nacionales de fomento del voluntariado,

como el Consejo Estatal e ONG de Acción Social. En otros casos, se trata de

medidas de fomento del voluntariado en determinados ámbitos de la acción

voluntaria tales como la cooperación internacional.

En cuanto a la normativa autonómica, prácticamente todas las

Comunidades autónomas cuentan con Leyes de Voluntariado con la

excepción de Cantabria. Las primeras leyes de voluntariado que se

promulgaron fueron las de Cataluña, en 1991, Aragón, en 1992, y la de Madrid,

en 1994. La promulgación de las leyes autonómicas se ha desarrollado en una

amplia horquilla de años que van desde 1991 a 2004, resultando una

diferenciación clara entre las leyes gestadas con anterioridad a la ley estatal

de voluntariado y las gestadas posteriormente. Las leyes anteriores a la

normativa de rango estatal, se limitan, por lo general, a regular el voluntariado

social, mientras que las leyes posteriores, tomando como referencia la Ley de

28

Voluntariado de 1996, amplían su ámbito material de actuación incluyendo

otros tipos de voluntariado como el cultural, el medioambiental, el deportivo o

el científico.

Las definiciones legales de voluntariado delimitan claramente qué se

entiende por voluntario jurídica e institucionalmente, influyendo notablemente

en la concepción hegemónica que del voluntariado reina entre la sociedad.

Las disposiciones legales no sólo regulan las relaciones que se establecen entre

los voluntarios y las entidades sociales (ONG principalmente), si no que influyen

en la percepción que tiene la sociedad de los voluntarios. Por tanto, es

conveniente plasmar en una breve panorámica las diferentes definiciones

aportadas por las leyes y por las instituciones respecto del voluntariado.

Las primeras definiciones legales de voluntariado que surgieron en

nuestro país, se correspondieron con las recogidas en leyes autonómicas. Leyes

que se limitaban a regular el voluntariado social, como es el caso de la ley de

voluntariado social de 1992 de la Comunidad Autónoma de Aragón o la ley de

voluntariado social de 1994 de la Comunidad de Madrid. Con la Ley del

Voluntariado de 1996 de ámbito estatal, la concepción de voluntario se

amplía a otros ámbitos, más allá del voluntariado social. Tomado como

referencia por las leyes autonómicas posteriores a 1996, incorporarán nuevos

ámbitos tales como el voluntariado educativo, el cultural, el medioambiental,

el deportivo o el científico.

Independientemente de los ámbitos de voluntariado que incorpore

cada ley autonómica y de sus propias especificidades, existen una serie de

rasgos comunes sobre la naturaleza del voluntariado emanadas y compartidas

29

con la ley estatal. Si se atiende a lo dispuesto en la Ley de Voluntariado de

1996, el concepto que se establece de voluntariado es el siguiente: “se

entiende por voluntariado el conjunto de actividades de interés general,

desarrolladas por personas físicas, siempre que las mismas no se realicen en

virtud de una relación laboral, funcionarial, mercantil”, debiendo ser

actividades de “carácter altruista y solidario”, por libre elección de la persona,

sin contraprestación económica, y ser desarrolladas a través de organizaciones

públicas o privadas sin ánimo de lucro. Quedando excluidas de esta definición,

“las actuaciones voluntarias aisladas, esporádicas o prestadas al margen de

organizaciones públicas y privadas sin ánimo de lucro, ejecutadas por razones

familiares, de amistad y buena vecindad”.

Las actividades de interés general contempladas en la ley y que

delimitan los ámbitos de actuación del voluntariado, son las siguientes:

“asistenciales, de servicios sociales, cívicas, educativas, culturales, científicas,

deportivas, sanitarias, de cooperación al desarrollo, de defensa del medio

ambiente, de defensa de la economía o de la investigación, de desarrollo de

la vida asociativa, de promoción del voluntariado, o cualesquiera otras de

naturaleza análoga”.

La normativa autonómica no difiere sustancialmente de esa concepción

del voluntariado, mostrándose alguna diferencia menor en cuanto al nivel de

concreción de las actividades consideradas de interés general. Baste citar

como ejemplo la Ley castellano-manchega que incorpora áreas de

intervención del voluntariado tales como los derechos humanos o la inserción

socio-laboral.

30

En algunos casos son los Planes Regionales o Autonómicos los que

amplían los ámbitos de actuación del voluntariado. Tal es el caso del Plan

Regional de Voluntariado de la Comunidad de Madrid, superando lo dispuesto

por la Ley Regional de 1995, centrada en el voluntariado social y anterior a la

ley estatal, al recoger otros ámbitos de la acción voluntaria ya contemplados

por normativas específicas de protección civil, de medio ambiente, de

cooperación al desarrollo, de juventud, de drogodependencias o de servicios

sociales. O el caso del Primer Plan Vasco de Voluntariado, que menciona

ámbitos no enunciados en la Ley Vasca como el de la educación, la salud, el

ocio, la protección civil, el deporte o la religión.

A veces, los planes de voluntariado innovan sobre aspectos emergentes

que en el momento de la elaboración de las Leyes no formaban parte del

fenómeno social del voluntariado o incluso sobre la noción misma de

voluntario. El II Plan de Voluntariado de Castilla-La Mancha enriquece su

concepción de voluntariado con la definición adoptada por la Plataforma del

Voluntariado en España respecto de qué es ser voluntario: "Voluntario o

voluntaria es quien además de sus propios deberes profesionales y de estatus,

de modo continuo, desinteresado y responsable, dedica parte de su tiempo a

actividades no en favor de sí mismo ni de los asociados (a diferencia del

asociacionismo), sino en favor de los demás o de intereses sociales colectivos,

según un proyecto que no se agota en la intervención misma (a diferencia de

la beneficencia), sino que tiende a erradicar o modificar la causas de la

necesidad o marginación social."

31

Definición que pone el énfasis en la finalidad última de la acción

voluntaria, con su apuesta por la transformación social dirigida a la

erradicación de las causas generadoras de necesidad o marginación social.

Esta concepción marca una clara línea divisoria frente a la intervención social

sustentada en la beneficencia y frente a las asociaciones de personas

constituidas con el propósito de defender intereses particulares. Esa definición,

por tanto, introduce una serie de aspectos diferenciadores respecto de otras

formas de participación como el asociacionismo vinculado a la defensa de

intereses propios de determinados colectivos o grupos, del donante

económico o del colaborador esporádico. Esa búsqueda de diferenciación

con otras formas de participación queda también reflejada en el Plan Regional

de Voluntariado de la Comunidad de Madrid, Claves para una nueva

ciudadanía.

Sin embargo, ningún plan contempla medidas específicas destinadas al

voluntariado inmigrante. Se resaltan los desafíos derivados del fenómeno

migratorio y del papel de las Entidades de voluntariado y los voluntarios en pos

de una sociedad abierta, tolerante e integradora, pero no se asigna ninguna

medida concreta a la promoción del voluntariado inmigrante. Las menciones

al voluntariado inmigrante se realizan dentro del marco referido a la

emergencia de nuevos sectores sociales susceptibles de formar parte del

movimiento voluntario, como jubilados, internautas o beneficiarios de recursos

asistenciales, lugar al que se suele relegar a los potenciales voluntarios

migrantes. En este sentido, el Plan Regional de Voluntariado de Madrid, en su

Área estratégica primera, denominada Voluntariado y Administraciones

32

Públicas, en su programa destinado a la convocatoria de subvenciones,

prioriza criterios de valoración tales como “la promoción de voluntarios

inmigrantes, jóvenes, personas mayores, discapacitados y otros colectivos

destinatarios habituales de la acción voluntaria”.

Si atendemos a otras normativas que influyen en la promoción y

desarrollo del voluntariado a un nivel más local, como la Ley de Servicios

Sociales de la Comunidad de Madrid o el Reglamento-Marco de Voluntariado

Local promovido por la Federación Española de Municipios y Provincias, se

observa una similar ausencia de referencias al voluntariado inmigrante. De

igual forma las políticas del Ayuntamiento de Madrid relacionadas con el

fomento del voluntariado carecen de medidas específicas orientadas hacia el

voluntariado inmigrante, salvo para lo dispuesto en el Reglamento de

Organización y Funcionamiento del Foro Madrid de Diálogo y Convivencia y

de las Mesas de Diálogo y Convivencia Distritales. Éstos órganos de

participación ciudadana, al igual que otros consejos sectoriales contemplados

en el Reglamento de Participación Ciudadana, poseen funciones de fomento

del Asociacionismo y del Voluntariado en las materias que les son propias,

siendo propias de su ámbito el fomento de la participación de la población

inmigrante.

A modo de síntesis se puede concluir que el voluntariado inmigrante no

es objeto de atención específica en la legislación vigente y en las políticas

públicas puestas en marcha desde los planes de voluntariado. Esta realidad

enmarca el contexto en el cual se desarrolla la acción voluntaria de la persona

extranjera, un contexto que a nivel normativo no discrimina al voluntario según

33

su estatus nacional o extranjero, y que tampoco considera necesario la

implementación de medidas específicas para su promoción. Un contexto que,

cómo se comprobará en el capítulo destinado a analizar el voluntariado

inmigrante en las organizaciones de voluntariado, tiende hacia la

normalización de todos los aspectos relacionados con el ejercicio de la acción

voluntaria por parte de personas de origen extranjero.

34

5. MARCO TEÓRICO Y CONCEPTUAL.

Las nuevas formas de participación social, sometidas a las grandes

transformaciones y convulsiones que cada tiempo protagoniza, han nacido al

rescoldo de unos procesos históricos y unos cambios culturales que se

despliegan en prácticas sociales, organizaciones solidarias y movimientos

ciudadanos.

En el umbral del siglo XXI asistimos a la emergencia de un nuevo paradigma

que se sostiene sobre el predominio de la responsabilidad personal y la

prevalencia de los intereses colectivos, que se traducen en asociaciones

ciudadanas y organizaciones sociales.

En este nuevo marco emergente de participación social se considera que

el voluntariado ha sustituido en la actualidad a otras formas de participación

anteriores, encarnadas en figuras como son la militancia o el asociacionismo

convencional. De este modo, el papel cada vez más relevante del

voluntariado, con un espectacular reconocimiento internacional, le convierte

en el primer fenómeno civil globalizado junto con el movimiento alternativo

antiglobalización, que con la revolución de la información favorece la

creación de una nueva sociedad civil mundial.

Existen diferentes motivos para que se haya dado este fenómeno.

Uno de los más importantes motivos, de carácter estructural, y que se ha

descrito en un capítulo anterior, es el crecimiento de la curva de demandas

35

sociales a un ritmo que la respuesta económica del Estado no crece y al que

se está respondiendo con un soporte comunitario o cívico. A esto se suma que

en la sociedad existe un reconocimiento de la participación social, y en

concreto del voluntariado social, considerándolo auténtico e inmediato frente

a los discursos políticos que han provocado el desencanto en muchos

ciudadanos. En esa línea, también hay que tener en cuenta que el

voluntariado, como forma de participación social, es una práctica comunitaria

con una cultura no identificada con un perfil político concreto, lo cual ha

facilitado su asunción desde diferentes ideologías. Parte del éxito también se

debe a que se ha alcanzado un consenso en la reformulación pública de una

antigua práctica como era la ayuda social espontánea, que ha sido

recuperada, normalizada y profesionalizada bajo el nombre de voluntariado, y

que depende en qué contextos, se ha convertido en una nueva forma de

participar a nivel social e incluso político.

Como se ha descrito a lo largo del documento, es fácil detectar como

ha ido surgiendo un acercamiento al voluntariado, como una nueva forma de

participación, por parte de muchas personas que, como ciudadanos, no

tienen reconocidos algunos derechos de ciudadanía básicos, como es el

derecho al voto, impidiéndoles así participar políticamente en la sociedad de

la que forman parte. Se trata de personas refugiadas e inmigrantes que, en

muchos de los casos, tienen a sus espaldas un activo recorrido sociopolítico y

de participación activa en su país de origen. Muchos de ellos viven en nuestra

ciudad en una situación de aislamiento, desarraigo o incluso dependencia

36

institucional durante mucho tiempo, provocándoles una sensación de

inseguridad y de anulación personal grave.

Javier, refugiado político, nos ilustra con su testimonio cómo la acción

voluntaria le fue útil para reencontrar un espacio de participación tras su

llegada a España: “Lo que me hizo tomar la decisión de participar como

voluntario en (entidad X) fue descubrir el compromiso de los profesionales y

sentirme identificado con lo que se hacía por un colectivo de personas que

sufrían la misma situación que la mía.(...) Esta participación como voluntario

me brindó otros elementos muy importantes: la recuperación de mi

autoestima, hacerme sentir bien conmigo mismo y sentir que todavía tenía

valía, porque los comienzos en España fueron para mí muy traumáticos.(...)

Sentía la necesidad de participar en algo, ya que participar es una necesidad

del ser humano.(...) En la medida que se te permite participar, se te tiene en

cuenta y se te escucha, si no, se te invisibiliza. (...) Además el voluntariado aquí

me permitía una posibilidad de desarrollo personal y profesional, que me

permitía retomar las experiencias personales que desarrollaba en mi país de

origen, y de reciclarme profesionalmente, saliendo del ámbito del trabajo no

cualificado que me tocó hacer.”

Los datos del número de personas voluntarias existentes son difíciles de

obtener. Tomás Alberich, experto en asociacionismo y voluntariado, calcula la

existencia de dos millones de voluntarios en España11. En cuanto a la

Comunidad de Madrid, según la autora Helena Béjar, un diez por ciento de la

11 Alberich, Tomás (1996): Asociacionismo y/o voluntariado. Cuadernos de la Red Cims, nº4. Madrid

37

población madrileña pertenece a alguna organización de voluntariado,

dedicando una media de cinco horas semanales a trabajar gratuitamente por

los demás12. La propia Comunidad de Madrid ha publicado recientemente un

estudio denominado "Encuentro y Alternativa: Situación y tendencias del

voluntariado en la Comunidad de Madrid"13, del cual se puede extraer que la

Comunidad de Madrid cuenta aproximadamente con unos 140.000

voluntarios, siendo gran parte de los mismos participantes de entidades propias

del Municipio de Madrid, lo cual significaría que aproximadamente un 4% de

la población madrileña según los últimos datos publicados del Padrón.

Tendería a pensarse que la mayoría de voluntarios son de origen

autóctono, sin embargo, en numerosas organizaciones sociales se puede ir

apreciando una interesante presencia de voluntarios de origen extranjero.

Paralelamente, se percibe que muchos de los voluntarios de origen autóctono,

identifican la procedencia de sus padres como un factor importante de

motivación a la acción voluntaria, siendo ellos procedentes de familias de

españoles que fueron emigrantes en otros tiempos.

Así mismo hay numerosas organizaciones sociales con una gran base de

voluntarios, que presentan un hecho significativo: un importante número de

personas de origen extranjero que deciden participar como voluntarias en una

entidad han sido usuarias previamente de esa organización o asociación,

pasando a formar parte activa de la entidad.

La participación tiene en su interior dos facetas: la del ser, por la que se 12 Bejar, Helena (2001): El mal samaritano. El altruismo en tiempos del escepticismo. Ed. Anagrama. Madrid

13 Vidal, Mota y Zurdo (2007): Encuentro y alternativa. Situción y tendencias del Voluntariado en la Comunidad de Madrid. Ed. Comunidad de Madrid

38

forma parte de una identidad colectiva con la conciencia de pertenencias

múltiples, lo que nos liga a una comunidad y a una cultura de la que formamos

parte (ser parte); y la de la acción, por la que se construye la singularidad

personal en interacción con otros, que alude a responsabilidades libremente

asumidas, por las cuales elegimos nuestras pertenencias y conformamos

nuestra singularidad personal (tomar parte). La primera connota una realidad

sustantiva, que es previa a la voluntad y otorga pertenencia; la segunda se

refiere a la incorporación activa mediante decisiones voluntarias. La simbiosis

de ambas dimensiones conforma la identidad personal y colectiva.

Javier, uno de los voluntarios entrevistados, nos comenta en esta línea lo

siguiente: “Participar como voluntario en (entidad X) me permitió proyectarme

a esta nueva sociedad (...) y encontré un espacio social y de relación.”

Estos dos aspectos de la participación reflejan la polaridad entre la

participación instrumental (medio) en el ámbito de una colectividad de la que

se forma parte, y la participación expresiva (fin) de esta pertenencia, que

constituye un fin en sí mismo. Esta distinción constituye un tema tópico y básico

en la teoría social y política sobre la participación. De hecho el PNUD

reconoce la participación como un medio y un fin. La participación como fin

significa que no sólo constituye un medio para conseguir otros objetivos, sino un

valor en sí, una virtud cívica que expresa la identidad.

Pero la participación como tal puede adoptar diferentes formas: social,

política y económica. Todas las formas de participación se han hecho cada

vez más complejas, y no pueden reconducirse a un único determinante. Para

identificarlas hay que acudir a variables estructurales y de contexto (macro), a

39

variables de preferencia y de motivaciones (micro), a variables organizativas e

institucionales (meso). Las tres perspectivas coinciden en advertir la profunda

complejidad y diferenciación del mundo de la participación.

Identificando con más detalle las tres grandes matrices de la

participación14 encontramos lo siguiente:

� Participación económica: es un nivel esencial de la participación que

incorpora la producción, distribución y consumo de bienes y servicios.

� Participación política: se realiza en el ámbito de un sistema de relaciones

basado en la autoridad, la influencia y el poder15. La participación política

está orientada a influir y controlar las decisiones del gobierno mediante la

elección de los representantes y la presión sobre los líderes políticos.

Tradicionalmente se ha asociado al ejercicio del voto, pero la participación

política se sostiene en tres pilares fundamentales que amplían esta visión: la

democracia, el principio del individuo como sujeto de voluntad racional, y

la idea de soberanía popular.

� Participación social: Más que comportamientos individuales alude a formas

de acción conjunta que se realizan a través de sujetos colectivos:

asociaciones, movimientos, partidos políticos, organizaciones sociales...,

hasta el punto de que se ha llegado a afirmar que "las organizaciones son

los efectivos ciudadanos de las democracias actuales" 16 .

14 García Roca, Joaquín (2004): Políticas y Programas de Participación Social. Ed. Síntesis. Madrid 15 Dahl, R.A. (1963): Modern Political Análisis. Prentice Hall, Englewood Cliffs (NJ).

16 Schmitter, P.C. (2000): How to Democratize the European Union – and why Bother?. Rowman & Littlefield, Lanham (Md.). p.57

40

Teniendo en cuenta estas tres facetas de la participación, vemos como el

colectivo de personas inmigrantes y refugiadas en general, queda exento de

una de ellas, la participación política, dado que los extranjeros

extracomunitarios están excluidos del derecho al voto, máxima expresión del

concepto de ciudadanía y con ello de participación.

Javier, en su experiencia nos cuenta lo siguiente: “Después de seis años

aquí, todavía me encuentro en un proceso de reconstrucción interna. Tras más

de veinte años de lucha política y social por las libertades, que me llevaron a

tener que salir de mi país, te das cuenta de los escasos espacios de

participación política y social que se te permiten en el país de acogida. Uno

trae la expectativa de que esos derechos se van a contemplar, y de pronto, te

encuentras los espacios cerrados, y que no hay mecanismos políticos y sociales

para participar, y es un choque que llega a ser traumático y que te anula

totalmente. Uno piensa que en un país como España, con una democracia

consolidada, los espacios de participación van a ser reales, pero uno se

encuentra que no, y poco a poco, uno se enfrenta a una profunda decepción

que finalmente acaba anulando esa esperanza de lucha y de hacer cosas”.

Con todo esto, debemos ser conscientes del surgimiento de nuevas formas

de relación entre los gobiernos y los ciudadanos.

Es destacable que el número de voluntarios supera ya el número de

afiliados a partidos políticos y a centrales sindicales, lo que revela que el

fenómeno del voluntariado puede constituirse como una forma alternativa de

participación para muchos ciudadanos, cualquiera que sea su origen.

La ciudadanía activa se ha desbordado en la mayoría de los países

41

democráticos y ha roto los canales tradicionales en los que se sustentaba –

sindicatos y partidos-. En la actualidad se está generando un extenso

movimiento de acciones colectivas y organizaciones, formadas

fundamentalmente por voluntarios, en pro de los intereses públicos y de las

políticas de la vida cotidiana. En esta línea, tenemos constancia de que

muchos de estos movimientos están siendo generados, apoyados y

propulsados por personas de origen extranjero.

Los estudios y clasificaciones sobre necesidades humanas incluyen cada

vez más la necesidad de participación. Max Neef considera la participación

como una de las nueve necesidades básicas del ser humano. Así se contempla

en la conceptualización del Desarrollo Humano, tanto en sus teóricos

principales, como en los textos oficiales de PNUD que ya hemos citado

anteriormente.

En la misma línea, el profesor Carlos Giménez17 considera que participar es

incidir, influir y responsabilizarse, siendo un proceso que enlaza a los sujetos y los

grupos, y ser participante implica ser coagente, copartícipe y corresponsable.

Este autor considera la participación como un derecho, fundamentado

dentro de los derechos civiles y políticos, por lo que bajo esta descripción,

vemos como se vulneran los derechos de las personas inmigrantes o refugiadas

a las que no se les reconoce esta posibilidad.

Javier de nuevo nos ilustra con su experiencia en este sentido: “Como mis

17 Giménez, Carlos (2002): “Dinamización comunitaria en el ámbito de la inmigración” en Rubio, M. José y Monteros, Silvina: La exclusión social. Teoría y Práctica de la intervención. Ed. CCS. Madrid (P.102)

42

espacios de participación política no están reconocidos, me he visto en la

obligación de recurrir a espacios de participación social para satisfacer de una

forma alternativa esta necesidad, así como de sentirme parte de la sociedad

en la que estoy inmerso, tiene que ver también con un sentido de pertenencia.

Soy parte de la sociedad en la que estoy en la medida que se me reconoce lo

que puedo hacer, y esto lo encuentro en (entidad X), donde se me permite ser

parte de, siendo partícipe”.

43

6. VOLUNTARIADO MIGRANTE Y ORGANIZACIONES SOCIALES MADRILEÑAS

6.1. Historia de la incorporación del voluntariado de origen extranjero en las entidades

6.2. Acceso de las personas de origen extranjero a las entidades y su participación en las mismas

6.3. Perfil, intereses y expectativas de los voluntarios migrantes

6.4. El voluntariado migrante en las entidades y su nivel de participación

6.5. Expectativas respecto a los voluntarios de origen extranjero y valoración de las entidades

El voluntariado, independientemente de las muchas y variadas

motivaciones que llevan a él, se canaliza a través de organizaciones sociales,

formando parte del llamado tercer sector que se identifica con la sociedad

civil, y que está ubicado en el espacio de la participación ciudadana.

En cuanto a la identificación del voluntariado como Tercer Sector, ha

tenido amplia vigencia en la Europa continental, en el contexto de crisis del

Estado de Bienestar. Así se domicilia el voluntariado en el escenario de lo

social, fundamentado en valores como la lealtad, la solidaridad y la

reciprocidad.

Tocqueville18 consideraba que el asociacionismo como un elemento central

en el éxito de la democracia, observando que son las asociaciones el único

medio para la acción a la hora de perseguir y conseguir intereses colectivos.

Son las organizaciones sociales las que actúan como recursos de la

participación política, agencias de socialización donde se interiorizan los

18 Zurdo Alaguero, Angel (2003): “La ambivalencia social del Nuevo Voluntariado: Estudio cualitativo del voluntariado social joven en Madrid” (p.209)

44

ideales políticos y civiles que sostiene el compromiso cívico y la acción

política19. Desgajando la participación, como forma de acción colectiva

podemos ver que se despliega en los siguientes contenidos: el voluntariado, el

asociacionismo, los movimientos sociales, y las organizaciones sociales o

entidades sin fin de lucro. Estas últimas se sustentan sobre tres principios básicos

de la participación social: el pluralismo, la autodependencia y autonomía y la

intersección real de la democracia política con la participación social.

Estas organizaciones pueden configurarse desde dos puntos de vista

opuestos: como expresión de la sociedad civil o como estrategia de control

social. En el primer caso, son indicadores del cambio social y expresan

principalmente la iniciativa de los individuos y de los grupos como producto de

la evolución de la estructura social. En el segundo caso, son una prolongación

de los poderes institucionales, que regulan y favorecen su acción con el fin de

facilitar la adaptación e integración de los individuos en la sociedad20. Ante

ambas configuraciones podemos establecer que las personas de origen

extranjero que participan voluntariamente en organizaciones sociales

responden a varios de los indicadores citados: iniciativas individuales fruto de la

evolución de la estructura social, adaptación e integración social, etc... De

hecho el informe del proyecto INVOLVE21 que ha investigado sobre el papel

que juega el voluntariado para la integración, inclusión y participación de las

19 Brady, H.E.; Verba, S.E. y Schlozman, K.L. (1995): “Beyond SES: a Resource Model of political participation”,

Americam Political Science Review, 2, (p. 285)

20 Barthelemy, M. (2000): Associations: un nouvel age de la participation? Presses de Science. París. (p.77)

21 INVOLVE. Participación de nacionales de terceros países en el voluntariado como medio para mejorar la integración. Ed. Centro Europeo de Voluntariado. 2006

45

personas migrantes, destaca el voluntariado como una herramienta para la

integración y un indicador de ello. Así mismo, este informe destaca cómo la

actividad voluntaria de las personas extranjeras supone para la sociedad de

acogida una mejor forma de afrontar la diversidad y la adaptación al cambio

que implica la incorporación de las personas migrantes la nueva realidad.

En este sentido, las organizaciones sociales tienen una gran

responsabilidad social, como canales de participación activa para toda la

ciudadanía, teniendo en cuenta la oportunidad de participación que pueden

brindar a aquellas personas de origen extranjero que tienen excluidos parte de

sus derechos fundamentales.

En el presente capítulo se realizará un recorrido por las percepciones que

poseen diversas organizaciones de voluntariado respecto de sus voluntarios de

origen extranjero. Para ello se realizaron varias entrevistas a responsables y

coordinadores de voluntariado de diferentes organizaciones. Con el objeto de

poseer una visión los más amplía posible de la realidad del voluntariado

extranjero, se primó la variedad de ámbitos de actuación de las

organizaciones a estudiar por encima de otros posibles criterios. De las diversas

dimensiones en las que puede desarrollarse la acción voluntaria, se optó por el

siguiente abanico de tipologías de entidades: asociaciones de migrantes, de

defensa de los derechos humanos, de asistencia a enfermos, discapacitados y

drogodependientes, de integración social, de asilo, de apoyo a la migración,

de promoción de la mujer y de cooperación al desarrollo.

En cuanto a los aspectos a analizar relativos a la percepción que las

organizaciones tienen de sus voluntarios extranjeros, estos son los siguientes:

46

� Historia de la incorporación y evolución del voluntariado de origen

extranjero en la entidad.

� Acceso a la entidad de los voluntarios y su participación en la misma.

� Perfiles, intereses y expectativas de los voluntarios de origen extranjero.

� El voluntariado en la entidad y su nivel de participación.

� Expectativas de las entidades respecto del voluntariado migrante y

valoración del mismo.

6.1. Historia de la incorporación del Voluntariado de origen extranjero en las

Entidades.

Una de las características más significativas de la incorporación del

voluntariado de origen extranjero en la mayoría de las organizaciones

estudiadas radica en su espontaneidad, en la falta de una estrategia

predeterminada por parte las organizaciones para su captación. Sólo una de

ellas, por su propia naturaleza de organización que trabaja en el ámbito del

asilo y refugio, mostró interés desde sus inicios por contar con voluntariado de

origen extranjero, esencialmente refugiados y solicitantes de asilo. Si bien este

interés no puede catalogarse como estrategia concreta de captación de este

colectivo, sino más bien como un vínculo natural entre sus “usuarios” y la

propia entidad siempre abierta a los refugiados. Por el contrario, en la mayoría

de organizaciones es un fenómeno no buscado, no del todo previsible y sí

aceptado de forma natural cuando este tuvo lugar.

47

Se podrían establecer dos momentos diferentes de la incorporación del

voluntariado extranjero según el tipo de entidades que lo acogieron.

Encontramos un primer tipo de entidades que desde sus orígenes, vinculadas a

la llegada de la democracia a España y a la firma de nuestro Estado de

convenciones internacionales de derechos humanos, han contado con

voluntarios de origen extranjero, las organizaciones de derechos humanos y de

asilo. Un segundo tipo de entidades, surgidas con posterioridad, vinculadas al

“boom” de las ONG de acción social y cooperación al desarrollo de los años

90 del siglo pasado y que comenzaron a recibir voluntarios extranjeros en torno

al año 2000.

El primer tipo de entidades, las organizaciones de defensa de los derechos

humanos y del derecho de asilo, comienzan a recibir voluntarios de origen

extranjero a finales de la década de los setenta y comienzo de los años

ochenta del siglo pasado. La llegada a nuestro país de personas que huyen de

las dictaduras del cono sur de América Latina, entre otras, con motivo de la

instauración de la democracia en España, la firma de convenios

internacionales de protección de los derechos humanos y la conversión en

“tierra de asilo” de nuestro país, se encuentran en el trasfondo de la

incorporación de voluntarios extranjeros en este tipo de entidades. Muchos de

estos primeros voluntarios fueron personas que solicitaron ayuda a estas

organizaciones, quedándose en ellas y participando activamente de su

evolución posterior.

Si fijamos nuestra atención en una entidad especializada en la defensa

del derecho de asilo, comprenderemos la naturaleza de esta incorporación y

48

la evolución posterior del voluntariado extranjero en la organización. Desde su

origen la entidad incorpora a refugiados y solicitantes de asilo, nutriéndose

principalmente de originarios de Argentina y Chile que huyen de la

persecución desatada por los regímenes dictatoriales de sus países. Estas

personas se incorporan muy activamente a la entidad, inculcando nuevas

formas de hacer y de pensar. Esta circunstancia se convierte en un rasgo

distintivo de la entidad y con el paso del tiempo se institucionaliza el

voluntariado, creándose un Área específica, y la presencia de personas de las

más diversas procedencias en la organización, ya sea remunerada o

voluntariamente. Tal y como relata su Responsable de Voluntariado: “a lo largo

del tiempo, siempre ha habido esa voluntad, que haya refugiados, inmigrantes,

extranjeros, en el colectivo de voluntarios de la entidad”. Cuando la organización

extiende su ámbito de actuación a la defensa de los derechos de las personas

migrantes y la integración social de las mismas, en torno al año 2000, la

presencia de personas extranjeras voluntarias no es ninguna novedad, mientras

sí comienza a serlo para otras organizaciones.

Para el segundo tipo de organizaciones que hemos catalogado de

acción social y de cooperación al desarrollo, la presencia significativa de

voluntarios de origen extranjero comienza a manifestarse con posterioridad al

año 2000, si bien los primeros voluntarios son próximos a esa fecha. La frontera

del año 2000 supone esa fecha simbólica, además de real en cuanto a las

estadísticas, en que se constata que España es un país de recepción de

migraciones internacionales. A partir de esa fecha y especialmente desde

2001, la migración se convierte en un fenómeno social en nuestro país por su

49

inclusión en la agenda política y la presencia creciente en los medios de

comunicación. La multiculturalidad creciente de nuestras ciudades y las

problemáticas asociadas a la integración de las personas de origen extranjero,

orientan a muchas organizaciones de acción social hacia la atención de este

nuevo colectivo. Ambos serán factores determinantes de la emergencia del

voluntariado extranjero en este tipo de entidades, sobre todo en las de acción

social: la presencia en nuestro país de migrantes y la atención a los mismos,

pues en elevado grado, la mayoría de voluntarios extranjeros fueron antes

usuarios o beneficiarios de sus programas de atención.

“En torno al año 2000, cuando comienza a crecer la organización, es cuando se

comienza a percibir la llegada de voluntariado extranjero. Principalmente son

latinoaméricanos y llegan a la par profesionales (de Colombia, Argentina…) con

estudios, y personas sin estudios (Venezuela, Ecuador…) trabajando en el servicio

doméstico, de cuidadores…”, recuerda una de nuestras entrevistadas

perteneciente a una organización eminentemente de voluntarios dedicados al

acompañamiento enfermos, discapacitados y personas mayores. Algo

posteriores son las fechas aportadas por otras entidades, como la ofrecida por

una entidad especializada en la atención a drogodependientes: “desde hace

unos 5 años nos están llegando personas no europeas, sobre todo América”.

Esas organizaciones no se caracterizan por tener entre sus principales

colectivos de atención a los migrantes, de lo cual cabe deducir que se han

beneficiado de la presencia significativa de los mismos en nuestro país y del

interés mostrado por algunas de estas personas de participar socialmente a

través del ejercicio del voluntariado. Otras organizaciones, sin embargo, han

50

incorporado a personas de origen extranjero a través de sus programas de

atención a colectivos migrantes, siendo mayoritariamente antiguos usuarios sus

actuales voluntarios extranjeros. Así es señalado por el Responsable de

Voluntariado de una organización de lucha contra la exclusión social que tiene

por uno de sus colectivos prioritarios de atención a personas migrantes: “los

voluntarios extranjeros no llegan por los cauces que llegan los otros voluntarios, han

empezado a llegar porque han participado en alguna cosa [programa o servicio] y

les apetece continuar”.

Otra cuestión es la referida a las organizaciones de migrantes,

relativamente recientes, y donde la participación de personas extranjeras se ve

sustentada en la identificación de las mismas con la organización por tratarse

de un espacio de encuentro con sus paisanos y de reivindicación de su

identidad. Se podría afirmar que su participación en estas organizaciones tiene

más en común con la figura del socio de las asociaciones tradicionales, como

pudieran ser las de vecinos, y no tanto con la figura del voluntario de la acción

social o de las organizaciones de cooperación. Su consideración como

voluntarios ha venido más impuesta desde fuera, motivada por la aplicación

de la normativa que regula el ejercicio de la acción voluntaria y la “presión”

creada en el mundo de las ONG por mejorar la gestión del voluntariado en las

entidades con proyectos de acción social. Cada vez más asociaciones de

migrantes desarrollan y gestionan proyectos de intervención social, viéndose

obligadas o motivándose, según el caso, a implementar estructuras más

eficaces de gestión de las personas que participan voluntariamente en ellas.

51

6.2. Acceso de las personas voluntarias de origen extranjero a las entidades y participación en las mismas.

De igual forma que no existe una estrategia diferenciada para captar

personas migrantes como voluntarias, tampoco existe una política

diferenciada de gestión del voluntariado para las personas de origen

extranjero. En todas parece presidir el principio de normalización, tal y como es

defendido en sus discursos sobre la integración de migrantes y en sus proyectos

de intervención social, reproduciéndose en la vida interna de la organización.

De tal suerte que no se hacen diferenciaciones en la captación, la acogida,

los itinerarios o la asignación de tareas entre personas autóctonas y alóctonas.

Sólo en algunos casos concretos, referidos a personas concretas, se debe

realizar alguna adaptación de los procedimientos establecidos para la gestión

del voluntariado, pero son sólo eso adaptaciones.

Un hecho significativo es la claridad de ideas respecto a esta cuestión

por parte de la totalidad de entrevistados, “igualdad total”, manifestaba uno,

“no existe diferenciación con los voluntarios de origen extranjero, cuando uno llega a

[la organización] se incorpora como un voluntario más”, declaraba otro.

Una reflexión bien interesante sobre la igualdad en los procedimientos de

incorporación y gestión del voluntariado extranjero y autóctono, es la

siguiente: “la experiencia de todos estos años, lo que nos ha venido a decir es que la

normalización de los procesos ha funcionado, es decir, independientemente que seas

de cuenca, de Barcelona o de Argelia, cada persona es medida, tratada,

52

seleccionada por lo que es, por lo que tiene, por su trayectoria, por su conexión a esa

motivación. No ha habido un tratamiento específico por ser un colectivo especial o

en exclusión, es la normalización en la línea de lo que [la entidad] viene trabajando

en muchos ámbitos”.

Sin embargo, esta normalización no implica que no se tengan en cuenta

las características propias de las personas y de las situaciones que muchas

veces rodean a la condición de migrante: “Es verdad que hay ciertos análisis que

hacer cuando se trata de personas que vienen de otros países, el hecho del

desarraigo, de determinados factores personales, pero son analizadas en prisma de

trayectoria personal. Esa trayectoria es individual, no tiene que ver con colectivos

grandes”, para el caso que nos ocupa la pertenencia al colectivo de personas

extranjeras. Lo que realmente importa es si “fue maestro, sindicalista, su edad,

etcétera, pero no su procedencia”, concluye nuestra entrevistada perteneciente

a una entidad de asilo y migraciones.

Dependiendo de las situaciones individuales y las condiciones de vida

del voluntario o potencial voluntario de origen extranjero, este podrá requerir

un mayor acompañamiento por parte del responsable de voluntariado. Se ha

señalado por varios entrevistados como las circunstancias personales, tener un

empleo o una vivienda, su situación administrativa, “tener o no tener papeles”,

o la carencia de redes sociales, influye sobre manera en la estabilidad y

permanencia de los voluntarios en la entidad, así como en el tipo de atención

que debe dispensarse por parte del responsable de voluntariado. “Su busca

que sea compatible su voluntariado en [la entidad] con otros ámbitos de su vida,

para ello es necesario que sea capaz de darle continuidad a su acción voluntaria. Si

hay cuestiones no resueltas, se le anima a que busque trabajo o una vivienda primero,

53

y una vez estabilizada su situación a que se incorpore como voluntario. Sin que se

demore mucho, suelen ser personas que sienten necesidad de participar”. Tal es el

proceder en la entidad de asilo antes referida.

Otro aspecto fundamental de la participación de los migrantes en las

organizaciones de voluntariado deriva del papel de éstas como vehículo de

integración social. Continuando con la reflexión iniciada en el párrafo anterior

por nuestra entrevistada, ésta destaca como “un aspecto muy bueno que ofrece

el voluntariado es que es la única forma de participar activamente en la sociedad,

social y políticamente. Participar en organizaciones de voluntariado es una necesidad

para muchas personas porque es su forma de participar activamente en la sociedad,

les aporta autoestima, es una recompensa emocional, pero no se debe olvidar que

son personas que carecen de redes sociales y que deben ser trabajadas. Desde el

Área de Voluntariado se debe mimar al voluntario, promoviendo la inserción en redes

sociales y el equilibrio con la búsqueda de un trabajo, de una familia, etc”.

Esta cuestión del voluntariado como una vía más de integración social

ha sido resaltada por otros responsables de voluntariado. Desde una de las

entidades además se ha señalado como ésta dimensión de integración del

voluntariado, en ocasiones, ha debido ser reforzada con ciertos apoyos

sociales por parte de la organización hacia sus voluntarios: “con los voluntarios

extranjeros realizamos una labor de ayuda que no realizamos con los autóctonos, es

decir, no sólo nos ayudan a nosotros. Nos solicitan ayuda para convalidar estudios,

para presentar certificados para regularizar su situación, que les ayudemos a comprar

un billete para hacer algún viaje… todo eso no nos pasa con los nacionales. Hacemos

a veces labores con los voluntarios extranjeros como si fueran usuarios”. [Resp. de

Voluntariado de una entidad de apoyo a drogodependientes].

54

La mayor dedicación del responsable de voluntariado hacia los

voluntarios migrantes se concreta en que “el acompañamiento con los voluntarios

extranjeros es más cercano que con los autóctonos”. A su vez suponen una “mayor

inversión económica”: cursos de castellano, búsqueda de alojamiento, pago

del transporte… A este respecto se debe señalar que este “esfuerzo

económico” es repartido entre “migrantes económicos” y jóvenes voluntarios

pertenecientes al Programa de Voluntariado Europeo. Programa del que

hacen parte un buen número de organizaciones de voluntariado. En no pocas

ocasiones cuando se apela al voluntariado “migrante” se piensa en aquellas

personas provenientes de países empobrecidos en busca de una vida mejor y

en situación de vulnerabilidad social, obviándose que otros ciudadanos

europeos y norteamericanos también son inmigrantes. Cuando estas personas

se integran en una organización de voluntariado también requieren de un

esfuerzo adicional, sobre todo cuando son jóvenes adscritos a los programas

internacionales de intercambio.

Sin embargo, la cuestión de la adaptación de los procedimientos es

mínima, atendiendo como ya se ha indicado a las circunstancias personales y

no a una necesidad generalizada para todas las personas migrantes. Quizá el

aspecto más relevante en la adaptación de los itinerarios formativos consiste

en la necesidad de solventar el desconocimiento del idioma por algunos

voluntarios, siendo necesario programar cursos de castellano. No obstante,

siendo un hecho generalizado para los voluntarios vinculados a programas

europeos, es algo anecdótico para una mayoría de voluntarios extranjeros,

pues estos, salvo excepciones, suelen decidirse a ser voluntarios cuando han

55

resuelto buena parte de sus necesidades básicas y pueden desenvolverse con

el castellano.

Retomando la idea del voluntariado como elemento de integración

social, se debe reparar en un aspecto que favorece el voluntariado: la

convivencia intercultural. “El voluntariado nos une a todos, a través del compromiso

común se están uniendo y dialogando personas que a lo mejor fuera, en la calle,

habrían tenido prejuicios mutuos o no se hubieran acercado el uno al otro”,

reflexiona la responsable de una organización que no centra su trabajo en la

integración de los migrantes y por tanto, puede deducirse que muchos de sus

voluntarios no tienen por qué estar especialmente sensibilizados con la

construcción de una sociedad intercultural.

En relación a la asignación de tareas, se puede afirmar que existen

diferencias con respecto al resto de voluntarios. Estableciéndose criterios

basados en el nivel formativo, los conocimientos profesionales, las inquietudes

manifestadas por el voluntario y las necesidades de la organización. En base a

esto, la práctica totalidad de organizaciones ubican a los voluntarios en unas

determinadas tareas fruto del acuerdo entre voluntario y entidad. El único

elemento de diferenciación en la asignación de tareas parece derivar del

dominio del castellano, de tal suerte que habrá tareas, como la atención o

acompañamiento a usuarios, que no podrán realizar hasta que no tengan un

mejor dominio del idioma.

En algunas entidades sí parece haber una selección en base a la

cualificación del voluntario que actúa como elemento discriminador y

restringe el acceso al ejercicio de la acción voluntaria dentro de esa entidad,

56

si bien este criterio es general a todos los voluntarios independientemente de

su procedencia. Especialmente así ocurre en una organización de defensa de

derechos humanos, donde los criterios de selección se centran en perfiles

profesionales tales como abogados, sociólogos, psicólogos o politólogos. Este

hecho se repite en muchas entidades dependiendo del puesto a cubrir, si bien

aquellas con un importante componente de acompañamiento a enfermos,

discapacitados, drogodependientes o enfermos, así cómo aquellas otras que

ofrecen espacios de implicación en campañas de sensibilización e incidencia,

están mejor capacitadas para acoger una mayor diversidad perfiles de

voluntarios, con cualificación o sin ella.

Respecto del tipo de compromiso que los voluntarios de origen

extranjero adquieren con la entidad, salvo para el específico establecido para

los voluntarios pertenecientes al Programa de Voluntariado Europeo, es

idéntico al del resto de voluntarios. El párrafo que a continuación se

reproduce, extraído de una de las entrevistas, es extensible en su esencia al

conjunto de entidades estudiadas. El compromiso contraído por los voluntarios

extranjeros es “como todos los demás voluntarios, un compromiso semanal de 2

horas o quincenal de 4 horas, asistir a la formación, trabajar en los equipos y respetar

la intimidad de los usuarios, a no recibir contraprestación económica, a tomar todas

las decisiones en el marco del equipo. Si alguien debe dejar la entidad es por alguno

de estos motivos”. [Responsable de voluntariado de una entidad de acción

social].

Un aspecto destacado por la práctica totalidad de los entrevistados es

el compromiso de continuidad, el cual variará de una entidad a otra en

57

cuanto a su duración. “Para todos los voluntarios en general se pide un compromiso

mínimo de un año. Realmente cualquier persona puede irse cuando le de la gana,

pero se pide una reflexión previa al voluntario de cual será su compromiso y

continuidad en la entidad. Es así, porque a la organización le obliga a poner en

marcha todo un mecanismo de formación, diseño de itinerarios, organización del

trabajo de las áreas, etcétera, que requiere un mínimo de continuidad. Una vez

superado el primer año, quién se queda suele estar una media de tres o cuatro años

[…], aunque hay gente que está muchos años más”.

Muchas entidades han establecido un procedimiento de formalización

por escrito del compromiso adquirido por el voluntario con la entidad y ésta

con el voluntario, que se concreta en una carta de derecho y deberes. Otras

no tienen este tipo de compromiso por escrito, aunque si los voluntarios “se

comprometen a una actividad y dejan de realizarla durante un tiempo determinado,

dejan de ser voluntarios en [la entidad]”, nos relata el responsable de voluntariado

de una entidad de asistencia a drogodependientes.

En realidad, como acertadamente señala una de las entrevistadas,

existen dos tipos de compromisos, el formal y el real. El compromiso con la

organización “se plasma en una carta de compromiso […] que recoge los derechos

y deberes, sería la parte más formal, pero la parte más real es que luego son las

personas que en las acciones más comprometidas de la organización, como

movilizaciones… Quiénes suelen ir son éstas personas”. Mostrando, en estos casos,

un nivel de implicación y compromiso superior al de compañeros remunerados.

Por último, y para cerrar este apartado, se debe hacer referencia a un

aspecto que contribuye a facilitar la incorporación de nuevos voluntarios

extranjeros en las entidades. Ya se ha mencionado con anterioridad como las

58

condiciones laborales de los migrantes, especialmente los que se encuentran

en una situación de mayor precariedad, influyen en la disponibilidad y

posibilidades que poseen para participar como voluntarios. Un elemento que

mejora esta cuestión, posibilitando un mejor encaje entre los horarios de este

perfil de voluntarios, es la diversificación de espacios de intervención y la

flexibilización horarios para la práctica del voluntariado.

Respecto de si existe una tipología de tareas específicas asignadas a ese

tipo de migrante con mayores dificultades para participar como voluntario,

uno de los responsables entrevistados resaltaba lo siguiente: “no hay un perfil

concreto [de tareas], lo que ocurre, es que en la medida en que estamos

diversificando las acciones estamos posibilitando incorporaciones de esos perfiles, en

la medida que no somos tan rígidos con nuestros horarios, en la medida que abrimos

otros ámbitos de participación, o que acercamos la realidad a los parques u otros

espacios, estamos ampliando posibilidades a que personas, en el mundo de la

inmigración que trabajan de sol a sol, puedan reunirse para transformar. La clave ahí

la tenemos nosotros [las entidades]”. [Organización de asilo y migraciones]

Itinerario de un voluntario. Fases y características de la incorporación del voluntario extranjero en relación con el voluntario autóctono.

En este recuadro hemos querido establecer una comparación entre la evolución que viven los

voluntarios de origen extranjero y los autóctonos a propósito del estudio de un caso concreto:

las fases por las que pasa, en el periodo de un año, un voluntario dentro de una entidad de

asilo y migraciones.

Primera fase: durante los primeros dos-tres meses. En esta fase todos los voluntarios se

encuentran muy motivados y con su propia idea respecto de qué significa ser voluntario. En

esta fase es fundamental el acompañamiento de la figura del responsable del voluntariado.

59

Reciben mucha formación. En esta primera fase se adapta mejor la persona extranjera, pues

tiene mayor experiencia en adaptación a situaciones nuevas. Especialmente en lo referente a

perfiles de personas refugiadas, quiénes suelen arrastrar una dilatada experiencia de

participación social. También en los autóctonos se adapta mejor aquel que poseía

experiencia previa de participación en otras organizaciones.

Segunda fase: de unos 6 meses, donde la motivación individual del voluntario se va nutriendo

de la visión de sus compañeros. Comienza a interiorizarse una concepción más colectiva de

su acción voluntaria, se integra en el trabajo de equipo, se haya plenamente incorporado a la

tarea, e integrado en la dinámica de la organización. Es en este momento cuando se

comienza a hablar en plural, de un “nosotros”.

Tercera fase: de los nueve a los 12 meses. Es el momento decisivo, cuando se toma la decisión

de quedarse como voluntario o irse. Si se queda, entra en una fase de adhesión con los

objetivos y la causa de la entidad, lo que implica que los que se quedan son muy

participativos y activos dentro de la organización. Aunque este hecho es general a todos los

voluntarios, los refugiados y migrados se muestran más activos e implicados.

6.3. Perfil, intereses y expectativas de los voluntarios migrantes.

La principal conclusión del análisis de la información aquí recogida, es

que la procedencia de los voluntarios extranjeros es de lo más diversa al igual

que su nivel formativo, y que la inmensa mayoría de los voluntarios se

encuentran en edad activa, al oscilar su edad entre los veintitantos años y los

cincuenta y tantos. Si atendemos a la naturaleza de la organización,

encontraremos algunas diferencias aunque no demasiado significativas. Las

diferencias más marcadas son relativas al tipo de motivación de los voluntarios,

estando este hecho estrechamente relacionado con la finalidad de

organización.

60

En las entidades de acción social se constata que conviven dos tipos de

voluntarios de origen extranjero, los vinculados a los programas internacionales

de intercambio, principalmente jóvenes estudiantes de países enriquecidos, y

voluntarios provenientes de países en desarrollo y empobrecidos. Respecto de

estos segundos es mayoritaria la presencia de personas con un nivel formativo

inferior al de los voluntarios autóctonos. Son minoría los que cursaron estudios

universitarios. Principalmente son personas originarias de Latinoamérica y en

menor medida de países del este de Europa. En aquellas organizaciones que

trabajan con migrantes marroquíes, encontramos una fuerte presencia de los

mismos. Si bien en éstas últimas, hay más mujeres voluntarias que hombres, en

el resto tiende a nivelarse la relación hombres-mujeres.

En las organizaciones de asistencia social a discapacitados, enfermos,

personas mayores y drogodependientes, los voluntarios extranjeros de estas

entidades no fueron usuarios de las mismas ni beneficiarios de sus programas.

Mientras que en las organizaciones que poseen programas de atención a

colectivos migrantes, la mayoría de sus voluntarios fueron antiguos usuarios. Es

conveniente, sin embargo, señalar que este tipo de voluntarios no se

corresponde con aquellos que han precisado de una intervención prolongada

en el tiempo, sino que principalmente se corresponde con “el perfil de aquellos

que han precisado de un apoyo puntual, que les ha gustado la entidad y se han

quedado” [Organización de acción social con programas de integración de

migrantes].

Son muy pocos los voluntarios de este tipo de entidades los que poseen

experiencia previa de participación social en organizaciones o movimientos

61

sociales en sus países de origen, así como, en su mayoría, carecen de

experiencia anterior como voluntarios aquí en España.

En cuanto a sus motivaciones, difieren entre sí dependiendo de la

organización. Si bien se señala la existencia de casos de personas que

buscaban empleo a través del voluntariado, especialmente en las

organizaciones centradas en la atención y acompañamiento a enfermos,

personas mayores, discapacitados o drogodependientes, no es la norma. “Han

hecho voluntariado trabajando a la vez, lo digo, porque a veces existe la percepción

de que vienen buscando trabajo”, reflexiona una de responsable de voluntariado

perteneciente a este tipo de entidades. Las principales motivaciones de los

voluntarios pertenecientes a estas organizaciones se centran en ayudar a los

demás y en algunos casos “devolver a este país lo que ha hecho por nosotros”.

Respecto de las motivaciones de los voluntarios integrados en programas

internacionales de intercambio, como el Programa de Voluntariado Europeo,

encontramos las siguientes, “conocer España, aprender español, mejorar su

currículum y además colaborar en una ONG”, tal como es percibido por un

responsable de voluntariado de una organización de atención a

drogodependientes.

En las organizaciones con programas dirigidos a la integración de

personas migrantes se produce un vínculo entre éstas y sus voluntarios, quiénes

se identifican con las acciones destinadas a mejorar las condiciones de vida

de sus compatriotas. El haber recibido ayuda puede encontrarse tras la

necesidad de participar como voluntario, pues “cuando te han ayudado te

motiva ayudar”.

62

En las organizaciones de mujeres también se produce el fenómeno de

contar con antiguas usuarias como voluntarias, en un efecto similar al

anteriormente descrito. Buscan ayudar a otras mujeres, “aquí muchas han

descubierto la igualdad y han tomado conciencia de género”, trabajando por dar

a conocer los derechos de igualdad, por hacerlos efectivos y combatiendo la

violencia de género. Por razones obvias, son en su casi totalidad mujeres. Eso

no quiere decir que no haya voluntarios varones en este tipo de

organizaciones, sino que la entidad que ha sido objeto de nuestro estudio no

posee voluntarios de origen extranjero de sexo masculino. Las voluntarias son

principalmente latinoamericanas, con estudios universitarios y entre los 28 y 34

años. El alto nivel de estudios puede deberse al trabajo tan especializado que

realiza la organización y que requiere de cierta cualificación.

Respecto del ámbito de la cooperación al desarrollo la presencia de

voluntariado extranjero no es especialmente relevante. La procedencia de los

voluntarios es principalmente europea y latinoamericana, siendo en su

totalidad mujeres. Casi todas fueron voluntarias en sus países de origen y se

encuentran aquí estudiando o trabajando. Se podría afirmar que son de clase

media y carecen de cualquier problema de integración social. Sus

motivaciones se corresponden a grandes rasgos con las de sus compañeras y

compañeros autóctonos, acercándose a entidades de cooperación al

desarrollo gracias a poseer una inquietud social, “bien porque hayan estado en

otras ONG, porque hayan leído, hayan visto, o algo les ha movido a tomar parte por

equilibrar la balanza de la situación […] Aportar su pequeño granito de arena”.

63

Por último, las organizaciones de defensa de derechos humanos y del

derecho de asilo son las que más antiguamente se han nutrido de voluntarios

de diversas procedencias. Respecto de la organización de derechos humanos

estudiada, en sus orígenes se hacían voluntarias las personas extranjeras que

habían sido ayudadas por la entidad a su llegada a España tras huir de

persecuciones en sus países de origen. En la actualidad, se nutren de personas

que provienen del ámbito universitario tras la realización de cursos y másters de

derechos humanos, estar interesados en las temáticas relativas a la jurisdicción

universal o en cuestiones similares. La motivación que empuja a este perfil de

voluntarios se fundamenta en “tener mucha sensibilidad personal hacia los

problemas que existen en el mundo, si no la gente no se acerca”. Desde que existen

organizaciones especializadas en asilo y refugio y asociaciones de inmigrantes

y apoyo a la inmigración se acercan menos personas de origen extranjero a la

misma, salvo por los perfiles altamente cualificados mencionados

anteriormente.

Respecto de la entidad de asilo y migraciones que abordamos a

continuación, el perfil mayoritario de sus voluntarios extranjeros se corresponde

con solicitantes de asilo y refugiados. Estas personas poseen una formación

académica de lo más variada, teniendo en un gran porcentaje titulación

universitaria. En cuanto la trayectoria previa de participación social en sus

países de origen, prácticamente todos desarrollaron una activa vida política y

social habiendo sido sindicalistas, políticos, líderes de movimientos sociales o

integrantes de organizaciones de defensa de los derechos. La causa de que

sufrieran persecución y debieran abandonar su país buscando protección

64

internacional en países como España. En cuanto a sus motivaciones para

continuar siendo activistas en la sociedad de acogida a través de

organizaciones de asilo y derechos humanos, se sustentan en el conocimiento

directo de lo que supone sufrir persecución y violación de derechos humanos,

así como influir desde aquí en cambiar la situación de sus países de origen. Al

menos desde una labor de información y la sensibilización de nuestra

sociedad.

La motivación en general de los voluntarios extranjeros, ya sean

refugiados o migrantes, y autóctonos para implicarse como voluntarios en

organizaciones de asilo, reside en un “compromiso total con la causa de los

refugiados. Nunca es una única motivación, pero la más destacada es que sienten

que la causa de los refugiados es la causa por la que merece la pena transformar el

mundo, destinar unas horas […]”. Completando su perfil se puede afirmar que son

personas muy informadas sobre la realidad del mundo, que conocen las

problemáticas de otros países, y que no pueden comprender que aún haya

injusticias en el mundo. Son personas motivadas que participan en otros

espacios de defensa de los derechos humanos y de lucha por la justicia social.

Llegado este punto, es conveniente realizar un ejercicio de distinción, si

es posible, entre los perfiles del “migrante forzado” por causas de persecución,

el refugiado, y el “migrante por causas económicas”, no menos forzado por el

injusto sistema económico mundial (al menos en una mayoría de casos). Para

tal fin aprovecharemos la reflexión realizada al respecto por la responsable de

una organización de asilo y migraciones, quién posee ambas perspectivas de

análisis. La primera diferencia estriba en la conexión y compromiso total con la

65

defensa de los derechos humanos, que implica una concepción diferente de

su vida respecto de otros migrantes. La segunda diferencia radica en que el

inmigrante puede decidir volver o no volver a su país, mientras que el

refugiado no posee esa libertad. “Siempre le preguntarás y siempre tendrá

intención de volver a cambiar su país. Porque salió obligado por causas ajenas, no

decidió nunca salir”.

Más allá de las motivaciones, es conveniente evaluar la satisfacción de

los voluntarios desde la percepción de los responsables de voluntariado.

Siguiendo con los refugiados, las expectativas de los mismos consisten en

continuar con su activismo en la sociedad de acogida, si bien no se debe

olvidar que su finalidad última es regresar a sus países de origen y desarrollar su

activismo allí. Respecto de las expectativas que han depositado en la

organización de asilo en la que ejercen su voluntariado, los voluntarios asilados

aspiran a abrir nuevos espacios de participación que podrían desbordar el

actual marco de representación de los voluntarios en la entidad. A participar,

de alguna forma, del ámbito cercano a la toma de decisiones.

La percepción que poseen los responsables de voluntariado sobre la

satisfacción de las expectativas de sus voluntarios suele referirse a aspectos

relacionados con la canalización de sus motivaciones y su realización personal

a través de ellas, el grado de satisfacción con la tarea desempeñada o la

gratificación emocional y personal que recibe el voluntario al comprobar el

bienestar que contribuye a generar en los demás, los usuarios o beneficiarios

de los programas de acción social. “Yo creo que sí, colaborar en [la entidad] es

muy satisfactorio a muchos niveles, como experiencia vivida, como proceso

66

educativo, como capacidad de aprendizaje y de relación con otros voluntarios y

drogodependientes. Yo creo que sus expectativas son cubiertas con demasía, más de

lo que ellos piensan”. A su vez, la constatación de que su dedicación voluntaria

produce efectos positivos en los beneficiarios de su acción, alimenta la

satisfacción del voluntario: “Los usuarios de [la entidad] están muy satisfechos con

la labor que realizan los voluntarios y esto contribuye a que los voluntarios se sientan a

gusto”, tal y cómo es descrito por un responsable de voluntariado.

Un buen indicador para evaluar el grado de satisfacción de los

voluntarios consiste en observar el tiempo medio de permanencia en la

entidad. Será su continuidad con respecto a la tarea asignada el barómetro

que registrará si las expectativas de los voluntarios se están satisfaciendo. La

frustración de las expectativas del voluntario motivará casi con toda seguridad

el abandono de su acción voluntaria. Sin embargo, el tiempo de permanencia

de los voluntarios de origen extranjero varía de unas entidades a otras y resulta

bien significativo como influye su estabilidad laboral y residencial. Ésta gran

“movilidad” laboral y espacial incide directamente en su continuidad como

voluntarios, siendo ésta la causa de que la permanencia de los voluntarios

extranjeros sea menor a la de sus compañeros autóctonos. Ilustrativas son las

siguientes palabras al respecto, “no sé en cuanto estará la media, en torno a 1-2

años. Pienso que si se están ubicando debe de ser más complicado […] No han

llegado al grado de permanencia que tenemos con nuestros voluntarios

(autóctonos)”. [Organización de asistencia a enfermos, discapacitados y

mayores].

67

Si se observa cada caso, se encontrarán ciertas diferencias entre uno y

otro. Mientras que para unas organizaciones la media está entre uno y dos

años de permanencia, como la anteriormente citada, en otras la continuidad

del voluntario es menor, incluso intermitente: “influye el tema laboral y los cambios

de casa, pero sí que suelen estar bastante tiempo, de seis meses a un año. Hay

algunos (voluntarios) que llevan mucho tiempo y otros que son intermitentes”

[entidad de integración social]. Independientemente del tiempo de

permanencia, se repite la influencia que en el voluntariado extranjero ejerce su

situación laboral y estabilidad residencial.

En algunos casos, la actividad voluntaria se desarrolla como sustitutiva

de la actividad laboral, ante la carencia de la misma: “creo que se acercan a [la

entidad] cuando están en una etapa más de paro o de trabajo muy precario, y

cuando encuentran un trabajo más formal, más estructurado dejan de colaborar y

eso hace que se desvinculen”, nos relata el responsable de voluntariado de una

entidad de atención a drogodependientes. En cualquier caso, parece ser una

constante en una mayoría de organizaciones, “el compromiso medio suele ser de

un año o dos. No podría decirte de gente extranjera que lleve más tiempo, no la hay”.

La diferencia la marcan de nuevo las organizaciones de defensa de los

derechos humanos y de asilo, donde se dan casos de voluntarios extranjeros

con muchos años de vinculación activa con la entidad. Hasta veinte años.

Mayoritariamente este perfil se corresponde con personas refugiadas y

exiladas.

Por último, y para cerrar el presente apartado, detendremos nuestra

atención en un aspecto de suma importancia para las personas migrantes: su

68

situación administrativa. Es decir, tener regularizada su situación, “tener

papeles”, o encontrarse en situación de irregularidad, “sin papeles”. Ésta

cuestión, nada baladí para la persona migrante, contrasta con el nulo interés

que posee para las organizaciones que han participado de este estudio.

Resulta significativo como se desconoce en gran medida si los voluntarios de

origen extranjero están en situación administrativa regular o irregular. Ninguna

entidad tiene esto en cuenta a la hora de aceptar a un voluntario de origen

extranjero, y eso se constata a la hora de ofrecer estadísticas al respecto: no

tienen.

6.4. El voluntariado en las entidades y su nivel de participación.

Se pueden establecer distintos niveles de participación de los voluntarios

en las organizaciones estudiadas. Nuevamente se impone el principio de

normalización, lo que implica que en este aspecto tampoco se pueden

establecer diferencias según las procedencias nacionales de los voluntarios.

De tal suerte, que la participación de los voluntarios extranjeros dependerá

exclusivamente de la cultura y del modelo participativo de cada entidad. En

este sentido, la forma jurídica de la entidad, ser asociación o ser fundación,

influirá notablemente. Las primeras ofrecen la posibilidad al voluntario de ser

socio de la organización, implicando su incorporación a los mecanismos de

toma de decisiones. Las segundas, las fundaciones, en principio no poseen un

modelo tan abierto a la incorporación de los voluntarios a la toma de

decisiones.

69

Sin embargo, la realidad muestra como esa división no es tan nítida y se

dan situaciones de lo más diversas. Siendo así que los voluntarios que son socios

disfrutan de los mismos derechos que otros socios a participar plenamente de

la vida asociativa de sus entidades, incluso a participar de la toma de

decisiones según los mecanismos establecidos en los estatutos de la

organización. Mientras que para los voluntarios no socios, la participación

variará dependiendo de las organizaciones. Desde aquellas que otorgan

representatividad en sus órganos de gobierno a los voluntarios a través de

representantes elegidos por los mismos, hasta las que no contemplan esta

posibilidad. Esta última cuestión es independiente de la naturaleza de la

entidad, ya sea asociación o fundación.

Otra cuestión es la referida al acceso a cargos de responsabilidad

“política”, es decir, a los órganos de gobierno de la entidad. Sólo en dos

organizaciones hay representación en sus Juntas Directivas de personas de

origen extranjero, siendo una de ellas una organización de migrantes.

Independientemente del acceso a la toma de decisiones de la organización,

lo cierto es que la mayoría de las organizaciones canaliza la participación de

sus voluntarios extranjeros a través de los equipos de trabajo en los que se

integra el voluntario o a través de espacios creados para tal fin,

concediéndosele una creciente importancia a la participación de los

voluntarios en la vida social de la entidad y en el diseño y planificación de

actividades y proyectos. La variedad de los mecanismos y espacios de

participación existentes en las organizaciones estudiadas, responde a la

propia evolución de cada entidad. Si bien parece existir cierta tendencia

70

común a otorgar un creciente protagonismo a los voluntarios en los más

diversos aspectos de la vida de las organizaciones.

Ayuda a comprender el modelo de participación que caracteriza a

cada entidad si se atiende a la filosofía del voluntariado que poseen. Sobre

todo a la hora de realizar un análisis de la evolución de la participación de los

voluntarios dentro de la organización. En algunas organizaciones se puede

constatar como al apostar por una línea de incidencia política y social, por

coherencia se ven impelidas a incorporar al voluntario como actor

protagonista de esta estrategia. En otras organizaciones, la opción por un

modelo de “empowerment” ha orientado sus acciones de captación de

voluntarios hacia los propios usuarios y a integrarles en el diseño, planificación,

ejecución y evaluación de los programas dirigidos a los colectivos de atención,

constituyendo una estrategia de “empoderamiento” de los mismos. En

cualquier caso, independientemente de los ejemplos mostrados, la tendencia

es a implicar a los voluntarios desde el diseño de las actividades hasta su

evaluación. Otra tendencia es la apuesta por crear espacios de reflexión que

fomenten el análisis de las causas que se hallan tras la situación social que se

pretende transformar.

En relación a la filosofía de voluntariado que las organizaciones poseen,

la mayoría manifiesta que se trata de una forma de participación ciudadana

orientada hacia la transformación social. Unas organizaciones tienen más

estructurado el fundamento teórico de esta afirmación y otras organizaciones

menos, apelando a “lugares comunes” y tópicos sobre el voluntariado. Lo

71

cierto es que será el modelo de voluntariado aplicado en cada caso el que

visibilice ante qué concepción del voluntariado nos encontramos.

Es interesante la visión aportada por una de las organizaciones

participantes del estudio, entidad que ha realizado un importante ejercicio de

reflexión sobre el modelo de voluntariado por el que apuesta y de

sistematización del mismo. Para esta entidad, centrada en la exclusión social,

el voluntariado consta de dos elementos: la acción voluntaria y la actitud

hacia el cambio. La acción voluntaria se concreta en la tarea asignada al

voluntario. Sin embargo, “la acción voluntaria por sí sola corre el riesgo de

convertirse en beneficencia o asistencialismo si no combate las causas que producen

la exclusión social”. La manera de superar ese riesgo consiste en fomentar la

reflexión sobre las causas de la exclusión social y orientar la acción voluntaria

hacia la promoción del cambio social. El conocimiento de las causas y la

inquietud por transformar las situaciones de injusticia social es lo que

denominan actitud hacia el cambio.

Desde esa perspectiva se apuesta claramente por un modelo de

incidencia política y social para provocar los cambios sociales perseguidos. Se

trata de llevar al mundo de la exclusión social lo que otros movimientos como

el ecologista o de defensa de los derechos humanos han logrado, “crear un

movimiento ciudadano que luche contra la exclusión social”. Este modelo encierra

una concepción del voluntariado que se puede sintetizar en la siguiente frase:

“el voluntariado es una grandísima fórmula de participación ciudadana, donde el

ciudadano conoce de primera mano los problemas de la exclusión social y ante ese

conocimiento quiere cambiar la sociedad”. Y esta inquietud por transformar la

72

realidad se concreta en las siguientes acciones, estrechamente

interrelacionadas entre sí: sensibilización social, reivindicación y denuncia.

La apuesta por la incidencia como estrategia de cambio social define el

modelo de voluntariado y está estrechamente relacionada con

organizaciones feministas, ecologistas, de solidaridad internacional y de

derechos humanos. Así es concebido el voluntariado en una organización

feminista, “que sea (un voluntariado) eminentemente transformador, [la entidad]

hace mucha incidencia política […] lo que implica que nuestro voluntariado tiene que

ser de denuncia, un voluntariado de transformación, comprometido, formado en la

perspectiva de género y centrado en la prevención de situaciones de exclusión

social”. Ésta apuesta por la incidencia requiere de voluntarios formados,

comprometidos y activos, lo que conlleva para la organización una mayor

inversión en aspectos formativos que van más allá de la capacitación para la

tarea a desempeñar por el voluntario y en coherencia con esta filosofía, e

incluso por exigencia de los mismos voluntarios, implementar una cultura

participativa.

Resulta de interés observar la aplicación de este modelo en la

organización de lucha contra la exclusión anteriormente referida. Sí lo que se

persigue es convertir la acción voluntaria en un movimiento ciudadano, debe

darse el salto de la acción individual del voluntario, centrada en su tarea,

hacia la emergencia de una experiencia colectiva. Esta experiencia se

concreta en la asamblea de voluntarios, que es el espacio de formación

continua y reflexión-acción creado para tal fin. Espacio que persigue “crear

estructuras dentro de [la entidad], estructuras participativas donde sean los voluntarios

73

los que vayan concretando cómo hacer propuestas de transformación social”. Este

espacio ha posibilitado a los voluntarios participar del diseño de las estrategias

de incidencia a desarrollar, del mensaje a transmitir a la sociedad y de las

acciones a emprender. En ésta lógica, se han articulado nuevos espacios de

participación a través de comisiones de trabajo conjuntas entre voluntarios,

técnicos y responsables de la entidad. De este proceso participativo se ha

concluido la necesidad de vincular el voluntariado a la toma de decisiones.

Para ello, además del protagonismo otorgado a los voluntarios en el diseño de

la estrategia organizativa, se ha propuesto la creación de la figura del

representante de los voluntarios en el patronato de la organización.

La fórmula del representante de los voluntarios en los órganos de

gobierno de la organización también es aplicada por otras entidades, bien a

través de la incorporación al patronato o bien a través de su integración en la

asamblea de la entidad. Aunque se debe concluir que este hecho es

minoritario dentro de las organizaciones de voluntariado estudiadas.

Fuera del marco de la toma de decisiones y como norma generalizada,

se busca que los voluntarios se integren plenamente en equipos mixtos de

trabajo. Al mismo nivel que el personal remunerado en cuanto a la capacidad

de realizar aportaciones para la mejora de los servicios que prestan las

organizaciones y a la participación en las fases de implementación de las

actividades y proyectos a desarrollar. “Los equipos de la entidad son mixtos en

cuanto a voluntarios y remunerados, en cuanto al grado de responsabilidad, de

participación, de formación, buscamos que estén equilibrados”, tal como es

74

descrito por la responsable de voluntariado de una organización de asilo y

migraciones.

Sólo uno de los entrevistados describe una escasa, casi nula,

participación de los voluntarios en la entidad: “responsabilidades más allá de su

tarea, no […] no somos una ONG donde el voluntario tenga una vida asociativa muy

grande, quizá porque su estructura está muy configurada y conformada por el

personal contratado, el voluntariado no tiene una participación muy activa en la vida

asociativa de la entidad”. Una cuestión polémica, al menos para nuestro

entrevistado: “Me parece que es un error, es una opinión personal mía, pero es así”.

Otros canales de participación y comunicación entre la entidad y sus

voluntarios son los buzones de sugerencias, grupos de discusión, talleres, chats

y blogs en Internet, los correos electrónicos y las listas de distribución, boletines

digitales, etc.

6.5. Expectativas respecto a los voluntarios de origen extranjero y valoración de las entidades.

De nuevo lo significativo es la generalización respecto de las

expectativas que tienen las organizaciones, sin hacer distinción sobre la

procedencia de los voluntarios. Las expectativas parecen incidir más sobre el

perfil de voluntarios deseados, en cuanto a compromiso e identificación con

los valores de la entidad que a su origen. E incluso con un deseado relevo

generacional, o mejor dicho, la incorporación de voluntarios jóvenes a las

organizaciones, tal como fuera manifestado por una entidad de defensa de

los derechos humanos con más de treinta años de historia.

75

Continuando con organizaciones de defensa de los derechos humanos,

en este caso una de asilo y migraciones, las expectativas respecto del

voluntariado migrante, especialmente los refugiados, se concreta en “seguir

normalizando su incorporación, abrir nuevos espacios de participación y

acción, y aprovechar mejor las potencialidades de los voluntarios. Los

refugiados son líderes y hay que saber aprovecharlo”.

Tres expectativas parecen repetirse más entre los entrevistados, las

relacionadas con como conseguir aumentar el número de voluntarios, con

cómo conseguir su fidelización y un compromiso claro con la misión de la

entidad, y las relativas a fomentar la participación de los voluntarios dentro de

la entidad. Más allá de los mecanismos para ampliar los espacios de

participación de los voluntarios analizados en el apartado anterior, la cuestión

clave en este momento es como conseguir “activar a aquellos que han

reducido su voluntariado a su tarea y no participan de la formación y los

encuentros”. En algunos casos, esta “activación” pasa por lograr que las líneas

de acción de los proyectos de integración de personas extranjeras sean

mayoritariamente “diseñadas por los voluntarios migrantes”, como le gustaría

al responsable de una entidad de acción social.

Relacionado con las expectativas se encuentra la preocupación por

mejorar la calidad en la gestión del voluntariado y de los servicios que se

prestan a los usuarios. También en lo relativo a que esa gestión de calidad esté

en consonancia con la misión social de la organización y de cómo dotarse de

las herramientas necesarias para realizar un seguimiento y evaluación

adecuados.

76

La valoración sobre los voluntarios de origen extranjero realizada por los

responsables de voluntariado entrevistados, es mayoritariamente favorable y

positiva respecto del papel que desempeñan en la organización. Esta

valoración positiva se concreta en los nuevos elementos que aportan a las

organizaciones en las que desarrollan su acción voluntaria. Elementos referidos

al enriquecimiento de la organización gracias a la incorporación de otras

visiones de la realidad, de otras formas organizativas, experiencias y

habilidades, o la conexión con nuevas organizaciones y redes internacionales.

La frase que mejor sintetiza esta realidad, es la expresada por la coordinadora

de voluntariado de una organización de asilo y migraciones: los voluntarios de

origen extranjero “hacen repensar la entidad”.

Tal es así, que el amplío abanico de aspectos que enriquecen a

organizaciones como la mencionada gracias a la presencia de personas de

diversas procedencias en ellas, se concretan de la siguiente forma: “suelen

aportar conocimientos, han tenido cargos de activistas políticos que enriquecen a la

organización. Normalmente muchos de ellos se han vinculado a [la entidad] a través

de redes internacionales […] abriendo en muchos casos las puertas a la organización

en estas redes. Aportan prácticas distintas de organización, de grupos, de resolución

de conflictos, de trabajo… Es difícil no moverte a una manifestación cuando tienes al

lado a un compañero que no lo duda, es un revulsivo para la misma organización”.

Estos perfiles de voluntarios, que se corresponden con personas refugiadas,

suelen ser bastante críticos y constructivos con dinámicas internas y prácticas

de la organización.

77

¿Y con los voluntarios que no son refugiados, sino voluntarios de origen

extranjero? Se puede afirmar que aportan aspectos que no difieren en exceso

de los aportados por los voluntarios refugiados. Aportan elementos tales como

el “contacto con otros países, relación con ONG de otros países, apertura a otras

culturas y formas de pensar y ver el mundo, idiomas, frescura, posibilita relacionarse

con redes internacionales de voluntariado”, una serie de relaciones que a algunos

tipos de organizaciones, especialmente las de acción social, no les resulta fácil

establecer.

La cuestión de las diversas visiones que ayudan a enriquecer la

organización y de las relaciones con otras ONG extranjeras, son dos de los

aspectos más destacados por todas las organizaciones. Ya hemos visto como

así es para las organizaciones de derechos humanos y de acción social, no

resultando diferente para las entidades de cooperación internacional: “otra

perspectiva de ver las cosas que incorporan al grupo, su experiencia respecto de

ONGs de sus países, gran capacidad de innovación y motivación, aportan mucha

creatividad a los grupos. Tiene un papel activo en los grupos, con la realización de

numerosas propuestas”. Sin embargo, debe apreciarse que existe cierta

diferencia entre el nivel de aportación realizado por refugiados y voluntarios

vinculados a programas de voluntariado internacional y el voluntario que

podría considerarse como migrante económico. Éste último perfil carece, en

un elevado porcentaje de casos, de experiencia previa de voluntariado en

organizaciones extranjeras, derivándose de esta circunstancia un menor

capital relacional y organizacional acumulado que aportar a la organización

en la que desarrollan su acción voluntaria.

78

Un último aspecto a destacar, en línea con lo descrito hasta el momento,

se deriva de las diversas perspectivas sobre la realidad que poseen, pero

especialmente del conocimiento vivencial que portan como migrantes en

nuestra sociedad. Así es entendido por el responsable de voluntariado

perteneciente a una organización que trabaja por la integración social de las

personas migrantes: “yo creo que nos sitúan. Están cambiando los perfiles [de

usuarios migrantes], y nos muestran su realidad. No todos son vulnerables como

tendemos a percibirlos desde lo social. Nos muestran otras tipologías de migrantes, de

otros servicios que poner en marcha. Los proyectos responden a las necesidades de la

gente porque ellos participan mejorándolos”.

De ese efecto de “situar” a las organizaciones en el contexto adecuado

frente a una realidad vertiginosamente cambiante, no sólo se benefician las

entidades que trabajan en el ámbito de la integración social. Para las

organizaciones que desarrollan su labor en el ámbito del asilo y los derechos

humanos, tan atentas a la realidad internacional, los voluntarios extranjeros,

especialmente los refugiados, “abren nuevas vías de conocimiento de la situación

mundial, están muy informados y aportan contactos y análisis que de otra forma sería

imposible realizar ni aunque hicieras un seguimiento exhaustivo de toda la actualidad

internacional”.

79

7. PERFIL DEL VOLUNTARIADO INMIGRANTE Y/O REFUGIADO EN MADRID Y ANÁLISIS DE SU TRAYECTORIA VOLUNTARIA 7.1. Análisis de los cuestionarios realizados y variables exploradas: 7.1.1. Participación del voluntariado migrante en entidades según su área

de actuación 7.1.2. Grado de participación en el voluntariado de la población

migrante. 7.1.3. Voluntariado migrante y distribución por sexo 7.1.4. Voluntariado migrante y distribución por edad 7.1.5. Voluntariado migrante y países de origen 7.1.6. Voluntariado migrante y situación social: tiempo de estancia,

situación administrativa 7.1.7. Voluntariado migrante y nivel de estudio 7.1.8. Voluntariado migrante y situación labora. 7.1.9. Voluntariado migrante y desarrollo de la actividad: tiempo de

permanencia en la actividad voluntaria, tiempo de dedicación, requisitos exigidos al voluntario migrante para su incorporación, puestos que ocupan en las entidades. 7.2. Conclusiones del análisis del cuestionario 7.3. Hipótesis sobre la labor voluntaria de las personas migrantes

obtenidas a través de las entrevistas realizadas 7.3.1. Trayectoria 7.3.2. La incorporación a la entidad voluntaria 7.3.3. La formación y la tarea 7.3.4. Tiempo y compromiso 7.3.5. La participación en el marco de la entidad 7.3.6. Motivación y expectativas

7.4. Personas refugiadas y voluntariado

7.1. Análisis de los cuestionarios

Como se ha explicado en el apartado que describe la metodología del

estudio, durante los meses de septiembre-diciembre de 2007 se envió por

correo electrónico a las entidades sociales un cuestionario previamente

elaborado por el equipo de investigación y validado. Conformado por un total

de 20 cuestiones de carácter semiestructurado, se intentaron compilar con el

mismo aquellos datos que se habían considerado relevantes para una

80

aproximación de carácter descriptivo al objeto del estudio aquí presentado.

El envío vía electrónica del cuestionario se produjo tras la obtención de un

listado de las entidades sociales con presencia de voluntariado existente en el

municipio de Madrid. Se contabilizaron un total de 339 entidades, todas las

cuales se incluyeron en este primer envío. Tras éste el índice de respuesta

obtenida fue del 4,42% decidiéndose entonces realizar un segundo reenvío.

Dado que el porcentaje de entidades que respondieron a este nuevo

requerimiento no superaba en conjunto el 8,25% del total, y considerando que

éste no satisfacía las necesidades mínimas que el equipo investigación había

establecido como necesarias para obtener una respuesta que permitiera una

aproximación significativa a la realidad social a estudio, se tomó la decisión de

establecer contacto telefónico con las entidades de las cuales no habíamos

obtenido respuesta, con objeto de solicitar a éstas la cumplimentación del

cuestionario. En esta llamada se les informaba acerca de los objetivos de la

investigación iniciada y de la necesidad de contar con su colaboración. Para

evitar mensajes diferentes en este contacto, se realizó un guión que

homogeneizaba la información dada a las entidades sociales y que era leído

por los miembros del equipo de investigación encargados de llevar a cabo

dicho contacto telefónico. Tras el mismo, se volvió a reenviar el cuestionario en

formato electrónico a las entidades, dado que algunas de ellas ya no disponía

de éste, actualizando la base de datos disponible y contactando

directamente con los responsables de voluntariado. El número de

organizaciones que respondieron tras este tercer envío fue de 32 siendo

finalmente el total de contestaciones obtenidas de 60, dándose por válidos un

81

total de 54 cuestionarios, lo que suponía un 15,9% sobre el conjunto de

entidades tomadas en consideración inicialmente. Se descartaron

únicamente aquellos cuestionarios que se reenviaron al equipo de

investigación sin haberse contestado, estaban incompletos o no disponían en

el momento actual de área de voluntariado. En las líneas siguientes pasamos a

exponer brevemente las conclusiones principales que pueden ser extraídas a

partir de los datos aportados por las entidades sociales que llevan a cabo

actividades de voluntariado en el marco del municipio de Madrid.

7.1.1. Participación del voluntariado migrante en entidades según su área

de actuación

Uno de los puntos que se consideraron relevantes en esta investigación

era el área de actuación en la que se inscribían las entidades sociales del

municipio de Madrid. Se establecieron un total 17 categorías cerradas,

tomando como base la clasificación establecida por el servicio de

voluntariado del Ayuntamiento de Madrid. Se añadió una última categoría

abierta que permitía a las entidades especificar su área de actuación en caso

de que ésta no se incluyera en las anteriores. La mayoría de las entidades se

inscribieron en más de una de las categorías de señaladas. El porcentaje más

elevado de entidades que dieron respuesta al cuestionario (ver tabla 1) se

inscribían dentro del área de juventud (44,4%), seguido por aquellas que tenían

como objetivo el trabajo en exclusión social (40,7%) y en educación,

formación y/o cultura (40,7%). Infancia (37%) y ocio y tiempo libre (31,5%) se

situaban en cuarto y quinto lugar, siendo las áreas de actuación menos

82

representadas en nuestra muestra aquellas correspondientes a emergencias,

con un porcentaje del 1,9% y ecología y medio ambiente (3,7%). 2 entidades

señalaron áreas de actuación diferentes (otras áreas) a aquellas categorías

previamente establecidas, siendo éstas Reclusos/Exreclusos y Atención

Psicológica/Asesoría jurídica.

Una representación gráfica de esta distribución puede observarse en el

gráfico 1.

Área de actuación Porcentaje Juventud 44,4% Exclusión social 40,7% Educación, formación y/o cultura 40,7% Infancia 37% Ocio y tiempo libre 31,5 Inmigración y asilo 29,6% Mujer 27,8% Cooperación al desarrollo 27,8% Derechos humanos 16,7% Participación ciudadana/asociacionismo 14,8% Discapacidad 14,8% Minorías étnicas 13% Dependencias 13% Salud y enfermedad 9,3% Mayores 5,6% Ecología y medio ambiente 3,7% Otras áreas 3,7% Emergencias 1,9% Tabla 1. Área de actuación de las entidades sociales del municipio de Madrid

83

Gráfico 1. Representación gráfica de las áreas de actuación de las entidades sociales en el municipio de Madrid.

Juventud

Exclusión social

Educación, formacióny/o cultura

Infancia

Ocio y tiempo libre

Inmigración y asilo

Mujer

Cooperación aldesarrollo

Derechos humanos

Participaciónciudadana/ asociacionismo

Discapacidad

Minorías étnicas

Dependencias

Salud y enfermedad

Mayores

Ecología y medioambiente

Otras áreas

Emergencias

84

7.1.2. Grado de participación en el voluntariado de la población migrante

Otro dato que solicitamos a las entidades sociales fue el total de personas

voluntarias con las que contaban en el momento actual, siendo éste 9615. El

número de voluntarios en las diferentes entidades se repartía de manera

dispar, oscilando la cuantía de éstos desde 2 a 6712 voluntarios, siendo la

moda de la distribución de frecuencias 30. Un 50% de las organizaciones tienen

30 o menos voluntarios inmigrantes incorporados y sólo el 10% de las entidades

presentan más de 100.

De las 54 entidades sociales que respondieron a nuestro cuestionario, el

57,4% de las mismas incorporaban en la actualidad voluntarios

inmigrantes/refugiados dentro de su organización en el municipio de Madrid,

siendo un 42,6% el porcentaje de éstas que no disponían de voluntariado

inmigrante/refugiado. En total se contabilizaron 338 voluntarios de origen

extranjero, suponiendo éstos un 3,5% sobre el conjunto de los contabilizados en

el marco de las entidades sociales que dieron respuesta al cuestionario. Esta

representación de voluntariado inmigrante/refugiado sobre el total de

voluntarios se sitúa muy por debajo del porcentaje que la población

inmigrante representa en el conjunto de la población madrileña y que queda

establecido, de acuerdo a los datos de población extranjera en la ciudad de

Madrid disponibles en enero del 2008, en un 16,9% de la misma. Este dato nos

indica que, a priori, la incorporación de la población extranjera al voluntariado

es aún mínima, siendo preciso establecer cuáles son los factores que inciden

en esta escasa presencia.

85

La distribución del número de voluntarios inmigrantes/refugiados

existentes en el seno de las diferentes entidades sociales presenta una elevada

dispersión. El 90% de éstas presenta 15 o menos voluntarios

inmigrantes/refugiados incorporados. Llama la atención que el 50% de la

entidades cuenta con 5 o menos de éstos, lo cual nos lleva a pensar que nos

encontramos ante un voluntariado atomizado y disperso, donde las entidades

agrupan a un número pequeño de voluntariado inmigrante. Por otro lado se

observa una relación estadísticamente significativa (p>0,05) entre el área de

actuación inmigración y asilo y la presencia de voluntarios

inmigrantes/refugiados en las entidades, asociación que también es posible

establecer con aquellas organizaciones que se engloban en el área de

discapacidad. Datos estos, que corroboran la información reflejada en el

capítulo 6 de este informe, donde se establece una estrecha vinculación entre

haber sido usuario de una entidad de asilo y de inmigración y la actividad

voluntaria desarrollada posteriormente por los migrantes/refugiados en las

mismas. El vínculo entre ayuda a discapacitados y voluntarios de origen

extranjero, sin embargo, no fue tan fácil de establecer, pues respondía a una

multiplicidad de posibles motivaciones por participar en organizaciones de las

que no fueron usuarios.

7.1.3. Voluntariado migrante y distribución por sexo.

De la totalidad de voluntarios inmigrantes/refugiados, la distribución por

sexos respondía al porcentaje 71,04% de mujeres frente al 28,96% de varones,

lo que supone que por cada voluntario inmigrante/refugiado varón existen 2,45

86

mujeres voluntarias inmigrantes/refugiadas en las entidades sociales

estudiadas, lo que nos indica una aparente feminización del voluntariado

inmigrante, fenómeno éste que guarda concordancia con la mayor presencia

de mujeres en el voluntariado genérico. Asistimos, por tanto, a una

sobrerrepresentación del colectivo femenino, máxime si tomamos en

consideración que la distribución por sexos de la población

inmigrante/refugiada empadronada en el municipio de Madrid arroja unos

porcentajes de 50,4% para las mujeres y un 49,6% en el caso de los valores.

Con relación a las entidades sociales, un 90,3% de éstas cuentan con 15 o

menos mujeres inmigrantes/refugiadas como voluntarias, evidenciándose

nuevamente una presencia de 5 o menos voluntarias inmigrantes/refugiadas

en 21 entidades. Sólo 3 de las mismas tienen más de 15 voluntarias, lo que

supone un 9,7% del total, apareciendo 2 entidades que no contaban en su

voluntariado inmigrante con representación femenina.

A la luz de estos datos podemos concluir, que al igual que sucede en el

voluntariado en general, existe una Identidad femenina del voluntariado. Esto

es debido a la identificación tradicional de roles femeninos con la acción

social, identificándose el voluntariado con labores de cuidado y asistencia

algo que persiste en el voluntariado migrante.

Por su parte el 96,8% de las entidades tienen 15 o menos voluntarios

varones inmigrantes/refugiados incorporados, siendo tan sólo una persona la

representante del voluntariado masculino inmigrante/refugiado en el mayor

número de organizaciones. Sólo una entidad supera el número de 15

voluntarios inmigrantes/refugiados, apareciendo además en los datos

87

obtenidos 7 entidades que no cuentan con varones inmigrantes/refugiados

dentro de su voluntariado. Este dato evidencia que no sólo la presencia

femenina es mayor en número, sino que ésta además aparece prácticamente

en todas las entidades, algo que no ocurre en el caso de los varones.

7.1.4. Voluntariado migrante y distribución por edad

Con respecto a la distribución por edades en los voluntarios

inmigrantes/refugiados, no se observan diferencias en los grupos de edad

donde se sitúa el porcentaje más elevado de varones y mujeres. En ambos

casos éste corresponde al intervalo de edades entre los 18-29 años, de modo

que el 29,58% de las mujeres voluntarias inmigrantes/refugiadas se sitúan en

este grupo de edad, siendo el 38,7% de los varones los pertenecientes al

mismo. La distribución de las mujeres en los diferentes grupos de edad guarda

una cierta homogeneidad, en tanto que en el caso de los varones pareciera

que éstos se concentran en edades más jóvenes, no apareciendo ningún

representante en el grupo de edad de los mayores de 65 años, algo que no

ocurre en el caso de las mujeres, cuya presencia en este intervalo es de 1,6%

con respecto al total. Esta distribución del voluntariado inmigrante/refugiado

por grupos de edad es congruente con aquella presente de forma genérica

en el colectivo de personas extranjeras empadronadas en el municipio de

Madrid, donde el mayor porcentaje de éstas se sitúa en las edades

comprendidas entre 20-59 años.

88

7.1.5. Voluntariado migrante y países de origen

En relación a los países de origen del colectivo voluntario

inmigrante/refugiado, inicialmente se introdujeron en las categorías de esta

pregunta aquellos países que contaban con una mayor presencia de

nacionales en el seno del municipio de Madrid: Ecuador, Rumania, Bolivia,

Perú, Colombia y Marruecos, dejando una categoría abierta donde se podían

englobar voluntarios inmigrantes/refugiados de otros orígenes, solicitando a las

entidades que especificaran su procedencia. En el caso de los varones, el

mayor número de éstos se concentraba en aquellos que procedían de países

diferentes a aquellos inicialmente explicitados, representando un 43,2% del

total. Llama la atención que el porcentaje más alto dentro de esta categoría

corresponde a voluntarios inmigrantes/refugiados de origen argentino,

representando un 31,2% del grupo otro origen y un 13,51% del total de

voluntarios inmigrantes/refugiados varones, si bien en el conjunto de la

población masculina extranjera empadronada en el municipio de Madrid

representan tan sólo el 1,88%. El colectivo boliviano aparece, de manera

genérica, como el más numeroso, con un porcentaje del 17,56% sobre el total

de voluntarios varones inmigrantes/refugiados, contrastando esta primera

posición en el marco de este colectivo con el tercer lugar que ocupan en el

conjunto de los varones de origen extranjero empadronados en el municipio

de Madrid. En una distribución ficticia por continentes llama la atención que el

mayor porcentaje de voluntariado inmigrante/refugiado varón, un 67,58%

sobre el total sea originario de América, con una representación mayoritaria

de los nacionales de países latinoamericanos, 60,1%, seguido por los

89

nacionales procedentes de África ocupando el tercer puesto los ciudadanos

del continente europeo. La representación asiática se limita en exclusiva al

origen afgano. Estos datos contrastan parcialmente con la distribución por

continentes de los extranjeros varones empadronados en el municipio de

Madrid donde si bien aquellos procedentes de América y específicamente de

América Latina ocupan el primer lugar, en el segundo puesto se hayan los

nacionales de países ubicados en el continente europeo, seguidos en tercer

lugar por los originarios de África.

Siguiendo con el análisis de la distribución por países en el caso de las

mujeres, el mayor número de éstas se concentraba en la procedencia otro

origen, que englobaba a voluntarias procedente de numerosas

nacionalidades, destacando nuevamente el colectivo argentino, que, en

cifras globales representa un 15,3% del total, si bien de manera genérica este

colectivo representa un 1,8% sobre el total de la población femenina de origen

extranjero empadronada en el municipio de Madrid. Las mujeres de

nacionalidad boliviana siguen siendo las más numerosas en el colectivo

femenino de voluntarias inmigrantes/refugiadas, cuya presencia se cuantifica

en un porcentaje del 19,3%, contrastando este primer lugar que ocupan en

esta distribución con el tercer puesto en el que se sitúan en el conjunto de la

población femenina de origen extranjero empadronada en el municipio de

Madrid. Si de nuevo agrupamos las procedencias por continentes, el colectivo

más representado es el procedente del continente americano (78,6%), siendo

las nacionales de Latinoamérica, con un 75,3% del total de las voluntarias

inmigrantes/refugiadas las más numerosas, seguidas de aquellas de

90

procedencia europea, ocupando el tercer lugar las mujeres africanas. La

representación de mujeres asiáticas en el voluntariado del municipio de

Madrid es mínima (1,33%). Estos datos concuerdan con las cifras globales de

población extranjera femenina empadronadas en el municipio de Madrid,

donde el colectivo procedente de América Latina aparece como el más

numeroso, seguido de los nacionales de origen europeo y en tercer lugar

aquellos originarios del continente africano. Al tiempo pareciera, a priori, existir

una tendencia análoga en la distribución por países del

voluntariado/inmigrante refugiado entre ambos sexos, siendo relevante la

feminización en todos los grupos a excepción de los originarios del continente

africano donde los varones están sobre-representados con respecto a las

mujeres, en una proporción de 3 varones por cada mujer.

(Ver tabla 2 y gráfico 2)

Continente Hombres (% sobre cifras

totales) Mujeres (% sobre cifras totales)

América 67,58% 78,6% Europa 9,45% 16,74% Asia 1,35% 1,33% África 21,62% 3,33%

Tabla 2. Distribución del voluntariado inmigrante/refugiado por sexos y continentes.

0,00%

10,00%

20,00%

30,00%

40,00%

50,00%

60,00%

70,00%

80,00%

90,00%

América Europa Asia África

Hombres (% sobre cifrastotales)

Mujeres (% sobre cifrastotales)

91

Gráfico 2. Representación gráfica del voluntariado inmigrante/refugiado por sexos y continentes.

7.1.6. Voluntariado migrante y situación social: tiempo de estancia y situación

administrativa.

La cuestión novena incluida en nuestro cuestionario interrogaba a las

entidades acerca del tiempo aproximado de estancia en España de las

personas voluntarias inmigrantes/refugiadas en el momento de su

incorporación a la sede del municipio de Madrid, contemplándose tres

opciones posibles de respuesta, clasificadas conforme a los intervalos menor a

1 año, entre 1 y 2 años y mayor de 2 años de permanencia en nuestro país. El

52,19% del voluntariado inmigrante llevaba al menos 2 años de permanencia

en España previos a la incorporación en la entidad en la cual ahora

desarrollaba tareas de voluntariado. Sólo un 14,45% había comenzado a

desarrollar su labor en la entidad cuando el tiempo de residencia era inferior a

un año. A priori cabría postular la hipótesis, en parte confirmada por las

entrevistas realizadas a responsables de voluntariado de las organizaciones, de

que la entrada en el voluntariado acontece una vez que la persona

inmigrante/refugiada se ha asentado en la capital madrileña, siendo

interesante, no obstante, analizar el modo en cómo se articula en su

trayectoria vital y, especialmente en el marco del proceso migratorio, su

incorporación en el voluntariado, explorando el peso relativo que los

condicionantes de índole social, cultural, política, legal y económica tienen al

respecto.

Otro aspecto que nos planteamos en este estudio era aproximarnos a la

92

situación administrativa en que se encontraban las personas voluntarias

inmigrantes/refugiadas en el momento de la incorporación a las entidades

sociales del municipio de Madrid. Llama la atención que, de acuerdo a los

datos manejados, el 64,64% de los voluntarios inmigrantes/refugiados se

encontraban en situación regular en el momento de su incorporación, en

tanto que casi un tercio, concretamente el 35,36%, se hallaban en situación

irregular, de acuerdo a los datos facilitados. Es pertinente decir que no todas

las organizaciones disponían de este dato, siendo en esta pregunta el índice

de respuesta del 87,01%. Este dato nos puede indicar, tal y cómo mostraron los

resultados de las entrevistas a responsables de voluntariado, que no todas las

organizaciones consideran necesario disponer de esta información para la

incorporación de la persona inmigrante/refugiada como voluntario en la

misma, si bien habría que confirmar mediante otras herramientas de

investigación esta cuestión. Resulta llamativo el alto porcentaje de personas en

situación irregular que desarrollan labores de voluntariado, lo cual contribuye a

reafirmarnos en la tesis mantenida a lo largo de este estudio: la labor voluntaria

como forma “alternativa” de participación e integración en la sociedad

receptora.

7.1.7. Voluntariado migrante y nivel de estudios.

Con relación al nivel de formación de las personas voluntarias

inmigrantes/refugiadas en el momento de la incorporación en la entidad con

sede en Madrid, el 36,1% de las entidades refirieron que su voluntariado

inmigrante poseía titulación superior, en tanto que un 31,32% se englobaba en

93

la categoría titulación media. Sumando ambos porcentajes podemos concluir

que un 67,42% de las personas inmigrantes/voluntarias refugiadas tienen

formación universitaria, en tanto que sólo un 9,33% no dispone de estudios en el

momento de su incorporación a la entidad. Esto nos lleva a concluir

provisionalmente que el voluntariado inmigrante/refugiado incorporado a las

entidades del municipio de Madrid que han dado respuesta a nuestro

cuestionario posee un elevado nivel académico, si bien sería interesante

explorar, en investigaciones futuras, cómo se incorpora este capital a las

tareas que desarrolla el voluntariado dentro de la entidad, en qué medida

forma parte de los requerimientos exigidos por las organizaciones para el

desarrollo de la labor voluntaria y cómo se articula con las actividades, de

orden profesional, que desempeña el propio voluntario en su vida cotidiana,

postulando que la labor voluntaria puede constituir un espacio donde se

pongan en juego una serie de competencias cuyo desarrollo resulta truncado

por la propia sectorización del mercado laboral y la accesibilidad al mismo por

parte del colectivo inmigrante/refugiado.

7.1.8. Voluntariado migrante y situación laboral

La situación ocupacional de las personas voluntarias

inmigrantes/refugiadas en el momento de incorporación en la sede de Madrid

constituye otra de las áreas de interés del estudio presentado. Los datos

aportados por las entidades que dieron respuesta al cuestionario evidencia

que un 56,41% de los voluntarios se englobaban dentro del grupo de

trabajadores en activo en el momento de iniciar su actividad en la

94

organización correspondiente. Prácticamente una cuarta parte de los

inmigrantes/refugiados eran estudiantes cuando se produjo su incorporación

en la entidad, en tanto que un 9,85% estaban en situación de paro. Un 1,49%

de los voluntarios inmigrantes/refugiados habían finalizado su período como

trabajadores activos y se hallaban jubilados. Se podría postular, a priori, que la

incorporación al mercado laboral previa se configura como uno de los

condicionantes a la hora de desarrollar la actividad voluntaria, si bien sería

necesario explorar el peso relativo que éste desempeña en la toma de

decisión al respecto y en las fluctuaciones que se producen en tanto

continuidad o abandono del voluntariado.

7.1.9. Voluntariado migrante y desarrollo de la actividad voluntaria.

Respecto al tiempo de permanencia de la persona voluntaria

inmigrante/refugiada en labores de voluntariado en la entidad, éste se

prolongaba por espacio de 1 a 3 años en el 46,28% de los casos. La

continuación de la actividad de voluntario en la misma entidad más allá de los

tres años se daba en el 6,98% de los casos. En el otro extremo, con un tiempo

en la entidad inferior a 6 meses, se hallaban un 20,08% de las personas

voluntarias/inmigrantes refugiadas, en tanto que un 26,63% habían

desarrollado su tarea por espacio de 6 meses a 1 año en la misma entidad.

Estos datos parecen indicar una cierta fidelización a la entidad y al

desempeño de la actividad voluntaria en la misma, puesto que el porcentaje

de voluntarios que desarrollan su labor por encima del año supone un 53,26%.

No obstante pareciera que existe un descenso notable en la actividad

95

voluntaria dentro de la misma entidad cuando éste se extiende más allá de los

3 años, si bien no podemos afirmar que el abandono de una determinada

entidad se acompañe del cese en la actividad voluntaria por parte del

inmigrante/refugiado. En este sentido, y en la línea argumentada en párrafos

anteriores, resultará de interés analizar los condicionantes de diversa índole

que pudieran entrar en juego en el marco de la discontinuidad o cese en la

actividad voluntaria.

Un área de interés para la investigación planteada resultaba el

conocimiento del tiempo que dedica el inmigrante/refugiado a su labor como

voluntario en la entidad. Un 54,16% de los voluntarios desarrolla su actividad

por espacio de 2 a 6 horas semanales, siendo éste tiempo superior a 12 horas

semanales en un 5,95% de los casos. Casi una cuarta parte del voluntariado,

un 22,61% concretamente, dedica menos de 2 horas a la semana a esta

actividad, en tanto que un 17,26% se sitúa en el rango de 7 a 12 horas

semanales. Agrupando estos porcentajes, podemos afirmar que un 76,77%, es

decir, más de las tres cuartas partes, desarrolla labores de voluntariado por un

tiempo no superior a 6 horas semanales. Dado que no disponemos de datos

relativos al grado de ocupación laboral o académica del voluntariado en el

momento de realización de este cuestionario, circunscribiéndose los

porcentajes señalados en párrafos anteriores al momento de incorporación de

éstos a la entidad como voluntarios, resulta a priori arriesgado afirmar que el

tiempo de dedicación se ve afectado por la actividad laboral o académica

de la persona voluntaria inmigrante/refugiada, si bien podría considerarse

como una hipótesis susceptible de ser confirmada o refutada en próximos

96

estudios.

En los cuestionarios se incluyeron varias preguntas que aludían a los

requisitos exigidos al voluntariado para su incorporación a la entidad. En una

primera pregunta se pretendía conocer cuáles eran éstos para el voluntariado

de manera genérica, en tanto que posteriormente se interrogó a las entidades

con relación a la especificidad de estos requerimientos en el caso de las

personas voluntarias inmigrantes/refugiadas. En la cuestión inicial se evidencia

que requisitos tales como el tiempo de dedicación, la edad y el compromiso

escrito son exigidos por más de un 50% de las entidades, en tanto que otros

como la especialidad profesional no parecen revestir relevancia para más del

75% de las entidades. Conocimientos, formación y habilidades específicas no

son requisitos exigidos para formar parte del voluntariado en el 65% de las

entidades. A continuación se interrogó acerca de la existencia de

requerimientos específicos para el voluntariado inmigrante/refugiado. En un

21,56% de los casos se pedían requisitos concretos para este voluntariado,

independientemente de disponer en la entidad de personas voluntarias

inmigrantes/refugiadas, en tanto que un 78,4% de las organizaciones

contestaron negativamente a esta pregunta, no existiendo, a priori, diferencias

en aquello que se pedía a la persona inmigrante/voluntaria con respecto a

aquellas que no lo eran. Los requisitos específicos que se solicitaban a las

personas voluntarias inmigrantes/refugiadas eran:

Los requisitos específicos que se solicitaban a las personas voluntarias

inmigrantes/refugiadas eran:

• Formación en economía o empresariales

97

• Perfil adecuado a las actividades de los proyectos

• Motivación, disponibilidad de tiempo, estudiantes universitarios

• Lengua castellana

• Nivel deportivo / disponibilidad para apoyo al estudio, baloncesto o a

familias

• Papeles en regla

• Contrato voluntario

No obstante, en la búsqueda de relación entre la presencia de

voluntariado inmigrante/refugiado en la entidad y la solicitud por parte de ésta

de requisitos específicos para este tipo de voluntarios, se llegó a la conclusión

estadística de no existencia de relación entre estas variables, lo que, a priori,

nos permite afirmar que la incorporación de voluntarios inmigrantes/refugiados

a las entidades no se ve afectada por la presencia en ésta de requisitos

específicos para este tipo de voluntariado. Este dato, se confirmó en las

entrevistas a responsables de voluntariado, tal y cómo se ha descrito en el

capítulo 6 de este informe.

Respecto a la existencia en las entidades de estrategias específicas que

faciliten la incorporación de voluntariado inmigrante/refugiado, llama la

atención que en un 71,2% de éstas no exista una política que contemple la

incorporación de estas estrategias, en tanto que un 28,8% de las entidades sí

parecen haber desarrollado estrategias concretas para facilitar la entrada de

este tipo de voluntariado. Cabe mencionar como estrategias específicas

señaladas por las entidades que facilitan la incorporación las siguientes:

• Motivar a antiguos residentes a participar como voluntarios

• Talleres de Formación del voluntariado

98

• Programa de voluntariado que establece un protocolo

• Contacto con agencias de estudiantes extranjeros que vienen a España

a aprender español e interesados en voluntariado / convenios de

prácticas con universidades extranjeras

• Voluntarios que vienen por la “Llamada Joven” que organiza la

Coordinadora Infantil y Juvenil de Vallecas

• Mediadora Intercultural

• Debates a partir de videoforums o ponencias sobre inmigración desde

una perspectiva crítica y de transformación social

• Formativas en Derechos Humanos

• Contacto con las autoridades de los campamentos saharauis

• Apoyo en aprendizaje del español, en formación, encuentro con otros

voluntarios

• Persona responsable de voluntariado que se encarga de la acogida y

acompañamiento al voluntario

• Formación sobre interculturalidad a través de la metodología MUS-E y las

Artes

Nuevamente se buscó la existencia de relación estadísticamente

significativa entre la puesta en marcha de estas estrategias y la incorporación

de voluntariado inmigrante/refugiado en el seno de dichas entidades. Al

tiempo es interesante señalar que la existencia de estrategias específicas para

la incorporación de voluntarios inmigrantes/refugiados se asocia con aquellas

entidades cuya área de actuación es la inmigración y el asilo, algo que no

acontece con el resto de las áreas de actividad.

Respecto al puesto que ocupan los voluntarios inmigrantes/refugiados

dentro de las entidades que incorporan a éstos, un 75,3% de los mismos se

engloban dentro de la categoría de “personal de apoyo”, siendo un 3,6% del

99

total los que desempeñan la labor de “responsables de equipo”. Un 17,8%

desarrollan funciones de “técnicos”, en tanto que en la categoría de “otras” se

sitúan un 3,5% de los voluntarios, los cuales llevan a cabo tareas tales como

“monitores”, entre otras. Es interesante señalar que es mínimo el porcentaje de

aquellos voluntarios inmigrantes/refugiados que ocupan puestos que

podríamos catalogar de decisión y gestión en el organigrama de las

entidades, aspecto éste que pareciera ser congruente con la posición

ocupada por el voluntariado de manera genérica en el marco de las

entidades sociales.

Interrogadas acerca del tipo de acciones que desarrollan los voluntarios

inmigrantes/refugiados, pudiendo ser éstas de carácter puntual y dirigidas a un

grupo o fin concreto o bien acciones continuadas, no desarrolladas con

relación a un grupo o fin concreto, varias entidades se adscribieron a ambas

posibilidades, señalándose que en un 61,3% de las casos el voluntariado

inmigrante lleva a cabo acciones continuadas no asociadas a un grupo o fin

concreto, en tanto que en un 48,4% de las entidades las acciones en las que

participan lo son de carácter puntual. Lógicamente parecía interesante

completar esta información con el colectivo específico hacia el cual se dirigen

las acciones que desarrolla el voluntariado inmigrante/refugiado. La respuesta

a esta cuestión nos aproxima al hecho de que tan sólo un 16,1% de las mismas

tienen como objeto de actuación al colectivo inmigrante/refugiado, en tanto

que el 83,9% se desarrollan en el marco de labores de voluntariado cuyo

destinatario son otros grupos. Este dato llama la atención a la luz de los

resultados obtenidos en otras cuestiones planteadas en el marco de la

100

investigación, que evidenciaba la existencia de una relación estadísticamente

significativa entre la presencia de voluntarios inmigrantes/refugiados y el área

de actuación de la entidad cuando ésta se circunscribía al marco de la

inmigración y el asilo. Sería preciso, no obstante, desarrollar una nueva

aproximación que permitiera explorar con mayor detenimiento este aspecto.

7.2. Conclusiones del análisis del cuestionario

De acuerdo al análisis de los datos aportados por las entidades sociales

con relación a la presencia de voluntariado inmigrante/refugiado en las

mismas, es posible extraer las siguientes conclusiones:

1. La presencia del colectivo inmigrante/refugiado dentro del voluntariado es

muy inferior al porcentaje que sobre el conjunto de la población madrileña

representan, considerándose, por tanto, que nos hallamos ante un grupo

con escasa presencia en el marco de la acción voluntaria.

2. La distribución del número de voluntarios inmigrantes/refugiados existentes

en el seno de las diferentes entidades sociales presenta una elevada

dispersión. Su incorporación acontece especialmente en el marco de

entidades cuya área de actuación se sitúa en el campo de la inmigración y

asilo y la atención a la discapacidad, si bien las tareas que desarrollan en el

marco de las diferentes entidades no tiene como objeto de su actuación ,

de manera prioritaria, al colectivo inmigrante.

3. Existe una evidente sobrerrepresentación femenina dentro del voluntariado

inmigrante/refugiado, estableciéndose que por cada voluntario

101

inmigrante/refugiado varón existen 2,45 mujeres voluntarias

inmigrantes/refugiadas en las entidades sociales estudiadas.

4. Con respecto a la distribución por edades en los voluntarios

inmigrantes/refugiados, no se observan diferencias en los grupos de edad

donde se sitúa el porcentaje más elevado de varones y mujeres,

correspondiendo en ambos casos al intervalo de edad comprendido entre

los 18-29 años.

5. En cuanto a la distribución por origen, llama la atención que tanto para

hombres como mujeres el porcentaje mayoritario de voluntarios

inmigrantes/refugiados corresponda a los nacionales de Bolivia, situándose

el continente americano y específicamente América Latina en primer lugar

con relación al número de voluntarios inmigrantes/refugiados que aporta al

conjunto de éstos.

6. Más de la mitad de los voluntarios inmigrantes/refugiados se incorporaron al

voluntariado cuando su estancia en España se prolongaba por espacio de

dos o más años.

7. Dos tercios de los voluntarios inmigrantes/refugiados se hallaban en

situación administrativa regular en el momento de iniciar la actividad

voluntaria en el marco de las entidades que dieron respuesta al

cuestionario.

8. El nivel académico de las personas inmigrantes/refugiadas que desarrollan

tareas de voluntariado en las entidades sociales del municipio de Madrid

incluidas en este estudio podría ser catalogado como elevado, disponiendo

un 67.32% de las mismas de titulación de grado medio y superior.

102

9. Un 56,41% de los voluntarios se englobaban dentro del grupo de

trabajadores en activo en el momento de iniciar su actividad como

voluntario en las entidades sociales.

10. Respecto al tiempo de permanencia de la persona voluntaria

inmigrante/refugiada en labores de voluntariado en la entidad, éste se

prolongaba por espacio de 1 a 3 años en el 46,28% de los casos. La

continuación de la actividad de voluntario en la misma entidad más allá de

los tres años se daba en el 6,98% de los casos. En el otro extremo, con un

tiempo en la entidad inferior a 6 meses, se hallaban un 20,08% de las

personas voluntarias/inmigrantes refugiadas, en tanto que un 26,63% habían

desarrollado su tarea por espacio de 6 meses a 1 año en la misma entidad.

11. Un 76,77% del total de los voluntarios inmigrantes/refugiados desarrolla

labores de voluntariado por un tiempo no superior a 6 horas semanales.

12. La mayoría de las entidades sociales no exigen requisitos específicos para la

incorporación del voluntario inmigrante/refugiado a la misma, situándose

en un 21,56% el porcentaje de las mismas que incluye requerimientos

concretos para este voluntariado.

13. El 71,2% del total de las entidades que dieron respuesta al cuestionario no

disponían en ese momento de estrategias específicas destinadas a facilitar

la entrada del voluntariado inmigrante/refugiado a las mismas.

14. El porcentaje de voluntarios inmigrantes/refugiados que ocupan puestos de

responsables de equipo dentro de las entidades en las cuales se hayan

integrados se sitúa en el 3,5%, en tanto que un 75,3% de los mismos se

engloban dentro de la categoría de personal de apoyo.

103

15. Acerca del tipo de acciones que desarrollan los voluntarios

inmigrantes/refugiados, en cuanto a su carácter puntual y dirigido a un

grupo o fin concreto de éstas o, por el contrario en tanto continuadas y no

dirigidas a un grupo o fin concreto, en un 61,3% de las casos el voluntariado

inmigrante lleva a cabo acciones continuadas no asociadas a un grupo o

fin concreto, en tanto que en un 48,4% de las entidades las acciones en las

que participan lo son de carácter puntual.

7.3. Hipótesis sobre la labor voluntaria de las personas migrantes obtenidas a través de las entrevistas realizadas 7.3.1. Metodología utilizada para las entrevistas. 7.3.2. Trayectoria de la persona en el mundo del voluntariado 7.3.3. La incorporación a la entidad voluntaria 7.3.4. La formación y la tarea 7.3.5. Tiempo y compromiso 7.3.6. La participación en el marco de la entidad 7.3.7. Motivación

7.3.1. Metodología utilizada para las entrevistas

Como venimos viendo a lo largo de todo el documento, el voluntariado

migrante/refugiado es una fuerza emergente en el municipio de Madrid. Su

caracterización a través de la encuesta nos aproxima parcialmente a la

realidad de este fenómeno, siendo adecuado complementar este enfoque

con el uso de prácticas de investigación cualitativa como vía de acceso

privilegiada a los discursos y representaciones sociales de este colectivo. En

este sentido se eligió como herramienta de investigación la realización de

entrevistas en profundidad, las cuales permiten recoger el universo de

representaciones de los sujetos, así como las significaciones que organizan y

104

orientan sus prácticas. Además aprehenderlas en los términos en los que los

propios agentes las formulan, lo que es condición para aproximarse al modo

en cómo éstas se vinculan entre sí.

Los entrevistados han sido escogidos haciendo uso del criterio establecido

por Patton22 de “muestro de conveniencia”, que se refiere a la selección de

aquellos casos que son los de fácil acceso en determinadas condiciones.

Lógicamente este tipo de estrategia presenta, según Gorden23 el riesgo de que

los entrevistados más accesibles cumplan otras condiciones de selección o

acaben introduciendo sesgos similares a los conocidos en los diseños

experimentales, tales como la autoselección. Asumiendo estas limitaciones, se

estableció en el proyecto de investigación que en el cuestionario a enviar a las

diferentes entidades se añadiera una última pregunta destinada a conocer la

disponibilidad de las mismas para facilitar al equipo investigador el contacto

con aquellas personas voluntarias migrantes/refugiadas que colaboraran en

ellas. Recibimos respuesta afirmativa a este requerimiento en un 12% de los

casos.

En un segundo momento se revisaron nuevamente los cuestionarios de

estas entidades, a la luz de los resultados que habían sido extraídos en la

primera parte de la investigación y que nos aproximaban al perfil de la

persona voluntaria migrante/refugiada presente en el municipio de Madrid. Se

realizó entonces una nueva selección tomando en consideración aquellos

aspectos que se habían evidenciado como significativos en el análisis

22 Patton, MQ. (1990): Qualitative Evaluatión and Research Methods. (2ª ed.).Londres: Sage 23 Gorden, R. (1969; 1975; 1987): Interviewing. Strategy, techniques and tactics, Homewood, Illinois: Dorsey Press.

105

cuantitativo y en base a ésta, se contactó con las entidades con objeto de

facilitar el acceso a aquellos sujetos que iban a ser entrevistados por el equipo

investigador.

Se han llevado a cabo un total de cinco entrevistas abiertas, realizadas

durante los meses de diciembre y enero de 2008. Previa a llevar a cabo las

mismas, la persona responsable de su ejecución estableció contacto

telefónico con cada uno de los posibles entrevistados. En esta conversación

inicial se les explicaban a grandes rasgos las líneas directrices del proyecto de

investigación, acordándose con los mismos el día, hora y lugar donde se

llevaría a cabo la entrevista. En todo momento se garantizó la

confidencialidad de los datos aportados. En el momento del encuentro con

cada entrevistado, se les aportó nuevamente información en torno a los

objetivos de la investigación, solicitándose su permiso para la grabación de la

entrevista y reiterándose el compromiso de garantizar la privacidad de la

misma.

Con los datos disponibles se procedió posteriormente a realizar un análisis

de discurso de las que pretende una reconstrucción de la trayectoria de cada

entrevistado en el voluntariado, tanto dentro como fuera del municipio de

Madrid, caracterizar su acceso a las diferentes entidades, evidenciar las

representaciones que sostienen en torno al grado de participación en las

mismas y las expectativas que sustentan en torno al propio voluntariado. Cada

uno de las entrevistas se inicia con una breve descripción de aquellas

características sociodemográficas del entrevistado que se han considerado de

interés. Esta información se complementa con el área de actuación al cual se

106

suscribe la entidad donde actualmente realiza actividad como voluntario,

conforme a los datos aportados por ésta en el cuestionario llevado a cabo

durante la primera parte del estudio.

Con objeto de salvaguardar el anonimato de los entrevistados, se evita la

consignación de todos aquellos datos que pudieran identificarlos. Asimismo se

elude en todo momento la denominación de la entidad en la cual

desempeña su actividad como voluntario.

La transcripción y análisis de entrevistas se adjuntan a los anexos de la

presente investigación describiendo con mayor detalle el desarrollo de las

mismas.

En el presente epígrafe hemos optado por abstraer de las entrevistas realizadas

algunas hipótesis de interés que pueden darnos pistas en relación a la

participación de las personas inmigrantes y refugiadas en el mundo del

voluntariado. Pese a que no se ha agotado el discurso en las entrevistas

realizadas, a continuación, y con el fin de facilitar la difusión de información

obtenida en las cinco entrevistas, hemos recopilado la información de las

mismas según los contenidos que a continuación se describen:

8. Trayectoria de la persona en el mundo del voluntariado

9. La incorporación a la entidad voluntaria

10. La formación y la tarea

11. Tiempo y compromiso

12. La participación en el marco de la entidad

13. Motivación y expectativas

107

7.3.2. Trayectoria de la persona en el mundo del voluntariado

En el análisis de las entrevistas realizadas hemos rastreado la trayectoria previa

de las personas entrevistadas y su relación con acciones voluntarias,

encontrándonos con diversas y muy diferentes situaciones que pueden

responder a diferentes variables, y según las cuales hemos obtenido varias

hipótesis que pueden resultar de interés:

La cultura del país de procedencia influye en la trayectoria previa de experiencias relacionadas con el mundo del voluntariado de las personas migrantes y refugiadas.

En el resultado de las entrevistas nos encontramos que, en función de la

procedencia de los entrevistados, hay unas tendencias previas o no a

participar en acciones de voluntariado. A continuación podemos ver el

testimonio de uno de los entrevistados que nos ilustra esta hipótesis:

“En mi país no hacía nada de esto… Yo me fui de Bulgaria en el 97…Allí los cambios se

produjeron en el 98…Y… hasta entonces éramos un país comunista y entonces era un

sistema muy diferente…simplemente no había gente tan necesitada como para

existir, no había la necesidad de algunos a ayudar a otros…Es decir, todos éramos

más o menos igual de pobres…Más o menos… como para estar necesitados…porque

todo el mundo tenía trabajo. Aunque tuviéramos pocas cosas materiales, más o

menos todo el mundo tenía comida, todo el mundo tenía ropa, todo el mundo tenía

trabajo y no existía la inseguridad de “mañana voy a tener trabajo, mañana voy a

tener comida…” Entonces era un sistema muy diferente en el que hay ahora en

España, aquí y en mi país…también”.

Como podemos ver este entrevistado carecía de experiencia previa en el

108

voluntariado antes de llegar a España. El marco socio-político de Bulgaria

aparece explicitado en su discurso articulado con una noción de “igualdad”

que se inserta en los aspectos materiales considerados básicos para garantizar

la supervivencia, sin que ello suponga obviar las condiciones de “pobreza” a

las cuales alude. En este marco de “igualdad” y cobertura de necesidades

básicas reside su “justificación” de la ausencia de iniciativas voluntarias en su

país, estableciendo, al tiempo, una comparativa entre pasado y presente con

la situación española y búlgara actual.

El acercamiento a la acción voluntaria se produce a través de las redes informales.

Las redes informales aparecen entre los entrevistados como la vía de

contacto con las primeras experiencias de voluntariado en España. La

aproximación a la labor de la entidad se establece mediada por este primer

contacto, pareciendo la información transmitida por el boca-a-boca como un

enganche suficiente para hacer a los voluntarios entrevistados interesarse por

ella. A continuación recogemos el testimonio de Elvira que ilustra esta

hipótesis:

“Hace como dos años empecé a ir a clases de italiano y ahí conocí a una chica que

colaboraba con una organización, una ONG, que se llama entidad C y hacen…

tienen proyectos en África, en Bangladesh, en Haití… no sé donde… Entonces esa

chica me comentó un poco todo lo que hacían con ellos y tal y a mí me pareció muy

interesante(…).Entonces yo empecé a colaborar con ellos y ahí conocí a otra mujer

109

que daba clases de español en la entidad D…Y eran clases de español a los africanos

que empezaron hace dos años a llegar en pateras… y entonces …era… esta mujer y

su hijo que iban ahí y daban clases ellos…”

Otra de las entrevistadas, Zahira, nos manifiesta como ella también se

acercó a la actividad voluntaria a través de las redes informales:

“Y como conocí a una amiga que trabajaba en la entidad E y me contaba muchos

cosas, muchos problemas, muchas cosas ¿por qué no… por qué no puedo hacer yo

algo?. A ver si puedo ayudar, a ver si puedo hacer algo, por la gente…..Y…si puedo

colaborar como voluntaria pues eso…con toda la gente y todo…”

Como vemos en su testimonio son las redes informales las que le

proporcionan la información inicial sobre el tipo de tareas que se desarrollan

en el seno de la entidad voluntaria, algo relevante en la toma de decisión que

la conducirá a incorporarse a la actividad voluntaria en dicha organización.

Las motivaciones de carácter altruista emergen en el discurso, explicitadas

bajo la posibilidad de “ayudar” o “hacer algo”.

Otra de las personas entrevistadas nos describe como su vinculación al

mundo del voluntariado respondió a la invitación de una persona conocida

por su entorno cercano:

“La primera organización con la que tuve contacto fue la entidad A, entre otras cosas

porque la presidenta de entonces era muy amiga de mi hermana, y entonces me dijo

¿Por qué no pruebas aquí? Porque estaba yo buscando un poco…(…) Entonces fui a

la entidad A, me gustó mucho la idea, la verdad es que me enganché a ese

mundo…y llevo 7 u 8 años…”.

Su contacto con la entidad A se sitúa temporalmente hace “7 u 8 años”,

jugando un papel importante las redes informales a este respecto que dieron a

110

salida a una “búsqueda” personal de “hacer algo” que Marta pareciera haber

iniciado previamente. Su aproximación inicial es sentida como “probar” y

entrar en un “mundo” desconocido, que sin embargo, la “enganchó”. Este

desconocimiento tiene una doble vertiente: su carencia de experiencia previa

en el voluntariado y la falta de acceso, en esos momentos, a medios de

comunicación electrónicos, que, a su juicio, constituyen un recurso en la

actualidad para conocer las entidades donde se pueden llevar a cabo

actividades voluntarias.

Las nuevas tecnologías son actualmente una importante vía de acceso al mundo del voluntariado para las personas inmigrantes y refugiadas.

Varias de las personas entrevistadas nos manifiestan como las nuevas

tecnologías son una herramienta fundamental para comenzar la trayectoria

voluntaria. A continuación recogemos algunas manifestaciones de personas

entrevistadas que ilustran esta hipótesis:

“Ahora la verdad es que te metes en la red y tienes todos los voluntariados del mundo

pero yo no conocía mucho ese mundo[...]

La entrevistada, explicando su trayectoria y acceso al mundo del

voluntariado hace 7 u 8 años, describe como la falta de acceso a medios de

comunicación electrónicos que, a su juicio, constituyen un recurso en la

actualidad para conocer las entidades donde se pueden llevar a cabo

actividades voluntarias, suponía para ella una dificultad para conocer el

mundo del voluntariado.

Otra de las entrevistadas nos explica como las nuevas herramientas

informáticas la fueron de utilidad para elegir su trayectoria en las entidades

111

donde ejercer el voluntariado:

“Y luego empecé con la entidad J… lo conocí por la página www.hacesfalta.org, que

necesitan voluntarios… entonces yo me apunto”

El interés por la actividad voluntaria a realizar parte en muchas ocasiones de una autoidentificación con los destinatarios de la entidad elegida.

Entre las personas entrevistadas se ha detectado una cierta tendencia a

centrar su trayectoria voluntaria en acciones relacionadas con colectivos con

los que se siente una cierta autoidentificación.

“Entonces un día me fui a hablar con ellos, me lo estuvieron comentando que, que

era… algo como muy bonito contactar con gente que viene de otro mundo muy

diferente al nuestro y tal…(…) Y la idea ya no era solo organizar cosas para poder

reunir dinero para desarrollar algún proyecto en algún sitio del mundo, sino que hacer

algo con gente que ya esté aquí, que ellos llegan aquí sin hablar ni una palabra, sin

saber cómo funciona esta sociedad, esta gente… ni donde… pues…puedes comprar

cualquier cosa…Entonces claro, llegan muy perdidos (…) Yo llegué, bueno, yo que sé,

como cualquier otro… perdida, no sabía ni donde estaba, no hablaba español, no

conocía a nadie… era un poco como… Entonces sé que al principio puede ser muy

difícil ¿no?[...](…) Entonces, yo que sé, yo viniendo de otro país europeo… y al fin y al

cabo, no sé, teniendo una carrera universitaria, no viniendo del campo, como

muchos de ellos que vienen del campo…Entonces, si a mí me costó … me imagino

que a ellos les costará mucho más porque, claro, viniendo de sitios muy diferentes…”

Como vemos en el testimonio anterior, el interés de la persona

entrevistada por la entidad donde desarrollar su actividad voluntaria se enraíza

112

en una autoidentificación parcial con los destinatarios de las prestaciones

dadas por ésta, personas inmigrantes, cuyo núcleo común reside en la

experiencia del propio proceso migratorio, pero con respecto al cual se sitúa

en un espacio distinto, radicando esta diferencia en múltiples pertenencias

que se estiman no compartidas por aquellos que proceden de “otro mundo”.

Otra de las personas entrevistadas nos manifiesta su identificación con la

acción a realizar:

“… Y claro yo vengo del Tercer Mundo, pero lo que yo veo en Buenos Aires que se

necesita yo veo que es muy diferente de lo que ella me contaba en la India[…]”

En el discurso de la entrevistada aparecen elementos autorreferenciales

asociados a su lugar de nacimiento que identifica con el tercer mundo, si bien

establece una clara diferencia entre los diferentes países que ella incluye bajo

esta denominación.

Determinadas acciones formativas vinculadas al mundo de la acción social son motor para el acercamiento de las personas migrantes/refugiadas al mundo del voluntariado.

Nuestra entrevistada Zahira, nos explica como la realización de un curso

de mediación social la incorporó al mundo del voluntariado:

“Entonces una amiga mía que trabajaba en la entidad F como voluntaria me dijo que

iba a hacer un curso de mediación. Y como a mí esto me parecía que eso tenía que

ver con el voluntariado y me gustaba pues me apunté con ella”

Como vemos en su testimonio la enseñanza práctica asociada a la

formación como mediadora le posibilita insertarse, primero en período

113

formativo y, posteriormente, como voluntaria en la entidad F.

“Al principio estaba con la mediadora…y luego cuando me quedé como

voluntaria… pues hacía un poco lo mismo…, un poco de todo. Tampoco noté

muchos cambios”.

Otra de las entrevistadas, nos describe también como la formación

especializada fue un vínculo definitivo para la realización de su acción

voluntaria:

“Tengo como el eso de querer ayudar a la gente ¿no? […] y… luego me meto en

cooperación internacional porque una compañera de trabajo, que ahora somos

amigas, me comenta que había hecho ese máster… en la Universidad (nombre de la

Universidad) y me cuenta que se había ido a India a hacer proyectos, a hacer ayuda

al Tercer Mundo(…) y me doy cuenta de que puedo compaginar mi formación en

Dirección y Gestión de Empresas con lo que es la cooperación al desarrollo… y

entonces por eso me meto a hacer este máster y con idea de… de dedicarme

profesionalmente a ello. Y entonces ahí veo que para poder entrar en este sector hay

que empezar mucho desde el voluntariado…Que esto surge del voluntariado…esta

idea de que sí quiero ayudar a la gente…”

Como vemos la entrevistada considera el voluntariado como una vía de

acceso formal al trabajo en el marco de entidades sociales. Las expectativas

laborales quedan claramente explicitadas en su planteamiento discursivo,

presentando a la actividad voluntaria como una vía de entrada necesaria

para acceder al mercado laboral dentro del campo social.

114

La trayectoria de la acción voluntaria se vincula a la adquisición de conocimientos profesionales

Una de nuestras voluntarias entrevistadas sitúa el inicio de su trayectoria

dentro del voluntariado en Argentina, conceptualizando como acción

voluntaria un curso formativo en primeros auxilios a cargo de una organización

no gubernamental de carácter internacional. La “noción de ayuda a los

demás” aparece en el discurso mediado por la utilidad de la adquisición de

conocimientos concretos en la rama sanitaria.

“Yo empecé en un curso de primeros auxilios con ONG internacional porque me

interesaba hacer… como socorrista se dice o algo así….para poder ayudar si hiciera

falta…. Porque lo me motivó era el querer ayudar a la gente… “

7.3.3. La incorporación a la entidad voluntaria

Es fundamental el conocimiento de la misión, la visión y los valores de la entidad seleccionada en la incorporación de la persona migrante para realizar su acción voluntaria.

En el recibimiento que realizan las entidades a los voluntarios priman los

discursos en torno a la visión, misión y valores de éstas, así como aquellos

relativos a su funcionamiento interno.

En el testimonio de Marta, una de nuestras entrevistadas, las expectativas

referentes a lo que se “puede esperar de la entidad” aparecen explicitadas en

este primer momento. Esta información se torna relevante para ella en la

medida en que coinciden con su imaginario previo en torno al voluntariado.

“En esto lo que te dan… primero una idea de lo que es la entidad, a qué aspira, de lo

115

que es, de su organigrama, de… las… de los distintos departamentos que tiene… que

es lo que puedes esperar tú de la entidad A, tal y cual …”

Sin embargo, también encontramos testimonios de personas que han ido

conociendo el entramado de la entidad a través de su propia experiencia

dentro de la entidad habiendo pasado del rol de usuario al de voluntario:

“Yo cuando empecé a jugar… cuando empecé como usuario, no sabía que tenía,

como por ejemplo, apoyo familiar, apoyo escolar…Yo pensaba que solo era pues,

eso, que hacía equipos de baloncesto y ya está… luego poco a poco cuando

empecé ya como entrenador… pues fui ya conociendo el mundo éste, del apoyo

escolar, el apoyo a las familias… pues eso, un poco lo que es más la ayuda a

familias…a los que lo necesitan ¿sabes?[...]Entonces fue ahí fui conociendo un poco

mejor lo que hace….además de fomentar el deporte… Y luego, a los dos o tres años,

ya vas cogiendo experiencia… estás en una organización y entonces ya, es como

empiezas a enterarte de cómo va… no sabía el tema administrativo ¿sabes? Ahora ya

estoy un poco más enterado ¡sabes? Al principio, era, simplemente ¡ah, mira! Soy

voluntario… estoy entrenando y ya está. No sabía quien… el orden, la organización y

ahora estoy ya más enterado…”

Beatriz, otra de las personas entrevistadas, describe la importancia de

recibir información previa relativa a la entidad para adoptar su decisión de

prestar su acción voluntaria en una organización.

“En la entidad J nos dieron una charla, nos ofrecieron información para leer. Como

era el primer contacto que teníamos varios voluntarios nos explicaron cómo era la

asociación, qué es lo que hacía, lo que teníamos que tener en cuenta. […] Luego

(nombre de la directora), que es la directora se acercó y se presentó y nos dijo “yo soy

la directora…”. Estuvo presente. Ya sabíamos quién era la directora. Nos indicaron

116

que había muchos voluntarios. De la persona responsable de voluntariado me dieron

el teléfono y me dieron un correo donde me pasaron el correo de todas las personas y

los horarios por si algo quería. Entonces daba una buena sensación, como que todo

estaba coordinado”.

Como vemos en este testimonio, el acceso de esta entrevistada a la

entidad está mediado por información relativa a la asociación, en tanto

funcionamiento y tareas que se desarrollan en el seno de la misma, que

acontece tanto de forma verbal como escrita. Desde un primer momento

refiere haber tenido contacto con el equipo directivo, partícipe en esta

presentación inicial y haber accedido a información relativa al grupo de

personas que formaban parte de la misma, transmitiendo, para Beatriz, una

impresión de coordinación que es positivamente valorada.

En ocasiones el paso de usuario a voluntario se repite en el perfil de los voluntarios inmigrantes y refugiados.

A través de las entrevistas realizadas hemos podido constatar como es

usual entre los voluntarios inmigrantes y refugiados haber sido usuarios de la

entidad previamente a su incorporación como voluntario. A continuación

analizamos uno de los testimonios recogidos:

“Empezó… a ver… más o menos al año de que llegó yo aquí a España. Yo llegué

aquí, a España con 14 años. ¿Vale? 13 o 14 más o menos. Y llegué al barrio X (barrio

en el centro de Madrid) y ya nada, me pilló, una señora por ahí, bueno, los típicos

contacto de madre… que conoce a tal y tal… Bueno y me dijo ¿oye no te gustaría

117

jugar al baloncesto?[...]Bueno, nunca había jugado en mi vida, pero dije, pues sí, si

hay que jugar se juega”

“Fue un día que estaba yo… jugaba ¿vale […] y había chavales entrenando y tal y…

y un amigo mío, que estaba allí entrenando… me dijo “Oye, ponte aquí un momento

con los chavales, que me tengo que ir”. Y dije “¡joder!, pues me voy a poner yo aquí y

les miro yo solo”… Luego, me gustó esto, pues, de correr y poco y tal …y, vamos, y me

ficharon, quien dice, las jefas, que es (nombre de la jefa) y otra coordinadora que

estaba en ese momento… Y al día siguiente pues me dijeron, “Oye, muy bien… ¿te

apetece entrenar y tal? Y dije “sí, sí, me gusta entrenar ¿sabes? Y, bueno, así empezó.

Fue un poco de causalidad….Yo no me había planteado en mi casa, venga, voy a ser

voluntario… entrenador.”

Como vemos el relato de su acercamiento a la organización adopta un

tinte “casual”, donde no se verbaliza explícitamente un interés previo por

desarrollar esta actividad deportiva ni por llevar a cabo las tareas de

voluntariado que pasará a ejecutar un año después. En la transición de la

figura de “jugador” a la de “voluntario-entrenador” se solapan el

reconocimiento favorable por parte de representantes de la entidad a un

desempeño “casual” de actividades propias del voluntariado y su valoración

positiva al respecto, verbalizada en tanto “gusto” por la tarea. Llama la

atención la utilización del término “fichar” para referirse a su incorporación a la

entidad voluntaria, en tanto símil de la propia práctica deportiva.

Así mismo el entrevistado recoge como un valor añadido el hecho de

haber sido previamente usuario a voluntario, por considerar que puede tener

un mayor nivel de conexión con las personas atendidas en su acción

voluntaria:

118

“La verdad es que me ha ayudado mucho el ser entrenador y el jugar… y ser

jugador… porque ¿sabes? ves las dos partes… ves la parte de usuario y la parte de

entrenador, de monitor, de ser…. Del que ayuda, del voluntario…. Entonces yo creo

que ellos son conscientes de eso…”

7.3.4. La formación y la tarea

El proceso de formación previo es valorado positivamente por las personas voluntarias migrantes y refugiadas para el desempeño de su tarea voluntaria, lo que en muchos casos lleva al voluntario a seguir formándose al margen de la entidad para mejorar su actividad.

La formación adquiere un papel relevante para las personas entrevistadas

sobre todo en el primer momento en que se inicia su actividad en el marco de

la entidad como voluntarios.

Marta, una de nuestras entrevistadas, caracteriza la formación recibida

como “buena”, si bien insuficiente con relación a las actividades que

desarrollará tras su incorporación, manifestando que durante el proceso de

desempeño de su tarea debió autoformarse para ejecutar de forma efectiva

éstas.

“Te dan un…un comprimido de asilo que es, como digamos, el top de la entidad A.

Vamos realmente la parte de las organizaciones que están específicamente

especializadas en asilo… Y entonces te dan un poco lo que es asilo, te dan casos, te

cuentan un poco los pasos a seguir, en fin… frontera, territorio… Te dan una idea

bastante buena de lo que es el asilo. La formación no es mala, es buena… A lo largo

del año hay distintos cursos… y ahí te van poniendo al día de menores,

extranjería…(…)La entidad me formó para lo que es el asilo. Eso sí, para lo demás me

119

tuve que buscar un poco la vida…viendo la legislación y yo que sé…”

“Lo que pasa es que, vamos a ver, primero la formación que tienes, hay que

rentabilizarla y segundo pues porque… al cabo de… de un par de meses, 3 meses…

más o menos en que ven que trabajas bien,… pues, como necesitan alguien que

eche una mano, te dan las responsabilidades que puedes asumir como voluntaria

dentro de tu tiempo…”

Otro de los entrevistados nos describe como la formación inicial ofrecida

por la entidad es fundamental para su tarea. En su descripción la formación

proporcionada por la entidad parece, en un primer momento, otorgar un

papel relevante a la enseñanza, no sólo de aspectos técnicos asociados a la

tarea a realizar, sino fundamentalmente de habilidades sociales, auspiciando

espacios y tiempos concretos para ello.

“La asociación antes de iniciar el curso… pues eso, todos los entrenadores nos vamos

de camping y hablamos y… y hacemos dinámicas de grupo….Dinámicas y

aprendemos para llevar a un equipo, para llevar a los chavales… y habilidades

sociales para saber tratar a los chavales…”

Así mismo vemos como la relevancia que adquieren las habilidades

sociales en el proyecto que subyace al desarrollo de su tarea como voluntario,

puede ser el motor que le impulse a la búsqueda de actividades formativas

fuera de la entidad que se sitúan en esta línea.

“Últimamente hice un curso, la semana pasada… Es más hice un curso de

habilidades sociales para voluntario, que impartió el foro social de Caja Madrid, y era

gratuito… entonces me informé y estuve allí. Fueron tres días… y era de gente

voluntaria…”

120

Muchas de las acciones voluntarias realizadas por las personas inmigrantes y

refugiadas están relacionadas con su propia experiencia o con su perfil como

inmigrante.

Zahira, de origen marroquí, nos describe como las tareas como voluntaria

realizadas en la entidad E se han desarrollado en el marco de la atención a la

población inmigrante de origen marroquí, desarrollando labores de

acompañamiento e interpretación en el seno de este colectivo.

“Lo que tenía que hacer (en la entidad E) era acompañamiento, es decir, si una mujer

no sabe hablar castellano y tiene que ir al médico, yo la acompañaba para traducir

lo que le dice el médico y eso… si iba a una oficina, por ejemplo, y no sabe, no

entiende, pues eso…si tiene que arreglar los papeles y esas cosas, yo la acompaño

también y ese tipo de cosas…y luego en la entidad pues hacía cosillas”

Como vemos su propia identificación como miembro del colectivo

marroquí juega un papel esencial en este proceso mediador que desempeña

en su actividad voluntaria.

“Ellos tienen que preparar una fiesta, por ejemplo, la fiesta del cordero, que es típica

de la comunidad marroquí, invitan a la gente… y yo como marroquí, que conozco las

costumbres, aporto ideas sobre cómo decorar, cómo se pueden hacer, qué tipo de

comida se puede preparar y esas cosillas”.

Otra de las personas entrevistadas, Pedro, sitúa las aportaciones de la

inmigración en el voluntariado en el ámbito de la experiencia personal,

recurriendo a la empatía derivada del tránsito por situaciones que comparten

ciertas semejanzas y donde adquiere especial transcendencia la idea de

121

“dureza” y “abandono” en sus múltiples vertientes: afectiva, espacial,

idiomática…

“Yo creo que tendría que haber más inmigrantes en el voluntariado […] Yo creo que

el que mejor ayuda es el que ha pasado… El que lo ha pasado… el que ha pasado…

el que lo ha pasado mal…[…] Si es inmigrante que ha vivido esa dureza de dejar a tu

familia, de irte a otro país desconocido donde quizás ni siquiera sepas hablar el idioma

o lo que sea… puede aportar mucho, saber lo que siente la gente que ahora está en

esa situación”

Otra de las entrevistadas hace autorreferencia a su historia personal,

configurándose como uno de los motores fundamentales de su participación

en la actividad voluntaria. El haber sido durante un tiempo de su vida

“beneficiaria de ayuda” sin la cual considera, “no hubiera podido sobrevivir” le

lleva a participar en una tarea que, considera, puede “marcar una diferencia”

en la vida de las personas a las cuales va dirigida. La actividad voluntaria es

vista como una “vocación”, que emerge de su experiencia personal y como

una “devolución” a partir de la ayuda que recibió en un momento dado. Al

tiempo, en su discurso, pretende distanciarse de un rol de “salvador del

mundo” que en ocasiones aparece ligado a la actividad voluntaria.

“Yo creo que la motivación me surge por haber sido beneficiaria de ayuda. Es que yo

vengo de una familia muy pobre, somos 5 hermanos y mi padre desaparece cuando

estaba embarazada de la última… Entonces, mi padre desaparece y entonces

estamos 5 hermanos y mi madre que no nos podía dar de nada. Entonces estuvimos…

estuvimos en un programa de la parroquia que nos daban ropa, un programa

nacional que nos daban comida…que nosotros íbamos a buscar eso una vez al mes,

arroz, legumbres, un montón de cosas. Entonces eso de… eso fue muy duro. Luego a

122

través de una vecina, que era amiga de mi madre,… el día de navidad se presentó

con una fuente de pavo o pollo, no me acuerdo muy bien de que era y pudimos

celebrarlo…Entonces tú dices “y gracias a esas personas yo pude sobrevivir”. Por un

lado es… la gratitud hacia esa gente y por otro lado decir ”¡Jo, qué fuerte!”. Entonces

si alguna vez, con lo poco pueda yo ayudar a esas personas, es ayuda puede

marcar la diferencia al igual que esa gente marco la diferencia en mi vida. Sí, el

hecho de decir “tú puedes”. […] Yo tampoco quiero salvar al mundo ni voy a

solucionar el problema del hambre en África…. Ni yo ni ninguna persona de aquí, pero

todos podemos hacer algo. Entonces de ahí surge mi vocación”.

7.3.5. Tiempo y compromiso

La firma de un compromiso por escrito no es el elemento fundamental que vincula a la persona inmigrante o refugiada voluntaria con la entidad.

La mayor parte de las entidades vincula el compromiso de las personas

voluntarias con la firma de un “contrato – compromiso” donde se describe

formalmente el marco de la acción voluntaria que va a desempeñar la

persona. Sin embargo, en las entrevistas realizadas vemos como los voluntarios

de origen inmigrante o refugiados, no dan importancia alguna a dicho

documento firmado, incluso no recuerdan dicho protocolo, vinculando su

compromiso a su propia decisión o valores que son determinantes para

incorporarse a la entidad elegida.

Zahira nos describe como el primer contacto con la entidad E se realiza a

través de personal de ésta, centrándose en la explicitación de las posibles

123

tareas a realizar por la voluntaria y en la firma de un contrato, cuyo contenido

no es recordado por Zahira, pareciendo no revestir para ella importancia

alguna.

“El primer día en E me recibió la secretaria… la secretaria de… de la organización y

me comentó lo que puedo hacer…o sea que era sobre todo acompañamiento de

mujeres e intérprete… aunque había también interpretación con hombres… Un poco

de todo. No solo con mujeres… Y firmé un contrato(…)No me acuerdo de lo que

decía…”

Elvira, otra de las entrevistadas, describe como para ella no fue

importante la firma o no de compromiso:

“Yo cuando empecé a hacer esto no firme ningún papel (en la entidad D) en el que

dije me comprometo a hacer esto…No fue así… fue como que yo tengo el deseo de

participar en esto… vosotros necesitáis gente que participe aquí… No voy a pensar

cuánto tiempo voy a hacer esto… No sé….Es simplemente fue un poco empiezo y ya

está y … Y luego por parte de ellos, no sé, tampoco me han exigido…nada… “

La falta de tiempo no es siempre un impedimento para la realización de tareas

voluntarias para los inmigrantes y refugiados que deciden realizar acciones de

voluntariado.

Mientras que entre la población autóctona nos encontramos un repetido

discurso de “falta de tiempo” para la realización de acciones voluntarias, entre

las personas inmigrantes y refugiadas entrevistadas no hemos encontrado ese

argumento como handicap para el desarrollo de estas acciones. Pese a ser

124

conscientes de que la falta de apoyos familiares, su necesaria dedicación al

mundo laboral y sus necesidades de formación están presentes en su vida

cotidiana.

“El compromiso fue poco…. O sea fue, el compromiso era, pues eso, ir dos días a la

semana a entrenar a los chavales […] Pero vamos que siempre me han, siempre me

han ¿sabes? Siempre he tenido ese margen de decir: hasta aquí… O, un día no me

apetece, pues me voy ¿sabes? Es decir, nunca he estado condicionado por nadie

¿sabes? Siempre ha sido pues un poco eso”

Como vemos en el testimonio de uno de nuestros entrevistados, el tiempo

de dedicación inicial se va incrementado progresivamente en virtud de las

diferentes tareas que va desarrollando a lo largo de su trayectoria por la

entidad. Si bien en sus comienzos éstas quedaban circunscritas a la ejecución

práctica de la tarea de entrenamiento, la organización y planificación de la

actividad deportiva, que se suman posteriormente, requieren espacios

temporales adicionales. El tiempo emerge de nuevo como límite en el

desempeño de la actividad voluntaria que queda supeditada al proyecto de

vida propio, a lo que “quiere ser” y a lo que se “quiere dedicar”. Su propósito

de desvinculación con el mundo social en sus planes profesionales futuros no

permite que el tiempo adicional que requiere en la actualidad el voluntariado

emerja como un recurso en aras de su inserción en el mercado laboral. La

intención de continuar en la actividad voluntaria pasa entonces por la

búsqueda de nuevos espacios que permitan compatibilizar ésta con el tiempo

que Pedro estima necesario para poder alcanzar sus metas profesionales

futuras.

125

“[...] El primer año fui segundo entrenador…Estuve ahí… pues, eso, aprendiendo un

poco[…] Luego, el segundo año, me cambiaron inmediatamente a primer entrenador

[…]. Pero claro, ya son más responsabilidades, o sea, ya no era sólo ir dos veces a la

semana y ya está…era ir dos veces a la semana, ir a los partidos, hacer reuniones de

entrenadores, hacer una planificación… hacer una hoja de quien viene, quien no

viene….era un poco, ya, ¿sabes? ya más serio.”

“Debido a lo que quiero ser, a lo que me quiero dedicar… a mi formación,

lamentablemente el año que viene tendré que dejar este voluntariado […] Tendré

que dejarlo… Pero me estoy informando… Es más la semana pasada me estuve

informando de voluntariado que se hacen los fines de semana en hospitales, para

niños con cáncer y tal… que son pocas horas ¿sabes?[...] y me daría mucho más

tiempo”

“No me gustaría dejar de ser voluntario porque el año que viene deje la asociación…

A ver si encuentro algo para ser voluntario sin que me quite tiempo… porque no me

quiero dedicar al mundo social ¿sabes?”

Otra de las entrevistadas nos ilustra con su propia experiencia a este

respecto:

“Las clases, al principio, yo empecé yendo los sábados y domingos porque no había

voluntarios... Entonces estuve creo que los primeros seis meses estuve yendo todos los

sábados y domingos…Y las clases duran como 3 horas…con un descanso de media

hora en medio…Y luego ya, como ya tenían más gente, y la verdad es que es

demasiado ir los sábados y los domingos… porque claro trabajo de lunes a viernes y

me canso un montón… porque aunque es muy agradable también te cansa mucho

(…) Y luego ya pues para preparar la clase pues depende. Muchas veces pues lo

hago los viernes por la tarde que yo no trabajo… y llego a mi casa y me siento delante

del ordenador… y empiezo a preparar cosas, ejercicios, para luego dárselos… No sé,

126

no te puedo decir de forma fija las horas que dedico a la semana”

Como vemos en su testimonio las expectativas conforme a la continuidad

voluntaria están mediadas por la noción de escasez vinculada al tiempo

disponible para el ejercicio de la actividad. Sin embargo, junto a éste, las

motivaciones expresivas se configuran como una fuerza que pretende la

permanencia en el voluntariado.

“Yo no lo he pensado mucho… Y es que no tengo mucho tiempo… Pero, no lo sé,

mientras me sienta bien y esté a gusto con todo lo que hago y tal, pues supongo que

seguiré haciéndolo… siempre y cuando tenga fuerzas para hacerlo…”

7.3.6. La participación en el marco de la entidad

Cuando hablamos de participación en una organización debemos

distinguir entre diversas formas de hacerlo24 : en primer lugar la participación

puede traducirse simplemente en una contribución económica, dándose una

forma de participación pasiva, o en una contribución en tiempo que se

traduce en una participación activa, lo que definiríamos como la acción de los

voluntarios.

Pero el nivel de participación dentro de una organización social puede

tener tres grados diferenciados25. El primer nivel de participación está

relacionado con la información como requisito imprescindible. El segundo nivel

de participación tiene que ver con el grado de consulta, es decir la posibilidad

24 Navajo Gómez, Pablo (1995): “Radiografía del voluntariado social en España”. ABC. Nuevo Trabajo, nº 63. 2 de julio. Madrid 25 Tschorne, P, Mas, C y Regojo, J.L. (1990): Guía para la gestión de Asociaciones. Ed. Popular. Madrid

127

de opinar respecto a posturas a adoptar y posibilidad de sugerir, posibilitando

que las personas consultadas se sientan mucho más implicadas en el

funcionamiento de la organización y en la toma de decisiones. El tercer nivel

de participación es el trabajo en común o la gestión colegiada que precisa

que los niveles anteriores estén cubiertos correctamente. Éste último se da en

función del grado de delegación permitida en la gestión de la organización,

delegando y dando plena responsabilidad sobre actividades concretas.

Siguiendo este planteamiento podemos analizar el grado de participación de

un voluntario en función de diferentes variables: capacidad del voluntario para

definir objetivos y estrategias de la organización en la que participa; tipo de

funciones que desarrolla el voluntario en la organización en la que colabora;

órganos internos en los que el voluntario está implicado; niveles de

responsabilidad que desempeña dentro de la organización; interlocutores con

los que interactúa; y tipo de información a la que accede.

Con este análisis previo, y tras las entrevistas realizadas podemos alcanzar las

siguientes hipótesis:

No se percibe una participación efectiva de los voluntarios inmigrantes y refugiados más allá de la realización de las tareas concretas.

A través de las entrevistas realizadas vemos como la capacidad del

voluntariado inmigrante o refugiado, de emerger como una fuerza con

128

capacidad de decisión y participación en el marco de la entidad no se

garantiza con la institucionalización de figuras de representación (que en

algunas de las entidades estudiadas existen), siendo preciso dotarla de los

medios necesarios para que ésta se torne efectiva.

La dificultad para ejercer una participación efectiva aparece como una

manifestación evidente de la disonancia entre la práctica y el discurso en

torno al voluntariado que acontecen en el marco de las entidades voluntarias.

Ambos argumentos se esgrimen en un discurso crítico, donde la reciprocidad

aparece explícitamente reinterpretada a partir de un intercambio que, dada

su imposibilidad de acontecer en términos económicos, debe buscar modos

de devolución alternativos, de índole material y simbólica.

En el discurso de una de las entrevistadas, Marta, son varios los factores claves

señalados al respecto:

“Ahora el representante del voluntariado ya no participa en nada. Es sólo de Madrid,

no a nivel nacional, ya no vota y no le hacen ni pito caso. Este pobre se está

planteando también… por lo menos dejar de ser representante porque no representa

nada….”

La dificultad para ejercer una participación efectiva aparece como una

manifestación evidente de la disonancia entre la práctica y el discurso en

torno al voluntariado que acontecen en el marco de la entidad voluntaria,

disonancia que es confirmada según Marta por el desinterés mostrado por la

organización con relación al mantenimiento de figuras esenciales para la

coordinación de la labor voluntaria. Ambos argumentos se esgrimen en un

discurso crítico, donde la reciprocidad aparece explícitamente reinterpretada

129

a partir de un intercambio que, dada su imposibilidad de acontecer en

términos económicos, debe buscar modos de devolución alternativos, de

índole material y simbólica.

La voluntaria continua describiendo:

“Alguna vez han intentado, cuando le ha venido bien a la dirección…convocar una

reunión para los voluntarios. Y a la primera fuimos todos… Salimos encantados…

Buenas palabras, reconocían la labor del voluntariado… Nos sentimos gratificados…

Porque vimos que éramos importantes los voluntarios… Pero cuando los hechos nos

demostraron que nada, que no era cierto, pues la próxima vez que quisieron… Pues

no fue nadie.”

Transmutada la reciprocidad en un intercambio unidireccional carente de

reconocimiento, la desmotivación se hace presente en el discurso de Marta.

Bajo este discurso la actividad voluntaria se percibe ubicada en un nivel inferior

que el trabajo remunerado, por el propio altruismo inherente que se le supone,

condicionando su valor en un mercado que no entiende más que el lenguaje

monetario. Pero, al mismo tiempo, se sitúa en una disposición pareja en el

orden de la importancia de las tareas realizadas. El agradecimiento es la

moneda de cambio cuando no hay lugar para un intercambio económico.

“Realmente yo no sé si volvería a hacerlo porque realmente yo lo del voluntariado…

yo no sé… digo…No es apreciado porque no cuesta, porque vale poco dinero…Y es

una mano de obra barata, vamos a decir, que al ser gratuita ni agradecida ni

pagada. Y eso no me parece bien. Y eso es lo que yo ya últimamente vengo

detectando en la entidad A… porque yo ya no, les he dicho que lo siento pero no voy

a seguir”.

Otra de las entrevistadas, Zahira, participa en dos entidades como voluntaria y

130

establece una clara diferenciación en cuanto al nivel de participación entre

ambas entidades. En la primera organización considera la participación como

nula, a partir de la inexistencia de espacios que propiciaran el diálogo y la

toma de decisiones conjunta. El clima enrarecido que, a su juicio se respiraba

en la entidad, junto con una división claramente establecida entre los

trabajadores y los voluntarios son otros argumentos esgrimidos en este sentido.

“En la entidad E yo nunca, nunca he hablado con el director…La secretaria a veces

sí, otras veces no…ellos estaban muy separados de los voluntarios…(…) Había un

clima, un ambiente, un poco tenso… Un poco tenso no sé porqué pero los

trabajadores no se hablaban entre sí… Entre ellos se hablaban lo mínimo que

podían…Vamos yo lo note así… Con nosotros apenas hablaban y la verdad, es que

no me sentía muy cómoda… Tampoco hacíamos reuniones ni nada de eso ..”

Por otro lado Zahira describe el “ambiente” existente en la otra entidad en la

que colabora como favorecedor para la participación del voluntariado,

existiendo marcos institucionales creados específicamente para el diálogo y el

trabajo conjunto entre trabajadores y voluntarios, donde las aportaciones de

unos y otros son tenidas en cuenta. La “escucha” emerge en el discurso como

un motor de la participación.

“En la entidad F era otro ambiente…se llevaban súper bien y conmigo todos… todos

muy amables…muy acogedores..”

“…(¿hacías propuestas en la entidad F?)…Sí…era miembro de ¿cómo lo llamamos?

Mesa de emprendedores….O sea que, bien, cada mes se hacía una reunión y viene

gente y cada uno… propone una cosa que se puede hacer… depende de las fiestas

que vienen, de Marruecos, que se puede hacer…que se puede avanzar…y sí, yo

proponía mucho… Y escuchaban a todo el mundo…y eso me hacía sentir bien.”

131

Beatriz entiende la participación en las organizaciones desde la capacidad de

aportar nuevas ideas y mejorar los aspectos organizativos de éstas,

definiéndose a sí misma como una persona crítica que se cuestiona aquello

que realiza.

En la primera de las entidades el carácter cerrado y la eficacia probada para

ella de la actividad a realizar hace que no considere la necesidad de nuevas

aportaciones y que, de producirse éstas, se circunscriban en exclusiva a la

programación de nuevas salidas de carácter cultural. No obstante, el espíritu

crítico conforme al cual se define, queda ejemplificado en el cuestionamiento

que realiza a alguno de los requisitos que se asocian a la tarea que realizaba.

“En cuanto a la actividad en la entidad G eran actividades tan esquematizadas, tan

probado en el tiempo, que tampoco yo veía la necesidad. Mira yo soy de las

personas críticas, soy muy crítica, pero la crítica constructiva. Y en la entidad G me

pareció que estaba todo bastante bien organizado. Yo, por ejemplo, pregunté “¿y

por qué tengo que quedar con ello en la asociación?” pero me decían que era

importante que tuvieran un sitio de referencia. Y la explicación me parecía bien. [… ].

De hecho yo hice propuestas y fuimos al museo ese….”

Con respecto a la segunda entidad, reseña especialmente la jerarquía

piramidal de la misma como un elemento condicionante en el grado de

participación del voluntario, que nuevamente circunscribe a la posibilidad de

introducir cambios en la tarea. El carácter cerrado de la misma, con objetivos

claros y el tiempo de dedicación a la actividad parecen ser las razones

aludidas a la hora de considerar el poco “margen de acción” del voluntario.

Por otro lado llama la atención que frente a esta escasez de capacidad de

132

acción se aluda al término libertad para caracterizar la posibilidad de toma de

decisiones al respecto.

“Es complicado (la participación en la entidad). En la entidad H creo que es un tema

de jerarquía piramidal […]. En la entidad H lo de apoyo escolar, había normas, de

hacer las fichas… cosas burocráticas necesarias… Pero luego había libertad para

tomar algunas decisiones, pero, por otro lado no había mucho margen de acción. El

objetivo es claro. En una hora y media que estás allí tampoco puedes aportar

mucho.”

En la última organización, el grado de participación se torna nulo, a expensas

de la jerarquía existente dentro de la misma y de la incapacidad real del

voluntario de participar en la toma de decisiones, cuya potestad reside en

exclusiva en los órganos dirigentes de la misma.

“En la entidad J ahí es donde tengo yo la sensación de ser más piramidal, porque tú,

por ejemplo, presentas el borrador en las jornadas que te decía… Y ya se vería si se

aprobaba o no… Lo tenías que presentar y al final es el comité el que decide… Tú

presentas algo pero ¿qué vas a defender…? Si está el director y la directora que son

los que toman las decisiones ¿sabes?. , si de pronto te dicen “esto no”, pues ya está.

Tuve esa sensación que te decía”

Resulta de interés el discurso de Pedro en torno al grado de participación en la

entidad y la capacidad de toma de decisión por parte del voluntariado,

especialmente por el plano en el que él mismo se sitúa. En su discurso emerge

como un derecho sentido pero al tiempo mediado por su propia condición de

voluntario, en función de la cual se posiciona en un lugar subordinado

respecto al personal contratado, donde sus reivindicaciones y peticiones

quedan teñidos por éste. Esta posición subordinada se entiende como

133

legítima, y lejos de ser objeto de crítica por parte de Pedro, se justifica a partir

de su situación personal concreta, donde la falta de experiencia, la residencia

actual en un barrio alejado de la sede de la entidad y su disponibilidad

limitada se esgrimen como razones para que su “opinión” no sea tenida en

cuenta. Al tiempo estos tres elementos se ponen a favor de otros voluntarios,

cuya voz es escuchada y que parecieran situarse en un espacio diferente, con

mayor peso en el ámbito participativo y decisorio dentro de la entidad.

“El voluntario tiene el mismo derecho de opinar que el coordinador ¿sabes?. Lo

que pasa es que muchas veces el voluntario, por el mismo hecho de ser

voluntario, te sientes con menos derecho a pedir cosas…. Pues, entonces…

hay voluntarios que se limitan un poco a sí mismos… por vergüenza…. a pedir

cosas. Yo no me limito, yo cuando pienso algo lo digo….No es que no te

escuchen… es que a lo mejor… no hay posibilidad… de que… de que tu

opinión se valore tanto como la de una persona con más experiencia…. Los

coordinadores son los que mandan: está claro ¿sabes?. Tú puedes dar su

opinión pero luego, quizás, ¿sabes? Quizás tu opinión se guarda en un cajón…

¿sabes? [...] Es a lo mejor mi caso, porque como solo voy los fines de semana…

A lo mejor otro voluntario, pues sí… ¿sabes? En mi experiencia ha habido cosas

que me he intentado implicarme más pero ha habido limitaciones… quizás por

poca experiencia… porque no vivo en el barrio…porque todo eso influye

mucho también… Porque vivir en el barrio, estás al lado de todo… que si te

necesitan en una reunión estás ahí ¿sabes?. Vivo en otro lado… está a una

hora y puede ser que esto limite a la hora de implicarme más en… en

cuestiones de la organización ¿sabes?. Pero vamos yo creo que cuando

134

alguien necesita algo, opina algo, están ahí los coordinadores para escuchar y

ayudarte… para darte su opinión. Luego ya hay ciertas cosas… que se te van

de las manos. […] A lo mejor ellos saben que mi prioridad no está ahí ¿sabes?

Que mi prioridad está en los estudios y yo creo que ellos saben que mi

prioridad no está ahí…Y quizás aquellos que están más ahí, que están más

implicados… pueden darle más importancia a su opinión ¿sabes?. Hay

voluntarios con más o menos peso ¿sabes? depende de lo que tú te quieras

implicar….¿sabes?”

7.3.7. Motivaciones y expectativas

La mejora de la situación laboral de la persona migrante aparece como una expectativa dentro de las motivaciones para realizar voluntariado

Como es bien conocido la población migrante ocupa nichos laborales

concretos que nos son demandados por la población autóctona. Estos nichos

laborales conllevan condiciones laborales muy precarias. Ante esta situación,

muchos inmigrantes tratan de buscar alternativas válidas que les permitan

mejorar su situación profesional y laboral, encontrando en el campo de la

acción social una posibilidad para ello, por lo que consideran el voluntariado

como un posible vehículo de acercamiento al mismo.

Fátima nos contaba su experiencia:

“Me encantaría trabajar con inmigrantes, pero si no me sale, tengo que trabajar en

otras cosas… porque me hace falta.”

135

Las motivaciones de las personas migrantes para realizar labores de voluntariado están muy vinculadas a su situación económica y personal

Las expectativas de futuro se insertan en el marco de un conjunto de

representaciones donde se pretende que primen en el discurso las

motivaciones altruistas, si bien éstas se ubican en el plano de la experiencia

previa, connotándolas de un cierto realismo producto de su trayectoria en el

voluntariado. Marta nos contaba lo siguiente:

“Mis amistades me decían, pero bueno ¿tú eres tonta?¿cómo vas?. Mira que pegarte

esos madrugones… Pero yo decía que no, que a mí la entidad A me daba más que

yo a ella… Lo que pasa es que ya llega un momento… que cuando van pasando

muchas cosas seguidas es momento por lo menos para plantearte tomar un respiro…

Luego ya veremos, el kit-kat será un kit-kat o no… Me gusta el trabajo, el trabajo que

hemos hecho…contenta con muchas cosas que se han logrado. En fin, todo eso es

muy…. Todo esto me remunera más que otra cosa…”

El voluntariado para las personas inmigrantes aparece como un factor de integración, un espacio donde ejercer las relaciones personales .

Una de las dificultades más importantes que viven las personas migrantes a la

hora de incorporarse a una nueva sociedad es la soledad y el aislamiento. En

este sentido la participación en entidades sociales puede surgir como una

forma de socialización activa, de trampolín para las relaciones sociales

136

pudiendo así salir de ese aislamiento social que cualquier ser humano puede

padecer.

En uno de nuestros entrevistados, Pedro, pudimos encontrar que su motivación

para ejercer la actividad como voluntario se situaba en el ámbito de las

motivaciones expresivas, resaltando específicamente el “crecimiento personal”

y la articulación de nuevas redes sociales. “Sentirse parte de un grupo”

aparece como un elemento relevante en un discurso que hace uso de figuras

retóricas que permiten equiparar esta sensación con aquella propia del “estar

como en casa”.

“La experiencia, amistades… cada día conoces gente nueva…no todos los días

conoces gente nueva….pero cada año te vas quedando con parte de cada gente

¿sabes? Te quedas con alguien, te haces más amigo de alguien y eso… eso me

aporta cosas… aunque no sea dinero pero te aporta cosas… ¿sabes, para tu

persona, vas creciendo como persona […] Y también el sentirte parte de un grupo…

¿sabes? Sentirte parte de un grupo también te motiva […] “

“Sentirme parte de un grupo es… eso es muy importante… sentirte como en tu casa…

que cuando te cabreas puedes cabrearte, que te escuchan….¿sabes? Con esa

libertad de que es mi grupo y puedo decir lo que quiera, pues me escuchan…”

En la entrevista con Elvira, la motivación para ejercer el voluntariado aparece

mediada por su propia experiencia personal de llegada al país, que representa

como un período inicial de adaptación marcado por los sentimientos de

soledad y desamparo. La posibilidad de “ofrecer” una ayuda que ella no tuvo

en esos momentos se configura como un motor esencial en su aproximación al

voluntariado.

“Yo llegué, bueno, yo que sé, como cualquier otro… perdida, no sabía ni donde

137

estaba, no hablaba español, no conocía a nadie… era un poco como… Entonces sé

que al principio puede ser muy difícil ¿no?[...] (…) Yo cuando llegué a España en el

año 97, cuando llegué aquí, bueno hasta hace poco no sabía ni siquiera donde…

que hay ONG, que hay organizaciones que ayudan a los inmigrantes y todo lo

demás… Y por un lado, por eso me sentía muy bien, podía ayudar a alguien sabiendo

que a mí nadie me ayudó… porque yo ni siquiera sabía que alguien podía

ayudar…Y…no sé, como que de repente me sentía útil, me sentía muy feliz por poder

ayudar a otras personas…”

Las motivaciones de carácter expresivo, cubriendo sus necesidades de

comunicación y compañía, de autoestima y reciprocidad, aparecen

explicitadas en el discurso de Elvira. El contacto humano que se haya presente

en la actividad voluntaria se contrapone a la propia dinámica social del

entorno urbano y al marco laboral en el cual desarrolla su tarea profesional. La

noción de pérdida de “lo humano” y de cada uno de nosotros “como

personas” caracterizan estos contextos.

“Yo soy ingeniera… Trabajo en una ingeniería, es un trabajo bastante estresante, es un

trabajo muy bonito, si te gusta y… está muy bien… pero yo ya… llevaba tiempo como

sintiendo que necesito algo más, que mi trabajo está bien… que todos los días tienes

muchos retos y muchos problemas por resolver… te sientes bien… pero no deja de ser

un trabajo de oficina… que no va mas allá…Yo no tengo contacto con más gente y

tal. Entonces como que necesitaba hacer algo por los demás… y no solo el trabajo

típico de ir a trabajar e irte a casa y ya está”

“La ciudad es como bastante estresante… como bastante agobiante… y todo el

mundo con prisas… Y al final un poco nos perdemos como personas y…cuando

conoces a estos chicos te devuelven, como, el contacto humano”

138

La reciprocidad aparece en su discurso vehiculizada por la ayuda que ella

proporciona y la devolución que recibe de aquellos a los cuales va orientada su tarea

voluntaria. La amistad, la gratitud y la preocupación son las monedas de cambio

simbólico que tienen cabida en este proceso, donde las motivaciones expresivas se

hacen claramente patente.

“Son ellos…Doy algo pero ellos me dan mucho más… su amistad, su gratitud…

todo…al final son ellos los que se preocupan mucho más por mí….Yo me preocupo

por ellos… pero también luego son ellos los que cuando he estado enferma me han

estado llamando, han venido a verme… y no sé, preguntando si necesito algo, si

quería que me compraran algo… Al final ves que es algo más, no es un trabajo… No

lo haces porque vas a cobrar a final de mes…”

La incidencia en la sociedad en la que interactúan y de la que forman parte es también una motivación para que los migrantes participen en el mundo del voluntariado.

El voluntariado aparece también como una forma de participación social para

la transformación, sobre todo en relación al propio colectivo al que

pertenecen y con el que se identifican las personas voluntarias de origen

extranjero.

En la entrevista realizada a Fátima vemos como propiciar el “cambio” en el

colectivo de las mujeres marroquíes emerge como una motivación

fundamental para el ejercicio del voluntariado. Su rol como mediadora

aparece en el discurso en tanto vehículo para la integración de este grupo a

la esfera pública. La imagen colectiva que se sostiene de la mujer marroquí

aparece como una preocupación constante y un obstáculo para su

139

incorporación como ciudadanos de pleno derecho en la sociedad de

acogida.

“Con las mujeres marroquíes me gustaría sacarlas un poquito del mundo en que están

metidas… Hay mujeres…Hay mujeres que no salen que están en sus casitas… que

están, que no salen…que a lo mejor no van ni al médico…La mentalidad de esas

mujeres es la que me gustaría intentar cambiar”

“(…)La mujer marroquí para que sepa relacionarse con la gente… para que dé una

imagen, que no sea una mujer analfabeta, que no sabe relacionarse. No. Esto se tiene

que cambiar… Dar una imagen diferente para que la sociedad en general las

acepte.(…) Ni ella va a saber incorporarse ni la sociedad la va a saber acoger… Es

una cosa….Y yo creo que aquí las puedo ayudar… Un poco para que ellas entiendan

y las entiendan”

7.4. Especificidades del voluntario refugiado.

En la exploración que supone el presente estudio sobre la participación de

las personas inmigrantes y refugiadas en el mundo del voluntariado nos hemos

encontrado ciertas particularidades dentro del colectivo de personas

refugiadas que consideramos es importante destacar.

Como ya se conoce, existen diferencias exenciales que caracterizan los

procesos de las personas inmigrantes, las cuales preparan su proyecto

migratorio con una decisión individual o compartida, de iniciarse en la salida

de su país buscando mejores expectativas, mientras que las personas

refugiadas son aquellas que debido a fundados temores de ser perseguidos

140

por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a grupo social

determinado u opciones políticas, se ven en la obligación de salir de su lugar

de residencia con el fin de buscar protección fuera del país de su

nacionalidad, sin contar con un proyecto migratorio previo ni partiendo de una

decisión premeditada, sino movidas por la necesidad de proteger su

integridad.

En estos diferentes procesos se dan ciertas características que diferencian

a ambos colectivos y que también se traducen en las motivaciones que

empujan a unos u a otros a la práctica del voluntariado en el país de acogida.

En el presente apartado vamos a profundizar en esas motivaciones que

arrastran a muchas personas refugiadas en España a participar en acciones

voluntarias como alternativas a carencias que se presentan en su marco

sociopolítico como ciudadanos.

Como ya hemos venido describiendo a lo largo del informe, el

voluntariado es un ejercicio de solidaridad que conlleva ser responsable ante

los más vulnerables (ciudadanía) y conlleva construir un mundo más justo

(participación). Así la ciudadanía y la participación se sustancian en el

ejercicio de la solidaridad.

El voluntariado, como expresión de la participación social, se configura en

torno a tres dinámicas: los procesos sociales, las demandas personales de los

más vulnerables y los contextos ideológicos que le confieren sus oportunidades

específicas y acreditación social.

El voluntariado es una realidad socialmente interpretada, que despierta

unas determinadas expectativas y responde a un imaginario social colectivo.

141

Se trata de una realidad multiforme, difusa, con límites inciertos y variados, en

la que se entrecruzan matrices de diferente carácter (culturales, políticas,

religiosas...). Se caracteriza por la pluralidad, la diferenciación y la

heterogeneidad. Las diferentes formas de voluntariado, produce signos de

fecundidad y nuevas formas de realidad en el interior de una sociedad

compleja, que afecta a los modos de nombrarlo, a las tareas que se le

atribuye, a la índole de las motivaciones personales y las formas jurídicas en las

que se organizan.

La acción voluntaria recupera el término "voluntario" para subrayar el

carácter libre no coercitivo ni obligatorio de las relaciones que produce, así

como el carácter gratuito del trabajo que realiza. El voluntario participa como

protagonista en la vida de su comunidad y amplía los espacios participativos y

esto en relación a las personas inmigrantes y refugiadas es un elemento

fundamental para su incorporación a la nueva sociedad de acogida; así

mismo la fisonomía del voluntariado es inseparable de la profundización de la

democracia y de la realización de la sociedad activa.

Puede haber muchas y variadas motivaciones relacionadas con este tipo

de acción colectiva, pero debemos profundizar en las razones que la

sostienen, para saber si el voluntariado, como elemento estructural

relacionado con un nuevo modo cívico, es una moda o una nueva forma de

participación sociopolítica de una sociedad que ha estado dormida y

estancada en conceptos relacionados con el liberalismo clásico más

individualista. Javier nos aporta en su testimonio una reflexión muy interesante

a este respecto: “Mi experiencia vital en España me ha demostrado que aquí, en

142

Occidente, el propio sistema te adormece, y la gente es poco participativa,

adormecida en el bienestar que le rodea. En mi país, el sistema te anula, e incluso te

elimina, pero luchas por ello, siempre guardas la esperanza del cambio (...). Pero a

través del voluntariado que encontré en CEAR descubrí un espacio de participación

social, y uno termina implicado, así como reconocido como persona.”

Podemos descubrir que las motivaciones que mueven a los voluntarios son

diversas. No obstante se pueden identificar tres grandes matrices26:

Motivaciones instrumentales: convierten la acción voluntaria en un medio para

obtener otra cosa: ampliación de la experiencia profesional, búsqueda de

empleo, conseguir prestigio social, entre otros.

Hay autores que consideran que toda acción humana está orientada por

el interés personal, el beneficio o la ganancia. Estos ideólogos se han dedicado

a mostrar el carácter interesado que se esconde detrás de supuestas

actividades altruistas, de modo que la donación o gratuidad son sucedáneos

del interés. En esta línea, Bourdieu27 plantea que esta labor supuestamente

altruista, no existe tal cual. El autor considera que no existen comportamientos

desinteresados ni actos gratuitos: a su entender, toda acción se plantea, de

uno u otro modo, alcanzar algún tipo de beneficio, ya sea económico o

simbólico. El hecho de que existan universos sociales en los que está

desaconsejado el lucro económico, como es en el ámbito del voluntariado, no

excluye que los individuos puedan movilizarse en busca de beneficios de

carácter simbólico.

26 García Roca, Joaquín (2004): Políticas y Pr9ogramas de Participación social. Ed. Síntesis. Madrid 27 Bourdieu, Pierre(1997): Razones prácticas.Sobre la teoría de la acción. Ed.Anagrama. Barcelona (p.152-155)

143

Por su parte, el utilitarismo y sus ideólogos de la acción instrumental, sitúan

el intercambio y los resultados como el móvil central y único, considerando que

la donación está impregnada de utilitarismo, del resultado a conseguir y éste

depende de las consecuencias inducidas. Así el voluntario intenta maximizar

las ventajas y beneficios desde la lógica económica de producción.

Ambas opciones cuestionan la cultura de la gratuidad y la lógica del don,

sistematizado por Mauss28. La exaltación del interés y del resultado, según la

cual las motivaciones altruistas esconden una intención interesada y un uso

instrumental de la acción.

Motivaciones expresivas: relacionadas con las necesidades expresivas y

relacionales del ser humano, cubriendo así sus necesidades de comunicación

y compañía, de autoestima y reciprocidad, de relaciones significativas y de

reconocimiento. Este tipo de motivaciones, también muestra que el

voluntariado enraíza sobre estructuras antropológicas profundamente

humanas como es la construcción de la identidad personal y colectiva.

Motivaciones altruistas: son aquellas que giran en torno al altruismo y sus

distintas expresiones, encontrando su sentido en el acto mismo. Estas

voluntades solidarias se identifican con el dinamismo del don que trabajó

Marcel Mauss, quién consideró que en todas las culturas hay acciones sociales

que no pertenecen ni al mundo de las obligaciones ni al de los intereses; más

bien nacen en el intersticio entre obligación y libertad, intereses individuales y

28 Mauss, M. (1979) : Ensayo sobre los dones : razón y forma del cambio en las sociedades primitivas. Ed. Tecnos. Madrid (p.155-263)

144

colectivos; son acciones que tienden a alejarse del intercambio mercantil y de

la lógica administrada. Sin embargo la donación en la acción voluntaria es

indirecta, ya que pasa por un intermediario, las organizaciones sociales. Esto

contradice los fundamentos del don, considerado, por definición, un acto

relacional que no contempla interposiciones y que vincula a individuos

directamente.

Desde nuestra experiencia podemos constatar que las motivaciones que

mueven a los voluntarios persiguen diferentes intereses particulares. Sin

embargo, esto no debe valorarse negativamente, y ser juzgadas como

opciones no válidas, siendo conscientes de que la acción voluntaria, responde

a intereses de diferente índole, que pueden ser muy lícitos. En particular, en el

caso de las personas refugiadas, como característica común hemos podido

detectar que la mayor parte de estas personas habían ejercido en su país de

origen tareas sociales, políticas o de carácter comunitario, y debido a su

exclusión legitimada institucionalmente por el ordenamiento jurídico español y

europeo y paralelamente por las dificultades que encuentran para el acceso

al mercado de trabajo cualificado, suplen con esta actividad sus verdaderas

motivaciones políticas y/o profesionales.

Como hemos venido reiterando, muchas de estas personas manifiestan un

alto compromiso ideológico y político, que tampoco puede ser canalizado por

las vías formales, por lo que su derecho a la ciudadanía se ve vulnerado en

una parte importante.

Javier, de nuevo nos aporta, a través de su experiencia, un ejemplo en esta

línea: “A través de este espacio de participación social que he encontrado en CEAR

145

siento la posibilidad de llegar a otros espacios de carácter político inexistentes para

mí, porque no me es posible participar en ellos. En el fondo el voluntariado es un canal

que me sirve para llegar indirectamente a...”

La mayoría de estas personas han sido usuarios de los programas de CEAR,

en su primer proceso de incorporación a la nueva sociedad de acogida que

les ha facilitado protección. Ante esta situación el “exusuario”, que tiene

puesta toda su confianza en la organización que le apoyó y acompañó en su

proceso, encuentra una vía de canalización de ese componente ideológico

que le configura como persona, sintiendo además que está devolviendo

aquello que él recibió en el momento que más lo necesitaba, pasando de ser

actores pasivos en la entidad, a actores activos. “Aquí me sentía importante –nos

dice Javier-, sentía que valía y que podía aportar a otras personas que estaban

pasando por lo mismo que había pasado yo”.

Así mismo, podemos encontrar otras motivaciones fundamentales para la

persona refugiada que contribuyen al proceso de reconstrucción de su

proyecto de vida: conocimiento de la cultura, desarrollo de habilidades para

aquellos que se han visto obligados a interrumpir sus estudios al tener que huir

de su país, creación de lazos sociales ante el aislamiento, aprendizaje del

idioma, etc. De este modo vemos como el voluntariado supone un elemento

de cohesión crucial, que contribuye a neutralizar el miedo a lo desconocido y

permite establecer relaciones que generan una mayor capacidad de

adaptación ante el cambio social, tanto para los propios refugiados o

inmigrantes como para los autóctonos. En esta línea, los voluntarios inmigrantes

y refugiados realizan un cambio positivo en la sociedad mediante su

146

compromiso, mejorando la imagen de este colectivo entre la sociedad de

acogida y contribuyendo a la confianza mutua.

147

8. CATÁLOGO DE RECOMENDACIONES PARA LA GESTIÓN DE UN VOLUNTARIADO INTERCULTURAL

Teniendo en cuenta las transformaciones sociales que ha vivido la sociedad

madrileña, con una fuerte presencia de personas de origen extranjero que

presentan un potencial que debe ser y es reconocido a diferentes niveles, las

entidades sociales que trabajan con voluntariado deben plantearse

estrategias para la gestión del voluntariado intercultural, incorporando a estos

nuevos ciudadanos.

Más allá de los discursos habituales de las aportaciones económicas y

demográficas que hace la inmigración en nuestra sociedad debemos

reconocer las posibilidades de aportaciones sociales que presenta el

fenómeno de la migración, por lo que la entidades sociales no pueden obviar

ese potencial que presentan las personas de origen extranjero para la

participación en estas organizaciones.

Pero las entidades sociales y los profesionales que en ellas trabajan no

pueden gestionar el voluntariado sin tener en cuenta la diversidad cultural que

la migración presente, teniendo en cuenta que esta nueva realidad exigen un

cierto cambio o apertura de nuestras tendencias de captación, acogida,

incorporación, formación, promoción y gestión intercultural del voluntariado.

Ya sea por convencimiento –creyendo en la importancia de la

participación de las personas de origen extranjero en las entidades sociales a

través del voluntariado – o por intereses que respondan a otras motivaciones,

debemos ser conscientes de que actualmente un 16,9% de la población

148

madrileña es de origen extranjero, lo cual representa un importante “filón” de

personas con un perfil emprendedor, gran capacidad para el aprendizaje y sus

ganas de aportar en la mejora de la actividad social madrileña.

Debemos ser conscientes de que si es compleja la gestión de personas de

nuestro mismo entorno cultural, es lógico que también lo sea la procedente de

otros lugares, por este motivo, y a través de estas recomendaciones no

queremos dar un receta mágica para la gestión del voluntariado intercultural,

sino que el objetivo es hacernos reflexionar, ayudarnos a pensar y animarnos a

romper con los estereotipos.

En una sociedad permanentemente cambiante como la madrileña, las

entidades sociales hemos tenido que ir aprendiendo y mejorando en diversos

aspectos: sistemas de gestión y profesionalización, calidad, planes

estratégicos, incorporación de tecnologías de la información, y sin lugar a

dudas no podemos dejar a un lado el reto de la gestión de la diversidad

cultural, que supone la mejor inversión para todos y cada uno de los ámbitos

de la sociedad.

Las propuestas que se desarrollan a continuación plantean la gestión de la

diversidad cultural en términos de normalización y viabilidad del proyecto que

cada entidad desarrolla, partiendo de que toda entidad, asociación u

organización que trabaja con voluntariado se puede beneficiar de la entrada

de personas de origen extranjero para su acción voluntaria, en la medida que

gestione correctamente sus políticas de voluntariado y de diversidad cultural.

Partimos también de la idea de que toda organización, asociación o entidad,

independientemente de sus dimensiones, verá cada vez con mayor frecuencia

149

que la pluralidad de culturas es una característica de la sociedad madrileña

de la que obtiene el potencial de sus posibles voluntarios.

Por todo ello a continuación proponemos pautas para una gestión

adecuada, efectiva y de calidad del voluntariado intercultural en las

organizaciones sociales independientemente del ámbito al que dirijan su

acción social.

CATÁLOGO DE RECOMENDACIONES PARA LA GESTIÓN DE UN VOLUNTARIADO INTERCULTURAL:

Antes de empezar recuerda que un voluntario o voluntaria de origen

extranjero es ANTE TODO, un voluntario o voluntaria.

1. Integra la interculturalidad en tu organización o asociación, ubicando a

la organización en la vanguardia europea.

¿CÓMO?

� Invierte en formación para el equipo directivo de la entidad en

materia de migraciones e interculturalidad. De hecho existen

recursos públicos y gratuítos en Madrid donde puedes obtener

formación muy interesante al respecto

� Participa en los foros en los que se está gestando y trabajando el

diseño de instrumentos que ayuden a las entidades sociales a

gestionar la diversidad cultural. Participar en estos foros reforzará

150

las posibilidades de que los instrumentos resultantes sean

aplicables al proyecto de tu entidad.

� En la gestión de calidad basados en normas europeas, existen

procedimientos aplicados al medioambiente u otros, que a medio

plazo se extenderán y marcarán pautas para evaluar el

cumplimento de leyes de no discriminación o de gestión ética de

recursos humanos, incluyendo el voluntariado.

2. Evita los prejuicios en materia de etnia, cultura o religión a la hora de

seleccionar a los voluntarios de tu entidad.

¿CÓMO?

� Cuestiona la fuente de las informaciones negativas que tienes en

relación a la población migrante.

Existe por ejemplo la idea generalizada de que la población

inmigrante carece de formación en la mayoría de los casos.

Sin embargo, según datos publicados por Manpower en 2003,

“tres de cada diez inmigrantes (29%) residentes en España

poseen un nivel de estudios alto (diplomados y licenciados),

frente al 22% de la población española.

� A la hora de planificar el voluntariado de tu entidad evita las

generalizaciones esteriotipadas, sobre todo aquellas que tienen

que ver con imágenes creadas relacionadas con personas

procedentes de una misma cultura o religión.

Evita las generalizaciones

151

� Planifica la estructura del voluntariado de tu entidad en función de

las potencialidades, formación y conocimiento de las personas, en

vez de hacerlo en función de su origen étnico o nacionalidad.

Recuerda que hay numerosos estudios que demuestran que

los equipos humanos integrados por personas de diferentes

culturas son más eficaces que los equipos culturalmente

homogéneos.

3. Pon las diferencias culturales a favor de la organización y aprovecha sus

ventajas.

¿CÓMO?

� La pluralidad de celebraciones culturales o religiosas (día del

cordero, ramadán, navidad, semana santa, etc…), nos permitirá

no tener que parar nuestra actividad en determinadas fiestas por

falta de equipo humano, pudiendo repartir, en función de

prioridades, estos días festivos.

� La disponibilidad horaria de las personas migrantes o refugiadas

que no cuentan con familia a cargo en nuestro país, es mayor que

la de personas con responsabilidades a cargo. Sin que esto

signifique que lo convirtamos en un abuso, esta disponibilidad hay

que considerarla como un valor añadido a la organización, que

probablemente pondrá en marcha en ocasiones actividades en

fines de semana o en horarios menos accesibles.

152

4. No existe grupo humano sin conflictos, lo importante es saber

gestionarlos.

¿CÓMO?

� Antes de valorar un conflicto, o hacer un juicio de valor

considerando que el conflicto pueda ser debido a las diferencias

culturales, cataloga el tipo de conflicto. No todos los conflictos

entre personas de origen inmigrante o refugiadas y personas

autóctonas son conflictos culturales. Pueden ser conflictos

personales, de competencias, etc… Recuerda siempre que las

personas nos caracterizamos por tres tipos de comportamientos:

1. Comportamientos culturales, comunes a las personas

procedentes de un cultura determinante.

2. Comportamientos universales, comunes a todas las

culturas.

3. Comportamientos personales, propios de cada persona.

� Las herramientas de gestión de la diversidad cultural solo podrán

dar respuesta a los conflictos surgidos como consecuencia de las

diferencias culturales.

� Si tras catalogar el tipo de conflicto, concluimos que es de

naturaleza cultural, negocia con sensibilidad cultural. Esto no

significa que debamos aceptar todo lo que proceda de culturas

diferentes, pero si debemos adoptar una posición de respeto y

escucha hacia el otro.

153

5. Aprender a manejar la negociación cultural no significa aceptar todas

las particularidades de una cultura, pero si significa saber escuchar con

una actitud de respecto hacia el otro.

¿CÓMO?

� Hay numerosos aspectos que siempre pueden ser negociables y

que revertirá positivamente en la organización: horarios de

participación, etc…

� Habrá aspectos innegociables que tendremos que trabajar a

través de formación, talleres, etc. Aspectos que tengan que ver

con cuestiones de género, igualdad, etc… deberán ser

mantenidas y defendidas en caso de que sean cuestionadas por

el nuevo voluntario (reticencias a la hora de aceptar a una mujer

que lidere su grupo de trabajo, etc…)

Diseñar estrategias específicas para formar al equipo en el

respeto muto

6. No es lo mismo una organización multicultural que una organización

intercultural.

Una organización multicultural es un espacio en el que coinciden

diferentes culturas pero sin relacionarse entre sí, con competencias y

tareas diferentes. La falta de comunicación en estos espacios

interculturales desemboca en posibles situaciones conflictivas.

154

Para evitarlas o solucionar estos conflictos hay que apostar por

estrategias interculturales, impulsando y favoreciendo la creación de

espacios de comunicación entre todos los miembros de la organización.

¿CÓMO?

� Diseña grupos de trabajo que rompan por los guettos por

nacionalidades. Forma grupos culturalmente mixtos y la

comunicación entre todos los miembros de la organización será

fluída.

� Rompe con la división entre tareas más especialidadas o cualificadas

para el voluntarios de origen autóctono y tareas no cualificadas para

el voluntariado inmigrante o refugiado.

7. Ten claro el objetivo de tu organización, flexibilizando la manera de

conseguirlo adecuando las estrategias de gestión de equipos a las

características y personalidad de cada grupo humano.

¿CÓMO?

� Adapta los protocolos de trato según cada persona.

� Encontrará diferentes demandas en cuanto a los modelos

organizativos, en función de las culturas de procedencia:

o Personas que culturalmente necesitan recibir pautas directas y

claras de sus responsables directos para sentir la seguridad de

que su trabajo o actividad está siendo coordinado y

supervisado

o Personas que culturalmente necesitan sentirse responsables de

155

su propia parcela de responsabilidad y se sienten parte de la

entidad cuando sus responsables les tratan como iguales.

Lo importante es buscar un modelo de gestión que logre sacar lo

mejor de cada voluntario o voluntaria.

156

9. ANEXOS A) Listado de entidades que han participado en la investigación a través de cuestionarios o entrevistas.

DISCAPACIDAD, SALUD,

DEPENDENCIAS

� AEOMC � F MANANTIALES � ASPAD � PSIQUIATRÍA Y VIDA � ASPAFADES � ADEMADRID � F FANS � AMEB � AFADE � PROY HOMBRE � ACCIS � ADDEM � ASPAYM � FAD � COAMFICOA � FUND RETINA MADRID

EXCLUSIÓN Y MINORÍAS � ZUMBIDO SOCIAL � F ECCA � ASOC CAMINAR � ASOC MARILLAC � F EMAUS � HSDJ � AMIS-AURRERA � LA RUECA � CON UN PIE FUERA � FUND RAIS � MENIÑOS � CIUDAD JOVEN � FUND ANAR � Caritas Madrid

MUJER � FEDERACIÓN DE MUJERES

PROGRESISTAS

COOPERACION Y DDHH � AYUDA EN ACCION � HELSINKI ESPAÑA

DIMENSIÓN HUMANA � PUEBLOS HERMANOS � ENTRE CULTURAS � APDHE � WORDL VISION ESPAÑA � AAPS � CONGDE � SOS RACISMO � AFESIP

ECOLOGÍA Y MEDIO AMBIENTE

FORMACION, EDUCACION, CULTURA, OCIO Y T LIBRE � LA TORRE HORTALEZA � COORD JUV VALLEKAS � ASOC JVENIL ATZ � ASOC CRECER � COORD VALLEKAS � AFAIJ � Yehudi Menuhim

PARTICIPACION CIUDADANA

INMIGRACIÓN Y ASILO

� Centro HISPANO BULGARO

� ACULCO � FUND ADSIS � INICIATIVAS

SOLIDARIAS � ACOBE � MITA � CEAR � LA MERCED � MPDL

157

B) Carta de presentación enviada a entidades

Madrid, 26 de septiembre de 2007

Estimado amigo, estimada amiga,

En la ciudad de Madrid hemos vivido un proceso de transformación social y cultural que ha afectado a todos los ámbitos de nuestra

vida cotidiana. De hecho las organizaciones sociales que participamos activamente en la transformación de nuestra ciudad también

estamos viviendo un cambio en nuestra forma de interactuar con la sociedad y con la ciudad.

La inmigración es un factor que ha favorecido positivamente a esta transformación, convirtiéndose en uno de los temas más

destacados de las agendas políticas y sociales. Durante los últimos años estamos viendo como en nuestras entidades ha ido

aumentando el interés de muchas personas inmigrantes y refugiadas por participar como voluntarios, despertándose en toda Europa

el interés por el voluntario intercultural, sobre todo en aquellos países con una arraigada tradición de sociedad civil y una sólida

concienciación del papel clave que desempeña el voluntariado en el tejido social y la cohesión de la sociedad.

Como ya conocerás, CEAR (Comisión Española de Ayuda al Refugiado) es una organización no gubernamental, de acción voluntaria,

plural e independiente, creada en 1979, cuya misión es defender y promover los derechos y el desarrollo humano integral de los

refugiados, solicitantes de asilo, desplazados, apátridas y personas inmigrantes en riesgo de exclusión. Teniendo en cuenta que en

CEAR nos identificamos como una entidad agente de cambio y de transformación social, desde CEAR Madrid estamos elaborando

una investigación, financiada por el Ayuntamiento de Madrid, para conocer la participación de las personas inmigrantes y refugiadas

en las diferentes acciones y entidades de voluntariado existentes.

Para ello necesitamos contar con vuestra experiencia, por lo que hemos elaborado un cuestionario que trata de recoger el perfil y la

participación de personas de origen extranjero en vuestra entidad.

Si quieres conocer algo más de esta investigación o necesitas alguna aclaración para la elaboración del cuestionario, no dudes en

ponerte en contacto con nosotros a través de la siguiente dirección de correo electrónico:

[email protected]

Así mismo, te rogamos nos devuelvas el cuestionario cumplimentado a la dirección de email indicada antes de 10 de octubre.

Agradeciendo de antemano tu colaboración, recibe un cordial saludo,

Estrella Pérez Galán

Coordinadora Territorial CEAR Madrid

Investigadoras: Marta Pagola de Frutos y Cristina Oter Quintana. Licenciadas en Antropología Social y Cultural.

158

C) Cuestionario enviado a entidades

La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) es una organización no gubernamental fundada en 1979, de acción voluntaria y humanitaria, independiente y plural. Los objetivos fundamentales de CEAR son la defensa y la protección del derecho de asilo y de los derechos de los refugiados así como de las personas inmigrantes en riesgo de exclusión o que se encuentran en nuestro país en situación de vulnerabilidad.

Desde nuestra delegación de Madrid (CEAR Madrid) estamos llevando a cabo una investigación, financiada por el Ayuntamiento de Madrid, que pretende estudiar la incidencia y el perfil del colectivo inmigrante/refugiado que participa como voluntario en este municipio. Para ello solicitamos su colaboración respondiendo al cuestionario que a continuación le presentamos. En caso de no disponer de alguno de los datos solicitados, le pedimos deje el apartado correspondiente en blanco. Agradecemos el tiempo dedicado a la cumplimentación del mismo, garantizando la confidencialidad absoluta de los datos que en él se recojan. Muchas gracias.

En caso de que en tu entidad no contéis con voluntarios inmigrantes por favor no dejes de responder a las preguntas nº 1, 2, 3, 15, 16 y 17 del presente cuestionario.

CUESTIONARIOCUESTIONARIOCUESTIONARIOCUESTIONARIO

1. Señale el área de actuación en la que se inscribe la entidad social a la cual usted pertenece (marque con una cruz una o varias de las opciones posibles al lado de los ítems correspondientes)

a. Discapacidad b. Salud y Enfermedad c. Exclusión social d. Minorias étnicas e. Inmigración /Asilo f. Juventud g. Infancia h. Mayores i. Mujer j. Dependencias k. Cooperación al desarrollo l. Derechos Humanos m. Ecología y Medio Ambiente n. Educación, formación y/o cultura o. Ocio y Tiempo libre

159

p. Participación ciudadana /Asociacionismo q. Emergencias r. Otros especificar …………………………………………………………

2. Número total de personas voluntarias actualmente en la sede de Madrid....................................

3. Número de personas voluntarias inmigrantes/refugiadas actualmente en la sede de Madrid.................

4. Número de voluntarias inmigrantes/refugiadas (Mujeres) actuales en la sede de Madrid…......

5. Número de voluntarios inmigrantes/refugiados (Hombres) actuales en la sede de Madrid…...............

6. Edad de las voluntarias inmigrantes/refugiadas (Mujeres), en este momento, en la sede de Madrid :

EDAD Nº mujeres inmigrantes/refugiadas voluntarias

DE 18 A 29 AÑOS

DE 30 A 40 AÑOS

DE 41 A 55 AÑOS

DE 55 A 65 AÑOS

MAYORES DE 65 AÑOS

7. Edad de los voluntarios inmigrantes/refugiados hombres, en este momento, en la sede de Madrid:

EDAD Nº hombres inmigrantes/refugiados voluntarios

DE 18 A 29 AÑOS

DE 30 A 40 AÑOS

DE 41 A 55 AÑOS

DE 55 A 65 AÑOS

MAYORES DE 65 AÑOS

160

8. País de origen de las personas voluntarias inmigrantes/refugiados, en este momento, en la sede de Madrid:

PAIS DE ORIGEN * Nº Mujeres Nº Hombres

Colombia

Ecuador

Perú

Rumania

Bolivia

Marruecos

Otros (especificar)

* Esta división responde a los colectivos con mayor presencia en el Municipio de Madrid

9. ¿Podría indicar el tiempo aproximado de estancia en España, de las personas voluntarias inmigrantes/refugiados en el momento de la incorporación en su sede de Madrid?.

TIEMPO DE RESIDENCIA Nº personas voluntarias inmigrantes/refugiados

Menos de 1 año

De 1 año a 2 años.

Más de dos años.

10. Situación administrativa en la que se encontraba la persona voluntaria inmigrante/refugiada en el momento de incorporación en la sede de Madrid.

SITUACIÓN ADMINISTRATIVA Nº personas voluntarias inmigrante/refugiados

Regular

Irregular

161

11. Nivel de formación de las personas voluntarias inmigrante/refugiadas en el momento de incorporación en la sede de Madrid.

NIVEL DE FORMACION Nº personas voluntarias inmigrante/refugiados

Sin estudios

Con bachiller o similar

Titulados medios universitarios

Titulados superiores universitarios

12. Situación ocupacional de las personas voluntarias inmigrantes/refugiadas en el

momento de incorporación en la sede de Madrid.

SITUACION OCUPACIONAL Nº personas voluntarias inmigrante/refugiados

Estudiantes

Trabajadores en activo

Trabajadores en paro

Jubilados

Otros

13. Tiempo de permanencia de la persona inmigrante/refugiada como voluntario , en el momento actual en la sede de Madrid:

TIEMPO COMO VOLUNTARIO Nº personas voluntarias inmigrante/refugiados

Menos de 6 meses

De 6 meses a un año

De un año a 3 años

Más de 3 años

14. Tiempo que dedican a la labor voluntaria en la entidad la persona inmigrante/refugiada, en el momento actual, en la sede de Madrid:

TIEMPO DE DEDICACION A LA LABOR VOLUNTARIA

Nº personas voluntarias inmigrante/refugiados

Menos de 2 horas semanales

Entre 2-6 horas semanales

De 7-12 horas semanales

Más de 12 horas semanales (especificar)

162

15. Requisitos exigidos a todas las personas voluntarias para su incorporación a la sede de Madrid (Marque con una cruz una o varias de las opciones posibles al lado de los ítems correspondientes)

a. Edad b. Compromiso escrito c. Conocimientos o formación específica d. Especialidad profesional e. Habilidades específicas f. Tiempo de dedicación g. Otros (especificar)……………………………………….........................

16. ¿Existen requisitos específicos para la incorporación de las personas voluntarias inmigrantes/refugiados en la sede de Madrid? (Marque con una cruz una de las opciones posibles al lado del item correspondiente)

a) SI Especificar: .................................................................................... ………………….………………………………………………………

b) NO

17 ¿Dispone la entidad de estrategias específicas que faciliten la incorporación de la persona voluntaria inmigrante/refugiada en la sede de Madrid?. (Marcar con una cruz una de las opciones posibles al lado del ítem correspondiente)

a. SI Especificar: .....................................................................................................................

b. NO

18. ¿Qué puestos ocupan las personas voluntarias inmigrante/refugiada dentro de la entidad en su sede en Madrid:

PUESTO DEL VOLUNTARIO INMIGRANTE

Nº personas voluntarias inmigrante/refugiados

Responsables equipos

Técnicos

Personal de apoyo

Otros (especificar)

163

19. Las tareas que desempeña la persona inmigrante/voluntaria dentro de la entidad en su sede en Madrid: (marcar con una cruz una o varias de las opciones posibles al lado del item correspondiente)

a. son acciones puntuales, que se desarrollan con relación a un grupo o un fin concreto

b. son acciones continuadas, que no se desarrollan con relación a un grupo o fin concreto

20. Las acciones en las que participa la persona voluntaria inmigrante/refugiada dentro de la entidad en su sede en Madrid: (marcar con una cruz una o varias de las opciones posibles al lado del item correspondiente)

a. son acciones que se dirigen exclusivamente a la población inmigrante/refugiada b. a cualquiera de las acciones que se desarrollan con relación al objeto general de

actuación de la entidad, más allá de las acciones dirigidas con exclusividad a la población inmigrante/refugiada.

MUCHAS GRACIAS POR EL TIEMPO DEDICADO A ESTE CUESTIONARIO. LE ROGAMOS QUE CUANDO LO HAYA CUMPLIMENTADO NOS LOS ENVÍE A LA SIGUIENTE DIRECCIÓN DE CORREO:

[email protected]

EN FECHAS PROXIMAS ES POSIBLE QUE NOS PONGAMOS EN COMUICACIÓN CON USTED CON OBJETO DE SOLICITAR SU COLABORACIÓN PARA SOLICITAR QUE NOS FACILITE EL CONTACTO CON PERSONAS INMIGRANTES/REFUGIADAS QUE DESARROLLEN LABORES VOLUNTARIAS EN SU ENTIDAD.

SI NO DESEA QUE SE LLEVE A CABO ESTE CONTACTO, POR FAVOR, INDIQUENOSLO A CONTINUACIÓN.

SI………. NO……….

SI DESEA ALGUNA ACLARACION RESPECTO A LA INVESTIGACIÓN QUE SE ESTÁ LLEVANDO A CABO, ROGAMOS SE PONGA CONTACTO CON NOSOTROS EN EL CORREO ELECTRONICO SIGUIENTE:

[email protected]

ESTAREMOS ENCANTADOS DE ATENDERLE. GRACIAS.

CEAR MADRID - C/ Noviciado, 5 – Izq. - 28015 Madrid

www.cear.es

164

D) Ficha de seguimiento telefónico

Al llamar PREGUNTAR POR EL RESPONSABLE DE VOLUNTARIADO DE LA ENTIDAD EXPLICAR MOTIVO DE LA LLAMADA

Entidad: Persona de contacto:

Rec Recibido el cuestionario: SI (preguntar si lo han DEVUELTO cumplimentado): si * no - Comentarle que comprobaremos la recepción

NO (Confirmar email a donde enviarlo) : ____________________________ * Tratar de comprometerles a que nos lo envíen en el plazo de una semana ¿Cuándo nos lo enviarán? _______________________ Indicar que se volverá a llamar si no se recibe en el plazo indicado. Si nos dice que no tiene voluntarios INMIGRANTES insistir en que nos lo manden respondiendo a las preguntas: 1,2,3,15, 16, 17

165

E) Guión de entrevista a entidades (Responsables de voluntariado) Agradecimiento Breve introducción de la investigación y explicar el objetivo de esta entrevista. Solicitud para la grabación Garantía de confidencialidad BLOQUE 1: Historia de la incorporación del Voluntariado de origen extranjero en la Entidad � ¿Desde cuándo cuenta la entidad con voluntariado de origen extranjero? � ¿Cómo surgió esta participación?

Rastrear: � si respondió a una decisión predeterminada por parte de la entidad

• Rastrear cuáles fueron los motivos para tomar la decisión. • Rastrear si se puso en marcha alguna estrategia, o qué se

hizo para captar voluntariado extranjero. � se produjo de forma espontánea, ¿cómo fue?

BLOQUE 2: Acceso a la entidad social de los voluntarios y su participación en la misma. CAPTACIÓN � ¿Cómo se produce la captación de personas voluntarias de origen extranjero?

o Rastrear si hay diferencias en relación al resto de voluntarios y voluntarias

� ¿Qué mecanismos (explorar las vías) posee la entidad para darse a conocer entre los potenciales voluntarios?

� ¿Cómo se lleva a cabo el proceso de selección de las personas extranjeras que quieren ser voluntarias en vuestra entidad?

o Rastrear si se buscan perfiles específicos � ¿Existe algún requisito para ser voluntario de la entidad? ¿Cuáles son? ACOGIDA � ¿Cómo se lleva a cabo la incorporación y acogida de las personas voluntarias

de origen extranjero? � ¿Cuál es el compromiso que adquieren los voluntarios con la entidad? ¿Se

formaliza de algún modo? o Rastrear si es igual que con el resto de voluntarios

166

� ¿Existen itinerarios establecidos para la incorporación de voluntarios en la entidad? ¿Cómo son estos itinerarios? ¿Qué elementos incorporan?

o Rastrear si es igual que con el resto de voluntarios

BLOQUE 3: Perfil, intereses y expectativas de los voluntarios migrantes

� ¿Cuál es el perfil de los voluntarios migrantes de vuestra entidad? (Estudios, género, edad, clase social, tiempo de estancia en España, con experiencia previa o no como voluntarios o profesional, etc)

� ¿Por qué crees que las personas de origen extranjero se hacen voluntarias de

vuestra entidad?

� ¿Cuál es la duración media del compromiso de vuestros voluntarios migrantes? ¿Existe alguna diferencia en este sentido respecto al resto del voluntariado?

� ¿Crees que las expectativas originarias de los voluntarios migrantes se ven

satisfechas? ¿Qué crees que aporta a los voluntarios el paso por vuestra entidad?

BLOQUE 4: El voluntariado en la entidad y su nivel de participación.

� ¿Qué tareas desempeñan mayoritariamente los voluntarios migrantes dentro de la entidad?

o Rastrear: continuidad de la tarea, y a qué colectivo va dirigido o Rastrear si llevan a cabo tareas de responsabilidad y en qué espacios

participan � ¿Cómo se determina la tarea que va a desempeñar el voluntario?

o Rastrear si lo decide libremente el voluntario o si lo impone la entidad y ver en función de qué criterio

� ¿En qué espacios de la entidad pueden participar los voluntarios migrantes?

¿Existen espacios en los que los voluntarios migrantes no podrían participar aunque quisieran?

167

� ¿Participan los voluntarios migrantes en la toma de decisiones de la organización y a través de qué órganos?

o Rastrear si los voluntarios tienen representatividad en los órganos decisión:

� ¿Cuántos voluntarios migrantes hay desempeñando puestos de responsabilidad o decisión?

o Explorar: si existe alguna relación entre el perfil del voluntario migrante y su posibilidad de participar en determinados aspectos de la organización

• Si la respuesta es positiva:

o ¿En qué tipo de decisiones de la entidad participan los voluntarios migrantes?

o ¿Con qué canales cuentan los voluntarios para participar en la toma de decisiones importantes o estratégicas de la entidad?

• ¿Cuántos voluntarios inmigrantes tenéis en puestos de dirección o

coordinando equipos de trabajo? o Rastrear si son accesibles los puestos de decisión de la

organización para las personas voluntarias migrantes

� ¿Cuáles son los procedimientos utilizados para dar a conocer el funcionamiento de la entidad a los voluntarios migrantes? De su organización, de sus objetivos, de sus proyectos, de sus espacios de toma de decisiones y participación...

� ¿Crees que la organización informa suficientemente a sus voluntarios y

voluntarias sobre todo lo que ocurre en la misma? BLOQUE 5: Expectativas de la entidad en relación a sus voluntarios.

� ¿Qué expectativas ha depositado la entidad en sus voluntarios migrantes? � ¿Han variado las expectativas de la entidad con respecto a sus voluntarios

migrantes a lo largo del tiempo?

� ¿Se podría mejorar el nivel de implicación y de participación de los voluntarios migrantes en la entidad? ¿Cómo?

168

BLOQUE 6: Valoración del voluntario migrante para la entidad y gestión del mismo

� ¿Qué crees que aporta el fenómeno de la inmigración al voluntariado de

tu entidad? � ¿Qué aportan en concreto los voluntarios inmigrantes que tenéis en

vuestra organización?

� ¿Qué cambios y adaptaciones se han producido en la entidad con la incorporación de voluntarios migrantes?

o Rastrear las principales características en la gestión del voluntariado de origen extranjero

o Rastrear si existe alguna política de gestión de la diversidad dentro de la organización

� ¿Qué valoración hacéis como entidad de la participación del voluntario

migrante?

169

F) Guión de entrevistas a voluntarios de origen extranjero.

170

G) Transcripción y Análisis de las entrevistas realizadas a personas voluntarias inmigrantes

Con el fin de salvaguardar el anonimato de las personas entrevistadas los nombres que

aparecen en las transcripciones de las entrevistas son ficticios.

Entrevista 1.

Mujer. 59 años. País de origen: Bolivia. Estudios superiores. Viuda. Dos hijos. Nivel

socioeconómico: medio. 44 años de estancia en España. Área de actuación

de la entidad: Inmigración/asilo. Derechos Humanos. Nombre de la entidad:

Entidad A. Nombre de la entrevistada: Marta.

Marta llegó a España hace 44 años, con objeto de completar sus estudios en

Derecho. Su madre había fallecido y su padre decidió enviar a ella y sus

hermanos fuera del país. Durante un tiempo estuvo residiendo en un colegio

mayor. Posteriormente conoció a su marido, con el que se casó y tuvo dos

hijos, si bien enviudó hace 20 años. Durante su estancia en España ha trabajo

por períodos de tiempo breves, ejerciendo como abogado, si bien ha

mantenido una posición económica estable gracias a la pensión de viudedad.

Inicialmente se planteó el regreso a su tierra pero una vez murió su padre no

contempló ya esta posibilidad. Actualmente regresa por períodos cortos a

Bolivia, cada 7-8 años con objeto de visitar a sus amigos, puesto que allí no

tiene familia.

El relato de su historia personal de llegada a España y residencia en este país

es sentida por ella como “muy tranquila”, debido a la pronta legalización de su

situación con la rápida adquisición de la nacionalidad española.

171

“Una historia muy tranquila, nadie me puso la más mínima pega para un papel.

En un primer momento cuando vienes siempre tienes la ilusión de volver a tu

tierra. Mi madre había muerto…Luego te enamoras, te casas…Me habían

dado la nacionalidad por el artículo 33, porque todavía no estaba la ley ésta

por la que había que optar ni nada… Yo no he jurado nada, a mi me han

dado el carnet… me han dado el pasaporte…te quiero decir que si soy

inmigrante pero mi situación ha sido muy tranquila”

La incorporación a la entidad voluntaria

Su incorporación al voluntariado se sitúa “mucho tiempo después de llegar a

España”, si bien aparece en el discurso una referencia previa a su juventud en

Bolivia, momento en el cual realizó actividades que no explicita claramente en

el seno de su formación religiosa. La familia aparece como un elemento

importante, aludiéndose a ésta en cuanto a la interiorización de determinados

valores que le han empujado a la actividad voluntaria y al tiempo retrasando

su incorporación a éste por el cuidado de sus hijos hasta que “fueron

mayores”. En su abandono temporal del voluntariado aparece nuevamente

un acontecimiento familiar: el nacimiento y cuidado de su nieta, del que ella

se siente responsable.

“Antes de venir a España, no, hombre si, en el colegio, en Bolivia, y en el

colegio tenías cosas de voluntariado y eso… que ibas un poco a catequesis, a

cosas de esas… pero vamos, te quiero decir… quizás un poco has vivido en la

familia, un poco el pensar en los demás ¿no?… Eso sí lo tenías de familia… pero

esto no…hasta aquí no, incluso hasta mucho tiempo después de estar en

172

España… ya cuando mis hijos fueron mayores, incluso ya comencé en el

voluntariado”

“…Que de momento no voy a seguir (en la actividad voluntaria)… pues

porque tengo una nieta maravillosa y la tengo que cuidar…Esto no quita que

cuando la gorda que tengo tenga más años, vuelva a cogerlo…”

Su contacto con la entidad A se sitúa temporalmente hace “7 u 8 años”,

jugando un papel importante las redes informales a este respecto que dieron a

salida a una “búsqueda” personal de “hacer algo” que Marta pareciera haber

iniciado previamente. Su aproximación inicial es sentida como “probar” y

entrar en un “mundo” desconocido, que sin embargo, la “enganchó”. Este

desconocimiento tiene una doble vertiente: su carencia de experiencia previa

en el voluntariado y la falta de acceso, en esos momentos, a medios de

comunicación electrónicos, que, a su juicio, constituyen un recurso en la

actualidad para conocer las entidades donde se pueden llevar a cabo

actividades voluntarias.

“La primera organización con la que tuve contacto fue la entidad A, entre

otras cosas porque la presidenta de entonces era muy amiga de mi hermana,

y entonces me dijo ¿Por qué no pruebas aquí? Porque estaba yo buscando un

poco…Ahora la verdad es que te metes en la red y tienes todos los

voluntariados del mundo pero yo no conocía mucho ese mundo[...]Entonces

fui a la entidad A, me gustó mucho la idea, la verdad es que me enganché a

ese mundo…y llevo 7 u 8 años…”.

En este recibimiento por la entidad priman los discursos en torno a la visión y

misión de ésta, así como aquellos relativos a su funcionamiento interno. Las

173

expectativas referentes a lo que se “puede esperar de la entidad” aparecen,

de acuerdo al relato de Marta, explicitadas en este primer momento. Esta

información se torna relevante para ella en la medida en que coinciden con

su imaginario previo en torno al voluntariado.

“En esto lo que te dan… primero una idea de lo que es la entidad, a que

aspira, de lo que es, de su organigrama, de… las… de los distintos

departamentos que tiene… que es lo que puedes esperar tú de la entidad A,

tal y cual …”

La formación y la tarea

La formación adquiere un papel relevante desde el primer momento en que

inició su actividad en el marco de la entidad, circunscribiéndose al área de

actuación de la misma y ampliándose posteriormente a razón de la tarea que

va desempeñando. Marta caracteriza ésta como “buena”, si bien insuficiente

con relación a las actividades que desarrollará, debiendo autoformarse a lo

largo de su trayectoria para ejecutar de forma efectiva éstas.

“Te dan un…un comprimido de asilo que es, como digamos, el top de la

entidad A. Vamos realmente la parte de las organizaciones que están

específicamente especializadas en asilo… Y entonces te dan un poco lo que

es asilo, te dan casos, te cuentan un poco los pasos a seguir, en fin… frontera,

territorio… Te dan una idea bastante buena de lo que es el asilo. La formación

no es mala, es buena… A lo largo del año hay distintos cursos… y ahí te van

poniendo al día de menores, extranjería…”

“La entidad me formó para lo que es el asilo. Eso sí, para lo demás me tuve

174

que buscar un poco la vida…viendo la legislación y yo que sé…”

Su capital cultural se torna fundamental en las tareas a las cuales se le

adscribe desde un primer momento, enmarcadas en el campo jurídico y

administrativo. Esta formación, si bien es explicitada en el discurso en tanto una

“renta” que te permite el desempeño de determinadas actividades, debe

acompañarse de una demostración de la capacitación para su desarrollo,

equiparando la actividad voluntaria a un “trabajo” que debe realizarse “bien”

y ser de este modo valorado por la propia entidad, como si de un período de

pruebas laboral se tratara.

“Lo que pasa es que, vamos a ver, primero la formación que tienes, hay que

rentabilizarla y segundo pues porque… al cabo de… de un par de meses, 3

meses… más o menos en que ven que trabajas bien,… pues, como necesitan

alguien que eche una mano, te dan las responsabilidades que puedes asumir

como voluntaria dentro de tu tiempo…”

Tiempo y compromiso

El compromiso con la entidad se inserta inicialmente en el orden del tiempo

mínimo de dedicación a la actividad voluntaria, no explicitándose ningún otro

requerimiento al respecto. Marta comparte esta limitación de tiempo desde la

comparación con la actividad laboral, separando discursivamente trabajo de

voluntariado. No obstante, su propia práctica se distancia del compromiso

adquirido inicialmente, motivada por la adscripción a determinadas tareas

que para Marta requerían un seguimiento prácticamente diario. La noción de

“gastar muchas horas de mi vida” aparece ahora en el discurso, evidenciando

175

una dimensión negativa del compromiso adquirido con la propia entidad, que

pareciera atravesar la barrera del tiempo dedicado a su “vida personal” que

en ningún caso puede quedar supeditada a la actividad voluntaria, aunque sí

pueda serlo en el marco de un trabajo remunerado.

“La filosofía de la entidad A es que vayas como mínimo uno o dos días…que

cuando tú vas y te metes en el voluntariado te dicen que vamos, mínimo, dos

días y un máximo pues también… porque no es un sustitutivo de un trabajo,

que tú también tengas tu vida personal”

“He gastado muchas horas de mi vida….Revisaba todas las mañanas un

poquito el email por si había algún tema urgente…”

El tiempo aparece también como un límite fundamental que condiciona las

actividades a desempeñar: en la medida en que éstas requieren una

dedicación diaria presencial, son asumidas por personal contratado.

“Y… entonces ya estuve….de…..de…. encargada de menores de…de…

Madrid… como voluntaria. […] Entonces empezamos a echar a andar el

equipo de menores de Madrid…Pero hay un problema: el voluntario va dos

días a la semana. Cuando echas a andar un equipo no puedes hacerlo de

forma que puedas ir sólo dos días…Entonces el que se hizo cargo del equipo

de Madrid, el que yo llevaba, fue otro chico que era un contratado….”

Traspasar la barrera del tiempo que Marta considera debe estar asociado a la

actividad de voluntariado acontece, en ciertas ocasiones, bajo la óptica de

un propósito concreto: acceder a una plaza de trabajo remunerado en el

seno de la entidad A. El “quedarse más tiempo” pareciera ser entonces una

estrategia efectiva que puede desplegar aquel voluntario que, con mayor

176

“ambición”, persigue un desempeño laboral concreto.

“Paco, que estaba de los servicios jurídicos…Ese entró conmigo… hicimos el

cursillo de voluntariado juntos…y tal. Pues él tenía, supongo, que más

ambición, entonces…. Es un chico joven… Empezó a quedarse más, de dos

días se quedaba cuatro… Te quiero decir… pues al final pues oye… sacaron

una plaza… le contrataron…”

La participación en el marco de la entidad

La capacidad del voluntariado de emerger como una fuerza con capacidad

de decisión y participación en el marco de la entidad no se garantiza con la

institucionalización de figuras de representación, siendo preciso dotarla de los

medios necesarios para que ésta se torne efectiva. En el discurso de Marta son

varios los factores claves al respecto: por un lado la posibilidad de participar

con voz y voto en el espacio democrático que se presupone, a la luz del

discurso de la propia entidad, existe en el seno de ésta. Por otro, el

establecimiento de canales de comunicación permanentes que permitan

“salvar” la barrera de la separación temporal del voluntario derivada de su

dedicación en horas y días concretos. Cuando ambos aspectos quedan

reducidos a su mínima expresión, el discurso se matiza con tintes autoritarios,

emergiendo un espacio de conflicto coloreado de figuras retóricas.

“Ahora el representante del voluntariado ya no participa en nada. Es sólo de

Madrid, no a nivel nacional, ya no vota y no le hacen ni pito caso. Este pobre

se está planteando también… por lo menos dejar de ser representante porque

no representa nada… No le han facilitado ni los email nuestros…Dime a mí

177

porqué…No tienen porque callarlo. Si es un señor al que hemos elegido…

Nosotros le hemos facilitado nuestros emails pero ya te digo… Es un colectivo

muy difícil porque normalmente cada uno coincide en días y horarios distintos,

con lo cual entre nosotros apenas nos vemos, nos conocemos de oídas

muchas veces, pero físicamente no nos hemos visto.”

La dificultad para ejercer una participación efectiva aparece como una

manifestación evidente de la disonancia entre la práctica y el discurso en

torno al voluntariado que acontecen en el marco de la entidad voluntaria,

disonancia que es confirmada según Marta por el desinterés mostrado por la

organización con relación al mantenimiento de figuras esenciales para la

coordinación de la labor voluntaria. Ambos argumentos se esgrimen en un

discurso crítico, donde la reciprocidad aparece explícitamente reinterpretada

a partir de un intercambio que, dada su imposibilidad de acontecer en

términos económicos, debe buscar modos de devolución alternativos, de

índole material y simbólica.

“Cero patatero, aunque que digan que contamos mucho, te digo yo que

cero patatero…Bueno te voy a dar una anécdota… Porque vamos a llevarlo al

tema de la anécdota…Hará como cosa de un año nos quedamos sin

coordinador de voluntarios, puesto por la entidad A, pero que coordina los

voluntarios…Coordina si tienes algún problema, si no apareces te llama… En

fin, se interesa un poco por tus tema […] Organiza todos los encuentros, todas

estas historias de voluntariado…Hace año y pico dijeron que no había dinero y

entonces, lo quitaron…”

“Somos muchos y coincidimos poco… especialmente por espacio….porque no

178

hay ordenadores para todos… Porque, claro, había un ordenador perdido

para los voluntarios… Entonces tampoco es que haya muchos medios… Ni

espacios de reunión ni nada. Cero patatero. Alguna vez han intentado,

cuando le ha venido bien a la dirección…convocar una reunión para los

voluntarios. Y a la primera fuimos todos… Salimos encantados… Buenas

palabras, reconocían la labor del voluntariado… Nos sentimos gratificados…

Porque vimos que éramos importantes los voluntarios… Pero cuando los hechos

nos demostraron que nada, que no era cierto, pues la próxima vez que

quisieron… Pues no fue nadie.”

Transmutada la reciprocidad en un intercambio unidireccional carente de

reconocimiento, la desmotivación se hace presente en el discurso de Ana. La

actividad voluntaria se percibe ubicada en un nivel inferior que el trabajo

remunerado, por el propio altruismo inherente que se le supone,

condicionando su valor en un mercado que no entiende más que el lenguaje

monetario. Pero, al mismo tiempo, se sitúa en una disposición pareja en el

orden de la importancia de las tareas realizadas. El agradecimiento es la

moneda de cambio cuando no hay lugar para un intercambio económico.

“Realmente yo no sé si volvería a hacerlo porque realmente yo lo del

voluntariado… yo no sé… digo…No es apreciado porque no cuesta, porque

vale poco dinero…Y es una mano de obra barata, vamos a decir, que al ser

gratuita ni agradecida ni pagada. Y eso no me parece bien. Y eso es lo que yo

ya últimamente vengo detectando en la entidad A… porque yo ya no, les he

dicho que lo siento pero no voy a seguir”.

La motivación instrumental emerge en su relación mutua con el mercado

179

laboral en una triple vertiente: por un lado la actividad voluntaria constituye

un modo “lícito” de insertarse en una entidad concreta con el propósito último

de ser contratado por ésta; por otro provee de experiencia práctica que será

utilizada por el voluntario en su incorporación a una futura actividad laboral

fuera de la entidad; en tercer lugar, aparece una clara limitación temporal a

la propia tarea voluntaria marcada por la prioridad otorgada al trabajo en su

valor asociado a la satisfacción de necesidades básicas. La continuidad en el

tiempo dentro del voluntariado queda supeditada a los requerimientos del

mercado laboral, siendo factible su prolongación sólo para aquellos que

“tienen solucionada su vida” en una doble dimensión: estabilidad económica

y situación familiar concreta.

“Mucha gente va al voluntariado un poco pensando en que va a abrir

también un tema laboral, que es muy lícito… Y, vamos, te quiero decir que no

tiene nada de malo que la gente intente también abrirse camino allí. Mucha

gente joven cuando va al voluntariado pues intenta buscar una vía laboral,

tener una experiencia por lo menos y entonces obviamente en cuanto le sale

el trabajo, se va. Y además es muy loable porque, oye, todos tenemos que

comer. Todos tenemos que buscarnos nuestro futuro… Y entonces había como

dos o tres vetustos, como yo los llamo, que como ya tienen solucionada tu

vida, yo soy viuda, con dos hijos mayores y tengo una pensión […] pues esos

somos los que continuamos. Hay mucha movilidad, muchísima, por esto que te

digo “

“[…] Pocos somos los que perseveramos. Te digo, que una de las causas más

importantes, para mi gusto, es el tema laboral…”

180

Las expectativas de futuro se insertan en el marco de un conjunto de

representaciones donde se pretende que primen en el discurso las

motivaciones altruistas, si bien éstas se ubican en el plano de la experiencia

previa, connotándolas de un cierto realismo producto de su trayectoria en el

voluntariado.

“Mis amistades me decían, pero bueno ¿tú eres tonta?¿cómo vas?. Mira que

pegarte esos madrugones… Pero yo decía que no, que a mí la entidad A me

daba más que yo a ella… Lo que pasa es que ya llega un momento… que

cuando van pasando muchas cosas seguidas es momento por lo menos para

plantearte tomar un respiro… Luego ya veremos, el kit-kat será un kit-kat o no…

Me gusta el trabajo, el trabajo que hemos hecho…contenta con muchas

cosas que se han logrado. En fin, todo eso es muy…. Todo esto me remunera

más que otra cosa…”

Entrevista 2.

Hombre. 19 años. País de origen: Ecuador. Estudiante de Ciclo formativo.

Soltero. Sin hijos. Nivel socioeconómico: medio-bajo. 5 años de estancia en

España. Área de actuación de la entidad: Juventud, infancia, mujer, ocio y

tiempo libre, educación y participación ciudadana. Nombre de la entidad:

entidad B. Nombre del entrevistado: Pedro.

Pedro llegó a España con 15 años, tras un proceso de reagrupación familiar.

Mantiene un contacto regular con su país de origen, donde todavía conserva

familiares y amigos. Inicialmente residió en el barrio donde se halla una de las

sedes de la organización voluntaria en la que actualmente se encuentra

181

integrado. Tiempo después cambió de domicilio.

Incorporación a la entidad voluntaria

Su trayectoria dentro del voluntariado comenzó en España, un año después

de trasladarse a este país. Su incorporación a la entidad se realiza a través de

redes informales y de la mano de la práctica del baloncesto. El relato de su

acercamiento a la organización adopta un tinte “casual”, donde no se

verbaliza explícitamente un interés previo por desarrollar esta actividad

deportiva ni por llevar a cabo las tareas de voluntariado que pasará a ejecutar

un año después. En la transición de la figura de “jugador” a la de “voluntario-

entrenador” se solapan el reconocimiento favorable por parte de

representantes de la entidad a un desempeño “casual” de actividades propias

del voluntariado y su valoración positiva al respecto, verbalizada en tanto

“gusto” por la tarea. Llama la atención la utilización del término “fichar” para

referirse a su incorporación a la entidad voluntaria, en tanto símil de la propia

práctica deportiva.

“Empezó… a ver… más o menos al año de que llegó yo aquí a España. Yo

llegué aquí, a España con 14 años. ¿Vale? 13 o 14 más o menos. Y llegué al

barrio X (barrio en el centro de Madrid) y ya nada, me pilló, una señora por ahí,

bueno, los típicos contacto de madre… que conoce a tal y tal… Bueno y me

dijo ¿oye no te gustaría jugar al baloncesto?[...]Bueno, nunca había jugado en

mi vida, pero dije, pues sí, si hay que jugar se juega”

“Fue un día que estaba yo… jugaba ¿vale […] y había chavales entrenando y

tal y… y un amigo mío, que estaba allí entrenando… me dijo “Oye, ponte aquí

182

un momento con los chavales, que me tengo que ir”. Y dije “¡joder!, pues me

voy a poner yo aquí y les miro yo solo”… Luego, me gustó esto, pues, de correr

y poco y tal …y, vamos, y me ficharon, quien dice, las jefas, que es (nombre de

la jefa) y otra coordinadora que estaba en ese momento… Y al día siguiente

pues me dijeron, “Oye, muy bien… ¿te apetece entrenar y tal? Y dije “sí, sí, me

gusta entrenar ¿sabes? Y, bueno, así empezó. Fue un poco de causalidad….Yo

no me había planteado en mi casa, venga, voy a ser voluntario… entrenador.”

Su paso de “usuario” a “voluntario-entrenador” no se acompaña de un mayor

conocimiento por parte de Pedro de la propia entidad, en cuanto a su visión,

misión, organigrama y actividades que realiza. A pesar de ocupar un lugar

ahora diferenciado, éste es similar a aquel que existía previamente, quedando

circunscrito en exclusiva a la actividad deportiva a la cual se incorpora como

voluntario. El proceso de apropiación de esta información aparece en el

discurso como progresivo y autoguiado, ligado a la experiencia, sin un sustento

externo evidente, y sin una urgencia, al menos manifiesta, del mismo.

“Yo cuando empecé a jugar… cuando empecé como usuario, no sabía que

tenía, como por ejemplo, apoyo familiar, apoyo escolar…Yo pensaba que solo

era pues, eso, que hacía equipos de baloncesto y ya está… luego poco a

poco cuando empecé ya como entrenador… pues fui ya conociendo el

mundo éste, del apoyo escolar, el apoyo a las familias… pues eso, un poco lo

que es más la ayuda a familias…a los que lo necesitan ¿sabes?[...]Entonces fue

ahí fui conociendo un poco mejor lo que hace….además de fomentar el

deporte… Y luego, a los dos o tres años, ya vas cogiendo experiencia… estás

en una organización y entonces ya, es como empiezas a enterarte de cómo

183

va… no sabía el tema administrativo ¿sabes? Ahora ya estoy un poco más

enterado ¡sabes? Al principio, era, simplemente ¡ah, mira! Soy voluntario…

estoy entrenando y ya está. No sabía quien… el orden, la organización y ahora

estoy ya más enterado…

Tiempo y compromiso

El compromiso inicial se circunscribe en exclusiva a un tiempo de dedicación a

la labor de entrenamiento. No obstante se trata, a priori, de una relación

reversible en cualquier momento, sin condiciones por parte de la entidad.

“El compromiso fue poco…. O sea fue, el compromiso era, pues eso, ir dos días

a la semana a entrenar a los chavales […] Pero vamos que siempre me han,

siempre me han ¿sabes? Siempre he tenido ese margen de decir: hasta aquí…

O, un día no me apetece, pues me voy ¿sabes? Es decir, nunca he estado

condicionado por nadie ¿sabes? Siempre ha sido pues un poco eso”

El tiempo de dedicación inicial se va incrementado progresivamente en virtud

de las diferentes tareas que va desarrollando a lo largo de su trayectoria por la

entidad. Si bien en sus comienzos éstas quedaban circunscritas a la ejecución

práctica de la tarea de entrenamiento, la organización y planificación de la

actividad deportiva, que se suman posteriormente, requieren espacios

temporales adicionales. El tiempo emerge de nuevo como límite en el

desempeño de la actividad voluntaria que queda supeditada al proyecto de

vida propio, a lo que “quiere ser” y a lo que se “quiere dedicar”. Su propósito

de desvinculación con el mundo social en sus planes profesionales futuros no

permite que el tiempo adicional que requiere en la actualidad el voluntariado

184

emerja como un recurso en aras de su inserción en el mercado laboral. La

intención de continuar en la actividad voluntaria pasa entonces por la

búsqueda de nuevos espacios que permitan compatibilizar ésta con el tiempo

que Pedro estima necesario para poder alcanzar sus metas profesionales

futuras.

“[...] El primer año fui segundo entrenador…Estuve ahí… pues, eso,

aprendiendo un poco[…] Luego, el segundo año, me cambiaron

inmediatamente a primer entrenador […]. Pero claro, ya son más

responsabilidades, o sea, ya no era sólo ir dos veces a la semana y ya

está…era ir dos veces a la semana, ir a los partidos, hacer reuniones de

entrenadores, hacer una planificación… hacer una hoja de quien viene, quien

no viene….era un poco, ya, ¿sabes? ya más serio.

“Debido a lo que quiero ser, a lo que me quiero dedicar… a mi formación,

lamentablemente el año que viene tendré que dejar este voluntariado […]

Tendré que dejarlo… Pero me estoy informando… Es más la semana pasada

me estuve informando de voluntariado que se hacen los fines de semana en

hospitales, para niños con cáncer y tal… que son pocas horas ¿sabes?[...] y

me daría mucho más tiempo”

“No me gustaría dejar de ser voluntario porque el año que viene deje la

asociación… A ver si encuentro algo para ser voluntario sin que me quite

tiempo… porque no me quiero dedicar al mundo social ¿sabes?”

La Formación y la Tarea

La tarea de entrenar es reinterpretada por Pedro desde su propia

185

representación del deporte como un recurso clave en la adquisición de

valores y comportamientos que, implícitos en la práctica deportiva, son

instrumentalizados en un proyecto más amplio: enseñar a ser personas.

“Enseñar a ser personas” es su verdadero compromiso y donde reside la base

de su responsabilidad. Responsabilidad que pasa por la puesta en práctica de

una serie de estrategias destinadas a la incorporación en los “chavales” de

principios básicos para la convivencia. El equipo de baloncesto se asemeja al

cuerpo social, donde los diferentes miembros deben desarrollar tareas

orientadas a un fin común, asumiendo una serie de normas y responsabilidades

y haciendo gala de una serie de habilidades sociales y valores que él entiende

como básicos para la consecución de dicho fin.

“[…] aparte de entrenar… o sea… aparte de…de enseñarles cosas deportivas,

les estás enseñando a ser chavales, a ser personas ¿sabes? No sólo vas a ahí…

venga, a correr un poco y tirar a canasta… le estás enseñando pues…

educación ¿sabes?.”

”Para los chavales lo más importante es, pues, no sé… por ejemplo, al principio

pones unas normas ¿sabes? Que sean conscientes de esas normas y luego,

pues, que respeten esas normas… les explicas, ¿sabes? Tienes una reunión con

ellos previa…o con ellas… tienes una reunión previa y les explicas…. Pues,

venga, vamos a ver… lo fundamental es el respeto, la escucha, el… el llevarse

bien con tus compañeros… y, yo que sé. […] Que son un equipo y que el

equipo pues si está bien, está bien, y si está mal, pues está mal todo el equipo

¿sabes? … Y como una persona puede afectar al equipo… Es como una

persona grande el equipo y entonces tienen todos que aportar para que esa

186

persona crezca…”

Su experiencia previa como “jugador” desempeña un papel protagonista en

la génesis de esta representación en torno a la práctica deportiva.

“Sí, el deporte es algo muy importante, y hacer deporte es hacer grupo y

cuando se hace grupo, pues es mejor, pues hay más comunicación, los

chavales asumen responsabilidades…Yo cuando era jugador lo sentí así … Y

ser jugador y ahora entrenador es… Esa combinación está muy bien… pues te

das cuenta de lo que puede afectar a los chavales y…eso ayuda más a la

hora de ser entrenador….”

La formación proporcionada por la entidad parece, en un primer momento,

otorgar un papel relevante a la enseñanza, no sólo de aspectos técnicos

asociados a la tarea a realizar, sino fundamentalmente de habilidades

sociales, auspiciando espacios y tiempos concretos para ello.

“La asociación antes de iniciar el curso… pues eso, todos los entrenadores nos

vamos de camping y hablamos y… y hacemos dinámicas de

grupo….Dinámicas y aprendemos para llevar a un equipo, para llevar a los

chavales… y habilidades sociales para saber tratar a los chavales…”

La relevancia que adquieren las habilidades sociales en el proyecto que

subyace al desarrollo de su tarea como voluntario, puede ser el motor que le

impulse a la búsqueda de actividades formativas fuera de la entidad que se

sitúan en esta línea.

“Últimamente hice un curso, la semana pasada… Es más hice un curso de

habilidades sociales para voluntario, que impartió el foro social de Caja

Madrid, y era gratuito… entonces me informé y estuve allí. Fueron tres días… y

187

era de gente voluntaria…”

Más allá del aspecto formal de la enseñanza, la experiencia diaria propia y

ajena se convierte en un recurso esencial para el aprendizaje. El feed-back en

torno a la tarea con los coordinadores y el bagaje con los “chavales” se

entiende como parte central de este proceso formativo.

“Vivir el día a día, aprendes de las cosas, de los errores…A lo mejor, pues eso,

tenía mi coordinador que yo, yo a lo mejor… hacía algo mal en un

entrenamiento o…o… a lo mejor mi manera de decirlo no era correcta… y mi

coordinador, pues me decía, luego, me cogía aparte y me iba diciendo “Oye,

tal y tal” y así se va aprendiendo ¿sabes?. [...] Los cursos ayudan, porque te

quedas con cosillas, pero donde más se aprende es, pues eso, estando con los

chavales…entonces decir, pues sí, es verdad, me estoy equivocando… ahí es

donde más se aprende… el día a día con ellos….

El discurso en torno al grado de participación en la entidad y la capacidad de

toma de decisión por parte del voluntariado emerge en el discurso de Pedro

como un derecho sentido pero al tiempo mediado por su propia condición de

voluntario, en función de la cual se posiciona en un lugar subordinado

respecto al personal contratado, donde sus reivindicaciones y peticiones

quedan teñidos por éste. Esta posición subordinada se entiende como

legítima, y lejos de ser objeto de crítica por parte de Pedro, se justifica a partir

de su situación personal concreta, donde la falta experiencia, la residencia

actual en un barrio alejado de la sede de la entidad y su disponibilidad

limitada se esgrimen como razones para que su “opinión” no sea tenida en

cuenta. Al tiempo estos tres elementos se ponen a favor de otros voluntarios,

188

cuya voz es escuchada y que parecieran situarse en un espacio diferente, con

mayor peso en el ámbito participativo y decisorio dentro de la entidad.

“El voluntario tiene el mismo derecho de opinar que el coordinador ¿sabes?. Lo

que pasa es que muchas veces el voluntario, por el mismo hecho de ser

voluntario, te sientes con menos derecho a pedir cosas…. Pues, entonces…

hay voluntarios que se limitan un poco a sí mismos… por vergüenza…. a pedir

cosas. Yo no me limito, yo cuando pienso algo lo digo….No es que no te

escuchen… es que a lo mejor… no hay posibilidad… de que… de que tu

opinión se valore tanto como la de una persona con más experiencia…. Los

coordinadores son los que mandan: está claro ¿sabes?. Tú puedes dar su

opinión pero luego, quizás, ¿sabes? Quizás tu opinión se guarda en un cajón…

¿sabes? [...] Es a lo mejor mi caso, porque como solo voy los fines de semana…

A lo mejor otro voluntario, pues sí… ¿sabes? En mi experiencia ha habido cosas

que me he intentado implicarme más pero ha habido limitaciones… quizás por

poca experiencia… porque no vivo en el barrio…porque todo eso influye

mucho también… Porque vivir en el barrio, estás al lado de todo… que si te

necesitan en una reunión estás ahí ¿sabes?. Vivo en otro lado… está a una

hora y puede ser que esto limite a la hora de implicarme más en… en

cuestiones de la organización ¿sabes?. Pero vamos yo creo que cuando

alguien necesita algo, opina algo, están ahí los coordinadores para escuchar y

ayudarte… para darte su opinión. Luego ya hay ciertas cosas… que se te van

de las manos. […] A lo mejor ellos saben que mi prioridad no está ahí ¿sabes?

Que mi prioridad está en los estudios y yo creo que ellos saben que mi

prioridad no está ahí…Y quizás aquellos que están más ahí, que están más

189

implicados… pueden darle más importancia a su opinión ¿sabes?. Hay

voluntarios con más o menos peso ¿sabes? depende de lo que tú te quieras

implicar….¿sabes?”

“La verdad es que me ha ayudado mucho el ser entrenador y el jugar… y ser

jugador… porque ¿sabes? ves las dos partes… ves la parte de usuario y la

parte de entrenador, de monitor, de ser…. Del que ayuda, del voluntario….

Entonces yo creo que ello son conscientes de eso y entonces al principio de

temporada, pues no se dan cuenta y ya al final de temporada… como que

dicen… Pues dicen, mira, pues sí, que hemos aportado… y cada uno se siente

protagonista del equipo… porque cada uno tiene su función, su rol….A lo

mejor hay uno que es el que más curra… hay uno que es el que más escucha.

Y se les dice para que sean consciente de ellos… y luego en casa ¿sabes?”

Motivación

La motivación para ejercer su actividad como voluntario se sitúa en Pedro en

el ámbito de las motivaciones expresivas, resaltando el específicamente el

“crecimiento personal” y la articulación de nuevas redes sociales. “Sentirse

parte de un grupo” aparece como un elemento relevante en un discurso que

hace uso de figuras retóricas que permiten equiparar esta sensación con

aquella propia del “estar como en casa”. Esta motivación presenta, al tiempo,

una dimensión de “ayuda” cuyo destinatario son los “chavales” a los cuales

entrena.

“La experiencia, amistades… cada día conoces gente nueva…no todos los

días conoces gente nueva….pero cada año te vas quedando con parte de

190

cada gente ¿sabes? Te quedas con alguien, te haces más amigo de alguien y

eso… eso me aporta cosas… aunque no sea dinero pero te aporta cosas…

¿sabes, para tu persona, vas creciendo como persona […] Y también el

sentirte parte de un grupo… ¿sabes? Sentirte parte de un grupo también te

motiva […] Lo más bonito que me ha pasado es ver a un chaval que mete a

una canasta y te mira como si hubiera metido la mejor canasta del mundo….

Te mira. Estás ayudando a una persona…. Y te mira a ti… Eso es lo más bonito

[…] Eso es lo que me aporta, sentirme bien”

“Sentirme parte de un grupo es… eso es muy importante… sentirte como en tu

casa… que cuando te cabreas puedes cabrearte, que te escuchan….¿sabes?

Con esa libertad de que es mi grupo y puedo decir lo que quiera, pues me

escuchan…”

Pedro sitúa las aportaciones de la inmigración en el voluntariado en el ámbito

de la experiencia personal, recurriendo a la empatía derivada del tránsito por

situaciones que comparten ciertas semejanzas y donde adquiere especial

transcendencia la idea de “dureza” y “abandono” en sus múltiples vertientes:

afectiva, espacial, idiomática…

“Yo creo que tendría que haber más inmigrantes en el voluntariado […] Yo

creo que el que mejor ayuda es el que ha pasado… El que lo ha pasado… el

que ha pasado… el que lo ha pasado mal…[…] Si es inmigrante que ha vivido

esa dureza de dejar a tu familia, de irte a otro país desconocido donde quizás

ni siquiera sepas hablar el idioma o lo que sea… puede aportar mucho, saber

lo que siente la gente que ahora está en esa situación”

191

Entrevista 3.

Mujer. 37 años. País de origen: Bulgaria. Estudios superiores. Trabajadora en

activo. Soltera. Sin hijos. Nivel socioeconómico: medio. 11 años de estancia en

España. Área de la actuación de la entidad 1: Cooperación al desarrollo. Área

de actuación de la entidad 2: Minorías étnicas. Inmigración y asilo. Juventud.

Cooperación al desarrollo. Nombre de la entidad 1: entidad C. Nombre de la

entidad 2: entidad D. Nombre del entrevistado: Elvira.

Elvira llegó a España hace 11 años, con objeto de cumplir sus expectativas

laborales e incrementar su nivel formativo. Vino a España sola, sin familia ni

amigos, así como sin tener contactos previos españoles. En la actualidad

trabaja como ingeniera en una empresa privada con contrato estable.

Actualmente regresa por períodos cortos a Bulgaria, manteniendo contacto

continuo con familiares y amigos.

Trayectoria

Carecía de experiencia previa en el voluntariado antes de llegar a España. El

marco socio-político de Bulgaria aparece explicitado en su discurso articulado

con una noción de “igualdad” que se inserta en los aspectos materiales

considerados básicos para garantizar la supervivencia, sin que ello suponga

obviar las condiciones de “pobreza” a las cuales alude. En este marco de

“igualdad” y cobertura de necesidades básicas reside su “justificación” de la

ausencia de iniciativas voluntarias en su país, estableciendo, al tiempo, una

comparativa entre pasado y presente con la situación española y búlgara

192

actual.

“En mi país no hacía nada de esto… Yo me fui de Bulgaria en el 97…Allí los

cambios se produjeron en el 98…Y… hasta entonces éramos un país comunista

y entonces era un sistema muy diferente…simplemente no había gente tan

necesitada como para existir, no había la necesidad de algunos ayudar a

otros…Es decir, todos éramos más o menos igual de pobres…Más o menos…

como para estar necesitados…porque todo el mundo tenía trabajo. Aunque

tuviéramos pocas cosas materiales, más o menos todo el mundo tenía comida,

todo el mundo tenía ropa, todo el mundo tenía trabajo y no existía la

inseguridad de “mañana voy a tener trabajo, mañana voy a tener comida…”

Entonces era un sistema muy diferente en el que hay ahora en España, aquí y

en mi país…también”.

Las redes informales proveen el contacto con la primera de las entidades

donde va a desempeñar actividades de voluntariado a partir de finales del

año 2006. La aproximación a la labor de la entidad se establece mediada por

este primer contacto, pareciendo la información transmitida boca-a-boca

suficiente para hacerle interesarse por ella.

“Hace como dos años empecé a ir a clases de italiano y ahí conocí a una

chica que colaboraba con una organización, una ONG, que se llama entidad

C y hacen… tienen proyectos en África, en Bangladesh, en Haití… no sé

donde… Entonces esa chica me comentó un poco todo lo que hacían con

ellos y tal y a mí me pareció muy interesante…”

Es en el marco de esta primera entidad donde acontece el contacto con la

segunda, denominada entidad D, que también se establece a través de redes

193

informales.

“Entonces yo empecé a colaborar con ellos y ahí conocí a otra mujer que

daba clases de español en la entidad D…Y eran clases de español a los

africanos que empezaron hace dos años a llegar en pateras… y entonces

…era… esta mujer y su hijo que iban ahí y daban clases ellos…”

Su interés por esta segunda entidad se enraíza en una autoidentificación

parcial con los destinatarios de las prestaciones dadas por ésta, personas

inmigrantes, cuyo núcleo común reside en la experiencia del propio proceso

migratorio, pero con respecto al cual se sitúa en un espacio distinto, radicando

esta diferencia en múltiples pertenencias que se estiman no compartidas por

aquellos que proceden de “otro mundo”.

La relación directa que pareciera tener cabida en el seno de su desempeño

en esta segunda entidad es comparada con el carácter indirecto de la

actividad desarrollada en la primera, donde los aspectos materiales priman

sobre la interacción cara-a-cara a la que ella otorga especial relevancia en el

marco de su acción voluntaria.

“Entonces un día me fui a hablar con ellos, me lo estuvieron comentando que,

que era… algo como muy bonito contactar con gente que viene de otro

mundo muy diferente al nuestro y tal…(…) Y la idea ya no era solo organizar

cosas para poder reunir dinero para desarrollar algún proyecto en algún sitio

del mundo, sino que hacer algo con gente que ya esté aquí, que ellos llegan

aquí sin hablar ni una palabra, sin saber cómo funciona esta sociedad, esta

gente… ni donde… pues…puedes comprar cualquier cosa…Entonces claro,

llegan muy perdidos.”

194

“Yo llegué, bueno, yo que sé, como cualquier otro… perdida, no sabía ni

donde estaba, no hablaba español, no conocía a nadie… era un poco

como… Entonces sé que al principio puede ser muy difícil ¿no?[...](…)

Entonces, yo que sé, yo viniendo de otro país europeo… y al fin y al cabo, no

sé, teniendo una carrera universitaria, no viniendo del campo, como muchos

de ellos que vienen del campo…Entonces, si a mí me costó … me imagino

que a ellos les costará mucho más porque, claro, viniendo de sitios muy

diferentes…”

Tiempo y compromiso

El compromiso adquirido con la entidad C aparece explicitado en el discurso

en el ámbito de la tarea, siendo éste de carácter puntual y no pareciendo

revestir, a priori, las condiciones que la vinculan con la segunda de las

organizaciones, donde éste se sitúa en el ámbito del “deseo” presente por

ejercer la tarea, si bien no existe una planificación previa de la actividad

circunscrita a un proyecto de futuro concreto que contemple el tiempo

durante el cual se prolongará en esta entidad la acción voluntaria. El

compromiso aparece en el discurso articulado a partir de una “necesidad”

que se entiende como mutua: Elvira desea participar en el proyecto y la

entidad necesita voluntarios.

“Ahí participo bastante menos (entidad C), ahí lo poco que puedo hacer es si

se organiza algo pues yo…pues estar ahí…”

“Yo cuando empecé a hacer esto no firme ningún papel (en la entidad D) en

el que dije me comprometo a hacer esto…No fui así… fue como que yo tengo

195

el deseo de participar en esto… vosotros necesitáis gente que participe aquí…

No voy a pensar cuánto tiempo voy a hacer esto… No sé….Es simplemente fue

un poco empiezo y ya está y … Y luego por parte de ellos, no sé, tampoco me

han exigido…nada… Que, no sé…”

Esta necesidad, mediada en el discurso de Elvira por la carencia de

voluntarios, juega un papel importante en el tiempo que inicialmente dedicará

a la actividad voluntaria. Éste se verá reducido meses después por nuevas

incorporaciones al voluntariado. Las actividades de preparación de la tarea a

desarrollar en la entidad, aparecen sumándose a la presencialidad que

supone la ejecución de ésta y al trabajo remunerado que desempeña Elvira,

emergiendo entonces una disyunción que enmarca, por un lado, el “coste”,

en términos de cansancio, asociado a la tarea voluntaria y el carácter

“agradable” con que se representa la misma.

“Las clases, al principio, yo empecé yendo los sábados y domingos porque no

había voluntarios.. Entonces estuve creo que los primeros seis meses estuve

yendo todos los sábados y domingos…Y las clases duran como 3 horas…con

un descanso de media hora en medio…Y luego ya, como ya tenían más

gente, y la verdad es que es demasiado ir los sábados y los domingos… porque

claro trabajo de lunes a viernes y me canso un montón… porque aunque es

muy agradable también te cansa mucho (…) Y luego ya pues para preparar la

clase pues depende. Muchas veces pues lo hago los viernes por la tarde que

yo no trabajo… y llego a mi casa y me siento delante del ordenador… y

empiezo a preparar cosas, ejercicios, para luego dárselos… No sé, no te puedo

decir de forma fija las horas que dedico a la semana”

196

La formación y la tarea

Elvira no reseña ningún tipo de formación en el marco de la entidad C,

residiendo la capacitación para el desempeño de la tarea en exclusiva en el

bagaje previo personal y profesional de propio voluntario, que le sitúan en una

posición más o menos apta para la realización de la actividad en función de

las características propias de ésta.

“No me han dado formación específica (en la entidad C)…Si para desarrollar

alguno de los proyectos pues… si….yo por ejemplo yo aporto… si yo puedo

participar en un proyecto que es … que es por ejemplo, para un centro

médico… pues yo no tengo tantos conocimientos y tal, pero hay gente que

son farmacéuticos, y entonces ellos pueden participar más. En la última reunión

se habló de un proyecto, por ejemplo, de electrificar una zona de un pueblo

de Haití y ahí pues sí podía aportar mis conocimientos profesionales…”

En la entidad D la formación se circunscribe al ámbito de la tarea, proveyendo

de metodologías prácticas para poder desarrollar la actividad. El “hacer”

aparece entonces como el núcleo fundamental que orienta la enseñanza que

se considera pertinente para el ejercicio voluntario.

“Luego también, va… varias veces nos dieron algunas charlas para explicarnos

un poco…y darnos un poco una orientación y enseñarnos un poco lo que

tenemos que hacer…Porque claro, yo, clases de español, pues, sinceramente,

no había dado nunca… Y más que nada por tener una metodología…de

enseñar, de explicar…”

Junto a ello se auspician espacios y tiempos concretos donde la puesta en

197

común se configura como un elemento relevante, en aras del intercambio de

experiencias dirigidas a la organización y mejora en la ejecución de la tarea

voluntaria.

“Por un lado hacíamos reuniones y charlas… las dos cosas un poco a la

vez…Entonces, por un lado, intentábamos comentar entre todos y… no sé ver

cada uno lo que piensa y como organizar mejor las clases… en el sentido de

que, por ejemplo, el horario que viene mejor… o que temas habría que

hacer…”

Las actividades

La actividad que pareciera circunscribirse en la entidad D a la impartición de

clases de español, es reintepretada en una tarea que trasciende el aspecto

puramente teórico de ésta para sumergirse en un espacio de mayor

complejidad: la mediación. Elvira se presenta como agente dispuesta a

traducir los valores, ideas y creencias de una sociedad a la que se siente

próxima, pero de la que no se considera integrante, a aquellos que ubica en

un mundo aún más distanciado que el suyo propio. “Comprender” se

configura como un propósito esencial, una comprensión que está mediada

por la explicación de quien se sitúa en una posición intermedia entre “ambos

mundos”.

“Y lo que hacemos siempre en las clases no es solo las clases… como leer,

escribir, hablar sobre un texto o lo que sea, sino también.. un poco… si ellos

tienen una dificultad me las cuentan… hablamos… y si hay algo que no

comprenden de este mundo yo intento explicarlo… luego le cuentas lo que

198

hay en este mundo, como veis vosotros las cosas… intento hacer… como un

intercambio de ideas y conocimiento… yo creo que es más importante eso

que hablar perfectamente español… Que a lo mejor no lo van a hacer

perfectamente nunca… pero es más importante que sepan comunicarse con

la gente de aquí, que sepan hacerlo de una forma… no sé… que no sea

demasiado chocante… porque diferencias las ahí…. Porque entre mi forma

de ver el mundo, mi forma de expresarme, mi forma de pensar… y las que

tenéis vosotros, los españoles, hay diferencias… que no puedo evitar… Y hay

situaciones en las que no se puede evitar simplemente una falta de

entendimiento… ¿sabes? Ya no es por el idioma es por… porque yo por

ejemplo hablo español perfectamente y aún así me encuentro con situaciones

en las que parece que hablamos idiomas diferentes… Yo sé que a ellos les

pasa mucho más porque vienen de un mundo mucho más

diferente…Entonces, pues eso, es compartir las experiencias….”

La mediación aparece como una tarea que se enmarca en las necesidades

que estima cronológicamente cambiantes durante el desarrollo progresivo de

la actividad. Circunscrita inicialmente ésta al aspecto puramente formal de la

enseñanza del idioma, la intermediación va teniendo cada vez más cabida

cuando se estima que se alcanzado un nivel mínimo de competencia en el

idioma.

“Yo empecé en octubre de 2006…pero ellos habían empezado en el año

2005… . Fue cuando la mayoría de los barcos que llegaban… de la gente

que… Entonces todo ha ido cambiando… porque al principio había

muchísima gente que llegaba y no sabía nada porque eran recién llegados…

199

Al principio todas las clases eran… “Hola, yo soy Carmen….””Esto es blanco,

esto es negro….” Y ahora mismo hay menos gente así y que no sepa nada de

nada… Entonces ahora he ido cambiando… Está claro que yo les enseño, les

ayudo, les enseño muchas cosas… pero sobre todo les enseño a que

entiendan un mundo que para ellos es muy diferente, les ayudo a comprender

lo que no entienden…así que hablamos más, intercambiamos experiencias…

eso me parece ahora fundamental pues todos saben más o menos defenderse

en español. Me voy adaptando un poco a sus necesidades ¿sabes?”

La participación en el marco de la entidad

La participación en el marco de la entidad D se interpreta desde el hacer

conjunto y la apariencia de la falta de jerarquía, vinculada, esencialmente, al

ámbito decisorio, donde el diálogo parece primar y la colaboración se

conforma como un valor esencial en el día a día de la tarea a realizar en el

seno de la organización. La separación entre “nosotros” (voluntarios) y “ellos”

queda explícitamente abolida en el discurso que mantiene Elvira, si bien llama

la atención el uso de formas pronominales dicotómicas a las que

continuamente hace referencia en la elaboración de su discurso.

“Todo esto se hace entre todos… entre la entidad D y nosotros… No hay una

separación entre nosotros y la entidad D… Es como una colaboración entre

ellos, entre todos…Creo que está bien…”

“Todo se habla entre todos….Está claro que ellos pueden tener unas ideas…

pero es que luego las proponen y se hablan entre todos…Y del mismo modo,

los voluntarios pueden tener unas ideas y se hablan… y se toman decisiones

200

entre todos”

La metáfora de “familia” aparece como una figura retórica que evidencia las

representaciones que sostiene Elvira en torno a la relación que mantienen

voluntarios y organización.

“Al final es como una gran familia, donde están ellos, estamos

nosotros…estamos todos y… ya está”

El discurso que sostiene en torno al nivel de participación en la entidad D

contrasta con el referente a la otra organización en la que desarrolla

actividades de voluntaria, siendo en esta segundo la organización la que

propone la tarea a realizar, limitándose Elvira a la mera ejecución de la misma.

Cabría interrogarse si este grado de participación está mediado por el

compromiso que sostiene la voluntaria con la misma y que, conforme a su

discurso, reviste un carácter puntual, aunque continuado en el tiempo.

“La verdad es que tampoco participo mucho en la entidad D. Ellos me dicen lo

que tienen previsto hacer y yo lo hago… No es que tampoco se hable mucho

de lo que hay que hacer y eso…Yo, ya te digo, si hay un proyecto y creo que

puedo aportar algo, pues participo en ello, pero poco más…Tampoco es que

se hable mucho de las cosas y eso”

La Motivación

La motivación para ejercer el voluntariado aparece mediada por su propia

experiencia personal de llegada al país, que representa como un período

inicial de adaptación marcado por los sentimientos de soledad y desamparo.

La posibilidad de “ofrecer” una ayuda que ella no tuvo en esos momentos se

201

configura como un motor esencial en su aproximación al voluntariado.

“Yo llegué, bueno, yo que sé, como cualquier otro… perdida, no sabía ni

donde estaba, no hablaba español, no conocía a nadie… era un poco

como… Entonces sé que al principio puede ser muy difícil ¿no?[...] (…) Yo

cuando llegué a España en el año 97, cuando llegué aquí, bueno hasta hace

poco no sabía ni siquiera donde… que hay ONG, que hay organizaciones que

ayudan a los inmigrantes y todo lo demás… Y por un lado, por eso me sentía

muy bien, podía ayudar a alguien sabiendo que a mí nadie me ayudó…

porque yo ni siquiera sabía que alguien podía ayudar…Y…no sé, como que de

repente me sentía útil, me sentía muy feliz por poder ayudar a otras

personas…”

Las motivaciones de carácter expresivo, cubriendo sus necesidades de

comunicación y compañía, de autoestima y reciprocidad, aparecen

explicitadas en el discurso de Elvira. El contacto humano que se haya presente

en la actividad voluntaria se contrapone a la propia dinámica social del

entorno urbano y al marco laboral en el cual desarrolla su tarea profesional. La

noción de pérdida de “lo humano” y de cada uno de nosotros “como

personas” caracterizan estos contextos.

“Yo soy ingeniero… Trabajo en una ingeniería, es un trabajo bastante

estresante, es un trabajo muy bonito, si te gusta y… está muy bien… pero yo

ya… llevaba tiempo como sintiendo que necesito algo más, que mi trabajo

está bien… que todos los días tienes muchos retos y muchos problemas por

resolver… te sientes bien… pero no deja de ser un trabajo de oficina… que no

va mas allá…Yo no tengo contacto con más gente y tal. Entonces como que

202

necesitaba hacer algo por los demás… y no solo el trabajo típico de ir a

trabajar e irte a casa y ya está”

“La ciudad es como bastante estresante… como bastante agobiante… y todo

el mundo con prisas… Y al final un poco nos perdemos como personas

y…cuando conoces a estos chicos te devuelven, como, el contacto humano”

La reciprocidad aparece en su discurso vehiculizada por la ayuda que ella

proporciona y la devolución que recibe de aquellos a los cuales va orientada

su tarea voluntaria. La amistad, la gratitud y la preocupación son las monedas

de cambio simbólico que tienen cabida en este proceso, donde las

motivaciones expresivas se hacen claramente patente.

“Son ellos…Doy algo pero ellos me dan mucho más… su amistad, su gratitud…

todo…al final son ellos los que se preocupan mucho más por mí….Yo me

preocupo por ellos… pero también luego son ellos los que cuando he estado

enferma me han estado llamando, han venido a verme… y no sé,

preguntando si necesito algo, si quería que me compraran algo… Al final ves

que es algo más, no es un trabajo… No lo haces porque vas a cobrar a final de

mes…”

Tiempo y compromiso

Las expectativas conforme a la continuidad voluntaria están mediadas por la

noción de escasez vinculada al tiempo disponible para el ejercicio de la

actividad. Junto a éste, las motivaciones expresivas se configuran como una

fuerza que pretende la permanencia en el voluntariado.

“Yo no lo he pensado mucho… Y es que no tengo mucho tiempo… Pero, no lo

203

sé, mientras me sienta bien y este a gusto con todo lo que hago y tal pues

supongo que seguiré haciéndolo… siempre y cuando tenga fuerzas para

hacerlo…”” A lo mejor, si tuviera tiempo, si surgiera a lo mejor algo diferente…

pues a lo mejor me dedicaría a otra cosa… no lo sé… pero físicamente no se

puede estar en muchos sitios y todo eso exige energía y no se puede estar en

todos los sitios.”

Entrevista 4

Mujer. 31 años. País de origen: Marruecos. Estudios medios. Trabajadora en

activo. Casada y con tres hijos. Nivel socioeconómico: medio. 10 años de

estancia en España. Área de actuación de las entidades: Minorías étnicas.

Inmigración y asilo. Juventud. Infancia. Mujer. Nombre de las entidades:

entidad E y entidad F. Nombre del entrevistado: Zahira.

Zahira llegó a España hace 10 años acompañando a su marido actual. En

Marruecos cursaba estudios universitarios que abandonó en el marco del

proceso migratorio que la condujo a España. En la actualidad, trabaja en el

sector servicios desde hace 3 meses, con contrato eventual. Regresa por

períodos cortos a su país de origen, manteniendo contacto continuo con los

familiares y amigos que residen en Marruecos.

Trayectoria

Zahira se incorporó a la actividad voluntaria tras un período de permanencia

de España de alrededor de 5 años. Anteriormente en su país natal, nunca

204

había desempeñado labores de voluntariado. Su ocupación académica

aparece como prioritaria en su desarrollo personal, negando la posibilidad de

plantearse la acción voluntaria.

“En Marruecos nunca me lo planteé, porque como estaba estudiando y eso

era lo más importante para mí… (…) Ahí no he hecho nunca lo del

voluntariado”

Su acercamiento a la primera entidad en la que desarrollará actividades de

voluntariado, se produce mediado por redes informales, que le proporcionan

la información inicial sobre el tipo de tareas que se desarrollan en el seno de la

entidad E, apareciendo ésta como relevante en la toma de decisión que la

conducirá a incorporarse a la actividad voluntaria en dicha organización. Las

motivaciones de carácter altruista emergen en el discurso, explicitadas bajo la

posibilidad de “ayudar” o “hacer algo”.

“Y como conocí a una amiga que trabajaba en la entidad E y me contaba

muchos cosas, muchos problemas, muchas cosas ¿por qué no… por qué no

puedo hacer yo algo?. A ver si puedo ayudar, a ver si puedo hacer algo, por la

gente…..Y…si puedo colaborar como voluntaria pues eso…con toda la gente

y todo…”

El tiempo y las cargas familiares se esgrimen como razones que condicionan el

abandono de la actividad voluntaria, en tanto se consideran incompatibles

con la misma, pero, del mismo modo, entran en juego en el sentido contrario,

mediando un nuevo acercamiento al voluntariado que en el caso de Zahira se

vehiculiza a partir de la realización de un curso de mediación, cuya temática

interpreta como unida a la acción voluntaria.

205

“Y ahí estuve como 5 o 6 meses y luego lo tuve que dejar por cuidar a los

niños…y no me daba tiempo con ellos a hacer nada…”

“Cuando los niños fueron más mayores y eso y tenía más tiempo… pues quise

otra vez empezar con el voluntariado…”

“Entonces una amiga mía que trabajaba en la entidad F como voluntaria me

dijo que iba a hacer un curso de mediación. Y como a mí esto me parecía que

eso tenía que ver con el voluntariado y me gustaba pues me apunté con ella”

La enseñanza práctica asociada a la formación como mediadora le posibilita

insertarse, primero en período formativo y, posteriormente, como voluntaria en

la entidad F. El tránsito de un espacio a otro resulta sencillo para Zahira y no

aparece en el discurso una ruptura o contraposición clara entre ambas

posiciones.

“Al principio estaba con la mediadora…y luego cuando me quedé como

voluntaria… pues hacía un poco lo mismo…, un poco de todo. Tampoco noté

muchos cambios”.

Tras un período de desarrollo de la actividad voluntaria por espacio de 5 o 6

meses nuevamente, se produce el abandono de ésta, derivado de la

incorporación de Zahira al mercado laboral. El tiempo juega, nuevamente, un

papel clave en la posición que mantiene con respecto al voluntariado,

esgrimiéndose la escasez de éste como justificación de su marcha de la

entidad.

“Pero cuando llevaba más tiempo… cogí el ritmo de todo, entonces lo tuve

que dejar para trabajar…Con el trabajo ya no tengo tiempo para ir…así que lo

he dejado”

206

Zahira se incorporó a la actividad voluntaria tras un período de permanencia

de España de alrededor de 5 años. Anteriormente en su país natal, nunca

había desempeñado labores de voluntariado. Su ocupación académica

aparece como prioritaria en su desarrollo personal, negando la posibilidad de

plantearse la acción voluntaria.

“En Marruecos nunca me lo planteé, porque como estaba estudiando y eso

era lo más importante para mí… (…) Ahí no he hecho nunca lo del

voluntariado”

Su acercamiento a la primera entidad en la que desarrollará actividades de

voluntariado, se produce mediado por redes informales, que le proporcionan

la información inicial sobre el tipo de tareas que se desarrollan en el seno de la

entidad E, apareciendo ésta como relevante en la toma de decisión que la

conducirá a incorporarse a la actividad voluntaria en dicha organización. Las

motivaciones de carácter altruista emergen en el discurso, explicitadas bajo la

posibilidad de “ayudar” o “hacer algo”.

“Y como conocí a una amiga que trabajaba en la entidad E y me contaba

muchos cosas, muchos problemas, muchas cosas ¿por qué no… por qué no

puedo hacer yo algo?. A ver si puedo ayudar, a ver si puedo hacer algo, por la

gente…..Y…si puedo colaborar como voluntaria pues eso…con toda la gente

y todo…”

El tiempo y las cargas familiares se esgrimen como razones que condicionan el

abandono de la actividad voluntaria, en tanto se consideran incompatibles

con la misma, pero, del mismo modo, entran en juego en el sentido contrario,

207

mediando un nuevo acercamiento al voluntariado que en el caso de Zahira se

vehiculiza a partir de la realización de un curso de mediación, cuya temática

interpreta como unida a la acción voluntaria.

“Y ahí estuve como 5 o 6 meses y luego lo tuve que dejar por cuidar a los

niños…y no me daba tiempo con ellos a hacer nada…”

“Cuando los niños fueron más mayores y eso y tenía más tiempo… pues quise

otra vez empezar con el voluntariado…”

“Entonces una amiga mía que trabajaba en la entidad F como voluntaria me

dijo que iba a hacer un curso de mediación. Y como a mí esto me parecía que

eso tenía que ver con el voluntariado y me gustaba pues me apunté con ella”

La enseñanza práctica asociada a la formación como mediadora le posibilita

insertarse, primero en período formativo y, posteriormente, como voluntaria en

la entidad F. El tránsito de un espacio a otro resulta sencillo para Zahira y no

aparece en el discurso una ruptura o contraposición clara entre ambas

posiciones.

“Al principio estaba con la mediadora…y luego cuando me quedé como

voluntaria… pues hacía un poco lo mismo…, un poco de todo. Tampoco noté

muchos cambios”.

Tras un período de desarrollo de la actividad voluntaria por espacio de 5 o 6

meses nuevamente, se produce el abandono de ésta, derivado de la

incorporación de Zahira al mercado laboral. El tiempo juega, nuevamente, un

papel clave en la posición que mantiene con respecto al voluntariado,

esgrimiéndose la escasez de éste como justificación de su marcha de la

entidad

208

“Pero cuando llevaba más tiempo… cogí el ritmo de todo, entonces lo tuve

que dejar para trabajar…Con el trabajo ya no tengo tiempo para ir…así que lo

he dejado”

Acceso y compromiso

Tras la información inicial recibida a través de las redes informales, el primer

contacto con la entidad E se realiza a través de personal de ésta, centrándose

en la explicitación de las posibles tareas a realizar por la voluntaria y en la

firma de un contrato, cuyo contenido no es recordado por Zahira, pareciendo

no revestir para ella importancia alguna.

“El primer día en E me recibió la secretaria… la secretaria de… de la

organización y me comentó lo que puedo hacer…o sea que era sobre todo

acompañamiento de mujeres e intérprete… aunque había también

interpretación con hombres… Un poco de todo. No solo con mujeres… Y firmé

un contrato” (¿y qué ponía en el contrato?). “Lo tengo por aquí, no sé

donde…No me acuerdo de lo que decía…”

En la entidad F el acceso está mediado por la cumplimentación de la parte

práctica que acompaña al curso de mediación realizado. La mediadora de la

organización es la encarga de llevar a cabo la recepción, si bien no se

explicitan claramente en el discurso de Zahira los términos en los cuales

aconteció tal encuentro.

“En E me recibió la mediadora porque, como yo estaba en el curso de la

mediación, y me mandaron para que fuera a las prácticas…y eso”

Una vez finalizado el período formativo, la incorporación a la organización

209

como voluntaria no reviste un carácter formal, limitándose a un compromiso

que se establece de forma oral y sobre cuya base continúa la acción

voluntaria.

“Cuando terminé lo de la mediación pues les dije que me quería quedar un

día… Y ellos bueno, me dijeron que sí…Y así hasta que lo he tenido que dejar”.

Formación

Zahira refiere no haber recibido formación alguna en la primera de las

entidades en la cual ejerce su actividad voluntaria.

“No… No me dieron ningún curso en la entidad E…”

Será la acción formativa iniciada por voluntad propia la que le posibilitará el

acceso a la segunda entidad. En este caso tampoco parece haber recibido

cursos de formación adicionales durante su desempeño como voluntaria.

“En la entidad F tampoco me dieron curso… yo llegué con las prácticas y eso y

luego me quedé”

Actividades

Las tareas como voluntaria realizadas por Zahira en la entidad E se han

desarrollado en el marco de la atención a la población inmigrante de origen

marroquí, desarrollando labores de acompañamiento e interpretación en el

seno de este colectivo.

“Lo que tenía que hacer (en la entidad E) era acompañamiento, es decir, si

una mujer no sabe hablar castellano y tiene que ir al médico, yo la

acompañaba para traducir lo que le dice el médico y eso… si iba a una

210

oficina, por ejemplo, y no sabe, no entiende, pues eso…si tiene que arreglar los

papeles y esas cosas, yo la acompaño también y ese tipo de cosas…y luego

en la entidad pues hacía cosillas”

La labor de acompañamiento e interpretación que se desarrollan en el marco

de la entidad E dan paso en la segunda de las organizaciones al desempeño

de tareas de mediación. Su propia identificación como miembro del colectivo

marroquí juega un papel esencial en este proceso mediador.

“Ellos tienen que preparar una fiesta, por ejemplo, la fiesta del cordero, que es

típica de la comunidad marroquí, invitan a la gente… y yo como marroquí,

que conozco las costumbres, aporto ideas sobre cómo decorar, cómo se

pueden hacer, qué tipo de comida se puede preparar y esas cosillas”.

Participación en la entidad

Zahira establece una clara diferenciación en cuanto al nivel de participación

entre ambas entidades. En la primera organización considera ésta como nula,

a partir de la inexistencia de espacios que propiciaran el diálogo y la toma de

decisiones conjunta. El clima enrarecido que, a su juicio se respiraba en la

entidad, junto con una división claramente establecida entre los trabajadores y

los voluntarios son otros argumentos esgrimidos en este sentido.

“En la entidad E yo nunca, nunca he hablado con el director…La secretaria a

veces sí, otras veces no…ellos estaban muy separados de los voluntarios…(…)

Había un clima, un ambiente, un poco tenso… Un poco tenso no sé porqué

pero los trabajadores no se hablaban entre sí… Entre ellos se hablaban lo

mínimo que podían…Vamos yo lo note así… Con nosotros apenas hablaban y

211

la verdad, es que no me sentía muy cómoda… Tampoco hacíamos reuniones

ni nada de eso ..”

Zahira describe el “ambiente” existente en la entidad F como favorecedor

para la participación del voluntariado, existiendo marcos institucionales

creados específicamente para el diálogo y el trabajo conjunto entre

trabajadores y voluntarios, donde las aportaciones de unos y otros son tenidas

en cuenta. La “escucha” emerge en el discurso como un motor de la

participación.

“En la entidad F era otro ambiente…se llevaban súper bien y conmigo todos…

todos muy amables…muy acogedores..”

“…(¿hacías propuestas en la entidad F?)…Sí…era miembro de ¿cómo lo

llamamos? Mesa de emprendedores….O sea que, bien, cada mes se hacía

una reunión y viene gente y cada uno… propone una cosa que se puede

hacer… depende de las fiestas que vienen, de Marruecos, que se puede

hacer…que se puede avanzar…y sí, yo proponía mucho… Y escuchaban a

todo el mundo…y eso me hacía sentir bien.”

Motivación

La religión aparece como uno de los motores fundamentales de la acción

voluntaria a partir de los valores que se proclaman en el marco de una

creencia determinada. En el discurso de Zahira la práctica de la religión

islámica no se acompaña necesariamente de la obligación de llevar

actividades voluntarias, circunscritas nuevamente a la noción de ayuda, si bien

dejar entrever que la “ayuda a los necesitados” se configura como uno de los

212

postulados básicos de dicha creencia.

“Yo soy musulmana… de religión musulmana… Es Islam no es que nos exige,

pero ayudar a los demás, a los necesitados es una cosa fundamental en el

Islam… Yo soy practicante, creyente y ayudar es para mí importante”.

Las motivaciones instrumentales se configuran como un elemento importante

en la participación en la actividad voluntaria. La posibilidad de incorporación

a una actividad laboral en el marco de la mediación actúa como un motor no

sólo para la formación en este terreno sino también para la continuidad con la

labor del voluntariado una vez finalizada ésta.

“El curso de mediación me dio la idea una amiga que lo hizo… Y yo me

apunté… No cogían gente del voluntariado… pero luego sobraron plazas y me

cogieron… Me gustó mucho el curso. Mi intención era poder de trabajar de

ello donde las hice las prácticas y luego he estado como voluntaria, pero al

final no he podido trabajar allí…”

“Me encantaría trabajar con inmigrantes, pero si no me sale, tengo que

trabajar en otras cosas… porque me hace falta.”

Propiciar el “cambio” en el colectivo de las mujeres marroquíes emerge como

una motivación fundamental para el ejercicio del voluntariado. Su rol como

mediadora aparece en el discurso en tanto vehículo para la integración de

este grupo a la esfera pública. La imagen colectiva que se sostiene de la mujer

marroquí aparece como una preocupación constante y un obstáculo para su

incorporación como ciudadanos de pleno derecho en la sociedad de

acogida.

“Con las mujeres marroquíes me gustaría sacarlas un poquito del mundo en

213

que están metidas… Hay mujeres…Hay mujeres que no salen que están en sus

casitas… que están, que no salen…que a lo mejor no van ni al médico…La

mentalidad de esas mujeres es la que me gustaría intentar cambiar”

“(…)La mujer marroquí para que sepa relacionarse con la gente… para que

dé una imagen, que no sea una mujer analfabeta, que no sabe relacionarse.

No. Esto se tiene que cambiar… Dar una imagen diferente para que la

sociedad en general las acepte.(…) Ni ella va a saber incorporarse ni la

sociedad la va a saber acoger… Es una cosa….Y yo creo que aquí las puedo

ayudar… Un poco para que ellas entiendan y las entiendan”

Expectativas

Las expectativas de Zahira con respecto al voluntariado vienen marcadas por

las motivaciones de carácter altruista e instrumental anteriormente señaladas,

dentro de un marco temporal que, se estima en estos momentos, insuficiente

para la dedicación a la actividad voluntaria derivado de su incorporación

reciente al mercado laboral.

“Me gustaría (continuar en algún tipo de voluntariado)…te he dicho al

principio que a mí me encantaba el ayudar…a los inmigrantes,… bueno, en

general…pero bueno, es que es una comunidad que necesita ayuda…pero

este año yo no puedo porque como tengo el trabajo…Me encantaría trabajar

con los inmigrantes, pero si no me sale, tengo que trabajar en otras cosas.”

214

Entrevista 5.

Mujer. 34 años. País de origen: Argentina. Estudios superiores. Trabajadora en

activo. Soltera. Sin hijos. Nivel socioeconómico: medio. 5 años de estancia en

España. Nombre de la entidad 1: entidad G. Área de actuación de la entidad:

Exclusión social. Nombre de la entidad 2: entidad H. Área de actuación:

Inmigración y asilo. Cooperación al desarrollo. Nombre de la entidad 3:

entidad J. Área de actuación: Inmigración y asilo. Cooperación al desarrollo.

Nombre del entrevistado: Beatriz.

Beatriz llegó a España hace 5 años con objeto de desarrollar su carrera

profesional. En el país residían familiares próximos, que se convirtieron en su

primer contacto en el mismo. Actualmente conserva familia en Argentina y en

los próximos meses cambiará su residencia a otra ciudad española al contraer

matrimonio.

Trayectoria

Ella sitúa el inicio de su trayectoria dentro del voluntariado en Argentina,

conceptualizando como acción voluntaria un curso formativo en primeros

auxilios a cargo de una organización no gubernamental de carácter

internacional. La “noción de ayuda a los demás” aparece en el discurso

mediado por la utilidad de la adquisición de conocimientos concretos en la

rama sanitaria.

“Yo empecé en un curso de primeros auxilios con ONG internacional porque

me interesaba hacer… como socorrista se dice o algo así….para poder ayudar

215

si hiciera falta…. Porque lo me motivó era el querer ayudar a la gente… “

A los pocos meses de llegar a España tomó parte como voluntaria en un

acontecimiento religioso de carácter internacional que tuvo lugar en Europa.

Este proyecto existía previamente a su viaje a nuestro país, habiéndose

gestionado la participación en el mismo haciendo uso de la red informática. En

su discurso aparece nuevamente la idea de ayuda, que la lleva a embarcarse

en un proyecto individual acorde con sus inquietudes religiosas.

“Cuando llegue en septiembre a España yo ya tenía pensado irme a

Colonia… Antes de venir me apunté como voluntaria en la Jornada mundial

de la juventud de cuando fue el Papa a Colonia. Me animé como cristiana.

(…)Entonces estábamos allí …para recibir a los voluntarios de las diferentes

nacionalidades… entonces era darles las cosas… Fueron 15 días de estar

durmiendo en sitios… en el pabellón de deportes…en un saco de dormir, en el

suelo…con tres duchas al día… y éramos como 500 personas…o sea que… y

súper interesante…Fui con una ONG, entonces tu escribías en la página web

en inglés (…) Me fui sola, sin amigos y sin nada, que hay gente que se fue con

amigos…Yo dije “yo me voy. Quiero ayudar” “

Su contacto con organizaciones religiosas está presente de forma relevante en

su trayectoria dentro del voluntariado, acercándole a las entidades en las

cuales llevará a cabo éste. La actividad que desarrollará como voluntaria

vendrá determinada no por sus preferencias personales sino por la adecuación

que la entidad G decide del perfil de Beatriz. Llama la atención la aparición

en su discurso del término “trabajar” para hacer referencia a la actividad

voluntaria.

216

“Luego veo un anuncio en la parroquia que necesitan ayuda para apoyo

escolar… me puse en contacto con una gente del Opus Dei aquí…y les

convenía más por mi perfil que estuviera en una asociación que se llama G

para… hacer… actividades de ocio y tiempo libre con drogodependientes… y

había también como acogidos a inmigrantes africanos…que para ello les

venía bien para el idioma…Entonces ahí empecé a trabajar en esta

asociación “

El cambio en su propia situación personal juega un papel fundamental en el

abandono de esta actividad voluntaria. No obstante, en otro momento de la

entrevista, a esta primera razón argumentada se une otra justificación que

reviste un cariz bastante distinto, circunscribiéndose a la esfera legal. La

actividad que desarrollaba en este momento como voluntaria, a la que se

refiere en el discurso con el término “trabajo de voluntario” le reportaba unos

mínimos ingresos, una cantidad “simbólica” a la que debe renunciar tras firmar

una cláusula de exclusividad en su contrato laboral. Es relevante que el

intercambio económico asociado a esta actividad no impida la catalogación

de ésta en tanto tarea voluntaria.

“Luego lo que pasa es que por incompatibilidad de horarios se me

complicó…porque fui cuando conocí al que va a ser mi futuro esposo, que es

valenciano y tenía que viajar fines de semana, así… Y entonces ahí como que

fue más complicado”

“Y luego ahí me pagaron algo simbólico pero era por tema seguro también,

que es también otro motivo por el cual tuve que dejarlo al empezar a

trabajar. Fue porque yo estaba en la compañía donde trabajaba como

217

suplente. Cuando me pasan a la plantilla firmo un contrato de exclusividad. Y

les pregunte si no podía hacer un trabajo de voluntariado. “Es que no me

pagan, me dan una cosa simbólica”, les dije y me dijeron que no”

No obstante su interés por continuar desarrollando actividades de voluntariado

le llevo a incorporarse en las semanas posteriores a actividades de apoyo

escolar y catequesis dentro de la entidad H. De nuevo la parroquia aparece

como el marco en el que acontece el contacto con esta nueva organización,

también de cariz religioso. El tiempo que debe dedicar a la tarea se considera

ahora compatible con los cambios experimentados en su vida personal. El

abandono de esta nueva tarea voluntaria se justifica ahora desde la

búsqueda de espacios de ocio y tiempo libre que ella considera necesarios.

Llama la atención que en su discurso el término “trabajo” con el que definía la

actividad voluntaria desempeñada en la entidad anterior sea ahora sustituido

por la noción de “hacer voluntariado”. Cabría preguntarse si el intercambio

económico que mediaba en su tarea en la organización anterior y que no se

haya presente en ésta subyace a la conceptualización diferencial de ambas

actividades.

“Entonces empecé a hacer voluntariado de apoyo escolar en mi parroquia,

que es un día por semana, y daba catequesis… pero lo tuve que dejar porque

se me juntó con otra actividad que tenía, de teatro y ya no podía…Entonces

dije “también un poco de ocio es importante””

Tras el abandono de esta última actividad voluntaria, su inquietud por “seguir

ayudando” le lleva a cursar un máster en cooperación internacional, que

considera compatible con su formación universitaria previa y, al tiempo, como

218

una vía de acceso formal al trabajo en el marco de entidades sociales. Las

expectativas laborales quedan claramente explicitadas en su planteamiento

discursivo, presentando a la actividad voluntaria como una vía de entrada

necesaria para acceder al mercado laboral dentro del campo social. En su

discurso aparecen elementos autorreferenciales asociados a su lugar de

nacimiento que identifica con el tercer mundo, si bien establece una clara

diferencia entre los diferentes países que ella incluye bajo esta denominación.

“Tengo como el eso de querer ayudar a la gente ¿no? […] y… luego me meto

en cooperación internacional porque una compañera de trabajo, que ahora

somos amigas, me comenta que había hecho ese máster… en la Universidad

(nombre de la Universidad) y me cuenta que se había ido a India a hacer

proyectos, a hacer ayuda al Tercer Mundo… Y claro yo vengo del Tercer

Mundo, pero lo que yo veo en Buenos Aires que se necesita yo veo que es muy

diferente de lo que ella me contaba en la India [….] y me doy cuenta de que

puedo compaginar mi formación en Dirección y Gestión de Empresas con lo

que es la cooperación al desarrollo… y entonces por eso me meto a hacer

este máster y con idea de… de dedicarme profesionalmente a ello. Y

entonces ahí veo que para poder entrar en este sector hay que empezar

mucho desde el voluntariado…Que esto surge del voluntariado…esta idea de

que sí quiero ayudar a la gente…”

La intención de dedicarse profesionalmente al trabajo en el marco de

entidades cuya área de actuación es la cooperación internacional, se

modifica en la medida en que las condiciones salariales ofertadas no le

permiten la satisfacción de aquellas necesidades que estima básicas en este

219

momento, si bien no descarta la posibilidad de dedicarse profesionalmente a

ello en un futuro. Esta razón le conduce a reincorporarse de nuevo a la

actividad voluntaria dentro de una organización que trabaja en el ámbito de

la inmigración y la cooperación al desarrollo. Si bien hasta este momento el

acercamiento a las entidades se había establecido a través de la parroquia a

la que solía acudir, en esta ocasión la red informática es su vía de

aproximación a la entidad.

“Mi primera opción era meterme profesionalmente en el trabajo de

cooperación pero con lo que se paga no me alcanzaba a mí para poder

cubrir mis necesidades, viviendo en Madrid. Entonces digo “mientras esté aquí

en Madrid puedo ingresar, meterme en este mundo pero como voluntaria””

“Y luego empecé con la entidad J… lo conocí por la página

www.hacesfalta.org, que necesitan voluntarios… entonces yo me apunto”

Su marcha próxima a otro lugar de residencia fuera de Madrid, junto con su

nueva situación laboral, como trabajadora en paro, emergen en tanto razones

que le condicionan para el abandono de la actividad voluntaria. Si bien

parece existir un propósito de continuidad con la entidad J, dada la presencia

de una sede de ésta en la ciudad donde residirá, no está dispuesta por el

momento a adquirir un compromiso explícito con la misma. La profesionalidad

y la seriedad aparecen como cualidades propias que condicionan la

verbalización de su deseo de prolongar la actividad voluntaria en la nueva

ciudad. La emergencia en el discurso de términos tales como “buena

profesional” parece evidenciar que su intención de dedicarse laboralmente al

ámbito social subyacen en todo momento asociados a la actividad voluntaria.

220

“Luego… están… te digo están, porque ahora me voy a Valencia….y cuando

resuelva y me vaya Valencia… (¿tienes intención de continuar en Valencia?)

En principio sí, pero tengo primero que asentarme porque voy a ir sin trabajo.

Yo soy una persona súper seria en lo que hace, muy buena profesional y

tampoco quiero crear falsas expectativas que luego no pueda cumplir…”

Acceso a las entidades. Compromiso

En la primera de las entidades el contacto inicial se realiza en el seno de la

organización, recibiendo información en torno a las tareas que se llevan a

cabo en la misma. Las expectativas en torno a lo que se esperaba del

voluntariado aparecen explicitadas en este primer encuentro. Las tareas a las

cuales se adscribirá Beatriz distan de ser aquellas por las que inicialmente se

había interesado, a partir de la adecuación de su “perfil” al desarrollo de un

tipo de actividad particular dentro de la organización. No existe, según

aparece en su discurso, ningún tipo de compromiso escrito al respecto.

“Luego veo un anuncio en la parroquia que necesitan ayuda para apoyo

escolar… me puse en contacto con una gente del Opus Dei aquí…y les

convenía más por mi perfil que estuviera en una asociación que se llama G

para… hacer… actividades de ocio y tiempo libre con drogodependientes…”

“Nos dieron el teléfono de una persona que nos estaba esperando. Primero

quedamos un día, fui a la asociación, para ver lo que hacían…y me explicaron

lo que hacían y que también había talleres… de informática… de lenguaje

también y de un montón de cosas…y qué iba a ser lo que se esperaba de

221

nosotros…En este caso fue la responsable de… de lo de…lo diré…de esto de

actividades de ocio y tiempo libre…”

En la segunda de las entidades no aparece explicitada claramente las

circunstancias en las cuales aconteció el acceso a la organización, si bien

queda patente que no existió en este caso tampoco compromiso escrito con

relación a la misma.

“Entonces empecé a hacer voluntariado de apoyo escolar en mi parroquia,

que es un día por semana, y daba catequesis…”

En la última de las entidades en la que desarrolla la actividad voluntaria, el

acceso está mediado por información relativa a la asociación, en tanto

funcionamiento y tareas que se desarrollan en el seno de la misma, que

acontece tanto de forma verbal como escrita. Desde un primer momento

refiere haber tenido contacto con el equipo directivo, partícipe en esta

presentación inicial y haber accedido a información relativa al grupo de

personas que formaban parte de la misma, transmitiendo, para Beatriz, una

impresión de coordinación que es positivamente valorada.

“En la entidad J nos dieron una charla, nos ofrecieron información para leer.

Como era el primer contacto que teníamos varios voluntarios nos explicaron

cómo era la asociación, qué es lo que hacía, lo que teníamos que tener en

cuenta. […] Luego (nombre de la directora), que es la directora se acercó y se

presentó y nos dijo “yo soy la directora…”. Estuvo presente. Ya sabíamos quién

era la directora. Nos indicaron que había muchos voluntarios. De la persona

responsable de voluntariado me dieron el teléfono y me dieron un correo

donde me pasaron el correo de todas las personas y los horarios por si algo

222

quería. Entonces daba una buena sensación, como que todo estaba

coordinado”.

El compromiso se formaliza en este primer encuentro por escrito, a través de un

“contrato” cuyo contenido no recuerda, si bien fue firmado.

“Compromiso escrito solo fue en la entidad J en ese día … (¿en qué consistió?).

Fue en realidad como un contrato… no sé si era para un contrato. Y me dieron

un par de papeles que no sé bien lo que tenían.”

Actividades

En la primera de las entidades, Beatriz interpreta una labor que formalmente

consistía en la programación de actividades de ocio y tiempo libre, en una

tarea de apoyo emocional y seguimiento del proceso de rehabilitación y

reinserción de jóvenes drogodependientes. “Compartir” y “dialogar” emergen

como la base de su actividad, buscando propiciar espacios en los cuales ello

fuera posible. La noción de trabajo aparece en exclusiva vinculada a la

programación de salidas culturales, pero no así a la hora de narrar la tarea de

apoyo emocional que pareciera ella considera prioritaria.

“En la entidad G iba los domingos por la mañana… iba tempranito. Yo abría la

asociación. Les preparaba café para que tuviéramos el momento de poder

compartir. Claro, los drogodependientes tenían el apoyo de toda la semana

en Centros de Salud y todas esas cosas pero el problema era el sábado o a lo

sumo el domingo por la mañana si iban algún sitio por ahí, por la noche el día

anterior, si salían por las recaídas. […] Que tengan un motivo por el que

levantarse temprano para ir a la asociación. A veces nos quedábamos en la

223

asociación charlando, de sus logros […] Y entonces era eso, de reunirse ahí. A

veces algunos días quedarnos en la asociación y tomar café, unas pastitas. El

trabajo que inicialmente me dijeron era ir programando actividades culturales.

Fuimos a visitar el museo de Ciencias Naturales, cosas culturales,… Pero yo

siempre buscaba luego el momento de poder charlar, que me contaran si

habían tenido alguna cosa durante la semana […]”

En la segunda de las organizaciones, su labor se circunscribe inicialmente al

apoyo escolar. No obstante tarea se ve ampliada, auspiciada por los

requerimientos de la organización, en una actividad que combina la

enseñanza de contenidos académicos con la detección de necesidades en el

colectivo inmigrante con el cual desarrolla su actividad voluntaria.

“En la entidad H primero hacía solo apoyo escolar. Luego hubo una reunión y

ahí lo que se vió mucho son temas de inmigración. Entonces también el

objetivo de esto no era la tarea, que sean buenos alumnos, sino ver que es lo

que ellos necesitan, por qué tienen fracaso escolar, por qué necesitan

atención. Digamos ayuda social. Y nosotros podríamos ser detectores de esas

necesidades. Eso es también lo que se nos pedía.”

En la entidad J las tareas se circunscriben fundamentalmente a la organización

y participación de eventos auspiciados por la entidad. El primero de ellos tiene

lugar a los pocos días de haberse incorporado a la entidad. En el segundo de

los acontecimientos, su labor se ciñe a la organización del mismo, actividad

pareja a aquella que desarrolla de manera habitual en su ámbito laboral. Este

paralelismo le provee de un cierto conocimiento de la complejidad de la labor

asignada, que nuevamente aparece matizada con términos propios de una

224

tarea retribuida y se configura como uno de las justificaciones, junto con el

tiempo requerido para la realización de la misma y los cambios en su vida

personal, que le conduce a su abandono.

“En la entidad J hice esto de la feria de Madrid a los pocos días de entrar y

empecé, aunque muy poquito, en la organización de un congreso nacional,

de un congreso de educación e inmigración. El objetivo era… estaba todavía

pendiente de ver… Por un lado íbamos a analizar el contexto español, cuál es

la realidad de la inmigración, intentando ver lo que son los problemas que

están teniendo los niños en la educación. Yo tenía que trabajar en la

organización de todo, en coordinar a la gente que iba a venir y eso. He estado

trabajando durante estos años en la organización de eventos por mi trabajo,

traslados, autocares…No me parecía raro por mi trabajo. Sé lo que es y es muy

complicado. […] Eso era un poco lo que tenía que hacer en la entidad J…y

eso lleva mucho tiempo.[…] Y yo les dije: lo siento, no puedo hacerlo porque es

un trabajo muy complejo, se necesita mucho tiempo y además me voy a ir a

vivir a Valencia en breve, por lo que es imposible que pueda terminarlo”.

Participación en las entidades

Beatriz entiende la participación en las organizaciones desde la capacidad de

aportar nuevas ideas y mejorar los aspectos organizativos de éstas,

definiéndose a sí misma como una persona crítica que se cuestiona aquello

que realiza.

En la primera de las entidades el carácter cerrado y la eficacia probada para

ella de la actividad a realizar hace que no considere la necesidad de nuevas

225

aportaciones y que, de producirse éstas, se circunscriban en exclusiva a la

programación de nuevas salidas de carácter cultural. No obstante, el espíritu

crítico conforme al cual se define, queda ejemplificado en el cuestionamiento

que realiza a alguno de los requisitos que se asocian a la tarea que realizaba.

“En cuanto a la actividad en la entidad G eran actividades tan

esquematizadas, tan probado en el tiempo, que tampoco yo veía la

necesidad. Mira yo soy de las personas críticas, soy muy crítica, pero la crítica

constructiva. Y en la entidad G me pareció que estaba todo bastante bien

organizado. Yo, por ejemplo, pregunté “¿y por qué tengo que quedar con ello

en la asociación?” pero me decían que era importante que tuvieran un sitio de

referencia. Y la explicación me parecía bien. [… ]. De hecho yo hice

propuestas y fuimos al museo ese….”

Con respecto a la segunda entidad, reseña especialmente la jerarquía

piramidal de la misma como un elemento condicionante en el grado de

participación del voluntario, que nuevamente circunscribe a la posibilidad de

introducir cambios en la tarea. El carácter cerrado de la misma, con objetivos

claros y el tiempo de dedicación a la actividad parecen ser las razones

aludidas a la hora de considerar el poco “margen de acción” del voluntario.

Por otro lado llama la atención que frente a esta escasez de capacidad de

acción se aluda al término libertad para caracterizar la posibilidad de toma de

decisiones al respecto.

“Es complicado (la participación en la entidad). En la entidad H creo que es un

tema de jerarquía piramidal […]. En la entidad H lo de apoyo escolar, había

normas, de hacer las fichas… cosas burocráticas necesarias… Pero luego

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había libertad para tomar algunas decisiones, pero, por otro lado no había

mucho margen de acción. El objetivo es claro. En una hora y media que estás

allí tampoco puedes aportar mucho.”

En la última organización, el grado de participación se torna nulo, a expensas

de la jerarquía existente dentro de la misma y de la incapacidad real del

voluntario de participar en la toma de decisiones, cuya potestad reside en

exclusiva en los órganos dirigentes de la misma.

“En la entidad J ahí es donde tengo yo la sensación de ser más piramidal,

porque tú, por ejemplo, presentas el borrador en las jornadas que te decía… Y

ya se vería si se aprobaba o no… Lo tenías que presentar y al final es el comité

el que decide… Tú presentas algo pero ¿qué vas a defender…? Si está el

director y la directora que son los que toman las decisiones ¿sabes?. , si de

pronto te dicen “esto no”, pues ya está. Tuve esa sensación que te decía”

Motivaciones

La autorreferencia a su historia personal se configura como uno de los motores

fundamentales de su participación en la actividad voluntaria. El haber sido

durante un tiempo de su vida “beneficiaria de ayuda” sin la cual considera,

“no hubiera podido sobrevivir” le lleva a participar en una tarea que,

considera, puede “marcar una diferencia” en la vida de las personas a las

cuales va dirigida. La actividad voluntaria es vista como una “vocación”, que

emerge de su experiencia personal y como una “devolución” a partir de la

ayuda que recibió en un momento dado. Al tiempo, en su discurso, pretende

distanciarse de un rol de “salvador del mundo” que en ocasiones aparece

227

ligado a la actividad voluntaria.

“Yo creo que la motivación me surge por haber sido beneficiaria de ayuda. Es

que yo vengo de una familia muy pobre, somos 5 hermanos y mi padre

desaparece cuando estaba embarazada de la última… Entonces, mi padre

desaparece y entonces estamos 5 hermanos y mi madre que no nos podía dar

de nada. Entonces estuvimos… estuvimos en un programa de la parroquia que

nos daban ropa, un programa nacional que nos daban comida…que nosotros

íbamos a buscar eso una vez al mes, arroz, legumbres, un montón de cosas.

Entonces eso de… eso fue muy duro. Luego a través de una vecina, que era

amiga de mi madre,… el día de navidad se presentó con una fuente de pavo

o pollo, no me acuerdo muy bien de que era y pudimos celebrarlo…Entonces

tú dices “y gracias a esas personas yo pude sobrevivir”. Por un lado es… la

gratitud hacia esa gente y por otro lado decir ”¡Jo, qué fuerte!”. Entonces si

alguna vez, con lo poco pueda yo ayudar a esas personas, es ayuda puede

marcar la diferencia al igual que esa gente marco la diferencia en mi vida. Sí,

el hecho de decir “tú puedes”. […] Yo tampoco quiero salvar al mundo ni voy

a solucionar el problema del hambre en África…. Ni yo ni ninguna persona de

aquí, pero todos podemos hacer algo. Entonces de ahí surge mi vocación”.

Junto a estas motivaciones, aparecen aquellas que pudieran consideradas en

tanto instrumentales, considerando el voluntariado como la puerta de entrada

a la actividad laboral en el sector social, al que hace referencia en varias

ocasiones a lo largo de toda la entrevista.

“Me parece súper gratificante (la actividad voluntaria), si bien quiero

dedicarme a esto profesionalmente y poder percibir profesionalmente algo de

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sueldo, dedicar mi tiempo y obtener dinero”

De manera transversal sus creencias religiosas parecen atravesar su trayectoria

dentro del voluntariado, ya sea en la ejecución de tareas concretas o

acercándose a entidades de este cariz.

Expectativas

Si bien existe un propósito de continuar con la actividad voluntaria, éste queda

supeditado a su situación personal y laboral actual. Junto a esta inquietud

existe un motor fundamental en el ejercicio del voluntariado relativo a la

posibilidad futura de incorporación laboral al mundo social.

“Tengo idea de seguir en el voluntariado, cuando ya tenga más mi vida

organizada en Valencia y encuentre un trabajo”

“Me parece súper gratificante (la actividad voluntaria), si bien quiero

dedicarme a esto profesionalmente y poder percibir profesionalmente algo de

sueldo, dedicar mi tiempo y obtener dinero”

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H) Artículo publicado en el Boletín FRONTERA CERO