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  • El Ejrcito Popular Revolucionario (EPR).En las grietas de la hegemona en Mxico

    Popular Revolutionary Army (EPR).

    In the cracks of hegemony in Mexico

    por Carlos Figueroa Ibarra1 y Lorena Martnez Zavala2

    Resumen

    Resulta paradjico al examinar el desenvolvimiento del Estado en

    Mxico, el contrastar su estabilidad comparada con el resto de los pases

    de Amrica Latina, con la recurrente aparicin de organizaciones guerrille-

    ras. De manera ininterrumpida, desde la dcada de los cuarenta del siglo

    XX, se han generado diversos movimientos revolucionarios que han hecho

    de la lucha armada el camino del poder. En este trabajo sostenemos que

    la existencia y las demandas del Ejrcito Popular Revolucionario (EPR) en

    Mxico se insertan en dicha paradoja. La presencia y operatividad del EPR

    forma parte de lo que se ha llamado la guerrilla recurrente, expresin de un

    Estado que ha sido hegemnico, pero que al mismo tiempo muestra grie-

    tas en dicha hegemona. El Estado mexicano est fuertemente consolida-

    do en sustanciales regiones del pas, pero en otras zonas dicha hegemo-

    na es frgil. Son estas grietas hegemnicas los caminos por los cuales

    han transitado las guerrillas mexicanas. La diferencia en el accionar de

    estas guerrillas en el momento actual es que lo hacen cuando la crisis

    hegemnica no es solamente regional.

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    1 Profesor-investigador del posgrado en Sociologa del Instituto de Ciencias Socialesy Humanidades Alfonso Vlez Pliego de la Benemrita Universidad Autnoma de Puebla(BUAP).

    2 Doctora egresada del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades Alfonso VlezPliego de la Benemrita Universidad Autnoma de Puebla (BUAP).

  • Palabras Clave: Ejrcito Popular Revolucionario, Estado mexicano,

    Hegemona, Grietas, Recurrencia guerrillera.

    Summary

    Paradoxically, when considering the development of the State in Mexico,

    to contrast its stability compared with other Latin American countries, with

    the recurrent emergence of guerrilla organizations. Without interruption,

    from the forties of the twentieth century, we have generated various revolu-

    tionary movements that have made the path of armed struggle of power. In

    this paper we argue that the existence and the demands of the Popular

    Revolutionary Army (EPR) in Mexico are inserted into this paradox. The

    presence and operation of RPA is part of what has been called the guerri-

    lla recurrent expression of a state that has predominated, but at the same

    time shows cracks in this hegemony. The Mexican state is strongly bound

    in substantial parts of the country, but in other areas such hegemony is fra-

    gile. Are these cracks hegemonic ways by which the Mexican guerrillas

    have transited. The difference in the actions of these guerrillas at present

    is that they do when the crisis is not only regional hegemon.

    Keywords: Popular Revolutionary Army, Mexican State, Hegemony,

    Cracks, Recurrence guerrilla.

    Desarrollo

    El examen del Estado mexicano durante el siglo XX nos evidencia una

    diferencia notable en relacin a la mayora de los Estados en

    Latinoamrica. Cuando en Centro y Sudamrica observamos democracias

    precarias sucedidas por regmenes militares y una gran frecuencia de gol-

    pes de Estado, en Mxico se observaba la ereccin de un rgimen autori-

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  • tario pero sustentado en un gran consenso y una estabilidad notable. Sin

    embargo detrs de la notable estabilidad que implicaron los setenta aos

    de gobierno del partido hegemnico, siempre estuvieron sectores socia-

    les, regiones geogrficas, en las cuales se anidaba el descontento. Ms

    all de las conmociones que sufri la hegemona del Partido Revoluciona-

    rio Institucional (PRI), algunas de las cuales abrieron ciclos importantes

    como la del movimiento estudiantil popular de 1968, los gobiernos herede-

    ros de la revolucin mexicana parecieron gozar de buena salud hasta 1988

    cuando la ruptura del pacto histrico establecido por sta origin un cisma

    que estremeci al rgimen.

    Pero el pacto histrico de la revolucin mexicana que se asent en una

    versin suigneris de un estado benefactor y un control autoritario del

    movimiento sindical y campesino, que se asent tambin en un crecimien-

    to de clases medias en las ciudades, en suma en un reparto de la riqueza

    con sus alzas y sus bajas3 se observ de manera desigual en el pas. Por

    ello tambin debe hablarse de una construccin desigual de la hegemona

    estatal en Mxico. Hubo regiones en el pas donde ese pacto se observ

    sino que fue sustituido por el cacicazgo, la violencia y las formas ms

    extremas de expoliacin.

    Acaso por ello al investigar a una de las guerrillas ms importantes en

    Mxico, el Ejrcito Popular Revolucionario (EPR), encontramos que dicho

    movimiento plantea que sus orgenes no se inician en 1996, sino que pro-

    vienen de las luchas Villistas, Zapatistas y Jaramillistas. El EPR se auto-

    concepta como heredero y continuador de buena parte de las luchas

    guerrilleras que se observaron en Mxico hasta antes de 1996 cuando hizo

    su aparicin pblica4.Esto lleva a preguntarnos por qu si el Estado mexi-

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    3 Tello, C. (2010). Sobre la desigualdad en Mxico. Mxico: Universidad NacionalAutnoma de Mxico.Caps. III y IV.

    4 EPR, 1997-08-30; 1999-06-30; 2000-12-31

  • cano logr consolidar una gran hegemona, han surgido de manera recu-

    rrente movimientos guerrilleros? En el presente trabajo ensayamos una

    respuesta a dicha pregunta, la cual consiste en la afirmacin de que si bien

    el Estado mexicano posrevolucionario logr instaurar una hegemona

    capaz de consolidar un Estado-nacin fuerte, tambin hubo mbitos en los

    que dicha hegemona fue impugnada, nichos donde hubo fracturas en la

    legitimidad del Estado. Han sido estas grietas en las cuales las guerrillas

    en Mxico, el EPR entre ellas, han transitado y efectuado su lucha.

    La hegemona desigual

    Cuando hablamos de hegemona nos referimos a una dominacin que se

    efecta a travs de la constitucin de una clase dirigente. No se trata sola-

    mente de la coercin sino de la construccin de un consenso para seguir la

    senda de la dada establecida desde Maquiavelo (el Prncipe como centau-

    ro, mitad bestia, mitad humano) y que Gramsci retoma en Los Cuadernos

    del la crcel. La hegemona es coercin ms consenso pero sobre todo con-

    senso6. A diferencia de otros Estados latinoamericanos que durante pero-

    dos significativos se asentaron en la represin, el Estado mexicano constru-

    y las bases ideolgicas y materiales de una hegemona notable. En el

    plano ideolgico construy una ideologa, la ideologa de la revolucin mexi-

    cana y en el mbito de la dominacin propiamente dicha construy ese sis-

    tema poltico notable que articul la represin con la mediacin prebendal6.

    A la par de un frreo y eficaz autoritarismo, el rgimen mexicano actu

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    5 Gramsci, A. (1975a). Notas sobre poltica, Maquiavelo y el Estado moderno. MxicoD.F: Editorial Juan Pablos. pp.37-40, 55

    6 Este planteamiento puede desprenderse de la lectura del libro entero de ArnaldoCrdova (1985). La ideologa de la Revolucin Mexicana. La formacin del nuevo rgi-men. Mxico: Editorial ERA e Instituto de Investigaciones Sociales de la UniversidadNacional Autnoma de Mxico.; Vese tambin el captulo IV sobre la mediacin enBartra, R. (1978). El poder desptico burgus. Mxico D.F: Serie Popular ERA.

  • como bien resaltan Bobbio y Bovero que sola decir Rousseau: el gober-

    nante a diferencia del padre y del amo, tiene necesidad de que su autoridad

    sea aceptada para que sea considerada legtima7.

    Para poder consolidarse como Estado, la lite posrevolucionaria cons-

    truy una nueva estructura jurdica que le diera sustento y legitimidad.

    Llev a cabo un proceso de negociacin con los grupos subalternos ofre-

    ciendo prerrogativas a los campesinos y obreros. La instauracin de una

    reforma agraria que manifestara el derecho de propiedad de la tierra para

    los campesinos, el reconocimiento de los derechos sindicales y laborales

    de los trabajadores como el salario mnimo, la regulacin de la jornada

    laboral y el derecho a la huelga y a organizarse, quedaron asentados en la

    Constitucin de 1917. Es decir, a travs de la consolidacin de dicho docu-

    mento, el Estado y las reglas del derecho pblico que los sustentan se ins-

    tauraron como los reguladores de la relacin capital-trabajo8.

    Adems de este aspecto reglamentario, la hegemona de la lite posre-

    volucionaria se instituy a travs de la consolidacin de aparatos de con-

    trol como el Partido Nacional Revolucionario (PNR), que posteriormente,

    cambi a Partido de la Revolucin Mexicana (PRM) y finalmente, Partido

    Revolucionario Institucional (PRI); la Confederacin de Trabajadores de

    Mxico (CTM), la Confederacin Nacional Campesina (CNC) y la Confede-

    racin de Organizaciones Populares (CNOP), entre otros. Estas institucio-

    nes estatales funcionaron como unificadores de los partidos locales y

    regionales; as como tambin, como instrumentos que proporcionaban una

    organizacin jerrquica de los caciques y lderes de las regiones del pas9.

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    7 Bobbio, N. y Bovero, M. (1986). Sociedad y Estado en la filosofa poltica moderna.Mxico: Fondo de Cultura Econmica, p.88

    8 Roux, R. (2005). El Prncipe Mexicano. Subalternidad, Historia y Estado. Mxico:ERA. pp 114, 142

    9 Monsivis, C. (1977). Notas sobre la cultura mexicana en el siglo XX, en Historiageneral de Mxico, p. 305 Mxico: El Colegio de Mxico. Vol. IV.

  • A travs de estos elementos, la lite posrevolucionaria construy una ima-

    gen de nacin que contena la promesa de instaurar una sociedad justa, la

    cual permita la reproduccin y la garanta de una igualdad econmica y

    ciudadana. La construccin del nacionalismo revolucionario mexicano se

    sustent ideolgicamente en el humanismo, en el culto a los hroes, la

    recuperacin del pasado y la reivindicacin de los orgenes como elemen-

    to de orgullo para la poblacin, en un debate entre lo nuevo y lo viejo, en

    la modernidad, la recuperacin del arte popular y en la bsqueda del pro-

    greso como el objetivo que se debera instaurar en el pas. El progreso -

    sealaba la lite dominante- requera la unificacin nacional para poder

    consolidarse. El nacionalismo revolucionario se construy y reprodujo a

    travs de la cultura, la msica, las artes plsticas, la literatura y el impulso

    estatal para impartir la educacin bsica entre la poblacin, dicho intento

    por disminuir el porcentaje de analfabetismo en el pas, fue el medio a tra-

    vs del cual difundieron la utopa revolucionaria.10.

    Pero la hegemona del Estado mexicano no se instal como un proceso

    homogneo. Dicho predominio se consolid de manera desigual e incom-

    pleta en el pas. De acuerdo con John Gledhill11, Mxico es un pas alta-

    mente regionalizado, y una historia nacional debe escribirse de manera

    que reconozca la influencia de los muchos Mxicos en la configuracin de

    la totalidad. El Estado mexicano posrevolucionario logr fijar su domina-

    cin a travs de arreglos y negociaciones entre las regiones, generando

    as procesos de coercin y alianzas que fortalecan el poder central. La

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    10 Monsivis, C. (1977). Notas sobre la cultura mexicana en el siglo XX, en Historiageneral de Mxico, Op. Cit. p. 309; Monsivis, C. (1984). No con un sollozo, sino entredisparos. Notas sobre cultura mexicana 1910- 1968, Revista Iberoamericana (148-149),p. 721; Vizcano, F. (2002). Los cambios recientes del nacionalismo mexicano, Mxico: p.268. [En lnea:] http://132.248.35.1/bibliovirtual/Libros/BejaryRosales/2002/ocho.pdf[consultado: Noviembre 2011]

    11 Vizcano, F. (2002). Los cambios recientes del nacionalismo mexicano, Op. Cit.p. 210

  • hegemona del Estado se consolid de manera dispar, instaurndose en

    diversas formas y en diferentes grados en las zonas del pas12.

    Jeffrey Rubin13 seala que debemos ver al Estado y al rgimen mexi-

    cano como partes de un centro complejo y cambiante que no slo coexis-

    te con mltiples arreglos regionales y culturales surgidos desde los treinta,

    sino que est arraigado en y constituido por ellos. La hegemona del

    Estado no es un poder central del cual irradia la dominacin; sino que est

    constituido por prcticas, normas e instituciones regionales que reprodu-

    cen y regulan la dominacin de la lite gobernante. Esta caracterstica del

    Estado mexicano posibilita la existencia de zonas en las cuales el poder

    dominante no tiene un alcance ni una presencia absoluta; crendose as,

    condiciones desiguales de desarrollo y presencia estatal14.

    El Estado mexicano se fund a partir de una hegemona nacional y a tra-

    vs de hegemonas locales. Esta relacin de lo nacional y lo local crearon

    prcticas interrelacionadas15 que retroalimentaron y generaron una din-

    mica que permiti la perpetuacin de la lite dominante. Un elemento cen-

    tral en el mantenimiento de las hegemonas regionales fue la consolidacin

    de caciques que fungieron como agentes de dominacin, que ocuparon un

    lugar privilegiado en el proceso de construccin y consolidacin del Estado

    nacin16. Como seala Salvador Maldonado Aranda17, los caciques son

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    12 Rubn, J. (2003). Descentrando el rgimen: Cultura y Poltica regional en Mxico,Relaciones 96 (096), pp. 125-180. Mxico.

    13 Rubn, J. (2003). Descentrando el rgimen: Cultura y Poltica regional en Mxico,Relaciones 96 (096), Op. Cit. p. 129

    14 Maldonado Aranda, S. (Editor). (2001). Dilemas del Estado nacional: una visindesde la cultura y el espacio regional. Mxico: El Colegio de Michoacn.p. 13; Rubn, J.(2003). Descentrando el rgimen: Cultura y Poltica regional en Mxico, Relaciones 96(096), Op. Cit. p. 132

    15 Rubn, J. (2003). Descentrando el rgimen: Cultura y Poltica regional en Mxico,Relaciones 96 (096), Op. Cit. p. 134

    16 Maldonado Aranda, S. (2003). Poder regional en el Estado de Mxico: EntreGrandes hombres y pequeos caciques, Relaciones 96 (096), Mxico. p. 81

    17 Maldonado Aranda, S. (2003). Poder regional en el Estado de Mxico: EntreGrandes hombres y pequeos caciques, Relaciones 96 (096) Op. Cit. pp. 81-82

  • jefes polticos locales, que establecen relaciones con la lite nacional a tra-

    vs de la consolidacin de redes que permite a las lites dominantes el

    control de los puestos polticos nacionales y locales, son las expresiones

    del poder en los espacios regionales. Roger Bartra18 seala que todo sis-

    tema de cacicazgo implica una estructura de mediacin en la que el caci-

    que consigue el poder mediante el apoyo que logra de la comunidad a la

    que representa

    La desigualdad en la presencia del Estado en diferentes regiones nos

    permite comprender la existencia de nichos donde haba crisis hegemni-

    cas. Es decir, permite entender cmo un Estado que fue hegemnico estu-

    vo plagado de autoritarismos e injusticias que explican los brotes guerrille-

    ros que surgieron en contra de los poderes regionales. Debemos sealar

    sin embargo, que no todos los movimientos armados revolucionarios que

    surgieron en el pas, fueron procesos locales o regionales. Por ejemplo la

    masacre del 2 de octubre de 1968 provoc el surgimiento de grupos gue-

    rrilleros que rompieron con la lucha local e impulsaron un movimiento

    nacional.

    La fractura hegemnica a partir de la implantacin del neoliberalismo

    Hemos descrito lo que sucedi en la mayor parte del tiempo de la hege-

    mona del PRI en el Estado mexicano. Sostenemos que esta hegemona

    estaba sustentada a su vez en una hegemona estatal sustentada en una

    ideologa, en un sistema de control social, en la mediacin prebendal y por

    supuesto que tambin en la represin. La hegemona nacional se articula-

    ba con hegemonas regionales y locales o con la ausencia de stas y en

    sentido contrario, por cacicazgos, violencia, despojos y expoliacin.

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    18 Bartra, R. (1978). El poder desptico burgus. Mxico D.F: Serie Popular ERA. p. 29

  • Sostenemos que esta situacin comenz a cambiar de manera sustan-

    cial a partir de 1982 cuando el gobierno de Miguel de la Madrid (1982-

    1988) empez a romper el pacto histrico el cual ha sido analizado sucin-

    tamente lneas atrs. A partir de ese momento, como se vera en el conflic-

    to poselectoral de 1988 cuando Carlos Salinas de Gortari fue declarado

    vencedor en el contexto de elecciones que fueron calificadas de fraudulen-

    tas, la hegemona nacional del PRI comenzara declinar hasta llegar a la

    alternancia en la presidencia con el triunfo de Vicente Fox en las eleccio-

    nes presidenciales de 2000. A la crisis hegemnica del PRI, le sucedi la

    crisis hegemnica del neoliberalismo que se hizo evidente con el fraude

    electoral de 200619. El Estado mexicano caracterizado por su notable

    hegemona empez a observar una crisis que desde hace aos no se

    conoca: el fraude electoral de 1988, el levantamiento zapatista de 1994, el

    asesinato ese mismo ao de Luis Donaldo Colosio, el candidato presiden-

    cial del PRI, la derrota electoral de este partido en 2000, los enfrentamien-

    tos polticos observados a partir de 2004 los cuales culminaron con el frau-

    de electoral de 2006.

    En la dcada de los ochenta, el Estado mexicano estuvo inmerso en una

    serie de modificaciones econmicas y polticas, que fueron el resultado del

    paso del Estado de bienestar a uno de carcter neoliberal. As las cosas

    en Mxico, se fue dejando atrs la poca en que el Estado era un organi-

    zador y promotor del desarrollo del pas. El tambin llamado Estado desa-

    rrollista mexicano entr en un periodo de desequilibrio enmarcado en la

    crisis mundial del petrleo en 1973 que agudiz las problemticas socia-

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    19 Figueroa Ibarra, C. (2010). En el umbral del posneoliberalismo? Izquierda ygobierno en Amrica Latina. Guatemala: F&G Editores y FLACSO-Guatemala, p.18.;Figueroa Ibarra, C. y Sosa. R. (2010). Del desafuero al gobierno legtimo: episodios dela resistencia civil en la confrontacin neoliberal en Mxico. En M. Lpez, C. Figueroa yB. Rajland (Eds). Temas y procesos de la historia reciente de Amrica latina. (pp.69-92)Santiago de Chile: Editorial Arcis/CLACSO.

  • les existentes en Mxico 20. En realidad el modelo econmico que susten-

    t la poca de oro del priato (la hegemona del PRI) adverta signos de

    estancamiento como bien lo advirti Raymond Vernon en la dcada de los

    sesenta21. La crisis econmica de 1976 y posteriormente la que se desen-

    caden en 1982 evidenciaron el carcter premonitorio del trabajo de

    Vernon y abrieron las puertas para la ruptura del pacto histrico que le

    haba dado tanta estabilidad al rgimen posrevolucionario. Se inici as un

    proceso de transformacin en la poltica econmica el cual consisti en la

    implementacin del neoliberalismo en el pas. El proyecto neoliberal gene-

    r cambios en el papel desempeado por el Estado, afectando la funcin

    de promotor, planificador y garante del bienestar social. Dej de desempe-

    ar el papel de generador de empleos, distribuidor de ingresos y dirigente

    del desarrollo del pas22.

    El proyecto neoliberal gener cambios en la estructura de las lites

    dominantes, ya que se gener un aumento en la incursin del capital

    extranjero en el pas, se consolid una lite internacional y se form un

    vasto mercado financiero a escala planetaria23. De igual manera, el pro-

    yecto neoliberal gener cambios en las condiciones laborales, precarizan-

    do las condiciones de trabajo, debilitando la organizacin sindical y el tras-

    lado de partes de la cadena productiva a pases que proporcionaban mano

    de obra barata. La implantacin del proyecto neoliberal y las mltiples

    transformaciones sociales, polticas y econmicas que esto conllev, pro-

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    20 Francais, A. (2000). El Crepsculo del Estado-nacin. Una interpretacin histricaen el contexto de la globalizacin, UNESCO, [En lnea:] www.unesco.org/most/francais.htm#autor [consultado: Julio 2011]

    21 Vernon, R. (1969). El dilema del desarrollo econmico de Mxico. Mxico: EditorialDiana. Cap. 7.

    22 Francais, A. (2000). El Crepsculo del Estado-nacin. Una interpretacin histricaen el contexto de la globalizacin, Op. Cit.; Tello, C. (2010). Sobre la desigualdad enMxico. Mxico: Universidad Nacional Autnoma de Mxico, Cap. 5.

    23 Francais, A. (2000). El Crepsculo del Estado-nacin. Una interpretacin histricaen el contexto de la globalizacin. Op. Cit.

  • voc y represent la ruptura del pacto social que se haba instaurado a par-

    tir del proceso revolucionario de 1910. El neoliberalismo ha agudizado las

    problemticas sociales existentes en Mxico, generando un aumento en

    los niveles de desigualdad y diferencia social. Nos encontramos frente a

    una crisis hegemnica del sistema neoliberal, la cual ha sido resultado de

    la incapacidad de dicho proyecto para cumplir las promesas de consolidar

    un bienestar econmico y una estabilidad poltica24. La tasa de crecimien-

    to del PIB durante el periodo neoliberal ha sido del 2%, dicho porcentaje es

    muy reducido frente al 6% que se alcanz durante el periodo desarrollista.

    Los ndices de desempleo han ido en aumento, en 2006 el 3.5% de la

    Poblacin Econmicamente Activa (PEA) estaba desocupada; en 2007

    aument a un 4%; y de acuerdo con datos del INEGI, en el 2011 ha aumen-

    tado a 5.43%. De igual manera, los ndices que demuestran el desarrollo e

    impulso a la educacin en Mxico son muy precarios, ya que el Estado

    destina nicamente el 0.5% del PIB a ciencia y tecnologa25.

    La crisis hegemnica por la que atraviesa el Estado se evidenci con el

    declive de la lite prista posrevolucionaria, la consolidacin de la lite

    panista, la aparicin de movimientos guerrilleros como el Ejrcito Zapatista

    de Liberacin Nacional (EZLN) y el EPR. Ms all de los movimientos gue-

    rrilleros, la crisis hegemnica neoliberal llev a la aparicin desde 2004 del

    movimiento encabezado por Andrs Manuel Lpez Obrador26 y otra ver-

    tiente antineoliberal, que procede de la guerrillera pero que termin convir-

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    24 Figueroa Ibarra, C. (2010). En el umbral del posneoliberalismo? Izquierda ygobierno en Amrica Latina. Op. Cit. pp. 18-30.

    25 Figueroa Ibarra, C. (2010). En el umbral del posneoliberalismo? Izquierda ygobierno en Amrica Latina. Op. Cit. pp.23-24; Rombiola, N. (2011). Desempleo MxicoEnero 2011, La Economa, 25- 02- 2011, [En lnea:] http://www.laeconomia.com.mx/desempleo-mexico-enero-2011/ [consultado: Enero 2012]

    26 Acvez Lpez, L. y Figueroa Ibarra, C. (2008). Cuatro claves del lopezobradoris-mo. En F. Correas, C. Figueroa Ibarra, P. Hernndez Ornelas y M. Da Marroni(Coordinadores), Mxico de la utopa compartida a la nacin dividida. Mxico D.F: Institutode Ciencias sociales y Humanidades Alfonso Vlez Pliego/Plaza y Valds Editores.pp.41-60

  • tindose en un movimiento social como es el zapatismo del EZLN27. En los

    ltimos aos el Estado mexicano ha atravesado por un profundo proceso

    de desgaste en su legitimidad, est inmerso en una crisis que no ha logra-

    do resarcir. En ese contexto la celebrada transicin mexicana a la demo-

    cracia que fue celebrada en ocasin de la derrota del PRI y de la asuncin

    del Partido de Accin Nacional (PAN) a la presidencia de la repblica, pron-

    to comenz a mostrar sus limitaciones que ms de algn analista desta-

    c28. En realidad la transicin democrtica tuvo su prueba de fuego con las

    elecciones de 2006, prueba que no logr superar. Dicha transicin sufri

    un duro revs con la imposicin fraudulenta que se observ en el proceso

    electoral de 200629. He aqu el sustento de afirmaciones de analistas que

    observan en Mxico un arraigado rgimen autoritario que se rehsa a

    desaparecer30.

    Como ya lo hemos dicho, durante todo el periodo del PRI como porta-

    dor del nacionalismo revolucionario y eje del Estado desarrollista o posre-

    volucionario, la hegemona nacional se articulaba con hegemonas regio-

    nales y locales o con la ausencia de stas y en sentido contrario, por caci-

    cazgos, violencia, despojos y expoliacin. En la poca del Estado posneo-

    liberal, la crisis hegemnica a nivel nacional ilumin todos los rincones y

    potencializ las posibilidades regionales para los movimientos guerrilleros.

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    27 Figueroa Ibarra, C. y Larrondo de Martino, D. (2008). Resistencia y rebelda en elMxico actual. (Los abigarrados caminos de la izquierda). En F. Correas, C. FigueroaIbarra, P. Hernndez Ornelas y M. G. Da Marroni (Coordinadores), Mxico de la utopacompartida a la nacin dividida (pp.61-83).Mxico D.F: Instituto de Ciencias sociales yHumanidades Alfonso Vlez Pliego/Plaza y Valds Editores.

    28 Tal es el sentido de los captulos escritos por Zambrano, Garavito, Rhoux, yAnguiano en Anguiano, A. (Coordinador). (2001). Dnde qued la transicin? Una visindesde la izquierda. Mxico D.F: Universidad Autnoma Metropolitana Xochimilco.

    29 Figueroa Ibarra, C. y Sosa. R. (2010). Del desafuero al gobierno legtimo: episo-dios de la resistencia civil en la confrontacin neoliberal en Mxico. En M. Lpez, C.Figueroa y B. Rajland (Eds). Temas y procesos de la historia reciente de Amrica latina.Op. Cit. pp.69-92

    30 Anguiano, A. (2010). El Ocaso interminable. Mxico: ERA. p. 11

  • Los movimientos guerrilleros contra el Estado posrevolucionario

    La presentacin pblica del EPR el 28 de junio de 1996 no fue un aconte-

    cimiento aislado. La historia del Estado posrevolucionario haba estado tei-

    da por el surgimiento de movimientos guerrilleros, que a travs de la va

    armada buscaron generar transformaciones a nivel regional y/o nacional.

    Los movimientos armados revolucionarios en Mxico pueden ser contex-

    tualizados en tres ciclos. El primero fue aquel que dio lugar al surgimiento

    en el estado de Morelos del Jaramillismo. Dicho movimiento armado surgi

    en las dcadas de 1940-1950 como impulso de la Revolucin Mexicana, ya

    que los miembros del movimiento Jaramillista pertenecieron al ejrcito de

    Emiliano Zapata. El proceso revolucionario de 1910 logr institucionalizarse

    y consolidarse como hegemnico durante el sexenio del General Lzaro

    Crdenas del Ro (1934- 1940); el cual logr cooptar a las diversas corrien-

    tes revolucionarias que no se consolidaron como hegemnicas. El movi-

    miento Jaramillista no luchaba en contra de la lite nacional, sino que sur-

    gi como un poder contestatario en contra de la lite local morelense.

    Una segunda ola guerrillera en Mxico surgi a partir del triunfo de la

    Revolucin Cubana en 1959. La victoria del grupo rebelde para derrocar al

    gobierno de Fulgencio Batista sembr un espritu revolucionario en Mxico

    y en Amrica Latina. Los movimientos armados en Mxico buscaban remo-

    ver a la lite posrevolucionaria y de esta manera, lograr la consolidacin de

    un poder popular semejante al caso cubano. Como seala Igor Goicovic

    Donoso (2005), el triunfo de la Revolucin Cubana vino a modificar de

    manera radical la forma de hacer poltica, [] modific de manera impor-

    tante los lineamientos tcticos y estratgicos []. El principal impacto de la

    Revolucin Cubana se produjo en el plano poltico y, a travs de l, en el

    plano cultural. Dicha esperanza transformadora se intensific en la dca-

    da de los setenta, con el triunfo electoral de Salvador Allende en Chile y el

    ciclo guerrillero en Guatemala, Nicaragua y Colombia.

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  • En el contexto de la interpretacin que hemos venido haciendo, los dos

    primeros ciclos guerrilleros se enmarcaron en el escenario mexicano en los

    vacos hegemnicos que los regmenes posrevolucionarios acusaban en

    diversas regiones del pas. Desde la izquierda, estos vacos en los cuales

    surgan brotes de rebelda eran interpretados tambin como expresin de

    un fenmeno ms general cual era el agotamiento o fin de la revolucin

    mexicana. Desde esta perspectiva, la revolucin mexicana haba conclui-

    do su ciclo transformador con el fin del periodo de gobierno del general

    Lzaro Crdenas (1934-1940) lo cual por supuesto era rechazado enfti-

    camente por los representantes del rgimen posrevolucionario31. Aun

    cuando era cierto que el mpetu revolucionario generado en 1910, haba

    terminado, tambin era cierto que el proyecto histrico de la revolucin

    mexicana no haba sido desmantelado en lo esencial. Como hemos dicho

    antes, esto sucedi despus de la crisis de 1982 y particularmente duran-

    te los gobiernos de Miguel de la Madrid (1982-1988) y Carlos Salinas de

    Gortari (1988-1994).

    El tercer ciclo guerrillero surgi en la dcada de los ochenta, periodo en

    el cual se generaron cambios econmicos, polticos y sociales que dieron

    paso a la desestructuracin del Estado benefactor y la instauracin de un

    Estado neoliberal. Las guerrillas mexicanas ya no se movieron en este

    caso en las sendas de las grietas hegemnicas de los gobiernos posrevo-

    lucionarios sino lo hicieron en el contexto de una crisis hegemnica gene-

    ral32. Esta crisis cre un espacio muy importante el cual permiti la confor-

    macin del Partido Revolucionario Obrero Campesino Unin del Pueblo-

    Partido de los Pobres (PROCUP-PDLP). La crisis hegemnica del Estado

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    31 Ross, S. (1972). Ha muerto la revolucin mexicana?, Mxico D.F: Sepsetentas.Vols. 1 y 2. En el volumen 2 consltense los captulos escritos por Loyo, Daz OrdazEcheverra y Reyes Heroles

    32 Figueroa Ibarra, C. (2010). En el umbral del posneoliberalismo? Izquierda ygobierno en Amrica Latina. Op. Cit. p.18.

  • mexicano tambin se evidenci con el surgimiento del EZLN el 1 de enero

    de 1994, dicho problema poltico se sum a la crisis econmica que se

    desat el mismo ao, la cual tuvo impacto a nivel internacional. Estos fac-

    tores potencializaron el surgimiento y la capacidad operativa y de creci-

    miento del EPR.

    La lucha guerrillera en el pas no ha sido un proceso homogneo. La

    historia de la lucha armada, nos muestra elementos comunes y aspectos

    diferentes entre ellos. Sobre las similitudes, podemos sealar que las dife-

    rentes guerrillas mexicanas tales como el Jaramillismo, el Grupo Popular

    Guerrillero (GPG), la Asociacin Cvica Nacional Revolucionaria (ACNR),

    el Partido de los Pobres (PDLP), el Movimiento de Accin Revolucionaria

    (MAR), las Fuerzas de Liberacin Nacional (FLN) y la Liga Comunista 23

    de Septiembre (LC23S) fueron movimientos armados que surgieron en un

    entorno de pobreza y desigualdad. La poblacin buscaba transformar

    dichas condiciones sociales a travs de la eleccin de candidatos que sen-

    tan como representantes y a travs de solicitudes y manifestaciones pac-

    ficas que les permitiera hacer llegar sus demandas. Sin embargo, las lites

    dominantes cerraban estas vas de acceso popular llevando a cabo frau-

    des electorales y haciendo uso de la violencia y represin en contra de los

    manifestantes. El surgimiento de estos movimientos armados estuvo pre-

    cedido por el intento popular de luchar por medio de los caminos legales y

    pacficos. Sin embargo, la violencia y la inexistencia de vas de demanda y

    participacin popular generaron el surgimiento de movimientos guerrilleros

    que buscaban instaurar los cambios necesarios a travs de caminos no

    institucionales.

    En cuanto a las diferencias, podemos sealar que los aspectos que ori-

    ginaron el levantamiento de la lucha Jaramillista, el GPG, la ACNR y el

    PDLP son distintos en comparacin con el MAR, la LC23S, las FLN y el

    PROCUP-PDLP. El primer grupo de movimientos armados (Jaramillismo,

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  • el GPG, la ACNR y el PDLP) surgieron como resultado de un desgaste de

    las vas institucionales y pacficas a travs de las cuales la poblacin poda

    participar y demandar mejoras para su vida cotidiana. En cambio, el MAR,

    la LC23S, las FLN y el PROCUP-PDLP fueron resultado de la radicaliza-

    cin ideolgica de ciertos sectores como el estudiantil, factor que se gene-

    r como resultado de la masacre del 2 de octubre de 1968 y la existencia

    de un espritu de la poca que enarbolaba la consolidacin del socialismo

    a partir de la lucha revolucionaria.

    Otra diferencia importante entre estos movimientos consiste en la capa-

    cidad de expansin de los movimientos guerrilleros. El GPG, la ACNR y el

    PDLP fueron movimientos que tuvieron presencia solo a nivel de las regio-

    nes en las que surgieron. A diferencia de esto, el MAR, la LC23S y el PRO-

    CUP-PDLP rompieron con la localidad y lograron expandir su lucha en

    diversos estados de la Repblica.

    Una divergencia fundamental entre estos movimientos guerrilleros, con-

    sisti en el Estado que desafiaron. Los Jaramillistas, el GPG, la ACNR, el

    PDLP, el MAR y la LC23S enfrentaron un Estado con la legitimidad nece-

    saria para sobrellevar dichas irrupciones. A diferencia de esto, el PRO-

    CUP-PDLP se desarroll en un contexto de cambios econmicos, polticos

    y culturales generados por el neoliberalismo, lo cual gener una crisis

    hegemnica en el Estado mexicano. La reduccin del papel del Estado a

    un protector de los intereses del capital nacional y trasnacional fractur su

    legitimidad, la cual se evidenci con el levantamiento del EZLN el 1 de

    enero de 1994, la destitucin de la lite prista en algunos sectores de

    dominacin, la instauracin de la lite panista y la reconfiguracin de la

    lucha armada proyectada a travs del EPR y sus desprendimientos. Tanto

    el PROCUP-PDLP en los ochentas, como el EZLN y el EPR desde los

    noventas hasta la actualidad, se enfrentan a un Estado sostenido a travs

    de la dominacin, con un consenso oscilante. Sin embargo, dichos movi-

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  • mientos no slo se enfrentan al Estado mexicano, sino a las lites neolibe-

    rales trasnacionales.

    Impacto y presencia del EPR

    El EPR es un movimiento guerrillero clsico que reivindica el marxismo-

    leninismo, los aportes de la Guerra Popular Prolongada (GPP) y los idea-

    les republicanos de igualdad, justicia y democracia. Del marxismo-leninis-

    mo sostienen el planteamiento de consolidar un Partido constituido por los

    militantes con mayor preparacin terica y militar, cuyo papel consiste en

    ser la vanguardia que dirigir el proceso revolucionario. La estrategia pol-

    tico-militar eperrista est basada en acciones militares de hostigamiento a

    unidades estatales, policacas y del ejrcito mexicano; as como tambin,

    la realizacin de acciones de propaganda poltica a travs de la cual difun-

    dir sus planteamientos ideolgicos. Las acciones militares del EPR contie-

    nen un fundamento tico-moral que sostiene que las acciones de hostiga-

    miento deben desarrollarse resguardando la integridad de la poblacin33.

    El EPR no ha generado una operatividad constante ni permanente de

    1996 hasta la actualidad. A diferencia de esto, su accionar ha sido cam-

    biante, con momentos de auge y periodos de inactividad. El inicio operati-

    vo del EPR en 1996 estuvo marcado por una amplia capacidad de accin,

    llevando a cabo acciones continuas y consolidando Comits en otros esta-

    dos del pas. Esta capacidad de accin sufri una cada a partir de 1997,

    resultado de la crisis interna que sufri el EPR. Al interior del movimiento

    guerrillero brotaron diferencias ideolgicas, tcticas y metodolgicas, lo

    que provoc la separacin de militantes que decidieron construir caminos

    de lucha distintos. A partir de dicha fragmentacin surgieron el Ejrcito

    Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI), las Fuerzas Armadas Revo-

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    33 EPR, 1996-12-02; 2001-01-01; 2001-01-01; 2001-01-01; 2001-01-01; 2001-01-01;2007-07-10

  • lucionarias del Pueblo (FARP), el Ejrcito Villista Revolucionario del Pueblo

    (EVRP), el Comit Clandestino Revolucionario de los Pobres-Comando

    Justiciero 28 de Junio (CCRP-CJ28J) y Tendencia Democrtica Revolucio-

    naria-Ejrcito del Pueblo (TDR-EP). Esta fractura disminuy completa-

    mente la capacidad operativa del EPR. A partir del Primer Congreso

    Nacional que realizaron en el ao 2000, lograron reconfigurar y replantear

    su lucha, iniciando un periodo poltico de difusin de comunicados. En

    2008, el EPR logr reactivarse operativamente situando al EPR en un

    plano nacional e internacional. Despus de las acciones de hostigamiento

    realizadas en 2008, se ha generado nuevamente un declive en su accionar

    militar y su actividad poltica se mantiene a travs de la emisin de comu-

    nicados y probablemente, en un trabajo clandestino para consolidar bases

    de apoyo34.

    Si bien, el EPR ha sealado que la prioridad de su lucha consiste en

    abrir mbitos polticos, las acciones militares con las que iniciaron en la

    dcada de los noventa eran un elemento esencial, ya que dichas acciones

    de hostigamiento a unidades militares son una estrategia caracterstica de

    los grupos guerrilleros. Podemos observar un cambio estratgico y opera-

    tivo del EPR, en un inicio dicho movimiento armado tuvo la capacidad de

    generar una serie de acciones eslabonadas, sin embargo, quedaron mer-

    madas con la crisis interna del movimiento. An despus del Primer

    Congreso Nacional del 2000, el EPR no ha logrado tener la capacidad ope-

    rativa que tuvo en sus inicios. Esta caracterstica es un punto a destacar,

    ya que la reducida actividad militar de un movimiento guerrillero clsico

    puede estar evidenciando una posible debilidad en la estructura eperrista,

    lo cual puede ser resultado de la violencia que el Estado ejerce en contra

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    34 ERPI, 1997-02-17; 1998-01-01; 1998-01-01; FARP, 2000-02-23; EVRP, 1999-12-05;CCRP-CJ28J, 2002-07-03; 2005-11-30; TDR- EP, 1999-08-14; EPR, 2001-02-06; 2001-02-15

  • de los opositores, pues como seala Gilberto Lpez y Rivas35, el gobier-

    no federal y las Fuerzas Armadas mantienen [en Guerrero y Oaxaca] una

    estrategia de contrainsurgencia, cuyo objetivo principal es la neutralizacin

    o el exterminio del EPR y el ERPI.

    Los ascensos y declives en la operatividad del EPR responden a facto-

    res externos e internos al movimiento. Es decir, la amplia capacidad ope-

    rativa con la que iniciaron en 1996 fue resultado de un entorno social que

    favoreci el crecimiento del movimiento guerrillero, ya que la lite prista

    atravesaba por un conflicto interno que debilit su dominacin. La fractura

    en las lites se sum a la crisis econmica que agudiz la precariedad y

    miseria en la que viva la poblacin, dicho aspecto se aadi a la inefica-

    cia estatal para enfrentar el conflicto poltico que gener el levantamiento

    zapatista. El crecimiento que el EPR logr consolidar en 1996 se fractur

    a partir de los conflictos internos del movimiento. La fragmentacin de las

    luchas opositoras es el problema principal al que se ha enfrentado el EPR,

    la incapacidad de unir fuerzas con otros grupos subversivos ha sido un fac-

    tor que ha limitado su expansin.

    Las disputas existentes entre los diferentes movimientos guerrilleros

    que provocan una lucha fraccionada en el pas, tiene que ver con un posi-

    cionamiento rgido y cerrado de la concepcin del camino de lucha que se

    debe construir. Movimientos como el EPR, el EZLN, el ERPI, las FARP, el

    EVRP, CCRP-CJ28J y TDR-EP ente otros, a menudo se consideran los

    detentadores de la verdad, de tal manera que aquellas acciones que difie-

    ren de su concepcin de lucha son desde su punto de vista, acciones erra-

    das, considerando como las nicas acciones correctas aquellas que impul-

    sa el propio movimiento.

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    35 Lpez y Rivas, G. (1999). Conflictos armados en Mxico: la encrucijada poltico-mili-tar, [En lnea:] http://www.latautonomy.org/zapatismo.PDF [consultado: Julio 2011]

  • A pesar de que el EPR es evidentemente un movimiento jerrquico, rgi-

    do y autoritario, lo cual ha provocado la separacin de militantes que difie-

    ren con el mtodo, la tctica y la estrategia eperrista, dicho movimiento ha

    sealado de manera puntual la necesidad de establecer una poltica de

    alianzas con otras expresiones de rebelin. El EPR ha manifestado su soli-

    daridad a otras expresiones tanto pacficas como armadas que han surgi-

    do en el pas y en el mundo. Incluso, la conformacin del EPR fue el resul-

    tado de la unificacin de militantes de otras organizaciones desactivadas

    por el Estado. En Mxico han existido tres intentos de unin de la lucha

    armada, la primera dio lugar a la formacin de la LC23S, la segunda con-

    form al PROCUP-PDLP, y la tercera al EPR.

    Para el EPR cualquier medio que reactive y estimule la participacin

    popular, contribuye a la construccin de una sociedad democrtica. Desde

    nuestro punto de vista, el apoyo que manifiesta el EPR hacia el movimien-

    to dirigido por Andrs Manuel Lpez Obrador, adems de basarse en la

    convergencia de ciertos puntos para consolidar un pas democrtico, res-

    ponde a un contexto mundial que consiste en la instauracin de gobiernos

    de izquierda en pases de Amrica Latina como Venezuela, Ecuador y

    Bolivia, los cuales han sido resultado de procesos electorales en los que

    se ha respetado la voluntad popular36.

    Como sealamos anteriormente, el EPR es un grupo guerrillero que rei-

    vindica el marxismo-leninismo, la Guerra Popular Prolongada y la lucha por

    la instauracin del socialismo. Desde nuestro punto de vista, existe una

    contradiccin ideolgica en el EPR, ya que por un lado, plantea la necesi-

    dad de una transformacin radical, y por otro lado, elabora un proyecto de

    pas en el cual desglosa una serie de acciones polticas, econmicas,

    sociales, educativas, culturales y ambientales que se convierten en pun-

    tualizaciones reformistas.

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    36 Figueroa Ibarra, C. (2010). En el umbral del posneoliberalismo? Izquierda ygobierno en Amrica Latina. Op. Cit. p. 15

  • La lucha del EPR va dirigida a instaurar una Repblica Democrtica, en

    la cual se ejerza la soberana popular y en la que la riqueza del pas sea

    aprovechada para satisfacer las necesidades de la poblacin. Sin embar-

    go, el EPR no propone la disolucin de la propiedad privada, sino la coe-

    xistencia de la propiedad privada y la propiedad cooperativa. De igual

    manera, no plantea la eliminacin del trabajo asalariado, sino el estableci-

    miento de nuevas fuentes de trabajo con un salario justo.

    Hemos llegado a la conclusin de que esta contradiccin ideolgica se

    debe a la concepcin que el EPR tiene del proceso de transformacin, el

    cual lo concibe como el resultado de diversas etapas. Es decir, considera-

    mos que el movimiento eperrista busca instaurar una sociedad socialista,

    y posteriormente el comunismo (aspectos sobre los que hace referencia de

    manera muy somera), sin embargo, no lo vislumbran como un cambio

    tajante sino como un proceso paulatino en el cual se consolide una etapa

    previa que consista en el establecimiento de un Estado benefactor37.

    Como ya sealamos el EPR ha manifestado la existencia de Comits en

    los estados de Guerrero, Oaxaca, Michoacn, Tabasco, Chiapas, Hidalgo,

    Valle de Mxico, Veracruz, Puebla, Chihuahua y Guanajuato. La capacidad

    de accin de cada Comit es variada y dispersa; por ejemplo, el EPR en

    Tabasco solo manifest operatividad en 1996. De igual manera, Chihuahua

    y Guanajuato han tenido una reducida actividad. A pesar de que el movi-

    miento eperrista ha instaurado Comits en los estados primordialmente del

    sur de la Repblica, es un movimiento limitado que no ha logrado conver-

    tirse en el contenedor y gua de la inconformidad social. El EPR no ha

    logrado tener un crecimiento ni una presencia sobresaliente. No estamos

    sealando que el EPR no cuente con bases de apoyo, sino que considera-

    mos que el nivel de simpatizantes y militantes con los que cuenta es redu-

    cido.

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    37 EPR, 1994-06-03; 1996-06-28; 1996- 12- 02

  • De esta manera, consideramos que el EPR es un movimiento que tuvo

    un impacto social importante en Guerrero durante la dcada de los noven-

    ta, lo cual le proporcion una significativa influencia nacional. Es la presen-

    cia del EPR que tiene sus espacios sobresalientes en Guerrero y en

    Oaxaca, lo que evidencia que pese a que tiene un planteamiento nacional,

    el EPR ha logrado enquistarse sobre todo regionalmente. A partir del decli-

    ve de su capacidad operativa resultante de la crisis interna, el EPR no ha

    logrado generar una influencia popular capaz de consolidarlo a nivel nacio-

    nal. Desde nuestro punto de vista, la existencia de Comits eperristas en

    diferentes estados del pas no muestra que el EPR tenga un impacto tras-

    cendental en la sociedad. Ms bien, visualizamos dichos Comits como

    grupos que intentan germinar la lucha revolucionaria en las regiones.

    La disminuida capacidad del movimiento eperrista para generar un

    impacto en la sociedad se debe entre otros hechos a que el EPR no sur-

    gi de de la misma manera en todas las zonas en las cuales ha operado.

    No en todas las zonas su presencia fue resultado de un proceso de articu-

    lacin de luchas locales con su proyecto poltico nacional. A diferencia de

    esto, consideramos que la existencia de la mayora de los Comits estata-

    les fue un proceso en el cual, personas externas a las regiones vislumbra-

    ron caractersticas sociales que posibilitaran la implantacin de lucha gue-

    rrillera marxista-leninista. El EPR vislumbr oportunidades polticas de cre-

    cimiento, pero esto no les asegur el crecimiento en la regin. Esta proble-

    mtica que enfrenta el EPR fue muy evidente en el caso de Tabasco, ya

    que dicho movimiento armado observ la existencia de factores potencia-

    lizadores de la lucha revolucionaria, sin embargo, estas condiciones no

    garantizaron la expansin del movimiento eperrista.

    A diferencia de su limitada presencia social, consideramos que el EPR

    tiene impacto en la poltica nacional, a travs de las acciones de hostiga-

    miento que han afectado al capital nacional y extranjero como las explosio-

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  • nes en los ductos de Petrleos Mexicanos (PEMEX). Su impacto poltico

    est fundamentado en la preparacin ideolgica y militar de los distintos

    combatientes que forman las estructuras del movimiento eperrista. Dicha

    preparacin es una de las fortalezas del movimiento, ya que le da la capa-

    cidad necesaria para realizar acciones meditadas y planificadas, daando

    los intereses de la lite gobernante y sin afectar a la poblacin.

    El EPR es un movimiento dinmico cuya lucha ha ido cambiando.

    Actualmente, ha priorizado la va poltica sobre lo militar, lo cual responde

    a un contexto social y poltico del pas. Ante la violencia y represin que el

    Estado ha desatado a travs de la guerra contra el narcotrfico, el EPR

    ha inclinado su lucha a la construccin de rutas polticas que lo impulse y

    le permita sobrevivir al paulatino proceso de militarizacin del pas. La vio-

    lencia que el Estado ha desatado es un medio de control que le permite a

    la lite gobernante reproducir las condiciones necesarias para seguir man-

    tenindose en el poder. Dicha violencia ha generado reacciones en la

    sociedad civil, la cual ha impulsado movimientos de protesta pacficos y

    legales, como el encabezado por el poeta Javier Sicilia, ya que la violencia

    se ha convertido en un problema que afecta no slo a los opositores, sino

    a la poblacin en general.38 Frente a esto, el EPR ha emprendido un accio-

    nar poltico en el que retoma una demanda popular que el Estado es inca-

    paz de resolver.

    Es innegable que el Estado mexicano atraviesa por una crisis hegemni-

    ca; sin embargo, esto no ha sido un factor que site al EPR como un amplio

    movimiento y con un fuerte crecimiento y presencia en el pas. Esto se debe

    a cinco factores importantes. En primer lugar, consideramos que el Estado

    mexicano a travs de sus aparatos de seguridad ha logrado contener a las

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    38 Nos referimos particularmente al Movimiento por la Paz y Justicia con dignidadencabezado por Javier Sicilia. Puede encontrase informacin sobre este movimiento enhttp://movimientoporlapaz.mx

  • diversas organizaciones guerrilleras que estn actuando en el pas. En

    segundo lugar, creemos que el sistema neoliberal posee an un fuerte

    afianzamiento y conformidad entre la poblacin; aspecto que va de la mano

    con la constante manipulacin y bsqueda de desprestigio del marxismo y

    del socialismo, as como tambin, de los planteamientos y logros que han

    instaurado los gobiernos antineoliberales en Amrica Latina. En tercer lugar,

    observamos que la lite prista mantiene control efectivo en ciertas regiones

    del pas. En dichas zonas no se ha generado un cambio en las estructuras

    caciquiles de dominacin que se instauraron como resultado de la consu-

    macin del proceso revolucionario de 1910. En cuarto lugar, los vacos de

    poder existentes en algunos estados han sido ocupados por grupos de

    poder como los narcotraficantes y organizaciones paramilitares. Finalmen-

    te, como quinto aspecto, consideramos que existen otros mbitos o movi-

    mientos que aglomeran la inconformidad social, como es el caso del EZLN,

    el movimiento de Andrs Manuel Lpez Obrador y la viabilidad de los pro-

    cesos electorales como el camino para generar una transformacin social.

    A pesar de que el EPR ha tenido un desarrollo, crecimiento y operativi-

    dad con declives y procesos de recuperacin, no podramos sealar que

    este es un movimiento acabado. A diferencia de esto, la lucha eperrista es

    una expresin que persiste y que sigue latente en la poltica mexicana. El

    Estado no ha logrado desactivar a dicho movimiento armado debido a que

    existen posibilidades u oportunidades que el EPR explota para cimentar su

    lucha. Estas posibilidades consisten en el paulatino desgaste de la legitimi-

    dad del Estado mexicano, lo cual ha generado un problema de ingoberna-

    bilidad en el pas. La lite gobernante ha intentado resarcir dicha crisis a

    travs de un proceso de militarizacin, que evidencia las dificultades del

    Estado mexicano para consolidar su hegemona primordialmente en el

    consenso. Esto ha propiciado la gestacin y crecimiento de expresiones

    populares que buscan crear mbitos democrticos de demanda social.

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  • Podemos concluir que la presencia de movimientos contestatarios existen-

    tes en el estado de Guerrero y en Oaxaca, convierten a estas regiones en

    mbitos clave para el EPR.

    Las grietas regionales, los caminos del EPR

    Como ya hemos sealado, el EPR apareci pblicamente el 28 de junio

    de 1996 en el vado de Aguas Blancas, Guerrero. Dicha regin es un mbi-

    to importante para el EPR por su alto contenido contestatario, ya que Gue-

    rrero se ha caracterizado por ser una zona germinadora de luchas pacficas

    y armadas. La caracterstica revolucionaria de dicha regin, evidencia lo

    que hemos sostenido desde las primeras pginas de este trabajo: el Estado

    mexicano pese a su hegemona a nivel nacional durante los gobiernos pos-

    revolucionarios siempre tuvo grietas regionales significativas. Algunas

    regiones del estado de Guerrero son muestra palpable de esta situacin y

    por tanto fueron un significativo caldo de cultivo para la rebelin. La historia

    de lucha existente en Guerrero desde la poca independentista es un

    aspecto crucial, ya que dichos procesos han generado un aprendizaje que

    ha quedado anclado en la memoria de la poblacin. Otra caracterstica

    importante, consiste en la limitacin secular en Guerrero de las vas legales

    a partir de las cuales la poblacin pueda exigir mejoras sociales, econmi-

    cas y polticas, ya que el gobierno estatal ha reprimido las protestas popu-

    lares y manipula los procesos electorales. La miseria, pobreza y marginali-

    dad son factores que contribuyen en la formacin de mbitos de luchas opo-

    sitoras. Finalmente, consideramos que estos elementos se suman a un fac-

    tor imprescindible para la rebelin, la cual consiste en la existencia de suje-

    tos sociales que poseen una concepcin de comunidad que potencializa el

    surgimiento de luchas contrahegemnicas39.

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    39 Bartra, A. (1997). Guerrero bronco. Campesinos, ciudadanos y guerrilleros en lacosta grande. Mxico: Sinfiltro. p. 18; De la Torre Rangel, J. (2003). Sistema comunitario

  • En el estado de Guerrero habitan grupos indgenas que poseen una

    cosmovisin de comunidad; es decir, la nocin del mundo en dichas pobla-

    ciones no est atravesada por una visin individualista, sino que existe una

    concepcin en la cual el bien de las personas radica en el bienestar de la

    comunidad. Esta unificacin genera la capacidad de organizacin. En la

    regin guerrerense han surgido movimientos indgenas que buscan defen-

    der las tradiciones, las formas de organizacin, la cultura, los idiomas, los

    usos y costumbres y las estructuras de mando; creando as luchas contra-

    hegemnicas que agudizan las fracturas del Estado mexicano.

    Ante la incapacidad del Estado para resolver los problemas econmicos,

    sociales, polticos y ambientales de Guerrero, los pobladores han creado

    organismos alternos a las instituciones estatales. Las Policas Comunita-

    rias, las Radios Indgenas y organizaciones campesinas como la Organi-

    zacin Campesina de la Sierra del Sur (OCSS) se han convertido en mbi-

    tos de demanda y lucha popular. Estas formas de organizacin desempe-

    an una funcin imprescindible en la consolidacin de una sociedad demo-

    crtica, ya que dichos movimientos fomentan entre la poblacin el papel de

    actores polticos, es decir, consolidan al pueblo como el origen del poder.

    La existencia de estos movimientos es un elemento importante para el

    EPR, lo cual no quiere decir que esta organizacin se encuentra detrs de

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  • estas iniciativas. Simplemente constatamos lo que ha sido una verdad en

    la historia de las organizaciones guerrilleras en los ms diversos lugares

    del mundo: estas tienen mayores oportunidades en aquellos mbitos en los

    que existe una rebelda y al mismo tiempo una cerrazn gubernamental a

    las demandas que dicha rebelda levanta. Si bien, la capacidad operativa

    del EPR en Guerrero decay de manera pronunciada a partir de la crisis

    interna del movimiento entre los aos de 1997 y 1998, consideramos que

    en dicha regin persisten las condiciones necesarias para que el EPR

    reactive su operatividad en el estado. De tal manera que desde nuestro

    punto de vista, Guerrero sigue siendo una regin importante en los objeti-

    vos revolucionarias del EPR.

    Al igual que Guerrero, consideramos que el estado de Oaxaca es otro

    mbito central en la lucha eperrista. Podemos observar que en 1996, el

    EPR oaxaqueo tena una fuerte capacidad operativa, la cual slo era

    antecedida por el Comit en Guerrero. La capacidad de accin del movi-

    miento eperrista en Oaxaca tuvo un incremento significativo en 2006 con

    el estallido de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO).

    Resulta obvio que el movimiento de la APPO fue el resultado de la suma

    de una amplia heterogeneidad social, poltica e ideolgica en las fuerzas

    que la constituyeron. Resultara un disparate decir que la APPO y su movi-

    miento fueron una cobertura para la accin poltica del EPR. Aunque el

    movimiento de la APPO no logr consolidar su objetivo inmediato, el cual

    consista en derrocar al gobierno de Ulises Ruz Ortiz, sin embargo, es

    indiscutible que dicho movimiento increment y gener condiciones socia-

    les y polticas que siguen latentes, posibilitando el surgimiento de luchas

    opositoras. El movimiento de la APPO cre una conciencia poltica en un

    amplio sector de la poblacin, aspecto que se sum al fortalecimiento del

    magisterio como un sujeto de lucha social. Desde nuestro punto de vista,

    el movimiento de la APPO fue una especie de barmetro que permiti al

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  • EPR indagar la situacin poltica y social para determinar si exista un clima

    capaz de albergar un proceso insurreccional40.

    Como ya sealamos, el EPR es un movimiento abierto, es decir es una

    lucha que sigue en proceso y que contina construyendo caminos y formas

    de rebelin. Debido a que es una expresin inacabada, sera inadecuado

    tratar de valorar si el movimiento eperrista ha sido exitoso o si el Estado ha

    logrado aniquilarlo. A diferencia de esto consideramos que es necesario

    comprender y explicar los factores que coadyuvan en la germinacin de

    estas expresiones de rebelin. El EPR es una guerrilla que ha tenido face-

    tas de debilitamiento, pero que estas distan mucho de significar la extincin

    de dicho movimiento guerrillero. Desde nuestro punto de vista, el EPR an

    tiene vida y oportunidades polticas para fortalecer su lucha. Independien-

    temente de nuestra opinin acerca de la justeza de la lucha armada, con-

    sideramos al EPR y a los dems movimientos guerrilleros que actan en

    Mxico una forma de resistencia en algunos casos con apoyo popular que

    tendrn continuidad y persistencia hasta que sean transformadas las con-

    diciones econmicas, sociales, polticas y culturales que los generan.

    Conclusiones

    Carlos Montemayor41 seala que en Mxico se han vivido cuarenta

    aos de guerrilla ininterrumpida. Este largo proceso ha generado una serie

    de saberes de lucha y rebelin en algunos sectores sociales, que han

    experimentado la violencia y represin estatal. Esta historia de rebelin

    forma parte importante en la conformacin, estructura y operatividad del

    Partido Democrtico Popular Revolucionario-Ejrcito Popular Revoluciona-

    rio (PDPR-EPR).

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    40 EPR, 2006-06-04; 2006-06-12; 2006-06-14; 2006-08-22; 2006-10-01.41 Montemayor, C. (2007). La guerrilla recurrente. Mxico: Debate, pp. 11-45

  • La historia de los movimientos armados revolucionarios en el pas ha

    generado dos procesos fundamentales en la conformacin del EPR. En pri-

    mer lugar, consideramos que la existencia del EPR es el resultado de la

    reconfiguracin de movimientos guerrilleros que el Estado fue desactivan-

    do. Es decir, el movimiento eperrista se form por militantes que lograron

    sobrevivir y que quedaron sin la capacidad operativa del grupo como tota-

    lidad. Esto nos permite mostrar que el surgimiento eperrista no es un pro-

    ceso efmero ni repentino, sino es parte de un proceso social e histrico.

    En segundo lugar, partimos de la hiptesis de que los movimientos gue-

    rrilleros precedentes al EPR en alguna medida contribuyeron a un paulati-

    no desgaste en la legitimidad del Estado mexicano. El proceso revolucio-

    nario de 1910 logr instaurar un poder fuerte y bien consolidado a travs

    de instituciones y de una ideologa que logr consolidar un Estado-nacin.

    Sin embargo, dicha hegemona fue un proceso que se implant de mane-

    ra desigual, instaurndose en diferentes formas y grados en las regiones

    del pas, construyndose as una hegemona nacional y hegemonas regio-

    nales que se retroalimentaban para perpetuar su poder.

    En este trabajo partimos del planteamiento de considerar que el Estado

    mexicano posrevolucionario instaur un poder central y se consolid a par-

    tir de poderes regionales con diferentes grados de legitimidad. Dicha carac-

    terstica gener dos procesos esenciales en la poltica del pas. Por un lado,

    el poder central se vio obligado a negociar y establecer alianzas y restriccio-

    nes con los poderes regionales, y de esta manera, poder perpetuar su domi-

    nacin. Por otro lado, la disparidad en la consolidacin de la hegemona del

    Estado mexicano en las regiones que lo componen, cre mbitos o espa-

    cios en los cuales se desafi e impugn dicha hegemona42.

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    42 Rubn, J. (2003). Descentrando el rgimen: Cultura y Poltica regional en Mxico,Relaciones 96 (096), Op. Cit. pp. 125-180.

  • Esta situacin se agrav con el agotamiento de los gobiernos posrevo-

    lucionarios, el fin del Estado desarrollista y su sustitucin por el Estado

    neoliberal que hoy existe en Mxico. Esta traslacin gener una ruptura en

    el pacto social que se consolid al consumarse e institucionalizarse la

    Revolucin de 1910. John Gledhill43 plantea que los problemas que el

    pas enfrent durante la administracin zedillista reflejan el fracaso, tanto

    poltico como econmico, del neoliberalismo mexicano. La antigua hege-

    mona ya ha sido desmantelada, pero la transicin hacia una nueva est

    resultando bastante difcil. Dicho autor enfatiza que a partir de la implan-

    tacin del proyecto neoliberal se ha ido generando un problema de ingo-

    bernabilidad en el pas. La lite dominante ha intentado subsanarla a tra-

    vs de una creciente militarizacin. El Estado mexicano se enfrenta a una

    disminuida capacidad para generar consenso. Si bien es cierto, la lite

    gobernante cuenta con sectores que legitiman su dominacin, se ha gene-

    rado un incremento de fracciones de la poblacin que impugnan dicha

    hegemona. Debido a esto, la lite dominante ha iniciado un proceso de

    militarizacin a travs de la cual se mantienen las condiciones necesarias

    para la reproduccin del capital.

    Los grupos guerrilleros que surgieron durante las dcadas de los cua-

    renta a los setenta, fueron movimientos locales que se rebelaron contra los

    poderes regionales. A diferencia de esto, el surgimiento del EZLN y el EPR

    en la dcada de los noventa, as como de los dems grupos guerrilleros

    que en mayor o menor medida estn actuando en Mxico, evidencian una

    crisis en la hegemona del Estado mexicano. Desde nuestro punto de vista,

    dicha crisis es el resultado del fracaso del proyecto neoliberal para satisfa-

    cer las necesidades econmicas y polticas de la poblacin. Como ya lo

    expresamos en este trabajo, la aplicacin del neoliberalismo debilit la

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    43 Gledhill, J. (2003). Neoliberalismo e ingobernabilidad: caciquismo, militarizacin ymovilizacin popular en el Mxico de Zedillo, Relaciones 96 (096), pp. 46. Mxico.

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