catedral

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Entrega 2/12 de las páginas informativas que complementan la campaña Monumentos de Mi Tierra. Hoy circula la Basílica Metropolitana. Espera el próximo miércoles 28 de marzo el Templo Nuestra Señora del Rosario del Municipio de Santa Rosa de Osos. Recortar y coleccionar Textos e imágenes: Archivo periódico EL MUNDO Edición: Omaira Martínez Cardona Catedral la Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María Basílica Metropolitana Basílica Metropolitana UBICACIÓN: Situada en el municipio de Medellín, capital del Departamento de An- tioquia. Justo en el centro de la ciudad, en el Parque Bolívar. Su acceso principal está sobre el costado sur. FECHA DE CONSTRUCCIÓN: 1875-1917 CONSTRUCTOR: Arquitecto francés Charles Emile Carré ALTURA MÁXIMA DE LA EDIFICACIÓN: 53.20 m ÁREA TOTAL CONSTRUIDA: 6.157,00 m 2 VOLUMEN: 120.440,63 m 3 SUPERFICIE CUBIERTA: 4.608,96 m 2 FRENTE DE LA EDIFICACIÓN: 50,72m LONGITUD NAVE CENTRAL: 97,70 m NÚMERO DE PISOS: 5 niveles equivalentes a 16 pisos. DESCRIPCIÓN: Edificación de estilo “Romá- nico - Bizantino” de planta en Cruz Latina. Los mármoles son italianos, el pavimento es belga y los cristales de los ventanales que representan los escudos obispales y arzobispales son españoles. El viacrucis, en mosaico, proviene de Roma. Cuenta con importantes obras pictóricas como el Cristo del Perdón del Maestro Francisco Antonio Cano, la Inmaculada Concepción del austríaco Carlos Hofritcher (copia de la Inmaculada de Murillo), la de Teodoro Van Thulden (discípulo de Rubens). Posee también un órgano Walker elaborado en Ludwigsburg (Alemania) de caoba y palo santo con 3.478 flautas en madera y me- tal, inaugurado en agosto de 1933. Generalidades: La odisea La frustración de Crosti Terminan las obras El discípulo Charles E Carré Debates Es considerada la mayor construcción del mundo en material de ladrillo cocido y por su tamaño es catalogada como la séptima de las iglesias más grandes del mundo y la primera en Latinoamérica. La historia de cómo llegaron a unirse los casi 1.120.000 ladrillos que conforman la Basílica, cuando en Medellín todavía no había cemento para construir la mayor edificación en ladrillo cocido del mundo, comenzó en 1868 tras la orden dictada por Su Santidad Pío IX, el 14 de febrero del mismo año, en la que se nombraba a Medellín como la nueva tenedora de la silla episcopal que hasta ese momento le pertenecía a Santa Fe de Antioquia. El primero de agosto de ese año, el excelentísimo Sr. Arzobispo de Bogotá Dr Vicente Arbeláez decretó que: “La iglesia de Medellín (La Candelaria), dedicada a la Purificación de la Virgen María, se- ría promovida al honor y dignidad de iglesia catedral mientras se edificaba un templo bastante cómodo y decente que se dedicaría a la Inmaculada Concepción de la misma Bienaventurada Virgen María”. Siendo consagrado el primer obispo de Medellín, Monse- ñor Valerio A. Jiménez, concentró toda su atención en la cons- trucción del templo que sería erigido en la Plaza de Villanueva, un lugar con numerosas ventajas por la hermosura de los alre- dedores, la pureza del agua, las condiciones de luz y ventilación y sobre todo, porque la gente comenzaba a dirigirse a este lado de la ciudad, lo que garantizaba que en poco tiempo la iglesia quedaría en el centro de actividades de la población. Se nombró entonces una junta de honorables ciudadanos, en- cabezada por el doctor Pedro Justo Berrío, quien se encargó de conseguir los terrenos para la construcción del templo, el palacio episcopal y el colegio seminario. Estas tierras costaron $29.605, a la vez que otra parte del lote fue donada por el inglés Tyrrell Moore. También se tramitó la consecución de la piedra, la adquisición de una corriente de agua potable y más tarde, por encomienda del gobierno eclesiástico se le encar- gó a Guillermo Restrepo Eusse conseguir una máquina para fabricar ladrillo y teja y también contratar a un constructor- arquitecto capacitado para la magna obra. El 14 de agosto de 1874 llegó al país el ingeniero y arquitecto italiano Felipe Crosti, contratado por el cón- sul de Colombia en Roma para trazar los planos de la catedral y dirigir la construcción por $100. En la di- rección de los trabajos estuvo también Fray Benjamín Masciantonio, con un sueldo de $60. El 9 de febrero de 1975 se bendijo la primera piedra, aunque los trabajos comenzaron realmente el 17 de mayo. Pese a la orden de no interrumpir la construcción, un año más tarde se suspendió por primera vez, por problemas de orden público. Las obras se reiniciaron temporalmente en ju- lio de 1882 y se pararon en octubre del año siguiente porque en el país no existían los materiales necesarios, ni se tenían los recursos técnicos ni económicos su- ficientes para llevar a cabo una obra de la magnitud planteada inicialmente. En efecto, los diseños iniciales de Crosti pretendían una catedral de cinco naves, mu- cho más grande de lo que es actualmente. En enero de 1886, cuando Monseñor Bernar- do Herrera Restrepo tomó posesión de la sede episcopal de la ciudad, se dispuso a terminar los proyectos que habían comenzado sus predeceso- res, especialmente la Catedral. Basado en sus co- nocimientos arquitectónicos, Monseñor Herrera sospechó de la eficacia de los planos proyectados por Crosti y acudió a personas idóneas en estas artes, los arquitectos Mariano Santamaría y el Obispo de París, A. L. Douillard, quienes coinci- dieron en que los planos eran inaceptables y el obispo francés recomendó para la construcción de la obra al joven arquitecto Charles Emile Carré Desde la partida de Carré hasta 1898, el diseño original de la iglesia tuvo algunas variaciones hasta que el 24 de mayo de 1917, con Monse- ñor Manuel José Caycedo como Arzobispo de Medellín se celebró la primera misa pontifical con motivo de sus bodas de plata episcopales. A partir de entonces, la iglesia cuya obra negra estaba concluida, se convirtió en el centro de las actividades religiosas de la ciudad. Monseñor Caycedo se encargó de los últi- mos detalles en la construcción del templo. Contrató al salesiano Giovanni Buscaglione, quien a partir de 1919, diseñó los altares, el púlpito, el coro y el hermoso baldaquino. Las ventanas se adornaron con vitrales que re- presentan escenas religiosas además de los escudos y armas de los obispos y arzobispos de Medellín. La construcción de la Basílica estuvo acompañada de una controversia debi- do al temor de desplome que se generó por las declaraciones del arquitecto H. M. Rodríguez en un artículo del periódi- co El Correo (25 de enero de 1924) en las que afirmaba que el templo era peligroso puesto que un sismo de mediana intensi- dad podría ocasionar una tragedia ya que las columnas cargaban un peso diez veces mayor del que soportaba el ladrillo, la ar- gamasa estaba hecha de polvo y prácti- camente los ladrillos no estaban pegados. Pero, a pesar de las discusiones en las que participaron distinguidos arquitectos y personajes de la ciudad, la Basílica se inauguró el 11 de marzo de 1924 con mo- tivo de las bodas de oro sacerdotales de Monseñor Jesús María Marulanda. Cuatro años después, ocurrió un incendio en el crucero de la iglesia, y en 1925 se desvió el curso de la quebrada La Loca, que pa- saba bajo sus cimientos. El 9 de abril de 1948 le fue concedido el título de Basíli- ca, hecho que se proclamó el 13 de agosto de ese año. “Monsieur Carré”, como se le llamó entonces, fue un hombre que desde el comienzo demostró, no sólo su recti- tud, al entregar cada uno de los reci- bos de pago de los gastos que tuvo en su extensa travesía sino que traía como referencia el haberse destacado por su excelente desempeño acadé- mico en la Escuela de Bellas Artes de París además de que había sido ins- pector de las obras de construcción de la iglesia del Sagrado Corazón en Montmartre, en París en 1888. Sus cualidades quedaron demostradas en la construcción de la Basílica, lo que pronto le abrió las puertas para tomar los contratos que le propusieron las personas más acaudaladas de la ciu- dad. Uno de ellos, el millonario Carlos Coroliano Amador, quien le encargó en 1891 la construcción del Palacio Amador, la primera obra particular del arquitecto y la más bella casa quinta del paseo de La Playa. También construyó la segunda plaza de mer- cado de Medellín y la más importan- te: el Mercado Cubierto de Guayaquil, que fue inaugurado en 1894. Para el señor Eduardo Vásquez, diseñó los edificios Vásquez y Carré, construi- dos entre 1893 y 1906. Proyectó dos quintas más en el paseo La Playa para la familia Barrientos y Federico Angel. En el sector de Villanueva, edificó la casa de ejercicios espirituales de la Sociedad San Vicente de Paúl y fi- nalmente diseñó la iglesia principal de Girardota. De Carré se supo quince años después cuando en las páginas de los periódicos de la época regis- traron su muerte en 1909. Entonces se escribió de él, que en Medellín sería recordado como a quien “se le debe el habernos demostrado que el ladrillo no es piedra y que cualquier barro cocido no es ladrillo” Si quieres saber más sobre la Basílica Metro- politana, te recomendamos consultar en: • Investigación archivo de la F.F.A. La obra de Charles E. Carré. U.P.B. • Historia de Antioquia, de Francisco Duque Betancur. • Cosas Viejas de la Villa de La Candelaria, Li- sandro Ochoa. • Folleto de la Catedral Basílica. Monseñor Eu- genio Restrepo Uribe. • Separatas Monumentos de MI Tierra. Archivo de prensa periódico EL MUNDO. Medellín, 2000. EL CORREO LIBERAL 18 de febrero de 1924 La lata del día “LA CATEDRAL DE VILLANUEVA” Juzgando por los típicos ladrillos de tejar, bien puede estar cayéndose no lo puede estar. Y opinan otros técnicos que así una catedral, suele durar muchísimo suele no durar... Para hacer la prueba que Nícar mandara, todos nos pusimos dizque a arrempujarla; ella inconmovible no voltió ni un ala y estos buenos síntomas bien pueden probar, que puede o no caerse la catedral... Tartarín Moreyra En la primera década del siglo XX estuvieron terminados el basamento y las torres de la iglesia. El 20 de julio de 1910 fue inaugurado el reloj, en los siguientes seis años fue concluida la obra negra del templo, haciendo posible la visita de turistas y vecinos de la ciudad a observar el paisaje desde lo alto de la torre. El organo es considerado como una de las piezas más valiosas de la Catedral. Fue adquirido en 1933 por 25.000 dólares. Glosario Bibliografía quien había trabajado bajo su dirección y era considerado uno de sus mejores discípulos. El 22 de septiembre de 1889, la Junta de construcción de la catedral aprobó la propuesta de traer a Carré. Mientras en Francia el Obispo y su discípulo hacían un diseño preliminar del templo, en Medellín se fa- bricaban ladrillos en cantidades industriales. Después de corregir el proyecto, llegó Carré a la ciudad en julio de 1889 y se instaló en el seminario, en una celda que le sirvió de habitación y estudio. El arquitecto terminó los planos de la Basílica en noviembre de 1889 y los presentó al artista antioqueño Francisco Antonio Cano, considerado uno de sus amigos más cercanos en la ciudad, quien respaldó de inmediato el trabajo. El proyecto fue aprobado luego por la Junta en enero de 1890. Debido al empuje y el interés que manifesta- ron los diferentes estamentos sociales y también para aprovechar la presencia del arquitecto que había sido contratado por cinco años, las obras avanzaron conside- rablemente. En tan sólo cuatro años, estaban ya en pro- ceso de ejecución las arcadas centrales, soporte principal de la iglesia y parte de la sacristía, donde Carré trasladó entonces su estudio. Aunque el arquitecto partió a su tierra natal en junio de 1894, la construcción siguió adelante gracias a los es- fuerzos de los obispos Bernardo Herrera y Joaquín Pardo Vergara y a los fondos económicos que provenían de las iglesias de Antioquia y el Viejo Caldas. El 17 de octubre de 1897 ya servía como capilla la sacristía del costado oriental, que antes era el estudio de Carré. Abside: Parte de la iglesia situada en la cabe- cera, o en el lugar donde está el altar principal. Argamasa: Mezcla de cal, arena y agua, de consistencia plástica. Baldaquino: Pabellón del altar. Basílica: Título honorífico que la iglesia le con- cede atendiendo algunos requisitos, entre ellos, antigüedad, valor arquitectónico y artístico. Columnata: Serie de columnas. Crucero: Espacio en el templo en que se cru- zan dos naves perpendiculares y una de ellas es la nave principal. Nicho: Concavidad que se deja en una pared para poner una estatua. Poesía satírica sobre la controversia suscitada acerca de la solidez de la Basílica y su posible desplome.

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Hoy circula la Basílica Metropolitana.Espera el próximo miércoles 28 de marzo el Templo Nuestra Señora del Rosario

del Municipio de Santa Rosa de Osos.

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Textos e imágenes: Archivo periódico EL MUNDO Edición: Omaira Martínez Cardona

Catedral la Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María

BasílicaMetropolitanaBasílicaMetropolitana

UBICACIÓN: Situada en el municipio de Medellín, capital del Departamento de An-tioquia. Justo en el centro de la ciudad, en el Parque Bolívar. Su acceso principal está sobre el costado sur.FECHA DE CONSTRUCCIÓN: 1875-1917CONSTRUCTOR: Arquitecto francés Charles Emile CarréALTURA MÁXIMA DE LA EDIFICACIÓN: 53.20 mÁREA TOTAL CONSTRUIDA: 6.157,00 m2

VOLUMEN: 120.440,63 m3

SUPERFICIE CUBIERTA: 4.608,96 m2

FRENTE DE LA EDIFICACIÓN: 50,72m LONGITUD NAVE CENTRAL: 97,70 mNÚMERO DE PISOS: 5 niveles equivalentes a 16 pisos.DESCRIPCIÓN: Edificación de estilo “Romá-nico - Bizantino” de planta en Cruz Latina. Los mármoles son italianos, el pavimento

es belga y los cristales de los ventanales que representan los escudos obispales y arzobispales son españoles. El viacrucis, en mosaico, proviene de Roma. Cuenta con importantes obras pictóricas como el Cristo del Perdón del Maestro Francisco Antonio Cano, la Inmaculada Concepción del austríaco Carlos Hofritcher (copia de la Inmaculada de Murillo), la de Teodoro Van Thulden (discípulo de Rubens). Posee también un órgano Walker elaborado en Ludwigsburg (Alemania) de caoba y palo santo con 3.478 flautas en madera y me-tal, inaugurado en agosto de 1933.

Generalidades:

La odisea La frustración de Crosti

Terminan las obras El discípulo Charles E Carré

Debates

Es considerada la mayor construcción del mundo en material de ladrillo cocido y por su tamaño es catalogada como la séptima de las

iglesias más grandes del mundo y la primera en Latinoamérica.

La historia de cómo llegaron a unirse los casi 1.120.000 ladrillos que conforman la Basílica, cuando en Medellín todavía no había cemento para construir la mayor edificación en ladrillo cocido del mundo, comenzó en 1868 tras la orden dictada por Su Santidad Pío IX, el 14 de febrero del mismo año, en la que se nombraba a Medellín como la nueva tenedora de la silla episcopal que hasta ese momento le pertenecía a Santa Fe de Antioquia.

El primero de agosto de ese año, el excelentísimo Sr. Arzobispo de Bogotá Dr Vicente Arbeláez decretó que: “La iglesia de Medellín (La Candelaria), dedicada a la Purificación de la Virgen María, se-ría promovida al honor y dignidad de iglesia catedral mientras se edificaba un templo bastante cómodo y decente que se dedicaría a la Inmaculada Concepción de la misma Bienaventurada Virgen María”. Siendo consagrado el primer obispo de Medellín, Monse-ñor Valerio A. Jiménez, concentró toda su atención en la cons-trucción del templo que sería erigido en la Plaza de Villanueva, un lugar con numerosas ventajas por la hermosura de los alre-dedores, la pureza del agua, las condiciones de luz y ventilación y sobre todo, porque la gente comenzaba a dirigirse a este lado de la ciudad, lo que garantizaba que en poco tiempo la iglesia quedaría en el centro de actividades de la población.

Se nombró entonces una junta de honorables ciudadanos, en-cabezada por el doctor Pedro Justo Berrío, quien se encargó de conseguir los terrenos para la construcción del templo, el palacio episcopal y el colegio seminario. Estas tierras costaron $29.605, a la vez que otra parte del lote fue donada por el inglés Tyrrell Moore. También se tramitó la consecución de la piedra, la adquisición de una corriente de agua potable y más tarde, por encomienda del gobierno eclesiástico se le encar-gó a Guillermo Restrepo Eusse conseguir una máquina para fabricar ladrillo y teja y también contratar a un constructor-arquitecto capacitado para la magna obra.

El 14 de agosto de 1874 llegó al país el ingeniero y arquitecto italiano Felipe Crosti, contratado por el cón-sul de Colombia en Roma para trazar los planos de la catedral y dirigir la construcción por $100. En la di-rección de los trabajos estuvo también Fray Benjamín Masciantonio, con un sueldo de $60. El 9 de febrero de 1975 se bendijo la primera piedra, aunque los trabajos comenzaron realmente el 17 de mayo. Pese a la orden de no interrumpir la construcción, un año más tarde se suspendió por primera vez, por problemas de orden público. Las obras se reiniciaron temporalmente en ju-lio de 1882 y se pararon en octubre del año siguiente porque en el país no existían los materiales necesarios, ni se tenían los recursos técnicos ni económicos su-ficientes para llevar a cabo una obra de la magnitud planteada inicialmente. En efecto, los diseños iniciales de Crosti pretendían una catedral de cinco naves, mu-cho más grande de lo que es actualmente.

En enero de 1886, cuando Monseñor Bernar-do Herrera Restrepo tomó posesión de la sede episcopal de la ciudad, se dispuso a terminar los proyectos que habían comenzado sus predeceso-res, especialmente la Catedral. Basado en sus co-nocimientos arquitectónicos, Monseñor Herrera sospechó de la eficacia de los planos proyectados por Crosti y acudió a personas idóneas en estas artes, los arquitectos Mariano Santamaría y el Obispo de París, A. L. Douillard, quienes coinci-dieron en que los planos eran inaceptables y el obispo francés recomendó para la construcción de la obra al joven arquitecto Charles Emile Carré

Desde la partida de Carré hasta 1898, el diseño original de la iglesia tuvo algunas variaciones hasta que el 24 de mayo de 1917, con Monse-ñor Manuel José Caycedo como Arzobispo de Medellín se celebró la primera misa pontifical con motivo de sus bodas de plata episcopales. A partir de entonces, la iglesia cuya obra negra estaba concluida, se convirtió en el centro de las actividades religiosas de la ciudad.

Monseñor Caycedo se encargó de los últi-mos detalles en la construcción del templo. Contrató al salesiano Giovanni Buscaglione, quien a partir de 1919, diseñó los altares, el púlpito, el coro y el hermoso baldaquino. Las ventanas se adornaron con vitrales que re-presentan escenas religiosas además de los escudos y armas de los obispos y arzobispos de Medellín.

La construcción de la Basílica estuvo acompañada de una controversia debi-do al temor de desplome que se generó por las declaraciones del arquitecto H. M. Rodríguez en un artículo del periódi-co El Correo (25 de enero de 1924) en las que afirmaba que el templo era peligroso puesto que un sismo de mediana intensi-dad podría ocasionar una tragedia ya que las columnas cargaban un peso diez veces mayor del que soportaba el ladrillo, la ar-gamasa estaba hecha de polvo y prácti-camente los ladrillos no estaban pegados.

Pero, a pesar de las discusiones en las que participaron distinguidos arquitectos y personajes de la ciudad, la Basílica se inauguró el 11 de marzo de 1924 con mo-tivo de las bodas de oro sacerdotales de Monseñor Jesús María Marulanda. Cuatro años después, ocurrió un incendio en el crucero de la iglesia, y en 1925 se desvió el curso de la quebrada La Loca, que pa-saba bajo sus cimientos. El 9 de abril de 1948 le fue concedido el título de Basíli-ca, hecho que se proclamó el 13 de agosto de ese año.

“Monsieur Carré”, como se le llamó entonces, fue un hombre que desde el comienzo demostró, no sólo su recti-tud, al entregar cada uno de los reci-bos de pago de los gastos que tuvo en su extensa travesía sino que traía como referencia el haberse destacado por su excelente desempeño acadé-mico en la Escuela de Bellas Artes de París además de que había sido ins-pector de las obras de construcción de la iglesia del Sagrado Corazón en Montmartre, en París en 1888. Sus cualidades quedaron demostradas en la construcción de la Basílica, lo que pronto le abrió las puertas para tomar los contratos que le propusieron las personas más acaudaladas de la ciu-dad. Uno de ellos, el millonario Carlos Coroliano Amador, quien le encargó en 1891 la construcción del Palacio Amador, la primera obra particular del arquitecto y la más bella casa

quinta del paseo de La Playa. También construyó la segunda plaza de mer-cado de Medellín y la más importan-te: el Mercado Cubierto de Guayaquil, que fue inaugurado en 1894. Para el señor Eduardo Vásquez, diseñó los edificios Vásquez y Carré, construi-dos entre 1893 y 1906. Proyectó dos quintas más en el paseo La Playa para la familia Barrientos y Federico Angel. En el sector de Villanueva, edificó la casa de ejercicios espirituales de la Sociedad San Vicente de Paúl y fi-nalmente diseñó la iglesia principal de Girardota. De Carré se supo quince años después cuando en las páginas de los periódicos de la época regis-traron su muerte en 1909. Entonces se escribió de él, que en Medellín sería recordado como a quien “se le debe el habernos demostrado que el ladrillo no es piedra y que cualquier barro cocido no es ladrillo”

Si quieres saber más sobre la Basílica Metro-politana, te recomendamos consultar en:

• Investigación archivo de la F.F.A. La obra de Charles E. Carré. U.P.B.• Historia de Antioquia, de Francisco Duque Betancur. • Cosas Viejas de la Villa de La Candelaria, Li-sandro Ochoa.• Folleto de la Catedral Basílica. Monseñor Eu-genio Restrepo Uribe.• Separatas Monumentos de MI Tierra. Archivo de prensa periódico EL MUNDO. Medellín, 2000.

EL CORREO LIBERAL 18 de febrero de 1924La lata del día

“LA CATEDRAL DE VILLANUEVA”

Juzgando por los típicosladrillos de tejar,bien puede estar cayéndoseno lo puede estar.Y opinan otros técnicosque así una catedral,suele durar muchísimosuele no durar...Para hacer la pruebaque Nícar mandara,todos nos pusimos dizque a arrempujarla;ella inconmovibleno voltió ni un alay estos buenos síntomasbien pueden probar, que puede o no caersela catedral...

Tartarín Moreyra

En la primera década del siglo XX estuvieron terminados el basamento y las torres de la

iglesia. El 20 de julio de 1910 fue inaugurado el reloj, en

los siguientes seis años fue concluida la obra negra del templo, haciendo posible la

visita de turistas y vecinos de la ciudad a observar el paisaje

desde lo alto de la torre.

El organo es considerado como una de las piezas más valiosas de la Catedral. Fue adquirido en 1933 por 25.000 dólares.

Glosario

Bibliografía

quien había trabajado bajo su dirección y era considerado uno de sus mejores discípulos. El 22 de septiembre de 1889, la Junta de construcción de la catedral aprobó la propuesta de traer a Carré. Mientras en Francia el Obispo y su discípulo hacían un diseño preliminar del templo, en Medellín se fa-bricaban ladrillos en cantidades industriales.

Después de corregir el proyecto, llegó Carré a la ciudad en julio de 1889 y se instaló en el seminario, en una celda que le sirvió de habitación y estudio. El arquitecto terminó los planos de la Basílica en noviembre de 1889 y los presentó al artista antioqueño Francisco Antonio Cano, considerado uno de sus amigos más cercanos en la ciudad, quien respaldó de inmediato el trabajo. El proyecto fue aprobado luego por la Junta en enero de 1890. Debido al empuje y el interés que manifesta-ron los diferentes estamentos sociales y también para aprovechar la presencia del arquitecto que había sido contratado por cinco años, las obras avanzaron conside-rablemente. En tan sólo cuatro años, estaban ya en pro-ceso de ejecución las arcadas centrales, soporte principal de la iglesia y parte de la sacristía, donde Carré trasladó entonces su estudio.

Aunque el arquitecto partió a su tierra natal en junio de 1894, la construcción siguió adelante gracias a los es-fuerzos de los obispos Bernardo Herrera y Joaquín Pardo Vergara y a los fondos económicos que provenían de las iglesias de Antioquia y el Viejo Caldas. El 17 de octubre de 1897 ya servía como capilla la sacristía del costado oriental, que antes era el estudio de Carré.

Abside: Parte de la iglesia situada en la cabe-cera, o en el lugar donde está el altar principal.Argamasa: Mezcla de cal, arena y agua, de consistencia plástica.Baldaquino: Pabellón del altar.Basílica: Título honorífico que la iglesia le con-cede atendiendo algunos requisitos, entre ellos, antigüedad, valor arquitectónico y artístico.Columnata: Serie de columnas.Crucero: Espacio en el templo en que se cru-zan dos naves perpendiculares y una de ellas es la nave principal.Nicho: Concavidad que se deja en una pared para poner una estatua.

Poesía satírica sobre la controversia suscitada acerca de la solidez de la

Basílica y su posible desplome.